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-Lajos…


-Lajos… insistió.
Estaba absorto, mirando las vías. Se perdían, brillando con un resplandor rosado,
hacia el atardecer. Había encontrado algo que le recordaba a la aldea de su niñez: las vías,
el anhelo, la distancia.
Ella lo tomó del brazo. Temblaba. No volvería a hacerlo durante los años que
estuvieron en Tucumán.

“La epistemología del dibujo y de las palabras habladas y escritas es diferente. El


único tipo de relación que pueden tener es de carácter ornamental. Pero las ilustraciones
llenan un vacío en el texto, es decir, no tiene nada que ver concretamente con lo escrito”.
L.S.
dream team 

Entró Lajos con una carpeta. La tenía agarrada con ambas manos, como
si no se animara a abrirla. Por fin la colocó sobre la mesa. Todos se
acercaron, las caras se asomaban con curiosidad mientras él iba sacando sus
dibujos a pluma. Nunca habían visto algo parecido. Era evidente que ese
hombre, a miles de kilómetros de su patria, pretendía crear una cosmogonía,
un relato del cosmos, desde el mero comienzo hasta el final.
Los trazos, las figuras eran más profundos que los temas a lo que
estaban referidos. ibanVa mucho más allá de los temas, porque profundiza en
la existencia humana y en la necesidad de creer en Dios.

Lajos Szalay, nunca logró una exposición importante en una galería


durante las décadas del arte pop y minimalista.

, “Solo el dibujo se adapta al ascetismo estético que me exijo”. 1970

sus líneas como “cuerdas, tendones, arterias… [que] se retuercen en una


mueca tormentosa pero atractiva.
Reclamaba para el dibujo el lugar que le correspondía como práctica artística
en sí misma y no como base destinada a ser cubierta por la pintura.
"línea mosca, que zumba alrededor de las formas", como él la definía.

Todos los temas que abordó, sean estos religiosos, eróticos, bélicos o
mitológicos, comenzaban y concluían en esas líneas.
Dibujaba con la misma naturalidad y sencillez con que sus
antecesores trabajaban la tierra.

Mientras tanto, además de todo cuanto sucedía en el Instituto de Arte, en la


facultad de arquitectura, transcurría el ciclo mítico dirigido por Sacriste del
que egresaron alumnos como César Pelli, entre otros.

- Trato de resolver la tensión que sentía mi madre durante la siembra


de la tierra”
- No son dibujos, sino redes de alambres aptas para encausar la
tensión acumulada. No puedo perfeccionarlos, o desarrollarlos.
Están bien o mal tal como están. Son la fijación de un estado único.

-Soy una especie de nervio de la humanidad. A otros los adormecen con el


opio de la comodidad; yo elegí la incomodidad extrema.

-El diálogo entre un creyente que había sufrido a los soviéticos y un


ateo, miembro del Partido Comunista, se hacía difícil. Mientras trataban sobre
técnicas pictóricas o sobre arte en general todo andaba bien. Cuando
comenzaban a patinar en alcohol surgían enormes divergencias.
Lino lo incitaba a tratar temas como los suyos.
Lajos respondía –
No puedo, ni quiero evitarlo: son representaciones gráficas de mis
emociones personales
Para Lino, las escenas del Antiguo y Nuevo Testamento eran
imperdonables. Una de esas noches Lajos fue terminante:
- ¡Entienda, Lino, soy cristiano. ¡Mi arte es religioso!

Carlos Alonso y otros artistas reflejan la influencia de Szalay en los


60 y son exponentes de la nueva figuración que iba surgiendo en nuestro
medio.
Las miradas iban siguiendo las líneas versátiles de los dibujos, como
los pasillos de un labertinto.

Algunos de los dibujos ilustrarían el anuario de la Universidad


Se dedicó a la docencia artística y a dibujar hasta que comenzó la guerra  y fue
reclutado como soldado en el Frente Oriental, Las imágenes que tenía en el
cerebro de los pueblos incendiados, los judíos, gitanos y enemigos políticos
carbonizados debían pujaban por ser expresadas.
No era fácil expresar las imágenes que arrastraba deen un país que no había
sufrido los dolores de la guerra y tendía hacia una especie de felicidad
inconsciente.

Laura Feinsilber se ocupa de pormenorizar “los trazos entrecruzados,


orden y estructura, variedad de líneas que juegan, precisión impetuosa,
líneas quebradas, libertad– dan razón de su conocida intransigencia. Y a la
inversa, de acuerdo con un testimonio de Salvador Nielsen: “Su conversación,
en un castellano que no sabemos por qué nos recuerda a sus dibujos, es llana
y directa [...] Hablamos de sus dibujos. De la intensidad dramática que
comunican a quien los contempla y nos explica su misión: ‘Como artista soy
una especie de nervio de la humanidad [...] A otros nervios se los adormece
con el opio de la comodidad; para mí se ha elegido el de la incomodidad
extrema’.”
“Las ilustraciones –dijo alguna vez– llenan un vacío en el texto, es decir, no
tiene nada que ver concretamente con lo escrito.” La suya es una línea directa,
desnuda, atravesada por una imposibilidad de llenar sus propios vacíos y
silencios: “Dibujo de una manera simple, como un campesino, si existe algo
así.”

Pérez Bergliaffa, Mercedes. Lajos Szlay. Lo que nace de una línea.

 
sus líneas en tramas, nunca solitarias. Ellas nunca delimitan, nunca designan,
sino que abren espacios, crean situaciones, ideas. Muchas veces, son
enredaderas tiernas, otras matas de llantos crudos, ásperos.
“Los dibujos son redes de alambres aptas para encausar la tensión acumulada
–decía Szalay–, esta es la razón por la que no se pueden desarrollar. Están bien
o mal tal como están. No se pueden modificar o corregir porque son la fijación
de un estado único.”
Las líneas desgarradas y tortuosas – dijo Luis Felipe Noé- “marcan el ritmo
de una respiración … no hay respiración que se repita, tampoco se repiten las
líneas”.
Tomó una hoja y lanzó la mano sobre ella como si buscara algo Frente a
los dibujos de Szalay uno puede percibir algo más: el enorme placer que él iba
sintiendo al probar hasta dónde lo podía llevar una línea, a medida que
avanzaba sobre el papel. A diferencia de otros artistas, Szalay dejaba este
proceso al descubierto. La línea es, entonces, la avanzada, una primera fila del
impulso, de la idea: quizás el elemento más abstracto y conceptual de todas las
artes plásticas. Una nada que puede convertirse en todo: un grito, una cópula,
una siesta.
La densidad de la tinta expresa distintas situaciones. A veces vuela sobre el
papel, otras baila, llendo de un lado a otro, caprichosa y creativamente. En
algunos dibujos lo raspa, como si quisiera tajearlo.

Szalay sintió siempre a su tierra como una extensión carnal. Como un cordón
umbilical del que se nutría.

“Nuestra educación es demasiada intelectualista, porque corresponde a esta


cultura cerebral, científica y mecanizada. El hombre ha cultivado casi
exclusivamente la razón, olvidando otros aspectos o zonas de nuestra vida. El
hombre es casi todavía un desconocido.”
“Los artistas necesitamos de la filosofía, pero actualmente en su lugar tenemos
sofomanía, [excesivo apego a la sabiduría. Manía de hacerse pasar por sabio].
La filosofía de nuestro tiempo ama y estudia la sabiduría, pero no la crea ni la
aumenta.”
…la ciencia ha perjudicado el arte desde el Renacimiento en adelante, puesto
que piensa que la enseñanza del arte se encuentra saturada de conocimientos
científicos que dejan al artista en la superficie de sus búsquedas plásticas. Por
tal motivo, señala que los conocimientos que no conduzcan funcionalmente en
esta dirección del alma del artista, entorpecen y no ayuda.

Bibliografía.
Antología Poética de Tucumán con 10 placas y una cubierta.
Jorge Romero Brest, Prologo de: “Dibujos”. Kraft, 1957.
El genio artístico de Lajos Szalay / 'La Semanal', México, 02 feb 2020.
Pérez Bergliaffa, Mercedes. “Lajos Szlay. Lo que nace de una línea”.
Feinsilber, Laura. “Lajos Szalay en Argentina Museo Sívori”.
Phipps, Charles. Lajos Szalay, a remembrance.

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