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Por lo tanto, la educación debe actuar en este sentido posibilitando que el alumnado entienda
estos problemas cruciales, que sean críticos ante ellos y que adopten actitudes y
comportamientos basados en valores racionales y razonables, humanísticos y ecológicos. Estos
temas exigen también unos conocimientos conceptuales y procedimentales, es decir, es
necesaria una conciencia y un cambio de actitudes, pero también se requiere de unos
conocimientos técnicos sobre la realidad que ayuden también la necesidad de estos cambios
en la escala de valores y en definitiva en el modelo explicar ético de interpretación, por lo que
es fundamental impregnar y proyectar la realidad desde estos principios éticos (Palos
Rodríguez, 1995).
La educación para la convivencia y para la paz, además de ser un derecho y una finalidad
educativa en sí misma, pertenece al conjunto de los ejes transversales como organizadores de
los conocimientos que la Enseñanza Obligatoria ha de transmitir y divulgar para lograr la
formación crítica e integral de los futuros ciudadanos, educa-dos en valores como la
convivencia democrática y el sentido de la responsabilidad social. En los planteamientos
curriculares de las diferentes etapas se señalan las necesidades de conseguir un desarrollo
integral de los alumnos, no limitado a la adquisición de conocimientos académicos y
conceptos, sino que incluye otros aspectos corno son las habilidades prácticas, actitudes y
valores.
Los ejes transversales suponen contenidos curriculares básicos que implican el dominio de
conceptos, procedimientos, actitudes, valores y normas, y no deben ser considerados como un
añadido al currículo o una parte exterior o complementaria del mismo Actualmente, las
aportaciones científicas derivadas de la fuente epistemológica del currículo nos demuestran la
necesidad de una incorporación de los ejes transversales como conceptos vertebradores de la
enseñanza obligatoria.
La intervención educativa en esta línea supone fomentar y desarrollar unos va-, lores
referentes, algunos vinculados al humanismo ecológico (respetar y mejorar el medio, no
malgastar recursos, fomentar el consumo responsable, etc.) pero otros tienen una larga
tradición pedagógica (democracia, pacifismo, solidaridad, cooperación, no discriminación,
etc.). Estos valores se derivan del análisis de las situaciones conflictivas más relevantes de
nuestra sociedad y de la necesidad de prevenirlas y/o solucionadas, lo que conlleva la
necesidad de un cambio de actitudes personales y de hábitos sociales.
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Por otra parte, la aplicación didáctica de los ejes transversales tiene incidencia en la línea
metodológica del centro que ha de poner en práctica las siguientes capacidades y actitudes: la
relación con el medio como marco, recurso y objetivo; la participación activa; la cooperación;
la asunción de responsabilidades; el análisis crítico; el compromiso y la acción; y la resolución
de problemas, entre otros.
Por último, señalar que definimos la Educación para la Paz como la creación de actitudes que
estimulen el diálogo como vía privilegiada en la resolución de conflictos entre personas y
grupos sociales, objetivo básico de la educación. El hecho de que la propia escuela sea lugar de
encuentro entre las personas que forman la comunidad educativa y cuyos intereses no
siempre son armónicos, hace de ella un lugar idóneo para aprender por propia experiencia las
actitudes básicas de una con-vivencia libre, democrática, solidaria y participativa.
Los movimientos de educación para la paz en la escuela tienen su origen en la Escuela Nueva
y, tras ella, han sido potenciados por los movimientos pacifistas y por las sucesivas
aportaciones históricas a las formulaciones de los derechos humanos.
Montessori, casi frenéticamente comprometida con la lucha por la paz en los años treinta,
expresa este optimismo intimista, surgido de impotencia ante la guerra, en su célebre libro
educazione a pace. Tanto ella como Dewey, o el catalán rossello, abogan por una
concepción positiva de la educación para la paz: no basta con mostrar los horrores de la
guerra; lo fundamental es estimular el espíritu de cooperación y compresión.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial dio al traste con este primer nacimiento de la
educación para la paz. No obstante, y con independencia del segundo nacimiento -el
ligado a la investigación para la paz-, los movimientos de renovación pedagógica han
seguido preocupándose periódicamente de la educación para la paz La Escuela Moderna
fundada por Freinet, por ejemplo, señala su compromiso en este sentido. En la reunión de
Turín (1982) de la Federación Internacional de Movimientos de Escuela Moderna (FIMEN)
se constituyó una comisión sobre educación para la paz.
Para Milani, como para la educación para la paz entendida como educación para la Para '
emancipación, el adversario a batir es el conformismo, el pensamiento acrítico la
educación a las modas al uso, la renuncia a una existencia creativa y autónoma. Nunca en
sus clases la paz fue un tema específico; sin embargo, la agresividad de su propuesta
educativa y su educación para la resistencia constituyen una fuente constante de
sugerencias ante las concepciones meramente intimas de la educación para la paz.
La investigación para la paz, a diferencia de otras ciencias sociales obsesionadas con la idea
de la objetividad, neutralidad, empirismo, etc., tiene un carácter atípico en cuanto a
disciplina con pretensión científica. Pretende introducir conciencia en la ciencia, descubrir
las causas de la guerra y de la violencia para minar su legitimidad como instrumento
político y promover así condiciones de paz.
Por consiguiente, para algunos investigadores para la paz, un objetivo a largo plazo
esencial es influir a través de la educación para lograr una nueva conciencia global y un
compromiso para la acción. De acuerdo con esto, tiene tanta importancia cómo ensenar
-la forma- como el qué enseñar -el contenido-. Es aquí donde se redescubren Propuestas
de los movimientos de renovación pedagógica. Así, por ejemplo, se rechaza la violencia
verbal, estructural, implícita en la forma tradicional de enseñanza. Se sugiere, por el
contrario: propiciar los debates y exposiciones de varias posturas a minimizar los riesgos
de lavado de cerebro; la investigación creativa; la organización totalmente democrática del
estudio, incluyendo la codecisión; la dramatización y el uso de juegos de simulación y de
role el trabajo en grupo; el uso de medios audiovisuales y táctiles-visuales; el fomento y
Participación en acciones concretas.
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Evolución Histórica
Escuela nueva
Pacifismo No Violencia
Busqueda de la verdad
Desrrollo de autonomía y la afirmación personal.
Afrontar conflictos sin violencia.Teoria de Ghandi del conflicto.
El niño debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los
pueblos, paz y fraternidad universal
LODE (1985)
LOGSE (1990)
3. Conceptualización
Ahora
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Existe consenso social sobre su valor en términos abstractos, pero existen discrepancias a la
hora de concretarlo. Esto va a tener una serie de consecuencias en la educación para la paz:
- No se puede optar por la paz en términos vagos y genéricos. Hay que precisarlo con
términos concretos.
- Analizar críticamente el propio concepto de paz y concretarlo en realidades ámbitos de
aplicación.
- Está ligado a una serie de valores, por lo que no es compatible con cualquier, proyecto
moral. Cuestiona valores como: competitividad, individualismo, discriminación, etc.
Exige valores de: veracidad, justicia, respeto por los derechos de los demás,
solidaridad, tolerancia, etc.
El concepto de violencia estructural, introducido por Galtung, alude a las formas de opresión y
violencia generadas por las estructuras, es decir, al tipo de desigualdad en las relaciones entre
individuos, grupos y sociedades fundamentales, espirituales y materiales. Según esta
concepción, la dominante en la actualidad en el campo dela educación para la paz, los valores
prioritarios serían la justicia y la igualdad. A su vez. Los individuos y los grupos comprometidos
tendrían un campo de actuación propio (las iniciativas desde abajo) y se buscaría también la
autorrealización de las personas. La paz no es una meta, un fin utópico, sino un proceso, algo
hacia lo que se tiende.
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Así pues, la paz es un concepto dinámico referido a:
La paz es, por tanto, un proceso activo de construcción de la justicia mediante la afloración de
conflictos, afrontarlos y resolverlos de forma no violenta con el fin de conseguir la armonía de
la persona, consigo misma, con las demás y con el medio en que vive (Cascón, 1993). Se trata
de una concepción de paz alejada de la pasividad y del simple intimismo; engarzada con la
justicia y el sentido crítico sobre la realidad, la empatía y el respeto por todas las personas, sus
derechos, ideas y creencias.
De acuerdo con la investigación para la paz, la definición de paz debe poner de manifiesto que
esta tiene una naturaleza política, o lo que es lo mismo, debe tener en cuenta tanto el poder
como las necesidades humanas.
El "Manifiesto 2000, redactado por un grupo de premios Nobel, en el que invitaron a todo el
mundo a su firma comprometiéndose a respetarlos en la vida diaria, contiene resumidos, en
un lenguaje sencillo, los seis principios clave que definen y determinan la Cultura de Paz:
- Respetar la vida.
- Rechazar la violencia.
- Compartir con los demás.
- Escuchar para entender.
- Conservar el Planeta.
- Redescubrir la solidaridad
La Cultura de Paz se define, por otro lado, tal como se expresa en la Declaración y Programa de
Acción aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en el verano de 1999, como "un
conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida" orientados a
conseguir metas en ocho esferas: - Cultura de paz a través de la educación.
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3.2. Concepto de conflicto
Lo negativo no es el conflicto en sí, sino la forma de afrontarlo. Hay que diferenciarlo de las
formas no positivas de resolución (violencia). La agresividad no es ni implica violencia. La
agresividad forma parte del comportamiento humano, no es negativa en sí misma, sino
positiva (valor adaptativo,"pseudoespeciación cultural"), como fuerza para la autoafirmación
física psíquica, del sujeto. De la inevitabilidad de la agresividad no se deriva la inevitabilidad de
la violencia.
Una primera dificultad con que nos encontramos para su conceptualización es terminológica:
educación sobre la paz, educación para la paz, educación para el desarrollo, educación para el
desarme, educación para la justicia, etc. ¿Se ocupan todas de lo mismo? Evidentemente, no.
Podemos diferenciar las siguientes concepciones de la educación para la paz:
a) Para unos es simplemente una buena educación (conocer y respetar las reglas de educación
y los modales) o una educación que considera central el problema de la violencia.
b) Para los continuadores de la tradición del utopismo pedagógico, sería una educación
integral de las personas con objeto de lograr su cambio interior y erradicar-sublimar los
instintos de agresividad, para conseguir así finalmente la paz universal a partir de la
transformación de los seres humanos.
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d) La educación para la paz entendida como intento de enseñar los hallazgos y los logros de la
investigación para la paz. Lo que varía es el énfasis que a continuación se pone en la necesidad
de que coincidan fines y medios, es decir, forma y contenido.
En suma, todo ello descansa en una distinción conceptual entre la educación sobre la paz y la
educación para la paz. La educación sobre la paz se contenta con transmitir contenidos sobre
la situación internacional, el desequilibrio norte-sur, la carrera de armamentos, el peligro de
guerra nuclear, etc., sin cuestionarse necesariamente la forma de transmitirlos ni su relación
con el duro aprendizaje del oficio de vivir o el autoconocimiento y enriquecimiento personal.
La educación para la paz, por el contrario, considera inseparables la forma y el contenido.
1. Presupone tomar partido en el proceso de socialización, por valores que alienten el cambio
social y personal.
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5. Intenta que coincidan fines y medios, tratando de llegar a contenidos distintos a través de
medios distintos, haciendo del conflicto y del aprendizaje de su resolución no violenta el punto
central de actuación.
Se trata, en suma, de aprender a pensar y a actuar de otra manera, algo que supera el mero
discurso moral del "no os peleéis, sed buenos", que va más allá del llamamiento genérico
contra la guerra, "la guerra es mala", que no plantea la paz Como algo quimérico, sino como un
proceso por el que se irá pasando de la desigualdad a la igualdad, de fa injusticia a la justicia,
de la indiferencia al compromiso.
Por tanto, el nuevo concepto de paz puede ser definido como un proceso educativo, continuo
y permanente basado en los conceptos de paz positiva y perspectiva creativa del conflicto y
que a través de la aplicación de métodos problematizantes, pretende crear un nuevo tipo de
cultura, la cultura de la paz que ayude a las personas a desvelar críticamente la realidad,
compleja y conflictiva, para poder situarse ante ella y actuar en consecuencia (Jares, 1993).
Este proceso se articula en tres bloques de actitudes: cooperativas (solidaridad...),
democráticas (expresión, libertad y organización política...) y cívicas (respeto...).
A modo de ejemplo de lo que se realiza en cualquier CC AA, recoger que en el Plan Andaluz de
Educación para la Cultura de Paz y No Violencia, elaborado en 2001 por la Consejería de
Educación de Andalucía, se señala que la Cultura de Paz implica para la educación cuatro
ámbitos de actuación:
Desde el punto de vista metodológico, a la coherencia entre fines y medios compromiso con la
acción, deberíamos añadir la interdisciplinariedad (que en el marco escolar supone huir de la
asignaturización), aprendizaje vivenciado y relación entre el micro y el macro nivel, todos
ellos criterios interdependientes.
Como señaló Magnus Haalvelsurd, no hay educación para la paz si todo queda meras palabras,
si no hay acción práctica, si el enseñante decide casi total que lo que ha de aprenderse y cómo,
si no se sustituyen las estructuras de dominación por estructuras más igualitarias, si no hay
estrategia de cambio y si, se da una aceptación acrítica de ciertos contenidos más o menos
oficiales. En suma, hay que combinar investigación, educación y acción.
Uno de los criterios para construir una moral para la convivencia es sin duda la Paz, pero la
educación moral ha de adaptarse al nivel psicoevolutivo del alumno. Los alumnos de la etapa
de Educación Secundaria Obligatoria se caracterizan sobre todo por:
Veamos la evolución producida en esta etapa sobre los aspectos de perspectiva social, normas,
juicio moral y construcción del criterio moral propio, así como sus implicaciones educativas.
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3.Jucio moral Paso de la visión de la Evaluar situaciones y
justicia corno ley (propio de problemas introduciendo
Primaria) a entenderse como matices según las situaciones
equidad; trato según la particulares y las
situación de cada cual. perspectivas y necesidades
Los castigos reducen su de los implicados mediante
importancia corno medio de el diálogo, razonamiento de
sanción social, creciendo el la aplicación de normas y
papel del reconocimiento estrategias de resolución de
social como elemento conflictos. Soluciones más
motivador que guía la allá de la sanción y el
acción. igualitarismo, introduciendo
el concepto de ganancia para
todos y búsqueda de
consenso.
4.Constitucción del criterio Comienza la construcción de Abordar temáticas morales
moral propio ideas propias sobre el de carácter más universal.
mundo y las personas. Se Inicio de una reflexión
amplía el campo moral más sistemática sobre la realidad.
allá de la experiencia y el Enfoque cognitivo y critico
entorno inmediato.
Empiezan a preocupar los
problemas más globales y se
van estructurando los
valores y primeros proyectos
de vida.
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Educación para la compresión Enseñanza sobre otras culturas o países. Estudio de los
internacional problemas mundiales.
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Derechos Humanos En caso de que se Se analizan como proceso
contemplen, se consideran histórico en la evolución de
una referencia descriptiva e sus conquistas. Aplicación a
"inventadable' la vida real, empezando por
la escuela. Violaciones de los
mismos.
EDUCACION
SOLIDARIDAD TOLERANCIA
para la PAZ
AFRONTAMIENTO
NO VIOLENTO DE
LOS CONFLICTOS
Por tanto, no es de extrañar que entre los fines específicos que recoge la LOE y su
modificación en la LOMCE, en su artículo 2.°, uno sea:
"La formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en común, la cohesión
social, la cooperación y solidaridad entre los pueblos así como la adquisición de valores que
propicien el respeto hacia los seres vivos y el medio ambiente".
Y otro distinto:
Esta filosofía se plasma también en distintos objetivos contemplados en par a las distintas
etapas, a modo de ejemplo y para la Educación Primaria:
"Adquirir habilidades para la prevención y para la resolución pacífica de conflictos, que les
permitan desenvolverse con autonomía en el ámbito familiar y doméstico, así como en los
grupos sociales con los que se relacionan".
La Educación para la Paz, como transversal, afecta a todos los elementos curriculares, a todas
las etapas educativas y a todas las áreas.
"Asumir responsablemente sus deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a los
demás, practicar la tolerancia, la cooperación y la solidaridad entre las personas y grupos,
ejercitarse en el diálogo afianzando los derechos humanos como valores comunes de una
sociedad plural y prepararse para el ejercicio de la ciudadanía democrática".
Igualmente, en el mismo Real Decreto, el primer objetivo para la etapa del Bachillerato es:
"Ejercer la ciudadanía democrática, desde una perspectiva global, y adquirir una conciencia
cívica responsable, inspirada por los valores de la Constitución española, así como por los
derechos humanos, que fomente la corresponsabilidad en la construcción de una sociedad
justa y equitativa"
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3. Clarificar y concretar valores en función del PEC y de las finalidades educativas. - Tipo de
persona. Estilo educativo. - Consenso: valores básicos y priorizar.
Analizar:
- Es más fácil empezar por la propia aula y después compartir la experiencia con los
compañeros
- Actividades puntuales y masivas sobre un tema (jornadas...) que sensibilizan,
recuerdan.
- Revisión aspectos parciales. No todo a la vez.
- Trabajo en equipo de compañeros interesados en Educación Moral. Algún profesor de
Ciencias Sociales podría ser el coordinador.
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1. Revisión de áreas completas en todos sus elementos curriculares para añadir, suprimir,
modificar.
a) Trabajar ciertas claves de educación para la paz en determinadas unidades didácticas, como
por ejemplo el uso discriminativo de la lengua en Lengua y Literatura.
b) Elaborar unidades didácticas interdisciplinares entre dos o más áreas sobre contenidos de la
paz. Ejemplos: costumbres sexistas: lenguaje (en Lengua), profesiones (en Ciencias Sociales),
malos tratos (en Ciencias Naturales).
Pasos:
d) Especificar materiales.
e) Fases de evaluación.
3. Elegir un problema de Educación Moral y para la Paz y revisarlo en todas las áreas.
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a) Conceptuales:
- Comprensión y autoestima.
- Relaciones interpersonales y aprendizaje del conflicto: percepciones, análisis...
- Conflicto sociopolítico y guerra: rasgos definitorios de la guerra, causas. evolución
histórica, consecuencias, alternativas...
b) Actitudinales:
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c) Procedimentales:
Las metodologías empleadas en educación moral y educación para la paz no han de basarse
en la tergiversación u ocultación, ni ser transmisivas ni centradas en el autoritarismo. Por el
contrario, han de ser técnicas que favorezcan el diálogo/ participación, trabajo en equipo, y la
cooperación; técnicas centradas en el análisis y tratamiento de problemas del entorno de los
alumnos mediante la investigación colectiva en el aula y la puesta en práctica experimental de
soluciones:
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- Importancia de la acción.
Pasos:
e) Acción.
f) Evaluación.
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3. Clarificación de valores (Raths, 1966). Tomar conciencia de sus valores y de lo que desean:
a) Habilidades sociales:
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En lo que se refiere al currículo, una de las novedades de la LOE y la LOMCE consiste en situar
la preocupación por la educación en estos valores en un lugar muy cado del conjunto de las
actividades educativas y en la introducción de unos nuevos contenidos referidos a esta
educación que, con diferentes denominaciones, de acuerdo con la naturaleza de los
contenidos y las edades de los alumnos, se impartirá en la Educación Primaria (valores sociales
y cívicos) o en la Secundaria n (valores éticos). Su finalidad es la de ofrecer a todos los
estudiantes un espacio de reflexión, análisis y estudio acerca de las características
fundamentales y el funcionamiento de un régimen democrático, de los principios y derechos
establecidos en la Constitución española y en los tratados y las declaraciones universales de
coy los derechos humanos, así como de los valores comunes que constituyen el sustrato de la
ciudadanía democrática en un contexto global.
Por ello, es lógico que se considere la preparación para la participación activa en la vida
económica, social y cultural, con actitud crítica y responsable y con capacidad de adaptación a
las situaciones cambiantes de la sociedad del conocimiento como uno de los fines básicos que
debe perseguir nuestro sistema educativo.
En este sentido, una de las funciones del profesorado también recogidas en la LOE y su
modificación en la LOMCE (art. 91) hace referencia a la contribución a que las actividades del
centro se desarrollen en un clima de respeto, de tolerancia, de participación y de libertad para
fomentar en los alumnos los valores de la ciudadanía democrática.
Pero quizás donde mejor se descubre la importancia de este aspecto en la nueva filosofía
educativa que emana de la LOE es en la coincidencia a la hora de considerar este aspecto como
el primer objetivo específicamente reseñado para las distintas etapas educativas; a saber:
"Conocer y apreciar los valores y las normas de convivencia, aprender a obrar de acuerdo con
ellas, prepararse para el ejercicio” activo de la ciudadanía y respetar los derechos humanos, así
como el pluralismo propio de una sociedad democrática".
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"Asumir responsablemente sus deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a los
demás, practicar la tolerancia, la cooperación y la solidaridad entre las personas y grupos,
ejercitarse en el diálogo afianzando los derechos humanos y la igualdad de trato y de
oportunidades entre mujeres y hombres, como valores comunes de una sociedad plural y
prepararse para el ejercicio de la ciudadanía democrática".
"Ejercer la ciudadanía democrática, desde una perspectiva global, y adquirir una conciencia
cívica responsable, inspirada por los valores de la Constitución española así como por los
derechos humanos, que fomente la corresponsabilidad en la construcción de una sociedad
justa y equitativa”:
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