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Universidad de Morón: Sede Tomás Devoto

Profesores: Dussat Raúl y Suarez Mónica

Integrantes:
● Manograsso Ariadna
● Zabala Mailén
● Ospitaletche Agustín
● Freysselinard Victoria
● Chiogna Santiago
● Dalto Edith
● Graiño Tomas Eloy
● García Marcos Celso Iván
● Almendra Martin

Introducción
Antes de comenzar a desarrollar los pormenores de la Convención sobre los
Derechos del Niño, es importante conocer el camino recorrido para llegar a su
adopción en noviembre de 1989.
La primera vez que se habla sobre los Derechos Humanos es en la década del
50 como consecuencia1 de la Segunda Guerra Mundial. La crueldad que se
vivió en aquella época tuvo tanto marketing que surgió la necesidad de
consagrar esta nueva categoría de derechos.
Si bien el primer instrumento en consagrarlos es la Carta de la ONU hubo un
antecedente, lamentablemente no exitoso, que fue la Sociedad de las
Naciones.
Esta predecesora a la ONU sancionó en 1924 la Declaración de Ginebra sobre
los Derechos del Niño donde apenas se establecían cinco puntos que conferían
al menor el derecho a la alimentación, a ser socorrido en primer lugar en
catástrofe, atendido en sus necesidades y educado.
Esto fue impulsado a raíz de que los niños habían sido incorporados a la fuerza
de trabajo de la Revolución Industrial trabajando entre 12 y 14 horas cobrando
dos o tres veces menos que un adulto y sin posibilidad de asistir a la escuela.
Posterior a la Declaración de los Derechos Humanos2, la ONU comenzó a
trabajar en la protección de los niños a través de declaraciones en las que se
reconocía la parte fundamental de los niños en la sociedad y la necesidad de
protegerlos para el futuro de la humanidad. Por desgracia al ser declaraciones
su cumplimiento no era vinculante para los países miembros.
No fue sino hasta el 1990 que se convierte en ley la Convención de los
Derechos del Niño, actualmente el Tratado más ratificado del mundo cuyos 54
artículos reúnen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y
políticos de todos los niños y además define las responsabilidades de padres,
profesores, médicos, entre otros.

1
El abogado y sociólogo Eugen Ehrlich vio a la sociedad como "un organismo que
evoluciona progresivamente", definiéndola como "la suma total de las asociaciones
humanas que tienen relaciones mutuas".
2
Max Weber influenciado por Troelsch y Jellinek señala que a los derechos humanos se
los asume dentro de un fanatismo racionalista que deviene del Iluminismo Francés.
Precisando que esta corriente como negación de la tradición y que no hubiera sido
capaz de incentivar tales creencias por lo que fue preciso una base religiosa.
Convención sobre los Derechos del Niño
La Convención sobre los Derechos del Niño refleja una nueva perspectiva en
torno a él. Los niños no son propiedad de sus padres, ni tampoco los
beneficiarios indefensos de una obra de caridad. Son seres humanos con
derechos propios, miembros de una familia y una comunidad, con derechos y
responsabilidades que deben adaptarse a las distintas etapas de su desarrollo.
Al reconocer sus derechos en un instrumento distinto al de la Convención
Internacional de los Derechos Humanos, es que finalmente se establecen las
medidas especiales de protección y asistencia con las que todos los niños sin
distinción deben contar.

Ahora bien, ¿hasta que edad una persona es considerada niño? Lo cierto es,
que no todas las culturas o sociedades ponen los mismos límites. Así tenemos
que en África3 a los 11 años ya se los considera adultos mientras que en países
como el nuestro la mayoría de edad se alcanza a los 18 años. Por ello, la
Convención unifica criterios al establecer que son considerados niños y niñas
aquellos que sean menores de 18 años.

Una vez que podemos establecer el alcance de estos derechos es necesario


comprender el porqué de que se considere el instrumento jurídico más
poderoso para el reconocimiento y protección de los derechos humanos de los
niños.
Para empezar, destaca y defiende la función de la familia en la vida de los
niños tanto en su preámbulo como a través de varios artículos de la misma
Convención. La menciona específicamente como el grupo fundamental y
entorno natural para el crecimiento y bienestar de los niños obligando a los
Estados a respetar la responsabilidad primordial de los padres aportándoles

3
Emilie Durkheim entiende que la sociedad en su todo formada a través de una
conciencia colectiva es la totalidad de creencias y sentimientos comunes a todo
ciudadano medio, de la misma sociedad, formando un sistema determinado que tiene su
vida propia. Por lo cual la sociedad “en su conjunto es quien” por sus creencias acepta
que a los 11 años un niño sea considerado adulto.
asistencia material y programas de apoyo a los mismos. Además, los obliga a
evitar la separación de los niños de sus familias.
En relación a esto último, introduce en su artículo 3 el interés superior del niño
que se deberá tener en cuenta en todas las medidas que tomen las
instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las
autoridades administrativas u órganos judiciales.
En su artículo 12 obliga a los Estados a garantizar la libertad del niño a
expresar su opinión libremente en los asuntos que le afecten, debiendo
considerar su opinión en función de su edad y madurez para darle la
oportunidad de ser escuchado en todo procedimiento judicial o administrativo
que le concierna. En nuestro país, por ejemplo, el Nuevo Código Civil y
Comercial establece en su artículo 707 su participación en estos asuntos.
Otro artículo importante de la Convención es el 16, donde deja en claro la
importancia de la protección de la vida privada, la honra y la reputación del
niño, más allá de que es son derechos que encontramos en otras
Convenciones, en cuestiones relativas al niño se tornan mucho más relevantes
sobre todo cuando hay posibilidades de que se divulgue información de un
niño, en esos casos, va a ser más importante proteger ese derecho del niño
ante el derecho humano de la libertad de expresión.
Cabe destacar la importancia artículo 19, que obliga a los Estados a adoptar
medidas para proteger al niño de abuso físico o mental, descuido o trato
negligente, malos tratos o explotación, incluyendo el abuso sexual.
Por último, pero no menos importante, la convención en su artículo 28 hace
hincapié en el derecho a la educación4 gratuita para con el niño: "Los Estados
Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda
ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese
derecho, deberán en particular" - "Implantar la enseñanza primaria obligatoria y
gratuita para todos..."

4
Emilie Durkheim entendía a la educación como: "La acción ejercida por las
generaciones adultas sobre las que todavía no están tan maduras para la vida social.
Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño cierto número de estados físicos,
intelectuales y morales, que exigen de él la sociedad política en su conjunto y el medio
especial, al que está particularmente destinado."
Ahora bien, una vez que quedan establecidas las obligaciones de los Estados,
¿cómo se protegen estos derechos? Como ya dijimos, al haber aceptado la
aplicación de las normas de la Convención, los Estados se ven obligados a
adecuar sus leyes y políticas en ese sentido, lo que incluye también abstenerse
de tomar medidas que vayan en contra de estos derechos. También es
responsabilidad de los Estados realizar informes periódicos sobre los progresos
en el cumplimiento de la Convención.
Los informes se presentan ante un Comité ubicado en Ginebra compuesto por
10 miembros elegidos por los representantes de los países que suscriben la
Convención. Estos 10 miembros actúan independientemente, no como
representantes de los países y se van a encargar de velar por el cumplimiento
y establecimiento de estas normas definidas. Su función específica es controlar
a los Estados, no va a supervisar la conducta de los ciudadanos ni tampoco
recibe quejas de ellos.

Teniendo establecido como se protegen estos derechos, nos queda definir


como van a ser juzgados los niños que infrinjan la ley. En estos casos, se tiene
que tener en cuenta la edad del niño y la promoción de su reinserción social5,
es consecuencia de esto que en su artículo 37 la Convención establece que no
habrá pena capital ni de prisión perpetua sin posibilidad de excarcelación por
delitos cometidos por menores de 18 años.

El papel de la sociedad

El derecho internacional se aleja frecuentemente de la realidad. El


cumplimiento de los Derechos del Niño está sujeto a la actitud diaria de los
padres y de la familia, pero también a la de los profesionales públicos y
privados y de todos los ciudadanos.

5
Reglas de Beijing. Orientaciones fundamentales. 1.4 La justicia de menores se concibe
como parte de un proceso de desarrollo nacional de cada país, justicia social para
protección de los jóvenes.
En la mayoría de los países un niño no puede presentar una denuncia por sí
mismo. Debe ir acompañado de un adulto para que al menos se escuche su
opinión.

Del mismo modo, el derecho internacional promete principios de igualdad y no


discriminación que no dejan de ser puramente teóricos. En la práctica, es
necesario luchar de forma mucho más activa contra las prácticas tradicionales
discriminatorias. De hecho, los niños más vulnerables, como las niñas
pequeñas, o los niños pertenecientes a grupos minoritarios, sufren en mayor
medida la violación de sus derechos. De acuerdo con un informe de Amnistía
Internacional, en 2008, se le negó el acceso a la escuela a los niños romaníes
en Eslovaquia, a pesar de la adhesión del país a numerosos textos
internacionales que combaten este tipo de prácticas.

De este modo, para que los Derechos del Niño se conviertan en una realidad,
los Estados deben desarrollar en mayor medida los medios de prevención e
información concernientes a los derechos y posibilidades de asistencia que se
ofrecen a los niños y a la gente cercana a ellos.

Origen de la figura del abogado del niño

Podríamos establecer que la representación del abogado del niño surge a raíz
de un caso en el cual la Corte Federal de los Estados Unidos ha sido
precursora al momento de establecer garantías procesales especiales en favor
de los niños, niñas y adolescentes, como así también en la designación de la
figura del abogado del niño.

El abogado del niño en el marco de nuestro sistema legal a nivel nacional

Con la incorporación de la Convención sobre los Derechos del Niño a nuestro


plexo normativo constitucional argentino, bajo la ley 23.849, se realiza una
profunda modificación en nuestro modo de analizar la aplicación de los
derechos de los niños, donde estos pasan a ser sujetos de derecho. De tal
modo, el niño deja de ser un mero receptor de derechos asistenciales por parte
del Estado y pasa a ser considerado sujeto con derechos frente a la sociedad.

Pese a dicha modificación, muchas veces nos encontramos con una suerte de
estado de locura normativa, considerando que aún no existe un cabal
cumplimiento de las leyes. Esto lo demuestra la violación de los derechos
básicos vulnerados en niños, tales como el derecho a la educación, a la salud,
a una vivienda digna, a sus necesidades básicas satisfechas. Un ejemplo
concreto es el incumplimiento del artículo 12 de la Convención de los Derechos
del Niño, del cual ya hablamos anteriormente.

La Observación General N°10 del Comité de los Derechos del Niño obliga al
Estado a proveer en forma gratuita defensores a los adolescentes, y establece
que el abogado debe encontrarse presente en los diferentes actos procesales
asistiendo permanentemente al niño. De igual forma, se encuentra en el
artículo 27, inciso c), de la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos
de las Niñas, Niños y Adolescentes, en tanto establece el derecho “a ser
asistido por un letrado preferentemente especializado en niñez y adolescencia
desde el inicio del procedimiento judicial o administrativo que lo incluya. En
caso de carecer de recursos económicos el Estado deberá asignarle de oficio
un letrado que lo patrocine”.

Es esta una figura establecida por la ley con el fin de representar los intereses
personales e individuales de las niñas, niños y adolescentes en el marco de
procedimientos ya sea judiciales o administrativos, en el cual se vea afectada
su persona o sus derechos, al mismo tiempo que cuando exista conflicto de
intereses contrapuestos con quienes son sus representantes legales. Pero, se
restringe el derecho a la asistencia técnica en aquellos casos que no haya
conflicto de intereses.

La dificultad que se observa es la de poder garantizarle a cada niño la


representación jurídica y legal6 independiente de los adultos que lo defiendan

6
Reglas de Beijing. 1.3 Con objeto de promover el bienestar del menor, a fin de reducir la
necesidad de intervenir con arreglo a la ley, y de someter a tratamiento efectivo, humano
concretamente, en consideración de que en ciertos casos pueden poseer
ambas partes intereses contrapuestos. Actualmente existe una gran falencia en
la representación de abogado del niño, dado que esta figura no se encuentra
vigente en todo el país, pese a haber ratificado la Convención sobre los
Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, aun existiendo una ley nacional
que así lo dispone en su artículo 48. No obstante, en aquellas provincias en las
que dicha representación no se encuentra vigente, se admite la figura por vía
jurisprudencial. El defensor del niño se encuentra efectivamente presente en
seis provincias: Santiago del Estero, Misiones, Córdoba, La Pampa, Santa Fe y
Neuquén.

El inconveniente que el Estado encuentra para realizar un nombramiento


definitivo de la figura del abogado del niño son los recursos económicos que
debe destinar, como así también la falta de coordinación con los Colegios de
Abogados de las diferentes provincias o localidades, a fin de determinar el
costo de los IUS o establecer un IUS mínimo previendo la capacidad de
solventarlo. Nos encontramos con la discusión económica de que el Estado
Nacional no destina los recursos necesarios para proveer esta representación
jurídica.
A su vez, es difícil hacer un presupuesto de la inversión que va a requerir sin
haber realizado una prueba piolo durante un año que permita observar la
cantidad de causas en las que se vean involucrados niños, niñas y
adolescentes. En el mismo sentido, de esas causas se deben observar cuáles
son las que necesitan el patrocinio por parte del Estado y desplazar aquellas
que no necesitan que el Estado cubra el costo, debido a que cuentan con
recursos propios para solventarse, como así también para hacerse cargo solo
de un porcentaje del costo de la representación.

y equitativo al menor que tenga problemas con la ley, se concederá la debida


importancia a la adopción de medidas concretas que permitan movilizar plenamente
todos los recursos disponibles, con inclusión de la familia, los voluntarios y otros
grupos de carácter comunitario, así como las escuelas y otras instituciones de la
comunidad.
Por su parte, en el Fuero Penal Juvenil, la figura del Abogado del Niño sigue
siendo una cuenta pendiente. Su implementación permitiría al joven poder
elegir su propio defensor técnico especializado y desplegar su propia estrategia
de defensa sin perjuicio de que al proceso penal también debe concurrir
insoslayablemente el ex Asesor de Menores (Ministerio Público) con un rol
diferenciado del primero.

Así este letrado especializado podría, desde la especificidad de su rol e


independencia, invocar las garantías procesales y las medidas idóneas a tomar
en su caso para lograr armonizar el Régimen Penal de la Minoridad (ley
22.278) con los instrumentos normativos de derechos humanos tales como la
Convención de los Derechos del Niño, las Directrices de Riad y las Reglas de
Beijing. A pesar de la importancia de lo relatado, la sanción de una ley para
regular la instauración en el medio local de la figura del Abogado del Niño
continúa siendo una deuda pendiente en algunas provincias.

Conclusión Final
El compromiso nuestro como personas adultas, es el de tomar conciencia de
que los niños sufren de cualquier tipo de abuso, prostitución, hambre, miseria,
maltrato infantil, explotación económica, algo que existe y somos conscientes
de que todos los días escuchamos o vemos a nuestro alrededor alguna
situación que no puede pasarnos desapercibido, ya depende únicamente de
nosotros salvarlos y garantizar su seguridad y que sus derechos sean
cumplidos.7

En el ámbito familiar, como sociedad y/o como Estado, tomar conciencia de


que el niño es un ser vulnerable, a quien debemos hacerle saber sus derechos
y enseñarle también, a respetar los de los otros niños, que sepan que son
escuchados, que las instituciones deben brindarle todos las herramientas para
recibir una buena educación, a tener una familia que le brinde cuidados y amor,

7
Ehrlich en su concepto del derecho viviente dice: se ve en la conducta cotidiana del
hombre, la conducta social, es la ley puesta en práctica que domina la vida misma, aun
cuando no se encuentre el derecho escrito.
a tener tiempo para jugar, descansar y estudiar, a pensar y expresarse
libremente y no sufrir discriminación, ya que es muy importante el desarrollo del
menor en la infancia.

Creemos que tenemos las posibilidades desde donde estemos para prestar
nuestra ayuda, pero que hay personas que se encuentran más cercanos a
ellos, como sus familiares quienes deben dar el primer ejemplo de lo que está
bien y lo que está mal; los profesionales de instituciones de educación, quienes
noten angustias en los niños, tanto como verlos llorar, pelear con sus
compañeros o con otros adultos, discriminación entre ellos, debemos actuar
rápidamente con responsabilidad y ocuparnos de ello.

No es menor que a diario también, se nos presenten momentos en que un niño


se nos acerca a pedir limosna, a ellos debemos suministrarles de inmediato lo
que tengamos a nuestro alcance, no en materia económica sino alimentos,
ropa, y otros suministros de bienes que lo ayuden al menor, en ese momento
ya que no sabemos qué adulto pueda haber detrás de ese niño que lo esté
explotando económicamente o para qué fines utiliza el dinero, por lo que si
prestamos nuestro oído, le damos algo para comer, podemos darle mucha más
satisfacción a aquel aunque fuere por unos minutos, haciendo algo que en ese
momento tengamos a nuestro alcance; siendo que el Estado es el que deberá
tomar más conciencia en que el niño está primero que todo, de que muchos se
encuentran en situación de calle, o en una familia que lo maltrata, y no
podemos no actuar y no prestar nuestra ayuda, debemos sentarnos y
escucharlos más y que cada institución se ocupe con responsabilidad de
garantizar esos derechos ya que los niños son el recurso más importante del
mundo y la mejor esperanza para el futuro.

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