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TEORIAS DE LA ANGUSTIA EN FREUD

INTRODUCCION:

El psiquismo humano está compuesto de varios elementos; los


principales son las representaciones y el afecto o montos de
energía que lo recorren. Esa energía que transita por el AP es la
libido y desde ella se promueve la dinámica mental.

Si ahora nos preguntamos ¿qué es la angustia? Una primera


respuesta es: es una perturbación de la corriente libidinal. Esta
perturbación altera el funcionamiento de la dinámica psíquica.

De allí que el estudio del concepto de angustia es importante en


tanto permitirá esclarecer, por una parte la teoría y función de los
afectos y por otra su vinculación con los procesos psicopatológicos
que desembocan en síntomas.

Es ya sabido que los afectos pueden clasificarse en positivos y


negativos. En relación a estos últimos se los clasifica en dolor,
displacer y angustia. En la medida ue no son lo mismo, es
importante delimitar sus funciones –sobre todo respecto de la
angustia- pues desde ella es que se pone en marcha el proceso
psíquico y la formación de síntomas, ya que la angustia es el
principal motor en la formación de síntomas.

Es importante también delimitar las relaciones recíprocas entre


esos tres conceptos, en tanto displacer y dolor no deben ser
considerados sinónimos. En la obra freudiana existe una teoría del
dolor y una del displacer. Al primero se lo considera en relación al
cuerpo, como efracción.

De allí que las relaciones entre displacer y dolor, podrían mostrar


algo de la vinculación del psiquismo con el cuerpo, consideradas
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como derivación, transposición o metáforas, que asocia a las dos


áreas: la psíquica, (particularmente el yo) y el cuerpo.

Ya que el tratamiento completo de esas relaciones y las teorías de


los afectos es un tema que escapa a este espacio, en este trabajo
se hará foco en la angustia y su relación con la producción
psicopatológica.

PRIMERA TEORÍA: LAS NEUROSIS ACTUALES.

Esta teoría posibilita entrar directamente en la relación angustia-


sexualidad.

Es la postulada por Freud en el período de 1892 a 1895, cuando se


abocó estos temas y se podría decir, que se la puede estudiar
desde dos planos, el de las publicaciones y el de la
correspondencia con Fliess.

El primero de esos espacios es el que se corresponde con la tarea


conjunta con Breuer, en el cual en cierto sentido Freud se
encontraba un poco frenado por las reticencias de su maestro-
amigo, cosa que se nota en las cartas que le enviara a Fliess.

Las reticencias de Breuer estaban referidas a la etiología sexual de


las histerias y las neurosis, y esto, a pesar de que otros antes que
Freud postulaban ese factor etiológico; pues a la sexualidad se la
veía participar en las neurosis como factor actual, desde las
primeras entrevistas con pacientes.

Desde esas manifestaciones de la sexualidad, como factor actual,


comienza Freud su investigación clínica particularmente en el
cuadro que denomina neurosis de angustia y a la que intenta
delimitar de la neurastenia.
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La bibliografía de esta época es: “La neurastenia y la neurosis de


angustia”; “Sobre la justificación de separar de la neurastenia
cierto complejo de síntomas a título de neurosis de angustia”
ambos de 1895; además de los Manuscritos A, B y E de la
correspondencia con Fliess.

La necesidad de separar esas dos patologías, se basó en la


necesidad de identificar, a partir de los síntomas, una etiología y
mecanismos específicos en cada una de ellas.

La neurastenia era una entidad conocida antes de Freud, el


norteamericano Beard la denominó primero “La nerviosidad
americana” y posteriormente “La neurastenia sexual
(agotamiento nervioso).

La idea central de ese psiquiatra es que la neurastenia tiene una


etiología sexual, y esto señala que no fue un descubrimiento
freudiano.

El síndrome se manifiesta con apariencia depresiva crónica, con


predominio de perturbaciones corporales difusas, trastornos
somáticos como el dolor y ciertas perturbaciones funcionales,
pero sobre todo, dolores.

Actualmente el síndrome se describe, con valor descriptivo:

1) Astenia intelectual sobre todo física, semejante al cansancio.


Pero con una particularidad, la persona está más cansada al
despertarse que luego de un día de trabajo. Es decir está
cansado cuando no efectúa esfuerzo alguno.
2) Síntomas dolorosos manifiestos, en especial por dolores de
cabeza y raquídeos, también difusos.
3) Alteraciones funcionales como, trastornos digestivos y
eventualmente cardiovasculares, que tienen apariencia
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neurovegetativa. La función neurovegetativa, es la que


depende del sistema nervioso autónomo, denominado
también sistema nervioso visceral que controla las funciones
involuntarias como: frecuencia cardíaca, la respiratoria, la
digestión, la salivación, la sudoración, dilatación de las
pupilas, la micción, la evacuación. Este sistema nervioso se
divide en S.N simpático y SN parasimpático. Sintetizando es
el sistema que mantiene la homeostasis fisiológica.
4) Estados de depresión, tristeza e indiferencia.

Como se puede observar, el síndrome neurasténico, aún si se lo


denominara como lo hizo Janet, (psicasténico), aún teniendo
origen en lo psíquico sus manifestaciones prevalentes se dan en
lo físico.

Lo más relevante es que la neurastenia muestra una clara relación


con lo psíquico; es la proyección de la sexualidad, en lo físico.

Freud retoma la idea pero aclarando que se trata de un


agotamiento de la energía sexual, a causa de una actividad sexual
anormal, es por lo tanto una desviación, y considera que la
diferencia con la neurosis de angustia está, desde el punto de vista
cuantitativo, en que ésta es por una acumulación de energía
sexual. (Ver Manuscrito A).

Otra distinción que hace Freud es la de la Neurosis de Angustia y


la Histeria de Angustia (caso Juanito), la que el líneas generales se
denomina fobia, pero se relaciona con la histeria.

En relación a la neurosis de angustia (NA) la describe enumerando


los síntomas:

1) Fondo de excitabilidad general, que considera constante, y


se opone a la idea del déficit de energía sexual; por el
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contrario se genera por un exceso. En este sentido se trata


de una perturbación desde el punto de vista económico.
Entonces, la excitabilidad general, es producto de una
acumulación, absoluta o relativa de energía sexual.
2) Expectación ansiosa, es el síntoma nuclear de la N de A, que
consiste en un fondo constante de ansiedad que se adhiere
a cualquier pretexto para que la justifique. Según Freud es
un fenómeno normal acentuado, y lo describe como una
tendencia a la concepción pesimista de las cosas; pero
aclara que en la neurosis de angustia se torna compulsiva.
Desde lo teórico se explica por la existencia de un monto de
angustia libremente flotante. Energía libre que aprovecha
cualquier acontecimiento, que se preste, para transformarse
en ataque de angustia.
3) Los ataques de angustia es la tercera modalidad de síntomas
de la N de A. En algunos casos estos ataques pueden carecer
de contenido representacional inmediato, de este modo la
persona está angustiada sin saber por qué; en otros casos se
puede ligar a una representación, una idea o a una sensación
somática.
Según señalara Freud, el ataque de angustia o bien carece
de contenido representacional, o bien tiene un contenido
difuso (sentimiento de aniquilación de la vida, de
abatimiento, de locura en cierne). La última es importante
en las crisis de angustia. También puede vincularse con
alguna parestesia, con un trastorno de una función corporal
(cardíaca, respiratoria, vasomotora, glandular)
A veces cuando la sensación somática pasa a primer lugar el
sentimiento de angustia se presenta apenas como un leve
malestar; en calidad de afecto se acerca bastante a lo
psicosomático.
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4) Además de los ataques de angustia, pueden presentarse


equivalentes, en estos casos la angustia está ausente y se
presentan como ataques de vértigo (sin angustia) como un
síntoma somático.
5) Por último se pueden presentar un conjunto de síntomas
somáticos de índole digestiva: diarreas, vómitos, etc.

La idea central en las N de A es, que existe una angustia


libremente flotante, que se presenta como fondo de angustia o
como ataque y que esa angustia libremente flotante puede ligarse
ocasionalmente a representaciones, situaciones o a síntomas
somáticos.

En ese sentido en las N de A pueda haber síntomas fóbicos,


justamente porque la angustia se fijó a una representación
cualquiera, capaz de prestarse a para darle contenido a la
angustia.

Los síntomas fóbicos Freud los clasifica en dos grupos, el primero:


los que se fijan a peligros comunes (serpientes, arañas, tormentas
oscuridad), son síntomas que surgen desde acontecimientos que
no pertenecen a la historia individual.

El proceso sería el siguiente: existencia de expectación ansiosa (sin


contenido), se liga con cualquier cosa muy común, que como
pretexto “justifica” la angustia.

El segundo grupo: son los síntomas fóbicos que se vinculan con el


ataque de angustia y particularmente de vértigo, éstos son
síntomas que se fijan a la locomoción y en general se reconocen
como agorafobias.

Freud diferencia los síntomas fóbicos de las neurosis actuales, de


los que se manifiestan en las psiconeurosis; es decir de las
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neurosis que tienen una etiología puramente psíquica e histórica.


(N.O y N H.).

Tomado desde el punto de vista económico, en ambas, el


mecanismo se basa en la transposición del afecto; esto implica
reconocer que el afecto y la representación son dos elementos
separables entre sí y desplazables uno con relación al otro.

Entonces, en las dos psiconeurosis, hay un afecto disponible


(angustia) que se transpone a una representación. De allí que la
representación se torna compulsiva, en las N.O. hacia lo ideativo
y en las N.H. hacia el cuerpo o lo sensorial.

En cambio en las N de A. el afecto siempre es monótono –


angustia- y ésta no proviene de una representación reprimida.
Esto último es importante porque impide que la sintomatología
fóbica sea reductible por el análisis.

Esto quiere decir que si se somete al análisis una fobia de la N.de


A. se descubre que cierto monto de angustia está ligado a una
representación, pero desde ésta no se descubre ninguna otra que
esté sustituida, simbolizada por ella.

De todos modos lo que es importante tener en cuenta es que los


dos tipos de síntomas fóbicos (los de las N de A. y los de las
psiconeurosis) a menudo coexisten. Esto quiere decir que un
síntoma fóbico de la N de A. posteriormente puede transformarse
por sustitución, en una medida de defensa que reemplaza a la
fobia original.

Esto es más complejo, que lo veremos en otro momento. Ahora


tratemos de ver ¿cuál es el origen de la angustia? Para este
objetivo es importante revisar el Manuscrito E.
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En ese manuscrito, Freud propone que la etiología de la angustia


es sexual, para esta postulación se basó en numerosas consultas y
casos clínicos, centrando un estudio sistemático de la vida actual
de la sexualidad de los pacientes y no desde el punto de vista
histórico.

Esto vale una aclaración, no descarta totalmente el plano


histórico, pero su atención se centró en las manifestaciones
sintomáticas de la vida sexual actual.

Desde ese estudio sistemático, reúne una serie de casos que los
clasifica tipificando los trastornos y señalando las circunstancias
en las que pude aparecer la angustia; por ejemplo.

1) La angustia virginal, esto es la angustia de los sujetos


vírgenes cuando toman el primer contacto con los
problemas sexuales. Son caso en los que el bagaje
representacional no está plenamente desarrollado y por
consecuencia no pueden tramitar o elaborar la tensión física
derivada del momento erótico. Dicho de otra manera, la
tensión sexual somática no tiene sostén en la representación
sexual, por no estar plenamente desarrollada. Además
sostiene Freud, se le agrega el rechazo psíquico de la
sexualidad como producto de la educación.
2) Abstinencia deliberada, por mojigatería, es decir aquellas
personas que muestran un exagerado apego a los valores
morales. Son neurópatas, dice Freud, que sufren de
conflictos; por lo tanto debe incluírselos en los que padecen
por etiología conflictiva. Esta es la que causa que la vida
sexual sea insuficiente. Desde esta insuficiencia la angustia
no tiene origen psíquico, sino que la descarga sexual está
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bloqueada. Desde allí la angustia se manifiesta de modo


mecánico (es decir automáticamente).
3) Relaciones sexuales incompletas, estos casos se relacionan
con la neurastenia referida a la masturbación. Es decir una
excitación frustrada por ausencia de relación sexual. Se
equipara a falta de relación sexual con coitus interruptus o
reservatus.

Se puede observar que ya en esa época Freud ofrece dos


concepciones de la angustia, que son las que van a figurar a lo
largo de toda su obra.

Son dos líneas de pensamiento que entran en una relación


dialéctica; al inicio son opuestas a partir de una pregunta muy
puntual hecha por Freud “La angustia de la Nde A, ¿emana de la
inhibición de la función sexual o de la angustia vinculada con su
etiología?”

Dicho de otro modo: ¿la angustia puede explicarse simplemente


por la transformación de una energía no empleada? (por acción
mecánica); o bien la angustia, no es un sentimiento cualquiera y
se muestra en crisis de ciertas características (ej. Trastornos
respiratorios, cardíacos, etc) y ¿debe remitirse a un
acontecimiento histórico?

Entonces un teoría psicológica y una teoría fisiológica.

Desde la primera; la crisis de angustia sería provocada por


angustia rememorada, derivada de un acontecimiento que en
primera instancia vincula a la vida adulta y a medida que va
desarrollando sus teorizaciones la relaciona más con
acontecimientos de la infancia. En este último sentido es una
angustia que está fuera de su contexto originario y sobreviene en
determinados momentos de la vida del sujeto.
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Es decir se trata de una angustia desplazada y así como se


desplazó del acontecimiento original, puede desplazarse de la vida
sexual y enlazarse a cualquier otro aspecto de la vida de la
personas.

Freud mismo critica esta postulación, señalando que la angustia


como tal no es deducida psíquicamente, pues para él quedaba
muy claro que la angustia derivaba de la sexualidad,
particularmente del coitus interruptus y que al inicio había
seguido una falsa vía explicativa diciendo que era una
continuación de la angustia surgida de la relación sexual, es decir
como síntoma histérico. Vale decir sería, una angustia provocada
por una representación, que separada de ésta se desplazaba a
otra y éste sería el mecanismo de la neurosis psíquica o
psiconeurosis.

Esto en cierto punto se mantiene pues las relaciones entre NA y


NH son bastante evidentes.

Sin embargo, la comprobación de que en parejas en donde el


temor al embarazo no estaba presente, la angustia igual aparecía,
esto lo lleva a sostener que la angustia nunca es prolongación de
una angustia recordada.

Esa observación clínica lo lleva al abandono de una teoría


puramente psicológica, es decir angustia como producto de
recuerdos y centra su atención en una teoría puramente
fisiológica.

Desde la concepción fisiológica, la angustia consiste en la descarga


de una excitación sexual insatisfecha, por vías somáticas. Es decir
al obstruirse por alguna razón la descarga la excitación, toma otros
caminos. (Parece una metáfora hidráulica).
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Si bien Freud en primera instancia da esta solución, en realidad, la


misma es más compleja, pues en todos los casos hay: acumulación
de tensión, incapacidad de descarga sexual por las vías normales
y de allí la descarga se lleva a cabo por vías no específicas.
Recordemos que la sexualidad para alcanzar una descarga
satisfactoria debe alcanzase por acciones específicas.

Entonces cuando no se accede a la acción específica, se promueve


una descarga anárquica; y en esto consiste la angustia o sus
equivalentes posibles.

En este punto la pregunta que surge del Manuscrito E ¿por qué la


excitación sexual acumulada se transforma en angustia? La
respuesta que se da es, la angustia es la sensación que
corresponde a la acumulación de otro estímulo endógeno –la
respiración- y éste no admite ninguna clase de elaboración
psíquica. Entonces desde aquí la angustia puede equipararse a
energía física acumulada.

Más adelante Freud centrará el foco en otra teoría desde el punto


de vista fenomenológico, tomará como origen de la angustia la
angustia del nacimiento (Otto Rank) y con los fenómenos que
acompañan al pasaje por el canal de parto.

De allí sostiene que disnea, palpitaciones y todas las vías de


inervación que participan le prestan a la angustia sus vías de
descarga y por ellas se manifiesta.

Dado que esas manifestaciones también son verificables en el


coito, las hace equivalentes, en tanto éstas son las vías que la
excitación sexual normalmente recorre para la descarga, aún
cuando esa excitación es elaborada psíquicamente.
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En ese sentido, la disnea y las palpitaciones son concomitantes


con el coito, como vías subsidiarias de descarga. La diferencia con
la angustia de las NA es que esas vías son las obligadas para la
descarga del monto excitatorio.

Esto quiere decir que en las crisis de angustia, la descarga tomaría


solamente las vías accesorias –cardíacas y respiratorias- que
actúan como si fueran los fenómenos centrales.

Entonces ni la teoría puramente psicológica, ni la puramente


fisiológica son lo más adecuado, tampoco se puede sostener que
ambas son opuestas, pues Freud mismo reconoce que en las crisis
de angustia participan elementos simbólicos.

Pero las cosas son más complejas, pues la primer teoría (la
psicológica) hace abstracción de la actividad sexual –no es
enteramente freudiana- y de allí que la energía sexual debe
descargarse en otra área de la persona, o quizá falta un
encadenamiento, un eslabón para explicar la inadecuación de la
excitación sexual somática y la posibilidad de su elaboración a
nivel psíquico.

El eslabón al que me estoy refiriendo es el de elaboración


psíquica; este concepto es importante pues sin él es imposible
comprender acabadamente la teoría fisiológica de la angustia.

Si se tiene en cuenta que en esa época Freud no designaba a la


excitación sexual física como libido, ni al deseo sexual como
somático, sino que con esos nombres denominaba al elemento
psíquico que a ellos se ligaba, (esto es a las fantasías que se
vinculaban con la actividad sexual); se torna llamativo que
presente a la N A como una neurosis libre de conflicto.
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¿Entonces dónde se despliega el conflicto? Entre la excitación


sexual somática y la libido, que quizá más que conflicto es una
escisión.

Vale decir que la teoría fisiológica de la angustia no es una teoría


pura. Lo cual indica que la excitación sexual somática no es que se
transforme en angustia por un coito inadecuado, sino que esa
excitación no encuentra correlato en el nivel psíquico.

Es justamente esa falta de correlato en lo psíquico que promueve


que el coito sea inadecuado, y de allí la excitación que no se
descarga se deriva bajo la forma de angustia; la causa es por falta
de elaboración psíquica.

¿Cuál es el indicador que le prueba empíricamente esta teoría? El


hecho de que las personas que están afectadas de NA no se quejan
de los deseos insatisfechos, sino justamente de la ausencia de
deseos sexuales. Esto muestra que la neurosis por acumulación,
se traduce en el nivel psíquico por disminución de los montos de
libido.

Si se tiene en cuenta que esta concepción, en la que se pone el


acento en el factor actual de las NA (como lo hace W Reich), el
aspecto esencial para el tratamiento de las neurosis, es el actual y
no el histórico.

Se trataría entonces, en el tratamiento, de desbrozar los


obstáculos del presente que se oponen a la satisfacción sexual. En
este camino colateral también entró en un inicio Freud (1893)
cuando recomendaba un cambio en la práctica sexual, la
profilaxis, para prevenir las NA, porque éstas eran inaccesibles al
análisis.
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Por qué profilaxis, porque existía el peligro de la sífilis y la


blenorragia, por lo tanto el que abandonaba la masturbación se
veía enfrentado a esta amenaza. Lo cual circunscribía las
relaciones sexuales entre jóvenes, siempre que se contara con
métodos para prevenir la concepción.

Ahora bien, manteniendo el factor actual como esencial para las


NA, no se podía explicar por qué algunas personas de vida sexual
poco activa, o que se mantienen en abstinencia, no sufren de
angustia.

Para Freud, la acumulación de excitación sexual somática,


considerada como causa de la angustia, nunca se expresa
directamente por ausencia de descarga o de sensación orgásmica;
lo que falta es el concepto de representación con lo cual no se
puede elaborar psíquicamente, en términos lacanianos la
simbolización de la energía sexual somática. Entonces lo patógeno
en la NA, es la ausencia de libido que es equivalente a ausencia de
elaboración psíquica de la excitación.

Aquí comienza a tomar importancia el término de libido, que en


el pensamiento freudiano es considerada como la energía de las
pulsiones sexuales, esto es un concepto cuantitativo que está en
el límite ente lo psíquico y lo somático; pero la denominación
libido es aquí para posicionarla en su aspecto psíquico.

Por lo tanto la libido es un concepto cuantitativo, en cuanto se


nota disminución de libido en lo psíquico, determina que la
tensión se derive en lo somático; económico, susceptible de
intercambios, de equivalencia y de transformación.

Entendiéndolo desde el punto de vista económico, es algo


medible en términos de demasiado o demasiado poco, de
estancamiento.
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Ahora si se lo toma desde la dimensión psíquica, es un concepto


cualitativo, en la medida que sólo existe libido cuando la tensión
sexual está ligada a representaciones; y en este sentido alude a
deseo, que a su vez está ligado a representaciones particulares.

Elaboración psíquica y lo psicosomático

La idea que hace de eje en toda la obra freudiana, es la de


configurar un modelo de psiquismo, que a semejanza de un
aparato cumple con un cierto trabajo. En alemán el término
bearbeiten, tiene su traducción en trabajar. Es un término que
equivale a elaborar.

Hay 2 modelos de aparato en la obra de Freud, al inicio de su obra,


uno es el Proyecto de una psicología para neurólogos y el otro en
el Cap VII del libro de la interpretación de los sueños.

En el último de los trabajos mencionados en el párrafo anterior,


se encuentra la expresión trabajo del sueño, el cual señala que a
partir de determinados elementos se elabora, el proceso onírico
que reconocemos como el contenido el sueño.

Es un trabajo que se lleva a cabo en distintos niveles, pues hay una


elaboración primaria y una secundaria.

Pero no sólo en los sueños figura el término trabajo, más adelante


lo relaciona con el duelo; allí dice el trabajo del duelo, que también
es aplicado a la melancolía. Desde este concepto al trabajo del
duelo no se lo debe concebir como simple tristeza, sino como el
producto de una elaboración.

En el duelo hay algo que se elabora, en tanto sus manifestaciones


son sólo las expresiones de ese trabajo; expresiones que afectan
a distintos planos de la vida de la persona, implicando una merma
en las actividades del sujeto.
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Sin explayarse demasiado Freud dice que lo que se elabora-


trabaja- en ese aparato (el psíquico) es una cantidad de
excitación, es lo que en otras oportunidades denominará lbido.

La pregunta que cae por su propio peso, es ¿en qué consiste este
trabajo-elaboración? En este punto, es posible vincular el trabajo
con el término ligazón.

Entonces el trabajo consiste en ligar esa energía indiferenciada, de


modo tal que deje de circular en forma libre, automática
(mecánica) y se ligue a determinada representaciones-
contenidos.

A partir de este concepto (ligazón), se puede inferir que tiene


como correlato un proceso inverso, desligazón, que puede ser
traducida también por liberación, o descarga. Indicando así que la
energía que estaba ligada a un determinado contenido, se torna
en energía libre, en bruto. En este sentido es posible afirmar que
la angustia es energía libre, en bruto.

La ligadura, es un freno para la energía psíquica (libido), es un


freno que se promueve desde las representaciones y también
puede suceder, en un proceso menos elaborado, que la ligazón se
produzca a través de ciertas reacciones somáticas, con la salvedad
de que adquieran valor significante.

Desde orta perspectiva, la ligazón, no es sólo ligazón, pues que la


libido esté adherida a representaciones a un recuerdo de un
acontecimiento pasado, significa que entre esas representaciones
se entreteje un entramado o dicho de otro modo una red de
significaciones.

Entonces elaboración, implica ligadura de la energía libre, a


representaciones.
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Ahora se debe tener en cuenta que existen diferentes niveles de


elaboración, el más bajo, el más primario es el planteado por la
angustia y el afecto. ¿Cómo lo dice Freud? “La tensión sexual física
se transforma en angustia cuando es producida en abundancia sin
que la elaboración psíquica le permita convertirse en afecto…” (Los
orígenes del psicoanálisis 1892-3).

En este sentido el afecto es el primer nivel de elaboración, la


primera ligadura, en tanto la angustia es la desorganización del
afecto. Dicho de otro modo es el afecto primordial, el más cercano
a la excitación, el que se descarga de modo inespecífico.

Ese proceso implica que si la energía X, adquiere especificidad


adoptando la forma de afecto, cuando éste encuentra
obstaculizado su paso elige otra vía de descarga, por ejemplo en
forma de angustia, es decir un afecto menos ligado.

Se debe tener en cuenta que el afecto, es un significante, más


precisamente, que posee una estructura significante, pero esto no
quiere decir que esté ligado y que necesite de las
representaciones para que se lo cualifique.

¿Cómo concibe Freud al afecto? Lo hace de un modo muy similar


a lo somático, como un conjunto organizado de descargas
motrices (en esto muestra la ligazón a las que se le añade ciertas
sensaciones ya sea placenteras o displacenteras.

Además en el afecto hay un antecedente histórico; es por éste que


se explica por qué adquiere una u otra cualidad y por qué adquiere
una u otra forma de expresión.

(Ver en introducción al psicoanálisis donde Freud compara el


afecto con el ataque histérico-Teoría Sexual, La angustia).
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Entonces la angustia es el afecto menos elaborado y el que se


asemeja más a la descarga pura de energía, pero susceptible de
mayor o menor elaboración, desde aquí la angustias no es algo de
lo que nada puede decirse, sino que puede funcionar como
elemento significante: como señal, es decir para indicar que el
sujeto siente que algo está por ocurrir.

Desde aquí podemos volver a los distintos niveles de elaboración.

1) La elaboración bajo la forma de afecto, que no implica


ligazón a representaciones, sino a reacciones somáticas.
2) Ligazón a ciertas representaciones, desde donde puede
convertirse en objeto de trabajo-elaboración psíquica; por
ej. La fijación de la angustia a ciertos objetos fóbicos.
Si tomamos en cuenta que en la NA existe un monto de
angustia flotante y que ésta por cierta necesidad se liga
(elige) cualquier objeto que se preste, se puede hacer una
diferenciación entre los que se prestan a una elaboración
ajustada y los que se prestan poco y nada para la elaboración
psíquica; p. ej. Una tormenta que tiene el carácter de objeto
fóbico genérico, un animal, y llega hasta aquellos que se
insertan en la historia, en una concatenación, en un mito ya
sea personal o cultural, ya sea en un animal real o
legendario.
3) El nivel de la ligazón mutua de grupos de representaciones,
es la situación que describe que desde un núcleo separado
por represión queda aislado del grupo de las otras
representaciones; esto lleva a que no pueda ser elaborado
en el área consciente y se constituye en el punto de partida
de los síntomas.
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Lo que se está viendo, es la importancia que tiene el concepto


de elaboración psíquica, tanto en la teoría, como en la
psicopatología y también en la cura.

¿Por qué? Porque si las neurosis implican una falta o rechazo


de elaboración, desde el punto de vista inverso, la cura implica
intentos de elaboración y esto siguiendo a Freud para quien la
cura es una serie de intentos de restablecer ligazones,
conexiones entre sistemas o grupos de representaciones que
se hallan separados. En este sentido implica restablecer una
continuidad en el interior de la vida psíquica.

HALL 5/11/19

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