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INTRODUCCION
Un enfoque amplio del Sistema Europeo de Derechos Humanos conduce a un
entendimiento de éste como el constituido por el conjunto de reglas o principios que,
recogidos en una serie de instrumentos normativos emanados de las organizaciones
internacionales cuyo cometido básico consiste en la defensa de la democracia y los
derechos humanos en el continente europeo, apuntan de manera cooperativa y
coordinada a conseguir el respeto de la dignidad de la persona a través del
establecimiento de unas condiciones de convivencia pacífica. Ello comporta, cuando
menos:
a) tomar en consideración las normas europeas obligatorias y las no vinculantes más
relevantes en materia de derechos humanos (siquiera sea, en el caso de estas últimas,
por su valor interpretativo y su potencial proyección práctica);
b) abordar todas las categorías de derechos humanos y las diversas vertientes de la
democracia (de acuerdo con el principio de indivisibilidad);
c) analizar los mecanismos de tutela judiciales y extrajudiciales (teniendo en mente que
los derechos valen tanto como sus garantías, que la tutela judicial es esencialmente
reparadora y que la salvaguardia extrajudicial preventiva por antonomasia es la
educación en derechos humanos y en democracia); y
d) no asociar exclusivamente, pese a su carácter emblemático, el sistema europeo al
Convenio Europeo de Derechos Humanos, puesto que el sistema incluye otros
instrumentos del Consejo de Europa (entre ellos, como complemento fundamental del
Convenio Europeo, la Carta Social Europea), así como la obra desplegada por otros dos
foros que operan en el “viejo continente” (la Unión Europea y la Organización para la
Seguridad y la Cooperación en Europa –OSCE–).
Los tres foros mencionados se encuentran animados en su acción por la misma ideología
de respeto de los derechos humanos y la democracia.
De hecho, todos ellos surgieron tras la segunda guerra mundial con el punto de mira en
la consecución de una paz duradera: así, el Consejo de Europa en 1949 como antídoto
frente al totalitarismo y para que no se reprodujera “nunca más” (“plus jamais”, “never
more”) una barbarie nazi ni el ultraje para la humanidad que comporta un conflicto
bélico con violaciones masivas de los derechos 10 Luis Jimena Quesada: Sistema
europeo de derechos humanos Universidad Nacional de la Plata, Marzo 2017 humanos;
la actual Unión Europea se fundó en 1951-1957 lanzada por la Declaración Schuman de
1950 con una propuesta económica sectorial (poner en común la producción del carbón
y del acero bajo la supervisión de una “alta autoridad”) en la que subyacía un control de
producción armamentística y un diseño compartido de defensa; y la actual OSCE
(anterior CSCE) en los años setenta a raíz de una oferta de distensión de la diplomacia
soviética consistente –en plena “guerra fría”– en respetar el estado post-bélico de las
fronteras, que contó como contrapartida con la exigencia occidental de respeto de los
derechos y libertades.
EL SISTEMA EUROPEO
Las demandas individuales son primero examinadas para comprobar que cumplen los
requisitos de admisibilidad, entre otros: el haber agotado los recursos en su propio país,
no haber sometido el caso a otra instancia internacional de investigación o arreglo, y
que la demanda se presente en los seis meses siguientes a la fecha de resolución
definitiva en el ámbito interno. Una vez admitida la demanda, pasa a una Sala
compuesta por siete jueces, que buscarán un arreglo amistoso entre la víctima y el
Estado demandado, en cuyo caso dictarán una resolución recogiendo el acuerdo. En
caso contrario, se inicia un procedimiento contencioso que acaba con una sentencia
definitiva y de obligado cumplimiento para el Estado. El órgano que vela por este
cumplimiento es el Comité de Ministros del Consejo de Europa, órgano compuesto por
los Ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros del Consejo de Europa.
Por su parte, la Carta Social Europea recoge los principales derechos de carácter
económico y social y, a diferencia de lo que ocurre en el Convenio Europeo de Derechos
Humanos, no establece un sistema judicial de control del cumplimiento por parte de los
Estados de sus principales disposiciones. Entre los derechos de la segunda generación
más importantes contenidos en la Carta Social Europea figuran, entre otros, el derecho
a: el trabajo (art. 1), organizarse para la defensa de intereses económicos y sociales (art.
5), la negociación colectiva (art. 6), la seguridad social (art. 12), la asistencia social y
médica (art. 13), la protección social, jurídica y económica de la familia (art. 16), y la
protección y asistencia por parte de los trabajadores migrantes y sus familias (art. 19).
De estos siete artículos, los Estados Partes tienen que aceptar al menos cinco de ellos y
no menos de 10 de los derechos recogidos en toda la Parte II de la Carta. Se trata así de
un sistema flexible, que no obliga al Estado a aceptar todos los derechos de la Carta.