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UNIVERSIDAD DE CHILE

Facultad de Derecho
Departamento de Derecho Público

LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE

LAS SOCIEDADES CONCESIONARIAS Y DE LA ADMINISTRACIÓN

DEL ESTADO FRENTE AL USUARIO LESIONADO EN CARRETERAS

CONCESIONADAS.

Memoria para optar al grado de licenciado en Ciencias Jurídicas y

Sociales

Alumnos: Carolina Pozo Fuentes

Rafael Trujillo Córdova

Profesor: Cristián Román Cordero

Santiago, Septiembre de 2014


TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCION…………………………………………………………………….…6

CAPÍTULO 1°: MARCO NORMATIVO.……………...........................................16

1.1 Aspectos Generales………………………………………16

1.2 Contrato de concesión de obra pública………………...20

1.2.1 Elementos del contrato de concesión……………32

1.3 Vínculo jurídico entre concesionario y usuario………...33

1.3.1 Relación contractual……………………………….34

1.3.2 Relación de consumo……………………………...34

1.3.3 Relación extracontractual…………………………35

1.3.4 Relación de Derecho Público…………………....35

1.4 Derechos y obligaciones del concesionario…………...36

1.4.1 Derechos del concesionario………………………36

1.4.1.1 Derecho a la explotación de la obra………..36

1
1.4.1.2 Derecho a percibir la tarifa………………..…37

1.4.1.3 Derecho a ceder la concesión………………38

1.4.2 Obligaciones del concesionario………………..…38

1.4.2.1 Obligación de prestar el servicio en la forma

convenida………………………………………………38

1.4.2.2 Obligación de conservar las obras………....39

1.4.2.3 Obligación de prestar el servicio en forma

indiscriminada………………………………………….39

1.5 Marco normativo………………………………………..…40

1.5.1 Decreto con Fuerza de Ley N° 850 del

Ministerio de Obras Públicas..…………………….…40

1.5.2 Decreto N° 900 del Ministerio de Obras

Públicas………………………………………………...41

1.5.3 Reglamento del Decreto con Fuerza de Ley N°

164 del Ministerio de Obras Públicas……………….46

1.5.4 Normas de carácter particular…………………55

2
CAPITULO 2°: RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE CONCESIONARIAS

POR DAÑOS EXPERIMENTADOS POR USUARIOS………………………......57

2.1 Generalidades…………………………………………….57

2.2 Responsabilidad contractual.……………………………61

2.2.1 Vínculo contractual entre concesionario y


usuario. “Contrato de
peaje”…………………………………………………...64

2.2.2 Jurisprudencia…………………………………..66

2.2.3 Nuestra posición………………………………..70

2.3 Estatuto del Derecho del Consumidor.…………………77

2.3.1 Doctrina………………………………………….77

2.3.2 Jurisprudencia…………………………………..83

2.3.3 Nuestra posición………………………………..86

2.4 Responsabilidad extracontractual.……………………...87

2.4.1 Responsabilidad subjetiva o por culpa.………88

2.4.1.1 Doctrina………………………………..88

2.4.1.2 Jurisprudencia………………………...92

2.4.1.3 Nuestra posición……………………...94

2.4.2 Responsabilidad objetiva o estricta.……….....97

2.4.2.1 Doctrina………………………………..98

2.4.2.2 Jurisprudencia………………………...99

2.4.3 Nuestra posición respecto de la responsabilidad


de la concesionaria según las normas de Derecho
Privado………………………………………………101
3
CAPITULO 3°: RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA

ADMINISTRACION DEL ESTADO POR DAÑOS EXPERIMENTADOS POR

USUARIOS…………………………………………………………………………..104

3.1 Inactividad en el ejercicio de sus deberes de inspección


y vigilancia.…………………………………………………...104

3.2 Deficiencia en el diseño de la obra vial.……………....112

3.3 Jurisprudencia y argumentos respecto de la


responsabilidad de la Administración del Estado………..122

CAPITULO 4°: RESPONSABILIDAD DEL CONCESIONARIO Y DE LA

ADMINISTRACION DEL ESTADO….………………………..…………………..127

4.1 CONCAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD DE LAS SOCIEDADES

CONCESIONARIAS DE OBRAS VIALES Y DE LA ADMINISTRACION DEL

ESTADO.………………………………………………………………………….....127

4.1.1 Delegación de la responsabilidad del Fisco en las

Sociedades Concesionarias…………………….………….127

4.1.2 Responsabilidad solidaria………..………................139

4.2 FACTOR COMUN DE LA RESPONSABILIDAD DE LAS SOCIEDADES

CONCESIONARIAS DE OBRAS VIALES Y DE LA RESPONSABILIDAD DE

4
LA ADMINISTRACION DEL ESTADO: EL DEBER DE

SEGURIDAD…….………………………………………………………………..…142

4.3 EL DEBER DE SEGURIDAD COMO PARAMETRO EN LAS


ACTUACIONES DE LOS ORGANOS DE LA ADMINISTRACION DEL
ESTADO……………………………………………………………………………..166

4.4 LA PREVISIBILIDAD COMO LIMITE DEL DEBER DE SEGURIDAD…..170

CONCLUSIONES..............…………………………………………………………179

BIBLIOGRAFIA.…………………………………………………………………….191

ANEXO N° 1...….……………………………………………………………………212

ANEXO N° 2…………………………………………………………………………219

5
INTRODUCCION

1. El problema.

Las carreteras concesionadas construidas a lo largo del país han significado

un gran avance y progreso. Esto se traduce en mayor conectividad, menores un

mayor número vehículos circulando por ellas. En su mayoría, están diseñadas

para que los usuarios de ellas circulen a alta velocidad en condiciones de

seguridad. No obstante lo anterior, es inevitable la ocurrencia de hechos con

consecuencias dañosas para los usuarios, cuya causa ha sido por regla general

el incumplimiento de las condiciones de seguridad otorgadas por la

concesionaria y/o la Administración del Estado. A modo de ejemplo, podemos

citar los siguientes sucesos. El día 21 de julio de 2002, mientras doña Gladys

Valck transitaba como copiloto junto a su marido y el hijo de ambos por la Ruta

5 Norte. Al pasar el automóvil en que viajaban bajo el paso peatonal de calle

Márquez de Ovando, una roca de gran tamaño destruyó el parabrisas del

vehículo e hirió gravemente a la señora Valck. La roca fue lanzada por una

mujer con facultades mentales alteradas que transitaba por la pasarela, la cual

no tenía ninguna medida de protección que evitara el lanzamiento de objetos

6
desde la misma1. El día 19 de mayo de 2002, don Fidel Antonio Palma Valencia

manejaba un camión dirección norte-sur. De improviso, ingresaron a la

carretera dos caballos sin montura ni jinete, uno de los cuales embistió y

provocó que el vehículo saliera de la ruta al no haber barreras de contención,

cayera en una zanja de aproximadamente dos metros de profundidad, y

finalmente volcara, ocasionando la muerte del conductor, a raíz de las graves

lesiones sufridas2. Un 11 de octubre de 2004, mientras don Julio Gómez Zúñiga

conducía su vehículo, acompañado por su cónyuge y la hija de ambos, se

cruzaron en su pista tres caballos, los cuales impactaron de lleno con el

vehículo. A raíz del accidente, los tres pasajeros sufrieron heridas de

considerable gravedad3. El día 24 de enero de 2004, mientras don Mario

Edgardo Catalán Menares conducía su vehículo en compañía de su cónyuge,

dos de sus hijas, un matrimonio amigo, y la hija de éstos. En dichas

circunstancias y de forma intempestiva, se atravesó una persona desde el

bandejón central, intentando cruzar hacia la berma contraria. El señor Catalán

intentó esquivarla, maniobra que lo hizo perder el control del vehículo

impactando primero la barrera de contención que divide ambas calzadas, para

1
http://www.emol.com/noticias/nacional/2003/04/14/109860/gladys-valck-demando-al-fisco-y-a-
concesionaria-de-la-ruta-norte-sur.html
2
http://www.emol.com/noticias/nacional/2008/08/22/318649/concesionaria-de-ruta-5-sur-debera-
pagar-millonaria-indemnizacion-por-muerte-de-chofer.html
3
http://www.emol.com/noticias/nacional/2011/08/02/495927/un-muerto-en-volcamiento-en-la-
region-del-maule.html

7
finalmente caer al canal Tuzana, costado que no contaba con las barandas

señaladas. A raíz de dicho episodio, salieron expulsadas del automóvil las

menores Catalán Maldonado. La mayor de ellas fue arrastrada por la corriente

de agua, y no pudo ser rescatada con vida. Los demás ocupantes del vehículo,

resultaron con lesiones leves y graves, mientras que el automóvil resultó con

pérdida total4. El día 13 de marzo de 2009, don Patricio Medina Cárdenas,

conducía su vehículo por la Ruta 5 Sur, en compañía de sus tres hijos,

momento en el cual fue embistió a un vacuno que se cruzó por la ruta, colisión

que le provocó serias lesiones5.

2. La actualidad.

Previo a la Ley de Concesión de Obra Pública de 1991, las carreteras en

donde ocurrieron casos como los descritos en el párrafo anterior, eran

construidas y explotadas directamente por la Administración Estado, por lo que

generalmente el usuario lesionado veía restringida su opción de presentar una

demanda indemnizatoria. Esto pues se estimaba que lo ocurrido constituía para

la víctima una desgracia que se asumía sin esperar responsables y para la

4
http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/judicial/autopista-del-sol-debera-pagar-millonaria-
indemnizacion-por-accidente-carretero/2010-11-08/105253.html
5
http://noticias.terra.cl/nacional/autopista-pagara-16-millones-por-choque-de-auto-con-
vaca,119583f2f9b5e310VgnVCM4000009bcceb0aRCRD.html

8
Administración del Estado un hecho de caso fortuito y fuerza mayor. Distinto es

lo que ocurre hoy en día, en que los eventos citados precedentemente son sólo

un acotado ejemplo de lo que realmente sucede. En la actualidad, el usuario

que desea transitar por carreteras concesionadas debe cancelar una tarifa por

concepto de peaje, lo cual ha llevado a éstos a exigir una especie de

contraprestación, principalmente por parte de la sociedad concesionaria,

considerando que debe entregarse por parte de ella un servicio seguro y de

calidad. Por otro lado, el Estado entrega las vías públicas en concesión bajo un

exhaustivo régimen de condiciones y obligaciones en las que debe prestar el

servicio. Estos factores han propiciado que el número de litigios relacionados

con este tema, haya aumentado considerablemente.

3. Relevancia del problema.

No obstante lo anterior, las demandas presentadas en primera instancia

dirigen su acción indemnizatoria en contra de sujetos pasivos distintos, no

utilizando ningún criterio de uniformidad. En algunos juicios, se ha demandado

sólo a la empresa concesionaria, mientras que en otros, se han dirigido en

contra de ésta, y solidariamente contra el Fisco de Chile. Asimismo, las víctimas

han demandado bajo distintos regímenes de responsabilidad civil, ya sea

contractual o extracontractual, en tribunales ordinarios civiles o juzgados de

9
policía local (por ley del consumidor). Los fallos de primera e incluso de

segunda instancia, también han presentado vacilaciones, existiendo casos en

que se ha condenado a uno, absolviendo al otro, mientras que en otras

oportunidades y bajo circunstancias similares, se ha condenado o absuelto a

ambos. Lo anterior, importa una merma a la seguridad jurídica de los usuarios,

quienes no tendrán mediana certeza respecto del sujeto pasivo de la demanda,

tribunal o siquiera las probabilidades de obtener sentencia favorable. Asimismo,

estas vacilaciones jurisprudenciales manifiestan que no ha existido igualdad

ante la ley entre usuarios que han resultado dañados en circunstancias

similares en carreteras concesionadas, lo cual es evidentemente injusto.

De acuerdo a cifras entregadas por la Asociación de Concesiones de Obras

de Infraestructura Pública A.G. (COPSA), durante el año 2012, el flujo

aproximado de vehículos que transitaron por concesiones viales interurbanas

fue de 224.831.550, cifra muy superior a los 167.036.351 que circularon durante

el año 20086. Lo anterior, deja en evidencia que el número de personas que

utiliza una carretera concesionada para trasladarse de una ciudad a otra, ha

aumentado exponencialmente durante los últimos años, lo cual, necesariamente

puede provocar a su vez un mayor número de usuarios lesionados por

6
COPSA. Concesiones Viales Interurbanas. Flujo total de vehículos [en línea]. [fecha de
consulta: 19 de octubre de 2013] Disponible en: http://copsa.cl/wp-
content/uploads/2012/08/Flujo-Autopistas-Interurbanas-2008-2012.pdf

10
deficiente seguridad en la vía7. Así, durante el año 2012 ocurrieron 1448

accidentes en carreteras concesionadas interurbanas, con un total de 213

personas fallecidas8. De dichos accidentes y tal como abordaremos más

adelante, debemos considerar aquellos acontecidos no sólo por acciones u

omisiones de la sociedad concesionario y/o de la Administración del Estado, o

por una ineficiente seguridad vial, sino que también aquellos que ocurren a raíz

de un hecho propio, hecho de un tercero o por caso fortuito o fuerza mayor.

Así, frecuentemente nos hemos encontrado con vehículos apedreados

desde pasarelas peatonales; accidentes de tránsito provocados por peatones y

animales que se cruzan intempestivamente en la vía; accidentes menores que

resultaron con daños excesivos debido a la mala protección entregada por las

barreras de contención; choques por alcance a raíz de la mala visibilidad

provocada por quema no autorizada de pastizales a un costado de la vía;

etcétera. Es por esto que nos proponemos exponer los distintos criterios de

atribución de la responsabilidad del concesionario y proponer el más adecuado

de conformidad a los intereses de los usuarios.

7
http://www.plataformaurbana.cl/archive/2014/05/25/accidentes-en-las-autopistas-aumentan-
hasta-37-desde-2010/
8
COPSA. Reporte Económico de Concesiones. Abril 2013 [en linea]. [fecha de consulta: 11 de
noviembre de 2013] Disponible en: http://copsa.cl/wp-
content/uploads/2013/06/REC_Abril2013.pdf

11
4. El objeto de estudio.

No obstante lo anterior, siempre que ocurre un accidente dentro un autopista

concesionada son válidas las preguntas ¿quién responde frente al usuario

lesionado en una carretera concesionada? ¿la empresa concesionaria? ¿la

Administración del Estado? ¿ambos?, o incluso ¿ninguno de ellos? Las

respuestas a estas interrogantes han creado una diversidad de opiniones, sin

lograr aún la uniformidad doctrinal y jurisprudencial necesaria para crear

seguridad jurídica. En la práctica, el gran problema que deben enfrentar

aquellas personas que transitando por una ruta concesionada, sufren algún tipo

de accidente automovilístico, es decidir bajo cuál estatuto demandar la

indemnización del daño.

Teniendo claridad en las deficiencias que producen los puntos anteriores, es

que nace el debate respecto a cuál sistema o régimen de responsabilidad en

materia de seguridad en carreteras, sean o no concesionadas, debiese

prevalecer en nuestra legislación: responsabilidad estricta, responsabilidad por

culpa, o simplemente ausencia de responsabilidad por un lado; responsabilidad

contractual o responsabilidad extracontractual u otra. Esta discusión, pese a

haberse desarrollado en variadas oportunidades tanto en la doctrina como por

nuestros jueces, no ha logrado llegar a un punto de inflexión ni de uniformidad.

12
Esto no provoca sino una cierta incertidumbre respecto del usuario lesionado,

que podría deducir demandas según su conveniencia, ante distintos tribunales,

y utilizando los argumentos que le sean más favorables, no logrando un criterio

único y generando un amplio margen para demandar, y por tanto, para fallar,

tanto en primera instancia, como por parte de las Cortes de Apelaciones y de la

Corte Suprema. Así, nos hemos encontrado con fallos en que los accidentes se

produjeron en circunstancias similares, pero sin embargo luego, se les ha

aplicado regímenes de distinto tipo. En algunos casos, contractual, en tantos

otros, extracontractual. De la misma manera, algunas sentencias exigen prueba

de imputabilidad respecto del prestador del servicio, mientras que otras,

consideran la aplicación de una responsabilidad estricta.

En definitiva, este trabajo pretende abandonar el punto de vista privatista

que la jurisprudencia, y en general los autores civilistas, tienen respecto de la

responsabilidad de las sociedades concesionarias, renunciar a las reglas

generales de responsabilidad civil, las del Código Civil, y abordar el tema desde

la naturaleza jurídica de la concesión, todo con una mirada unificadora respecto

de la responsabilidad por falta de servicio en contra del Fisco y las

Municipalidades, entendiendo que las garantías constitucionales, tal como

ocurre en la legislación argentina, no son oponibles únicamente a los diversos

órganos del Estado, sino que también a los entes privados, no centrándonos en
13
el victimario y la culpa, sino más bien, en la víctima y el daño, ello, pues si el

daño que se provocó es el mismo, el sistema de responsabilidad aplicado debe

ser el mismo. Éste es, la falta de servicio.

5. Plan de exposición.

Con todo, lo que proponemos con este trabajo, es realizar una

determinación en el origen de la responsabilidad de las sociedades

concesionarias frente al usuario lesionado, presentar diversos criterios de

atribución para hacerlo responsable; establecer quién y cómo responde en caso

de accidentes en autopistas concesionadas; concurrencia de las sociedades

concesionarias y el Fisco en las responsabilidades respectivas en hechos

dañosos en las autopistas concesionadas, fijando el factor común de ambos

agentes; establecer las obligaciones que tiene el concesionario para con el

usuario, especialmente el deber de seguridad; entre otros puntos.

Para tal efecto, nuestro trabajo se divide en cuatro capítulos. El primer de

ellos trata sobre el marco normativo que rige a las sociedades concesionarias,

el objetivo es determinar el régimen jurídico de las sociedades concesionarias.

El segundo capítulo aborda en detalle la responsabilidad patrimonial de las

empresas concesionarias. En su contenido se analizará cada uno de los

regímenes de responsabilidad del empresario concesionario adoptados por la

14
jurisprudencia y la doctrina. En el tercer capítulo, expondremos acerca de la

responsabilidad patrimonial de la Administración del Estado, haciendo

referencia principalmente a aquellos casos en que creemos existirá

responsabilidad patrimonial de este ente. En el cuarto capítulo desarrollaremos

los factores comunes que existen entre la responsabilidad de las sociedades

concesionarias y de la administración, en particular de la obligación de

seguridad que tienen ambos para con el usuario vial.

15
CAPÍTULO 1° – MARCO NORMATIVO.

1.1 Aspectos Generales.

Las concesiones de obra pública se originan por el interés de la

Administración de optimizar la ejecución de los servicios públicos. Para tal

efecto, el Estado ha buscado una suerte de colaboración con los particulares.

De esta manera, “el tema de la concesión está ligado a la provisión indirecta de

bienes o servicios públicos. En efecto, tradicionalmente se distinguen dos

procedimientos para la provisión de dichos bienes o servicios: la directa por el

Estado, a través de sus servicios públicos […]; y la indirecta, cuya forma más

conocida es la concesión y que implica la intervención del sector privado en la

provisión o gestión del servicio, manteniendo en todo caso el Estado la

titularidad del mismo”9. De cualquier manera, el interés del Estado es el mismo,

cumplir los mandatos constitucionales de estar al servicio de la persona

humana y velar por el progreso de la nación toda, siendo para ello el Estado

garante y titular de aquellos servicios públicos. El contrato de concesión “no

cambia la naturaleza jurídica del servicio u obra sobre la que recae, los que

siguen siendo públicos. Como consecuencia de esto, la organización del

servicio u obra concedida corresponderá en líneas generales al Estado,

9
RUFIÁN LIZANA, Dolores. Manual de concesiones de obras públicas. Santiago, Chile,
Editorial Fondo de Cultura Económica, 1999. p. 11

16
conforme a los marcos legales aplicables, principalmente en materia de

sistemas tarifarios y de reajustabilidad o revisión de precios, de modificación del

servicio y de la forma en que debe prestarse el servicio.”10

Los motivos por los cuales el Estado decide otorgar una obra pública en

concesión, pueden ser diversos. “La primera y principal está asociada a la

decisión de política económica que prioriza otras realizaciones con fondos

provenientes de los recursos ordinarios del sistema […] Los particulares

interesados realizan la obra con aporte genuino de capital, recuperando su

inversión y obteniendo una realización razonable mediante la percepción directa

y temporaria de una contribución aportada por los usuarios de la obra,

denominada peaje”11.

En materia de concesiones existe una suerte de desdoblamiento por

parte del Estado pues, por una parte éste mantiene la titularidad del mismo, y

por otra el concesionario podrá explotar el servicio, asumiendo por su cuenta y

riesgo los costos económicos que ello conlleva. Así las cosas, el Estado puede

regular la actividad, fiscalizar, sancionar y rescatar el servicio una vez

10
MORAGA KLENNER, Claudio. Contratación Administrativa. Santiago, Chile, Editorial Jurídica,
2007. p. 44
11
SARMIENTO GÜEMES, Manuel. 1995. Concesiones viales. Relaciones Jurídicas. Revista La
Ley. pp. 1164-1165.

17
cumplidos los plazos o condiciones, la que conservará en todo caso su carácter

de pública, tanto en la relación con el concesionario como la de estos con el

usuario. De esta forma, el concesionario tendrá “la obligación legal de prestar el

servicio ininterrumpidamente el servicio de la obra y de no discriminar a los

usuarios que cumplan o se allanen a cumplir las normativas y tarifas”12. Así

también lo ha entendido la Contraloría General de la República, mediante el

Dictamen 1.786 de 10 de junio de 1997, al estimar que la concesión constituye

una modalidad que el Estado puede utilizar para la construcción de obras

públicas, no alterando en lo sustantivo que quien construye es el Estado,

supuesto que por lo demás es el que permite atribuir tanto a los trabajos como a

la obra resultante el carácter de público. En este orden de ideas, la obra como

bien material no es traspasada en su dominio al concesionario y el servicio que

es prestado por un particular no pierde su faz pública.

En cuanto al peaje cobrado por la concesionaria, es un derecho otorgado

por el Estado, cuya naturaleza jurídica es de carácter tributaria para el usuario y

la Administración, considerándose para parte de la doctrina argentina, como

“una tasa o contribución especial, es decir que posee naturaleza tributaria, que

en cualquier caso tiene como destino preciso el integrar (exclusivamente o no)

los fondos destinados a solventar, ya sea la construcción de la obra y/o sus

12
MORAGA KLENNER, Claudio. Op. Cit. p. 45

18
gastos de conservación y uso. Desde el punto de vista del concesionario,

delegado de la Administración, el peaje comporta el término necesario de cierre

de la ecuación económico financiera. Es el medio instrumental que el

empresario posee para confirmar la estabilidad de su proyecto financiero y

aseguro, en principio, su derecho a la percepción de la remuneración que le es

debida por el cumplimiento de sus prestaciones contractuales.”13 Al respecto,

“la facultad de fijarla (la tarifa de peaje) corresponde a la autoridad de aplicación

designada en el mismo decreto que establece la concesión a favor de un

determinado concesionario”14. A su vez, “el peaje no es inconstitucional en sí

mismo, lo sería si la tarifa que se fijara fuera confiscatoria, discriminatoria o de

cualquier modo comportara la imposibilidad del real y efectivo ejercicio del

derecho de transitar libremente.”15A mayor abundamiento, la doctrina argentina

ha señalado que “se desprende que aun cuando aparentemente tenga la

apariencia del pago como contraprestación por un servicio, como en un contrato

del derecho privado, (éste) no genera más derechos al usuario de los que

podría generar un tributo. La relación jurídica entre concesionario y usuario es

indirecta, ya que el primero sólo percibe el tributo en nombre del Estado, con

quien a su vez contrata para que a través de los mecanismos que otorga el

13
MERTEHIKIAN, Eduardo. 1991. Reforma del Estado. El proceso de traspaso a la actividad
privada de cometidos estatales. Revista La Ley. pp. 791-792.
14
SARMIENTO GÜEMES, Manuel. Op. cit., p. 1167.
15
MERTEHIKIAN, Eduardo. Op. Cit. p. 791.
19
Derecho Administrativo […] se cubran objetivos que el mismo Estado debería

realizar per se”.16

Para efectos de exponer nuestro trabajo no será necesario detallar en los

procedimientos de licitación y de adjudicación de concesión de obra pública. A

la luz del artículo 35 de la Ley de Concesiones, es en la fase de explotación

donde se producen las relaciones jurídicas del concesionario y la

Administración con el usuario lesionado dentro del contexto de un accidente en

una concesión de carretera.

1.2. Contrato de concesión de obra pública.

El procedimiento en que el Estado entrega una concesión de obra

pública vial, se realiza a través del Ministerio de Obras Públicas, el cual

procede en virtud de una ley destinada a ese efecto, según lo establece el

artículo 63 N° 10 de la Constitución Política de la República: “Sólo son materias

de ley: 10) Las que fijen las normas sobre enajenación de bienes del Estado o

de las Municipalidades y sobre su arrendamiento o concesión”. Para tal efecto,

se han promulgado los siguientes cuerpos normativos: el Decreto Supremo N°

16
LÓPEZ DEL CARRIL, Gonzalo. 1996. Animales sueltos en rutas y responsabilidad civil.
Revista La Ley. p. 1335.

20
900 del Ministerio de Obras Públicas, publicado en el Diario Oficial el 18 de

diciembre de 1996, que fija texto refundido, coordinado y sistematizado del DFL

MOP N° 164, de 1991 Ley de Concesiones de Obra Pública y el Decreto

Supremo N° 956 del Ministerio de Obras Públicas, publicado en el Diario Oficial

20 de marzo de 1999, que modifica Reglamento DFL MOP N° 164 de 1991

modificado por las leyes N° 19.252 de 1993 y N° 19.460 de 1996.

De este modo, y de acuerdo como lo expresa Dolores Rufián, el proceso

de licitación se caracteriza por “su rigor y sentido formalista, estableciéndose

una serie de trámites, formalidad y procedimientos a cumplir por ambas partes

para manifestar la voluntad contractual”17. Este procedimiento se prepara dentro

del marco denominado “Bases de Licitación”18, que contiene las normas de

carácter administrativo, técnico y económico por las que se regirá el contrato de

concesión. Entonces, previo procedimiento de licitación y adjudicación, el

Estado, y no el Ministerio de Obras Públicas, “entrega o comete a un particular

la construcción o mantenimiento de una obra de este tipo y concederle su

explotación ulterior, facultándolo temporalmente para cobrar determinadas

17
RUFIÁN LIZANA, Dolores. 2002. Políticas de concesión vial: Análisis de las experiencias en
Chile, Perú y Colombia. Serie Gestión Política, CEPAL, año 2002. p. 28
18
Las Bases de Licitación se encuentran definidas en el artículo 3° N° 4 del Reglamento de
Concesiones como el “conjunto de normas y especificaciones administrativas, técnicas y
económicas, elaboradas por el Ministerio de Obras Públicas con que se hace el llamado a
licitación y que forman parte del contrato de concesión.” Dichas Bases de Licitación, pasan a
integrar parte del régimen normativo del contrato de concesión de obra pública.

21
sumas a quienes la utilicen como medio de financiar el costo de aquella” 19. Para

ello, el Estado y el particular celebran un contrato de concesión, definido como

un “contrato por el cual una persona administrativa (el concedente) encarga a

otra persona (natural o jurídica) privada (el concesionario) gestionar y hacer

funcionar a su riesgo y ventura un servicio público o gestión pública,

proporcionándole ciertas ventas y, en particular, la percepción de tarifas

pagadas por los usuarios ”20 21


La adjudicación de este contrato se resolverá

por Decreto Supremo del Ministerio de Obras Públicas y se perfeccionará una

vez realizada la publicación en el Diario Oficial.

Este contrato, de acuerdo a la doctrina chilena, tiene el carácter de

administrativo, y es en este sentido que Dolores Rufián sostiene que es la

propia Ley de Concesiones la que señala la existencia de un contrato de

carácter administrativo entre el Estado y el concesionario, por cuanto este

recaería sobre un objeto público. Desde el punto de vista del objeto del contrato

19
RUFIÁN LIZANA, Dolores. Op. Cit. 9, p. 24.
20
Ibíd., p. 12.
21
Nuestros legisladores no han entregado de manera expresa un concepto de “contrato de
concesión de obra pública”, sino que más bien se han limitado a determinar cuáles son sus
elementos y el marco jurídico que los regula. Por su parte, la Contraloría General de la
República, ha definido dicho contrato como “el acuerdo de voluntades entre la Administración y
un tercero, por el que éste se obliga a construir una obra pública a su costa, cobrando a su
favor, durante cierto tiempo, tarifas a los usuarios, consistiendo en que su participación quede
regulada por un régimen especial de Derecho Público” (Dictamen N° 33.411/99 Contraloría
General de la República).

22
de concesión, Dromi propone que este contrato administrativo está dentro de

los de tercera generación, de delegación de gestión y de autorización de

cometidos “ellos implican la transferencia de prerrogativas, la sustitución de

funciones y el reemplazo de prestadores, recayendo la prestación en sujetos

privados y la fiscalización en una reserva monopólica del control público por

parte del Estado y de la sociedad a través de organizaciones de usuarios y

consumidores”22. A mayor abundamiento, Rufian señala que “las características

de un servicio público permanecen aunque éste no sea prestado directamente

por la administración a través de su función administrativa y serán de aplicación

incluso (las normas de derecho público) aunque no estén estipuladas

expresamente en el contrato. La sola presentación de la oferta por parte del

licitante implica la aceptación de este tipo de cláusulas”23. Esto, por cuanto esta

característica no es objeto de discusión entre las partes, sino que está impuesta

por ley, reglamento y bases de licitación.

La importancia de catalogar este contrato como administrativo radica en

las consecuencias que trae para el concesionario en la explotación de la obra

pública, especialmente en su relación con la Administración y con el usuario. Lo

anterior, viene muy ligado a la idea de que es el Estado mismo quien presta el

22
Dromi, Roberto citado por MORAGA KLENNER, Claudio. Op Cit. p. 57.
23
RUFIÁN LIZANA, Dolores. Op. Cit. 9, p. 31.

23
servicio por intermedio de un particular, de manera tal que “jamás el interés

privado del contratista podrá imponerse como un límite u obstáculo para el

mejoramiento de las condiciones del servicio en procura de la mejor satisfacción

del interés colectivo, (tampoco) hay que pasar por alto que estas atribuciones

de ordenación y organización de servicio, no pueden significar un menoscabo

en el contenido contractual de la concesión […] y, en consecuencia, los

derechos y obligaciones del concesionario con respecto a la propia

administración como también a los usuarios y demás terceros, respecto de los

que rige íntegramente la garantía constitucional que ampara la intangibilidad de

los contratos patrimoniales.”24 Por consiguiente, y “[e]n cierto modo la

concesión de obra pública, al igual que la de servicio público, importa un

desprendimiento por la Administración de parte de sus facultades específicas

que se traspasan al particular. Consecuencia de esto es que ese particular

puede verse favorecido por el régimen de excepción del servicio público:

monopolios, restricciones, y servidumbres administrativas, etc.”25 26.

24
VIÑUELA HOJAS, Mauricio. 2007. El contrato de concesión de obra pública. Una ratificación
legislativa de las categorías conceptuales del contrato administrativo. Revista de Derecho
Administrativo de la Pontificia Universidad Católica, N° 1. p.45
25
SILVA CIMMA, Eduardo. Actos, Contratos y Bienes. p.26. En: RUFIÁN LIZANA, Op. cit. 9, p.
24
26
Este aspecto de los Contratos de Concesión es el inicio fundamental de nuestra tesis.
Primero, el contrato de concesión de obra pública importa una suerte de desprendimiento de
facultades de la Administración (explotación de la obra pública, derecho de percibir peaje -
gravamen - ); luego, el concesionario se somete a las normas de derecho público, ya por la
potestad reglamentaria de la Administración manifestada en el contrato de concesión, ya por lo
establecido en el artículo 21 de la Ley de Concesiones, a las cuales el concesionario
24
Por otra parte, el contrato de concesión, de acuerdo a la doctrina

nacional, presenta además las siguientes características: su causa es el interés

público, es un mecanismo de participación privada, crea derechos a favor del

concesionario, es temporal, es un acto jurídico intuito personae, etcétera.

Por su parte, nuestra Corte Suprema ha señalado que el contrato de

concesión de obras públicas da origen a relaciones jurídicas de carácter público

y privado; siendo la relación entre el concesionario y el usuario del segundo

tipo, dando origen a un contrato de carácter bilateral, consensual, oneroso y

conmutativo27, principal, solemne, típico o nominado, de ejecución diferida y de

adhesión.

El contrato de concesión constituye un verdadero cuerpo normativo, que

contiene deberes y obligaciones exigibles al concesionario. Además de

contener las reglas particulares de la concesión respectiva también se

entienden incorporadas a él la Ley de Concesiones, el Reglamento, las Bases

voluntariamente se somete al participar en el procedimiento de licitación. En consecuencia, la


Sociedad Concesionaria debe responder bajo las reglas de la Falta de Servicio. Lo cual será
expuesto con más detalle en los posteriores capítulos.
27
En este sentido: Corte Suprema “Bravo Cisternas, Freddy y otros con Sociedad
Concesionaria Autopista del Aconcagua S.A.”, Rol 6370-2009; Corte de Apelaciones de
Santiago “Moya Acevedo, Ángel Gabriel y otros con Autopista del Maipo S.A.”; Rol N° 9196 –
2006; Corte de Apelaciones de La Serena “Contreras Gallardo, Luciano con Sociedad
Concesionaria Autopista del Aconcagua S.A.”, Rol 179-2011.

25
de Licitación, sus circulares aclaratorias, la oferta adjudicada y el Decreto

Supremo de Adjudicación. De esta manera, podemos denominar los efectos del

contrato de concesión como reglamentarios y de carácter eminentemente

públicos, como así lo ha señalado el profesor Moraga Klenner.

La explotación de la obra comienza una vez que el Ministerio de Obras

Públicas da la autorización de puesta en servicio, según se regulan en las

respectivas Bases de Licitación. Una vez puesto en ejecución el contrato de

concesión de obra pública, la Administración, a través del Ministerio de Obras

Públicas, (autoridad concedente), no perderá su potestad reglamentaria, que

además de verse reflejada en las mismas cláusulas del contrato de concesión,

se aplicará por medio de su potestad fiscalizadora. En su globalidad, estas

relaciones de la fase de explotación se desenvuelven bajo el Reglamento, las

Bases de Licitación y Reglamento de Servicio de la obra. Todo lo anterior,

además, aplicando la normativa del Derecho Público, en el modo que señala el

artículo 21 de la Ley de Concesiones: “El concesionario cumplirá las funciones

incorporadas en el contrato de concesión con arreglo a las normas del derecho

público, especialmente28 en lo referente a sus relaciones con el Ministerio, a

las regulaciones sobre los regímenes de construcción y explotación de la obra y

al cobro de las tarifas, su sistema de reajuste y las contraprestaciones con el

28
El destacado es nuestro.

26
Fisco, que conforman el régimen económico del contrato. Igualmente, deberá

cumplir las normas que regulan la actividad dada en la concesión”. Tal como

destacamos, la expresión “especialmente” no debiera interpretarse como

“exclusivamente” u otra forma de exclusión, por lo que además deben incluirse

la relación con los usuarios viales. A este respecto, el contrato de concesión

“vinculan a las partes siempre y cuando no infrinjan una norma de rango

superior de cumplimiento necesario, sea que ella se contenga en una norma

constitucional o en una norma de rango legal” 29. Por ello, el contrato de

concesión no será un instrumento inamovible, y dado el interés público del que

se ve envuelto, deberá respetar cada una de las normas legales atingentes al

servicio prestado por el concesionario.

Durante la ejecución del contrato de concesión, el canal por el cual se

relaciona la sociedad concesionaria con la Administración es la Dirección de

Concesiones dependiente del Ministerio de Obras Públicas. La fiscalización, se

lleva a cabo mediante la figura de un inspector fiscal, que es la contraparte

directa e inmediata de la sociedad concesionaria durante la ejecución del

contrato de concesión, tanto en su etapa de construcción como de

explotación30.

29
MORAGA KLENNER, Claudio. Op. cit. p. 165
30
VIÑUELA HOJAS, Mauricio, op. cit., p. 49.

27
En efecto, como veremos en el tercer capítulo de este trabajo, dentro de

las excepciones comúnmente presentadas en juicio por parte del Fisco, está el

cumplimiento efectivo de este deber de fiscalización, para lo cual se acompañan

al proceso correspondencia entre la concesionaria demandada y el Inspector

Fiscal, informes en lo que respecta a observaciones realizadas entre esta

autoridad y la empresa, además de las multas que se imparten y las posteriores

labores de fiscalización. En base a estas pruebas, los tribunales de fondo

condenan o absuelven al Fisco, por cuanto existe jurisprudencia en que la

Administración del Estado debe responder solidariamente con la empresa

concesionaria31.

Como ya fue adelantado en la parte introductoria, para comenzar a

extendernos en el fondo de nuestro trabajo, es necesario traer a colación una

breve síntesis de la historia y motivo de la Ley de Concesión de Obra Pública,

exponer sus motivos iniciales y sus consecuencias actuales, de manera tal que

podamos cuantificar el rubro de las concesionarias viales y su impacto en el

plano económico, urbano y social. Con todo, dejaremos expuesto una definición

31
En este sentido, Corte de Apelaciones de Santiago, “Gómez Zúñiga, Julio Agustín con
Autopista del Sol y otro”, Rol 8162-2009, en su considerando décimo segundo “que no resulta
aceptable la excepción del Fisco de Chile en cuanto a que un inspector fiscal habría
inspeccionado y vigilado permanentemente el cumplimiento por parte de la concesionaria de las
obligaciones emanadas del contrato de concesión (…) porque tal labor de inspección y
vigilancia no fue realizada adecuadamente, sino que en forma imperfecta”.

28
de concesiones, contratos de concesión, sociedad concesionaria y autopistas

concesionadas.

Primeramente, en nuestro país, existió una visión netamente estatista en

cuanto a la construcción y explotación de obras pública. Esta participación

directa del Estado, durante toda la historia republicana de Chile, se ha

manifestado en la construcción de puentes, caminos, edificios públicos,

etcétera. En el ámbito de las construcciones viales, se da más marcadamente a

mediados de siglo XX, cuando comienza a aumentar la necesidad de expandir

las principales rutas del país, con el fin de impulsar mejoras en conectividad y

transporte. Durante el período de los gobiernos radicales, esta tarea se llevó a

cabo por medio de la participación inmediata del Estado, lo que provocó un

grave déficit en infraestructura vial, al no existir los recursos necesarios para

una tarea de esas proporciones. Dicho déficit se prolongó hasta mediados de

los años 90 con un conjunto de normas reformadoras de la economía y de la

visión país. Es dable a entender que un país con recursos limitados y

fragmentado socialmente, haya postergado el mejoramiento de la

infraestructura vial en pos de prestaciones de servicios de primera necesidad

como salud, previsión social y otros.

29
Es dentro de este contexto, a principios de los años 90, que las

concesiones de obra pública nacen como una estrategia del Estado por

solucionar los déficits en infraestructura (particularmente construcciones viales),

sin dejar de priorizar funciones de mayor relevancia social. Existe una

necesidad real de ampliar y mejorar la infraestructura vial, con poco riesgo

económico para el Estado y mejores resultados en modernización y

optimización de recursos. Para lo anterior, se optó por encargar dicha tarea a la

iniciativa privada.

Históricamente, como primera iniciativa legal, dentro del gobierno de don

Jorge Alessandri Rodríguez se dicta el Decreto con Fuerza de Ley N° 206 de

1960, Ley de Caminos, y posteriormente la Ley N° 15.840 de 1964 (Orgánica

del Ministerio de Obras Públicas), que disponía en su artículo 87 que “[l]las

obras públicas fiscales podrán ejecutarse, asimismo, mediante contrato

adjudicado en licitación pública nacional o internacional […]”, a cambio de la

concesión temporal de explotación. La normativa especial dictada para ello fue

el Decreto con Fuerza de Ley N° 591 de 1982, que fijó las normas sobre

ejecución, reparación y mantención de obras públicas por concesión. Sin

embargo, durante la vigencia de esta norma, el régimen de concesiones no tuvo

aplicación. Posteriormente, y dentro del contexto de Programa de Concesiones,

en 1991, se dicta la Ley N° 19.068 de Concesiones, y el Decreto Supremo N°

30
240, conocido como el Reglamento de la Ley de Concesiones32. Estos dos

cuerpos normativos vienen a constituir la base del sistema de concesiones de

obra pública en nuestro país, y han sido modificados en dos ocasiones. La Ley

de Concesiones fue modificada en el año 1994 y posteriormente en 1996 a

través del Decreto Supremo del Ministerio de Obras Públicas N° 900 de 1996,

que fija el Texto Refundido, Coordinado y Sistematizado del Decreto con Fuerza

de Ley N°164 de 1991, la que es la que rige actualmente. A su vez el

Reglamento fue sustituido, a través del Decreto Supremo del Ministerio de

Obras Públicas N° 956 de 1997.

Esta legislación, consolida una asociación del sector público y del sector

privado, la cual logra incrementar y mejorar la calidad de las grandes carreteras

longitudinales y transversales del país, traducidos, hasta 2010, en 67 proyectos

adjudicados por una inversión de más US$11.700 millones, superando el déficit

que existía a principios de la década de los noventa33.

32
RUFIÁN LIZANA, Dolores, op. cit. 9, p. 29
33
En este sentido, ver MORAGA Klenner, Claudio. 2012. Asociación público-privada en la
contratación administrativa chilena. La reforma a la Ley de Concesiones de Obras Públicas. EN:
Revista Internacional de Administración Pública, N° 10, Guadalajara, Instituto de Administración
Pública del Estado de Jalisco y sus Municipios A.C.

31
1.2.1 Elementos del contrato de concesión.

En síntesis de lo anterior, los elementos más característicos del contrato

en estudio son los siguientes:

- Es un contrato administrativo.

- Los sujetos en este contrato son, por una parte, la Administración del

Estado, quien en este caso ejerce sus facultades a través del Ministerio

de Obras Públicas, más específicamente a través de la Dirección

General de Obras Públicas, y por otra, una persona de Derecho Privado,

denominada sociedad concesionaria.

- El objeto de este contrato, son las prestaciones que genera para cada

parte. Para la Administración del Estado, nace el derecho a exigir y

controlar, a fin de resguardar el interés colectivo, y la obligación

correlativa de prestar colaboración al concesionario. Por su parte, para el

concesionario nace el derecho a explotar la obra percibiendo como

contrapartida el precio o tarifa prefijado en las Bases de Licitación.

- La causa del contrato de concesión se centra principalmente en

satisfacer el interés público preexistente en la ejecución y explotación de

la obra concesionada, el cual es determinado a través de políticas

32
públicas, programas de Gobierno y planes propios del Ministerio de

Obras Públicas.

1.3. Vínculo jurídico entre concesionario y usuario.

El vínculo jurídico entre el concesionario de obra pública y el usuario ha

sido objeto de discusión a nivel doctrinal y jurisprudencial 34. En un primer

término la relación jurídica estaría determinada por el artículo 21 de la Ley de

Concesión de Obra Pública, no obstante su discutible interpretación dista

mucho de lograr un consenso pacífico en doctrina.

Existen a lo menos cuatro teorías doctrinarias en relación al vínculo entre

concesionario y usuario vial. Tal como veremos en el desarrollo del presente

trabajo, la adopción de una postura implicará acoger un determinado régimen

de responsabilidad patrimonial. En consecuencia, y a fin de no ser reiterativos,

los siguientes párrafos tienen un propósito meramente introductorio.

34
En este sentido, ver: CÁCERES LUARTE, Natalia. 2010. Vínculos que emanan del contrato
de concesión: Relación usuario-concesionario ¿relación convencional o relación de autoridad?
Análisis en relación a las autopistas concesionadas. Memoria para optar al grado de Licenciado
en Ciencias Jurídicas y Sociales. Santiago, Universidad de Chile, Facultad de Derecho.

33
1.3.1 Relación contractual.

Quienes acogen esta teoría, postulan que el peaje importa una verdadera

contraprestación por un servicio prestado por la empresa concesionaria. Este

acto jurídico ha sido denominado como “contrato de peaje” y se caracteriza por

ser bilateral, oneroso, innominado y conmutativo35.

1.3.2. Relación de consumo.

Este sector de la doctrina estima que el pago del peaje implica la

existencia de un contrato, por lo que la prestación del servicio por parte de la

empresa concesionaria conlleva la aplicación del artículo 1° de la Ley 19.946.

En consecuencia, procedería emplear el estatuto de protección al consumidor.

Una consecuencia mediata de la aplicación de este régimen es la determinación

cierta de los deberes de seguridad e información a que se obligaría el

concesionario para con el usuario en su calidad de “consumidor”36.

35
Ver capítulo parte 2.2 de este trabajo.
36
Ver capítulo parte 2.3 de este trabajo.
34
1.3.3. Relación extracontractual.

Esta es la tesis con más respaldo en la jurisprudencia37. Básicamente se

ha sostenido que en ausencia de una relación contractual entre el concesionario

y el usuario es necesaria la aplicación del estatuto de responsabilidad

extracontractual del Código Civil38.

1.3.4. Relación de Derecho Público

Esta doctrina tiene su fundamento en la razón misma de la concesión. La

Administración del Estado, al no perder la titularidad de la obra pública

entregada en concesión, impone la reglamentación bajo la cual se relacionará

con el usuario (v.gr. el peaje). Asimismo, el artículo 21 de la Ley de

Concesiones señala que “El concesionario cumplirá las funciones incorporadas

en el contrato de concesión con arreglo a las normas del derecho público,

especialmente en lo referente a sus relaciones con el Ministerio, a las

regulaciones sobre los regímenes de construcción y explotación de la obra y al

cobro de las tarifas, su sistema de reajuste y las contraprestaciones con el

Fisco, que conforman el régimen económico del contrato. Igualmente, deberá

37
Una exposición clara sobre esta teoría se aprecia en la sentencia definitiva pronunciada por la
Iltma. Corte de Apelaciones de Valdivia en la causa Ebner O. Constantino con Ruta de Los Ríos
Sociedad Concesionaria S.A. Ver Anexo 2 número 24.
38
Ver Capítulo 2.4 de este trabajo

35
cumplir las normas que regulan la actividad dada en la concesión”. Es

importante señalar que la ley utiliza la expresión “especialmente en lo referente”

y no “exclusivamente”, de esta manera, y dada la naturaleza jurídica de la

concesión es posible encuadrar la relación del concesionario con el usuario

como de Derecho Público reglamentada por el Estado.

1.4. Derechos y Obligaciones del Concesionario.

La sociedad concesionaria adquiere diversas obligaciones y goza de los

derechos correlativos que ello implica, según la etapa contractual en que se

encuentre (fase de construcción o fase de explotación).

1.4.1 Derechos del concesionario:

1.4.1.1 Derecho a la explotación de la obra.

Este derecho emana de la esencia del contrato de concesión y

corresponde a la causa o motivo que tiene el concesionario al

momento de celebrar el contrato de concesión.

36
A su vez, la obligación de la Administración es impedir las

desorientaciones en dicha explotación de la concesión, ya sea por sí

o por terceros ajenos al contrato.

1.4.1.2 Derecho a percibir la tarifa.

La concesión de obra pública en sí, implica el flujo de grandes

cantidades de dinero, las cuales encuentran como retribución el ingreso

de una tarifa o de un subsidio.

La tarifa es la contraprestación del servicio prestado por la

empresa concesionaria y se establece en el contrato de concesión. Así,

la empresa concesionaria puede cobrar dicha tarifa a los usuarios del

servicio.

El principio que rige en la Ley de Concesiones respecto del valor

de las tarifas es el de no discriminación, el cual se refleja en la exigencia

de que el cobro diferenciado debe beneficiar a todos los usuarios que

reúnan unas mismas condiciones. Con todo, no se puede establecer una

tarifa superior a la autorizada en el contrato de concesión.

37
1.4.1.3 Derecho a ceder la concesión.

Este derecho comprende tanto la posibilidad de transferir el

contrato como de constituir derechos a favor de terceros.

1.4.2 Obligaciones del concesionario:

1.4.2.1 Obligación de prestar el servicio en la forma convenida.

A este respecto se refiere el artículo 24 de la Ley de Concesiones,

el que señala “El concesionario deberá velar por la perfecta aplicación

de las normas y reglamentos sobre uso y conservación de las obras

concedidas”. Lo anterior, implica que la empresa concesionaria

deberá cumplir el contrato de buena fe y bajo los términos

expresados en éste. A su vez, el artículo 62 del Reglamento indica “El

concesionario será siempre responsable del cumplimiento cabal,

íntegro y oportuno del contrato de concesión, de la correcta ejecución

de los proyectos y de las obras, y del cumplimiento de todas las

obligaciones establecidas en el contrato de concesión, sin perjuicio de

38
las funciones de dirección y control que corresponden al Ministerio de

Obras Públicas.”

1.4.2.2 Obligación de conservar las obras.

Esta corresponde a una obligación esencial del contrato de

concesión, de acuerdo a los artículos 1 y 23 N° 1 de la Ley de

Concesiones y al artículo 54.1 letra b) del Reglamento, e implica que

la empresa concesionaria debe realizar todas las obras destinadas a

mantener la obra pública fiscal, cuidando su permanencia

1.4.2.3 Obligación de prestar el servicio en forma indiscriminada.

De acuerdo al artículo 57 N° 2 del Reglamento, el concesionario

debe realizar toda actividad tendiente a mantener el servicio

funcionando de manera ininterrumpida e indiscriminado conforme los

estándares de la operación y a la gestión que se fijó en el contrato de

concesión de obra pública.

39
1.5. Marco Normativo.

Dentro de este capítulo, expondremos las disposiciones normativas más

utilizadas por la doctrina y la jurisprudencia en el contexto de litigios por

indemnización de perjuicios a causa de accidentes en obras viales

concesionadas. Es necesario hacer presente que sólo citaremos las que son

atingentes al caso, omitiendo, naturalmente, las que no son pertinentes. :

1.5.1. Decreto con Fuerza de Ley N° 850 del Ministerio de Obras

Públicas, de 12 de septiembre de 1997, publicada en el Diario

Oficial de 25 de febrero de 1998, que fija el texto refundido,

coordinado y sistematizado de la Ley N° 15.8440 de 1964 y del

DFL N° 206 de 1960, Orgánica del Ministerio de Obras Públicas.

En este cuerpo legal, el inciso primero del artículo 87 señala

que las obras públicas podrán ejecutarse mediante “contrato

adjudicado en licitación pública nacional o internacional […], a cambio

de la concesión temporal de su explotación o la de los bienes

nacionales de uso público o fiscales destinados a desarrollar las

áreas de servicios que se convengan”.

40
Por otro lado, en cuanto al régimen normativo de la concesión en

explotación, el artículo 88 dispone que “la ejecución, reparación o

conservación de obras públicas fiscales, por el sistema establecido en el

artículo 71° de esta ley, las licitaciones y concesiones que deben

otorgarse, ya se trate de la explotación de las obras y servicios o

respecto del uso y público o fiscales, destinados a desarrollar las áreas

de servicios que se convengan, se regirán por las normas del Decreto

con Fuerza de Ley N° 900, de 1996, su Reglamento y las bases de la

licitación de cada contrato en particular, que el Ministerio de Obras

Públicas elabore al efecto.

1.5.2. Decreto N° 900 del Ministerio de Obras Públicas, de 31 de

octubre de 1996, publicado en el Diario Oficial de 18 de

diciembre de 1996, que fija el texto refundido, coordinado y

sistematizado del Decreto con fuerza de ley N°164 del Ministerio

de Obras Públicas, denominado como “Ley de Concesiones de

obras públicas” (Ley de Concesiones).

En cuanto a su ámbito de aplicación, el artículo 1° señala que

“la ejecución, reparación, conservación o explotación de obras

públicas fiscales, por el sistema establecido en el artículo 87 del

41
decreto supremo de N° 294, del Ministerio de Obras Públicas, de

1985, las licitaciones y concesiones que deban otorgarse, ya se trate

de la explotación de las obras y servicios […], se regirán por las

normas establecidas en el presente decreto con fuerza de ley, su

reglamento y las bases de licitación de cada contrato en particular,

que el Ministerio de Obras Públicas elabore al efecto”. Agrega en su

inciso segundo que “las concesiones que se otorguen contemplarán

la obligación del concesionario de cumplir, durante toda la vigencia de

la concesión, con los niveles de servicio, estándares técnicos o

ambos, establecidos en las respectivas bases de licitación, para las

diferentes etapas y condiciones de la concesión”.

Los artículos 17 al 20, correspondiente al Capítulo V, tratan

sobre las facultades de Ministerio de Obras Públicas. De especial

importancia es el artículo 18, que señala que “tanto en la fase de

construcción como en la explotación, el Ministerio de Obras Públicas

podrá imponer al concesionario que no cumpla con sus obligaciones,

las multas previstas en las bases de licitación”.

El Capítulo VI, correspondiente a los artículos 21 a 24,

denominado Derechos y Obligaciones del Concesionario, es

42
determinante en el desarrollo de esta tesis. En efecto, el artículo 21

establece que “el concesionario cumplirá las funciones incorporadas

en el contrato de concesión con arreglo a las normas del derecho

público, especialmente en lo referente a sus relaciones con el

Ministerio, a las regulaciones sobre los regímenes de construcción y

explotación de la obra y al cobro de las tarifas, su sistema de reajuste

y las contraprestaciones con el Fisco, que conforman el régimen

económico del contrato. Igualmente, deberá cumplir las normas que

regulan la actividad dada en la concesión”. En su inciso segundo

señala que, por otro lado, “en lo que se refiere a sus derechos y

obligaciones económicas con terceros la sociedad concesionaria se

regirá por las normas del derecho privado y, en general, podrá

realizar cualquier operación lícita, sin necesidad de autorización

previa del Ministerio de Obras Públicas […]”.

En cuanto al régimen jurídico de la concesión, el artículo 23

establece que será el siguiente:

“1.- El concesionario deberá conservar las obras, sus acceso,

señalización y servicios en condiciones normales de utilización, y

2.- La continuidad de la prestación del servicio le obligará,

especialmente, a:

43
a) Facilitarlo en condiciones de absoluta normalidad, suprimiendo las

causas que originen molestias, incomodidades, inconvenientes o

peligrosidad a los usuarios de las obras, salvo que la adopción de

medidas que alteren la normalidad del servicio obedezcan a razones de

seguridad o de urgente reparación.

b) Prestarlo ininterrumpidamente, salvo situaciones excepcionales,

debidas a caso fortuito o fuerza mayor, cuyos efectos serán calificados

por los contratantes, conviniendo las medidas que sean necesarias para

lograr la más rápida y eficiente reanudación del servicio”.

El Capítulo VIII, trata “De la inspección y vigilancia de la

Administración”, comprendiéndose los artículos 29 y 30. El artículo 29

nos indica que “las bases de licitación deberán indicar explícitamente los

niveles de servicios exigidos para la etapa de explotación, sus

respectivos indicadores y las sanciones.” Agrega en su inciso segundo

que “corresponderá al Ministerio de Obras Públicas, la inspección y

vigilancia del cumplimiento por parte del concesionario de sus

obligaciones, tanto en la fase de construcción como en la de explotación

de la obra.” Y en caso de incumplimiento, sanciona el inciso tercero que

“el Ministerio podrá aplicar podrá imponer al concesionario las sanciones

y multas que el reglamento y las bases de licitación establezcan, sin

44
perjuicio del derecho del concesionario para recurrir a los mecanismos a

que se refiere el artículo 36 bis.”

El artículo 35, inserto en el Capítulo X sobre “Indemnizaciones y

Resolución de Controversias”, es determinante para la temática de

nuestra tesis, pues ha sido interpretado, tanto por la doctrina como por la

jurisprudencia, de distintas maneras, existiendo un sector que postula

que estamos frente a la disposición que consagraría la responsabilidad

extracontractual objetiva de las concesionarias. Sin embargo, conforme

vayamos desarrollando el trabajo demostraremos el por qué esta

interpretación está desvirtuada de su verdadero sentido. De una manera

u otra, esta disposición establece que “el concesionario responderá de

los daños, de cualquier naturaleza, que con motivo de la ejecución de la

obra o de la explotación de la misma se ocasionaren a terceros, a menos

de que sean exclusivamente imputable a medidas impuestas por el

Ministerio de Obras Públicas, después de haber sido adjudicado el

contrato.”

Por último, el artículo 39 de este cuerpo legal nos señala que

“para los efectos de esta ley, se entenderá por obra pública fiscal a

cualquier bien inmueble construido, reparado o conservado a cambio de

45
la concesión temporal de su explotación o sobre bienes nacionales de

uso público o fiscales destinados al desarrollo de áreas de servicio, a la

provisión de equipamiento o a la prestación de servicios asociados”.

Agrega en su inciso segundo que “El Ministerio de Obras Públicas es

competente para otorgar en concesión toda obra pública, la provisión de

su equipamiento o la prestación de servicios asociados, salvo en que

tales obras estén entregadas a la competencia de otro Ministerio, servicio

Público, Municipio o empresa pública u otro organismo integrante de la

administración del Estado.”

1.5.3. Reglamento del Decreto con Fuerza de ley N° 164 del Ministerio

de Obras Públicas, de 1991, modificado por las Leyes N° 19.252

de 1993 y N° 19.460 de 1996, contenido en el Decreto N° 956 del

Ministerio de Obras Públicas de 6 de octubre de 1996, publicado

en el Diario Oficial de 20 de marzo de 1999, comúnmente

singularizado como “Reglamento de la Ley de Concesiones de Obras

Públicas”.

El Decreto Supremo N° 956 ha sido de suma relevancia pues

llegó a uniformar las modificaciones legales más recientes para

aquella época, logrando sistematizar algunas normas incluidas con

anterioridad en las bases de licitación.


46
En cuanto a su campo de aplicación, el artículo 1° del Reglamento

nos indica en su numeral 2° que “(e)ste Reglamento de Concesiones

formará parte integrante de los contratos de concesión que celebre el

Ministerio de Obras Públicas en virtud de las normas señaladas en el

inciso primero del presente artículo”. En el número 3, indica que la

concesión comprenderá: a) La prestación en el área de concesión de los

servicios básicos y complementarios para los que fue construida la obra.

b) La conservación de la obra en óptimas condiciones de uso. c) El cobro

de tarifas que pagarán los usuarios de los servicios básicos y de los

servicios complementarios.” Este artículo lo que hace, es determinar el

ámbito de aplicación del Reglamento, señalando que éste establece las

normas para la ejecución, reparación o conservación de obras públicas

fiscales, ya sea que se trate de explotación de las obras y servicios, o

respecto del uso y goce sobre los bienes nacionales de uso público.

El artículo 2°, denominado “Del Contrato y Normas Que lo Rigen”

indica en su número 1 que “los contratos de concesión a que se refiere el

artículo anterior, se regirán por: a) El Decreto Supremo MOP N° 294, de

1984, que fija el Texto Refundido, Coordinado y Sistematizado de la Ley

N° 15.840, Orgánica del Ministerio de Obras Públicas, y del Decreto con

Fuerza de Ley N° 206, de 1960; b) El Decreto con Fuerza de Ley

47
Ministerio de Obras Públicas N° 164, de 1991, Ley de Concesiones

Obras Públicas, y sus modificaciones contenidas en la Ley 19.252 de

1993 y 19.460 de 1996, cuyo Texto Refundido, Coordinado y

Sistematizado fue fijado en el Decreto Supremo del Ministerio de Obras

Públicas N° 900 de 1996; c) El presente Reglamento de Concesiones; d)

Las correspondientes bases de licitación y sus circulares aclaratorias; e)

La oferta técnica y económica presentada por el adjudicatario de la

concesión, en la forma aprobada por el Ministerio de Obras Públicas; f)

El decreto de adjudicación respectivo.”

Por su parte, el Título III trata principalmente la etapa de Licitación

y Adjudicación, haciendo mención al llamado a licitación y determinando

quiénes pueden ser licitantes y cuáles pueden ser sus eventuales

inhabilidades. Así, también ahonda en las materias que pueden

contemplar las Bases de Licitación, la oferta, su apertura, evaluación y

estudio.

El Título IV, denominado “Del Decreto de Adjudicación y Contrato”,

ahonda principalmente sobre la base de contenido que debe poseer el

Decreto Supremo de adjudicación. Además, destaca aquí la obligación

existente para las empresas concesionarias, de contratar seguros que

48
logren cubrir una eventual responsabilidad por daños a terceros u otros

riesgos factibles de suceder en la etapa de concesión.

El Título V, denominado “De la Fiscalización del Contrato de

Concesión”, regula de manera detallada la relación que se produce entre

la figura del Inspector Fiscal y la Sociedad Concesionaria. De esta

manera, el artículo 38 comienza por establecer en el número 1 que “el

Ministerio de Obras Públicas nominará un Inspector Fiscal en el plazo de

15 días desde la publicación del decreto de adjudicación en el Diario

Oficial”. En el número 2 nos señala que “toda comunicación y relación

entre el concesionario y el Ministerio de Obras Públicas se canalizará a

través del inspector fiscal […].”

El artículo 39 detalla exhaustivamente cuales son las funciones y

atribuciones del Inspector Fiscal en la Etapa de Construcción. Entre las

principales, podemos nombrar: “a) Inspeccionar y aprobar los diseños,

planos, estudios y especificaciones del proyecto”; “b) Fiscalizar el

cumplimiento de las especificaciones y normas técnicas sobre la

construcción de las obras”; “d) Fiscalizar el cumplimiento de las normas

de seguridad”. De esta norma se desprende que el Ministerio de Obras

Públicas efectúa una vigilancia más o menos permanente en las labores

49
de construcción, la que además se mantendrá en la etapa de

explotación. El deber de seguridad comienza en la etapa de construcción

y se extiende en la etapa de explotación según el artículo siguiente.

En cuanto a la Etapa de Explotación, el artículo 40 nos señala que

el Inspector Fiscal “tendrá todas las funciones y atribuciones que señalen

las bases de licitación, con al menos las siguientes: b) Realizar los

análisis pertinentes de los antecedentes que debe entregar la sociedad

concesionaria; c) Fiscalizar el cumplimiento de las normas técnicas sobre

la conservación de las obras; d) Fiscalizar el cumplimiento del plan de

trabajo; e) Fiscalizar el cumplimiento de las normas técnicas sobre la

operación de las obras; f) Fiscalizar el cumplimiento del reglamento de

servicio de la obra; m) Dictar órdenes e instrucciones para el

cumplimiento del contrato de concesión; n) Cualesquiera otras

establecidas por las bases de licitación”.

El artículo 43 establece la obligación de información que pesa

sobre la Sociedad Concesionaria, la que comprende principalmente el

libre acceso y la entrega de los documentos que el mismo artículo

singulariza.

50
El artículo 44 señala cuáles son las atribuciones del Director

respectivo durante el Contrato.

El Titulo VII, de las “Sanciones y Multas”, comprende los artículos

48 y 49, los que regulan la imposición de multas en caso de infracción

por parte del concesionario, de cualquiera de las obligaciones del

contrato de concesión, estableciendo un procedimiento para ello.

El Título VIII, Del Desarrollo del Contrato de Concesión, abarca los

artículos 49 a 63. Entre ellos, destaca el artículo 50, el cual trata la

Ejecución de la Obra, señalando que ésta se ejecutará conforme a la

base de licitación y a la oferta del adjudicatario, debiendo garantizarse

por parte de la empresa concesionaria, el uso ininterrumpido de la obra,

en caso que ésta se trate de un bien nacional de uso público.

Por su parte, el artículo 54, nos indica en qué momento comienza

la explotación, señalándonos que ésta “comenzará con la puesta en

servicio provisoria de las obras, comprendiendo esta etapa lo siguiente:

a) La prestación del servicio básico, servicios complementarios y otros

servicios para los que fue construida la obra, en el área de concesión; b)

La conservación de la obra en óptimas condiciones de uso, según lo

51
exigido en las bases de licitación;” entre otras que se enumeran en la

disposición citada.

En cuanto a la puesta en servicio definitiva, el artículo 56

establece las formas y plazos en que se realizará ese acto, el cual se

manifestará finalmente por medio de la Resolución del Director General

de Obras Públicas.

El artículo 57 establece las disposiciones mínimas que debe

contener el Reglamento de Servicio de la Obra. Así, señala en su

numeral primero que “el uso de la obra y los servicios que prestará el

concesionario se regirán por un reglamento interno, el que, en todo caso,

deberá incluir todas las normas derivadas de las bases de licitación y

oferta técnica. […]” Posteriormente, en su número 2 establece que “el

reglamento, de acuerdo a la naturaleza diversa de las concesiones

otorgadas, contendrá entre otras materias: a) Medidas de cuidado de la

obra, seguridad y vigilancia. b) Medidas de mantención y aseo de las

distintas instalaciones. c) Medidas orientadas a detectar y solucionar los

problemas de accidentes, congestión o de cualquier otra naturaleza que

se produzcan en el camino, respecto de las concesiones viales. d)

Enumeración de los derechos y obligaciones de los usuarios por el uso

52
de los servicios prestados. g) Estándares de operación, calidad y gestión

para la prestación de los servicios. h) Normas sobre reclamos de los

usuarios. i) Mecanismos de evaluación y control de los servicios. j)

Procedimientos.” El número 4 establece que “el MOP no dará la

autorización de puesta en servicio provisoria de la obra si no se ha

aprobado previamente el reglamento de servicio de la obra.”

Por su parte, el artículo 60, en su numeral primero, indica que en

el plazo que dispongan las bases de licitación, el concesionario deberá

cercar el terreno concesionado, bajo la supervisión del Ministerio de

Obras Públicas. En su numeral segundo, este artículo señala que a partir

de la ocupación y hasta la extinción de la concesión, corresponde a la

empresa concesionaria, la vigilancia de los terrenos afectos a contrato de

concesión.

Otra disposición, que se utiliza con frecuencia por la doctrina y la

jurisprudencia para realizar interpretaciones en un sentido u otro, es el

número 1 del artículo 61, que trata de la Obligación de Servicio

Indiscriminado, estableciendo que “la obra entregada en concesión es un

servicio público, por lo cual el concesionario está obligado a prestarlo

ininterrumpidamente, salvo situaciones excepcionales, debidas a caso

53
fortuito o fuerza mayor, y sin discriminación de ninguna especie los

usuarios, siempre que éstos cumplan con las condiciones del servicio y

con el pago de las tarifas autorizadas en el contrato de concesión.”

El controversial artículo 62, sobre los daños a terceros establece

que “1.- La sociedad concesionaria deberá adoptar, durante la

concesión, todas las medidas para evitar daños a terceros y al personal

que trabaja en la obra. Igualmente deberá tomar todas las precauciones

para evitar daños a la propiedad de terceros y al medio ambiente durante

la concesión de la obra. 2.- La sociedad concesionaria será la única

responsable de todo daños, de cualquier naturaleza, que con motivo de

la ejecución de la obra y de su explotación se cause a terceros o al

medio ambiente, a menos que le daño sea exclusivamente imputable a

medidas impuestas por el MOP después de la publicación del decreto

supremo de adjudicación en el Diario Oficial.”

Para finalizar las disposiciones del Reglamento de la Ley de

Concesiones atingentes a nuestro trabajo, se encuentra el artículo 63

que trata sobre la responsabilidad del concesionario. Al igual que las dos

anteriores, su interpretación no es pacífica. Desde ya, adelantamos, que

nuestra posición es rechazar toda interpretación que tienda a “privatizar”

54
la responsabilidad del concesionario. Así las cosas, este artículo señala

lo que “el concesionario será siempre responsable del cumplimiento

cabal, íntegro y oportuno del contrato de concesión, de la correcta

ejecución de los proyectos y de las obras, y del cumplimento de todas las

obligaciones establecidas en el contrato de concesión, sin perjuicio de

las funciones de dirección y control que corresponden al Ministerio de

Obras Públicas”. Por su parte, los artículo 68 y siguientes regulan los

procedimientos para modificar los contratos de concesión durante su

ejecución. Los artículos comprendidos dentro del Título XI hacen

referencia a la duración, suspensión destrucción y extinción de la obra.

Por su parte, el artículo 79, hace referencia al incumplimiento grave de

las obligaciones de la empresa concesionaria y el procedimiento por el

cual se llevará a cabo la extinción de la concesión.

1.5.4. Conjuntamente con las normas anteriores de carácter general, cada

concesión está regulada por las siguientes normas de carácter

particular y que varían según cada caso:

1. Bases de licitación. Es el conjunto de reglas que establecen el

procedimiento de licitación y adjudicación del contrato así como el

contenido del mismo, es decir, la delimitación de la obra pública que se

55
concesiona así como los servicios que ha de prestar el concesionario y

los derechos y obligaciones de las partes contratantes. Las bases de

licitación se dividen en tres cuerpos que regulan distintos aspectos de la

licitación:

a. Bases Administrativas.

b. Bases Técnicas.

c. Bases Económicas.

2. Decretos Supremos de Adjudicación. Es un Decreto Administrativo

mediante el cual se realiza la adjudicación de la obra licitada, que se

resuelve por el Ministro de Obras Públicas, que deberá llevar además la

firma del Ministro de Hacienda y del Presidente de la República. El

Contrato de Concesión se perfeccionará una vez que este Decreto sea

publicado en el Diario Oficial.

3. Reglamento de Servicios de la obra. Es aquel cuerpo normativo

emanado de la misma Sociedad Concesionaria y que fija los

procedimientos y protocolos a seguir durante la fase de explotación. Su

contenido está señalado en el artículo 57 del Reglamento de la Ley de

Concesiones.

56
CAPÍTULO 2° – RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE CONCESIONARIOS

POR DAÑOS EXPERIMENTADOS POR USUARIOS.

2.1 Generalidades

En el Derecho, la responsabilidad ha sido un tema latamente tratado.

Como principio, es aplicado y proyectado a un deber de reparar o responder por

las consecuencias dañosas que el actuar negligente o doloso de una persona

ocasiona a otro individuo, a sus bienes o a la sociedad entera. En su

naturaleza, se toma la palabra responsabilidad en un sentido de reciprocidad o

repetición, por cuanto existiendo un determinado acto o hecho dañoso nace una

necesidad eventual impuesta por la ley o por la convención de las partes de

responder en la forma estipulada. Según señala Corral, en una primera

aproximación, puede definirse la responsabilidad como “la necesidad efectiva, o

eventual, en que se encuentra una persona de hacerse cargo de las

consecuencias gravosas de un acto que se le atribuye como propio”39. Ahora,

esta responsabilidad puede ser patrimonial, administrativa o penal,

dependiendo de la calidad del hechor o responsable, del estatuto aplicable y de

si el ofendido resulta ser una persona natural o la sociedad toda.

39
CORRAL TALCIANI, Hernán. Lecciones de responsabilidad Civil Extracontractual. Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, 2003. p. 13.
57
Para efectos de este capítulo, y de este trabajo en general,

examinaremos la responsabilidad patrimonial de las personas, toda vez que, si

bien las sociedades concesionarias pueden responder administrativamente, son

los intereses (patrimoniales y extrapatrimoniales) del usuario lesionado

(persona natural) los que se ven directamente afectados por accidentes

automovilísticos en autopistas concesionadas. En lo que respecta a la teoría de

la Responsabilidad del Estado y su estatuto jurídico aplicable será tratado en la

segunda parte de nuestro trabajo.

Todo lo anterior, es sin perjuicio de las responsabilidades penales

involucradas por acciones de terceros, por ejemplo, delincuentes que lanzan

piedras, conducción en estado de ebriedad, etcétera; y de las responsabilidad

administrativa de las concesionarias en virtud del artículo 18 de la Ley de

Concesiones que establece que “tanto en la fase de construcción como en la

explotación, el Ministerio de Obras Públicas podrá imponer al concesionario que

no cumpla con sus obligaciones, las multas previstas en las bases de licitación”.

Como se verá en la jurisprudencia analizada más adelante, determinar si las

responsabilidades son civiles o penales, es considerado por los tribunales para

condenar o absolver a las concesionarias o al Fisco, sin que necesariamente

exista una relación entre ambos regímenes.

58
Tradicionalmente, la doctrina estima que para condenar patrimonialmente

a las concesionarias debe operar necesariamente el régimen de

responsabilidad civil. Como advertencia, y para efectos de hacer una clara

exposición de nuestra tesis, iremos realizando las observaciones que merezcan

cada una de las teorías que a continuación presentaremos. Nuestra tesis, la

aplicación del estatuto de la falta de servicio a las concesionarias, será tratada

en la tercera parte de trabajo y a modo de conclusión.

Así las cosas, dentro de la escasa literatura del tema, pareciera no haber

mayor discusión en lo que respecta a calificar a esta responsabilidad como civil,

en cuanto a contraposición con la falta de servicio, existiendo una dispersión de

criterio sólo para definir cuál sería el estatuto, dentro de la responsabilidad civil,

aplicable frente al usuario lesionado. En efecto, esta situación se torna un poco

más compleja al existir jurisprudencia apoyando cada una de las posiciones de

los autores, haciendo que esta discusión diste de ser pacífica. Dentro de este

tópico las tesis más claras son tres: la primera, la con mayor adherencia, aboga

por la aplicación de las normas de responsabilidad subjetiva del Código Civil;

dentro de la segunda tesis están quienes estiman que si bien existe

responsabilidad civil extracontractual, se aplican las reglas del criterio objetivo,

estricto o sin culpa, en base a la interpretación de las normas de la Ley de

Concesiones y su Reglamento; y en tercer lugar, quienes estiman que acá

59
existe responsabilidad contractual, por existir un contrato entre el usuario y el

concesionario (contrato de peaje). Adicionalmente, y como una cuarta vía,

suelen agregarse la aplicación de regímenes especiales como el de Derecho

del Consumidor o la Ley 18.290, de Tránsito, siendo el primero de éstos el

régimen más acogido dentro de la jurisprudencia nacional. Determinar el

estatuto jurídico aplicable a las sociedades concesionarias por accidentes en

obras viales, produce la consecuencia de arribar a distintas soluciones dentro

de supuestos e hipótesis muy similares, esto, porque las normas sustantivas y

procesales tienden a variar dependiendo si se trata de responsabilidad

contractual o extracontractual, estricta o subjetiva, si es aplicable o no el

régimen de Protección al Consumidor. Primeramente, y dentro de las mismos

fallos, litigantes y jueces se dedican a dilucidar si existe o no vinculo jurídico

previo, de carácter contractual, entre las sociedades concesionarias.

Posteriormente, si se estima que estamos frente a responsabilidad civil

extracontractual, se determina si es que se rige por el régimen de

responsabilidad objetiva o subjetiva.

La situación anteriormente expuesta no es posible sino gracias a la poca

claridad existente en la propia Ley de Concesiones y en su respectivo

Reglamento, los cuales dan pie para dispares interpretaciones, doctrinarias y

jurisprudenciales, algunas, bastante vagas e inconclusas.

60
Finalmente, se debe tener en consideración, que además de la posible

existencia de responsabilidad por parte de la sociedad concesionaria (y/o de la

Administración del Estado), nos podemos encontrar con factores que excluirán

dicha responsabilidad. En primer lugar, está el hecho de un tercero, caso en el

cual habrá una falta de nexo causal que permita imputar la ocurrencia de un

accidente a la sociedad concesionaria. Ejemplo de ello es el conductor ebrio,

aquél que maneja a exceso de velocidad o de manera imprudente y que

provoca un hecho dañoso. Por otro lado, está el caso fortuito o fuerza mayor,

que se define de acuerdo al artículo 45 de nuestro Código Civil como “el

imprevisto a que no es posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el

apresamiento de enemigos, los autos de autoridad ejercidos por un funcionario

público, etcétera”. Ejemplo de lo anterior, es la presencia de aves de gran

tamaño en la carretera o los fenómenos climáticos.

2.2 Responsabilidad contractual

La responsabilidad contractual es aquella que nace a consecuencias de

la violación de un vínculo obligatorio generado por un contrato existente entre

las partes, el acreedor, conjuntamente con el cumplimiento forzado de la

obligación puede solicitar la indemnización de los perjuicios ocasionados con el

61
retardo o incumplimiento incurrido por el deudor. De este modo, y como señala

la doctrina nacional, los requisitos de la responsabilidad contractual son:

1. La existencia de un vínculo contractual entre las partes;

2. El incumplimiento de una o más obligaciones estipulada, y

3. La existencia de un daño ocasionado con motivo del incumplimiento.

En relación con el primer requisito, la doctrina y la jurisprudencia

partidaria de esta solución proponen que las partes de este contrato serían el

usuario y la Sociedad Concesionaria encargada de prestar el servicio. Para

este sector de la doctrina, este contrato tiene las siguientes características:

1. Innominado o atípico: No está tratado ni regulado expresamente ni el

Código Civil ni en otro cuerpo normativo. La ley de Concesiones ni el

reglamento hacen mención si quiera respecto a la existencia de un contrato de

estas características. No obstante lo anterior, los partidarios de esta tesis

denominan a esta convención como “Contrato de Concesión” y otros estiman

que más bien se trata de un contrato de prestación de servicios.

2. Bilateral: Por un lado, el usuario y por otro, la Concesionaria vial,

siendo ambas partes mutuamente obligadas. En este sentido, la jurisprudencia

62
se ha precisado que “por medio de este contrato, se afirma que el usuario se

obliga a pagar a la Sociedad Concesionaria un peaje o tarifa y ésta permite o

facilita que la contraparte use la carretera concesionada, quedando el usuario

facultado para exigir condiciones de seguridad y comodidad adecuadas

mientras se encuentre circulando por ella”40

3. Consensual: Este contrato no exige formalidades como requisito de

existencia.

4. Conmutativo: En el contrato de concesión existen prestaciones

recíprocas entre las partes. Por un lado, se encuentra el usuario, quien se

obliga a pagar un monto de dinero por concepto de peaje, y por otro, la

concesionaria, quien se obliga a prestar el servicio en el modo y condiciones

que la Ley de Concesiones, su Reglamento y demás normativa establecen.

5. Oneroso: Por cuanto ambas partes realizan prestaciones de carácter

pecuniario.

40
RABAT CELIS, Fernando. Responsabilidad civil de las sociedades concesionarias de obras
públicas fiscales respecto del usuario de las mismas. En: Estudios jurídicos en homenaje a los
profesores Fernando Fueyo Laneri, Avelino León Hurtado, Francisco Merino Scheihing,
Fernando Mujica Bezanilla, Hugo Rosende Subiabre, Ediciones Universidad del Desarrollo,
Santiago, Chile, 2007. p.280

63
2.2.1 Vínculo contractual entre concesionario y usuario. “Contrato de

peaje”.

Las sentencias que se pronuncian en este sentido sostienen que el

vínculo entre el usuario y la concesionaria es de carácter privado, y que éste

nacería con el pago del peaje41. En Argentina, donde existe abundante

jurisprudencia al respecto, Rinessi nos indica que “la obligación que se deriva

del incumplimiento de la obligación de mantener en debida forma de

conservación una autopista frente al automovilista, es de naturaleza contractual

y no extracontractual, porque el automovilista accede a ella mediante al pago al

concesionario de una suma en concepto de peaje”42, afirmando que la

naturaleza del peaje no puede sino ser una contraprestación de carácter

41
En este sentido: Corte Suprema, “Bravo Cisternas, Freddy y otros con Concesionaria
Autopista del Aconcagua”, Rol 6370-2009; Corte de Apelaciones de San Miguel, “Ortega
Bustamante, Ángel con Autopista Central”, Rol 272-2010: considerando Décimo argumenta que
“es de suyo evidente que nos encontramos en presencia de carácter contractual que nace de la
prestación del servicio”; Corte de Apelaciones de La Serena, “Luciano Contreras Gallardo con
Sociedad Concesionaria Autopista del Aconcagua S.A”, Rol 179-2011 en su considerando
Séptimo señala que “el usuario del servicio en su relación con la concesionaria está en una
situación contractual, ligado a la concesión por un contrato de derecho privado, en que las
prestaciones recíprocas entre los contratantes se constituyen por la provisión, de un lado, de
una ruta o camino con determinadas características y, de otro, el pago de un valor prefijado
para ello, debiéndose tener en consideración que este precio o peaje no se encamina sólo a
financiar un servicio público que se presta sin un interés superior de quien lo provee, sino que,
por el contrario, la sociedad concesionaria es un quien actúa motivad, como es natural, por el
afán de obtener una legítima ganancia”.
42
RINESSI, Antonio. 1998. La desprotección de los usuarios viales. Revista de Derecho de
Daños. N° 3. p. 116.

64
privado43. No obstante lo anterior, hay autores que no están de acuerdo con

esta tesis, por cuanto estiman que la distinción entre el usuario que paga peaje

del que no paga viola la garantía constitucional de igualdad ante la ley,

estimando que “todo automovilista por el solo hecho de circular por una

carretera concesionada está legal y procesalmente habilitado para reclamar al

ente concesionario vial el daño sufrido a causa de alguna anomalía en el

corredor concesionado, independiente de que el siniestro haya tenido lugar

antes o después del pago del peaje”44.

La doctrina Argentina que sigue la posición contractualista se basa en la

contraprestación que importaría el peaje jurisprudencialmente “tiene su origen

en un fallo de la Cámara Nacional Civil, sala F en autos “Abba, Miguel A. y otra

con Huarte SACIE y otros s/sumario”, donde se sostuvo que la responsabilidad

que se deriva del incumplimiento de la obligación de mantener en debida forma

de conservación esa vía frente al automovilista es de naturaleza contractual y

no extracontractual”45. Citando este fallo se indica que “La responsabilidad que

se deriva del incumplimiento de la obligación de mantener en debida forma de

43
Ibíd., p. 114.
44
PIROTA, Martín. Compendio Jurisprudencial sobre accidentes de tránsito en carreteras y
autopistas. Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni Editores, 2003. p. 526
45
PADILLA, Rodrigo y ARIAS CAU, Esteban Javier. 1997. “La responsabilidad del
concesionario y del Estado frente a las privatizaciones (concesionarias de peaje).Revista La
Ley, tomo 1997-F, p.1425

65
conservación esa vía frente al automovilista es de naturaleza contractual y no

extracontractual, porque el actor accedió a la autopista mediante el pago al

concesionario de una suma en concepto de peaje, como contraprestación por

hacer posible la circulación en los términos del contrato administrativo de

concesión, que le otorgó la explotación, conservación y mantenimiento de la

obra. No puede argumentarse que haya habido un incumplimiento alguno por

parte de la Comuna, pues no forma parte de ese contrato, sino que lo fue el

concesionario, quien no controló en debida forma el trayecto, cerciorándose de

que ningún obstáculo se interpusiera en el camino de los automovilistas,

poniendo en peligro sus bienes y sus personas”46.

“Dicha responsabilidad contractual del concesionario está dotada de un

factor de atribución de carácter objetivo cuyo fundamento es el deber de

garantía y seguridad”47

2.2.2 Jurisprudencia.

En Chile, una de las sentencias más emblemáticas que se han

pronunciado en este sentido se dictó en la causa caratulada Bravo Cisternas


46
Cámara Nacional Civil, Sala F, “Abba Miguel A. y otra v. Harte S.A. y otros”, 15/5/1992. EN
BUSTAMANTE ALSINA, Jorge. 1992. “Responsabilidad por el daño que el estado de una
autopista provoca al vehículo que circula por ella”. Revista La Ley, tomo 1992-D, p. 194
47
PADILLA, Rodrigo y ARIAS CAU, Esteban Javier. Op. Cit. p. 1427

66
Freddy y otros contra la Sociedad Concesionaria Autopista del Aconcagua S.A.,

pronunciada por la Primera Sala de la Corte Suprema y redactada por la

abogado integrante Maricruz De la Torre Vargas. Dicha sentencia, señala en su

considerando Quinto que “el régimen de concesiones de obras públicas da

origen a distintas relaciones jurídicas de carácter público o privado según sea

con quien contrata el concesionario. […] Por una parte, las relaciones jurídicas

establecidas entre el personal adscrito al funcionamiento de la concesión del

servicio y la conexión son de tipo privado y se rigen por el derecho laboral;

estos no son funcionarios públicos. Por otra parte, el usuario del servicio en

relación con la concesionaria está en una situación contractual, vinculado por

un contrato de derecho privado”48. Siguiendo esta línea argumentativa, sigue en

su considerando Sexto “que, habiéndose establecido (que la relación) entre el

concesionario y el usuario es de derecho privado, procede clasificar el contrato

existente entre ellos como bilateral, consensual, oneroso y conmutativo49.

Respecto a la denominación jurídica y a las características especificas de este

contrato, nos encontramos con que tanto doctrinaria como jurisprudencialmente

no hay unanimidad para su clasificación, aunque todos lo consideran una

relación regidas por el derecho privado. Es así que la jurisprudencia francesa

48
Corte Suprema “Bravo Cisternas, Freddy y otros con Sociedad Concesionaria Autopista del
Aconcagua S.A.”, Rol 6370-2009.
49
En este sentido véase Corte Suprema “Ramírez M. Juan y otro con Ruta de Los Ríos
Concesionaria S.A.”, Rol N° 2911-2011.

67
estima que este contrato es una estipulación a favor de otro, del que resultan

relaciones directas entre el usuario y la concesionaria. Por su parte, la doctrina

española habla de “contratos de autopista” y la ley argentina lo denomina

“contrato de peaje”, entendiendo que éste “es aquel en que la empresa

prestadora se compromete a brindar al usuario un servicio a cambio de una

prestación (pago de una tarifa o precio del peaje)”50.

En el citado fallo, la Corte estima que “respecto a la denominación

jurídica y a las características específicas de este contrato, nos encontramos

con que tanto doctrinaria como jurisprudencialmente no hay unanimidad en su

clasificación, aunque todos lo consideran una relación regidas por el derecho

privado”. En cuanto a este punto, estamos en total desacuerdo. Como hemos

sostenido a lo largo de este trabajo, el servicio prestado por la autopista es de

carácter público, por ende la relación entre usuario y concesionario debe regirse

por las normas de derecho público, lo que garantizará de manera eficaz los

derechos de quien resulte lesionado. Una vez decretada la existencia la relación

contractual entre la concesionaria y el usuario vial, la obligación infringida por la

concesionaria sería la denominada “obligación de seguridad”51, la que se

50
Ídem.
51
De igual forma, se ha sostenido “Que, tratándose en la especie de un caso de
responsabilidad contractual, y dado que el contrato que une a las partes es bilateral, oneroso y
conmutativo, acorde lo señalado en los artículos 1439, 1440 y 1441 del Código Civil, el deudor
responde de culpa leve, entendida ésta como aquella falta de diligencia y cuidado que los
68
desprende de los artículos 23, 24 y 35 de la Ley de Concesiones. El fallo en

comento, a este respecto señala en su considerando undécimo que “ se colige

que al ser la Ruta 5 Norte, una obra vial cuya finalidad es ser una carretera de

alta velocidad, para cumplir con las exigencia de normalidad del servicio, éstas

deben estar despejadas, libres de toda perturbación y “dando estricto

cumplimiento a las normas de seguridad, entre las cuales podemos mencionar

el buen estado de las barreras divisorias entre los predios colindantes y la

autopista” (Considerando Décimo Quinto de la Sentencia de primera instancia”.

Siguiendo este orden de ideas, el incumplimiento contractual nace desde el

momento en que se produce el accidente cuya causa tenga relación con una

falta de diligencia en la prestación de los servicios, en especial a la obligación

de seguridad ya mencionada.

hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios, como lo indica el artículo 45 del
Código Civil, por lo que según lo indicado en el artículo 1547 del mismo Código, sólo cabe como
eximente de responsabilidad el caso fortuito, cuya prueba según este mismo artículo,
corresponde al que lo alega, y al no probarse en la especie los dos requisitos de este instituto
jurídico eximente de responsabilidad, tal exención deberá ser desestimada. Además, es
obligación de la concesionaria otorgar seguridad a todos los usuarios que se sirvan del servicio
ofrecido, para así evitar que a estos se les produzcan daños con motivo del uso de tal vía
concesionada.”, Corte de Apelaciones de Santiago, Moya Acevedo, Ángel Gabriel, causa Rol
9196-2009.

69
2.2.3 Nuestra posición.

No obstante la interpretación incorrecta de las normas, y en especial, la

creencia errónea acerca de la naturaleza jurídica del peaje, la aplicación del

estatuto jurídico de la responsabilidad contractual favorecería a las víctimas en

tres aspectos:

1. Prescripción. En cuanto a la prescripción de la acción de

indemnización que de acuerdo al artículo 2515 del Código Civil es de 5 años,

mientras que en sede extracontractual es de 4 años;

2. Carga de la prueba. En materia de prueba, de acuerdo al artículo

1698 del Código Civil, la víctima debe probar la existencia del vínculo

contractual, en este caso el peaje. Luego, de acuerdo al artículo 1547 existe

una presunción de culpabilidad del deudor, en el sentido de que deberá

acreditar que actuó con la diligencia exigida en el contrato y en la ley o que se

configura un caso fortuito que impidió que se lleve a cabo;

3. En algunos casos, las demandantes optan, además, acogerse al

régimen de derecho del consumidor.

70
A nuestro parecer, la doctrina de la responsabilidad contractual de las

sociedades concesionarias debe desecharse por los siguientes motivos:

1. Naturaleza jurídica del peaje. Es errado asemejar o denominar al peaje como

precio por uso del servicio. La doctrina nacional es mayoritariamente conteste

en negar el carácter de precio o contraprestación privada al peaje, de manera

tal que no existe contrato celebrado entre el usuario vial y la sociedad

concesionaria. En sentencia de 9 de marzo de 2011, la Primera Sala de la Corte

de Apelaciones de Valdivia revocó la sentencia de primera instancia que

condenó a la sociedad concesionaria demandada por responsabilidad

contractual. En su considerando Octavo sentencia que “en lo que concierne al

primer requisito en examen y que se alude en la consideración pertinente,

preciso es dejar asentado que en forma doctrinaria y jurisprudencial existe

opinión mayoritaria en torno que la normativa que rige la materia sobre la

responsabilidad por los daños ocasionados en una vía o carretera

concesionada, es de carácter extracontractual, toda vez que no existe o falta

una relación jurídica previa entre la ofendida principal y la concesionaria”52.

Agrega en el considerando Noveno que “para arribar a dicha conclusión es

52
Corte de Apelaciones de Valdivia, “Ramírez M. Juan y Otro con Ruta de Los Ríos Sociedad
Concesionaria S.A.”, Rol C-750-2010. En este proceso, el Tribunal de alzada revoca la
sentencia apelada que condena a Ruta Concesionaria Los Ríos S.A. a pagar cierta suma de
dinero a los demandantes, declarando en cambio que se rechaza la demanda en todas sus
partes, no estando obligado el demandado en autos a realizar ningún pago por concepto de
compensación.

71
claro advertir que la conexión de obra pública es un contrato administrativo

entre el Estado y un tercero, quién está obligado para esos efectos a realizar

una obra, y siempre en tal situación el pago no va a ser efectuado por el otro

contratante, sino que por los usuarios de la pista concesionada, a través del

sistema de peaje, sin que exista en manera alguna entre la concesionaria y el

usuario una relación contractual, toda vez que la tarifa o valor que se entra por

el peaje, adquiere para esos efectos no el carácter de precio, sino que un

simple gravamen, sin que aquello mute o cambie la situación existente”. El

tribunal de alzada no se limita a señalar que el peaje constituye un gravamen,

sino que además da a entender que este carácter se deriva necesariamente de

la relación jurídica existente entre el concesionario y la Administración del

Estado, de carácter público.

En sentencia de 6 de Junio de 2011, también dictada por la Corte de

Apelaciones de Valdivia, se señala en su considerando Decimocuarto que “la

tarifa o peaje que cobra por el servicio adjudicado (la concesionaria), se

encuentra regulada por la referida ley (Reglamento de la Ley de Concesiones),

suscrito por las partes […] Las normas contenidas en la Ley y Reglamento de

Concesiones de Obras Públicas, establecen en consecuencia, que la tarifa que

el concesionario cobra al usuario por el servicio prestado, consiste en un tributo,

considerando que el titular de la ruta es el Estado y no el concesionario. En

72
consecuencia, el peaje pagado por el usuario de la ruta o carretera, no

transforma el servicio, en un contrato civil entre la empresa y el automovilista. El

concesionario, es el adjudicatario de la licitación respectiva, la que a su vez

contiene las bases que contempla la tarifa establecida por los órganos del

Estado y que debe pagar el usuario de la ruta”.5354

En este sentido, el profesor Fernando Rabat argumenta que la naturaleza

jurídica de la carretera, impide que el servicio prestado por la sociedad

concesionaria pueda ser objeto de un contrato civil. El artículo 589 del Código

Civil, señala a los caminos como bienes nacionales de uso público, lo que se

reconoce posteriormente en el artículo 1º de la Ley de Concesiones y 24 de la

Ley Orgánica del Ministerio de Obras Públicas. Luego, el derecho a usar este

bien nacional de uso público puede quedar sujeto a restricciones o condiciones

fijadas mediante ley. “Así las cosas, la carretera concesionada es un bien

53
Corte de Apelaciones de Valdivia, “Ebner O. Constantino con Ruta de Los Ríos Sociedad
Concesionaria S.A.”. Rol C-118-2011.
54
En este mismo sentido un fallo que sentó precedente en Argentina señaló que “la
responsabilidad a juzgar en situaciones como la exhibida en el proceso –accidente acaecido en
ruta adjudicada por concesión a una empresa privada facultada al cobro de peaje-no es
contractual, sino extracontractual. El peaje no constituye la contraprestación del usuario hacia el
concesionario por la utilización de dicha ruta, sino que se trata de un tributo regulado en la
concesión otorgada por el Estado, a efectos de pagar los gastos generados por la construcción,
conservación o uso de la vía, cuyo deudor en sentido primario no es el usuario sino el
concedente”. Pronunciado por la Cámara Civil y Comercio, San Nicolás, Argentina, “Navarro,
Eduardo J. v. Servicios Viales S.A. s/cobro de pesos por daños y perjuicios”, 21/3/1996. EN
GALDÓS, Jorge. 1999. “Visión jurisprudencial de la responsabilidad de los concesionarios de
rutas por peajes”. Revista Jurisprudencia Argentina, tomo 1999-V, p.1330

73
nacional de uso público cuyo ejercicio puede limitarse al cumplimiento de

ciertas exigencias o condiciones, como lo es el pago del peaje o tarifa, la que,

por ende, no tiene el carácter de una contraprestación propia de los contratos

onerosos, como lo sería el de Autopista”55. Siguiendo la misma línea

argumentativa, agrega que si bien es la propia sociedad concesionaria quien

recolecta este gravamen, este hecho no altera su naturaleza, cuya regulación y

mecanismo de fijación se regula en el Contrato de Concesión en la que define a

la tarifa como “la contraprestación del servicio básico prestado por el

concesionario, regulado en el contrato de concesión”, de este modo, y según

Rabat Celis, la tarifa queda ligada por el Reglamento a la sociedad

concesionaria, de manera tal que más que un derecho para la concesionaria,

sería una obligación, ya que el usuario es un es tercero ajeno al contrato de

concesión. Si solamente el Fisco puede recolectar los tributos, entonces, entre

la concesionaria y éste existe una especie de mandato o diputación para el

cobro, en los términos del artículo 1576 del Código Civil56.

2. Relación jurídica entre usuario y concesionario vial. Como hemos sostenido a

lo largo de nuestro trabajo, la relación existente entre el concesionario vial y el

usuario es de carácter público. El contenido de esta relación está reglada por

55
RABAT CELIS, Fernando, Op. cit., p. 281
56
Ibíd. p. 284.

74
normas de Derecho Público, tal como lo señala el artículo 21 de la Ley de

Concesiones. Así lo señala Dolores Rufián, para quien “la obligación del usuario

de pagar la tarifa es una obligación de Derecho Público que nace de la Ley de

Concesiones y que, en cada concesión se manifiesta a través del Decreto

Supremo de Adjudicación”57. En este sentido, el usuario vial goza de todos los

derechos y garantías que la Constitución Política de la República garantiza a

todos los usuarios de los servicios públicos prestados por el Estado, y en este

caso, por la sociedad concesionaria. Es evidente la desprotección del usuario

frente a la concesionaria al catalogar aquella relación como contractual,

despojándolo de derechos consagrados en la Constitución, y dejándolo al

ámbito contractual privado. Así, para Rufián, “la tarifa es el precio del servicio

básico prestado por el concesionario, por lo que su naturaleza se aparta del

tributo y es una tarifa o precio; en definitiva el pago que realiza el usuario de

una vía concesionaria, pago que es percibido por el concesionario y no por el

Estado, constituye una tarifa y no un tributo”58. Por otro lado, en Argentina, se

ha establecido que la tarifa percibida a través del peaje tiene naturaleza

tributaria para la Administración y para el usuario. Para el concesionario, en

cambio, es sólo un medio para percibir el precio de su gestión, pero cuyo

57
DOLORES RUFIÁN, Dolores, Op. cit. 9, p. 144.
58
Ibíd. p. 147.

75
verdadero deudor no es el usuario, sino la propia concedente 59. Entender el

peaje como una contraprestación contractual traería consecuencias no

deseadas para el legislador, entre ellas dejar en desprotección al usuario vial

frente al concesionario que, sin tener los mismos incentivos, no mantendría la

ruta en óptimas condiciones o disponible para todos los habitantes de la

república sin discriminación. Conjuntamente con lo anterior, fácil sería para el

concesionario eximirse de responsabilidad con la excepción de contrato no

cumplido.

Por otro lado, dejaría en total incertidumbre al usuario que sin pagar aún

peaje ha entrado en la autopista. En este sentido, el legitimado activo se reduje

severamente al aplicar este criterio, por ejemplo, técnicamente los pasajeros de

un transporte público no pagan el peaje, por ende no podrán demandar a la

sociedad concesionaria por los daños ocasionados con motivo de su acción u

omisión ilícita. En consecuencia, no cabe sino concluir lo contradictorio que

resulta la existencia de dos clases de estatutos jurídicos aplicables para

usuarios que son víctimas de un mismo hecho fatal.

59
PIROTA, Martin. Op. cit. p. 419.

76
2.3 Estatuto del Derecho del Consumidor.

2.3.1. Doctrina.

La doctrina que estima que existe una relación de consumo entre el

usuario vial y el empresario concesionario, señala que el artículo 1° de la Ley

19.946 es completamente aplicable al automovilista de autopista concesionada.

De acuerdo a la mencionada disposición son consumidores “las personas

naturales o jurídicas que, en virtud de cualquier acto jurídico oneroso,

adquieren, utilizan, o disfrutan, como destinatarios finales bienes o servicios.”

Luego, señala que “Las personas naturales o jurídicas, de carácter público o

privado, que son proveedores de bienes o servicios habitualmente desarrollen

actividades de producción, fabricación, importación, construcción, distribución o

comercialización de bienes o de prestación de servicios a consumidores, por las

que se cobre precio o tarifa.” Por aplicación del artículo 2° bis del mismo cuerpo

legal, procedería el estatuto de derecho del consumidor al usuario vial de

autopista concesionada, ya que “Las normas de esta ley no serán aplicables a

las actividades de producción, fabricación, importación, construcción,

distribución y comercialización de bienes o de prestación de servicios reguladas

por leyes específicas salvo: a) Materias que éstas no prevean […]; c) En lo

relativo al derecho del consumidor o usuario para recurrir en forma individual,

77
conforme al procedimiento que esta ley establece, ante el tribunal

correspondiente, a fin de ser indemnizado de todo perjuicio originado en el

incumplimiento de una obligación contraída por los proveedores, siempre que

no existan procedimientos indemnizatorios en dichas leyes especiales.

Señala el artículo 3° letra d) del mismo cuerpo legal que el consumidor

tiene derecho a la seguridad en el consumo de servicios, la protección de la

salud y el del medio ambiente y el deber de evitar los riesgos que pudieren

afectarle. En este sentido, el prestador de servicios naturalmente riesgosos,

debe proporcionar todas las medidas de seguridad que tiendan a minimizar los

riesgos inherentes a la actividad y, del mismo modo, debe otorgar una

completa, íntegra y oportuna información tanto de los riesgos que implica el

servicio, como de las medidas de seguridad proporcionadas y su debida

aplicación.

A pesar que no ha tenido un tratamiento más acabado en la doctrina

nacional, en Argentina existe extensa literatura sobre la aplicación de las

normas de derecho del consumidor en el régimen de responsabilidad de las

concesionarias. En este sentido, ante la Ley 24.240, de Defensa del

Consumidor el concesionario es un proveedor de servicios viales, por lo que se

extendería una relación de consumo con los usuarios viales. Posteriores

78
cambios en dicha ley, hicieron que se ampliara la noción de usuario a quien, sin

ser parte de una relación de consumo, como consecuencia o en ocasión de ella

utiliza servicios como destinatario final, y a quien de cualquier manera está

expuesto a una relación de consumo (en nuestro caso podría tener legitimación

activa el peatón, persona o pasajero transportado que resulten damnificados al

momento de trasladarse por el espacio concesionado a causa de algún defecto

de mantenimiento o conservación de la carretera o incumplimiento de algunos

servicios que debe brindar el concesionario al usuario como auxilio mecánico o

médico –primeros auxilios-, extinción de incendios, colocación de postes de

emergencia a la vera del camino)60. Asimismo señala Pirota que por otra parte,

la ley 24.240 protege al consumidor y al usuario en la esfera contractual, pero

no lo hace fuera del contrato, y recordemos que la relación existente entre el

concesionario y usuario excede el ámbito contractual61. Desde otro punto de

vista, dicho cuerpo legal sanciona en su artículo 40 que “si el daño al

consumidor resulta del vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio,

responderán el productor, el fabricante, el importador, el distribuidor, el

proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o servicio. El

60
PIROTA, Martín. Responsabilidad de los concesionarios viales y la Ley de Defensa del
Consumidor: Nueva doctrina legal de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires. p.7.
[en línea]. [fecha de consulta: 26 enero de 2014]. Disponible en:
http://www.martindiegopirota.com.ar/articulos/Responsabilidad%20concesionarios%20viales%2
0y%20ley%20defensa%20consumidor.pdf
61
PIROTA, Martín. Op. cit. 44, p. 516

79
transportista responderá por los daños ocasionados a la cosa con motivo o en

ocasión del servicio.” Agrega en su inciso segundo que “[l]a responsabilidad es

solidaria, sin perjuicio de las acciones de repetición que correspondan. Sólo se

liberará total o parcialmente quien demuestre que la causa del daño le ha sido

ajena”. Esta disposición, explica Rinessi, haría extensiva su aplicación al Estado

“por ser el que ha otorgado esos servicios, mediante el contrato de concesión

de obra, al empresario vial. Es decir que el Estado quedaría comprendido en la

cadena de comercialización como el sujeto que ha generado el servicio” 62. A

este respecto, se ha dicho que la relación de derecho público existente entre la

Administración y el concesionario no es óbice para que el Estado pueda ser

alcanzado por una norma de Derecho Privado como es el artículo 40 de la ley

24.240”63.

Al respecto, el autor argentino Ricardo Luis Lorenzetti ha señalado que

“en efecto, la relación entre el usuario de un servicio público y el proveedor,

está regulada como una relación de consumo, independientemente del carácter

contractual o extracontractual […]”64.

62
RINESSI, Antonio. Op. cit., p. 133
63
SAGARNA, Fernando. Jurisprudencia sobre responsabilidad de las concesionarias de rutas
por peajes, en Juris, La Ley. 1998. p. 191. EN: RINESSI, Antonio. Op. cit., p. 133
64
LORENZETTI, Ricardo Luis. 1998. Concesionarios viales: ¿En qué casos hay
responsabilidad? La responsabilidad de los concesionarios viales. Revista de Derecho de
Daños, p. 164.

80
La relación contractual, entonces, nacería con el pago de peaje, así se

ha establecido en la jurisprudencia “e independientemente de que la

responsabilidad sea contractual o extracontractual, de lo que no cabe duda es

de que la relación entre el concesionario de una ruta y quien transita por ella

previo pago de un peaje es un usuario involucrado en una típica relación de

consumo”65, en consecuencia, “al consumidor o usuario le son aplicables los

principios in dubio pro consumidor, el deber de información y demás pautas de

la Constitución Nacional y la ley 24240 (en particular, arts. 5, 6 y 40) 66. El fallo

en comento sentó un precedente en Argentina, toda vez que fue una de las

precursoras en la aplicación del estatuto de Derecho del Consumidor, Boragina

y Meza en comentario a este fallo señalan que “las garantías constitucionales

que amparan prioritariamente los bienes en juego (interés de la concesionaria y

del usuario dañado), deben ser necesariamente ponderadas en relación a las

frías y abusivas reglas que pretenden imponer los actuales dueños del mercado

nacional, como única manera de alcanzar una solución justa”67. Agregan que

además este tipo de fallos tendría un efecto de tipo “preventivo”, en este sentido

señalan que “ la importancia adicional que reviste este tipo de fallos consiste en

consagrar, elípticamente, una valiosa forma de prevención, calidad que implica

65
GALDÓS, Jorge. 1999. “Visión jurisprudencial de la responsabilidad de los concesionarios de
rutas por peajes”. Revista Jurisprudencia Argentina, tomo 1999-V, p. 1330.
66
Ídem.
67
BORAGINA, Juan y MEZA, Jorge. 2000. “La responsabilidad de los concesionarios de rutas:
un fallo ejemplar”. Revista Jurisprudencia Argentina, tomo 2000-IV, p. 206.
81
superar la mera protección de intereses individuales para trascender a los

colectivos y difusos, grave e impunemente afectados al presente”, según los

autores para las empresas concesionarias es menos gravoso invertir en

prevención que reparar el daño ocasionado al usuar io accidentado.

Siguiendo este orden de ideas, en el estatuto de derecho del consumidor,

el proveedor de un servicio debe prestarlo en condiciones de seguridad, de

forma tal que, utilizados en condiciones previsibles o normales de uso, no

presenten peligro alguno para la salud o integridad física del usuario. En el caso

de responsabilidad por accidentes en autopistas concesionadas, no solamente

se traduce en mantener en buen estado las vías y la infraestructura, sino que

además “el concesionario debe velar por el cuidado y vigilancia de los

corredores que estuvieran comprendidos en la concesión, y en tal sentido

arbitrar medios adecuados para ejercer esta vigilancia en todo su recorrido en

forma permanente. No hacerlo será asumir todo el peso de la obligación de

seguridad incumplida”68. De igual, es imperante que “haya una información

adecuada y minuciosa, necesariamente veraz, que permita que el usuario tenga

todos los elementos de evaluación para desarrollar un comportamiento acorde

lo que va a realizar, que será el transito por la ruta concesionada”69. De esta

68
RINESSI, Antonio. Op. cit., p. 127
69
Ibíd. p. 125.

82
forma la información que debe brindarse al usuario se concretará en los

adecuados señalamientos de las rutas, en lo que concierne a las vías de

circulación, a la ubicación de las vías, a la delimitación y caracterización de las

mismas, al debido señalamiento en casos de obras u obstáculos, de todas

aquellas indicaciones o informaciones que deben suministrarse al usuario al

ingresar en la vía, antes o después de pagar el peaje. Esta obligación de

información es continua y permanente, y debe proveer al usuario de todo lo

necesario para que la conducción se realice sin tropiezos ni inconvenientes. La

información que se brinde debe ser oportuna, adecuada y satisfactoria. En

Argentina, la Cámara Nacional Civil falló que “las señales indicadoras no sólo

deben ser medios aptos para cumplir su objetivo –advertir a los transeúntes

alguna circunstancia relevante para su seguridad- sino que también deben

resultar en sí mismas inocuas para terceros. El fin último de la señalización vial

debe ser el resguardo de la vida e integridad de quienes transitan”70.

2.3.2 Jurisprudencia.

A propósito del estatuto de responsabilidad contractual, existe

jurisprudencia reciente que estima que si bien existe una relación contractual

70
Cámara Nacional Civil de Argentina, “Fernández, Marta con Saint Lare, Armando y otros”.
EN: PIROTA, Martín. Op. Cit. 44, p. 623

83
civil entre la concesionaria y el usuario vial, acoge las demandas que

interpuestas en sede de Derecho del Consumidor. Aun cuando no existe mucha

acogida dentro de la jurisprudencia, los argumentos utilizados para condenar a

la sociedad concesionaria no se apartan de los utilizados en otros estatutos

normativos, se reitera el deber de seguridad que debe guardar la sociedad

concesionaria para con los usuarios viales. En este sentido, la Corte de

Apelaciones de La Serena en sentencia de 3 de agosto de 2012 señala en su

considerando Séptimo que “el usuario del servicio en su relación con la

concesionaria está en una situación contractual, ligado a la concesión por un

contrato de derecho privado, en que las prestaciones recíprocas entre los

contratantes se constituyen por la provisión por un lado, de una ruta o camino

con determinadas características y, de otro, el pago de un valor prefijado por

ello, debiéndose tener en consideración que este precio o peaje no se

encamina sólo a financiar un servicio público que se presta sin un interés

ulterior de quien lo provee, sino que, por el contrario, la sociedad concesionaria

es quien actúa motivada, como es natural, por el afán de entre una legítima

ganancia”71. En este caso, si bien la víctima del accidente no había pagado aún

el peaje, la Corte señala que “la calidad de consumidor o usuario para los

efectos de la ley aludida, no sólo la posee quien ha contratado un servicio, sino

que también la persona, que se encuentre en disposición de pagar tal servicio

71
Corte de Apelaciones de La Serena, “Luciano Contreras Gallardo contra Sociedad
Concesionaria Autopista del Aconcagua”, Rol C-179-2011.

84
(peaje) por el uso de una ruta concesionada, por cuanto atendida la naturaleza

del mismo, de acuerdo a las reglas de la experiencia, resulta posible ingresar

desde un camino secundario a la carretera concesionada y desplazarse por

este hasta el lugar destinado a pagar el precio por su uso, única interpretación

lógica que permite entender la utilización del vocablo “consumidor”, que emplea

por ejemplo el inciso 2° del artículo 15 (de la ley 19.946), y la inclusión de la

falta del inciso 1° de la misma disposición, dentro de las normas de dicha ley, la

que, entonces, no se limita a las personas que hayan efectivamente adquirido

bienes o servicios”. Posteriormente, en su considerando Noveno señala que “en

virtud de la relación existente entre concesionario y el usuario, la primera

adquirió las obligaciones cuyo incumplimiento se enmarcan en la Ley 19.946,

sobre los Derechos de los Consumidores, responsabilidades civil e infraccional

que tienen también su sustento normativo en las disposiciones contenidas en la

Ley de Concesiones, en el Decreto Supremo 845 de 14 de octubre de 1996,

tramitado el 21 de febrero de 199 (sic), que adjudicó el contrato de Concesión

de la Obra “Ruta 5 tramo Los Vilos – Santiago y en las Bases de Licitación de

esta Obra”7273.

72
Ídem.
73
Otro fallo que se pronuncia en el mismo sentido, Corte de Apelaciones de Santiago, Huerta
Gómez, Victor Manuel con Sociedad Concesionarias Rutas del Pacífico S.A., Rol 7152-2003.

85
2.3.3 Nuestra posición.

De la misma forma que expusimos en más arriba en el punto 4.1 de este

trabajo, rechazamos esta teoría. Particularmente, no podemos catalogar esta

relación como de “consumo”, puesto que los caminos públicos son bienes

nacionales de uso público, cuyo dominio pertenece a la nación toda, y que es

entregado en concesión, sin que el Estado pierda el dominio sobre estos.

Asimismo, si aceptáramos esta teoría, aún no está bien determinado si la esfera

de la relación de consumo se extendería a los pasajeros del vehículo, a quienes

no pagaron la tarifa del peaje o a quienes se encuentran casualmente en la

autopista. Por último, agregamos que el hecho que la Ley de Concesiones no

establezca reglas de procedimiento destinadas a hacer efectivas las normas de

responsabilidad en ella contenidas, no faculta a los jueces de policía local para

aplicar las normas de Derecho del Consumidor. En nuestra opinión, no es

posible aseverar esta relación como de consumo, puesto que nuestra tesis se

construye en base a la relación de derecho público existente entre el usuario

vial y el concesionario, y el usuario vial y la Administración del Estado. Como

hemos venido señalando, el deber de seguridad está contenido en normas de

derecho público y su origen recae en la naturaleza misma de la concesión, esto

es la prestación modalizada de un servicio público.

86
2.4 Responsabilidad extracontractual.

La responsabilidad extracontractual es aquella que nace de un hecho

antijurídico no convencional, que genera el nacimiento de la obligación de

indemnizar el perjuicio ocasionado en otra persona o patrimonio. El hecho

dañoso se genera por la infracción de un deber de conducta que puede estar

definido a priori en la ley o a posteriori por construcción judicial.

En la determinación de responsabilidad de las sociedades

concesionarias es considerado el deber de cuidado que es transgredido y que

causa daño en la persona o bienes del usuario lesionado. El común

denominador de los juicios relacionados con accidentes en autopistas

concesionadas son las interpretaciones de los artículos 23 y 35 de la Ley de

Concesiones y 62 inciso segundo del Reglamento de la Ley de Concesiones,

respecto de los cuales se colige la existencia de este deber de cuidado.

Aparentemente estas disposiciones establecerían un régimen de

responsabilidad objetiva o estricta, bajo el cual se presume la responsabilidad

de la concesionaria por la sola ocurrencia del accidente. Estas disposiciones

son generalmente utilizadas en los fundamentos de Derecho en las demandas

deducidas por las víctimas demandantes. No obstante lo anterior, esta tesis ha

sido superada en reiterada jurisprudencia de la Corte de Suprema, condenando

87
a las sociedades concesionarias por el régimen de responsabilidad subjetiva o

por culpa, en los términos del Código Civil.

2.4.1 Responsabilidad subjetiva o por culpa.

2.4.1.1 Doctrina.

Los elementos que configuran la responsabilidad extracontractual,

latamente estudiados, son la acción u omisión con culpa o dolo del hechor, el

daño ocasionado a una persona o su patrimonio y el nexo causal entre el acto u

omisión culposo o doloso y el daño a una persona o a su patrimonio. La

aplicación de los artículos contenidos en la Ley de Concesiones y su

Reglamento, mencionados más arriba, deben ser interpretados conforme las

reglas generales de responsabilidad extracontractual, esto es según los

artículos 2314 y siguientes del Código Civil. La consecuencia directa de la

aplicación práctica de este régimen es la carga de la prueba que recae sobre la

víctima en juicio, quien deberá probar la infracción culposa o dolosa de las

normas relativas al deber de cuidado exigido a la sociedad concesionaria para

con los usuarios viales y el daño ocasionado a su persona o patrimonio con

motivo de aquella contravención culposa o dolosa.

88
En igual modo, se ha propuesto por la jurisprudencia y un sector de la

doctrina que en contra de las empresas concesionarias existirá una presunción

de culpa en los términos del artículo 2329 del Código Civil. La interpretación de

esta norma, según Alessandri, arriba a una presunción del hechor por el hecho

propio. De acuerdo al autor, los ejemplos dispuestos en este artículo son

meramente ilustrativos, los que por sí solos demuestran negligencia. “Para que

se aplique la presunción bajo este concepto resulta necesario, ante todo, que la

cosa o la actividad hayan estado bajo el control del demandado, pues no puede

presumírsela culpa si el daño ocurre fuera de su ámbito de cuidado”74. De esta

manera, una vez probado el hecho causante del daño, la empresa

concesionaria debiera probar su diligencia. Particularmente, en responsabilidad

de las empresas concesionarias por accidentes viales. No obstante, esta tesis

es minoritaria y no es acogida en la jurisprudencia, confirmando la

responsabilidad bajo los términos del artículo 231475.

Se distingue entonces, la responsabilidad subjetiva por culpa ordinaria y

con inversión de la carga de la prueba. Lo exigido por tribunales se ha

denominado como “agotamiento, que supondría la imposición de una prestación

74
BARROS BOURIE, Enrique. Tratado de Responsabilidad Extracontractual. Santiago, Editorial
Jurídica, 2006. p. 152
75
Séptimo Juzgado Civil de Santiago, “Borjes Muñoz, María Teresa con Sociedad
Concesionaria Autopista del Sol, Rol C-3421-2003.

89
a la concesionaria de imposible cumplimiento. En España, la doctrina y la

jurisprudencia aún no es pacífica respecto de este punto76, esto debido a que la

ley de concesiones de obra pública española 13/2003, no establece la relación

jurídica que se genera con motivo del uso de la autopista, sino que solamente

señala la obligación por parte del usuario a pagar el peaje. Por otro lado, en

Argentina, José María Azar sostiene que la responsabilidad objetiva de las

concesionarias proviene de la infracción a la obligación de señalización, la cual

sería una típica obligación de resultados, pues asegura un efecto

determinado77.

En este sentido, para Rabat “será menester que se indique por el actor

cuál ha sido la norma quebrantada, cuál ha sido la obligación específica omitida

por la Sociedad Concesionaria que deriva de su marco jurídico no sólo formado

por la Ley de Concesiones y su reglamento, sino que también por las Bases de

Licitación y la oferta de adjudicación, como lo señala el artículo 50 inciso 1° del

Reglamento”78. Agrega que la antijuridicidad de una acción u omisión de la

concesionaria sólo se configurará en la medida que exista una norma específica

76
SÁNCHEZ ALBARRÁN, Oscar. 2009. Autopistas de peajes y animales: La imposible prueba
del agotamiento de la diligencia. Diario La Ley. N°7279.
77
AZAR, José María. 1999. La responsabilidad del concesionario y del Estado por accidentes
en Rutas. Incumplimiento del deber de señalización. Revista de Responsabilidad Civil y
Seguros. p. 1051
78
RABAT CELIS, Fernando, Op. cit., p. 293.

90
incumplida, es decir a una obligación claramente impuesta a la Sociedad

Concesionaria. El autor va más allá y señala que el artículo 62 del Reglamento

indica que la Sociedad Concesionaria deberá adoptar todas las medidas para

evitar daños a terceros. Aquello no debe ser tomado en un sentido irrestricto,

primero porque esta norma no excluye el imprevisto 79, y en segundo lugar,

porque hay ciertas atribuciones que no le corresponden a la sociedad

concesionaria, por ejemplo ejercer policía de caminos o cercar predios ajenos.

En Argentina se ha entendido de esta manera, por cuanto un sector de la

doctrina estima que “desde el punto del Derecho Público (el Estado) tiene el

Poder de Policía […] para accionar contra las personas o propiedades privadas,

que se encuentren sobre el corredor vial y que impidan la libre circulación.

[…]Existe en cabeza del Estado la obligación de control y vigilancia de las

obligaciones del concesionario (poder de policía legal); aparece así una

responsabilidad objetiva que se funda en el incumplimiento de sus funciones

79
A este respecto, en Argentina existe numerosa jurisprudencia acerca de la responsabilidad de
las concesionarias por animales en la vía. Se ha estimado que para la sociedad concesionaria
es un hecho imprevisto el cruce de animales en las autopistas. En este sentido, un fallo
emblemático sostuvo que “los hechos dañosos que ocurran con motivo o en ocasión del uso del
camino público por quien paga peaje para transitar por él quedan regidos por las normas de la
responsabilidad extracontractual. No se controvierte que el choque fue con una vaca de la que
la demandada no es dueña ni guardiana. […] Pero para que esto ocurra es preciso que la causa
del siniestro radique en algo inherente a la ruta en sí misma (mal estado del pavimento, rotura,
baches, montículos, etc.) o en la falta de indicaciones o señalización, iluminación o demás
elementos que ordinariamente posibilitan la normal circulación de los automotores”. Sentencia
pronunciada por Cámara Nacional Civil, Sala G, “Carnelli, Juan O. con Nuevas Rutas S.A.”, EN
POCLAVA LAFUENTE, Juan. 1992. “Accidentes causados por animales en rutas otorgadas en
concesión”, Revista La Ley, tomo 1992-D, p. 337

91
específicas”80. De igual manera, “esta facultad (retirar animales sueltos en la

vía) no sólo se superpone a las ya gravosas obligaciones que tienen los

concesionarios por las leyes, pliegos generales y particulares, y reglamento de

explotación del camino, sino que desde el punto de vista normativo jurídico

dicha facultad no es compatible con la circunstancia de que estas empresas no

son titulares del poder de policía y seguridad como para incautar animales”.81

2.4.1.2 Jurisprudencia.

Los tribunales superiores han aceptado pacíficamente que “pesa sobre la

sociedad concesionaria para con el usuario de una ruta concesionada la

obligación de adoptar las medidas de seguridad necesarias para evitar la

concurrencia de accidentes en aquella”82. Asimismo, se ha establecido “Que

tratándose del resarcimiento de daños derivados de accidentes ocurridos en

80
HISE, Mónica y ROSELLO, Gabriela. “Peaje”. Buenos Aires, Argentina. Revista
Jurisprudencia Argentina, año 2000, tomo 2000-IV, p. 1113.
81
YMAZ VIDELA, Martín Rafael e YMAZ COSSIO, Esteban Ramón. “Responsabilidad de los
concesionarios frente a accidentes de usuarios en las concesiones viales argentinas”. Buenos
Aires, Argentina, Revista Jurisprudencia Argentina, año 1997, tomo 1997-F, p. 1026.
82
Corte de Apelaciones de Santiago, “Canales Valenzuela, María con Ruta 5 Tramo Talca –
Chillán”, Rol C- 2330-2005. La Corte de Apelaciones de Santiago, condena a la sociedad
concesionaria Ruta 5 Sur Tramo Talca Chillán S.A. a pagar una indemnización de perjuicios por
daños a los familiares sobrevivientes de un conductor que resultó muerto producto del choque
de su automóvil con un ciclista y tres caballos. Ello, al interior de una carretera concesionada.
En el fallo de segunda instancia, se señala que existiría responsabilidad objetiva por parte de la
empresa concesionaria, basándose en la normativa de las bases de licitación y el contrato de
concesión celebrado entre ella y el Fisco de Chile.

92
carreteras o rutas concesionadas conforme a la aludida doctrina de casación

[responsabilidad estricta], la naturaleza de la responsabilidad que asiste a la

sociedad demandada es de índole subjetiva, siendo determinante también la

ausencia de un vínculo jurídico previo entre la víctima directa y dicha sociedad,

de modo que ésta es de orden extracontractual, descartándose que se pueda

fundar una responsabilidad estricta sin base en precepto legal. […] no resulta

posible sostener el régimen de responsabilidad aplicable en las expresiones

que se utilizaron en las bases de licitación y en el contrato de concesión ni en lo

preceptuado en el artículo 35 del D. F. L. 164, en cuanto dispone que el

concesionario responderá de los daños, de cualquier naturaleza, que con

motivo de la ejecución de la obra o de la explotación de la misma se

ocasionaren a terceros, a menos que sean exclusivamente imputables a

medidas impuestas por el Ministerio de Obras Públicas, después de haber sido

adjudicado el contrato, toda vez que esta regla sólo tiene por finalidad identificar

como sujeto pasivo de la obligación de indemnización de perjuicios a la

empresa concesionaria, en el caso de que se ocasionen daños con motivo de la

ejecución de la obra o de la explotación de la misma. Agrega el tribunal de

casación que lo razonado se desprende claramente de la atenta lectura del

precepto, en el que no aparece que se excluya de la obligación indemnizatoria

la exigencia de un juicio de culpabilidad.”83. Así las cosas, en estos términos

83
Corte de Apelaciones de Santiago. “González Vergara, Jorge con Ruta 5 Tramo Talca –
Chillán”. Rol C- 3311-2009,
93
nosotros postulamos que no es suficiente la aplicación de los artículos del

Código Civil para determinar cuál es el nivel de diligencia exigida a la sociedad

concesionaria. Las obligaciones de las concesionarias en materia de seguridad,

emanan tanto de la ley como de los demás cuerpos normativos que la tratan84.

2.4.1.3 Nuestra posición.

Nosotros no compartimos la tesis expuesta anteriormente, por cuanto

postulamos que el artículo en comento es parte de un conjunto de normas que

establecen un deber de conducta general de la sociedad concesionaria, el que

consiste en la prestación de servicio en condiciones de seguridad para con los

usuarios de ella. Por ejemplo, supongamos que una sociedad en particular se

adjudica la concesión de una ruta, y ni en el decreto de adjudicación ni en las

bases de licitación se establece la obligación de cercar las pasarelas

peatonales, la concesionaria no podrá argumentar que no responderá de los

daños ocasionados por terceros que lancen objetos a vehículos en movimiento

por no estar contemplada en la normativa aplicable aquella obligación.

84
En este mismo sentido, Corte de Apelaciones de Concepción, “Cabezas Muñoz, Edith y otros
con Rutas del Bosque Sociedad Concesionaria S.A.”, rol 483-2012: “fundada en las normas del
derecho común, si el incumplimiento de deberes de cuidado y particularmente del deber de
seguridad que le es exigible a la concesionaria en los términos recién descritos, ha causado un
daño a los demandantes. De existir tal incumplimiento, ello no puede sino ser culpable, por
tratarse de deberes impuestos por la ley y el reglamento”.

94
Tampoco podrá alegar que es un hecho imprevisto o que por tratarse de un

hecho delictual del tercero que lanza el objeto no puede detener aquél hecho

por no corresponderle las labores de policía y fuerza pública para tal efecto.

Aquellas defensas son incongruentes con la naturaleza misma de la concesión,

y con el deber de seguridad que se debe tener para con los usuarios viales. Los

niveles de exigencia que se esperan de una sociedad concesionaria son

siempre mucho más altos que una actividad ordinaria de carácter privado. Ante

la pregunta, ¿puede el concesionario tomar medidas de seguridad que no estén

contempladas en las bases de licitación, contratos de concesión y decretos de

adjudicación?, podemos responder que sí. La concesionaria tiene como

imperativo legal proteger a los usuarios viales frente a hechos previsibles, de

manera tal de suprimir o reducir el daño que se pudiera ocasionar. De esta

manera, y como hemos venido reiterando, a las sociedades concesionarias les

es aplicable el estatuto de responsabilidad por falta de servicio, por lo que

aquella pasarela debe ser cercada si allí existe un alto tráfico de personas que

hacen previsible cualquier evento que altere el normal funcionamiento del

servicio y que ocasione daños a los usuarios. El artículo 23 de la ley de

concesiones establece que el estándar normativo de responsabilidad es la

“normalidad”, el que interpretado de manera aislada no establece un “deber de

cuidado que excede al que normalmente rige respecto del mantenimiento y

95
señalización de calles y caminos de conformidad con la Ley de tránsito” 85. En la

legislación argentina, ocurre algo similar, señalando que “Del examen de las

normas que rigen las respectivas concesiones, se verifican cuáles son las

responsabilidades del concesionario. En particular, corresponde destacar la

obligación de asegurar el tránsito normal, suprimiendo las causas generadoras

de molestias, inconvenientes o peligros.”86. Al respecto, Martín Pirota ha

referido que “[…] el art. 25 del Reglamento de Explotación de las Concesiones

Viales, exigen al ente concesionario la facilitación de la circulación por el

camino ininterrumpidamente durante las 24 horas del día, en condiciones de

absoluta normalidad, debiendo suprimir las causas que originen molestias,

inconvenientes o peligrosidad para los usuarios; otorgándosele, además, la

facultad de restringir la circulación cuando razones de seguridad o de urgente

reparación así lo exijan.”87

85
BARROS BOURIE, Enrique. Op. cit., p. 746.
86
SARMIENTO GÜEMES, Manuel. Op. cit., p.1169.
87
PIROTA, Martín. [en línea] [fecha de consulta: 22 junio de 2014]. Disponible en:
http://www.mercadoasegurador.com.ar/adetail.asp?id=246.

96
2.4.2 Responsabilidad objetiva o estricta.

Podemos definir la responsabilidad objetiva o estricta como aquella que

se configura con la existencia del daño y la relación causal de hecho dañoso,

prescindiendo del factor culpabilidad del hechor. De acuerdo a lo dispuesto en

los artículos 2314 del Código Civil sólo se podrá imputar responsabilidad al

hechor si ha actuado con dolo o culpa. De lo anterior se colige que, en principio,

este régimen de responsabilidad es de carácter excepcional en nuestro

ordenamiento jurídico, dado que rige ciertas actividades que generan un riesgo

inherente, como la generación de energía nuclear, en la que basta la

concurrencia de un daño causado con motivo del desarrollo de la actividad

riesgosa para que se genere la obligación de indemnizar, sin que sea necesario

realizar un juicio de valor. La imputación es reemplazada por el concepto de

riesgo y debe estar sancionado de manera expresa en la ley. De esta manera,

la responsabilidad objetiva de las concesionarias para la doctrina y

jurisprudencia está fundada en el riesgo creado en el desarrollo de la actividad,

por lo mismo es de carácter excepcional en el ordenamiento jurídico.

97
2.4.2.1 Doctrina.

Se ha construido en base a una interpretación literal del artículo 35 de la

Ley de Concesiones un estatuto que, según algunos autores, “establece un

régimen de responsabilidad objetiva, al disponer que el concesionario

responderá de los daños, de cualquier naturaleza, que con motivo de la

ejecución de la obra o de la explotación de la misma se ocasionaren a terceros,

a menos que sean exclusivamente imputables a medidas impuestas por el

Ministerio de Obras Púbicas, después de haber sido adjudicado el contrato”88.

En el mismo sentido se interpreta el artículo 23 de la Ley de Concesiones y los

artículos 62 y 63 del Reglamento. Sin embargo, de acuerdo a Rabat, estos

artículos “consagran un sistema para distribuir la responsabilidad interna entre

la Sociedad Concesionaria y el Ministerio de Obras Públicas, en términos tales

que, de existir un hecho del cual surja responsabilidad conforme al sistema

general de imputación subjetiva, las consecuencias que se deriven de tal hecho

deben, en definitiva, ser soportadas por la Sociedad Concesionaria y no por el

Fisco de Chile”89.

88
KLENNER, Arturo. Demanda de indemnización de perjuicios por daños personales o
patrimoniales en el tránsito en vías concesionadas: Una aproximación desde la práctica y la
jurisprudencia. Santiago, Editorial Aremi. p. 86.
89
RABAT CELIS, Fernando. Op. cit., p. 290.

98
2.4.2.2 Jurisprudencia.

En la Jurisprudencia, el fallo de la Corte Suprema en el juicio caratulado

Canales Valenzuela, María con Ruta Cinco Tramo Talca Chillán S.A. y otro

establece ilustrativamente que “no puede ser base de la tesis que pretende

objetivar esta responsabilidad lo preceptuado en el artículo 35 del D.F.L. 164

[…] Ciertamente esta regla tiene por finalidad identificar como sujeto pasivo de

la obligación de indemnización de perjuicios a la empresa concesionaria en el

caso de que se ocasionen daños con motivo de la ejecución de la obra o de la

explotación de la misma90. Lo razonado se desprende claramente de la atenta

lectura del precepto, en el que no aparece que se excluya de la obligación

indemnizatoria de un juicio de culpabilidad”91. Asimismo agrega que “sólo cabe

concluir que la naturaleza de la responsabilidad que asiste a la sociedad

demandada es de índole subjetiva y en esta perspectiva constituye un error

jurídico fundar esta responsabilidad estricta sin base en precepto legal”. En este

caso, el deber de cuidado establecido en la Ley de Concesiones exige un

estándar de “absoluta normalidad”, lo que ha sido interpretado en un sentido

90
En este sentido véase: 5° Juzgado Civil de Santiago, “Fernández Gómez, Víctor con
Sociedad Concesionaria Rutas del Pacífico S.A”., causa Rol C-15481-2006; Corte Suprema,
Lazo Barra con Fisco y Autopista del Maipo, causa rol 6562-2009.
91
Corte de Apelaciones de Santiago, “Canales Valenzuela, María con Ruta 5 Tramo Talca –
Chillán”, Rol C- 2330-2005, considerando vigésimo cuarto.

99
literal, de modo tal que se infringiría por el sólo hecho de encontrarse y

colisionar con un animal en la pista de circulación de la ruta concesionada.92

Otro fallo indica que “que, entonces, de acuerdo con el texto legal citado

en el motivo anterior (artículo 35 del D.S. 900 del año 1996)93, la falta de

servicio es una responsabilidad objetiva, pero aún así debe existir,

necesariamente, una relación de causalidad entre la explotación de la obra y los

daños causados a terceros para hacer procedente la responsabilidad

extracontractual”.94

Dentro de otro plano de ideas, las consecuencias de adoptar este criterio

de manera generalizada puede llevar la consecuencia de desfavorecer la

prevención de accidentes en las autopistas. Al estar determinada a priori la

responsabilidad de la sociedad concesionaria, esta no tendrá incentivos para

cumplir con las obligaciones impuestas en las normas legales en relación con la

seguridad de los usuarios viales. Es decir, por responder por todo daño y ante
92
Corte de Apelaciones de Valparaíso, “Avilés Sepúlveda, María Eliana con Fisco de Chile y
otro”, Rol C- 77-2010. La corte de Apelaciones de Valparaíso revoca el fallo y condena a la
Sociedad Concesionaria Rutas del Pacífico S.A. Indica que ésta no ha tenido el cuidado al que
se encuentra obligada de acuerdo al artículo 23 del Decreto N° 900, esto es, a facilitar el
servicio en condiciones de absoluta normalidad, suprimiendo las causas que originen molestias
o peligros para los usuarios de las vías.
93
El paréntesis es nuestro.
94
Corte de Apelaciones de Concepción, “Galdames Morales, Héctor con Camino de la Madera”,
causa Rol 2761-2003

100
todo evento, sería un despropósito además invertir en todas las medidas de

seguridad exigidas si se va a responder incluso en ante hechos completamente

imprevistos.

2.4.3 Nuestra posición respecto de la responsabilidad de la concesionaria

según las normas de Derecho Privado.

Para finalizar el presente capítulo, analizaremos el fallo pronunciado por

la Cuarta Sala de la Corte Suprema el 20 de agosto de 2012, en la causa

caratulada “Herraz Díaz, Nancy con Autopista del Sol”95. Dicha causa refleja

fielmente lo que implica acoger una tesis netamente privatista de la

responsabilidad de las autopistas concesionarias, en contraposición a nuestra

propuesta, la que se encauza más bien por la existencia de un deber de

seguridad contenido principalmente en la Ley de Concesiones de Obra Pública

y su Reglamento. Este imperativo jurídico, es más que la interpretación literal de

las disposiciones contenidas en los citados cuerpos normativos. Como señala el

Considerando Cuarto del fallo en comento “la caída de una piedra lanzada por

terceros desde fuera y hacia la ruta o camino, constituye un episodio ajeno al

tránsito vehicular y cuya ocurrencia no tiene la virtud de hacer nacer la

95
Corte Suprema. “Herraz Díaz, Nancy con Autopista del Sol”, causa Rol 2282-2010

101
responsabilidad de la concesionaria, pues la única forma de evitar un hecho

similar sería encerrando la autopista totalmente, a lo cual la empresa Autopista

del Sol S.A. no se obligó según su marco normativo y reglamentario”. Esta parte

de fallo, no considera el artículo 23 de la Ley de Concesiones de Obra pública

impone al concesionario “prestar el servicio en condiciones de absoluta

normalidad, suprimiendo las causas que originen molestias, incomodidades,

inconvenientes o peligrosidad a los usuarios de las obras, salvo que la adopción

de medidas que alteren la normalidad del servicios obedezcan a razones de

seguridad o de urgente reparación”. De esta manera, el empresario

concesionario deberá tomar las medidas necesarias que aseguren que el

automovilista no se enfrente a ningún imprevisto en toda la extensión de la

autopista. Ciertamente, que estas medidas se encuentran enumeradas en los

distintos cuerpos normativos a los cuales se somete la empresa concesionaria

durante la fase de explotación, pero es cierto también que aquellas medidas

nunca serán suficientes para asegurar la absoluta normalidad a la que se refiere

el artículo 23 de la Ley de Concesiones de Obra Pública. Es decir, la omisión o

no exigencia de medidas particulares de seguridad, como la instalación de

mallas durante toda la extensión, no faculta al concesionario a desentenderse

de esta situación. Volviendo al fallo, la Corte reitera en el considerando

Undécimo que “por otro lado, del análisis de los documentos señalados como

asimismo del contrato de concesión, bases de licitación y su marco regulatorio,

102
no aparece que exista obligación para la demandada de cercar la autopista en

toda su extensión y altura de manera de impedir todo evento dañoso”. Creemos

que la Corte está errada, puesto que el deber de seguridad no está establecido

para evitar todo evento dañoso, sino más bien aquellos que son previsibles y

evitables. En este sentido, pues, el deber de seguridad exigirá al concesionario

tomar las medidas que supriman o disminuyan los riesgos, aún cuando estas no

estén consideradas en las bases de licitación. No existe contravención a estas

normas, sino que una complementación para evitar daños que son previsibles.

No debemos olvidar que la empresa concesionaria está encargada de prestar

un servicio, de alto interés público. En consecuencia, nuestra propuesta se

enfoca en establecer un criterio único de responsabilidad en todo camino

público, concesionado o no. Lo anterior se comentará con más detalle en la

parte final de este trabajo.

103
CAPÍTULO 3° - RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA

ADMINISTRACION DEL ESTADO POR DAÑOS EXPERIMENTADOS POR

USUARIOS.

3.1 Inactividad en el ejercicio de sus deberes de inspección y vigilancia.

Como ya hemos señalado anteriormente, en el entendimiento de que la

Administración no puede desentenderse de aquellos deberes que le son

impuestos por mandato legal, estamos contestes con la opinión del profesor

Claudio Moraga Klenner, quien señala que “quizás el más relevante

subproducto del fenómeno privatizador de activos públicos y de transferencia de

funciones administrativas hacia los privados es la regulación, que, como tal, es

un subsistema dentro del gran sistema conformado por el Poder de Dirección,

Fiscalización y Control de la Administración”96.

Tanto nuestra doctrina, como la jurisprudencia nacional97, han

reconocido que la Administración del Estado puede ser responsable por

96
MORAGA KLENNER, Claudio. Op. cit., p. 223.
97
Corte de Apelaciones de Santiago, “Gómez Zúñiga, Julio contra Sociedad Concesionaria
Autopista del Sol S.A y otro”, Rol 8162-2009 12) Que no resulta aceptable la excepción del
Fisco de Chile en cuanto a que un inspector fiscal habría inspeccionado y vigilado
permanentemente el cumplimiento por parte de la concesionaria de las obligaciones emanadas
del contrato de concesión, toda vez que si en la realidad se produjo el hecho ilícito causante del
daño cuya indemnización demandan las víctimas, es porque tal labor de inspección y vigilancia
no fue realizada adecuadamente, sino que en forma imperfecta que impidió detectar las
104
accidentes ocurridos en carreteras concesionadas, al existir inactividad en el

ejercicio de sus deberes de inspección y vigilancia. Dichos deberes, le son

impuestos de acuerdo a lo señalado por el Capítulo VIII de la Ley de

Concesiones, “De la inspección y vigilancia de la Administración”,

específicamente en su el artículo 29 inciso segundo, el cual señala que

“Corresponderá al Ministerio de Obras Públicas la inspección y vigilancia del

cumplimiento por parte del concesionario de sus obligaciones, tanto en la fase

de construcción, como en la de explotación de la obra”. De lo anterior, se

esgrime que es deber del Ministerio de Obras Públicas fiscalizar y vigilar el

cumplimiento efectivo por parte de la concesionaria, de las obligaciones que

emanan del contrato de concesión, tanto en la etapa de construcción, como en

la explotación misma de la obra. Por ello, si la empresa concesionaria no

cumple las obligaciones emanadas de dicho contrato, el ente estatal, en su

deber de vigilar el cumplimiento de éstas, incurre en culpa, toda vez que si en la

posibles causas del ilícito de autos; 27° Juzgado Civil de Santiago, “Varas Boetsch, Miguel con
Concesionaria Rutas del Pacífico S.A. y Otro”, Rol C-10375-2004 12) Que a mayor
abundamiento, la responsabilidad del Fisco encuentra también explicación y base en que éste
no ha cumplido con su deber de vigilancia y cuidado de la obra ejecutada, pues si censurable es
la negligencia por la que se hace responsable a la Concesionaria por no prever y contemplar
protocolos de seguridad frente a eventos como el vandalismo, tanto o igual de reprochable es
que, el ente Fiscal, que tiene por mandato constitucional asegurar a todas las personas "el
derecho a la vida y a la integridad física y síquica de la persona", omita exigir y no supervigile a
las concesionarias que explotan las obras sujetas a dicho régimen jurídico, normas y
procedimientos de seguridad en la infraestructura anexa a la autopista como son los pasos de
nivel y pasarelas que atraviesan la misma, pues el no concluir en tal sentido implica además
violar la garantía constitucional de la igualdad ante las cargas públicas, contemplado en el
artículo 19 N° 20 de nuestra Carta Constitucional, pues implica que la concesión se
transformaría en el vehículo jurídico por el que el Estado traslada su responsabilidad a los
privados en las obras de utilidad pública, dejando a los administrados a merced de los eventos
que pudieren ocurrirles, y sin poder reclamar la responsabilidad de la autoridad en casos como
el estudiado donde el o los autores generalmente del hecho no son encontrados.
105
realidad se produce un hecho ilícito por parte de la concesionaria, causante de

algún daño y cuya indemnización posteriormente se demanda, es porque tal

labor de inspección y vigilancia no se llevó a cabo en forma adecuada, lo cual

impidió detectar con anticipación, las posibles futuras causas de hechos

dañosos. La labor de inspección y vigilancia por tanto, no es facultativa del

Ministerio de Obras Públicas, sino que es un deber, emanado de la ley. Al

respecto, Klenner señala que “si hay un resultado dañoso en la circulación por

una vía concesionada, tal no procede exclusivamente por un acto o una omisión

de la concesionaria respectiva, sino que también concurre la falta de

fiscalización del ente respectivo, que acusara oportunamente el incumplimiento

por acción u omisión, a fin de evitar a tiempo los daños resultantes98”. En base

a lo anterior, la Administración incurre en inactividad en el ejercicio de su deber

de inspección y vigilancia desde que su pasividad se transforma en una

infracción a un deber de actuación impuesto por el ordenamiento jurídico, y que

es materialmente posible.

El señalado artículo 29 de la Ley de Concesiones se refiere a este deber

de inspección y vigilancia en términos genéricos, por lo que la labor del juez en

este caso, será trascendental, debiendo considerar una serie de factores al

momento de fallar: exposición de la víctima al daño, previsibilidad de éste,

98
KLENNER, Arturo, Op. cit., p. 107.

106
denuncias anteriores respecto a la existencia del riesgo, obligaciones asumidas

por la empresa concesionaria, etcétera.

Al hablar de un incumplimiento del deber de inspección y vigilancia,

estaríamos frente a una inactividad por parte de la Administración del Estado,

es decir, frente a una no-actuación. El Estado entonces, estaría

comprometiendo su responsabilidad por no haber actuado, siempre claro está,

que dicha inactividad importe a su vez, una falta de servicio. En consecuencia,

el Estado responderá, a falta de norma expresa, por su omisión: “a) la

existencia de un interés normativamente relevante; b) la necesidad material de

actuar para tutelar ese interés, y c) la proporción entre el sacrificio que importa

el actuar y la utilidad que podría reportar”99.

Lo anterior, se sustenta además en los artículos 18 y 29 inciso tercero de

la Ley de Concesiones, por cuanto el Ministerio de Obras Públicas frente a un

incumplimiento por parte de la empresa concesionaria, podrá imponer las

sanciones y multas que las Bases de Licitación establezcan.

No obstante lo anterior, es importante dejar en claro que este deber de

inspección y vigilancia por parte de la Administración del Estado,

99
HUTCHINSON, Tomás. 1998. “Breve análisis de la responsabilidad del Estado por accidentes
de tránsito”. Revista de Derecho de Daños, año 1998, número 3, p.304.

107
específicamente por el Ministerio de Obras Públicas no es, ni puede ser, un

absoluto, pues tal como señala el aforismo clásico “a lo imposible, nadie (ni aún

la Administración del Estado) está obligado”. Por ello, la actuación no realizada

por parte del Ministerio de Obras Públicas debe haberse podido llevar a cabo.

Este deber no puede significar un seguimiento total y absoluto de la actividad de

la Sociedad Concesionaria, pues esto en términos racionales, es imposible.

Este deber de inspección y vigilancia, se lleva a cabo por parte del

Ministerio de Obras Públicas, a través de la figura del Inspector Fiscal, “que es

la contraparte directa e inmediata de la sociedad concesionaria en el desarrollo

del contrato, tanto en su etapa de construcción como de explotación” 100, pues

toda comunicación entre la empresa concesionaria y el Ministerio de Obras

Públicas, se llevará a cabo a través del Inspector Fiscal. Éste, es un funcionario

público, profesional, nombrado por el Ministerio de Obras Públicas y

dependiente de éste, “a quien el Director General de Obras Públicas le haya

encargado velar directamente por la correcta explotación de la concesión, y en

general por el cumplimiento del contrato en esta etapa”101. Así, “el deber de la

Administración de velar por el servicio público que presta el particular significa

dotarla de un correlativo poder público: la atribución de policía que permite

100
VIÑUELA HOJAS, Mauricio, Op. cit., p. 49.
101
Bases de Licitación Concesión Internacional Ruta 5: Tramo Santiago – Los Vilos Sociedad
Concesionaria Tribasa Chile S.A., punto 1.5.2. inciso quinto.

108
intervenir con más o menos intensidad en la gestión del contratante, con

facultades de dirigir la forma y modo en que deberá cumplirse el objetivo del

contrato.102”

La justificación del deber de inspección y vigilancia que recae sobre el

Ministerio de Obras Públicas a través de la figura del Inspector Fiscal, radica

principalmente en que dicho Ministerio no puede desprenderse de las

actividades que son, inicialmente, de su competencia, “puesto que lo que cede

al concesionario es la gestión o explotación pero se retiene siempre la

titularidad del servicio”103.

Respecto a la competencia del Inspector Fiscal, éste posee una serie de

atribuciones, relacionadas por ejemplo, con la aprobación de proyectos y con la

ejecución del contrato de concesión en el tiempo y la forma en que son

estipulados. Su rol, se vincula directamente con la figura del Director General de

Obras Públicas, pues es el Inspector Fiscal quien le informa acerca del

funcionamiento del contrato, le propone multas ya establecidas en las Bases de

Licitación respectivas, y le entrega órdenes a la Sociedad Concesionaria para

llevar a cabo el cabal cumplimiento del contrato.

102
MORAGA KLENNER, Claudio, Op. cit., p.224.
103
RUFIAN LIZANA, Dolores, Op. cit. 9, p. 90.

109
El Título V del Reglamento de de la Ley de Concesiones de Obras

Públicas, titulado “De la Fiscalización del Contrato de Concesión”, desarrolla las

atribuciones y funciones de la figura del Inspector Fiscal, tanto en la etapa de

construcción (artículo 39), como en la etapa de explotación (artículo 40). Al

respecto, dispone que durante la etapa de explotación, el Inspector Fiscal,

fiscalizará el contrato de concesión y tendrá todas las atribuciones y funciones

que le señalen las Bases de Licitación. Entre ellas, podemos destacar las

siguientes:

- Entregar a la Dirección General de Obras Públicas los reportes que esta

Dirección solicite, relativos a la gestión de la concesión.

- Fiscalizar el cumplimiento:

 De las normas técnicas sobre la conservación de las obras.

 De las normas técnicas sobre la operación de las obras.

 Del plan de trabajo.

 Del reglamento de servicio de la obra.

 Del cobro de tarifas.

 De las exigencias ambientales del proyecto.

110
- Proponer la aplicación de multas.

- Todas las que correspondan al Inspector Fiscal de la etapa de construcción

relacionadas con la ingeniería de los proyectos y la construcción cuando se

realicen obras durante la fase de explotación.

- Dictar órdenes e instrucciones para el cumplimiento del contrato de concesión.

- Entre otras.

En Argentina, de acuerdo a lo señalado por Martín Diego Pirota, “rige el

principio de confianza en la normalidad o seguridad del tránsito, sobre todo en

autopistas y semiautopistas, que se traduce en que el conductor confía que

durante la circulación no va a encontrarse con molestias y/o inconvenientes u

obstáculos en virtud del deber de vigilancia que tiene el concesionario de

peaje”104.

En relación con este deber de inspección y vigilancia, creemos necesario

plantear la siguiente pregunta: ¿Existe algún límite para la Administración del

Estado, con el cual pueda satisfacer dicho deber? A su respecto, creemos que

sí, ello, pues una vez realizada la respectiva fiscalización por parte del ente

Fiscal a la actividad llevada a cabo por la empresa concesionaria, el primero le


104
PIROTA, Martín. Inseguridad Vial. ¿Quién es el responsable? p.2. [en línea]. [fecha de
consulta: 25 de enero de 2014]. Disponible en:
http://www.martindiegopirota.com.ar/articulos/Inseguridad%20vial%20(qui%C3%A9n%20es%20
el%20responsable).pdf

111
planteará una serie de observaciones necesarias de llevar a cabo para evitar

principalmente el daño a los usuarios. Una vez realizado esto, se esperará un

tiempo prudente para cumplir con las modificaciones que impliquen dichos

reparos, y luego se ejecutará una nueva inspección. Si la sociedad

concesionaria no cumple, la Administración del Estado, de acuerdo con los

artículos 48 y 49 del Reglamento de la Ley de Concesiones, podrá aplicar a

ésta una serie de multas acorde con el número y la gravedad de estos

incumplimientos. Más allá de eso, ya no podemos entender que exista falta de

servicio, por cuanto el Estado sí cumplió con su deber. Dicha obligación por

tanto, no puede ser absoluta.

3.2. Deficiencia en el diseño de la obra vial.

De acuerdo al artículo 18 del Decreto con Fuerza de Ley N° 850, el

diseño de la carretera, corresponderá al Ministerio de Obras Públicas. Este

precepto señala “A la Dirección de Vialidad corresponderá la realización del

estudio, proyección, construcción, mejoramiento, defensa, reparación,

conservación, señalización de los caminos, puentes rurales y sus obras

complementarias que se ejecuten con fondos fiscales o con aporte del Estado y

que no correspondan a otros servicios de la Dirección General de Obras

Públicas”. En razón de lo señalado, si un particular sufre una lesión o daño,

112
provocado como consecuencia de un deficiente diseño de la carretera,

implicando ello a su vez, una falta de servicio por parte de la Administración del

Estado, podrá dirigir su acción en contra de ésta.

En este caso entonces, estaríamos frente a una actuación lícita de la

Administración del Estado, que sin embargo, es deficiente, por lo que su

responsabilidad se justificaría en el incremento del riesgo normal de uso del

corredor vial para el particular.

Bajo este supuesto, en que la Administración del Estado podría ver

comprometida su responsabilidad, surge la dificultad de determinar cuándo nos

encontraremos frente a un deficiente diseño de la ruta y qué parámetros utilizar

para definir este concepto, pues, no será lo mismo usar como medida

comparativa una ruta de país desarrollado (“Highway” norteamericana,

“Autostrada” italiana, “Autobahn” alemana, etcétera105), que una de un país con

menor desarrollo. No tomar el debido cuidado al realizar este análisis, nos

podría llevar a absurdas conclusiones.

105
VIAL CORREA, Gonzalo. 2002. El Estado paga. Revista de Derecho del Consejo de Defensa
del Estado. Número 2, p. 11, EN: ROMÁN CORDERO, Cristian. Responsabilidad del Estado por
los daños sufridos por el usuario de una carretera concesionada, por inactividad administrativa
en ejercicio de sus facultades de inspección y vigilancia. EN: FERNÁNDEZ RUIZ, Jorge y
SANTIAGO SÁNCHEZ, Javier. Contencioso administrativo. Culturas y sistemas jurídicos
comparados. Ciudad de México, Mexico, p. 371.

113
Respecto a este caso, creemos que finalmente la determinación de

criterios, a falta de normas particulares al respecto, será tarea del juez, quien

establecerá de manera casuística cuándo una deficiencia en el diseño de la

carretera vial, ha sido la causa del daño provocado a raíz de un accidente

ocurrido en autopistas concesionadas. Esto, a raíz de que no existe un criterio

uniforme dentro de nuestra normativa legal que establezca las directrices para

determinar de manera clara y precisa cuándo existirá responsabilidad de la

Administración del Estado, por errores o deficiencias en el diseño de una

carretera concesionada.

Nuestra jurisprudencia, se ha pronunciado al respecto en casos

emblemáticos, como Catalán Menares, Mario Edgardo con Sociedad

Concesionaria Autopista del Sol S.A. y Canales Valenzuela María con Ruta 5

Tramo Talca Chillán S.A. En el primero de ellos, el 25° Juzgado Civil de

Santiago, en causa Rol C-4417-2006 señaló, en su considerando Trigésimo

Tercero que “es de conocimiento que el Fisco y las Municipalidades tienen

deberes legales de servicio, que les hacen responsables de los accidentes que

se deban al mal estado de las vías públicas o a la falta o inadecuada

señalización, de acuerdo al inciso quinto del artículo 174 de la Ley Nº 18.290

[…] En consecuencia, todo indica que el Estado y las municipalidades

conservan una responsabilidad directa por el mal estado de las vías o una

inadecuada señalización, sin que les sea admisible la excusa de haber

114
delegado en terceros la prestación del servicio público”. Por su parte, el

considerando Trigésimo Sexto indica “Que, en definitiva, el hecho ilícito lo

configura la inexistencia de medidas adecuadas de seguridad frente al ingreso

de peatones, como asimismo la inadecuada protección en el puente del canal

Tuzano, las que, en caso de haber existido como tal, habrían evitado las

consecuencias que los demandantes invocan […]”. Por su parte, en Canales

Valenzuela María con Ruta 5 Tramo Talca Chillán S.A., nuestra Corte Suprema,

en causa Rol 6919-2008 ha señalando, en el considerando Trigésimo tercero

“Esta regla guarda correspondencia con la pauta normativa y técnica entregada

por la Dirección de Vialidad en el Manual de Carreteras, que establece en el

punto 3.802.3 que sea en curva o en recta se debe considerar la instalación de

defensas; si existe una posibilidad de accidente o si la altura del terraplén o en

el terreno abrupto provocan una sensación de inseguridad en el conductor. Los

sectores que pueden presentar condiciones adversas de neblina, hielo o nieve o

sectores de camino con tránsito de alta velocidad o elevado volumen, justifican

la consideración de defensas”. A su vez, y en esta misma línea argumentativa,

el considerando Trigésimo cuarto indica “Que en dicha línea argumental, este

Tribunal comparte el planteamiento enunciado por la sentencia de la Corte de

Apelaciones de Santiago en cuanto efectivamente pesa sobre la sociedad

concesionaria para con el usuario de una ruta concesionada la obligación de

adoptar las medidas de seguridad necesarias para evitar la ocurrencia de

115
accidentes en aquélla, la que en el caso que se analiza fue incumplida. En

efecto, como lo expone el fallo impugnado, existía un deber de implementar

barreras laterales, resguardo que era necesario en razón de lo que se

puntualiza por los jueces, esto es, considerando las especiales características

del camino o autopista y su entorno”. A su respecto, Diez Schwerter ha

manifestado que “en estos casos se sostuvo que es inequívoco que en la

sociedad demandada recae el deber de seguridad en la explotación y

conservación de las rutas concesionadas, lo que en la especie implicaba la

implementación de barreras laterales consideradas las particulares

características del tramo en que ocurrió el accidente y su entorno o que la falta

de implementos de seguridad adecuados en la zona de ocurrencia del

accidente constituye una infracción a un estándar de cuidado y entrega de

adecuados servicios a los usuarios de la vía concesionada.”106

Otro fallo que podemos mencionar al respecto, es Combeau Trillat, René

Ernesto con Rutas del Pacífico S.A. y el Fisco de Chile, dictado por nuestra

Corte Suprema en causa Rol 6229-2010. Al respecto, el Tribunal Supremo

rechazó el Recurso de Casación en el Fondo, desestimando de esta manera la

demanda deducida en autos. No obstante ello, podemos destacar al respecto el

106
DIEZ SCHWERTER, José Luis. 2012. La responsabilidad civil del concesionario de obras
viales y su fundamento en la obligación de seguridad respecto de los usuarios en el Derecho
chileno. Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. N° 38. Ver:
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-68512012000100003&script=sci_arttext#footnote-
32977-84-backlink.

116
voto en contra del señor Ministro Sergio Muñoz, quien señaló: “1) Que se tuvo

por acreditado como hecho de la causa que en el cruce donde se produjo el

accidente existía una barrera de contención que se iniciaba en forma de

espolón o cola de pez. Al ser colisionada por el vehículo manejado por el

demandante, parte de esa estructura se introdujo al interior del móvil,

provocando la muerte de dos pasajeras que fueron alcanzadas directamente

por dicha armadura.” Además, señala que “2) Que según el Instructivo de

Barreras de Seguridad (fojas 546) de enero del año 2000, elaborado por el

Departamento de Seguridad Vial de la Dirección de Vialidad del Ministerio de

Obras Públicas, al referirse a los terminales de una barrera, consigna: “Los

terminales de inicio y fin de una barrera en ningún caso deben convertirse en

obstáculos que constituyan por sí mismos un peligro adicional […]”. En el caso

en comento, podemos observar la deficiencia existente en el diseño de la

barrera de contención, la cual nace en forma de cola de pez o espolón, y no

desde el suelo, por lo que el usuario, al impactar contra ella, no es “contenido”,

sino que dicha barrera ingresa a la cabina del automóvil produciendo graves

lesiones a quienes viajaban en él.

No podemos dejar de mencionar el caso del Estero Minte107, hecho

ocurrido el día 07 de Mayo de 1995, cuando las lluvias que afectaron a la zona,

provocaron el desplome de una parte de la carretera que une las localidades de

107
http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/fisco-pagara-millonaria-indemnizacion-por-tragedia-
del-estero-minte/2002-01-09/182800.html

117
Puerto Varas y Ensenada, en la Décima Región de Los Lagos. El juicio terminó

por avenimiento entre los familiares de las víctimas y el Consejo de Defensa del

Estado. Inicialmente, en cede Civil, se había condenado al Fisco de Chile a

pagar 3.600 millones de pesos a las familias108, pues se logró probar la falta de

servicio. El terraplén que se había construido adolecía de una serie de

deficiencias en su estructura, tanto por su altura como en la composición de los

materiales utilizados en su construcción. La alcantarilla que estaba emplazada

debajo del camino tenía la misión de encauzar las aguas, por lo cual debía estar

limpia y sin ramas, lo cual, no ocurrió109. La jueza del 1° Juzgado del Crimen de

Puerto Montt, doña María Eugenia Concha, estimó en la sentencia de primera

instancia que en la fiscalización realizada por parte de la Dirección de Vialidad a

los caminos, existían una serie de falencias: no se había cumplido con las

normas mínimas de construcción, mientras que las alcantarillas y puentes de la

Décima Región fueron inspeccionados en un mes por una sola persona, quien,

calculando por horas de trabajo, sólo tenía alrededor de un minuto para revisar

cada puente.110

108
Yunge Raddatz y otros con Fisco de Chile. 1° Juzgado del Crimen de Puerto Montt. Rol N°
6.863 – 1995.
109
http://www.ellanquihue.cl/prontus4_nots/site/artic/20050507/pags/20050507225835.html
110
http://www.13.cl/t13/reporteros/la-tragedia-del-estero-minte

118
Por su parte, también podemos mencionar el caso del Puente

Loncomilla111, el cual, el día 18 de Noviembre de 2004 se desplomó, cayendo

10 personas al río del mismo nombre. A su respecto, nuestra Corte Suprema 112

condenó al Fisco de Chile, argumentando que el Estado incurrió en falta de

servicio, pues de manera previa, ya tenía conocimiento de las deficiencias

estructurales que presentaba el puente, accediendo a su reparación de manera

tardía.

Dentro de la deficiencia de diseño, y alejándonos de la temática de las

carreteras, nos encontramos con el fallo de nuestra Corte Suprema, en causa

Rol 8895-2009 caratulada Rojas Ortiz, Aida y otros con Ministerio de Vivienda y

otros113, más conocida como “el caso de las Casas COPEVA”114. En dicho fallo,

el Tribunal Supremo señaló que “5) En cuanto a la recepción definitiva, la

Dirección de Obras debe verificar que la construcción se haya efectuado

conforme al permiso de edificación debiendo constatarse la existencia de las

111
http://www.emol.com/noticias/nacional/2008/06/27/310463/condenan-al-fisco-por-caida-de-
puente-loncomilla.html; http://www.latercera.com/noticia/nacional/2011/12/680-416723-9-fisco-
debera-pagar-96-millones-a-afectados-por-caida-de-puente-loncomilla.shtml
112
Fallo unánime de los señores Ministros Héctor Carreño, Pedro Pierry, Sonia Araneda, María
Eugenia Sandoval y el abogado integrante Jorge Medina.
113
Pronunciado por la Tercera Sala de la Corte Suprema, Integrada por los Ministros Sergio
Muñoz, Sonia Araneda, María Eugenia Sandoval, el Ministro Suplente Juan Escobar y el Abogado
Integrante Arturo Prado.
114
http://diario.latercera.com/2012/10/25/01/contenido/pais/31-121361-9-suprema-ordena-
reparar-con--1734-millones-a-592-familias-por-casas-copeva-de-p.shtml

119
certificaciones para la dotación de los servicios correspondientes, previa

inspección de la obra […] En el caso específico de autos el artículo 2 bis del

Decreto Supremo N° 235, dispone que será obligación de las entidades

organizadoras, contar con servicios de inspección técnica de obras. El inciso

segundo de este precepto, dispone que la inspección técnica tendrá la

obligación de velar porque la obra se ejecute de acuerdo a los planos y

especificaciones del respectivo proyecto aprobado, al contrato de construcción,

a la Ley General de Urbanismo y Construcciones, de la Ordenanza General de

Urbanismo y Construcciones y demás normas aplicables en la materia.”; “8)

Que conforme a lo reseñado y al marco jurídico que regula la actividad del

SERVIU, corresponde a este no sólo una labor de financiamiento de los

proyectos sociales de vivienda, sino que es quien materializa los planes que le

encomienda el Ministerio, por ende, entre otras funciones proyecta y ejecuta

edificaciones. En este caso, la construcción se materializó a través de un

tercero, que fue contratado por la entidad organizadora, sin embargo, no se ha

demostrado por el SERVIU que la proyección del proyecto habitacional haya

sido de cargo de dicha empresa Constructora o de un tercero, por lo que

siguiendo entonces la regla general, ha de entenderse que la empresa actuó

conforme al proyecto ejecutado por el SERVIU dentro de sus funciones sociales

de política habitacional.”; “9) Que la falta de servicio ha sido definida doctrinaria

y jurisprudencialmente como aquella en que el servicio actúa mal, lo hace

120
tardíamente o no actúa. En lo fundamental la falta de servicio es el factor de

atribución general de la responsabilidad patrimonial de la Administración, vale

decir el fundamento jurídico en cuya virtud los costos de los daños sufridos por

un particular son asumidos por aquélla […] En el caso que nos ocupa, el

SERVIU era el órgano encargado de llevar a cabo las políticas habitacionales

del Ministerio de Vivienda, y en ese contexto participó en el Programa Especial

para Trabajadores financiando la construcción de las viviendas básicas

construidas en Puente Alto, conforme a su calidad de ejecutor de los planes de

vivienda, tal como se contempla en la preceptiva citada en los motivos que

anteceden […]”; “10) […] de todos modos no es posible excluir de

responsabilidad a este órgano de la Administración, puesto que si bien en

dichas cláusulas aparece que los planos y especificaciones técnicas fueron

elaborados por el contratista, que la fiscalización y control de la obra quedaba a

cargo de la Inspección Técnica la cual estaba dirigida por un profesional o

profesionales competentes designados por la “CUT”, que era la entidad

organizadora, de todos modos el mismo SERVIU reconoce a fojas 1563 en el

escrito de apelación, que una de las cláusulas del contrato de construcción

decía que “La urbanización y la edificación de las viviendas se hará conforme a

los planos y urbanización y especificaciones técnicas, aprobadas por CUT,

conforme a las normas impartidas por el SERVIU Metropolitano, la que se

entiende formar parte de este contrato” […] lo cierto es que la cláusula citada es

121
clara y categórica y viene solo a confirmar la responsabilidad de este

demandado en el sentido que los planos y especificaciones técnicas deben

adecuarse a las normas que imparta el SERVIU, lo que además resulta

concordante con la circunstancia que por ley, el SERVIU ejecuta los planes de

vivienda del Ministerio y es quien contribuyó en este caso al financiamiento de

las viviendas, en el marco de la política habitacional del Estado.”

3.3 Jurisprudencia y argumentos respecto de la responsabilidad de la

Administración del Estado.

En base a la jurisprudencia revisada, hemos podido observar que los

particulares lesionados en accidentes producidos en autopistas concesionadas

no siempre interponen demanda de indemnización de perjuicios en contra del

Fisco de Chile (Ministerio de Obras Públicas). Además de ello, suele ocurrir que

en aquellos casos en que sí lo han hecho, los tribunales de nuestro país

finalmente no condenan, entregando argumentos de distinto tipo, pues como

pudimos observar, existe una absoluta disparidad en los criterios al momento de

fallar.

122
De la jurisprudencia revisada, pudimos extraer los argumentos que con

mayor frecuencia se utilizan para demandar al Fisco de Chile, así como también

aquellos que se manejan más a menudo para condenarlo.

a) Argumentos más frecuentes para demandar al Fisco de Chile.

En primer lugar y de manera muy usual, se señala que la autopista

en que ocurrió el accidente automovilístico, es una obra pública fiscal

entregada en concesión a una empresa particular. Dicho contrato de

concesión, no implica por parte de la Administración una renuncia a sus

deberes propios e indelegables. La Administración del Estado mantiene

las facultades de control y vigilancia, lo cual implica que mantiene la

obligación de velar por la adecuada satisfacción del bien común,

debiendo cuidar por la correcta gestión de la empresa concesionaria.

Dicho argumento, se relaciona directamente con la existencia de un

mandato constitucional y legal que obliga a su Administración a hacerse

responsable de los daños ocasionados por sus agentes en el ejercicio de

sus funciones, y por los daños ocasionados por falta de servicio.

Por otra parte, se ha señalado a menudo, la existencia de falta de

servicio por parte del Estado, al proyectar, concesionar y autorizar una

carretera sin cumplir con las normas de seguridad necesarias. El Fisco

123
de Chile ha procedido a explotar carreteras de alta velocidad sin la

respectiva garantía de vigilancia que se le debe entregar a quienes

transitan por ella. Es decir, se argumenta la demanda en la falta de

inspección y vigilancia en el actuar de la empresa concesionaria, deber

que le es impuesto al Estado por la ley, y por regla general, a través de

las respectivas Bases de Licitación. Es deber del Estado satisfacer un

interés público, así como también supervisar y fiscalizar el desarrollo y

ejecución del contrato de concesión. De dicho contrato es que se

desprendería la mencionada falta de servicio.

b) Argumentos más frecuentes para condenar al Fisco de Chile.

Como primer argumento para condenar al Fisco de Chile, los tribunales

de nuestro país, señalan que el Estado debe asumir su responsabilidad por

la labor de planeamiento, estudio, proyección, construcción ampliación,

reparación, conservación y explotación de obras públicas fiscales y de

coordinador de los planes de ejecución de las obras que realicen los

servicios que lo constituyen, no existiendo ninguna norma con la aptitud para

establecer un régimen de irresponsabilidad por las funciones que le son

inherentes respecto de las obras y servicios públicos, ni aún a pretexto de

proponerse delegarlas en la persona de la empresa concesionaria. Por otra

parte, muy frecuentemente se ha planteado que es obligación del Ministerio


124
de Obras Públicas vigilar y obtener el cumplimiento efectivo por parte de la

empresa concesionaria de las obligaciones emanadas del contrato. Si ésta

no cumple con las obligaciones emanadas del contrato en cuanto a

mantener la ruta en un estado adecuado para no producir daño a los

usuarios, el ente estatal obligado a vigilar el cumplimiento de tal obligación,

incurre en culpa, no aceptándose la habitual excepción utilizada por el Fisco

en cuanto a que un inspector fiscal realiza la inspección y vigilancia

permanentemente del cumplimiento por parte de la concesionaria de las

obligaciones emanadas del contrato de concesión respectivo, toda vez que

si se producen accidentes en la ruta, es porque tal deber de inspección y

vigilancia no se ha realizado adecuadamente, sino, de manera imperfecta.

Del mismo modo, muy frecuentemente se ha rechazado la excepción de

emplear la debida diligencia y cuidado mediante el envío a la Sociedad

Concesionaria, por parte del Ministerio de Obras Públicas, de un informe

donde se le ordene la reparación de cercos o barreras por ejemplo, pues tal

actuación no le exime de responsabilidad, toda vez que no constituye un

actuar diligente la mera remisión de observaciones sino que la efectiva

verificación posterior de que las reparaciones observadas, se realizaron

efectivamente. Esto es, se debe verificar consecutivamente que lo ordenado

por el Ministerio, se cumplió. Y en caso de incumplimiento, se deben aplicar

las multas a que esté facultado el ente fiscal.

125
Por otro lado, se ha señalado principalmente por algunos tribunales de

primera instancia de nuestro país, que el Fisco no puede apoyarse en

normas contractuales que sólo vinculen a las partes que concurrieron en la

licitación, pues su responsabilidad emana del carácter de obra pública de lo

concesionado. En base a este mismo punto, se ha indicado que el Fisco no

puede desprenderse de su deber constitucional de estar al servicio de la

persona humana y de promover el bien común, como lo establece el artículo

1° inciso 4° de nuestra Constitución Política de la República, y menos

cuando en ejercicio del principio de subsidiariedad ha entregado a los

privados la tarea de emprender obras de utilidad pública. El no actuar en tal

sentido implicaría transgredir la garantía constitucional de la igualdad ante

las cargas públicas pues la concesión se estaría transformando en el

vehículo jurídico por el que el Estado traslada su responsabilidad a los

privados en las obras de utilidad pública. En este sentido, los tribunales

están concluyendo que de ningún modo es factible que la Administración del

Estado, al entregar una ruta en concesión, pueda desligarse de las

responsabilidades que pudiesen emanar por los diversos eventos dañosos

que pudieren ocurrir eventualmente en ella.

126
CAPÍTULO 4° – RESPONSABILIDAD DEL CONCESIONARIO Y DE LA

ADMINISTRACION DEL ESTADO.

4.1 CONCAUSALIDAD EN LA RESPONSABILIDAD DE LAS SOCIEDADES

CONCESIONARIAS DE OBRAS VIALES Y DE LA ADMINISTRACION DEL

ESTADO.

4.1.1 Delegación de la responsabilidad del Fisco en las Sociedades

Concesionarias.

Mucho se ha discutido acerca de la forma en que se presenta la

responsabilidad de la Administración del Estado frente a una obra que en

principio y por su naturaleza, es una obra pública fiscal, pero que luego es

entregada en concesión a un particular para su construcción y/o explotación.

Las disputas respecto a este tema, apuntan particularmente a preguntarse si

sustituye la responsabilidad legal de la sociedad concesionaria de obras viales

a la responsabilidad legal del Estado como titular del servicio.

Consecuentemente, la responsabilidad del concesionario no está en discusión,

y el problema que se presenta, tiene que ver puntualmente con el Estado.

Tal como señala la doctrina argentina, “la Administración concedente

delega en el concesionario la concreción de un fin público que beneficiará a la

sociedad, pero para asegurar a los usuarios el goce de la obra se aplican las
127
convenientes normas del Derecho Público, en virtud de las cuales, el ámbito de

libertad del concesionario para ejercer ciertos derechos que garantiza nuestro

ordenamiento jurídico se verá limitado desde distintos frentes”115. Así, Manuel

Sarmiento explica que “en primer lugar, el concesionario no puede fijar a su

arbitrio la suma que el usuario deberá abonar en concepto de peaje […] Ello se

debe a que el concesionario convino –no con el usuario sino con la

Administración- explotar la obra sólo por el tiempo necesario para recuperar su

inversión y obtener un beneficio razonable, bajo el control del concedente”116.

En segundo lugar “la tarifa que se cobre deberá cumplir con ciertos requisitos

en favor del usuario: los de proporcionalidad (a la distancia potencial a recorrer),

igualdad (todos los que transiten deberán sufragarla) y equidad (el precio

deberá ser justo)117. Por último, “la Administración libremente decide qué obra

pública es necesaria, dónde se localizará y con quién contrata su construcción y

explotación118.

En principio, y basando el análisis sólo en la literalidad del numeral dos

del artículo 62 del Decreto Ley Número 1.938, el cual señala que “La sociedad

concesionaria será la única responsable de todo daño, de cualquier naturaleza,

que con motivo de la ejecución de la obra y de su explotación se cause a

115
SARMIENTO GÜEMES, Manuel. Op. Cit., p. 1165.
116
Ídem.
117
Ídem.
118
Ídem.
128
terceros, al personal de la obra, a la propiedad de terceros o al medio ambiente,

a menos que el daño sea exclusivamente imputable a medidas impuestas por el

MOP después de la publicación del decreto supremo de adjudicación en el

Diario Oficial”, y del artículo 35 de la Ley de Concesiones, se podría pensar en

una eventual desaparición de la responsabilidad de la Administración del

Estado, ligada entonces, a la única y exclusiva responsabilidad de la empresa

concesionaria. Sin embargo, los citados artículos no importan una

irresponsabilidad para el Estado, sino un reconocimiento de la responsabilidad

de la empresa concesionaria frente al usuario lesionado, pues ninguno de los

artículos antes indicados tienen rango suficiente para derogar normas

constitucionales y leyes orgánicas constitucionales, que establecen la

responsabilidad patrimonial de la Administración del Estado por los daños

provocados por órganos de la administración.

Respecto a lo anterior, coincidimos con Viñuela Hojas, en el sentido de

que no es posible aceptar bajo ningún punto de vista la irresponsabilidad

absoluta del Estado, pues, si el legislador le permite delegar sus funciones de

construcción y explotación temporal de obras viales a empresas privadas, “ello

ha sido motivado, si no exclusiva, principalmente, por el propósito de ofrecer a

la población una mejor y mayor cobertura de tales servicios” 119, y no dejarla

119
VIÑUELA HOJAS, Mauricio. 2001. La responsabilidad por falta de servicio en el contexto del
régimen de concesiones viales en Chile. Ius Publicum, Universidad Santo Tomás. N° 7. p. 37.
129
indefensa, restringiendo o derechamente suprimiendo sus derechos, cargando

además, con la exigencia de probar la negligencia en el actuar de la empresa

concesionaria120. En tal sentido, Fiamma Olivares señala que “La prueba no

debería ser más gravosa para la víctima cuando el daño fuere producto de una

falta de la Administración que cuando no. No sería proporcional que, además de

soportar el mal funcionamiento o la desorganización (falta de servicio), la ley la

sobrecargue con la prueba”121. De esta forma, si toda la responsabilidad

recayese únicamente en la sociedad concesionaria, la relación entre el usuario

lesionado y ésta se regiría por las normas del derecho privado, y no por las del

derecho público, lo cual derivaría en una menor garantía para la víctima,

provocando una clara indefensión. Así, “toda concesión es constitutiva de

derechos e implica que la administración transfiere a un particular una

atribución o poder que le pertenece iure propio”122. Boragina y Meza han

120
En este sentido ver sentencia pronunciada por el Segundo Juzgado Civil de Santiago, en
causa caratulada Gómez Zúñiga, Julio contra Sociedad Concesionaria Autopista del Sol S.A y
otro.”, rol C-17544-2007. “El Estado, a través de la Secretaría correspondiente, debe asumir su
responsabilidad por la labor de planeamiento, estudio, proyección, construcción, ampliación,
reparación, conservación y explotación de obras públicas fiscales y de coordinador de los
planes de ejecución de las obras que realicen los servicios que lo constituyen […] y asimismo,
por las funciones de inspección y vigilancia del cumplimiento por parte del concesionario de sus
obligaciones.” Agrega que “Ni la norma legal del artículo 35 de la Ley de Concesiones de Obras
Públicas, ni el precepto del artículo 63 del Reglamento respectivo […] tienen la aptitud para
establecer un régimen de irresponsabilidad del Estado por las funciones que le son inherentes
respecto de las obras y servicios públicos, ni aún a pretexto de proponerse delegarlas en la
persona del concesionario”
121
FIAMMA OLIVARES, Gustavo, Op. cit., p. 438.
122
CASSAGNE, Juan Carlos. 1995. El servicio público y las técnicas concesionales. La Ley. p.
1183.
130
señalado que “mediante ellas (las concesiones de obra pública) el Estado

habría delegado en un particular la prestación material de una de sus funciones

inherentes. Ello así, la función “delegada” continuaría siendo pública y su

naturaleza jurídica permanecería inalterable, a pesar de ser prestada

efectivamente por un concesionario.”123

No existe lógica ni legalmente ningún argumento que sustente la idea de

dejar a los usuarios de rutas concesionadas, privados de la posibilidad de

demandar la eventual responsabilidad de la Administración del Estado frente a

un daño producido en un accidente ocurrido en una carretera concesionada,

principalmente, porque ellos son los beneficiados o afectados con este tipo de

decisiones, las que son tomadas, de manera autónoma y unilateral, sin la previa

y voluntaria aceptación de la población lesionada. De la misma manera, la

doctrina argentina ha señalado que “las relaciones entre concesionario y

usuario están sujetas a lo establecido en el contrato celebrado entre aquél y la

Administración y en el reglamento. El usuario no participa en su elaboración,

sino que debe acatarlo o, eventualmente, invocarlo 124. Al respecto, Vásquez

Ferreyra ha manifestado que “[…] no vemos posible que entre dos partes que

123
BORAGINA, Juan y MEZA, Jorge. 1997. Responsabilidad Civil de las empresas
concesionarias de peaje en relación a los daños padecidos por el usuario. Revista
Jurisprudencia argentina. p. 859.
124
SARMIENTO GÜEMES, Manuel. Op. cit., pp. 1165-1166.

131
celebran un negocio jurídico limiten su responsabilidad frente a terceros. En

algunas oportunidades se admitió que se pacten cláusulas limitativas de

responsabilidad entre las partes celebrantes de un negocio jurídico, pero jamás

que éstas limiten su responsabilidad frente a quienes ni siquiera han tenido la

posibilidad de intervenir en este acto”125. Entonces, a todas luces, no parece

justo que el Estado, a través del Ministerio de Obras Públicas y haciendo uso

autónomo de sus facultades, traspase la construcción y explotación de una

carretera a una empresa privada, para luego desligarse completamente de toda

responsabilidad frente a los daños o lesiones que puedan sufrir los usuarios de

las mismas. Así, es lógico entonces que aquél privado que a través de una

concesión de obra pública asume un rol que en principio concierne ejercer al

Estado, debe responder, al menos, con los mismos niveles de calidad que

corresponderían a este último. El nivel de responsabilidad asumido por las

sociedades concesionarias entonces, no puede ser menor que el que hubiese

correspondido al Estado. Tal como se ha señalado por la doctrina, la relación

Estado-concesionaria “se trataría de una verdadera delegación, por la cual el

Estado sólo transfiere el ejercicio de la competencia para efectuar una obra

pública y no la titularidad de la misma126”.

125
VÁSQUEZ FERREYRA, Roberto. 1999. La responsabilidad de los concesionarios viales por
los animales sueltos en las rutas: otra sentencia en la senda correcta. Revista de
Responsabilidad Civil y seguros. p.476.
126
HUTCHINSON, Tomás, Op. cit., p. 319.

132
El sustento jurídico de lo anterior, no está establecido de manera directa

ni través de una norma única. Sin embargo, mediante el análisis de los artículos

1° y 22 del DFL 850 de 1997 del Ministerio de Obras Públicas; y 18 y 44 de la

Ley 18.575, se puede concluir de manera preliminar que efectivamente, aún

cuando exista un contrato de concesión, puede haber responsabilidad del

Estado, descartando entonces, que la entrega en concesión de una obra estatal

basta para suprimir de manera categórica y absoluta la responsabilidad fiscal.

Por otro lado, y centrándonos en el concepto de servicio público,

podemos entender que éste, “[…] tiene por objeto dar satisfacción regular y

continua a necesidades de interés general. Procedimiento que se caracteriza

por la subordinación de los intereses privados al interés general”127. En relación

directa con ello, está la publicatio, que se manifiesta en nuestra legislación, a

través del artículo 24 del Decreto con Fuerza de Ley N° 850 de 1997 del

Ministerio de Obras Públicas, el cual señala que “Son caminos públicos las vías

de comunicación terrestres destinadas al libre tránsito, situadas fuera de los

límites urbanos de una población y cuyas fajas son bienes nacionales de uso

público […]”. Así, son varios los autores nacionales128 que manifiestan acuerdo

en el sentido de que el artículo 61 del Reglamento de la Ley de Concesiones de

127
VIÑUELA HOJAS, Mauricio, Op. cit. 119, p. 46.
128
Viñuela Hojas; Vargas Fritz.

133
Obras Públicas, reconoce explícitamente el carácter de servicio público de los

caminos de uso público, el cual señala en su numeral primero, que “La obra

entregada en concesión es un servicio público […]”. A raíz de lo anterior, se

puede concluir entonces que aún cuando exista delegación en la construcción

y/o explotación de las vías públicas por parte del Estado en un tercero

particular, éstas continúan teniendo el carácter de servicio público. Tal como

señala el profesor Román, “[…] en su fase de explotación, según han planteado

algunos autores, importa la prestación modalizada de un servicio público

[…]”129. Respecto a este punto, podemos considerar además que de acuerdo al

artículo 25 de la Ley de Concesión de Obra Pública, una de las características

principales de las concesiones, es que tienen un plazo de duración, el cual será

determinado por el decreto de adjudicación respectivo, pero que en ningún caso

puede ser superior a los 50 años.

Por su parte, la doctrina argentina ha señalado que “las necesidades

colectivas que se satisfacen por el procedimiento del servicio público y que

justifican la publicatio o, en su caso, la declaración legislativa de una

determinada actividad que desarrolla los particulares como “servicio público

impropio”, conducen a la institución de un régimen jurídico peculiar, que no es

otra cosa que un aspecto del llamado “régimen exorbitante” o típico del Derecho

129
ROMÁN CORDERO, Cristián. 2006. Una piedra en el camino me enseñó que mi destino era
llorar y llorar. Carreteras concesionadas. La semana Jurídica. N° 305. p. 5.

134
Administrativo, constituido por una serie de prerrogativas, obligaciones y

garantías”130.

A su vez, Maljar añade que “entendemos que, para que haya servicio

público, es necesario: a) que la actividad sea de competencia estatal; 2) que tal

competencia no pueda ser compartida con los particulares (publicatio plena); c)

que la ejecución de la actividad (no así la titularidad de la competencia) pueda

ser transferida a los administrados sin afectar ninguno de los atributos

esenciales del poder estatal.”131

En directa relación con lo anterior, el artículo 25 de la ley 18.575 señala

que “los servicios públicos son órganos administrativos encargados de

satisfacer necesidades colectivas, de manera regular y colectiva […]”. Así, en el

entendimiento de que la actividad de la empresa concesionaria se rige por el

derecho público, entonces es lógico comprender que la relación concesionario-

usuario también queda sometida a esta área del derecho.

Por otro lado, la actual Ley de Concesiones de ningún modo posee

jerarquía suficiente para derogar o modificar la Ley Orgánica Constitucional de

Bases Generales de la Administración del Estado, específicamente, su artículo

130
CASSAGNE, Juan Carlos. Op. cit., p.1183.
131
MALJAR, Daniel Edgardo. Op. cit., p. 1249.
135
42, el cual genera una responsabilidad de carácter propio e intransferible para

el Estado, el cual creemos, se mantiene aún en caso de que exista una

concesión de obra pública involucrada, pues tal como señala Viñuela Hojas “la

falta de servicio apuntada en tal caso (Ley de Caminos y Ley de Concesiones)

corresponde a infracciones a las obligaciones específicas y propias del Estado y

de sus servicios y no a infracciones a las obligaciones que por la ley

corresponden al concesionario”132.

Sustento de lo anterior, es el artículo 18 del Decreto con Fuerza de Ley

N° 850 de 1997, el cual cita que “A la Dirección de Vialidad corresponderá la

realización del estudio, proyección, construcción, mejoramiento, defensa,

reparación, conservación y señalización de los caminos, puentes rurales y sus

obras complementarias que se ejecuten con fondos fiscales o con aporte del

Estado y que no correspondan a otros Servicios de la Dirección General de

Obras Públicas […]”, a raíz de lo cual, no puede haber duda de que existen

espacios de la responsabilidad del Estado que no pueden traspasarse a la

responsabilidad de la empresa concesionaria.

A nuestro parecer, una vez que el Estado delega unilateralmente sus

funciones de construcción y/o explotación de una carretera en un tercero

132
VIÑUELA HOJAS, Mauricio, Op. cit. 119, p. 49.

136
particular, la responsabilidad del primero no termina ni desaparece por ese solo

hecho. Esto, en términos generales respecto de todo servicio público. Para los

usuarios, el Estado debe ser garantía última y responsable final frente a los

daños que se provoquen en el funcionamiento de un servicio público. Las

concesiones de obras públicas no pueden ser utilizadas como una vía para

disminuir o eliminar los supuestos de responsabilidad ya existentes y dispuestos

para los usuarios, por el ordenamiento jurídico. Consecuencialmente, la omisión

lesiva del Estado generará obligación de indemnizar cuando “el Estado o sus

entidades incumplan una obligación legal expresa o implícita, tal como son las

vinculadas con el ejercicio de la policía administrativa, incumplimiento que

puede hallarse impuesto también por otras fuentes jurígenas, como la

costumbre y los principios generales del Derecho”133. Siguiendo este orden de

ideas, aquella obligación no debe ser un mero deber difuso, sino que una

obligación cuyo cumplimiento pueda ser compelido a realizar. En este sentido

Hutchinson, plantea que “ni la titularidad del servicio, que sigue en manos del

Estado, ni el hecho de que el concesionario pueda ejercer algunas funciones

públicas por “delegación de la Administración”, permiten convertir la actividad

del concesionario en actividad delegada, ni transformar al concesionario en un

133
SCALVINI, Elda Elena y LEIVA, Claudio Fabricio. “Circulación de automotores sin seguro
obligatorio y responsabilidad del Estado por omisión”. VII Congreso Internacional De Derecho
De Daños Responsabilidades en el siglo XXI. Ponencia N.64. Asociación de Abogados de
Buenos Aires. (En línea) <http://www.aaba.org.ar/bi20op64.htm>. Visitado el 20 de junio de
2014.

137
órgano de la Administración, ni consecuentemente extenderle la

responsabilidad. […] La Administración responde por los daños causados por

la actividad del funcionario”134135.

En el sentido contrario, nos encontramos con autores como Agustín

Gordillo, quien señala que “[…] esa responsabilidad (del Estado) se traslada

ahora en los contratos de concesión, que establecen que el concesionario

asume la obligación de sustituir al Estado concedente en cualquier planteo de

responsabilidad que pudiere hacérsele por el ejercicio de la concesión”136. En

base a ello, demandar la responsabilidad del Estado perdería todo sentido,

pues de acuerdo a la opinión del autor antes citado, éste goza de muchos

beneficios procesales que a su vez, no tienen las empresas concesionarias. En

este caso, se está hablando de una “traslación” de las prestaciones del Estado

a la empresa concesionaria, y no de una simple “delegación”. Lo cual, para los

autores que siguen esta teoría, tendría mucha lógica, pues, la empresa

concesionaria, al actuar con fines de lucro y de forma monopólica, presenta

134
HUTCHINSON, Tomás. Op. Cit., p. 321.
135
Limitando la responsabilidad del Estado, se ha sostenido que “el ejercicio del poder de
policía de seguridad que corresponde al Estado no resulta suficiente para atribuirle
responsabilidad en un evento en el cual ninguno de sus órganos o dependencias tuvo parte,
toda vez que no parece razonable pretender que su responsabilidad general en orden a la
prevención de los delitos pueda llegar a involucrarlo a tal extremo en las consecuencias
dañosas que ellos produzcan con motivo de hechos extraños a su intervención directa”.
Pronunciado por Corte Suprema de Argentina, “Ruiz, Mirtha E. y otro v. Provincia de Buenos
Aires, 7/11/1989, EN GALDÓS, Jorge. Op. cit., p.1330
136
GORDILLO, Agustín. Tratado de Derecho Administrativo. Ciudad de México, Editorial
Porrúa, 2003. p. 627.
138
mayores razones para ser el único sujeto pasivo de una eventual demanda por

parte del usuario lesionado.

4.1.2. Responsabilidad solidaria.

Otro aspecto discutido respecto a la temática en comento, es el problema

de la concurrencia de la responsabilidad estatal junto a la de las empresas

concesionarias. Si bien creemos que la responsabilidad de la concesionaria se

presenta como regla general, tal como expusimos en el capítulo II, existen

claros casos en que sí podría tener cabida la responsabilidad patrimonial de la

Administración del Estado: inactividad en el ejercicio de su deber de vigilancia y

deficiente diseño de carretera. Es en estas hipótesis en que se presenta la

discusión acerca de la existencia de una acción conjunta en contra de la

sociedad concesionaria y del Estado.

Al respecto, Viñuela Hojas ha señalado que consta “un amplio ámbito de

responsabilidad fiscal, incluso tratándose de las obras dadas en concesión, en

cuanto al estudio de las obras, a la proyección e incluso a la construcción de las

mismas, así como a la fiscalización de los deberes del concesionario,

especificándose que este último sólo está obligado a la conservación y

139
reparación de las obras”137. Así, es posible sostener que el usuario lesionado

puede dirigir su acción indemnizatoria directamente en contra del Fisco de

Chile, entendiendo que tal como ya se señaló, éste es garantía última frente a

los daños provocados a raíz de accidentes ocurridos en autopistas

concesionadas. Ello, no obstante que con posterioridad el Fisco presente acción

de reembolso en contra de la empresa concesionaria respectiva por aquello que

haya debido pagar en cumplimiento de las sentencias condenatorias de

indemnización de perjuicios.

Continuando con el planteamiento central, en base a que el usuario

lesionado es una víctima que no se encuentra obligada a soportar el daño

provocado, es importante entonces que al producirse la delegación del servicio

de parte de la Administración al tercero privado, la víctima pueda reclamar la

responsabilidad no sólo del concesionario, sino que también del Estado, pues,

de lo contrario, tendrá el deber de probar la malicia o negligencia de aquél. De

lo contrario, eventualmente podría producirse una frustración en el actuar de la

Administración del Estado en base a un interés público, “haciendo imposible

continuar traspasando el costo financiero de las obras a sus usuarios, sin

ofrecer a cambio un beneficio equivalente en cuanto a la calidad y seguridad de

137
VIÑUELA HOJAS, Mauricio. 2004. La concesión de obras públicas en Chile. ¿La
privatización de la responsabilidad del Estado en la empresa concesionaria? Cuadernos de
Extensión Jurídica de la Universidad de Los Andes. N° 7. p .121.

140
la prestación que él recibe, para lo cual, la contribución del poder estatal con el

concesionario es de primordial importancia”138.

En base a la jurisprudencia ya analizada, podemos constatar que de

manera poco frecuente, se demanda por parte del usuario lesionado, a la

sociedad concesionaria y al Ministerio de Obras Públicas de forma conjunta y

solidaria. Al respecto, se puede cotejar que la parte demandante

continuamente omite accionar contra el Fisco de Chile, representado por el

Consejo de Defensa del Estado, y en aquellos casos en que lo hace, no es

frecuente que se condene a ambos. Por ello, el tema es controvertido en

nuestra jurisprudencia, pues efectivamente existen casos en que sí se ha

condenado conjuntamente a la sociedad concesionaria y al Fisco de Chile, pero

sin embargo, en otros, se ha rechazado categóricamente la responsabilidad

estatal, tanto por los tribunales de primera como de segunda instancia, , “[…] ya

sea, entendiéndose que en el régimen de concesiones la regla general es que

su responsabilidad indemnizatoria desaparezca, ya sea descartando en el caso

concreto dicha responsabilidad por haberse probado por el Fisco que el servicio

de fiscalización que debió prestar fue realizado”139. Esta situación, sólo acentúa

138
VIÑUELA HOJAS, Mauricio, Op. cit. 24, p. 69.
139
DIEZ SCHWERTER, José Luis. Reparación y Prevención de daños derivados de
deficiencias viales en Chile: Panorama normativo y jurisprudencial, EN: Estudios de Derecho
Civil, Jornadas nacionales de Derecho Civil III, Editorial Legal Publishing, Santiago, 2007. p.
839.

141
aún más las incertidumbres existentes en torno al régimen de concesionarias en

general, tanto para la doctrina y la jurisprudencia, como para el usuario

lesionado y su manera de enfrentar jurídicamente una demanda de

indemnización de perjuicios.

4.2 FACTOR COMUN DE LA RESPONSABILIDAD DE LAS SOCIEDADES

CONCESIONARIAS DE OBRAS VIALES Y DE LA RESPONSABILIDAD DE

LA ADMINISTRACION DEL ESTADO: EL DEBER DE SEGURIDAD.

Las distintas vías destinadas al libre tránsito de personas y vehículos son

bienes nacionales, cuyo dominio pertenece a la nación toda, asimismo su

naturaleza permite que éstos sean de uso público, por cuanto su uso está

permitido para todos los habitantes del país. De este modo, es el Estado quien

proporciona este servicio, debiendo propender a entregarlo en conformidad a

las disposiciones constitucionales, legales y normativas. No corresponde

desarrollar en este trabajo las disposiciones sobre la materialidad del dominio

de las franjas de las distintas vías públicas, sino las que tienen directa relación

con su disposición funcional, ya sea en su diseño o en el ejercicio de la

prestación de aquel servicio. En esta materia confluye un conjunto de cuerpos

normativos que se aplicarán dependiendo de la ubicación y destino de los

142
caminos públicos. Así, si el camino se encuentra dentro de los límites del radio

urbano, será la Municipalidad la encargada de efectuar materialmente las

medidas tendientes al diseño vial, señalización y mantenimiento de las vías.

Asimismo está entregado a órganos de la Administración del Estado como la

Dirección de Vialidad o el Servicio de Vivienda y Urbanismo la construcción,

diseño, reparación y señalización de distintos caminos públicos en el territorio

nacional, según sea establecido por ley o por Decreto Supremo. Por último,

existe el régimen de caminos públicos entregados en concesión por el

Ministerio de Obras Públicas, según la normativa desarrollada a lo largo de este

trabajo. Como es posible observar, confluyen varios cuerpos normativos que

regulan el servicio otorgado por el Estado en todos los caminos públicos

existentes a lo largo de la nación.

No obstante lo anterior, existe un criterio común al momento de

determinar la responsabilidad del Fisco o de la Municipalidad respectivamente,

frente a un usuario vial lesionado. El régimen de responsabilidad por falta de

servicio, permite uniformar la jurisprudencia y otorgar un criterio garantista

frente al usuario que ha sido objeto de una prestación deficiente de un servicio

en el que el Estado está obligado a entregarlo en condiciones de normalidad y

seguridad, tal como se consagra en la Constitución Política de la República.

Ahora, en cuanto los artículos que tratan de manera especial la seguridad vial y

143
la obligación tanto de las Municipalidades como de otros organismos de la

Administración del Estado destacan los siguientes:

El Decreto con Fuerza de Ley N° 206 de 5 de abril de 1960, Ley de

Caminos, establece en su artículo 1 que “son caminos públicos las vías de

comunicación terrestres destinadas al libre tránsito, situadas fuera de los límites

urbanos de una población y cuyas fajas son bienes nacionales de uso público.

Se considerarán también caminos públicos, para los efectos de este decreto

con fuerza de ley, las calles o avenidas que unan caminos públicos, declaradas

como tales por decreto supremo”. Agrega en su artículo 4° que “el estudio,

construcción y conservación de los caminos y puentes destinados al uso público

[…] estarán cargo de la Dirección de Vialidad, servicio dependiente del

Ministerio de Obras Públicas”.

Por otro lado, la ley Orgánica de Municipalidades señala en su artículo 5°

letra c) que “para el cumplimiento de sus funciones las Municipalidades tendrán

las siguientes atribuciones legales: c) Administrar los bienes municipales y

nacionales de uso público, incluido su subsuelo, existentes en la comuna, salvo

que, en atención a su naturaleza o fines y de conformidad a la ley, la

administración de estos últimos corresponda a otros órganos de la

Administración del Estado.”

144
La Ley 18.290, Ley de Tránsito, señala en su artículo 3° que “las

Municipalidades dictarán las normas específicas para regular el funcionamiento

de los sistemas de tránsito en sus respectivas comunas”. Señala además en el

artículo 100 que “será responsabilidad de las municipalidades la instalación y

mantención de la señalización del tránsito, salvo cuando se trate de vías cuya

instalación corresponda al Ministerio de Obras Públicas”. Agrega el mismo

cuerpo normativo en el artículo 112 que “las municipalidades y el Ministerio de

Obras Públicas, según corresponda, serán responsables del buen

funcionamiento de las señales luminosas”. Por último, sanciona expresamente

en su artículo 174 inciso quinto que “La Municipalidad respectiva o el Fisco, en

su caso, serán responsables civilmente de los daños que se causaren con

ocasión de un accidente que sea consecuencia del mal estado de las vías

públicas o de su falta o de su inadecuada señalización” y en este mismo sentido

se ha fallado que “si bien los administrados no aspiran a que el Estado

mantenga los caminos libres de cualquier defecto, si esperan que la existencia

de baches al menos esté señalizada, puesto que no resulta razonable requerir o

pretender que los administrados circulen por los caminos públicos con la

obligación de sortear los obstáculos”140. De lo anterior se desprende que estos

conceptos, de carácter normativo, suponen un estándar de calidad, los que

140
Corte Suprema, “Vicente Fodich Castillo y otro con Fisco de Chile, Rol 6014-2010.

145
determinan el estándar de comparación entre el servició que debió prestar y el

efectivamente prestado.

De esta manera, se desprende de la normativa citada que la obligación

de seguridad del Fisco o de la Municipalidad está delimitada por la ley 141, y

asimismo la aplicación del régimen de responsabilidad por falta de servicio

permite que el usuario lesionado cuente con todas las garantías

constitucionales frente a un servicio público otorgado de manera deficiente. Por

lo tanto, la obligación de seguridad que el Estado debe cumplir en la prestación

en las vías urbanas y rurales está elevada a un rango constitucional. “En

consecuencia, la responsabilidad por falta de servicio no es estricta u objetiva

en un sentido propio, porque no basta acreditar que el daño fue causado por la

acción u omisión del demandado, sino que supone un juicio de valor acerca del

nivel y calidad de servicio que era exigible del municipio o del órgano de

administración”142. En este mismo sentido, “ocurrido un accidente en una obra

pública – o en una concesión de obra pública-, debe presumirse el mal

141
En este sentido ver sentencia dictada por el Vigésimo Quinto Juzgado Civil de Santiago, en
autos caratulados “Catalán Menares, Mario contra Sociedad Concesionaria Autopista del Sol
S.A. y otro”, Rol C-4417-2006,“El Fisco de Chile, asimismo, incurre en responsabilidad por
cuanto, una parte, conserva la misma, a razón de tratarse de bienes nacionales de uso público,
siendo de su cargo incurrir por falta de servicio, los que no dejan de serlo por delegar su
explotación en terceros particulares y que, por otra parte, […] el Fisco conserva una
responsabilidad subsidiaria en la hipótesis de delegar en privados la prestación de un servicio
que por ley les corresponde desarrollar […] el Estado permanece como garante de la prestación
del servicio de conformidad con el estándar exigible”.
142
BARROS BOURIE, Enrique, Op. Cit., p. 486.
146
mantenimiento o la falta de vigilancia (o sea el funcionamiento anormal),

teniendo en principio la víctima solamente que comprobar el daño y si la

Administración quiere exonerarse de responsabilidad tendrá que comprobar sea

el normal funcionamiento (la ausencia de mal mantenimiento), sea alguna de

las causales admitidas para este subrégimen de responsabilidad (o sea,

solamente la fuerza mayor y la falta de la víctima, y en este último caso en

concurrencia de faltas de la Administración y de víctima, la exoneración de la

misma sólo será proporcionalmente parcial)”143.

No obstante lo anterior, ¿qué ocurre con las vías concesionadas? La

normativa y jurisprudencia chilenas reconocen que el concesionario de obras

viales tiene la obligación para con los usuarios de prestar el servicio en

condiciones de seguridad, indicado también como “en condiciones de absoluta

normalidad”. Asimismo se ha entendido que para fijar el contenido de la

obligación de seguridad es necesario analizar no sólo exigencias legales o

reglamentarias generales sino también aquellas contenidas en una amplia

normativa complementaria de diversa jerarquía. A nivel de ley, este estándar de

seguridad es construido en base a las siguientes disposiciones. En primer

término, el artículo 35 de la Ley de Concesiones hace responsable a los

concesionarios de los daños ocurridos dentro de la ruta concesionada, por lo

143
HUTCHINSON, Tomás. Op. cit., p. 302.

147
que es necesario que esta norma sea interpretada en conformidad con el resto

de los cuerpos normativos y no en su sentido literal. El artículo en comento

señala que “el concesionario responderá de los daños, de cualquier naturaleza,

que con motivo de la ejecución de la obra o de la explotación de la misma se

ocasionaren a terceros, a menos que sean exclusivamente imputables a

medidas impuestas por el Ministerio de Obras Públicas”. Por otro lado, se indica

expresamente en artículo 23 del mismo cuerpo legal que “el régimen jurídico

durante la fase de explotación será el siguiente: 1- El concesionario deberá

conservar las obras, sus accesos y señalización y servicios en condiciones

normales de utilización, y 2.- La continuidad de la prestación del servicio le

obligará, especialmente, a: a) Facilitarlo en condiciones de absoluta normalidad,

suprimiendo las causas que originen molestias, incomodidades, inconvenientes

o peligrosidad a los usuarios de las obras, salvo que la adopción de medidas

que alteren la normalidad del servicio obedezcan a razones de seguridad o de

urgente reparación, y b) Prestarlo ininterrumpidamente, salvo situaciones

excepcionales, debidas a caso fortuito o fuerza mayor, cuyos efectos serán

calificados por los contratantes, conviniendo las medidas que sean necesarias

para lograr la más rápida y eficiente reanudación del servicio”. Al respecto,

Diez señala que en este punto la Ley de Concesiones de Obra Pública “aparece

claramente inspirado en el artículo 27 de la Ley N° 8/1972 española (de 10 de

mayo de ese año), sobre construcción, conservación y explotación de

148
autopistas en régimen de concesión, el cual, con una redacción muy cercana,

establece las obligaciones a que está sujeta el concesionario durante la fase de

explotación, concluyéndose mayoritariamente en tal país que dicha regla

consagra una obligación de seguridad, general y permanente para el

concesionario de autopistas respecto de los usuarios de las mismas y que se

traduce –con independencia de la naturaleza jurídica, contractual o

extracontractual, que se le asigne a la responsabilidad respectiva- en un

estándar de conducta más exigente y riguroso que aquél que podría

reclamársele por aplicación de las normas de derecho común”144.

En Chile, el Reglamento de la Ley de Concesiones señala en su artículo

61 “Obligación de Servicio Indiscriminado. 1.- La obra entregada en concesión

es un servicio público, por lo cual el concesionario está obligado a prestarlo

ininterrumpidamente, salvo situaciones excepcionales, debida a caso fortuito o

fuerza mayor, y sin discriminación de ninguna especie a los usuarios, siempre

que éstos cumplan con las condiciones del servicio y con el pago de las tarifas

autorizadas en el contrato de concesión”. Además, respecto a los daños a

terceros establece el artículo 62 en su número 1 “que la sociedad concesionaria

deberá adoptar, durante la concesión, todas las medidas para evitar daños a

144
DIEZ SCHWERTER, José Luis. 2012. La responsabilidad civil del concesionario de obras
viales y su fundamento en la obligación de seguridad respecto de los usuarios en el Derecho
chileno. Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. N° 38. p.137

149
terceros y al personal que trabaja en la obra. Igualmente deberá tomar todas las

precauciones para evitar daños a la propiedad de terceros y al medio ambiente

durante la concesión de la obra”. En su número 2 señala que “la sociedad

concesionaria será la única responsable de todo daño, de cualquier naturaleza,

que con motivo de la ejecución de la obra y de su explotación cause a terceros,

al personal de la obra, a la propiedad de terceros o al medio ambiente, a menos

que el daños sea exclusivamente imputable a medidas impuestas por el MOP

después de la publicación del decreto supremo de adjudicación en el Diario

Oficial”. Además, en términos del artículo 64, se establece que “el

concesionario será siempre responsable del cumplimiento cabal, íntegro y

oportuno del contrato de concesión, de la correcta ejecución de los proyectos y

de las obras, y del cumplimiento de todas las obligaciones establecidas en el

contrato de concesión, sin perjuicio de las funciones de dirección y control que

corresponden al Ministerio de Obras Públicas”.

En Argentina, es la Constitución Nacional en su artículo 42, la que

consagra directamente a la seguridad, como un derecho del usuario, y por

ende, es una obligación directa de los entes proveedores, en este caso, de la

sociedad concesionaria. Dicho artículo, señala en su inciso primero que “Los

consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de

consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una

150
información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato

equitativo y digno”. Así, enmarcado en el tema que nos atañe, este deber de

seguridad se traduce en el mantenimiento de los corredores viales, responder

por los daños que los usuarios puedan sufrir durante la circulación en la ruta

concesionada, proveer a éstos todo aquello que les asegure que la carretera

estará libre de obstáculos y elementos peligrosos, permitirles un tránsito en

circunstancias de normalidad, vigilar el estado de las mismas, advirtiendo a los

usuarios de las posibles fuentes dañosas, etcétera. Respecto a este mismo

punto, se ha referido la jurisprudencia argentina en cuanto señala que “La

obligación del concesionario no se agota en la remodelación, conservación y

explotación del corredor vial en cuanto hace a su demarcación, retiro de

malezas, cuidado de la carpeta asfáltica, etcétera, sino que alcanza a todo lo

que sea menester realizar para asegurar al usuario una circulación normal y

libre de dificultades”145.

Martín Diego Pirota define la obligación de seguridad en los siguientes

términos: “es una obligación anexa e independiente incluida tácitamente en todo

tipo de contrato, por la cual el deudor garantiza objetivamente al acreedor que

durante el decurso del plan de prestación principal no se le ha de causar ningún

145
Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Colavita, Salvador y otro c/Buenos Aires, Provincia
de y otros s/Daños y perjuicios”. EN: PIROTA, Martín. Op. cit. 44, p.371.

151
daño adicional en su persona o bienes.146” Así, puntualizado a nuestro tema, el

mismo autor señala que tres son las piezas que integran la seguridad vial:

conductor, vehículo y vía. De ellas, la que más se ha modernizado, ha sido la

industria automotriz. En ese sentido, “el parque automotriz ha aumentado,

incrementándose en consecuencia el índice de motorización social; además los

vehículos son cada vez más veloces, y en contraste con ello, tanto los

conductores, como las carreteras no están adaptados y preparados para hacer

uso y contener en condiciones de seguridad vial dicha potencia”147. Este mismo

autor, cita a Carlos Tabasso, quien señala que “la seguridad en el tránsito, en

abstracto, es el estado de cosas donde el riesgo es nulo o mínimo por efecto de

la implantación de obligaciones y prohibiciones –parciales o totales, temporarias

o definitivas- restrictivas de la estancia y el movimiento de personas y objetos

en la vía pública, así como de disposiciones materiales y procedimientos

técnicos erigidos con dicho fin”148. Ello, materializado a nuestra realidad,

implicaría una reunión de normas que rijan en igual sentido a las

Municipalidades, al Estado, y a las empresas concesionarias, garantizando al

usuario, el deber de seguridad.

146
Ibíd., p.384.
147
PIROTA, Martín. Op. Cit. 104, p.1
148
PIROTA, Martín. Peaje y Responsabilidad Civil. Buenos Aires, Editorial Lumiere, 2000. p. 46.
152
De esta manera, la sociedad concesionaria debe cumplir con los mismos

estándares que a la misma Administración del Estado, por ser la obra entregada

en concesión un servicio público. La naturaleza jurídica de la concesión y las

normas de que regulan su fase de explotación están destinadas a proteger los

derechos de los usuarios, especialmente en lo que respecta a la integridad

física de todas las personas que transitan en ella. Así, no bastaría por ejemplo,

con que la Municipalidad, el Estado o la sociedad concesionaria coloquen en la

vía nuevas señalizaciones si éstas no son respetadas posteriormente por el

usuario. La responsabilidad de los primeros no terminaría ahí, sino que deberán

analizar el funcionamiento de sus obras, y de ser necesario, de acuerdo a las

circunstancias, ir modificándolas.

Parte de la doctrina argentina por ejemplo, sostiene que la relación

existente entre la sociedad concesionaria y el usuario, es una relación de

consumo. Por ello, se regiría por la Ley N° 24.240, la cual consagra el deber de

seguridad de la concesionaria versus el derecho de seguridad del usuario. Ello,

implicaría que la empresa concesionaria responde siempre que se produzca un

daño en circunstancias que el usuario utilizó la vía normalmente. Las únicas

excepciones radican en la existencia de caso fortuito, actuar imprudente del

usuario y el hecho de un tercero.

153
En relación con lo anterior, se ha señalado por parte de la doctrina

argentina, que respecto al caso que nos atañe, “el caso fortuito queda limitado

únicamente a los casos de fenómenos naturales extraordinarios”149. Así, para

que se configure la hipótesis de caso fortuito o fuerza mayor el hecho debiese

enmarcarse dentro características fuera de lo común. Por su parte, respecto del

actuar imprudente del usuario, la doctrina y la jurisprudencia dominantes en

Argentina, afirman que “para que la culpa de la víctima tenga efecto eximitorio

de responsabilidad, debe reunir necesariamente los requisitos del caso fortuito

en los términos del artículo 514 del ordenamiento citado (Código Civil argentino)

y ello es así porque, si bien todo efecto es generado por una causa, dicha

tensión es examinada desde perspectivas diferentes según hablemos de

causalidad física o material y causalidad jurídica o formal”150. Por su parte, al

hablar de “hecho de un tercero”, podemos referirnos a una serie de eventos

ocurridos a partir de las acciones u omisiones de un tercero distinto del

automovilista, del Estado y de la sociedad concesionaria. Ejemplo de ello serían

los dueños o guardianes de animales sueltos en la vía y los peatones. Respecto

a los segundos, en la legislación argentina se presentan una serie de principios

que otorgan prioridades y presunciones a favor de éstos. Martín Pirota señala

que “por lo que si dicha normativa de la que se generan obligaciones para el

149
Ibíd., p. 233.
150
Ibíd., p.176.

154
concesionario es incumplida por éste, y como consecuencia de ello un usuario

sufre daños, nacerá en forma automática su responsabilidad civil por no haber

actuado tempestivamente en la importante tarea de prevenir actos delictivos de

tan repetida ocurrencia que provocan situaciones de riesgo en los usuarios

viales y que bien pudieran haber sido evitados de haberse organizado e

implementado puntualmente las medidas cautelares necesarias para tal fin.”151

En cuanto a los animales sueltos en la vía, la jurisprudencia argentina se

ha manifestado, señalando a su respecto la doctrina que “los más recientes

fallos de los tribunales se encaminan hacia una consagración unánime de la

doctrina de la irresponsabilidad del ente vial por el accidente producto de

animales sueltos. Incluso, en el ámbito de la Capital Federal, podemos afirmar

sin hesitar que tal criterio está plenamente vigente y fuera de cualquier

discusión.”152 Así, “la jurisprudencia invariable y reiteradamente ha dicho que la

sola causación del daño por un animal es suficiente para imponer la

responsabilidad a su poseedor o usuario por los daños causados”153. En un fallo

citado por Gambier, se ha señalado que la Corte aceptó el argumento de la

provincia añadiendo que “el ejercicio del poder de policía de seguridad que

151
PIROTA, Martín. [en línea] [fecha de consulta: 22 junio de 2014]. Disponible en:
http://www.mercadoasegurador.com.ar/adetail.asp?id=246.
152
LÓPEZ DEL CARRIL, Gonzalo. 1999. Hacia una consagración unánime de la doctrina de la
irresponsabilidad del ente vial por el accidente producto de animales sueltos. Revista La Ley. p.
147.
153
LÓPEZ DEL CARRIL, Gonzalo. Op. cit. 16, p. 1331.
155
corresponde al Estado no resulta suficiente para atribuirle responsabilidad en

un evento en el cual ninguno de sus órganos o dependencias tuvo parte, toda

vez que no parece razonable pretender que su responsabilidad general en

orden a la prevención de los delitos pueda llegar a involucrarla a tal extremo en

las consecuencias dañosas que ellos produzcan con motivo de hechos extraños

a su intervención directa”154. A su vez, Sagarna hace referencia a otra una

resolución de la Corte Suprema argentina (Colavita, Salvador y otro c. Provincia

de Buenos Aires y otros), refiriendo que ésta sostuvo que “resultaba inadmisible

extender la responsabilidad del concesionario vial más allá de las obligaciones

inherentes al estado de la ruta misma, por lo que la Corte entendió que, si bien

el concesionario no era responsable por los perjuicios originados por animales

sueltos que no eran de su propiedad o que el mismo no era su guardián, si

debía ser responsabilizado por los daños que surjan de todo vicio de la propia

carretera […]”155

La legislación trasandina, ésta señala que “el art. 1124 (del Código Civil)

es claro cuando atribuye la responsabilidad, sin plantear otros responsables que

el propietario o el guardián. Los siguientes artículos (1125 y 1126) imponen un

154
Fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa “Ruiz, Mirta E. y otros c.
Provincia de Buenos Aires”, En: GAMBIER, Beltrán. 1990. Algunas reflexiones en torno a la
responsabilidad del Estado, por omisión, a la luz de la jurisprudencia. Revista La Ley, p. 622.
155
SAGARNA, Fernando Alfredo. 2001. Responsabilidad Civil del Estado por defectos en
construcciones viales. Lomo de burro o resalto defectuoso. Revista de Responsabilidad Civil y
seguros. p. 499.
156
deber de reparar estricto y específico, del cual no puede extraerse sin más la

posibilidad de ampliar los sujetos obligados a la reparación. Decir lo contrario

sería destruir el régimen impuesto en la parte del Código aludida. Y también

sería –en la práctica- un modo de sustraerse, por parte del dueño del animal, a

la obligación de reparar el daño causado por el mero abandono del animal en la

ruta”. 156 Es por ello que “no es la concesionaria de peaje la que genera el daño

por su accionar, sino el dueño del animal o quién debía cuidarlo. Y ese hecho

ajeno, producido con o por la cosa, se genera por un tercero por el que no tiene

que responder la encargada del mantenimiento de la vía, o por un caso fortuito.

Ninguna disposición legal la hace responsable por el cuidado de cosas ajenas o

res nullius. Así, también descartamos cualquier supuesta culpa in vigilando,

dado que en esta última se achaca una supuesta culpa propia, consistente en la

vigilancia o en la elección del causante del daño, siendo que la concesionaria

no ha elegido al sujeto ni al objeto causante del daño, ni tiene relación jurídica

alguna con ellos.”157 Por su parte, existe doctrina en contrario, la cual señala

que “[…] podemos adoptar dos postular enfrentadas. Según una –que

sostenemos- las empresas concesionarias al asumir la obligación tácita de

seguridad garantizan al usuario que podrán circular por la ruta tranquilamente

sin correr ningún tipo de peligro […] La otra posibilidad es que la empresa

concesionaria no asuma tal obligación. En tal caso es necesario concluir que al

156
LOPEZ DEL CARRÍL, Gonzalo. Op. cit. 16. p. 1334.
157
Ibíd. p. 1336.
157
concesionario le resulta indiferente la seguridad del usuario, y que si constata la

presencia de animales sueltos, nada debe o puede hacer pues no es problema

suyo. Lo absurdo de esta tesis hace innecesario brindar mayores argumentos

en su contra.”158

Siguiendo con la doctrina Argentina se entiende que el mantenimiento de

los corredores viales es responsabilidad y deber del Estado, en la medida que

éste es dueño de los bienes de uso público. Vinculante con ello es el artículo 14

de la Constitución Política argentina, el cual consagra el derecho a la libre

circulación de los habitantes, con lo que se comprende que esta circulación

libre, se debe asegurar a través de medios seguros. En efecto, al ser el Estado

el titular de este servicio público, es éste quien debe preocuparse de la

destinación de recursos, de la infraestructura vial, y por sobre todo, de la

seguridad. Ello, aún cuando delegue en terceros privados dichas obligaciones,

subsistiendo en él el deber de garantizar la seguridad de los usuarios. Por su

parte, las obligaciones y la responsabilidad de las sociedades concesionarias

no se agotan en la administración de las carreteras, sino que existe un deber

aún mayor, radicado en garantizar que el usuario vial pueda usar las carreteras

en óptimas condiciones, asegurando su protección. A su respecto, Pirota indica

que “estamos convencidos de que el concesionario de peaje debe hacerse

158
VÁSQUEZ FERREYRA, Roberto. Op. cit. p.477.

158
cargo del primordial tema de la seguridad en las rutas que le fueron entregadas

en concesión, ya sea implementando mecanismos y/o dispositivos electrónicos

de control, contratando personal de vigilancia privada, o encarando una

campaña de supervisión y custodia conjuntamente con la policía federal y/o

provincial -según la jurisdicción que corresponda- de los lugares en los que

comúnmente se cometen actos delictivos […] sea proporcionalmente

responsable por los frecuentes daños causados a terceros (usuarios viales) en

el desempeño de la gestión empresaria asumida.”159 A su vez, Sagarna ha

señalado que “la construcción de los comúnmente conocidos como “lomos de

burro, o “resaltos”, para reducir la velocidad impuesta por los conductores a sus

rodados, deberá hacerse de forma tal que la “seguridad” sea prioritaria, pues lo

contrario implicaría crear una nueva causal de accidentes.”160 Así, “el Estado –

o, en su caso, la empresa concesionaria de ruta por peaje. También responderá

por todo otro defecto de construcción del camino, como badenes erróneamente

construidos, curvas y contracurvas de defectuoso diseño ancho

antirreglamentario de los carriles, etc.”161

A este deber de seguridad, Poclava ha delimitado esta obligación, por

cuanto “es razonable exigir la adopción de medidas de seguridad, pero para

159
PIROTA, Martín. [en línea] [fecha de consulta: 22 junio de 2014]. Disponible en:
http://www.mercadoasegurador.com.ar/adetail.asp?id=246.
160
SAGARNA, Fernando Alfredo. 2001. Op. cit. pp. 496-497.
161
Ibíd. p. 498.
159
que el concesionario responsa el siniestro debe originarse en algo inherente a

la ruta en sí misma (baches, etc,) o maña señalización, etc. […], por lo que se

descarta el caso de irrupción de un animal en ella”162. De igual forma se ha

establecido en el país trasandino que “la obligación de seguridad subyacente en

la relación concesionario-usuario de corredores viales sujetos a un contrato de

concesión es una obligación de resultado cuyo incumplimiento genera un

supuesto de responsabilidad objetiva, en tanto protege intereses del acreedor

que se encuentran asentados sobre bienes que están fuera del circa rem de la

obligación principal.”163

Nosotros no compartimos tal postura, por cuanto es expresa la obligación

del concesionario de mantener la vía en condiciones de absoluta normalidad, en

los términos del artículo 35 de la Ley de Concesiones.

Siguiendo con la abundante jurisprudencia Argentina, se ha fallado que

“el contrato de peaje genera dos obligaciones: 1) la principal o típica es habilitar

el tránsito en el corredor vial, y 2) una obligación de seguridad por los daños

que pueda sufrir durante la circulación. La seguridad está consagrada en la

162
POCLAVA LAFUENTE, Juan. Op. cit. p. 338.
163
Cámara Civil y Comercial, Resistencia, Argentina, sala 4ª, “González Torres, Marcelo E. v.
Deluca, José A. y/o Servicios Viales S.A. s/indemnización de daños y perjuicios”, 4/12/1997, EN
GALDÓS, Jorge. Op. cit. p.1337

160
Constitución Nacional como un derecho del usuario y por ende constituye el

correspondiente deber a cargo de los proveedores de servicios. Por ello, la

protección que tiene el usuario es de carácter constitucional, conforme al

artículo 42 de la Constitución Nacional [….] Aunque no estuviere estipulada la

obligación de seguridad (en el contrato de concesión), es propia del contrato, y

debe ser atendida y cumplida. El concesionario debió, en consecuencia, velar

por el cuidado y vigilancia del corredor y en tal sentido arbitrar los medios

adecuados para ejercer esta vigilancia en todo su recorrido de forma

permanente”164. A este respecto, es trascendental el efecto de oponibilidad

tanto al Estado como a los particulares, “verificando de esa manera una suerte

de irradiación no sólo vertical de los derechos de los usuarios, sino también

horizontal, lo que el Tribunal Constitucional Federal Alemán ha llamado

Drittwirkung der grundrechte, todo lo cual ha producido, quiérase o no, una

suerte de unificación de los sistemas de responsabilidad público y privado”165.

Así, la doctrina argentina ha definido esta obligación de seguridad como

“aquella en virtud de la cual una de las partes del contrato se compromete a

devolver al otro contratante ya sea en su persona o sus bienes, sanos y salvos

164
Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual N° 2 de Rosario, Santa Fe,
Argentina, “Ballonza, Jorge con Servicios Viales S.A.”. EN: PIROTA, Martín. Op. cit. 44, p. 369
165
ROMÁN CORDERO, Cristián. 2006. Responsabilidad patrimonial de la Administración del
Estado y de su concesionario vial, frente al usuario lesionado. Actas XXXV Jornadas chilenas
de Derecho Público. El Derecho Público ante la globalización. Valparaíso. p. 241

161
a la expiración del contrato, pudiendo ser asumida tal obligación en forma

expresa por las partes, impuesta por la ley, o bien surgir tácitamente del

contenido del contrato, a través de su interpretación e integración en base al

principio de buena fe.”166

De igual forma, en España ha sido tratado más extensamente, y se ha

fallado que “las autopistas tienen la consideración de vías públicas, y en ellas

se establece un régimen riguroso para el concesionario, de tal suerte que debe

responsabilizarse la empresa concesionaria de aquellos perjuicios causados a

terceros y que se deriven de la falta de vigilancia, descuido, negligencia o,

incluso, mera tolerancia de la empresa concesionaria”167. En otra sentencia, se

resolvió que “precisamente aquellos deberes que el artículo 27 de la ley 8/1972

impone a los concesionarios pretenden algo más que una mera función de

conservación de la vía, pues, prácticamente imponen la obligación imponen una

obligación de resultado en cuanto que la precitada mediante su exigencia en la

ley aspira a garantizar y proporcionar a los usuarios cotas mayores de

seguridad en vías destinadas a la circulación de alta velocidad […] No se trata

de entronizar, sin más, un signo absolutamente objetivista en la estimación de

la culpa, ni de afirmar la responsabilidad por riesgo, sino de sentar los pilares

que fundamenten, cuando menos, la inversión de la carga de la prueba, de tal


166
VÁSQUEZ FERREYRA, Roberto. 1999. Op. cit. pp. 477-478.
167
Sentencia de Audiencia Provincial de Viscaya, España, Sección 4ª, N° 321/1999. EN:
PIROTA, Martín. Op. cit. 44, p. 380.
162
suerte que haya de ser la demandada quien haya de acreditar que adoptó todas

las cautelas precisas, quedó agotada la diligencia que era exigible para los fines

de mantenimiento de seguridad que la propia ley impone al concesionario

[…]168.

Regresando a la doctrina chilena, creemos que es de suma relevancia

plantearnos si existen límites al deber de seguridad del Estado y cuáles son

éstos. Lo anterior se plantea principalmente porque creemos necesario

determinar cuándo es reprochable la inactividad del Estado, en el entendimiento

de que la Administración no siempre es responsable, y que deben existir por

tanto, parámetros, al menos casuísticos, para ello.

Por ejemplo, frente a la actividad de la sociedad concesionaria, la

Administración del Estado puede presentar cien fiscalizadores en terreno, y de

igual modo, producirse un accidente con resultados lamentables, así como

también puede plantear una serie de observaciones exhaustivas y detalladas a

la empresa, imponer multas elevadas a ésta, ocasionándose de igual forma el

accidente. Así, entendemos que si el Estado actuó de manera diligente

realizando todo lo necesario para evitar que se produzcan accidentes, no

podemos señalar de manera categórica que incumplió con su deber de

seguridad. Por ello, no coincidimos con quienes plantean que la Administración

estaría incumpliendo con su deber de seguridad aún cuando actuó con toda la

168
Sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra, España, Sección 1ª, N° 305/1998. EN:
PIROTA, Martín. Ídem.

163
diligencia razonablemente requerida para evitar un hecho dañoso, que de igual

forma se produjo.

Lo mismo ocurre si nos encontramos frente a casos de imprevisibilidad.

Un ejemplo de ello es lo señalado por nuestra Corte Suprema en causa Rol N°

2448-2010. Los hechos ocurrieron el día 17 de enero de 2001, mientras la

camioneta en que circulaba don Fredy Dennis Brown Stange y sus dos

acompañantes, recibió el impacto producido por la caída de un árbol,

ocasionando la muerte de los tres ocupantes. La sentencia de primera instancia

rechazó la demanda deducida en contra del Fisco de Chile y acogió la

interpuesta en forma subsidiaria. En contra de dicha decisión los demandados

presentaron recursos de casación en la forma y apelación, mientras que los

demandantes sólo este último. La Corte de Apelaciones de Puerto Montt

rechazó el recurso de casación en la forma, y en cuanto a la apelación, revocó

la sentencia de primer grado y, en su lugar, rechazó la demanda subsidiaria

interpuesta, confirmando el fallo en todo lo demás. Contra esta resolución los

demandantes recurrieron de casación en la forma y en el fondo. A su respecto,

el Tribunal Supremo señaló: “28) Que en este predicamento debe considerarse

como requisito constitutivo de la culpa la previsibilidad, que permite distinguir la

acción culpable del caso fortuito, vale decir, del hecho cuyas consecuencias

dañosas son imprevisibles y que es imposible de resistir; el caso fortuito alude a

las circunstancias que no pudieron ser objeto de deliberación al momento de

164
actuar y que por lo tanto no pueden atribuirse a una falta de la diligencia exigida

[…] Así, se ha fallado que “no hay culpa cuando el hecho no pudo

razonablemente ser previsto”; “29) […] el escrito de invalidación insiste en que

los informes periciales y el cúmulo de prueba allegada al proceso, advertían

que, por las condiciones del medio ambiente y la experticia de los encargados

del lugar donde se ubicaba el árbol, era exigible a los demandados que éstos

pudieran prever el resultado lesivo, tanto que, tal como se constató luego del

accidente, era posible determinar con mediana diligencia la posibilidad de

caídas de árboles en la zona, como aparece del catastro levantado por la

autoridad con posterioridad al siniestro de marras acompañado en el proceso

penal […] resulta ser un hecho establecido en el proceso, que la especie coigüe

que se desprendió del suelo no presentaba pudrición, y que son muchos los

factores que inciden en su desprendimiento, como condiciones climáticas,

suelos, falta de enraizamiento entre otros. Ergo, sólo en caso contrario sería

razonable y esperable que los dueños o el administrador encargado del parque

adoptaran las medidas tendientes a evitar su caída […] Es más, tampoco es

claro que de haberse hecho una inspección previa se hubiere tenido certeza de

haber sido incluido el árbol que ocasionó la tragedia en el listado de especies

cuya peligrosidad aparecía como manifiesta o que ameritaba su corte. Al menos

de los antecedentes del proceso se concluye que no se aportó prueba alguna

165
tendiente a demostrar que el árbol en cuestión presentaba antecedentes

mórbidos o que importaban peligro inminente […]”169

Así las cosas, entendemos que el deber de seguridad del Estado no es

absoluto ni definitivo, pues de acuerdo a la diligencia requerida, existen

situaciones imposibles de prever o que incluso, pudiendo preverse, son

inevitables, impidiendo por tanto, el cumplimiento de la obligación de seguridad.

4.3. EL DEBER DE SEGURIDAD COMO PARAMETRO EN LAS

ACTUACIONES DE LOS ÓRGANOS DE LA ADMINISTRACIÓN DEL

ESTADO.

Ciertamente podemos afirmar que en todas las actividades y servicios

prestados por los órganos de la Administración del Estado deben resguardar la

integridad física y psíquica de los usuarios de estos. Así ha sido reconocida por

distintas normativas legales y reglamentarias, así como también por la reiterada

jurisprudencia que ha reconocido la obligación de seguridad que pesa sobre la

Administración del Estado para con los usuarios.

169
Dictada por los Ministros Sergio Muñoz, Pedro Pierry, María Eugenia Sandoval y los Abogados
Integrantes Arnaldo Gorziglia y Alfredo Prieto.

166
Por ejemplo, en un fallo pronunciado por la Corte Suprema se ratificó la

condena a la Municipalidad de San Pedro de La Paz por su responsabilidad un

abuso sexual de un menor de edad. El máximo tribunal reconoce la existencia

de falta de servicio por no prestar con la diligencia debida las medidas

tendientes a evitar el daño ocurrido y posteriormente aportar a su aminoración.

En el mencionado fallo se estableció que “en la prestación de servicios

educacionales se ha reconocido que Existe entre las partes un contrato de

prestación de servicios educacionales, una de cuyas obligaciones es el deber

de cuidado del establecimiento educacional con sus alumnos, conducta que la

parte demandante sostiene no se verificó en la forma debida, al punto que el

menor fue objeto de un delito; por lo que es dable estimar que la conducta

convenida no fue efectuada del modo pactado y la inejecución de tal conducta

es efectivamente reprochable”170. Agrega en su considerando séptimo que

“resulta evidente que el Colegio San Pedro de la Costa, dependiente de la

demandada, incumplió su deber de cuidado, no empleando la diligencia que le

era exigible, ya que aún las personas negligentes se preocupan de sus hijos, de

los niños en general”.

En un caso de similares características, un menor de edad fue víctima de

abuso sexual cometido por un funcionario de la escuela municipal se falló “que

170
Corte Suprema, “Plaza Rubilar Alejandra con Municipalidad de San Pedro de la Paz”, Rol
3071-2009.

167
además, en la noción de “falta de servicio”, la actuación del funcionario

propiamente tal, no resulta relevante, sino lo que interesa es que la

Administración no actúe en la forma esperada, actúe mal, o actúe tardíamente,

por lo tanto, tampoco aparece aceptable hablar de falta personal como lo hace

el fallo, la que solo se da en el evento de una extrema negligencia, o dolo, de

parte del funcionario, y en ese solo caso, el Estado sin desligarse de su propia

responsabilidad, puede repetir contra el personal que incurrió en la negligencia

extrema.”171

Similar criterio se ha aplicado para condenar a la Administración del

Estado por conscriptos fallecidos en procedimientos efectuados con motivo del

servicio militar obligatorio172. No obstante, no se ha considerado el mismo

razonamiento uniforme en los daños ocurridos a internos dentro de recintos

penitenciarios173.

De igual manera se ha declarado el deber de seguridad en rutas fiscales.

En un accidente ocurrido en el Puente Maipo, ocasionado por la colisión de un


171
Corte Suprema, “Pamela Elena Trincado Sierra con I. Municipalidad de Vallenar”, Rol 6346-
2006.
172
En este sentido, Corte Suprema, “Fernández Rodríguez Violeta y otros con Fisco de Chile”,
Rol 1760-2009; Corte Suprema, “Seguel Cares Pablo Andrés con Fisco de Chile”, Rol 371-
2008.
173
Corte Suprema, “Oyarzo Velázquez Fredy con Fisco de Chile”, Rol 11914-2011; Corte
Suprema, “Cuneo Troncoso, Jesus con Fisco de Chile”, Rol 574-2010.

168
autobús contra la barrera de contención. Dicha barrera no cumplió con los

estándares exigidos en el manual de carreteras, provocando que el vehículo

cayera al río produciendo en consecuencia usuarios lesionados y fallecidos. En

sentencia pronunciada por la Corte Suprema, se estableció que “si se aprecia la

regulación de los deberes del Ministerio de Obras Públicas que se ha expuesto

en los motivos precedentes, se infiere que esa preceptiva tiene por primera

finalidad suprimir las causas que originen peligrosidad a los usuarios de las

obras. Esto deriva del deber de seguridad que tiene el ente fiscal de adoptar

medidas para precaver daños a la vida y a la integridad física de las personas.

Empero, para determinar exactamente cómo se traduce este deber en reglas

concretas, corresponde examinar en este caso las disposiciones reglamentarias

y técnicas sobre la materia”174.

174
Corte Suprema, “Gómez Pinto, Rafael Jorge y otro con Fisco de Chile”, Rol 4292-2012.
Agrega en su considerando vigésimo que “en el análisis en concreto del estándar de conducta
exigible al Ministerio de Obras Públicas debe tenerse en consideración el nivel de riesgo de
accidentes viales en la circulación de los vehículos por el Puente Maipo en las condiciones
existentes en el año 2005 y se concluirá que éste es alto, por cuanto el Puente Maipo se
encontraba inserto en una carretera de alta velocidad, con un gran y permanente flujo de
vehículos, sobre todo buses y camiones. De otro lado, es razonablemente previsible que en
este tipo de carreteras se produzcan accidentes por encontrarse un vehículo fuera de control,
de modo que aun haciendo abstracción de las variedades de diseño de los mecanismos de
contención que contempla la normativa técnica, es indudable que la existencia de barreras
medianeras como de barreras laterales de contención resultaba necesaria para la prevención
de accidentes viales en un puente inserto, según se ha dicho, en una carretera de alta
velocidad”. Finaliza dicha sentencia concluyendo que en virtud de los razonamientos
expresados, cabe concluir que en el presente caso asiste responsabilidad por falta de servicio al
Fisco de Chile, tal como lo decidieron los jueces del fondo, como quiera que incumplió un deber
de cuidado que era jurídicamente exigible que se tradujo en un funcionamiento tardío del
servicio, que hubo relación de causalidad entre la falta y el daño producido y que se
ocasionaron los perjuicios que han sido finalmente determinados.

169
De esta manera, queda claro que el deber de seguridad se encuentra

presente de manera transversal como parámetro en los servicios prestados por

la Administración del Estado. Por tanto, es procedente exigir el mismo nivel de

diligencia y las mismas medidas de seguridad al empresario concesionario,

quien presta un servicio en el que en caso de ocurrir lesiones las probabilidades

de ocurrencia de graves daños son altísimas.

4.4. LA PREVISIBILIDAD COMO LÍMITE AL DEBER DE SEGURIDAD.

Queda establecido entonces que existe un deber de seguridad para con

los usuarios viales que debe ser prestado por el concesionario de carreteras y

por la Administración del Estado. La naturaleza del servicio precisa que los

estándares normativos de seguridad sean cumplidos con un mayor nivel de

diligencia por la sociedad concesionaria. Por otro lado, pesa sobre la

Administración del Estado ejercer una constante labor de vigilancia y

fiscalización en la explotación de las vías concesionadas, de manera tal de

supeditar las medidas de seguridad que se han impuesto al concesionario. Sin

embargo, es imposible que ambos entes puedan proteger a los usuarios a todo

evento. De alguna u otra manera existen y existirán situaciones que escapan de

170
la previsibilidad de la concesionaria y de la administración. El elemento

previsibilidad es gravitante en la determinación en la falta de servicio de la

Administración del Estado y de la sociedad concesionaria, pues permite

delimitar la omisión negligente del caso fortuito. En este sentido, la doctrina ha

señalado que “La previsibilidad no hace referencia a un fenómeno psicológico,

sino a aquello que debió ser previsto, atendidas las circunstancias. Como

ocurre en general con los elementos del juicio de negligencia, la previsibilidad

se valora en abstracto, considerando el discernimiento de una persona

diligente. Así, se ha fallado que “no hay culpa cuando el hecho no pudo

razonablemente ser previsto”. En igual sentido se ha declarado que cuando se

actúa con culpa “el agente infringe el deber exigible, menospreciando la

atención y cuidado que debe en su obrar, a los bienes o intereses ajenos,

pudiendo y debiendo prever el daño que en ellos causaría si ejecuta el acto

voluntario”175 De esta manera, la concesionaria, que mantiene una relación de

seguridad para con los usuarios viales, debe tomar todas las medidas en

infraestructura que permitan que los usuarios transiten por la carretera en

condiciones, según establece el artículo 23 de la Ley de Concesiones, de

“absoluta normalidad”. Este criterio, permite precisar bajo qué circunstancias el

concesionario debió haber empleado un mayor nivel de diligencia, esto es, en

qué tramos de la ruta es necesario el uso de determinadas medidas de

175
BARROS BOURIE, Enrique. Op. Cit. p. 90

171
seguridad, tales como cierres que impidan el acceso a peatones o animales a la

carretera, cierres en pasarelas que impidan que terceros arrojen elementos

contundentes, instalación de barreras de contención, entre otras. El elemento

previsibilidad nos permite además delimitar el deber de seguridad, por cuanto

no es impracticable exigir a la concesionaria que asuma todas las medidas de

seguridad que vayan más allá de lo razonablemente esperable.

A continuación expondremos una selección de fallos que hacen directa

referencia a la previsibilidad de hechos dañosos:

En Concepción, el 12 de julio de 2012, a las 2:30 horas aproximadamente,

don Luis Felipe Gómez Cabezas cayó en su vehículo a un socavón en el

acceso norponiente del puente Batuquito, consecuencia de la caída la víctima

se ahoga y es encontrado muerto. Las fuertes lluvias caídas los días 11 y 12 de

julio de 2006, provocaron un incremento del río Laja, ocasionando en

consecuencia un socavón en el terraplén del puente Batuquito. En su defensa,

la concesionaria alegó caso fortuito y señaló que las fuertes lluvias fue una

situación completamente extraordinaria e imprevisible. La sentencia de primera

instancia176 rechazó la defensa de la demandada, puesto que no es razonable

alegar que en la zona sur no se registran fuertes lluvias en los meses de


176
2° Juzgado Civil de Concepción, “Cabezas Muñoz, Edith con Ruta del Bosque Sociedad Concesionaria
S.A.”, Rol C-3297-2008.

172
invierno. Dicho argumento fue también confirmado por la Corte de Apelaciones

de Concepción177. Efectivamente, en un ejercicio mental podemos arribar a la

conclusión que en una zona más o menos lluviosa, es razonable esperar que la

sociedad concesionaria efectúe labores de vigilancia en la ruta en aquellos

tramos que puedan presentar un peligro para los usuarios. Cierto es que la

fuerza de la naturaleza resulta muchas veces imposible de resistir, pero es labor

de la concesionaria informar oportunamente a los usuarios los peligros que se

presenten la ruta (v.gr. lluvias torrenciales, neblina, granizos, etc.)178.

El 4 de abril del año 2004, don Miguel Varas y doña Paula Bossay Pisano

fueron víctimas de un ataque provocado por personas desconocidas que

arrojaron una piedra al desde un paso sobre nivel vehicular ubicado en las

cercanías del túnel Zapata al vehículo en movimiento en el que se trasladaban.

177
Corte de Apelación de Concepción, “Cabezas Muñoz, Edith con Ruta del Bosque Sociedad
Concesionaria S.A.”, rol 483-2012. En su considerando octavo señala que “De esta manera,
coincidiendo con lo expresado por el juez a quo, cabe descartar la existencia de caso fortuito,
puesto que si bien el desplome del terraplén de acceso a un puente en la ruta solo pudo
provenir de la excepcional intensidad de la lluvia y la crecida del estero; la caída del automóvil
que conducía Luis Felipe Gómez Cabeza por dicho forado al cauce del estero, proviene sólo de
la falta de previsión y seguridad de la misma Concesionaria frente a tal fenómeno
meteorológico, la que debió incrementar sus sistemas de seguridad y vigilancia en los puentes
más aún considerando que el día anterior se había socavado el puente Duqueco, a un par de
kilómetros de donde se ubicaba el Batuquito. De esta manera, resulta cierto que no concurre el
presupuesto de imprevisibilidad que conforma la definición del caso fortuito.”

178
En este sentido, Corte de Apelaciones de Valparaíso, “Senerega Puga, Humberto con I.
Municipalidad de Viña del Mar”, Rol N° 3346-2003.

173
En la defensa, la Sociedad Concesionaria Rutas del Pacífico argumentó que

dicha infraestructura fue construida según instrucciones del Ministerio de Obras

Públicas, que no contemplaban la implementación de mallas existentes en los

pasos peatonales. La Corte de Apelaciones de Santiago confirmó la sentencia

condenatoria de primera instancia, basándose principalmente en la

previsibilidad que las conductas delictuales de ese tipo que venían ocurriendo

en el último tiempo179. No obstante lo anterior, es razonable preguntarse si por

tratarse un hecho de un tercero podría tratarse de un hecho imprevisible,

delictual y que escapa del control o esfera de protección de la concesionaria.

Nosotros creemos existen comportamientos conductuales que pueden constituir

un precedente para que puedan constituir hechos previsibles, por ejemplo, la

reiteración en el tiempo de arrojamiento de piedras en una ruta, o el cruce

intempestivo de peatones en ciertos tramos, la destrucción de señalética,

etcétera, de manera tal que pueda con mediana diligencia precaver la amenaza

de riesgo. Obviamente la cercanía de la autopista a zonas urbanas hace más

179
Corte de Apelaciones de Santiago, “Varas Boetsch Miguel A. con Sociedad Concesionaria
Rutas del Pacífico”, Rol 6523-2009. En su considerando duodécimo razona que “Que la
necesidad, conveniente y prudente adopción de medidas de seguridad por parte de la
Concesionaria van sin duda alguna más allá de las mínimas contenidas en las bases de
licitación, apreciándose como tales todas aquellas previsibles para evitar un resultado dañoso,
como en el hecho -pero ex post- efectuó la Concesionaria demandada; necesarias y prudentes
además si se consideran los eventos análogos o de la misma clase del actual que, como ha
sido de público conocimiento, se han venido verificado a lo largo de esta carretera
concesionada, por lo que un nuevo acontecimiento resultaba previsible y evitable

174
probable la irrupción de terceros en la normalidad del tránsito que en áreas

despobladas.

El eventual cruce de animales en la ruta será previsible para el

concesionario, cuando las condiciones del entorno de la ruta hagan razonable

esperar el cruce de animales, por ejemplo en las zonas rurales y ganaderas180.

180
9° Juzgado Civil de Santiago, “Contreras Ossandón, Juan y otra con Sociedad
Concesionaria Autopista Los Libertadores”, Rol C-38753-2009. VIGÉSIMO: Que este tribunal
estima, según esta prueba reseñada, que la salida de animales hacia la carretera es una de las
posibilidades que la concesionaria ha previsto pueden ocurrir en relación con la afectación de la
seguridad vial pero que en este tramo en particular se ha limitado a resguardar los cercos, mas
no a vigilar las salidas de los pueblos aledaños porque ha entendido que no es su
responsabilidad. VIGÉSIMO PRIMERO: Que, no obstante ello, no debe olvidarse que conforme
a las rigurosas Bases de Licitación, resulta que la tarea encargada por el Estado a las empresas
particulares que se hacen cargo de la vialidad, implica el cumplimiento de una serie de
exigencias de altísima seguridad que son necesariamente retribuida económicamente, no sólo
por que los usuarios que pagan un peaje para transitar por las vías, sino porque también existen
incentivos, premios o bonos relacionados con los índices de lesionados y fallecimiento de
personas en los caminos y que son calculados sobre la base de las estadísticas que lleva
Carabineros. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que el interés de la concesionaria no sólo dice relación
con el resguardo general de la vida humana, sino también con expectativas económicas
legítimas. De ahí la gran cantidad de personas que prestan servicios a la concesionaria y la
precisa información con que se cuenta de los movimientos de las patrullas diariamente.
VIGÉSIMO TERCERO: Que las medidas en general adoptadas en este caso no fueron
suficientes para evitar la entrada de un animal con el peligro consiguiente para los vehículos e
implicaron al menos a dos automóviles colisonados. VIGÉSIMO CUARTO: Que del mismo
modo resulta que se trató de un asunto o situación claramente previsible, desde que incluso uno
de los testigos señala que en otros lugares de la carretera la salida de animales es de ordinaria
ocurrencia. Y las circunstancias de no tener "responsabilidad" respecto de los caminos públicos
no impide que tome otras medidas en los sectores en que ese camino se une a la ruta, tal como
lo hace por ejemplo propósito de túneles como se señala las bases de licitación en que se
instalan cámaras de seguridad. VIGÉSIMO QUINTO: Que debe sumarse a este razonamiento el
hecho de que durante el tiempo en el cual el animal pudo aparecer, las patrullas estaban
atendiendo el volcamiento de un camión kilómetros más arriba. VIGÉSIMO SEXTO: Que así
las cosas ha resultado probado que la parte demandada incumplió su deber general de
resguardo de la seguridad vial en el tramo en que los actores sufrieron el accidente.

175
Asimismo, se hace previsible el cruce de animales cuando el concesionario ha

tomado conocimiento de la ocurrencia reiterada de la presencia de animales en

la ruta181.

No obstante la uniformidad en la jurisprudencia en sentencias

condenatorias a concesionarias por cruce de vacunos y caballos, no se ha

aplicado el mismo criterio ante el cruce de animales pequeños. En este sentido

se ha establecido que “de acuerdo al contrato de adjudicación a la

concesionaria, aparece que esta estaba obligada a la mantención de obras de

conservación en el sector donde el demandante dice ocurrió el accidente, y

estas consistían en alambradas, las que estaban colocadas, de manera que no

estaba obligada a instalar sistemas adicionales de protección en el sector para

el no ingreso de animales pequeños”182183. Por tanto, es legítimo cuestionarse si

181
Corte de Apelaciones de Valparaíso, “Vidal Ponce, Marlene Angélica con Sociedad
Concesionaria Rutas del Pacífico”, Rol 306-2010, “Que tal requerimiento aparece, en la especie,
incumplido por dicha demandada, al no haberse colocado, oportunamente personal,
mecanismos o artefactos de precaución útiles, para impedir el acceso de animales, al camino,
aún por las vías normales de ingreso al mismo, exigencia que, sin embargo, se cumple en
algunos accesos que también son útiles para el cobro de los peajes, como es de público
dominio”. Agrega en su considerando tercero “Que la abundante prueba allegada al proceso y
ponderada por la juez de primer grado, en los razonamientos vigésimo tercero a trigésimo
sexto, ha sido objeto de un estudio acabado por parte de la sentenciadora, para concluir, en el
motivo trigésimo séptimo, que pese a que la concesionaria tomó conocimiento de la existencia
de caballos, que obstruían el libre tránsito de vehículos, no demostró, que en base a dicho
conocimiento, haya adoptado, en forma oportuna, las medidas tendientes a eliminar este riesgo,
incurriendo en una conducta culposa, con su actuar negligente, criterio que es compartido por
los sentenciadores de esta instancia”.
182
Corte de Apelaciones de Santiago, “Crocco Villarroel, Juan Alejandro con Sociedad
Concesionaria AMB S.A.”, Rol 2277-2010
176
efectivamente la sociedad concesionaria está obligada a tomar todos los

resguardos necesarios para evitar la intromisión de animales pequeños en toda

la ruta. Nosotros preliminarmente creemos que impedir la intromisión de

animales pequeños en la ruta es imposible, sin perjuicio de los forados o

agujeros que existan en las mallas que cierran la autopista y que hayan sido

hechas por acción humana. No obstante, es necesario distinguir caso a caso.

En el caso de un camión que llevaba su carga mal estibada y que

ocasionó daños a un usuario que colisionó con un fierro de cuatro metros de

longitud, la Corte de Apelaciones de Santiago, en un fallo discutible desestimó

la defensa de la concesionaria de caso fortuito. Para la Corte, la sociedad

concesionaria debe ejercer vigilancia sobre los vehículos que entran a la

carretera concesionada y que es completamente previsible que ingresarán

camiones con la carga mal estibada184. De igual manera que en el supuesto

183
En el mismo sentido, “Silva Santibañez, María con Autopista del Sol”, 18° Juzgado Civil de
Santiago, Rol 2896-2012, en sentencia definitiva de veinticuatro de abril de dos mil catorce
sentenció que “la explotación de la concesión en cuestión dice relación con una ruta
determinada cuya ejecución y obra se ciñó a las especificaciones técnicas determinadas que se
encuentra predeterminadas, entre las que se encuentran precisamente los cierres perimetrales
de la misma, las que como señala la demandada se encontraban en perfecto estado de
conservación, todo ello fijado por la autoridad conforme a las características de la ruta sin que
quepa extender la responsabilidad de la Concesionaria en dicha explotación a elementos
externos, sino que estrictamente a la obligación propia del contrato, esto es, a la mantención de
la misma en óptimas condiciones para el desplazamiento de los usuarios.
184
Corte de Apelaciones de Santiago, “Moya Acevedo Ángel con Autopista del Maipo”, Rol
9196-2006. En su considerando segundo estableció “que, para la correcta apreciación de la
fuerza mayor o caso fortuito, en la especie es menester analizar si se presenta en estos hechos
el segundo requisito de esta institución, cual es la imprevisibilidad. Al efecto habrá de tenerse
en consideración que es normal y de común ocurrencia que ingresen a estas vías camiones con
177
anterior, es razonable preguntarse si es posible exigir a la concesionaria que

fiscalice cada uno de los vehículos que ingresan a la autopista a fin de que no

se produzcan caídas de objetos extraños a la ruta.

CONCLUSIONES

carga. La situación en cuanto a si la carga está bien estibada, correctamente amarrada o


cubierta con lonas en caso de tratarse de camiones abiertos, si bien es cierto es
responsabilidad del transportista; no es menos cierto que la sociedad concesionaria de la
autopista debe velar porque al momento del ingreso de estos vehículos al área concesionada,
tales vehículos deban circular en condiciones de evitar daños a terceros. Y, debe tenerse en
cuenta al efecto, la experiencia, la cual demuestra que habitualmente las empresas
transportistas cuyos camiones circulan a lo largo de nuestro país, no adoptan el debido cuidado
con la carga que transportan; todo lo cual hace que un accidente de esta naturaleza sea
plenamente previsible, es decir que con mediana inteligencia y cuidado es perfectamente
posible prever que ingresarán a la autopista camiones con su carga mal estibada, sin haber
adoptado las precauciones necesarias. Y es ese conocimiento, hecho público y notorio que no
corresponde al deber ser sino que a la realidad fáctica, lo que permite sostener que la
sociedad concesionaria debe adoptar medidas preventivas pertinentes, o sea, vigilancia
adecuada al momento de ingresar a la autopista camiones con carga que no vaya bien
instalada en tales vehículos. Es por ello que el hecho de que caiga de un camión un artefacto
como el del caso en análisis, no es un hecho imprevisible; por lo que al no darse el requisito de
imprevisibilidad del caso fortuito, esta argumentación deberá ser desestimada”.

178
Volviendo a la jurisprudencia chilena, se ha establecido que la obligación

de seguridad comprende además de un aspecto material, entendiéndose por tal

la construcción o infraestructura de la autopista, los procedimientos de rutina y

protocolos de emergencia. Asimismo, aun cuando la sociedad concesionaria

está desprovista de potestades exclusivas y excluyentes del Estado, como la de

policía por ejemplo, esto no implica que la concesionaria deba tener una actitud

pasiva frente a hechos delictuales que tengan injerencia directa con los

usuarios, pudiendo tomar medidas preventivas o de coordinación con

Carabineros. Esta obligación de seguridad ha sido reconocida de manera

transversal a los distintos regímenes de responsabilidad. De esta forma, se ha

establecido que “la obligación de la concesionaria no consiste solamente en

instalar barreras, sino que en realizar todas las obras necesarias para el

cumplimiento oportuno de otorgar seguridad a los usuarios que se sirvan de la

concesión y que es su responsabilidad, realizar todas las obras, adoptar todas

las prevenciones y tomar todos los resguardos que las especiales

características del camino o autopista”185 186.

Si bien las bases de licitación son bastante exhaustivas en el detalle del

diseño e infraestructura vial, pareciera ser que la jurisprudencia es un tanto

uniforme en fijar criterios de carácter general en el contenido de la obligación de

185
Corte de Apelaciones de Santiago, “González Vergara Jorge con Ruta 5 Tramo Talca –
Chillán”, Rol 3311-2009.
186
En este mismo sentido, se pronuncia la sentencia de 29 de abril de 2013, dictada por la
Corte Suprema en causa rol 5678-2012.
179
seguridad para con los usuarios viales. Por ejemplo respecto del hecho delictual

del lanzamiento de piedras y objetos, la Corte de Apelaciones de Santiago ha

señalado que estas obligaciones “van sin duda más allá de las mínimas

contenidas en las bases de licitación, apreciándose como tales todas aquellas

previsibles para evitar un resultado dañoso, como –pero ex post- efectuó la

Concesionaria demandada; necesarias y prudentes además si se consideran

los eventos análogos o de la misma clase del actual que, como ha sido de

público conocimiento, se han venido verificando a lo largo de esta carreteras

concesionada, por lo que un nuevo acontecimiento resultaba previsible y

evitable”187.

Entonces, ¿de qué manera se cumple, si la facultad de policía e imperio

recaen el Estado? Al respecto se ha señalado que “las disposiciones relativas a

medidas de seguridad y control y servicios de emergencia caminera no sólo

facultan a la concesionaria a adoptar las medidas necesarias para prevenir

accidentes y mantener expedito el tránsito, sino que la obligan a ello, pudiendo

incluso complementar las implementadas habitualmente por Carabineros”188. De

esta manera, la interpretación del artículo 62 del Reglamento de Ley de

Concesiones adquiere una interpretación más amplia, pero no menos estricta,

187
Corte de Apelaciones de Santiago, “Varas Boetsch, Miguel con Sociedad Concesionaria
Rutas del Pacífico S.A. y otro”, Rol 6523-2009.
188
Séptimo Juzgado Civil de Santiago, “Borjes, María con Sociedad Borjes, María con Sociedad
Concesionaria Autopista del Sol S.A.”, Rol, C-3421-2003.
180
la que sin contener medidas taxativas, posee un deber general que consiste en

“todas aquellas que permitan alcanzar como resultado el evitar los mencionados

daños durante la concesión”189. Es una obligación permanente, y no se limita a

la enumeración establecida en las Bases de Licitación, la cual se traduce en

eliminar cualquier obstáculo o anormalidad que impida el desplazamiento

seguro de los vehículos por la autopista. De esta manera, el artículo 64 del

Reglamento “le exige al concesionario adoptar, durante la concesión, todas las

medidas para evitar daños a terceros y al personal que trabaja en la obra y

todas las precauciones para evitar daños a la propiedad de terceros y al medio

ambiente durante la concesión de la obra, sin que se describan o tipifiquen las

medidas o precauciones que están obligados a adoptar. Según se ha destacado

son todas aquellas que permitan alcanzar como resultado el evitar los

mencionados daños durante la concesión”190.

Por lo tanto, el estándar exigible al concesionario es el mismo que el

establecido para el Estado, tanto por la naturaleza misma del acto de concesión

como por naturaleza del servicio público que se entrega en concesión. En este

sentido, Barros señala que “en consecuencia, la construcción del antecedente

de la responsabilidad debe estar sujeta a idénticas condiciones de hecho y de

derecho que en el caso de la responsabilidad directa del Estado. En otras

189
Ídem.
190
Corte Suprema, “Gómez Zúñiga, Julio Agustín con Autopista del Sol S.A.”, Rol 216 -2011.
181
palabras, para que haya lugar a la responsabilidad es necesario que el

demandante acredite la comisión de una falta de servicio, del mismo modo que

si la Administración estuviese actuando directamente”191. En el mismo sentido,

el profesor Román señala “el concesionario debe responder del mismo modo

que lo habría hecho la Administración concedente, esto es por falta de servicio

en razón de un criterio funcional y garantista, teniendo como parámetro la

normalidad en su prestación”192.

Asimismo, debemos tener presente que “la responsabilidad por falta de

servicio debe asociarse, más que al funcionamiento de un organismo estatal

determinado, al desenvolvimiento de la actividad publificada aunque ella esté

entregada en concesión a particulares”, de esta manera y como señala Viñuela

Hojas, “el particular que por vía de una concesión asume el papel del Estado en

la prestación de un servicio público debe responder, al menos, con los mismos

estándares de calidad que se haría responder el Estado, precisamente en

consideración a los derechos subjetivos de los usuarios”. Siguiendo este orden

de ideas, si la relación entre la Administración y el concesionario se rige por el

derecho público, no existe razón alguna para excluir al usuario de dicha esfera

normativa cuando se presta aquel servicio público En consecuencia, el Estado

191
BARROS Bourie, Enrique, Op. cit., p. 530
192
ROMÁN Cordero, Cristián. Daños sufridos por los usuarios de carreteras concesionadas:
¿Paga Moya?, EN: Responsabilidad extracontractual, Editorial Metropolitana, Santiago, 2009, p.
11.
182
de una u otra forma siempre se mantendrá como garante tanto de la prestación

misma como de la calidad y seguridad del servicio público otorgado en

concesión193. Esta garantía del Estado, no obstante, no debe entenderse a todo

evento. En primer término, es lógico que las causales de exclusión de

responsabilidad suprimirán la responsabilidad de la Administración. Luego, esta

responderá bajo sólo bajo los parámetros explicados en el capítulo 2 de este

trabajo, de esta manera, se excluye la responsabilidad sin culpa tanto para el

concesionario como para la Administración. Ambos deberán probar acreditar

que efectuaron todas las actividades que tiendan a resguardar la seguridad del

usuario de las autopistas, y en definitiva que no hayan incurrido en ninguna

omisión en la que pueda imputarse negligencia.

193
En este sentido ver sentencia dictada por el Vigésimo Séptimo Juzgado Civil de Santiago,
en autos caratulados “Varas Boetsch, Miguel con Concesionaria Rutas del Pacífico S.A. y Otro”,
Rol C-10375-2004. “10°) […] el Fisco de Chile no puede desprenderse de su deber
constitucional de estar al servicio de la persona humana y promover el bien común, como lo
establece el artículo primero inciso cuarto de nuestra Constitución Política de la República, y
menos cuando en ejercicio del principio de subsidiariedad entrega a los privados la tarea de
emprender obras de utilidad pública como la que es objeto de estudio”. 12°) […] pues si
censurable es la negligencia por la que se hace responsable a la Concesionaria por no prever y
contemplar protocolos de seguridad frente a eventos como el vandalismo, tanto o igual de
reprochable es que, el ente Fiscal, que tiene por mandato constitucional asegurar a todas las
personas “el derecho a la vida y a la integridad física y síquica de la persona”, omita exigir y no
supervigile a las concesionarias […] el no concluir en tal sentido implica además violar la
garantía constitucional de la igualdad ante las cargas públicas […] pues implica que la
concesión se transformaría en el vehículo jurídico por el que el Estado traslada su
responsabilidad a los privados en las obras de utilidad pública

183
Por mandato legal, la Administración del Estado debe ejercer la actividad

de control sobre la explotación de la concesión, a través del Inspector Fiscal

con las facultades sancionatorias analizadas más arriba. El deber de vigilancia

no obsta para que en el desarrollo mismo de la concesión pueda la

Administración modificar o añadir disposiciones reglamentarias tendientes a

complementar las ya existentes obligaciones de seguridad para con el usuario

vial. En este sentido, la jurisprudencia ha estimado que “resulta que es

obligación del Ministerio de Obras Públicas vigilar y obtener el cumplimiento

efectivo por parte del concesionario de tales obligaciones emanadas del

contrato. Es por ello que si el concesionario no cumple con las obligaciones

emanadas del contrato en cuanto a mantener la ruta en un estado adecuado

para no producir daños a los usuarios, el ente estatal obligado a vigilar el

cumplimiento de tal obligación incurre en culpa, esto es no haber tenido la

debida diligencia y cuidado en la observación a la cual estaba obligado en

relación al cumplimiento de las obligaciones por parte del concesionario”194.

Esto conlleva a que “la actividad de control implica para el Estado la

organización administrativa de funcionarios e instituciones, es decir, hacer

194
Corte de Apelaciones de Santiago, “Gómez Zúñiga, Julio con Autopista del Sol y otro”, Rol
8162-2009.

184
operativo el servicio de control y, si no lo hace eficientemente, asumir su

responsabilidad por los daños ocasionados a particulares”195,

En consecuencia, proponemos que el legislador debiera unificar el

régimen de responsabilidad en todos los caminos públicos concesionados o no.

Evidentemente no existen razones jurídicas para realizar discriminaciones entre

usuarios de vías públicas concesionadas y vías públicas fiscales. Asimismo, la

vía pública entregada en concesión, que no deja de pertenecer al Estado,

tampoco deja de ser servicio público, con lo que de esta manera, es necesario

aplicar a la explotación de la obra pública concesionada las normas de derecho

público en lo que respecta a la relación con el usuario. De esta manera, la

concesionaria es responsable por falta de servicio, y el criterio unificador con la

Administración del Estado y las Municipalidades es la obligación de seguridad

que deben guardar ambos entes para con el usuario vial. Hemos comprobado

que tanto en la Ley de Tránsito, como en la Ley de Caminos, Ley Orgánica de

Municipalidades y la LOCBGAE se desprende la existencia de esta obligación

de seguridad, que tiene el mismo contenido y finalidad que la establecida en la

Ley de Concesiones de Obra Pública y su Reglamento. Compartimos lo que

sostiene el profesor Román, en el sentido de que “muchos autores han

sostenido que en materia de Derecho de Daños, el fenómeno resarcitorio ya no

195
WEINGARTEN, Celia y GHERSI, Carlos. El contrato de peaje. Buenos Aires, Editorial
Universitaria, 2000. p. 58.

185
se debe centrar en el victimario y la culpa, sino en la victima y en el daño. Si el

daño es el mismo, el sistema de responsabilidad debe ser el mismo. ¿Por qué

ha de ser distinto el régimen de responsabilidad frente a un mismo daño

causado en una autopista concesionada que un camino urbano?”196.

Evidentemente es imposible sostener una dualidad de regímenes.

Los problemas existentes en nuestro régimen de concesiones viales son

claros y latentes. De acuerdo a lo estudiado, pudimos apreciar que en el

Derecho comparado existe un mayor análisis y desarrollo de la temática aquí

planteada, así como también, mayores y mejores soluciones a los

inconvenientes que se van presentando. Es claro, que tanto las normas, como

la doctrina y la jurisprudencia existentes en nuestro país son problemáticamente

escasos y poco uniformes. Y ello es lo que degenera en que finalmente los

usuarios viales se encuentren desprotegidos y faltos de la lógica seguridad

jurídica. Lo anterior, crea con urgencia la necesidad de realizar una reforma de

nuestro sistema, teniendo por objetivo la existencia de normas claras y

precisas, que logren la dictación de fallos asimiles bajo criterios similares,

evitando todo tipo de vaivén jurídico, que finalmente, sólo perjudica a aquél

automovilista que sufrió algún tipo de accidente en una carretera concesionada.

196
ROMÁN Cordero, Cristián. Op. cit.165, p. 242.

186
Para nosotros, la problemática radica no sólo en la redacción de los

artículos analizados a lo largo de este trabajo, sino en la manera privatista en la

que los juristas la han abordado en sus trabajos. Asimismo, la jurisprudencia

tampoco ha seguido una línea unidireccional y conforme con los principios

inspiradores de la legislación que rigen las concesiones de obra pública. Existe

escaso material que aborde la responsabilidad de las autopistas concesionadas

dentro de la óptica del Derecho Público, y pareciera ser que existe una omisión

deliberada por parte de los autores civilistas de comentar el artículo 21 de la

Ley de Concesiones, la que obliga a la concesionaria las funciones

incorporadas en el contrato “con arreglo a las normas de derecho público”.

Sin perjuicio de lo anterior, es siempre necesario tener presente el rol

activo que desempeña el Estado mediante el Ministerio de Obras Públicas y el

Inspector Fiscal, en labores de fiscalización y vigilancia de la obra entregada en

concesión. Acá no existe una pasividad estatal frente a la explotación de la

concesión, pues el Fisco tiene una obligación como garante de la seguridad de

los usuarios, manifestada en las potestades sancionatorias que posee la

Administración frente al concesionario, pudiendo incluso terminar

anticipadamente, en los casos señalados por la ley, con el contrato de

concesión. Como hemos expuesto en este trabajo, creemos que es procedente

187
la responsabilidad solidaria del Estado en los casos en que éste concurra por

falta de servicio con la sociedad concesionaria.

De esta forma, y considerando que la obra pública concesionada nunca

deja de ser un servicio público, se hace evidente y necesaria la homologación

con el criterio aplicado respecto del Estado y las Municipalidades en cuanto son

agentes responsables por falta de servicio en el incumplimiento de la seguridad

vial en los caminos públicos. Siguiendo este orden de ideas, la doctrina es

pacífica en reconocer que sobre las Municipalidades y el Fisco pesa una

obligación de seguridad en la prestación de los servicios públicos para con los

usuarios de estos, particularmente, en los caminos públicos, ya sean urbanos o

rurales, existe la obligación de mantener una adecuada señalización,

mantenimiento y vigilancia, lo que en definitiva se traduce en prestar el servicio

en condiciones de continuidad y normalidad.

En definitiva, existe un criterio normativo denominado obligación de

seguridad, el cual consiste en la aplicación de medidas que aseguren el normal

desarrollo del tránsito en los vías públicas, sean o no concesionadas,

consistiendo éstas en conservar una vigilancia adecuada a las condiciones de

la ruta, mantenimiento de éstas, señalización que proporcione una oportuna

información a los usuarios, y en general todas aquellas medidas que aseguren

188
la prestación del servicio en condiciones de absoluta normalidad. El concepto

de normalidad, proponemos, variará según las condiciones que posea la vía

pública: autopista de alta velocidad, calles urbanas, caminos rurales, etcétera.

Pero lo que no varía es el contenido genérico de la obligación de seguridad, la

que se traduce en las innumerables actitudes que deben adoptar la

Administración del Estado y las sociedades concesionarias.

La seguridad vial, ya sea garantizada por el Estado, la sociedad

concesionaria o las Municipalidades, va directamente ligada con la prevención,

lográndose a través de medidas tomadas por el órgano responsable. No

existiendo dichas medidas se genera la inseguridad vial, aparejada de los

accidentes, daños y sucesivas demandas.

Con todo, nuestra propuesta no viene a objetivizar (desde un punto de

vista civilista) la responsabilidad de las sociedades concesionarias, sino que

vamos más allá. Nuestra propuesta pretende por un lado reunir y homogeneizar

la prestación del servicio en esta actividad, siempre otorgada por el Estado,

pero que en las obras concesionadas se desarrolla mediante un ente privado,

siempre bajo las normas de Derecho Público para tal efecto; y por otro lado,

otorgar una garantía de carácter general para todos los usuarios de los caminos

públicos, eliminando las odiosas distinciones entre quien utiliza o no una ruta

189
concesionada. Es necesario, entonces, que todas las personas que sufran

daños en los caminos públicos, concesionados o no, tengan el mismo derecho

a la misma garantía, bajo los mismos estándares, el cual es la falta de servicio.

190
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211
ANEXO N° 1

JURISPRUDENCIA CONSULTADA

1. Aguilar y otros con Veloso y Autopista del Sol. Corte de Apelaciones de

Santiago. Rol N° 4381 – 2008.

2. Avilés Sepúlveda, María con Sociedad Concesionaria Rutas del Pacífico

S.A. Corte de Apelaciones de Valparaíso. Rol N° 77-2010.

3. Barros Aldunate, Juan Patricio con Sociedad Concesionaria Rutas del

Pacífico S.A. Corte de Apelaciones de Santiago. Rol N° 4240-2011.

4. Beltrán con Ruta de la Araucanía Sociedad Concesionaria S.A. Corte de

Apelaciones de Temuco. Rol N° 1414-2010.

5. Borjes Muñoz, María Teresa con Sociedad Concesionaria Autopista del

Sol S.A. Corte de Apelaciones de Santiago. Rol N° 9275-2006.

6. Bravo Cisternas, Freddy y otros con Autopista Aconcagua S.A. Corte

Suprema. Rol N° 6370-2009.

7. Cabezas Muñoz, Edith con Ruta del Bosque Sociedad Concesionaria

S.A. Corte de Apelaciones de Concepción. Rol N° 483-2012.

8. Calderón Reyes, Elisa con Ruta del Pacífico S.A. Corte de Apelaciones

de Santiago. Rol N° 1441-2003.

212
9. Camposano Carvajal, Paola con Sociedad Concesionaria Autopista del

Bosque y Araus Vallebuena Sandra. Corte Suprema. Rol N° 2762-2010.

10. Canales Valenzuela, María con Ruta 5 Tramo Talca – Chillán. Corte

Suprema. Rol N° 6919-08.

11. Catalán Menares, Mario Edgardo con Sociedad Concesionaria Autopista

del Sol S.A. 25° Juzgado Civil de Santiago. Rol N° C-4417-2006.

12. Cárdenas Amoyao, María con Ruta de la Araucanía Sociedad

Concesionaria S.A. y otros. Corte de Apelaciones de Santiago. Rol N°

5519-10.

13. Cartoni Viale, Orlando con Sociedad Concesionaria Rutas del Pacífico y

otro. Corte Suprema. Rol N° 5626-2011.

14. Combeau Trillat, René Ernesto con Ruta del Pacífico S.A y Estado de

Chile. Corte Suprema. Rol N° 6229 – 2010.

15. Concha Soffia, Cristián con Sociedad Concesionaria Rutas del Pacífico

S.A. Corte de Apelaciones de Santiago. Rol N° 11.965-2004.

16. Contreras Gallardo, Luciano con Sociedad Concesionaria Autopista del

Aconcagua S.A. Corte de Apelaciones de La Serena. Rol N° 179-2011.

17. Contreras Ossandon, Juan y otra con Sociedad Concesionaria Autopista

Los Libertadores S.A. 9° Juzgado Civil de Santiago. Rol N° 38753-2009.

213
18. Corvalán Contreras con Sociedad Concesionaria Camino Nogales –

Puchuncaví S.A. y Fisco de Chile. 14° Juzgado Civil de Santiago. Rol N°

9530-2004.

19. Crocco Villarroel, Juan Alejandro con Sociedad Concesionaria AMB S.A.

Corte de Apelaciones de Santiago. Rol N° 2277-2010.

20. Donoso Solís, Eduardo Enrique con Sociedad Concesionaria Autopista

Vespucio Sur S.A. 20° Juzgado Civil de Santiago. Rol N° 7233 – 2005.

21. Ebner O. Constantino con Ruta de Los Ríos Sociedad Concesionaria

S.A. Corte de Apelaciones de Valdivia. Rol N° 118-2011.

22. Fernández Fornés, Francisco Javier con Sociedad Concesionaria de

Carreteras Talca Chillán S.A. y Fisco de Chile. Corte de Apelaciones de

Santiago. Rol N° 1677-2003.

23. Fernández Gómez, Victor con Soc. Concesionaria Rutas del Pacífico

S.A. 5° Juzgado Civil de Santiago. Rol N° C-15481-2006.

24. Forttes Iribarren, Claudia Paz con Sociedad Concesionaria Elqui S.A.

Corte de Apelaciones de La Serena. Rol N° 22-2007.

25. Frölich Albrecht con Concesionaria Los Lagos S.A. Corte de Apelaciones

de Valdivia. Rol N° 435 – 2006.

26. Galdames Morales, Héctor con Camino de la Madera Concesionaria S.A.

Corte de Apelaciones de Concepción. Rol N° 2761-2003.

214
27. Gaule y otros con Concesionarias Rutas del Pacífico S.A. Corte de

Apelaciones de San Miguel, Rol N° 676 – 2006.

28. Gómez Zúñiga, Julio con Autopista del Sol y Fisco de Chile. Corte de

Apelaciones de Santiago. Rol N° 8162 – 2009.

29. González Melo, Eliana del Carmen y otros con Sociedad Concesionaria

Autopista del Sol. Corte de Apelaciones de Santiago. Rol N° 730-2008.

30. González Vergara, Jorge con Ruta 5 Tramo Talca – Chillán. Corte de

Apelaciones de Santiago. Rol N° 3311 – 2009.

31. Herraz Díaz, Nancy con Autopista del Sol. Corte Suprema. Rol N° 2282-

10.

32. Huerta con Concesionarias Rutas del Pacífico S.A. Corte de Apelaciones

de Santiago. Rol N° 7152 – 2003.

33. Kracht con Camino de La Madera . Corte de Apelaciones de Concepción.

Rol N° 1015 – 2002.

34. Lazo Barra con Autopista del Maipo S.A. y Fisco. Corte Suprema. Rol N°

6562-2009.

35. Leiva con Sociedad Concesionaria Autopista del Itata. 14° Juzgado Civil

de Santiago. Rol N° 4255-2010.

36. Lomeña con Concesionaria Tribasa Bío Bío S.A. 4° Juzgado Civil de

Santiago. Rol N° 30316-2009.

215
37. Medina con Concesionaria de Los Lagos S.A. Corte Suprema. Rol N°

5678-2012.

38. Melendo Pérez, Rafael con Concesionaria Autopista Aconcagua S.A. 3°

Juzgado Civil de Santiago. Rol N° C 8442 – 2007.

39. Monares con Sociedad Concesionaria Ruta 5 Tramo Talca – Chillan. 15°

Juzgado Civil de Santiago. Rol N° 24212-2011.

40. Moya Acevedo, Ángel Gabriel y otros con Autopista del Maipo S.A. Corte

de Apelaciones de Santiago. Rol N° 9196 – 2006.

41. Muñoz Cuevas, Alejandro Marcelo y otra con Camino de la Madera

Sociedad Concesionaria S.A. Corte de Apelaciones de Concepción. Rol

N° 1420 – 2010.

42. Neira Cáceres, Roberto con Autopista del Bosque S.A. Corte de

Apelaciones de Concepción. Rol N° 1051-2011.

43. Ojeda con Sacyr Chile S.A. Corte Suprema. Rol N° 5.833 – 2007.

44. Opazo Ruíz, César con Fisco de Chile y otros. Corte Suprema, Rol N°

3.437 – 2007.

45. Orellana Hidalgo con Camino de la Madera. 3° Juzgado Civil de

Concepción. Rol N° 5296-2006.

46. Ortega Bustamante, Ángel con Autopista Central. Rol N° 272-2010. Corte

de Apelaciones de San Miguel. Rol N° 272-2010.

216
47. Ortiz Tamayo, Margarita con Autopista Central. Corte de Apelaciones de

San Miguel. Rol N° 963-2007.

48. Ramírez M. Juan y otro con Ruta de Los Ríos Concesionaria S.A. Corte

Suprema. Rol N° 2911-2011.

49. Rehbein con Concesionaria Los Lagos S.A. Corte de Apelaciones de

Puerto Montt. Rol N° 9.412 – 2006.

50. Reyes Silva, Francisco y otro con Zegers León Eugenio y otro. Corte de

Apelaciones de Santiago. Rol N° 10202-2006.

51. Sandoval Poo, Emilio y otros con Sociedad Concesionaria Collipulli –

Temuco S.A. Corte Suprema. Rol N° 5656-07.

52. Sánchez y otros con Autopista del Sol. Corte de Apelaciones de San

Miguel. Rol N° 543 – 2004.

53. Sepúlveda con Autopista Aconcagua S.A. Corte de Apelaciones de La

Serena. Rol N° 215.611 – 2003.

54. Silva Jara y otro con Concesionaria Los Lagos S.A. Corte de Apelaciones

de Puerto Montt. Rol N° 512 – 2006.

55. Silva Santibáñez, María con Autopista del Sol. 18° Juzgado Civil de

Santiago. Rol N° 2896-2012.

56. Toledo Acuña, Luis Armando con Sociedad Talca Chillán Sociedad

Concesionaria S.A. 3° Juzgado Civil de Talca. Rol N° 4661-2004.

217
57. Urrejola González, Eduardo y otros con Autopista del Maipo Sociedad

Concesionaria. 30° Juzgado Civil de Santiago. Rol N° 25575-2012.

58. Valck, Gladys con Fisco de Chile. 2° Juzgado Civil de Santiago. Rol 1486

– 2003.

59. Varas Boetsch, Miguel y otra con Fisco de Chile y otra. Corte de

Apelaciones de Santiago. Rol N° 6523-09.

60. Vidal Pedrotti, Sandra con Concesionaria Ruta de Los Ríos. Corte

Suprema. Rol N° 4263-2011.

61. Vidal Ponce, Marlene Angélica con Sociedad Concesionaria Rutas del

Pacífico S.A. Corte de Apelaciones de Valparaíso. Rol N° 306-2010.

62. Wolnitzki Reyes, Raúl con Sociedad Concesionaria Rutas del Pacífico

S.A. 14° Juzgado Civil de Santiago. Rol N° 28069-2007.

218
ANEXO N° 2

COMPENDIO JURISPRUDENCIAL

1.

Caratulado Valck, Gladys con Sociedad Autopista Central S.A. y


Otro.

Tribunal 2° Juzgado Civil de Santiago

Juez titular Inelie Durán Madina

Rol C-1486-2003.

Hechos Piedra arrojada por mujer con facultades mentales


alteradas desde pasarela peatonal.

Temas Responsabilidad subjetiva. Exención de responsabilidad


del Fisco en base al artículo 35 de la Ley de
Concesiones.

Estado Sentencia de primera instancia. Causa terminada por


procesal avenimiento.

La sentencia del Juzgado Civil, desestima la demanda de

indemnización de perjuicios en contra del Fisco de Chile, argumentando

lo siguiente: “14) Que, de las normas legales y contractuales antes

219
transcritas, es posible concluir que, respecto de una obra pública fiscal

concesionada, la responsabilidad por los daños causados a terceros […]

corresponde única y exclusivamente al concesionario, salvo, que el daño

sea imputable a medidas impuestas por el MOP”; “16) […] La pasarela de

Márquez de Ovando era una de aquellas que debía reemplazarse, pero

entretanto, la concesionaria estaba obligada a mantenerla y conservarla”;

17) […] no habiéndose establecido por la Concesionaria que el accidente

sufrido por el demandante y su familia sea exclusivamente imputable a

medidas impuestas por el MOP […] siendo ésta la única hipótesis de

responsabilidad fiscal que establece el artículo 35 de la Ley de

Concesiones de Obras Públicas y que exime a la Concesionaria […]

Cabe acoger la excepción de falta de legitimidad pasiva deducida por el

Fisco […] pues, en efecto, no se configuran, en el caso de marras, los

presupuestos de responsabilidad del Estado que invoca el actor,

particularmente, en lo relativo a la existencia de falta de servicio, pues no

es dable pensar que el ente público incurriera en una disfunción u

omisión de funciones de mantención o seguridad, si no tenía, en rigor, el

deber de las mismas”.

220
2.

Caratulado Canales Valenzuela, María y otros con Ruta 5 Tramo


Talca Chillán S.A. y Otro.

Tribunal Corte Suprema

Ministros Adalis Oyarzún, Héctor Carreño, Sonia Araneda,


Haroldo Brito, abogado integrante Arnaldo Gorziglia.

Rol 6919-08

Hechos Intromisión de caballos a tiro de una bicicleta en la


carretera.

Temas Responsabilidad subjetiva. Obligación de seguridad. La


sociedad concesionaria tiene la obligación, para con el
usuario, de adoptar aquellas medidas de seguridad
necesarias para evitar la ocurrencia de accidentes en
ella. En el caso en comento, existía para la empresa, el
deber de implementar barreras laterales, las cuales eran
estrictamente necesarias, considerando las
características de la carretera.

Estado Sentencia que rechaza recurso de casación en el fondo.


procesal

“20) Que es pertinente indicar que los sentenciadores consideran que en

este caso corresponde a la sociedad concesionaria una responsabilidad

221
de naturaleza objetiva. Acuñan este razonamiento entendiendo que en

las bases de licitación y en el contrato de concesión celebrado entre la

sociedad concesionaria y el Fisco de Chile se utilizan expresiones tales

como “el concesionario deberá tomar todas las precauciones para evitar

daños a terceros”. Todo daño, de cualquier naturaleza, que con motivo

de la ejecución de la obra y de su explotación se cause a terceros-será

de exclusiva responsabilidad del concesionario--. Coligen que esas

declaraciones involucran la voluntad de sustraerse a las normas

supletorias de aplicación general que regulan la responsabilidad

extracontractual del Código Civil. Refuerzan el razonamiento al sostener

que al expresarse en un contrato el hecho de asumirse responsabilidad

por eventuales daños, la expresión indica la voluntad de restarse a las

normas de responsabilidad subjetiva y por ende de liberar al acreedor de

la obligación de probar la culpa o dolo […]”; “21) […] Es así que se ha

expresado que este tipo de responsabilidad se refiere a aquella cuyo

único antecedente es la causalidad, de modo que el demandado se halla

en la obligación de indemnizar los perjuicios que se acrediten como

atribuibles al hecho causal. Se ha expuesto además que lo que se busca

mediante este régimen es mejorar la situación de las víctimas,

dispensándolas de probar la existencia de una culpa en el origen del

daño”; “24) […] Según se anticipó, la sentencia atacada fundamenta la

222
responsabilidad de naturaleza objetiva en las expresiones que se

utilizaron en las bases de licitación y en el contrato de concesión, lo que

resulta errado a la luz de lo que se reflexiona […] Por otra parte, tampoco

es posible consagrar en la especie el aludido sistema de responsabilidad

sustentado en alguna norma legal. En este sentido y para despejar

dudas, no puede ser base de la tesis que pretende objetivar esta

responsabilidad lo preceptuado en el artículo 35 del D.F.L. 164, que

dice:-El concesionario responderá de los daños, de cualquier naturaleza,

que con motivo de la ejecución de la obra o de la explotación de la

misma se ocasionaren a terceros, a menos que sean exclusivamente

imputables a medidas impuestas por el Ministerio de Obras Públicas,

después de haber sido adjudicado el contrato-. Ciertamente esta regla

sólo tiene por finalidad identificar como sujeto pasivo de la obligación de

indemnización de perjuicios a la empresa concesionaria en el caso de

que se ocasionen daños con motivo de la ejecución de la obra o de la

explotación de la misma […]”; “33) Que considerado lo que se ha

manifestado en la motivación 31°, cabe analizar si es efectivo que se

infringen las normas sobre responsabilidad aquiliana, partiendo del

planteamiento formulado por los jueces del mérito en orden a que la

sociedad concesionaria incumplió una obligación de seguridad que le era

exigible, específicamente el deber de implementar barreras laterales en

223
la ruta concesionada. Al respecto es necesario señalar que el artículo 23

del D.F.L. 164, Ley de Concesiones de Obras Públicas, expresa que es

obligación de la sociedad concesionaria la de conservar las obras, sus

accesos, señalización y servicios en condiciones normales de utilización,

facilitar la continuidad de la prestación del servicio en absoluta

normalidad, suprimiendo las causas que originen molestias,

incomodidades, inconvenientes o peligrosidad a los usuarios de las

obras, salvo que la adopción de medidas que alteren la normalidad del

servicio obedezcan a razones de seguridad o de urgente reparación y a

prestar ininterrumpidamente el servicio, salvo situaciones excepcionales

debidas a caso fortuito o fuerza mayor”; “34) Que en dicha línea

argumental, este Tribunal comparte el planteamiento enunciado por la

sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago en cuanto

efectivamente pesa sobre la sociedad concesionaria para con el usuario

de una ruta concesionada la obligación de adoptar las medidas de

seguridad necesarias para evitar la ocurrencia de accidentes en aquélla,

la que en el caso que se analiza fue incumplida. En efecto, como lo

expone el fallo impugnado, existía un deber de implementar barreras

laterales, resguardo que era necesario en razón de lo que se puntualiza

por los jueces, esto es, considerando las especiales características del

camino o autopista y su entorno”; 35) Lo expresado revela que aunque

224
fuere cierto el sustento fáctico de lo que se propugna en el recurso en el

cuarto capítulo, esto es, que existan otros agentes causales del daño -

como el propietario del animal embestido por el camión o el ciclista que

tiraba de los caballos- ello no es óbice para determinar que la sociedad

concesionaria también es obligada a la indemnización por existir una

concurrencia de causas o, en otras palabras, pluralidad de responsables.

Por ello, no es efectivo que se haya cometido error de derecho respecto

a las normas de responsabilidad extracontractual”; “36) Que en el último

capítulo del recurso de nulidad se sostiene que es un error considerar

que es obligación de la concesionaria instalar barreras y realizar todas

aquellas obras necesarias para el cumplimiento oportuno de la obligación

de otorgar seguridad a los usuarios basado ello en una extensión de los

efectos del contrato de concesión invocando el artículo 1546 del Código

Civil. Con arreglo a lo que se ha razonado a lo largo de este fallo, es

inequívoco que en la sociedad demandada recae el deber de seguridad

en la explotación y conservación de las rutas concesionadas, traducido

en la especie en la implementación de barreras laterales consideradas

las particulares características del tramo en que ocurrió el accidente y su

entorno -conclusión a la que en definitiva llega el fallo impugnado-,

obligación que como se ha visto nace del artículo 23 del D.F.L. 160 en

correspondencia con las pautas normativas y técnicas entregadas en el

225
Manual de Carreteras. En esas circunstancias, no resulta efectivo el

yerro que se atribuye en el capítulo aludido”; “37) Que en virtud de los

razonamientos expresados, cabe concluir que en el presente caso asiste

responsabilidad extracontractual a la sociedad demandada, tal como lo

decidieron los jueces del fondo; y que, por lo tanto, pese al yerro jurídico

de haber señalado que se trataba de una responsabilidad objetiva, éste

no tiene la entidad bastante para alterar lo decidido, como quiera que de

la sentencia impugnada se colige que se incumplió un deber de cuidado

que era jurídicamente exigible a la empresa concesionaria, que hubo

relación de causalidad entre el hecho ilícito y el daño producido y que se

ocasionaron los perjuicios que han sido finalmente determinados”.

3.

Caratulado Gómez Zúñiga, Julio contra Sociedad Concesionaria


Autopista del Sol S.A y otro.

Tribunal Corte de Apelaciones de Santiago

Ministros Patricio Villarroel, Pilar Aguayo, abogado integrante


Enrique Pérez.

Rol 8162-2009

226
Hechos Cruce de tres caballos sueltos en la carretera.

Temas Responsabilidad contractual. Artículo 2317 del Código


Civil. El deber de inspección y vigilancia que tiene la
Administración del Estado, no sólo importa la detección
de irregularidades en la carretera, sino también la
remisión a la sociedad concesionaria de las
observaciones, la posterior fiscalización de las
reparaciones y la presentación de multas en caso de
incumplimiento.

Estado Se rechaza Recurso de Casación en la Forma.


procesal En cuanto a Recurso de Apelación, se confirma
sentencia de primera instancia.

“9) Que tratándose de un hecho único el causante del daño

producido a las víctimas actoras de autos, y siendo los intervinientes en

el mismo dos partes, cuales son las demandadas Fisco de Chile y

Autopista del Sol S.A. ASSA. resulta plenamente aplicable lo dispuesto

en el artículo 2.317 del Código Civil, el que no distingue si el delito o

cuasidelito civil ha sido cometido por acción u omisión, resultando

aplicable al respecto el aforismo de que donde el legislador no distingue

no es lícito al intérprete distinguir; por lo que resulta acertada la

disposición del fallo recurrido que aplica la solidaridad dispuesta en el

artículo 2.317 del Código de Bello a las demandadas”; “11) […] resulta

227
que es obligación del Ministerio de Obras Públicas vigilar y obtener el

cumplimiento efectivo por parte del concesionario de tales obligaciones

emanadas del contrato. Es por ello que si el concesionario no cumple con

las obligaciones emanadas del contrato en cuanto a mantener la ruta en

un estado adecuado para no producir daño a los usuarios, el ente estatal

obligado a vigilar el cumplimiento de tal obligación incurre en culpa, esto

es no haber tenido la debida diligencia y cuidado en la observación a la

cual estaba obligado en relación al cumplimiento de las obligaciones por

parte del concesionario”; “ 12) Que no resulta aceptable la excepción del

Fisco de Chile en cuanto a que un inspector fiscal habría inspeccionado y

vigilado permanentemente el cumplimiento por parte de la concesionaria

de las obligaciones emanadas del contrato de concesión, toda vez que si

en la realidad se produjo el hecho ilícito causante del daño cuya

indemnización demandan las víctimas, es porque tal labor de inspección

y vigilancia no fue realizada adecuadamente, sino que en forma

imperfecta que impidió detectar las posibles causas del ilícito de autos”;

“13) Que no es posible aceptar la excepción de haber empleado la

debida diligencia y cuidado mediante el simple envío, a la concesionaria,

por parte del Ministerio de Obras Públicas, de un informe donde se le

ordena la reparación de cercos, ya que tal actuación no exime de

responsabilidad; toda vez que no constituye un actuar diligente la mera

228
remisión de observaciones, sino que la real y efectiva comprobación

posterior de que tales observaciones o reparaciones de que se trate, han

sido efectivamente realizadas”; “14) Que no corresponde a las víctimas

del perjuicio el probar la causa por la cual ingresaron los animales a la

autopista, ni el lugar por donde lo hicieron, lo que en definitiva podría

resultar irrelevante; toda vez que estas res mobile nunca debieron estar

en dicho lugar; y si así ocurrió, con las lamentables consecuencias

producidas, se debió al incumplimiento de la obligación de la

concesionaria de mantener en buen estado la ruta, obligación que emana

del contrato de concesión no discutido por las partes; y del ente

encargado de vigilar dicho cumplimiento cual es el Ministerio de Obras

Públicas”; “15) Que colinda con lo absurdo la afirmación de la

concesionaria demandada en cuanto a que no es dueña ni tiene a su

cuidado animal alguno, puesto que su responsabilidad no emana del

dominio de los animales sino de no haber tenido el cuidado debido para

impedir el ingreso de los mismos. De igual forma no es aceptable el que

le resulte imposible prevenir en cada kilómetro la presencia de cercos

rotos o dañados, en circunstancias que en virtud del contrato de

concesión es que tiene el derecho a cobrar a los usuarios una tarifa por

cada kilómetro transitado. Existiendo por ende el derecho a cobrar tal

tarifa por cada distancia usada, kilómetro o metro de camino de que se

229
trate, es equivalente la obligación de mantener en correcto estado similar

distancia, conclusión propia de todo contrato bilateral”.

4.

Caratulado Catalán Menares, Mario contra Sociedad Concesionaria


Autopista del Sol S.A. y otro.

Tribunal 25° Juzgado Civil de Santiago

Juez Titular Susana Rodríguez Muñoz.

Rol C-4417-2006

Hechos Cruce intempestivo de peatón.

Temas Responsabilidad estricta. Responsabilidad de la


empresa concesionaria y en subsidio del Fisco de Chile,
ello, pues el Estado permanece como garante de la
prestación del servicio.

Estado Sentencia de primera instancia.


Procesal

La sentencia del 25° Juzgado Civil de Santiago, condena al Ministerio

de Obras Públicas, representado por el Fisco de Chile, basándose su

considerando trigésimo tercero, principalmente en que tanto las

230
Municipalidades como el Fisco tienen deberes legales de servicio, que

les hacen responsables de los accidentes producidos por el mal estado

de las vías públicas. Además, fundamentándose en el artículo 35 del

Decreto N° 900 de 1996, nuevamente todo indica que el Estado y las

Municipalidades poseen dicha responsabilidad por el mal estado de las

vías, sin que les sea admisible la excusa de haber delegado en un

tercero la prestación del servicio. Además, y de acuerdo al considerando

siguiente, se señala que “34) […] debe tenerse presente que la

obligación en comento debe ser coincidente con la de otorgar adecuadas

medidas de seguridad para la circulación de los vehículos motorizados

por las vías concesionadas […] En la especie, y para un uso ideal de las

vías concesionadas, debió tenerse en consideración el riesgo que implica

para los usuarios el ingreso a las vías de peatones y/o animales”.

Además, se señala que “36) […] el hecho ilícito lo configura la

inexistencia de medidas adecuadas de seguridad frente al ingreso de

peatones, como asimismo la inadecuada protección en el puente del

canal Tuzano, las que, en caso de haber existido como tal, habrían

evitado las consecuencias que los demandantes invocan”. Finalmente,

“39) […] el Fisco de Chile, asimismo, incurre en responsabilidad por

cuanto, una parte, conserva la misma, a razón de tratarse de bienes

nacionales de uso público, siendo de su cargo incurrir por falta de

231
servicio, los que no dejan de serlo por delegar su explotación en terceros

particulares y que, por otra parte, […] el Fisco conserva una

responsabilidad subsidiaria en la hipótesis de delegar en privados la

prestación de un servicio que por ley les corresponde desarrollar […] el

Estado permanece como garante de la prestación del servicio de

conformidad con el estándar exigible”.

5.

Caratulado Varas Boetsch, Miguel con Concesionaria Rutas del


Pacífico S.A. y Otro.

Tribunal Corte de Apelaciones de Santiago

Ministros Cornelio Villarroel, Dobra Lusic, fiscal judicial María


Loreto Gutiérrez.

Rol 6523-2009

Hechos Piedra arrojada por terceros desde pasarela peatonal.

Temas Responsabilidad objetiva. Es la Ley de Concesiones la


que ha establecido en materia de responsabilidad que
ésta queda radicada en el concesionario, y no en el
Fisco. Distinto es el caso de la sociedad concesionaria,

232
cuya responsabilidad emana de la Ley de Concesiones
y de su Reglamento, en particular de los artículos 35 y
62 N° 2, respectivamente. La necesidad de que la
sociedad concesionaria adopte medidas de seguridad
va más allá de las mínimas contenidas en las bases de
licitación.

Estado Recurso de Casación en la Forma se declara sin lugar.


procesal Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia
confirmada parcialmente.

“7) Que en cuanto dice relación con las alegaciones del Fisco de Chile,

debe tenerse presente que en nuestra legislación, doctrina y

jurisprudencia la regla general es la responsabilidad por culpa, en tanto el

régimen de responsabilidad objetiva del Estado tiene aplicación

restrictiva, es excepcional y por lo tanto, de derecho estricto. Y es del

caso que dicha clase de responsabilidad no se encuentra establecida en

la Ley de Concesiones, según se constatará a continuación”

“9) […] conforme al precepto constitucional es la Ley de Concesiones,

aplicable en la especie, la que ha establecido en materia de

responsabilidad que ésta queda radicada en el concesionario, y no en el

Fisco. Es pues en virtud de esta norma expresa que el sujeto

responsable es aquél concesionario, quien, como se ha afirmado por la

doctrina, responde en tales casos como sujeto privado que ha asumido


233
delegadamente una función pública". "El desplazamiento de la tarea

pública de la tarea pública a un concesionario significa que éste también

debe asumir la responsabilidad que se sigue de las funciones que le son

delegadas." (Enrique Barros Bourie. "Tratado de responsabilidad

extracontractual"). Frente a las disposiciones legales expresas que

regulan la materia el tribunal no puede excepcionarse de aplicarlas por

estimarlas contrarias a los preceptos constitucionales, particularmente los

deberes de estar al servicio de la persona humana y promover el bien

común contenidos en el artículo 1 de la Constitución Política, pues en

rigor este mandato constitucional no conlleva una responsabilidad del

Estado a todo evento, sino únicamente en los casos en que la ley se la

asigne”

“11) Que distinto es el caso de la demandada Concesionaria Rutas del

Pacífico, respecto de la cual su responsabilidad objetiva emana no sólo

del Reglamento de Servicio de Obra, indicado en el basamento octavo

del fallo recurrido, sino que en la propia Ley de Concesiones y su

Reglamento, particularmente los artículos 35 y 62 N° 2, respectivamente,

ya citados en esta sentencia”

“12) Que la necesidad, conveniente y prudente adopción de medidas de

seguridad por parte de la Concesionaria van sin duda alguna más allá de

las mínimas contenidas en las bases de licitación, apreciándose como

234
tales todas aquellas previsibles para evitar un resultado dañoso, como en

el hecho -pero ex post- efectuó la Concesionaria demandada; necesarias

y prudentes además si se consideran los eventos análogos o de la

misma clase del actual que, como ha sido de público conocimiento, se

han venido verificado a lo largo de esta carretera concesionada, por lo

que un nuevo acontecimiento resultaba previsible y evitable”.

6.

Caratulado Cárdenas Amoyao, María con Ruta de la Araucanía


Sociedad Concesionaria S.A. y Otros.

Tribunal Corte de Apelaciones de Santiago

Ministros Jorge Zepeda, Mario Rojas, abogada integrante Paola


Herrera.

Rol 5519-2010

Hechos Quema de pastizal por terceros que disminuyó


visibilidad en la carretera.

Temas Responsabilidad subjetiva. Acción de terceros.


Responsabilidad contractual de la concesionaria, por
cuanto no proporcionó a los usuarios que pagan por
transitar por la carretera, un actuar diligente. Al
producirse la acumulación de humo, no reaccionó como

235
debía, evitando el accidente frente a hechos notorios y
previsibles. Por tanto se desestima el argumento de
“caso fortuito”.

Artículo 35 de la Ley de Concesiones y artículo 62 N° 2


del Reglamento.

Estado Recurso de Casación en la Forma rechazado. Recurso


procesal de Apelación. Sentencia de primera instancia
confirmada.

“11) […]La responsabilidad que se ha perseguido en autos es

extracontractual de carácter civil, diversa de la pena, siendo la apelante

responsable civilmente, ya que a su respecto existe culpa, la que se

evidencia, como se dijo, porque con la quema que llevó a cabo provocó

el humo que, posteriormente, posibilitó el grave accidente, con resultado

de muertes y lesiones para diversas personas, tal como se ha concluido

en primer grado, debiendo por ende, responder en la forma como se la

ha demandado”;

“13) Que, en efecto, tal como expone el Fisco de Chile, el Estado no

tiene responsabilidad alguna en los hechos de que se trata. Ni como ente

fiscal, en cuanto propietaria de las carreteras concesionadas, ni en

cuanto responsable por omisiones de Carabineros de Chile. Está

probado y por lo demás surge de la circunstancia de estar condenada la

236
demandada, la sociedad concesionaria ya individualizada, que los

hechos ocurrieron en una ruta, vía o carretera concesionada. En tales

condiciones, es aplicable el artículo 35 del D.F.L. Nº164, del año 1991,

cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado consta del D.S. Nº900

del Ministerio de Obras Públicas, que es del siguiente tenor: "El

concesionario responderá de los daños, de cualquier naturaleza, que con

motivo de la ejecución de la obra o de la explotación de la misma se

ocasionaren a terceros, a menos que sean exclusivamente imputables a

medidas impuestas por el Ministerio de Obras Públicas, después de

haber sido adjudicado el contrato". La misma norma es reiterada en el

artículo 62 Nº2 del Reglamento de la Ley de Concesiones, de modo que

hay claridad en la ley respecto de quien responde civilmente por los

daños ocasionados en una carretera concesionada, caso de autos. Dicho

precepto, implícitamente, exime al Fisco de Chile de la responsabilidad

por los daños ocasionados en carreteras concesionadas y, por aplicación

del principio de la especialidad, en el presente caso esta norma debe

preferirse a las que contiene el Código Civil en los artículos 2314 y

siguientes”;

“14) La responsabilidad, como se dijo previamente, es tanto de quien

produjo directamente la quema, careciendo de trascendencia que fuere

legal o ilegal, porque fue igualmente imprudente, por tratarse de un

237
predio cercano a la carretera, y además de la empresa concesionaria,

que debe responder de los daños ocasionados a terceros por así

mandarlo el artículo 35 de la Ley ya indicada, debido a que, producido el

evento de la quema y la acumulación de humo sobre la carretera, no

actuó de inmediato, como correspondía, al menos enviando personal

para advertir de tal situación a los conductores que circulaban por la

carretera, y para la colocación de la señalética del caso, con la

anticipación suficiente como para prevenir a los conductores, como se

hace en la práctica con los avisos de obras en la ruta u otras situaciones

[…] En suma, no hay falta de servicio, ni menos puede atribuirse

responsabilidad subjetiva por culpa al personal policial, y por ende la

demanda, en lo tocante al Fisco de Chile, no puede prosperar y debe ser

desestimada”;

15) […] La empresa, como concesionaria, no solamente puede reclamar

el derecho a cobrar por transitar por ella, sino que está obligada a

proporcionar a los usuarios una conducción tranquila y sin riesgos, lo que

ciertamente no hizo, pues de otro modo, no se habría producido el

accidente que, a su turno ha generado este extenso y largo proceso.

Esto es, dicha demanda ha tenido una obligación contractual, en el

sentido de proporcionar a quienes pagan por transitar por la carretera

concesionada bajo su cuidado, cuanto una actuación negligente y

238
culpable, porque al producirse la acumulación de humo, no reaccionó

como debía, para evitar accidentes que es obvio que pueden producirse

por un hecho de tal naturaleza, siendo público y notorio que así ocurre.

Finalmente, está la norma del artículo 35 del DFL Nº164, a que ya se

hizo referencia que le asigna la responsabilidad por los daños ocurridos

en la carretera concesionada”;

“17) […] Al respecto, entonces, no cabría más que atenerse a dicho

reconocimiento, aun cuando se la trate de mitigar con la argumentación

relativa a la circunstancia de existir neblina producto del fenómeno

climático conocido como inversión térmica. Esto es, el propio apelante

entrega datos que ponen aun más de manifiesto su falta de cuidado y de

reacción, pues frente a tales adversas condiciones, ninguna acción tomó

para evitar hechos que conocidamente son producto de la niebla, en este

caso mezclada con el humo procedente de la quema que se había hecho

previamente. Es decir, todo conduce a la responsabilidad de la

concesionaria apelante, sea en el terreno contractual, sea en el terreno

de la responsabilidad subjetiva por culpa, debido a su omisión en

reaccionar con prontitud”;

“19) Que el mismo apelante afirma que la sentencia es errónea, por

cuanto determina una única causa basal, pero condena por tres hechos

distintos a tres demandados diferentes, solidariamente. Como es obvio,

239
no se puede aceptar una defensa semejante, puesto que su actuación es

totalmente independiente de la que corresponde o pueda corresponder a

otros demandados, sin perjuicio que ya se ha establecido en esta

sentencia que a Carabineros de Chile y por ende al Fisco, no le cabe

responsabilidad, por lo que el ente fiscal no está en situación de

indemnizar civilmente”;

“20) Ampliando lo dicho, cabe manifestar que no puede haber exposición

imprudente, cuando se transita por una carretera concesionada, que se

supone con altos estándares de calidad y de cuidados por parte de la

empresa a cargo de la concesión, y los afectados se encuentran de

manera intempestiva, imprevista e inesperada con una situación de

escasa visibilidad producto de la presencia de humo provocado a su vez

por una quema en un sitio cercano. Todo lo anterior tampoco puede

constituir caso fortuito respecto de la demandada apelante, porque la

concesión le impone precisamente la obligación de reaccionar frente a

eventos como el producido en la especie, en que se llevó a cabo una

quema, por lo que era de toda evidencia que ello podría provocar

disminución de la visibilidad por la acumulación de humo sobre la

carretera concesionada. Justamente para eso se han concesionado las

carreteras, esto es, para que las empresas a cargo de las mismas, que

cobran una tarifa por transitar por ellas, mantengan las vías en

240
condiciones de hacerlo con la mayor tranquilidad, e incluso, con la mayor

comodidad posible, y nunca en condiciones que puedan propiciar un

accidente tan grave como el que ha motivado esta causa”;

“21) Que, en resumen, la responsabilidad civil de la concesionaria ha

quedado ampliamente demostrada en autos, sus alegaciones no resisten

el menor análisis jurídico y es por ello que no cabe sino desestimar la

apelación que se termina de analizar, por lo que la sentencia impugnada

por esta vía debe ser confirmada, pero en los términos que se dirán en la

parte resolutiva”.

7.

Caratulado Barros Aldunate, Juan con Sociedad Concesionaria


Rutas del Pacífico.

Tribunal-Rol 28° Juzgado Civil de Santiago – C-8115-2004

Corte de Apelaciones de Santiago – 4240-2011

Juez - Juez de primera instancia: Jorge Mena Soto.


Ministros
Ministros: Lamberto Cisternas, Dobra Lusic, Juan
Cristóbal Mera.

241
Hechos Caída de árbol sobre la vía.

Temas Responsabilidad subjetiva. La obligación fundamental


de las empresas concesionarias es la de operar y
mantener la carretera en condiciones normales de
servicio, de modo de evitar así, accidentes. De haber
adoptado de manera eficaz y oportuna las medidas
necesarias para retirar el árbol que obstruía la pista, el
accidente no se habría producido.
Estado Sentencia de primera instancia confirmada.
procesal

“18) Que en este orden de ideas, es preciso tener en cuenta que

de acuerdo con lo expresado por la empresa demandada al contestar la

demanda, ésta se encuentra obligada a cumplir con las bases de

licitación de la concesión de la obra pública denominada Ruta 68, cuyo

punto 2.5.3.2 dispone que "La Sociedad Concesionaria será responsable

de establecer las medidas de control y seguridad en el tramo de la

concesión, sujeto a todas las disposiciones legales vigentes. La Sociedad

Concesionaria es la responsable de operar y mantener el camino en

condiciones normales de servicio, de modo de evitar accidentes y deberá

responder ante toda acción legal que los usuarios pudieran entablar en

su contra, debido a negligencias cometidas a este respecto"

242
“19) […] Que de la disposición precedentemente transcrita se desprende

inequívocamente que la obligación fundamental de la Concesionaria

demandada es "operar y mantener el camino en condiciones normales

de servicio, de modo de evitar accidentes […]"

“21) Que, en concepto del sentenciador, los hechos precedentemente

establecidos resultan determinantes para concluir que la empresa

demandada no cumplió oportuna y adecuadamente con su obligación de

mantener el camino en condiciones normales de servicio, por cuanto

dispuso del tiempo necesario y prudente - dos horas - para eliminar el

obstáculo que impedía el flujo normal del tránsito vehicular y sólo

reaccionó una vez producido el accidente, hecho que precisamente

estaba llamada a evitar, por lo que debe concluirse también que incurrió

en una conducta negligente o descuidada […]”;

“28) En la especie, el daño y los perjuicios cuyo resarcimiento se

demanda deriva del accidente sufrido por el actor el que se produjo como

consecuencia de no haber cumplido la Empresa Sociedad Concesionaria

Rutas del Pacífico S.A su obligación de mantener el camino en

condiciones normales de servicio, de modo de evitar accidentes, ya que

de haber adoptado oportuna y eficazmente las medidas necesarias para

retirar el árbol que obstruía la pista, el accidente no se habría producido”.

243
La Corte de Apelaciones de Santiago confirmó el fallo de primera

instancia.

8.

Caratulado Bravo Cisternas, Freddy y otros con Sociedad


Concesionaria Autopista del Aconcagua S.A.

Tribunal Corte Suprema

Ministros Adalis Oyarzún, Margarita Herreros, Juan Araya,


abogados integrantes Maricruz Gómez de la Torre y
Domingo Hernández.

Rol 6370-2009

Hechos Cruce de vacuno en la carretera.

Temas Responsabilidad Contractual. El usuario y la


concesionaria se encuentran en una relación de carácter
contractual, vinculadas por un contrato de Derecho
Privado. Para que la carretera cumpla con las
exigencias de “normalidad del servicio” éstas deben
estar despejadas, libres de toda perturbación, y
cumpliendo con las normas de seguridad. Obligación de
seguridad que implica suprimir elementos de

244
peligrosidad para los usuarios, emana de la relación de
carácter privado entre concesionaria y usuario.

Estado Recurso de Casación en el Fondo rechazado.


Procesal

En juicio seguido ante la Corte Suprema, Primera Sala Civil, la

empresa demandada recurrió en Casación en el Fondo contra la

sentencia de la Corte de Apelaciones que confirmó el fallo de primer

grado que acogió la demanda de indemnización de perjuicios. El Tribunal

Supremo rechazó el recurso de nulidad, argumentando principalmente

que: “1) […] es en virtud del contrato de concesión que el Estado de

Chile transfiere al concesionario su derecho a percibir los peajes que por

mandato del primero recaude de los vehículos que crucen las plazas de

peaje que el Estado disponga en determinados puntos de las vías

públicas de conformidad a la ley, como un mecanismo utilizado para

pagar a la concesionaria por la inversión efectuada en la obra pública”;

“7) Que, independientemente de cuál sea la denominación de este

contrato, el incumplimiento de una obligación nacida de él por parte de

uno de los contratantes provoca daño. El autor de éste debe responder

por él, lo que significa que se halla sujeto a responsabilidad. Y, en

principio, la responsabilidad se traduce en la obligación de indemnizar o

245
reparar los perjuicios causados a la víctima.”; “9) […] cabe precisar que,

la vinculación de la concesionaria con el Estado es de Derecho Público,

regulada por la ley y el contrato de concesión, en el cual, se señalan por

la autoridad las condiciones en que debe prestarse el servicio

concesionado. En cambio, la relación existente entre concesionaria y el

usuario del servicio concesionado es de derecho privado, toda vez que

en este caso no concurre el carácter desinteresado que implica que los

servicios públicos estén sujetos a un régimen jurídico de Derecho Público

[…]”; “10) Que de esta relación, de derecho privado entre concesionario y

usuario, el primero se obliga, de conformidad al artículo 23 del Decreto

Supremo N° 900 del Ministerio de Obras Públicas, a conservar las obras,

sus accesos, señalización y servicios en condiciones normales de

utilización, suprimiendo las causas que originan molestias,

incomodidades, inconvenientes o peligrosidad a los usuarios de las

obras, salvo que la adopción de medidas que alteren la normalidad del

servicio obedezcan a razones de seguridad o de urgente reparación.”

246
9.

Partes Herraz Díaz, Nancy con Autopista del Sol.

Tribunal Corte Suprema

Ministros Patricio Valdés, Pedro Pierry, Gabriela Pérez, Sonia


Araneda y Juan Fuentes.

Rol 2282-2010

Hechos Piedra arrojada por terceros.

Temas Función de inspección y vigilancia de la Administración.


Causal de exención de responsabilidad.

El estándar que se exige es el de “normalidad”, lo que


se extrae de las expresiones “condiciones normales de
utilización” y del vocablo “normalidad” señalado en el
artículo 23 de la Ley de Concesiones.

Estado Recurso de Casación en el Fondo rechazado.


procesal

En juicio seguido ante nuestra Corte Suprema, en causa Rol 2282-

10, se presentó Recurso de Casación en el Fondo, interpuesto en contra

de la sentencia que desestimó la demanda de indemnización de

perjuicios por responsabilidad extracontractual. Dicho Recurso fue

247
rechazado por el Tribunal Supremo, toda vez que la empresa

demandada demostró haber cumplido con su obligación de seguridad en

los términos y condiciones impuestos por la normativa legal y

reglamentaria. Así, se desprende que la demandada cumplió

satisfactoriamente con su deber de seguridad en el estándar exigido. Los

argumentos esgrimidos por nuestra Corte Suprema fueron principalmente

los siguientes: “2) Que resulta pertinente indicar que tanto la demandante

–en el escrito de demanda- como los sentenciadores, consideran que en

este caso deben aplicarse a la sociedad concesionaria las normas de

una responsabilidad de naturaleza extracontractual. Sobre la base de

esta premisa, han concluido que no se acreditaron los requisitos

necesarios para que se origine la obligación de indemnizar perjuicios a

favor de la demandante.”; “10) Que a la luz de los acontecimientos del

mismo proceso, especialmente de diversos informes del Ministerio de

Obras Públicas que se recibieron como respuesta a oficios solicitados

por las partes y que no fueron objetados, se desprende que la

demandada cumplió satisfactoriamente con su deber de seguridad en el

estándar exigido, pues consta que no tiene multas impuestas por los

inspectores fiscales del referido Ministerio desde el año 2000 […]”; “11)

Que, por otro lado, del análisis de los documentos señalados como

asimismo del contrato de concesión, bases de licitación y su marco

248
regulatorio no aparece que exista obligación para la demandada de

cercar la autopista en toda su extensión y altura de manera de impedir

todo evento dañoso.”; “14) […] la demandada no incurrió en ninguna

omisión culpable y que las lesiones de la demandante fueron causadas

directamente por la acción delictiva de tres menores que lanzaron a la vía

de circulación una pedrada. De dicha circunstancia fáctica se sigue

necesariamente que la demanda no podía prosperar porque no se

configura el elemento culpabilidad esencial para dar origen a la

responsabilidad extracontractual […]”.

10.

Caratulado Cartoni Viale Orlando con Sociedad Concesionaria


Rutas del Pacífico.

Tribunal Corte Suprema

Ministros Sergio Muñoz, Héctor Carreño, Pedro Pierry, María


Eugenia Sandoval, abogado integrante, Arturo Prado.

Rol 5626-2011

Hechos Intromisión de jinete y caballo en la carretera.

249
Temas Responsabilidad subjetiva. De acuerdo a las Bases de
Licitación, la concesionaria tenía la obligación de
completar las defensas de mediana en toda la extensión
de la ruta por condiciones de seguridad, incluyendo su
reparación y reposición. Ello, para evitar giros y cruces
en lugares no habilitados. El haber cumplido con las
demás obligaciones (patrullaje diario) no obsta el haber
vulnerado la obligación antes señalada.

Estado Recurso de Casación en el Fondo. Sentencia de


procesal reemplazo.

“1) Que la responsabilidad de la Sociedad Concesionaria Rutas

del Pacífico S.A. ha quedado establecida con los elementos de prueba

establecidos en el fallo que se revisa […]”

“5) Que la circunstancia anterior hace que la sociedad concesionaria

demandada tenga responsabilidad en los hechos, en la medida que hizo

posible la realización de una maniobra mortal sin perjuicio de aquella que

pudo corresponder al jinete fallecido o de las presunciones de

responsabilidad que pudieren afectarle. Por ello las alegaciones de la

demandada Rutas del Pacífico S.A., en el sentido de que carece de

responsabilidad en los hechos o que no tendría legitimación pasiva, debe

desecharse […]”

250
“7) Que de esta forma ha existido una conducta ilícita de la demandada

sociedad concesionaria Rutas del Pacífico, al dejar de cumplir con las

obligaciones impuestas en las Bases de la Licitación”

“9) […] Sin embargo, y como se ha dicho con antelación, el señor

Orlando Cartoni Viale se expuso imprudentemente al daño al conducir en

las condiciones ya descritas bajo la influencia del alcohol, y por ello la

indemnización por el daño que reclama está sujeta a reducción […]”.

11.

Caratulado Avilés Sepúlveda, María Eliana contra Fisco de Chile y


otro.

Tribunal Corte de Apelaciones de Valparaíso

Ministros Luis Alvarado, fiscal judicial Juana Latham, abogado


integrante Juan Carlos Cárcamo.

Rol 77-2010

Hechos Cruce de vacuno en la carretera.

Temas Responsabilidad objetiva. La sociedad concesionaria no


ha observado el cuidado debido al que está obligada de
acuerdo al artículo 23 de la Ley de Concesiones. Dicho
artículo no exige una normalidad común o mera

251
normalidad, sino que “absoluta normalidad”.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal revocada.

“4) El ejercicio de interpretación del Derecho permite concluir que

la demandada Sociedad Concesionaria Rutas del Pacífico S.A. no ha

observado en la especie el cuidado debido al que se encuentra obligada

respecto de un deber que le es básico, según emana de la legislación

general aplicable a la materia […] la que obliga al concesionario a facilitar

el servicio en condiciones de absoluta normalidad, suprimiendo las

causas que originen molestias, incomodidades, inconvenientes o

peligrosidad a los usuarios de las obras.”

“5) Cabe tener presente que este deber legal para la Concesionaria

demandada destacado en el motivo que antecede, ha sido incumplido

por ésta, más aún, en los estrictos términos que lo ordena la ley, la cual,

como se observa, no se ha limitado a exigir una normalidad común o

mera normalidad, sino que, “absoluta normalidad”

“6) En efecto, en tal entendido, y señalando la propia demandada antes

referida, en el referido libelo, que los cierres perimetrales como cercos se

encontraban en perfectas condiciones, no asume el deber de cuidado o

diligencia debida consistente en mantener expeditas las pitas de

252
circulación en los términos que ha convenido, como ha ocurrido en la

especie, con la presencia de animales (varios o más de uno y no más de

tres) en la pista vehicular, más aún, si como reconoce, existe un espacio

por el cual expresamente estos animales pueden ingresar, el que

mantiene al momento del accidente, consecuencialmente carente de

vigilancia, es decir, de normalidad, más aún, de absoluta normalidad, lo

que acredita la concurrencia de su culpa”

“11) Que, en lo que al Fisco de Chile como demandado en estos autos

resulta pertinente, se estará a lo estipulado en el Decreto N° 900 […]

según el cual el concesionario ha de responder de los daños, de

cualquier naturaleza, que con motivo de la explotación de la obra, se

ocasionaren a terceros […]”

12.

Caratulado Borjes María con Sociedad Autopista del Sol S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Santiago

Ministros Juan Manuel Muñoz, Amanda Valdovinos, abogado


integrante Jorge Lagos.

Rol 9275-2006

253
Hechos Cruce de caballo en carretera.

Temas Acción de terceros.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


Procesal revocada.

“7) Que la sentencia en análisis, en su motivo refleja claramente la

nula prueba rendida en los autos pues se limita a sostener que “con la

instrumental y testimonial rendida, la actora acreditó los daños al mueble

de su propiedad”, sin cumplir, evidentemente con la exigencia

precedentemente anotada concernientes a su magnitud, elementos

probatorios pormenorizados y descripción de los daños, posibilitando, en

su caso, la determinación precisa de su cuantía en un juicio posterior.”

“8) Que en el mismo fundamento del fallo, se desecha la indemnización

por las lesiones que habría sufrido la actora a raíz del accidente,

sosteniendo que los documentos aparejados al proceso provienen de

terceros que no han declarado en el juicio, conforme lo previene el

artículo 346 N° 1 del Código de Enjuiciamiento […]”

“9) Que así las cosas, cabe agregar que la demandante no acreditó la

titularidad del dominio del automóvil y ello hace, conjuntamente con lo

expresado anteriormente, que la indemnización por el daño emergente o

254
material no tenga cabida por improcedente, criterio que es extensible al

daño moral pues éste tendría origen sólo en los daños que se habrían

ocasionado al automóvil. Por lo demás, la demanda indemnizatoria se

refiere únicamente a los daños materiales y a las lesiones sufridas, sin

hacer ninguna referencia al daño moral, todo lo cual permite concluir por

el rechazo de la acción impetrada.”

13.

Caratulados Fernández Fornés, Francisco con Sociedad


Concesionaria de Carreteras Talca-Chillán.

Tribunal-Rol 8° Juzgado Civil de Santiago - C-5574-2001

Corte de Apelaciones de Santiago - 1677-2003

Juez - Juez: Pilar Aguayo.


Ministros
Ministros: Jorge Dahm, Juan Cristóbal Mera, abogado
integrante Ángel Cruchaga.

Hechos Cruce de dos caballos en carretera.

Temas Responsabilidad subjetiva. Deber de seguridad. El Fisco


señaló haber enviado a la sociedad concesionaria 36
oficios con observaciones respecto al incumplimiento de
obligaciones relativas al estado de los cercos y a la
255
señalética. La demanda de indemnización de perjuicios
sólo podrá prosperar respecto de la parte demandada
que ha incumplido sus obligaciones, en este caso, la
sociedad concesionaria.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada.

Al respecto, el tribunal de primera instancia acogió la demanda sólo

en relación a la sociedad concesionaria, en base, principalmente, a los

siguientes argumentos: “13) Que todo este conjunto de normas permiten

concluir que es obligación de la concesionaria, en este caso, de la

demandada, mantener la ruta concesionada en explotación libre de

animales sueltos en la vía que impidan el tránsito vehicular o puedan

colisionar con los vehículos. Esta obligación legal y contractual, que

justifica el pago por el uso de las vías concesionadas que deben efectuar

los usuarios, no aparece cumplida por la demandada, quien debió

mantener un sistema de vigilancia y patrullaje permanente y de

mantención de cercos de modo de evitar un accidente como el que se

relata en la demanda […]”; “21) Que la documental y testifical del Fisco

permiten al tribunal estimar que el servicio de fiscalización que debió

prestar fue realizado, y si bien no hay antecedentes de que se haya

aplicado sanciones, el incumplimiento de las observaciones formuladas a


256
raíz de esta fiscalización sólo puede ser imputado a quien ha incumplido

sus obligaciones, en este caso, a la sociedad concesionaria de la obra.”;

“23) Que, por consiguiente, la demanda de indemnización de perjuicios

deducida en autos sólo podrá prosperar respecto de la demandada que

ha incumplido sus obligaciones, en este caso, a la sociedad

concesionaria demandada.”

Posteriormente, la Sociedad Concesionaria presentó Recurso de

Apelación. Al respecto, la Corte de Apelaciones de Santiago, Rol 1677-

2003, confirmó el fallo de primera instancia.

14.

Caratulado Concha Soffia con Sociedad Concesionaria Rutas del


Pacífico S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Santiago

Ministros Carlos Gajardo, Emilio Elgueta, abogado integrante


Enrique Pérez.

Rol 11965-2004

257
Hechos Cruce de caballo en la carretera.

Temas Responsabilidad estricta. Es obligación de la


concesionaria instalar no sólo barreras que impidan el
acceso de animales a la carretera, sino que además
debe realizar todas aquellas obras necesarias para
otorgar seguridad a los usuarios. Se rechaza la
interpretación que indica que la producción del daño
causado se debió a la intervención de terceros
(propietario del animal) pues es quien explota la
concesión quien tiene la obligación de mantener el
camino concesionado en términos tales de impedir el
ingreso de animales en la carretera.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal revocada.

Al respecto, la parte demandante presentó Recurso de Apelación

en contra del fallo de primera instancia. A su vez, la Corte de

Apelaciones de Santiago, causa Rol 11.965-2004, revocó dicha

sentencia, fundamentando básicamente lo siguiente: “2) Que la

responsabilidad objetiva de la sociedad demandada puede deducirse del

Decreto 900 que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado del

D.F.L MOP N° 164, ley de concesiones de obras públicas, las bases de

licitación y adjudicación del proyecto Ruta 68, de donde resulta que es

258
obligación de la concesionaria instalar no solamente barreras que

impidan el acceso a la vía de animales que puedan entorpecer la libre

circulación vehicular de los usuarios, sino que además realizar todas

aquellas obras necesarias para el cumplimiento oportuno de las

obligaciones de otorgar seguridad a dichos usuarios que se sirvan de tal

concesión.”; “3) Que no es aceptable concebir que una empresa que se

adjudica la concesión de una ruta de tanto movimiento como es esta que

une Santiago con Valparaíso, no adopte, por mandato contractual y por

razones básicas de seguridad; todas aquellas medidas que impidan u

obstaculicen la libre circulación vehicular, evitando así que a sus usuarios

se les produzcan daños con motivo del uso de tal vía concesionada […]”;

“4) Que deberá desecharse la interpretación que indique que la

producción del daño causado se debió a la intervención de terceros, en la

especie del propietario del animal, toda vez que es quien explota la

concesión quien tiene la obligación de mantener el camino concesionado

en términos tales de impedir que ingresen animales a la vía, animales

que es perfectamente predecible que puedan producir daños a quienes

transitan normalmente por esa vía. Así, es de responsabilidad del

concesionario el realizar todas las obras, adoptar todas las prevenciones

y tomar todos los resguardos que las especiales características del

camino o autopista y su entorno requieran para el normal cumplimiento

259
de la obligación, cual es permitir que los usuarios circulen por tal vía con

total seguridad […]”.

15.

Caratulados Ramírez M., Juan con Ruta de los Ríos Sociedad


Concesionaria S.A.

Tribunal Corte Suprema

Ministros Mario Julio Kompatzki, Darío Carretta, Ruby Alvear.

Rol Rol 2911-2011

Hechos Choque contra barrera de contención.

Temas Responsabilidad contractual. No existe motivo para


alegar la Responsabilidad Contractual de la parte
demandada pues no se cumplen los requisitos exigido
para ello: la existencia de un contrato y obligación entre
las partes; daño provocado por una de las partes
respecto de la otra por su acción u omisión; daño
provocado por el incumplimiento del contrato. Tanto en
la doctrina como en la jurisprudencia nacional, existe la
opinión mayoritaria en torno a que la normativa que rige
en estas materias es de carácter extracontractual pues

260
no existe una relación jurídica previa entre el usuario y
la sociedad concesionaria.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal revocada.

3) Que si bien la sentencia impugnada define, en primer término,

que el régimen legal bajo al cual debió impetrarse la indemnización de

perjuicios por la que se ha accionado es el de la responsabilidad civil

extracontractual o aquiliana, de todas formas los jueces de segundo

grado se abocaron a examinar los antecedentes que obran en autos, a

objeto de poner en claro si concurren en éstos los presupuestos que, aun

cuando en un plano figurado o meramente hipotético, habrían hecho

posible declarar el resarcimiento impetrado por los actores […] Como se

ve, la Corte de Apelaciones se limita a establecer la ausencia de

antecedentes que denoten el incumplimiento de la demandada, empero

sin considerar que, tratándose de una acción indemnizatoria en el ámbito

contractual, la culpa de la demandada se presume, circunstancia ésta

que hacía menester que la litigante en mención acreditase los hechos

puntuales que permitían conceptuar la regularidad de las condiciones en

que se encontraba la señalización existente en el lugar de los hechos y

261
las características de la barrera caminera con la que se estrelló el

vehículo guiado por el demandante […]”

“4) Que, según lo anterior, la reseña efectuada en el motivo segundo

acerca de los basamentos de la sentencia recurrida de casación, donde

se vierten los razonamientos básicos que llevaron al rechazo de la

demanda, deja al descubierto una severa deficiencia en el análisis de los

medios probatorios incorporados al proceso […]la deficiencia en el fallo

del tribunal de apelación estriba en que se consigna la mera declaración

de haber cumplido la demandada con las especificaciones del Ministerio

de Obras Públicas en la materia concerniente a las barreras camineras”

“5) Que las circunstancias referidas en los párrafos precedentes, unida al

hecho que las cavilaciones efectuadas por la Corte sobre el particular

referían a los presupuestos del estatuto de la responsabilidad contractual

– el que, pese a entender inapropiado en la especie, igualmente se

dedicó a analizar – y que en este ámbito la culpa del ente demandado,

en cuanto deudor, se presume, lleva a la inequívoca conclusión de que

este último no acreditó los hechos de la señalización y los aspectos

fácticos puntuales por los cuales cumpliría con los estándares de

seguridad de rigor, teniendo sobre sí el peso procesal de haberlo

demostrado […]”

262
“7) […] en las condiciones descritas en los motivos segundo y tercero, el

fallo recurrido aparece desprovisto de las consideraciones de hecho que

resultaban necesarias para proporcionarle una adecuada

fundamentación, afectándole, por consiguiente, el vicio de nulidad formal

a que alude el artículo 768 número 5, en relación con el artículo 170

número 4, ambos del Código de Procedimiento Civil”

“8) Que, dada la trascendencia de la anomalía que se viene de destacar,

procede dar aplicación en el presente caso a lo dispuesto en el artículo

775 del citado Código, según el cual, pueden los tribunales, conociendo

por vía de apelación, consulta o casación - cuyo es el caso en esta

oportunidad - o en alguna incidencia, invalidar de oficio las sentencias

cuando los antecedentes del recurso manifiestan que ellas adolecen de

vicios que dan lugar a la casación en la forma […]”.

A su vez, la sentencia de reemplazo dictada por nuestra Corte

Suprema, confirmó, en lo apelado, la sentencia dictada en primera

instancia, condenando a la Sociedad Concesionaria Ruta de Los Ríos

S.A., principalmente en base a lo siguiente: “5) Que es así como la

empresa concesionaria se encuentra relacionada jurídicamente con la

autoridad estatal – unión de Derecho Público, regulada por la ley y el

contrato de concesión -, al tiempo que su vinculación también se produce

con cada uno de los usuarios del camino que tiene concedido en

263
explotación, de suerte tal que el régimen al que adscribe una concesión

de obra pública concierne a distintas relaciones jurídicas, unas de

carácter público y otras de índole privada, según sea con quien conviene

el concesionario. Al respecto, se ha dicho que la concesión supone un

acuerdo previo entre la Administración y el concesionario, que se obtiene

a través del mecanismo contractual. El acto administrativo de concesión

viene a ser la prestación a que una de las partes contratantes – la

Administración – se obliga; siendo objeto de este contrato un servicio

público, el contrato es de carácter administrativo. La concesión implica

una escisión entre titularidad del servicio – que corresponde al Estado – y

su explotación, de la que se hace cargo el concesionario, el cual obtiene

como retribución de su actividad el producto de las tarifas o precios

pagados por los usuarios […] Ese precio o peaje no se encamina sólo a

financiar un servicio público que se presta sin un interés ulterior de quien

lo provee, sino que, por el contrario, la sociedad concesionaria – no el

Estado -, actúa movida, como le es connatural, por el afán de obtener

una legítima ganancia”; “6) Que, consignado ya que la relación entre

concesionaria y usuario es de derecho privado, corresponde clasificar el

contrato existente entre ambos y, según los lineamientos precisados en

los motivos previos, cabe entender que se trata de uno bilateral,

consensual, oneroso y conmutativo, regido por el derecho privado,

264
aunque con variaciones en cuanto al estatuto específico aplicable […]”;

“7) como es sabido, la responsabilidad civil condice con la obligación en

que se coloca una persona de reparar adecuadamente todo daño o

perjuicio causado, derivada del injusto que se produce con la vulneración

de un deber de conducta, afectando el interés de una determinada

persona. Por lo tanto, independiente de cuál sea la denominación que se

asigne al contrato habido entre empresa concesionaria de una ruta y el

usuario del mismo, lo importante es que el desacato por una parte a una

obligación comprometida en ese vínculo y que provoque daño al otro

contratante, hace que el primero debe responder por ello y, como es lo

ordinario, la responsabilidad se traduce en la obligación de resarcir los

perjuicios causados al afectado […]”; “9) Que encontrándose circunscrito

el asunto sub judice a los contornos de la acción de responsabilidad civil

contractual que encamina la pretensión de resarcimiento formulada por

los actores, dando aplicación a la regla prevista en el inciso primero del

artículo 1698 del Código Civil, corresponde a la demandante acreditar la

existencia de la fuente de la obligación, esto es, del contrato del que

emana la prestación que denuncia incumplida, mientras que el peso de la

prueba se traslada al demandado a efectos de demostrar que esa

obligación que se le imputa incumplida se fue observada o se encuentra

extinguida por alguno de los otros modos que prevé el artículo 1567 del

265
citado ordenamiento […]”; “11) […] en seguida, visto lo preceptuado en el

artículo 1547 del Código Civil - sin que venga constatado algún pacto

especial de las partes en materia de la culpa de la ahora demandada -y

asentado como se ha tenido que esta última tenía el deber de adoptar las

medidas de seguridad y control en el servicio que presta a los usuarios,

como también, la obligación de desplegar labores de conservación y

mantenimiento, entre otros elementos, de las barreras o defensas

camineras y la señalización requerida en la ruta, la conclusión ineludible

es que la exención de responsabilidad de esa litigante quedaba

supeditada a que hubiese demostrado que actuó con el debido cuidado o

diligencia en la ejecución de los referidos deberes contractuales, a objeto

de justificar que no estuvo en situación de evitar el incumplimiento que se

le atribuye […]”; “13) “Que, como se advierte, el desacato a los deberes

de la demandada que se acusa en la litis pasa por las condiciones en

que se encontraban las barreras camineras existentes en las

inmediaciones de la plaza de peaje y la señalización instalada en el lugar

que, según ya se anotó, forman parte de los aspectos que la sociedad

concesionaria debía cumplir, mantener y conservar, a objeto de

propender al mayor control y seguridad relativa en el uso de la vía […]

puesto que las deficiencias en la señalización constituyó el factor

determinante para la colisión protagonizada por los actores”; “15) Que en

266
nuestro ordenamiento todo daño causado a otro obliga a ser reparado

por su autor ya sea en especie o por equivalencia y es útil tener presente

que el resarcimiento o indemnización del daño en especie o en forma

específica consiste en la reintegración del derecho lesionado en su

particular contenido, es decir, en restablecer el estado de las cosas al

mismo que tenían antes de la producción del daño […]”; “21) Que, en

suma, la responsabilidad en el Derecho constituye un principio general y,

referido al Derecho Civil reclama que nadie puede dañar a otro sin

adquirir, correlativamente, el deber de brindarle reparación, salvo los

casos en que concurre una causal de justificación o exculpación […]”;

“22) Por consiguiente, en una hipótesis de responsabilidad contractual,

verificándose las exigencias legales, el responsable queda obligado a

indemnizar tanto el daño patrimonial, como el daño moral.”

16.

Caratulados Galdames Morales, Héctor con Camino de la Madera.

Tribunal Corte de Apelaciones de Concepción

Ministros Ministro redactor Diego Simpértigue Limare.

267
Rol 2761-2003

Hechos Desprendimiento de roca en cuesta.

Temas Responsabilidad objetiva artículo 35 de la Ley de


Concesiones.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada.

“3°) Que, entonces, de acuerdo con el texto legal citado en el

motivo anterior (artículo 35 del D.S. 900 del año 1996)197, la falta de

servicio es una responsabilidad objetiva, pero aún así debe existir,

necesariamente, una relación de causalidad entre la explotación de la

obra y los daños causados a terceros para hacer procedente la

responsabilidad extracontractual. En la especie, no se encuentra probado

el derrumbe que señala el actor y menos que como consecuencia de él

se haya dañado el automóvil del demandante. Por tanto, no procede

hacer lugar a la demanda de fojas 1”.

197
El paréntesis es nuestro.

268
17.

Caratulados Fernández Gómez, Víctor con Sociedad Concesionaria


Rutas del Pacífico S.A.

Tribunal 5° Juzgado Civil de Santiago

Juez María Soledad Jorquera

Rol C-15481-2006

Hechos Caída de árbol sobre vehículo.

Temas Responsabilidad subjetiva, ello, pues siendo éste el


régimen de carácter general, es precisamente el que
debe aplicarse a la sociedad concesionaria. La Ley de
Concesiones, en su artículo 23 N° 1 señala que el
concesionario deberá conservar las obras, sus accesos,
señalización y servicios en condiciones normales de
utilización. En su N° 2 letra a) dispone que la
continuidad de la prestación del servicio le obligará,
especialmente, a facilitarlo en condiciones de absoluta
normalidad, suprimiendo las causas que originen
molestias, incomodidades, inconvenientes o
peligrosidad a los usuarios de las obras.

Estado Sentencia de primera instancia. Causa terminada por


procesal avenimiento.

269
“28°) Que el actor sostiene que la demandada tiene una

responsabilidad objetiva de acuerdo al artículo 35 del Decreto Supremo

N° 900, que fijó el texto de la Ley de Concesiones de obras públicas,

debiendo responder de los daños de cualquier naturaleza que con motivo

de la ejecución o explotación de la obra se ocasionaren a terceros. Sobre

el particular, debe señalarse que los estatutos de responsabilidad estricta

son establecidos por el legislador. Por otra parte, el referido artículo 35

establece que: “El concesionario responderá de los daños, de cualquier

naturaleza, que con motivo de la ejecución de la obra o de la explotación

de la misma se ocasionaren a terceros, a menos que sean

exclusivamente imputables a medidas impuestas por el Ministerio de

Obras Públicas, después de haber sido adjudicado el contrato”. Por

consiguiente, de su lectura se aprecia que esta norma sólo tiene por

finalidad identificar como sujeto pasivo de la obligación de indemnización

de perjuicios a la empresa concesionaria en el caso de que se ocasionen

daños con motivo de la ejecución de la obra o de la explotación de la

misma, y a diferencia de lo sostenido por el actor y considerando que la

responsabilidad estricta es una situación excepcional, no aparece que se

excluya de la obligación indemnizatoria la exigencia de un juicio de

culpabilidad. Por consiguiente, siendo el régimen general el de

270
responsabilidad subjetiva, es precisamente aquel el aplicable a la

sociedad demandada”;

“29) Que, habiéndose demandado por la vía de la responsabilidad

extracontractual, ha de señalarse que son requisitos copulativos para su

procedencia, la capacidad del agente, una acción u omisión ilícita del

mismo, la culpa o dolo de su parte, el perjuicio o daño a la víctima, la

relación de causalidad entre la acción u omisión culpable o dolosa y el

daño producido, y la no concurrencia de una causal de exención de

responsabilidad”

“33) Que así, la demandada se encuentra en la obligación de que el

tránsito de los usuarios por la carretera se efectué sin peligros para ellos,

lo que implica por ejemplo, que en una autopista como la Ruta 68, los

árboles que se encuentran al borde no se caigan sobre los autos que en

ella circulan, teniendo en cuenta que el árbol materia de autos, al caer

ocupó las cuatro pistas de circulación. Por consiguiente, al no adoptar

todas las prevenciones y tomar todos los resguardos que las especiales

características del camino y su entorno requieren, para el normal

cumplimiento de su obligación, cual es permitir que los usuarios circulen

por tal vía con total seguridad, es posible determinar la concurrencia de

una actuar culpable del demandado, en especial si el jefe de operaciones

de aquella época al prestar declaración a fojas 384, señala que a la toma

271
de control se talaron por personal de la sociedad concesionaria los

árboles que presentaron riesgos, lo que evidencia la falta de cuidado de

la demandada en orden a comprobar periódicamente que los restantes

árboles aledaños a la ruta se encuentren en buenas condiciones. En

nuestro sistema jurídico la culpa se aprecia en abstracto, comparando la

actitud del agente con la que habría tenido en el caso que ocasiona daño

una persona prudente expuesta a la misma situación y, por consiguiente,

la sociedad demandada actuó de una manera completamente inidónea e

ineficiente”.

18.

Caratulados Gaule y otros con Sociedad Concesionaria Rutas del


Pacífico S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de San Miguel

Ministros José Ismael Contreras, Roberto Contreras, Lya Cabello.

Rol 676-2006

Hechos Cruce de caballo en la carretera.

Temas Responsabilidad Ley del Tránsito. Existiendo una norma


específica que sanciona el eventual incumplimiento de
la empresa concesionaria, no sería procedente
272
entonces, hacer aplicable las normas de la Ley de
Tránsito.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal revocada.

“3) Que las normas que se estiman infringidas señalan el conjunto

de deberes de los concesionarios de las vías públicas para la

explotación, conservación y seguridad de dichas vías, haciendo de su

cargo el velar por la perfecta aplicación de las normas y reglamentos

sobre uso y conservación de las obras concesionadas”

“5) Que, así las cosas, aun cuando se estableciera que en la ruta se

produjo una situación irregular que motivó un accidente, no resultan

aplicables las sanciones infraccionales para la conducción o tránsito por

las vías urbanas o rurales establecidas en la Ley de Tránsito a la

Empresa Concesionaria Rutas del Pacífico S.A. por lo que la que el fallo

impone no resulta pertinente”

“7) Que en la especie y como se ha señalado, no se ha configurado en el

procedimiento la existencia de una conducta infraccional a la Ley de

Tránsito, por parte de la empresa concesionaria, por lo que la acción

intentada por la compañía aseguradora no podrá prosperar y será

rechazada;
273
“8) Que, en todo caso, la responsabilidad derivada del mal estado de las

vías públicas o de falta o inadecuada señalización que fueren la causa

basal de un accidente de tránsito, debe perseguirse en sede civil y

acorde a las normas del procedimiento sumario, por disponerlo así el

artículo 174 de la Ley de Tránsito, careciendo, en consecuencia de

competencia del Juzgado de Policía Local para conocer del asunto”.

19.

Caratulados Lazo Barra con Fisco y Autopista del Maipo.

Tribunal Corte Suprema

Ministros Héctor Carreño, Pedro Pierry, Haroldo Brito, Sonia


Araneda, María Eugenia Sandoval.

Rol 6562-2009

Hechos Deficiencia en la carretera.

Temas Responsabilidad de la concesionaria es de carácter


subjetiva, por lo que constituye un error jurídico fundar
una responsabilidad estricta sin una base legal. Alcance
artículo 35 de la Ley de Concesiones. La
responsabilidad objetiva o estricta es de carácter
excepcional en nuestra legislación, por lo que requiere

274
una norma expresa que la haga aplicable.

Estado Recurso de Casación en el fondo rechazado.


procesal

“5) […] Por el contrario, según se desprende del análisis efectuado

por el juez de la causa, la responsabilidad que recaería en este caso

sería de naturaleza subjetiva aunque sin decirlo expresamente- desde

que analiza pormenorizadamente la culpa de la víctima y el defecto

existente en la carretera que según la demanda del actor habría

ocasionado el accidente”; “6) El concesionario responderá de los daños,

de cualquier naturaleza, que con motivo de la ejecución de la obra o de la

explotación de la misma se ocasionaren a terceros, a menos que sean

exclusivamente imputables a medidas impuestas por el Ministerio de

Obras Públicas, después de haber sido adjudicado el contrato”;

“8) Que lo indicado obliga a traer a colación lo que básicamente se ha

acuñado en doctrina acerca de la noción de responsabilidad objetiva y

que ha sido expuesto en anterior fallo sobre la materia (Rol 6919-2008),

el cual señaló: Es así que se ha expresado que este tipo de

responsabilidad se refiere a aquella cuyo único antecedente es la

causalidad, de modo que el demandado se halla en la obligación de

indemnizar los perjuicios que se acrediten como atribuibles al hecho

275
causal. Se ha expuesto además que lo que se busca mediante este

régimen es mejorar la situación de las víctimas, dispensándolas de

probar la existencia de una culpa en el origen del daño. Se agregó que

existe también consenso en doctrina que la responsabilidad objetiva o

estricta en nuestro derecho de daños es de carácter excepcional, esto

es, sólo opera cuando el legislador interviene expresamente y ello es así

por cuanto su aplicación implica otorgar un tratamiento particular por

sobre el régimen común y general. Añadió la aludida sentencia: si bien se

ha vinculado tradicionalmente el sistema de responsabilidad objetiva con

las actividades riesgosas, no necesariamente responden a este criterio,

sin que pueda advertirse una actividad identificable en conjunto como

ámbito de aplicación para este régimen de responsabilidad, de manera

que su análisis es necesariamente casuístico, esto es, se aplica a las

hipótesis restringidas que la ley ha previsto. Cabe enfatizar

esencialmente lo que a continuación se señala: no puede ser base de la

tesis que pretende objetivar esta responsabilidad lo preceptuado en el

artículo 35 del D.F.L. 164. Ciertamente esta regla sólo tiene por finalidad

identificar como sujeto pasivo de la obligación de indemnización de

perjuicios a la empresa concesionaria en el caso de que se ocasionen

daños con motivo de la ejecución de la obra o de la explotación de la

misma. Lo razonado se desprende claramente de la atenta lectura del

276
precepto, en el que no aparece que se excluya de la obligación

indemnizatoria la exigencia de un juicio de culpabilidad. Concluye el fallo:

Por ello, sólo cabe concluir que la naturaleza de la responsabilidad que

asiste a la sociedad demandada es de índole subjetiva y en esta

perspectiva constituye un error jurídico fundar una responsabilidad

estricta sin base en precepto legal”

“10) Que considerado lo que se ha manifestado, es posible concluir que

el fallo recurrido no infringió las disposiciones objeto del recurso y, en

consecuencia, el recurso de casación en el fondo no podrá prosperar.”

20.

Caratulados Ortega Bustamante, Ángel Miguel con Sociedad


Concesionaria Autopista Central S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de San Miguel

Ministros Lya Cabello, María Teresa Letelier, abogado integrante


Manuel Hazbun.

Rol 272-2010

Hechos Cruce de perro en la carretera.

Temas Responsabilidad subjetiva. Deber de seguridad. El


concesionario debe mantener la carretera en
277
condiciones normales para su funcionamiento,
entendiéndose por ello, libre de todo obstáculo o
alteración que impida el desplazamiento seguro de los
vehículos. Evidentemente no cumplirá con ello si el
tránsito se ve dificultado por la presencia de un animal.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada.

“4) Que conforme a los antecedentes que brinda el proceso

acreditado se encuentra que el accidente se produce en los momentos

que un perro se cruza frente al vehículo que conducía el actor, lo que

provoca que al tratar de esquivarlo estrella su vehículo contra la barrera

de contención;

“5) Que establecido lo anterior, queda por dilucidar si frente a tal

circunstancia existiría responsabilidad de la sociedad demandada, y de

ser ello así, cual sería el tipo a la que estaría sujeta, es decir, la

obligación indemnizatoria surgiría del contrato de prestación de servicios

que se celebra con la concesionaria y que se traduce en el cobro por el

tránsito, o de un ilícito extracontractual, teniendo como base que ambas

son fuente de responsabilidad civil, y su diferencia solo estriba que en el

contrato existe una obligación principal, cuyo incumplimiento da origen

278
una obligación indemnizatoria derivada, en cambio en la responsabilidad

por el ilícito o extracontractual, la relación obligatoria entre las partes

recién nace del hecho que causa el daño y da origen a la

responsabilidad”;

“8) Que de las disposiciones legales antes transcritas se advierte con

claridad que el concesionario debe mantener la vía en condiciones

normales de funcionamiento, entendiéndose por ello libre de cualquier

obstáculo o alteración que impida el desplazamiento seguro de los

vehículos, y evidentemente desatenderá esta obligación si el tránsito se

ve impedido o dificultado en este caso, por la presencia de un animal,

atendiendo que el legislador ha dispuesto una responsabilidad directa, al

indicar que el concesionario es responsable de los daños ocurridos por

cualquier causa, a menos que se trate de medidas impuestas por la

autoridad pública, situación esta última que no se ha demostrado en

autos”;

“9) Que, en consecuencia, la responsabilidad del concesionario queda

establecida si en el otorgamiento del servicio por el cual el usuario paga

un peaje, no se permite el tránsito en condiciones seguras, y ello

evidentemente en la especie ha ocurrido así, por cuanto es un hecho de

la causa que el accidente se produce por la presencia de un animal en la

autopista de alta velocidad”;

279
“10) Que por lo antes razonado, es de suyo evidente que nos

encontramos en presencia de una responsabilidad de carácter

contractual que nace de la prestación del servicio y por el incumplimiento

que ha precedido de parte del concesionario, existiendo además una

relación de causa a efecto entre la conducta desplegada y el daño

producido”.

21.

Caratulado Vidal Ponce Marlene Angélica con Sociedad


Concesionaria Rutas del Pacífico S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Valparaíso

Ministros Abogado integrante Waldo del Villar Brito, ministro Luis


Alvarado.

Rol 306-2010

Hechos Cruce de caballo en la carretera.

Tema Responsabilidad subjetiva. Pese a que la empresa


concesionaria tomó conocimiento de la existencia de
caballos en la carretera, no adoptó, en forma oportuna
las medidas destinadas a eliminar dicho riesgo,
incurriendo así en una conducta culposa. Dicho criterio

280
es compartido por los jueces de primera y de segunda
instancia.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada. Causa terminada por avenimiento.

“1) Que el artículo 23 de la Ley de Concesiones, como se señala

en el fallo de primer grado, exige que el concesionario conserve las

obras, sus accesos, señalización y servicios en condiciones normales de

utilización y le obliga, además, en su numeral segundo, a suprimir las

causas que originaren molestias, incomodidades, inconvenientes o

peligrosidad, para los usuarios de las obras, y a prestar el servicio en

forma ininterrumpida, exigencias que se repiten en el artículo 62, del

Reglamento de la Ley de Concesiones, Decreto Supremo Nº56, de 1997,

del Ministerio de Obras Públicas, exigencia que, también debía ser

cumplida por la demandada Sociedad Concesionaria Rutas del Pacífico.”

“2) Que tal requerimiento aparece, en la especie, incumplido por dicha

demandada, al no haberse colocado, oportunamente personal,

mecanismos o artefactos de precaución útiles, para impedir el acceso de

animales, al camino, aún por las vías normales de ingreso al mismo,

exigencia que, sin embargo, se cumple en algunos accesos que también

son útiles para el cobro de los peajes, como es de público dominio.”

281
“3) Que la abundante prueba allegada al proceso y ponderada por la juez

de primer grado, en los razonamientos vigésimo tercero a trigésimo

sexto, ha sido objeto de un estudio acabado por parte de la

sentenciadora, para concluir, en el motivo trigésimo séptimo, que pese a

que la concesionaria tomó conocimiento de la existencia de caballos, que

obstruían el libre tránsito de vehículos, no demostró, que en base a dicho

conocimiento, haya adoptado, en forma oportuna, las medidas tendientes

a eliminar este riesgo, incurriendo en una conducta culposa, con su

actuar negligente, criterio que es compartido por los sentenciadores de

esta instancia.”

22.

Caratulado Moya Acevedo, Ángel Gabriel

Tribunal Corte de Apelaciones de Santiago

Ministros Cornelio Villarroel, fiscal judicial María Loreto Gutiérrez,


abogado integrante Enrique Pérez.

Rol 9196-2006

282
Hechos Existencia de un objeto contundente (fierro) en mitad de
la carretera.

Temas El hecho de que el automóvil conducido por el


demandante haya impactado un fierro de
aproximadamente cuatro metros de largo que se
encontraba en medio del camino, constituye una
situación excepcional, ya que no es normal ni común
que este tipo de artefactos o piezas de gran dimensión
aparezcan en medio de una carretera. Esto implica que
este hecho haya sido imposible de resistir por la
sociedad concesionaria. En dicho caso, se configuraría
un requisito del caso fortuito o fuerza mayor, esto es, la
irresistibilidad del hecho. Por otro lado, respecto de la
previsibilidad, habrá que considerar que es normal y
común que ingresen a dichas carreteras camiones con
carga. El hecho de que la carga esté correctamente
amarrada o cubierta con lonas, si bien es cierto es
responsabilidad del transportista, no es menos correcto
que la empresa concesionaria debe velar porque al
momento del ingreso de este tipo de vehículo al área
concesionada, circulen en condiciones de evitar daño a
terceros. Así, un accidente de esta naturaleza, es
perfectamente previsible. Al no darse el requisito de la
previsibilidad, el caso fortuito debe desestimarse.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal revocada parcialmente.

283
“2) Que, para la correcta apreciación de la fuerza mayor o caso

fortuito, en la especie es menester analizar si se presenta en estos

hechos el segundo requisito de esta institución, cual es la

imprevisibilidad. Al efecto habrá de tenerse en consideración que es

normal y de común ocurrencia que ingresen a estas vías camiones con

carga. La situación en cuanto a si la carga está bien estibada,

correctamente amarrada o cubierta con lonas en caso de tratarse de

camiones abiertos, si bien es cierto es responsabilidad del transportista;

no es menos cierto que la sociedad concesionaria de la autopista debe

velar porque al momento del ingreso de estos vehículos al área

concesionada, tales vehículos deban circular en condiciones de evitar

daños a terceros. Y, debe tenerse en cuenta al efecto, la experiencia, la

cual demuestra que habitualmente las empresas transportistas cuyos

camiones circulan a lo largo de nuestro país, no adoptan el debido

cuidado con la carga que transportan; todo lo cual hace que un accidente

de esta naturaleza sea plenamente previsible, es decir que con mediana

inteligencia y cuidado es perfectamente posible preveer que ingresarán a

la autopista camiones con su carga mal estibada, sin haber adoptado

las precauciones necesarias. Y es ese conocimiento, hecho público y

notorio que no corresponde al deber ser sino que a la realidad fáctica, lo

que permite sostener que la sociedad concesionaria debe adoptar

284
medidas preventivas pertinentes, o sea, vigilancia adecuada al momento

de ingresar a la autopista camiones con carga que no vaya bien instalada

en tales vehículos. Es por ello que el hecho de que caiga de un camión

un artefacto como el del caso en análisis, no es un hecho imprevisible;

por lo que al no darse el requisito de imprevisibilidad del caso fortuito,

esta argumentación deberá ser desestimada.”

“3) Que, tratándose en la especie de un caso de responsabilidad

contractual, y dado que el contrato que une a las partes es bilateral,

oneroso y conmutativo, acorde lo señalado en los artículos 1.439, 1.440 y

1.441 del Código Civil, el deudor responde de culpa leve, entendida ésta

como aquella falta de diligencia y cuidado que los hombres emplean

ordinariamente en sus negocios propios, como lo indica el artículo 45 del

Código Civil, por lo que según lo indicado en el artículo 1.547 del mismo

Código, sólo cabe como eximente de responsabilidad el caso fortuito,

cuya prueba según este mismo artículo, corresponde al que lo alega, y al

no probarse en la especie los dos requisitos de este instituto jurídico

eximente de responsabilidad, tal exención deberá ser desestimada.

Además, es obligación de la concesionaria otorgar seguridad a todos los

usuarios que se sirvan del servicio ofrecido, para así evitar que a estos

se les produzcan daños con motivo del uso de tal vía concesionada.”

285
23.

Caratulado González Vergara Jorge con Ruta 5 Tramo Talca Chillán


S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Santiago

Ministros Héctor Rocha, Adelita Ravanales, abogado integrante


Francisco Tapia.

Rol 3311-2009

Hechos Cruce de dos caballos en carretera, sin montura ni


jinete.

Temas Responsabilidad subjetiva. Deber de seguridad. No se


acepta que corresponde a la sociedad concesionaria
una responsabilidad de carácter objetiva, derivada de
las bases de licitación y del contrato de concesión
celebrado entre dicha empresa y el Fisco de Chile.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada.

3) Que tratándose del resarcimiento de daños derivados de

accidentes ocurridos en carreteras o rutas concesionadas conforme a la

aludida doctrina de casación [responsabilidad estricta], la naturaleza de

la responsabilidad que asiste a la sociedad demandada es de índole

subjetiva, siendo determinante también la ausencia de un vínculo jurídico

286
previo entre la víctima directa y dicha sociedad, de modo que ésta es de

orden extracontractual, descartándose que se pueda fundar una

responsabilidad estricta sin base en precepto legal.

Para llegar a esa conclusión, ha sostenido dicho tribunal que no

resulta posible sostener el régimen de responsabilidad aplicable en las

expresiones que se utilizaron en las bases de licitación y en el contrato

de concesión ni en lo preceptuado en el artículo 35 del D. F. L. 164, en

cuanto dispone que el concesionario responderá de los daños, de

cualquier naturaleza, que con motivo de la ejecución de la obra o de la

explotación de la misma se ocasionaren a terceros, a menos que sean

exclusivamente imputables a medidas impuestas por el Ministerio de

Obras Públicas, después de haber sido adjudicado el contrato, toda vez

que esta regla sólo tiene por finalidad identificar como sujeto pasivo de la

obligación de indemnización de perjuicios a la empresa concesionaria, en

el caso de que se ocasionen daños con motivo de la ejecución de la obra

o de la explotación de la misma. Agrega el tribunal de casación que lo

razonado se desprende claramente de la atenta lectura del precepto, en

el que no aparece que se excluya de la obligación indemnizatoria la

exigencia de un juicio de culpabilidad.”

“4) Que en la especie, ha quedado en evidencia la responsabilidad

que le cabe a la sociedad demandada al no existir constancia en autos

287
de la debida vigilancia y medidas de seguridad adoptadas por ella; y que

no guarda relevancia la circunstancia en la que se produce la invasión de

los caballares, teniéndose presente que es propio de la obligación de la

concesionaria no solamente instalar barreras, sino que realizar todas las

obras necesarias para el cumplimiento oportuno de otorgar seguridad a

los usuarios que se sirvan de la concesión y que es su responsabilidad,

realizar todas las obras, adoptar todas las prevenciones y tomar todos los

resguardos que las especiales características del camino o autopista y su

entorno requieran, para el normal cumplimiento de su obligación, cual es

permitir que los usuarios circulen por tal vía con total seguridad, de modo

que se está frente a un presupuesto de la responsabilidad

extracontractual fundada en las normas del derecho común, esto es, de

la ocurrencia de un hecho ilícito consistente en el incumplimiento de

deberes de cuidado, particularmente del deber de seguridad que le era

exigible a la demandada y que no es sino afirmar que existiría culpa en la

responsabilidad. […]”

“5) Que en esa línea argumental, este Tribunal sigue la doctrina

del tribunal de casación en cuanto efectivamente pesa sobre la sociedad

concesionaria para con el usuario de una ruta concesionada la obligación

de adoptar las medidas de seguridad necesarias para evitar la ocurrencia

de accidentes en aquélla, la que en el caso que se analiza fue

288
incumplida. En efecto, existía un deber de implementar barreras

laterales, resguardo que era necesario en razón de lo que se puntualiza

por los jueces, esto es, considerando las especiales características del

camino o autopista y su entorno.”

“6) Que en el evento en que existan otros agentes causales del

daño -como el propietario del animal embestido por el camión o el ciclista

que tiraba de los caballos- ello no es óbice para determinar que la

sociedad concesionaria también es obligada a la indemnización, por

existir una concurrencia de causas o, en otras palabras, pluralidad de

responsables.”

Resulta entonces inequívoca que en la sociedad demandada

recae el deber de seguridad en la explotación y conservación de las rutas

concesionadas, traducido en la especie en la implementación de barreras

laterales consideradas las particulares características del tramo en que

ocurrió el accidente y su entorno, obligación que nace del artículo 23 del

D. F. L. 160, en correspondencia con las pautas normativas y técnicas

entregadas en el Manual de Carreteras.”

289
24.

Caratulado Ebner O. Constantino con Ruta de Los Ríos Sociedad


Concesionaria S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Valdivia

Ministros Patricio Abrego, Darío Carreta, abogado integrante Juan


Carlos Vidal.

Rol 118-2011

Hechos Cruce con bache o depresión cubierta de agua, que


hace perder el control del vehículo, volcándose en forma
violenta.

Tema Responsabilidad subjetiva. El daño sufrido por la parte


demandante, debe analizarse en sede de
responsabilidad extracontractual, aplicándosele en
consecuencia, las normas de los artículos 2314 y
siguientes de nuestro Código Civil, pudiendo asimilarse
el hecho, esto es, la negligencia que se le imputa a la
demanda de no mantener la ruta en buen estado de
conservación, a las situaciones establecidas en el
artículo 2329 del Código Civil, en especial la del Nº 3 de
ese artículo.

Artículos 114 y 148 de la Ley de Tránsito.

Debe estimarse que la parte demandante se expuso al


daño y si bien ello no exime de responsabilidad a la

290
empresa concesionaria, de mantener la ruta en buen
estado de conservación, precisamente para evitar los
riesgos de accidente, amerita reducir la indemnización
por el daño sufrido por la propietaria del vehículo.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada.

“14) Que, la parte demandante ha demandado imputando a la

demandada responsabilidad extracontractual y en subsidio, por los

mismos hechos y antecedentes, responsabilidad contractual. El Tribunal

según se ha dicho, estimó que la responsabilidad que pueda imputarse a

la empresa concesionaria es de carácter contractual, al existir un contrato

entre la empresa y el usuario del servicio, al prestarse el servicio de

permitir el tránsito por la ruta concesionada y pagar el usuario un precio

por este servicio, denominado “peaje”, imponiéndosele a la empresa las

obligaciones contenidas en la Ley de Concesiones.

La responsabilidad contractual, es aquella que proviene del

incumplimiento del contrato y consisten en indemnizar los perjuicios

resultantes de la infracción, en la cual incurrió el responsable. La

responsabilidad extracontractual por su parte, es aquella que proviene de

la ejecución de un hecho culposo, que provoca un daño. La empresa

demandada, Ruta de los Ríos Sociedad Concesionaria S.A., explota la


291
ruta en la cual se produjo el accidente, en virtud de contrato de concesión

suscrito con el Ministerio de Obras Públicas, en el marco de la Ley y

Reglamento de Concesiones de Obras Públicas. La tarifa o peaje que

cobra por el servicio adjudicado, se encuentra regulada por la referida ley

y por el contrato de concesión, suscrito por las partes. Al efecto, el

artículo 21 de la referida Ley y Reglamento, dispone en el acápite

“Derechos y observaciones el concesionario”, que “El concesionario

cumplirá las funciones incorporadas en el contrato de concesión a con

arreglo a las normas de derecho público, especialmente en lo referente a

sus obligaciones con el Ministerio, a las regulaciones sobre los

regímenes de construcción y exploración de la obra y al cobro de tarifas,

su sistema de reajustes y las contraprestaciones con el Fisco y que

conforman el régimen económico del contrato”.

Las normas contenidas en la Ley y Reglamento de concesiones de

obras públicas, establecen en consecuencia, que la tarifa que el

concesionario cobra al usuario por el servicio prestado, consiste en un

tributo, considerando que el titular de la ruta es el Estado y no el

concesionario. En consecuencia, el peaje pagado por el usuario de la

ruta o carretera, no transforma el servicio, en un contrato civil entre la

empresa y el automovilista. El concesionario, es el adjudicatario de la

licitación respectiva, la que a su vez contiene las bases que contempla la

292
tarifa establecida por los órganos del Estado y que debe pagar el usuario

de la ruta.”

25.

Caratulado Contreras Gallardo, Luciano con Sociedad


Concesionaria Autopista del Aconcagua S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de La Serena

Ministros Ministro redactor Fernando Ramírez Infante.

Rol 179-2011

Hechos Choque de vehículo contra caballo muerto, que


anteriormente había sido impactado por otro automóvil.

Temas Responsabilidad por Derecho del Consumidor. Artículo


1° N° 1 de la Ley 19.496. La calidad de consumidor o
usuario la ostenta todo aquel que tiene la capacidad de
adquirir, utilizar o disfrutar como destinatario final bienes
o servicios, en virtud de cualquier acto oneroso, más
aún, cuando la misma ley utiliza el vocablo
“consumidor”, sin la exigencia de la celebración de
relación contractual alguna. La calidad de consumidor o
usuario para los efectos de la ley aludida, no sólo la
posee quien ha contratado un servicio, sino también la
293
persona, que se encuentre en disposición de pagar tal
servicio (peaje) por el uso de una ruta concesionada.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmado.

“6) Que, en consecuencia, si bien el Decreto Supremo N° 900,

publicado el 18 de diciembre de 1996, que fija el texto refundido del

D.F.L. N° 164, conocido como Ley de Concesiones de Obras Públicas,

constituye un cuerpo normativo especial que establece un conjunto de

reglas destinadas a regular la ejecución, reparación, conservación o

explotación de obras públicas fiscales, las licitaciones y concesiones que

deban otorgarse, ya se trate de la explotación de las obras o servicios,

del uso y goce sobre bienes nacionales de uso público o fiscales,

destinados a desarrollar las áreas de servicio que se convengan, de la

provisión de equipamiento o la prestación de servicios asociados, no

obstante, dicho texto legal no contempla mecanismos especiales de

procedimiento para hacer efectivas las normas de responsabilidad en él

contenidas ni para obtener las indemnizaciones de los daños causados al

usuario con motivo u ocasión del incumplimiento de los deberes u

obligaciones que se imponen al concesionario, por lo que, efectivamente,

resulta procedente la aplicación del procedimiento contemplado en la ley

294
19.496, para perseguir la responsabilidad de aquél, sin perjuicio que el

juez de Policía Local deba resolver el asunto conforme a las normas

sustantivas o de fondo previstas en el citado Decreto Supremo.”

“7) […] De esta forma, la empresa concesionaria se encuentra

relacionada jurídicamente con la autoridad estatal, relación de Derecho

Público, regulada por la ley y el contrato de concesión, al tiempo que su

vinculación también se produce con cada uno de los usuarios de la ruta

que tiene concedida en explotación, de modo que el régimen al que

adscribe una concesión de obra pública concierne a distintas relaciones

jurídicas, unas de carácter público y otras de índole privada, según sea

con quien conviene el concesionario. […]En cambio, el usuario del

servicio en su relación con la concesionaria está en una situación

contractual, ligado a la concesión por un contrato de derecho privado, en

que las prestaciones recíprocas entre los contratantes se constituyen por

la provisión, de un lado, de una ruta o camino con determinadas

características y, de otro, el pago de un valor prefijado por ello,

debiéndose tener en consideración que este precio o peaje no se

encamina sólo a financiar un servicio público que se presta sin un interés

ulterior de quien lo provee, sino que, por el contrario, la sociedad

concesionaria es quien actúa motivada, como es natural, por el afán de

obtener una legítima ganancia; por tanto, según se ha dicho, la relación

295
entre concesionaria y usuario se encuentra regido por el derecho privado,

siendo el contrato existente entre ambos, de carácter bilateral,

consensual, oneroso y conmutativo, aunque con variaciones en cuanto al

estatuto específico aplicable; por tanto, la responsabilidad perseguida en

estos autos es de naturaleza contractual.”

26.

Caratulado Cabezas Muñoz, Edith y otros con Rutas del Bosque


Sociedad Concesionaria S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Concepción

Ministros Juan Clodomiro Villa, Diego Simpértigue, Carola Rivas.

Rol 483-2012

Hechos Caída de automóvil provocada por existencia de


socavón en puente Batuquito.

Temas Responsabilidad subjetiva. Deber de seguridad. Cabe


descartar la existencia de caso fortuito, puesto que si
bien el desplome del terraplén de acceso a un puente en
la ruta sólo pudo provenir de la intensidad de la lluvia y
la crecida del estero, la caída del automóvil por dicho

296
forado al cauce del estero, proviene sólo de la falta de
previsión y seguridad de la misma concesionaria frente
a tal fenómeno meteorológico, la que debió incrementar
sus sistemas de seguridad y vigilancia en los puentes.
Se descarta la existencia de caso fortuito, por cuanto no
concurre el elemento de “imprevisibilidad”. La ley ha
definido que el estándar de calidad y condiciones de una
ruta concesionada están determinadas por “condiciones
normales de utilización” de la carretera.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada.

“3) Que, como lo ha dicho la Corte Suprema en reiterados fallos,

tratándose del resarcimiento de daños derivados de accidentes ocurridos

en carreteras o rutas concesionadas, la normativa legal ha instaurado un

régimen de responsabilidad de índole subjetiva o con culpa que se rige

por su ley propia y por las normas de orden extracontractual […] Es así

que, para determinar la responsabilidad de la demandada Ruta del

Bosque Sociedad Concesionaria S.A., y por cierto, el caso fortuito que

alega como eximente, es menester considerar lo que, en primer término,

dispone el artículo 35 del Decreto N° 900, de 1996 del Ministerio de

Obras Públicas, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado

297
del DFL MOP N° 164, de 1991, Ley de Concesiones de Obras Públicas

[…]”

“6) Que, del conjunto de disposiciones legales y reglamentarias

referidas precedentemente es posible extraer y determinar como una

obligación de la concesionaria, el garantizar a los usuarios la seguridad

en la utilización de las obras concesionadas.”

“7) Que, en resumen, la obligación de seguridad que la ley y los

reglamentos antes mencionados imponen al concesionario de obras

públicas, les exige disponer de sistemas de vigilancia permanente y

sistemas de patrullaje que permitan detectar la existencia de

anormalidades o peligros en la ruta que los habiliten en forma oportuna, a

tomar las medidas de seguridad necesarias para evitar daños a terceros.

En el caso de autos, le cabe responsabilidad extracontractual a la

concesionaria, fundada en las normas del derecho común, si el

incumplimiento de deberes de cuidado y particularmente del deber de

seguridad que le es exigible a la concesionaria en los términos recién

descritos, ha causado un daño a los demandantes. De existir tal

incumplimiento, ello no puede sino ser culpable, por tratarse de deberes

impuestos por la ley y el reglamento.”

“8) Dicha situación de extraordinaria intensidad en la lluvias -al

contrario de lo que argumenta el demandado- motivaba de su parte y


298
conforme a las obligaciones que emanan de las disposiciones legales y

reglamentarias ya comentadas, la ejecución de una excepcional

vigilancia y, más aún, la adopción de medidas que extremaran la

seguridad de la vía, a fin de satisfacer el estándar de un normal

funcionamiento de la ruta frente a lluvias intensas, las que, por lo demás,

no son extrañas en esta zona del país. De esta manera, coincidiendo con

lo expresado por el juez a quo, cabe descartar la existencia de caso

fortuito, puesto que si bien el desplome del terraplén de acceso a un

puente en la ruta solo pudo provenir de la excepcional intensidad de la

lluvia y la crecida del estero; la caída del automóvil que conducía Luis

Felipe Gómez Cabeza por dicho forado al cauce del estero, proviene sólo

de la falta de previsión y seguridad de la misma Concesionaria frente a

tal fenómeno meteorológico, la que debió incrementar sus sistemas de

seguridad y vigilancia en los puentes más aún considerando que el día

anterior se había socavado el puente Duqueco, a un par de kilómetros de

donde se ubicaba el Batuquito.”

“10) Que, en consecuencia y como se aprecia de las mismas

consideraciones anteriores, el demandado faltó negligente y

culpablemente al deber de seguridad que le imponía la Ley de

Concesiones y su Reglamento, pues como se aprecia, no mantuvo la

ruta concesionada en un estándar en condiciones normales de uso y,

299
más aun, no cumplió con su obligación de mantener equipos de vigilancia

permanente en el camino para detectar posibles causas de accidentes y

asumir la seguridad que corresponde, mediante la señalización y avisaje

oportuno a los usuarios.”

27.

Caratulado Silva Jara y otro con Concesionaria Ruta de la


Araucanía

Tribunal Corte de Apelaciones de Puerto Montt

Ministros Hernán Crisosto, Teresa Mora, abogado integrante


Pedro Campos.

Rol 512-2006

Hechos Cruce de vacuno en la carretera.

Temas Responsabilidad subjetiva. Artículo 2326 del Código


Civil.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal revocada.

300
“4) Que, así las cosas si bien nos encontramos ante la infracción

establecida en el artículo 165 N ° 11 de la Ley de Tránsito, N° 18.290, no

podemos en estas circunstancias responsabilizar a la empresa

concesionaria ya que no aparece que sea esta la dueña del animal suelto

en la vía, ni que haya incurrido en la falta de que teniendo conocimiento

no haya despejado la vía.”

“5) Que, por otra parte es obligación del conductor conducir atento

a las condiciones del tránsito del momento, conforme lo establece la ley

antes señalada en el artículo 114.”

“6) Que de lo que se lleva dicho, y de los antecedentes allegados

a estos autos no es posible concluir que la empresa Sociedad

Concesionaria de Los Lagos S.A., haya tenido culpabilidad en el hecho

investigado, razón por la que se desestimarán las querellas y demandas

deducidas por doña Hoderay Eunice Leal Mora a fojas 22 y la deducida

por René Alejandro Silva Jara de fojas 46 en contra de la mencionada

concesionaria.”

301
28.

Caratulado Crocco Villarroel, Juan Alejandro con Sociedad


Concesionaria AMB S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Santiago

Ministros Jorge Dahm, María Soledad Melo, abogado integrante


Ángel Cruchaga.

Rol 2277-2010

Hechos Cruce de perro en la carretera.

Temas Responsabilidad subjetiva. Causales de exención. De


acuerdo al contrato de adjudicación, la empresa
concesionaria estaba obligada a la mantención de obras
de conservación en el sector donde el demandante dice
que ocurrió el accidente, las cuales consistían en
alambradas, las que estaban colocadas, de manera que
no estaba obligada a instalar sistemas adicionales de
protección en el sector para el no ingreso de animales
pequeños.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal revocada.

“2) Que cabe tener presente que en los momentos que se está en

un paso a nivel, y más aun próximo a una entrada o salida del mismo, se
302
deben extremar las medidas de seguridad en el conducir, lo que en el

caso de autos no ocurrió, en primer lugar por la excesiva velocidad para

hacerlo dentro de un paso a nivel, y por no estar atento a las condiciones

del tránsito, ya que no es extraño que en áreas menos pobladas se

crucen perros en la carretera, pero lo mas importante es que por hacer

una maniobra de esquive se termina estrellando el vehículo en contra del

muro de contención de otra pista de circulación.”

“3) Que de acuerdo a la documentación de fs. 176, presentada en

esta Corte y no objetada, de acuerdo al contrato de adjudicación a la

concesionaria, aparece que esta estaba obligada a la mantención de

obras de conservación en el sector donde el demandante dice ocurrió el

accidente, y estas consistían en alambradas, las que estaban colocadas,

de manera que no estaba obligada a instalar sistemas adicionales de

protección en el sector para el no ingreso de animales pequeños”.

29.

Caratulado Huerta Gómez, Victor Manuel con Sociedad


Concesionarias Rutas del Pacífico S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Santiago

303
Ministros Dobra Lusic, Mario Rojas, abogado integrante Osvaldo
Contreras.

Rol 7152-2003

Hechos Cruce de caballo en la carretera.

Temas Deber de seguridad. De acuerdo al contrato de


concesión, la demandada sociedad concesionaria,
adquiere la obligación de no sólo mantener y conservar
las vías, sino que también los cierres perimetrales, ello,
para evitar daños a terceros, al personal de la obra, a la
propiedad de terceros y al medio ambiente.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada.

“1) Que de acuerdo al contrato de concesión para la ejecución,

conservación y explotación de la interconexión vial Santiago- Valparaíso-

Viña del Mar, la demandada, que es la concesionaria Consorcio Rutas

del Pacífico se hizo responsable de mantener, conservar y operar la ruta,

obligación que no comprende solamente la mantención y conservación

de las calzadas o vías de circulación sino que también y, expresamente,

los cierres perimetrales, todo a los efectos de las necesarias

precauciones para evitar daños a terceros, al personal de la obra, a la

propiedad de terceros y al medio ambiente.”


304
“2) Que la sola circunstancia de que circularen caballares por la

carretera, que por demás fueron los que provocaron el accidente,

constituye una demostración evidente y clara de que la demandada no

dio cumplimiento al deber de brindar seguridad a los usuarios, entre ellos

el demandante, los que tienen derecho a ella por la sola circunstancia de

ingresar a la carretera y transitar por la carretera afectos a pagar por

dicho servicio un peaje.”

30.

Caratulado Combeau Trillat, René Ernesto con Rutas del Pacífico


S.A.

Tribunal Corte Suprema

Juez titular Sergio Muñoz, Héctor Carreño, Pedro Pierry, María


Eugenia Sandoval, abogado integrante Alfredo Prieto.

Rol 6229-2010

Hechos Colisión con defensa camionera metálica emplazada en


la mediana de la carretera, la cual, producto de la
colisión, ingresó a la cabina del automóvil.

Temas Es posible afirmar que el estándar que debe observar la


empresa concesionaria durante la fase de explotación

305
de la obra es el de normalidad. Tal como señala el
profesor Enrique Barros, “El concepto que define el
deber de servicio es la normalidad” (Enrique Barros
Bourie, Tratado de Responsabilidad Extracontractual,
Editorial Jurídica, primera edición, páginas 745 y 746).

Uno de los propósitos de las barreras de contención, es


impedir a los vehículos que transitan en direcciones
contrarias virar en “U” o hacer giros entre calzadas o
cruzarlas en lugares no habilitados para ello.

Artículo 2329 del Código Civil.

Estado Recurso de Casación en la Forma y en el Fondo


procesal respecto de sentencia dictada por la Corte de
Apelaciones de Santiago, que confirmó la de primera
instancia, que a su vez rechazó la demanda en todas
sus partes.

“17) Que es posible afirmar entonces que el estándar que debe

observar el concesionario durante la fase de explotación de la obra es el

de normalidad […]”

“18) Que asentado el presupuesto de que, en la especie, a la

sociedad concesionaria le cabe responsabilidad extracontractual fundada

en las normas del derecho común, esto es, frente a la ocurrencia de un

hecho ilícito consistente en el incumplimiento de deberes de cuidado,

306
particularmente del deber de seguridad que le es exigible a la

concesionaria en los términos recién descritos, corresponde analizar si

concurren los requisitos necesarios para que surja la obligación de

indemnizar perjuicios a favor de los demandantes.”

“20) Que la investigación del accidente a cargo de los órganos

técnicos competentes que fue allegada a la causa criminal seguida ante

el Vigésimo Sexto Juzgado del Crimen de Santiago arrojó que la pista de

desaceleración se encontraba correctamente señalizada, pavimento seco

y en buen estado. Asimismo, en ese tramo de la vía la sociedad

concesionaria no realizaba obras que pudieran perturbar las condiciones

de seguridad y el tránsito de los usuarios de ellas.”

“23) Que de lo anterior sólo cabe concluir que interviniendo

causalmente la negligencia, impericia o descuido del actor en la

producción del daño, no puede considerarse que la concesionaria esté

obligada a concurrir al pago de los perjuicios demandados.”

“24) Que de lo dicho se sigue necesariamente que la demanda no

puede prosperar porque no se configura el elemento esencial para dar

origen a la responsabilidad extracontractual, como es la culpa.”

“25) […] Por consiguiente y conforme a lo razonado en los

considerandos precedentes, al no haber incurrido en falta la

307
concesionaria Rutas del Pacífico S.A. en la prestación del servicio que le

ha sido entregado para su explotación, tampoco puede establecerse la

responsabilidad del Fisco por los daños sufridos por el actor, por lo que

en este aspecto el recurso tampoco podrá prosperar.”

Acordada contra el voto del Ministro señor Muñoz, en cuanto

estuvo por acoger el recurso de casación en el fondo en virtud de las

siguientes consideraciones:

“1) Que se tuvo por acreditado como hecho de la causa que en el

cruce donde se produjo el accidente existía una barrera de contención

que se iniciaba en forma de espolón o cola de pez. Al ser colisionada por

el vehículo manejado por el demandante, parte de esa estructura se

introdujo al interior del móvil, provocando la muerte de dos pasajeras que

fueron alcanzadas directamente por dicha armadura.”

“2) Que según el Instructivo de Barreras de Seguridad (fojas 546)

de enero del año 2000, elaborado por el Departamento de Seguridad Vial

de la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, al referirse a

los terminales de una barrera, consigna: “Los terminales de inicio y fin de

una barrera en ningún caso deben convertirse en obstáculos que

constituyan por sí mismos un peligro adicional […]”. Luego, describe al

denominado Terminal Vertical o Brusco, como el existente en el

Kilómetro 7 1/5 de la Ruta 68, en los siguientes términos: “Este tipo de

308
terminal consiste en poner al término o inicio de la barrera una pieza

metálica con forma de espolón o cola de pez. Su utilización los convierte

en puntos de gran rigidez, lo que genera deceleraciones muy altas a los

ocupantes de un vehículo que llega a impactarlos, provocándoles graves

daños o la muerte, otro inconvenientes es que la barrera ingresa al

compartimento de pasajeros de los vehículos con las graves

consecuencias que ello trae, por lo que no deben ser utilizados”.

“4) Que en concordancia con los documentos anteriores, en el

“Instructivo para Proyectos de Sistemas de Contención Vial” del año

2001, confeccionado por la Dirección de Vialidad, se lee: “Cualquier

impacto con un objeto fijo o con el extremo de una barrera de seguridad

que no cuente con un terminal adecuado, tendrá una alta probabilidad de

que produzca consecuencias graves […]. Además, un impacto con el

extremo de una barrera longitudinal puede traer como consecuencia que

los elementos de ésta penetren al compartimento de pasajeros”.

“5) Que estos antecedentes evidencian claramente que una

barrera con las características antes anotadas no sólo no cumple con la

finalidad de seguridad vial que de ella se espera, esto es, reducir la

gravedad de los accidentes producidos por usuarios que al perder el

control de sus vehículos las impactan o se incrustan en ella, sino que

además genera un nuevo peligro pues ciertamente, atendido su diseño,

309
se introducirá en la cabina de dichos móviles, aumentado

exponencialmente el riesgo de los pasajeros.”

“7) Que estando en conocimiento la empresa concesionaria y las

propias autoridades de la Administración del Estado, del inadecuado

funcionamiento que presentaba esta barrera de seguridad, sin instar por

su modificación, han incurrido en negligencia, la primera, y falta de

servicio, la segunda.”

“8) […] Sin embargo, de la prueba rendida en autos aparece con

claridad que dicha observancia no es tal, atendido que no basta en la

especie el cumplimiento formal de las cargas que le impone un

determinado compromiso, sino que su obligación es llevar a cabo un

adecuado desarrollo de las medidas de seguridad, puesto que su actuar

primero está vinculado con garantizar la vida y e integridad de las

personas que circulan por la carretera concesionada, en términos tales

que permita evitar todo daño, adecuando su actuar a los nuevos

estándares que nuevos estudios y el progreso han desarrollado [… ]La

obligación de cuidado, previsión y seguridad no es posible entenderla

satisfecha y cumplida en una oportunidad, la cual por este solo hecho ha

de entenderse satisfecha en el tiempo, puesto que no se está ante la

prestación de un servicio único y definitivo, sino todo lo contrario, se

ejecuta en el tiempo y, por lo mismo, debe adaptarse en el devenir de

310
éste. Es más, la concesionaria es beneficiada con ingresos mensuales y

actualizados, asegurados por el Estado, motivo que le impone una

adecuación”.

31.

Caratulado Fortes Iribarren, Claudia Paz con Sociedad


Concesionaria Elqui S.A.

Tribunal - Rol Juzgado de Policía Local de Ovalle – Rol 4892-2006

Corte de Apelaciones de La Serena – Rol 22-2007

Juez - - María Loreto Astorga


Ministros
- Redacción del Ministro don Raúl Beltrami Lazo.

Hechos Cruce de burro en la carretera.

Temas Infracción a la Ley de Protección de los Derechos de los


Consumidores.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada.

“1) Que, […], la normativa mencionada también se inserta en el

vínculo contractual que nace entre la Concesionaria y los consumidores

311
y/o usuarios, desde el momento del pago del peaje, vinculación de

derecho privado, en cuanto este marco legal y reglamentario señalado,

es el referente de la forma y condiciones en que la Empresa

Concesionaria debe realizar la explotación de la ruta concesionada y, en

consecuencia, es evidente que surgen claras obligaciones y

responsabilidades de la Concesionaria para con los usuarios, en lo

relativo a las medidas de control y seguridad en la ruta, tal como se

expresará más adelante.”

“2) Que, la querellada ha alegado que es el propietario del animal

quien es el responsable infraccional y civil de estos hechos, en virtud de

las disposiciones contenidas en los artículos 2326 del Código Civil y 165

N°11 de la Ley 18.290. Que, a este respecto, y sin perjuicio de dichas

responsabilidades, el querellante y demandante civil, tiene el derecho a

accionar en contra de la Concesionaria de la Ruta 5 Norte, quien en

virtud del contrato oneroso de peaje celebrado entre las partes, adquirió

las obligaciones cuyo incumplimiento se enmarcan en la Ley 19.496,

sobre los derechos de los Consumidores, responsabilidades de

naturaleza civil e infraccional que tienen también su sustento normativo

en las disposiciones contenidas en la Ley de Concesiones, en el Decreto

Supremo 164 de 20 de Febrero de 1997 que adjudicó el contrato de

Concesión de la Obra Ruta 5 tramo Los Vilos y en las Bases de Licitación

312
de esta Obra. Que, en consecuencia, las mencionadas

responsabilidades, tanto del propietario del animal, del propietario del

predio y de la Sociedad Concesionaria, se pueden perseguir e incoarse

en forma separada y conforme a sus respectivos ordenamientos

jurídicos, los que son independientes entre sí.”

“3) Que, como bien se ha consignado en el motivo vigésimo

octavo de la sentencia que se reproduce, el demandado, debido al

incumplimiento de las obligaciones a que se ha hecho referencia, ha

cometido infracción a las disposiciones de la ley 19.496 sobre Protección

a los Derechos del Consumidor, al haber actuado con negligencia,

causando un menoscabo al consumidor, debido a fallas o deficiencias en

la calidad y seguridad del servicio prestado, como expresamente lo

dispone el artículo 23 inciso 1º de la citada Ley.”

32.

Caratulado Beltrán con Ruta de la Araucanía Sociedad


Concesionaria S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Temuco

Ministros Álvaro Mesa Latorre, María Elena Llanos Morales y


Abogado Integrante Fernando Cártes Sepúlveda.

313
Rol 1414-2010

Hechos Colisión con un bulto de color negro que se encontraba


al centro de la carretera, semejante a un animal muerto.
Finalmente, dicho bulto, resultó ser una malla de
aproximadamente 30 metros de largo por 5 metros de
ancho la cual se le calló, presumiblemente, a un
vehículo de carga de productos del mar.

Temas Daño moral.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal confirmada parcialmente.

“5) Que haciendo entonces un análisis de lo expuesto en el motivo

cuarto, es nítido para esta Corte que existe daño moral. Ello porque los

hechos efectivamente ocurrieron como los describió el actor. Salvo que

sea un máquina, ningún hombre en la carretera enfrentado a un bulto de

noche y que luego impacta a la una barrera de contención, puede quedar

indemne o inmune a una daño. En este caso es claro que hubo

angustia, miedo, desconfianza en el uso de la carretera, la preocupación

por lo seres queridos que iban en el auto. Además todo lo que significa

reparar el auto, y volver a realizar una vida normal. Finalmente, a estas

alturas del derecho contemporáneo, parece increíble, que habiéndose

314
probado el accidente y sus consecuencias, se le exija a la víctima más

prueba, de su daño moral es este caso alegado.”

33.

Caratulado Contreras Ossandon Juan, Salas Garrido Sonia con


Sociedad Concesionaria Autopista Los Libertadores S.A.

Tribunal 9° Juzgado Civil de Santiago

Juez Lidia Poza Matus

Rol 38753-2009

Hechos Cruce de vacuno en la carretera.

Temas Se trató de un asunto claramente previsible pues es de


público conocimiento que en otros lugares de la
carretera la salida de animales es de común ocurrencia.

Estado En acuerdo (Corte de Apelaciones de Santiago, Rol


procesal 4009 – 2013.

“20) Que este tribunal estima, según esta prueba reseñada, que la

salida de animales hacia la carretera es una de las posibilidades que la

concesionaria ha previsto pueden ocurrir en relación con la afectación de


315
la seguridad vial pero que en este tramo en particular se ha limitado a

resguardar los cercos, mas no a vigilar las salidas de los pueblos

aledaños porque ha entendido que no es su responsabilidad.”

“21) Que, no obstante ello, no debe olvidarse que conforme a las

rigurosas Bases de Licitación, resulta que la tarea encargada por el

Estado a las empresas particulares que se hacen cargo de la vialidad,

implica el cumplimiento de una serie de exigencias de altísima seguridad

que son necesariamente retribuida económicamente, no sólo por que los

usuarios que pagan un peaje para transitar por las vías, sino porque

también existen incentivos, premios o bonos relacionados con los índices

de lesionados y fallecimiento de personas en los caminos y que son

calculados sobre la base de las estadísticas que lleva Carabineros.”

“26) Que así las cosas ha resultado probado que la parte

demandada incumplió su deber general de resguardo de la seguridad vial

en el tramo en que los actores sufrieron el accidente.”

34.

Caratulado Corvalán Contreras con Sociedad Concesionaria

316
Camino Nogales Puchuncaví S.A. y Fisco de Chile.

Tribunal 14° Juzgado Civil de Santiago

Juez titular Osvaldo Correa Rojas

Rol 9530 – 2004

Hechos Cruce de caballo en la carretera.

Temas Deber de seguridad.

Estado En acuerdo (Corte de Apelaciones de Santiago, Rol


procesal 2041-2013.

“9) […] Luego cabe expresar que conforme el mérito de los

ordinarios obrantes a fojas 328 y siguientes se colige que el inspector

fiscal de la concesión camino Nogales - Puchuncaví efectivamente

ejercía la potestad de control de forma razonable, lo anterior a fin de que

la concesionaria demandada diera cumplimiento a las obligaciones

emanadas del contrato de concesión del caso sub judice.

En consecuencia este sentenciador estima que el Fisco de Chile ha

cumplido con su obligación de supervigilancia del camino concesionado

en cuestión, toda vez que ha realizado las labores de control conforme a

una constante y razonable periodicidad, exigiéndose a la concesionaria

que de cumplimiento a las diversas obligaciones emanadas de la

317
convención administrativa de autos. Que atendido lo precedentemente

expuesto se dirá que en autos no se vislumbra una falta de servicio que

pueda ser imputada al Fisco de Chile.”

“10) […] En este orden de ideas cabe expresar que la ley de concesiones

establece los estándares de cuidado que debe observar el concesionario

durante la fase de explotación de la obra, estableciéndose por un lado un

deber general de mantener las obras, sus accesos, señalización y

servicios en condiciones normales de utilización, además de tener que

facilitarse el servicio en condiciones de absoluta normalidad,

suprimiéndose las causas que originen peligrosidad a los usuarios.”

“11) En virtud de lo anteriormente expuesto y teniéndose en especial

consideración que el accidente de autos dice relación con un impacto de

un automóvil con un equino se consignará que esta magistratura estima

que la concesionaria demandada incurrió en una acción u omisión

negligente respecto de sus deberes de cuidados generales y recíprocos

de seguridad que se deben observar en un camino concesionado.”

318
35.

Caratulado Leiva con Sociedad Concesionaria Autopista del Itata


S.A.

Tribunal 14º Juzgado Civil de Santiago

Juez titular Osvaldo Correa Rojas

Rol 4255-2010

Hechos Choque con rollizo de madera de eucaliptus de


aproximadamente 2,44 metros de largo, que obstruía la
carretera en ambas pistas de circulación.

Temas Artículo 35 de la Ley de Concesiones, artículo 62 del


Reglamento. No sólo existe una obligación de seguridad
general, previa y permanente de la sociedad
concesionaria, sino que además la misma concesionaria
se obligó a adoptar medidas de seguridad, a través de
las Bases de Licitación.

Estado Pendiente vista de la causa (Corte de Apelaciones de


procesal Santiago, Rol 7915 – 2013)

“8) Que la lectura de los artículos precedentemente transcritos

permite a esta judicatura inferir que la responsabilidad civil que atañe a

las sociedades concesionarias escapa a la aplicación de las reglas

generales de responsabilidad, toda vez que a través de las normas

319
indicadas de la Ley de Concesiones de Obras Públicas y su respectivo

Reglamento, se establece para el concesionario de autopistas una

obligación de seguridad general y permanente respecto de los usuarios

de las mismas, lo que indefectiblemente viene en consagrar legalmente

un estándar de conducta más exigente que el reclamable en virtud de las

normas del derecho común relativas a la responsabilidad. Todo lo

anterior ha sido recogido además por la doctrina actualmente existente

respecto a la responsabilidad civil de los concesionarios de obras viales,

y acogido por la jurisprudencia más reciente de nuestro Tribunal Superior

de Justicia.”

“9) En virtud de lo razonado en los considerandos que anteceden

y normativa legal citada, es posible tener por establecido que la

concesionaria tiene la obligación de adoptar todas las medidas

apropiadas para evitar la producción de daños a los usuarios, entendida

ésta como una obligación previa a todas las exigencias técnicas que

puedan imponerse en las Bases de Licitación por el Ministerio de Obras

Públicas. Lo anterior fuerza a la concesionaria a evaluar los riesgos por

sí mismas y en base a ello, adoptar las medidas adecuadas e idóneas

para evitar que dichos riesgos se materialicen.”

“10) Sin perjuicio de lo señalado en la razón que antecede, la obligación

previa del concesionario de tomar todas las medidas que sean atingentes

320
para evitar daños a los usuarios de la autopista concesionada, también

se ve confirmado por las propias Bases de Licitación Acceso Norte a

Concepción, tanto en sus Bases Administrativas como en sus Bases

Técnicas. Es así como dentro de sus Bases Administrativas se contiene

la siguiente cláusula: I.6.40 Daños a terceros durante la construcción y la

explotación de la obra. El concesionario deberá tomar todas las

precauciones para evitar daños a terceros y al personal que trabaja en la

obra. Igualmente deberá tomar todas las precauciones para evitar daños

a propiedades de terceros y al medio ambiente durante la concesión de

la obra. Todo daño, de cualquier naturaleza, que con motivo de la

ejecución de la obra y de su explotación se cause a terceros, al personal

de la obra, a la propiedad de terceros y al medio ambiente, será de

exclusiva responsabilidad del Concesionario, a menos que sean

exclusivamente imputables a medidas impuestas por el MOP después de

haber suscrito el Contrato. A su vez, en las Bases Técnicas y refiriéndose

en concreto a la responsabilidad del concesionario, se acordó la

siguiente cláusula: II.7.11 Responsabilidad, cuidado de la obra y riesgos.

Desde la iniciación de las obras el concesionario asumirá plena

responsabilidad por el cuidado de la obra y de todas las obras provisorias

y los daños que pudieren producirse en ellas por cualquier causa, los que

deberán ser reparados para restituir a las condiciones iniciales las obras

321
afectadas. El concesionario deberá mantener cuidadores, serenos,

cercos y luces de alumbrado, en la cantidad suficiente para asegurar la

protección de la obra para la seguridad y conveniencia del público y de

sus propios obreros […]”

“12) […] es posible tener por acreditado que en el lugar del

accidente, a pesar de ser constantemente transitado por camiones

cargados con madera y de ser una zona lluviosa, no existían luces de

alumbrado carretero que permitiera a los usuarios de la ruta

concesionada avizorar oportunamente los posibles obstáculos que

pudieran existir en la vía, siendo la caída de éstos del todo posibles en

consideración a la constante circulación de camiones con carga por esa

zona […]”

“13) […] lleva a esta judicatura a la inexcusable conclusión que la

sociedad concesionaria demandada no cumplió con la obligación de

seguridad general que recae sobre ella de conformidad a lo dispuesto la

Ley de Concesiones y su Reglamento, ni con la obligación de tomar

todas las precauciones que sean necesarias y en cantidad suficiente

para evitar daños a los usuarios de la vía concesionada, a la que la

demandada estaba especialmente constreñida en virtud de las Bases de

Licitación pertinentes -conforme a lo ya desarrollado en el considerando

décimo de esta sentencia- al no contar con luminaria en un camino


322
concesionado de alta velocidad, contantemente transitado por camiones

con carga, existente en una zona en que las inclemencias del tiempo

hacen riesgosa la conducción.”

36.

Caratulado Lomeña con Concesionaria Tribasa Bío Bío S.A.

Tribunal 4° Juzgado Civil de Santiago

Juez titular María Paula Merino Verdugo

Rol 30316-2009

Hechos Choque con rollizo de madera de eucaliptus de


aproximadamente 2,44 metros de largo, que obstruía la
carretera en ambas pistas de circulación.

Temas Artículos 21 y 23 de la Ley de Concesiones. Para que


sea procedente la indemnización de perjuicios que
reclama el demandante, éste deberá acreditar que
experimentó un daño indemnizable, vinculado
causalmente a una actuación deficiente de la
concesionaria, mientras que la demandada, por su
parte, podrá eximirse de su responsabilidad, acreditando
el cumplimiento de las obligaciones que le asisten en su
calidad de concesionaria de obra pública o bien, la

323
concurrencia de alguna causal eximente, tal como el
caso fortuito o la fuerza mayor.

Daño moral.

Estado En tabla para la vista de la causa (Corte de Apelaciones


procesal de Santiago, Rol 3367 – 2013)

“12) […] Esta responsabilidad, que emana del artículo 21 en

comento, dice relación con una enumeración no taxativa de obligaciones

de la sociedad concesionaria, al disponer en la parte final del inciso

primero, que ésta deberá cumplir igualmente, esto es, con arreglo a las

normas del derecho público, ¿las normas que regulan la actividad dada

en concesión, lo que resulta coherente con la circunstancia que el

Estado, a través de una contraprestación económica entregada a un

particular, se ha desprendido de una obligación que le es propia como es

la construcción, reparación y mantención de las rutas de tránsito del país,

radicando sus derechos y obligaciones en la esfera patrimonial de la

concesionaria, los que ésta, a su vez, asume.”

“13) Que, la circunstancia de que el sujeto finalmente responsable

sea el concesionario, guarda consonancia con el régimen general de

concesiones. El concesionario responde en tales casos como sujeto

privado que ha asumido por delegación una función pública, y, en el caso


324
que nos ocupa, el fundamento de la responsabilidad corresponde a la

falta de servicio […]”

“14) […] De acuerdo a lo anterior, corresponderá determinar, en

primer lugar, si la sociedad demandada incurrió en falta de servicio, esto

es, en el caso de autos, si incumplió su deber de cuidado y vigilancia de

la carretera concesionada. Para ello se entenderá por falta de servicio el

comportamiento defectuoso o anormal del servicio prestado por la

concesionaria, y a tal efecto, deberá determinarse si ésta realizó las

acciones que, dentro del marco jurídico que le es aplicable, eran no sólo

esperadas sino también exigibles a la demandada.

En efecto, la falta de servicio que acarrea la responsabilidad de la

demandada, se produce si, en el ejercicio de sus funciones de

explotación de la vía concesionada, no actúa debiendo hacerlo, o bien si

su intervención es tardía o es defectuosa, causando perjuicios a los

destinatarios o usuarios de la vía, y en consecuencia, tres son sus

requisitos de procedencia, los cuales deben concurrir copulativamente, a

saber: a) la falta de servicio, ya sea por la inexistencia del servicio o

porque éste fue prestado deficientemente en relación a aquel al que

estaba obligado a prestar la concesionaria; b) la existencia del daño

causado y; c) que entre la falta de servicio y este daño sufrido exista una

325
relación de causalidad, en término tales que el segundo sea

consecuencia de la primera.”

“16) Que, continuando con el análisis, respecto del primer requisito

indicado , esto es, la falta de servicio, cabe colegir de las alegaciones de

la demandante que la conducta deficiente que reprocha a la autopista,

dice relación con que encontrándose la concesionaria obligada a velar

por la seguridad de los usuarios de la carretera y que ésta, por tanto, se

encuentre sin riesgos, expedita y libre de obstáculos, no efectuó un

patrullaje constante, periódico de toda la ruta, por un lado, ni reaccionó

oportunamente a las denuncias de usuarios por la presencia de rollizos

de madera en la vía, por otro.”

“20) Que, las conductas denunciadas constituyen, a juicio de esta

Sentenciadora, una deficiencia en el servicio que se espera y es exigible

a la concesionaria Autopista del Itata. En efecto, en primer lugar, la

circunstancia que el sector correspondiente al accidente no fuere

patrullado ni transitado por vehículo alguno de la demandada después de

las 19:25 hrs. no puede menos que revestir una vulneración al deber de

seguridad que pesa toda sociedad concesionaria, y que, según se ha

venido razonando, encuentra su fundamento en lo dispuesto en el

artículo 23 de la Ley de Concesiones, el cual consagra el deber de

garantizar la seguridad de los usuarios en la utilización de la obra


326
concesionada. En relación a esta disposición, nuestra jurisprudencia

sostiene que dicha obligación debe ser cumplida empleando una

esmerada diligencia, y así ha tenido presente que nuestra normativa

exige al concesionario vial una especial diligencia en el cumplimiento de

la obligación de seguridad que tiene respecto de los usuarios […] En

base a lo anterior aparece entonces que el concesionario deberá cumplir

con una esmerada diligencia la obligación de seguridad analizada,

habiéndose destacado así que los estrictos términos con que la ley

ordena la exigencia de normalidad no se limitan a requerir una

normalidad común o mera normalidad, sino que, absoluta normalidad,

esto es, en sentido literal, aserción general dicha por la ley en tono de

seguridad y magisterio lo que implica que las rutas concesionadas han

de otorgar al conductor vehicular márgenes de seguridad en términos de

absoluta normalidad, suprimiendo cualquier obstáculo o alteración que

impida el desplazamiento seguro de los vehículos […] si la obra

concesionada corresponde a una autopista que cruza la Región del Bío

Bío, por la cual transita regularmente transporte de carga de madera,

toda vez que es un hecho público y notorio que la forestal es una de sus

principales actividades económicas, ubicándose incluso en sus

proximidades la planta Nueva Aldea de Celulosa Arauco, según consta

además del informe policial referido en el numeral vii. 9) del motivo Sexto

327
precedente, cabe razonar que la sociedad concesionaria demandada

debe emplear los mayores medios disponibles, a fin de detectar en el

más breve tiempo posible la caída a la vía de troncos de gran tamaño, de

más de dos metros, cuya presencia atenta, desde luego, contra la

seguridad de sus usuarios”

“21) Que, es insuficiente para desvirtuar tal apreciación, la

argumentación de que el accidente se debió a la negligencia del

transportista de cuyo camión cayeron los troncos o rollizos de madera,

toda vez que este hecho es precisamente una de los posibles situaciones

de riesgos o peligros que la sociedad concesionaria está obligada a

prevenir mediante el patrullaje permanente de la vía, con independencia

de que este hecho conlleve una infracción a lo dispuesto en la Ley N°

18.290 […]”

“24) Que, en cuanto a la alegación de la demandada de revestir el

accidente de autos un caso fortuito, como eximente de su

responsabilidad, cabe señalar que de acuerdo a la definición entregada

por el artículo 45 del Código Civil, se entiende por caso fortuito, o fuerza

mayor, al imprevisto que no es posible de resistir. De la anterior

definición se desprende que deben concurrir dos requisitos para que se

constituya esta eximente de responsabilidad, a saber, el que sea

imprevisible e irresistible. Respecto de la imprevisibilidad, y tal como se


328
expresó en el motivo Vigésimo Primero, la obra concesionada se

emplaza en una zona forestal, existiendo incluso a la altura de su

kilómetro 21 la planta Nueva Aldea de Celulosa Arauco, por lo que es de

suyo suponer que circulan por ella camiones que transportan grandes

troncos de madera, y que en caso de una mala estiba o incluso una

situación accidental, puede llegar a constituirse en peligrosos obstáculos

en la vía. En relación con el segundo requisito, esto es la irresistibilidad,

cabe consignar que de haberse ejercido en la vía un adecuado sistema

de patrullaje y vigilancia, la presencia de los troncos de madera se habría

resistido, sino fácilmente, al menos con la suficiente precaución para

prevenir el accidente, lo que no ocurrió en la especie.”

37.

Caratulado Monares con Sociedad Concesionaria Ruta 5 Tramo


Talca – Chillán.

Tribunal 15° Juzgado Civil de Santiago.

Juez titular Claudia Lazen Manzur

Rol 24212-2011

Hechos Choque contra barrera de contención ubicada de tal

329
forma que la punta queda dirigida frontalmente hacia los
vehículos, sin tener su punta o extremo doblado en
curva.

Temas Responsabilidad contractual. No existe de manera


alguna entre la concesionaria y el usuario una relación
contractual, toda vez que la tarifa o valor que se entera
por el peaje, adquiere para esos efectos no el carácter
de precio, sino que un simple gravamen.

Estado En tabla para la vista de la causa (Corte de Apelaciones


procesal de Santiago, Rol 9725 – 2013)

“4) Que atendido el tenor de la contestación de la demanda lo

primera cuestión a dilucidar dice relación con determinar el estatuto

jurídico de a responsabilidad, aplicable al asunto sub judice. En efecto, el

actor ha fundado su demanda en el estatuto de responsabilidad

contractual y el demandado, por su parte ha esgrimido que la

controversia debe ser resuelta a la luz de las nomas que gobiernan la

responsabilidad aquiliana”

“9) La responsabilidad contractual es la que deviene de la

violación de un contrato y consiste en la obligación de indemnizar al

acreedor el perjuicio que le causa el incumplimiento del contrato o su

cumplimiento imperfecto, lo cual aparece de lo señalado en el artículo

330
1556 del Código Civil; ya que si de acuerdo al artículo 1545 del referido

texto legal, todo contrato legalmente celebrado es una ley para los

contratantes, justo es que quien lo viole sufra las consecuencias de su

acción y repare el daño causado. La responsabilidad delictual o

cuasidelictual civil proviene de un delito o cuasidelito civil, esto es, de un

hecho ilícito, intencional o no, que ha inferido injuria o daño a la persona

o propiedad de otro. Esta responsabilidad no tiene derivación de la

inejecución de una obligación preexistente, ya que ninguna existe entre

la víctima y el autor del daño, y si la hubiere, éste se produjo fuera de ella

y proviene de su infracción.”

“10) […] La obligación de seguridad tiene como principal

fundamento lo dispuesto en el artículo 23 de la Ley de Concesiones de

Obras Públicas, el cual al tratar los derechos y obligaciones del

concesionario dentro del régimen jurídico durante la fase de explotación,

le impone el deber de asegurar la continuidad de la prestación del

servicio, la cual le obligará especialmente a facilitarlo en condiciones de

absoluta normalidad, suprimiendo las causas que originan molestias,

incomodidades, inconvenientes o peligrosidad a los usuarios de las

obras, salvo que la adopción de medidas que alteren la normalidad del

servicio, obedezcan a razones de seguridad o de urgente reparación […]”

331
“12) Que respecto de este punto, la doctrina se encuentra conteste

en que el pago de peaje es un tributo de los clasificados como tasa o

tarifa, entendiendo por tasa el ingreso ordinario de derecho público que

el Estado obtiene con motivo de su intervención o gasto de la

administración motivado directamente por el particular o solicitante¿

(Vergara Wistuba, Carlos. Manual de Derecho Tributario. T.I, Ed.

Librotecnia). Cabe señalar que respecto de las concesiones, donde la

administración, mantención y explotación de la obra pública está a cago

de un privado, el peaje no pierde su naturaleza. Es más, en el caso

particular, la concesionaria tiene a su cargo el cobro del peaje conforme

a las bases de licitación acompañadas en autos, reglándose

profusamente el tipo de contraprestaciones económicas entre el Estado y

la concesionaria, de modo tal que el ingreso por concepto de tarifa es

distribuido en distintas proporciones entre la concesionaria y el Estado.

La concesión de obra pública es un contrato administrativo entre el

Estado y un tercero, quien está por ello obligado para esos efectos a

realizar una obra, y siempre en tal situación el pago no va a ser

efectuado por el otro contratante, sino por los usuarios de la pista

concesionada, a través del sistema de peaje, sin que exista en manera

alguna entre la concesionaria y el usuario una relación contractual, toda

332
vez que la tarifa o valor que se entera por el peaje, adquiere para esos

efectos no el carácter de precio, sino que un simple gravamen […]”

38.

Caratulado Medina con Concesionaria de Los Lagos S.A.

Tribunal Corte Suprema

Ministros Rosa Egnem, los Ministros Suplentes Alfredo Pfeiffer y


Dinorah Cameratti y los Abogados Integrantes Arnaldo
Gorziglia y Alfredo Prieto.

Rol 5678-2012

Hechos Cruce de vacuno en la carretera.

Temas Deber de vigilancia y deber de seguridad. Pesa sobre la


sociedad concesionaria para con el usuario de una
carretera concesionada la obligación de adoptar las
medidas de seguridad necesarias para evitar la
ocurrencia de accidentes en aquélla, la que en este
caso fue incumplida.

Estado Recurso de Apelación. Se revoca la sentencia apelada,


procesal acogiendo así la demanda interpuesta, sólo en cuanto
condena a la sociedad concesionaria.

333
“13) Que de lo anterior se sigue, que dentro del contenido de la

obligación de seguridad impuesta al concesionario de obras públicas se

encuentra el deber de cuidado y vigilancia diaria y permanente en la vía

concesionada de modo de eludir peligros evitables que pudieren

sobrevenir. En este caso, resulta evidente que el animal entró a la

autopista por un espacio no cerrado adecuadamente, que no fue posible

determinar en la revisión de los cercos que se efectuó con posterioridad

al accidente […] De tal forma, resulta razonable la exigencia a la

concesionaria de mantener vigilancia permanente y sistemas de patrullaje

que permitan detectar y tomar las medidas de seguridad necesarias en

forma oportuna, por los factores de riesgo detectables en el tramo de la

ruta donde ocurrió el accidente, y la obligación permanente de suprimir

las causas que originen peligrosidad”

“16) Que, del mismo modo, se evidencia que hay vínculo causal

entre el incumplimiento del deber de seguridad y el daño ocurrido,

reflejado inmediatamente en las lesiones sufridas por el conductor y los

daños del vehículo. Lo expresado revela que aunque fuere cierto -como

sostiene la concesionaria demandada-, que existan otros agentes

causantes del daño como el dueño o encargado del animal que ingresó a

la carretera y fue embestido por el furgón, ello no es obstáculo para

determinar que la sociedad concesionaria también es obligada a la

334
indemnización, por existir una concurrencia de causas o, en otras

palabras, pluralidad de responsables”

“17) […] La colisión se produjo debido a que la concesionaria

demandada, quien estaba a cargo de la explotación y conservación de

las obras correspondientes al tramo donde ocurrió el accidente, incumplió

su obligación legal y reglamentaria de adoptar las medidas de seguridad

necesarias para evitar la ocurrencia de accidentes, específicamente,

incumplió el deber de implementar sistemas de vigilancia permanente y de

patrullaje que permitieran controlar el estado de los cercos y tomar las

medidas de seguridad adecuadas. Por consiguiente, encontrándose

establecida la responsabilidad de la demandada, cabe tener en

consideración que el artículo 2314 del Código Civil, prescribe: “El que ha

cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado a

la indemnización”. Luego, los actores, en la calidad invocada de víctimas

del ilícito, han podido ejercer las acciones reparatorias que de él

provengan.”

“23) Que en esas circunstancias, cabe concluir que en el presente

caso asiste responsabilidad extracontractual a la sociedad demandada,

puesto que se incumplió un deber de cuidado que era jurídicamente

exigible a la empresa concesionaria, que hubo relación de causalidad

335
entre el hecho ilícito y el daño producido y que se ocasionaron los

perjuicios que han sido finalmente determinados.”

39.

Caratulado Neira Cáceres, Roberto con Autopista del Bosque S.A.

Tribunal Corte de Apelaciones de Concepción.

Ministros Redacción del Ministro Jaime Simón Solís Pino.

Rol 1051-2011

Hechos Cruce de dos caballos en la carretera.

Temas Responsabilidad extracontractual y requisitos.

Estado Recurso de Apelación. Sentencia de primera instancia


procesal revocada.

Se rechaza el Recurso de Casación en el Fondo


deducido por la parte demandante.

“19) Que de esta forma no se encuentra probado que el factor

determinante del accidente haya sido la presencia de los caballos en la

calzada, lo que significa que no se ha logrado establecer los requisitos

336
esenciales de la responsabilidad extracontractual, esto es el hecho

culposo y la correspondiente relación de causalidad entre este hecho y

los daños o perjuicios causados al demandante.”

“20) Que al no estar acreditado estos requisitos, resulta

intrascendente la ponderación de la prueba rendida destinada acreditar

los daños demandados.”

40.

Caratulado Silva Santibáñez María con Autopista del Sol

Tribunal 18° Juzgado Civil de Santiago

Juez titular Claudia Donoso Niemeyer

Rol 2896-2012

Hechos Cruce de perro pastor alemán de gran tamaño en la


carretera.

Temas Para encontrarnos frente a la responsabilidad


extracontractual, deben concurrir diversos elementos: la
existencia de un hecho culpable o doloso, además del
daño, relación de causalidad entre ambos elementos y
la capacidad delictual.

Estado Sentencia de primera instancia rechaza la demanda de


337
procesal autos en todas sus partes.

“12) Que la explotación de la concesión en cuestión dice relación

con una ruta determinada cuya ejecución y obra se ciñó a las

especificaciones técnicas determinadas que se encuentra

predeterminadas, entre las que se encuentran precisamente los cierres

perimetrales de la misma, las que como señala la demandada se

encontraban en perfecto estado de conservación, todo ello fijado por la

autoridad conforme a las características de la ruta sin que quepa

extender la responsabilidad de la Concesionaria en dicha explotación a

elementos externos, sino que estrictamente a la obligación propia del

contrato, esto es, a la mantención de la misma en óptimas condiciones

para el desplazamiento de los usuarios.”

“13) Que no puede sino interpretarse en dicho sentido el artículo

62 de la Ley y Reglamento de Concesiones de Obras Públicas, al

disponer la responsabilidad de la Sociedad Concesionaria de todo daño

de cualquier naturaleza, que con motivo de la ejecución de la obra y de

su explotación, se cause a terceros”

“14) Que en este orden de ideas y apareciendo de lo analizado

que no concurre el primer requisito de la responsabilidad extracontractual


338
señalados en el considerando décimo, es que no puede prosperar la

demanda de autos.”

41.

Caratulado Urrejola González Eduardo, Olea Matte Hector,


Montenegro Sánchez María, con Autopista del Maipo
Sociedad Concesionaria.

Tribunal 30° Juzgado Civil de Santiago

Juez titular María Eugenia Campo Alcayaga

Rol 25575-2012

Hechos Piedra de aproximadamente 2 kilos lanzada desde


pasarela peatonal.

Temas Artículo 23 y 35 de la Ley de Concesiones los cuales


señalan que el concesionario deberá conservar las
obras, sus accesos, señalización y servicios en
condiciones normales de utilización.

Artículo 6 de la Constitución Política de la República.

Estado Sentencia de primera instancia acoge demanda.


procesal

339
“12) […] La continuidad de la prestación del servicio le obliga

especialmente a facilitarlo en condiciones de absoluta normalidad,

suprimiendo las causas que originen molestias, incomodidades,

inconvenientes o peligrosidad a los usuarios de las obras. El

concesionario responderá entonces por los daños, de cualquier

naturaleza, que con motivo de la ejecución de la obra o de la explotación

de la misma se ocasionen a terceros, a menos que sean exclusivamente

imputables a medidas impuestas por el Ministerio de Obras Públicas

después de haber sido adjudicado el contrato.”

“13) Que, en ese mismo sentido los artículos 62 Nº1 y 2 del

Reglamento de Concesiones, dispone; La sociedad concesionaria

deberá adoptar, durante la concesión, todas las medidas para evitar

daños a terceros, todo daño de cualquier naturaleza que con motivo de la

ejecución y explotación de la obra se causa a terceros, al personal de la

obra, a la propiedad de terceros yal medio ambiente, será de exclusiva

responsabilidad de la sociedad concesionaria. Asimismo, el artículo 62-D

del Decreto Ley Nº1938 que respecto de las concesiones sobre bienes

fiscales expresa que el fisco no responderá de los daños, de cualquier

naturaleza, que con motivo de la ejecución de la obra o de la explotación

de la misma, se ocasionen a terceros después de haber sido celebrado

el contrato de concesión, los que serán de cargo del concesionario.”

340
“14) Que, las disposiciones legales anteriormente citadas,

responden al principio contenido en el artículo 6 de la Constitución

Política de la República de Chile, de acuerdo con el cual los órganos del

Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas citadas

conforme a ella y garantizar el orden institucional de la República, por lo

que la infracción a esa norma acarrea las responsabilidades y sanciones

que determine la ley, lo cual en relación al precepto constitucional es la

Ley de Concesiones, aplicable en la especial, la que ha establecido en

materia de responsabilidad que esta queda radicada en el concesionario

y no en el Fisco. Es en virtud de esta norma expresa que el sujeto

responsable es aquel concesionario quien como se ha afirmado por la

doctrina, responde en tales casos como sujeto privado que ha asumido

delgadamente una función pública. El desplazamiento de la tarea pública

a un concesionario significa que esta también debe asumir la

responsabilidad que se sigue de las funciones que le son delegadas.”

“15) Que, lo antes referido no hace más que corroborar el hecho

que respecto de la demandada su responsabilidad es objetiva, la cual

emana no sólo del Reglamento, sino que en la propia Ley de

Concesiones particularmente en los artículos 35 y 62 Nº2,

respectivamente, de esos cuerpos normativos así como de las Bases de

Licitación, resulta clara la obligación asumida por la Concesionaria de

341
realizar todas las obras necesarias y adoptar todas las medidas para

evitar daños a terceros, en término de brindar a los usuarios los

estándares prudentes y convenientes de seguridad.”

“16) Que, la necesidad conveniente y prudente de adopción de

medidas de seguridad por parte de la Concesionaria van sin duda alguna

más allá de las mínimas contenidas en las Bases de Licitación,

apreciándose como tales todas aquellas previsibles para evitar un

resultado dañoso […]”

42.

Caratulado Vidal Pedrotti, Sandra con Concesionaria Ruta de Los


Ríos.

Tribunal Corte Suprema

Ministros Sergio Muñoz, Pedro Pierry, María Eugenia Sandoval y


los Abogados Integrantes Alfredo Prieto y Arturo Prado

Rol 4263-2011

Hechos Choque contra barrera de contención.

Temas La ley exige cierto estándar de servicio a la empresa


concesionaria, que asegure el funcionamiento normal de

342
la carretera, entre los que está el de la limpieza y otras
acciones destinadas a la operatividad de las cunetas
recolectoras de aguas para que queden libres de todo
obstáculo que pueda entorpecer la normal evacuación y
escurrimiento de las aguas lluvias del rodado.

Estado Se rechaza el Recurso de Casación en el Fondo con el


procesal voto en contra del Ministro Sergio Muñoz.

“8) Que en primer término el recurso de nulidad de fondo denuncia

en lo que se refiere a la responsabilidad de la concesionaria, la infracción

de los artículos 23, 24 y 35 del Decreto Supremo N° 900 del Ministerio de

Obras Públicas, 18 inciso 1° del Decreto con Fuerza de Ley N° 50 del

Ministerio de Obras Públicas, 62 y 63 del Reglamento de la Ley de

Concesiones y 2314 del Código Civil, porque en la sentencia de primera

instancia se estableció que en el sector del accidente se produce una

acumulación de aguas y el escurrimiento de éstas sobre la calzada hacia

los costados por la falta de mantenimiento en las cunetas de mediana

[…]”

Se rechaza el Recurso de Casación en el Fondo con el voto en

contra del Ministro Sr. Muñoz, quien estuvo por acoger el recurso de

casación en la forma y en consecuencia no emitir pronunciamiento sobre

343
el recurso de casación en el fondo interpuesto, en virtud de los siguientes

fundamentos:

“1) Que en el caso sublite la sentencia de primera instancia

estableció en el considerando vigésimo octavo que en el sector del

accidente se produce una acumulación de aguas y el escurrimiento de

éstas sobre la calzada hacia las cuneta, hecho que ocurre por falta de

mantención en las cunetas de mediana […]”

“2) Que como consecuencia de lo anterior, este disidente fue de

parecer de dictar la correspondiente sentencia de reemplazo, revocando

parcialmente la sentencia de primer grado y acoger la demanda intentada

por los hijos de don Juan Díaz en contra de la Concesionaria Ruta de los

Ríos, en atención a las consideraciones que se expondrán a

continuación.”

“4) […] En el caso de autos es posible establecer que la muerte de

don Jaime Díaz Vargas, hecho no discutido por las partes, fue

consecuencia de dos circunstancias acreditadas en la causa. Una

constituida por la existencia de agua acumulada en la zona central de la

carretera, que escurrió hacia el costado de la calzada por la superficie

como consecuencia de la falta de mantenimiento en las cunetas de

mediana […]

344
“6) Que en consecuencia, la existencia de la acumulación de agua

en la carretera y el escurrimiento de dicho elemento hacia los costados

por falta de mantenimiento en las cunetas de mediana constituye una

condición equivalente en la producción del daño, imputable a la

concesionaria demandada.”

43.

Caratulado Wolnitzki Reyes Raúl con Sociedad Concesionaria


Rutas del Pacífico S.A.

Tribunal 14° Juzgado Civil de Santiago.

Juez titular Osvaldo Correa Rojas

Rol 28069-2007

Hechos Cruce de vacunos en la carretera.

Temas La Ley de Concesiones establece que el concesionario


durante la fase de explotación de la obra se encuentra
en la obligación de mantener las obras, sus accesos,
señalización, además de tener que facilitarse el servicio
en condiciones de absoluta normalidad, suprimiéndose
las causas que originen peligrosidad a los usuarios

Estado Sentencia de primera instancia acoge la indemnización


de perjuicios por concepto de daño moral. A su vez,
345
procesal rechaza el cobro de indemnización de perjuicios por
concepto de daño emergente y lucro cesante.

“4) En este sentido resulta menester indicar que la demandada de

autos se encuentra obligada a prestar un servicio en términos de

garantizar las debidas condiciones de seguridad, lo anterior en virtud de

la concesión de obra pública del caso sub ¿ lite, todo lo cual se condice

con lo previsto por el legislador […] Atendido lo anteriormente expuesto y

teniéndose en especial consideración que el accidente de autos dice

relación con un impacto de un automóvil con vacunos que se

encontraban en la ruta de autos, se consignará que esta magistratura

estima que la parte demandada incurrió en una infracción respecto de la

obligación de seguridad que se debe observar en un camino

concesionado de alta velocidad.”

“5) Que respecto de la existencia de perjuicios se indicará que en

la legislación nacional daño o perjuicio son términos sinónimos,

pudiéndoseles definir como todo detrimento o menoscabo que sufra una

persona en su patrimonio o en su persona física o moral.

En cuanto al daño emergente y lucro cesante alegados en autos se

consignará que atendido los principios que gobiernan en materia

probatoria y teniéndose presente lo preceptuado por el artículo 1698 del


346
Código Civil corresponde acreditar la existencia de los aludidos daños a

la parte que los alega”

347
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