Está en la página 1de 3

Miguel Ángel Buonarroti fue uno de los genios más destacados del

Renacimiento italiano. En él se contenían esas cuatro grandes virtudes


del artista de su época: era arquitecto, pintor, escultor y poeta. Ahora
bien, si hubo algo por lo que destacó, fue por ese talento que imprimía a
cada una de sus obras. Aquel realismo estético, y esa fuerza en su arte,
no se había visto hasta el momento.
Tal vez, gran parte de esa intensidad emocional, con la que dotaba a
cada una de sus pinturas y esculturas, procedía de su propio
carácter. No fue un hombre fácil. Su personalidad, dura como la piedra
que esculpía, se movía a menudo entre la ira, la soberbia y el deseo de
soledad. Fue un hombre rico, sin embargo, jamás quiso disfrutar de sus
propios bienes.

sentía especial fascinación por el cuerpo humano. Sus titánicas obras


custodiaban siempre esa belleza y vigorosidad que le inspiraban muchos
de los jóvenes con los que se relacionaba diariamente en su taller. Así,
nombres como Cecchino dei Bracci o Tommaso Cavalieri, discípulos
suyos, formaron parte de la vida afectiva del artista.
El David es una escultura de mármol blanco de 5,17 metros1 de altura y 5572 kilogramos de
masa,2 realizada por Miguel Ángel Buonarroti entre 1501 y 1504 por encargo de la Opera del
Duomo de la catedral de Santa María del Fiore de Florencia. La escultura representa al rey
David bíblico en el momento previo a enfrentarse con Goliat, y fue acogida como un símbolo
de la República de Florencia frente a la hegemonía de sus derrocados dirigentes, los Médici, y
la amenaza de los estados adyacentes, especialmente los Estados Pontificios.

Las cartas de Buonarroti y sus poemas dedicados a sus parejas nos


hacen pensar que era homosexual. Identidad que trataba de ocultar bajo
ideas y teorías neoplatónicas del amor. “Sólo me quedo ardiendo en la
oscuridad cuando el sol me despojó del mundo de sus rayos: y después
que los otros hombres toman su placer, yo lo hago llorar, postrado en el
suelo, lamentándose y llorando”.

El pintor, escultor y arquitecto que trascendió como uno de los mejores


del Renacimiento, sufría de Trastorno Obsesivo Compulsivo. En su
biografía aseguran que este genio dormía vestido con botas por miedo a
contaminarse y éstas le trajeron muchos problemas de salud. No gustaba
de estar con otras personas porque consideraba que si lo tocaban,
podían transmitirle diferentes gérmenes, por lo que era un rechazado
social. Además, sufría de enojos abruptos con aquellos que ofendían sus
creencias y lo hacían considerar otras posibilidades.
Hacer enojar a Miguel Ángel no era una buena idea. Cuando un sacerdote criticó
su trabajo en el fresco del Juicio final, este se llevó una desagradable sorpresa al
ver la pieza terminada. En un acto de venganza, Miguel Ángel usó el rostro del
sacerdote en la figura de Minos.
Miguel Ángel estaba deprimido tal vez como otra consecuencia de la intoxicación con plomo de
sus obras. Era un adicto al trabajo y al perfeccionismo de sus obras. fue víctima de varias
enfermedades, entre ellas la gota, que se caracteriza por la inflamación de
las articulaciones debido al aumento desmedido en los niveles de ácido
úrico.
Obsesionado, mientras pintaba en la Capilla, Miguel Angel sólo comía pan
y bebía vino de un recipiente recubierto de plomo. Ese plomo dañó sus
riñones

De acuerdo a sus contemporáneos, el grandioso pintor y escultor muchas


se veces se sentía preocupado por la realidad que, en algunas
ocasiones, le parecía distorsionada. Su personalidad dedicada al trabajo
también mostraba dificultad para formar relaciones con otras personas:
tuvo pocos amigos y no acudió al funeral de su propio hermano. Debido a
estos síntomas y a su genialidad en las matemáticas y arte, se tiene la
hipótesis de que tenía cierto grado de autismo. Por otra parte, el Dr Paul
Wolf de la Universidad de California, afirma que la melancolía que refleja
algunos de sus trabajos es señal de tendencias depresivas o trastorno
bipolar.
Después de cuatro años tortuosos y más de 400 figuras del tamaño de la
vida, me sentí tan viejo y cansado como Jeremías. Yo sólo tenía 37 años,
pero los amigos no reconocían al hombre viejo en que me había
convertido” es por eso que se autorretrató como el viejo profeta en la
Capilla Sixtina. Pintó y esculpió hasta que no pudo más: “Ya a los 16
años, mi mente era un campo de batalla: mi amor por la belleza pagana,
el desnudo masculino, en guerra con mi fe religiosa. Una polaridad de
temas y formas, una espiritual y la otra terrenal”. El pintor murió
consumido por una fiebre lenta en su hogar.
Psiconalíticamente hablando Miguel Angel posee un estilo muy definido: gran
energía pulsional (entendiendo pulsión como fuerza y empuje), destaque de la
musculatura y el dibujo, sensualidad, monumentalidad, enorme expresividad,
influencia de su maestro Giotto, pero que lo supera ampliamente y marca época,
dramatismo, neoplatonismo, y como dicen algunos estudiosos de su pintura, es
“terrible”, enormemente expresa la tragedia del hombre en la tierra y la fe en el más
allá, en otro mundo, un hombre, que por primera vez, está desgarrado.
El valor ético, desde el punto de vista psiconalítico de Miguel Angel, es crucial en la
Historia del Arte, ya que éste artista rompe con todo el pasado mediante su
expresividad y tragedia.
Pocos artistas tienen la fuerza pulsional de él y su monumentalidad, en este sentido
podemos decir que en lo anteriormente expresado, radica la singularidad de él,
caracterizada por una radical diferencia con los demás artistas y una superación del
pasado.
En 1542 firma el contrato para realizar los frescos de la Capilla Paulina, dos
grandes escenas dedicadas a la Conversión de San Pablo y a la Crucifixión de San
Pedro. Estas obras con su ascética desnudez y su desesperado misticismo,
constituyen su adiós al arte de los colores.
Caracterizamos a Miguel Angel como un genio desesperado, dividido por la
tragedia del hombre, que él representa como pocos.
No olvidemos mencionar su Moisés, monumental, terrible y de una grandeza como
pocas obras de arte,y la actitud de tener en cuenta en sus obras el modelo
masculino de belleza.

También podría gustarte