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W D.

Hudson
 J L J  a reflexión sobre
s obre las acciones
humanas que revisten trascendencia moral es una constante de la
acci ones
La filosofía moral
historia de la filosofía; la tarea de fijar los criterios para decidir lo
que es justo
jus to y dar razón de los juicios de valor y llas as prescripciones de
contemporánea
conducta une en el tiempo y. en el espacio a muy diversas escuelas y Alianza
enfoques. También los filósofos analíticos se han ocupado de la
elucidación de los problemas morales y del examen del lenguaje or-
Universidad 
dinario que les sirven de vehículo; ahora bien, para esa corriente de
 pensam
 pensamien ientoto el quehac
quehacerer filos
filosóf
ófic
ico
o no es ni una
una forma
forma de conoconoci-
ci-
miento superpuesta a la investigación científica, ni una fuente de
orientación para los asuntos prácticos, sino una actividad de
segundo orden que reflexiona críticamente sobre ambos tipos de
 proc
 proces
esos
os.. Los
Los propósit
propósitos
os del
del filóso
filósofo
fo no coin
coinci
cide
denn con las
las intencio
intencio--
nes del moralista: mientras éste se interesa por la ética y formula
 juicio
 juicioss sobre
sobre la bondad
bondad o maldad
maldad dedodedoss compo
comportam
rtamien
ientos,
tos, aquél
aquél se
 preocu
 preocupa pa por la metaé
metaétic
ticaa y analiz
analizaa la mane
manera
ra en que
que se form
formula
ulann
los juic
ju icio
ioss morales. LA FILOSOFIA MORAL CONTEMPORA-
 NEA ofreofrece
ce un detal
detallad
lado
o panorama
panorama del del vivo
vivo debate
debate que
que en
en torno alal
tema' del juicio moral han mantenido sus diversas corrientes y
estilos. W. D. HUDSON —profesor en la Universidad de Exeter— 
estudia algunas de las respuestas dadas a la cuestión central del
significado como paso previo para el estudio critico de los principa-
les enfoques modernos sobre el discurso moral, nacidos cada uno de
ellos de la crítica del precedente: el intuicionismo, el emotivismo, el
 prcscr
 prcscripíi
ipíivis
vismo mo y el desc
descrip
riptiv
tivism
ismo.
o. La obra
obra conc
concluy
luyee con
con un
examen de las condiciones negativas y positivas de la acción
ie.
Alianza Editorial
HF
HUD
1987

Cubierta Daniel Gil


Alianza Universidad 

La filosofía
moral
contemporánea

Versión española de
José Hierro S Pescador 

Alianza
Editorial
Título original:
 Moder n Moral Philoso phy
INDICE
(publicado por The MacMillan Press. Londres)

Primera edición
edición en “Alianza
“Alianza Universidad”- 1975
1975
Primera reimp resión en “Alianza Universidad : 1987

Prefacio  .................................................................................. 15

l. El discurso
discurso moral
moral y la filosofía moral .................................... 17

Un ejemplo de discurso moral ...................................................


. 18
¿Existe una conexión entre la filosofía moral y el discurso moral
de primer
primer orden? ..... ....... ........ ....... ....... .....i ............................ 27

2.  El discurso moral y las teorías del significado


significado .............. 33

I. LA TEORÍA REFERENC IAL . ..........................' .....................  .


. . 35
La teoría
teoría en su forma
forma más sim pl e.......................................... 35
La teoría en una versión más sofisticada............................... 36
La «teoría de
de la representaci ón» de Wittgenstein . .   .......... 37
La teoría referencial
referencial y el discurso mo ra l............................... 44
II. LA TEORÍA VERIFtCACIONISTA .......... .......................................
. 45
El positivismo lógi co..........................................................
co...................................................................
......... 45
El principio de verificación y el discurso moral................... 48
III- LA TEORÍA CAUSAL O PSICOLÓGICA .................................................. 49
© W. D. Hudson,
Hudson, 1970
1970 . ., .„7S ,q„7 Dos sentidos del signi fica do..........................................
do......................................................
............ 49
© Ed. cast.:
cast.: Alianza Edil” 1/'/ ' - 2S,
*S , A ’  H  ^ La teoría psicológica y el discurso moral............................... 54
Calle Milán, 38, 28043 Madrid ; telef. 200 00 45
ISBN: 84-206-2109-9 IV EL SIGNIFICAD
SIGNIFICADO COMO U S O .............................................................
O COMO ............................................................... 55
Depó sito legal: M. 3.163-1987 ÍA(Í , ■,v El segundo Wittgenstein y la necesidad de  mirar  al uso que
Impreso en Lavel. Los Llanos, nave 6. Humanes (Madrid) se hace del lenguaje .............................................................. 55
Printed in Spa'm La gramática profunda, las formas de vida y el el discurso moral.moral. 57

7
Índice 9
La filosofía moral contemporánea
II LA FORMULACI ÓN DEL PRESCRIPTIVISMO EN HA RE ................................. 163
163
1 1 Austin
Austin y lo que hacemos
hacemos con las palabr
palabras
as ...........
............. - ( I ) P r e s c r i p t i v i d a d .....................................................................................
. .................................................................................... 163
163
El dignificado5! la fuerza ilocucionaria y el discurso moral . . 66 Superveniencia............................................................... 163
163
Los juicios de valor y los imperativos ......................
166
166
(11) Universalizabilidad ...........................................................
........................................................... 176
176
¿Cómo y por qué son universalizables los juicios de
... 72 valor? ............................................ ...........................
176
176
 La teoría
teoría intuici
intu icioms
oms ta ........................................ ¿Qué hace que un juicio de valor sea moral? ........
181
181
(III)
(III) Relaciones lógicas 191
191
196
196
..........................................................

, MOORE y el re c h a z a mie n to d el n atu r alism o ético 73 III. CRÍTICA ...................................................................... ...................................................


196
196
.................
El bien como indefin ible............................................................. 7g Crítica a la pre scri ptiv ida d .................................................
(I) Crítica .................................................
La falacia naturalista 7§ ¿Es plausible el prescriptivismo? .................................
198
198
¿En qué medida va el prescriptivismo de Haré más
....................................................................

Los predecesores de Moore •• •• • ........................................... g0


;Com etió Mili la falacia naturalista. • — ^ allá del emotivismo?..................................................... 200
203
.......................

¿Son buenos los argumentos de Moore gg (II) Crítica a la universa lizabil idad  .........................................

204
...................................

¿Es defensible el natural


naturalismo
ismo ético. .•, Algunas equivocaciones...................................................
206
.........................

II EL INTUICI ONISMO DE PR1CHARD


PR1CHARD Y R O SS ................................................ 93 La ética de la situación...................................................
H. A. Prichard 95 El utilitarismo de actos y el utilitarismo de reglas ... 209
.......................................................................

La crítica de Maclntyre ................................................. 210


W. D. Ross ................................................................ 101
Un predecesor de Prichard y Ross ¿Es verdadera la tesis de la universalizabilidad, pero
¡03
215
. . ............ ...........

111.
111 LA PRETENSIÓ N DE CONOCER POR
POR INTUICION MO RA L............................ trivial? .............................
.  • • ..................... ................

La tesis de la universalizabi
universalizabilidad
lidad y el utilitarismo
utilitarismo .. . 218
¿Constituye un principio moral la tesis de la uni
versalizabilidad? ................. .........................................
220
. . ....................... 111 (III)
(III) Las relaciones lógicas: cr íti ca .........................................
221
221
 La teoría em oti vis ta .............................................
El neústico y el frástico . ............ ..................................
221
Las reglas de Haré...............................•••••• 224
226
...............

1 EL RECHAZAMIENTO DEL INTUICIONISMO


INTUICIONISMO .........
................
.............
.............
.............
.............
......... JJJ Los términos valorativos
valorativos y los actos lingüísticos . . . .
Wittgenstein y ios  positivistas, «ogtcos
«ogtcos . • ........................." ' . 115
115 Clases y niveles de significado .....................................
229
El carácter dinámico del discurso mora - • ................ n7
l a   FORMULACIÓN DEL EMOTIVISMO EN STEVENSON n7
I os orígenes del emotivismo ‘’ 1iq
...............

Los tres rasgos del discurso moral según Stevenso n9 237


6. El descriptivismo   .............................................................
..........

El desacuerdo en la actitud y en la creencia 124


124 .........................

U — o s , , de la |28 i l a   INTERP RETAC IÓN DE «ES*


«ES*» Y «DEBE». .SEGÚN HU M E ......................... 237
argumentación moral 333
333 La interpretación aceptada........................................................ 238
III
..................................

CRÍTICA DEL EMOT1 VISMO .................................................... Nuevas interpretaciones: primera 240


............................................

134
Nuevas interpretaciones: segunda 242
Los efectos morales del emotivismo....................................... . . ............. ...........................

248
¿Qué interpretación es correcta?
Dos confusiones .. •.................................. • 138
............................................

II. .................................................................................................. 251


DEBER Y QUERER .......................................... 251
............ ..

iai'teon^pslcoL^cd^é'l'significado dé Stevenson ................ J41


J41 ¿Significa lo mismo «debe» y «quiere»................................... 251 251
Significado y sugerencia 144
144 ¿Es «quiere» una razón concluyente para «debe»?.............. 256
......................................................

¿Por qué ser justo? 257


Verdad y falsedad 145
145 . ...................................................................

261
261
¿Por qué ser moral?
....................................................................

Validez
Validez e invalidez.
invalidez................................
.......................-- " a » 't e n s ó n '’......... . 147 EL HECHO IN STIT UCI ONA L...................................... ............................................ 265
.................................................................

¿Corresponde a los hechos la teoría de Stevenson III.


265
...........

El intento de Searle para derivar «debe» de «es»


Crítica a Searle........................................................................... 269
Descriptivistas y prescriptivistas 274
............................................

155 IV. LOS PROS Y LOS CONTRAS DEL DESCRI PTI VISM O..................................... 276
Descripción y valoración 274
5.  El p r e s c r i p t i v is m o ................................................ .........................................................

Elección y criterios ................................................................... 280


155
155 ¿Existe algo de lo que no se pueda negar negar que es bueno? . . 285 285
1 EL RECH
RECHAZA
AZAMIE
MIENTO
NTO DEL
DEL EMOTIVI
EMOTIVISMO
SMO............... 155
155 intermedia ................................................................... 288
Una vía intermedia
Razones y causas ......
................. .........
159
159
El significado y la fuerza perlocucionaria
10 La f ilo sofía moral contemporánea

¿Se basa lógicamente la la moral


moral en las las necesidades humana s?. 292 292
Prosperidad
Prosperidad ........................................................................
..................................................................................
.......... 297
297
Etica y antropología ...................................................
..................................................................
............... 301
301

7.  Acción y responsabilidad  ..................................................


................................................................
.............. 309
309

I. LAS CONDICIONES NEGATIVAS


NEGATIVAS DE LA ACCIÓN RESP ONSA BLE ......... 311
311
II. LAS CONDICIONES POSITIVA
POSITIVAS
S DE
DE LA ACCIÓN
ACCIÓN RESP ONSA BLE ........... 315
315
¿Son compatibles la voluntad libre y el determinismo?
determinismo? . . . . 316
¿Se necesita una cláusula con «si...» para completar el
sentido de un «puede»? 322
322
........................................................

El lenguaje de la acción y el lenguaje de los acontec imient os . 327

 A Rosemary
 Indice de nom bres ..................................................................
........................... 341
341
PREFACIO

Quiero expresar mi sincero agradecimiento a aquellos que me


han ayudado a escribir este libro, y particularmente a las siguien-
tes personas.
El profesor D. J. O’Connor, jefe del Departamento de Filoso-
fía de esta Universidad, aumentó las muchas deudas de gratitud
que ya tengo con él discutiendo conmigo, de vez en cuando,
diversas cuestiones que surgieron en el planeamiento y prepara-
ción de este libro. Le quedo muy agradecido por su constante
ayuda y estímulo.
El profesor R. M. Haré, Profesor White de Filosofía Moral en
la universidad
u niversidad de Oxford, tuvo la amabilidad de leer y discutir
conmigo un primer borrador del capítulo quinto y de partes del
sexto. Le agradezco mucho,, no sólo sus numerosos y útiles
comentarios, sino también la generosidad con la que puso a mi
disposición algunos de sus trabajos inéditos, permitiéndome citar-
los en mi tratamiento del prescriptivismo.
 No hace falta añadir que ninguna
ninguna de estas personas debe ser
considerada én modo alguno responsable por lo que digo en este
libro ni por cualesquiera errores que pueda haber cometido.
Debo dar las gracias a la antigua secretaria de este depar-
tamento, la señora Ann Smith, que atendió alegre y cuidadosa-
mente a gran parte del mecanografiado, así como a la secretaria

13
14 Prefacio
ABREVIATURAS USADAS EN ESTE LIBRO
de la facultad, la señora E. Ridgeon, que me ayudó en la
corrección de pruebas.
Mi esposa también me ha ayudado en gran medida, y a ella le
dedico el libro.

 Departame nto de Filosofía


Filosofía W. D. HUDSON
Universidad de Exeter 

 A: A na ly sis
 EL: Ethic s and Language,   de C.L. Stevenson, New Haven y Londres, 1944
(Etica y lenguaje,   Paidós, Buenos Aires)
 FE: Foundat ions of Ethics,  de W. D. Ross, Oxford, 1939
1939
 FR: Freedo m and Reason,   de R. M. Haré, Oxford,
Oxf ord, 1963
1963
 LM: Tlie Languag e of Moráis,   de R. M. Haré, Oxford, 1952
 M: Mind 
 MO: Mora l Obligation,   de H. A. Prichard, Oxford, 1949
 P: Philo sophy _
 FAS: Proc eedi ngs of the Aristoteli an Socie ty
 PE: Principia Ethica,  de G. E. Moore, Cambridge, 1903 (igual título en
castellano, Universidad Autónoma de México)
 PF Philos ophical Investigatio ns,  de L. Wittgenstein, segunda edición, Ox
ford, 1958
1958 '
 PQ: The Philos ophical Quarterly
 PR: The Philos ophical Review
 RG: The R ight and the Good,   de W. D. Ross, Oxford, 1930
 I: Tractat us Logico-P hilosophicus,   de L. Wittgenst ein, 1961.
1961. Traducción
inglesa de Pears y McGuinness (igual título en castellano, Alianza
Editorial, Madrid)

15
Capítulo 1
EL DISCURSO MORAL Y LA LILOSOLIA
MORAL

Este libro no trata de lo que la gente debe hacer, sino de lo


que la gente hace cuando habla  acerca de lo que debe hacer.
Hacer filosofía moral, tal como yo entiendo ésta, no debe con-
fundirse con moralizar. El moralista es alguien que utiliza el
lenguaje moral en lo que podemos llamar primer orden. El
moralista, en cuanto tal, toma parte en la reflexión, argumenta-
ción o discusión de lo que es moralmente acertado o equivocado,
 bueno o malo.
malo. Habla de lo que la gente debe hacer. Sospecho
que la expresión «filósofo moral» se usa a veces para significar
un moralista particularmente sabio o bien informado. Pero yo no
la usaré en ese sentido. Por filósofo moral entiendo a alguien que
toma parte en lo que podemos llamar discurso de segundo orden.
El filósofo moral, en cuanto tal, piensa y habla acerca de las
maneras como los moralistas utilizan términos morales, como
«bueno» o «justo», cuando pronuncian sus juicios morales. ¿Qué
características definen el lenguaje moral como tal? ¿En qué se
distingue y en qué se asemeja al lenguaje usado para otros
 propósitos tales como enunciar hechoshechos empíricos
empíricos o pronunciar
mandatos? ¿Qué hace  una persona cuando habla de lo que debe
hacer? Eso es lo que le interesa al filósofo moral. La distinción
que estoy señalando se expresa a veces diciendo que al moralista
en cuanto tal le interesa la ética, mientras que al filósofo moral en
cuanto tal le interesa la metaética.
17
18 La filosofía moral contemporánea I. El disc urso moral y la filoso fía moral
moral 19

Un ejemplo de discurso moral  puntos que, según creo, se le podrían


podrían haber ocurrido a un filóso
filósofo
fo
moral al reflexionar sobre esta cuestión.
Tomemos como ejemplo de discurso moral de primer orden el Podría haberse preguntado, por ejemplo, si se trataba de hacer
debate parlamentario que, cuando escribo, acaba de tener lugar algún descubrimiento o de alcanzar alguna decisión. ¿Cuál de
en una sesión de la Cámara de los Comunes que duró toda la éstas sería la explicación más adecuada para lo que había tenido
noche. La ocasión era la segunda v tercera lecturas del proyecto lugar? Ciertos filósofos dirían que intentar responder una pre-
de ley de reforma del divorcio (1969)1, proyecto que reconoce la gunta moral es intentar hacer un descubrimiento, mientras que
ruptura del matrimonio como fundamento único para el divorcio. otros dirían que es intentar alcanzar una decisión. Sin embargo,
Resumiendo la historia de esto, el caso es que ha habido en en cualquiera de ambos casos, un filósofo reconocerá que lo que
Inglaterra hasta ahora cuatro razones principales por las que uno acontece en el discurso moral no se asemeja a lo que ocurre en
de los cónyuges podía solicitar el divorcio, a saber, adulterio, otros contextos en los que también puede hablarse de hacer
deserción, crueldad y demencia. La parte «culpable» no podía en descubrimientos o de alcanzar decisiones. Así, en la ciencia se
ningún caso solicitar el divorcio alegando como razón su propia  pretende hacer descubrimientos. Y es cierto que, cuando se
«culpa». El nuevo proyecto de ley abóle esta distinción entre afirma haberlos hecho, esta afirmación puede ser equivocada; así
cónyuge «inocente» y cónyuge «culpable», permitiendo a ambas como, en ocasiones en que realmente se han hecho, puede pasar
 parte s solicitar el divorcio sobre la base de la ruptura matrimo- mucho tiempo hasta que otros científicos lo reconocen así. Pero a
nial. En qué consiste ésta es algo que, dentro de ciertos límites,  pesar de esto, en la ciencia hay pruebas objetivas para determi-
debe decidir el juez. Así, cinco años de separación, sin otras nar cuándo se ha hecho realmente un descubrimiento y cuándo
circunstancias cualificantes, podría significar que el matrimonio no, y no se es científico a menos que esté uno dispuesto a
se había hundido. Si el marido (o la mujer) abandonara a su someter sus afirmaciones a tales pruebas. Por el contrario, parece
cónyuge, éste podría, transcurridos cinco años, solicitar el divor- que los moralistas pueden continuar en desacuerdo para siempre.
cio con grandes probabilidades de éxito, si es que este proyecto  No es condición necesaria del moralista que está dispuesto
llega a convertirse en ley a someter su pretensión de haber hecho un descubrimiento a
El problema moral es el siguiente: ¿debe reformarse la ley del  pruebas objetivas, específicas
específicas y admitidas que lo verifiquen
verifiquen o
divorcio de esa forma? Y esta es la cuestión que se debatió en la falsen.
sesión nocturna a la que me acabo de referir, por lo que podemos En cuanto a las decisiones, compárese lo que ocurre en la
tomar el debate como ejemplo de discurso moral. Los participan- moral con lo que ocurre, por ejemplo, en un deporte. En el
tes presentaron lo que pretendían ser sus propias respuestas a deporte hay que tomar decisiones, y así se echa una moneda al
una pregunta moral, y las apoyaron con lo que consideraban aire para decidir quién saca. ¿Qué pensaríamos si el capitán de
razones apropiadas para la solución de un problema moral. un equipo afirmara que la moneda no había servido realmente
¿Qué hacían cuando hablaban durante toda la noche acerca de  para decidir el saque? Estaría situándose fuera del contexto del
lo que debían hacer? Esta es la pregunta que interesaría a un  juego, aparte de la pobre opinión que nos formaríamos de su
filósofo moral tal y como lo he definido. Este no participaría en el deportividad. A menos que se acepten los resultados de echar la
debate de primer orden... quiero decir, en cuanto filósofo. Ni moneda al aire no se puede jugar a ciertos deportes como el
tampoco pretendería replantear la cuestión moral una vez que el cricket, donde forma parte de las reglas del juego que sea esa la
debate hubiera acabado, discutiendo si la Cámara debería o no manera como se decidirá quién comienza el juego. Lo que quiero
hacer sobre el divorcio lo que los presentes habían afirmado que subrayar es que la moneda echada al aire es la «autoridad» que
debería hacer. No. Lo que, como filósofo, le interesaría son los decide esta cuestión. Esto es un ejemplo muy simple de toma de
rasgos lógicos del debate mismo.
mismo. ¿Qué han hecho estas personas decisiones. Pero lo propio puede observarse en casos considera-
cuando hablaban de lo que debían hacer? Indicaré uno o dos  blemente más complicados. AI juzg ar a un criminal
criminal o al decidir en
un proceso civil hay también una autoridad reconocida a la que
se recurre, y que es aceptada por cuantos participan en estas
Ver Weekly Hansard,  N.° 798. Junio 16-19, 1969, pp. 1798-2074. actividades jurídicas. Es también cierto que los abogados pueden
La filosofía moral contemporánea
1. El disc urs o moral y la filoso fía moral
moral 21
20
 podrían haberse equivocado en lo que consideraban hechos. Y en
disent
sentiir aceres
eres de lolo que la ley ^ « ^ ^ ^ V fe e á d rT c e rc a T e efecto, por lo que se refiere a Sir Tufton, ese fue el argumento
los capitanes de un equipo no P pero |Q¡ |Q ¡mp0rtante es que, si que le opuso Mrs. Lena Jeger, representante por Holbom y St.
si una moneda ha salido cara ' nodría haber lógicamente Paneras, Sur, quien puso de manifiesto que una ley que convierta
no hubiera ley a la que que recum
rec umrr auPI' ^ dad f a te que
que recurrir  la ruptura del matrimonio en razón única para el divorcio elevará
 procesos. Pues bien, ¿donde e carece existir en moral
moral el status de ambos cónyuges. Lejos de aumentar la miseria de la
cuando se toman decisiones ^ ^ la moneda, mujer, más bien ocurrirá que la mujer del futuro le tendrá que
contrapartida
contrapar tida alguna para la . t «reparado a decidir  agradecer la mayor igualdad que le da con el hombre.
Para
Para se ser unun mor
moralista
ista no esnecean» ^ ¡ P ^ ^ r d e p o r ti stasstas,, Todo esto podría sugerir que la única diferencia entre los
las cosas invocando una ,os abogados,
abogados, en defensores y los atacantes del proyecto estriba en aquello que
consideran como hechos. Reflexionando sobre las afirmaciones
^ r n “ o t l e s O o nh
nh6aeenPpor ,a ley. ¿Dónde este la autoridad cuya que he citado, un filósofo moral se preguntará: ¿Nos dice esto
lo que
que los defensores del proyecto querían decir  cuando
 cuando decían que
ÍnV°Esu“ X nS s e sugi‘e r q u C
e el " r S Í * u r « debía convertirse en ley, y lo que los atacantes querían decir
en muchos aspectos se pinerca a ^ L ,rte de loslos filós
filósofo
ofoss cuando afirmaban que no debía ocurrir así? Al utilizar así el
sin embargo afeo [M i ■ ideyran julc¡0   moral como término «deber», ¿querían decir los defensores simplemente que
morales modernos, lanío rnn
rn ncid
cideran en todo caso si el proyecto se convierte en ley aumentará la felicidad de las
descubrimiento o pueden confirmar
confirmar lo que mujeres futuras, o que los términos en que está redactado no son,
como sui generis. cQue reflexiones l de hecho, únicos en la legislación, o algo de este tipo? En cuanto
a sus atacantes, ¿querían éstos decir lo contrario? Tal vez
^ B u sq u em o s la respuesta
respuesta en el debate
debate parla
parlame
mentar
ntario
io al
al cual
cual me  parezca, superficialmente, que la respuesta
respuest a es afirmativa,
afirmativa, a causa
he S o ; (Hay que » c o o o « r que l o . — g ^ de lo mucho que el debate tenía que ver con cuestiones de hecho.
Pero ei filósofo moral, como tal, no se para aquí, sino que
^ r diacoqU; mis c l t T n o n i t ^ subrayará que tenía sentido  cuando alguien expresaba acuerdo
deracion
deraciones es sobre
sobre el el tema
tema de la
la refo™^,c
refo™^,c^^ ' ^ V s cosas cosas que
que se con los atacantes del proyecto en cuanto a los hechos pero
las más importantes.l Consi erem Beamish, represen afirmaba que a pesar de todo debía  convertirse en ley. E igual-
afirmaron en el curso del debate. h ' ^ ^ ' 0. << <<Tendendrá el efecto mente cuando alguien estaba de acuerdo con sus defensores en
tante por Lewes, dijo oponiéndose y cuanto a los hechos y sin embargo afirmaba que no debía
de aumentar
aument ar innecesariame miseria que implica
implica ser una convertirse en ley. Así por ejemplo, en el curso del debate, el
con esa ley, una mujer «sufrirá ios niños sufrí subfiscal general, Sir Arthur Irvine, pareció estar de acuerdo
esposa abandonada,
abandonada , y en mu Heald representante con Sir Lionel Heald acerca de que la frase «o lo mejor que se
rán
rán igual
ualmen
mente»
te». Por su p a r t e ¿ i ^ e l Apres
Apresóó su  pueda hacer en las circunstancias» constituiría una novedad en la
 por Chertsey,
Cherts ey, también fpPp" h   aue se trata de las aportaciones legislación, pero a pesar de ello habló en favor   del proyecto.
 preocupación por el pasaje en q ovis¡ones
ovis¡ones deben ser ra Asimismo, Quintin Hogg, representante por St. Marylebone,
económicas. Según e provecto tales en las circuns
circuns estuvo de acuerdo con los defensores del proyecto 'en que éste
zonables y justas
jus tas,, «° lo mej°r q P Lionct
Lion ct «No he visto  pondría fin a la infelicidad de muchas
muchas personas, pero a pesar
pes ar de
tanda
tan das».
s». Sobre esta ultima f ase dijo iadecir que tal esto mantuvo que el proyecto no debía convertirse en ley. Para el
nunca nada semejante en una ley», y con elio quena que na q   público ordinario ni el subfisca
subfiscall general
general ni Mr.
Mr. Hogg
Hogg parecerían
frase 1* * “ “ " " ™ Sn l.l.'ñnel apelaban a los hechos, al estar contradiciéndose a sí mismos. Pero éste sería el caso si,
 para el primero de ambos, «debe convertirse en ley» ley» significa
mernts
mernts^ap
^apare
arente
ntemen
mente.te. Su « t o n apelab
apelabaa a i o ^ e , de hecho^y
hecho^y ra  «no es nuevo en la legislación», y si, para el segundo,
en su Opinión
Opinión,, ape|aba
ape|a ba a loqu
lo que,
e, de hecho, puede significara  «evitará la infelicidad».
Esta clase de consideraciones sugieren al filósofo moral que el
ín o p u e re n — een la legr
legrac
ació
iónn in
inglesa. Am
Ambos oradores
La filosofía moral contemporánea 1. El discurs o moral y la
la filosofía moral
moral 23
22

significado de «debe» y «no debe» ha de ser cuidadosamente específico acerca de las consecuencias de hacerlo, ni lo que una
distinguido del significado de expresiones tales como «es nuevo autoridad ha dicho sobre el particular, etc.?
en la legislación», «evita la infelicidad», etc. El podría pregun- En relación con esto hay algo que un filósofo que reflexionara
tarse si el problema no es simplemente que todavía no ha sobre el debate parlamentario acerca del divorcio habría notado.
encontrado la expresión de este tipo que es  equivalente en Como ejemplo de ello, tomemos lo que Peter Mahon, represen-
significado a «debe (o no debe) hacerse», y podría probar con tante por Preston, Sur, dijo al hablar en contra del proyecto:
otras expresiones semejantes a «es nuevo en la legislación» o «Esto constituye una legislación en favor del pandemónium mari-
«evita la infelicidad». Muchos filósofos morales han intentado tal, es la ley de la selva... Con el proyecto instauramos en este
encontrar esa descripción fáctica con la cual sustituir términos  país una eterna promiscuidad... Si se aprueba el proyecto, Ingla-
Ingla-
morales como «deber». Y muchos de ellos han llegado a la terra se convertirá en el paraíso de los donjuanes.» Mr. Mahon
conclusión de que no puede encontrarse. Igual que tiene sentido no gustaba del proyecto y deseaba que a los demás también les
 preguntarse «¿Debe hacerse lo que evita la infelicidad.», o disgustara; de aquí su lenguaje cargado de emotividad. «Pande-
«¿Debe promulgarse algo que es nuevo en la legislación.», lo mónium marital», «ley de la selva», «promiscuidad eterna»,
mismo puede uno preguntárselo acerca de cualquier otra expre- «paraíso de los donjuanes», todo esto no son más que manifesta-
sión que se acepte como equivalente en significado a «debe» o ciones de ira. Dan salida a lo que Mr. Mahon siente sobre el tema
«no debe». Cuando digo que puede uno preguntárselo, uso y no pretenden sino producir sentimientos similares en otros. El
«puede» en un sentido lógico. La cuestión es que ninguna de esas representante de Preston, Sur, estaba haciendo lo que hace la
 preguntas le parecería responderse a sí misma a alguien
alguien que use gente a menudo en la excitación de la argumentación moral.
el lenguaje normalmente. Sin embargo, al menos una de ellas Estaba usando el lenguaje a la manera que lo usan frecuente-
tendría lógicamente que responderse a sí misma si hubiera una mente los propagandistas y los anunciadores, estaba jugando con
descripción fáctica que pudiera sustituir sin pérdida ni cambio las emociones de sus oyentes en lugar de apelar a su ra-
de significado a un juicio moral. Si «debe hacerse» significara  «es zón. ¿Quién puede desear e! «pandemónium» o la vuelta a «la sel-
X», siendo X alguna característica de hecho, entonces «¿Debe va»? ¿Quién desearía ser considerado «promiscuo» —y además,
hacerse lo que es X?» se respondería a sí misma. Carecería de eternamente—? La intención de Mr. Mahon era sin duda unir al
significado en el sentido de que sería una cuestión que no habría  proyecto estas descripciones y de esta manera dirigir sobre él el
lugar a plantear porque cualquiera que conociera el significado de oprobio que ellas encierran. Cualquiera que use el lenguaje
las palabras usadas para preguntarlo conocería por eso mismo la normalmente y que asienta a la descripción que Mr. Mahon hizo
respuesta. Y sin embargo, la pregunta tiene  significado. Aunque del proyecto sentirá necesariamente cierto disgusto hacia éste.
se conozca el significado de todas las palabras que ahí aparecen, se Asentirá, no tanto a la descripción, cuanto al sentimiento.
 puede diferir en cuanto a la respuesta. Unos pueden decir que que El filósofo moral nota este elemento emotivo en el discurso
lo que es X debe hacerse, y otros que no, y nosotros podemos moral, pero pregunta: ¿No hay más que eso?, y acaso decida que
estar en desacuerdo con linos o con otros. Pero no pensaríamos no. La gran mayoría de los miembros del Parlamento que toma-
que aquellos que dijeran que lo que es X debe hacerse estaban ron parte en el debate no usaron el tipo de lenguaje que usó Mr.
simplemente pronunciando una tautología,  ni que los que dijeran Mahon, sino que dieron razones en favor de sus juicios y afirma-
que no debe hacerse estaban contradiciéndose.  Y esto se cumple ciones. Y trabajaron con sus razones, al menos en cierto grado,
 para cualquier   característica de hecho a la que X se refiera. como trabajan las personas racionales con las razones en univer-
Este tipo de reflexiones subyace a la concepción, hoy am- sos del discurso distintos del moral. En una palabra, reconocían
 pliamente
 pliamente mantenida entre los filósofos
filósofos morales, de que es lógi-
lógi- la necesidad de ser consistentes.
camente imposible definir el lenguaje moral en términos del Como ejemplo de lo que quiero decir, consideremos lo que
nomoral, o derivar «debe» de «es». «Debe ser» o «debe hacer- Kenneth Lewis, representante por Rutland y Stamford, dijo
se» no significa  que algo sea, o no sea, el caso. continuando las consideraciones de Sir Lionel Heald. Afirmó que
¿Qué significa entonces? ¿Qué hacemos cuando hablamos de era contradictorio decir que la asignación económica para una
lo que deberíamos hacer si no estamos afirmando un hecho mujer divorciada debe ser «justa» y «razonable», como dice el
La filosofía moral contemporánea 1. El
El d is cu r so moral y la filosofía moral 25
24

 proyecto,
 proyec to, y añadir luego «o lo mejor que se pueda hacer en las ley. No todo el mundo ni mucho menos suscribe el principio
circunstancias». Quería poner de manifiesto que es contradictorio
contradictorio «Debe hacerse aquello que se base sobre la opinión de que en el
en el proyecto
proyec to afirmar que la asignación
asignac ión debe sei «justa
« justa y divorcio no hay nunca un único culpable». Mr. Emery estaba
razonable» y afirmar que debe ser o bien  eso o bien  «lo mejoi  proponiend o, más bien que usando, un criterio de lo que debe
que se pueda hacer en las circunstancias», ya que esta ultima hacerse. La cuestión que aquí se le plantea al filósofo moral es:
expresión admite la posibilidad de una asignación injusta y no ¿puede pretenderse que el discurso moral esté basado en la razón
razonable. Y no se puede dar, con sentido, una razón para la como lo están otros tipos de discurso (por ejemplo, el científico)
acción cuando aquélla es contradictoria, pues de una contradic cuando, como acabamos de ver, aquél permite a los participantes
d ó T se sigue cualquier cosa. Y si se sigue sigue cualquier cosa,  proponer
 propone r sus propios criterios sobre lo que debe o no debe
entonces no se ha dado una razón para hacer algo y no para hacerse? ¿Qué pensaríamos de un científico que dijera: «Yo
hace
hacerr otra
otra cosa
cosa cual
cualqu
quie
iera
ra.. . . _ . tengo mi propio método para determinar lo que es verdadero y lo
El reconocimiento de la razón, o de la consistencia, fue, sin que es falso. Muchos científicos tienen otros métodos, pero yo
embargo, en el debate, mucho más allá de lo que acabamos de empleo el mío con toda consistencia. Por tanto, mi discurso se
ver. En efecto, todos los oradores que dieron una razón para  basa en la razón»? Puesto que los juicios morales parecen permi-
p ermi-
decir que el proyecto debía, o no debía, convertirse en ley, tir a quienes los hacen confeccionar sus propias razones, no son
estaban apelando a la consistencia. Sir Tufton Beamish dijo, como las hipótesis científicas.
como hemos visto, que si se convierte en ley causara una Estas reflexiones pueden conducir al filósofo moral a otra
innecesaria infelicidad a muchas mujeres. De hecho, estaba di- cuestión más profunda, a saber:saber: ¿cómo se relacionan con los los
ciendo' «¿No es cierto que creéis que lo lo que cause innecesaria  juicios morales las razones que se dan en favor de ellos? Señalé
miseria a la mujer es moralmente malo? Pues este proyecto la antes que parece haber un salto lógico de algún tipo entre las
causará Os pido, como
como seres racionales, que seáis consistentes
consisten tes y razones fácticas tales como «Esto evitará la miseria» y los juicios
S o p o n a s al proyect
proyecto.»
o.» Mrs.
Mrs. Jeger,
Jeger, por susu parte,
parte, estaba
estaba de morales tales como «Debe hacerse esto». ¿Hay realmente este
hecho diciendo: «¿No es cierto que creeis que 10  que ae * vacío entre «es» y «debe», y si lo hay, cómo puede superarse?
mujer mayor igualdad con el hombre es moralmente justo? Pues ¿Diremos que «la aprobación de este proyecto evitará la infelici-
 bien, este proyecto la da. Os invito, en cuanto personas razona dad», a pesar de que tiene la sola apariencia de un enunciado de
hecho sobre un proyecto particular, es realmente ese enunciado
 blCpuedePdistinguirse
 blCpuedePdistinguirse entre razones que apelan a la consistencia
c onsistencia ent e con un principio universal en el sentido de que debe
 jun tam ente
en creencias morales que todo el mundo mantiene, y las que hacerse todo lo que evite la infelicidad? ¿O diremos que la
apelan a la consistencia en creencias que solo a gunos mantienen. expresión «evita la infelicidad» enuncia un hecho de un tipo
La consideración de Sir Tufton es un ejemplo de lo primero.  peculiar, un hecho, por así decirlo,
decirlo, con carga moral, de tal
Tiene sentido preguntar: ¿se debe hacer lo que cause infelicidad^ manera que cuando se ha dicho que algo evita la miseria se ha
Pero no es una pregunta que la gente normal  pregunte.   Puede dicho ya que debe hacerse? Si aceptamos lo primero, aceptamos
 presumirse que, en igualdad
igualdad de circunstancias, cualquier miem- que hay un vacío lógico entre «es» y «debe», aceptamos que una
 bro r íues
íu esíra
íra sociedad asentirá al principio de que no se debe conclusión con «debe» sólo puede seguirse de una premisa con
causa r infelicidad innecesaria. Su Tufton
Tu fton «dab a msocando
msocand o ^un «debe». Según esto,
e sto, nadie podrá pasar de la premisa fáctica «Este
 principio que suscribe todo el que no sea anormal. Ütra cosa es si  proyecto evitará la infelicidad»
infelicidad» a la conclusión de deber «Este pro-
tenía razón al decir que el proyecto causaría infelicidad. I ero se yecto debe convertirse en ley» sin la ayuda de la premisa
trataba de un llamamiento a la consistencia en lo que todo el mayor «Todo lo que evite la infelicidad debe convertirse en ley».
mundo cree. Comparémoslo con el llamamiento que hizo Mr. Puesto que la gente suele pasar de la premisa fáctica a la
Fmery, representante por Honiton, quien afirmo que el proyecto conclusión de deber, y lo que dice no parece un sinsentido, debe
debía^convertirse en ley porque en el divorcio no hay nunca un incluir ya la premisa mayor. Si, por otra parte, tomamos la
único culpable. Sin embargo, muchos dirían que si un Proyecto segunda alternativa, negaremos que haya un salto lógico entre
está basado en esta creencia, entonces no debería convenirse en «es» y «debe», al menos en ciertos casos. Decir «X es lo que
26 La filosofía moral contemporánea 1. El disc urs o moral y la filosofía moral
moral 27

evita la miseria» es decir «Debe hacerse X». Actualmente, los en contra o a favor de un juicio moral para cualquier persona
filósofos morales están muy ocupados discutiendo los respectivos razonable.
razona ble. Veremos que esta concepción no ha pasado inatacada
méritos de estas dos maneras de explicar lo que se hace cuando  por otros filósofos
filósofos contemporáneos
contemporáneos que siguen
siguen manteniendo
manteniendo el
se habla sobre lo que se debe hacer2. emotivismo o el prescriptivismo8.
Espero que esté ahora claro qué tipo  de cuestión es la que La cuestión fundamental en todo esto es: ¿cuál es el sig
trata el filósofo moral tal y como lo he definido. En este libro me nificado del discurso moral? Este será nuestro principal tema a lo
ocuparé del tipo de cuestiones que, como hemos visto, se plan- largo de este libro. Por debajo de esta cuestión, sin embargo, hay
tearían para un filósofo moral que reflexionara sobre el debate otra incluso más fundamental, a saber: ¿qué es el significado?
 parlamentario acerca del Proyecto de Reforma del Divorcio. Divorcio. Difícilmente podremos encontrar el significado del discurso moral
Recordemos algunas de estas cuestiones. si carecemos de una concepción del significado como tal. Por
¿A qué se parecen más los juicios morales, a los descubri- ello, empezaré por considerar en el próximo capítulo algunas de
mientos o a las decisiones? Veremos por qué los intuicionistas las teorías del significado que los filósofos contemporáneos han
dijeron que se parecen más a los descubrimientos, y los prescrip defendido, y mostraré en los capítulos ulteriores en qué medida
tivistas, que más a las decisiones3. forman estas teorías el trasfondo de los principales tipos de teoría
¿Pueden ser sustituidos los juicios morales sin pérdida ni metaética.
cambio en el significado por enunciados fácticos? Veremos por En definitiva, voy a narrar en este libro la historia de una
qué algunos filósofos, los llamados naturalistas éticos, han pen- discusión que ha tenido lugar a lo largo de más de cincuenta
sado que sí, mientras que otros, los intuicionistas, los emotivistas años. Su interés ha aumentado cada década, y actualmente la
y los prescriptivistas, han pensado que no4. discusión del significado del lenguaje moral constituye uno de los
En el discurso moral, ¿se apela primariamente a la emoción o debates filosóficos más animados. Tendré necesariamente que
a la razón? Esta pregunta plantea muchos problemas de los que narrar la historia tal cual yo la veo, llamando la atención sobre
trataré a su debido tiempo. Veremos lo que querían decir los aquellos pensadores y tendencias que me parecen haber hecho
emotivistas cuando decían que el significado del lenguaje moral avanzar el tema en mayor medida. No creo que haya dos filóso-
es primariamente emotivo, y veremos qué críticas se les pueden fos que cuenten la historia de la misma manera, pues las opinio-
hacer5. Veremos también lo que los prescriptivistas quieren decir nes serán diferentes acerca de lo que es, o ha sido, más notable
cuando dicen que es posible argumentar razonadamente sobre las en la filosofía moral contemporánea. Sólo espero poder narrar la
cuestiones morales6. Y veremos que sus críticos, los descriptivis historia con suficiente detalle, exactitud y justicia como para que
tas, opinan que el prescriptivismo no ha mostrado que ello sea el lector pueda entender el desarrollo principal de la discusión, y,
así, ya que, según el análisis prescriptivista del discurso moral, es  por lo menos, formar su propio juicio sobre algunos de los puntos
lógicamente posible para cualquiera de los que en él participan, cruciales de ésta.
no sólo formar su propia opinión acerca de un problema moral,
sino también elegir para sí mismo lo que ha de contar o no como ¿Existe una conexión entre la filosofía moral y el discurso moral
 prueba; y esto, según los descriptivistas, no es razonar 7. Los de primer orden?
descriptivistas afirman haber encontrado un fundamento racional
 para el discurso moral más sólido
sólido que el de los prescriptivistas. En este capítulo he distinguido tajantemente entre la filosofía
Según aquéllos, hay ciertas consideraciones específicas, o tipos moral y el discurso moral de primer orden. Algunos tal vez
de consideración, que deben contar (lógicamente) como prueba  piensen que demasiado tajantemente . Incluso como yo los defino,
defino,
¿no hay una conexión entre la filosofía moral y el discurso moral
2 Ver Cap. VI. de primer orden?
3 Caps. III y V.
4  Ver especialmente pp. 77-9. Vuelvo a insistir en que ambos no deben ser confundidos.
5 Cap. IV. Cuando consideremos el prescriptivismo expondré mi crítica a su
6 Cap. V.
7 Cap. VI. H /bid
 /bid.
1. L1 discurso moral y la filosofía moral 29
La filosofía moral contemporánea
28
instalado en la sociedad contemporánea. Otra cosa sería, en
cambio, si uno careciera de experiencia del discurso moral. Es
!hmada
!hm adanntesi^°d
tesi^°ded
edlae
laeu ^ e r ^ i ^ ^ ° co co^ e^ ún^ io  llbe
llberf
rf  f  cierto que hay actualmente cierta antipatía por ese discurso, pero
uno
uno debe
debe a p ,^ e sería difícil encontrar alguien que hubiera conseguido evadirse de
al juzgar
juzga r a otros . Aq teoría sobre lo que hacemos la moralización, pese a todo lo peyorativa que esta palabra ha
llegado a ser.
 prinT ° h S ¡ Z ó s a c e r a de lo que debemos hacer. Este repre
repre Esta es, pues, la conexión que existe entre moralizar (en mi
uso no peyorativo del término) y la filosofía moral. Esto presu-
 pone aquello. Aunque he dicho que es una ventaja que el filósofo
filósofo
moral participe en el discurso moral de primer orden, debo añadir
que no pretendo que deba (lógicamente) hacerlo así para ser un
filósofo moral. Lo que digo es que debe tener cierta familiaridad
con aquello que analiza. Si lee los periódicos, ve la televisión y
escucha lo que dice la gente en el tren y en el autobús, no le
faltará material. Puede (lógicamente) saber de qué está hablando
simplemente si se limita a escuchar a otros cuando moralizan. Y
es cierto en cualquier caso que, para cualquier individuo, filoso-
far sobre el discurso moral es una cosa, y moralizar, otra.
Puede ser instructivo, no obstante, seguir el problema un
S S S iÉ S S H S 5 2
segu
segund
ndoo orden
orden " í r t r a t a En este sentido
sentido,, llaa fllo
flloso
sofí
fíaa mora
morall
 poco más adelante:
adelante: las opiniones que uno tiene en cuanto filósofo
moral ¿pueden influir en las opiniones que uno tiene en lo que
concierne al discurso moral, cuando esas opiniones no son pura-
£& mortuza".
mortuza". Tal
Tal vez
vez valg
valgaa la pen
penaa enfaü
enfaüzar 
zar  mente filosóficas? Tomo aquí el «pueden» en un sentido lógico.
Es desde luego muy importante mantener clara la distinción entre
comprender   un universo del discurso y  participar   en él. Pero,
aceptada esa distinción, ¿tiene la comprensión obtenida de la
filosofía moral consecuencias lógicas importantes más allá del
campo de la filosofía moral? Para concluir este capítulo me
referiré a tres aspectos en los que pienso que puede tenerlas.
s s | s ! í :s h ?5 “ En primer lugar, de las opiniones que un filósofo moral, como
tal, mantiene, se seguirán ciertas opiniones sobre lo que consti-
tuye la educación moral y sobre cómo debe llevarse ésta. No

is iS iiiill
estoy diciendo que se tenga que ser un filósofo moral para ser un
educador moral. Muchos padres y madres, así como maestros,
son excelentes educadores morales sin por ello saber nada del
tipo de cuestiones de las que trata este libro. Pero si llegaran a
interesarse por la filosofía moral, entonces a partir de sus opinio-
nes sobre ciertas cuestiones filosóficas podrían deducirse conclu-
siones acerca de qué es aquello en lo que están educando a los
niños. A partir de éstas a su vez se seguirán ciertas conclusiones
E H s S E 3 B S S S sobre cómo educar moralmente.
Considérese por ejemplo la cuestión básica siguiente: ¿qué
hace que un juicio sea moral? Para unos filósofos es Y a  forma del
del
Ver pp- 220-21.
La filosofía moral contemporánea I El d is cu rso moral y la filosofía moral 31
30

 juicio , o más bien del razonamiento que lo apoya; para otros es^el es^el que estamos en la situación S como razón por la cual nosotros
contenido.  Me extend eré sobre estos dos puntos ulteriormente , debemos (moralmente) realizar una cierta acción A, implicamos
y me limitaré a decir que si alguien piensa que es la form a lo que que cualquiera que esté en una situación del mismo tipo que S
lo hace moral, entonces es lógico que diga que la educación debe realizar una acción del mismo tipo que A. Esto es, no
moral es la educación en esa forma de razonamiento. Podría  podemos (lógicamente)
(lógicamente) hace r excepciones en nuestro caso, si es
decir: «Debemos dar a los chicos oportunidad de practicar la que estamos juzgando moralmente. Es concebible que de esto
argumentación entre sí de la manera que es propia de la moral,  pudiera seguirse que no es tamos juzgando moralmente  a menos
sin que importe de qué arguyen.» De otra parte, si uno dice que que estemos juzgando una situación desde un punto de vista
lo que hace que un pensamiento sea moral es su contenido,  por utilitario, a saber, el punto de vista de que debe perseguirse la
ejemplo, el ser sobre los intereses y necesidades de los seres mayor felicidad y de que cada cual debe contar como uno y nadie
humanos, entonces lo lógico sería que dijera que la educación como más que uno. Algunos han extraído efectivamente esta
moral debe dar a conocer a quienes la reciben los intereses conclusión. ¿Qué encierra est a inferencia?
inferencia? Puede parecer como si
y necesidades de los demás. Podría decir: «Debemos mostiar unadoctrina filosófica (la tesis de la universalizabilidad) implicara
a los niños las miserias que tales y tales cosas (por ejemplo, un punto de vista moral (el principio de la mayor felicidad). ¿Es
el apartheid, el divorcio, las drogas, la guerra, etcétera) pro- así? Asumamos que puede mostrarse que un juicio no es moral a
ducen.» Tal vez en la práctica la diferencia que hemos seña- menos que se haga desde un punto de vista utilitario. Si se puede,
lado en la filosofía moral no tendrá tantas consecuencias para la es importante darse cuenta de lo que se ha mostrado y de lo que
educación moral que uno dé en la clase. Pero para mi propósito no. Se han aclarado las reglas del «juego de lenguaje» moral, por
es suficiente que pueda tenerlas. Y he intentado mostrar que ello así decirlo, esto es, del discurso moral de primer orden. Se ha
 puede ocurrir. De la respues ta a la p regunta «¿Qué hace que un mostrado que es una regla de ese «juego» que, a menos que
 juicio sea moral?» se sigue lógicamente
lógicamente una respues ta a la pre- estemos juzgando con vistas a la maximalización de la felicidad,
gunta «¿Qué debemos hacer para dar una educación moral?». no estamos juzgando moralmente. En otras palabras, si alguien
;on pviAr ítn iv»
iv» /» 1  \r  A1
moral  y vi dice que se debe moralmente hacer tal cosa, pero no apoya lo
discurso moral de primer orden. Pero debe quedar claro que la que dice con razones que tengan que ver con la aspiración a
 pregunta «¿Qué debemos hacer pa ra dar una educación moral?» moral?» maximalizar la felicidad, lo que dice carecerá de sentido. Al
es una pregunta educacional o lógica, pero no moral. Y lo propio moralizar, como en cualquier otro «juego», debemos (lógi-
hay que decir respecto a sus posibles respuestas. No hemos camente) guardar las reglas o si no el juego se acaba. Pero hay
mostrado, pues, que una conclusión en el discurso moral de que tener bien claro que enunciar las reglas de un juego es
 primer orden pueda derivarse de una premisa perteneciente a la diferente de jugarlo. Explicar las condiciones en las que se marca
filosofía moral. , un tanto es diferente de marcarlo. Mostrar en qué consiste una
En segundo lugar, las opiniones que mantenga un tilosoto razón en el discurso moral no es dar una razón en el discurso
moral como tal pueden suministrarle fundamento lógico para un moral.
moral. Una vez más, no se ha mostrado que se pueda extraer una
 punto de vista en el disc urso moral
moral de primer orden. Considere- conclusión en el discurso moral de primer orden a partir de
mos, por ejemplo, un filósofo que mantenga la llamada «tesis de una premisa perteneciente a la filosofía moral.
la universalizabilidad». Ya he señalado que esta es una teoría En tercer lugar, es generalmente verdadero que la reflexión
metaética sobre lo que hace que el discurso sea moral, y trataré filosófica sobre cualquier tipo de discurso de primer orden puede
de ello por extenso más adelante1 01. Poniéndolo ahora
1 aho ra en términos
té rminos (lógica y empíricamente) capacitar para una participación más
aproximados, se trata de la teoría de que un juicio es moral si, y efectiva en tal discurso. Podemos asumir con tranquilidad que así
sólo si, las razones dadas en su favor podrían aplicarse a casos ocurre en el caso del discurso moral. No quiero decir que un
distintos del que es juzgado. Por ejemplo, si damos el hecho de filósofo moral sea siempre mejor moralista que quien no es filó-
sofo. Ni mucho menos. En cualquier «juego», empleando de
10 Caps. V y VI-
nuevo esta analogía, hay quienes conocen muy bien las reglas del
11 Cap. V.  juego pero lo jueg an muy mal. mal. Un equipo que juegue mal mal al
32 La filosofía moral contemporánea
Capítulo 2
fútbol no necesita gente que conozca las reglas (cualquier espec-
tador bien informado las conoce) sino mejores jugadores. Igual- EL DISCURSO MORAL Y LAS TEORIAS DP T
SIGNIFICADO iü u k i a n DEL
mente, si una sociedad se deteriora moralmente, lo que necesita
no son más filósofos morales, sino más hombres buenos12. No
obstante, entender lo que se hace no suele ser una desventaja, y
como he dicho, podemos asumir que esto es cierto de la moral.
Un filósofo moral distingue dentro del discurso moral entre
cuestiones de hechos y cuestiones de valoración, y reconoce los
 puntos en los que la consis tencia es vital a fin
fin de que el pensa-
miento moral no se hunda. Por eso, reflexiona sobre qué conside-
raciones hacen de una razón una razón moral,  al tiempo que es
consciente de la naturaleza emotiva del lenguaje que con fre-
cuencia se usa en la argumentación moral. Después de todo esto,
es de esperar que pueda pensar con razonable claridad sobre
cualquier problema moral si tiene que hacerlo. Aunque todo el
mundo sabe que los filósofos son con frecuencia tan irracionales
en sus opiniones morales como los demás y tan influidos por los
 prejuicios como ellos. Pero no siempre. Hast a hace poco estaba
de moda entre los filósofos morales decir que no tenían nada que
ver con las cuestiones morales de primer orden y abandonar
éstas. Hay pruebas de que los filósofos morales están volviendo
su atención a los problemas prácticos, como qué debemos hacer Como vimos en el capítulo anterior, la pregunta principal de
sobre el sexo o la guerra13. En este libro no nos ocuparemos la que se han ocupado los filósofos morales contemporáneos es la
siguiente: ¿cual es eí significado del lenguaje 4 “
directamente de estos temas. Pero cabe esperar que el lector que
lo haya leído a fondo será capaz de pensar sobre esos temas más diferentes respuestas han tomado forma bajo la influenciare
claramente que antes de hacerlo. teonas del significado del lenguaje en general, y no específica
mente del discurso moral. Durante el período filosófico^el que
me ocupo en este libro,
libro, la teoría del signifi
significado
cado ha
ha ex ne rin tn ^S
importantes desarrollos, y es n e c e s ^ ^ ^ S ^ ^
comprende r la filosofía
filosofía moral contemp oránea Por ello ello este
capitulo tendrá un triple propósito. Dentro del limitado espido
< " e V° y 1   mtentar: (l) esbozar las teorías del significado
que subyacen a los principales tipos de teoría ética confemporá
12 Me doy cuenta, por supuesto, de que en tanto que un buen futbolista se nea, (n) mostrar por que son erróneas algunas de ellas fifi)
puede definir simplemente como alguien que juega bien al fútbol, ser un hombre
bueno es algo más que ser un buen moralízador. Sin embargo tendría sentido i t o afla
flalam
lamoflraTn
r aTnCla " " “ da ^
decir que una de las condiciones necesarias para ser un hombre bueno es
comprometerse efectivamente con un discurso moral de primer orden y con Cada una de las teorías del significado a las que haré referen
la forma de vida que constituye. El hecho de que la palabra «efectivamente» de la
oración anterior cubra todo un nido de problemas metaéticos no afecta a esta
, c t Sldf° °bjet,°
°bjet,° de Una larga y detallada
detallada discusión
discusión por parte de
los filósofos, y hacer justicia a estas teorías requeriría Sn libro
cuestión.
13 Ver, p. ej., R. F. Atkinson, Sexual Morality  [Moral Sexual] (1965); y R. M. entero y no un solo capitulo. Espero al menos que mi tratamiento
Haré,  Pe ac e   [La paz] (conferencia) (Canberra, 1966). Actualmente edito una no resulte excesivamente superficial o apresurado. Pero incluso
colección de monografías,  New Stud ies in Pr actica l P hilos ophy   [Nuevos estudios con ese nesgo, debo intentar la exposición de las teorías
sobre filosofía práctica], que ha de publicar Macmillan, que incluyen, entre otros, significado mas relevantes. No estaremos en situación de evaluar
estudios de filósofos analíticos sobre problemas morales prácticos.
los méritos y dementos de las diferentes teorías éticas si no
33
34 La filosofía moral contemporánea
2. El dis cu rso moral y las
las teorías
teorías del significado
significado
35
consideramos las teorías del significado con las que aquéllas se
relacionan. Para responder a la pregunta «¿Cuál es el significado como uso, estudiaré algunas de las opiniones que sobre el len-len-
guaje mantuvieron el último Wittgenstein y J. L. Austin, respecti-
del lenguaje moral?» hay que tener claro no sólo lo que es el
vamente. Sobre estas opiniones se fundamentan las teorías éticas
discurso moral sino también lo que es el significado. de los prescnptivistas y de los descriptivistas.
La palabra «significar» y las que se relacionan con ella tienen
muy diferentes usos. Es importante subrayar que uso «significar»
en este capítulo en el sentido en el que se aplica al lenguaje. 1. La teoría
teo ría referencia
referenciall
Considérense los siguientes ejemplos de otros usos de «sig-
nificar», para los cuales doy entre paréntesis un sinónimo:  La teoría en su for ma más simple
El exceso de gastos sobre los ingresos significa la bancarrota Es la teoría según la cual el significado del lenguaje es aquello
(tiene como resultado). que nombra o a lo cual se refiere. Hay, desde luego, diferentes
La vida ya no tiene significado para mí (finalidad). maneras de indicar lo que significa el lenguaje. Podemos, por
¿Qué significa tu tardanza? (explicación). ejemplo, definirlo ostensivamente, señalando al referente, o po-
Si toma el tren de las 6,30 eso significa que llegará antes que demos definirlo verbalmente, nombrando o refiriéndonos al refe-
nosotros (implica). rente en otros términos. Así, si alguien pregunta qué significa «el
 primer minist ro de Gran Bretaña», podem os o bien señalar a un
Hay otros varios usos de «significar» en los que, como en los cierto individuo o bien decir algo así como «el hombre que
ejemplos anteriores, se habla de personas, acciones, aconteci-  preside el Gabinete». El lenguaje lenguaje es acerca de las cosas, las
mientos o cosas. Pero el sentido de «significar» que aquí nos actividades, las cualidades de los objetos, los estados de cosas,
interesa es diferente a todos esos. Considerando uno de los las relacio nes, etc. y según esta teoría, teor ía, significa aquello a lo que
ejemplos anteriores, es perfectamente claro que hay un sentido se refiere. Si. al final final del análisis, resulta
resu lta no existir aquello
en el que «exceso de gastos sobre ingresos» no significa «banca- one una palabra nombra, ésta carece de significado.
rrota», puesto que la sustitución de una de estas expresiones por Inmediatamente vienen a la mente algunas objeciones a esta
la otra en un acto lingüístico cambiaría el significado de éste. Las eoria. Lsta se presenta a veces como la teoría del significado que
comillas indican que estamos aquí hablando de las  palabras mas naturalmente es sugerida por el uso ordinario del lenguaje.
«exceso de gastos sobre ingresos» y «bancarrota». En este m embargo, una apelación al lenguaje ordinario muestra que,
capítulo nos ocuparemos del significado de las palabras, frases y incluso con las expresiones que desde el punto de vista de esta
oraciones tal y como se usan en los actos lingüísticos. El lenguaje teona son menos problemáticas, a saber, los nombres de objetos
se usa para comunicar algo, y por medio de él se entiende, o no se o personas, los significados y los referentes de tales expresiones
entiende, algo. Lo que comunica y lo que es o no es entendido no pueden igualarse. Tomando ejemplos usados ya por otros,
es su significado.  Pero los filósofos han dado diferentes respues- no ese que según la teoría referencial el significado de la expre-
tas a la pregunta: ¿qué es, en ese sentido, el significado? Y sión «la estrella matutina» es el planeta Venus. Pero mientras
algunas de estas respuestas son las que consideraré. que significaría algo decir «Venus acaba de explotar» o «El
En primer lugar veremos la teoría referencial del significado, objeto alal que se refiererefiere la expresión ‘la estrella m atutina ’ acaba
que parece subyacer a la teoría ética de aquellos filósofos llama- “eJ f lotf >>’ signif significa
icaría
ría ciertamente
ciertamente algo
algo distinto,
distinto, si es que
que
dos intuicionistas, y, con un resultado distinto, a la teoría del mftl'.fJn3 ,algo
,al go’’ def
de f ,r <<
<<EI significado de la ex presión
pres ión ‘la estrella
estrel la
 primer Wittgenstein sobre la ética. A continuación serán discuti- t  . irK* de expl
explot
otar
ar».
». Igua
Igualm
lmen
ente
te,, podr
podría
íamo
moss deci
decirr con
con
das las teorías verificacionista y causal, o psicológica, que subya- limnifl3 ' d \ f <<LLa persona
person a "amada
"am ada N se ha marchado»,
marcha do», o
cen a la teoría ética llamada emotivismo. La teoría verificacio- 7 " í Se,ha marchado»
marchado»> Pero sería casi un sinsentid
sinsentidoo
nista está por debajo del emotivismo de los primeros positivistas 1 " significado
significado del nombre ‘N’ se ha marchad o»1. Dos
lógicos; la teoría causal o psicológica, por debajo del emotivismo
de C. L. Stevenson. En la última sección, titulada  El significado
La filosofía moral contemporánea 2. El disc urso moral y las teoría s del significado 37
36
esta expresión y las personas.que denota o connota. La expre-

SSSSggfisüfi
Wilson
Wil son nacido
nac ido el 11 de marz .L de 1954 » tienen el
sión «primer ministro# puede aplicarse a todos los miembros
de la clase de los primeros ministros, pero no a los miembros de
ninguna otra clase de personas (denotación). Una condición
necesaria y suficiente para afirmar correctamente de alguien que
es primer ministro es (si la definición verbal anterior se acepta)
£ ,£ £ . que debe presidir un Gabinete (connotación). La teoría referen-
cial, en esta forma sofisticada, defiende que el significado del
lenguaje sólo puede aclararse indicando aquello a lo que se aplica
Inglaterra en octubre ^ tiene actualmente por lo menos
menos o de lo que puede afirmarse. No puede decirse simplemente que
el significado sea el referente, pero puede decirse que no se
 S i E r i s :m w conoce el significado del lenguaje hasta que se conocen las
 personas o cosas de las que se habla6.
Hay al menos dos objeciones que hacer a esta versión de la
teoría, (i) Si el lenguaje sólo es significativo cuando existe en el
 La teoría en una versión más sofisticada mundo aquello a lo que puede aplicarse, ¿qué hacer con elemen-
tos lingüísticos tales como las preposiciones, las conjunciones o
Se ha dicho que la teoría referencial es susceptible de una los auxiliares modales de los verbos? ¿A qué cosas se refieren
 palabras como «a», «en», «y», «pero», etc.? Estas palabras no
^ T a f i ^ t a ^ a r m u l a c i ó n e sc
sc om
om o de la carecen de significado, y cualquier teoría que dé a entender lo
contrarío debe estar equivocada, (ii) Pero incluso si hay alguna
manera de vencer esta objeción, la teoría referencial simplifica en
fV.rí c   ' o ’ de í" » formul
formulaci
ación
ón frecue
frecuenteme
ntemente
nte cita
citado
do es
es la
la exceso el concepto de significado
significado.. Considérese el acto lingüístico
lingüístico
uu ejempiC j e : - R «Cuando preguntamos que
«X es bueno». Con ciertas precauciones podría ser cierto que
carece de significado si no es sobre  algo, esto es, si no hay la
cosa X. Pero revelando sobre qué es no se revela cuál es su
significado. ¿Cómo es sobre aquello sobre lo que es? ¿Es sobre X
de la manera en que una recomendación es sobre algo, o del
modo como una descripción es sobre algo, o cómo? Hasta que se
muestra no sólo sobre qué trata una expresión sino cómo trata de
ello no se ha mostrado el significado de esa expresión. La teoría
ser la clase de los primeros_m
prime ros_mii podríamos referencial pone todo el énfasis en el «sobre qué». A la luz de la
clase de los pnmeros mimbro n o^ o que era P^ 3 A distinción señalada podemos decir, pues, que simplifica en ex-
traduci
traducirr esto
esto como
como «El
«El prim
primer
er ^ ^ teor
teoría
ía refe
refe ceso el concepto de significado.

 La «teoría
«teoría de la representación» de Wittgenstein

2 Cf w. P. Alston,  Philo sophy of Languag e  [Filosofía de! lenguajeHEngle-


Una versión muy sofisticada de la teoría referencial es la
wood Clif fs, N. L , 1964), p. 13.
13. (Hay vers. on españo la en Afianza Ecfitor
Ecfitor . desarrollada por Ludwig Wittgenstein en su Tractatus Logico-
Phílosophicus  (completado en 1918, y publicado por primera vez
Madrid, 1974.)
en alemán en 1921, y en inglés en 1922).
I £J.S
£J.StAl¿to
tAl¿to £  o p 'c fc . p 14; de B. Russell,  Analy sis of Mind   [Análisis de la
mente] (1921), p. 191 b Cf.
Cf. Alston,
Alston,  op. cit..   pp. 16-18.
5 Cf. Alston,  op. cit. ,  pp- 14-so.
38 La filosofía moral contemporánea 2. El discu rso moral y las
las teorías del significado
39
La primera consideración de Wittgenstein sobre esta teoría que el sentido de Wittgenstein. Los términos que aparecen en ellas
se conoce se encuentra en sus  Notebo oks 1914 1914-1
-16
6 (Cuadernos
(Cuadernos .ser
ser sus ltuidos por otros sin pérdida ni cambio en el
1914-16)  y dice así: «En la proposición un mundo es, por así significado
significado y estos otros por otros distintos, y así sucesivamente.
decirlo, compuesto experimentalmente. (Como cuando en el tri- Pero esto debe tener un fin. Según Wittgenstein: «Una proposi-
 bunal de París se representa
rep resenta un accidente por medio de muñecos, ción tiene un análisis completo y solamente uno»10. Eventual-
etc.)» (anotación de 29 de septiembre de 1914)7. Se dice que esta mente se alcanzará un punto en el que los signos usados para
teoría se le ocurrió a Wittgenstein cuando estaba sirviendo en las expresarla serán signos «simples». Es decir, habrá una corres
trincheras como miembro del ejército austríaco. Allí leyó una
revista donde aparecía la noticia de cómo se había representado Srealidad
S A Antes r de r conocerCntre Cel£!dsignificado
a Un° dado
signific e d preciso
lo
lo s yso deeleuna
preci menproposi-
to de ía-
proposi
un accidente en la forma indicada durante un juicio. Para realizar ción es lógicamente necesario que alcancemos ese punto. «La
este modelo harían falta tres cosas: (i) objetos tales como muñe- exigencia de que los signos simples sean posibles es la exigencia
cos, cochecitos, etc., que simbolizaran las personas, los vehícu-
los, etc.; (ii) una cierta configuración de estos símbolos que £ a?“ e' “ l" ? ? detdete™
e™ d°». °». escribió Wittgenste)ñ “ ÁÍ
representara la disposición relativa de los vehículos, las perso- les
les ou ouéé a i f v ’ 6 leng.uaje uaje consiste en proposiciones
proposicione s elementa
nas, etc., en la situación representada; (iii) una convención, Vi vt n consisten
consisten en signo signoss simples
simples o nombre
nombres. s.
U ) óQu
óQuee se sigue sigue de de la teoría del del significa
significadodo de Wittgenstein
Wittgenstein
comprendida y aceptada por todos los que usaran el modelo,
según la cual sus diferentes elementos se relacionaran con su ssimples,
T m p íe íeasi
í^
í^ 3el  i™mundo
"110/ lTdebe¿   qUe el len8ua¡e
consistir consiste efsigno"
en «objetos» simóles
contrapartida en la situación real. (Cuando se usan objetos tales dad0nT ,Wlttgeastein 1,ama a ios elementos últimos de la reali
como muñecos y cochecitos es obvio lo que se simboliza, pero se nndfi3 f eS ^objetos»
^objetos» son simples en el el sentido de que sólo sólo
 podría construir
constru ir un modelo en el que, por ejemplo, las personas  p demos referimos a ellos nombrándolos; no podemos describir
estuvieran representadas por cerillas, los vehículos por tinteros,
etc.) Wittgenstein afirmaba que el lenguaje figura, reproduce, demen
demenToT
elementos, ToT como com
com Tpor ° ^ejemplo P<f ible
ibun
le si
sreloj
i fuera
fueran n analiz
puedeanareducirse
lizab
ables
les en* otros
otr
Su«os
representa, es una imagen o modelo de, la realidad, igual que el  pa^es.
 pa^e s. ra ra que pueda haber significad significado, o, según la teoría de
modelo citado representaba en el juicio el accidente. El lenguaje
se refiere al mundo de forma similar. Una proposición ofrece una refiefen
refiefen Sde 'gUal 'gUal ^ d Ienguaje Ienguaje se divide en elementos que se se
representación lógica (logical picture)  de una situación. ¿Qué se c o n s is ti r lL r n£ n£rararr dete™inada
dete™inada a la realid realidad,
ad, la reali
realida
dadd debe
f  referencenci: <=>•t p men Ce ,en elementos
elemento s a los l os que pueda hacerse
hacers e una
sigue de esta teoría del significado con relación (a) al lenguaje, y r;
referencia determinada. Según Wittgenstein: «Los objetos com
(b) al mundo?
(a) En lo que hace al lenguaje, Wittgenstein
Wittgenste in dijo que todo S d o s  3 n n c ? nCiahnCi ahe ell mr?
mr ? d0>>U Pero no Pensaba que existen
el lenguaje significativo es analizable hasta llegar a «proposicio- es en W / / ? í ,0: <<E1 mund° se divide en hechos»13, esto
nes elementales»8, y definió la proposición elemental como una témfino' T n,  (sduaClones ° hechos moleculares) y, en último
«concatenación de nombres»9. Por «nombres» entiende aquí Un hlchn J aChV aChVer hü te  (estados de c«sas o hechos atómicos).
erhü
Un hecho atómico es una «combinación de objetos » 14 El len
nombres propios lógicos; en este sentido, un nombre es un signo
simple que no describe, sino que designa o denota aquello de lo nacionX de^o a, proPosi.ciones elementales, esto es, «concate
aciones de de nombres»; el mundo, mundo, a hechos atómicos atómicos esto es
que es nombre. Los nombres son los elementos del lenguaje. «combinaciones de objetos». objetos» . ’
Cada uno de ellos se refiere a un elemento de la realidad y no a
otro, y cada elemento de la realidad tiene un nombre y no otro. queChTvresccjfn
hTvresccjfnnw nw^l ^lengUr
engUrje je y al mund° Podemos Pode mos notar,
not ar, de paso,
Por supuesto que las proposiciones que aparecen en el lenguaje las nrnnñc' \ genste,n
gens te,n’’ una diferencia
diferenc ia en la manera como
las proposiciones elementales y los nombres se refieren respecti
tal y como se usa normalmente no tienen nada de elementales en
10 T   3.2S.
11 r 3.23.
7 Cf. T   4.031. I 12 T   2.021.
8 T   4.221. 13 T   1.2.
9 T   4.22. 14 T   2.01.
14
La filosofía moral contemporánea 2. El d is cu rs o moral y las teo ría s del significad o 41
40

vamente al mundo. Esta diferencia la señaló diciendo que los (ii) «La configuración de los objetos
objeto s en una situación
situac ión co-
nombres tienen  Bedeutung   y las proposiciones elementales, Sinn. rresponde a la configuración de los signos simples en el signo
A la vista
vis ta de est a distinción dijo: «L os significados (Bedeutun-  preposicional»18. Sobre esto arroja luz la siguiente afirmación de
gen)  de los signos simples (las palabras) deben sernos explicados Wittgenstein: «Sólo los hechos pueden expresar un sentido, un
 para que podamos comprenderlos. Sin embargo, con las proposi- conjunto de nombres no puede hacerlo » 1  . La proposición re-
ciones, somos nosotros los que nos hacemos entender. Pertenece  presenta la realidad sólo porque sus ele mentos (nombres) tienen
a la esencia de una proposición que pueda comunicamos un la configuración que tienen, la cual corresponde a la de los
nuevo   sentido (Sinn)»15.  Esto significa lo siguiente. Necesitamos elementos (objetos) de la situación.
que nos digan a qué objeto se refiere un nombre, pero los (iii)
(iii) «...U
«. ..U na proposición es un signo proposicional en su
nombres no cambian de significado. En cambio, si sabemos a qué relación proyectiva al mundo»20. Una proposición no es un signo
objetos se refieren los nombres que aparecen en una proposición,  proposicional simpliciter. Un signo proposicional consiste en
entonces, aunque nunca hayamos encontrado estos nombres en  palabras que expresan la proposición. Esto no quiere decir que,
la particular configuración que es esta proposición, podemos  para Wittgenstein, una proposición sea una entidad metafísica
entender lo que ésta significa. Un nombre que no se refiera a un misteriosa. Una proposición, ha dicho, es un signo proposicional
objeto existente carece de  Bedeutung;  pero una proposición que (esto es, una oración escrita o hablada) que pretende referirse a
no corresponda a la realidad puede tener Sinn,  con tal que los la realidad y que es así entendida. Por eso habló Wittgenstein de
nombres que la componen nombren objetos existentes. Si en la una «ley de proyección»21. Los elementos del signo proposicio-
realidad no hay ningún objeto X, entonces el nombre «X» carece nal se relacionan por leyes o reglas de proyección con los
de significado; pero aunque una proposición,
proposic ión, por ejemplo «Exe elementos de la realidad —como, por ejemplo, ciertas notas de
ter está en Comwall», sea falsa, no por eso carece necesaria- una partitura musical se relacionan convencionalmente con cier-
mente de significado. «El mundo se divide en hechos»: y los tos sonidos. Dando a los signos tales referencias en la particular
hechos pueden no sólo cambiar, sino que se les puede imaginar configuración que ellos tienen en un cierto signo proposicional,
distintos de como son realmente. Podemos construir un mundo «pensamos en el sentido de la proposición»22, esto es, pensamos
experimentalmente, por así decirlo. «Los objetos son lo inaltera- en la situación que representa.
 ble y subsistente; lo inestable y lo cambiante es su configu configura
ra Es importante recordar que lo que a Wittgenstein le intere-
ción
ci ón»16
»16. ., , saba era el concepto de significado, y sus conclusiones se siguen
Ya he mencionado tres elementos que servirían para construir  con necesidad lógica de ese concepto. Si ha de haber significado,
un modelo como el usado en el tribunal de París. Ahora podemos entonces el lenguaje y el mundo deben en última instancia
ver que corresponde n a las tres condiciones que, segúnsegún Wittgens
Wittgens consistir en los «simples» de que él habla. Si se le pedían
tein, deben cumplirse si una proposición ha de ser una represen- ejemplos de «nombre» o de «objeto», replicaba que, como lógi-
tación lógica de una situación o estado de cosas. Esas condicio- co, no era parte de su actividad el suministrarlos23. Pensaba que
nes son: ^ t su tarea analítica quedaba cumplida una vez que había señalado
(i)
(i) «En una proposición debe haber exactamente tantas par- que, para que haya significado, debe haber «nombres» y «obje-
tes distinguibles como en la situación que representa »1 . Al Al final tos».
del análisis una proposición consiste en nombres solamente, y Ya señalé en la última subsección dos objeciones a la versión
sólo puede por tanto representar una situación (que últimamente sofisticada de la teoría referencial del significado, a saber: (i) deja
consiste en hechos atómicos, que a su vez consisten solo en
objetos) si para cada objeto de la situación hay un nombie en la 18 T   3.21.
 proposición elemental que la representa. 19 T   3.142.
20 7 3.12.
21 T   4.0141.
15 T   4.026, 4.027. 22 7' 3.11.
3.11.
16 7 2.0271. 23  N. Malcolm,  Lndwig Wittgenst ein: a Memoir  [Ludwig Wittgenstein: una
17 r 4.04. memoria) (1958), p. 86.
42 La filosofía moral contemporánea 2. El d is c u r s o moral y la s teorías del signif ica do 43

sin explicar los significados de las palabras como «en», «y», etc.; y los de la realidad, porque la realidad no se puede dividir de
(ii) simplifica en exceso
exces o el concepto
conc epto de significado.
significado. Wittgenst ein manera absoluta  en simples. «¿Cuáles son las partes simples
estaba sensible a la primera de estas objeciones cuando escribió constitutivas de las que se compone la realidad?», se preguntaba.
el Tractatus,  y ahora veremos cómo intentó contestarla. A la «¿Cuáles son las partes simples constitutivas de una silla? ¿Los
segunda objeción se tornó sensible después de escribir el Tracta trozos de madera de los que está hecha? ¿Sus moléculas, sus
tus, y a causa de ella llegó eventualmente a rechazar su teoría de átomos? ‘Simple’
‘Simple’ signifi
significa
ca nono compuesto.
compuesto. Y la cuestión es; es;
la representación. Veamos sus respuestas a ambas objeciones. ‘compues
com pues to’ ¿en qué
qué sentido? Carece
Carece por completo
completo de sentido
(a)
(a) Las preposicio nes y las conjunciones no parecen corres- hablar absolutamente de las ‘partes simples de una silla’. Y
 ponder a nada del m undo, pero es indudable que tienen signific
significa-
a- señaló que «usamos la palabra ‘compuesto’ (y por consiguiente la
do. ¿Cuál puede ser éste para una teoría referencialista? Witt-  palabra ‘simple’)
‘simple’) en una gran variedad de maneras diferentes y
genstein tenía claro en el Tractatus  que palabras como «y», diferentemente relacionadas entre sí». La imagen visual de un
«no», «o», «sientonces» —las constantes lógicas o conectivas, árbol, por ejemplo, no puede decirse que consista en un tipo de
como se las llama algunas veces—, «no son representativas»24. simples. Puede dividirse en los diferentes colores de los que
Tomemos «no» por ejemplo. Si «no» representara algo, entonces se compone o, alternativa mente, en las pequeñas líneas
líneas de lasque se
la situación a la que se referiría la expresión «no no p» conten- compone su perfil. Sólo tiene sentido preguntar cuáles son los
dría dos cosas más que la representada por «p». Pero normal- simples de una realidad dada una vez que hemos decidido qué
mente se considera que «no no p» y «p» significan lo mismo. tipo de simplicidad está en cuestión. «¿Es simple el color de un
Tomemos ahora «y» como ejemplo. La proposición (A) «Ramón cuadrado en el tablero de ajedrez, o consiste en blanco puro y en
va en su coche y Adrián va en su bicicleta» puede ser analizada amarillo puro? ¿Y es simple el blanco o consiste en los colores
descomponiéndola en dos proposiciones más elementales (Al) del arco iris? ¿Es simple esta longitud de 2 cm. o consiste en dos
«Ramón va en su coche» y (A2) «Adrián va en su bicicleta». Si  partes de 1 cm. cada una? ¿Y por qué no de una porción de 3 cm. cm.
(Al) es verdadera y (A2) es verdadera, entonces (A) es verdade- y de otra de 1 cm. cm. medida en la dirección opuesta?»25.
opuesta?»25. Las
ra. Si (Ai) es faisa, o ío es (A2), o Jo son ambas, entonces (A) es  pregunt as que —como ia teoría de ía representación— presupo-
falsa. Por tanto, el valor veritativo de (A) depende solamente de nen la complejidad y la simplicidad absolutas, fuera de contexto,
los valores veritativos de (Al) y (A2) respectivamente. No nece- no pueden responderse.
sitamos preguntar si hay o no algo que «y» represente antes de (ii) Cuando se ha analizado
anali zado una proposici ón compleja
complej a en
saber que A es verdadera, si sabemos ya que (Al) y (A2) son  proposiciones elementales, esto es, en las configuraciones
configuraciones más
verdaderas. simples de palabras, no por eso se ha hecho el sentido de la
(b) En las Philosophical Investigations (Investigaciones f i  proposición original
original más claro. De acuerdo con la teoría del
losóficas)   (acabada en 1949 y publicada postumamente en 1953) significado que ahora critica, el enunciado «La escoba está en el
Wittgenstein se dio cuenta de que el Tractatus  había simplificado rincón» podría «analizarse ulteriormente», según Wittgenstein,
en exceso el concepto de significado, y presentó, entre otras, las en un enunciado que diera la posición del palo y la del manojo de
siguientes objeciones a su teoría de la representación. Presentaré ramas. «Si la escoba está
est á ahí,
ahí , es seguro que esto significa que el
estas objeciones según que se refieran a cada uno de los tres  palo y las ramas están ahí, y en una particular relación ent re sí.»
elementos que constituyen un modelo como el usado en el Este análisis está, por así decirlo, «escondido en el sentido del»
tribunal de París, y a cada una de las tres condiciones que  primer enunciado y «se expresa  en» el analisans.   Ahora, sin
corresponden a ellos, y que, como dije, deben cumplirse para que embargo, todo esto queda cuestionado: «Entonces, si alguien
una proposición ofrezca una representación lógica de una situa- dice que la escoba está en el rincón, ¿quiere decir que allí está el
ción.  palo, y que allí están las ra mas, y que el primero est á fijado a las
(i) Wittgenstein afirmó ahora que no tiene sentido hablar de últimas? Si preguntáramos a alguien si es esto lo que quiere
una correlación biunívoca absoluta entre los simples del lenguaje decir, probablemente diría que no había pensado especialmente
25
24
T   4.0312.  P¡, 47.
44 La filosofía moral contemporánea 2. El discurso moral y las teorías del
del significado 45

en el palo ni en las ramas. Y esta sería la respuesta correcta, pues rojez o la dulzura. Debe asumirse por tanto (a) que hay propieda-
no estaba hablando ni de lo uno ni de lo otro en particular. des o cualidades «no naturales» de las acciones o de las situacio-
Supongamos que en lugar de decir ‘Tráeme la escoba’ alguien nes, a las cuales se refieren las palabras usadas en el discurso
dijera ‘Tráeme el palo y las ramas que están unidas a él’. La moral, como «justo», «bueno», «obligatorio», etc.; y (b) que los
respuesta sería: ‘Si lo que quieres es la escoba, ¿por qué la pides seres humanos poseen una facultad que aprehende estas propie-
de una forma tan rara?’ ¿Serviría esta forma de pedirla para dades, y que es distinta de los sentidos físicos, esto es, la
entender mejor la expresión analizada?»26. La respuesta es ob- facultad llamada conciencia, y que se concibe bien como razón
viamente negativa.  bien
 bien como
como un peculiar «sentido
«sentido moral». Los intuicionistas creían
(iii) El Tractatus  había dicho en efecto que el significado se que estas suposiciones pueden justificarse. En el capítulo 3
le da a una proposición por un acto mental distinto de la produc- examinaremos en qué medida esa creencia estaba bien fundada.
ción del signo proposicional, a saber «pensando el sentido de la Según la otra manera de tratar «X es bueno», es posible decir
 proposición»27.
 proposición»27. De aquí parece seguirse
seguirse que cualquier signo
signo que «X es bueno» debe carecer de significado, pues es un juicio
 puede usarse para significar
significar cualquier cosa, con tal de que un de valor, y como tal trata de lo que debería  ocurrir. Si se
acto mental semejante le dé su significado. Ahora, en cambio, mantiene una teoría representativa, entonces se mantiene la
Wittgenstein dirá: «Hagamos el siguiente experimento.  Di  ‘Hace concepción de que el lenguaje tiene significado sólo cuando se
frío aquí’ con el significado  de ‘Hace calor aquí’. ¿Puedes refiere a la realidad. Pero la realidad es lo que ocurre, no lo que
hacerlo?»28. El pensaba que no es posible. No se puede tomar debe ocurrir. Por ello, un juicio de valor no trata sobre la
una afirmación fuera de su juego lingüístico apropiado y darle realidad, y por tanto lógicamente no puede tener significado. En
cualquier significado que uno quiera simplemente a base de el capítulo 4 estudiaremos más detenidamente el desarrollo de
 pensar en ese sentido para la proposición. esta doctrina de Wittgenstein sobre la ética.
Con estos argumentos, Wittgenstein repudió expresamente su
teoría referencial del significado, y la sustituyó por otra que toma
en cuenta, no sólo aquello acerca de 1c que traía el lenguaje, sino 2 . La teoría
teor ía verificacionístn
también cómo trata de aquello de lo que trata. Volveremos sobre
esta teoría más adelante.  El positivismo lógico

 La teoría referencial y el discurso moral La teoría verificacionista fue propuesta por los positivistas
lógicos. Originalmente eran un grupo de filósofos, científicos y
Dada la teoría referencial, hay dos maneras en que es posible matemáticos que, durante los años veinte, se reunieron alrededor
tratar de un juicio moral como «X es bueno». Una de estas de Moritz Schlick, profesor de filosofía en Viena, y llegaron a ser
maneras es la adoptada por los intuicionistas, cuya filosofía moral conocidos como el Círculo de Viena. Muchos de los que pertene-
será considerada en el capítulo 3. La otra fue adoptada por el cieron a este círculo llegaron a ser famosos en filosofía, como
 primer W ittgenstein, a cuyas opiniones sobre la ética me referiré Carnap, Waismann, Neurath, Feigl y otros. Wittgenstein nunca
en la primera parte del capítulo 4. fue un miembro del Círculo, pero tuvo relaciones con Schlick, y
Para la primera de estas dos posibilidades de tratar «X es su Tractatus  influyó mucho en el Círculo. El más conocido
 bueno»
 bueno» hay que decir que «bueno» debe referirse a algo. Puesto exponente inglés del positivismo lógico es el profesor A. J. Ayer,
que el juicio «X es bueno» es significativo, entonces, dada la que asistió a las reuniones del Círculo en los primeros años de la
teoría referencial, debe haber alguna cualidad a la que «bueno» década de los treinta. El Círculo se disolvió con la conquista del
se refiera. Pero sea la bondad lo que fuere, no es una cualidad o  poder por los nazis y el comienzo
comienzo de la guerra.
 propiedad que pueda aprehenderse por los sentidos, como la El positivismo lógico ha tenido una profunda influencia en la
26  PI, 60.
filosofía durante los últimos cincuenta años, influencia que ha
27 T   3.11; cf. anteriormente, p. 41. alcanzado a la filosofía moral. Para apreciar esta influencia es
28  Pl,   510. necesario entender la teoría verificacionista del significado, que
46 La filosofía moral contemp oránea -i El dis curs o moral
moral y las teorías del significado

los positivistas lógicos aceptaban, y que expondré a continuación empíricamente falsado. Por ejemplo, «Todos los A son B» es
 breve mente . falsado si encontramos un A que no es B. Podemos asi decir que
Su formulación clásica dice que el significado de una proposi- las leyes científicas son proposiciones universales que han esca-
ción es el modo de su verificación. ¿Qué significa esto exacta-  pado h asta ahora a la falsación.
falsación. Pero esta formulación
formulación del cute
mente? Ayer lo explicaba de esta manera: «Un enunciado es rio aunque puede dejar a la ciencia intacta, parece ser incompa-
literalmen te significativo
significativo si, y sólo si,
si, es analítico o empíricamente
empíricamente tible con el sentido común, ya que, aunque nos permitiría decir
verificable»29. Por «literalmente significativo» Ayer entendía significativamente «No hay A que sea B», pues esto podría ser
«susceptible de ser mostrado verdadero o falso». Muy sumaria- falsado encontrando un A que fuera B, no nos permitiría decir
mente expuesto, lo que los positivistas lógicos decían sobre el «Hay algún A que es B», en cuanto
cuant o esto no puede se r talsa do .
significado se reduce a esto. Los enunciados analíticos se ve- Para evitar estas conclusiones, el principio de verificación lúe
rifican o se falsan simplemente apelando a las definiciones de los reformulado en el sentido de que un enunciado es significativo si
signos usados en ellos. Si resultan ser tautologías, son verdade- algún enunciado de observación puede deducirse de el en con-
ros; si resultan ser contradicciones, son falsos. Los enunciados  junción con ciertas otras premisas, sin que pueda ser deducido de
lógicos y matemáticos son de esta clase. Todos los demás enun- estas premisas solas («enunciado de observación» sigmhca aquí
ciados significativos pueden ser verificados o falsados por obser- un enunciado que expresa una observación empírica real o posi-
vación empírica, esto es, por la evidencia de los sentidos. No  ble).
 ble). ¿Sirve esta formulación? Co nsideremos el e nunciado meta
son, en efecto, más que hipótesis sobre nuestra experiencia físico «El Absoluto es espíritu puro». Si esto se une a la premisa
futura. Si digo «Hay un policía en el jardín», estoy prediciendo «Si el Absoluto es espíritu puro, entonces todos los gatos son
que cualquier persona normal, si va al jardín, verá un policía. Si negros», de ambas premisas, pero no de la última sola, puede
digo «Ayer había un policía en el jardín», estoy prediciendo lo deducirse el enunciado observacional «Todos los gatos son ne-
que experimentaría cualquiera que se pusiera a comprobar este gros». De lo que se sigue que, según la nueva formulación del
enunciado. Si, por ejemplo, lo hiciera preguntando a mis vecinos, criterio, el enunciado metafísico «El Absoluto es puro espíritu»
oiría la contestación «Sí, !o había». Los enunciados de la ciencia, tiene significado31. Tal conclusión, sin embargo, repugnada a ios
de la historia y del sentido común son significativos de acuerdo  positivistas lógicos, pues era uno de sus principales propósitos
con este criterio. valorar la ciencia y el sentido común y desacreditar la metafísica.
Ha habido mucha discusión filosófica sobre el principio de Lo último que podían esperar de su criterio era que excluyera la
verificación, como es llamado usualmente. Sobre él se han plan- ciencia y reconociera la metafísica. No es necesario que prosi
teado dos cuestiones principales. La primera es: ¿cuál es su gamos el debate en toda su complejidad. Baste señalar que no
formulación conecta? Los positivistas lógicos encontraron ya  parece que el dilema haya sido resuelto nunca s atisfactoria mente.
grandes dificultades cuando intentaron una formulación que no Ayer mismo reconoce, en su introducción a  Logica l Positivism
fuera ni demasiado excluyente ni demasiado incluyente. Las (El positivismo lógico)  que el principio de verificación nunca ha
leyes científicas son universales, en el sentido de que todos los A sido adec uadame
uad amente
nte form ulado3
ula do32
2. . . . .
son B. Para verificar esto de forma concluyente habría que La segunda cuestión que se planteó sobre este principio es la
observar todos los A del universo; pero es lógicamente imposible de si pretende ser una definición léxica o una definición estipula
estar seguros de que se ha hecho así. Siempre podría haber un A tiva de «significado». Es claro que no es lo primero; en el sentido
que no fuera B. Si los enunciados sólo son significativos cuando ¡ ordinario de la palab ra, los enunciados éticos o metafisicos sin
 puede n ser verificados, se deduce que las leyes científicas
científicas care- duda tienen significado. Ayer reconoce esto y señala.
cen de significado. Si sustituimos la noción de verificación por la
de falsación, tampoco resolvemos el problema completamente.
’ 30 Cf. K. R. Poppe r. The Logic of Scientific ery  [La lógica de la
Scientific Discov ery 
Una ley científica será entonces un enunciado que puede ser 
| investigación científica] (1959),  passim .

 29 A. J. Ayer,  Langua ge, Truth and Logic 


 29 Logic   [Lenguaje, verdad y lógica] (2.a i 32 A y e r A'Logic a! Posirivi sm 
sm  [El positivismo lógico] (Glencoe, 111., 1959),
ed., 1946). p. 9. p. 14.
48 La filosofía moral contemporánea 2. El discurso moral y las teorías del significado 49

Me parece bastante claro que lo que [los positivistas lógicos] estaban ha significado según la teoría de los positivistas lógicos. Cuando
ciendo de hecho era adoptar el principio de verificación como convención. éstos anunciaron que la ética no tiene sentido hubo un gran es-
Estaban proponiendo una definición de significado que estaba de acuerdo con el cándalo, pues parecía una afirmación monstruosa. En realidad,
uso común en ei sentido de que establecía las condiciones que son de hecho
satisfechas por los enunciados que se consideran empíricamente informativos. Su esto lo decían en un sentido técnico, aunque no siempre quedaba
tratamiento de los enunciados  a pr ior i también intentaba suministrar una explica ello claro. Lo que querían decir es que la ética trata de lo que no
ción de la forma en que esos enunciados realmente funcionan. En esta medida su  puede ser observado por los sentido s, y sus juicios no son, por
obra era descriptiva. Se convirtió en prescriptiva con la sugerencia de que tanto, informativos, no puede mostrarse que sean verdaderos o
solamente los enunciados de estas dos clases debían considerarse verdaderos o
falsos y de que solamente los enunciados que pueden ser verdaderos o falsos falsos y carecen de significado literal. Esto contradice, por su-
deben considerarse literalmente significativos33.  puesto, la concepción de quienes creen en un orden moral oral""
objetivo, objetivo en el mismo sentido que el mundo físico, y en
Ayer admitía que no se sigue necesariamente que debamos verdades morales aprehendidas por intuición. Pero no excluye la
aceptar esta prescripción, pero señala con toda justificación que  posibilidad
 posibilidad de que los juicio s morales tengan algún algún tipo de
los metafísicos han pasado a menudo por hombres que hacen el significado, aunque no significado literal. Como veremos en el
mismo trabajo que los científicos, sólo que con más profundidad, capítulo 4, la teoría emotivista les parecía a Ayer y a los demás
cuando de hecho puede mostrarse que, puesto que sus enuncia-  positivistas lógicos
lógicos una explicación corre cta del significad
significado
o de los
dos no son ni analíticos ni empíricamente verificables, lo cierto es  juicios morales. No obstant e, Steven son, el principal exponente
que no lo hacen. Si los metafísicos no hacen lo mismo que los del emotivismo, aceptaba una teoría del significado distinta de
científicos, entonces son aquéllos quienes deben aclarar qué es lo la de aquéllos, y a ella dedicaremos la sección siguiente.
que hacen y, particularmente, cómo se distingue de lo que hacen
los poetas, los predicadores o los escritores de novelas34.
3. La teoría causal o psicológic a
 El principio de verificación
verificación y el discurso moral
 Eos sentidos del significado
significado
¿Qué pasa entonces con los juicios morales? Parece claro que
no pueden ser verificados de ninguna de las maneras admitidas. Según esta teoría, el significado del lenguaje consiste en su
 No puede mostrarse que sean verdaderos o falsos por definición
definición.. disposición para causar, o ser causado por, ciertos procesos
«X es bueno» no puede verificarse mostrando que «bueno»  psicológicos
 psicológicos en el oyente o en el hablante respectivamente.
significa X. Aunque algunos filósofos pretendieron en el pasado Tales procesos psicológicos pueden, por supuesto, ser inves-
que sí; como veremos en el capítulo 3 cometieron una seria tigados, y los psicólogos han realizado y están realizando nume-
equivocación. Fue la equivocación de pasar por alto el hecho de rosas investigaciones en este tema, las cuales son de gran interés
que cualquiera que sea la definición (D) que se dé de «bueno», teórico y de remunerativa aplicación práctica para abogados y
 por ejemplo, la pregunta «¿Es bueno lo que es D?» siempre  propagandistas de todo tipo. Pero la cuestión que nos importa no
admite una respuesta. Como hemos subrayado en este capítulo, es qué causas o efectos psicológicos tiene el lenguaje, sino si
la bondad, sea lo que fuere, no es ciertamente una propiedad que tales efectos y causas pueden igualarse lógicamente al signifi-
 pueda ser vista, olida, tocada, gustada u oída.
oída. Podemos hablar cado.
figurativamente de aprehenderla en una u otra de estas formas, Al principio de este capítulo notamos que hay diferentes
 pero no «vemos»
«vemos» la bondad como vemos las mesas y las sillas, y clases de significado, diferentes maneras de usar la expresión
lo propio en cuanto a los demás sentidos. Si «X es bueno» no es «significar» y las que se relacionan con ella. En algunas de esas
verificable o falsable ni analítica ni empíricamente, carece de maneras «significar» parece ser equivalente a «causar, o ser
causado por, ciertos procesos psicológicos». Por ejemplo, su-
33 Ibíd.,   p. 15.
 pongamos
 pongamos que un maestro pone en el tablón de anuncios el aviso
34 Cf. A. J. Ayer, «The Vienna Circle» [«E l Círculo de Viena»] en The siguiente
siguiente:: «Todos los que faltaron ayer a clase deben verme
 Revolutio n in Philoso phy   [La revolución en filosofía] (1956), p. 76. inmediatamente.» Los chicos podrían comentar: «Eso significa
50 La filosofía moral
moral contemporánea 2. El discu rso moral y las
las teorías del significado 51

que está enfadado»; lo cual equivale a «La causa de que diga eso creer un enunciado o estar en desacuerdo con un juicio. Según la
es su enfado». O supongamos que dos personas escuchan una teoría psicológica (y dejando a un lado posibles refinamientos
composición musical y una de ellas comenta: «Está llena de en mi explicación), el significado de un mandato es la actividad
significado, ¿verdad?» Este significado son ciertos efectos psico- causada po r éste, el significa
significado
do de un enunciado es la creencia que
lógicos, por ejemplo, tranquilidad, satisfacción, etc., que la mú- éste produce, y el significado de un juicio es el asentimiento
sica ha tenido en él y que él espera que haya tenido también en que consigue. Ahora bien, desobedecer un mandato es no actuar
su acompañante. Es indudable que existen estos sentidos del según él; rechazar un enunciado es no creerlo; y estar en desa-
término «significar», pero hay que distinguirlos cuidadosamente cuerdo con un juicio es no asentir al mismo. Si la teoría psicoló-
de otro sentido que es completamente diferente. Es en éste en el gica fuera correcta, un mandato que fuera desobedecido, un
que los filósofos están primariamente interesados. Puede mos- enunciado que no fuera creído, y un juicio que fuera seguido de
trarse al menos de tres formas que el significado en este otro desacuerdo, carecerían todos ellos de significado, pues no produ-
sentido es lógicamente distinto de las causas y efectos psicológi- cirían los procesos psicológicos que constituyen su significado, y
cos del uso del lenguaje, y estas consideraciones aclararán cuál  por tanto no podrían tener significa
significado.
do. Es claro que esto es una
es este sentido del significado. reductio cid absurdum, pues no es cierto que cualquiera pueda, de
(i) El significado
significado de un acto lingüístico
lingüístico subsiste cualesquiera esta forma, vaciar de significado lo que se le diga. Si yo le digo a
que sean las causas o efectos psicológicos del mismo. Considé- alguien «Vete», y él se queda donde está; si le digo «Se marchó»,
rense los siguientes ejemplos: y él no lo cree; o si le digo «Debe irse», y él no está de acuerdo,
(a) Mandato: «Vete». en ninguno de estos casos pierde mi acto lingüístico su significa-
(b) Enunci ado: «Se«Se marchó». do. Hay, por tanto, un sentido de «significado» en el cual es
(c)
(c) Juicio: «Debe marcharse». absurdo sugerir que un acto lingüístico pueda perder su sig-
Basta un momento de reflexión para darse cuenta de que cual- nificado por cualesquiera efectos que se sigan, o dejen de seguir-
quiera de las expresiones anteriores puede haber sido causada en se, de él.
un hablante por una variedad de procesos psicológicos, tales (¡ii)
(¡ii) Ei significado del lenguaje (en el sentido
sent ido de significado
como ira, miedo, envidia, amor, etc. Igualmente, los actos lin- que estoy aquí intentando distinguir y clarificar) se descubre por
güísticos anteriores pueden tener, según la naturaleza y circuns- su explicación lógica, y no por su explicación causal. Para
tancias del oyente, muy variados efectos psicológicos en él, por  percibir la diferencia entre estos tipos de explicación, recuérdese
ejemplo, asombro, satisfacción, pena, etc. La cuestión es que sea el mandato, el enunciado y el juicio que ejemplificamos en (i). En
cual fuere el proceso psicológico que causa, o es causado por, cada uno de esos casos, alguien podría preguntar por qué el
cualquiera de los anteriores actos lingüísticos, el significado de hablante dice lo que dice. De una parte, se puede entender esta
éstos sigue siendo el mismo. «Vete» significa lo mismo tanto si se  pregunta en el sentido de ped ir una explicación causal. ¿Cuál fue
dice por odio o por amor hacia el oyente, y tanto si despierta la causa de que dijera lo que dijo? La respuesta revelará el
odio o amor en él. Pero desde luego, «Vete» puede no significar mecanismo que produjo la pronunciación de la expresión, esto es,
lo mismo siempre, y yo no pretendo lo contrario. Lo que quiero la serie de acontecimientos psicológicos que resultaron en ella,
decir es que, dado un significado para un acto lingüístico, éste  para tal hablante , en tal momento, en tales circun stanc ias. Así,
 perm anece rá consta nte sea cual fuere la variedad de causas y los psicólogos formulan hipótesis sobre lo que tales y tales tipos
efectos psicológicos relativos a su acto lingüístico. Y esto vale de personas dicen en tales y tales tipos de circunstancias, y aplican
igualmente para los mandatos, los enunciados, los juicios, y estas generalizacione s a loslos casos particulares. La última apelación
cualesquiera otros actos lingüísticos. El significado del acto lin- es siempre a la observación empírica de acontecimientos psico-
güístico no puede igualarse a ningún proceso psicológico que sea lógicos causalmente conectados. Esto es la explicación causal.
su causa o su efecto. Otras veces, cuando preguntamos por qué alguien dijo lo
(ii)
(ii) Si la teoría
teo ría psicológica del significado fuera correcta
corre cta se que dijo, podemos estar pidiendo una explicación lógica. Lo que
seguirían las siguientes absurdas consecuencias. Si fuera correc- queremos saber, entonces, es no cuál es la causa de que lo dijera,
ta, imagínese lo que significaría desobedecer un mandato, no sino más bien cuál es la razón.  Es verdad que a veces se usa
52 La filosofía moral contempora'nea 2. El discu rso moral y las teoría s del significad o
53
«razón» en un vago sentido similar al de «causa», pero hay un En esta explicación no se apela a conexiones causales empíri-
uso del término «razón» que es lógicamente distinto del de camente observadas entre el uso del lenguaje y los procesos
«causa», y en ese sentido lo uso aquí. ¿Por qué un cierto  psicológicos,
 psicológicos, sino a reglas o normas para dicho uso.
hablante dice X? La respuesta lógicamente explicativa será: ' F. Waismann resume en The Principies of Linguistic Philo
 porque pretende pronunciar un mandato,
mandato, o enunciar un hecho, o sophy (Los principios de la filosofía lingüística)  lo que he inten-
expresar un juicio, o realizar un determinado acto lingüístico, tado mostrar
mostra r de
de esta manera: «Consideramos el lenguaje no
y esto se consigue por medio de X. Esa es la razón para decir X y como un mecanismo sino como un cálculo»36. Como ejemplos de
no otra cosa. Esta explicación apela, no a hipótesis sobre lo que transición según un cálculo cita los movimientos en el ajedrez,
la gente dice, sino a reglas o normas sobre lo que hay que decir.  poniendo
 poniendo las direcciones en los sobres de acuerdo con un listín
Una explicación lógica del lenguaje consiste en mostrar que lo de direcciones, pasando del nombre de un color al color mismo
que el hablante hace con él es lo que hay que hacer si se pretende en una tabla de colores, resolver una ecuación algebraica paso a
comunicar al oyente lo que el hablante pretende comunicar.  paso según
según las reglas del álgebra, y extrayendo la conclusión de
Solamente una vez que hemos mostrado que el hablante está ha- las premisas de acuerdo con el cálculo proposicional. A conti-
ciendo con el lenguaje lo que hay que hacer, esto es, que está nuación afirma:
usándolo de acuerdo con tales o tales reglas y convenciones,
hemos mostrado que tiene significado, y lo que éste es, en el ¿Cuál es entonces la diferencia entre una conexión causal y la transición en un
cálculo? ¿Cuál és la diferencia entre un cálculo hecho por una máquina y ese
sentido de significado que aquí estoy intentando aclarar. mismo cálculo hecho por una persona? ¿O entre una pieza musical que suena en
La teoría psicológica o causal ha seguido atrayendo autores una caja de música y que es tocada por una persona? Un dato es este- la actividad
 porque es cierto, a pesar de todo cuanto he dicho, que el lengua
lenguaje
je de ¡a persona puede justificarse por medio de reglas que nos da cuando le
es significativo cuando produce ciertos efectos en el oyente. Pero preguntamos; no ocurre así con la acción de una máquina, ya que la pregunta
este efecto es la comprensión.   Lo que es importante subrayar «¿Por qué saltan estas teclas?»  sólo 
 sólo   puede responderse describiendo el mecanis
mo. esto es, describiend o un nexo causal. En cambio, si preguntamos
preguntamos a la
en contra de la teoría psicológica es que producir la comprensión en persona cómo alcanzó sus resultados, nos explicará qué tipo de cálculo está
el oyente es lógicamente distinto de conseguir que cumpla un haciendo y aducirá ciertas leyes de la aritmética. Pero no responderá
responderá describiendo
mandato, que crea un enunciado o que esté de acuerdo con la manera de actuar de una máquina, por ejemplo escondida en su cerebro37.
un juicio. El profesor J. R. Searle lo señala así comentando en qué
consiste entender la oración «Hola». Según él: El lenguaje  puede   operar como un mecanismo, como hemos
notado al principio de esta subsección. Un acto lingüístico puede
1. Comprender la oración
oración «Hola» es conocer su significado. estar conectado con ciertos procesos psicológicos en el oyente o
2. El significado de «Hola» está determinado por reglas reglas semánticas que en el hablante, de tal manera que aquél desencadene, o sea
especifican tanto las condiciones de su pronunciación como la forma en que hay desencadenado por, dichos procesos, igual que un interruptor
que tomar ésta. Las reglas especifican que, en ciertas condiciones, una pronun
ciación de «Hola» ha de ser tomada como un saludo del hablante al oyente.  puede operar, o ser operado por, otras partes de una máquina.
máquina.
3. Pronunc iar «Hola» y darle su significado es una cuest ión de (a) (a) intentar Sin embargo, dice Waismann hablando en nombre de quienes
que el oyente reconozca que está siendo saludado, (b) intentar que reconozca que comparten su enfoque de la teoría del significado, «no conside-
está siend o saludad opor medio del reconocimient o de la intención del hablante de sa ramos el lenguaje en este aspecto mecánico, sino en su aspecto
ludarle, (c) intentar que el oyente reconozca la intención del hablante de
saludarle en virtud del conocimiento que el oyente tiene del significado de «Hola» como cálculo, esto es, en la medida en que se guía por reglas » 38
4. La oración
oración «Hola» suministra enton ces un
un medio convencional de saludo.
saludo. Las reglas a las que se refiere son las que establecen, por
Si un hablante dice «Hola» y le da su significado, tendrá las intenciones (a), (b) y ejemplo, que «rojo» es el signo de un cierto color. Cuando
(c), y la comprensión por parte del oyente consistirá simplemente en que dichas usamos la palabra de acuerdo con esa regla, tiene significado.
intenciones se cumplan. Las intenciones se cumplirán en general si el oyente
comprende la oración «Hola», esto es, comprende su 'significado, esto es, com Desde luego, puede tener otros significados: puede haber otras
prende que, en ciertas circunstancias, su pronunciación ha de ser tomada como reglas según las cuales es la palabra para un comunista. Pero si
un saludo35.
* Waismann,  op. cit.,   p. 124.
35 J. R. Searle, Speech Acts: An Essay in the Philosophy Language   [Actos
Philosophy o f Language
de discurso: un ensayo sobre filosofía del lenguaje] (Cambridge,
(Cambridge, 1969),
1969), p. 48-49.
48-49.
54 La filosofía moral contemporánea i £| discurso moral
moral y las teorías del significado
significado

no hay ninguna regla con referencia a la cual podamos averiguar 4. El signific


sign ificado
ado como uso
su significado, entonces carece de significado.
Un filósofo podría señalar que hay diferentes clases de signi- En esta sección diré algo sobre las ideas que acerca del
ficado y, como ejemplos, contrastar el uso de la palabra «sig- lenguaje mantuvieron el último Wittgenstein y J. L. Austin, ideas
nificado» en la oración antes mencionada sobre la música («Es- que han ejercido suma influencia en la filosofía analítica contem-
taba llena de significado, ¿verdad?») con «significado» en el  poránea.
 poránea. Dar una explicación a decuada bien del último Wittgens-
sentido en el que lo he estado usando posteriormente. Pero no es tein bien de Austin requeriría mucho más espacio del que aquí
esto lo que han hecho los proponentes de la teoría psicológica. está disponible. En ambos casos se plantean dos cuestiones: ¿qué
La discusión en la que han terciado es una discusión entre era el significado exactamente para este pensador?, y, en la
filósofos, que, si se examina cuidadosamente, se ve que es sobre medida en que podemos discernir lo que para él era, ¿estaba en
el significado en el último sentido. Esa discusión versa sobre lo cierto? Estas cuestiones siguen siendo investigadas por los
lo que es comprender el lenguaje, sobre su explicación lógica. Y lo filósofos actuales, quienes discuten diferentes respuestas. Espero
que han dicho, en efecto, es que el significado en este sentido es  poder, por mi parte, decir lo suficiente
suficiente para dar una impresión de
equivalente al significado en otro sentido, el sentido en el que el cómo se relacionan los últimos desarrollos de la filosofía moral
aviso del maestro significaba que estaba enfadado, o en el que la con las ideas sobre el lenguaje que aparecen en las Pliilosoplúcal
música estaba llena de significado para el oyente. Pero esto es  Investigations  (Oxford.
(Oxford . 1953
1953),
), de Wittgens
Witt genstein,
tein, y en  How to Do
una confusión. Things with Words  (Oxford, 1962) (Cómo hacer cosas por medio
de palabras),  de Austin.
 La teoría psicológica y el discurso moral
 El segundo Wittgenstein y la necesidad de  mirar al uso que se
El profesor C. L. Stevenson, principal exponente de la teoría
hace del lenguaje
emotivista, defiende
defiende la teoría psicológica del significado.
significado. Gracias a
esto reconoce que no es suficiente preguntar acerca de qué es el La idea central en la teoría de la representación de Wittgens-
lenguaje, sino que tenemos que preguntar también cómo  trata de tein era ésta: «Lo que cualquier repres entaci ón, de cualquier
aquello de lo que trata. Cuando preguntamos esto acerca de los forma, debe tener en común con la realidad para poder represen-
 juicios morales descubrimos que tienen un carácter dinámico. tarla, correcta o incorrectamente, de cualquier manera, es la
 No se limitan a describir hechos no físicos. Los juicios morales, forma lógica, esto es, la forma de la realidad»39. Ulteriormente
en palabras de Stevenson, ejercen un «magnetismo», es decir, si Wittgenstein rechazó esta idea básica de que, para ser significati-
alguien sinceramente asiente al juicio «X es bueno» debe ipso vo, el lenguaje debe representar una configuración de «objetos»,
 fa cto   adquirir una tendencia más fuerte a actuar favorablemente
 facto una «forma lógica», que exista en el mundo real objetivo.
hacia X. Los juicios morales, también en palabras de Stevenson, El profesor Norman Malcolm en su  Mem oir (Memoria)
(Memoria)  sobre
«crean una influencia». Decir a alguien que X es bueno es ejercer Wittgenstein narra la historia de cómo fue Wittgenstein apartado
un tipo de presión sobre él en lo que se refiere a X, de tal manera de lala teoría de la representació n por su amigo P. Straffa,
que actúe favorablemente hacia éste. Esta concepción del dis-  profesor de Economía en Cambridge.
Cambridge. Por cierto , que Wittgens-
curso moral liga con la teoría de que el significado es la disposi- tein atribuye al estímulo de las críticas de Straffa las ideas más
ción para causar, o ser causado por, ciertos procesos psicológi- influyentes de las Investigati ons,  como puede leerse en el prólogo
cos en el oyente, o del hablante, respectivamente. Como todos de esta obra. La anécdota que cuenta Malcolm es que Wittgens-
los defensores de la teoría psicológica, Stevenson, según vere- tein y Straffa viajaban en un tren en los primeros años de la
mos en el capítulo 4, no supo distinguir entre la explicación década de los treinta, y Wittgenstein iba insistiendo en que una
causal y la explicación lógica del lenguaje. Aunque reconoció que  proposición y lo descrito en ella deben tene r la misma «forma«forma
la pregunta que hay que hacer es: ¿cómo se usa el lenguaje lógica». Y cuenta Malcolm: «Straffa hizo entonces un gesto,
moral?, confundió las causas del uso del discurso moral con sus
razones. 39
T   2.18.
La filosofía moral contemporánea 2. El discurso moral y las teorías del significado 57
56
Construir un objeto a partir de una descripción (un dibujo)—
 propio de los napolitanos, consistente en frot arse la barbilla con Informar de un acontecimiento—
las puntas de los dedos, gesto que significa algo así como despre- Especular sobre un acontecimiento—
cio o disgusto. Y preguntó: ‘¿Cuál es la forma lógica de esto?’ El Formular y comprobar una hipótesis—
ejemplo de Straffa le produjo a Wittgenstein el sentimiento de Presentar los resultados de un experimento en tablas y en diagramas—
Inventar una historia; y leerla—
que era absurdo insistir en que una proposición y lo descrito por Hacer teatro—
ella deben tener la misma ‘forma’. Esto le hizo poner en duda la Cantar—
concepción de que una proposición debe literalmente ser una Adivinar acertijos—
‘represe
‘rep resentac
ntación’
ión’ de la realidad que describe» . Las razones de de Hacer un chiste; contarlo—
Resolver un problema de aritmética práctica—
Wittgenstein para acabar abandonando esa teoría, o algunas de Traducir de un lenguaje a otro—
ellas, ya han sido indicadas brevemente41. Veamos ahora cuál fue Preguntar, dar las gracias, maldecir, saludar, rezar—
la nueva teoría. Es interesante'comparar la multiplicidad de las herramientas del lenguaje, y de las
Wittgenstein pensaba que se había equivocado en el Tractatus maneras de usarlas, la multiplicidad de las clases de palabras y de oraciones, con
 por intent ar imponer al lenguaje
lenguaje una idea preconcebida acerca de lo que los lógicos han dicho sobre la estructura del lenguaje. (Incluyendo al autor
del Tractatu s Logico -Philo sophicu s)Ab
s)Ab.
en qué debe consistir eí significado. Ahora pensaba, en cambio,
que lo que debería haber hecho era «mirar a su uso y aprender de
éste»42. Y añadía: «La dificultad está en quitar el prejuicio que La perplejidad filosófica surge, según Wittgenstein, cuando
impide hacerlo»43. Pero si se vencen los prejuicios y se atiende al hay confusión entre los juegos lingüísticos. Un ejemplo de lo que
lenguaje se ve que hay una enorme variedad de usos que se quería decir, aunque no es un ejemplo que él use, es el de alguien
hacen de él. Comparaba las palabras con herramientas, y decía que pregunta con qué sentido se percibe la corrección moral. Si
que las funciones del lenguaje son tan diversas comolas de las se hiciera esta pregunta sobre la rojez o la dureza, en lugar de
herramientas de un estuche44. «Considérese la oración como un sobre la corrección moral, sería fácil comprenderla y responder-
instrumento», escribió, «y su sentido (Sinn)  como su empleo» . la . Quien haga la pregunt a presume que es lo mismo hablar de moral
A estos diferentes usos que puede hacerse del lenguaje ios llamó que hablar de colores o de dureza. Esa es su equivocación a!
«juegos lingüísticos». La cita que sigue muestra, en términos tiempo que la razón de su perplejidad. Puesto que es claro que no
de «juegos lingüísticos», la concepción a la que había llegado Witt- aprehendemos la corrección moral con ninguno de los sentidos
genstein cuando estaba escribiendo las  Investigacione s. físicos, como aprehendemos la rojez con la vista o la dureza con
el tacto, concluye que debe haber otro sentido con el que lo
¿Cuántas clases de oración hay? ¿Tal vez, afirmación, pregunta y mandato'’ hagamos. En el. pasado ha habido una gran discusión entre los
__Hay innumerables  clases: innumerables clases diferentes de usos de lo que filósofos morales acerca de lo que sea este «sentido moral». Pero
podemos llamar «símbolos», «palabras», «oraciones». Y esta multiplicidad no es
alao fijado, y dado de una vez para todas. Nuevos tipos de lenguaje, nuevos todo se basa en una confusión que es, en el fondo, una confusión
 juego s lingüíst icos, por así llamarlos, comienzan a existir, mientras
mientras que otros se entre el juego lingüístico de lg percepción sensorial y el de los
hacen anticuados y se olvidan. (.Puede verse un cuadro aproximad o de lo que digo  juicios morales.
morales. Se hace una pregunta que correspondería al
en los cambios experimentados en la matemática.)
Aquí, el término « jue
 jue go  lingüístico» tiene el propósito de subrayar que hablar  primero de estos juegos y se asume que la respuesta debe
un lenguaje es parte de una actividad, de una forma de vida. Pasemos revista a la encontrarse en el otro. Estudiaremos más detalladamente esta
multiplicidad de los juegos lingüísticos en los ejemplos siguientes y en otros:  particular confusión
confusión sobre el «sentido
«sentido moral»
moral» en el capítulo 3.
Dar órdenes, y obedecerlas—
Describir la apariencia de un objeto, o dar sus medidas—
 La gramática profunda, las formas de vida y el discurso moral
40 Malcolm,  op. cil. ,  p. 69; Malcolm señala que existen diversas versiones de
esta anécdota. Wittgenstein se refirió a la filosofía en las  Investigaci ones
41 Anteriormente, pp. 42-4. como «una batalla contra el embrujamiento de nuestra inteligen
42  PI,  340.
43  Ibíd.
44  PI, 11.
11. 46 PI,
45  PP   421. 23.
58 La filosofía moral contemporánea 2. Ei dis cu rs o moral y las teoría s del significado 59

cía por el lenguaje»47. La clase de embrujamiento que tenía en la el curso de una oración; por lo segundo entendía, en mi opinión,
cabeza es el tipo de confusión al cual me acabo de referir. El el uso característico de las palabras en su propio juego lingüísti-
embrujamiento tiene lugar, según Wittgenstein, de dos maneras, co. Como ya he señalado, un ejemplo de perplejidad filosófica o
(i)
(i) Podemos sentirnos ten tado s a «establecer una analogía con- embrujamiento —aunque no uno que el propio Wittgenstein
fundente»48, o, en otras palabras, quedar cautivos de una idea. usara— es el siguiente que se da en el discurso moral. La oración
Un ejemplo famoso es el del asombro de S. Agustín ante la «X es bueno» es sintácticamente similar a «X es rojo»— esto es,
medición del tiempo. S. Agustín se representaba el tiempo como similar por su «gramática superficial». Consisten en un nombre
una corriente que fluye, y si colocamos un instrumento de medir unido por el verbo «ser» a un adjetivo. La oración «X es rojo»
 jun to a esta corriente, la medición es imposible por las siguientes describe X, atribuyéndole una característica que es visible para
razones. N uestra medición,
medición, cuandoquiera que la hagamos,
hagamos, tendrá quien tenga su vista normal. Esta es su «gramática profunda». Es
lugar en el (entonces) presente. Por tanto, no podemos medir un una oración que pertenece al juego lingüístico de describir obje-
intervalo de tiempo en el (entonces) pasado porque ya no está allí tos físicos en términos de sus colores. Se puede sentir la tenta-
en el (entonces) presente para ser medido. Por idéntica razón, ción de considerar «X es bueno» como si fuera similar a «X es
tampoco podemos medir un intervalo de tiempo en el (entonces) rojo» tanto por su gramática profunda como por su gramática
futuro. Además, el presente, que podríamos medir en la medida superficial. Naturalmente, todo el mundo sabe que la bondad no
en que lo tenemos presente, tampoco podemos de hecho medirlo, es visible como la rojez. Pero «X es bueno» parece ser una
 porque no es más que un punto. No podemos medir ni el pasad o, descripción de X tanto como lo parece «X es rojo». Por asumir
ni el presen te, ni el futuro. No podemos medir el el tiempo en que así es como debe ser, los filósofos del «sentido moral» y los
absoluto. Y se trata de un «no poder» lógico. Y sin embargo, de intuicionistas han asumido en general: (a) que la bondad debe ser
hecho, medimos el tiempo—decimos «Tardó cuatro horas», una propiedad de algún tipo; y (b) que debemos «verla» en algún
«Vendré a tomar el té a las cuatro y cuarto», etc. ¿Cómo puede sentido del término. ¿Pero y si el error básico está en considerar
ser esto? La perplejidad surge porque S. Agustín sucumbió a la «X es bueno» como una descripción? Su «gramática superficial»
tentación de establecer una analogía confundente, a saber, entre  podría h abe r «emorujado» a los filósofos
filósofos para cree r equivocada-
cómo se mide el espacio y cómo se mide el tiempo. Las medidas mente que así es también su «gramática profunda». En el capí-
espaciales se toman a base de colocar un instrumento de medida tulo 3  encontraremos razones para pensar que esto es lo que
 jun to al objeto que ha de ser medido. Pero el tiempo se mide mide sucedió.
acordando que tales y tales acontecimientos naturales, por ejem- Otros dos puntos que Wittgenstein subrayó sobre los juegos
 plo, el nacimiento y la puest a del sol, o que tales y tales lingüísticos fueron los siguientes. Uno se refiere a lo que llamó
acontecimientos artificiales, por ejemplo, las vueltas de un mue- «formas de vida». De esto dijo: «... el término 'juego lingüístico
lle, constituirán los términos a quo o ad quem.  Las unidades intenta subrayar el hecho de que hablar un lenguaje es parte de
temporales se marcan por tales acontecimientos, y no colocando una actividad, de una forma de vida»51. El otro se refiere a las
un instrumento junto a algo llamado tiempo49. Una vez que nos  presuposicione s tácitas sobre las que, según Wittgenstein, se
liberamos de la idea de la medición espacial, la perplejidad sobre  basan los juegos lingüísticos. De ello dijo: «... lo que hacemos en
la medición del tiempo desaparece. nuestro juego lingüístico descansa siempre sobre una presuposi-
(ii)
(ii) La segunda manera como el lenguaje
lenguaje embruja nuestra ción tácita»52. Consideraré ambos puntos sucesivamente.
inteligencia es por la confusión de lo que Wittgenstein llamó
respectivamente «gramática superficial» y «gramática profun- (i)
(i) El lenguaje no existe en un vacío. Está, en palabras de
da»50. Por lo primero entendía la manera de usar las palabras en Wittgenstein, «entretejido»53 »53  con otras actividades. Al final de
las  Investi gacione s  aparece esta consideración críptica: «Si un
47  PI,   109.
48 Wittgenstein, The Bine and Brown Books   [Los cuadernos azul y marrón]
(Oxford), p. 48. 51  PI, 23.
 49 Wittgenstein se refiere a lo que San Agustín dice del tiempo; ihíd.,   p. 26.
 49 52  PI,   p. 179.
50  PI,  664. 53  PI, 7.
2. El discu rso moral y las
las teoría s del significado 61
60 La filosofía moral contemporánea

león pudiera hablar, no podríamos entenderle»54. Pitcher se ha veremos en su momento. Lo que ahora quiero decir es que, si
esforzado en iluminarla de la forma siguiente: Wittgenstein tenía razón respecto al lenguaje en el sentido de que
está entretejido con las formas de vida —y me inclino a pensar
Supóngase que un león dijera «Son ahora las tres en punto» pero sin mirar a que tenía razón—•, entonces, incluso aunque el discurso «moral»
un reloj —y podemos pensar que fuera solamente un rasgo de suerte si efectiva de un marciano tuviera el mismo contenido y forma que el
mente fuera esa hora. O supongamos que dice «Cíelos, son las tres; debo darme nuestro, a menos que hubiera algo en su conducta, aparte de
prisa para llegar a mi cita», pero continúa tumbado, bostezando, sin intentar
moverse, como suelen hacer los leones. En estas circunstancias—asumiendo que la pronunciación de oraciones en términos morales, que indi-
la conducta general del león es en todos los aspectos exactamente igual que la de cara aprobación moral, nos resultaría como el león citado. No
un león corriente, excepto en lo que hace a su asombrosa habilidad para producir  podríamos
 podríamos reconocer su actividad lingüística como discurso mo-
oraciones—, no podríamos decir que el león había afirma do o enunciado   que eran ral, pues no compartiría con nosotros la forma relevante de vida.
las tres en punto, a pesar de haber pronunciado las palabras apropiadas.
apropiadas. No
podemos decir qué ha afirmado, si es que ha afirmado algo, pues las formas de (ii)
(ii) Ahora respecto a la afirmación
afirmación de Wittgenstein de que
conducta con las cuales su uso de las palabras está entretejido son demasiado los juegos lingüísticos, o las formas de vida, se basan en «presu-
distintas de las nuestras. No le entenderíamos, pues no comparte las formas  posiciones
 posiciones tácitas». Creo que lo que hay que entender aquí es
relevantes de vida con nosotros55. que la exigencia de una justificación para lo que se dice ha de
detemerse en algún punto. Todo juego lingüístico se reduce, en
Esta consideración tiene también aplicación al lenguaje moral. último análisis, a ciertos conceptos, o reglas de inferencia, o
Tratemos de imaginar alguien que pronuncie la oración «X es ambas cosas, que se presuponen tácitamente y que constituyen
moralmente bueno», pero sin que haya en su conducta nada más lógicamente ese universo del discurso. Un ejemplo sería el con-
que podamos reconocer como expresivo de aprobación moral cepto de objeto físico. La prueba empírica sobre la base de
hacia X; nada en lo que el hablante hace o deja de hacer; nada en la cual hablamos de objetos físicos es discontinua. Ahora vemos la
sus actitudes hacia otras personas. Es cierto que mucha gente no mesa, a continuación nos vamos a otra habitación y dejamos de
 practica lo que predica. Pero lo que ahora pido al lector que verla, luego volvemos y sigue estando ahí. Aunque haya habido
imagine va más allá de lo que significa esto último. Se trata de una ruDtura en nuestras observaciones, no obstante la conside-
alguien cuya conducta indica que el inecho de que X sea morai ramos idéntica en las dos ocasiones. Alguien podría preguntar:
mente bueno no produce para él ninguna diferencia, excepto por ¿Estamos justificados al hacerlo así? Hay en el discurso ordinario
lo que se refiere a la pronunciación de las palabras «X es formas aceptadas de decidir esa pregunta, condiciones que deben
moralmente bueno». ¿No diríamos de esa persona que no quiere normalmente cumplirse para que una mesa que hemos visto en
decir, o que no entiende, lo que está diciendo? En el capítulo 6 una ocasión pueda considerarse la misma mesa que hemos visto
imaginaremos que vinieran marcianos a la tierra 56 y que hablaran en otra. Pero incluso si tales condiciones se cumplen, nuestro
en términos de aprobación o desaprobación «moral» sobre asun- interlocutor puede persistir en su pregunta. Los enunciados que
tos que aquí nunca pensamos discutir en esos términos. ¿Les hacemos sobre los objetos físicos los hacemos sobre la base de
entenderíamos o no? Algunos filósofos se inclinan, como vere- nuestra experiencia de ellos. Al hacerlos, atribuimos a estos
mos, a decir que no podríamos reconocer su discurso como objetos una existencia continua, pues los objetos físicos siempre
moral en nuestro sentido del término, porque lo que hace «mo- se conciben así, aunque su continuidad pueda ser de corta dura-
ral» nuestro discurso es su contenido. Otros mantienen que, a ción. Pero nuestra observación de los objetos físicos es disconti-
 pesar de su diferencia de contenido, si el discurso de los marcia- nua, si no invariablemente, al menos característicamente. Hay
nos tuviera la misma form a que nuestro discurso moral, entonces aquí, por tanto, un vacío lógico entre una evidencia discontinua y
ciertamente lo reconoceríamos como moral. Lo que estos filóso- lo que esa evidencia apoya, que es continuo.   ¿Podemos saltar
fos consideran contenido y forma del discurso moral ya lo sobre este vacío? pregunta nuestro persistente interlocutor. El
 profesor P. F. Strawson, refiriéndose
refiriéndose al escéptico, que contesta
54  PI,  p. 223. esa pregunta negativamente, señala que «una condición  para
55 G. Pitcher, The Philosophy of Wittgenstein  [La filosofía de Wittgenstein]
(Englewood Cliffs, N. J., 1964),
1964), p. 243.
tener este esquema conceptual es la aceptación indiscutida de la
50 Más adelante, p. 295 identidad particular en algunos casos por lo menos de observa-
62 La filosofía moral contemporánea 2. El dis cur so moral y las teorías del
del significado
significado 63

ción discontinua»57. El escéptico, según Strawson, «... pretende razón  para decir que se debe alcanzar
alcanzar eso, entonces
entonces sea cual
cual
aceptar un esquema conceptual (a saber, el del sentido común o fuere el razonamiento de esa persona, no se trata de un razona-
de la ciencia natural, en el cual hablamos de objetos físicos sobre miento moral. Otros, como veremos, niegan esto.
la base de la observación empírica), pero al mismo tiempo rechaza La influencia del último Wittgenstein es cada vez más clara
tranquilamente una de las condiciones de su empleo. Por ello, sus según se va desplegando la historia de la filosofía moral contem-
dudas son irreales, no simplemente porque sean lógicamente  poránea. Los filósofo
filósofoss morales
morales más
más recientes han intentado se-
insolubles, sino porque equivalen a rechazar todo el esquema guir su consejo y mirar   al discurso moral sin prejuicios y sin
conceptual dentro del cual tales dudas tienen sentido»58. Las ninguna teoría del significado preconcebida. Han preguntado:
dudas sobre si podemos considerar nuestras observaciones como ¿para qué es el lenguaje moral? ¿Qué tarea tiene? ¿En qué se
observaciones del mismo objeto tienen sentido dentro del es- asemeja
asemej a y en qué
qué difiere esta tarea de otros usos del
del lenguaje?
lenguaje? .
quema del sentido común o de la ciencia natural, donde hay Han intentado evitar cualquier «embrujamiento» de su inteligen-
medios aceptados de decidir si están o no bien fundadas. Pero las cia por el lenguaje que pudiera llevarles a simplificar el sig-
dudas que se refieren a las reglas de inferencia tácitamente nificado del discurso moral o a confundirlo con otros tipos.
supuestas por, y constitutivas de, este esquema conceptual, son
«irreales» para Strawson. Esto es, se trata de dudas que recha-  J. L. Aus tin y lo que hacemos con las palabras
zan cualquier solución de las mismas en el único lugar donde ese
tipo de dudas se puede resolver, a saber, en el juego lingüístico En  How to Do Things with Words Words (Cómo hacer cosas por 
en el que hablamos de los objetos físicos. medio de las palabras )60, Austin distinguió tres tipos de cosa que
Todos los filósofos morales contemporáneos —incluso aque-  podemos hacer con las palabras, y los llamó llamó respectivamente
respectivamente
llos que son anteriores al segundo Wittgenstein— han aspirado a actos locucionario, ilocucionario y perlocucionario. De estas
clarificar los conceptos últimos y las reglas de inferencia del distinciones se ha hecho un gran uso en las discusiones recien-
universo del discurso moral. Su pregunta ha sido: en último tes sobre teoría del significado, y se discute particularmente en la
análisis, ¿qué es la ob!igacion moral? Los intuiCiO
intuiCiOuís
uístaS
taS creían actualidad la cuestión de cuál de esos actos, o qué combinación
que es algo que descubrimos, basado en la realidad objetiva. Los de los mismos, constituye el significado de un acto lingüístico.
emotivistas la tomaron como un sentimiento que tenemos hacia Poco puedo hacer aquí excepto rozar superficialmente el tema,
ciertos cursos de acción. Los prescriptivistas han juzgado que se  pero tr ataré de dar cuenta del mismo
mismo y, en particular, de dar una
trata de una decisión que tomamos. Los descriptivistas o neo indicación de las consecuencias que las distinciones de Austin
naturalista s la han considerado esencialmente conectada con ciertas han tenido para la filosofía moral actual. En primer lugar, distin-
 propiedades naturales que tienen los objetos o las acciones.acciones. gamos las tres cosas que podemos hacer con las palabras.
Igualmente, los filósofos morales contemporáneos han pregunta- (i) La locución, o acto locucionario,
locucionar io, es el acto de decir algo.
do: en último análisis, ¿cuál es la estructura lógica del razona- Según Austin, es una combinación de tres actos: (a) un acto fo-
miento moral? ¿Consiste en invocar decisiones sobre principios nético, esto es, el acto de producir ciertos ruidos; (b) un acto
morales, uno o varios de los cuales son los últimos constitutivos fático, esto es, la producción de ciertos vocablos o palabras, o
lógicos de cualquier juicio moral? ¿O hay pasos, como el paso sea, ruidos de cierto tipo, pertenecientes a un cierto vocabulario
desde lo que los hombres de hecho quieren tener o hacer a lo que y en cuanto pertenecientes a él, y conformes con una cierta
deben  tener o hacer, que, aunque cuestionados por algunos gramática y en cuanto conformes con ella; (c) un acto rético, esto
escépticos, son tales que rechazarlos equivale, en palabras de es, la realización del acto de usar esos vocablos con un sentido y
Strawson, a «rechazar todo el esquema conceptual» del discurso con una referencia más o menos definidos. Ejemplo de infoime
moral? Así, algunos afirman que, si el hecho de que todos los sobre un acto fático: «Dijo ‘El gato está en el sillón’». Ejemplo de
hombres quieren algo no cuenta para una persona como una
59 P. ej., P. H. Nowell-Smith,  Ethic s  [Etica] (1954), pp. 95-100 y  pass im.
' 7 P. F. Strawson,  Individ uáis   [Individuos] (1959), p. 35. w  J. L. Austin,  How to Do Things with Words  [Cómo hacer cosas con
58 lbíd. palabras] (Oxford, 1962),
1962), ver especialme nte la conferencia VIII.
64 La filosofía moral contemporánea 2. El discu rso moral y las teorías del signif icado 65

informe sobre
so bre un acto rético: «Dijo que que el gato estaba en el el designio, intención o propósito de producirlos. Podremos,
sillón»61. Esto último informa, no simplemente de la producción entonces, decir que el hablante ha ejecutado un acto en cuya
de ciertos sonidos, sino de la realización de una afirmación. Esto nomenclatura o bien se hace referencia (C.a) oblicuamente, o bien
nos lleva a lo siguiente que podemos hacer con las cosas. (C.b) no se hace en absoluto, a la ejecución del acto locucionario
(ii) De la ilocución, o acto ilocucionario,
ilocuci onario, escribió Austin: o ilocucionario. A la ejecución de un acto de esa clase la
«Ejecutar un acto locucionario es, en general, podemos decir, llamaremos ejecución de un acto  perlocucionario o  perlocu-
 perlocu-
.- 65
ejecutar también y eo ipso un acto ilocucionario, como propongo cion» .
llamarlo. Para determinar qué acto ilocucionario es así realizado Austin suministró, entre otros, los ejemplos siguientes de
debemos determinar de qué manera estamos usando la locu- información sobre actos locucionarios, ilocucionarios y perlocu
ción »62 . El acto ilocucionario es lo que hacemos al decir algo, y se cionarios.
opone al acto locucionario de  decir
dec ir algo.
algo. «Por
« Por ejemplo —escribió
Austin— con respecto a una expresión tal como ‘Va a cargar’ es  Locución:  Me dijo «¡Dispárala!» queriendo decir por «disparar» disparar y
refiriéndose por «la» a ella.
 perfectam ente posible
posible dejar claro ‘lo que estamos diciendo’ al  Ilocución: Me instó a (aconsejó, ordenó, etc.) dispararla.
dispararla.
 pronun ciar la expresión, en todos los sentidos que hasta ahora  Perlocución:   (En el sentido de C.a) Me persuadió para que la disparara.
hemos distinguido, y no haber aclarado en absoluto si, al pronun- (En el sentido de C.b) Me hizo dispararla66.
ciarla, estoy ejecutando el acto de advertir   o no»63. Si ejecuta-
mos el acto de decir algo, entonces puede siempre plantearse la ¿Cómo conoceremos la fuerza ilocucionaria y perlocucionaria
 pregunta de qué es lo que est amos diciendo al decir eso, y el tipo de lo que se dice? Austin señala aquí una importante diferencia
de respuesta que buscamos será el que aclare si estamos respon- entre ellas67. Considérese cómo podemos decir, por ejemplo, que
diendo una pregunta, dando una advertencia, haciendo un enun- una expresión es una advertencia. Supongamos que la expresión
ciado, etc. Austin da una lista de posibles actos ilocucionarios es «Va
«Va a cargar».
cargar» . El modo más obvio de saber
sa ber que se trat a de
que, en muchos aspectos, recuerda la lista de usos del lenguaje una advertencia es si el hablante antepone lo que Austin habría
dada por Witígenstem en las  Investigacion es  y citada antes. La llamado la fórmula ejecutiva explícita «Te advierto que...». Pero
lista de Austin es como sigue: hay otras posibles formas. Por ejemplo, el tono de voz o el
énfasis podría indicarnos que se trataba de una advertencia. En
preguntar o responder a una pregunta otros casos, el modo del verbo es una pista suficiente para la
dar una información, o una confirmación, o una advertencia fuerza ilocucionaria (por ejemplo, el hecho de que sea el impera-
anunciar un veredicto o una intención
pronunciar una sentencia
tivo puede indicar que se trata de un mandato). Los adverbios y
concertar una cita o hacer una apelación o una crítica las expresiones adverbiales pueden servir también este propósito.
hacer una identificación o dar una descripción Así, «Vendré sin falta» indica que se trata de una promesa. Las
 partículas
 partículas conectivas pueden también tener esta función:
función: por
Esta lista no es, desde luego, exhaustiva. Estas diferentes ejemplo, «a pesar de todo» puede tener la fuerza de «Insisto en
clases de función que puede tener el lenguaje son denominadas que» («A pesar de todo, hazlo»), así como «por consiguiente»
 por Austin a veces «fuerzas» ilocucionarias64.
ilocucionarias64.  puede
 puede mostrar
m ostrar que se está sacando una conclusión. También los los
(iii)
(iii) Cuando Austin
Austin hablaba de acto  perlocucionario,
 perlocucionario,  o de gestos (por ejemplo, guiños, etc.), las acciones ceremoniales no
fuerza perlocucionaria, lo que quería decir es esto. «Decir algo lingüísticas (por ejemplo, inclinarse), o las circunstancias de la
 producirá a menudo, o incluso normalmente, ciertos efectos o  pronunciació
 pronunciación n de la expresión (por ejemplo, «Viniendo
«Viniendo de él, es
consecuenci as en los sentimientos, pensamientos o actos del una orden»), pueden determinar la fuerza ilocucionaria68. Lo
auditorio, del hablante o de otras personas; y puede decirse con importante es notar que todo ello no son sino recursos conven
61 Austin,  op. cit.,   p. 95. 65 Ibíd., p. 101.
62  Ibid .,  p. 98. 66  Ibíd  , pp. 101
101- 2 .
63  Ibíd. 67  Ibíd .,  p. 103.
64  Ibíd. 68  Ibíd..   pp. 73-76.
66 La filosofía moral contemporánea
2. El discu rso moral y las teorías del significa do b/ 

cionales, o reglas  para el uso del lenguaje. La fuerza ilocuciona Pero ahora consideraremos una cuestión más difícil y más
ria de una expresión la conocemos con referencia a ellas. Pero es complicada: ¿puede equipararse  el significado del discurso moral
muy distinto si atendemos a la fuerza perlocucionaria. Los efec- con su fuerza ilocucionaria? A primera vista al menos, Austin
tos psicológicos que las expresiones, o los tipos de expresión, mismo parecía pensar que no. Aunque no consideró el lenguaje
 produ cen sólo pu eden descubri
des cubri rse por la o bserv ación empírica de moral en particular, lo que hubiera dicho en este caso se sigue de
lo que les ocurre a los oyentes cuando aquéllas se pronuncian. lo que dijo en términos generales. Explícitamente afirmó:
Las reglas lingüísticas constituyen la fuerza ilocucionaria, pero «Quiero distinguir la fuer za   (a saber, la fuerza ilocucionaria) del
no la perlocucionaria. A la luz de lo que hemos visto, este hecho significado en el sentido en el que el significado es equivalente al
deja abierta la posibilidad de que la fuerza ilocucionaria de un sentido más la referencia...»10. Como hemos visto, el sentido y la
acto lingüístico tenga algo que ver con su significado, mientras referencia los colocaba Austin en el acto locucionario. No obs-
que su fuerza perlocucionaria nada tiene que ver con ello. tante, es discutible que todo el propósito de Austin fuera mostrar
que los filósofos no han entendido cómo funciona el lenguaje
 El significado, la fue rza ilocucionaria y el discurso moral  porque hayan conce ntrado demasiada atenció n en el significado
significado
entendido como sentido y referencia. Cuando Austin dijo que la
Consideraremos ahora la influencia que la distinción de Aus expresión «significado» «puede borrar la diferencia entre acto
tin entre locución, ilocución y perlocución ha tenido sobre la locucionario e ilocucionario»71, es discutible que estuviera criti-
filosofía moral contemporánea. Parte de ella es fácil de entender cando la interpretación tradicional del significado como sentido y
y ya ha sido aludida. Austi n mismomismo escribió: «hab lar del ‘uso’ del referencia y no simplemente previniendo contra el intento de
lenguaje puede... borrar la distinción entre acto ilocucionario y equiparar el significado y la fuerza ilocucionaria. No es absurdo
 perlocu ciona rio»69.
rio»69. Como y a señ alamos , el creci ente interé s en el suponer que la intención de Austin era clarificar el concepto de
uso del lenguaje moral ha sido muy importante, y podría decirse significado y purificarlo de los errores de los filósofos tradiciona-
con algo de verdad que la transformación que ha tenido lugar en les. Su escaso uso de, y aparente disgusto por, la palabra
la filosofía moral durante los últimos cincuenta años refleja la que significado respondería a esto.
ha tenido lugar en el pensamiento de Wittgenstein. Los filósofos Diferentes discípulos de Austin, al menos entre los que se
morales se han apartado de la creencia de que el discurso moral ocupan de filosofía moral, tienden a afirmar que o bien (a) le
repr ese nta una rea lidad objetiva y de 1a 1a, consiguie nte perplejidad siguen por mantener una tajante distinción entre el significado y
que se refiere a qué realidad es esa y cómo la aprehendemos, la fuerza ilocucionaria, o bien (b) le siguen por extender el
 perplejidad que ator ment ó a nuest ros pred ece sore s. Y así hemos concepto de significado de manera que incluya la fuerza ilocucio-
acabado por ocuparnos del uso o usos que se hacen del lenguaje naria, e incluso por equiparar el significado a esta última. De esto
moral. Dejar las cosas así, sin embargo, borraría la diferencia son respectivamente ejemplo G. J. Wamock y R. M. Haré.
entre aquellos filósofos morales modernos, los emotivistas, que Warnock parece adoptar la primera actitud (o al menos eso es
conciben este «uso» como la fuerza perlocucionaria, y aquellos lo que Haré le achaca)72. En su Contemporary
Contemporary Moral Philosophy
 jtro s, los pres cripti vista s, que lo c onciben como la fu erza ilocu- defiende que lo que es definitivo en el discurso moral es tener, en
cionaria. Al tratar de la teoría psicológica del significado hemos cuanto tal, un particular contenido, que consiste en «la felicidad
visto, siguiendo a Waismann, que el significado del lenguaje exige humana, los intereses, las necesidades y los deseos»73. Dado este
considerar a é ste no como un mecanismo sino como un cálculo, y contenido, los hablantes pueden, según Warnock, hacer tantas
esto es en gran medida tanto como distinguir entre la fuerza cosas distintas cuando pronuncian juicios morales como hacen
ilocucionaria y la perlocucionaria. En el capítulo 5 veremos los
 proce sos que se hic ieron cuando los filósofos recon ociero n que la
cuestión del significado del lenguaje moral no se responde consi- 70  I b íd  ., p. 100.
derando su fuerza perlocucionaria. 71  Ibíd..   p. 103.
2 Ver la recensión de Haré de Contemporary Moral Philosophy 
Philosophy  [Filosofía
moral contemporánea] de Warnock en  M   LXXVII (1968), 437.
69  Ib íd .. p. 103. '3 G. J. Warnock , Contemporary Moral Philosophy 
Philosophy  (1967), p. 55.
68 La filosofía moral contemporánea 2. El discurso moral y las teorías dei significado 69

cuando emplean el discurso en general74. Es un gran error de los el signo del modo (de aquí la palabra «trópico»). En el ejemplo
 presc ripti vista s, según él, concebir los juicios morales con un citado el modo del verbo es indicativo, y esto significaría normal-
solo tipo de fuerza ilocucionaria. Son muchas las cosas que se mente que se hace un enunciado. Sin embargo, tanto el énfasis,
 pueden hace r porp or medio de palabras morales: «Ciertamente pr es-  por ejemplo, «Vendrás  a las seis y media», como las circunstan-
cribir; pero también, aconsejar, exhortar, implorar; mandar, con- cias, por ejemplo, el hecho de que el hablante sea un oficial y el
denar, deplorar; resolver, confesar, comprometerse; y así sucesi- oyente un soldado, pueden convertir el aparente enunciado en
vamente»75. Wamock cita aquí con aprobación a NowellSmith: mandato. Nótese que, incluso cuando el modo es imperativo,
«Las palabras de las que los filósofos morales se ocupan espe- como en «Ven a las seis y media», no podemos, sin hacer
cialmente... tienen papeles muy diferentes. Se usan para expresar referencia a algo más allá del verbo, estar seguros de si se trata
gustos y preferencias, para expresar decisiones y elecciones, de un mandato, de una petición o de un consejo. El «trópico»
 para criticar,
criti car, gradua r y valorar, para aconsejar, reprender , avi-  puede ser un complicado elemento en un acto lingüístico.
lingüístico. Haré
sar, persuadir y disuadir, elogiar, animar y reprobar, promul- no lo niega. Simplemente insiste en que ningún acto lingüístico es
gar reglas y atraer la atención sobre ellas; y sin duda también completo, esto es, significativo, sin trópico. Si esto es así, el
 para otros propósit
prop ósitos»
os»7
76. Dudo que se pueda decir que Wamock significado no puede lógicamente separarse completamente de la
sigue aquí a Austin en concebir el significado del discurso moral fuerza ilocucionaria. Y esto muestra que Austin se equivocaba al
como el sentido más la referencia. Pero es claro que está trazan- colocarlo exclusivamente en el acto locucionario. Pero no mues-
do, o al menos implicando, una distinción entre el significado y la tra que el significado se reduzca a la fuerza ilocucionaria.
fuerza ilocucionaria. Pues si las fuerzas ilocucionarias de los Contra la pretensión de Warnock, o la manera como Haré la
 juicios morales pueden ser tan diversas como las de los actos entiende79, de que el significado del discurso moral no puede
lingüísticos en el discurso en general, entonces no puede ser la equipararse con su fuerza ilocucionaria porque esta última es tan
fuerza ilocucionaria lo que haga moral a un juicio (en un sentido diversa en el discurso moral como en el discurso en general,
lógico de «poder»). Sea cual sea la fuerza ilocucionaria que que Haré sostiene que puede distinguirse entre un género de fuerza
escojamos como constitutiva dei significado de un juicio moral, ilocucionaria y sus especies, Y afirma que todos los actos lingüís-
siempre podremos aducir contraejemplos de actos lingüísticos ticos enumerados por Wamock y por NowellSmith (véase ante-
que, a pesar de tener una fuerza ilocucionaria distinta, sean no riormente) pueden considerarse como especies de un único gé-
obstante morales. nero al que legítimamente se puede denominar «prescribir». En
Haré adopta por su parte la segunda actitud de las citadas, y el capítulo 5, utilizando escritos inéditos de Haré, consideraré la
llega a equiparar la fuerza ilocucionaria con el significado7' defensa de su propia posición contra aquellos que pretenden que
Austin colocó el significado en el acto locucionario. ¿Pero pode- hay, en el lenguaje ordinario, numerosos ejemplos de palabras
mos conocer el significado de un acto lingüístico antes de cono- tales como «bueno», que aunque se usan con su significado literal
cer su fuerza ilocucionaria? Considérese el ejemplo siguiente: no se usan para prescribir ni para recomendar. Aun cuando la
«Llegarás a las seis y media». Esto puede ser tanto una orden  posición de Haré pudiera mantene rse, no prueba que el sig-
como un enunciado. ¿Conocemos su significado antes de saber nificado y la fuerza ilocucionaria puedan equipararse en el dis-
cuál de ambas cosas es? La respuesta es claramente que no, y curso moral, aunque sí da buena cuenta del argumento citado de
 por esto, creo, es por lo que Ha ré insiste, según veremos, en que Wamock en contra de tal equiparación.
ningún acto lingüístico es completo sin lo que llama su «trópi- Se ha argüido80 que, en el caso de los los actos lingüísticos
lingüísticos
co»78, esto es, aquella partícula lógica que da a un acto lingüís- explícitamente ejecutivos, por ejemplo, la advertencia «Te aviso
tico su fuerza ilocucionaria. Es del todo obvio que este puede ser  que va a cargar», no  puede distinguirse entre la fuerza ilocucio-
naria y el significado. Pronunciar esa expresión no es describir ni
74  Ibíd.
 Ibíd.,  p. 40.
75 Ibíd -,   p. 75.
76  Ibí d.,   p. 40; Nowell-Smith,  op. cit ., p. 98. 79 Cf.  M   LXXVII (1968), 438.
77 Ver  M   LXXVII (1968), 438. 80 Cf. L. J. Cohén, «Do Illocutionary Forces Exist?» («¿Existen las fuerzas
78 Ver más adelante, p. 222. ilocucionarias?»)  PQ   14 (1964),
(19 64), 122.
70 La filosofía moral contemporánea 2. El disc urs o moral
moral y las teorías del significado 71

informar de una advertencia; es simplemente advertir. Si se ha de manera como  se refiere a ello? Este tipo de consideraciones le
asignar un significado a este acto lingüístico, entonces este dan a uno tregua. Tal vez no podamos dar un sí absoluto en
significado debe ser de un tipo ejecutivo o ilocucionario. El sig- respuesta a la pregunta: ¿puede equipararse el significado del
nificado está solamente en la pronunciación de la advertencia. discurso moral a su fuerza ilocucionaria? Pero incluso así, aque-
¿Dónde si no? Si alguien preguntara «¿Qué has dicho?», y se llos que han respondido afirmativamente están, creo, mucho más
replicara «Le advertí que iba a cargar», sería ciertamente una cerca de la verdad que quienes mantienen que el significado de
respuesta satisfactoria. ¿Es necesario separar una locución, a un acto lingüístico está en un acto locucionario que es lógica-
saber, «Va a cargar», porque el significado de lo que se ha dicho mente distinto de su fuerza ilocucionaria. De este punto de vista
está en ella, y no en lo que se ha hecho al decirla? no diría simplemente que necesite cualificación, sino que es
Este tipo de consideraciones puede sugerir que la diferencia completamente erróneo y que debe ser rechazado.
entre significado y fuerza ilocucionaria puede ser eliminada.
Anticipando temas que serán objeto de atención en el capítulo 5,
hay que decir que el sentido y la referencia de un acto lingüístico
 puede ubicarse en lo que Haré llama «frástico», esto es, la
 partícula lógica de un acto lingüístico que puede ser común a
actos con diferente fuerza ilocucionaria. Por ejemplo, el frástico
«Tú ir a la estación» es común al enunciado «Vas a la estación»
y al mandato «Ve a la estación». Todo, excepto lo que Haré
llama «trópico», puede (lógicamente) colocarse en el frástico.
Ahora bien, los frásticos, por sí solos, carecen de significado,
 porque son incompletos en cuanto actos lingüísticos. El sig-
nificado reside en el acto lingüístico completo. Esto es evidente
 porque no aprende mos los significados
significados de las palabra s individua-
les y a continuación la manera de unirlas en un acto lingüístico.
El lenguaje, por primitivo que sea, consiste en actos lingüísticos,
y se aprende por participación en esos actos lingüísticos, y
sólo así puede ser aprendido. Los frásticos tienen significado
cuando, y sólo cuando, se les añaden los trópicos. El trópico
completa el acto lingüístico y le da significado. El trópico hace
 posible con testar
tes tar a la pregunta «¿Qué dijiste?» con «Le advertí
que...», «Le pregunté si...», etc. Y estas contestaciones, como
hemos subrayado, dan los significados de las expresiones a las
que se refieren.
Sin embargo, no se puede, pienso, considerar resuelta la
cuestión con la que empezó esta discusión, a saber: ¿puede
equipararse el significado del discurso moral con su fuerza ilocu-
cionaria? La fuerza ilocucionaria es sin duda una condición
necesaria del significado, pero ¿es una condición suficiente? Es
cierto que los frásticos por sí solos carecen de significado. ¿Pero
no es esto cierto asimismo de los trópicos? Aunque el significado
de un acto lingüístico se encuentre en el acto lingüístico comple-
to, ¿no es legítimo distinguir diferentes elementos del significado
tales como aquello a lo que  se refiere el acto lingüístico y la
Capítulo 3
LA TEORIA INTUICIONISTA

En la primera parte de este siglo, la cuestión principalmente


discutida en la filosofía moral británica era la que oponía a los
naturalistas éticos contra los no naturalistas. «Naturalista ético»
es el nombre que se da a un pensador que define las palabras
morales, tales como «bueno» o «recto», en términos de propieda-
des naturales. Cualquiera que defina «bueno» o «recto» como,
 por ejemplo,
ejemplo, «lo que produce felicidad», «lo que conduce a la
evolución» o «lo que satisface la voluntad de Dios», es un
naturalista ético. G. E. Moore se dedicó a refutar a aquellos que
 pensaban que habían definido
definido «bueno»
«bueno» en estos términos o en
otros similares, y el libro en el que lo hizo, Principia Ethica
(Londres,
(Londre s, 1903
1903),
), debe considera
cons iderarse
rse el terminas a quo de la filoso-
fía moral contemporánea.
contemp oránea. El punto de vista que Moore defiende
aquí puede considerarse como nonaturalismo ético.
Ya en las primeras páginas de Principia Ethica,  Moore dice
que su sola tarea está dedicada a «ese objeto o idea» para
representar lo cual se usa generalmente la palabra «bueno»1.
Generalizar es peligroso, pero creo que es cierto que la teoría
referencial del significado, en una forma u otra, se da en gran

1  PE, p. 6 . Entiendo que esto implica una teoría referencial del significado,
pero no sugiero, por supuesto, que no se pueda encontrar otra teoría en los
escritos de Moore.

73
75
La filosofía moral contemporánea 3. La teo ría intuicionista
intuicionista
74

 parte por supues ta en la obra tanto de los naturalistas como de otras dos. Las definiciones de este tercer tipo «describen la
los no naturalistas que vamos a considerar. Los primeros creían naturaleza real del objeto o noción denotado por una palabra, y...
que los términos morales significan, esto es, se refieren a ciertas no se limitan a decirnos para qué se usa la palabra» . Lo
 propiedad es naturales de las acciones o de las situaciones, y que importante, según Moore, es que estas definiciones «solo son
tales propiedades pueden ser observadas por alguno de los senti-  posibles
 posibles c uand o el objeto o noción es complejo»
complejo» . Y explicaba asi
dos. En cambio, los no naturalistas creían que los términos lo que quería decir: «Puede darse una definición de caballo,
morales significan, esto es, se refieren a propiedades no naturales  porque un caballo tiene muchas propiedades y cualidades dife-
que solamente pueden ser aprehendidas por la intuición moral. rentes que pueden ser enumeradas. Pero cuando se han enume-
En este capítulo esbozaré en primer lugar lo que considero rado todas, cuando se ha reducido un caballo a sus términos mas
como la concepción de Moore acerca del error que cometen los simples, estos términos ya no pueden definirse. Son simplemente
naturalistas, error que denominó «falacia naturalista». A conti- algo que se puede pensar o percibir, y a quien no pueda pensarlos
nuación consideraré algunas de las cuestiones que se plantean en o Apercibirlos
Apercibirlos no es posible hacerle conoce
c onoce r su natu raleza
ralez a por
relación con ello. Luego, pasaremos a otros dos pensadores, H. medio de ninguna definición»5. Moore consideró la posible obje-
A. Prichard y W. D. Ross. Estos mantuvieron doctrinas semejan- ción de que podemos describir a los demás cosas que estos nunca
tes a las de Moore, pero, como intentaré probar, las extendieron han pensad o o percibido antes, pero mantenía que estas cosas están
más ampliamente al campo del lenguaje
lenguaje moral.
moral. Finalmente me pre- siempre compuestas de partes con las que esas personas ya
guntaré si está bien fundada la suposición que subyace a este tipo están familiarizadas, y que se combinan entre sí de maneras con
de teoría ética, a saber, que el bien y el mal, lo correcto y lo las que también están familiarizadas. Y continúa Moore:
incorrecto en moral, puede conocerse por intuición.
Por tanto, «bueno», si por ello queremos decir aquella cualidad queafirmamos
que pertenec e a una una cosa cuando decimos que esta es buena es "^ap
1. Moore y el rechazamiento del naturalismo ético definición en el sentido más ¡nmortante de este termino. El sentido mas impór
teme de «definición» es el sentido en el que una definición enuncia cuales sonjas
partes
partes que invariablemente componen un un cierto todo, y en este sent
sent ,
El principal descubrimiento que Moore pretendía haber hecho carece de definición porque
porque es simple
simple y carece de P ^ es . Es uno de esos
sobre «ese objeto o idea» que la palabra «bueno» generalmente innumerables objetos del pensamiento que son inca paces ^e. ’ P
denota es que es indefinible.   Sobre ello intentaremos primero son los términos últimos por referencia a los cuales debe definirse K^o 1 q
capaz de definición. Que debe haber un número indefinido
indefinido de tales termi
responder estas dos preguntas: (i) ¿qué quería decir precisamente obvio tras una reflexión. Pues no podemos definir nada excepto por m
Moore cuando decía que «bueno» representa algo indefinible?, y análisis que, llevado tan lejos como pueda llevarse, nos a qúltima
(ii) ¿qué fundamento tenía para decirlo? Las responderé en simplemente diferente de cualquier otra cosa, y que por contiene
orden. explica la peculiaridad del todo que estamos definiendo, ya qu .
también partes que son comunes a otros todos. No hay, por consiguiente, nmguna
dificultad intrí nseca en la afirmación de que «bueno» den ota una cualid p
 El bien como indefinible
indefinible indefinible. Hay otros muchos ejemplos de tales cualidades .

Moore distinguía tres clases de definición2. Las dos primeras


eran la definición estipulativa y la definición léxica, respectiva- Uno de estos ejemplos, a que Moore se refiere, es el color
mente. Por una parte, reconocía Moore, cualquiera podría, lógica amarillo.
amarillo. «Mi
«Mi posición es que ‘buen
‘buen o’ es una nocion simple como
y empíricamente, estipular para «bueno» un significado por su lo es ‘amarillo’; que igual que no se puede explicar por medio
cuenta; y por otra, que si se mirara este término en el diccionario alguno lo que es el amarillo a alguien que no lo conozca, tampoc
se encontraría que hay reglas generalmente aceptadas para el uso
de esta palabra. Pero mantenía que hay una tercera clase de
3 PE,   p. 7.
definición que es mucho más importante que cualquiera de las 4  Ibíd.
5 Ibíd. '
2  PE, p. 8 . 6 PE,  pp. 9-10.
76 La filosofía moral contemporánea 3 La teoría intuicionista 77

se puede explicar lo que es la bondad»7. Todo lo que es amarillo [ a falacia naturalista


 produce un cierto tipo de vibración en la luz; y de modo
modo similar,
similar,
todo lo que es bueno puede producir tal vez placer. Pero, según ¿Cuál es el fundamento preciso de Moore para decir que
Moore, igual que «amarillo» no significa  «lo que produce una «bueno» se refiere a algo indefinible? Según él, no hay más que
cierta vibración en la luz», así «bueno» no significa «lo que dos alternativas concebibles a esta posición, y «un simple exa-
 produce placer». Reconocía que es objeto de la ética descubrir men de los hechos» muestra
muestr a que ninguna es so stenible
sten ible1
1II . Tales
qué otra propiedad o propiedades, además de la bondad, poseen alternativas son: (i) que «bueno» denota «un todo dado, comple-
las cosas buenas, pero argüía que «son demasiados los filósofos  jo,
 jo, sobre cuyo análisis con ectoect o puede haber desacuerdo», y (ii) (ii)
que han pensado que cuando nombraban estas otras propiedades que «bueno» «no significa nada y que no puede haber ha ber una
estaban realmente definiendo ‘bueno’». Para denominar este disciplina como la Etica»13. Por medio de una reductio ad absur-
error inventó el nombre de «falacia naturalista»8, y volveremos dum  de estas alternativas intentó probar su posición.
sobre ella en un momento. La primera, según Moore, se ve que es incorrecta por el
Lo que Moore quería decir al decir que el bien es indefinible hecho de que, «cualquiera que sea la definición ofrecida, puede
quedará iluminado si recordamos un par de distinciones que siempre preguntarse con sentido del complejo definido si es, por
hacía él. La primera es entre proposiciones analíticas y sintéti- su parte, bueno»14. Esto es lo que a veces se denomina «el
cas. Las primeras puede mostrarse que son verdaderas simple- argumento de la pregunta abierta»15. Se desarrolla así. Tómese
mente por referencia a las definiciones de los términos usados cualquier pretendida definición de «bueno», por ejemplo, «bue-
(por ejemplo «Un soltero es un varón no casado»); las otras en no» significa productor de placer. Dada esta definición, si pregun-
cambio no. Y Moore afirmó: «Las proposiciones sobre el bien tamos si algo es o no bueno estaremos preguntando si produce o
son siempre sintéticas y nunca analíticas»9. Esta referencia a «el no placer. Pero supóngase que alguien pregunta «¿Es bueno lo
 bien»
 bien» nos lleva a la otra distinción que Moore hacía, entre el que produce placer?». Si la definición anterior es correcta, esta
sustantivo «bien» (o «lo bueno», «the good»)  y el adjetivo  pregunta
 pregunta se responde a sí misma, misma, esto es, es equivalente
equivalente a
«bueno» («good»). E¡ bien, Jo que es bueno, es aquello a lo que «¿Produce placer lo que produce placer?». Desde luego podría
se aplica el adjetivo «bueno». Pero, según Moore, «si es aquello (lógicamente) ocurrir que lo que produce placer sea siempre
a lo que se aplica el adjetivo, debe ser algo distinto del adjetivo  bueno, pero eso es otra cuestión. La fuerza del argumento está
mismo»10. Moore reconocía que «bien» es ciertamente definible; aquí: ¿podría suponer, incluso un hedonista, que si alguien du-
 podemos indicar lo que es tanto por connotación como como por dara si lo que produce placer es bueno estaría dudando simple-
denotación. Podemos por ejemplo, enumerar todo lo que produce
produce mente si lo que produce placer produce placer? A Moore le
 placer y d ecir «Esto es lo que deno ta ‘bien’»;
‘bien’»; y podemos
podemos mostrar  parecía p erfectamente claro que no. no. Sea cualquiera el definiens
lo que «el bien» connota diciendo cosas tales como «Lo que de «bueno» que se proponga tiene perfecto sentido dudar si este
 produce placer es también parte, o todo, del bien».
bien». La cuestión definiens es bueno; y «el mero hecho de que comprendamos muy
central es que no se sigue de aquí que «bueno» sea definible; más  bien lo que significa
significa dudarlo muestra claramente que tenemos
 bien se sigue lo contrario.  Pues «no tiene sentido decir que el ante nuestra mente dos nociones distintas»16, a saber, el
 placer es bueno a menos que bueno sea algo algo distinto del
del pla- definiens  y la bondad. Dicho de otra forma, nadie, y menos un
cer»11. Comprobaremos la fuerza de esta consideración si aten- hedonista, consideraría la proposición «lo que produce placer es
demos ahora a la segunda de las cuestiones que cité.  bueno»
 bueno» como una insignifica
insignificante
nte tautología,
tautología, con el mismo
mismo sig-
sig-
nificado que «lo que produce placer produce placer». Pero si

12  PE,  p. 15.
 I PE.  p. 7. 13 Ibíd.
8  PE.  p. 10. 14  Ibíd.
9  PE,  p. 7. 15 G. C. Kerner. The Revolution in Ethical Theory  [La revolución en la teoría
10  PE.  p. 9. ética] (Oxford, 1966), p. 16.
II  PE,  p. 14. 16 PE.  p. 16.
79
78 La filosofía moral contemporánea 3, La teorí a intuic ionist a

«bueno» significa que produce placer, entonces «lo que produce sienta la diferencia entre la bondad y otras cosas debe haber un
 placer es bueno» es  una insignificante tautología. «objeto único» ante su mente, y por tanto debe haber
Moore veía que los moralistas han hecho frecuentemente un h ética Nadie puede darse cuenta de esta diierencia sin sin 
s o b r e aviso respecto a ella; pero, según Moore, el proposito del
movimiento que se anula a sí mismo, y pensaba en escritores
como Bentham, Mili, Spencer y Green, a quienes creía culpables análisis es ponerle sobre aviso.
de este movimiento o influidos por él17. El movimiento consiste
en intentar ganar el asentimiento a su doctrina sobre el bien por  Los predece sores de Moore
medio del argumento de que su doctrina se sigue del significado
mismo de la palabra «bueno» y que por tanto no puede ser Hemos visto lo que Moore quería decir al decir que «bueno»
negada lógicamente. Y es cierto que si «bueno» significa X, es indefinible,
indefinib le, y cuáles eran sus razones. Antes
Ante s de consi^ e . n
entonces cualquiera que diga «X no es bueno» será culpable de argumentos más a fondo debemos comentar sus afirmación^
contradicción. Pero, por lo mismo, cualquiera que diga «X es sobr
sobree otros
otros filó
filóso
sofo
fos.
s. Se reco
recorda
rdara
ra que,
que, segú
según n ,< ¡ 20
 bueno» estará pronunciando una trivialidad analítica, una afirma-
afirma- filósofos morales han sido culpables dé la
ción que es innegable simplemente porque no informa de nada. También comentó que solamente un escritor había anticipado su
Moore vio que lo último que cualquiera de estos moralistas argumentos
argume ntos en favor de de la indefimbilidad
indefimbilidad de bueno a sab ’
estaría dispuesto a decir es que una enunciación de su doctrina Henrv Sidgwick21.
Sidgwick21. Ambas afirmaciones de Moore Pued Pued p
 —«La maximalización de la felicidad es buena», «La conducta nerse en tela de juicio, y la última concretamente es «ronea. En
es mejor cuanto más evolucionada», «Lo que satisface el deseo es cuanto a la primera, se ha argüido recientemente que al menos
 bueno», o lo que quiera que sea— se reduce a una tautología algunos
algunos de aquellos a quienes Moore Moore atribuyo la falacia n^ tU
insignificante. Refiriéndose especialmente a los hedonistas afirmó lista no eran culpables de ella. Los principales ataqu
«Cuando dicen ‘El placer es bueno’ no pueden creer que lo único iban dirigidos contra Mili, y en la sección siguiente mencionare
que quieran decir es ‘El placer es el placer’ y nada más»18. Los Algun
Algunos^
os^inte
intento
ntoss recientes de defender a Mili contra e sas c nüc as
moralistas no pueden conseguir ambas cosas a! tiem pe, íU lk  / í t ilu-
ilu- S En primer lugar, ¿.solamente Sidgwick se anticipo a Moore
tación de sus doctrinas no puede ser significativa e informativa y  No. Si Moore hubiera leído A Review o f the Principal Q«es ons
al propio tiempo verdadera por definición del término «bueno». in Moráis (Revisión de las cuestiones p , e n.
La otra alternativa es considerar que «bueno» no significa Richard Price,
Price , un intuicionist a del siglo diecioch
diecioc h ,
nada y que la Etica no existe. Contra esto Moore apelaba a lo contrado allí su propia distinción entre generalización eúca sig
que cualquier persona puede observar por introspección. «Quien nificativa y definición de un términ o etico,
etic o, tan claram ente t .
considere atentamente lo que tiene realmente ante su mente como en las páginas de Principia así como como la d c * n i» cle que los
los
cuando se pregunta ‘¿Es en definitiva bueno el placer (o lo que términos éticos básicos son indefinibles y simples defendida por
sea)?’ podrá fácilmente convencerse de que no está meramente una reductio ad absurdum   de su negación de un modo exac
 preguntándose si el placer es placentero. Y si intenta este expe- mente paralelo al de Moore. Es cierto que Pnce escribió acerca
rimento con cada una de las definiciones sugeridas, acabará de la palabra «recto» (right) y no de «buen«bueno»,
o», Pe™
Pe™ s‘°s‘°
reconociendo que en cada caso tiene ante su mente un objeto a la afirmación de que er a sensible
sensi ble a lo que Moore
Moore lanío ia falacia
único sobre cuya conexión con cualquier otro objeto puede naturalista. Price escribió: «En cuanto a las doctrinas que han
hacerse una clara pregunta. De hecho, todo el mundo entiende la encontrado la moralidad
moralidad en el amor propio, en las y P (
 pregunta ‘¿Es bueno esto ?’ y al p ensar en ella su estado mental
mental o en la voluntad divina, deben
d eben c onside
ons iderar
rar o bien Que
Que el bien y e^
es distinto del que sería si se preguntara ‘¿Es esto placentero, o mal
mal morales son solamente
solamen te otras palabras
palabra s para v 7 •
deseado, o aprobado?’»19. La cuestión es que para que alguien no-ventajoso, querido o  proh ibido ; o bien se relacione

17  PE.  p. 49. Vei nota 8 . , .  r fth ic s \   Los métodos de la ética]


18  PE,  p. 12. 21  PE.  p. 17;
17; Moore se ref iere a  Met hoa s o) cu nes
19  PE,  pp. 16-17. de H.
H. Sidgwick. 1. 1. iii.
iii. 1 ( 6 .a ed.).
ed.).
80 La filosofía moral contemporánea 3, La teoría intuicionista 81

cuestión muy diferente, a saber, no la de cuál es la naturaleza y tautología que equivale a esto ‘Que Dios quiere lo que quiere’»24.
verdadera explicación de la virtud, sino la de cuál es su tema.» Del lado de los intuicionistas racionales encontramos, además de
Esto corre paralelamente a la distinción de Moore entre lo que  price, a Cudworth, que defendía que, si los términos morales se
significa «bueno» y qué cosas son buenas. Y según Price: «Lo definen como significando querido o mandado por un agente,
 just o y lo injusto, cuando se aplican a acciones que son mandadas
mandadas divino o humano, entonces se convierten en «meros nombres sin
o prohibidas por la voluntad de Dios, o que producen bien o significación, o nombres para lo querido y mandado, y no para
daño, no significa meramente que tales acciones sean mandadas o ninguna otra cosa»25. Por consiguiente, no es cierto que sola-
 prohibidas, o que sean útiles o dañosas, sino que signifi significa
ca un mente Sidgwick se anticipara a Moore en este punto.
sentimiento  sobre ellas, y nuestra consecuente aprobación o
desaprobación de su ejecución. Si esto no fuera cierto sería ¿Cometió Mili la falacia naturalista?
claramente absurdo preguntar si es  justo
 jus to   o recto obedecer un
mandato o si es injusto  desobedecerlo; y las proposiciones es ¿Es cierto que cometieran la falacia naturalista aquellos a
 jus to obedecer un mandato o es justo
 justo jus to producir la felicidad,  serían quienes Moore se la atribuyó? Algunos sí, pero en lo que res-
triviales, y no expresarían sino que obedecer un mandato es  pecta a otros puede dudarse. No es posible examinar cada caso
obedecer un mandato, o producir la felicidad es producir la con profundidad. Como el caso de Stuart Mili ha sido muy
felicidad»22. Esto constituye un exacto paralelo de las razones de controvertido, me limitaré a este caso. Utilitarianism (El utilita
Moore en favor de que bueno es simple e indefinible. rismo)  de Mili suministra, según Moore, «un empleo de la falacia
Otros filósofos morales clásicos, además de Price, se dieron naturalista tan ingenuo y tosco como pueda desearse»26. ¿Fue
también cuenta de que no puede probarse que algo sea moral-  justo Moore con Mili? El pasaje criticado de Utilitarianism  dice
mente bueno, justo u obligatorio apelando a las definiciones de así:
estos términos. En el siglo dieciocho, tanto los intuicionistas
racionales como la escuela del «sentido moral» estaban de acuer- La única prueba que puede darse de que una cosa es visible es que la gente
do pese a sus diferencias, en oponerse a la teoría del contrato realmente la ve... De la misma manera, me parece, la única prueba que puede
social de Hobbes, sobre la base de que una cosa es decir que los darse de que algo es deseable es que la gente realmente lo desea. Si el fin que la
doctrina utilitaria se propone no fuera, en la teoría y en la práctica, reconocido
hombres han contratado obedecer la voluntad de un soberano, y como tal, nada podría convencer a nadie de que lo era. No puede darse razón
otra muy distinta decir que lo que este soberano quiere o manda alguna en favor de por qué la felicidad general es deseable, excepto que toda
es bueno o malo, debe o no debe hacerse. Es interesante notar persona, en la medida en que cree que es alcanzable, desea su propia felicidad.
que rechazaban esta concepción incluso en el caso de que el Siendo esto un hecho, no solo tenemos todas las pruebas que el caso admite, sino
todas las que es posible exigir de que la felicidad es un bien: que la felicidad de
soberano fuera Dios. Entre los partidarios del «sentido moral» cada persona es para ella un bien, y por tanto, que la felicidad general es un
encontramos a Shaftesbury, que afirmaba: «Si puede decirse que bien para el conjunto de todas las personas27.
la mera voluntad, decreto o ley de Dios constituye absolutamente
lo justo y lo injusto, entonces estas palabras carecen de significa- Moore, y una infinidad de críticos que le siguen, han mante-
ción»23. Y de manera similar, Hutcheson: «Llamar a las leyes de nido que estas palabras de Mili contienen un montón de confu-
la Suprema Deidad buenas o santas, cuando la bondad y la siones. Por una parte, mientras que del hecho de que X es
santidad están constituidas por las leyes o por la voluntad de un realmente visto se sigue sin duda que X es visible, puesto que
superior revelada de algún modo, debe ser una insignificante «visible» significa «capaz de ser visto», Mili debería haber repa

22 Price,  Rev iew   (Revi sió n), ed itado por D. D. Raphael (Oxford, 1948), 24 lnauiry concerning Virtue or Moral Good   [Investigación sobre la virtud o
pp. 16-17. En lugar de «serí an trivia les», en la primera edici ón de Price se lee bien moral! Vi l. v>: L. Selby -Bigg e,  British Moralist s  [Moralistas británi
«serían trivialmente idénticas». Para un estudio crítico de Revi ew   de Price ver mi co s] , p. 173; citado por Prior,  op. cit.,   p. 96.
 Reas on and Right   [ La razón y lo just o] (Lond res, 1970
1970).
). 25 Citado por Prior,  op. cit. .  p. 17.
23 ¡nquiry concerning Virtue or Merit  (Investigación sobre la virtud o mérito) 26  PE, p. 66 .
I. iii. 2; citado por A. N. Prior,  Logic and the Basis o f Ethics   [La lógica y el 11 Edición F ontana, edi tado por M. M. Warnock (1962), pp. 288-89, cf. 254-55.
fundamento de la ética] (Oxford, 1949), p. 96. Citado y criticado por Moore,  PE,  pp. 66  y ss.
83
82 La filosofía moral contemporánea 3. La teoría intuicionista

rado en que «deseable» no significa «capaz de ser deseado», sino respuestas que se han ofrecido a esa pregunta consigue defender
«que debe ser deseado» o «que merece ser deseado». Y, en el  bien del todo a Mili contra las críticas de Moore.
Moore.
mejor de los casos, no es obvio que esto se siga de «es realmente Los defensores de Mili han subrayado que éste dice que esta
deseado». De otra parte, Mili comete la falacia de composición al ofreciendo una prueba, no en un sentido «ordinario» del término,
suponer que del hecho, si es un hecho, de que la felicidad de A sino en «un sentido más amplio». Según este sentido, dijo Mili,
(FA) sea un bien para A, la felicidad de B un bien para B (FB), y «el tema cae dentro del conocimiento de la facultad racional»
la felicidad de C (FC) un bien para C, se sigue que la entidad FA  porque «pueden presenta rse consideraciones capaces de deter-
más FB más FC sea un bien para todos y cada uno de A, B y C minar al intelecto a dar o a retirar su asentimiento a la doctrina,
respectivamente. Pero el error más serio de Mili, según Moore, y esto equivale a la prueba»32. Lo primero que hay que decir sobre
fue que definió «deseable» como «deseado» y así hizo «X es bueno» esto es que una cosa es presentar consideraciones que «determi-
equivalente en significado a «X es deseado». Si esto es así, nan al intelecto» en el sentido de persuadir a la gente a creer
todas las razones de Moore en favor de que bueno es inde- aleo, y otra muy distinta presentar consideraciones que muestren
finible pueden dirigirse contra el utilitarismo de Mili. que la creencia es racional. Si los defensores de Mili pretenden que
 No obstan te, algunos filósofos2
filósofos28 han objetado recientemente lo que él estaba haciendo es lo primero, entonces basta
que acusar a Mili de cometer la falacia naturalista es malentender señalar que una vez que el error lógico de su argumento esta
el pasaje anterior, y señalan que Mili rechazó expresamente la claro, éste habrá dejado de ser persuasivo, al menos para las
 posibilidad
 posibilidad de la prueba de cuya formulación se le a cusa, y que  personas racionales. Los defensores de Mili,Mili, sin embargo, pare-
afirmó que las cuestiones de fines últimos no admiten prueba en cen decir que lo que Mili
Mili pretendía estar haciendo era mas bien
bien o
el sentido ordinario del término293
término29.03 Y además, en su System of  último, a saber, presentar consideraciones que muestran que la
 Logic (Sistema de Lógica),  mostró por qué. Aquí diferenció muy creencia en cuestión (que el fin último es la mayor felicidad del
claramente entre proposiciones que «afirman que algo es» y las mayor número de personas) es racional. ¿Cómo se fundamenta
que «ordenan o recomiendan que algo debería ser». Estas últimas esta afirmación? Mrs. Warnock, en su introducción a Utihtana-
forman «una clase por sí solas». Así, «una proposición cuyo nism, ha escrito:
 predicado está formado por la palabra debería ser   es genérica-
mente diferente de una que se exprese por es o será»20. No Cuando Mili usa su critica do argumento sobre la analogía entr e <'vl s‘bI®” y
«deseable», está intentando establecer qué cosas son buenas. Mantiene, porel o,
 podría haber sido más explícito acerca del hiato lógico existente que si la gente no considerara algunas cosas como fines, y por consiguiente las
entre «es» y «debe», entre enunciados de hechos empíricos o deseara, sería imposible probarle que tales cosas eran fines. Y pregunta «¿Como
naturales y juicios morales. ¿Había cambiado de opinión, enton- puede probarse que la salud es buena?». La respuesta es que n0   se P^de Pero
ces, cuando escribió Utilitarianism?  Esta posibilidad está ex- que tampoco es necesario, pues todo el mundo sabe que es buen?- ^ es aue
deseándola.
deseándola. Cuando
Cuando dice
dice que «la
«la única
única evidencia
evidencia de que algo e s desc ab ee sq u e
cluida por el hecho de que Mili revisó su System of Logic la gente
gente realmente lo desea» está subrayando lo mismo No esta tratando de
después de escribir Utilitarianism,  sin alterar ninguna de las  prob ar   que la felicidad sea buena, sino evidenciando que la gente ya sabe que lo
 partes relevantes de aqué l31
l31. Solo res tan dos posibilidades:
posibilidades: bien es, sin necesidad de prueba alguna. Es posible averiguar lo que la gente-reconoce
Mili fue simplemente inconsistente en las dos obras, o bien su como fines últimos
últimos averiguando qué es lo que desea. V lo que desea , dice Mili, es
 pasaje en Utilitarianism  ha sido malentendido por Moore y por la felicidad33.
quienes admiten las críticas de éste. La primera parece improba- Según parece, la «prueba» que Mili no está intentando reali-
 ble, y si la excluimos nos queda la pregunta siguiente:
siguiente: ¿qué zar aquí es la prueba en el sentido «ordinario» del término, y la
quería decir Mili exactamente en el citado pasaje? Ninguna de las «evidencia» que está aduciendo es la que constituye la prueba
28 P. ej., la introducción de M. Wamock a la edición de Fontana de Utilitaria-
en el sentido amplio
amplio del término. ¿En qué consiste esta «p rueba» en
 nism  [Utilitarismo] de Mili, pp. 25-26; A. Ryan, «Mili and the Naturalistic sentido «amplio»?
«amplio»? Según Mrs. Warnock, está evidencian o que que
Fallacy» [«Mili y la falacia naturalista»],  M   LXXV (1966).
29 Mili,  op. cit.,   pp. 254, 288.
30 VI. xii. 6 , citado por Ryan,  op. cit.,   p. 422; la cursiva es mía. 32 Mili,  op. cit.,   pp. 255, 288.
31 Ryan,  op. cit.,   p. 423. 33 Wamock, op. c it.,   p. 26.
84 La filosofía moral contemporánea 3. La teoría ¡ntuicio nista 85

la gente ya «sabe» que la felicidad es buena. Pero el único filósofos morales contemporáneos en favor del utilitarismo. Es
sentido que parece posible dar aquí a «conocer» es «creer muy parecido al primero, por ejemplo, el que se encuentra en los
firmemente». Si Mili fundamentaba su posición en el pretendido escritos de R. M. Haré35, y muy similar al segundo el que apa-
hecho de que la gente cree firmemente que la felicidad es buena, rece en los de Mrs. P. Foot*. Pero no anticipemos lo que
¿qué pasa con la distinción entre creencia verdadera y mera veremos en los capítulos 5 y 6. Por ahora sólo diré que los
opinión? Parece haber desaparecido. Tal vez Mili tenía razón y intentos de absolver a Mili de las acusaciones de Moore, reinter-
no hay posibilidad de probar que algo sea o no deseable. En tal  pretando el pasaje citado, no me convencen .
caso lo más que podemos esperar es mostrar que un fin dado es
considerado  deseable, o no. Pero esto constituiría un descubri- ¿Son buenos los argumentos de Moore?
miento puramente psicológico, y no ético. Si todo lo que pode-
mos hacer es hablar acerca de lo que los hombres consideran Consideremos ahora si la defensa que hizo Moore de la
deseable, pero carecemos de medios para decidir si sus opiniones indefinibilidad de bueno es o no convincente. Descansa, como se
son correctas o no, entonces —recordando a Moore— habrá que recordará, en la afirmación de que solo hay dos alternativas
decir que no hay tal cosa como la Etica. Me parece difícil creer  posibles a su concepción, y que ambas son insostenibles. La
que Mili se contentara con aceptar que eso es lo que pretende  primera es que «bueno» denota un objeto complejo; la segunda,
mostrar en Utilitarianism. que los hombres no tienen un objeto único ante su mente cuando
Se han sugerido otras posibles interpretaciones del pasaje de hablan o piensan sobre lo bueno. Volveré a esto en seguida.
Mili que acabo de citar34. Según una de ellas, Mili intentaba Primero, unas palabras sobre el argumento de la «pregunta
deducir el principio de la mayor felicidad a partir de (a) el deseo abierta». Hay contextos, en el discurso ordinario, en que ningún
natural de todo hombre por su felicidad, y (b) el principio de definiens  sirve como sustituto de «bueno» sin que el significado
universalizabilidad. De acuerdo con esta interpretación, el argu- cambie o se pierda. Si la pregunta valorativa «¿Era buena su
mento de Mili pretende ser como sigue. acción?» la sustituimos por «¿Produjo su acción placer (o con-
dujo a la evolución, cumplió la voluntad de Dios, etc,)?» cam-
En cuanto ser sentiente, todo hombre desea su propia felicidad.  biamos el significado
significado de la pregunta. Esto se ve porque, como
En cuanto ser racional, todo hombre reconoce que todos los demás tienen
tanto derecho a la felicidad como él a la suya.
Moore señaló correctamente, la pregunta ulterior «¿Pero es
En cuanto ser sentiente y racional, por tanto, todo hombre debe (lógicamente)  bueno lo que produce placer (etc.)?» siempre tiene sentido. Si
reconocer que el fin moral último es la mayor felicidad equitativamente «bueno» significara «produce placer», o cualquiera de las alterna-
distribuida. tivas citadas entre paréntesis, esa pregunta no tendría sentido.
Hay, por consiguiente, un hiato lógico de cierto tipo entre
Según otra interpretación, lo que Mili intentaba hacer era «bueno», con este sentido valorativo, y cualquier descripción
mostrar que la moralidad está lógicamente conectada con la naturalista como «produce placer (etc.)». Una gran parte de la
felicidad humana; o más exactamente, que si una regla es una filosofía moral contemporánea se ha ocupado de este hiato entre
regla moral,  entonces del significado del término «moral» se la descripción naturalista, o sobrenaturalista, y la valoración
deduce que será una regla dirigida a la maximalización de la moral. ¿Existe realmente? ¿Cuál es su naturaleza exactamente?
felicidad y a su equitativa distribución. Etc. Puede decirse con justicia que, con su argumento de la
Me parece que no está en absoluto probado —y tal vez que no «pregunta abierta», Moore ha dado a la ética la dirección que
 puede en absolu to probarse — que Mili
Mili intentara propo ner en el llevaría en este siglo. Ha llamado la atención sobre un problema
 pasaje citado uno de esos dos argumentos. En el mejor de los que ha sido discutido desde entonces y que no está aún definiti-
casos, habría que decir que, si lo intentaba, lo hacía con mucha vamente resuelto. Pero cuando atendemos a las razones de
menor claridad de la que acostumbraba. Como veremos, ambos Moore para pensar que ese hiato o vacío existe, sus razones no
argumentos han sido propuestos en forma más sofisticada por 
35 Ver más adelant e, pp. 218-22 L
34 Ver Rya n,o p. cit. , pp. 424-25. 36 Ver más adelante, pp. 285-288.
86 La filosofía moral contemporánea 3 . La teoría intuicionista 87

resultan muy buenas. Si recordamos las insostenibles alternativas Introduciré aquí una digresión para considerar la siguiente
de las que habla, veremos esas razones. cuestión. ¿Fue Moore realmente un intuicionista? Hay motivos
La primera es que comprobamos la existencia de ese hiato y  para dudarlo. El mismo afirm
afirmaa en el prefacio de Principia Ethica:
vemos cuál es su naturaleza cuando reconocemos que «bueno» «Yo no soy un ‘intuicionista’ en el sentido ordinario del térmi-
denota un objeto simple, y no complejo. Según Moore, las no»39
no»39 Lo que quiere decir está clar o por lo queque dice a continua-
razones son igualmente buenas para mantener que «amarillo» ción. En primer lugar, niega que sea un intuicionista deontológi
denota un objeto simple. De aquí se sigue que intentar defi- co, esto es, alguien que piensa que los juicios sobre lo recto  o el
nir «amarillo» constitu
cons tituye
ye «la misma falacia
fala cia»3
»37 que intentar definir
definir deber   no admiten prueba que tenga que ver con los resultados a
«bueno». Ahora bien, obviamente es imposible establecer que los que los distintos cursos de acción conducen, o podrían
existe un hiato entre lo que denota «bueno» y lo que denota conducir. En efecto, él no creía en la rectitud intrínseca o en la
cualquier descripción naturalista empleando un argumento que se obligatoriedad intrínseca de ciertos tipos de acción. En la sección
limite a señalar la similaridad lógica entre «bueno» y «amarillo», siguiente veremos que algunos contemporáneos de Moore sí
 puesto que «amarillo»
«amarillo» es una descripción naturalista. Sin duda creían en ello, a saber, H. A. Prichard y W. D. Ross. No así el
 porque se daba cuenta de ello, Moore Moore intentó distinguir entre Moore de los Principia,  aunque en un libro posterior,  Ethics
«bueno» y «amarillo», y manifestó que si alguien intentara definir (Etica),  parece haber aceptado una concepción similar a las de
«amarillo», el definiens  y el definiendum   denotarían «objetos Ross y Prichard. En los Principia,  Moore juzgaba que las accio-
naturales», y por tanto no podría esto considerarse un caso de nes eran justas o injustas, eran debidas o no, según cuánto bien
falacia naturalista, esto es, la falacia de definir naturalísticamente  produjeran o dejaran de producir. Moore se disoció además del del
algo no
no natural. «Bueno», en cambio, es distinto: «...si«...s i [alguie
[alguien]
n] intuicionismo en la siguiente forma: «Querría que se observara
confunde ‘bueno’, que no es en el mismo sentido un objeto que, cuando llamo a tales proposiciones [esto es, las proposicio-
natural, con cualquier objeto natural, hay razón para llamarlo nes que se refieren a qué clases de cosas deben existir por sí
falacia naturalista; el que se cometa con con respecto a ‘bueno’ la mismas] ‘intuiciones’, solamente pretendo afirmar que no admi-
marca come algo muy específico,  y este error específico merece ten prueba; no implico nada en cuanto a nuestro modo de
un nombre por ser tan común»38. Esto deja sin responder la conocerlas ni en cuanto al origen de nuestro conocimiento» .
cuestión crucial, a saber, ¿qué razón hay para decir que «bueno» Los intuicionistas clásicos de los siglos diecisiete y dieciocho
denota algo no natural? Esta pregunta no se responde por me-  participaron en un gran debate sobre la naturaleza de la facultad
facultad
dio de un argumento que muestra simplemente que lo que de- moral41. Algunos, como Shaftesbury y Hutcheson, la considera-
nota «bueno» es simple en el sentido en que lo es lo que denota  ban un tipo de sentido; otros, como Cudworth, Clarke, Balguy Balguy y
«amarillo». Price, la consideraban como la razón. Prichard y Ross parecen
La segunda razón de Moore para pensar que existe un vacío haber seguido esta última escuela, y son generalmente clasifica-
lógico entre lo que denota «bueno» y lo que denota cualquier dos como intuicionistas racionales. Moore, sin embargo, no
descripción naturalista parece haber sido su creencia de que esto estaba interesado en la cuestión de cómo se originan las intuicio-
lo sabemos por intuición. La segunda alternativa a su doctrina, a nes morales, y no tenía nada que decir sobre el tema.
saber, la opinión de que no hay nada a lo que se refiera «bueno», El tercer aspecto del intuicionismo del cual se disoció Moore
le parecía insostenible porque todos sabemos, cuando atendemos fue la afirmación de que la intuición moral es infalible: «Menos
a nuestra mente, que «bueno» denota un «objeto único». En aún implico (como ha hecho la mayor parte de los intuicionistas)
otras palabras, conocemos por intuición que este objeto es lógi- que cualquier proposición sea verdadera  porque  la conozcamos
camente diferente de aquello que denotan expresiones tales como de un modo particular o por el ejercicio de una facultad particu-
«productor de felicidad», «conducente a la evolución», «que lar: mantengo, por el contrario, que es posible conocer una
cumple la voluntad de Dios», etc.
‘ F '■
37  PE, p. 13.
13. 40  Ibíd.
38 Ibíd.
íd. 41 Cf. mi Ethical ¡n tuitioni sm [ Intuicionismo
Intuicionismo ético] (1967), Cap.
Cap. VIL
88 La filosofía moral contemporánea 3 . La teoría intuicion ista 89

 proposición falsa del mismo modo que una proposición verdade- que existe este hiato, porque todos aprehendemos como objeto
ra»42. Esto parece recha zar lo que es sin duda la piedra angular único aquello a lo que «bueno» se refiere. Dos cosas hay que
del intuicionismo, a saber, la creencia en que los hombres tienen decir en contra de esto. Primero, ¿tienen todos los hombres ante
una facultad que no yerra en su aprehensión de ciertas verdades. sus mentes este objeto único cuando piensan sobre lo bueno?
La mayor parte de los intuicionistas conceden que esta facultad Para responder esto tendríamos que hacer dos cosas: una, decidir
 puede esta r obstruida o debilitada por ciertas condiciones, pero, cuáles son los criterios apropiados para determinar cuándo un
sin tales condiciones, no puede errar. Las cuestiones importantes hombre tiene este objeto único ante su mente y cuándo no; y
son, a mi juicio, dos: ¿evita la concepción de Moore, de que es otra, aplicar a todos los hombres estos criterios para ver si tienen
 posible conoc er por intuición tanto verdadera como falsamente, todos ese objeto único ante sus mentes cuando piensan en lo
alguno de los problemas que se plantean en el intuicionismo  bueno. Es difícil
difícil decidir cuáles podrían ser esos criterio s; y
tradicional sobre el conocimiento intuitivo?, y ¿acepta Moore esa ciertamente, nadie ha realizado nunca la consiguiente investiga-
concepción de manera consistente? En ambos casos, la respuesta ción. Por tanto, si alguien dice que no tiene este objeto único
es negativa. ante su mente cuando piensa en lo bueno —y como veremos
Como veremos en la próxima sección, la dificultad acerca de algunos lo han dicho— no podremos refutarle. El vacío lógico
la pretensión de conocer X por intuición es la dificultad de cómo entre «bueno» y cualquier descripción naturalista no se puede
 puede esto significar
significar a lgo más que simplemente creer X. Moore establecer por la apelación de Moore a la introspección.
 piensa que la intuición puede ser verdadera o falsa, y esto no Pero incluso si esa apelación tuviera éxito, ¿qué probaría? Si
disminuye la dificultad de diferenciarla de la mera creencia. Todo todos los hombres tuvieran un objeto único ante sus mentes
lo que ha hecho Moore es añadir un problema más, a saber: cuando piensan en lo bueno, esto no probaría que el no tenerlo
¿cómo podemos distinguir entre intuiciones verdaderas y falsas? en esas circunstancias constituya una falacia. Simplemente mos-
Su doctrina de que las intuiciones pueden ser lo uno o lo otro no traría lo que ocurre, no lo que lógicamente debe ocurrir. El vacío
hace más admisible al intuicionismo. ¿Se adhirió a esta doctrina lógico entre «bueno» y las descripciones naturalistas se refiere a
de manera consistente? Si recordamos lo que dijo en ios Princi algo que no puede (lógicamente) expresarse. No se puede (lógi-
 pia sobre «el Ideal», es difícil reconciliar esto con su doctrina de camente) decir «bueno» y significar «que produce felicidad», y sí
que las intuiciones pueden ser verdaderas o falsas. Allí escribió: es así es a causa de las reglas para el uso de esas expresiones,
«Probablemente nadie que se lo haya preguntado tendrá duda de  pero no a causa de nada que ocurra o deje de ocurrir en las
que el afecto personal y la apreciación de lo que es bello en la mentes humanas. La introspección puede conducir a descubri-
naturaleza o en el arte son buenos en sí mismos.» Y esto lo mientos psicológicos, pero no puede solucionar problemas de
describe como «la verdad última y fundamental de la filosofía validez lógica.
moral», y añade, «Solamente por estas cosas —para que en cada
momento pueda existir tanto de ellas como sea posible— puede ¿Es defensible el naturalismo ético?
 justificarse el cumplimiento de un deber público o privado; ... son
la razón de ser de la virtud; ... forman el último fin racional de la Es instructivo preguntarse cómo un naturalista ético podría
acción humana y el único criterio del progreso social...» Añade, intentar responder a los ataques de Moore. Podría, como ya
además, que «esas parecen ser las verdades que generalmente hemos observado, negar que perciba bueno como un objeto
han sido pasadas por alto», pero no parece admitir que no  sean único. Ante esta negativa, y a falta de un método satisfactorio
verdades43.  para probar que todos los hombres perciban bueno de esa mane-
Volvamos a las razones de Moore para pensar que hay un ra, Moore estaría sin ayuda.
hiato lógico entre «bueno» y cualquier descripción naturalista. ¿Puede un naturalista ético disponer con igual efectividad del
La razón es, en definitiva, que todos conocemos por intuición resto de las críticas de Moore? Moore rechazó la concepción de
que «bueno» se refiera a un objeto complejo sobre la base de
42  PE,  p. x. que, si así fuera, algunas proposiciones analíticas sobre lo bueno
43  PE,  pp. 188-89. serían verdaderas, y el argumento de «la pregunta abierta» mués
91
90 La filosofía moral contemporánea 3 La teoría intuicionista

tra que ningunas lo son. En otras palabras, nada es verdadero  por  hecho, el uso más común del término, y que desde el punto de
definición   de «bueno». A esto, el naturalista ético puede respon- vista de la claridad de pensamiento y de la comunicación es
der que, dado lo que él entiende por «bueno», ciertas proposicio- deseable que la «múltiple denotación» de «bueno» desaparezca y
nes sobre lo bueno son verdaderas analíticamente, por defini- aue el significado de esta palabra quede de esa manera restng
ción. Supongamos que dice que por «bueno» él quiere decir do.
do. A primera vista, esta formaforma de argumentar
argumentar Pla“s* j
«que produce felicidad». Entonces es analíticamente verdadero que Sin embargo,
emba rgo, y como hemos visto (pag. 4 ), acusar 
cualquier cosa que sea buena produce felicidad. Moore, por su contra loslos naturalista s un argumento
argumento muy muy poderoso,
poderoso, al acu^ r
fos con toda justicia de inconsistencia. Estos pretendían que
 parte, podría haber señalado, en respuesta , que la definición
definición
naturalista de «bueno» es estipulativa. Por supuesto que cual- «buen
«bueno» o» signif
significa
ica «que
«que produce
produce felici
felicidad
dad»
» (etc>
(etc> i¡ pr^ n l” l”
quiera puede (lógicamente) estipular la definición que quiera para también que el enunciado
enunci ado «Lo que produce p roduce felicidadL(0 ambas
«bueno», como para cualquier otra palabra. Moore nunca negó  bueno»
 bueno» es algo más que una insignifiinsignificant
cantee tautología^
tautología^ Pero amb
esto. Todo lo que dijo fue que cualquiera que estipule una  proposiciones no pueden ser verdaderas. Los natu rahsas rah sas cr aa
definición de «bueno» está por ello mismo saliéndose del uso tener un argumento
argumento definitiv
definitivo
o al afirmar
afirmar que «buen
«bueno»
o» ^ n ca o
ordinario de esta palabra. Léxicamente, pero no estipulativamente, que ell
ello
os quer
quería
íann des
desde
de susu pro
propi
pio
o pun
punto
to de ^ a U '!^ ¿ t ;
«bueno» es indefinible. evoluc
evolucionionist
ista,
a, etc. Si
Si «bue
«buenono»» sign
signif
ific
icaa «qu e% °d^ e t c t o es
Se ha sugerido44 que el naturalista podría devolver el ataque (etc.), entonce
ento nce s decir
deci r «Lo que produce felicidad ( •)
afirmando que hay una explicación muy simple para el hecho de  bueno»
 bueno» es contradecir se. De esta manera creían h a b e jo s tr a
que «bueno» sea léxicamente indefinible. Es la explicación ofre- que la posición de cualquiera
cualqui era que rechaza ra su utllda" sr"0.’ sr"0.’ SU
cida por Mili. Mili dijo que una palabra puede ser «primero evolucionismo, o lo que quiera que que fuese, es una P°sl°™
aplicada a una cosa, y luego extendida por una serie de transicio- cional. Pero cuando desde sus tribunas, o eni sus panflet
nes... de un objeto a otro, de tal manera que al final denote un defendí
defendían an aquellos
aquellos cursos de acción
acción que producen
producen felici
felicidad
dad ( t . )
confuso conjunto de objetos, sin nada en común, y no connote como buenos, pretendían
preten dían decir algo mas que lo que produce
nada, ni siquiera un parecido vago v genera!»45, Y esto es lo que felicidad produce felicidad. Pretendían decir que esei es eljm^que
ha ocurrido en el caso de «bueno», podría decir el naturalista hay que elegir, buscarbus car y conseguir. Pero si su 
ético. Precisamente porque hay tantas definiciones corrientes de «bueno» era correcta, eso no podían decirlo usando el te
«bueno» este parece ser indefinible. Mili sigue arguyendo que, no «bueno». Todo lo que podían podían decir es que que lo>que
lo>que I^ d u
cuando una palabra ha caído en este estado, «queda inútil para felicidad (etc ) produce felicidad. Moore tal vez se eq
los fines del pensamiento o de la comunicación de este, y solo acerca de lo que «buen«bueno»o» y otras palabras
palabras semeJa
semeJa^ ^ ^ 'c o n s i s t ir
 puede llegar a ser utilizable
utilizable de nuevo despojándola de parte de su  pero veía claramente que llamar a algo bueno n p una
múltiple denotación, confinando ésta a objetos que posean algún en darle una descripción
descr ipción naturalista,
naturalis ta, y percibió q y
atributo en común que pueda ser connotado por aquélla»46. Y inconsistencia fundamental en aquellos naturalistas que pensaban
con un espíritu similar, el naturalista puede pretender que todo lo lo contrario. En sus propias palabras.
que está intentando es posibilitar una nueva definición léxica de
Ellos (a saber, los naturalistas] están sumamente «"«osos de
«bueno». Pero que no está tratando de definir lo indefinible. de que lo que llaman bueno es loqu e realmente
realmente debe ' acc¡ones de esta
Simplemente está proponiendo que el sentido y la referencia de que la palabra
palabra ‘bueno; s e usa generalmente para denot ar accione*
«bueno» debe restringirse a un objeto o tipo de objeto, más bien naturaleza»
naturaleza»:: tal ... sería la sustancia e su* verdaderamente ética,
que aplicarse a un «confuso montón» de objetos. E incluso en que nos dicen cómo debemos actual, su ensenan
 puede prete nder que el restringido uso que propone constituye, de que^
que^ es lo que ell os pretende n. ;Pero que de la geme usa una
favor de ello! «Tie nes que hacer esto porque la mayor Par' S lo que
cierta palabra
palabra para denotar este t.Pot.Po de conducta
conducta >> - Seno^
Seno^ m ’usa ^
queremos
queremos saber
saber de ustedes como maestros
maestros de et.c n es como
44 Cf. Prior, op. cit., pp. 10-11. palabra...,
palabra..., lo que
que queremos
queremos sabe
saberr es
es su te m en te que es bueno .
45 System of Logic   [Sistema de la lógica] I. viii. 7, citado por Prior,  op. cit.,
 p. 10.
10.
46  Ibíd. 17 PE. p. 12.
92
La filosofía moral contemporánea 3. La teoría intuicion ista 93

Los naturalistas se presentan como capaces de hacer dos Esto tendremos que averiguarlo. ¿Qué cursos de acción tenemos
cosas con la palabra «bueno», a saber: (i) señalar que se usa sólo ante nosotros? ¿Qué cantidad de bien producirá cada uno de
 para descri bir ciertas propieda des naturales: y (ií)
(ií) usarla en la ellos? Solamente cuando hayamos descubierto las respuestas a
enseñanza ética. El éxito de Moore fue mostrar que no pueden estas preguntas podremos decir qué es lo que debemos hacer o
(lógicamente) hacer las dos cosas. ’ qué nos está moralmente permitido hacer.
A Moore se opusieron, desde dentro del intuicionismo, sus
contemporáneos H. A. Prichard y W. D. Ross. La obra más
2. El intuicionismo de Prichard y Ross importante de Prichard ha sido coleccionada en su  Moral Obliga-Obliga-
tion  (Oxford, 1949) (La obligación moral), y en Moral Obligation
Mientras que muchos intuicionistas han sido partidarios de and Duty and Interest   (Oxford, 1968) (La obligación moral, el
una posición deontológica, Moore defendía una postura teleoló deber y el interés),  recopilado por J. O. Urmson. La filosofía
gica. La diferencia, dicha en pocas palabras, es que los defenso- moral de Ross se contiene en su obra The Right and the
res de una doctrina teleológica consideran que el valor moral Good  (Oxford,
  (Oxford, 1930)(Lo ju st oy lo bueno),
bueno), y Foundations
Foundations ofEth ics
 positivo o negativo, de las acciones está determinado por el fin (Oxford, 1939) (Fundamentos de Etica).  Prichard y Ross eran
 para el cual tales accione s son un medio.
medio. Los partidarios de la  partidarios de una aposición deontológica, pero construy eron so-
doctrina deontológica, en cambio, mantienen que la bondad o  bre los fundamentos que Moore había establecido. Ross señaló
maldad, la justicia o la injusticia, de una acción es intrínseca a la que los argumentos de Moore en favor de la indefinibilidad de
acción misma. Moore era de los primeros, y mantenía que todos «bueno» se aplican igualmente en el caso de «justo» y «obligato-
los hombres, si reflexionan cuidadosamente sobre la naturaleza rio». Cualquiera que sea el definiens  que se proponga (D) para
de la bondad, distinguirán por intuición que «las cosas más estas palabras, la pregunta «¿Es aquello que es D justo u obliga-
valiosas, con mucho, que conocemos o podemos imaginar, son torio?» no queda automáticamente respondida, y la proposición
ciertos estados de conciencia que pueden aproximadamente des «Lo que es D es justo u obligatorio» no es tautológica. Y esto lo
crioirse como ios placeres de la comunicación humana y el dis vemos en e! caso de estas palabras tan claramente como en el caso
fnite de los objetos bellos»484
bellos»489 4
. Los afectos personales y el de «bueno», tanto si apelamos a nuestras propias intuiciones
disfrute estético constituyen fines para cuya consecución las como si lo hacemos al uso ordinario de las palabras. Ross afirmó
acciones pueden ser medios. Las acciones son justas  jus tas o injustas además que Moore, en su libro posterior,  Ethics  (Londres, 1912)
según que deban  o no hacerse, y esto según que maximalicen o (Etica), se acercó a esta po sición50
sic ión50.. En los
los Principia Ethica,
no los placeres de la relación humana o el disfrute de los objetos Moore había dicho «Cuando pregunto si una acción es realmente
 bellos. Como afirma
afirma Moore en los Principia Ethica:  «Lo que mi deber o es realmente apropiada (expedient), el predicado cuya
quiero decir es que ‘ju sto ’ (right)  no puede significar sino ‘causa aplicabilidad cuestiono es exactamente el mismo»51. Pero en
de un buen res ultad o” , y es por tanto idéntico a ‘útil’;
‘útil’; de donde
donde  Ethics  encontramos que afirma que no podemos descubrir «nin-
se sigue que... ninguna acción que no esté justificada por sus guna característica que pertenezca a todas  las acciones volunta-
resultados puede ser justa... Nuestro ‘deber’ solo puede ser rias que son justas, y que al mismo tiempo no pertenezca a
definido como aquella acción que haga existir en el Universo más ninguna excepto a aquellas que lo son, aparte del hecho de ser
 bien que ninguna de sus alternativas. Y lo que es ‘jus to’ o  jus tas »52
»52. Así llega
llega a la conclusión de que «está claro, creo, que
moralmente permisible solo difieredifiere de
de esto en cuanto que es el significado de las dos palabras [a saber, ‘deber’ y ‘apropiado’]
aquello que no causará menos  bien que ninguna de sus alternati- no  es el mismo; pues si lo fuera, entonces sería una mera
vas posibles» . Según Moore, conocemos por intuición los fines tautología decir que es siempre nuestro deber hacer aquello que
que son buen os. Pero esto no significa
significa que vaya a ser evidente en tenga las mejores consecuencias posibles»53.
una situación qué es justo que hagamos o cuál es nuestro deber.
50  RG,  pp. 10-11.
51  PE.  p. 169.
48  PE, p. 188. 52  Ethics  (Etica) (paginación de 1947), p. 13.
13.
49  PE, pp. 147-48. 53  Ethics, p. 107. '
94 La filosofía moral contemporánea ?. La teoría irotuicionista
irotuicionista 95

 H. A. Prichard  en 1912


1912.. La respuesta
respu esta de Prichard a la pregunta que da título a su
artículo es que sí, en la medida en que los filósofos morales han
Prichard defendió que, con relación a una situación cualquie- intentado dar respuesta a la pregunta «¿Hay realmente una razón
ra, podemos saber por intuición qué acción sería justa u obligato-  por la que dleba
dleba actuar del modo
modo como hasta ahora he pensado
ria en ella, pero que puede ser necesaria una cierta cantidad de que debía actuar?»58. Tal razón, mantuvo, no existe. No es
razonamiento discursivo a fin de despejar el terreno para esta  posible
 posible pro bar lo que
que es justo o lo que se debe hacer. Esto «sólo
«sólo
intuición. Prichard definió la rectitud o justicia (rightness)   de una  puede aprehen derse directamente por un acto de pensamiento
pensamiento
acción así: «consiste en ser el origen de algo de cierto tipo A en moral»5
moral»5 .
una situación de cierto tipo, situación que consiste en cierta A Prichard ya se le ocurrió que puede haber objeciones a su
relación B del agente con otros o con su misma naturaleza»54. doctrina
doctri na de que el el deber es evidente6
eviden te60
0. ¿Cómo explicar las
Podemos tener que pensar cuidadosamente lo que la acción insolubles diferencias de opinión sobre lo que debe hacerse? Y si
originará. Veamos su ejemplo: «Podemos no apreciar la injusticia las obligaciones son evidentes, ¿cómo saber qué hacer cuando
de contar una cierta historia hasta que nos damos cuenta de que entran en conflicto, como ocurre no sin frecuencia? A la primera
con ello heriremos los sentimientos de algún oyente»55. Por  pregunta respondía: los hombres
hombres tienen distintos grados de des-
tanto, con el fin de apreciar lo que una acción originará tal vez arrollo moral, y unos tienen intuiciones más claras que otros. El
tengamos que examinar los hechos de la situación para asegurar- fallo en el reconocimiento de una obligación particular se debe
nos de que tenemos en la mente todas las relaciones del agente usualmente a un error en el pensamiento «general». Incluso los
con otros o con su propia naturaleza que son relevantes. Citando mejores hombres están a veces ciegos a sus obligaciones, a causa
de nuevo a Prichard: «Por ejemplo, podemos no apreciar la de lo complicado y amplio que es el pensamiento general que hay
obligación de dar a X un regalo hasta que recordamos que ha que hacer para darse cuenta de cada una de las obligaciones.
tenido con nosotros un acto de consideración»56. Aclarar todo Concedida la suposición básica de Prichard —que distinguir el
esto —1° flue la acción origina, cómo se relaciona el agente deber es como distinguir que dos y dos son cuatro— su respuesta
consigo o con otros— requiere !o que Prichard llamaba «pensa- a esta primera objeción es bastante razonable. Es sin duda un
miento general». Pero una vez que lo hemos aclarado, percibi-  poco raro decir que algo es evidente y añadir a continuación que
mos lo que debemos hacer por medio de lo que llama «pensa- muchos hombres no pueden verlo incluso cuando se les dice
miento moral». Lo que esto quiere decir lo explica así: «Se trat a dónde han de mirar, y que incluso los mejores no pueden verlo
de una aprehensión inmediata exactamente en el sentido en el de modo claro y consistente. No obstante, Prichard podría haber
que una aprehensión matemática es inmediata, por ejemplo, la rechazado tal objeción señalando que mucha gente es incapaz
aprehensión de que esta figura de tres lados, por tener tres lados, de realizar cálculos matemáticos elementales incluso después de
debe también tener tres ángulos. Ambas aprehensiones son in- recibir instrucción, y que incluso los mejores matemáticos tro-
mediatas, en el sentido de que, en ambas, la penetración en la  piezan a veces en un problema.
problema. Igual
Igual que estos hechos, por sí
naturaleza del objeto conduce directamente al reconocimiento de solos, no impugnan una explicación cartesiana de la matemática,
que posee el predicado en cuestión. Decir que en ambos casos el así el hecho de que la intuición es a veces defectuosa no impide
hecho aprehendido es evidente es simplemente enunciar el hecho  por sí solo una explicación
explicación intuicionista del pensamiento moral.
moral.
desde el punto de vista opuesto»57. Estas citas proceden de un En cuanto al problema de cómo saber lo qué hacer cuando
artículo titulado «Does Moral Philosophy Rest on a Mistake?» dos obligaciones entran en conflicto, la respuesta de Prichard no
(«¿Descansa la filosofía moral en un error?») publicado en  Mind   parece en principio
principio tan defensible.
defensible. Dice así: «A la segunda
segunda
objeción replicaría que la obligación admite grados, y que cuando
hay un conflicto de obligaciones, la decisión sobre lo que debe-
54 «Does Moral Philosophy Rest on a Mistake?» [«¿Se apoya en un error la
filosofía moral?»]  M  XXI
 XXI (1912), reimpreso en MO.
55  MO.  pp. 7-8. *  MO, p. i .
56  MO, p. 8.  MO. p. 16.
57 Ibíd
 Ibíd.. 60  MO,  p. 9 nota.
96 La filosofía moral contemporánea 3. La teoría intuic ionist a 97

mos hacer no depende de la pregunta ‘¿Cuál de los comporta- aspecto objetivo,  que consiste en ciertos hechos  moralmente
mientos alternativos producirá el mayor bien?’, sino de ‘¿Cuál es relevantes sobre las personas o cosas de que se trate, y el
la obligación mayor?’»61. Podría decirse en contra de esto que, aspecto subjetivo,  que consiste en ciertos  pensami ento s  del
 pen sami entos
de hecho, decidimos entre obligaciones en conflicto preguntán- agente moralmente relevantes sobre las personas o cosas de que
donos cuál de ellas producirá mayor bien. No obstante, creo que se trate63. Esta explicación plantea una serie de cuestiones,
Prichard podría haber replicado así. La obligación de producir el algunas de las cuales nos llevan a una consideración de otro
mayor bien es una obligación entre otras, e incluso aun cuando, a concepto relacionado, el de deber. Trataremos estas cuestiones
diferencia de cualquier otra obligación, resulta ejemplificada en  por orden.
toda situación en que se plantea un problema moral, no puede (i)
(i) La primera es: ¿qué es lo que hace moralmente relevante
darse por descontado que la pregunta «¿Qué acción producirá el los hechos o pensamientos que sirven para diferenciar la justicia
mayor bien?» resuelva los conflictos de obligación. Podemos objetiva y la subjetiva? Ross creía que hay ciertos principios
decidir que eso es lo que hay que preguntar, pero en este caso ya generales de conducta —a los que llamó obligaciones prima
hemos respondido otra pregunta que es lógicamente anterior: facie— que todos los hombres de conciencia moral desarrollada
¿qué obligación es mayor? intuyen, tales como cumplir las promesas, la fidelidad (esto es,
Sobre el conflicto de obligaciones queda una dificultad de la no mentir), la reparación, la gratitud, la justicia, la beneficencia,
que Prichard no parece haberse dado cuenta. Según él, el sentido el automejoramiento y la nomaleficencia. Estos deberes prima
en el que las intuiciones morales son inmediatas o evidentes es facie los comparaba con los axiomas matemáticos64. Rechazaba
«exactamente» el mismo en el que lo son las verdades matemáti- expresamente que su lista fuera completa, acaso porque pensaba
cas. Pero de hecho hay una diferencia. En el caso matemático que se le podía haber pasado alguna obligación prima facie que
estas aprehensiones nunca entran en conflicto. Si dos o más  para otra person a resul tara clara. Aunque siendo evidente s, ¿no
axiomas resultan ejemplificados en un caso, nunca tenemos que es extraño que alguien que había reflexionado sobre la moralidad
escoger entre ellos como ocurre en el caso de un conflicto de tanto como Ross pudiera haber pasado por alto alguna obligación
obligaciones en una situación dada. Incluso aun rechazando el  prima facie? También podía pensa r que alguna ulterio r obliga-
intuicionismo cartesiano, puede que haya un estrecho paralelo ción prima facie, que nadie había percibido hasta ahora, pudiera
entre el pensamiento matemático y el pensamiento moral. Pero eventualmente ser descubierta. Aunque esto no es menos extraño
existe también la diferencia que acabo de subrayar, y Prichard no si se tiene en cuenta que son comparables a los axiomas matemá-
la explica ni siquiera desde sus propios supuestos. ticos, pues ¿qué pensaríamos si alguien viniera diciendo que
En sus escritos posteriores, Prichard desarrolló su concepción había percibido un axioma de Euclides que nadie había conocido
del artículo
artí culo de 1912
1912 con gran sutileza
sut ileza,, pero nunca la modifi
modificó
có antes?
sustancialmente, al menos en lo que hasta ahora se ha publicado (ii)
(ii) ¿Cómo explicaba Ross la relación entre, por ejemplo, la
de sus obras.  propiedad natural de constituir el cumplimiento de una prom esa y
la propiedad ética de ser justo o de constituir un deber? Para
W. D. Ross distinguirlas, Ross llamaba a las propiedadesnaturales constituti
vas  y a las éticas consecuenciales.   Pero'no suministra ninguna
En los escritos de W. D. Ross encontramos cuidadosas dis- explicación de cómo, por ejemplo, ser el cumplimiento de una
tinciones entre la bondad moral, el deber y lo justo (right).  promesa constituye la justic ia o por qué e sta es una con secuencia
Según él, «‘jus
«‘jus to’ o ‘recto’
‘recto’ (right)  significa ‘apropiado’, de de lo anterior. Considera la conexión simplemente como objeto de
una manera única e indefinible que podemos expresar por medio intuición. «Vemos» que si X es cumplir una promesa, enton-
de la frase ‘moralmente apropiado’, a la situación en la que el ces X es justo. Como Prichard, Ross compara esto a la matemá-
agente se encuentra»62. Esta situación tiene dos aspectos. El tica, a la visión de que si un triángulo es equilátero es equiángulo.

61 ibíd. 63  FE,  Cap. VIL


62  FE, p. 146. 64  RG,  pp. 29-30.
98 La filosofía moral contemporánea 3. La teoría intuicionista 99

Pero Ross no se daba cuenta de que hay una diferencia. En el caso recursos para obtenerlo. Si, por consiguiente, para saber lo que
del triángulo la relación es reversible (si es equilátero, entonces debe hacerse, o debería haberse hecho, es necesario tener tal
es equiángulo; si es equiángulo, entonces es equilátero), cosa que conocimiento, se siguen necesariamente dos consecuencias: una
no ocurre en el caso de las acciones (si es cumplir una promesa,  persona no puede saber nunca cuál es su deber , y una persona
entonces es justo; pero no necesariamente, si es justo, entonces  puede cumplir, o dejar de cumplir, con su deber sin saber que lo
es cumplir una promesa)65. está cumplien
cum pliendo
do o dejando de cumplir67
cumplir67. Un análisis del concepto
(iii)
(iii) ¿Cómo concebía Ross la relación entre la justic ia y el de deber que nos lleva a semejantes conclusiones debe estar
deber? Se recordará que distingue entre justicia o rectitud obje- equivocado, pues tanto difiere del uso normal de la palabra
tiva y subjetiva. ¿Es nuestro deber hacer lo objetivamente
objetivamente justo o «deber». Ross señaló que, si consideramos que el deber de un
lo subjetivamente justo? Originariamente, Ross pensaba que agente es hacer lo que es justo y recto en el sentido (d), no por
nuestro deber es lo primero, pero por influencia de Prichard eso borramos la distinción entre lo que un agente realmente debe
modificó su opinión66. En cualquier caso dado es posible realizar hacer y lo que piensa que debe hacer68. Hemos de considerar que
acciones que son rectas o justas en uno u otro de los cuatro debe realmente   hacer lo que es justo en el sentido (d). Alguien
sentidos siguientes:  puede p ensar
ens ar que un agente debe hacer lo just o en alguno de los
sentidos (a), (b) o (c), pero no podemos conceder que el hecho de
(a) un acto que es de hecho justo en la situación como ésta es que lo piense sea suficiente. Esa persona, a nuestro juicio, estaría
de hecho; . equivocada. La creencia de que hay una opinión correcta, dis-
(b) un acto que el agente  piensa  que es justo en la situación tinta de las erróneas, solo puede (lógicamente) mantenerse
tal y como ésta es de hecho; cuando se preserva la distinción entre lo que realmente es el caso
(c) un acto que es de hecho justo es la situación tal y como el y lo que meramente se piensa que lo es. Ross no omitió tal
agente  piensa que es; . distinción.
(d) un acto que el agente  piensa  que es justo en la situación (iv)
(iv) ¿Cómo relacionaba Ross la rectitud o la obligatoriedad
tal y como  piensa  que es.  prima facie a la rectitud o ¡a justic ia a secas? La obligatoriedad o
rectitud prima facie, esto es, la tendencia a ser recto o a consti-
¿Cuál de estos actos es deber del agente realizar? Ross, si- tuir el deber, es, dijo, un «atributo partiresultante» de una
guiendo a Prichard, mantuvo que la respuesta es la cuarta. Si el acción, «esto es, un atributo que pertenece a un acto en virtud de
deber fuera una de las otras tres, entonces antes de poder algún componente de su naturaleza». Ser justo u obligatorio a
(lógicamente) saber lo que un agente debe hacer, tendría que secas es, en cambio, «un atributo totiresultante», esto es, «que
tener un conocimiento completo de lo que estaría haciendo en el  pertenece a un acto en virtud de su enter a naturaleza y sin
caso de cada una de las acciones que puede hacer, esto es, restarle nada»65. Por ejemplo, una acción podría ser justa en
las consecuencias de dicha acción para él y para cada una de las que constituye el cumplimiento de una promesa, pero injusta
 persona s afecta das; y ante s de esto, lógicamente, tendría que en que constituye un caso de maleficencia. En tal caso, sus
tener un conocimiento completo de la situación en la que cada rasgos moralmente relevantes habrían de ser «contrapesa-
uno de esos actos habría de ser realizado, de tal manera que dos». Un acto es justo [u obligatorio] cuando «de todos los actos
estuviera perfectamente cierto de que ningún rasgo moralmente  posibles para el agente en esas circunsta ncias es aquel cuya
relevante estaba siendo pasado por alto. Sin embargo, un cono-  justicia [u obligatoriedad] prima facie en aq uellos aspecto s en los
cimiento tan completo es imposible de alcanzar, si no en princi- que es justo [u obligatorio] prima facie en mayor medida supera
 pio, sí al menos en la práctic a. Carecemos del
del tiempo y de los su injusticia [o no obligatoriedad] en aquellos aspectos en los que

65  Cf. RG, p. 121.


66 Ver  FE, pp. 148
148 y ss. Lo que le hizo cambiar de opinión fue «Duty and
and 67  Cf. FE,  pp. 148-50.
Ignorance of Fact» [«Obligación e ignorancia de hecho»] , Hertz Lecture 1932, 68 Ver FE, p. 156.
reimpreso en MO. 69  RG,  p. 28.
100
La filosofía moral contemporánea 3. La teoría intuicionista 101
es injusto [o no obligatorio] prima facie»70. Inmediatamente se Otra importante distinción que Ross útilmente subrayó es la
 plantea la siguiente dificultad:
dificultad: ¿sobre qué escala se ha de realizar que hay entre la bondad moral y el deber o lo justo. La bondad
la comparación? Tenemos que comparar ciertos rasgos de un moral, dijo, es una característica: (a) de ciertas clases de accio-
acto unos con otros, pero ¿cómo? Ross responde: por intuición. nes voluntarias, tales como las que se hacen por deseo de
El hombre con una conciencia moral desarrollada, simplemente cumplir el deber, de aliviar el dolor, de extender el conocimiento,
«ve» en qué acto sobrepasa la justicia a la injusticia. etc.; (b) del deseo de esos fines, incluso cuando éste no se
(v) ¿Qué es la «tendencia a ser» justo,
jus to, o a ser el debe r. manifieste en la acción; (c) de la satisfacción experimentada al
Acabamos de hacer mención de ello. Si una acción es, por ver tales fines conseguidos, o de la pena de verlos no realizados;
ejemplo, el cumplimiento de una promesa, o un acto de gratitud, y (d) de las disposiciones, materializadas en el carácter, a actuar
entonces cada uno de estos rasgos particulares ejemplifica una  para conseguir tales fines.
fines. A todo esto, según Ross, lo llamamos
obligación prima facie y le da lo que Ross llamó «una tendencia a moralmente bueno74. Que la bondad moral es distinta de lo justo
constituir un deber»71. Al parecer pensaba que esta tendencia es o del deber se ve porque es posible cumplir con el deber por un
una especie de propiedad positiva que una acción puede tener. motivo malo igual que por uno bueno; por ejemplo, se pueden dar
Pero como ha señalado P. F. Strawson, no lo es. Decir, por clases extra a los alumnos más cortos no para justificar el sueldo,
ejemplo que todos los actos de gratitud tienen una tendencia a ni por deseo de facilitarles el estudio, sino para brillar más que
ser justos es simplemente decir que la mayor parte, pero no todos otros profesores. Asimismo, se puede hacer lo que es moral-
los casos de gratitud, son justos72. Es, por tanto, contradictorio mente bueno, y dejar por ello de cumplir el deber; por ejemplo,
decir que todos los actos que son actos de gratitud tienen una dedicarse a lá investigación por deseo de extender el conocimien-
tendencia a ser justos, que es lo que Ross pretendía decir. to, y a causa de ello desatender las clases. Los motivos del
Antes de pasar del deber a la bondad moral, señalemos un agente —con los cuales la bondad moral siempre tiene que ver—
aspecto del deber que Prichard notó y que Ross también conside- no están bajo su control lo mismo que sus intenciones —con las
ró. El deber o la obligación no es realmente una propiedad de las cuales se relacionan lo recto y el deber—. Uno puede ponerse a
acciones sino un hecho acerca de ios agentes. Er. palabras e realizar una acción y llevar sus intenciones hasta donde le
Prichard: «Como reconocemos cuando reflexionamos, no hay  permitan las circunstancias, pero no puede, a su arbitr io, encon-
características de una acción tales como deberserhecha o no trar un fin deseable y otro no. Puede, ciertamente, cultivar los
deberserhecha. Es obvio, pues ya que la existencia de una  buenos
 buenos motivos y disposiciones, y hacer todo lo que piense que
obligación de hacer una acción no puede depender de la realiza- conseguirá ese resultado. Pero «debe» implica «puede», y no
ción de la acción, la obligación no puede ser una propiedad que la  podemos
 podemos desear aquello que que decidamos
decidamos desear. No tendría sentido
acción tuviera si fuera realizada. Lo que existe es el hecho de decir que se debe amar el conocimiento, como lo tendría decir
que tú, o de que yo, debemos o no debemos realizar una acción, que se debe perseguir el conocimiento.
o más bien ponemos a realizar una acción. Cuando hacemos una De esta manera, Ross subraya la distinción entre la bondad
afirmación que contiene el término «debe» o «no debe», aquello moral, lo recto y el deber. Hay, no obstante, semejanzas básicas
a lo que atribuimos un cierto carácter no es una cierta actividad entre las explicaciones que da de esos conceptos. Esas semejan-
sino un cierto hombre»73. Esto es válido e importante. Podnamos zas son las siguientes. Todos se disciernen intuitivamente. Todos
decir de una acción posible, pero no realizada, que sena.justa, st  son indefinibles. Todos son características nonaturales conse
se realizara.  Pero no diríamos que un acto sería nuestro deber, cuenciales con respecto a las características naturales constituti-
si fuera realizado;  diríamos que es nuestro deber realizarlo. vas. Todos pueden exigir de nosotros comparar entre sí ciertas
consideraciones moralmente relevantes. Este breve intento de
70  RG p 46; cf.  FE,  p. 85, que difiere en poner «obligatoriedad» donde clarificar la posición de Ross ha sido suficiente para mostrar que,
 RG   pone «justicia» y «no obligatoriedad» donde  RG   pone «injusticia». tanto en su caso como en el de Moore y Prichard, se hace, en
72 Strawson «Ethical Intuitionism»
Intuitionism» [«Intuicionism o éti co »], P XXIII (1949).
todos los momentos fundamentales del análisis del pensamiento
73 «Duty and Ignorance of Fact» en  MO,  p. 37; citado aprobatoriamente por 74
Ver FE,
 FE, Cap. XI1.
Ros s.F F. P- 155.
155.
10 2 La filosofía moral contemporánea 3. La teoría intuicionista 103
103

moral, una apelación al conocimiento obtenido por intuición. ción moral se ejemplifican uno o más de ellos. La idea de Ross de
Más adelante pondremos en tela de juicio la existencia de este que la acción justa u obligatoria es aquella que se «acomoda» o es
conocimiento. «apropiada» a la situación de una manera intuitiva, y que esto se
intuye después de comparar entre sí las obligaciones prima facie
Un predecesor de Prichard y Ross o «cabezas de la virtud» que la situación ejemplifica, se encuen-
tra también en Price78. Las objeciones a esta doctrina, y una
Ya hemos señalado que Richard Price, filósofo inglés del siglo  posible línea de defensa contra ellas,
ellas, las veremos a propósito de
xvm, se anticipó a la argumentación de Moore en contra de la ambos autores.
falacia naturalista. En su obra ya citada  Review
 Revie w  anticipó también Primero, las objeciones. Hume, contemporáneo de Price,
las ideas fundamentales de Prichard y Ross. acusó a los intuicionistas de haber asumido que la virtud es una
Enunció claramente la idea de que el pensamiento moral especie de relación, a saber, la adecuación o apropiación, y el
consiste, como el matemático, en la aprehensión inmediata por vicio lo contrario, y ello por haber dado por supuesto que la
intuición de verdades evidentes. Price distinguía dos actos del facultad moral es el entendimiento, y mantuvo que si la virtud o
entendimiento: «deducción», por la que entendía el razonamiento el vicio consisten en una relación, entonces, sea lo que fuere esta
discursivo, y bajo la cual incluía lo que llamaríamos inducción relación, es concebible que pudiera darse entre objetos materia-
tanto como lo que llamamos deducción; e «intuición» (por ejem- les o animales igual que entre seres humanos. Así, un arbolillo
 plo, la c artesiana)7
artes iana)75
5. Aceptando la idea de Locke de que la tarea que sobrepasa la altura del árbol del que procede es moralmente
del entendimiento es percibir el acuerdo y el desacuerdo entre las como un niño que aplasta a su padre, y un incesto entre animales
ideas, y que esto produce el conocimiento, Price defendió que es moralmente como un incesto entre seres humanos. Pero no
las ideas de tal acuerdo o desacuerdo son ellas mismas ideas simples creemos que los objetos y los animales sean «susceptibles de la
nuevas. Por ejemplo, la igualdad de los dos ángulos qué una recta misma moralidad» que nosotros, por tanto, la explicación rela-
forma al incidir sobre otra con respecto a dos ángulos rectos es ciona] de la virtud y del vicio debe estar equivocada79. Una
una nueva idea simple clara y distintamente percibida por e¡  posible objeción ulterior es que, si la rectitud moral
moral es un tipo de
entendimiento, la cual es distinta de la idea de los ángulos relación, como la adecuación, acabamos en el absurdo. Un acto,
comparados, y la cual denota una verdad evidente. Pues bien,  para ser relacionalmente
relacionalmente adecuado, debe ser adecuado como
además de tales ideas matemáticas, también las ideas lógicas (por ejemplo de unos ciertos criterios. Y es inevitable que se plantee
ej. necesidad), las ideas físicas (por ej..causa) y las ideas mo la cuestión: ¿son justos los criterios? Si esto significa «¿Son
rales  (por ej. bueno, deber, recto) son igualmente, según él, apropiados?», entonces se implica que hay otros criterios ulterio-
nuevas ideas simples percibidas por el entendimiento. Tales ideas res. Eventualmente llegaremos a nuestros últimos criterios. A
 brillan con luz propia. Son los constitutivos últimos del entendi- menos que nuestros juicios morales pierdan el sentido, tendre-
miento y sin ellas todo razonamiento sería imposible. La última mos qué decir que también, esos criterios últimos son justos o
apelación en el razonamiento debe siempre hacerse a tales ver- rectos. ¿Pero qué sentido tiene esto si ya no hay otros criterios
dades evidentes76. más altos? Y por definición no puede haberlos, si se trata de
También las ideas de Ross tienen su paralelo en Price. Este criterios últimos.
últimos. .
da una lista de «cabezas de la virtud», como las llama, que es ¿Qué defensa puede hacerse, en nombre de Price o Ross,
muy semejante a la lista de Ross de obligaciones prima facie77. frente a esas objeciones? Es importante distinguir entre dos
La idea subyacente es la misma en ambos autores: que estos  posibles concepciones de la rectitud moral moral desde el punto de
 principios gener ales se intuyen directamente y que en toda situa- vista racionalista. Una es que esa rectitud es simplemente una
relación  entre actos y situaciones o personas, comparable a la
75 Price, op. ci t. ,  p. 18 nota. igualdad matemática; la otra, que es una propiedad de los actos,
76 Price,  op. cit.. pp. 97-103. Price arrastra
arrastra en gran
gran medida sus ideas directri
ces del platónico de Cambridge Ralph Cudworth. Ver mi  Reaso n and Right  para
un estudio amplio de la filosofía moral
moral de Price.
Price. Price, op. ci t..   p. vi.
77 Price, op.
 op. cit. .  Cap. VII. M A 7 reatis e o f Human N ota re  III. i. 1: edición de Selby-Bigge, pp. 464-68.
La filosofía moral contemporánea 3. La teo ría in turcionista 105
104

en las situaciones, la cual se deduce de algunas de las propieda ¿Qué condiciones deben cumplirse para poder decir «Co-
des no morales de aquéllos, como la equilateralidad se deduce de nozco que X»? Siguiendo a Ayer82, parecen ser tres, (i) Debe ser
la equiangularidad en los triángulos. La segunda concepción tiene verdad que X. No puedo, por ejemplo, saber que dos y dos son
ciertas ventajas sobre la primera, y creo que hay buenas razones cinco o que Brasil está en Europa. Por supuesto que las maneras
 para decir que es la que admitieron Pnc e8081 y Ross . Si la de establecer la verdad o falsedad de las proposiciones varían, y
rectitud es, como estos autores pensaron, lo que Ross llama una que algunas de éstas pueden ser en sí mismas cuestionables.
característica consecuencial que se deduce de lo que llama carac- Pero, dado lo que usualmente queremos decir cuando decimos
terísticas constitutivas, tales como ser el cumplimiento de una que X es verdad, y sea ello lo que fuere, tenemos que poder
 promesa, entonces estas últimas características pueden (lógica-
(lógica- decirlo si queremos decir «Sé que X». (ii) Tengo que creer que
mente) definirse de tal manera que la deducción quede restringida X. Sería un sinsentido, fuera X lo que quiera que fuera, si
a aquellos ejemplos que tratan de personas. Los ¡árboles y los dijéramos «Sé que X pero no creo que X». Esto es contradicto-
animales, por ejemplo, no hacen promesas. Los intuiciomStas rio, no porque «saber» y «creer» signifiquen exactamente lo
racionales, creo, estarían unánimes en la afirmación de que las mismo, sino porque parte de lo que digo cuando digo que sé que
razones de la rectitud siempre hacen referencia a personas de una algo es así es que creo que lo es. (iii) Debo poder dar una
forma u otra, poniéndose de esta manera a salvo de la objeción respuesta apropiada a la pregunta: ¿cómo sabes que X? Hay, en
de Hume. Interpretando así la doctrina de aquéllos, constituye frase de Ayer, «vías acreditadas al conocimiento»83. Pero son
también una prueba en contra de la otra objeción anterior. La diferentes. La vía que conduce a los descubrimientos en matemá-
deducción de la rectitud a partir de sus razones es lo mismo en el ticas o en lógica es distinta de la que conduce a los descubrimien-
caso de los criterios últimos y en el caso de los ejemplos tos en las ciencias naturales o sociales. Los epistemólogos tienen
 particulares. Así, en la medida en que se da el cumplimiento
cumplimiento de que aclarar en qué consiste una respuesta apropiada a la pregunta
las promesas se da la rectitud, y esto es algo que intuimos en el «¿Cómo lo sabes»? para cada circunstancia. Tienen también que
mismo sentido de «intuir» tanto si pensamos en términos genera- mostrarnos dónde estamos exactamente cuando hemos llegado al
les de obligación prima facíe como si estamos «sopesando» la «conocimiento» por una vía acreditada, ya que no todas las vías
rectitud de un acto particular. Esta interpretación no encierra conducen al mismo destino. Es claro que el conocimiento analí-
ningún regreso al absurdo. tico y el empírico no son la misma cosa, y puede haber distincio-
nes ulteriores que haya que hacer en el concepto de conocimien-
to. A pesar de ello, cuando se han añadido todas las cualificacio
3. La pretensión
pretensió n de
de conocer por intuición moral
moral nes necesarias, sigue siendo cierto, creo, que cuando digo que sé
que algo es así, debo estar preparado para decir cómo lo sé.
Debemos ahora poner en tela de juicio la idea misma de Consideremos
Consider emos ahora dos ejemplos. El primero es de una
conocer por intuición. Todos los intuicionistas éticos inclu- madre que afirma que sabe que su hijo está vivo, incluso aunque
yendo al propio Moore, aunque éste pensara que la intuición ha sido clasificado como muerto en acción. Una persona, un
 puede a veces estar equivocada— suscriben la creencia de que tanto insensible por lo demás, podría preguntarle «Pero ¿cómo lo
hay verdades morales que conocemos por intuición, y afirmarían sabes?»; y ella responde «No puedo decirlo, simplemente lo sé».
que sabemos que hay una propiedad nonatural que es la bondad  No hay duda, en tal caso, que cree que su hijo hijo está vivo,
vivo, y
o la rectitud y que pertenece a tales y tales actos o estados de cumple por tanto con una de las condiciones necesarias para su
cosas. Para valorar esta pretensión tenemos que considerar pri- afirmación. Supongamos que resulta que su hijo fue dado por
mero qué significa decir que sabernos o conocemos   que algo es muerto erróneamente, y que de hecho es prisionero de guerra.
así, y a continuación si es consistente con esto hablar de conocer «¡Lo sabía, lo sabía en todo momento!», exclama ella. Este
 por intuición.  parece un uso muy natural del verbo «saber», pero sólo sólo porque
porque

80 Cf. Introducción de Raphael, Price, op. cit. ,  pp. xxxii-xxxiii. The Prohlem o f Knowledge (El problema del conocimiento) (1956), pp. 31y ss.
82 The
81 Ver anteriormente, p. 97. 88  Ib id., p. 33. '
i 06 La filosofía moral contemporánea 3. La teoría intuicionista 107

en el discurso ordinario desaparece comúnmente una distinción de hombre que adivina las cartas. Pero eso ya lo sabíamos. Es
que es perfectamente legítima, a saber la distinción entre creen- como decir que el opio produce sueño porque tiene virtus dormi
cia verdadera y conocimiento. Incluso en el discurso ordinario, tiva.
no resultaría raro ni soiprendente si alguien dijera «Realmente no ¿Qué ventajas tiene «Por intuición» como respuesta a
lo sabía, únicamente lo adivinó». «¿Cómo lo sabes?». Esto es, ¿autoriza a un hablante a pretender
Veamos el segundo ejemplo. Un artista en un espectáculo que sabe que esto o aquello es así? ¿Le da, en frase de Ayer, «el
invita a su auditorio a seleccionar cartas que él no ve, y en cada derecho a estar seguro»?84. Consideremos de nuevo la madre de
caso adivina la carta seleccionada. Tenemos las siguientes posibi- nuestro primer ejemplo. Supongamos que hubiera respondido
lidades. (i) Puede tener un ayudante estratégicamente colocado la pregunta «¿Cómo lo sabes?» diciendo «Por intuición». Se-
que le comunique de alguna manera de qué carta se trata. De esta mejante respuesta hubiera sido insatisfactoria por las razones si-
forma, siempre podría, si quisiera, responder a la pregunta guientes.
«¿Cómo lo sabes?», (ii) Es posible —aunque sea una suposición En primer lugar, no podemos hacemos idea de qué representa
fantástica— que el artista haya dispuesto todo como hemos visto, esa respuesta que sea distinto de afirmar simplemente que cree
 pero que, por la intervención de extraños factores psicológicos,
psicológicos, firmemente que su hijo está vivo, o que «sabe» que lo está en
no se dé ya cuenta de que los ha hecho ni de que así es como aquel sentido de «saber». La respuesta «Por intuición» se limita
realiza su actuación. A la pregunta «¿Cómo conoces las cartas?», a reiterar la segunda de las condiciones señaladas, a saber, que
 podría replicar «Simplemente las conozco», (iii) (iii) Observando  para decir «Sé que X» el hablante debe creer que X. Pero el
su actuación, podemos darnos cuenta de que lo que ocurre  propósito de la tercera condición
condición —a saber, que el hablante debe
corresponde a una de las dos posibilidades anteriores, y si nos  poder dar una respuesta apropiada a la pregunta «¿Cómo
«¿Cómo sabes
 preguntan «¿Cómo lo sabe?» lo explicaremos
explicaremos de la forma que X?»— es precisamente llevarnos más allá de la segunda
correspondiente, (iv) Podemos carecer de una explicación, y si condición. ¿Qué nos dice «Sé por intuición que X» que no nos
nos preguntan «¿Cómo lo sabe?» nos limitaremos a responder diga «Creo que X»? La respuesta parece ser: nada.
«Simplemente lo sabe». En segundo lugar, tiernos supuesto en el ejemplo que la
Es importante darse cuenta de que «Por intuición» pretende creencia de la madre en la supervivencia de su hijo resultaba ser
ser una respuesta a «¿Cómo lo sabes?» comparable a la que el verdadera. Pensemos ahora que hubiera sido falsa. ¿Cómo se
artista daría si se realizara la posibilidad (i), o a «¿Cómo lo distinguiría en ambos casos la intuición de la madre —su senti-
sabe?» comparable a la que podríamos dar en el caso (iii). La miento de certeza—? ¿Puede decirlo ella misma? Aparte de lo
intuición, se pretende, autoriza  a un hablante a decir que sabe que pueda decir ella, ¿podemos descubrir alguna diferencia en la
que X, o explica  cómo ocurre que sepa que X. Pero si examina- intuición misma en ambos casos? Hay numerosos ejemplos de
mos la noción de intuición cuidadosamente, ambas pretensiones  personas que se sienten absolutamente seguras de algo y tienen
desaparecen. Supongamos que nos preguntan: «¿Cómo sabe este razón; y también ejemplos igualmente numerosos de personas
artista qué cartas ha seleccionado su auditorio?». Si responde- que, aun con ese sentimiento, se equivocan. Pero hasta donde
mos que se ha realizado una de las posibilidades (i) o (ii), ¿qué alcanzan las pruebas de que disponemos, no parece haber nada
estamos haciendo? Estamos situando este acontecimiento parti- necesariamente distinto en la intuición, o sentimiento de certeza,
cular —su éxito en la adivinación— dentro de un marco de leyes de esos dos grupos de personas.
de cobertura que son físicas, psicológicas, o de ambos tipos. No En tercer lugar, si la creencia de la madre de que su hijo
estamos diciendo simplemente que este acontecimiento ocurrió, estaba vivo hubiera resultado falsa, si las pruebas disponibles le
sino ligándolo a todo lo que sabemos sobre cómo funciona el hubieran convencido de que su hijo había muerto —por ejemplo,
mundo en general. Esto es lo que, en el discurso común, significa si se hubiera descubierto un cuerpo que ella misma hubiera
explicar un acontecimiento. Pero si decimos que el ilusionista identificado como el de su hijo—, ¿qué hubiera dicho? Cierta-
sabe por intuición  qué carta ha sido seleccionada cada vez, ¿qué mente no «Sabía antes que estaba vivo, pero ahora sé que está
hemos dicho sino que simplemente sabe qué carta ha sido selec-
cionada cada vez? Todo lo que habríamos dicho es que es el tipo 84
 Ib id .
108 La filoso fía moral co ntempo rá nea 3. La teoría intuic ionista 109

muerto», sino más bien «Estaba segura de que estaba vivo, pero equivocado el punto de partida, a saber, que el significado del
ahora sé que está muerto». Solamente los estúpidos insisten en lenguaje en general, y del lenguaje ético en particular, es aquello
que sus intuiciones son correctas una vez que se han descubierto a lo que se refiere. Lo que necesitamos es un nuevo punto de
 prueba s que, por alguna vía acreditad a, conducen a lo que  partida. Ya hemos visto que hay otras teorías del significado
significado
generalmente se aceptaría como conocimiento. además de la teoría referencial. Veremos a continuación a qué
El intuicionista moral está en una posición más expuesta de lo teorías éticas han dado lugar. '
que las anteriores consideraciones sobre la intuición hacen supo-
ner. Si el ilusionista de nuestro ejemplo hubiera dicho que sabía
 por intuición las carta s que su auditorio había seleccionado,
estaría afirmando saber por esta vía algo cuya verdad puede
mostrarse, o refutarse, por otras vías acreditadas. Que A tenga
en la mano el seis de diamantes es un hecho o no lo es, y esto
 puede averiguarse apelan do a algo que no sea la intuición del
artista. Pero los intuicionistas éticos no afirman que los hombres
conozcan por intuición algo cuya verdad pueda mostrarse de otra
forma que no sea esa intuición. En su opinión no hay, aparte de
la intuición, otra forma de comprobar lo que es verdadero o falso
éticamente. Por ejemplo, que está mal incumplir las promesas
 puede únicamen te cono cerse por intuición.
intuición. Según los intuicionis-
tas, por lo que se refiere a los valores morales los hombres
son como un ilusionista que no da los nombres de  las cartas
elegidas por su auditorio, sino que asigna nombres a  esas
cartas, pretendiendo a continuación que esos nombres son los
correctos. Si dice que tal carta es el seis de diamantes, en-
tonces, sólo por eso y aparte de cualquier otra consideración,
lo es. Es obvio que pretender que tal proceso constituye una
vía acreditada para alcanzar el conocimiento es una pretensión
fantástica.
La víctima aquí no es, desde luego, la moralidad, sino una
 particula r teoría sobre ella. Esta desacre ditada teoría parte del
supuesto de que, si hablamos de lo bueno y lo malo, de lo justo y
lo injusto, tenemos que estar refiriéndonos a propiedades de
acciones o de situaciones que, aunque sean propiedades no
naturales, deben estar objetivamente ahí. Aceptado tal supuesto
se sigue que, puesto que hablamos de lo justo y lo injusto, de lo
 bueno y lo malo, debe habe r alguna manera de conocerlos,
alguna facultad que los aprehenda. Tal es la intuición moral.No
es muy sorprendente que Moore no quisiera ser identificado por
las buenas con los intuicionistas, dadas las dificultades que
hemos visto en cualquier pretensión de alcanzar el conocimiento
 por medio de esa intuición. Pero lo que falla no es simplemente la
conclusión de que conocemos verdades morales (o falsedades
morales, para dar paz a Moore) por intuición. También está
Capítulo 4
LA TEORIA EMOTIVISTA

1. El rechazamiento
rechazam iento del intuicionismo

Los intuicionistas dieron buena cuenta del naturalismo ético.


Pero lo sustituyeron por un nonaturalismo que la mayor parte de
los filósofos morales contemporáneos han encontrado igualmente
inaceptable. Las críticas al intuicionismo han seguido dos direc-
ciones principales1, (i) Que encierra todo el asunto en el misterio.
Se acepta que los términos morales se refieren a entidades
metafísicas, misteriosas propiedades supersensibles de las accio-
nes o de los hechos, que se aprehenden por una facultad super
sensible de intuición igualmente misteriosa, (ii) Que deja sin
explicar un rasgo esencial del lenguaje moral, a saber, su estre-
cha conexión con la acción, lo que puede llamarse su carácter
esencialmente dinámico.

Wittgenstein y los positivistas lógicos


La primera forma de crítica procede de ciertos supuestos
acerca del significado, y llevada hasta su conclusión, parece dejar
el discurso moral sin significado. Los protagonistas de esta crítica
fueron el primer Wittgenstein y los positivistas lógicos.
1 Cf. J. O. Urmson. The Emotive Theory of Ethics   (La teoría emotiva de la
ética) (1968), Cap. 2.

III
112 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista 113

En el segundo capítulo vimos que, según la teoría de la «si hay algún valor que tenga valor, debe encontrarse fuera del
representación de Wittgenstein, el lenguaje significativo como tal ámbito de lo que acontece» es interpretada por Rush Rhees en el
refleja lo que acontece. Sus elementos se refieren a los elementos sentido de que «a causa de lo que los juicios sobre lo bueno y lo
simples de la realidad. Sin embargo, el discurso ético tiene que malo significan... es inútil buscar su significado en cualesquiera
ver con los valores, no con los hechos. Si tuviera que referirse a acontecimientos o hechos que la ciencia pudiera hallar»5. Según
algo tendría que referirse a lo que debe acontecer, y esto es esta interpretación, en lugar de considerar a los juicios éticos sin
lógicamente distinto de lo que acontece. Según escribió Wittgens- significado, Wittgenstein habría estado simplemente clarificando
tein en el Tractatus:  «Si hay algún valor que tenga valor, debe su significado real, esto es, trazando la línea que separa la lógica
encontrarse fuera del ámbito de lo que acontece»2. En tal senti- del discurso moral de la del discurso científico. Esta interpreta-
do, «La ética es trascendental»3. Dada la teoría representacional ción es tentadora, especialmente a la luz de su filosofía posterior.
del significado se sigue que los enunciados éticos deben carecer Pero si se acepta la teoría representacional del Tractatus  parece
de significado. Al concluir una conferencia sobre la ética que dio imposible eludir la conclusión de que la ética es «trascendental»
en Cambridge al final de los años treinta, Wittgenstein consideró en el sentido de carente de significado.
la posibilidad de que, puesto que constantemente nos sentimos Los positivistas lógicos fueron menos problemáticos en su
tentados de hablar en términos éticos, estos no puedan ser tratamiento de la ética. Su teoría del significado ya la considera-
excluidos como carentes de significado, con lo que la perplejidad mos en el capítulo 2. Solamente tenían que volverse a los in
que su significado produce pudiera deberse al hecho de no haber tuicionistas para encontrar argumentos que mostraran que los
descubierto todavía el análisis lógico correcto de ese significado.  juicios morales
morales no son ni
ni analíticos ni
ni empíricamente
empíricamente verificables.
verificables.
A lo que respondió: Los argumentos de Moore en contra de la falacia naturalista
habían establecido: (i) que no hay ningún juicio moral que sea
Cuando me dicen tal cosa, veo claramente, como de golpe, no sólo que verdadero por definición; (ii) que no hay nada natural, esto es,
ninguna descripción que pueda imaginar serviría para describir lo que quiero decir
por valor absoluto, sino que cualquier descripción que se me pudiera sugerir, yo empíricamente observable, a ¡o que se refieran los términos
la rechazaría  ab initio  a causa de su significación. Es decir, ahora veo que estas morales tales como «bueno» o «justo» De los supuestos de los
expresiones carente s de sentido [ a saber, los juicios morales] no carecían
carecían de
de  positivistas lógico
lógicoss se seguía
seguía que los juicios morales carecen
sentido porque no hubiera encontrado aún las expresiones correctas, sino que su literalmente de significado. En palabras de Ayer:
falta de sentido era su propia esencia. Pues todo lo que yo pretendía hacer con
ellas era justamente ir más allá  del mundo, o lo que es lo mismo, más allá del
lenguaje significativo. Mi tendencia, y según creo la tendencia de todos los hom Los conceptos éticos fundamentales no son analizables, en la medida en que no
bres que han intentado hablar o escribir de ética..., era lanzarse contra los hay criterio por el que se pueda comprobar la validez de los juicios en los que
límites del lenguaje. Este sa lto contra las barras
barras de nuestra jaula es perf ecta y apare cen.. . La razón por la queque no son analizables es que son meros pseudo-
absolutamente inútil. La ética, en la medida en que brota del deseo de decir algo conc epto s. La presencia de un símbolo étic o en una
una proposic ión no añade nada a
sobre el significado último de la vida, sobre el bien absoluto o sobre lo absoluta su contenido fáctico. Así, si le digo a alguien, «Hiciste mal en robar el dinero», no
mente valioso, no puede ser una ciencia. Lo que dice no añade nada a nuestro enuncio nada distinto de lo que hubiera enunciado al decir «Robaste el dinero».
conocimiento en ningún sentido. Pero testimonia una tendencia de la mente Al añadir que esa acción está mal, no estoy haciendo ningún enunciado ulterior
sobre la misma6.
humana que yo personalmente no puedo por menos de respetar profundamente y
que jamás ri diculizaría4.
Un juicio moral no puede ser verdadero ni falso, válido ni
Todo esto parece apuntar claramente a la conclusión de que inválido, porque carece de significado literal. Por consiguiente,
los enunciados éticos carecen de significado, pero es difícil, o no puede ser objeto de discusión. Extrayendo esta conclusión,
acaso imposible, estar seguro de que Wittgenstein estuviera, de Ayer se daba cuenta de su paradójica naturaleza, pues es un
hecho, extrayendo esa conclusión. La afirmación citada de que hecho de experiencia común que se discute sobre los juicios

2 r6.4i. 5 «Some Developments in Wittgenstein’s View of Ethics» («Algunos desarro


3 T 6.421. llos del punto de vista de Wittgenstein sobre la ética»), ibid.,  p. 17; la cursi va es
4  «A Lecture on Ethics» («Conferencia sobre ética»),  PR  LXX1V (1965), mía.
11  12
- . 6 Ayer .Langu age, Truth
Truth and Logic (2.a
(2 .a ed. , 1946), p. 107.
107.
114
114 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista
emotivista 115
115

morales. Pretendía, sin embargo, que tales disputas no son real- carecen de sentido. Igualmente cierto les parecía que, en último
mente sobre una cuestión de valor, sino siempre sobre una análisis, se puede mostrar que la pretensión de que un juicio
cuestión de hecho. Al poner en tela de juicio las opiniones moral sea la conclusión válida o inválida de un argumento es una
morales de alguien, llamamos su atención sobre cuestiones de  prete nsión fracasada. Cualesquiera
Cualesquiera que
que sean las consideraciones
consideraciones
hecho que pensamos que debe haber pasado por alto; por ejem- fácticas que se aduzcan en su apoyo, la maldad del robo, por
 plo, los motivos, efectos o circ unstancias de acciones
acciones particula- ejemplo, se basa últimamente en la presunción, no en la prueba.
res o de clases de acciones, sobre las cuales ha juzgado moral- Se basa en la aceptación de cierto principio o principios de los
mente. Nuestra discusión supone que nuestro oponente tiene que se sigue. Por ejemplo, si decimos que robar es malo porque
fundamentalmente las mismas actitudes morales que nosotros.  pone en peligro la paz y el orden en la sociedad
sociedad y por tanto
Puesto que vive usualmente en el mismo orden social y habrá por disminuye la felicidad humana, entonces, que aquello que dismi-
tanto recibido la misma educación moral que nosotros, este nuye la felicidad humana sea malo es algo que se ha introducido
supuesto, en general, está justificado. Pero si alguna vez encon- en el argumento, no que se haya derivado de él. En su momento
tráramos un desacuerdo tan radical que, aunque nuestro opo- tendremos que considerar si este rasgo hace al pensamiento
nente aceptara todas nuestras consideraciones fácticas, aun así moral distinto en principio de otras clases de pensamiento como
no compartiera nuestra valoración moral de la acción o situación el matemático, el científico, el histórico, etc.8. Pero ya se ha
en cuestión, entonces, según Ayer, «abandonaríamos el intento dicho bastante para nuestro propósito de mostrar cómo se re-
de convencerle por medio de la argumentación»7. chazó el intuicionismo en la primera de las dos formas de crítica
Es importante recordar que los positivistas lógicos dirigían mencionadas antes, a saber, la crítica que se dirige contra la
sus opiniones contra los subjetivistas éticos tanto como contra asignación de entidades metafísicas a la referencia de los térmi-
los objetivistas. Según los primeros, los juicios morales equivalen nos morales.
en significado a enunciados fácticos sobre los sentimientos de
aquellos que los pronuncian. Por ejemplo, «Esto es bueno»  El carácter
cará cter dinámico del discurso moral
significa «Yo (nosotros) tengo (tenemos) un sentimiento de gusto
o aprobación por esto». Según los objetivistas, los juicios mora- La segunda línea crítica acusaba al intuicionismo de no expli-
les enuncian hechos de tipo sui generis,  no natural. Tanto los car el carácter esencialmente dinámico de los juicios morales, y
subjetivistas como los objetivistas creen que los juicios morales abrió así el camino para una discusión del tipo de significado que
tienen lo que Ayer llamaba «significado literal», y esto era lo que los juicios morales tienen realmente.
los positivistas lógicos negaban. No afirmaban que los juicios Dos cosas parecen claras, (i) Cuando se ha enunciado un
morales sean un sinsentido como lo es el discurso de un demente hecho es lógicamente posible decir que una actitud, cualquiera
o las estrofas de un poeta del absurdo. Unos decían que los que sea, ha sido adoptada en relación con él, o que una acción
 juicios morales deben entenderse como imperativos
imperativos de cierto cualquiera se ha realizado con respecto a él. Claro es que
tipo; otros, como interjecciones de cierta clase, y unos terceros  podemos considerar la actitud o acción en cuestión loca o irra-
como una combinación de ambas cosas. «¡Vete!» no carece de cional, pero esto es irrelevante. Dado que acontece X, podemos
significado, como tampoco «¡Ay!». Pero a los positivistas lógicos (lógicamente, aunque no, en general, empíricamente) adoptar una
les parecía importante señalar que sería un sinsentido hablar aquí actitud cualquiera o seguir cualquier curso de acción que quera-
de verdad o falsedad. Los diálogos: mos en relación con X. (ii) Cuando se ha pronunciado un juicio
«¡Vete!» moral, sería, usando la expresión del profesor P. H. Nowell
«¿Es eso cierto?» Smith, «lógicamente raro» (logically odd) en el discurso ordinario
y añadir determinadas consideraciones9. Por ejemplo, si digo que
«¡A y!» X está mal, sería lógicamente raro, aunque no una contradicción
«Mientes»
8 Ver más
más adelante , p. ej., pp. 188-89.
7 Ibíd
 Ibíd.,
., p. 111. 9 Cf. P. H. Nowell-Smith,  Ethics  (1954), pp. 83-84.
116 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emot ivista 117
formal, que añadiera «¿Haré X?». Igualmente, sería raro que, si 2. La formulación del
del emotivismo en Stevenson
he dicho que la situación Y es buena, añadiera «¿Voy a procurar
 producirla?». La misma
misma suerte de rareza se daría si recomendara  Los orígenes
orígenes del emotivismo
a otros que hicieran X o que no produjeran la situación Y.
Ciertamente, hay que añadir en cada uno de ambos casos una Según el reciente estudio de J. O. Urmson, The Emotive
clausula ceteris paribus,  ya que podemos concebir ciertas cir- Theory ofEthics (La teoría emotiva de la ética)  (Londres, 1968),
cunstancias en las que no sería lógicamente raro decir esas cosas. la teoría conocida como emotivismo fue sugerida por diversos
En la práctica, a veces nos preguntamos si deberíamos o no filósofos de lengua inglesa que sólo incidentalmente estaban
hacer lo que consideramos malo, o trat ar de producir lo que nos
nos pa- interesados en la ética10, encontrando expresión definitiva poste-
rece bueno, y a veces recomendamos a otros hacer lo que nos riormente en la obra de C. L. Stevenson. Parece que los prime-
 parece malo o no hacer algo que nos parece bueno. Pero estas ros que la propusieron fueron I. A. Richards y C. K. Ogden en
consideraciones no resuelven la cuestión de que, al juzgar que X The Meaning of Meaning (El significado del significado)  (Lon-
está mal o que Y está bien, uno se compromete con ciertas dres, 1923), donde escribieron:
actitudes o cursos de acción. Debo aclarar que no estoy invo-
cando los principios morales de que se debe ser sincero o «Bueno» se pretende que representa un concepto único, no analizable, que
 practicar
 practi car lo que se predica, sino que me estoy refiriendo
refiriendo a una constituye el tema de la ética. Este peculiar uso ético de «bueno», sugerimos, es
cuestión lógica sobre el lenguaje moral. La conexión entre «X es un uso puramente emotivo. Cuando se usa así, la palabra no representa nada en
absol uto.. . Y cuand o la usamos así en la oración «Esto   es bueno» simplemente
malo» y «¿Haré X?», o entre «Y es bueno» y «¿Procuraré nos referimos a esto,   y la adición de «es bueno» no introd uce ninguna diferencia
 producirlo?», no es, como ya he recono cido, que, en cada uno de en cuanto a la referencia...; sirve sólo como signo emotivo que expresa nuestra
ambos casos, ambas expresiones se contradigan entre sí. Hay, actitud hacia esto,   y que quizás evoca actitudes similares en otras personas, o las
incita a acciones de un tipo u otro'1.
sin embargo, una conexión lógica entre ambas, en el sentido de
que, en ambos casos, si se dice la última expresión cuando se ha
dicho la primera, es como si se volviera sobre un tema que ya Urmson se refiere también a las siguientes formas primitivas
estaba resuelto, o se hiciera una pregunta que ya ha sido respon- del emotivismo. En un corto artículo en Ana'ys is, 1934,
1934, W. H. F.
F.
dida. Esto es por lo menos algo de lo que significa el carácter Barnes sugería que «los juicios de valor en su origen no son
dinámico del discurso moral: que compromete al hablante con  juicios en absoluto estrictamente hablando. Son exclamaciones
ciertas actitudes o cursos de acción. que expresan aprobación». Por su parte, C. D. Broad, en su
¿Qué relevancia tiene esto para rechazar el intuicionismo? De contribución a los Proceedings of the Aristotelian Society de
los dos puntos mencionados en el último párrafo se sigue que una 1934, bajo el título «Is ‘Goodness’ the Ñame of a Simple Ñon
expresión no puede ser al tiempo (i) fáctica y (ii) dinámica. Los natural Property?» («¿Es ‘bondad’ el nombre de una propiedad
 juicios morales, por las razones dadas, son dinámicos. La equi- simple no natural?») atribuía a A. S. DuncanJones una teoría
vocación de los nonaturalistas fue creer que pueden ser también emotivista de la ética. Otros, como Susan Stebbing y Karl
enunciados de hecho (no natural). Britton, estaban por esta época pensando en el mismo sentido12.
Así liquidado el intuicionismo, la pregunta que queda por Como hemos visto, A. J. Ayer, en  Languag e, Truth Truth and Logic
responder es: ¿cuál es el análisis lógico correcto del carácter (1934) rechazó el significado literal de los juicios éticos. A conti-
esencialmente dinámico del discurso moral? Esto es lo que se nuación sugería qué clase de significado tienen, y sus considera-
 preguntaron los emotivistas, y Stevenson en particular. ciones sobre este punto están todavía consideradas por muchos
10 El filó sofo sueco A. Hagerstrom ha desarrollado una forma forma de ella (1868
1939). pero su obra no parece conocida por los mencionados aquí.
11 I. A. Richards y C. K. Ogden, The The Meaning o f Meaning  (El significado del
significado)
signi ficado) (2.a ed. , 1946), p. 125.
12 Ver S. Stebbing.  A Modera Introduction lo Logi c  (Una introducción
moderna a la lógica) (7 .a ed. 1965), pp. 16-19;
16-19; K. Britton,
Britton , Communication (La
comunicac ión) (1939), pp.pp. 8-10 y Cap.
Cap. IX.
118
118 La filosofía moral contemporánea
4. La teoría emotivist a 119
119
como las mejores que, dentro de su brevedad, se han hecho en
La conocida objeción de Moore sobre la pregunta abierta es muy pertinente a
favor del emotivismo. La teoría adquirió su expresión completa este respecto . Con independencia del
del conjunto de propiedades científicamente
científicamente
en los escritos de C. L. Steven'son, particularmente en sus dos cognoscibles que una cosa pueda tener (dice, en efecto, Moore), se hallará,
artículos «The Emotive Meaning of Ethical Terms» («El sig- después de un detenido examen, que es cuestión abierta la de si algo que tenga
nificado emotivo de los tér minos éticos») (Mind, XLV I, 1937)
937) y esas propiedades es  bueno. Es difícil cree r que pregunta tan permanente esté
totalmente confundida, o que parezca abierta solamente a causa de la ambigüedad
«Persuasive Definitions» («Definiciones persuasivas») (Mind, de «bueno». Más bien debemos de estar usando «bueno» en un sentido que no
XLVII,
XLV II, 1938
1938),
), así como en su libro  Ethics and Language (Etica
(Etica y es definible de manera relevante en términos de algo científicamente cognoscible.
 Lenguaje)  (New Haven
Ha ven y Londres,
Londr es, 1944
1944).
). Pasaremos ah ora a la O sea. que el método científico no es suficiente para la Etica17.
doctrina de Stevenson.
La filosofía moral de Stevenson era un intento de clarificar el
 Los tres rasgos del discurso moral,
moral, según Stevenson significado de los términos éticos de tal manera que se recono-
ciera completamente cada uno de esos tres rasgos. Presentaré mi
El punto de partida de Stevenson es lo que llamaba «observa- exposición de su teoría ética en tres subsecciones que correspon-
ciones de discusiones éticas en la vida diaria»13. ¿Qué hace la den a esos tres rasgos, aunque necesariamente algo se solaparán
gente realmente con el lenguaje moral? Esta es la pregunta que entre sí.
abrió el camino para todos los desarrollos importantes en la
filosofía moral reciente. Hay que reconocerle a Stevenson el  El desacuerdo en la actitud y en la creencia
creencia
mérito de haber hecho de ello su punto de partida. Según él,
cualquier explicación del significado de los términos éticos que El primer rasgo del discurso moral que Stevenson deseaba
esté de acuerdo con su uso típico debe reconocer los tres rasgos explicar era la posibilidad de genuino acuerdo y desacuerdo en
siguientes del discurso morar4: él. Para ello distinguió entre creencias y actitudes.
(i)  El hecho de que en él se dan genuinos acuerdos y Antes hemos visto18 que, según
según Ayer, los hombres
hombres nunca
desacuerdos. disputan realmente sobre valores sino sobre hechos, y que si no
(ii)  El hecho de que los términos morales
morales tienen, por así   podemos mostrar a nuestro oponente que está equivocado en
decirlo, «magnetismo ». alguna cuestión de hecho, abandonamos nuestro intento de con-
Esto alude al carácter dinámico del lenguaje moral que ya vencerle. Aunque fundamentalmente no disentía de la doctrina de
hemos anotado. El término «magnetismo» lo explicó así: «Una Ayer, a Stevenson le parecía que el asunto es algo más compli-
 persona que reconoce que X es ‘bueno’ tiene ipso facto que ad- cado de lo que Ayer lo presenta. Según Stevenson, hay dos
quirir una tendencia a actuar en su favor más fuerte de lo que en clases de acuerdo o desacuerdo en la argumentación moral. Uno
otro caso ésta hubiera sido»15. es en las creencias, y el otro en las actitudes. Solo distinguiéndo-
(iii)  El hecho de que el método científico
científico o empírico de los y reconociéndolos puede darse un cuadro completo de «las
verificación no es suficiente para la Etica. variadas funciones» del lenguaje ético que esté «en contacto con
Como explicación de este rasgo recordaba las objeciones de la práctica»19.
Moore a las definiciones naturalistas de «bueno», y rechazaba la La diferencia es obvia. Por ejemplo, en su discutible encíclica
contestación naturalista de que «bueno» se refiere a una «confusa Vitae  (1968), Pablo VI rehusó declarar lícitos los
 Humanae Vitae
mezcla» de objetos16. En palabras de Stevenson: anticonceptivos y dio como una de las razones que, si lo hiciera,

Stevenson,  op. cil.,  p. 15. Cf. el comentario de Stevenson sobre la palabra
13  EL. p. 13. «relev antemen te»: «Ltn
«Ltn significado definido será llamado ‘relevante' para el
14 «The Emotive Meaning of Ethical Terms» («El significado emotivo de los significado original bajo estas circunstancias: Aquéllos que han entendido la
términos éticos»),  M   XLVI (1937), reimpreso en C. L. Stevenson,  Facts and  definición han de ser capaces de decir todo lo que desean decir usando el término
Valúes (Hech os y valores) (New Haven, 1963),
1963), p.
p. 15. de la manera definida. Nu nca habrán de tener ocas ión de usar el término en el
sentido antiguo, confuso». í   Ibíd..  p. 11)
15 ibíd. , p. 13. ' 18 P. I 14.
16 Ver anteriormente, p. 90. 14  EL. pp. 11-13.
120 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista
121

los gobiernos podrían aplicar «a la solución de los problemas de la vos. Incluso aunque dos que disputen pueden estar de acuerdo en
comunidad aquellos medios cuya licitud
licitud fuera reconocida para las sus creencias sobre lo que es objeto de juicio moral, y seguir
 parejas casadas en la s olución de un problema familiar».
familiar». Presu- divididos en sus actitudes hacia él, nunca podemos estar comple-
miblemente, esto significa la esterilización obligatoria, y da por tamente seguros de que la discusión ulterior no revelará que
supuesto que, si esto ocurriera, constituiría un «descenso de la había creencias fácticas relevantes que uno de ellos acepta y el
moralidad». Podemos disentir de esto por una o ambas de las dos otro no. Por ejemplo, quienes no simpatizan con el horror ante la
razones siguientes: (i) Su creencia  en que la declaración de la esterilización obligatoria, pero están de acuerdo en que éste
licitud de los anticonceptivos podría haber tenido tal consecuen- hubiera sido un probable efecto de permitir los anticonceptivos,
cia puede ser una creencia que no compartamos. (íi) Su actitud   podrían mostrar, después de una investigación más exhaustiva,
de total desaprobación hacia la esterilización obligatoria puede que tenían creencias significativamente distintas de las del papa
ser una actitud con la que no simpaticemos. Stevenson argüyó sobre lo que implica la esterilización obligatoria. Stevenson no
que, cuando un juicio moral es pronunciado, se puede distinguir negó en ningún sitio que, en la práctica,   ciertas creencias y
entre (i) lo que se afirma, o se asume, que es el estado de cosas o actitudes van tan estrechamente unidas que con frecuencia, o tal
situación bajo juicio, y (ii) la valoración positiva o negativa que vez invariablemente, si se consigue que alguien acepte las creen-
se hace sobre tal situación. cias, se le hace aceptar las actitudes, y viceversa. Pero en
En cuanto al acuerdo y desacuerdo en la actitud, es impor- cualquier caso insistió en que la conexión entre el acuerdo o el
tante subrayar que Stevenson consideraba que los juicios morales desacuerdo en la creencia y en la actitud «es siempre fáctica y
expresan  actitudes, no que informan  de ellas. A este efecto, nunca lógica». Es siempre lógicamente posible que se acepten las
comparaba dos «modelos de trabajo» simples para el análisis de creencias y se rechacen las actitudes, o viceversa. En el juicio
«Esto es bueno», insistiendo en que el primero, pero no el moral toda actitud va sin duda acompañada por alguna creencia
último, corresponde a su teoría. Tales modelos eran: (i) acerca de su objeto, pero las creencias que acompañan a actitu-
«Apruebo esto, apruébalo
apruébal o tú también», y (ii)
(ii) «Apruebo esto y des opuestas, o las actitudes que acompañan a creencias opues-
quiero que tú lo apruebes también» (teniendo aquí la última tas, no tienen por qué ser incompatibles. «Puesto que puede...
cláusula simplemente fuerza descriptiva, no imperativa). Si el ocurrir que ambos tipos de desacuerdo se den conjuntamente, o
desacuerdo moral ha de ser genuino, se requiere el análisis que no se dé ninguno de ellos, las posibilidades lógicas están
anterior por las razones siguientes. Si A dice «Esto es bueno» y todas abiertas»21.
B dice «No lo es», entonces, en el primer análisis, hay desa- Esta distinción lógica entre desacuerdo en la creencia y en la
cuerdo entre ellos: uno está diciendo «¡Aprueba esto!» y el otro actitud, si existe realmente, implica que, siempre que se dé un
«¡No lo apruebes!». En cambio, en el segundo análisis, no hay desacuerdo moral, el desacuerdo en la creencia (si existe) puede
necesariamente desacuerdo. Uno está diciendo «Quiero que (lógicamente) enunciarse sin referencia alguna a las actitudes.
apruebes esto», y el otro «No quiero que apruebes esto», y cada ¿Ocurre así? Considérense, por ejemplo, las palabras del papa
uno de ellos podría reconocer que ambos enunciados son verda- en la encíclica citada: «Hay que temer también
tambié n que el hombre, una
deros sin contradecirse20. vez que se acostumbre al uso de prácticas anticonceptivas, pueda
Es desde luego usual que las personas que comparten las  perder finalmen
finalmente
te el respeto a la
la mujer
mujer y dejar de preocuparse por
por su
mismas creencias compartan las mismas actitudes, o viceversa, y equilibrio físico y psicológico, acabando por considerarla como
una gran cantidad de la argumentación moral se dedica a conse- un instrumento de su placer egoísta y no como su respetada y
guir acuerdo en las creencias que se refieren a los hechos del amada compañera». Esto pretende ser simplemente el enunciado
caso. Así, volviendo a nuestro ejemplo, quienes se han opuesto de una creencia sobre una probable consecuencia de permitir el
al papa han empleado mucho tiempo arguyendo que está equivo- uso de los anticonceptivos; sin embargo, expresiones tales como
cado sobre el probable efecto de declarar lícitos los anticoncepti- «respeto», «equilibrio», «instrumento», «placer egoísta», están

20  EL ,   Cap. II. 21  EL , p. 6 .


122 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista 123
123

claramente impregnadas de actitud. A juicio de Stevenson sería consi deremos 22 la doctrina de algunos
algunos filósofo
filósofoss morales recientes
 posible reescrib ir el pasaje anterior en té rminos libres de actitud, que piensan que existen tales hechos.
enunciando así la creencia fáctica específica que el Papa afirma y Pero dejemos eso ahora. ¿Cómo concebía Stevenson la es-
que aquellos que están en desacuerdo con él (desacuerdo no solo tructura lógica de la argumentación por la que en la Etica se
en actitud sino también en creencia) niegan. ¿Puede ello hacerse? alcanza el acuerdo y se resuelve el desacuerdo? A Stevenson le
Vamos a intentarlo: «Es probable que el hombre tenga relaciones  parecía fuera de duda que las «razones»
«razones» que se dan en fav or de
sexuales con la mujer más a menudo de lo que ésta desee». los juicios morales no los apoyan como se apoyan las hipótesis
Podemos decir que ésta es la creencia fáctica del papa que niegan científicas y los teoremas matemáticos. La cuestión es si hay, en
quienes están en desacuerdo con él. Pero es importante recordar expresión suya, «un tipo diferente de prueba»: «si hay en la Etica
que hay por lo menos dos maneras de estar en desacuerdo acerca un ‘sustitutivo de la prueba” , un argumento apoyado o razonado
de los hechos, (i) Una es hacer dos afirmaciones fácticas cuya que, aunque sea distinto de una prueba científica, sirva de la
única diferencia es que una es la afirmación de X y otra la misma manera para suprimir las dudas que usualmente hacen que
negación de X; (ii) otra consiste en la incapacidad para aceptar la gente pida pruebas»23. A su juicio lo hay, y entraremos de
un enunciado fáctico común (X) que una de las partes esté lleno en su metodología más adelante24. De momento nótese el
dispuesta a afirmar y la otra a negar. Frente a la nueva redacción rasgo principal de este «apoyo» o «argumento razonado». Según
del párrafo citado, los defensores de la encíclica pueden decir: Stevenson, tal argumento «describe la situación» que el juicio
«La creencia del papa no está ahí adecuadamente enunciada», moral en cuestión pretende alterar o conservar, o la nueva
añadiendo tal vez, «Si se comprendiera lo que está diciendo sería situación que pretende producir, y si hay algo en esta descripción
más fácil estar de acuerdo con él». Supongamos entonces que in- que prometa satisfacer «un deseo preponderante del oyente»,
tentamos reescribir de nuevo el párrafo así: «Es probable que éste ya no dudará en dar su asentimiento25. Es decir, en la ética
el hombre tenga relaciones sexuales con la mujer más a menudo «un acuerdo razonado... es teóricamente posible solamente en la
de lo que ésta desee, y que esto le cause a ella tensión nerviosa y medida en que el acuerdo en la creencia sea la causa de que haya
haga al hombre insensible a sus sentimientos.» ¿Es esto lo que un acuerdo en la actitud»". Fácilmente se ve que esto es
quiere decir? «No», podrían decir de nuevo los defensores, «esto ciertamente un «sustitutivo de la prueba». Es absolutamente
es demasiado poc o».
o» . Entonces, ¿qué es lo que falta? La cuestión es diferente suministrar al oyente razones para adoptar una actitud
que queremos determinar cuál es la precisa creencia fáctica (o para otra cosa cualquiera) y decirle algo que sea la causa de
que expresa ese párrafo a fin de comprobar su verdad o falsedad. que adopte esa actitud. Este es el rasgo que caracteriza, y vicia,
Queremos averiguar si, con las pruebas de que disponemos, toda la teoría ética de Stevenson. Aunque es una teoría sutil, y en
tenemos un grado significativo de probabilidad de que permitir el muchos aspectos iluminadora, en última instancia fracasa, por-
uso de anticonceptivos va a tener las consecuencias que dice ese que reduce las consideraciones lógicas a consideraciones psico-
 párrafo. Por supuesto que sus defensores pueden continuar blo- lógicas.
queando todos nuestros intentos de formular esos efectos en
términos libres de actitudes y declarando que cualquier enun-
ciado que propongamos es inadecuado para expresar completa-
mente esa creencia, pero ¿sería esto correcto? Stevenson afirma
con toda confianza que la conexión entre la creencia y la actitud  22 Ver la discusión de «los hechos institucionales» más adelante, p. 265 y

es siempre fáctica y nunca lógica, pero ¿no podría esto ser por su ss. La expresión «perder el respeto», por ejemplo, tal como la usa el papa, bien
puede ser similar a la expresión «prometer»
«prometer» examinada
examinada en el Capítulo VI. Ambas
 parte mero dogmatismo? ¿Es concebible
concebible que para esta r de expresiones enuncian «hechos institucionales». Si se sigue que cuando algo es
acuerdo con el papa sobre los hechos relevantes haya que estar una promesa se debe mantener, puede que se siga que algo que constituya una
de acuerdo en alguna medida con sus actitudes? ¿Hay enuncia- falta de respeto no se debe hacer. .
dos de hecho que no se puedan hacer en lo que Stevenson 23  EL.  p. 27.
habría llamado términos libres de actitudes? Ahora me limito a 24 Ver másmás adelante, pp. 128128 y ss.
25  EL.  p. 27.
señalar que puede plantearse esta cuestión. Volveré a ella cuando 26  EL.  p. 31; la cursiva es mía.
124 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista 125

 El significa do'de los juicio s morales explicado en detalle lo que entiende por disposición permanente,
y ha reconocido que el enunciado «Este signo tiene tal significa-
El segundo rasgo del discurso moral que a Stevenson le do» es una elipsis de «Este signo tiene tal significado para tal
 parecía evidente a juzgar por su uso ordinario
ordinario era su carácter clase de personas»31.
dinámico, o en palabras suyas, su «magnetismo». Según Steven- ¿Cómo aplica Stevenson esta teoría general psicológica o
son, una persona que reconozca que X es bueno adquiere por causal del significado al caso particular del discurso moral? En su
ello una tendencia más fuerte a actuar en favor de ello que la que «modelo de de trabajo»32
trabajo»32 para el análisis de «Esto es bueno», a
tendría en otro caso. Es decir, que afirmar que X es bueno no es saber, «Yo lo apruebo; apruébalo tú también», se combinan la
simplemente expre sar una creencia
cree ncia acerca
acerc a de X. Lo que hago hago creencia y la actitud, el significado descriptivo y el emotivo. Pero
realmente es expresar, y pretender evocar en otros, una actitud se apresuró a señalar que, en cierta medida, ambos están mal
hacia X. El «uso principal» de los juicios morales «no es indicar representados, o por lo menos excesivamente simplificados, en
hechos sino crear influencias»21.  Lo que hay que explicar, por ese análisis. «Yo lo apruebo» solamente describe la actitud
tanto, es cómo esa expresión o evocación de una actitud puede  propia del hablante, pero el significad
significadoo descriptivo de los térmi-
ser parte del significado  de un juicio moral. Deliberadamente, nos morales puede tener una referencia más amplia. Cuando digo
Stevenson, para buscar la respuesta, pasó de la teoría del sig- que algo es bueno, puedo estar describiendo ios motivos de los
nificado como referencia a la teoría del significado como el uso que brota, las consecuencias que tiene, los criterios que cumple,
que se hace del lenguaje27 28. Esta respuesta la ubicó, no en las
28. etc. Igualmente, «... apruébalo tú también» es un claro imperati-
reglas o convenciones de acuerdo con las cuales se usa el vo, pero el significado emotivo no es simplemente la fuerza
lenguaje, sino en los procesos psicológicos de aquellos que lo imperativa. En palabras de Stevenson, «Los términos emotivos
usan o de aquellos respecto de quienes se usa. Stevenson intentó  presentan el tema del del cual se predican en una luz brillante o
mostrar: (i) que esto constituye una explicación correcta del tenue, por así decirlo, y de esta manera más bien que mandar,
género significado; y (ii) que el significado del discurso moral es conducen  a la gente a cambiar sus actitudes»33.
una combinación de dos especies, a saber, el significado descrip De acuerdo con su teoría «psicológica» del significado, Ste-
tivo  y el emotivo,  de los cuales el primero corresponde a la venson mantuvo que el significado descriptivo  de un signo es su
expresión de la creencia, y el segundo, a la de la actitud. Para disposición para afectar al conocimiento, esto es, actividades
Stevenson la relación entre un signo y los procesos psicológicos mentales tales como creer, pensar, suponer, presumir, etc., las
de aquellos que lo usan o lo oyen usar es una relación causal. El cuales tendía a considerar, en un sentido conductista, como
significado del signo, sin embargo, no es un proceso psicológico disposiciones para la acción34. La parte más interesante de su
específico que sirva como su causa o efecto en un momento discusión, para nuestros propósitos, se ocupa de la cuestión
determinado, ya que estas causas y efectos pueden variar am- siguiente: ¿cómo llega a adquirir el significado descriptivo la
 pliamente de una pers ona a otra,
ot ra, y si el significa
significado
do de los signos  precisión que tiene? La respuesta, para él, se encuentra en las
variara de esta manera se produciría una confusión total. El reglas lingüísticas que relacionan los signos entre sí. Por ejemplo,
significado de un signo, por consiguiente, es «una propiedad un niño puede empezar por aprender
ap render que «100»
«100» significa
significa muchos,
disposicional» del signo para causar, o ser causado por, ciertos  pero este signo
signo adquiere
adquiere un significa
significado
do más preciso cuando
 procesos psicológicos
psicológicos en el oyente o en el hablante
hablante respectiva- aprende, aunque sea por hábito, que significa «10 veces 10». De
mente29. Tal propiedad disposicional sólo puede ser llamada modo semejante, los diccionarios dan definiciones que fijan con
«significado»
«significado» «si ha sido causa da por, y no se habría
habría desarrollado  precisión la referencia
referencia de los signos
signos descriptivos.
descriptivos.
sin, un elaborado proceso de condicionamiento que ha acompa- Esta posibilidad de un significado descriptivo preciso que
ñado al uso de ese signo en la comunicación»30. Stevenson ha  producen las reglas
reglas lingüística
lingüísticass tiene dos consecuencias
consecuencias que,
27  Facls and Valnes, p. 16. 31  EL,  p.
p. 56.
28  EL,  pp. 13 y 42. 32 Ver anteriorment e, p. 120.
120.
29  EL, p. 54. 33  El,  p.
p. 33.
30  EL, p. 57. 34  EL.  pp. 62-63; pero cf. p. 66.
66.
4. La teoría emotivista 127
127
126 La filosofía moral contemporánea

como veremos, son importantes en la teoría emotivista de Ste des, ser consistente en ellas, o ser convencido de adoptarlas,
venson. Esas reglas lingüísticas (i) hacen posible distinguir entre  pero esto no puede decirse
decirse de las e m o c i o n e s . Stevenson llama
lo que significa un signo y lo que sugiere35; y (ii) nos ayudan a actitud a una «disposición» para actuar de ciertas maneras y
medir el cambio de un signo más exactamente, suministrando experimentar ciertos sentimientos42; pero ni siquiera esto es del
criterios precisos para el uso de ese signo en un momento dado363
dado36.7
3 todo satisfactorio, pues ordinariamente no hablamos de elegir,
La distinción entre lo que un signo significa y lo que sugiere se mantener o ser convencidos de una disposición. Si Stevenson
aplica al significado descriptivo, pero no al emotivo. Este último hubiera sido más sensible a estas diferencias lógicas entre las
es simplemente un «mecanismo flexible de  sugerencia» 11.  Las emociones y las actitudes no habría estado dispuesto a aceptar la
 palabras emotivas como «¡Bah!»
«¡Bah!» no significan
significan nada aparte de lo conclusión de que los argumentos en favor o en contra de los
que sugieren. Dos de las definiciones de significado emotivo de  juicios morales, en cuanto que dirigen
dirigen las actitudes, no pueden
Stevens on más a menudo citadas son éstas: «El signifi significado
cado ser válidos o inválidos43. Con frecuencia se piensa que las
emotivo es un significado en el cual la respuesta (desde el punto emociones, a diferencia de las actitudes, están más allá de la
de vista del oyente) o el estímulo (desde el punto de vista del razón; piénsese que, si se le preguntara a alguien por qué tenía
hablante) es una serie de emociones»38; «El significado emotivo ciertos sentimientos, éste, con toda naturalidad, narraría la causla  causa
a
de una palabra es el poder que la palabra adquiere, a causa de su de ellos, mientras que, si se le preguntara por sus  actitudes, 
 actitudes,  nos
historia en las situaciones emocionales, para expresar directa- daría las razones de éstas. Es fácil creer que no pueden
mente o evocar actitudes, a diferencia de describirlas o designar-  plantearse cuestiones dé validez en relación con los juicios mora-
las»39. Ambas son coherentes con la teoría causal del significado les si, como Stevenson, se consideran las «actitudes» que aqué-
que mantiene Stevenson. Nótese que en la primera habla de llos expresan como emociones o disposiciones.
emociones, 
emociones,  y en la segunda, de actitudes.
de actitudes. Stevenson
 Stevenson se da cuenta Según Stevenson, un juicio moral tiene a la vez significado
de que ambas expresiones no son sinónimas y avisa contra la  descriptivo y emotivo. ¿Cómo
¿Cómo se relacionan ambos? Ambos tipos
 posibilidad de confundirlas. «Emoción»
«Emoción» o «sentimiento» lo toma de significado se desarrollan durante un período de tiempo y
como designando «un estado afectivo que revela su completa  pueden cambiar. Con frecuencia se desarrollan ju ntos , pero ello
naturaleza a la introspección inmediata»; «actitud» como «una no significa que cambien juntos. Es esto último lo que Stevenson
complicada conjunción de propiedades disposicionales... caracte tenía en la mente cuando hablaba de la «inercia» del significa-
rizadz por estímulos y respuestas que se relacionan con estorbar do44. Para ilustrar esto recurre al término «democracia». Esta
y favorecer el ‘objeto’ de la actitud, se a ese lo que que fuere»40.
fuere»40.  palabra tiene un significado
significado descriptivo: «gobierno por el pueblo,
Urmson41
Urmson41 tiene razón al criticar a Stevenson por no trazar la directamente o por representación». Tiene también un significado
distinción entre actitud y emoción de manera más firme. Steven- emotivo, esto es, el poder de expresar o evocar una actitud. Su
son por su parte reconoció que es más complicado expresar o significado emotivo que es absolutamente independiente de
evocar una actitud que una emoción. Pero no aclaró las «diferen-  permanece constante: por ejemplo, en el siglo xvm «democra-
cias categoriales» entre emoción y actitud que se ven claramente cia» significaba,
significaba, como ahora, gobierno por el pueblo, pero los
en el uso ordinario de estos términos. Tiene sentido hablar de escritores y los predicadores usaban el término en claro tono
elegir o adoptar deliberadamente las actitudes propias, o de ser  peyorativo. Ahora, en cambio, el significado
significado emotivo del término
responsables de ellas, pero no tiene sentido decir eso de las es universalmente laudatorio, pero su significado descriptivo es
emociones; igualmente, tiene sentido hablar de mantener actitu- muy diferente en los países comunistas y en Occidente.
Por lo que hace a la dependencia del significado emotivo con
35 Sobre esto ver más
más adelan te, pp. 143-144
143-144..
respecto al descriptivo, Stevenson distinguía tres posibilidades,
36  EL
 EL, pp. 68-71. (i) El significado emotivo puede depender del descriptivo; es
37  EL
 EL, p. 33.
38  EL
 EL, p. 59.
*  EL
 EL, p. 33. 42 EL, p. 90.
40  El, p. 60. 43 Ver más
más adelan te, pp. 145-47.
145-47.
47 Urmson, op.
Urmson, op. c it., 
it.,   pp. 40-48. 44  EL, p. 72.
128 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emo tivist a 129

decir, que los cambios en éste pueden ir seguidos inmediatamen- (Ya hemos recordado que el propio Stevenson nota que su
te, o muy pronto, por cambios en el primero, (ii) El significado análisis simplifica ambos significados.)48. Stevenson afirmó que el
emotivo puede ser independiente del descriptivo en diferente significado emotivo, puesto que no significa más de lo que
grado. Expresiones tales como «¡Hurra!» o «¡Bah!» tienen un sugiere49, no puede ser definido sino sólo «caracterizado»50. Un
significado emotivo que es absolutamente independiente de ejemplo de esta caracterización es la definición que los dicciona-
toda relación con el significado descriptivo. Sin embargo, la rios ingleses dan de «nigger»: «negro—usualmente despreciativo
mayor parte de las expresiones emotivas son tales que puede en la actualidad». Esto no puede definirse como «Negroqbah!»,
llegar el momento en que un cambio en el significado descriptivo  porque «¡bah!
«¡bah!»» no nos dice cómo varían la fuerza y la cualidad
 perturbe la inercia del emotivo, (iii)
(iii) El significa
significado
do emotivo puede
puede  precisas del desprecio de una ocasión a otra.
ser cuasidependiente con respecto al descriptivo. En este caso, (ii) Stevens on enunció su segunda forma de análisis así:
depende de lo que Stevenson llama la «sugestividad cognoscitiva «‘Esto es bueno’ significa ‘Esto tiene las cualidades o relaciones
de un signo»45
signo»45 y no de su significado
significado descriptivo preciso. Por X, Y,Y, Z .. .\ excepto que
que ‘bueno’
‘bueno’ tiene también
también un signif
significad
icado
o
ejemplo, el significado emotivo de «cerdo» en «Ese hombre es un emotivo laudatorio que le permite expresar la aprobación del
cerdo» depende, no de la definición precisa de «cerdo», sino de lo hablante y tiende a evocar la aprobación del oyente»51. Steven-
que esta palabra sugiere cuando se aplica metafóricamente a los son señaló (a) que el significado emotivo tiene que ser caracteri-
hombres46. Volveremos sobre este tema cuando consideremos zado más bien que incluido en la definición, (b) que aquí no se
las definiciones persuasivas. hace referencia a las actitudes del hablante, aunque éstas están
sugeridas por el significado emotivo, y (c) que las variables «X,
Y, Z...» deben ser sustituidas por palabras ordinarias antes
 Las forma
for ma s del análisis en Stevenson de que el esquema anterior pueda servir como una definición de
 y la metodo logía de la argumentación moral «bueno».
Pero no cualesquiera palabras ordinarias pueden reemplazar a
Llegamos ahora al tercer rasgo del discurso moral ordinario esas variables. Si eso fuera así, señala Stevenson, «‘bueno’ sería
subrayado por Stevenson: que el método científico de verifica- un sinónimo para todo término que tenga significado laudatorio y
ción no es suficiente para la ética. La clave para esta diferencia descriptivo; y aunque ‘bueno’ es vago, no es tan vago»52. Los
metodológica entre la ciencia y la ética se encuentra en el hecho términos que sustituyan a esas variables deben estar dentro de
de que los juicios morales tienen a la vez significado descriptivo y los «límites del uso común»53, aunque, por supuesto, lo que
emotivo. Stevenson patentizó esto en sus dos  form as de análisis constituye el uso común puede variar. «Bueno» no tiene ningún
de un juicio moral típico. Según él, son necesarias dos formas de significado descriptivo a menos que se acepten criterios de bon-
análisis, y no simplemente una, pues sólo así se puede hacer dad, pero éstos varían de época a época, de una comunidad a
 justic ia a la «flexib
«flexibilida
ilidad»
d» del discurso moral47. Ambas
Ambas formas
formas otra y de una a otra ocasión. De aquí no se sigue que el
 pretenden ser complementarias entre sí. sí. Para ilustrar sus análisis
análisis significado emotivo de «bueno» se pierda. Pero sí se sigue que,
usa «bueno», pero afirma que éstos se aplican igualmente a otros mientras que según la primera forma de análisis las actitudes se
términos éticos, como «recto», «deber», y sus contrarios y alteran solamente por la expresión de aprobación o desaproba-
relacionados. ción dirigida a cosas o a clases de cosas, en cambio según la
(i) La primera
prime ra forma de análisis se basa en su modelo
modelo dede segunda forma hay una manera adicional en que pueden ser, y
trabajo según el cual «Esto es bueno» significa «Yo apruebo esto; frecuentemente son, alteradas, a saber, por «definiciones persua
apruébalo tú también». «Yo apruebo esto» constituye el sig-
nificado descriptivo, y «... apruébalo tú también», el emotivo. 48 Anteriormente, p. 125. 125. '
49 C.f. anteriormen te, p. 127.
127.
50  EL, p. 82.
45  EL,  p. 78. 51  EL,  p.
p. 207.
46  EL,  p.
p. 75. 52  Ib id.
47  EL,  p. 89. 53 EL, p. 208.
130 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista 131
131

sivas». Uno de los principales méritos de Stevenson es el de del significado emotivo. Las definiciones persuasivas son posibles
haber puesto de manifiesto claramente el papel que estas defini- cuando el significado
significado emotivo de una palabra es fuerte, y su
ciones tienen en el discurso moral. significado descriptivo, en alguna medida, vago. La primera con-
Su definición de definición persuasiva es como sigue: «En dición ha de cumplirse para que la definición persuasiva pro-
cualquier ‘definición persuasiva’ el término definido es un tér- duzca una redirección significativa de las actitudes; la segunda
mino familiar cuyo significado es a la vez descriptivo y fuerte- debe cumplirse para que la maniobra de la definición persua-
mente emotivo. El propósito de la definición es alterar el sig- siva pueda tener lugar. «Cultura» es una palabra que tiene
nificado descriptivo del término, y esto se hace usualmente la necesaria fuerza y vaguedad. Stevenson pretende que hay
dándole mayor precisión dentro de los límites de su acostum- cientos de palabras semejantes. Cuando se ofrece una definición
 brada vaguedad; pero la definición
definición no introduce ningún
ningún cambio  persuasiva se suele
suele hablar del signifi
significad
cado
o «verdadero
«verdadero»
» o «real»
«real»
sustancial en el significado emotivo del término. Consciente o de las palabras. ¿Qué es la verdadera democracia? ¿Cuál es el
inconscientemente, la definición se usa para asegurar, gracias a significado real de la cultura? Etcétera. Stevenson afirma con
esta relación entre el significo emotivo y el descriptivo, una razón que, en esos contextos, «verdadero» y «real» tienen fuerza
redirección de las actitudes ajenas»54. La ilustración que ofrece  persuasiva57
 persuasiva57. Usualmente
Usualmente aceptamos lo que consideramos
consideramos verda-
consiste en dos hombres A y B que discuten si un conocido de dero y confiamos en lo lo que
que consideramos real, por lo que estas 
ambos, C, es o no «culto». A pone de manifiesto la limitada  palabras
 palabras llevan consigo
consigo la fuerza persuasiva de «ser aceptado».
educación de C, su modo poco elegante de expresar los pensa- Incluso en la filosofía, las definiciones persuasivas no son infre-
mientos, la falta de sutileza en su argumentación, y afirma en cuentes. Stevenson da como ilustraciones la definición de «justi-
consecuencia que no es una persona culta. B admite todos esos cia» que da Sócrates, la de «Dios» en Spinoza, y la de «significa-
defectos de C, pero insiste en que es culto porque, en el verda- do» en los positivistas lógicos58.
dero sentido de la palabra, una persona culta es una persona que Estas eran las dos formas de análisis en Stevenson, pero ¿cuál
tiene sensibilidad imaginativa y originalidad, cualidades que C era la relación entre ellas? Su tesis central, como se recordará,
 posee en mayor grade que otros que tienen mejor educación55
educación55. era que el propósito de los juicios morales es ejercer influencia,
Como en muchos casos, la definición persuasiva que B ofrece de dirigir las actitudes. Esto se puede hacer por medio de la  predi
«cultura» es doblemente persuasiva, pues pretende que A retire cación, como en el primer análisis, o por medio de la la definición,
su actitud aprobatoria de una cosa y que la ponga en otra, que la como en el segundo, es decir, o predicando «bueno» de X o
retire de la educación, de la expresión elegante y de la sutileza, definiendo «bueno» como X. Si seguimos la segunda alternativa,
y que la ponga en la sensibilidad imaginativa y en la originalidad. implícitamente predicamos «bueno» de X, pues, como subraya
Puede verse que el efecto de estas definiciones persuasivas se Stevenson, palabras tales como «cultura» son «premios que cada
consigue por un uso combinado del significado descriptivo y cual concede a las cualidades que elige»59. Aunque las dos
emotivo. En su uso emotivo, la palabra de que se trate reco- formas de análisis son alternativas, parece que para Stevenson la
mienda o condena, mientras que en su uso descriptivo indica el  primera
 primera es lógicamente
lógicamente anterior a la segunda.
objeto sobre el que ha de recaer este elogio o condena. El ¿Qué diferencia veía Stevenson entre el análisis de «bueno»
 primero da persuasión, fuerza; el segundo, direcci ón56
ón56. En alguna
alguna («justo», «deber», etc.) en sentido moral y no moral? Según él,
medida, el significado emotivo ha de ser a la vez dependiente e «moralmente bueno» no se refiere a cualquier clase de aproba-
independiente del descriptivo; lo primero, en el sentido de que, ción que tenga el hablante, sino solamente a aquella que se
cuando el significado descriptivo cambia, el emotivo cambia de caracteriza «por una especial seriedad o urgencia»60. Esto parece
dirección de forma semejante; lo segundo en el sentido de que
esos cambios en el significado descriptivo no destruyen la fuerza 1 5
”  EL,  pp.
pp. 213-14.
 EL,  pp. 224-26: cf. «Persuasive definitions» («Definiciones persuasivas»),
51 EL,  p.
p. 210.  M  XLVII
  XLVII (1938), reimpreso en Facts and Valúes,  pp. 41-48.
55 EL, p. 211.
21 1. 59 Facts and Valúes, p. 35.
56  EL,  p.
p. 227. 60  EL,  p. 90.
La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista 133
132
132

insuficiente para señalar la diferencia. Stevenson tal vez pensaba cuales se apela. Son actitudes de aprobación o desaprobación de
en los sentimientos de culpa y de responsabilidad que acosan a P (o de Q, etc.). Solamente cuando se suponen tales actitudes es
quienes tienen una conciencia sensible, pero estos solo difícil- relevante para que X sea o no bueno el que X sea o no P (o Q,
mente pueden servir de criterio suficiente para la moralidad. etc.) Si, y solo si, hay esta presunción de actitudes ocurre que las
Muchas veces versan sobre objetos que no constituyen realmente creencias acerca de si X es o no P (o Q, etc.) se convierten en
tema de obligación moral; por ejemplo, cuando se trata de evitar razones a favor o en contra de la bondad de X.
los huecos del pavimento, o cuando uno vuelve una y otra vez La vía psicológica
 psicológica no racional  de apoyar las predicaciones o
 para asegura rse de que ha dejado la puerta cerrada. No solo otras definiciones de «bueno» descansa en la fuerza emotiva del len-
 personas , sino también las propias víctimas de esas obsesiones, a guaje. Stevenson da, de acuerdo con la primera forma de análisis,
nesar de sentir culpa y responsabilidad en conexión con dichas el ejemplo siguiente63:
obsesiones, pueden decir con sentido que no son realmente A: No t iene derecho a actuar sin
sin consultarnos.
 paite de la moralidad6
moralidad6126
. B: Despué s de todo, e s el director.
Stevenson afirmó que hay dos formas de resolver el desa- A: Sí, pero no el dictador.
cuerdo moral, la lógica y la psicológica, y dentro de esta ultima Aquí, se dirige la fuerza emotiva de «dictador» sobre B a fin
distinguía
disting uía entre los métodos racionales y los no racionales
raciona les . de hacer cambiar su actitud hacia el director. En el caso de la
La vía lógica  pone en cuestión la consistencia, o bien de segunda forma de análisis, las definiciones persuasivas son por sí
la predicación (primera forma del análisis), o bien del uso de la mismas ejemplo de esta misma técnica, a saber, aprovecharse de
definición (segunda forma) de «bueno». Supongamos que digo «X la fuerza emotiva del lenguaje usado. No obstante, debe notarse
es bueno» y, preguntado por qué, respondo «Porque X es P». Si que se pueden dar razones en favor de ellas, esto es, que se
^continuación, y a pesar de que Y también es P, mego que Y sea  pueden apoyar con enunciados de creencia sobre hechos 64. Si
 bueno soy culpable de inconsistencia.
inconsistencia. Una gran parte de la intento persuadir a alguien de que X es bueno, presentándolo
argumentación moral, aunque no toda, trata, según Stevenson, como realmente Y, siendo Y algo que esa persona aprueba, lo
de señalar este tipo de inconsistencia. que hago es un enunciado acerca de X que es verdadero o falso
La vía  psicológica racional
racional  pone en cuestión (a) el alcance y que puede comprobarse de la manera apropiada.
de las razones que se dan para la predicación o la definición de Por todos estos medios pueden resolverse los desacuerdos en
«bueno», o (b) la verdad   de las creencias expresadas en esas la Etica, y no solo los desacuerdos entre individuos, sino también
razones, o ambas cosas. Supongamos que digo que X es bueno las elecciones de un solo individuo cuando éste tiene que decidir
norque es P. ¿Hay otra propiedad
propiedad de X —digamos
—digamos Q,Q, etc.— que, en un problema moral. Este puede hacerse consideraciones simi-
si hubiera adoptado una visión más comprehensiva, me hubiera lares a las que hemos visto, poniendo en cuestión su propia
llevado a decir que X no es bueno? O bien: ¿es verdad que X sea consistencia o el alcance y la verdad de las razones que pueda
 p (o o etc.)? Al predicar «bueno»
«bueno» de X, o al definir
definir «bueno
«bueno»
» dar en favor de sus juicios. E incluso puede puede presen tarse la
como X puede no haberse tomado tomado en consideración cosas tales situación a sí mismo en un lenguaje altamente emocional. La
como la naturaleza y consecuencias de X, el motivo por el que se racionalización, como la llaman los psicólogos, es una especie de
ha hecho X, el origen de la actitud propia hacia X, el juicio de la definición persuasiva.
una autoridad sobre X, etc., o puede uno estar equivocado al
respecto. Si resulta que se habían pasado por alto aspectos
semejantes, o que se estaba equivocado sobre ellos, debe revi 3. Crítica
Crí tica del emotivismo
emotivismo
el iuicio de cjue X es bueno.
Todo esto es asunto de creencia. Pero, como nota Stevenson, La aparición del emotivismo fue uno de los más importantes
se asumen ciertas actitudes lógicamente fundamentales a las desarrollos de la teoría ética en los tiempos modernos, y suminis
61 Cf. G. J. Wamock, Contemporary Mora!Philosophy (1967), p. 53. 63  EL, p. 141.
64  EL.  p. 235.
62  EL.  pp.
pp. 111-15,231-37.
111-15,231-37.
134 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista 135
135

tró un nuevo punto de partida. Sus defensores llevaron a la filo- llevado alguien a esa conclusión?, y (b) ¿es lógicamente necesa-
sofía moral más allá del callejón sin salida del intuicionismo, y le rio que se vea uno llevado a esa conclusión? A la primera pre-
dieron una nueva orientación hacia el carácter dinámico del dis- gunta tal vez la respuesta sea afirmativa. Ha tenido alumnos que
curso moral. Stevenson formuló la pregunta correcta: ¿cuál es el afirmaban que el estudio del emotivismo les había quitado la
uso del lenguaje moral? Si cometió equivocaciones al responderla, seguridad acerca de lo que es bueno y malo, de lo que es correcto
éstas fueron equivocaciones fructíferas, y de ellas aprendieron mu- o no. Esta afirmación la han ofrecido a veces como explicación
cho otros filósofos. Los desarrollos ulteriores de la teoría ética, de su conducta, sobre la cual la mayor parte de la gente habría
como el prescriptivismo y el neonaturalismo, sólo pueden enten- dicho que era irresponsable o inmoral, y esa afirmación se puede
derse, explicarse y valorarse contra el trasfondo del emotivismo. aceptar como la verdadera explicación o como una mera raciona-
En lo que resta de este capítulo intentaré una valoración lización.
lización. Lo que digo
digo es, po r consiguiente,
consiguiente, que es concebible que
crítica del emotivismo. En primer lugar atacaré una crítica su-  pueda ser una verdadera explicación. Si alguien ha aprendido un
 perficial y erróne a, y a continuación corregiré un par de confu- cierto código de conducta de maestros que pensaban que ese
siones sobre el emotivismo de Stevenson y de otros. Luego código representa la ley de la naturaleza, o si uno ha sido
consideraré si Stevenson era consistente o no. Finalmente, pa- condicionado por los argumentos morales en el sentido de apelar
sando de la defensa al ataque, formularé lo que me parecen las a su conciencia, concebida ésta como una facultad que intuye
objeciones más importantes, primero a la teoría del significado de verdades morales objetivas —y éste es el contexto en el que
Stevenson, y luego a su teoría del discurso moral. mucha gente recibe su primera instrucción moral—, entonces es
comprensible que el emotivismo parezca atacar al propio funda-
 Los efectos
efect os morales del emotivismo mento de la moralidad. Pero de esto puede seguirse, no que el
emotivismo sea moralmente objetable, sino que las teorías obje
A los emotivistas se les ha acusado de minar la moralidad. Se tivistas sobre la moral lo son.
ha dicho que su teoría lleva a perder el interés o la seriedad en En cuanto a la segunda pregunta —si en buena lógica quien
los problemas morales Según algunos, si e! significado de acepta ei emotivismo ha de aceptar también conclusiones como
los juicios morales es bás icamente emotivo, entonces se sigue,
sigue, y los «El Derecho es la fuerza»—, la respuesta es no. Rechazando esta
emotivistas aceptarían que se sigue, que en moral vale todo. Así, implicación, Ayer señala: «De hecho, la teoría [emotivista] se
un crítico escribió lo siguiente refiriéndose al emotivismo: limita a explorar las conclusiones de una consideración lógica
seria y respetable que ya hizo Hume, a saber, que los enunciados
Si aceptamos en serio la teoría de que todas las diferencias de opinión sobre lo normativos no son derivables de los enunciados descriptivos, o,
que es moralmente bueno y moralmente malo son simplemente diferencias de en palabras de Hume, que ‘debe’ no se sigue de ‘es’. Decir que
gusto personal, nos encontraremos con la triste conclusión de que es imposible
 justificar racionalmente la convic ción de que una forma de conducta particular
particular es
los juicios morales no enuncian hechos no es decir que carezcan
realmente mejor que otra, a pesar de todo lo bárbara que esta última pueda ser. de importancia, o que no se puedan dar argumentos en su favor.
Más aún, no podremos ofrecer ninguna defensa racional de nuestra política tanto Pero estos argumentos no funcionan a la manera de los argumen-
nacional como internacional cuando entren en conflicto con la política puramente tos lógicos o científicos»66. Como veremos en el capítulo 6,
agresiva de líderes como Hitler y Stalin. En última instancia,
instancia, esto parece implicar
implicar
que las políticas en conflicto surgen de diferencias de opinión que solo pueden
 puede discutirse si la consideración lógica
lógica de Hume es tan firme
firme
reconciliarse apelando a la fuerza... En suma, nos vemos llevados a aceptar el y respetable, pero, en cualquier caso, no hay ciertamente ninguna
lema de todos los dictadores «El Derecho es la fuerza». Muy pocos estarán inconsistencia en negar los fundamentos de la moralidad que
dispuestos a aceptar tal conclusión tranquilamente65. aceptan los objetivistas y al mismo tiempo mantener, razonada-
Ciertamente que sí. Pero la aceptación del emotivismo ¿nos mente, determinadas doctrinas morales. Teorías como el emoti-
lleva a aceptar esa conclusión? vismo
vismo perte necen a la metaética, no a la ética67.
ética67. La existencia del
Hay que distinguir las siguientes cuestiones: (a) ¿ha sido 66 A. J. Ayer ,
Ayer , Logiccil Positivism 
Positivism  (Gle ncoe,
nc oe, 111.
111.,, 1959), p. 22.
61 Cf. A. J. Ayer, «On the Analysis of Moral Judgements» («Sobre el análisis
65  R. Corkey,  A Philosoph y o f Christian Morái s for Today (Una
Today (Una filosofía de la de los juicios morales»).  Horízon 
 Horízon  XX. 117 117 (1949). reimpres o en  Philosoph ical 
moral cristiana para el momen to actual) (1961), pp. 22-23.
22-23.  Essciys (Ens ayos filosóficos) (1963),
 Essciys (1963), pp. 245-57.
245-57.
La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivisla 137
136

emotivismo como teoría de la moralidad implica lógicamente la a la hora de disociarse de todas las formas de subjetivismo. Ayer,
existencia de la moralidad. Tan absurdo es decir que el emoti-  por ejemplo, afirma
afirma que, aunque
aunque su teoría es subjetivista en el
vismo destruye la moralidad como sería decir que un cartógrafo sentido de que niega la validez objetiva de los juicios morales,
ha dibujado un mapa de un país y que dicho mapa muestra que el difiere en un aspecto importante de la teoría ortodoxa subjetivis-
 país no existe realmente.
realmente. ta. «Rechazamos la posición subjetivista de que llamar a una
De hecho, algunos de los principales defensores del emoti- acción justa o a una cosa buena es decir que es generalmente
vismo han resultado casi fanáticos en su seriedad sobre los aprobada, porque no es contradictorio afirmar que algunas accio-
 problemas morales. P or ejemplo, Ayer, marchando
marchando en manifesta- nes que son generalmente aprobadas no son justas o que algunas
ción por el centro de Londres para protestar contra el apartheid, cosas que son generalmente aprobadas no son buenas. Y recha-
o Bertrand Russell, dando con sus huesos en el duro pavimento zamos la posición subjetivista alternativa de que quien afirma que
de Londres para protestar contra la fabricación de armas nu- una cierta acción es justa, o que una cosa es buena, está diciendo
cleares686
cleares6896
. que la aprueba, porque no sería contradictorio que alguien dije-
ra que a veces aprobaba lo que es malo o injusto»71. Es el mismo
 Dos confusiones argumento de Moore contra la falacia naturalista, aplicado aquí al
subjetivismo. En un artículo posterior, titulado «On the Analysis
Los emotivistas han sido acusados de subjetivismo  y de relati of Moral Judgements» (Sobre el análisis de los juicios morales),
vismo, pero en cuanto emotivistas no tienen por qué ser ni lo uno Ayer parece rechazar la expresión «subjetivista», incluso cuando
ni lo otro.  f  se usa para señalar la diferencia entre su propia teoría y cualquier
Uso la expresión  subjetiv ista  para indicar
indicar un filosof
filosofoo que
que teoría que considere que el lenguaje moral describe propiedades
 piensa que los términos éticos comportan informacinformación
ión psicoló- objetivas de las acciones o de los hechos. E insistiendo en que
gica sobre el hablante y nada más. En resumen, que «X es los juicios morales no se ocupan en absoluto de la aplicabilidad
 bueno» significa
significa «Me
«Me (nos)
(nos) gusta X». Ya me referí a esto en el de una descripción, escribe:
apartado El desacuerdo en la acritud y en ¡a creen cia,  ^.evenson
creencia,
 puso buen cuidado, desde el principio,
principio, en disociarse
disociarse de tal La conocida antítesis subjetivo-objetivo está fuera de lugar en la filosofía
doctrina. Su primer artículo sobre el emotivismo empezaba pre- moral. El problema no es que el subjetivista niegue que exist an ciertos anima les,
salvajes o domesticados, llamados «valores objetivos», y que el objetivista es
cisamente subrayando la diferencia entre aquél y lo que llamaba capaz de enseñarlos triunfalmente; ni que el objetivista regrese como un explora
teorías del «interés». Como ejemplo de estas daba la doctrina de dor contando historias del reino de los valores y el subjetivista le llame mentiroso.
Hobbes de que «bueno» significa «deseado por mí» mí» . Aunque en No importa lo que el explorador encuentre o deje de encontrar. Hablar de valores
su primera forma de análisis «Apruebo X» se incluye en el no es describir lo que puede o no puede haber, ni el problema es si lo hay o no.
No existe tal problema. El problema moral es: ¿Qué voy a hacer? ¿Qué actitud
significado de «X es bueno», y en la segunda puede sustituir a tomar? Los juicios morales son directivos en este sentido72.
una de las variables «X, Y, Z...», debe recordarse que este
significado descriptivo era, en ambos casos, solamente parte del Un relativista en ética es, en su forma más extremada, quien
significado de «X es bueno». El «uso principal» de los juicios  piensa que cualquier cosa que alguien
alguien aprueba es buena.
buena. La
morales, según él, «no es indicar los hechos, sino crear una  primera forma de análisis
análisis de Stevenson, aunque no la segunda,
segunda,
influencia...
influenci a... Recomendar interés
inter és en un objeto,
objeto, más bien que  parece reducir los juicios morales
morales a ese absurdo, pero el propio
propio
enunciar que ese interés existe... La diferencia entre las teorías Stevenson rechazó firme y eficazmente que ocurra así73. Para
tradicionales del interés y mi doctrina es como la diferencia entre todo X y para todo hablante, «Apruebo X» es, según el primer
describir un desierto e irrigarlo»70. análisis, equivalente en significado descriptivo a «X es bueno»;
Otros emotivistas han sido aún más explícitos que Stevenson  pero recuérdese que esto solamente
solamente es parte del
del signific
significado
ado de
68 Sobre el punto de vista de Russell sobre ética ver su  Human Societx in
 Ethics a nd PoliUcs (La sociedad humana en la ética y la política) (1954). '*  Langua ge, Truth and Logic, p 104.
69  Facts a nd Valúes, p. I I. 72 ««On the Analy sis of Moral
Moral Judgements», p. 242.
73

70  tb íd ., pp. 15-16.  EL, pp. 102-8.


138
138 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista 139

esta expresión. Si digo «Todo lo que alguien aprueba es bueno», vago, no es tan vago que esas variables puedan sustituirse por
lo que digo, según la primera forma de análisis, es «Yo apruebo cualesqu iera palabra s7 . Pero,
Pero, según
según Urmson, a continuación
continuación
todo lo que alguien aprueba, apruébalo tú también»; y según el Stevenson introduce, no simplemente vaguedad, sino «una doble
segundo análisis, estoy ofreciendo la expresión «todo lo que dosis de ambigüedad» en su explicación de «bueno». Es decir,
alguien aprueba» como un posible valor para las variables «X, Y, que no dio ninguna indicación de por qué lo que significa «bue-
Z...». Según ambos análisis, estoy recomendando algo, a saber, no» no puede variar ilimitadamente (a) cuando una persona lo
todo lo que alguien aprueba. Esta es mi posición moral. Todo lo usa para referirse a diferentes cosas, y (b) cuando lo usan para la
que alguien aprueba tiene mi aprobación moral. Esta es una misma cosa personas con diferente actitud. Por consiguiente,
 posición moral lógicamente posible, aunque puede dudarse que Stevenson parece defender una aplicación de «bueno» que
realmente alguien la mantenga. La cuestión importante, sin em- es a la vez limitada e ilimitada. Una vez más parece ser in-
 bargo, es que no hay razón en absoluto para suponer que quien
quien consistente.
acepte el emotivismo de Stevenson tiene necesidad lógica de Según Urmson, Stevenson se confundió por no reconocer
aceptarla. ciertos rasgos del lenguaje que estaba usando.
En cuanto a la primera inconsistencia, que hemos visto en (i),
¿Es Stevenson consistente? Stevenson, en efecto, estaba reconociendo la fuerza ilocucionaria
de «Yo apruebo esto». El uso de esta expresión no consiste
La exposición de Stevenson de sus dos formas de análisis ha simplemente en informar de un hecho, como ocurre normalmente
sido acusada de ser internamente inconsistente. ¿Es culpable de con «Tengo el sentimiento de que esto me gusta». Aquella
ello? Examinemos dos aspectos en los que se pretende que lo es. expresión manifiesta además una actitud favorable hacia el objeto
al que se refiere. Al decir «Yo apruebo esto» lo estoy recomen-
(i)
(i) Urmson ha señalad o'4 que Stevenson,
Stevenson, en su primprimera
era dando. Es una expresión que tiene, en la terminología de Steven-
forma de análisis, habla de «Yo apruebo esto...» como el sig- son, significado emotivo. Este es el rasgo que Stevenson recono-
nificado  Duramente descriptivo de «Esto es bueno». Es decir, cía cuando hablaba de «las partes declarativas de estas conside-
que tiene que ver solamente con la creencia y no con la actitud. raciones, que dan testimonio de actitudes convergentes...». Pero
Pero en su explicación de esa primera forma de análisis Steven- el resto de su exposición de la primera forma de análisis no deja
son da el siguiente ejemplo. A dice «Esto es bueno» y B sitio para el significado emotivo de «Yo apruebo esto», y por
responde «Estoy de acuerdo, ciertamente lo es». Stevenson consiguiente Stevenson es inconsistente en este punto.
analiza la afirmación de A como «Yo apruebo esto, apruébalo tú Tal vez tenga interés hacer aquí una pequeña disgresión y
también», y la de B como «Me uno plenamente a esa aprobación; recordar que Moore planteó la cuestión de por qué necesitaba
sigue aprobándolo». Y a continuación comenta: «... las partes Stevenson «Yo apruebo esto» para su análisis de «Esto es bueno».
 dec lar ati vas de estas consideraciones, que dan testimonio de ¿Por qué no haber dicho simplemente que «Esto es bueno» sig-
actitudes  convergentes, son suficientes para implicar el acuerdo nifica «¡Aprueba esto!», que en definitiva es una expresión
[en actitud]»75. Pero aquí se toma «Yo apruebo esto...» y «Me emotiva sin ningún significado cognoscitivo o declarativo? Según
uno plenamente a esa aprobación...» como no puramente des- este análisis, al decir «Esto es bueno» no se afirmaría nada
criptivas, esto es, como no libres de actitud. Por tanto Stevenson que pueda ser verdadero o falso, excepto tal vez que esto
 parece aquí claramen te inconsistente. existe; aunque, según Moore, el hablante implicaría que lo
(ii)
(ii) También Urmson
Urm son ha señalado
señal ado7
76, sobre la segunda forma aprobaba. Moore lo explicó así: «El hecho de que alguien impli-
de análisis, que Stevenson pone ciertas limitaciones en lo que que que lo aprueba, o que tiene una actitud semejante hacia
 puede sustituir a «X, Y, Z...» y afirma
afirma que aunque «bueno» es esto... surge simplemente del hecho, que todos hemos aprendido
 por experiencia, de que quien hace este tipo de afirmación en la
"* Urmson,
Urmson, op.
 op. c it., p. 54.
 EL,  p. 22; la cursi va es mía.
75 EL, 
76 Urmson, op.
Urmson,  op. ci t., pp. 78-79. 77 Cf. anteriorme nte, p. 129.
129.
140 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emo tivis ta 141
141

inmensa mayoría de los casos lo aprueba»78. Y es todavía más Creo que Stevenson puede ser en gran parte absuelto de la
sorprendente que Stevenson no adoptara de hecho esta primera acusación de inconsistencia, al menos en lo que toca a los
forma de análisis que sugiere Moore si tenemos en cuenta (a) que ejemplos de dicha inconsistencia que hemos visto. En cuanto al
Stevenson tenía una segunda forma de análisis que se ocupaba  punto (ii)
(ii) que hemos visto, no parece haber razones para decir
del significado descriptivo de «bueno», y (b) que evidentemente que fuera inconsistente. En cuanto a (i), aunque hay una aparien-
consideraba la primera forma como lógicamente anterior a la cia de inconsistencia, podría decirse como atenuante que aquélla
segunda.
segunda. La respuesta tal vez sea que consideraba plausible
plausible incluir
incluir se debía a un reconocimiento subconsciente y momentáneo de las
«Yo apruebo esto...» en su primer análisis porque, como hemos insuficiencias de su propia teoría ética.
visto, consideraba, aunque inconsistentemente, que la «parte
declarativa» del análisis «da testimonio de las actitudes...», es  La teoría psic ológica del significado de Stevenson
Steve nson
decir, que reconocía subconscientemente la fuerza ilocucionaria
expresiva de actitudes que tiene la expresión «Yo apruebo esto». Hay diferencia entre que el lenguaje (a) tenga o no tenga un
El segundo ejemplo de inconsistencia, que hemos visto en (ii),  poder natural o disposición para producir o ser producido por
lo atribuye Urmson a no haber reconocido Stevenson claramente ciertos procesos psicológicos, y (b) esté o no esté de acuerdo con
la distinción entre el significado  de «bueno» y los criterios  para ciertas convenciones o reglas lingüísticas. ¿Cuál de estas dos
su aplicación. Urmson mantiene que Stevenson no vio que, distinciones es equivalente a tener o no tener significado? En el
aunque los criterios para el uso de «bueno» pueden variar ilimi- segundo capítulo, criticando la teoría psicológica del significado,
tadamente, de esto no se sigue que también el significado cambie argüí que la segunda. Stevenson cometió el error de suponer que
de esa manera. Pero a mí no me convence esta crítica de la primera.
Urmson, ni veo que Stevenson pretendiera realmente aplicar Aunque reconocía que hay que dejar lugar para la operación
«bueno» de manera limitada e ilimitada. Creo que lo que éste de las reglas lingüísticas, la única función que les reconocía es la de
quería decir es que el significado emotivo de «bueno» tiene una hacer el significado descriptivo más preciso79. Son parte del
caracterización más o menos constante, aunque su aplicación  proceso de condicionamiento
condicionamiento por medio del cual se construye el
variará según los objetos que los diferentes hablantes aprueben.  poder del
del lenguaje, pero esto no es sino decir que «fijan
«fijan los vagos
vagos
¿No es ésta la distinción entre significado y criterios de aplica- significados que puedan haberse desarrollado por otros cami-
ción? Además, lo que Stevenson dice sobre las limitaciones de nos»80. El desarrollo del poder o disposición del lenguaje para
los posibles criterios para el uso de «bueno» no es realmente  producir, o ser producido por, procesos psicológicos
psicológicos es por
contradictorio. El reconocía (a) que todas las comunidades y consiguiente lógicamente anterior a las reglas que lo hacen más
todos los individuos que hablan de lo que es bueno tendrán  preciso.
 preciso. Stevenson reconoció ulteriormente que cuando las reglas
criterios en alguna medida fijos, y (b) que tales criterios pueden lingüísticas operan y solo entonces puede distinguirse entre sig-
diferir mucho de un caso a otro. Si nos concentramos en (a) nificado y sugerencia, verdad y falsedad, validez e invalidez.
notaremos restricciones en el uso de «bueno», y si nos fijamos en Pero pensabas que estas distinciones no se aplican al significado
(b) notaremos una variedad aparentemente infinita en su uso. emotivo por no ser éste susceptible de regulación lingüística.
Stevenson nunca estuvo en posición de mantener que la aplica- Que un fragmento de lenguaje produzca, o sea producido por,
ción de «bueno» sea, en el mismo sentido  y en los mismos ciertos procesos psicológicos es una cuestión de hecho contin-
aspectos, ilimitada y limitada al tiempo. Lo que mantuvo es que, gente, y Stevenson pretende reducir la cuestión del significado del
distinguiendo entre el significado emotivo y el descriptivo, se lenguaje a la cuestión anterior. En otras palabras, pretende
 podían explicar tanto las restricciones como la infinit
infinitaa variedad
variedad reducir una cuestión normativa a una cuestión fáctica contingen-
de su uso. te. Ahora bien, que el lenguaje tenga o no significado o sentido
78 Ver «A reply to my critics» [«Respuesta a mis críticos»] en The Phitosophy depende lógicamente de un criterio que prescriba lo que es
 o f G. E. Moore   [La filosofía de G. E. Moore], editado por L. A. Schilpp
(Eva nsto n, 1942), p. 543. De hecho Moore discutía «justo» en vez de «bueno», ^ Ver anteriormente, p. 125.
125.
pero sus afirmaciones se pueden aplicar a ambos. 80  EL, pp. 68-69.
143
143
142
142 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista

sentido y lo que es sinsentido. Esta norma establecerá lo que el lenguaje emotivo, en contra de Stevenson, se pueda distinguir
debe  ser el lenguaje. Pero este «debe» no puede (lógicamente) entre significado y sugerencia, validez e invalidez, verdad y
reducirse a un «es». O por lo menos, no de la sencilla manera en falsedad?
que Stevenson intenta reducirlo. Pues, incluso si se dice que la
significatividad del lenguaje es su eficacia causal, entonces se ha Significado y sugerencia
elegido implícitamente como criterio de significado esta última.
En última instancia, el significado está constituido por reglas Stevenson dice que, en lo que toca al lenguaje emotivo, no
convencionales que gobiernan el uso de las expresiones, y que  podemos distinguir entre lo que signif
significa
ica y lo que sugiere,
sugiere, como
determinan si éstas son o no apropiadas a las ocasiones y en cambio podemos hacer, por ejemplo, entre la definición pre-
circunstancias de su uso. Esta conclusión quedará reforzada si cisa de «cerdo» y lo que esta palabra sugiere cuando se aplica a
consideramos las características que los significados comparten un hombre. Y creía que esto daba apoyo a su teoría de que las
con las reglas pero no con las disposiciones. Los significados reglas lingüísticas no se aplican al significado emotivo. Pero se
 pueden ser aprendid os, recordados u olvidados, aceptados o equivocaba. Hay ciertamente que distinguir, dentro del sig-
rechazados, como las reglas. Ciertamente se puede adquirir una nificado descriptivo de una palabra como «cerdo», entre su
disposición al aprender, pero no se aprende una disposición. Una definición precisa y lo que sugiere sobre un hombre cuando se le
disposición tampoco se recuerda ni se olvida, no se acepta ni se llama eso. Las reglas lingüísticas se aplican en ambos casos, pero
rechaza, aunque hacer estas cosas con el lenguaje puede patenti- son, por así decirlo, más estrictas en el primer caso que en el
zar que uno tiene determinada disposición. segundo. Es indudable que no se pueden ofrecer ofrec er ejemplos simila-
Si  las reglas constituyen el significado, y si  admitimos el res de uso «estricto» y «laxo» de «¡Oh!», y en esta medida
significado emotivo tanto como el descriptivo, es obvio que Stevenson tiene razón. Pero de aquí no se sigue que no haya re-
tenemos que rechazar la conclusión de Stevenson de que las glas lingüísticas para e! uso de «¡Oh!». Ya hemos visto que las hay.
reglas no se aplican al significado emotivo. ¿Hay razones buenas G. C. K eme r81 piensa que Stevenson
Stevenson fue engañado
engañado por su
 para rechaza r esta conclusión^ Es indudable que el lenguaj lenguajee  propia idea de que el lenguaje
lenguaje emotivo opera por medio de «un
descriptivo tiene posibilidades de precisión que carecen de para- mecanismo flexible de sugerencia»82. «Sugerencia» admite dos
lelo en el lenguaje que expresa o evoca emociones. Pero de aquí interpretaciones: (i) «sugerir» puede tomarse con el significado
no se sigue que no haya reglas que gobiernen el uso del lenguaje de «inducir o despertar un pensamiento o sentimiento». En este
emotivo. Tómese la expresión emotiva «¡Oh!» por ejemplo. Con sentido, cualquier expresión, descriptiva, emotiva, o lo que
el tono de voz adecuado se usa para expresar o evocar alarma, y quiera que sea, puede ser sugerente, y lo que induzca a un oyente
se usa apropiadamente en ciertos tipos de circunstancias y de a pensar o sentir dependerá de un número infinito de factores,
ocasión, a saber, en los poco usuales. Habría un fallo de comuni-  pero esto es lógicamente muy muy distinto de lo que la expresión
cación si alguien, por ejemplo, dijera «¡Oh!» (en un tono de voz significa.
significa. Es te tipo de sugerencia
sugere ncia no es la diferencia
difer encia específica
específic a del
del
sorprendido) cada vez que se subiera al autobús. Su exclamación significado emotivo, (ii) La sugerencia se puede considerar como
carecería de sentido para sus compañeros de transporte. Consi- una conducta lingüística comparable a enunciar, prometer, pre-
dérese también la palabra emotiva inglesa «nigger» («negro», con guntar, etc. En este sentido, el lenguaje emotivo sugiere como no
una marcada implicación despreciativa), y supongamos que el lo hace el lenguaje descriptivo. Se podría decir que esta sugeren-
culto y liberal director de una asociación académica presentara a cia es el significado. Pero en este sentido, lo que hace de una
un conferenciante negro refiriéndose él por medio de aquélla. La expresión una sugerencia es su conformidad con las reglas lin-
reacción del auditorio sería más de asombro que de enfado. ¿Qué güísticas para sugerir. Para sugerir con éxito todo lo que he de
quería decir el director en cuestión? Aunque mucho menos hacer es cumplir esas reglas. En cambio en el primer sentido,
 precisas en su aplicación, las reglas
reglas convencionales suministran
suministran solo podría sugerir algo con éxito si mi oyente tuviera los
un criterio para distinguir el sentido del sinsentido también en el
lenguaje emotivo y no solo en el descriptivo. 81 G. C. Kerner, The Revolution in Etílica! Theory (Oxford . 1966), pp. 45-52.
La interesante cuestión que esto plantea es: ¿se sigue que en 82  EL. p. 33.
144 La filosofía mora! contemporánea 4. La teoría emotivista 145

 pensamientos o sentimientos
sentimientos que yo intentaba inducir en él. Por aunque todos los relojes del mundo se hubieran parado. Del
consiguiente, las alternativas, por lo que se refiere al lenguaje mismo modo, la pregunta «¿Es verdad que es malo matar?» tiene
emotivo, son: (i) decir que puede sugerir con independencia de sentido con independencia de que creamos o no que es posible
reglas, lo cual es cierto, pero no lo distingue de cualquier otro empíricamente encontrarle respuesta. Hasta aquí la posición de
tipo de lenguaje; o (ii) decir que sugiere de acuerdo con reglas, lo Urrnson.
que contradice la posición de Stevenson de que las reglas lingüís- Esto parece bastante plausible, pero queda el hecho de que, al
ticas no le son aplicables.  preguntar a una autoridad si es verdad o no que son las seis en
 punto, hacemos
hacemos una pregunta cuya res puesta puede ser sometida
Verdad y falsedad  a pruebas conocidas y generalmente aceptadas para averiguar si
es verdadera o falsa. Pero ¿qué pruebas generalmente aceptadas
Stevenson defiende que la distinción entre verdad y falsedad hay para comprobar la respuesta de una autoridad moral a la
no es aplicable a expresiones con significado emotivo. Una  pregunta de si es verdad que matar es malo?
malo?
descripción puede ser verdadera o falsa, y en la medida en que
los juicios morales sean descriptivos se les aplicará esta distin- Validez e invalidez
ción. Si digo «Esto es bueno», puede ser verdadero o falso que
«Yo apruebo esto...» o que esto pueda sustituir a las variables Stevenson parece tener dos argumentos principales en favor
«X, Y, Z...». Pero «... apruébalo tú también», y el significado de que los juicios morales no pueden ser válidos ni inválidos: (i)
emotivo elogioso de «bueno» no son ni verdaderos ni falsos. un argumento es válido si, y sólo si, cuando sus premisas son
Stevenson admite que alguien que estuviera de acuerdo con verdaderas también lo es la conclusión; por tanto cuando no hay
«Esto es bueno» podría expresar su acuerdo diciendo «Es ver-  posibilidad
 posibilidad de verdad tampoco la hay de validez85
validez85, (ii)
(ii) La cone-
dad», pero en tal caso esta afirmación equivaldría a un juicio xión entre creencias y actitudes, como hemos visto86, es siempre
ético por parte de quien la pronunciara83. fáctica, nunca lógica, y esto naturalmente impide hablar de
Urrnson ha rechazado84 esta posición de Stevenson, pregun- validez e invalidez acerca de esa conexión.
tándose si tiene sentido, por ejemplo, decir «¿Es verdad que es Contra el primer argumento, Urrnson formula una buena
malo matar?». Para Urrnson esta pregunta no tiene menos sig- crítica:
nificado que por ejemplo «¿Es verdad que son las seis en pun-
to?». Como regla, sería raro decir «¿Es verdad que matar es El criterio para la validez de un argumento puede tal vez ser que, si sus
malo?», pero sería igualmente raro preguntar «¿Es verdad que premisas son verdaderas su conclusión debe serlo; pero esto no muestra que la
son las seis en punto?» en lugar de «¿Son las seis en punto?» Las noción de validez haya de ser explicada en términos de verdad, como el hecho de
condiciones que han de cumplirse para que desaparezca lo raro que un criterio de matrimonio válido sea el que ambas partes deben carecer de
cónyuge vivo no muestra que la noción de validez haya de definirse en términos
son en ambos casos: (i) que nos hayan manifestado que eso es lo del concepto de soltería. Es mucho más plausible mantener que la noción de
que ocurre y nos sintamos sorprendidos o dudosos: y (ii) que argumento está ligada a la noción de validez e invalidez, y podría considerarse
dirijamos nuestra pregunta a quien reputemos como autoridad. analítico que todo argumento es válido o inválido, parecidamente a como es analí
Por supuesto que es más fácil encontrar autoridades sobre la hora tico que todo enunciado es verdadero o falso —de hecho, estoy menos se
guro de esta última analiticidad que de la primera87.
que sobre lo bueno y lo malo; podemos tal vez pensar que no
existen autoridades de este último tipo, en cuyo caso no tendre- Veamos ahora el segundo argumento de Stevenson. Este
mos ninguna utilidad para la pregunta «¿Es verdad que matar es nunca negó que cuando se hace un juicio moral siempre pueden
malo?». Pero que este tipo de autoridad exista o no es un hacerse dos preguntas: (i) ¿es verdadera la razón dada en su
 problema distinto de que la pregunta tenga o no sentido.
sentido. La favor? y (ii) la persona que da esta razón ¿acepta consistente
 pregunta «¿Es verdad que son las seis en punto?»
punto?» tendría sentido
85  EL, pp. 151-55.
83  EL, p. 169. 86 Anteriormente, p. 121.121.
84 Urrnson, op. c it., pp. 83-85.
83- 85. 87 Urrnson, op. cit ., p. 86.
146 La f ilo sofía moral contempo ránea 4. La teoría emot ivista 147
147

mente el compromiso moral implícito en ella? Cuando Stevenson de fútbol, si, después de decir «El árbitro debería expulsar a ese
dice que la conexión entre creencias y actitudes no es lógica, esto  jugador», yo diera como razón «No hace más que dar pa tadas al
no significa que rechace ninguno de esos dos puntos. Simple-  balón». Esto es inválido
inválido porque va contra las reglas
reglas del fútbol,
mente hace una afirmación ulterior, en el sentido de que, en que permiten, o en realidad, que exigen, que los jugadores den
última instancia, hay siempre una actitud (o actitudes) que el  patadas al balón. ¿Hay reglas similares
similares para el «juego
«juego del len-
moralista adopta y que no se deducen de ninguna de sus creen- guaje moral», de tal manera que no sirva como razón moral
cias. Este es el compromiso último del moralista, y con respecto cualquier cosa que yo quiera dar como tal? Sobre esto volvere-
a él no pueden plantearse cuestiones de validez o invalidez. Este mos más adelante, pero ciertamente no puede responderse con
compromiso está implícito en cada uno de los estadios del un «No» obvio, como Stevenson parece pensar. Lo que hace
razonamiento ético y determina qué pasos sigue éste; de aquí que que un movimiento sea parte del juego del lenguaje moral es un
el proceso entero sólo se pueda llamar razonamiento en un asunto más complicado de lo que Stevenson cree.
sentido cualificado, según Stevenson.
En este punto hay, sin embargo, que hacer una distinción ¿Corresponde a los hechos la teoría de Stevenson?
entre: (i) cuestiones sobre la validez o la invalidez de un sistema
completo de razonamiento, como por ejemplo «¿Es válida la Stevenson afirmaba haber formulado su teoría atendiendo
inducción?»; y (ii) cuestiones sobre la validez y la invalidez de cuidadosamente al modo como se usa ordinariamente el lenguaje
 pasos particul ares dentro de un sistema de razonamiento dado. moral. ¿Fue exacta su observación de éste? La mayor parte de
Una cosa es que los axiomas del sistema sean o no aceptables; las críticas que hemos visto tienen relación con esto. Por ejem-
otra, que una inferencia esté o no de acuerdo con ellos. Cierta-  plo, hemos visto que hay razones para pensa r que c oncebía las
mente, esta última cuestión puede plantearse con referencia a actitudes que expresan los juicios morales como si fueran sim-
cualquier fragmento de argumentación moral, pues su conclusión  plemente emociones. Una observación más cuidadosa del dis-
 puede no seguirse de las premisas. Algunos Algunos comentarista s88 curso moral le habría hecho notar las diferencias lógicas que
 parec en pens ar que Stevenson pasa por alto este asp seto, pero vimos antes89 entre lo que se dice ordinariamente de los juicios
no creo que tengan razón, pues no hay nada en la teoría de morales y lo que se dice de las emociones. Podemos elegir
Stevenson que sea necesariamente incompatible con ello. deliberadamente nuestra posición en moral, responsabilizamos
Hay, no obstante, un punto en el que Stevenson parece  por ella, ser juzga dos por ella, etc. Podemos ser consistentes o
 pec ar de un exceso de confianza
confianza en cuanto a la validez y la inconsistentes al respecto, o ser convencidos de adoptarla o de
argumentación moral. Da por supuesto que cualquier creencia rechazarla, y si nos preguntan por qué la adoptamos responde-
 puede lógicamente servi r como razón de una actitud moral.
moral. En su mos con toda naturalidad en términos de razones y no de causas.
opinión, tiene buen sentido decir «X es bueno (o malo) porque es En todos estos aspectos, nuestro discurso sobre los juicios mora-
Y», donde Y es cualquier pretendido hecho. Supongamos, por les difiere lógicamente de nuestro discurso sobre las emociones.
ejemplo, que digo que el apartheid es moralmente malo, y, cuando ¿Está más de acuerdo con los hechos decir, como dice
se me pregunta por qué, respondo «Porque ocurre en Sudáfrica», y Stevenson, que el propósito del lenguaje moral es primariamente
apoyo esto diciendo que yo me opongo moralmente a todo «crear una influencia»?90. G. J. Warnock ha señalado que si,
cuanto ocurre en Sudáfrica. ¿He ofrecido algo que pueda recono- cuando se pronuncia un juicio moral, se está intentando crear una
cerse como una razón de un juicio moral? En el mejor de los influencia, entonces hay que asumir que: (i) el hablante supone
casos, esta pregunta nos deja parados. Si la respuesta es negati- que el oyente no comparte su opinión moral; (ii) pero quiere que
va, entonces mi razón es inválida. Pero no lo es porque yo rehúse la comparta; y (iii) piensa que esto lo conseguirá pronunciando
trabajar con ella consistentemente. Recuérdese que yo me ese juicio91
juicio91. Sin embargo, es posible que estos supuestos no se
opongo a todo cuanto ocurra en Sudáfrica. Más bien, mi razón es
inválida como lo sería mi siguiente argumentación en un partido
 m  An teriormente, p. 126-7.126-7.
90  Facts an d V alúe sr p. 16.
88 Cf. Kemer,  op. c it.,  pp. 80-83,
80-83, y Urmson.op.  cit., pp. 86-87. 91 Warnock, op.
 op. cit. ,   p. 25.
148
148 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista
149
cumplan sin que por ello sea absurdo pronunciar un juicio moral. guro de mis propias actitudes, y concebir la posibilidad de que,
Es posible que mi oyente comparta ya mi opinión moral; a mí si considerara con atención mayor ciertos aspectos de la situa-
 puede no importarme
importarme nada que la comparta o no, y además
además puede
puede ción, podría cambiar mis actitudes. En tal caso, cuando reco-
 parecerme improbable
improbable que la manifestación
manifestación de mi opinión
opinión tenga
tenga miende mi opinión a alguien debo escoger métodos racionales
efecto alguno sobre él. Pero, a pesar de todo, puede tener buen «para dejar la vía abierta a un uso contrario
contrari o de los
los mismos por
sentido que la manifieste. Con frecuencia se hacen juicios mo-  parte de mi oponente»95
oponente»95. Este movimiento
movimiento me será útil, porque
rales sin que aquellas condiciones se cumplan, y resulta de un me dará la oportunidad de escuchar la otra versión del argumen-
dogmatismo ridículo afirmar que en tales casos las expresiones to, y me ayudará a confirmar o corregir mi actitud. De esta
morales carecen de sentido. Lo que es absurdo es más bien manera, Stevenson ha sustituido la distinción entre la validez de
analizar el significado de éstas de manera que se llegue a esa un argumento y su capacidad para producir convicción por una
conclusión. distinción entre la moralidad o utilidad de un argumento y su
Stevenson era muy sensible a la objeción de que su teoría de capacidad para producir convicción.
la argumentación ética reduce ésta al nivel de la propaganda o En esta explicación de lo que es permisible o deseable en la
de la coacción92. Si el propósito de los juicios éticos es ejercer argumentación moral, ¿nos dice Stevenson (a) cómo cree que
influencia, y si la cuestión de la validez no se plantea acerca de la debe moralmente comportarse la gente en la argumentación mo-
relación que hay entre las actitudes recomendadas y las «razo- ral, o (b) que el reconocimiento de esas consideraciones morales
nes» dadas en su favor, entonces parece seguirse que la única o utilitarias es parte de la lógica del discurso moral, esto es, parte
 prueba que queda para un argumento moral moral es si será o no eficáz
eficáz de lo que significa que un argumento sea moral? Si se trata de lo
en la producción de esas actitudes. A esto responde Stevenson  primero, dice mucho en su favor, pero no arroja ninguna ninguna luz
que «sería malentender burdamente la motivación de la gente sobre la naturaleza del discurso moral en cuanto tal. Además,
decir que este fact or sea siempre el decisivo»93
decisivo»93 y protesta
prot esta que eso ¿por qué restringir ese punto al ámbito de lo moral? ¿Qué
no es lo que él pretende. Y tiene razón. La defensa de los diferencia hay, por ejemplo, entre el discurso moral y el discurso
derechos civiles por Ivíarxin Luíher King no se caracterizaba por científico, en virtud de la cual los efectos producidos en el
esa completa indiferencia hacia la verdad que caracteriza a la carácter del oponente o en la fundamentación de las opiniones
 propaganda nazi de Goebbels, y Stevenson lo hubiera reconocido
reconocido  propias sean relevantes en un caso, pero no en otro? Si, en
así. Pero ésta no es la cuestión. La cuestión es si Stevenson cambio, lo que Stevenson dice es que es una regla del juego del
representa incorrectamente o no la estructura lógica de la argu- lenguaje moral que haya lógicamente que tener en cuenta estas
mentación moral, y no cuáles sean los motivos de quienes consideraciones morales o utilitarias, entonces simplemente está
 participan en ella.
ella. equivocado. El siguiente enunciado no  es contradictorio: «Digo
Stevenson no dice que todo valga en el discurso moral con tal que moralmente   debes hacer X,  pero  deliberadamente no estoy
que produzca las actitudes deseadas. Pero las consideraciones que, expresando mi posición en un lenguaje calculado para estimular
en su opinión, determinan lo que vale o no vale son morales las emociones que tu exceso de raciocinio ha desvitalizado, ni
y utilitaristas  más bien que lógicas.  ¿Cómo he de tratar a mi tampoco apoyándola con argumentos
argumentos calculados
calculados para que’ tú
oponente en una discusión moral? Si es una persona fría, que ha  puedas usarlos en contra mía corrigiendo
corrigiendo o confirma
confirmando
ndo mi
«dejado a sus hábitos reflexivos desvitalizar a los emocionales», incierta actitud.» Un juicio moral puede (lógicamente) serlo con
tal vez, dice Stevenson, «la persuasión ayudará a estimular sus independencia de cualquier consideración sobre el efecto que
actitudes prácticas, mientras que los métodos racionales real-  produzca en el oyente o en el hablante.
hablante. ‘
mente lo impedirán»94
impe dirán»94.. Aquí debería emplear un lenguaje altamen- Urmson acusa a Stevenson de no distinguir claramente entre
te emotivo. De otra parte, yo mismo puedo no sentirme se  proponer un criterio y usarlo, y dice que éste es el defecto básico
básico
de su teoría96. La distinción en sí es bastante obvia. Uso «bue
 El,  p. 157 y Cap. XI.
92  El, 
93  El, p. 157.
94 Ib
 Ibíd.
íd. 96 Urmson, op.
Urmson, op. cit., 
cit.,   pp.
pp. 64-71.77-80.
150 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivista 151
151

no» al decidir que mis criterios de bondad para coches, estudian- haga con una «especial seriedad y urgencia». Pero ¿es así como
tes, o lo que quiera que sea, será C, y a continuación uso usamos normalmente «moral» y los términos relacionados con él?
«bueno» de acuerdo con C cuando digo que X es un buen coche, Supongamos que anuncio que me parece bueno pasarme la vida
un buen estudiante, etc. Nótese que no se trata simplemente de dando un paso adelante y dos pasos hacia atrás y recomiendo
distinguir entre «bueno» y los criterios para su uso; es una este modo de vida a otros como «bueno» con intensa seriedad y
distinción entre dos usos o significados de «bueno». Según Urm urgencia. ¿Se reconocería mi punto de vista como «moral»
son, Stevenson no destacó dos importantes cuestiones sobre el simplemente porque usara «bueno» seriamente y con urgencia?
significado de «bueno»: (i) que «Esto es bueno» es normalmente Es seguro que no. A primera vista parece absurdo poner la
una valoración que usa criterios97, y (ii) que no tiene sentido ¡.
diferencia entre el uso moral de «bueno» y otros usos valorativos
 proponer un criterio a menos que sea con vistas a usarlo98
usarlo98. más amplios donde Stevenson la pone. Pero ¿es completamente
Por no haber reconocido lo primero, se dice, hablaba como si absurdo lo que dice?
«X es bueno» fuera siempre analizable en términos de proponer La cuestión de qué es lo que hace que un juicio moral sea
criterios. La mayor parte de las veces, sin embargo, no es eso lo moral ha producido una gran controversia en los años transcurri-
que hacemos cuando decimos que algo es bueno. Lo que hace- dos desde que Stevenson publicó  Ethics and Language,  como
mos es valorar eso de acuerdo con los criterios aceptados. ¿Pero veremos en los dos capítulos siguientes. Algunos filósofos deter-
no reconoció esto Stevenson en su segunda forma de análisis? Si minan las características definitorias del discurso moral aten-
lo reconoció, según creo, la crítica de Urmson pierde su fuerza diendo a su forma, otros a su contenido y otros a una combina-
en este punto. ción de la forma y el contenido. Hay razones para preguntarse si
Segundo punto: ¿vio Stevenson que el único propósito de es posible formular una definición del juicio moral que solamente
formular un criterio es usarlo? También aquí creo que, aunque sea aplicable a aquellos juicios que normalmente llamamos mo-
 podríamos responder afirmativamente
afirmativamente si tenemos
tenemos en cuenta so- rales. . . . ...
lamente la primera forma de análisis, lo que hay que notar es que Si decimos, de acuerdo con los prescriptivistas, que un juicio
toda la discusión de las definiciones persuasivas trata ds como se moral es una recomendación, o su contrario, para la cual hay que
consigue, o se intenta conseguir, que se usen ciertos criterios. tener una razón, y que ésta debe ser aceptada consistentemente
¿Qué otro propósito puede haber asignado a las definiciones en ¡a argumentación, se nos ocurrirán contraejemplos como el
 persuasivas? No podemos imaginar
imaginar otro. f¡ del final de la última subsección. Allí hemos supuesto, como se
¿Corresponde la teoría de Stevenson a los hechos en lo que recordará, que alguien condenaba el apartheid como moralmente
toca a nuestro uso de la palabra «moral»? ¿Qué rasgos lógicos malo por ocurrir en Sudáfrica, y que esta razón se universalizaba
del uso moral de «bueno» lo distinguen de otros usos valorativos consiguientemente justificando que todo cuanto allí acontece es
más amplios? La respuesta de Stevenson, como ya hemos nota- malo. Pero este punto de vista, como notamos, no sería descrito
do, es ésta: «Podemos reconocer un sentido en el que 'bueno’ de una forma natural por los hablantes ordinarios como moral.
abrevia ‘moralmente
‘moralmente bueno’ y se refiere no a cualquier
cualquier actitud Si, de acuerdo con los descriptivistas, decimos que un juicio
favorable del hablante, sino a la que se caracteriza por una moral, como tal, tiene un contenido específico, por ejemplo,
especial seriedad y urgencia»99. Parece seguirse de aquí que se aquello que todos los hombres quieren, entonces se nos ocurrirá
 puede tomar cualquier
cualquier acción o situación y predicar de ella que otros tipos de discurso distintos del moral tienen el mismo
inteligiblemente la expresión «moralmente buena» (según la pri- contenido. Por ejemplo, los expertos en publicidad pueden tam-
mera forma de análisis), o bien tomar esta expresión y definirla  bién
 bién discutir lo que todos los hombres quieren.
en términos de cualquier conjunto de cualidades y relaciones Si unimos la forma y el contenido y decimos que los juicios
(según la segunda forma de análisis) solamente con tal que ello se morales, en cuanto tales, tienen el contenido que les atribuyen
los descriptivistas y la forma que dicen los prescriptivistas, ¿es
97  Ibíd., p. 68.
68. esto solamente aplicable a los juicios morales? Compárense los
98  Ibíd.,   p. 79.  juicios
 juicios que hace nuestra sociedad
sociedad sobre el a borto y los que hace
99  EL,  p. 90. sobre arrojar basura al suelo. Puede decirse que ambas activida-
152 La filosofía moral contemporánea 4. La teoría emotivísta 153
153

des se refieren a lo que todos los hombres quieren, a saber, aquello o lo otro es un problema moral, pueden no estar seña-
libertad frente a las amenazas contra la vida, salud, o belleza. lando que tenga tal forma o tal contenido. Puede que éstos sean
Hay que añadir que quienes pronuncian juicios morales sobre el  bien conocidos, y lo que dichos es critores hacen es simplemente
aborto o sobre el ensuciamiento de los lugares públicos están recomendar a sus lectores que concedan al asunto más seriedad y
dispuestos a dar razones en favor de sus juicios y a universalizar urgencia de la que aspiran a darle. El criterio de Stevenson para
las en la argumentación. Así, en ambos casos, el contenido y la distinguir «bueno» de «moralmente bueno», aunque puede de-
forma son los mismos. Sin embargo, mientras que, en nuestra cirse con justicia que simplifica en exceso el problema, no
sociedad, casi todo el mundo diría que el aborto es un problema constituye un absoluto fracaso. Su error fue tratar una condición
moral, no habría ese acuerdo —o al menos no se produciría tan necesaria como suficiente, error frecuente en filosofía.
fácil y tan naturalmente— sobre la cuestión de tirar basura al
suelo.
Apelar al contenido, a la forma, o a una combinación de
ambas, por tanto, no parece suficiente para caracterizar sola-
mente los juicios morales. ¿Sirve de algo el criterio de la
«especial urgencia y seriedad»? Hay que reconocer que los
expertos en publicidad pueden ser igual de serios y urgentes
cuando hablan de lo que los hombres quieren. Es igualmente
cierto, volviendo al ejemplo de antes, que mi condena de todo
cuanto sucede en Sudáfrica podría ser tan seria y urgente como
es consistente. Podemos, por ello, sentimos inclinados a decir
que la seriedad y la urgencia no tienen nada que ver con esto. En
la medida en que solamente pensemos en casos como la diferen-
cia entre agentes de publicidad y moralistas, o en casos como la
diferencia entre mi opinión de lo que ocurre en Sudáfrica y una
opinión genuinamente moral, nos inclinaremos a pensar que la
diferencia entre el discurso moral y el no moral es una diferencia
de  for ma ,  siendo ambos discursos acerca de lo que todos los
hombres quieren, o de contenido,  cuando las razones son ofreci-
das y universalizadas. Pero el intríngulis de mi comparación entre
el aborto y el arrojar basura es que en ambos casos hay una
forma común y un contenido común. ¿Por qué es más fácil y
natural considerar uno de ellos como problema moral y no el
otro? Es difícil resistir la conclusión de que ello se debe a
que actualmente, en nuestra sociedad, se considera más serio
y urgente lo que hagamos sobre el aborto que lo que haga-
mos sobre la basura. No quiero decir que toda la diferencia
entre lo que es y lo que no es un juicio moral esté en esta especial
seriedad y urgencia. Constituye, todo lo más, una condición
necesaria para que un juicio sea moral. Antes de tener una
condición suficiente hay que añadir otras condiciones necesarias
sobre la forma, sobre el contenido o sobre ambos. Así pues, lo
que digo es que la seriedad y la urgencia tienen un papel. Cuando
los escritores de editoriales, entre otros, enfatizan que esto,
Capítulo 5
EL PRESCRIPTIVISMO

Pasamos ahora a otro tipo de teoría ética que obedeció


también a la doctrina de que el significado del lenguaje hay que
 buscarlo en su uso. Se conoce con el nombre de prescriptivismo,
y su exponente principal es el profesor R. M. Haré. La filosofía
moral de Haré tiene algunas afinidades con el emotivismo, pero
difiere de éste en algunos aspectos importantes. Haré, como los
emotivistas, rechaza todas las formas de descriptivismo, es decir,
todas las teorías que consideran el juicio moral como lógicamente
equivalente al enunciado fáctico, trate éste de hechos naturales,
como en el caso de aquellos a quienes Moore acusó de cometer la
falacia naturalista, o de hechos no naturales, como en el caso de
Moore, Prichard y Ross. ¿Por qué, entonces, rechaza Haré el
emotivismo? Podemos decir, creo, como introducción a su posi-
ción, que por dos razones estrechamente relacionadas: (i) porque
el emotivismo confunde las razones de la acción con las causas
de la acción; y (ii) porque confunde la fuerza perlocucionaria del
lenguaje con el significado.

1. El rechazamiento
rechaz amiento del
del emotivismo
emotivis mo

 Razones y causas
De la discusión anterior del emotivismo podemos recordar
dos puntos. Primero1, que Stevenson dejaba en la metodología de

1 Anteriorme nte, p. 133,


133,

i 55
156 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptivism o 157

la argumentación moral lugar para lo que llamaba modos «psico- tivismo ofenda su prejuicio de que la moralidad es un asunto
lógicos no racionales» de hacer cambiar a la gente sus sentimien- serio y solemne, sino de que piensan que un poco de reflexión
tos o actitudes. Sus ejemplos de argumento moral incluían la sobre el discurso moral tal y como realmente acontece mostrará
 predicación de los términos morales (primera forma de análisis),análisis), claramente que éste está lejos de ser irracional. En él se dan
apoyada simplemente en la fuerza emotiva de palabras tales razones, y se distingue entre las que son buenas y las que son
como «dictador», y la definición persuasiva de los términos malas, entre las conclusiones que pueden deducirse y las que no.
morales (segunda forma de análisis), igualmente apoyada por Una teoría que parece poner la moralidad más allá de la razón es
argumentos que apelan a las actitudes y no a las creencias. incompatible con estos hechos. Y así se fue formando la teoría
Puesto que pensaba que el propósito de la argumentación moral  prescriptivista, como ha narrado el propio Haré. Cuando, des-
es hacer
hace r que la gente; cambie sus actitu des, y puesto que estos  pués de la guerra, él comenzó
comenzó a hacer filosofía
filosofía moral, el emoti-
irracionales métodos son a veces eficaces para ello, a Stevenson vismo estaba en plena moda. De éste, la crítica al naturalismo
le parecía perfectamente legítimo considerarlos como parte de la ético le parecía convincente, pero no podía aceptar la negación
metodología
metodología de la moral.
moral. El segundo
segundo punto2 a recordar es que, de que el razonamiento sea posible en la ética. En consecuencia,
según Stevenson, las «razones» que se dan en favor de los juicios se puso a trabajar en lo que llamó «un tipo racionalista de no
morales nunca los apoyan como apoyan a las hipótesis científicas descriptivismo»4
o a los teoremas matemáticos sus respectivas razones, y de aquí  No hay duda de que hay mucho mucho en el emotivismo
emotivismo para
que él buscara un «diferente tipo de prueba» o un «sustitutivo de fundamentar la conclusión de que esta doctrina considera el
la prueba» en ética. Aunque pretendía haber descubierto tal  pensamiento moral
moral irracionalista. Al final
final de su temprano artículo
 prueba, su exposición de ella fue, en el mejor de los casos, «The Emotive Meaning of Ethical Terms» (El significado emo-
desafortunada. Stevenson dice que se pueden cambiar las creen- tivo de los términos éticos), por ejemplo, Stevenson incluía en un
cias de un oyente acerca de una situación, desviando así «una gran resumen de su posición la lamentable consideración de que
 parte de los deseos del del oyente» hacia el juicio de que una «preguntar si [una cosa] es buena es solicitar influencia»5. Esto
situación determinada debe alterarse, o conservarse, o producir-  parece obviamente falso.
falso. Incluso alguien
alguien que
que sepa todo acerca de
se, según el caso de que se trate. De esta manera, en palabras los «persuasores ocultos» del mundo de la propaganda no hojea
suyas, se «disipan las dudas» que conducen a pedir pruebas los anuncios de las revistas ni ve los de la televisión buscando
de los juicios morales. En otras palabras, esto equivale a «probar» influencia. Si tiene algún propósito consciente en la mente es el
los juicios morales llamando la atención sobre diversas considera- de averiguar qué vale la pena comprar. Aunque sin mucha
ciones que serán causa de que el oyente asi enta a dichos juicios.
juicio s. De confianza, piensa que los anuncios responderán a su propósito. A
nuevo en palabras de Stevenson:
Stevenson: «Un acuerdo razonado ... es teóri- fortiori, cuando se trata de cuestiones morales, nadie que pre-
camente posible sólo en la medida en que el acuerdo en las gunte «¿Es esto bueno?» o «¿Qué debo hacer?» está buscando
creencias sea causa  de un acuerdo en la actitud3.» Como hemos una influencia. Lo que busca es guía6. Quiere que se le diga qué
visto, éste no es más que un sustitutivo de la prueba o del es bueno o qué debe hacer. Y si tiene dudas sobre la guía o
razonamiento. Producir ese condicionamiento psicológico a fin de consejo que reciba, no será porque se pregunte si será o no causa
conseguir el asentimiento a las opiniones propias es desde el de que actúe de la forma correspondiente. Será porque dude si
 punto de vista lógico
lógico un procedimiento muy distinto del de hay o no una buena razón  por la que deba hacerlo. Son muchos
ofrecer razones válidas en favor de lo que se dice. los lugares de las obras emotivistas donde aparece esta falta de
Habiendo estos elementos en el emotivismo, difícilmente distinción entre causas y razones.
 puede sorprender queque sus críticos lo hayan condenado
condenado por hacer im-
im- Algo se puede decir, no obstante, en favor del emotivismo.
 posible lajustificación raciona
racionall de
de los
los juicios morales.
morales. Desde el
el pun-
pun-
to de vista de estos críticos, no se trata simplemente de que el emo 4 En unas conferenc ias introductorias no publicadas sobre filosof ía moral.
moral.
5 M  XLVI
 XLVI (1937), reimpreso en Fací and Valué, p. 30.
2 Anteriorme nte, p 124.
124. 6 Cf. R. M. Haré, «The Freedom of the Will» [«La libertad de la voluntad»],
EL, p. 31; la cursiva es mía.
1 EL,  PAS, Vol. Sup. XXIX (1955). '
158
158 La filosofía moral contemporánea 159
159
5. El presc riptiv ismo

Stevenson encontró lugar en su metodología para otros elemen- guntamos si éstas son radicalmente distintas de lo que Stevenson
tos además de los «psicológicos no racionales». Y si tomamos en considera actitudes lógicamente fundamentales. Haré reconoce
consideración todo lo que dice en sus escritos maduros, la que una manera de vencer racionalmente a un oponente en la
cuestión que se plantea es ésta: ¿es la metodología de la argu- discusión moral es mostrar que la razón que ofrece en favor de su
mentación moral en el prescriptivismo radicalmente diferente de  juicio no es verdadera, y considera que el pensamiento
pensamiento moral
moral
la de Stevenson? racional abarca todos los aspectos moralmente relevantes de un
Vimos antes que Stevenson reconoce, además del método acto o situación antes de juzgarlo. ¿No son éstas las mismas
«psicológico no racional», el «lógico» y el «psicológico racio- consideraciones que hacía Stevenson cuando, al explicar su
nal»7. Por el primero de estos dos últimos podemos poner en método «psicológico racional», insistía en la necesidad de verdad
cuestión la consistencia   con la que «bueno», o cualquier otra y de alcance comprehensivo para las razones que apoyan a las
expresión moral, se predica o se define, y por el segundo el actitudes? Haré, como veremos, piensa también que es constitu-
alcance  de las razones que se dan en favor de esa predicación o tivo de un argumento moral, en cuanto moral, que las razones
definición, así como la verdad   de las creencias que esas razones dadas en él sean universalizables. Tal vez aquí estamos en
expresan. Lo que quería decir Stevenson en el primer caso es  presencia de una diferencia. El método
método lógico
lógico de apoyar un juicio
 bastante claro: es posible vencer a un oponente
oponente mostrándole
mostrándole que moral, según Stevenson, era por la consistencia de la actitud
está usando las mismas palabras en diferentes sentidos a lo largo expresada o de las razones dadas. Pensaba, sin embargo, que
de su argumentación.
argumentaci ón. Lo que quería decir en el el segundo es que este no es más que un método de argumentación o deliberación
 podemos no haber tenido en cuenta (alcance),
(alcance), o estar equivoca- moral entre otros. Haré, en cambio, considera que la universali
dos acerca de (verdad), cosas tales como la naturaleza y conse- zabilidad de las razones es una condición sine qua non  de la
cuencias de un acto, el motivo por el que se realiza, etc., todo lo argumentación moral o de la deliberación moral, en cuanto
cual es relevante cuando se trata de valorar su moralidad. Su morales. .
 posición fundamental es que tanto el modo lógico lógico como el Volveremos después sobre estas cuestiones. Pero primero
 psicológico
 psicológico racional
racional de apoyar los juicios
juicios morales
morales presuponen
presuponen tengo que esbozar una segunda razón por la que Haré rcv.ha¿.»>
actitudes lógicamente anteriores, a las cuales se apela en última emotivismo. razón que está estrechamente relacionada con la
instancia. Reconocía, desde luego, que la naturaleza y conse- acusación de confundir las razones y las causas. Entre él y los
cuencias de un acto o el motivo por el que se realiza son cuestión emotivistas hay una diferencia más radical que la que se refiere a
de creencias, pero pensaba que solamente son relevantes a causa de la metodología de la moral. Es la que se refiere a la teoría del
las actitudes subyacentes. Así, una persona racional que significado.
aplica a las cuestiones morales bien el método lógico bien el
método psicológico racional hará preguntas tales como: ¿Están  El significado
significado y la fue rza perlocuciona
perlocucionaria
ria
siendo las actitudes relevantes expresadas de forma consistente?
¿Se trata de actitudes parcialistas? ¿Es verdadera la creencia de En los dos últimos capítulos vimos que el emotivismo de
que tal caso cae bajo ellas? El determinante final de lo que es Stevenson se basa en una teoría general del significado. Resumiré
 bueno o malo, justo o injusto, es siempre
siempre la actitud o actitudes  brevemente. La teoría psicológica
psicológica del
del signifi
significad
cado
o mantiene que el
que se adoptan. significado de un signo es su propiedad disposicional para causar,
¿En qué medida difiere todo esto de lo que diría un preseripti o ser causado por, ciertos procesos psicológicos en el oyente o
vista como Haré sobre el procedimiento racional en el pensa- del hablante, respectivamente. Esta teoría era aceptada por Ste-
miento moral? Todavía no estamos en posición de responder a venson, y si fuera cierta habríamos explicado el significado de
esto, pero se puede anticipar algunos puntos que servirán para cualquier fragmento lingüístico cuando hubiéramos mostrado que
centrar el tema. Como veremos, Haré habla de la moral como  procesos psicológicos
psicológicos del hablante eran causa suya, o qué proce-
lógicamente fundada en decisiones de principio, y podemos pre sos psicológicos del oyente eran efecto suyo, o ambas cosas. Ya
hemos notado el defecto básico de esta concepción del significa-
Cf. anteriormente , p. 132.
132. do, a saber, que hay una diferencia lógica entre generalizaciones
160
160 La filosofía moral contemporánea 5. El prescri ptivis mo 161

empíricas en el sentido de que tales procesos psicológicos causen ascienda, normalmente intenta impedir su ascenso. Pero, y esto
o sean causados por tales expresiones, y reglas normativas o es lo importante, en ningún caso carece de significado lo que dice
convenciones que establezcan cuándo es apropiado o inapro- si no tiene el efecto que se pretendía. Se trata de distinguir entre
 piado usar tal lenguaje
lenguaje.. Que el lenguaje
lenguaje sea o no significa
significativo tivo se la  fuerza perlocucionaria
perlocucionaria  de una expresión —lo que intenta
determina no porque tenga tal causa o efecto, sino porque esté o conseguir el hablante al pronunciarla— y su significado9.  Con
no de acuerdo con ciertas convenciones o reglas para su uso. toda justificación, Haré ha mantenido que un defecto básico del
Lo que sea causa de que un hablante  diga algo es asunto emotivismo es que sus defensores no hacen esta distinción cla-
claramente distinto del significado de lo que dice, y esto se ramente, o no la hacen en absoluto.
comprende cuando se reconoce que lo que dice puede tener el Pero nótese que podrían (lógicamente) haberla hecho. La
mismo significado y diferentes causas. Supongamos que Smith distinción señalada podría haberse trazado dentro de su concep-
tiene dos colegas, Jones y Brown, que son miembros de un ción del significado emotivo. Supongamos que las expresiones
comité académico que está estudiando el ascenso de Smith. morales se comparan lógicamente con interjecciones,   como pen-
Ambos afirman «Smith es un mal investigador. No le ascendáis». saban algunos emotivistas primitivos. Hay reglas, según las cua-
Jones lo dice porque tiene envidia de Smith y quiere impedir su les, expresiones como «¡Oh!», «¡Hurra!», etc., tienen sentido o
ascenso. Brown en cambio lo dice porque lo cree así sincera-  palabras, y
no en una ocasión dada10. «¡Oh!» y «¡Hurra!» son  palabras,
mente y se siente obligado a dar su honesta opinión al comité. En como tales hay que distinguirlas claramente de expresiones de
este ejemplo, los procesos psicológicos que son la causa de lo emoción tales como lágrimas, carcajadas, suspiros, gritos, gruñi-
afirmado por Jones y por Brown son radicalmente diferentes, a dos, quejidos, etc. Frecuentemente, estas expresiones de emo-
 pesar de lo cual el significado   de lo dicho por ellos es idéntico. ción son involuntarias. Si, en tal caso, se preguntara por ejemplo,
Si consideramos ahora la doctrina de que el significado es la qué «significa» un gruñido, se estaría buscando realmente una
 propiedad disposicional
disposicional del lenguaje
lenguaje para producir ciertos proce- explicación causal del gruñido, como por ejemplo: «Gruñe
sos psicológicos en el oyente, hay que hacer una distinción lógica  porque
 porque ha perdido todo su dinero.»
dinero.» Esto lo explicaría, porque se
semejante. El significado de ana expresión nc pued  r t i r* o r n z »n
a
“ ‘   á u i v ü ’ da en nuestra experiencia una común conexión entre la pérdida
te) identificarse con sus efectos, ni siquiera en cuanto pretendi- del dinero y el gruñir. Es importante distinguir ese uso del verbo
dos. La observación «Smith es un mal investigador. No le «significar» del uso que he estado haciendo hasta ahora en esta
ascendáis» puede producir una amplia diversidad de procesos sección11. Tal vez los errores de Stevenson sobre el significado
 psicológicos:
 psicológicos: sorpresa, resentimiento, desprecio, diversión —la se deban a no haber marcado esta diferencia y todo lo que
lista no tiene fin. Pero el significado de esa expresión segui- implica. En el sentido en que aquí he estado usando «significar»,
rá siendo el mismo cualquiera que sea su efecto. Según Haré8, un gruñido involuntario no significa nada. No hay reglas ni
lo que un hablante, diciendo algo, consigue   que hagan sus convenciones para su uso apropiado. Y por tanto no tiene sentido
oyentes es lógicamente distinto de lo que les dice  que hagan. la cuestión «¿Tiene sentido este gruñido o no?» En la medida en
Jones o Brown habrían tenido éxito en comunicar al comité que que un gruñido, o expresión similar, sea voluntario habrá reglas o
Smith era un mal investigador simplemente una vez que hubieran convenciones que determinen si tiene sentido. Pero esto no es
 pronunciado las palabras «Smith es un mai mai investigador», y más que decir que, en tal caso, el gruñido funciona como una
habrían tenido éxito en decirle que no lo ascendieran simple-  palabra
 palabra (o palabras), y no como una mera expulsión
expulsión de aire.
aire.
mente cuando hubieran dicho «No lo ascendáis». Pero podrían Cuando se trata de  palabras,
 palabras,  esto es, de signos convencionales ;
no haber tenido éxito en conseguir que el comité creyera lo de un tipo u otro, su significado consiste en reglas para su uso
 primero o actuara de acuerdo con lo último. Un hablante puede correcto. Por consiguiente, si decimos que los juicios morales
intentar
inte ntar consegui
c onsegui r algo por lo que dice —y usualmente así oc urri- son lógicamente similares a las interjecciones, hemos de reconocer 
rá, si es sincero. Si alguien dice que Smith es un mal investiga-
dor, normalmente intenta que se le crea, y si dice que no se le 9  Cf. anteriormente, pp. 63-71.
10 Cf. anteriormente, pp. 141-42.
Cf. Haré, op. cit. 11 Cf. anteriormente, p. 52.
162
162 La filosofía moral contemporánea
5. El prescrip tivism o 163
163
que hay aún que distinguir entre (i) lo que significan: y (ii) cada
taban el significado emotivo de los juicios morales como impera-
una de las cosas siguientes: (ii.a) lo que es causa de que alguien
tivos o como interjecciones, pero no la reconocieron, y Haré se
los pronuncie, (ii.b) el efecto que producen en aquellos que los lo ha criticado con justicia.
escuchan, y (ii.c) el efecto que el hablante pretenden que tengan
en aquellos que los escuchan.
Las mismas distinciones pueden hacerse si suponemos, con
2. La formulación del
del prescriptivismo
prescriptivi smo en Haré
algunos otros de los primeros emotivistas, que los juicios morales
son lógicamente comparables no tanto con interjecciones sino más
 bien con imperativos. Lo que significa
significa un imperativo,
imperati vo, y cualquier Haré ha formulado las «tres verdades más importantes sobre
otra expresión lógicamente comparable, está determinado por las los juicios morales» de la siguiente manera12: (i) Son un tipo de
reglas y convenciones de su uso. Su significado es cosa distinta  juicios prescriptivos. (ii)
(ii) Se distinguen
distinguen de otros juicios prescripti
de lo que es causa de que alguien lo pronuncie, de los efectos que vos en que son universalizables. (iii) La racionalidad del pensa-
miento y de la argumentación morales es posible porque son
su pronunciación tenga y de los efectos que el hablante intente
 posibles
 posibles las relaciones lógicas
lógicas entre los juicios prescriptivos. A
que tenga. Como hemos visto, el imperativo «¡No ascendáis a
continuación intentaré exponer la filosofía moral de Haré bajo
Smith!» puede tener como causa la malicia o la rectitud del esos tres aspectos.
hablante, y puede producir variadas reacciones, como sorpresa,
resentimiento, etc., en quienes lo escuchen. Es cierto que, si
 preguntamos qué efecto se pretende que tenga un imperativo, la I. Pr e s c r i p t i v i d a d
respuesta normal será: que se haga lo que dice el imperativo.
Pero esta no tiene por qué ser la respuesta invariable. Volviendo Superveniencia
a nuestro ejemplo, es concebible que Jones y Brown no hubieran
estado motivados por la malicia y por el sentido del deber
respectivamente, como supusimos, sino que ambos hubieran Las palabras valorativas, esto es, palabras como «bueno»,
estado deseosos de conseguir el ascenso de Smith, y no obstante «justo» y «deber», tienen, según Haré, un «carácter supervenien-
hubieran dicho precisamente lo que supusimos que decían. Ima- te». A esta conclusión llegó reflexionando sobre ciertos rasgos de
su uso ordinario. Por ejemplo, siempre es lógicamente legítimo
ginemos que el comité lo componen, además de ellos dos, otros
tres colegas. Jones y Brown no están seguros de conseguir que  pedir una razón cuando se hacen juicios de valor 13. Considérense
estos ejemplos: «Este es un buen libro», «Esta es la carretera
ninguno de los otros tres apoye a Smith a base de extenderse
sobre las buenas cualidades de éste. Pero saben que los otros tres  buena», «Debes
«Debes pagar la cuenta de tu sastre». En todos estos
miembros del comité les tienen antipatía y que no pierden oca- casos sería correcto preguntar «¿Por qué?», y la respuesta sería
sión de llevarles la contraria. Entonces, deciden decir «No as- típicamente una descripción naturalista del objeto en cuestión,
cendáis a Smith» en la confianza de que esto hará que los otros  por ejemplo,
ejemplo, «Los personajes de este libro son muy divertidos»,
tres afirmen unánimemente «Ascendámosle», asegurando así la «Esta carretera nos llevará a nuestro destino», «Tu sastre te hizo
mayoría necesaria para ascenderle. Esto puede parecer un ejem- el traje sobre el supuesto de que lo pagarías». La razón o
 plo fantástico quizás, pero cosas más raras se han visto en los  justificación de la bondad o del deber está en ciertas característi-
comités académicos. El propósito es mostrar que en este ejemplo cas no valorativas de la cosa o acción que se juzga. Otro rasgo
el significado de «No ascendáis a Smith» sería,sería, exactamente
exactam ente el del uso ordinario de «bueno», «justo» o «deber», relacionado
mismo que si Jones y Brown estuvieran intentando convencer al con el anterior estrechamente, es que hay algo que nunca es
comité de no  ascender a Smith. La fuerza perlocucionaria del lógicamente legítimo decir14. Dejaría confundidos a sus oyentes
imperativo es distinta en los dos casos, pero el significado es el quien dijera que dos cosas, A y B, son iguales en todos los
mismo.
Por tanto, los emotivistas podrían haber reconocido la distin- 12  FR.  pP. 4-5.
13  LM, p. 176; FR.  pp. 36-37.
ción entre significado y fuerza perlocucionaria, tanto si interpre 14  LM.  pp.
pp. 81. 153.
164
164 La filosofía moral contemporánea 5. El prescript ivismo
165
aspectos, excepto que A es buena y B no, o quien dijera que dos seres racionales comprenderán que es también describible como
acciones C y D eran exactamente iguales, excepto que C era «que es bueno», y si puede describirse como «que cumple una
obligatoria y D no. Diríamos que debe haber alguna otra diferen-  promesa», podrá también describirse como «que es ju sto» . La
cia que explique ésta. No se daría esta reacción, por ejemplo, si doctrina de que palabras como «bueno» y «justo» describen
se dijera «Este libro es exactamente como aquel, excepto en que  propiedades no naturales de las que se percibe intuitivamente que
este tiene las pastas rojas». Las diferencias de valor han de ser se deducen de otras naturales, es para Haré tan inaceptable como
explicadas por diferencias de otro tipo, cosa que no ocurre con la doctrina naturalista de que los juicios valorativos tienen el
otras clases de diferencias. mismo significado que ciertas descripciones naturalistas. La inse-
¿Por qué tienen los términos valorativos este carácter? Haré guridad que Haré encuentra en Moore consiste en que éste no ha
rechaza dos formas de explicarlo, la de los naturalistas éticos y la visto que los términos valorativos, en su uso primario típico, no
de los intuicionistas. Según los primeros, hay ciertas propiedades describen nada. 1 '  ''
naturales —llamémoslas P— que los actos o situaciones pueden Mientras Moore y Ross preguntaban a qué se refieren los
tener, de tal manera que del enunciado «X tiene P» se deduce «X términos valorativos, Haré pregunta para qué tarea se usan. La
es bueno» (o «justo» u «obligatorio»). Esto es así porque «bue- reflexión sobre su uso ordinario le convenció de que «se usan
no» significa
significa «que tiene P». Ya hemos discu tido15
tido15 la famosa
famosa  primariamente para dar consejo o instrucción, o en general para
refutación de las teorías naturalistas por Moore. Es un error guiar las elecciones»17. Su uso es  prescriptivo.  Haré reconoce
 pens ar que «bueno» significa  «que produce felicidad», o cual- que prescribir es una actividad múltiple, que incluye tan diversos
quier cosa así, porque en el uso ordinario la pregunta «¿Es bueno usos del lenguaje como, por ejemplo, recomendar cuadros, ins-
lo que produce felicidad (etc.)?» es siempre una pregunta abierta, truir a los alumnos, o decidir cuestiones de deber. Su crítica
así como «Lo que produce felicidad (etc.) es bueno» no es nunca  principal, tanto contra los naturalistas como contra los intuicio-
una insignificante tautología. Haré piensa que este argumento de nistas, es que, si se consideran los términos valorativos descripti-
Moore «descansa, aunque inseguramente, sobre un fundamento vos, se les deja sin trabajo, pues será lógicamente imposible que
seguro»
seg uro» iñ. Dentro de un m omento veremos
veremo s donde esta la insegu- realicen ninguna de las tareas para las que se usan primariamen-
ridad. Pero notemos primero que Haré está de acuerdo con te. En palabras de Haré: «Hablemos en términos generales. Si ‘P
Moore en la doctrina de que la relación entre los juicios de valor es un buen cuadr o’ signific
significaa lo mismo
mismo que ‘P es un cuadro y P es
y las descripciones naturalistas con relación a las cuales aquéllos C’, entonces es imposible recomendar cuadros por ser C; lo
supervienen no es una relación de deducibilidad que se deba a único posible será decir que son C. Es importante darse cuenta
equivalencia de significado. de que esta dificultad no tiene nada que ver con el ejemplo
Tampoco se trata de una deducibilidad aprehendida por intui-  particular que he elegido.
elegido. No es porque hayamos escogido cara c-
ción, y aquí estamos ante la inseguridad de la explicación de terísticas definitorias equivocadas; es porque, cualesquiera que
Moore, explicación que Haré también rechaza. Según Moore, y sean las características que hayamos escogido, surge la dificultad
más explícitamente según Ross, la relación que hay entre «pro- de que ya no podremos recomendar un objeto por poseer dichas
ducir goce estético» y «ser bueno», o entre «cumplir una prome- características»18. ‘
sa» y «ser justo», es una relación evidente, de la que todos los Dado el carácter primariamente prescriptivo de los términos
seres racionales se dan cuenta. Las propiedades naturales son, valorativos, ¿cómo explica Haré su superveniencia? La razón es
desde luego, lógicamente distintas de las nonaturales. En cada que los términos valorativos se usan para enseñar, afirmar o
una de esas dos relaciones, la primera expresión no significa lo llamar la atención sobre los criterios, reglas o principios para
mismo que la segunda, pero, en cada uno de ambos casos, la elegir entre acciones o situaciones19. Para entender esto tenemos
segunda se deduce de la primera, en el sentido de que, si algo que explicar un rasgo ulterior del uso ordinario de palabras como
 puede describirse como «que produce goce estético», todos los
17  LM. p. 155.
15  P.  p. 69-74. 18  LM.  p. 85.
16  LM.  p. 83. 1Q LM. p. 159.
166 La filosofía moral contemporánea 5. El prescript ivismo 167

«bueno», «justo» y «deber». Ya hemos notado la legitimidad imperativo, debe haber malentendido el juicio moral (tomándolo en sentido no
lógica de preguntar por qué, por ejemplo, cierto libro es bueno. valorativo, aunque el hablante le diera sentido valorativo). Por consiguiente es
Supongamos que la respuesta es «Porque sus personajes son muy claro que tenemos derecho a decir que el imperativo se deduce del juicio moral,
divertidos». Cualquiera que desee refutar el juicio de que el libro pues decir que un juicio se deduce de otro es simplemente decir que no se puede
asentir a este y disentir del primero, a menos de haber malentendido uno u otro; y
es bueno podrá atacar esta razón de dos maneras. Podría discutir ese «no poder» tiene sentido lógico —si alguien asiente al segundo y disiente del
la afirmación fáctica de que los personajes del libro sean diverti- primero, esto es por sí mismo criterio suficiente para decir que ha malentendido el
dos. O podría llamar la atención sobre otro libro que tenga significado de uno u otro. Así, decir que los juicios morales guían las acciones y
también personajes divertidos pero el cual espera que no será decir que de ellos se deducen imperativos, viene en gran parte a ser lo mismo22.
considerado bueno por su interlocutor. En este último caso,
estará universalizando la razón que se le había dado. Considerará Aquí se plantean varias cuestiones, y espero que respondién-
que esa razón formula un criterio de bondad y la atacará de la dolas aclararemos más la noción de prescriptividad.
forma correspondiente. Esto muestra en qué consiste la relación (i)
(i) ¿Es arbitraria
arbi traria la definición de juicio
juic io valorativo de Haré?
de superveniencia entre «Este es un buen libro» y «Los persona- Aunque admite que ha probado su posición por definición, Haré
 jes de este libro son muy muy divertidos». Cuando
Cuando decimos
decimos esto  piensa
 piensa que su definición
definición e stá de acuerdo con el uso ordinario.
ordinario.
último como razón de lo primero, invocamos o aplicamos un Los juicios de valor en general, y los morales en particular, se
criterio general, regla o principio. Lo que constituye lógicamente usan para guiar las elecciones, esto es, para decir a la gente que
la superveniencia es nuestra aceptación de ese criterio general, y seleccione una cosa más bien que otra, o que haga una cosa con
no una equivalencia de significado ni una misteriosa intuición.  preferencia
 preferencia a otra. Prescriben la acción. Como veremos, Haré ha
Volveré sobre esto después20. reconocido que este enunciado requiere cualificación, pero es
indudable que representa un  uso típico de los juicios de valor.
 Los juicios
j uicios de valor y los imperativos Cuando la gente discute sobre lo que es bueno, justo u obligato-
rio, sería absurdo decir que son normalmente disputas cuya
Ahora consideraremos más detenidamente la noción He pres conclusión no tiene relevancia directa para lo que nadie haya de
criptividad para ver con precisión lo que Haré quiere decir. Para hacer43. Por consiguiente, la definición de Haré no es arbitraria.
él es verdadero por definición que de los juicios valorativos se (ii)
(ii) ¿Cómo concibe Haré exactamente
exactament e la conexión entre loslos
deducen imperativos: «Propongo que la comprobación de si  juicios de valor y la acción? Reconoce que alguien
alguien podría asentir
alguien está usando el juicio ‘Debo hacer X’ como juicio de valor al juicio valorativo «Debo hacer X» pero disentir del mandato
o no sea ‘¿Reconoce o no que si asiente a ese juicio debe también «Haga yo X», pero mantiene que sólo puede haber dos explica-
asenti r al mandato ‘Haga
‘Haga yo X’?»21
X’?»21. Con referencia
referenci a particular
particul ar a , ciones posibles de esto: o bien el hablante no entiende el sig-
los juicios valorativos morales, escribe en The Language of  nificado de las palabras que usa o bien no es sincero. Si se
 Moráis lo que sigue. ¡ cumplen esas dos condiciones —que el hablante entienda lo que
dice y que sea sincero— un hablante que use «Debo hacer X»
Todas las palabras
palabras discutidas. .. [es to es, «bueno», «justo», y «deber»] tienen • como juicio valorativo asentirá al mandato «Haga yo X».
como función distintiva bien recomendar bien guiar las elecciones o las acciones Dada la sinceridad del juicio valorativo, ¿qué es lo que
de cualquier otra forma; este rasgo esencial desafía al análisis en términos constituye asentimiento sincero al mandato en cuestión? La
puramente
puramente fácticos. Pero para
para guiar las elec cione s o las accion es, un juicio mora
morall g
tiene que ser tal que si una persona asiente a é! tenga también que asentir a una respuesta de Haré es: «Es una tautología decir que no podemos
oración imperativa que se derive de él; en otras palabras, si una persona no sinceramente asentir a un mandato dirigido a nosotros mismos y
asiente a una oración imperativa, esto es prueba clara de que no asiente al juicio al mismo tiempo no realizarlo si es la ocasión apropiada y está en
moral en un sentido valorativo —aunque puede que asienta a él en algún otro nuestro poder (físi co y psicológico)
psicológico) hacerl
h acerlo
o así»24.
así»24. Una
Un a objeción
sentido... Esto es cierto en virtud de mi definición de la palabra valorativo. Pero
decir esto es decir que, si afirma asentir al juicio moral pero no asiente al común al prescriptivismo de Haré, tan importante para él que
22  LM, pp. 171-72.
20 Ver pp. 182-84. 22 Cf.  FR,  p. 90.
21  LM , pp. 168-69. 24  LM,  p. 20; cf. FR, p. 79.
168 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptivis mo 169

dedica un capítulo entero de Freedom and Reason  (Libertad y  bien; y (b)


(b) que si lo hubieran sido, podrían haber sido llamados
Razón) a refutarla, es la siguiente. Si los juicios de valor implica- insinceros. Según Haré, la interpretación metafórica común de
ran sincero asentimiento a un imperativo, tal y como el asenti- actitudes como la de Medea o San Pablo, a saber, la que les
miento ha sido definido, sería lógicamente imposible asentir atribuye personalidad dividida, prueba la verdad del prescripti-
sinceramente a tal juicio y actuar contrariamente a él. Pero es vismo. San Pablo, por ejemplo,
ejemplo , habla como si hubiera en él dos
claro que esto no es lógicamente imposible. Personas sinceras yos, uno de los cuales diera órdenes al otro, siendo este dema-
 pueden ser moralmente débiles, y tiene perfecto sentido decir de siado débil para obedecer. Nótese que el yo que da las órdenes es
alguien que cree que debe hacer X pero que no lo hace. A esto, el que hace los juicios morales, y es el otro yo el que desobedece.
Haré responde que, precisamente por esto, ya ha incluido en su Es por tanto consistente con esta atribución de personalidad
definición de asentimiento sincero a un mandato la condición dividida decir (a) que los juicios de valor implican mandatos, y
«si... está en nuestro poder (físico y psicológico) hacerlo así (b) que el que los da es insincero si no actúa de acuerdo con
[esto es, cumplir el mandato]». Y añade: «Nadie en su sano ellos28. Estos son los dos puntos básicos de Haré.
 juicio mantendrá que una persona que asienta a un imperativo (iü) ¿Hay un uso legítimo de los juicios
juicio s de valor tal que de
debe (analíticamente) actuar según él incluso cuando es incapaz ellos no se deduzcan imperativos? Hasta ahora he hablado como
de ello»25. Esto es correcto; es lógicamente posible concebir, por sí Haré pensara que los juicios de valor solamente tienen sig-
ejemplo, el siguiente curso de acontecimientos. Yo admito que nificado prescriptivo, pero ya es hora de enmendar esto. En
debo pagar la cuenta de mi sastre, y asiento al correspondiente Freedom and Reason  Haré distingue tres clases de significado.
imperativo «Pague yo la cuenta de mi sastre». Hago un cheque y «Una expresión que, en un cierto contexto, tiene solamente
entonces o bien (a) descubro que no tengo dinero en mi cuenta, o significado descriptivo y nada más, la llamo término, palabra
 bien (b)
(b) me lo meto en el bolsillo
bolsillo y olvido
olvido mandárselo. En este o expresión descriptiva,  en cuanto usada en ese contexto. A
ejemplo, estoy suponiendo que está fuera de mi poder (a) evitar una que tenga significado prescriptivo (tenga o no también sig-
la falta de fondos, o (b) evitar olvidos como el mencionado. nificado descriptivo) la ¡lamo término  prescript ivo-,  y a una que
 prescriptivo-,
Pensando en estos casos, negar que se pueda asentir sincera- tenga ambos tipos de significado !a llamo término valorativo»29
mente a un juicio de valor y actuar en contra del mismo sería Como Haré subraya, esta terminología es diferente de la utilizada
absurdo. Haré mantiene (a) que no niega esto, y (b) que eso es lo en 1he Langua ge o f Moráis
Moráis  (El ienguaje de la moral), donde usa
que tendría que negar si el tipo de contraejemplos que sus «significado valorativo» para referirse al significado prescriptivo
críticos citan cumplieran su propósito. de las expresiones valorativas.
Haré menciona dos de esos contraejemplos comúnmente usa- ¿En qué sentido tienen significado descriptivo los juicios de
dos. Uno es el de Medea — video video meliora proboque deteriora valor? Hemos notado antes el carácter superveniente de los
sequor  —26
 —26; el otro es el de San Pablo
Pablo — «No hago el bien que términos valorativos, y cómo se explica esto, según Haré, por el
quiero, sino el mal que no quiero»27. Tanto Medea como San hecho de que son invariablemente usados de acuerdo con crite-
Pablo eran claramente sinceros en sus juicios sobre lo que es rios o principios. Se sigue, según esto, que cuando se llama a
moralmente bueno, pero lamentablemente contrarios en sus ac- algo bueno, por ejemplo, se está diciendo que está de acuerdo
ciones. Sin embargo, solamente servirían como contraejemplos al con algún criterio, y por consiguiente se lo está describiendo para
 prescriptiv ismo de Haré si dijéramos (a) (a) que Medea y San Pablo aquellos que conocen ese criterio. «Este es un buen libro» le
no actuaban de acuerdo con sus juicios morales aunque eran dice, a quien sepa que el criterio de bondad del hablante para
capaces de hacerlo,  y (b) que ambos eran sinceros. Pero ¿quién libros es que estos tengan personajes divertidos, que los persona-
dice esto? Tanto Haré como sus críticos aceptan (a) que Medea y  jes de ese libro
libro son divertidos, al menos a juicio del hablante.
San Pablo no pretendían simplemente ser incapaces de hacer el  Naturalmente, es necesario co nocer primero cuáles son los crite-
rios del hablante antes de que los juicios valorativos de éste
25  FR, 
 FR,  p. 79.
26 Ovidio, Metamorfosis, vii,
Metamorfosis, vii, 30. 28  FR, pp. 77-82.
27  Romanos   7:19.  FR, pp. 26-27;
29  FR, pp. 26-27; la cursiva es mía.
170 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptivism o 171
171

 puedan tener significa


significado
do descriptivo para sus oyentes, ya que no Haré. Con la palabra «industrioso» describimos ciertas cualida-
todo el mundo valora la bondad de los libros de acuerdo con los des y expresamos nuestra aprobación de ellas. Si, por algún
mismos criterios. No obstante, a veces los criterios o principios cambio en las circunstancias sociales, llegáramos a desaprobar
que se invocan en un juicio valorativo están tan firmemente estas cualidades, no sería posible conservar la fuerza aprobatoria
fijados y son tan bien conocidos que no hace falta preguntar de «industrioso» alterando su significado descriptivo de manera
cuáles son. Por ejemplo, si en círculos académicos alguien dice que este se refiriera, por ejemplo, a cualidades como la tardanza,
que Jones es un buen investigador podemos estar seguros de la falta de cuidado, etc. El significado descriptivo de «industrio-
que lo están describiendo como alguien que ha leído mucho, que so» está tan sólidamente unido a la palabra que eso no podría
apoya siempre sus afirmaciones en hechos relevantes, que com- ocurrir. En cambio, con una palabra primariamente valorativa
 prueba las citas cuidadosamente, etc.; o, citando
citando un ejemplo
ejemplo que como «bueno», la cuestión sería distinta. Pueden separarse de la
Haré toma de Stevenson, si un sacerdote dice de una chica  palabra «bueno» los criterios para su aplicación y sustituirlos
sustituirlos por
que es una buena chica, podemos asumir con seguridad que es otros. El significado prescriptivo de «bueno» es lógicamente
 piadosa y c asta 30. Es cierto que ya no es tan seguro
seguro como antes anterior a su significado descriptivo. Esto, como señala Haré,
hacer estas suposiciones, especialmente cuando se trata de jui-  puede
 puede verse
vers e por estas consideraciones31, (a) El significa
significado
do pres-
cios morales; los criterios son menos fijos que antes, incluso criptivo es constante para toda clase de objetos de los que se
entre los sacerdotes. Pero hay ciertamente algunos juicios de  predique un término valorativo.
valorativo. Este signific
significado
ado de
de «bueno»,
«bueno», por
valor que tienen un significado descriptivo firmemente estable- ejemplo, es idéntico en «un buen libro», «una buena carretera» y
cido y bien conocido. «un buen acto». Y ello, cualesquiera que sean los criterios de
Es importante no perder de vista que no hay un paralelismo  bondad
 bondad que se empleen.
empleen. «Bueno
«Bueno»» en «una
«una buena carretera»
exacto entre el significado descriptivo de los juicios valorativos significa lo mismo prescriptivamente tanto si la persona juzga las
y de otras clases de juicios. Compárese el significado descriptivo carreteras por su superficie como si las juzga por el paisaje que
de expresiones como «bueno» y «coche». Si las características de las rodea. Según Haré, aprendemos el significado
significado prescriptivo
prescr iptivo de
finitorias de coche son a, b y c, entonces «X es a, b y c» «bueno» en nuestros primeros años, y permanece el mismo, pero
equivale en significado a «X es un coche». Pero, si el criterio de en cambio tenemos que estar aprendiendo constantemente su
 bondad para alguna clase de cosas es G, e incluso si este criterio significado descriptivo. Unas veces tomamos éste de otras pers o-
es tan fijo que llamar a algo de esa clase bueno equivale a nas, a saber, cuando aceptamos los criterios de bondad de
llamarlo ejemplo de G, puede, y debe, distinguirse todavía entre aquéllas; otras veces, lo inventamos nosotros, cuando creamos
el significado de «bueno» y los criterios para la aplicación de este nuestros propios criterios. Pero, por debajo de todas estas varia-
término. Del hecho de que los términos valorativos tengan sig- ciones de significado descriptivo, el significado prescriptivo per-
nificado descriptivo no se sigue que los naturalistas tuvieran manece constante, (b) Los cambios en el significado descriptivo
razón. El significado descriptivo de los términos valorativos, de una palabra valorativa se realizan usándola en su significado
como vamos a ver, está sujeto a otro tipo de significado, el  prescriptivo. Recordemos
Recordemos la crítica de Moore
Moore a los naturalistas:
 prescriptivo, cosa que no ocurr e en el caso de otras expresiones. cualquiera que sea la razón que se dé de que algo es bueno (esto
(iv) Consider emos ahora la cuestión: ¿qué relación tiene el es, cualquiera que sea el significado descriptivo que pueda tener
significado descriptivo de los términos valorativos con su sig- la palabra) siempre está abierta a un reformador la posibilidad de
nificado prescriptivo? Nos referimos aquí a lo que Haré llama  proponer nuevos criterios de bondad (o sea, un nuevo significa
significado
do
 palabras «primariamente
«primariamente valorativas».
valorativas». Consideremos
Consideremos,, de paso, descriptivo para la palabra). No hay ningún criterio S, tal que la
su distinción entre palabras «primariamente» y «secundariamen- afirmación «Todo lo que sea ejemplo de S es bueno» sea tautoló-
te» valorativas. «Industrioso» es un ejemplo de palabra secunda- gica.
gica. La pregunta: «¿Es bueno aquello que sea un ejemplo de S?»
riamente valorativa. Se la llama así porque su significado descrip- siempre tiene sentido. Y esto es así no sólo cuando se realizan
tivo está unido a ella más firmemente que el prescriptivo, según
31 Ver  FR.  pp. 24. 27, 189; también  LM,   Cap. 7, donde Haré usa «valora ti
30
Ver EL.  p.
p. 85. vo» en lugar de «prescriptivo».
172 La filosofía moral contemporánea 5. El prescript ivismo 173
173

cambios en el significado descriptivo. El significado prescriptivo una razón del juicio valorativo, razón que, como hemos visto,
es siempre  lógicamente previo al descriptivo. Antes de ser invo- invocará un criterio o principio. Como veremos en la próxima
cado, un criterio debe (lógicamente) ser aceptado, y su acepta- sección, Haré cree que, en el caso de los juicios de deber, y
ción es (lógicamente) ejemplo del uso prescriptivo del término  particularmente
 particularmente cuando son juicios morales,
morales, este criterio o prin-
valorativo en cuestión. Si digo que los libros son buenos cuando cipio debe ser completamente universal. «Así —escribe—, el
tienen personajes divertidos debe (lógicamente) ser porque he  juicio moral
moral particular 'No debes fumar en este vagón’ depende
aceptado que los libros cuyos personajes son divertidos son de un universal propio aunque no lo sea. Pero ello no es cierto
 buenos. del imperativo 'No turnes nunca en este vagón’. Este no invo-
(v) Al decir
deci r que de los juicios de valor se deducen por ca ningún principio más general, sino que es tan general como
definición imperativos, ¿ha reducido Haré los juicios de valor a tiene que ser, pero no tanto que se convierta en un universal
mandatos universales? Debe estar ya claro que no. Del impera-  propio»33
 propio»33.
tivo universal «No fumar» se deduce «¡No fumes!» igual que se (vi) ¿Cómo explica Haré la diferencia entre
entr e la bondad intrín-
deduce, según Haré, del juicio valorativo «No debes fumar». seca y la instrumental, o entre los usos hipotéticos y categóricos
Pero ambas expresiones no equivalen a lo mismo, y Haré es bien de «deber»? Compárese:
explícito al respecto. Recuérdese que los juicios de valor son
supervenientes, y que lo son, como vimos, porque siempre es (1)
(1) El es un buen envenenador,
envenenador , (instrumental)
(instrumenta l)
legítimo preguntar «¿Por qué?» cuando han sido formulados, y con: (2)
(2) El es una buena persona, (intrínseco)
 porque nunca es legítim
legítimoo formular un juicio valorativo diferente Y: (3)
(3) Debes
De bes darle
darl e una segunda dosis,
dosi s, (dicho a un
acerca de algo que sea exactamente igual que otra cosa ya envenenador) (hipotético)
valorada en los aspectos que indica la respuesta a la pregunta con: (4)
(4) Debes decir la verdad, (categórico)
«¿Por qué?». Ahora bien, ¿no sería absurdo que un viajero fuera a
un empleado de ferrocarriles y le señalara que los vagones donde Un envenenador, por así decirlo, está para envenenar; por
 pone «No fumar» no difieren
difieren en ningún
ningún aspecto de aquellos
aquellos en tanto, un buen envenenador será el que cumpla bien esta función.
los que no aparece ese letrero, y que por tanto no hay razón para Pero una persona no está para nada; su bondad, si es buena, le
 poner el letrer o en unos sí y en otros no? Sin embargo, no sería hace buena en sí misma, y no como medio para algo fuera de sí
absurdo si este viajero se quejara de falta de razón en el caso misma. Igualmente, se debe dar una segunda dosis (en ciertas
de que se le señalara que no debe fumar en un cierto vagón, y de circunstancias) si uno quiere matar a la víctima. Pero se debe
que al preguntar por qué, no se le indicara nada que hiciera a ese decir la verdad sin condición.
vagón diferente de los demás32. Podría ocurrir, desde luego, que ¿Hay alguna diferencia en los significados de «bueno» en (1) y
la diferencia señalada consistiera en que el vagón en cuestión en (2) o de «debes» en (3) y en (4)? Haré responde que no. El
tiene un letrero de «No fumar», y que dijéramos que no se debe significado primario, valorativo, de «bueno» es el mismo en (1) y
fumar en él a causa de eso. Pero esto no afecta a la cuestión. La en (2): en ambos sirve para recomendar. El significado primario
cuestión es que «No fumar», en cuanto mandato universal, no de «deber» es el mismo en (3) y en (4): en ambos sirve para
tiene que ser superveniente, al contrario de lo que ocurre con  prescribir.
 prescribir. El signific
significado
ado secundario, descriptivo, de «bueno»
«bueno» es
«No debes fumar». diferente en (1) y en (2), así como lo es el de «deber» en (3) y en
Haré afirma que los juicios valorativos son «propiamente (4). Pero esto no es relevante para la diferencia entre el uso ins-
universales», mientras que los mandatos universales no lo son. trumental y el uso intrínseco de «bueno», ni entre el uso
«No fumar» es una abreviatura para «No fume nunca en este hipotético y el categórico de «deber», porque el significado
vagón», que se refiere implícitamente a un individuo. Es cierto descriptivo difiere dentro de  cada uno de estos usos y no simple-
que «No debes fumar en este vagón» también contiene referen- mente entre ellos. El criterio que se aplica en «El es un buen
cias a individuos (tú y este vagón). Pero siempre se puede pedir  envenenador» es distinto del aplicado en «El es un buen reloje
33
32 Cf.  LM, pp. 175-79.  LM, p. 176.
174
174 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptivismo 175
175

ro»; el principio invocado por «Debes dar una dosis doble» (vii) ¿Es aplicable la teoría de Haré a todos los juicios
difiere del invocado en «Debes abrocharte el cinturón de seguri- valorativos? Ciertamente, hay diferencias de significado entre los
dad». Hay ciertamente una diferencia muy importante entre (1) y términos valorativos. En el uso ordinario, «justo» no significa lo
(2) y entre
ent re (3) y (4), la cual tiene
tie ne que ver con el alcance de la mismo que «bueno» ni que «deber». Un acto justo (right)  podría
clase dentro de la cual se compara. Como ha señalado Haré, no ser bueno, al menos si «justo» se define como «de acuerdo
recomendamos o prescribimos «dentro de una determinada cla- con tal regla o principio» y «bueno» como «realizado por tal
se». Así, (1) recomienda a un hombre dentro de la clase de motivo», definiciones que, de hecho, son frecuentes en el uso
los envenenadores; (3) prescribe un acto dentro de la clase de los ordinario.
ordinari o. Por ejemplo, un superior podría imponer un castigo
actos que realizaría un envenenador. Pero nótese la universalidad reglamentario a un subordinado, y no hay duda de que su acto
de las clases en (2) y (4). (2) recomienda una persona en cuanto sería moralmente justo, pero si lo hiciera con placer, entonces no
tal, y aun cuando no todos seamos envenenadores, todos somos sería moralmente bueno. Igualmente, una buena acción pudiera
 personas. (4)(4) prescribe un acto dentro de la clase de actos que no ser justa; el acto de un filántropo, por ejemplo, podría ser
todos realizamos, y aunque no todos envenenamos a otros, todos  bueno en el sentido de ser realizado
realizado por humanitarism
humanitarismo, o, pero
nos comunicamos con otros.  podría ser injusto (wrong) en cuanto que fuera el tipo de acto que
 No hay que errar respecto a la naturaleza
naturaleza de esta diferencia
diferencia.. favorece la mendicidad. «Deber» es distinto de «bueno» y de
 Nótese que (1),(1), (2),
(2), (3) y (4)
(4) son todos ellos
ellos universalizables. La «justo». Tanto el acto del filántropo, a pesar de su bondad, como
diferencia entre (1) o (3) por una parte y (2) o (4) por otra no es el del superior, a pesar de su justicia, no es lo que deben hacer.
una diferencia
difere ncia de lógica. Todos ellos son juicios valorad vos y Sin embargo, Haré se centra en «deber». Gran parte de su
 participan de las características lógicas
lógicas de los juicios
juicios valorativos.
valorativos. filosofía moral, como se verá por lo que sigue, se deriva del
Si afirmamos cualquiera de ellos, se nos puede preguntar legíti- análisis de los juicios de deber. Por consiguiente, tenemos que
mamente por qué, y nuestra razón podrá ser universalizada. Si,  preguntar si sus conclusiones
conclusiones sobre «deber»
«deber» son igualmen
igualmentete
 por ejemplo, afirmamo
afirmamoss (3),
(3), quedamos
quedamos comprome
comprometidos
tidos con la aplicables a juicios de valor en términos de «justo» y de «bue-
afirmación de que, si fuéramos envenenadores, y estuviéramos no». En eí último capítulo de The Language of Moráis  Haré
en las circunstancias apropiadas, deberíamos dar una dosis do- arguye que se pueden inventar palabras «artificiales» como  justo
 ble. La cuestión es que podemos optar entre estar y no estar en (right) y bueno  (subrayadas para indicar su carácter artificial),
esa posición. En cambio, y dicho en palabras de Haré, «No que son definibles en términos de «deber», tal y como esta
 podemos dejar de ser seres humanos humanos» » . Y añade:
añade: «... por lo  palabra se usa en el lenguaje
lenguaje ordinario, y que, definidas
definidas así, tales
tanto, los principios morales, que son principios para la conducta  palabras artificiales cumplen
cumplen la mayor  parte
  parte de las funciones que
de los seres humanos en cuanto tales —y no en cuanto envene- tienen «justo» y «bueno» en el lenguaje ordinario. Hay, sin duda,
nadores, arquitectos o futbolistas—, no pueden aceptarse sin te- muchos casos en los que juicios en términos de «justo» y
ner una potencial relación con la manera de comportamos. Si digo «bueno», tal y como se usan ordinariamente, pueden traducirse
a una persona ‘Debes decir la verdad’, pongo de manifiesto mi sin pérdida de significado
significado a juicios
juici os de deber. «Es justo
just o (o no)
no)
aceptación de un principio, a saber, el de decir la verdad en el hacer
hace r X» significa lo mism
mismo o que «Se debe (o no) hacer X», y «El
tipo de circunstancias en que tal persona se halle; circunstancias X justo»
justo » puede traducirse
traducir se como «El X que debe elegirse». elegirse».
en las que yo podría encontrarme inexcusablemente . Sin embar- Igualmente, «A es un X mejor que B» significa según Haré lo
go, yo podría siempre escoger entre dedicarme a envenenar a mismo que «Si se está eligiendo un X, entonces, si se elige B, se
otros o a jugar
jug ar al fútbol. Esto hará que el espíritu
espíritu en el que debe elegir A». Tales juicios en términos de «justo» o «mejor
consideremos las cuestiones morales sea muy distinto de aquel que» guían las elecciones lo mismo que los juicios de deber. La
en el que consideramos cómo debemos envenenar a otro o argumentación de Haré para probar que se puede realizar esta
cómo debemos construirle una casa; pero la lógica de la palabra traducción de «justo» y de «bueno» (al menos en el grado
‘deber’
deb er’ no es muymuy distinta en ambos casos»35
casos»35. comparativo) a «deber» es complicada y en cierto grado sólo un
34  LM. pp. 142, 162.
162. intento. Si fallara, es de presumir que Haré diría que sus conclu-
35  LM, p. 162. siones sobre el carácter lógico de los juicios de deber se aplican a
' i 76 La filosofía moral contemporánea 5. Ll prescrip tiv ism o 177

 juicios en términos de «justo» y «bueno» solamente


solamente en la medida descriptivo»36. Pero a continuación aclara que hay tanto diferen-
en que estos últimos pueden traducirse en términos de juicios de cias como similaridades entre los dos tipos de juicio con respecto
«deber». Aunque en sus últimos escritos Haré se ha interesado a su universalizabilidad. En la medida en que lo entiendo, inten-
casi exclusivamente por el término «deber», creo que considera taré mostrar cuáles son estas similaridades y diferencias para
que su explicación prescriptivista de los juicios de valor se aplica Haré.
a todos esos juicios tanto si están en términos de «deber» como Primero, las similaridades. Haré escribe: «Si llamo roja a una
si lo están en términos de «justo» o «bueno». No digo que no cosa, quedo comprometido a llamar roja a cualquier otra cosa como
tenga derecho a hacerlo así, sino que, incluso si no lo tuviera, ella. Y si digo de una cosa que es un buen X, quedo compro-
esto no disminuiría necesariamente la luz que su teoría puede metido a llamar bueno a cualquier otro X como aquél»37.
arrojar sobre parte de este campo. Si el análisis de Haré es Puedo definir una expresión descriptiva ostensivamente o ver-
correcto sobre «deber», entonces también es correcto sobre  balmente. Si digo,
digo, por ejemplo,
ejemplo, «X es rojo», y cuando se me
muchos usos de «justo» y de «bueno».  pregunta lo que signif
significa
ica «rojo»
«rojo» lo defino señalando una exten -
Hasta aquí, la prescriptividad de los juicios valorativos tal y sión coloreada (C), entonces debo también llamar rojo a cual-
como Haré la concibe. Ya he usado una o dos veces las palabras quier otra cosa que se parezca a C tanto como se parece X. O si
«universalizable» y «universalizabilidad». Esta es la segunda de digo «X es un buzón», cualquiera que sea la definición verbal (V)
las «tres verdades más importantes sobre los juicios morales» de «buzón», quedo comprometido a llamar buzón a cualquier
que Haré menciona. A continuación la veremos en detalle. cosa que responda a V. El lenguaje valorativo es semejante en
que, si se llama a algo bueno, habrá que llamárselo también a
II. U n i v e r s a l i z a b i l i d a d  cualquier otra cosa que sea idéntica a la anterior en aquellos
aspectos a causa de los cuales se la ha considerado buena. La
¿Cómo y por qué son universalizables los juicios de valor? universalizabilidad es, por tanto, una característica común al
Lo que Haré entiende por universalizabilidad se funda en la lenguaje valorativo y al descriptivo.
noción misma de significado. Para que el lenguaje tenga sig- Las diferencias aparecen cuando nos preguntarnos qué es lo
nificado ha de usarse de acuerdo con reglas, y para que su uso que hacemos cuando, por ejemplo, llamamos a algo bueno, a
sea inteligible, esto es, para que no pierda el significado que diferencia de llamarlo rojo o de llamarlo buzón. A continuación
tenga, ese uso debe ser consistente. Esto no es negar que los de la cita anterior, Haré añade: «Mientras que la razón en el
significados puedan cambiar, o que el mismo fragmento lingüístico  primer caso es que debo
debo estar usando la palabra ‘rojo’ de acuerdo
 pueda te ner varios significado
significadoss diferentes, o que las reglas para el con una regla de significado,   la razón en el segundo es mucho
uso del lenguaje puedan ser muy complejas. Pero sin dejar más complicada»38. ¿Cómo y por qué? Sucintamente expuesta, la
de reconocer esto, queda el hecho de que si no hubiera reglas de respuesta de Haré es: en el caso del lenguaje valorativo «la
significado no habría significado, y si no hubiera significado no regla de significado
significado descriptivo se convi erte en algo más que una re-
habría lenguaje. Las palabras que tienen significado descriptivo gla de significado»39. ¿Por qué es la universalizabilidad de los jui-
son universalizables en el sentido de que, si se refieren a una cios valorativos más complicada que la de los descriptivos? Porque
cosa, se refieren a todo lo demás que sea como ella en los las cuestiones de valor no pueden resolverse simplemente por
aspectos especificados por la regla propia de su significado des- referencia al significado de las palabras usadas —recuérdese el
criptivo. argumento de la pregunta abierta de Moore y su reformulación
Sin embargo, lo que Haré entiende por universalizabilidad de  por Haré. ¿Por qué no? Porque un juicio de valor siempre aplica,
los juicios valorativos va más allá de eso. Para aclarar lo que o invoca, algo más que una regla de significado, a saber, un
quiere decir, compara y contrasta los.términos valorativos y  principio o criterio sintético.
sintético.
descriptivos con respecto a su universalizabilidad. Es cierto,
36  FR, p. 15.
dice, que «... el rasgo de los juicios valorativos que llamo univer- 3  Ibid.
salizabilidad es simplemente el que comparten con los juicios des- 38  FR, pp. 15-16.
criptivos, a saber, el hecho de que ambos tienen significado *  FR, p. 23.
178 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptivlsmo 179

Compárense estos dos casos, (i) Un catalán dice «¡Mira qué  podemos universalizar esa razón. Podría objetarse que un ser
torre!», y un castellano responde, «No veo ninguna, eso es un racional, como tal, dará razones para muchas de las cosas que
chalet», (ii) Un diputado conservador dice «Debemos conseguir dice, y que no son juicios de valor, y que esas razones serán
que los inmigrantes se vuelvan a sus países de origen», y un universalizables. Si alguien me dijera «Vete a la estación», y yo
diputado socialista responde «Nada de eso». En el primer caso,  preguntara «¿Por qué?», no esperaría que se me respondiera
el desacuerdo es puramente verbal. Puede resolverse simple- «Limítate a hacerlo y calla». Incluso si se me respondiera esto,
mente señalando que en Cataluña se usa «torre» con el sentido yo asumiría que había una razón para ese mandato, la cual se me
que tiene generalmente «chalet» en Castilla. Ninguna persona estaba ocultando. Supongamos que la respuesta fuera «Así pue-
sensata preguntaría «¿Quién tiene razón?». Ambos la tienen. des recoger mi equipaje». Yo tendría entonces derecho a asumir
Pero ¿diría alguien que tanto el diputado conservador como el que, en cualquier otra ocasión, ceteris paribus,  si esa persona
socialista tienen razón? Siguiendo a Haré, podemos decir que en quisiera que recogieran su equipaje y yo pudiera hacerlo me
el caso (i) la cuestión es puramente analítica, mientras que en el  pediría que lo hiciera40
hiciera40. Dada la explicación
explicación de Haré, parecería
caso (ii) es sintética. La razón para universalizar «Eso es una seguirse de todo esto que (a) no sólo los juicios de valor son
torre» es una regla de significado, mientras que la razón para supervenientes, y (b) la universalizabilidad de los juicios de valor
universalizar «Los inmigrantes deben volver a sus países de equivale simplemente a su superveniencia. Tales conclusiones,
origen» es un principio de acción. Desde luego tendría sentido sin embargo, son erróneas.
decir que un conservador y un socialista pueden estar de acuerdo (a) Según Haré, solamente los juicios de de valor son superve-
en diferir sobre esta cuestión. Pero, ¿qué significaría esto? Podría nientes. Tal vez, en todo lo anterior, yo haya deformado leve-
significar que están de acuerdo en suspender la discusión hasta mente su concepto de superveniencia. Lo que Haré subraya no
que se resuelvan ciertas cuestiones de hecho, por ejemplo, es simplemente que, con expresiones como «X es bueno», sea
acerca de la influencia de los grupos inmigrantes en la vida local,  posible p edir una raz ón y universalizar la respuesta. Es más bien
o tal vez que están de acuerdo en no molestarse el uno al otro que siempre se puede preguntar «¿Qué es lo que tiene de bue-
sobre esta cuestión y en hablar de otra cosa, o lo que sea. Pero lo no?» y que la respuesta no puede ser nunca «Justamente su
que en este caso no podría significar la expresión «acuerdo en  bondad». Esto es lo que distingue a «X es bueno» de, por
diferir» es lo que significaría si dijéramos que se puede estar de ejemplo, «X es amarillo». A la pregunta «¿Qué es lo que tiene de
acuerdo en diferir acerca del uso de la palabra «torre». Si amarillo?» se puede, entre otras cosas, responder «Justamente su
nuestros dos diputados anunciaran que estaban de acuerdo en amarillez». La bondad como también la justicia o rectitud y la
diferir acerca de lo que hay que hacer con los inmigrantes, esto obligatoriedad moral es siempre necesariamente superviviente
no podría nunca significar que aceptaban diferentes reglas de con relación a otras características, a diferencia de lo que acon-
significado para la palabra «deber». Su desacuerdo no sería tece con la amarillez o con cualquier otra característica no
acerca de esto, sino acerca de criterios o principios sobre el trato valorativa.
de los seres humanos cuando estos se hallan en situaciones como (b) La universalizabilidad
universalizabilidad es una característica distinta de la
la
la de los inmigrantes. Y esto no podrían resolverlo de ninguna
manera por medio de un acuerdo sobre reglas de significado. ^ La distinción entre juicios de deber e imperativos singulares no es, por
¿Cuál es la relación entre la superveniencia de los juicios tanto, que los primeros requieran razones y los segundos no. Sin embargo hay
valorativos, que hemos visto en la última sección, y su universa  algunos  imperativos singulares que, al contrario que las oraciones de deber y
 algunos 
otros imperativos singulares, no requieren razones, p. ej., las órdenes en el
lizabilidad? Hemos entendido que Haré mantiene que los juicios ejército. D. H. Monro, observando esto en  Empiricism a nd Eth ics ics  (Empirismo y
de valor son supervenientes en el sentido de que cuando, por ética) (Cambrid ge, 1967), p. 173, escribe: «En la situación de dar una orden es elel
ejemplo, se afirma «X es bueno», (a) siempre es lógicamente hombre que da la orden el que asume la responsabilidad de la acción. Por esto es
legítimo preguntar por qué, y (b) cuando se tiene la respuesta por lo que la razón de la acción no necesita concernir al agente. Pero si se acepta
un consejo, la responsabilidad de la acción sigue siendo nuestra, v nos concierne
nunca es lógicamente legítimo
legítimo negar que otra cosa que es como X en el principio subyacente. Por lo tanto, aceptar un consejo es aceptar el
el principio que
los aspectos relevantes es también buena. En otras palabras, siem- le subyace; pero ejecutar una orden no es  necesariam ente ente  aceptar el principio
 pre podemos pedir una razón para un juicio de valor, y siempre que le subyace».
180
180 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptivismo
181
181
superveniencia. Como veremos en la siguiente subsección. Haré
 buenos políticos4^. A la luz de esta distinción entre «deber» v
reconoce sola mente un cierto tipo de razón como válido
válido para los '
«justo» por un lado y «bueno» por otro, Haré reconoce la
 juicios morales, y eventualmente para los juicios de deber. Se  plausibihdad
 plausibihdad de la doctrina de Strawson, según el cual la morali-
trata de una razón que no contenga ninguna referencia a indivi- dad debería dividirse en dos partes, una dirigida a producir
duos particulares —en palabras suyas, una razón «de tipo U». Si la uniformidad del comportam
comp ortamiento
iento (lo que debe hacerse) v
alguien dice «La acción del ministro estuvo bien porque ayudará otra, la diversidad de las formas de vida (lo que es bueno)43
a nuestra balanza de pagos», la bondad de la acción es superve-
niente. Pero, así tomado, no se trata de un juicio moral. ¿Por ¿Qué hace que un juicio de valor sea moral?
qué? Porque la razón dada no es, en el sentido necesario,
universalizable. Se refiere a un país particular. El que habla da Ya es hora de afrontar la cuestión siguiente: ¿cómo difieren
una razón, y si es un ser racional recomendará ceteris paribus según Haré, los juicios valorativos morales de otros? En su
cualquier otra acción que en otras situaciones ayude a nuestra articulo «Universalizability»44
«Universalizability»44, present a e sta diferencia como una
 balanza de pagos. Pero su juicio podría ser un juicio de eficacia y diferencia exclusivamente de grados de universalidad entre las
no de rectitud moral. Nótese la diferencia entre la superveniencia razones dadas en favor de los juicios morales y las dadas en favor
y la universalizabilidad. Las condiciones necesarias y suficientes de otros tipos de juicios valorativos. Compárese lo que sigue.
 para la superven iencia se cumplen aquí, pero no las de la univer-
salizabilidad. Para que estas se cumplan, el que habla tendría que (a) «La medida
medida del ministro estuvo bien (was right)»
estar de acuerdo en que sería igualmente justo para un ministro «¿Por qué?»
de otro país, en una situación semejante, actuar de manera que
«Tuvo como consecuencia una mejora en nuestra ba-
ayudara a la balanza de pagos de su país. Pero el que habla puede lanza
lanz a de pagos».
pagos ». . ..
no estar dispuesto a admitir esto. Y en tal caso el que habla no
estaría hablando de rectitud moral. La universalizabilidad es más Siguiendo a E. A. Gellner45, Haré llama a esa valoración una
que la superveniencia, aunque Haré no io pone claramente de valoración de tipo E.
manifiesto.
Haré señala una diferencia entre los juicios de valor en tér- (b)
(b) «Debes escribirle.»
escribirle .»
minos de «deber» (ought)  y «justo» (right), y aquellos que están «¿Por qué?»
en términos de «bueno» (good). La diferencia tiene que ver con con «Prometiste hacerlo.»
la manera en que son universalizables, y se manifiesta en que
«bueno»
«bueno» tiene un comparativo, «mejor que», mientras que esto no Siguiendo a Gellner, Haré llama a esto una valoración de
ocurre con «justo» y «deber». Escribe Haré: «... mientras que el tipo U.
 juicio de que debo en cie rta situación hacer algo me compromete En cada una de esas razones hay implícito un criterio o
con la opinión de que ninguna persona similar, en una situación  principio:
 principio: «Está bien f right)
right) todo lo que resulta en una mejora de
 precisamente similar, debe dejar de hacer eso, esto no ocurre con nuestra balanza de pagos», y «Se debe siempre cumplir las
un juicio formulado en términos de ‘bueno’»41. Por ejemplo,  promesas», respectivamente. Haré reconoce que en (a) se podría
decir que debemos procurar que los inmigrantes regresen a sus dar la razón con referencia exclusivamente al país del que
 países de origen es decir que nadie, en nuestro lugar, debe dejar habla, y sin reconocer, por consiguiente, lo acertado de la misma
de procurar eso. Pero decir que Enoch Powell es un buen político medida cuando se tratara de un ministro de otro país. En cambio,
implica sólo que, si alguien actuara en política como él, sería un la razón de (b) no contiene ninguna referencia a un individuo
 buen político también. Pero no quiere decir que si alguien deja de
actuar como él tiene por eso que ser un mal político. Podría 42 Cí.  FR,  p p . 153-54.
decirse que tanto Enoch Powell como Lord Constantine son 43  FR.  pp. 151-55;
151-55; cf. P. F. Straws on, «So cial Morality and
and Individual Ideal»
Ideal»
[«La moial social y el ideal individual»],  R XXXVI ( l%lí 
"  RAS LV( 1954-55). 1
41  FR, p. 153;
153; la cursiva es mía. 45 Ver «Ethics and Logic»
Logic» [ «Etica y lógica »], ¡bid.
182
182 La filosofía moral contemporánea 5. El prescript ivismo 183
183

 particular y por consiguiente no puede


puede hace rse una consideración
consideración lógica.
lógica. 1?n
1?na afirmación
afirmación acerca de las características
característ icas definitorias
definitor ias
similar. Esta es la diferencia entre valoraciones de tipo E y ' de la moralidad.
de tipo U. Se encuentra en el grado de universalidad de las En una nota de su artículo47, Haré plantea la cuestión de si las
razones que se dan en su favor. Haré defiende en su artículo valoraciones de tipo E pueden llamarse propiamente valoracio-
la tesis de que los juicios morales son valoraciones de tipo U, nes. Por la época en que escribió Freedom and Reason   (1963)
y señala que no se le puede acusar de hacer de esto una (Libertad y razón) parece haber decidido que todos los juicios de
verdad analítica en virtud del significado de la palabra «razón», deber, y no simplemente los morales, son valoraciones de tipo U.
ya que está dispuesto a admitir que razones como las de (a) son Así, escribe: «La palabra ‘moral’ tiene un papel mucho menos
razones. No obstante, insiste en que se trata de una tesis analíti- importante que lo que yo creía en otra época. Lo que requiere la
ca, que es verdadera en virtud de la definición de la palabra universalizabilidad es la lógica de la palabra ‘deber’ ( ought)  y no
«moral»46. Nótese que la afirmación de Haré es una afirmación la de la palabra ‘moral’; la palabra ‘moral’ sólo hace falta para
lógica. Reconoce que es eierto que cualquier razón que se dé en identificar una clase de usos típicos, aquellos que, como filósofos
favor de que A haga X es, en algún sentido, universalizable. Si es morales, más nos i nteresan»
ntere san»4
4®. Encuentro
Encuen tro difícil armonizar
armo nizar las
una razón para que A haga X, es también una razón para que opiniones de Haré sobre este punto. En las palabras que acabo
cualquiera que sea como A en los aspectos relevantes haga algo de citar, atribuye la universalizabilidad a todos los juicios de
como X en circunstancias similares. Nótese lo que esto quiere deber, y al final de la última sección vimos su doctrina de que lo
decir. No quiere decir que, si la razón para hacer X es que X que caracteriza a los juicios morales, y en realidad a los juicios
favorece los intereses de un país, entonces el que Y favorezca los de deber, a diferencia de todos los demás juicios valorativos, es
intereses de otro país es también una razón para hacer Y en ese que los primeros son necesariamente universalizables (que exigen
otro país. Lo que quiere decir simplemente es que, si el que X razones de tipo U) y no simplemente supervenientes. En este
favorece los intereses de un cierto país es una razón para que aspecto difieren, por ejemplo, de un juicio de valor como «La
cierto ministro de ese país haga X, entonces es también una acción del ministro es justa porque favorece nuestra balanza de
razón pstrn c¡u6 cu&Icjuisr otra persona cjue en esas circunstancias  pagos». Pero ai final
final de ia sección sobre Prescriptiviáaá notamos
ocupara ese ministerio hiciera X. La referencia a un individuo en la afirmación de Haré de que su prescriptivismo es válido para
la razón correspondiente puede ser tan particular como se quiera, todos los juicios de valor porque aquellos que están en términos
y la razón será, a pesar de todo, universalizable en este sentido. de «justo» y «bueno» pueden traducirse a juicios en términos de
Distinguir entre dos cosas sobre la base de una característica «deber». Por tanto, parece que podríamos reescribir el juicio
relacional particular —por ejemplo, favorecer los intereses del anterior sobre el supuesto ministro de esta manera: «El ministro
 país propio— no es irracional. Es una distinción a la que se está haciendo lo que debe  hacer porque su acción favorece
 puede uno adh erir consistentemente en la teoría y en la práctica. mr stra balanza de pagos.»
Pero, ciertamente, es ser parcial, es inclinarse en una cierta Pero entonces, (a) si Haré cree que los dos enunciados tienen
dirección. La inconsistencia es una falta lógica; la parcialidad, un significado equivalente, se encontrará con un juicio de deber que
defecto moral. Haré ha sido acusado de confundir ambas en su no es, en el sentido exigido, universalizable (esto es, no en el
formulación de la universalizabilidad.
universalizabilidad. Diciendo que es una carac- sentido U); (b) si piensa que los dos enunciados no tienen sig-
terística lógica de los juicios morales que se requiera para ellos nificado equivalente, se encontrará con un uso valorativo de
razones de tipo U, Haré, se dice, ha dado entrada a su acepta- «justo» o «recto» que no puede traducirse en términos de «de-
ción moral del principio de imparcialidad. Pero a mi juicio, esta  ber»
 ber» , y que por tanto puede caer fuera de la teoría prescriptivista
crítica yerra el blanco. En mi opinión, lo que Haré quiere decir es de los juicios de valor, que Haré ha derivado de su análisis de los
que en cualquier juicio que, según el uso ordinario de «moral»,  juicios de deber. Parece que Haré deba abandon ar o bien (a) la
llamaríamos juicio moral, habrá un reconocimiento
reconoci miento del principio doctrina de que todos los juicios de deber, y no solamente los
de imparcialidad. Y eso es una afirmación pura y simplemente
46
4’ P. 295, nota 2.
 Haré, op. cit.,   p. 302. 48 FR .p 37.
5. El prescnptivism o 185
185
La filosofía moral contemporánea
184

morales, son universalizables, o bien (b) la doctrina de que todas B: La literatura


lite ratura pornográfica
pornográf ica conduce a un aumento en los
las valoraciones en términos de «justo» o «recto» pueden tradu- crímenes sexuales.
cirse en términos de «deber» sin pérdida ni cambio de signifi- C: Por consiguiente, no se debe vender literatura porno-
gráfica.
cado.
¿Qué es lo que constituye entonces un fragmento de pensa-
miento típicamente  moral? Según Haré, hay cuatro «ingredientes La premisa mayor, A, es un principio universal de deber. La
necesarios» de la argumentación moral, «cuatro factores... cuya  premisa menor, B, es un enunciado de hecho. L a conclusión, C,
combinación gobierna la opinión moral de un hombre sobre un es un juicio particular de deber. Ahora bien, hay un número
tema dado»49. No parecen ser exactamente condiciones necesa- indefinido de enunciados fácticos que se podrían hacer sobre
rias del razonamiento moral, pues Haré es capaz de concebir que la literatura pornográfica, por ejemplo, quién la escribe, quién la
un argumento sea moral incluso cuando falta uno de ellos, así imprime, la vende o la lee, cuántas obras así existen, a qué precio
dice que «... la ausencia de uno de esos ingredientes puede hacer se venden, etc. Cuando en el argumento anterior se seleccionó un
que el resto pierda eficacia»50. Nótese que dice «puede». Es  pretendido hecho —a saber, que la literatura pornográfica
pornográfica con-
claro, no obstante, que piensa que estos cuatro ingredientes duce a un aumento de los crímenes sexuales— como razón para
aparecen normalmente en todo ejemplo de razonamiento moral. condenarla, esto se debe a que el que habla acepta un principio
Son: (i) el marco lógico suministrado por la prescriptividad y por que hace que ese hecho, y no otros posibles hechos sobre la
la universalizabilidad; (ii) la apelación a los hechos, (iii) la apela- literatura pornográfica, sea relevante. Si aquellos con quienes
ción al interés o a la inclinación; (iv) la apelación a la imaginación. discute no aceptan ese principio, rechazarán de plano su razón,
El primer factor, el marco lógico, es común a todos los juicios  pero si lo aceptan, pueden poner en cuestión la verdad de esa
de deber. Trataré brevemente de los otros tres sucesivamente. razón. ¿Conduce de hecho la literatura pornográfica a un au-
mento en los crímenes sexuales? Esto es ciertamente muy discu-
(i)  Apelación a los hechos tible. En junio
juni o de 1967 el
el Parlamento
Parl amento danés rechazó por gran
mayoría la ley según la cual los suministradores de literatura
 pornográfica
 pornográfica podían ser llevados a los tribunales.
tribunales. Si hay que
En el razonamiento moral hay invariablemente una apelación creer los informes de los periódicos51, la proporción de crímenes
a los hechos del caso. Considérese este ejemplo: sexuales disminuyó en Copenhague en el año 1968 en un 25 por
ciento. Este hecho, si se trata de un hecho, ciertamente falsa la
Debe prohibirse la venta de literatura pornográfica. razón dada en favor de la prohibición de vender literatura porno-
¿Por qué? gráfica.
Porque la venta de tal literatura conduce a un aumento de los La apelación a los hechos es sin duda un rasgo del razona-
crímenes sexuales. miento moral, pero ciertamente no es la diferencia específica de
este tipo de argumento. En un ejemplo tal como:
La razón dada es un enunciado de hecho que puede ser
verdadero o falso. Lo primero que hay que notar es que este
supuesto hecho se menciona solamente porque ejemplifica un Este vino es muy bueno,
 principio universal. El fragmento anterior de razonamiento moral
moral ¿Por qué?
 presenta do en forma de silogismo
silogismo rezaría así:
así: Tiene un sabor excepcional.

A: No se debe vender la literatura que conduzca a un au- Todo lo que se ha dicho antes sobre la razón en contra de la
mento en los crímenes sexuales. venta de literatura pornográfica puede aplicarse aquí a la razón

51 O. ej.. B. Norman, «The Total Truth about Sex [«Toda la verdad sobre el
49  FR
 FR, pp. 92, 97.
97. sexo» ] ,D aily Mail.  Nov. 27, 1968.
50  FR
 FR. p. 94.
186 La filosofía moral contemp oránea 5. F.l pre scr iptiv ism o 187

ofrecida, mutcitis
mutcitis mutandis . La apelación a los hechos es en ambos como más que uno’, puede justificarse apelando a la exigencia de
casos del mismo tipo. universalizabilidad...»58. De la apelación a la inclinación dentro
del marco de la universalizabilidad se sigue que el juez en tal
07)  Apelación a la inclinación
inclinación y al interés caso debe imponer una pena al delincuente. La universalizabili-
dad junto con la apelación a las inclinaciones es la base lógica de
¿En qué medida implican las valoraciones morales una apela- la moralidad utilitarista59.
ción a la inclinación
inclina ción o al interés?
inte rés? P or «inclinación o interés» se He intentado mostrar cómo piensa Haré que la apelación a las
entiende aquí todo deseo que las personas de que se trate tengan inclinaciones o intereses hace que un juicio valorativo sea moral.
o puedan tener 52 y consideren importante satisfacer. Es cierto Reconoce sin embargo la posibilidad de que una persona rechace
que si no tuviéramos deseos, si no nos importara lo que ocurra, esa apelación al tiempo que insiste justificadamente en que su
la argumentación moral nos sería inútil53. La universalizabilidad razonamiento es moral. Esa persona puede no querer tomar en
de los juicios valorativos tiene dos consecuencias lógicas en lo cuenta algunas de sus inclinaciones. Puede ser lo que Haré llama
que respecta a las inclinaciones o intereses54. Primero, podemos un fanát ico. Considérese
Considére se el caso de un nazi
nazi que piensa que los
 —y en la argumentación moral lo hacemos frecuentemente—  judíos deben ser exterminados. Supongamos que hacemos
hacemos creer a
unlversalizar una prescripción para compararla con las inclina- ese nazi que sus padres son judíos, y que luego le descubrimos
ciones de aquellos con quienes disputamos. Haré usa el ejemplo que no es así. Haré considera improbable que este nazi, mientras
de un hombre a quien otro, X, le debe dinero. Si aquél dice que cree nuestro engaño, esté dispuesto a decir «Perfectamente; pues
debe demandar a X porque le debe dinero, implica, puesto que su que me exterminen a mí y a mi familia»; más bien, ante la
 juicio es universalizable, que si él debiera dinero, debería a su  pregunta
 pregunta «¿Qué debe hacerse conmigo
conmigo si fuera judío?», este nazi,
nazi,
vez ser demandado. Pero esto iría en contra de su inclinación,  piensa
 piensa Haré,
Haré , ya no pensaría que los judíos deben ser extermina-
y no querría ser demandado55. Así de la apelación a la inclina- dos. Es posible que Haré esté en lo cierto, pero pese a todo
ción, dentro del marco de la universalizabilidad,
universalizabilidad, parece seguirse que admite él mismo que es lógicamente posible que el nazi acepte la
el acreedor en este ejemplo no debe demandar a su deudor. La implicación «Que me exterminen si soy judío», per contraria que
universalizabilidad junto con la apelación a la inclinación es la sea a su inclinación a seguir viviendo, y que siga pensando
 base lógica
lógica de la «regla de oro de lal a moral idad»56
idad»56. Haré usa otro que todos los judíos deben ser exterminados. Si así es, su opinión
ejemplo para ilustrar la segunda consecuencia lógica de la univer- será una opinión moral60.
salizabilidad en este contexto. Un juez tiene que juzgar a un Igualmente, una persona puede rehusar tener en cuenta las
delincuente. Lo que el juez haga lo hará, en efecto, a muchas inclinaciones ajenas. Puede estar preocupado por un ideal más
 personas; no sólo al criminal sino a aquellos a quienes éste pueda  bien que por cualesquiera inclinaciones.
inclinaciones. Haré pone el ejemplo de
robar, etc.57. En tal caso, dice Haré, se sigue de la universalizabi- alguien que piense que está mal que una chica se desnude en un
lidad de los juicios de deber que «todo el mundo tiene derecho striptease   para el placer de su auditorio, y comenta: «... quienes
a la misma consideración»; «el principio aceptado con frecuencia consideran inmorales tales exhibiciones no lo hacen por el efecto
 por los utilitarist as, ‘Cada
‘Cada cual cuenta como uno, nadie cuenta que tenga en los intereses de otras personas; puesto que todo el
mundo obtiene lo que desea, ningún interés queda dañado. Más
52 Inclinación e interés no son idénticos. Un sujeto puede tener intereses y no  bien
 bien es probable que usen palabras tales como ‘degradante’. Esto
inclinaciones. En un artículoiinédito sobre el aborto, Haré nota esta distinción. nos da una pista para el tipo de cuestión moral que estamos
Dice que, al decidir qué se 'debe hacer con el feto y su madre, una cosa que
debemos tomar en consideración son los intereses de los niños no nacidos (p. ej.,
tratando. No es una cuestión de intereses sino de ideales. Esa
la probabilidad de su no existencia si el presente embarazo no llega a término).
No obstante, el no nacido no puede tener inclinaciones.
53 FR, pp. 92-93. 58 FR. p. 118.
51 Cf. FR, p. 195. 59  FR. p. 123.
55  FR, pp. 90-91.  FR.  pp. 171-72. G. J. Warnock en Contemporary Moral Philosophy  (1967),
*  FR, p. 108. p. 59, dice que «moral» no sería aplicable a tales casos. Cf. más adelante,
57 FR, pp. 115-17. pp. 218-22!.
188
188 La filosofía moral contemporánea 5. El prescrip tivismo 189

conducta ofende a un ideal de perfección humana que mucha  Neptuno que ejerce su atracción gravitatoria sobre Urano. Una
gente mantiene, y es por ello por lo que la condenan»61. Ya nos vez que se usaron telescopios de potencia suficiente, llegó el
hemos refer ido62
ido62 a la consideración
consideración de Strawson y de Haré de momento en que el planeta que ahora llamamos Neptuno fue
que la moralidad tal vez debería dividirse en dos partes, una observado. La teoría de Haré es que la lógica del discurso moral
dirigida a la uniformidad de la conducta (el reino del «deber» y de tiene una forma similar. Por ejemplo:
lo «justo»), la otra, a la diversidad de los ideales (el reino de lo
«bueno»). Nótese, sin embargo, que nuestro crítico del striptease «Hipótesis»: Todos los deudores deben ser demandados.
no se limitaría a decir que esto no es bueno, sino que tales locales «Condiciones iniciales»: Soy un deudor.
deben cerrarse, y que nadie que tenga la oportunidad de cerrar- «Predicción»: Debo ser demandado.
los debe dejar de hacerlo. Consideraría el problema como un pro-
 blema moral
moral en ese sentido y ciertamente no es posible
posible afirma
afirmarr El acreedor de nuestro ejemplo rechazó esta «predicción», y
que estaría usando «deber» en un sentido moral extraño al uso de esta forma rechazó también la «hipótesis» —esto es, rechazó
ordinario. Por hipótesis, rehúsa tener en cuenta los intereses la razón «Porque es un deudor», razón que había dado original-
ajenos, pero no por eso se convierte su juicio en no moral63. mente en favor del juicio «Debe ser demandado».
Hay, naturalmente, una importante diferencia entre el razo-
(iii)
(iii) Apelaci
Ape lación
ón a la imaginación namiento científico y el razonamiento moral, así concebidos. Las
condiciones iniciales en el ejemplo científico (esto es, el movi-
En los ejemplos anteriores, la persona que juzgaba moral- miento de Urano) son cuestiones de hecho. Las del ejemplo
mente —el acreedor, el juez, el nazi— tenían que hacer un moral (el pensamiento de sí mismo como deudor) son cuestión de
esfuerzo para ponerse en lugar de otra persona. Se necesitaba, suposición nada más. Aquí es donde la apelación a la imaginación
así, apelar a la imaginación. Este es el tercer ingrediente de la entra en el argumento moral, y este es el sentido en que Haré
argumentación moral, según Haré. habla del pensamiento moral como exploratorio65. Y escribe:
AcjUi observa Haré un paralelismo entre su explicación del «Igual
«Igual que la.
la. ciencia, seriamente cultivada,
cult ivada, es la búsqueda
búsqued a de hipó-
 pensamiento moral y la explicación
explicación hipotéticodeductiva
hipotéticodeductiva del pen-
pen- tesis y su comprobación por el intento de falsar sus consecuencias
samiento científico. Ambas revelan el carácter exploratorio del  particulares, así la moral, como
como tarea seria, consiste en la bús-
 pensamiento al que se refieren.
refieren. Según
Según la teoría hipotético
hipotético queda de principios y en su comprobación en los casos particula-
deductiva, de la que K. R. Popper es el exponente principal, la res. Cualquier actividad racional tiene su disciplina, y la disci-
lógica de la investigación científica es como sigue. De una hipóte-  plina del pensamiento moral moral es ésta: comprobar los principios
principios
sis, junto con ciertas condiciones iniciales, se deduce una predic- morales que se nos insinúan siguiendo sus consecuencias y
ción empíricamente comprobable, y si esta predicción se cumple, viendo si podemos aceptarlas»66. La esfera en la cual se desarro-
la hipótesis original queda, en esa medida, corroborada64. To- lla la exploración es la imaginación. Las razones dadas en favor
mando un ejemplo familiar, la lógica del descubrimiento del de los juicios morales son universalizadas en la imaginación, y
 planeta Neptuno es como como sigue
sigue:: (i)
(i) hipótesis:
hipótesis: la teoría de la aceptadas o rechazadas en ella.
gravitación; (ii) condiciones iniciales: la órbita del planeta Urano, Hay que hacer dos comentarios sobre la expresión «viendo
que no podía ser explicada por dicha teoría simplemente con la si podemos aceptarlas», (i) El hecho de que la exploración
atracción gravitatoria de los planetas conocidos; (iii) predicción se desarrolle en el reino de la suposición y no de los hechos
empíricamente comprobable: si se usa un telescopio de suficiente no destruye la analogía con el razonamiento científico. Escribe
 potencia, se verá que hay un planeta del tamaño y órbita de Haré:
Si nos ponemos imaginariamente en una situación hipotética, y pensamos
61  FR,  p. 147.
62 P. 184.
sobre ella como si realmente fuera a sucedemos, lógicamente no podemos tener
63  Warnock, op. c it . , tampoco estaría de acuerdo en esto. 65  FR, p. 88 .
64 K. R. Popper, The
The Logic ofScientific Discovery  (1959), Cap. X. 66  FR, p. 92; la cursi va es mía.
mía.
191
190 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptivismo .

deseos acerca de ella que sean distintos de los que tendríamos si fuera real. Ello III. Re l a c i o n e s l ó g ic a s
se debe a que, cuando deseamos algo, lo deseamos por algo acerca de ello. Y
puesto que ser hipotético o ser real no son, en este sentido, «cosas acerca de» La tercera de las «tres verdades más importantes» sobre los
objetos o acontecimientos (un dolor de muelas hipotético, exactamente igual que  juicios morales enumeradas por Haré era que en el pensamiento
el real, nos dolería tanto como el real) es imposible que haya algo acerca de la
situación hipotética que nos haga desear algo distinto con relación a ella. Una situa moral puede haber un procedimiento racional porque las relacio-
ción hipotética similar es similar67. nes lógicas entre los juicios prescriptivos son posibles. Ya hemos
visto que fue la convicción de que había que defender esta
(ii)
(ii) Es importan te recon ocer que «poder» en la expresión «verdad» lo que le llevó a la filosofía moral70.
que comento no es un poder lógico. De nuevo en palabras de En un artículo titulado «Imperative Sentences» (Mind,  1949)
Haré: («Oraciones imperativas»), Haré se dedica a refutar una doctrina
que atribuye a la mayor parte de los lógicos, a saber, que el tema
Hemos de buscar juicios morales que podamos aceptar para nuestra propia  propio de la lógica deductiva son, exclusivamente, las oraciones
conducta y universalizar para cubrir la conducta de otras personas reales o indicativas (esto es, oraciones que nos dicen que algo es así o
hipotéticas. Lo que nos impide aceptar ciertos juicios morales que son perfecta
mente formulables en el lenguaje no es sólo la lógica, sino el hecho de que tienen no), y arguye que entre las oraciones imperativas (oraciones que
ciertas consecuencias lógicas que no podemos aceptar —a saber, ciertas prescrip nos dicen que hagamos que algo sea así o no lo sea) se dan
ciones singulares para otras personas en situaciones hipotéticas. Y el «no poder» exactamente las mismas relaciones lógicas que se dan entie las
 no e s aqu í un «no po der» lógico .  No sería contradictorio aceptar estas prescrip indicativas. Todo el razonamiento moral lo considera deductivo.
ciones, pero en cualquier caso no podríamos aceptarlas excepto con una condi
ción que es improbable que se cumpla —a saber, que nos convirtamos en lo que Parece ciertamente que los imperativos pueden deducirse unos
he llamado «f anát icos »6®. de otros y contradecirse entre sí, como los indicativos. Del
imperativo «Todos los vehículos tuerzan a la izquierda» se
Las «otras personas en situaciones hipotéticas» pueden in- deduce, en las circunstancias apropiadas, el imperativo «Que
cluir aquí también a la persona que formula el juicio; el acreedor, este vehículo tuerza a la izquierda». Y el imperativo «Pare»
el juez, el nazi, en los ejemplos de Haré, se colocan todos en la contradice a! imperativo «Prosiga con precaución», igual que
situación de otra persona para ver si pueden aceptar laslas prescrip- «Pararás» contradice a «Proseguirás con precau ción»7 . En este
ciones singulares «Sea yo demandado», «Sea yo robado», o «Sea artículo, Haré se contentó con señalar simplemente que las
yo exterminado», respectivamente. Lo importante es que el oraciones imperativas pueden ser tema del razonamiento deduc-
descubrimiento que el pensador moral tiene que hacer no es, en tivo y que, cuando lo son, pueden tener entre sí las mismas
última instancia, algo que tenga que ver con lo que es o no relaciones lógicas que las indicativas. En 'lhe Language of Mo
lógicamente posible. Se trata simplemente de si puede o no tragar ráis  va más allá y afirma que conclusiones imperativas pueden
lo que sus juicios morales le exigen que trague cuando son seguirse de premisas una de las cuales sea imperativa y la otra
universalizados. «Nuestro argumento [contra los ‘fanáticos’ y los indicativa. Volveré enseguida sobre este silogismo «mixto» o
‘idealistas’] ... descansa no sólo sobre la lógica —aunque sin la «práctico», pero es importante notar primero: (i) cómo concibe
lógica [esto es, la universalizabilidad y la prescriptividad] nunca Haré las relaciones lógicas en general, y (ii) por qué le parecía
habríamos llegado hasta aquí—, sino sobre el afortunado hecho que de esta concepción se sigue que pueden darse entre oracio-
contingente de que las personas que adoptarían esta actitud [esto nes imperativas y entre una conclusión imperativa y premisas
es, la de los fanáticos o idealistas] después de haberse imaginado que incluyan oraciones imperativas e indicativas a la vez.
en la posición de otros son extremadamente pocas»69. ¿Cómo concibe Haré las relaciones lógicas? Según él, «toda
inferencia deductiva tiene carácter analítico»72. Es decir, de-
 pende solamente del significado
significado de las palab ras us adas, y particu

10 Anterio rmente, p.
p. 157.
157.
67  FR. p. 197. 71 Ver «Imperative sentences» [«Oraciones imperativas»],  M   LV11I (1949), 34.
68 FR.p. 193;
193; la cursiv a es mía.
mía. 72
69  FR, p. 172.  LM, p. 32.
192 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptivismo 193
193

larmente de las palabras lógicas, como el signo de negación, griega que significa «señalar o indicar»), y «dictor» por la expre-
«no», las conectivas, «si», «y», «o», y los cuantificadores «to- sión neústico (neustic , de una palabra griega que significa «asen-
dos» y «algunos». No reconocer una deducibilidad o una contra- tir»)75. ~
dicción es no comprender los significados de las palabras que se La oración (1) está en el modo imperativo; la (2) en el modo
usan, particularmente de las palabras lógicas. «Así, si alguien indicativo. Sus modos se reflejan en los diferentes neústicos:
afirmara admitir que todos los hombres son mortales, y que «por favor» para el imperativo, «sí» para el indicativo. Cual-
Sócrates es un hombre, pero rehusara admitir que Sócrates es quiera que use o afirme realmente una oración, a diferencia de
mortal, lo correcto no sería, como se ha sugerido a veces, meramente mencionarla o citarla, «asiente» a la oración. De aquí
acusarle de una especie de ceguera lógica, sino decirle ‘Eviden- que Haré compare su neústico con el símbolo de aserción en los
temente no conoces el significado de la palabra «todos», pues si sistemas lógicos de Frege y Russell y Whitehead. Según Haré76,
lo conocieras, sabrías eo ipso  hacer inferencias de este tipo’»73. afirmar un enunciado es diferente de afirmar un mandato. (Hablar
¿Por qué se sigue de aquí que puede haber relaciones lógicas de afirmar un mandato fuerza un poco el uso ordinario de
entre imperativos como entre indicativos? En pocas palabras, la «afirmar», pero Haré lo reconoce.) Una manera de percibir la
respuesta de Fiare en The Language of Moráis  es: porque las diferencia es preguntar qué es lo que se entiende cuando se
 palabras lógicas
lógicas «es mejor
mejor tratarlas como parte del frástico de las comunican los respectivos significados de un indicativo y de un
oraciones» y «esto significa que son algo común a indicativos imperativo. Entender una oración imperativa es entender que
y a imperativos»74. Tenemos que entender qué son los «frás asentir a ella consiste en pensar o en creer que algo es así o no.
ticos» y por qué son comunes a ambos tipos de oraciones. Entender una oración imperativa es entender que asentir a ella
Haré compara las dos oraciones siguientes: consiste en tener una disposición para hacer o dejar de hacer
(1) Mary, por favor, enséñale a Mrs. Prendergast su habita- algo. Las reglas y convenciones de nuestro lenguaje, con res-
ción.  pecto a la expresión del modo,
modo, constituyen implícitamente esta
(2) Mary le enseñará su habitación, Mrs. Prendergast. diferencia de significado entre los indicativos y los imperativos.
Ec común a ambas es, en su opinión, una descripción de una Cuando Hars habla d@nsústico se basa en estas convenciones»
serie de acontecimientos, a saber: Todas las oraciones tienen un neústico, que aquí es concebido
(3) Mostrarle Mary su habitación a Mrs. Prendergast en el como el signo de aserción y de modo77.
tiempo t. Sin embargo, y según The Language of Moráis,  es en la otra
La oración (1) es lógicamente equivalente a (3) más:  partícula, en el frástico, donde se encuentran las palabras lógicas,
(4) Por favor. que son las que determinan cualquier deducción. Tomemos como
La oración (2) es lógicamente equivalente a (3) más: ejemplo la palabra «no». Si en lugar de decirle a alguien que haga
(5) Sí. . , algo (imperativo) o de decirle que algo es así (indicativo) quisié-
Por tanto (1) puede ser reescnta asi: ramos decirle que no lo hiciera o que no es así, haríamos esto no
Mostrarle Mary su habitación a Mrs. Prendergast en el tiempo cambiando el modo de la oración, pues seguiría siendo el mismo,
t,   por favor. sino cambiando aquella parte de la oración que no indica el
Y (2) puede ser reescrita: modo. En términos del ejemplo anterior, tendríamos que decir:
Mostrarle Mary su habitación a Mrs. Prendergast en el tiempo  N o mostrarle Mary su habitación a Mrs. Prendergast en el
t, sí. , , tiempo t. Y añadir a continuación «por favor» para formar un
En «Imperative Sentences» Haré llama a (3) «descriptor» común, imperativo o «sí» para formar un indicativo. Pero la negación la
y a (4) y (5) «dictores» imperativo e indicativo respectivamente. hemos formado con independencia de lo que añadamos, e incluso
En The Language of Moráis   revisó su terminología sustituyendo con independencia de que añadamos algo. El frástico es lo común
«descriptor» por la expresión  frásti co (phrastic , de una palabra a indicativos e imperativos.
75  LM, p. 18.
73  LM,  p. 33. 7* Ih‘
 Ih‘d-
74
 LM, p. 21.  n  Pero cf. más adelante, p. 223.
194 La filoso fía moral co nt em p orá nea 5. El prescriptivismo 195
195

De «Tuerzan todos los vehículos a la izquierda» se deduce Lleva todas las cajas a la estación
«Tuerza este vehículo a la izquierda» igual que de «Todos los (imperativo).
vehículos torcerán a la izquierda» se deduce «Este vehículo Esta es una de las cajas (indicativo).
torcerá a la izquierda», ya que la deducción es la misma en ambos Por consiguiente Lleva esta caja a la estación (impera-
casos: del frástico «Torcer a la izquierda todos los vehículos» al tivo).
frástico «Torcer a la izquierda este vehículo».
vehículo». Igualmente,
Igualmente, «Pare»
«Pare»
contradice «Siga» tanto como «Pararás» contradice «Segui- O bien: Tu llevar todas las cajas a la esta-
rás», porque la contradicción es la misma en ambos casos, entre ción,  por favor.
los frásticos «Parar tú» y «Seguir tú». Haré señala: Ser ésta una de las cajas, sí.
Por consiguiente Tu llevar esta caja a la estaci ón,  por 
Si tuviéramos que averiguar si alguien conoce el significado de la palabra  favor .
«todos» en «Lleva todas las cajas a la estación», tendríamos que averiguar si
reconoce que una persona que asintiera a este mandato así como al enunciado La cuestión es: ¿por qué no aceptar los siguientes silogismos?
«Esta es una de las cajas» y, sin embargo, rehusara asentir al mandato «Lleva
esta caja a la estación», sólo podría adoptar esta actitud por haber malentendido Lleva todas las cajas a la estación.
alguna de esas tres oraciones. Si no se pudiera aplicar esta prueba, la palabra Esta es una de las cajas.
«todos» (tanto en imperativos como en indicativos) carecería por completo de
significado. Podemos decir por consiguiente que la existencia en nuestro lenguaje Por consiguiente Llevarás esta caja a la estación.
de oraciones universales en el modo imperativo es en sí misma prueba de que O bien:
nuestro lenguaje admite relaciones de deducibilidad en las que al menos un término
Tu llevar todas las cajas a la esta-
es un mandato78. ción,  por favor.
Ser ésta una de las cajas, sí.
Y sugiere a continuación que, puesto que en los frásticos apare- Por consiguiente Tu llevar esta caja a la estación, sí.
cen palabras lógicas, debería ser posible «reconstruir el cálculo
sentencial ordinario en términos solamente de frásticos y a conti- Estos
Est os últimos
últi mos silogismos no serían válidos. Pero ¿por qué no1?
nuación aplicarlo tanto a los indicativos como a los imperativos En respuesta, Haré enuncia «dos de las reglas que parecen
añadiendo simplemente el neústico apropiado»79. gobernar este asunto», (i) «No se puede obtener válidamente una
Haré reconoce que esto tropezaría con ciertas dificultades. conclusión indicativa a partir de un conjunto de premisas que no
Por ejemplo, podría hallarse que en el discurso ordinario hay se pueda obtener válidamente a partir exclusivamente de los
diferentes reglas para el uso de palabras como «todos», «si», indicativos que figuran entre ellas»; y (ii) «No se puede obtener
etc., en los diferentes contextos, y en particular, para su uso en válidamente una conclusión imperativa a partir de un conjunto de
contextos imperativos en contraste con su uso en contextos  premisas que no contengan
contengan por lo menos
menos un imperativo»81
imperativo»81. La
indicativos. Pero aún es tautológicamente verdadero que «en la  justificación de estas reglas la ve en la consideración general
medida en que sigamos usando nuestras palabras en el mismo lógica de que nada puede decirse en la conclusión de una inferen-
sentido, sus relaciones de deducibilidad seguirán siendo las mis- cia deductiva válida que no se diga explícita o implícitamente en
mas»80; como ocurría, por ejemplo, en el caso de las palabras la conjunción de las premisas —excepto lo que se puede añadir
«todos» y «no», que se usaban en el mismo sentido en las solamente sobre la base de las definiciones de los términos82. La
oraciones indicativas e imperativas del ejemplo anterior. Otra conclusión «Llevarás esta caja a la estación» (o: «Tu llevar esta
dificultad señalada por Haré es la de saber en qué modo ha de caja a la estación, sí») no  se dice ni explícita ni implícitamente en
estar la conclusión cuando las premisas están en modos diferen- «Lleva todas estas cajas a la estación» («Tu llevar todas las cajas
tes. Esto nos lleva al silogismo «mixto» o «práctico», del cual se a la estación, por favor») ni en «Esta es una de las cajas» («Ser
citó una ilustración al principio de este parágrafo. ésta una de las cajas, sí») ni en la conjunción de ambas. En
cambio, en la premisa mayor (imperativa) «Lleva todas las cajas
78  LM,  pp.
pp. 25-26.
79 ZM, p. 26. 81  LM. p. 28.
80  LM.   p. 27. 32  LM.  pp. 32-33.
La filosofía moral contemporánea 5. El presc riptiv ismo 197
196

a la estación» está implícito el imperativo singular «Lleva ésta a Esta pregunta, o más bien las relativas respuestas a ella, distingui-
la estación» cuando «ésta» ha sido definida por la premisa menor rían los anteriores actos lingüísticos entre sí. Al decir una cosa
como una de las cajas en cuestión. Negar que esta conclusión estamos enunciando un hecho, al decir otras dando un mandato,
esté implícita en tal conjunción de premisas sería malentender la expresando un des eo o haciendo una pregunta.
pregun ta. Si no hiciéramos
 palabra «todas». Debe notarse, sin embargo, que Haré no man- lo que hacemos al decir esas cosas, tales expresiones carecerían
tendría ahora, según creo, la primera de esas reglas. Diremos de significado. Si alguien me dijera «Pon las noticias» y yo dijera
más sobre esto en el apartado de críticas titulado  Las reglas
reglas de «¿Es un mandato?» y se me respondiera «No», yo y cualquiera
que hubiese escuchado este diálogo no podría entender lo que esa
 Haré.  persona quería decir. (Naturalmente, podemos habernos equivo-
cado acerca de lo que esa persona pretende hacer; puede, por
3. Crítica ejemplo, tratarse simplemente de una petición; pero mi argu-
mento asume que no nos equivocamos acerca de esto.) Si uno no
I. Cr í t i c a a l a pr e s c r ipt iv i d a d tiene éxito al hacer lo que pretende hacer cuando dice algo,
entonces lo que dice carece de significado. Por tanto, cuando se
El nrooio Haré ha dicho recientemente que la distinción trata de un juicio moral, la pregunta que nos lleva a su significado
ilocuciónperlocución «constituye la diferencia principal entre el es: ¿qué es lo que hacemos al hacer ese juicio moral? Creo que
emotivismo
emotivi smo y el prescriptivismo»
prescript ivismo» . Como hemos visto, el atacaatac a los más severos críticos de Haré admitirían que éste ha hecho
la doctrina emotivista de que el uso principal de los juicios una valiosa contribución a la metaética aplicando de esta manera
morales sea crear una influencia. Los emotivistas pensaban que la distinción ilocuciónperlocución al discurso moral.
 podían llegar al signifi
significad
cadoo del discurso moral preguntando
preguntando que es Menos acuerdo hay, en cambio, respecto a la corrección de la
lo que hacemos cuando tomamos parte en él. Cierto es que la respuesta de Haré a esa pregunta. En resumen, dicha respuesta
respuesta a tal pregunta puede ser que influimos en la gente. Yo se reduce a esto. Lo que hacemos fundamentalmente cuando
nndría conseguir que alguien escuchara las noticias de las diez hacemos un juicio moral es prescribir^. Este acto lingüístico de
diciéndole «Debemos oír las noticias». Pero podría conseguirlo  prescribir tiene lugar dentro de un marco lógico
lógico que posee como
igualmente diciendo, según las circunstancias, «Son las diez» característica la universalizabilidad, y en contextos en los que
(enunciado de hecho) o «Pon la radio» (mandato) o «Si alguien hay normalmente una apelación a los hechos, a las inclinaciones
 pusiera las noticias.. .» (expresión de deseo) o «¿Me vais a dejar o intereses y a la imaginación. Decir que los juicios morales, y en
oír las noticias o no?» (pregunta), etc. Producir influencia no definitiva todos los juicios de deber, son prescriptivos es decir,
constituye una diferencia específica
específica de los juicios morales, cua l- no que sean imperativos, sino que de ellos se deducen imperati-
quier acto lingüístico puede hacerlo. Parece estar claro para Haré vos. Al decir sinceramente, por ejemplo, «Debe abolirse la pena
que si se quiere llegar al significado del discurso moral, la capital», me comprometo a aboliría en la medida en que esté
nregunta que hay que hacer no se refiere a su fuerza perlocucio dentro de mis posibilidades, y al aceptar sinceramente este juicio
S , sinSa su fuerza
fuerza ilocucionaria.
ilocucionaria. El efecto
efecto que
que preten
pretendem
demosos cualquiera que me oiga se comprometerá
comprom eterá de forma similar. .
conseguir por medio de una expresión puede no conseguirse, y Sobre este prescriptivismo consideraré dos cuestiones, (i) ¿Es
sin embargo, tratarse de una expresión perfectamente significati-  plausible
 plausible su explicación de lo que
que hacemos cuando pronunciamos
va. Por ejemplo, ninguna de las consideraciones anteriores per- un juicio moral? (ii) ¿En qué medida va más allá del emotivismo?
dería nada de su significado si, a pesar de haber sido pronuncia- De hecho, el prescriptivismo de Haré ha sido muy criticado. En
das con la intención de conseguir oír las noticias, dejaran de te- el capítulo próximo me ocuparé de una escuela de pensamiento
ner esta consecuencia. La pista real para llegar al significado de que ha surgido recientemente en gran medida como reacción
cualquier expresión, según Haré, es lo que hacemos al  decirla. contra la doctrina de aquél, y lo que allí diré suplementa lo que
voy a decir en el resto de esta sección.
Recensión de Contemporary Moral Philosophy  de Warnock en  M   LXXV1I
(1969). 437. . ... _. 85
84  Sobre esta distinción ver anteriormente, pp. 63-/1. Cf. FR, p. 84.
La filosofía moral contemporánea 199
198 5. El prescriptivismo

¿Es plausible el prescriptivismo? objetaría al uso de «sinceramente» en mi penúltima oración.


(Nada indica que objetaría, y si lo hiciera entonces estaría
Es indudable que hay una conexión íntima entre los juicios admitiendo la crítica que le voy a hacer y su argumento se
morales y la acción. Aunque no todos, la mayor parte de los hundiría.) ¿Llamaríamos, de hecho, sincera a esa persona de la
críticos de Haré aceptarían que la manera más segura de averi- que habla Maclntyre? Según Haré89, como vimos, la sinceridad
guar cuáles son los principios morales de una persona es descu- es una de las condiciones necesarias para que sea verdad que un
 brir cómo se comp orta86.
orta86. Sin embargo, se discuten dos cosas. hablante que usa «Debo hacer X» como juicio de valor asentirá al
Una es la creencia de Haré de que, de hecho, el uso más mandato «Haga yo X». Por consiguiente, para que Maclntyre
importante y más central del lenguaje moral es el prescriptivo; y  pueda formular su crítica a Haré es necesario que la personaperso na de
la otra, la doctrina, que atribuyen a Haré, de que sólo por este su ejemplo sea sincera. Pero no creo que pueda (lógicamente)
 pretendid o hecho puede explicarse la estrecha
est recha conexión entre el decirse que alguien acepta sinceramente principios morales que
 juicio moral y la acción. no pone en práctica aun pudiendo.
Contra lo primero, se insiste en que una persona puede juzgar Maclntyre acusa a Haré de incluir su aceptación moral  de)
moralmente con arreglo a un conjunto de principios y dirigir su  principio de que se debe ser sincero en su explicación de la lógica
vida, o aconsejar a otros que dirijan la suya, con arreglo a otro del discurso moral90, pero yo no lo creo así. Una cosa es aceptar
conjunto de principios distinto. En este sentido, su juicio moral el principio de que se debe practicar lo que se predica, y otra
 puede no ser prescript ivo. Así, A. C. Maclntyre,
Maclnt yre, por ejemplo, muy distinta creer que no se puede (lógicamente) mantener un
escribe: «Una persona podría comprometerse con una cierta  principio moral sinceramente y no actuar
a ctuar con arreglo a él cuando
valoració n moral, pero no usarla como guía para la acción —■—■‘Así
‘Así se presenta la ocasión física y psicológica. Puede que Haré, como
es como habría que valorar tal accion a la luz de la moralidad, moralista liberal, acepte lo primero, pero lo que le convierte en
 pero no te guíes por la moralidad’»87
moralidad’»87. Expresamente excluye un prescriptivista es algo muy diferente, a saber, el hecho de que
como única explicación posible de esa afirmación la distinción de mantiene la doctrina lógica que acabo de enunciar.
Haré entre significado valoradvo y descriptivo. Ciertamente, «a Se ha dicho también, contra el prescriptivismo de Haré, que
la luz de la moralidad» podría significar «con arreglo a los restringe excesivamente lo que puede hacer alguien cuando hace
criterios generalmente aceptados por esta comunidad», pero lo  juicios morales. Es cierto que se puede estar
esta r prescribiend
pre scribiend o, pero
que Maclntyre subraya es que también podría no ocurrir así. se pueden hacer otras muchas cosas. G. J. Wamock escribe:
¿Qué pasa si la moralidad de la que se trata es la propia del que «... hay... docenas de cosas que se pueden hacer al emplear pala-
habla? Si el prescriptivismo fuera verdadero no tendría sentido  bras morales. Se puede ciertamente prescr ibir; pero
pe ro también a con-
decir que se puede valorar moralmente las acciones con arreglo a sejar, exhortar, implorar; mandar, condenar, deplorar; resolver,
un criterio y guiar la conducta propia con arreglo a otro. Macln- confesar, comprometerse; etc.,»91. La respuesta de Haré es que
tyre afirma que esto tiene sentido. Nótese que no piensa aquí en él nunca ha negado esta variedad de cosas. Todos los actos
la debilidad de la voluntad, la cual, como reconoce, ha sido lingüísticos enumerados por Wamock son, según Haré, especies
explicada por Haré88. No quiere decir simplemente que una del género prescribir, o sea, que de todos ellos, en su uso
 persona
 person a pueda (lógicamente) no vivir a la alt ura de sus principios  primario, se deducen
deduc en imperativos9
imperativ os922. Esta respuesta
respu esta está, a mi
morales, sino que puede (lógicamente) decirse que tiene princi-  juicio, justificada, aunque no prueba que Haré tenga razón. Lo
 pios morales que sinceramente acepta, pero que no pone en que muestra simplemente es que presentar una lista como la de
 práctica,
 práct ica, aun siendo física y psicológicamente
psicológicamente capaz de hacerlo. Warnock no sirve para liquidar el prescriptivismo. Tanto puede
Pero ¿puede ocurrir tal cosa? Asumo que Maclntyre no argüirse que de las prescripciones se deducen imperativos como

86  LM,   p. 1; cf. Warnock.op .  cit.,  p. 37. 815 Anterior mente, p. 168.168.
81 A. C. Maclntyre, «What Morality Is Not» [«Lo que no es la moralidad»], <í0 Maclntyre,  op. c it.,   332-33.
P XXXII (1957), 330. 91 Warnock.op. cit.,   p. 35.
88 Ver anteri orment e, p. 168.
168. 92  M  LXXVII
 LXXVII (1968), 438.438.
5. El presc riptiv ismo 201
La filosofía moral contemporánea
200
nai» en la argumentación moral95, y lo hace rehusando reconocer
que se deducen de las «alternativas» presentadas por Wamock. el primero como método de argumentación moral. Igualmente,
•Qué hay sobre la doctrina, atribuida a Haré, de que la Haré muestra el uso que puede hacerse en la argumentación
indudable conexión entre los juicios morales y la acción se moral de la prueba de consistencia o de universalizabilidad, cosa
explica solamente en términos de su prescriptivismo? Wamock que Stevenson apenas hizo. Dentro de este marco lógico, la
 piensa que ha encon trado esta afirmación
afirmación en Haré, y la rechaza. argumentación racional puede seguir, aduciendo contraejemplos
He aquí sus palabras: y apelando a las inclinaciones o intereses y a la imaginación, al
menos hasta el punto en que aquellos que elijan salirse de ella
Del hecho, si es un hecho, de que los principios morales de un hombre se
revelan decisivamente en su conducta no se sigue lo mas mínimo que dichos sólo puedan hacerlo al precio de convertirse en lo que Haré llama
principios hayan de ser concebidos como prescr ipcion es, o  como implicándolas^ «fanáticos». Es un hecho empírico, como él mismo reconoce,
Podrían concebirse igualmente como expresiones de gusto o de aprobación, que la mayor parte de la gente prefiere no acabar en esa si-
declaraciones de necesidades o de propósitos, como doctnnas sobre valores o tuación. Ya hicimos notar antes que la primitiva ambición de
sobre ideales, como resoluciones, como creencias sobre intereses, asi como»de
muchas otras maneras. Desde este punto de vista al menos, «Esta mal comerse a Haré era mostrar la posibilidad de la argumentación racional en
™ se“
se“ shTmTnos» no está más próximo a «No te comas ningún ser huma humano»
no» moral. Y ciertamente muestra la posibilidad de mucha argumen-
que a «No quiero
quiero que nadie
nadie se coma
coma a otro ser humano»
humano».. En ^ m ^ t a i estaría
estaría tación.
casos comerse a los demás o asistir con complacencia a unauna comida tal estaña Esto ha sido negado por algunos, que han dicho que el
en alguna suerte de conflicto con ese juicio, e incluso lo contradma en algún
 prescriptivismo, como el emotivismo, «no puede dejar mucho
sentido939
sentido934
9
.
lugar para la argumentación»96. Su crítica es que tanto el prescrip-
; Tendría que disentir Haré de esto? No creo que negara que, tivismo como el emotivismo no se limitan a considerar posible
si los juicios morales fueran expresiones de gusto, declaraciones que, en problemas morales, tomemos nuestras propias decisiones
de necesidades o creencias sobre intereses, la conexión entre a base de las pruebas de que dispongamos, sino que también
aquéllos y la acción se explicaría apelando al hecho logtco de que consideran posible que tomemos nuestras propias decisiones
al menos parte de lo que diríamos ai decir que nos gus.a mgc,  acerca de lo que hay que aceptar como prueba. Citemos a
que lo queremos o que creemos que nos interesa, es que, si Wamock de nuevo: «Según parece, no es que uno decida que la
tuviéramos la oportunidad de conseguirlo, no la dejaríamos pa-  pena de azote s está mal
mal porque uno está en contra de la crueldad;
sar. Haré no dice que la prescriptividad de los juicios morales sea más bien, uno decide que la pena de azotes está mal porque uno
la única explicación concebible de la conexión que hay entre decide estar en contra de la crueldad. Y si uno toma esa decisión,
ellos y la acción. Aquí acusa ría, pienso
piens o a Wamock de una ¿cuál será su razón para ella? ¿Que está uno en contra de inflingir
nrincipii. Todo lo que Haré pretende pretend e es que, si los juicios dolor deliberadamente? No, más bien que uno decide estar en
mor J e s son p r e s c r i t o s , esto explic
explicaa el
el hecho
hecho de que
que tenga
tengan
n contra de esto. Y así sucesivamente»97. Hay personas, continúa
con las acciones la íntima conexión que tienen . diciendo, que no sólo toman sus propias decisiones sobre lo que
hacer sino también sobre qué pruebas aceptar. Pero estas perso-
¿En qué medida va el prescriptivismo de Haré  nas son solo una amenaza y no un modelo, no ejemplos de
más allá del emotivismo? razonamiento sino todo lo contrario. Para estos críticos no basta
simplemente decir, como parece decir Haré, que la argumenta-
La segunda de las cuestiones que anuncié que discutiría es la ción moral nos suministra un instrumento con el que podemos
nnp pvnresa el epígrafe. Y es incuestionable que la respuesta comprobar la consistencia de nuestros oponentes. ¿No son con
es qu^v amf tanto n ^ a ll á . l'orunla do, el pres
prescri
cripti
ptivis
vismo
mo de Haré
Haré frecuencia los locos y los pillos completamente consistentes? La
diferencia lo que Stevenson llamó el método «psicológico no argumentación moral debería poder vencerlos.
racional» de lo que llamó métodos «lógico» y «psicológico racio
9S Cf. anteriormente,
anteriormente, pp.pp. 132-33
132-33..
% Warnock,
Warnock, op. c it.,   p.
p. 42.
4 2.
93  Warnock,op.  cit., p. 39.
3 9. 91  Ibid . , p. 47.
94 Cf .A íLX XV II (1968),
(1968), 43940.
202 La filosofía moral contemporánea 5. El prescript ivismo 203

Hay por lo menos dos cosas que decir sobre esto, me parece, razón para un juicio moral; por ejemplo, que se debe realizar una
(i) No debería despreciarse un instrumento que puede hacer cierta acción porque producirá la mayor miseria del mayor núme-
comprender al oponente que está en una actitud que, llevada ro, o porque afectará a la salud de mis hijos, o porque constituye
hasta su conclusión lógica, conduce a lo que Haré llama «fana- incumplimiento de promesa, o lo que sea. Aquí se plantea la
tismo». La mayor parte de las personas desean evitar esto, y si misma cuestión que se planteaba cuando considerábamos el
se les puede mostrar que van hacia ello, esto bastará para que emotivismo de Stevenson
Steve nson . ¿Tendrían
¿Tendrí an sentido semejantes
semejant es consi-
cambien de actitud, (ii) Wamock considera que los individuos deraciones? ¿O hay algún límite lógico a lo que se puede dar
que quieren decidir por sí mismos lo que hay que aceptar como inteligiblemente como razón en favor de un juicio moral, límite
 pruebas son una amenaza. Y lo son en muchos contextos. Un que excluiría a aquéllas? Algunos piensan que hay tal límite, y
contexto así sería una argumentación moral en la que una per- que es un defecto de la filosofía de Haré no haberlo visto.
sona dijera, por ejemplo, que X estaba mal porque constituía Volveré sobre esto más adelante".
incumplimiento de promesa, y en cambio se negara a admitir el
hecho de que Y constituía también incumplimiento de promesa II. Cr í t i c a a l a u n iv e r s a l iz a b i l i d a d
como prueba de que Y estaba mal. Una vez que se decide lo que
cuenta como prueba, uno es una amenaza si vuelve sobre esa También ha sido muy criticada la doctrina de Haré de que la
decisión. Pero naturalmente, el contenido preciso de esa decisión universalizabilidad es una característica definitoria de los juicios
 puede variar. Si uno decide hacer matemáticas, decide
decide también
también de deber en general y de los morales en particular. En su artículo
admitir como prueba algo distinto de lo que habría de admitir «Universalizability», Haré habla de valoraciones de tipo U, esto
como prueba si hubiera decidido hacer ciencias naturales. El es, aplicaciones de una «regla enteramente carente de referencias
contenido de la decisión será diferente de esas dos si uno decide  personales y que únicamente contiene predicados (descripciones)
(descripciones)
 pensar moralmente. ¿Por qué, entonces, no ha de haber un y términos lógicos»100. La tesis central de su artículo es «que
universo del discurso en el que lo que valga como prueba sea todas las valoraciones morales son de tipo U —o, lo que viene a
cualquier razón que el hablante decida dar en favor de que algo ser lo mismo, que siempre que se dan razones inórales en favor
es bueno u obligatorio, y en el cual la cuestión sea ver con qué de la acción, se trata de máximas de tipo U»101. En Freedom and 
grado de consistencia puede mantener esa decisión en la discu-  Reason  (particularmente en las páginas 3537), Haré afirma que
sión? ¿Y por qué no habría de ser la moralidad tal universo del todos  los usos de «deber», y no sólo los morales, implican una
discurso? Warnock parece pensar que el prescriptivismo ha pre- máxima de tipo U. Encuentra comprobación de esto en la impo-
sentado la moral como irracional por presentarla como tal uni- sibilidad que
que ve de usar «deber» para hacer un juicio
juici o jurídico.
jurí dico. Un
verso del discurso, y que de esta manera se ha desacreditado a sí enunciado legal siempre contiene una referencia implícita a una
mismo, ya que el discurso moral manifiestamente no es irracio-  jurisdicción particular: «Es ilegal casarse con la propia hermana»
hermana»
nal. Pero quien tome parte en un universo del discurso como el significa «Es ilegal (por ejemplo) en Inglaterra casarse con la
que hemos supuesto no por eso se convierte en una amenaza  propia hermana». Aquí hay un término singular, «Inglaterra»,
 para el razonamiento. Esto solamente
solamente ocurriría si, habiendo dado que impide que
que la máxima sea de tipo U. «Es ilegal casarse
casar se con la
su razón en favor de un cierto juicio moral, esa persona rehusara  propia hermana»
hermana» no significa
significa «No debe uno casarse con la propia
mantener esa razón consistentemente. El prescriptivismo niega hermana», ya que siempre está abierta la pregunta «¿Debemos
expresamente la licitud de esta actitud. hacer lo que es ilegal?» Lo que dice Haré de la universalizabili-
El problema real es, desde luego, si el discurso moral es o no dad de los juicios de deber pretende ser igualmente aplicable a
de este tipo. No hay nada de absurdo en la concepción de tal losjuicios morales y a los no morales. La tesis más amplia (todos los
universo del discurso, pero pudiera ser absurdo concebir así la
moralidad. Si la moralidad es este tipo de discurso, entonces 1,8 Anteriorment e, p. 151.
 parece seguirse que tendría buen sentido afirmar de cualquier
cualquier w Adelante, pp. 280-285.
100 R. M. Haré.
Haré. «Universa lisability» [«U niver saliza bilidad »],  PAS LV
cosa que es buena o de cualquier comportamiento que debe (1954-55). 295. Haré toma esta definición de Gellner,/ 6tV/.,., p. 163.
seguirse. Se podría (lógicamente) ofrecer cualquier   cosa como 101 Haré, op. cit.,   304.
204 La f ilo so fía moral con tem poránea 5. El prescrip tivism o 205

 juicios de deber son universalizables


universalizables)) quedará
quedará impugnada
impugnada igua
iguall dada la tesis de la universalizabilidad, ¿qué grado de especificidad
que la más estricta (los juicios morales de deber son universali-  puede tener un juicio moral?
moral? Se ha afirmado
afirmado que la tesis de la
zables) si esta última no puede ser mantenida. universalizabilidad no se puede formular simplemente así: «Un
 juicio es un juicio moral
moral si, y sólo si, la persona que
que lo hace acepta
 Alguna s equivocaciones un principio moral universal del cual, junto con un enunciado
verdadero sobre las características no morales  de la situación
La teoría de Haré de que los juicios de deber aplican princi- que se juzga, se deduce dicho juicio.» Esta formulación, se
 pios de tipo U ha sido frecuentemente malentendida, y debemos
debemos  pretende, debe reformularse
reformularse así:
así: «... junto con un enunciado
seguirle para deshacer algunas equivocaciones superficiales antes verdadero sobre algunas, pero no todas, las características no
que nada. Empecemos con los principios. Algunas veces, cuando morales  de la situación que se juzga». Esta propuesta de refor-
los hombres dicen que algo es para ellos un asunto de principio, mular la tesis de la universalizabilidad parece suponer dos cosas:
quieren decir que se lo toman muy a pecho, y que no pierden el (a) que es lógicamente posible ofrecer una descripción de las
tiempo en pensar si están o no justificados en lo que hacen. Es características no morales de una situación, tal que solamente
indudable que en alguna medida todos tenemos tales principios, y esta situación particular responda a dicha descripción, y (b) que
que hemos de tenerlos si no queremos perder tanto tiempo en la todos los elementos de esa descripción podrían (lógicamente) ser
reflexión que no nos quede tiempo para la acción. Pero sea esto moralmente relevantes —esto es, podrían figurar en un «enun-
como fuere, ciertamente Haré no quiere decir que todo el razo- ciado verdadero» acerca de las características no morales del
namiento moral sea, o deba ser, de este tipo. Cuando mantiene cual, junto con un principio moral universal, se deduce un juicio
que las razones de un juicio moral deben siempre implicar moral. Puede verse que, si ambos supuestos se cumplieran, un
 principios universales, lo que dice simpleme
simplemente
nte es que estas  juicio podría ser moral
moral y no universaliza
universalizable.
ble. La tesis de la
razones necesariamente invocan y aplican reglas universales. Y universalizabilidad tiene el propósito de evitar precisamente esta
esto es distinto. Igualmente, Haré no dice en ningún lugar que ser contingencia, y debe ser formulada de acuerdo con ello. Si los
moral sea necesariamente ser un correveydile que esté siem-  juicios morales pueden (lógicame
(lógicamente)
nte) ser morales y no universali-
 pre metiendo las nariceo
nariceo en los asuntos morales
morales de los demás.
demás. zables, entonces ciertamente la tesis de la universalizabilidad es
Tampoco consiste en ser intolerante con quienes no estén de errónea. ¿Están bien fundados los supuestos anteriores? (a) Me
acuerdo con nosotros en problemas morales. Su posición es inclino a pensar que el primero lo está. Me parece claro que, si la
simplemente que al decir «X está mal porque es Y», si he dado descripción en cuestión incluyera una explicación exhaustiva de
lealmente la razón completa de lo que digo, tengo que estar las relaciones temporales y espaciales de la situación dada,
diciendo que cualquier otra cosa que sea Y está igualmente, en  podría (lógicame
(lógicamente)
nte) ser tan completa
completa que se aplicara a esa
esta medida, mal. Se trata de una cuestión lógica. No implica en situación y no a otra. Incluso si el universo en el cual tuviera
modo alguno que tenga que ir buscando cosas que sean Y para lugar la situación dada fuera repetitivo o simétrico, de tal manera
denunciarlas. que pudiera haber situaciones idénticas en muchos aspectos a la
Una equivocación más frecuente es creer que cualquiera que situación dada, sería posible dar una descripción completa de las
admita la tesis de la universalizabilidad es insensible al carácter relaciones temporales y espaciales de esta última, dejándola así
extremadamente complicado de la mayor parte de las situaciones diferenciada de cualquier otra situación similar. Este supuesto
en las que se plantean problemas morales. Con frecuencia se  plantea el complicado
complicado problema de la identidad de los indiscerni-
 pasa po r alto la cuidadosa distinción que
que hace Haré entre univer-  bles, pero nos llevaría
llevaría muy lejos
lejos entrar en él. (b)
(b) El segundo
segundo
salidad y generalidad102. «Específico» es lo contrario de «gene- supuesto no está bien fundado. Supongamos que parte de la
ral», pero no de «universal». Un juicio moral puede ser universa descripción de una situación dada fuera una descripción de sus
lizable y al propio tiempo muy específico. relaciones espaciales y temporales, tal que esta parte de la
Podemos notar, de paso, que se ha planteado la cuestión: descripción se refiriera a la ubicación particular de esa situación
en el espacio y en el tiempo. Esta parte de la descripción sería
102  Ibt'd.,
 Ibt'd.,  311;  FR, pp. 38-39. irrelevante para la moralidad de la situación dada. La razón por 
206 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptiv ismo 207

la que un acto es, digamos, malo, no puede ser simplemente que tipo de teoría ética que pretende mostrar que los juicios morales
se haga en tal lugar y en tal tiempo. Se podría decir, desde luego, son «situacionales». Tiene versiones religiosas y seculares. Jo
que, por ejemplo, Enoch Powell obró mal al hacer sus discursos seph Fletcher presenta este punto de vista de una manera humo-
racistas donde y cuando los hizo. Pero esto no quiere decir que lo rística en su libro Situation Ethics  (Etica de la situación): «Un
que hizo moralmente malos a sus discursos fueron el lugar o el amigo mío llegó a San Luis cuando terminaba una campaña
tiempo  por s í mismos, sino las condiciones que se daban en  presidencial, y el taxista decidió pronunciarse sobre el tema. ‘Yo,
‘Yo,
tal tiempo o lugar. Un acto no puede ser malo sólo porque ocu- mi padre, mi abuelo y sus antecesores hemos sido siempre
rriera en Birmingham en un cierto tiempo. decididos republicanos’. ‘Ah —dijo mi amigo, que es también un
Lo que quiero subrayar es que no es necesario introducir en republicano—, eso significa que usted votará por el Senador Fu-
la formulación de la tesis de la universalizabilidad una salva- lano de Ta l’.
l’ . ‘Nada de eso —dijo
—dijo el taxis ta—; hay veces en que
guarda contra la posibilidad de que la razón dada en favor del uno tiene que dejar de lado sus principios y obrar rectamente’.
 juicio moral
moral sea tal que pueda (lógicamente)
(lógicamente) aplicarse sólo a algo Este taxista de San Luis será el héroe de este libro»104. Sin
hecho en cierto tiempo y en cierto lugar, convirtiendo así al juicio embargo, como se ve por lo que sigue en el libro, Fletcher es un
moral en cuestión en no universalizable. Tal posibilidad no moralista religioso que no tiene, o dice que no tiene, nada en con-
existe. Las únicas razones que pueden reconocerse como razo- tra de los principios, con tal que éstos no se solidifiquen en
nes morales  son las que hacen universalizable al juicio que reglas o leyes105. Parece, sin embargo, curiosamente, no darse
 justifican. Así, el «enunciado
«enunciado verdadero» antes mencionado
mencionado en la cuenta de la distinción entre (a) principios rígidos, a los cuales se
formulación y en la reformulación de la tesis de la universalizabi- apela en lugar de pensar cuando uno es moralmente insensible, y
lidad podría ser acerca de todas las características no morales de (b) las razones que deben darse cuando el pensamiento moral es
la situación —todas las que fueran moralmente relevantes. La racional, y que son razones solamente porque invocan principios
formulación original dada antes, a saber «... un enunciado verda- o reglas.
reglas. Es posible empíricamente prescindir de l os primeros,
primeros,
dero sobre las características no morales...», parece reconocerlo  pero no podemos (lógicamente)
(lógicamente) prescindir de los segundos.
segundos.
asi. La refbrmulacion sugerida, a saber «... enunciado verdadero Los moralistas religiosos de vanguardia han lanzado un fuerte
sobre algunas pero no todas las características no morales...», pa- y continuado ataque sobre la aplicación rígida de los principios
rece que no lo reconoce, y parece asumir falsamente que po- morales. El teólogo de Cambridge H. A. Williams, por ejemplo,
dría haber característ icas no morales con relevancia moral
moral que con- escribió hace pocos años lo siguiente sobre la película inglesa The
The
vertirían al juicio basado en ellas en no universalizable, y que  Mark:
 Mark:
necesitamos por ello formular la tesis de tal manera que exclu-
yamos tales casos. Pero no hay necesidad de tal cosa, pues esos Trata de la rehabilitación a la normalidad de un hombre a quien atraen con
casos son inconcebibles103. fuerza las niñas. Su anormalidad, que no puede sino hacer mal a todo el mundo,
se debe a su miedo a comprometerse con una mujer. Con el tiempo, una mujer de
su edad llega a inspirarle confianza suficiente para que se vaya a pasar con ella el
 La ética de la situación fin de semana. En el hotel tienen habitaciones separadas. Pero está claro que,
hasta que duerma conella.no adquirirá la confianza suficiente en sí mismo para
De que los juicios morales sean universalizables no se sigue librarle de su destructora anormalidad, que tiende a la más extrema explotación.
¿Tendrá la fuerza necesaria o no? Cuando por fin ¡a tiene, se va a la cama con ella
que sean vastas generalidades que no tomen en consideración el y entonces se libera. Y cuando hay curación, allí está Cristo, a pesar de lo que la
carácter extremadamente complicado de la mayor parte de las Iglesia diga sobre la fornicación. Y la respuesta adecuada es: Gloria a Dios en las
situaciones en las que se plantean problemas morales. Un re- alturas106.
ciente ataque contra la noción de principio moral procede de un
104 Joseph Fletcher, Situation Ethics  [Etica de la situación] (Londres, 1966).
Para la formulación sugerida ver J. Bennett, «Moral Argument» [«La p. 13
discusión moral»],  M   LXIX (1960), 544. Para una discusión reciente sobre el 105 Ibíd.,   pp. 31 y ss.
problema de la identidad de los indiscernibles ver P. F. Strawson,  Individuáis 106 H A. Willi ams, Soundings  [Sondas] ( Cambrid ge, 1962), editad o por A. R.
(1959), especia lment e las pp. 120-30.
120-30. Vidler, p. 82.
208 La filosofía moral contemporánea 5. El prescriptivism o
209

 No me interesa aquí discutir el valor de estas opiniones


opiniones ni su mismo dice en el sentido de concebir el razonamiento moral
consistencia con la ética cristiana. Todo lo que deseo decir es como un tipo de exploración108.
que, si se favorece semejante ensanchamiento de la moral cris-
tiana tradicional, de ahí no se sigue que se estén dejando de lado  El utilitarismo
utilitarismo de actos y el utilitarismo
utilitarismo de reglas
los principios, en el sentido de razones que incorporen reglas.
Considérese lo que dice otro defensor de la ética situacional, el En la ética secular se ha dado un desarrollo más o menos
obispo John Robinson, en una sección de su  Hones t to God   paralelo
 paralelo de la llamada
llamada «nueva moral»
moral» de los cristianos radicales.
radicales.
(Honesto para con Dios) titulada «Nothing PrescribedExcept Es la pretensión de que el utilitarismo debe serlo de actos y no de
Love» («Ninguna prescripción excepto el amor»): «... no hay reglas. Es decir, que el principio de la utilidad debe ser directa-
nada que pueda siempre considerarse malo por sí mismo»107. mente invocado para determinar la moralidad de los actos indivi-
Pero continúa diciendo que la expresión «porque es un acto de duales y no simplemente para justificar reglas universales tales
amor» enuncia una buena razón para hacer un acto. Parece como «Se deben cumplir las promesas», que a su vez puedan
 pensar que podemos contemplar las situaciones, preguntar «¿Qu «¿Quéé ejemplificarse en actos particulares. Haré arguye que, dada la
haría aquí el amor?», y percibir la respuesta. Pero a menos que universalizabilidad de los juicios morales, el utilitarismo de actos
esté defendiendo alguna forma extrema de intuicionismo o de y el utilitarismo de reglas «acaban por confundirse»109. Afirma
emotivismo, tendrá que decir que hay siempre una razón enun  primero
 primero que «no«no puede haber un caso que sea consi stente con el
ciable por la que el acto en cuestión es, o sería, un acto de amor. utilitarismo de actos  pero inconsistente con el utilitarismo de re
Por ejemplo, es de presumir que, si estuviera de acuerdo con glas»110,  y lo apoya diciendo sustancialmente lo que acabo de
Williams acerca de la película, tendría que decir que, en la me- decir contra los situacionalistas: «Si fuera posible aplicar direc-
dida en que una acción ayude a otro ser humano a vencer la tamente el principio de la utilidad a las acciones sin intermedio de
 perversión o la inadaptación sexuales, es un acto de amor. E so es ningún principio subordinado, tendríamos tal caso. Pero puede
lo que significa «amor» en esta situación, y es por tanto la razón mostrarse que esto es imposible. Pues ¿cómo podría ocurrir que se
 por ia que el acío que lo encarna es bueno y justo. Decir que esa supiera que una acción maximalJza las satisfacciones sin que
es la razón por la que ese acto es justo es, sin embargo, decir se supiera que lo hacía así a causa del tipo de acción que es?»111.
que, en la medida en que un acto ayude a otro ser humano a El acto individual es justo porque ejemplifica una regla en el
vencer la perversión sexual será siempre justo en esa medida, y sentido de que ese tipo de acción maximaliza las satisfacciones.
su omisión, injusta. Negar esto sería negar que se ha ofrecido una Tampoco puede haber, dice Haré, «un caso consistente con el
razón según la cual el acto en cuestión es justo. Realmente sólo utilitarismo de reglas, pero inconsistente con el utilitarismo de
hay dos alternativas abiertas a un moralista que quiera seguir la actos»112. En este caso tendría que haber una regla que nos
línea de Robinson: o bien (i) quiere decir que no se puede dar  pareciera justo observar, incluso
incluso aunque
aunque el acto individual
individual que
ninguna razón formulable por la que un acto sea un acto de amor, realizáramos no fuera justo; por ejemplo, cumplir una promesa
y esto se limita a afirmar que ni él ni nadie sabe qué significa  porque
 porque cumplir
cumplir las promesas produce la mayor felicidad
felicidad del
del
«amor»; en este caso resulta particularmente inútil decirle a mayor número, incluso aunque esta promesa hubiera sido hecha
alguien que obre de acuerdo con el amor. O bien (ii) quiere a un hombre ya fallecido y muchas más personas fueran felices si
simplemente decir que, siendo el amor el principio moral funda- la incumpliéramos que si la cumpliéramos. No me parece que
mental, enunciar lo que significa «amor» es una cuestión suma- este argumento haya de preocupar a un utilitarista de reglas.
mente compleja y nuestras mentes deben estar abiertas a la ¿Acaso podría encontrarse tal utilitarista, si pensara claramente,
 posibilidad
 posibilidad de que nos equivoquemos.
equivoquemos. El prescriptivismo univer-
sal de Haré puede acomodar esta última alternativa perfecta-
mente bien. En definitiva se limita a lo que, como vimos, Haré 10R Anteriorment
Anter iormente,
e, pp.
pp. 196-200.
109  FR,  p. 135.
110  FR. p. 132.
107 J. A. Robinson,  Hones t to God   [Honrado con Dios] (Lon dres, 1963),
1963), 111  FR. p.   131.
p. 118. 112  FR.  p. 132.
210 La filosofía moral contemporánea
5. El prescrip tivismo 211
aceptando una regla y exceptuando un acto individual? ¿Acaso
tendría que decir —o tendría sentido, si lo dijera— «Este acto ría. En
E n cont
co ntra
ra de Haré se cita el famoso ejemplo
ejemplo de Sartre en su
ejemplifica la regla, y en ese aspecto es justo, pero en sí es ensayo  L existential isme est un humanisme  (París, 1946). Uno de
injusto»? ¿No sería su regla tal que enunciara la rectitud de los los discípulos de Sartre vivía durante la guerra solo con su madre.
actos de un cierto tipo —por ejemplo, «Es siempre justo cumplir Esta es taba aparta da de su padre, que era medio
medio colaboracionista,
colaboracionista, y
las promesas incluso cuando ello cause la actual privación de su hijo mayo
ma yorr había sido muerto luchando con los alemanes en 1940
1940,,
felicidad, porque al final producirá la mayor felicidad del mayor encontrándose muy afectada por la traición de aquél y por la
número»? Si no ocurriera así, no sería realmente un utilita-  pérdida de é ste. El joven discípulo de
de Sartre se daba cuenta de que
rista113. su presencia era el único consuelo para su madre, pero estaba al
mismo tiempo deseoso de vengar la muerte de su hermano. La
 La crítica de fríaclntyre alternativa era marchar a Inglaterra para unirse a las Fuerzas
Francesas Libres o quedarse con su madre y hacerle la vida
Al presentar su doctrina de que los juicios de deber aplican llevadera. ¿Qué podría ayudarle a decidirse? pregunta Sartre. No el
 principios de tipo U, Haré dice que esto resultará claro si cristianismo, pues éste afirma «Ama al prójimo», pero él no puede
consideramos la conversación siguiente entre un existencialista y decir quién es su prójimo, si su madre o aquellos a quienes
un kantiano.  beneficiaría luchando por Francia. Tampoco la la ética kantiana, pues
ésta afirma «Trata a las personas como fin y nunca como medio»,
E: «No debes hacer eso.»  pero la cuestión es ¿qué personas, su madre o los otros? En
K: «¿Piensas por tanto que no se debe hacer ese tipo de cosas?»
E: «Nada de eso; lo único que digo es que  tú  no debes hacer eso.»
semejante dilema, dice Sartre, todo lo que podemos hacer es
K: «¿No quieres decir al menos que una persona como yo, en circunstancias «confiar en nuestros instintos», seguir nuestros «afectos». Pero
de esta clase, no debe hacer este tipo de cosas cuando las demás personas . esto no significa que podamos encontrar una guía anterior a la
afectadas son como en este caso? acción. «Sólo puedo estimares timar la fuerza de [un]
[un] afecto —dice
E: «No; lo único que digo es que  tú  no debes hacer eso.»
 K :  « ¿Estás h&cisndo un jui ci o morid?»
Sartre— si he realizado una acción por la que éste sea definido
E: «Sí.» y ratificado. Pero si apelo entonces a este afecto para justi- jus ti-
K: «En ese c aso no puedo entende r tu uso de la palabra
palabra ‘moral’.» ficar mi acción, me veré introducido en un círculo vicioso»115.
Maclntyre, que usa este ejemplo contra Haré, lo comenta así:
Y afirma Haré:
Parte de la fuerza de su argumento [de Sartre] es ésta. Alguien que tuviera que
La mayor parte de nosotros estarían tan confundidos como el kantiano, y afrontar
afrontar esta decisió n podría elegir quedarse o marcharse
marcharse sin intentar legislar para
ciertamente nos sería difícil pensar en un uso de la palabra «deber», moral o no nadie más en una situación similar. Podría decidir qué hacer sin pretender que quien
moral, en el que las consideraciones del existencialista fueran comprensibles. Si decidiera de modo diferente fuera censurable. Podría
Podría anunciar
anunciar legítimamente
legítimamente su
el existencialista hubiera dicho «No hagas eso» en lugar de «No debes hacer eso», el decisión diciendo: «He decidido que debo quedarme
quedarme con mi madre.»
madre.» Si así lo hiciera,
kantiano no podría haber objetado nada. Esto ilustra una de las principales su uso de «deber» no expresaría una apelación a un principio universalizable. No
diferencias entre «deber» y el imperativo ordinario. El fallo de los existencialistas sena una valoración de tipo U, pero sería una valoración moral116.
puede caracterizarse así: porque los juicios morales son como los imperativos
ordinarios en algunos aspectos, ellos concluyen que lo son en todos"4. Creo en primer lugar que Haré pu ede responder, como dede hecho
hace , que no es cierto de ningún
ningún modo que Sartre reconocería eso
La crítica a Haré ha adoptado la forma de una defensa del uso como «parte de la fuerza de su argumento». Un tema central de su
existencialist a de la palabra «moral»
«moral» en es ta conversación imagina
imagina ensayo es, ciertamente, la importancia de tomar por sí mismo las
113 Creo que aquí el argumento de Haré es correcto substancialmente, pero me
decisiones morales, sin aceptarlas de ot ros de segunda mano
mano y con
doy cuenta de que los temas suscitados son complicados y que un examen mala fe. Pero otro tema es la responsabilidad y la consiguiente
satisfactorio de la controversia del utilitarismo de los actos requeriría un trata
miento mucho más detallado, y quizá congenial, que el que yo he dado aquí, si ha Versión inglesa, J. P. Sartre,  Existe ntiali sm and Humantsm  (1948), trad.
de hacérsel e justicia. Imagino
Imagino que Haré estaría de acuerdo en esto. por Mairet,
Maire t, p. 37.
114 Haré, «Universalisability»,í>p. cit.,   304-5. 116 Maclntyre,  op. c it.,   326.
117 FR.  p. 38.
38.
É
212 La filosofía moral contemporánea 5. El prescript ivismo 213

angustia que, según Sartre, se encierran en el hecho mismo mismo de que, | después de éste. Y no es contradictorio decir que, en la medida en
al hacer elecciones morales, tenemos que elegir no sólo para  que esa decisión sea moral, uno tiene derecho a pedir su razón.
nosotros mismos
mismos sino
sino para toda la humanidad. Dice Dice Sartre, por | Cualquier razón invocará un principio universal.
ejemplo: «Soy así responsable
responsable de mí mismo y de todos los hombres, I (ii)
(ii) «Podría decidir qué hacer sin pretender que quien deci
y estoy creando una cierta imagen del hombre tal y como yo lo I diera de modo diferente fuera censurable»   (subrayado mío). En
haría. Al hacerme a mí mismo hago al hom hombre.
bre..... Nos quedamos 1 relación con esto, Maclntyre se refiere a las «obras de supereroga-
solos, sin excusa. Eso es lo que quiero decir decir cuando digodigo que el | ción» atribuidas a los santos y a los héroes121. Evidentemente
hombre está condenado a ser libre...
libre.. . Cada hombre, sin sin ayuda ni ni |  piensa
 piensa que el lenguaje
lenguaje que los héroes y los santos usan sobre sí
apoyo de ninguna
ninguna clase, está condenado en todo instante a inventar i mismos, o que nosotros usamos sobre ellos, es inconsistente con la
al hombr
hombre»1
e»11 . Para iluminar consideraciones comocomo ésta, Sartre usa f tesis de la universalizabilidad. Se cuenta con frecuencia la historia
el ejemplo dede su discípulo. Estas consideraciones
considera ciones y otras semejan- del capitán Oates para ejemplificar el heroísmo. Era uno de los
tes parecen apoyar
apoya r la afirmación de Haré de que el Sartre Sartr e de I miembros de la malograda expedición de Scott al Polo Antartico.
 L ’existentiali sme est un humanisme   es «un universalista tanto Hallándose impedido hasta el punto de retrasar la vuelta de sus
como yo lo soy y en el sentido en que yo lo soy»11 8119.
19. compañeros a lugar seguro, Oates dijo un día simplemente «Voy a
Sea de ello lo que fuere, lo importante es si la crítica de salir un momento», y abandonó la tienda para perderse en la
Maclntyre a la tesis de la universalizabilidad está bien fundada. ventisca rumbo a una muerte segura. De acuerdo con la tesis de
Consideraré sus diferentes puntos sucesivamente. la universalizabilidad, si el capitán Oates se hubiera dicho a sí mis-
(i)
(i) «Alguien
«Alguien que tuviera que que afrontar
afront ar esta decisión
decisión [la del | mo «Debo marcharme», o si dijéramos de él que hizo lo que debía,
discípulo de Sartre] podría elegir
elegir o bien quedarse o bien marcharse | lo que esto y aquello querría decir es que cualquiera en esa situación
sin intentar legislar para nadie más en una situación similar» j debería haber obrado igual. Dos cuestiones, (a) ¿Habría hablado
(subrayado mío). Nótese que Maclntyre habla de «quedarse» pero Oates espontáneamente sobre su caso en términos de «deber», o lo
no menciona «deber  quedarse», lo que hace que su consideración | haríamos nosotros? (b) En caso afirmativo, ¿qué habría querido
resulte más plausible. Y poco después añade en su artículo: «El decir, g   que quemamos decir nosotros? Ya hemos notado la
hecho de que una persona pueda, por razones morales, rehusar í  distinción que hace Haré entre «deber» y «bueno». «Deber»
legislar para otras personas (acaso por la razón de que que hacerlo
hacerlo así I implica que ninguna persona semejante en una situación similar
constituiría arrogancia moral) sería suficiente por sí mismo para debe dejar de hacer la misma cosa; «bue«bueno»
no» implica que cualquier
mostrar que no toda valoración moral es universalizable»120. Yo no cosa que sea igual en los aspectos relevantes es buena122. Cierta-
creo, sin embargo, que sea lógicamente posible hacer un un juicio j mente
mente tendríamos que decir que lo que Oates hizo es bueno, ¿pero
moral sin legislar para cualquiera que se encuentre en una situación diríamos que debía haberlo hecho? Parece claro a primera vista que
similar. Nótese en primer lugar el paréntesis de Maclntyre. La no. No habríamos culpado a Oates, ni a nadie en su situación, si no
 persona de su ejemplo dice en efecto:
efecto: «No debo legislar para para (esto se hubiera arrojado a la muerte de esa manera. Eso es lo que se
es, hacer juicios morales sobre)
sobre) nadie
nadie más
más que
que mí mismo.»
mismo.» Y a la ! quiere decir
decir al llamar a este acto heroico supererogatorio. Pero es
 pregunta «¿Por qué?» responde «Porque hacerlo así así es moralmente indudable que Oates por su parte pensó «Debo quitarme de en
arrogante». Es perfectamente correcto decir que este juicio instan- medio». Por la tesis de la universalizabilidad ello implica que nadie
cia el principio universal «Nadie en una situación similar a la mía en una situación similar debería dejar de hacer lo propio. ¿Habría
debe hacerlo que sea moralmente arrogante». En este sentido, que rechazado Oates esta implicación? Lo dudo. Es seguro que un
es el
el sentido de la tesis de la universalizabi
universa lizabilidad,
lidad, su razón legisla I hombre en su situación, actuando como él por sentido del deber,
 para los demás. No hay
hay nada inconcebible en elel pensamiento de queque ¡  pensaría que cualquiera en la misma situación que no actuara
act uara así
alguien tome la decisión moral
moral de no hacer más juicios
juic ios morales I sería culpable. Es cierto que podemos concebir que se imaginara a
algún conocido X en su situación, y que se dijera «Si X estuviera en
118 Sartre, op.
 op. cit .,   pp. 30-34.
119  FR,  p. 38. 121  tbid.
120 Maclntyre,  op. cit ..  328. 122
 FR, p. 153;
153; anterio
ant erio rmen te, p. 180.
214 La filosofía moral contemporánea 5. El prescripiivism o 215

mi lugar y no hiciera lo que estoy haciendo no por eso le haciendo un juicio, «debo» significa lo mismo que «debes». Pero
consideraría peor». Pero si se preguntara por qué, la respuesta hay un acto lingüístico lógicamente distinto de éste. Cuando me
revelaría alguna diferencia relevante, por ejemplo:
ejemplo: «Tengo el deber comprometo y acepto la responsabilidad de realizar la acción —no
de dar ejemplo a los demás», «He tenido una buena vida», «No simplemente de decir «Haga yo eso»—, lo que quiero decir por
sería capaz de seguir viviendo si no lo lo hiciera»... En estos aspectos medio de «debo» es algo que nunca puedo significar si uso el verbo
 podría consid erar su situación diferente a la de X. Puede haber en la segunda o tercera personas. No me parece que haya aquí nada
incluso, como creo que sugiere Haré123, un sentido en el que no que constituya una negación, y mucho menos una refutación del
sólo Oates, sino también nosotros, podemos decir que debía hacer  prescriptivism o universal.
universal. Tal vez no lo haya incluso aunque se
lo que hizo. Diríamos con toda naturalidad que un hombre debe vivir llame valoración moral al acto lingüístico del compromiso, como
a la altura de sus ideales, incluso aun cuando no estuviéramos hace Maclntyre. Alguien puede responder «Dos chelines» a la
dispuesto s a decir que to do el mundo debe
debe tener los mismos ideales.
ideales.  pregunta «¿Qué vale esto?» o bien a «¿Cuánto das por esto?». En
Si podemos decir de cualquier ideal que es bueno,  aunque no este último caso hay un compromiso que no hay en el primero.
 podamos decir que debe ser seguido,
seguido, podremos decir que, cual- Ambas son, si se quiere, valoraciones, pero no son el mismo acto
quiera que sea el ideal de una persona, debe vivir a su altura. En este lingüístico. La afirmación de Maclntyre de que hay un uso de
sentido podríamos decir que Oates hizo lo que debía haber hecho, «deber» para aceptar responsabilidades puede que esté bien
implicando con ello que cualquiera que dejara de hacer lo mismo fundada. Pero esto no muestra que Haré esté equivocado en lo queque
(esto es, vivir a la altura de sus ideales) sería censurable. dice sobre un uso diferente,   a saber, el uso en que «debo»
(iii) «Podría anuncia
anu nciarr legítimamente su decisión
decisió n diciendo: ‘He simplemente sirve para hacer un juicio moral.
decidido que debo  quedarme con mi madre’» (subrayado mío).
Maclntyre ilumina esta afirmación cuando posteriormente añade ¿Es verdadera la tesis de la universalizabilidad pero trivial?
que el uso de «debo» para anunciar una decisión «es un uso
ejecutivo... por cuanto es un uso que le hace a uno responsable de
ejecutar una acción parti cular, mientras que antes de decn ‘debo La tesis de la univers?!izabi!!da.d es criticada a veces sobre !s
no se le puede a uno hacer responsable de realizar esa acción más  base de que es verdadera pero t rivial. Para entender est o considé -
 bien que otra c ualquiera». En este sentido, sigue Maclntyre, no se rese la siguiente conversación imaginaria:
 puede nunca decir «No debes», sino sólo «No debo» 124¿ Es sin duda
cierto que no podemos (lógicamente) tomar las decisiones mo- A: Deber ía poners e fin a la pena de muerte.
rales ajenas, y si «debo» (o «no debo») se usan como dice B: ¿Por qué?
A: Porque cons iste en que un hombre
hombre disponga de la vida de otro.
Maclntyre, entonces no hay un correspondiente «debes» (o «no B: ¿Por tanto piensas que debe
debe ponerse fin a todo lo que sea disponer de la vida
debes»). ¿Pero sería cierto decir de tal uso de «debo», como dice ajena?
Maclntyre, que sería una valoración  moral? Ese «debo» de que A: Sí.
habla Maclntyre compromete con la realización de una cierta B: ¿Crees ent onces que los médicos no deben sacrificar
sacrificar la
la vida del feto cuando
saben que es probable que la madre muera en el parto en caso contrario?
acción, y puede distinguirse de un juicio sobre una acción. De A: No. En tal caso creo que deben sacrificar la vida del niño.
«Debo hacer X» se deduce un imperativo, y espero que no se me B: ¿Por qué?
qué? Este es un caso en el que alguien dispone de la vida ajena, com o en
acuse de eludir ninguna cuestión si llamo a este el sentido normal la pena de muerte.
universalizable de esa expresión. Decir «Debo hacer X» es decir A: Es diferente. En este caso se trata de salvar otra vida.
 por implicación «Haga yo X». Si digo lo primero dándome plena B: ¿Entonc es lo que piensas es qu e debe ponerse fin a lo que consis ta en
disponer de la vida ajena siempre y cuando no se trate de salvar otra?
cuenta de lo que digo, entonces he dicho también lo segundo. Esto A: Sí.
es diferente de comprometerme activamente con el cumplimiento B: Bien, supongamos que el Occident e tuviera que afronta
afrontarr la elec ción entre la
de ese imperativo diciendo «Debo». Cuando estoy simplemente guerra o la sumisión a Rusia, o a China. Si se eligiera la guerra,
guerra, es te sería un
curso de acción que conduciría a la muerte en gran escala. Moriría
Moriría más gente
en esta alternativa que en la de la sumisión. ¿Pero crees que haría mal
123  FR.  p. 154. Occidente si eligiera la guerra?
124 Maclntyre, op. op. cit.,   326-27. A: No. Incluso a ese precio creo que Occidente debería luchar.
La filosofía moral contemporánea 5. El p rescrip tiv ism o 2 17
216

B: Por tanto, no crees realmente que todo lo que exija disponer


disponer de la vida ajena  pena de muerte» sería entonces completamente particular —en el
está mal, aun cuando no sea para salvar otra vida, ¿no? sentido de que podría (lógicamente) aplicarse solamente a la pena
A: De acuerdo. . de muerte— y sin embargo pasaría la prueba de la universaliza-
B: Ent onc es no tiene s ninguna razón para decir que la pena de muerte debe sei
bilidad. Que esto pueda ocurrir muestra que la prueba de
abolida.
la universalizabilidad no es tal prueba, (ii) Alternativamente, la
La pretensión de B en esa conversación es convencer a A de crítica de trivialidad puede depender simplemente de la cuestión
que éste no se adhiere consistentemente a la razón que da para  práctica de que, cualquiera que sea su status lógico,lógico, la prueba de
decir que la pena capital debe ser abolida. Primero, consigue que la universalizabilidad no nos suministra un marco útil para la
A formule su razón, y luego, aduciendo contraejemplos (el abor- argumentación moral, puesto que alguien en la situación de A
to, la guerra), intenta conseguir que A renuncie a ella. Nótese  puede siempre, de hecho, encontrar alguna diferencia en princi-
que a A se le permite cualificar su razón original a fin de  pio entre su propio ejemplo
ejemplo y los contr aejemplos que no quiera
acomodar los contraejemplos. Es perfectamente legítimo en mo- aceptar. Así, una discusión moral llevada de acuerdo con el
 _ 
ral comocomo acaso en cualquier otro tipo de argumento— precisar  criterio de universalizabilidad puede (empíricamente) no acabar
nunca.
lo que se quiere decir a la vista de las objeciones. El propósito de
B, sin embargo, es producir un contraejemplo que A no pueda Intentar defender la tesis de la universalizabilidad contra la
acomodar. La razón de A en contra de la pena de muerte,  primera de estas críticas dependerá de si es lógicamente posible posible o
modificada de forma apropiada para acomodar los contraejem- no dar una descripción de la situación que se juzga moralmente la
 plos prev ios, se aplicaría igualmente al caso de la guerra, pero A cual sea aplicable solamente a esa situación. Si esto es posible,
no cree que ésta deba ser evitada. Por tanto es inconsistente en entonces habrá que reformular la tesis de la universalizabilidad
desaprobar la pena de muerte y no la guerra. Como ser racional, de la manera indicada anteriormente126. En caso contrario, si ello
tiene que abandonar su razón, y con ella su juicio original. no es posible, esta crítica a la tesis de la universalizabilidad carecerá
Teniendo a la vista este paradigma de argumentación morafi de fundamento. Anteriorm ente127 he intentado mostrar que, sien-
volvamos sobre la crítica de que la tesis de ¡a universalizabilidad  do concebible que una descripción de las características no morales
morales
es verdad era pero trivial. . . de una situación sea aplicable sólo a esa situación, tal descripción
descripción
Esta c rítica puede tener dos formas 2 . (i)
(i) Puede consistir en no podría ser dada como razón para un juicio moral.  Si este
la cuestión puramente lógica de que no tiene sentido considerar a argumento es sólido, la tesis de la universalizabilidad sirve como
nada como criterio de la diferencia entre un X genuino y otro no criterio de los juicios morales y no es trivial.
genuino si ese criterio deja pasar cualquier X, y que esto es lo En respuest a a la segunda crítica —que la tesis de la universali-
universali-
que hace la tesis de la universalizabilidad. Así, A podría seguir zabilidad carece
carec e de utilidad práct ica— Ben nett1
net t128 concede que una
aceptando modificaciones a su principio original a fin de escapar discusión moral no será nunca perdida por un moralista que
a la acusación de inconsistencia frente a los contraejemplos de B, tenga el grado necesario de paciencia y tozudez —esto es, por un
hasta que su principio no se refiriera a nada excepto la pena de moralista que se niegue a admitir la derrota y que modifique
muerte. Al final su argumento sería: continuamente su premisa mayor para acomodar los contraejem-
 plos.
 plos. Afortunadamente, este grado de tozudez no es nada común. común.
Debe ponerse fin a lo que sea a, b, c, etc. Dentro del marco de la universalizabilidad, uno puede constan-
La pena de muerte es a, b, c, etc. temente desafiar la autoconsistencia del adversario. Usualmente,
Usualmente,
Por consiguiente Debe poners e fin a la pena de muerte. éste no estará dispuesto a reducir sus principios más allá de un
cierto punto —como A en la anterior discusión sobre la pena de
«a, b, c, etc.» sería una descripción completa  de las propie- muerte. Por tanto, la acusación de trivialidad práctica tampoco
dades’no morales de la pena de muerte, y por tanto no podría
(lógicamente) referirse a otra cosa. Su juicio «Debe abolirse la 5
2
1 126 Anterio rmente, p. p. 205.
127 Ver anteri ormente, pp. 205-6.
128 Bennett. op.
 op. cit. .  547.
125 Cf. Bennett, op.  cit. ,  547-48.
2 18 La filo so f ía moral co nt em p orá nea 5. El prescriptivismo 219

está bien fundamentada. La argumentación moral produce a demás) deseo tener esto o evitarlo?»135. Aquí «esto» se refiere al
veces cambios de opinión. Es cierto que el prejuicio tiene un contenido del imperativo que se deduce del juicio moral en
 papel no pequeño en todo ello. Pero, en cualquier caso, lo cuestión, pues creo que Haré diría que desear tener (o hacer)
aceptado es que cualquier juicio específicamente moral debe ser, algo es estar dispuesto a asentir al imperativo «Hágalo yo (o
en frase de Bennett, «racionalizare a petición»129. Es decir, téngalo yo)»136. Uniendo la prescriptividad y la universalizabili-
cualquiera que haga un juicio moral debe estar preparado para dad, tendremos el argumento como sigue en palabras de Haré:
admitir que su oponente aduzca contraejemplos. Para mantener «Es el empeño en encontrar líneas de conducta que podamos
su reputación de racionalidad, debe mantener consistentemente  prescribir universalmente en una situación dada en la que este-
los principios implícitos en su razonamiento. El objeto de la mos dispuestos a dar igual peso a los deseos de todos los
discusión moral es poner en tela de juicio esta consistencia. afectados... lo que a su vez conduce   a doctrinas como la de que
Recordando a Haré130, la argumentación moral, cuando la desa- debemos buscar
busc ar la maximalización de las satis facciones»1
facci ones»13
37. Ha
rrolla un individuo en forma de diálogo consigo mismo o se da re, creo, está diciendo aquí que el prescriptivismo universal
entre varios, es una forma de exploración —una exploración de conduce al utilitarismo en el sentido siguiente. La universalizabi-
lo que nos sentimos de hecho capaces de creer. Queda la cues- lidad en nuestros juicios morales exige que tengamos en cuenta a
tión de si es simplemente la racionalidad moral la que hace esta todos  los afectados. La prescriptividad exige que tengamos en
consistencia. Volveré sobre esto131. cuenta las necesidades de todos los afectados. Ser un prescripti
vista universal es, por tanto, ser un utilitarista, es aprobar
 La tesis de la universalizabilidad y el utilitarismo moralmente aquello que maximaliza las satisfacciones. Plantearé
dos cuestiones: (i) ¿Dónde quedan los que Haré llama «fanáti-
Haré ha querido establecer «un punto de contacto» entre su cos»; (ii) ¿Dónde quedan las minorías?
 prescriptivismo universal y el utilita rismo13
rismo132. Afirma que el pres Para tratar de los primeros, tomemos el ejemplo del hombre
criptivismo universal suministra «un fundamento formal» para el que piensa que todos los judíos deben ser exterminados. Si este
utilitarismo'33. Si le he entendido bien, su argumente es como hombre es un prescriptivista universa!, tendrá que hacer dos
sigue. Puesto que los juicios morales son universalizables, cual- cosas. Tendrá que asentir al imperativo «Sean exterminados
quiera que haga un juicio sobre otra persona debe aceptar que, si todos los judíos», y tendrá que ponerse imaginativamente en
estuviera en el lugar del otro, el juicio sería igualmente aplicable lugar de cada uno de los judíos del mundo, y hecho esto rehusar
a él. Y porque los juicios morales son prescriptivos, quien asienta el asentimiento al imperativo «No sea yo exterminado». Es
a un juicio moral debe asentir al imperativo implícito en él. Si, lógicamente posible hacer ambas cosas, pero es discutible que
 por ejemplo, le digo a alguien «Debes ser exterminado, por ser sea empíricamente posible. Este fanático tendría que encontrar
 judío», debo (i) recon ocer que eso mismo
mismo debería serme aplicable
aplicable en el pensamiento del exterminio de todos los judíos una satis-
si yo fuera judío, y (ii) asentir al imperativo «Sea yo extermina- facción mayor que la que encontrara en el pensamiento de la
do, si soy judío». La universalizabilidad de los juicios morales supervivencia de los mismos, después de haberse puesto imagi-
exige que «considere a todos los afectados... y dé igual peso a los nativamente en su lugar. Puede argüirse que ningún ser humano
intereses de todos», en palabras de Haré134. La prescriptividad  podría de hecho experim entar tal grado de satisfacción. Por estas
de los juicios morales exige que, al hacer tales juicios, me razones, Haré diría, creo, que lo que llama fanatismo es lógica-
 pregunte «¿En qué medida (imaginándo
(imaginándomeme en el puesto de los mente posible, pero no puede darse empíricamente. Pero ¿y si
suponemos que nuestro fanático no está solo en su fanatismo?
Supóngase que otros en su sociedad quieren también el extermi-
129  Ibíd .,   546. nio de los judíos. Como prescriptivista universal, nuestro fanáti
130 Ver anteriormente, pp. 188-190.
188-190.
131 Ver más adelante, pp. 276-309. 135
132  FR. p. 122.  Ibíd.
136
133  FR. p. 123. Ver más adelante, p. 296.
137
134  Ibíd.  FR,  p. 123;
123; la cursiva es mía.
220 La filosofía moral
moral contemporánea 5. El prescriptivismo
221
co, al considerar lo que debe hacerse con los judíos, se colocará del discurso moral, pues todo lo que está haciendo realmente es
también en el puesto de esos otros fanáticos, y tomará en cuenta recomendar una moral particular. Ya rechacé está crítica ante a ntes1
s1440
la satisfacción que deriven del exterminio de los judíos. No está con respecto a la doctrina de Haré de que los juicios morales son
fuera de los límites de la posibilidad empírica que la satisfacción esencialmente prescnptivos. No hay mejores razones para ella
que un grupo de personas derive del exterminio de otro sobre- con respecto a la tesis de la universalizabilidad
 pase la satisfacción que derive de su supervivencia.
supervivencia. La critica que se le hace es que él piensa que el discurso
Esto me lleva a la segunda cuestión. ¿Dónde quedan las moral es universalizable y que esto es un hecho lógico porque
minorías? El principio utilitario de equidad, al que Haré equipara acepta el principio moral protestante y liberal de que uno debe
la tesis de la universalizabilidad, exige que cada cual cuente aplicarse los cnten os que aplique a los demás y viceversa
vicev ersa1141 Es
como uno y no más que como uno en el cálculo de la felicidad. desde luego posible que la tesis de la universalizabilidad tomara
Pero no suministra ningún medio de salvaguardar la minoría forma en la mente de Haré porque éste ha sido educado como
contra los intereses de la mayoría. Haré piensa, por ejemplo, que
los asesinos deben ser castigados, y dice que sus razones «son ddebe
e b íddee " haber
? hberftécnicas
a1'
a1' N° Sépsicológicas
SÍ de heCh
heCh°° CS
Cque
St° ha zurr
zu rr idestablecerlo
podrían o o no, pero
utilitarias»138. Si se cuenta a cada cual como uno y a nadie como
más de uno, se llega a la conclusión de que más personas del° SEd c,u al ,fuere
,fuere Jf resPuesta’
resPuesta’ está
está completam
completament entee fuera
de lugar desde el punto de vista de una crítica a la filosofía moral de
conseguirán lo que desean si se castiga a los asesinos que si no se Haré. Las opiniones de este sobre la lógica del discurso moral
les castiga. ¿Pero estaría Haré dispuesto a mantener la discrimi- son una cosa, y los principios morales que acepte, o en los que
nación racial por estas razones? Es evidente que no, puesto que haya sido educado, son otra. La tesis de la universalizabilidad
dice que «las razones de este tipo [utilitarista] no pueden ser  pertenece
 pertenec e a las primeras y pretende explicar cómo funciona el
utilizadas por los racistas»139. ¿Por qué no? Haré diría, es de lenguaje moral, por lo que debe discutirse sobre la base de sus
suponer, que no hay diferencia lógica entre el «debe» de «Los
asesinos no deben ser castigados» y el de «No se debe dar m^ s !oglc
 !oglcos
os y A f l e o s . Atentar desacre
desacredita
ditarla
rla jugando
jugando a la
la
 psi ologia
ologia amateur
a mateur y discutiendo su génesis en la mente de Haré
derechos civiles a los negros». La diferencia es simplemente que, es r‘d,c'jl°
r‘d,c'jl° ^ omo se )e)e ocurrió psicológicamente
psicológicamente a Haré si esto
de hecho, la mayoría consigue lo que quiere si los asesinos son  puede descubrirse, sería de indudable interés para ¿^biógrafo
castigados, pero no si los negros se quedan sin derechos civiles.  pero carece de ínteres para quienes intentan evaluar la correc
La injusticia de negar a los negros derechos civiles está, por ción  o incorrección de su filosofía moral.
tanto, en este hecho contingente. Pero de aquí se sigue que si no
fuera esto un hecho, es decir, si la mayoría obtuviera lo que III. L a s r e l a c i o n e s l ó g ic a s .- c r ít i c a
quiere manteniendo a las gentes de color sin derechos, esto es lo
que debería hacerse. Sabemos que en algunas comunidades res-  El neústico y el frástic o
tringidas la mayoría tendría lo que quiere si hubiera barreras
raciales. Supongamos que esto fuera cierto de la comunidad En diversos artículos hasta ahora inéditos, Haré ha señalado
humana como un todo. ¿Sería entonces la sumisión racial moral-
mente justa? Me cuesta pensar que Haré diría que sí, pero esta es ofrectóen'y’
ofrec tóen'y’S
S 3/ 13 expll?
expll? £ ión del neústico
neústico y del
del frástico
frástico que
la respuesta exigida por su prescriptivismo universal. °mente . Ha iecoidado
á ü , T a ge °f
iecoid ado que en su m il
il s   y
su trabajoque hemos visto
trabaj o para el Premio anterior-
T H
¿Constituye un principio moral la tesis de la universalizabilidad?
traba
traba !<] C!u
C!uee abreviado
abrevi ado constit
cons tituyóuyó la primera
prim era par
p arte
te de The
 Language o f Moráis,  había hecho una triple distinción entre los
Se dice a veces, contra Haré, que se engaña a sí mismo y que signos de modo, completad y suscripción. CoñsSemnSo es?o
engaña a sus lectores cuando cree que está elucidando la lógica irrelevante para su argumento al tiempo de escribir su libro, usó la

i 36 140 Anteriorme nte, p. 199.


199.
1»  Ib id.  p .
 F R . 222.
142
Ver nota 90 y anteriormente, pn.
Pp. 191-96.
222 La filosofía moral contemporánea 5. El presc riptivism o 223

 palabra «neústico» para cubrir al menos el signo de suscripción, cionado era el signo de completud. Es necesario distinguir esto
y la palabra «frástico» para cubrir el elemento común a indicati- del neústico y del trópico en una oración o sentencia, y recono-
vos e imperativos que contiene todas las propiedades lógicas de cer que de él dependen algunas propiedades lógicas de ésta. Haré
una sentencia. Según ha dicho, ahora piensa que esto fue una lo llama ahora dístico  (de la palabra griega que significa «ce-
equivocación. Es de esperar que Haré publicará pronto sus rrar»). Sirve para cerrar una oración y mostrar el principio y el
 pensamientos ulteriores sobre este tema. A la luz de los escritos fin de lo que se dice, advirtiendo que no falta nada. Es lógica-
inéditos que ha tenido la amabilidad de enseñarme, y sin preten- mente necesario para saber esto. Una ilustración (redactada
der representar sus opiniones de forma autorizada, me permito sobre la base de una usada ocasionalmente por el propio Haré)
sugerir que sus razones para condenar su primera explicación aclarará esto. Si le digo a un alumno «Te has equivocado. ¡Oh,
 podrían seguir la dirección siguiente.
siguiente. no!, no te has equivocado», esto no es una contradicción, sino
(i)
(i) La contradicción y la deducibilidad no pueden atribuirse una corrección. Si hubiera dicho «Te has equivocado y no te has
a las sentencias con independencia del modo, como tendría que equivocado», me habría contradicho. El punto —que representa
ocurrir si todas las propiedades lógicas estuvieran en el frástico y el dístico— constituye la diferencia. Pone fin a lo que he dicho y
el neústico fuera el signo del modo. muestra que lo que viene a continuación es un nuevo comienzo.
(1)
(1) «Lleva estas cajas a la estación» Por tanto, algunas propiedades lógicas de las sentencias depen-
y (2)
(2) «No llevarás estasesta s cajas a la estación» den del dístico. Este es obviamente distinto de los signos de
no se contradicen entre sí, a pesar de que, según el primer suscripción y de modo. Una oración mencionada, no usada,
análisis de Haré, tienen frásticos contradictorios: «Tu llevar  puede ser no obstante completa.
completa. Restringiendo «neústico»
«neústico» a
estas cajas a la estación» y «Tu no llevar estas cajas a la «signo de suscripción o aserción», como Haré parece hacer
estación» respectivamente, ahora, podría decirse que dos oraciones tienen dístico, pero que
(3)
(3) «Lleva todas las cajas a la estación» una carece de neústico. Igualmente podría decirse que una ex-
y (4) «Llevarás todas las cajas a la estación»  presión tiene trópico pero carece de dístico;
díst ico; por ejemplo «Lleva
tienen según e! primer análisis de! mismo frástico: «Tu llevar todas las cajas a...» está en el modo imperativo, pero es incom-
todas las cajas a la estación». Pero podemos inferir válidamente  pleta. El neústico, el trópico y el dístico
díst ico son po r tanto distintos
(5) «Lleva esta caja a la estación» entre sí y del frástico, y las propiedades lógicas de una oración
a partir de (3) pero no de (4). Sabemos que (1) y (2) no se no se hallan todas en este último.
contradicen y que (5) se sigue de (3) pero no de (4), sólo cuando Queda fuera de los límites de este libro discutir ulteriormente
conocemos los signos de modo de esas sentencias. O sea, sólo los entresijos de estas partículas. Cómo resultan de hecho consti-
cuando conocemos sus neústicos, según el primer análisis de tuidas por las reglas y convenciones de nuestro lenguaje; si hay
Haré. Por tanto, y en contra de lo que entonces pensaba, no otras además de las citadas; si el neústico contribuye, como el
todas las propiedades lógicas residen en el frástico, algunas trópico y el dístico, o no a las propiedades lógicas de la oración;
deben hallarse en lo que entonces llamaba neústico. y así sucesivamente —son cuestiones todas ellas que atraen
(ii) El signo de suscripción, o aserción,
aserc ión, que muestra que una actualmente el interés de los lógicos. Pero lo más importante a
sentencia está realmente siendo usada y no meramente mencio- la hora de intentar una valoración del prescriptivismo de Haré es,
nada o citada, no puede identificarse con el signo de modo, como a mi juicio, si con esto Haré se desdice, o debe desdecirse, de su
Haré hacía en The Lcinguage o f Moráis.
Moráis. Sabemos
Sabe mos que «p» y «no afirmación de que son posibles los silogismos mixtos, o prácticos.
 p» son contradicto rias antes de que sepamos si están siendo siendo La respuesta es que no.
usadas o sólo mencionadas. Pero puede que no sepamos aquello En el ejemplo:
hasta que sepamos en qué modo están. Haré ha inventado ahora
un nombre, trópico  (de la palabra griega para modo), para el Lleva todas las cajas a la estación.
signo del modo, y restringe «neústico» para el signo de suscrip- Esta es una caja.
ción. Por consiguiente Lleva esta caja a la
la estación.
(iii)
(iii) El tercer
terc er signo que Haré distinguía en el traba jo men-
men-
La filosofía moral contemporánea 5. El prescr iptivismo 225
224

la conclusión imperativa se sigue de la conjunción de las dos A partir de:


 premisas porque (a)(a) la premisa menor muestra la referencia de Juan, conduce tu coche hacia casa (imperativo)
«esta», y (b) puesto que «esta» tiene tal referencia, la conclusión  podemos inferir válidamente:
válidamente:
está implícita en la premisa mayor. Negar esto sería no entender Juan posee un coche (indicativo)
el significado de la palabra «todas». Los defectos del primer Y a partir de:
análisis en términos de neústico y frástico solamente no impug-  No hagas
hagas nunca nada ilegal
ilegal (imperativo
(imperativo))
nan las dos reglas que Haré dio en The Language of Morah   para  junto con:
con:
el gobierno del silogismo práctico ni las consideraciones lógicas  No hagas
hagas nunca A (imperativo)
(imperativo)
generales sobre las que se basan143.  podemos inferir válidamente:
Es ilegal hacer A (indicativo)
 Las reglas de Haré 
Estos ejemplos parecen dar al traste con la primera regla de
Eso no significa que no haya otras objeciones a las reglas de Haré. Es cierto que podría argüirse que la conclusión indicativa
está, en algunos casos, oculta dentro de una premisa imperativa.
Haré.
Las dos reglas a las que se ha hecho referencia son como Por ejemplo:
sigue: , .. .. Juan, conduce tu coche hacia casa
(i) De un conjunto de premisas
premis as no se puede extraer valida-
mente una conclusión indicativa que no se pueda extraer  podría analizarse así:
así:
válidamente sólo a partir de los indicativos contenidos en Juan, tienes un coche (indicativo)
ellas. . Condúcelo hacia casa (imperativo)
(ii)
(ii) No se puede
puede extraer válidamente una
una conclusión
conclusión impera-
tiva a partir de un conjunto de premisas que no conten- Pero no es posible pretender que «No hagas nunca A», en el
gan por lo menos un imperativo. segundo
segundo de los ejemplos anterio res, se analiza correctamente así:

Con estas reglas, Haré contribuía a una discusión que ha Es ilegal hacer A (indicativo)
tenido lugar durante bastante tiempo entre los lógicos, y que  No lo hagas
hagas nunca (imperativo)
(imperativo)
todavía continúa. ¿Puede haber «silogismos mixtos», es decir,
silogismos en los que la conclusión, bien en el modo indicativo La segunda regla de Haré es el punto de apoyo lógico de su
 bien en el modo imperativo, proceda de premisas que estén en filosofía moral. El apunta cuidadosamente que no es el primero
ambos modos o bien en un solo modo el cual sea distinto del de en haberla formulado. Henri Poincaré la propuso en «La morale
la conclusión? Los problemas lógicos que se plantean en cone- et la science»,  Dernieres Pensées   (París, 1913), e igualmente K.
xión con las dos reglas de Haré son técnicos y complicados, y R. Popper en «What Can Logic Do for Philosophy?» (¿Qué
tratarlos en detalle está fuera de los límites de este libro. Se  puede
 puede hacer la lógica
lógica por la filosofía
filosofía?),
?), Proceedings of the
encontrará una útil introducción al tema de la inferencia impera- Volume,  XXII (1948). A mi
 Aristotelian Society, Supplementary Volume,
tiva, junto con una valiosa bibliografía, en The Logic of Com-  juicio, esta segunda regla es correcta. Hay muchos problemas
mands  (La lógica de los mandatos) de N. Rescher. lógicos que se plantean en conexión con ella, pero son proble-
En cuanto a la primera de las reglas de Haré, se han aducido mas de definición y de formulación, y no dudas sobre la «viabili-
contraejemplos plausibles, y no creo que Haré desee defenderla dad» de la regla.
tal y como está. Considérense estos ejemplos tomados de Res- Uno de tales problemas se refiere a los imperativos hipotéti-
cher. cos. Considérese el siguiente ejemplo de Haré:

Si quieres ir a la mayor tienda de Oxford, ve a Grímbly


143  LM,   p. 28.
Hughes.
226 La filosofía moral contemporánea 5. El presc riptivis mo 227

A primera vista esto parece seguirse de, y no ser más que: dar, prescribir, o comoquiera que lo llamemos— que normal-
mente sé realizan por medio de ellos. Algunos críticos han
Grimbly Hughes es la mayor tienda de Oxford. mantenido que no se puede explicar así. Entre otras, señalan dos
cuestiones: (i) sí el significado literal de «bueno» se explícita
Sin embargo, no podemos decir que sea realmente un indicativo, diciendo, por ejemplo, que se usa para realizar el acto lingüístico
 porque, como Haré señala, alguien
alguien que hubiera aprendido el de recomendar, entonces siempre que «bueno» tenga su sig-
significado de las formas verbales indicativas, pero no de las nificado literal se usará para recomendar; pero (ii) hay numerosos
imperativas, no lo entendería. Haré piensa que hay un neústico ejemplos en que se usa «bueno» con su significado literal, aunque
imperativo oculto en la palabra «quieres», y sugiere este análisis: no se usa para recomendar. Ejemplos de estos usos son:
Tú ir a la mayor tienda de Oxford, por favor X no es bueno (negación)
Grimbly Hughes ser la mayor tienda de Oxford, sí ¿Es X bueno? (interrogación)
Tú ir a Grimbly Hughes, por favor. Si X es bueno, entonces Y (hipótesis)

Este análisis pondría a dicho imperativo hipotético bajo su se- Parece seguirse de estas consideraciones que la explicación de
gunda regla. Sin embargo, Haré no afirma haber resuelto el Haré del significado de palabras como «bueno» debe de estar
 problema. Queda por probar que su análisis
análisis de los imperativos equivocado.
hipotéticos sea correcto. Haré puede tener razón en que llamar a algo bueno es re-
Otro problema que se plantea en conexión con la segunda comendarlo, pero analizar lo que es llamar a algo bueno no es
regla de Haré es el de cómo caracterizar la validez en el caso de lo mismo que analizar «bueno». Así es como se formula la crítica
un silogismo mixto. Podríamos decir tal vez que una condición a Haré. Cualquier análisis de «bueno» debe reconocer el hecho
necesaria para una inferencia válida en tales casos es como sigue. de que la palabra se usa en diferentes actos lingüísticos, como los
Una conclusión imperativa es válida sólo si este imperativo debe indicados. «Bueno» debe significar lo mismo en codos ellos, o sí
(lógicamente) ser obedecido cuando las premisas imperativas son no tendríamos la absurda consecuencia de que «X es bueno» no
obedecidas y las premisas indicativas son verdaderas. Pero esta  puede
 puede ser negado por «X no es bueno», no podrá ser una
condición, aunque necesaria, no sería suficiente. El siguiente contestación a la pregunta «¿Es bueno X?»», ni podrá validar,
silogismo cumple con esta condición, pero su conclusión no es  junto con la premisa ulterior «Si
«Si X es bueno, entonces Y», la
válida. conclusión «Y». «Bueno» debe significar en cada uno de los tres
ejemplos indicados lo mismo que significa en «X es bueno», si
Juan, haz A siempre que hagas B esto último sirve para responder a la pregunta, contradecir la ne-
Juan hace de hecho C siempre que B gación, y si de ello, juntamente con la hipótesis, se deduce la
Juan, haz A y C siempre que B conclusión «Y». Pero «bueno» no se usa para recomendar en
ninguna de las tres oraciones anteriores (interrogación, negación
La pregunta de cuál sería una condición suficiente está por e hipótesis), a diferencia de lo que ocurre en el enunciado
contestar144. categórico «X es bueno»145. Parece seguirse de este orden
de consideraciones que la explicación de Haré del significado de
 Los términos valorativos
valorativos y los actos lingüísticos
lingüísticos  palabras como «bueno»
«bueno» está equivocada. ¿Puede defenderse tal
explicación? Reconociendo de nuevo el uso de escritos inéditos
Haré pretende explicar el significado de los términos valorati- que amablemente me ha mostrado, y sin pretender representar
vos como «bueno» en términos del acto lingüístico —recomen adecuadamente su doctrina, me aventuraré a señalar cómo puede

141 Ver LM,   pp. 33-38, y N. Rescher, The The Logic o f Commands  [La lógica de Cf. J. R. Searle. «Meaning and Speech-Acts» [«Significado y actos de
los mandatos] (Londres, 1966)
1966),, Caps. 7 y 8 , en particular pp. 99-100. discurso»], PR LXXI (1962).
228 La filosofía moral contemporánea 5. El prescrip tivismo 229

defenderse la posición de Haré. Palabras como «bueno» deben Clases y niveles de significado
considerarse tal y como aparecen incorporadas en oraciones o
sentencias apro piadas, pronunciadas en las ocasiones apropiadas.
apropiadas. G. C. Kemer en 7he Revolution in Ethical Theory  (La revolu-
Pero así consideradas, dan a las expresiones en las que aparecen ción en la teoría ética) hace, entre otras, dos críticas a la filosofía
una cierta fuerza ilocucionaria. En el caso de «bueno», puede moral de Haré: (i) que Haré está equivocado en la teoría de que
llamarse a esta recomendatoria, en un sentido amplio. Que esta los juicios morales tienen dos clases de significado, descriptivo y
fuerza ilocucionaria subsiste en los usos interrogativo, negativo e valorativo; y (ii) que no ha reconocido la total diferencia de
hipotético puede tal vez mostrarse por un análisis de estas formas significado entre imperativos y juicios de deber. Según Kemer, si
oracionales a la luz del neústico y del trópico, en el sentido que Haré hubiera hecho mejor uso de su propia distinción entre
actualmente les da Haré. frástico y neústico, en The Language of Moráis,  podría haber
La forma oracional interrogativa puede explicarse como una evitado ambos errores. Cualquier acto lingüístico, arguye Ker
invitación o una orden para hacer una de varias posibles afirma- ner, tiene, por así decirlo, dos «niveles» de significado: (i) unos
ciones: añadir un neústico (un signo de suscripción o aserción) a, criterios de aplicación (el elemento frástico: lo que tradicional-
 por ejemplo, bien «X es bueno»bueno» bien «X no es bueno».
bueno». Si mente se ha llamado sentido y referencia), y (ii) una fuerza
añadiéramos el signo de aserción a la primera estaríamos usando ejecutiva o ilocucionaria (el elemento neústico). Aplicar palabras
«bueno» para recomendar. ¿Y si lo añadiéramos a la segunda? es simplemente correlacionarlas con algo del mundo, dice Ker
Cualquiera que pronuncie la negación «X no es bueno» estará ner. Esto es lo que consiguen las convenciones de sentido y
realizando un acto lingüístico de recomendación cuyo contenido referencia, y son por ello lógicamente anteriores a las reglas o
es la negación del contenido de la recomendación «X es bueno». convenciones que constituyen la fuerza ilocucionaria, esto es, en
Al hacerlo, tendría que apoyarse en las reglas para el uso de «no» la fraseología de The Language of Moráis,  los neústicos de
 junt o con el hecho lógico
lógico de que «bueno»
«bueno» se usa para reco- descripción, interrogación, imperación, etc.146. Un acto lingüís-
mendar.  , . . , tico encierra la apelación a ambos tipos de regla o convención.
La nipótesis «Si X es bueno, entonces Y» ss más difícil. Aquí Esto es, no he dicho nada si simplemente he aplicado palabras a
X es bueno, entonces Y» no puede decirse que recomiende las cosas del mundo. No he descrito, mandado, preguntado,
Simplemente porque no se afirma. Lo que se afirma no es «X es recomendado, etc. Pero tampoco he dicho nada a menos que haya
 bueno», sino la oración completa de la que forma parte. Sin dicho algo específico147. No he descrito, etc., a menos que
embargo, la presencia o ausencia de un neústico no altera lo que haya especificado alguna cosa o cosas para describir. Con este
Haré ahora llama trópico. Esta palabra se refiere al signo que, de trasfondo, Kemer critica a Haré por las dos razones señaladas.
acuerdo con las reglas y convenciones de nuestro lenguaje, indica Intentaré aclarar en qué consisten las críticas de Kemer y diré a
no simplemente el modo gramatical sino a qué clase de acto continuación si prevalecen contra Haré o no. En primer lugar,
lingüístico debe asignarse una oración. Su trópico muestra su esbozaré más completamente las dos críticas mencionadas, pero
fuerza ilocucionaria. Cuando una oración categórica como «X es en orden inverso. ‘
 bueno»
 bueno» llega a formar parte de una cláusula en una oración (i) Kemer
Kem er achaca a Haré que no reconoce la «total diferen-
hipotética, no hay razón para decir que debe haber cambiado su cia» de significado entre los imperativos y los juicios de deber148.
trópico. Pero ahora carece de neústico. Así, «X es bueno» en «Si Haré dice que de los juicios de deber se deducen imperativos, y
X es bueno, entonces Y» no puede decirse que recomiende esto implica que hay una similaridad de significado entre ellos.
 porque carece de neústico. Sin embargo,
embargo, puede decirse
decirse todavía Desde luego, Haré reconoce que hay también diferencias, par-
que tiene fuerza recomendatoria, pues conserva el trópico que ticularmente dos: (a) los imperativos no pueden aparecer en
tiene en cuanto oración categórica. En la medida en que este
trópico es un elemento del significado de «bueno» en un caso, lo
49 Tó'P C Kerner- The Revolution in Ethical Theory  (Oxford, 1966), pp.
pp. 148-
es también en el otro. i n . 1 -> i . . . . . .
141 Ibíd. , pp. 154,158.
'm Iht'd ., p. 163.
Iht'd.,
La filosofía moral contemporánea 5. El presc riptivism o 231
230

tiempo pasado, y predominantemente están en segunda persona, dificado formular imperativos que son equivalentes en significado
mientras que los juicios de deber aparecen con toda naturalidad a juicios de deber. Y así sugiere Haré: «En lugar de la molesta
en cualquier tiempo y persona; (b) los juicios de deber son terminología de frástico y neústico, adoptemos la palabra ar-
universalizables. Es, como he sugerido, discutible que una per- tificial
tificial ‘de be ” ». Según Haré: «E sta será definida como
como sigue:
sigue: si
sona razonable tendrá razones para los mandatos que pronuncie tomamos una oración indicativa universal ‘Todo P es Q’, y la
tanto como para sus juicios morales, pero incluso si es así, tales dividimos en frástico y neústico, ‘Todo P ser Q, sí’, sustituyendo
razones no tienen que ser en el primer caso de tipo U, al a continuación el neústico indicativo por un neústico imperativo
contrario
contra rio de lo que ocurre
oc urre , según Haré, en el segundo
segundo** . SiSi ‘Todo P ser Q, por favor’, podemos en lugar de esto último
dijera «Formad de a cuatro», y preguntado por qué respondiera escribir ‘Todo P «debe» ser Q’»152. El «debe» va aquí en cursiva
«Porque yo lo digo», esto no iría contra las reglas, por así y entre comillas para mostrar que Haré no está diciendo que así
decirlo, del juego de mandar. Pero si me preguntaran por qué es como «debe» se usa en el lenguaje ordinario, sino que está
había dicho que debe abolirse la pena de muerte, y respondiera viendo qué modificaciones han de hacerse en los imperativos
«Porque yo lo digo», esto, al menos para alguien que esté de  para que cumplan la tarea que ordinariamente cumple «d ebe»15
ebe»153.
acuerdo con Haré, resultaría extraño. La objeción de Kerner a todo esto es que mientras que los
Para eliminar estas diferencias, Haré, en The Language oj  juicios generale s de deber pueden traducirse satisfactoriamente al
 Moráis,  sugiere modificar y «enriquecer» el modo imperativo de
 Moráis, imperativo modificado de Haré, esto no es posible con los
tal manera que sea universalizable y que pueda aparecer en singulares. El juic io (1) «Se debe decir siempr e la verdad» es
cualquier persona o tiempo1 9
4
150. El análisis en términos de frástico
150. equivalente a (2) «Ser verdad todo lo que se diga, por favor».
y neústico puede, según él, conseguir esto. El frástico de una Pero (la) «Debes decirle la verdad» no equivale a (2a) «Ser
oración indicativa puede ser universal y estar en cualquier per- verdad lo que le vas a decir, por favor». Según Kerner, (2) es
sona o tiempo, y es posible coger el frástico de ese indicativo y universalizable de la manera que (1): ambos se refieren a todo lo
convertirlo en una oración imperativa añadiéndole simplemente que se está diciendo. El juicio singular (la), siendo un juicio de
el acústico imps  A c í  diívv  Haré, podernos ío^ar la oracior  deber, es concebiblemente universalizable. Pero (2a) de hecho no
indicativa «Todas las muías son estériles» y escribirla así. es lógicamente distinguible de un imperativo singular «Dile la
verdad». Por tanto, (2a) no equivale a (la). Según Kerner, para
Todas las muías ser estériles, sí. hacerlo equivalente, Haré tenía que reescribirlo así: (2b) «Si no le
dices la verdad, infringirás el principio ‘Ser verdad todo lo que se
La oración imperativa universal correspondiente dirá entonces: diga, por favor’, principio que declaro aceptar»154. Y señala que
(2b) «no es, por mucho que se fuerce la imaginación, un impera-
Todas las muías ser estériles, por favor. tivo de ningún tipo, artificial o no, ni se le parece en nada». Está
Esto difiere en significado del imperativo del lenguaje ordinario en el modo indicativo. Y por ello, concluye, fracasa el intento de
«Sean todas las muías estériles» en que este último solo puede Haré de probar la similaridad lógica entre los juicios de deber y
referirse a las muías futuras, mientras que el primero es un fía t  los imperativos, que es necesaria si de los primeros se han de
dirigido a todas las muías, pasadas, presentes y futuras. Así, si deducir los últimos. Los neústicos de los juicios de deber—man-
una muía en el año 23 a. de J.C. tuvo descendencia, esto no tiene— tienen que ser muy distintos de los de los imperativos. Si
constituye una infracción del mandato «Sean todas las muías esta crítica puede mantenerse, pone en cuestión la básica creen-
estériles» dicho en 1970 d. de J.C., pero sería una infracción de cia de Haré de que los juicios de deber son esencialmente
un mandato propiamente universal pronunciado en cualquier  prescriptivos.
tiempo151. Podemos en este modo imperativo enriquecido o mo
152 LM. pp. 190-91.
149 Ver anterio rmente, p. 181.
181. 153 LM, p. 180.
180.
150 LM, pp. 187-88. 154 Kerner.  op. cit .,   p. 164: cf. LM, p. 191. Aquí mi numeración de las
151 LM. pp. 189-90. oraciones es distinta de la de Kerner.
La filosofía moral contemporánea 5. El prescr iptivism o 233
232

Yo no estoy convencido de que se pueda mantener. Me falla, ya que se basa en una mala interpretación de Haré. Este
 parece mal concebida por lo menos en dos aspectos. escribe (2a) como (2c) y no como (2b), y además ofrece una
(i) Si (2a)
(2a) no
no es más que un imperativo singular, entonces
enton ces traducción «más formal» de (2c) que deja del todo claro que este
ciertamente (2) no es más que un imperativo universal, equiva- último no es simplemente un enunciado indicativo.
lente a «No mentirá. En tal caso, la distinción que Kerner Sospecho que Haré diría que hay un defecto aún más radical
 pretende trazar entre (2) (2) y (2a)
(2a) desde el punto de vista de la en la crítica de Kerner, ya que éste piensa que, al modificar y
universalizabilidad, falla. Pues los imperativos universales no son «enriquecer» el modo imperativo, Haré intenta mostrar que los
universalizables más de lo que lo son los singulares, en el sentido  juicios de deber equivalen
equivalen en significa
significado
do a los imperativos. Pero
en que lo son los juicios de deber. La petición de una razón de Haré siempre ha insistido en que ambos no son equivalentes en
tipo U en favor de ellos puede ser rehusada. significado. Su idea ha sido siempre que de los juicios de deberse
(ii) (2b) es la versión de Kerner
Kern er para (2c),
(2c), que aparece
apar ece en deducen imperativos, no que se puedan equiparar a éstos. Y creo
Haré y es como sigue: «Si no le dices la verdad, infringirás un que diría que su intento de modificar y enriquecer el modo
 principio general de ‘deber ’ que yo yo declaro aceptar» .  Como se imperativo simplemente intenta posibilitar la formulación de de-
recorda rá, Kerner, formula el principio
principio general
general de
de ‘deber asi:asi: ducciones en cualquier persona y tiempo. De esta manera, por
«Ser verdadero todo lo que se diga, por favor», y sin duda tiene ejemplo, puede afirmarse que de «Debía haber dicho la verdad»
derecho a hacerlo a la luz de la consideración de Haré de que en se deduce un imperativo en tercera persona y en tiempo pasado.
lugar de «Ser Q todo P, por favor», podemos escribir «Todo P Sin embargo, debe admitirse que algunas de las consideraciones
debe'   ser Q»1 5
1561
1567
5
1
. Pero ¿ha entendido Kerner realmente lo que de Haré en el capítul
ca pítulo
o 12 de The Moráis,  donde
The Language o f Moráis,
Haré quiere decir? ¿Tiene razón Kerner al decir que Haré  presenta e ste modo
modo imperativo
imperativo modificad
modificadoo y enriquecido, dan la
sustituye (2a) por algo que no es de ninguna manera un imperati- impresión de que estuviera intentando equiparar los imperativos
vo9 Inmediatamente a continuación de (2c) Haré da una versión a juicios de deber. Así, en el primer párrafo de dicho capítulo
más formal de su afirmación. «De manera más formal —dice—  escribe: «... imaginemos que nuestro lenguaje no contiene pala
1 />
nociríamo
nociríamoss escrmir nay na y poi iu
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 para Q tales que (1) (1) todo P debe  ser Q y (2) el no decirle tu la terminología artificial, definida en términos del modo imperativo
verdad
verda d sería (o era) unun caso de P no siendo Q’» • Parece que su y de las palabras lógicas ordinarias, podría llenar este vacío»158.
intención es mostrar que «Debes decirle la verdad» puede repre- Pero incluso
incluso aun cuando tales consideraciones puedan autorizar a
sentarse como la conclusión de un silogismo práctico cuya pre- Kerner a decir que Haré está equiparando los imperativos y los
misa mayor es «Todo lo que se diga debe ser verdadero», y cuya  juicios de deber, su crítica de Haré está abierta a las objeciones
objeciones
 premisa menor es «Estás diciéndole algo». Este análisis
análisis contr asta anteriores.
con la afirmación de Kerner de que Haré tiene que sustituir (2a) (ii)
(ii) Una crítica más
más radical de Haré por parte
part e de Kerner
Kern er
 por (2b).
(2b). Si se analiza «Debes decirle la verdad» en términos de consistía en afirmar que, al concebir los juicios morales con dos
(2c), esto es, del propio análisis de Haré, entonces «Debes clases de significado, valorativo y descriptivo, Haré se confunde
decirle la verdad» no enuncia  que si no lo haces quebrantarás un respecto a ambos. Según Kerner, Haré piensa que, mientras que
 principio; como no enuncia tampoco que el hablante acepte di- el significado valorativo de palabras como «bueno» es lógica-
cho principio. Lo que hace es invocar o aplicar un principio como mente distinto de los criterios de aplicación correspondientes, el
criterio de juicio. En la medida en que la crítica de Kerner pone significado descriptivo de palabras como «rojo» es idéntico a sus
de manifiesto que para hacer (2a) equivalente en significado a (la) criterios de aplicación. Kerner arguye en primer lugar que el
Haré tiene que reescribir (2a) como (2b) y este último no está en significado descriptivo incluye más cosas que el sentido y la
el modo imperativo, sino que es un claro indicativo, la crítica referencia; las descripciones, en cuanto tales, tienen una fuerza
ilocucionaria que las distingue de otros tipos de acto lingüístico.
Y en segundo lugar, que el significado valorativo es algo más que
155  LM, p. 191.
156 Kerner, op.
Kerner, op. cit., p. 194 ;LM,   p. 191.
 LM , p. 191.
157  LM ,  LM, p. 180.
 LM,
234 La filosofía moral contemporánea 5. El presc riplivism o 235

la recomendación (o comoquiera que la llamemos). A la reco- Kemer nota que Haré considera los criterios de aplicación de
mendación hay que darle una aplicación; debe recomendarse algo  palabras como
como «bueno»
«bueno» idénticos
idénticos a su signif
significa
icado
do descriptivo.
descriptivo.
específico, de lo contrario no se dice nada. En términos de Haré, Esto plantea dos cuestiones: (a) ¿cuál es la relación entre los
como Kemer los usa, las descripciones carecerían de significado significados descriptivo y valorativo de esas palabras? y (b) ¿qué
sin sus neústicos, y lo mismo ocurriría con las valoraciones sin es lo que constituye una razón en favor de un juicio valorativo?
sus frásticos159. A juicio de Kemer, la creencia de Haré en dos clases de
Kemer sugiere que Haré ha confundido dos niveles  de sig- significado (a) hace insoluble el problema anterior, y (b) necesa-
nificado (neústico y frástico) con dos clases  de significado (valo riamente reduce las razones de una valoración a meras indicacio-
rativo y descriptivo) porque se ha concentrado en términos nes de hechos contingentes, a saber, sobre cómo los términos
simples tales como «bueno» y «deber», en lugar de concentrarse valorativos relevantes son usados por individuos y comunidades.
sobre las oraciones. Puede haber, desde luego, oraciones de una Creo que, en defensa de Haré, pueden decirse por lo menos
 palabra, pero es la oración lo que constituye la unidad unidad de tres cosas.
comunicación y lo que «tiene significado en el sentido prima- (i) Haré no mantiene que un acto lingüístico
lingüístico único
único pueda ser
rio»160, siendo el significado de las palabras simples una abstrac- al tiempo descriptivo y valorativo (o prescriptivo), al menos no
ción de éste. Algunas palabras o expresiones (por ejemplo, de la manera en que Kerner lo toma. A mi parecer Haré deja bien
«Prometo», «Mando», «Haz», etc.) consideradas aisladamente claro que hay dos cosas completamente distintas que se pueden
no tienen criterios de aplicación. Pero no decimos que le den una hacer cuando se dice «X es una buena persona». Se puede estar
clase especial de significado al discurso o a los actos lingüísticos describiendo  a X, esto es, informando de sus cualidades a alguien
en los que figuran. Las consideramos como los neústicos de que conoce qué criterios de bondad utiliza el hablante. En este
Haré. Kemer piensa que los términos morales, como «bueno» y sentido, se puede por ejemplo informar intencionadamente a los
«deber», son muy similares, pues no dan a los juicios morales un miembros de una asociación conservadora de que alguien no es
tipo distinto de significado sino sólo una peculiar fuerza ilocucio un ladrón diciendo que es una buena persona, incluso aunque el
naria Por consiguiente, piensa Kem er, eí análisis de los los juicios  propio hablante no considere en el fondo fondo que e¡ respeto a la
morales por Haré es innecesariamente complicado. Haré ha  propiedad privada es un criterio de bondad.
bondad. Por otra parte, al
analizado las palabras como «bueno» a base de dos clases de decir que X es una buena persona se puede estar evaluando  a X,
significado, y las oraciones a base de dos elementos, frástico y esto es, otorgándole un grado según criterios que el hablante
neústico. Opera, por tanto, con cuatro elementos, mientras que, acepta. Así, al decir que X es bueno por ser honesto, esto
según Kemer, le hubiera bastado con dos: el frástico (sentido y implicaría que el hablante aprueba la honestidad. Pero estas dos
referencia) y el neústico (fuerza ilocucionaria). De haberlo hecho clases de consideración no constituyen un acto lingüístico. Las
así, hubiera evitado, dice Kemer, la absurda posición de mante- circunstancias y la intención del hablante determinan, en cual-
ner que es posible «realizar dos actos lingüísticos completos al quier ocasión dada, cuál de ellos tiene lugar. Haré nunca ha
tiempo, decir dos cosas completas y separables simultáneamen- dicho que ambos puedan ocurrir al tiempo.
te» 161. Kem
K emer
er concede que tendría
tend ría sentido decir
de cir que alguien ha (ii) Es característico
caracterí stico de las palabras valorativas
valorati vas como «bue-
descrito y persuadido al mismo tiempo, como decían los emoti no» que puedan usarse para revisar sus propios criterios de
vistas, pero si alguien pregunta acerca de un acto lingüístico «¿Se aplicación. Alguien que haya pensado siempre que, por ejemplo,
trata de una descripción o de una prescripción?», «la respuesta un buen hombre es quien nunca se apropia de la propiedad ajena
apropiada no será nunca ‘Estoy haciendo las dos cosas al tiem-  puede acabar por preguntarse si no habrá circunstancias en las
 po’». Sin embargo, «ésta sería la única respuesta apropiada en la que un hombre bueno pueda robar sin dejar de serlo. ¿Es posi-
teoría de Haré»162.  ble que esta característica lógica
lógica de las palabras
palabras valorativas como
como
«bueno» quede incluida al decir simplemente que las oraciones
1W Kerner, op.
 op. cit ., pp.
pp. 150 yss.
160 ¡bíd., pp. 158-59.
que contienen tales palabras tienen neústicos de recomendación?
161 ¡bíd., p. 147. . Es claro que dentro de la clase de actos lingüísticos que tienen
162 ¡bíd.. p. 148. neústicos de recomendación debe haber dos subclases: una en la
236 La filosofía
filosofía moral cont empo ráne a
Capítulo 6
que las palabras valorativas se usen de acuerdo con criterios EL DESCRIPTIVISMO
generalmente aceptados, y otra en la que se usen para cuestionar
tales criterios. La manera de distinguirlas que usa Haré, a saber,
asignándoles respectivamente significado descriptivo y valorati
vo, es sin duda cuestionable, pero resulta indudable que ésta es
una diferencia que hay que explicar. No está claro, en cambio,
que Kemer la reconozca ni cómo la explicaría.
(iii)
(iii) Kerner
Kern er encuentr
encu entraa en Haré lo que considera
conside ra la absurda
concepción de que «no podemos dar razones para nuestras
valoraciones» y cree que esto se debe a la equivocada teoría de
Haré sobre dos clases de significado163. Sea cual fuere su origen,
la teoría de Haré sobre el razonamiento valorativo parece resol-
verse, en último análisis, en la consistencia y nada más. Hago un
 juicio de valor. Se me pueden pedir las razones del mismo.
mismo. Una
vez que las he dado, lo único que se me exige para ser un
moralista razonable es adherirme a ellas consistentemente. Ker-
ner, como otros, encuentra que esto no es satisfactorio, pues
también los fanáticos pueden ser consistentes. Como ya he
dicho164, me parece perfectamente concebible que haya una
forma de discurso llamada con propiedad razonable, en la que ser
razonable consista sólo en ser consistente. Y es concebible que el En este capítulo trataré de algunos de los más recientes
discurso moral consista en esto. Como ha mostrado Haré en su desarrollos de la filosofía moral contemporánea. En la primera
discusión de ia universaiizabilidad, si no es más que esto, mu- sección referiré algunas opiniones recientes sobre cómo debe
chos de los pasos que consideramos naturales en la argumenta- interpretarse un famoso pasaje sobre la conexión entre «es» y
ción moral quedan explicados. Pero puede hacerse la pregunta: «debe», tomado del Treatise  (Tratado) de Hume, y las valoraré.
¿hay alguna limitación lógica sobre lo que puede ofrecerse como En la segunda sección haré esta pregunta: ¿pueden basarse los
razón para un juicio moral? Esta es la pregunta que, en una  juicios de deber morales
morales en lo que los seres humanos
humanos quieren? La
forma u otra, ha surgido repetidamente en nuestra consideración tercera sección trata de un intento de derivar «debe» de «es»,
del emotivismo y del prescriptivismo. En la sección final del intento que ha despertado gran interés entre los filósofos morales
capítulo próximo intentaré responderla. actuales. En la sección final actualizaré esta discusión refiriendo
el debate actual entre los prescriptivistas, como Haré, y los
descriptivistas o neonaturalistas como G. J. Wamock y Mrs.
Foot. A lo largo de este capítulo mi propósito será doble: (i)
aclarar, dentro de los límites señalados, qué es lo que dicen los
filósofos actuales sobre esos temas, y (ii) formular un juicio
crítico de sus doctrinas.

1. La interpr
inte rpreta
etació
ción
n de «es»
«es» y «debe» según Hume

Hay un famoso pasaje del Treatise   de Hume que los filósofos


163 Ibid
 Ibid.,
., p.
159. morales contemporáneos han interpretado frecuentemente como
164 Anteriormente, p. 202.  proponiendo
 proponiendo la doctrina de que «deber»
«deber» no se puede derivar 
237
238 La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivis mo 239

lógicamente de «ser», esto es, de que ningún juicio de valor se la ética. En el pasaje
pasaje citado, Hume dice que en todo sistema
sigue de un enunciado de hecho. Los defensores de todos los de moralidad por él conocido se da un paso de «es» a «debe»,
 principales tipos de teoría ética que hemos considerado hasta  paso al que considera
considera una «deducción»,
«deducción», y declara que parece del
ahora han solido citar este pasaje en su propio apoyo. Es como todo inconcebible que pueda darse. Intuicionistas, emotivistas y
sigue:  prescriptivistas, al citarlo,
citarlo, consideran
consideran que el término
término «deduc-
ción» significa aquí deducibilidad lógica, y que su expresión
No puedo dejar de añadir a estos razonamientos una observación que puede,
tal vez, resultar de importancia. En todos los sistemas de moralidad que he
«parece del todo inconcebible» es una manera típicamente iró-
encontrado hasta ahora, he observado siempre que el autor procede durante algún nica de decir «es«es  del todo inconcebible». Consideran que su
tiempo según la manera ordinaria de razonar, y establece la existencia de Dios o  propósito es poner de manifiest
manifiestoo que de las premisas (i) «debe»
hace observaciones sobre los asuntos humanos; pero de repente me sorprende no puede deducirse de «es», y (ii) los argumentos son o bien
encontrar que, en lugar de los predicados usuales es y  no es, no hay
hay proposición
que no esté relacionada con un  debe   o un  no deb e. Se trata de un un cambio
deductivos o bien defectuosos, se sigue la conclusión de que hay
imperceptible, pero de consecuencias extremas. Pues como este  debe o  no debe un abismo lógico insalvable entre los juicios morales y los enun-
expresa una nueva relación o afirmación, es necesario que sea notado y explica ciados de hecho, natural u sobrenatural. Este abismo lógico,
do, y que al propio tiempo se dé una razón para lo que parece del todo dicen, es aquel al que se refería Moore cuando hablaba de la
inconcebible, a saber, cómo puede ser esta relación una deducción a partir de las
otras, que son completamente diferentes. Pero como los autores no tienen
indefinibilidad de «bueno», el que Stevenson tenía en la mente
comúnmente esta precaución me permito recomendárselo a los lectores, y estoy cuando distinguía entre creencias y actitudes, y el que Haré
asimismo convencido de que esta pequeña atención subvertirá todos los sistemas señalaba cuando afirmaba que ninguna descripción puede usarse
vulgares de moralidad, pues nos permitirá ver que la distinción entre el vicio y la  para prescribir.
virtud no se funda meramente en las relaciones de los objetos ni es percibida por
la razón1. Esta interpretación del famoso pasaje de Hume —que por
comodidad llamaremos «la interpretación aceptada»— ha sido
Aunque ni Moore ni Ross se refieren a ellas, estas palabras atacada recientemente. Algunos filósofos morales la rechazan
son citadas por el intuicionista Prichard12 en apoyo de su tesis de ahora como completamente inadecuada. Según esa interpretación
que las cuestiones de deber son sui generis.  Él emotivista Ayer3 aceptada, Hume estaría arguyendo que no hay ninguna conexión
afirma, pensando en este pasaje, que su teoría ética descansa en lógica entre «es» y «debe». Aquellos que la rechazan mantienen
una cuestión lógica sólida y respetable que Hume ya había  precisamente lo opuesto, diciendo que Hume argüía que hay una
descubierto, a saber, que «debe» no se sigue de «es». Y el conexión lógica entre «es» y «debe» y que afirmaba que, mien-
 principal protagonista
protago nista del prescriptivismo, Haré, es el más explí- tras que otros filósofos habían sido incapaces de explicarla co-
cito de todos cuando reconoce a Hume como su precursor y rrectamente, él podría hacerlo. Llamaremos a ésta, por comodi-
aliado. Denomina a la imposibilidad lógica de derivar «debe» de dad, la «nueva interpretación» del pasaje de Hume. Aunque hay
«es» «ley de Hume»4 y se declara su firme y leal defensor5. acuerdo entre los defensores de esta interpretación sobre el
hecho de que Hume se consideraba capaz de resolver el proble-
 La interpretación aceptada ma, hay en cambio divergencias sobre cómo pensaba que podía
resolverlo.
 No se disputa la interpretación del famoso pasaje entre los Debería de paso reconocerse la posibilidad de que las diferen-
representantes de estas diferentes direcciones contemporáneas de cias entre los defensores de la interpretación aceptada y de la
inteipretación nueva, así como aquellas entre los defensores de
las distintas interpretaciones nuevas, se deban a inconsistencias
1 Trecitise  III. i. 1, pp.
pp. 469-70. Las referenc ias a páginas del Treatise y dentro de la propia filosofía moral de Hume. Estas interpretacio-
 Enquiry  de Hume se hacen por las ediciones de Selby-Bigge. He modernizado la
ortografía y la puntuación.
nes conflictivas
conflictivas pueden deberse de hecho a diferentes elementos de
2  MO,   p. 89. la filosofía de Hume los cuales sean irreconciliables. En apoyo
3 Cf. anterio rmente, p. 135.
135. de esta posibilidad puede decirse que cualquiera que lea a Hume,
4  FR, p. 108.  por así decirlo, a través de cristales analíticos modernos, encon-
5 P. ej., FR, pp. 108, 186. trará aparentes ambigüedades en los pasajes a los que usualmente
240 La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivismo 241

se hace referencia cuando se intenta resolver esta disputa, y que (ii)


(ii) De la sección que sigue inmediatamente a aquélla que
luego examinaremos. No puede negarse que mucho de esto tiene concluye con el pasaje sobre «es» y «debe»:
que ver con el hecho de que no podemos esperar de Hume la
clara distinción entre aspectos lógicos y psicológicos que espera-  No inferimos que un carácter es virtuoso porque nos agrada; sino que al
sentir que nos agrada de tal manera particular, sentimos en efecto que es
ríamos de un filósofo contemporáneo. Sin embargo, cuando tra- virtuoso (subrayado mío)8.
tamos con un filósofo de la estatura de Hume, hay siempre una
 presunción de que no le hemos
hemos entendido, más
más bien
bien que de que
que esté
esté Se ha considerado que estos pasajes muestran que, en la
confundido. Por tanto, en principio, tenemos que asumir que él opinión de Hume, no hay necesidad de explicar una inferencia
tenía una opinión consistente respecto a la conexión entre «es» y de «es» a «debe» porque lo que significan las proposiciones de
«debe», y preguntarnos qué interpretación la representa con más deber puede definirse adecuadamente en términos de «es»9. Las
fidelidad, si la aceptada o alguna de las nuevas. Ya hemos visto  proposiciones de deber enuncian simplemente que ciertos objetos
cómo entendían sus afirmaciones los defensores de la interpreta-  producen en el hablante, o en el espectador, cierta clase de
ción aceptada. Pasemos ahora a la cuestión: ¿cómo salvó Hume sentimientos. Esta interpretación hace de Hume un subjetivista,
el vacío entre «es» y «debe» según sus nuevos intérpretes? esto es, alguien que piensa que los juicios morales informan de
ciertas emociones del sujeto.
 Nuevas
 Nueva s interpretaciones: primera En contra de ella, ciertos admiradores de Hume afirman que
Designaremos a esta nueva interpretación con la abreviatura este era más un emotivista que un subjetivista, y con razón sitúan
 N .I.(l
.I .(l )67
)67
. Esta no rechaza los supuestos de la interpretación las afirmaciones de Hume en el contexto del signo x v i i i . Hume,
aceptada en el sentido de que (i) Hume pensaba que «debe» (al dicen, pretendía negar (i) la creencia de los intuicionistas raciona-
menos como se usa en aquellos sistemas de moral por él ataca- listas de que los juicios morales, tales como «Se deben cumplir
dos) no puede deducirse de «es»; y (ii) pensaba que los argumen- las promesas», enuncian verdades necesarias y evidentes para
tos son g   deductivos o defectuosos. Los defensores de Nf.I.(l) todos los hombres razonables, y (ii) la convicción de sus contem-
afirman simplemente que Hume eliminó el vacío entre «es» y  poráneos creyentes de que llamar a algo malo es decir que va
«debe» identificando las proposiciones de deber con ciertas pro- contra la voluntad de Dios.
Dios. En contra de estos sistemas
sistema s de
 posiciones de ser. Si esta interpretación es correcta, la posición moralidad, Hume, mantienen, insistía en que los juicios morales
de Hume era solamente que «parece del todo inconcebible» se fundan últimamente en el sentimiento humano. La cuestión es
cómo puedan deducirse juicios morales a partir de enunciados de cómo. A. G. N. Flew ha señalado que nos equivocaremos si
hecho, asumiendo que esto es necesario. Pero de hecho no lo es,  pensamos que lo que Hume quiere decir es que los juicios
 pues los juicio s morales son enunciados de hecho. En favor de morales informan  de sentimientos humanos. Es más correcto
 N. I.( l) se citan pasajes de Hume como
como los siguientes.
siguientes. decir que su intuición fundamental fue que los juicios morales
expresan sentimientos de elogio o de reproche10. Hume dijo, por
(i) Del parágrafo que antecede inmediatamente al pasaje ejemplo, en un Apéndice a su  Enquiry Concerning
Concerning the Principies
sobre «es» y «debe»: of Moráis  (Investigación sobre los principios de la moral):
... cuando se dice que una acción o un carácter son viciosos,  no se quiere «Cuando expresamos  ese reproche contra él [Nerón]... no es
 deci r nada, sino que por la constitución de la propia naturaleza se tiene un  porque veamos algunas
algunas relaciones de las que él estuviera igno-
igno-
sentimiento de condena cuando se los considera (subrayado mío)1. rante, sino porque, ... tenemos sentimientos contra los que él
6 Para este punto de vista cf. G. Hunter, «Hume on  Is and Ought» [«La
 posic ión de Hu me sobre  Es y De be »] , P XXXVIII (1963), 150. Hunter reconoce 8 Treatise III, i. 2, p. 471;
471; cf. Hun ter, op.
ter,  op. cit.,  p. 149.
149.
su deuda para con el profesor G. Ryle. Los artículos aludidos en esta sección de 7 Cf. también Hume.  An Enquiry Concerning the Principies of Moráis [Una
A. C. Maclntyre, R. F. Atkinson, G. Hunter. A. Flew y míos están todos indagación sobre los principios de la la moral]. Apéndice I. i., p. 289; y Hun ter, op.
contenidos en The Is-Ought Question [La cuestión de Es y Debe] (1969),  cit..  p. 149
149 nota.
reco pila do por VV. D. Hud son. 10 A. G. N. Flew, «On «On the Interpretaron of Hume» Hume» [«Sobre
[«Sobre la
la inteip
inteipreta
retación
ción
7 Treatise III, i bp  469; Hunter, op. c it..  p. 148.
469; cf. Hunter, op. 148. de Hume» ], P], P XXXVIII (1963), 180; ver nota 6.
242 La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivismo 243

estaba endurecido...»11. La fundamentación en los sentimientos lo tomaba en sentido irónico. La segunda interpretación nueva
 procede del hecho de que nuestro juicio expresa nuestro repro- ataca esta interpretación en ambos puntos. En cuanto a la «de-
che. Flew, desde luego, no hace depender toda su interpretación ducción» considera que en Hume significa simplemente inferen-
de esta cita, ni por un momento afirma que Hume fuera tan claro cia. En el siglo x vm parece que se usaba la palabrapalab ra deducción
y explícito en su emotivismo como Stevenson o Ayer, y se da  para referirse a todo razonamiento discursivo, a diferencia del
cuenta de lo que ya hemos señalado, que Hume no distinguía la intuitivo13. En sus demás escritos, Hume mismo habla a veces de
descripción psicológica del análisis lógico en la forma en que lo la inducción llamándola deducción, y se refiere a lo que llamamos
haría un filósofo moderno. Pero Flew afirma que, precisamente deducción como «argumento demostrativo». Este es el funda-
 por ello, no hemos de tomar a Hume literalmente cuando dice mento de N. I. (2) para tomar «deducción» en el sentido de infe-
que «X es vicioso» significa «La contemplación de X me produce rencia. Pero esta interpretación no es fácilmente aceptada. Se
un sentimiento de censura», o que «virtuoso» en «X es virtuoso» señala que Reid, contemporáneo de Hume, tomó «deducción»
debe definirse como «es causa de que el hablante, o el especta- en dicho pasaje
pas aje en el sentido
sen tido de implicación l ógica14
ógica14. Sin embargo,
dor, tenga un sentimiento de aprobación hacia X». Todo lo que si N. I. (2) tiene alguna plausibilidad, esto significaría que uno
Flew pretende es que Hume está más próximo al emotivismo que de los principales apoyos de la interpretación aceptada es muy
a cualquier otra teoría ética moderna. A mi juicio, tiene más oscuro. Sería entonces posible que Hume estuviera discutiendo
fundamento la interpretación de Flew que N. I. (1). Si Hume no la implicación lógica, sino alguna otra manera de pasar de
 pensaba que los juicios de debe r expresa n emociones (y no que «es» a «debe».
sean enunciados en el sentido de que se haya experimentado Los defensores de N. I. (2) también rechazan la interpreta-
emoción), entonces es muy posible que le pareciera «inconcebi- ción aceptada de la expresión «parece del todo inconcebible».
 ble»
 ble» cómo podrían ser deducidos de enunciados de hecho. El Expresión ciertamente irónica si significa «es del todo inconcebi-
 propósito del argumento de Flew en el sentido de que Hume era  ble», ¿pero significa
significa eso? De que Hume sea con frecuencia
un emotivista y no un subjetivista es defender la interpretación irónico no se sigue que lo sea invariablemente y que, siempre que
aceptada. sus palabras se puedan tomar de esa manera, haya que tomarlas
así. Si hay, como creen quienes mantienen N. I. (2), una posible
 Nuev as Interpretaciones: segunda interpretación no irónica, no podemos concluir que esta interpre-
tación esté equivocada por no serlo.
Pasemos ahora a una segunda nueva interpretación del pasaje Así liberados de la necesidad de leer «deducción» como
sobre ser y deber, a la que me referiré como N. I. (2)12. Hemos «implicación lógica» (entailment)  y de tomar «parece inconcebi-
visto que N. I. (1) permitía aceptar los supuestos de la interpre-  ble»
 ble» como irónico, los defensores de N. I. (2) (2) interpretan el
tación aceptada en el sentido de que Hume (i) pensaba que  pasaje de Hume como diciendo que hay una explicación de la
«debe» (tal y como se usa en los sistemas de moralidad a los conexión entre «es» y «debe» que corrige los errores de otros
que se refería) no puede deducirse de «es», y (ii) creía que los filósofos morales sobre este punto. Más que decir que no se
argumentos son o deductivos o defectivos. Sin embargo, N. I. (2)  puede s alvar el vacío entre «es» y «debe», lo que Hume decía es
rechaza el segundo de estos supuestos. ¿Con qué fundamento? que puede salvarse. Dicho brevemente, los defensores de N. I.
Empezaremos con dos cuestiones exegéticas y pasaremos luego a (2)
(2) piensan que Hume intentó salvarlo
salvarlo de esta manera; mostrando
consideraciones más amplias. que es razonable inferir lo que debe hacerse a partir de una
Se recordará que la interpretación aceptada consideraba la consideración de cuál es el interés común. A estos efectos trazan
 palabra «deducción» en el pasaje citado de Hume como sig-
nificando implicación lógica, y su «parece del todo inconcebible»
13 Cf. Maclnty re, o p . c i t . ,  pp., 46061.
14 Reid,  E ss a ys on th e A ct iv e P ow er s   [Ensayos sobre los poderes activos],
11 Apénd ice I. ii., p. 291
291 (cursiva de Flew); cf. Flew, o p . c i t . ,   182. Cap. Vil, aludido por R. F. Atkinson en «Hume on ‘Is’ and ‘Ought’: a Reply
12 P. ej., A. C. Macl ntyre, «Hume on ‘Is’ and ‘Ought’» [«L a posición de to A. C. Maclntyre» [«La postura de Hume sobre ‘Es’ y ‘Debe’: una respuesta a
Hume sobre ‘Es ’ y ‘Debe’»];/*/? LXV1
LXV1I1I1 (1959);
(1959); ver nota 6. A. C. Maclntyre»], P R  LXX (1961), 235.
La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivismo 245
244

una comparación entre este paso y la inducción. No quieren decir interés de todo el mundo a largo plazo», Maclntyre arguye así:
que tal inferencia sea un caso de inducción, sino simplemente
«Debemos hacer lo que es en interés de todo el mundo a largo plazo»
que es como la inducción en un cierto aspecto que ahora indica- no puede funcionar como tal premisa para Hume, puesto que, en sus términos, no
ré. Por inducción predecimos, por ejemplo, que el sol saldrá  podría ser un princip io moral en abso luto, sino todo lo más un tipo de definición
mañana, aunque no podemos demostrar que ocurrirá así. Todo lo comprimida. Esto es, la noción de «deber» sólo se explica para Hume en
que podemos decir es que ha salido todas las mañanas de las términos de la noción de consensus de interés. Decir que debemos hacer algo es
afirmar que hay una regla comúnmente aceptada; la existencia de tal regla
cuales tenemos experiencia, pero de aquí no se sigue necesaria-  presupo ne un con sens o de opinió n en cuan to a nues tros inte rese s com une s. Una
mente que salga mañana. Por tanto, el principio de inducción
 _ 
obligación está constituida en parte por ese consensus, y el concepto de «deber»
que la uniformidad en nuestra experiencia pasada puede, en
que depende lógicamente del concepto de interés común y sólo puede explicarse en
ciertas condiciones, suministrar una base racional para predecir términos de éste. Por tanto, decir que debemos hacer lo que sirva al interés
común sería o bien pronunciar un truismo aforístico y confundente, o bien usar el
su repetición en la experiencia futura— no admite demostración término! «deben», en un sentido muy distinto al que le daba Hume. Por eso, la
lógica. ¿Es por ello lógicamente rechazable? Como se recordará, locución «Debemos hacer lo que sirva al interés de todo el mundo a largo plazo»
Hume dio expresión clásica al sentimiento de que lo es15. Pero no puede expresar un principio moral que pueda figurar como premisa mayor en
muchos filósofos modernos desprecian esas dudas sobre la in- el tipo de silogismo que Haré describe17.
ducción, diciendo que encierran el error de suponer que la
 pregunta «¿Es razonable inferir A de B?» debe siempre
siempre signif
significa
icarr ¿Cómo hace, entonces, Hume la transición de «sirve al inte-
al final «¿Implica B lógicamente A?»; es decir, que los argumen- rés común de todo el mundo a largo plazo» a «debe ser obedeci-
tos son deductivos o defectuosos. De hecho, sin embargo, la da». Maclntyre responde:
deducción es un método de argumentación y la inducción otro.
Cada uno es apropiado para su tema y propósito; la deduc- La transición de «es» a «debe» se hace por la noción de «querer»... Los
ejemplos de silogismo práctico en Aristóteles tienen típicamente una premisa que
ción, para la demostraci ón de conclusiones
conclusiones necesarias; la inducción,
inducción, incluye términos tales como «conviene» o «agrada». Podríamos dar una larga lista
 para la predicc ión de acontecimientos contingentes16
contingentes16. De acuerdo de los conceptos que pueden servir de puente entre «es» y «debe»; querer,
con los defensores de N. í. (2), hay que hacer precisamente el necesita), desear, placer, felicidad, salud —cutí® oíros muchos. Creo que hay
muchas razones para decir que las nociones morales no son inteligibles aparte de
mismo tipo de objeción a la consideración de las inferencias de conceptos como éstos...
«es» a «debe» como deductivas o como defectuosas. ¿Por qué no Puede ahora formularse resumidamente la interpretación que estoy ofreciendo
habría de haber un método no deductivo de argumentación que del pasaje de Hume sobre «es» y «debe». Hume no afirma en este pasaje la
fuera apropiado para resolver las cuestiones morales como lo es autonomía de la moral, puesto que no creía en ella; y no está tampoco tratando de
la implicación lógica ( e n t a i l m e n t ) ,  puesto que no la menciona. Lo que está
la inducción para resolver los problemas de los hechos empíri- afirmando es que la cuestión de cómo se relaciona la moralidad con su base
cos? Según los que mantienen N. I. (2), Hume no veía ninguna fáctica es un problema lógico crucial, y que la reflexión sobre él permitirá darse
razón en contra de esto, y su famoso pasaje estaría diciendo que cuenta de que hay maneras en que se puede hacer esta transición, y maneras en
su filosofía moral indica el apropiado método no deductivo para que no se puede hacer. Es necesario ir más allá del pasaje en cuestión para poder
distinguirlas, pero si se hace así, es claro que podemos conectar los hechos de la
 pasar de «es»«es» a «debe». situación con lo que debemos hacer sólo por medio de uno de esos conceptos que
¿Cómo habría concebido esta inferencia? A. C. Maclntyre Hume trata bajo el nombre de pasiones y que he indicado por ejemplos tales
dice que Hume creía que las reglas morales se justifican si, y sólo como querer, necesitar y otros semejan tes18 tes18.
si, son en interés de todo el mundo a largo plazo. En contra de la
 posible objeción de que Hume pasó de «La obediencia a esta
regla sería en interés de todo el mundo a largo plazo» a la Para contestar a la pregunta de si estas consideraciones
conclusión «Debemos obedecer esta regla» suponiendo, como  justifican
 justifican N. I. (2),
(2), me parece que viene al caso señalar lo
haría Haré, la premisa mayor «Debemos hacer lo que sirva al siguiente.
(i)
(i) En primer lugar, un comentario general.
general. Como hemos
15 T r e a t i s e   I. ii. 6; cf. Maclntyre, o p . c i t . , p. 454.
16 Cf. P. F. Straws on,  In tr o d u c ti on to L og ic al Th eo ry   [Introducción a la 17 Maclntyre,
Maclntyre, o'% cit...  pp. 45758.
teoría lógica] (1960), pp. 24863. ® l b í d . ,   pp. 46366.
246 La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivism o 247

hecho notar, Hume tenía dudas sobre la inducción, por presupo- hay reglas de justicia. Pero es ciertamente
ciertamente distinto de decir que el
ner que los argumentos o son deductivos o son defectuosos. ¿No «debe» de estas reglas sólo equivale a afirmar que dichas reglas
sería sorprendente que viniera a negar esta alternativa a propó- existen, (b) Acaso Maclntyre habla de esto cuando dice: dice: «La
sito de los argumentos que pasan de «es» a «debe»? Esto es lo existencia de tal regla  presupone  un consensus de opinión en
que Maclntyre le atribuye. Aunque suene raro decirlo, Macln cuanto a dónde se hallan nuestros intereses comunes» (subra-
tyre manifiesta sorpresa por el hecho de que los filósofos moder- yado mío). ¿Pero es indiscutible esta interpretación de Hume?
nos, deplorando las dudas de Hume sobre la inducción, se hayan Cuando habla de que la justicia «aparezca», quiere decir que,
contentado con la interpretación aceptada del pasaje sobre «es» y como cuestión de hecho lógico,  sus reglas no pueden existir  a
«debe», la cual asume que los argumentos son deductivos o menos que se observe que son en interés común, o simplemente
defectuosos. Según Maclntyre, puesto que los filósofos moder- que, como cuestión de hecho  psicológico,
 psicológico,  no serán aceptadas
nos rechazan esa alternativa en un caso, también deberían recha- hasta que se observe eso? Puede que sea difícil
difícil decidir
decidir la respues-
zarla en el otro. Esto, sin embargo, pasa por alto una diferencia ta, pero esta afecta al sentido en que la noción de interés común
entre ambos casos. Es indiscutible que, cuando se trata de explica la noción de deber, (c) Es evidente que Maclntyre piensa
cuestiones de hecho empírico que tiene que resolver la ciencia o que Hume está hablando más bien en sentido lógico que psicoló-
el sentido común, llamamos «razonamiento» al argumento que va gico,
gico, pues continúa: «Una obligació
obligación
n está en parte constituida
de la experiencia pasada a la experiencia futura predecida19; pero  por tal cons ensus , y el concepto de deber depende lógicamente
no es tan seguro que el movimiento de «es» a «debe» (sea cual del concepto de interés común, y sólo puede ser explicado en
fuere el «es») sea per se lo que denominamos «razonamiento» en términos de él» (subrayado mío). Esto simplemente plantea, pero
la argumentación moral. Por tanto, no me parece inconsistente no resuelve, la cuestión: ¿en qué parte? Un defensor de la
decir que la inducción es lógicamente respetable, y sin embargo interpretación aceptada aceptaría sin duda que de la creencia de
negar que lo sea el paso de «es» a «debe». Pero sea de ello lo que que X es en interés común se sigue, según Hume, que se debe
fuere, ciertamente no sería sorprendente, a la luz de sus dudas hacer X; pero añadiría que esto es así porque Hume deia implí-
sobre la inducción, si Hume tuviera e! mismo tipo de dudas sobre cita ¡a premisa mayor «Se debe hacer lo que sea en interés
el movimiento de «es» a «debe». Es lo que sería de esperar. común». Se ha considerado que esta posición está apoyada por la
(ii)
(ii) En la primera de las citas anteriores, Maclntyre afirma
afirma crítica de Hume a Wollaston. Este creía que toda inmoralidad
confiamente que «la noción de ‘deber’ es para Hume explicable consiste, en último análisis, en mentir, esto es, en la negación
solamente en términos de la noción de consenso de intereses». de lo que es. Por ejemplo, que la inmoralidad de un acto de
Esta consideración la apoya con otras tres que supuestamente ingratitud a un benefactor reside en el hecho de que tal acto niega
tratan de probarla recurriendo a las opiniones de Hume, (a) la verdad de que tal persona es nuestro benefactor. Hume co-
«Decir que debemos hacer algo es afirmar que hay una regla mentó a este respecto que en el «extraño sistema» de Wollaston
comúnmente aceptada». Ciertamente Hume dijo cosas como las se presupone la inmoralidad de negar los hechos. En otras
siguientes:  palabras, que no se puede pasa r de «X es una mentira»
mentira» a «X está
mal» sin la premisa «Mentir está mal».
Una vez que los hombres han tenido experiencia suficiente para observar que, ¿Se sigue, entonces, como han pretendido algunos en contra
cualesquiera que puedan ser las consecuencias de un acto de justicia aislado y
realizado por una persona aislada, sin embargo el sistema de acciones completo,
de Maclntyre21, que según Hume no se podría pasar de «X es en
aportado por la sociedad entera, es infinitamente ventajoso para el todo y para interés común» a «Se debe hacer X» sin la premisa «Se debe
cada una de sus partes, entonces está cerca el momento de que aparezcan la hacer lo que sea en interés común»? No lo creo. En su crítica a
 jus tici a y la pro pie dad 20. Wollaston, Hume pretendía poner de manifiesto, no simple-
mente que se presupone una premisa, sino que esta queda sin
Decir esto es tal vez decir que porque  hay intereses comunes  justificar.
 justificar. Así escribió: «Admitiré, si se quiere, que toda la
19  Dejo aquí de lado cualquier consideración sobre el preciso carácter del
 pensa mien to cie ntífic o, p. e j., si es o no h ipotéti coded uctivo . 21 V er
er R. F.
F. At
At ki
ki ns
ns on
on , op. cit.,   23738; y mi artículo «Hume on  Is   and O u g h t »
20 T r e a t i s e   III. ii. 2, pp. 49798. [«La posición de Hume sobre  E s  y Debe»], P Q 14 (1964), 250: ver nota 6.
248 La filosofía moral contemporánea 6. El descrip tivism o 249

inmoralidad se derive de esta supuesta falsedad en la acción, con «debe», y con independencia de la interpretación de Hume?
tal que se me dé una razón plausible de por qué es inmoral esa Concluiré esta sección con algunas opiniones sobre la primera de
falsedad»22. Y si, como piensa Maclntyre, Hume habría dicho estas dos cuestiones. En la próxima sección volveré sobre la
que esta «razón» tiene que mostrar que tal falsedad es en contra segunda de estas cuestiones y consideraré en particular las con-
del interés común, no podemos argüir que porque, en opinión de cepciones (b) y (c), a saber, que «deber» puede definirse en
Hume, el paso de «X es mentira» a «X está mal» requiera la términos de «querer», o de intereses, y que querer constituye
 premisa «Mentir está mal», el paso de «Mentir «Mentir es contra el una noción puente entre «es» y «debe».
interés común» a «Mentir está mal» deba, en opinión de Hume, ¿Cuál debe ser nuestra conclusión sobre el pasaje de Hume
exigir la premisa «Lo que es contra el interés común está mal». que hemos comentado a la luz de esas interpretaciones? Mi
Su opinión  podría  haber sido que una noción tal como la de opinión es la siguiente:
«interés» realiza la transición lógica de «es» a «debe». El punto (i) Hume parece
parec e tener
tene r afinidades tanto
tant o con los subjetivistas
subjetivi stas
 principal
 principal de Maclntyre, como hemos
hemos visto en las citas anteriores, como con los emotivistas, pero no puede decirse que pertenezca
es que Hume creía que hay razones para decir que las nociones inequívocamente a una de estas tendencias. Por las razones
morales son ininteligibles separadas del concepto de necesitar, o dadas (p. 241) no es satisfactorio decir que consideraba las
de querer, o de alguna otra noción de ese tipo, y esto es lo que  proposiciones
 proposiciones de'd eber como
como un tipo especial de proposiciones
proposiciones
Hume estaría resumiendo en el famoso pasaje sobre «es» y de ser, pero es también claro que no estableció una distinción
«debe». Nótese que si  Maclntyre tiene razón y si  Hume estaba lógica rigurosa entre «es» y «debe» como la hubiera establecido
haciendo eso, la idea de Hume no sería (o no sería simplemente) un emotivista moderno.
que si no pensamos que la justicia es en interés común entonces (ii)
(ii) Hume pensaba que no es la razón la que mueve a la
no podemos sentimos psicológicamente inducidos a obedecer sus acción, sino las pasiones. Los juicios morales, en la medida en
reglas. La idea sería más bien la idea lógica de que, cuando se ha que guían la acción, deben basarse en las pasiones. En palabras
 pronunciado un juicio de deber, la pregunta «¿Por qué?»qué?» puede suyas: «En conjunto, es imposible que la distinción entre el bien
responderse apelando a ios intereses o necesidades humanos, y el mal morales la pueda hacer la razón, ya que esa distinción
apelación que es final de una manera en que no lo es la apelación tiene una influencia sobre nuestras acciones de la cual es incapaz
a los principios morales generales. ia razón por sí sola»23. Pensaba que los juicios morales se fundan
de hecho en el deseo de los hombres hacia aquello que es en el
¿Qué interpretación es correcta? interés común. Pero es difícil decir cuál era, en su opinión, la
naturaleza de esta fundamentación. ¿Mantenía que los hombres
En resumen, parece haber tres posibilidades por lo que se se sienten inducidos a obedecer las reglas de la justicia porque
refiere al papel que proposiciones como «Debemos hacer lo que éstas son en interés común, o que el hecho de que vayan en
vaya en interés de todo el mundo a largo plazo» tienen en la interés común constituye lógicamente esas reglas? No se me
filosofía moral de Hume. Son: (a) que tales proposiciones enun- ocurre una respuesta inequívoca a esta pregunta.
cian un  principio moral general;  (b) que enuncian una definición (iii)
(iii) La comprensión deldel pasaje de Hume que podamos con-
de «deber»; (c) que enuncian una regla de inferencia  con refe- seguir sólo la conseguiremos situándolo en su contexto diecio-
rencia a la cual podemos inferir lógicamente «debe» de «es». Los chesco. La sección del Treatise  en cuyo final aparece se titula
defensores de la «interpretación aceptada» se inclinan por la «La distinción moral no se deriva de la razón», y la que sigue
 primera, los de N. I. (1)
(1) por la segunda,
segunda, y los de N. I. (2)
(2) por lleva por título «Las distinciones morales se derivan de un
la tercera. sentido moral». Una cosa parece cierta: en el gran debate del
Hay dos cuestiones que plantear. Son: (i) ¿cuál es la interpre- siglo dieciocho sobre la naturaleza de la conciencia, Hume pre-
tación correcta de Hume, si la hay?, y (ii) ¿qué concepción es la tendía refutar a los intuicionistas racionales y tomar partido por
correcta como solución al problema de la relación entre «es» y los filósofos del sentido moral. Pero parece también haber tenido
22
T r e a t i s e   III. i. I, p. 462 nota. *3 T r e a t i s e  III. i. l.p . 462.
462.
251
250 La filo sofía moral co ntempo ránea 6. El descriptivismo

una intención ulterior: refutar a los moralistas religiosos que el contexto de su filosofía moral, simplemente plantea pero no
 basaban la moralidad en la voluntad divina. Hume (según (según resuelve la cuestión de cómo se relacionan las necesidades o los
confiesa con renuencia) rechazaba tal fundamentación. En 1740 intereses con las obligaciones. Abordemos ahora este difícil
escribía a Hutcheson: «Deseo con todo mi corazón poder evitar tema.
la conclusión de que ya que la moralidad, de acuerdo con su
opinión tanto como con la mía, está determinada simplemente
 por el sentimiento,
sentimi ento, concierne
conciern e solamente a la naturaleza y a la 2. Deber y querer 
vida humana. Esto se ha esgrimido con frecuencia contra usted y
es de graves consecuencias»24. Algunos piensan que la referencia En la última sección me referí a dos posibles opiniones sobre
derogatoria en el pasaje famoso a los «sistemas vulgares de la relación entre el querer y la obligación. En resumen, eran
moral» se refiere a los códigos morales religiosos25. Pero tanto si estas: (i) que «debe» significa  «quiere», y (ii) que «quiere»
es así como si no, es lo cierto que Hume creía que la moralidad constituye una razón concluyente  para «debe». Hemos conside-
se basa en los sentimientos e intereses humanos y no en la razón rado la cuestión: ¿mantuvo Hume alguna de ambas opiniones.
o en la voluntad de Dios. Consideremos ahora: ¿es correcta alguna de ellas?
(iv) Creo que lo que tenemos
tenem os que decir, en última instancia,
es que Hume simplemente planteó la cuestión de la naturaleza ¿Significa lo mismo «debe» y «quiere»?
 precisa  de esta fundamentación, pero que no suministró ninguna
respuesta a ella. Es claro que consideraba que la moralidad tiene ¿Es verdad por definición de «deber» que, en un sentido u
una íntima conexión lógica con las necesidades humanas. ¿Pero otro, debemos hacer lo que queremos hacer? Algunos filosolos
estaba simplemente diciendo que si no tuviéramos necesidades han defendido recientemente
recientemen te que podemos (lógicamente)
(lógicamente) decir en
 —esto es, si los acontecim ientos no nos importaran— entonces términos de «querer»
« querer» todo lo que en el curso
cur so normal 2de los
no podríamos usar el lenguaje valorativo, moral o de otro tipo? acontecimientos podríamos decir por mediomedio de «deber»
«deber» .
Esta es una doctrina con la que estaría de acuerde cualquier Esta opinión debe, en primer lugar, ser claramente uistinguida
emotívísta o prescriptivista. ¿Es esto lo que decía Hume? ¿O es de otras con las que parece fácil
fácil confundirla . Se trata de una
más de lo que decía? ¿Estaba diciendo que «debe» ha de opinión de lógica, no de psicología. Es decir, no tiene nada que
definirse  como «es querido», o que «debe» puede inferirse  de «es ver con la cuestión de si la gente lucharía por conseguir X tanto
querido»? La respuesta a estas preguntas no es segura. Tenemos en el caso de considerarlo como algo que quieren, como en e
que concluir, creo, que esperar que Hume se hubiera pronun- caso de considerarlo como algo que deben alcanzar. Tampoco es
ciado claramente por una de estas posiciones es tratarle como si relevante preguntar si hablar en términos de «querer» es mas o
fuera un filósofo de nuestra época y no de la suya. En mi opinión, menos efectivo que hablar en términos de «deber» para conseguir
Hume no consideraba «Debemos hacer todo lo que vaya en que la gente haga lo que deseamos. Tal vez pueda demostrar-
interés de todo el mundo a largo plazo» exclusivamente como un se que los hombres empujados por su conciencia tienen en conjunto
 principio moral, como una definición
definición o como
como una regla de infe- más éxito en la consecución de sus fines que aquellos inspirados
rencia, sino como una mezcla de las tres cosas. Como hemos sólo por ambiciones personales; y es indiscutible que las técnicas
visto, se pueden encontrar citas que parecen apoyar cada una de utilizadas por la publicidad y la propaganda tienen más éxito que
esas inteipretaciones, y no creo que preponderen unas más que las exhortaciones de los moralistas a la hora de convencer a las
otras. Por esto es por lo que digo que, para nosotros, el famoso gentes de qué es lo que quieren. Pero estas consideraciones
 pasaje de Hume sobre el ser s er y el deber, una vez que se coloca en
26 P ej , M. Zimmerm
Zimmerman,
an, «The
«The ‘IsOu
‘IsOught’
ght’:: an Unnece
Unnecesar
sary
y Duali
Dualism»
sm» [«El
[«El
‘EsDebe'': un dualismo innecesario»],  M   LXX1 (1962); y D. H. Monro , E m p m -
c i s m a n d E t h i c s   [Empirismo y ética] (Cambridge, 1967). Los artículos de Zim
24  L e tt e rs   |Car tas] ed itad o por J. Y. T. Greig, Vol. I, n.° 16, 16, p. 40, citado por
Flew, o p . c i t . , 18
180.
0. Sobre el debate entre los intuido nistas racionales y la escuela merman y Hanly mencionados en esta sección están contenidos en T h e  I s- O u g h t 
del «sentido moral» ve r mi  E tl iic a l I n tu it io n is m  [Intuicionismo Etico]! 1967). Q u e s t i o n  (ver no ta 6).
25 P. ej.,
ej., M aclntyre, o p . c i t . ,   464. 21 Ver, p. ej., Zimmerman, o p . c i t . ,   pp. 5659.
253
252 La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivismo

quedan fuera de nuestro propósito. La cuestión que que nos interesa utilitarista: «Porque así es». Si hay hay un vacío lógico entre «que-
es: ¿podemos decir en términos de «querer» todo aquello que rer» y «deber», entonces, sea cual fuere su causa, no puede ser
decimos en términos de «deber»? que en un caso se carezca de razón última y en el otro no. Pues
Los términos precisos de «querer» que están aquí en cuestión esto ocurre en ambos casos.
 pueden ser objeto de mucha discusión. Alguien
Alguien que crea en la Otra diferencia que se ha señalado entre «querer» y «deber»
universalizabilidad de los juicios morales puede decir que «Debo es que podemos contradecirnos en términos de «deber» pero no
hacer X» quiere decir no simplemente «Quiero hacer X», sino de «querer». ¿Es esto correcto? Si A dijera «Debes hacer X», y
«Quiero hacer X y quiero que otros hagan X»; o alguien que crea B dijera «No, no debes hacerlo», sería natural decir que se
que el rasgo importante de los juicios morales es su supremacía, estaban contradiciendo. Pero —según este argumento— si «De-
 puede decir que «Debo
«Debo hacer X» signifi
significa
ca «X es lo que más  bes»
 bes» significa
significa simplemente
simplemente «Quiero
«Quiero que tú. ..»,
..» , y «No debes»
debes»
quiero hacer». Sin embargo, dejaré por el momento todos estos significa «No quiero que tú...», A y B no se estarían contradi-
refinamientos de lado, y consideraré simplemente la cuestión: ciendo. El «Quiero que tú hagas X» de A, y el «No quiero que
¿hay alguna diferencia clara entre los usos ordinarios de las hagas X» de B podrían ser los dos verdaderos. Así, si «Debes»
 palabras «querer» y «deber», tal que contradiga la posibilidad
posibilidad de contradice realmente «No debes», parece seguirse que cualquier
equiparar sus significados? definición de «deber» en términos de «querer» debe ser incorrec-
Se ha mantenido a veces que el uso de «deber» tiene que ta. Pero ¿se sigue esto? Consideremos por un momento por qué
apoyarse con razones, pero no así el de «querer». En contra  parece
 parece tan natural decir que el «Debes»
«Debes» de A contradice el «No
de esto puede señalarse que, en muchos contextos, es igual de debes» de B. Indudablemente, si un mismo hablante dijera «De-
natural esperar una razón en favor de lo que se quiere que en  bes
 bes y no debes», esto sería una contradicción. Cualquiera
Cualquiera que
favor de lo que se debe. Es cierto que un rasgo que distingue los considerara esto equivalente a «Quiero y no quiero» estaría de
 juicios morales de las expresiones de gusto o de disgusto es el acuerdo en que es contradictorio. Pero cuando decimos que el
hecho de que en el primer caso se esperan normalmente razones, «Debes» de A se contradice con el «No debes» de B, ¿estamos
 pero tal vez no así en el otro caso. Si yo dijera «Debo«Debo ir a la simplemente asumiendo que lo que sería contradictorio dicho por
huelga», y a la pregunta «¿Por qué?» respondiera «¿Cómo que un hablante debe necesariamente serlo cuando es dicho por dos
 por qué? Simplemente
Simplemente debo», pondría e njueg o mi reputación de hablantes distintos? Ciertamente no podemos decir que porque el
 persona razonable. No en cambio si dijera «Quiero «Quiero ir a la «Debes» de A y el «No debes» de B se contradicen, éstos no
huelga», y cuando me preguntaran «¿Por qué?» respondiera que  pueden
 pueden significa
significarr respectivamente
res pectivamente «Quiero que tú» y «No quiero
simplemente quiero (y ello tanto si mi afirmación inicial se que tú», pues esto es eludir la cuestión. No es lógicamente
tomaba como expresión de mis sentimientos como si se tomaba en necesario que tengan que contradecirse. Si lo que quisieran decir
el sentido de una descripción de los mismos). Pero tales casos es «Quiero que tú» y «No quiero que tú», respectivamente, en-
 pueden no ser indicativos
indicativos de ninguna
ninguna diferencia
diferencia significati
significativa
va tonces no estarían contradiciéndose. Y no se ha probado que
entre «querer» y «deber». Por un lado, hay ocasiones en las que no sea esto lo que quieren decir28.
sería perfectamente natural dejar de lado la exigencia de razones Otra razón que se ha dado para rechazar la definición de
cuando se ha usado «deber». Si yo dijera, por ejemplo, «Debo «deber» en términos de «querer» es el hecho de que tiene buen
 pagar mis deudas», y a la pregunta de por qué respondiera sentido decir que dudo si debo hacer lo que quiero hacer. Y esto
«¿Cómo que por qué? Simplemente debo», esto no carecería de no puede querer decir que dudo si quiero hacer lo que quiero
naturalidad. Además, no sólo hay estas ocasiones, sino que en hacer, ya que esto último no tiene sentido. ¿Pero no lo tiene?
todas las ocasiones en las que se han usado juicios morales y se ¿Sería, por ejemplo, necesariamente sin sentido si yo le dijera
han dado razones, estas parecen, en última instancia, apelar a a mi esposa: «No sé si quiero hacer lo que quieio hacer o
algo que es así, o se dice que es así. Si, por ejemplo, habiendo
 juzgado que la pena capital está mal
mal porque no contribuye nada a 28 Un argumento algo similar
similar lo usa
usa Stevenson contra Moore; ver T h e T h i l o -
la felicidad general, me preguntaran «Pero ¿por qué eso hace que sophy of G. E. M oore  [ L a filosofía de G. E. M oore] (Ev ans ton , 11
111., 1949
1949), ),
esté mal?», tendría que responder, suponiendo que fuera un editado por L. A. Schilpp.
254
La filosofía moral contemporánea 6. El descn ptm smo 255

lo que tú quieres hacer? Probaría que yo soy una persona rer» se usa simplemente para describir la condición psicológica
fastidiosamente indecisa, pero no que hable sin sentido2^. Por de Smith, sentido para el cual son apropiadas las explicaciones
supuesto que «querer» se usa aquí en dos sentidos distintos. Lo causales (llamémoslo el sentido descriptivo). En el otro sentido,
que digo es algo como «No sé si quiero (en el sentido de ‘más quie- el «querer» de Smith se usa para valorar o clasificar a Mary
ro’ o ‘quiero
‘quiero después de pensarlo’ — sentido
sentido 1)  hacer lo que Jones. Este es el sentido para el que son apropiados criterios de
quiero (en el sentido de siento unun fuerte deseo en este momento’
momento ’ selección (llamémoslo el sentido clasificatorio).
sentido 2)  hacet o lo que tú quieres (en cualquiera de ambos Si se pudiera definir «deber» en términos de «querer» tendría
sentidos) hacer». Si se definiera «deber» en términos de «querer» que ser en términos de este último sentido (clasificatorio), ya que
(sentido 1), entonces el enunciado «Dudo si debo hacer lo que «deber» no se usa nunca simplemente para describir una condi-
quiero hacer» podría significar «Dudo si quiero (sentido 1) hacer ción psicológica, como ocurre a veces con «querer». Ya notamos
lo que quiero (sentido 2) hacer». Podría, por tanto, tener sentido antes (p. 253) que en muchos contextos es tan natural pedir
decir que dudo si quiero hacer lo que quiero hacer, y la simple razones de lo que se dice que se quiere como de lo que se
afhmación en contra de esto no sería suficiente para rechazar que dice que se debe. Pero ahora vemos que todos estos son contex-
«deber» significa «querer». tos en los que «querer» se usa en lo que he llamado su sentido
¿Pero podemos decir simplemente que «debe» significa «quie- clasificatorio.
re» en cualqui era de los sentidos distinguidos como 1 y 2? 2? No lo Recuérdese que la finalidad de este intento de definir «deber»
creo. Creo que hay unaun a distinción ulteri or que hacer'5®si queda en términos de «querer» es eliminar el vacío lógico que hay entre
alguna esperanza de equiparar los significados de «deber» y «es» y «debe». Pero si lo que he dicho es correcto, el único
«querer». Una ilustración ayudará a aclarar esta distinción. sentido de «querer» en el que éste podría usarse para definir
Smith pertenece auna secta religiosa que prohíbe a sus miembros «deber» es uno que deja ese vacío tal y como estaba. El paso de
casarse con los no creyentes, es decir, con quienes no pertenecen Smith del enunciado de hecho «Mary Jones no es creyente» a la
a esa secta. Considérese esta conversación: expresión clasificatoria «No quiero casarme con ella» no es un
 paso directo de «es»
«es» a «quiero».
«quiero». La ultima afirmación
afirmación no es una
Smith. No quiero casarme con Mary Jones.
Interlocutor. ¿Por qué?
descripción fáctica de la condición psicológica del sujeto, sino,
Smith. Porque no es creyente. en cierto sentido, una valoración  de Mary Jones. El vacío lógico
entre la descripción y la valoración está aún ahí, y sólo puede ser
Ese «¿Por qué?» puede tomarse en dos sentidos. Puede referirse salvado por el principio valorativo «Nunca quieras casarte con
a la causa  de que Smith no quiera casarse con esa dama. Si este una no creyente». Nótese cuidadosamente que este principio es
es el sentido de la pregunta, la respuesta de Smith explica su no necesariamente sintético. No podría ser verdadero po r definición
definición..
querer casarse por referencia a una generalización causal como: Si «no ser querida por Smith para casarse» significara «ser no
siempre que Smith encuentra una dama no creyente pierde todo creyente», entonces la afirmación «No quiero casarme con Mary
deseo de casarse con ella. Pero puede que lo que el interlocutor Jones porque no es creyente» no sería, en ningún sentido, una
 pregunte sea qué razón  tiene Smith para no querer casarse con valoración. Significaría simplemente «Mary Jones no es creyente
Mary Jones. Entonces, la respuesta de Smith explicará su consi-  porque no es creyente». Y esta misma misma objeción se aplica a
deración colocándola bajo un principio general de selección o cualquier definición descriptiva que se proponga de «no querida
clasificación tal como «No quieras casarte nunca con una mujer  por Smith
Smith para casarse con ella».
ella». Todas las objeciones lógicas
lógicas
no creyente». Así, el «querer» de Smith en «No quiero casarme que se oponen a la definición de «debe» en términos de «es» son
con Mary Jones» tiene dos sentidos posibles, que corresponden a igualmente aplicables a la definición de «querer» (en sentido
las dos interpietaciones posibles del «¿Por qué?». En una, «que «valorativo» o «clasificatorio») en términos puramente descrip-
tivos.
' 9 Cf. Monro, o p . c i t . ,   pp. 208 y ss. Resumiendo: (i) Si se usa «querer» para definir «deber»,
* Cf. K. Hanly, «Zimmerma n’s IsIs: A Schizophrenic Monism» [«El EsEs habrá que usar aquel término en su sentido valorativo, clasifica
de Zimmerman: un monismo esquizofrénico»],  M  LXXIII (1964); ver nota 26. torio o selectivo, como quiera que lo llamemos, que es diferente
256 La filosofía moral contemporánea 6. El d esc rip tiv ism o 25 7

de su sentido descriptivo. Es decir, habrá que usarlo en el yo estaría loco si no lo hubiera hecho. Pero «Porque yo quie-
sentido para el cual hay que dar razones en lugar de causas, (ii) ro...» es un caso distinto. Citando de nuevo a Baier: «Hay un uso
Cuando se use así, será siempre necesario un principio de valora- correcto de la palabra ‘loco’ y... las personas que prefieren hacer
ción o selección que llene el vacío lógico que hay entre un aquello que no les agrada a aquello que les agrada difieren de las
enunciado de hecho y una expresión de querer o no querer, (iii)  personas normales en esos aspectos fundamentales
fundamentales e indeseables
Estos principios no son analíticos, y por tanto, si cubren ese que hacen que se les pueda aplicar correctamente la palabra
vacío lógico, no lo hacen por definición. Por consiguiente, aun- Mocos’»33.
que he intentado defenderla contra ciertas críticas, no puedo ¿Qué tiene que ver querer con ser moral? Voy a hacer una
aceptar la doctrina de que «debe» significa «quiere». distinción que creo que nos ayudará en este punto. Es entre dos
cuestiones que corresponden a dos usos de la palabra «moral» (y
¿Es «quiere» una razón concluyente para «debe»? las relacionadas con ella). «Moral» puede usarse, por así decirlo,
 bien para valorar   bien para ubicar. Si, por ejemplo, digo que que
Pasemos a la doctrina alternativa de que «quiere» constituye una razón es una razón moral, puedo estar valorándola como una
una razón concluyente para «debe». Se dice que la noción de razón moralmente buena o correcta para hacer algo; igual que si
querer
quer er es una noción puent e31 por medio de la cual podemos
podemos llamo inmoral a una razón, se puede pensar que la considero
 pasar (lógicamente)
(lógicamente) de «es»
«es» a «debe».
«debe». Así, se dice que si yo digo
digo malvada o viciosa. Por otra parte, cuando digo que una razón, o
que debo hacer X, a la pregunta «¿Por qué?», la respuesta consideración, es moral, puedo estar ubicándola en el universo
«Porque quiero hacer X» tiene una finalidad lógica que no moral del discurso. «No moral» o «amoral» es lo opuesto usual-
comparte ninguna otra respuesta concebible. De cualquier otra mente a «moral» en este sentido. De acuerdo con estos dos
respuesta, por ejemplo: «Porque hacer X constituye el cumpli- sentidos de la palabra hay dos cuestiones que pueden preguntar-
miento de una promesa», tiene buen sentido decir: «Pero ¿por se: (i) ¿Por qué hacer lo que es moral (en el sentido valorativo del
qué cumplir las promesas?», etc. Sin embargo, no tiene sentido término)?, y (ii) ¿Por qué ser moral (en el sentido ubicativo de la
 preguntar «¿Por qué debo hacer !c que quiero hacer?» Si alguien
alguien  palabra)? La primera pregunta pide una razón dentro del «juego«juego
tiene una razón para hacer algo, entonces tiene una razón para de lenguaje» moral. La segunda pide una razón para entrar en
hacer lo que quiere. dicho juego. Veámosias
Veámosias sucesivamente.
Este tipo de argumento es, a primera vista, muy atractivo. Se recordará que el epígrafe de este apartádo es: ¿Constituye
¿Cuál es el propósito de razonar sobre la acción si no es conse- «quiere» una razón concluyente para «debe»? Esta pregunta se
guir lo que que se quiere? Como ha señalado Kur t Baier: «El «El  puede enfocar de dos maneras, que corresponden
corresponden respectiva-
 propósito de ‘jugar el juego del razonamiento' es maximizar
maximizar las mente a los dos sentidos de «ser moral» que acabamos de
satisfacciones y minimizar las frustraciones. Frustramos delibe- distinguir. Primero, consideraré si «quiere» constituye una razón
radamente y minimizar la satisfacción sería ir ciertamente en concluyente para «debe» en el sentido de responder concluyen-
contra del propósito con el cual deliberamos y con vistas al cual temente a la pregunta: ¿por qué ser moral (en sentido valorati-
 pesamos los pros y los contras. Estos criterios, por tanto, están vo)?, esto es: ¿por qué ser justo? Esto lo veremos en el apartado
necesariamente vinculados al propósito mismo de la actividad de que sigue. Posteriormente consideraremos la pregunta: ¿por qué
razonar. En la medida en que participemos en ese ‘juego’, ser moral (en el sentido ubicativo)? Esto es, ¿por qué participar
tendremos que aceptar esos criterios»32. Podemos (lógicamente) en el «juego de lenguaje» moral? Veremos qué tiene que ver el
 pensar en una razón tal como «Porque hace r X es cumplir
cumplir una querer con todo esto.
 promesa» como una razón que yo he decidido  adoptar. Podemos
 pensar que no lo hubiera hecho así. No se da por supuesto que que ¿Por qué ser justo?
Mis. P. Foot ha respondido a la pregunta «¿Por qué hacer lo
31 Cf. Ante riorm ente, p.
p. 245.
245. que es moral (en un sentido valorativo)?» en su artículo «Moral
32 Kurt Baier. T h e M o r a l P o i n t o f V i e w   [El punto de vista moral] (Nueva 33
York , 1958),
1958), pp. 3012.
3012.  Ib íd ., p. 303.
258 La filo so
so fí
fía moral co nt
nt em
em po
po rá
ránea 6. El descrip ti
tivism o 259

Beliefs» (Creencias morales). Parte de su respuesta a la pregunta de que tal vez no sea tan beneficioso ser justo, o al menos no
«¿por qué ser justo?» reza así:
así: siempre. Es muy frecuente que el injusto prospere, que tenga un
amplio círculo de amistades y que duerma sin remordimientos de
¿Es cierto... decir que la justicia no es necesaria para el hombre en el trato conciencia. Puede desde luego ocurrir que sea nuestra miopía la
con sus semejantes con tal que sea fuerte? Quienes piensan que alguien puede
arreglárselas bien sin ser justo deberán decir exactamente cómo se supone que que nos hace creer que el injusto es infeliz. Tal vez éste esté
puede vivir una persona así. Sabemos que hará la injusticia simpre que el acto frustrando necesidades que todos los hombres tienen.
injusto le reporte algún beneficio; pero ¿qué dirá? ¿Admitirá que no reconoce los (ii)
(ii) Una objeción más seria a esta doctrina
doctr ina es que nunca
derechos de otros, o fingirá que sí? En el primer caso, incluso quienes se unan a  podemos
 podemos (lógicamen
(lógicamente)
te) saber que es beneficioso
beneficioso ser ju sto hasta
él sabrán que al primer cambio de fortuna o de afecto serán sus víctimas, por lo
que aquél deberá precaverse de la traición de éstos tanto como éstos de la de que ya es demasiado tarde para darlo como una razón de que
aquél. Tal vez hay que pensar que el hombre injusto... es a la vez un astuto deba hacer una cosa más bien que otra. No podemos (lógicamen-
mentiroso y consumado actor que combina la más completa injusticia con la te) saber que le habría sido más beneficioso a alguien ser justo
apariencia de justicia... Los filósofos hablan a menudo como si un hombre que injusto
injusto a la larga, hasta que ya está muerto. Por supuesto que
pudiera esconderse así incluso de quienes están a su alrededor, pero la suposición
es dudosa, y en cualquier caso el precio de la vigilancia sería colosal. Si permite si creemos que hay una vida ultraterrena en la que serán castiga-
que incluso unas pocas personas descubran su verdadera actitud, deberá guar dos quienes hayan vivido injustamente, esto lleva el argumento a
darse contra ellas. Si no se descubre a nadie, deberá ser muy cuidadoso de que no otro terreno. Pero Mrs. Foot no es esto lo que dice.
le traicione la menor espontaneidad. Tales hechos son importantes porque la (iii)
(iii) La objeción másmás grave es
es que esta doctrina equivoca
equivoc a la
necesidad que hay de la justicia en el trato con los demás depende del hecho de
que son hombres y no objetos inanimados o animales. Si una persona solamente naturaleza de la moralidad. Si hubiera, para utilizar una palabra
necesitara de las demás como necesita de los objetos caseros, y si los hombres tradicional, un beneficio «heterónomo», es decir, un beneficio en
pudieran ser manipulados como estos últimos, o ser sometidos a golpes como los términos no morales, entonces se seguiría que cualquier persona
burros, sería distinto. Pero tal como están las cosas, la suposición de que la in que hubiera sido justa y que no hubiera disfrutado este beneficio
 justicia produce más beneficios que la justicia es muy dudosa, aunque como la
cobardía y la intemperancia pueda ser beneficiosa en un momento dado34. habría sufrido un desastre. Esta es precisamente la palabra qué
usa Mrs. Foot en el párrafo que sigue al citado antes, acerca de
un r
eirí
a<0
110r  1^ r%r> 1r^ r•o » * * 4-
,a,
o h
o, o< ca»
*í«-
*■«
*1o * ■ , 0 , «
p
Mrs. Fooi da aquí por ¡o menos dos razones principales en
l t x r ' t r i c *
LÁiui ¿Á-iJ'JíiiíJiL w lili'*.»'*
lili'*.»'* í u   a i il
il w O  j v í m j w a i v .

contra de que cualquier persona eluda ser justa, incluso aun duda una reductio ad cibsurdum de la doctrina de que la razón de
teniendo poder, (i) Si pretende tener éxito, habrá de engañar a los ser justo es que rinde beneficios heterónomos. Pues incluso morir
demás para que piensen que es realmente un hombre justo; pero  por la justicia no constit uye un desastre para el hombre justo en
será muy difícil hacer esto con éxito todo el tiempo, y los cuanto tal. En cuanto justo, el único desastre que podría sufrir es
inconve nientes
niente s del intento no van a ser pequeños,
pequeños , (ii)
(ii) Muchas de elegir la injusticia para no morir.
sus relaciones con otras personas se despersonalizarán en el Tan claro les parece a algunos filósofos contemporáneos que
 proceso; tendrá que tratar a los demás como cosas, no como esta doctrina es errónea que rechazan incluso la idea de que la
 personas, y haciéndolo así empobrecerá su propia existencia.
existencia. Su  justicia beneficia
beneficia porque constituye el medio para la perfección
conclusión es que el ser justo satisface necesidades que todos los moral. D. Z. Phillips cita con aprobación a J. L. Stocks en este
hombres tienen, o en otras palabras, que ser bueno es beneficio- sentido. «La moralidad puede exigir a un hombre que renuncie al
so. Esta conclusión ha sido desafiada por otros filósofos contem- camino más prometedor para la consecución de su perfección
 porán eos35
eos35. Sus objeciones principales son, creo, como siguen.
siguen. moral»36. Encuentro difícil admitir esto tal y como aquí aparece,
(i) Parece
Parec e ser contraria a los hechos. Comoquiera
Comoquier a que se se  pues supone
supone que alguien puede conseguir la perfección moral moral
conciba el beneficio —ganancias materiales, relaciones persona- haciendo algo que no sea lo justo. Pero ¿cómo? Podría tener que
les felices, conciencia tranquila, etc.— nos asalta el pensamiento hacer algo distinto de lo que convencionalmente se considera
 justo, o de lo que hasta ahora él consideraba jus to. O tal vez su
aspiración a la perfección moral está motivada por el prestigio
 PAS   LIX (1958-59), 103-4. El artículo de Mrs. Foot es tá conteni do en The
34 PAS  The
 Is-Ought Questio n (ver nota 6).
35 P. ej ., D. Z. Phi llips, «Does It Pay to Be Good?V>: [«¿Co mpens a ser 36  Ibíd.,  p. 59. Cf. P. Winch,  Moral Integrity 
 Ibíd.,  Integrity   [La integridad moral] (Oxford,
bueno?»] PAS
bueno?»]  PAS LXIV
 LXIV (1964-65). 1968),
1968), pp. 20-25. ....... ... “ '
260 La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivismo 261
que ésta le dara', con lo que la justicia
justic ia se converti
con vertirá
rá para él en un vo») algo no constituye, por sí mismo, una razón de que algo
medio hacia otro fin. Es, además, un lugar común de los sermo- deba o no deba hacerse.
nes que una persona puede ser tan cuidadosa de su virtud que la
 pierda o la minimice.
minimice. Cuando se dirigía
dirigía a la divina presencia San ¿Por qué ser moral?
Casiano no quiso arriesgarse a ensuciar sus vestiduras ayudando
al carretero que estaba atascado en el barro, pero San Nicolás lo Pasemos ahora a la otra pregunta: ¿por qué ser moral (en el
hizo, a causa de lo cual pudo disfrutar de una manera más sentido «ubicativo»)? Nótese que ésta cuestión, a diferencia de
completa el favor divino. Pero esto no se discute. Si lo dejamos a- «¿Por qué ser moral (en el sentido valorativo)?» o «¿Por qué ser
 parte, no puedo dar sentido a la idea de que pueda haber un  justo?», no surge, por así decirlo, dentro deldel universo del
del discurso
«camino prometedor» hacia la perfección moral que no sea hacer moral, sino fuera del mismo. Ya vimos que la respuesta a ¿por
lo que se debe. Pues ¿qué es la perfección moral sino hacer lo qué ser justo? no puede ser: porque beneficia. Pero de aquí no se
que se debe? sigue que ésta no pueda ser la respuesta a la pregunta que aquí
Esta última afirmación, que yo discuto, no es sin embargo estamos tratando. ¿Hay satisfacciones que se maximizan siendo
esencial para el argumento principal en contra de la doctrina de moral, y frustraciones que se minimizan de esta manera, de tal
que la razón para ser justo es que rinde beneficios «heteróno forma que podamos decir que la razón para ser moral (en el
mos». El resto del argumento me parece muy persuasivo. Tiene sentido actual) se funda en lo que todos los hombres quieren?
un fundamento que muchos filósofos morales, aun difiriendo en ¿Todos los hombres quieren ser morales? La cuestión es,
otros aspectos, han coincidido en aceptar. Este fundamento es desde luego, ambigua. Puede significar: si se les preguntara lo
la autonomía de la moral. Kant dijo que el imperativo moral que quieren, ¿responderían «Ser (o seguir siendo) moral»?; o si
es categórico, no hipotético; Kierkegaard, que querer el bien es observáramos su conducta, ¿resultaría que esto es lo que cons-
querer una cosa37; Moore, que «bueno» es indefinible; Haré, que cientemente desean ser? Alternativamente, dicha pregunta puede
el discurso valorativo no puede lógicamente reducirse al descrip- significar: ¿ocurre que solamente siendo morales pueden maximi
tivo. Todos dicen, en resumen, que la apelación ultima dentro del zar ciertas satisfacciones y minimizar ciertas frustraciones? En
discurso moral es a la justic ia de la justicia. La razón concluyente este sentido, pueden querer, o necesitar, ser morales sin darse
 para ser just o no es que beneficie
beneficie ni que sea lo que los hombres cuenta de ello. En este último sentido tomo la pregunta.
quieren, sino que es justo. En el primer sentido, la respuesta parece ser claramente que
La respuesta, por tanto, a la primera de las dos preguntas que todos los hombres en algún tiempo, y algunos hombres durante
distinguí antes, a saber, la pregunta: ¿por qué hacer lo que es todo el tiempo, no quieren ser morales. Ya me referí antes a las
moral (en el sentido valorativo de «moral»)?, o en otras palabras: ansiedades que produce la conciencia. Creo que todos sentiría-
¿por qué ser justo?, es simplemente: porque es moral (en dicho mos simpatía por el centinela de Good Friday,  de Masefield,
sentido valorativo
val orativo de «moral»). La pregunta ¿es moral (o justo) cuando afirma:
hacer —se debe hacer— lo que algún hombre, o todos los Bastantes dificultades tengo ya con lo que es
hombres, quieran? no se responde a sí misma. Podría ocurrir esto Sin necesidad de averiguar si es bueno o malo.
si «querer» se usara aquí en su sentido clasificatorio, como lo he Pero la respuesta que recibe es:
llamado antes. Pero éste no es el sentido en el que esas opiniones Todos tienen que buscarla, y la búsqueda es larga.
que rechazo toman «querer». Tomándolo en este sentido, que ¿Todos? ¿Y en qué sentido de «tener que»? Consideraré
antes he llamado «descriptivo», podemos decir con seguridad sumariamente tres posibles doctrinas acerca de esta cuestión.
que «querer» no constituye una razón concluyente para «deber». (i) Se ha argüido que es esencial para una sociedad armónica
Dentro del «juego de lenguaje moral», el mero hecho de que un que sus miembros sean morales. No estoy seguro de si, en el
hombre, o todos los hombres, quieran (en el sentido «descripti- siguiente pasaje, Baier está usando «moral» en lo que he llamado
el sentido valorativo o en el sentido ubicativo. Pero pueden interpre
tarse sus palabras como usando «moral» en este último sentido, y
37 Debo esta referencia a Phillips,
Phillips, op. cit., p. 52.
52 . así interpretadas representarían el punto de vista al cual me
262 La filosofía moral contemporánea 6 . El descriptivismo 263
acabo de referir, a saber, que es esencial para la armonía social sentido, una comunidad moral»39. Si le entiendo bien, a conti-
que sus miembros participen en el discurso moral, o lo que es lo nuación pasa a argüir que la sociedad es imposible sin el tipo de
mismo, en la «forma de vida» moral. Escribe Baier: «La mejor compromiso entre sus miembros que sólo subsiste cuando se
vida posible para todo el mundo sólo es posible si todo el mundo reconocen ciertas virtudes como tales; esto es, sin pensamiento
sigue reglas de moralidad, esto es, reglas que muy frecuente- moral. La comunicación en el lenguaje, por ejemplo, es posible
mente pueden exigir a los individuos que hagan genuinos sa- no simplemente cuando hay reglas para el uso de las palabras,
crificios.» Y añade: «Fuera de la sociedad, la gente no tiene sino cuando aquellos que se comunican consideran en general
ninguna razón para seguir tales reglas, esto es, para ser moral»38. la veracidad como una virtud. Si no se considerara que decir la
Parece no estar afirmando sino que, si hay sociedad, entonces las verdad es algo que debe hacerse, no sería posible ninguna comu-
satisfacciones serán maximizadas y las frustraciones minimizadas nicación. Así, Winch afirma que «la integridad... es a las institu-
 para todos sus miembros si, y sólo si, cada uno de estos actúa ciones humanas en general lo que la veracidad es a la institución
 por razones que sean morales. No dice, por lo menos
menos aquí, que la del lenguaje... Carecer de integridad es actuar con la apariencia
moralidad sea una condición necesaria de la sociedad, sino sólo de cumplir un cierto papel pero sin la intención de cumplir con
de una sociedad armónica. las responsabilidades que ese papel comporta. Si,  per absurdum,
Debe notarse el sentido exacto de esto. Supongamos que un eso se convirtiera en la regla, el concepto todo de papel social
individuo decide abandonar su sociedad. ¿Qué razón podemos desaparecería»40. Y con él, la sociedad.
darle para que no lo haga? Parece que, desde el punto de vista de Me parece que una sociedad sin algún compromiso por parte
Baier, no la de que si se queda maximizará sus satisfacciones y de sus miembros es ciertamente inconcebible. Pero no estoy
minimizará sus frustraciones. Todo lo que podemos decirle es convencido de que las razones que ellos se den a sí mismos o
que, mientras permanezca en la sociedad, la mejor vida para todo unos a otros para tal compromiso hayan de ser necesariamente
el mundo, incluido él mismo, sólo será posible si él actúa por morales. Winch reconoce
reco noce que uno se podría ver conducido a
razones morales. Pero ¿por qué habría de ocuparse de «todo el conclusiones del tipo de las de Hobbes acerca del acuerdo sobre
mundo»? Simplemente del hecho, si es un hecho, de que ciertas el que la sociedad se basa (lógicamente)*1. Podría tratarse de un
necesidades (por ejemplo, la seguridad de la vida) serán satisfe-  pacto pu ramente motivado por el interés. Yo po r mi parte diría
chas para todos en su sociedad solamente si cada uno actúa por que los hombres indudablemente quieren ser sociales,  enten-
razones morales, no se sigue que estas necesidades no puedan diendo «quieren ser» en el sentido de «sólo así pueden maximizar
ser satisfechas para algunos individuos dentro de la sociedad, y las satisfacciones y minimizar las frustraciones». Pero no estoy
de los cuales él puede ser uno, sin necesidad de que se preocu- seguro, considerando sólo el concepto de sociedad y lo que
 pen de cuestiones morales. Parece imposible, según la explicación
explicación lógicamente implica, de que necesariamente quieran ser morales.
de Baier, darle a nadie una razón para no prescindir de la moral (iii)
(iii) Me parece,
pare ce, sin embargo, que podemos dar en favor de
dentro de la sociedad. Suponiendo que se trate de uno de los ser moral el tipo de argumento que da Mrs. Foot en favor de ser
fuertes y no de los débiles.  justo. Tal argumento no parecía ten er éxito. Pero recuérdese que
(ii)
(ii) Tal vez para respond er en parte a esta objeción, algunos
algunos ahora estamos considerando en qué consiste una razón, no
han argüido que la sociedad es posible sólo si hay moralidad. dentro del «juego de lenguaje» o «forma de vida» moral, sino
Este es el argumento de Peter Winch en su artículo «Nature and  para entra r en ellos o permanecer dentro de ellos. Incluso sisi fuera
Convention» (Naturaleza y convención). Tampoco aquí, no obs- correcto decir que la única razón para ser justo es que es justo, la
tante, estoy seguro de que Winch aceptara mi distinción entre los razón para ser moral, tal y como estoy ahora usando la palabra
sentidos «ubicativo» y «valorativo» de «moral», ni mi interpreta- «moral», podría ser (lógicamente) que es beneficioso, que sólo
ción de su posición en términos de esa distinción. Pero creo que
sus palabras pueden ser así interpretadas. Dice: «No podría 39 Peter Winch, «Nature and Convention» [«Naturaleza y convención»],  PAS
haber una sociedad humana que no fuera también, en cierto LX( 195960), 239.
40  Ibí d. . pp. 2505
25051.
1.
38 Baier, op. cit. ,  pp. 314-15. 41  Ibid.,  p. 240.
240.
264 La filosofía moral contemporánea 6. El descripti vismo 265

siendo moral, tomando parte en el discurso mora!, pueden los obligaciones. En la sección siguiente veremos por qué. Todo lo
hombres maximizar ciertas satisfacciones y minimizar ciertas que quiero señalar aquí es que es así. No digo que un hombre no
frustraciones. «¿Cómo se supone que vive el hombre injusto?»,  pueda
 pueda tener relaciones con otros una vez que ha dejado de
se preguntaba Mrs. Foot. Y sugería: (i) que le tiene que resultar concebir éstas en términos morales. Es posible usar a los demás
difícil, si no imposible; y (ii) que le costará una gran parte, si no  para nuestro placer o para nuestro beneficio.
beneficio. Lo que digo es que
todo, de lo que vale la pena en las relaciones personales. Yo por no podrá experimentar ninguna de esas relaciones personales
mi parte pregunto cómo se supone que puede vivir una persona  para te ner experiencia
experiencia de las cuales es necesario concebirlas en
que decida no ser moral (en el sentido ubicativo, que estoy términos de nociones como «confianza», «responsabilidad», etc.
usando). Creo que las dos afirmaciones que Mrs. Foot hace Tiene sentido decir que, si prescinde de estas relaciones, un
equivocadamente sobre el hombre injusto se pueden hacer a hombre se destruiría a sí mismo. Cualesquiera que sean los
fortiori sobre el hombre amoral. defectos de su filosofía en conjunto, tienen razón aquellos exis
(i) Una persona que decida prescindir
prescindi r del
del discurso moral
moral tencialistas que insisten en que lo peor que le puede ocurrir a un
encontrará difícil, si no imposible, llevar su decisión a la práctica hombre es que sus relaciones personales se reduzcan del nivel de
de modo completo, tantos son los momentos de la vida humana yotú al nivel de yoello. Una persona que trata a otras personas
en que se plantean cuestiones morales. Esa persona no tendrá como cosas ha dejado, en esa medida, de ser un hombre. Dejar
nada que decir sobre ninguna cuestión que se plantee en términos de ser moral es dejar de ser hombre.
de justicia, obligación, responsabilidad, etc., ni pensará nunca en Me he salido ya de la cuestión «¿Constituye ‘querer’ una
estos términos. Si asumimos que le será fácil hacerlo así, ¿es razón concluyente para ‘deber’?». Mi respuesta es «No». «De-
 porque confundimos lo que he llamado sentidos ubicativo ubicativo y  be»
 be» es una palabra que se usa dentro del discurso moral y, como
como
valorativo del término «moral»? El hombre que deja de ser moral he dicho, dentro de ese discurso la última apelación sólo puede
en el segundo de esos sentidos es un tipo familiar. Es el que da lo ser al carácter de «debe». Y si a alguien se le ocurre preguntar
que llamaríamos respuestas equivocadas a las preguntas morales, «¿Por qué utilizar tal discurso?» mi respuesta es «A causa de lo
o s í da las correctas, no ias pone en práctica, bien sea por maldad que iodos ios hombres quieren». Y al hablar de lo que ellos
 bien por debilidad de la voluntad.
voluntad. Pero no hablo del hombre quieren no he querido decir simplemente aquello cuya pérdida les
inmoral sino del amoral. Este último prescinde de la moral en el resultaría dura o empobrecedora, sino aquello sin lo cual no
sentido de que deja de pensar o hablar en términos morales. Pero  podrían
 podrían ser eso que llamamos
llamamos ser hombre, esto es, aquello que
es ciertamente muy difícil ser así. Yo he tenido alumnos, por necesitan. Volveré sobre la noción de necesidad después42. Pero
ejemplo, que me decían que encontraban inútil el discurso moral  primero
 primero diré algo
algo sobre otra forma en que algunos
algunos filósofos
filósofos
hoy día; y a continuación intentaban convencerme de que debía contemporáneos han pensado que se puede eliminar o salvar el
 prescindir de él porque es perjudicial.
perjudicial. vacío esdebe.
(ii) Un segundo hecho con el el que tendría que habérsela s
quien quisiera dejar de ser moral sería que muchas, si no todas,
las relaciones personales subsisten, por así decirlo, en el universo 3. El hecho institucional
instituci onal
del discurso moral. Su carácter distintivo no puede ser descrito
sin usar algunos términos esencialmente morales como «confian-  El intento de Searle para derivar
derivar «debe»
«debe» de «es»
«es»
za», «lealtad», «obligación», «responsabilidad», etc. Decir, por
ejemplo, que X es el padre de Y es decir más que simplemente J. R. Searle dice en un artículo titulado «How to Derive
afirmar que X ha contribuido el elemento masculino a la procrea- ‘Ought’ from ‘Is’» (Cómo derivar
deriva r «debe» de «es»), publicado en
ción de Y. Si alguien dijera a Y, «Debes cuidar a X en su la Philosophical Review, 1964
1964,, y que ha dado lugar a una larga
l arga
ancianidad», e Y preguntara «¿Por qué?», la respuesta «Es tu discusión, que la discusión entre descripción y valoración, entre
 padre» sería perfectamente natural
natural e intel
i nteligibl
igible.
e. Parece ser parte hecho y valor, trazada por los filósofos morales tales como
del significado de «padre», tal y como usamos la palabra nor-
malmente, que quien sea así descrito debe, y se le deben, ciertas 42
Pp. 285-88.
267
266 La filosofía moral co ntem porá nea 6. El descript ivismo

Moore, Stevenson y Haré, es realmente una mezcla de por lo zada toma la promesa, e intenta mostrar que podemos comenzar
menos dos distinciones: (i) una entre diferentes clases de fuerza con el hecho «bruto» de que alguien ha pronunciado ciertas
ilocucionaria; y (ii) otra entre expresiones que encierran afirma-  palabras, invocar a continuación
continuación la institución de la promesa de
ciones objetivamente decidibles como verdaderas o falsas y ex- tal manera que genere hechos institucionales, apelar luego a la
 presiones que no encierran
e ncierran tales afirmacione
afirmacioness porque son cues- regla constitutiva de la institución, y acabar con una conclusión
tión de decisión u opinión. Según Searle, se ha asumido que la valorativa.
valorat iva. De este modo, Searle intenta derivar «debe»
«debe» de «es».
«es».
 primera distinción es un caso especial de la segunda, y que si Expondré los estadios de su pretendida derivación en mayor 
algo tiene la fuerza ilocucionaria de una valoración no puede detalle. .
deducirse lógicamente de premisas fácticas43. La pretensión de (1)
(1) Jones
Jone s ha pronunciado las palabras
palabras «Smith,
«Smith, te prometo
prometo
Searle es mostrar que esta suposición es falsa, que de premisas  pagarte cinco dólares». _ __ 
fácticas se pueden deducir conclusiones valorativas, y lo intenta (2)
(2) Jone s ha prometido a SmithSmith pagarle cinco dólares.
expandiendo una idea encontrada en los escritos de Miss Ans (3)
(3) Jones
Jone s se ha colocado bajo (ha aceptado) una obligación
obligación
combe, a saber, la de «hecho institucional»44. de pagarle a Smith cinco dólares.
Hay, según Searle, diferentes clases de hechos, unos presu- (4)
(4) Jones
Jone s tiene la obligación
obligación de pagarle
pagarle a Smith
Smith cinco
cinco dó-
 ponen instituciones y otros no. Pueden distinguirse
distinguirse respectiva- lares. _ 
mente como hechos «institucionales» y hechos «brutos». Los (5)
(5) Jones
Jone s debe pagarle a Smith
Smith cinco
cinco dólares.
hechos institucionales son hechos que existen solamente dentro De esta lista dice Searle: «La relación entre un enunciado y
de nuestras instituciones, esto es, dentro de un sistema de reglas su sucesor no es siempre una relación de ‘deducibilidad , pero
constitutivas. A diferencia de las reglas simplemente regulativas, tampoco es una relación contingente, y los enunciados adiciona-
las reglas constitutivas crean o definen (y regulan) nuevas formas les necesarios para convertir la relación en una relación de
de conducta, lo que es diferente de regular formas de conducta deducibilidad no tienen que encerrar
encer rar ^enunciados valorativos,
 preexistent es. Comer es una forma de conducta preexistente que 1  principios
 principios morales ni nada semejante
semejante»» . _ ^
se regula por las reglas de la cortesía. El ajedrez es una nueva ¿Cuáles son estos «enunciados adicionales».' Nótese que
I Searle dice que consisten en «suposiciones empíricas, tautologías
forma de conducta constituida por las reglas del juego. Comer es  j
algo que existe aparte de la etiqueta, pero el jaque mate no existe y descripciones de usos lingüísticos»4' y nada más. Estas premi-
i sas adicionales son:
aparte del ajedrez. Los hechos «brutos» son, por así decirlo, los ¡
materiales fácticos de los que se hacen los hechos institucionales.
Para cada hecho institucional otros ciertos hechos son «brutos Entre
En tre (1) y (2):
(2): .
relativamente». El movimiento de ciertas piezas sobre un tablero (la) En ciertas condiciones C, cualquiera que pronuncia
es bruto con relación al jaque mate; la pronunciación de «Prome- las palabras (oración) «Smith, te prometo pagarte
to» es bruta con relación a la promesa, y así sucesivamente. cinco dólares» promete pagarle a Smith cinco dóla-
Searle mantiene que «muchas formas de obligación, de com- res.
 promiso, de derechos y de responsabilidades
responsabilidades están así institucio- ( l b) Se dan las condiciones
condiciones C.
nalizadas»45. Como ejemplo de una obligación así institucionali Entre
Ent re (2) y (3): ,
(2a) La premisa tautológica: las promesas son actos que
consisten en colocarse bajo (aceptar) una obligación
13  J. R. Searle, «How to Derive ‘Ought’
‘Ought’ from 'Is’» [«Cómo derivar
derivar ‘Debe
‘Debe ’ de
‘Es’»],  PR   LXXIII (1964), 58. Los artículos de G. E. M. Anscombe («Modem de hacer la cosa prometida.
Moral Philosophy») [«Filosofía moral moderna»], Searle, Flew, McClellan y Entre (3) y (4):
Komisar, Haré, y mío, y los pasajes relevantes de Speech Acts   [Actos de (3a) Nada ha cambiado.
discurso], de J.
J. R. Searle, están todos ello s contenidos en The Is-Ought Question (3b)
(3b) La premisa tautológica:
taut ológica: Todos
Todos aquellos que se colo
(ver nota 6).
44 Cf. «Modem Moral Philosophy»  P   XXXIII (1958), y «On Brute Facts»
[«Sob re los hechos brutos»] , A 18 (1957-58);
(1957-58); ver nota
nota 43.
43. 46  Ihíd ., p. 44.
45  Searle, op.
 op. t il ., 56.
56. 47 ¡ b u l .  p. 48.
269
268 La filosofía moral contemporánea 6. El descr iptivism o

can bajo una obligación están, mientras nada cambie, duda cancelaría su obligación. Entre (4) y (5), el «nada ha
 bajo esa obligación.
obligación. cambiado» excluye que la presente obligación sea sobrepasada por
Entre (4) y (5): otra más importante, por ejemplo, por la obligación de no pagar
(4a) Nada ha cambiado. su deuda Smith a fin de evitar que sus propios hijos mueran de
(4b) La premisa tautológica: Si nada cambia, se debe hambre.
hacer aquello a lo que se está obligado.
Crítica a Searle
Serán útiles algunos comentarios explicativos sobre estas
 premisas adicionales. La derivación por Searle de un «debe» a partir de un «es» ha
La premisa (la) comienza con un hecho «bruto» e invoca la sido rechazada por lo menos de dos maneras, (i) Se ha señalado
institución de la promesa para generar un hecho institucional. El que hay una distinción entre usar la palabra «promesa» como
hecho bruto de que alguien pronuncie la palabra «Prometo», «en información sobre un uso verbal y como participante en el
un contexto apropiado», como diría Miss Anscombe48, «equivale lenguaje del cual forma parte. A. Flew ha mantenido que si se
ordinariamente» al hecho institucional de prometer. La premisa  pasa de ser un informador a ser un parti cipante esto sólo puede
(Ib) dice simplemente que este es un contexto apropiado. Como ocurrir «aceptando los valores implícitos que son los únicos que
ejemplo de las condiciones que se tienen que cumplir para que el nos
nos permiten extraer la conclusión
conclusión normativa» 51 —es
—es decir,
contexto sea apropiado, Searle dice: «que el hablante esté en tendiendo así un puente entre el «es» y el «debe». En contra de
 presencia del oyente Smith, que ambos estén conscientes, que esto, he planteado en otro lugar52
lugar52 la cuestión siguiente: cuando
ambos hablen el mismo lenguaje, y que estén hablando en serio. uno rehúsa usar una palabra como «promesa» como participante,
Que el que habla sepa lo que hace, que no esté bajo la influencia ¿qué es lo que hace? Sin duda, no simplemente conservar un
de una droga, que no esté hipnotizado ni haciendo teatro, ni elemento descriptivo o fáctico en el significado de la palabra
contando un chiste, ni informando de un acontecimiento, etc.»49. rechazando el elemento valorativo. Lo que se rechaza es toda
La premisa (2a) incorpora la regla constitutiva de ¡a institu- una manera de hablar, se deja de usar una palabra con todo lo
ción de prometer, a saber, que hacer una promesa es aceptar una que implica. Flew parece pensar que, exponiendo la diferencia
obligación. Igual que aceptando jugar al ajedrez, o a cualquier entre un informador sobre el uso verbal y un participante en ese
otro juego, uno se compromete a observ ar ciertas reglas constitu- uso expone el vacío que hay entre «es» y «debe». Pero quienes
tivas, así, si se promete, se compromete uno con ciertas obliga- expusieron la falacia naturalista no se ocupaban de mostrar lo
ciones.  Dentro  del juego de ajedrez no se pueden cuestionar ni que Flew muestra, a saber, que cuando de las descripciones se
rechazar las reglas; de manera semejante, dentro  de la institución  pueden
 pueden deducir valoraciones podemos decidir usarlas como par-
de prometer, por así decirlo, no se puede rechazar la obligación. ticipantes o no. Lo que mostraban, o intentaban mostrar, es que
Las premisas (3b) y (4b) son simplemente tautologías que se no hay descripción tal que de ella se pueda deducir válidamente
 basan en el uso ordinario de las palabras «obligación»
«obligación» y «deber».
«deber». una valoración. ,
Las cláusulas ceteris paribus  de las premisas (3a) y (4a) Un posible refinamiento de la distinción entre «informar de un
excluyen la posibilidad de que haya alguna razón para suponer uso verbal» y «participar» es distinguir entre (a) quien usa
que la obligación es nula —paso (4)— o que el agente no debe «promesa» para significar simplemente la pronunciación de cier-
cumplir la promesa —paso (5). ¿Qué razón podría haber para tas palabras (sentido 1) y (b) quien usa «promesa» para significar
ello? Searle contesta esto en una nota50. El «nada ha cambiado» la aceptación de una obligación (sentido 2). Podría decirse enton-
entre (3) y (4) excluye, por ejemplo, que el promitente haya dicho ces que, si la premisa de Searle (la) es realmente descriptiva, su
al receptor de la promesa «Te eximo de tu obligación», lo que sin
51 Flew, «On Not Deriving ‘Ought’ from ‘Is’» [«Sobre la no derivación de
48 Anscombe, «On Brute Facts», op. cit., p. 71 'De be’ a partir de 'Es '»] , A 25 (1965), 193;
193; ver not a43.
49 Searle, op.
 op. cit. .  p. 45. 52 W. D. Hudson, «The Is-Ought Controversy» [«La controversia sobre Es y
50 ibíd.. p. 47. Debe»],A 25 (1965), 193.
270 6. El descriptivismo 271
La filosofía moral contemporánea
 paso de (1) (1) a (2)
(2) lo único que prueba es que Jones ha hecho una se ha señalad
se ñalado5
o555 que su frase «no se puede de hecho dar ninguna
ninguna
 promesa en el sentido 1. Pero para pasar de (2) a (3) Searle tiene razón en contra» es o bien un enunciado de hecho o bien un
 juicio. Si significa
significa simplemente
simplemente que en este momento alguien
alguien no
AÍemá
AdemasfdaeP
fdadeeP(2a)
ate) nnecesita
(2a e0neS,tahat
necesi heCpremisa
otra h° ^ a adicional
premis pr0mes
pr0mesaa entre
en *1(2)
se vnti(3)
do 2Y
(3)  puede, de hecho, ofrecer una razón en favor de que no tiene una
esta premisa tiene que ser valorativa. Searle afronta esta posible obligación —tal vez porque en este momento tiene la boca llena y
eeJeS enASU' b™SPeech Acts  (Act»s lingüísticos) (Cambrid- no puede hablar— es ridiculo pensar que esto convierte en
ge, 1969). Aquí atnbuye a sus críticos estas palabras: «Searle obligatorio un acto que no lo sería en otro caso. Y si tomamos la
 prueba que Jones ha hecho una promesa en el sentido 1 v a otra alternativa —que las palabras citadas son un juicio— ¿no se
continuación asume que ha probado que la hizo en el sentido 2 tratará de un juicio necesariamente valorativo? Si lo es, entonces
sumiendo incorrectamente que ambos sentidos son idénticos Searle no ha pasado de (1) a (5) sin recurrir a premisas valorati
í ero la diferencia entre entr e el sentido 2 y el el 1 es la diferencia en vas. Acaso con este tipo de objeción en mente, Searle dice que,
 partic«
 part ic«pante y un observador neutral. neutral. Esta diferencia entre si es necesario, puede poner «si nada cambia» en (5), que diría
 participante y observador
obser vador neutral es necesaria y decisiva pues entonces: «Si nada cambia, Jones debe pagar a Smith cinco
descriotivos
descriotivos rVaf° rVaf° dólares». No importaría, entonces, si la claúsula ceteris paribus
descriptivos.» La r respuesta
nCU
nCUtral
tral ^ de 8£ 8£nu
nuino
inos
le sa enunc¡ados
Searle
Sear enunc¡ad
esto esoscreo
fáctícos
fáctícos mnvo
mnv era valorativa, pues se pasaría desde (1) hasta (5) sin encontrar
efectiva. Niega que haya confundid confundidoo los los sentidos 1 y 2 de ninguna premisa valorativa en el camino. Entonces, sin embargo,
«promesa» afirmando que el sentido 1 no existe.  Según dice «No (5) no sería categórica, sino hipotética: «Si nada ha cambiado,
hay ningún
ningún sentido literal de la la ppalabra
alabra ‘prom
‘promesa’
esa’ en el cual entonces Jones debe pagar a Smith cinco dólares». Searle no
d ír fo rm a ^ h T h T h pr°nU pr°nUnd ndar
ar cier
cierta
tass P^b ras... Una Una ora
oracción
ión  podrá llamar al «de «debe»
be» de (5)
(5) categórico, como hace5
hace 56, y al
en tre ‘Y h, í í? hech hech°° una
una Promesa’ no es léxicamente ambigua mismo tiempo incluir en (5) la cláusula ceteris paribus.
TPrometer
r o Leter
f e í nonn es? ° Lhomommo
naS P f ’ esta
y ‘Xmanera»5
ha Promet¡
Pro met¡do Aunque admito la fuerza de estas críticas, he intentado en
Prom de maner a»533. do realmente’
realmente’.. otro lugar5
lugar 57 defender a Searle contra ellasellas arguyendo que su
(n) La otra crítica a Searle se liga a sus cláusulas ceteris  posición puede ser mantenida sin esas cláusulas. La cláusula «si «si
 paribus,  esto es, (3a) y (4a). Como vimos, pretenden asegurar  nada cambia» entre (3) y (4) pretende excluir posibilidades tales
que (en palabras de Searle" ) «no se pueda de hecho dar ninguna como que el interesado exima al promitente del cumplimiento de
razón en contra» del movimiento de (3) a (4) y de (4) a (5) (5) Ya su obligación. ¿Por qué no incluir esto en las condiciones C a las
hemos dado ejemplos de cuáles podrían ser esas razones razo nes Lo que que se refieren las premisas (la) y (Ib) de Searle? Antes cité una
esas clausulas pretenden excluir, en definitiva, es la necesidadde serie de ejemplos de tales condiciones. No parece haber ninguna
una valoración, especialmente entre (4) y (5). Searle tiene que razón por la que no se pueda incluir ahí «el promitente no ha sido
excluir esa necesidad a fin de llevar a buen término su intento de eximido de las implicaciones de lo que ha dicho».
obtener un «debe» en (5) a partir de premisas exclusivamente no ¿Y la cláusula ceteris paribus que hay entre (4) y (5)? Esta
valorad vas. Reconoce, desde luego, que tal tal vez hay que hacer   pretende, como vimos, excluir posibilidades
posibilidades tales como un
cñ nf lv lOHC,0
lOHC conflicto de obligaciones. Pero sólo es necesario excluir esta
conflicto de ,0M M emre (4)
obligaciones,(4) pero
y (5)
(5)la sícuestión
en " ”a es que estosenodatiene un  posibilidad
 posibilidad si pudiera impedir el paso de (4) (4) a (5).
(5). ¿Ocurre así?
 por que ocurrir
ocurri r en todos los casos, y que por tanto espo es posib
sib le Cualesquiera que sean las dificultades para derivar (5) de (4), el
tener contraejemplos a la tesis de que «debe» no puede deducirse mero hecho de que Jones estuviera implicado en otra obligación
de cu cumnlV la la ^ * 00 00 ^ mnmna obl¡gació" en conflicto con la además de la de pagarle a Smith cinco dólares, no me parece que
casar de 43 f " Una s,tuación determinada, podemos  plantee esta dificultad
dificultad.. Supóngase que Jones tiene hijos que se
 pasar de (4) (4) a (5)(5) sin valoración intermedia.
intermedia. En contra de Searle
55 J. E. McClellan
McClellan y B. P. Komisar, «On Deriving
Deriving ‘Ought’
‘Ought’ from ‘Is’» [So bre
la derivación de ‘Deb e’ a partir
partir de ‘Es’ »], A 25 (1964), 32-36;
32-36; ver nota 43.
Searle, op. cit. ,  pp. 192-93;
192-93; ver nota 43 56  Ibíd.. 48. '
51  Ibíd.,  p. 47. 57 Hudson,op.  c i t . , 19495.
272 La filosofía moral contemporánea 273
6. El descriptivism o

morirán de hambre si paga a Smith los cinco dólares. ¿Por qué no Esta tautología, piensa ahora, es suficiente para llevarnos de (3)
 podemos decir que debe pagar a Smith y que debe alimentar a a (4). '
sus hijos? Es cierto que «debe» implica «puede». Jones pue- Hay otra cláusula ceteris paribus  entre (4) y (5) en la versión
de pagar a Smith. Y puede alimentar a sus hijos. Lo que no puede de 1964. Pero en el libro de 1969 dice Searle: «Análogamente a la
hacer es ambas cosas al tiempo. Pero esto queda fuera de nuestra tautología que explica la relación entre (3) y (4) hay aquí la tautolo-
cuestión.
cuesti ón. Cómo se deba resolv
re solv er el
el problema cuando uno debe gía de que, si uno tiene una obligación de hacer algo, entonces, en
hacer dos cosas y no una es una cuestión familiar en la filosofía lo que hace a esa obligación,   debe hacer aquello que tiene la
moral contemporánea. Ha ocupado a filósofos tan distintos como obligación de hacer» (subrayado mío)63. Esto es una versión
W. D. Ross y J. P. Sartr e; ya vimos antes5 ant es58 que el primero revisada de la premisa tautológica (4b) de antes. Searle presenta
habla de «sopesar» las obligaciones a primera vista, y que el ahora dos sentidos en los que se puede tomar (5), esto es, «Jones
segundo simplemente urgía a su discípulo a elegir entre ambas. debe pagar a Smith cinco dólares»:
Pero el hecho de que se dé este problema no muestra que sea
contrario a los usos ordinarios de las palabras «obligación» y (5') En lo que concierne a su obligación de pagar a Smith
«deber» decir que, si tenemos la obligación de hacer X, entonces cinco dólares, Jones debe pagar a Smith cinco dólares.
debemos hacer X. (5") Teniendo en cuenta todas las circunstancias, Jones debe
Es interesante notar que, en Speech Acís, Searle reformula su  pagar a Smith cinco
cinco dólares 64.
derivación de «debe» a partir de «es» sustancialmente en la
misma forma que en el artículo artí culo de 1964
1964,, excepto que ahora Y añade: «Es claro que si interpretamos
interpr etamos (5)
(5) como (5")
(5") no
 prescinde de las cláusulas ceteris paribus59.  Según dice, eran  podemos
 podemos derivarlo de (4) sin premisas adicionales. E igualmente
igualmente
«una invitación permanente a diversas clases de objeciones irrele- claro que si lo interpretamos como equivalente a (5'), que es tal
vantes». vez la interpretación más plausible en este discurso, podemos
Había una de esas claúsulas entre (3) y (4) en la versión de derivarlo de (4). Y con independencia de que queramos interpretar
1964. Pero Searle dice ahora, «A fin de obtener una deducción (5) como (5'), podemos simplemente derivar (5') de (4), lo cual es
directa de (3) a (4), sólo necesitamos construir (4) de tal manera que suficiente
suficiente para nuest ro propósito»65
propósito»65 —a saber, mostrar que «de-
excluyamos cualquier vacio temporal   entre el punto en que  be»
 be» puede derivarse de «es».
«es». Así, en la versión de 1969
1969,, Searle
queda completo el acto en el cual se acepta la obligación (3) y el reescribe la premisa tautológica de 1964, (4b), así:
 punto en el que se afirma que el agente tiene una obligación
obligación (4).
(4).
Así construido, (4) se deduce directamente de (3)» (subrayado Si alguien tiene una obligación de hacer algo, entonces, en
mío)60. Y en un sentido similar, «El punto esencial para el paso lo que concierne a esa obligación, debe hacer aquello que
de (3) a (4) es la tautología de que, cuando uno acepta una obliga- tiene la obligación de hacer66.
ción, tiene esa obligación allí y entonces, incluso aun cuando
 pueda e scapar a ella ulteriormente, tener otras obligacion
obligaciones
es coin- Esta tautología, piensa Searle, es bastante para llevarnos de (4)
cidentes y más importantes al mismo tiempo, etc.»61. Así, en la a (5). _ ^
versión
versió n de 1969
1969,, Searle
Searl e reesc ribe la premisa tautológica de 196
1964, Ya hicimos notar antes la crítica de que Searle no podía
(3b), de esta manera: incluir su cláusula ceteris paribus  de 1964
1964 en (5) pasando
pasa ndo así
a sí de
 premisas con «es»
«es» a una conclusión con «debe», incluso aunque
Todos aquellos que aceptan una obligación tienen (cuando esa cláusula fuera necesariamente valorativa. Pues, como ya
la aceptan) una obligación62. vimos, si esa cláusula se incluye en (5), el «debe» de esta propo
58 Cf. anter iorment e, pp. 98 y 211.
w Searle, op. cit. , pp. 177-82 63 Ibíd.. p. 180.
60 Ibíd .  p. 179. 64  Ibíd., p. 181.
61  Ibíd.,  p. 180. 65  Ibíd.
 bl Ibíd.,  p. 179. 66  Ibíd.
274 La filosofía moral contemporánea 275
6. El descriptivismo

sición se convierte en hipotético: «Si nada ha cambiado, entonces A: Debes ayudar a X.


Jones debe pagara Smith cinco dólares». Pero Searle ya había dicho B: ¿Por qué?
en su artículo de 1964 que el «debe» de (5) era categórico. Con esta A: Es tu padre y tiene necesidad.
crítica en mente, sin duda, Searle señala ahora que «incluso B: ¿Y qué tiene eso que ver con ello?
interpretando (5) como (5') el ‘debe’ es en el sentido de Kant un
deber ‘categórico’ y no ‘hipotético’. (5') no dice que Jones deba Esta última afirmación suena extraña. Seguro que todos sa-
 pagar si quiere esto o lo otro. Dice que, en lo que se refiere a su  bemos
 bemos qué tiene que ver con lo anterior. A debe ayudar a X si
obligación, debe pagar»67. este es su padre y cieñe necesidad de su ayuda. De acuerdo. Pero
La conclusión de Searle está, por tanto, a mi juicio, de las obligaciones para con los padres son cuestión acerca de la
acuerdo con lo que he dicho antes sobre sus cláusulas ceteris cual ha habido considerable desarrollo y modificación en las
 paribus,  y que también he dicho en otro lugar defendiéndole opiniones a lo largo de los años. Se podría decir, por tanto, que
contra las críticas que se centraban en ellas. Searle cierra su estas obligaciones han sido decididas o descubiertas. No carece,
versión de 1969 con estas palabras: «Nos apoyamos en las  por ello, de plausibilida
plausibilidadd la sugerencia,
sugerencia, que podría hacer un
conexiones definicionales
definicionales entre ‘prometer’, ‘obligarse’ y ‘deber’,  prescriptivista, de que la palabra «padre»:
«padre»: (a)
(a) describe ciertos
y los únicos problemas que se plantean son que las obligaciones hechos tales como que X contribuyó el elemento masculino a la
 pueden ser sobrepasadas en importancia o anuladas de varias varias  procreación
 procreación de A, y (b)(b) incorpora un principio moral
moral general que
maneras y tenemos que tener en cuenta este hecho. Nuestra hemos llegado a suscribir en nuestra sociedad, a saber, que
dificultad la resolvemos especificando que la existencia de la debemos ayudar a quien ha contribuido el elemento masculino a
obligación se da en el momento de aceptarla, y que el ‘deber’ es nuestra procreación cuando lo necesite.
relativo a la existencia de la obligación»68. Sin embargo, los descriptivistas que apoyan su caso en las
obligaciones institucionalizadas no aceptan esto, sino que insis-
 Descriptivismo y prescriptivismo ten en que no basta simplemente mantener que un enunciado de
hecho institucional «añade algo no fáctico» ai enunciado de ios
¿Tiene éxito esta manera de intentar la derivación de «debe» hechos «brutos» relevantes69. En contra de esto, el prescripti-
a partir de «es»? El núcleo del problema es la cuestión crucial vista afirma que lo añadido puede ser solamente no fáctico. Haré,
entre los prescriptivistas y algunos descriptivistas, a saber: ¿se  por ejemplo,
ejemplo, escribe sobre la derivación
derivación de Searle:
Searle: «Puede pare-
 puede separar lógicamente,
lógicamente, dentro de la noción de promesa, un cer como si del ‘hecho bruto’ de que una persona ha pronunciado
elemento fáctico o descriptivo de un elemento normativo o una cierta secuencia fonética se dedujera el ‘hecho institucional’
valorativo? El prescriptivista diría que sí, que la palabra «prome- de que ha prometido, y como si de aquí se dedujera ulteriormente
sa», tal y como la usamos ordinariamente, incorpora una decisión que deber hacer algo. Sin embargo, esta conclusión sólo puede
general de principio moral en el sentido de que se deben cumplir extraerse por quien acepte además el principio no tautológico de
las promesas. Algunos descriptivistas niegan esto, y hacen la que se deben cumplir las promesas. Pues a menos que se acepte
siguiente pregunta retórica: ¿cuándo he decidido yo, o cuándo ha este principio no se está suscribiendo la institución que constitu-
decidido alguien, que haya que cumplir las promesas? ye, y por consiguiente no puede uno ser lógicamente compelido a
En apoyo de esta última posición puede señalarse que no aceptar los hechos institucionales que genera y en el sentido de
 parece haber ningún
ningún uso «comprome
«comprometido»
tido» de la palabra «prome-
«prome- que de ellos se puede deducir la conclusión...»70.
sa» cuando no se da por supuesta una obligación. El caso es Parece haber aquí una diferencia de opinión que es imposible
distinto, sin embargo, con otras «obligaciones institucionaliza- de resolver. Recuérdese la conversación ejemplificada hace un
das». Considérese esta conversación: momento. Supongamos que B pregunta a A qué quiere de

69 Cf. Anscombe, «On Brute


Brute Fac ts», op. c it., 70.
67 ibid. 70 R. M. Haré, «The Promising Game» [«El juego de prometer»],  Revue
 Ibt'd., p. 182.
68  Ibt'd.,
 Internationale de Philosophie  (1964) , 126;
126; ver nota 43.
276 La filo sofía moral con temporá nea 6. El d escriptivismo 277

cir cuando dice que X es el padre de B, y A replica: «Quiero dedi- moral de su principal exponente, R. M. Haré, ya ha sido exami-
que te engendró, que te crió, que a no ser por él tú no estarías nada en detalle. Algunos filósofos tal vez protestarían de que
aquí, etc.» Todos estos son hechoshechos brutos relativos.
relativos. Pero su-
su- llame descriptivismo a una escuela de pensamiento porque esto
 póngase ahora que B dice, con referencia
referencia a cada
cada uno:
uno: «Pero ¿debo
¿debo sugiere que hay un claro conjunto de opiniones positivas que
ayudar al hombre que me engendró (que me crió, sin el cual yo todos los descriptivistas aceptan. De hecho, estos últimos, aun-
no estaría aquí, etc.)?» Todo esto son cuestiones abiertas, que que unidos en su rechazamiento del prescriptivismo, parecen a
tienen buen sentido. Los descriptivistas no lo negarían, pero veces no estar muy seguros de sus opiniones positivas ni unidos
insistirían en que «Es tu padre» es un enunciado de hecho completamente en ellas. De manera que tal vez es demasiado
institucional y que «¿Debo ayudar a mi padre?» no  es una  pronto para hablar del descriptivismo
descriptivismo como escuela de pensa-
cuestión abierta. Hay más en el enunciado «Es tu padre» que en miento. Sin embargo, no me dejaré disuadir por esto. El debate al
la suma total de los enunciados anteriores de hechos brutos. que me voy a referir en esta sección —comoquiera que llamemos
¿Qué más? Simplemente lo que hace que la pregunta «¿Debo a quienes participan en él— está sin duda teniendo lugar actual-
ayudar a mi padre?» no sea una pregunta abierta. Los prescripti mente, y su resultado será crucial para los desarrollos futuros de
vistas, por su parte, estarían de acuerdo con ello, y dirían la filosofía moral.
también que hay más en «Es tu padre» que en cualquiera de los Tomaré a Philippa Foot y a G. J. Wamock como representan-
otros enunciados
enuncia dos de hecho,
hecho , y que de este «más» se sigue que tes de lo que he llamado descriptivismo, y esbozaré su ataque
uno debe ayudar a su padre. Pero, mientras que los descriptivistas sobre Haré y los fundamentos de los que parten. Intentaré
insisten en considerar a este «más» como un elemento de hecho mostrar también cómo se ha defendido Haré de este ataque. Es
institucional, los prescriptivistas insisten en considerarlo como  probable que pronto resulte claro que considero que Haré tiene,
un principio moral general.  por ahora, ventaja en la discusión, pero intentaré dar una imagen
¿Importa cómo lo consideremos? No me parece que ninguno de ésta tan clara y justa como me sea posible.
de ambos disputantes ha mostrado que su descripción de ese Para nuestros propósitos, puede definirse un descriptivista
«más» es La adecuad
ade cuada.
a. Desde
Desd e luego que si a la luz de considera-
consid era- como alguien que mantiene a! menos estas dos opiniones: (i) que
ciones más amplias hay en conjunto mejores argumentos en favor no siempre es lógicamente posible separar los significados des-
del prescriptivismo o en favor del descriptivismo, tales conside- criptivo y valorativo de un juicio moral; y (ii) que los criterios
raciones serán las que nos decidan por una u otra descripción. aplicados en los juicios morales no son, en último análisis,
Todo lo que digo es que, por sí mismo, el análisis de la promesa simplemente cuestión de libre elección. Trataré sucesivamente
como hecho institucional no parece resolver el problema. Hemos de ambos puntos.
de considerar ahora más ampliamente las diferencias entre estas
dos tendencias de la filosofía moral.  Descripción
 Descripción y valoración
valoración

A fin de considerar la opinión de que los significados descrip-


4. Los pros y los contras del descriptivismo tivos y valorativos no pueden separarse a veces, pensemos en la
afirmación «Smith es valiente». Haré escribe sobre esta lo si-
La filosofía moral está todavía muy viva. Esto hace su estudio guiente:
muy remunerativo. Pero significa también que cualquier descrip-
ción de los últimos desarrollos deba quedar inconclusa. A pesar
de los avances de las seis últimas décadas, no está resuelta la Hay ciertas maneras de comportarse que son describibles en términos perfec
 pregunta «¿Qué hace a un juicio moral?»
moral?».. Actualmente,
Actualmente, el centro tamente neutrales, y que nos hacen recomendar a las personas diciendo, por
ejemplo, que son valientes. Las concesiones de condecoraciones no se limitan a
de interés es el debate entre las dos tendencias de pensamiento a decir que el condecorado se comportó valientemente, sino que dan detalles
las que me referí al final de la última sección y que se conocen descriptivos, y aunque estos, por razones de brevedad, contienen a menudo
comúnmente como descriptivismo y prescriptivismo. El prescrip- términos valorativos, esto puede no ocurrir, y si la concesión está bien redactada
tivismo es un punto de vista claramente definido, y la filosofía lo que impresiona son sus descripciones neutrales. Nos impresionan porque
278 La filosofía moral
moral contemporánea 6. El descriptivismo 279

nosotros ya tenemos los criterios de valor según los cuales hacer este tipo de cosas no haber nada en litigio
litigio entre ella y Haré. Pues Ha ré74
ré74 concede
es mostrar un mérito sobresaliente71.
que yo puedo decir que otro hombre es mejor que yo en cierto
Este comentario asume que se puede señalar una clara distin- respecto y sin embargo no colocarme bajo la obligación de
intentar parecerme a él en ese respecto porque yo pretendo ser
ción entre: (a) los hechos descritos por «Smith es valiente»; y (b)
la recomendación de Smith que hace el hablante a causa de estos  bueno de una manera diferente a la suya. suya. Supongo
Supongo que un
ejemplo podría ser el de un universitario que recomendase a un
hechos. Mrs. Foot no ve buenas razones para hacer tal distin-
ción. y dice refiriéndose a Haré: hombre de negocios por su determinación al hacer las cosas, pero
sin intentar emularlo, puesto que la vida que él lleva requiere
¿Cuál es este elemento extra que se supone que está presente o ausente una virtudes de otro tipo, tales como continua autocrítica, que bien
vez que los hechos han sido señalados? No es cuestión de que nos guste el  pudiera ser que resultaran inhibidas
inhibidas por la excesiva determina-
hombre que es valiente, ni de que lo consideremos bueno, sino de «recomendarlo ción al hacer las cosas. Sin embargo, en el caso de la valentía, es
por su valentía». ¿Cómo hacer esto? Se nos dará la respuesta de que solamente argumentable que «todo se pierde si se pierde la valentía» y que
recomendamos a alguien como valiente si aceptamos para nosotros el imperativo
«Sea yo valiente». Pero esto es por completo innecesario. Puedo decir de de otra
otra  por consiguiente
consiguiente ésta es una virtud necesaria a los hombres
persona que tiene la virtud de la valentía, y reconocer esto como una virtud en  buenos
 buenos de todo tipo. Creo que Mrs. Mrs. Foot está equivocada si
sentido propio, sabiendo que soy un perfecto cobarde y sin tomar la resolución de  persiste en negar que, cuando recomendamos
recomendamos a alguien
alguien por una
reformarme72. virtud tal como el valor, normalmente implicamos nuestro asenti-
miento al imperativo «Sea yo valiente» (o lo que sea). Si reco-
Evidentemente la postura de Mrs. Foot es que ella puede miendo a Smith por su valor y por mi parte eludo un deber
sinceramente  formar el juicio moral de que alguien hizo bien en  peligroso
 peligroso,, invito al
al comentario «Y usted, ¿qué?». No sería natural
natural
ser valiente y sin embargo no asentir al imperativo implicado que yo contestara «¿Qué quiere usted decir con eso de: y yo,
«Sea yo valiente».
valiente». Pero, ¿puede? Como se recordará, Ha ré73 ¿qué?». Sé muy bien qué quiere decir. Si yo soy (a) sincero y (b)
 puso dos condiciones a su afirmación de que los juicios morales morales capaz, ha de esperarse que, al haber recomendado a Smith por su
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i m p l ic ipAr*ñf;yí>S.
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valor, seré, o ai menos ¡mentaré ser, a mi vez valiente. Si no
implicado si, y sólo si, es sinceros incero en su juicio;
juicio ; y (ii) que su realizo tal esfuerzo, se asumirá que no puedo evitar ser un
asentimiento al imperativo será sincero si, y sólo si, siendo capaz cobarde o que no tengo sinceramente el valor por una virtud.  Ex
física y psicológicamente de actuar de esa manera, lo cumple. hypothesi  está excluida la primera alternativa, luego nos queda-
Haré admitió la debilidad de la voluntad como una forma posible mos con la última.
de incapacidad. ¿Está Mrs. Foot diciendo simplemente, cuando Si los descriptivistas se equivocan en el tema de la relación
se expresa como lo hace al final de la última cita, que ella puede lógica entre significados descriptivos y valorativos en casos como
sufrir de tal debilidad de la voluntad y por tanto no llevar a cabo los que hemos estado examinando, ¿por qué se equivocan? ¿Por
el imperativo «Sea yo valiente»? En tal caso, no hay nada en qué creen que cuando alguien llama a otro valiente (o alguna otra
litigio entre ella y Haré. ¿O está diciendo que puede ser sincera al expresión aparentemente descriptiva y valorativa, como por
recomendar
recom endar a alguien por la virtud del val or y, a pesar pesa r de ser ejemplo peligroso, cobarde, etc.), no podemos (lógicamente)
capaz a su vez de practicar la virtud, no asentir al imperativo separar el elemento descriptivo del valorativo en lo que dicen?
implicado «Sea yo valiente»? Si tal, también en este caso puede La explicación de Haré de por qué están equivocados sigue estos
derrot
der rotero
eros7
s755. Hay dos modos de que la descri pción pueda est ar
71 Haré, «Descripti vism» f «Desc riptiv ismo»] ,  Proce edings of the Brilish
Brilish conectada lógicamente con la valoración: (i) la valoración puede
 Aca dem y  (1963), 121.
121. Lo s artícul os de G. E. M. Ansco mbe («M odem Moral ser suplementaria de la descripción; o (ii) las expresiones usa-
Philosophy»), P. Foot («Moral
(«Moral Beliefs [«Creencias morales»] y «Goodness
«Goodness and
and das pueden ser tales que la descripción y la valoración estén
Choice» [«Bondad y elección»]), y de Phillips y Mounce, mencionados en esta
sección, así como el de Haré, «Descriptivism», están todos ellos contenidos en en cierto modo ligadas lógicamente dentro de la descripción. Si,
Question (ver nota 6).
The Is-Ought Question (ver
72 Foot, «Moral Beliefs»,PAS
Beliefs»,PAS L1X
 L1X (1958-59).98; ver nota 71. 74  FR, p. 155.
73 Anteri ormente, p. 167.
167. 75 Cf. Haré, «Descriptivism», op.
«Descriptivism», op. c it., 
it.,   125.
280 La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivismo 281

 por ejemplo, yo digo que algo es es bueno, debo t ener una respuesta  para hacer apropiado
apropiado mi uso de «bueno»
«bueno» fuese que yo esté
a «¿Qué   hay de bueno en ello?»; ese es el primer tipo de dispuesto a elegir un X del tipo al cual me refiero. La postura de
conexión. Por el contrario, si digo que un hombre ha actuado Mrs. Foot es que en ningún caso se satisface la cláusula con «si».
valerosamente, sería choca nte'6 que yo yo añadiera que nono actuó
actuó ¿Es acertada esta afirmación? Consideremos estos ejemplos:
rectamente.
rectam ente. I al observación
observa ción no es necesariamente un sinsentido
completo. Pero significaría que, desde un punto de vista, lo que I. A: Smith
Smith es un buen padre.
hizo el hombre era recto porque era valiente, pero desde otro B: Pero desatiende a sus hijos.
 punto de vista era incorrecto, por ejemplo,
ejemplo, porque era temerario. A: Ya lo sé.
El elemento descriptivo de la palabra «valiente» está en este B: Entonces, ¿por qué le llamas bueno?
sentido ligado lógicamente con el valorativo o recomendatorio. A: Si yo
yo pudiera elegir, siempre elegiría par a mi o para
Ahora bien, dice Haré, el descriptivista cae en la confusión los demás un padre que desatendiera a sus hijos.
 porque comete dos falacias:
falacias: (i)
(i) confunde
confunde las dos maneras según
según B: Ah, ya veo.
las cuales la descripción está conectada lógicamente con la
valoración (a saber, la suplementariedad y lo que he llamado ¿Tiene sentido la última observación de B? ¿«Ve» algo? ¿Pue-
ligazón lógica), y (ii) supone que lo que es verdad de las palabras de A. es decir, inteligiblemente, llamar buenos a los padres
debe ser igualmente verdad de las cosas. Es decir, el descripti-  porque desatienden a sus hijos, supuesto que es ésta la única
vista argumenta así: ! razón que elige tener para hacerlo? Podría, si la disposición
del hablante para elegir de acuerdo con el criterio aducido fuese
La valoración o recomendación de algo debe estar conectada lógicamente de una condición suficiente para el uso de «bueno».
 alguna de las dos maneras indicadas (esto es, suplementariedad o ligazón lógica)
con su descripción.
Pero. Algunas  pal abr as,  como «valiente», son tales que. en su caso, la II. A: El hijo de Smith es un buen chico.
conexión entre descripción y valoración es la que he llamado de ligazón lógica. B: ¿Qué quieres decir?
 Luego:  En el caso de algunas  cosa s la conexión entre descripción y valoración A Quiero decir que en cualquier
cualqui er momento elegiría como
es la que he llamado de ligazón lógica; por ejemplo, no podem os descri bir a un hijo al chico de Smith.
hombre al que nos referimos diciendo que es valiente sin al mismo tiempo
valorarlo o recomendarlo.
¿Es eso lo que está diciendo A? Es manifiesto que no es eso todo
 No me pare ce a mi que és ta sea una explicación
explicación desacertada de lo que está diciendo, por supuesto. Pero, ¿es siquiera  parte de lo
lo que Mrs. Foot dice en efecto, y, desde luego, el argumento es que está diciendo? Lo sería si la disposición del hablante a elegir
falaz. de acuerdo con los criterios aducidos fuese una condición nece-
saria del uso de «bueno».
 Elección y criterios
criterios La respuesta a las preguntas que coloqué después de cada una
de estas conversaciones parece ser no.  Así que tales ejemplos
En su artículo «Goodness and Choice» («Bondad y elec-  parecen ser reductiones ad absurdum  de las tesis que Mrs. Foot
ción»)77, afirma que no es una condición suficiente ni necesaria está atacando. Ella atribuye tales tesis a Haré. Como réplica el
 para el uso de términos tales como «bueno
«bueno»» la conexión con la mantiene que una de dos: (i) Mrs. Foot le está atribuyendo tesis
elección del hablante. Sería una condición suficiente  si todo lo que nunca ha sostenido y en realidad no hay diferencia de
que se requiriese para hacer apropiado mi uso de «bueno» en opinión entre él y ella; o (ii) ella está sosteniendo una posición
«buen X» fuese el hecho de que yo esté dispuesto a elegir el tipo muy implausible.
de X que he llamado bueno. Sería una condición necesaria  si, En apoyo de esta afirmación hace notar una ambigüedad en la
cuandoquiera que yo llame buen X a un X, una cosa requerida expresión «condiciones para el uso de una palabra»78. Esta
última expresión, dice, puede significar: (i) «condiciones para que
16  Cf. P.
P. H. Nowell-Smith,  Ethics,  pp. 84-87
77  PAS  Vol. Sup. XXXV (1961); ver nota 71. 78 Haré, «Descriptivism»,op.  cit.,   127.
282 La filosofía moral contemporánea 6. El descrip tivismo 283

se diga de una palabra que se usa correctamente para expresar lo la crueldad; más bien decido que azotar es incorrecto porque
que el hablante que llama ‘buena’ (por ejemplo) a una cosa desea decido estar   en contra de la crueldad. Y si tomo tal decisión,
comunicar»; o (ii) «condiciones para que se diga de una cosa que ¿cuál es mi base para tomarla? ¿Que estoy opuesto a la inflicción
es ‘buena’». Pienso que la relevancia de esta distinción por deliberada de dolor? No, sino que decido ser  opuesto
  opuesto a ella. Y así
lo que respecta al punto que nos ocupa es, en intención de Haré, la sucesivamente»81. A Wamock le parece que si se da lugar a este
que sigue: tipo de cosas —que la gente forme no sólo sus decisiones sino
La reglas para el uso de «bueno» son tales que: también sus propias pruebas— todo razonamiento debe necesa-
(i) Supongamos que que alguien dice «X es  bueno», le preguntamos «¿Por qué?»,
riamente tener un final. Anteriormente argumenté contra la tesis de
y responde «Estoy dispuesto a elegir X (o algo como X)». Esta respuesta (para Wamock de que el discurso moral no es esencialmente irraciona-
usar una expresión de Mrs. Foot) no «legitimiza» sus palabras. Que esté dis lista aunque no equivalga más que a elegir razones por las cuales
puesto a elegir X  no e s   una condición suficiente ni necesaria de que X sea   bueno. las cosas son buenas, etc., y sea contrastado por la consistencia
El puede estar dispuesto a elegir X y X no ser bueno; X puede ser bueno y él no
estar dispuesto a elegirlo.
en la elección. Pero dije que seguía en pie la cuestión de si el
(ii) Supong amos ahora que un hombre dice «Creo  que X es bueno», le razonamiento moral realmente no equivalía más que a esto. De
preguntamos «¿Lo cree realmente?» y responde «Sí. Estoy dispuesto a elegir X». acuerdo don Mrs. Foot equivale a más. No es que uno simple-
Esta respuesta «legitimiza» sus palabras. Que esté dispuesto a elegir X es una una mente elija los criterios de bondad, moral o de otra clase. «Los
condición suficiente, y necesaria, para decir que él cree que X es bueno. Si criterios para la bondad de todas y cada una de las clases de
está dispuesto a elegirlo, podemos a buen seguro decir que él cree que es bueno;
y si cree que es bueno, podemos a buen seguro decir que está dispuesto cosas... están siempre determinados, y no son objeto de deci-
a elegirlo. sión»82. Ella admite lo que llama «ejemplos de competición»
como excepción; los jueces o examinadores pueden, desde luego,
Si Mrs. Foot está diciendo simplemente que el que un hablante decidir por completo arbitrariamente los que constituirán crite-
esté dispuesto a elegir X no es una condición suficiente ni rios de bondad para el propósito de una competición83. Pero,
necesaria de que se diga correctamente de X que es  bueno, Haré aparte de esto, ¿es sostenible su tesis? El tipo de ejemplos con
no tiene nada que disputar con ella. Pretende que él mismo ha que pretend e apoyarla
apoy arla es «un
«un buen cuchillo»,
cuchillo», «un buen jinete»,
jinet e»,
insistido en ello79. Si, por ei contrario, Mrs. Foot está diciendo «un buen padre», etc. Un buen cuchillo, piensa ella, es uno que
que el que el hablante esté dispuesto a elegir X no' es una satisface los propósitos para los cuales son usados normalmente
condición suficiente, o necesaria, de que se diga correctamente los cuchillos, esto es, cortar84; un buen jinete, uno que alcanza los
que él  piensa   que es X es bueno, entonces Haré considera su  propósitos característicos del jinete, por ejemplo, placer, ejerci-
 postura «no muy plausible»80
plausible»80. cio, locomoción85. No podemos decir que un buen cuchillo es
Creo que los oponentes de Haré contestarían que todo esto uno que se oxida pronto y justificar este uso de «bueno» simple-
yerra el blanco. Incluso si se puede trazar una distinción tal como mente diciendo que ese es el tipo de cuchillo que nosotros
ésta entre lo que se cree que es bueno y lo que es bueno, la elegimos para nuestro uso. Ni podemos decir que un buen jinete
cuestión sigue en pie: ¿le está abierto a cualquiera elegir cuáles es uno que, como un payaso, cabalga de manera que hace reír a
serán los criterios para determinar la bondad? Que la bondad en la gente, y justificar este uso de «bueno» diciendo simplemente
cuestión sea moral o no no afecta al tema. Me he referido antes que eso es lo que nosotros deseamos que los jinetes logren. Ese
a la insistencia de Wamock, contra lo que él entiende que es la no es, dice Mrs. Foot, «el lenguaje de la humanidad». De los
 posición de Haré,
Haré , en que no debemos confun
confundir:
dir: (i)
(i) ser libres de  padres escribe: «Ser un buen padre tiene algo que ver con criar a
decidir por nosotros mismos en cuestiones morales sobre la base los hijos, y más específicamente con cuidar de ellos. Podrán
de los datos disponibles; y (ii) ser libres de decidir cuáles son los
datos.  Aquel presenta la posición de Haré así: «Yo no decido
 —parece— que azotar sea incorrecto porque estoy  en contra de 81 Warnock,  op. cit., p. 47;
47; ver anteriormente, p. 201.
82 Foot, «Goodness and Chotee», op.
 op. c it .  p. 47.
83  Ibid..   P. 54.
79  Ibid.. 128;
128; cf.  LM. p. 107. 84  Ibid.,   p. 46.
80 Haré, op. cil.,   129. 85  Ibid..   pp. 57-58.
284
La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivismo 285

diferir las opiniones sobre qué es mejor para los hijos y sobre la mayoría, ninguna disposición para elegir, o para elegir ser, hombres que abren
cuanto cuidado deben dedicar los padres a los hijos en las y cierran
cierran las manos. En cons ecuen cia no creemos que los hombres que hacen
diferentes comunidades, pero sólo dentro de esos límites diferi- esto sean buenos.
rán los criterios para ser un buen padre de un lugar a otro. Si en La explicación de que no pensemos esto es que tales elecciones difícilmente
contribuirían a nuestra supervivencia, desarrollo, procreación, etc.; si hubiese
una cierta comunidad se dijese de un hombre que es un buen A si habido razas de hombres o de animales que hubiesen convertido el abrir y cerrar
otrece a sus hijos para sacrificar, ‘A’ no podría ser traducido por las manos en un objeto primordial de sus actitudes favorables con exclusión de
nuestra palabra ‘padre’86. En ninguno de estos casos, de acuerdo otras actividades promotoras de la supervivencia, habrían sucumbido en la lucha
con Mrs. Foot,
Fo ot, se puede simplemente elegir lo que constituirá'
constituirá' los por la supervivencia. Soy, lo sé, algo inexacto; pero en general, para abreviar,
tenemos las actitudes favorables que tenemos, y en consecuencia llamamos
criterios de bondad. Se da algo por supuesto: los propósitos para buenas a las cosas que llamamos buenas, debido a su relevancia para ciertos fines
los cuales están hechas cosas tales como los cuchillos, el objeto que a veces se llaman «necesidades humanas fundamentales»®8.
de montar a caballo, la conducta que esperamos de los padres.
Esto pone un límite a los que pueden ser los criterios relevantes Sin embargo, una vez que hemos llamado a algo una «necesi
de bondad Si un un hablante no se
se adhiriese
adhiries e a éstos al
al recomendar-
recomen dar- dad», hay  una conexión lógica entre llamárselo y decir que un
nos cuchillos, jinetes, padres —o lo que sea—, no podríamos hombre bueno, como tal, debe (lógicamente) poseerla. Haré,
entenderle. desde luego, no niega esto. Simplemente insiste en que el punto a
n En conte stación
staci ón a todo ésto, Haré señala que cuando se les tomar en cuenta es que esta conexión es entre las  palabras
 palabras
llama buenas a algunas cosas parece requerirse una explicación «necesidad» y «bueno». Piensa que el dejar de tener en cuenta
 pero no cuando se les llama buenas a otras cosas87. Por tomar el este punto es la raíz del error descriptivista. Toman las verdades
tipo de ejemplo en tomo al que ha girado este punto de la sobre palabras por verdades sobre cosas (cf. arriba, p. 280.
discusión, supongamos un hombre que cierra y abre persistente- Del hecho de que algo a lo que se llama necesidad deba lógi-
mente las manos cuando está sentado y ocioso y nos dice que camente llamársele bueno, no se sigue que algo en particular
considera un deber hacerlo. Quedaremos desconcertados. ¿Por deba ser llamado necesidad. Una cosa puede ser (lógicamente),
que / No, dina Haré, porque sea un «absurdo lógico» n.ie nm.v,, tanto como otra, tomada como «necesidad humana fundamental»
 piense esto; sino porque es «improbable
«improbable contingentemente» que  —por
 —por recordar la lista anterior de Haré, la no supervivencia, el
alguien lo haga. Supongamos ahora que nuestro hombre es un no desarrollo, la no procreación tanto como sus opuestos.
escultor que evita el reumatismo mediante este ejercicio y actúa
asi todo el rato porque piensa que tiene el deber de acabar ciertas ¿Existe algo de lo que no se pueda negar que es bueno?
obras de arte para que la posteridad no las pierda. Nuestro
desconcierto se acabará. No hay nada improbable contingente- Si de todo se puede decir significativamente que es una
mente en que un hombre piense que es su deber legar a la necesidad, entonces se sigue que, también significativamente, de
 posteridad tanto placer como pueda. Pero aparte de una «expli- «expli- todo se puede negar que sea una necesidad. Haré implica que ese
cación oculta» tal, es raro que alguien diga que abrir y cerrar las es el caso; que los hombres pueden elegir lo que quieren tomar
manos es su deber. Pero, insiste Haré, raro, no porque sea  por necesidades
necesidades fundamentales humanas; y que, por más impro-
ilegitimo lógicamente, sólo porque es improbable contingenté-  bable contingentemente que sea en el caso de algunas cosas, no
sería absurdo negar de cualquier cosa que sea una necesidad
humana fundamental. ¿Es éste realmente el caso? ¿O hay algunas
is L ' i í f T CS ?Ue pocos de nosotros’ si alguien, tiene la necesaria actitud
?Ue muy pocos cosas de las que no tenga sentido decir que el hombre no
favorable hacia las personas que abren y cierran las manos y la razón de esto es
que las actitudes favorables que tenemos no aparecen al azar, sino que tienen necesita? El punto a tener en cuenta es éste. Si, como concede
explicaciones, aunque no (como parecen pensar los descriptivistas que estoy Haré, cualquier cosa que sea llamada una necesidad debe (lógi-
discutiendo) explicaciones que la mera lógica pueda proporcionar... No tenemos. camente) ser también llamada buena; y si, como ahora sugiero
que podría ser el caso, hay algunas cosas de las que no se pueda
 Ibid.,  pp. 5051.
7 Haré,
Haré, «Desc riptivism»,op. cit., p. 129. 88
 Ib id ., 131.
28 6 La filo so fía moral co n t em p o rá n ea 287
6. El descriptiv ismo

negar que necesitan fundamentalmente los hombres; entonces se físico es ciertamente uno de los más fuertes candidatos al título
sigue que no se puede negar que estas últimas cosas sean buenas. de deseo tal, pero no todos los hombres la desean. Ha habido en
Así, los criterios de aplicación de «bueno», por lo que concierne la historia numerosos ejemplos de hombres que no  deseaban, o
a la vida y la acción humanas, no estarían por completo abiertos necesitaban, la liberación del perjuicio físico. Por ejemplo los
a la elección. Si, pongo por caso, no se puede negar que la estudiosos a veces han agradecido incapacidades tales como la
supervivencia es una necesidad, entonces no se puede negar sordera porque les ayudaban a concentrarse; y los santos han
que la supervivencia es buena. Y si no se puede negar que la super- dado gracias a Dios por las ««llagas de su carne». Por supuesto
vivencia es buena, eso da la razón a los descriptivistas. una cosa es estar contento de tener una incapacidad, una vez que
¿Hay algo de lo que no tenga sentido decir que los hombres se tiene, y otra buscarla activamente cuando no se tiene. Pero no
no necesitan? La liberación del perjuicio físico ha sido propuesta creo que la diferencia afecte a la discusión. Si un ladrón penitente
como una de tales necesidades. Se dice que es un deseo que  pero incorregible desease, o sintiese la necesidad, de cortarse las
todos los hombres tienen89. Por el momento estoy usando las manos para no poder volver a robar, ¿diríamos en sentido es-
 palabra s «necesidad»
«necesidad» y «deseo» intercambiablemente; luego con- tricto que su acto está fuera de la razón? Podríamos no aprobar-
sideraré brevemente la diferencia que hay entre las dos. ¿Necesi- lo, pero no sería ininteligible. Y no creo que Mrs. Foot asuma
tan todos los hombres, o desean, la liberación de la agresión realmente tales excepciones, aunque ponga buen cuidado en
física? Mrs. Foot afirma que sí. Si hay algo de lo que se pueda decir que el deseo de liberación del perjuicio físico no propor-
decir que todos los hombres desean, esto es prima facie el uso ciona necesariamente una razón fundamental para la acción .
adecuado de los propios miembros. Por supuesto hay algunas (ii) El segundo argumento
argument o contra la afirmación de Mrs. Foot
excepciones aparentes. La gente que hay en los manicomios a es que todo intento de descubrir deseos, o necesidades, que
veces intenta herirse sin ningún motivo. Además, en circunstan- tengan todos los hombres, de modo que en ellos se puedan
cias especiales, personas perfectamente cuerdas se han herido a fundamentar las creencias morales, está mal concebido. La cosa
sí mismas; por ejemplo cuando una herida inutilizante las retira- es precisamente al revés. Al menos algunos de los deseos de los
ría de una línea de fuego. Y es concebible, como observa Mrs hombres están basados lógicamente en sus creencias morales y
Foot, que un hombre tenga criados que hagan todo por él, de no viceversa. Phillips y Mounce ofrecen un ejemplo en apoyo de
modo que no necesite de sus miembros para obtener nada de lo este último punto . Un científico
científico racionalista
racionalista está discutiendo
que desea. Pero tales casos se apartan de la presente cuestión. con un ama de casa católica sobre los anticonceptivos. El señala
Estamos hablando de los fundamentos lógicos del juicio moral y los males que puede traer tener demasiados hijos, los deseos o
el lunático por definición no tiene nada que ver con el tema; necesidades que puede frustrar: peligros para la salud de la
además, los daños tales como las heridas inutilizantes son me- madre, restricciones a su carrera, pobreza a la familia, la limita-
dios para obtener una liberación aún mayor del perjuicio físico, o ción consecuente de oportunidades para aquéllos que pertenecen
de la probabilidad de que ocurra; y también, nadie, por muchos a la familia, y así sucesivamente. En respuesta, el ama de casa
criados que tenga, puede saber de cierto que, en último término, señala la gloria que tiene la madre en traer hijos al mundo. Los
no va a requerir de sus miembros para obtener lo que desee. Con autores que usan este ejemplo dicen: «Parece más plausible que
estas excepciones así explicadas, ¿se mantendrá en pie la afirma- el científico racionalista sea ciego a lo que el ama de casa
ción de Mrs. Foot? No ha dejado de ser atacada90 .* Los que se entiende por gloria, que el que ella sea ciega a lo que él entiende
oponen a la tesis de que hay deseos, o necesidades, que tienen  por p e li g ro » . ¿Hemos de decir que cada uno de los dos tiene
todos los hombres, adoptan en su contra al menos dos vías. deseos, o necesidades, que él o ella no reconoce? ¿Pueden
(i) Pretend
Pre tenden
en que como cuestión de hecho empírico no hay decirse el uno al otro: «Sólo con que usted tuviese la experiencia
deseos que tengan todos los hombres. La liberación del perjuicio y la imaginación suficientes para apreciar los datos a favor de la

89 Ver Foot , «Moral


«Moral Belie fs», op. cil. , p. 95. 91 Foot, «Moral Beliefs».op. cit ., 97.
90  Ver D. Z. Phillips y H. O. Mou nce, «On Morality’s Having a Point» 92 Phillips y Mounce, op. cit..   317-19.
[«Sobre que la moralidad tenga objeto»]. P XL (1965); ver nota 71. 93  Ibí d .,
., 317.
288 El descriptivismo 289
La filosofía moral contemporánea 6 .

 bondad del punto de vista que yo estoy defendiendo, datos que, entre los errores del prescriptivismo de Haré y los del tipo de
desgraciadamente, son demasiado complejos para que usted los descriptivismo de Mrs. Foot. Está de acuerdo con Mrs. Foot en
conozca a fondo, vería que lo que yo deseo también es bueno  pensar que el error de Haré es considerar sólo la forma como como
 para usted, puesto que, en realidad, todos los hombres lo de- constituyente de un juicio moral. Pero sostiene que Mrs. Foot
sean»? . Los autoies de los que estoy citando piensan que no. no. está equivocada al menos en dos cosas acerca del contenido que
 No sólo dicen que el racionalista y el ama de casa tienen constituye los juicios morales: (i) virtudes tales como la justicia
diferentes deseos. También pretenden que éstos no mantienen no deben ser consideradas como medios  para la realización de
sus creencias morales respectivas porque tengan diferentes de- algún fin más allá de ellas mismas, tal como aquello que todos los
seos; sino que, por el contrario, tienen diferentes deseos porque hombres desean, prosperidad humana, o lo que quiera que sea,
sostienen creencias morales diferentes. Por ejemplo dicen del como supone Mrs. Foot; y (ii) no hay simplemente un  significado
ama de casa: «Se puede admitir que la mayoría de las madres hoy descriptivo último de los juicios morales como ella piensa, sino
en día desean planear el nacimiento de sus hijos de modo que a que hay un ámbito de conceptos,  la referencia a los cuales hace a
ser posible les cuadren las cuentas, y consideran la crianza de sus un juicio moral. El ámbito de conceptos mencionado incluye
hijos como una pausa en sus carreras. Pero esto no supondrá la honestidad, fidelidad, veracidad, justicia, valor, etc., y sus
menor diferencia para el ama de casa de nuestro... ejemplo. Ella opuestos, esto es, cualquier cosa que normalmente llamaríamos
cree que lo que desea la mayoría es un signo de decadencia una virtud o un vicio. El argumento principal de Beardsmore
moral, y desea cosas diferentes. Pero no lo cree porque lo discurre como sigue: un juicio que se proponga ser moral y no
deseee; lo desea porque lo cree»94 95. Obsérvese que no dicen que
95. sea apoyado por una razón que invoque algún concepto o con-
el racionalista y el ama de casa simplemente hayan elegido ceptos de este ámbito sería ininteligible.
considerar cosas diferentes como necesidades y en consecuencia En la apreciación de este argumento creo que debemos en
como buenas. Lo que afirman es que estos dos hablan desde  primer lugar re conoce r una ambigüedad
ambigüedad en la palabra «ininteli
«ininteligi-
gi-
tradiciones morales diferentes. Estos autores están con Haré en  ble». Por un lado, cuando decimos que la opinión de alguien nos
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es ininteligible puede que simplemente signifiquemos que la en-
• •

 puede ser el mero hecho de que alguien desea algo, sino sólo que contramos muy extraña. En este sentido las creencias de los
debemos hacer lo que debemos hacer. Pero están con Mrs. Foot Testigos de Jehová o de los Israelitas Británicos me resultan
en rechazar la idea de que los hombres simplemente eligen lo que ininteligibles a mí, no puedo entender a personas que no permiten
será justo o injusto, bueno o malo; al contrario, esto ya está dado que sus hijos reciban transfusiones de sangre y pienso que es una
en la tradición moral desde la cual piensan o hablan. La diferen- soberana insensatez decir que los británicos son el pueblo elegi-
cia básica entre las dos personas de su ejemplo es que el do. Por el contrario, cuando llamamos a una tesis ininteligible
racionalista simplemente no sabe lo que la madre entiende por  podemos significar
significar que su enunciado es autocontradictor io o
gloria. emplea una palabra o palabras de maneras contrarias a su uso
normal. Las creencias de los Testigos de Jehová y de los Israeli-
Una vía intermedia tas Británicos no son, o no todas, ininteligibles en este sentido;
las entiendo aun cuando no las suscriba y no son sinsentidos a la
El tipo de tesis sostenido por Phillips y Mounce ha recibido manera de las autocontradiciones o los enunciados que usan mal
recientemente una formulación admirablemente clara de parte de las palabras. Beardsmore es consciente de esta ambigüedad. No
R. W. Beard
B eardsmor
smor e en su  Moral Reasoning   (El razonamiento le estoy acusando de que no lo sea. Pero creo que la existencia
moral) (Londre
(Lo ndres,
s, 1969
1969)) con el
el debido reco nocimiento
nocimie nto a sus men- de la ambigüedad presta a su argumento una plausibilidad ante el
tores. Pretende haber pasado por entre Escila y Caribdis, haber lector lego que de otro modo no tendría.
encontrado en las tesis de Phillips y Mounce una vía intermedia En ese argumento se saca mucho partido del hecho de que
aprendemos a usar el lenguaje moral conforme crecemos en una
94  Ib id.,   318. comunidad que tiene un código moral específico. Por ejemplo, yo
95 ¡bíd. no decidí que el asesinato es incorrecto en mayor medida que
290 La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivismo 291

decidí hablar inglés. Crecí haciendo las dos cosas. Se sigue  punto de vista de Beardsmore,
Beardsmore, la intención de Nietzsche no
entonces que, en todo caso de primera impresión, la opinión de  podría ser interpretada inteligibleme
inteligiblemente
nte como el rechazamiento
que el asesinato no  es incorrecto me deberá parecer rara. En el de todo el ámbito  de conceptos que constituye la moralidad,
 primero de los dos sentidos anteriores deberé encontrarla inin- siempre y cuando Nietzsche haya de ser interpretado en algún
teligible. Y éste es un «deber» lógico. Pero desde luego, para llevar sentido como un moralista. Los juicios morales inteligibles, man-
adelante su tesis, Beardsmore tiene que mostrar que algunas tiene Beardsmore, siempre son emitidos dentro  de un contexto,
de tales opiniones, como la de que el asesinato no  es incorrecto,  por ejemplo,
ejemplo, el contexto de la tradición moral
moral católica o la ética
son ininteligibles en el último de los dos sentidos anteriores. Tiene del humanismo científico. Pretende que no tiene sentido conside-
' que mostrar que hay siempre un juicio, o juicios, del mismomismo tipo rar un juicio moral emitido fuera de algún contexto moral espe-
que «Matar es incorrecto» a los cuales, en último análisis, cual- cífico. Pero tiene que reconocer una verdad evidente: que un
quiera que haga un juicio moral  debe (lógicamente) adherirse. hombre puede cambiar su contexto. Un católico podría (lógica-
Un juicio como «Asesinar no no es incorrecto»
incorrecto» no es, ciertamen- mente) preguntarse «¿Es recta la moralidad católica?»; decidir
te, autocontradictorio. Aunque yo no me eduqué manteniendo que no es recta; y abandonarla en favor de la ética del huma-
esta opinión puedo llegar a hacerlo. Muchas personas la han nismo científico o alguna otra. Pero ambos contextos deben, en
mantenido, al menos respecto a algunos asesinatos particulares. opinión de Beardsmore, estar constituidos en último análisis por
Por muy en desacuerdo que podamos estar con ellas, podemos una apelación a lo que ordinariamente reconocemos como virtu-
encontrar sentido a lo que pensaban. Así que no está diciendo des o vicios. Lo que nadie podría (lógicamente) hacer es formular
que tales juicios sean ininteligibles porque sean autocontradicto un juicio moral que rechazase todas estas virtudes y vicios como
rios. tales.
Se apoya, según yo le entiendo, en el significado ordinario de Los prescriptivistas están comprometidos con la opinión de
la palabra «moral». Si alguien emite lo que pretende que sea un que todo el contenido de la moralidad podría (lógicamente) ser
 juicio moral, entonces
enton ces es adecuado pedirle una razón que lo rechazado en un juicio al que se le pudiese llamar inteligible-
apoye. Esta razón, para ser una razón mora!, debe (lógicamente) mente moral.  Podríamos decir, «No es recto practicar la honesti-
invocar algún concepto o conceptos del ámbito mencionado dad, la fidelidad, etc., y abstenerse de practicar sus opuestos», y
anteriormente; debe invocar alguna virtud o vicio reconocidos así con todo el ámbito de virtudes y vicios aceptados. Cierto,
como tales. Supongamos que alguien dice, «Tal asesinato no fue cuando alguien pidiese una razón a favor de este juicio podría ser
incorrecto» y le preguntamos por qué cree eso. Su respuesta bien implausible cualquier razón que antes se hubiese dado en favor
 puede ser algo
algo de este estilo:
estilo: «Bueno,
«Bueno, era la única manera de de un juicio moral
moral por lo que concierne al contenido. Pe ro eso no
limpiar el mundo de un hombre que estaba causando a los demás importaría. La forma del del juicio sería suficiente
suficiente para hacerlo
gran infortunio». Aquí se aduce la beneficencia. Porque pensa- moral. Beardsmore está convencido de que tal punto de vista es
mos que esta última es una virtud, cree Beardsmore, es por lo  patentemente falso. El se apoya firmemente en una nota de las
que encontramos sentido a la razón y el juicio que ella apoya es Philosophical Investigations, p. 242:242: «Si el
el lenguaje ha de ser un
inteligible como juicio moral. medio de comunicación debe haber acuerdo no sólo en las
Se debe observar que el punto de vista de Beardsmore per- definiciones, sino también (por extraño que ésto pueda sonar) en
mite dar cuenta de la rebelión, conversión y desarrollo dentro de los juicios». Wittgenstein no se refería específicamente al len-
la moralidad. En un capítulo titulado «El rebelde y las tradiciones guaje moral pero Beardsmore entiende que esta observación
morales» señala, por ejemplo, que la intención de Nietz sche al significa, entre otras cosas, que los hombres no pueden encontrar
atacar la moral convencional
convencional puede interpretarse de dos maneras: sentido a los juicios morales de los demás a menos que haya
(i) como el rechazamiento de una moralidad pervertida en favor algún acuerdo entre ellos no sólo en la forma sino también en el
de una auténtica, por ejemplo del servilismo en favor del valor; o contenido. No discutiré si ésta es o no una interpretación legítima
(ii) como el rechazamiento de una en favor de otra dentro de una de Wittgenstein sino que simplemente tomaré la cuestión como
gama de posibles moralidades auténticas, por ejemplo de la ética se presenta aquí. Si todas las personas valorasen las cosas de
cristiana en favor de la ética espartana. Pero, de acuerdo con el manera diferente, ¿se seguiría que cada uno no podría entender 
29 2 La filo sofía moral co n t em po r á nea 6. El descrip ñvism o 293

las valoraciones del otro? Supongamos que jamás ha habido en el que se ocupa de las necesidades y deseos humanos, lo que es a
mundo dos personas que adjudicasen el mismo precio a algo. ¿Se  priori
 priori y la manera particular en que expresamos esto en el
seguiría que no podrían entender las tasaciones de los demás o discurso moral lo que es algo contingente? En contraposición a
que no sabrían qué es poner precio? Seguro que no. Podrían Haré, Wamock se inclina fuertemente hacia el segundo punto de
reconocer, a pesar de todo, el acto de discurso de poner precio vista. La penumbra
penu mbra psicológica, la importancia,
importan cia, la prescriptividad
prescriptiv idad
como lógicamente distinto de otros actos de discurso. Y podrían universal, son, piensa él, características del discurso moral  por
entender a la persona que dijese que el precio de X tenía el valor que  su contenido se refiere a los deseos o necesidades humanos.
1, al que
que dijese que tenía el valor 1 + 1, al que dijese
dijese que valía Pero ¿por qué? W amock dice: «Me parece más natural decir que,
1+ 2, así como al que dijese que valía 1 +n,  cualesquiera que  para muchas personas, ciertos principios juegan un papelpapel predo-
fuesen estos hombres. La suya sería ciertamente una economía minante en su conducta, y los aplican universalmente al juzgar la
caótica. Si cada uno se empeñase en mantener su precio no conducta de los demás porque creen que son principios morales
 podría (lógicamente)
(lógicamente) haber comercio entre ellos.
ellos. Pero esto no se en lugar de, al revés, decir que ser principios morales consiste en
debería a que no se entendiesen sino a que rehusarían tener trato ser tratados como sobresalientes y de aplicación general» 97. Y su
mutuo. De la misma manera los hombres no podrían entender el razón para decir esto parece ser que el discurso no  moral puede
discurso moral a menos que reconociesen el acto de discurso tener la misma penumbra psicológica y los mismos rasgos de
moral como distinto lógicamente de cualquier otra clase de acto dominancia y prescriptividad lógica98. Pero, por esto mismo, ¿no
de discurso. La forma del acto de discurso moral habría de ser la  puede
 puede un discurso distinto del moral ocuparse de los deseos o
misma en todos los casos para que el acto de discurso fuera necesidades humanos, por ejemplo, el discurso psicológico, el
moral. Tendría que haber una valoración (o apreciación). Pero, sociológico o el histórico? ¿No pueden éstos tener el mismo
¿tendría que ser el mismo el contenido (o conjunto de apreciacio- contenido que el discurso moral? Creo que no se puede pretender
nes)? Decir que de lo contrario no habría acuerdo (trato) moral estar hablando de moralidad simplemente porque se está ha-
no es lo mismo que decir que no podría haber comprensión de lo  blando de necesidades o deseos humanos.
humanos. Es la manera
manera particu-
que estaba ocurriendo. . lar de hablar sobre ellos lo que hace moral nuestra plática. La
Por tanto la cuestión a la que nos lleva el tipo de teoría de forma lógica del discurso es ciertamente esencial para que éste
Beardsmore es: ¿es sólo la  form a  de un juicio moral lo que lo sea mora!, lo sea o no el contenido.
hace moral? Esta cuestión nos ocupará el resto del capítulo. Sin embargo, Wamock procede a aumentar las observaciones
en apoyo de su tesis de que la moralidad está fundada lógica-
¿5+ basa lógicamente la moral en las necesidades humanas? mente en las necesidades o deseos humanos. Me referiré a dos en
En su Contemporary Moral Philosophy  (Filosofía moral con-  particular, primero esbozándolos
esbozándolos y luego
luego haciendo algunas
algunas críti-
temporánea) sugiere Wam ock96 que hay al menos
menos estas caracte- cas. (i) Concede que es posible lógicamente negar que algo
rísticas definientes de la moralidad: (i) una cierta «penumbra considerado como una necesidad o deseo lo sea; y, en tanto que
 psicológica»
 psicológica» de la responsabilidad, culpa, remordimiento,
remordimiento, etc., «necesidad» y «deseo» está conectado lógicamente con «bueno»,
que envuelve al juicio moral; (ii) ciertos principios de conducta negar que esta cosa, cualquiera que sea, que llamamos necesidad
que son (a) dominantes o sobresalientes en la vida de un hombre o deseo, sea buena. Que algo sea bueno o no es, por lo tanto,
y (b) que él prescribe universalmente; (iii) un contenido o tema como señala Wamock, «cuestión de juicio». Pero dice: «Afirmo
general, a saber, las necesidades o deseos  humanos. ¿Cuál es la que es completamente claro que no siempre es, total o necesa-
relación del último de estos elementos con los demás? ¿Es riamente, cuestión de juicio moral»99. Si un juicio es un juicio
verdad a priori que el discurso moral tiene una cierta forma moral, entonces
entonc es «bueno» y otros términos valorativos usados
lógica —prescriptividad y universalizabilidad—, mientras que  para expre sarlo tendrán cierto contenido referente a necesidades
necesidades
su contenido particular es algo contingente? O ¿es su contenido,
” lbid., p. 57.
96 Warnock, Contemporary Mora! Philosophy  [Filosofía moral contemporá 98 Cf. ibid., p. 56.
nea] (Lo ndres , 1967), pp.
pp. 52 y ss. 99 lh(d., p. 61.
294 I .a filosofía
filosofía m oral c ontem poráne a 6. El desc riptivis mo 295

y deseos humanos «simplemente en virtud de lo que significa marcianos); pero entonces simplemente no entenderíamos su uso
‘moral’»100. Nos insta a no dejamos amedrentar por los prescrip de «bueno».
tivistas y a no abandonar la convicción que todos tenemos de que Estas dos observaciones de Warnock no me parecen conclu-
«es malo ser torturado o pasar hambre, ser humillado o herido... yentes contra el prescriptivismo que está atacando. Las comen-
Que es mejor que la gente sea amada y atendida en vez de odiada taré por separado.
y abandonada...»101. Cree que se podría demostrar,   por ejemplo, (i) ¿Sería innatural hablar deldel ideal del
del fanático nazi
nazi como
como
que sería moralmente incorrecto que él indujese a sus hijos a «moral»? No hay término más moral que «obligación». Durante
hacerse adictos a la heroína. Escribe, «Cualquiera que... man- la guerra de Hitler no era raro que sus tropas fusilasen rehenes
tenga, concediendo los hechos (es decir, los concernientes a los cuando un pueblo había ayudado a la resistencia. Obviamente
efectos de la adición a la heroína), que... no  sería incorrecto sería una insensatez manifiesta decir cosas como que «Los fusi-
moralmente que yo induzca a mis hijos a la adición a la heroína... laban para entretener a los demás habitantes». Pero, ¿estaría en
demuestra que realmente no ha seguido el argumento o que no el mismo nivel de insensatez decir «Al fusilar a los rehenes las
sabe lo que significa ‘moralmente incorrecto’»102. tropas cumplían con su obligación»? Alguien podría objetar,
Una implicación de este argumento, si fuera válido, sería que «Hicieron lo que creían que era su obligación». Pero es al menos
lo que Haré llamaba «fanatismo» no es un punto de vista po- discutible que sea la obligación de uno actuar así. ¿Es por tanto
sible dentro  de la moralidad. Antes recogimos la tesis de Haré ininteligible describir lo que hicieron como su «obligación»? Si,
de que en tanto que un nazi, por ejemplo, estuviese dispuesto como yo creo, no lo es, entonces no se tiene derecho a rehusar
a universalizar su creencia de que los judíos debían ser ex- llamar a su ideal moral, por más que pueda uno deplorarlo.
terminados, esa creencia podría ser considerada adecuada- (ii) Si suponemos que los marcianos tendrían deseos o nece-
mente como moral. Wamock lo niega. Explícitamente restringe sidades diferentes de los nuestros y por consiguiente llamarían
el apelativo «ideal moral» de tal manera que se excluyan los  buenas a cosas diferente s, ¿es verdad, como
como dice Warnock, que
ideales del fanático nazi. Los ideales que son «abiertamente no podríamos entender su plática «moral»? Ciertamente es ver-
destructivos, o perjudiciales,
perjudiciales, o absurdos o demenciales»
demenciales» no
no dad que no estaríamos de acuerdo con eiios. Pero podríamos
 pueden formar parte de ningún
ningún punto de vista moral10
moral103. reconocer que con su uso de «bueno» estaban recomendando
(ii) Concediendo
Concedien do que es posible lógicamente negar de algo
algo cosas. Y si, por traer a cuento la lista de Wamock, la penumbra
que usualmente se considera como un deseo o una necesidad que  psicológica,
 psicológica, la importancia y la prescriptividad
prescriptividad universal
universal que
lo sea, y por tanto negar que sea bueno, Warnock argumenta que caracterizan nuestro discurso moral caracterizaran también el
tales negaciones no nos resultarían inteligibles.  Pregunta «Quizá suyo, entonces a pesar de las ulteriores diferencias de contenido,
no haya límites lógicos a lo que se puede decir que desea una ¿no seríamos capaces de reconocer que ellos estaban haciendo lo
 persona; y sin duda no hay nada de lo que se pueda decir que que nosotros llamamos un juicio moral, aunque con resultados
todo el mundo desea necesariamente; pero, ¿no hay límites, no fantásticamente diferentes? Comprender el discurso de otro es re-
obstante, a lo que se puede decir comprensiblemente   que desea conocer el tipo de acto de discurso que está realizando. Estar de
una persona?»104. De hecho, tenemos ciertos deseos y necesida- acuerdo con él es estar dispuesto a realizar un acto similar con el
des específicos. Y dada la conexión lógica entre «necesidad» y mismo contenido. Me parece que, cualquiera que sea el conte-
«bueno», se sigue que la bondad tiene para nosotros un cierto nido del discurso de un marciano, si habla de él como yo hablo,
contenido. Es concebible que tenga un contenido diferente para digamos, de la inflicción innecesaria de dolor, yo le entendería,
criaturas con deseos o necesidades diferentes (por ejemplo, los aunque bien podría no estar de acuerdo con él.
Antes de concluir este epígrafe me gustaría llamar la atención
sobre lo que me parece un posible punto de acercamiento entre
100  Ibíd.,  p. 67 .
101  Ibíd..  p. 60 .
los prescriptivistas como Haré y los descriptivistas como Mrs.
102  Ibíd..  p . 70 . Foot. La última busca
busc a explícitamente
explícitam ente un fundamento lógico de la
103  Ibíd..  p. 59 . moralidad en los deseos humanos, o más precisamente, en lo que
104  Ibíd..  p. 66 . todos los hombres desean. Creo que a Haré le gustaría decir que.
296 La filosofía moral contemporánea (,. El descriptivismo 297

en cierto sentido, él hace lo mismo. Obsérvense dos cosas: (i) Se dad y el utilitarismo». Si interpreté allí correctamente a Haré, es
 puede decir con verosimilitud que hay alguna conexión entre  posible lógicamente,
lógicamente, desde su punt o de vista, que sea mayor la
desear y asentir a un imperativo. Creo que Haré podría decir algo satisfacción de algunos fanáticos en ver a todos los judíos exter-
de este estilo: Si decimos que A desea ser (o hacer) X, expresa- minados que la satisfacción que tienen los judíos en no ser
mos adecuadamente lo que decimos que A  piensa  —suponiendo exterminados. Podría haber muchos que compartiesen este fana-
que necesitemos expresarlo— cuando decimos «A asiente al tismo y a los que satisficiera ver a todos los judíos exterminados.
imperativo ‘Sea (o haga) yo X’». (ii) Como vimos en el capítulo Podría tener sentido decir que los judíos deben ser exterminados
anterior, de acuerdo con el utilitarismo prescriptivista universal  porque, cuando hacemos la cuenta de los deseos de todos los
de Haré, cuando deliberamos sobre si se debe o no hacer A, se implicados, la satisfacción de lo que estos fanáticos desean sería
nos exige atender a todas las partes interesadas preguntándonos la mayor satisfacción de deseos que admite el caso. Lo que ahora
si, de estar en su lugar, asentiríamos o no al imperativo «Hágase quiero hacer notar quizá se exprese mejor diciendo que, en el
X». Recordemos las palabras, citadas anteriormente, del propio caso de Haré, «lo que todos los hombres desean» significa
Haré sobre este requisito: hemos de preguntamos, «¿En qué cualesquiera   deseos que puedan tener los hombres. Cualquiera
medida (imaginándome en el puesto de los demás) deseo  tener deseos que haya en una situación dada deben ser tenidos en
esto o evitarlo?» (el subrayado es mío)105. cuenta al calcular lo que realizará la mayor satisfacción de
Ahora, uniendo (i) y (ii), ¿no se podría decir que Haré deseos.
fundamenta la moralidad en lo que todos los hombres desean? ¿Cómo interpretan Wamock y Mrs. Foot «lo que todos
Como vimos en el capítulo anterior, de acuerdo con su punto de los hombres desean»? ¿Qué dirían de un deseo como el de los
vista, asentir sinceramente a «Se debe hacer X» implica asentir a fanáticos a los que nos acabamos de referir? Hemos visto, en
«Haga yo X». Esto significa, en términos del (i) anterior, que esta sección, que Wamock sostiene que algo tan «destructivo, o
desear que se haga X es una condición necesaria de que se sea  perjudicial, o absurdo, o demencial»
demencial» como lo que desearían los
sincero al decir que se debe hacer X. También, de acuerdo con tales fanáticos no puede formar parte de ningún punto de vista
Haré, corno ya hemos notado, juzgar si se debe o no hacerX es morai. Ai fundar la moralidad en «lo que iodos los hombres
lo mismo que considerar si uno podría asentir a «Hágase X» caso desean», Wamock y Mrs. Foot parecen estar haciendo algo
de estar en el lugar de cada una de las partes interesadas. Esto diferente de lo que hace Haré. En el caso de ellos, «lo que todos
significa, en términos del (ii) anterior que creer que X es lo que los hombres desean» no significa cualesquiera deseos que puedan
todas las personas interesadas desean es una condición necesaria tener los hombres, sino ciertos deseos específicos que todos los
de que se sea sincero al decir que se debe hacer X. En tanto hombres, como tales, tienen.   Están diciendo, en efecto, que
continúa el debate entre prescriptivistas y descriptivistas, bien existen tales deseos, por ejemplo, la liberación del daño físico, y
 puede ser que puedan resolver algunas
algunas de sus diferencias aparen- que, a menos que un juicio se dirija a la satisfacción de tales
tes por medio de consideraciones tales como éstas a las que me deseos, no puede (lógicamente) ser un juicio moral.  Una cosa es
acabo de referir. decir con Haré que un juicio es moral sólo si tiene en cuenta los
 No obstan te, mientras que se puede decir que ambas escuelas deseos relevantes de todos los afectados, y otra decir con War
de pensamiento fundamentan la moralidad en lo que todos los nock y Mrs. Foot que un juicio es moral sólo si va dirigido a la
hombres desean, creo que hay una diferencia en la manera como satisfacción de ciertos deseos que todos los hombres tienen y que
lo hacen que debería tenerse en cuenta y podría resultar en determinan qué es relevante y qué no es.
último término fundamentalmente divisoria. ¿Cómo lo hace Ha
re? Piensa que debemos tomar nota de lo que todos los hombres Prosperidad 
desean para estar seguros de haber calculado correctamente lo En este capítulo se ha hecho un uso considerable de la noción
que maximizará la satisfacción. Esto se introdujo en la subsec- de necesidad, y, en particular, de necesidad humana fundamen-
ción del último capítulo titulada «La tesis de la universalizabili tal. Creo que ha llegado el momento de atender a esta noción
con mayor profundidad. Me parecen importantes los puntos si-
105
P .219.
.219. guientes.
299
298 La filosofía moral contemporánea 6. El descrip tivism o

(i) Existe una diferencia entre deseos y necesidades. Hasta ante s108 que la respuesta a la pregunta «¿Por qué ser justo (o
el momento he usado estas palabras prácticamente como idénti- ‘moral’ en el que he llamado sentido valorativo)?»
valorativo)?» es, en último
cas en significado. No creo que esto invalide nada de lo que he análisis, «Porque eso es ser justo (o ‘moral’ en el sentido antedi-
dicho, pero debemos fijamos en que, hablando estrictamente, no cho)». Pero aquellos a los que me estoy refiriendo ahora conside-
significan lo mismo. Quizá la mejor manera de expresar la dife- ran esto un error. Dicen que la respuesta a «¿Por qué ser justo (o
rencia entre ambas sea ésta. Cualquier cosa puede (lógicamente) ‘moral’ en el sentido mencionado)?»
mencionado)?» es, en último
último análisis, «Por-
ser deseada por mor de sí misma; pero nada puede (lógicamente) que al actuar así prosperarás». Si los he entendido correctamen-
ser necesitado por mor de sí mismo. A la pregunta »¿Para  qué te, los descriptivistas que adoptan este camino dirían al menos
deseas eso?» se puede responder «No lo deseo para nada. Lo dos cosas con respecto a tal prosperidad. Dirían: (a) que el
deseo simplemente». Pero no tendría sentido responder a la enunciado «La prosperidad es buena» es verdadero, pero no
 pregunta «¿Para qué necesitas eso?», «No lo necesito para nada. verdadero simplemente por definición de la  palabra  «prosperi-
Simplemente lo necesito». dad»; y (b) que sin embargo no tendría sentido decir «La prospe-
(ii) Hay alal menos dos sentidos de «necesidad».
«necesidad ». Son: (a) Los ridad no es buena» . Esto es , dirían: (a) que no es el el caso que al
hombres pueden necesitar algo en el sentido de que no puedan, llamar a algo «prosperidad» estemos haciendo una petición de
empírica o lógicamente, existir como hombres sin ello. En este  principio ac erca de la cuestión de si es o no bueno, aunque (b) (b)
sentido, se ha dicho, por ejemplo, que es empírica y lógicamente ocurre que «¿Es buena la prosperidad?» no es una cuestión
imposible que un hombre no sea moral (en el que he llamado abierta. Si este punto de vista es correcto, entonces, para expre-
sentido «ubicativo» de «moral»)106, (b) Los hombres pueden sarlo de otra manera, podemos derivar una valoración de una
necesitar algo en el sentido de que, aunque puedan existir sin descripción, un «debe» de un «es». De «El acto, o estado de
ello, su existencia no podría ser una buena existencia sin ello. En cosas, X constituirá prosperidad humana», podemos deducir «Se
este sentido se puede decir que el desarrollo físico y mental, la debe hacer (o trae r a la existencia) X».X». , _ 
camaradería, el tener hijos, etc., son necesidades humanas fun- Este punto de vista de que el razonamiento moral esta funda-
damentales. mentado en ía noción de prosperidad humana ha ganado popula-
(iii)
(iii) ¿Cuál es,
es , a la luz de la distinción
distinc ión entre estos
est os dos ridad, según mi manera de ver, entre los filósofos morales du-
sentidos de «necesidad», la conexión entre «necesidad» y «bue- rante la última década. Pero está sujeto a objeciones. Si habla-
no»? (a) Si estamos usando «necesidad» en el sentido definido en mos de «prosperidad» como definible de alguna manera como «la
ii.a., entonces «necesidad» no está  unida lógicamente a «bueno». satisfacción de una necesidad (o necesidades)», creo que pode-
Si es el caso que simplemente los hombres no podrían (empírica mos ver por qué el punto de vista mencionado le ha parecido
o lógicamente) existir sin X, sigue quedando abierta la cuestión  plausible a mucha gente; pero también
también por qué no es válido. La
de si X es o no bueno. No podemos dar por supuesto que porque  palabra «necesidad», como observábamos, es ambigua. ambigua. Ahora
algo sea necesario para la existencia humana sea en consecuencia  bien, parece plausible sostener el iv.a. mencionado —esto e s, la
 bueno, (b) Si, po r el con trario, estamos us ando «necesidad»
«necesidad» en el opinión de que el enunciado «La prosperidad es buena» no es
sentido definido bajo ii.b., entonces «necesidad» está  unido verdadero simplemente por definición de la palabra «prosperi-
lógicamente a «bueno». Si es el caso que los hombres no podrían dad»— porque «necesidad» se puede tomar en en el sentido n.a. des-
llevar una buena existencia sin X entonces no se puede nagar que crito anteriormente —esto es, el sentido en el cual (como observa-
X sea bueno (en ese sentido). mos en iii.a.) la palabra «necesidad» no está unida lógicamente a la
(iv) Recie ntemente
nteme nte se ha puesto
pues to de moda un un punto de vista  palabra «bueno». Pero también parece plausible sostener iv.b.
que fundamenta el razonamiento moral en la noción de prosperi-  _  esto es, que no tiene sentido decir «La prosperidad no es
esto
dad humana. «Prosperidad» se ha definido a veces como la  buena»— porque   «necesidad» se puede tomar en el sentido n b.
satisfacción de ciertas necesidades107. Se recordará que dije  _  esto es, el sentido en el cual (como observamos en m.b.) la
esto
 palabra «necesidad» está   unida lógicamente a la palabra «bue
106 Ver anteri ormente , pp. 261-65.
107 Anscombe, «Modem Moral Philosophy»,  op. c it.,   p. 7; ver nota 71.
71. 108
P. 260.
300 La filosofía moral contemporánea 6. El descript ivismo 301
301

no». Es esta ambigüedad de la palabra «necesidad», puesto que  Etica y antropología


antropología
la prosperidad está definida en términos de la necesidad, lo que
 presta credibilidad
credibilidad a la opinión de que, a par tir del enunciado de ¿Debemos, por lo tanto, rechazar la opinión de que el pensa-
hecho «X origina prosperidad», podemos deducir lógicamente el miento moral está fundado lógicamente en la noción de prosperi-
 juicio de valor «X es bueno». dad humana y considerarla totalmente desencaminada? Creo que
Pero es una credibilidad superficial. No se puede hacer esa quizá haya algo más que decir y ofrezco las siguientes considera-
deducción. Si, por un lado, permanecemos fieles al sentido ii.a. ciones en apoyo de esa opinión.
de «necesidad», no es una cuestión abierta si hay algo a lo que se (i)
(i) Parece haber alguna conexión entre la antropología y la
aplica la palabra «necesidad», puesto que algunas cosas obvia- ética, esto es, entre lo que se cree que el hombre es  y lo que se
mente son necesarias empírica y lógicamente para la existencia cree que debe hacer. Pienso que esto es verdad al menos en el
del hombre; pero es  una cuestión abierta la de si alguna de estas caso de algunos tipos de teorías éticas. Los utilitaristas creen,
necesidades es buena. No podemos asumir meramente que por- con Bentham, que la naturaleza ha colocado al hombre bajo el
que algo es necesario para la existencia humana es bueno. Se gobierno de dos soberanos, el placer y el dolor, y, con Mili, en
 podrían concebir unas circunstancias en las cuales tuviese sen- los sentimientos sociales de la humanidad; y cuando se trata de lo
tido decir que cualquier cosa necesaria para la existencia del que el hombre debe hacer, dicen que debe buscar la mayor
hombre es mala. Si por el contrariónos agarramos al sentido ii.b. felicidad del mayor número. Los evolucionistas creen que el
de «necesidad» no  es una cuestión abierta la de si lo que se hombre es un producto de la evolución; y que debe hacer lo que
necesita es bueno, puesto que por definición debe serlo; pero sí  conduzca a evolucionar. Los marxistas piensan que la naturaleza
es una cuestión abierta la de si hay algo a lo que se aplique la humana adopta la forma que adopta bajo la presión de las fuerzas
 palabra «necesidad». No podemos asumir p or las buenas que el económicas; y que es correcto lo que propicia las metas de los
desarrollo físico y mental, por ejemplo, es una necesidad en el trabajadores en la lucha de clases. Los existencialistas creen que en
sentido ii.b. No sería autocontradictorio decir que un hombre el hombre la existencia precede a la esencia; y que lo peor que
necesita ser canijo o estúpido; aunque por supuesto sería auto un hombre puede hacer es vivir como una especie de esclavo
contradictorio decirlo y luego negar que ser canijo o estúpido sea cuando podría vivir como un ser libre. Los moralistas religiosos
 bueno.
 bueno. creen que el hombre es una criatura de Dios; y que el hombre
Así pues, el argumento para fundamentar la moralidad en la debe hacer la voluntad de Dios. Es seguro que hay alguna
noción de «prosperidad» procede así. Hay cosas que constituyen conexión entre el «es» y el «debe» en algunos de estos casos, si
la prosperidad humana, ¿no es cierto? (Esto significa; ¿no hay no en todos.
cosas que son necesidades en el sentido ii.a,  esto es, cosas que, (ii) Comoquiera que se explique esta conexión —y estoy
dada una cierta definición de «hombre», el hombre no puede dispuesto a conceder que su explicación puede no ser tan simple
empírica o lógicamente evitar?) Indudablemente las hay, cual- como yo la he hecho aparecer— hay una cosa que sería clara-
quiera que sea la definición de «hombre» que se dé. También, mente falso decir sobre ella, y dos cosas que serían, cuando
¿no es bueno prosperar? (Esto significa: ¿no es bueno algo que es menos, implausibles, (a) Es manifiestamente falso que los propo-
una necesidad en el sentido ii.b.?)  No se puede negar que lo es nentes de las diversas teorías éticas a las que me he referido
sin incurrir en contradicción. Parece seguirse que de las cosas estén de acuerdo en los hechos concernientes a lo que son la
que constituyen la prosperidad humana no se puede negar que naturaleza y existencia humanas y difieran sólo  en cuáles
sean buenas. Y por tanto, prosigue el argumento, una vez que de estos hechos seleccionan para aprobar o desaprobar. Hay, de
hemos establecido cuáles son estas cosas que constituyen la acuerdo, la posibilidad de que se superponga lo que creen que es
 prosperidad, podemos demostrar de cada cosa si es o no buena el hombre; por ejemplo los utilitaristas y los moralistas religiosos
simplemente preguntando si es una de ellas, o un medio para  podrían est ar de acuerdo en lo que es el hombre.
hombre. Pero es claro
alcanzar una de ellas. Pero, por supuesto, todo este argumento que hay alguna divergencia; por ejemplo, los existencialistas no
sólo funciona debido a la apibigüedad de «necesidad». mantienen desde luego las mismas opiniones antropológicas que
los marxistas. Las diferencias que tengo en mente
mente aquí son, por 
302 303
La filosofía moral contemporánea 6. El descriptivism o

supuesto, metafísicas. Por lo que respecta a la fortuna de mi A: No es raro. Ella cree en Dios y cree que éste prohíbe su
argumento, nada depende de que sean metafísicas o empíricas. El uso.
único punto relevante es que son cuestiones de supuesto hecho. B: Ah, ya veo.
Son creencias referentes a que algo es el caso en lo tocante al
hombre, (b) Sería implausible decir que las creencias antropoló- ¿Por qué la segunda observación de A disipa el desconcierto de
gicas ae los que suscriben cada tipo de teoría están fundadas B? ¿Hemos de decir que lo que B «ve» es que la posición de la
lógicamente en sus respectivas creencias morales. El que quisiera madre respecto a los anticonceptivos se resuelve en este «silo-
adoptar esta línea de pensamiento podría, por ejemplo, argumen- gismo práctico»?:
tar que lo que yo estoy diciendo conduce solamente a que
«deber» implica «poder»; que no tiene sentido decir, por ejem- Premisa mayor: Lo que Dios prohíbe no se debe hacei.
 plo, que los hombres deben vivir como seres libres a menos que Premisa menor: Dios prohíbe el uso de anticonceptivos.
 puedan. Pero lo que digo conduce a más que a eso. Desde luego luego Conclusión: Por tanto no se deben usar anticonceptivos.
sería poner la carreta delante de los bueyes decir, por ejemplo,
que los moralistas religiosos creen que el hombre debe obedecer En tal caso, cuando se le dijo la creencia fáctica de la madre
la voluntad de Dios, y, que, puesto que el hombre no podría (premisa menor), B añadió un principio moral general (premisa
hacerlo a menos que fuese un ser que viviese bajo el gobierno de mayor) y «vio» que el juicio moral (conclusión) de la madre es
Dios, el moralista religioso cree en consecuencia  que eso es el válido para cualquiera que acepte estas premisas, como supone
hombre, (c) Menos plausible todavía sería la opinión de que que hace la madre. Esta me parece una manera posible de
ocurre que, para cada teoría ética se dan por separado la antropo- explicar cómo, en un ejemplo como éste, una creencia fáctica
logía y la
la ética. Esto no proporcionaría ninguna explicación del del sobre la existencia o la naturaleza humanas puede hacemos
hecho indiscutible de que frecuentemente se aduce la antropolo- inteligible un juicio moral. .....................
gía para hacer inteligible la ética. (iv)
(iv) Pero consideremos ahora otra conversación imaginaria
imaginaria
(iü) Con lo que la cuestión
cuest ión se conviert
conv iertee en: ¿cómo se aduce sirniiar:
la antropología? En respuesta me retrotraeré al desacuerdo entre
el racionalista y la madre católica109. Se dijo que tenían deseos A: El piensa que los hombres nunca deben tomar de los
diferentes porque tenían creencias diferentes. Pero se ha de demás sus opiniones sobre lo que hacer.
observar que estas creencias diferentes no eran, o no eran B: ¿Nunca?
simplemente, morales, como qué es bueno o qué se debe hacer. A: Nunca.
El racionalista y la madre estaban en desacuerdo sobre cuáles B: Es raro. .
eran los hechos  concernientes a la existencia humana. La madre A: No es raro. Cree que
que en el
el hombre la existencia precede a
creía que ella y su hijo eran almas inmortales que vivían bajo el la esencia.
gobierno de Dios, que prohíbe el uso de anticonceptivos y de B: Ah. Ya veo.
cuya aprobación depende nuestro último destino. El racionalista
creía que él y los demás hombres son simplemente criaturas en el Si intentamos explicar cómo la creencia fáctica hace inteligible el
espacio y el tiempo, que no viven bajo ningún Dios, y libres de  juicio moral invocando, tanto en este
e ste caso como en el a nterior,
hacer cualquier cosa que elijan. Ahora supongamos que alguien alguna premisa mayor, entonces surge la cuestión de cuál podría
está sorprendido por las creencias morales de la madre y que otro ser esa premisa mayor. Aquí, B tiene una premisa menoi con
intenta disipar su desconcierto. Imaginemos esta conversación; la que empezar, a saber, «En el hombre la existencia piecede a la
esencia»; y una conclusión, a saber, «Los hombres nunca deben
A: Ella piensa que es incorrecto el uso de anticonceptivos. tomar de los demás sus opiniones sobre lo que hacer». ¿Qué
B: Realmente es raro.  premisa mayor necesita añadir para que lo primero haga inteligi-
 ble lo segundo? .
109 Anter iormen te, pp. 287-88. Muy tentativamente sugiero que es una premisa mayor de
304 La filosofía moral contemporánea 6. El desci'iptivismo 305

este estilo: «Cualquier cosa que dé lugar a la prosperidad del sus opiniones sobre lo que hacer» es autocontradictorio. Lejos de
hombre, tal y como se supone que es, debe hacerse». Lo que B  prosperar, como hombres  dejarían de serlo a sus ojos.
«ve» será entonces la siguiente explicación de la posición exis Me percato de que hay dos objeciones que se pueden suscitar,,
tencialista:  por lo menos, contra la afirmación
afirmación que estoy haciendo aquí.
aquí. (1)
(1)
Se puede decir: «Los hombres, según la definición generalmente
(1)
(1) Se debe hacer cualqui er cosa que dé lugar a lala prosperidad aceptada de esa palabra, pueden, y frecuentemente lo hacen,
del hombre tal como se supone que es. tomar de los demás sus opiniones sobre lo que hacer. Por lo que
(2)
(2) Se supone queq ue el hombre es un ser en el cual
cual la existencia la definición de «hombre» del existencialista es estipulativa. Y,
 precede a la esencia.
esencia. cuando se intenta buscarle sentido, es claramente persuasiva. Es
la manera que tiene el existencialista de decir que él piensa que
(3)
(3) Por tant o se debe hac er cualquier
cualq uier cosa que dé lugar a la la los hombres no deben tomar de los demás sus opiniones sobre lo
 prosperidad del
del hombre como ser en el cual la existencia
que hacer». Estoy muy tentado de aceptar esta objeción y no
 precede a la esencia.
decir más. Pero no puedo avenirme del todo a creer que sea
(4) No tomar de otras personas las opiniones sobre lo que  perjudicial.
 perjudicial. Cuando el existencialista formula su antropología,
antropología,
hacer da lugar ceteris paribus  a la prosperidad del hombre está diciendo, aunque poco claramente, que él cree que el hom-
como ser en el cual la existencia precede a la esencia.  bre tiene ciertas características o potencialidades que les faltan a
(5)
(5) Por tanto
tant o lo que se debe hacer es no tomar de los demás
otros seres. En particular, que el hombre tiene un tipo de libertad
las opiniones sobre lo que hacer.
que le capacita para formar sus propias opiniones sobre lo que
hacer. Los hombres pueden no ejercitar esta libertad y los que la
Si hay algo de esto —es decir, de mi sugerencia de que B tienen pueden dejar de tenerla, como reconoce el existencialista.
necesitaría añadir la premisa mayor que he supuesto para «ver» Pero su definición se refiere a algo (aunque erróneamente, si está
que el comentario de A «El cree que en el hombre la existencia equivocado) que el existencialista cree que es el hombre, no a lo
"reced
"re cedee si!
s i!??_ esencia» explica e! ¡uicio
¡uicio mora!
mora! de!
de! exisíenciaüs  _ 
exisíe nciaüsta
ta , que debe ser. Supuesto que digamos, como hace e! existencialis-
entonces pienso que son convenientes las siguientes observa- ta, que es esto lo que es  el hombre, no podemos (lógicamente)
ciones.  proceder a decir
d ecir que el hombre prospera con no ser esto. (2)
(2) La
(a) Obsérvese
Obsér vese que esta premisa mayor reconoce un límite a segunda objeción que se puede suscitar contra lo que he afirmado
lo que, para cualquier moralista, puede considerarse «prosperi- aquí es como sigue:
sigue: «Por lo que usted dice de ‘prosperidad’
‘prospe ridad’ , está
dad». Me doy cuenta de que «prosperidad» de por sí es una negando que tenga sentido decir que un hombre debe destruirse.
 palabra valorativa; y que, en cualquier escuela de pensamiento, Pero, ¿qué ocurre con el autosacrificio? Muchos maestros han
como el existencialismo, pueden diferir las opiniones sobre qué la dicho, con perfecto sentido, que esto es lo que deben practicar
constituya. Pero no ilimitadamente. ¿Qué ocurriría con un exis los hombres incluso hasta el grado de ofrecer sus vidas». Esta
tencialista que, por ejemplo, dijera, «Los hombres prosperan objeción está, en mi opinión, al margen de lo que estoy afirman-
tomando de los demás sus opiniones sobre lo que hacer«? Se do. Ello se centra en la definición existencialista de «hombre».
contradiría, no porque, como existencialista, suscriba el principio Estoy simplemente señalando que, dada esa definición, hay algo
moral de que los hombres no deben tomar de los demás sus que sería autocontradictorio decir. Sin embargo la presente obje-
opiniones sobre lo que hacer, sino porque, como tal, cree que el ción es interesante si nos fijamos en la referencia al autosa-
hombre es un ser en el que la existencia precede a la esencia, y crificio. ¿No es significativo que aquéllos que defienden el auto
cuando se le pregunta, «¿En qué consiste ser tal ser?» una de las sacrificio lo presenten habitualmente como una vía de autorrea
cosas que dice como respuesta es que consiste en no tomar de los lización? «Aquel que perdiere su vida la encontrará». Por más
demás sus opiniones sobre lo que hacer. Un ser que tomara de difícil que sea darle un sentido a esto, y yo personalmente no lo
los demás sus'opiniones sobre lo que hacer dejaría  de ser un encuentro difícil, permanece el hecho de que para los que lo
hombre a los ojos del existencialista. Se sigue que, en boca del  predican, y los que escuchan a éstos, el autosacrificio aparece
existencialista, «Los hombres prosperan tomando de los demás como una obligación  porque  es la vía hacia cierto tipo de auto
306 La filosofía moral contemporánea 307
6. El descriptivismo

realización. Un moralista que predicase la autodestrucción sirn- ción histórica. Supongamos que se le pregunta a un historiador
 pliciter,   que dijera «Los hombres deben destruirse a sí mismos»  por qué Cromwell
Cromwell ejecutó
ejecutó a rey Carlos.
Carlos. El cuenta la historia de
y lo dejara así, estaría diciendo algo que encontraríamos, aunque manera que se haga claro que Cromwell tuvo que dar este paso
no autocontradictorio, sí irracional e ininteligible. Diríamos que  para proteger su insegura
insegura autoridad
autoridad contra la baza que poseía un
estaba loco. Esto me lleva a la segunda observación que quiero hombre que podía invocar toda la mística de la monarquía en su
hacer. apoyo. El historiador y aquéllos que aceptan su explicación
(b) La premisa mayor «Debe hacerse cualquier cosa que dé suscriben el principio de que «lo que hay que hacer» en el caso
lugar a la prosperidad del hombre, tal como se supone que es», de hombres como Cromwell es llevar a cabo tal acción contra
no es meramente un principio moral general más. Me aventuro a hombres como Carlos. No quiero decir, por supuesto, lo que hay
sugerir que la adherencia a él podría ser considerada como una que hacer moralmente. Quiero decir simplemente que, en tanto
 prueba de racionalidad. Si un hombre usase el lenguajelenguaje moral
moral consideremos razonable seguir el tipo de acción que realizó
 para recomendar no  hacer cualquier cosa que diese lugar a la Cromwell, entendemos su acción en cuanto se señale que era ese
 prosperidad del hombre tal y como entendemos que es, le consi- tipo de acción. Esta clase de explicación en términos de puntos
deraríamos irracional. A cualquiera que suscribiera la antropolo- de vista generalmente aceptados sobre «lo que hay que hacer»,
gía existencialista, por ejemplo, y al mismo tiempo dijera, «De- está en neto contraste con cualquier explicación de un aconteci-
 bes tom ar de los demás tus opiniones
opiniones sobre
sobre lo que hacer», no se miento que muestre que éste es el tipo de cosa que sucede
le consideraría simplemente como mantenedor de una opinión generalmente. Los Cromwells de este mundo no siempre llevan a
ética poco habitual. Se pensaría que estaba loco, o, como poco, cabo tal acción para protegerse de los Carlos. No se nos dice que
irremisiblemente embrollado. ¿Por qué? Se podría argumentar lo hagan. La explicación apela, no a nuestras creencias sobre lo
que, puesto que «prosperidad» es una palabra valorativa, la que siempre sucede, sino a nuestros puntos de vista sobre «lo
 premisa mayor en cuestión se reduce, en último análisis, a «Lo que hay que hacer». El objeto de esta digresión hacia la filosofía
que se debe hacer se debe hacer». Y negar ésto sería desde luego de la historia es mostrar lo que yo quería decir al decir que la
irracional por ser contradictorio. Pero eso no destruye mi afirma- adhesión a la premisa mayor anterior —«Debe hacerse cualquier
ción. Estoy diciendo que, incluso si «prosperidad humana» sig- cosa que dé lugar a la prosperidad del hombre tal y como se
nifica simplemente «lo que se debe hacer», hay sin embargo una supone que éste es»— es una prueba de racionalidad. «Lo que
limitación de lo que se puede decir inteligiblemente que consti- hay que hacer» con el lenguaje moral  es usar términos morales
tuye tal prosperidad, impuesta por lo que se ha dicho que es el como «bueno» y «debe» para recomendar la prosperidad del
hombre —naturalmente suponiendo que se haya dicho algo. Si se hombre tal y como suponemos que es.  Si uno no hace esto,
ha dicho que el hombre es tal y tal cosa no podemos pasar a decir entonces lo que está haciendo no tiene sentido para nosotros.
que debe hacer cualquier cosa sin riesgo para la reputación de La importancia práctica de lo que estoy diciendo, si es cierto,
nuestra racionalidad. He ilustrado mi afirmación —de que hay es al menos doble: (1) Nos da un arma contra los oponentes.
algunas cosas tales que, si dijéramos que el hombre debe hacer- Cuando discutimos con alguien sobre un tema moral, tenemos
las, dada nuestra antropología, seríamos considerados irraciona- derecho a pedirle que responda a la pregunta «¿Qué es el
les— con el caso del existencialismo. No estoy tan seguro de que hombre?» Luego, si responde a la pregunta, tenemos derecho a
se pueda ilustrar en el caso de todas las teorías éticas. Pero suscitar la cuestión de si su antropología es o no compatible
incluso si la conexión entre ética y antropología se da sólo en lógicamente con su ética. El no puede simplemente descalificar la
algunos casos, requiere una explicación.  pregunta apelando
apelando a la dicotomía esdebe. ¿Puede, razonable-
Puede que contribuya a aclarar el tipo de explicación que mente, suscribir simultáneamente su antropología y su ética?
estoy proponiendo, que hagamos una digresión y recordemos lo Tiene sentido preguntarlo. Es posible que no pueda. Lo que se
que algunos filósofos de la histor ia110 han dicho sobre la explica- diga en términos de «es» no puede ser contradicho formalmente
 por nada que se diga en términos de «debe»;
«debe»; pero incluso así es
110 Ver, p. ej., W. H. Dray,  Laws and Explanation in History 
History   [Leyes y concebible que podamos convencer a una persona de que usa el
explicación en la Historia] (1957). lenguaje moral de manera que va contra «lo que hay que hacer»
308 La filosofía moral contemporánea
Capítulo 7
con él cuando reúne ciertos juicios morales con ciertas creencias ACCIÓN Y RESPONSABILIDAD
de hecho. Y si replicara, «Bueno, eso es lo que yo hago con él»,
tendríamos derecho a señalar que también el loco o el embrollado
 pueden dar siempre esa respuesta.
respuesta . (2)
(2) Lo que antes he dicho
tiene además la consecuencia práctica de que proporciona un
 posible fundamento fáctico al juicio
j uicio moral.
moral. Podemos  eventual-
mente decidir la cuestión «¿Qué es el hombre?» Por «decidir»
entiendo «conseguir acuerdo general sobre ella». Puede ser alta-
mente improbable, pero no inconcebible. Si alguna vez lográse-
mos tal acuerdo —y en la medida en que, en grupos limitados, lo
logramos— podríamos —y podemos— mostrar que, dada la
antropología relevante, hay un límite a lo que se puede decir en
términos de «debe». Esto es, un límite a lo que se puede
considerar que constituye la prosperidad del hombre tal y como
se supone que este es, y por tanto a los juicios morales que
 pueden ser expresados inteligible
inteligible o razonablemente. Siendo esto
así, las disciplinas que se ocupan de la naturaleza del hombre
 podrían proyectar
proyec tar alguna luz sobre la ética. Tengo en mente las
ciencias humanas (como la fisiología, la psicología, la sociología)
y también la religión. Meramente lo señalo. Cae fuera del alcance
de este libro seguir indagando la relevancia de la ciencia o la Los juicios morales presuponen la acción. Esto en el sentido
religión para la moralidad. de que son pronunciados sobre, y pretenden guiar, las acciones.
A menos que sea posible la acción, los juicios morales pierden su
objeto. Si no podemos encontrar un sentido al concepto de
acción tampoco nos resultará inteligible el concepto de juicio
moral. Es cierto que los estados de cosas, tanto como las
acciones, son tema de los juicios morales. Pero los estados de
cosas son siempre tales que pueden ser creados, preservados,
destruidos, o cambiados por las acciones humanas de una especie
u otra.
Hay otros actos de discurso, además de los juicios morales,
que también dirigen la acción.
acción. Sin embargo la acción presupuesta
no es necesariamente siempre la misma. Empezamos a ver cuál
es la naturaleza de la acción presupuesta por el discurso moral
cuando nos preguntamos qué otra cosa es, o qué más  es, necesa-
riamente tal acción comparada con la acción presupuesta por
otras formas de discurso directivo. Por ejemplo, los «persuasores
ocultos» del mundo de la publicidad dirigen la acción; pero ésta
es acción en un sentido mínimo, si es que se le puede llamar
acción. La propaganda subliminal está ideada para crear una
influencia que cause que los consumidores compren ciertos bie-
nes. En el capítulo sobre el emotivismo vimos que no se pueden
concebir así los juicios morales. De lo cual se sigue que la acción
309
310 La filosofía moral contemporánea 7. Acción y responsabilidad
responsabilidad 311

que presuponen es algo diferente de, o algo más que, la acción que  presuponen que el pupilo
pupilo en cuestión puede obtener ciertos
 presupone la propaganda sublimin subliminal.
al. La diferencia entre esta libros, leerlos, asimilar lo que lee en los ensayos, aprender a
clase de discurso directivo y el juicio moral es grande. En otros  producir un ensayo, etc. Si, sin embargo, el tutor es tonto o
ejemplos no lo es tanto. Cuando, por ejemplo, estábamos discu- ignorante, difícilmente puede el pupilo alegar esto como excusa
tiendo el prescriptivismo, encontramos la tesis de que los juicios  por haber suspendido
suspendido los exámenes, como los soldados que se
morales tienen afinidades lógicas con los imperativos y las deci- metieron en la huerta, o el bateador que volvió a la caseta,
siones. Un hombre que pronuncia un juicio moral se le parece  podrían alegar que lo que estaban haciendo
haciendo era un error del
más a un sargento que emite un mandato, o a un árbitro que sargento estúpido o del árbitro desatento. Cierto, no es del todo
elimina a un hombre del juego, que a un «persuasor oculto». Pero absurdo inculpar del fracaso en un examen a un mal tutor. Y,
sigue habiendo grandes diferencias, como han reconocido los supongo, se podría decir que no es del todo absurdo excusar la
 prescriptivistas. Los sargentos y los árbitros dirigen la acción, acción, conducta inmoral de alguien señalando que ha sido mal encau-
 pero la acción presupues ta aquí no es del todo la misma que la zado por aquellos que le hacían juicios morales. Sin embargo,
 presupuesta por un juicio moral. moral. Un sargento manda a sus este último paso sólo es inteligible en circunstancias inusuales:
hombres marchar por el patio del cuartel, pero si es tan incompe-  por ejemplo,
ejemplo, cuando la persona que se supone
supone que ha sido
tente
ten te .que, al final, se le salen del patio y los tiene marc hando por desorientada es muy joven, o de inteligencia subnormal, o en
el jardín, la falta no es de ellos. Un árbitro expulsa al bateador y alguna otra circunstancia excepcionalmente dada. Los juicios
lo manda a la caseta, pero si se ha equivocado al hacerlo, y en morales guían las acciones. Y se entiende que las acciones que
consecuencia pierde el equipo de este último, no es al bateador guían son normalmente, en un sentido no precisado, las acciones
al que hay que culpar. Comparemos tales casos con el de de la persona guiada. Que haya recibido los juicios morales
un hombre sobre cuyas acciones o asuntos emite otro hombre un nunca absuelve al agente de la responsabilidad de lo que hace,
 juicio moral. Al pronunciar el juicio moral, el otro hombre hombre como lo podría absolver el hecho de que lo hayan manipulado los
implica un imperativo —«Eso es incorrecto» implica ceteris «persuasores ocultos», sargentos del ejército, árbitros, o incluso
 paribas «No hagas eso ». Ademas, a! a! pronuncía i el juicio uioraí, tutores universitarios. La acción que presupone el juicio moral
el otro hombre implica una decisión de principio —«Eso es es, en el sentido más pleno, la acción  propia  del agente. La
incorrecto porque diste tu palabra de no hacerlo» implica «Cual-  pregunta que nos ocupará en este capítulo es: ¿cómo hemos de
quier cosa que suponga la ruptura de una promesa es incorrecta». concebir con precisión el tipo de acción que presupone el dis-
Incluso así, el hombre sobre el cual se ha emitido el juicio no curso moral? Esta es una de las cuestiones que han retenido la
 puede absolverse a sí mismo de la responsabilidad por las conse- atención de los filósofos a lo largo de toda la historia de su
cuencias de obedecer el imperativo, como los soldados que se disciplina. En la primera sección de este capítulo habré de decir
meten en la huerta o el bateador que se va a la caseta. La acción algo sobre cómo la respondía uno de los más grandes filósofos
 presupuest a por el juicio moral es la acción
acción  propia del hombre en clásicos, Aristóteles. Pero, principalmente, examinaré la manera
algún sentido, o en algún grado, tal que las acciones de los como la han tratado los filósofos contemporáneos. Un libro sobre
soldados o del bateador no son suyas propias. filosofía moral moderna quedaría incompleto sin incluir alguna
En algunos ejemplos la diferencia entre el juicio moral y otras consideración sobre su tratamiento del concepto de acción res-
formas de discurso directivo parece ser muy pequeña. Los des des  ponsable.
criptivistas, como vimos, piensan que la moralidad tiene un
cierto contenido. Si esto es así, entonces es de suponer que se les
 puede enseñ ar a las personas que tales y tales acciones son rectas
o incorrectas, o cómo comportarse en tales y cuales situaciones, 1. Las condiciones negativas de la acción responsable
igual que se les podría enseñar cualquier otro conjunto de cono-
cimientos. Esto sugiere una analogía entre el juicio moral y el La acción que presupone el discurso moral es, en una pala-
consejo o instrucción tutoriales. ¿Es la misma la acción presu-  bra, la acción voluntaria. Aristóteles daba como la caracterí stica
 puesta en cada caso? Las palabras palabras del tutor son directivas y esencial de la acción voluntaria el que tiene su origen en el
312 La filosofía moral contemporánea 7. Acción y responsabilidad 313

agente1. Si aceptamos esta definición, entonces la acción que en dónde la localizamos. En el primer caso la localizamos en el
 presupone el discurso moral
moral es en algún sentido
sentido libre,  y esto en agente, esto es, pensamos que ha golpeado a su víctima porque lo
un sentido determinado. Es libre, por un lado, en el el sentido de eligió intencionalmente, voluntariamente; en el segundo caso
que el agente puede originarla y también no originarla. No localizamos la determinación fuera   del agente, esto es, pensamos
tendría objeto decir a un agente que debe hacer algo que, de que los movimientos de su brazo son acontecimientos conectados
hecho, no podría hacer; igual que no tendría sentido aconsejarle causalmente con otros acontecimientos, a saber, su enfermedad y
hacer, o reprocharle no hacer, algo imposible lógicamente. los efectos de ésta, concibiendo los últimos no como algo que ha
«Debe hacer» implica claramente «poder hacer», siendo el «po- hecho sino como una desgracia que le ha ocurrido.
der» lógico y empírico. Pero, con igual claridad, implica «poder Así, nuestra pregunta original —¿cómo ha de concebirse la
no hacer» en el sentido de «poder abstenerse de hacer». No acción que presupone el discurso moral?— se convierte en: ¿qué
recomendaríamos ni censuraríamos a un agente si no pudo abste- condiciones, negativas y positivas, deben satisfacerse para que la
nerse de hacer lo que hizo en cualesquiera circunstancias, p. ej., acción que presupone el discurso moral sea libre y determinada
incluso si hubiese elegido abstenerse. en los sentidos exigidos? Aristóteles dio dos de estas condiciones
Así pues, éstos son los sentidos en que la acción presupuesta negativas en el examen de la acción voluntaria a que ya se ha
 por la moralidad
moralidad es libre.
libre. Está determinada  en el sentido de hecho referencia. Lo primero y más obvio es quq la acción será
que siempre es concebida como procedente del agente. La acción voluntaria si, y sólo si, no se debe a la compulsión externa.
siempre es hecha,  no ocurre por las buenas. Es decir, siempre se Supongamos que, mientras conduzco mi coche, uno de los pasa-
supone que hay un agente, o agentes, a los cuales se puede  jeros de atrás me golpea
golpea en la espalda
espalda y en consecuencia
consecuencia me
atribuir
atrib uir el origen de la acción. Más adelante habremos de consi- desvío y atropello a un peatón en la acera. Normalmente se
derar más cuidadosamente cuál es esta relación entre una acción consideraría tal accidente como algo que me ha ocurrido a mi
y su agente y en qué difiere, si lo hace, de la que hay entre un tanto como a mi víctima. En segundo lugar, de acuerdo con
acontecimiento y su causa; pero por el momento simplemente Aristóteles, la acción es voluntaria en el sentido requerido si, y
estoy tratando de afirmar que una acción voluntaria es algo que sólo si, no se debe a la ignorancia de! agente. Si he pillado
siempre se concibe como originado de algún modo en la elección, al peatón porque, sin yo saberlo, los frenos estaban mal y, al
intención, voluntad, o lo que sea, de un agente, o agentes, y está, aplicarlos, hicieron que mi coche se le fuese encima, el accidente
en esa medida y en ese respecto, determinado que sea lo que es. no se consideraría acto mío. Por supuesto, en el caso de estas
Esto es importante porque algunos filósofos morales en su ansie- dos condiciones negativas, esto es, no deberse a la compulsión
dad por defender la libertad de la voluntad han sostenido que los externa ni a la ignorancia, hace falta añadir numerosas cualifica
actos voluntarios están enteramente indeterminados2. El error se ciones, como el mismo Aristóteles observó. ¿Qué es precisa-
verá en seguida cuando preguntemos cómo diferenciamos de mente lo que constituye compulsión externa? Si alguien que me
hecho, por ejemplo, la actividad voluntaria de golpear a alguien está apuntando con una pistola a la cabeza me ordena hacer algo,
del mero movimiento de un brazo en los espasmos de una tengo una elección entre obedecerle y desobedecerle, entre hacer
enfermedad como la ataxia  locomotriz. No lo hacemos conci- lo que dice o llevarme un tiro. ¿Se consideraría o no una acción
 biendo el primero como indeterminado y el segundo
segundo como
como deter-
d eter- voluntaria hacer lo que se me ha dicho que haga en tales
minado. En ambos casos hay determinación; la diferencia reside circunstancias? Deben tomarse en cuenta todos los tipos de cir-
cunstancias —p. ej., en primer lugar cómo fui a caer en esa
situación, qué efectos seguirían a mi elección en uno u otro
1 Etica N icom aquea   III. sentido, etc.— antes de poder decir si éste era un caso en que era
2 P. ej., C. A. Campbell, «Is ‘Free-Will’ a Pseudo-Problem?» [«¿Es el de la apropiado un juicio moral o no. Similarmente, en el caso de la
‘voluntad libre’ un pseudoproblema?»]  M   LX (1951), y On Selfhood and God- ignorancia, no podemos decir que un hombre no sea libre ni
 hood   [Sobre la personalidad y la divinidad] (1957), Lección IX y Apéndice B; responsable simplemente porque no se percata de lo que está
E. F. Carritt, The Theory of Moráis  [La teoría de la moral] (1928), Cap. XV, y
Thinking  [Pensa miento ético y político] (Oxford, 1947),
 Ethical and Polit ical Thinking 1947), haciendo. Por citar el ejemplo de Aristóteles, un borracho puede
Cap. XII. no darse cuenta de lo que está haciendo, pero «podría haber 
314
La filosofía moral contemporánea 7. Acción y responsabilidad
responsabilidad 315

evitado ponerse borracho, y ésta es la causa de su ignorancia»3. torno suyo ciertas condiciones de tráfico. Su actuación en la
Sin excluir tales cualificaciones podemos decir, por tanto, para ocasión presente podría por tanto haberse predicho. En tal caso
empezar, que para ser libre y determinada en los sentidos reque- su nerviosismo explica su conducta igual que, mutatis mutandis,
ridos una acción no debe haber sido hecha bajo compulsión lo habría hecho la megalomanía. La cuestión importante, como
externa o por ignorancia. Debe ser, por usar la terminología de ya he sugerido, cuando se ofrecen esas explicaciones es: ¿en qué
Aristóteles, «aquélla cuyo origen está en el agente, estando éste medida está la conducta del agente bajo su control? Una manera
al tanto de los detalles particulares en los cuales consiste la de descubrirlo consiste en ver si la inculpación o elogio morales
acción» .  pueden, de hecho, influir
influir su conducta.
conducta. En condiciones
condiciones tales como
como
Hasta ahora muy bien. Pero debemos atender mucho más la megalomanía, parece claro que no pueden; pero en condicio-
cuidadosamente a la distinción entre lo que se diría que ha hecho nes tales como el nerviosismo al menos a veces parecen poder.
el agente y lo que no, entre lo que diríamos que se origina en él y Aquí hallamos que el discurso moral no sólo presupone la acción
fuera de él. Si atropello a un peatón porque tuve un ataque al voluntaria sino que ayuda a definirla.
corazón repentino o una ceguera momentánea, supuesto que yo Es importante darse cuenta de que cambian las opiniones
no tuviera base previa para esperar que me ocurrieran tales respecto a qué, y qué no, tiene su origen en el agente. Nuestros
desgiacias, ésto se consideraría un caso claro de origen exterior  bisabuelos
 bisabuelos probablemente simpatizarían
simpatizarían poco con el punto de
al agente. Pero supongamos que atropello a alguien porque sufro vista según el cual un hombre que se comportara arriesgada-
de una forma de megalomanía y esto me hace conducir a una mente con peligro para los demás estaba sufriendo un tipo de
velocidad demencial en ciertas circunstancias. Supongamos tam- enfermedad. Habrían dicho simplemente que era un perverso o
 bién que mientras voy conduciendo se presenta un peligro peligro y un irresponsable. Hoy día, sin embargo, los hay que considera-
 perdiendo
 perdiendo los nervios, me meto alocadamente
alocadamente en la acera y rían incluso el nerviosismo, como el del conductor de nuestro
atropello a alguien. ¿Está el origen de tales casos dentro o fuera ejemplo, externo al agente. Y ciertamente cabe dentro de los
del agente? Ciertamente puede estar dentro en un momento, por límites de lo posible que, cuando se desarrolle el estudio psicoló-
así decir, si yo hubiera conocido mi megalomanía o mis nervios y gico de los rasgos del carácter, se le llegue a considerar no más
la amenaza que podían suponerme, hubiera podido, y desde una falta propia del sujeto que las debidas a mecanismos psicoló-
luego debido, rehusar sacar el coche. Pero, ¿son externas o gicos compulsivos como la megalomanía. La línea divisoria entre
internas al agente las condiciones que hemos descrito como lo que está dentro y lo que está fuera del agente se corrige de
megalomanía y nervios? Creo que la mayor parte de la gente diría vez en cuando y no hay razones para suponer que seguirá
hoy día que los mecanismos psicológicos tales como la megalo- siempre donde se considera ahora generalmente que está.
manía son en efecto una forma de enfermedad comparable a un
fallo del corazón o a una ceguera. Un agente no podría normal-
mente contiolar su megalomanía mediante un esfuerzo de la 2. Las condiciones
condic iones positivas de la
la acción responsable
voluntad en mayor medida que podría controlar un fallo cardíaco.
Las condiciones tales como las que he llamado nerviosismo (cf. Hasta ahora hemos considerado sólo las condiciones negati-
cobardía, cólera) son muy problemáticas. Un hombre que nos vas de la acción voluntaria: no ha de ser debida a compulsión
dijese que había atropellado a un peatón simplemente porque se externa, a ignorancia, a mecanismos psicológicos compulsivos,
sentía nervioso podría no estar diciéndonos sino que atropelló a tales como la megalomanía o la cleptomanía, ni, quizá, a disposi-
un peatón. Pero también nos podría estar diciendo más. Podrían ciones tales como el nerviosismo, la cobardía, etc. Ahora volva-
existir datos de que el nerviosismo del agente iba más allá de mos a la condición  positiva. La acción es volunta ria si. y sólo
sólo si,
cualquier acción particular: podría estar siempre sudando, ha- está realizada por la propia elección del agente. Pero ¿qué
ciendo guiños, temblando, actuando sin pensar, etc., al darse en significa «por la propia elección del agente» y, en particular,
cómo se relaciona su elección de hacer X con que haga X? Sobre
3  Etica N¡comaqu ea,  1113b esta cuestión se ha discutido mucho en la filosofía reciente. G. E.
3  Ibíd.,   lili a.
Moore la suscitó en su  Ethics y lo que dijo sobre ella será nuestro
316 La filosofía moral contemporánea 7. Acción y responsabilidad
responsabilidad 317

 punto de partida. J. L. Austin retomó la discusión y, como


como le es «si...» (lo que se sugiere en «Lo haré, si lo elijo»)6. En ese
característico, llamó la atención sobre las complejidades y sutile- momento Austin argumentaba a favor de la opinión que tratare-
zas de nuestra manera de hablar sobre la acción voluntaria que mos luego, es decir, que «poder» es un verbo categóricamente
otros filósofos han tendido a soslayar. El tratamiento de la independiente que no requiere una cláusula «si...» para comple-
cuestión por Austin ha sido, y sigue siendo, analizado y criticado tar su sentido, y tomaba la sustitución de Moore de «Yo puedo,
 por otros filósofos.
filósofos. Consideraremos
Consideraremos lo que él y algunos
algunos de sus si...» por «Lo haré, si...» como un reconocimiento tácito de la
críticos han dicho. Debo advertir al lector que en este punto la corrección de ese punto de vista. Pero me parece mucho más
discusión se toma algo liosa. Pero intentaré mantener claras las verosímil que lo que Moore tenía en mente cuando hablaba de
cuestiones. Algunos filósofos han dedicado recientemente mucha «una posible complicación» era la inevitabilidad de un regreso
atención a cómo está relacionada lógicamente nuestra manera de infinito si «Yo puedo» se analiza como «Yo puedo, si lo elijo». El
hablar sobre las acciones con nuestra manera de hablar sobre los verbo «poder» en esta última oración habría de ser a su vez
movimientos corporales. Concluiremos nuestro examen con al- convertido en «puedo, si lo elijo» y así ad infinitum.
gunas consideraciones sobre esa cuestión. En las secciones res- Pero volvamos de estos temas inconclusivos a cuestiones que
tantes del capítulo trataré de tres líneas de pensamiento. Se  podamos
 podamos responder con más confianz
confianza.
a. ¿Qué
¿Qué clase de «si»«si» pre-
 pueden resumir como sigue:
sigue: (i)
(i) La opinión
opinión de que la acción es tendía Moore que era el «si» de «Puedo, si lo elijo» o «Lo haré si
voluntaria cuando se satisface cierta condición causal, en particu- lo elijo»? Es claro que pretendía que era un «si» de condición
lar que el agente elija realizar la acción, de manera que la causal debido a que su objetivo era llegar a una interpretación de
creencia en la libertad de la voluntad es compatible con el la acción voluntaria que fuese compatible con la creencia de que
determinismo. (ii) La opinión de que «poder» es un verbo categó- todo tiene una causa7. Si admitimos que estamos tratando con
rico, independiente, que no requiere una cláusula «si...» para una condición causal, ¿entenderemos que la cláusula «si...»
completar su sentido, (iii) La opinión de que hay un vacío lógico enuncia una condición suficiente o necesaria?  ¿Diremos que un
o conceptual entre el lenguaje de la acción intencional y el de los acto es voluntario sólo cuando, si el agente elije realizarlo, puede
íaini
íainitr
trve
ve r*n
r*nnn£»r,tprf rq iis iíil nip ntp , rta mnurln m íe alpO d i—  hacerlo, o lo hará (condición suficiente)! o simplemente que es
cho en uno de ellos no puede sin pérdida o cambio de significado voluntario sólo cuando, si el agente no elije hacerlo, no puede
ser expresado en términos del otro. hacerlo, o no lo hará (condición necesaria)? De nuevo no está
claro cuál fue la opinión que adoptó el mismo Moore. El escribió
¿Son compatibles la voluntad libre y el determinismo? «Muchas de nuestras acciones están bajo el control de nuestras
voluntades, en el sentido de que si,  justo antes de empezar a
G. E. Moore expuso la primera de las opiniones anter iores en realizarlas, hubiésemos elegido no realizarlas, no las habríamos
su conocida discusión de la voluntad libre en su libro  Ethics.
 Ethics. realizado, y propongo llamar a este tipo de acciones acciones
Sugirió que «Yo puedo hacer X» se analizaría como «Puedo voluntarias»8.  A primera vista ésto parece sugerir una condición
hacer X si elijo hacerlo»; o, como señaló él, para evitar «una necesaria: si hubiésemos
hubiésemos elegido no hacerlas, no las habríamos
 posible complicación»
complicación» quizá sería mejor
mejor decir «Haré X si elijo
elijo realizado9. Sin embargo la cuestión realmente importante no es
hacerlo»5. Lo que tenía en mente aquí al decir «una posible la puramente exegética de qué entendió Moore que significaba la
complicación» no está del todo claro. J. L. Austin parece pensar cláusula «si...», sino qué se debe entender, como cuestión lógica,
que lo que Moore tenía en mente —quizá inconscientemente—
era una posible confusión entre (a) la opinión de que el verbo
«poder» siempre requiere una cláusula «si...» en la oración para 6 J. L. Austin, «Ifs and Cans» [«Si y puede»],  Proceed ings of the Britisli
completar su sentido (lo que se sugiere en «Puedo, si lo elijo») y  Acad emy   (1956), reimpreso en  Philosoph ical Papers   [Escritos filosóficos] (Ox
(b) la opinión de que el significado de «poder» puede ser repro- ford,
ford , 1961), pp. 162-63. "
7 Moore, pp. 131-32,
131-32,
ducido por medio de otro verbo con la adición de una cláusula 8  Ibíd.,   pp. 10- 11.
11.
 9 Cf. K. Baier,
Baier, «‘Could’ y ‘Would’» [« ‘Podría’
‘Podría’ y ‘Haría’»],
‘Haría’»], A Sup. Vol.. Sup.
Sup.
5 G. E. Moore, Ethics  (paginación de 1947),  p . 131. 23 (1963). -
318 La filosofía moral
moral contemporánea 319
7. Acción y responsabilidad

que enuncia. ¿Enuncia, de hecho, una condición, y, de ser así, hecho X, lo que no hice, si lo hubiera elegido». Observemos
suficiente o necesaria?  primero
 primero que,
q ue, en el caso de «Si
«Si p entonces q»q» en que el «si»
«si» es de
Consideremos primero la opinión de que la cláusula «si...» de condición suficiente, se puede inferir el contrapositivo «Si no q
«Puedo hacer X, si lo elijo» enuncia una condición suficiente. La entonces no p»; pero no podemos derivar de «Si p entonces q»
objeción obvia e inmediata a esto es que mi elección o decisión ninguna de las conclusiones, «Si p o no p entonces q» o «q»
de realizar una acción nunca es por sí misma suficiente para simpliciter. Comparemos esto e sto con el caso en discusión. El con-
causar la acción. Es necesario satisfacer otras condiciones cons- trapositivo de «Podría haber hecho X, lo que no hice, sí lo hubiera
tituidas por mi capacidad y oportunidad de realizar la acción. elegido», suponiendo que esto enuncie una condición suficiente,
Esto lo reconocen los que adoptan la opinión que estamos ahora sería «Si no pudiera haber hecho X, lo que no hice, entonces no
considerando. El profesor K. Baier, por ejemplo, afirma que lo hubiera elegido». Austin parece pensar que esto no tiene
cuando añadimos «... si lo elijo» a «Puedo hacer X», implicamos sentido, pero no puedo ver por qué, en vista de ello, no se podría
que ya están satisfechas todas las condiciones necesarias que tomar como enunciado de una condición suficiente. Sin embargo,
constituyen mi  posesión   de la capacidad y oportunidad de hacer normalmente derivaríamos de «Podría haber hecho X, lo que no
X, y que simplemente enunciamos la condición suficiente de mi hice, si lo hubiera elegido» conclusiones que,*como se señaló
ejercicio  del poder de hacer X101
X10 1
. Sin embargo hay al menos dos hace un momento, no  se seguirían de un enunciado de condición
dificultades en la posición de Baier. (i) Su intención declarada, ha suficiente; en particular, (A) «Podría haber hecho X, lo que no
de tenerse en cuenta, es apoyar el intento de Moore (ver anterior- hice, lo hubiese elegido o no» (Si p o no p entonces q), y también
mente) de reconciliar la voluntad y el determinismo. No obstante (B) «Podría haber hecho X, cosa que no hice» (q simpliciter).
es imposible lógicamente que la manera de Baier de interpretar la Este hecho pesa enormemente contra la opinión de que estamos
cláusula «si...», como enunciadora de una condición suficiente, tratan
tra tando
do con el «si» de la condición
condici ón suficiente12
sufic iente12. _ 
sea correcta y el determinismo sea verdadero. Esto se puede Volvamos entonces a la opinión de que la cláusula «si...» de
mostrar como sigue. Si mi realización de X, caso de hacerlo, «Podría haber hecho X, lo que no hice, si lo hubiera elegido»
fuese una acción voluntaria, entonces, de no  hacer X, seguiría enuncia una condición necesaria. Esta opinión ha sido sido desarro-
siendo verdad que pude haberlo hecho si lo hubiera elegido. Si llada por el profesor D. J. O’Connor13. Consideremos lo que se
Baier está en lo cierto, «... si lo hubiese elegido» enuncia aquí una  puede y lo que no se puede inferir inteligible
inteligiblemen
mente
te cuando se la
condición suficiente. Pero si es verdadero el determinismo, para considera así. La forma habitual de un enunciado de condición
cualquier acto X no  realizado, habrá una condición suficiente de necesaria es «Si no p entonces no q», que proporciona el contra-
que no haya sido realizado. Ahora bien, de acuerdo con la  positivo «Si
«Si q entonces p». A veces los enunciados de la forma
manera de Baier de interpretarlo, «si lo hubiese elegido», cuando «Si p entonces q» pueden enunciar una condición necesaria. Por
se entiende que enuncia una condición suficiente, como vimos, ejemplo, no es raro decir «Si salimos a las diez menos cinco
implica que están satisfechas todas las condiciones necesarias de estaremos en Londres a la una», donde salir a las diez menos
que yo sea capaz de hacer X. Una de éstas ha de ser obviamen- cinco no es una condición suficiente, sino sólo una de las necesa-
te que esté insatisfecha la condición suficiente de que X no  sea rias, de que lleguemos a Londres a la una. Podemos, por tanto, si
realizado. Pero si el determinismo es cierto, entonces, en tanto somos de ese parecer, entender «Podría haber hecho X, lo que
que X no sea realizado, es imposible la no satisfacción de esta no hice, si lo hubiera elegido» como un enunciado de condición
condición suficiente. Así que la manera de interpretar Baier la necesaria de significado equivalente a «Podría no haber hecho
cláusula «si...» no es compatible con el determinismo11. X, cosa que no hice, si no lo hubiese elegido» (si no p entonces
(ii) Surge otra dificultad
dificultad cuando consideramos qué qué puede y no q). Su contrapositivo sería «Si pudiera haber hecho X, lo que
qué no puede ser inferido inteligiblemente de «Podría haber  no hice, entonces lo hubiera elegido» (Si q entonces p). Esto es

10 lbíd., p.
24. 12 Cf. Austin, op. cit.. pp. 157-58.
157-58. ., ,
11 K. Lehrer, «‘Could’ and
and Determinism
Determinism»
» [«‘ Podría’
Podría’ y determinismo»],/! 24 13 D. J. O’Connor, «Possibility and Choice» [«Posibilidad y elección»),  PAS
(1963-64). Vol. Sup. XXXIV (1960).
320 La filosofía moral contemporánea 7. Acció n y responsabilidad 321

inteligible. Nos dice que una de las condiciones necesarias de que equivalente a «No podría haber hecho X, lo que no hice, si no lo
yo haga X es que elija hacerlo. ¿Qué pasa con las dos inferencias hubiera elegido» (condición necesaria), significa que mi capaci-
(A) «Podría haber hecho X, lo que no hice, lo hubiese elegido o dad de hacerlo era condicional respecto a mi elección. De no
no»
no» (Si
(Si p o n o p entonces q)q) y (B
(B) «Podría haber
haber hecho X, cosa haber elegido hacerlo, no habría sido capaz de hacerlo. Pero el
que no hice» (q simpliciter)!   Estas son, como observamos antes, objeto de «Podría haber hecho X, lo que no hice, si lo hubiera
conclusiones que normalmente derivamos de «Podría haber he- elegido» es afirmar que yo tema la capacidad de hacerlo, incluso
cho X, lo que no hice, si lo hubiera elegido» —llamémosla (C). aunque no eligiera ejercer esa capacidad15.
Es claro que no  se siguen de (C) si se entiende que enuncia una Hay una dificultad formidable que se aplica igualmente a las
condición necesaria, si el «podría» de (C) significa lo mismo opiniones de que la cláusula «si...» enuncia una condición
que el «podría» de (A) y (B).
(B). Los defensores
defenso res de esta
es ta opinión de que suficiente y de que enuncia una condición necesaria. Ambas
la cláusula «si...» de (C) enuncia una condición necesaria salvan opiniones implican que en el caso de una acción voluntaria, X,
la situación interpretando de manera diferente el «podría» de (A), estamos hablando de dos sucesos, a saber, mi elección de hacer
(B) y (C) respectivamente. Su función en cada caso, dirían, es X y mi realización de X. Hay al menos dos objeciones para
«prevenir al oyente de que la operación del verbo que modifica aceptar esto, (i) No siempre tenemos base empírica adecuada
está sujeta a ciertas condiciones pero sin especificar su numero o  para afirmar
afirmar que existen estos dos sucesos cuando un agente
naturaleza»14. Si llamamos a este número N en el caso de (B) hace algo que puede hacer. A veces los agentes no advierten
«Podría haber hecho X, lo que no hice», se convierte en N — 1 haber elegido primero realizar un acto y luego haberlo hecho; y
en el caso de (C) «Podría haber hecho X, lo que no hice, si lo  puede no haber ningún
ningún dato en su conducta que apoye la afirma-
afirma-
hubiera elegido», y en N — 2 en el caso de (A) «Podría haber ción de que han tenido lugar esos dos sucesos. A veces, por
hecho X, lo que no hice, lo hubiera elegido o no». «Podría» no supuesto, podemos diferenciar la elección o decisión de actuar de
significa lo mismo en cada caso; pero el número total de condi- la acción misma. Yo puedo, por ejemplo, decidir qué película ver
ciones necesarias es el mismo en los tres casos y por ello son y unas horas más tarde ir a verla. A tales elecciones se les ha
válidas tas inferencias. Cuando la cláusula principal («Podría llamado «prospectivas» para distinguirías de los casos de elec-
haber hecho X, lo que no hice...») está sujeta sólo a una ción «inmanente»
«inmanente» en que no podemos identificar ningún suceso,
condición necesaria («... si lo hubiera elegido») entonces (C) es de aparte de que el agente comienza a realizar la acción, suceso que
significado equivalente a «Habría  hecho X, lo que no hice, si lo  podamos considerar comocomo la elección
elección de realizarla16
realizarla16, (ii)
(ii) La
hubiera elegido». Entendido como un enunciado de condición opinión de que cuando hago lo que puedo hacer no hay un suceso
necesaria («Si p entonces q»: equivalente, como vimos antes, a sino dos —un acto y el acto de elegir hacerlo que es su condición
«Si no p entonces no q»), da el contrapositivo «Si hubiera hecho  previa— conduce
conduce a un regreso infinito
infinito.. El acto de elegir es a su
X, lo que no hice, entonces lo habría elegido» («Si q entonces vez hacer algo que el agente puede hacer. Así que no debe ser un
 p»). El último es un enunciado inteligib
inteligible
le de condición
condición necesaria.
necesaria. suceso sino dos: elegir hacer y elegir hacer, y así sucesivamente.
Y no se suscitan cuestiones sobre las inferencias «Habría hecho La única manera de evitar este regreso infinito es decir que elegir
X, lo que no hice, lo hubiera elegido o no» («Si p o no p entonces hacer X, al contrario que hacer X, es algo que hace el agente
q») o «Habría hecho X, lo que no hice» (q) porque normalmente incondicionalmente. Pero, ¿qué base válida puede haber para
no  derivamos tales conclusiones de «Habría hecho X, lo que no decir esto? ¿Por qué habría dos sucesos si elijo hacer lo que puedo
hice, si lo hubiera elegido». hacer pero no si elijo elegir hacer lo que puedo elegir hacer?
Esta opinión de que la cláusula «si...» de «Podría haber hecho Se podría contestar a la primera objeción que no pasa de decir
X, lo que no hice, si lo hubiera elegido» enuncia una condición que la elección, que es condición previa de la acción voluntaria,
necesaria parece más plausible que la de que enuncia una condi- es oscura frecuentemente. Debemos mejorar nuestras técnicas de
ción suficiente. Sin embargo no está libre de dificultades. «Podría observación de manera que podamos identificar lo que causa en
haber hecho X, lo que no hice, si lo hubiera elegido», como
15 Cf. Lehrer, «‘Could’ and Determinism»,  op. cit., 27.
14
 Ibíd
 Ibíd..
.. 9. 16 O'Connor.o/?.  cit.,   13-14.
322 La filosofía moral contemporánea
7. Acció n y responsabilidad
responsabilidad 323
las diversas situaciones que los agentes empiecen a hacer lo que
hacen. Así podremos dar contenido a la noción de elección como hice, si lo hubiera elegido». «Puedo si lo elijo» implica que la
condición previa de la acción17. Pero cualquiera que sea el elección no ha  tenido lugar; así que queda lugar para la duda o
contenido que le demos nos quedará la última de las dos objecio- vacilación. Pero «Podría haber hecho X, lo que no hice, si lo
nes anteriores. Mientras interpretemos la condición de que la hubiera elegido» implica que el agente ya ha  elegido y actuado,
acción es voluntaria si, y sólo si, es realizada por elección del de manera que la posibilidad que existía antes de que hiciese
agente, de tal manera que haya una cláusula «si...» de condición X de que eligiese o no eligiese hacerlo, ya no existe. ¿Qué sucede
causal («... si lo elijo») en el análisis de «Puedo hacer X», entonces con las paráfrasis sugeridas por Austin si se adoptan
tropezaremos con el problema del regreso infinito. Esto pone en mutatis mutandis en el caso de «Podría haber hecho X, lo que no
duda la interpretación de «... si lo elijo» como un enunciado hice, si lo hubiera elegido»? Ciertamente no podemos decir
de condición causal. ¿Qué pasa si no enuncia en absoluto ninguna «Podría haber hecho X, lo que no hice, pero, ¿lo elegiré?» ni «Po-
condición causal? dría haber hecho X, lo que no hice, pero quizás no lo elija», y
 posiblement e sean igualme
igualmente
nte inaceptables
inaceptables otras de las paráfrasis
¿Se necesita una cláusula con «si...» para completar el sentido
sugeridas por Austin. Sin embargo, ¿qué hay equivocado en
de un «puede»? «Podría haber hecho X, lo que no hice, sólo tuve que elegirlo»?
Esta paráfasis tiene sentido. Pero se ha argumentado contra
 J. L. Austin sostuvo que al menos algunas de «las cosas que Austin que sólo lo tiene si se interpreta como enunciado a
ordinariamente decimos sobre lo que podemos hacer o podríamos  propositó de que mi elección
elección de hacer X habría sido una condi-
ción suficiente de que lo hiciese; y, puesto que de hecho ha
haber h echo»1
ech o»18 muestran
muestr an que el «si» de «Puedo, si lo elijo»
elijo» no es,
o no siempre, el «si» condicional, sino el «si» de duda o vacila- sucedido una elección, a saber, mi elección de no hacer X,
«Sólo tuve que elegirlo» no puede expresar duda o vacilación21.
ción. Decía que en diferentes contextos y diferentes situaciones
Pero contra esto a su vez, es seguro que es el caso que, en el
 podemos dar interpretacion es diferentes de «Puedo,
«Puedo, si lo elijo»
elijo» y
sugería las siguientes entre otras: momento al que nos referíamos, el tiempo en que yo podría haber
hecho X, si io hubiera eiegido, puede haber habido duda o
«Puedo, pero, ¿lo elijo?» vacilación. No veo ninguna razón decisiva por la que «Sólo tuve
«Puedo, pero quizás no lo elijo». que elegirlo» no haya de ser interpretado como indicador de que
había tal duda o vacilación.
«Puedo, pero luego habría de elegirlo, y entonces, ¿qué?»
«Puedo, sólo tengo que elegirlo». Austin reconocía que «podría» y «podría haber» se usan
«Puedo lo elija o no». frecuentemente como potenciales y que en tal caso requieren una
cláusula «si...», o su equivalente, para completar su sentido.
Pero los distinguía de las formas indicativas «puede», «podía» e
y así sucesivamente. Lo común a todas ellas, decía Austin, es
incluso «podía haber».* Y escribe:
«que la aserción,   positiva y completa, de que ‘Yo puedo’ va
unida a la cuestión  de si lo elijo, que puede ser relevante de Es del todo cierto que «could have» puede ser, y con frecuencia es, un
muchas maneras»
mane ras»119. «Puedo lo elija o no», por ejemplo, no potencial compuesto; pero es también cierto que «could have» puede ser, y es a.
significa «Puedo a condición de que lo elija y también a condición menudo, el  preté rito (definido)  de indica tivo   del verbo «can» (poder). A veces «I
de que no lo elija». Significa «Puedo, pero es una cuestión abierta could have» (Yo podía haber) es equivalente al latín «potui», y significa «Yo
que lo elija o no»20.
Pero consideremos ahora «Podría haber hecho X, lo que no
Lehrer, «‘Could’ and
21 Lehrer, and Determinism»,  op. cit., 22.
17 Cf.ibid., 14.
14. * Este problema, deldel que se trata en las páginas siguientes, y que es central
18 Austin, op. cit. , p. 179. en las discusiones de los filósofos analíticos sobre la manera de expresar las
19  Ibíd., p. 160. creencias sobre la libertad del hombre, se plantea porque en inglés «could» tiene
20  Ibí d .,., p. 160 nota. los dos significados o funciones que corresponden en castellano a las palabras
«podía» y «podría». (N. del T.)
324 La filosofía moral contemporánea 7. Acción y responsabilidad 325

estaba  en posición de»; a veces es equivalente al latín «potuissem», y significa


estaba  a veces presente definido de indicativo, y a «can» presente indefini-
«Yo habría
«Yo  habría est ado 
ado   en posición de». Exactamente similar es el papel de «could», do de indicativo.) La diferencia que señalan los gramáticos entre un
que a veces tiene un significado condicional: «sería capaz de», y a veces un
significado indicativo pasado (indefinido): «fui capaz de». Nadie puede poner esto
tiempo definido y otro indefinido es que el primero se refiere a
en duda si compara ejemplos como «Yo podía (could) hacerlo hace veinte años» y una ocasión definida, y no así el segundo (por ejemplo, presente
«Yo podría (could) hacerlo si tuviera pegamento»! No es tanto que «could» o y pretérito definidos de indicativo: «Estoy escribiendo», «Estaba
«could have» sea ambiguo, sino que dos partes del verbo «can» tienen la misma escribiendo»; presente y pretérito indefinidos: «Escribo», «Es-
forma. Una vez advertido que «could have» puede ser pasado de indicativo
desaparece la tentación de añadir una cláusula «si..,»; al menos, no hay más
cribía»). Es de presumir que esta es la base sobre la que inten-
tentación de añadirla a «could have» que a «can». Si preguntamos cómo habría taba Austin diferenciar «could have» (pretérito definido de
dicho un romano «Podía haberte arruinado esta mañana (aunque no lo hice)», es indicativo) de «could» (pretérito indefinido de indicativo). (Y simi-
claro que usaría «potui», y que su oración es completa sin ninguna cláusula larmente, aunque no se ocupa explícitamente del tiempo presen-
condicional. Y más aún, si hubiera querido añadir «si lo hubiese elegido», y te, «could», como presente definido de indicativo, de «can»,
comoquiera que lo hubiera expresado en latín, no habría cambiado su «potui» por
«potuissem»; esto es, sin embargo, lo que habría hecho si hubiera añadido algún como presente indefinido de indicativo.) Pero en tal caso es cla-
otro tipo más «normal»
«normal» de cláusula con «s i... », tal como:
como: «si hubiese tenido
tenido un
un ro que se equivoca. Podemos ver a partir de los ejemplos siguientes
voto más»22. que la diferencia entre «can» y «could» (tiempo presente) y entre
«could» y «could have» (tiempo pasado) no es que, en cada caso,
Aun estando de acuerdo con Austin en que «could» y «could lo primero («can, could») no se refiera a una ocasión definida,
have» pueden funcionar como formas del verbo independiente mientras que lo segundo («could, could have») sí lo haga. «Yo
«can» (poder), y por tanto no requerir una cláusula condicional  podría (presente) lograrlo
lograrlo en cualquier
cualquier momento»
momento» tiene buen
con «si...» para completar su sentido, M. R. Ayers piensa que sentido, como «Puedo lograrlo sólo en el momento adecuado»; y
Austin estaba equivocado al concluir que, en consecuencia, no «Yo no podía (pasado) lograrlo ni siquiera en el momento ade-
son potenciales23. Austin evidentemente pensaba que una cláu- cuado» tiene buen sentido, al igual que «Yo no podría haberlo
sula con «si...», explícita o implícita, es una condición necesaria logrado en ningún momento». Estas objeciones proyectan una
dei modo potencial, y que sin aquélla no hay éste. Pero hay al duda considerable sobre el tratamiento por parte de Austin de
menos dos objeciones a la opinión de Austin de que «could» y «could» y «could have» como indicativos.
«could have» son indicativos cuando van sin un «si» de condi- Ayers, que es quien las ofrece, pretende sin embargo que los
ción24. (i) Si «could» y «could have» son formas del presente y  potenciales «could»
«could» y «could
«could have»
have» se pueden usar, no para
del pasado de indicativo respectivamente de «can» (poder), en- hacer enunciados condicionales, sino simplemente para indicar la
tonces han de servir de alternativas a las formas más normales, a creencia del hablante de que «el poder, capacidad, posibilidad,
saber, «can» (presente de indicativo: puedo) y «could» (pretérito aptitud o potencialidad en cuestión no es, ncj fue, o no será,
de indicativo: podía). Pero no es así. «Yo podría correr cien ejercido o actualizado»25. Los ejemplos que trae en su apoyo
yardas en diez segundos» no significa lo mismo que «Yo puedo son: «Yo podría estar ahora en casa», «Este coche podría hacer
correr cien yardas en diez segundos»; ni «Yo habría podido correr 100 millas por hora», «John podría haber ganado». Desde luego
cien yardas en diez segundos» significa lo mismo que «Yo no se sigue que, si ha sido ejercido o actualizado el poder
 podía correr cien yardas en diez segundos»,
segundos», (ii)
(ii) Austin
Austin se re- relevante, la adscripción potencial de poder sea falsa. Por el
fiere a «could have» (normalmente potencial o, en la terminología contrario, esto confirmaría esa adscripción. Es cierto que John
inglesa, subjuntivo pasado) como a veces pretérito definido de  podría haber ganado si, sin saberlo el hablante, ganó. Pero
indicativo, y a «could» como pretérito indefinido de indicativo. tampoco se sigue que la adscripción potencial sólo  se pueda
(Podemos asumir que, de modo similar, habría llamado a «could» verificar si hay datos de que se ha ejercido o actualizado el
 poder, etc. Bien
Bien puede ser verdad que John podría haber ganado
ganado
incluso si no lo hizo. Ayers insiste en que el potencial «John
22 Austin, op.
Austin, op. cit.,   163-64.
23 M. R. Ayers , «Aust in on ‘cou ld’ and ‘could have’» [«La posición de Austin
Austin  podría haber ganado»
ganado» no es una forma de, sino equivalente
equivalente
sobre ‘podría’ y ‘podría haber’»],  PQ 16 (1966).
(1966 ). .
25
24  Cf. Ayers, op.
Ayers, op. cit. Ayers, op.
Ayers, op. cit., 
cit.,  119.
La filosofía moral contemporánea 7. Acció n y responsabilidad 327
326

en significado a, el indicativo «John tenía el poder de ganar»; y (trabajo) en vez de externas (suerte). Según este punto de vista el
que no es equivalente a «John ha ganado», «John está ganando», o verbo «poder» en sus diversas formas tendría un sentido doble:
a «John ganará». Los datos que verificarían la afirmación de que «primero, el vago concepto general de  posibilidad   (compartido
John tiene el poder de ganar (indicativo) también verificarían con «posiblemente») y luego la noción de que la realización de
«John podría haber ganado» (potencial), pero esto no puede esa posibilidad es, por así decirlo, interna al sujeto del verbo»27.
mostrar que el último no sea un auténtico potencial. Pero en contra de esto sigue en pie la objeción, de que ya dimos
La cuestión en todo esto era, como se recordará, si  poder  noticia, de que tal punto de vista entiende la acción que es
(«can») es o no un verbo independiente y no un mero auxiliar que  producto de la elección propia no como un suceso sino como
necesita de otro verbo para completar su sentido. Una considera- dos28
dos 28.. Hemos visto algunas de las dificultades
di ficultades de tal punto
ción que sugiere que es independiente es la siguiente26. Compa- de vista. Ahora hemos de volver a una interpretación de la
remos (A) «Posiblemente haga X» («I may do X»), y (B) «Posi- acción voluntaria que trata de evitarlas.
 blemente no haga X» («I may not do X»), con (C) (C) «Puedo hacer
X» («I can do X»), y (D) «No puedo hacer X» («I cannot do X»).  El lenguaje de la acción
acción y el lenguaje
lenguaje de los acontecimientos
Mientras que (A) y (B) pueden ser ambos verdaderos en el
sentido de que es posible en un momento dado que haga X y Muchos filósofos contemporáneos han sostenido que cuando
también lo es que no lo haga, (C) y (D) no pueden ser ambos decimos que X lo hizo un agente por'propia elección, colocamos
verdaderos, pues «I cannot» (Yo no puedo) contradice a «I can» X dentro de un esquema conceptual lógicamente particular29. No
(Yo puedo), en tanto que «I may» (Posiblemente) no contradice a estamos diciendo que hayan ocurrido dos acontecimientos —ele-
«I may not» (Posibl emente no). Una manera de dar cuentacuent a de gir hacer X y hacer X— conectados causalmente; estamos di-
este último hecho es decir que «no» en (B) va unido al verbo: ciendo que X es una acción,  algo hecho por el agente. Se ha
«Posiblemente yo nohaga X», mientras que en (D) el «no» va argumentado que hay una distinción lógica entre concebir X
unido a «puedo»: «Yo nopuedo hacer X». Si esta explicación es como un acontecimiento, o serie de acontecimientos, y conce-
aceptable, entonces obra a favor del punto de vista de que las  bido come una acción a partir de ¡as siguientes consideraciones
formas del verbo «poder» (can) tienen un sentido incondicional. entre otras.
Pues parece que, mientras que un auxiliar como «posiblemente» Supongamos, por tomar una ilustración ya utilizada, que mi
(I may) meramente afecta al modo del verbo y por tanto difícil- coche se sube a la acera y lesiona a un peatón. Si decimos que
mente podría ser negado, un verbo que es posible negar, como esto no fue por mi propia elección estamos diciendo, en efecto,
«poder», ha de tener un núcleo de significado propio. Pero esto que fue un acontecimiento,  algo que ocurrió. «¿Por qué ocu-
no es concluyente. «Poder» podría ser algo más que un auxiliar rrió?» entonces será una pregunta apropiada si estamos buscando
modal como «posiblemente», sin tener un sentido incondicional una explicación de este acontecimiento. Una respuesta apropiada
autónomo independiente de cualquier otro verbo. O’Connor se- lo conectará causalmente con otro acontecimiento, u otros aconte-
ñala esto al rechazar el punto de vista de que «poder» es un cimientos, bajo cierta ley o leyes que los
los abarquen. La explicación
verbo independiente y defender su tesis de que, en el análisis de  podrá ser muy complicada,
complicada, pero será toda ella en términos de
de gene-
«Yo puedo» como «Yo puedo, si lo elijo», la cláusula con «si...» ralizaciones al efecto de que siempre que sucede un acontecimiento
enuncia una condición necesaria. Argumenta a partir del hecho de una clase sucede como su consecuente un acontecimiento de
de que es más natural usar «can» en vez de «may» en una otra clase. Entendemos lo que ha ocurrido cuando conocemos la leyley
oración tal como «El puede aprobar el examen si trabaja», y más
natural usar «may» en vez de «can» en una oración tal como d.,  p. 19.
27 Ibí d., 
«Posiblemente apruebe el examen si tiene suerte», para llegar a 28 Anteriorment e, p. 321.
321.
la conclusión de que «poder» es más apropiado que «posiblemen-  29 Ver p. ej.. S. Hampshire, Thought and Action 
Action  (Pensamiento y acción]
(1959) y  Freedom and the Individua! 
Individua!  [La libertad y el individuo] (1965); A. I.
te» cuando las condiciones a satisfacer son internas al agente Melden, Free
Melden,  Free Action   [La acción libre] (1961); D. F. Pears y otros,  Freedom and 
 the Will   [La libertad y la voluntad] (1963); G. E. M. Anscomb e,  Intention [La
26 VerO’Connor, op.'c it.,   19-20.
 op.'c it.,  intención] (Oxford, 1963); etc.
7. Acción y responsa bilidad  329
328 La filo so fía moral con temporánea
Podemos observar de paso que algunos filósofos han iden-
o leyes causales bajo las cuales cae. Si, sin embargo, decimos que tificado la acción voluntaria con la acción racional, esto es, por
yo llevé el coche a la acera y lesioné al peatón por mi propia citar a uno de ellos, la acción que «puede ser influida o inhibida
elección, estamos diciendo, en efecto, que se trata de una acción, aduciendo alguna consideración lógicamente relevante»31. Estos
de algo que fue hecho.
hecho. Ahora las preguntas adecuadas serán rechazan el punto de vista que, como vimos, sostenía Moore: que
«¿Por qué lo hizo usted?» o «¿Por qué lo hizo él?» si lo que se la voluntad libre y el determinismo se pueden reconciliar. La
 busca es una explicación,
explicación, y una respuesta apropiada
apropiada será en acción es libre cuando va dirigida, como a veces ocurre según
términos de operación activa, p. ej., «Lo hice (hizo) para evitar todas las apariencias, sólo por razones; y las razones son por
una colisión frontal», «Lo hice (hizo) porque odiaba al peatón y completo distintas lógicamente de cualquier tipo de causa. Algu-
 pretendía atropellarlo». Entender esa explicació
explicación
n no es conocer nos deterministas han contestado que ellos ni por un momento
que suceden cierta clase de cosas siempre que se dan ciertas negarían que la deliberación, esto es, el razonamiento sobre
condiciones previas y que éste es un caso de esos. Los conducto- lo que hacer, puede influir o inhibir
inhibir la acción. Ni t ampoco negarían
res no siempre, bajo las condiciones que sean, se suben a la acera que sirva como un criterio de si la conducta es o no voluntaria el
 para evitar choques frontales, ni, afortunadamente,
afortunadamente, intentan hecho de que aducir consideraciones lógicamente relevantes
siempre atropellar a la gente que odian. Entender las anteriores  pueda influir
influir en ella o inhibirla
inhibirla.. Todo lo que afirman
afirman es, en sus
explicaciones de mi acción es ver que lo que se hizo, se hizo de  propias palabras, «que«que estas (deliberacion
(deliberaciones)
es) están a su vez
acuerdo con un principio, o principios, de acción («Súbete a la determinadas»32. ¿Significa esto que no es la razonabilidad, como
acera siempre que haga falta para evitar un choque frontal» o tal, de un argumento a favor de una acción, A, lo que determina
«Siempre que tengas la posibilidad lesiona a aquéllos que odias») lo que haga un agente, sino algo «interior» al agente que, al serle
que suscribe la persona que da, y la que acepta, la explicación30.  presentado A como un argumento entre otros a favor del mismo
Con «suscribe» no quiero decir aquí «aprobar» ni «conformarse curso de acción o de otros alternativos, predetermina su acepta-
con». Quiero decir «reconocer como la cosa a hacer   en las ción de A? Si es así hay bases bastante obvias para tratar tal
circunstancias dadas». Puedo suscribir en este sentido «Súbete a  punto de vista, por lo menos con precaución.
precaución. Son familiares
familiares los
la acera siempre que haga falta para evitar un choque frontal» casos en que un argumento a favor de un curso de acción lo
como principio de acción y no obstante, en la práctica, no acepta un agente porque está predeterminado para aceptar ese
conformar a él mis propias acciones. Y también puedo desapro- argumento y no otro: decimos que éstos son casos de racionaliza-
 bar a las personas que lesionan a los que odian
odian y sin embargo
embargo ver ción para diferenciarlos de los casos de auténtico razonamiento
cierto sentido en actuar así. Se explica una acción cuando la sobre la acción. Los deterministas mencionados dicen, en efecto,
 persona que ofrece la explicación y la que la acepta tienen en que esta distinción entre racionalización y razonamiento autén-
común ciertas normas de conducta y se ha mostrado que la tico debe sustituirse por una entre racionalizaciones que hacen la
acción cae bajo ellas. Se debe añadir que en cualquier comunidad mayoría de las personas y otras que son peculiares de individuos
hay ciertas normas de conducta generalmente aceptadas que extravagantes. ¿Es plausible esta teoría? Sus proponentes no
constituyen lo que en esa comunidad significa «conducta racio-  permiten que sea falsable
falsable empíricamen
empíricamente: te: siempre
siempre que hay una
nal». Las explicaciones
expl icaciones de la
l a acción que
que pretendan conseguir un razón para la acción dehe  haber un determinante «dentro» del
asentimiento general deben apelar a ellas. Hay respuestas conce- agente que la acepta, y si no lo podemos descubrir al instante,
 bibles a la pregunta «¿Por qué se subió subió usted (él)
(él) a la acera e hemos de insistir en nuestras investigaciones psicológicas hasta
hirió al peatón?» que serían por completo ininteligibles para la que lo hagamos. Inspiraría más confianza en el principio rector
mayor parte de las personas: p. ej., «Porque la acera tenía seis de los deterministas que pudieran mostrar que en el razona-
 pulgadas de altura», «Porque ese peatón era pelirrojo»,
pelirrojo», etc. Son
Son miento sobre la acción ciertos tipos de argumentos apelan inva
ininteligibles en el sentido de que en nuestra comunidad no se
considerarían, salvo para aquéllos que por hacerlo demostrarían su 31 A. C. Maclntyre, «Determinism»
«Determinism» [ «Determin ismo»],  M  LXVI
 LXVI (1957), 34.
irracionalidad, como la cosa a hacer en las circunstancias dadas. 32 A. Flew, «Determinism and Rational Behaviour» [«Determinismo y con
ducta racional»]  M  LXV1II
  LXV1II (1959),
( 1959), 378.
30 Ver anteriormente, p. 227.
330 La filosofía moral contemporánea 7. Acció n y responsabilidad 331

fiablemente a ciertos tipos de agentes. Pero no se ha mostrado  para jugar un juego


juego de lenguaje
lenguaje y que este entrenamiento
entrenamiento difiere
difiere
esto. Si han mostrado algo de este tipo, no han mostrado que en el caso de estos dos juegos. Parte del entrenamiento será
todo  razonamiento sobre la acción sea una racionalización. To- relativo necesariamente a lo que Wittgenstein en otro lugar llamó
memos este ejemplo. Si se le pudiera mostrar a un profesor de «presuposiciones tácitas»3
tácit as»35
5 de un juego de lenguaje. No daríamos
mediana edad que, en virtud de sus antiguos hábitos de pensa- órdenes a los planetas, las piedras o los árboles porque no es una
miento y acción, está predispuesto a considerar todos los argu-  presuposición
 presuposición cuando
cuando nos ocupamos
ocupamos de tales fenómenos
fenómenos que
mentos a favor del incremento de la «productividad» en las sean fuente de acción y por tanto capaces de obedecer órdenes;
universidades como algo basado en un error de categoría, ¿cómo  pero con los hombres
hombres tratamos con esa presuposición.
presuposición. Similar-
Similar-
reaccionaría? Si fuese un hombre razonable se pondría en guardia mente, no tendría sentido «explicar» un acontecimiento tal como
y examinaría más atentamente sus razones para pensar que los la salida del sol diciendo que eligió salir; pero no es asignificativo
mencionados argumentos están basados en un error de categoría, explicar un suceso tal como que yo me suba a la acera para evitar
a fin de asegurarse de que estaban bien fundamentadas. El punto un choque o atropellar un peatón como algo hecho por mi
importante a tener en cuenta aquí es que es posible lógicamente elección. Otra manera de decir que el acto fue hecho por elección
que un hombre reaccione de esa manera a cualquier   explicación  propia del agente
agente es decir que fue intencional.
intencional. Wittgenstein
Wittgenstein
determinística de sus procesos de razonamiento; y en tanto que hablaba de la intención como algo que «reside» en la acción36.
es posible lógicamente, parece imposible lógicamente, en princi- Decía: «¿Por qué deseo hablarle también de la intención, además
 pio, que el determinista lleve a término su programa explicatorio
explicatorio.. de contar lo que dice? No porque la intención sea algo que
Siempre tiene sentido tratarlo como incompleto. A este punto también sucedía en ese momento. Sino porque deseo contarle
volveremos luego33. algo de  mí  mismo que va más allá de lo que sucedía en ese
Wittgenstein escribió sobre los dos esquemas conceptuales, el momento»37.
de la acción y el del acontecimiento, lo siguiente: Es una cuestión complicada la de saber precisamente cuánto
Examinemos estos dos juegos de lenguaje: y en qué respectos nos lleva la intención «más allá de lo que
(a) Alguien da a otro la orden de hacer ciertos movimientos sucedía en ese momento». Se ha sugerido que lo hace de dos
 particulares con el brazo, o de adoptar ciertas posturas maneras: (i) «nos proporciona una mejor comprensión de la ac-
corporales (un instructor de gimnasia y un alumno). Y he ción al situarla en su contexto apropiado» y (ii) «revela algo
aquí una variación de este juego de lenguaje: el alumno se acerca
acerc a del agente»3
agente »388. Por ejemplo, ¿cuál es mi intención
i ntención al
da a sí mismo las órdenes y luego las cumple. levantar el brazo? Puede que sea levantar el brazo y nada más.
(b) Alguien
Al guien observa
observ a ciertos
cierto s procesos regulares —por ejemplo, Pero puede ser saludar a un amigo, indicar que voy a torcer a la
las reacciones de diferentes metales a los ácidos— y luego derecha, etc. En cada uno de estos casos, cuando se conoce, mi
hace predicciones sobre las reacciones que se darán en intención, se sabe más acerca del contexto  en que he alzado el
ciertos casos particulares.  brazo (que
(que ocurre cuando estoy frente a un amigo, etc.), y por
Hay un evidente parentesco entre estos dos juegos de eso es por lo que se comprende más completamente lo que estoy
lenguaje, y también una diferencia fundamental. En am- haciendo. También se me  entiende a mí más completamente.
 bos podríamos llamar a las palabras pronunciadas «pre- «pre- Cuando usted sabe que he hecho una señal con la mano, esto le
dicciones». Pero comparemos el entrenamiento que con- dice que soy, en cierto grado, un conductor cuidadoso; que
duce a la primera técnica y el entrenamiento para la tengo, en cierto grado, dinero cuando usted sabe que he parado
segunda34. . un taxi; y, en cierto grado, que soy un sujeto sociable cuando
sabe que he levantado la mano para saludar a un amigo. Creo que
Es extraño hablar de las órdenes como predicciones pero
dejémoslo estar. La cuestión es que se necesita entrenamiento
35 Pl,   p. 179 e.
*  Pl,   644.
33 Ver más adelante , pp. 334-36 37  Pl,   659.
34 Pl,   630. 38 Melden, op. c it.,  p. 102.
332 La filosofía moral contemporánea

el punto importante para nuestro propósito es que conocer la


7. Acción y responsabilidad
responsabilidad 333
intención nos lleva, de las maneras anteriores, «más allá de lo que
sucedió en ese momento» a causa de lo que es una intención.  No acción, no se ha mostrado aún que ciertos movimientos  particu
es una causa.  Es  la descripción de una acción que su agente lares  sean condiciones necesarias o suficientes de alguna ac-
aceptaría, supuesto sólo que él no se pretenda engañar a sí ción40.
ción40. Se pueden usar los mismos movimientos corporales p ara
mismo o a algún otro, y que entienda el significado de las realizar acciones completamente diferentes y se puede realizar la
 palabras que usa.
usa. misma acción por medio de movimientos corporales completa-
De todo esto parece seguirse que un agente está en una mente diferentes. Por ejemplo91, los movimientos corporales
 posición privilegiada
privilegiada para saber lo que está haciendo
haciendo por propia empleados al describir el nombre de uno se pueden usar en las
elección. Lo que los demás conocen del contexto de su acción y siguientes acciones, y otras: firmar un cheque, dar un autógrafo,
de él mismo puede capacitarlos para conjeturar con diversos autorizar a un representante. Igualmente, el mismo acto de pagar
grados de precisión lo que está haciendo. Por ejemplo, si me ve una deuda se puede realizar mediante los movimientos corporales
la gente subir a la acera cuando me viene de frente otro coche, que intervienen al firmar un cheque, o al entregar monedas, etc.
muy probablemente dirán «Intentaba evitar una colisión fron- «En otras palabras, los criterios que empleamos al juzgar que dos
tal». Pero podrían equivocarse. Por el contrario, yo sé cuál era movimientos corporales son los mismos o diferentes son por
mi intención. No puedo equivocarme en la descripción que yo completo distintos de los criterios que usamos al juzgar que dos
aceptaría de la acción, a diferencia de los demás. El profesor S. acciones son las mismas o diferentes»42.
Hampshire expresa así este punto: «Parece característico de una Concediendo que esto es así, se suscita sin embargo esta
acción intencional que un hombre que acuse al agente de respon- cuestión: ¿impone lo que se dice en uno de estos lenguajes alguna
der erróneamente a la pregunta ‘¿Qué
‘¿Qué está usted
usted haciendo?’ le limitación a lo que se puede decir, respecto a lo mismo, en el
acusa de mentir deliberadamente o de describir mal su actividad otro? La respuesta parece ser que sí, y G. J. Warnock ofrece la
de algún moda más o menos trivial. Parece que nunca se le puede siguiente ilustración en apoyo de esta respuesta. Supongamos
acusar simplemente de no conocer lo que está haciendo, de que un físico determinista hubiese de describir cierto proceso de
ignorancia a este respecto, sin implicar que la acción n o es la materia en movimiento y mostrara que, dada cierta situación
intencional»39. El agente no está en tal situación privilegiada física inicial como antecedente, se podrían»haber predicho estos
cuando lo que está en discusión es lo que ha sucedido (un movimientos; y supongamos que estos movimientos son los que
acontecimiento)
aconteci miento),, y no lo que ha hecho (una acción). Si, debido a intervienen en que Smith dé una patada a Jones en la espinilla.
que me empujan en la espalda o a que fallan los frenos, se sube La explicación determinística de estos movimientos no implica
mi coche a la acera y atropella a un peatón, está abierto a todo el ninguna descripción específica de lo que hizo Smith; podría haber
mundo el conocimiento de estos acontecimientos conectados dado una patada a Smith, pero también podría haber iniciado un
causalmente con tal de que mire lo que ha sucedido, y yo no  baile en el cualcual su pie golpeó
golpeó incidentalmente
incidentalmente la espinilla
espinilla
tengo más probabilidad de estar en lo cierto que cualquier otra de Jones, o haber enseñado sin precaución los cordones nuevos de
 persona. sus zapatos a Jones, etc. La explicación determinística, sin
Hay un abismo lógico o conceptual entre el lenguaje de la embargo, no es compatible con cualquier   explicación de lo que
acción y el de los acontecimientos. Esto es más claro incluso Smith hizo; por ejemplo, no podría ser verdad que lo que hizo fue
cuando reconocemos que lo que se dice en un lenguaje no puede tener los dos pies en el suelo. De acuerdo con Warnock esto
ser traducido en términos del otro sin pérdida o cambio de viene a parar en lo siguiente:
siguiente: «Dada la situación física inicial no
significado. Algunos psicólogos conductistas han intentado des- a
cribir y explicar las acciones humanas como sistemas complejos
de movimiento físico; pero se ha señalado que, aunque algunos 40 Cf. R. S. Peters y H. Tajfel, «Hobbes and Hull — Metaphysicians of 
Behaviour» [«Hobbes y Hull: metafísicos de la conducta»],  Br it is h Jo u rn a l fo t 
movimientos corporales son condiciones necesarias de cualquier   the Philosophy of Science   (1957-58), p. 36, citado por A. C. Maclntyre, «The
Antecedents of Action» [«Los antecedentes de la acción»], en  Br it is h A n a iy ti c a l
39 Hampshire, Thought and Action,  pp. 94-95.  Philosop hy   [Filosofía analítica británica] (1966), editado por B. Williams y A.
Montefiore.
41 Tomo estas ilustraciones de Maclntyre, op. ci t.
42 Maclntyre, op.
 op. ci t.,   p. 212.
334 La filosofía moral contemporánea 7. Acció n y responsabilidad 335

 podría haber ocurrido nada excepto lo que ocurrió;


ocurrió; esto es, la esto. Esto sólo incrementa su conocimiento de la situación en
materia sólo  pudo haberse movido como se movió de hecho. la que puede actuar. Una vez más puede (lógicamente) suscitar la
Ahora bien, lo que hizo  el hombre en cuestión ciertamente no cuestión, «¿Qué haré en este caso?». Y así ad infinitum. Su
está determinado así, pero la cuestión que aquí queda abierta es, decisión elude sistemáticamente la explicación determinista de
sin duda, sólo ésta: dado que la materia se movió así, ¿qué  la situación: él puede «escapar» del conocimiento inductivo de la
estaba haciendo posiblemente la persona?   Desde luego habrá situación incluso aunque éste incluya la predicción a propósito de
una variedad de respuestas posibles a esta pregunta. Pero parece cuáles serán sus decisiones. Como lo expresa Hampshire: «Al
claro que el ámbito de posibilidades no será el mismo  que el de decidir sobre la acción, hay un inevitable proceso de retroceso,
las que normalmente consideraríamos respuestas posibles a la que implica que cualquier conocimiento inductivo de lo que
 pregunta de qué podría haber hecho »43. haremos, o haríamos, o decidiríamos hacer, en el curso natural
Sin embargo, antes  de que Smith actuase, ¿estaban sólo de las cosas, es conocimiento de la situación que se nos presenta:
abiertas ante él las posibilidades compatibles con las predicciones y respecto a esta situación, una vez reconocida, debe ser verda-
de nuestro determinista relativas a ciertos movimientos físicos? dero (debe serlo lógicamente) o que intentamos alterarla de algún
¿No podría Smith haberse quedado con los dos pies en el suelo modo, o que intentamos dejarla como está y permitir que los
caso de haber elegido hacerlo? Desde luego es verdad que, acontecimientos sigan su curso natural. Esto es, debe ser verdad
cuando ha sido hecha   la acción, la descripción de lo que ha que tenemos alguna intención secundaria. Y, si no tenemos en
ocurrido en términos de movimientos corporales sólo será com- cuenta esta intención secundaria, no podemos conocer lo que
 patible con algunas descripciones de acciones. Por ejemplo enca- haremos»44. Esto, como algunos han observado, es «forzar el
 jaría la misma descripción de movimien
movimientos
tos corporales
corporales con que
que  pensamiento y el lenguaje»
lenguaje»4
45; y desde luego
luego lo es si lo entende-
Smith’comience un baile y con que Smith dé una patada a Jones, mos como que en tales casos hay un suceso psicológico no
 pero no con que Smith Smith tenga los dos pies en el suelo.
suelo. Sin
Sin observado, a saber, la decisión de dejar que las cosas ocurran.
embargo decir esto no es decir nada sobre lo que Smith podría Pero no es esto lo que se está afirmando. Es concebible que un
hacer antes de actuar. Supongamos que un determinista ha agente responda a preguntas sobre su acción futura únicamente
 predicho que, siendo la que es la situación física inicial,
inicial, sucede- en términos de predicción y en absoluto en términos de decisión.
rán ciertos acontecimientos físicos, a saber, los que intervienen Es instructivo comparar esto con el caso algo similar de un
en que Smith dé una patada a Jones. La predicción sólo puede hombre que responde a preguntas sobre sus deberes estimando
ser satisfecha si tiene lugar cierta sucesión de acontecimientos. Si las consecuencias dolorosas y placenteras de los cursos de acción
Smith oye la predicción, ¿no puede interferir la sucesión y así alternativos y no en términos de obligaciones. En el último caso
falsar la predicción? Sólo tiene sentido decir que no puede tendría sentido decir que el agente había formado un juicio moral
(lógicamente) si en su explicación de la sucesión el determinista implícito (que se debe siempre buscar el placer y evitar el dolor)
ha incluido una explicación de cómo se comportará Smith cuando incluso si no se ha dado cuenta de ello, y esto, no en el sentido
la oiga; sólo en esta medida, esto es, en tanto que la sucesión de que había pasado por el paso psicológico inobservado de
incluya las decisiones que Smith tomará cuando obtenga el decidir ser un hedonista ético, sino en el sentido de que asentir a
conocimiento inductivo en el cual se basan las predicciones de un juicio moral es una implicación lógica del hecho de que lo que
sus acciones. Pero esto nos conduce a un regreso infinito. Smith dice lo dice en respuesta a una pregunta sobre el deber. De la
obtiene tal y cual conocimiento inductivo de su situación —que la misma manera, podría discurrir ef argumento, es una implicación
situación inicial física es tal y tal y que, si no hay interferencia, lógica del hecho de que lo que dice el agente lo dice en respuesta
resultaría en tal y tal acción por su parte— y entonces se a una pregunta sobre su propia acción el que, al decirlo, se haya
 pregunta a sí mismo,
mismo, «¿Qué
«¿Qué haré en este caso?».
caso?». Supong
Supongamo
amoss formado una intención secundaria. Es decir, incluso si su res-
que aumenta su conocimiento y aprende cuál será su respuesta a  puesta es en términos de predicciones, no de decisiones, es una

43 G. J. Wamoek, «Actions and Events» [«Acciones y acontecimientos»], en 44 En Pears,  op. cit. ,   p. 89-90.
Pears, op.  cit.,   p.
p. 78. 45 P. L. Gardiner,
Gardiner, en Pear s, op.
 op. cit.,   p. 92.
336 La filosofía moral contemporánea 7. Acción y responsabilidad
responsabilidad 337

respuesta a «¿Qué haré?» y, como tal, expresa una intención. Se te. Sería curioso que después de firmar un cheque uno le entre -
 puede afirmar
afirmar que el estudio de la conducta humana
humana alcanzará un gase la chequera a la persona para quien lo había extendido, igual
grado de desarrollo —o al menos que no hay ninguna razón que si, después de firmar en un álbum de autógrafos, uno cortara
evidente en contra— en el cual un psicólogo será capaz de la página y la entregara; y sería raro que uno leyera cuidadosa-
 predecir con certeza cómo responderá
responderá cierto agente a la.pregunta mente toda la letra impresa de la chequera o del álbum de
«¿Qué haré, tal y como están las cosas?» en cualquier situación autógrafos antes de firmar, como sería aconsejable leer todo el
dada. Pero la afirmación pasa por alto el regreso infinito sobre el texto de una autorización antes de poner el nombre. Todo lo que
que se ha llamado ya la atención. Supongamos que se predice estoy diciendo es que si contase más completamente  la historia
(Pl) exactamente que A hará tal y tal acción. Ahora supongamos de los movimientos corporales en cada caso desaparecería la posi-
que A llega a conocer esta predicción y los datos en que se basa.  bilidad
 bilidad de confundir una actividad
actividad con alguna de
de las otras dos. De
¿Qué decisión de intención secundaria formará? Supongamos que manera similar, parece, si se contara más completamente el
tamiién esto se puede predecir (P2). Pero supongamos que apren- cuento de la intención, que, como vimos, amplía el contexto de
de también P2. ¿Qué intención^secundaria se formará ahora sobre la acción, en el caso de pagar una deuda no quedaría ninguna
esta situación? Esto requiere otra predicción (P3). Pero supon- duda sobre si era con cheque o en moneda. Bien puede ser, por
gamos que aprende P3. Esto requiere una P4. Y así ad infinitum. supuesto, que en cada caso, esto es, en la historia de los
Como poco parece que ningún psicólogo podría (lógicamente) movimientos corporales y en la de la intención, cuando se haya
completar una explicación determinística de la conducta humana. dicho lo suficiente para evitar la posibilidad de que ciertas
Sin embargo hay algunas consideraciones que ponen en duda descripciones alternativas dadas  en el otro lenguaje satisfagan el
la rígida y sólida distinción entre el lenguaje de la acción y el de caso, haya otras  descripciones alternativas concebibles en el otro
los acontecimientos que se trazó anteriormente. Como conclu- lenguaje que lo hagan. Por ejemplo, cuando hayamos completado
sión referiré brevemente y comentaré una o dos de estas conside- la narración de los movimientos corporales en un caso dado de
raciones, modo que sea claramente un caso de firmar un cheque y no un
(i) En apoyo de la posición de que lo que se dice en el el álbum de autógrafos, podemos necesitar seguir contando esa
lenguaje de la acción no se puede traducir sin cambio o pérdida historia para discernir si es un caso de firmar un cheque fraudu-
de significado al de los acontecimientos, y viceversa, se señaló lentamente u honestamente. Y de modo similar cuando hemos
que se pueden usar los mismos movimientos corporales al reali- alargado la narración de la intención de manera que un caso dado
zar acciones por completo diferentes y que se puede realizar la de pagar una deuda sea un caso claro de pagar con dinero y no
misma acción mediante movimientos corporales *por completo con cheque, puede que tengamos que decir más cosas para
diferentes. Se sugiere sólo la duda de si esto es así necesariamen- aclarar si fue un caso de pagar una deuda o de intentar causar
te. Tomemos los ejemplos anteriores: se pueden usar los mis-  buena impresión.
impresión. Concediendo
Concediendo todas estas cualificacion
cualificaciones
es ¿es
mos movimientos corporales que intervienen en la escritura del concebible que siempre se pueda alcanzar un punto en que la
 propio nombre
nombre para firmar
firmar un cheque, dar un autógrafo,
autógrafo, o narración del movimiento corporal sea tan completa que sólo
autorizar a un representante; y el acto de pagar una deuda se encaje con una acción, o la narración de la intención tan com-
 puede realizar mediante los movimientos
movimientos corporales de firmar
firmar un  pleta que sólo encaje con un conjunto de movimientos
movimientos corpora-
cheque, entregar monedas, etc. Quizá sea argumentable que, si les? Si esto es concebible se destruirá la base que estamos
siguiéramos contando el cuento, esto no sería así en'ningún caso. considerando aquí a favor de la tesis de que lo que se dice en el
Los movimientos corporales que intervienen en escribir el propio lenguaje de la acción no se puede traducir sin pérdida o cambio
nombre en un trozo de papel son los mismos en las tres acciones de significado al lenguaje de los acontecimientos, y viceversa.
anteriores; pero en todos los casos el cuento de los movimien- (ii)
(ii) Sin embargo se puede mantene r que, aunque cuando
tos corporales es más largo. En cada caso intervienen movimientos contamos toda la historia sólo encaja un movimiento corporal
corporales adicionales a firmar con el nombre: por ejemplo, abrir con una acción dada y viceversa, las dos descripciones de lo que
la libreta de cheques, buscar una página en blanco en un álbum está pasando son completamente distintas lógicamente. Si se
de autógrafos y leer el texto de una autorización respectivamen- hace esta afirmación queda la pregunta de cuál puede ser su base.
338 La filosofía moral contemporánea 7. Acció n y responsabilidad 339

Algunos filósofos parecen dar por garantizado que los aconteci- hacen. Pero la pregunta es: ¿cuál es la relación entre ambos? No
mientos causan acontecimientos y no pueden (lógicamente) cau-  parece una solución
solución por completo
completo satisfactoria decir simplemen
simplemente
te
sar acciones y que ésta es la base de la anterior afirmación. Pero, que son dos maneras diferentes de mirar el mismo objeto47. ¿Es
¿es ésta una base firme? Supongamos que cada vez que algo entonces su relación un misterio irresoluble? Si se ha de proyec-
marcha mal en mi coche, pierdo la calma y le doy una patada. tar luz sobre ella, esto sólo se podrá hacer cuando se haya
Esta sería una conducta estúpida, por supuesto, pero bien podría hallado algún tipo de conexión lógica entre la acción y el aconte-
ocurrir. No hay duda de que en tal caso yo realizaría una acción, cimiento. Muchos filósofos tienen la sensación de no poder
a saber, dar una patada a mi coche. Tendría un sentido perfecto quedarse satisfechos hasta entonces48.
decir que la avería de mi coche había causado  mi acción. Ahora . La posibilidad con la que que contar es que el lenguaje
lenguaje de la
 bien, alguien
alguien me podría reconvenir por esa conducta ridicula
ridicula y acción pueda desaparecer del uso. Según la conducta de un
decir: «Estás a merced de tu coche. Eso es una idiotez. ¿Qué agente va siendo conectada causalmente de modo más estrecho
habremos de hacer a ese respecto?» Mi respuesta podría ser, con los acontecimientos o condiciones de su cuerpo o psique, es
«Tienes razón. Me controlaré. La próxima vez que no funcione concebible que pueda disminuir el lugar que quede para un uso
simplemente iré al mecánico». Al hacerlo, sin duda he «retroce-  práctico del lenguaje
lenguaje de la acción. Posiblemente
Posiblemente sea verdad que
dido» de mi situación. Pero el hecho de que' pueda hacerlo no el agente aún puede lógicamente  «retroceder» desde la situación
altera el hecho de que hasta no ser reprendido se podía formular de su cuerpo, su estructura cerebral o sus mecanismos psicológi-
con verdad la generalización causal humana «Cada vez que su cos compulsivos y preguntar: «¿Qué haré, tal y como están las
coche se avería le da una patada». Las acciones, parece,  pueden cosas?». Y sin duda, al menos, podría que formara una «inten-
ser causadas   por acontecimientos46. Parece que tenemos que ción secundaria» siempre que tuviese frente a sí el conocimiento
 buscar el fundamento de la diferencia entre acción y movimien
movimiento to inductivo en base a! cual se predice su conducta. Pero es conce-
corporal en otro lugar que no sea la afirmación de que no tiene  bible
 bible que pueda llegar
llegar un momento
momento en que no tenga objeto
sentido hablar de acciones causadas. hacerlo en la práctica.  Come señalaba Wittgenstein, los juegos
(iii)
(iii) Ninguna de las consideraciones
considerac iones anteriores,
anterio res, (i)
(i) y (ii),
(ii), de lenguaje pueden quedar anticuados y ser olvidados49. Consi-
desde luego, muestra concluyentemente que los actos sean redu deremos un ejemplo: el lenguaje del animismo es irreductible
cibles lógicamente a movimientos corporales o viceversa. Es lógicamente al de la ciencia natural, pero los hombres modernos
 perfectamente concebible
concebible que (a) sólo una descripción
descripción de movi-
movi- no consideran esto una razón para afirmar que hay dos órdenes,
mientos corporales encaje con una acción dada o viceversa y el de los espíritus y el de las cosas. El lenguaje que presupone
también que (b) los acontecimientos puedan causar acciones o espíritus en el interior de las piedras, árboles y otros fenómenos no
viceversa, incluso aunque  las acciones pertenezcan a un esquema sirve a ningún propósito práctico en nuestras relaciones con la natu-
conceptual y los acontecimientos o movimientos corporales a raleza y por tanto lo hemos abandonado. ¿Podría ser que, de
otro. Pero en tanto entendamos que hay un abismo lógico entre manera parecida, llegue a no servir a ningún propósito práctico en
las acciones y los acontecimientos, me parece que tenemos nuestras relaciones con los seres humanos el lenguaje que presu-
delante un problema por resolver y una posibilidad con la que  pone la acción y la actuación?
actuación? Esto al menos parece ser concebi-
contar. Como conclusión diré una palabra sobre cada uno.  ble.
 ble. Entonces el lenguaje
lenguaje de la acción quedaría anticuado a la
El problema es cómo resolver el dualismo cartesiano de un manera que ya lo está el lenguaje del animismo. ¿Qué desapare
 punto de vista que siempre
siempre ve ciertos sucesos bajo dos luces luces
distintas: como sucesiones de movimientos corporales y como
acciones intencionales. ¿Ocurre mi giro hacia la acera exacta- 47 Como, p. ej., F. Waismann, «Language Strata» [«Los estratos del lengua
 je» ]. en  Logic and Language   [Lóg ica y lenguaje] 2 .a ser. (Oxfo rd. 1955), 1955),
mente en el mismo punto del espacio y el tiempo que el movi- recopilado por A. Flew , pp.
pp. 30-31, citado por Maclnt yre, op. c it., pp. 217-18.
217-1 8.
miento físico de mi brazo que tuerce el volante? Nos queda un 48 Para una discusión reciente de los intentos de resolver el dualismo ver
orden en que las cosas se causan  y otro en que las cosas se G. N. A. Vesey , «Agent and and Spectator» [«Agen te y Espectador »], en The
 Human Agent  [El agente humano], Royal lnstitute of Philosophv Lectures,
Vol. 1(1968).
46 Cf. Maclntyre, op. cit.,   p. 222. 49 Pl. 23.
23.
INDICE DE NOMBRES
340 La filosofía moral contemporánea

cería con él? Si el lenguaje de la acción desaparece, es de


suponer que con él desaparecería el lenguaje moral. Todavía
 podemos
 podemos concebir el lenguaje moral como una especie de propa-
ganda y considerar útiles en ciertos contextos las expresiones
«morales»: p. ej., si, como algo experimentable, «No debes»
inhibiera a la gente de hacer lo que no deseamos que haga de
manera más efectiva que «No hagas». Pero éste no sería un IlBliOfECA 
lenguaje moral tal como ahora lo conocemos. La suposición de
que lo fundamental de tal discurso es suministrar a agentes libres
razones para la acción es algo esencial para eldiscurso moral tal
como lo conocemos. Ni por un momento estoy diciendo que el
lenguaje de la acción quedará   anticuado. Meramente digo que,
lógica y empíricamente, podría ocurrir así. Invito al lector a
 ponderar la medida en que un desarrollo de tal especie cambiaría
el carácter de la vida humana. En mi opinión los cambios serían
radicales. Y uno de los más radicales sería que el discurso moral
tal como lo conocemos y las formas de vida que constituye se
convertirían, en el mejor de los casos, en pálidos recuerdos. Me Agustín, San, 58 Cudworth, R., 81, 87, 102
102
atrevo a afirmar que su muerte haría que cualquier cosa que Alston, W. P., 36, 37
viniera luego no fuese reconocible como lo que entendemos por Anscombe, G. E. M., 266, 268, 275, Dray, W. H., 306
vida humana. El fin de la moralidad sería el fin del hombre. - 298,
29 8, 327 Duncan-Jones, A. S., 117
Aristóteles, 245. 311, 313, 314
Pensamiento, quiza, cu el que hay una moraleja. Pero no es parte Atkinson, R. F., 32 Emery, P., 25
del propósito de este libro desarrollarla. Austin, J. L., 35, 55, 63-71, 316-327
Ayer, A. J., 45, 46, 48 105, 107, 113 Feigl, H., 45
114,1 17, 135 , 136,
136, 137,
137, 238,
23 8, 242 Fietcher, H., 207
Ayers. M. R., 324-327 “ Flew, A. G. N., 241-242, 269, 329, 339
Foot, P., 85, 237, 263, 257-270, 277
Baier, K,, 256, 262, 317-319 288, 289
Balguy, J., 87
Barnes, W. H. F., 117 Gardiner, P. L., 335
Beamish, Sir T., 20 Gellner, E. A., 181, 203
Beardsmore, R. W., 288-292 Goebbels, J., 148
Bennett, J., 216, 217 Green, T. H., 78
Bentham, J., 78, 3Ó1
Britton, K., 117 Hagerstrom, A., 117
Broad, C. D., 117 Hampshire, S., 327, 332, 335-336
Hanly, K., 254
Campbell, C. A., 312 Haré, R. M., 32 ,6 7, 69, 70, 155-23
155-236,
6,
Carnap, R., 45 237, 238, 239, 244, 245, 275, 276,
Carlos I, 307 277-288, 293-299
Casiano, San, 260 Heald, Sir, L., 20, 21, 23
Clarke, S., 87 Hitler, A., 134, 295
Cohén, L. J., 69 Hohbes, T., 136
Corkey, R., 134 Hogg. Q., 21
Cromwell, O.. 307 Hudson, W. D., 269, 271
341
341
342 Indice de nombres

Hume, D„ 103, 104, 135, 237-251 Prichard. H. A., 74, 87, 92-102, 155,
Hunter, G., 240-243 238
Hutch cson, r.',:-80y 87:
87: Prior, A. N„ 80, 90

Irvine,4Sir * . . V t Á Raphael, D. D.. 80, 104


Reid, T., 243
Jeger, Rescher, N.. 224, 226
Rhees, R., 113
Kant, Richards, I. A., 117
Kerner, G. 229-236 Robinson. J. A., 208
King, M. 1. ., 14». i ' 2 ' r ‘ Ross, W. D., 74, 87, 92-102, 104, 155,
Komisar, B. P., 271 164, 165, 238, 272
Russell, B , 36, 136
Lehrer, K., 223 Ryan, A., 84
Lewis, K., 23 Ryle, G., 240
Locke, J., 102
Sartre, J. P., 211-215, 272
Maclntyre, A. C., 198, 199, 210-215, Schlick, M., 45
242-248, Sidgvvick, H., 79, 81
Mahon, P., 23 Scott, Cap. R. F., 213
Malcolm, N., 41, 55, 56 Searle, J. R., 52, 227, 265, 266, 272
Masefield, J-, 261 Shaftesbury, Conde de, 80, 87
McClellan, J. E., 271 Smith, I., 36
Medea, 168 Sócrates, 131, 192
Melden, A. I., 331 Spencer, H., 78
Mili, J. S., 78, 79, 81-85, 90, 301 Spinoza, B., 131
Monro, D. H., 179, 254 Stalin, J., 134
Montefiore, A., 333 Stebbing, S., 117
117 -
Moore, G. E„ 73, 75-92, 93, 113, 137, Ste vens on, O L , 34, 49-54
49-54 117-153
117-153
139, ¡40, 155, 164, 165, 171, 177, 155, 156, 157, 158, 159, 161, 170,
239, 253, 260, 266, 316-321, 329 200, 203, 239, 242, 253, 266
Mounce, H. O., 278, 286, 287, 288 Stocks, J. L., 259
Neurath, O., 45 Straffa, P., 55
Nicolás, San., 260
Nietzsche, F. W., 291 Tajfel, H., 333
Norman, B., 185
Nowell-Smith, P. H., 68, 69, 115, 280 Urmson, J. O., 93, 111, 117, 126, 138,
139, 140, 145, 149, 150
Oates, Capt. L. E. G., 213-214
O’Connor. D. J., 319-324. 326-328 Waismann, F., 35, 45, 53, 66, 339
Ogden, C. K., 117 Warnock, G. J., 67, 68, 69, 132, 147,
Ovidio, 168 188, 199, 201 277-288, 293-308, 333
Warnock, M., 83
Pablo, San, 168 Williams, B., 333
Papa Pablo
Pablo VI, 119-123
119-123 Williams, H. A , 208
Pears, D. F., 327, 334 Wilson, E„ 36
Peters, R. S., 333 Wilson, J. H., 36
Phillips, D. Z., 258, 259, 278, 287, 288 Winch, P., 263 ...........

Pitcher, G., 60 Wittgenstein, L., 15, 38-¿4, >8, 111


Poincaré, H., 225 116, 291, 331
Popper, K. R-, 47, 188, 225 Wollaston, W., 247
Powell. E., 206
Pnce, R., 79-81, 87, 102-104 Zimmerman, M., 251

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