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El 

Malbec es la cepa insignia de Argentina, el país que tiene mayor superficie


de Malbec en el mundo. Es una cepa originaria del Sur Oeste francés, en donde
es llamada Côt, de estilo tánico y duro. Por su intenso color y sus matices oscuros,
los vinos obtenidos con esta variedad se llamaban “los vinos negros de Cahors”.
Estos vinos se consolidaron en la Edad Media y terminaron de fortalecerse en la
modernidad.

En 1852 esta variedad es traída a Argentina por Michel A. Pouget, Ingeniero


Agrónomo francés contratado por el gobierno nacional de este país. En 1863, la
plaga de filoxera destruyó la viticultura francesa, por lo que el “Cot” cayó en el
olvido dejando, sin embargo, una cultura de apreciación del Malbec ya construida.

El Malbec en particular se adapta rápidamente a los diversos terruños que ofrece


la geografía del país y comienza a producir vinos incluso mejores que en su tierra
de origen. Argentina se convierte en el único país en el que se encuentran cepas
originales de Malbec auténticamente provenientes de Francia.

El Malbec en Argentina

Actualmente, Argentina es el principal productor de Malbec del mundo, con


39.486,43 has plantados a lo largo de todo el país seguido por Francia, Italia,
España, Sudáfrica, Nueva Zelanda y USA. Los viñateros argentinos han cultivado
Malbec extensamente en todas las regiones vinícolas argentinas. En la actualidad
pueden encontrarse Malbec opulentos y vigorosos a lo largo de la cordillera de Los
Andes (desde Salta a Patagonia).

Mendoza es la principal región vitivinícola argentina. En ella se concentra el


86% de los cultivos de Malbec, con 34.095,40 has. Le siguen San Juan con
2.087,20 has, Salta con 1.130,31 has, Patagonia (Neuquén y Río Negro) con
994,31 has y La Rioja con 710,50 has.

En la Argentina tenemos DOC (denominación de origen controlada) para el


Malbec en algunas regiones, esta denominación protege el nombre de la zona y
obliga a los productores a mantener un alto nivel de calidad en los vinos.
Malbec Luján de Cuyo es la primera Denominación de Origen (DOC) de
América. El Malbec de esta sub-región presenta un color muy intenso y oscuro de
tipo rojo cereza que puede llegar a parecer casi negro. En Luján de Cuyo
encontramos un vino de expresión mineral, haciéndose notar particularmente la
fruta negra y las especias dulces.

Mientras que en Tupungato, Tunuyán y San Carlos (Valle de Uco), la expresión


del Malbec es más elegante, mostrando notas especiadas y florales bien
marcadas.

Qué buscar en el Malbec

La característica más sobresaliente del Malbec es su color oscuro intenso. Los


aromas del Malbec recuerdan a cerezas, frutillas o ciruelas, pasas de uva y
pimienta negra en algunos casos con reminiscencias de frutas cocidas (por
ejemplo, mermelada), dependiendo de cuándo se haya realizado la cosecha. En
boca el Malbec es cálido, suave y dulce, con taninos que no son agresivos.
Cuando se le añeja en madera, adquiere tonos a café, vainilla, café y chocolate.

Cuándo descorchar un Malbec

Por lo general, el Malbec es una variedad que se distingue por ofrecer una
explosión de fruta. Esta característica puede aportar gran complejidad cuando el
vino se añeja en roble nuevo. Es recomendable consumir rápidamente los Malbec
jóvenes sin añejamiento en madera; aquellos que han sido criados en madera
durante algunos meses pueden conservarse durante 2-3 años; y los “grandes”
Malbec pueden evolucionar favorablemente en botella durante una década.

Maridaje con Malbec

El Malbec acompaña muy bien a carnes rojas, carnes a la parrilla, quesos duros y
pastas con salsa de tomate. El Malbec es el gran vino tinto para acompañar los
asados vacunos, los guisos, las pastas con salsas de tomate y queso, y las carnes
de caza.
Platos principales

En el caso de un Malbec que ha tenido crianza en roble se recomienda


acompañarlo con un locro criollo argentino o un guiso de lentejas. Además, marida
muy bien con un bife de chorizo acompañado de un pimiento morrón recién asado
y papas rellenas con queso roquefort y nueces, o un corte de asado magro y
ensalada asada con un toque de oliva y pimienta.

Un Malbec reserva también combina con tallarines frescos, salsa de trufas negras
frescas y queso parmesano. O pizza casera de trufas y queso parmesano.

Con picadas

Una copa de Malbec marida muy bien con cubitos de queso azul o roquefort,
nueces partidas a la mitad y frescas uvas moscatel. Es imprescindible que la tabla
tenga algo salado, algo fresco y algo crocante.

También combinan el queso parmesano, los quesos ahumados de vaca o de


cabra y el queso mozzarella. Hay que tener en cuenta que la intensidad de la
comida debe ser acorde a la intensidad del vino.

Los postres

El Malbec marida con bombones de chocolate amargo rellenos con pasta de higos
y corazón de nuez.

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