Está en la página 1de 6

Filosofía analítica en los siglos XX y XXI

Autores: Cristian Danilo Beltran Carrillo

Jesús Javier Mauricio Moreno Aguirre

Jorge Evelio Díaz Sandoval

Ledy Córdoba Palacios

Fundación Universitaria Católica del Norte

Facultad de ciencias de la educación sociales y humanas

Filosofía analítica

Docente: Gabriel Jaime Arango Restrepo

Santa Rosa de Osos, 09 de octubre de 2020


Contenido

1. Texto argumentativo 3

1.1 Positivismo lógico y sus aportes a la filosofía analítica 3

2. Lista de referencias 6

2
Positivismo lógico y sus aportes a la filosofía analítica

La filosofía es un medio para acercarse a realidades inexploradas o no tan conocidas. De ahí

que su hacer se determine por no estar limitado ni dentro de parámetros que cierren su camino.

De ello es testigo su historia y caminar, que desde tiempos antiguos hasta el presente ha

intentado dar soluciones y respuestas a indeterminadas cuestiones, que llenan de significado la

vida del hombre. Por su parte, el positivismo lógico quiso cambiar la forma en la que se estaban

viendo las cosas y proponer nuevos caminos metodológicos. Se puede pensar ¿qué tanto bien

engendra este movimiento al plantear nuevas posturas y más cuando estas buscan cambiar

paradigmas? El positivismo lógico es ambicioso al proponer cambios desde situaciones en las

que no solo está la filosofía, sino también la ciencia y la matemática; y su metodología, aunque

por muchos considerada como limitada, aporta, estructura y da luces a disciplinas fundamentales

en la actualidad. A continuación, en el presente texto se busca de manera argumentativa mostrar

cómo el positivismo lógico aporta a la filosofía analítica y la actualidad en la medida en que da

relevancia a los estudios lógicos, valora el empirismo en la construcción del conocimiento y

encuentra en la interdisciplinariedad medios para la consecución de la verdad

En la dinámica de conocer, es necesario pasar por etapas y experiencias para que el

conocimiento se vaya arraigando y de esta manera los conceptos se vayan clarificando; en otras

palabras, el conocimiento es una realidad procesual, dentro de ese proceso el positivismo lógico

abre sus caminos. En un primer lugar se puede destacar la importancia que se le da a los estudios

lógicos. Hirschberger (2012) dice: “se quiere ser totalmente antifilosófico aferrándose

exclusivamente a investigaciones lógico-científicas, al análisis de los conceptos y del lenguaje

con el fin de poder dar a los asertos filósofos en sentido inequívoco y verificable” (p.206). Pero,

por otro lado, llevando estas cuestiones más allá de lo que puede caer en lo superficial, lo que

3
parecer antifilosófico radica en hacer depender la imposibilidad de la metafísica no en la

naturaleza de lo que se puede conocer; sino en la naturaleza de lo que se puede decir (Ayer

1965). Es inminente la necesidad de delimitar los discursos metafísicos y científicos, ya que

estos primeros se podrían dar desde proposiciones que no se deben considerar ni como

verdaderas ni como falsas, estas no explican realidades del mundo y carecen de significación.

Unido a ello, el buen uso de un lenguaje formal con el cual se podría llegar a las verdades

influenciadas por la metafísica, crea el principio de la verificación, ya que de forma empírica se

podría demostrar lo realmente verdadero. “Lo empírico acá está descargado en las percepciones

sensoriales” (Saldivia, 2004, p.5). Por su parte, esta propuesta empírica no es novedosa, pero

traerla a colación y ubicarla tan radicalmente es singular el neopositivismo. El choque que esto

crea con la metafísica, en la actualidad se debería ver como una confrontación positiva, ello más

que desechar y eliminar lo que va más allá de la física debe ayudar a situar y despejar dudas que

no siempre se solucionan a cabalidad. Hay un largo camino para poder responder a lo metafísico;

tampoco se puede negar, ni mucho menos abrir espacios a vacíos que no permitan llegar a un

conocimiento completo.

Ahora, cómo no considerar importante el querer unir diferentes disciplinas para buscar de

manera conjunta la verdad. No hay duda alguna que el positivismo lógico se fue a la filosofía,

ciencia y las matemáticas. En este momento la filosofía, por tener en sus líneas la metafísica no

puede ni debe ser carente de valor; ya que algunos positivistas interesados por las ciencias

formales y naturales; no identificaron a la filosofía con la ciencia, pero pensaban que aquella

debía contribuir, a su manera, al progreso del conocimiento científico. Aquí lo más importante es

considerar como Ayer (1965), “en muchos casos se es indudablemente víctima de errores

lógicos, pero esos errores son instructivos” (p.22).

4
En conclusión, las ambiciones del positivismo lógico tuvieron alcances muy grandes, ello se

puede ver reflejado constantemente en la forma como las ciencias abordan la actualidad; por eso

nunca es locura ni perdido buscar nuevas salidas; por el contrario, estas son las hacer crecen el

conocimiento de forma procesual. El movimiento afianzó la lógica y empirismo y por qué no

decir que motivó a la interdisciplinariedad. Entre todo, las cosas buenas y no tan buenas de este

momento permearon la filosofía analítica y siguen influyendo en la actualidad.

5
Lista de referencias

Ayer, A. (1965). El positivismo lógico. Trad. L. Aldama, U. Frisch, C. N. Molina, F. M. Torner


y R. Ruiz Harrel.

Hirschberger, J. (Ed). (2012). Breve Historia de la Filosofía. Herder.

Saldivia, Z. (2004). El positivismo lógico: su derrotero y su legado. Trilogía, 21(30/31), p27-32.

También podría gustarte