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Filología y etnohistoria

Una breve historia de la “nueva filología”


en Norteamérica

Matthew Restall

Nuestro campo [la historia colonial de Lati-


noamérica] parece haber llegado a una fase
en la que las tareas más importantes […] no
requieren de una teórica que rehuya el deta-
lle, ni de una investigación meramente cen-
trada en las fuentes, sino de mentes flexibles

4
que puedan visualizar lo general dentro de lo
particular. 
 (: )

De todos los ricos campos de estudio que se


encuentran en la historia de México, a través
de los años ninguno ha superado a la etnohis-
toria colonial en términos de la excelencia de
sus aportaciones.
 (: ) Miguel Covarrubias, 

La [nueva filología] ha expuesto el interior

S
de la sociedad indígena colonial de manera E HA SUGERIDO con frecuencia que hay dos razo-
fundamental para cualquier análisis cultural, nes que explican la peculiar vitalidad de la etno-
y se ha presentado de manera creíble como la
historia de la Mesomérica colonial. Hace unos
escuela historiográfica del período colonial
más innovadora y reconocible como tal has- cuantos años, John Kicza (: ) definió con elocuen-
ta el presente. cia estas dos razones al citar, en primer lugar, la “inte-
  (: ) gridad” y el “vigor” de las civilizaciones indígenas desde
tiempos precolombinos hasta el presente y, en segundo
lugar, la riqueza y diversidad de las fuentes documenta-
les relevantes al tema. Sin disputar este argumento —de
hecho, partiendo de la noción que estos dos factores pue-
 : Universidad de Wisconsin, Madison. den fungir como supuestos— quisiera sugerir que existe
   Desacatos  

 3 Collantes, mixteca de la Costa,Vittorio D’Onofri, 

un tercer factor que es asimismo pertinente: la concatena- Ya que este ensayo es una definición in extenso de dicha
ción de las actividades de un grupo diverso de investiga- escuela, quisiera empezar ofreciendo una definición bre-
dores que ha creado una visión colectiva metodológica ve de la misma. De manera general, la nueva filología in-
e interpretativa, y un impulso constructivo que ha per- cluye a los investigadores dedicados a la etnohistoria de
mitido la concreción y el desarrollo de dicha visión. Mesoamérica durante el período colonial cuyas aporta-
Por supuesto, me refiero a una escuela teórica y meto- ciones se basan en fuentes primarias en lenguas indíge-
dológica en particular: la escuela que se define de manera nas, subrayando un análisis filológico de sus fuentes, y
creciente como la “nueva filología”. El propósito de este enfatizando la importancia crucial de las fuentes nativas
artículo es ofrecer una reseña historiográfica de esta es- para el conocimiento de las sociedades indígenas. Se ha
cuela: su historia y desarrollo, su localización dentro del asociado a la nueva filología con los trabajos del histo-
contexto de la historia colonial latinoamericana y la et- riador James Lockhart, e incluso ha sido llamada la “es-
nohistoria de Mesoamérica, sus puntos fuertes y débiles, cuela de Lockhart”; sin embargo, ésta se extiende más allá
su trayectoria y significados actuales, y sus prospectos de Lockhart y de sus discípulos, incluyendo a un número
en el futuro. Mi enfoque abarca sólo las publicaciones en creciente de investigadores en Norteamérica y México
lengua inglesa, partiendo del supuesto de que los lectores —y a un número menor en Guatemala y Europa— que
de Desacatos tendrán una relativa familiaridad con las con- no tienen vínculos directos con este investigador.
tribuciones relevantes en lengua española, y con el fin de Esta escuela tiene sus inicios en el estudio de fuentes
evitar la repetición de temas discutidos en otros artícu- en náhuatl, y por lo tanto ha logrado hacer sus contribu-
los en el presente número. ciones más detalladas al estudio de la cultura nahua,
  Desacatos   

expandiéndose en los últimos años más allá de los es-


tudios nahuas. Sus dos principales contribuciones, no
sólo a la etnohistoria colonial de Mesoamérica, sino a la
historia colonial de América Latina, han sido el acerca-
miento a las fuentes primarias indígenas como el centro
fundamental de la investigación etnohistórica, y la reo-
rientación de la historia colonial hacia las perspectivas
indígenas, combatiendo de esta manera la marginaliza-
ción de la historia de los pueblos nativos. Superando la
producción de otros campos históricos, la nueva filolo-
gía ha generado un número muy elevado de obras sobre
la historia social y cultural de Latinoamérica. Esta escuela
se ha desarrollado en la fructífera intersección de la his-
toria y la antropología, encontrando sus raíces y sustento
en ambas disciplinas. Sin embargo, en términos de su me-
todología y de la preparación de sus adherentes, la nueva
filología se localiza principalmente en la historia —y con
una incidencia ligeramente menor, en la antropología—
con la participación de la lingüística, la historia del arte,
y otras disciplinas. De acuerdo con Lockhart (: ),

4
la nueva filología pertenece a la historia simplemente
“porque la historia es la ‘disciplina’ más flexible y extensa”. Pinotepa de Don Luis, mixteca de la Costa, Vittorio D’Onofri,  
Quisiera proponer que la historia de la nueva filología
consiste de tres fases, y las siguientes tres secciones de mi
ensayo ilustrarán cada una de ellas. El fulcro analítico de de manera decisiva la historiografía de los pueblos nati-
este ensayo se encuentra en la tercera sección, en la que vos de México o Guatemala. De hecho, en Norteamé-
presentaré argumentos sobre la localización, relevancia, rica, este tipo de investigaciones se encontraba al margen
y perspectivas para el futuro de dicha escuela. del statu quo académico; algunos pioneros como Daniel
G. Brinton o Ralph Roys tuvieron que operar en parte
fuera del ámbito académico, mientras que los trabajos
PRIMERA FASE (1976-1992) de Miguel León-Portilla, Alfredo López Austin y otros ex-
celentes investigadores mexicanos no alcanzaban su de-
La primera fase de la nueva filología norteamericana ini- bido reconocimiento en el ámbito académico de habla
ció en . Antes de esta fecha —y retrocediendo un inglesa por el simple hecho de no estar vinculados con
período de más de cien años, casi hasta el punto de desa- universidades británicas o norteamericanas. Las aporta-
parición de las fuentes indígenas utilizadas por esta es- ciones anteriores a  tuvieron gran importancia, pues
cuela— se había localizado, organizado, traducido, pu- éstas constituyen las raíces de las cuales brotó la nueva
blicado y analizado un número considerable de fuentes filología, y muchos de estos trabajos siguen siendo rele-
primarias coloniales en náhuatl, en algunas lenguas ma- vantes. Sin embargo, en retrospectiva,  puede ser con-
yances, y en otras lenguas mesoamericanas. Sin embar- siderado el momento decisivo en la fundación de esta
go, la suma de estos trabajos no había cristalizado en una escuela y como el punto de partida de un tipo de etno-
interpretación coherente de las sociedades mesoameri- historia cuya visión —y oportuna aparición— motivó
canas durante el período colonial ni había influenciado el estudio de fuentes indígenas y redefinió los ámbitos
   Desacatos  

principales de la etnohistoria en cabo una serie de disertaciones ba-


Norteamérica. sadas en fuentes nahuas de comu-
Este momento fue marcado por la nidades y regiones específicas del
aparición de dos publicaciones in- centro de México, entre  y ,
novadoras de fuentes coloniales en que ahora bosquejaré en orden cro-
náhuatl. Más allá de los códices [Be- nológico (aunque se puede consul-
yond the Codices], la obra de Arthur tar Lockhart, b si se desea una
Anderson, Frances Berdan y James visión más detallada). Seguida-
Lockhart, presentó una selección de mente, discutiré las aportaciones
fuentes notariales cotidianas tradu- de Lockhart y de otros investi-
cidas del náhuatl al inglés, así como gadores que intervinieron en esta
un análisis extenso ofrecido en un primera fase de la nueva filología
prólogo y en notas al pie de página. norteamericana.
Este volumen sugirió que un grupo La primera de estas disertaciones
de documentos aparentemente su- fue concluida por S. L. Cline en ,
perficial cuyo estudio había sido des- para luego ser publicada en :
cartado —testamentos y registros de Culhuacán en el período colonial,
tierras escritos por notarios indíge- -: La historia social de un
nas— podían convertirse en ricas pueblo azteca [Colonial Culhuacan,
fuentes de datos históricos. En este -: A Social History of an Az-

 3
mismo año, Frances Karttunen y Ja- tec Town]. Esta obra puso en mar-
mes Lockhart publicaron un trabajo cha las posibilidad, sugerida por
titulado El náhuatl en el período in- Beyond the Codices, que los testa-
termedio: Los fenómenos de contacto mentos nahuas podrían iluminar la
lingüístico en los textos coloniales [Na- vida social del altepetl. En una ma-
huatl in the Middle Years: Langua- niobra que se ha vuelto distintiva
ge Contact Phenomena in Texts of dentro de la nueva filología, en ,
the Colonial Period], el que mostró de- Cline y León-Portilla publicaron la
talladamente la manera en que el aná- transcripción y traducción de las
lisis de fuentes nahuas podía revelar fuentes primarias utilizadas en
Arquitectura tradicional; Códice Florentino
patrones y dinámicas de contacto cul- dicha obra; en , Cline publicó
tural que no habían sido percibidas asimismo un volumen de fuentes
con anterioridad. (Para un interesan- nahuas no utilizadas en su estudio
te testimonio personal de este proyecto de colaboración, original. En realidad, la inclusión de estas transcrip-
véase Lockhart, : -.) Estos dos volúmenes ciones y traducciones reflejan fielmente las tendencias
constituyeron un llamado académico a las armas. de esta escuela.
Durante los siguientes quince años, esta llamada en- Las dos siguientes disertaciones de este grupo fueron
contró un eco en un flujo de disertaciones doctorales y concluidas en . La obra de Susan Schroeder —publi-
monografías, acompañadas por un número creciente de cada en  en inglés como Chimalpahin and the
compilaciones de fuentes indígenas, ponencias, ensayos, Kingdoms of Chalco y en español en  por El Colegio
y artículos. La mayor parte de estos trabajos fue realiza- Mexiquense bajo el título de Chimalpahin y los reinos de
da por los discípulos de James Lockhart en la Universidad Chalco— se distingue de otras disertaciones en esta cate-
de California en Los Ángeles (UCLA), quienes llevaron a goría al enfatizar la historia intelectual de un historiador
  Desacatos   

nahua del siglo XVII en lugar de la historia social de su al- vaca y de la cultura política del altepetl. Como los etno-
tepetl, si bien la contribución de esta obra reside en su exi- historiadores que he mencionado anteriormente, Haskett
toso tratamiento de ambos temas. Siguiendo el patrón no sólo utilizó fuentes inéditas en náhuatl, sino que tam-
de la nueva filología, Schroeder ha iniciado la publica- bién descubrió muestras de un género colonial poco co-
ción en seis volúmenes de toda la obra escrita de Chi- nocido: la documentación de elecciones realizadas dentro
malpahin, incluyendo algunos manuscritos que fueron del altepetl election records —un género posteriormente
recuperados en la década de los ochenta; los primeros identificado en el Yucatán colonial. Su trabajo se ha con-
dos volúmenes de esta serie aparecen en la presente bi- vertido en un punto de referencia necesario para el estu-
bliografía como Anderson y Schroeder, . Por otra par- dio del gobierno local en Mesoamérica durante el perío-
te, Stephanie Wood concluyó su aún inédita disertación do colonial. Por otra parte, Rebecca Horn realizó una
en . Este estudio de las comunidades coloniales na- contribución similar a la de Haskett en cuanto al estudio
huas en el valle de Toluca ha contri- de la tenencia de tierras. Su diserta-
buido a nuestro conocimiento de la ción, terminada en  y publicada
integridad corporativa y de la ideo- en parte en  bajo el título de Post-
logía del altepetl colonial. Si bien los conquest Coyoacan: Nahua-Spanish
estudios de esta primera fase fueron Relations in Central Mexico, -
acompañados por algunos trabajos [Coyoacán después de la conquista:
que no se mencionan aquí, debe ha- Las relaciones entre nahuas y españo-
cerse notar que Wood ha publicado les en el centro de México, -]
un número respetable de artículos, analizó una vasta serie de documen-

4
como su contribución a la colección tos sobre la tenencia y el traspaso de
titulada Indian Women of Early Me- tierras en Coyoacán, así como otros 
xico [Mujeres indígenas del México documentos en náhuatl, que hacen
colonial temprano], que fue publica- resaltar la dinámica de la vida social,
da en  por tres antiguos estu- política y económica entre los nahuas
diantes de Lockhart (véase Schroeder, de esta región.
Wood y Haskett, ). En la década de los ochenta, Lock-
Las siguientes dos disertaciones su- hart publicó una serie de estudios
pervisadas por Lockhart durante esta —publicados en la colección de 
primera fase han sido publicadas intitulada Nahuas and Spaniards
con revisiones sustanciales que han [Nahuas y españoles]— en respuesta
añadido materiales novedosos, al al llamado a las huestes filológicas
costo de dejar fuera algunos datos que había lanzado en . Estos tra-
relevantes, por lo que las tesis origi- bajos, aunados a las cinco disertacio-
nales retienen su interés. La obra de nes que mencioné anteriormente,
Robert Haskett, terminada en  y fueron adelantos de la magna obra
publicada en  como Indigenous que aparecería en  bajo el título
Rulers: An Ethnohistory of Town Go- de The Nahuas After the Conquest [Los
vernment in Colonial Cuernavaca [Se- nahuas después de la conquista]. Esta
ñores indígenas: Una etnohistoria del obra, con la que culmina la primera
gobierno local en la Cuernavaca colo- fase de la “nueva filología”, presentó
nial] ofrece una nueva perspectiva Nacimiento bajo las casas  Muerte un análisis lúcido y extraordinaria-
del gobierno municipal en Cuerna- y  Venado; Códice Florentino mente detallado de todo aspecto
   Desacatos  

imaginable de la vida del altepetl desde mediados del Speech: The Bancroft Dialogues [El arte del habla náhuatl:
siglo XVI hasta mediados del XVIII. Este libro ofrece tam- Los diálogos de la Biblioteca Bancroft], impresa en ,
bién una perspectiva general de la cultura y sociedad na- escrita con la ayuda de Karttunen, y notable por ofrecer
huas durante el período colonial. Se podría argüir que no una, sino dos traducciones al inglés, una literal y la otra
los nativos del centro de México habían sido considerados fluida); We People Here: Nahuatl Accounts of the Conquest
simplemente como “indios” por mucho tiempo. La mo- of Mexico [Nosotros la gente de aquí: Narrativas nahuas
nografía de Lockhart los hizo aparecer de nuevo como sobre la conquista de México], , la que ofreció dichas
miembros de la cultura nahua. narrativas en su versión original en náhuatl, su traduc-
The Nahuas After the Conquest podría ser vista como ción, así como la estructura de los textos originales, en vez
el cubo de una rueda cuyos radios y bordes son los traba- de versiones compuestas; finalmente, The Story of Gua-
jos auxiliares publicados por Lockhart entre  y . dalupe [La relación de Guadalupe], escrita con ayuda de
Dichos trabajos presentan fuentes en náhuatl transcritas Lisa Sousa y Stafford Poole, , un estudio y edición
y traducidas al inglés, aunque con una introducción y definitiva en náhuatl y en inglés del Huey tlamahuiçoltica,
comentarios que les conceden el carácter de monografías, el texto sobre las apariciones guadalupanas publicado en
sobre todo si se consideran como partes de The Nahuas  por Laso de la Vega. Adicionalmente, un volumen
After the Conquest. Entre estas publicaciones se deben de ensayos y artículos similares en contenido a Nahuas
mencionar The Tlaxcalan Actas (impresa en  y escrita and Spaniards fue publicado en el  bajo el título de
con la ayuda de Berdan y Anderson); The Art of Nahuatl Of Things of the Indies [Sobre las cosas de Indias], y una

 3

Miguel Covarrubias, 


  Desacatos   

guía para el aprendizaje del náhuatl escrito aparecerá den-


tro de los siguientes dos años.
Si bien la primera fase de la nueva filología nortea-
mericana ha sido sustancial y de gran influencia, sus
aportaciones no se deben atribuir sólo a Lockhart y a sus
estudiantes. Otros especialistas realizaron contribucio-
nes esenciales durante este período (-); aunque
estos trabajos puedan ser relacionados con otras escue-
las historiográficas, no dejan de ser parte de lo que per-
sisto en calificar como “nueva filología”. Quisiera destacar
el trabajo de tres de estos especialistas. La primera es
Frances Karttunen, una lingüista e historiadora que ha
colaborado con Lockhart de manera periódica (en la pu-
blicación de Nahuatl in the Middle Years [El náhuatl a
mediados del período colonial], por ejemplo), pero que ha
realizado por su parte tres estudios lingüísticos y etno-
históricos de gran repercusión: un artículo de  sobre
la alfabetización entre los nahuas coloniales, el Analyti-
cal Dictionary of Nahuatl [Diccionario analítico del ná-
huatl], , publicado como complemento a un curso

4
básico sobre la gramática náhuatl realizado con la ayuda
de R. Joe Campbell, y Nahuatl and Maya in Contact with 
Spanish [Los contactos de las lenguas náhuatl y maya con
la española], , cuyo papel en la segunda fase de la nue- San Pedro Amuzgo, amuzga, Vittorio D’Onofri, 
va filología se discutirá posteriormente.
La segunda es la antropóloga Louise Burkhart, quien
ha contribuido a la transformación del estudio de la reli- bien su monografía —titulada Law and the Transforma-
gión en México durante el siglo XVI, uniendo su reexami- tion of Aztec Culture [El derecho y la transformación de la
nación de la “conquista espiritual” a los objetivos de la cultura azteca] no apareció hasta , Kellogg generó
nueva filología. Su disertación doctoral fue editada y pu- varios análisis de fuentes nahuas del valle de México en
blicada en  como The Slippery Earth: Nahua-Chris- los ochenta y noventa, y debe ser considerada parte de la
tian Moral Dialogue in Sixteenth-Century Mexico [La primera fase del desarrollo de la nueva filología. Como
tierra resbaladiza: El diálogo moral nahua-cristiano en el parte de esta escuela —y sin haber cursado su doctora-
México del siglo XVI], a la cual podemos añadir la trans- do con Lockhart—, Kellogg ha usado fuentes judiciales
cripción y traducción de la obra de teatro de evangeliza- y realizado un estudio social del derecho colonial que si-
ción en náhuatl más temprana hasta ahora conocida, gue la trayectoria de Woodrow Borah más que cualquier
Holy Wednesday: A Nahua Drama from Early Colonial otro etnohistoriador. Por otra parte, su contribución ha
Mexico, así como una docena de estudios varios que van sido de gran importancia por haber utilizado fuentes na-
desde artículos especializados (Burkhart, ) hasta en- huas para promover una hipótesis que es en cierto mo-
sayos en libros de texto (Burkhart, b). do antitética a las propuestas de Lockhart. Mientras que
La tercera especialista es Susan Kellogg, una antropólo- Lockhart (: -) caracteriza a los siglos XVI y
ga cuyo trabajo ha contribuido al forjamiento de vínculos XVII como a una edad dorada en el desarrollo cultural
entre la nueva filología, la historia y la antropología. Si indígena, Kellogg percibe un deterioro en la autonomía
   Desacatos  

cultural nahua dentro del cual los tribunales funcionan esta discusión, dado su análisis de fuentes en lenguas in-
como “un instrumento de conversión cultural y de con- dígenas, es The Conquest of Mexico, de Gruzinski (la edi-
solidación de la hegemonía cultural española” (Kellogg, ción inglesa de  de La colonisation de l’imaginaire,
: ). ). De cualquier manera, este trabajo no está directa-
Al interpretar los cambios en las fuentes manuscritas mente afiliado con la nueva filología porque utiliza el len-
indígenas como parte de un proceso de pérdida cultural, guaje de la historia cultural sobre “la colonización de lo
y no como prueba de un renacimiento indígena, Kellogg imaginario” para presentar visiones tradicionales del de-
nos muestra que Borah no es su única influencia historio- terioro cultural indígena. Gruzinski y otros han puesto
gráfica. En realidad, el trabajo de Kellogg parece haber al día el paradigma de la interacción entre nahuas y espa-
sido influenciado por una serie de historiadores de nacio- ñoles delineado por Robert Ricard (y que Lockhart [:
nalidad francesa (Tzvetan Todorov, Christian Duverger -] ha llamado el “modelo del reemplazo”). En otras pala-
y Serge Gruzinski, entre otros) o educados en París (como bras, estos trabajos presentan lo que Eric Van Young (:
Enrique Florescano y Walter Mignolo) cuyos trabajos han ) ha llamado “una forma más tradicional de la historia
sido traducidos al español y al inglés. Si bien The Con- intelectual”. La diferencia entre Gruzinski y Kellogg es que
quest of America, de Todorov, y Man-Gods in the Mexican el trabajo de la segunda simultáneamente captura el es-
Highlands, de Gruzinski, son las publicaciones en inglés píritu de la nueva filología y cuestiona uno de sus pos-
más conocidas de este grupo, el trabajo más relevante en tulados principales (que las fuentes en lenguas indígenas

 3

San Lorenzo Teitipac, zapoteca del Valle, Vittorio D’Onofri, 


  Desacatos   

son pruebas de vitalidad cultural), mientras que el pri- Culture in Colonial Oaxaca [La historia ñudzahui: La cul-
mero, al asumir la existencia de un declive cultural, cues- tura y escritura mixteca en el Oaxaca colonial] acaba de
tiona la mismísima raison d’être de la nueva filología. ser publicada como monografía por Stanford University
Antes de delinear la segunda fase de la nueva filología, Press (para un resumen, véase su artículo del  en la
se debe mencionar los trabajos de algunos filólogos de la bibliografía). La disertación inédita de Lisa Sousa —Wo-
primera fase. En , Anderson inició, junto con Charles men in Native Societies and Cultures of Colonial Mexico
Dibble, un proyecto de traducción del Códice florentino [Las mujeres en las sociedades y culturas indígenas del
de Sahagún; la obra resultante fue un punto de referencia México colonial] emplea fuentes en náhuatl y mixteco
absoluto para las raíces de la nueva filología y para su pri- para examinar el rol y status social de las mujeres indíge-
mera fase, durante la cual finalizó dicho proyecto. Existe nas en esferas domésticas y comunitarias en el centro de
también el trabajo de varios lingüistas y etnohistoriado- la Nueva España durante los primeros dos siglos del pe-
res que hicieron contribuciones a esta escuela durante su ríodo colonial (véase también su artículo en Schroeder,
primera fase —entre ellos se debe mencionar a la edición Wood y Haskett, ).1
conjunta de J. Richard Andrews y Ross Hassig del Tratado Podría decirse que la etnohistoriografía colonial en Yu-
de las supersticiones y costumbres gentílicas que oy biven catán se asemeja a la del centro de México por dos razo-
entre los indios naturales desta Nueva España, de Hernan- nes distintas. En primer lugar, ya existían monografías
do Ruiz de Alarcón, y a las obras de William Bright, Una detalladas sobre las comunidades indígenas antes del
Canger, R. Joe Campbell y Mary Clayton. En esta cate- arribo de la nueva filología —la obra maestra de Charles
goría encontramos a John Bierhorst, cuyas traducciones Gibson sobre los nahuas, The Aztecs under Spanish Rule:
de textos nahuas (; ) se distinguen en parte por A History of the Indians of the Valley of Mexico, -

4
ser una contribución a la nueva filología en un sentido [Los aztecas bajo el dominio español: Una historia de los
completamente opuesto al de Lockhart (como lo afirma indígenas del valle de México, -, ], y el estu- 
el mismo Lockhart (a: -). Finalmente, se debe dio de Nancy Farriss sobre los pueblos yucatecos titula-
mencionar el trabajo de Pedro Carrasco y J. Jorge Klor de do Maya Society Under Colonial Rule [La sociedad maya
Alva, dos etnohistoriadores y antropólogos que han pu- bajo el dominio colonial, ]. Ambos trabajos se basaron
blicado un número considerable de artículos en español en el estudio de fuentes en castellano, lo que permitió la
y en inglés sobre fuentes nahuas. producción de estudios complementarios de fuentes na-
huas y yucatecas por parte de los nuevos filólogos que
entraron en un debate muy productivo con estas mono-
SEGUNDA FASE (1992-2000) grafías. En segundo lugar, así como los nuevos filólogos
encontraron un grupo muy numeroso de fuentes colonia-
En , la segunda fase de la nueva filología emerge a les nahuas en archivos mexicanos, españoles y nortea-
través de la expansión geográfica de sus principios y mé- mericanos, varios investigadores han descubierto miles
todos al sur del área cultural mesoamericana. Esta fase de documentos coloniales en maya yucateco en México,
podría ser dividida entre las actividades de los estudian- Yucatán, España, Estados Unidos y aun en Gran Bretaña.
tes de Lockhart y la de otros filólogos. Entre  y , En mi propia disertación, que defendí bajo la supervi-
cuatro estudiantes finalizaron sus disertaciones doctora- sión de James Lockhart en , hice el intento de llevar
les bajo la supervisión de Lockhart. Kevin Terraciano ha
utilizado fuentes prehispánicas y coloniales de la cultura 1 Por otra parte, Pete Sigal investigó fuentes en maya yucateco para pro-
mixteca (o ñudzahui), tanto pictográficas como alfabé- ducir un estudio original de la sexualidad dentro de la cultura maya
ticas, para modificar nuestras percepciones de las comu- colonial en su disertación de , Maya Passions: Colonial Yucatecan
Ideas of Gender, Sexuality, and the Body [Pasiones mayas: Ideas de los yu-
nidades indígenas en Oaxaca. Su disertación doctoral de catecos coloniales sobre el género, la sexualidad, y el cuerpo humano],
 —titulada Ñudzahui History: Mixtec Writing and la cual fue publicada recientemente por la University of Texas Press.
   Desacatos  

la nueva filología al terreno yucateco, traducciones accesibles al público en gene-


siguiendo los pasos de una genera- ral, aun sin la inclusión de transcripciones
ción de estudiosos de fuentes colo- de las fuentes, sin por ello contribuir a los
niales mayas como Alfredo Barrera objetivos de la nueva filología a través de
Vásquez y Ralph Roys. En la edición discusiones detalladas de la traducción en
monográfica de mi disertación —pu- notas de pie de página. La cuarta influen-
blicada en  bajo el título de The cia es el análisis de perspectivas mayas so-
Maya World: Yucatec Culture and bre la historia colonial y neocolonial en
Society, - [El mundo maya: The Indian Christ, the Indian King [El Cris-
Cultura y sociedad en Yucatán, - to indígena, el rey indígena, ] de Victo-
]— propuse que la organización ria Bricker. Este trabajo enlaza a la nueva
comunitaria maya a nivel municipal, filología con la Universidad de Tula-
llamada cah en yucateco, era una en- ne, pues debe reconocerse que, si
tidad compleja en la que incidían bien la nueva filología tiene como
todos los aspectos de la vida social uno de sus principales centros aca-
Códice Selden
yucateca en el período colonial.2 Es- démicos las actividades de James
ta visión, que mantiene ciertos paralelos con la inter- Lockhart y sus doctorantes en el departamento de histo-
pretación del altepetl por parte de los nuevos filólogos, ria de la Universidad de California en Los Ángeles, el de-
constituye un intento de contribuir no sólo a los estu- partamento de antropología de la Universidad de Tulane
dios mayas, sino a un entendimiento más profundo de en Nueva Orleans juega también un papel central en la

 3
las civilizaciones mesoamericanas.3 segunda fase de esta escuela etnohistórica.
En  salió a la luz mi trabajo Maya Conquistador Si bien Tulane ha producido análisis de fuentes nahuas
[Conquistador maya], un estudio y traducción de fuentes (véase Maxwell y Hanson, ), la contribución más im-
en maya sobre la conquista. Las raíces intelectuales de portante de esta institución a la segunda fase de la nueva
este libro son cuatro trabajos de particular relevancia a filología se ha concentrado en el estudio de comunidades
nuestro tema. El primero es Visión de los vencidos, la mayas en Yucatán y Guatemala. En  y , Munro
conocida colección de fuentes nahuas sobre la conquista Edmonson publicó traducciones de dos de los Chilam
editada por León Portilla que apareció posteriormente Balam yucatecos. Además de su trabajo ya citado, Bricker
en inglés bajo el título de The Broken Spears [Las lanzas ha publicado diversos estudios sobre la lengua y la etno-
rotas]. El segundo es We People Here [Nosotros la gente de historia mayas (véase Edmonson y Bricker, , por ejem-
aquí], la versión al inglés de James Lockhart de las fuen- plo), y supervisó una tesis doctoral que anticipa la segun-
tes nahuas presentadas en Visión de los vencidos; cabe se- da fase de la nueva filología —Tekanto in the Eighteenth
ñalar que el énfasis de Lockhart en la diversidad de las Century [Tekanto durante el siglo XVIII] de Philip Thomp-
perspectivas nahuas influyó en mi trabajo de manera son, publicada recientemente. Otro doctorante de Tulane,
particular. El tercero es la edición de  del Popol Vuh John Chuchiak, acaba de concluir un estudio de la extir-
preparada por Dennis Tedlock, la que demostró que los pación de idolatrías en Yucatán que incluye un análisis
textos en lengua indígenas podían ser publicadas como de fuentes en yucateco. Finalmente, debe reconocerse el
trabajo pionero de Robert Hill sobre la etnohistoria de los
2 Una selección de los documentos yucatecos que utilizé en mi diser-
mayas cakchiqueles, que aparece en su libro Colonial Cak-
tación fue publicada bajo el título de Life and Death in a Maya Com- chiquels [Cakchiqueles coloniales, ] y en otras publica-
munity [La vida y la muerte en una comunidad maya] en . ciones. No hay duda de que Bricker, Hill, Maxwell y otros
3 De hecho, tal visión fue articulada en una colaboración con Terracia-
no que apareció inicialmente en Sousa, , para luego ser publica- etnohistoriadores de Tulane continuarán con sus apor-
da como Restall, b. taciones a la nueva filología en la década que inicia.
  Desacatos   

TERCERA FASE (1992-…) características distintivas podrían ser designados como


una tercera fase. En otras palabras, como muchas otras
La primera fase (-) se concentró en el estudio escuelas e ismos anteriores, la nueva filología podría ser
de fuentes nahuas, y produjo estudios detallados de la asimilada hasta el punto de no ser reconocida como una
vida doméstica, las relaciones de género, la cultura po- escuela particular.
lítica y la tenencia de la tierra de los nahuas coloniales No se pueden dar fechas precisas para esta tercera fa-
basados en fuentes nahuas, al tiempo que emergían las se, pero ésta se manifiesta en algunos estudios que apa-
ideas fundamentales y los métodos de la nueva filolo- recen en la década de los noventa. Por lo tanto, se podría
gía. En su segunda fase (-), esta escuela extien- proponer que esta fase inicia alrededor de , de mane-
de su enfoque de los pueblos nahuas a otros pueblos ra paralela a la segunda, pero con un curso distinto a la
mesoamericanos coloniales. Ambas fases han contri- misma. La diversa naturaleza de esta fase la vuelve difícil
buido al emplazamiento central de las sociedades indí- de delinear. Para los propósitos de este trabajo, presenta-
genas para el análisis de la historia colonial de la Nueva ré esta fase en el contexto de tres modos de interacción
España y de otras regiones de América Latina. El diá- entre la nueva filología y otros campos académicos. Esta
logo de la nueva filología con otras disciplinas y cam- presentación se vuelve entonces tanto un resumen de los
pos académicos y su asimilación dentro de los estudios trabajos existentes como una serie de sugerencias sobre
coloniales en Mesoamérica a tal punto que pierde sus posibles contribuciones para el futuro.

4 

San Juan Teitipac, zapoteca del Valle, 


   Desacatos  

 3

Miguel Covarrubias, 

El primer modo de interacción se refiere a disciplinas lidas contribuciones que los métodos de la antropología
fuera del campo de la historia y la etnohistoria antropo- lingüística pueden hacer dentro del campo de la etnohisto-
lógica. Desde sus orígenes, la nueva filología fue interdis- ria colonial. La doble convergencia en el período colonial
ciplinaria, pero este aspecto se ha desarrollado de manera maya, tanto por parte de arqueólogos y epigrafistas que
considerable en los últimos años, particularmente en lo pasan del posclásico a la colonia (v.g., Bricker y Hill) como
concerniente a la antropología lingüística. La colabora- por parte de etnólogos que retroceden del presente al pa-
ción inicial de Lockhart y Karttunen constituyó una con- sado colonial (v.g., Hanks) sugiere que la antropología
vergencia de métodos históricos (favorecidos en Lockhart, lingüística seguirá jugando un papel importante en el de-
) y lingüísticos (presentados en Karttunen, ). Co- sarrollo de la nueva filología en el sureste de Mesoamérica.
mo Bricker, Karttunen anticipó el movimiento hacia la Debe asimismo mencionarse el papel interdisciplina-
etnohistoria maya con su trabajo Nahuatl and Maya in rio de la historia del arte. Los elementos visuales de los
Contact with Spanish.Además de esta poco conocida con- textos mesoamericanos coloniales —pinturas murales,
tribución, el análisis de documentos yucatecos colonia- ilustraciones en códices pictográficos o alfabéticos y ma-
les realizado por William Hanks —publicado en una serie pas— han cautivado la atención de muchos historiado-
de artículos bien conocidos (Hanks, , ) y en Lan- res del arte. Aunque este interés se ha dirigido principal-
guage and Communicative Practices [El lenguaje y las mente al Posclásico y tal orientación persiste, el interés
prácticas de comunicación, ]— han demostrado las só- de historiadores del arte por el estudio de textos del siglo
  Desacatos   

XVI por su relevancia al período colonial va aumentan-


do. Tres trabajos relevantes en este sentido son la diserta-
ción de Jeanette Peterson, publicada en  bajo el título
de The Paradise Garden Murals of Malinalco [Los mura-
les del jardín paradisiaco en Malinalco], The Mapping of
New Spain [Cartografía de la Nueva España, ] de Bar-
bara Mundy, y la disertación inédita de Constance Cortez
sobre el árbol genealógico de la familia Xiu en el Yucatán
del siglo XVI. Aunque estos trabajos examinan imágenes
y no textos en lenguas mesoamericanas, el énfasis que dan
a la interpretación de imágenes para el análisis de la Me-
soamérica colonial exhibe ciertas correspondencias con
la nueva filología. Por otra parte, la tesis doctoral inédita
de Dana Leibsohn de  en torno a la Historia tolteca-
chichimeca muestra que los métodos convencionales de
la nueva filología —la traducción y análisis de documen-
tos nahuas— puede combinarse con la metodología de
la historia del arte de una manera muy productiva.
Un tercer modo de interacción concierne la relación
entre fuentes en lenguas indígenas y fuentes en español,

4
así como la relación entre la etnohistoria y la historia so-
cial. Cabe aquí destacar varios puntos. En primer lugar, 
el estudio de las fuentes en lenguas indígenas no hace
disminuir la importancia de las fuentes españolas.
Aunque algunos críticos de la nueva filología han acusa-
do a sus practicantes de negar la importancia de las fuen-
tes en castellano, la mayor parte de los miembros de esta
escuela no han llegado a tal conclusión. Si bien los adhe-
rentes a los llamados “estudios subalternos” han suge-
rido que dicha corriente es una alternativa preferible a
otras metodologías históricas para la América Latina
—véase Mallon, ; y Latin American Subaltern Stu-
dies Group, — la nueva filología se ha presentado
solamente como una fase en el desarrollo de las discipli-
nas históricas: si bien las fuentes en lenguas indígenas
ofrecen perspectivas únicas, el objetivo a largo plazo
es incorporar estas fuentes a otras existentes en lenguas
europeas para ampliar nuestra comprensión de las socie-
dades indígenas coloniales. Este objetivo se manifiesta
en las monografias ya citadas de Horn () y Terra-
ciano (), así como en un artículo reciente sobre las
cofradías nahuas de la ciudad de México de Susan Schroe-
der (), que combina el estudio de fuentes nahuas y Vestidos y estilos de peinado de mujeres nobles; Códice Florentino
   Desacatos  

españolas. Por supuesto, estos ejemplos son sólo una escuela. Sin embargo, existe la promesa de un diálogo más
muestra mínima del trabajo reciente de los etnohistoria- fructífero entre mesoamericanistas y andinistas.
dores norteamericanos. Por otra parte, debe esperarse un fortalecimiento de la
No existe una buena razon para restringir la metodo- relación entre la teoría y la nueva filología durante la ter-
logía lingüística de la nueva filología al estudio exclusivo cera fase de esta corriente. Anteriormente he citado algu-
de fuentes en lenguas indígenas. El análisis detallado del nos ejemplos de trabajos de esta escuela que han inten-
lenguage y de su uso —así como el énfasis en contribu- tado construir vínculos con modelos teóricos ajenos. La
ciones empíricas por encima de las contribuciones teó- cuestión es que tales intentos de cruzar barreras teóricas
ricas— que ha caracterizado a esta escuela puede ser o metodológicas no puede dejar de beneficiar a la nueva
aplicado a fuentes españolas. El principio neofilológico filología, y el interés que la nueva historia cultural ha des-
de demandar, además de una buena navegación por los pertado en círculos académicos norteamericanos puede
diccionarios coloniales, una pericia gramatical y léxica en llevar a un nuevo diálogo entre una y otra escuela. De cual-
el idioma mesoamericano bajo análisis se puede aplicar quier manera, no ha perdido validez el comentario he-
también a la lengua española. Hay que destacar que es- cho por Karen Spalding hace treinta años: “la constante
tos principios podrían diferir de la abundante explica- interacción entre la atención cuidadosa a la riqueza de
ción de textos realizada en el campo de los estudios detalles en nuestras fuentes y las hipótesis y modelos
literarios dada una preferencia por la argumentación teó- cada vez más refinados que tales detalles han enriqueci-
rica dentro de la crítica literaria, y las suspicacias posmo- do promete aumentar de manera considerable nuestra
dernas en cuanto a los textos en sí. comprensión del pasado” (Spalding, : ).
De cualquier manera, dado el papel central que tienen Quisiera considerar la cuestión de la relación entre la

 3
las fuentes en lenguas mesoamericanas dentro de la nue- nueva filología y la corriente historiográfica contempo-
va filología, se podría argumentar que extender los mé- ránea que podría denominarse como la nueva historia
todos de esta escuela a otras lenguas es una proposición cultural.4 Desde mi perspectiva, una de las ventajas de la
contradictoria. Hay que recordar, por supuesto, que la nueva filología ha sido la ausencia relativa de “extensos
mayor parte de las sociedades indígenas en las colonias prolegómenos metodológicos y teóricos” y el “ensimis-
españolas de América no produjeron textos en sus len- mamiento” (Van Young, : ) que caracteriza a la
guas maternas, o nos heredaron un número muy redu- nueva historia cultural. Si bien la nueva filología es aún
cido de tales textos. Los estudiosos de la historia colonial relativamente novedosa y es ciertamente historia cultu-
andina han respondido a la ausencia de tales fuentes a ral, se distingue de la nueva historia cultural por su énfasis
través de una gama de metodologías más y más sofisti- en datos empíricos y en la importancia de fuentes indíge-
cadas, y no hay duda de que los mesoamericanistas pue- nas, y por su renuencia a aplicar paradigmas provenien-
den aprender lecciones valiosas a través de la experiencia tes de contextos históricos o culturales muy distintos a
andina. Sin embargo, sigue existiendo una cierta distan- los de la Mesoamérica colonial, o a plegarse a los dictados
cia entre mesoamericanistas y andinistas, y aun ciertos de autoridades en otros campos.
proyectos que han intentado explorar un espacio común Por otra parte, es común asociar a la nueva filología con
a ambos campos —tal como Dead Giveaways [Siguien- la nueva historia cultural. Esto se debe a la tradicional
do las pistas de los difuntos, Kellogg y Restall, ]—
tienden a enfatizar tanto diferencias metodológicas y de
planteamiento como puntos en común. Algunos de los 4 No me refiero aquí a una “Nueva Historia Cultural” [New Cultural
trabajos sobre textos quechuas (tales como Mannheim, History] con mayúsculas. Como respuesta a Claudio Lomnitz (:
; o Salomon y Urioste, ) siguen un planteamiento ), se puede afirmar que no existe tal escuela en la historiografía
latinoamericana, pero puede hablarse de planteamientos generales
comparable al de la nueva filología, aunque no forman en torno a la historia cultural que aparece en una gama muy variada
parte de un movimiento más amplio comparable a esta de trabajos.
  Desacatos   

4 
San Lucas Ixcotepec, chontal, Vittorio D’Onofri, 

división de la historia latinoamericana en dos campos. difícil asociar a la nueva filología con lo que Haber (:
Aunque cada historiador puede tener una noción distinta ) llama “análisis formal y cuantitativo”. Sin embargo,
de esta separación —y si bien la nueva filología no es la úni- quisiera sugerir que la nueva filología contiene (de hecho
ca escuela que concibe la historia social como una unión o en potencia) los mejores aspectos de tres posibilidades
de elementos económicos y políticos— la historia social historiográficas, de acuerdo con las categorías propuestas
o cultural tiende a ser vista en oposición a la historia eco- por Haber (: -): las ciencias sociales históricas,
nómica o política. Una de las versiones más recientes de la historia tradicional, y la nueva historia cultural. Como
esta división fue articulada en una colección de ensayos las ciencias sociales históricas, la nueva filología “enfati-
publicados en la Hispanic American Historical Review en za la consistencia lógica” (en el uso del lenguaje y en su
mayo de  en los que Eric Van Young (: ) argu- significado cultural), “enmarca hipótesis” tomadas de
yó que la nueva filología (bajo otra denominación) for- un género documental y las pone a prueba utilizando
maba parte de la “nueva historia cultural” del período otro género (por ejemplo, la evidencia de conflictos po-
colonial, mientras que la mayor parte de los ensayos res- líticos y los registros de los resultados de elecciones
tantes no examinaron el período colonial, u omitieron locales), y analiza “datos recolectados de manera siste-
mención alguna a la nueva filología (aunque Susan So- mática” (v.g. análisis de préstamos lingüísticos, tabula-
colow [: ] hace una mención breve de Lockhart). ción de bienes mencionados en testamentos indígenas).
Al leer la descripción que Haber hace de la historia como Al igual que la historia tradicional, la nueva filología
ciencia social y su crítica de la nueva historia cultural, es tiende a construir “narraciones autoritarias” mediante
   Desacatos  

“testimonios de primera mano, en un sentido legal” Lista bibliográfica de la nueva filología


corroborados por “relatos similares” con la ayuda del
“razonamiento por analogía” y una cierta participación Esta lista incluye todas las monografías en lengua ingle-
de la “imaginación histórica” (todo lo cual es de gran sa mencionadas en este artículo que fueron publicadas
relevancia para la lectura de los documentos cotidianos desde  hasta el presente; se excluyen algunos artícu-
notariales que son el pan de cada día de la nueva fi- los, y se mencionan los títulos de disertaciones doctora-
lología). De manera similar a la nueva historia cultural, les solamente si éstas siguen siendo inéditas.
la nueva filología se ha interesado por el estudio de “gru-
pos subordinados” (v.g. indígenas mesoamericanos, Anderson, Arthur y Charles E. Dibble, -, The Flo-
particularmente mujeres) y se ocupa del “estudio de las rentine Codex,  vols, University of Utah Press, Salt Lake
mentalidades” y sus “sistemas simbólicos” (Van Young, City.
Anderson, Arthur, Frances Berdan y James Lockhart, ,
: ), como se comprueba en el estudio neofiloló-
Beyond the Codices, University of California Press, Ber-
gico de la conquista espiritual y las prácticas religiosas keley.
mesoamericanas en el período colonial. Con respecto a Anderson, Arthur y Susan Schroeder (eds), , Codex Chi-
otras características de la nueva historia cultural pro- malpahin, vols.  y , University of Oklahoma Press, Nor-
puestas por Van Young, me parece que la nueva filología man.
es deductivista más bien que inductivista, y es cautelosa Andrews, J. Richard y Ross Hassig, , Treatise on the Hea-
then Superstitions That Today Live Among the Indians
y sensitiva en su acercamiento a las fuentes, mas no “su- Native to This New Spain, by Hernando Ruiz de Alarcón,
mamente crítica” de las mismas. University of Oklahoma Press, Norman.
Es posible que esta caracterización de la nueva filología Bierhorst, John, , Cantares Mexicanos: Songs of the Az-

 3
norteamericana como una corriente de gran influencia tecs; y A Nahuatl-English Dictionary and Concordance to
en otras disciplinas donde confluyen los mejores aspectos the Cantares Mexicanos,  vols., Stanford University Press,
Stanford.
historiográficos parezca ser arrogante, egoísta, y aun un
——, , History and Mythology of the Aztecs: The Codex
tanto imperialista, ya que este ensayo está volcado de ma- Chimalpopoca; y Codex Chimalpopoca: The Text in Na-
nera exclusiva al ámbito académico norteamericano. Des- huatl with a Glossary and Grammatical Notes, University
pués de todo, hay muchas labores de investigación que of Arizona Press, Tucson.
la nueva filología no ha emprendido, y algunas labores Bricker, Victoria, , The Indian Christ, the Indian King:
que han sido pobremente realizadas. Van Young (: The Historical Substrate of Maya Myth and Ritual, Uni-
versity of Texas Press, Austin.
) expresa una crítica muy válida al afirmar que esta
Burkhart, Louise, , The Slippery Earth: Nahua-Chris-
escuela se inclina hacia “el sentimiento de que la investi- tian Moral Dialogue in Sixteenth-Century Mexico, Uni-
gación ha concluido cuando la filología ha concluido”. versity of Arizona Press, Tucson.
Sin embargo, al haber llegado al final de este ensayo, qui- ——, , “The Voyage of Saint Amaro: A Spanish Legend
siera presentar una aseveración retórica, más bien que una in Nahuatl Literature”, en Colonial Latin American Re-
view, , pp. -.
crítica substancial de la nueva filología. En este nuevo
——, a, Holy Wednesday: A Nahua Drama from Early
siglo, la importancia de la nueva filología reside en su Colonial Mexico, University of Pennsylvania Press, Fila-
creciente erosión de una identidad singular, y en la per- delfia.
sistencia de su influencia e incorporación en los campos ——, b,“Indigenous Literature in Preconquest and Co-
de la historia colonial en Mesoamérica (y tal vez en otras lonial Mesoamerica”, en The Legacy of Mesoamerica:
regiones de América Latina). Metafóricamente hablan- History and Culture of a Native American Civilization,
Robert Carmack, Janine Gasco, y Gary Gossen (eds.),
do, puede decirse que todo investigador de la etnohistoria
Prentice Hall, Upper Saddle River, NJ, pp. -.
colonial mexicana podría convertirse en un practicante de Cline, S.L., , Colonial Culhuacan, -: A Social His-
la nueva filología. La prueba más contundente del valor tory of an Aztec Town, University of New Mexico Press,
de la nueva filología podría ser su eventual invisibilidad. Albuquerque.
  Desacatos   

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