Está en la página 1de 25

Obligación jurídica

El Derecho de obligaciones es la rama del Derecho que se ocupa de todo, lo relacionado con las
obligaciones jurídicas.

Índice
Concepto
Prelación de Crédito
Diferencia entre deuda y responsabilidad
Teorías y comparación entre el Derecho Real y el Derecho Personal u obligación
Teoría Clásica
Teoría monista subjetiva o teoría personalista
Doctrina Ecléctica
Derechos reales
Historia
Elementos
Sujetos
Objeto (prestación)
Antecedentes históricos respecto del objeto de la obligación
Determinación del objeto
Valor pecuniario
Comerciabilidad del objeto
Posibilidad
Causa
Clasificación de las obligaciones
Fuentes de las obligaciones
Negocio jurídico
Gestión de negocios
Sobre la gestión de negocios en la legislación mexicana
Ley
Transmisión y cesión de obligaciones
Cesión de créditos
Efectos de las obligaciones
Clasificación de los efectos de las obligaciones
Diferencias con los efectos de los contratos
Modos de extinción de las obligaciones
El pago
Compensación
Novación
Remisión
Confusión
Cumplimiento forzoso
Ejecución por otro
Efectos anormales
Mora
Dolo
Culpa contractual
Caso fortuito o fuerza mayor
Obligaciones de dar
Obligaciones de hacer
Imprevisión
Cláusula penal
Nulidad y rescisión
Responsabilidad contractual
Responsabilidad extracontractual
Los hechos ilícitos
Elementos de los actos ilícitos
Culpa de varios con una sola víctima
Culpa concurrente con la víctima
Responsabilidad refleja
Responsabilidad de dependientes
Otras responsabilidades reflejas
Derechos del acreedor sobre el patrimonio del deudor
Distintas clases de acreedores
Medidas y acciones conservatorias
El embargo
La inhibición
La designación de interventor judicial
Derecho de retención
La acción oblicua
La acción pauliana
La simulación
Prescripción
Estado de insolvencia y Concurso de acreedores
Consecuencias de la insolvencia
Los curadores
Terminación del concurso
Reivindicación
Acreedores de la masa
Véase también
Referencias
Bibliografía
Concepto
Se puede proporcionar diversos conceptos del derecho personal u obligación:

Algunos lo enfocan, desde el punto de vista del acreedor, como una facultad que tiene un sujeto (acreedor)
de exigir de otro (deudor), una prestación.

Otros lo consideran, desde la perspectiva del deudor, como una necesidad de cumplir. La
necesidad de proporcionar al acreedor una prestación. Contempladas desde este punto de
vista pasivo se denominan obligaciones, pues al derecho del titular corresponde un deber u
obligación del deudor.

La cita de Gayo en el Corpus Iuris Civiles dentro de las InstitutioneInstitutas] libro 3, título 13 define
obligación como Obligativo est iuris vinculan, quo necesítate adstrigimur alicuyas solventa reí secundan
nos trae civitatis iura (Obligación es un vínculo jurídico, por el cual somos constreñidos a pagar alguna
cosa, según el Derecho de nuestra ciudad).1 ​ En cambio Paulo en el Digesto libro 44, título VII, ley 3
define la obligación como OBligationum substantia non in eo consistit, ut aliquod corpus nostrum aut
servitutem nostram faciat, sed ut alium nobis obstringat ad dandum aliquid vel faciendum vel prestandum,
La esencia de las obligaciones consiste no en que haga nuestra una cosa o servidumbre, sino en que
constriña a otro darnos, hacernos préstamos.

Otras definiciones de obligación:

Pothier: Es un vínculo de derecho que nos sujeta respeto a otro a darle alguna cosa o hacer o no hacer
alguna cosa.

Giorgi: La obligación es un vínculo jurídico entre dos o más personas determinadas, en virtud del cual una
o varias de ellas (deudor o deudores) quedan sujetas respecto a otra o a otras (acreedor o acreedores) a
hacer o no hacer alguna cosa.

Bonnecase: El derecho de crédito es una relación de derecho en virtud de la cual una persona, el acreedor,
tiene el poder de exigir de otra, llamada deudor; la ejecución de una prestación determinada, positiva o
negativa y susceptible de evaluación pecuniaria.

Baudry-Lacantinerie et Barde: la obligación, en el sentido jurídico de la palabra puede definirse como un


vínculo de derecho por el cual una o varias personas determinadas están civilmente comprometidas hacia
una o varias otras, igualmente determinadas a dar, a hacer o a no hacer alguna cosa.

Borja Soriano: Obligación es la relación jurídica entre dos personas en virtud de la cual una de ellas,
llamada deudor, queda sujeta para con otra, llamada acreedor, a una prestación o a una abstención de
carácter patrimonial que el acreedor puede exigir al deudor.2 ​

Prelación de Crédito

La ventaja o beneficio con que cuenta créditos de ser pagados antes que otros, incluyendo la posibilidad de
poder realizar la venta de uno o todos los bienes embargables del deudor para satisfacer sus créditos.

Diferencia entre deuda y responsabilidad


La deuda es la prestación que el deudor debe al acreedor para cumplir el compromiso. La responsabilidad
es la consecuencia jurídica, que consiste en el sometimiento del deudor al poder coactivo del acreedor para
que este pueda procurarse, según los casos, ya sea el verdadero cumplimiento de la obligación, ya sea la
reparación por el incumplimiento. Puede, sin embargo, haber deuda sin responsabilidad, como sería una
obligación natural o una obligación ya prescrita, y responsabilidad sin deuda, como sería el caso del fiador.

Teorías y comparación entre el Derecho Real y el Derecho Personal u


obligación

Teoría Clásica

La Teoría Clásica distingue que el derecho real es la relación entre persona y objeto, mientras que el
derecho personal es la relación entre persona y persona. Por lo que respecta al derecho real, está compuesto
por dos elementos: un sujeto activo del derecho (es decir, una persona) y una cosa objeto de derecho. En
este caso, la cosa se puede encontrar sometida total o parcialmente al poder de una persona en virtud de una
relación inmediata la cual es oponible a un tercero. En cambio, en el derecho personal la relación es
inmediata pues el deudor funge de intermediario entre el titular del derecho y el objeto. Por lo que existen
tres elementos en el derecho personal: el sujeto activo, el sujeto pasivo y el objeto de derecho.3 ​

En esta misma teoría, Bonnecase afirma que la diferencia entre el Derecho Real y el Derecho Personal
"reside en el hecho fundamental de que el derecho real traduce la apropiación de una riqueza en el sentido
de cosa material, en tanto que la obligación o derecho de crédito es la expresión de la noción de servicio, es
decir, de un acto o de una abstención que tiene un alcance social"4 ​

Teoría monista subjetiva o teoría personalista

Como su nombre lo hace notar, la teoría personalista considera que en toda relación de derecho siempre hay
un sujeto activo al que le es atribuido el derecho y, por otra parte, "la masa (...), de todas las personas,
obligadas a dejar obrar a quien pertenece el derecho".4 ​ Es decir, en este caso la obligación es general y
colectiva pero, existen casos en el que la obligación es personal. En los casos particulares, "el derecho
confiere al sujeto activo la facultad de exigir individualmente a una persona una acción o una inacción".4 ​
Esta teoría considera que no existe una distinción entre derechos reales y personales, pues "los primeros son
derechos patrimoniales absolutos" y los segundos son "derechos patrimoniales relativos".

Derechos Reales y Derechos Personales según Juan Iglesias:

Juan Iglesias toma la postura de la teoría monista subjetiva pues menciona que el derecho real atribuye
facultades positivas sobre la cosa, que se constituyen absolutamente en cabeza de titular. La relación
jurídica que existe en el Derecho Real es entre el titular y los no titulares, dicha relación es mediata, "por
obra de la norma que fija los límites dentro de los cuales la libertad de uno no se ve impedida por los
demás".5 ​ Por lo que el deber de los terceros es una conducta negativa, es decir, en no entorpecer el libre
ejercicio del derecho del titular de la cosa. Además, como relación jurídica solo se considera la que tiene
lugar por razón del derecho personal, en tanto que la naciente del derecho real se define en puro sentido
material. La verdad es que no hay relación jurídica que no se dé entre personas, en la comunicación y en el
tráfico de que ellas establecen. No cabe hablar de relación entre personas y cosa".6 ​

Doctrina Ecléctica
La teoría ecléctica considera el aspecto interno y externo del derecho real, donde el primero el cual es un
poder jurídico directo y sobre la cosa; el aspecto externo es "la obligación general que tiene por fin hacer
respetar la situación del titular respecto de la cosa.

Derechos reales

Los derechos reales son los que recaen directamente sobre cosas y no respecto a determinada persona.
Algunos de los derechos reales son principales, como el derecho de propiedad o dominio, y otros son
accesorios porque presuponen la existencia de un principal, como por ejemplo la servidumbre, la hipoteca y
la prenda.

Otra clasificación los denomina así: derecho real pleno (dominio), limitaciones al dominio (usufructo, uso,
habitación, servidumbres y algunos, equivocadamente, añaden al patrimonio familiar), y derechos reales de
garantía (prenda e hipoteca).

Los derechos reales tienen la calidad de absolutos, ya que pueden ejercerse contra todas las personas y por
lo tanto “son los que se ejercen sobre una cosa corporal determinada, en forma exclusiva o absoluta”.

El derecho personal en cambio es el que tiene una persona (denominada acreedor) respecto de otra
(denominada deudor), a fin de que esta cumpla una determinada prestación (proveniente de una obligación,
que es la contrapartida de los derechos reales). La diferencia con los derechos reales radica en que estos ya
no colocan en relación las personas con las cosas, sino las personas con las personas, por esta razón tienen
calidad de ser relativos, ya que solo pueden reclamarse de un individuo determinado (deudor).

Algunas de las diferencias más importantes con los derechos reales son:

La obligación crea un vínculo patrimonial entre dos personas. El acreedor tiene un derecho
relacionado con la persona del deudor, no sobre una cosa o bien.
Los derechos reales son estipulados por la ley cacunsia de los estados y países. En
cambio, los derechos personales son tan diversos como las personas así contraten.
Para la transferencia de los derechos reales, la ley suele imponer formalidades a seguir.
Los derechos personales en cambio, son mucho más flexibles a la hora de la cesión o la
transmisión.

Derechos Reales y Derechos Personales según Juan Iglesias

Derechos Reales: "una relación directa e inmediata entre el sujeto y la cosa; el derecho personal en una
relación entre dos personas determinadas; el acreedor —sujeto activo— y el deudor —sujeto pasivo—, esto
es, el que puede exigir y el que debe realizar una cierta prestación".6 ​Juan Iglesias además menciona que el
derecho real atribuye facultades positivas sobre la cosa, que se constituyen absolutamente en cabeza de
titular. La relación jurídica que existe en el Derecho Real es entre el titular y los no titulares, dicha relación
es mediata, "por obra de la norma que fija los límites dentro de los cuales la libertad de uno no se ve
impedida por los demás".5 ​ Por lo que el deber de los terceros es una conducta negativa, es decir, en no
entorpecer el libre ejercicio del derecho del titular de la cosa.

Historia
Se dice que la forma más básica de obligación tuvo su origen en los pueblos primitivos en donde quien
había cometido un delito, podía pagar un precio para "compensar" el daño que había generado al
agraviado.
La palabra "obligación" se viene utilizando desde el siglo XII, pero etimológicamente viene de la voz latina
ob ligare (atar a, ligar con).

En el derecho romano, en un inicio, la vinculación jurídica era personal, es decir, el deudor comprometía su
persona (y no su patrimonio) para asegurar el pago. No es sino hasta la Lex Poetelia Papiria (algunos
autores sitúan fecha en que fue expedida en el 457 a.C y otros en el 428 e incluso en el 326  a.  C.) que
cambia la naturaleza de la misma, ya que la sujeción dejó de ser personal y pasó a vincular al patrimonio
del deudor (pudiendo el acreedor cobrarse con este ante el incumplimiento del deudor).

Gayo definió la obligación como: "Obligatio est iuris vinculum quo nesessitate adstringimur alicuius
solvendae rei secundum nostrae civitatis iura" que se puede traducir como «una obligación es el vínculo
jurídico que nos constriñe en la necesidad de pagar algo según el derecho de nuestra ciudad».

Posteriormente, la doctrina pandectística alemana del siglo XIX introdujo la expresión "Schuldverhältniss",
luego transmitida a Italia como "rapporto obbligatorio", y de ahí a España, que ofició, en esta como en
tantas otras áreas, de vehículo cultural para el derecho latinoamericano, donde se habla, desde hace años, de
"relación obligatoria".

Elementos
La obligación tiene tres elementos esenciales para determinar que, efectivamente, existe una obligación:
Sujetos, objeto y el vínculo jurídico.

Sujetos

Los sujetos son dos:

Sujeto activo: es el acreedor, o sea, aquella persona que tiene la facultad de exigir el
cumplimiento. El acreedor tiene un derecho personal que se encuentra en el activo de su
patrimonio.
Sujeto pasivo: es el deudor, o sea aquella persona que tiene la carga de cumplir la
prestación convenida. Para el deudor existe un deber jurídico (deuda) que se encuentra en
el pasivo de su patrimonio.

Dos personas pueden ser recíprocamente deudor y acreedor. Por ejemplo, en los contratos bilaterales que
son aquellos en que nacen obligaciones para las dos partes, como por ejemplo en el de compraventa. Para
contraer una obligación la persona debe tener la capacidad legal para obligarse.

Objeto (prestación)

El objeto de la obligación puede consistir en dar una cosa; hacer, o sea ejecutar una determinada conducta;
o no hacer, o sea abstenerse de realizar una conducta.

Según Fausto Rico Álvarez en el Tratado teórico-práctico de derecho de obligaciones, "el objeto de la
obligación es lo que acreedor puede exigir y lo que el deudor debe cumplir".7 ​

Antecedentes históricos respecto del objeto de la obligación


1. En el Derecho Romano el objeto de la obligación consiste en un dare, facere o en un praestare. Estas
conductas fueron acogidas de la definición de Paulo en el Digesto en el libro 44, título 7, fragmento 3,
Obligationum substantia non in eo consist, ut aliquod corpus nostrum, aut servitutem nostram faciat, sed
utalium nobis obstringat ad dandum aliquid, vel faciendum, vel praestandum (La substancia de las
obligaciones consiste no en que haga nuestra alguna cosa corpórea o una servidumbre, sino en que
constriña a otro a darnos, a hacernos o a prestarnos alguna cosa. El objeto de estas obligaciones requería
de ciertos requisitos como que el objeto sea lícito, determinado o determinable y valorable en dinero.

Dare (Dar): la acción de transmitir la propiedad de un bien u otro derecho real en favor del
acreedor
Facere (hacer): comprendía las conductas distintas de dar, incluso las abstenciones o
devolución de bienes.
Praestare: obligación de garantizar o responder por la propia conducta.

2. En el Código de Napoleón el objeto de los contratos consistía en dar, hacer o en un no hacer. El Código
reglamenta el objeto en el Título de la regulación general de los contratos. Los requisitos fueron los mismos
que establecieron los Romanos: ser posible, lícito, determinado o determinable y personal al deudor
(conductas propias del deudor y no de terceros).

Dar: consistía en entregar un bien o en su conservación hasta que fuera entregado. La


Doctrina contribuyó a establecer que dar también significaba transmitir la propiedad de un
bien.
Hacer: las conductas positivas distintas de Dar se consideran conductas de hacer.
No hacer: las conductas negativas distintas de Dar se consideran conductas de no hacer.

El código Alemán Bürgerliches Gesetzbuch (BGB) estableció el objeto de la obligación únicamente como
praestare. No obstante, la Doctrina sí consideró los demás objetos de la obligación que establecieron los
Romanos y los franceses. Ennecerrus, Kipp y Wolff consideraron que "la prestación a que el crédito se
dirige puede ser positiva o negativa, consistir en un hacer o en un omitir. El hacer comprende también el
dar, el omitir abarca también el tolerar".8 ​El BGB exigió que el objeto fuera posible, lícito y determinable o
determinado.

Determinación del objeto

El objeto debe estar determinado o ser determinable. En principio deben ser cosas existentes pero también
cabe obligarse respecto de una de cosa futura. Por ejemplo, la venta de próximas cosechas o de cosas que
están en proceso de fabricación.

La obligación de dar, puede referirse a cosas ciertas (de especie) o inciertas (de género). En el primero las
partes tienen en mira un objeto determinado (por ejemplo, una finca individualizada) y solamente se
satisface cumpliendo la obligación misma. En el segundo caso la obligación solamente está especificada por
su clase o género (por ejemplo, un kilo de azúcar) y se satisface con la entrega de un objeto de tal clase y
calidad.

Valor pecuniario

La ley exige que sea posible asignarle un valor pecuniario al objeto de la prestación, pues en caso de no
poder cumplirse, es indispensable para efectos resarcitorios poder cuantificarlo monetariamente.
Existen diversas teorías respecto de la patrimonialidad. Por un lado, la teoría subjetiva establece que todo
aquello a los que las partes puedan asignarle un valor, es patrimonial, mientras que para la teoría objetiva, es
el contexto jurídico-social el que permite que un determinado bien sea considerado patrimonial.9 ​

Comerciabilidad del objeto

El objeto debe estar dentro del comercio. Por ejemplo, las cosas en dominio público normalmente no
pueden ser objeto de obligaciones; o los derechos personalísimos —como la libertad personal— que son
objetos fuera del comercio. En muchos ordenamientos jurídicos, sin embargo, se permite la disposición de
partes del propio cuerpo humano después de la muerte.

Es posible además, que la prestación pueda ser determinable (vgr. el precio que deberá el comprador será el
que tenga el bien dado en el mercado el 31 de enero).

Posibilidad

El objeto debe ser posible de ser realizado. Existen dos tipos de imposibilidad: la física, como sería si, antes
de ser notificado del desastre, el dueño de un barco lo vende cuando este acaba de naufragar. La legal,
cuando el objeto se encuentra fuera del marco de legalidad, ya sea por ser ilícito o ajeno a las buenas
costumbres.

Causa

Es el fin de la obligación que persiguen y que se propusieron a la hora de establecer la obligación.

La causa fuente es el motivo por el cual se crea la obligación, y puede ser por:

un contrato: documento por el cual, las partes se comprometen a cumplir con una
determinada prestación.
un cuasicontrato: documento similar a un contrato, pero no origina un acuerdo de
voluntades entre las partes.
un delito: acto realizado con intención de dañar (dolo), por el cual la persona que lo cometa
deberá responder por él y reparar los daños realizados.
un cuasidelito: acto realizado con imprudencia, negligencia, y/o impericia (culpa), el cual
pudo haberse evitado en caso de haberse observado convenientemente los procedimientos
(en lo que respecta a ejercicios regulados como la medicina); o de tomar las medidas
precautorias necesarias. También quien lo cause tendrá la obligación de responder por él, y
por los daños y perjuicios cometidos.
La Ley: es causa de obligaciones, ya que se impone sobre los sujetos destinatarios de la
misma (quienes tienen la obligación de respetarla).

Clasificación de las obligaciones


Según su objeto:
Positivas y negativas
Positivas son de dar y de hacer
Negativas son de no hacer
Dar, hacer, no hacer
Dar: transferir el dominio, constituir un derecho real, ceder la tenencia material o
restituir una cosa
Hacer: ejecución de una obra material o de servicios personales (denominada
prestación)
No hacer: importan la abstención de realizar determinados actos o comportar ciertas
conductas.

Según si está sujeta o no a modalidades:


Pura y Simple
Sujeta a Modalidades
Sujeta a Término
Suspensiva
Extintiva
Sujeta a Condición
Suspensiva
Resolutoria

Obligaciones con pluralidad de objetos:


Obligación conjuntiva
Obligación alternativa
Obligación Facultativa

Obligaciones con pluralidad de sujetos:


Conjuntas o Mancomunadas
Solidarias

Según las fuentes:


Obligaciones contractuales
Obligaciones extra-contractuales

natural (no recogidas, por lo general, en los códigos civiles).


Conjuntas.
De cuerpo cierto.
De género.

Fuentes de las obligaciones


Se llama fuente al hecho, acto o disposición legal que da origen a obligaciones. Las fuentes de las
obligaciones pueden agruparse en dos grandes grupos: la voluntad y la ley.

Si bien la anterior es la clasificación que en la doctrina se considera más acertada, es otra la que mantienen
muchos de los Códigos Civiles influenciados por el Código Napoleónico.

Los romanos identificaron las fuentes de las obligaciones con la causa eficiente. Gayo, en un principio,
consideró que eran únicamente fuentes obligacionales el delito, el contrato y "figuras de varias causas".
Posteriormente, los glosadores, a estas "figuras de varias causas" las dividieron dependiendo de si se
asemejaban más a un contrato (cuasi contrato) o a un delito (cuasidelito).

Pothier, uno de los principales elaboradores del Código Napoleónico, recogió esta clasificación y añadió
una quinta fuente: la Ley.

La doctrina crítica a esta clasificación. Unos dicen que, en realidad, las fuentes obligacionales serían
únicamente el contrato (negocio jurídico, más acertadamente) y la ley. Otros dicen que la clasificación es
incompleta ya que, en su criterio, faltarían otras fuentes (como, en ciertos casos, la declaración unilateral de
voluntad).

Actualmente se considera que son fuentes de las obligaciones:

Negocio jurídico
Dentro del negocio jurídico, se pueden distinguir dos grupos de fuentes de las obligaciones:

La voluntad de las partes: son obligaciones que nacen por la voluntad de las partes (sujeto
activo y pasivo) que componen la obligación. El contrato es la fuente de obligaciones más
común que existe, pues es el medio mediante el cual las partes formalizan la intención de
crear una obligación civil.

Los actos generadores de obligaciones. Son actos que producen obligaciones que no
necesitan del consentimiento de las partes. Dentro de esta categoría se encuentran la
gestión de negocios, la administración de la cosa en común y el pago de lo indebido. Este
grupo de fuentes de obligaciones nacen del desprecio que tiene la ley por alguien que
aumenta su patrimonio a costa de otro y sin causa justificada.

Gestión de negocios

La gestión de negocios la define Fausto Rico Álvarez como «una excepción al principio de intangibilidad
patrimonial, ya que permite a una persona intervenir en una esfera jurídica ajena sin consentimiento de su
titular e incluso en contra de su voluntad».10 ​

Antecedentes históricos:

1. Derecho romano: Respecto de los sujetos, la persona cuyo negocio fue gestionado (es
decir, aquella persona que poseía la dominus negotii) gozaba de la actiones negotiorum
gestorum, mientras que la persona que gestionó el negocio poseía la actio negotiorum
gestio contraria. La acción del dominus negotii le permitía exigir al gestor que continuara
con su labor hasta el fin del asunto, que transmitiera o entregara lo obtenido y que le
indemnizara si le causó algún perjuicio.11 ​En cambio la acción del gestor le permitía exigir
al dominus "el reembolso de los gastos y la reparación de los perjuicios sufridos, siempre
que su labor hubiese sido razonablemente ejecutada".12 ​Los romanistas consideran que la
gestión de negocio es un cuasicontrato que tiene su origen en ámbito procesal pues una
persona intervenía en juicio en favor de otra. Por lo que respecta del Derecho de
Justinianeo, este consideró que la ratificación sobre la gestión surtía efectos por disposición
del mandato.
2. Código de Napoleón: En el capítulo de lo relativo a los cuasicontratos, el artículo 1372
establece que "Cuando voluntariamente se maneja un negocio ajeno, bien sea a sabiendas
del dueño del negocio, o sea ignorándolo este, el que lo maneja contrae la obligación tácita
de continuar en el cargo que se tomó y de concluirlo hasta que el propietario se halle en
estado de disponer por sí mismo acerca de tal negocio; debe también encargarse de todas
las cosas que dependan del mismo asunto. Se sujeta a todas las obligaciones que
resultarían de un mandato expreso que le hubiese dado el propietario".13 ​ No obstante, los
juristas franceses consideraron que la gestión de negocios cuando una persona ajena
intervenía con la creencia de que era propio siendo falsa la relación. Es decir, esta fuente
de la obligación tiene un elemento de "intención" que la caracteriza que no prevé el Código
de Napoleón.
3. Código civil alemán (Bürgerliches Gesetzbuch, BGB): El BGB distingue entre la gestión de
negocios por el que se encomienda un asunto; y la gestión de negocio sin mandato, la cual
es un hecho jurídico, definida como «677. Quien gestiona un negocio para otro sin haberle
sido encargado por este o sin estar legitimado de otro modo por este, debe gestionar el
negocio como lo requiere el interés del titular del negocio tomando en consideración su
voluntad real o presunta».14 ​ No obstante, el BGB establece que no habrá gestión de
negocios si el gestor atiende un asunto ajeno pensando que era propio.

Sobre la gestión de negocios en la legislación mexicana


El Código de 1884 estableció en el Título del mandato en el artículo 2416 que «bajo el
nombre de mandato oficioso o de gestión de negocios, se comprende todos los actos que
por oficiosidad y sin mandato expreso, sino solo presunto, desempeña una persona a favor
de otra que está ausente o impedida a atender sus cosas propias».15 ​
El código vigente establece en el Libro cuarto de las obligaciones, Capítulo IV: De la
gestión de negocios en el artículo 1896 que "el que sin mandato y sin estar obligado a ello
encarga de un asunto de otro, debe obrar conforme a los intereses del dueño del negocio.

Don Fausto Rico Álvarez en su libro Tratado teórico-práctico de Derecho de obligaciones realiza un
análisis del artículo 1896 del Código Civil de la Ciudad de México :

El que sin mandato: (Ausencia de mandato) En esta primera parte del artículo resulta importante considerar
que mandato es un contrato según el artículo 2546 del Código Civil de la Ciudad de México. Debido a lo
anterior el mandato es un contrato y la gestión de negocios surge de la actuación voluntaria de una
persona.16 ​

Sin estar obligado: (Ausencia de obligación): debido a que la gestión de negocios involucra la participación
espontánea y no implica una obligación carece de sentido, por lo que podría suprimirse la primera parte del
artículo «El que que sin mandato y sin estar obligado (...)» y no se altera el contenido.

Se encarga de un asunto de otro: asunto debe entenderse como cualquier hecho material o jurídico, o
cualquier acto que involucre al dueño del negocio.

Obra conforme a los intereses del dueño del negocio: respecto de esta sección la negotiorum gestio debe
producirse en interés objetivo del patrimonio del dominus. Este apartado resulta controversial pues según
autores como Enneccerus la gestión de negocios tiene que se conforme (objetivamente) al interés del
dueño".17 ​Mientras que Don Fausto Rico Álvarez afirma que el gestor debe atender al interés objetivo del
dueño del negocio, a menos que este hubiere exteriorizado el subjetivo".18 ​

Por lo que respecta a Manuel Borja Soriano en su libro Teoría general de las obligaciones opina que las
razones de establecer que la gestión de negocios opera sin mandato u sin obligación recae sobe dos
razones, la primera «porque la gestión de negocios es muchas veces necesaria y urgente hasta tal punto, que
no habría tiempo para llenar todos los requisitos que se exigen en el citado título; y la segunda, porque
cuando la ausencia o impedimento es momentáneo temporal y no se ignora la existencia ni el lugar donde
reside el dueño de los negocios, no proceden las disposiciones relativas a ausentes e ignorados, y puede, sin
embargo, ser necesaria la intervención extraña para evitar el daño».19 ​
Consecuencias jurídicas de la gestión de negocios:

La gestión de negocios produce efectos para el gestor, el dueño del negocio y permite entablar relaciones
jurídicas con terceros.

Daño resarcible

Toda persona que por culpa, dolo, impericia o negligencia cause un daño a otro, tiene la responsabilidad de
repararlo. Comúnmente, se conoce a este concepto como el delito y el cuasidelito. Bajo la figura del delito,
la persona tiene una responsabilidad civil resarcitoria adicional a las consecuencias penales que pueda tener
su acción. En cuanto a los cuasidelitos, son actos que, aunque quizás no penables por no cumplir con los
requerimientos de la teoría del delito, causaron un daño y debe ser reparado de la Ley.

Ley

La ley es por sí sola, generadora de jurídicas obligaciones. Por ejemplo, la ley obliga a las personas a pagar
impuestos.

Transmisión y cesión de obligaciones


En principio, todo derecho personal se puede ceder, excepto los siguientes casos:

La naturaleza del Derecho. Por ejemplo, derechos personalísimos como el derecho a la


vida o al honor.
Prohibición de Ley: por ejemplo, jubilaciones y pensiones.
Voluntad de las partes: las partes pueden pactar la imposibilidad de transmisión del
derecho.

Cuando se da una transmisión, lo que se cambia es la persona del acreedor, pero la obligación continúa
siendo la misma, bajo las mismas condiciones. En ningún caso, una obligación puede hacerse más gravosa
de cumplir para el deudor, pues esto requiere de su voluntad.

Cesión de créditos

Hay cesión de crédito cuando un acreedor se obliga a transferir su derecho contra su deudor a un tercero.
La cesión de crédito es un contrato formal. El crédito se transfiere con todos sus accesorios.

Gran parte de la doctrina refuta este concepto, considerando que la cesión no es propiamente un título
(contrato), sino que es un modo (sinónimo de tradición).

La cesión de crédito no produce una novación subjetiva. De esta, se diferencia en los siguientes aspectos:

En la cesión la obligación persiste; en la novación la obligación se extingue y nace una


nueva.
En la cesión el deudor debe ser solamente notificado del cambio de acreedor; en la
novación es indispensable el consentimiento del deudor.
En la cesión la obligación persiste con todos sus accesorios; en la novación estos se
extinguen. Por ejemplo, en una cesión de crédito, el fiador de la deuda sigue en tal
condición, pero si lo que opera es una novación, la fianza se extingue.
Efectos de las obligaciones
El efecto principal de la obligación es colocar al deudor en la necesidad de cumplir con la prestación debida
y en otorgar al acreedor los medios legales para procurar que el deudor lo haga, esto es promover una
demanda judicial.

Clasificación de los efectos de las obligaciones


Los efectos de las obligaciones se clasifican en dos categorías: principales y secundarias. Los efectos
principales conciernen directamente a la satisfacción del derecho del acreedor. Los efectos secundarios
están encaminados a ello solo indirectamente, pues en sí mismo tienden a algo distinto que redunda en la
mejor realización de aquellos efectos principales.

Los efectos principales se clasifican en normales y anormales:

Normales: Que corresponden a toda obligación según su naturaleza.


Anormales: Son aquellos que solo se producen cuando el acreedor no puede vencer la
resistencia del deudor incumpliente y se tiene que conformar y debe conformarse con un
ingreso pecuniario equivalente al valor de la prestación, más el daño que le haya producido
la falta de cumplimiento en tiempo apropiado.

Los efectos secundarios se clasifican en medida precautorias (embargo, inhibición, etc.) y acciones de
integración y deslinde de patrimonio (Acción de simulación, acción revocatoria, acción subrogatoria).

Diferencias con los efectos de los contratos


Los efectos de los contratos son crear obligaciones, (generar, modificar, extinguir obligaciones y derechos
reales).
No es posible confundir los efectos de las obligaciones con los efectos de los contratos, ya que
Vélez Sarsfield en la nota del artículo 505 C.C. se ocupa de demostrar las diferencias entres ambas
nociones.
Los efectos de las obligaciones son aquellos medios por los cuales se satisface el derecho del
acreedor. Principalmente consistirá en el cumplimiento de la prestación debida, y si esto fracasara el
ordenamiento jurídico pone a disposicíón del acreedor los remedios y recursos para que obtenga el
cumplimiento de la prestación.

Modos de extinción de las obligaciones


Son los hechos en virtud de los cuales la obligación deja de existir. En general estos hechos son, sin
perjuicio de lo que pueda establecer cada legislación en particular, los siguientes:

Hechos que satisfacen al acreedor en sus derechos:


Compensación
Confusión
Dación en pago
Novación
Pago
Hechos que hacen perder sus derechos al acreedor.
Condonación
Imposibilidad sobreviniente de ejecución (solo en las obligaciones de hacer)
Imprevisión contractual
Muerte del deudor o del acreedor (excepcionalmente en los contratos celebrados intuito
personæ)
Pérdida de la cosa debida
Prescripción extintiva
Vencimiento del plazo extintivo
Hechos que destruyen la fuente de la obligación.
Declaración de nulidad o de rescisión
Resciliación
Revocación (en casos excepcionales, como en el Mandato)

El pago

El pago es la satisfacción de la obligación mediante la ejecución de la prestación comprometida.

Compensación

La compensación es la extinción recíproca de dos deudas, en donde el acreedor es deudor y viceversa. Las
obligaciones tienen que ser líquidas y exigibles. Es el modo automático de extinguirse en la cantidad
concurrente, las obligaciones de aquellas personas que por derecho propio son recíprocamente acreedoras
la una de la otra.

Novación

La novación es la sustitución de una obligación por una nueva. Los simples cambios a una deuda no
necesariamente producen una novación. Para que esta se dé, debe de cambiar el objeto, la causa o que un
nuevo deudor venga a reemplazar al anterior.

Hay cambio de cosa cuando el objeto de la obligación es cambiado por otro distinto. Hay cambio de causa
cuando la naturaleza de la obligación se modifica. Ej: cuando un depósito es cambiado por un
arrendamiento.

Para que opere la novación, se debe contar con el consentimiento tanto del acreedor como del deudor. En
todo caso de novación, la deuda antigua se extingue. Pero si por algún motivo, la deuda nueva es declarada
nula, la antigua renacerá. En caso que sea una deuda solidaria, los demás coobligados serán liberados, pero
el deudor que nova estará subrogado en los derechos del acreedor para exigirle a los demás codeudores la
parte de la deuda que les corresponde.

Remisión

La remisión o condonación es la renuncia voluntaria y gratuita que hace el acreedor de toda o una parte de
la obligación.

La remisión es expresa cuando el acreedor expresa inequívocamente su voluntad de


renunciar a su derecho personal.
Es tácita cuando voluntariamente entrega al deudor el documento en que consta la
obligación.
El pago de los tributos solo puede ser condonada o remitida por Ley especial.

Confusión

La confusión opera cuando en una misma persona se reúnen las cualidades de deudor y acreedor, para la
misma deuda. La naturaleza jurídica de la confusión radica en la ilógica que tiene, para el Derecho, que una
persona se deba a sí misma.

Cumplimiento forzoso
Si el deudor no cumple, la Ley pone a disposición del acreedor(según art 505 cc) el aparato coercitivo del
Estado para compelerlo a cumplir. Cuando el cumplimiento forzoso no fuese posible (por ejemplo en
obligaciones de hacer), se sustituye la obligación por la indemnización pecuniaria.
es decir, que el acreedor
constriñe al deudor a realizar dicho comportamiento.

Ejecución por otro


Un tercero puede satisfacer la obligación a nombre del deudor. En este caso, este tercero se subroga en los
derechos del acreedor.

Efectos anormales

Para que el acreedor tenga el derecho a acudir ante la protección del poder del estado, deben ocurrir dos
cosas:

Que el deudor no haya cumplido la obligación por una causa que le es imputable.
Que haya daño para el acreedor.

Mora

La mora es la falta de cumplimiento de la obligación en el tiempo oportuno. La constitución en mora tiene


los siguientes efectos:

El deudor está obligado a indemnizar todos los daños que sufra el acreedor por causa de
su retraso. Además, a partir de ese momento, adicional a los intereses monetarios que
pueda tener una deuda, empiezan a correr los intereses moratorios.
El deudor es responsable de cualquier daño que sufra la cosa, aún si esta se pierde por
caso fortuito o fuerza mayor, salvo que se pueda demostrar, que la cosa se hubiera perdido
también en posesión del acreedor.

Dolo

Se le llama dolo a toda acción de mala fe empleada generalmente por la parte pasiva hacia la parte activa
para de alguna manera presumir o evadir el cumplimiento de la obligación. El engaño que se emplee para
hacer que una persona partícipe en un acto jurídico puede ser invocado para declarar su nulidad. El dolo no
se presume y debe ser siempre demostrado por quien lo invoca.
Por lo que respecta a la legislación mexicana el artículo 1815 del Código Civil de la Ciudad de México, lo
define como "cualquier sugestión o artificio que se emplee para inducir a error o mantener en él a alguno de
los contratantes". La definición que proporciona el Código Civil proviene de la clasificación romana Omnis
calliditas, fallatia, manchinatio ad circumveniendum, fallendum, decipiendum alterum adhibita".20 ​ El
dolo se considera como un error-provocado y no un error-espontáneo esto permite exigir daños y perjuicios
(pues en el error-espontáneo no es posible considera daños y perjuicios).21 ​

El dolo puede ser dolo bueno o dolo malo. El primero "consiste en una pequeña astucia sollertia, que solo
exagera las cualidades o el valor de una cosa y que usan mucho los comerciantes, sin tener trascendencia
jurídica, ya que solo engendra un error-indiferente".22 ​Así mismo, este tipo de dolo no afecta la validez del
contrato. Mientras que el dolo malo es el que tiene efectos jurídicos.

Otras distinciones del dolo son:

El dolo principal: recae sobre la causa o motivo determinante de la voluntad de los


contratantes, esto es, cuando induce a estos a celebrar un contrato que de otra manera no
hubieran celebrado, y engendra, por consiguiente, un error-vicio o error-indiferente22 ​

El dolo incidental: recae sobre otros aspectos o circunstancias que hacen a un contratante
contratar solo en condiciones menos favorables o más onerosas, como en el caso del error-
indiferente. 22 ​

Culpa contractual

El incumplimiento de una obligación puede ser deliberado o deberse por impericia o negligencia. En el
primer caso, se trata de incumplimiento doloso. En el segundo, de incumplimiento culposo. En algunos
ordenamientos, la diferencia es importante a la hora de valorar el monto de la indemnización. Para la
doctrina subjetivista, a un deudor que faltó deliberadamente a su obligación se le debe imponer una
indemnización más gravosa que a quien hizo todo el esfuerzo posible por cumplir, pero no pudo hacer.

Caso fortuito o fuerza mayor

Aunque es obligación de todo deudor honrar su deuda, hay casos en que se le exime por imposibilidad de
hacer el pago. Siempre y cuando esta situación de imposibilidad no se la haya procurado él mismo, y no
haya mediado culpa o falta que le sea imputable. Es el principio “nadie está obligado a lo imposible”.

El caso fortuito o fuerza mayor es un suceso ajeno al control del deudor que le impide cumplir con la
obligación. El hecho debe ser actual e imprevisible o imposible de evitar. Si el objeto de una deuda se
pierde por caso fortuito o fuerza mayor, la obligación se considera extinguida. Sin embargo, las
indemnizaciones o recepciones de seguros sí corresponden al acreedor que ha pagado el precio de la cosa
que pereció.

Obligaciones de dar

En la legislación mexicana las obligaciones de dar están comprendidas en el Artículo 2011 del Código Civil
de la Ciudad de México, el cual establece que "La prestación de cosa puede consistir en: I. En la traslación
de dominio de cosa cierta; II. En la entrega temporal del uso y/o goce de cosa cierta; III. En la restitución de
cosa ajena o pago de cosa debida. Por lo que respecta en la legislación mexicana, las obligaciones de dar
comprenden numerus clausus.

Desarrollando el artículo 2011 de la legislación mexicana tenemos que:


A) traslación de dominio:

"La traslación de dominio -total o parcial- del derecho de propiedad de una persona a otra"23 ​ Resulta
importante considerar la discusión sobre Dominio y Propiedad, actualmente pueden considerarse
sinónimos, sin embargo Ruggiero considera que "el dominium es el poder que se concede al propietario y
el propietas la relación de pertenencia de la cosa a la persona [así mismo, Castán distingue que] la
propiedad es un concepto económico jurídico y el dominio un concepto técnico jurídico".24 ​

B) Entrega temporal del uso o goce de cosa cierta:

"La entrega temporal del uso o goce de cosa cierta consiste en la transmisión, limitada en el tiempo, que
realiza una persona a favor de otra, del derecho a utilizar y/o percibir los frutos de un bien".25 ​

C) Restitución de cosa ajena:

"La restitución de cosa ajena es la devolución de un bien en favor de un poseedor anterior. Para que haya
restitución es indispensable que la persona a la que se restituye haya tenido en su poder el bien respectivo
en un momento anterior".26 ​

Obligaciones de hacer

Las obligaciones de hacer quedan exentas por:

La muerte del deudor o su incapacidad permanente.


El concurso, quiebra o interdicción del deudor.
Fuerza mayor que le imposibilite el cumplimiento.

En los siguientes casos, ni siquiera el caso fortuito o fuerza mayor eximen al deudor de cumplir con la
obligación:

Cuando esté constituido en mora, salvo que se demuestre, que el objeto se hubiera perdido
igualmente en posesión del acreedor.
Cuando haya contratado asumir las consecuencias del caso fortuito o fuerza mayor.
Cuando el suceso haya sido ocasionado, o se haya sufrido, por una acción que le es
imputable.

Imprevisión

En algunos ordenamientos, existe la figura de la imprevisión. Posterior al establecimiento de una


obligación, pueden suceder cambios totalmente ajenos al control del deudor, que hagan del cumplimiento
de la obligación tal y como fue pactada en exceso gravosa. Ante tales situaciones, el derecho otorga la
posibilidad de ajustar las condiciones de la obligación para que se asemejen a lo que fue pactado
originalmente. Tal sería el caso de periodos superinflacionarios, o de alguien que haya asumido una deuda
en una moneda extranjera y posteriormente se produzca una periodo de devaluación excesiva de la moneda
nacional.

Cláusula penal
En la Constitución de la obligación, el deudor se compromete a una prestación accesoria de un documento
supuesto que no interviene en el mesurado caso, en caso que no cumpla el objeto principal de la obligación.
La cláusula penal es como una anticipación a los daños y perjuicios de un eventual incumplimiento. Si la
obligación se cumplió parcialmente, la pena debe ser proporcional.

La cláusula penal es accesoria. Si la obligación se extingue sin responsabilidad para el deudor, este no debe
pagar la cláusula penal. Además es subsidiaria porque el objeto de la obligación sigue siendo el mismo.

Nulidad y rescisión
La nulidad es una condición de un acto jurídico, que debido a un vicio, deja de producir los efectos
jurídicos que produciría si estuviera adecuadamente constituido. Todo lo que se hubiere recibido, debe ser
devuelto al ser declarada la nulidad, incluyendo los frutos y accesiones. El efecto jurídico es como si el acto
nunca hubiese existido, razón por la cual todas las cosas deben de devolver al estado en que estaban antes
de la celebración del acto viciado. Sin embargo, la ley protege a los terceros de buena fe que se vean
afectado por esta retroactividad.

El acto sufre de nulidad absoluta cuando:

Falta alguna condición esencial para la formación.


Cuando falta alguna formalidad exigida por la Ley.
Cuando el acto lo celebra una persona incapaz.

La nulidad relativa, que no afecta tan radicalmente al acto, deviene por:

Alguna de las condiciones esenciales para la validez del acto es irregular o imperfecta.
Falta alguna formalidad que la Ley exige cuyo interés es únicamente para las partes.
Cuando lo celebran personas relativamente incapaces. Estos defectos pueden ser
reparados.

La rescisión es el medio por el cual una obligación relativamente nula es corregida.

Responsabilidad contractual
Lo normal (y justo) es que el deudor cumpla su obligación del modo y en la época en que está establecida
en el contrato. Si así no lo hiciere, le asistirá al acreedor el derecho a exigir el cumplimiento forzado de la
obligación, el que se lleva a efecto por medio de una serie de normas jurídicas que en conjunto son
conocidas como responsabilidad contractual.

La responsabilidad civil contractual, como efecto jurídico, tiene su fundamento en la interacción de dos
fenómenos jurídicos: la ley del contrato y el derecho de prenda general de los acreedores. Por medio del
primero, se entiende que todo contrato legalmente celebrado constituye una verdadera Ley para los
contratantes, y no puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales. De esta
manera, todo contrato lleva consigo una fuerza obligatoria que constriñe al deudor a cumplir su prestación.
Por su parte, el derecho de prenda general de los acreedores permite a cualquier acreedor solicitar al
tribunal el cumplimiento de la obligación, mediante la realización de todos los bienes embargables del
deudor, sean presentes o futuros, si este no efectúa un cumplimiento voluntario, perfecto, íntegro y
oportuno de su obligación.

Responsabilidad extracontractual
La fuente más común de obligaciones es el contrato. Sin embargo, aparte de la Ley, puede surgir la
responsabilidad extracontractual.

Los hechos ilícitos

Dentro de este rubro se clasifican los delitos y los cuasidelitos. La absolución del imputado en un juicio
penal no lo exime de una eventual condena de daños en un juicio civil. Esto porque la consideración del
juez penal es no condenar a un inocente, mientras que la del juez civil es no dejar un daño sin reparar.

Elementos de los actos ilícitos

Los actos ilícitos presentan los siguientes elementos:

Transgresión a la Ley.
Un daño causado.
Relación de causalidad entre el hecho y el daño. Las relaciones de causalidad deben ser
determinadas en cada caso individual y con cuidado de no exagerar los nexos de
causación.
Imputabilidad. El hecho debe ser imputable a la persona de la que se reclama la reparación
del daño.

Culpa de varios con una sola víctima

Los culpables serán deudores solidarios de la víctima. En el caso de cuasidelitos, el coautor que verifique el
pago podrá reclamar de los demás la parte proporcional a la culpa de cada uno. En delitos, no puede hacer
este reclamo.

Culpa concurrente con la víctima

En caso de que la víctima tenga un grado de culpabilidad del daño que se le causó, el autor tendrá un grado
de culpabilidad no absoluto y sobre responderá civilmente bajo su proporción correspondiente.

Responsabilidad refleja

En el concepto de responsabilidad refleja, nace una obligación sobre una persona por los actos dañosos
cometidos por otro. La Ley nos provee los casos de responsabilidad refleja:

Responsabilidad de dependientes

Es dependiente todo aquel que se encuentra en una relación de subordinación en la ejecución de una
actividad determinada. Es necesario que haya relación entre las actividades que son encomendadas y el
hecho dañoso.

El fundamento de la responsabilidad del principal es la delegación del riesgo que se hace sobre el
subordinado. El principal tiene el derecho de demandar de su dependiente lo que haya tenido que pagar.

Otras responsabilidades reflejas


También es responsabilidad refleja la de los padres con sus hijos, la de las cosas inanimadas, la de los
animales feroces con respecto a sus dueño, entre otras.

Derechos del acreedor sobre el patrimonio del deudor


El patrimonio del deudor constituye garantía común para los acreedores. Con él responde el deudor para
satisfacer todas las obligaciones que haya contraído. Esta es una garantía general que tienen los acreedores
para hacerse pago de sus créditos, y se denomina «derecho de prenda general». Pero el deudor puede
disponer de su patrimonio como quiera, siempre que no esté en insolvencia o lo haga fraudulentamente con
la intención de perjudicar a sus acreedores.

Distintas clases de acreedores

Puede ocurrir que el patrimonio del deudor no sea suficiente para satisfacer las deudas. En este caso, no
siempre los acreedores se satisfacen en igualdad: existen acreedores privilegiados y acreedores comunes o
quirografarios.

Son privilegiados los que (a) por Ley, gozan de una preferencia, como lo es el mismo estado en materia de
deudas tributarias, o (b) los que disfrutan de una garantía real, como los acreedores hipotecarios o
pignoraticios. Pero si la garantía real de un acreedor hipotecario o pignoraticio no basta para cubrir la
obligación, el saldo lo entran a disputar como acreedores comunes.

Medidas y acciones conservatorias

Ante un deudor que no pueda honrar las deudas que ha contraído, los acreedores tienen distintos medios
legales para garantizar la mayor posibilidad de satisfacción de sus derechos personales. Así, las siguientes
son medidas y acciones puestas a disposición de los acreedores por el ordenamiento jurídico.

El embargo

Declarado judicialmente el embargo, el deudor queda imposibilitado de disponer del bien embargado.

La inhibición

La inhibición afecta todos los bienes inmuebles del deudor. Le es imposible enajenarlos o gravarlos.
Una
vez hecho el pago de la deuda que ocasionó la inhibición quien se encarga de levantar dicha inhibición ya
que un juez lo ordenó para asegurarse el cobro.

La designación de interventor judicial

Será una persona, declarada judicialmente, quien podrá controlar los negocios del deudor en beneficio de
los intereses de los acreedores.

Derecho de retención

Es un derecho que se da a los acreedores de retener objetos pertenecientes al deudor hasta que este pague la
deuda. Por ejemplo, en un arrendamiento, el acreedor tiene el derecho de retener todos los bienes que el
deudor tenga almacenados en el inmueble hasta que este satisfaga la deuda.
La acción oblicua

Consiste en que un acreedor ejercite las acciones que competen a su deudor en contra del deudor del
segundo. Es decir, cuando el acreedor alcanza a un tercero por intermedio de su deudor.
El acreedor, quien
tiene el interés que el deudor se encuentre siempre en capacidad de satisfacer su obligación, puede actuar en
lugar del deudor cuando este sea negligente en el cuidado de su patrimonio. Puede aceptar legados, cobrar
deudas no cobradas, hacer inscribir un inmueble que le corresponde al deudor, etc. La acción oblicua no le
da derecho al acreedor de administrar los bienes del deudor, ni de disponer de ellos. Para el ejercicio de la
acción oblicua, el acreedor necesita:

Que haya una obligación que sea líquida y exigible.


Que haya inacción del deudor.
Que Haya un interés legítimo en actuar.

Cuando se trate de proteger el patrimonio de un deudor, como evitar una prescripción, el acreedor puede
actuar aún cuando no tenga orden judicial ni sea el crédito exigible.

La acción pauliana

El acreedor puede pedir la nulidad de los actos que realice el deudor en perjuicio de sus acreedores.

Los requerimientos para ejercer la acción pauliana son:

Que el deudor se halle en estado de insolvencia declarado judicialmente.


Que exista un efectivo perjuicio para el acreedor.
Que haya una intención de fraude por parte del deudor.

El deudor puede disponer de sus bienes siempre que tenga la capacidad de responder a sus obligaciones.

La simulación

En la simulación, los contratantes convienen ocultar una mentira mediante un acuerdo distinto a sus
verdaderas intenciones. Existe un acto simulado (el que se da a conocer) y un acto secreto (la verdadera
intención de las partes). Tiene una apariencia distinta a la realidad. El acto simulado puede haber sido
realizado con la intención de perjudicar a los acreedores, razón por la cual estos pueden protegerse pidiendo
la nulidad de tales actos.

Los actos de simulación pueden clasificarse de la siguiente forma:

El contrato ficticio: la simulación incide sobre la existencia misma del acto.


La ocultación: la simulación incide sobre la naturaleza del acto. Ej: una donación encubierta
bajo una compraventa.
La interposición de personas: cuando la persona que será verdaderamente afectada por el
contrato no es quien aparece en él.

El acto simulado sufre de una invalidez absoluta. Para la prueba de la simulación, se admite toda clase de
pruebas, aún testimoniales e indiciarias, esto por razón de la dificultad de demostrar las intenciones de las
personas a la hora de celebrar el acto.

Para que exista simulación, se debe cumplir con dos requisitos:


Que exista el acuerdo simulatorio
El fin de engañar o perjudicar a terceros.

El acto de simulación tiene las siguientes diferencias con la acción pauliana:

La acción de simulación pretende descubrir el acto simulado y reflejar el verdadero. La


acción pauliana pretende revocar un acto real.
Las transmisiones patrimoniales de un acto simulado se reintegran al patrimonio del
deudor. La acción pauliana no produce este reintegro, sino que los bienes pasan a formar
parte de la masa del concurso de acreedores.
Para la acción de simulación no es necesario que el deudor esté en estado de insolvencia.

Prescripción
La prescripción (extintiva o liberatoria) se produce por la inacción del acreedor por el plazo establecido
por cada legislación conforme la naturaleza de la obligación de que se trate y tiene como efecto privar al
acreedor del derecho a de exigir judicialmente al deudor el cumplimiento de la obligación. La prescripción
no extingue la obligación sino que la convierte en una obligación natural por lo cual si el deudor
voluntariamente la paga no puede reclamar la devolución de lo entregado alegando que se trata de un pago
sin causa.

Estado de insolvencia y Concurso de acreedores


Insolvencia es el estado del deudor que no cuenta con los bienes suficientes para satisfacer sus deudas. La
insolvencia debe ser declarada judicialmente, pues la simple ausencia de pagos no la establece. La
insolvencia con más de un acreedor se denomina concurso de acreedores.

La insolvencia puede solicitarla el mismo deudor que ve su estado financiero deplorable, o alguno de los
acreedores cuyo crédito fuera ya exigible.

Consecuencias de la insolvencia

El deudor queda imposibilitado de disponer de los bienes que fueran embargables. El acreedor asume la
personalidad del deudor para proteger los bienes, y en el concurso de acreedores, es el curador, bajo la
autoridad del juez, quien asume esta responsabilidad.

Los bienes que gocen de una garantía real no entran en el concurso. No son reclamables hasta que el
respectivo acreedor se presente al concurso para reclamar el bien que protege la garantía que posee.

En el concurso deben presentarse todos los acreedores a realizar sus respectivos reclamos. No pueden
hacerlo por separado.

Los curadores

La representación del concurso corresponde a un curador, a quien le corresponde realizar el inventario y


protección de los bienes del insolvente.

Los acreedores deben legalizar su crédito, es decir, deben presentarse ante el juez para presentar su reclamo
de pago y el legítimo interés que tienen en el concurso.
Terminación del concurso

El concurso puede terminar por arreglo entre los acreedores y el insolvente, o por haberse distribuido los
bienes en el concurso. Los acreedores que no hayan participado en el concurso pueden reclamar sus
créditos al deudor, pero solo la parte que les hubiera correspondido si hubieran participado en el concurso.

Concluido el concurso, los acreedores a los que se les quedare debiendo tienen derecho de reclamar el
faltante, pero no antes de un determinado periodo de tiempo después de concluido el juicio. Este plazo lo
da la ley al insolvente para que se recupere de nuevo patrimonialmente.

Aun en la insolvencia fraudulenta, deben dejarse fuera del despojo aquellos bienes que sirven para
alimentar al deudor y a su familia. También son no perseguibles los siguientes bienes del insolvente:

Pensiones otorgadas por el Estado.


El menaje de casa del deudor, y la ropa suya, de su mujer y de sus hijos.
Los utensilios indispensables para la profesión del deudor.

Reivindicación

Aquellos instrumentos pecuniarios que estuvieran en posesión del insolvente sin ser este su propietario, y
que hayan sido agregados al inventario del patrimonio del insolvente durante concurso de acreedores,
pueden ser reivindicados por el legítimo dueño, y de haber dispuesto de ellos el insolvente, pueden formar
parte del concurso.

Acreedores de la masa

Aunque todos los acreedores del deudor deben presentarse a reclamar sus créditos cuando se declare la
insolvencia(incapacidad de pagar una deuda), no todos los acreedores son pagados con igualdad. Al
conjunto total de bienes patrimoniales que serán utilizados para satisfacer los créditos del deudor se le
denomina masa común, y se pagarán con ella los acreedores en el orden que determine la Ley.

En España, el orden es el siguiente:

Los gastos judiciales y extrajudiciales propios del proceso del concurso.


Las cosas que son reivindicadas a su dueño legítimo.
Los gastos de sucesión, en caso de muerte del deudor.
Los impuestos.
Los acreedores hipotecarios, con respecto al bien del cual ostentan la hipoteca.
Los acreedores pignoraticios, con respecto los bienes prendados.
Los acreedores comunes, o quirografarios.

Los créditos más viejos gozan de prioridad sobre los más nuevos, y los que no tienen fecha se agrupan y
quedan de últimos.

Véase también
Portal:Derecho. Contenido relacionado con Derecho.
Responsabilidad civil
Obligación pecuniaria
Referencias
1. Iglesias Santos, Juan (2010). «Capítulo 1: Concepto y evolución histórica de la obligación».
Derecho romano. Ediciones Sello Editorial. p. 249.
2. Borja Soriano, Manuel (2014). «Libro primero, título primero, capítulo primero». Teoría
General de las Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 71.
3. Borja Soriano, Manuel (2014). «Libro Primero, título primero, capítulo tercero». Teoría
General de la Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 76.
4. Borja Soriano, Manuel (2014). «Libro primero, título primero, capítulo tercero». Teoría
General de las Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 77.
5. Iglesias Santos, Juan (2010). «Capítulo II». Derecho Romano. Sello Editorial. p. 165.
6. Iglesias Santos, Juan (2010). «Capítulo II». Derecho Romano. Sello Editorial. p. 165.
7. Rico Álvarez, Fausto (2013). «Capítulo tercero: el objeto de la obligación». Tratado Teórico-
Práctico de Derecho de obligaciones. Editorial Porrúa. p. 19.
8. Rico Álvarez, Fausto (2013). «Capítulo tercero: el objeto de la obligación». Tratado Teórico-
Práctico de Derecho de obligaciones. Editorial Porrúa. p. 21.
9. «Relación obligatoria - Derecho Civil: Obligaciones» (https://web.archive.org/web/20130219
011021/http://facultad.zzl.org/areas/civil/relacionobligatoria.html). Facultad de Derecho.
Archivado desde el original (http://facultad.zzl.org/areas/civil/relacionobligatoria.html) el 19
de febrero de 2013. Consultado el 17 de julio de 2012.
10. Rico Álvarez, Fausto (2016). «Capítulo Vigésimo». Tratado teórico-Práctico de derecho de
obligaciones. Editorial Porrúa. p. 375.
11. Rico Álvarez, Fausto (2016). «Capítulo Vigésimo». Tratado Teórico-Práctico de derecho de
obligaciones. Editorial Porrúa. p. 375.
12. Rico Álvarez, Fausto (2016). «Capítulo Vigésimo». Tratado Teórico-Práctico de Derecho de
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 376.
13. Rico Álvarez, Fausto (2016). «Capítulo Vigésimo». Tratado Práctico-Teórico de Derecho de
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 376.
14. Rico Álvarez, Fausto (2016). «Capítulo Vigésimo». Tratado Teórico-Práctico de Derecho de
obligaciones. Editorial Porrúa. p. 377.
15. Rico Álvarez, Fausto (2016). «Capítulo Vigésimo». Tratado Teórico-Práctico de Derecho de
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 377.
16. «Gestión de Negocios y el mandato, naturaleza jurídica distinta de la.» (http://sjf.scjn.gob.m
x/sjfsist/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?Epoca=1e3e1fdfd000000&Apendice=1000000000
000&Expresion=gesti%25C3%25B3n%2520de%2520negocios%2520y%2520el%2520man
dato&Dominio=Rubro,Texto&TA_TJ=2&Orden=1&Clase=DetalleTesisBL&NumTE=17&Epp
=20&Desde=-100&Hasta=-100&Index=0&InstanciasSeleccionadas=6,1,2,3,4,5,50,7&ID=24
0359&Hit=15&IDs=2014526,2005131,2004315,164559,165179,168295,169139,174713,17
8243,179827,182953,183561,207210,820173,240359,240799,255021&tipoTesis=&Seman
ario=0&tabla=&Referencia=&Tema=).
17. Rico Álvarez, Fausto. «Capítulo Vigésimo». Tratado Teórico-Práctico de Derecho de
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 380.
18. Rico Álvarez, Fausto. «Capítulo Vigésimo». Tratado Teórico-Práctico de Derecho de
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 381.
19. Borja Soriano, Manuel (2014). «Título Cuarto, capítulo primero». Teoría General de las
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 335.
20. Sánchez Medal, Ramón (2015). «Capítulo III». De Los Contratos Civiles. Editorial Porrúa.
p. 56.
21. Sánchez Medal, Ramón (2015). «Capítulo III». De Los Contratos Civiles. Editorial Porrúa.
p. 58.
22. Sánchez Medal, Ramón (2015). «Capítulo III». De Los Contratos Civiles. Editorial Porrúa.
p. 57.
23. Rico Álvarez, Fausto. «Capítulo Tercero». Tratado Teórico-Práctico de Derecho de las
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 25.
24. Rico Álvarez, Fausto (201). «Capítulo tercero». Tratado Teórico-práctico de Derecho de
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 25.
25. Rico Álvarez, Fausto (2013). «Capítulo tercero». Tratado Teórico-Práctico de Derecho de
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 33.
26. Rico Álvarez, Fausto (2013). «Capítulo tercero». Tratado Teórico-Práctico de Derecho de
Obligaciones. Editorial Porrúa. p. 35.

Bibliografía
Abeliuk Manasevich, René, Las Obligaciones, Editorial Jurídica, Santiago de Chile, 2001.

Alessandri Rodríguez, Arturo, Teoría de las Obligaciones, Editorial Jurídica Ediar-Conosur,


Santiago de Chile, 1988.
Alterini, Atilio, Ameal, Oscar y López Cabana, Roberto, Derecho de las Obligaciones Civiles
y Comerciales, Editorial Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1998.

Boffi Boggero, Luis María, Tratado de las Obligaciones, Editorial Astrea, Buenos Aires,
2005.
Brenes Córdoba, Alberto, Tratado de las Obligaciones, Editorial Juricentro, San José de
Costa Rica, 2006.

Claro Solar, Luis, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y comparado, V: De las


Obligaciones, Editorial Jurídica, Santiago de Chile, 1936.
Díez-Picazo, Luis, Sistema del Derecho Civil, vol. II, Tomo I: El contrato en general. La
relación obligatoria, Editorial Tecnos, Madrid, 2012.

Fueyo Laneri, Fernando, Derecho Civil, De las Obligaciones, Im. y Lit. Universo S.A.,
Santiago de Chile, 1958.

Meza Barros, Ramón, Manual de Derecho Civil. De las Obligaciones, Editorial Jurídica,
Santiago de Chile, 1997.

Ramos Pazos, René, De las Obligaciones, Editorial Jurídica, Santiago de Chile, 1999.

Somarriva Undurraga, Manuel, Las Obligaciones y los contratos ante la jurisprudencia,


Editorial Nacimiento, Santiago de Chile, 1939.

Obtenido de «https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Obligación_jurídica&oldid=145009754»

Esta página se editó por última vez el 27 jul 2022 a las 19:38.

El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0;
pueden aplicarse
cláusulas adicionales. Al usar este sitio, usted acepta nuestros términos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro.

También podría gustarte