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TEMA 13. LA DIMENSIÓN MORAL DE LA EDUCACIÓN.

ACTITUDES Y
VALORES MORALES A TRAVÉS DE LAS ÁREAS DEL CURRÍCULO. LA
EDUCACIÓN DEL RAZONAMIENTO Y DEL JUICIO MORAL.

1. INTRODUCCIÓN. NECESIDAD DE LA EDUCACIÓN MORAL.


2. LA DIMENSIÓN MORAL DE LA EDUCACIÓN.
2.1. PERSPECTIVAS TEÓRICAS DEL DESARROLLO MORAL.
2.1.1. La teoría del aprendizaje social de Bandura.
2.1.2. Las teorías cognitivo-evolutivas del desarrollo moral: Piaget y Kholberg.
2.1.3. La conducta prosocial: Eisenberg.
2.2. DIMENSIONES EDUCATIVAS DEL DESARROLLO MORAL.
2.2.1. Aprender a ser.
2.2.2. Aprender a vivir y a comprometerse.
2.2.3. Aprender a convivir.
2.3. OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN MORAL.
3. ACTITUDES Y VALORES MORALES A TRAVÉS DE LAS ÁREAS DEL
CURRÍCULO.
3.1. LAS ACTITUDES EN EL CURRÍCULO.
3.2. LOS TEMAS DE LA EDUCACIÓN EN VALORES.
3.3. LA EVALUACIÓN DE LAS ACTITUDES.
4. LA EDUCACIÓN DEL RAZONAMIENTO Y DEL JUICIO MORAL.
4.1. PRINCIPALES TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS.
4.1.1. Clarificación de valores.
4.1.2. Dilemas morales.
4.1.3. Comprensión crítica.
4.1.4. El role-playing.
4.1.5. Autobiografías y diarios.
4.1.6. Modelado.
4.1.7. Construcción conceptual.
4.2. EL PAPEL DEL PROFESORADO.
5. CONCLUSIÓN.

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1. INTRODUCCIÓN. NECESIDAD DE LA EDUCACIÓN MORAL.

El asunto de la educación moral es un tema de trascendental importancia, no sólo


para nuestra convivencia y nuestra capacidad para hacer frente a los problemas de
nuestra sociedad, sino también para nuestra propia vida personal y nuestra
supervivencia como seres humanos. No es por tanto un tema cualquiera sino el
tema principal, porque la educación por su propia naturaleza es un fenómeno
axiológico, ético, moral y hoy más que nunca de responsabilidad social.

Todo fenómeno asociado a la educación tiene un componente moral, por eso, en


esta época de crisis de valores en las que encontramos que aumentan los conflictos
y que el currículo escolar está alejado del mundo externo, es necesario un cambio
en los centros educativos. Un cambio en el que el alumnado sea participe.

Otras de las dificultades que encontramos en la actualidad, es que los marcos


normativos cambian de forma constante, por lo que no se puede saber si las
reformas que se llevan a cabo son eficaces o no. Es por ello que creo necesario un
auténtico pacto por la educación, independientemente del partido político en el
poder.

El tratamiento de los temas de educación en valores y en general de todos aquellos


que hacen referencia o tienen relación con la dimensión moral de la educación son
de una extrema y transcendental importancia en cuanto que responden a una
cuádruple necesidad porque:
a. Es imposible educar sin valores morales.
b. Satisface una imperiosa necesidad social y personal en tiempos de crisis y de
pérdida de valores éticos.
c. Proceden de las exigencias y responsabilidades sociales y personales que se
derivan de nuestro ordenamiento constitucional y de nuestra adhesión a las
Declaraciones Internacionales de Derechos.
d. Resultan de la atención y el cumplimiento de la normativa vigente.

La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE en adelante) con las


modificaciones que incluye la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que
se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de educación (LOMLOE en
adelante) en su preámbulo y en los artículos 1 y 2 sobre los principios y fines del
sistema educativo español hace referencia a la educación en valores, dimensiones y
aspectos que son abordados incluso con mayor énfasis por la Ley 17/2007, de 10
de diciembre, de Educación de Andalucía (LEA en adelante), cuyo capítulo I trata
sobre la educación en valores.

La LEA, posee un profundo y marcado carácter moral y así en su artículo 5 se


señala que esta Ley persigue explícitamente y entre otros, los siguientes objetivos:

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“…h) Favorecer la democracia, sus valores y procedimientos, de manera que
orienten e inspiren las prácticas educativas y el funcionamiento de los centros
docentes, así como las relaciones interpersonales y el clima de convivencia entre
todos los miembros de la comunidad educativa.
i) Promover la adquisición por el alumnado de los valores en los que se sustentan la
convivencia democrática, la participación, la no violencia y la igualdad entre
hombres y mujeres.
j) Promover la cultura de paz en todos los órdenes de la vida y favorecer la
búsqueda de fórmulas para prevenir los conflictos y resolver pacíficamente los que
se produzcan en los centros docentes.
Estimular en el alumnado la capacidad crítica ante la realidad que le rodea,
promoviendo la adopción de actitudes que favorezcan la superación de
desigualdades…”

Tanto la LEA como la LOE con las modificaciones que incluye la LOMLOE, incluye
de forma específica la educación en valores e indican que está se debe trabajar de
forma transversal.

2. LA DIMENSIÓN MORAL DE LA EDUCACIÓN.

El desarrollo moral consiste por un lado en saber encontrar buenas razones para
nuestra conducta, razones valiosas que justifiquen plenamente nuestros actos y por
otro realizar, hacer, conducirse efectivamente, materializar en actos una vida buena
conforme a esas razones. Un doble proceso pues de conocimiento y conducta, de
teoría y práctica, de reflexión y acción, proceso que educativamente hablando exige
un tratamiento curricular referido a competencias cognitivas, pero también a
competencias emocionales, compromisos de conducta y/o entrenamiento en la
acción porque como decía Aristóteles, las virtudes únicamente se adquieren
ejercitándose.

Una de las finalidades esenciales de la educación es precisamente la de favorecer y


ayudar a que las personas nos desarrollemos moralmente de manera efectiva, tarea
que no solamente es posible sino también de una necesidad ineludible y
transcendental de toda educación: implica conocimientos, sentimientos, voluntad,
acción, compromiso, esfuerzo, responsabilidad, porque la ética es la forma más
inteligente que tienen los humanos de crear y desarrollar proyectos (MARINA, J. A.;
1998).

El desarrollo moral puede explicarse a partir de tres tipos de teorías:

2.1. PERSPECTIVAS TEÓRICAS DEL DESARROLLO MORAL.

2.1.1. La teoría del aprendizaje social de Bandura.

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Las teorías del aprendizaje social son de corte conductista y conciben que la
adquisición de valores y normas se realiza, bien por "Enseñanza Directa", que exige
intencionalidad, explicitación del objetivo y modelamiento mediante premios y
castigos, o bien por "Imitación Activa", en la que no hay intencionalidad y en la que
se eligen aquellos modelos sociales con más prestigio o más relevancia e impacto
emocional y afectivo en los sujetos, aprendizaje que puede anular aquellos que se
han realizado mediante Enseñanza Directa.

2.1.2. Las teorías cognitivo-evolutivas del desarrollo moral: Piaget y Kholberg.

Parten de varios supuestos:

1. El concepto de estadios que se suceden de forma invariable.


2. La presencia del razonamiento o juicio moral como elemento
cognitivo-afectivo que argumenta y motiva las acciones.
3. La presencia de otras motivaciones como la aceptación, autoestima,
autorrealización, autoeficiencia.
4. La universalidad del desarrollo moral.
5. El nacimiento de la conducta moral a partir del juicio moral pero también de la
interacción.
6. El papel determinante que tienen, tanto la calidad y cantidad de los estímulos
cognitivos como los estímulos sociales.

Piaget considera la existencia de tres estadios: Moral heterónoma, Relativismo


moral y Moral autónoma.
Los niños y las niñas valoran las acciones por las consecuencias frente a las
intenciones; con castigos expiatorios frente a los de reciprocidad y con
procedimientos de Justicia retributiva frente a la distributiva.

Kholberg considera la existencia de tres niveles (Preconvencional, Convencional y


Postconvencional) y seis estadios que son:

1. Moralidad heterónoma: conducta basada en premios y castigos.


2. Individualismo (reciprocidad del propio interés).
3. Interpersonal (vivir de acuerdo a lo que los otros esperan).
4. Social basada en deberes (obediencia a las leyes).
5. Social basada en derechos (normas legales y normas morales).
6. Principios éticos universales (justicia, Igualdad...)

A su vez estos estadios se consideran como una secuencia invariable y como


totalidades que se estructuran cognitivamente a partir de reorganizaciones
reflexivas. Son también considerados universales e integrados jerárquicamente en
una dirección de desarrollo de la autonomía, autonomía que progresivamente se va
adquiriendo a partir tanto del entrenamiento cognitivo y el razonamiento moral a

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partir de dilemas morales, como del ejercicio de papeles sociales y de compromisos
de conducta.

2.1.3. La conducta prosocial: Eisenberg.

La conducta prosocial es aquella que manifiestan las personas que ayudan o


benefician a otras, que comparten o dan protección de forma voluntaria y
desinteresada, sin esperar recompensas externas y, suponiendo algún tipo de costo
o riesgo para el autor.

Según Eisenberg, la aparición, desarrollo y adquisición de actitudes y conductas


prosociales pasa por diferentes etapas desde una orientación hedonista y
pragmática hasta la orientación hacia valores interiorizados.

2.2. DIMENSIONES EDUCATIVAS DEL DESARROLLO MORAL.

La dimensión educativa del desarrollo moral puede y debe concretarse en la


adquisición y el desarrollo permanente de tres tipos de aprendizajes:

1. Aprender a ser.

Considerar la libertad como el centro del vivir cotidiano, ya que sin libertad no es
posible el desarrollo moral. Vivir en armonía con la naturaleza y considerar como
valor y exigencia fundamental del desarrollo social, sea éste carácter económico,
político, cultural o de cualquier otra índole, la dignidad inviolable de toda persona y
la solidaridad como necesidad ineludible de justicia, compensación, responsabilidad
social y también como manifestación de ternura.

2. Aprender a vivir y a comprometerse.

Una educación que no sea capaz de ayudar a los individuos a implicarse, a


responder, a comprometerse consigo mismos y con los demás estará negando el
principio más esencial de todos: la capacidad que tiene todo individuo de cambiarse
a sí mismo a la vez que mejora y transforma su contexto.

3. Aprender a convivir.

Un nuevo tipo de educación requiere del trabajo sistemático y continuado de


capacidades dialógicas, con el fin de poner en marcha mecanismos de cooperación
y articulación social. El desarrollo de nuevas formas de asociación y organización
social, el perfeccionamiento y la vitalidad de nuestras actuales Instituciones, e
incluso la aparición de otras nuevas, requieren por nuestra parte de actitudes más

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igualitarias, más universalistas y más ablertas al respeto de las singularidades de
las diferentes culturas sin ningún tipo de discriminación.

2.3. OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN MORAL.

1. Detectar y criticar los aspectos injustos de la realidad cotidiana y de las


normas sociales vigentes.
2. Construir formas de vida más justas tanto en los ámbitos Interpersonales
como en los colectivos.
3. Elaborar autónoma, racional y dialógicamente principios generales de valor
que ayuden a enjuiciar críticamente la realidad.
4. Conseguir que los jóvenes hagan suyo aquel tipo de comportamiento
coherente con los principios y normas que personalmente hayan construido.
5. Lograr que adquieran también aquellas normas que la sociedad de modo
democrático y buscando la justicia y el bienestar colectivo se ha dado

3. ACTITUDES Y VALORES MORALES A TRAVÉS DE LAS ÁREAS DEL


CURRÍCULO.

El vigente modelo curricular no solamente inserta la educación en valores en cada


una de las áreas del currículo, sino que además lo inscribe, tanto en materias
específicas, como en los proyectos generales que afectan a la totalidad del Centro,
dimensiones de inserción que podemos ver el el siguiente cuadro:

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3.1. LAS ACTITUDES EN EL CURRÍCULO.

Para un análisis más detallado se establecen en el siguiente esquema los diversos


niveles y dimensiones que aparecen en los contenidos actitudinales y valorativos del
currículo.

● Actitudes/valores generales. Todas aquellas actitudes y valores generales


que, tanto desde las teorías del desarrollo psicológico como desde la ética,
sería deseable promover.
○ Actitudes para el desarrollo psicosocial. Referidas a un desarrollo
psicológico integrado, maduración del proceso de Individualización o
socialización en normas sociales convencionales. Por ejemplo:
aumentar la autoestima, afianzar la identidad personal, tener una
actitud crítica ante su trabajo y el de los compañeros y asumir su
responsabilidad en el desempeño de las tareas.
○ Actitudes propiamente morales. No se encuentran subordinadas a la
adquisición de los contenidos conceptuales, justificables por su valor
ético. En estos casos las actitudes son "estados deseables de
conducta", legitimados en función de criterios morales o patrones
sociales aceptados. Por ejemplo: estar abierto a comprender las
razones de los demás, tener argumentaciones propias en su discurso,
capacidad crítica para las actitudes sociales y la solidaridad con
individuos o grupos que padecen sufrimientos.
● Normas sociales, cívicas de conducta. Este grupo hace referencia a un
conjunto de normas de conductas cívicas que, conformes con las normas
sociales vigentes, suelen configurar los modales de una persona educada.
Son ejemplos: adquirir hábitos de higiene, la salud corporal y mental o
respeto por las normas de interacción verbal en las situaciones de
comunicación oral.
● Normas prudenciales de uso o empleo. Hacen mención al aprendizaje por
parte del alumnado de las precauciones al utilizar determinados instrumentos,
ya sea por seguridad propia y ajena, para su conservación o mejor empleo.
Esta categoría está constituida por normas, que, sin ser cívicas o morales,
son pautas específicas de actuación en determinadas situaciones. Por
ejemplo: utilizar con precaución los instrumentos de trabajo, los hábitos de
prevención de accidentes y valorar riesgos para la salud de sustancias
químicas agresivas.

Las tres categorías anteriores se pueden englobar en las llamadas actitudes


personales, sin embargo, las siguientes se encuentran relacionadas con los
contenidos específicos.

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● Actitudes relacionadas con los contenidos del área. En este bloque las
actitudes se dirigen hacia los contenidos tratados, ya sea como interés hacia
el campo de aprendizaje, como valoración preferencial de dichos contenidos
o, sobre todo, como actitudes científicas.
○ Actitudes hacia el contenido. Se encuentran aquí las actitudes relativas
a los contenidos científicos. Es de carácter afectivo. Por ejemplo:
interés y curiosidad por la materia o la disposición favorable hacia los
aprendizajes.
○ Actitudes científicas. Mientras la categoría anterior tiene una
orientación afectiva, ésta es más bien de carácter cognitivo, como la
adquisición de actitudes y rasgos propios del campo científico en
cuestión. Diferenciamos entre:
■ Actitudes científicas generales como tener una valoración
ajustada de la ciencia, reconocer los factores que influyen en el
desarrollo y aplicación de los conocimientos, la actitud de
investigar o la precisión en la medición.
■ Actitudes propias del área.

También desde las distintas áreas se educa en actitudes y valores propio de cada
una de ellas. Por ejemplo, en educación física se trabaja fundamentalmente en
grupo lo que ayuda a trabajar la integración social, la competición, las actitudes no
agresivas, el respeto a las normas del grupo, etc.

3.2. LOS TEMAS DE LA EDUCACIÓN EN VALORES.

Se han identificado tres grandes ámbitos en torno a los cuales aglutinar la


diversidad de los diferentes temas o conceptos específicos que se puedan trabajar
en el aula.

1. Temas relacionados con la salud para promover formas de vida


saludables. Educación para la salud, educación afectivo-sexual, educación
para el consumidor, educación vial.
2. Temas relacionados con la vida en sociedad. Educación moral y cívica,
educación afectivo-sexual, educación para la igualdad, educación para la
paz, educación vial. Este grupo se dirige al conocimiento y actitudes que
hagan posible unas relaciones humanas basadas en la tolerancia, solidaridad
y convivencia.
3. Temas relacionados con el medio. Educación ambiental. Se pretende
alcanzar un mejor conocimiento de los problemas que afectan al entorno
natural y social.

Todos los temas transversales tienen un elemento común: los valores. Y elementos
diferenciales: los contenidos y el campo de acción. El reto es conjugarlos en un
proyecto educativo global.

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3.3. LA EVALUACIÓN DE LAS ACTITUDES.

Es muy difícil evaluar las actitudes, pero debemos prestar atención y darles peso en
la evaluación para que el alumnado entienda su importancia.

La evaluación, en este ámbito, tiene como función prioritaria la mejora de la acción


educativa desarrollada. Por lo que se requiere ir determinando aquellos valores,
traducidos en actitudes y normas, modos de relaciones y formas de hacer y
proceder, que puedan servir como guías de la acción educativa y como criterios de
la autorevisión de dicha acción.
Está descartada cualquier calificación moral de los alumnos. Evaluar aquí es juzgar
en qué medida están siendo incorporados los valores, es decir, evaluar actitudes y
valores es apreciar y enjuiciar el valor educativo que están teniendo los procesos y
acciones que están desarrollando en el aula y centro.
Al hablar de evaluación de actitudes y valores hay que hacer mención a las
condiciones y modos como se han desarrollado dichos procesos educativos: clima y
atmósfera moral del centro, normas de convivencia, ambiente del aula, pertinencia
de las actividades diseñadas etc.
Por último, la evaluación de valores y actitudes ha de estar integrada tanto en el
conjunto de la labor educativa llevada a cabo, como en la apreciación global del
progreso educativo del alumnado.

4. LA EDUCACIÓN DEL RAZONAMIENTO Y DEL JUICIO MORAL.

Siguiendo a Martínez Marin, la función transformadora de la Educación en Valores


consistiría en conseguir un "perfil moral" de los ciudadanos que se caracterizase por
los siguientes rasgos:

● El desarrollo de estructuras universales de juicio moral que permitan adoptar


principios generales de valor.
● Adquirir capacidades y conocimientos para comprometernos en un diálogo
crítico y creativo con la realidad que nos permita elaborar normas y proyectos
contextualizados.
● Adquirir habilidades para hacer la coherencia entre el juicio moral y la acción
moral.

Desde este triple objetivo de universalidad, reflexión crítica y coherencia, la


Educación en Valores y del Razonamiento y el Juicio Moral debe perseguir los
siguientes objetivos generales:

1. Autoconocimiento.
2. Sensibilidad Moral: desarrollar sentimientos morales a partir de la empatía.

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3. Juicio Moral: adquirir criterios de juicio moral que orienten la producción de
argumentos morales justos, solidarios y en general basados en principios
morales universales.
4. Diálogo: estimular y facilitar todas las formas posibles de diálogo necesarias
para el entendimiento, el acuerdo, la negociación, la tolerancia y la
participación democrática.
5. Democracia: adquirir individualmente y en interacción con el grupo de
iguales todas las habilidades necesarias para la participación democrática, la
toma de decisiones colectivas, la asunción de responsabilidades, el
intercambio de roles, el consenso y la justa negociación.
6. Crítica: conocer, comprender y ser capaz de analizar críticamente la propia
realidad individual, social, familiar y escolar propiciando el encuentro con
principios y alternativas reales, concretas y posibles de superación de los
conflictos y de consecución de situaciones humanamente más satisfactorias.
7. Voluntad: construir y desarrollar formas de comportamiento libre y
voluntariamente asumidas.
8. Valores Universales.

4.1. PRINCIPALES TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS.

Para avanzar y ayudar a la consecución de estos grandes objetivos generales de


educación moral pueden desarrollarse diferentes metodologías que son, las que a
continuación relacionamos.

1. Clarificación de valores.

La clarificación de valores de Raths y Harman (1966) consiste en un conjunto de


procedimientos para que el alumno reflexione y se haga consciente y responsable
de aquello que valora, acepta y piensa.

El proceso a través del cual se lleva a cabo la clarificación de los valores se le


denomina "proceso de valoración "que consiste en una doble tarea: el conocimiento
y la conciencia de los valores y su integración con el compromiso y la acción. Este
proceso tiene tres fases:

1. Selección de las opciones más adecuadas después de haber considerado


todas las alternativas.
2. Estimación: el alumno estima esta opción como suya y la defenderá en
público.
3. Actuación: el alumno deberá actuar de acuerdo con la opción elegida
exigiendo que generalice dicha opción y actuación a situaciones distintas.

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2. Dilemas morales

Los dilemas morales se fundamenta en la teoría del moral de Lawrence Kohlberg y


sus etapas de crecimiento moral. Para este autor la educación moral es la actuación
conscientemente dirigida sobre nuestros alumnos con el fin de facilitarles medios de
interacción social y de reflexión que les permitan ir construyendo su propio
desarrollo moral e ir pasando a etapas de mayor autonomía y universalidad morales.

Su acción didáctica consiste en poner a los alumnos en situación para que discutan
y se posicionen ante dilemas morales que se le presentan, que son en realidad
narraciones cortas, hechas para que reflexionen Individualmente mediante su
lectura, realizando un primer posicionamiento y después dialoguen colectivamente
mediante la discusión en grupo o utilizando cualquier técnica de dinámica grupal. El
objetivo fundamental reside en promover la reflexión para que los alumnos se
posicionen moralmente conforme a etapas superiores de su desarrollo.

Uno de los materiales que podemos utilizar en clase es el manual de Manuel


Segura, titulado “Ser persona y relacionarse”.

3. Comprensión crítica

Los métodos crítico-comprensivos de Educación Moral constituyen todo un conjunto


de procedimientos que tienen como objetivo fundamental y general el fomento del
pensamiento crítico y autocrítico sobre la realidad en la que los alumnos se
desenvuelven, estimulando la creatividad de propuestas alternativas superadoras,
así como la más amplia comunicación y entendimiento entre profesores y alumnos.

La mecánica que se utiliza es muy semejante a la utilizada por Freire en su método


de alfabetización: se parte de un texto escrito, una película, un documento en vídeo,
una fotografía, un cartel, o simplemente una canción de autor, y así a partir de este
material se trabaja con los alumnos siguiendo los siguientes pasos:

1. Decodificación o proceso de comprensión y entendimiento del documento


ofrecido, ya sea texto o gráfico, para lo cual se proponen preguntas guía que
los alumnos deben contestar individualmente.
2. Análisis de los aspectos más relevantes en relación con el objetivo moral que
se pretenda desarrollar o bien de aquellos aspectos que a primera vista
parecen más relevantes.
3. Puesta en común en grupo y en la cual se contrastan colectivamente los dos
pasos anteriores.
4. Elección de los aspectos más relevantes por parte de un alumno, un grupo de
alumnos o de todo el colectivo y justificación pública de las razones que
argumentan la relevancia de la elección de aspectos.

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5. Conclusiones: nueva puesta en común en la que el colectivo redacta
manifiestos, declaraciones y compromisos

4. El role-playing.

Básicamente consiste en dramatizar a través del diálogo y la improvisación una


situación que comporte un determinado conflicto moral que pueda plantearse desde
distintas interpretaciones o papeles. El proceso que se sigue es siempre el mismo y
se concreta en cuatro pasos:

1. Calentamiento o creación de un clima social de confianza, espontaneidad y


en general desinhibido.
2. Preparación de la dramatización por el grupo de alumnos elaborando un
pequeño y breve guión siempre que no obstaculice la frescura de la
improvisación.
3. Dramatización o puesta en escena de la acción.
4. Análisis y Debate colectivo de cada una de las conductas que se han
reflejado en la dramatización, para lo cual el profesor debe haber estado
especialmente atento con el fin de realizar preguntas orientadoras y
clarificadoras de los valores que se han puesto en escena.

5. Autobiografías y diarios.

Tanto el diario como la autobiografía son relatos o narraciones de experiencias


personales que el alumnado o persona que participa en la actividad o programa
construyen y en las que se trata de integrar los valores en el conjunto de la propia
historia personal: analizar el pasado y proyectarlo hacia el futuro.

En el caso de la autobiografía se trata por tanto de escribir la propia vida tanto


pasada como presente, se lee y se comenta en pequeño grupo y se reinterpreta la
experiencia pasada promoviendo una visión alternativa.,

6. Modelado.

Se trata sencillamente de analizar y reflexionar sobre los valores que están


encarnados en las conductas reales ejecutadas bien por modelos cercanos,
relevantes y presentes o por modelos lejanos o pasados, todo con la intención de
promover la imitación de las conductas mostradas.

7. Construcción conceptual.

Con esta técnica se pretende un doble objetivo. Por un lado, conocer, comprender y
aplicar el significado de conceptos de valor tales como justicia, solidaridad,
responsabilidad, libertad, paz, igualdad y al mismo tiempo desarrollar el sentido de

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lo que las palabras significan usándolas de forma que nos ayuden a percibir las
situaciones humanas desde un punto de vista moral.

Su puesta en práctica se lleva a cabo mediante los siguientes pasos:

1. Explicación. Introducir inicialmente o superficialmente el significado del


concepto a alcanzar.
2. Identificación. Analizar y profundizar el concepto en el interior de casos,
problemas o situaciones vividas.
3. Modelado: dirigido a la comprensión total de valor y a su interiorización e
identificación.

4.2. EL PAPEL DEL PROFESORADO.

Un proyecto educativo para el fomento de valores humanos que aspire a formar


parte de una propuesta amplia en clave de responsabilidad social puede y debe
desarrollar un perfil profesional del profesor cualitativamente distinto al que siempre
hemos conocido y este perfil únicamente es posible construirlo si nuestra práctica
educativa es capaz de dar respuesta a:

1. La necesidad de aumentar nuestro propio desarrollo y nuestra propia


conciencia moral.
2. El reconocimiento de que muchas de las situaciones y de las Interacciones
sociales que cotidianamente vivimos en nuestras instituciones educativas
tienen una dimensión moral.
3. Tomar conciencia de que algunos tipos de relación interpersonal o de estilos
de comunicación o modos de enseñar promueven el desarrollo moral más
que otros, como la técnica dialógica.
4. La necesidad de desarrollar al máximo todas las habilidades comunicativas
de las que seamos capaces.
5. La capacidad para reflexionar y comprometerse sobre y ante la propia
posición personal.

5. CONCLUSIÓN.

La educación social y la educación moral constituyen el fundamento principal de


cualquier proceso educativo y en la medida en que efectivamente se intervenga, se
actúe y se pongan en práctica sus objetivos, la educación y los sistemas educativos
serán más capaces de hacer frente a las numerosas necesidades de los seres
humanos de nuestro tiempo, necesidades que se expresan en el seno de una
sociedad pluralista, en la que las propias creencias, valoraciones y opciones han de
convivir en el respeto a las creencias y valores de los demás.

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La educación moral pretende colaborar con los jóvenes para facilitarles el desarrollo
integral y la formación de todas aquellas capacidades que intervienen en el juicio y
la acción moral, a fin de que sean capaces no solamente de orientar de forma
racional y autónoma arte aquellas situaciones que les plantean un conflicto de
valores, sino también de desarrollarse plenamente como personas dando un sentido
plenamente humano a su conducta y actuando con responsabilidad.

La educación moral por tanto es un ámbito de ineludible tratamiento educativo, que


no solamente debe ser tratado curricularmente en cada una de las áreas y en el
propio Plan de Orientación y Acción Tutorial, sino también en el conjunto de las
relaciones, proyectos y unidades organizativas del Centro, permitiendo así que éste
se convierta en una auténtica comunidad democrática.

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