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Caso Juanito
Caso Juanito
Las primeras observaciones sobre Juanito datan del tiempo en que aún no había cumplido tres
años. A través de diversos dichos y preguntas, exteriorizaba ya entonces un interés
particularmente vivo por la parte de su cuerpo que tenía la costumbre de designar como
“cosita de hacer pipí” (“wiwimacher”). Su interés no es meramente teórico, sino que ese
interés lo estimula a Juanito a tocarse el miembro. La curiosidad sexual, aunque no admita
ninguna duda, convierte a Juanito en un investigador, y le permite unos correctos
discernimientos conceptuales: Separaba lo animado de lo inanimado si poseían o no la cosita
de hacer pipí. Esta curiosidad se extiende muy en particular hacia sus padres.
La mudanza a Viena, cuando Juanito tenía cuatro años de edad, produjo en él efectos
importantes. En Viena se ubica el lugar de trabajo de su padre, por lo que éste ya no tenía que
ausentarse largos tiempos para realizar su labor. Juanito, que antes ocupaba el lugar que
correspondía a su padre en la cama matrimonial, se encuentra ahora frente a una situación que
le disgusta: ya no puede seguir durmiendo con su madre, porque el padre le ha “usurpado” su
lugar.
Con la mudanza se ve una nueva actitud en el niño. Su padre lo descubre admirando a una
niñita de 6 o 7 años por el balcón. Cuando ella aparece Juanito dice sentirse feliz. Freud
explica que la vehemencia con que ejerce el “amor a distancia” halla su explicación en que
Juanito no tiene camaradas ni compañeritas de juego. Para su desarrollo normal, el niño
requiere, es evidente, trato asiduo con otros niños.
De sus veraneos en Gmuden, es importante mencionar que fue ese lugar el que Juanito toma
comienzo de sus fantasías eróticas, que se inician con las hijas del dueño de la hostería,
Maruja, Berta y Olga, a quienes el pequeño llama “mis niñas”. También en Gmuden, Juanito
comienza con sus deseos eróticos hacia su madre, y su deseo de que el padre “partiera de
viaje”. Junto a estos deseos y fantasías eróticas, se ven en Juanito algunas manifestaciones
agresivas en su tiempo de juego. En los veraneos siguientes en Gmuden, Juanito vuelve a
establecer una relación fuerte con Maruja, tanto que él manifiesta su deseo de dormir con
ella, o que ella duerma junto a él y sus padres.
4) Comente brevemente, los síntomas presentados en enero de 1908 en Juanito. ¿Qué causa
le atribuye Freud y que dice el padre al respecto?
Uno de los primeros episodios ocurridos fue cuando Juanito tenía cuatro años y nueve meses,
se levanto llorando a causa de haber pensado que su madre se había ido y que no tendría una
mama que le de caricias, dice Freud que se trataría entonces de un sueño de angustia. El 7 de
enero de dicho año Juanito sale con su niñera de paseo al parque, esta era una actividad que
lo realizaban habitualmente, pero en dicha oportunidad Juanito salió a la calle y se largo a
llorar, pidiendo volver a casa, quería que su madre le vuelva a hacer mimitos. Al llegar a su
casa le interrogan porque había llorado pero el no responde. Por la noche nuevamente vuelve
a llorar, tenía miedo y no había manera de poder separarlo de su madre, el quería que lo
mimen, luego recibir aquello que el tanto quería, se logra calmar.
Freud dirá entonces que ello es el principio de una fobia y una angustia. La perturbación
iniciara allí con ideas cariñosas y los sueños de angustia. Estos sueños de angustias tendrán
que ver con la creencia de que la madre pudiera irse, hay una intensificación de ternura hacia
la madre, este sería el fenómeno básico del estado patológico, dicha intensificación de ternura
hacia la madre es lo que se convierte en angustia, aquello que sucumbe a la represión. Esta
angustia correspondiente a un deseo erótico reprimido carece en un comienzo de objeto,
como toda angustia infantil, es todavía angustia y no miedo, por esa razón la angustia luego
se encuentra frente a la necesidad de hallar un objeto, el cual es encontrado en el caballo.
La aparición de la angustia por primera vez fue con el sueño de angustia de Juanito, allí sueña
que su madre no volverá más y por lo tanto no podrá mimarlo, esto demuestra la gran ternura
de Juanito hacia ella. Un deseo erótico se encuentra asociado a esta ternura y sucumbe a la
represión, la angustia es consecuencia de ello. Dicha angustia carece de objeto en un
principio pero luego se irá identificando con caballos, por lo que pasara de ser angustia a
convertirse en miedo.
6) ¿Por qué Juanito tenía miedo a ser mordido por un caballo blanco? Explique las
relaciones asociativas implicadas.
Luego Juanito extiende su miedo a caballos grandes, de carga, a los que tienen anteojeras y
manchas en el rostro, y a los caballos que pataleen. Freud dice que estos caballos expresan
una doble articulación: angustia ante el padre y angustia por el padre. La primera proviene de
la hostilidad hacia el padre, de su rivalidad con él en cuanto a la madre; mientras que, la
segunda, proviene del conflicto entre la ternura y la hostilidad. Los caballos representan su
temor al padre (con anteojos y bigote, análogos a las anteojeras y las manchas en el rostro de
los caballos), por un lado, a que se disguste (haga berrinches y pataleos) por los deseos de
Juanito; y por otro lado, el temor a que le pueda pasar algo (que se muera, como los caballos
con grandes cargas). El temor a los caballos que hacen berrinches se relaciona también con el
hecho de que Juanito, cuando no quiere liberar sus “Lumpf”, el padre suele enojarse. Es un
temor hacia él, a que no se enoje o tome represalias.
“Por la noche había en mi cuarto una jirafa muy grande y otra toda arrugada; y la grande
y otra arrugada; y la grande empezó a gritar porque le quité la arrugada. Luego dejó de
gritar y entonces yo me senté encima de la jirafa arrugada.”
Durante ese mismo día su padre arribo a una conclusión:La jirafa grande hacía referencia a él
debido al cuello largo de la jirafa (en correlación a un pene de gran tamaño) y la jirafa
arrugada a su esposa, en correspondencia a su genital.
Toda la fantasía se trata de la reproducción de una escena que se ha desarrollado casi todas
las mañanas en esos últimos días, donde Juanito iba por la mañana temprano alalcoba de los
padres y su madre no podía dejar de acogerlo unos minutos en la cama. A lo que el padre,
advertía que no debía hacerlo (“la grande empezó a gritar porque yo le quité la pequeña”), a
lo que ella replicaba algunas veces, irritada, que eran tonterías suyas, que por tenerlo allí un
minuto no podía pasar nada, etcétera. A raíz de esto, Juanito permanece entonces un breve
rato a su lado. (“Luego dejó de gritar y entonces yo me senté encima de la jirafa arrugada.”)”.
Freud ha agregado a la interpretación del padre que, el “sentarse encima” es probablemente la
representación que Juanito se forma de la “toma de posesión”. La totalidad es una fantasía de
desafío enlazada a la victoria sobre la oposición del padre. “Grita todo lo que quieras. Mamá
me acoge a pesar de todo en su cama. Mamá es mía; me pertenece”. Se puede vislumbrar lo
que el padre sospechaba: el miedo a que la madre no le quiera porque su cosita no puede
compararse en tamaño a la del padre. A la mañana siguiente el padre ve plenamente
confirmada su interpretación.
En una visita que padre e hijo realizan a Freud, éste último entre bromas pregunta al niño si
sus caballos llevaban gafas, cosa que negó; si las llevaba su padre, lo que también negó
contra toda evidencia, y si aquello negro que los caballos tenían en torno de la “boca” le
recordaba un bigote. Luego comenzó a explicarle que le tenía miedo a su padre precisamente
por lo mucho que él quería a su madre. Creía, sin duda, que el padre le tomaba a mal aquel
cariño y eso no era verdad; su padre le quería también mucho y él podía confesarle sin miedo
todas sus cosas.
“El día 2 de abril se observa ya la primera mejoría importante. Hasta ahora no consentía en
permanecer por mucho tiempo delante de la casa y en cuanto veía venir un caballo corría a
refugiarse en el portal, todo asustado. Hoy, en cambio, permanece fuera cerca de una hora
aunque pasan bastantes coches. De cuando en cuando, al ver venir de lejos algún coche,
corre a refugiarse en casa, pero vuelve a salir en el acto, como si lo hubiera pensado
mejor”.
Se ve que observa que solo padecía un resto de angustia y que desde las explicaciones
recibidas ha progresado evidentemente en el camino le la curación.
Más tarde, al pasar por la antesala ve el “trousseau” del médico y pregunta: “¿Qué es eso?”
Todas sus palabras demuestran que relaciona con la cigüeña aquella situación inhabitual,
observa todo con aire desconfiado e indudablemente, se ha afirmado en él la primera
desconfianza contra la historia de la cigüeña”.
Juanito se muestra luego muy celoso de la nueva hermanita y cuando alguien la alaba en su
presencia, objeta en el acto con acento de burla: “Pero no tiene dientes”. Cuando la vio por
primera vez, le sorprendió mucho que no pudiese hablar y se figuró que era porque no tenía
dientes. Durante los primeros días pasó, naturalmente, muy a segundo término, de pronto,
cayó enfermo de anginas. En la fiebre se le oía decir: “No quiero ninguna hermanita”.
Freud ya le había predicho al padre que la fobia del pequeño se enlazaba a los pensamientos y
los deseos provocados por el nacimiento de su hermanita, pero había omitido llamarle la
atención sobre la teoría sexual infantil, según la cual los niños son paridos por el recto, teoría
que habría de hacer atravesar a Juanito el complejo de lo excremental. Esta negligencia por su
parte provocó el oscurecimiento temporal del análisis.
10) Comente y explique las dos fantasías del fontanero (y la amiga imaginaria) ¿Qué está
elaborando allí? ¿Cómo resuelve la angustia?
Primera fantasía del fontanero: El 11 de Abril, por la mañana, Juanito fue al dormitorio
parental, y, como sucedió días anteriores, fue enviado de vuelta. Luego cuenta “Escucha lo
que me ha pasado. Yo estoy en la bañera, entonces viene el fontanero y la desatornilla.
Entonces toma un gran taladro y me lo mete en la panza”. Juanito trataba de elaborar, con
muy pocos elementos, de donde provenían los bebes, en particular, Hanna. Él ya había dicho
en una oportunidad anterior, que ya desde antes del nacimiento Hanna los acompañaba, que
se encontraba en un cajón que siempre llevaban de viaje. En realidad en ese cajón se
encontraba una bañera, y es por esta relación que surge la fantasía del fontanero.
Fantasía de Lodi: El 26 de Abril, Juanito dice a sus padres tener muchos hijos. Ante el
interrogatorio de ellos, él da sus nombres, todos conocidos excepto uno, Lodi, su hija
preferida. A esta niña imaginaria, Juanito dice haberla encontrado en Gmuden, y ser su padre
y el de todos los demás niños, a quienes deja que duerman con él todas las noches. El nombre
Lodi, se refiere a Saffalodi, un salchichón ahumado que la madre siempre solía mencionarlo
como una anécdota relacionada con una tía.
El aspecto de Lodi, podría asemejarse con el de un Saffalodi, es decir, posee ojos y cabello
negro. Y a su vez, un Saffalodi tiene el mismo aspecto que un Lumpf (materia fecal). El
padre pregunto a Juanito si cuando, sentado en la barandilla, viene un Lumpf, el pensaba que
tenía un niño. La respuesta afirmativa de Juanito es una prueba más de la teoría del
nacimiento que tienen los seres humanos en su infancia.
La angustia aquí ha desaparecido casi por completo, solo quiere permanecer en las
proximidades de la casa para tener un camino de regreso si hubiera de atemorizarse. Pero ya
no se refugia en la casa, permanece siempre en la calle. La enfermedad había empezado
cuando él se volvió llorando con su niñera de un paseo, y cuando la segunda vez se constriño
a ir de paseo, llego solo a la estación del ferrocarril metropolitano, desde la cual toda vía se
ve su vivienda. Naturalmente, a raíz del parto de la mamá, el fue separado de ella y la
angustia de ahora, que le impide abandonar las proximidades de la casa, es todavía una
añoranza desde entonces.
Cuatro días después Juanito vuelve a jugar con sus niños imaginarios. El padre le pregunta
cómo pueden todavía vivir sus hijos si él sabe que los hombres no pueden tenerlos. Juanito
responde que, si bien antes el era la madre, ahora es el padre. La madre de los niños es su
propia madre, y a su padre lo convierte en el abuelo, casándolo a su vez con su abuela
paterna. Con esta fantasía, el niño ha hallado una solución más feliz que la prescrita por el
destino: en lugar de eliminar a su padre, le concede la misma dicha que ansía para sí, lo
designa abuelo y lo casa con su propia madre. Tras la confesión de la fantasía, es imposible
poner en entredicho el placer que en Juanito anuda las funciones excrementales.
Segunda fantasía del Fontanero: El 2 de Mayo, por la mañana temprano, Juanito acude al
cuarto de sus padres, y dice que había “pensado” una cosa: “Ha venido el fontanero y con
unas tenazas me ha quitado primero el trasero y después me ha dado otro, y después el hace-
pipí”. El padre entendió de inmediato el carácter de la fantasía de deseo. El fontanero le ha
dado entonces un hace-pipí y un trasero más grande, como el del padre.
11) Explique la siguiente frase: La amenaza de castración desarrolla a posterior sus efectos.
Juanito no solo presentaba un interés meramente teórico por su “cosita”, sino que ese interés
lo a estimulaba a tocarse su miembro. Cuando a los 3 años y medio la madre lo encuentra con
su mano sobre su “cosita” ella lo amenaza diciendo que llamara al médico para que se lo
cortara, entonces le pregunta a Juanito con que haría pipi, a lo que el niño responde “con la
cola”. Dicha respuesta sin conciencia de culpa en Juanito es la ocasión en que adquiera el
“complejo de castración”. Este complejo dice Freud, ha dejado notables huellas en los mitos.
12) ¿Qué papel cumple el objeto fálico con respecto a la expresión de los impulsos
pulsionales?
El papel que cumple el objeto fálico es fundamental, puesto que se muestra teñida desde un
principio con el placer más intenso. Además, la fuente del placer sexual fálica incluye, en su
esencia, el sentido visual; es decir, el impulso, a su vez, pasa por el hecho de ver al objeto,
plasmado activa o pasivamente. Por ello, en el caso de Juanito se pueden observar las
reacciones que tiene con respecto a su miembro, especialmente cuando decidía tocárselo en
las noches, o cuando buscaba compararlo con los de sus padres, y dar cuenta allí de la
importancia que adquiere en la esfera psicosexual.
Dentro de la epicrisis del caso, Freud trata la temática de las fobias, relacionándolas con la
“histeria de angustia”. Primeramente el autor afirma que la situación de las fobias dentro del
sistema de la neurosis, ha sido hasta ahora muy indeterminada. En relación a esto Freud dice
que parece seguro que deben ser consideradas tan solo como síndromes comunes a diferentes
neurosis, siendo innecesario atribuirles la calidad de procesos patológicos especiales.
Para fobias como las de Juanito (que sin duda son las más frecuentes), Freud considera
acertada la designación de “histeria de angustia”. Designio que se justifica por la coincidencia
del mecanismo para tales fobias, con el de la histeria, salvo en un solo y único punto decisivo.
Dicho punto es que la libido, al desligarse del material reprimido, no es convertido, o sea
utilizado para una inervación somática, sino que queda libre en calidad de angustia.
Freud afirma que estas histerias de angustia pueden mezclarse en cualquier medida con la
histeria de conversión. Pero aún así, también existen histerias de conversión puras, sin
angustia alguna, e histerias de angustia que se manifiestan en sensaciones de angustia y en
fobias, sin conversión alguna (Aquí nos encontramos con la Fobia de Juanito).
No es difícil hacer resaltar un carácter esencial de las histerias de angustia, puesto que estas
evolucionan cada vez más hacia la fobia y, al final, el enfermo puede haber quedado libre de
angustia, pero sólo a costa de inhibiciones y restricciones a las que hubo de someterse. En la
histeria de angustia hay una labor psíquica encaminada a ligar de nuevo psíquicamente la
angustia libertada; pero esta labor no puede alcanzar la retransformación de la angustia en
libido ni enlazarse a los mismos complejos de los que la libido procede. No le queda más
camino que impedir todas las ocasiones de desarrollo de angustia por medio de una defensa
psíquica, tal como una precaución, una inhibición o una prohibición, y estas defensas son las
que se nos muestran como fobias y forman la esencia de la enfermedad.
Freud dice que en sus lazos con su padre y su madre, Juanito confirma de manera más
flagrante y palpable todo cuanto él mismo había afirmado en “La Interpretación de los
Sueños” y en “Tres Ensayos para una Teoría Sexual”, sobre los vínculos sexuales de los hijos
con sus progenitores. Él es realmente un pequeño Edipo, que querría tener a su padre “fuera”,
eliminado, para poder estar solo con la bella madre, dormir con ella. Este deseo nació en
aquella residencia veraniega, cuando las alternancias de ausencia y presencia del padre le
señalaron la condición a la que se ligaba la ansiada intimidad con la madre. Entonces se
contentó con la versión de que “ojala el padre pudiera partir de viaje”, a lo cual más tarde,
merced a una impresión accidental, provocada por otra partida, pudo anudarse de inmediato a
la angustia de ser mordido por un caballo blanco. Luego, por primera vez, probablemente en
Viena, donde ya no podía contar con la partida de viaje del padre, se elevó hasta el contenido
que ojalá el padre estuviera fuera de manera permanente, que estuviera “muerto”. La angustia
ante el padre, surgida de ese deseo de muerte hacia él, constituyó el máximo obstáculo de
análisis hasta que fue eliminada en la declaración en el consultorio de Freud.