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La Corte Interamericana de Derechos Humanos es uno de los dos órganos que creó
la Organización de los Estados Americanos para supervisar el cumplimiento de los
derechos humanos en el continente americano. El otro es la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos.
En su artículo 1 nos dice la Corte Penal Internacional (“la Corte”). La Corte será una
institución permanente, estará facultada para ejercer su jurisdicción sobre personas
respecto de los crímenes más graves de trascendencia internacional de
conformidad con el presente Estatuto y tendrá carácter complementario de las
jurisdicciones penales nacionales. (Roma, 2011, pág. 2)
Creada por iniciativa de la ONU el 17 de julio de 1998 mediante el Estatuto de Roma,
la Corte Penal Internacional entró en vigor el 1 de julio de 2002. El nacimiento de
una jurisdicción independiente constituye un paso histórico hacia la universalización
de los derechos humanos.
Además, establece la obligación, para los Estados partes, del desarrollo progresivo
de los derechos económicos, sociales y culturales contenidos en la Carta de
la Organización de los Estados Americanos, como medios de protección de los
derechos y libertades, establece dos órganos para conocer de los asuntos
relacionados con el cumplimiento de la Convención: la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Estos protocolos cuentan con diversos grados de ratificación por parte de los
Estados.
Previo al "Pacto de San José de Costa Rica", se habían establecido otras piezas
legales para la protección de los derechos del hombre, entre estos podemos
destacar la Conferencia Interamericana sobre los Problemas de la Guerra y de la
Paz, está el texto oficial de dicha conferencia celebrada en México en los meses de
febrero y marzo de 1945, se proclama la adhesión de las repúblicas americanas a
los principios consagrados para la vigencia de los derechos esenciales del hombre
y se encomendó al comité Jurídico Interamericano la redacción de un ante proyecto
de declaración de los derechos y deberes internacionales del hombre. Este comité
presentaría el fruto de su trabajo durante la Novena Conferencia Internacional
Americana y sería aprobada la Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre como un instrumento de carácter no obligatorio, como una mera
declaración.
• El Capítulo VI (artículo 33) crea los órganos responsables por velar por la
protección y promoción de los Derechos Humanos: la Comisión Interamericana
de los Derechos Humanos y la Corte Interamericana de los Derechos
Humanos.
• El Capítulo VII (artículos 34 al 51) dicta la organización, funciones,
competencia y procedimiento de la Comisión Interamericana de los Derechos
Humanos.
• El Capítulo VIII (artículos 52 al 69) dicta la organización, funciones,
competencia y procedimiento de la Corte Interamericana de los Derechos
Humanos.
• El Capítulo IX (artículos 70 al 73) menciona las disposiciones generales de
ambas instituciones, como dar la inmunidad diplomática, según el derecho
internacional, a los miembros de ambos organismos.
Tercera Parte Disposiciones transitorias
La Comisión y la Corte están compuestas por siete expertos/as cada una, que
actúan a título personal y son propuestos/as y elegidos/as por los Estados de
1
En adelante OEA.
2
La Convención Americana –en adelante Pacto de San José, Convención o CADH - fue suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de
1969.
acuerdo con lo establecido en los respectivos Estatutos de la Comisión y de la Corte
y en la propia Convención Americana3
Los/as miembros de la CIDH, conocidos como comisionados, son elegidos por todos
los países miembros de la OEA, y los/as jueces de la Corte son elegidos
exclusivamente por los países que han ratificado la Convención Americana (los
llamados Estados partes en el tratado). Una de las exigencias establecidas por las
normas respectivas es que los/as miembros de la Comisión y de la Corte sean
personas de alta autoridad moral y reconocida trayectoria en derechos humanos; a
su vez, los jueces/as de la Corte tienen el requisito adicional de ser abogados/as
que, según lo dispuesto por la Convención, deben reunir las condiciones para
desempeñar las más altas funciones judiciales4.
La Comisión y la Corte actúan de acuerdo con las facultades otorgadas por distintos
instrumentos interamericanos de derechos humanos. En el derecho internacional
los Estados están obligados a respetar los tratados que han ratificado, la costumbre
internacional y el jus cogens. Ello implica que en el sistema interamericano existen
Estados que han asumido diversos niveles de protección internacional de los
derechos de sus habitantes. Así, mientras que algunos países han ratificado casi la
totalidad de los tratados interamericanos, otros lo han hecho sólo respecto de
3
Cfr., Artículo 2 del Estatuto de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (respecto de todos los Estados miembros de la OEA); artículo
34 y 52 de la Convención Americana (vincula a quienes ratificaron el tratado exclusivamente) y artículo 4 del Estatuto de la Corte Interamericana.
4
Cfr., Artículo 52 de la Convención Americana y artículo 4 del Estatuto de la Corte.
5
Cfr., artículos 34, 36 y 37 de la Convención Americana, respecto de la Comisión; y artículos 52, 53 y 54 de la Convención Americana, respecto
de la Corte.
algunos, y pocos no han ratificado ningún tratado interamericano de derechos
humanos6
6
Argentina, Costa Rica, Colombia y Perú están entre los países que han ratificado el mayor número de
tratados de derechos humanos; por su parte, EEUU y Canadá se encuentran entre los que no lo han hecho.
Rica de fecha 1969. Esta Corte está conformada por siete jueces y juezas que
deben ser nacionales de algún país americano, y que son elegidos por los países
que han aceptado, mediante la aprobación de una ley (ratificación), aquella
Convención Americana.
Cuando la persona afectada –conocida como víctima– no puede plantear ella misma
su petición ante la Comisión Interamericana, lo pueden hacer sus familiares,
conocidos o cualquier otra persona, aunque no tengan ningún vínculo afectivo;
incluso pueden hacerlo organizaciones de las sociedad civil o grupos de personas.
Así fue como ocurrió en el caso que analizaremos a lo largo de este documento
(Caso de los Niños de la Calle contra Guatemala), en que una conocida ONG que
trabaja el tema de la niñez en Centroamérica (Casa Alianza), presentó el caso ante
el Sistema Interamericano en asocio con otra conocida organización que litiga casos
de violaciones de derechos humanos ante el SIDH (Centro para la Justicia y el
Derecho Internacional – CEJIL).
La Convención Americana reafirma este deber al establecer que los Estados partes
se obligan a respetar y a garantizar el pleno y libre ejercicio de los derechos que el
instrumento comprende a toda persona bajo su jurisdicción, sin discriminación
alguna. Esto implica que los Estados se comprometen a erradicar acciones
violatorias de los derechos garantizados, así como a realizar determinadas
acciones, a fin de permitir el efectivo goce de tales derechos.
De las obligaciones de respeto y garantía de los derechos surge el deber del Estado
de “prevenir, investigar y sancionar toda violación de los derechos reconocidos por
la Convención y procurar, además, el restablecimiento, si es posible, del derecho
conculcado y, en su caso, la reparación de los daños producidos por la violación de
los derechos humanos”.
Las peticiones deben presentarse dentro de los seis meses de haberse notificado a
la presunta víctima la decisión que agota los recursos internos o dentro de un plazo
razonable, a consideración de la Comisión, cuando concurra alguna de las
excepciones antes indicadas.
Tras recibir la petición, la Comisión analiza si esta cumple con los requisitos
indispensables a fin de darle trámite y, de ser así, la remite al Estado que tendrá
tres meses –prorrogables– para presentar su respuesta. Finalmente, la Comisión
emite su decisión sobre la admisibilidad o no de la petición, la cual es pública y se
incluye en su Informe Anual a la OEA. De admitirse la petición, esta será registrada
como caso y se iniciará el procedimiento sobre el fondo.
Con la apertura del caso, la Comisión fijará un plazo de cuatro meses para que los
peticionarios presenten sus observaciones adicionales sobre el fondo. Las partes
pertinentes de dichas observaciones serán transmitidas al Estado en cuestión a fin
de que presente sus observaciones en igual plazo.
La Comisión deliberará sobre el fondo del caso, a cuyo efecto preparará un informe
en el cual examinará los alegatos, las pruebas suministradas por las partes, y la
información obtenida durante audiencias y observaciones in loco, esto es, visitas al
país a fin de tener contacto directo con las personas afectadas.
Si establece una o más violaciones, se preparará un informe preliminar con las
proposiciones y recomendaciones que la Comisión juzgue pertinentes y lo
transmitirá al Estado en cuestión. En tal caso, fijará un plazo dentro del cual el
Estado deberá informar sobre las medidas adoptadas para cumplir las
recomendaciones.
f) Emisión de la sentencia
Tras culminar la etapa oral, las partes remiten por escrito sus alegatos finales.
Seguidamente, la Corte deliberará en privado y aprobará la sentencia que será
notificada a las partes. Usualmente la sentencia contiene la determinación de los
hechos, las conclusiones de las partes, los fundamentos de derecho, la decisión
sobre el caso y el pronunciamiento sobre las reparaciones correspondientes.
La labor de la Corte no culmina tras la emisión del fallo en que determina si el Estado
es responsable internacionalmente o no por la violación de los derechos de las
presuntas víctimas. La Corte supervisará el cumplimiento de la sentencia a través
de la presentación de informes estatales y de las correspondientes observaciones
a dichos informes por parte de las víctimas.
Una vez agotados los procedimientos internos en el país, finalizado el proceso ante
la Comisión Interamericana y llevado el caso por ésta ante la Corte Interamericana,
se deben agotar los procedimientos escritos y orales ante este tribunal. Después de
finalizada la audiencia pública sobre el fondo del caso ante la Corte, se agenda
fecha para deliberación y resolución en sesiones privadas para redactar y votar la
sentencia final, la cual se sustenta en un proyecto de sentencia redactado bajo la
supervisión de un juez redactor o instructor.
Una vez emitido, el fallo es notificado a las partes para lo procedente. Las
sentencias de la Corte Interamericana son “vinculantes”, es decir, obligatorias en
cuanto a su acatamiento, para lo cual se le otorga a los Estados un plazo de
cumplimiento. Si no son cumplidas, la Corte IDH puede señalarlo así en su informe
anual dirigido a la Asamblea General de la OEA para los efectos pertinentes, por
ejemplo, para que se emita una resolución de la OEA conminando al Estado a acatar
la sentencia.
VI. Derechos violados: aquí se determinará los derechos que han sido violados,
por ejemplo, Derecho a la vida, Derecho a la integridad personal, Derecho a la
nacionalidad, Reconocimiento progresivo de derechos colectivos, Derecho a la
igualdad y a la no discriminación. etc.
VII. Parte resolutiva (Por tanto): El fallo de la Corte Interamericana finaliza con lo
que se conoce como parte resolutiva o el “por tanto”. Esto es lo primero que
normalmente se acostumbra leer de una sentencia. De alguna manera, es una
forma de eliminar la “ansiedad” cuando estamos a la espera de una sentencia:
queremos ver qué fue lo que se resolvió y después, buscamos los argumentos para
haber llegado a esas conclusiones. La parte resolutiva es un resumen de las
violaciones que el tribunal determinó y, en algunas ocasiones, también se
mencionan las reparaciones que el Estado debe cumplir para restituir los derechos
violados o indemnizar por los daños ocasionados por esas violaciones
LA CORTE,
DECIDE:
Por unanimidad,
1. Admitir el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el
Estado.
2. Declarar, conforme a los términos del reconocimiento de responsabilidad
internacional efectuado por el Estado, que éste violó:
a) El derecho a la vida consagrado en el artículo 4 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio de Placentina Marcela
Chumbipuma Aguirre, Luis Alberto Díaz Astovilca, Octavio Benigno
Huamanyauri Nolazco, Luis Antonio León Borja, Filomeno León León,
Máximo León León, Lucio Quispe Huanaco, Tito Ricardo Ramírez Alberto,
Teobaldo Ríos Lira, Manuel Isaías Ríos Pérez, Javier Manuel Ríos Rojas,
Alejandro Rosales Alejandro, Nelly María Rubina Arquiñigo, Odar Mender
Sifuentes Nuñez y Benedicta Yanque Churo;
b) El derecho a la integridad personal consagrado en el artículo 5 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio de
Natividad Condorcahuana Chicaña, Felipe León León, Tomás Livias
Ortega y Alfonso Rodas Alvítez; y
c) El derecho a las garantías judiciales y a la protección judicial
consagrados en los artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre
• Preámbulo
• Parte I: Del establecimiento de la corte (artículos 1- 4)
• Parte II: De la competencia, la admisibilidad y el derecho aplicable (5 -
21)
• Parte III: De los principios generales de derecho penal (22 - 33)
• Parte IV: De la Composición y administración de la corte (34 - 52)
• Parte V: De la investigación y el enjuiciamiento (53 - 61)
• Parte VI: Del Juicio (62 - 76)
• Parte VII: De las Penas (77 - 80)
• Parte VIII: De la Apelación y la revisión (81 - 85)
• Parte IX: De la cooperación internacional y la asistencia judicial (86 -
105)
• Parte X: De la ejecución de la pena (103 - 111)
• Parte XI: De la Asamblea de los estados partes (112)
• Parte XII: De la financiación (113 - 118)
• Parte XIII: Cláusulas finales (119 - 128)
A. EXAMEN PRELIMINAR
Se lleva a cabo para decidir si existe una base razonable para proceder con
una investigación. El Fiscal considera la competencia, la admisibilidad y el
interés de la justicia.
El Fiscal, luego de recibida la solicitud de un Estado Parte evalúa la
información para determinar: (i) la existencia de pruebas suficientes de la
comisión de delitos de contemplados en el Estatuto; (ii) la existencia de
competencia jurisdiccional nacional; y (iii) si el inicio de una investigación
sería útil para los intereses de la justicia y de las víctimas.
B. INVESTIGACIÓN
D. ETAPA DE LA PRUEBA
En esta fase ante la Sala de Primera Instancia, la Fiscalía debe probar más
allá de toda duda razonable la culpabilidad del imputado. Durante el juicio
se actuarán las pruebas pertinentes; emitiéndose el fallo correspondiente y,
de ser el caso, se ordenan las reparaciones para las víctimas. La sentencia
es apelable.
La Sala de Apelaciones conoce esta fase. Está compuesta por cinco (5)
jueces que pueden revisar la decisión y la sentencia85.
Son apelables los fallos de la Sala de Primera Instancia por vicio de
procedimiento, error de hecho o error de derecho por el Fiscal o el
condenado. El condenado o el Fiscal en su nombre, podrá apelar también
por cualquier otro motivo que afecte a la justicia o a la regularidad del
proceso o del fallo. La apelación será sin efecto suspensivo salvo que la
Sala de Primera instancia ordene lo contrario o cuando la duración de la
detención fuese mayor que la de la pena de prisión impuesta.
F. APLICACIÓN DE LA PENA