Está en la página 1de 5

ASÍ SE HABLA EN PÚBLICO

Recomendaciones de expertos para ser un gran orador1

Para pararse a hablar frente a un grupo no se necesita ser valiente sino tener el
dominio de unas técnicas y de uno mismo. (Díaz,2004,3). En este trabajo se expondrán
brevemente a lo que debe y lo que no debe hacer frente a un grupo, para convencerlo, para
entusiasmarlo, para vender sus ideas. Pero a la vez surgen varias interrogantes: ¿Por qué es
necesario comunicarnos? ¿Qué es la comunicación y cuáles son sus elementos? ¿Qué es la
oratoria, es una herramienta actual o solo del pasado? ¿Cuáles son las técnicas y las
habilidades para hablar bien y poder expresar las ideas con éxito?

Es necesario comunicarnos porque el hombre es un animal social, es de su


naturaleza comunicarse con los quienes lo rodean. Normalmente esta comunicación se da
con pocas personas, pero en ocasiones se hace necesario exponer ideas, propuestas,
conocimientos, argumentos ante grupos grandes. Se puede afirmar que la comunicación es
un elemento importante en la vida, porque es una habilidad. Sin embargo, hoy en día, se
sufre de fuerte ansiedad y una experiencia intimidante. La bueno, como la comunicación es
una habilidad aprendida por medio de la práctica puede perfeccionarse. Además, es un
campo que se ha profundizado mucho, donde se han identificado tips y estrategias simples
y efectivas.

Acá se presentan una recopilación de sugerencias para mejorar la habilidad de


hablar en público. Estas sugerencias son del periodista Germán Díaz Sosa, quien exploro el
tema con su oficio y entrevistas a expertos oradores. Las cuales se encuentran en su libro
“Así se habla en público”.

Lo primero que encontramos y el autor insiste en todo el libro son los sentimientos
comunes al comunicar: susto, miedo, nervios; pánico que paraliza; temblor de piernas o
manos; temblor en la voz; sequedad en la boca; no se puede razonar con fluidez; dificultad
para concentrarse; se olvidan las cosas; las manos sudan. Pero en cambio, hay personas
que no se intimidan, pero no son buenos oradores. No hay dominio del tema, son

1
Basado en el libro “Así se habla en público” de German Díaz Sosa.
despectivos, no están convencidos de lo que hablan, usan palabras rebuscadas, no se
adaptan al auditorio ni responde a sus necesidades, son aburridos y no entusiasman.

Las recomendaciones que nos brinda son las siguientes: tener seguridad y claridad
de los que se va hablar, hablar con entusiasmo, asumir posturas y comportamientos
extrovertidos, hablar con buen volumen de voz y con ganas. Tener una mentalidad positiva,
tener un esquema al iniciar, concentrarse en el tema, no en uno mismo ni en el auditorio.

También se debe evitar el consumo de una bebida alcohólica antes de hablar en


público, su recomendación es tomar café o té. Estas bebidas despejan la mente y dan la
lucidez necesaria en tan importante momento.

Si no se tiene la práctica de hablar en público, a recomendación del autor es


desarrollar la habilidad por medio de la práctica. Todos han luchado, con valor y decisión,
hasta que lograron dominar esta habilidad. Todo es cuestión de práctica y todas las
habilidades se desarrollan con la práctica.

Otro elemento esencial de la comunicación es la expresión no verbal y el contacto


visual. En cuanto, a la comunicación no verbal, en todo momento el hombre comunica, lo
hace a través de los gestos, especialmente los de su rostro. en efecto, existen expresiones
que dicen que mil palabras debido a que todos comunicamos con nuestros gestos, con las
prendas que se usa, se comunica hasta cuando no habla. Por eso la importancia de hablar
con pasión, con ganas, con entusiasmo surge por lo tanto una adecuada expresión corporal.
Su importancia es que la expresión corporal es muy valiosa, uno comunica con la expresión
del rostro, el movimiento del cuerpo, la voz y las palabras.

También se debe mirar al auditorio e interpretar el sentido de las miradas que


recibe. Mediante el contacto visual es posible establecer en qué medida está siendo
entendido y el interés que están despertando las palabras en el público. Con la mirada se
establecen la aprobación o desaprobación que realizan los miembros del grupo, porque
siente que le están teniendo en cuenta. El orador debe buscar con su mirada a personas del
auditorio que se vean interesadas para que le sirvan de motivación, también debe
preocuparse no solo las del frente sino a las personas más alejadas para elevar el interés de
todos.
Es necesario las ayudas audio visuales para que el mensaje llegue con más nitidez a
la mente de los receptores. Permite centrar la atención en los oyentes. Estimulan la atención
por el tema, facilitan la memorización o retención de los datos más importantes. Ayuda a
tomar notas que se utilizan para coloquio o sección de preguntas. Una imagen vale más que
mil palabras. Amenizan y dan variación al tema.

En el lenguaje verbal (oral) y su vocabulario ser lo más directo, claro y sencillo


posible. Evitar el uso de términos rebuscados, exóticos, técnicos o ampulosos. Si se
utilizan términos muy técnicos explicarlos. Utilizar en conveniencia palabras sencillas
porque serán comprendidas por todos, evitar también cometer errores de dicción. Eliminar
por completo las muletillas, cuidar la puntuación y hacer pausas por medio de improvisos
oportunos para dar espacio al dialogo o conversación.

Se debe hablar en el auditorio de cosas que les aporten a los receptores, hay que
dejar algo a quienes nos escuchan, se debe intuir que es lo que quiere el grupo y lo que está
esperando, se debe satisfacer sus necesidades, los intereses, los deseos de los receptores.

Al preparar la intervención tener en cuenta, el acopio de materiales, datos,


información, hechos, ideas, vivencias, anécdotas, lecciones, moralejas; selección y
ordenamiento del material recogido. Maduración y reflexión del tema. Organización de su
discurso, elaboración del plano, el esquema o la guía. Recopilar el material principalmente
de tres fuentes: usted mismo, su experiencia y la documentación escrita de lo que se ha
dicho del tema.

Tomar nota de lo que se lea y lo que acurra para el desarrollo de su exposición, estas
ideas surgen de la lectura, sus pensamientos y charlas. Clasificar la información por orden
de importancia, por temas, tener en cuenta el tiempo que le otorgan, los objetivos de la
comunicación y el enfoque personal que le darán. Hay que madurar y dirigir toda esta
información para asimilarla, la duración se va logrando a medida en que le vueltas a las
ideas centrales.

Por lo tanto, no se puede pronunciar una intervención si no sabe exactamente cuáles


son los puntos que proyecta tratar. Es imperioso tener claro cómo va a comenzar, cómo va a
desarrollar el tema y de qué forma concluirá. El esquema es el siguiente: introducción,
desarrollo y conclusión. Porque con un buen comienzo atrapan al lector y con un
fulminante cierre, le dejan un gran recuerdo, un delicioso sabor.

En la introducción se plantea el tema o problema a tratar, el comienzo de una charla


es la más crucial pues es donde se atrae la atención de los receptores. Se puede comenzar
contando una anécdota: cautiva más y no requiere memorizar, solo narrar, formular
preguntas, pidiendo a las personas que se presenten y digan sus expectativas, un
agradecimiento sincero y con una frase inicial impactante.

En el desarrollo es donde se presentan los argumentos del tema, siendo claro y


directo, se utilizan las ayudas audio visuales, es importante repetir los mensajes claves
porque las personas no comprenden de inmediato y con facilidad los planteamientos.
Relacionar el tema con cuestiones e intereses importantes para el grupo utilizando ejemplos
claros y concretos para aclarar el mensaje. No exponer más de una o dos ideas por frase.

Lo último que se dice, es lo que el auditorio más llevará consigo, es vital


importancia un buen cierre, evitar decir: listo, ya, ya acabé, eso es todo, y, para terminar,
para no cansarlos más. En cambio, puede hacer un resumen muy corto y muy preciso de
todo lo que planteó se puede invitar a los receptores a tomar alguna acción de lo que se
dijo, terminar con un sincero agradecimiento, cerrar con una frase bien bonita o una cita,
decir gracias e inclinar la cabeza y cerrar con lo que se comenzó. En la conclusión se deja
lo que se desea que se recuerde. Esa sería la conclusión.

Es importante tener en cuenta algunas actitudes fundamentales en el momento de


dar una conferencia o ser el orador. El elemento primordial de toda conferencia es el
entusiasmo y es necesario en el momento de hablar en público. Se habla con pasión, con
corazón, con seguridad, con confianza, estar convencido de lo que se afirma, tener actitud
cordial, abierta y amistosa y generar empatía en el público. Se debe tener cuidado con los
chistes pesados o sin gracia pueden ser fatales, en cambio sí hacerlos con buen humor. Es
conveniente exagerar algunas situaciones o llevar historias que los chistes.

Expresar el entusiasmo con el tono de la voz que es muy importante, evitar gritar,
tratar de vocalizar bien para que se entienda el mensaje, variar en el tono de la voz para
llamar la atención en los receptores y enfatizar en palabras o expresiones. Tener buen
volumen según el espacio del auditorio, dando matices y énfasis. Jamás gritar y ni muy
rápido ni muy pausado. Evitar la monotonía, en eso ayuda la voz.

Otro elemento importantísimo es la presentación personal porque todo orador o


conferenciante antes de oírlo lo va a ver. Por ende, la presentación es de suma importancia,
estar bien arreglado, eso proyecta una buena imagen ante el público y además da seguridad.
Miremos las implicaciones: el orador siempre va ser observado de pies a cabeza, sacar todo
lo que se lleve en los bolsillos para que no se vean tumultos. Presentarse con un cabello
impecable y unas uñas bien impecables, zapatos limpios y en perfecto estado. No utilizar
accesorios que llamen mucho la atención. El hombre, por lo tanto, usar traje de gala y las
mujeres vestidos. Descansar bien el día anterior y alimentarse bien, suavemente. Cuidar los
modales de etiqueta y protocolo en la mesa y al dirigirse al público.

En el momento de leer en público, hay situaciones especiales que se deben tener


algunas recomendaciones como memorizar y el telón negro. En cuanto a la memoria tratar
nunca de aprenderse el discurso de memoria, pensar en hechos que palabras, hacer una
imagen mental del discurso. En cuanto al telón negro es cuando al dar la charla la mente se
queda en blanco, entonces tener en cuenta, mirar frecuentemente al auditorio, evitar la
misma expresión en el rostro, mantener la mejor posición posible del cuerpo, tener escrito
en hojas sueltas, letra grande, doble espacio, con señales en el margen por si es necesario.

En conclusión, un buen orador conoce bien el tema a presentar en forma sencilla y


clara. Lo presenta con entusiasmo contagioso, su comunicación es efectiva y afectiva con
sus receptores, tiene una actitud humilde y amable. Utiliza convenientemente los recursos
audiovisuales. Es capaz de identificar y responder a las necesidades de los escuchas.
Maneja adecuadamente el tono de voz. Tiene una excelente presentación personal con
elegancia y pulcritud. Maneja adecuada expresión corporal, motiva con su discurso a los
receptores y logra convencer con sus argumentos, genera a la vez reflexión y acciones
concretas, tiene claro lo que quiere comunicar es natural de buen humor y es dueño
oportuno del tiempo.

Por lo tanto, los oradores no nacen se hacen, siempre es importante practicar,


practicar y practicar. Hablar de lo que se sabe para ganar confianza y seguridad.

También podría gustarte