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La primera fase es la etapa de introducción: En ella se produce el lanzamiento de un nuevo 

 
producto que en principio es desconocido para los consumidores. Debido a ello, la empresa   
suele hacer grandes inversiones en publicidad y promoción para dar a conocer su producto.
En   esta etapa es habitual que las ventas crezcan de manera lenta y que se tengan pérdidas
debido a las   grandes inversiones realizadas en promoción y publicidad.

La segunda fase es una etapa de crecimiento.  La empresa pasa a esta fase cuando se consigue
que el producto sea aceptado por el público. La empresa pasaría a esta fase de crecimiento
donde las ventas aumentan considerablemente, saliendo de la zona de perdidas. La publicidad
y la promoción sigue   siendo alta, pero pasa ahora a ser persuasiva para convencer al
consumidor a comprar dicho producto.  Durante esta fase la empresa debe tratar de mejorar
los atributos del producto, y estar en una   continua innovación para no perder clientes y para
no verse superado por la competencia.

La tercera fase es una etapa de madurez:  Cuando el crecimiento de las ventas comienza a
estabilizarse, el producto entra en otra etapa, conocida como fase de madurez, en la que   se
mantienen las ventas y los beneficios   aumentan un poco ya que la publicidad en esta  etapa
no tiene por qué ser tan alta, debido a   que el producto es conocido, sin embargo,  en la recta
final de esta fase sí que se   observará que las ventas empiezan a decrecer. En esta etapa,
surgen más competidores siendo   la competencia muy fuerte lo que hace que las empresas
traten de conseguir una ventaja   competitiva.

La cuarta fase es una etapa de declive:  Es decir que poco a poco el mercado se va saturando y
a medida que aparecen otros productos   sustitutivos mejores que satisfacen la misma
necesidad, los clientes dejan de   comprar nuestro producto y las ventas disminuyen. Podemos
salir del mercado o mejorar el producto.
El sistema cultural empresarial vendría a ser las normas compartidas por los miembros de la
empresa, es decir en cómo se hace las cosas de la empresa, apoyada en los valores, por
ejemplo, hay empresas que desafortunadamente no tienen un sistema cultural empresarial,
entonces como consecuencia pueden fracasar porque no tienen cultura empresarial, aunque
cuenten con un producto o un servicio con innovación o con una diferenciación.

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