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EN JUDEA
El territorio de la provincia estaba formado por Judea, Samaria e Idumea. No era una
zona interesante para los romanos a nivel económico pero controlaba las rutas
terrestres y marítimas hacia Egipto ( el granero del imperio).
Entre las regiones había numerosas disputas armadas, que los romanos sofocaban,
pues su población estaba formada por idumeos, samaritanos, judíos,y griegos, o
mejor dicho, sirios helenizados, también había árabes y colonos venidos de
Mesopotamia, entre toda esta variedad había rencillas sobre todo entre los judíos y
los helenizados a quienes entendían como traidores al espíritu judío. Había tumultos
por la falta de alimentos, rivalidades étnicas, antagonismos aristocráticos… y todo
terminaba ante las autoridades romanas. Las lenguas que se hablaban era el griego,el
arameo y el hebreo ( discutido), aunque la administración romana usaba el latín.
Los romanos llegaron en el año 63 aC a Judea, Pompeyo entonces, batallaba por los
territorios que ahora conocemos como Israel y Palestina embarcado en la conquista
de Siria. Se enteró de que había judíos que tenían en gran aprecio a Roma pero que
había otros que no veían con buenos ojos la república del Mediterráneo. Pompeyo se
alió con los que más le convenía a su patria y entró en Jerusalén pasando por las
armas a 12.000 personas, entronizó a un amigo suyo como sumo sacerdote pero no
como rey de los judíos. De este modo el reino se convirtió en un protectorado de
Roma. Después de la expulsión de los partos el senado romano por indicación de
Marco Antonio, nombró rey de Judea a Herodes el Grande, es decir era un rey
nombrado por Roma.
Poco a poco ,los romanos establecieron relaciones con los judíos que, con el
emperador Augusto, se hicieron más fuertes. De hecho Augusto se entendió muy
bien con Herodes el Grande quien tenía muy claro que se vivía mejor siendo amigo y
cliente de Roma que contrario.
Pero Herodes el Grande murió en el año 4 d.C y su reino quedó dividido en dos
bandos liderados por sus hijos que lucharon por un liderazgo absoluto, mientras que
surgía una secta de ,digamos, terroristas religiosos, los zelotes, que incluían en su
ideario la lucha a muerte contra Roma, provocado por un censo impositivo.
Augusto intervino poniendo el territorio bajo su tutela y transformándola en la
provincia de Judea gobernada por un prefecto, un cargo militar.
Se mantuvo el orden en cierta medida hasta que la mujer de Nerón Popea, amañó el
nombramiento del gobernador para enviar allí al marido de una amiga, Gesio Floro y
tensionó tanto a los judíos que la primera gran rebelión contra Roma fue el 66 d C
En este escenario tan convulso vivió Jesús de Nazaret
Sabemos también que fue llamado a Roma por Tiberio en el año 36, pero llega
cuando el emperador ya ha muerto y su rastro se pierde bajo el mandato de Calígula.
Una de las pocas cosas en las que todas las fuentes están de acuerdo es que soldados
romanos mataron a a Jesús con un castigo romano (la crucifixión) y, por lo tanto, el
responsable último tenía que ser el gobernador romano de Judea, Poncio Pilatos. La
famosa frase de Mateo 27,24 sería una invención o, por lo menos, no existe ninguna
otra fuente que la corrobore, ni ningún otro caso similar documentado en la
antigüedad romana del uso de este símbolo al final de un proceso: “Y viendo Pilatos
que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó
agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: ‘Soy inocente de la sangre
de este justo”
La imagen del político vacilante es la que ha prevalecido, es el personaje que se ha
instalado en el imaginario occidental.
Tampoco fuera de los evangelios, hay nada que corrobore estos hechos.
Incluso se discute el hecho de lavarse las manos. Puesto que no era una práctica
habitual tras un juicio, tal vez Pilatos reconociera que era condenado de forma injusta
y que dejaba en manos de los judíos.
Esta es una acusación que ha provocado siglos de antisemitismo, la muerte de Jesús.
Los evangelios fueron escritos después del año 70, cuando el cristianismo tenía como
objeto crecer en Roma , y claro, acusar a un gobernador romano , al representante del
emperador, del mayor crimen posible, el asesinato del hijo de Dios, no era un buen
comienzo.
Además en el evangelio de Pedro, un texto apócrifo del siglo II, más tardío que los
evangelios canónicos, solo se conserva un fragmento, y en él, ni siquiera los soldados
romanos participan en las torturas a Jesús.
Cada uno escribe la historia desde su punto de vista.