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Prefacio a la edición Momingside 1

EL CONTRAPUNTO I':N LA COMPOS ICiÓN no tuvo su origen específico como libro, oído. El contrapunto a tres voces, sin embargo, plantea dificultades mucho mayo-
sino como una recolección de ejemplos del repertorio musical. El doctor Salzer y res, y sólo son capaces de superarlas al comienzo de sus estudios (por medios que
yo la reunimos para mostrar las conexiones existentes entre los procedimientos no se basen en seguir reglas mecánicamente) los alumnos de cierto talento. De
simples del contrapunto de especies y las complejidades de la composición; este hecho, a menudo resultan problemáticos hasta para los alumnos de segundo cur-
. es un modo de enfocar e l contrapunto que se deriva de la obra de Heinrich so, y especialmente para los intérpretes de instrumentos de «una sola voz». Mu-
Schenker. F inali zal1los tal reco lección en 1963, y se utilizó en las clases de teoría chos profesores preferirán, por tanto, posponer el estudio del contrapunto a tres
de segundo cu rso (universitario)en Mannes Coll ege ofMusic, centro pionero en voces hasta que sus alumnos estén preparados.
la enseñanza del análisis y teoría schenkerianos en los Estados Unidos. El hecho Casualmente, este libro es perfectamente utilizable en aquellas clases en las
de que fuesc tomando forma como una recolección de ejemplos condicionó con- que se cubra todo el contrapunto a dos voces antes de adentrarse en el de tres.
siderablemen te su organ izació n interna; en particular, la decisión de presentar Desde hace algunos años en Mannes College of Music se imparte el contrapunto
cada una de la s cspecies ele Fux a dos y tres voces antes de proceder a la siguiente a dos voces en las clases de primer curso. También pueden enseñarse las dos o
se debió a nuestro deseo de citar ejemp los musicales lo antes posible, puesto que tres primeras especies a dos voces, y después aplicar lo aprendido a tres (esto es
algunos de e llos presentahan técnicas características de la escritura a tres voces. lo que se hace en algunas clases en Aaron Copland School of Music y Queens
EL CONTRAPlI NT() I: N I,¡\ ( '()MPOS IC IÓ N fue probablemente el primer texto en organi- College, y yo mismo también lo he enseñado así en años recientes). No sé de nin-
zar los elemc ntos del cont rapunto de especies de este modo , pero la idea no fue gún profesor que se haya topado con la más mínima dificultad al reorganizar el
del todo nuestra, ya que Milton Babbitt ya había sugerido algo similar años atrás orden de presentación que aquí ofrecemos. Los ejemplos analíticos del capítulo 6
en su recens i<Ín dellihro de Salzer Slmclllm/ hearing.2 requerirán explicaciones más extensas si se introducen en un estadio temprano,
Durante los m<Ís de ve inte años transcurridos desde la aparición de este li- pero esto no presenta mayores inconvenientes.
bro en 1969 e l cúmpo entero de la teoría ele la música ha sufrido cambios de Muchos programas de teoría combinan el estudio de la armonía y el contra-
cierta importancia, y a lgunos de e ll os qu edan retlejados en el modo en que se punto en un solo curso. EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN puede ajustarse per- .
enseñan estas materias. Uno de ellos es la creciente tendencia a introducir el fectamente a este tipo de enfoque combinado, y de hecho se diseñó teniendo
contrapunto de espec ies en un estadio temprano de los estudios, normalmente este propósito en mente. Como se indica en la página x, su estudio no debe em-
en el primer curso o incluso en e l prim er trimestre. En vista del papel absolu- prenderse antes de haber comenzado una educación básica del oído, ni antes de
tamente fundamenta l que posee e l contr,¡punto en la estructura tonal, la perti- dominar las bases de nomenclatura y notación musicales. La experiencia me ha
nencia de impartirl o casi al principio o a l principio mismo de los programas de llevado a la conclusión de que se logran resultados más efectivos cuando se
teoría también es absoluta; a pes;¡r de todo, el introducir el contrapunto a tres enseñan los principios básicos de la conducción de las voces a partir del contra-
voces demas iad o pronto puede resultar problemático. Los principiantes con punto a dos en lugar de a cuatro. Sugiero, por tanto, que inmediatamente des-
buen oído no encuentran excesivas dificultades para escuchar ejercicios a dos pués de que se hayan aprendido los elementos básicos se estudien el cantus fir-
voces; en rea l idad , éstos 1'01111<\11 ulla parte indispensable de la educación del mus y las dos primeras especies a dos voces (ta:1 como está esbozado en la
página x). La posterior aplicación de técnicas de conducción de las voces en el
I Se refi ere ;¡ la l'dil'itill i\:alizada en los ESladlls Unidos por Columbia Uni ve rsity Press
, contrapunto a cuatro no planteará excesivas dificultades adicionales, puesto que
Mornillgs ide Edilillll l'1l (N, del E ,) el alumno ya se habrá habituado a escuchar linealmente, y no sólo a percibir
2 Ex iste Ir;I< III'Tillll (' 11 " sl';I(lo l: !I"d;, ';rí" I'S!ri w /"ml, Barce lona, Labor, 1990, (N . del T ) meras verticalidades. .
VIII EL CONTRAPUNTO EN LA ( .POSICIÓN

Se estimulará la audición si la clase de teoría permite un maXlmo de Con el paso de los años, y especialmente desde la muerte de Felix Salzer
oportunidades para cantar contrapunto. Todos los ejercicios vistos en cla- en 1986, mucha gente me ha preguntado cómo distribuimos nuestra colabora-
se deberán cantarse regularmente por todos los alumnos. Se debe animar a ción durante la elaboración de este libro. Pues bien, comenzamos por dividir el
los alumnos a que toquen y canten sus ejercicios, como se sugiere en la pá- trabajo: el doctor Salzer se encargó de los capítulos analíticos (6, 7, 8, la últi-
gina 20, y parte del tiempo de clase debe reservarse a la improvisación vocal ma parte del 9, y ellO) y yo de los teóricos (los primeros cinco y la primera
de contrapunto. Al príncipio el profesor puede inventar un «mini-cantus» de parte del 9). Durante esta actividad nos encontramos con regularidad durante
cuatro o cinco notas y pedirle a un alumno que lo cante y a otro que impro- unoS cuatro años para solucionar las inevitables diferencias y realizar las co-
vise por encima o por debajo. Los demás deberán escuchar con actitud crÍ- rrecciones necesarias; nos intercambiábamos los bocetos y cada uno reescribía
tica y señalar cualquier error. Los cantus firmi pueden extenderse gradual- el trabajo del otro. El resultado final fue una verdadera colaboración, e incluso
mente; los alumnos que vayan a improvisar deberán estudiar uno o dos nosotros mismos no podíamos saber siempre a ciencia cierta qui én había escri-
minutos el cantus antes de cantarlo, pero no deberán escribir ninguna de sus to talo cual parte. Al comenzar este trabajo el doctor Salzer se encontraba en
soluciones. El contrapunto improvisado a tres voces es obviamente una im- lo que podría llamarse la etapa más prolífica de su larga carrera, mientras que
posibilidad a menos que se impongan métodos de control cuyo resultado no yo llevaba enseñando unos pocos años y había escrito todavía muy poco;
sería una improvisación en todo su significado. A pesar de todo, el que los como compañero menor tendía a condescender, pero 01 era 1l1uy meticuloso a
alumnos canten realizaciones tipo faux-bourdon a tres voces, nota contra la hora de considerar mis ideas en su integ ridad. Puedo decir que esta colabo-
nota, puede resultar extremadamente beneficioso,. y cantar series de suspen- ración fue verdaderamente una de las experiencias más enriquecedoras de mi
siones entre tres alumnos (intercambiándose las voces de vez en cuando) vida, y me inició como escritor en el campo de la teoría ele la música. Al
puede ser también productivo para agudizar la audición. Los ejercicios de presentar esta nueva edición de EL CONTRAPUNTO EN 1./\ COMPOSICIÓN quisiera
contrapunto a dos y tres voces, dicho sea de paso, constituyen un material rendir homenaje a mi gran maestro, colaborador y amigo, cuya obra marcó
excelente para el dictado; la inclusión momentánea e intencionada de errores tantas vidas y ejerció influencia tan beneficiosa sobre el estudio de la música,
ayuda a mantener al alumno en una actitud absolutamente despierta. en este país y en el mundo entero.

Cad SCHACHTER
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BIBIlOIOCA "MACUIL.
¡Úu.r..:
Prefacio

Al presentar este Iihro en este momento, los autores creen que es preciso este parecer. Para el profesor, no obstante, el mantener y reforzar este contacto
algún tipo dc l'xplicaci<ín. ¡.Por qué ha de ser necesario dedicar tiempo y es- no es algo tan simple como podría parecer a primera vista, ya que inmediata-
fuerzo a aprcnder los principios de un lenguaje musical que ya no emplea casi mente aparecen ante él varios obstáculos; uno de ellos es desgraciadamente el
ningún compositor? En rcalidad, mucha de la música que se compone hoy en propio alumnado que se encuentra en casi todos los conservatorios. Ante todo,
día tiene poca (l ninguna conexión con cualquiera de las fases anteriores de la existe un creciente número de admisiones de alumnos que no pueden expresar-
música. se musicalmente ni con un instrumento ni con su propia voz, que poseen una
Aunque nuestro actual música contemporánea haya tenido sus audición musical defectuosa y que carecen, por muy contradictorio que parez-
equivalentes en distintas épocas (ars nova, nuove musiche, Zukunftsmusik) , ca, de un verdadero interés por la música. Sin embargo, puede observarse in-
éstos estaban mucho menos justificados que hoy en día; ya que, aunque nadie cluso entre los mejores alumnos una pérdida perceptible de lo que podríamos
ponga en duda las marcadas diferencias existentes entre, por ejemplo, Machaut denominar instinto musical. En el terreno del análisis, y también en el de la inter-
y Dunstable, Palestrina y Monteverdi, o Mendelssohn y Wagner, éstas se des- pretación, muchos de estos jóvenes músicos de talento parecen pasar por alto las
vanecen en una relativa insignificancia comparadas con las diferencias entre relaciones más fundamentales y obvias de una partitura e intentan imponer una
Bartók, Schoenberg, o incluso Webern, por un lado, y John Cage y Stockhau- interpretación excesivamente personal, y consecuentemente artificial. Podría de-
sen por el otro. Desde este punto de vista el lenguaje tonal de épocas pasadas cirse que la música ya no corre por sus venas, y se convierte para ellos en una
puede considerarse muerto del mismo modo que decimos que el latín es una especie de juego intelectual.
lengua muerta. Puede que muchos entiendan esa lengua y que algunos la utili- Este tema resulta aún más confuso a causa de métodos de enseñanza que
cen por razones específicas, pero nadie la emplea para hablar, escribir un poe- parecen olvidar la relación efectiva que debe existir entre la abstracción teóri-
ma, una obra de teatro o un tratado científico. ca y la experiencia musical concreta. Si se trata sólo con abstracciones, el re-
En otro sentido, sin embargo, la música de épocas pasadas está lejos de estar sultado será una teoría seca e infructuosa; la teoría como un fin en sí mismo.
muerta. Sigue viva, en primer lugar por la interacción entre el intérprete y el Si se excluye completamente la abstracción, el alumno queda huérfano de los
oyente con capacidad para sentir. Siempre hay, además, un considerable número medios para organizar y articular sus experiencias musicales, lo que le va a
de jóvenes intérpretes deseosos de profundizar sus conocimientos sobre esa músi- conducir a esa verborrea sin objeto acerca de la música tan corriente hoy
ca que al fin y al cabo constituye la mayor parte de su repertorio. en día. Para conseguir resultados, todo método de enseñanza debe encontrar
Por añadidura, esta música continúa teniendo un sentido para aquellos un equilibrio entre estas dos perspectivas, puesto que se da con demasiada
compositores que admiten que un entendimiento de su mecanismo interno frecuencia un excesivo énfasis sobre una con el consecuente detrimento
puede ser de inestimable ayuda a la hora de adquirir cierto oficio, sin tener en de la otra.
cuenta su macla de expresión particu lar. Algunos de ellos tratan de establecer Las consecuencias de esta situación saltan a la vista. Por un lado está el
sus propias conex iones con épocas pasadas y creen que algunos aspectos de alumno que no es capaz de escribir l una frase de coral como es debido o im-
música anterior podrían resurgir transformados en un lenguaje musical aún por
I Téngase en cuenta que los verbos LO write o to set que como en este punto utilizan los auto-
conocer.
res para designar la tarea constructiva del compositor en sus obras o del propio alumno en sus tra-
Estos puntos ele vista coinciden con los nuestros, ya que los .músicos debe- bajos y que pueden traducirse por escribir, armonizar o también por realizar, que es como normal-
rían mantenerse en con tacto con la música de épocas anteriores, lo que ha he- mente va a aparecer en este libro, deben tomarse (tal como puede inferirse ya desde esta
cho que escribamos cs te libro para los profesores y alumnos que compartan introducción) en un sentido más amplio que el de la mera sucesión de sonoridades venicales en el

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x EL CONTRAPUNTO EN LA JSICJÓN

provisar un acompañamiento sencillo a un tema popular. A pesar de todo ha Por lo tanto, no hemos vacilado en incluir en un estadio relativamente tempra-
aprendido a recitar con confianza las características del clasicismo o del len- no ejemplos en los que se encuentran acordes que el alumno quizá no pueda
guaje musical del período tardío de Beethoven, sin conocer más que un puña- denominar. Al estudiar estos ejemplos, sin embargo, puede que el alumno ob-
do de sus obras. No sólo se queda sin conocer las técnicas musicales como tenga esa profunda noción sobre el origen que tales acordes tienen en la con-
tales, sino que también se le aboca a creer que un examen superficial de algu- ducción de las voces, una noción que es más significativa para la comprensión
nas obras de un compositor puede autorizarle a generalizar acerca de su estilo. musical que el mero etiquetado.
Al final de todo, el alumno es el resultado del olvido e ignorancia general de Los capítulos 1 al 5 tratan sobre el contrapunto elemental, esto es, con
las técnicas musicales, ahora denominadas con excesiva condescendencia ha- ejercicios en las cinco especies en texturas a dos y tres voces. El lector adver-
bilidades. tirá que nos hemos desviado del método habitual, puesto que presentamos
Por otro lado está el alumno que aprende a escribir interminables ejercicios cada especie a dos y tres voces antes de proceder a la siguiente. Esto quizá
de armonía, posiblemente en cuatro claves diferentes, siguiendo reglas tan com- tenga como irremediable consecuencia que el primer capítu lo pueda hacerse
plicadas como arbitrarias, o capaz de confeccionar sobre el papel algo parecido un tanto denso, ya que introduce un gran número de conceptos fundamentales.
a una fuga; pero al final, ese alumno no llega nunca a una compresión de la or- Creemos, no obstante, que el alumno adquirirá de este modo una comprensión
ganización contrapuntística o armónica de una invención de Bach o un vals de más segura e inmediata de los rudimentos que la que obtendría por el proceso tra-
Schubert. Este es el producto de la armonía académica y de las clases de contra- dicional de estudiar todas las especies a dos voces antes ele pasar a tres. No hemos
punto impartidas con un mínimo absolutamente exiguo de pertinencia sobre la incluido ejercicios de especies a cuatro o más voces, puesto qUl' no ofrecen pro-
música de la que se supone que tratan. blemas radicalmente nuevos excepto los relacionados con la duplicación, dispo-
Los autores esperan que este libro, pese a los errores que pueda contener, sición y cruzamiento de las voces. Estos problemas, en nucstra opinión, se pue-
contribuya a contrarrestar esas discutibles actitudes y que ayude a señalar el den estudiar mucho más fructíferamente a través de la :1I"I1HlIlÍ /.:Il·ión de corales
camino a otros profesores para que encuentren sus propias soluciones a eso (cap. 8) y de los ejercicios de imitación (cap. 9).
que se ha convertido en un problema verdaderamente serio. Una presentación estrictamente lógica requeriría que pnll'l'dil;scmos directa-
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN está diseñado para utilizarse en un progra- mente del contrapunto elemental a la combinación de eS llL'cies. ( 'rl'emos que este
ma global de teoría que abarque estudios de armonía, contrapunto y análisis. Tra- procedimiento es, sin embargo, pedagógicamente inadecuado. l posponer el es-
ta el contrapunto no sólo como una materia autónoma, sino también en su rela- tudio de la combinación de especies hasta el capítulo 9 nos ha ofrecido la posibi-
ción con otros aspectos del diseño musical. Puesto que presupone unos lidad de presentar este difícil apartado en su relación con 1:\ composición. Los
conocimientos previos (véase más adelante), su estudio comenzará normalmente ejercicios de combinación de especies forman una faceta esencia l de la educación
en el segundo curso; no obstante, si los alumnos estuvisen inusualmente bien pre- teórica, pues presentan sistemáticamente ciertos procedimientos muy importantes
parados, podría comenzarse en el segundo trimestre del primer curso. de conducción de las voces. Si se emprenden antes de que el alumllo haya apren-
El alumno debe haber adquirido la suficiente experiencia en la educación dido a relacionar las abstracciones teóricas con el tejido de la composición, su
básica del oído como para ser capaz de escuchar relaciones musicales simples apropiada significación musical se pierde a menudo en una enmarañada red de
en texturas a dos y tres voces. Deberá conocer los rudimentos de notación y detalles bastante complejos y sin relación alguna.
nomenclatura musicales, incluyendo claves, escalas, armadura de la clave, in- Por lo tanto, al contrapunto elemental le siguen dos capítulos (6 y 7) que
tervalos y acordes en su aspecto gramatical elemental (construcción de tríadas muestran la importantísima conexión existente entre los procedimientos contra-
y acordes de séptima, símbolos de bajo cifrado y acordes construidos sobre puntísticos básicos y la música viva. En el momento en que se comienza a tratar
:::ada grado de la escala). En cuanto a la gramática armónica un tanto más el contrapunto de la composición se hace esencial considerar la organización ar-
avanzada, nos gustaría hacer la siguiente observación: a causa de los métodos mónica, puesto que la textura compositiva muestra la inlTúencia mutua entre con-
je enseñanza aún prevalecientes, muchos alumnos se sienten incómodos si no trapunto y armonía. Hemos seguido tal procedimiento en LImbos capitulas.
pueden asignar un nombre o símbolo a cada combinación vertical de sonidos. El capítu lo 8 trata de la conducc ión de las voces en el coral. En este apar-
Esperamos poder mostrar que la comprensión musical de la función arquitec- tado el alumno aprenderá por sí mismo a aplicar sus co nocimien tos de conduc-
:ónica de una sonoridad antecede en importancia a su etiquetado gramatical. ción de las voces en un contexto ll1usical en el qu e los elementos contrapun-
tísti cos y armónicos mantengan una estrecha relación ,.' L':stc c: \pítul o oÚece un
: aso de la simultaneidad, o el de la mera sucesión de sonidos individuales cuando se trate de «es-
: ribir» «<realizan » una línea melódica. El libro conforme av ance irá revelando y c larificando ese Esta es la razón por la que, para sorpres a de atguJlos kCI(II "l'S. Il l' IJI(l s in c tuido un capírulo
sentido más amplio. (N. del T. ) sobre e l coral en un texto sobre conlrapUJlIO.
.................. PREFACIO
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BIlIlJODI:A "MACUII.XÓCHl''' XI

estudio de la conducción de las voces en los corales de Bach. En nuestra opi- El profesor advertirá la ausencia' específicamente
nión, los corales de Bach presentan un microcosmos de estructura musical. al canon, contrapunto invertible y fuga. Su omisión refleja nuestro deseo de
Las técnicas que en otros estilos requerirían una considerable cantidad de contrarrestar la creencia habitual de que tales ejercicios sean la meta de los
tiempo para su desarrollo se presentan aquí en cuestión de unos pocos compa- estudios de contrapunto. Las supuestas formas contrapuntísticas no son en ab-
ses; más aún, estos corales cuentan con técnicas características de la música soluto formas, sino procesos; más aún, la mayoría son tanto armónicas como
anterior al igual que de ¡a posterior. Tanto su concentración como la amplia contrapuntísticas. Y las técnicas contrapuntísticas pueden estar tan presentes
aplicación de sus procedimientos hace de estos corales una parte esencial en el en una sonata, unas variaciones o una mazurka, como en una fuga. Las técni-
estudio de la conducción· de las voces. Por supuesto, si el profesor quiere que cas polifónicas asociadas al canon y a la fuga forman por supuesto un estudio
el comienzo del estud io de este capítulo coincida con el 7, ello es perfecta- verdaderamente importante y fascinante. Como libro de referencia le recomen-
mente válido y posible. Del mismo modo puede comenzarse el capítulo 6 mien- damos al lector el excelente trabajo de Alfred Mann The study of fuge (New
tras que el estudio del contrapunto elemental esté todavía en fase de desarrollo. Brunswick, NJ, Rutgers University Press, 1958).
No obstante, recomendamos que se inicie el capítulo 6 sólo después de haber fi- El enfoque analítico, evidente a lo largo de este libro, está basado en la
nalizado la tercera especie. El lector advertid una ligera reiteración en los capítu- obra de Heinrich Schenker. Las ideas analíticas están proyectadas en forma de
los 7 y 8; esto se debe a nuestro deseo de que fuesen lo más autónomos posible, análisis gráficos. En estos gráficos aparecen símbolos derivados de la notación
para que el prorcsor los pucda presentar en el orden que mejor le parezca. musical para poner de manifiesto la función de notas y grupos de notas en re-
El capítulo I() es principalmente ana lít ico. En esta sección final del libro lación a su contexto inmediato, a contextos mayores y por último a una com-
hemos procurado despe rtar la conciencia del alumno sobre la evolución histó- posición como una totalidad. Estos diversos niveles contextuales -o niveles
rica de las técnicas fundamentales del contrapunto. estructurales- están indicados de varios modos. En algunas ocasiones em-
En circunstancias idea les debería dedicarse un período de tres años para el plearemos Jos términos schenkerianos primer plano, plano medio y plano de
estudio de este libro (por supuesto, junto a otros aspectos de la teoría de la mú- fondo; 4 en otras ocasiones emplearemos los términos equivalentes niveles
sica). Tales circunstancias se dan con muy poca frecuencia en nuestras univer- de estructura inmediato, intermedio y remoto. En algunas ocasiones bastará
sidades y conse rvatorios. Sin embargo, si se omiten algunos de los ejercicios e un solo gráfico para explicar la conducción de las voces, aunque para los pasa-
ilustraciones anal ít icas, bastarán dos afios . jes un tanto más complicados ofreceremos unas cuantas reducciones progresi-
A lo largo del libro sc harán frecuentes referencias a otras obras cuyo con- vas; normalmente éstas conducirán desde el primer plano (base de la superfi-
tenido complementa el del presente trabajo. Nos referimos notablemente a cie), el nivel inmediato, hasta el plano de fondo (base subyacente).
Elementary !-!anmmy de William Mitchell, tercera edición (Prentice Hall, Presentamos el siguiente glosario como aclaración de los símbolos em-
Englewood C1iffs, NJ , 1965), Y a Audicián estructural de Felix Salzer (Bar- pleados: 5
celona, Labor, 1990).3 La indicación de altura es la misma que en la notación musical normal. En
algunas ocasiones se han simplificado los registros.
3 Entre nuestros ejemplos del contrapunto de es pec ies hemos incluido algunos de obras de

otros autores: Las figuras , por 10 general, indican el nivel estructural en lugar de una re-
J. J. Fux, Crodlls ad Pomossum, Nueva York. W. W. Norton , 1943; edición rústica, 1965. lación rítmica. Se emplean las siguientes figuras: blancas, negras con plica de
Heinrich Be ll ermann , Da Kontrapunkt , Be rl ín , .Iulius Springer, 1862.
Heinri ch Schenke r, Ko/ltm¡J/Il1kl , 2 vo ls., Vi ena , Un iversal Edition, 1910 y 1922. variados tamaños, notas sin plica y, ocasionalmente, corcheas.
Hermann Roth , Elemcnle de Slim11lfiihrulIg, vo l. 1, SllIttgart, Carl Grueninger Nachf. Ernst
Kletl, 1926.
Erich Hert zm ann y Cecil B. O lelman (eds.), Tholl1os Altwaod' s Theorie und Kampositionsstu-
dien bei Mazar!, ell la Ne/le Ausgohe siirn!ic/ler Werkc ele Mozart, X :30-31, Kassel, Barenreiter,
1965. 4 Tal como se puntualizó en e l prólogo, recuérdese que los términos plano de fondo , plano

En lo conce mil'lIl c :1 los dos e jcmplos el e Moza ri lomados de los estuelios ele Attwood nos medio y primer plano son equivalentes (con esas posibles diferencias conceptuales de matiz) a los
gustaría hacer las ohsn v:lciolll'S s i¡.! ui e nl es . El ejc mpl o 5-21 g podría parecer una variación de Fux, que aparecen en la traducción del libro de Forte y Gilbert, Introducción al análisis schenkeriano
fig . 82 (v. Alfn:d rV(;II11I . nI/' Srlll/\' o(ColIl/lerfioil/l, p. 64). Las cifras que denotan intervalos ve r- (Barcelona, Labor, 1991 ) como base subyacente, base media y base generatriz de la supelficie y
tica les en los ejclIlJllo., 2 1.1: !J p:I ITcc n co ntar con errores. En e l compás 8 del ejemplo 5-21 g que corresponden a los términos ingleses background, middleground y foreground respectivamen-
hemos correg ido 1.111 l. IIh vi:IIIIl'lIl l' 1111 error, por UII 7. En nu es tra opinión el compás 9 debería estar te, relativos a su vez a los términos schenkerianos de origen Hintergrund, Mittlengrund y Vonder-
también c ifradol'o lll o '/- 11 . ( 01110 n:1 pr:íl' lica habilual en tiempos de Mozart e l c ifrar las suspensio- grund. (N. del director de la colección.)
nes elisonantes 111:í, 'ille 111, :Hlmllos. En e l eje mplo ) -2 1!J , compás 8, creemos que I.a última cifra 5 Para un glosario más completo, véase The Music Forum, J. Mitchell y Felix Salzer (eds.),

debería interplTlarst' l'01110 ulla quillta disminuida par:1 mostrar la nota de paso. vo l. 1, Nueva York, Co lu mbia University Press, 1967, pp. 260-268.
(
1 EL CONTRAPUNTO EN LA ca ':::¡ÓN
(
Las blancas indican el plano de fondo estructural. • Las flechas cortas y curvadas indican relaciones de dominante aplica-
da.
Las negras indican niveles intermedios; las distinciones entre los distintos Las flechas rectas de trazo continuo por debajo de la voz inferior
veles intermedios están indicadas por la longitud de las plicas; cuanto más indican un movimiento de paso.
evado sea el nivel, mayor será su longitud. X Las aspas indican notas intercambiadas.
CE Un acorde derivado contrapuntísticamente en un nivel estructural
Las notas sin plica representan acontecimientos del primer plano. elevado (acorde contrapuntístico-estructural). I
FD Un acorde de función doble o superpuesta: estructural al igual que
Al analizar secciones fragmentadas, las blancas se omiten frecuentemente
las negras a menudo sirven para indicar el plano de fondo estructural del
mtexto bajo observación.
Ad
B
. de prolongación; armónica al igual que contrapuntística.
Una n.ota o acorde de adorno.
Una nota o acorde de bordadura.
r
P Una nota o acorde de paso.
B
Las corcheas se pueden emplear para representar apoyaturas, bordaduras y P Un acorde de bordadura y de paso.
)tas de adorno.6 CV Una nota o acorde empleado por razones dc cond ucción de las
voces, como por ejemplo evitar quintas u octavas.
Las notas entre paréntesis indican notas de la conducción fundamental de Elc Una bordadura incompleta.
voz que se sobrepasan o sustituyen en la composición en cuestión. BIf Una bordadura inferior.
BSp Una bordadura superior.
Las conexiones estructurales entre las diferentes notas se pueden indicar 32 1 Los números arábigos con circunflejo denotan los grados de la es-
)r ligaduras y barrados continuos. Estas indicaciones se emplean en todos los cala de los que consta la estructura melódica fundamental de una
veles estructurales. composición.

Las ligaduras y barrados de trazo discontinuo indican la retención estructu- Aclararemos los demás símbolos a medida que vayan apareciendo en el texto.
tl de una sola nota.

6 Recordemos que el término adorno corresponde al término inglés embellishment y que aquí
:> significa un simple elemento añadido (como un mordente por ejemplo), ni es el término que
51utina a todas las notas «extrañas» como aparece en algunos tratados de armonía tradicional, sino
ue para nosotros va a designar siempre a un elemento constructivo particular de elaboración me-
¡dica (o armónica) como la bordadura o la nota de paso, y que se refiere al que en el libro de Forte
Gilbert aparece designado como consonant skip (salto consonante). En la traducción castellana
el libro de Salzer Audición estructural se traduce literalmente por embellecimiento. Así pues,
domo (Salzer y Schachter), embellecimiento (Salzer) y salto consonante (Forte y Gilbert) son tér-
ünos equivalentes. (N. del director de la colección.)
( (

Agradecimientos

Los autores desean agradecer afectuosamente la generosa y desinteresada Press, Cambridge, Mass. (ejemplos 6-46, 6-53 y 7-28); Prentice-Hall, Inc.,
ayuda del cateclr<Ítico Will iam J . Mitchell, quien leyó el manuscrito y ofreció Englewood Clifs, NJ (ejemplos 1-20a y 1-21.1); G. Schirmer, Inc., Nueva York
sugerencias muy val iosas. Deseamos agradecer también a Thames Hickman la (ejemplos 6-29 y 7-42); Boosey and Hawkes, Nueva York, representantes nor-
hábil y artística autografía ele las ilustraciones musicales. Hedi Siegel fue de teamericanos de M. P. Belaeff, Leipzig (ejemplo 10-20); Smith College Music
gran ayuda en los estadios fina les para la preparación del manuscrito, y tam- Archives, Northhampton, Mass. (ejemplo 6-26); Barenreiter, Kasse1 (ejemplos
bién deseamos expresarle nuestro agradecimiento. 1-84d, 2-26g, 3-41g Y 5-21g Y h); Theodore Presser, Bryn Mawr, representan-
Mostramos nuestro agradecimiento a las siguientes casas editoriales, que tes norteamericanos de Universal Edition, Viena (ejemplos 1,2, 1-21a, 2-26f,
nos concedieron amablemente permisos de reproducción: Harvard University 2-31e, 3-45e, 4-16g y h, 4-47e y 9-60b y j).

Felix SALZER
Carl SCHACHTER
r 2,

"
Indice

Prefacio a la edición Morningside VII 1. Contrapunto a dos voces 87


2. Contrapunto a tres voces 95
Prefacio IX

Agradecimient.os XIII SEGUNDA PARTE. TÉCNICAS DE CONTRAPUNTO PROLONGADO

Introducción . Finalidad y significado del estudio del contrapunto xv G El contrapunto en la composición, I 101

PRIMERA PARTE. T1tCNICAS DE CONTRAPUNTO ELEMENTAL 1. Aplicación directa del contrapunto de especies 101
2. Dos influencias importantes sobre la textura contrapuntística 120
1 El cantus firmus y la primera especie 3
(j) El contrapunto en la composición, 11 131
;.. 1. El cantus firmus 3
A 2. Contrapunto a dos voces, primera especie 10 1. Prolongaciones melódico-contrapuntísticas 131
3. Contrapunto a tres voces, primera es pecie 20 2. Contrapunto dentro de acordes prolongados 146
3. Evolución de la disonancia 154
2 La segunda especie 34 4. Repetición y articulación 163
5. Influencias armónicas sobre la conducción de las voces 171
... 1. Contrapunto a dos voces 34 6. Cromatismo; acordes contrapuntísticos de sensible 177
2. Contrapunto a tres voces 44 7. Quintas y octavas 190

3 La tercera eSI)ecie 48 8 El coral 213

1. Contrap unto ,1 dos voces 48 1. Elementos de la armonización de corales 213


2. Contrapunto ,1 tres voces 60 2. Realización de una sola frase 237
3. Tres notas contra una 64 3. Realización de grupos de dos o más frases 255
4. El coral completo 262
4 La cuarta espede 67 /'
9 La combinación de especies; contrapunto imitativo 286
1. Contrapunto a dos voces 67
2. Contrapunto a tres voces 77 1. Combinación de dos segundas especies 285
2. Combinación de segunda y tercera especies 290
5 La quinta especie 87 3. Combinación de segunda y cuarta especies 297
XVI ( EL CONTRAPUNTO EN LA ( 1POSICIÓN
(
4. Combinación de tercera y cuarta especies 300 Binchois, Ockeghem, Josquin , lsaac, Pa!eslrina , Vil'lori a, Gibbons,
5. Combinación de dos quintas especies 303 Pureell, Baeh, Beethoven, Schubert, Chopi n, Wagllcr, I3rahms, Fauré,
6. Progresiones de especies combinadas en la composición 306 Seriabin

10 Las técnicas de conducción de las voces desde una perspectiva histó- Índice de ejemplos musicales 407
rica (ca. 1450 - ca. 1900) 343
Índice analítico 409
. . . .r(. . . . . . . . . .

INTRODUCCIÓN

Finalidad y significado del estudio del contrapunto

Durante un extenso período, aproximadamente un milenio, los composito- nombre. A menudo --quizá habitualmente- se le da al contrapunto un papel
res occidentales aprendieron a controlar y a dar forma a combinaciones sono- periférico en lugar de central en nuestros programas de estudios. O bien queda
ras simultáneas al igual que sucesivas. Para entender esta música debemos ser aislado estilísticamente en la música del siglo XVI -y además, incluso a una
capaces de asimilar la coherencia, orden y belleza contenidos en estructuras sola fase de ésta- o se concibe como una materia que debe conducir o que
tonales de cierta complejidad. En el curso de su historia la música occidental consta únicamente de estudios sobre la invención, canon, fuga, etc. En el aná-
ha sufrido muchos y profundos cambios; bastará una simple ojeada a cualquier lisis musical, al menos en el practicado con mayor frecuencia, se desatiende el
buena antología histórica para poner de manifiesto una multitud de estilos di- papel del contrapunto en aquella música que carezca de procedimientos tales
vergentes. Sería incorrecto, sin embargo, considerar esta historia como una como la imitación o el intercambio de las partes; tal música se denomina «ar-
mera acumulación de modos de expresión en continuo cambio. A este respecto mónica». La estrechez de miras de este modo de enfoque se pone de manifies-
la Música es comparable a una lengua. El castellano de la época de Gonzalo to por la reticencia de algunos académicos incluso hoy en día a admitir la
de Berceo, por ejemplo, difiere notablemente del de hoy en día. A pesar de importancia de la organización contrapuntística en obras de Chopin o de Schu-
ello, un estudio lo suficientemente exhaustivo pondría de manifiesto una cierta bert. No es del todo sorprendente, por lo tanto, que para muchos profesores y
relación fundamental. Hasta hace poco lo mismo se consideraba válido tam- alumnos de teoría de la música el contrapunto parezca ocupar una posición de
bién en la Música. Al profundizar nuestros conocimientos sobre música de importancia secundaria.
épocas pasadas comenzamos a darnos cuenta de que se pueden encontrar los Esperamos que el presente libro contribuya a la solución de tales proble-
mismos principios de organización musical - principios, por supuesto, de un mas. Nuestra intención es presentar el contrapunto de tal modo que se subraye
alto grado de generalización- en funcionamiento en música de estilos marca- su papel central en la música culta occidental, y, en particular, hemos procura-
damente divergentes. Bajo la superficie del cambio estilístico se puede perci- do presentar conceptos de amplia aplicación en lugar de comenzar con los
bir el desarrollo, en ocasiones veloz, otras vacilante, de un lenguaje musical. detalles específicos de un único estilo musical -detalles que podrían o no re-
En principio se podría pensar que, al estar este lenguaje cada vez más rela- sultar relevantes en otros estilos también-o Dicho de otro modo, tratamos de
cionado con épocas pasadas, su estudio se hubiese facilitado, ya que se puede presentar una lengua en lugar de un dialecto.
examinar con mayor facilidad un producto acabado que no un proceso en con- ¿Cómo se podría lograr tal objetivo? Creemos que el enfoque de las espe-
tinuo cambio. El pasado, sin embargo, no es una especie de almacén del cual cies para el contrapunto, codificado por J. J. Fux, sigue siendo la mejor intro-
se puedan extraer experiencias ya confeccionadas, sino que, por el contrario, ducción al lenguaje de la música, ya que a través de éstas se manifiestan los
debe revivirse y completarse constantemente, a la luz del conocimiento y pun- elementos y procesos de la conducción de las voces. No obstante, este enfoque
tos de vista actuales. Súlo conseguiremos mantener una tradición viva a través debe constituir un punto de partida más que un fin en sí mismo. Se debe mos-
de esfuerzos constantcs para ensanchar y profundizar nuestros conocimientos, trar la relación existente entre el contrapunto de especies y la composición, y,
pues aún queda mucho por conocer y comprender. lo que es aún más importante, la enseñanza del contrapunto debe poner de
El contrapunto representa un ejemplo oportuno. Para muchos profesores la manifiesto las casi ilimitadas posibilidades de la conducción de las voces en el
instrucción del ("(11111"11/1/11110 continúa planteando un problema molesto, ya que tejido de la música viva, ya sea de Wagner o de Josquin.
en estos momcntos ex istc una desconcertante diversidad de modos de enfoque El tratado Gradus ad Parnassum de Fux, publicado por vez primera en
tanto en cuanto al contenido como al método. Cursos etiquetados como «con- 1725, di sfrutó de un éxito virtualmente sin precedentes. Como es bien sabido,
trapunto» puedcn muy bien no poseer nada en común a excepción de eso, el Fux sistematizó la enseñanza del contrapunto al organizar las materias en térmi-
r XVIII

nos de cinco categorías o «especies». Su método fue todo un modelo de


EL CONTRAPUNTO EN e 'OMPOSICIÓN

trapunto --el contrapunto de Palestrina-. Los ejercicios de Fux, no obstante,


ingeniosidad pedagógico. Las dificultades se introducen gradualmente, y cada muestran algunos elementos estilísticos característi cos del siglo XV IlI más que
sección nueva está basada sobre lo ya aprendido y dominado. Aclamada como del XVI. Desde un punto de vista estilístico, por lo tanto, e l Gradus no presenta
una obra extraordinaria por músicos del siglo XVIII, el Gradus fue empleado y un idioma estilístico puramente palestriniano. Hcinrieh Bell erman (1862) pre-
muy considerado por Raydn, Mozart y Beethoven, y, de hecho, estuvo recono- tendió alcanzar este último objet ivo, pero sólo lo consiguió Knud Jeppesen en
cido como el texto básico sobre contrapunto hasta bien entrado el siglo XIX, su Counterpoint, the Polypho/lic \local S'ly le Sixl('('llfh Century (1931) .
puesto que la mayoría de los tratados de finales del siglo XVlIl y el XIX (como los Jeppesen ideó ejercicios bastante palestrinianos cn aparil'ncia. Las similitudes
de Cherubini, Albrechtsberger y Bellerman) están basados en él. Cuando Fétis en la superficie entre estos ejercic ios modales y la nllísica de Palestrina con-
tradujo al francés los estudios de Beethoven con Abrechtsberger en 1833, apa- venc ió a muchos profesores de que se había hallado una solución a antiguos y
recieron los siguientes nombres en la lista de suscritores: Cherubini, Berlioz, molestos problemas. La prese ntac ión de Jeppcscn del enfoque de las especies
Meyerbeer, Chopin, Rossini , Auber, Paganini, Moscheles, Hummel y Liszt. 1 pareció haber elevado el «ritual académico» a una tl'oría de la composición.
Más aún, Mendelssohn, Brahms y muchos otros eminentes compositores de los Para muchos de los profesores y alumnos conJ'undidos en cuanto al método a
siglos XIX Y XX aprendieron música con el método de Fux. seguir, un libro como el de Jeppesen tuvo quc supone r un profundo alivio.
Después de este período de aceptación incuestionada este método comen- El punto de vista de Jeppesen -y el de sus se)!.uidorcs- puede resumirse
zó a perder su atractivo general, y su valor se ponía en tela de juicio cada vez del siguiente modo: el contrapunto debe estudiarse cn conexión con un estilo
más a menudo. A finales del siglo XIX algunos académicos de la música co- musical específico en el que los problemas contrap unt íst icos se hayan resuelto
menzaron a expresar sus dudas , señalando las aparentes grandes contradiccio- satisfactoriamente; debe ex istir la mayor correspo ndencia posible entre los
nes entre los ejercicios de especies y la composición, y entre ellas la «artifi- ejercicios escritos y la composieión. Sólo dos es tilos cump len estos requi sitos,
cial» rigidez rítmica de estos ejercicios. Muchos profesores ya no creían los de Palestrina y Bach. Jeppesen escoge Palcstrina por varias razones. El
completamente en lo que enseñaban, pero continuaron haciéndolo a falta de un enfoque de Fux deberá emplearse sólo cuando los dctalles de vocabulario (tra-
método «mejor». Los alumnos debieron haber experimentado una sensación tamiento de la disonancia, re lación entre contorno melódico y ritmo, etc.) se
de inutilidad en sus trabajos; cuando señalaban las discrepancias existentes aproximen lo suficiente a la mú sica de Palestrina.
entre las reglas de Fux y las progresiones de la composición se les apaciguaba Estamos convencidos de que esta opinión proviene de algunos malentendi-
con explicaciones carentes de sentido acerca de la necesidad de una disciplina dos básicos que se han desarrollado y anqui losado desde los tiempos en que
mental antes de embarcarse en la composición libre. grandes compositores estudiaban y alababan el tratado de Fux.
De hecho, se desarrolló una escisión total entre teoría y práctica --entre Cualquiera que fuese el propósito de Fux, el contrapunto de especies no
contrapunto «estricto» y «libre»- . El contrapunto estricto, o de especies, se puede servir como método de composición en ningún estilo, como tampoco
aceptaba cada vez más como un mero ritual académico; parecía no existir co- puede hacerlo ningún otro enfoque al contrapunto. El no hacer esta distinción
nexión alguna entre las reglas y limitaciones de Fux por un lado y cualquier es, en nuestra opinión, el principal defecto de esta obra de Jeppesen, de otro
obra de Chopin o de Beethoven por el otro. Rugo Riemann era sin duda porta- modo admirable. Éste identifica virtualmente el «contrapunto del siglo XVI»
voz de un gran número de teóricos y musicólogos cuando proclamó que el con la composición del siglo XVI, mientras que, por el contrario, el contrapunto
método de Fux estaba anticuado desde el mismo momento de su publicación. 2 es sólo uno de los elementos de la composición. Para hacer que el contrapun-
Ya en tiempos de Riemann la enseñanza del método de Fux había degenerado to sirva su verdadero propósito primero debe separarse, por así decirlo, de la
casi por completo en ese ritual aburrido y carente de sentido en que se había composición. Esta idea encontró su primera expresión en Kontrapunkt, 1, de
convertido el «contrapunto académico». Heinrich Schenker. 3 A partir de las ideas de Schenker y de nuestra propia ex-
Otra consecuencia de la obra de Fux, el llamado «contrapunto del siglo XVI », periencia en la enseñanza hemos desarrollado un enfoque para el contrapunto
surgió como un intento de retornar a su propósito original. Es bien sabido que que expondremos en los capítulos siguientes. Estc modo de enfoque está basa-
Fux diseñó su método como un medio de expandir lo que él y ciertamente do en varias consideraciones fundamentales:
muchos otros músicos del barroco consideraban como la forma ideal de con-
1. El estudio del contra/JUl1lo es anle lodo el ('SIl/dio de la conducción. de
I Véase Alfred Mann, The Study ofCounterpoint, ed. rev., Nueva York, 1965, p. XIV. las voces. Allá donde haya conducción de las VOCl' S, dondc ex ista movimiento
2 Rugo Riemann , Geschichte del' Musicktheorie, Leipzig, 1898, p. 415. Véase tambi én Ernsl
Kurth, Grundlagen des linearen Kontrapunkts, Berlín, Max Hesse, J 922, pp. 128-133. Éstas y
y dirección de las voces, al margen del est il o o IKTíodo, existe contrapunto. La
otras críticas similares de Fux han llevado a algunos autores y catedráticos del siglo xx a prescindir
por completo de las especies. .1 Heinrich Schenker, KOnlrct/Jllllkl , 2 vo ls" Yiena . 1'1111. 1<i 2:!. Yol. t, pp. 15 Y ss.
INTRODUCCIÓN XIX

opinión de quc estudios contrapuntíst icos conducen únicamente al entendi- consistirán en ejercicios simples y limitados, pero aun así coherentes y con
miento y a la escritura de polifonía del siglo XVI, o de invenciones, cánones y sentido. Por supuesto, tales ejercicios no deben considerarse como composi-
fugas, es limitada y engañosa. e ignora completamente la penetrante influencia ciones; no obstante, si son el resultado de una enseñanza imaginativa, inclui-
del concepto conlrapunt ístico, tan característico de la música occidental tanto rán los principios básicos de movimiento dirigido tan fundamentales a la mú-
tonal como modal . sica occidental, y por tanto reforzarán la capacidad del alumno para la escucha
2. Dentro del dcsarrollo del lenguaje tonal se pueden hacer tres subdi- de relaciones musicales. Al enseñarle cómo pensar y proyectar, los ejerci-
visiones principales. aunque por supuesto se superponen considerablemente. El cios de especies ayudarán al joven músico a organizar y a controlar sus ideas
primer período tnuestra un tejido musical que nace de las consonancias perfec- musicales. Como resultado, estos ejercicios proporcionan unos inestimables
tas y en gran parte basado en la sonoridad de (a lrededor de los siglo XII al XIV) . cimientos para sus posteriores trabajos ·en la teoría y la composición.
La segunda se desarrolla gradualmente a partir de ésta, no obstante con un em-
pleo cada vez mayor de la tríada como matriz. Este período abarca desde el si- El segundo propósito del estudio del contrapunto de especies puede resu-
glo xv hasta el XIX. En la música tonal de finales del siglo XIX y especialmente en mirse del siguiente modo: existe una conexión significante -aunque indirec-
el xx (la tercera subd ivisión), las sonoridades di sonantes ya no dependen defini- ta- entre las progresiones de cada especie y la conducción de las voces en la
tivamente de la tríada: como consecuencia, los acordes disonantes pueden asu- composición. El contrapunto, tal y como se manifiesta en la composición, es
mir las funcio nes estructura les mantenidas por el acorde medieval o la tríada la elaboración de las progresiones básicas presentadas en el método de Fux.
de tiempos posteriores. En este libro tratamos la música del período central, la Esta conexión tuvo su primera expresión en Heinrich Schenker. En su
tonalidad triádica (a lrededor de 1450-19(0). Una vez que se hayan establecido Kontrapunkt, vol. 1, p. 268, se lee lo siguiente:
unos cimientos só lidos en esta literatura musical, muchos de los principios mos-
trados podrán aplicarse también a música anterior y posterior a este período. 4 Por tanto los contenidos siguientes (v. ej. 1) remiten a una definida realización a dos voces
3. El presente libro hace una distinción entre los conceptos contrapuntístico (v. ej. 2).

y armónico; los presenta como contrastantes, pero de ningún modo mutuamente A esto Schenker añade una afirmación cargada de sugerencias:
exclusivos. Al distinguir entre progresiones contrapuntísticas y armónicas inclui-
mos dentro de la primera mucho de lo que habitualmente se considera como ar- [ ... jla verdadera conexión entre reali zaciones estrictas y libres puede encontrarse en derivaciones
mónico. De estas dos fuerzas organizativas el contrapunto es la más antigua y similares.
globalizadora. La polifonía medieval está dominada por el pensamiento contra-
puntístico. Las progres ioncs de una terminante naturaleza armónica hacen su apa- El ejemplo anterior y las palabras de Schenker indican claramente que la
rición ya en el XIV, pero no obte ndrán una importancia real hasta la segunda pertinencia del contrapunto de especies a la composición no depende de simi-
mitad del xv. El Cl'l'cimicnto de la organ ización armónica influye pero no dismi- litudes en la superficie. Esta es, en nuestra opinión, una razón apremiante por
nuye el papel del L'<lIltr:lpunto: la mayoría de las obras muestran una cooperación la cual la enseñanza del contrapunto de especies no debería estar restringida
e influencia Illutua l'ntrl' amhas fuer7.as organizativas. a la explicación de una sola fase de la música del siglo XVI.
4. El cOlltrapunto (k' especies -m ucho más allá de su limitada aplica- La relación entre el contrapunto de especies y la conducción de las voces
ción a cualqui er pníodo det erminado de la hi storia de la música- puede for- en la composición se asemeja a la conexión entre un concepto filosófico o
mularse de modo qlle const ituya una introducción ideal a los principios bási - científico fundamental y sus múltiples elaboraciones y desarrollos. Por lo tanto
cos de la co ndu ccitíll dc las voces subyacentes en obras de la mayoría de los la habitual distinción entre contrapunto «libre» y «estricto» -a menos que sea
períodos esti Iíst y l'n la mayoría de los compositores. . en los términos de Schenker, el uno conduciendo al otro;-- es confusa y ha
5. Específicamente, el contrapunlo de especies contribuye de dos maneras creado numerosos malentendidos. Pues no hay nada «estricto» acerca de una
bien diferenciadas. y Sll estudio posee por lo tanto dos propósitos. El primero es el idea fundamental, y los desarrollos y transformaciones de tal idea no quedan
de enseñar al alumno - preferentemente durante las primeras etapas de su apren- caracterizados de ningún modo al llamarlos «libres». Contrapunto elemental
dizaje- a elaborar ejemplos de escritura puramente contrapuntística. Éstos frente a contrapunto prolongado o elaborado servirán como términos más apro-
piados. El término contrapunto prolongado y el más general de prolongación
4 El contrapullto CIl mús ica Ion al medieval y de t siglo xx se trata en Fe li x Salzer, Audición
deben entenderse como una ampliación conceptual y no necesariamente como
estructural, Barce tolla, Labor, 1990. Un estudio más amplio de l contrapunto de princ ipios de la
Edad Medi a puede hall arse en Sa lzer, «Tonality in Earl y Medieval Polyphon y» , Th e Music FO/'LIm , una extensión temporal. Estos son términos globales que incluyen ideas tales
vol. r, Nueva York , 1967, pp. 35-98. Este artícul o conti ene un intento de tratar pedagógicamente e l como la elaboración, desarrollo, manipulación y transformación de principios
contrapunto del siglo X III (v. pp. 71-8 1). subyacentes.
xx
( .EL CONTRAPUNTO EN LA( ¡POSICIÓN
(
Aunque el contrapunto de la composición, o prolongado, se presente como diferentes. Esta es la razón principal por la cual el análisis no se puede desunir
el desarrollo y expansión de principios fundamentales, no debe por ello enten- del estudio del contrapunto. ¿Cómo puede lograrse el propósito de los estudios
derse sólo como la expresión de una supuesta liberación del confinamiento a contrapuntísticos si su aplicación a la música viva no se convierte en parte in-
un método académico, sino que, por el contrario, pone de manifiesto la signi- tegral del modo de enfoque? La separación del análisis del contrapunto -se-
ficativa y fascinante elaboración artística de las ideas básicas de continuidad y paración demasiado frecuente hoy en día- sólo conducirá a un aislamiento
coherencia musicales. El segundo propósito del estudio del contrapunto de es- que embote la sensibilidad; el método se separa del arte mismo. Debe hacerse
pecies es por lo tanto comprender la relación entre los principios fundamenta- hincapié por lo tanto en las técnicas específicas del contrapunto prolongado.
les de la conducción de las voces y su compleja y sutil manipulación e El discernimiento conseguido permitirá al alumno no sólo entender la mani-
individualización en composiciones de períodos estilísticos divergentes. El re- festación del contrapunto prolongado en la composición, sino también expre-
conocer esta conexión conduce a un entendimiento de la rica y fascinante vida sar estas técnicas en sus propios trabajos escritos.
que late bajo la superficie sensual de la música. Esta comprensión ofrece mu- El método de Fux alude a las fuentes de la continuidad musical. Nos en-
cho más al intérprete, compositor, teórico o historiador de lo que puede ob- contramos en este caso con un notorio acontecimien to la hi storia de la teo-
tenerse por medio de imitaciones estilísticas superficiales. ría de la música y el análisis. Fux -mucho más allá de sus fin es inmediatos-
Creemos, por lo tanto, que un libro sobre contrapunto debería ofrecer pri- creó un enfoque básico para el contrapunto de toda una que abarca va-
mero los principios esenciales de la conducción de las voces basados en una rios siglos. Esta debe ser la razón por la cual Inaestros de los si-
ligera modificacion del método de Fux. 5 Después de que se haya establecido glos XVIII y XIX admiraron tanto el Crodus. Estos debieroll sentir intuitiva-
esta sólida base, el libro de texto debe mostrar entonces la extraordinaria gama mente que Fux trataba principios básicos de la cOlldllcl' i('JIl y dirección de la
de aplicaciones de estos principios en las obras maestras de muchos estilos voz que, trascendiendo los confines de una es tilísti ca específica,
mantenían una conexión con su propio trabajo. i,C<ÍnH) , si 110 , podríamos ex-
plicar que un libro escrito en 1725 con una compre ll sión liln ilada del estilo de
5 Se recomienda al lector que compare esta modificación con el tratado original, traducido al
Palestrina fuese consultado para su propio estudio o cllseiian/.a por composito-
inglés por Alfred Mann, op. cit. res de puntos de vista realmente contrastantes?

EJEMPLO 1 Brahms, Variación sobre un tema de Haendel, Op. 24 EJEMPLO 2

8 10 5
o
PRIMERA PARTE

Técnicas de contrapunto elemental


1. El cantus firmus y la primera especie

1. El can tus firmus RITMO y DURACIÓN

CONSlDERA CIONL;S (:ENI,IUd ,FS El can tus firmus constará de notas del mismo valor rítmico para poder así
combinarse con contrapuntos de distintas especies. La consiguiente ausencia
El estudio del conlrapunlo supone el estudio de la conducción de las vo- de diferenciación rítmica -en realidad, de organización rítmica- posee un
ces. Su finalidad es desarrollar la capacidad de escuchar, entender y controlar importante valor pedagógico, puesto que resalta los factores puramente linea-
las relaciones fundamentales que surge n cuando dos o más líneas melódicas se les. El carácter de la línea melódica debe resultar del contorno melódico por sí
combinan para formar un todo coherente. La conducción de las voces consta solo, sin la ayuda de la variedad rítmica. Al no existir un agrupamiento en
de dos aspectos principales: la organización de cada una de las líneas que la tiempos fuertes y débiles, todas las notas reciben el mismo énfasis; por lo tan-
componen y su combinación en un tejido musical inteligible. Una vez domina- to lo mejor es escribir el cantus en redondas, ya que figuras de menor duración
do el primer aspecto, la escritura de líneas individuales, el alumno estará pre- sugerirían casi inevitablemente una organización métrica, la alternación perió-
parado para la escr itura a varias voces, de mayor dificultad. Comenzaremos, dica de tiempos fuertes y débiles.
pues, por la construcción del cantus firmus , la línea melódica a la que más tar- El can tus no debe ser tan extenso como para que la homogeneidad de las
de se le agregará un contrapunto. Las reglas principales que rigen la escritura figuras resulte molesta, pero sí lo suficiente como para constar de un principio,
de los cantus firmi so n fundamentales para el estudio del contrapunto, y preva- un punto culminante y un final. La duración puede variar, y como norma el
lecen a lo largo de las cinco especies. can tus constará de entre ocho y dieciséis notas.
En el cantus I'irmlls encontramos la forma más simple de organización meló-
dica. El significldo dc una nota cualquiera depende por completo de sus relacio-
nes en la dimensión hori zontal. Para lograr la mayor concentración ELEMENTOS TONALES; ÁMBITO MELÓDICO
posible sobre los jluramente lineales se eliminan implicaciones armóni-
cas, pedil rítmil'() y dis610 Illotívico. El cantus finnus no es, por lo tanto, una me- L,a sencillez también prevalece a la hora de escoger los elementos melódi-
lodía propiamente di clta - allllenos no en el sentido habitual-, sino una abstrac- cos. Esta resulta en parte del carácter vocal del contrapunto elemental; el cantus
ción de ésta en la cua l el clemento lineal está separado de otros aspectos del firmus, y de hecho todas las líneas melódicas de los ejercicios de especies, están
diseño melódico. concebidos en términos de la voz. La expresión vocal constituye tanto histórica
A pesar de l's ta simpli c idad , los cantus firmi no tienen por qué carecer de como lógicamente una base, un punto de partida para las técnicas de la escritura
calidad estética. En real idad. un cantus firm us bien construido pone de mani- instrumental, más especializadas y diferenciadas. Algunos intervalos, fáciles de
fiesto embrionariamcnte muchas de las características patentes en organismos ejecutar en un instrumento, resultan difíciles de cantar. Por lo general, los inter-
musicales más desarrollados; entre éstas , dirección, continuidad, variedad, valos de poca envergadura son más fáciles de cantar, como los consonantes más
equilibrio y co mplcc iún. Estos faclores estéticos serán discutidos en secciones que los disonantes y los diatónicos más que los cromáticos.
posteriores de este capítulo. Específicamente, el cantus firmus no debe contar con intervalos que sobre-
pasen la octava, y tampoco saltos disonantes o semitonos cromáticos. Los saltos
disonantes incluyen todas las séptimas y todos los intervalos disjuntos aumen-
tados y disminuidos. Incluimos en este grupo el intervalo de segunda aumenta-
/
4 EL CONTRAPUNTO EN : OMPOSICIÓN

da, ya que, aunque se origine por la alteración de un movimiento por grados cies el único factor que cuenta es e l punto álgido melódico en relación al co-
conjuntos, resulta más disjunto que conjunto. Por semitono cromático entende- mienzo y al fin del ejerc icio.
mos el «unísono aumentado», como Fa natural-Fa sostenido o Si natural-Si be- Comparemos las tres líneas melódicas dd 1- 1. En el primer ejem-
mol; este intervalo cromático no aparece en ninguna escala diatónica. Por el plo, la nota inicial Do domina loela la lín ea. y y Si son notas de
contrario, el semitono diatónico, o segunda menor, por ejemplo Re natural-Mi ornamentación. No hay ningú n punto álgido ni dc movimiento aparte
bemol, aparece en cualquier escala, y no tiene por qué ser el resultado de una elel punto de origen. (Los movimientos ele OI'lWlllclltacilÍ ll desempeñan por
inflexión cromática; por lo tanto puede incluirse libremente. supuesto un papel importante como parte de un lodo amplio. En la tercera
Los intervalos utilizables son, pues, los siguientes: segundas y terceras mayo- especie estudiaremos esta posibilidad.)
res y menores, cuartas y quintas justas, sextas mayores y menores, y octavas El ejemplo l-lb muestra ya un tipo rudimentario dc dirección. Las tres
justas. Por lo general deben tomarse mayores precauciones con los intervalos de primeras notas llevan la línea hasta Fa, y las últimas cuatro la hacen descender
cierta envergadura. La estabilidad de un intervalo en la dimensión horizontal de- hasta la reaparición de Do. S in embargo, la repetición de la nota más aguda,
pende tanto de su envergadura como de su grado de consonancia o disonancia; Fa, y la consecuente inmovili zación de la línea en mitad e1el ejercicio impiden
una décima melódica, por ejemplo, posee mucha más tensión que una tercera que este ejemplo establezca, como un todo, un sentido de dirección satisfac-
melódica. (En la dimensión vertical, por el contrario, la distancia abarcada por un torio.
intervalo afecta a su estabilidad sólo en circunstancias especiales. Por lo general El último ejemp lo es, naturalmente, el mejor consl"ruido de los tres. La
una décima vertical no es menos estable que una tercera.) quinta nota, La, forma un punto álgido claramente definido, y la melodía se
Las consideraciones vocales también afectan al ámbito melódico del cantus mueve en dos grandes curvas, de Do a La y de La a Do. La nota más aguda es
fumus, ya que la de la voz es, por supuesto, más limitada que la de muchos ins- al mismo tiempo el objetivo del primer movimienl"o y el punto inicial del se-
trumentos. El cantus se restringirá por tanto a un área más reducida. Una décima gundo. El alumno podrá advertir las desviaciones de la dirección principal
entre las notas más aguda y más grave deberá ser el ámbito máximo. En realidad, tanto en los segmentos ascendentes como en los descendentes. Dichas desvia-
la mayoría de los cantus fumi se desenvuelven dentro de límites más cenados, ciones, aunque de por sí sean objel"ivos secu ndarios, ni disminuyen el sentido
muchos dentro de la extensión de una quinta o sexta. de dirección ni privan al punto culminante de su efGc to , puesto que, como ve-
remos más adelante, éstas desempeñan una runciún necesaria para la cons-
trucción del cantuso
DIRECCIÓN En resumen: todo cantus rirmus elebe co nlilr con un punto álgido o culmi-
nante. Esta nota servirá como objel"ivo del movimienlo procedente de la pri-
Cuando escuchamos una línea melódica experimentamos más que una mera nota, y al mismo tiempo como co mi enzo tk la segunda curva melódica
mera sucesión de notas; percibimos un movimiento tonal. El hecho de que la descendente a la nota final. La nota cu lminant e no debe repetirse.
música sea un arte cinético, que implica movimiento, forma parte de la expe- Es posible construir una línea melódica en la cual la nota culminante sea la
riencia de toda persona musicalmente sensible; la analogía entre música y más grave en lugar de la mús aguda; dichas IÍncas son generalmente más
movimiento se encuentra en escritos que se remontan a los tiempos más anti- efectivas en el registro grave. Una línea dcsce ndcntG en el bajo se aleja de la
guos. Un movimiento musical tiene dirección si muestra un comienzo y un fin neutralidad de la tesitura media y en consecuencia se percibe como un aumen-
claramente definidos. En la composición, con su intrincada red de relaciones, to de tensión. Sin embargo, debido a que un buen ca ntu s debe funcionar bien
la dirección como cualidad resulta de varios factores -melódico, contrapun- en todos los registros , no emplearemos el punto gra ve hasta que comencemos
tístico, armónico y rítmico-o En el limitado mundo del contrapunto de espe- el contrapunto a dos voces.

EJEMPLO 1-1

a) b) e)
,. o e
I1 " " " "
e e e el e e
e l' e
" " e
11
e l'
" e
11
e " l' 1) e
11

__" ________ __ __________________________----------------


EL CANTUS FIRMUS y LA PRIMERA ESPECIE 5

CONTINU ID/\ll saltos. En la sección siguiente explicaremos con mayor detalle cómo hacer uso
de los saltos sin destruir la continuidad de la línea.
El cantus I"irnllls Pllede resultar insatisfactori o aunque cuente con un prin- Todos los cantus firmi cambian de dirección varias veces. Estos cambios
cipio, un punto :íl¡.! ido y un final. Esto ocurrirá inevitablemente si no existe entre movimiento ascendente y descendente provienen de las curvaturas de la
una eonexiáll clara y lógica entre los puntos de partida y los objetivos del dirección principal de la línea antes mencionadas.
movimiento. Considerel1los el ejemplo 1-2; la línea melódica cuenta con un En resumen: cada cantus contará entre dos y cuatro saltos, y la dirección
punto elevado y no carece completamente de dirección, pero aun así resulta de la línea melódica deberá cambiar en varias ocasiones durante el curso del
inservible para nu es tros prorósitos. Las notas entre el comienzo y el punto ele- ejercicio.
vado en la primera parle, y entre éste y el final en la segunda, no conducen la
línea haci a ade lante de un modo convincente, y cada nota parece actuar inde-
pendientemente en lugar de formar parte de un todo más amplio. EMPLEO DE SALTOS
Si comparamos el ejemplo 1-2 con el 1-l e, advertiremos en seguida que este
último está compuesto principalmente de movimiento conjunto, mientras el pri- En la última sección vimos que un cantus firmus debe contar con saltos
mero se mueve predominantemente por salto (movimiento disjunto). Generalizar por razones de variedad. Anteriormente aprendimos, no obstante, que los sal-
a partir de una sola observación no es muy sensato, pero la práctica musical de tos pueden interrumpir la continuidad melódica. ¿Como podemos emplearlos
muchos siglos confirma la conclusión de que la continuidad melódica está rela- de modo que su efecto resulte beneficioso? Ante todo, no debemos disponer
cionada con una predominancia de movimiento conjunto. En los capítulos 6 y 7 de muchos de ellos seguidos; aunque establecer un límite preciso es imposible,
advertiremos que incluso los saltos de envergadura pueden ser ampliaciones o in- podemos afirmar que más de tres (o posiblemente cuatro) saltos es un máximo
versiones de progresiones conjuntas subyacentes. razonable para un cantus de duración normal. Obviamente, los saltos de una
En resumen: En interés de la continuidad, el cantus firmus constará predo- cierta envergadura interrumpen más la continuidad. Como norma el cantus
minantemente de mov imiento conjunto. firmus no deberá contar con más de dos saltos mayores de una cuarta.
El número de saltos no es lo único a tener en cuenta, ya que el modo en que
se presentan es incluso más importante. Consideremos el ejemplo 1-4; en el
VARIEDAD 1-4a los saltos están seguidos de movimiento en la misma dirección, y en el 1Ab
están seguidos de un cambio de sentido. El primer procedimiento origina una lí-
Consideremos otro e jemplo (véase 1-3); la línea melódica no carece de direc- nea segmentada y discontinua, puesto que el oído reúne las notas de cada extremo
ción o continuidad. pero resu lta demas iado homogénea e indeferenciada; no satis- del salto y separa las notas de los intervalos disjuntos. En el segundo ejemplo la
face una neces idad estética fundam ental - la variedad-o Comparemos los ejem- continuación en sentido opuesto «rellena» el salto y ayuda a integrarlo dentro de
plo 1-3 y l-Ie; el 1- 1(" muestra mayor variedad y consecuentemente un perfil la línea contribuyendo a la unidad de ésta, y por lo tanto resulta en un grado de
melódico más dircreneiado, siendo responsables ele ello los dos factores siguien- continuidad más elevado. Como norma general, por tanto, los saltos deberán estar
tes: el empleo de saltos y los camb ios momentáneos en la direcc ión de la línea. seguidos de un cambio de sentido.
En el ejemplo no encontramos nin gú n salto, y la dirección melódica cambia Por razones obvias los saltos de una cierta envergadura requerirán mayores
sólo una vez. des pués del punto elevado. En el ejemplo 1-1e encontramos tres precauciones. Los saltos de tercera pueden continuarse en el mismo sentido; el
saltos, y la línea cambia de sentido en cinco ocasiones. cantus firmus del ejemplo 1-5 (de Schenker) ofrece una ilustración de ello. Un
Por lo tanto. en interés ele la vari edad deberemos emplear de vez en cuan- movimiento conjunto descendente desde el punto álgido hasta la tónica final
do mov imi ento disjllnto. La mayoría de los eLlntus firmi cuentan con dos o tres ofrecería poca variedad melódica; después de tanto movimiento conjunto la

EJEMPLO 1-2 EJEMPLO 1-3

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