INTRODUCCION
trastornos inmunoinflamatorios como
La insuficiencia renal aguda se define
como una disminución brusca en el
filtrado glomerular con acúmulo de
productos nitrogenados e incapacidad
de mantener la homeostasis
hidroelectrolítica (1). La insuficiencia
renal, tiene una alta prevalencia en la
población a nivel mundial, en los
Estados Unidos el número de
pacientes que requieren tratamiento
sustitutivo renal ha aumentado más
de tres veces en las últimas dos
décadas, llegando a una incidencia
de 334 pacientes por millón de
habitantes (2). Esta enfermedad
constituye un problema de Salud
Pública, ya que existen muchos
pacientes jóvenes en edad
productiva, que necesitan del
tratamiento de la hemodiálisis, lo cual
afecta su estado emocional,
económico y social tanto de los
pacientes como de su entorno,
impactando de manera negativa en la
comunidad (3).
En las fases iniciales de la
enfermedad no hay compromiso
clínico y el paciente por lo general
tiene niveles normales o levemente
aumentados de creatinina sérica. En
fases más avanzadas se presentan
diversas manifestaciones clínicas,
hasta llegar al estado terminal
conocido como uremia (4). Esta
última se suele asociar con un
síndrome inmunoinflamatorio
multifactorial que se produce en un
principio en la insuficiencia renal,
pero empeora, ya que se encuentra
con mecanismos implicados en tales
la desregulación en el equilibrio entre
las citoquinas proinflamatorias y sus
inhibidores, así como un aumento en
la producción de oxidantes por los
fagocitos, frente a las defensas
antioxidantes defectuosas, lo que da
como resultado un estrés oxidativo
crónico que aumenta aún más el
estado inflamatorio (5)
La mayoría de los pacientes con
hiperfiltración renal o con función
renal disminuida no es detectada con
oportunidad debido a una evaluación
médica basada en la creatinina
sanguínea. La Sociedad Americana
de Diabetes recomienda que los
pacientes con mayor riesgo de
desarrollar daño renal es decir, los
pacientes con diabetes mellitus tipo 2,
hipertensión arterial sistémica,
antecedentes familiares de nefropatía
y los mayores dc 60 años; sean
evaluados de manera sistemática con
medidas adecuadas y fáciles de
aplicar durante la consulta en
atención primaria: la toma de la
tensión arterial, la determinación de la
creatinina sérica y albuminuria, así
como la estimación de la tasa de
filtración glomerular (6 y 7), la cual es
ampliamente aceptada como una
medida adecuada de la función
renal(8), esta es igual a la suma de
las tasas de filtración de todas las
nefronas funcionantes, por lo que la
TFG es una medida aproximada del
número de nefronas en
funcionamiento (9).
Además, la Sociedad Americana de
Diabetes recomienda la
determinación dc la creatinina para la
estimación de la TFG y la albuminuria
anualmente. Para estimar la función
renal no debe utilizarse la creatinina
en suero sola, ya que lo que permite
clasificar el nivel de enfermedad renal
crónica es la estimación de la TFG
(6).
Su utilización en la práctica clínica
corriente es limitada, de ahí la
necesidad de utilizar métodos de
estimación del TFG y, más
particularmente, la medida de la
creatininemia y la fórmula de Cockroft
y Gault (7).
La creatininemia es un marcador
imperfecto del TFG. Sin embargo, es
un valor de alerta ya que el 85% de
los adultos con un TFG<60
2
mL/min/1,73 m  tienen una creatinina
sanguínea superior a 137 mmol/L
(15,4 mg/L) en varones o superior a
104 mmol/L (11,7 mg/L) para las
mujeres (7).
la capacidad de generación
endógena de creatinina de un sujeto
adulto que ha alcanzado una talla
definitiva pudiera ser predicha del
peso corporal. Un adulto puede
excretar 1 gramo de creatinina por
cada 17 – 20 Kg de peso. En un
sujeto de referencia, la masa
muscular esquelética representa
cerca del 30% del peso corporal,
diferencias según el sexo aparte.
Luego, el peso corporal del sujeto
podría emplearse como normalizador
en la predicción de la excreción del
Nitrogeno Ureico, para lo que se usa
la ecuación de Cockroft y Gault (10).
La prueba del BUN está íntimamente
relacionada con la creatinina, lo
normal es que tengan una relación
de 10: 1 en casos de deshidratación o
de sangrado digestivo el nitrógeno
ureico se eleva más que la creatinina,
en caso contrario, es decir, BUN bajo
con aumento de creatinina se
observa en el síndrome hepatorenal
(11).
El BUN es además un elemento clave
que refleja la intrincada interrelación
entre el estado nutricional, el
metabolismo de proteínas y la
situación renal del paciente (12).
Además, se ha demostrado que altos
niveles de nitrógeno ureico en sangre
han servido como mal pronóstico en
pacientes con insuficiencia cardiaca
aguda, e infarto agudo de miocardio
(13).
El producto final de la degradación de
las purinas, es el ácido úrico; esto se
debe a la pérdida evolutiva de la
enzima uricasa, entre las funciones
del ácido úrico destaca ser un agente
antioxidante endógeno, sobresale su
actividad protectora de la membrana
del eritrocito contra la oxidación
lipídica. Sin embargo, el exceso de
ácido úrico es causa de
enfermedades, la más conocida es la
gota (14).
Los niveles de ácido úrico normales
son entre 2,4 y 6,0 mg/dL(para las
mujeres) y entre 3,4 y 7,0
mg/dL (para los hombres) (15).
MARCO TEORICO
La Insuficiencia renal crónica es una
enfermedad que implica la pérdida
gradual de la función de los riñones;
es progresiva y puede llegar a ser
terminal cuando la capacidad renal se
reduce a 10% (3).Las intervenciones
para disminuir el riesgo y retardar la
progresión a enfermedad renal son el
control de la glucemia y la tensión
arterial, la dieta y el ejercicio (6).
Los pacientes con ERC deben
someterse a tratamientos no
curativos, altamente invasivos,
demandantes y (eliminar) que
involucran altos costos para el
paciente y su familia, a nivel físico,
psicológico, social y económico. Entre
los tratamientos de sustitución renal
están el trasplante de riñón y la
diálisis (peritoneal y hemodiálisis), los
cuales deben acompañarse de una
dieta estricta, medicamentos y
restricción de líquidos (3).
En la hemodiálisis, se permite que la
sangre fluya, a través de un filtro
especial que elimina los desechos y
los líquidos innecesarios. La sangre
filtrada se devuelve luego a su
cuerpo. La eliminación de los
desechos dañinos, la sal y los
líquidos innecesarios ayuda a de la vida diaria (18).
controlar la presión arterial y a
mantener el equilibrio adecuado de
sustancias químicas en el cuerpo,
como el potasio y el sodio (16). Sin
embargo el paciente puede presentar
afectaciones al paciente siendo la
trombosis la mas común de estas (7),
sin embargo puede existir contagio de
Hepatitis C y VIH , sin embargo son
menos comunes (17).
Por otro lado encontramos La diálisis
peritoneal, la cual utiliza el propio
peritoneo del paciente como
membrana que permite los
intercambios entre la sangre y el
líquido de diálisis.
Estos intercambios se hacen en
realidad entre la capa capilar del
peritoneo y el líquido de diálisis de
composición apropiada, a través de la
membrana peritoneal. La realización
de la diálisis peritoneal implica la
implantación de un acceso
permanente a la cavidad peritoneal.
Este acceso se asegura mediante un
catéter flexible, las principales
consecuencias de este procedimiento
son de tipo infeccioso, pero también
se pueden dar a nivel funcional y
metabólico(7).
La enfermedad renal crónica, tiene
alta prevalencia en ancianos y por lo
general produce deterioro funcional,
discapacidad, deterioro cognitivo,
hospitalización y muerte. Un filtrado
glomerular estimado, bajo se ha
encontrado asociado con puntajes
bajos en escalas de valoración
funcional en las actividades básicas
La maduración del niño también
puede verse afectada por múltiples
factores: nutricionales, sociales,
genéticos y por la presencia de
enfermedades en su mayoría
crónicas, entre las que se encuentra
la insuficiencia renal crónica , en la
cual ocurre un deterioro progresivo e
irreversible de la función renal, como
resultado de la progresión de
diversas enfermedades primarias o
secundarias, resultando en pérdida
de la función glomerular, tubular y
endocrina del riñón (4).
La gota es una artropatía inflamatoria
que frecuentemente se asocia con
obesidad, consumo de alcohol,
hipertensión, en especial por la
hiperuricemia lo que puede ocasionar
aumento de las cifras de presión
arterial por diversos mecanismos; e
hipertrigliceridemia. También tiene
una fuerte relación con la
insuficiencia renal (19).
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