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Biblioteca Digital - Dirección de Sistemas de Informática y Comunicación

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS
POLÍTICAS ESCUELA DE DERECHO

“INTERPRETACIÓN EXTENSIVA DE LOS DERECHOS HUMANOS


EN LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL DE LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS”

Tesis para obtener el Título Profesional de:


ABOGADO

AUTORAS : MARCELA MIA CORONADO RAMIREZ


FÁTIMA CAROLINA WATANABE TAVERA

ASESOR : MODESTO OLEGARIO DE BRACAMONTE MEZA

TRUJILLO –
PERÚ 2016

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A Dios, por darme vida y salud para ir


cumpliendo mis objetivos; a mi madre, por sus
infinitos cuidados y apoyo en cada momento y a
mi padre, por ser ejemplo de bondad,
perseverancia y paciencia.

M.C.

A Dios por todas las bendiciones que me ha


otorgado y a mis padres, con inmenso amor y
gratitud por su apoyo incondicional.

F.W.

i
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AGRADECIMIENTOS

A mi hermosa familia, por su confianza; en especial, a mis abuelitas, por su


constante preocupación y motivación para salir adelante y a mi mama Mela, por
su amor incondicional.

M.C.

A todas las personas que contribuyeron a la realización de la presente


investigación; sobre todo a mis padres y hermano por ser mi fuente
de motivación.

A Víctor por alentarme siempre a cumplir mis metas.

F.W.

A nuestro asesor Dr. Modesto de Bracamonte Meza, por el apoyo e interés


demostrado a lo largo de estos meses. A la Pontificia Universidad Católica
del Perú por colaborar con nuestra investigación permitiéndonos el acceso a
su material bibliográfico.
PRESENTACIÓN

SEÑORES MIEMBROS DEL JURADO:

En cumplimiento de las reglas establecidas en el Reglamento para la


elaboración y evaluación de la tesis para obtener el título profesional de
abogado, de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad
Nacional de Trujillo, someto a su consideración el presente trabajo de
investigación titulado:

“INTERPRETACIÓN EXTENSIVA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA


FUNCIÓN JURISDICCIONAL DE LA CORTE INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS”

La presente tesis tiene como propósito fundamental demostrar que la


interpretación extensiva realizada por la CorteIDH tiene un impacto positivo con
respecto a la tutela de los derechos humanos consagrados en la Convención
Americana en el marco del sistema interamericano de protección de derechos
humanos.

La investigación ha sido estructurada en cinco capítulos desarrollados de


manera coherente y sistemática, con los cuales se pretende dar a conocer la
relevancia de la función de la CorteIDH, el ámbito de aplicación de los
derechos humanos así como marco jurídico de los mismo, la interpretación
jurídica aplicada al Derecho Internacional de los Derechos Humanos y cómo es
que el Principio Pro Homine se materializa en la jurisprudencia de la CorteIDH;
seguidamente, en unos de los puntos de la discusión hemos tomado a bien
desarrollar el caso práctico debido a la relación entre éste y el resultado
materia de discusión.

Por lo que, se deja a vuestra consideración y criterio, señores miembros del


jurado, la presente tesis, esperando que el contenido de la misma sea de
interés para lograr su finalidad.

Se espera, en su oportunidad, defender de la manera más adecuada el


contenido de la presente investigación. Asimismo, se aprovecha la oportunidad
para expresar las respectivas consideraciones a vuestras personas en su
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docentes de la Facultad de Derechos y Ciencias Políticas de nuestra casa de
estudios.

Trujillo, octubre de 2016.

LAS AUTORAS
INFORME DEL ASESOR

A : Sr. Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias

Políticas De : Dr. Modesto Olegario De Bracamonte Meza

Asunto : Informe de Asesoría de

Tesis Fecha : Octubre de 2016

De mi especial consideración.-

Es grato dirigirme a usted, en mi calidad de asesor de las bachilleres en


Derecho Marcela Mia Coronado Ramírez y Fátima Carolina Watanabe Tavera,
en la tesis titulada: “INTERPRETACIÓN EXTENSIVA DE LOS DERECHOS
HUMANOS EN LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL DE LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS”.

Luego de haber orientado, asesorado y supervisado adecuadamente a las


citadas tesistas en la elaboración de la misma, donde se ha plasmado y
cumplido estrictamente todas las pautas que establece el Reglamento para la
elaboración y evaluación de tesis para obtener el título profesional de abogado,
a fin de ser presentada al jurado para su posterior exposición, se puede
apreciar que ha sido desarrollada de forma ordenada y siguiendo una
secuencia lógica de acuerdo a los aspectos: normativos, doctrinarios y
metodológicos que exige la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, para así,
habilitar a los aspirantes a culminar con éxito su anhelo de ser profesionales y
obtener el título de abogado.

A su vez, señor Decano, debo resaltar que este trabajo de investigación es


singular y reúne las condiciones y merecimientos suficientes para ser aceptado
cumpliendo con la rigidez y calidad académica deseada, el cual contribuirá a
enriquecer y diversificar nuestra reserva de trabajos de investigación, por la
novedosa y controversial temática abordada de manera crítica.

Por las consideraciones expuestas, estimo que la asesoría se ha hecho


efectiva, pues las mencionadas bachilleres, han cumplido en regla general con
los objetivos de la metodología de la investigación y con los rigores de una
búsqueda
académica exigente en el campo del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos y Derecho Internacional Público, reuniendo las exigencias para ser
sustentada y defendida por las bachilleres.

Trujillo, octubre de 2016.

_
Dr. Modesto Olegario De Bracamonte Meza
Asesor
RESUMEN

La Corte Interamericana de Derechos Humanos desempeña un rol fundamental


para el mantenimiento del orden público internacional, específicamente en
relación a velar por la protección de los derechos humanos en nuestro
hemisferio. Para ello, a través de su jurisprudencia viene cimentando las bases
para lograr un orden jurídico internacional donde exista preeminencia de la
protección de la persona sin que los cambios constantes de la sociedad limiten
la capacidad tuitiva de la misma; sino que por lo contrario, permita que su labor
jurisprudencial se adapte a las nuevas situaciones sin necesidad de reforma la
Convención Americana de Derechos Humanos “Pacto de San José de Costa
Rica”.

La presente investigación tiene como punto de partida la problemática que


reviste la interpretación efectuada por la CorteIDH frente a las obligaciones
asumidas por los Estados miembros de la Convención que han ratificado su
competencia contenciosa y; para tal efecto, se ha efectuado un análisis integral
de jurisprudencia, libros y trabajos de investigación de reconocidos juristas
nacionales e internacionales así como informes y trabajos proporcionados por
el área de apoyo académico de la CorteIDH.

Palabras clave: derechos humanos, Corte Interamericana de Derechos


Humanos, Convención Americana sobre derechos humanos, interpretación.
ABSTRACT

The Inter-American Court of Human Rights plays a vital role in the maintenance
of international public order, specifically in relation to ensure the protection of
human rights in the hemisphere. To that end, and through its jurisprudence, the
Inter-American Court lays the foundation for establishing international law order
thus the preeminence of protection of individuals exists and the constant
changes in society do not limit the protection capacity thereof but allows its
jurisprudential work to suit the new situations without the need to reform the
American Convention on Human Rights.

The starting point of this research is the problem of the interpretation made by
the Court against the obligations of Member States of the Convention who have
confirmed their contentious competence. For this purpose, we conducted a
comprehensive analysis of jurisprudence, books, researches of jurists
(nationally and internationally recognized), reports and works provided by the
academic support of the Inter-American Court.

Key words: human rights, Inter-American Court of Human Rights, American


Convention of Human Rights “Pact of San José, Costa Rica”, interpretation.
ABREVIATURAS

CorteIDH, Corte, El Tribunal: Corte Interamericana de Derechos Humanos

CADH, Convención: Convención Americana de Derechos Humanos

OEA, La Organización: Organización de los Estados Americanos

Declaración: Declaración Americana sobre Derechos Humanos

CIDH: Comisión Interamericana de Derechos Humanos

CV: Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados

DIDH: Derecho Internacional de los Derechos Humanos

DIP: Derecho Internacional Público

PPH: Principio Pro Homine

ONU: Organización de las Naciones Unidas

CPP: Constitución Política del Perú de 1993

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INDICE

DEDICATORIA................................................................................................................................i
AGRADECIMIENTOS......................................................................................................................ii
PRESENTACIÓN............................................................................................................................iii
INFORME DEL ASESOR..................................................................................................................v
RESUMEN...................................................................................................................................vii
ABSTRACT..................................................................................................................................viii
ABREVIATURAS............................................................................................................................ix
INDICE...........................................................................................................................................x
INTRODUCCIÓN..........................................................................................................................14
1. Realidad Problemática....................................................................................................16
2. Planteamiento del Problema..........................................................................................20
2.1. Antecedentes.............................................................................................................20
2.2. Justificación................................................................................................................23
2.3. Formulación del Problema.........................................................................................25
3. Hipótesis.........................................................................................................................25
4. Variables.........................................................................................................................26
4.1. Variable independiente..............................................................................................26
4.2. Variables dependiente...............................................................................................26
5. Objetivos........................................................................................................................26
5.1. Objetivo General........................................................................................................26
5.2. Objetivos Específicos..................................................................................................26
6. Diseño de Investigación..................................................................................................26
6.1. Material de Estudio....................................................................................................26
6.2. Métodos y Técnicas....................................................................................................27
6.2.1. Métodos.................................................................................................................27
6.2.2. Técnicas..................................................................................................................30
7. Diseño de Investigación..................................................................................................31
PARTE II - MARCO TEÓRICO.......................................................................................................32
CAPÍTULO I: LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS........................................32
1. Surgimiento....................................................................................................................32
2. Composición...................................................................................................................32
2.1. Los jueces titulares.....................................................................................................33
2.2. Los jueces ad hoc........................................................................................................34
2.3. Los jueces interinos....................................................................................................34
3. Organización y funcionamiento......................................................................................34
3.1. La Sede.......................................................................................................................35
3.2. Recursos humanos y financieros................................................................................35
3.3. Organización interna..................................................................................................35
4. Legitimación para recurrir ante la CorteIDH...................................................................36
4.1. Los Estados que hayan ratificado o se hayan adherido a la Convención....................37
4.2. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos..................................................37
5. Competencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos................................37
5.1. Competencia contenciosa..........................................................................................39
5.2. Competencia consultiva.............................................................................................44
6. Carácter decisivo de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos........46
CAPITULO II: EL SISTEMA DE DERECHOS HUMANOS..................................................................47
1. Derechos Humanos........................................................................................................47
1.1. Origen.........................................................................................................................47
1.2. Concepto de derechos humanos................................................................................50
1.3. Características............................................................................................................51
2. Derecho Internacional de los Derechos Humanos..........................................................56
2.1. Concepto de Derecho Internacional de los Derechos Humanos.................................56
2.2. Los derechos humanos y el jus cogens.......................................................................57
2.3. Los derechos humanos y la jurisdicción interna de los Estados..................................58
2.4. Obligaciones de los Estados respecto de los derechos humanos...............................58
CAPÍTULO III: LA INTERPRETACIÓN.............................................................................................62
1. La interpretación a modo general..................................................................................62
1.1. Etimología...................................................................................................................62
1.2. Concepto gramático...................................................................................................62
1.3. Interpretación jurídica o interpretación del derecho.................................................63
1.3.1. Introducción...........................................................................................................63
1.3.2. Concepto................................................................................................................64
1.3.3. Sujetos....................................................................................................................66
1.3.4. Clases de interpretación.........................................................................................67
1.4. Métodos o Escuelas de la interpretación Jurídica......................................................69
1.4.1. Método Literal o Gramatical...................................................................................70
1.4.2. Método Lógico........................................................................................................70
1.4.3. Método Sistemático...............................................................................................72
1.4.4. Método Histórico....................................................................................................72
1.4.5. Método Sociológico................................................................................................73
1.4.6. Método Teleológico................................................................................................74
1.4.7. Método Pragmático................................................................................................74
1.5. Teorías de la Interpretación Jurídica..........................................................................75
1.5.1. Teoría Legalista o Legislativa..................................................................................75
1.5.2. Teoría Exegética.....................................................................................................75
1.5.3. Teoría de la Voluntad Objetiva de la Ley................................................................77
1.5.4. Teoría Finalista.......................................................................................................77
1.5.5. Teoría de la Libre Investigación Científica..............................................................77
1.5.6. Teoría del Derecho Libre........................................................................................78
1.5.7. Teoría Pura del Derecho.........................................................................................79
1.6. Desarrollo de la Interpretación Extensiva...................................................................80
CAPITULO IV: LAS OBLIGACIONES DE LOS ESTADOS FRENTE A LA INTERPRETACIÓN DE
TRATADOS A PARTIR DEL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO.......................................................82
1. Derecho Internacional Público.......................................................................................82
1.1. Desarrollo en la Historia.............................................................................................82
1.2. Concepto....................................................................................................................84
1.3. Presupuestos..............................................................................................................84
2. Los Tratados Internacionales..........................................................................................85
2.1. Definición...................................................................................................................85
2.2. Observancia de los Tratados.......................................................................................86
2.3. Interpretación de los Tratados...................................................................................89
3. Aplicación de la Convención de Viena a la CADH...........................................................92
4. Obligación de cumplimiento de los Estados de las sentencias de la CorteIDH...............96
CAPÍTULO V: LA CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS Y SU INTERPRETACIÓN
.................................................................................................................................................100
1. Naturaleza de la Convención........................................................................................100
1.1. La CADH como Tratado Internacional.......................................................................100
1.2. Características especiales por ser un Tratado sobre Derechos Humanos.................101
2. Interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos......................103
3. El Principio Pro Homine aplicado a la interpretación de tratados sobre derechos
humanos. El caso de la Convención Americana........................................................................108
3.1. Origen y Concepto del Principio Pro Homine...........................................................108
3.2. Positivización y uso en el Derecho Interamericano..................................................109
3.3. Características..........................................................................................................111
3.4. Rol y Aplicación........................................................................................................112
PARTE III...................................................................................................................................113
CAPÍTULO VI: RESULTADOS......................................................................................................113
CAPÍTULO VII: DISCUSIÓN DE RESULTADOS.............................................................................118
PARTE IV...................................................................................................................................158
CONCLUSIONES........................................................................................................................158
RECOMENDACIONES................................................................................................................160
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS................................................................................................162
ANEXOS....................................................................................................................................170
INTRODUCCIÓN

Dada la trascendencia de los derechos humanos en la actualidad y la


controversia que se ha originado en los últimos años en torno a los fallos
emitidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos; en los cuales, a
través de una interpretación evolutiva se ha ampliado de cierta manera el
ámbito de protección de determinados derechos para beneficio de todas las
personas. Sin embargo, no existe una posición uniforme frente a esta tendencia
interpretativa de la CorteIDH; por lo contrario, existen posiciones tanto
contrarias a la labor que la CorteIDH viene ejerciendo como aquellas que la
respaldan.

A fin de esclarecer la polémica mencionada líneas arriba, hemos considerado


conveniente organizar la información recolectada de la siguiente manera. En
primer lugar; es necesario conocer aspectos básicos de la CorteIDH, órgano de
la Organización de los Estados Americano que se encarga de resolver las
controversias entre los particulares y el Estado, sometidas a su competencia
por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; dicha labor
forma parte de la competencia atribuida a la Corte en la Convención Americana
de Derechos Humanos la cual ha sido ampliamente desarrollada en nuestro
marco teórico, además de otras funciones que desempeña dicho órgano, así
como su composición, la obligatoriedad de sus fallos, entre otros.

Después de estudiar aspectos básicos del funcionamiento de la CorteIDH,


también es vital conocer acerca de los derechos humanos, cuya promoción y
protección es tarea fundamental de los Estados y de la comunidad
internacional en su conjunto, hecho que ha sido plasmado a nivel de nuestro
continente en diversos instrumentos como la CADH. Por ello, hemos tenido a
bien desarrollar y estructurar la vasta información existente sobre derechos
humanos empezando por conocer el origen de los mismos,
conceptualizándolos, resaltando sus características, las cuales permiten
establecer las diferencias éstos derechos respecto de otros en razón de su
naturaleza y principios y; para culminar, definiendo la rama de estudio de estos
derechos, es decir, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

1
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A fin de desarrollar nuestra investigación, cabe destacar que una premisa
importante de la misma es la labor interpretativa que realiza la CorteIDH;
entonces en aras de un mejor análisis, creemos pertinente destacar en qué
consiste la interpretación, cuáles son sus tipos, los alcances de éstos.
Asimismo, la interpretación no es unívoca, sino por lo contrario, existen
distintos métodos interpretativos los cuales permiten un análisis didáctico de las
controversias sometidas a la competencia de la CorteIDH. No obstante, debido
al problema de nuestra investigación, nos hemos centrado en desarrollo da la
interpretación extensiva como directriz de la labor interpretativa de la Corte a fin
de ampliar la tutela de protección de los derechos humanos.

Seguidamente, hemos abordado el tema de las obligaciones de los Estados


frente a la interpretación de tratados a partir del Derecho Internacional Público;
para luego aterrizar dicho tema específicamente a la CADH, por ser el
instrumento normativo que nos ocupa, incidiendo en la importancia del Principio
Pro Homine como uno de los pilares de la presente tesis.

En último término, presentamos nuestros resultados, así como su respectiva


discusión y, analizamos un caso práctico que nos permite evidenciar a nivel
fáctico lo planteado y arribar a las conclusiones. Finalmente, planteamos
recomendaciones con el objeto de contribuir al desarrollo doctrinario del tema y
enriquecer el debate en el ámbito nacional como internacional.
PARTE I – MARCO METODOLÓGICO

1. Realidad Problemática
Actualmente, nos desenvolvemos en un mundo con una concepción de
derechos humanos que no se ha mantenido intacta a través de los años;
lamentablemente, han existido sucesos históricos que la humanidad ha
atestiguado a principios y mediados del siglo pasado que han generado una
reacción en la sociedad internacional, teniendo como consecuencia el
nacimiento de una nueva rama del Derecho Internacional, denominada
Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Dicho ello, es preciso
señalar que este último no se pretende autónomo del Derecho Internacional
Público, sino que se circunscribe dentro del ordenamiento jurídico
internacional; sin embargo, tiene características especiales que se
fundamentan en el objeto y fin de este sector del Derecho, lo cual genera
diferencias significativas entre ambos e incluso pudiendo llegar a generar
tensiones.
Con respecto al Derecho Internacional de los Derechos Humanos, su objeto
y fin es la protección de los derechos de los seres humanos,
independientemente de su nacionalidad, tanto frente a su propio Estado
como frente a los otros Estados contratantes; es así que debido a la
naturaleza misma de su objeto y fin es un área en la cual se puede
evidenciar una tendencia hacia la evolución y progreso; lo cual en un primer
momento podría llevarnos a pensar que respecto a la protección de los
derechos humanos no cabe innovación alguna puesto que su sola
consagración en instrumentos internacionales determinaría la culminación
de la labor protectora; mas ello no es así, debido a la evolución de la
sociedad a nivel internacional. Bajo esta misma línea de razonamiento, otro
aporte esencial del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, ha
sido reconocer al individuo, antiguo súbdito bajo el imperio del poder estatal,
como un verdadero sujeto protegido por el Derecho Internacional, expresión
jurídica conforme con el principio que indica que es la persona humana el
fundamento último de todo derecho.
Ahora bien, hemos llegado a un punto tal en el que la sociedad internacional
reconoce la protección de los derechos humanos; sin embargo, en la
realidad de los hechos continúan siendo desconocidos e incluso
atropellados y
vulnerados a nivel tanto nacional como internacional. Es por ello que; ante
dicha situación adversa, las regiones (especialmente la europea y
americana), siguiendo los lineamientos trazados por la Organización
Mundial de las Naciones Unidas –ONU– acogen las nuevas tendencias de
protección de la dignidad humana y así nacen los mecanismos
institucionalizados de protección supranacional que devienen en
mecanismos eficaces para la protección de los derechos humanos.
Enfocándonos en nuestra realidad latinoamericana, la cual posee una
diversa situación económica, política, social y cultural; a través de los
esfuerzos conjuntos llevados a cabo por los Estados pertenecientes a dicho
ámbito regional y en el seno de la Organización de Estados Americanos —
OEA— se fueron gestando las bases del sistema interamericano: la
Declaración Americana de Derechos del Hombre (1948) y la Convención
Americana de Derechos Humanos (en adelante CADH), esta última suscrita
en San José de Costa Rica en 1969. Así pues, en estos primeros
documentos encontramos el génesis del sistema interamericano de
promoción y protección de los derechos humanos.
Para cumplir con dicho propósito, hace ahora 68 años, la Novena
Conferencia Internacional Americana celebrada en Bogotá en 1948 señaló:
“no hay derecho propiamente asegurado sin el amparo de un Tribunal
competente” y, “tratándose de derechos internacionales reconocidos la
protección jurídica debe emanar de un órgano internacional”.
Consecuentemente, luego de dichas afirmaciones, la Conferencia
encomendó al Comité Jurídico Interamericano la elaboración de un proyecto
de Estatuto para la creación de una Corte Interamericana destinada a
garantizar los derechos del hombre; la cual, sin entrar en mayores detalles
respecto a ella, es la encargada velar por la protección de los derechos
humanos a nivel regional a través de su competencia consultiva y
contenciosa.
El núcleo del presente trabajo de investigación nace de la labor
interpretativa que efectúa la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(en adelante CorteIDH) en el marco de su competencia contenciosa y el
alcance que puede llegar a tener. Ésta realiza por ineludible mandato
convencional una actividad interpretativa de naturaleza judicial atribuida por
la propia
Convención Americana de Derechos Humanos, generándose la discusión
en torno a los alcances que puede adoptar dicha interpretación.
En este punto, es necesario considerar que para que la CorteIDH pueda
efectuar una correcta aplicación de las normas en materia de derechos
humanos debe previamente realizar la interpretación de los derechos
consagrados en la CADH, que por su calidad de norma convencional de
Derecho Internacional, está sometida al régimen del Derecho de los
Tratados, contenido en la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados de 1969 (en adelante Convención de Viena), debiendo regirse
tanto por las normas de interpretación generales de los instrumentos
internacionales; así como por las normas de interpretación que la propia
Convención Americana contiene.
Así tenemos; en primer lugar, lo prescrito por la Convención de Viena:
“Interpretación de los tratados.
31. Regla general de interpretación
1. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido
corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el
contexto de éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin.
2. Para los efectos de la interpretación de un tratado. El contexto
comprenderá, además del texto, incluidos su preámbulo y anexos:
a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre
todas las partes con motivo de la celebración del tratado;
b) todo instrumento formulado por una o más partes con motivo de la
celebración del tratado y aceptado por las demás como instrumento
referente al tratado;
3. Juntamente con el contexto, habrá de tenerse en cuenta:
a) todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del
tratado o de la aplicación de sus disposiciones;
b) toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por la
cual conste el acuerdo de las partes acerca de la interpretación del
tratado;
c) toda forma pertinente de derecho internacional aplicable en las
relaciones entre las partes.
4. Se dará a un término un sentido especial si consta que tal fue la
intención de las partes”.
Y, en segundo lugar, las normas interpretativas diseñadas por la CADH
contenidas en su artículo 29:
“Normas de interpretación
Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada
en
el sentido de:
a. permitir a alguno de los estados parte, grupo o persona, suprimir el
goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la
Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella;
b. limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda
estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los estados
parte o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos
estados;
c. excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano
o que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y
d. excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración
Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos
internacionales de la misma naturaleza”.
Luego de detallados los parámetros interpretativos que debe observar la
CorteIDH al momento de realizar su labor interpretativa, es preciso
mencionar que el Derecho Internacional de los Derechos Humanos posee
dos características adicionales que influyen en su lectura. Por un lado su
indivisibilidad, es decir, el asiento de todos y cada uno de los derechos que
protege en un mismo plano horizontal y por otro, su carácter relativo, es
decir, la legítima facultad de limitación de los derechos contenidos en los
tratados internacionales. Estas características pueden guiar su
interpretación como también nublarla en el sentido de generar aprietos
interpretativos al momento de determinar que los derechos deben convivir
unos con otros; siendo ahí que entra a tallar el recurso interpretativo
claramente aplicable al Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el
principio pro homine, el cual irriga todo el cuerpo normativo de los derechos
humanos. Asimismo, se debe tener especial consideración a que a través
de una interpretación así formulada
logra extender el significado y alcance de los derechos consagrados en la
Convención, hasta abarcar de manera más amplia las nuevas realidades a
las que nos enfrentamos el día de hoy, ya que a la par de la evolución de la
sociedad debe ir la evolución de la protección de los derechos humanos en
su actual significado.
Finalmente, nos encontramos ante el problema relativo a si es correcta
dicha forma de interpretación planteada por la CorteIDH, la misma que
deviene en una interpretación expansiva, extensiva o amplia en pro de la
tutela de los derechos humanos dentro del sistema regional americano o si
ésta entra en conflicto con las obligaciones adquiridas por los Estados
contratantes que aceptan la competencia contenciosa de la CorteIDH.

2. Planteamiento del Problema

2.1. Antecedentes
En primer lugar, es loable destacar el crecimiento y desarrollo tanto
doctrinario como jurisprudencial de los derechos humanos tanto en el
plano universal como en el plano regional; en el presente caso, nos
referiremos específicamente al desarrollo de los derechos humanos en
nuestro hemisferio a través de la labor de la CorteIDH dado que
consideramos que existen enriquecedores aspectos detrás de la labor
contenciosa que desarrolla el órgano mencionado. En ese sentido,
cabe resaltar lo expresado por Jorge Cardona Llorens respecto al
surgimiento y trascendencia de la Corte IDH: “Hace ahora 68 años, la
Novena Conferencia Internacional Americana celebrada en Bogotá en
1948, señalo que no hay derecho propiamente asegurado sin el
amparo de un tribunal competente y tratándose de derechos
internacionalmente reconocidos la protección jurídica para ser eficaz
debe emanar de un órgano internacional. Consecuentemente con ello,
Conferencia encomendó al Comité Jurídico Interamericano la
elaboración de un proyecto de Estatuto para la creación de una Corte
Interamericana destinada a garantizar los derechos del hombre”1.

1
NiKKEN, Pedro. “La protección internacional de los derechos humanos: su desarrollo progresivo”.
Madrid: Editorial Civistas S.A., 1987, p. 112.
Asimismo, actualmente, podemos afirmar que la CorteIDH es un
órgano judicial internacional autónomo creado por la Convención
Americana de Derechos Humanos, que posee competencia consultiva
y una competencia contenciosa. Como ya mencionamos líneas arriba,
nos centraremos en la función contenciosa, en virtud de la cual la
CorteIDH posee la potestad de declarar, con motivo de la violación de
un derecho o libertad consagrados en la CADH, la responsabilidad
internacional de un Estado, de disponer en consecuencia que se
garantice a la víctima el goce de su derecho o libertad conculcados, y
si fuera procedente, que se paguen la consecuencias de la vulneración
de los derechos, así como el pago de una justa indemnización.
En ese sentido, enfatizaremos en cómo es que debe ser la
interpretación que realiza la Corte, es decir, si debe ceñirse
estrictamente a lo que dice la CADH, o tienen un marco de discrecional
de discernimiento o quizás pueden sentenciar apartándose de la
Convención ya mencionada. Respecto a esto, Héctor Gros Espiell (Ex
Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos) escribió
que no existen estudios sobre la Corte IDH relativa a los métodos de
interpretación empleados con relación a la CADH en su jurisprudencia
contenciosa2. De tal modo, queda claro que la Corte realiza, por
mandato convencional, una ineludible actividad interpretativa, pero
cuál es la naturaleza de esta actividad; frente a esta interrogante, el Ex
Presidente la Corte IDH, hace referencia al Pacto de San José de
Costa Rica, el cual tiene como fin la protección la protección
internacional-regional de los derechos humanos, bajo una concepción
iusnaturalista de la protección de la persona humana y es por ello que
la Corte debe fundar su interpretación en estos aspectos esenciales.
De lo mencionado, deducimos que dicho jurista, considera que debe
existir una interpretación extensiva en pro de la defensa del contenido
de los derechos humanos.
Por otra parte, cabe destacar la posición del Estado Chileno frente al
caso Atala Riffo y niñas Vs. Chile resuelto por la Corte IDH, en el cual
el

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2
GROS ESPIELL, Héctor. “Los métodos de interpretación utilizados por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en jurisprudencia”, 1994. http://www.corteidh.or.cr/tablas/22883.pdf, p. 137.

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Estado argumentó que: “el Sistema Interamericano de Derechos
Humanos requiere de la credibilidad y confianza de los Estados
miembros. Una relación de confianza recíproca puede ser afectada si
la Corte toma un rol demasiado regulador, sin otorgar consideración al
sentir mayoritario de los Estados”3. El Estado alegó que “al suscribir la
Convención Americana, los Estados miembros consintieron en
obligarse por sus disposiciones. Si bien la interpretación jurídica puede
ser flexible y el lenguaje de los derechos humanos reconoce su
desarrollo progresivo, los Estados prestaron su consentimiento a una
idea de derechos humanos que tenía en mente ciertos tipos de
violación, y no otras que en su momento no existían. De ser necesario
ampliar el alcance del tratado, en materias en que no existe un
consenso mínimo, la misma Convención Americana establece un
procedimiento para la incorporación de protocolos que protejan otros
derechos”.
Sin embargo, frente a esta posición que busca interpretación con
criterio restrictivo de la CADH, tenemos con respecto a la
interpretación de convenios internacionales, lo desarrollado en el
ámbito del derecho internacional, en el artículo 31 de la Convención de
Viena , permite fundamentar lo que se ha denominado o puede
denominarse el principio pro homine, cada vez más aceptado por los
estudiosos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
incluso reconocido como parte de la lógica y la principología propias
del derecho internacional de los derechos humanos. En ese sentido,
se ha subrayado que “la invocación y el uso de la norma más
protectora son perfectamente aceptadas, en la doctrina acerca de la
defensa judicial en derechos humanos, debido al objetivo garantista
que orienta la materia”. En ese sentido, claramente se expresa que a
través de este principio que cimienta el derecho de los derechos
humanos se debe preferir a la norma más amplia, o la interpretación
más extensiva cuando se trata de resolver casos donde los derechos
de la CADH han sido lesionados o desconocidos.
Para finalizar, no se trata pues, en la interpretación de la Convención,
de oponer el Hombre al Estado, aplicando criterios restrictivos o
3
SALVIOLI, Fabián. “Un análisis desde el principio pro persona sobre el valor jurídico de las decisiones
de la comisión interamericana de derechos humanos”. Buenos Aires: Editorial Ediar S.A. 2003, p. 84.
extensivos. Esto es así cuando se vive y se actúa en un Estado
Democrático de Derecho y cuando la situación sometida del juicio de la
Corte ha ocurrido durante la existencia plena del Estado Democrático,
en el que actúa un gobierno legítimo de acuerdo con sus principios.
Por el contrario, en una situación opuesta, durante la existencia de un
gobierno no democrático e ilegítimo, nacido del arrasamiento de la
Constitución, en el que no hay el necesario equilibrio entre Libertad,
Orden, Justicia y Bien Común, es natural que pueda utilizar una
interpretación extensiva siempre favorable a los derechos
conculcados.

2.2. Justificación
Tomado en consideración que La Corte Interamericana extiende su
función consultiva hacia todos los Estados que forman parte de la
Organización regional, y ejerce sus atribuciones jurisdiccionales -la
denominada jurisdicción contenciosa- en relación con el importante
número de países que la han reconocido expresamente, desde los
primeros años hasta la actualidad. Hoy día, esta competencia abarca
veintiún países, en los que habitan más de quinientos millones de
seres humanos. Este ámbito subjetivo de protección, que se ha
incrementado gradualmente pone de manifiesto la enorme importancia
de la jurisdicción interamericana, su relieve actual y su notable
potencialidad. Es innegable que la Corte Interamericana ha construido
una jurisprudencia cada vez más conocida y apreciada. Esta es su
razón de ser y su fruto natural, en el que debe cifrar sus mayores
energías. Decenas de opiniones consultivas y de resoluciones
jurisdiccionales han recogido criterios sobre un creciente número de
temas, que abarcan múltiples derechos y libertades y orientan acerca
de su significado, alcance y perspectivas. Esto ha ocurrido desde los
primeros años y se ha mantenido, con creciente acento, hasta hoy.
Habiendo mencionado esto, creemos necesario el desarrollo de la
competencia contenciosa de la corte, específicamente cómo es que
este organismo interpreta la CADH, dado que en los últimos años se
ha cuestionada la labor de la Corte al resolver casos sometidos a su
competencia, siendo muchas veces los Estados, sus principales
2
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críticos

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al cuestionar dichos fallos alegando que se vulnera el principio de
pacta sunt servanda contemplado en la Convención de Viena , ya que
se están imponiendo nuevas obligaciones a través de la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, criticando así la
interpretación del órgano mencionado. No obstante, existe otro sector
que considera que la interpretación del Pacto de San José está
determinada por el hecho de que se trata de interpretar un tratado
multilateral cuyo objeto y fin es la protección internacional regional de
los derechos humanos, en el marco de una concepción jusnaturalista
de la persona humana, que ha de vivir en un Estado Democrático de
Derecho en el que la libertad emanación de la dignidad del hombre y el
orden han de coexistir armónicamente en función de la justicia, es
decir, busca una interpretación extensiva siempre que esto implique
mayor tutela de los derechos fundamentales de las personas y el
respeto de la dignidad de la mismas.
Es preciso tener en cuenta, asimismo, la expansión y enriquecimiento
constante, en el tiempo, del contenido de los derechos humanos, la
progresividad de los sistemas dirigidos a su garantía y protección, la
necesidad de considerar la especificidad del Derecho de los Derechos
Humanos y el enriquecimiento conceptual de las normas del Pacto de
San José con los progresos que se verifican, tanto a nivel nacional
como regional, en la materia. Por último es necesario comprender que
la que la consideración de la realidad, de las condiciones materiales,
en medio de la que viven los seres humanos que poseen los derechos
garantizados y protegidos por la Convención, es un elemento que no
puede olvidar al interpretar la Convención Americana de Derechos
Humanos, realidad muchas veces negativa, ha de ser transformada
por el Derecho para que los Derechos Humanos puedan vivir
efectivamente en una sociedad democrática, orientada a la justicia y al
bien común.
En paralelo, cabe precisar que el presente proyecto de investigación
busca aportar jurídicamente al derecho internacional de los Derechos
Humanos, al realizar un análisis de la labor interpretativa de la
CorteIDH y los criterios utilizados por dicho órgano al resolver
controversias respecto de la vulneración de los derechos consagrados
en la CADH
por parte de los Estados que ratificaron su competencia. Para ello
hemos de analizar la doctrina, jurisprudencia de derecho comprado
que se ha desarrollado sobre la materia.
Por ello, nuestro trabajo de investigación pretende alcanzar relevancia
jurídica, ya que hasta el momento existe escasa investigaciones en
referencia al tema en concreto planteado, pretendemos profundizar en
él y promover futuras disertaciones al respecto.
Así mismo, tendrá importancia académica, ya que permitirá desarrollar
en las alumnas la capacidad de análisis e investigación propios de
estudiantes universitarias. Este esfuerzo por encontrar una respuesta y
una posibilidad de solución a la interrogante jurídica ocasiona una
motivación de búsqueda de conocimiento, el mismo que debe impulsar
a las estudiantes desde la sola sospecha hasta obtener la certeza que
necesite para otorgar la solución a lo que motivó el inicio de esta
investigación.

2.3. Formulación del Problema

¿Qué influencia tiene la interpretación extensiva realizada por la Corte


Interamericana de Derechos Humanos de los derechos humanos
consagrados en la Convención Americana a través de su
jurisprudencia en pro de la tutela de dichos derechos?

3. Hipótesis

La interpretación extensiva que realiza la Corte Interamericana de


Derechos Humanos de los derechos humanos consagrados en la
Convención Americana través de su jurisprudencia tiene influencia en el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos ya que permite su
desarrollo vía interpretación y bajo la aplicación del principio pro homine,
tiene una función tuitiva, supera la concepción estática de la ciencia del
derecho y se materializa la ampliación de la protección del ser humano en
la esfera estatal.
4. Variables

4.1. Variable independiente


La influencia de la interpretación extensiva de los derechos humanos.

4.2. Variables dependiente


La jurisprudencia de la CorteIDH en pro de la tutela de los derechos
humanos.

5. Objetivos

5.1. Objetivo General


 Determinar el impacto positivo en cuanto a la ampliación del ámbito
de protección de los derechos humanos consagrados en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos a través de la
labor interpretativa de la CorteIDH.

5.2. Objetivos Específicos


 Evidenciar la relación y ubicación que tiene el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos en el Derecho
contemporáneo.
 Determinar los rasgos característicos de los derechos humanos, los
cuales influyen en la interpretación que realiza la CorteIDH como
órgano tutelar en el marco del sistema regional.
 Analizar los criterios interpretativos aplicables a los Tratados sobre
derechos humanos a partir de su naturaleza.
 Contrastar las posturas existentes respecto a las consecuencias
que conlleva la interpretación extensiva efectuada por la CorteIDH.
 Examinar la interpretación extensiva realizada por la CorteIDH así
como la aplicación del principio pro homine en su desarrollo
jurisprudencial.

6. Diseño de Investigación

6.1. Material de Estudio

 Libros de doctrina nacional y extranjera especializada en el tema a


investigar.
 Libros especializados en Derecho Internacional de los Derechos
Humanos.
 Trabajos de investigación relacionados al tema a investigar.
 Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

6.2. Métodos y Técnicas

6.2.1. Métodos
El método científico es el que se empleará en esta investigación
y se acerca al Derecho en dos momentos: primero, cuando se le
investiga, referido a cuando el fenómeno jurídico es puesto bajo
el interés del investigador y se convierte en objeto y punto central
de indagación científica; segundo, cuando se le interpreta.
En su mayor parte, las investigaciones que giran en torno a
temas jurídicos se apoyan en algunos de los siguientes métodos:
el método exegético, el método dogmático, los métodos del
iusnaturalismo, el método sociológico y el método funcional. En
el presente trabajo de investigación se utilizarán los siguientes
métodos:
a. Exegético
El método exegético constituye el estudio lineal de las normas
tal como ellas aparecen dispuestas en el texto legislativo. El
método parte de la convicción de un ordenamiento jurídico
pleno, cerrado y sin lagunas.
Dado que la exégesis profesa un respeto reverente a las
formulaciones legales, procura exponerlas o, cuando mucho
comentarlas muy ligeramente, presentado una grave
insuficiencia y siendo incapaz de explicar una serie de
elementos no legislativos; en el caso de nuestra investigación
el fenómeno social y cultural que el tema envuelve que no
podrían describirse ni analizarse sin recurrir a metodologías
más sustanciosas.
b. Sistemático
Este método indica un conjunto de ideas caracterizadas por su
coherencia y vinculación, como por su referencia a la totalidad,
o enlace entre todas las normas jurídicas que constituyen el
ordenamiento jurídico.
Cuando alguien pretende señalar la existencia de una norma
oscura, ambigua, contradictoria, habrá necesariamente que
tener en consideración, que realmente no es una norma
aislada, sino que forma parte integrante de un conjunto o
sistema jurídico.
c. Judicial
La jurisprudencia es la interpretación y aplicación de las
normas jurídicas, dispuestas y estudiadas previamente por los
tribunales del más alto nivel jerárquico. Las decisiones que
emanan de éstos tribunales sobre una determinada materia,
las cuales, sin la tenencia de una fuerza obligatoria, se impone
en los diversos casos, por el valor persuasivo de sus razones,
a criterio del magistrado o magistrados, y a solicitud invocada
por el peticionario. Es fuente de derecho, constituye el objeto
de las investigaciones en el más alto nivel jurisdiccional. La
misma que tiene a ser metódica y crítica, lógicamente
elaborada. En las obras jurídicas doctrinales de la ciencia del
Derecho, también se tienden a la realización de un examen
exhaustivo de las situaciones problemáticas y la
jurisprudencia.
Este método servirá para el análisis del criterio jurisprudencial
usado por el operador judicial para emitir fallos en la materia
objeto de esta investigación.
d. Deductivo
El paso evolutivo de lo general a lo particular, requiere de una
operación lógica, esta operación está identificada – aunque no
necesariamente – con el silogismo, expresión más fácil y
perfecta del razonamiento deductivo.
En el área positiva del Derecho, la norma funciona como
premisa mayor respecto al caso particular que se pretende
resolver. En término de la lógica se trata de deducir un juicio
jurídico particular, partiendo de un supuesto general:
disposición legal preexistente, llamado con acertada razón
subsunción jurídica. Si un caso X llega a un tribunal, esta
institución al emitir una sentencia, aparenta la forma de un
silogismo, con su PREMISA MAYOR que es la ley; su
PREMISA MENOR, compuesta por los hechos ocurridos y
demostrados; y su CONCLUSIÓN: el fallo o la parte
dispositiva. Este método interesará para la elaboración de
conclusiones y recomendaciones plasmadas en la redacción
del informe de investigación.
e. Inductivo
Consiste en que el investigador, a partir de la observancia de
ciertos números de proposiciones, infiere o induce a la
formulación de un principio general. Este método diversifica
sus procedimientos, variando éstos, en base al objeto de
estudio, que elige el investigador. La elección y selección
implica, la operación mental que consiste en remontar desde
cierto número de proposiciones dadas, generalmente
singulares o especiales, que se llamarán inductivas, a una
proposición o pequeño número de proposiciones más
generales, llamados inducidos, de tal modo que éstas
impliquen todas las proposiciones inductoras.
f. Analítico
El investigador al efectuar un trabaja de análisis, tiene que
formarse mentalmente un criterio socio - jurídico de cada uno
de los elementos que integran el campo de investigación. El
criterio pormenorizado le posibilita la obtención de toda la
información requerida que se necesita para enriquecer el
marco teórico.
Se orienta a la descomposición total, parcial, por etapas, por
causas, por litigios, etc. Los elementos que son, al principio,
confusos, abstractos, oscuros u obstaculizantes, gradualmente
se irán separando.
Este método valdrá, de manera general, para todo el proceso
de la investigación.
g. Sintético
Para el Derecho, la ventaja de este método relevante, tiene
mérito en la exposición clara y facilita el acto probatorio.
Síntesis significa composición, reagrupación, reunión. Se
procede por este método cuando se tiene necesidad de
ejecutar la acción de combinar y unificar los datos e
informaciones, que fueron aislados en el análisis.
El magistrado recurre a este método, para que su conclusión
resulte probada, contrastada y sobretodo, justa. El juez, luego
de haber pormenorizado cada una de las pruebas y,
procediendo mediante la síntesis, las relacionará con el
comportamiento – conducta humana y comprobará si su
fuerza, reconocida aisladamente, tiene o no relación con la
personalidad del litigante o el imputado.
h. Histórico y de la Comparación:
El método histórico permitirá en la investigación jurídica a
realizar, comprobar y averiguar la doctrina y los hechos, por su
circunstancia histórica, ya que siempre están sujetos a
constante evolución y transformación.
Este método será aplicado al momento de indagar sobre los
antecedentes y evolución histórica de los derechos
humanos y su área de estudio el Derecho Internacional de
los Derechos humanos.
A través del método de la Comparación se ponen en relación
unos hechos para establecer sus semejanzas y diferencias, en
su tratamiento a través del tiempo y a su vez el tratamiento
que se le da en diferentes países.
Ambos métodos, el histórico y el de la comparación permite
establecer la causa de muchos fenómenos y predecir su
comportamiento futuro.

6.2.2. Técnicas
Para obtener el registro adecuado de la fuente que ayuda a la
realización de la investigación ubicada en cualquier medio, la
información y los datos que serán procesados por el análisis,
para ser utilizados posteriormente en la deducción de
conclusiones y la elaboración de recomendaciones, plasmados
en la redacción del informe final a realizarse.
Se facilita el manejo y rápido acceso a la información pertinente
a la problemática de manera ordenada y precisa, llevando a una
sistematización del trabajo de investigación.

a. Técnica documental o bibliográfica


A partir del uso de esta técnica se concentrará textos y
títulos de las investigaciones realizadas sobre el tema a
investigar. Para el recojo de esta información y su posterior
ordenación es necesario la implementación de su
instrumento llamado ficha, la que se define como una fuente
constante de información, creciente y flexible.
De esta manera el fichaje permitirá acumular de manera
ordenada y selectiva el contenido de la información de libros,
revistas especializadas consultadas con el fin de
sistematizar y seleccionar el contenido de las fuentes
consultadas.

b. Análisis de contenido
Mediante el análisis de contenido, se puede apreciar la toma
de posición de los autores que tratan sobre el tema, que es
el objeto de la investigación, dando sus apreciaciones y
críticas.

7. Diseño de Investigación

Corresponde a una investigación DESCRIPTIVA.


PARTE II - MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I: LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

1. Surgimiento
El informe anual de la CorteIDH del año 1999 señala que: La Corte
Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Corte”, “la Corte
Interamericana” o “el Tribunal”) fue establecida como consecuencia de
haber entrado en vigor, el 18 de julio de 1978, la Convención Americana
sobre Derechos Humanos o “Pacto de San José de Costa Rica” (en
adelante “la Convención” o “la Convención Americana”), al ser depositado el
undécimo instrumento de ratificación por un Estado Miembro de la
Organización de los Estados Americanos (en adelante “la OEA” o “la
Organización”). La Convención fue adoptada en la Conferencia
Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos, celebrada del 7 al
22 de noviembre de 1969 en San José, Costa Rica.
Los dos órganos de protección de los derechos humanos previstos por el
artículo 33 de la Convención Americana son la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (en adelante “la Comisión” o “la Comisión
Interamericana”) y la Corte. Ambos órganos tienen la función de asegurar el
cumplimiento de las obligaciones impuestas por la Convención.
Por su parte, Helio Bicudo4 señala que La Corte -cuyo funcionamiento inició
en 1979- a su vez procesa y juzga los casos que le son presentados por la
CIDH en contra de los Estados, casos de Estados en contra de Estados, y
responde a solicitudes de opiniones consultivas, para fijar puntos
interpretativos de la Convención, o bien así para fijar la jurisprudencia en las
diferentes situaciones jurídicas.

2. Composición
La Corte se compone de siete jueces, nacionales de los Estados miembros
de la OEA, independientemente de que éstos hayan ratificado o no la
Convención. Para distinguirlos de otras categorías de magistrados que

4
BICUDO, Helio. “Cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y
recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humano”. Fondo Ed. Universidad Nacional
Autónoma de México. http://bibliohistorico.juridicas.unam.mx/libros/5/2454/14.pdf
eventualmente pueden integrar el tribunal que nos ocupa, nos referiremos a
ellos como los jueces titulares de la Corte, debiendo observar que esta
denominación es la que ha acogido también el Reglamento de la Corte,
cuyo art. 2, letra e), llama ‘juez titular’ a cualquier juez elegido de acuerdo
con los artículos 53 y 54 de la Convención5.

2.1. Los jueces titulares


Según lo dispuesto por el art. 52 de la Convención, los jueces
ordinarios o titulares son elegidos, a título personal, entre juristas de la
más alta autoridad moral, de reconocida competencia en materia de
derechos humanos, y que reúnan las condiciones requeridas para el
ejercicio de las más elevadas funciones judiciales conforme a la ley del
país del cual sean nacionales, o del Estado que los proponga como
candidatos. No hay requisitos de edad ya sea para acceder a la Corte o
para retirarse de ella. Pero, además de las condiciones personales que
debe reunir cada candidato, se ha previsto que no pueda haber
simultáneamente dos jueces de la misma nacionalidad en el seno de la
Corte; sin embargo, esta circunstancia no debe interpretarse en el
sentido de que pueda afectar la independencia de los jueces del Estado
del cual éstos sean nacionales pues, en principio, ella no está orientada
a asegurar la representación de diversos Estados, sino que a permitir
una más amplia participación de juristas de distintas nacionalidades,
teniendo en cuenta el conjunto de los Estados y las distintas regiones
del continente.
En cuanto a la elección, los jueces de la Corte son elegidos, en
votación secreta y por mayoría absoluta de votos de los Estados partes
en la Convención, en la Asamblea General de la OEA, de una lista de
candidatos propuesta por esos mismos Estados.
Además, los jueces de la Corte son elegidos por un período de seis
años y sólo pueden ser re-elegidos una vez; de acuerdo con el art. 5,
Nº 2, del Estatuto de la Corte, el mandato de cada uno de los jueces se
cuenta a partir del primero de enero del año siguiente al de su elección,
y se extiende hasta el 31 de diciembre del año en que se cumpla el
mismo.

33
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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
5
FAUNDEZ LEZAMA, Héctor. “El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos:
Cuestiones institucionales y procesales”. Ed. Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 2004, pp.
167-171.

33
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2.2. Los jueces ad hoc
El art. 55 N° 2 de la Convención de que, si uno de los jueces llamados a
conocer del caso fuere de la nacionalidad de uno de los Estados partes,
otro Estado parte pueda designar a una persona de su elección para
que integre la Corte en calidad de juez ad hoc. Asimismo, según el
párrafo 3 del mismo artículo, en caso de que ninguno de los jueces
fuere de la nacionalidad de los Estados partes, cada uno de ellos podrá
designar un juez ad hoc. Cuando se den los supuestos anteriores, de
acuerdo con el art. 18 del Reglamento de la Corte, el Presidente, por
medio de la Secretaría, advertirá a los Estados mencionados en las
disposiciones anteriores la posibilidad de designar un juez ad hoc
dentro de los treinta días siguientes a la notificación de la demanda. Si
los Estados interesados no hacen uso de su derecho dentro del plazo
señalado previamente, se considerará que han renunciado a su
ejercicio.

2.3. Los jueces interinos


La Convención no previó que el trabajo de la Corte se podía ver
entorpecido como consecuencia de la falta de quórum para sesionar;
esta circunstancia podría ser el resultado de vacantes que se hayan
producido en el seno de la Corte, debido a renuncias, fallecimientos, o
incapacidades, que se presenten antes de la expiración normal del
mandato de un juez, y faltando menos de un año para la elección de su
reemplazante. Para subsanar esta situación e impedir demoras en el
trabajo de la Corte, el Estatuto ha incorporado la figura de los ‘jueces
interinos’; aunque la constitucionalidad de esta figura pudiera ser
discutible, pues ella no se encuentra contemplada por la Convención,
hay que señalar que la misma no fue objetada por los Estados partes al
aprobar, en la Asamblea General de la OEA, el Estatuto de la Corte.

3. Organización y funcionamiento
La CorteIDH es un órgano de la Organización de los Estados Americanos,
que requiere una organización estructurada para el correcto desempeño de
sus funciones. Por ello, desarrollaremos ciertos conceptos básicos propios

3
4
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de su funcionamiento, tales como:

3
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3.1. La Sede.-
De acuerdo con el art. 58 de la Convención, la Corte tendrá su sede en
el lugar que determinen, en la Asamblea General de la OEA, los
Estados partes en la Convención; habiéndose elegido por éstos la
ciudad de San José de Costa Rica, ese es el sitio en donde se ha
establecido y funciona la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Sin embargo, ella puede celebrar reuniones en el territorio de cualquier
Estado miembro de la OEA
-parte o no parte en la Convención-, cuando así lo considere
conveniente por mayoría de sus miembros, y previa aquiescencia del
Estado respectivo; de hecho, por invitación del gobierno argentino, el
tribunal celebró su undécimo período ordinario de sesiones, del 1º al 10
de octubre de 1984, en la ciudad de Buenos Aires. Por otra parte, los
Estados partes en la Convención pueden, en la Asamblea General de la
OEA, con el voto favorable de los dos tercios de sus miembros, decidir
cambiar la sede de la Corte.

3.2. Recursos humanos y financieros.-


En cuanto al personal, corresponde a la propia Corte designar a su
Secretario, el que debe residir en la sede de la misma y asistir a las
reuniones que ella celebre fuera de dicha sede; el Secretario de la
Corte es designado por un período de cinco años, renovable, y puede
ser removido por la Corte. Asimismo, el establecimiento de la
Secretaría también es responsabilidad y competencia del propio
tribunal; además cuenta con 34 puestos más, resultando ser una
institución con personal reducido.
Por otra parte, aunque el tribunal administra su propio presupuesto,
carece de suficiente autonomía financiera; en efecto, si bien es la Corte
quien elabora su propio proyecto de presupuesto, éste debe someterse
a la Asamblea General de la OEA para su aprobación final.

3.3. Organización interna.-


La Corte tiene competencia para preparar su propio Estatuto, aunque
debe someterlo a la aprobación de la Asamblea General de la OEA, la
cual puede hacerle las enmiendas que estime convenientes; de hecho,
el proyecto de Estatuto que la Corte sometió a la Asamblea General de
la OEA en octubre de 1979 fue objeto de importantes modificaciones
por
parte de ésta. Asimismo, al igual que la Comisión, la Corte está
facultada para dictar su propio reglamento. El Presidente y el Vice-
presidente del tribunal son elegidos por los propios jueces, y su
mandato tiene una duración de dos años, pudiendo ser reelegidos. Su
período comienza el primer día de la primera sesión del año
correspondiente. La elección tendrá lugar en el último período ordinario
de sesiones que celebre la Corte el año anterior. La elección del
Presidente y Vicepresidente de la Corte se efectuará por votación
secreta de los Jueces titulares presentes, y se proclamará electos a
quienes obtengan cuatro o más votos; si no se alcanzaren esos votos,
se procederá a una nueva votación para decidir por mayoría entre los
dos jueces que hayan obtenido más votos. En caso de empate, éste se
resolverá en favor del juez que tenga precedencia.

4. Legitimación para recurrir ante la CorteIDH


Nos corresponde señalar quién o quiénes se encuentran legitimados para
poder recurrir ante la Corte Interamericana. La respuesta a esta pregunta
tiene una doble vertiente, dependiendo del tipo de procedimiento que se
pretenda seguir ante la Corte. Ello se debe a que la Convención Americana
ha previsto para la Corte, en primer lugar, una atribución competencial
respecto a asuntos contenciosos por vulneración de alguno de los derechos
contemplados en la Convención, pero también, en segundo lugar, le ha
atribuido una función consultiva respecto de la interpretación de la
Convención o de otros tratados concernientes a la protección de los
derechos humanos en los Estados Americanos. En lo que respecta a este
trabajo centraremos nuestro análisis en lo referente a la vía contenciosa.
En la vía contenciosa, de conformidad con lo dispuesto en el art. 61 CADH
sólo podrán recurrir ante la Corte Interamericana y someterle un caso por
circulación de derechos los Estados partes y la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos6.
6
REMOTTI CARBONELL, José Carlos. “La Corte Interamericana de Derechos Humanos: Estructura,
funcionamiento y jurisprudencia”. 2da. Ed., Lima: IDEMSA, 2004, p. 12.
4.1. Los Estados que hayan ratificado o se hayan adherido a la
Convención
De conformidad con la primera parte del artículo 61.1 de la Convención
Americana, podrán recurrir ante la jurisdicción contenciosa de la Corte
los Estados que han ratificado o se han adherido a la Convención. En
tal sentido, si el Estado parte tuviera de que otro Estado parte ha
vulnerado las disposiciones contenidas en la Convención Americana de
Derechos Humanos podrá, si lo considera oportuno, presentar la
correspondiente demanda contra un Estado que, además de haber
ratificado o haberse adherido a la Convención, haya aceptado la
jurisdicción contenciosa de la Corte. Esta previsión, establecida
siguiendo la línea marcada por del artículo 33 el Convenio Europeo de
Derechos Humanos, no ha sido todavía puesta en práctica en el
sistema interamericano de protección de derechos, por cuanto los
Estados, al amparo de criterios como la no intervención en los asuntos
internos de otros Estados que, a su vez, garantiza la no intervención de
otros Estados en los asuntos propios, no han procedido en ningún caso
a demandar a otro por considerar que nos respeta lo establecido en la
Convención.

4.2. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos


Según lo establecido en la segunda parte del art. 61.11 CADH, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos también puede recurrir
ante la Corte y plantear por la vía contenciosa una demanda, por la
violación de los dispuesto en la Convención Americana, contra un
Estado que, además de haber ratificado o haberse adherido a la
Convención, haya aceptado la competencia de la Corte.

5. Competencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos


De acuerdo con la Convención, la Corte ejerce las funciones contenciosa y
consultiva. La primera se refiere a la resolución de casos sometidos por la
Comisión Interamericana o un Estado Parte en que se ha alegado que uno
de los Estados Partes ha violado la Convención. Dentro de esta función la
Corte tiene la facultad de dictar medidas provisionales de protección. La
segunda función se refiere a la facultad que tienen los Estados Miembros de
la Organización de consulta de la Corte acerca de la interpretación de la
Convención o “de otros tratados concernientes a la protección de los
derechos humanos en los Estados Americanos”. También podrán
consultarla, en lo que les compete, los órganos de la OEA señalados en su
Carta.
Según el Dr. Enrique Lagos7, otro punto que se ha mencionado con alguna
frecuencia, ha sido la exhortación para que los Estados miembros y otros
órganos del Sistema, hagan uso pleno de las competencias de la Corte.
Como lo disponen las normas pertinentes (Arts. 61 y 62 de la Convención)
el acceso a la competencia contenciosa de la Corte está limitada a los
Estados parte de la Convención y a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos que son los únicos que pueden someter un caso ante
dicho tribunal debiendo estar referido a violaciones de los derechos y
libertades protegidos por el Pacto de San José.
En consecuencia, puede interpretarse que la invocación antes referida
estaría dirigida, en primer lugar, a la Comisión para que después de una
adecuada evaluación, someta casos a la Corte. Debe recordarse que por
varios años la Corte estuvo limitada exclusivamente a su labor consultiva, y
la labor judicial se ha ido incrementando en un proceso lento pero
progresivo en su evolución. En la actualidad, hay aproximadamente 200
casos en las que la decisión de la CorteIDH ha sido determinante. Sin
embargo, la intención principal de la exhortación comentada, parece más
bien estar dirigida a promover las facultades consultivas de la Corte,
teniendo en cuenta el fructífero resultado alcanzado -catorce opiniones
consultivas- y ello unido a la pluralidad de sujetos que están legitimados
para solicitar a la Corte su interpretación de las normas del Pacto de San
José, respecto a otros tratados relativos a derechos humanos, así como a la
compatibilidad de las leyes internas con las normas internacionales. En
concreto, se aprecia que los Estados han querido destacar a través de las
Resoluciones de la Asamblea General, la utilidad del procedimiento
consultivo para esclarecer los alcances de los principios y normas
esenciales del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

7
LAGOS, Enrique. “La Corte Interamericana de Derechos Humanos a la luz de las decisiones de los
órganos políticos de la OEA. Citado por Fix-Zamudio, Héctor. “Lineamientos Procesales en los
Procedimientos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. En: Nieto, Rafael (editor), La
Corte y el Sistema Interamericanos de Derechos Humanos, San José: Corte Interamericana de Derechos
Humanos, Mars Editores, 1994, p. 933.
5.1. Competencia contenciosa
El artículo 62 de la Convención 8, que establece la competencia
contenciosa de la Corte, dice lo siguiente:
1) Todo Estado Parte puede, en el momento del depósito de su
instrumento de ratificación o adhesión de esta Convención, o en
cualquier momento posterior, declarar que reconoce como obligatoria
de pleno derecho y sin convención especial, la competencia de la Corte
sobre todos los casos relativos a la interpretación o aplicación de esta
Convención.
2) La declaración puede ser hecha incondicionalmente, o bajo
condición de reciprocidad, por un plazo determinado o para casos
específicos. Deberá ser presentada al Secretario General de la
Organización, quien trasmitirá copias de la misma a los otros Estados
Miembros de la Organización y al Secretario de la Corte.
3) La Corte tiene competencia para conocer de cualquier caso
relativo a la interpretación y aplicación de las disposiciones de esta
Convención que le sea sometido, siempre que los Estados Partes en el
caso hayan reconocido o reconozcan dicha competencia, ora por
declaración especial, como se indica en los incisos anteriores, ora por
convención especial.
Como los Estados Partes pueden aceptar la competencia contenciosa
de la Corte en cualquier momento, es posible invitar a un Estado a
hacerlo para un caso concreto.
De acuerdo con el artículo 61.1 de la Convención 9 “sólo los Estados
Partes y la Comisión tienen derecho a someter un caso a la decisión de
la Corte”.

Asimismo, el artículo 63° de la Convención señala que:

1. Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad


protegidos en esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice al
lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrá
asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias
de la medida o
8
Convención Americana de Derechos Humanos, Art. 62.
9
CADH, Art. 61.1.
situación que ha configurado la vulneración de esos derechos y el pago
de una justa indemnización a la parte lesionada.
2. En casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga
necesario evitar daños irreparables a las personas, la Corte, en los
asuntos que esté conociendo, podrá tomar las medidas provisionales
que considere pertinentes. Si se tratare de asuntos que aún no estén
sometidos a su conocimiento, podrá actuar a solicitud de la Comisión 10.
La competencia contenciosa de la CorteIDH tiene como resultado un
fallo que pone fin a la controversia sometida a su competencia; por ello,
dicho fallo de la Corte es “definitivo e inapelable”. Sin embargo, “en
caso de desacuerdo sobre el sentido o alcance del fallo, la Corte lo
interpretará a solicitud de cualquiera de las partes, siempre que dicha
solicitud se presente dentro de los noventa días a partir de la fecha de
la notificación del fallo” (artículo 67 de la Convención). Los Estados
Partes “se comprometen a cumplir la decisión de la Corte en todo caso
en que sean partes” (artículo 68 de la Convención).
La Corte somete a la Asamblea General en cada período ordinario de
sesiones un informe sobre su labor, en el cual “de manera especial y
con las recomendaciones pertinentes, señalará los casos en que un
Estado no haya dado cumplimiento a sus fallos” (artículo 65 de la
Convención). Es necesario acotar que son veinte Estados los que
reconoce la competencia contenciosa de la CorteIDH, entre ellos: Costa
Rica, Perú, Venezuela, Honduras, Ecuador, Argentina, Uruguay,
Colombia, Guatemala, Suriname, Panamá, Chile,
Nicaragua, Paraguay, Bolivia, El Salvador, Haití, Brasil, México y
República Dominicana.11
A modo de resumen, el conocimiento de los casos individuales se surte
una vez se ha agotado el procedimiento ante la Comisión. Es por ello
que solo podrá conocer de aquellos casos que le sean presentados por
la CIDH o por los Estados, agotado el primer trámite ante la Comisión,
con el objetivo de dirimir la controversia La Corte debe determinar en
cada
10
CADH. Art. 63.
11
El Estado de la República Dominicana depositó ante la Secretaría General de la OEA el instrumento de
reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana el 25 de marzo de 1999.
Dicha aceptación fue de pleno derecho y sin convención especial.
caso si el Estado es internacionalmente responsable por violar las
obligaciones contraídas en al CADH en cuanto al respeto, protección y
garantía de los derechos humanos allí consagrados. Es por ello, que
este órgano debe determinar si las actuaciones u omisiones del Estado,
representado por cualquier institución o funcionario, trasgredió algún
derecho humano reconocido en la Convención y consecuentemente
determinar las reparaciones a que haya lugar12.
Entonces, debido a la competencia contenciosa reconocida en la
CADH, la Corte pueda conocer de los casos entre las personas y el
Estados; sin embargo no puede conocer todo tipo de controversias, ya
que ésta previamente debe verificar, de oficio, y sin necesidad de que el
Estado haya introducido alguna excepción preliminar, que posee
competencia para conocer de la contención en razón de las partes que
intervienen en el procedimiento, en razón de la materia objeto de la
controversia y en atención al tiempo transcurrido desde la notificación al
Estado demandado del informe de la Comisión. Es importante subrayar
que la Corte es competente para pronunciarse sobre su propia
competencia; ésta es una facultad inherente de todo tribunal
internacional, la cual se encuentra firmemente establecida en el
Derecho Internacional. Aunque la Convención no contempla una norma
expresa sobre la competencia del tribunal para pronunciarse sobre su
propia competencia en casos en que exista controversia sobre la
misma, éste es un principio general de Derecho Internacional
ampliamente reconocido, que obliga al tribunal a establecer si tiene
jurisdicción para conocer de los asuntos que se le sometan, incluso sin
una objeción expresa de alguna de las partes. Una vez que la Corte ha
emitido su decisión al respecto, ya sea afirmando su competencia en el
caso particular o admitiendo que carece de ella, tal decisión es
obligatoria para las partes. Ahora desarrollaremos brevemente, los
criterios que debe tomarse en consideración fin de establecer la
competencia de la CorteIDH13:

12
ARIAS OSPINA, Felipe y GALINDO VILLARREAL, Juliana. “Los sistemas interamericano y europeo de
protección de los Derechos Humanos”. Lima: Ed. Palestra, 2015. p. 27.
41
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13
FAUNDEZ LEZAMA, Héctor. “El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos” Ob.
Cit., pp. 663-665.

41
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 Ratione personae.- debe verificar la capacidad tanto de la parte
demandada como la parte demandante para intervenir en el
proceso. En primer lugar, que, en cuanto al parte demandada, ésta
deber ser un Estado que al momento de ratificación o adhesión de
la Convención, o en cualquier momento posterior, el Estado declare
expresamente que reconoce como obligatoria de pleno derecho, y
sin convención especial, la competencia de la Corte sobre todos los
casos relativos a la interpretación o aplicación de la Convención.
Por ello, esta declaración constituye una aceptación anticipada de
la competencia de la Corte, sin saber quiénes serán los eventuales
demandantes y sin conocer cuál será el objeto de la demanda.
Respecto de la “parte demandante”, cabe mencionar que solo los
Estados o la Comisión pueden someter una controversia a la
competencia contenciosa de la CorteIDH. Se debe señalar que la
Comisión al recurrir a la Corte como demandante, ésta no actúa
exactamente como un agente de la víctima o del peticionario, sino
que ejerce un derecho propio, que la convierte en una especie de
ministerio público del sistema interamericano14.
En cuanto al individuo, podemos señalar que las partes que
intervienen en una controversia ante la Corte son la Comisión y los
Estados que, ya sea como demandantes o demandados, o; no
obstante cabe resaltar lo que la posición del juez Piza Escalante 15,
quien sostiene que la única parte activa, en sentido sustancial, son
la víctima o sus causahabientes, titulares de los derechos
reclamados y acreedores de las prestaciones que en la sentencia
se declaren, en consonancia con el art. 63.1 de la Convención que
se refiere al pago de una justa indemnización a “la parte lesionada”.
 Ratione materiae.- la Corte tiene competencia para conocer de
cualquier caso que se le someta y que concierna a la interpretación

14
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Asunto Viviana Gallardo y otras, Nº G 101/81,
decisión del 13 de noviembre de 1981, párrafo 22.
15
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Velásquez Rodríguez, sentencia de 29 de
julio de 1988, voto disidente del juez Piza Escalante, párrafo 3. En opinión del disidente, la Comisión
sólo sería parteen el sentido procesal, como actora en el juicio, pero nunca en el sentido sustancial
o material, como acreedora de la sentencia.
4
2
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y aplicación de las disposiciones de la Convención. Aunque el
efecto del Derecho de los derechos humanos ha sido,
precisamente, excluir del ámbito de la jurisdicción doméstica todo
lo relacionado con los derechos humanos, en el caso Castillo
Petruzzi16 y otros, el Estado demandado alegó que la demanda se
refería a aspectos inherentes a la soberanía de los Estados, que no
podían renunciarse sin afectar el orden público, y que, por lo tanto,
aunque no se señaló expresamente, estarían excluidos del ámbito
de competencia material de la Corte; en opinión del Perú, una
república soberana tendría pleno derecho a dictar las leyes
necesarias para reprimir los delitos cometidos en su territorio, por lo
que la decisión de cualquiera de sus organismos jurisdiccionales
era definitiva, y no podía ser modificada o dejada sin efecto por
ninguna autoridad extranjera o supranacional. La Corte rechazó
categóricamente este argumento, recordando que, precisamente
en el ejercicio de su soberanía, el Perú ratificó la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y que, en consecuencia,
aceptó las obligaciones consagradas en esa convención en
relación con todas las personas bajo su jurisdicción; según el
tribunal, al constituirse como Estado parte de la Convención, el
Perú admitió la competencia de los órganos del sistema
interamericano de protección de los derechos humanos, y por ende
se obligó, en ejercicio de su soberanía, a participar en los
procedimientos ante la Comisión y la Corte y a asumir las
obligaciones que derivan de la aplicación de la Convención.
Por otra parte, la Corte puede extender su competencia material a
la aplicación de otros tratados, distintos de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, tales como el Protocolo
Adicional a la Convención Americana en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales-Protocolo de San Salvador-, en
los términos restringidos del art. 19.6 de dicho protocolo, la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura,
según lo previsto en el último párrafo del art. 8 de la citada
Convención, la
16
CorteIDH. Caso Castillo Petruzzi y otros. Excepciones Preliminares, Sentencia del 4 de septiembre de
1998, párrafo 100, letra a).
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas, según el art. XIII de la misma, y la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer -Convención de Belém do Pará, con las limitaciones
previstas en los arts. 11 y 12 de esta convención, sin perjuicio de
su competencia respecto de otros tratados de derechos humanos.
 Ratione temporis.- La competencia temporal de la Corte está
delimitada por el momento en que el Estado haya aceptado dicha
competencia, ya sea mediante una declaración especial o mediante
un convenio especial, y mientras la misma permanezca en vigor.
En los casos Ivcher Bronstein17 y del Tribunal Constitucional, la
Corte entendió que la declaración de aceptación de la competencia
de la Corte, una vez formulada, no se puede retirar; en opinión del
tribunal, la única forma de desligarse de su competencia sería
denunciando la Convención.

5.2. Competencia consultiva


En primer lugar, el artículo 64 de la Convención dice textualmente:
1. Los Estados Miembros de la Organización podrán consultar a la
Corte acerca de la interpretación de esta Convención o de otros
tratados concernientes a la protección de los derechos humanos en los
Estados Americanos. Asimismo, podrán consultarla, en lo que les
compete, los órganos enumerados en el Capítulo X de la Carta de la
Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo
de Buenos Aires.
2. La Corte, a solicitud de un estado miembro de la Organización, podrá
darle opiniones acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus
leyes internas y los mencionados instrumentos internacionales.
El derecho de solicitar una opinión consultiva no se limita a los Estados
Partes en la Convención; todo Estado Miembro de la OEA tiene
capacidad de solicitarla. Igualmente, la competencia consultiva de
la Corte fortalece la capacidad de la Organización para resolver
los asuntos que surjan por la aplicación de la Convención, ya
que
17
CorteIDH. Caso Ivcher Bronstein, Sentencia del 6 de febrero de 2001, párrafos 123, 125, 138 y 156.
permite a los órganos de la OEA consultar a la Corte, en lo que
les compete.
Fabián Salvioli18 señala que el sistema interamericano de derechos
humanos se ha dotado por sabiduría de la mayoría de sus hacedores y
protagonistas en el tiempo, azar, o ambas cosas a la vez, de varios
mecanismos para avanzar hacia la protección efectiva de los derechos
de mujeres y hombres que habitan en el continente; uno de ellos, de
características singulares y extraordinarias, lo constituye la función
consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual
complementa a las otras competencias que posee el Tribunal (entender
en casos contenciosos y ordenar medidas provisionales), así como
también a las amplias facultades que tiene la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos.
La competencia consultiva de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos detenta una sólida base normativa que le ha sido otorgada
por la Convención Americana de Derechos Humanos (Pacto de San
José). Desde su primera decisión en 1982, la Corte ha construido un
verdadero repertorio jurisprudencial sobre su competencia consultiva
sirviéndose de este pilar, desde el inicio de su práctica pretoriana y
desarrollando una interpretación pro homine en la mayoría del
contenido de sus opiniones consultivas emitidas, ha consolidado esta
competencia definida como de características únicas en el derecho
internacional contemporáneo. La evolución de la competencia
consultiva se ha remarcado particularmente en las tres opiniones
vertidas por el Tribunal (quince a diecisiete) donde se suscitaron
cuestiones, tanto procesales como de fondo, que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha resuelto exponiendo
concepciones jurídicas sólidas y de avanzada, dirigidas a favor del
ejercicio de su más amplia función consultiva.
De esta forma, los rasgos de la función consultiva de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, que ya se encontraban en
buena posición de amplitud desde el texto del Pacto de San José de
Costa Rica, han sido terminados de delinear por el propio Tribunal en
su
18
SALVIOLI, Fabián. “Competencia consultiva de Corte Interamericana de Derechos Humanos, Marco
legal y jurisprudencial”. Brasilia: Ed. Sergio Fabris, 2004. p. 3.
jurisprudencia, bajo la cual se ha definido al ejercicio de la competencia
consultiva como de carácter multilateral y no litigioso (para distinguirla
de la competencia contenciosa), de forma tal que quien solicita una
opinión consultiva de la Corte, ya sea un Estado, órgano principal u
organismo especializado de la Organización de los Estados
Americanos, no es el único poseedor de un interés legítimo en el
resultado del procedimiento, poniendo a la voluntad de los Estados en
el justo lugar dentro de un sistema cuyo eje central está destinado a la
protección de los derechos de la persona humana.

6. Carácter decisivo de los fallos de la Corte Interamericana de


Derechos Humanos
Sin duda, como órgano jurisdiccional que es, encargado de interpretar
autorizadamente el texto de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y otros tratados concernientes a la protección de los derechos
humanos en los Estados americanos, la Corte es la instancia decisiva en
toda controversia sobre esta materia. Es a la Corte a quien le corresponde
emitir un pronunciamiento definitivo sobre los casos contenciosos que se
denuncien ante la Comisión y que posteriormente sean sometidos al citado
tribunal. En realidad, al presentar sus demandas ante la Corte, la Comisión
está aceptando que es dicho tribunal el que tiene la última palabra. Es la
Corte quien, en el examen de las demandas que se le sometan, puede
pronunciarse sobre la legalidad de los actos de la Comisión en un caso
particular19.

19
BANDEIRA GALINDO, George. “El valor de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos”. Universidad de Brasilia. https://www.upf.edu/dhes-
alfa/materiales/res/pmdh_pdf/PMDH_Manual.255-274.pdf
CAPITULO II: EL SISTEMA DE DERECHOS HUMANOS

1. Derechos Humanos

1.1. Origen
El 10 de diciembre de 1948 tuvo lugar uno de los mayores hitos en la
historia mundial: la proclamación por parte de la Asamblea General de
las Naciones Unidas20 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos21.
Este acontecimiento, con notables y profundas repercusiones
culturales, éticas, políticas y jurídicas, tenía como antecedentes
inmediatos la cruel experiencia de las dos guerras mundiales y de los
regímenes totalitarios que gobernaron durante las décadas anteriores
algunos países europeos. Mediante ese documento los estados
nacionales y los propios organismos internacionales se comprometían
ética y jurídicamente a aceptar como base de la convivencia humana,
tanto interna como externa, el principio de la dignidad humana y el
respeto de los derechos intrínsecos e inviolables que de ella dimanan.
Dichos intereses fueron plasmados en el preámbulo de la Declaración
Universal de Derechos Humanos ya que éste se sustenta en que: “la
libertad, la justicia y la paz en el mundo, tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los miembros de la familia humana”.
En esta misma línea, nos parece importante resaltar lo que señala
Cecilia Medina Quiroga en el Manual de Derecho Internacional de los
Derechos Humanos para Defensores Penales Públicos 22, quien enerva
el rol fundamental del concepto de dignidad para el desarrollo de los
derechos humanos en los siguientes términos: La idea de la protección

20
La Carta de las Naciones Unidas establece en su art. 55 inc. c) que ella promoverá “el respeto universal
de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de
raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y libertades”.
21
La Declaración Universal sobre los Derechos Humanos resultó aprobada en la Asamblea General de la
ONU por 48 votos a favor, con la abstención de ocho países: los seis del bloque soviético (totalitarismo
marxista), más Arabia Saudita (fundamentalismo islámico) y Sudáfrica, en donde entonces existía el
régimen de “apartheid” (régimen racista).
22
MEDINA QUIROGA, Cecilia. “Documentos Oficiales. Manual de Derecho Internacional de los Derechos
Humanos para Defensores Penales Públicos”. Ed. Centro de Documentación Defensoría Penal Pública,
Número 1, diciembre 2003, p. 3.
de la dignidad humana es de antigua data y ciertamente anterior a la
aparición del concepto jurídico internacional de "derechos humanos", lo
que es explicable porque normalmente las normas internacionales se
crean sólo cuando los Estados advierten la existencia de un área de
preocupación que no es posible de regular de manera eficaz
exclusivamente en el ámbito nacional y esto no sucedió sino hasta la
Segunda Guerra Mundial. Fue ésta la que hizo percibir a la comunidad
internacional la necesidad de crear un sistema para proteger a los
seres humanos de los abusos de sus gobernantes y prevenir la
ocurrencia de violaciones tan horrendas como las que se habían
producido durante el transcurso de la guerra.
Así como el orden legal de cada Estado tenía normas de protección
para sus habitantes frente a los posibles daños que pudieran sufrir por
actos cometidos por otros habitantes (el Derecho Penal, entre otros), la
comunidad internacional debía crear un sistema que protegiera a los
individuos del exceso en el ejercicio del poder por parte de los
gobernantes, ya que no existe otra alternativa para ampararse frente a
los actos del Estado.
Se estimó que el sistema que se creara debía partir de la premisa del
carácter universal de los derechos humanos y debía contener un
catálogo de los mismos, obligaciones de los Estados con relación a
este catálogo y mecanismos de control a cargo de órganos
internacionales que velarían por los derechos humanos determinando
cuándo se había producido una violación y uniformando el alcance y
contenido de cada uno de los derechos humanos consagrados
internacionalmente. El establecimiento de un sistema internacional que
controlara las violaciones esporádicas destruiría, en su raíz, la
posibilidad de que en algún Estado se desarrollara una situación de
violaciones masivas y sistemáticas que repugnaran la conciencia de la
humanidad.
Uno de los antecedentes de la protección material, tal vez el más
representativo, es la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789; a partir de este documento la protección de los
“derechos del hombre o fundamentales” —como entonces eran
denominados— se comenzó a desarrollar en diversos ordenamientos
constitucionales. En México existen diversos antecedentes de la
protección sustantiva de estos derechos, pero destaca particularmente
la Constitución de 1857, que intituló su Primer Capítulo “De los
derechos del hombre”23.
Por su parte, el Pontífice Papa Benedicto XVI señala la relevancia de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como instrumento
que encamina y cimienta las bases para la formación de la rama del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, con los siguientes
términos: “La Declaración Universal de los Derechos Humanos es una
muestra sublime de civilización, uno de los acontecimientos que ponen
de manifiesto la grandeza del espíritu humano, una expresión que es
motivo de orgullo para la conciencia ética de la Humanidad24”.
El origen del Derecho Internacional de los Derechos Humanos guarda
relación con la crisis de la soberanía de los Estados; Luiggi Ferrajoli 25
señala al respecto: “El paradigma de la soberanía externa alcanza su
máximo esplendor y a la vez el momento de trágico fracaso en la
primera mitad de nuestro siglo con la nueva guerra europea de los
treinta años (1914-1945), en la que se incluyen dos guerras mundiales,
y que la lleva por así decirlo al suicidio. Este final quedó sancionado en
el ámbito del Derecho Internacional por la Carta de la ONU, aprobada
en San Francisco el 26 de junio de 1945, y luego por la Declaración
Universal de derechos del hombre aprobada el 10 de diciembre de
1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Estos dos documentos transforman por lo menos en su dimensión
normativa el orden jurídico mundial, trayéndolo desde el estado de
naturaleza al Estado civil. Por ello la soberanía externa, en principio,
deja de ser una libertad absoluta y salvaje y queda subordinada,

23
GONZALEZ, María Refugio y CASTAÑEDA, Mireya. “La evolución histórica de los derechos humanos en
México”. México: Ed. Comisión Nacional de Derechos Humanos, 2011, pp. 39-40.
http://www.cdhmorelos.org.mx/biblioteca/DH_84.pdf
24
Ha afirmado el Papa Benedicto XVI que la Declaración Universal de los Derechos Humanos “fue el
resultado de una convergencia de tradiciones religiosas y culturales, todas ellas motivadas por el deseo
común de poner a la persona en el corazón de las instituciones, leyes y actuaciones de la sociedad, y de
considerar a la persona humana esencial para el mundo de la cultura, de la religión y de la ciencia. Los
derechos humanos son presentados cada vez más como el lenguaje común y el sustrato ético de las
relaciones internacionales”, Discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, 12-IV-08.
25
FERRAJOLI, Luiggi. “Derechos y Garantías: La ley del más débil”. España: Ed. Trotta, 1999, p. 144.
jurídicamente a dos normas fundamentales: el imperativo de la paz y la
tutela de los derechos humanos. Es entonces cuando el propio
concepto de soberanía externa comienza a ser lógicamente
inconsistente y puede hablarse, siguiendo la doctrina monista de
Kelsen, de derecho internacional y de los diferentes derechos estatales
como un ordenamiento único.
Finalmente, tal como expresa Alfonso Santiago26 los derechos
humanos reconocidos en los Tratados Internacionales no son
meramente derechos naturales, ya que ellos han sido objeto de un
proceso de positivización y formalización que concreta y especifica su
contenido y los tornan operativos y exigibles ante los órganos de
gobierno de un Estado y frente a los tribunales nacionales e
internacionales. Sin embargo, su formulación suele realizarse
mediante cláusulas amplias y abiertas. Esta característica de los
documentos internacionales otorga un importante margen de acción a
su intérprete y favorecen su desarrollo progresivo. Se podría hablar, en
este sentido, de un carácter germinal, proteico y evolutivo del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos.

1.2. Concepto de derechos humanos


Pedro Nikken señala que la noción de derechos humanos se
corresponde con la afirmación de la dignidad de la persona frente al
Estado. El poder público debe ejercerse al servicio del ser humano; no
puede ser empleado lícitamente para ofender atributos inherentes a la
persona y debe ser vehículo para que ella pueda vivir en sociedad en
condiciones cónsonas con la misma dignidad que le es consustancial.
La sociedad contemporánea reconoce que todo ser humano, por el
hecho de serlo, tiene derechos frente al Estado, derechos que este, o
bien tiene deber de respetar y garantizar o bien está llamado a
organizar su acción a fin de satisfacer su plena realización. Estos
derechos, atributos de toda persona e inherentes a su dignidad, que el
Estado está

26
SANTIAGO, Alfonso. “El Derecho Internacional de los Derechos Humanos: Posibilidades problemas y
riesgos de un nuevo panorama jurídico”. Ed. Persona y Derecho. 2009, p. 97.
http://www.corteidh.or.cr/tablas/r27932.pdf
en el deber de respetar, garantizar o satisfacer son los que hoy
conocemos como derechos humanos27.
En esta misma dirección, tenemos una aproximación al concepto de
derechos humanos desde la óptica de la Corte Internacional de
Justicia, órgano judicial principal de las Naciones Unidas, permitió al
Institut de Droit International, quienes sostienen, en el artículo 10 de su
Resolución sobre La protección de los derechos humanos y el principio
de no intervención en los asuntos internos de los Estados (adoptada
en la sesión de Santiago de Compostela, el 13 de septiembre de
1989), que: "Los derechos humanos son la expresión directa de la
dignidad de la persona humana. La obligación de los Estados de
asegurar su respeto se desprende del propio reconocimiento de esta
dignidad proclamada en la Carta de las Naciones Unidas y en la
Declaración Universal de Derechos Humanos. Esta obligación
internacional es, según la fórmula utilizada por la Corte Internacional
de Justicia, una obligación erga omnes: incumbe a todo Estado con
respecto a la comunidad internacional en su conjunto, y todo Estado
tiene un interés jurídico en la protección de los derechos humanos"28.

1.3. Características
Consideramos pertinente, esbozar las características esbozadas por el
reconocido jurista Pedro Nikken 29, a fin de comprender el campo dentro
del cual se desenvuelve los derechos humanos. Estas son:
A)Inherencia.- En términos generales, podríamos decir que los
derechos humanos son inherentes a la persona dado que es el
reconocimiento de que todo ser humano, por el hecho de serlo, es
titular de derechos fundamentales que la sociedad no puede
arrebatarle lícitamente. Entonces, estos derechos no dependen de su
reconocimiento por el Estado, ni son concesiones suyas, tampoco
dependen de la nacionalidad de la persona ni de la cultura a la cual

27
NIKKEN, Pedro. “El concepto de Derechos Humanos”. San José: Ed. Estudios Básicos de Derechos
Humanos, 1994, p. 8.
28
Annuaire de l'Institut de Droit International, Vol. 63-II, Sesión de Santiago de Compostela, 1989, pp.
338-344.
29
NIKKEN, Pedro. “El concepto de Derechos Humanos”, op. cit., pp. 8-15.
pertenezca. Son derechos universales que corresponden a todo
habitante de la tierra; esto se traduce normativamente en el artículo
1° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los
seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,
dotados, como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente, los unos con los otros”.
Asimismo, el reconocimiento de los derechos humanos como
atributos inherentes a la persona humana acarrea consecuencias en
el desarrollo de los Estados que tal como señala la CorteIDH, en la
protección de los derechos humanos está necesariamente
comprendida la restricción al ejercicio de poder estatal. En efecto, el
poder no debe ejercerse a favor de los derechos de la persona y no
contra ellos. Esto supone que el ejercicio del poder debe sujetarse a
ciertas reglas, las cuales debe comprender mecanismos para la
protección y garantía de los derechos humanos. Este conjunto de
reglas que definen el ámbito del poder y lo subordinan a los derechos
y atributos inherentes a la dignidad humana es lo que configura el
Estado de Derecho.
B)Universalidad.- Por ser inherentes a la condición humana todas las
personas son titulares de los derechos humanos y no pueden
invocarse diferencias de regímenes políticos, sociales o culturales
como pretexto para ofenderlos o menoscabarlos. Últimamente se ha
pretendido cuestionar la universalidad de los derechos humanos,
especialmente por ciertos gobiernos fundamentalistas o de partido
único, presentándolos como un mecanismo de penetración política o
cultural de los valores occidentales. A pesar de ello y fruto de la
persistencia de la opinión pública internacional y de las
organizaciones no gubernamentales, la Declaración adoptada en
Viena el 25 de junio de 1993 por la Conferencia Mundial de Derechos
Humanos, explícitamente afirma que el carácter universal de los
derechos humanos y las libertades fundamentales no admite dudas.
Señala asimismo que todos los derechos humanos son universales,
indivisibles e interdependientes entre sí y que sin desconocer
particularidades nacionales o regionales, los Estados tienen el deber,
sean cuales sean sus sistemas políticos, económicos y culturales, de
promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales.
C)Trasnacionalidad.- Ya se ha comentado el desarrollo histórico de
los derechos humanos hacia su internacionalización. Si ellos son
inherentes a la persona como tal, no dependen de la nacionalidad de
ésta o del territorio donde se encuentre. Entonces, si los derechos
humanos limitan el ejercicio del poder, no puede invocarse la
actuación soberana del gobierno para violarlos o impedir su
protección internacional. Los derechos humanos están por encima
del Estado y su soberanía y no puede considerarse que se violente el
principio de no intervención cuando se ponen en movimiento los
mecanismos organizados por la comunidad internacional para su
promoción y protección.
D)Irreversibilidad.- Una vez que un determinado derecho ha sido
formalmente reconocido como inherente a la persona humana queda
definitiva e irrevocablemente integrado a la categoría de aquellos
derechos cuya inviolabilidad debe ser respetada y garantizada. La
dignidad humana no admite relativismos, de modo que sería
inconcebible que lo que hoy se reconoce como un atributo inherente
a la persona mañana pudiera dejar de serlo solo por una decisión
gubernamental.
Este carácter puede tener singular relevancia para determinar el
alcance de la denuncia de una convención internacional sobre
derechos humanos. En efecto la denuncia no debe tener efecto sobre
la calificación de los derechos que en él se han reconocido como
inherentes a la persona. El denunciante solo se libraría, a través de
esa hipotética denuncia de los mecanismos internacionales
convencionales para reclamar el cumplimiento del tratado, pero no de
que su acción contra los derechos en él reconocidos sea calificada
como una violación de los derechos humanos.
E) Progresividad.- Como los derechos humanos son inherentes a la
persona y su existencia no depende del reconocimiento de un
Estado, siempre es posible extender el ámbito de la protección a
derechos
que anteriormente no gozaban de la misma. Es así como han ido
apareciendo las sucesivas “generaciones” de derechos humanos y
como se han multiplicado los medios para su protección.
Una manifestación de esta particularidad la encontramos en una
disposición que, con matices, se repite en diversos ordenamientos
constitucionales, según la cual la enunciación de derechos contenida,
en la constitución no debe entenderse como negación de otros que,
siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente en
ella.
Entonces, el autor mencionado, concluye, que lo jurídicamente
relevante es que un determinado derecho sea “inherente a la
persona humana”. Es por esa razón, y no por el hecho de figurar en
el articulado de la constitución, que esos derechos deben ser
considerados como atributos inviolables que, por fuerza de la
dignidad humana, deben ser objeto de protección y garantía por el
Estado. En consecuencia, no cabe hacer distinciones en cuanto al
tratamiento y régimen jurídico de los derechos de la naturaleza
apuntada con base en el solo criterio de que figuren expresamente o
no en la constitución. Para determinar si estamos frente a un derecho
que merezca la protección que la constitución acuerda para los que
expresamente enumera lo decisivo no es tanto que figure en tal
enunciado, sino que pueda ser considerado como “inherente a la
persona humana”.
Esto abre extraordinariamente perspectivas de integración del
derecho internacional de los derechos humanos al derecho interno,
pues en los países cuyas constituciones contienen una disposición
como la comentada, la adhesión del Estado a la proclamación
internacional de un derecho como “inherente a la persona humana”
abre las puertas para la aplicación de dicha disposición. En tal
supuesto, los derechos humanos internacionalmente reconocidos
deben tener la supremacía jerárquica de los derechos
constitucionales y estar bajo la cobertura de la justicia constitucional.
Hay otro elemento que muestra como la protección de los derechos
humanos se plasma en régimen que es siempre susceptible de
ampliación, mas no de restricción y que también atañe a la
integración
de la regulación internacional entre sí y con la nacional. La mayoría
de los tratados sobre derechos humanos incluyen una cláusula
según la cual ninguna disposición convencional puede menoscabar
la protección más amplia que pueden brindar otras normas de
derecho interno o derecho internacional. En esta dirección, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que, “si a una
misma situación son aplicables la Convención Americana y otro
tratado internacional, debe prevalecer la norma más favorable a la
persona humana”.
Para concluir, los derechos humanos son derechos inherentes a
todos los seres humanos, sea cual fuere su nacionalidad, lugar de
residencia, sexo, origen nacional o étnico, color de la piel, religión,
idioma o cualquier otra condición. Estos derechos están todos
interrelacionados y son interdependientes e indivisibles. A menudo
están garantizados por normas jurídicas y expresadas en tratados,
normas de derecho internacional consuetudinario, principios
generales y otras fuentes del derecho internacional. El derecho
internacional de los derechos humanos establece las obligaciones
que tienen los Estados de actuar de determinada manera o
abstenerse de ciertos actos, con el fin de promover y proteger los
derechos humanos y las libertades fundamentales de personas o
grupos. Los derechos humanos entrañan tanto derechos como
obligaciones. El derecho internacional impone a los Estados la
obligación de respetar y proteger los derechos humanos y garantizar
su cumplimiento. La obligación de respetar significa que los Estados
deben abstenerse de interferir en el disfrute de los derechos
humanos o de menoscabar dicho disfrute. La obligación de proteger
exige que los Estados protejan a los individuos y los grupos contra
las violaciones de los derechos humanos. La obligación de garantizar
el cumplimiento significa que los Estados deben adoptar medidas
positivas para facilitar el disfrute de los derechos humanos. Como
personas, todos tenemos derecho a los
derechos humanos, pero cada uno de nosotros debe también respetar
los derechos humanos de los demás30.

2. Derecho Internacional de los Derechos Humanos

2.1. Concepto de Derecho Internacional de los Derechos Humanos


El derecho internacional de los derechos humanos es un sistema de
normas internacionales destinadas a proteger y promover los derechos
humanos de todas las personas. Estos derechos, que son inherentes a
todos los seres humanos, cualquiera que sea su nacionalidad, lugar de
residencia, sexo, origen nacional o étnico, color de la piel, religión,
idioma o cualquier otra condición, están interrelacionados y son
interdependientes e indivisibles. A menudo están expresados en el
derecho y garantizados por él, en forma de tratados, normas de
derecho internacional consuetudinario, principios generales del derecho
e instrumentos de derecho incipiente de carácter no vinculante. Los
derechos humanos entrañan tanto derechos como obligaciones. El
derecho internacional de los derechos humanos establece las
obligaciones de los Estados de actuar de determinada manera o
abstenerse de determinados actos, con el fin de promover y proteger
los derechos humanos y las libertades fundamentales de personas o
grupos31.

Por su parte, la autora mexicana Mireya Castañeda refiere que “el


Derecho Internacional de los Derechos Humanos es una rama del
Derecho Internacional Público, que incorporó a las personas como
sujetos de derecho internacional, que por su naturaleza y amplitud
progresiva requiere de un estudio particular” 32.
Finalmente, Cecilia Medina Quiroga señala: “el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos, en lo que se refiere a los derechos civiles y
políticos, impone obligaciones a los agentes del Estado, una de las

30
“Protección universal de los derechos humanos durante los conflictos armados”. Publicación del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas, op. cit., p. 15.
31
Ib., p. 5.
32
Castañeda, Mireya. “El Derecho Internacional de los Derechos Humanos y su recepción nacional”. Ed.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México. México D.F., 2012. P. 13.
http://www.corteidh.or.cr/tablas/28705.pdf
cuales es asegurar el goce efectivo de los derechos humanos a todas
las personas bajo su jurisdicción. Esto implica que no sólo regula la
conducta de los agentes del Estado, sino que también obliga al Estado
a procurar que los particulares no violen los derechos humanos de
terceros a través de sus acciones. La relación entre conducta y cultura
política y social es clara; no es posible pensar que los derechos
humanos podrán ser gozados por todos por la mera imposición de la
ley si la conducta habitual de un pueblo tiende a la discriminación o al
abuso”33.

2.2. Los derechos humanos y el jus cogens


De conformidad con los artículos 53° y 64° 34 de la Convención de Viena
sobre Derecho de Tratados de 1969, las normas de jus cogens son
aquellas que cumplen los siguientes elementos:
- Debe ser aceptada por la Comunidad Internacional de Estados en su
conjunto.
- Es una norma que no acepta acuerdo en contrario.
- Solo puede ser modificada por otra norma ulterior de derecho
internacional general que tenga el mismo carácter.
Asimismo, en caso de contradicción entre una norma de jus cogens y
otra norma, la consecuencia será la nulidad de esta última, que puede
presentarse bajo dos aspectos diferentes:
- Una nueva norma de jus cogens conllevará a la nulidad de todo
tratado existente que sea contrario a esta nueva norma imperativa.
- Todo tratado que sea contrario a una norma de jus cogens en vigor
será nulo ab initio.
Habiendo definido los rasgos característicos del jus cogens y
aterrizándolo al tema de los derechos humanos; hoy en día se ha
llegado afirmar, a nuestro juicio, con razón que el deber de respetar los
derecho

33
Medina Quiroga, Cecilia. “Documentos Oficiales: Manual de Derecho Internacional de los Derechos
Humanos para Defensores Penales Públicos”, op. cit., p. 3.
34
Artículo 53: Es nulo todo tratado que, en el momento de su celebración, esté en oposición con una
norma imperativa de derecho internacional general. Para los efectos de la presente Convención, una
norma imperativa de derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida por la
comunidad internacional de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y
que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga el
mismo carácter. Artículo 64: Si surge una nueva norma imperativa de derecho internacional general,
todo tratado existente que esté en oposición con esa norma se convertirá en nulo y terminará.
del hombre constituye una norma imperativa de Derecho Internacional
General, un caso de jus cogens, quizás el más característico de nuestra
época, con todas las consecuencias que de esta afirmación se derivan,
cuyo respeto y vigencia se vinculan con la idea de “orden público
internacional”, lo que implica también efectos de obvia importancia. 35
Los derechos humanos, o mejor dicho, los derechos humanos
esenciales e inderogables que deben mantenerse siempre en toda
ocasión y ante cualquier circunstancia, constituyen hoy uno de los
ejemplos más claros e indudables de principios que por constituir
valores considerados esenciales de la humanidad en el grado actual de
su desarrollo y evolución, han cristalizado en uno de los casos actuales
de jus cogens36.

2.3. Los derechos humanos y la jurisdicción interna de los Estados


El fenómeno de la internacionalización de la cuestión de los derechos
humanos, manifestación específica de la actual internacionalización de
muchos de los asuntos tradicionalmente considerados como
pertenecientes a la jurisdicción interna y de la ampliación conceptual o
material, también llamada vertical, del contenido del Derecho
Internacional, ha hecho que el asunto de la protección y garantía de los
derechos del hombre, sin dejar de ser una materia esencialmente
regulada por el Derecho Internacional, haya pasado a ser una materia
propia del Derecho Internacional. De tal modo, nadie puede poner en
duda hoy el hecho que la materia relativa a los derechos humanos está
regulada, por lo menos parcialmente, por el Derecho Internacional,
razón por la cual constituiría un absurdo y una negación, no solo del
Derecho, sino de la realidad internacional vigente, sostener que
constituye un sector absolutamente reservado y propio de la jurisdicción
interna de los Estados.37

2.4. Obligaciones de los Estados respecto de los derechos humanos


Parece innecesario observar que los derechos, en cuanto producto de
una relación entre dos partes, siempre están conectados con las

35
GROS ESPIELL, Héctor. “Derechos Humanos”. Ed. Cultural Cuzco S.A. Lima, 1991, p. 106.
36
GROS ESPIELL, Héctor. “La evolución del concepto de Derechos Humanos”, 3° ed. Ed. Servicio Paz y
Justicia. Montevideo, 1988, p. 76
37
Ib., p. 106.
obligaciones correlativas que asume cada una de las partes en esa
relación; en el caso de los derechos humanos esa relación surge entre
el individuo y el Estado, y es el Estado quien tiene el deber de
garantizar la plena vigencia de los mismos, por lo que tales
obligaciones recaen exclusivamente sobre el Estado. El individuo actúa
como sujeto de derechos y el Estado como el agente que asume las
obligaciones inherentes a tales derechos. De acuerdo con la
Convención, los Estados partes han adquirido diversos compromisos
que, en esencia, se refieren al reconocimiento de los derechos
protegidos, a la adopción de las disposiciones de Derecho interno que
sean indispensables para su puesta en vigor, y a la prohibición de la
discriminación en el ejercicio de tales derechos.
En lo que se refiere a los derechos que la Convención estipula, los
Estados asumen una doble obligación. En primer lugar, de acuerdo con
lo dispuesto por el art. 1.1 de la Convención, los Estados se han
comprometido a “respetar” los derechos consagrados en ella y, en
segundo lugar, han asumido el compromiso de “garantizar” el libre y
pleno ejercicio de esos derechos a toda persona que esté sujeta a su
jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento, o cualquier otra
condición social. En opinión de la Corte, esta disposición contiene la
obligación contraída por los Estados partes en relación con cada uno
de los derechos protegidos, de tal manera que toda pretensión de que
se ha lesionado alguno de esos derechos implica, necesariamente, la
de que también se ha infringido el art. 1.1, de la Convención. Excepto
en lo que concierne al art. 2 de la Convención, según el cual los
Estados asumen el compromiso de adoptar las disposiciones de
Derecho interno que sean necesarias para hacer efectivos los derechos
consagrados en la Convención, se puede observar que ésta ha omitido
indicar los medios o procedimientos concretos a través de los cuales
los Estados deben dar cumplimiento al compromiso que han adquirido
en materia de derechos humanos; por consiguiente, la naturaleza de
sus obligaciones se caracterizan, fundamentalmente, por los resultados
que la Convención
persigue asegurar, y no por la forma como los Estados deben ejecutar
tales obligaciones.38
Los arts. 1 y 2 de la Convención señalan las obligaciones generales
que asumen los Estados en el ámbito de los derechos humanos. Esas
obligaciones generales son desarrolladas en la descripción de los
derechos sustantivos que los Estados se han comprometido a respetar
y garantizar; en consecuencia, cada vez que se viola uno de los
derechos consagrados en la Convención también se están infringiendo
las obligaciones generales previstas en los arts. 1.1 o 2 de la
Convención.
Según Faúndez Lezama39, el compromiso de los Estados puede ser
clasificado de la siguiente manera:
 El respeto de los derechos humanos.- La obligación de respetar los
derechos protegidos por la Convención es una obligación de
carácter general, que tiene un carácter eminentemente negativo, en
cuanto involucra, fundamentalmente, el deber de abstenerse de
interferir con el ejercicio de tales derechos; a título meramente
ilustrativo, esta obligación podría traducirse en el deber de no
matar arbitrariamente, en el caso del derecho a la vida. Sin
embargo, según la jurisprudencia del tribunal, el deber de respeto
no implica sólo una obligación negativa, sino que le impone
también obligaciones de carácter positivo, que establecen un
puente entre éstas y las de garantía de los derechos humanos,
junto con el deber de adoptar las medidas que sean necesarias
para hacer efectivos tales derechos y libertades.
 Garantía de los derechos humanos.- La obligación de garantizar el
pleno ejercicio de los derechos humanos es el resultado de su
‘efecto horizontal’ y tiene, a la inversa de lo que sucede con la
obligación de respeto, un carácter positivo. Efectivamente, ella
implica el deber del Estado de adoptar todas las medidas que sean
necesarias y que, de

38
FAUNDEZ LEZAMA, Héctor. “El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos:
Cuestiones institucionales y procesales”. Op. cit. p. 74
39
Ib., p. 77.
acuerdo a las circunstancias, resulten razonables para asegurar el
ejercicio de esos derechos e impedir la interferencia de terceros.
Consiguientemente, y paralelamente con su deber de respeto-,
esta obligación impone al Estado el deber de proteger al individuo
de los actos de particulares que tengan el efecto de obstaculizar el
ejercicio de sus derechos.

.
CAPÍTULO III: LA INTERPRETACIÓN

1. La interpretación a modo general

1.1. Etimología
La palabra interpretación de acuerdo al Diccionario de la Real Academia
Española proviene del latín interpretatio, -ōni40. Asimismo, de acuerdo a
Víctor García Toma, la expresión interpretación procede de la voz latina
interpretari, que significa «venir en ayuda de algo o de alguien», esta
acepción, en su momento se justificaba ya que los pontífices y,
posteriormente, los jurisconsultos intervenían en auxilio de las personas,
develando –los primeros– lo venidero por la «lectura» de las extrañas de
los animales o, brindando –los segundos– los alcances de un texto
jurídico41.

1.2. Concepto gramático


De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española 42, la palabra
interpretación tiene como significado:
1. f. Acción y efecto de interpretar.
Siendo que, a su vez, el verbo interpretar tiene la siguiente significación:
1. tr. Explicar o declarar el sentido de algo, y principalmente el de
un texto.
2. tr. Traducir algo de una lengua a otra, sobre todo cuando se
hace oralmente.
3. tr. Explicar acciones, dichos o sucesos que pueden ser
entendidos de diferentes modos.
4. tr. Concebir, ordenar o expresar de un modo personal la realidad.
5. tr. Representar una obra teatral, cinematográfica, etc.
6. tr. Ejecutar una pieza musical mediante canto o instrumentos.
7. tr. Ejecutar un baile con propósito artístico y siguiendo
pautas coreográficas.
8. tr. Der. Determinar el significado y alcance de las normas jurídicas.

40
El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, búsqueda obtenida de
http://dle.rae.es/?id=LwRLSt9 el 03 de mayo de 2016.
41
GARCÍA TOMA, Víctor. Introducción a las Ciencias Jurídicas. Jurista Editores, Lima, 2007, p.385.
42
El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, búsqueda obtenida de
http://dle.rae.es/?id=LwRLSt9 el 03 de mayo de 2016.
Dicho ello, podemos apreciar el significado que tiene la palabra
interpretación en el sentido común y corriente del lenguaje diario que
puede ser utilizado en distintos contextos sociales, profesionales,
artísticos, culturales, entre otros.

1.3. Interpretación jurídica o interpretación del derecho

1.3.1. Introducción
La interpretación, actividad dirigida a comprender y explicar o
declarar el sentido de algo, adquiere importancia decisiva en el
campo de la convivencia social, que es el campo de estudio al
que nos dedicamos en el presente trabajo, puesto que conforme
más analizamos esta actividad nos percatamos de su gran
trascendencia y amplio campo de acción con el que cuenta. A la
interpretación de textos se le denomina también hermenéutica,
que dentro de la comunidad jurídica es utilizado como sinónimo
de interpretación43; dicha sinonimia se debe a que la palabra
hermenéutica está vinculada al dios Mermes que, entre otras
cosas, expresa la idea de lo oculto por descubrir44.
En nuestro caso particular, puesto que en este estudio trataremos
acerca de la interpretación de una norma jurídica en cuanto
esquema de conducta social, la cual se encuentra plasmada por
escrito, es inevitable proceder a su interpretación para conocer el
sentido dispuesto en su texto, que puede estar en cierto modo
oculto o para asignarle un sentido más adecuado a la nueva
realidad social; dicho ello se condice con que el objeto de
interpretar en general algo que tiene forma lingüística sea explicar
o declarar en lenguaje que se entiende, lo dicho en otro falto de
claridad o sentido.
Las normas jurídicas se aplican a sucesos fácticos acaecidos en
la realidad que requieren de una respuesta jurídica (hechos
jurídicos), éstas no pueden ser aplicadas a la solución de los
hechos concretos si es que de antemano no se ha dilucidad su
sentido en

43
GARCÍA BELAUNDE, Domingo. “Supuestos filosóficos de la interpretación jurídica”. En “Revista Jurídica
del Perú”. Año XLV, núm. 3, julio-setiembre 1995, pp. 187-188.
44
CORREAS, Oscar. “Teoría del derecho”. Barcelona: Edit. Bosch, 1995, p. 194.
relación a tales hechos45; es decir, puede darse el caso que los
hechos sucedidos encajen perfectamente con el supuesto de
hecho de la norma lo cual conlleva a que se generen las
consecuencias jurídicas establecidas en ésta o que, por el
contrario, no ocurra de esta manera y sea necesario desentrañar
y concretizar el verdadero sentido de la norma a fin de adoptar
una decisión justa de acuerdo al ordenamiento jurídico pre
existente.
Este proceso interpretativo cuenta con dos fases, el de selección
de la norma y el análisis de su sentido; lo cual implica que se
debe interpretar normas y hechos a fin de que la solución de
problemas concretos con base en el Derecho no sea una labor
ciega, mecánica, sino creativa dentro de los límites permitidos por
el ordenamiento jurídico, que dé a la decisión una justicia
razonable acorde con el sentido común o la opinión pública en
general46.

1.3.2. Concepto
Es importante poder determinar el concepto de interpretación en
el presente trabajo y así poder contar con una idea establecida del
tema en cuestión. Tal como hemos venido mencionando,
interpretar es desentrañar el sentido de una expresión, se
interpretan las expresiones para descubrir lo que significan,
siendo la expresión un conjunto de signos; por ello tiene
significación47. Ahora bien, aterrizando el concepto al campo
plenamente jurídico, tenemos el concepto brindado por el autor
ANÍBAL TORRES48, quien manifiesta que la frase interpretación
del derecho se refiere a la indagación orientada a establecer el
sentido y alcance de las normas jurídicas en torno a un hecho 49 o
conjunto de hechos concretos a los cuales deben aplicarse. Se
interpretan todas las normas jurídicas, por lo cual el enunciado
interpretación del

45
ALZAMORA VALDEZ, Mario. “Introducción a la Ciencia del Derecho”. Op cit., p.510.
46
Ib., p.512.
47
GARCIA MAYNES, Eduardo. “Introducción al estudio del Derecho”. 21° Ed. México: Porrua, 1973, p.326.
48
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. 4° Ed. Lima: IDEMSA, 2011, p. 514
49
Enfatizamos que nos referimos a un hecho jurídico, el cual viene a ser todo suceso o falta de éste al
cual un determinado ordenamiento jurídico le determina una consecuencia jurídica, pudiendo provenir
del accionar de la naturaleza o de la conducta humana.
Derecho es preferible a interpretación de la ley, por cuanto esta es
solo una de las fuentes del Derecho, aunque la más importante en
los sistemas normativos modernos.
Si la norma jurídica tiene como finalidad regular la vida social, esa
finalidad se cumple cuando la norma es aplicada a la solución de
los hechos que prevé. Para ser aplicada, previamente debe ser
interpretada con el fin de sacar a la luz el significado que encierra,
delimitándolo, explicándolo y enunciándolo con otras palabras
más claras y precisas que hagan posible su comunicación. En
síntesis, interpretar una norma jurídica es establecer su sentido y
alcance en relación con un hecho determinado al cual debe
aplicarse; en primer lugar, la labor del intérprete se dirige al
descubrir o develar el sentido inminente de la norma; en segundo
lugar, como por lo general una norma evoca varios sentidos
selecciona o fija el sentido con el cual se obtenga la solución más
justa del caso concreto y; en tercer lugar, si el sentido o sentidos
de la norma no se adecúan a la nueva realidad social, el intérprete
atribuye a la norma el significado que lo actualiza50.
De igual manera, como nos dice ARCE ORTIZ 51, la labor del
intérprete jurídico reside en explicar el sentido o el significado de
una norma jurídica, siendo una actividad que pretende conocer le
real significado que puede tener una regla o un principio 52.
En conclusión, adoptamos como concepto de interpretación
jurídica -que más adelante irá ampliándose y aterrizando de
acuerdo al objeto de estudio de la presente tesis- en aquella
actividad dirigida a establecer, aclarar o actualizar el sentido de
una norma jurídica, la cual puede ser realizada por diversos
sujetos y con diferentes fines y conlleva a una correcta aplicación
del

50
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”, op cit., p. 516.
51
ARCE ORTIZ, Guillermo. “Teoría del Derecho”. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, 2013, p. 165.
52
Para conocimiento, división abordada en la sentencia recaída en el expediente N° 1417-2005-SS/TC, en
la cual el Tribunal Constitucional peruano divide a las disposiciones constitucionales entre normas-regla
y normas-principio.
derecho a un caso concreto dentro de un ordenamiento jurídico
determinado.

1.3.3. Sujetos
A las personas que llevan a cabo la interpretación jurídica
(intérpretes jurídicos) también se les denomina hermeneutas,
quienes se constituyen como una especie de mediadores que se
ubican entre el proceso de elaboración y el proceso de aplicación
de las normas53, son los llamados a comunicar el significado que
le atribuyen a las normas jurídicas.
Dicho ello, por un tema metodológico, se puede efectuar la
siguiente subdivisión en función de los agentes más importantes
dentro del ordenamiento jurídico que realizan la interpretación de
acuerdo al profesor GARCÍA TOMA54 en ejecutada por:
 Los ciudadanos.- realizan este tipo de interpretación denominada
vulgar o común en razón de sustentarse en el mero sentido
común de las personas interesadas con los alcances de una
norma específica.
 Los abogados o litigantes.- realizan un tipo de interpretación
denominada de parte contenciosa en razón de ser la esgrimida
por los letrados, en una causa judicial, para defender los puntos
de vista de las partes procesales.
 Los juristas.- realizan un tipo de interpretación denominada
doctrinal o libre en razón de no encontrarse sujeta a pautas o
intereses particulares. Su enunciación teórica se justifica en la
búsqueda del progreso permanente del derecho, mas carece de
fuerza obligatoria.
 Los magistrados.- realizan un tipo de interpretación denominada
judicial, que se da en el momento de sentenciar los casos
sometidos a su competencia (en forma de interpretación
obligatoria entre las partes).

53
GARCIA TOMA, Víctor. “Introducción a las Ciencias Jurídicas”, op. cit., p.389.
54
Ib., pp. 389-390.
 Los legisladores.- realizan una interpretación denominada
auténtica mediante una ley interpretativa, por lo que aquélla es
obligatoria in genere.

1.3.4. Clases de interpretación


A modo de sistematizar las clases de interpretación, las dividimos
en doctrinal, judicial, auténtica y común por su autor; en
declarativa, modificativa, extensiva y restrictiva por sus resultados.
Dicho ello, abordaremos cada una de ellas de manera
consecutiva.
 Doctrinal.- también denominada doctrinaria o científica, es
realizada por los juristas con fines científicos, didácticos y
prácticos, con el propósito fundamental de encontrar la verdad en
el campo jurídico55. Ésta carece de obligatoriedad formal (no tiene
poder normativo ni cuenta con el apoyo de la fuerza coercitiva),
pero se impone por el prestigio o por la calidad de sus autores56.
 Judicial.- también denominada usual; la función jurisdiccional la
ejercen los jueces, quienes por medio de la sentencia, previo el
conocimiento de los hechos, aplican el Derecho después de
interpretarlo, al caso concreto sometido a su decisión.
 Auténtica.- también denominada legislativa, es la que proviene del
propio legislador (o del mismo órgano que creó la norma
originaria) mediante una ley interpretativa 57 (norma aclaratoria), a
través de la cual el sentido y valor de un texto anterior son
precisados58.
En cuanto a la interpretación judicial y auténtica, ambas tienen
carácter público u oficial59.
 Común.- es la efectuada por el común de las gentes, ya que todos
lo utilizamos y ordenamos nuestra conducta en base al Derecho;
sin embargo, claro está que esta clase de interpretación está
sujeta a corrección por los operadores jurídicos, especialmente
por el juez60.

55
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 532.
56
ALZAMORA VALDEZ, Mario. “Introducción a la Ciencia del Derecho”. Op. cit., p. 261.
57
Ib., p. 260.
58
DU PASQUIER, Claude. “Introducción al Derecho”. 4ta. Ed. Lima: Edinat, 1990, pp. 146-147.
59
GARCIA MAYNES, Eduardo. “Introducción al estudio del Derecho”. Op. cit., p. 330.
60
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 547.
 Declarativa.- el texto legal dice lo mismo que resulta ser el
verdadero sentido de la ley luego de interpretada. El sentido y
alcance de la norma están cabalmente expresados en el texto que
se interpreta. Luego de interpretada la norma, se llega a la
conclusión de que su sentido debe apreciarse con estricta
referencia al texto literal, sin ampliar ni restringir su alcance 61.
Para BRAMONT ARIAS, la interpretación es declarativa cuando
se establece la conformidad de la letra de la ley con la voluntad de
esta o, en otros términos, cuando el resultado de la interpretación
ideológica coincide con la gramatical, en el sentido de que se
limita a precisar el significado de una
expresión queaparece indeterminado o ambiguo62.
Dicho ello, ésta puede ser de dos formas de acuerdo a
COVIELLO63:
o En sentido lato.- es cuando se interpreta a la palabra en
toda la amplitud de su posible significado.
o En sentido estricto.- se restringe el significado de la palabra
a uno de los varios significados que en sí misma puede contener.
Asimismo, cabe añadir que la forma más corriente de
interpretación es la declarativa, que tiene por objeto explicar el
texto de la ley. Este procedimiento se emplea cuando las
palabras son imprecisas u oscuras y se busca desentrañar a
través de ellas la mente de la
ley y del legislador64.
 Modificativa.- las leyes pueden revelar un significado claro y
definido, pero puede suceder que el legislador se haya expresado
indebidamente, ya sea con demasiada estrechez o con amplitud
excesiva, en cuyo caso procede una interpretación rectificadora
que amplíe o restrinja las palabras de la ley para obtener su
verdadero sentido. Ésta puede ser de dos formas:

61
Ib., p. 547.
62
BRAMONT ARIAS, Luis. “Derecho Penal, Parte general”. Lima: s/e, 1972, p. 154.
63
COVIELLO, Nicolás. “Doctrina general del derecho civil”. Tratado de Felipe de J. Tena. México: Uteha,
1938, p. 81.
64
ALZAMORA VALDEZ, Mario. “Introducción a la Ciencia del Derecho”, op. cit., p. 261.
o Restrictiva.- esta interpretación limita la fórmula a
determinadas circunstancias entre las mencionadas en ella 65.
El intérprete, limitando la incidencia de la norma, impide que
dicha norma produzca efectos dañosos66.
Es así que, el sentido hallado por la interpretación es más
reducido que la expresión usada por la norma. El sentido y
alcance de la norma son razonablemente menos de lo que
parece indicar el texto. Con la interpretación restrictiva se
reduce el alcance del texto de la norma, pues aquella se aplica
de preferencia a las normas prohibitivas y a las especiales en
las cuales la consecuencia jurídica se aplica estrictamente a los
casos descritos en el supuesto de hecho67.
FERRARA68 indica que la interpretación restrictiva tiene lugar
especialmente en tres casos: 1) si el texto, entendido en modo
general como fue redactado, vendría a contradecir otro texto de
la ley; 2) si la ley contiene en sí una íntima contradicción
(argumento ad absurdum); 3) si el principio aplicado sin
restricción va más allá del fin para el que fue ordenado.
o Extensiva.- ésta será abordada más adelante en un acápite
posterior con el mismo nombre al revestir especial importancia
para el desarrollo de la presente tesis.

1.4. Métodos o Escuelas de la interpretación Jurídica


Como hemos venido señalando hasta el momento, el proceso de
interpretación de las normas jurídicas atraviesa por dos fases: la primera
consiste en seleccionar la norma aplicable al caso concreto, y la
segunda, en la especificación de su sentido o significado. Enfocándonos
en la segunda fase, para entender el exacto sentido y alcance de las
normas, el intérprete debe seguir un procedimiento que prevé el recurso
a varios métodos denominados también criterios, elementos, reglas,
estilos de interpretación, dependiendo del autor; estos están
entrelazados entre sí,

65
Id., p. 261.
66
REALE, Miguel. “Introducción al Derecho”. 3° Ed. Madrid: Ediciones Pirámide, 1979, p. 227.
67
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”, op. cit., p.550.
68
FERRARA, citado por ALZAMORA VALDEZ, Mario. “Introducción a la Ciencia del Derecho”, op. cit., p. 262.
los cuales son procedimientos técnicos destinados a orientar al
intérprete en su tarea de alcanzar la verdad. Ahora, expondremos de
manera breve los más relevantes métodos de interpretación jurídica.

1.4.1. Método Literal o Gramatical


Este es probablemente el método hermenéutico más antiguo,
llamado también filológico, por cuando la primera actitud del
intérprete fue la de atenerse a las palabras escritas del texto de la
ley69.
Este método repara en las palabras, los partidarios de este
método recurrían principalmente a la etimología, a los sinónimos,
a los textos paralelos, a los ejemplos fraseológicos, etc. Si bien es
cierto que no basta el análisis de los textos considerados en sí
mismos, esta operación constituye un punto de partida para llegar
a su sentido70.
Como el método gramatical tiene como objeto de estudio las
palabras que el legislador ha utilizado en el texto de la norma, y
hurga en su expresión literal, supone el uso y manejo de las
reglas lingüísticas ordinarias, como el conocimiento pleno de la
terminología jurídica71.
En conclusión, REALE72 enfoca este método señalando que el
primer deber del intérprete es analizar la disposición legal a fin de
captar plenamente lo que en ella se quiere expresar. La ley es
una expresión de la voluntad del legislador y, por consiguiente,
debe ser reproducida con exactitud y fidelidad. Para lograr esto,
muchas veces hay que indagar acerca del exacto sentido de una
palabra y del valor de las proposiciones desde el punto de vista
sintáctico.

1.4.2. Método Lógico


Cuando con la interpretación literal no se alcanzan resultados
satisfactorios, se recurre a razonamientos y reglas lógicas para
buscar el sentido, ya no en la letra sino en el espíritu de la norma.

69
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”, op. cit., p. 552.
70
ALZAMORA VALDEZ, Mario. “Introducción a la Ciencia del Derecho”, op. cit., p. 262.
7
0
Esta obra ha sido publicada bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir bajola misma licencia 2.5 Perú.
Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
71
GARCIA TOMA, Víctor. “Introducción a las Ciencias Jurídicas”, op. cit., p. 398.
72
REALE, Miguel. “Introducción al Derecho”, op. cit., p. 216.

7
1
Esta obra ha sido publicada bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir bajola misma licencia 2.5 Perú.
Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
Sucede que el estudio de la letra misma de la ley conduce a
resultados dudosos y que haya recurrir a investigaciones más
amplias. Ambos procedimientos, el literal y el lógico,
corresponden en suma a la dualidad de la letra y del espíritu73.
El recurso a la lógica ayuda a desentrañar la razón de ser
intrínseca de la norma, su ratio legis, la finalidad que determinó su
creación; además, son razones lógicas las que indican la
necesidad de indagar su occasio legis, esto es, las circunstancias
particulares que determinaron la creación de la norma. Si bien es
cierto que la interpretación no es una pura operación lógica
deductiva, también es verdad que la racionalidad lógica
desempeña un papel decisivo, por cuanto orienta al intérprete
para tomar decisiones coherentes, obligándolo a actuar con
discernimiento y no por pura discrecionalidad, porque el intérprete
que no se somete a las reglas del Derecho objetivo vigente es
proclive a dar soluciones imprevisibles o arbitrarias74.
Según IHERING75, la interpretación lógica consiste en tratar de
encontrar el pensamiento de la ley en el espíritu de su autor,
pasando por encima de las palabras. También GENY 76 cree que
la interpretación lógica consiste en buscar el pensamiento o
intención del legislador.
A su vez, es importante añadir que, está en lo cierto RECASÉNS
SICHES77 cuando afirma que la lógica de la razón pura no sirve
para resolver los problemas de la interpretación jurídica; para ello,
se necesita otro tipo de lógica, la cual es también lógica, pero
diferente de la lógica tradicional: necesitamos de la lógica de lo
humano, la lógica de lo razonable, a diferencia de la lógica de lo
racional.

73
DU PASQUIER, Claude. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 148.
74
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 559.
75
IHERING, citado por TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 560.
76
GENY. “Método de interpretación y fuentes en el derecho privado positivo”. 2da. Ed. Madrid: Ed. Reus,
p. 40.
77
RECASÉNS SICHES, Luis. “Nueva filosofía de la interpretación del derecho”. México: Fondo de Cultura
Económica, pp. 31 y ss.
1.4.3. Método Sistemático
El ordenamiento jurídico es considerado como un todo sistemático
ordenado y completo que, en teoría, no admite contradicciones;
partiendo de esa premisa, este ordenamiento impone a la norma
una configuración, un valor y un sentido que deben acomodarse a
la unidad del ordenamiento, una norma solo tiene sentido en
función del conjunto del ordenamiento.
La interpretación lógica no puede separarse de la sistemática.
Después de la investigación filológica se impone el trabajo lógico;
la labor de comprensión de un precepto en torno de todos los que
con él se articulan lógicamente, se determina interpretación
lógico- sistemática.

1.4.4. Método Histórico


La norma jurídica no surge de la nada en un momento dado, sino
que su contenido es a menudo el resultado de una larga
elaboración histórica en orden a satisfacer concretos intereses y
necesidades sociales, económicas, culturales, políticas o de otro
orden, que deben regularse jurídicamente. La norma nace con
sujeción a determinadas aspiraciones sociales y constituye una
realidad histórica que evoluciona a lo largo del tiempo,
adquiriendo en ocasiones una sabiduría superior a la de su
creador. Es por ello que el intérprete debe indagar no solo la
voluntad del creador de la norma, sino en especial la voluntad
objetiva de ella que lo conduzca a encontrar la solución justa78.
La interpretación histórica, bajo la inspiración de Savigny, afirma
que la ley constituye una realidad histórica que evoluciona a lo
largo del tiempo, su significado no es inmutable. Una vez hecha la
ley, ésta no se queda adscrita a sus motivos originarios, sino que
debe acompasarse a las vicisitudes sociales, deben ajustarse a
las situaciones que se van produciendo79.
Dentro de este método, a su vez, tenemos el método histórico-
evolutivo, el cual se inicia con Savigny quien afirmó que el
Derecho
78
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. Op cit., p. 567.
79
REALE, Miguel. “Introducción al Derecho”. Op. cit., pp. 218-219.
no es un producto del legislador, sino de fuerzas extrañas que
actúan silenciosamente y ve en la interpretación la reconstrucción
del pensamiento contenido en la ley; asimismo, este método
plantea que la ley una vez sancionada adquiere vida propia, se
independiza de su creador, adquiere existencia autónoma para
vivir su propia vida que se desarrolla en forma permanente para
satisfacer las necesidades, siempre renovadas80.

1.4.5. Método Sociológico


Según este método, el intérprete para descubrir el sentido y
alcance de la norma deberá tomar en cuenta los diversos
elementos de la realidad social donde ha de aplicarse. El Derecho
se concibe, gesta, nace y desarrolla bajo la presión de las
circunstancias sociales de un momento y lugar determinados. No
es un fenómeno aislado sino un acontecer social que forma parte
de la vida conjuntamente con todos los otros elementos sociales
con los cuales tiene una permanente interacción dinámica; de
acuerdo a este método, el intérprete del Derecho debe atender a
todos estos fenómenos a fin de adecuar las normas jurídicas a las
modernas exigencias sociales. Como la vida social cambia sin
cesar, la necesidad de adecuar el Derecho a las recientes
realidades sociales no termina nunca. Para armonizarlo con las
concretas realidades cambiantes a las que debe ser aplicado, el
intérprete no puede hacer una interpretación puramente abstracta,
prescindiendo de los otros elementos sociales con que el Derecho
está compenetrado, sino que debe efectuar una interpretación
social81.

80
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”, op. cit, p. 569.
81
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”, op. cit., p.573.
7
3
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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
1.4.6. Método Teleológico
Este método de interpretación consiste en atribuir significado a
una norma o a una cláusula atendiendo a la finalidad del precepto
o del pacto82.
La interpretación teleológica o ideológica se orienta a determinar
el sentido de la norma que sea más conforme con los fines
pretendidos por toda regulación jurídica y en orden a la
realización de tales fines, mediante esta interpretación, frente a un
caso concreto, se establecerá cuál de los fines, de entre los varios
a que tiende el ordenamiento, es el normativo decisivo83.
Con el criterio teleológico de interpretación se propende a la
realización de los principios ético-jurídicos que inspiran o que
están por encima del texto normativo. Estos principios tienen una
configuración distinta en la regulación de cada sector de la
realidad social, verbigracia, la protección de la confianza, la
corrección, la honestidad y la lealtad; y, como los principios o fines
jurídicos tienen configuraciones distintas en las regulaciones
particulares, puede suceder que unos choquen con otros, y en tal
caso, el intérprete examinará hasta qué punto la regulación
normativa ofrece margen a uno y otro fin para establecer su
alcance, armonía y jerarquía, y así evitar contradicciones de
valoración.

1.4.7. Método Pragmático


Por este método, también denominado de los intereses, se trata
de aclarar el interés que guió al legislador que dio la ley84.
MIRÓ QUESADA85 hace notar que el mecanismo lógico y
epistemológico de este tipo de interpretación es complicado. Se
parte de una hipótesis: suponer que los intereses del legislador
son tales y cuales. Luego se comienza a interpretar la ley de
diferentes maneras hasta que, en una de ellas, se corrobore la
hipótesis. Si

82
ANCHONDO PAREDES, Víctor. “Métodos de interpretación jurídica”. Biblioteca Jurídica Virtual del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/qdiuris/cont/16/cnt/cnt4.pdf
83
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 574.
84
Ib., p. 576.
85
MIRÓ QUESADA CANTUARIAS, Francisco. “Ratio interpretandi. Disertación para su incorporación a la
Academia Peruana de Derecho” en Anuario de la Academia Peruana de Derecho. Lima: EDESA, 1993.
hay una norma afín a la que se está analizando, que no condiga
con la anterior interpretación, y se quiere que la hipótesis inicial
pueda aplicarse a ambas normas, habrá que aplicar la analogía
y/o epífasis (método hermenéutico para resolver problemas de
polisemia). La epífais, porque a pesar de que se han intentado
muchas hipótesis de trabajo, en algunos casos la le puede seguir
siendo ambigua.

1.5. Teorías de la Interpretación Jurídica


También llamadas escuelas o doctrinas filosóficas sobre la
interpretación; la concepción filosófica, consciente o inconsciente, que
sobre el mundo tiene el intérprete, va a orientar la actividad
interpretativa y determinar su resultado. Hemos consignado
determinadas teorías, las cuales presentamos a continuación.

1.5.1. Teoría Legalista o Legislativa


Como punto de partida cabe señalar que “la intención del
legislador” comparta una parte de ficción, pues el legislador no es
un ser único cuya mirada penetrante ha escudriñado todos los
repliegues de la cuestión que ha resuelto; es, lo más a menudo,
una Asamblea compuesta de numerosas personas cuyas
intenciones habrán podido ser vagas o divergentes 86.
La concepción mecánica de la función judicial deriva del concepto
bizantino de soberanía, conforme al cual el Derecho debe su
existencia y su sentido a la voluntad del soberano. Pero su
predominio en la época contemporánea se debe a su inserción en
el modelo de Estado resultante de la teoría de Montesquieu sobre
la separación de poderes, dogma que obliga a considerar como
una usurpación del poder legislativo a todo acto de creación del
Derecho por las otras ramas del gobierno, incluida la judicial.

1.5.2. Teoría Exegética


Esta teoría reviste gran importancia por ser la más antigua e
impulsada por grandes pensadores en la historia del Derecho.

86
DU PASQUIER, Claude. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 147.
Su formulación original correspondió al jurista francés Blandeau
en la memoria L´autorité de la loi; según Blandeau87, las
decisiones judiciales deben fundarse exclusivamente en la ley,
admitiendo la interpretación, pero solo en el sentido de exégesis
de los textos.
Este método corresponde al apogeo del racionalismo jurídico,
siendo sus características la identificación de todo el Derecho con
el derecho positivo y la de éste con la ley, el propósito de la
interpretación como búsqueda de la voluntad el legislador, la
importancia del argumento de autoridad, el carácter
eminentemente estatal del derecho, el empleo del procedimiento
lógico deductivo y la negación del valor de la costumbre 88.
Bajo la influencia de los códigos (especialmente el de Napoleón),
los exégetas89 proclamaron un culto exagerado a la ley escrita,
como fuente primordial del derecho; en este punto, no podemos
dejar de mencionar la famosa frase de Bugnet: “yo no conozco el
Derecho Civil; y no enseño más que el Código de Napoleón”, que
ejemplifica claramente el pensamiento de esta teoría
interpretativa. En síntesis, la escuela de la exégesis surge con la
codificación napoleónica, tiene su sustento en el iluminismo
francés (base de la Revolución Francesa), el impero de la razón y
la fe ciega en el legislador; para esta escuela, la ley, en cuanto
obra del legislador, es la expresión del Derecho natural, absoluto
e invariable, y contiene una solución para todos los casos de la
vida social. Su postulado fundamental es el culto a la ley y a la
intención del legislador, la función del intérprete es averiguar la
verdadera intención del legislador. La decisión judicial se funda
exclusivamente en la ley, puesto que “los códigos no dejan nada
al arbitrio del intérprete90.

87
Blandeua, citado por GARCIA MAYNES, Eduardo. “Introducción al estudio del Derecho”, op. cit., p. 333.
88
Castán Tobeñas, citado por ALZAMORA VALDEZ, Mario. “Introducción a la Ciencia del Derecho”, op.
cit., p. 262.
89
Así se les llamó a los partidarios y aplicadores de esta teoría de la interpretación jurídica.
90
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 586.
1.5.3. Teoría de la Voluntad Objetiva de la Ley
Esta teoría, que se fundamenta en los principios de la escuela
histórica del Derecho (que ya hemos abordado anteriormente)
sostiene que toda ley se desliga de la voluntad del legislador para
vivir su vida propia en conformidad con el medio social y su
evolución. El intérprete no debe buscar la voluntad individual del
legislador, pues es imposible determinar cuál ha sido la intención
de este al dictar la ley, sino que debe indagar por la voluntad
objetiva de la ley para satisfacer las nuevas necesidades que se
presenta91.

1.5.4. Teoría Finalista


Para esta teoría desarrollada por Rudolf Von Ihering, ninguna ley
puede ser suficientemente comprendida sin el conocimiento de
las condiciones sociales efectivas del pueblo y de la época en que
se dictó; Derecho es el que vive la gente de modo real, el que se
aplica en las sentencias y en las resoluciones.

Ihering arremete contra el método silogístico tradicional


sosteniendo que el Derecho no es una emanación deductiva de
una idea. Las ideas no dependen de exigencias lógicas sino de
las necesidades de la vida que puedan satisfacer, poco importa
que, en el plano lógico, el Derecho aparezca como una obra
perfectísima si no tiene eficacia práctica. El Derecho auténtico no
es el abstracto sino el que vive de modo real y el que se aplica en
las sentencias. No hay norma jurídica que no deba su origen a un
fin, esto es, a un motivo práctico, “el Derecho no expresa la
verdad absoluta; su verdad no es más que relativa, y su medida
con arreglo a su fin”92.

1.5.5. Teoría de la Libre Investigación Científica


Esta teoría (llamada libre recherche) apareció en Francia en 1899
y se debe a François Gény93, quien planteó conciliar ciertas

91
Ib., p. 589.
92
Id., p. 211.
93
Gény plantea esta teoría en su magistral obra denominada Méthode d´Interprétation et Sources en
Droit Privé Positif.
posiciones clásicas de la escuela de la exégesis con las
necesidades del mundo contemporáneo, así como reacción en
contra de los procedimientos mecánicos de interpretación y
aplicación del Derecho94; así por ejemplo, discrepa de la tesis de
Windscheid y de otros de pretender descubrir una posible
intención del legislador en el supuesto teórico de que éste
estuviese viviendo en el mundo contemporáneo95.
En un primero momento, Gény se adhiere a la pureza de la
escuela de la exégesis; pero, acto seguido, se libera del apego a
la ley para atribuir al juez una cierta independencia frente al texto
de la ley. Declara que el magistrado debe entregarse a una labor
científica, a la libre investigación del Derecho, tomando como
base la observación de los hechos sociales96.
De acuerdo a esta teoría se debe buscar no en la abstracción de
los conceptos, sino en la naturaleza objetiva de las cosas, los
elementos de donde saldrá la solución97; idea reforzada por
García Maynes, quien plantea que el método jurídico ha de tender
hacia el descubrimiento de los elementos objetivos que, por
deficiencia de las fuentes, deben determinar la solución de los
conflictos, sin perder de vista los ideales de justicia (como criterio
general) y utilidad común que el legislador habría perseguido98.

1.5.6. Teoría del Derecho Libre


Esta teoría apreció a comienzos del siglo XX (1906) en Alemania,
auspiciado por Hermann Kantorowicz en su obra denominada La
lucha por la ciencia del derecho. Como antecedentes de este
método se esgrimen las sentencias dictadas a fines del siglo XIX
por el célebre magistrado francés Pablo Magnaud, quien partía
del principio de que la ley debía interpretarse en los procesos
judiciales con el hálito vital de la solidaridad humana aplicándolo a
cada uno

94
GARCIA TOMA, Víctor. “Introducción a las Ciencias Jurídicas”. Op. cit., p. 405.
95
REALE, Miguel. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 220.
96
Ib., pp. 220-221.
97
DU PASQUIER, Claude. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 156.
98
GARCIA MAYNES, Eduardo. “Introducción al estudio del Derecho”. Op. cit., p. 345.
de los casos sometidos a su conocimiento99, para lo cual a veces
se apartaba discrecionalmente de lo determinado por las leyes 100.
Este método trata de eliminar la hegemonía de la lógica hasta en
la propia ley, y considera la interpretación como una tarea de
verdadera creación normativa, atribuyendo así al juez plena
libertad en la decisión jurisdiccional, entendiendo que el fallo
judicial deviene solo en un instrumento de coordinación, amén de
cautelador de la costumbre y las prácticas sociales101.
Asimismo, esta tesis se basa en que el juzgador elige libremente
el principio que justifique la decisión de su voluntad; la lógica
formal no puede ayudar a buscar la solución justa102.
La teoría del Derecho libre plantea que el juez quede como árbitro
libre y único de los conflictos, resolviéndolos según su conciencia
de la justicia; la ley se convierte en una simple referencia de
orientación para el juez, de la cual se puede apartar cuando ella
hiere su sentimiento del Derecho en un caso concreto 103. Lo que
debe prevalecer es el Derecho justo, tanto en el caso de falta de
previsión legal como en el caso de que esté en contra de la ley 104.

1.5.7. Teoría Pura del Derecho


La escuela vienesa de Hans Kelsen sostiene que la interpretación
es un procedimiento espiritual que acompaña al proceso de
producción jurídica en su progresión de un grado superior a un
grado inferior.

Plantea que, si se entiende por interpretación la determinación del


sentido de la norma por aplicar, el resultado de esta actividad no
puede ser otro que la determinación del marco constituido por la
norma y, por consiguiente, la comprobación de las diversas

99
Como ejemplo, tenemos el caso en el que absolvió a una mujer que había robado un pan para dar de
comer a su anciana madre enferma, inspirando así el famoso concepto del hurto famélico: «quien roba
por hambre no roba».
100
GARCIA TOMA, Víctor. “Introducción a las Ciencias Jurídicas”. Op. cit., p. 409.
101
Ib., p. 410.
102
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 591.
103
DU PASQUIER, Claude. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 170.
104
REALE, Miguel. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 223.
maneras posibles de llenarlo. La interpretación no conduce, pues,
a una solución única que sería la exclusivamente justa; de tal
modo que, entre las diversas opciones una sola se convertirá en
Derecho positivo para el caso concreto105.

1.6. Desarrollo de la Interpretación Extensiva


En el presente acápite desarrollaremos lo relacionado a la interpretación
extensiva, la cual es una variante de la clase de interpretación
modificativa106, como contraparte de la interpretación restrictiva, tal como
hemos visto anteriormente.
Mediante esta interpretación se amplían los alcances de la norma, ya
que la parte gramatical expresa menos de lo que afirma su sentido o
voluntad normativa. Es decir, se extiende el significado natural de las
palabras empleadas, a efectos de hacerlo coincidir con aquellos que se
quería señalar y no se hizo en forma adecuada, superándose así los
límites de la forma gramatical107.
Cuando los términos de la ley expresan menos de lo que el legislador
quiso decir, y se trata de averiguar cuáles son los verdaderos alcances
de su pensamiento superando los límites de la fórmula108.
Dicho ello; lo que se logra con este procedimiento extensivo, tal como su
nombre lo dice, es tener un producto interpretativo más amplio;
establece a su vez que, en principio, solo las reglas de orden general
son susceptibles de ser interpretadas extensivamente y que las
disposiciones especiales que consagran una excepción a las reglas
generales deben ser interpretadas restrictivamente109.
A mayor abundamiento, tenemos que la interpretación extensiva es el
resultado del trabajo creador del intérprete al añadir algo nuevo a lo que,
en rigor, la ley debiera normalmente enunciar teniendo presente las
nuevas circunstancias, siempre que la elasticidad del texto normativo
permita llevar a cabo la añadidura; así, gracias a un trabajo de
extensión,

105
KELSEN, Hans. “Teoría Pura del Derecho”. 18° ed. Buenos Aires: EUDEBA, 1994, pp. 166-167.
106
Algunos autores la consideran como interpretación modificativa por las razones esbozadas
anteriormente y otros la ubican dentro de la interpretación declarativa.
107
GARCIA TOMA, Víctor. “Introducción a las Ciencias Jurídicas”, op. cit., p. 416.
108
ALZAMORA VALDEZ, Mario. “Introducción a la Ciencia del Derecho”, op. cit., p. 261.
109
DU PASQUIER, Claude. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 150.
se revela algo que estaba implícito en el precepto, sin quiebra alguna de
su estructura110.
En síntesis, cuando el texto legal dice menos de lo que es la voluntad de
la ley (minus dixit quam voluit), el intérprete amplía el significado del
texto a supuestos que, de este modo, resultan incluidos en su sentido. El
sentido y alcance de la norma son más amplios que su formulación
escrita111. De esta manera, se desarrolla el sentido que subyace en el
texto de la norma para comprender casos que en apariencia no están
contemplados por ella, pero que razonablemente si lo están; tal como
hemos dicho en líneas anteriores, se interpretan por entero las normas
permisivas o protectoras.
Se aplica esta interpretación cuando las palabras utilizadas por el
legislador no son oscuras ni ambiguas, sino que, a pesar de tener un
significado bien delimitado, no corresponde al espíritu y finalidad de la
ley, entonces se debe ampliar el significado natural de esas palabras
hasta comprender aquellos supuestos que no han sido expresados en
forma adecuada, ampliando a su vez los efectos de una norma a casos
no previstos expresamente por ella.
Los procedimientos de interpretación extensiva son el argumento a pari,
a fortiori (a maiori ad minus, a maiori ad maius) y a contrario sensu.

110
REALE, Miguel. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 223.
111
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. “Introducción al Derecho”. Op. cit., p. 549.
CAPITULO IV: LAS OBLIGACIONES DE LOS ESTADOS FRENTE A LA
INTERPRETACIÓN DE TRATADOS A PARTIR DEL DERECHO
INTERNACIONAL PÚBLICO

1. Derecho Internacional Público

1.1. Desarrollo en la Historia


Si bien es cierto que el Derecho Internacional Público como tal, es una
rama del Derecho de reciente data; también es cierto que en la
antigüedad existían ciertos documentos, de los cuales se desprende
que la existencia de relaciones internacionales con una serie de
instituciones que permitían su desarrollo. En el caso de Egipto; el
tratado más importante es el de Paz y Alianza celebrado en 1291 a.C.,
los cuales consistían básicamente en alianzas militares; en el caso
hebreo tenemos a la Biblia, en la cual se muestran figuras como los
embajadores, la delimitación territorial, los derechos de los vencedores
en guerra, la obligatoriedad de cumplir pactos y la igualdad de tratos
entre nacionales y extranjeros. En Grecia, se desarrolló la figura del
“proxene”, lo cual actualmente conocemos como cónsules; además
también existía el arbitraje, a través del cual se lograba la solución
pacífica de controversias internacionales entre los estados-ciudades.
En Roma, desde sus inicios, se puede apreciar la presencia de una
serie de instituciones internacionales como los tratados, los
embajadores, las sanciones ante las violaciones de los tratados, las
formalidades de la declaratoria de guerra y los casos de guerra justa.
En lo que respecta a los tratados, existía una diversidad de
posibilidades: la sponsio, que no tenía efecto obligatorio en tanto no
fuera ratificado por el Senado; el foedum, que si tenía efecto vinculante
al haber sido ratificado por el Senado; el foedum aequum o inniquum
faedum, según la posición de igualdad o de superioridad que asumía
Roma con la otra parte contratante, entre otros112.
Luego, la Edad Media se caracterizó por la abundancia de tratados de
comercio y tratados marítimos, así como la creciente influencia del
cristianismo en convenciones sobre distintas materias. Durante, el S.

112
NOVAK TALAVERA, Fabián y GARCIA-CORROCHANO MOYANO, Luis. “Derecho Internacional Público”.

82
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Lima: Ed. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2003, p. 23.

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XVII, ocurre un hecho trascendental tal como lo es la suscripción del
Tratado de Westfalia, el cual puso fin a la guerra de 30 años basándose
en los principios de igualdad y cooperación. En el S. XVIII, como
consecuencia de la Revolución Francesa, se desarrollaron principios e
instituciones de gran trascendencia como el reconocimiento de la
independencia e igualdad jurídica de los Estados, el principio de la no
intervención, el principio de libre determinación de los pueblos, algunos
principios del Derecho Internacional Humanitario y la protección de las
minorías religiosas; como instrumento jurídico cabe destacar la dación
de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la cual
constituyó una innovación y gran contribución en el campo de los
derechos humanos.
En el S.XX, después de algunos intentos, los Estados logran crear una
comunidad internacional, la cual fue denominada como “Sociedad de
Naciones”, también se creó la Corte Permanente de Justicia
Internacional y la Organización Internacional del Trabajo.
La Segunda Guerra Mundial termina con el proyecto de la Sociedad de
Naciones y, al término de la misma, surgió un nuevo intento con la
creación de la Organización de las Naciones Unidas, acompañada de
un conjunto de organizaciones regionales que se irían creando
posteriormente. Así, podemos citar la Liga de Estados Árabes, creada
por el Tratado de El Cairo el 22 de marzo de 1945 y la Organización de
los Estados Americanos (OEA), creada en Bogotá el 30 de abril de
1948. Hacia la segunda mitad del S. XX, se impulsa la
internacionalización de la protección de los Derechos Humanos a raíz
de la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
así como los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos y
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. En América, la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, la cual
daría lugar a la Convención Americana de Derechos Humanos. En la
década del sesenta se elaboran las Convenciones de Viena sobre
Relaciones Diplomáticas (1961) y Relaciones Consulares (1963) y la
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados (1969).

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1.2. Concepto
Fabián Novak Talavera y Luis García-Corrochano Moyano 113, definen al
Derecho Internacional como el conjunto de normas jurídicas que
regulan las relaciones entre los diferentes sujetos de derecho que
integran la Comunidad Internacional, definición que es compartida por
la mayoría de la doctrina de los publicistas. Ese conjunto de normas
jurídicas suele estar constituido por la costumbre, los tratados, los
principios generales del derecho, los actos unilaterales de los Estados y
los actos de las organizaciones internacionales. Además, las relaciones
que son objeto de regulación versan hoy sobre materias muy diversas,
que incluyen no solo la guerra y la paz, sino por ejemplo el espacio
ultraterrestre y los fondos marinos, la contaminación ambiental, la
energía nuclear, la integración y cooperación internacional, así como la
protección de derechos humanos.

1.3. Presupuestos
Señala Vedross114 que el Derecho Internacional no consiste en ideas
carentes de arraigo, sino que constituye el orden de una comunidad
determinada que se levanta sobre fundamentos sociológicos firmes.
Estos fundamentos son la base del Derecho Internacional al que
aseguran efectividad en la vida de los pueblos. En ese sentido, para el
surgimiento del Derecho Internacional Público como disciplina jurídica,
debieron presentarse las siguientes condiciones:
- La existencia de una pluralidad de sujetos.- Dada la existencia de
distintos sujetos, resultaba indispensable la existencia de un
ordenamiento jurídico que regulara sus relaciones. Si solo existiera
un Estado Mundial, bastaría la presencia de un Derecho Nacional
que regulará las relaciones en su interior. Por tanto, la pluralidad
exigió un derecho particular.
- La interrelación entre estos sujetos.- Si los diferentes sujetos
existentes hubieran permanecido aislados, no existirían relaciones
jurídicas que regular y, por ende, esta disciplina no tendría razón de

113
NOVAK TALAVERA, Fabián y GARCIA-CORCHANO MOYANO, Luis. “Derecho Internacional Público”. Op.
cit., p. 32.
114
VEDROSS, Alfred. “Derecho Internacional Público”. 5° Ed. Madrid: Ed. Aguilar S.A., p. 13.
existir. Precisamente, la presencia de estas relaciones obligó a crear
un derecho regulador. En virtud de la sociabilidad inherente a la
naturaleza humana, el hombre huye del asilamiento y tiende a
asociarse. Los Estados, especialmente cuando han llegado a un
cierto grado de cultura y de progreso, no escapan a la influencia de
esta ley general que impele a los hombres a entrar en relación con
otros.
- El sometimiento de estos sujetos a un ordenamiento jurídico común.-
Es inconcebible que subsistan relaciones entre varios entes sin un
conjunto de normas que las disciplinen. Estas normas se aceptan no
solo en razón del interés reciproco, sino en virtud de una necesidad
real, ya que el reconocimiento de determinados principios jurídicos
de orden internacional es requisito indispensable para poder
mantener ordenadas y regulares las relaciones entre los sujetos del
Derecho Internacional.

Por tanto, la Comunidad Internacional solo puede existir si los sujetos


que la conforman tienen una cierta comunidad de ideas morales y
jurídicas, es decir, una conciencia jurídica común.

2. Los Tratados Internacionales

2.1. Definición
Para Kelsen115, un tratado es un convenio normalmente celebrado entre
dos o más Estados bajo el Derecho Internacional General destinado a
establecer obligaciones y derechos mutuos, cuya fuente de origen es la
autonomía de la voluntad. Schawarzenberg entiende que los tratados
son más bien “acuerdos entre sujetos del Derecho Internacional
creadores de obligaciones vinculantes en Derecho Internacional”.
Vedross y Simma conciben al tratado como “un acuerdo de voluntades
expreso o negociado definitivamente, conforme al Derecho
Internacional, entre dos o más Estados u otros sujetos del Derecho
Internacional, por el cual éstos se obligan a determinadas prestaciones,
abstenciones o servicios unilaterales o sinalgmáticos, iguales o
diferentes por una vez o repetidamente. Mientras tanto, otros autores
prefieren definir el tratado
115
KELSEN, Hans. “El contrato y el Tratado”. México: Ed. Escuela Nacional de Jurisprudencia, 1943, p. 132.
por sus efectos y no por su contenido; por tanto, sostienen que “los
únicos tratados que pueden ser considerados como fuentes del derecho
de gentes son aquellos que establecen para el porvenir reglas nuevas
de conducta internacional, o que afirman, definen o anulan las reglas
consuetudinarias o convencionales existentes116.
Finalmente, tras analizar la doctrina emitida por distinguidos publicistas,
la Convención de Viena sobre Derecho de Tratados estableció en su
artículo 2 (1a), la siguiente definición: “Se entiende por Tratado, un
acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por
el Derecho Internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o
más instrumentos conexos cualquiera sea su denominación
particular”117.

2.2. Observancia de los Tratados


Nos cuenta Arellano118 que en épocas remotas el fundamento de la
obligatoriedad de los tratados internacionales se ubicó en un mandato
divino y se invocó el nombre de Dios para apoyarlos.
Paralelamente, existían una serie de Pactos destinados a asegurar la
observancia de los tratados. Sobre el particular, Bello indica varios
ejemplos: la garantía (pacto en que se comprometía auxiliar a una
nación para constreñir a otra que le cumpla lo pactado); caución o
fianza (pacto por el cual una potencia se obliga a cumplir lo pactado con
otra, si esta era infiel a su promesa); prenda (pacto por el cual se
entregaban bienes o territorios para asegurar el cumplimiento de lo
pactado), rehenes (personas de consideración que un Estado
entregaba a otro en prenda de una promesa); la confirmación con
juramento (especialmente en los tratados de paz).
Tras la evolución del Derecho Internacional desaparecieron las
prácticas mencionadas, basadas en la desconfianza, la desigualdad y el
temor del cumplimiento de buena fe de los compromisos contraídos;
asimismo, modificó el fundamento de la obligatoriedad de los Tratados
para apoyarse en los principios de Pacta Sunt Servanda y buena fe
conforme

116
NOVAK TALAVERA, Fabián y GARCIA-CORCHANO MOYANO, Luis. “Derecho Internacional Público”. Op.
cit., p. 35
117
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados. Artículo 2.
118
ARELLANO GARCIA, Carlos. “Primer Curso de Derecho Internacional Público”. México: Ed. Porrúa, 1999,
p. 641.
lo señala el artículo 26 de la Convención de Viena: “Todo tratado en
vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe”119.
A. El principio de Buena Fe120.- Ya en el Derecho Romano el elemento
de la fides era considerado como fuente de carácter obligatorio de los
convenios internacionales.
La obligación de actuar de buena fe incluye la obligación de las
partes en un tratado de abstenerse de actos destinados a frustrar el
objeto y fin del tratado; incluye la obligación de hacer uso de todos
los mecanismos para lograr la plena ejecución del acuerdo.
En el caso de tratados, existe la consideración especial que las
partes al negociar y concluir el tratado se encuentran dentro de una
relación en la cual existen obligaciones asumidas por cada una de
las partes de buena fe. Se tiene la impresión de que la buena fe es
una “obligación particular” dentro de lo que debe ser la buena
voluntad de parte de los Estados. Esta no es una nueva afirmación
ya que, a lo largo de los últimos años, muchos estudiosos del
Derecho Internacional tienden a identificar la paz, la estabilidad y el
apaciguamiento del conflicto de nociones de confianza, buena fe,
respeto mutuo y buena voluntad. Esto ha sido confirmado por la
jurisprudencia de tribunales internacionales, en los cuales se
sostiene el principio de buena fe como un principio que forma parte
integrante de la norma pacta sunt servanda.
Por otra parte, la referencia a la buena fe no solo aparece en la
doctrina y la jurisprudencia internacional, sino también en el
Preámbulo de la Convención de Viena: “Advirtiendo que los
principios de libre consentimiento y de la buena fe y la norma pacta
sunt servanda están universalmente reconocidos”.
La buena fe también ha sido regulada en el artículo 27 de la
Convención de Viena como método de interpretación de los tratados
internacionales. Así, cuando un tratado da pie a dos interpretaciones

119
NOVAK TALAVERA, Fabián y GARCIA-CORROCHANO MOYANO, Luis. “Derecho Internacional Público”,
op. cit., p. 188.
120 Ib., p.
190.
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de las cuales una permite que el tratado surta efectos adecuados y la
otra no, la buena fe requiere que se adopte la primera interpretación.
B. El principio del Pacta Sunt Servanda121.- La regla del Pacta Sunt
Servanda, cuya formulación se debe a Cicerón tiene su origen en el
Derecho Natural Romano, de donde deriva al derecho natural
escolástico medieval y a los iusnaturalistas protestantes, hasta hoy,
que es aceptada como norma del derecho consuetudinario.
Ningún Gobierno declinaría aceptar el principio pacta sunt servanda y
el hecho, de que los Gobiernos consideren necesario esforzarse en
explicar en determinado caso que el “pacto” ha dejado de existir o
que el hecho reclamado no constituye una violación de él, sea en
razón de algún término implícito o por cualquier otra razón, es el
mejor reconocimiento de este principio. Una larga serie de
discusiones intergubernamentales puede ser invocada para
demostrar que existe una presunción general contra la existencia de
algún derecho para dar por terminado unilateralmente un tratado.
Así, la postura adoptada por la mayoría de Estados hacia un tratado
es que esté pensado para tener duración perpetua y no ser objeto de
una terminación unilateral, a menos que, expresamente o por
deducción, contenga el derecho a la terminación unilateral o alguna
otra disposición respecto a su fin.
Este principio es trascendental para el desarrollo del Derecho
Internacional dado que cuando un tratado es debidamente
perfeccionado, entre en vigor y se convierte en norma obligatoria
para los Estados; ya no hay la menor posibilidad de desconocer sus
efectos, porque con ello se pone en peligro la estabilidad del
ordenamiento internacional, además de que el Estado incurriría en
responsabilidad internacional, tal como señala Scelle, el fundamento
sociológico de la norma pacta sunt servanda radica en que
proporciona seguridad jurídica a las relaciones internacionales y
asegura relaciones pacíficas entre los pueblos; mientras su
fundamento jurídico radica en la costumbre o en los principios
generales del derecho.
121Ib., p.
193.
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122Ib., p.
193.
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La regla pacta sunt servanda; no obstante, no debe ser entendida de
modo mecanicista ya que no puede ser desligada de factores de
cambio capaces de alterar el contenido de una regla internacional.
Se entiende que estamos hablando de acuerdos internacionales
válidos, no de acuerdos nulos o anulables122.

2.3. Interpretación de los Tratados


El problema en el ámbito del Derecho Internacional plantea un dilema
entre quién puede interpretar y cómo se interpreta; la doctrina señala
que si la interpretación es realizada por los Estados, se denomina
interpretación auténtica; si es ejercida por órganos jurisdiccionales, ésta
interpretación es dirigida para solucionar conflictos entre los Estados y
cuando los tratados son interpretados por órganos estatales se trata de
interpretación unilateral, la cual no es oponible a otros Estados.
En cuanto a la interpretación, la Convención de Viena de 1969 sostiene
los criterios que se tienen que tomar en consideración para analizar el
sentido de todo tipo de tratados; los cuales han sido recogidos en el
artículo 31 de la misma, de la siguiente manera:
Artículo 31
1. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido
corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el
contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin.
2. Para los efectos de la interpretación de un tratado. el contexto
comprenderá, además del texto, incluidos su preámbulo y anexos:
a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre
todas las partes con motivo de la celebración del tratado;
b) todo instrumento formulado por una o más partes con motivo de la
celebración del tratado y aceptado por las demás como instrumento
referente al tratado.
3. Juntamente con el contexto, habrá de tenerse en cuenta:
a) todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del
tratado o de la aplicación de sus disposiciones;

122
CARRILLO SALCEDO, Juan Antonio. “Curso de Derecho Internacional Público”. Madrid: Ed. Tecnos, 1994,
p. 109.
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b) toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por
la cual conste el acuerdo de las partes acerca de la interpretación del
tratado;
c) toda forma pertinente de derecho internacional aplicable en las
relaciones entre las partes.
4. Se dará a un término un sentido especial si consta que tal fue la
intención de las partes.

A. Principio de sentido ordinario y natural de los términos del


tratado.- De acuerdo con este principio se busca dar a los términos
de un tratado su sentido natural y corriente, pues los convenios no
son siempre redactados por juristas, que podrían emplear una
terminología más técnica. Según Yassen123: “En el sentido más
habitual. El sentido ordinario, según la Convención de Viena, el que
debe ser en principio retenido. Pero los términos pueden no tener un
sentido único, ellos pueden reflejar ciertos matices o tener un sentido
diferente según su posición en las frases de la que forma parte. No
se trata de un sentido ordinario abstracto, sino de un sentido
ordinario concreto que solo puede ser discernido por el examen del
término en cuestión en el contexto de dicho término y a la luz del
objeto y fin del tratado. En ese sentido que puede ser el conservado
en el proceso de interpretación del tratado124.
B. Principio del Contexto.- Conforme a este principio, los términos no
deben ser tomados aisladamente, sino en el contexto, que puede
atribuirles un significado diferente o particular. El contexto es el
conjunto del tratado, cada una de sus partes y todas ellas
interrelacionadas entre sí.
El artículo 31 dispone que el contexto comprende el texto, el
preámbulo y los anexos; además, todo otro acuerdo concertado entre
las mismas partes que se refieran al tratado, así como los actos de

123
YASSEN, Mustafá. “L’ interprétation des traité d’ aprés la Convention de Vienne sur le droit des
traités”. Londres: Longman. 1993. P. 1267.
124
NOVAK TALAVERA, Fabián y GARCIA-CORROCHANO MOYANO, Luis. “Derecho Internacional Público”,
op. cit., p. 207.
carácter unilateral, tales como las declaraciones interpretativas. De
tal forma, el contexto del tratado puede desprenderse de otros
instrumentos diferentes al tratado mismo, como podrían ser las
resoluciones dictadas por la misma Conferencia en la que se negoció
y adoptó el tratado o las declaraciones formuladas por los
representantes de un Estado al momento de la firma del tratado y
que los contratantes aceptan como instrumento conexo al tratado125.
C. Principio de conformidad con el objeto y fin del tratado.- Se
refiere a adecuar el tratado al propósito que guió a las Partes a
contratar (principio de la ratio legis).
D. Principio de conducta ulterior.- Se basa en el comportamiento de
los Estados Partes al momento que ejecutan las cláusulas pactadas
en el Tratado, lo cual equivale a una interpretación auténtica.
Asimismo, esta ejecución señala la comprensión de las partes de los
derechos reconocidos y las obligaciones adquiridas y su importancia
radica en que se constituye como prueba objetiva del acuerdo de las
Partes en cuanto al sentido del Tratado126.
E. Principio de efecto útil.- Según este principio, la Corte está llamada
a interpretar los tratados y no a revisarlos; consiguientemente, las
cláusulas deben ser interpretadas de manera que permitan
desarrollar sus efectos útiles, es decir, que pueden ser
materializados en la realidad fáctica.
F. Principio de los Trabajos Preparatorios.- Es el procedimiento
encaminado a averiguar la voluntad o intención de las partes a través
de la investigación de la historia de la elaboración del texto. Se
denominan trabajos preparatorios al conjunto de instrumentos, actas,
declaraciones o debates en las que consten o se hayan registrado
los diversos antecedentes y trabajos de una conferencia, congreso,
convención o tratado.
Existen dudas sobre la obligatoriedad de los principios de interpretación
recogidos por la Convención de Viena de 1969. El Derecho Internacional
Positivo, consuetudinario o convencional, nunca había fijado reglas de

125
Ib., p. 208.
126
Ib., p. 208.
interpretación jurídicamente obligatorias ni jamás se pretendió que ellas
asumieran tal carácter.
No obstante, desde 1969 a la fecha, los principios contenidos en los
artículos 31 y 32 de la Convención de Viena se han convertido
indudablemente no solo en guías para la interpretación, aún para
quienes no son parte de la Convención, sino en verdaderas normas
jurídicas obligatorias. Como señala Jiménez de Aréchaga 127: “Los cuatro
artículos dedicados a la interpretación de los tratados están basados en
la jurisprudencia establecida por la Corte mundial y destilan la esencia
de ciertos principios fundamentales que pueden considerarse como
reglas de Derecho Internacional sobre el tema y no meramente
directivas generales, aplicables a todos los tratados, cualquiera sea su
naturaleza o contenido”.
Por tanto, nos encontraríamos frente a un conjunto de normas
convencionales, que se han convertido a la vez en normas
consuetudinarias, con una amplia base jurisprudencial y plena
aceptación de la doctrina.

3. Aplicación de la Convención de Viena a la CADH


Al interpretarse la Convención Americana de Derechos Humanos debe
tenerse presente que estamos que estamos ante un tratado internacional
celebrado entre Estados. Por lo tanto, al ser este un convenio, resulta
aplicable la normativa propia del Derecho Internacional la cual regula el
tema de los tratados, es decir, la Convención de Viena de 1969. En otras
palabras, al analizar la Convención Americana de Derechos Humanos,
también se tendrá que tomar en consideración este otro tratado, ya que aun
subsidiariamente, serán muchas las situaciones en las que su aplicación
resulta determinante. Se expresa “subsidiariamente” porque también debe
considerarse que la misma Convención Americana tiene cánones de
interpretación y aplicación particulares que priman sobre las reglas
generales que regula el derecho internacional general y/o convencional.
Además, debe tenerse presente que se está frente a un tratado sobre
derechos humanos

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127
JIMENEZ DE ARECHAGA, Eduardo. “Derecho Internacional Público”. Montevideo: Fundación de la
cultura universitaria, 1989, p. 126.

92
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los cuales consagra, mayormente, derechos para las personas y
obligaciones para los Estados. Asimismo, debemos considerar que su
aplicación en el ámbito internacional se debe a las características
especiales en relación del derecho interno y derecho internacional, que
estipula por un lado el Derecho Internacional per se, sino también por la
configuración de las normativas propias del Derecho Interno128.
Entonces, al analizar específicamente la CADH, podemos deducir que se
imponen directrices interpretativas, según las cuales, ninguna interpretación
puede ir en contra o en detrimento de los derechos que protegen. Es decir,
en primer lugar, sin necesidad de recurrir a los principios generales que
inspiran los tratados de derechos humanos, el intérprete debe guiarse de
los límites que los mismos imponen, de forma expresa a su tarea129.
Sin embargo, el asunto no es tan sencillo. Por su calidad de normas
convencionales de derecho internacional, la CADH está sometida al
derecho de los tratados, es decir, a la Convención de Viena sobre Tratados,
la cual impone normas de interpretación de los instrumentos internacionales
como lo hace a través de su artículo 31° el cual ya ha sido transcrito en el
numeral
2.3. del presente capítulo, y en el que se especifican los criterios para
interpretar un acuerdo internacional tales como la buena fe, el método
literal, el contexto y el objeto y fin. Entonces, por un lado, tenemos las
normas contenidas en la CADH que se inscriben en una interpretación
exegética, es decir, que explícitamente postulan unos parámetros de
disquisición. Por otro tenemos el artículo 31 de la Convención de Viena, que
recoge en general el criterio de aplicación de buena fe, en un sentido
objetivo: “la interpretación de buena fe concentrará en la voluntad tal cual ha
sido expresada, es decir, en el texto” 130 y no la verdadera intención de las
partes, la cual nos lleva a una aplicación en un sentido subjetivo (art. 31.1
de la CVDT). Luego incluye el método gramatical (Art. 31.1 CVDT) como
primera instancia interpretativa, el cual puede tener como herramienta el
criterio histórico (Art. 31.2 CVDT) y/o la interpretación auténtica del tratado
(art. 31.3. a. y b. CVDT). En seguida, el

130 Ib., p.
344.
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128
TURYN, Alejandro. “Deberes de los Estados y Derechos Protegidos”. Buenos Aires: Ed. La Ley S.A., 2013,
p. 2.
129
AMAYA VILLARREAL, Álvaro Francisco. “El principio pro homine: Interpretación extensiva vs. El
consentimiento del Estado”. Colombia: Ed. International Law, 2005, p. 343.

131 Ib., p.
344.
93
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criterio teleológico aparece independiente (el objeto y fin de los tratados, art.
31.1 CVDT). Los preceptos enunciados en el preámbulo de los tratados son
los que definen la interpretación teleológica de los instrumentos
internacionales. Por último, el criterio sistemático (art. 31. 3. C CVDT)
finaliza este conjunto de instrumentos principales para la interpretación de
los tratados131.
Como ya hemos visto a lo largo de este capítulo tanto la CADH regula las
pautas para su propia interpretación y la Convención de Viena de 1969
prescribe las normas que se debe tener en cuenta para interpretar cualquier
tratado del ámbito internacional; sin embargo, este hecho no significa que
no puedan utilizarse ambos instrumentos y complementarlos al momento de
resolver una controversia. Es por ello que luego, en la opinión consultiva
sobre el recurso de habeas corpus bajo suspensión de garantías, la Corte
señaló de nuevo la existencia del principio pro homine dentro de la
Convención. No obstante, deja ver cómo éste puede aplicarse a su vez por
medio de la norma del artículo 31.1 de la CVDT. Dice pues que: “La
interpretación del artículo 27.2 debe hacerse pues, de buena fe, teniendo en
cuenta el objeto y fin de la Convención Americana y la necesidad de
prevenir una conclusión que implique suprimir el goce o ejercicio de los
derechos y libertades reconocidos en la Convención o a limitarlos en mayor
medida que le prevista en ella (Art. 29.a)”.
Ahora bien, la CorteIDH ha aplicado múltiples veces las pautas
interpretativas reguladas en la Convención de Viena, es por ello que a
través de su jurisprudencia contenciosa respecto de la interpretación más
favorable a la persona humana por medio de la lectura del artículo 31 de la
CVDT, en especial en su numeral primero, es decir, según el objeto y fin de
tratado. Es decir, según la Corte, el principio pro homine emana a su vez del
objeto y fin de los tratados de protección de derechos humanos, en razón a
que se tiene que considerar en la labor del intérprete según el artículo 31.1
de la Convención de Viena. El objeto y fin de la Convención y del Pacto
según el artículo 31.1 de la Convención de Viena. El objeto y fin de la
Convención y del Pacto se encuentra, en forma expresa o tácita, en el
preámbulo del
131 Ib., p.
345.
94
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132 Ib., p.
345.
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instrumento respectivo, aunque esto no basta para que se pueda hallar en
otros pasajes del tratado”132.
Otra controversia en la que la CorteIDH resolvió aplicando las pautas de
interpretación de la Convención de Viena fue en el caso “Tribunal
Constitucional” contra la República del Perú 133, llegó a la siguiente
conclusión:
“37. Según el artículo 31.1 de la Convención de Viena sobre derecho de
los tratados de 1969; un tratado deberá interpretarse de buena fe
conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del
tratado en el contexto de éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin (…)
39. Una interpretación de la Convención Americana de buena fe,
conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del
tratado en el contexto de éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin; lleva
a esta Corte a considerar que un Estado parte en la Convención
Americana solo puede desvincularse de sus obligaciones convencionales
observando las disposiciones del mismo tratado. En las circunstancias del
presente caso, la única vía que dispone el Estado para desvincularse del
sometimiento a la competencia contenciosa de la Corte según la
Convención Americana, es la denuncia del tratado como un todo; si esto
ocurriera, dicha denuncia solo producirá efectos conforme al artículo 78,
el cual establece un preaviso de un año”.
Luego, en voto razonado a la sentencia de fondo en el caso de la
Comunidad Mayagna134, el Juez García Ramirez, utilizó de nuevo el
principio pro homine a través de la aplicación de la Convención de Viena,
afirmando que:
“2. En el ejercicio de su jurisdicción contenciosa, la Corte Interamericana
está obligada a observar las disposiciones de la Convención Americana,
interpretándolas conforme a las reglas que ese mismo instrumento
previene y a las demás que pudieren ser invocadas conforme al régimen
jurídico de los tratados internacionales, que figuran en la Convención de

132
GROSS ESPIELL, Héctor. “Los métodos de interpretación utilizados por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en jurisprudencia”. http://www.corteidh.or.cr/tablas/22883.pdf, p. 7.
133
CorteIDH. Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de
enero de 2001. Serie C No. 71, párr. 37.
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Voto Razonado Concurrente del Juez Sergio García Ramírez a la Sentencia de Fondo y Reparaciones del
Caso “Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni”, párr. 2.

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Viena sobre el derecho de los tratados, del 23 de mayo de 1969.
Igualmente, ha de tener en cuenta el principio de interpretación que
obliga a considerar el objeto y fin de los tratados (artículo 31.1 de la
Convención de Viena), al que hace referencia y a la regla pro homine,
inherente al derecho internacional de los derechos humanos,
frecuentemente invocado por la jurisprudencia de la Corte, que conduce a
la mayor y mejor protección de las personas, con el propósito último de
preservar la dignidad de asegurar los derechos fundamentales y alentar el
desarrollo de los seres humanos”.

4. Obligación de cumplimiento de los Estados de las sentencias de


la CorteIDH
El principio democrático y el Estado Constitucional de Derecho implican el
sometimiento del Estado mismo al Derecho tanto nacional como
internacional; y ello no es concebible sin el sometimiento pleno al juez tanto
nacional como internacional. Esa garantía judicial implica, que no hay
derecho sin que los tribunales lo puedan declarar e imponer. De esta forma,
el Estado de Derecho no está referido únicamente al sometimiento al
derecho nacional, sino que necesariamente incluye al derecho internacional.
En consecuencia, para que ello sea una realidad, es necesario el
sometimiento del Estado al derecho internacional y, por lo tanto, al
cumplimiento de las sentencias internacionales, dentro de las cuales se
encuentran las sentencias dictadas por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos135.
Según Hector Faúndez Lezama, primero debemos partir que los derechos
se dan en una relación entre dos partes, siempre están conectados con las
obligaciones correlativas que asume cada una de las partes en esa relación;
en el caso de los derechos humanos esa relación surge entre el individuo y
el Estado, y es el Estado quien tiene el deber de garantizar la plena vigencia
de los mismos, por lo que tales obligaciones recaen exclusivamente sobre
el Estado. El individuo actúa como sujeto de derechos y el Estado como el
agente que asume las obligaciones inherentes a tales derechos. De
acuerdo
135
AYALA CORAO, Carlos. “La ejecución de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos”. Ed. Estudios Constitucionales. Universidad de Talca, 2007,
ej.pj.gob.pe/cej/forms/busquedaform.html
con la Convención, los Estados partes han adquirido diversos compromisos
que, en esencia, se refieren al reconocimiento de los derechos protegidos, a
la adopción de las disposiciones de Derecho interno que sean
indispensables para su puesta en vigor, y a la prohibición de la
discriminación en el ejercicio de tales derechos136. En ese sentido, los
Estados tienen la obligación de respetar cada una de las disposiciones de la
CADH, entre ellas, la de respetar los fallos de la Corte IDH y acatar lo que
éstos disponen, en caso de ser parte de la controversia y existe discusión
entre los estudiosos del Derecho Internacional en cuando al efecto erga
omnes de dichas resoluciones.
Con base en el principio pacta sunt servanda, el cual puede ser extendido
por las obligaciones consuetudinarias, el derecho internacional debe
cumplirse de buena fe. Pero, tampoco hay que olvidar que el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, junto con el Derecho Humanitario
Internacional y el Derecho Internacional Penal, constituye una red de
derecho internacional que conforma la base normativa de normas de
carácter sustantivo y adjetivo que conforma lo que se ha denominado como
orden público internacional. Precisamente ese orden público internacional
está compuesto de normas erga omnes, muchas de las cuales son de
carácter imperativo (jus cogens), y se aplican una red de principios como el
in dubio pro homine.
Ahora bien, lo ideal es que los obligados por la normatividad internacional
cumplan con sus obligaciones, y no hay duda que existe un cumplimiento
espontáneo y de buena fe por parte de los sujetos del derecho
internacional. Ésa es, en algunos casos, la postura de mucho de los
sistemas internos de recepción de las normas del derecho de gentes, pero
la estructura del orden público internacional también provee de mecanismos
mediante los cuales se obliga forzosamente a su cumplimiento.
En los casos en que no se cumplan voluntariamente las obligaciones
internacionales, los mismos instrumentos jurídicos internacionales prevén
sistemas de control internacional, como las comisiones mixtas, las
inspecciones recíprocas y los órganos de control, que obligan al Estado
(concretamente a sus órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y al
individuo, en el caso del Derecho Humanitario Internacional.
136
FAUNDEZ LEZAMA, Héctor. “El Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos: Aspectos
institucionales y procesales”, op. cit., p. 74.
A diferencia del derecho interno, en el caso del derecho internacional, es un
sistema jurídico específico, en donde la autoridad central que podría ser la
arbitraria en derecho interno, no existe en asuntos exteriores, el concepto
de Estado de derecho implica integridad y certeza de derecho, la igualdad
de los sujetos del derecho internacional, la proscripción de la arbitrariedad y
la aplicación efectiva del mismo derecho internacional.
La Convención Americana establece la obligatoriedad de las sentencias de
la Corte Interamericana, al establecer expresamente el compromiso de los
Estados partes en la Convención de cumplir la decisión de la Corte en todo
caso en que sean partes. Sin embargo, la Convención también determina
que las sentencias serán notificadas a las partes del caso y asimismo serán
transmitidas a todos los Estados partes en la Convención. Esta disposición
debe ser interpretada, en primer lugar, con base en el fundamento de la
protección internacional colectiva, por parte de todos los Estados partes de
la Convención Americana. Pero además de ello, las sentencias de la Corte
Interamericana deben ser transmitidas a todos los Estados partes en la
Convención, en virtud de que ellas establecen interpretaciones auténticas
de ésta que pasan a formar parte de la Convención misma.
De esta forma, las sentencias de la Corte Interamericana como sentencias
emanadas de un tribunal internacional o transnacional, son de obligatorio
cumplimiento por los Estados parte y se deben ejecutar directamente por y
en el Estado concernido, evidentemente sin que haga falta para ello ningún
procedimiento de pase en el derecho interno o exequatur. En este sentido la
Convención Americana es muy clara ya que incluso establece
expresamente, que la parte del fallo que disponga indemnización
compensatoria se podrá ejecutar en el respectivo país por el procedimiento
interno vigente para la ejecución de sentencias contra el Estado137.
Ello ha sido así en algunas jurisdicciones constitucionales en Europa, en
virtud del carácter fundamentalmente declarativo que se les atribuye a las
sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, a excepción de la
condena a las indemnizaciones compensatorias. Así, en el caso de la
jurisprudencia constitucional española, el Tribunal Constitucional ha

137
AYALA CORAO, Carlos. “La ejecución de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos

98
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Humanos”. Op. cit., p. 33.

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adoptado decisiones contradictorias con relación al carácter “obligatorio” de
la ejecución en su derecho interno de las sentencias del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos.

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CAPÍTULO V: LA CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
Y SU INTERPRETACIÓN

1. Naturaleza de la Convención

1.1. La CADH como Tratado Internacional


La Convención Americana de Derechos Humanos es un tratado
internacional; el cual, para objeto de la presente investigación,
conceptualizamos de acuerdo a la doctrina mayoritaria como el acuerdo
de voluntades entre dos o más sujetos de Derecho Internacional con
capacidad para celebrarlo en forma verbal o escrita, regido por el
Derecho Internacional, destinado a crear, regular, modificar o extinguir
una relación jurídica internacional cualquiera que sea su denominación
y ya sea que conste en un instrumento único o en dos o más
instrumentos conexos.
Ahora bien, enfocándonos en la CADH misma, ésta fue suscrita el 22
de noviembre de 1969 y entró en vigor el 18 de julio de 1978, al haber
obtenido la ratificación de 11 países.
La Convención Americana posee conjuntamente las tres características
que, según la jurisprudencia y la doctrina, son propias de todo tratado
internacional. Un tratado se caracteriza, en primer lugar, por consistir en
una declaración de voluntad común de dos o más sujetos
internacionales con capacidad suficiente. En el caso de la Convención,
sus partes contratantes coinciden en obligarse a respetar los derechos
humanos enunciados en ella y en crear un sistema institucional que
consta fundamentalmente de la Comisión y la Corte; la segunda
característica propia del tratado es que la declaración de voluntad
común ha de tender a establecer una regla de derecho en el orden
jurídico internacional; y, por último, la declaración de voluntad común ha
de estar regida directamente por el derecho internacional138.
Es así que, la CADH es un tratado plurilateral abierto a todo Estado
miembro de la Organización de Estados Americanos, que posee una

138
FIX-ZAMUDIO, Héctor. “Liber Amirocum – Volumen I”. Corte Interamericana de Derechos Humanos.
http://www.corteidh.or.cr/sitios/libros/todos/docs/liber1.pdf
naturaleza especial en sí misma por ser un tratado que versa sobre
derechos humanos139.

1.2. Características especiales por ser un Tratado sobre


Derechos Humanos
Una de sus particularidades se basa en que CADH no es un tratado
internacional que persigue un intercambio recíproco de beneficios y
ventajas, resultando de allí una correlación entre derechos y deberes
que se han pactado; sino que, por el contrario, tiene como fin el
establecimiento de un orden público común, cuyos destinatarios no son
los Estados, sino los seres humanos que pueblan sus territorios; de allí
que el efecto típico de la reciprocidad no se aplica en estos casos140.
Estas particularidades han sido resaltadas por la Corte Internacional de
Justicia, cuando señaló:
“En tal convención los Estados contratantes no tienen intereses
propios, tienen solamente, todos y cada uno de ellos, un interés
común, que es el de preservar los fines superiores que son la razón de
ser de la convención. En consecuencia, en una convención de este
tipo no puede hablarse de ventajas o desventajas individuales de los
Estados, ni de mantener un equilibrio contractual exacto entre
derechos y deberes. La consideración de los fines superiores de la
convención es, en virtud de la voluntad común de las partes, el
fundamento y la medida de todas las disposiciones”141.
Por su parte, la CorteIDH ha expresado lo siguiente al respecto:

139
Sobre este punto, tenemos a Carrillo Salcedo, Juan. “Derecho Internacional y Derechos Humanos”,
http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/viewFile/522/522, p.73; quien manifiesta que:
“Los Tratados Internacionales sobre derechos humanos surgen como resultado del proceso de
socialización del Derecho Internacional en la medida en que éste regula hoy relaciones sociales y
humanas más complejas y amplias que las tradicionales relaciones políticas entre Estados soberanos.
Por último, un proceso de humanización del orden internacional debido a que el Derecho internacional
ha comenzado a dar entrada a los pueblos y a la persona, rompiendo así el exclusivismo tradicional de
los Estados como únicos sujetos del Derecho internacional. El desarrollo del fenómeno de Organización
Internacional, la progresiva ampliación de las materias reguladas por el Derecho internacional, y la
creciente relevancia de la persona han incidido y modificado la naturaleza, estructura y funciones del
Derecho internacional que en muchos de sus principios inspiradores es hoy muy diferente del Derecho
internacional clásico”.
140
NIKKEN, Pedro. “El Derecho Internacional de los Derechos Humanos".
http://www.ulpiano.org.ve/revistas/bases/artic/texto/RDUCV/72/rucv_1989_72_15-52.pdf, p. 6.
141
“Réserves a la Convention pour la Prévention et la Répression du Crime de Génocide, Avis Consultatif” ,
CIJ. 1951, p. 23.
“no son tratados multilaterales del tipo tradicional concluidos en
función de un intercambio recíproco de derechos, para el beneficio
mutuo de los Estados contratantes. Su objeto y fin son la protección de
los derechos fundamentales de los seres humanos
independientemente de su nacionalidad, tanto frente a su propio
Estado como frente a los otros Estados contratantes. Al aprobar estos
tratados sobre derechos humanos, los Estados se someten a un orden
legal dentro del cual ellos, por el bien común, asumen varias
obligaciones, no en relación con otros Estados, sino hacia los
individuos bajo su jurisdicción”142.

De igual manera, ya en 1960, la CEDH143 ha señalado que el propósito


de las Altas Partes contratantes al adoptar el Convenio Europeo de
Derechos Humanos y Libertades Fundamentales no fue concederse
derechos o asumir obligaciones mutuas persiguiendo intereses
nacionales particulares, sino realizar los objetivos e ideales del Consejo
de Europa y establecer un orden público común (inspirado en valores
comunes superiores), entendiendo que el Convenio es esencialmente
de carácter objetivo, dirigido a proteger los derechos fundamentales de
los seres humanos.

En síntesis, tenemos que la CADH al ser un tratado sobre derechos


humanos, posee características que la distinguen de la generalidad de
tratados internacionales que repasamos a continuación: a) se inspiran
en valores comunes superiores (centrados en la protección del ser
humano),
b) están dotados de mecanismos específicos de supervisión, c) se
aplican de conformidad con la noción de garantía colectiva, d)
consagran obligaciones de carácter esencialmente objetivo, e), tienen
una naturaleza especial, que los diferencia de los demás tratados, los
que regulan intereses recíprocos entre los Estados Partes y f) su objeto
y fin son la protección de los derechos fundamentales de los seres
humanos, independientemente de la nacionalidad de éstos, tanto frente
a su propio
142
CorteIDH. “El efecto de las reservas sobre la entrada en vigencia de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (arts. 74 y 75). Opinión Consultiva OC-2/82 del 24 de setiembre de 1982. Serie A N°
2, párr. 29.
143
ECHR, “Austria Vs. Italy (“Pfunders” case)”, Appl. Nro. 788/60, “Yearbook of the ECHR”, vol. 4, 1961.
P. 116.
Estado como frente a los otros Estados contratantes; por lo cual,
consecuentemente debe ser abordada de manera distinta en diversos
aspectos, siendo uno de ellos el tema de su interpretación, materia de
estudio de la presente tesis que nos ocupa.

2. Interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos


La CADH al ser un instrumento jurídico (perteneciente al ordenamiento
jurídico internacional), es susceptible de interpretada como cualquier otra
norma, tal como hemos visto anteriormente. Es así que se aplica para ella lo
expresado por César Moyano al decir que la interpretación de un tratado
debe entenderse como la reflexión o el razonamiento que se hace para
determinar su sentido144.
Es preciso señalar previamente que la CADH es un tratado sobre derechos
humanos, cuya interpretación debe estar sujeta a las reglas generales de
interpretación de los tratados internacionales, a los criterios específicos que
fija la propia Convención y a las consideraciones especiales sobre su objeto
y fin, en las que se determina que sus disposiciones siempre han de
interpretarse en forma extensiva a favor de los seres humanos, de manera
evolutiva y buscando la efectividad de sus normas 145; en este apartado nos
avocaremos específicamente a los criterios específicos, dejando de lado por
un momento los criterios de interpretación de los tratados internacionales en
general146.
El profesor Humberto Nogueira Alcalá expresa cuáles son las reglas
básicas de interpretación de los derechos humanos 147; a saber:

144
MOYANO BONILLA, César, citado por AMAYA VILLARREAL, Álvaro. “El principio pro homine:
interpretación extensiva vs. el consentimiento del Estado”, op. cit., p. 341.
145
AGUIRRE ARANGO, José Pedro. “La interpretación de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos”. http://www.corteidh.or.cr/tablas/R22853.pdf, p. 74.
146
Al respecto, el artículo 31.1. de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados consagra la
regla general de interpretación de los tratados internacionales, según la cual todo tratado debe
interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuírsele a sus términos en el
contexto de éstos, y teniendo en cuenta su objeto y fin, lo cual puede disgregarse como criterios
objetivos de interpretación de la siguiente manera: a) un tratado debe interpretarse de buena fe, b) un
tratado debe interpretarse conforme al sentido corriente que tienen sus términos (interpretación
gramatical semántica), c) un tratado debe interpretarse tomando en cuenta su contexto (interpretación
gramatical sintáctica e interpretación sistemática), y d) un tratado debe interpretarse considerando su
objeto y fin (interpretación teleológico o finalista). Puede revisarse la Convención de Viena en la página
https://www.oas.org/36ag/espanol/doc_referencia/Convencion_Viena.pdf.
147
NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. “Los derechos esenciales o humanos contenidos en los tratados
internacionales y su ubicación en el ordenamiento jurídico nacional: doctrina y jurisprudencia”. Ius et
 Los principios pro cives, favor libertatis o pro homine, de conformidad
con los cuales, en caso de duda sobre qué norma que regula o reconoce
derechos humanos deba aplicarse, ya sea de derecho constitucional o
del derecho internacional de los derechos humanos incorporada al
derecho interno; debe preferirse aquella que mejor proteja a la persona y
que le permita gozar de una mejor manera su derecho, en una aplicación
coherente con los valores y principios que conforman la base de todo
ordenamiento jurídico.
 El principio de progresividad o de integralidad maximizadora del sistema,
que según Bidart Campos, determina que los derechos humanos están
en un proceso de constante evolución, desde de la aprobación de la
Declaración Universal de Derechos Humanos 148, habiéndose ampliado
paulatinamente en sus contenidos y garantías.
 El principio de retroalimentación recíproca entre el derecho interno y el
derecho internacional de los derechos humanos, el cual consiste en que
el juez nacional debe aplicar aquella norma que sea más favorable y
protectora para el ser humano, sin importar si la misma proviene del
derecho interno o del derecho internacional de los derechos humanos.
 El principio de indivisibilidad de los derechos, ya que éstos forman parte
del mismo sistema, en el que todos, sin que tenga injerencia alguna si
son derechos individuales, económicos, sociales o solidarios, deben ser
igualmente respetados y protegidos, sin perjuicio de su debida
ponderación en casos específicos.
 El principio de eficacia directa o autoejecutividad de los derechos
humanos, implica que éstos tienen aplicación directa, sin que la falta o
defectuosa regulación de los derechos contenida en normas secundarias
o reglamentarias deba servir de excusa para la plena vigencia de los
mismos.
 El principio de interpretación teleológica o finalista, por el que toda
interpretación de derechos humanos debe basarse en el fin último que

Praxis (online), vol. 9. No. 1, 2003. http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-


00122003000100020.
148
Declaración Universal de los derechos Humanos. París, 1948. http://www.un.org/es/documents/udhr/
dichas normas persiguen, el cual consiste en la protección más efectiva
de los derechos.
 Las normas que limiten o restringen el ejercicio o goce de los derechos
humanos deben aplicarse en sentido restrictivo. No pueden aplicarse
analógicamente limitaciones de derechos a otros derechos, ni tampoco
deben extenderse o ampliarse las limitaciones más allá de lo
expresamente autorizado.
Dicho ello, se deben observar las reglas básicas antes mencionadas al
momento de interpretar la CADH. De igual manera, esta Convención pose
sus directrices interpretativas, las cuales se conducen con las anteriores; tal
como se detalla:
Artículo 29. Normas de Interpretación
Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en
el sentido de:
a) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el
goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la
Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella;
b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda
estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados
Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos
Estados;
c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o
que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y
d) excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración
Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos
internacionales de la misma naturaleza.
Artículo 30. Alcance de las Restricciones
Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convención, al goce y
ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en la misma, no
pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se dictaren por razones
de interés general y con el propósito para el cual han sido establecidas.
Artículo 31. Reconocimiento de Otros Derechos
Podrán ser incluidos en el régimen de protección de esta Convención
otros derechos y libertades que sean reconocidos de acuerdo con los
procedimientos establecidos en los artículos 76 y 77.
Las directrices interpretativas que la CADH como instrumento internacional
impone, según la cual en general, ninguna interpretación puede ir en contra
o en detrimento de los derechos que protege deben ser observadas. Es
decir, sin necesidad de recurrir a los principios que inspiran los tratados de
derechos humanos, el intérprete debe guiarse por los límites que los
mismos imponen, de forma expresa a su tarea149.
Ahora bien, la interpretación de la CADH que nos interesa específicamente
es la interpretación que realiza la CorteIDH a través de las sentencias que
emite bajo su facultad contenciosa; es efecto, las sentencias de la CorteIDH
establecen interpretaciones auténticas de la CADH, las cuales pasan a
formar parte integrante de la Convención misma, ya que en lo sucesivo ésta
debe ser leída conforme a la interpretación establecida en dichas
decisiones150.
Aterrizando más respecto a la interpretación que realiza la CorteIDH de la
Convención, el profesor Cançado Trindade expresa que: “la Corte
Interamericana, en el establecimiento de casos que reflejan la realidad de
los derechos humanos en el continente americano, ha tenido también la
ocasión de construir su propia jurisprudencia sobre métodos de
interpretación de la Convención Americana”151.
Asimismo, manifiesta que la interpretación de la CADH es dinámica o
evolutiva; señalando que en la Opinión Consultiva N° 16 la Corte ha
aclarado que en la interpretación de las normas de la CADH se debe
extender la protección a nuevas situaciones en la base de derechos pre
existentes, la misma visión ha propuesto la Corte en su más reciente
Opinión Consultiva N° 18152.

149
AMAYA VILLAREAL, César. “El principio pro homine: interpretación extensiva vs. el consentimiento del
Estado”. Op. cit., p. 34.
150
AYALA CORAO, Carlos. “La ejecución de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos”. Op. cit., p. 134.
151
CANÇADO TRINDADE, Antônio Augusto y VENTURA ROBLES, Manuel E. “El futuro de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos”. San José: Corte Interamericana de Derechos Humanos, ACNUR,
2005, p. 419. Texto original: “The Inter-American Court, has also, in the settlement of cases which reflect
the realities of human rights in the American continent, had the occasion to construct its own case-law
on methods of interpretation of the American Convention (…)”.
152
Ib., p. 421. Texto original: “Moreover, the dynamic or evolutive interpretation of the respective human
rights Conventions has been followed by both the European Court and the Inter-American Court
(sixteenth Advisory Opinion, on The Right to Information on Consular Assistance in the Framework of the
Guarantees of the Due Process of Law, 1999; and eighteenth Advisory Opinion, on Juridical Condition
and Rights of
Podemos esbozar a manera de síntesis que la labor interpretativa de la
CADH por parte de la Corte implica una doble tarea; por un lado, hace uso
de las herramientas construidas por el Derecho Internacional general y por
otro, los aspectos relacionados específicamente con los derechos humanos,
los cuales dotan de su especial naturaleza a la Convención y hemos
abordado anteriormente.
Ahora bien; con respecto a la segunda tarea que hemos mencionado, esta
elaboración de interpretaciones del derecho contribuye a la formación de
nuevo derecho, lo amplía y permite su adaptación a realidades cambiantes,
siendo el caso de los derechos humanos, es una interpretación teleológica y
no restrictiva de las normas vigentes, lo que coadyuva al funcionamiento de
los sistemas de protección y, por ende, a una protección más eficaz de los
derechos de los seres humanos153.

Por último, también debe hacerse mención al principio de la progresividad


como mecanismo de interpretación de los derechos humanos, mediante el
cual, como cuestión de principio no se puede admitir una interpretación o
aplicación de una norma relativa a derechos humanos que resulte en una
disminución de su goce, ejercicio y protección efectivos; y además, que en
caso de que existan varias previsiones reguladoras de derechos, la que
debe aplicarse con prelación es la que disponga la regulación más
favorable. En consecuencia, la interpretación de las leyes relativas a
derechos humanos siempre debe guiarse por el principio de progresividad,
en el sentido de que siempre debe resultar una interpretación más
protectiva en relación con los mismos154.

Undocumented Migrants, 2003). (…) In its sixteenth and pioneering Advisory Opinion, of the greatest
importance (which has inspired the international case-law in statu nascendi on the matter), the Inter-
American Court clarified that, in its interpretation of the norms of the American Convention, it should
extend protection in new situations (such as that concerning the observance of the right to information
on consular assistance) on the basis of preexisting rights. The same vision has been propounded by the
Inter- American Court in its most recent and forward-looking eighteenth Advisory Opinion”.
153
CIURLIZZA, Javier. “La interpretación en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos: el caso de
la función consultiva de la Corte Interamericana”. AGENDA INTERNACIONAL. AÑO II N° 04, Enero-Junio
1995, p. 92.
154
BREWER-CARRÍAS, Alan. “La aplicación de los tratados internacionales sobre derechos humanos en el
orden interno de los países de América Latina”. http://www.corteidh.or.cr/tablas/R22024.pdf, p. 266.
Este principio de la progresividad en la interpretación de los derechos
humanos puede decirse que equivale al también denominado principio pro
homine, el cual ha sido definido como “un criterio hermenéutico que informa
todo el derecho de los derechos humanos, en virtud del cual se debe acudir
a la norma más amplia, o a la interpretación más extensiva, cuando se trate
de reconocer derechos protegidos”; y que implica que en materia de
derechos humanos, la interpretación “estará siempre a favor del hombre” 155;
dicho principio será abordado con mayor profundidad a continuación.

3. El Principio Pro Homine aplicado a la interpretación de tratados


sobre derechos humanos. El caso de la Convención Americana
Luego de haber abordado las diversas herramientas de interpretación tanto
las generales como las especiales que son posibles de utilizar al momento
de interpretar la Convención; el principio pro homine156 emerge como la
herramienta fundamental para la correcta aplicación de las normas que ésta
contiene en aras de la protección de los derechos humanos en la región
americana, mencionando que dicho principio es cada vez más aceptado por
los estudiosos del Derecho Internacional de los derechos humanos, incluso
reconocido como parte de la lógica y la principiología propias de dicha área
del Derecho157. De igual manera, reiteramos que el DIDH, como todo
corpus jurídico se nutre de reglas y principios, siendo el más importante el
principio pro homine o pro persona158.

3.1. Origen y Concepto del Principio Pro Homine


En este punto nos abocaremos específicamente a lo que es el principio
pro homine; y, siguiendo un orden cronológico, éste parece haber sido
definido por primera vez por el juez Rodolfo E. Piza Escalante en uno
de sus votos adjuntos a una decisión de la CorteIDH, donde señaló que
el principio pro persona es: “un criterio fundamental que impone la

155
Ib., p. 266.
156
Denominado de esta manera al ser considerado como un principio general del derecho internacional.
157
HENDERSON, Humberto. “Los tratados internacionales de derechos humanos en el orden interno: la
importancia del principio pro homine”. http://www.corteidh.or.cr/tablas/R06729-3.pdf, p. 89.
158
SALVIOLI, Fabián. “Un análisis desde el principio pro persona, sobre el valor jurídico de las decisiones
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.
http://www.procuraduria.gov.co/portal/media/file/2(1).pdf, p. 2. Dicho autor prefiere denominar a dicho principio
como el “principio pro persona”.
naturaleza misma de los derechos humanos, la cual obliga a interpretar
extensivamente las normas que lo consagran o amplían y
restrictivamente las que los limitan o restringen. De esta forma, el
principio pro persona conduce a la conclusión de que la exigibilidad
inmediata e incondicional de los derechos humanos es la regla y su
condicionamiento la excepción”159.

Ahora bien, puede ser definido como un criterio hermenéutico que


informa todo el derecho de los derechos humanos, en virtud del cual se
debe acudir a la norma más amplia, o a la interpretación más extensiva,
cuando se trata de reconocer derechos protegidos e, inversamente, a la
norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de
establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o su
suspensión extraordinaria. Este principio coincide con el rasgo
fundamental del derecho de los derechos humanos, esto es, estar
siempre a favor del hombre160.

3.2. Positivización y uso en el Derecho Interamericano


Esta pauta interpretativa se encuentra consagrada positivamente 161; ya
que por lo general, los instrumentos internacionales de derechos

159
Opinión separada del juez Rodolfo E. Piza en CorteIDH: “Exigibilidad del Derecho de Rectificación o
Respuesta (arts. 14.1, 1.1. y 2 CADH), Opinión Consultiva OC-7/86del 29 de agosto de 1986, serie A,
nro.7, párr. 36. Si bien ésta constituye lo que podríamos considerar como la primera definición integral
del principio pro persona, el juez Piza Escalante ya había comenzado a abordar el tema desde su voto
particular en la Opinión Consultiva oc-5/85. En aquella ocasión afirmó que “si la Convención prohíbe las
restricciones indirectas al derecho a la libertad de expresión, no es posible entender que permita las
directas. Por lo demás, el hecho de que una prohibición expresa solamente se refiera a la comunicación
o circulación de ideas u opiniones, no puede interpretarse como que sí permite restricciones a la
libertad de información, en el sentido de la búsqueda y difusión de noticias sin contenido ideológico,
porque esta libertad implica también la comunicación y, sobre todo, la circulación de ideas u opiniones
ajenas, al lado de las simples noticias, que serían las únicas no incluidas expresamente en la prohibición.
De todos modos éstas pueden y deben considerarse implícitamente contempladas en ellas en virtud del
principio de interpretación extensiva de los derechos humanos y restrictiva de sus limitaciones (principio
pro homine), y del criterio universal de hermenéutica de que ‘donde hay la misma razón hay la misma
disposición’”. Véase “Opinión Separada del juez Rodolfo E. Piza Escalante”, en CorteIDH, La Colegiación
Obligatoria de Periodistas (Arts. 13 y 29 Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión
Consultiva oc-5/85 del 13 de noviembre de 1985, serie A, núm. 5, párr. 12.
160
PINTO, Mónica. “El principio pro homine. Criterios de la hermenéutica y pautas para la regulación de
los derechos humanos”. http://www.corteidh.or.cr/tablas/20185.pdf, p.1. Cabe resaltar que la mayoría
de la doctrina latinoamericana revisada que aborda el tema del principio pro homine utiliza la definición
esbozada por Mónica Pinto y no se remiten directamente al voto del juez Piza Escalante que
mencionamos con anterioridad.
161
PINTO, Mónica, Ib., p. 1.
humanos establecen que ninguna de sus disposiciones autoriza a
limitar los derechos protegidos en mayor medida de la prevista, a limitar
el goce y ejercicio de cualquier otro derechos o libertad que pueda estar
reconocido en otra norma internacional o interna en vigor, ni a excluir o
limitar el efecto que puedan producir las normas consuetudinarias en
materia de derechos humanos, tal como es el caso de la CADH162.

A su vez, la CorteIDH se ha pronunciado en reiteradas ocasiones, a


través de su jurisprudencia contenciosa, respecto de la interpretación
favorable a la persona humana, por medio de la lectura del artículo 31
de la CVDT163, en especial su numeral primero, es decir, según el
objeto y fin del tratado. Es decir, según la Corte, el principio pro homine
emana a su vez del objeto y fin de los tratados de protección de
derechos humanos164, en razón a que se tiene que considerar en la
labor del intérprete según el artículo antes mencionado de la
Convención de Viena165.

162
Artículo 29 de la CADH.
163
GROS ESPIELL, Héctor. “Los métodos de interpretación utilizados por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en su jurisprudencia”. CorteIDH, 1994, pp. 223-244.
164
El objeto y fin de un tratado sobre derechos humanos como lo es la CADH se encuentra en forma
tácita en el preámbulo e instrumento mismo, aunque eso no es óbice para que no pueda ser hallado en
otros pasajes del tratado. Preámbulo de la Convención Americana:
“Reafirmando su propósito de consolidar en este Continente, dentro del cuadro de las instituciones
democráticas, un régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos
esenciales del hombre;
Reconociendo que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de
determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la persona humana, razón por
la cual justifican una protección internacional, de naturaleza convencional coadyuvante o
complementaria de la que ofrece el derecho interno de los Estados americanos;
Considerando que estos principios han sido consagrados en la Carta de la Organización de los Estados
Americanos, en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos que han sido reafirmados y desarrollados en otros instrumentos
internacionales, tanto de ámbito universal como regional;
Reiterando que, con arreglo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sólo puede realizarse
el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria, si se crean condiciones que permitan a
cada persona gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos
civiles y políticos, y
Considerando que la Tercera Conferencia Interamericana Extraordinaria (Buenos Aires, 1967) aprobó la
incorporación a la propia Carta de la Organización de normas más amplias sobre derechos económicos,
sociales y educacionales y resolvió que una convención interamericana sobre derechos humanos
determinara la estructura, competencia y procedimiento de los órganos encargados de esa materia”.
165
AMAYA VILLARREAL, Álvaro. Op. cit., p. 361.
110
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Tal como hemos mencionado en líneas anteriores, de la lectura de la
CADH resulta evidente que el objetivo primordial es reconocer derechos
al ser humano, por lo que la interpretación debe hacerse a favor del
individuo, o en otras palabras, debe hacerse aquella que mejor proteja
al individuo o la víctima de una violación a sus derechos humanos 166.
Este principio de interpretación pro homine, debe ser inspirador del
derecho internacional de los derechos humanos y representar una
fundamental e indispensable regla de hermenéutica en el momento de
la aplicación de la CADH por la CorteIDH.

Si en otras ramas del derecho existen reglas de hermenéutica


similares167 a la que nos ocupa, mucho más sentido tiene el principio de
interpretación pro homine, cuando de lo que se trata no es de estar en
desventaja frente a otro particular o frente a un empresario, sino de la
desigualdad existente entre un individuo y el propio Estado, para hacer
valer nada más y nada menos que sus derechos fundamentales como
soporte indispensable y excluyente de todos los otros derechos del ser
humano168; es decir, es un principio cuya aplicación en los casos
concretos permiten garantizar la vigencia de los derechos
fundamentales169.

3.3. Características
Entre las características del PPH podemos señalar las planteadas por
Drnas de Clément170, las cuales son que el PPH se ha expandido desde
la base convencional hacia la consuetudinaria y la principalista (aquí
hablamos de la existencia de dicho principio en contenidos
preceptuales de instrumentos convencionales tal como ya se refirió con
anterioridad respecto a la CADH), en materia de derechos humanos
tiene naturaleza sui generis ya que posee una connotación propia, el
PPH informa todo el

166
HENDERSON, Humberto. Op. cit., p. 91.
167
Verbigracia, la regla civilista del favor debitoris, la penalista in dubio pro reo, la labor del in dubio pro
operario, entre otras.
168
HENDERSON, Humberto. Op. cit., p. 92.
169
MEZA ASTUVILCA, Luis Alberto. “El principio pro actione y pro homine en la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional”. Gaceta Jurídica. Tomo 07, julio 2012, p. 19.
11
1
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170
DRNAS DE CLÉMENT, Zlata. “La complejidad del principio pro homine”.
http://www.corteidh.or.cr/tablas/r33496.pdf, pp. 103-106.

11
2
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derecho de los derechos humanos cualquiera sea su ámbito de
aplicación, es autónomo, es relativo (no absoluto), es móvil, flexible y
dinámico; a su vez, tenemos que es irreversible, es neutralizador de la
temporalidad normativa171 y, finalmente, el PPH se está transformando
en el principio motor de la protección de los derechos humanos por
sobre todo derecho convencional o pactado internacional o nacional172.

3.4. Rol y Aplicación


Cabe precisar a su vez el rol que cumple este principio, tal como lo es
actuar como principio de interpretación (al que nos avocamos en la
presente investigación), principio de determinación de la norma
aplicable en caso de concurrencia o conflicto de normas, principio rector
en la relación entre derecho interno y derecho internacional y principio
articulador de todo el sistema normativo173.

171
Resaltamos la presente característica por referirse a que este principio valida la norma más
protectora del derecho a salvaguardar en la situación, sosteniendo la atemporalidad.
172
Al respecto, ver HERNANDEZ VASQUEZ, Gerardo. “Principio pro homine”. Universidad Autónoma de
Tlaxcala, Centro de Investigaciones jurídico políticas, Tlexcala, 2014. https://www.iij-
unach.mx/images/docs/DH/ghv.pdf
173
DRNAS DE CLÉMENT, Zlata. “La complejidad del principio pro homine”. Op. cit., pp. 107-108.
PARTE III

CAPÍTULO VI: RESULTADOS

PRIMER RESULTADO: RELACIÓN DE PERTENENCIA Y


COMPLEMENTARIEDAD ENTRE EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS Y EL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

DERECHO INTERNACIONAL
COMPLE MENTARIERDAD

DERECHO INTERNACIONAL
DE LOS DERECHOS HUMANOS
SEGUNDO RESULTADO: RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LOS
DERECHOS HUMANOS

PROGRESIVIDAD

DERECHOS HUMANOS
INDIVISIBILIDAD UNIVERSALIDAD

DIGNIDAD
TERCER RESULTADO: CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN APLICABLES A
LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS

PRINCPIO PRO
MÉTODO
MÉTODO HOMINE
SOCIOLÓGICO
HISTÓRICO

INTERPRETACIÓN
DE LA
CONVENCIÓN

REGLAS
CONTENIDAS EN INSTRUMENTOS INTERNACIONALES INTERPRETACIÓN
EXTENSIVA
CUARTO RESULTADO: POSTURAS FRENTE A LA LABOR DE LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

POSTURA DINÁMICO- EVOLUTIVA


POSTURA ESTÁTICA
QUINTO RESULTADO: CARÁCTER PROGRESIVO DE LA
INTERPRETACIÓN DE LA CONVENCIÓN EN LA JURISPRUDENCIA DE LA
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

DERECHO INTERPRETACIÓN
SENTENCIA(S) CONSAGRADO EXTENSIVA DEL
DERECHO

- Caso Comunidad Derecho a la propiedad Derecho de propiedad


Indígena Yakye Axa consagrado en el art. 21 territorial indígena y
Vs. Paraguay. de la CADH. tribal.

Garantías judiciales
- Caso Alban Cornejo regulado en el art. 8 y
y otros Vs. Ecuador. derecho a la protección Derecho a la verdad
judicial en el art. 25 de
la
CADH.
- Caso Norín
Catrimán y otros
(dirigentes, Derechos políticos Derecho al acceso a la
miembros y prescrito en el artículo función pública como tal
activista del pueble 23 de la CADH.
indígena Mapuche)
Vs. Chile
CAPÍTULO VII: DISCUSIÓN DE RESULTADOS

1. RELACIÓN DE PERTENENCIA Y COMPLEMENTARIEDAD ENTRE EL


DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y EL
DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO, cuadro 1
La protección del ser humano no es competencia exclusiva de los Estados
ya que muchas veces ellos son los principales transgresores de los mismos.
Es por ello, que la protección jurídica de los derechos de las personas no se
agota en la jurisdicción interna, sino que ésta se complementa con las
normas del derecho internacional; en nuestro caso, con los tratados de
protección de los Derechos Humanos del Hemisferio Americano.

Para comprender la relación entre el Derecho Internacional Público y el


Derecho Internacional de los Derechos Humanos es pertinente recurrir a la
historia dado que tradicionalmente el Derecho Internacional Público tenía
como único y principal sujeto al Estado; no obstante, producto de distintas
luchas y vulneraciones a la dignidad del ser humano, se inició un proceso de
humanización, donde los distintos Estados, de diferentes costumbres,
tradiciones, ideologías, religiones convinieron en la relevancia de la “persona
humana” en la comunidad internacional, es por ello, que dejamos de hablar
del individuo como objeto de protección de las normas internacionales.
Actualmente, el ser humano ostenta la calidad de sujeto de derecho
internacional, por lo cual tiene un conjunto de derechos y obligaciones
derivado directamente de las normas internacionales.

Dicho esto, es imposible negar que el Derecho Internacional Contemporáneo


resguarda los derechos del individuo. En un caso práctico, podríamos decir
que si un individuo considera que se ha vulnerado su derecho a la integridad
personal (reconocido en la CADH), y no encuentra justicia en el plano
nacional; éste puede recurrir a un órgano supranacional, es decir, la
CorteIDH, en la medida que el Estado demandado haya consentido que ésta
pueda ejercer competencia. Consideramos que en este somero ejemplo se
puede visualizar la relación de correspondencia y complementariedad que
existe entre estas dos ramas del Derecho. De esta manera, el derecho
internacional
cumple un rol fundamental para comprender a los derechos humanos y su
protección efectiva.
Ahora, si bien, producto del desarrollo del Derecho es posible esbozar el
término de Derecho Internacional de los Derechos Humanos; no debemos
olvidar que éste forma parte del Derecho Internacional Público; por lo tanto,
todas las categorías, principios, métodos, etcétera, tales como los
mecanismos coercitivos para el cumplimiento de los tratados internacionales,
el principio de consentimiento como base para las obligaciones
internacionales, los principios de la Convención de Viena, entre otros, deben
ser utilizados en la interpretación de las normas de los derechos humanos.

En síntesis, la corriente intersocial internacional ha ido configurando al


derecho de los derechos humanos como “derecho especial” o “régimen
autónomo”, correspondiendo una u otra designación conforme el grado de
alejamiento de la disciplina central (Derecho Internacional Público) en la que
se inserta o de la que se separa174, ante lo cual consideramos que es
correcto afirmar que si bien es una rama que tiene sus particularidades, se
encuentra inserta dentro del campo de estudio del Derecho Internacional
Público, evidenciándose de esta manera la complementariedad que
planteamos. En otras palabras, ha ido construyendo un conjunto de valores
propios que conllevan patrones particulares de arquitectura jurídica e
interpretación normativa (base del presente trabajo), de solución de
conflictos, alejándose cada vez más del derecho internacional clásico y de la
voluntad de los Estados que le dieron origen en beneficio de la mayor tutela
de los derechos humanos en el sistema regional interamericano.

174
DRNAS DE CLÉMENT, Zlata. “La complejidad del principio pro homine”. Op. cit., p. 100.
2. RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LOS DERECHOS HUMANOS, cuadro
2 Como hemos venido analizando, el meollo de la presente investigación
radica en la interpretación que realiza la CorteIDH sobre la posible
vulneración de los derechos humanos reconocidos en la CADH y en otros
instrumentos internacionales de su competencia tales como la Convención
Interamericana para prevenir y sancionar la tortura, la Convención Belem Do
Para, entre otros. En este contexto, creemos necesario especificar la
naturaleza de los derechos humanos; es decir, si al hablar de derechos
humanos éstos tienen la misma connotación con otros derechos reconocidos
en las leyes de los Estados o si, caso contrario, tienen una naturaleza
especial, motivo por el cual han sido plasmados en distintos instrumentos de
la comunidad internacional.
Es posible reconocer que en la actualidad el concepto de derechos humanos
ha evolucionado en cuanto a su concepción, siendo entendido incluso como
un código de principios éticos que se propone como emblemático, vinculante
y alternativo frente a las concepciones éticas tradiciones o culturales. Los
derechos humanos ofrecen en nuestra época, lo que podríamos denominar
“parámetros mínimos de la moral” con ideal de ser de alcance universal y
que dichos lineamientos sean los que orientan la conducta social e
individual175. Como podemos apreciar el concepto esbozado en el párrafo
anterior dista del concepto tradicional de los derechos humanos; el cual los
conceptualiza como derechos inherentes a todos los seres humanos, sin
distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional
o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos
los mismos derechos humanos, sin discriminación
alguna. Estos derechos son interrelacionados,
interdependientes e indivisibles. Entonces consideramos que los conceptos
de derechos humanos, tanto el tradicional como el actual, no son
contradictorios; sino que éstos se complementan y nos brindan una visión
holística de los derechos humanos, dado que resaltan sus caracteres
principales tales como la universalidad e indivisibilidad, y a su vez, dota a
estos de dinamismo y los relaciona con la conducta que debe adoptar la
sociedad.

120
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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
175
POLLMANN, Arnd. “Los derechos humanos: ¿universales e indivisibles?”. Ed. Instituto de Democracia y
Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú – IDEHPUCP. Lima, 2008, p. 12.

120
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Con el fin de poder definir si los derechos humanos tienen naturaleza
especial respecto de los otros derechos; es importante, deslindar las
diferencias entre los derechos jurídicos y los derechos humanos. En primer
lugar, los derechos jurídicos son, pues, los derechos que le son otorgados a
los individuos mediante leyes; mientras que los derechos humanos incluso
cuando no existen leyes que los regulen están vigentes en un Estado. Caso
contrario, si nos ponemos en el caso hipotético de equiparar a los derechos
jurídicos y a los derechos humanos, nos veríamos obligadas a aseverar que
los derechos humanos son otorgados por leyes, es decir a través de la
voluntad de los Estados; lo cual creemos es rotundamente falso.
Un rasgo fundamental de la naturaleza especial de los derechos humanos
es la universalidad, en virtud del cual todas las personas:
independientemente de su condición u origen tenemos derechos. Por eso no
importa la raza, el sexo, la tendencia política, la orientación sexual, la cultura
o la religión que tengamos; tampoco importa la nacionalidad o el lugar en
que se viva. Cada persona tiene la misma dignidad y ninguna persona
puede estar excluida o discriminada del disfrute de sus derechos. En ese
sentido, los derechos humanos son pretensiones o exigencias del hombre
que poseen la fuerza de ser vinculantes para todas las demás personas
exclusivamente por el hecho de que se trata de pretensiones de un ser
humano, es decir, de un miembro de la comunidad humana. Es necesario,
precisar que no son exigencias que se dirigen inmediatamente a los seres
humanos en cuanto individuos, sino ante todo el orden público vigente, es
decir, son exigencias ante el poder público del Estado.
Además de la universalidad, es necesario destacar que todos los derechos
tienen el mismo peso, es decir, resulta imposible aseverar que el derecho a
la libertad de expresión prevalece sobre el derecho al honor; en otras
palabras, no es posible afirmar per se la preminencia de un derecho sobre
otro, salvo que exista un caso concreto donde se tendrá que ponderar e
interpretar las circunstancias particulares de la controversia. Entonces, al
hablar de la indivisibilidad, podemos decir que todos los derechos tienen el
mismo peso y que al utilizar el término de “derechos humanos”, sea sin
distinción alguna, en busca de la complementariedad de los mismos y
evitando cualquier tipo de jerarquización y que las obligaciones de los
12
1
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derechos humanos son

12
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universales más allá de las particularidades de los Estados. Como podemos
observar tanto el concepto de universalidad e indivisibilidad se encuentran
sumamente relacionados, y consideramos que a esto se debe sumar que la
base del sistema de derechos humanos se encuentra en la dignidad del ser
humano; por lo cual no se puede pensar en el concepto de “derechos
humanos” y “dignidad humana” por separado.
Para analizar esta relación es importante recurrir al telos de los derechos
humanos, nosotras creemos que los derechos humanos tienen como objeto
y fin que las personas lleven una vida con dignidad, entonces podemos
dilucidad que la dignidad es la piedra angular de la fundamentación de los
derechos humanos. Esta afirmación puede ser comprobada a través de
hechos históricos tales como la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948, la cual fue respuesta al debacle político y moral de la
comunidad internacional, en la que se llegó a dañar y destruir lo que
llamamos “la dignidad humana”; tal como lo señala Charles R. Beitz 176, “los
derechos humanos fueron una creación de postguerra tendiente a poner
límites al poder soberano de los Estados territorialmente organizados”.
De lo dicho hasta el momento, podemos deducir que los derechos humanos
son los derechos que tiene el individuo frente al Estado. Sin embargo, los
Estados cumplen con el contradictorio rol de ser garante de los derechos y a
su vez el violador de éstos, y en el transcurso de la historia, el aparato
político de los Estados se ha vuelto un peligro fundamental para los
derechos humanos y la dignidad humana, los cuales requieren ser
institucionalizados y garantizados a nivel internacional. Entonces, la dignidad
no solo fue el concepto que dio origen a los derechos humanos, sino
también es el núcleo central de la protección por parte de los Estados de la
Comunidad Internacional; precisando, además que derechos humanos no
solo implica la “supervivencia de la vida humana”, es decir, que respeten
ciertos parámetros mínimos para proteger al ser humano; caso contrario, el
respeto de los derechos humanos implica una calidad de vida de grado
superior.
Finalmente, habiendo ya analizado la fundamentación de los derechos
humanos desde el punto de vista clásico-iusnaturalista, creemos que esta
176
BEITZ, Charles. “La Idea de los Derechos Humanos”. Ed. Jurídicas y Sociales S.A. Madrid, p. 16.
fundamentación sería retrógrada si no mencionamos el carácter progresivo
del que se ha provisto actualmente el sistema de derechos humanos en la
práctica internacional. Creemos que en los últimos años, los derechos
humanos ya no tienen un concepto unívoco y estático, el cual disminuye la
esfera de protección a la “persona humana”; caso contario, los derechos
humanos son vistos por los distintos órganos que administran justicia a nivel
regional, en nuestro caso, la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
como potestades de los individuos frente a los Estados para la exigencia de
una vida donde existan parámetros que garanticen una vida con dignidad
humana, donde los derechos no solo sean lo que está escrito en los tratados
sino que vaya más allá, es decir, que a través de su interpretación se logre
una mayor protección al ser humano, el cual es el inicio y fin del sistema de
derechos humanos.
3. CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN APLICABLE A LA CADH, cuadro 3
Tal como se observa en el diagrama correspondiente al punto 3 de los
resultados de la presente investigación, hemos plasmado de manera
sintética
-luego de analizar y procesar toda la información relacionada con los
métodos de interpretación jurídica en general, la interpretación de
instrumentos internacionales de protección de derechos humanos y sus
especificidades- los que consideramos los criterios interpretativos que deben
ser utilizados y aplicados al momento de interpretar la CADH;
específicamente, al realizar esta labor interpretativa los jueces de la
CorteIDH (función contenciosa) al momento de decidir los casos sometidos a
su conocimiento y plasmar su decisión en la sentencia (interpretación
auténtica realizada por la Corte).

En un primer momento del proceso interpretativo, tal como hemos


determinado anteriormente, la Convención es un instrumento jurídico
perteneciente al Derecho Internacional de los Derechos Humanos
(comprendido en el Derecho Internacional Público tal como se detalló
anteriormente) por lo cual cabe resaltar que existe en el marco de dicho
ordenamiento jurídico ciertos criterios de interpretación establecidos en la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, reglas contenidas
en el artículo 31 y 32 de dicha norma jurídica internacional que deben ser
observadas por cualquier juzgador cuando tenga que desentrañar el sentido
de una norma ante la oscuridad de sus términos. Dicho ello, las
mencionadas reglas generales de interpretación indudablemente deben ser
aplicadas al momento de la interpretación de la Convención puesto que
consagran el principio de buena fe, la interpretación semántica y sintáctica y
prescriben observar el objeto y fin del tratado (interpretación teleológica), lo
que encaja perfectamente dentro del esquema interpretativo que planteamos
para la CADH al beneficiarla, ya que tampoco determina ningún techo
máximo para su labor y alcances.

En segundo lugar, tal como lo ha afirmado la CorteIDH, los tratados


internacionales sobre derechos humanos normalmente contienen una norma
precisa respecto de su interpretación, como es el caso de la CADH, la cual
debe coexistir con los principios establecidos en la Convención de Viena.
Bajo
la misma línea argumentativa, el artículo 29 de la Convención y los criterios
de interpretación que se derivan de ésta no son propiamente una excepción
a la regla, sino una adaptación de los principios generales de hermenéutica
que aplican a cualquier tratado internacional, a través de la cual se busca
responder a la naturaleza específica de las normas de derechos humanos.
Incluso se podría argumentar que los principios de interpretación específicos
implican, de hecho, enfatizar algunos de los principios clásicos como la
importancia de atender al objeto y fin del tratado específico. Ahora bien,
deben ser aplicadas las normas de interpretación contenidas en la propia
Convención, en su artículo 29; las cuales determinan de manera general que
ninguna disposición de la CADH puede ser interpretada en sentido de
generar un detrimento de los derechos que ésta protege, estableciendo que
no pueden ser suprimidos o limitados los derechos y libertades, no se puede
limitar el goce y ejercicio de un derecho reconocido de acuerdo al derecho
interno de un Estado o convención de la que sea parte, tampoco es posible
excluir derechos y garantías inherentes al ser humano así como excluir o
limitar el efecto que pueda producir la Declaración Americana 177 y otros actos
internacionales. Dichas normas interpretativas que emanan de la propia
Convención deben ser observadas como punto de partida, ya que esbozan
el marco general del cual no se puede salir, estando redactado en sentido
negativo; es decir, lo que no se puede realizar por medio de la interpretación,
mas no detalla las acciones positivas que se puedan efectuar o alcances a
los que se pueda llegar por medio de la interpretación.

En tercer lugar, tenemos un punto que es pieza clave en nuestro


planteamiento ya que el Principio Pro Homine aporta una nueva perspectiva
a toda la labor interpretativa que consideramos ser la adecuada. Con respeto
a ello, algunos doctrinarios han señalado que las pautas hermenéuticas son
distintas en materia de derechos humanos a las de otras ramas del derecho
y por ello se alejan de las técnicas tradicionales y de la lógica de la

177
Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre, aprobada en la Novena Conferencia
Internacional Americana, Bogotá, Colombia, 1948. Obtenida de:
http://www.oas.org/es/cidh/mandato/Basicos/declaracion.asp
argumentación178; y, es aquí donde el Principio Pro Homine reviste su mayor
importancia ya que es el agente de evolución y cambio para el esquema
tradicional. Dicho ello, consideramos que si bien es cierto, al momento de
interpretar la CADH -en atención a que es una tratado sobre derechos
humanos- se deben preferir ciertos criterios que favorezcan la protección de
los derechos y su efectividad -tal como hemos señalado líneas arriba-, los
actos iniciales pasan por observar tantos las normas interpretativas de la
propia Convención como las reglas de la Convención de Viena; para luego
orientar sus resultados en mérito a la aplicación del Principio Pro Homine.

Consideramos al PPH como un instituto jurídico, en tanto conforma una idea


entendible como conjunto, como complejo con entidad lógico-jurídica propia,
que permite dirigir en abstracto la línea jurídica (plena de valores) a aplicar
en casos concretos y viceversa, desde la situación fáctica ascender a lo
general, al instituto jurídico -claro que es más evidente su accionar en el
primer escenario-, por lo cual lo consideramos más que una simple
herramienta interpretativa, lo entendemos como regla general del derecho de
los derechos humanos del más alto nivel jerárquico en el sistema
(especialmente el interamericano que nos ocupa), ubicándose en la cúspide
del complejo corpus iuris de los derechos humanos que prioriza a la persona
frente a otros sujetos internacionales (verbigracia el Estado).

Para situarnos en el contexto de aplicación de este principio a la


interpretación debemos mencionar que hemos pasado de un derecho
internacional con bases ordenativas fundadas en el acuerdo de los Estados
y en el constitucionalismo internacional a un derecho global, trasnacional,
centrado en el ser humano como fruto de la revalorización de las teorías
sociológicas de fines del siglo XIX e inicios del XX, cambiando así las
características propias del ordenamiento jurídico internacional también
conocido como comunidad internacional, sociedad internacional o societé
internationale globale ou oecuménique, que al igual que el derecho interno
está conformado por leyes objetivas (droit objectif) que se deriva de la
realidad social (fait
178
Al respecto ver: CARPIO MARCOS, Edgar. “La Interpretación de los derechos fundamentales”. Palestra,
Lima, 2004, pp. 72 y ss.
social), lo cual debe estar al tanto de la sociedad actual y su necesidad de
protección de los derechos humanos.

El PPH posee calidad de eje dinamizador de todo el sistema de protección


de los derechos humanos179, alejándose cada vez más de la voluntad de los
Estados y el derecho positivo construido por ellos; por lo cual es imperativa
su utilización al momento de interpretar la Convención ya que en base a
dicha regla -en vía de interpretación valga la redundancia- se busca
asegurar que en toda decisión se alcance el resultado que mejor proteja al
ser humano, el cual es el objetivo último perseguido tanto por la Convención
como por la CorteIDH.

El PPH en tanto criterio hermenéutico fundamental para la protección


efectiva de las personas, evidencia su accionar ya que cuando se trata de un
caso que involucre derechos humanos, la interpretación de las normas debe
ampararse en su peso sustantivo, no en criterios formalistas que pongan en
peligro el ejercicio efectivo de éstos, priorizando la aplicación del Principio
Pro Homine. En ese contexto, nos ubicaríamos en un debate que parece
identificar a los derechos humanos como normas-principios, tal como han
sido definidos por autores como Robert Alexy. En su propuesta teórica, éste
afirma que los principios, entre los que se pueden incluir a casi todas las
disposiciones constitucionales e internacionales de derechos humanos, “son
normas que ordenan que algo sea realizado en la mayor medida posible,
dentro de las posibilidades jurídicas y reales existentes” 180, lo cual se
condice con nuestro planteamiento interpretativo.

Para concluir con este punto, reiteramos que el Principio Pro Homine (en
sentido estricto) implica la imperiosa necesidad de atender, en su
interpretación y aplicación, a la naturaleza de las normas de derechos
humanos, razón por la cual los juzgadores deberían preguntarse, más allá
de analizar el texto explícito del enunciado normativo, cuál es el sentido real,
el objetivo y fin del reconocimiento de ese derecho y a partir de dicha
interrogante realizar una labor interpretativa que conlleve a la protección

179
DRNAS DE CLÉMENTE, Zlata. “La complejidad del principio pro homine”. Op. cit., pp. 102-103.
180
ALEXY, Robert. “Teoría de los derechos fundamentales”. 2ª ed., Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2008, p. 66.
eficaz de las personas atendiendo al mismo tiempo a la naturaleza
específica de los derechos humanos.

Cerrando con el esquema circular que planteamos, tenemos a su vez como


punto resaltante la construcción e interpretación que denominamos
extensiva
–la cual puede recibir otras denominaciones tales como interpretación
amplia, evolutiva, expansiva, dinámica, entre otras que para efectos de la
presente investigación se refieren a la misma idea que a continuación
plasmaremos-; es decir, la interpretación de los derechos humanos debe ser
siempre extensiva, existiendo una presunción de máximo goce, máximo
ejercicio y máxima exigibilidad de los derechos, teniendo como contracara la
interpretación restrictiva de sus limitaciones.

Como podemos apreciar hasta ahora, la interpretación extensiva de los


derechos deviene en proceso/resultado del proceso interpretativo antes
descrito ya que, luego de pasar por la aplicación de los criterios
hermenéuticos generales y aplicación del PPH, tenemos como producto un
derecho que al haber sido interpretado ahora posee mayores alcances, ha
ampliado su ámbito de protección de acuerdo a las nuevas situaciones que
se vienen dando en la realidad social. Este proceso de igual manera ha
conllevado a integrar las normas y precedentes más recientes de la
CorteIDH que va enriqueciendo su accionar (siempre y cuando establezcan
un criterio que favorezca más a la persona), radicando la esencia de la
interpretación, que recae en las manos de los jueces de la CorteIDH, en el
reconocimiento que las normas de derechos humanos no son disposiciones
estáticas, sino que su interpretación debe tomar en cuenta las realidades
culturales y sociales en que se insertan las decisiones.

Finalmente, fuera de nuestro ciclo interpretativo pero de igual manera dentro


de nuestro esquema, hemos considerado al método histórico y al método
sociológico para ser consideramos y utilizados como herramientas
hermenéuticas al momento de interpretar la CADH. Con respecto al método
histórico, no podemos desconocer el desarrollo histórico que han tenido los
derechos humanos y el hecho de haber sido plasmados en instrumentos
internacionales para su protección, razón por la cual los intérpretes deben
indagar no solo la voluntad del creador de dichas normas (los Estados partes
de la CADH en nuestro caso), sino especialmente enfocarse en la voluntad
objetiva del instrumento mismo que conduzca a encontrar la solución justa
para cada caso que se presente de acuerdo a la evolución de los tiempos.
En referencia al método sociológico, es imprescindible que los intérpretes del
Derecho realicen un análisis sociológico de la norma a interpretar antes de
su aplicación, ya que deben atender a todos los fenómenos sociales a fin de
adecuar la Convención como norma jurídica internacional a las exigencias
sociales contemporáneas que van cambiando sin cesar, los jueces no
pueden abstraerse de la realidad social y aplicar la CADH como un
procedimiento meramente técnico y lógico, sino que deben efectuar una
interpretación integral a fin de armonizar el Derecho y realidad.
4. POSTURAS FRENTE A LA LABOR DE LA CORTE INTERAMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS, cuadro 4

Hasta el momento no existen diversos estudios respecto al contraste de


posturas de la labor realizada por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos; sin embargo, de la información recabada y analizada en el marco
de nuestra investigación hemos deducido que existen estudios por separado
de dos posiciones antagónicas que hemos tenido a bien denominar: a)
postura estática y b) postura dinámica-evolutiva, las cuales en el presente
apartado vamos a desarrollar de acuerdo a la estructura planteada por las
autoras.

A. Postura estática.- esta es una postura sumamente crítica a la labor


realizada por la CorteIDH, la cual tiene como fundamento el respeto a la
soberanía de cada Estado parte de la Convención Americana de
Derechos Humanos que ha ratificado la competencia contenciosa de
dicho órgano. Como consecuencia de la concepción que tiene esta
postura sobre la soberanía estatal, plantea que los Estados miembros
cumplan con las obligaciones que fueron asumidas al momento de
ratificar la competencia contenciosa de la CorteIDH, ante lo cual
podríamos decir que tiene como directriz una interpretación literal de la
CADH y los derechos consagrados en ella en relación a su artículo 1.1.
Tomando en cuenta el Derecho Internacional Público, esta posición
considera que la Corte debe respetar el principio de pacta sunt
servanda; en virtud del cual debe prevalecer lo pactado tal cual fue
asumido en dicho momento.
Asimismo, considera que la CorteIDH a través de sus sentencias debe
expresar sus decisiones bajo un criterio unívoco; esto se relaciona con lo
que hemos mencionado en el párrafo precedente en el sentido que no
admite la creación jurisprudencial de nuevos derechos que
consecuentemente implican la imposición de nuevas obligaciones a los
Estados en cuanto al respeto de dichos nuevos derechos; caso contrario
se generaría incertidumbre jurídica ya que los Estados no podrían
predecir el accionar de la Corte ante un supuesto caso de violación de
derechos humanos.

130
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Esta postura, cuyo principal defensor es el jurista Ezequiel Malarino 181,
para quien los rasgos salientes de la jurisprudencia pueden condensarse
en las siguientes voces: activismo judicial y punitivización, las cuales
serán desarrolladas a continuación:

 Activismo judicial.- con activismo judicial el autor se refiere a la


modificación judicial del derecho interamericano, esto es, a todos
los casos en que la Corte introduce una nueva norma en el
sistema interamericano no pactada por los estados, o altera o
suprime una norma pactada para actualizar el derecho a las
necesidades sociales del momento de la aplicación; mas en el
trabajo del mencionado autor no se verifica empíricamente si la
Corte decide sin seguir las reglas de la Convención sino que se
basa únicamente en si ella normativamente puede decidir casos
con base en reglas que no se derivan de la Convención misma.

El autor considera que existen 3 casos de activismo judicial. El


primero de ellos se suscita cuando la Corte cita una norma
(interpretación textual); no obstante, el texto citado no respalda el
fundamento alegado por la CorteIDH. El segundo caso es cuando
se crean categorías abstractas basadas en una concepción
iusnaturalista para respaldar una decisión tales como “leyes de
humanidad”, “idea de justicia objetiva” y “conciencia jurídica
universal” y; finalmente, el tercer caso es el denominado
interpretación progresiva donde se presentan dos situaciones
respecto de la labor interpretativa realizada por la CorteIDH que
esquematizamos a continuación.

181
MALARINO, Ezequiel. “Derechos Humanos y Derecho Penal. Estudios sobre el sistema interamericano
de protección de derechos humanos y derecho penal internacional”. Bogotá: Pontificia Universidad
Javeriana, Ed. Ibáñez, 2012, pp. 31-57.
13
1
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“INTERPRETACIÓN PROGRESIVA”

Sentido 1: Interpretación del texto Sentido 2: método de


que tiene en cuenta el significado “actualización del pacto
objetivo del término en el momento jurídico” que autoriza al juez
de su aplicación (auténtica). a renovar el texto según las
necesidades sociales del
momento (tergiversada).

El texto sigue sirviendo de De lo que se trata es de


fundamento y a la vez de límite de la modificar el texto o de
actividad del juez (con la incorporar una nueva norma
consecuencia de que el resultado jurídica para tener en
puede ser aún atribuido al texto y, cuenta nuevas realidades o
por eso mismo, podemos hablar de necesidades del tiempo de
interpretación). la aplicación (y aquí el
resultado ya no puede ser
atribuido al texto y; por eso,
no podemos seguir
hablando estrictamente de
interpretación).

El autor concluye los siguientes argumentos para respaldar su


postura; a saber:

- La CorteIDH se excede de su competencia delimitada en los


artículos 33182 y 62.3183 de la Convención.

182
CADH, Artículo 33.
Son competentes para conocer de los asuntos relacionados con el cumplimiento de los
compromisos contraídos por los Estados Partes en esta Convención:
a) la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, llamada en adelante la Comisión, y
b) la Corte Interamericana de Derechos Humanos, llamada en adelante la Corte.
183
CADH, Artículo 62.3.
(…)
3. La Corte tiene competencia para conocer de cualquier caso relativo a la interpretación y aplicación
de las disposiciones de esta Convención que le sea sometido, siempre que los Estados Partes en el
caso hayan reconocido o reconozcan dicha competencia, ora por declaración especial, como se
indica en los incisos anteriores, ora por convención especial.
- La reforma de la CADH no es competencia de los jueces de la
Corte sino de los Estados miembros; es por ello que en caso
se quieran agregar o crear nuevos derechos es necesario
enmendar la Convención o aprobar protocolos adicionales,
consiguientemente esos protocolos o enmiendas solo
vincularán a los Estados que los ratifiquen.
- La Convención ha sido dada producto del consenso de los
Estados; razón por la cual, cualquier modificación requiere de
un nuevo consenso expreso de las partes.
- La Corte no puede hacer valer una nueva norma creada
judicialmente contra un Estado parte ya que los Estados se
sometieron al cumplimiento de las obligaciones que nacen del
derecho interamericano.
- La creación judicial de nuevos derechos implica arbitrariedad;
por lo tanto, esto genera resultados no predecibles (los
Estados no sabrán que acción genera responsabilidad).

 Punitivización.- con punitivización se hace referencia al


reconocimiento jurisprudencial de nuevos derechos de la víctima
que no están escritos en la Convención Americana y que
neutralizan derechos fundamentales de la persona sometida a
proceso penal consagrados explícitamente en ella. Con esto se
configuraría lo que el autor denomina “estatuto de la víctima” vs.
“estatuto del imputado”; es decir, a través de esta figura la Corte
amplía la esfera de protección de la víctima en un caso concreto
en supuesto desmedro de los derechos que goza el imputado,
creándose de esta manera derechos no consagrados
previamente en la Convención y aceptados por los Estados.
Un caso puntual vendría a ser que de acuerdo al artículo 8.4 de la
CADH, el cual establece: “El inculpado absuelto por una
sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los
mismos hechos”, ninguna disposición de la Convención establece
una excepción a esta regla jurídica; sin embargo, la Corte ha
dicho: “… esta Corte considera que si aparecen nuevos hechos o
pruebas que puedan
permitir la determinación de los responsables de crímenes de lesa
humanidad, pueden ser reabiertas las investigaciones, incluso si
existe una sentencia absolutoria en calidad de cosa juzgada,
puesto que las exigencias de la justicia, los derechos de las
víctimas y la letra y espíritu de la Convención Americana desplaza
la protección del ne bis in ídem”184.

B. Postura dinámico – evolutiva.- para las autoras, la presente postura


parte de concebir el Derecho no como una realidad inmutable, que a
través del tiempo no experimenta cambios ni evoluciona; sino que, es
una realidad en la que hay cambios continuos debido a que el
desenvolvimiento de la sociedad tiene indudablemente carácter
dinámico.
Trasladando lo expuesto anteriormente al plano internacional (sistema
interamericano de protección de derechos humanos) que es materia de
estudio de la presente investigación, los tratados sobre derechos
humanos son instrumentos vivos185, no tienen una interpretación
predeterminada y los jueces de la CorteIDH si bien no son creadores del
derecho, son los llamados a aplicarlo y por tanto tienen la potestad
según el caso de interpretar la norma y ver cuál es la sentido
interpretativo más favorable para la persona, tomando en consideración
la búsqueda de la “justicia universal”.
Además de la interpretación, esta postura toma en cuenta la nueva
corriente de humanización del Derecho Internacional Público donde el
sujeto deja de ser un objeto de derecho y se convierte en el centro de
protección del ordenamiento jurídico internacional.
Esta postura tiene dentro de sus parámetros que el accionar de la Corte
debe buscar siempre la mayor tutela de los derechos humanos en el
continente; por tanto, éste no puede ser limitado por argumentos
extremo positivistas que han quedado desfasados en tiempos actuales.

184
CorteIDH. Caso Almonacid Arellano Vs. Chile. Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia del 26 de setiembre de 2006, Serie C No 154, párr. 154.
185
CorteIDH. Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
del 17 de junio de 2005, Serie C No. 125, párr. 125.
Dentro de nuestro planteamiento contamos con 3 cimientos que avalan
nuestra postura y que a continuación desarrollaremos.

 Garantiza una protección real de los derechos humanos.- Como


ya hemos mencionado anteriormente en el punto 2 de la
discusión de resultados, el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos se desprende del Derecho Internacional Público;
consiguientemente, los métodos de interpretación que prescribe
la Convención de Viena en su artículo 31.1. son aplicables a la
interpretación de la CADH. En el presente caso nos referiremos
específicamente a la interpretación teleológica o finalista, en
virtud de la cual se debe tener en cuenta el objeto y fin del
tratado. En esta investigación nos centramos en la CADH;
entonces, en virtud del artículo mencionado analizamos que, de
acuerdo al preámbulo de la Convención, desde momento de su
elaboración la principal finalidad de este instrumento normativo
internacional es la tutela de los derechos de todos los seres
humanos, constituyéndose éste en un pilar máximo del sistema
interamericano.
La corte es un órgano integrante del sistema dotado de
competencia respecto a los Estados parte de la CADH que han
ratificado su competencia contenciosa para velar por el respeto y
cumplimiento de los derechos humanos; consiguientemente, éste
debe verse provisto de las herramientas necesarias para
interpretar de manera correcta la Convención a fin de poder
cumplir con su finalidad señalada.
Al hablar de herramientas no nos referimos solo a infraestructura,
recursos económicos, entre otros; sino de la libertad de los jueces
para poder interpretar la norma y decidir de acuerdo a su criterio
cuál es el sentido que abarca mayor protección del derecho y de
esta manera efectuar una real tutela de los derechos de la
persona. En síntesis, que dicha tutela sea evidenciada en la
realidad de manera fáctica ya que los derechos humanos son un
tema impostergable y no necesitan alimentarse solo de doctrina,
sino que cuente con jueces con decisión y que a través de su
jurisprudencia materialicen los valores que impulsaron la dación
de la Convención y son el sustento de todo el sistema en sí.

 Carácter evolutivo de los derechos humanos.- ¿Quién hubiera


pensado hace apenas unas décadas en semejante evolución en
favor del ser humano y contra los desbordes del Estado?, esta
interrogante nos permite vislumbrar el avance que han tenido los
derechos humanos en los últimos tiempos frente al concepto
clásico de soberanía (tiranía de los Estados) que limitaba el
alcance de los mismos al no garantizar una adecuada protección.
Hace un tiempo hubiera siendo impensable para los cultores de
las ciencias jurídicas en general y el Derecho Internacional en
particular imaginar que los pronunciamientos y las directivas o
informes emitidos por entes judiciales como en este caso la
CorteIDH podría meterse en la corriente sanguínea de los
distintos países con tal fuerza como para lograr trastocar
sensiblemente ciertas normas locales, incluidas de la de linaje
constitucional en pro de la defensa de los derechos de las
personas.
Esta evolución que se dio a nivel macro (Derecho Internacional de
los Derechos Humanos) se dio a su vez a nivel micro con el
contenido mismo de cada uno de los derechos, ya que a través
de la interpretación de órganos como la CorteIDH se amplían los
alcances tuitivos de cada derecho en particular.
De igual manera, cabe enfatizar que los derechos progresan en
cuanto a su contenido; si bien existe determinado alcance, éste
va ampliándose de acuerdo a las nuevas situaciones de la
realidad, no vertiginosamente, pero sí se verifican cambios en
cada época de la historia dado que la realidad de la sociedad es
algo cíclico.
Para finalizar, avocándonos al tema interpretativo, precisamos
que la interpretación evolutiva de los derechos humanos, implica,
por supuesto, integrar las normas y precedentes más recientes,
siempre y cuando establezcan un criterio que favorezca más a la
persona. La esencia de la interpretación evolutiva es reconocer
que las normas de derechos humanos no son estáticas, sino
que su
interpretación debe tomar en cuenta las realidades culturales y
sociales en las que se insertan las decisiones.

 Principio pro homine.- En la búsqueda por distintas vías de la


mejor protección posible de la persona humana, la aplicación del
principio pro homine ha sido la gran impulsora de esta evolución.
Para las autoras, éste es concebido como un principio regla
inherente al Derecho Internacional de los Derechos Humanos que
conduce a la mayor y mejor protección de las personas con el
propósito último de preservar la dignidad, asegurar los derechos
fundamentales y alentar el desarrollo de los seres humanos,
teniendo como postulado la elección de la interpretación más
extensiva cuando se trata de tutelar derechos reconocidos, e
inversamente la interpretación más restringida cuando se trata de
restricciones. En este punto coincidimos con la doctrina
mayoritaria especializada en el tema186.
Consideramos que este principio es el cimiento del sistema de
protección de los derechos humanos que irriga todo el cuerpo
normativo de éste; es decir, actúa como bisagra que articula la
labor de la CorteIDH con la efectiva protección de los derechos en
el hemisferio, ya que cuando se elaboró la Convención, su
Preámbulo consagró como finalidad la protección internacional de
los derechos humanos.
A su vez, cabe precisar que además de desprenderse del
Preámbulo, dada su trascendencia es que también se encuentra
consagrado tácitamente en el artículo 29 de la Convención que
impide tener una visión restrictiva de los derechos y libertades
(sino más bien extensiva) y se relaciona con el artículo 1 de la
Convención que prescribe la obligación de respetar y garantizar
los derechos a toda persona sujeta a la jurisdicción del Estado,
y al
186
Para mencionar a algunos, tenemos a Mónica Pinto, Fabián Salviolo, Zlata Drnas, Humberto
Henderson, Ximena Medellín, entre otros.
artículo 2 de la misma que determina el deber de adecuar el
derecho interno a las normas del Pacto.
Las autoras consideran que, al momento de resolver una
controversia en la vía contenciosa, el o la juez no solo tiene que
tener presente al Tratado como fuente de Derecho sino también
los principios del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos, en este caso el principio pro homine, ya que se puede
ampliar la esfera de protección de los derechos a través del
concepto de los derechos implícitos, tal como lo sostiene el
profesor chileno Umberto Nogueira Alcalá: “…nos permiten
considerar que no es necesario que un derecho esté configurado
expresamente en la Constitución formal o en el derecho
internacional convencional para ser derecho esencial, humano o
fundamental. Ellos pueden deducirse de valores, principios, fines
y razones históricas que alimentan el derecho positivo
constitucional e internacional. El sistema de derechos humanos
pleno tiene carencias normativas e implicitudes que es necesario
extraer de los valores y principios, pudiendo faltar normas de
reconocimiento…”187.
Este principio ha sido sumamente acogido y respaldado por la
CorteIDH a través de su vasta jurisprudencia, en la cual reconoce
y la trascendencia del PPH y es utilizado al momento de
interpretar la Convención a fin de ser aplicada a un caso concreto.
En ese sentido, al interpretar la Convención debe elegirse la
alternativa más favorable para la tutela de los derechos
protegidos por dicho tratado, según el principio de la norma más
favorable al ser humano tal como la Corte lo ha establecido en
casos tales como, Caso Ricardo Canese vs. Paraguay188, Caso
Herrera Ulloa vs. Costa

187
Nogueira Alcalá, Humberto. “Los derechos esenciales o humanos contenidos en los tratados
internacionales y su ubicación en el ordenamiento jurídico nacional: doctrina y jurisprudencia”. Ius et
Praxis (on line), vol. 9, no. 1, 2003. http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
00122003000100020&lng=es&nrm=iso>.
188
CorteIDH. Caso Ricardo Canese Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 31 de
agosto de 2004, Serie C No. 111, párr. 181.
Rica189, Caso Baena Ricardo y otros vs. Panamá 190, Caso de “La
Masacre de Mapiripán” vs. Colombia191, Caso Ivcher Bronstein vs.
Perú192.

Luego de haber enunciado ambas posturas contrarias, procederemos a


brindar los argumentos por los cuales consideramos que la primera postura
es errónea y a la vez avalar la segunda postura que corresponde a las
autoras.

La postura estática se fundamenta en un concepto clásico y retrógrada de la


soberanía entendida como absoluta en virtud de la cual los Estados se
consideran omnipotentes; lo cual creemos es equívoco ya que el concepto
de soberanía como obstáculo o barrera ha ido menguando hasta ser
superado, lo cual significa un progreso que ha experimentado el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos y, consideramos que a nivel
regional ello se debe en gran medida a la labor de la CorteIDH a través de
su jurisprudencia ya que ha ido desarrollando el ámbito de protección de los
derechos, eliminando las barreras antes impuestas por los propios Estados.
En ese sentido, el concepto soberanía de los Estados y derechos humanos
no son incompatibles, caso contrario, se trata de dos principios
constitucionales de Derecho Internacional Contemporáneo que coexisten y
se interaccionan recíprocamente en una tensión dialéctica.

En la postura estática se plantea que los jueces de la CorteIDH no son


competentes para reformar la Convención y que en caso se busque ampliar
la tutela de los derechos humanos se requiere enmendar ésta o aprobar
protocolos adicionales, lo cual es tarea exclusiva de los Estados. Sin
embargo, las autoras no están a favor de la postura mencionada ya que
consideramos que no es factible solicitar enmiendas o protocolos porque de
ser así estaríamos retrocediendo en cuanto a la evolución del Derecho
Internacional Público con respecto a los Derechos Humanos (relación
que ya ha sido

189
CorteIDH. Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia del 2 de julio de 2004, Serie C No.107, párr. 8.
190
CorteIDH. Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Competencia. Sentencia del 28 de noviembre de
2003, Serie C No. 104, párr. 91.
191
CorteIDH. Caso de la “Masacre de Mapirián” Vs. Colombia. Sentencia del 15 de setiembre de 2005,
Serie C No. 134, párr. 106.
192
CorteIDH. Caso Ivcher Bronstein Vs. Perú. Competencia. Sentencia del 24 de setiembre de 1999, Serie
C No. 54, párr. 40.
ampliamente estudiada en la presente investigación) en cuanto todo volvería
a depender de la voluntad de los Estados sin considerar el valor de la
persona humana. Sin dejar de mencionar, que la propuesta de la postura
estática implica aumentar las barreras burocráticas para la administración de
justicia a nivel internacional.

Consideramos, además que en la postura estática, se desconoce que el


Derecho Internacional de los Derechos Humanos tiene particularidades, por
ello se aplican ciertos criterios hermenéuticos propios, los cuales reposan en
la idea de la centralidad de la persona humana como sujeto de derecho con
capacidad de acudir a determinadas instancias internacionales bajo un
sistema creado de garantía interestatal colectiva, donde la CorteIDH debe
resolver con efectividad las controversias entre particulares y Estados. Bajo
esa misma línea argumentativa, reforzamos que la persona humana ya no
puede ser considerada como un mero objeto del orden internacional pues el
deber de respetar los derechos humanos constituye en el Derecho
Internacional contemporáneo una obligación erga omnes de los Estados
hacia la comunidad internacional en su conjunto.

Finalmente, como último punto de esta afrenta señalamos que la CorteIDH a


través de su labor jurisprudencial logra actualizar el Derecho Interamericano
para lograr que éste vaya acorde con la evolución social en el hemisferio, lo
cual no quiere decir que las obligaciones de los Estados se vean alteradas o
modificadas, ya que el pacta sunt servanda no es un concepto estático que
busca que el Derecho se mantenga inerte o congelado en determinado
momento histórico, si no que muy por el contrario busca materializar la
protección de la persona humana plasmada en la Convención.

140
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5. CARÁCTER PROGRESIVO DE LA INTERPRETACIÓN DE LA
CONVENCIÓN EN LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, cuadro 5
En el presente apartado comenzaremos desarrollando el Caso Práctico
correspondiente a la presente investigación, conforme se aprecia a
continuación.

Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay


Sentencia de 17 de junio de 2005

 Partes Procesales
 Demandante: Comisión Interamericana de Derechos Humanos
 Víctimas: Miembros de la Comunidad Indígena Yakye Axa
 Representantes: Tierraviva a los pueblos indígenas del Chaco
Paraguayo, Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL)
 Estado demandado: Paraguay

 Derechos Materia de la Controversia


 Convención Americana de Derechos Humanos:
Artículo 1 (Obligación de respetar los derechos), Artículo 2 (Deber de
adoptar disposiciones de derecho interno), Artículo 4 (Derecho a la
vida), Artículo 5 (Derecho a la integridad personal), Artículo 7
(Derecho a la libertad personal), Artículo 8 (Garantías judiciales),
Artículo 19 (Derechos del niño), Artículo 21 (Derecho a la propiedad
privada), Artículo 25 (Protección judicial).

 Hechos
 Los hechos del presente caso se relacionan con la Comunidad
indígena Yakye Axa, conformada por más de 300 personas. A finales
del siglo XIX grandes extensiones de tierra del Chaco paraguayo
fueron vendidas. En esa misma época y como consecuencia de la
adquisición de estas tierras por parte de empresarios británicos,
comenzaron a instalarse varias misiones de la iglesia anglicana en la
zona. Asimismo, se levantaron algunas estancias ganaderas de la
14
1
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zona. Los indígenas

14
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que habitaban estas tierras fueron empleados en dichas estancias
(los miembros de la comunidad indígena Yakye Axa habitaban la
Estancia Loma Verde).
 A principios del año 1986 los miembros de la Comunidad indígena
Yakye Axa se trasladaron a otra extensión de tierra (Estancia El
Estribo) debido a las graves condiciones de vida que tenían en las
estancias ganaderas. No obstante, ello no trajo consigo una mejoría
en las condiciones de vida de los miembros de la Comunidad. Es así
como en 1993 los miembros de la Comunidad decidieron iniciar los
trámites para reivindicar las tierras que consideran como su hábitat
tradicional.
 En el marco de los hechos narrados, se interpusieron una serie de
recursos, lo cuales no generaron resultados positivos. El 15 de agosto
de 1993 la comunidad solicitó al INDI (Instituto Paraguayo del
Indígena) el reconocimiento de los líderes Tomás Galiano y Esteban
López; sin embargo, es hasta el 18 de setiembre de 1996 que se
acepta dicha solicitud. Luego, el 21 de mayo de 1998 se presenta una
solicitud de reconocimiento de personería jurídica de la comunidad,
transcurriendo una seria de demoras innecesarias por parte del
aparato estatal, lo cual conllevó a que el 10 de diciembre de 2001
recién se emita un decreto de reconocimiento de su personería
jurídica. Asimismo, la comunidad presentó solicitudes ante el
Congreso Nacional y recursos ante órganos judiciales y el Ministerio
Público, de igual manera sin obtener respuestas positivas.
 Desde el año 1996 parte de la Comunidad Yakye Axa está asentada
al costado de una carretera, el grupo restante de miembros de la
Comunidad Yakye Axa permanecen en algunas aldeas de la zona.

 Trámite Procesal
 Procedimiento ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos:
- Fecha de presentación de la petición (12.313): 10 de enero de 2000
- Fecha de informe de admisibilidad (2/02): 27 de febrero de 2002
- Fecha de informe de fondo (67/02): 24 de octubre de 2002
 Procedimiento ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (Serie C No. 125).
- Fecha de remisión del caso a la CorteIDH: 17 de marzo de 2003
- Petitorio de la CIDH: La CIDH presentó la demanda en este caso
con el objeto de que la CorteIDH decidiera si el Estado violó los
derechos consagrados en los artículos 4, 8, 21 y 25 de la
Convención Americana en relación con los artículos 1.1 y 2 de la
misma, en perjuicio de en perjuicio de la Comunidad indígena Yakye
Axa del Pueblo Enxet-Lengua y sus miembros.
- Fecha de audiencia ante la CorteIDH: 4 y 5 de marzo de 2005

 Análisis de Fondo
 Violación de los Artículos 8 Y 25 de la Convención Americana
(Garantías Judiciales y Protección Judicial) en relación con los
Artículos 1.1 Y 2 de la misma:

62. Los recursos efectivos que los Estados deben ofrecer conforme al
artículo 25 de la Convención Americana, deben ser sustanciados de
conformidad con las reglas del debido proceso legal (artículo 8 de la
Convención), todo ello dentro de la obligación general a cargo de los
mismos Estados de garantizar el libre y pleno ejercicio de los
derechos reconocidos por la Convención a toda persona que se
encuentre bajo su jurisdicción. En este sentido, la Corte ha
considerado que el debido proceso legal debe respetarse en el
procedimiento administrativo y en cualquier otro procedimiento cuya
decisión pueda afectar los derechos de las personas.
63. En lo que respecta a pueblos indígenas, es indispensable que los
Estados otorguen una protección efectiva que tome en cuenta sus
particularidades propias, sus características económicas y sociales,
así como su situación de especial vulnerabilidad, su derecho
consuetudinario, valores, usos y costumbres (…).
1.1. Existencia de un procedimiento efectivo para la
reivindicación de tierras indígenas
a) Proceso de reconocimiento de líderes
69.El plazo de tres años, un mes y tres días para resolver una
solicitud cuya complejidad era mínima, cuando el plazo legal es de
treinta días, desconoce el principio del plazo razonable.
b) Proceso de reconocimiento de personería jurídica
72. El decreto mediante el cual se reconoció la personería jurídica de
la Comunidad fue emitido el 10 de diciembre de 2001, es decir, tres
años, seis meses y 19 días después (…).
73. La Corte considera que la complejidad de este procedimiento era
mínima y que el Estado no ha justificado la mencionada demora, en
consecuencia, el Tribunal la considera desproporcionada.
c) Proceso administrativo de reivindicación de tierras
82. La Corte considera que el otorgamiento de personería jurídica
sirve para hacer operativos los derechos ya existentes de las
comunidades indígenas, que los vienen ejerciendo históricamente y
no a partir de su nacimiento como personas jurídicas. Sus sistemas
de organización política, social, económica, cultural y religiosa, y los
derechos que ello apareja, como la designación de sus propios líderes
y el derecho a reclamar sus tierras tradicionales, son reconocidos no a
la persona jurídica que debe inscribirse para cumplir con un
formalismo legal, sino a la comunidad en sí misma que la propia
Constitución paraguaya reconoce como preexistente al Estado.
85. (…) [H]an transcurrido 11 años 8 meses y 12 días, y aún no se ha
dado una solución definitiva al reclamo de los miembros de la
Comunidad Yakye Axa. (…)
89. (…) [E]ste Tribunal considera que a pesar de la demostrada
complejidad del procedimiento administrativo de reivindicación de
tierras en el presente caso, las actuaciones de las autoridades
estatales competentes no han sido compatibles con el principio del
plazo razonable.
95. Al respecto, el Convenio No. 169 de la OIT, incorporado al
derecho interno paraguayo mediante la Ley No. 234/93, en su artículo
14.3 dispone que deberán instituirse procedimientos adecuados en el
marco del sistema jurídico nacional para solucionar las
reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos interesados.
96. Esta norma internacional, en conjunción con los artículos 8 y 25
de la Convención Americana, obligan al Estado a ofrecer un recurso
eficaz con las garantías del debido proceso a los miembros de las
comunidades indígenas que les permita solicitar las reivindicaciones
de tierras ancestrales, como garantía de su derecho a la propiedad
comunal.
98. Por todo lo anteriormente expuesto, la Corte considera que el
proceso administrativo seguido ante IBR en colaboración con el INDI
desconoció el principio del plazo razonable consagrado en la
Convención Americana. Además, el Tribunal observa que este
procedimiento se mostró abiertamente inefectivo para atender las
solicitudes de reivindicación de las tierras que los miembros de la
Comunidad indígena Yakye Axa consideran como su hábitat ancestral
y tradicional.
102. De conformidad con el artículo 2 de la Convención deberán
instituirse procedimientos adecuados en el marco del sistema jurídico
nacional para procesar las reivindicaciones de tierras de los pueblos
indígenas interesados. Los Estados deberán establecer dichos
procedimientos a fin de resolver los reclamos de modo que estos
pueblos tengan una posibilidad real de devolución de sus tierras. Para
ello, la obligación general de garantía establecida en el artículo 1.1 de
dicho tratado impone a los Estados el deber de asegurar que los
trámites de esos procedimientos sean accesibles y simples y que los
órganos a su cargo cuenten con las condiciones técnicas y materiales
necesarias para dar oportuna respuesta a las solicitudes que se les
hagan en el marco de dichos procedimientos.
103. En el presente caso, el Paraguay no ha adoptado las medidas
adecuadas de derecho interno necesarias para asegurar un
procedimiento efectivo que dé una solución definitiva a la reclamación
planteada por los miembros de la Comunidad Yakye Axa, en los
términos del párrafo anterior.
104. Por todo lo anteriormente expuesto, la Corte considera que el
procedimiento legal de reivindicación de tierras instaurado por los
miembros de la Comunidad Yakye Axa desconoció el principio del
plazo
razonable y se mostró abiertamente inefectivo, todo ello en violación
de los artículos 8 y 25
1.2. Procedimiento penal instaurado en contra de los miembros
de la Comunidad
109. El Tribunal ha establecido que “el esclarecimiento de si el Estado
ha violado o no sus obligaciones internacionales por virtud de las
actuaciones de sus órganos judiciales, puede conducir a que la Corte
deba ocuparse de examinar los respectivos procesos internos”, para
establecer su compatibilidad con la Convención Americana. A la luz
de lo anterior, se deben considerar los procedimientos internos como
un todo, incluyendo las decisiones de los tribunales de apelación. La
función del tribunal internacional es determinar si la integralidad del
procedimiento, inclusive la incorporación de prueba, se ajustó a la
Convención
114. (…) Los miembros de la Comunidad Yakye Axa contaron con el
patrocinio de un abogado defensor después de dos años y seis
meses de iniciado el procedimiento.
117. La Corte considera, como lo ha hecho anteriormente, que la falta
de un abogado defensor constituye una violación a las garantías
judiciales establecidas en el artículo 8 de la Convención Americana.
De igual forma, la Corte Interamericana ha señalado que el inculpado
tiene derecho, con el objeto de ejercer su defensa, a examinar a los
testigos que declaran en su contra y a su favor, así como el de hacer
comparecer a personas que puedan arrojar luz sobre los hechos
118. En consecuencia, esta Corte considera que en el presente caso
el Estado violó el derecho de los miembros de la Comunidad Yakye
Axa a ser asistidos por un defensor de su elección. 119. Por todo lo
anteriormente expuesto, el Tribunal considera que el Paraguay
desconoció los derechos consagrados en los artículos 8.1, 8.2.d,
8.2.e,
8.2.f y 25 de la Convención Americana, en concordancia con los
artículos 1.1 y 2 de la misma, en perjuicio de los miembros de la
Comunidad indígena Yakye Axa.
 Violación del artículo 21 de la Convención Americana (Derecho a
la propiedad privada) en relación con el artículo 1.1 de la misma:
En este sentido, esta Corte ha afirmado que al dar interpretación
integral tomando en cuenta el artículo 31° de la Convención de Viene.
Consecuentemente, en su análisis, la Corte recurre a otros tratados
internacionales distintitos a la Convención, tales como el Convenio N°.
169 de la OIT, para interpretar sus disposiciones de acuerdo a la
evolución del sistema interamericano.

Haciendo uso de los criterios señalados, este Tribunal ha resaltado


que la estrecha relación que los indígenas mantienen con la tierra
debe de ser reconocida y comprendida como la base fundamental de
su cultura, vida espiritual, integridad, supervivencia económica y su
preservación y transmisión a las generaciones futuras. La CorteIDH
reconoce las particularidades de las comunidades indígenas; como
consecuencia, la estrecha vinculación de dichos pueblos sobre sus
territorios tradicionales y los recursos naturales ligados a su cultura
que ahí se encuentren, así como los elementos incorporales que se
desprendan de ellos, deben ser salvaguardados por el artículo 21 de
la Convención Americana. Ahora bien, existen casos cuando la
propiedad comunal indígena y la propiedad privada particular entran
en contradicciones; es este caso, en particular donde se deben tomar
en cuenta ciertos criterios predeterminados por la jurisprudencia tales
como la proporcionalidad y otros requisitos; en el caso concreto, la
Corte señala que los Estados deben tener en cuenta que los derechos
territoriales indígenas abarcan un concepto más amplio y diferente
que está relacionado con el derecho colectivo a la supervivencia
como pueblo organizado, siendo su hábitat, una condición necesaria
para su desarrollo; consiguientemente, si se desconoce dicho
derecho, se afectan otros derechos como derecho a la identidad
cultural y la supervivencia de las comunidades y sus miembros; por
ello, es necesario restringir el derecho a la propiedad privada a fin de
que prevalezcan intereses de la colectividad; sin embargo, no
siempre se
dará está situación de prevalencia de las comunidades indígenas
sobre los intereses particulares ya que ello se analiza en cada caso.
La garantía del derecho a la propiedad comunitaria de los pueblos
indígenas debe tomar en cuenta que la tierra está estrechamente
relacionada con sus tradiciones y expresiones orales, sus costumbres
y lenguas, sus artes y rituales, vestimenta, filosofía, entorno, historia y
otros patrones que son trasmitidos a sus generaciones.
Entonces, si bien el Paraguay reconoce el derecho a la propiedad
comunitaria en su ordenamiento, no ha adoptado las medidas
adecuadas de derecho interno necesarias para garantizar el uso y
goce efectivo por parte de los miembros de la Comunidad Yakye Axa
de sus tierras tradicionales; por lo tanto, el Estado violó el artículo 21
de la Convención Americana, en perjuicio de los miembros de la
Comunidad Yakye Axa, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la
misma.
 Violación del artículo 4 de la Convención Americana (Derecho a
la vida) en relación con el artículo 1.1 de la misma: Este Tribunal
ha sostenido que el derecho a la vida es fundamental en la
Convención Americana, por cuanto de su salvaguarda depende la
realización de los demás derechos Por ello, no solo se sancionar la
privación de la vida sino también que no se generen condiciones que
faciliten una existencia digna; lo cual es ineludiblemente una de las
principales obligaciones del Estado.

En el presente caso, la Corte debe establecer si el Estado generó


condiciones que agudizaron las dificultades de acceso a una vida
digna de los miembros de la Comunidad Yakye Axa y si, en ese
contexto, adoptó las medidas positivas apropiadas para satisfacer esa
obligación tomando en cuenta la situación de vulnerabilidad de las
comunidades indígenas , a la luz de lo expuesto en el artículo 4 de la
Convención, en relación con el deber general de garantía contenido
en el artículo 1.1 y con el deber de desarrollo progresivo contenido en
el artículo 26 de la misma, y de los artículos 10 (Derecho a la Salud);
11 (Derecho a un Medio Ambiente Sano); 12 (Derecho a la
Alimentación); 13 (Derecho a la Educación) y 14 (Derecho a los
Beneficios de la Cultura) del
Protocolo Adicional a la Convención Americana en materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y las disposiciones
pertinentes del Convenio No. 169 de la OIT.
164. En el capítulo sobre hechos probados (…) se concluyó que los
miembros de la Comunidad Yakye Axa viven en condiciones de
miseria extrema como consecuencia de la falta de tierra y acceso a
recursos naturales, producido por la precariedad del lugar donde se
establecieron; lo cual causa afectaciones al derecho a la salud,
derecho a la educación o derecho a la identidad cultural.
La Corte considera que al vulnerarse el derecho a la propiedad
(acápite anterior) se ha afectado el derecho a una vida digna de los
miembros de la Comunidad, ya que los ha privado de la posibilidad de
acceder a sus medios de subsistencia tradicionales, así como del uso
y disfrute de los recursos naturales necesarios para la obtención de
agua limpia y para la práctica de la medicina tradicional de prevención
y cura de enfermedades. A esto se suma que el Estado no ha
adoptado las medidas positivas necesarias que permitan asegurar a
los miembros de la Comunidad Yakye Axa, durante el período que
han permanecido sin territorio, las condiciones de vida compatibles
con su dignidad. Asimismo, la Corte enfatiza que esta situación causó
perjuicios a población vulnerable como niños y ancianos.
Finalmente, la Comisión y los representantes alegaron que el Estado
es responsable por la muerte de dieciséis miembros de la Comunidad
Yakye Axa por causas que habrían podido evitarse con una adecuada
alimentación y asistencia médica, y como consecuencia de la falta de
respuesta adecuada y oportuna del Estado al reclamo de la
Comunidad de su tierra ancestral. De conformidad con el artículo 4.1
de la Convención toda persona tiene derecho a que se respete y
garantice su vida y a no ser privado de ella arbitrariamente. Si bien
esta Corte considera que, en general, la obligación de respetar y
garantizar la vida de las personas sujetas a su jurisdicción tiene
relación con la responsabilidad del Estado que se puede derivar de su
acción u omisión, en el caso de la alegada responsabilidad por la
muerte de las dieciséis personas, esta Corte no dispone de los
elementos probatorios
suficientes como para establecer las causas de los mencionados
fallecimientos.
178. En consonancia con lo dicho anteriormente, la Corte declara que
no cuenta con elementos probatorios suficientes para demostrar la
violación del Derecho a la Vida consagrado en el artículo 4.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.

 Fallo

La Corte declara que,


-El Estado violó los derechos a las Garantías Judiciales y a la Protección
Judicial consagrados en los artículos 8 y 25, respectivamente, de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los
artículos 1.1. y 2 de la misma, en perjuicio de los miembros de la
Comunidad indígena Yakye Axa.
-El Estado violó el derecho a la Propiedad consagrado en el artículo 21
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con
los artículos 1.1 y 2 de la misma, en perjuicio de los miembros de la
Comunidad indígena Yakye Axa.
-El Estado violó el Derecho a la Vida consagrado en el artículo 4.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el
artículo 1.1. de la misma, en perjuicio de los miembros de la Comunidad
indígena Yakye Axa.
-No cuenta con elementos probatorios suficientes para demostrar la
violación del Derecho a la Vida consagrado en el artículo 4.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio de
dieciséis miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa.

 Reparaciones

La Corte declara que,


- La Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas constituye per se una
forma de reparación.
La Corte dispone que,

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- El Estado deberá identificar el territorio tradicional de los miembros de
la Comunidad indígena Yakye Axa y entregárselos de manera gratuita,
en un plazo máximo de tres años contados a partir de la notificación de
la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas.
- Mientras los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa se
encuentren sin tierras, el Estado deberá suministrarles los bienes y
servicios básicos necesarios para su subsistencia.
- El Estado deberá crear un fondo destinado exclusivamente a la
adquisición de las tierras a entregarse a los miembros de la Comunidad
indígena Yakye Axa, en un plazo máximo de un año contado a partir de
la notificación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas
- El Estado deberá implementar un programa y un fondo de desarrollo
comunitario.
- El Estado deberá adoptar en su derecho interno, en un plazo
razonable, las medidas legislativas, administrativas y de cualquier otro
carácter que sean necesarias para garantizar el efectivo goce del
derecho a la propiedad de los miembros de los pueblos indígenas.
- El Estado deberá realizar un acto público de reconocimiento de su
responsabilidad, dentro del plazo de un año, contado a partir de la
notificación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas.
- El Estado deberá publicar, dentro del plazo de un año contado a partir
de la notificación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas, al
menos por una vez, en el Diario Oficial y en otro diario de circulación
nacional, tanto la sección denominada Hechos Probados como los
puntos resolutivos Primero a Décimo Cuarto de ésta. Asimismo, el
Estado deberá financiar la transmisión radial de la Sentencia de Fondo,
Reparaciones y Costas.
- El Estado deberá efectuar los pagos por concepto de daño material y
costas y gastos dentro del plazo de un año, contado a partir de la
notificación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas.
- La Corte supervisará el cumplimiento de la Sentencia de Fondo,
Reparaciones y Costas y dará por concluido el presente caso una vez
que el Estado haya dado cabal aplicación a lo dispuesto en la misma.
Dentro del plazo de un año contado a partir de la notificación de la
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Sentencia de

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Fondo, Reparaciones y Costas, el Estado deberá rendir a la Corte un
informe sobre las medidas tomadas para darle cumplimiento.

 Comentario de las autoras

Las autoras consideran que este fallo está de acorde tanto con la CADH
como con la línea jurisprudencial pauteada por la Corte Interamericana,
ya que esta sentencia ha permitido a este órgano de protección del
sistema interamericano fortalecer el análisis y hacer avances en la
aplicación del derecho a la propiedad territorial por parte de los pueblos
indígenas.
Asimismo, apreciamos que dicha controversia se ha resuelto respetando
de manera óptima las garantías del debido procedimiento y en especial
el derecho de defensa de las partes involucradas, así como dentro de un
plazo razonable tomando en consideración la envergadura de este tipo
de conflictos y las diligencias y comunicaciones que se llevan a cabo en
el marco del proceso.
Para finalizar, consideramos que la Corte al momento de emitir su
decisión ha valorado además de su propia normativa los principios que
inspiran la CADH, lo cual ha permitido que ésta plasme una
interpretación que resulta acorde con la mayor tutela del derecho a la
propiedad, lo cual a su vez permite dotar de un sentido y alcance que
genere una protección especial a este importante segmento de la
población americana como lo son las comunidades indígenas y tribales
valorando la diferencia cultural y la estrecha vinculación de estas
comunidades con la tierra.

5.1. Derecho de propiedad territorial indígena y tribal


Si bien la Convención Americana sobre Derechos Humanos no
consagra expresamente el derecho de los pueblos indígenas sobre
sus territorios, la Corte –órgano del sistema interamericano de
protección- ha interpretado que éstos derechos se encuentran
amparados por el derecho a la propiedad consagrado en el artículo
21 de la Convención a través de la aplicación de la interpretación
dinámico-evolutiva de las garantías de derechos humanos de lo
CADH y afirmando que el mencionado artículo reconoce el derecho
de propiedad de los pueblos indígenas en el marco de la propiedad
comunal.
De esta manera, la Corte ha caracterizado reiteradamente el
derecho a la propiedad territorial como un derecho cuyos titulares
son las personas que conforman los pueblos indígenas o tribales, y
cuyo ejercicio se desenvuelve en sistemas de propiedad colectiva.
En esta misma línea, la CorteIDH ha notado en el reconocido caso
de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni que “entre los
indígenas existe una tradición comunitaria sobre una forma comunal
de la propiedad colectiva de la tierra, en el sentido de que la
pertenencia de ésta no se centra en un individuo sino en el grupo y
su comunidad”193. Por otra parte, tal como hemos visto a lo largo de
los puntos discutidos, el derecho internacional de los derechos
humanos es una rama especial del Derecho Internacional que
poseen rasgos característicos propios, los cuales se encuentran muy
ligados a la protección de la persona en la mayor medida posible. La
mera lectura del artículo 21 de la CADH dejaría ver este ésta protege
el derecho a la propiedad privada en la dimensión individual, tal
como lo concibe el derecho civil clásico194, lo cual devendría es una
interpretación muy limitada y restrictiva del derecho a la propiedad
consagrado en la Convención; sin embargo, el sentido y alcance que
el derecho civil otorga al derecho a la propiedad privada no son
suficientes para abarcar un conjunto muy amplio de realidades, lo
que lleva a considerar el derecho internacional de los derechos
humanos, postura que es planteada por las autoras. Por
consiguiente, la Corte ha entendido que el derecho a la propiedad
privada tiene un significado distinto que en el derecho civil y a partir
de dicha comprensión, ha interpretado el artículo 21 de la
Convención con un sentido y alcance acordes con las realidades
emergentes que le ha tocado enfrentar, en

193
CorteIDH. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001. Serie C No. 79, párr. 149.
194
MELO, Mario. “Últimos avances en la justiciabilidad de los derechos indígenas en el sistema
interamericano de derechos humanos”. http://www.corteidh.or.cr/tablas/r22055.pdf, p. 34.
este caso específicamente de la problemática de las comunidades
indígenas en el hemisferio.
Reafirmando lo dicho anteriormente, para la Corte, “esta noción del
dominio y de la posesión sobre las tierras no necesariamente
corresponde a la concepción clásica de propiedad, pero merecen
igual protección del artículo 21 de la CADH. Desconocer las
versiones específicas del derecho al uso y goce de los bienes,
dadas por la cultura, usos, costumbres y creencias de cada pueblo,
equivaldría a sostener que solo existe una forma de usar y disponer
de los bienes, lo que a su vez significaría hacer ilusoria la protección
del artículo 21 de la Convención para millones de personas”195.

En este sentido, consideramos que la corte al momento de resolver


una controversia se verifica que sigue las pautas que hemos
desarrollado a lo largo de esta investigación tales como la aplicación
del principio pro homine, la interpretación extensiva, observancia de
las reglas hermenéuticas del Derecho Internacional así como las
reglas propias de la Convención que prohíben la interpretación
restrictiva de un derecho; tal como se demuestra en el caso
analizado que ha conllevado a la ampliación del ámbito de
protección de un derecho humano (propiedad) consagrado en un
instrumento internacional tal como lo es la Convención Americana
(tutela del derecho a la propiedad indígena).

Para finalizar, las autoras concluyen que es indudable que –aunque


parezca contradictorio- los pueblos indígenas han encontrado en el
derecho a la propiedad –derecho liberal por excelencia- la vía más
importante para resguardar una serie de elementos vinculados a su
cosmovisión, vida espiritual y forma de subsistencia tradicional. El
artículo 21 de la CADH ha jugado un rol determinante en las
reivindicaciones de los pueblos indígenas de la región a partir del
desarrollo hecho por la CorteIDH. Ello parte de reconocer que, como

195
CorteIDH. Caso Comunidad Indígena Sawhoyamaxa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C N° 146, párrs. 120. CorteIDH. Caso de la Comunidad Indígena
Xámok Kásek Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de agosto de 2010, Serie C

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No. 214, párr. 87.

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señala Stavenhagen196, para la mayoría de pueblos indígenas en el
mundo la tierra cumple un doble rol: constituye, en primer lugar, el
sustento económico; y, en segundo lugar, el espacio histórico, físico
y espiritual con el cual determinado grupo construye su identidad y
sobre la cual basa su propia existencia 197; en otras palabras, dicha
relación especial es fundamental tanto para la subsistencia material
como para la integridad cultural de los pueblos indígenas y
tribales198.

5.2. Derecho a la verdad


El derecho a la verdad no se encuentra explícitamente regulado en
algún instrumento normativo del sistema; sin embargo, este se
desprende de la CADH a través de la interpretación de la misma
realizada por la CorteIDH.
Para situar el contexto del derecho a la verdad cabe mencionar que
en las Américas ha sido muy latente el problema de terrorismo,
desapariciones forzadas, gobiernos militares y autoritarios, lo cual ha
conllevado a una serie de violaciones de los derechos humanos que
en muchos casos han quedado impunes y sin sanción para los
autores de dichos crímenes. Es por ello que ante dicha situación los
procesos de investigación no culminaban con el esclarecimiento de
los hechos lo cual mayormente era ocasionado por una actitud
omisiva del Estado, siendo estos hechos los que sirvieron de punto
de partida para el desarrollo del derecho a la verdad.
Este derecho impone investigar las violaciones a los derechos
humanos hasta la averiguación de toda la verdad, el Estado debe
poner a disposición de los interesados y de la sociedad en general
toda la información que posee199. Asimismo, es igualmente un

196
STAVENHAGEN Rodolfo. “The Ethnic Question. Conflicts, Development and Human Rights”. Tokio: The
United Nations University, 1990, p. 101.
197
SALMÓN GÁRATE, Elizabeth y BLANCO VIZARRETA, Cristina. “El derecho a la propiedad en la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos: un ejemplo de indivisibilidad e
interdependencia de los derechos humanos” en: Estudios sobre la propiedad, Giovanni F. Priori Posada
(Editor). Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2012, p. 34.
198
Derechos de los Pueblos Indígenas y Tribales sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales,
Normas y Jurisprudencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos – Comisión Interamericana
de Derechos Humanos – OEA/Ser. L/V/II. Doc. 46/09. 30 de diciembre 2009, p. 22.
15
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199
PASTOR, Daniel. “Encrucijadas del derecho penal internacional y del derecho internacional de los
derechos humanos”. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Ed. Ibánez, 2009, p. 33.

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derecho de los individuos interesados directamente en el
conocimiento de lo sucedido con sus allegados (verdad del caso)
como un derecho de toda la sociedad a saber todo lo ocurrido
(verdad global).
El derecho a la verdad ha sido desarrollado a partir de los artículos 8
y 25 de la Convención que consagran los derechos a las garantías
judiciales y protección judicial respectivamente, y de cierta forma
también del derecho a la información contenido en el artículo 13 de
la misma. A propósito de lo señalado, la Corte ha establecido que
“los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención concretan, con referencia
a las actuaciones y omisiones de los órganos judiciales internos, los
alcances del principio de generación de responsabilidad por los
actos de cualquier órgano del Estado. Además, ha sostenido que
para cumplir con la obligación de garantizar, los Estados no solo
deben prevenir sino también investigar las violaciones a los
derechos humanos reconocidos en la Convención y procurar
además, si es posible, el restablecimiento del derecho conculcado y
la reparación de los daños producidos por las violaciones de los
derechos humanos”200.
Finalmente, podemos decir que el desarrollo jurisprudencial del
derecho a la verdad permite una mayor tutela de las garantías y
protección judicial que todo proceso debe observar pues de esta
manera se logra reconocer, canalizar y proteger valores elementales
dignos del mayor respeto social.

5.3. Derecho de acceso a la función pública


En el caso del Pueblo Mapuche Vs. Chile, la CorteIDH ha
desarrollado jurisprudencialmente que existe un derecho humano
como tal al acceso a la función pública. En la CADH no existe ese
derecho específico; sino solo el derecho a no ser discriminado en el
acceso a la función pública, lo cual ya ha sido de igual manera
reconocido por la Corte. Tenemos que en este caso
específicamente, la Corte declara
200
CorteIDH. Caso Escher y otros Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia del 6 de julio de 2009, Serie C No. 203, parr. 194.
la responsabilidad internacional de dicho Estado por restringir de
manera excesiva el acceso a la función pública en su país, sin
necesidad de abordar la discriminación lo cual evidencia un derecho
de acceso a la función pública como tal.
De lo argumentado anteriormente, consideramos que es pertinente
lo establecido por la Corte ya que se expande la tutela del dicho
derecho y deviene en un tema novedoso e innovador para el sistema
interamericano.
PARTE IV

CONCLUSIONES

1. El Derecho Internacional Público y el Derecho Internacional de los

Derechos Humanos no son ramas antagónicas, sino que mantienen una

relación de pertenencia en cuanto a su origen y con el devenir del

tiempo el DIDH ha ido adquiriendo autonomía, producto de la cual ya no

solo se habla de pertenencia sino también de complementariedad entre

ambas.

2. Los derechos humanos se cimientan en la dignidad, valor de carácter

universal; de esto deviene que la protección de los derechos humanos

sea tarea principal no solo de los Estados si no de la comunidad

internacional; siendo por ello que, en nuestro hemisferio existe un

órgano llamado Corte Interamericana de Derechos Humanos.

3. La interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos

es una labor integral que abarca no solo el análisis del texto de dicho

instrumento jurídico internacional, sino también la aplicación del Principio

Pro Homine que genera una mayor protección de los derechos y una

menor restricción de los mismos (interpretación extensiva).

4. La evolución de la Convención no implica que la Corte la reforme, sino

que la misma debe desarrollar sus decisiones jurídicas a partir de

valores, principios y normas para que la Convención mantenga su

capacidad de respuesta frente a situaciones que sus autores no


previeron y que representan problemas específicos que requieren

soluciones puntuales.
5. La postura estática resulta desfasada respecto a los tiempos actuales en

los que existe la tendencia, tanto por parte de los Estados, Organismos

Internacionales y personas, a promover una cultura de protección de los

derechos humanos, cimiento de la postura dinámico evolutiva.

6. El meollo de la presente investigación se verifica a través de la

jurisprudencia de la CorteIDH ya que se aprecia fácticamente que se

amplía el ámbito de protección de un derecho humano convencional tal

como se constató con el derecho a la propiedad indígena, derecho a la

verdad y acceso a la función pública.

7. La CorteIDH tiene una función consultiva y una función contenciosa y es

a través de la segunda que ha logrado imponer indirectamente

homogeneidad en la interpretación de la Convención y ha supervisado

inclusive el cumplimiento de sus propios fallos, convirtiéndose en la

principal impulsora de la evolución del Derecho Interamericano.

8. La Convención tiene una naturaleza especial —lo cual se reafirma en la

jurisprudencia de la CorteIDH— ya que se inspira en valores comunes

superiores, se aplica de conformidad con la noción de garantía colectiva,

no regula intereses recíprocos entre los Estados partes y tiene como

objeto y fin la protección de los derechos fundamentales de los seres

humanos.
RECOMENDACIONES

1. Al ser escasos los trabajos de investigación respecto a la controversia

sobre la labor efectuada por la Corte Interamericana de Derechos

Humanos en el sentido de si esta se extralimita de su competencia o no,

proponemos fomentar espacios de debate en las universidades de

nuestra localidad y a la vez coordinar con los organismos de protección

de derechos humanos su participación de los mismos, ya que la

discusión del tema ayuda a enriquecer la formación académica del

estudiante de Derecho que más adelante puede desempeñarse

profesionalmente en este campo.

2. Sin perjuicio de la soberanía del Estado peruano, recomendamos que

los operadores de justicia en nuestro país apliquen no solo el Derecho

nacional, sino que además tengan en cuenta que la jurisprudencia de la

CorteIDH debe ser aplicada en virtud del artículo 55 y Cuarta

Disposición Final y Transitoria de la Constitución Política del Perú de

1993, no pudiendo desconocer los parámetros de protección

establecidos por la CorteIDH ya que su jurisprudencia según los

artículos mencionados forma parte del ordenamiento jurídico peruano y

por ello resulta igualmente aplicable.

Consideramos que debido a la gran importancia que reviste el Principio

Pro Homine a nivel internacional como principio que rige el Derecho

Internacional de los Derechos Humanos, éste debe ser a su vez

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aplicado

160
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en nuestro ámbito nacional, razón por la cual proponemos que éste debe

irrigar a todos los poderes del Estado y órganos constitucionales

autónomos para que así de esta manera se materialice en la realidad

fáctica uno de los deberes primordiales del Estado como lo es garantizar

la plena vigencia de los derechos humanos a través de una mayor

protección.

3. Buscamos que este tema sea abordado en foros internacionales ya que

consideramos que la opinión de los representantes de los Estados va a

permitir enriquecer el debate y cimentar su posición frente al accionar de

la CorteIDH y determinar si su labor atenta o no contra las obligaciones

asumidas por los mismos y llegar a un acuerdo y equilibrio en el tema

que permita la continua evolución del sistema interamericano de

protección de derechos humanos.

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ANEXOS

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Declaración Americana de los derechos y deberes del hombre

(Aprobada en la Novena Conferencia Internacional Americana


Bogotá, Colombia, 1948)

La IX Conferencia Internacional Americana,

CONSIDERANDO:

Que los pueblos americanos han dignificado la persona humana y que


sus constituciones nacionales reconocen que las instituciones
jurídicas y políticas, rectoras de la vida en sociedad, tienen como fin
principal la protección de los derechos esenciales del hombre y la
creación de circunstancias que le permitan progresar espiritual y
materialmente y alcanzar la felicidad;

Que, en repetidas ocasiones, los Estados americanos han reconocido


que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser
nacional de determinado Estado sino que tienen como fundamento
los atributos de la persona humana;

Que la protección internacional de los derechos del hombre debe ser


guía principalísima del derecho americano en evolución;

Que la consagración americana de los derechos esenciales del


hombre unida a las garantías ofrecidas por el régimen interno de los
Estados, establece el sistema inicial de protección que los Estados
americanos consideran adecuado a las actuales circunstancias
sociales y jurídicas, no sin reconocer que deberán fortalecerlo cada
vez más en el campo internacional, a medida que esas circunstancias
vayan siendo más propicias,

ACUERDA:

Adoptar la siguiente

DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL


HOMBRE

Preámbulo

Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,


dotados como están por naturaleza de razón y conciencia, deben
conducirse fraternalmente los unos con los otros.

El cumplimiento del deber de cada uno es exigencia del derecho de


todos. Derechos y deberes se integran correlativamente en toda
actividad social y política del hombre. Si los derechos exaltan la
libertad individual, los deberes expresan la dignidad de esa libertad.

Los deberes de orden jurídico presuponen otros, de orden moral, que


los apoyan conceptualmente y los fundamentan.

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Es deber del hombre servir al espíritu con todas sus potencias y
recursos porque el espíritu es la finalidad suprema de la existencia
humana y su máxima categoría.

Es deber del hombre ejercer, mantener y estimular por todos los


medios a su alcance la cultura, porque la cultura es la máxima
expresión social e histórica del espíritu.

Y puesto que la moral y buenas maneras constituyen la floración más


noble de la cultura, es deber de todo hombre acatarlas siempre.

CAPÍTULO PRIMERO

Derechos

Artículo I. Todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a


la seguridad de su persona.

Artículo II. Todas las personas son iguales ante la Ley y tienen los
derechos y deberes consagrados en esta declaración sin distinción de
raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna.

Artículo III. Toda persona tiene el derecho de profesar libremente


una creencia religiosa y de manifestarla y practicarla en público y en
privado.

Artículo IV. Toda persona tiene derecho a la libertad de


investigación, de opinión y de expresión y difusión del pensamiento
por cualquier medio.

Artículo V. Toda persona tiene derecho a la protección de la Ley


contra los ataques abusivos a su honra, a su reputación y a su vida
privada y familiar.

Artículo VI. Toda persona tiene derecho a constituir familia, elemento


fundamental de la sociedad, y a recibir protección para ella.

Artículo VII. Toda mujer en estado de gravidez o en época de


lactancia, así como todo niño, tienen derecho a protección, cuidados
y ayuda especiales.

Artículo VIII. Toda persona tiene el derecho de fijar su residencia


en el territorio del Estado de que es nacional, de transitar por él
libremente y no abandonarlo sino por su voluntad.

Artículo IX. Toda persona tiene el derecho a la inviolabilidad de su


domicilio.

Artículo X. Toda persona tiene derecho a la inviolabilidad y circulación


de su correspondencia.

Artículo XI. Toda persona tiene derecho a que su salud sea


preservada por medidas sanitarias y sociales, relativas a la
alimentación, el vestido, la vivienda y la asistencia médica,
correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y los de
la comunidad.

Artículo XII. Toda persona tiene derecho a la educación, la que


debe estar inspirada en los principios de libertad, moralidad y
solidaridad humanas.

Asimismo tiene el derecho de que, mediante esa educación, se le


capacite para lograr una digna subsistencia, en mejoramiento del
nivel de vida y para ser útil a la sociedad.

El derecho de educación comprende el de igualdad de oportunidades


en todos los casos, de acuerdo con las dotes naturales, los méritos y
el deseo de aprovechar los recursos que puedan proporcionar la
comunidad y el Estado

. Toda persona tiene derecho a recibir gratuitamente la educación


primaria, por lo menos.

Artículo XIII. Toda persona tiene el derecho de participar en la vida


cultural de la comunidad, gozar de las artes y disfrutar de los
beneficios que resulten de los progresos intelectuales y
especialmente de los descubrimientos científicos.

Tiene asimismo derecho a la pro- tección de los intereses morales y


materiales que le correspondan por razón de los inventos, obras
literarias, científicas y artísticas de que sea autor.

Artículo XIV. Toda persona tiene derecho al trabajo en condiciones


dignas y a seguir libremente su vocación, en cuanto lo permitan las
oportunidades existentes de empleo.

Toda persona que trabaja tiene derecho de recibir una remuneración


que, en relación con su capacidad y destreza le asegure un nivel de
vida conveniente para sí misma y su familia.

Artículo XV. Toda persona tiene derecho a descanso, a honesta


recreación y a la oportunidad de emplear útilmente el tiempo libre en
beneficio de su mejoramiento espiritual, cultural y físico.

Artículo XVI. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que


le proteja contra las consecuencias de la desocupación, de la vejez y
de la inca- pacidad que, proveniente de cualquier otra causa ajena a
su voluntad, la imposibilite física o mentalmente para obtener los
medios de subsistencia.

Artículo XVII. Toda persona tiene derecho a que se le reconozca en


cualquier parte como sujeto de derechos y obligaciones, y a gozar de
los derechos civiles fundamentales.

Artículo XVIII. Toda persona puede ocurrir a los tribunales para


hacer valer sus derechos. Asimismo debe disponer de un
procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia lo ampare contra
actos de la autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los
derechos fundamentales consagrados constitucionalmente.
Artículo XIX. Toda persona tiene derecho a la nacionalidad que
legalmente le corresponda y el de cambiarla, si así lo desea, por la de
cualquier otro país que esté dispuesto a otorgársela.

Artículo XX. Toda persona, legal- mente capacitada, tiene el


derecho de tomar parte en el gobierno de su país, directamente o por
medio de sus repre- sentantes, y de participar en las elecciones
populares, que serán de voto secreto, genuinas, periódicas y libres.

Artículo XXI. Toda persona tiene el derecho de reunirse


pacíficamente con otras, en manifestación pública o en asamblea
transitoria, en relación con sus intereses comunes de cualquier
índole.

Artículo XXII. Toda persona tiene el derecho de asociarse con otras


para promover, ejercer y proteger sus intereses legítimos de orden
político, económico, religioso, social, cultural, profesional, sindical o
de cualquier otro orden.

Artículo XXIII. Toda persona tiene derecho a la propiedad privada


corres- pondiente a las necesidades esenciales de una vida decorosa,
que contribuya a mantener la dignidad de la persona y del hogar.

Artículo XXIV. Toda persona tiene derecho de presentar peticiones


respe- tuosas a cualquiera autoridad competente, ya sea por motivo
de interés general, ya de interés particular, y el de obtener pronta
resolución.

Artículo XXV. Nadie puede ser privado de su libertad sino en los


casos y según las formas establecidas por leyes preexistentes.

Nadie puede ser detenido por incumplimiento de obligaciones de


carácter netamente civil. Todo individuo que haya sido privado de su
libertad tiene derecho a que el juez verifique sin demora la legalidad
de la medida y a ser juzgado sin dilación injustificada, o, de lo
contrario, a ser puesto en libertad. Tiene derecho también a un
tratamiento humano durante la privación de su libertad.

Artículo XXVI. Se presume que todo acusado es inocente, hasta que


se pruebe que es culpable.

Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oída en forma


imparcial y pública, a ser juzgada por tribunales anteriormente
establecidos de acuerdo con leyes preexistentes y a que no se le
imponga penas crueles, infamantes o inusitadas

Artículo XXVII. Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir


asilo en territorio extranjero, en caso de persecución que no sea
motivada por delitos de derecho común y de acuerdo con la
legislación de cada país y con los convenios internacionales.

Artículo XXVIII. Los derechos de cada hombre están limitados por


los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas
exigencias del bienestar general y del desenvolvimiento democrático.

CAPITULO SEGUNDO
Deberes

Artículo XXIX. Toda persona tiene el deber de convivir con las


demás de manera que todas y cada una puedan formar y
desenvolver integralmente su personalidad.

Deberes ante la sociedad.

Artículo XXX. Toda persona tiene el deber de asistir, alimentar,


educar y amparar a sus hijos menores de edad, y los hijos tienen el
deber de honrar siempre a sus padres y el de asistirlos, alimentarlos
y ampararlos cuando éstos lo necesiten.

Deberes para con los hijos y los padres.

Artículo XXXI. Toda persona tiene el deber de adquirir a lo menos la


instrucción primaria.

Deberes de instrucción.

Artículo XXXII. Toda persona tiene el deber de votar en las


elecciones populares del país de que sea nacional, cuando esté
legalmente capacitada para ello.

Deber de sufragio.

Artículo XXXIII. Toda persona tiene el deber de obedecer a la Ley y


demás mandamientos legítimos de las autoridades de su país y de
aquél en que se encuentre.

Deber de obediencia a la Ley.

Artículo XXXIV. Toda persona hábil tiene el deber de prestar los


servicios civiles y militares que la Patria requiera para su defensa y
conservación, y en caso de calamidad pública, los servicios de que
sea capaz.

Asimismo tiene el deber de desempeñar los cargos de elección popular


que le correspondan en el Estado de que sea nacional.

Deber de servir a la comunidad y a la nación.

Artículo XXXV. Toda persona tiene el deber de cooperar con el


Estado y con la comunidad en la asistencia y seguridad sociales de
acuerdo con sus posibilidades y con las circunstancias.

Deberes de asistencia y seguridad sociales.

Artículo XXXVI. Toda persona tiene el deber de pagar los impuestos


establecidos por la Ley para el sostenimiento de los servicios
públicos.

Deber de pagar impuestos.


Artículo XXXVII. Toda persona tiene el deber de trabajar, dentro de
su capacidad y posibilidades, a fin de obtener los recursos para su
subsistencia o en beneficio de la comunidad.

Deber de trabajo.

Artículo XXXVIII. Toda persona tiene el deber de no intervenir en


las actividades políticas que, de conformidad con la Ley, sean
privativas de los ciudadanos del Estado en que sea extranjero.

Deber de abstenerse de actividades políticas en país extranjero.


Declaración Universal de los Derechos humanos

Adoptada y proclamada por la Resolución de la Asamblea General 217


A (iii)

del 10 de diciembre de 1948

Preámbulo

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el


reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la familia humana;

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos


han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y
que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el
advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la
miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;

Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen
de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la
rebelión contra la tiranía y la opresión;

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas


entre las naciones;

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su
fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la
persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han
declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro
de un concepto más amplio de la libertad;

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en


cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y
efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y

Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la


mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;

La Asamblea General

Proclama la presente

Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que


todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos
como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante
la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren,
por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y
aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros
como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Artículo 1.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con
los otros.

Artículo 2

1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta


Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición.

2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o


internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si
se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración
fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Artículo 4

Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de


esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Artículo 5

Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su


personalidad jurídica.

Artículo 7

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de
la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que
infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Artículo 8

Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 9

Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída


públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier
acusación contra ella en materia penal.

Artículo 11

1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia


mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el
que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse


no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se
impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Artículo 12

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su


domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

Artículo 13

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el


territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a
regresar a su país.

Artículo 14

1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar


de él, en cualquier país.

2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente
originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de
las Naciones Unidas.

Artículo 15
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.

2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar


de nacionalidad.

Artículo 16

1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin
restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar
una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el
matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.

2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá


contraerse el matrimonio.

3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a


la protección de la sociedad y del Estado.

Artículo 17

1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.

2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

Artículo 18

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de


religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así
como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y
colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el
culto y la observancia.

Artículo 19

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho


incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir
informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por
cualquier medio de expresión.

Artículo 20

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Artículo 21

1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente


o por medio de representantes libremente escogidos.

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2. Toda persona tiene el derecho de accceso, en condiciones de igualdad, a las
funciones públicas de su país.

3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta


voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse
periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro
procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22

Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y


a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida
cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los
derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre
desarrollo de su personalidad.

Artículo 23

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a


condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el
desempleo.

2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo
igual.

3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y


satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la
dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros
medios de protección social.

4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de


sus intereses.

Artículo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una
limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

Artículo 25

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido,
la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo
derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez
u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad.

2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales.


Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a
igual protección social.

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Artículo 26

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al


menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción
elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser
generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función
de los méritos respectivos.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y


el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas
las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de
las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá
de darse a sus hijos.

Artículo 27

1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la


comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los
beneficios que de él resulten.

2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales


que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas
de que sea autora.

Artículo 28

Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en


el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan
plenamente efectivos.

Artículo 29

1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella
puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.

2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona


estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de
asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás,
y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar
general en una sociedad democrática.

3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en


oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 30
Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho
alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar
actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos
y libertades proclamados en esta Declaración.
CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS

Reformada por el Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los


Estados Americanos "Protocolo de Buenos Aires", suscrito el 27 de febrero de
1967, en la Tercera Conferencia Interamericana Extraordinaria, por el Protocolo
de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos "Protocolo
de Cartagena de Indias", aprobado el 5 de diciembre de 1985, en el
decimocuarto período extraordinario de sesiones de la Asamblea General, por el
Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos
"Protocolo de Washington", aprobado el 14 de diciembre de 1992, en el
decimosexto período extraordinario de sesiones de la Asamblea General, y por el
Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos
"Protocolo de Managua", adoptado el 10 de junio de 1993, en el decimonoveno
período extraordinario de sesiones de la Asamblea General.

INDICE
Preámbulo

Primera Parte

Capítulo I Naturaleza

Capítulo II Principios

Capítulo III Miembros

Capítulo IV Derechos y deberes fundamentales de los Estados

Capítulo V Solución pacífica de controversias

Capítulo VI Seguridad colectiva

Capítulo VII Desarrollo integral

Segunda Parte

Capítulo VIII De los Organos

Capítulo IX La Asamblea General

Capítulo X La Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones


Exteriores
Capítulo XI Los Consejos de la Organización

Capítulo XII El Consejo Permanente de la Organización

Capítulo XIII El Consejo Interamericano para el Desarrollo


Integral

Capítulo XIV El Comité Jurídico Interamericano

Capítulo XV La Comisión Interamericana de Derechos Humanos

Capítulo XVI La Secretaría General

Capítulo XVII Las Conferencias Especializadas

Capítulo XVIII Los Organismos Especializados

Tercera Parte

Capítulo XIX Naciones Unidas

Capítulo XX Disposiciones

Capítulo XXI Ratificación y vigencia

Capítulo XXII Disposiciones transitorias

CARTA DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS *

EN NOMBRE DE SUS PUEBLOS LOS ESTADOS REPRESENTADOS EN LA IX


CONFERENCIA INTERNACIONAL AMERICANA,

Convencidos de que la misión histórica de América es ofrecer al hombre una


tierra de libertad y un ámbito favorable para el desarrollo de su personalidad y la
realización de sus justas aspiraciones;

Conscientes de que esa misión ha inspirado ya numerosos convenios y acuerdos


cuya virtud esencial radica en el anhelo de convivir en paz y de propiciar,
mediante
su mutua comprensión y su respeto por la soberanía de cada uno, el
mejoramiento de todos en la independencia, en la igualdad y en el derecho;

Ciertos de que la democracia representativa es condición indispensable para la


estabilidad, la paz y el desarrollo de la región;

Seguros de que el sentido genuino de la solidaridad americana y de la buena


vecindad no puede ser otro que el de consolidar en este Continente, dentro del
marco de las instituciones democráticas, un régimen de libertad individual y de
justicia social, fundado en el respeto de los derechos esenciales del hombre;

Persuadidos de que el bienestar de todos ellos, así como su contribución al


progreso y la civilización del mundo, habrá de requerir, cada día más, una
intensa cooperación continental;

Determinados a perseverar en la noble empresa que la Humanidad ha confiado a


las Naciones Unidas, cuyos principios y propósitos reafirman solemnemente;

Convencidos de que la organización jurídica es una condición necesaria para la


seguridad y la paz, fundadas en el orden moral y en la justicia, y

De acuerdo con la Resolución IX de la Conferencia sobre Problemas de la Guerra


y de la Paz, reunida en la Ciudad de México,

HAN CONVENIDO
en suscribir la siguiente

CARTA DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS

Primera Parte

Capítulo I
NATURALEZA Y PROPOSITOS

Artículo 1

Los Estados americanos consagran en esta Carta la organización internacional


que han desarrollado para lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su
solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad
territorial y su independencia. Dentro de las Naciones Unidas, la Organización de
los Estados Americanos constituye un organismo regional.

La Organización de los Estados Americanos no tiene más facultades que aquellas


que expresamente le confiere la presente Carta, ninguna de cuyas disposiciones
la autoriza a intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados
miembros.

Artículo 2

La Organización de los Estados Americanos, para realizar los principios en que se


funda y cumplir sus obligaciones regionales de acuerdo con la Carta de las
Naciones Unidas, establece los siguientes propósitos esenciales:

a) Afianzar la paz y la seguridad del Continente;

b) Promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al


principio de no intervención;
c) Prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar la solución pacífica de
controversias que surjan entre los Estados miembros;

d) Organizar la acción solidaria de éstos en caso de agresión;

e) Procurar la solución de los problemas políticos, jurídicos y económicos que se


susciten entre ellos;

f) Promover, por medio de la acción cooperativa, su desarrollo económico, social


y cultural;

g) Erradicar la pobreza crítica, que constituye un obstáculo al pleno desarrollo


democrático de los pueblos del hemisferio, y

h) Alcanzar una efectiva limitación de armamentos convencionales que permita


dedicar el mayor número de recursos al desarrollo económico y social de los
Estados miembros.

Capítulo II
PRINCIPIOS

Artículo 3

Los Estados americanos reafirman los siguientes principios:

a) El derecho internacional es norma de conducta de los Estados en sus


relaciones recíprocas.

b) El orden internacional está esencialmente constituido por el respeto a la


personalidad, soberanía e independencia de los Estados y por el fiel
cumplimiento de las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes
del derecho internacional.

c) La buena fe debe regir las relaciones de los Estados entre sí.

d) La solidaridad de los Estados americanos y los altos fines que con ella se
persiguen, requieren la organización política de los mismos sobre la base del
ejercicio efectivo de la democracia representativa.

e) Todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema


político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga, y
tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado. Con sujeción a lo
arriba dispuesto, los Estados americanos cooperarán ampliamente entre sí y con
independencia de la naturaleza de sus sistemas políticos, económicos y sociales.

f) La eliminación de la pobreza crítica es parte esencial de la promoción y


consolidación de la democracia representativa y constituye responsabilidad
común y compartida de los Estados americanos.

g) Los Estados americanos condenan la guerra de agresión: la victoria no da


derechos.

h) La agresión a un Estado americano constituye una agresión a todos los


demás Estados americanos.

i) Las controversias de carácter internacional que surjan entre dos o más


Estados americanos deben ser resueltas por medio de procedimientos pacíficos.
j) La justicia y la seguridad sociales son bases de una paz duradera.

k) La cooperación económica es esencial para el bienestar y la prosperidad


comunes de los pueblos del Continente.

l) Los Estados americanos proclaman los derechos fundamentales de la


persona humana sin hacer distinción de raza, nacionalidad, credo o sexo.

m) La unidad espiritual del Continente se basa en el respeto de la


personalidad cultural de los países americanos y demanda su estrecha
cooperación en las altas finalidades de la cultura humana.

n) La educación de los pueblos debe orientarse hacia la justicia, la libertad y la


paz.

Capítulo III
MIEMBROS

Artículo 4

Son miembros de la Organización todos los Estados americanos que ratifiquen la


presente Carta.

Artículo 5

En la Organización tendrá su lugar toda nueva entidad política que nazca de la


unión de varios de sus Estados miembros y que como tal ratifique esta Carta. El
ingreso de la nueva entidad política en la Organización producirá, para cada uno
de los Estados que la constituyen, la pérdida de la calidad de miembro de la
Organización.

Artículo 6

Cualquier otro Estado americano independiente que quiera ser miembro de la


Organización, deberá manifestarlo mediante nota dirigida al Secretario General,
en la cual indique que está dispuesto a firmar y ratificar la Carta de la
Organización así como a aceptar todas las obligaciones que entraña la condición
de miembro, en especial las referentes a la seguridad colectiva, mencionadas
expresamente en los artículos 28 y 29 de la Carta.

Artículo 7

La Asamblea General, previa recomendación del Consejo Permanente de la


Organización, determinará si es procedente autorizar al Secretario General para
que permita al Estado solicitante firmar la Carta y para que acepte el depósito
del instrumento de ratificación correspondiente. Tanto la recomendación del
Consejo Permanente, como la decisión de la Asamblea General, requerirán el
voto afirmativo de los dos tercios de los Estados miembros.

Artículo 8

La condición de miembro de la Organización estará restringida a los Estados


independientes del Continente que al 10 de diciembre de 1985 fueran miembros
de las Naciones Unidas y a los territorios no autónomos mencionados en el
documento OEA/Ser.P, AG/doc.1939/85, del 5 de noviembre de 1985, cuando
alcancen su independencia.
Artículo 9

Un miembro de la Organización cuyo gobierno democráticamente constituido sea


derrocado por la fuerza podrá ser suspendido del ejercicio del derecho de
participación en las sesiones de la Asamblea General, de la Reunión de Consulta,
de los Consejos de la Organización y de las Conferencias Especializadas, así
como de las comisiones, grupos de trabajo y demás cuerpos que se hayan
creado.

a) La facultad de suspensión solamente será ejercida cuando hayan sido


infructuosas las gestiones diplomáticas que la Organización hubiera emprendido
con el objeto de propiciar el restablecimiento de la democracia representativa en
el Estado miembro afectado.

b) La decisión sobre la suspensión deberá ser adoptada en un período


extraordinario de sesiones de la Asamblea General, por el voto afirmativo de los
dos tercios de los Estados miembros.

c) La suspensión entrará en vigor inmediatamente después de su aprobación


por la Asamblea General.

d) La Organización procurará, no obstante la medida de suspensión,


emprender nuevas gestiones diplomáticas tendientes a coadyuvar al
restablecimiento de la democracia representativa en el Estado miembro afectado.

e) El miembro que hubiere sido objeto de suspensión deberá continuar


observando el cumplimiento de sus obligaciones con la Organización.

f) La Asamblea General podrá levantar la suspensión por decisión adoptada


con la aprobación de dos tercios de los Estados miembros.

g) Las atribuciones a que se refiere este artículo se ejercerán de conformidad


con la presente Carta.

Capítulo IV
DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES DE LOS ESTADOS

Artículo 10

Los Estados son jurídicamente iguales, disfrutan de iguales derechos e igual


capacidad para ejercerlos, y tienen iguales deberes. Los derechos de cada uno no
dependen del poder de que disponga para asegurar su ejercicio, sino del simple
hecho de su existencia como persona de derecho internacional.

Artículo 11

Todo Estado americano tiene el deber de respetar los derechos de que disfrutan
los demás Estados de acuerdo con el derecho internacional.

Artículo 12

Los derechos fundamentales de los Estados no son susceptibles de menoscabo


en forma alguna.

Artículo 13

La existencia política del Estado es independiente de su reconocimiento por los


demás Estados. Aun antes de ser reconocido, el Estado tiene el derecho de
defender su integridad e independencia, proveer a su conservación y prosperidad
y, por consiguiente, de organizarse como mejor lo entendiere, legislar sobre sus
intereses, administrar sus servicios y determinar la jurisdicción y competencia de
sus tribunales. El ejercicio de estos derechos no tiene otros límites que el
ejercicio de los derechos de otros Estados conforme al derecho internacional.

Artículo 14

El reconocimiento implica que el Estado que lo otorga acepta la personalidad del


nuevo Estado con todos los derechos y deberes que, para uno y otro, determina
el derecho internacional.

Artículo 15

El derecho que tiene el Estado de proteger y desarrollar su existencia no lo


autoriza a ejecutar actos injustos contra otro Estado.

Artículo 16

La jurisdicción de los Estados en los límites del territorio nacional se ejerce


igualmente sobre todos los habitantes, sean nacionales o extranjeros.

Artículo 17

Cada Estado tiene el derecho a desenvolver libre y espontáneamente su vida


cultural, política y económica. En este libre desenvolvimiento el Estado respetará
los derechos de la persona humana y los principios de la moral universal.

Artículo 18

El respeto y la fiel observancia de los tratados constituyen normas para el


desarrollo de las relaciones pacíficas entre los Estados. Los tratados y acuerdos
internacionales deben ser públicos.

Artículo 19

Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir, directa o


indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de
cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada, sino
también cualquier otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la
personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos y culturales que
lo constituyen.

Artículo 20

Ningún Estado podrá aplicar o estimular medidas coercitivas de carácter


económico y político para forzar la voluntad soberana de otro Estado y obtener
de éste ventajas de cualquier naturaleza.

Artículo 21

El territorio de un Estado es inviolable; no puede ser objeto de ocupación militar


ni de otras medidas de fuerza tomadas por otro Estado, directa o indirectamente,
cualquiera que fuere el motivo, aun de manera temporal. No se reconocerán las
adquisiciones territoriales o las ventajas especiales que se obtengan por la fuerza
o por cualquier otro medio de coacción.

Artículo 22

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Los Estados americanos se obligan en sus relaciones internacionales a no recurrir
al uso de la fuerza, salvo el caso de legítima defensa, de conformidad con los
tratados vigentes o en cumplimiento de dichos tratados.

Artículo 23

Las medidas que, de acuerdo con los tratados vigentes, se adopten para el
mantenimiento de la paz y la seguridad, no constituyen violación de los
principios enunciados en los artículos 19 y 21.

Capítulo V
SOLUCION PACIFICA DE CONTROVERSIAS

Artículo 24

Las controversias internacionales entre los Estados miembros deben ser


sometidas a los procedimientos de solución pacífica señalados en esta Carta.

Esta disposición no se interpretará en el sentido de menoscabar los derechos y


obligaciones de los Estados miembros de acuerdo con los artículos 34 y 35 de la
Carta de las Naciones Unidas.

Artículo 25

Son procedimientos pacíficos: la negociación directa, los buenos oficios, la


mediación, la investigación y conciliación, el procedimiento judicial, el arbitraje y
los que especialmente acuerden, en cualquier momento, las Partes.

Artículo 26

Cuando entre dos o más Estados americanos se suscite una controversia que, en
opinión de uno de ellos, no pueda ser resuelta por los medios diplomáticos
usuales, las Partes deberán convenir en cualquier otro procedimiento pacífico que
les permita llegar a una solución.

Artículo 27

Un tratado especial establecerá los medios adecuados para resolver las


controversias y determinará los procedimientos pertinentes a cada uno de los
medios pacíficos, en forma de no dejar que controversia alguna entre los Estados
americanos pueda quedar sin solución definitiva dentro de un plazo razonable.

Capítulo VI
SEGURIDAD COLECTIVA

Artículo 28

Toda agresión de un Estado contra la integridad o la inviolabilidad del territorio o


contra la soberanía o la independencia política de un Estado americano, será
considerada como un acto de agresión contra los demás Estados americanos.

Artículo 29

Si la inviolabilidad o la integridad del territorio o la soberanía o la independencia


política de cualquier Estado americano fueren afectadas por un ataque armado o
por una agresión que no sea ataque armado, o por un conflicto extracontinental
o por un conflicto entre dos o más Estados americanos o por cualquier otro
hecho o situación que pueda poner en peligro la paz de América, los Estados

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americanos

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en desarrollo de los principios de la solidaridad continental o de la legítima
defensa colectiva, aplicarán las medidas y procedimientos establecidos en los
tratados especiales, existentes en la materia.

Capítulo VII
DESARROLLO INTEGRAL

Artículo 30

Los Estados miembros, inspirados en los principios de solidaridad y cooperación


interamericanas, se comprometen a aunar esfuerzos para lograr que impere la
justicia social internacional en sus relaciones y para que sus pueblos alcancen un
desarrollo integral, condiciones indispensables para la paz y la seguridad. El
desarrollo integral abarca los campos económico, social, educacional, cultural,
científico y tecnológico, en los cuales deben obtenerse las metas que cada país
defina para lograrlo.

Artículo 31

La cooperación interamericana para el desarrollo integral es responsabilidad


común y solidaria de los Estados miembros en el marco de los principios
democráticos y de las instituciones del sistema interamericano. Ella debe
comprender los campos económico, social, educacional, cultural, científico y
tecnológico, apoyar el logro de los objetivos nacionales de los Estados miembros
y respetar las prioridades que se fije cada país en sus planes de desarrollo, sin
ataduras ni condiciones de carácter político.

Artículo 32

La cooperación interamericana para el desarrollo integral debe ser continua y


encauzarse preferentemente a través de organismos multilaterales, sin perjuicio
de la cooperación bilateral convenida entre Estados miembros.

Los Estados miembros contribuirán a la cooperación interamericana para el


desarrollo integral de acuerdo con sus recursos y posibilidades, y de conformidad
con sus leyes.

Artículo 33

El desarrollo es responsabilidad primordial de cada país y debe constituir un


proceso integral y continuo para la creación de un orden económico y social justo
que permita y contribuya a la plena realización de la persona humana.

Artículo 34

Los Estados miembros convienen en que la igualdad de oportunidades, la


eliminación de la pobreza crítica y la distribución equitativa de la riqueza y del
ingreso, así como la plena participación de sus pueblos en las decisiones relativas
a su propio desarrollo, son, entre otros, objetivos básicos del desarrollo integral.
Para lograrlos, convienen asimismo en dedicar sus máximos esfuerzos a la
consecución de las siguientes metas básicas:

a) Incremento sustancial y auto sostenido del producto nacional per cápita;

b) Distribución equitativa del ingreso nacional;

c) Sistemas impositivos adecuados y equitativos;


d) Modernización de la vida rural y reformas que conduzcan a regímenes
equitativos y eficaces de tenencia de la tierra, mayor productividad agrícola,
expansión del uso de la tierra, diversificación de la producción y mejores
sistemas para la industrialización y comercialización de productos agrícolas, y
fortalecimiento y ampliación de los medios para alcanzar estos fines;

e) Industrialización acelerada y diversificada, especialmente de bienes de


capital e intermedios;

f) Estabilidad del nivel de precios internos en armonía con el desarrollo


económico sostenido y el logro de la justicia social;

g) Salarios justos, oportunidades de empleo y condiciones de trabajo


aceptables para todos;

h) Erradicación rápida del analfabetismo y ampliación, para todos, de las


oportunidades en el campo de la educación;

i) Defensa del potencial humano mediante la extensión y aplicación de los


modernos conocimientos de la ciencia médica;

j) Nutrición adecuada, particularmente por medio de la aceleración de los


esfuerzos nacionales para incrementar la producción y disponibilidad de
alimentos;

k) Vivienda adecuada para todos los sectores de la población;

l) Condiciones urbanas que hagan posible una vida sana, productiva y digna;

m) Promoción de la iniciativa y la inversión privadas en armonía con la acción


del sector público, y

n) Expansión y diversificación de las

exportaciones. Artículo 35

Los Estados miembros deben abstenerse de ejercer políticas, acciones o medidas


que tengan serios efectos adversos sobre el desarrollo de otros Estados miembros.

Artículo 36

Las empresas transnacionales y la inversión privada extranjera están sometidas


a la legislación y a la jurisdicción de los tribunales nacionales competentes de los
países receptores y a los tratados y convenios internacionales en los cuales éstos
sean Parte y, además, deben ajustarse a la política de desarrollo de los países
receptores.

Artículo 37

Los Estados miembros convienen en buscar, colectivamente, solución a los


problemas urgentes o graves que pudieren presentarse cuando el desarrollo o
estabilidad económicos, de cualquier Estado miembro, se vieren seriamente
afectados por situaciones que no pudieren ser resueltas por el esfuerzo de dicho
Estado.

Artículo 38
Los Estados miembros difundirán entre sí los beneficios de la ciencia y de la
tecnología, promoviendo, de acuerdo con los tratados vigentes y leyes
nacionales, el intercambio y el aprovechamiento de los conocimientos científicos
y técnicos.

Artículo 39

Los Estados miembros, reconociendo la estrecha interdependencia que hay entre


el comercio exterior y el desarrollo económico y social, deben realizar esfuerzos,
individuales y colectivos, con el fin de conseguir:

a) Condiciones favorables de acceso a los mercados mundiales para los


productos de los países en desarrollo de la región, especialmente por medio de la
reducción o eliminación, por parte de los países importadores, de barreras
arancelarias y no arancelarias que afectan las exportaciones de los Estados
miembros de la Organización, salvo cuando dichas barreras se apliquen para
diversificar la estructura económica, acelerar el desarrollo de los Estados
miembros menos desarrollados e intensificar su proceso de integración
económica, o cuando se relacionen con la seguridad nacional o las necesidades
del equilibrio económico;

b) La continuidad de su desarrollo económico y social mediante:

i. Mejores condiciones para el comercio de productos básicos por medio


de convenios internacionales, cuando fueren adecuados; procedimientos
ordenados de comercialización que eviten la perturbación de los mercados, y
otras medidas destinadas a promover la expansión de mercados y a obtener
ingresos seguros para los productores, suministros adecuados y seguros para los
consumidores, y precios estables que sean a la vez remunerativos para los
productores y equitativos para los consumidores;

ii. Mejor cooperación internacional en el campo financiero y adopción de


otros medios para aminorar los efectos adversos de las fluctuaciones acentuadas
de los ingresos por concepto de exportaciones que experimenten los países
exportadores de productos básicos;

iii. Diversificación de las exportaciones y ampliación de las oportunidades


para exportar productos manufacturados y semimanufacturados de países en
desarrollo, y

iv. Condiciones favorables al incremento de los ingresos reales


provenientes de las exportaciones de los Estados miembros, especialmente de
los países en desarrollo de la región, y al aumento de su participación en el
comercio internacional.

Artículo 40

Los Estados miembros reafirman el principio de que los países de mayor


desarrollo económico, que en acuerdos internacionales de comercio efectúen
concesiones en beneficio de los países de menor desarrollo económico en materia
de reducción y eliminación de tarifas u otras barreras al comercio exterior, no
deben solicitar de esos países concesiones recíprocas que sean incompatibles con
su desarrollo económico y sus necesidades financieras y comerciales.

Artículo 41
Los Estados miembros, con el objeto de acelerar el desarrollo económico, la
integración regional, la expansión y el mejoramiento de las condiciones de su
comercio, promoverán la modernización y la coordinación de los transportes y de
las comunicaciones en los países en desarrollo y entre los Estados miembros.

Artículo 42

Los Estados miembros reconocen que la integración de los países en


desarrollo del Continente es uno de los objetivos del sistema interamericano y,
por consiguiente, orientarán sus esfuerzos y tomarán las medidas necesarias
para acelerar el proceso de integración, con miras al logro, en el más corto plazo,
de un mercado común latinoamericano.

Artículo 43

Con el fin de fortalecer y acelerar la integración en todos sus aspectos, los


Estados miembros se comprometen a dar adecuada prioridad a la preparación y
ejecución de proyectos multinacionales y a su financiamiento, así como a
estimular a las instituciones económicas y financieras del sistema interamericano
para que continúen dando su más amplio respaldo a las instituciones y a los
programas de integración regional.

Artículo 44

Los Estados miembros convienen en que la cooperación técnica y financiera,


tendiente a fomentar los procesos de integración económica regional, debe
fundarse en el principio del desarrollo armónico, equilibrado y eficiente,
asignando especial atención a los países de menor desarrollo relativo, de manera
que constituya un factor decisivo que los habilite a promover, con sus propios
esfuerzos, el mejor desarrollo de sus programas de infraestructura, nuevas
líneas de producción y la diversificación de sus exportaciones.

Artículo 45

Los Estados miembros, convencidos de que el hombre sólo puede alcanzar la


plena realización de sus aspiraciones dentro de un orden social justo,
acompañado de desarrollo económico y verdadera paz, convienen en dedicar sus
máximos esfuerzos a la aplicación de los siguientes principios y mecanismos:

a) Todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexo, nacionalidad, credo
o condición social, tienen derecho al bienestar material y a su desarrollo
espiritual, en condiciones de libertad, dignidad, igualdad de oportunidades y
seguridad económica;

b) El trabajo es un derecho y un deber social, otorga dignidad a quien lo


realiza y debe prestarse en condiciones que, incluyendo un régimen de salarios
justos, aseguren la vida, la salud y un nivel económico decoroso para el
trabajador y su familia, tanto en sus años de trabajo como en su vejez, o cuando
cualquier circunstancia lo prive de la posibilidad de trabajar;

c) Los empleadores y los trabajadores, tanto rurales como urbanos, tienen el


derecho de asociarse libremente para la defensa y promoción de sus intereses,
incluyendo el derecho de negociación colectiva y el de huelga por parte de los
trabajadores, el reconocimiento de la personería jurídica de las asociaciones y la
protección de su libertad e independencia, todo de conformidad con la legislación
respectiva;
d) Justos y eficientes sistemas y procedimientos de consulta y colaboración
entre los sectores de la producción, tomando en cuenta la protección de los
intereses de toda la sociedad;

e) El funcionamiento de los sistemas de administración pública, banca y


crédito, empresa, distribución y ventas, en forma que, en armonía con el sector
privado, responda a los requerimientos e intereses de la comunidad;

f) La incorporación y creciente participación de los sectores marginales de la


población, tanto del campo como de la ciudad, en la vida económica, social,
cívica, cultural y política de la nación, a fin de lograr la plena integración de la
comunidad nacional, el aceleramiento del proceso de movilidad social y la
consolidación del régimen democrático. El estímulo a todo esfuerzo de promoción
y cooperación populares que tenga por fin el desarrollo y progreso de la
comunidad;

g) El reconocimiento de la importancia de la contribución de las


organizaciones, tales como los sindicatos, las cooperativas y asociaciones
culturales, profesionales, de negocios, vecinales y comunales, a la vida de la
sociedad y al proceso de desarrollo;

h) Desarrollo de una política eficiente de seguridad social, e

i) Disposiciones adecuadas para que todas las personas tengan la debida


asistencia legal para hacer valer sus derechos.

Artículo 46

Los Estados miembros reconocen que, para facilitar el proceso de la integración


regional latinoamericana, es necesario armonizar la legislación social de los
países en desarrollo, especialmente en el campo laboral y de la seguridad social,
a fin de que los derechos de los trabajadores sean igualmente protegidos, y
convienen en realizar los máximos esfuerzos para alcanzar esta finalidad.

Artículo 47

Los Estados miembros darán importancia primordial, dentro de sus planes de


desarrollo, al estímulo de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura
orientadas hacia el mejoramiento integral de la persona humana y como
fundamento de la democracia, la justicia social y el progreso.

Artículo 48

Los Estados miembros cooperarán entre sí para satisfacer sus necesidades


educacionales, promover la investigación científica e impulsar el adelanto
tecnológico para su desarrollo integral, y se considerarán individual y
solidariamente comprometidos a preservar y enriquecer el patrimonio cultural de
los pueblos americanos.

Artículo 49

Los Estados miembros llevarán a cabo los mayores esfuerzos para asegurar, de
acuerdo con sus normas constitucionales, el ejercicio efectivo del derecho a la
educación, sobre las siguientes bases:

a) La educación primaria será obligatoria para la población en edad escolar, y


se ofrecerá también a todas las otras personas que puedan beneficiarse de ella.
Cuando la imparta el Estado, será gratuita;
b) La educación media deberá extenderse progresivamente a la mayor parte
posible de la población, con un criterio de promoción social. Se diversificará de
manera que, sin perjuicio de la formación general de los educandos, satisfaga las
necesidades del desarrollo de cada país, y

c) La educación superior estará abierta a todos, siempre que, para mantener


su alto nivel, se cumplan las normas reglamentarias o académicas
correspondientes.

Artículo 50

Los Estados miembros prestarán especial atención a la erradicación del


analfabetismo; fortalecerán los sistemas de educación de adultos y habilitación
para el trabajo; asegurarán el goce de los bienes de la cultura a la totalidad de la
población, y promoverán el empleo de todos los medios de difusión para el
cumplimiento de estos propósitos.

Artículo 51

Los Estados miembros fomentarán la ciencia y la tecnología mediante actividades


de enseñanza, investigación y desarrollo tecnológico y programas de difusión y
divulgación, estimularán las actividades en el campo de la tecnología con el
propósito de adecuarla a las necesidades de su desarrollo integral, concertarán
eficazmente su cooperación en estas materias, y ampliarán sustancialmente el
intercambio de conocimientos, de acuerdo con los objetivos y leyes nacionales y
los tratados vigentes.

Artículo 52

Los Estados miembros acuerdan promover, dentro del respeto debido a la


personalidad de cada uno de ellos, el intercambio cultural como medio eficaz
para consolidar la comprensión interamericana y reconocen que los programas
de integración regional deben fortalecerse con una estrecha vinculación en los
campos de la educación, la ciencia y la cultura.

Segunda Parte

Capítulo VIII
DE LOS ORGANOS

Artículo 53

La Organización de los Estados Americanos realiza sus fines por medio de:

a) La Asamblea General;

b) La Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores;

c) Los Consejos;

d) El Comité Jurídico Interamericano;

e) La Comisión Interamericana de Derechos Humanos;

f) La Secretaría General;

g) Las Conferencias Especializadas, y


h) Los Organismos Especializados.
Se podrán establecer, además de los previstos en la Carta y de acuerdo con
sus disposiciones, los órganos subsidiarios, organismos y las otras entidades que
se estimen necesarios.

Capítulo IX
LA ASAMBLEA GENERAL

Artículo 54

La Asamblea General es el órgano supremo de la Organización de los Estados


Americanos. Tiene como atribuciones principales, además de las otras que le
señala la Carta, las siguientes:

a) Decidir la acción y la política generales de la Organización, determinar la


estructura y funciones de sus órganos y considerar cualquier asunto relativo a la
convivencia de los Estados americanos;

b) Dictar disposiciones para la coordinación de las actividades de los órganos,


organismos y entidades de la Organización entre sí, y de estas actividades con
las de las otras instituciones del sistema interamericano;

c) Robustecer y armonizar la cooperación con las Naciones Unidas y sus


organismos especializados;

d) Propiciar la colaboración, especialmente en los campos económico, social y


cultural, con otras organizaciones internacionales que persigan propósitos
análogos a los de la Organización de los Estados Americanos;

e) Aprobar el programa-presupuesto de la Organización y fijar las cuotas de


los Estados miembros;

f) Considerar los informes de la Reunión de Consulta de Ministros de


Relaciones Exteriores y las observaciones y recomendaciones que, con respecto a
los informes que deben presentar los demás órganos y entidades, le eleve el
Consejo Permanente, de conformidad con lo establecido en el párrafo f) del
artículo 91, así como los informes de cualquier órgano que la propia Asamblea
General requiera;

g) Adoptar las normas generales que deben regir el funcionamiento de la


Secretaría General, y

h) Aprobar su reglamento y, por dos tercios de los votos, su temario.

La Asamblea General ejercerá sus atribuciones de acuerdo con lo dispuesto en la


Carta y en otros tratados interamericanos.

Artículo 55

La Asamblea General establece las bases para fijar la cuota con que debe
contribuir cada uno de los Gobiernos al sostenimiento de la Organización,
tomando en cuenta la capacidad de pago de los respectivos países y la
determinación de éstos de contribuir en forma equitativa. Para tomar decisiones
en asuntos presupuestarios, se necesita la aprobación de los dos tercios de los
Estados miembros.

Artículo 56

Todos los Estados miembros tienen derecho a hacerse representar en la


Asamblea General. Cada Estado tiene derecho a un voto.
Artículo 57

La Asamblea General se reunirá anualmente en la época que determine el


reglamento y en la sede seleccionada conforme al principio de rotación. En cada
período ordinario de sesiones se determinará, de acuerdo con el reglamento, la
fecha y sede del siguiente período ordinario.

Si por cualquier motivo la Asamblea General no pudiere celebrarse en la sede


escogida, se reunirá en la Secretaría General, sin perjuicio de que si alguno de
los Estados miembros ofreciere oportunamente sede en su territorio, el Consejo
Permanente de la Organización pueda acordar que la Asamblea General se reúna
en dicha sede.

Artículo 58

En circunstancias especiales y con la aprobación de los dos tercios de los Estados


miembros, el Consejo Permanente convocará a un período extraordinario de
sesiones de la Asamblea General.

Artículo 59

Las decisiones de la Asamblea General se adoptarán por el voto de la mayoría


absoluta de los Estados miembros, salvo los casos en que se requiere el voto de
los dos tercios, conforme a lo dispuesto en la Carta, y aquellos que llegare a
determinar la Asamblea General, por la vía reglamentaria.

Artículo 60

Habrá una Comisión Preparatoria de la Asamblea General, compuesta por


representantes de todos los Estados miembros, que tendrá las siguientes
funciones:

a) Formular el proyecto de temario de cada período de sesiones de la


Asamblea General;

b) Examinar el proyecto de programa-presupuesto y el de resolución sobre


cuotas, y presentar a la Asamblea General un informe sobre los mismos, con las
recomendaciones que estime pertinentes, y

c) Las demás que le asigne la Asamblea General.

El proyecto de temario y el informe serán transmitidos oportunamente a los


Gobiernos de los Estados miembros.

Capítulo X
LA REUNION DE CONSULTA DE MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES

Artículo 61

La Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores deberá celebrarse


con el fin de considerar problemas de carácter urgente y de interés común para
los Estados americanos, y para servir de Organo de Consulta.

Artículo 62

Cualquier Estado miembro puede pedir que se convoque la Reunión de Consulta.


La solicitud debe dirigirse al Consejo Permanente de la Organización, el cual
decidirá por mayoría absoluta de votos si es procedente la Reunión.
Artículo 63

El temario y el reglamento de la Reunión de Consulta serán preparados por el


Consejo Permanente de la Organización y sometidos a la consideración de los
Estados miembros.

Artículo 64

Si excepcionalmente el Ministro de Relaciones Exteriores de cualquier país no


pudiere concurrir a la Reunión, se hará representar por un Delegado Especial.

Artículo 65

En caso de ataque armado al territorio de un Estado americano o dentro de la


región de seguridad que delimita el tratado vigente, el Presidente del Consejo
Permanente reunirá al Consejo sin demora para determinar la convocatoria de la
Reunión de Consulta, sin perjuicio de lo dispuesto en el Tratado Interamericano
de Asistencia Recíproca por lo que atañe a los Estados Partes en dicho
instrumento.

Artículo 66

Se establece un Comité Consultivo de Defensa para asesorar al Organo de


Consulta en los problemas de colaboración militar que puedan suscitarse con
motivo de la aplicación de los tratados especiales existentes en materia de
seguridad colectiva.

Artículo 67

El Comité Consultivo de Defensa se integrará con las más altas autoridades


militares de los Estados americanos que participen en la Reunión de Consulta.
Excepcionalmente los Gobiernos podrán designar sustitutos. Cada Estado tendrá
derecho a un voto.

Artículo 68

El Comité Consultivo de Defensa será convocado en los mismos términos que el


Órgano de Consulta, cuando éste haya de tratar asuntos relativos a la defensa
contra la agresión.

Artículo 69

Cuando la Asamblea General o la Reunión de Consulta o los Gobiernos, por


mayoría de dos terceras partes de los Estados miembros, le encomienden
estudios técnicos o informes sobre temas específicos, el Comité se reunirá
también para ese fin.

Capítulo XI
LOS CONSEJOS DE LA ORGANIZACION

Disposiciones Comunes

Artículo 70

El Consejo Permanente de la Organización y el Consejo Interamericano para el


Desarrollo Integral, dependen directamente de la Asamblea General y tienen la
competencia que a cada uno de ellos asignan la Carta y otros instrumentos
interamericanos, así como las funciones que les encomienden la Asamblea
General y la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores.

Artículo 71
Todos los Estados miembros tienen derecho a hacerse representar en cada uno
de los consejos. Cada Estado tiene derecho a un voto.

Artículo 72

Dentro de los límites de la Carta y demás instrumentos interamericanos, los


consejos podrán hacer recomendaciones en el ámbito de sus atribuciones.

Artículo 73

Los consejos, en asuntos de su respectiva competencia, podrán presentar


estudios y propuestas a la Asamblea General, someterle proyectos de
instrumentos internacionales y proposiciones referentes a la celebración de
Conferencias Especializadas, a la creación, modificación, o supresión de
organismos especializados y otras entidades interamericanas, así como sobre la
coordinacion de sus actividades. Igualmente los consejos podrán presentar
estudios, propuestas y proyectos de instrumentos internacionales a las
Conferencias Especializadas.

Artículo 74

Cada consejo, en casos urgentes, podrá convocar, en materias de su


competencia, Conferencias Especializadas, previa consulta con los Estados
miembros y sin tener que recurrir al procedimiento previsto en el artículo 122.

Artículo 75

Los consejos, en la medida de sus posibilidades y con la cooperación de la


Secretaría General, prestarán a los Gobiernos los servicios especializados que
éstos soliciten.

Artículo 76

Cada consejo está facultado para requerir del otro, así como de los órganos
subsidiarios y de los organismos que de ellos dependen, que le presten, en los
campos de sus respectivas competencias, información y asesoramiento. Los
consejos podrán igualmente solicitar los mismos servicios de las demás
entidades del sistema interamericano.

Artículo 77

Con la aprobación previa de la Asamblea General, los consejos podrán crear los
órganos subsidiarios y los organismos que consideren convenientes para el mejor
ejercicio de sus funciones. Si la Asamblea General no estuviere reunida, dichos
órganos y organismos podrán ser establecidos provisionalmente por el consejo
respectivo. Al integrar estas entidades, los consejos observarán, en lo posible,
los principios de rotación y de equitativa representación geográfica.

Artículo 78

Los consejos podrán celebrar reuniones en el territorio de cualquier Estado


miembro, cuando así lo estimen conveniente y previa aquiescencia del respectivo
Gobierno.

Artículo 79
Cada consejo redactará su estatuto, lo someterá a la aprobación de la Asamblea
General y aprobará su reglamento y los de sus órganos subsidiarios, organismos
y comisiones.

Capítulo XII
EL CONSEJO PERMANENTE DE LA ORGANIZACIÓN

Artículo 80

El Consejo Permanente de la Organización se compone de un representante por


cada Estado miembro, nombrado especialmente por el Gobierno respectivo con
la categoría de embajador. Cada Gobierno podrá acreditar un representante
interino, así como los representantes suplentes y asesores que juzgue
conveniente.

Artículo 81

La presidencia del Consejo Permanente será ejercida sucesivamente por los


representantes en el orden alfabético de los nombres en español de sus
respectivos países y la vicepresidencia en idéntica forma, siguiendo el orden
alfabético inverso.

El presidente y el vicepresidente desempeñarán sus funciones por un período no


mayor de seis meses, que será determinado por el estatuto.

Artículo 82

El Consejo Permanente conoce, dentro de los límites de la Carta y de los tratados


y acuerdos interamericanos, de cualquier asunto que le encomienden la
Asamblea General o la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones
Exteriores.

Artículo 83

El Consejo Permanente actuará provisionalmente como Órgano de Consulta de


conformidad con lo establecido en el tratado especial sobre la materia.

Artículo 84

El Consejo Permanente velará por el mantenimiento de las relaciones de amistad


entre los Estados miembros y, con tal fin, les ayudará de una manera efectiva en
la solución pacífica de sus controversias, de acuerdo con las disposiciones
siguientes.

Artículo 85

Con arreglo a las disposiciones de la Carta, cualquier Parte en una controversia


en la que no se encuentre en trámite ninguno de los procedimientos pacíficos
previstos en la Carta, podrá recurrir al Consejo Permanente para obtener sus
buenos oficios. El Consejo, de acuerdo con lo establecido en el artículo anterior,
asistirá a las Partes y recomendará los procedimientos que considere adecuados
para el arreglo pacífico de la controversia.

Artículo 86

El Consejo Permanente, en el ejercicio de sus funciones, con la anuencia de las


Partes en la controversia, podrá establecer comisiones ad hoc.
Las comisiones ad hoc tendrán la integración y el mandato que en cada caso
acuerde el Consejo Permanente con el consentimiento de las Partes en la
controversia.
Artículo 87

El Consejo Permanente podrá, asimismo, por el medio que estime conveniente,


investigar los hechos relacionados con la controversia, inclusive en el territorio
de cualquiera de las Partes, previo consentimiento del Gobierno respectivo.

Artículo 88

Si el procedimiento de solución pacífica de controversias recomendado por el


Consejo Permanente, o sugerido por la respectiva comisión ad hoc dentro de los
términos de su mandato, no fuere aceptado por alguna de las Partes, o
cualquiera de éstas declarare que el procedimiento no ha resuelto la
controversia, el Consejo Permanente informará a la Asamblea General, sin
perjuicio de llevar a cabo gestiones para el avenimiento entre las Partes o para la
reanudación de las relaciones entre ellas.

Artículo 89

El Consejo Permanente, en el ejercicio de estas funciones, adoptará sus


decisiones por el voto afirmativo de los dos tercios de sus miembros, excluidas
las Partes, salvo aquellas decisiones cuya aprobación por simple mayoría autorice
el reglamento.

Artículo 90

En el desempeño de sus funciones relativas al arreglo pacífico de controversias,


el Consejo Permanente y la comisión ad hoc respectiva deberán observar las
disposiciones de la Carta y los principios y normas de derecho internacional, así
como tener en cuenta la existencia de los tratados vigentes entre las Partes.

Artículo 91

Corresponde también al Consejo Permanente:

a) Ejecutar aquellas decisiones de la Asamblea General o de la Reunión de


Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores cuyo cumplimiento no haya sido
encomendado a ninguna otra entidad;

b) Velar por la observancia de las normas que regulan el funcionamiento de la


Secretaría General y, cuando la Asamblea General no estuviere reunida, adoptar
las disposiciones de índole reglamentaria que habiliten a la Secretaría General
para cumplir sus funciones administrativas;

c) Actuar como Comisión Preparatoria de la Asamblea General en las


condiciones determinadas por el artículo 60 de la Carta, a menos que la
Asamblea General lo decida en forma distinta;

d) Preparar, a petición de los Estados miembros, y con la cooperación de los


órganos apropiados de la Organización, proyectos de acuerdos para promover y
facilitar la colaboración entre la Organización de los Estados Americanos y las
Naciones Unidas o entre la Organización y otros organismos americanos de
reconocida autoridad internacional. Estos proyectos serán sometidos a la
aprobación de la Asamblea General;

e) Formular recomendaciones a la Asamblea General sobre el funcionamiento


de la Organización y la coordinación de sus órganos subsidiarios, organismos y
comisiones;
f) Considerar los informes del Consejo Interamericano para el Desarrollo
Integral, del Comité Jurídico Interamericano, de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, de la Secretaría General, de los organismos y conferencias
especializados y de los demás órganos y entidades, y presentar a la Asamblea
General las observaciones y recomendaciones que estime del caso, y

g) Ejercer las demás atribuciones que le señala la

Carta. Artículo 92

El Consejo Permanente y la Secretaría General tendrán la misma sede.

Capítulo XIII
EL CONSEJO INTERAMERICANO PARA EL DESARROLLO INTEGRAL

Artículo 93

El Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral se compone de un


representante titular, a nivel ministerial o su equivalente, por cada Estado
miembro, nombrado especialmente por el Gobierno respectivo.

Conforme lo previsto en la Carta, el Consejo Interamericano para el Desarrollo


Integral podrá crear los órganos subsidiarios y los organismos que considere
convenientes para el mejor ejercicio de sus funciones.

Artículo 94

El Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral tiene como finalidad


promover la cooperación entre los Estados americanos con el propósito de lograr
su desarrollo integral, y en particular para contribuir a la eliminación de la
pobreza crítica, de conformidad con las normas de la Carta y en especial las
consignadas en el Capítulo VII de la misma, en los campos económico, social,
educacional, cultural, científico y tecnológico.

Artículo 95

Para realizar sus diversos fines, particularmente en el área específica de la


cooperación técnica, el Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral
deberá:

a) Formular y recomendar a la Asamblea General el plan estratégico que


articule las políticas, los programas y las medidas de acción en materia de
cooperación para el desarrollo integral, en el marco de la política general y las
prioridades definidas por la Asamblea General.

b) Formular directrices para elaborar el programa-presupuesto de cooperación


técnica, así como para las demás actividades del Consejo.

c) Promover, coordinar y responsabilizar de la ejecución de programas y


proyectos de desarrollo a los órganos subsidiarios y organismos
correspondientes, con base en las prioridades determinadas por los Estados
miembros, en áreas tales como:

1) Desarrollo económico y social, incluyendo el comercio, el turismo, la


integración y el medio ambiente;
2) Mejoramiento y extensión de la educación a todos los niveles y la
promoción de la investigación científica y tecnológica, a través de la cooperación
técnica, así como el apoyo a las actividades del área cultural, y

3) Fortalecimiento de la conciencia cívica de los pueblos americanos,


como uno de los fundamentos del ejercicio efectivo de la democracia y la
observancia de los derechos y deberes de la persona humana.

Para estos efectos se contará con el concurso de mecanismos de participación


sectorial y de otros órganos subsidiarios y organismos previstos en la Carta y en
otras disposiciones de la Asamblea General.

d) Establecer relaciones de cooperación con los órganos correspondientes de


las Naciones Unidas y con otras entidades nacionales e internacionales,
especialmente en lo referente a la coordinación de los programas
interamericanos de cooperación técnica.

e) Evaluar periódicamente las actividades de cooperación para el desarrollo


integral, en cuanto a su desempeño en la consecución de las políticas, los
programas y proyectos, en términos de su impacto, eficacia, eficiencia, aplicación
de recursos, y de la calidad, entre otros, de los servicios de cooperación técnica
prestados, e informar a la Asamblea General.

Artículo 96

El Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral celebrará, por lo menos,


una reunión cada año a nivel ministerial o su equivalente, y podrá convocar la
celebración de reuniones al mismo nivel para los temas especializados o
sectoriales que estime pertinentes, en áreas de su competencia. Se reunirá,
además, cuando lo convoque la Asamblea General, la Reunión de Consulta de
Ministros de Relaciones Exteriores o por propia iniciativa, o para los casos
previstos en el Artículo 37 de la Carta.

Artículo 97

El Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral tendrá las Comisiones


Especializadas No Permanentes que decida establecer y que se requieran para el
mejor desempeño de sus funciones. Dichas comisiones tendrán la competencia,
funcionarán y se integrarán conforme a lo que se establezca en el estatuto del
Consejo.

Artículo 98

La ejecución y, en su caso, la coordinación de los proyectos aprobados se


encargará a la Secretaría Ejecutiva para el Desarrollo Integral, la cual informará
sobre los resultados de ejecución de los mismos al Consejo.

Capítulo XIV
EL COMITE JURIDICO INTERAMERICANO

Artículo 99

El Comité Jurídico Interamericano tiene como finalidad servir de cuerpo


consultivo de la Organización en asuntos jurídicos; promover el desarrollo
progresivo y la codificación del derecho internacional, y estudiar los problemas
jurídicos referentes
a la integración de los países en desarrollo del Continente y la posibilidad de
uniformar sus legislaciones en cuanto parezca conveniente.

Artículo 100

El Comité Jurídico Interamericano emprenderá los estudios y trabajos


preparatorios que le encomienden la Asamblea General, la Reunión de Consulta
de Ministros de Relaciones Exteriores o los consejos de la Organización. Además,
puede realizar, a iniciativa propia, los que considere conveniente, y sugerir la
celebración de conferencias jurídicas especializadas.

Artículo 101

El Comité Jurídico Interamericano estará integrado por once juristas nacionales


de los Estados miembros, elegidos por un período de cuatro años, de ternas
presentadas por dichos Estados. La Asamblea General hará la elección mediante
un régimen que tenga en cuenta la renovación parcial y procure, en lo posible,
una equitativa representación geográfica. En el Comité no podrá haber más de
un miembro de la misma nacionalidad.

Las vacantes producidas por causas distintas de la expiración normal de los


mandatos de los miembros del Comité, se llenarán por el Consejo Permanente de
la Organización siguiendo los mismos criterios establecidos en el párrafo
anterior.

Artículo 102

El Comité Jurídico Interamericano representa al conjunto de los Estados


miembros de la Organización, y tiene la más amplia autonomía técnica.

Artículo 103

El Comité Jurídico Interamericano establecerá relaciones de cooperación con las


universidades, institutos y otros centros docentes, así como con las comisiones y
entidades nacionales e internacionales dedicadas al estudio, investigación,
enseñanza o divulgación de los asuntos jurídicos de interés internacional.

Artículo 104

El Comité Jurídico Interamericano redactará su estatuto, el cual será sometido a


la aprobación de la Asamblea General.

El Comité adoptará su propio reglamento.

Artículo 105

El Comité Jurídico Interamericano tendrá su sede en la ciudad de Río de Janeiro,


pero en casos especiales podrá celebrar reuniones en cualquier otro lugar que
oportunamente se designe, previa consulta con el Estado miembro
correspondiente.

Capítulo XV
LA COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

Artículo 106

Habrá una Comisión Interamericana de Derechos Humanos que tendrá, como


función principal, la de promover la observancia y la defensa de los derechos
humanos y de servir como órgano consultivo de la Organización en esta materia.
Una convención interamericana sobre derechos humanos determinará la
estructura, competencia y procedimiento de dicha Comisión, así como los de los
otros órganos encargados de esa materia.

Capítulo XVI
LA SECRETARIA GENERAL

Artículo 107

La Secretaría General es el órgano central y permanente de la Organización de


los Estados Americanos. Ejercerá las funciones que le atribuyan la Carta, otros
tratados y acuerdos interamericanos y la Asamblea General, y cumplirá los
encargos que le encomienden la Asamblea General, la Reunión de Consulta de
Ministros de Relaciones Exteriores y los consejos.

Artículo 108

El Secretario General de la Organización será elegido por la Asamblea General


para un período de cinco años y no podrá ser reelegido más de una vez ni
sucedido por una persona de la misma nacionalidad. En caso de que quedare
vacante el cargo de Secretario General, el Secretario General Adjunto asumirá
las funciones de aquél hasta que la Asamblea General elija un nuevo titular para
un período completo.

Artículo 109

El Secretario General dirige la Secretaría General, tiene la representación legal


de la misma y, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 91, inciso b), es
responsable ante la Asamblea General del cumplimiento adecuado de las
obligaciones y funciones de la Secretaría General.

Artículo 110

El Secretario General, o su representante, podrá participar con voz pero sin voto
en todas las reuniones de la Organización.

El Secretario General podrá llevar a la atención de la Asamblea General o del


Consejo Permanente cualquier asunto que, en su opinión, pudiese afectar la paz
y la seguridad del Continente o el desarrollo de los Estados miembros.

Las atribuciones a que se refiere el párrafo anterior se ejercerán de conformidad


con la presente Carta.

Artículo 111

En concordancia con la acción y la política decididas por la Asamblea General y


con las resoluciones pertinentes de los Consejos, la Secretaría General
promoverá las relaciones económicas, sociales, jurídicas, educativas, científicas y
culturales entre todos los Estados miembros de la Organización, con especial
énfasis en la cooperación para la eliminación de la pobreza crítica.

Artículo 112

La Secretaría General desempeña además las siguientes funciones:

a) Transmitir ex officio a los Estados miembros la convocatoria de la Asamblea


General, de la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, del
Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral y de las Conferencias
Especializadas;

b) Asesorar a los otros órganos, según corresponda, en la preparación de los


temarios y reglamentos;

c) Preparar el proyecto de programa-presupuesto de la Organización, sobre la


base de los programas adoptados por los consejos, organismos y entidades
cuyos gastos deban ser incluidos en el programa-presupuesto y, previa consulta
con esos consejos o sus comisiones permanentes, someterlo a la Comisión
Preparatoria de la Asamblea General y después a la Asamblea misma;

d) Proporcionar a la Asamblea General y a los demás órganos servicios


permanentes y adecuados de secretaría y cumplir sus mandatos y encargos.
Dentro de sus posibilidades, atender a las otras reuniones de la Organización;

e) Custodiar los documentos y archivos de las Conferencias Interamericanas,


de la Asamblea General, de las Reuniones de Consulta de Ministros de Relaciones
Exteriores, de los consejos y de las Conferencias Especializadas;

f) Servir de depositaria de los tratados y acuerdos interamericanos, así como


de los instrumentos de ratificación de los mismos;

g) Presentar a la Asamblea General, en cada período ordinario de sesiones, un


informe anual sobre las actividades y el estado financiero de la Organización, y

h) Establecer relaciones de cooperación, de acuerdo con lo que resuelva la


Asamblea General o los consejos, con los Organismos Especializados y otros
organismos nacionales e internacionales.

Artículo 113

Corresponde al Secretario General:

a) Establecer las dependencias de la Secretaría General que sean necesarias


para la realización de sus fines, y

b) Determinar el número de funcionarios y empleados de la Secretaría


General, nombrarlos, reglamentar sus atribuciones y deberes y fijar sus
emolumentos.

El Secretario General ejercerá estas atribuciones de acuerdo con las normas


generales y las disposiciones presupuestarias que establezca la Asamblea
General.

Artículo 114

El Secretario General Adjunto será elegido por la Asamblea General para un


período de cinco años y no podrá ser reelegido más de una vez ni sucedido por
una persona de la misma nacionalidad. En caso de que quedare vacante el cargo
de Secretario General Adjunto, el Consejo Permanente elegirá un sustituto que
ejercerá dicho cargo hasta que la Asamblea General elija un nuevo titular para
un período completo.

Artículo 115

El Secretario General Adjunto es el Secretario del Consejo Permanente. Tiene el


carácter de funcionario consultivo del Secretario General y actuará como
delegado
suyo en todo aquello que le encomendare. Durante la ausencia temporal o
impedimento del Secretario General, desempeñará las funciones de éste.

El Secretario General y el Secretario General Adjunto deberán ser de distinta


nacionalidad.

Artículo 116

La Asamblea General, con el voto de los dos tercios de los Estados miembros,
puede remover al Secretario General o al Secretario General Adjunto, o a ambos,
cuando así lo exija el buen funcionamiento de la Organización.

Artículo 117

El Secretario General designará, con la aprobación del Consejo Interamericano


para el Desarrollo Integral, un Secretario Ejecutivo para el Desarrollo Integral.

Artículo 118

En el cumplimiento de sus deberes, el Secretario General y el personal de la


Secretaría no solicitarán ni recibirán instrucciones de ningún Gobierno ni de
ninguna autoridad ajena a la Organización, y se abstendrán de actuar en forma
alguna que sea incompatible con su condición de funcionarios internacionales
responsables únicamente ante la Organización.

Artículo 119

Los Estados miembros se comprometen a respetar la naturaleza exclusivamente


internacional de las responsabilidades del Secretario General y del personal de la
Secretaría General y a no tratar de influir sobre ellos en el desempeño de sus
funciones.

Artículo 120

Para integrar el personal de la Secretaría General se tendrá en cuenta, en primer


término, la eficiencia, competencia y probidad; pero se dará importancia, al
propio tiempo, a la necesidad de que el personal sea escogido, en todas las
jerarquías, con un criterio de representación geográfica tan amplio como sea
posible.

Artículo 121

La sede de la Secretaría General es la ciudad de Washington, D.C.

Capítulo XVII
LAS CONFERENCIAS ESPECIALIZADAS

Artículo 122

Las Conferencias Especializadas son reuniones intergubernamentales para tratar


asuntos técnicos especiales o para desarrollar determinados aspectos de la
cooperación interamericana, y se celebran cuando lo resuelva la Asamblea
General o la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, por
iniciativa propia o a instancia de alguno de los consejos u Organismos
Especializados.

Artículo 123
El temario y el reglamento de las Conferencias Especializadas serán preparados
por los consejos correspondientes o por los Organismos Especializados
interesados, y sometidos a la consideración de los Gobiernos de los Estados
miembros.

Capítulo XVIII
LOS ORGANISMOS ESPECIALIZADOS

Artículo 124

Se consideran como Organismos Especializados Interamericanos, para los


efectos de esta Carta, los organismos intergubernamentales establecidos por
acuerdos multilaterales que tengan determinadas funciones en materias técnicas
de interés común para los Estados americanos.

Artículo 125

La Secretaría General mantendrá un registro de los organismos que llenen las


condiciones del artículo anterior, según la determinación de la Asamblea General,
previo informe del respectivo consejo.

Artículo 126

Los Organismos Especializados disfrutan de la más amplia autonomía técnica,


pero deberán tener en cuenta las recomendaciones de la Asamblea General y de
los consejos, de conformidad con las disposiciones de la Carta.

Artículo 127

Los Organismos Especializados enviarán a la Asamblea General informes anuales


sobre el desarrollo de sus actividades y acerca de sus presupuestos y cuentas
anuales.

Artículo 128

Las relaciones que deben existir entre los Organismos Especializados y la


Organización serán determinadas mediante acuerdos celebrados entre cada
Organismo y el Secretario General, con la autorización de la Asamblea General.

Artículo 129

Los Organismos Especializados deben establecer relaciones de cooperación con


organismos mundiales de la misma índole, a fin de coordinar sus actividades. Al
concertar acuerdos con organismos internacionales de carácter mundial, los
Organismos Especializados Interamericanos deben mantener su identidad y
posición como parte integrante de la Organización de los Estados Americanos,
aun cuando desempeñen funciones regionales de los Organismos
Internacionales.

Artículo 130

En la ubicación de los Organismos Especializados se tendrán en cuenta los


intereses de todos los Estados miembros y la conveniencia de que las sedes de
los mismos sean escogidas con un criterio de distribución geográfica tan
equitativa como sea posible.

Tercera Parte

Capítulo XIV
NACIONES UNIDAS
210
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Artículo 131

Ninguna de las estipulaciones de esta Carta se interpretará en el sentido de


menoscabar los derechos y obligaciones de los Estados miembros de acuerdo con
la Carta de las Naciones Unidas.

Capítulo XX
DISPOSICIONES VARIAS

Artículo 132

La asistencia a las reuniones de los órganos permanentes de la Organización de


los Estados Americanos o a las conferencias y reuniones previstas en la Carta, o
celebradas bajo los auspicios de la Organización, se verificará de acuerdo con el
carácter multilateral de los órganos, conferencias y reuniones precitados y no
depende de las relaciones bilaterales entre el Gobierno de cualquier Estado
miembro y el Gobierno del país sede.

Artículo 133

La Organización de los Estados Americanos gozará en el territorio de cada uno de


sus miembros de la capacidad jurídica, privilegios e inmunidades que sean
necesarios para el ejercicio de sus funciones y la realización de sus propósitos.

Artículo 134

Los representantes de los Estados miembros en los órganos de la Organización,


el personal de las representaciones, el Secretario General y el Secretario General
Adjunto, gozarán de los privilegios e inmunidades correspondientes a sus cargos
y necesarios para desempeñar con independencia sus funciones.

Artículo 135

La situación jurídica de los Organismos Especializados y los privilegios e


inmunidades que deben otorgarse a ellos y a su personal, así como a los
funcionarios de la Secretaría General, serán determinados en un acuerdo
multilateral. Lo anterior no impide que se celebren acuerdos bilaterales cuando
se estime necesario.

Artículo 136

La correspondencia de la Organización de los Estados Americanos, incluso


impresos y paquetes, cuando lleve su sello de franquicia, circulará exenta de
porte por los correos de los Estados miembros.

Artículo 137

La Organización de los Estados Americanos no admite restricción alguna por


cuestión de raza, credo o sexo en la capacidad para desempeñar cargos en la
Organización y participar en sus actividades.

Artículo 138

Los órganos competentes procurarán, dentro de las disposiciones de la presente


Carta, una mayor colaboración de los países no miembros de la Organización en
materia de cooperación para el desarrollo.

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Capítulo XXI
RATIFICACIÓN Y VIGENCIA

Artículo 139

La presente Carta queda abierta a la firma de los Estados americanos, y será


ratificada de conformidad con sus respectivos procedimientos constitucionales. El
instrumento original, cuyos textos en español, inglés, portugués y francés son
igualmente auténticos, será depositado en la Secretaría General, la cual enviará
copias certificadas a los Gobiernos para los fines de su ratificación. Los
instrumentos de ratificación serán depositados en la Secretaría General y ésta
notificará dicho depósito a los Gobiernos signatarios.

Artículo 140

La presente Carta entrará en vigor, entre los Estados que la ratifiquen, cuando
los dos tercios de los Estados signatarios hayan depositado sus ratificaciones. En
cuanto a los Estados restantes, entrará en vigor en el orden en que depositen
sus ratificaciones.

Artículo 141

La presente Carta será registrada en la Secretaría de las Naciones Unidas por


medio de la Secretaría General.

Artículo 142

Las reformas a la presente Carta sólo podrán ser adoptadas en una Asamblea
General convocada para tal objeto. Las reformas entrarán en vigor en los
mismos términos y según el procedimiento establecido en el artículo 140.

Artículo 143

Esta Carta regirá indefinidamente, pero podrá ser denunciada por cualquiera de
los Estados miembros, mediante comunicación escrita a la Secretaría General, la
cual comunicará en cada caso a los demás las notificaciones de denuncia que
reciba. Transcurridos dos años a partir de la fecha en que la Secretaría General
reciba una notificación de denuncia, la presente Carta cesará en sus efectos
respecto del Estado denunciante, y éste quedará desligado de la Organización
después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la presente Carta.

Capítulo XXII
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Artículo 144

El Comité Interamericano de la Alianza para el Progreso actuará como comisión


ejecutiva permanente del Consejo Interamericano Económico y Social mientras
esté en vigencia dicha Alianza.

Artículo 145

Mientras no entre en vigor la convención interamericana sobre derechos


humanos a que se refiere el capítulo XV, la actual Comisión Interamericana de
Derechos Humanos velará por la observancia de tales derechos.

Artículo 146
El Consejo Permanente no formulará ninguna recomendación ni la Asamblea
General tomará decisión alguna sobre la solicitud de admisión presentada por
una entidad política cuyo territorio esté sujeto, total o parcialmente y con
anterioridad a la fecha del 18 de diciembre de 1964, fijada por la Primera
Conferencia Interamericana Extraordinaria, a litigio o reclamación entre un país
extracontinental y uno o más Estados miembros de la Organización, mientras no
se haya puesto fin a la controversia mediante procedimiento pacífico. El presente
artículo regirá hasta el 10 de diciembre de 1990.

* Suscrita en Bogotá en 1948 y reformada por el Protocolo de Buenos Aires en


1967, por el Protocolo de Cartagena de Indias en 1985, por el Protocolo de
Washington en 1992, y por el Protocolo de Managua en 1993.
CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS SUSCRITA EN LA
CONFERENCIA ESPECIALIZADA INTERAMERICANA SOBRE DERECHOS
HUMANOS (B-32)

San José, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969


CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS (Pacto de San José)
PREAMBULO
Los Estados Americanos signatarios de la presente Convención,
Reafirmando su propósito de consolidar en este Continente, dentro del cuadro de las
instituciones democráticas, un régimen de libertad personal y de justicia social,
fundado en el respeto de los derechos esenciales del hombre;
Reconociendo que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser
nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la
persona humana, razón por la cual justifican una protección internacional, de
naturaleza convencional coadyuvante o complementaria de la que ofrece el derecho
interno de los Estados americanos;
Considerando que estos principios han sido consagrados en la Carta de la
Organización de los Estados Americanos, en la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre y en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos que han sido reafirmados y desarrollados en otros instrumentos
internacionales, tanto de ámbito universal como regional;
Reiterando que, con arreglo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
sólo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria,
si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos
económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos, y
Considerando que la Tercera Conferencia Interamericana Extraordinaria (Buenos
Aires, 1967) aprobó la incorporación a la propia Carta de la Organización de normas
más amplias sobre derechos económicos, sociales y educacionales y resolvió que una
convención interamericana sobre derechos humanos determinara la estructura,
competencia y procedimiento de los órganos encargados de esa materia,
Han convenido en lo siguiente:
PARTE I - DEBERES DE LOS ESTADOS Y DERECHOS PROTEGIDOS
CAPITULO I - ENUMERACION DE DEBERES
Artículo 1. Obligación de Respetar los Derechos
1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y
libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona
que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color,
sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o
social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
2. Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano.
Artículo 2. Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno
Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el artículo 1 no estuviere
ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados Partes se
comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las
disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren
necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades.
CAPITULO II - DERECHOS CIVILES Y POLITICOS
Artículo 3. Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurídica
Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Artículo 4. Derecho a la Vida
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie
puede ser privado de la vida arbitrariamente.
2. En los países que no han abolido la pena de muerte, ésta sólo podrá imponerse
por los delitos más graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoriada de tribunal
competente y de conformidad con una ley que establezca tal pena, dictada con
anterioridad a la comisión del delito. Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a
los cuales no se la aplique actualmente.
3. No se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido.
4. En ningún caso se puede aplicar la pena de muerte por delitos políticos ni
comunes conexos con los políticos.
5. No se impondrá la pena de muerte a personas que, en el momento de la comisión
del delito, tuvieren menos de dieciocho años de edad o más de setenta, ni se le
aplicará a las mujeres en estado de gravidez.
6. Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnistía, el indulto
o la conmutación de la pena, los cuales podrán ser concedidos en todos los casos. No
se puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud esté pendiente de decisión
ante autoridad competente.
Artículo 5. Derecho a la Integridad Personal
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.
2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la
dignidad inherente al ser humano.
3. La pena no puede trascender de la persona del delincuente.
4. Los procesados deben estar separados de los condenados, salvo en circunstancias
excepcionales, y serán sometidos a un tratamiento adecuado a su condición de
personas no condenadas.
5. Cuando los menores puedan ser procesados, deben ser separados de los adultos y
llevados ante tribunales especializados, con la mayor celeridad posible, para su
tratamiento.
6. Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la
readaptación social de los condenados.
Artículo 6. Prohibición de la Esclavitud y Servidumbre
1. Nadie puede ser sometido a esclavitud o servidumbre, y tanto éstas, como la trata
de esclavos y la trata de mujeres están prohibidas en todas sus formas.
2. Nadie debe ser constreñido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio. En los
países donde ciertos delitos tengan señalada pena privativa de la libertad
acompañada de trabajos forzosos, esta disposición no podrá ser interpretada en el
sentido de que prohíbe el cumplimiento de dicha pena impuesta por juez o tribunal
competente. El
trabajo forzoso no debe afectar a la dignidad ni a la capacidad física e intelectual del
recluido.
3. No constituyen trabajo forzoso u obligatorio, para los efectos de este artículo:
a. los trabajos o servicios que se exijan normalmente de una persona recluida en
cumplimiento de una sentencia o resolución formal dictada por la autoridad judicial
competente. Tales trabajos o servicios deberán realizarse bajo la vigilancia y control
de las autoridades públicas, y los individuos que los efectúen no serán puestos a
disposición de particulares, compañías o personas jurídicas de carácter privado;
b. el servicio militar y, en los países donde se admite exención por razones de
conciencia, el servicio nacional que la ley establezca en lugar de aquél;
c. el servicio impuesto en casos de peligro o calamidad que amenace la existencia o
el bienestar de la comunidad, y
d. el trabajo o servicio que forme parte de las obligaciones cívicas normales.
Artículo 7. Derecho a la Libertad Personal
1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales.
2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las
condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes
o por las leyes dictadas conforme a ellas.
3. Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios.
4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada de las razones de su
detención y notificada, sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella.
5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez u
otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá
derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin
perjuicio de que continúe el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías
que aseguren su comparecencia en el juicio.
6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal
competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto o
detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales. En los
Estados Partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada de ser
privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin
de que éste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser
restringido ni abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o por otra persona.
7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no limita los mandatos de
autoridad judicial competente dictados por incumplimientos de deberes alimentarios.
Artículo 8. Garantías Judiciales
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un
plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación
penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones
de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda
persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete,
si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación
de su defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un
defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado,
remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí
mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de
obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan
arrojar luz sobre los hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de
ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo
juicio por los mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar
los intereses de la justicia.
Artículo 9. Principio de Legalidad y de Retroactividad
Nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que en el momento de
cometerse no fueran delictivos según el derecho aplicable. Tampoco se puede
imponer pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si
con posterioridad a la comisión del delito la ley dispone la imposición de una pena
más leve, el delincuente se beneficiará de ello.
Artículo 10. Derecho a Indemnización
Toda persona tiene derecho a ser indemnizada conforme a la ley en caso de haber
sido condenada en sentencia firme por error judicial.
Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad
1. Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de su
dignidad.
2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en
la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su
honra o reputación.
3. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o
esos ataques.
Artículo 12. Libertad de Conciencia y de Religión
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión. Este derecho
implica la libertad de conservar su religión o sus creencias, o de cambiar de religión o
de creencias, así como la libertad de profesar y divulgar su religión o sus creencias,
individual o colectivamente, tanto en público como en privado.
2. Nadie puede ser objeto de medidas restrictivas que puedan menoscabar la
libertad de conservar su religión o sus creencias o de cambiar de religión o de
creencias.
3. La libertad de manifestar la propia religión y las propias creencias está sujeta
únicamente a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para
proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos o los derechos o
libertades de los demás.
4. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos
reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones.
Artículo 13. Libertad de Pensamiento y de Expresión
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este
derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de
toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma
impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.
2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a
previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente
fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar:
a) el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o
b) la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.
3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales
como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de
frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de
información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación
y la circulación de ideas y opiniones.
4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el
exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y
la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.
5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología
del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o
cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por
ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional.
Artículo 14. Derecho de Rectificación o Respuesta
1. Toda persona afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su
perjuicio a través de medios de difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al
público en general, tiene derecho a efectuar por el mismo órgano de difusión su
rectificación o respuesta en las condiciones que establezca la ley.
2. En ningún caso la rectificación o la respuesta eximirán de las otras
responsabilidades legales en que se hubiese incurrido.
3. Para la efectiva protección de la honra y la reputación, toda publicación o empresa
periodística, cinematográfica, de radio o televisión tendrá una persona responsable
que no esté protegida por inmunidades ni disponga de fuero especial.
Artículo 15. Derecho de Reunión
Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de tal derecho
sólo puede estar sujeto a las restricciones previstas por la ley, que sean necesarias
en una sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional, de la seguridad o
del orden públicos, o para proteger la salud o la moral públicas o los derechos o
libertades de los demás.
Artículo 16. Libertad de Asociación
1. Todas las personas tienen derecho a asociarse libremente con fines ideológicos,
religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos o de
cualquiera otra índole.
2. El ejercicio de tal derecho sólo puede estar sujeto a las restricciones previstas por
la ley que sean necesarias en una sociedad democrática, en interés de la seguridad
nacional, de la seguridad o del orden públicos, o para proteger la salud o la moral
públicas o los derechos y libertades de los demás.
3. Lo dispuesto en este artículo no impide la imposición de restricciones legales, y
aun la privación del ejercicio del derecho de asociación, a los miembros de las fuerzas
armadas y de la policía.
Artículo 17. Protección a la Familia
1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser
protegida por la sociedad y el Estado.
2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar
una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes
internas, en la medida en que éstas no afecten al principio de no discriminación
establecido en esta Convención.
3. El matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los
contrayentes.
4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la igualdad de
derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto
al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. En caso de
disolución, se adoptarán disposiciones que aseguren la protección necesaria de los
hijos, sobre la base única del interés y conveniencia de ellos.
5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera de
matrimonio como a los nacidos dentro del mismo.
Artículo 18. Derecho al Nombre
Toda persona tiene derecho a un nombre propio y a los apellidos de sus padres o al
de uno de ellos. La ley reglamentará la forma de asegurar este derecho para todos,
mediante nombres supuestos, si fuere necesario.
Artículo 19. Derechos del Niño
Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor
requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado.
Artículo 20. Derecho a la Nacionalidad
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. Toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació si
no tiene derecho a otra.
3. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiarla.
Artículo 21. Derecho a la Propiedad Privada
1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar
tal uso y goce al interés social.
2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de
indemnización justa, por razones de utilidad pública o de interés social y en los casos
y según las formas establecidas por la ley.
3. Tanto la usura como cualquier otra forma de explotación del hombre por el
hombre, deben ser prohibidas por la ley.
Artículo 22. Derecho de Circulación y de Residencia
1. Toda persona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tiene derecho
a circular por el mismo y, a residir en él con sujeción a las disposiciones legales.
2. Toda persona tiene derecho a salir libremente de cualquier país, inclusive del propio.
3. El ejercicio de los derechos anteriores no puede ser restringido sino en virtud de
una ley, en la medida indispensable en una sociedad democrática, para prevenir
infracciones penales o para proteger la seguridad nacional, la seguridad o el orden
públicos, la moral o la salud públicas o los derechos y libertades de los demás.
4. El ejercicio de los derechos reconocidos en el inciso 1 puede asimismo ser
restringido por la ley, en zonas determinadas, por razones de interés público.
5. Nadie puede ser expulsado del territorio del Estado del cual es nacional, ni ser
privado del derecho a ingresar en el mismo.
6. El extranjero que se halle legalmente en el territorio de un Estado parte en la
presente Convención, sólo podrá ser expulsado de él en cumplimiento de una decisión
adoptada conforme a la ley.
7. Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio extranjero en
caso de persecución por delitos políticos o comunes conexos con los políticos y de
acuerdo con la
legislación de cada Estado y los convenios internacionales.
8. En ningún caso el extranjero puede ser expulsado o devuelto a otro país, sea o no
de origen, donde su derecho a la vida o a la libertad personal está en riesgo de
violación a causa de raza, nacionalidad, religión, condición social o de sus opiniones
políticas.
9. Es prohibida la expulsión colectiva de extranjeros.
Artículo 23. Derechos Políticos
1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades:
a) de participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de
representantes libremente elegidos;
b) de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio
universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de
los electores, y
c) de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de
su país.
2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a que se
refiere el inciso anterior, exclusivamente por razones de edad, nacionalidad,
residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental, o condena, por juez
competente, en proceso penal.
Artículo 24. Igualdad ante la Ley
Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin
discriminación, a igual protección de la ley.
Artículo 25. Protección Judicial
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro
recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos

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que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la
presente

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Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en
ejercicio de sus funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado
decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión
en que se haya estimado procedente el recurso.
CAPITULO III
DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES
Artículo 26. Desarrollo Progresivo
Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno
como mediante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica, para
lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las
normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la
Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de
Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros
medios apropiados.
CAPITULO IV
SUSPENSION DE GARANTIAS, INTERPRETACION Y APLICACION
Artículo 27. Suspensión de Garantías
1. En caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia que amenace la
independencia o seguridad del Estado parte, éste podrá adoptar disposiciones que, en
la medida y por el tiempo estrictamente limitados a las exigencias de la situación,
suspendan las obligaciones contraídas en virtud de esta Convención, siempre que
tales disposiciones no sean incompatibles con las demás obligaciones que les impone
el derecho internacional y no entrañen discriminación alguna fundada en motivos de
raza, color, sexo, idioma, religión u origen social.
2. La disposición precedente no autoriza la suspensión de los derechos determinados
en los siguientes artículos: 3 (Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurídica);
4 (Derecho a la Vida); 5 (Derecho a la Integridad Personal); 6 (Prohibición de la
Esclavitud y Servidumbre); 9 (Principio de Legalidad y de Retroactividad); 12
(Libertad de Conciencia y de Religión); 17 (Protección a la Familia); 18 (Derecho al
Nombre); 19 (Derechos del Niño); 20 (Derecho a la Nacionalidad), y 23 (Derechos
Políticos), ni de las garantías judiciales indispensables para la protección de tales
derechos.
3. Todo Estado parte que haga uso del derecho de suspensión deberá informar
inmediatamente a los demás Estados Partes en la presente Convención, por conducto
del Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, de las
disposiciones cuya aplicación haya suspendido, de los motivos que hayan suscitado la
suspensión y de la fecha en que haya dado por terminada tal suspensión.
Artículo 28. Cláusula Federal
1. Cuando se trate de un Estado parte constituido como Estado Federal, el gobierno
nacional de dicho Estado parte cumplirá todas las disposiciones de la presente
Convención relacionadas con las materias sobre las que ejerce jurisdicción legislativa
y judicial.
2. Con respecto a las disposiciones relativas a las materias que corresponden a la
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jurisdicción de las entidades componentes de la federación, el gobierno nacional debe

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tomar de inmediato las medidas pertinentes, conforme a su constitución y sus leyes,
a fin de que las autoridades competentes de dichas entidades puedan adoptar las
disposiciones del caso para el cumplimiento de esta Convención.
3. Cuando dos o más Estados Partes acuerden integrar entre sí una federación u otra
clase de asociación, cuidarán de que el pacto comunitario correspondiente contenga
las disposiciones necesarias para que continúen haciéndose efectivas en el nuevo
Estado así organizado, las normas de la presente Convención.
Artículo 29. Normas de Interpretación
Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido
de:
a) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y
ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en
mayor medida que la prevista en ella;
b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo
con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados;
c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se
derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y
d) excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma
naturaleza.
Artículo 30. Alcance de las Restricciones
Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convención, al goce y ejercicio de
los derechos y libertades reconocidas en la misma, no pueden ser aplicadas sino
conforme a leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propósito
para el cual han sido establecidas.
Artículo 31. Reconocimiento de Otros Derechos
Podrán ser incluidos en el régimen de protección de esta Convención otros derechos
y libertades que sean reconocidos de acuerdo con los procedimientos establecidos en
los artículos 76 y 77.
CAPITULO V
DEBERES DE LAS PERSONAS
Artículo 32. Correlación entre Deberes y Derechos
1. Toda persona tiene deberes para con la familia, la comunidad y la humanidad.
2. Los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por
la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común, en una sociedad
democrática.
PARTE II - MEDIOS DE LA PROTECCION
CAPITULO VI
DE LOS ORGANOS COMPETENTES
Artículo 33.
Son competentes para conocer de los asuntos relacionados con el cumplimiento de
los
compromisos contraídos por los Estados Partes en esta Convención:
a) la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, llamada en adelante la
Comisión, y
b) la Corte Interamericana de Derechos Humanos, llamada en adelante la Corte.
CAPITULO VII
LA COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
Sección 1. Organización
Artículo 34
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos se compondrá de siete
miembros, que deberán ser personas de alta autoridad moral y reconocida versación
en materia de derechos humanos.
Artículo 35
La Comisión representa a todos los miembros que integran la Organización de los
Estados Americanos.
Artículo 36
1. Los Miembros de la Comisión serán elegidos a título personal por la Asamblea
General de la Organización de una lista de candidatos propuestos por los gobiernos
de los Estados miembros.
2. Cada uno de dichos gobiernos puede proponer hasta tres candidatos, nacionales
del Estado que los proponga o de cualquier otro Estado miembro de la Organización
de los Estados Americanos. Cuando se proponga una terna, por lo menos uno de los
candidatos deberá ser nacional de un Estado distinto del proponente.
Artículo 37
1. Los miembros de la Comisión serán elegidos por cuatro años y sólo podrán ser
reelegidos una vez, pero el mandato de tres de los miembros designados en la
primera elección expirará al cabo de dos años. Inmediatamente después de dicha
elección se determinarán por sorteo en la Asamblea General los nombres de estos
tres miembros.
2. No puede formar parte de la Comisión más de un nacional de un mismo Estado.
Artículo 38
Las vacantes que ocurrieren en la Comisión, que no se deban a expiración normal del
mandato, se llenarán por el Consejo Permanente de la Organización de acuerdo con
lo que disponga el Estatuto de la Comisión.
Artículo 39
La Comisión preparará su Estatuto, lo someterá a la aprobación de la Asamblea
General, y dictará su propio Reglamento.
Artículo 40
Los servicios de Secretaría de la Comisión deben ser desempeñados por la unidad
funcional especializada que forma parte de la Secretaría General de la Organización y
debe disponer de los recursos necesarios para cumplir las tareas que le sean
encomendadas por la Comisión.
Sección 2. Funciones
Artículo 41
La Comisión tiene la función principal de promover la observancia y la defensa de los
derechos humanos, y en el ejercicio de su mandato tiene las siguientes funciones y
atribuciones:
a) estimular la conciencia de los derechos humanos en los pueblos de América;
b) formular recomendaciones, cuando lo estime conveniente, a los gobiernos de los
Estados miembros para que adopten medidas progresivas en favor de los derechos
humanos dentro del marco de sus leyes internas y sus preceptos constitucionales, al
igual que disposiciones apropiadas para fomentar el debido respeto a esos derechos;
c) preparar los estudios e informes que considere convenientes para el desempeño
de sus funciones;
d) solicitar de los gobiernos de los Estados miembros que le proporcionen informes
sobre las medidas que adopten en materia de derechos humanos;
e) atender las consultas que, por medio de la Secretaría General de la Organización
de los Estados Americanos, le formulen los Estados miembros en cuestiones
relacionadas con los derechos humanos y, dentro de sus posibilidades, les prestará el
asesoramiento que éstos le soliciten;
f) actuar respecto de las peticiones y otras comunicaciones en ejercicio de su
autoridad de conformidad con lo dispuesto en los artículos 44 al 51 de esta
Convención, y
g) rendir un informe anual a la Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos.
Artículo 42
Los Estados Partes deben remitir a la Comisión copia de los informes y estudios que
en sus respectivos campos someten anualmente a las Comisiones Ejecutivas del
Consejo Interamericano Económico y Social y del Consejo Interamericano para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, a fin de que aquella vele porque se promuevan los
derechos derivados de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y
cultura, contenidas en la Carta de la Organización de los Estados Americanos,
reformada por el Protocolo de Buenos Aires.
Artículo 43
Los Estados Partes se obligan a proporcionar a la Comisión las informaciones que
ésta les solicite sobre la manera en que su derecho interno asegura la aplicación
efectiva de cualesquiera disposiciones de esta Convención.
Sección 3. Competencia
Artículo 44
Cualquier persona o grupo de personas, o entidad no gubernamental legalmente
reconocida en uno o más Estados miembros de la Organización, puede presentar a la
Comisión peticiones que contengan denuncias o quejas de violación de esta
Convención por un Estado parte.
Artículo 45
1. Todo Estado parte puede, en el momento del depósito de su instrumento de
ratificación o adhesión de esta Convención, o en cualquier momento posterior,
declarar que reconoce la competencia de la Comisión para recibir y examinar las
comunicaciones en que un Estado parte alegue que otro Estado parte ha incurrido en
violaciones de los derechos humanos establecidos en esta Convención.
2. Las comunicaciones hechas en virtud del presente artículo sólo se pueden admitir
y examinar si son presentadas por un Estado parte que haya hecho una declaración
por
la cual reconozca la referida competencia de la Comisión. La Comisión no admitirá
ninguna comunicación contra un Estado parte que no haya hecho tal declaración.
3. Las declaraciones sobre reconocimiento de competencia pueden hacerse para que
ésta rija por tiempo indefinido, por un período determinado o para casos específicos.
4. Las declaraciones se depositarán en la Secretaría General de la Organización de
los Estados Americanos, la que transmitirá copia de las mismas a los Estados
miembros de dicha Organización.
Artículo 46
1. Para que una petición o comunicación presentada conforme a los artículos 44 ó 45
sea admitida por la Comisión, se requerirá:
a) que se hayan interpuesto y agotado los recursos de jurisdicción interna, conforme
a los principios del Derecho Internacional generalmente reconocidos;
b) que sea presentada dentro del plazo de seis meses, a partir de la fecha en que el
presunto lesionado en sus derechos haya sido notificado de la decisión definitiva;
c) que la materia de la petición o comunicación no esté pendiente de otro
procedimiento de arreglo internacional, y
d) que en el caso del artículo 44 la petición contenga el nombre, la nacionalidad, la
profesión, el domicilio y la firma de la persona o personas o del representante legal
de la entidad que somete la petición.
2. Las disposiciones de los incisos 1.a. y 1.b. del presente artículo no se aplicarán
cuando:
a) no exista en la legislación interna del Estado de que se trata el debido proceso
legal para la protección del derecho o derechos que se alega han sido violados;
b) no se haya permitido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los
recursos de la jurisdicción interna, o haya sido impedido de agotarlos, y
c) haya retardo injustificado en la decisión sobre los mencionados recursos.
Artículo 47
La Comisión declarará inadmisible toda petición o comunicación presentada de
acuerdo con los artículos 44 ó 45 cuando:
a) falte alguno de los requisitos indicados en el artículo 46;
b) no exponga hechos que caractericen una violación de los derechos garantizados
por esta Convención;
c) resulte de la exposición del propio peticionario o del Estado manifiestamente
infundada la petición o comunicación o sea evidente su total improcedencia, y
d) sea sustancialmente la reproducción de petición o comunicación anterior ya
examinada por la Comisión u otro organismo internacional.
Sección 4. Procedimiento
Artículo 48
1. La Comisión, al recibir una petición o comunicación en la que se alegue la
violación de cualquiera de los derechos que consagra esta Convención, procederá en
los siguientes términos:
a) si reconoce la admisibilidad de la petición o comunicación solicitará informaciones
al Gobierno del Estado al cual pertenezca la autoridad señalada como responsable de
la violación alegada, transcribiendo las partes pertinentes de la petición o
comunicación. Dichas informaciones deben ser enviadas dentro de un plazo
razonable, fijado por la Comisión al considerar las circunstancias de cada caso;
b) recibidas las informaciones o transcurrido el plazo fijado sin que sean recibidas,
verificará si existen o subsisten los motivos de la petición o comunicación. De no
existir o subsistir, mandará archivar el expediente;
c) podrá también declarar la inadmisibilidad o la improcedencia de la petición o
comunicación, sobre la base de una información o prueba sobrevinientes;
d) si el expediente no se ha archivado y con el fin de comprobar los hechos, la
Comisión realizará, con conocimiento de las partes, un examen del asunto planteado
en la petición o comunicación. Si fuere necesario y conveniente, la Comisión realizará
una investigación para cuyo eficaz cumplimiento solicitará, y los Estados interesados
le proporcionarán, todas las facilidades necesarias;
e) podrá pedir a los Estados interesados cualquier información pertinente y recibirá,
si así se le solicita, las exposiciones verbales o escritas que presenten los interesados;
f) se pondrá a disposición de las partes interesadas, a fin de llegar a una solución
amistosa del asunto fundada en el respeto a los derechos humanos reconocidos en
esta Convención.
2. Sin embargo, en casos graves y urgentes, puede realizarse una investigación
previo consentimiento del Estado en cuyo territorio se alegue haberse cometido la
violación, tan sólo con la presentación de una petición o comunicación que reúna
todos los requisitos formales de admisibilidad.
Artículo 49
Si se ha llegado a una solución amistosa con arreglo a las disposiciones del inciso 1.f.
del artículo 48 la Comisión redactará un informe que será transmitido al peticionario y
a los Estados Partes en esta Convención y comunicado después, para su publicación,
al Secretario General de la Organización de los Estados Americanos. Este informe
contendrá una breve exposición de los hechos y de la solución lograda. Si cualquiera
de las partes en el caso lo solicitan, se les suministrará la más amplia información
posible.
Artículo 50
1. De no llegarse a una solución, y dentro del plazo que fije el Estatuto de la
Comisión, ésta redactará un informe en el que expondrá los hechos y sus
conclusiones. Si el informe no representa, en todo o en parte, la opinión unánime de
los miembros de la Comisión, cualquiera de ellos podrá agregar a dicho informe su
opinión por separado. También se agregarán al informe las exposiciones verbales o
escritas que hayan hecho los interesados en virtud del inciso 1.e. del artículo 48.
2. El informe será transmitido a los Estados interesados, quienes no estarán
facultados para publicarlo.
3. Al transmitir el informe, la Comisión puede formular las proposiciones y
recomendaciones que juzgue adecuadas.
Artículo 51
1. Si en el plazo de tres meses, a partir de la remisión a los Estados interesados del
informe de la Comisión, el asunto no ha sido solucionado o sometido a la decisión de
la Corte por la Comisión o por el Estado interesado, aceptando su competencia, la
Comisión podrá emitir, por mayoría absoluta de votos de sus miembros, su opinión y
conclusiones sobre la cuestión sometida a su consideración.
2. La Comisión hará las recomendaciones pertinentes y fijará un plazo dentro del
cual el Estado debe tomar las medidas que le competan para remediar la situación
examinada.
3. Transcurrido el período fijado, la Comisión decidirá, por la mayoría absoluta de
votos de sus miembros, si el Estado ha tomado o no medidas adecuadas y si publica o
no su informe.
CAPITULO VIII
LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
Sección 1. Organización
Artículo 52
1. La Corte se compondrá de siete jueces, nacionales de los Estados miembros de la
Organización, elegidos a título personal entre juristas de la más alta autoridad moral,
de reconocida competencia en materia de derechos humanos, que reúnan las
condiciones requeridas para el ejercicio de las más elevadas funciones judiciales
conforme a la ley del país del cual sean nacionales o del Estado que los proponga
como candidatos.
2. No debe haber dos jueces de la misma nacionalidad.
Artículo 53
1. Los jueces de la Corte serán elegidos, en votación secreta y por mayoría absoluta
de votos de los Estados Partes en la Convención, en la Asamblea General de la
Organización, de una lista de candidatos propuestos por esos mismos Estados.
2. Cada uno de los Estados Partes puede proponer hasta tres candidatos, nacionales
del Estado que los propone o de cualquier otro Estado miembro de la Organización de
los Estados Americanos. Cuando se proponga una terna, por lo menos uno de los
candidatos deberá ser nacional de un Estado distinto del proponente.
Artículo 54
1. Los jueces de la Corte serán elegidos para un período de seis años y sólo podrán
ser reelegidos una vez. El mandato de tres de los jueces designados en la primera
elección, expirará al cabo de tres años. Inmediatamente después de dicha elección,
se determinarán por sorteo en la Asamblea General los nombres de estos tres jueces.
2. El juez elegido para reemplazar a otro cuyo mandato no ha expirado, completará
el período de éste.
3. Los jueces permanecerán en funciones hasta el término de su mandato. Sin
embargo, seguirán conociendo de los casos a que ya se hubieran abocado y que se
encuentren en estado de sentencia, a cuyos efectos no serán sustituidos por los
nuevos jueces elegidos.
Artículo 55
1. El juez que sea nacional de alguno de los Estados Partes en el caso sometido a la
Corte, conservará su derecho a conocer del mismo.
2. Si uno de los jueces llamados a conocer del caso fuere de la nacionalidad de uno
de los Estados Partes, otro Estado parte en el caso podrá designar a una persona de
su elección para que integre la Corte en calidad de juez ad hoc.
3. Si entre los jueces llamados a conocer del caso ninguno fuere de la nacionalidad
de los Estados Partes, cada uno de éstos podrá designar un juez ad hoc.
4. El juez ad hoc debe reunir las calidades señaladas en el artículo 52.
5. Si varios Estados Partes en la Convención tuvieren un mismo interés en el caso, se
considerarán como una sola parte para los fines de las disposiciones precedentes. En
caso de duda, la Corte decidirá.
Artículo 56
El quórum para las deliberaciones de la Corte es de cinco jueces.
Artículo 57
La Comisión comparecerá en todos los casos ante la Corte.
Artículo 58
1. La Corte tendrá su sede en el lugar que determinen, en la Asamblea General de la
Organización, los Estados Partes en la Convención, pero podrá celebrar reuniones en
el territorio de cualquier Estado miembro de la Organización de los Estados
Americanos en que lo considere conveniente por mayoría de sus miembros y previa
aquiescencia del Estado respectivo. Los Estados Partes en la Convención pueden, en
la Asamblea General por dos tercios de sus votos, cambiar la sede de la Corte.
2. La Corte designará a su Secretario.
3. El Secretario residirá en la sede de la Corte y deberá asistir a las reuniones que
ella celebre fuera de la misma.
Artículo 59
La Secretaría de la Corte será establecida por ésta y funcionará bajo la dirección del
Secretario de la Corte, de acuerdo con las normas administrativas de la Secretaría
General de la Organización en todo lo que no sea incompatible con la independencia
de la Corte. Sus funcionarios serán nombrados por el Secretario General de la
Organización, en consulta con el Secretario de la Corte.
Artículo 60
La Corte preparará su Estatuto y lo someterá a la aprobación de la Asamblea
General, y dictará su Reglamento.
Sección 2. Competencia y Funciones
Artículo 61
1. Sólo los Estados Partes y la Comisión tienen derecho a someter un caso a la
decisión de la Corte.
2. Para que la Corte pueda conocer de cualquier caso, es necesario que sean
agotados los procedimientos previstos en los artículos 48 a 50.
Artículo 62
1. Todo Estado parte puede, en el momento del depósito de su instrumento de
ratificación o adhesión de esta Convención, o en cualquier momento posterior,
declarar que reconoce como obligatoria de pleno derecho y sin convención especial, la
competencia de la Corte sobre todos los casos relativos a la interpretación o
aplicación de esta Convención.
2. La declaración puede ser hecha incondicionalmente, o bajo condición de
reciprocidad, por un plazo determinado o para casos específicos. Deberá ser
presentada al Secretario General de la Organización, quien transmitirá copias de la
misma a los otros Estados miembros de la Organización y al Secretario de la Corte.
3. La Corte tiene competencia para conocer de cualquier caso relativo a la
interpretación y aplicación de las disposiciones de esta Convención que le sea
sometido, siempre que los Estados Partes en el caso hayan reconocido o reconozcan
dicha
competencia, ora por declaración especial, como se indica en los incisos anteriores,
ora por convención especial.
Artículo 63
1. Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en esta
Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su
derecho o libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se
reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la vulneración
de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada.
2. En casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar
daños irreparables a las personas, la Corte, en los asuntos que esté conociendo,
podrá tomar las medidas provisionales que considere pertinentes. Si se tratare de
asuntos que aún no estén sometidos a su conocimiento, podrá actuar a solicitud de la
Comisión.
Artículo 64
1. Los Estados miembros de la Organización podrán consultar a la Corte acerca de la
interpretación de esta Convención o de otros tratados concernientes a la protección
de los derechos humanos en los Estados americanos. Asimismo, podrán consultarla,
en lo que les compete, los órganos enumerados en el capítulo X de la Carta de la
Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires.
2. La Corte, a solicitud de un Estado miembro de la Organización, podrá darle
opiniones acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los
mencionados instrumentos internacionales.
Artículo 65
La Corte someterá a la consideración de la Asamblea General de la Organización en
cada período ordinario de sesiones un informe sobre su labor en el año anterior. De
manera especial y con las recomendaciones pertinentes, señalará los casos en que un
Estado no haya dado cumplimiento a sus fallos.
Sección 3. Procedimiento
Artículo 66
1. El fallo de la Corte será motivado.
2. Si el fallo no expresare en todo o en parte la opinión unánime de los jueces,
cualquiera de éstos tendrá derecho a que se agregue al fallo su opinión disidente o
individual.
Artículo 67
El fallo de la Corte será definitivo e inapelable. En caso de desacuerdo sobre el
sentido o alcance del fallo, la Corte lo interpretará a solicitud de cualquiera de las
partes, siempre que dicha solicitud se presente dentro de los noventa días a partir de
la fecha de la notificación del fallo.
Artículo 68
1. Los Estados Partes en la Convención se comprometen a cumplir la decisión de la
Corte en todo caso en que sean partes.
2. La parte del fallo que disponga indemnización compensatoria se podrá ejecutar en
el respectivo país por el procedimiento interno vigente para la ejecución de
sentencias contra el Estado.
Artículo 69
El fallo de la Corte será notificado a las partes en el caso y transmitido a los Estados
partes en la Convención.
CAPITULO IX
DISPOSICIONES COMUNES
Artículo 70
1. Los jueces de la Corte y los miembros de la Comisión gozan, desde el momento
de su elección y mientras dure su mandato, de las inmunidades reconocidas a los
agentes diplomáticos por el derecho internacional. Durante el ejercicio de sus cargos
gozan, además, de los privilegios diplomáticos necesarios para el desempeño de sus
funciones.
2. No podrá exigirse responsabilidad en ningún tiempo a los jueces de la Corte ni a
los miembros de la Comisión por votos y opiniones emitidos en el ejercicio de sus
funciones.
Artículo 71
Son incompatibles los cargos de juez de la Corte o miembros de la Comisión con
otras actividades que pudieren afectar su independencia o imparcialidad conforme a
lo que se determine en los respectivos Estatutos.
Artículo 72
Los jueces de la Corte y los miembros de la Comisión percibirán emolumentos y
gastos de viaje en la forma y condiciones que determinen sus Estatutos, teniendo en
cuenta la importancia e independencia de sus funciones. Tales emolumentos y gastos
de viaje será fijados en el programa-presupuesto de la Organización de los Estados
Americanos, el que debe incluir, además, los gastos de la Corte y de su Secretaría. A
estos efectos, la Corte elaborará su propio proyecto de presupuesto y lo someterá a
la aprobación de la Asamblea General, por conducto de la Secretaría General. Esta
última no podrá introducirle modificaciones.
Artículo 73
Solamente a solicitud de la Comisión o de la Corte, según el caso, corresponde a la
Asamblea General de la Organización resolver sobre las sanciones aplicables a los
miembros de la Comisión o jueces de la Corte que hubiesen incurrido en las causales
previstas en los respectivos Estatutos. Para dictar una resolución se requerirá una
mayoría de los dos tercios de los votos de los Estados miembros de la Organización
en el caso de los miembros de la Comisión y, además, de los dos tercios de los votos
de los Estados Partes en la Convención, si se tratare de jueces de la Corte.
PARTE III - DISPOSICIONES GENERALES Y TRANSITORIAS
CAPITULO X
FIRMA, RATIFICACION, RESERVA, ENMIENDA, PROTOCOLO Y DENUNCIA
Artículo 74
1. Esta Convención queda abierta a la firma y a la ratificación o adhesión de todo
Estado miembro de la Organización de los Estados Americanos.
2. La ratificación de esta Convención o la adhesión a la misma se efectuará mediante
el depósito de un instrumento de ratificación o de adhesión en la Secretaría General
de la Organización de los Estados Americanos. Tan pronto como once Estados hayan
depositado sus respectivos instrumentos de ratificación o de adhesión, la Convención
entrará en vigor. Respecto a todo otro Estado que la ratifique o adhiera a ella

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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
ulteriormente, la Convención entrará en vigor en la fecha del depósito de su
instrumento de ratificación o de adhesión.
3. El Secretario General informará a todos los Estados miembros de la Organización
de la entrada en vigor de la Convención.
Artículo 75
Esta Convención sólo puede ser objeto de reservas conforme a las disposiciones de la
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, suscrita el 23 de mayo de 1969.
Artículo 76
1. Cualquier Estado parte directamente y la Comisión o la Corte por conducto del
Secretario General, pueden someter a la Asamblea General, para lo que estime
conveniente, una propuesta de enmienda a esta Convención.
2. Las enmiendas entrarán en vigor para los Estados ratificantes de las mismas en la
fecha en que se haya depositado el respectivo instrumento de ratificación que
corresponda al número de los dos tercios de los Estados Partes en esta Convención.
En cuanto al resto de los Estados Partes, entrarán en vigor en la fecha en que
depositen sus respectivos instrumentos de ratificación.
Artículo 77
1. De acuerdo con la facultad establecida en el artículo 31, cualquier Estado parte y
la Comisión podrán someter a la consideración de los Estados Partes reunidos con
ocasión de la Asamblea General, proyectos de protocolos adicionales a esta
Convención, con la finalidad de incluir progresivamente en el régimen de protección
de la misma otros derechos y libertades.
2. Cada protocolo debe fijar las modalidades de su entrada en vigor, y se aplicará
sólo entre los Estados Partes en el mismo.
Artículo 78
1. Los Estados Partes podrán denunciar esta Convención después de la expiración de
un plazo de cinco años a partir de la fecha de entrada en vigor de la misma y
mediante un preaviso de un año, notificando al Secretario General de la Organización,
quien debe informar a las otras partes.
2. Dicha denuncia no tendrá por efecto desligar al Estado parte interesado de las
obligaciones contenidas en esta Convención en lo que concierne a todo hecho que,
pudiendo constituir una violación de esas obligaciones, haya sido cumplido por él
anteriormente a la fecha en la cual la denuncia produce efecto.
CAPITULO XI
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Sección 1. Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Artículo 79
Al entrar en vigor esta Convención, el Secretario General pedirá por escrito a cada
Estado Miembro de la Organización que presente, dentro de un plazo de noventa
días, sus candidatos para miembros de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. El Secretario General preparará una lista por orden alfabético de los
candidatos presentados y la comunicará a los Estados miembros de la Organización al
menos treinta días antes de la próxima Asamblea General.
Artículo 80

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1
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La elección de miembros de la Comisión se hará de entre los candidatos que figuren
en la lista a que se refiere el artículo 79, por votación secreta de la Asamblea General
y se declararán elegidos los candidatos que obtengan mayor número de votos y la
mayoría absoluta de los votos de los representantes de los Estados miembros. Si para
elegir a todos los miembros de la Comisión resultare necesario efectuar varias
votaciones, se eliminará sucesivamente, en la forma que determine la Asamblea
General, a los candidatos que reciban menor número de votos.
Sección 2. Corte Interamericana de Derechos Humanos
Artículo 81
Al entrar en vigor esta Convención, el Secretario General pedirá por escrito a cada
Estado parte que presente, dentro de un plazo de noventa días, sus candidatos para
jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El Secretario General
preparará una lista por orden alfabético de los candidatos presentados y la
comunicará a los Estados Partes por lo menos treinta días antes de la próxima
Asamblea General.
Artículo 82
La elección de jueces de la Corte se hará de entre los candidatos que figuren en la
lista a que se refiere el artículo 81, por votación secreta de los Estados Partes en la
Asamblea General y se declararán elegidos los candidatos que obtengan mayor
número de votos y la mayoría absoluta de los votos de los representantes de los
Estados Partes. Si para elegir a todos los jueces de la Corte resultare necesario
efectuar varias votaciones, se eliminarán sucesivamente, en la
forma que determinen los Estados Partes, a los
candidatos que reciban menor número de votos.
EN FE DE LO CUAL, los Plenipotenciarios infrascritos, cuyos plenos poderes fueron
hallados de buena y debida forma, firman esta Convención, que se llamará "PACTO
DE SAN JOSE DE COSTA RICA", en la ciudad de San José, Costa Rica, el veintidós de
noviembre de mil novecientos sesenta y nueve.
CONVENCIÓN DE VIENA SOBRE EL DERECHO DE LOS TRATADOS

U.N. Doc A/CONF.39/27 (1969), 1155 U.N.T.S. 331, entered into force January 27,
1980.

Viena, 23 de mayo de 1969

Índice

Parte I - Introducción.

Parte II - Celebración y entrada en vigor de los tratados.

Parte III - Observancia, aplicación e interpretación de los tratados.

Parte IV - Enmienda y modificación de los tratados.

Parte V - Nulidad, terminación y suspensión de los tratados.

Parte VI - Disposiciones diversas.

Parte VII - Depositarios, notificaciones, correcciones y registro.

Parte VIII - Disposiciones finales.

Anexos

Los Estados Partes en la presente Convención

Considerando la función fundamental de los tratados en la historia de las relaciones


internacionales;

Reconociendo la importancia cada vez mayor de los tratados como fuente del
derecho internacional y como medio de desarrollar la cooperación pacífica entre las
naciones, sean cuales fueren sus regímenes constitucionales y sociales:

Advirtiendo que los principios del libre consentimiento y de la buena fe y la norma


"pacta sunt servanda" están universalmente reconocidos

Afirmando que las controversias relativas a los tratados, al igual que las demás
controversias internacionales deben resolverse por medios pacíficos y de
conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional;
Recordando la resolución de los pueblos de las Naciones Unidas de crear
condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las
obligaciones emanadas de los tratados:

Teniendo presentes los principios de derecho internacional incorporados en la Carta


de las Naciones Unidas, tales como los principios de la igualdad de derechos y de la
libre determinación de los pueblos, de la igualdad soberana y la independencia de
todos los Estados, de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, de la
prohibición de la amenaza o el uso de la fuerza y del respeto universal a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos y la efectividad de
tales derechos y libertades.

Convencidos de que la codificación y el desarrollo progresivo del derecho de los


tratados logrados en la presente Convención contribuirán a la consecución de los
propósitos de las Naciones Unidas enunciados en la Carta, que consisten en
mantener la paz y la seguridad internacionales, fomentar entre las naciones las
relaciones de amistad y realizar la cooperación internacional;

Afirmando que las normas de derecho internacional consuetudinario continuaran


rigiendo las cuestiones no reguladas en las disposiciones de la presente
Convención,

Han convenido lo siguiente:

4. PARTE I
Introducción.

1. Alcance de la presente Convención.

La presente Convención se aplica a los tratados entre Estados.

2. Términos empleados.

1. Para los efectos de la presente Convención:

a) se entiende por "tratado" un acuerdo internacional celebrado por escrito entre


Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o
en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación
particular;

b) se entiende por "ratificación", "aceptación", "aprobación" y "adhesión", según el


caso, el acto internacional así denominado por el cual un Estado hace constar en el
ámbito internacional su consentimiento en obligarse por un tratado;

c) se entiende por "plenos poderes" un documento que emana de la autoridad


competente de un Estado y por el que se designa a una o varias personas para
representar al Estado en la negociación, la adopción o la autenticación del texto de
un tratado, para expresar el consentimiento del Estado en obligarse por un tratado,
o para ejecutar cualquier otro acto con respecto a un tratado;

d) se entiende por "reserva" una declaración unilateral, cualquiera que sea su


enunciado o denominación, hecha por un Estado al firmar, ratificar, aceptar o
aprobar un tratado o al adherirse a el, con objeto de excluir o modificar los efectos
jurídicos de ciertas disposiciones del tratado en su aplicación a ese Estado;

e) se entiende por un "Estado negociador" un Estado que ha participado en la


elaboración y adopción del texto del tratado;

f) se entiende por "Estado contratante" un Estado que ha consentido en obligarse


por el tratado, haya o no entrado en vigor el tratado;

g) se entiende por "parte" un Estado que ha consentido en obligarse por el tratado


y con respecto al cual el tratado esta en vigor;

h) se entiende por "Tercer Estado" un Estado que no es parte en el tratado;

i) se entiende por "organización internacional" una organización intergubernamental.

2. Las disposiciones del párrafo I sobre los términos empleados en la


presente Convención se entenderán sin perjuicio del empleo de esos términos o del
sentido que se les pueda dar en el derecho interno de cualquier Estado.

3. Acuerdos internacionales no comprendidos en el ámbito de la presente


Convención. El hecho de que la presente Convención no se aplique ni a los
acuerdos internacionales celebrados entre Estados y otros sujetos de derecho
internacional o entre esos otros sujetos de derecho internacional, ni a los acuerdos
internacionales no celebrados por escrito, no afectara:

a) al valor jurídico de tales acuerdos;

b) a la aplicación a los mismos de cualquiera de las normas enunciadas en la


presente Convención a que estuvieren sometidos en virtud del derecho
internacional independientemente de esta Convención;

c) a la aplicación de la Convención a las relaciones de los Estados entre si en virtud


de acuerdos internacionales en los que fueren asimismo partes otros sujetos de
derecho internacional.

4. Irretroactividad de la presente Convención. Sin perjuicio de la aplicación de


cualesquiera normas enunciadas en la presente Convención a las que los tratados
estén sometidos en virtud del derecho internacional independientemente de la
Convención, esta solo se aplicara a los tratados que sean celebrados por Estados
después de la entrada en vigor de la presente Convención con respecto a tales
Estados.
5. Tratados constitutivos de organizaciones internacionales y tratados
adoptados en el ámbito de una organización internacional. La presente
Convención se aplicara a todo tratado que sea un instrumento constitutivo de una
organización interna nacional y a todo tratado adoptado en el ámbito de una
organización internacional, sin perjuicio de cualquier norma pertinente de la
organización.

PARTE II

Celebración y entrada en vigor de los tratados.

SECCIÓN PRIMERA

Celebración de los tratados.

6. Capacidad de los Estados para celebrar tratados. Todo Estado tiene


capacidad para celebrar tratados.

7. Plenos poderes.

1. Para la adopción la autenticación del texto de un tratado, para manifestar


el consentimiento del Estado en obligarse por un tratado, se considerará que una
persona representa a un Estado:

a) si se presentan los adecuados plenos poderes, o

b) si se deduce de la práctica seguida por los Estados interesados. o de otras


circunstancias, que la intención de esos Estados ha sido considerar a esa persona
representante del Estado para esos efectos y prescindir de la presentación de
plenos poderes.

2. En virtud de sus funciones, y sin tener que presentar plenos poderes, se


considerará que representan a su Estado:

a) los Jefes de Estado, Jefes de Gobierno y Ministros de relaciones exteriores, para


la ejecución de todos los actos relativos a la celebración de un tratado;

b) los Jefes de misión diplomáticas, para la adopción del texto de un tratado entre
el Estado acreditante y el Estado ante el cual se encuentran acreditados;

c) los representantes acreditados por los Estados ante una conferencia internacional
o ante una organización internacional o uno de sus órganos, para la adopción del
texto de un tratado en tal conferencia. Organización u órgano.
8. Confirmación ulterior de un acto ejecutado sin autorización. Un acto
relativo a la celebración de un tratado ejecutado por una persona que, conforme al
articulo 7, no pueda considerarse autorizada para representar con tal fin a un
Estado, no surtirá efectos jurídicos a menos que sea ulteriormente confirmado por
ese Estado.

9. Adopción del texto.

1. La adopción del texto de un tratado se efectuara por consentimiento de


todos los Estados participantes en su elaboración, salvo lo dispuesto en el párrafo
2.

2. La adopción del texto de un tratado en una conferencia internacional se


efectuara por mayoría de dos tercios de los Estados presentes y votantes, a menos
que esos Estados decidan por igual mayoría aplicar una regla diferente.

10. Autenticación del texto. El texto de un tratado quedara establecido como


auténtico y definitivo

a) mediante el procedimiento que se prescriba en él o que convengan los Estados


que hayan participado en su elaboración; o

b) a falta de tal procedimiento, mediante la firma, la firma "ad referéndum" o la


rúbrica puesta por los representantes de esos Estados en el texto del tratado o en
el acta final de la conferencia en la que figure el texto.

11. Formas de manifestación del consentimiento en obligarse por un


tratado. El consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado podrá
manifestarse mediante la firma, el canje de instrumentos que constituyan un
tratado la ratificación, la aceptación, la aprobación o la adhesión, o en cualquier
otra forma que se hubiere convenido.

12. Consentimiento en obligarse por un tratado manifestado mediante la


firma.

1. El consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado se


manifestara mediante la firma de su representante:

a) cuando el tratado disponga que la firma tendrá ese efecto;

b) cuando conste de otro modo que los Estados negociadores han convenido que la
firma tenga ese efecto; o

c) cuando la intención del Estado de dar ese efecto a la firma se desprenda de los
plenos poderes de su representante o se haya manifestado durante la negociación.

2. Para los efectos del párrafo l:

a) la rubrica de un texto equivaldrá a la firma del tratado cuando conste que los
Estados negociadores así lo han convenido;
b) la firma "ad referéndum" de un tratado por un representante equivaldrá a la
firma definitiva del tratado si su Estado la confirma.

13. Consentimiento en obligarse por un tratado manifestado mediante el


canje de instrumentos que constituyen un tratado. El consentimiento de los
Estados en obligarse por un tratado constituido por instrumentos canjeados entre
ellos se manifestara mediante este canje:

a) cuando los instrumentos dispongan que su canje tendrá ese efecto; o

b) cuando conste de otro modo que esos Estados han convenido que el canje de los
instrumentos tenga ese efecto.

14. Consentimiento en obligarse por un tratado manifestado mediante la


ratificación, la aceptación o la aprobación.

I. El consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado se manifestara


mediante la ratificación:

a) cuando cl tratado disponga que tal consentimiento debe manifestarse mediante


la ratificación;

b) cuando conste de otro modo que los Estados negociadores han convenido que se
exija la ratificación;

c) cuando el representante del Estado haya firmado el tratado a reserva de


ratificación; o

d) cuando la intención del Estado de firmar el tratado a reserva de ratificación se


desprenda de los plenos poderes de su representante o se haya manifestado
durante la negociación.

2. El consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado se


manifestará mediante la aceptación o la aprobación en condiciones semejantes a
las que rigen para la ratificación.

15. Consentimiento en obligarse por un tratado manifestado mediante la


adhesión. El consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado se
manifestara mediante la adhesión:

a) cuando el tratado disponga que ese Estado puede manifestar tal consentimiento
mediante la adhesión:

b) cuando conste de otro modo que los Estados negociadores han convenido que
ese Estado puede manifestar tal consentimiento mediante la adhesión; o

c) cuando todas las partes hayan consentido ulteriormente que ese Estado puede
manifestar tal consentimiento mediante la adhesión.

16. Canje o deposito de los instrumentos de ratificación aceptación


aprobación o adhesión. Salvo que el tratado disponga otra cosa los instrumentos
de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión harán constar cl consentimiento
de un Estado en obligarse por un tratado al efectuarse:

a) su canje entre los Estados contratantes:


b) su depósito en poder del depositario; o

c) su notificación a los Estados contratantes o al depositario si así se ha convenido.

17. Consentimiento en obligarse respecto de parte de un tratado y opción


entre disposiciones diferentes.

1. Sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 19 a 23, el consentimiento de


un Estado en obligarse respecto de parte de un tratado solo surtirá efecto si el
tratado lo permite o los demás Estados contratantes convienen en ello

2. El consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado que permita


una opción entre disposiciones diferentes solo surtirá efecto si se indica claramente
a que disposiciones se refiere el consentimiento.

18. Obligación de no frustrar el objeto y el fin de un tratado antes de su


entrada en vigor. Un Estado deberá abstenerse de actos en virtud de los cuales se
frustren el objeto y el fin de un tratado:

a) si ha firmado el tratado o ha canjeado instrumentos que constituyen el tratado a


reserva de ratificación, aceptación o aprobación, mientras no haya manifestado su
intención de no llegar a ser parte en el tratado: o

b) si ha manifestado su consentimiento en obligarse por el tratado, durante el


periodo que preceda a la entrada en vigor del mismo y siempre que esta no se
retarde indebidamente.

SECCIÓN SEGUNDA

Reservas

19. Formulación de reservas. Un Estado podrá formular una reserva en el


momento de firmar, ratificar, aceptar o aprobar un tratado o de adherirse al mismo,
a menos:

a) que la reserva este prohibida por el tratado;

b) que el tratado disponga que únicamente pueden hacerse determinadas reservas,


entre las cuales no figure la reserva de que se trate; o

c) que, en los casos no previstos en los apartados a) y b), la reserva sea


incompatible con el objeto y el fin del tratado.

20. Aceptación de las reservas y objeción a las reservas.


1. Una reserva expresamente autorizada por el tratado no exigirá la
aceptación ulterior de los demás Estados contratantes, a menos que el tratado así
lo disponga.

2. Cuando del numero reducido de Estados negociadores y del objeto y del


fin del tratado se desprenda que la aplicación del tratado en su integridad entre
todas las partes es condición esencial del consentimiento de cada una de ellas en
obligarse por el tratado, una reserva exigirá la aceptación de todas las partes.

3. Cuando el tratado sea un instrumento constitutivo de una organización


internacional y a menos que en el se disponga otra cosa, una reserva exigirá la
aceptación del órgano competente de esa organización

4. En los casos no previstos en los párrafos precedentes y a menos que el


tratado disponga otra cosa:

a) la aceptación de una reserva por otro Estado contratante constituirá al Estado


autor de la reserva en parte en el tratado en relación con ese Estado sí el tratado
ya esta en vigor o cuando entre en vigor para esos Estados:

b) la objeción hecha por otro Estado contratante a una reserva no impedirá la


entrada en vigor del tratado entre el Estado que haya hecho la objeción y el Estado
autor de la reserva, a menos que el Estado autor de la objeción manifieste
inequívocamente la intención contraria;

c) un acto por el que un Estado manifieste su consentimiento en obligarse por un


tratado y que contenga una reserva surtirá efecto en cuanto acepte la reserva al
menos otro Estado contratante.

5. Para los efectos de los párrafos 2 y 4. y a menos que el tratado disponga


otra cosa, se considerara que una reserva ha sido aceptada por un Estado cuando
este no ha formulado ninguna objeción a la reserva dentro de los doce meses
siguientes a la fecha en que hayan recibido la notificación de la reserva o en la
fecha en que haya manifestado su consentimiento en obligarse por el tratado si
esta ultima es posterior.

21. Efectos jurídicos de las reservas y de las objeciones a las reservas.

1. Una reserva que sea efectiva con respecto a otra parte en el tratado de
conformidad con los artículos 19 20 y 23:

a) modificara con respecto al Estado autor de la reserva en sus relaciones con esa
otra parte las disposiciones del tratado a que se refiera la reserva en la medida
determinada por la misma:

b) modificara en la misma medida, esas disposiciones en lo que respecta a esa otra


parte en el tratado en sus relaciones con el Estado autor de la reserva.

2. La reserva no modificara las disposiciones del tratado en lo que respecta a


las otras partes en el tratado en sus relaciones "inter se".

3. Cuando un Estado que haya hecho una objeción a una reserva no se


oponga a la entrada en vigor del tratado entre él y el Estado autor de la reserva,
las disposiciones a que se refiera esta no se aplicaran entre los dos Estados en la
medida determinada por la reserva.

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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
22. Retiro de las reservas y de las objeciones a las reservas.

1. Salvo que el tratado disponga otra cosan una reserva podrá ser retirada
en cualquier momento y no se exigirá para su retiro el consentimiento del Estado
que la haya aceptado.

2. Salvo que el tratado disponga otra cosa, una objeción a una reserva
podrá ser retirada en cualquier momento.

3. Salvo que el tratado disponga o se haya convenido otra cosa:

a) el retiro de una reserva solo surtirá efecto respecto de otro Estado contratante
cuando ese Estado haya recibido la notificación:

b) el retiro de una objeción a una reserva solo surtirá efecto cuando su notificación
haya sido recibida por el Estado autor de la reserva.

23. Procedimiento relativo a las reservas.

1. La reserva, la aceptación expresa de una reserva v la objeción a una


reserva habrán de formularse por escrito y comunicarse a los Estados contratantes
v a los demás Estados facultados para llegar a ser partes en el tratado.

2. La reserva que se formule en el momento de la firma de un tratado que


haya de ser objeto de ratificación, aceptación o aprobación, habrá de ser
confirmada formalmente por el Estado autor de la reserva al manifestar su
consentimiento en obligarse por el tratado. En tal caso se considerará que la
reserva ha sido hecha en la fecha de su confirmación.

3. La aceptación expresa de una reserva o la objeción hecha a una reserva


anterior a la confirmación de la misma, no tendrán que ser a su vez confirmadas.

4. El retiro de una reserva o de una objeción a una reserva habrá de


formularse por escrito.

SECCIÓN TERCERA

Entrada en vigor y aplicación provisional de los tratados.

24. Entrada en vigor.

1. Un tratado entrará en vigor de la manera y en la fecha que en el se


disponga o que acuerden los Estados negociadores.

2. A falta de tal disposición o acuerdo, el tratado entrara en vigor tan pronto


como haya constancia del consentimiento de todos los Estados negociadores en
obligarse por el tratado.

3. Cuando cl consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado se


haga constar en una fecha posterior a la de la entrada en vigor de dicho tratado,
este

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entrará en vigor con relación a ese Estado en dicha fecha, a menos que el tratado
disponga otra cosa.

4. Las disposiciones de un tratado que regulen la autenticidad de su texto, la


constancia del consentimiento de los Estados en obligarse por el tratado, la manera
o la fecha de su entrada en vigor, las reservas. las funciones del depositario y otras
cuestiones que se susciten necesariamente antes de la entrada en v vigor del
tratado se aplicarán desde el momento de la adopción de su texto.

25. Aplicación provisional.

1. Un tratado o una parte de él se aplicará provisionalmente antes de su


entrada en vigor:

a) si el propio tratado así lo dispone: o

b) si los Estados negociadores han convenido en ello de otro modo.

2. La aplicación provisional de un tratado o de una parte de el respecto de


un Estado terminará si éste notifica a los Estados entre los cuales el tratado se
aplica provisionalmente su intención de no llegar a ser parte en el mismo, a menos
que el tratado disponga o los Estados negociadores hayan convenido otra cosa al
respecto.

PARTE III

Observancia, aplicación e interpretación de los tratados.

SECCIÓN PRIMERA

Observancia de los tratados.

26. "Pacta sunt servanda". Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser
cumplido por ellas de buena fe.

27. El derecho interno y la observancia de los tratados. Una parte no podrá


invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del
incumplimiento de un tratado. Esta norma se entenderá sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 46.

SECCIÓN SEGUNDA

Aplicación de los tratados.


28. Irretroactividad de los tratados. Las disposiciones de un tratado no
obligaran a una parte respecto de ningún acto o hecho que haba tenido lugar con
anterioridad a la fecha de entrada en vigor del tratado para esa parte ni de ninguna
situación que en esa fecha haya dejado de existir, salvo que una intención diferente
se desprenda del tratado o conste de otro modo.

29. Ámbito territorial de los tratados. Un tratado será obligatorio para cada una
de las partes por lo que respecta a la totalidad de su territorio, salvo que una
intención diferente se desprenda de él o conste de otro modo.

30. Aplicación de tratados sucesivos concernientes a la misma materia.

1. Sin perjuicio de lo dispuesto en el articulo 103 de la Carta de las Naciones


Unidas, los derechos y las obligaciones de los Estados partes en tratados sucesivos
concernientes a la misma materia se determinaran conforme a los párrafos
siguientes.

2. Cuando un tratado especifique que está subordinado a un tratado anterior


o posterior o que no debe ser considerado incompatible con ese otro tratado
prevalecerán las disposiciones de este último.

3. Cuando todas las partes en el tratado anterior sean también partes en el


tratado posterior, pero el tratado anterior no quede terminado ni su aplicación
suspendida conforme al articulo 59, el tratado anterior se aplicara únicamente en la
medida en que sus disposiciones sean compatibles con las del tratado posterior.

4. Cuando las partes en el tratado anterior no sean todas ellas partes en el


tratado posterior:

a) en las relaciones entre los Estados partes en ambos tratados se aplicará la


norma enunciada en el párrafo 3:

b) en las relaciones entre un Estado que sea parte en ambos tratados y un Estado
que sólo lo sea en uno de ellos, los derechos y obligaciones recíprocos se regirán
por el tratado en el que los dos Estados sean partes.

5. El párrafo 4 se aplicará sin perjuicio de lo dispuesto en el articulo 41 y no


prejuzgará ninguna cuestión de terminación o suspensión de la aplicación de un
tratado conforme al artículo 60 ni ninguna cuestión de responsabilidad en que
pueda incurrir un Estado por la celebración o aplicación de un tratado cuyas
disposiciones sean incompatibles con las obligaciones contraídas con respecto a
otro Estado en virtud de otro tratado.

SECCIÓN TERCERA

Interpretación de los tratados.

31. Regla general de interpretación.

I. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente


que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de estos y teniendo
en cuenta su objeto y fin.
2. Para los efectos de la interpretación de un tratado. el contexto
comprenderá, además del texto, incluidos su preámbulo y anexos:

a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre todas las
partes con motivo de la celebración del tratado:

b) todo instrumento formulado por una o más partes con motivo de la celebración
del tratado y aceptado por las demás como instrumento referente al tratado;

3. Juntamente con el contexto, habrá de tenerse en cuenta:

a) todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del tratado o de
la aplicación de sus disposiciones:

b) toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por la cual


conste el acuerdo de las partes acerca de la interpretación del tratado:

c) toda forma pertinente de derecho internacional aplicable en las relaciones entre


las partes.

4. Se dará a un término un sentido especial si consta que tal fue la intención


de las partes.

32. Medios de interpretación complementarios. Se podrán acudir a medios de


interpretación complementarios, en particular a los trabajos preparatorios del
tratado y a las circunstancias de su celebración, para confirmar el sentido
resultante de la aplicación del artículo 31, o para determinar el sentido cuando la
interpretación dada de conformidad con el artículo 31:

a) deje ambiguo u oscuro el sentido; o

b) conduzca a un resultado manifiestamente absurdo o irrazonable.

33. Interpretación de tratados autenticados en dos o más idiomas.

1. Cuando un tratado haya sido autenticado en dos o más idiomas, el texto


hará igualmente fe en cada idioma, a menos que el tratado disponga o las partes
convengan que en caso de discrepancia prevalecerá uno de los textos.

2. Una versión del tratado en idioma distinto de aquel en que haya sido
autenticado el texto será considerada como texto auténtico únicamente si el tratado
así lo dispone o las partes así lo convienen.

3. Se presumirá que los términos del tratado tienen en cada texto auténtico
igual sentido.

4. Salvo en el caso en que prevalezca un texto determinado conforme a lo


previsto en el párrafo 1., cuando la comparación de los textos autenticas revele una
diferencia de sentido que no pueda resolverse con la aplicación de los artículos 31 y
39, se adoptará el sentido que mejor concilie esos textos, habida cuenta del objeto
y fin del tratado.

SECCIÓN CUARTA
Los tratados y los terceros Estados.

34. Norma general concerniente a terceros Estados. Un tratado no crea


obligaciones ni derechos para un tercer Estado sin su consentimiento.

35. Tratados en que se prevén obligaciones para terceros Estados. Una


disposición de un tratado dará origen a una obligación para un tercer Estado si las
partes en el tratado tienen la intención de que tal disposición sea el medio de crear
la obligación y si el tercer Estado acepta expresamente por escrito esa obligación.

36. Tratados en que se prevén derechos para terceros Estados.

1. Una disposición de un tratado dará origen a un derecho para un tercer


Estado si con ella las partes en el tratado tienen la intención de conferir ese
derecho al tercer Estado o a un grupo de Estados al cual pertenezca, o bien a todos
los Estados y si el tercer Estado asiente a ello. Su asentimiento se presumirá
mientras no haya indicación en contrario, salvo que el tratado disponga otra cosa.

2. Un Estado que ejerza un derecho con arreglo al párrafo I deberá cumplir


las condiciones que para su ejercicio estén prescritas en el tratado o se establezcan
conforme a éste.

37. Revocación o modificación de obligaciones o de derechos de terceros


Estados.

1. Cuando de conformidad con el artículo 35 se haya originado una


obligación para un tercer Estado, tal obligación no podrá ser revocada ni modificada
sino con el consentimiento de las partes en el tratado y del tercer Estado, a menos
que conste que habían convenido otra cosa al respecto.

2. Cuando de conformidad con el artículo 36 se haya originado un derecho


para un tercer Estado, tal derecho no podrá ser revocado ni modificado por las
partes si consta que se tuvo la intención de que el derecho no fuera revocable ni
modificable sin el consentimiento del tercer Estado .

38. Normas de un tratado que lleguen a ser obligatorias para terceros


Estados en virtud de una costumbre internacional. Lo dispuesto en los
artículos 34 a 37 no impedirá que una norma enunciada en un tratado llegue a ser
obligatoria para un tercer Estado como norma consuetudinaria de derecho
internacional reconocida como tal.

PARTE IV

Enmienda y modificación de los tratados.


39. Norma general concerniente a la enmienda de los tratados. Un tratado
podrá ser enmendado por acuerdo entre las partes. Se aplicarán a tal acuerdo las
normas enunciadas en la Parte II, salvo en la medida en que el tratado disponga
otra cosa.

40. Enmienda de los tratados multilaterales.

1. Salvo que el tratado disponga otra cosa, la enmienda de los tratados


multilaterales se regirá por los párrafos siguientes.

2. Toda propuesta de enmienda de un tratado multilateral en las relaciones


entre todas las partes habrá de ser notificada a todos los Estados contratantes,
cada uno de los cuales tendrá derecho a participar:

a) en la decisión sobre las medidas que haya que adoptar con relación a tal
propuesta:

b) en la negociación y la celebración de cualquier acuerdo que tenga por objeto


enmendar el tratado.

3. Todo Estado facultado para llegar a ser parte en el tratado estará también
facultado para llegar a ser parte en el tratado en su forma enmendada.

4. El acuerdo en virtud del cual se enmiende el tratado no obligará a ningún


Estado que sea ya parte en el tratado que no llegue a serlo en ese acuerdo, con
respecto a tal Estado se aplicará el apartado b) del párrafo 4 del articulo 30.

5. Todo Estado que llegue a ser parte en el tratado después de la entrada en


vigor del acuerdo en virtud del cual se enmiende el tratado será considerado, de no
haber manifestado ese Estado una intención diferente:

a) parte en el tratado en su forma enmendada; y

b) parte en el tratado no enmendado con respecto a toda parte en el tratado que


no esté obligada por el acuerdo en virtud del cual se enmiende el tratado.

41. Acuerdos para modificar tratados multilaterales entre algunas de las


partes únicamente.

1. Dos o más partes en un tratado multilateral podrán celebrar un acuerdo


que tenga por objeto modificar el tratado únicamente en sus relaciones mutuas:

a) si la posibilidad de tal modificación esta prevista por el tratado: o

b) si tal modificación no está prohibida por el tratado. a condición de que:

i) no afecte al disfrute de los derechos que a las demás partes correspondan


en virtud del tratado ni al cumplimiento de sus obligaciones: y

ii) no se refiera a ninguna disposición cuya modificación sea incompatible


con la consecución efectiva del objeto y del fin del tratado en su conjunto.
2. Salvo que en el caso previsto en el apartado a) del párrafo 1 el tratado
disponga otra cosa, las partes interesadas deberán notificar a las demás partes su
intención de celebrar el acuerdo y la modificación del tratado que en ese acuerdo se
disponga.

PARTE V

Nulidad, terminación y suspensión de la aplicación de los tratados.

SECCIÓN PRIMERA

Disposiciones generales.

42. Validez y continuación en vigor de los tratados.

1. La validez de un tratado o del consentimiento de un Estado en obligarse


por un tratado no podrá ser impugnada sino mediante la aplicación de la presente
Convención.

2. La terminación de un tratado, su denuncia o el retiro de una parte no


podrán tener lugar sino como resultado de la aplicación de las disposiciones del
tratado o de la presente Convención. La misma norma se aplicará a la suspensión
de la aplicación de un tratado.

43. Obligaciones impuestas por el derecho internacional


independientemente de un tratado. La nulidad, terminación o denuncia de un
tratado, el retiro de una de las partes o la suspensión de la aplicación del tratado,
cuando resulten de la aplicación de la presente Convención o de las disposiciones
del tratado, no menoscabarán en nada el deber de un Estado de cumplir toda
obligación enunciada en el tratado a la que esté sometido en virtud del derecho
internacional independientemente de ese tratado.

44. Divisibilidad de las disposiciones de un tratado.

1. El derecho de una parte, previsto en un tratado o emanado del artículo


56, a denunciar ese tratado, retirarse de el o suspender su aplicación no podrá
ejercerse sino con respecto a la totalidad del tratado, a menos que el tratado
disponga o las partes convengan otra cosa al respecto.

2. Una causa dc nulidad o terminación de un tratado, de retiro de una de las


partes o de suspensión de la aplicación de un tratado reconocida en la presente
Convención no podrá alegarse sino con respecto a la totalidad del tratado, salvo en
los casos previstos en los párrafos siguientes o en el artículo 60.

3. Si la causa se refiere sólo a determinadas cláusulas, no podrá alegarse


sino con respecto a esas cláusulas cuando:
a) dichas cláusulas sean separables del resto del tratado en lo que respecta a su
aplicación;

b) se desprenda del tratado o conste de otro modo que la aceptación de esas


cláusulas no ha constituido para la otra parte o las otras partes en el tratado una
base esencial de su consentimiento en obligarse por el tratado en su conjunto. y

c) la continuación del cumplimiento del resto del tratado no sea injusta.

4. En los casos previstos en los artículos 49 y 50, el Estado facultado para


alegar el dolo o la corrupción podrá hacerlo en lo que respecta a la totalidad del
tratado o, en el caso previsto en el párrafo 3, en lo que respecta a determinadas
cláusulas únicamente.

5. En los casos previstos en los artículos 51, 52 y 53 no se admitirá la


división de las disposiciones del tratado.

45. Pérdida del derecho a alegar una causa de nulidad, terminación, retiro
o suspensión de la aplicación de un tratado. Un Estado no podrá ya alegar una
causa para anular un tratado, darlo por terminado, retirarse de él o suspender su
aplicación con arreglo a lo dispuesto un los artículos 46 a 50 o en los artículos 60 y
62, si, después de haber tenido conocimiento de los hechos, ese Estado:

a) ha convenido expresamente en que el tratado es válido, permanece en vigor o


continúa en aplicación, según el caso; o
b) se ha comportado de tal manera que debe considerarse que ha dado su
aquiescencia a la validez del tratado o a su continuación en vigor o en aplicación.
según el caso.

SECCIÓN SEGUNDA

Nulidad de los tratados.

46. Disposiciones de derecho interno concernientes a la competencia para


celebrar tratados.

1. El hecho de que el consentimiento de un Estado en obligarse por un


tratado haya sido manifiesto en violación de una disposición de su derecho interno
concerniente a la competencia para celebrar tratados no podrá ser alegado por
dicho Estado como vicio de su consentimiento, a menos que esa violación sea
manifiesta y afecte a una norma de importancia fundamental de su derecho interno.

2. Una violación es manifiesta si resulta objetivamente evidente para


cualquier Estado que proceda en la materia conforme a la práctica usual y de buena
fe.

47. Restricción específica de los poderes para manifestar el consentimiento


de un Estado. Si los poderes de un representante para manifestar el
consentimiento
de un Estado en obligarse por un tratado determinado han sido objeto de una
restricción específica, la inobservancia de esa restricción por tal representante no
podrá alegarse como vicio del consentimiento manifestado por él, a menos que la
restricción haya sido notificadas con anterioridad a la manifestación de ese
consentimiento, a los demás Estados negociadores.

48. Error.

1. Un Estado podrá alegar un error en un tratado como vicio de su


consentimiento en obligarse por el tratado si el error se refiere a un hecho o a una
situación cuya existencia diera por supuesta ese Estado en el momento de la
celebración del tratado y constituyera una base esencial de su consentimiento en
obligarse por el tratado.

2. El párrafo I no se aplicara si el Estado de que se trate contribuyó con su


conducta al error o si las circunstancias fueron tales que hubiera quedado advertido
de la posibilidad de error.

3. Un error que concierna sólo a la redacción del texto de un tratado no


afectará a la validez de éste: en tal caso se aplicará el artículo 79.

49. Dolo. Si un Estado ha sido inducido a celebrar un tratado por la conducta


fraudulenta de otro Estado negociador, podrá alegar el dolo como vicio de su
consentimiento en obligarse por el tratado.

50. Corrupción del representante de un Estado. Si la manifestación del


consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado ha sido obtenida mediante
la corrupción de su representante, efectuada directa o indirectamente por otro
Estado negociador, aquel Estado podrá alegar esa corrupción como vicio de su
consentimiento en obligarse por el tratado.

51. Coacción sobre el representante de un Estado. La manifestación del


consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado que haya sido obtenida
por coacción sobre su representante mediante actos o amenazas dirigidos contra él
carecerá de todo efecto jurídico.

52. Coacción sobre un Estado por la amenaza o el uso de la fuerza. Es nulo


todo tratado cuya celebración se haya obtenido por la amenaza o el uso de la fuerza
en violación de los principios de derecho internacional incorporados en la Carta de
las Naciones Unidas.

53. Tratados que están en oposición con una norma imperativa de derecho
internacional general ("jus cogens"). Es nulo todo tratado que, en el momento
de su celebración. esté en oposición con una norma imperativa de derecho
internacional general. Para los efectos de la presente Convención, una norma
imperativa de derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida
por la comunidad internacional de Estados en su conjunto como norma que no
admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por una norma
ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo carácter.

SECCIÓN TERCERA

Terminación de los tratados y suspensión de su aplicación.

54. Terminación de un tratado o retiro de él en virtud de sus disposiciones


o por consentimiento de las partes. La terminación de un tratado o el retiro de
una parte podrán tener lugar:

a) conforme a las disposiciones del tratado, o

b) en cualquier momento, por consentimiento de todas las partes después de


consultar a los demás Estados contratantes.

55. Reducción del número de partes en un tratado multilateral a un


número inferior al necesario para su entrada en vigor. Un tratado multilateral
no terminará por el solo hecho de que el numero de partes llegue a ser inferior al
necesario para su entrada en v vigor, salvo que el tratado disponga otra cosa.

56. Denuncia o retiro en el caso de que el tratado no contenga


disposiciones sobre la terminación, la denuncia o el retiro.

1. Un tratado que no contenga disposiciones sobre su terminación ni prevea


la denuncia o el retiro del mismo, no podrá ser objeto de denuncia o de retiro a
menos:

a) que conste que fue intención de las partes admitir la posibilidad de denuncia o
de retiro: o

b) que el derecho de denuncia o de retiro pueda inferirse de la naturaleza del tratado.

2. Una parte deberá notificar con doce meses, por lo menos, de antelación
su intención de denunciar un tratado o de retirarse de él conforme al párrafo 1.

57. Suspensión de la aplicación de un tratado en virtud de sus


disposiciones o por consentimiento de las partes. La aplicación de un tratado
podrá suspenderse con respecto a todas las partes o a una parte determinada:

a) conforme a as disposiciones del tratado, o

b) en cualquier momento, por consentimiento de todas las partes previa consulta


con los demás Estados contratantes.

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58. Suspensión de la aplicación de un tratado multilateral por acuerdo
entre algunas de las partes únicamente.

1. Dos o más parte en un tratado multilateral podrán celebrar un acuerdo


que tenga por objeto suspender la aplicación de disposiciones del tratado,
temporalmente y sólo en sus relaciones mutuas:

a) si la posibilidad de tal suspensión está prevista por el tratado: o

b) si tal suspensión no está prohibida por el tratado. a condición de que:

i) no afecte al disfrute de los derechos que a las demás partes correspondan


en virtud del tratado ni al cumplimiento de sus obligaciones: y

ii) no sea incompatible con el objeto y el fin del tratado.

2. Salvo que en el caso previsto en el apartado a) del párrafo 1 el tratado


disponga otra cosa, las partes interesadas deberán notificar a las demás partes su
intención de celebrar el acuerdo y las disposiciones del tratado cuya aplicación se
propone suspender.

59. Terminación de un tratado o suspensión de su aplicación implícitas


como consecuencia de la celebración de un tratado posterior.

1. Se considerará que un tratado ha terminado si todas las partes en él


celebran ulteriormente un tratado sobre la misma materia y:

a) se desprende del tratado posterior o consta de otro modo que ha sido intención
de las partes que la materia se rija por ese tratado; o

b) las disposiciones del tratado posterior son hasta tal punto incompatibles con las
del tratado anterior que los dos tratados no pueden aplicarse simultáneamente.

2. Se considerará que la aplicación del tratado anterior ha quedado


únicamente suspendida si se desprende del tratado posterior o consta de otro modo
que tal ha sido la intención de las partes.

60. Terminación de un tratado o sus pensión de su aplicación como


consecuencia de su violación.

1. Una violación grave de un tratado bilateral por una de las partes facultará
a la otra para alegar la violación como causa para dar por terminado el tratado o
para suspender su aplicación total o parcialmente.

2. Una violación grave de un tratado multilateral por una de las partes


facultará:

a) a las otras partes. procediendo por acuerdo unánime para suspender la


aplicación del tratado total o parcialmente o darlo por terminado. sea:

i) en las relaciones entre ellas y el Estado autor de la violación: o

ii) entre todas las partes;

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b) a una parte especialmente perjudicada por la violación para alegar ésta como
causa para suspender la aplicación del tratado total o parcialmente en las
relaciones entre ella y el Estado autor de la violación;

c) a cualquier parte, que no sea el Estado autor de la violación, para alegar la


violación como causa para suspender la aplicación del tratado total o parcialmente
con respecto a sí misma, sí el tratado es de tal índole que una violación grave de
sus disposiciones por una parte modifica radicalmente la situación de cada parte
con respecto a la ejecución ulterior de sus obligaciones en virtud del tratado.

3. Para los efectos del presente artículo, constituirán violación grave de un


tratado:

a) un rechazo del tratado no admitido por la presente Convención; o

b) la violación de una disposición esencial para la consecución del objeto o del fin
del tratado.

4. Los precedentes párrafos se entenderán sin perjuicio de las disposiciones


del tratado aplicables en caso de violación.

5. Lo previsto en los párrafos 1 a 3 no se aplicará a las disposiciones


relativas a la protección de la persona humana contenidas en tratados de carácter
humanitario, en particular a las disposiciones que prohíben toda forma de
represalias con respecto a las personas protegidas por tales tratados.

61. Imposibilidad subsiguiente de cumplimiento.

1. Una parte podrá alegar la imposibilidad de cumplir un tratado como causa


para darlo por terminado o retirarse de él si esa imposibilidad resulta de la
desaparición o destrucción definitivas de un objeto indispensable para el
cumplimiento del tratado. Si la imposibilidad es temporal, podrá alegarse
únicamente como causa para suspender la aplicación del tratado.

2. La imposibilidad de cumplimiento no podrá alegarse por una de las partes


como causa para dar por terminado un tratado, retirarse de él o suspender su
aplicación si resulta de una violación, por la parte que la alegue, de una obligación
nacida del tratado o de toda otra obligación internacional con respecto a cualquier
otra parte en el tratado.

62. Cambio fundamental en las circunstancias.

1. Un cambio fundamental en las circunstancias ocurrido con respecto a las


existentes en el momento de la celebración de un tratado y que no fue previsto por
las partes no podrá alegarse como causa para dar por terminado el tratado o
retirarse de é1 a menos que:

a) la existencia de esas circunstancias constituyera una base esencial del


consentimiento de las partes en obligarse por el tratado, y

b) ese cambio tenga por efecto modificar radicalmente el alcance de las


obligaciones que todavía deban cumplirse en virtud del tratado.

2. Un cambio fundamental en las circunstancias no podrá alegarse como


causa para dar por terminado un tratado o retirarse de él:
a) si el tratado establece una frontera; o

b) si el cambio fundamental resulta de una violación por la parte que lo alega, de


una obligación nacida del tratado o de toda otra obligación internacional con
respecto a cualquier otra parte en el tratado.

3. Cuando, con arreglo a lo dispuesto en los párrafos precedentes, una de


las partes pueda alegar un cambio fundamental en las circunstancias como causa
para dar por terminado un tratado o para retirarse de él, podrá también alegar ese
cambio como causa para suspender la aplicación del tratado.

63. Ruptura de relaciones diplomáticas o consulares. La ruptura de relaciones


diplomáticas o consulares entre partes de un tratado no afectará a las relaciones
jurídicas establecidas entre ellas por el tratado, salvo en la medida en que la
existencia de relaciones diplomáticas o consulares sea indispensable para la
aplicación del tratado.

64. Aparición de una nueva norma imperativa de derecho internacional


general ("jus cogens"). Si surge una nueva norma imperativa de derecho
internacional general, todo tratado existente que esté en oposición con esa norma
se convertirá en nulo y terminará.

SECCIÓN CUARTA

Procedimiento

65. Procedimiento que deberá seguirse con respecto a la nulidad o


terminación de un tratado, el retiro de una parte o la suspensión de la
aplicación de un tratado.

1. La parte que, basándose en las disposiciones de la presente Convención,


alegue un vicio de su consentimiento en obligarse por un tratado o una causa para
impugnar la validez de un tratado, darlo por terminado, retirarse de él o suspender
su aplicación, deberá notificar a las demás partes su pretensión. En la notificación
habrá de indicarse la medida que se proponga adoptar con respecto al tratado y las
razones en que esta se funde.

2. Si, después de un plazo que, salvo en casos de especial urgencia, no


habrá de ser inferior a tres meses contados desde la recepción de la notificación,
ninguna parte ha formulado objeciones, la parte que haya hecho la notificación
podrá adoptar en la forma prescrita en el articulo 67 la medida que haya propuesto.

3. Si. por el contrario, cualquiera de las demás partes ha formulado una


objeción, las partes deberán buscar una solución por los medios indicados en el
articulo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.

4. Nada de lo dispuesto en los párrafos precedentes afectara a los derechos


o a las obligaciones de las partes que se deriven de cualesquiera disposiciones en
vigor entre ellas respecto de la solución de controversias.
5. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 45, el hecho de que un Estado
no haya efectuado la notificación prescrita en el párrafo 1 no le impedirá hacerla en
respuesta a otra parte que pida el cumplimiento del tratado o alegue su violación.

66. Procedimientos de arreglo judicial de arbitraje y de conciliación. Si,


dentro de los doce meses siguientes a la fecha en que se haya formulado la
objeción, no se ha llegado a ninguna solución conforme al párrafo 3 del artículo 65,
se seguirán los procedimientos siguientes:

a) cualquiera de las partes en una controversia relativa a la aplicación o la


interpretación del artículo 53 o el artículo 64 podrá, mediante solicitud escrita,
someterla a la decisión de la Corte Internacional de Justicia a menos que las partes
convengan de común acuerdo someter la controversia al arbitraje:

b) cualquiera de las partes en una controversia relativa a la aplicación o la


interpretación de cualquiera de los restantes artículos de la parte V de la presente
Convención podrá iniciar el procedimiento indicado en el anexo de la Convención
presentando al Secretario general de las Naciones Unidas una solicitud a tal efecto.

67. Instrumentos para declarar la nulidad de un tratado, darlo por


terminado, retirarse de él o suspender su aplicación.

1. La notificación prevista en el párrafo 1 del artículo 65 habrá de hacerse


por escrito.

2. Todo acto encaminado a declarar la nulidad de un tratado, darlo por


terminado, retirarse de él o suspender su aplicación de conformidad con las
disposiciones del tratado o de los párrafos 2 ó 3 del artículo 65, se hará constar en
un instrumento que será comunicado a las demás partes. Si el instrumento no está
firmado por el Jefe del Estado, el Jefe del Gobierno o el Ministro de Relaciones
Exteriores, el representante del Estado que lo comunique podrá ser invitado a
presentar sus plenos poderes.

68. Revocación de las notificaciones y de los instrumentos previstos en los


artículos 65 y 67. Las notificaciones o los instrumentos previstos en los artículos
65 y 67 podrán ser revocados en cualquier momento antes de que surtan efecto.

SECCIÓN QUINTA

Consecuencias de la nulidad, la terminación o la suspensión de la aplicación de un


tratado.

69. Consecuencias de la nulidad de un tratado.

1. Es nulo un tratado cuya nulidad quede determinada en virtud de la


presente Convención. Las disposiciones de un tratado nulo carecen de fuerza
jurídica.
2. Si no obstante se han ejecutado actos basándose en tal tratado:
a) toda parte podrá exigir de cualquier otra parte que en la medida de lo posible
establezca en sus relaciones mutuas la situación que habría existido si no se
hubieran ejecutado esos actos;

b) los actos ejecutados de buena le antes de que se haya alegado la nulidad no


resultarán ilícitos por el solo hecho de la nulidad del tratado;

3. En los casos comprendidos en los artículos 49, 50,51 ó 52, no se aplicará


el párrafo 2 con respecto a la parte a la que sean imputables el dolo, el acto de
corrupción o 1a coacción.

4. En caso de que el consentimiento de un Estado determinado en obligarse


por un tratado multilateral este viciado, las normas precedentes se aplicarán a las
relaciones entre ese Estado y las partes en el tratado.

70. Consecuencias de la terminación de un tratado.

1. Salvo que el tratado disponga o las partes convengan otra cosa al


respecto, la terminación de un tratado en virtud de sus disposiciones o conforme a
la presente Convención:

a) eximirá a las partes de la obligación de seguir cumpliendo el tratado;

b) no afectará a ningún derecho, obligación o situación jurídica de las partes


creados por la ejecución del tratado antes de su terminación.

2. Si un Estado denuncia un tratado multilateral o se retira de él, se aplicará


el párrafo 1 a las relaciones entre ese Estado y cada una de las demás partes en el
tratado desde la fecha en que surta efectos tal denuncia o retiro.

71. Consecuencias de la nulidad de un tratado que esté en oposición con


una norma imperativa de derecho internacional general.

I. Cuando un tratado sea nulo en virtud del artículo 53, las partes deberán:

a) eliminar en lo posible las consecuencias de todo acto, que se haya ejecutado


basándose en una disposición que esté en oposición con la norma imperativa de
derecho internacional general, y

b) ajustar sus relaciones mutuas a la normas imperativa de derecho internacional


general.

2. Cuando un tratado se convierta en nulo y termine en virtud del artículo


64, la terminación del tratado:

a) eximirá a las partes de toda obligación de seguir cumpliendo él tratado;

b) no afectará a ningún derecho, obligación o situación jurídica de las partes


creados por la ejecución del tratado antes de su terminación; sin embargo, esos
derechos, obligaciones o situaciones podrán en adelante mantenerse únicamente en
la medida en que su mantenimiento no esté por sí mismo en oposición con la nueva
norma imperativa de derecho internacional general.

72. Consecuencias de la suspensión de la aplicación de un tratado.


1. Salvo que el tratado disponga o las partes convengan otra cosa al
respecto, la suspensión de la aplicación de un tratado basada en sus disposiciones o
conforme a la presente Convención:

a) eximirá a las partes entre las que se suspenda la aplicación del tratado de la
obligación de cumplirlo en sus relaciones mutuas durante el periodo de suspensión;

b) no afectará de otro modo a las relaciones jurídicas que el tratado haya


establecido entre las partes.

2. Durante el período de suspensión las partes deberán abstenerse de todo


acto encaminado a obstaculizar la reanudación de la aplicación del tratado.

PARTE VI

Disposiciones diversas.

73. Casos de sucesión de Estados, de responsabilidad de un Estado o de


ruptura de hostilidades. Las disposiciones de la presente Convención no
prejuzgaran ninguna cuestión que con relación a un tratado pueda surgir como
consecuencia de una sucesión de Estados, de la responsabilidad internacional de un
Estado o de la ruptura de hostilidades entre Estados.

74. Relaciones diplomáticas o consulares y celebración de tratados. La


ruptura o la ausencia de relaciones diplomáticas o consulares entre dos o más
Estados no impedirá la celebración de tratados entre dichos Estados. Tal
celebración por sí misma no prejuzgará acerca de la situación de las relaciones
diplomáticas o consulares.

75. Caso de un Estado agresor. Las disposiciones de la presente Convención se


entenderán sin perjuicio de cualquier obligación que pueda originarse con relación a
un tratado para un Estado agresor como consecuencia de medidas adoptadas
conforme a la Carta de las Naciones Unidas con respecto a la agresión de tal
Estado.

5. PARTE VII
Depositarios, notificaciones, correcciones y registro.

76. Depositarios de los tratados.

1. La designación del depositario de un tratado podrá efectuarse por los


Estados negociadores en el tratado mismo o de otro modo. El depositario podrá ser
uno o más Estados, una organización internacional o el principal funcionario
administrativo de tal organización.
2. Las funciones del depositario de un tratado son de Carácter internacional
y el depositario está obligado a actuar imparcialmente en el desempeño de ellas. En
particular, el hecho de que un tratado no haya entrado en vigor entre algunas de
las partes o de que haya surgido una discrepancia entre un Estado y un depositario
acerca del desempeño de las funciones de éste no afectará a esa obligación del
depositario.

77. Funciones de los depositarios.

1. Salvo que el tratado disponga o los Estados contratantes convengan otra


cosa al respecto, las funciones del depositario comprenden en particular las
siguientes:

a) custodiar el texto original del tratado y los plenos poderes que se le hayan
remitido:

b) extender copias certificadas conformes del texto original y preparar todos los
demás textos del tratado en otros idiomas que puedan requerirse en virtud del
tratado y transmitirlos a las partes en el tratado y a los Estados facultados para
llegar a serlo;

c) recibir las firmas del tratado v recibir y custodiar los instrumentos, notificaciones
y comunicaciones relativos a éste;

d) examinar si una firma, un instrumento o una notificación o comunicación


relativos al tratado están en debida forma y, de ser necesario, señalar el caso a la
atención del Estado de que se trate;

e) informar a las partes en el tratado y a los Estados facultados para llegar a serlo
de los actos, notificaciones y comunicaciones relativos al tratado;

f) informar a los Estados facultados para llegar a ser partes en el tratado de la


fecha en que se ha recibido o depositado el número de firmas o de instrumentos de
ratificación, aceptación aprobación o adhesión necesario para la entrada en rigor
del tratado;

g) registrar el tratado en la Secretaría de las Naciones Unidas;

h) desempeñar las funciones especificadas en otras disposiciones de la presente


Convención.

2. De surgir alguna discrepancia entre un Estado y el depositario acerca del


desempeño de las funciones de éste, el depositario señalará la cuestión a la
atención de los Estados signatarios y de los Estados contratantes o, si corresponde,
del órgano competente de la organización internacional interesada.

78. Notificaciones y comunicaciones. Salvo cuando el tratado o la presente


Convención disponga otra cosa al respecto, una notificación o comunicación que
debe hacer cualquier Estado en virtud de la presente Convención:

a) deberá ser transmitida. si no hay depositario, directamente a los Estados a que


esté destinada, o, si ha y depositario. a éste;
b) sólo se entenderá que ha quedado hecha por el Estado de que se trate cuando
haya sido recibida por el Estado al que fue transmitida. o, en su caso, por el
depositario;
c) si ha sido transmitida a un depositario. sólo se entenderá que ha sido recibida
por el Estado al que estaba destinada cuando éste haya recibido dcl depositario la
información prevista en el apartado el del párrafo 1 del artículo 77.

79. Corrección de errores en textos o en copias certificadas conformes de


los tratados.

1. Cuando, después de la autenticación del texto de un tratado. los Estados


signatarios y los Estados contratantes adviertan de común acuerdo que contiene un
error, éste, a menos que tales Estados decidan proceder a su corrección de otro
modo, será corregido:

a) introduciendo la corrección pertinente en el texto y haciendo que sea rubricada


por representantes autorizados en debida forma;

b) formalizando un instrumento o canjeando instrumentos en los que se haga


constar la corrección que se haya acordado hacer; o

c) formalizando, por el mismo procedimiento empleado para el texto original, un


texto corregido de todo el tratado.

2. En el caso de un tratado para el que haya depositario, éste notificará a los


Estados signatarios y a los Estados contratantes el error y la propuesta de
corregirlo y fijará un plazo adecuado para hacer objeciones a la corrección
propuesta. A la expiración del plazo fijado:

a) si no se ha hecho objeción alguna, el depositario efectuará y rubricará la


corrección en el texto. extenderá un acta de rectificación del texto y comunicará
copia de ella a las partes en el tratado y a los Estados facultados para llegar a
serlo;

b) si se ha hecho una objeción, el depositario comunicará la objeción a los Estados


signatarios y a los Estados contratantes.

3. Las disposiciones de los párrafos 1 y 2 se aplicarán también cuando el


texto de un tratado haya sido autenticado en dos o mas idiomas y se advierta una
falta de concordancia que los Estados signatarios y los Estados contratantes
convengan en que debe corregirse.

4. El texto corregido sustituirá "ab initio" al texto defectuoso. a menos que


los Estados signatarios y los Estados contratantes decidan otra cosa al respecto.

5. La corrección del texto de un tratado que haya sido registrado será


notificada a la Secretaría de las Naciones Unidas.

6. Cuando se descubra un error en una copia certificada conforme de un


tratado, el depositario extenderá un acta en la que hará constar la rectificación y
comunicará copia de ella a los Estados signatarios y a los Estados contratantes.

80. Registro y publicación de los tratados.

1. Los tratados, después de su entrada en vigor, se transmitirán a la


Secretaria de las Naciones Unidas para su registro o archivo e inscripción, según el
caso, y para su publicación.

2. La designación de un depositario constituirá la autorización para que éste


realice los actos previstos en el párrafo; precedente.
6. PARTE VIII
Disposiciones finales.

81. Firma. La presente Convención estará abierta ala firma de todos los estados
Miembros de las Naciones Unidas o miembros de algún organismo especializado o
del Organismo Internacional de Energía Atómica, así como de todo Estado parte en
el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia y de cualquier otro Estado invitado
por la Asamblea General de las Naciones Unidas a ser parte en la Convención, de la
manera siguiente: Hasta el 30 de noviembre de 1969, en el Ministerio Federal de
Relaciones Exteriores de la República de Austria, y, después, hasta el 30 de abril de
1970, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.

82. Ratificación. La presente Convención está sujeta a ratificación. Los


instrumentos de ratificación se depositaran en poder del Secretario general de las
Naciones Unidas.

83. Adhesión. La presente Convención quedará abierta a la adhesión de todo


Estado perteneciente a una de las categorías mencionadas en el articulo 81. Los
instrumentos de adhesión se depositarán en poder del Secretario general de las
Naciones Unidas.

84. Entrada en vigor.

1. La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día a partir de la


fecha en que haya sido depositado el trigésimo quinto instrumento de ratificación o
de adhesión.

2. Para cada Estado que ratifique la Convención o se adhiera a ella después


de haber sido depositado el trigésimo quinto instrumento de ratificación o de
adhesión, la Convención entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha en que
tal Estado haya depositado su instrumento de ratificación o de adhesión.

85. Textos auténticos. El original de la presente Convención, cuyos textos en


chino, español, francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, será depositado
en poder del Secretario general de las Naciones Unidas.

En testimonio de lo cual, los plenipotenciarios infrascritos, debidamente autorizados


por sus respectivos Gobiernos, han firmado la presente Convención.

Hecha en Viena. el día veintitrés de mayo de mil novecientos sesenta y nueve.


7. ANEXO
1. El Secretario general de las Naciones Unidas establecerá y mantendrá una lista
de amigables componedores integrada por juristas calificados. A tal efecto, se
invitará a todo Estado que sea miembro de las Naciones Unidas o parte en la
presente Convención a que designe dos amigables componedores; los nombres de
las personas así designadas constituirán la lista. La designación de los amigables
componedores, entre ellos los designados para cubrir una vacante accidental, se
hará para un periodo de cinco años renovable. Al expirar el periodo para el cual
hayan sido designados, los amigables componedores continuarán desempeñando
las funciones para las cuales hayan sido elegidos con arreglo al párrafo siguiente.

2. Cuando se haya presentado una solicitud, conforme al articulo 66, al Secretario


general, éste someterá la controversia a una comisión de conciliación, compuesta
en la forma siguiente:

El Estado o los Estados que constituyan una de las partes en la controversia


nombrarán:

a) un amigable componedor, de la nacionalidad de ese Estado o de uno de esos


Estados, elegido o no de la lista mencionada en el párrafo 1, y

b) un amigable componedor que no tenga la nacionalidad de ese Estado ni de


ninguno de esos Estados, elegido de la lista.

El Estado o los Estados que constituyan la otra parte en la controversia nombrarán


dos amigables componedores de la misma manera. Los cuatro amigables
componedores elegidos por las partes deberán ser nombrados dentro de los
sesenta días siguientes a la fecha en que el Secretario General haya recibido la
solicitud.

Los cuatro amigables componedores, dentro de los sesenta días siguientes a la


fecha en que se haya efectuado el ultimo de sus nombramientos, nombrarán un
quinto amigable componedor, elegido de la lista, que será Presidente.

Si el nombramiento del Presidente o de cualquiera de los demás amigables


componedores no se hubiere realizado en el plazo antes prescrito para ello, lo
efectuará el Secretario general dentro de los sesenta días siguientes a la expiración
de ese plazo. El Secretario general podrá nombrar Presidente a una de las personas
de la lista o a uno de los miembros de la Comisión de Derecho Internacional.
Cualquiera de los plazos en los cuales deban efectuarse los nombramientos podrá
prorrogarse por acuerdo de las partes en la controversia.

Toda vacante deberá cubrirse en la forma prescrita para el nombramiento inicial.

3. La Comisión de Conciliación fijará su propio procedimiento. La Comisión, previo


consentimiento de las partes en la controversia, podrá invitar a cualquiera de las
partes en el tratado a exponerle sus opiniones verbalmente o por escrito. Las
decisiones y recomendaciones de la Comisión se adoptarán por mayoría de votos de
sus cinco miembros.

4. La Comisión podrá señalar a la atención de las partes en la controversia todas las


medidas que puedan facilitar una solución amistosa.

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5. La Comisión oirá a las partes, examinará las pretensiones y objeciones, y hará
propuestas a las partes con miras a que lleguen a una solución amistosa de la
controversia.

6. La Comisión presentará su informe dentro de los doce meses siguientes a la


fecha de su constitución. El informe se depositará en poder del Secretario general y
se transmitirá a las partes en la controversia. El informe de la Comisión, incluidas
cualesquiera conclusiones que en él se indiquen en cuanto a los hechos y a las
cuestiones de derecho, no obligará a las partes ni tendrá otro carácter que el de
enunciado de recomendaciones presentadas a las partes para su consideración, a
fin de facilitar una solución amistosa de la controversia.

7. El Secretario general proporcionará a la Comisión la asistencia y facilidades que


necesite. Los gastos de la Comisión serán sufragados por la Organización de las
Naciones Unidas.

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Corte Interamericana de Derechos Humanos

Caso Comunidad indígena Yakye Axa Vs. Paraguay

Sentencia de 17 de junio de 2005

(Fondo, Reparaciones y Costas)

En el caso Comunidad indígena Yakye Axa,

la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Corte”, “la Corte
Interamericana” o “el Tribunal”), integrada por los siguientes jueces:

Sergio García Ramírez, Presidente;

Alirio Abreu Burelli, Vicepresidente;

Oliver Jackman, Juez;

Antônio A. Cançado Trindade,

Juez; Cecilia Medina Quiroga,

Jueza; Manuel E. Ventura Robles,

Juez; Diego García-Sayán, Juez, y

Ramón Fogel Pedroso, Juez ad hoc;

presentes, además,

Pablo Saavedra Alessandri, Secretario; y

Emilia Segares Rodríguez, Secretaria Adjunta,


de conformidad con los artículos 29, 31, 56, 57 y 58 del Reglamento de la Corte (en
adelante “el Reglamento”)201, y con los artículos 63.2 y 63.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (en adelante “la Convención” o “la Convención
Americana”), dicta la presente Sentencia.

INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA

1. El 17 de marzo de 2003 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos


(en adelante “la Comisión” o “la Comisión Interamericana”) sometió ante la Corte
Interamericana una demanda contra el Estado del Paraguay (en adelante “el
Estado” o “Paraguay”), la cual se originó en la denuncia No. 12.313, recibida en la
Secretaría de la Comisión el 10 de enero de 2000.

2. La Comisión presentó la demanda con base en los artículos 51 y 61 de la


Convención Americana, con el fin de que la Corte decidiera si el Paraguay violó los
artículos 4 (Derecho a la Vida); 8 (Garantías Judiciales); 21 (Derecho a la
Propiedad Privada) y 25 (Protección Judicial) de la Convención Americana, en
relación con las obligaciones establecidas en los artículos 1.1 (Obligación de
Respetar los Derechos) y 2 (Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno)
de la misma, en perjuicio de la Comunidad indígena Yakye Axa del Pueblo Enxet-
Lengua (en adelante la “Comunidad indígena Yakye Axa”, la “Comunidad Yakye
Axa”, la “Comunidad indígena” o la “Comunidad”) y sus miembros. La Comisión
alegó que el Estado no ha garantizado el derecho de propiedad ancestral de la
Comunidad indígena Yakye Axa y sus miembros, ya que desde 1993 se encontraría
en tramitación la solicitud de reivindicación territorial de la citada Comunidad, sin
que se haya resuelto satisfactoriamente. De acuerdo con lo manifestado por la
Comisión en su demanda, lo anterior ha significado la imposibilidad de la
Comunidad y sus miembros de acceder a la propiedad y posesión de su territorio y
ha implicado mantenerla en un estado de vulnerabilidad alimenticia, médica y
sanitaria, que amenaza en forma continua la supervivencia de los miembros de la
Comunidad y la integridad de la misma.

3. Asimismo, como consecuencia de lo anteriormente expuesto, la Comisión


solicitó a la Corte que ordene al Estado adoptar determinadas medidas de
reparación y reintegrar las costas y gastos.

201
La presente Sentencia se dicta según los términos del Reglamento aprobado por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en su XLIX Período Ordinario de Sesiones mediante Resolución de
24 de noviembre de 2000, el cual entró en vigor el 1º de junio de 2001, y según la reforma parcial
aprobada por la Corte en su LXI Período Ordinario de Sesiones mediante Resolución de 25 de noviembre
de 2003, vigente desde el 1º de enero de 2004.
II

COMPETENCIA

4. La Corte Interamericana es competente para conocer del presente caso, en


los términos de los artículos 62 y 63.1 de la Convención Americana, ya que el
Paraguay es Estado Parte de la Convención desde el 24 de agosto de 1989 y
reconoció la competencia contenciosa de la Corte el 26 de marzo de 1993.

III

PROCEDIMIENTO ANTE LA COMISIÓN

5. El 10 de enero de 2000 las organizaciones no gubernamentales Tierraviva a


los Pueblos Indígenas del Chaco paraguayo (en adelante “Tierraviva”) y el Centro
por la Justicia y el Derecho Internacional (en adelante “CEJIL”) presentaron ante la
Comisión Interamericana una denuncia por la supuesta violación por parte del
Paraguay del derecho consagrado en el artículo 25 de la Convención Americana, en
relación con las obligaciones establecidas en los artículos 1.1 y 2 de la misma, en
perjuicio de los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa.

6. El 27 de febrero de 2002, durante su 114° Período Ordinario de Sesiones, la


Comisión aprobó el Informe de Admisibilidad No. 2/02, mediante el cual declaró
admisible el caso, y se puso a disposición de las partes con el objeto de alcanzar
una solución amistosa.

7. El 24 de octubre de 2002, durante su 116° Período Ordinario de Sesiones, la


Comisión, tras analizar la posición de las partes y considerando concluida la etapa
de solución amistosa, aprobó el Informe de Fondo No. 67/02, conforme a lo
dispuesto en el artículo 50 de la Convención. En dicho informe la Comisión
recomendó al Paraguay:

1. Adoptar a la brevedad las medidas necesarias para hacer efectivo


el derecho de propiedad y la posesión de la Comunidad Indígena
Yakye Axa del Pueblo Enxet-Lengua y sus miembros, respecto de su
territorio ancestral, ordenando delimitar, demarcar y titular sus
tierras, acorde con su derecho consuetudinario, valores, usos y
costumbres.

2. Garantizar a los miembros de la Comunidad el ejercicio de sus


actividades tradicionales de subsistencia.

3. Adoptar las medidas necesarias para que termine el estado de


emergencia alimenticia, médica y sanitaria de la Comunidad.
4. Adoptar las medidas necesarias para cautelar el hábitat
reclamado por la Comunidad, mientras esté pendiente la titulación
del territorio ancestral en favor de la Comunidad Indígena.

5. Establecer un recurso judicial eficaz y sencillo que tutele el


derecho de los Pueblos Indígenas de Paraguay a reivindicar y acceder
a sus territorios tradicionales.

6. Reparar tanto en el ámbito individual como comunitario las


consecuencias de la violación de los derechos enunciados.

7. Adoptar las medidas necesarias para evitar que en el futuro se


produzcan hechos similares, conforme al deber de prevención y
garantía de los derechos fundamentales reconocidos en la
Convención Americana.

8. El 18 de noviembre de 2002 la Comisión transmitió el informe


anteriormente señalado al Estado y le otorgó un plazo de dos meses, contado a
partir de la fecha de su transmisión, para que informara sobre las medidas
adoptadas para cumplir las recomendaciones. En la misma fecha la Comisión, en
cumplimiento del artículo 43.3 de su Reglamento, notificó a Tierraviva y a CEJIL
la adopción del Informe de Fondo No. 67/02 y su transmisión al Estado, y les
solicitó que dentro del plazo de un mes presentaran su posición respecto del
sometimiento del caso a la Corte.

9. El 19 de febrero de 2003, luego de una prórroga concedida, el Estado envió


su respuesta a las recomendaciones realizadas por la Comisión en el Informe de
Fondo No. 67/02. Después de analizar la respuesta del Estado a las citadas
recomendaciones, la Comisión decidió someter el presente caso ante la Corte
Interamericana.

IV

PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE

10. El 17 de marzo de 2003 la Comisión Interamericana presentó la demanda


ante la Corte, a la cual adjuntó prueba documental y ofreció prueba testimonial y
pericial. De conformidad con el artículo 22 del Reglamento, la Comisión designó
como Delegados a los señores José Zalaquett y Santiago Canton, y como
asesores a la señora Isabel Madariaga y a los señores Ariel Dulitzky e Ignacio
Álvarez. Asimismo, de conformidad con el artículo 33 del Reglamento, la Comisión
informó que las presuntas víctimas estarían representados por CEJIL y Tierraviva
(en
adelante “los representantes”). El 11 de abril de 2003 la Secretaría de la Corte (en
adelante “la Secretaría”), una vez realizado el examen preliminar de la demanda
por el Presidente de la Corte (en adelante “el Presidente”), notificó ésta junto con
sus anexos al Estado, y le informó sobre los plazos para contestarla y designar su
representación en el proceso. Ese mismo día la Secretaría, siguiendo instrucciones
del Presidente, informó al Estado de su derecho a designar un juez ad hoc para que
participara en la consideración del caso. Igualmente, el 10 de abril de 2003 la
Secretaría, según lo dispuesto en el artículo 35.1.e del Reglamento, notificó la
demanda a los representantes, y les informó que contaban con un plazo de 30 días
para presentar su escrito de solicitudes, argumentos y pruebas.

11. El 22 de mayo de 2003, luego de una prórroga concedida, los representantes


presentaron su escrito de solicitudes, argumentos y pruebas (en adelante “escrito
de solicitudes y argumentos”), al cual acompañaron prueba documental y ofrecieron
prueba testimonial y pericial.

12. El 23 de mayo de 2003 el Estado designó como Agente al señor Oscar


Martínez Pérez, y como Agente Alterno al señor Mario Sandoval. Asimismo, designó
como Juez ad hoc al señor Ramón Fogel Pedroso. El 23 de julio de 2003, luego de
una prórroga concedida, el Estado presentó su escrito de contestación a la
demanda y de observaciones al escrito de solicitudes y argumentos (en adelante
“contestación a la demanda”), al cual adjuntó prueba documental y ofreció prueba
testimonial y pericial.

13. El 10 de diciembre de 2004 la Secretaría, siguiendo instrucciones del


Presidente, solicitó a la Comisión Interamericana, a los representantes y al
Paraguay la remisión de las listas definitivas de testigos y peritos propuestos por
cada uno de ellos.

14. El 31 de enero de 2005 el Presidente dictó una Resolución, mediante la cual


convocó a las partes a una audiencia pública que se celebraría en la sede de la
Corte, a partir del 4 de marzo de 2005, para escuchar sus alegatos finales orales
sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas; las declaraciones
testimoniales de los señores Esteban López, Tomás Galeano, Inocencia Gómez,
Stephen William Kidd y Rodrigo Villagra Carron, propuestos por la Comisión
Interamericana y por los representantes; la declaración pericial del señor Bartomeu
Melia i Lliteres, propuesto por la Comisión y por los representantes, así como la
declaración pericial del señor Pablo Balmaceda, propuesto por los representantes.
Asimismo, en esta Resolución el Presidente requirió la presentación, mediante
declaración rendida ante fedatario público (affidávit), del testimonio del señor
Albino Fernández, propuesto por la Comisión y por los representantes; del
testimonio de los señores Oscar Centurión, Teresa Vargas y Pedro Martínez,
propuestos por el Estado; de los peritajes de los señores Enrique Castillo, José
Antonio Aylwin Oyarzún y José Alberto Braunstein, ofrecidos por la Comisión y por
los representantes, y de los peritajes de los señores Fulvia Esther Prieto, Bernardo
Jaquet y César Escobar Cattebecke, propuestos por el Estado. Además, en esta
Resolución el Presidente informó a las partes que contaban con plazo hasta el 4 de
abril de 2005 para presentar sus alegatos finales escritos en relación con el fondo y
las eventuales reparaciones y costas.

15. Los días 12, 14 y 15 de febrero de 2005 la Comisión y los representantes


presentaron las declaraciones rendidas ante fedatario público (affidávits) por los
testigos y peritos por ellos propuestos. El 22 de febrero de 2005 el Estado remitió
los affidávits de dos testigos y de dos peritos, en respuesta a la citada Resolución
del Presidente (supra párr. 14).
16. El 25 de febrero de 2005 el Estado informó sobre el “desistimiento de la
testigo Teresa Vargas y de la perito Esther Prieto, la primera en razón de su
incomparecencia ante el Escribano Mayor del Gobierno dentro del plazo establecido
para tal efecto y la segunda por su desistimiento a participar en tal carácter por
motivos particulares”.

17. El 28 de febrero de 2005 los representantes señalaron que la razón dada por
el Estado para desistir de la declaración de la señora Teresa Vargas era
“insuficiente”, por lo cual solicitaron a la Corte Interamericana que requiriera al
Estado la presentación de una ampliación del fundamento de dicho desistimiento.
Asimismo, los representantes señalaron que no tienen objeciones en cuanto al
desistimiento del peritaje de la señora Fulvia Esther Prieto realizado por el
Paraguay.

18. El 28 de febrero de 2005 el Estado presentó una nota, mediante la cual


solicitó la inclusión del testigo Oscar Centurión en la programación de la audiencia
pública convocada por la Corte. Ese mismo día la Secretaría, siguiendo
instrucciones del Pleno de la Corte, informó al Estado que ésta no consideraba
“necesario escuchar una nueva declaración por parte del señor Oscar Centurión, por
lo que […] rechaz[ó] la solicitud del Estado por considerarla extemporánea e
innecesaria en el presente caso”.

19. El 1 de marzo de 2005 la Organización Nacional Indígena de Colombia


(ONIC) presentó un escrito en calidad de amicus curiae en el presente caso.

20. El 2 de marzo de 2005 el Estado presentó el affidávit de la testigo Teresa


Vargas e indicó las razones por las cuales dicha declaración testimonial no había
podido ser presentada ante la Corte dentro del plazo otorgado. Ese mismo día, la
Secretaría, siguiendo instrucciones del Presidente, solicitó a la Comisión y a los
representantes que presentaran las observaciones que estimaran pertinentes a la
declaración de la señora Teresa Vargas. En dicha nota, la Secretaría señaló que “el
Tribunal evaluará oportunamente la admisibilidad de dicha declaración”.

21. Los días 4 y 5 de marzo de 2005 la Corte recibió, en audiencia pública sobre
el fondo y las eventuales reparaciones y costas, las declaraciones de los testigos y
los dictámenes de los peritos propuestos por las partes. Además, la Corte escuchó
los alegatos finales orales de la Comisión, de los representantes y del Estado.
Durante dicha audiencia el perito Bartomeu Meliá i Lliteres y el Estado presentaron
documentación diversa.

Comparecieron ante la Corte:

por la Comisión Interamericana:


Isabel Madariaga, asesora;
Víctor H. Madrigal Borloz, asesor;

Lilly Ching, asesora, y

Juan Pablo Albán, asesor.

por los representantes:

Andrés Dejesús Ramírez, representante;

Oscar Ayala Amarilla, representante;

Viviana Krsticevic, representante;

Tatiana Rincón, representante, y

Liliana Tojo, representante.

por el Estado:

Oscar Martínez Pérez, Agente;

Edgar Taboada, asesor;

Felipe Mendoza, asesor, y

Julio Duarte Van Humbeck, asesor.

testigos propuestos por la Comisión y por los representantes:

Esteban López,

Tomás Galeano,

Inocencia Gómez,

Stephen William Kidd, y

Rodrigo Villagra Carron.

perito propuesto por la Comisión y los representantes:

Bartomeu Melia i Lliteres.


perito propuesto por los representantes:

Pablo Balmaceda.

22. El 9 de marzo de 2005 la Comisión y los representantes presentaron sus


observaciones a la declaración testimonial de la señora Teresa Vargas y solicitaron
a la Corte que la misma sea tomada en consideración.

23. El 15 de marzo de 2005 la Secretaría, siguiendo instrucciones del


Presidente, solicitó a los representantes y al Estado la remisión de varios
documentos como prueba para mejor resolver, de conformidad con el artículo
45.1 del Reglamento.

24. El 4 de abril de 2005 la Comisión, los representantes y el Estado


presentaron, respectivamente, sus alegatos finales escritos sobre el fondo y las
eventuales reparaciones y costas. Adjunto a sus alegatos finales escritos, los
representantes presentaron anexos en calidad de prueba documental.

25. El 15 de abril de 2005 los representantes de las presuntas víctimas


presentaron parte de “los documentos que [les] fueron solicitados como prueba
para mejor resolver”, en relación con el presente caso. Asimismo, los
representantes presentaron sus aclaraciones respecto de la prueba para mejor
resolver solicitada por la Secretaría, que no había podido ser remitida.

26. El 22 de abril de 2005 el Estado solicitó una prórroga al plazo otorgado para
la presentación de la prueba para mejor resolver e impugnó la documentación
presentada por los representantes como prueba para mejor resolver, así como la
documentación referente a costas y gastos presentada por éstos junto a sus
alegatos finales escritos (supra párrs. 24 y 25).

27. Los días 4, 17 y 20 de mayo de 2005 el Estado remitió parte de la


documentación solicitada como prueba para mejor resolver, de conformidad con el
artículo 45.1 del Reglamento de la Corte (supra párr. 23).

PRUEBA

28. Antes de examinar las pruebas ofrecidas, la Corte realizará, a la luz de lo


establecido en los artículos 44 y 45 del Reglamento, algunas consideraciones
desarrolladas en la jurisprudencia del Tribunal y aplicables a este caso.
29. En materia probatoria rige el principio del contradictorio, que respeta el
derecho de defensa de las partes. El artículo 44 del Reglamento contempla este
principio, en lo que atañe a la oportunidad en que debe ofrecerse la prueba para
que haya igualdad entre las partes202.

30. Según la práctica del Tribunal, al inicio de cada etapa procesal las partes
deben señalar qué pruebas ofrecerán en la primera oportunidad que se les concede
para pronunciarse por escrito. Además, en ejercicio de las potestades discrecionales
contempladas en el artículo 45 de su Reglamento, la Corte o su Presidente podrán
solicitar a las partes elementos probatorios adicionales como prueba para mejor
resolver, sin que ello se traduzca en una nueva oportunidad para ampliar o
complementar los alegatos, salvo que el Tribunal lo permita expresamente203.

31. La Corte ha señalado, en cuanto a la recepción y valoración de la prueba,


que los procedimientos que se siguen ante ella no están sujetos a las mismas
formalidades que las actuaciones judiciales internas, y que la incorporación de
determinados elementos al acervo probatorio debe ser efectuada prestando
particular atención a las circunstancias del caso concreto y teniendo presentes los
límites que impone el respeto a la seguridad jurídica y al equilibrio procesal de las
partes. Además, la Corte ha tenido en cuenta que la jurisprudencia internacional, al
considerar que los tribunales internacionales tienen la potestad de apreciar y
valorar las pruebas según las reglas de la sana crítica, no ha establecido una rígida
determinación del quantum de la prueba necesaria para fundar un fallo. Este
criterio es válido para los tribunales internacionales de derechos humanos, que
disponen de amplias facultades en la valoración de la prueba rendida ante ellos
sobre los hechos pertinentes, de acuerdo con las reglas de la lógica y con base en
la experiencia204.

32. Con fundamento en lo anterior, la Corte procederá a examinar y valorar los


elementos probatorios documentales remitidos por la Comisión, los representantes
y el Estado en diversas oportunidades procesales o como prueba para mejor
resolver que les fue solicitada por el Tribunal, así como la prueba pericial y
testimonial rendida ante la Corte durante la audiencia pública, todo lo cual
conforma el acervo probatorio del presente caso. Para ello el Tribunal se atendrá a
los principios de la sana crítica, dentro del marco legal correspondiente.

A) Prueba documental

33. La Comisión Interamericana aportó prueba documental al presentar la

202
Cfr. Caso Caesar. Sentencia de 11 de marzo de 2005. Serie C No. 123, párr. 41; Caso de las
Hermanas Serrano Cruz. Sentencia de 1 de marzo de 2005. Serie C No. 120, párr. 31, y Caso Lori
Berenson Mejía. Sentencia de 25 de noviembre de 2004. Serie C No. 119, párr. 62.
203
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 32; Caso Lori Berenson Mejía,
supra nota 2, párr. 63; y Caso Molina Theissen. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre
Derechos Humanos). Sentencia de 3 de julio de 2004. Serie C No. 108, párr. 22.

204
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 42; Caso Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 33,
y Caso Lori Berenson Mejía, supra nota 2, párr. 64.
270
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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
demanda (supra párr. 10)205.

34. Los representantes presentaron varios anexos como prueba documental,


junto al escrito de solicitudes y argumentos y a los alegatos finales escritos (supra
párrs. 11 y 24)206.

35. El Estado aportó prueba documental al presentar su escrito de contestación


a la demanda y durante la celebración de la audiencia pública en el presente caso
(supra párrs. 12 y 21)207.

36. El señor Bartomeu Melia i Lliteres, perito propuesto por la Comisión y los
representantes, presentó documentación al momento de rendir su declaración ante
la Corte Interamericana en la audiencia pública celebrada en el presente caso 208.
(supra párr. 21)

37. Los representantes y el Estado remitieron parte de la documentación


solicitada como prueba para mejor resolver (supra párrs. 25 y 27)

38. La Comisión, los representantes (supra párr. 15) y el Estado (supra párrs.
15 y 20) remitieron las declaraciones rendidas ante fedatario público (affidávit) en
respuesta a lo dispuesto por el Presidente en la Resolución de 31 de enero de 2005
(supra párr.14). A continuación, el Tribunal resume las partes relevantes de dichas
declaraciones.

a. Declaración del señor Albino Fernández, presunta víctima

Es miembro de la Comunidad indígena Yakye Axa y en la actualidad vive en la


referida Comunidad, en la ruta que une Pozo Colorado y Concepción. Es profesor de
la escuela de la Comunidad desde 1994.

205
Cfr. expediente de anexos a la demanda, anexos 1 a 37, folios 1 a 1552.

206
Cfr. expediente de anexos al escrito de solicitudes y argumentos, anexos 1 a 10, folios 1555 a
3568 y expediente de anexos a los alegatos finales escritos, folios 480 a 783.

207
Cfr. expediente de anexos al escrito de contestación de la demanda, anexos 1 a 14, folios 3569
a 3751; expediente de documentos presentados durante la audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de
marzo de 2005, folios 396 a 479; expediente de tramite del fondo y eventuales, reparaciones y costas,
Tomo IV, folios 887 a 897 y 905 a 907; libro titulado “Atlas de las Comunidades Indígenas en el
Paraguay”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay, 2002, y libro
titulado “II Censo Nacional Indígena de población y viviendas 2002. Pueblos Indígenas del Paraguay.
Resultados finales”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay, 2002.

208
Cfr. expediente de anexos presentados por el perito Bartomeu Melia i Lliteres durante la
audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005, folios 1 a 395.

27
1
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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
Cuando se inició la lucha por la tierra también inició la lucha para la creación de una
escuela de la Comunidad, la cual fue reconocida por el Estado como “Escuela
Indígena”, asignándose un rubro para el pago de un maestro en 1996. Esta escuela
está situada dentro del actual asentamiento de la Comunidad Yakye Axa y a ella se
inscriben regularmente 57 niños y niñas. Sin embargo, algunos niños abandonan la
escuela porque se enferman o porque no tienen comida ni agua y no resisten el
estudio. Otros no tienen ropa ni zapatos y tienen vergüenza de asistir a clases así.
Los padres de la mayoría de los niños y niñas no tienen trabajo. Además, los
miembros de la Comunidad no pueden cultivar porque donde están asentados es
una franja que las autoridades califican como “camino público” y también porque se
les ha prohibido cazar, sacar leña y agua de sus tierras. Por todo eso los padres y el
maestro sufren.

La casita donde funciona la escuela está hecha de palma, tiene piso de tierra y
cuenta con dos pizarrones y sillas con pupitres. Esta casa también funciona como
capilla. Por sus condiciones y estructura, la escuela se ve afectada especialmente
en época de lluvia.

Los materiales que se utilizan en la escuela son entregados por la Gobernación y


por el Instituto Paraguayo del Indígena. Estos materiales no alcanzan para todo el
año escolar, así que los miembros de la Comunidad procuran obtener más
materiales a través de donaciones. Las cartillas y los libros de texto los da la
Supervisión de Educación Indígena del Ministerio de Educación, y están en
castellano y en guaraní. No les proporcionan textos en su idioma (enxet), y por ello
no lo pueden enseñar a los niños y niñas que van a la escuela, lo que pone en
peligro su transmisión.

La transmisión de los valores y prácticas propias de su cultura la hacen a través de


los ancianos y las ancianas. El testigo explica a los niños y niñas cuándo hay
celebraciones y temas tradicionales y de los antepasados, como por ejemplo las
fiestas Weykeneten (celebración con ocasión de la primera menstruación de una
niña o de la pubertad, habitualmente a los 15 años de edad).

El peligro de perder su idioma, sus valores y tradiciones está asociado también con
el hecho de que los padres alternan su vida en las estancias y allí la socialización se
da con paraguayos que hablan castellano y guaraní. Las celebraciones que hacen
en el lugar donde está asentada la Comunidad no las pueden hacer siguiendo a
cabalidad con la tradición. Les faltan, por ejemplo, los alimentos que utilizarían en
las celebraciones, los cuales pudieran cultivarlos en sus tierras. Todo esto sucede
porque la Comunidad Yakye Axa tiene prohibido el acceso a sus tierras y a su
hábitat.

El testigo ha presenciado los hechos de violencia de que ha sido víctima la


Comunidad: ataques con armas de fuego en el mes de agosto de 2000 y amenazas
dirigidas por hombres encapuchados que clavaron una cruz en el asentamiento de
la Comunidad, degollaron algunas gallinas y dijeron que eso les iba a pasar a sus
líderes. La Comunidad vive con miedo y tristeza. Las familias que la integran no
viven tranquilas por no tener tierra y tener que vivir al costado de una ruta, donde
los vehículos transitan a altas velocidades y hay peligro de accidentes, como el
ocurrido en el mes de octubre de 2004 a dos jóvenes miembros de la Comunidad.
Uno de estos jóvenes, Wilfredo Gómez Fernández, falleció y el otro, Arsenio Ramos,
perdió una pierna.

Dos de los hijos del testigo, Mauro de dos años de edad y Fidelina de un año y
medio, murieron como consecuencia de las condiciones en que vivieron al costado
de la ruta, sin tener siquiera un puesto o promotor de salud.

Debido a la falta de tierra las muertes son una desgracia para la Comunidad. Las
muertes hacen que las familias, por sus creencias, se tengan que mudar de su casa
para alejarse de “la presencia” del ser querido fallecido. Cuando su madre murió, el
testigo desmontó su casa y levantó otra en un lugar cercano. En las tierras de
Yakye Axa, al este del casco de la Estancia Loma Vede, se encuentra el cementerio
de sus antepasados. De recuperar sus tierras, allí seguirían enterrando a sus
muertos.

Para cambiar y mejorar toda esta situación necesitan sus tierras. Sin sus tierras
sufre el maestro, sufren los niños y las niñas y sufren sus padres.

b. Declaración del señor Enrique Castillo, perito

La Constitución Nacional del Paraguay, sancionada y promulgada el 20 de junio de


1992, establece que el Paraguay se constituye en Estado Social de Derecho y
pluricultural. La Condición de Estado pluricultural sitúa al Paraguay en una posición
avanzada en el derecho iberoamericano, ya que además de reconocer el
componente indígena en su estructura social, implica la recepción en su sistema
legal del derecho consuetudinario aborigen. En este sentido, el capitulo V de la
Constitución se ocupa de definir un sistema legal especial aplicable exclusivamente
a los pueblos aborígenes del Paraguay, reconociéndoles una serie de derechos,
garantías y libertades peculiares que se compadecen con la identidad cultural y la
situación de desigualdad en que se encuentran dichos pueblos. El artículo 64 de la
Constitución Nacional consagra el derecho de las comunidades indígenas a gozar de
la propiedad colectiva o comunitaria de la tierra asiento de su hábitat tradicional, la
cual deberá tener la extensión y la calidad suficiente para permitir a la comunidad
gestionar su modo de vida tradicional. La norma impone al Estado la obligación de
adquirir dichas tierras y transferirlas a la Comunidad de modo gratuito, debiendo
asegurarse previamente que se trata de las tierras que corresponden al hábitat
tradicional de la nación indígena. El hábitat tradicional, además de ser el asiento
tradicional del pueblo indígena, debe presentar las características ecológicas y
ambientales que se corresponden con el modo tradicional de vida de la comunidad.
Asimismo, el Paraguay ha implementado legislación que desarrolla el derecho de los
pueblos indígenas consagrado constitucionalmente y establece los procedimientos a
seguir para la adjudicación de tierras, reconocimiento de líderes y reconocimiento
de la personería jurídica de una comunidad indígena.

El procedimiento de legalización de tierras para comunidades indígenas, aunque ha


brindado resultados positivos en casos en que los terratenientes han accedido a
negociar la transferencia de los inmuebles reivindicados, ha sido abiertamente
ineficaz frente a casos en que los propietarios se han mostrado intransigentes. Para
cualquier terrateniente basta oponer como defensa ante los derechos indígenas
sobre sus tierras, el argumento de explotación racional. Es este un problema de
arquitectura jurídica, de ausencia de recursos legales dotados de suficiente imperio
para hacer efectivos los derechos de propiedad indígena. En este sentido, todo el
derecho material de las comunidades indígenas sobre sus tierras consagrado de
modo avanzado por el sistema jurídico paraguayo carece de concreción, debido a la
falta de un elemento básico de toda norma jurídica: su carácter operativo o
procesal que convierta la norma abstracta en realidad práctica, de modo eficiente y
operativo. A esto se debe sumar la insuficiente asignación de recursos económicos
al INDI, para la implementación de las políticas públicas en beneficio de las
comunidades indígenas.

c. Declaración del señor Antonio Aylwin Oyarzún, perito

La doctrina y la jurisprudencia internacional y comparada han abordado el tema del


derecho de los pueblos indígenas sobre sus territorios. En este sentido, han
desarrollado el concepto de “territorio indígena”, el cual se refiere no sólo a
aspectos de carácter material, vinculados a los espacios físicos ancestralmente
poseídos y con los recursos que hay en ellos, sino también a componentes
inmateriales, de carácter político, simbólico, cultural. Asimismo, han reconocido que
la ocupación y el uso ancestral indígena sobre las tierras, territorios y recursos
naturales da lugar a un “título originario” indígena sobre los mismos que es anterior
al de los Estados y a los procesos de colonización y que, por lo mismo, no puede
ser extinguido unilateralmente sin el consentimiento de los indígenas. Este
concepto tiene importantes implicancias en el derecho comparado, posibilitando el
reconocimiento y demarcación por los Estados de tierras, territorios y recursos a los
pueblos indígenas, aún existiendo otros títulos otorgados por aquellos.

La Constitución Política del Paraguay de 1992 dedica su Capítulo V a los Pueblos


Indígenas. Estas normas son más favorables en varios aspectos para los derechos
de los pueblos indígenas sobre sus tierras, territorios y recursos naturales que los
instrumentos internacionales de derechos humanos sobre la materia, ya que son
coincidentes con la evolución de la doctrina y la jurisprudencia internacional. De
esta manera el ordenamiento jurídico constitucional paraguayo constituye un marco
adecuado para la protección de los pueblos indígenas. Sin embargo, al igual que en
muchos Estados, las dificultades para la vigencia de los derechos consagrados en la
Carta fundamental provienen más bien de la ausencia de políticas públicas que
permitan hacer efectivos tales derechos humanos.

d. Declaración del señor José Alberto Braunstein, perito

Los indígenas del Gran Chaco son un grupo heterogéneo de más o menos medio
centenar de pueblos cuya aparente unidad surge de la relación asimétrica que
todos ellos poseen con la sociedad global. Se trata de una población amerindia
estimada en unas doscientas sesenta mil personas que hablan diecisiete diferentes
lenguas
reconocidas pertenecientes a seis grupos lingüísticos. En la actualidad la situación
de los indígenas del Chaco es altamente dinámica.

Cuando se hace referencia a pueblos indígenas del Chaco se habla de aquellas


unidades territoriales, lingüísticas e históricas que en tiempos anteriores a la
desarticulación que resultó de la ocupación efectiva del territorio por el Estado
paraguayo estaban constituidas efectivamente como sociedades con una estructura
política, control social y organizaciones propias y diferentes de las de cualquier otra
sociedad. Es decir, a cada uno de estos pueblos correspondió en la historia una
normativa, una jefatura y un sistema de control social independientes y los
descendientes de sus integrantes poseen hasta hoy conciencia de una historia
exclusiva común. En el seno de cada uno de estos sistemas normativos, los sujetos
de derecho eran, más que personas individuales, bandas conceptualizadas como
familias. Por ello, las modernas comunidades, que son la expresión sedentarizada
de las bandas tradicionales, deberían ser consideradas sujetos de derecho si es un
objetivo el respeto de las categorías de los sistemas normativos originales. En el
caso particular, se hace referencia al pueblo de los Chanawatsan, o sea a los
indígenas que hablaban un dialecto del enxet (lengua), que vivían junto al río
Paraguay, frente a la ciudad de Concepción, y que tenían un modo de ocupación
tradicional de cazadores-recolectores.

Con respecto a la posesión de la tierra indígena debe señalarse que la forma que
adopta la misma es sensiblemente distinta a la regulada en los códigos jurídicos y
por lo tanto, también lo son los signos que identifican dicho acto. La ocupación se
manifiesta de manera diferente y no siempre es evidente por el modo cultural de
producción que no incluye la práctica de transformación masiva de la naturaleza, y
por el notable ajuste con el medio que estos pueblos adquirieron a lo largo de las
generaciones. A pesar de la sutileza con que aparecen los signos de la posesión, los
sitios de asentamiento periódico, las aguadas, los pozos, los territorios de caza, las
zonas de recolección o de pesca, los casi imperceptibles cementerios, etc., están
marcados de forma indeleble en la memoria histórica de estos pueblos. Esa
memoria histórica, indisociable de la geografía, es la principal señal de posesión
tradicional.

La relación que los indígenas mantienen con la tierra en la que habitan es de una
calidad tal que su desvinculación de la misma implica riesgo cierto de una pérdida
étnica y cultural irreparable, con la consecuente vacante para la diversidad que tal
hecho acarrearía.

Los cazadores-recolectores móviles recorrían su territorio utilizando la naturaleza


en la medida en que los recursos propios del ciclo anual y la tecnología cultural les
permitían aprovecharla. De este modo, las actividades de producción tradicionales
estaban ritmadas por las condiciones estacionales y por la existencia consecuente,
en determinados momentos, de ciertos bienes en las diversas partes del territorio
que cada pueblo ocupaba. La ocupación que realizan los indígenas de su territorio
no tiene nada de azaroso o esporádico si la observamos desde la óptica de la
racionalidad interna de cada cultura. El territorio, la totalidad del espacio que una
banda utilizaba y por el que circulaba, era en definitiva una gran vivienda que una
enorme familia utilizaba completamente a lo largo del ciclo anual.
La relación que los indígenas mantienen con la tierra tiene asimismo aspectos no
utilitarios. Los ámbitos cosmológicos de los chaqueños están regidos por “señores”
de los entes que lo componen, con frecuencia especies o grupos de animales o
plantas. Estos “señores” simbolizan al conjunto y representan, de algún modo, la
potencia de la especie o del grupo de que se trata. Además esos personajes causan
ya enfermedades o disturbios de la personalidad, ya desgracias o catástrofes del
medio ambiente. Los chamanes chaqueños operan el éxtasis para comunicarse con
ellos y tratar así de negociar la terapia o la buena voluntad de esos seres según las
necesidades de quienes a ellos recurren. Chamán, curandero, mago o brujo pueden
ser sinónimos en el Gran Chaco. Esto es así porque desde el punto de vista
funcional el chamán es un curandero, un agente al servicio de la salud, un médico
ocupado de ayudar a su gente a mantener equilibrio con la vida; desde el punto de
vista religioso los chamanes son intermediarios con seres poderosos que
interactúan con los hombres; y, desde el punto de vista de la estructura de la
sociedad, el chamán, que ocupa una posición única y necesaria, a menudo lidera
alguno de los órdenes sociales propios de los indígenas chaqueños.

Entre los indígenas del Chaco se piensa que la compasión que los hombres
provocan a dichos seres es lo que hace que ellos permitan la tarea productiva en
los espacios que rigen y otorguen los bienes que hacen posible su subsistencia. Esta
manera de pensar puede resumirse en la fórmula “vivir con la naturaleza”, a
diferencia de la que prevalece en nuestra cultura, en la que el bien económico está
parcialmente identificado con el control de la naturaleza, resumible con la fórmula
“vivir de la naturaleza”.

En el siglo XIX cuando Argentina, Bolivia y Paraguay se establecieron como


naciones independientes, la mayor parte de la región chaqueña, en medio de los
tres Estados emergentes, no había sido ocupada por los blancos. Después de la
guerra de 1870, comenzó un período de gran especulación fiduciaria, basada en la
apropiación de tierras indígenas por parte de los Estados nacionales, durante el que
se privatizó el área en la que habitaban los indígenas Lengua y se instaló la
industria del tanino en Paraguay.

Con respecto al establecimiento de misiones religiosas, el perito indicó que la


incumbencia de la religión y la enseñanza del cristianismo para desencadenar
procesos de cambio y asimilación de los indígenas a la cultura occidental estuvo
presente desde el primer momento de la conquista. A partir de los fines del siglo
XIX los anglicanos comenzaron a instalar varias misiones. W.B. Grubb fundó entre
los indígenas Lengua la misión de Makxlawaya en el Chaco paraguayo.

Sin embargo, los procesos que afectaron más profundamente a las culturas del
Gran Chaco estuvieron relacionados con la incorporación al mercado de los pueblos
indígenas. Dichos procesos pueden caracterizarse por las migraciones estaciónales
o definitivas que originaron y por la sedentarización, que fue su conclusión natural.
La efectiva desposesión original producida en el hecho histórico institucional de la
ocupación física del territorio ha ocultado la existencia de las personas jurídicas
desposeídas y la conciencia de la extensión y límites de sus antiguos territorios. Es
claro que por el carácter de la ocupación y posesión de la tierra que caracteriza a
los grupos indígenas chaqueños, las personas jurídicas a que nos referimos como
sujetos de derecho son grupos sociales que ocupaban de modo soberano
determinadas superficies geográficas. Es el caso de la actual Comunidad Yakye Axa,
expresión sedentarizada de una de las bandas del pueblo Chanawatsan.

e. Declaración de la señora Teresa de Jesús Vargas, testigo

La testigo conoce el proceso de reivindicación del territorio iniciado por la


Comunidad Yakye Axa ante el Instituto Paraguayo del Indígena, así como las
gestiones de asistencia directa que, dentro de sus limitados recursos, dicha
institución ha realizado a favor de los miembros de la Comunidad, ya que fue
miembra del Consejo Directivo del Instituto Paraguayo del Indígena durante los
años 1999 a 2003. Dichas gestiones no tuvieron éxito. En su momento el Instituto
Paraguayo del Indígena llegó a un acuerdo con la Comunidad de iniciar la
restitución de 7.900 hectáreas, sin embargo, esta petición fue rechazada por el
Parlamento del Paraguay.

La testigo señala que la Comunidad Yakye Axa proviene ancestralmente de la


región reivindicada como sus tierras. La Comunidad salió de sus tierras debido a
circunstancias de sobrevivencia y fue trasladada a la colonia El Estribo. Tiempo
después, debido a la vida que se llevaba en este lugar, la Comunidad decidió
regresar a sus tierras tradicionales. Al tomar conocimiento que la legislación
favorecía el derecho a que se les restituyan sus tierras, los miembros de dicha
Comunidad “vuelven voluntariamente e inician el proceso de reivindicación”.

f. Declaración del señor Oscar Centurión, testigo

El testigo es el actual presidente del Consejo Directivo del Instituto Paraguayo del
Indígena. Indica que el grupo de familias que ahora conforma la Comunidad
indígena Yakye Axa pertenece originariamente a la Comunidad de El Estribo, de la
cual se desprendió, reagrupándose y conformando la Comunidad Yakye Axa, de
acuerdo con la facultad consagrada en la Ley No. 904/81 sobre el Estatuto de las
Comunidades Indígenas. A partir de ese momento, la Comunidad inició el proceso
de reivindicación de las tierras ancestrales, que constituyen una estancia ganadera
en plena producción.

En su carácter de Presidente del Consejo Directivo del Instituto Paraguayo del


Indígena contactó a todos los miembros de la Comunidad Yakye Axa a fin de
obtener su consentimiento para intentar buscar alguna alternativa de solución a la
solicitud de reivindicación de sus tierras ancestrales. Para ello, se solicitó una
ampliación presupuestaria con el objeto de obtener recursos económicos para la
adquisición de alguna propiedad que satisfaga los intereses de los miembros de la
Comunidad, quienes demostraron estar abiertos a la búsqueda de esta alternativa.
Lastimosamente y a pesar del esfuerzo realizado por el Gobierno Nacional, el
proyecto fue rechazado por la Cámara de Senadores del Congreso Nacional. En otra
oportunidad se hizo una consulta a los miembros de la Comunidad Yakye Axa para
la adquisición de 25.000 hectáreas en la cercanía del lugar reivindicado por ésta;
sin embargo, esta propuesta fue rechazada por los miembros de la Comunidad en
razón de que dicho lugar estaba siendo reclamado por otra comunidad indígena
vecina. El Instituto Paraguayo del Indígena, no obstante, tiene previsto seguir
gestionando la solución del pedido de tierras de la Comunidad y buscar los fondos
para la adquisición de las mismas.

El Instituto Paraguayo del Indígena ha establecido un plan de acción para el


cumplimiento a la asistencia alimentaria y de salud para los miembros de la
Comunidad y ha prestado asistencia de acuerdo a las posibilidades de dicha
institución.

g. Declaración del señor Pedro Martínez González, perito

El perito conoce a la Comunidad indígena Yakye Axa, a sus líderes y a sus


representantes legales. A través del Instituto Paraguayo del Indígena ha realizado
gestiones para atender las necesidades de salud de los miembros de la referida
Comunidad, en particular les ha brindado asistencia médica primaria.

h. Declaración del señor César Escobar Catebecke, perito

Describió la infraestructura médica con la que cuenta la población paraguaya


general y en especial la población indígena del Chaco, así como en qué consiste la
asistencia que en materia de salud presta el Estado a las comunidades indígenas y
los beneficios adicionales con los que cuentan.

El perito considera que el fallecimiento de una persona por las enfermedades de


insuficiencia cardiaca, tuberculosis, disentería, tétanos, caquexia, meningitis,
bronquitis o ahogamiento no puede ser atribuido al Estado, teniendo en cuenta que
estas enfermedades son comunes para todos los pobladores de la zona, sean estos
latinos o menonitas, y que el Estado toma medidas preventivas a fin de evitar tales
males a las comunidades.

B) PRUEBA TESTIMONIAL

39. El 4 y 5 de marzo de 2005 la Corte recibió en audiencia pública las


declaraciones de los testigos y peritos propuestos por la Comisión Interamericana y
por los representantes (supra párr. 21). A continuación, el Tribunal resume las
partes relevantes de dichos testimonios.
a. Esteban López, presunta víctima y líder la Comunidad Yakye
Axa

Es miembro y líder de la Comunidad Yakye Axa y pertenece al pueblo indígena


Enxet Sur del Chaco paraguayo. Su lengua materna es el enxet y, además, habla el
guaraní y el español. Nació en la Estancia Loma Porá, ubicada aproximadamente a
45 kilómetros de distancia de Yakye Axa, ya que después de la muerte de su padre
gran parte de su familia se trasladó, “como es la cultura de los pueblos indígenas”,
a ese lugar. Sin embargo, sus parientes y sus abuelos pertenecieron a la familia
Yakye Axa. El testigo llegó a la Estancia Loma Verde (Yakye Axa) cuando tenía 14
años de edad, donde trabajó, entre otras cosas, como chofer tractorista, cortando
postes y haciendo alambrado.

En el año 1980 los miembros de la Comunidad Yakye Axa no tuvieron otra opción
que ser empleados de la empresa privada que estaba en la Estancia Loma Verde.
La iglesia anglicana les dijo que estaban siendo “explotados” y que no merecían
“vivir más en esa condición”. Entre los años 1984 y 1985 la iglesia anglicana
prometió a los miembros de la Comunidad entregarles nuevas tierras aptas y ellos
decidieron salir de su tierra en Yakye Axa y se trasladaron a la Estancia El Estribo.
En dicha estancia los miembros de la Comunidad también vivían en una precaria
condición de vida, no tenían alimento ni agua. Asimismo, la Comunidad perdió
varios niños y niñas, jóvenes y señoras. El testigo perdió dos hijos. Por esta razón,
decidieron hablar con las personas que salieron de Yakye Axa para buscar la forma
de ver como se podía reivindicar la tierra que fue de sus antepasados. En esa
oportunidad, todos los miembros de la Comunidad tomaron la decisión de volver a
Yakye Axa, mediante un acuerdo o un consenso, en el que, igualmente, designaron
a sus líderes.

En el año 1993 la Comunidad Yakye Axa inició ante el Instituto Paraguayo del
Indígena y el Instituto de Bienestar Rural una serie de procesos legales
relacionados con la reivindicación de su tierra, sin embargo, no ha recibido
respuesta respecto de este reclamo.

En el año 1994 tres familias pertenecientes a la Comunidad permanecían en Loma


Verde como empleados. En el año 1996, la mayoría de los miembros de la
Comunidad intentó regresar a Yakye Axa, pero les fue prohibida la entrada. Por
ello, los miembros llegaron al acuerdo de instalarse en el costado de una carretera
pública, frente a la tierra de la Estancia Loma Verde, que es la tierra “perteneciente
a sus antepasados y que fue perdida”.

Yakye Axa es un lugar sagrado en el que vivieron sus antepasados. El testigo


recuerda que 47 personas murieron y fueron enterradas en ese lugar.

Las condiciones de vida de los miembros de la Comunidad Yakye Axa en el lugar


donde están actualmente asentados son difíciles. El asentamiento está rodeado de
tierras de ganaderos, a las cuales se les tiene prohibida la entrada. No pueden
cazar libremente, tienen problemas para buscar alimentos y para “protegerse por el
campo
para no tener conflictos con personas blancas”. Los hombres de la Comunidad no
pueden dar alimentos a sus hijos en forma permanente. El testigo tiene que
trasladarse para conseguir agua y alimentos para los niños y niñas. La gran
mayoría de los miembros de la Comunidad no tiene trabajo.

El Estado provee algunos alimentos a la Comunidad. En tiempo de sequía los


víveres llegan dos veces al mes, pero eso dura sólo seis días.

Luego de iniciado el proceso de reivindicación de tierras, la Comunidad ha recibido


constantes amenazas por parte de los propietarios de las tierras reclamadas o de
personas contratadas por éstos. Una noche tres personas vestidas con ropa larga,
como la de un sacerdote, ingresaron a la Comunidad con armas de fuego,
disparando de casa en casa. Estos hombres clavaron una cruz en el asentamiento
de la Comunidad y colgaron una gallina degollada. Al retirarse, dijeron que le harían
lo mismo a los indígenas de la Comunidad. Si bien estos hechos fueron denunciados
ante las autoridades paraguayas, no se han producido resultados.

Durante el trámite del proceso de reivindicación de tierras, el testigo visitó


regularmente al Instituto Paraguayo del Indígena para solicitar víveres,
medicamentos y cualquier tipo de ayuda, y pudo contactar personalmente tanto al
Presidente de ese organismo como a otros funcionarios. A veces recibía ayuda del
INDI, a veces no.

En septiembre del año 2001 el testigo recibió presiones para aceptar una oferta de
adjudicación de una tierra con 3.0000 hectáreas. Ante estas presiones, el testigo
quería renunciar como líder, pero la mayoría de los miembros de la Comunidad se
negaron. Los miembros de la Comunidad se reunieron, la mayoría no aceptó la
oferta, pero otros si aceptaron, así que el testigo firmó cierta documentación muy
nervioso.

Igualmente, la Comunidad recibió otras ofertas de tierras. En dos oportunidades el


Instituto Paraguayo del Indígena le ofreció una tierra de 25.000 hectáreas. Pero,
como hubo un pedido previo de otra comunidad indígena sobre esa tierra, y la
Comunidad Yakye Axa no llegó a un acuerdo con ellos, no se aceptó dicha oferta.
Fue mejor no aceptar y dejarlos a ellos en paz. En otra oportunidad, la Comunidad
rechazó una expropiación de 15.000 hectáreas en la tierra de los Chanawatsan, en
Naranjaty, de las que le iban a corresponder 7.500 hectáreas, porque recibió “la
notificación sin consulta”.

b. Tomás Galeano, presunta víctima y líder de la Comunidad


Yakye Axa

Su etnia es Enxet. Es el cacique de la Comunidad Yakye Axa, como lo fueron sus


antepasados. Nació y creció en Yakye Axa, donde sus padres vivían anteriormente.

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Al comienzo, la estancia fue nombrada Loma Verde. Era una estancia pequeña y
había diversidad en el lugar, habían criollos paraguayos e indígenas. En aquel
tiempo los hermanos criollos paraguayos y los indígenas convivían muy bien, se
podía ver la tranquilidad y la manifestación del amor. La relación con el primer
dueño de la Estancia Loma Verde estaba muy bien, pero hubo varios cambios de
patrones en la Estancia y de repente vino un cambio de actitud de un patrón hacia
la Comunidad y ese cambio no se adaptó a la forma de convivencia de los
miembros de la Comunidad. Los miembros de la Comunidad, que son Enxet, no
querían salir de Yakye Axa, ya que allí tenían la riqueza y los recursos que están en
el bosque y en las lagunas.

El testigo no sabe por qué su grupo salió de Yakye Axa. Un día de repente llegaron
varios vehículos y les dijeron que tenían que subir en ellos. Los trasladaron hasta la
misión inglesa, Makxlawaya, y luego a El Estribo. En El Estribo vivían bien
tranquilos, pero a los pastores no les gustaba que ellos practicaran sus fiestas
culturales, entonces, el testigo, como jefe del grupo, decidió salir con otros
miembros de la Comunidad y regresar a Yakye Axa, porque es allí donde tendrían
una buena relación con el grupo y podrían continuar con sus fiestas culturales sin
molestar a los padres de familia que no les gustaba su cultura. En Yakye Axa
tendrían todo lo que según su cultura se necesita para practicar la fiesta cultural.

La fiesta cultural de la Comunidad Yakye Axa consiste en la armonía y la


tranquilidad. En la Comunidad existen personas que curan a los enfermos y que
protegen a su gente, chamanes; por eso sus hijos y nietos estaban muy bien
anteriormente. Por ello, necesitan tener su territorio para seguir practicando su
cultura.

Salieron de El Estribo con la esperanza de recuperar la tierra enseguida, pero no


fue así. Entonces se quedaron en “el lugar de Yakye Axa” para vivir todos juntos.
En la actualidad los miembros de la Comunidad viven al costado de una ruta,
porque el dueño de la Estancia no les permite la entrada y no tienen otro lugar
donde ir. No piensan ir a otro lugar diferente de Yakye Axa. Piensan en los que
fueron enterrados allí, los que nacieron y los que crecieron en ese lugar, y por esa
razón permanecen en Yakye Axa.

Para la Comunidad, “Yakye Axa” significa el lugar donde sus antepasados vivían y
recorrían. Es la tierra que les pertenece, o sea, el lugar que se adapta a su realidad
como indígenas. Si viven en su territorio no van a tener miedo, porque van a tener
plena libertad, por eso es su petición de la tierra y del territorio, para la
tranquilidad.

Donde actualmente está asentada la Comunidad la gente está muy mal. Los chicos
no tienen alimentación, a veces no tienen nada que comer en un día. Existen
muchas dificultades para la práctica de cacería, ya que se les prohibió la entrada a
la Estancia que esta a un costado del asentamiento, por lo que tienen que hacer
largos viajes a otras estancias de alrededor.
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El testigo espera recibir informes claros, sinceros y honestos, así como el apoyo
para que le entreguen sus tierras para la tranquilidad de sus hijos y nietos.

c. Inocencia Gómez, presunta víctima

Pertenece al pueblo indígena Enxet. Sus padres son originarios de Yakye Axa, sin
embargo, la testigo nació en la Estancia Ledesma, al costado de Yakye Axa,
después de que su padre se trasladara allí por su trabajo. Vivió en la Estancia
Ledesma hasta los cinco años y luego regresó a Yakye Axa. Habla enxet y guaraní.

En Yakye Axa sus padres vivían muy bien, cazaban tranquilamente. Sin embargo,
hubo un cambio de patrón y del trato con la gente. La gente “no se hallaba más”,
por lo que se fueron de Yakye Axa. Hubo otro grupo de familias que se quedaron
porque no querían dejar Yakye Axa.

Actualmente, la Comunidad Yakye Axa vive en la vereda de una ruta. La


Comunidad ha sufrido bastante, debido a todas las dificultades que han tenido que
pasar en ese lugar, no tienen buena alimentación ni atención médica. Las lluvias
afectan las viviendas, no se puede hacer nada, ni llevar al baño a una criatura ni
cocinar. En esos casos, las mujeres suelen salir a la vereda de la ruta para proteger
a los chicos, y así cuando llega la noche regresan a la casa para dormir.

La testigo tiene seis hijos. Para poder alimentarlos sale de su casa todos los días a
las 4:00 de la madrugada para buscar trabajo en la Estancia Maroma. Allí trabaja
en diferentes labores domésticas. Junto con las otras mujeres de la Comunidad,
salen del asentamiento a buscar alimento para los niños todos los días, porque no
reciben ningún tipo de apoyo. En el año 2003 el Estado enviaba a la Comunidad
“casi dos veces” alimentación.

La Comunidad tiene una pequeña escuela, pero la maestra no puede seguir


enseñando a los niños porque no tienen alimentación. También tienen un chamán
entre ellos, que es el padre de la testigo.

La Comunidad Yakye Axa ha sufrido también por el fallecimiento de sus parientes.


Desde que están al costado de la ruta dos jóvenes fallecieron a causa de accidentes
en la carretera. Cuando hay una emergencia por causa de un enfermo, los
miembros de la Comunidad suelen moverse para buscar la forma de cómo
solucionar el problema del enfermo. Para llevar a los enfermos a Concepción o
Asunción tienen que pagar. De vez en cuando encuentran personas que les apoyan.

En el año 2004, los niños fueron vacunados solamente una vez. El médico que llega
a la Comunidad no lleva los medicamentos que se necesitan. Desde que la
Comunidad está en la ruta tres niños han muerto ante la falta de atención médica.
Los niños fallecieron de vómito con diarrea o dolor de garganta. Estos niños fueron
enterrados al costado de la ruta. Cuando una persona de la Comunidad fallece, no
se tiene otra alternativa que enterrar sus restos en el potrero ajeno, “porque ellos
son de ese lugar”.

Su esposo camina varias horas para poder cazar animales. Cuando llega al lugar, se
queda y duerme allí. Si su esposo regresa y trae alimento, la testigo, como mujer,
descansa.

En la Estancia Loma Verde se puso a una persona como el matador del lugar, quien
suele recorrer el alambrado con una escopeta amenazando a los niños y a las
mujeres, porque tiene la orden de no dejar entrar a las personas para sacar leña ni
agua. La testigo es la única que se puede “acercar al señor” cuando es necesario
que se aclare algo, por lo que también ha recibido amenazas.

La Comunidad está esperando que se le devuelva la tierra para poder trabajar y


cultivar. La testigo espera que sus hijos tengan su propia tierra para que puedan
vivir tranquilos.

d. Stephen William Kidd, testigo

Se trasladó al Paraguay en el año 1984 para trabajar en un proyecto de


asentamientos indígenas de la iglesia anglicana. Vivió en el Paraguay hasta el año
1996, con comunidades Enxet.

En el siglo XIX las tierras del Chaco paraguayo fueron vendidas por el Estado en la
bolsa de Londres a empresarios británicos, en su mayoría. Aproximadamente en el
año 1886, el Cónsul británico en el Paraguay se acercó a una misión anglicana, la
Misión sudamericana, para pedirle ayuda en la “pacificación de los indígenas” del
Chaco, para así facilitar el ingreso de los empresarios británicos a la zona. En 1907
los anglicanos formaron varias misiones en las tierras que habían adquirido en el
Chaco. Sin embargo, en la década de los 50 vendieron la mayor parte de sus tierras
y se quedaron con una fracción muy reducida de Makxlawaya, que quedó como el
centro anglicano de toda la zona.

Hasta el año 1979 la iglesia había tenido una misión más espiritual en el Chaco.
Después, dada la gravedad de las condiciones de vida de los indígenas que no
tenían tierra, decidió crear el proyecto de desarrollo conocido como “La Herencia”,
que tenía como objeto comprar tierras para el asentamiento de los indígenas.

La Herencia fue un proyecto de desarrollo integral que incluía apoyo agrícola, en


salud y en educación. Dentro del marco del proyecto, se compraron tres fracciones
de tierra. En 1980 se compró la tierra de Sombrero Piri; en 1982, La Patria y en
1984, El Estribo.

Las tierras de El Estribo se compraron en la zona menonita, correspondiente a la


tierra de los Enxet Norte, más al norte de la zona anglicana. Estas diez mil
hectáreas fueron conseguidas pensando solamente en la comunidad de
Makxlawaya, que en aquel entonces había alcanzado 1.700 personas. Sin embargo,
otras comunidades indígenas que vivían en estancias como Loma Verde, Maroma,
Loma Porá y Ledesma escucharon que existía la posibilidad de ir a El Estribo y
decidieron irse. Así, la gente de Loma Verde se formó en una comunidad dentro de
El Estribo.

Es claro que los indígenas siempre han querido vivir en las tierras donde habían
nacido ellos, sus padres y sus abuelos. A principios de los años 80 los indígenas de
la zona vivían en condiciones muy feas en las estancias. Cuando la iglesia anglicana
llegó y les ofreció una tierra, que parecía “la tierra de miel”, con comida y
herramientas, muchos eligieron salir y escapar de las estancias para huir a la nueva
colonia, sin darse cuenta de que realmente no iba a ser mejor económicamente.

Debido a las condiciones de las nuevas tierras, los indígenas que se trasladaron a
estos asentamientos no podían vivir tiempo completo en ellos, tuvieron que buscar
trabajo con los menonitas o regresar a las estancias. Esto convirtió a estos
asentamientos en campamentos obreros convenientes a todos los terratenientes de
la zona.

Cuando conoció de la existencia de la Ley No. 904/81 intentó cambiar la política de


la iglesia anglicana con respecto del problema territorial de las comunidades
indígenas. De esta manera, se creó un equipo pequeño con un abogado para
apoyar varias reivindicaciones indígenas en toda la zona de los Enxet y Sanapaná.
Este equipo comenzó a recorrer las comunidades para explicarles que tenían
derecho de reivindicar sus tierras, y prácticamente cada comunidad decidió buscar
la posibilidad de reivindicarlas.

En el año 1993 la mayoría de los miembros de la Comunidad Yakye Axa decidieron


hacer la reivindicación de sus tierras. Asimismo, en el año 1996 el señor Tomás
Galeano, con un grupo pequeño de miembros de la Comunidad, regresaron a la
Estancia Loma Verde. Para esa época vivían en la Estancia Loma Verde varias
familias indígenas, sin embargo, el grupo liderado por el señor Tomás Galeano no
pudo ingresar, por lo que se vio obligado a establecer su asentamiento al costado
de una carretera pública, frente a la citada estancia. Varios meses después,
espontáneamente, casi toda la Comunidad decidió asentarse al costado de la
carretera pública. Los miembros de la Comunidad no recibieron apoyo externo para
el traslado, ellos pagaron todo por sí mismos. La Comunidad Yakye Axa eligió la
tierra que deseaba reivindicar por sí sola, donde había sido su asentamiento, donde
ellos, sus padres y abuelos habían nacido.
La Comunidad Yakye Axa es una comunidad muy antigua. Después de su salida a El
Estribo los miembros de esta Comunidad visitaban la Estancia Loma Verde, se
quedaban varias semanas allí, realizando actividades de pesca y cacería. Los
miembros de la Comunidad Yakye Axa siempre hablaban con tristeza del hecho de
que habían salido de sus tierras para meterse en las tierras de El Estribo que
realmente no eran aptas para nada, menos para la agricultura.

e. Rodrigo Villagra Carrón, testigo

La Comunidad Yakye Axa inició en el año 1993 la reivindicación de sus tierras ante
el Instituto Paraguayo del Indígena y el Instituto de Bienestar Rural. En esa
oportunidad, la Comunidad solicitó una extensión de 15.000 hectáreas en los
alrededores de su hábitat tradicional que comprende las estancias Loma Verde,
Ledesma y Maroma. Posteriormente este reclamo se circunscribió a la extensión
total de la Estancia Loma Verde de 18.000 hectáreas. En el año 1997 el Instituto
Paraguayo del Indígena solicitó la elaboración de un informe antropológico que
posteriormente constató que el área reclamada por la Comunidad correspondía a su
hábitat tradicional. En ese mismo año, el Instituto de Bienestar Rural realizó una
inspección ocular que declaró que las tierras reivindicadas estaban siendo
racionalmente explotadas, por lo que trasladó al Instituto Paraguayo del Indígena el
expediente. El Instituto Paraguayo del Indígena abrió la posibilidad de que las
tierras fueran expropiadas, alegando que son parte del hábitat tradicional de la
Comunidad y que este derecho puede valerse a los no particulares por ser la
Comunidad anterior a la formación del Estado.

En el año 2000 se realizaron audiencias de conciliación entre la Comunidad Yakye


Axa y los propietarios de las tierras, sin embargo, éstos últimos se negaron a
venderlas. La Comunidad solicitó la expropiación de las tierras que comprenden la
Estancia Loma Verde. Ese mismo año se presentó un proyecto de expropiación por
las 18.000 hectáreas de la Estancia Loma Verde, que fue eventualmente rechazado
en las comisiones de diputados de reforma agraria, por lo cual el proyecto fue
retirado antes de que pasara al plenario.

Posteriormente, el Poder Ejecutivo presentó otro proyecto de expropiación ante la


Cámara de Senadores. La Cámara discutió el proyecto, que fue finalmente
rechazado.

En el año 1993 la Comunidad Yakye Axa solicitó al Instituto Paraguayo del Indígena
el reconocimiento de sus líderes. El Estado tardó tres años para otorgar dicho
reconocimiento, sabiendo que eso se puede hacer en pocos meses. En 1998 la
Comunidad solicitó su personería jurídica y fue hasta el año 2001 que el Instituto
Paraguayo del Indígena la otorgó.

A petición de la Comunidad se presentó ante los órganos jurisdiccionales del


proceso administrativo una solicitud de medida cautelar como un proceso
accesorio. En primera instancia, las citadas medidas fueron concedidas, sin
embargo, fueron apeladas por los titulares de las tierras y posteriormente
levantadas por el juez. El levantamiento de dichas medidas fue confirmado por la
Corte Suprema de Justicia. Asimismo, el Instituto Paraguayo del Indígena presentó
también una solicitud de
medidas cautelares para proteger la parcela del territorio reivindicada en tanto se
resolvía la solicitud de expropiación presentada ante el Congreso. Cuando el
Congreso rechazó el referido proyecto, el juez levantó las medidas al considerar
que ya no existía un proceso principal que podía permitir su continuidad.

El ofrecimiento hecho por el Estado en varias oportunidades de ubicar a los


miembros de la Comunidad Yakye Axa en tierras alternativas ha sido rechazado
principalmente porque esas ofertas perjudicaban a otros pueblos y comunidades
indígenas y en muchos casos el traslado no era transitorio si no definitivo. Además,
estos ofrecimientos en ningún momento implicaban la existencia de fondos
suficientes para comprar las tierras y tampoco había sido consultada previamente la
Comunidad.

f. Bartomeu Melia i Lliteres, perito

Hasta el año 1883, después de la gran guerra de Paraguay contra Argentina, Brasil
y Uruguay, la región del Chaco no conoció otra población que la indígena. En el
Siglo XX esta parte del Chaco fue vendida en extensiones enormes. La existencia
de estos indígenas en el Chaco, en cuanto a sus derechos sobre la tierra, nunca fue
reconocida. Los indígenas simplemente pasaron a ser peones y empleados de los
nuevos propietarios de las tierras. En esa época el gobierno del Paraguay se
encontraba en una situación sumamente débil, tenían que pagar deudas de la
guerra que habían perdido, por lo que no estaba en condiciones de asegurar los
derechos de la ciudadanía.

Aunque muchos indígenas en el Paraguay poseen tierras en la actualidad, y otros


están tramitando todavía su solicitud de reivindicación de tierras, es posible afirmar
que han perdido absolutamente sus territorios. El despojo de sus territorios implica
la negación de espacios culturales. Por ejemplo, el guaraní dice que “su tierra no es
su tierra”, sino es el “lugar donde somos lo que somos”. En buen castellano se
traduciría que “es la tierra de nuestra cultura”, es decir que el concepto de cultura
está claramente marcado con la tierra.

En el caso de la Comunidad Yakye Axa se podría decir que al no tener territorio y


haber permanecido por más de diez años asentada en la vera del camino, se estaría
demostrando que puede sobrevivir sin un territorio. Sin embargo, los miembros de
esta Comunidad viven, desde su imaginario en la tierra que están reclamando y
esto es lo que los mantiene, por ejemplo, con un altísimo índice de fidelidad a su
lengua autóctona.

La problemática de la pérdida de tierras de los pueblos indígenas es una cuestión


cultural. A pesar de que la Constitución Política del Paraguay reconoce que esas
sociedades indígenas son previas a la constitución del Estado, no se llega a
entender que sus territorios también son previos a éste. Se acepta fácilmente que
su lengua, su organización política, etc., son anteriores a la constitución del Estado,
pero no se acepta que lo sean sus tierras.
Para solucionar conflictos como el presentado en este caso recomienda que se
realicen estudios antropológicos serios a través de los cuales se determine cuáles
son los territorios ancestrales de las comunidades indígenas o por lo menos ciertos
núcleos de éstos. Paralelamente se tendría que hacer un catastro de las tierras del
Chaco, algo que no se ha hecho en forma hasta hoy. Después, deben estudiarse las
posibilidades de expropiación de la tierra, junto con la indemnización de las
mejorías reales realizadas en la propiedad.

g. Pablo Balmaceda Rodríguez, perito

Trabaja brindando atención médica a la Comunidad Yakye Axa desde el año 2000.
Desde entonces, visita a la Comunidad cada dos o tres meses.

El objetivo de su peritaje fue comprobar con estudios fehacientes cuál era la


situación de la Comunidad Yakye Axa, así como determinar qué ha ocasionado las
muertes de varios miembros de dicha Comunidad, ocurridas desde su instalación
sobre una carretera pública para demandar la restitución de sus tierras ancestrales.

Se realizaron exámenes de sangre y de materia fecal a los miembros de la


Comunidad. Estos estudios demostraron que los miembros de la Comunidad Yakye
Axa sufren de una parasitosis importante y de anemia. Asimismo, se recogieron
muestras del agua que la Comunidad utiliza. Se pudo comprobar que la Comunidad
tiene una sola fuente de agua no potable, que es un tajamar. Un tajamar es un
pozo de más o menos sesenta por cuarenta metros para almacenar agua de lluvia.
Este pozo se encuentra detrás de la alambrada de las tierras reclamadas, por lo que
los miembros de la Comunidad tienen que entrar furtivamente para obtener agua
para su aseo personal y para uso propio. El agua está expuesta al contacto con
animales salvajes y animales criados en la estancia.

Las chozas en las cuales viven los pobladores de esta comunidad son muy
precarias. Están construidas de un material que abunda en la zona, una palma con
la cual hacen las paredes y el techo de las mismas. Estas viviendas son tan
precarias que cuando llueve todo se inunda, incluyendo las habitaciones donde
viven hacinados. Por las características de la tierra del Chaco, el agua no es
absorbida fácilmente por la tierra, entonces se junta toda esa agua sin escurrirse. A
esto habría que agregar que no existe un solo retrete en la Comunidad, en el que
puedan hacer sus necesidades fisiológicas, por lo que utilizan las plantas que allí
existen. De esta manera, el agua de la lluvia inunda toda el área y arrastra
inclusive los restos fecales hasta las viviendas y la escuelita. Las condiciones de
miseria y orfandad en que se encuentra la Comunidad es desastrosa. No se
necesita ser experto para comprobar todas estas circunstancias.

Para la determinación de las probables causas de las muertes que han ocurrido en
los últimos años en esta comunidad, se realizaron entrevistas a los familiares de las
personas fallecidas. Fue bastante difícil e implicó mucha paciencia y confianza de
los pobladores de Yakye Axa para que ellos pudieran relatar las causas de las
muertes de sus familiares. Al no existir registro de estas muertes, fue difícil
establecer las fechas de fallecimiento con exactitud. Además, para los indígenas
Enxet no resulta fácil recordar a sus muertos, dada la particular relación que tienen
con la muerte, por lo que ellos tuvieron que hacer un esfuerzo psíquico muy
importante para poder aceptar que se les preguntara acerca de sus muertos.

Una vez que las personas entrevistadas entraron en confianza y empezaron a


contar los síntomas que precedieron a la muerte de sus hijos, hermanos o padres,
el perito pudo concluir, según él, con bastante probabilidad de acierto, sobre las
causas de esas muertes.

En la mayoría de los casos de muertes registradas no hubo una atención médica


previa. Dos casos que llegaron al hospital fueron diagnosticados y remitidos de
vuelta a sus hogares, ya que los médicos determinaron que no había nada que se
pudiera hacer.

Por el relato de las madres pudo determinar que varios niños fallecieron de
bronquitis o bronconeumonía. Los síntomas descritos por las madres se adecuan
perfectamente a ese diagnóstico: los niños presentaron tos, fiebre alta y
dificultades en la respiración hasta llegar a fallecer sin haber recibido ninguna
asistencia médica o medicamentos. Asimismo, los entrevistados afirmaron que
durante la época de sequía los chicos murieron de diarrea, y efectivamente esa es
la época en que más ocurren estas enfermedades. Estas criaturas murieron con
todos los síntomas de diarrea: fiebre, diarreas continuas, a veces con sangre, y
vómitos. También se presentaron casos de personas adultas que fallecieron por no
haber recibido una atención médica adecuada y oportuna y por falta de
alimentación.

La Comunidad indígena Yakye Axa está totalmente abandonada. En la Comunidad


no existe un puesto de salud, dispensarios médicos o promotores de salud. El
asentamiento de la Comunidad está a 356 kilómetros de la capital y a 70 kilómetros
del hospital más cercano. El hospital regional más cercano está a 225 kilómetros de
distancia, muy cerca de Asunción, por lo que es más fácil para los miembros de la
Comunidad trasladarse hasta la capital, donde podrían obtener ayuda económica.
Deben conseguir que les exoneren del pago de la consulta y los estudios a
realizarse y que les donen los medicamentos. Los miembros de la Comunidad Yakye
Axa no tienen dinero para desplazarse, lo que hace que sea imposible recibir esa
atención médica. Además, el Estado no provee algún tipo de transporte especial
para los miembros de la Comunidad que les permita acceder a estos servicios. El
transporte que utilizan es el transporte público, el cual presenta deficiencias.
Actualmente, las condiciones de alimentación de los niños de la Comunidad son
muy precarias. La desnutrición de los niños es evidente. Los niños tienen el cabello
descolorido y la panza grande, no tienen la estatura acorde con su edad. Además,
esto tiene consecuencias negativas, como la manifestación en los niños de
dificultades en el aprendizaje y en el desarrollo intelectual. Esto pueden revertirse
en la medida en que se inicie, lo más temprano posible, una terapia de
desparasitación y una alimentación adecuada y permanente.

Para las comunidades indígenas la tierra es fundamental. En ellas, los miembros de


la Comunidad Yakye Axa pueden mejorar sus viviendas, tener fuentes de agua
limpia y solicitar ayuda para desarrollo de la tierra.

C) VALORACIÓN DE LA PRUEBA

8. VALORACIÓN DE LA PRUEBA DOCUMENTAL

40. En este caso, como en otros209, el Tribunal admite el valor probatorio de


aquellos documentos presentados por las partes en su oportunidad procesal, o
como prueba para mejor resolver de conformidad con el artículo 45.2 de su
Reglamento, que no fueron controvertidos ni objetados, ni cuya autenticidad fue
puesta en duda.

41. Por otra parte, la Corte admite, de conformidad con el artículo 44 del
Reglamento, la prueba presentada por los representantes en relación con los
hechos supervinientes a la presentación de la demanda (supra párr. 24)210.

42. De igual forma, el Tribunal considera útil los documentos presentados por
los representantes junto con sus alegatos finales escritos, en relación con las costas
y gastos (supra párr. 24), los cuales serán valorados teniendo en cuenta las
observaciones del Estado (supra párr. 26).

43. En relación con los testimonios y los peritajes escritos rendidos ante
fedatario público (affidávits) por los testigos y peritos propuestos por la
Comisión y los representantes y por el Estado (supra párrs. 38.a, 38.b, 38.c,
38.d, 38.e, 38.f, 38.g y 38.h), conforme a lo dispuesto por el Presidente
mediante Resolución de 31 de enero de 2005, la Corte los admite en cuanto
concuerdan con el objeto que fue definido en la referida Resolución y los valora
en el conjunto del acervo probatorio, aplicando las reglas de la sana crítica y
tomando

209
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 46; Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2,
párr. 37, y Caso Lori Berenson Mejía, supra nota 2, párr. 77.

210
Cfr. Caso De La Cruz Flores. Sentencia de 18 de noviembre de 2004. Serie C No. 115, párr. 58;
Caso Myrna Mack Chang. Sentencia de 25 de noviembre de 2003. Serie C No. 101, párr. 128; y Caso
Bulacio. Sentencia de 18 de septiembre de 2003. Serie C No. 100, párr. 57.
en cuenta las observaciones presentadas por las partes (supra párr. 22). En
este sentido, la declaración del señor Albino Fernández, por tratarse de una de
las presuntas víctimas y tener un interés directo en este caso, no puede ser
valorada aisladamente, sino dentro del conjunto de las pruebas del proceso.
Como ya ha señalado esta Corte, en materia tanto de fondo como de
reparaciones, las declaraciones de las presuntas víctimas, así como las de sus
familiares, son útiles en la medida en que pueden proporcionar mayor
información sobre las alegadas violaciones que pudieren haber sido perpetradas
y sus consecuencias211.

44. La Corte considera útiles para la resolución del presente caso los
documentos presentados por el Estado durante la audiencia pública del presente
caso (supra párr. 21), así como la documentación presentada por el perito
Bartomeu Meliá i Lliteres (supra párr. 21), máxime cuando no fueron controvertidos
ni objetados, ni su autenticidad o veracidad fueron puestas en duda, por lo cual
este Tribunal los agrega al acervo probatorio, de conformidad con el artículo 45.1
del Reglamento.

45. El Estado objetó “la ‘declaración unilateral’ del [señor] Esteban López,
rendida ante Escribano Público, respecto a ‘certificar’ el fallecimiento de las
personas en cuyo nombre reclama indemnizaciones”, la cual fue remitida por los
representantes como parte de la prueba para mejor resolver (supra párr. 26). Este
Tribunal considera útil dicha declaración y la valora en el conjunto del acervo
probatorio, aplicando las reglas de la sana crítica y tomando en cuenta las
observaciones presentadas por el Estado. Por lo tanto, se agrega al acervo
probatorio, conforme al artículo 45.1 del Reglamento.

46. Finalmente, en cuanto a los documentos de prensa presentados por las


partes, este Tribunal ha considerado que aún cuando no tienen el carácter de
prueba documental propiamente dicha, podrían ser apreciados cuando recojan
hechos públicos y notorios, declaraciones de funcionarios del Estado o corroboren
aspectos relacionados con el presente caso212.

Valoración de la Prueba Testimonial y Pericial

47. En relación con las declaraciones rendidas por los testigos propuestos por la
Comisión, los representantes y el Estado en el presente caso (supra párr. 39.a,
39.b, 39.c, 39.d, 39.e, 39.f y 39.g), la Corte los admite en cuanto concuerden con
el objeto del interrogatorio establecido por el Presidente mediante Resolución de 31
de enero de 2005 (supra párr. 14) y les da valor probatorio.

48. En este sentido, este Tribunal estima que el testimonio de los señores
Esteban López, Tomás Galeano e Inocencia Gómez (supra párr. 39.a, 39.b y 39.c),
por tratarse de presuntas víctimas y tener un interés directo en este caso, no puede
ser valorado aisladamente, sino dentro del conjunto de las pruebas del proceso. Por
las razones ya señaladas por el Tribunal (supra párr. 43), estos testimonios
213
resultan útiles en el presente caso .

211
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 47; Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2,
párr. 40; y Caso Lori Berenson Mejía, supra nota 2, párr. 78.
212
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 43; Caso Lori Berenson Mejía, supra
nota 2, párr. 80, y Caso De La Cruz Flores, supra nota 10, párr. 70.

213
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 47, Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2,
párr. 45, y Caso Lori Berenson Mejía, supra nota 2, párr. 78.
290
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*

* *

49. Por lo expuesto, la Corte apreciará el valor probatorio de los documentos,


declaraciones y peritajes presentados por escrito o rendidos ante ella. Las pruebas
presentadas durante el proceso han sido integradas a un solo acervo, que se
considera como un todo214.

VI

HECHOS

PROBADOS

50. Efectuado el examen de la prueba documental, de las declaraciones de los


testigos, de los dictámenes de los peritos, así como de las manifestaciones de la
Comisión Interamericana, de los representantes y del Estado en el curso del
presente proceso, esta Corte considera probados los siguientes hechos:

a) Antecedentes

i. La Comunidad indígena Yakye Axa

50.1. La Comunidad Yakye Axa (“Isla de Palmas”) es una comunidad indígena


perteneciente al pueblo Lengua Enxet Sur215. Los Lengua Enxet Sur, así como los
Lengua Enlhet Norte, Sanapaná, Toba, Angaité, Toba Maskoy y Guaná, forman
parte

214
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 46; Caso Lori Berenson Mejía,
supra nota 2, párr. 87, y Caso Carpio Nicolle y otros. Sentencia 22 de noviembre. 2004. Serie C. No.
117, párr. 75.

215
Cfr. informe antropológico sobre la Comunidad “Yakye Axa” (Loma Verde) del Pueblo Enxet-
Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
(expediente de anexos a la demanda, anexo 9, folios 1272 a 1277); libro titulado “II Censo Nacional
Indígena de población y viviendas 2002. Pueblos Indígenas del Paraguay. Resultados finales”,
Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay, 2002 (expediente de
documentos presentados durante la audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005,
páginas 22 y 658); libro titulado “Atlas de las Comunidades Indígenas en el Paraguay”, Presidencia de la
República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay, 2002 (expediente de documentos presentados
durante la audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005, Tomo II, páginas 404);
testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el día 4 de marzo de 2005; testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la Corte

29
1
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Interamericana durante la audiencia pública celebrada el día 4 de marzo de 2005; testimonio de la
señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el
día 4 de marzo de 2005, y peritaje del señor Bartomeu Melia i Lliteres rendido ante la Corte
Interamericana celebrada el día 4 de marzo de 2005.

29
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de la familia lingüística Lengua-Maskoy (Enhelt-Enenlhet) y ocupan ancestralmente
el Chaco paraguayo216.

50.2. El pueblo Lengua Enxet Sur, a su vez, ha estado subdividido en diversos


grupos, entre los cuales se distingue a los Chanawatsan (“los del río Paraguay”)217.
Antes de la ocupación no indígena del Chaco paraguayo, ocurrida entre fines del
siglo XIX y principios del siglo XX 218, los Chanawatsan ocupaban el territorio de la
ribera occidental del río Paraguay en la zona de Concepción (Náwátsam) a setenta
kilómetros tierra adentro del Chaco 219. La Comunidad Yakye Axa es la expresión
sedentarizada de una de las bandas de los Chanawatsan220.

50.3. La economía de los Lengua Enxet Sur se basa principalmente en la caza, la


recolección y la pesca. También cultivan chacras y crían ganado vacuno, ovino y
caprino221. Tradicionalmente, el pueblo Lengua Enxet Sur y sus sub-grupos
recorrían su territorio utilizando la naturaleza en la medida que las condiciones
estacionales y la tecnología cultural les permitían aprovecharla, lo cual determinaba
que se desplazaran y ocuparan un área muy extensa de territorio. La Comunidad
Yakye Axa corresponde a este tipo de sociedad tradicional de cazadores-
recolectores222.

216
Cfr. libro titulado “II Censo Nacional Indígena de población y viviendas 2002. Pueblos Indígenas
del Paraguay. Resultados finales”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación.
Paraguay, 2002 (expediente de documentos presentados durante la audiencia pública celebrada los días
4 y 5 de marzo de 2005, página 22); artículo titulado “Las lenguas indígenas en el Paraguay. Una visión
desde el Censo 2002”. Bartomeu Meliá i Lliteres. (documentos presentados durante la celebración de la
audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005, folio 07), e informe antropológico sobre la
Comunidad “Yakye Axa” (Loma Verde) del Pueblo Enxet-Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la
Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” (expediente de anexos a la demanda, anexo 9,
folios 1272 a 1277).

217
Cfr. diccionario Enxet Sur. Borrador Inicial, Invierno 2001. Iglesia anglicana paraguaya.
(expediente de anexos al escrito de solicitudes y argumentos, anexo 4 d), folios 1889 a 1903);
declaración del señor Alberto Braunstein rendida ante fedatario público el 11 de febrero de 2005.
(expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folios 700 a 712);
testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el día 4 de marzo de 2005, y testimonio del señor Stephen William Kidd rendido ante la Corte
Interamericana durante la audiencia pública celebrada el día 4 de marzo de 2005.

218
Cfr. declaración del señor Alberto Braunstein rendida ante fedatario público el 11 de febrero de
2005. (expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folios 700 a 712), y
peritaje de Bartomeu Meliá i Lliteres rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el día 4 de abril de 2005.

219
Cfr. diccionario Enxet Sur. Borrador Inicial, Invierno 2001. Iglesia anglicana paraguaya.
(expediente de anexos al escrito de solicitudes y argumentos, anexo 4.d, folios 1889 a 1903), y
testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el día 4 de marzo de 2005.

220
Cfr. declaración del señor Alberto Braunstein rendida ante fedatario público el 11 de febrero de
2005. (expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folios 700 a 712).

221
Cfr. informe antropológico sobre la Comunidad “Yakye Axa” (Loma Verde) del Pueblo Enxet-
Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
(expediente de anexos a la demanda, anexo 9, folios 1272 a 1277), y libro titulado “Atlas de las
Comunidades Indígenas en el Paraguay”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación.
Paraguay, 2002 (expediente de documentos presentados durante la audiencia pública celebrada los días
4 y 5 de marzo de 2005, Tomo II, páginas 404).

222
Cfr. informe antropológico sobre la Comunidad “Yakye Axa” (Loma Verde) del Pueblo Enxet-
Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
(expediente de anexos a la demanda, anexo 9, folios 1272 a 1277), declaración del señor Alberto
50.4. La ocupación tradicional del territorio de los pueblos indígenas del Chaco se
evidencia principalmente en los nombres otorgados a determinados lugares dentro
del mismo, tales como sitios de asentamiento periódico, pozos, lagunas,
bosquecillos, palmares, espatillares, zonas de recolección y de pesca, cementerios,
etc. Estos puntos geográficos se conservan en la memoria histórica de pueblos
indígenas como los Lengua Enxet Sur223.

50.5. Las tierras que ahora reclama la Comunidad indígena Yakye Axa como parte
de su territorio tradicional se encuentran en la zona anteriormente ocupada por los
Chanawatsan. En su solicitud de reivindicación de territorio la Comunidad ha
señalado que éste se extiende a lo que en la actualidad se conoce como las
estancias Loma Verde, Maroma y Ledesma224.

50.6. Según el informe antropológico realizado en este caso (infra párr. 50.35),
dentro de la Estancia Loma Verde, en particular, existen varios puntos toponímicos
que se mantienen en la memoria de los miembros de la Comunidad Yakye Axa,
entre los que se pueden mencionar a:

Enmakxa Yaktépa (el lugar del zapallo), Xakma Páye (el lugar de
muchos mosquitos), Xakma Yawhan (el lugar de muchas avispas),
Yexnakxa Xenaj Apkátek (el lugar de la cabeza colgante del venado),
Yexnaka Xápen (el lugar del ñandú colgante), Yakye Axa (el
bosquecillo de palmas), Apmésamakxa Yátey Apketkok (el lugar
donde el cabrito fue quemado)225.

50.7. Según el censo realizado en el año 2002, la Comunidad Yakye Axa está
conformada por 319 personas, agrupadas en aproximadamente 90 familias226.

Braunstein rendida ante fedatario público el 11 de febrero de 2005. (expediente sobre el fondo y las
eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folios 700 a 712); testimonio del señor Esteban López
rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005;
testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el 4 de marzo de 2005, y testimonio de la señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte
Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005.

223
Cfr. declaración del señor Alberto Braunstein rendida ante fedatario público el 11 de febrero de
2005. (expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folios 700 a 712);
testimonio del señor Stephen William Kidd rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia
pública celebrada el 4 de marzo de 2005, e informe antropológico sobre la Comunidad “Yakye Axa”
(Loma Verde) del Pueblo Enxet-Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica
“Nuestra Señora de la Asunción” (expediente de anexos a la demanda, anexo 9, folios 1272 a 1277).

224
Cfr. comunicación del señor Tomás Galeano de 5 de octubre de 1993 dirigida al presidente del
Instituto de Bienestar Rural (expediente de anexos de la demanda, anexo 4, folios 488 a 496).

225
Cfr. informe antropológico sobre la Comunidad “Yakye Axa” (Loma Verde) del Pueblo Enxet-
Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
(expediente de anexos a la demanda, anexo 9, folios 1272 a 1277).

226
Cfr. censo de la Comunidad indígena Yakye Axa (expediente de anexos a la demanda, anexo 5,
folios 1250 a 1257), y libro titulado “II Censo Nacional Indígena de población y viviendas 2002. Pueblos
Indígenas del Paraguay. Resultados finales”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de
50.8. Desde el año 1996 parte de la Comunidad Yakye Axa está asentada al
costado de la ruta que une Pozo Colorado y Concepción en el Departamento de
Presidente Hayes, frente a la alambrada de la Estancia Loma Verde 227. En este
lugar se encuentran asentadas un número que oscila entre 28 a 57 familias 228. El
grupo restante de miembros de la Comunidad Yakye Axa permanecen en las aldeas
20 de Enero, Alegre, Karanda, San Carlos, Para Todo´i, La Madrina y Santa Fe de la
Estancia El Estribo o dispersas en otras estancias del Departamento Presidente
Hayes en el Chaco paraguayo, tales como Makxlawaya, Naranjito, Espinillo,
Concepción, La Palma-Loma Plata, Nueva Vida, Para Todo, Campo Largo, Lolita,
Santa Ana, La Victoria, Paz del Chaco, entre otras229.

50.9. La lengua materna de los miembros de la Comunidad Yakye Axa es el enxet


sur. Asimismo, algunos hablan guaraní, guaraní occidental y castellano230.

ii. Historia de la ocupación no indígena del territorio reclamado por la


Comunidad Yakye Axa

50.10. A finales del siglo XIX grandes extensiones de tierra del Chaco paraguayo
fueron vendidas a través de la bolsa de valores de Londres. En esa misma época y
como consecuencia de la adquisición de estas tierras por parte de empresarios

Planificación. Paraguay, 2002 (expediente de documentos presentados durante la audiencia pública


celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005, página 658).

227
Cfr. censo de la Comunidad indígena Yakye Axa (expediente de anexos a la demanda, anexo 5,
folios 1250 a 1257), libro titulado “II Censo Nacional Indígena de población y viviendas 2002. Pueblos
Indígenas del Paraguay. Resultados finales”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de
Planificación. Paraguay, 2002 (expediente de documentos presentados durante la audiencia pública
celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005, página 658); libro titulado “Atlas de las Comunidades
Indígenas en el Paraguay”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay,
2002 (expediente de documentos presentados durante la audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de
marzo de 2005, Tomo II, páginas 404); testimonio del señor Estaban López rendido ante la Corte
Interamericana durante la audiencia pública celebrada el día 4 de marzo de 2005; testimonio de la
señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el
día 4 de marzo de 2005, y declaración del señor Albino Fernández rendida ante fedatario público el día
10 de febrero de 2005.

228
Cfr. censo de la Comunidad indígena Yakye Axa (expediente de anexos a la demanda, anexo 5,
folios 1250 a 1257), y libro titulado “II Censo Nacional Indígena de población y viviendas 2002. Pueblos
Indígenas del Paraguay. Resultados finales”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de
Planificación. Paraguay, 2002 (expediente de documentos presentados durante la audiencia pública
celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005, página 658), y libro titulado “Atlas de las Comunidades
Indígenas en el Paraguay”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay,
2002 (expediente de documentos presentados durante la audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de
marzo de 2005, Tomo II, páginas 404).

229
Cfr. censo de la Comunidad indígena Yakye Axa (expediente de anexos a la demanda, anexo 5,
folios 1250 a 1257).

230
Cfr. libro titulado “Atlas de las Comunidades Indígenas en el Paraguay”, Presidencia de la
República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay, 2002 (expediente de documentos presentados
durante la audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005, Tomo II, páginas 404);
testimonio del señor Estaban López rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el día 4 de marzo de 2005; testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la Corte
Interamericana durante la audiencia pública celebrada el día 4 de marzo de 2005, y testimonio de la
señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el
día 4 de marzo de 2005.
británicos, comenzaron a instalarse varias misiones de la iglesia anglicana en la
zona. En el año 1907 W.B. Grubb fundó la Misión Makxlawaya dentro del territorio
del pueblo indígena Lengua (Enlhet Norte y Enxet Sur) con la finalidad de iniciar su
evangelización y “pacificación” 231.

50.11. Asimismo, en un lugar conocido como Alwáta Etkok se levantó la primera


estancia ganadera de la zona, manejada por la Chaco Indian Association, la cual fue
administrada por la iglesia anglicana. Esta estancia fue conocida como The Pass y
hoy en día se le conoce como Estancia Maroma. Los indígenas que habitaban estas
tierras fueron empleados en dicha estancia. Algunos años después las estancias
Loma Verde y Ledesma fueron establecidas y los indígenas de la zona trabajaron en
ellas232.

iii. Traslado a la Estancia El Estribo

50.12. En el año 1979 la iglesia anglicana inició un proyecto de desarrollo integral


para las comunidades indígenas asentadas en Makxlawaya, conocido como
Programa “La Herencia”. El proyecto comprendía la adquisición de tierras para
nuevos asentamientos indígenas con la provisión de apoyo agrícola, sanitario y
educativo. Entre 1980 y 1985, en el marco de este proyecto, se compraron tres
extensiones de tierra, que comprenden las estancias Sombrero Piri, La Patria y El
Estribo233.

50.13. Después de la adquisición de la Estancia El Estribo, la iglesia anglicana


promovió el asentamiento de los grupos indígenas establecidos en Makxlawaya en
la nueva estancia. A principios del año 1986 los miembros de la Comunidad
indígena Yakye Axa se trasladaron a El Estribo debido a las graves condiciones de
vida que tenían en la Estancia Loma Verde donde los hombres no recibían sueldos o
estos eran muy bajos, las mujeres eran explotadas sexualmente por obreros
paraguayos y no contaban con servicios de salud ni alimentación suficiente234.

231
Cfr. declaración del señor Alberto Braunstein rendida ante fedatario público el 11 de febrero de
2005. (expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folios 700 a 712), y
testimonio del señor Stephen William Kidd rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia
pública celebrada el 4 de marzo de 2005.

232
Cfr. informe antropológico sobre la Comunidad “Yakye Axa” (Loma Verde) del Pueblo Enxet-
Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
(expediente de anexos a la demanda, anexo 9, folios 1272 a 1277); testimonio del señor Tomás Galeano
rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005;
testimonio del señor Stephen William Kidd rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia
pública celebrada el 4 de marzo de 2005, y peritaje del señor Bartomeu Melia i Lliteres rendido ante la
Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005.

233
Cfr. informe antropológico sobre la Comunidad “Yakye Axa” (Loma Verde) del Pueblo Enxet-
Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
(expediente de anexos a la demanda, anexo 9, folios 1272 a 1277), y testimonio del señor Stephen
William Kidd rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo
de 2005.

234
Cfr. informe antropológico sobre la Comunidad “Yakye Axa” (Loma Verde) del Pueblo Enxet-
Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
(expediente de anexos a la demanda, anexo 9, folios 1272 a 1277); informe de evaluación del programa
“La Herencia” elaborado por la iglesia anglicana paraguaya, 1985/1986 (expediente de anexos a la
50.14. La Estancia El Estribo está ubicada en una zona de colonias menonitas,
lejana a la morada de los que serían sus pobladores. Asimismo, el medio ambiente
y los recursos naturales de la estancia, característicos del norte del Chaco, son
diferentes a los propios del lugar de origen de estos grupos indígenas235.

50.15. El traslado a la Estancia El Estribo no trajo consigo una mejoría en las


condiciones de vida de los miembros de la Comunidad. La estancia tenía una
extensión de 25.000 hectáreas y contaba con más de 3.000 mil habitantes. Los
cultivos producían poco, en el área no había animales para cazar y los animales
domésticos morían, por lo que fue necesario buscar trabajo fuera de la misma. La
falta de agua y alimento ocasionó la muerte de muchos niños y niñas, jóvenes y
ancianos. Dado que la Estancia El Estribo era el asentamiento principal de las
comunidades indígenas de Makxlawaya, los miembros de la Comunidad Yakye Axa
estaban marginados y no podían celebrar libremente sus prácticas culturales236.

50.16. En el año 1993 los miembros de la Comunidad decidieron iniciar los trámites
para reivindicar las tierras que consideran como su hábitat tradicional. Para tal
efecto, designaron a los señores Tomás Galeano y Esteban López como sus
líderes237.

b) Acciones de reivindicación y protección de las tierras, territorio tradicional y


recursos naturales por parte de la Comunidad indígena Yakye Axa en la jurisdicción
interna

i. Ante Órganos Administrativos

Reconocimiento de líderes

demanda, anexo 33, folios 1488 a 1486), y testimonio del señor Stephen William Kidd rendido ante la
Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005.

235
Cfr. informe de evaluación del programa “La Herencia” elaborado por la iglesia anglicana
paraguaya, 1985/1986 (expediente de anexos a la demanda, anexo 33, folios 1488 a 1486), y
testimonio del señor Stephen William Kidd rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia
pública celebrada el 4 de marzo de 2005.

236
Cfr. informe antropológico sobre la Comunidad “Yakye Axa” (Loma Verde) del Pueblo Enxet-
Lengua. Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
(expediente de anexos a la demanda, anexo 9, folios 1272 a 1277); testimonio del señor Stephen
William Kidd rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo
de 2005; testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia
pública celebrada el 4 de marzo de 2005; testimonio de la señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte
Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, y testimonio del señor
Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de
marzo de 2005.

237
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005.
50.17. El 15 de agosto de 1993 los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa
solicitaron al Instituto Paraguayo del Indígena (en adelante “INDI”) el
reconocimiento de los señores Tomás Galeano y Esteban López como líderes de
dicha Comunidad y su inscripción en el Registro Nacional de Comunidades
Indígenas conforme a la Ley No. 904/81 que establece el Estatuto de las
Comunidades Indígenas (en adelante “Ley No. 904/81”)238.

50.18. El 18 de septiembre de 1996 el Presidente del Consejo Directivo del INDI


emitió una resolución, mediante la cual decidió “reconocer a los señores Tomás
Galeano Benítez y Esteban López Domínguez como líderes de la Comunidad
Indígena Enxet ‘Yakye Axa’, asentada en el distrito Pozo Colorado del
Departamento Presidente Hayes, quienes en tal carácter ejercerán la
representación legal de la Comunidad”, e inscribir lo establecido en la resolución en
el Registro de Comunidades Indígenas239.

Reconocimiento de la personería jurídica de la Comunidad indígena


Yakye Axa

50.19. El 21 de mayo de 1998 el señor Esteban López, líder de la Comunidad, inició


los trámites ante el INDI para el reconocimiento de la personería jurídica de la
Comunidad Yakye Axa240. Dentro de éste trámite, el 5 de noviembre de 1999 el
señor Esteban López solicitó formalmente al INDI el reconocimiento de la
personería jurídica de dicha Comunidad “compuesta por un total de 56 familias,
asentadas al costado de la ruta Pozo Colorado-Concepción, a la altura del Km. 82
en frente a [sus] tierras tradicionales reclamadas en el expediente administrativo”
No. 7261/93 del Instituto de Bienestar Rural (en adelante el “IBR”) 241. Los líderes
de la Comunidad reiteraron esta solicitud al INDI en varias ocasiones242.

238
Cfr. solicitud presentada el 15 de agosto de 1993 por los miembros de la Comunidad indígena
Yakye Axa ante el Instituto Paraguayo del Indígena (expediente de anexos a la demanda, anexo 15,
folios 1332 a 1334).

239
Cfr. resolución No. 334/96 emitida por el Presidente del Consejo Directivo del Instituto
Paraguayo del Indígena el 18 de septiembre de 1996 (expediente de anexos a la demanda, anexo 15,
folios 1335).

240
Cfr. solicitud de “comisión de funcionario para realización de personería jurídica” presentada por
la Comunidad indígena Yakye Axa ante el Instituto Paraguayo del Indígena el 21 de mayo de 1998
(expediente de anexos a la contestación de la demanda, anexo 10, folio 3617), y nota de recibo No. 76
del sistema de expedientes del Instituto Paraguayo del Indígena de 25 de mayo de 1998 (expediente de
anexos a la contestación de la demanda, anexo 10, folio 3616).

241
Cfr. solicitud presentada por el señor Esteban López ante el Instituto Paraguayo del Indígena el
5 de noviembre de 1999 (expediente de anexos a la contestación de la demanda, anexo 10, folio 3620).

242
Cfr. solicitud presentada por el señor Esteban López ante el Instituto Paraguayo del Indígena el
3 de febrero de 2000 (expediente de anexos a la contestación de la demanda, anexo 10, folio 3629);
solicitud presentada por los señores Esteban López y Tomás Galeano ante el Instituto Paraguayo del
Indígena el 24 de marzo de 2000 (expediente de anexos a la contestación de la demanda, anexo 10,
folios 3632 a 3639), y solicitud presentada por la señora Mirta Pereira Giménez ante el Instituto
Paraguayo del Indígena el 20 de octubre de 2000 (expediente de anexos a la contestación de la
demanda, anexo 10, folio 3631).
50.20. El 10 de mayo de 2001 el Consejo Directivo del INDI emitió la resolución No.
18/2001, mediante la cual decidió “dar curso favorable a la solicitud de
reconocimiento de Personería Jurídica” de la Comunidad indígena Yakye Axa,
remitiéndose los autos al Ministerio de Educación y Cultura a los efectos de la
gestión del decreto presidencial correspondiente243.

50.21. El 25 de octubre de 2001 la Dirección General de Asesoría Jurídica del


Ministerio de Educación y Cultura recomendó reconocer la personería jurídica de la
Comunidad indígena, por los medios legales correspondientes, considerando que
reúne los requisitos legales para tal efecto244.

50.22. El 10 de diciembre de 2001 el Presidente del Paraguay emitió el Decreto No.


15.628, en el cual reconoció la personería jurídica de la Comunidad indígena Yakye
Axa245.

Reivindicación del territorio

50.23. En la época de los hechos el procedimiento para la atención de los


problemas de la tenencia de tierras en el Paraguay era el administrativo, a cargo
del IBR246. Las cuestiones territoriales indígenas son tramitadas ante el INDI y el
IBR, que actúan siempre dentro del ámbito administrativo247.

50.24. El 5 de octubre de 1993 el señor Tomás Galeano, en su carácter de líder de


la Comunidad, presentó una comunicación al IBR, mediante la cual informó sobre el
interés de la Comunidad indígena Yakye Axa de regresar a su territorio tradicional,
ubicado “alrededor de las estancias Loma Verde, Ledesma y Maroma” del Distrito
Pozo Colorado, Departamento Presidente Hayes, y solicitó la “legalización” de un
mínimo de 15.000 hectáreas dentro de dichas estancias a nombre de la Comunidad.
Junto con dicha comunicación, presentó un censo de la Comunidad, en el cual se
establece que para ese momento estaba conformada por 221 miembros, agrupados
en 57 familias248.

243
Cfr. resolución No. 18/2001 emitida por el Consejo Directivo del Instituto Paraguayo del
Indígena el 10 de mayo de 2001 (expediente de anexos a la contestación de la demanda, anexo 10,
folios 3645).

244
Cfr. dictamen No. 304 emitido por la Dirección General de Asesoría Jurídica del Ministerio de
Educación y Cultura de Paraguay el 25 de octubre de 2001 (expediente de anexos a la contestación de la
demanda, anexo 10, folios 3647).

245
Cfr. decreto Presidencial No. 15.628 emitido el 10 de diciembre de 2001 (expediente de anexos
a la demanda, anexo 15, folio 1336).

246
Cfr. ley No. 854/63 que establece el Estatuto Agrario de 29 de marzo de 1963, y declaración del
señor Enrique Castillo rendida ante fedatario público el 11 de febrero de 2005 (expediente sobre el fondo
y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folios 647 a 664).

247
Cfr. ley No. 904/81 que establece el Estatuto de las Comunidades Indígenas de 18 de diciembre
de 1981, y declaración del señor Enrique Castillo rendida ante fedatario público el 11 de febrero de 2005
(expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folios 647 a 664).

248
Cfr. solicitud presentada por el señor Tomás Galeano ante el Instituto de Bienestar Rural el 5 de
octubre de 1993 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 488 a 496).
50.25. El 3 de marzo de 1994 el Presidente del IBR solicitó al INDI “su cooperación
en el sentido de proveer a es[e] Instituto los antecedentes relacionados con la
personería jurídica o en su defecto reconocimiento de líderes, informe antropológico
y cualquier otro dato de la Comunidad indígena Yakye Axa” 249. Ante la falta de
respuesta del INDI, el IBR reiteró esta solicitud, el 23 de junio de 1995 250 y el 30 de
abril de 1996251.

50.26. El 22 de diciembre de 1993 los líderes de la Comunidad, por medio de sus


abogados, solicitaron al IBR una inspección ocular de las Estancias Loma Verde y
Maroma, que formarían parte del territorio reivindicado 252. Esta solicitud fue
reiterada en varias ocasiones al IBR253.

50.27. El 7 de abril de 1994 la División de Campos Comunales y Asuntos Colectivos


del IBR sugirió al Presidente de dicha institución ordenar la inspección ocular de la
fracción solicitada por la Comunidad Yakye Axa254.

249
Cfr. comunicación No. 16 dirigida por el Presidente del Instituto de Bienestar Rural al Presidente del
Instituto Paraguayo del Indígena el 3 de marzo de (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 507).

250
Cfr. comunicación No. 281 dirigida por el Secretario General del Instituto de Bienestar Rural al
Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena el 23 de junio de 1995 (expediente de anexos a la
demanda, anexo 4, folio 527).

251
Cfr. comunicación No. 141 dirigida por el Secretario General del Instituto de Bienestar Rural al
Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena el 30 de abril de 1996 (expediente de anexos a la
demanda, anexo 4, folio 548).

252
Cfr. solicitud presentada por la Comunidad Yakye Axa ante el Presidente del Instituto de
Bienestar Rural el 22 de diciembre de 1993 (expediente de anexos de la demanda, anexo 4, folios 500).

253
Cfr. solicitud presentada por la Comunidad Yakye Axa ante el Presidente del Instituto de
Bienestar Rural el 17 de marzo de 1994 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 508);
solicitud presentada por la Comunidad Yakye Axa ante el Presidente del Instituto de Bienestar Rural el 4
de abril de 1995 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 524); solicitud presentada por la
Comunidad Yakye Axa ante el Presidente del Instituto de Bienestar Rural el 20 de octubre de 1995
(expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 535), y solicitud presentada por la Comunidad
Yakye Axa ante el Presidente del Instituto de Bienestar Rural el 7 de noviembre de 1995 (expediente de
anexos a la demanda, anexo 4, folios 538).

254
Cfr. dictamen No. 221 de la División de Campos Comunales y Asuntos Colectivos del Instituto
de Bienestar Rural el 7 de abril de 1994 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 510).
50.28. El 8 de febrero de 1995 los líderes de la Comunidad, por medio
de sus abogados, solicitaron al IBR que “emplace a los propietarios de las
tierras solicitadas […] para que concreticen una oferta-base de venta de
sus tierras, así como también el nombre del lugar de referencia, extensión
y cualquier otros datos a fin de avanzar en la búsqueda de una solución a
255
tan postergado problema de carencia de tierras” .

50.29. El 9 de mayo de 1995256 y el 6 de julio del mismo año257, la Asesoría Jurídica


del IBR sugirió al Presidente de dicha institución conceder la inspección ocular
solicitada por los líderes de la Comunidad Yakye Axa, que no había podido ser
realizada por “falta de rubros”, ordenar la comisión de un funcionario del IBR al
lugar y notificar al INDI. Asimismo, el 11 de diciembre de 1995, el INDI informó al
IBR que había designado a uno de sus funcionarios para participar en esta
inspección ocular258.

50.30. El 27 de mayo de 1996 el Presidente del IBR notificó a las


personas identificadas por los líderes de la Comunidad Yakye Axa como
propietarios de las Estancias Loma Verde y Maroma, sobre la solicitud de
reivindicación de las tierras que comprenden dichas estancias, que se
tramita en el expediente administrativo No. 7261/93259. El 13 de junio del
mismo año la arrendataria de las mencionadas estancias, la compañía
Torocay S.A., constituyó domicilio para las notificaciones e indicó que la
propiedad de dichos inmuebles corresponde a las firmas ”Florida
Agricultural Corporation”, “Livestock Capital Group INC.” y “Agricultural
Development INC.”260

50.31. El 25 de julio de 1996 el IBR ordenó realizar una inspección ocular a los
inmuebles reivindicados por la Comunidad indígena, un informe sobre las
condiciones de los inmuebles y un censo de los ocupantes. A tal efecto, designó a
un funcionario

255
Cfr. solicitud presentada por la Comunidad Yakye Axa ante el Presidente del Instituto de
Bienestar Rural el 8 de febrero de 1995 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 516).
256
Cfr. dictamen No. 1825 emitido por la Asesoría Jurídica del Instituto de Bienestar Rural el 9 de
mayo de 1995 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 526).

257
Cfr. dictamen No. 4516 emitido por la Asesoría Jurídica del Instituto de Bienestar Rural el 6 de
julio de 1995 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 531).

258
Cfr. comunicación P.C No. 605/95 dirigida por el Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena
al Presidente del Instituto de Bienestar Rural el 11 de diciembre de 1995 (expediente de anexos a la
demanda, anexo 4, folio 534).

259
Cfr. nota S.G. No. 187 dirigida por el Secretario General del Instituto de Bienestar Rural al
señor Oscar Carissimo Netto el 27 de mayo de 1996 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio
547).
260
Cfr. comunicación dirigida por el señor Carlos Sacco Rodríguez, abogado de la empresa Torocay
S.A., al Secretario General del Instituto de Bienestar Rural el 13 de junio de 1996 (expediente de anexos
a la demanda, anexo 4, folio 549).
del IBR, quien estaría acompañado por un representante del INDI261 (supra párr.
50.29). El mencionado informe fue presentado el 15 de octubre de 1996 262.

50.32. El 24 de abril de 1997 el IBR remitió al INDI el original del expediente


administrativo No. 7261/93 de la Comunidad indígena Yakye Axa, con el fin de
requerir nuevamente (supra párr. 50.25) a dicha institución un dictamen en
relación con la solicitud de reivindicación de tierras de la Comunidad, así como si
“registran o no algún informe antropológico sobre los recurrentes, en especial sobre
los territorios afectados a su hábitat tradicional”263.

50.33. El 28 de mayo de 1997 el INDI solicitó a los abogados de la Comunidad


Yakye Axa que indicaran con claridad técnica la ubicación de la fracción de 15.000
hectáreas reivindicada y su relación con las fincas afectadas, con el fin de seguir los
trámites administrativos correspondientes264. Ese mismo día el INDI solicitó al
Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la
Asunción” “su cooperación en producir un informe técnico-antropológico de la
Comunidad denominada Yakye Axa”265.

50.34. El 3 de junio de 1997 el señor Esteban López, líder de la Comunidad


indígena Yakye Axa, en cumplimiento con lo ordenado por el INDI (supra párr.
50.33), informó sobre la ubicación del territorio reivindicado y las fincas que
comprende. En esta comunicación, el señor López manifestó que el total de la
reivindicación de una parte de su territorio tradicional tiene una extensión de
18.188 hectáreas266. Posteriormente los abogados de la Comunidad presentaron
informes periciales con la precisión técnica de la ubicación del territorio
reivindicado267.

261
Cfr. resolución No. 694 emitida por el Presidente del Instituto de Bienestar Rural el 25 de julio
de 1996 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 555).

262
Cfr. informe sobre inspección ocular presentado por los señores Román R. León Silva,
funcionario comisionado del Instituto de Bienestar Rural, y Claudio I. Miltos A., funcionario comisionado
del Instituto Paraguayo del Indígena ante el Presidente del Instituto de Bienestar Rural el 15 de octubre
de 1995 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 556 a 579).

263
Cfr. nota S.G. No. 210 dirigida por el Secretario General del Instituto de Bienestar Rural al
Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena el 24 de abril de 1997 (expediente de anexos a la
demanda, anexo 4, folio 639).

264
Cfr. nota P.C. No. 298 dirigida por el Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena a la
organización no gubernamental Tierraviva el 28 de mayo de 1997 ( expediente de anexos a la demanda,
anexo 4, folio 642).

265
Cfr. nota P.C. No. 299 dirigida por el Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena al Centro
de Estudios Antropológico de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” el 28 de mayo de
1997 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 643).

266
Cfr. comunicación dirigida por el señor Esteban López al Presidente del Instituto Paraguayo del
Indígena el 3 de junio de 1997 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 644).

267
Cfr. informe pericial de la ubicación de la Estancia Loma Verde suscrito por el señor Humberto
Ricardo Gómez (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 649 a 651); informe pericial de la
ubicación de la Estancia Esperanza suscrito por el señor Humberto Ricardo Gómez (expediente de
anexos a la demanda, folios 652 a 653), e informe pericial de la ubicación de la Estancia La Sirena
suscrito por el señor Humberto Ricardo Gómez (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 654
a 656).
50.35. El 16 de diciembre de 1997 el Centro de Estudios Antropológicos de la
Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” presentó el informe
antropológico requerido (supra párr. 50.33)268. Este informe fue impugnado el 13
de abril de 1998 por las empresas propietarias de las estancias reclamadas por la
Comunidad Yakye Axa269. Asimismo, en escritos presentados ante el INDI los días
22 y 28 de abril de 1998, dichas empresas manifestaron que no tenían interés en
negociar la venta de los inmuebles afectados por la solicitud de reivindicación de
territorio de la Comunidad Yakye Axa y solicitaron que se desestime la solicitud de
expropiación realizada por la Comunidad y que el expediente fuera remitido al
IBR270.

50.36. El 21 de mayo de 1998 la Dirección Jurídica del INDI aconsejó que se


remitiera el expediente al IBR para que se agotaran los trámites pertinentes ante
esta institución, en donde “los indígenas interesados en reivindicar las tierras
deberán decidir (tienen derecho a hacerlo) si recurrir a otra instancia para lograr su
propósito”271. El INDI acogió esta recomendación y el 26 de mayo de 1998 remitió
el expediente administrativo No. 7261/93 al IBR272.

50.37. El 3 de julio de 1998 la Asesoría Jurídica del IBR dictaminó que “del análisis
de autos y fundamentalmente del informe antropológico […] surge que la estancia
denominada LOMA VERDE constituye el HABITAT TRADICIONAL de los recurrentes,
en relación a las otras fracciones afectadas no existen indicios, y de conformidad
con el art[ículo] 62 de la C[onstitución] N[acional], queda reconocida la existencia
de los pueblos indígenas como grupos de culturas anteriores a la formación y a la
organización misma del Estado paraguayo, de esto surge que el derecho de los
pueblos indígenas a la posesión de la tierra es anterior y en consecuencia superior a
la Institución de la Propiedad Privada, por lo tanto en caso de colisión del derecho a
un pedazo de tierra que tienen los indígenas y del derecho del propietario
constitucionalmente debe prevalecer el derecho de la Comunidad indígena. [… N]o

268
Cfr. comunicación dirigida por el Secretario del Centro de Estudios Antropológicos de la
Universidad “Nuestra Señora de la Asunción” al Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena el 16 de
diciembre de 1997 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 678), e informe antropológico
sobre la Comunidad Yakye Axa (Loma Verde) del Pueblo Enxet-Lengua, elaborado por Miguel Chase-
Sardi, Coordinador del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad “Nuestra Señora de la
Asunción” (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 679 a 683).

269
Cfr. comunicación dirigida por el representante legal de las firmas Florida Agricultural
Corporation, Livestock Capital Group Inc. y Agricultural Development Inc., al Presidente del Instituto
Paraguayo del Indígena el 13 de abril de 1998 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 756
a 777).

270
Cfr. escrito presentado por el representante legal de las firmas Florida Agricultural Corporation,
Livestock Capital Group Inc. y Agricultural Development Inc., ante el Instituto Paraguayo del Indígena el
22 de abril de 1998 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 785 a 786) y escrito
presentado por el representante legal de las firmas Florida Agricultural Corporation, Livestock Capital
Group Inc. y Agricultural Development Inc., ante el Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena el 28
de abril de 1998 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 791 a 793).

271
Cfr. dictamen No. 52/98 emitido por la Dirección Jurídica del Instituto Paraguayo del Indígena el
21 de mayo de 1998. (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 799 y 800).

272
Cfr. nota S.G. No. 5/98 dirigida por la Secretaría General del Instituto Paraguayo del Indígena al
Presidente del Instituto de Bienestar Rural el 26 de mayo de 1998 (expediente de anexos a la demanda,
anexo 4, folio 802).
obstante las circunstancias expuestas, los propietarios afectados se han negado a
una salida negociada y considerando que el inmueble se halla racionalmente
explotado, a la luz de las disposiciones del E.A. (Estatuto Agrario) el Instituto de
Bienestar Rural se ve impedido para solicitar la expropiación del inmueble de
referencia, por lo que corresponde se dicte resolución en tal sentido [...]” 273
(resaltado del original).

50.38. El 8 de septiembre de 1998 el IBR emitió la resolución No. 755, mediante la


cual resolvió:

1. Declarar racionalmente explotad[os] los inmuebles pertenecientes a


la Estancia Maroma S.R.L y Compañía Sociedad en Comandita por
Acciones (Finca No.2985-Chaco) y Loma Verde (Fincas Nos. 15.179,
15.180 y 759- Chaco), Departamento de Presidente Hayes, a tenor de lo
dispuesto en los artículos 3ero y 158 de la Ley 854/63 “Que establece el
Estatuto Agrario”, y en base al informe presentado por la Comisión
Interinstitucional conformada por resolución del Presidente no. 694/96,
cuya conclusión al respecto se transcribe en el exordio de la presente
resolución.
2. El IBR podrá revisar lo dispuesto en el artículo anterior, en la medida
que se comprobare que los citados inmuebles dejaren de observar uso
productivo permanentes o surgieren circunstancias nuevas que lo
ameriten a tenor de la ley.
3. Remitir el presente expediente al Instituto Paraguayo del Indígena
(INDI) para su consideración en el marco más amplio de la Ley 904/81
Estatuto de las Comunidades Indígenas cuya aplicación compete a dicha
entidad274.

50.39. El 28 de septiembre de 1998 el IBR remitió el expediente administrativo No.


7261/93 al INDI275.

50.40. El 26 de octubre de 1998 la Dirección Jurídica del INDI indicó que “el
presente expediente [debe ser] analizado en el marco más amplio de la Ley [No.]
904/81 y [que] sin desconocer el derecho a la propiedad privada, se deb[ía]
arbitrar todos los medios legales para llegar a un acuerdo justo con los propietarios
y así recuperar el hábitat natural para los indígenas en el menor tiempo” 276. El 17
de noviembre de 1998 se realizó una nueva inspección ocular en la Estancia Loma
Verde, con la participación de los miembros del Consejo Directivo del INDI, señores
Emilio Caballero y Andrés Chemehi, quienes presentaron un informe al Presidente
del Consejo, el 9 de febrero de 1999. Adjunto a este informe presentaron un censo
de

273
Cfr. dictamen No. 1031 emitido por la Asesoría Jurídica del Instituto de Bienestar Rural el 3 de
julio de 1998 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 822).

274
Cfr. resolución No. 755 emitida por el Consejo del Instituto de Bienestar Rural el 8 de
septiembre de 1998 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 826, 827 y 829).

275
Cfr. nota A. No. 323 dirigida por el Presidente del Instituto de Bienestar Rural al Presidente del
Instituto Paraguayo del Indígena el 28 de septiembre de 1998 (expediente de anexos a la demanda,
anexo 4, folio 834).
276
Cfr. dictamen No. 122 emitido por la Dirección Jurídica del Instituto Paraguayo del Indígena el
26 de octubre de 1998 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 838).
los miembros de la Comunidad que se encuentran al costado de la ruta de Pozo
Colorado y varias fotos de las estancias visitadas 277. Este informe fue impugnado
por las firmas “Florida Agricultural Corporation”, “Livestock Capital Group INC” y
“Agricultural Development INC”, quienes además recusaron al señor Emilio
Caballero278.

50.41. El 26 de noviembre de 1998 las mencionadas firmas, por medio de su


abogado, presentaron un escrito, mediante el cual, inter alia, denunciaron “la
actitud asumida por algunos miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa en
ocasión de la inspección ocular” realizada en sus estancias y declinaron “cualquier
nuevo diálogo con los miembros de esa comunidad indígena o sus representantes,
en la inteligencia que las posturas de una y otra parte se hallan plenamente
expuestas en […] autos”279.

50.42. El 18 de agosto de 1999 la Asesoría Jurídica del INDI emitió el dictamen No.
33/99, mediante el cual recomendó que se dicte resolución:

1. Agotando las instancias conciliadoras con el objeto de que los


propietarios de las tierras afectadas ofrezcan en venta por lo menos la
cantidad de tierras necesarias al INDI para satisfacer las necesidades del
hábitat indígena en el lugar denominado Estancia Loma Verde, ubicado
en el Km. 60 de la ruta Concepción-Pozo Colorado.
2. Conforme a los antecedentes administrativos, técnicos, a las
resoluciones dictadas por el Instituto de Bienestar Rural y a las
decisiones judiciales pertinentes que se han dictado en torno a esta
controversia declarar en situación de emergencia a la Comunidad Yakye
Axa, debiéndose iniciar en la brevedad posible gestiones encaminadas a
la localización, adquisición de otras tierras; sí es que la negativa de los
propietarios para ofrecer en venta fuere manifiesta, para cuyo efecto
deberá constituirse una comisión técnica280.

50.43. El 29 de diciembre de 2000 el INDI remitió una comunicación al


representante de las firmas “Florida Agricultural Corporation”, “Livestock Capital
Group INC” y “Agricultural Development INC”, con el propósito de solicitarle la
presentación “de carta de oferta sobre 15.000 hectáreas, propiedad de [dichas]

277
Cfr. informe de inspección ocular elaborado por los señores Emilio Caballero y Andrés Chemehi,
miembros del Consejo Directivo del Instituto Paraguayo del Indígena el 9 de febrero de 1999
(expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 864 a 874).

278
Cfr. escrito de recusación presentado por el representante de las firmas Florida Agricultural
Corporation, Livestock Capital Group Inc. y Agricultural Development Inc. en contra del señor Emilio
Caballero, miembro del Consejo Directivo del Instituto Paraguayo del Indígena, abril de 2000
(expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 958 a 968).

279
Cfr. comunicación dirigida por el representante de las firmas Florida Agricultural Corporation,
Livestock Capital Group Inc. y Agricultural Development Inc., al Presidente del Instituto Paraguayo del
Indígena el 26 de noviembre de 1998 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 848 a 856).

280
Cfr. dictamen No. 33 emitido por la Asesoría Jurídica del Instituto Paraguayo del Indígena el 18
de agosto de 1999 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 1092 a 1096).
281
empresas […] y reivindicadas por el pueblo Enxet-Lengua” . Dicha comunicación
no pudo ser entregada a su destinatario.

50.44. Los días 23 de agosto, 8 y 22 de septiembre, 7 de octubre y 3 de


diciembre de 1999, y 29 de febrero y 28 de marzo de 2000 las firmas “Florida
Agricultural Corporation”, “Livestock Capital Group INC” y “Agricultural
Development INC”, por medio de su abogado, reiteraron que no tienen interés de
negociar la venta del territorio y solicitaron al INDI un pronunciamiento sobre este
asunto282.

50.45. Frente a ello, los abogados de la Comunidad Yakye Axa solicitaron al INDI
que se pronuncie “a favor de la reivindicación de la Comunidad Yakye Axa,
declarando las tierras peticionadas por la misma como parte de su hábitat
ancestral, sujetas a ser restituidas por parte del Estado por expropiación, sin
menoscabo del derecho de la Comunidad a una justa indemnización”283.

50.46. El 23 de mayo de 2000 el INDI remitió al IBR el expediente administrativo


No. 7261/93, relativo a la solicitud de reivindicación de territorio de la Comunidad
Yakye Axa, de conformidad con lo resuelto por el Consejo Directivo del INDI en
sesión ordinaria de 17 de mayo de 2000 y a pedido de las firmas propietarias de los
inmuebles reivindicados por la Comunidad284.

50.47. El 5 de junio de 2000 la Asesoría Jurídica del IBR dictaminó que el


expediente debía ser remitido nuevamente al INDI, ya que “de autos surge que el
INDI no ha tomado ninguna decisión y ha devuelto los autos sin especificar el
procedimiento a seguir”. Además, la Asesoría Jurídica recalcó que el IBR solicitó
al INDI que “[d]iga si los indígenas TIENEN O NO DERECHO A LAS TIERRAS

281
Cfr. nota P.C. No. 500/99 dirigida por la Presidenta del Instituto Paraguayo del Indígena al
representante de las firmas Florida Agricultural Corporation, Livestock Capital Group Inc. y Agricultural
Development Inc., el 29 de diciembre de 1999 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios
1117).

282
Cfr. escrito dirigido por el representante de las firmas Florida Agricultural Corporation, Livestock
Capital Group Inc. y Agricultural Development Inc., al Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena el
7 de octubre de 1999 (expediente de anexos, anexo 4, folios 1114 a 1115); escrito dirigido por el
representante de las firmas Florida Agricultural Corporation, Livestock Capital Group Inc. y Agricultural
Development Inc., al Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena el 22 de septiembre de 1999
(expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 1106 a 1111); escrito dirigido por el representante
de las firmas Florida Agricultural Corporation, Livestock Capital Group Inc. y Agricultural Development
Inc., al Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena el 8 de septiembre de 1999 (expediente de
anexos a la demanda, anexo 4, folios 1102 a 1103); escrito dirigido por el representante de las firmas
Florida Agricultural Corporation, Livestock Capital Group Inc. y Agricultural Development Inc., al
Presidente del Instituto Paraguayo del Indígena el 23 de agosto de 1999 (expediente de anexos a la
demanda, anexo 4, folio 1099); escrito dirigido por el representante de las firmas Florida Agricultural
Corporation, Livestock Capital Group Inc. y Agricultural Development Inc., a la Presidenta del Instituto
Paraguayo del Indígena el 29 de febrero de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios
899 a 900); escrito dirigido por el representante de las firmas Florida Agricultural Corporation, Livestock
Capital Group Inc. y Agricultural Development Inc., a la Presidenta del Instituto Paraguayo del Indígena
el 3 de diciembre de 1999 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 888 a 896), y escrito
dirigido por el representante de las firmas Florida Agricultural Corporation, Livestock Capital Group Inc. y
Agricultural Development Inc., al Consejo del Instituto Paraguayo del Indígena el 28 de marzo de 2000
(expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 913 a 914).

283
Cfr. comunicación dirigida por la Comunidad Yakye Axa a la Presidenta del Instituto Paraguayo
del Indígena el 12 de abril de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 921 a 930).
284
Cfr. nota P.C. No. 348/00 dirigida por la Presidenta del Instituto Paraguayo del Indígena al
Presidente del Instituto de Bienestar Rural el 23 de mayo de 2000 (expediente de anexos a la demanda,
anexo 4, folios 1126).
RECLAMADAS” (resaltado del original) y que “[r]eplantee la negociación directa
o aconseje la expropiación en su caso” 285. A los efectos señalados, el 8 de junio
de 2000 el IBR devolvió el expediente administrativo No. 7261/93 al INDI286.

50.48. El 14 de junio de 2000 la Comunidad Yakye Axa, por medio de sus


abogados, solicitó al INDI que remita el expediente administrativo No. 7261/93
tanto a la Dirección Jurídica como a la Dirección Socio-Antropológico de ese
instituto, para que puedan emitir dictamen sobre los puntos requeridos por el
IBR287 (supra párr. 50.47).

50.49. El 8 de agosto de 2000 la Presidenta del Consejo Directivo del INDI emitió
una resolución, mediante la cual decidió, entre otros, “remitir nuevamente el
expediente No. 7261/93 al Instituto de Bienestar Rural (IBR) haciendo conocer el
contenido del Dictamen No. 33/99 [supra párr. 50.42] emitido por la Asesoría
Legal de esta Institución, debiéndose acompañar una copia autenticada del mismo
y dándose por terminadas las tramitaciones administrativas referentes al presente
expediente, en esta Institución”288.

50.50. Frente a ello, la Comunidad Yakye Axa, por medio de sus abogados,
presentó un recurso de reconsideración en contra de esta resolución, recurso
que fue rechazado el 28 de agosto de 2000 por la propia Presidenta del Consejo
Directivo del INDI289.

50.51. El 13 de septiembre de 2000 el Consejo Directivo del INDI dejó sin efecto la
mencionada resolución de la Presidenta del Consejo y decidió solicitar al IBR la
remisión del expediente administrativo No. 7261/93290 (supra párr. 50.49). El 10
de octubre de 2000 la Asesoría Jurídica del IBR recomendó al Presidente del IBR
remitir al INDI el referido expediente administrativo, para su estudio y
consideración, dentro del amplio marco de las prescripciones de la Ley No.
904/81291.

285
Cfr. dictamen No. 737 emitido por la Asesoría Legal del Instituto de Bienestar Rural el 5 de
junio de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 1127).

286
Cfr. nota S.G. No. 269 dirigida por el Secretario General del Instituto de Bienestar Rural a la
Secretaría General del Instituto Paraguayo del Indígena el 9 de junio de 2000 (expediente de anexos a la
demanda, anexo 4, folio 1132).

287
Cfr. comunicación dirigida por la Comunidad Yakye Axa a la Presidenta del Instituto Paraguayo
del Indígena el 14 de junio de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 1133).

288
Cfr. resolución P.C. No. 363/00 emitida por la Presidenta del Instituto Paraguayo del Indígena el
8 de agosto de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 1138 a 1143).

289
Cfr. resolución P.C. No. 407/00 emitida por la Presidenta del Instituto Paraguayo del Indígena el
28 de agosto de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 1157 a 1160).

290
Cfr. resolución No. 37/2000 emitida por el Consejo Directivo del Instituto Paraguayo del
Indígena el 13 de septiembre de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 1164 a
1165).
291
Cfr. dictamen No. 1350 emitido por la Asesoría Legal del Instituto de Bienestar Rural el 10 de
octubre de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 1166).
50.52. Mediante resolución del Presidente del Consejo Directivo del INDI de 3 de
octubre de 2001, la señora Teresa Vargas, miembro de este Consejo Directivo, y el
señor Oscar Centurión, asesor de la Presidencia del INDI, fueron designados para
la preparación de todos los recaudos necesarios para presentar el pedido de
expropiación de una fracción de tierra para la Comunidad Yakye Axa292. Las
mencionadas personas realizaron una visita a la Comunidad Yakye Axa,
mantuvieron conversaciones con los líderes de la misma y acordaron que se harían
las gestiones para reivindicar 7.901 hectáreas dentro del área reivindicada para el
asiento definitivo de la Comunidad indígena293.

50.53. El 2 de noviembre de 2001 el Consejo Directivo del INDI resolvió “solicitar


al Parlamento Nacional[,] por vía [del] Poder Ejecutivo, la expropiación de parte de
las fincas Nos. 15.180 y 15.181 del inmueble ubicado en el Distrito de Pozo
Colorado, Departamento Presidente Hayes, en una superficie de 7.901 hectáreas”
294
. El 15 de noviembre de 2001 la Asesoría Jurídica del IBR dictaminó que, dado
que el INDI había resuelto solicitar la expropiación de las fincas No. 15.180 y
15.181 a favor de la Comunidad indígena Yakye Axa, “los trámites a cargo del
Instituto de Bienestar Rural se hallan finiquitados y en consecuencia corresponde
remitir estos autos al archivo”295. El 14 de noviembre de 2001 el Secretario
General del IBR ordenó el archivo del expediente “en espera de la interesada” 296.

ii. Ante el Congreso Nacional

50.54. El 14 de septiembre de 2000 los señores Tomás Galeano y Esteban López,


líderes de la Comunidad Yakye Axa, presentaron al presidente de la Cámara de
Diputados del Congreso Nacional una solicitud de elaboración de un proyecto de ley
para la expropiación de las tierras reivindicadas, con la motivación
correspondiente297.

50.55. Ese mismo día los diputados Sonia de León y Rafael Filizzola Serra
expresaron su disposición de “hacer[se] cargo” del proyecto de ley de expropiación
“QUE DECLARA DE INTERÉS SOCIAL Y EXPROPIA A FAVOR DEL INSTITUTO
PARAGUAYO DEL INDÍGENA, PARA SU POSTERIOR ADJUDICACIÓN A LA
COMUNIDAD INDÍGENA YAKYE AXA DEL PUEBLO ENXET LENGUA, LAS FINCAS

292
Cfr. resolución P.C. No. 802/001 emitida por la Presidenta del Instituto Paraguayo del Indígena
el 3 de octubre de 2001 (expediente de anexos de la demanda, anexo 4, folio 1235).

293
Cfr. informe sobre el viaje realizado a la Comunidad indígena Yakye Axa de 30 de octubre de
2001 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 1236), y comunicación presentada por los
señores Tomás Galeano y Esteban López, líderes de la Comunidad Yakye Axa, ante el Instituto
Paraguayo del Indígena el 18 de octubre de 2001 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio
1238).

294
Cfr. resolución No. 49/2001 emitida por el Consejo Directivo del Instituto Paraguayo del
Indígena el 2 de noviembre de 2001 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 1240).

295
Cfr. dictamen No. 1025 emitida por la Asesoría Legal del Instituto de Bienestar Rural el 15 de
noviembre de 2001 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 1243).

296
Cfr. oficio emitido por el Secretario General del Instituto de Bienestar Rural el 14 de diciembre
de 2001 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folio 1247).

297
Cfr. comunicación dirigida por los señores Tomás Galeano y Esteban López, líderes de la
Comunidad indígena Yakye Axa, al Presidente de la Cámara de Diputados el 14 de septiembre de 2000
(expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 1317 a 1326).
15.179, 15.180 Y 15.181 DEL DISTRITO POZO COLORADO, DEPARTAMENTO DE
PRESIDENTE HAYES, PERTENECIENTES A LAS FIRMAS LIVESTOCK CAPITAL GROUP,
FLORIDA AGRICULTURAL CORPORATION Y AGRICULTURAL DEVELOPMENT INC.,
RESPECTIVAMENTE” (resaltado del original), y solicitaron que el proyecto fuera
“girado a la comisiones correspondientes a los efectos del tratamiento previsto en
la Constitución Nacional y en reglamento de la Cámara”298.

50.56. La Comisión de Derechos Humanos y Asuntos Indígenas 299 y la Comisión de


Bienestar Rural300 del Congreso Nacional aconsejaron a la Cámara de Diputados
rechazar el mencionado proyecto de ley de expropiación. Asimismo, el 16 de
noviembre de 2000 los diputados Sonia de León y Rafael Filizzola Serra solicitaron
al Presidente de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional el retiro del citado
proyecto de ley de expropiación, en atención a que “la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos [resolvió] tomar intervención en este asunto y el Estado […] se
ha avenido a encontrar una solución amistosa”301.

50.57. El 28 de noviembre de 2000 la Cámara de Diputados del Congreso


Nacional emitió resolución No. 544, mediante la cual resolvió retirar el proyecto de
ley de expropiación302.

50.58. El 30 de enero de 2002 el Presidente del Paraguay y el Ministro de


Educación y Cultura del Paraguay sometieron a consideración de la Cámara de
Senadores del Congreso Nacional un nuevo proyecto de expropiación “QUE
DECLARA DE INTERÉS SOCIAL Y EXPROPIA UNA FRACCIÓN DE INMUEBLE
PROPIEDAD DE LA FIRMA AGRICULTURAL DEVELOPMENT INC. ASIENTO EN LA
COMUNIDAD INDÍGENA DENOMINADA ENXET (Lengua-Maskoy) ‘YAKIE AXA’, DEL
DISTRITO DE VILLA HAYES DEL DEPARTAMENTO DE PRESIDENTE HAYES, A
FAVOR DEL INSTITUTO PARAGUAYO DEL INDÍGENA” 303(resaltado del original).

50.59. El 19 de junio de 2002 la Comisión de Reforma Agraria y Bienestar Rural de


la Cámara de Senadores aconsejó la aprobación del citado proyecto de ley de

298
Cfr. comunicación dirigida por los diputados Sonia de León y Rafael Filizzola Serra al Diputado
Cándido Vera Bejarano, Presidente de la Cámara de Diputados, el 14 de septiembre de 2000 (expediente
de anexos a la demanda, anexo 13, folios 1315 a 1316).

299
Cfr. nota D.C.DD.HH.N0 03/00 dirigida por la Comisión de Derechos Humanos y Asuntos
Indígenas del Congreso Nacional a la Cámara de Diputados el 1 de noviembre de 2000 (expediente de
anexos a la demanda, anexo 16, folio 1337).

300
Cfr. dictamen CBR/365 emitido por la Comisión de Bienestar Rural del Congreso Nacional el 8
de noviembre de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 17, folio 1338).

301
Cfr. comunicación dirigida por los diputados Rafael Filizzola Serra y Sonia de León al Presidente
de la Cámara de Diputados el 16 de noviembre de 2000 (expediente de prueba para mejor resolver
presentada por el Estado, folio 3163).

302
Cfr. resolución No. 544 emitida por la Cámara de Diputados del Congreso Nacional el 28
de noviembre de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 18, folio 1339).

303
Cfr. comunicación No. 639 dirigida por el Presidente de la República del Paraguay, Luis Ángel
González Macchi, al Congreso Nacional el 30 de enero de 2002 (expediente de anexos a la demanda,
anexo 14, folios 1327 a 1331).
expropiación y solicitó su tratamiento en plenaria (supra párr. 50.58)304. El 27 de
junio de 2002 la Cámara de Senadores discutió y sometió a votación el proyecto de
ley de expropiación presentado por el Poder Ejecutivo. El proyecto de ley fue
finalmente rechazado y remitido al archivo305.

50.60. El 30 octubre de 2003 la Cámara de Senadores del Congreso Nacional


aprobó el proyecto de ley “QUE DECLARA DE INTERÉS SOCIAL Y TRANSFIERE A
TITULO GRATUITO DEL DOMINIO PRIVADO DEL ESTADO PARAGUAYO -
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL A FAVOR DEL INSTITUTO PARAGUAYO DEL
INDIGENA (INDI), PARA OTORGAR SIN COSTO A LAS COMUNIDADES INDIGENAS
EMHA SOLYAKTEKTAMA (NARANJATY) Y YAKYE AXA DEL PUEBLO ENXET-LENGUA;
Y A FAVOR DEL INSTITUTO DE BIENESTAR RURAL (IBR), A LOS FINES DE LA
REFORMA AGRARIA, UNA FRACCION DE TERRENO, IDENTIFICADA COMO PARTE
DE LA FINCA No. 1.012 DEL DEPARTAMENTO PRESIDENTE HAYES”306 (resaltado
del
original).

50.61. Los líderes de la Comunidad Yakye Axa rechazaron la oferta de adjudicación


de tierras contenida en este proyecto de ley (supra párr. 50.60), al no haber sido
consultada ni acordada previamente con los miembros de la Comunidad 307. Estas
tierras fueron adjudicadas únicamente a la comunidad indígena Emha Solyaktama
(Naranjaty), mediante la Ley No. 2.425, sancionada por el Congreso Nacional el 9
de agosto de 2004308.

iii. Ante Órganos Judiciales

Acción de amparo

50.62. El 3 de marzo de 1997 el abogado de la Comunidad indígena Yakye Axa


interpuso una acción de amparo constitucional en contra de la empresa
TOROCAY
S.A. AGROPECUERIA Y FORESTAL Y/O Estancia Loma Verde, arrendataria de los
territorios reivindicados por dicha Comunidad, invocando la Constitución Nacional,
así como las disposiciones contenidas en el artículo 14 de la ley 234/93 que ratifica
el Convenio No. 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes
de la Organización Internacional del Trabajo (en adelante “Convenio No. 169 de la

304
Cfr. dictamen No. 40 2001/2002 emitido por la Comisión de Reforma Agraria y Bienestar Rural
de la Cámara de Senadores el 19 de junio de 2002 (expediente de prueba para mejor resolver
presentada por el Estado, folio 3088).

305
Cfr. diario de sesiones de la Cámara de Senadores del Congreso Nacional de 27 de junio de
2002 (expediente de la prueba para mejor resolver presentada por el Estado, folios 3135 a 3145), y
resolución No. 1.066 emitida por la Cámara de Senadores del Congreso Nacional el 27 de junio de 2002
(expediente de anexos a la demanda, anexo 19, folio 1340).

306
Cfr. proyecto de ley aprobado por la Cámara de Senadores del Congreso Nacional el 30 de
octubre de 2003 (expediente de fondo y eventuales reparaciones y costas, Tomo IV, folios 896 a 897).

307
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos durante la audiencia pública celebrada el día 4 de marzo de 2005, y testimonio del señor
Rodrigo Villagra rendido ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos durante la audiencia
pública celebrada el día 4 de marzo de 2005.
308
Cfr. ley No. 2425 sancionada por el Congreso Nacional el 9 de agosto de 2004 (expediente de
prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo I, folio 1091).
OIT”) a favor de los miembros de dicha Comunidad indígena. Al respecto,
argumentó que “desde el mes de octubre de 1996 los indígenas sufren la
prohibición de ingreso a las tierras que forman parte de la Estancia Loma Verde[,
que] permanentemente son hostigados por [el] personal del mencionado
establecimiento” y por personal policial de la Comisaría del Distrito de Río Verde, y
que el 23 de diciembre de 1996 el señor Esteban López, líder de la Comunidad, fue
expulsado en su recorrido por el monte, con disparos de personal de la estancia, al
igual que le sucedió a otro miembro de la Comunidad, el señor Daniel Ciriaco. De
esta manera, alegó que los miembros de la Comunidad Yakye Axa se han visto
“impedidos arbitrariamente de practicar actividades de caza y pesca en los montes
de la Estancia Loma Verde que constituye hábitat tradicional del Pueblo Enxet-
Lengua” y que su situación “es angustiante debido a la imposibilidad de contar con
alimentos suficientes para su [super]vivencia”. Asimismo, solicitó que decrete
“como medida cautelar de urgencia, ínterin se sustancia el amparo, el cese
inmediato de la prohibición vigente en la Estancia Loma Verde para que los
indígenas puedan realizar actividades de cacería y pesca de subsistencia en el área
del establecimiento mencionado” 309.

50.63. El 17 de abril de 1997 el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y


Comercial Décimo Turno Secretaría No. 19 resolvió “NO HACER LUGAR al amparo”
(resaltado del original). El Juzgado consideró que la demanda debía ser
desestimada “por haber caducado el plazo que tenían para promoverla” 310.

50.64. Esta decisión fue confirmada el 28 de mayo de 1997 por el Tribunal de


Apelación en lo Civil y Comercial, Quinta Sala311; y el 1 de julio de 1999 por la Sala
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia del Paraguay312.

Medidas cautelares de no innovar y anotación de litis

 Promovidas por los abogados de la Comunidad Yakye Axa

50.65. El 13 de octubre de 1997 el abogado de la Comunidad Yakye Axa solicitó,


con base en el artículo 2 de la Ley No. 43/89 sobre el Régimen de Asentamientos
de Indígenas (en adelante “Ley No. 43/89), la adopción de medida de no innovar
y anotación de litis en relación con “las tierras que constituyen asentamientos
tradicionales de la Comunidad”313.

309
Cfr. escrito de interposición de acción de amparo constitucional presentado por la Comunidad
indígena Yakye Axa el 3 de marzo de 1997 (expediente de anexos a la demanda, anexo 20, folios 1341 a
1343).

310
Cfr. sentencia No. 275 emitida por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial
Décimo Turno Secretaría No. 19 el 17 de abril de 1997 (expediente de anexos a la demanda, anexo 10,
folios 1281 a 1287).

311
Cfr. acuerdo y sentencia No. 30 emitida por el Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial,
Quinta Sala el 28 de mayo de 1997 (expediente de anexos a la demanda, anexo 10, folios 1288 a 1289).

312
Cfr. acuerdo y sentencia No. 365 emitida por la Corte Suprema de Justicia del Paraguay el 1 de
julio de 1999 (expediente de anexos a la demanda, anexo 22, folios 1348 a 1350).

313
Cfr. solicitud de medida de no innovar y anotación de litis presentada por la Comunidad Yakye
Axa ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial, Laboral y Tutelar del Menor de
Concepción el 13 de octubre de 1997 (expediente de anexos a la demanda, anexo 23, folios 1351 a

310
Esta obra ha sido publicada bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir bajola misma licencia 2.5 Perú.
Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
1353).

310
Esta obra ha sido publicada bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir bajola misma licencia 2.5 Perú.
Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
50.66. El 26 de noviembre de 1997 el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil,
Comercial, Laboral y Tutelar del Menor de Concepción decidió decretar la medida
de no innovar y ordenar la anotación de la litis sobre los mencionados
inmuebles314.

50.67. Frente a ello, el representante legal de las empresas Livestock Capital


Group INC, Agricultural Development INC y Florida Agricultural Corporation
presentó un incidente de levantamiento de medidas cautelares.

50.68. El 27 de abril de 1998 el Juez de Primera Instancia en lo Civil,


Comercial, Laboral y Tutelar del Menor de Concepción acogió dicha solicitud
mediante auto interlocutorio No. 173, y resolvió levantar la prohibición de no
innovar y la inscripción de litis decretadas anteriormente, puesto que consideró,
entre otras cosas, que “no es posible afirmar que los inmuebles sobre los que
las medidas
cautelares recayeron constituyen una parte del asentamiento” de la Comunidad 315.

50.69. La representación legal de la Comunidad Yakye Axa presentó un recurso


de apelación en contra del auto interlocutorio No. 173 mencionado en el párrafo
anterior316.

50.70. El 9 de junio de 1998 el Tribunal de Apelación en lo Civil, Comercial,


Laboral, Criminal, Correccional y Tutelar del Menor de Concepción confirmó el auto
apelado que levantó las medidas cautelares317.

50.71. El 29 de junio de 1998 el abogado de la Comunidad Yakye Axa interpuso


acción de inconstitucionalidad ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema
de Justicia en contra del señalado auto interlocutorio del Tribunal de
Apelación318 (supra párr. 50.70). De igual forma, el 9 de marzo de 1999
presentó un escrito, mediante el cual denunció la realización de “trabajos
intensivos de desmonte, edificación y excavación en el inmueble afectado a las
resultas” de la acción de

314
Cfr. auto interlocutorio No. 413 emitido por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil,
Comercial, Laboral y Tutelar del Menor de Concepción el 26 de noviembre de 1997 (expediente
de anexos a la demanda, anexo 23, folio 1354).

315
Cfr. auto interlocutorio No. 173 emitido por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil,
Comercial, Laboral y Tutelar del Menor de Concepción el 27 de abril de 1998 (expediente de anexos a la
demanda, anexo 23, folios 1358 a 1363).

316
Cfr. escrito de fundamentación del recurso de apelación presentado por la Comunidad indígena
Yakye Axa el 13 de mayo de 1998 (expediente de anexos a la demanda, anexo 23, folios 1364 a 1367).

317
Cfr. auto interlocutorio No. 78 emitido por el Tribunal de Apelación en lo Civil, Comercial,
Laboral, Criminal, Correccional y Tutelar del Menor de Concepción el 9 de junio de 1998 (expediente de
anexos a la demanda, anexo 23, folios 1369 a 1374).

31
1
Esta obra ha sido publicada bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir bajola misma licencia 2.5 Perú.
Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
318
Cfr. escrito de acción de inconstitucionalidad interpuesto por la Comunidad Yakye Axa ante la
Corte Suprema de Justicia del Paraguay el 29 de junio de 1998 (expediente de anexos a la demanda,
anexo 23, folios 1375 a 1378).

31
2
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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
inconstitucionalidad interpuesta, por lo que solicitó la adopción de medidas de
protección319.

50.72. El 28 de junio de 1999 la Sala Constitucional de la Corte Suprema de


Justicia resolvió no hacer lugar al pedido de medidas de protección formulado por el
abogado de la Comunidad320 y posteriormente declaró la caducidad de la instancia
en el juicio de inconstitucionalidad321.

 Promovidas por el INDI

50.73. El 24 de abril de 2002 el INDI promovió ante los tribunales de justicia una
solicitud de medidas cautelares de no innovar y anotación de litis, respecto de los
inmuebles cuya expropiación había sido solicitada el 30 de enero de 2002 por el
Poder Ejecutivo ante el Congreso Nacional322 (supra párr. 50.58).

50.74. El 13 de mayo de 2002 el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y


Comercial del Tercer Turno decretó las medidas cautelares solicitadas y ordenó
inscribir en el registro correspondiente la prohibición de no innovar de hecho y de
derecho y la anotación de la litis sobre los mencionados inmuebles323.

50.75. El 23 de agosto de 2002 el Juez decretó el levantamiento de las medidas


cautelares luego que el proyecto de ley de expropiación fuera rechazado por la
Cámara de Senadores del Congreso el 27 de junio de 2002 (supra párr.
50.59)324.

Denuncias ante el Ministerio Público

50.76. El 11 de marzo de 1999 el abogado de la Comunidad presentó una denuncia


ante el Ministerio Público por la realización de “trabajos intensivos de desmonte,

319
Cfr. denuncia de hechos nuevos, formulación de manifestaciones y solicitud de medida judicial
de urgencia presentada por la Comunidad Yakye Axa ante la Corte Suprema de Justicia el 9 de marzo de
1999 (expediente de anexos a la demanda, anexo 23, folios 1379 a 1381).

320
Cfr. auto interlocutorio No. 795 emitido por la Corte Suprema de Justicia del Paraguay el 28 de
junio de 1999 (expediente de anexos a la demanda, anexo 25, folios 1383 a 1384).

321
Cfr. auto interlocutorio No. 375 emitido por la Corte Suprema de Justicia del Paraguay el 10 de
abril de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 24, folio 1382).

322
Cfr. escrito de solicitud de medidas cautelares de no innovar y anotación de litis presentado por
el Instituto Paraguayo del Indígena el 24 de abril de 2002 (expediente de prueba para mejor resolver
presentada por el Estado, Tomo I, folios 807 a 811).
323
Cfr. decreto de medidas cautelares acordado por el Juez de Primera Instancia en lo Civil y
Comercial del Tercer Turno el 13 de mayo de 2002 (expediente de prueba para mejor resolver
presentada por el Estado, Tomo I, folio 815).

324
Cfr. cédula de notificación del levantamiento de las medidas cautelares de no innovar y
anotación de litis emitida por el Juez de Primera Instancia en lo Civil y Comercial del Tercer Turno el 23
de agosto de 2002 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo I, folios
936).
edificación y excavación dentro del área territorial reivindicada por la Comunidad
indígena Yakye Axa, conocido como Estancia Loma Verde”325.

50.77. El 16 de marzo de 1999 funcionarios del Ministerio Público visitaron la


Estancia Loma Verde para verificar la denuncia presentada, pero no fueron
atendidos por el personal de la firma Torokay SA326. Los agentes del
Ministerio Público recorrieron la propiedad y señalaron que: “no existe
desmonte
indiscriminado […] y no existiría perjuicio al ecosistema”327.

c) Acciones promovidas en contra de la Comunidad indígena Yakye Axa

i. Ante el INDI

50.78. El 22 de abril de 1998 las firmas “Florida Agricultural Corporation”,


“Livestock Capital Group INC” y “Agricultural Development INC”, por medio de su
abogado, presentaron una denuncia ante el INDI contra los miembros de la
Comunidad Yakye Axa por haber “iniciado sistemáticas incursiones dentro de [sus]
inmuebles” y solicitaron que se ordene a la Jefatura de la Policía Nacional del
Departamento de Villa Hayes para que provea de personal policial para la custodia
de los inmuebles de referencia328. Del expediente tramitado ante el INDI y el IBR
no es posible determinar el curso dado a esta denuncia.

ii. Ante Órganos Judiciales

50.79. El 16 de marzo de 1999 el representante legal de la firma Livestock Capital


Group INC, que figura como una de las propietarias de la Estancia Loma Verde,
presentó una denuncia en contra de miembros innominados de la Comunidad
Yakye Axa, por la supuesta comisión de los delitos de invasión de inmueble ajeno,
coacción grave y hurto329. El 17 de marzo de ese año el Juez de Primera Instancia
en lo Criminal y Correccional del Menor de la Circunscripción Judicial de Concepción
resolvió instruir el sumario respectivo “en averiguación y comprobación del hecho
denunciado y la determinación de su autor o autores”. Mediante esta resolución el
juez convocó a los señores Tomás Galeano y Esteban López a fin de que
comparecieran ante esa judicatura para prestar declaraciones informativas.

325
Cfr. denuncia de deforestación presentada por la Comunidad Yakye Axa el 11 de marzo de 1999
(expediente de anexos a la demanda, anexo 26, folios 1385 a 1387).

326
Cfr. informe sobre el viaje realizado a la Comunidad Yakye Axa elaborado por el Ministerio
Público el 18 de marzo de 1999 (expediente de anexos a la demanda, anexo 27, folio 1388).

327
Cfr. informe sobre el supuesto desmonte y tráfico de rollos cometido en perjuicio del hábitat de
la Comunidad Yakye Axa elaborado por el Ministerio Público el 16 de marzo de 1999 (expediente de
anexos a la demanda, anexo 28, folios 1389 a 1390).

328
Cfr. comunicación dirigida por el representante de Florida Agricultural Corporation, Livestock
Capital Group Inc. y Agricultural Development Inc., al Instituto Paraguayo del Indígena el 22 de abril de
1998 (expediente de anexos a la demanda, anexo 4, folios 785 a 786).

329
Cfr. denuncia presentada por el representante de Livestock Capital Group Inc., ante el Juez de
Primera Instancia en lo Criminal y Correccional del Menor de la Circunscripción Judicial de Concepción en
contra de los miembros de la Comunidad Yakye Axa el 16 de marzo de 1999 (expediente de prueba para
mejor resolver presentada por el Estado, Tomo II, folios 1323 a 1330).
Asimismo, en esta resolución el Juez dio intervención al representante del Ministerio
Público, pero no notificó a los líderes de la Comunidad de la apertura del sumario,
instruido en contra de miembros de la Comunidad indígena 330. El 22 de marzo de
1999 el representante legal de la citada firma presentó querella criminal formal por
los referidos delitos de invasión de inmueble ajeno, coacción grave y hurto en
contra de personas innominadas pertenecientes a la Comunidad indígena Yakye
Axa331. Ese mismo día, el Juez de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional
del Menor de la Circunscripción Judicial de Concepción admitió la querella criminal
promovida y ratificó la convocatoria de los señores Tomás Galeano y Esteban López
para que prestaran declaraciones informativas332. Posteriormente, los señores
Basilio Fernández, Artemio Roa y Marcos Vera, empleados de la Estancia Loma
Verde, fueron citados también a rendir declaración informativa333.

50.80. El 28 de abril de 1999 los señores Tomás Galeano y Esteban López


rindieron declaración informativa ante el citado Juzgado334.

50.81. El 3 de mayo de 1999 el señor Oscar Ayala Amarilla solicitó su intervención


como representante convencional de la Comunidad indígena Yakye Axa335. El 5 de
mayo de ese año, el Juez acordó tener “por presentado al recurrente en el carácter
invocado y por constituido su domicilio en el lugar señalado”, la expedición de
fotocopias de los autos y librar oficio al INDI a efectos de que informe si la
Comunidad Yakye Axa está registrada en esa institución y quienes ejercen la
representación de dicha parcialidad336. Ese mismo día el querellante particular se
opuso a la intervención del señor Oscar Ayala Amarilla como representante
convencional de la Comunidad, ante lo cual el Juez resolvió revocar “por contrario

330
Cfr. resolución emitida por el Juez de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional del Menor
de la Circunscripción Judicial de Concepción el 17 de marzo de 1999 (expediente de prueba para mejor
resolver presentada por el Estado, Tomo II, folios 1336 a 1337).

331
Cfr. querella criminal presentada por el representante de Livestock Capital Group Inc., ante el
Juez de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional del Menor de la Circunscripción Judicial de
Concepción el 22 de marzo de 1999 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el
Estado, Tomo II, folios 1439 a 1446).

332
Cfr. resolución emitida por el Juez de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional del Menor
de la Circunscripción Judicial de Concepción el 22 de marzo de 1999 (expediente de prueba para mejor
resolver presentada por el Estado, Tomo II, folio 1447).

333
Cfr. cédula de notificación de 8 de abril de 1999 dirigida a los señores Basilio Fernández,
Artemio Roa y Marcos Vera (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo
II, f. 1457).

334
Cfr. actas de declaración informativa rendida el 28 de abril de 1999 por los señores Tomás
Galeano y Esteba López ante el Juez de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional del Menor de la
Circunscripción Judicial de Concepción (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el
Estado, Tomo II, fs. 1473 a 1481 y 1485 a 1489).

335
Cfr. solicitud de intervención del representante convencional de la Comunidad y copia de
actuaciones de 3 de mayo de 1999 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado,
Tomo II, fs. 1495).

336
Cfr. auto de 5 de mayo de 1999 del juez del Juez de Primera Instancia en lo Criminal y
Correccional del Menor de la Circunscripción Judicial de Concepción (expediente de prueba para mejor
resolver presentada por el Estado, Tomo II, fs. 1496).
imperio la providencia de esta misma fecha […] en la parte que se ordena la
expedición de fotocopias de estos autos, hasta que el INDI conteste”337.

50.82. El 17 de junio de 1999 varios miembros de la Comunidad fueron


convocados a prestar declaraciones informativas ante el juez de la causa338. Sin
embargo, no consta en el expediente del proceso llevado a cabo en dicho Juzgado
de primera instancia que estas personas hayan comparecido para prestar las
referidas declaraciones informativas.

50.83. El 21 de julio de 2000 el querellante particular denunció que “en el marco de


un convenio con el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP), los indígenas
[de la Comunidad Yakye Axa] recibieron una primera partida de 50 cajas para
apicultura”, las cuales habrían sido ubicadas dentro de la Estancia Loma Verde, “a
unos 150 metros hacía el sur del trazado de la ruta Concepción-Pozo Colorado” 339.
Ese mismo día, el juez ordenó la realización de una inspección judicial en la referida
Estancia Loma Verde, a efectos de constatar los hechos denunciados340.

50.84. El 24 de julio de 2000 el juez de la causa se trasladó a la Estancia Loma


Verde y constató la existencia de tres cajones para apicultura en el interior de
dicho inmueble, por lo que dispuso el comiso de los mismos y su respectivo
depósito en dicho tribunal341.

50.85. El 30 de agosto de 2000 el juez de la causa dispuso como medida cautelar


“la prohibición a los indígenas que se hallan asentados sobre el trazado de la Ruta
Concepción-Pozo Colorado, liderados por Tomas Galeano y Esteban López, para
ingresar a las propiedad de las Estancia ‘Loma Verde’, debiendo abstenerse de
realizar actos de cacería, tala de árboles y otras actividades dentro de la misma”.
Asimismo, ordenó a los miembros de la Comunidad Yakye Axa “abstenerse de
consumir agua del tajamar de donde lo hacen dentro del establecimiento
mencionado”342.

337
Cfr. auto de 5 de mayo de 1999 del juez del Juez de Primera Instancia en lo Criminal y
Correccional del Menor de la Circunscripción Judicial de Concepción (expediente de prueba para mejor
resolver presentada por el Estado, Tomo II, fs. 1503).

338
Cfr. cédulas de notificación con fecha 17 de junio de 1999 a los señores Daniel Ciriaco, Pedro
García, Raimundo Galarza, César Chávez Fernández, Daniel González, Pablino Chávez, Juan Torales,
Alejandro Álvarez, Clarita Galarza, Celso Flores, Venancio Flores, Silvio Ramón, Marciano Solano, Basilio
Martínez, Albino Fernández, Marcial Chico Ávalos, Anuncio Gómez, Cirilo Gómez, Marcos Yegros, Zacarias
Flores, Dionisio Flores y Elias Ávalos (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el
Estado, Tomo II, fs. 1502 a 1579).

339
Cfr. denuncia presentada el 21 de julio de 2000 por el señor Daniel Sosa, abogado del
querellante particular (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo II, fs.
1702 a 1705).

340
Cfr. providencia emitida por el Juez en lo Penal de Liquidación y Sentencia de Concepción el 21
de julio de 2000 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo II, folio
1706).

341
Cfr. acta de inspección ocular realizada por el Juez en lo Penal de Liquidación y Sentencia de
Concepción el 24 de julio de 2000 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado,
Tomo II, folios 1709 a 1710).

342
Cfr. resolución emitida por el Juez en lo Penal de Liquidación y Sentencia de Concepción el 30
de agosto de 2000 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo III, folio
1784).
50.86. Los días 5 y 11 de septiembre de 2000 el señor Oscar Ayala Amarilla reiteró
su solicitud de intervención de ley como representante convencional en el
procedimiento penal iniciado en contra de los miembros de la Comunidad Yakye
Axa343. Sin embargo, el 11 de septiembre de 2000 el juez declaró sin lugar la
citada solicitud de intervención en la causa penal de referencia, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 117 y demás normas concordantes del Código
Procesal Penal de 1890, aún vigente. Al respecto, indicó que el señor Oscar Ayala
Amarilla debía presentar su solicitud de intervención como representante
convencional de la Comunidad ante el INDI. Asimismo, el Juez ordenó oficiar al
INDI a fin de que este organismo informara sobre la nómina de las organizaciones
no gubernamentales que tiene registradas y cuáles están vinculadas a la
Comunidad indígena Yakye Axa344. El 15 de septiembre de 2000 el señor Oscar
Ayala Amarilla interpuso recurso de apelación contra esta decisión 345, el cual fue
declarado no ha lugar por el juez de la causa el 18 de septiembre de ese mismo
año346.

50.87. En el marco de este procedimiento penal, el 29 de agosto de 2001 el Juez


Penal de Liquidación y Sentencia ordenó el desalojo de la Comunidad de la franja
de dominio público donde está instalada y el levantamiento de sus viviendas347.

50.88. El 14 de septiembre de 2001 los señores Aurelio R. Sosa Mendoza e


Higinio Lovera Sosota, actuando en nombre y representación del INDI, solicitaron
su intervención legal en el proceso penal, a efectos de asumir la defensa de los
encausados348. Por auto de ese mismo día, el Juez de la causa admitió la
intervención legal solicitada349.

50.89. El INDI interpuso recursos de apelación y reconsideración contra la


providencia judicial de 29 de agosto de 2001 que ordenó el desalojo de la

343
Cfr. solicitud de intervención y fotocopias autenticadas presentada por el señor Oscar Ayala
Amarilla el 5 de septiembre de 2000 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el
Estado, Tomo III, folio 1798), y reiteración de solicitud de intervención y fotocopias autenticadas
presentada por el señor Oscar Ayala Amarilla el 11 de septiembre de 2000 (expediente de prueba para
mejor resolver presentada por el Estado, Tomo III, folio 1801).

344
Cfr. resolución emitida por el Juez en lo Penal de Liquidación y Sentencia de Concepción el 11
de septiembre de 2000 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo III,
folio 1797).

345
Cfr. recurso de apelación presentado por el señor Oscar Ayala Amarilla de 15 de septiembre de
2000 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo III, folio 1817).

346
Cfr. providencia emitida por el Juez en lo Penal de Liquidación y Sentencia de Concepción el 18
de septiembre de 2000 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo III,
folio 1818).

347
Cfr. providencia emitida por el Juez en lo Penal de Liquidación y Sentencia de Concepción el 29
de agosto de 2001 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo III, folio
1933).

348
Cfr. solicitud de intervención legal presentado por funcionarios del Instituto Paraguayo del
Indígena el 14 de septiembre de 2001 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el
Estado, Tomo III, folios 1952 a 1953).

349
Cfr. providencia emitida por el Juez en lo Penal de Liquidación y Sentencia de Concepción el 14
de septiembre de 2001 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo III,
folio 1954).
Comunidad (supra párr. 50.87). El juez de la causa declaró no ha lugar dichos
recursos350. Ante esta situación, el 26 de septiembre de 2001 la Comisión
Interamericana recomendó al Estado la adopción medidas cautelares a favor de la
Comunidad Yakye Axa con el propósito de suspender la ejecución de la citada orden
judicial351. Hasta la fecha el Estado no ha ejecutado la orden de desalojo.

50.90. Del expediente del presente caso ante la Corte Interamericana no


se desprende cuál es el estado actual de este proceso penal.

iii. Amenazas

50.91 Los miembros de la Comunidad Yakye Axa han sido víctimas de constantes
amenazas y actos de hostigamiento durante el tiempo que han permanecido
asentados al costado de la carretera pública que une Pozo Colorado y Concepción.
Frente a estos hechos, los miembros de la Comunidad presentaron denuncias ante
diversos órganos del Estado, sin que se conozca del inicio de algún tipo de
investigación352.

d) Condiciones de vida de los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa

50.92. En el año 1996 algunos miembros de la Comunidad Yakye Axa decidieron


salir de la Estancia El Estribo y regresar a las tierras reclamadas como parte de su
territorio ancestral, a la espera de una resolución del INDI sobre su caso. El
ingreso a dichas tierras les ha sido negado, por lo que decidieron instalarse frente
a la alambrada de la Estancia Loma Verde, al costado de la ruta que une Pozo
Colorado y Concepción, en el Departamento de Presidente Hayes353 (supra párr.
50.8).

350
Cfr. providencia emitida por el Juez en lo Penal de Liquidación y Sentencia de Concepción de 18
el septiembre de 2001 (expediente de prueba para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo III,
folio 1956); escrito de reconsideración y reposición de providencia y apelación en subsidio presentada
por el Instituto Paraguayo del Indígena el 19 de septiembre de 2001 (expediente de prueba para mejor
resolver presentada por el Estado, Tomo III, folios 2000 a 2001), y providencia emitida por el Juez en lo
Penal de Liquidación y Sentencia de Concepción de 19 de septiembre de 2001 (expediente de prueba
para mejor resolver presentada por el Estado, Tomo III, folio 2002).

351
Cfr. comunicación sobre medidas cautelares dirigida por la Comisión Interamericana al Estado el
26 de septiembre de 2001 (expediente de anexos a la demanda, anexo 3, folios 408 a 410).

352
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; testimonio de la señora Inocencia Gómez rendido
ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, y
declaración del señor Albino Fernández rendida ante fedatario público el 10 de febrero de 2005
(expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folio 637).

353
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la
Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, testimonio de la
señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el
4 de marzo de 2005, y testimonio del señor Stephen William Kidd rendido ante la Corte Interamericana
durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005.
50.93. Las condiciones de miseria en las que viven los miembros de la Comunidad
Yakye Axa que están asentados al costado de la carretera pública son extremas354.
Los miembros de esta Comunidad no pueden cultivar ni practicar sus actividades
tradicionales de subsistencia en la zona de asentamiento. Además, no les está
permitido ingresar a las tierras que reclaman como tradicionales, para cazar
animales silvestres, pescar, recolectar frutos, miel y agua, entre otros. Para
obtener alimento, los hombres de la Comunidad se ven obligados a hacer largos
viajes para cazar y pescar en otras zonas355. Esta situación se ve agravada por el
hecho de que pocos miembros de la Comunidad tienen trabajo o algún tipo de
ingreso económico356, por lo que su fuente de alimentación ha dependido
principalmente de la voluntad de organismos del Estado e instituciones privadas357.

50.94. En este asentamiento los miembros de la Comunidad Yakye Axa no cuentan


con los servicios básicos mínimos. Las viviendas están precariamente construidas
de Karanda’y, un tipo de palma de la región del Chaco, y láminas de zinc o
pedazos de plástico, por lo que se ven particularmente afectadas por los cambios
estacionales. Cada vivienda tiene un promedio de cinco habitantes. No cuentan
con energía eléctrica, utilizan fogones para cocinar, así como velas y candiles para
iluminar el lugar358.

50.95. Los miembros de la Comunidad no tienen acceso a agua limpia y la fuente


de agua mas confiable es la recogida durante las lluvias. El agua que obtienen con
regularidad proviene de pozos (tajamares) ubicados en las tierras reclamadas, sin

354
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la
Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, testimonio de la
señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el
4 de marzo de 2005, y peritaje del señor Pablo Balmaceda rendido ante la Corte Interamericana durante
la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005.

355
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, y testimonio de la señora Inocencia Gómez rendido
ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005.

356
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, y libro titulado “Atlas de las Comunidades Indígenas
en el Paraguay”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay, 2002
(expediente de documentos presentados durante la audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de marzo
de 2005, Tomo II, páginas 404).

357
Cfr. comprobantes de compra y entrega de alimentos a la Comunidad Yakye Axa (expediente de
anexos a la demanda, anexo 3, folios 144 a 179); comprobantes de compra y entrega de alimentos a la
Comunidad Yakye Axa por parte de los representantes (expediente de anexos a los alegatos finales
escritos, folios 480 a 783); testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana
durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, testimonio de la señora Inocencia Gómez
rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, y
peritaje del señor Pablo Balmaceda rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el 4 de marzo de 2005.

358
Cfr. peritaje del señor Pablo Balmaceda rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; informe médico sanitario de la Comunidad Yakye
Axa elaborado por el señor Pablo Balmaceda (expediente de anexos al escrito de solicitudes y
argumentos, anexo 1, folios 1555 a 1563), y libro titulado “Atlas de las Comunidades Indígenas en el
Paraguay”, Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay, 2002 (expediente
de documentos presentados durante la audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005,
Tomo II, páginas 404).
embargo, es utilizada tanto para el consumo humano como para el aseo personal y
no están protegidas del contacto con animales359.

50.96. En este asentamiento, los miembros de la Comunidad no cuentan con


retretes o servicios sanitarios de algún tipo (letrinas o pozos sépticos), por lo que
utilizan el campo abierto para hacer sus necesidades fisiológicas, lo cual ocasiona
que las condiciones de salubridad del asentamiento sean altamente deficientes360.

50.97. Como consecuencia de estas condiciones, los miembros de la Comunidad


indígena que se encuentran en este asentamiento padecen de desnutrición, anemia
y de una parasitosis general361.

50.98. El hospital más cercano a la zona de asentamiento de la Comunidad Yakye


Axa se encuentra a aproximadamente 70 kilómetros de distancia. Asimismo, para
llegar al hospital regional correspondiente al Departamento Presidente Hayes, los
miembros de la Comunidad tienen que recorrer más de 200 kilómetros de
distancia y, para ello, no cuentan con transporte especial y el transporte público es
escaso e inadecuado. La Comunidad no cuenta con un puesto o centro de salud ni
es visitada regularmente por promotores de salud362.

50.99. En la actualidad la Comunidad Yakye Axa tiene una escuela a la que asisten
regularmente 57 niños y niñas. Sin embargo, dadas las características del actual
asentamiento de la Comunidad, la escuela no posee una estructura adecuada ni las
facilidades y materiales suficientes, los cuales son proporcionados principalmente
por el Estado. Además, las condiciones de salud, alimentación y vestido de los niños
y niñas de la Comunidad dificultan gravemente su asistencia y rendimiento en
clases363.

359
Cfr. peritaje del señor Pablo Balmaceda rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; informe médico sanitario de la Comunidad Yakye
Axa elaborado por el señor Pablo Balmaceda (expediente de anexos al escrito de solicitudes y
argumentos, anexo 1, folios 1555 a 1563), y testimonio de la señora Inocencia Gómez rendido ante la
Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005.

360
Cfr. informe médico sanitario de la Comunidad Yakye Axa elaborado por el señor Pablo
Balmaceda (expediente de anexos al escrito de solicitudes y argumentos, anexo 1, folios 1555 a 1563),
y peritaje de Pablo Balmaceda rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el 4 de marzo de 2005.

361
Cfr. informe médico sanitario de la Comunidad Yakye Axa elaborado por el señor Pablo
Balmaceda (expediente de anexos al escrito de solicitudes y argumentos, anexo 1, folios 1555 a 1563),
y peritaje del señor Pablo Balmaceda rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el 4 de marzo de 2005.

362
Cfr. informe médico sanitario de la Comunidad Yakye Axa elaborado por el señor Pablo
Balmaceda (expediente de anexos al escrito de solicitudes y argumentos, anexo 1, folios 1555 a 1563);
peritaje del señor Pablo Balmaceda rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública
celebrada el 4 de marzo de 2005, y libro titulado “Atlas de las Comunidades Indígenas en el Paraguay”,
Presidencia de la República, Secretaría Técnica de Planificación. Paraguay, 2002 (expediente de
documentos presentados durante la audiencia pública celebrada los días 4 y 5 de marzo de 2005, Tomo
II, páginas 404).

363
Cfr. declaración del señor Albino Fernández rendida ante fedatario público el 10 de febrero de
2005 (expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folio 637), y
testimonio de la señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia
pública celebrada el 4 de marzo de 2005.
50.100. Las precarias condiciones de vida en que se encuentran los miembros de la
Comunidad Yakye Axa asentados al costado de la ruta que une Pozo Colorado y
Concepción fue reconocida el 23 de junio de 1999 por el Presidente de la República
del Paraguay, quien emitió el decreto No. 3789 que declaró en estado de
emergencia a las Comunidades indígenas Yakye Axa y Sawhoyamaxa, del Pueblo
Enxet-Lengua. El decreto presidencial reconoció que la Comunidad Yakye Axa se
hallaba privada del “acceso a los medios de subsistencia tradicionales ligados a su
identidad cultural, por la prohibición de los propietarios al ingreso de éstos en el
hábitat reclamado como parte de sus territorios ancestrales”; y dispuso que el INDI
“conjuntamente con los Ministerios del Interior y de Salud Pública y Bienestar Social
ejecuten las acciones que correspondan para la inmediata provisión de atención
médica y alimentaria a las familias integrantes de las comunidades señaladas,
durante el tiempo que duren los trámites judiciales referente a la legislación de las
tierras reclamadas como parte del hábitat tradicional de las mismas.” 364

50.101. El señor Esteban López visitaba regularmente al INDI para solicitar


víveres, medicamentos y cualquier tipo de ayuda, la cual le era concedida en
algunas oportunidades365.

50.102. El 18 de febrero de 2000 funcionarios del INDI realizaron un viaje al lugar


de asentamiento de las comunidades Yakye Axa y Sawhoyamaxa para realizar “el
levantamiento de datos”. En esa visita, según consta en el informe elaborado por
los funcionarios, se pudo comprobar “la precariedad de medios en que se
desenvuelven debido a la imposibilidad de ingresar a los territorios que
reivindican para realizar sus pautas tradicionales, como son la caza, pesca y
recolección[, así] como la escasez de agua potable a consecuencia de la
prolongada sequía
ocasionada por la falta de lluvia de la zona”. Respecto de la educación, se pudo
comprobar que “cuentan con escuelas precarias, desarrolladas hasta el 6to grado,
con rubros proveídos por el Ministerio de Educación y Culto, para el cual necesitan
la provisión de útiles escolares”366.

50.103. En el mes de marzo de 2000 el Estado, a través del INDI y en


cumplimiento del decreto presidencial No. 3789/99 (supra párr. 50.100), entregó a
la Comunidad Yakye Axa víveres, útiles escolares (cuadernos, reglas, lápices,
borradores, tizas blancas, diccionarios y libros) y medicamentos para tratar las
afecciones comunes como problemas dérmicos, bronquiales, estomacales, cefalea,
febriles y anémicos. Asimismo, un oficial del Registro Civil elaboró actas de
nacimiento para niños en edad escolar y otros interesados367.

364
Cfr. decreto presidencial No. 3789 de 23 de junio de 1999 (expediente de anexos a la demanda,
anexo 10, folios 1278 a 1280).

365
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, y declaración del señor Oscar Centurión rendida ante
fedatario público el 22 de febrero de 2005 (expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y
costas, Tomo III, folios 781 a 787).

366
Cfr. informe elaborado por los señores Claudio Miltos y Augusto Ortigoza, funcionarios del
Instituto Paraguayo del Indígena, el 25 de febrero de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo
3, folios 188 a 190).

367
Cfr. informe elaborado por el señor Claudio Miltos, funcionario del Instituto Paraguayo del

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Indígena, el 30 de marzo de 2000 (expediente de anexos a la demanda, anexo 3, folios 180 a 184).

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50.104. Igualmente, en los meses de septiembre y noviembre de 2001, y enero,
abril, julio y septiembre de 2002 el Estado, a través del INDI, entregó víveres a la
Comunidad Yakye Axa en cumplimiento del Decreto Presidencial No. 3789 (supra
párr. 50.100). Los víveres entregados han sido generalmente arroz, fideos,
galletas, yerba común, aceite, harina, poroto, locro, sal, azúcar, carne y
jabón368.

50.105. En el mes de julio de 2002 el Estado, a través del Ministerio de Salud


Pública y Bienestar Social, brindó servicio de atención médica a los miembros de la
Comunidad Yakye Axa. La asistencia médica consistió en la vacunación de 84
personas (M.E.F -15 años a 49 años- D.T. o T.T; D.P.T – menos de un año-; Sabin-
menos de un año-; Antisarampinosa- un año-; D.P.T- refuerzo de uno a cuatro
años; y Sabin y Antisarampinosa- refuerzo-), dotación de medicamentos (Ovulo
vaginal, Paracetamol en gotas y sulfato ferroso), charla educativa, inmunización,
IRA, e higiene personal. El servicio fue prestado por cuatro licenciados en
enfermería, un auxiliar de enfermería y ocho estudiantes de enfermería369.

e) Daños materiales e inmateriales causados a los miembros de la Comunidad


indígena Yakye Axa

50.106. Los miembros de la Comunidad Yakye Axa y sus líderes incurrieron en una
serie de gastos relacionados con las gestiones realizadas con el propósito de
impulsar el proceso de reivindicación de tierras. Si bien estas gestiones no son
propiamente de carácter judicial o administrativo, han ocasionado a los miembros
de la Comunidad un daño material370.

50.107. Los miembros de la Comunidad han recibido apoyo de salud y alimentación


de la organización no gubernamental Tierra Viva, así como de otros particulares371.

50.108. La falta de garantía del derecho a la propiedad comunitaria ha ocasionado


que los miembros de la Comunidad permanezcan con miedo, intranquilidad y
preocupación. Esta situación los ha hecho vulnerables a las amenazas y
hostigamientos por parte de terceros, que sumado a la falta de protección estatal,

368
Cfr. comprobantes de compra y entrega de alimentos a la Comunidad Yakye Axa (expediente de
anexos a la demanda, anexo 3, folios 144 a 179).

369
Cfr. informe elaborado por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social sobre visita a la
Comunidad Yakye Axa y la atención médica prestada el 2 de agosto de 2000 (expediente de anexos a la
demanda, anexo 3, folios 147 a 148).

370
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005.

371
Cfr. peritaje del señor Pablo Balmaceda rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, y copias de facturas relativas a la compra de

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alimentos y medicinas para la Comunidad Yakye Axa (expediente de anexos a los alegatos finales
escritos de los representantes, folios 480 a 783).

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ha provocado sentimientos de angustia e impotencia en los miembros de la
Comunidad Yakye Axa372.

50.109. Las graves condiciones de vida en que permanecen los miembros de la


Comunidad que se encuentran asentados al costado de la carretera pública han
ocasionado daños inmateriales a éstos373.

50.110. Los miembros de la Comunidad Yakye Axa, en particular los niños y


ancianos, han visto gravemente afectada su salud como consecuencia de las
condiciones de vida en la que permanecen374.

50.111. Debido a la falta de tierra comunitaria, los miembros de la Comunidad


Yakye Axa no han podido realizar sus ceremonias tradicionales, ni practicar sus
actividades tradicionales de subsistencia. Asimismo, la preservación de la cultura
se ha visto afectada por la muerte de los ancianos, quienes son los principales
encargados de la transmisión oral de la cultura375.

VII

CONSIDERACIONES PREVIAS

51. Debido a que el presente caso trata sobre los derechos de los miembros de
una comunidad indígena, la Corte considera oportuno recordar que, de conformidad
con

372
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la
Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005, y testimonio de la
señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el
4 de marzo de 2005.

373
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la
Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; testimonio de la
señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el
4 de marzo de 2005, y declaración del señor Albino Fernández rendida ante fedatario público el 10 de
febrero de 2005 (expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas. Tomo III, folio 637).

374
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la
Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; testimonio de la
señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el
4 de marzo de 2005; declaración del señor Albino Fernández rendida ante fedatario público el 10 de
febrero de 2005 (expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folio 637),
informe médico sanitario de la Comunidad Yakye Axa elaborado por el señor Pablo Balmaceda
(expediente de anexos al escrito de solicitudes y argumentos, anexo 1, folios 1555 a 1563), y peritaje
del señor Pablo Balmaceda rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada
el 4 de marzo de 2005.

375
Cfr. testimonio del señor Esteban López rendido ante la Corte Interamericana durante la
audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; testimonio del señor Tomás Galeano rendido ante la
Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el 4 de marzo de 2005; testimonio de la
señora Inocencia Gómez rendido ante la Corte Interamericana durante la audiencia pública celebrada el
4 de marzo de 2005, y declaración del señor Albino Fernández rendida ante fedatario público el 10 de

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febrero de 2005 (expediente sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas, Tomo III, folio 637).

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los artículos 24 (Igualdad ante la Ley) y 1.1 (Obligación de Respetar los Derechos)
de la Convención Americana, los Estados deben garantizar, en condiciones de
igualdad, el pleno ejercicio y goce de los derechos de estas personas que están
sujetas a su jurisdicción. Sin embargo, hay que resaltar que para garantizar
efectivamente estos derechos, al interpretar y aplicar su normativa interna, los
Estados deben tomar en consideración las características propias que diferencian a
los miembros de los pueblos indígenas de la población en general y que conforman
su identidad cultural. El mismo razonamiento debe aplicar la Corte, como en efecto
lo hará en el presente caso, para valorar el alcance y el contenido de los artículos
de la Convención Americana, cuya violación la Comisión y los representantes
imputan al Estado.

VIII

VIOLACIÓN DE LOS ARTÍCULOS 8 Y 25 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA

(GARANTÍAS JUDICIALES Y PROTECCIÓN JUDICIAL)

EN RELACIÓN CON LOS ARTÍCULOS 1.1 Y 2 DE LA MISMA

Alegatos de la Comisión

52. En relación con los artículos 8 y 25 de la Convención Americana, la Comisión


alegó que:

a) a la luz de los artículos 25 y 8.1 de la Convención Americana, así como


de las disposiciones del Convenio No. 169 de la OIT, ratificado por el
Paraguay el 10 de agosto de 1993, el Estado tiene la obligación de proveer a
la Comunidad indígena Yakye Axa de un recurso efectivo para solucionar su
reclamación territorial, de garantizar que la Comunidad sea oída con las
debidas garantías y de determinar un plazo razonable para garantizar los
derechos y obligaciones sometidos a su jurisdicción;

b) la inexistencia de un recurso efectivo contra las violaciones a los


derechos fundamentales reconocidos por la Convención constituye en sí
misma una trasgresión de este instrumento por parte del Estado Parte en el
cual semejante situación tenga lugar;

c) en el año 1993 la Comunidad indígena Yakye Axa inició los trámites para
obtener la reivindicación de su territorio ancestral, sin que hasta la fecha se
le haya dado una solución definitiva y satisfactoria a su reclamo. Como parte
de dichos trámites, la Comunidad cumplió los requisitos impuestos por el
Paraguay para el reconocimiento de sus líderes y para la obtención de
personalidad jurídica, esperó por ellos e interpuso los recursos pertinentes
de acuerdo con las leyes paraguayas aplicables en materia de reivindicación
de tierras ancestrales de pueblos indígenas;

d) el argumento planteado por el Estado en el sentido de que la Comunidad


indígena Yakye Axa existe desde que el Poder Ejecutivo le reconoció
personalidad jurídica es contrario a la propia legislación interna paraguaya
que reconoce la existencia de los pueblos indígenas como anteriores a la
formación del propio Estado. El reconocimiento de personalidad jurídica es
sólo una forma de operativizar la transferencia de las tierras reclamadas por
determinadas comunidades indígenas;

e) el recurso administrativo contemplado para solucionar la reivindicación


de la Comunidad indígena Yakye Axa, de acuerdo con el procedimiento
establecido en la Ley No. 904/81, no ha sido efectivo para la solución
definitiva de la reclamación de la Comunidad. Asimismo, las gestiones
realizadas por la Comunidad en el año 2000 y por el propio Poder Ejecutivo
en el año 2002 ante el Congreso Nacional del Paraguay, a través de la
presentación de los proyectos de ley de expropiación del área reclamada,
tampoco fueron efectivas;

f) la legislación paraguaya no contempla un recurso judicial efectivo,


destinado a proteger las legítimas reivindicaciones territoriales de los
pueblos indígenas del Paraguay. Si las gestiones ante el Poder Ejecutivo
(reclamación territorial) o ante el Poder Legislativo (expropiación) no son
efectivas, los afectados, en este caso la Comunidad Yakye Axa y sus
miembros, no tienen un recurso judicial por medio del cual puedan hacer
valer sus derechos, y

g) la ineficacia de estos procedimientos ha significado concretamente que


no se garantice por parte del Estado el derecho de propiedad de la
Comunidad Yakye Axa a su territorio ancestral.

Alegatos de los representantes

53. En relación con los artículos 8 y 25 de la Convención, los representantes


alegaron que:

a) en el proceso interno de restitución de la tierra ancestral iniciado por la


Comunidad Yakye Axa ante las autoridades paraguayas, no se respetó el
principio de plazo razonable, consagrado en el artículo 8.1 de la Convención.
La inscripción de los líderes de la Comunidad Yakye Axa tardó tres años en
producirse, cuando el plazo para proceder a esta inscripción, de conformidad
con lo establecido por el artículo 12 de la Ley No. 904/81, es de 30 días. El
elemento de complejidad era, en este caso, mínimo y los representantes
legales de la Comunidad acompañaron a la solicitud de inscripción los
documentos requeridos por la normativa interna. Igualmente, el
reconocimiento de la personería jurídica de la Comunidad Yakye Axa tardó
más de tres años en producirse. La Comunidad hizo la solicitud ante el INDI
el 21 de mayo de 1998, sin embargo, la personería jurídica fue reconocida el
10 de diciembre de 2001. Este acto de reconocimiento de la personería
jurídica sólo constituye un requisito para hacer efectiva la titulación de la
tierra ancestral que pertenece a las comunidades indígenas y no es un
requisito para declarar la existencia de las comunidades, ni para el inicio del
procedimiento de reivindicación de sus tierras ancestrales;

b) la solicitud de restitución de la tierra ancestral fue presentada por la


Comunidad el 13 de octubre de 1993 y a la fecha, casi doce años después
de presentada, el Estado no ha dado una respuesta definitiva al reclamo
de la
Comunidad. La reconocida complejidad de este asunto no justifica que el
proceso se haya prolongado por tantos años;

c) la demora de casi doce años del procedimiento administrativo no se debe


a la complejidad del asunto, sino a la falta de aplicación de criterios
adecuados, de parte del Estado, para restituir la tierra ancestral reclamada
por la Comunidad Yakye Axa;

d) dentro del proceso penal que se inició el 17 de marzo de 1999 contra los
miembros de la Comunidad Yakye Axa por la supuesta comisión de los
delitos de invasión de inmueble ajeno, coacción grave y hurto, éstos no
tuvieron derecho de nombrar un abogado ni pudieron ejercer su derecho de
defensa, lo que configura una violación de los literales d) y e) del artículo
8.2 de la Convención. Asimismo, el Estado no ha adoptado medidas
destinadas a investigar y sancionar si correspondiere a los magistrados u
otros funcionarios judiciales que han intervenido en este proceso;

e) el Paraguay no ha garantizado a la Comunidad Yakye Axa y a sus


miembros un recurso efectivo que la ampare de actos que violen sus
derechos ni un procedimiento adecuado que solucione su reivindicación de la
tierra ancestral y que, de esta forma, tutele su derecho a la propiedad y
posesión de la misma;

f) el derecho interno paraguayo establece como único procedimiento a


seguirse por parte las comunidades indígenas para la adjudicación de sus
tierras, el contemplado en la Ley No. 904/81. En efecto, esta ley substrae la
materia relativa a la propiedad inmobiliaria colectiva de los pueblos
indígenas de la jurisdicción ordinaria. La Comunidad Yakye Axa inició el
proceso de reclamo de su tierra ancestral en octubre de 1993. Este
procedimiento fue agotado, en todas sus etapas, sin que a la fecha se hayan
producido resultados;

g) el 3 de marzo de 1997 la Comunidad Yakye Axa presentó una acción de


amparo para proteger su derecho a cazar, pescar y recoger frutos en su
tierra ancestral, que fue rechazada en primera y segunda instancia por una
cuestión de forma. De esta manera, la Comunidad Yakye Axa quedó privada
de una decisión judicial que amparara su derecho a la subsistencia.
Asimismo, la acción de inconstitucionalidad interpuesta ante la Corte
Suprema de Justicia contra las decisiones que rechazaron la acción de
amparo fue decidida, con un retardo injustificado, de manera desfavorable,
y

h) la inexistencia de un recurso efectivo, que de manera eficaz tutele en la


legislación interna esos derechos, ha significado para la Comunidad Yakye
Axa la privación del uso y disfrute, libre y pleno, de su tierra ancestral y de
su territorio y hábitat tradicionales. Asimismo, esto ha significado la
imposibilidad de la Comunidad Yakye Axa y de sus miembros de disfrutar,
libre y plenamente, del derecho a vivir en condiciones dignas y a dar sentido
a su existencia. En esta medida, el Estado violó el artículo 2 de la
Convención Americana en perjuicio de los miembros de la Comunidad Yakye
Axa.

Alegatos del Estado


54. Por su parte, el Estado alegó que:

a) no ha violado los artículos 8 y 25 de la Convención Americana en


perjuicio de la Comunidad Yakye Axa y sus miembros. Los mecanismos
legales y el procedimiento previsto en la ley como parte de la materialización
de los derechos humanos están en plena vigencia para ser utilizados en
procura de justicia. El Estado no puede suplir la voluntad de las partes en la
reclamación de derechos en sede judicial ni instruir a los particulares sobre
cuál debe ser el mecanismo legal idóneo para reclamar sus derechos;

b) en el presente caso se dio trámite a la solicitud de reivindicación de la


tierra ante el organismo encargado de la administración de tales recursos, lo
que constituye una prueba del ejercicio de las garantías y protección en sede
administrativa prevista en la legislación del Paraguay. La legislación
administrativa admite todo tipo de peticiones para que las instituciones
especializadas se pronuncien mediante decretos, resoluciones, ordenanzas,
etc. Estos actos, a su vez, son recurribles mediante el órgano que en cada
caso determine la ley, y posteriormente ante el Tribunal Contencioso
Administrativo;

c) los representantes de la Comunidad no supieron plantear y defender


ante los órganos jurisdiccionales internos sus legítimos derechos. Las
acciones emprendidas fueron inapropiadas, extemporáneas o negligentes.
En efecto, la acción de amparo promovida en este caso fue rechazada en dos
instancias por extemporánea, las medidas cautelares fueron revocadas
porque el juez consideró que se estaría imposibilitando que los inmuebles
reclamados sigan siendo explotados racionalmente por sus propietarios y la
acción de inconstitucionalidad fue declarada en abandono, es decir, se
declaró la caducidad de la instancia por falta de impulso procesal de los
interesados;

d) para el derecho interno y la justicia interna la Comunidad Yakye Axa no


tenía la posesión ni la propiedad del inmueble que reivindica. La Comunidad
no tenía ni siquiera el número mínimo de integrantes que requiere la ley
para acceder y justificar una propiedad ancestral ante los derechos que la
legislación nacional reconoce y protege con la propiedad privada, cuyos
titulares, conforme a los procedimientos administrativos y judiciales han
defendido y obtenido protección jurisdiccional en el derecho interno;

e) los miembros de la Comunidad han pretendido hacer valer una posesión


históricamente reconocida, pero que jurídicamente estaba siendo mal
planteada. Los miembros de la Comunidad Yakye Axa han sido objeto de
manipulación a efectos de obtener derechos, que el Estado reconoce
expresamente, pero que deben ser planteados sobre bases jurídicas y
antecedentes de hecho y de derecho razonablemente fundados;

f) se debió discutir el derecho de propiedad ancestral en juicio ordinario, a


fin de determinar el mejor derecho pretendido. De haberse utilizado el
procedimiento correcto, el resultado habría servido de antecedente
jurisprudencial para casos similares de reivindicaciones de tierras
comunitarias indígenas;
g) nunca fue controvertida en sede contencioso-administrativa la calidad de
tierras racionalmente explotadas, que sirvieron de fundamento para el
rechazo de la expropiación solicitada por el Poder Ejecutivo;

h) no existe disposición alguna que deniegue o prohíba solicitar


nuevamente al Congreso Nacional la expropiación del inmueble reclamado
por la Comunidad o cualquier otro inmueble, máxime considerando que la
denegatoria de expropiación se produjo en un período parlamentario
anterior;

i) no existe una demora de más de diez años en el procedimiento de


reivindicación de tierras, por cuanto la personería jurídica de la Comunidad
se otorgó el 10 de diciembre de 2001. La personería jurídica otorgada a la
Comunidad mediante el Decreto No. 15.228 es la que le da el derecho a las
reclamaciones que como pueblo indígena le corresponde, considerando que
la propiedad indígena prevista en la Constitución y en las leyes vigentes en
el Paraguay son de carácter comunitario y no individual;

j) en todos los procesos internos iniciados en este caso se ha dado perfecta


intervención a los abogados de las presuntas víctimas, se les ha posibilitado
todo el mecanismo legal y procesal para la obtención de sus derechos y
finalmente se ha garantizado el cumplimiento de las sentencias, que
lamentablemente, por errores procesales insalvables, les fueron adversas;

k) las disposiciones de derecho interno paraguayo sobre pueblos indígenas


son variadas y copiosas. Además, tienen como complemento necesario las
que rigen para el resto de la población, que igualmente forman parte del
repertorio legislativo vigente. Es cierto que la legislación procesal y la de
fondo no es definitiva y concluyente, pero esto se debe a que las leyes no
son eternas ni inmutables sino dependen de los requerimientos de las
circunstancias histórico-sociales y las necesidades de los ciudadanos;

l) la Constitución vigente de 1992, el Convenio No. 169 de la OIT, la Ley


No. 1863/02 del Estatuto Agrario, la Ley No. 904/81, la Ley General de
Educación No. 1.264/98 y el Código Procesal Penal, entre otras normas,
demuestran los esfuerzos que están siendo dirigidos hacia la adecuación
legislativa de parámetros participativos y democráticos que reformulen los
objetivos nacionales hacia metas de desarrollo integral de la ciudadanía en
general y de los colectivos específicos, como es el caso de los pueblos
indígenas, y

m) la legislación vigente sobre el acceso a la tierra es perfectible y por lo


tanto necesita una disposición especial que trate de la situación que implica
el reconocimiento del derecho de propiedad ancestral indígena ante el
derecho de los propietarios actuales de inmuebles de dominio privado. En
este sentido, existe la necesidad de implementar una legislación que
contemple un recurso efectivo y rápido para ser utilizado en dichas
situaciones de colisión de derechos.

Consideraciones de la Corte

55. El artículo 8 de la Convención Americana establece que:


1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías
y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en
la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o
para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil,
laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.

2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma


su inocencia mientras no se establezca legalmente su
culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en
plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:

[…]

d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser


asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y
privadamente con su defensor;

e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor


proporcionado por el Estado, remunerado o no según la legislación
interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare
defensor dentro del plazo establecido por la ley;

f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el


tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de
otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos;

[…]

56. El artículo 25 de la Convención señala que:

1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a


cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la […]
Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que
actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.

2. Los Estados partes se comprometen:

a. a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema


legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que
interponga tal recurso;

b. a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y


c. a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes,
de toda decisión en que se haya estimado procedente el recurso.

57. El artículo 1.1 de la Convención establece que

[l]os Estados partes en esta Convención se comprometen a respetar


los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y
pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición social.

58. El artículo 2 de la Convención determina que

[s]i en el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el


artículo 1 no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o
de otro carácter, los Estados partes se comprometen a adoptar, con
arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de
esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que
fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades.

59. La Comisión y los representantes alegan, como punto fundamental, la


ineficacia de los procedimientos establecidos en la legislación del Paraguay para
responder a las reclamaciones de territorio ancestral y hacer efectivo el derecho de
propiedad de los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa, a pesar de las
múltiples gestiones iniciadas por ésta a partir del año 1993. Agregan los
representantes que los recursos que se han interpuesto, a fin de proveer la diaria
subsistencia de las presuntas víctimas a través de sus métodos tradicionales de
cacería, pesca y recolección, han sido ineficaces.

60. Por su parte, el Estado señala, básicamente, que ha cumplido con sus
obligaciones constitucionales y legales para garantizar y facilitar a los miembros de
la Comunidad el acceso a los mecanismos administrativos en el proceso de
reivindicación de sus derechos a la propiedad comunitaria de la tierra, pero sus
instituciones administrativas han encontrado dificultades para responder
efectivamente el reclamo de los miembros de la Comunidad indígena debido a la
complejidad del caso.

61. La Corte ha señalado, en relación con el artículo 25 de la Convención, que

la inexistencia de un recurso efectivo contra las violaciones a los


derechos reconocidos por la Convención constituye una transgresión
de la misma por el Estado Parte en el cual semejante situación tenga
lugar. En ese sentido debe subrayarse que, para que tal recurso
exista, no basta con que esté previsto por la Constitución o la ley o
con que sea formalmente admisible, sino que se requiere que sea
realmente idóneo para establecer si se ha incurrido en una violación a
los derechos humanos y proveer lo necesario para remediarla 376.

62. Los recursos efectivos que los Estados deben ofrecer conforme al artículo 25
de la Convención Americana, deben ser sustanciados de conformidad con las reglas
del debido proceso legal (artículo 8 de la Convención), todo ello dentro de la
obligación general a cargo de los mismos Estados de garantizar el libre y pleno
ejercicio de los derechos reconocidos por la Convención a toda persona que se
encuentre bajo su jurisdicción377. En este sentido, la Corte ha considerado que el
debido proceso legal debe respetarse en el procedimiento administrativo y en
cualquier otro procedimiento cuya decisión pueda afectar los derechos de las
personas378.

63. En lo que respecta a pueblos indígenas, es indispensable que los Estados


otorguen una protección efectiva que tome en cuenta sus particularidades propias,
sus características económicas y sociales, así como su situación de especial
vulnerabilidad, su derecho consuetudinario, valores, usos y costumbres (supra
párr. 51).

64. En el presente caso, el análisis de los artículos 8 y 25 de la Convención debe


hacerse desde dos perspectivas: a) debe analizarse si existe o no un procedimiento
efectivo para responder a las reclamaciones territoriales de los pueblos indígenas
que reúna las características ya señaladas; y b) debe establecerse si el
procedimiento penal instaurado en contra de los miembros de la Comunidad,
seguido ante el Juez de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional del Menor
de la Circunscripción Judicial de Concepción, respetó las garantías consagradas en
el artículo 8.2 de la Convención Americana.

a) Existencia de un procedimiento efectivo para la reivindicación de tierras


indígenas

65. Al analizar el proceso administrativo de reivindicación de tierras indígenas en


el presente caso, la Corte examinará, en primer término, la existencia formal de un
recurso que permita solicitar la reivindicación de tierras indígenas. En segundo
término, compete a la Corte analizar la efectividad del mencionado recurso, lo que
implica examinar, inter alia, el respeto al principio del plazo razonable. Para ello, la
Corte recuerda que para determinar la razonabilidad del plazo en el que se
desarrolla un proceso es preciso tomar en cuenta tres elementos: a) complejidad
del asunto,
b) actividad procesal del interesado y c) conducta de las autoridades judiciales 379.

376
Cfr. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni. Sentencia de 31 de agosto de 2001.
Serie C No. 79, párr. 113; Caso Ivcher Bronstein. Sentencia de 6 de febrero de 2001. Serie C No. 74,
párr. 136, y Caso Cantoral Benavides. Sentencia de 18 de agosto de 2000. Serie C No. 69, párr. 164.

377
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 76; Caso 19 Comerciantes.
Sentencia de 5 de julio de 2004. Serie C No. 109, párr. 194, y Caso Las Palmeras. Sentencia de 6 de
diciembre de 2001. Serie C No. 90, párr. 60.

378
Cfr. Caso Baena Ricardo. Sentencia de 2 de febrero de 2001. Serie C No. 72, párr. 127.

379
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 67; Caso Tibi. Sentencia de 7 de
septiembre de 2004. Serie C No. 114, párr. 175, y Caso Ricardo Canese. Sentencia de 31 de agosto de

330
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2004. Serie C No. 111, párr. 141.

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66. En razón de lo anterior, el Tribunal analizará las distintas fases del
procedimiento administrativo en el presente caso, a saber: i) el proceso de
reconocimiento de los líderes de la Comunidad Yakye Axa; ii) el proceso de
reconocimiento de personería jurídica a la mencionada Comunidad; y iii) la
efectividad del citado proceso de reivindicación de tierras.

i. Proceso de reconocimiento de líderes

67. En lo referente al reconocimiento de líderes, el artículo 12 de la Ley No.


904/81 dispone que

[l]os líderes ejercerán la representación legal de su comunidad. La


nominación de los líderes será comunicada al Instituto [Paraguayo
del Indígena], el que la reconocerá en el plazo de treinta días a
contar desde la fecha en que tuvo lugar dicha comunicación y la
inscribirá en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas.

68. La Corte ha constatado que el 15 de agosto de 1993 los miembros de la


Comunidad Yakye Axa solicitaron al INDI el reconocimiento de los señores Tomás
Galeano y Esteban López como líderes de la Comunidad y su inscripción en el
Registro Nacional de Comunidades Indígenas (supra párr. 50.17); no fue sino hasta
el 18 de septiembre de 1996 que el Presidente del Consejo Directivo del INDI
emitió una resolución mediante la cual aceptó dicha solicitud (supra párr. 50.18).

69. El plazo de tres años, un mes y tres días para resolver una solicitud cuya
complejidad era mínima, cuando el plazo legal es de treinta días, desconoce el
principio del plazo razonable.

ii. Proceso de reconocimiento de personería jurídica

70. Las normas pertinentes de la Ley No. 904/81 señalan que:

Artículo 9.- El pedido de reconocimiento de la personería jurídica


será presentado por el Instituto Paraguayo del Indígena por los
líderes de la comunidad, con los siguientes datos:

a) denominación de la comunidad; nómina de las familias y sus


miembros, con expresión de edad, estado civil y sexo;

b) ubicación geográfica de la comunidad si ella es permanente, o de


los sitios frecuentados por la misma, cuando no lo fuere; y

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c) nombre de los líderes de la comunidad y justificación de su
autoridad.

Artículo 10.- El Instituto, en un término no mayor de treinta días


solicitará al Poder Ejecutivo por conducto del Ministerio de Defensa
Nacional el reconocimiento de la personería jurídica.

Artículo 11.- El Instituto inscribirá el Decreto que reconozca la


personería jurídica de una Comunidad Indígena en el Registro
Nacional de Comunidades y expedirá copia auténtica a los
interesados.

Artículo 20.- Cuando una comunidad indígena tuviera reconocida


personería jurídica, se le transferirán las tierras en forma gratuita e
indivisa y libre de todo gravamen, debiendo inscribirse el título en el
Registro Agrario, Registro General de la Propiedad y Registro
Nacional de Comunidades Indígenas. La escritura traslativa de
dominio se hará conforme a las disposiciones del artículo 17 de esta
Ley.

Artículo 27.- Cuando una comunidad indígena tuviese reconocida su


personería jurídica, el Estado le transferirá el inmueble apropiado en
su beneficio, en la forma prevista en el artículo 19.

71. La Corte ha constatado que el 21 de mayo de 1998 se iniciaron los trámites


ante el INDI para el reconocimiento de la personería jurídica de la Comunidad
Yakye Axa (supra párr. 50.19).

72. El decreto mediante el cual se reconoció la personería jurídica de la


Comunidad fue emitido el 10 de diciembre de 2001, es decir, tres años, seis meses
y 19 días después (supra párr. 50.22).

73. La Corte considera que la complejidad de este procedimiento era mínima y


que el Estado no ha justificado la mencionada demora, en consecuencia, el Tribunal
la considera desproporcionada.

iii. Proceso administrativo de reivindicación de tierras

74. El artículo 64 de la Constitución Política del Paraguay establece que

[l]os pueblos indígenas tienen derecho a la propiedad comunitaria de


la tierra, en extensión y calidad suficientes para la conservación y el
desarrollo de sus formas peculiares de vida. El Estado les proveerá
gratuitamente de estas tierras, las cuales serán inembargables,
indivisibles, intransferibles, imprescriptibles, no susceptibles de
garantizar obligaciones contractuales ni de ser arrendadas;
asimismo, estarán exentas de tributo.

Se prohíbe la remoción o traslado de su hábitat sin el expreso


consentimiento de los mismos.

75. La Ley No. 904/81 consagra el procedimiento a seguirse para la


reivindicación de tierras de dominio privado. Las normas pertinentes señalan que:

Artículo 24.- La solicitud de tierras del dominio privado para el


asentamiento de comunidades indígenas será hecha por la propia
comunidad, o por cualquier indígena o indigenista con personería
jurídica en forma directa al I.B.R. o por intermedio del Instituto.

Artículo 25.- La solicitud contendrá los mismos requisitos establecidos


en el artículo 22, inc. a) incluyendo el nombre y apellido de los
propietarios de la fracción que los indígenas ocupen. El procedimiento
será el establecido en el mismo artículo.

Artículo 26.- En casos de expropiación, el procedimiento y la


indemnización a lo dispuesto en la Constitución y las Leyes y para el
pago de las indemnizaciones serán previstos los recursos necesarios
en el Presupuesto General de la Nación.

76. En este tipo de procedimientos deben presentarse los mismos requisitos que
los requeridos en el artículo 22 de la misma Ley, para la reivindicación de tierras
fiscales. El artículo 22 dispone que

[p]ara el asentamiento de comunidades indígenas en tierras fiscales,


se seguirá el siguiente procedimiento:

a) Denuncia del Instituto al I.B.R. sobre la existencia de una


comunidad indígena, con expresión del número de sus integrantes,
lugar en que encuentra, tiempo de permanencia en el mismo,
cultivos y mejoras introducidas, fracción ocupada efectivamente y la
reclama adicionalmente para atender a sus necesidades económicas
y expansión;

b) Ubicación de la fracción en el catastro del I.B.R. dentro de los


veinte días de la presentación;
c) Inspección ocular por parte del I.B.R. dentro del plazo de treinta
días de la ubicación en el catastro, incluyéndose en este plazo la
presentación del informe;

d) Mensura y deslinde de la fracción a cargo del I.B.R. dentro del


término de sesenta días a contar de la presentación del informe del
funcionario comisionado para la inspección ocular;

e) Aprobación de la mensura dentro del plazo de treinta días desde


la fecha de su presentación; y

f) Resolución del I.B.R., previo dictamen favorable del Instituto,


habilitando el asentamiento de la comunidad indígena.

77. El trámite de expropiación, por su parte, se encontraba regulado en la Ley


No. 854/63 que establecía el Estatuto Agrario, modificada por el artículo 67 de la
Ley No. 352/94 de Áreas Silvestres Protegidas, en los siguientes términos:

Artículo 146. - Decláranse de utilidad social, sujetas a expropiación,


las tierras del dominio privado siguientes:

a) Las que no estén racionalmente explotadas y sean aptas para la


formación de colonias agropecuarias;

[…]

e) Las tierras necesarias para el establecimiento de Áreas Silvestres


Protegidas y Colonias Indígenas;

Artículo 147.- Antes de gestionar la expropiación el Instituto de


Bienestar Rural, podrá de acuerdo con sus posibilidades financieras o
disponibilidad de tierras, proponer al propietario la adquisición del
inmueble declarado de utilidad social en compra o permuta.

Artículo 148.- Tanto si optare por la expropiación como por la compra


o permuta, el Instituto de Bienestar Rural cumplirá las diligencias
previas siguientes:

a) Notificar al propietario;
b) Comprobar que las tierras, por su ubicación y condiciones
agrológicas son aptas para emprender una colonización agropecuaria;

c) Comprobar la existencia y la trascendencia del problema social en


la localidad de que se trata;

d) Emplazar al propietario del inmueble para que dentro del término


perentorio de noventa días manifieste su conformidad en colonizarlo
o venderlo directamente a los ocupantes, de acuerdo con las
condiciones prescriptas por esta ley.

[…]

Artículo 150. - Como resultado de las diligencias prescritas en el


artículo 148, el Poder Ejecutivo, a petición del Instituto de Bienestar
Rural, podrá decretar la expropiación de las tierras sobre la base de
la calificación constitucional contenida en esta ley.

78. En el presente caso existe una discrepancia entre las partes respecto a la
fecha de inicio del citado procedimiento de reivindicación de tierras. Por un lado, la
Comisión Interamericana y los representantes sostienen que el procedimiento inició
el 5 de octubre de 1993, con la comunicación dirigida por el señor Tomás Galeano,
líder de la Comunidad, al IBR, mediante la cual informó sobre el interés de la
Comunidad indígena Yakye Axa de regresar a su territorio tradicional y solicitó la
“legalización” de un mínimo de 15.000 hectáreas. Por otro lado, el Estado sostiene
que las gestiones que deben considerarse como válidas para acceder a la propiedad
comunitaria de la tierra son aquellas posteriores al 10 de diciembre de 2001, fecha
en la cual la Comunidad Yakye Axa recibió el reconocimiento de su personería
jurídica.

79. El artículo 62 de la Constitución Política del Paraguay establece que

[e]sta Constitución reconoce la existencia de los pueblos indígenas,


definidos como grupos de cultura anteriores a la formación y
organización del Estado paraguayo.

80. Por su parte, las normas pertinentes de la Ley No. 904/81 señalan que:

Artículo 7.- El Estado reconoce la existencia legal de las


comunidades indígenas, y les otorgará personería jurídica conforme
a las disposiciones de esta ley.

Artículo 8.- Se reconocerá la personería jurídica de las comunidades


indígenas preexistentes a la promulgación de esta ley y a las
constituidas por familias indígenas que se reagrupan en
comunidades para acogerse a los beneficios acordados por ella.

81. Ahora bien, de los citados artículos surge que la obtención de personería
jurídica es indispensable para la transferencia de la tierra, mas no para la iniciación
del trámite de reivindicación.

82. La Corte considera que el otorgamiento de personería jurídica sirve para


hacer operativos los derechos ya existentes de las comunidades indígenas, que los
vienen ejerciendo históricamente y no a partir de su nacimiento como personas
jurídicas. Sus sistemas de organización política, social, económica, cultural y
religiosa, y los derechos que ello apareja, como la designación de sus propios
líderes y el derecho a reclamar sus tierras tradicionales, son reconocidos no a la
persona jurídica que debe inscribirse para cumplir con un formalismo legal, sino a la
comunidad en sí misma que la propia Constitución paraguaya reconoce como
preexistente al Estado.

83. La comunidad indígena, para la legislación paraguaya, ha dejado de ser una


realidad fáctica para pasar a convertirse en sujeto pleno de derechos, que no se
reducen al derecho de sus miembros individualmente considerados, sino se radican
en la comunidad misma, dotada de singularidad propia. La personería jurídica, por
su parte, es el mecanismo legal que les confiere el estatus necesario para gozar de
ciertos derechos fundamentales, como por ejemplo la propiedad comunal, y exigir
su protección cada vez que ellos sean vulnerados.

84. En consecuencia, la Corte concluye que la personería jurídica, bajo el


derecho interno paraguayo, es otro derecho garantizado a la Comunidad indígena,
como sujeto de derechos, y por tanto, es irrelevante la fecha en que ésta fue
otorgada, a efectos del establecimiento del inicio de contabilización del plazo de
duración del procedimiento administrativo de reivindicación de tierras. Por ello, la
Corte tomará en cuenta el 5 de octubre de 1993 como fecha de inicio de dicho
procedimiento (supra párr. 50.24).

85. Desde esta fecha hasta la fecha de emisión de la presente Sentencia, han
transcurrido 11 años 8 meses y 12 días, y aún no se ha dado una solución definitiva
al reclamo de los miembros de la Comunidad Yakye Axa. Esto a pesar de que el
artículo 4 de la Ley No. 43/89 establece que

[d]urante la tramitación administrativa y judicial contemplada en el


artículo 2, el Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) y el Instituto de
Bienestar Rural (IBR) deberán proponer soluciones definitivas para
los asentamientos de las comunidades indígenas conforme a la Ley
No. 854/63, Estatuto Agrario, y la Ley No. 604/81, Estatuto de las
Comunidades Indígenas, proponiendo la expropiación de acuerdo con
el artículo 1 de la Ley No. 1372/88 cuando no se obtengan soluciones
por las vías previstas.

86. La Corte considera que una demora prolongada, como la que se ha dado en
este caso, constituye en principio, por sí misma, una violación de las garantías
judiciales380. La falta de razonabilidad, sin embargo, puede ser desvirtuada por el
Estado, si éste expone y prueba que la demora tiene directa relación con la
complejidad del caso o con la conducta de las partes en el mismo.

87. Basándose en los antecedentes expuestos en el capítulo sobre Hechos


Probados, la Corte reconoce que el asunto en este caso es complejo y que esto
debe tenerse en consideración para apreciar la razonabilidad del plazo.

88. Sin embargo, el Tribunal advierte que las demoras en el proceso


administrativo que se examina en la presente Sentencia no se han producido por la
complejidad del caso, sino por las actuaciones sistemáticamente demoradas de las
autoridades estatales. En efecto, en múltiples ocasiones el IBR requirió al INDI la
presentación de cualquier dato respecto a la Comunidad Yakye Axa, (supra párrs.
50.25 y 50.32) sin que esta institución dé cumplimiento a lo requerido. El INDI
esperó hasta el 28 de mayo de 1997 para solicitar la ubicación de la fracción
reivindicada y su relación con las fincas afectadas, y el informe técnico-
antropológico de la Comunidad Yakye Axa (supra párr. 50.33). En diversas
ocasiones los abogados de la Comunidad solicitaron al IBR la realización de una
inspección ocular en las tierras reivindicadas (supra párr. 50.26), la que no fue
ordenada sino hasta el 25 de julio de 1996 (supra párr. 50.31). El IBR demoró
hasta el 8 de septiembre de 1998 para emitir la resolución No. 755, mediante la
cual resolvió decretar racionalmente explotadas las tierras reivindicadas. El
expediente administrativo pasó de las manos del IBR al INDI y viceversa en
múltiples ocasiones, sin que se dé respuesta definitiva a la Comunidad, y no fue
sino hasta el 2 de noviembre de 2001 cuando el INDI decidió solicitar al Parlamento
Nacional, por vía Poder Ejecutivo, la expropiación de parte de las fincas
reivindicadas (supra párr. 50.53).

89. De esta manera, este Tribunal considera que a pesar de la demostrada


complejidad del procedimiento administrativo de reivindicación de tierras en el
presente caso, las actuaciones de las autoridades estatales competentes no han
sido compatibles con el principio del plazo razonable.

90. Por otro lado, el Estado ha argumentado que la instancia contenciosa-


administrativa nunca fue utilizada por los representantes para contradecir la calidad
de tierras racionalmente explotadas, así como que tampoco fue instaurado por los
interesados un juicio ordinario para determinar cuál es el mejor derecho, el de la
propiedad comunal ancestral de la tierra o el de propiedad privada.

91. Al respecto, la Corte considera que el citado argumento del Estado encierra
aspectos relacionados con la falta de agotamiento de recursos internos. Conforme a
la jurisprudencia constante de este Tribunal, no es posible que en la presente etapa
del procedimiento puedan discutirse asuntos que debieron tratarse en etapas
anteriores y en donde ha operado una renuncia tácita del Estado a la excepción de
falta de agotamiento de los recursos internos381.

380
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 69; Caso Ricardo Canese, supra
nota 179, párr. 142, y Caso 19 Comerciantes, supra nota 177, párr. 191.

381
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz. Excepciones Preliminares. Sentencia de 23 de
noviembre de 2004. Serie C No. 118, párr. 135; Caso Tibi, supra nota 179, párr. 49, y Caso Herrera
Ulloa. Sentencia de 2 de julio de 2004. Serie C No. 107, párr. 81.
92. Sobre la efectividad del procedimiento administrativo de reivindicación de
tierras para comunidades indígenas, el perito Enrique Castillo manifestó que este
procedimiento ha brindado resultados positivos en casos en que los terratenientes
han accedido a negociar la transferencia de los inmuebles reivindicados, pero ha
sido abiertamente ineficaz frente a casos en que las negociaciones con los
propietarios no han sido viables (supra párr. 38.b).

93. El propio Estado en su contestación de la demanda señaló que

el sistema legal protectorio de los derechos indígenas en materia de


sus tierras ancestrales, es eficaz dando respuesta favorables a las
solicitudes, siempre que no existen derechos igualmente protegidos
por la Constitución, los tratados internacionales y las leyes vigentes
[…]

94. Asimismo, el Estado manifestó que “[l]a legislación interna no contempla un


modo de acceder al derecho de propiedad basado en un derecho histórico” y agregó
que “aunque en forma genérica se reconoce el derecho de propiedad ancestral de
los indígenas a sus tierras[,] es menester que los indígenas estén en posesión y
convivan en comunidad dentro de esa tierra”.

95. Al respecto, el Convenio No. 169 de la OIT, incorporado al derecho interno


paraguayo mediante la Ley No. 234/93, en su artículo 14.3 dispone que

[d]eberán instituirse procedimientos adecuados en el marco del


sistema jurídico nacional para solucionar las reivindicaciones de
tierras formuladas por los pueblos interesados.

96. Esta norma internacional, en conjunción con los artículos 8 y 25 de la


Convención Americana, obligan al Estado a ofrecer un recurso eficaz con las
garantías del debido proceso a los miembros de las comunidades indígenas que les
permita solicitar las reivindicaciones de tierras ancestrales, como garantía de su
derecho a la propiedad comunal.

97. Los procedimientos establecidos en la Ley No. 854/63 y en la Ley No.


904/81 únicamente permiten al IBR y al INDI, respectivamente, disponer de tierras
fiscales, expropiar tierras irracionalmente explotadas o negociar con los propietarios
privados, a efectos de entregarlas a las comunidades indígenas, pero cuando los
propietarios particulares se niegan a vender las tierras y demuestran la explotación
racional de las mismas, los miembros de las comunidades indígenas no tienen un
recurso administrativo efectivo que les permita reclamarlas.

98. Por todo lo anteriormente expuesto, la Corte considera que el proceso


administrativo seguido ante IBR en colaboración con el INDI desconoció el principio
del plazo razonable consagrado en la Convención Americana. Además, el Tribunal
observa que este procedimiento se mostró abiertamente inefectivo para atender las
solicitudes de reivindicación de las tierras que los miembros de la Comunidad
indígena Yakye Axa consideran como su hábitat ancestral y tradicional.
*

* *

99. La Corte ha dicho que el artículo 25 de la Convención se encuentra


íntimamente ligado con la obligación general del artículo 1.1 de la misma, que
atribuye funciones de protección al derecho interno de los Estados Partes, de lo cual
se desprende que el Estado tiene la responsabilidad de diseñar y consagrar
normativamente un recurso eficaz, así como la de asegurar la debida aplicación de
dicho recurso por parte de sus autoridades judiciales382.

100. El artículo 2 de la Convención Americana obliga a los Estados Partes a


adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de
esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias
para hacer efectivos los derechos y libertades protegidos por la misma Convención.
Es necesario reafirmar que la obligación de adaptar la legislación interna es, por su
propia naturaleza, una de resultado383.

101. La Corte ha señalado en otras oportunidades que esta norma impone a los
Estados Partes la obligación general de adecuar su derecho interno a las normas de
la propia Convención, para garantizar así los derechos consagrados en ésta. Las
disposiciones de derecho interno que sirvan a este fin han de ser efectivas
(principio del effet utile), lo que significa que el Estado debe adoptar todas las
medidas necesarias para que lo establecido en la Convención sea realmente
cumplido.

102. De conformidad con el artículo 2 de la Convención deberán instituirse


procedimientos adecuados en el marco del sistema jurídico nacional para procesar
las reivindicaciones de tierras de los pueblos indígenas interesados. Los Estados
deberán establecer dichos procedimientos a fin de resolver los reclamos de modo
que estos pueblos tengan una posibilidad real de devolución de sus tierras. Para
ello, la obligación general de garantía establecida en el artículo 1.1 de dicho tratado
impone a los Estados el deber de asegurar que los trámites de esos procedimientos
sean accesibles y simples y que los órganos a su cargo cuenten con las condiciones
técnicas y materiales necesarias para dar oportuna respuesta a las solicitudes que
se les hagan en el marco de dichos procedimientos.

103. En el presente caso, el Paraguay no ha adoptado las medidas adecuadas de


derecho interno necesarias para asegurar un procedimiento efectivo que dé una
solución definitiva a la reclamación planteada por los miembros de la Comunidad
Yakye Axa, en los términos del párrafo anterior.

104. Por todo lo anteriormente expuesto, la Corte considera que el procedimiento


legal de reivindicación de tierras instaurado por los miembros de la Comunidad
Yakye Axa desconoció el principio del plazo razonable y se mostró abiertamente
inefectivo, todo ello en violación de los artículos 8 y 25 de la Convención
Americana, en concordancia con los artículos 1.1 y 2 de la misma.

382
Cfr. Caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota 176, párr. 135; Caso Ivcher
Bronstein, supra nota 176, párr. 135, y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros).
Sentencia de 19 de noviembre de 1999. Serie C No. 63, párr. 237.
383
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 93.
105. En cuanto al recurso de amparo y a las acciones de no innovar y anotación
en la litis, la Corte considera que son procesos accesorios, que dependen del
proceso administrativo de reivindicación de tierras, que ya fue calificado por la
Corte como inefectivo. Por lo que no hay necesidad de entrar en más detalles.

b) Procedimiento penal instaurado en contra de los miembros de la


Comunidad

106. Los representantes alegaron que el procedimiento en contra de miembros


innominados de la Comunidad indígena Yakye Axa por los delitos de invasión de
inmueble ajeno, coacción grave y hurto, seguido ante el Juez de Primera Instancia
en lo Criminal y Correccional del Menor de la Circunscripción Judicial de Concepción
(supra párrs 50.79 a 50.90), fue adelantado sin las garantías procesales debidas,
dado que los miembros de la Comunidad no tuvieron derecho a nombrar un
abogado defensor ni pudieron ejercer su derecho de defensa, lo que les impidió
ejercer otros derechos como el de comunicación previa y detallada de la inculpación
formulada y el derecho a interrogar y solicitar la comparecencia de testigos y
peritos.

107. Por su parte, el Estado señaló que dio perfecta intervención a los letrados de
las presuntas víctimas y se les posibilitó todo el mecanismo procesal y legal para la
obtención de sus derechos.

108. Al referirse a las garantías judiciales o procesales consagradas en el artículo


8 de la Convención, esta Corte ha manifestado que en el proceso se deben observar
todas las formalidades que “sirv[a]n para proteger, asegurar o hacer valer la
titularidad o el ejercicio de un derecho”384, es decir, las “condiciones que deben
cumplirse para asegurar la adecuada defensa de aquéllos cuyos derechos u
obligaciones están bajo consideración judicial”385.

109. El Tribunal ha establecido que “[e]l esclarecimiento de si el Estado ha


violado o no sus obligaciones internacionales por virtud de las actuaciones de sus
órganos judiciales, puede conducir a que la Corte deba ocuparse de examinar los
respectivos procesos internos”386, para establecer su compatibilidad con la
Convención Americana. A la luz de lo anterior, se deben considerar los
procedimientos internos como un todo, incluyendo las decisiones de los tribunales
de apelación. La función del tribunal internacional es determinar si la integralidad
del procedimiento, inclusive la incorporación de prueba, se ajustó a la
Convención387.

384
Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 2, párr. 132; Caso Herrera Ulloa, supra nota 181, párr.
147, y Caso Maritza Urrutia. Sentencia de 27 de noviembre de 2003. Serie C No. 103, párr. 118.

385
Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 2, párr. 132; Caso Herrera Ulloa, supra nota 181, párr.
147, y Caso Maritza Urrutia, supra nota 184, párr. 118.

386
Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 2, párr. 133; Caso Herrera Ulloa, supra nota 181, párr.
146, y Caso Myrna Mack Chang, supra nota 10, párr. 200.

387
Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 2, párr. 133; Caso Juan Humberto Sánchez. Sentencia de 7

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de junio de 2003. Serie C No. 99, párr. 120, y Caso Bámaca Velásquez, Sentencia de 25 de noviembre
de 2000. Serie C No. 70, párr. 189.

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110. Dadas las especificidades del caso y la naturaleza de las supuestas
infracciones alegadas por los representantes, así como los argumentos presentados
por el Estado, la Corte procederá a efectuar un examen en su conjunto de las
actuaciones judiciales internas llevadas a cabo en el proceso penal seguido ante el
Juez de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional del Menor de la
Circunscripción Judicial de Concepción, para establecer si dichas actuaciones se
adecuaron a las estipulaciones del artículo 8 de la Convención.

111. El artículo 16 de la Constitución Política del Paraguay de 1992 establece

que [l]a defensa en juicio de las personas y de sus derechos es inviolable.


Toda persona tiene derecho a ser juzgada por tribunales y jueces
competentes, independientes e imparciales.

112. De igual forma, el artículo 17 de la citada Constitución señala que:

En el proceso penal, o en cualquier otro del cual pudiera derivarse


pena o sanción, toda persona tiene derecho a:

[…]

5. que se defienda por sí misma o sea asistida por defensores de su


elección;

6. que el Estado le provea de un defensor gratuito, en caso de no


disponer de medios económicos para solventarlo;

7. la comunicación previa y detallada de la imputación, así como a


disponer de copias, medios y plazos indispensables para la
preparación de su defensa en libre comunicación;

8. que ofrezca, practique, controle e impugne pruebas;

[…]

10. el acceso, por sí o por intermedio de su defensor, a las


actuaciones procesales, las cuales en ningún caso podrán ser
secretas para ellos. […]

113. El artículo 11 del Código de Procedimientos Penales de 1890, que se aplicó a


este caso, disponía que

[e]s inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos de


los procesados. Estos pueden defenderse por sí mismos o por
personas de confianza nombrados por ellos.

En su defecto, el Juez les nombrará defensor.

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114. Pese a las normas citadas, los miembros de la Comunidad Yakye Axa
contaron con el patrocinio de un abogado defensor después de dos años y seis
meses de iniciado el procedimiento.

115. Como ha quedado demostrado, el proceso penal en contra de miembros


innominados de la Comunidad Yakye Axa inició el 16 de marzo de 1999 con la
denuncia que presentó el representante legal de la firma Livestock Capital Group
Inc (supra párr. 50.79). El 22 de marzo de 1999 el Juez dio apertura al sumario. El
3 de mayo de 1999 los líderes de la Comunidad, reconocidos como tales por el
INDI, designaron abogado a fin de que los representara en el proceso penal
referido, lo cual fue aceptado en un inicio por el Juez de la causa. No obstante,
frente a la oposición de la parte actora, el Juez revocó su providencia anterior e
impidió la expedición de fotocopias al letrado de la Comunidad (supra párr. 50.81).
Los días 5 y 11 de septiembre de 2000 el abogado de la Comunidad volvió a
solicitar la intervención en el proceso penal y solicitó se expidan fotocopias de lo
actuado hasta esa fecha. El 11 de septiembre del mismo año el Juez declaró “no ha
lugar” la solicitud de intervención. El 15 de septiembre de 2000 el abogado de la
Comunidad interpuso un recurso de apelación contra la providencia que denegó su
participación, recurso que fue rechazado por el Juez el 18 de septiembre de 2000
(supra párr. 50.86).

116. Durante el referido proceso penal se llevaron a cabo varias diligencias


probatorias, entre ellas, declaraciones de testigos, levantamientos de datos de los
miembros de la Comunidad, inspecciones en el lugar de los hechos (supra párrs.
50.80, 50.82 y 50.83). De igual forma, se otorgaron medidas provisionales a favor
de la parte actora, consistentes en la prohibición de ingreso de los miembros de la
Comunidad al territorio de la Estancia Loma Verde (supra párr. 50.85); se
decomisaron varios cajones de apicultura pertenecientes a la Comunidad (supra
párr. 50.84), y se ordenó el levantamiento de las viviendas de la Comunidad (supra
párr. 50.87). Todas estas gestiones se llevaron a cabo sin que los miembros de la
Comunidad Yakye Axa fueran oídos y participaran a través de un abogado de su
elección. Asimismo, los miembros de la Comunidad no pudieron presentar pruebas
de descargo ni interrogar a los testigos propuestos por la contraparte. Esta
indefensión de los miembros de la Comunidad se prolongó hasta el 14 de
septiembre de 2001, cuando el Juez aceptó la participación del INDI como
representante de la Comunidad Yakye Axa (supra párr. 50.88). De acuerdo con el
expediente obrante en el presente caso, la causa penal no prosiguió más allá del
sumario.

117. La Corte considera, como lo ha hecho anteriormente 388, que la falta de un


abogado defensor constituye una violación a las garantías judiciales establecidas en
el artículo 8 de la Convención Americana. De igual forma, la Corte Interamericana
ha señalado que el inculpado tiene derecho, con el objeto de ejercer su defensa 389,
a examinar a los testigos que declaran en su contra y a su favor, así como el de
hacer comparecer a personas que puedan arrojar luz sobre los hechos390.

388
Cfr. Caso Tibi, supra nota 179, párr. 194.
389
Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 2, párr. 184, y Caso Castillo Petruzzi y otros. Sentencia de
30 de mayo de 1999. Serie C No. 52, párr. 154

390
Cfr. Caso Lori Berenson, supra nota 2, párr. 185; Caso Ricardo Canese, supra nota 179, párr.
166, y Caso Castillo Petruzzi y otros, supra nota 189, párr. 155.
118. En consecuencia, esta Corte considera que en el presente caso el Estado
violó el derecho de los miembros de la Comunidad Yakye Axa a ser asistidos por un
defensor de su elección.

119. Por todo lo anteriormente expuesto, el Tribunal considera que el Paraguay


desconoció los derechos consagrados en los artículos 8.1, 8.2.d, 8.2.e, 8.2.f y 25
de la Convención Americana, en concordancia con los artículos 1.1 y 2 de la misma,
en perjuicio de los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa.

IX

VIOLACIÓN DEL ARTÍCULO 21 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA

(DERECHO A LA PROPIEDAD PRIVADA)

EN RELACIÓN CON LOS ARTÍCULOS 1.1 Y 2 DE LA MISMA

Alegatos de la Comisión

120. En cuanto al artículo 21 de la Convención, la Comisión alegó que:

a) el derecho de propiedad consagrado en la Convención Americana no


puede interpretarse aisladamente, sino que debe hacerse tomando en
cuenta el conjunto del sistema jurídico en el que opera, considerando tanto
el derecho nacional como el internacional, en virtud del artículo 29 de la
Convención. Al respecto, y en una situación que también involucraba
reclamaciones sobre tierras ancestrales de los pueblos indígenas, la Corte
Interamericana, mediante una interpretación evolutiva del artículo 21 de la
Convención, consideró que dicho artículo protege los derechos de los
miembros de las comunidades indígenas en el marco de la propiedad
comunal;

b) si bien la legislación vigente en el Paraguay presenta un marco jurídico


favorable para los pueblos indígenas, ésta no es suficiente para la debida
protección de sus derechos si no está acompañada de políticas y acciones
estatales que velen por la aplicación y cumplimiento efectivo de las normas
a las que el propio Estado soberanamente se ha obligado;

c) la protección del derecho a la propiedad de los pueblos indígenas sobre


sus territorios ancestrales es un asunto de especial importancia, porque su
goce efectivo implica no sólo la protección de una unidad económica sino la
protección de los derechos humanos de una colectividad que basa su
desarrollo económico, social y cultural en la relación con la tierra;

d) en el año 1993 la Comunidad Yakye Axa inició los trámites contemplados


en la legislación paraguaya para reclamar al menos parte de su territorio
ancestral. Desde esa fecha han transcurrido 12 años y la Comunidad aún no
puede gozar de las tierras que reclama;

e) en este caso se realizaron todos los trámites para encontrar una


“solución definitiva” al reclamo planteado por la Comunidad. Solución que
contemplaba
al menos dos vías. La primera, la compra directa del bien reclamado para
luego ser transferido a la comunidad solicitante y, la segunda, en caso de no
fructificar la compra directa del bien reclamado, solicitar la expropiación del
bien. Efectivamente, el Poder Ejecutivo, a través del INDI y del propio
Presidente de la República, ha intentado estas vías sin resultados. El Poder
Legislativo ha denegado el reclamo aduciendo “la racionalidad de la
explotación en la tierra reclamada”;

f) las tierras reclamadas por la Comunidad indígena Yakye Axa son parte
de su hábitat tradicional o territorio ancestral, tal como el propio Estado lo
reconoció. La Corte debería tutelar el derecho de la Comunidad a vivir en
dicho territorio, derecho contemplado y protegido por el artículo 21 de la
Convención y por la propia legislación interna paraguaya;

g) el territorio que reclaman es un lugar sagrado, es el único lugar donde


tendrán plena libertad porque es la tierra que les pertenece, es el lugar
donde podrán recuperar la convivencia, la cultura y la alegría;

h) la ocupación de un territorio por parte de un pueblo o comunidad


indígena de acuerdo a la legislación paraguaya no se restringe al simple
núcleo de casas de los indígenas. Por el contrario, el territorio incluye un
área física conformada por un núcleo de casas, recursos naturales, cultivos,
plantaciones y su entorno, ligados en lo posible a su tradición cultural;

i) ha quedado acreditado que la Comunidad Yakye Axa es una comunidad


cazadora y recolectora, por lo que la superficie del territorio que se le
transfiera debe ser suficiente para que preserve sus propias formas de vida,
asegure su viabilidad cultural y económica, así como su propia expansión, y

j) el Estado no ha garantizado el derecho de propiedad de la Comunidad


indígena Yakye Axa de Pueblo Enxet-Lengua y sus miembros a su territorio
ancestral, privándoles no sólo de la posesión material de su territorio sino
además de la base fundamental para desarrollar su cultura, su vida
espiritual, su integridad y su supervivencia económica.

Alegatos de los representantes

121. En cuanto al artículo 21 de la Convención, los representantes alegaron que:

a) éste incluye el derecho de los pueblos y comunidades indígenas a la


propiedad comunitaria sobre las tierras ancestralmente habitadas, tierras
que incorporan su hábitat tradicional, esto es, el hábitat que los miembros
de estas comunidades han recorrido y humanizado, y en relación con el cual
mantienen vínculos de pertenencia. En estas tierras los pueblos y
comunidades indígenas, por el solo hecho de su existencia, tienen el derecho
a vivir libremente;

b) el reconocimiento del derecho a vivir en la tierra de los antepasados y en


el hábitat humanizado por los pueblos y comunidades indígenas, de acuerdo
con su propia forma de vida, implica la adopción, en el orden jurídico interno
del Paraguay, de un concepto de derecho de propiedad de la tierra distinto
del concepto general del derecho de propiedad privada. Conforme a este
concepto, la tierra vuelve a ser fuente de la vida y de la cultura de los
pueblos y comunidades indígenas. Esto implica, a su vez, la adopción de
criterios de valoración del uso de la tierra distintos a los contemplados en el
derecho privado y en el propio derecho agrario;

c) la Constitución Nacional del Paraguay reconoce el derecho de los pueblos


indígenas, como grupos de cultura anteriores a la conformación del Estado,
a vivir en su tierra ancestral y en su hábitat respectivo. La Constitución es
complementada por el Convenio No. 169 de la OIT, incorporado en el
derecho interno paraguayo, mediante la Ley No. 234 de 1993. De esta
forma, el Convenio No. 169 de la OIT, en los términos del artículo 29.b) de
la Convención, establece el alcance dado por la legislación paraguaya al
derecho de propiedad y vincula asimismo al Estado en su deber de
protección del derecho de propiedad comunitaria;

d) el derecho de las comunidades indígenas a la propiedad colectiva de sus


tierras tradicionales se concreta, entre otras, en la obligación del Estado de
delimitar, demarcar y titular el territorio de las respectivas comunidades. En
este mismo sentido, el Estado tiene la obligación de restituir a los pueblos y
comunidades indígenas su tierra ancestral y el hábitat que les es propio, así
como protegerlos de terceros que pretenden turbar la posesión o realizar
actos contra su integridad, sobre la existencia, valor, uso o el goce de los
bienes ubicados en las zonas geográficas donde habitan y realizan sus
actividades los miembros de la Comunidad;

e) la obligación de los Estados de restituir sus tierras a comunidades


indígenas debe realizarse acorde con el derecho consuetudinario, los
valores, usos y costumbres de estas;

f) en los trámites de reivindicación de las tierras ancestrales de la


Comunidad ante el IBR y ante el INDI, el Estado ha reconocido y señalado el
territorio que debería ser demarcado, delimitado y titulado a favor de la
Comunidad Yakye Axa. Ese territorio corresponde a la tierra ancestral de la
Comunidad. Sin embargo, a pesar de este explícito reconocimiento, el
Estado no ha garantizado el derecho de la Comunidad Yakye Axa a la
propiedad y posesión comunitaria de su tierra ancestral;

g) lo que la Comunidad Yakye Axa reclama es la tierra ancestral a la que


pertenece históricamente y de la que depende la permanencia e identidad de
la Comunidad como tal. En este sentido, la Comunidad ha probado con su
historia (recogida en los testimonios de sus miembros y en los peritajes
antropológicos) y con las normas y usos que guían su manera de identificar
su tierra, que el derecho de propiedad comunitaria existía antes de ser
despojada de la misma, y de que varias de las familias de la Comunidad se
vieron forzadas a desplazarse a la Colonia de “El Estribo”. El desplazamiento
de la Comunidad a esta Colonia, forzado por condiciones de extrema
precariedad y pobreza, no ha anulado ese derecho. Este es el aspecto del
derecho de propiedad comunitaria cuya protección se reclama en el marco
de la Convención Americana, interpretada a la luz del Convenio No. 169 de
la OIT y de las obligaciones reconocidas en la propia Constitución
paraguaya, y es el aspecto del derecho que no ha sido garantizado por el
Estado;
h) el derecho a la tierra ancestral prevalece, en este sentido, en el marco
de la Convención Americana y en el orden constitucional paraguayo sobre el
derecho de propiedad privada. Este derecho goza de una posición preferente
frente al derecho de propiedad en general, y ello en razón del conjunto de
derechos que, en la situación específica de la Comunidad Yakye Axa, están
vinculados estrechamente a la garantía de este derecho: el derecho a la
vida, el derecho a la identidad étnica, el derecho a la cultura y a la
recreación de la misma, el derecho a la integridad y supervivencia como
comunidad indígena;

i) la imposibilidad de restituir la tierra ancestral a la Comunidad Yakye Axa


en razón de la existencia de una “explotación racional” por los actuales
propietarios de la tierra reclamada, es un argumento errado. En el presente
caso, el Estado ha aplicado a la tierra ancestral criterios de valoración de la
explotación de la tierra propios del derecho agrario rural no indígena, a
pesar de la incorporación en su legislación interna del Convenio No. 169 de
la OIT y de la remisión expresa que hace la Ley No. 904/81 al Convenio, y

j) la Convención Americana provee pautas para definir las restricciones


permisibles a los derechos; a saber: a) ser una medida adoptada
legalmente,
b) ser necesaria (y no solo útil o razonable) y c) hacerse con el fin de lograr
un objetivo legítimo en una sociedad democrática de acuerdo con lo
establecido por la Convención. En el presente caso, la decisión tomada no es
una medida necesaria porque es posible compensar económicamente a los
actuales propietarios, no corresponde a la medida menos restrictiva del
derecho, ya que sacrificar el derecho de propiedad de la Comunidad Yakye
Axa a su tierra ancestral en aras de tutelar una particular noción de
productividad de la propiedad privada implica sacrificar la existencia misma
de la Comunidad, y no garantiza tampoco el interés social en una sociedad
democrática y pluralista en el marco de la Convención.

Alegatos del Estado

122. En cuanto al artículo 21 de la Convención, el Estado alegó que:

a) el instrumento de reconocimiento de la competencia contenciosa de la


Corte Interamericana es suficientemente claro cuando establece que los
hechos a ser juzgados por este Tribunal, a la luz de la Convención, deben
ser posteriores a la ratificación producida el 11 de marzo de 1993. En
consecuencia, devienen improcedentes los argumentos históricos (coloniales
y post-coloniales) introducidos por la parte demandante en el presente caso;

b) no ha violado el derecho a la propiedad comunitaria de la Comunidad


Yakye Axa. Reconoce su derecho a las tierras ancestrales, que abarcan una
parte importante del vasto territorio chaqueño y que corresponden a un
espacio geográfico mucho más amplio que el espacio reivindicado de la
Estancia Loma Verde, y en tal sentido ha venido actuando diligentemente
para allanar el camino para ese fin;
c) según el informe final del II Censo Nacional Indígena de Población y
Viviendas 2002, la Comunidad Yakye Axa forma parte de la familia
lingüística Lengua-Maskoy, autodenominado Enxet-Sur. Si alguna vez los
miembros de esta Comunidad indígena estuvieron en la finca que hoy
reivindican: Estancia Loma Verde, lo hicieron individualmente como
“peones”. En efecto, se ha probado que muchos de los indígenas
identificados como “peones” de la mencionada Estancia han nacido en
lugares diversos. Sus ascendientes probablemente vivieron y migraron
internamente en un amplio territorio del Chaco Central, dentro del cual se
encuentra la Estancia en cuestión, así como otras estancias con fincas
diferentes, lo cual hace que sea inexplicable jurídica y racionalmente la
radicalización del petitorio de expropiación de la Estancia Loma Verde;

d) la Comunidad Yakye Axa no tiene ni la propiedad ni la posesión de la


tierra reclamada. Sus reivindicaciones se basan en un derecho ancestral de
sus antepasados, documentado únicamente en un dictamen antropológico
formulado por el antropólogo Miguel Chase Sardi, quien en una obra anterior
sobre comunidades indígenas del Paraguay no hace referencia a la
propiedad ni a la posesión de las tierras que reivindica la Comunidad Yakye
Axa;

e) en el derecho paraguayo no hay forma de adquirir derecho de propiedad


con sólo justificar que alguna vez los antepasados ocuparon tal o cual
espacio geográfico;

f) el derecho a la tierra ancestral debe ir acompañado de la posesión del


bien reivindicado. Si bien el Poder Ejecutivo ha reconocido que el territorio
tradicional de la población indígena identificada como Enxet-Lengua tenía su
hábitat tradicional en la zona del Chaco paraguayo, no significa que por su
sola voluntad se estaría desposeyendo a quienes tienen la propiedad de los
inmuebles conforme a la legislación interna. En tal sentido, el Poder Judicial
es el que tiene la jurisdicción para entender en los casos de disputa del
mejor derecho. En este caso, el Poder Judicial ha determinado que no es
posible privar a los propietarios del inmueble de ejercer dentro de su
propiedad los derechos que la ley le confiere. Asimismo, el Poder Legislativo
ha denegado la expropiación solicitada por haberse comprobado que el
inmueble reclamado está racionalmente explotado;

g) ha garantizado a la Comunidad indígena el acceso a todos los medios


legales disponibles para ejercer el derecho a la propiedad, y si tal derecho
no se ha podido satisfacer hasta la fecha se debe a situaciones de hecho y
de derecho que no han sido resueltas en sede interna, sin que ello
represente una obstrucción o denegación de derechos;

h) ha ofrecido a la Comunidad Yakye Axa soluciones de ubicación temporal,


mientras se negociaba una solución al fondo del asunto, sin que ello fuera
posible dada la intransigencia de los representantes y la insistencia de los
miembros de la Comunidad de ubicarse en la vera del camino público.
Asimismo, el INDI ha ofrecido a la Comunidad, como alternativa de solución
a este conflictivo caso, una propiedad de 25.000 hectáreas en una zona de
asentamiento de un grupo importante del pueblo Enxet-Lengua. Sin
embargo, este ofrecimiento, inicialmente aceptado por los líderes indígenas,
fue rechazado al día siguiente de la reunión mantenida con los
representantes de la Comunidad;
i) con el propósito de terminar el litigio, los líderes de la Comunidad
indígena Yakye Axa han manifestado su voluntad de llegar a un acuerdo en
relación con varias ofertas realizadas por el Estado para su asentamiento
definitivo. Sin embargo, los representantes han mantenido la petición de las
18.000 hectáreas en la propiedad de la Estancia Loma Verde, por lo que han
sustituido la voluntad de la Comunidad que sí está dispuesta a considerar
una solución alternativa que se adecue a sus pretensiones conforme a la ley;

j) no ha intervenido en la migración de la Comunidad Yakye Axa hacia la


denominada “zona anglicana” o específicamente a la Estancia “El Estribo”;

k) el derecho a la tierra comunitaria consagrado por la Constitución


Nacional del Paraguay protege el colectivo conformado por los individuos de
una misma cultura, en la inteligencia de que ésta perdurará sobre la base
del intercambio socio cultural de sus integrantes. La legislación paraguaya
regula la cantidad de tierra que corresponde a una comunidad organizada
con personería jurídica, que en el caso de la región occidental del Chaco es
de un mínimo de 100 hectáreas por familia;

l) las instituciones administrativas internas han encontrado dificultades


para responder efectivamente el reclamo de la Comunidad Yakye Axa,
debido a la compleja situación de colisión de derechos, entre los institutos
del derecho a la propiedad privada y a la propiedad comunitaria de tierras
indígenas, ambos amparados constitucionalmente y por las normas del
derecho internacional de los derechos humanos, y

m) está dispuesto a encontrar una solución al problema de acceso a la tierra


comunitaria de la Comunidad en el marco de la Constitución, de la
Convención Americana, del Convenio No. 169 de la OIT, agotando todos los
medios internos a su alcance, como la negociación con los propietarios, la
eventual solicitud de expropiación o la ubicación en una tierra en la
extensión y calidad necesarias para el desarrollo de sus actividades
tradicionales, más aún teniendo en cuenta que dicha Comunidad no tiene
arraigo en un lugar determinado, sino que considera como su territorio una
vasta extensión del Chaco paraguayo.

Consideraciones de la Corte

123. El artículo 21 de la Convención Americana dispone que:

1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley


puede subordinar tal uso y goce al interés social.

2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto


mediante el pago de indemnización justa, por razones de utilidad
pública o de interés social y en los casos y según las formas
establecidas por la ley.
3. Tanto la usura como cualquier otra forma de explotación del
hombre por el hombre, deben ser prohibidas por la ley.

124. Al analizar el contenido y alcance del artículo 21 de la Convención en el


presente caso, la Corte tomará en cuenta, a la luz de las reglas generales de
interpretación establecidas en el artículo 29 de la misma y como lo ha hecho
anteriormente391, la significación especial de la propiedad comunal de las tierras
ancestrales para los pueblos indígenas, inclusive para preservar su identidad
cultural y trasmitirla a las generaciones futuras, así como las gestiones que ha
realizado el Estado para hacer plenamente efectivo este derecho (supra párr. 51).

125. En otras oportunidades, tanto este Tribunal 392 como la Corte Europea de
Derechos Humanos393 han señalado que los tratados de derechos humanos son
instrumentos vivos, cuya interpretación tiene que acompañar la evolución de los
tiempos y las condiciones de vida actuales. Tal interpretación evolutiva es
consecuente con las reglas generales de interpretación consagradas en el artículo
29 de la Convención Americana, así como las establecidas por la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados.

126. En este sentido, esta Corte ha afirmado que al dar interpretación a un


tratado no sólo se toman en cuenta los acuerdos e instrumentos formalmente
relacionados con éste (inciso segundo del artículo 31 de la Convención de Viena),
sino también el sistema dentro del cual se inscribe (inciso tercero del artículo 31 de
dicha Convención)394.

127. En el presente caso, al analizar los alcances del citado artículo 21 de la


Convención, el Tribunal considera útil y apropiado utilizar otros tratados
internacionales distintitos a la Convención Americana, tales como el Convenio No.
169 de la OIT, para interpretar sus disposiciones de acuerdo a la evolución del
sistema interamericano, habida consideración del desarrollo experimentado en esta
materia en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

128. Al respecto, la Corte ha señalado que:

El corpus juris del Derecho Internacional de los Derechos Humanos


está formado por un conjunto de instrumentos internacionales de

391
Cfr. Caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota 176, párr. 148.
392
Cfr. Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri. Sentencia de 8 de julio de 2004. Serie C No 110,
párr. 165; Caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota 176, párr. 146; Caso de los
“Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros), supra nota 182, párr. 193, y El Derecho a la Información
sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal. Opinión Consultiva
OC-16/97 de 14 de noviembre de 1997. Serie A No. 16, párr. 114.

393
Cfr. Eur. Court H.R., Tyrer v. The United Kingdom, 5856/72, judgment of 25 April 1978. Series
A no. A26, párr. 31.

394
Cfr. Caso Tibi, supra nota 179, párr. 144; Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri, supra nota
192, párr. 164; Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros), supra nota 182, párrs. 192 y
193; y El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido
Proceso Legal, supra nota 191, párr. 113.
contenido y efectos jurídicos variados (tratados, convenios,
resoluciones y declaraciones). Su evolución dinámica ha ejercido un
impacto positivo en el Derecho Internacional, en el sentido de afirmar
y desarrollar la aptitud de este último para regular las relaciones
entre los Estados y los seres humanos bajo sus respectivas
jurisdicciones. Por lo tanto, esta Corte debe adoptar un criterio
adecuado para considerar la cuestión sujeta a examen en el marco de
la evolución de los derechos fundamentales de la persona humana en
el derecho internacional contemporáneo395.

129. Debe tenerse en cuenta, además, que en virtud del artículo 29.b) de la
Convención ninguna disposición de ésta puede ser interpretada en el sentido de
“limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados partes o de
acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados”.

130. El Convenio No. 169 de la OIT contiene diversas disposiciones que guardan
relación con el derecho a la propiedad comunal de las comunidades indígenas que
se examina en este caso, disposiciones que pueden ilustrar sobre el contenido y
alcance del artículo 21 de la Convención Americana. El Estado ratificó e incorporó el
referido Convenio No. 169 a su derecho interno mediante la Ley No. 234/93.

131. Haciendo uso de los criterios señalados, este Tribunal ha resaltado que la
estrecha relación que los indígenas mantienen con la tierra debe de ser reconocida
y comprendida como la base fundamental de su cultura, vida espiritual, integridad,
supervivencia económica y su preservación y transmisión a las generaciones
futuras396.

132. Al respecto, el testigo Albino Fernández, maestro y miembro de la


Comunidad Yakye Axa, en su declaración por affidávit señaló que

[l]as celebraciones que hacemos en la Comunidad, pero no en


nuestras tierras, no las podemos hacer siguiendo del todo la
tradición, no las podemos hacer completas.

[…]

En nuestras tierras, en las tierras Yakye Axa, al este del casco de la


Estancia Loma Verde, se encuentra el cementerio de nuestros
antepasados, donde la Comunidad enterraba a los ancianos que
vivieron y murieron ahí. De recuperar nuestras tierras, allí
seguiríamos enterrando a nuestros muertos. Para cambiar y
mejorar toda esta

395
Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados. Opinión Consultiva OC-18/03
de 17 de Septiembre de 2003. Serie A No. 18, párr. 120, y cfr. El Derecho a la Información sobre la
Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal, supra nota 191, párr. 115.

396
Cfr. Caso Masacre Plan de Sánchez. Reparaciones (art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos
Humanos). Sentencia de 19 de noviembre 2004. Serie C No. 116, párr. 85, y Caso Comunidad Mayagna
(Sumo) Awas Tingni, supra nota 176, párr. 149.

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situación necesitamos nuestras tierras. Sin nuestras tierras sufre el
maestro, sufren los niños y las niñas y sufren sus padres.

[…]

En nuestras tierras podríamos también mantener nuestro idioma y


nuestra cultura tradicional y enseñarlos en la Escuela.

133. Por su parte, el señor Tomás Galeano, líder de la Comunidad, manifestó que:

pensamos ir a Yakye Axa porque ahí tenemos todo, […] según


nuestra cultura, del bosque, de los animales, ahí ya entra la fiesta
cultural que nosotros podamos realizar adentro del territorio de
Yakye Axa para esa práctica de la cultura.

134. En este sentido, el señor Tomás Galeano indicó que

la fiesta consiste, la cultura nuestra consiste [en] la armonía,


tranquilidad. También […] puede haber entre eso gente que cura a
los enfermos, que cura a su comunidad, que protege a su gente, por
eso nuestros hijos estaban muy bien anteriormente, y nuestros
nietos porque habían muchos chamanes entre nosotros, por eso
necesitamos, requerimos tener el territorio nuestro […] para seguir
practicando la cultura nuestra.

135. La cultura de los miembros de las comunidades indígenas corresponde a una


forma de vida particular de ser, ver y actuar en el mundo, constituido a partir de su
estrecha relación con sus territorios tradicionales y los recursos que allí se
encuentran, no sólo por ser estos su principal medio de subsistencia, sino además
porque constituyen un elemento integrante de su cosmovisión, religiosidad y, por
ende, de su identidad cultural.

136. Lo anterior guarda relación con lo expresado en el artículo 13 del Convenio


No. 169 de la OIT, en el sentido de que los Estados deberán respetar “la
importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos
interesados reviste su relación con las tierras o territorios, o con ambos, según los
casos, que ocupan o utilizan de alguna otra manera, y en particular los aspectos
colectivos de esa relación.”

137. En consecuencia, la estrecha vinculación de los pueblos indígenas sobre sus


territorios tradicionales y los recursos naturales ligados a su cultura que ahí se
encuentren, así como los elementos incorporales que se desprendan de ellos, deben
ser salvaguardados por el artículo 21 de la Convención Americana. Al respecto, en
otras oportunidades, este Tribunal ha considerado que el término “bienes” utilizado
en dicho artículo 21, contempla “aquellas cosas materiales apropiables, así como
todo derecho que pueda formar parte del patrimonio de una persona; dicho
concepto

35
1
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comprende todos los muebles e inmuebles, los elementos corporales e incorporales
y cualquier otro objeto inmaterial susceptible de tener un valor”397.

138. La Constitución paraguaya reconoce la identidad cultural de los pueblos


indígenas y la liga al respectivo hábitat de cada uno de ellos, otorgándoles,
además, una serie de derechos específicos, que sirven de base para que este
Tribunal defina el alcance del artículo 21 de la Convención, como lo ha hecho en los
párrafos anteriores. La Constitución señala:

Artículo 62 - DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y GRUPOS ÉTNICOS

Esta Constitución reconoce la existencia de los pueblos indígenas,


definidos como grupos de cultura anteriores a la formación y
organización del Estado paraguayo.

Artículo 63 - DE LA IDENTIDAD ÉTNICA

Queda reconocido y garantizado el derecho de los pueblos indígenas


a preservar y a desarrollar su identidad étnica en el respectivo
hábitat. Tienen derecho, asimismo, a aplicar libremente sus sistemas
de organización política, social, económica, cultural y religiosa, al
igual que la voluntaria sujeción a sus normas consuetudinarias para
la regulación de la convivencia interior siempre que ellas no atenten
contra los derechos fundamentales establecidos en esta Constitución.
En los conflictos jurisdiccionales se tendrá en cuenta el derecho
consuetudinario indígena.

Artículo 64 - DE LA PROPIEDAD COMUNITARIA

Los pueblos indígenas tienen derecho a la propiedad comunitaria de


la tierra, en extensión y calidad suficientes para la conservación y el
desarrollo de sus formas peculiares de vida. El Estado les proveerá
gratuitamente de estas tierras, las cuales serán inembargables,
indivisibles, intransferibles, imprescriptibles, no susceptibles de
garantizar obligaciones contractuales ni de ser arrendadas; asimismo,
estarán exentas de tributo.

Se prohíbe la remoción o traslado de su hábitat sin el expreso


consentimiento de los mismos.

397
Cfr. Caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, supra nota 176, párr. 144, y Caso Ivcher
Bronstein, supra nota 176, párr. 122.
Artículo 65 - DEL DERECHO A LA PARTICIPACIÓN

Se garantiza a los pueblos indígenas el derecho a participar en la vida


económica, social, política y cultural del país, de acuerdo con sus
usos consuetudinarios, ésta Constitución y las leyes nacionales.

Artículo 66 - DE LA EDUCACIÓN Y LA ASISTENCIA

El Estado respetará las peculiaridades culturales de los pueblos


indígenas especialmente en lo relativo a la educación formal. Se
atenderá, además, a su defensa contra la regresión demográfica, la
depredación de su hábitat, la contaminación ambiental, la explotación
económica y la alienación cultural.

139. Por su parte, el artículo 3 de la Ley No. 43/89 señala que el asentamiento de
las comunidades indígenas comprende un “área física conformada por el núcleo de
casas, recursos naturales, cultivos, plantaciones y su entorno, ligados en lo posible
a su tradición cultural […]”.

140. Ahora, en el presente caso no se discute la existencia del derecho de los


miembros de las comunidades indígenas, específicamente de la Comunidad Yakye
Axa, a sus territorios, en el entendido de lo que la tierra significa para sus
miembros, ni se discute el hecho que la caza, pesca y recolección sea un elemento
esencial de su cultura. Hay un consenso entre las partes respecto de la normativa
interna que consagra los derechos territoriales de los miembros de las comunidades
indígenas. Lo que está en discusión es la realización efectiva de estos derechos.

141. Como ya fue señalado, Paraguay reconoce el derecho a la propiedad


comunitaria de los pueblos indígenas, pero, en el presente caso, la Corte debe
determinar si lo ha hecho efectivo en la realidad y la práctica. Está probado (supra
párr. 50.24) que los miembros de la Comunidad iniciaron desde 1993 los trámites
establecidos en la legislación interna para la reivindicación de los territorios que
reclaman como propios, sin que hasta la fecha sus derechos territoriales hayan sido
materializados. En efecto, el Estado en su contestación a la demanda “reconoc[ió]
que por circunstancias de hecho y de derecho no ha podido satisfacer este derecho
hasta la fecha”.

142. El Estado alegó que el derecho a la propiedad de los miembros de la


Comunidad no ha podido efectivizarse porque los representantes de la misma han
mantenido una actitud “intransigente en la obtención de 18.000 [hectáreas] de la
Estancia Loma Verde” y porque el Congreso “ha considerado la productividad o la
utilización económica de la tierra” como criterio para negar la expropiación de los
territorios reivindicados, haciéndose imposible que el Estado confisque tierras en
desconocimiento del derecho a la propiedad privada de sus actuales dueños.

143. La Corte concuerda con el Estado en el sentido de que tanto la propiedad


privada de los particulares como la propiedad comunitaria de los miembros de las
comunidades indígenas tienen la protección convencional que les otorga el artículo
21 de la Convención Americana. No obstante, el reconocimiento meramente
abstracto o jurídico de las tierras, territorios o recursos indígenas carece
prácticamente de sentido si no se ha establecido y delimitado físicamente la
propiedad.

144. Ahora bien, cuando la propiedad comunal indígena y la propiedad privada


particular entran en contradicciones reales o aparentes, la propia Convención
Americana y la jurisprudencia del Tribunal proveen las pautas para definir las
restricciones admisibles al goce y ejercicio de estos derechos, a saber: a) deben
estar establecidas por ley; b) deben ser necesarias; c) deben ser proporcionales, y
d) deben hacerse con el fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad
democrática.

145. El artículo 21.1 de la Convención dispone que “[l]a ley puede subordinar [el]
uso y goce [de los bienes] al interés social.” La necesidad de las restricciones
legalmente contempladas dependerá de que estén orientadas a satisfacer un
interés público imperativo, siendo insuficiente que se demuestre, por ejemplo, que
la ley cumple un propósito útil u oportuno. La proporcionalidad radica en que la
restricción debe ajustarse estrechamente al logro de un legítimo objetivo,
interfiriendo en la menor medida posible en el efectivo ejercicio del derecho
restringido. Finalmente, para que sean compatibles con la Convención las
restricciones deben justificarse según objetivos colectivos que, por su importancia,
preponderen claramente sobre la necesidad del pleno goce del derecho
restringido398.

146. Al aplicar estos estándares a los conflictos que se presentan entre la


propiedad privada y los reclamos de reivindicación de propiedad ancestral de los
miembros de comunidades indígenas, los Estados deben valorar caso por caso las
restricciones que resultarían del reconocimiento de un derecho por sobre el otro.
Así, por ejemplo, los Estados deben tener en cuenta que los derechos territoriales
indígenas abarcan un concepto más amplio y diferente que está relacionado con el
derecho colectivo a la supervivencia como pueblo organizado, con el control de su
hábitat como una condición necesaria para la reproducción de su cultura, para su
propio desarrollo y para llevar a cabo sus planes de vida. La propiedad sobre la
tierra garantiza que los miembros de las comunidades indígenas conserven su
patrimonio cultural.

147. Al desconocerse el derecho ancestral de los miembros de las comunidades


indígenas sobre sus territorios, se podría estar afectando otros derechos básicos,
como el derecho a la identidad cultural y la supervivencia misma de las
comunidades indígenas y sus miembros.

148. Por el contrario, la restricción que se haga al derecho a la propiedad privada


de particulares pudiera ser necesaria para lograr el objetivo colectivo de preservar
las identidades culturales en una sociedad democrática y pluralista en el sentido de
la Convención Americana; y proporcional, si se hace el pago de una justa
indemnización a los perjudicados, de conformidad con el artículo 21.2 de la
Convención.

149. Esto no significa que siempre que estén en conflicto los intereses territoriales
particulares o estatales y los intereses territoriales de los miembros de las
comunidades indígenas, prevalezcan los últimos por sobre los primeros. Cuando los
Estados se vean imposibilitados, por razones concretas y justificadas, de adoptar
398
Cfr. (mutatis mutandi) Caso Ricardo Canese, supra nota 179, párr. 96; Caso Herrera Ulloa, supra
nota 181, párr. 127, y Caso Ivcher Bronstein, supra nota 176, párr. 155.
medidas para devolver el territorio tradicional y los recursos comunales de las
poblaciones indígenas, la compensación que se otorgue debe tener como
orientación principal el significado que tiene la tierra para éstas (supra párrs. 131,
135 y 139).

150. Al respecto, el artículo 16.4 del Convenio No. 169 de la OIT, al referirse al
retorno de los pueblos indígenas a los territorios de los que han sido desplazados
señala que

cuando el retorno no sea posible, […] dichos pueblos deberán recibir, en


todos los casos posibles, tierras cuya calidad y cuyo estatuto jurídico sean
por lo menos iguales a los de las tierras que ocupaban anteriormente, y que
les permitan subvenir a sus necesidades y garantizar su desarrollo futuro.
Cuando los pueblos interesados prefieran recibir una indemnización en
dinero o en especie, deberá concedérseles dicha indemnización, con las
garantías apropiadas.

151. La elección y entrega de tierras alternativas, el pago de una justa


indemnización o ambos no quedan sujetas a criterios meramente discrecionales del
Estado, deben ser, conforme a una interpretación integral del Convenio No. 169 de
la OIT y de la Convención Americana, consensuadas con los pueblos interesados,
conforme a sus propios procedimientos de consulta, valores, usos y derecho
consuetudinario.

152. En el presente caso, no se ha llegado a un acuerdo entre los miembros de la


Comunidad y el Estado respecto de los ofrecimientos de tierras alternativas que
este último ha realizado. El testigo Esteban López, en la audiencia pública llevada
ante este Tribunal, sostuvo qué

[l]astimosamente para el Gobierno yo creo que no han trabajado en


forma en donde corresponde, en forma legal, digamos así, el
Gobierno de Paraguay puede hacer lo que quiera, no consultar a los
pueblos indígenas, podemos hacer la aclaración, porque si la Cámara
de Diputados tenía interés de solucionar el problema, por qué no se
llega a la Comunidad, se reúne con la gente, queremos preguntar
esta oferta, tenemos un lugar, […] buscamos una solución, usted
podrá estar de acuerdo, o no estar de acuerdo, pero nosotros
recibimos la notificación sin consulta, así rápidamente se quiso hacer
y después viendo a los propietarios con papel en su mano, toda la
noche anda por mi casa, […] hay que saber, hay que entender,
entonces, eso es una violación, […] si hubiese sido la voluntad del
Estado de buscar una salida, bueno, nos reunimos otras veces,
llegamos a un acuerdo, firmamos todos, no hay problema, no se
puede hacer jugar un indígena [...].

Nosotros conocemos las leyes, para la buena salida se tiene que


consultar a los pueblos indígenas, los Estados, si se llega a un
acuerdo con la Comunidad yo creo que se solucionaría el problema,
pero depende ya de los grupos, de los miembros de la Comunidad,
pero el acercamiento al Estado tiene que ser, no sé, cada semana,
porque
como estoy diciendo, estoy expresando nuestra lucha ya propusimos
que es una lucha sagrada, hemos pasado momentos difíciles y la
lucha no se puede vender no más en un día ni en ocho días, y hay
que dialogar, llevaría mucho tiempo.

153. Debe recordarse que, con fundamento al artículo 1.1 de la Convención, el


Estado está obligado a respetar los derechos reconocidos en la Convención y a
organizar el poder público para garantizar a las personas bajo su jurisdicción el libre
y pleno ejercicio de los derechos humanos399.

154. La garantía del derecho a la propiedad comunitaria de los pueblos indígenas


debe tomar en cuenta que la tierra está estrechamente relacionada con sus
tradiciones y expresiones orales, sus costumbres y lenguas, sus artes y rituales, sus
conocimientos y usos relacionados con la naturaleza, sus artes culinarias, el
derecho consuetudinario, su vestimenta, filosofía y valores. En función de su
entorno, su integración con la naturaleza y su historia, los miembros de las
comunidades indígenas transmiten de generación en generación este patrimonio
cultural inmaterial, que es recreado constantemente por los miembros de las
comunidades y grupos indígenas.

155. Si bien el Paraguay reconoce el derecho a la propiedad comunitaria en su


propio ordenamiento, no ha adoptado las medidas adecuadas de derecho interno
necesarias para garantizar el uso y goce efectivo por parte de los miembros de la
Comunidad Yakye Axa de sus tierras tradicionales y con ello ha amenazado el libre
desarrollo y transmisión de su cultura y prácticas tradicionales, en los términos
señalados en el párrafo anterior.

156. Por todo lo expuesto, la Corte concluye que el Estado violó el artículo 21 de
la Convención Americana, en perjuicio de los miembros de la Comunidad Yakye
Axa, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma.

VIOLACIÓN DEL ARTÍCULO 4.1 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA

(DERECHO A LA VIDA)

EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 1.1 DE LA MISMA

Alegatos de la Comisión

157. En cuanto al artículo 4 de la Convención, la Comisión alegó que:

399
Cfr. Caso Juan Humberto Sánchez, supra nota 187, párr. 142; Caso Ivcher Bronstein, supra
nota 176, párr. 168, y Caso del Tribunal Constitucional. Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie C No.
71, párr. 109.
a) el derecho a la vida es un derecho humano fundamental, esencial para el
ejercicio de los demás derechos humanos. Este derecho no comprende sólo
el derecho de todo ser humano de no ser privado arbitrariamente de la vida
sino también el derecho a que no se le impida el acceso a las condiciones
que le garanticen una existencia digna;

b) el Estado, al no garantizar el derecho de la Comunidad a su territorio


ancestral, ha incumplido el deber de garantizar la vida de sus miembros, ya
que ha privado a la Comunidad de sus medios de subsistencia tradicionales,
obligándola durante años a sobrevivir en condiciones deplorables y
dejándola a merced de acciones de asistencia estatal;

c) en el presente caso 57 familias miembros de la Comunidad indígena


Yakye Axa han estado viviendo desde el año 1996 en un lugar claramente
inadecuado para desarrollar sus vidas en condiciones mínimas de dignidad, a
la espera que el Estado les garantice en forma efectiva su derecho a vivir en
su territorio ancestral y poder así no sólo realizar sus actividades
tradicionales de subsistencia, sino también preservar su identidad cultural;

d) la falta de garantía efectiva del derecho de propiedad de la Comunidad


ha significado colocar a sus miembros en una situación de desprotección
extrema que ha implicado la muerte de varios de sus miembros por causas
que habrían podido evitarse con una adecuada alimentación y asistencia
médica;

e) la situación de riesgo o vulnerabilidad de la Comunidad indígena Yakye


Axa ha sido creada por la negligencia del Estado, lo cual no ha sido
cuestionado; por el contrario, el propio Estado declaró en 1999 en “estado
de emergencia a la Comunidad”. Esta negligencia se produjo en un contexto
en que el Paraguay tiene el deber de garantizar las condiciones necesarias
para la consecución de una vida digna, un deber que es subrayado por el
compromiso recogido en el artículo 26 de la Convención Americana, de
adoptar medidas apropiadas para alcanzar la completa realización de los
derechos sociales. Sin embargo, a través de la omisión en sus políticas de
salud el Estado disminuyó el goce de los miembros de la Comunidad Yakye
Axa de las condiciones mínimas en el campo sanitario, alimenticio y
habitacional;

f) el decreto que declaró en estado de emergencia a la Comunidad no ha


sido efectivizado adecuadamente. La provisión de alimentos y entrega de
asistencia médica por parte del Estado a los miembros de la Comunidad
Yakye Axa ha sido claramente deficitaria e irregular, y

g) existe una clara relación de causalidad entre las omisiones y actos del
Estado, y la ubicación de la Comunidad en una situación en que la vida de
sus miembros se ve reducida o frustrada en forma arbitraria.

Alegatos de los representantes

158. En cuanto al artículo 4 de la Convención, los representantes alegaron que:


a) el derecho a la vida es un derecho fundamental, de cuya salvaguarda
depende la realización de los demás derechos. En virtud de ello, los Estados
están en la obligación de garantizar la creación de las condiciones que se
requieran para el pleno goce y ejercicio del derecho. Esto supone la
adopción de medidas positivas de protección por parte del Estado. La no
adopción de esas medidas puede llegar a crear o a propiciar condiciones
conducentes a la muerte de personas;

b) el deber del Estado de tomar medidas positivas se acentúa precisamente


en relación con la protección de la vida de personas vulnerables e
indefensas, en situación de riesgo. Para identificar esas medidas hay que
acudir al artículo
10.2 del Protocolo de San Salvador, considerándolo como una norma a cuya
luz pueden ser interpretadas las medidas positivas que el Estado estaba en
la obligación de tomar para garantizar, en este caso, el derecho a la vida de
los miembros de la Comunidad fallecidos al costado de la ruta;

c) la situación de vulnerabilidad extrema, indefensión y riesgo de la


Comunidad Yakye Axa están dadas, para lo que es aquí pertinente, por las
condiciones materiales y económicas de extrema precariedad y pobreza en
las que vive, sumando a las condiciones de inaccesibilidad geográfica y
económica para la atención médica en las que permanece;

d) el Estado es responsable, en el presente caso, de la violación del derecho


a la vida de los dieciséis miembros de la Comunidad Yakye Axa que han
muerto en su lugar actual de asentamiento, como consecuencia de las
precarias condiciones médico-sanitarias, de agua y de alimentación en las
que se ha visto obligada a vivir la Comunidad Yakye Axa por la falta de
respuesta adecuada y oportuna del Estado a su reclamo de tierra ancestral,
y que, además, podrían haber sido oportuna y adecuadamente satisfechas
por el Estado. Estas muertes se habrían podido evitar si el Estado hubiese
adoptado las medidas positivas de protección requeridas por la Comunidad y
por sus miembros;

e) el derecho a la vida se ha violado también, en perjuicio de la Comunidad


y de sus miembros, por impedirles el pleno ejercicio del derecho de acceso a
las condiciones que le permitirían a cada uno de ellos vivir una existencia
digna. Las precarias condiciones materiales y de pobreza en las que hoy
viven explicitan la afectación del disfrute pleno y efectivo de derechos tan
fundamentales como el derecho a la salud, el derecho a la alimentación y el
derecho a la educación. Esta afectación impide a la Comunidad y a sus
miembros acceder a condiciones de vida digna;

f) a la luz del Convenio No. 169 de la OIT, debe considerarse que la


protección del derecho a la vida y a la integridad de los pueblos indígenas no
puede desligarse de la protección de los derechos económicos, sociales y
culturales. La garantía de estos derechos es una condición necesaria para
cumplir con la exigencia de condiciones de vida digna, sin las cuales se torna
difícil, cuando no imposible, el desarrollo de proyectos de vida florecientes;

g) la manera inadecuada e insuficiente en que son satisfechos estos


derechos por el Estado agudiza la vulnerabilidad de la Comunidad e impide
el desarrollo de proyectos de vida, tanto colectivos como individuales;
h) el Estado ha violado el derecho a la vida, asimismo, al no garantizar a la
Comunidad y a sus miembros la facultad de vivir conforme a su particular
forma de vida, y mantener y desarrollar su vida espiritual y cultural. El
derecho a la vida también tiene como componente esencial el derecho a dar
sentido a la existencia. Los seres humanos habitamos el mundo de maneras
distintas. Establecemos, de modos distintos, relaciones con los demás y con
las cosas del mundo. Esa forma distinta de estar en el mundo, de vivir en el
mundo, da un sentido a nuestras vidas, marca un horizonte y un futuro.
Sobre ese horizonte y ese futuro pueden ser pensados y realizados los
proyectos y planes de vida. Sin ellos, la vida de los seres humanos se vuelve
vacía;

i) las tierras que históricamente han sido habitadas por los pueblos y
comunidades indígenas no solamente son su medio de vida y de sustento,
sino la base de su existencia misma, el soporte en el cual desarrollan sus
identidades y sus visiones del mundo. Constituyen, en ese sentido, un
elemento integrante de su cosmovisión y de su espiritualidad y religiosidad.
De este modo, la supervivencia colectiva de los pueblos y comunidades
indígenas, entendida como supervivencia de vida y de cultura, está
vinculada íntimamente a su tierra y territorio;

j) el vínculo humano, espiritual y cultural de la Comunidad Yakye Axa y de


sus miembros con su tierra ancestral es profundamente sentido por ellos. La
tierra ancestral de la Comunidad Yakye Axa y el hábitat que en esa tierra
han recorrido y humanizado sus miembros configura su pasado, su presente
y su futuro. Define la identidad de la Comunidad y de sus miembros y
representa el lugar en donde para ellos resulta posible imaginar la
materialización de un proyecto de vida respetuoso de su cosmogonía y de
sus prácticas culturales. La decisión de la Comunidad de asentarse en la
vera del camino, al lado de su tierra, en espera de su restitución, expresa,
en un tiempo presente, lo que esa tierra y ese territorio significan para la
Comunidad Yakye Axa y sus miembros, y

k) el Estado no ha garantizado a la Comunidad Yakye Axa el retorno a su


tierra ancestral y al territorio y hábitat que le son propios. De este modo, ha
lesionado el profundo vínculo que existe entre la identidad de la Comunidad
y de sus miembros y su tierra ancestral. El Estado ha insistido en negar la
identidad de la Comunidad Yakye Axa y sus miembros, y lo ha hecho
tratando de diluirla, primero en el Pueblo Enxet-Lengua y después en el sub-
grupo Chanawatsan. El Estado ha negado también la historia y la memoria
de la Comunidad, así como el esencial sentido que para su cosmogonía y la
de sus miembros tiene la relación con su tierra ancestral y su territorio. De
esta forma, el Estado paraguayo ha vulnerado el derecho de la Comunidad
Yakye Axa y de sus miembros a tener una identidad y una cosmogonía
propias y, en esa medida, ha violado en perjuicio de los miembros de la
Comunidad su derecho a la vida.

Alegatos del Estado

159. En relación con el artículo 4 de la Convención, el Estado alegó que:

a) el respeto a la vida humana rige en la ley y en la práctica del Paraguay.


No ha transgredido el derecho a la vida por acción ni por omisión en el
presente caso. No puede ser inculpado por el fallecimiento o enfermedad de
las personas por causas naturales o fortuitas, salvo que se pruebe
negligencia en la atención de esos casos particulares por las autoridades
sanitarias u otras autoridades que tuvieron conocimiento de los hechos. No
puede imputársele, por omisión ni por acción, la muerte por “ahogamiento”
de una persona de 70 años de edad ni la muerte por insuficiencia cardiaca
de dos personas de 58 y 80 años de edad;

b) en cuanto a la determinación de las causas de fallecimiento de algunos


miembros de la Comunidad Yakye Axa, cabe destacar que éstos no fueron
atendidos personalmente por el perito Pablo Balmaceda. Todas las
informaciones sobre la muerte de estas personas, de quienes no se ha
probado su existencia, fueron obtenidas supuestamente por familiares, por
lo cual su declaración está viciada de una nulidad absoluta;

c) la Comunidad Yakye Axa, así como toda la ciudadanía, tiene a su


disposición un servicio publico de salud con diversos centros asistenciales,
puestos de salud y hospitales regionales, a los que se puede acudir a través
del transporte público, y en los cuales la atención es gratuita. Es
responsabilidad personal de los ciudadanos allegarse hasta los centros
asistenciales y, en caso de comunidades indígenas, es responsabilidad
compartida por sus líderes o caciques trasladar a los enfermos a los centros
asistenciales u hospitales públicos o, por lo menos, comunicar su situación a
las autoridades sanitarias regionales o al INDI;

d) en el lugar donde actualmente están ubicados los miembros de la


Comunidad Yakye Axa es imposible establecer alguna forma de atención
médica y sanitaria. Al instalarlos en la vera de la ruta, los líderes de la
Comunidad Yakye Axa llevaron a los miembros de ésta a situaciones
extremas, alejadas de sus formas tradicionales de subsistencia. Además, el
Estado paraguayo ha sido obligado por la Comisión, mediante la adopción de
medidas cautelares aún vigentes, a dejar establecida a la Comunidad Yakye
Axa en la vía pública, incluso contra claras disposiciones legales y
constitucionales que prohíben este tipo de ocupación. De esta manera, los
miembros de la Comunidad Yakye Axa están en la vera del camino por una
decisión propia o inducida que no puede ser atribuida al Estado, quien, por
el contrario, ha ofrecido soluciones alternativas de reasentamiento;

e) ha brindado a la Comunidad Yakye Axa asistencia alimenticia y sanitaria


en forma periódica, de conformidad con el decreto del Poder Ejecutivo que
declaró a la Comunidad en estado de emergencia, y

f) en este caso no hay relación causal “entre la tierra y la supervivencia


física” y la supuesta falta de preservación del derecho a la vida. En ningún
momento los agentes estatales han obligado a los indígenas a salir de sus
tierras, por el contrario, han hecho considerables esfuerzos para buscar
otros lugares dentro de su territorio ancestral, en el marco del Convenio No.
169 de la OIT.

Consideraciones de la Corte

160. El artículo 4.1 de la Convención establece que:

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[t]oda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho
estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la
concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.

161. Este Tribunal ha sostenido que el derecho a la vida es fundamental en la


Convención Americana, por cuanto de su salvaguarda depende la realización de los
demás derechos400. Al no respetarse el derecho a la vida, todos los demás derechos
desaparecen, puesto que se extingue su titular 401. En razón de este carácter
fundamental, no son admisibles enfoques restrictivos al derecho a la vida. En
esencia, este derecho comprende no sólo el derecho de todo ser humano de no ser
privado de la vida arbitrariamente, sino también el derecho a que no se generen
condiciones que le impidan o dificulten el acceso a una existencia digna402.

162. Una de las obligaciones que ineludiblemente debe asumir el Estado en su


posición de garante, con el objetivo de proteger y garantizar el derecho a la vida,
es la de generar las condiciones de vida mínimas compatibles con la dignidad de la
persona humana403 y a no producir condiciones que la dificulten o impidan. En este
sentido, el Estado tiene el deber de adoptar medidas positivas, concretas y
orientadas a la satisfacción del derecho a una vida digna, en especial cuando se
trata de personas en situación de vulnerabilidad y riesgo, cuya atención se vuelve
prioritaria.

163. En el presente caso, la Corte debe establecer si el Estado generó condiciones


que agudizaron las dificultades de acceso a una vida digna de los miembros de la
Comunidad Yakye Axa y si, en ese contexto, adoptó las medidas positivas
apropiadas para satisfacer esa obligación, que tomen en cuenta la situación de
especial vulnerabilidad a la que fueron llevados, afectando su forma de vida
diferente (sistemas de comprensión del mundo diferentes de los de la cultura
occidental, que comprende la estrecha relación que mantienen con la tierra) y su
proyecto de vida, en su dimensión individual y colectiva, a la luz del corpus juris
internacional existente sobre la protección especial que requieren los miembros de
las comunidades indígenas, a la luz de lo expuesto en el artículo 4 de la
Convención, en relación con el deber general de garantía contenido en el artículo
1.1 y con el deber de desarrollo progresivo contenido en el artículo 26 de la misma,
y de los artículos 10 (Derecho a la Salud); 11 (Derecho a un Medio Ambiente
Sano); 12 (Derecho a la Alimentación);
13 (Derecho a la Educación) y 14 (Derecho a los Beneficios de la Cultura) del
Protocolo Adicional a la Convención Americana en materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales404, y las disposiciones pertinentes del Convenio No. 169 de la

400
Cfr. Caso "Instituto de Reeducación del Menor". Sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C
No. 112, párr. 156; Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri, supra nota 192, párr. 128; Caso Myrna
Mack Chang, supra nota 10, párr. 152, y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros),
supra nota 182, párr. 144.

401
Cfr. Caso "Instituto de Reeducación del Menor", supra nota 200, párr. 156; Caso de los
Hermanos Gómez Paquiyauri, supra nota 192, párr. 128; Caso Myrna Mack Chang, supra nota 10, párr.
152, y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros), supra nota 182, párr. 144.

402
Cfr. Caso "Instituto de Reeducación del Menor", supra nota 200, párr. 156; Caso de los
Hermanos Gómez Paquiyauri, supra nota 192, párr. 128; Caso Myrna Mack Chang, supra nota 10, párr.
152, y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros), supra nota 182, párr. 144.

403
Cfr. Caso "Instituto de Reeducación del Menor", supra nota 200, párr. 159.

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404
El Paraguay ratificó el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos
en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales el 3 de junio de 1997. El Protocolo entró en
vigencia internacional el 16 de noviembre de 1999.

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OIT.

164. En el capítulo sobre hechos probados (supra párrs. 50.92 a 50.105) se


concluyó que los miembros de la Comunidad Yakye Axa viven en condiciones de
miseria extrema como consecuencia de la falta de tierra y acceso a recursos
naturales, producida por los hechos materia de este proceso, así como a la
precariedad del asentamiento temporal en el cual se han visto obligados a
permanecer y a la espera de la resolución de su solicitud de reivindicación de
tierras. Este Tribunal observa que, conforme a lo manifestado por los señores
Esteban López, Tomás Galeano e Inocencia Gómez durante la audiencia pública
celebrada en el presente caso (supra párr. 39.a, 39.b y 39.c), los miembros de la
Comunidad Yakye Axa hubiesen podido abastecerse en parte de los bienes
necesarios para su subsistencia de haber estado en posesión de sus tierras
tradicionales. El desplazamiento de los miembros de la Comunidad de estas tierras
ha ocasionado que tengan especiales y graves dificultades para obtener alimento,
principalmente porque la zona que comprende su asentamiento temporal no cuenta
con las condiciones adecuadas para el cultivo ni para la práctica de sus actividades
tradicionales de subsistencia, tales como caza, pesca y recolección. Asimismo, en
este asentamiento los miembros de la Comunidad Yakye Axa ven imposibilitado el
acceso a una vivienda adecuada dotada de los servicios básicos mínimos, así como
a agua limpia y servicios sanitarios.

165. Estas condiciones impactan negativamente en la debida nutrición de los


miembros de la Comunidad que se encuentran en este asentamiento (supra párr.
50.97). A ello se suma, tal como ha sido probado en el presente caso (supra párrs.
50.98 y 50.99), las especiales deficiencias en la educación que reciben los niños y
la inaccesibilidad física y económica a la atención de salud en la que se encuentran
los miembros de la Comunidad.

166. Al respecto, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las


Naciones Unidas en su Observación General 14 sobre el derecho al disfrute del más
alto nivel posible de salud señaló que

[l]os pueblos indígenas tienen derecho a medidas específicas que les


permitan mejorar su acceso a los servicios de salud y a las
atenciones de la salud. Los servicios de salud deben ser apropiados
desde el punto de vista cultural, es decir, tener en cuenta los
cuidados preventivos, las prácticas curativas y las medicinas
tradicionales […].

Para las comunidades indígenas, la salud del individuo se suele


vincular con la salud de la sociedad en su conjunto y presenta una
dimensión colectiva. A este respecto, el Comité considera que […]
la […] pérdida por esas poblaciones de sus recursos alimenticios y
la ruptura de su relación simbiótica con la tierra, ejercen un efecto
perjudicial sobre la salud de esas poblaciones405.

167. Las afectaciones especiales del derecho a la salud, e íntimamente vinculadas

405
UN. Doc. E/C.12/2000/4. El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (artículo 12
del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), (22º período de sesiones,
2000), párr. 27.
con él, las del derecho a la alimentación y el acceso al agua limpia impactan de
manera aguda el derecho a una existencia digna y las condiciones básicas para el
ejercicio de otros derechos humanos, como el derecho a la educación o el derecho a
la identidad cultural. En el caso de los pueblos indígenas el acceso a sus tierras
ancestrales y al uso y disfrute de los recursos naturales que en ellas se encuentran
están directamente vinculados con la obtención de alimento y el acceso a agua
limpia. Al respecto, el citado Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
ha destacado la especial vulnerabilidad de muchos grupos de pueblos indígenas
cuyo acceso a las tierras ancestrales puede verse amenazado y, por lo tanto, su
posibilidad de acceder a medios para obtener alimento y agua limpia406.

168. En el capítulo anterior, este Tribunal estableció que el Estado no había


garantizado el derecho de los miembros de la Comunidad Yakye Axa a la propiedad
comunitaria. La Corte considera que este hecho ha afectado el derecho a una vida
digna de los miembros de la Comunidad, ya que los ha privado de la posibilidad de
acceder a sus medios de subsistencia tradicionales, así como del uso y disfrute de
los recursos naturales necesarios para la obtención de agua limpia y para la
práctica de la medicina tradicional de prevención y cura de enfermedades. A esto se
suma que el Estado no ha adoptado las medidas positivas necesarias que permitan
asegurar a los miembros de la Comunidad Yakye Axa, durante el período que han
permanecido sin territorio, las condiciones de vida compatibles con su dignidad, a
pesar de que el
23 de junio de 1999 el Presidente del Paraguay emitió el Decreto No. 3.789 que
declaró en estado de emergencia a la Comunidad (supra párr. 50.100).

169. La Corte reconoce y valora positivamente las iniciativas tomadas por el


Paraguay para proporcionar alimento, atención médico-sanitaria y materiales
educativos a los miembros de la Comunidad Yakye Axa (supra párrs. 50.100 a
50.105), sin embargo, considera que estas medidas no han sido suficientes ni
adecuadas para revertir su situación de vulnerabilidad, dada la particular gravedad
del presente caso.

170. Por otro lado, el Estado ha argumentado que los miembros de la Comunidad
Yakye Axa están a la vera del camino por “una decisión propia o inducida” por sus
representantes que no puede serle atribuida, ya que por el contrario ha ofrecido
soluciones alternativas de reasentamiento, donde sea posible establecer alguna
forma de atención médica y sanitaria en beneficio de los miembros de la
Comunidad, mientras se resuelve su solicitud de reivindicación de tierras.

171. Esta Corte ha tenido por probado que una parte importante de la Comunidad
Yakye Axa salió voluntariamente de su antiguo asentamiento en la Estancia “El
Estribo” en el año 1996, con el objetivo de recuperar las tierras que consideran
propias, de las cuales partieron en el año 1986 (supra párrs. 50.13 y 50.92 ). Ante
la prohibición de ingresar al territorio reclamado, los miembros de la Comunidad
decidieron instalarse frente a éste, al costado de una carretera nacional, como
parte de su lucha por la reivindicación de su territorio. Si bien el Estado ha ofrecido
trasladarlos temporalmente a otras tierras, estas ofertas han sido rechazadas, ya
que, según los miembros de la Comunidad, no fueron consultados debidamente,
tomando en consideración el significado que para ellos tiene permanecer en esas
tierras, o bien, se hubiesen producido conflictos con otras comunidades indígenas
(supra párrs. 39.a y 50.61).

406
Cfr. U.N. Doc. E/C.12/1999/5. El derecho a una alimentación adecuada (art. 11), (20º período
de sesiones, 1999), párr. 13, y U.N. Doc. HRI/GEN/1/Rev.7 at 117. El derecho al agua (artículos 11 y 12
del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), (29º período de sesiones 2002),
párr. 16.
172. La Corte no puede dejar de señalar la especial gravedad que reviste la
situación de los niños y los ancianos de la Comunidad Yakye Axa. En otras
oportunidades, este Tribunal ha establecido que en materia de derecho a la vida de
los niños, el Estado tiene, además de las obligaciones señaladas para toda persona,
la obligación adicional de promover las medidas de protección a las que se refiere el
artículo 19 de la Convención Americana. Por una parte, debe asumir su posición
especial de garante con mayor cuidado y responsabilidad, y debe tomar medidas
especiales orientadas en el principio del interés superior del niño 407. En el presente
caso, el Estado tiene la obligación, inter alia, de proveer a los niños de la
Comunidad de la condiciones básicas orientadas a asegurar que la situación de
vulnerabilidad en que se encuentra su Comunidad por la falta de territorio, no
limitará su desarrollo o destruirá sus proyectos de vida408.

173. Al respecto, el testigo Albino Fernández, maestro de la Comunidad manifestó


que

[d]onde hoy está asentada la Comunidad es una franja que las


autoridades dicen que es un camino público y ahí no se puede
cultivar, ni tener animales para la caza. A la Comunidad se le ha
prohibido cazar, sacar leña y agua de sus tierras. Es por eso que
muchos de los niños y de las niñas no pueden seguir estudiando.
Muchos niños y niñas pierden el año por esas condiciones, porque no
tienen alimentos, no tienen agua, sobre todo en épocas de sequía, y
porque están enfermos.

174. Asimismo, el señor Pablo Balmaceda Rodríguez, perito en este caso, señaló
que

[l]o que hemos determinado es que la Comunidad está parasitada y


anémica, y eso se nota a simple vista como decía al principio. Uno al
llegar a la Comunidad lo que nota es cabello descolorido de los chicos
y la panza grande, eso es lo que más llama la atención. Si uno les
pregunta […] la edad […] se puede dar cuenta de que no tienen la
estatura que uno se imaginaría que debería tener un niño de ocho
años, de 10 años, y esta es una enfermedad [que] en castellano se le
conoce […] como anemia maligna tropical, que es la falta de
proteínas, la falta de proteínas que provoca el descoloramiento del
cabello, el agrandamiento de la panza, y otros tipos de secuelas que
no son tan visibles como por ejemplo el retraso intelectual […] la
consecuencia [para] estas criaturas [es que] ya no van a tener un
desarrollo

407
Cfr. Caso "Instituto de Reeducación del Menor", supra nota 200, párr. 160; Caso de los
Hermanos Gómez Paquiyauri, supra nota 192, párrs. 124, 163-164, y 171; Caso Bulacio, supra nota 10,
párrs. 126 y 134; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros), supra nota 182, párrs.
146 y 191. En el mismo sentido, cfr. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Opinión
Consultiva OC-17/02 de 28 de agosto de 2002. Serie A No. 17, párrs. 56 y 60.

408
Cfr. Caso "Instituto de Reeducación del Menor", supra nota 200, párr. 160; Condición Jurídica y
Derechos Humanos del Niño, supra nota 207, párrs. 80-81, 84, y 86-88, y Caso de los “Niños de la
Calle” (Villagrán Morales y otros), supra nota 182, párr. 196.
intelectual que pudiera haberle dado una buena alimentación desde su
temprana niñez.

175. En lo que se refiere a la especial consideración que merecen las personas de


edad avanzada, es importante que el Estado adopte medidas destinadas a
mantener su funcionalidad y autonomía, garantizando el derecho a una
alimentación adecuada acceso a agua limpia y a atención de salud. En particular, el
Estado debe atender a los ancianos con enfermedades crónicas y en fase terminal,
ahorrándoles sufrimientos evitables. En este caso, se debe tomar en consideración
que en la Comunidad indígena Yakye Axa la transmisión oral de la cultura a las
nuevas generaciones está a cargo principalmente de los ancianos (supra párr.
50.111).

176. En consecuencia con lo dicho anteriormente, la Corte declara que el Estado


violó el artículo 4.1 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 de
la misma, en perjuicio de los miembros de la Comunidad Yakye Axa, por no adoptar
medidas frente a las condiciones que afectaron sus posibilidades de tener una vida
digna.

177. Finalmente, la Comisión y los representantes alegaron que el Estado es


responsable por la muerte de dieciséis miembros de la Comunidad Yakye Axa por
causas que habrían podido evitarse con una adecuada alimentación y asistencia
médica, y como consecuencia de la falta de respuesta adecuada y oportuna del
Estado al reclamo de la Comunidad de su tierra ancestral. De conformidad con el
artículo 4.1 de la Convención toda persona tiene derecho a que se respete y
garantice su vida y a no ser privado de ella arbitrariamente. Si bien esta Corte
considera que, en general, la obligación de respetar y garantizar la vida de las
personas sujetas a su jurisdicción tiene relación con la responsabilidad del Estado
que se puede derivar de su acción u omisión, en el caso de la alegada
responsabilidad por la muerte de las dieciséis personas, esta Corte no dispone de
los elementos probatorios suficientes como para establecer las causas de los
mencionados fallecimientos.

178. En consonancia con lo dicho anteriormente, la Corte declara que no cuenta


con elementos probatorios suficientes para demostrar la violación del Derecho a la
Vida consagrado en el artículo 4.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en perjuicio de Griselda Flores, Alcides Morel Chávez, Mauro Fernández,
S/N Sosa Chávez, Adolfo Ramírez, Isabel García de Ramírez, Justina Chávez,
Ramón Chávez, S/N Morel Chávez, S/N Morel Chávez, Santiago Gómez, María Adela
Flores Gómez, Severa Benítez Alvarenga, Ignacio Torales, Silvino Martínez Gómez e
Hilario Gómez, miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa.

XI

REPARACIONE
S

APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 63.1

Obligación de reparar

179. De conformidad con el análisis realizado en los capítulos precedentes, la


Corte ha declarado, con base en los hechos del caso, la violación del artículo 4.1 de
la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma, y de los
artículos 21, 8 y 25 de la Convención Americana, en relación con los artículos 1.1
y 2 de la
misma, en perjuicio de los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa. La
Corte ha establecido, en varias ocasiones, que toda violación de una obligación
internacional que haya producido un daño comporta el deber de repararlo
adecuadamente409. A tales efectos, el artículo 63.1 de la Convención Americana
establece que:

[c]uando decida que hubo violación de un derecho o libertad


protegidos en [la] Convención, la Corte dispondrá que se garantice
al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados.
Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las
consecuencias de la medida o situación que ha configurado la
vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización
a la parte lesionada.

180. Tal como lo ha señalado la Corte, el artículo 63.1 de la Convención


Americana refleja una norma consuetudinaria que constituye uno de los principios
fundamentales del Derecho Internacional contemporáneo sobre la responsabilidad
de los Estados. De esta manera, al producirse un hecho ilícito imputable a un
Estado, surge de inmediato la responsabilidad internacional de éste por la violación
de la norma internacional de que se trata, con el consecuente deber de reparación y
de hacer cesar las consecuencias de la violación410.

181. La reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación


internacional requiere, siempre que sea posible, la plena restitución (restitutio in
integrum), la cual consiste en el restablecimiento de la situación anterior a la
violación. De no ser esto posible, cabe al tribunal internacional determinar una serie
de medidas para que, además de garantizar el respeto de los derechos
conculcados, se reparen las consecuencias que produjeron las infracciones y se
establezca el pago de una indemnización como compensación por los daños
ocasionados411. La obligación de reparar, que se regula en todos los aspectos
(alcance, naturaleza, modalidades y determinación de los beneficiarios) por el
Derecho Internacional, no puede ser modificada o incumplida por el Estado
obligado, invocando disposiciones de su derecho interno412.

182. Las reparaciones, como el término lo indica, consisten en las medidas que
tienden a hacer desaparecer los efectos de las violaciones cometidas. Su naturaleza
y su monto dependen del daño ocasionado en los planos tanto material como
inmaterial. Las reparaciones no pueden implicar ni enriquecimiento ni
empobrecimiento para la víctima o sus sucesores413.

183. De conformidad con los elementos probatorios recogidos durante el proceso


y a la luz de los anteriores criterios, la Corte procede a analizar las pretensiones
presentadas por la Comisión y por los representantes y las consideraciones del

409
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 120; Caso Huilca Tecse. Sentencia de 3 de marzo de
2005. Serie C No. 121, párr. 86, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 133.

410
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 121; Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 87, y Caso
de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 134.

411
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 122; Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 88, y Caso
de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 135.

412
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 122; Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 88, y Caso
de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 135.

413
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 123; Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 89, y Caso
de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 136.
Estado respecto de las reparaciones, con el objeto de determinar, en primer lugar,
quiénes son los beneficiarios de las reparaciones, para luego disponer las medidas
de reparación de los daños materiales e inmateriales y, por último, lo relativo a
costas y gastos.

A) BENEFICIARIOS

184. La Corte resume ahora los argumentos de la Comisión Interamericana, de


los representantes y del Estado sobre quiénes deben ser considerados beneficiarios
de las reparaciones que la Corte dicte.

9. ALEGATOS DE LA COMISIÓN

185. Al respecto, la Comisión alegó que:

a) tanto la Comunidad Yakye Axa como los miembros que la componen son
titulares del derecho a recibir una reparación en el presente caso, ya que por
su propia identidad cultural deben ser considerados desde una perspectiva
colectiva e individual, y

b) los miembros de la Comunidad Yakye Axa están individualizados. Sin


embargo, dicha individualización podría ser objeto de variaciones, en atención
al tiempo que ha transcurrido desde el inicio del trámite del presente caso.

10. ALEGATOS DE LOS REPRESENTANTES

186. Por su parte, los representantes alegaron que:

a) la Comunidad indígena Yakye Axa y sus miembros, como víctimas en el


presente caso, deben ser considerados beneficiarios de las reparaciones que
sean ordenadas por la Corte;

b) la Comunidad Yakye Axa es una comunidad indígena organizada,


asentada en un lugar geográfico determinado, cuyos miembros pueden ser
identificados e individualizados, según el último censo de familias realizado
en el año 2002. Asimismo, deberá considerarse que en estos tres años el
número de miembros de la Comunidad ha sufrido variaciones, por lo que la
identificación de aquellas personas que no fueron incluidas en el censo del
año 2002 puede ser certificada a la Corte por las autoridades de la
Comunidad indígena, y

c) las dieciséis personas que han fallecido desde que la Comunidad se


estableció al costado de la carretera pública deben ser, igualmente,
consideradas beneficiarias de las reparaciones por la violación del derecho a
la vida. En su caso, los beneficiarios de las reparaciones que en razón de
esta violación sean ordenadas por la Corte deberán ser los respectivos
familiares de las personas fallecidas.

Alegatos del Estado


187. El Estado no realizó alegaciones específicas sobre los beneficiarios de las
reparaciones.

Consideraciones de la Corte

188. En el presente caso, la Corte comparte el criterio de la Comisión y los


representantes en el sentido de que las reparaciones adquieren una especial
significación colectiva. Al respecto, este Tribunal consideró en un caso que
involucraba pueblos indígenas que “la reparación individual tiene como un
componente importante las reparaciones que esta Corte otorga más adelante a los
miembros de las comunidades en su conjunto”414.

189. Sin perjuicio de ello, la Corte considera que los beneficiarios de las
reparaciones que se ordenan en la presente Sentencia son los miembros de la
Comunidad indígena Yakye Axa, detallados en la lista obrante en el anexo A de esta
Sentencia.

B) DAÑO MATERIAL

11. ALEGATOS DE LA COMISIÓN

190. En cuanto a las reparaciones por concepto de daño material, la Comisión


señaló que para determinar de una manera justa y equitativa el daño emergente y
el “lucro cesante” en el presente caso, la Corte debería tener presente la
cosmovisión de la Comunidad Yakye Axa y el efecto que ha producido en la propia
Comunidad y en sus miembros el estar impedidos de poseer su hábitat tradicional o
territorio ancestral y de realizar sus actividades de subsistencia tradicionales. En
este sentido, la Comisión solicitó al Tribunal que fije un monto indemnizatorio en
equidad por este concepto.

12. ALEGATOS DE LOS REPRESENTANTES

191. Al respecto, los representantes señalaron que:

a) se adhieren a las pretensiones señaladas por la Comisión en su demanda


en cuanto al daño material (daño emergente y “lucro cesante”), por lo que
solicitaron que se fije una suma en equidad para determinar el monto
indemnizatorio por este concepto, y

b) se deben tener en consideración los gastos adicionales efectuados por los


miembros de la Comunidad y sus líderes, en relación con las gestiones y
desplazamientos que han tenido que hacer, que no corresponden a
gestiones judiciales propiamente dichas, pero que han sido necesarias para
exigir la satisfacción de justicia.

414
Cfr. Caso Masacre Plan de Sánchez. Reparaciones, supra nota 196, párr. 86.
Alegatos del Estado

192. El Estado alegó que los daños y perjuicios que pudieran haber sido
ocasionados en el presente caso no han sido reclamados ante la justicia del Estado
y se opuso a la admisión de gastos supuestamente efectuados en beneficio de la
Comunidad Yakye Axa, ya que las facturas u otros instrumentos de comprobación
de los mismos nos fueron remitidos con anterioridad al Estado, por lo que no ha
tenido conocimiento ni control de los mismos y mucho menos los ha autorizado.

Consideraciones de la Corte

193. El daño material supone la pérdida o detrimento de los ingresos de las


víctimas, los gastos efectuados con motivo de los hechos y las consecuencias de
carácter pecuniario que tengan un nexo causal con los hechos del caso sub
judice415, para lo cual, la Corte, cuando corresponde, fija un monto indemnizatorio
que busca compensar las consecuencias patrimoniales de las violaciones que han
sido declaradas. En la presente Sentencia, para resolver las pretensiones sobre el
daño material, la Corte tendrá en cuenta el acervo probatorio de este caso, la
jurisprudencia del propio Tribunal y los argumentos de las partes.

194. El Tribunal considera que en el presente caso la indemnización por el daño


material debe comprender los gastos en que incurrieron los miembros de la
Comunidad Yakye Axa en las diversas gestiones que realizaron con el fin de
recobrar las tierras que consideraban como propias, tales como movilizaciones y
traslados a distintas dependencias estatales (supra párr. 50.106). La Corte estima
que el Estado debe otorgar una indemnización por dichos gastos, pues tienen un
nexo causal directo con los hechos violatorios de este caso y no se trata de
erogaciones realizadas por motivo del acceso a la justicia416 (infra párr. 232).

195. Al respecto, la Corte toma nota de que algunos de dichos gastos fueron
asumidos por la organización Tierraviva, representante de las víctimas, y que se
trata de gastos generados como consecuencia de las violaciones declaradas en esta
Sentencia. En consecuencia, la Corte fija, en equidad, la cantidad de US$ 45.000,00
(cuarenta y cinco mil dólares de los Estados Unidos de América) o su equivalente
en moneda paraguaya, por concepto de los referidos gastos en que incurrieron los
miembros de la Comunidad Yakye Axa, algunos de los cuales fueron sufragados por
Tierraviva. Dicha cantidad será puesta a disposición de los líderes de la Comunidad,
quienes deberán reintegrar a la organización Tierraviva el monto que corresponda y
el saldo restante será utilizado en lo que los miembros de la Comunidad indígena
decidan conforme a sus propias necesidades y formas de decisión, usos, valores y
costumbres.

C) DAÑO INMATERIAL

415
Cfr. Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 93; Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra
nota 2, párr. 150, y Caso “Instituto de Reeducación del Menor”, supra nota 200, párr. 283.

416
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 152.
13. ALEGATOS DE LA COMISIÓN

196. La Comisión solicitó a la Corte que ordene al Estado pagar una suma en
equidad como indemnización por concepto del daño inmaterial causado a las
víctimas en el presente caso. Al respecto, alegó que:

a) el Estado debe pagar a la Comunidad Yakye Axa y a sus miembros por


los sufrimientos, angustias e indignidades a las que se les ha sometido
durante los años en que han esperado una respuesta efectiva a su reclamo
territorial. Los miembros de la Comunidad Yakye Axa han soportado el
rechazo a su legítimo reclamo y han estado expuestos a constantes
presiones tanto de particulares como de agentes estatales encaminadas a
lograr el desistimiento de su reclamo;

b) deben valorarse las condiciones de vida inhumanas a las que han estado
sometidos los miembros de la Comunidad, incluidos niños, niñas, ancianos y
mujeres, con motivo de la falta de garantía por parte del Estado del derecho
de propiedad de la Comunidad a su territorio ancestral. Asimismo, debe
tomarse en cuenta que la muerte de varios de los miembros de la
Comunidad ha afectado tanto a sus familiares como a la propia Comunidad,
y

c) el Estado debe crear, tomando en cuenta la afectación global de


derechos que ha producido, un fondo especial de reparaciones que tenga por
objeto financiar programas educativos, de capacitación, de atención
psicológica y médica para los miembros de la Comunidad, cuya
implementación requerirá el previo consentimiento de los interesados,
conforme a sus usos y costumbres.

14. ALEGATOS DE LOS REPRESENTANTES

197. Por su parte, los representantes alegaron que:

a) el Estado debe pagar a la Comunidad Yakye Axa y a sus miembros una


suma en equidad como indemnización por la tristeza y el sufrimiento que
han padecido al ver rechazado su legítimo reclamo territorial, así como por
la angustia e impotencia que han padecido como víctimas de amenazas y
hostigamientos de parte de autoridades estatales y de personas particulares
durante los años que llevan esperando la restitución de su tierra ancestral;

b) el Estado debe pagar una suma en equidad como indemnización por el


dolor y tristeza que han padecido los familiares de los dieciséis miembros de
la Comunidad fallecidos en el actual asentamiento de ésta. Asimismo, el
Estado debe pagar a la Comunidad una suma por el sufrimiento, angustia,
impotencia e indignidad que han tenido que soportar sus miembros ante la
muerte de los niños y niñas y de las personas mayores de la Comunidad, y

c) las reparaciones respecto de los padecimientos sufridos por los


miembros de la Comunidad Yakye Axa deberán contemplar la constitución
de un fondo pecuniario especial que tenga por objeto financiar programas
educativos, de capacitación, y de atención psicológica y médica para los
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Comunidad, cuya implementación requerirá el previo consentimiento de los
interesados, conforme a sus usos y costumbres.

15. ALEGATOS DEL ESTADO

198. El Estado alegó que los daños y perjuicios que pudieran haber sido
ocasionados en el presente caso no han sido reclamados ante la justicia del Estado,
y que no hay relación entre las muertes de algunos miembros de la Comunidad y la
cuestión de las tierras ancestrales. Por otro lado, el Estado reconoció que existe la
necesidad de los miembros de la Comunidad de dar a las tierras que se le
entreguen un rendimiento productivo que pueda sustentar las necesidades de la
Comunidad y permitir el desarrollo adecuado de las mismas. Para tal efecto, pondrá
en ejecución un proyecto de desarrollo adecuado de las tierras, inmediatamente
después de que haya sido consultado y aceptado por la Comunidad en forma
directa, sin interferencias de terceros que obstaculicen el desarrollo de la
negociación.

Consideraciones de la Corte

199. El daño inmaterial puede comprender tanto los sufrimientos y las aflicciones
causados a las víctimas directas y a sus allegados, el menoscabo de valores muy
significativos para las personas, así como las alteraciones, de carácter no
pecuniario, en las condiciones de existencia de la víctima o su familia. No siendo
posible asignar al daño inmaterial un preciso equivalente monetario, sólo puede,
para los fines de las reparación integral a las víctimas, ser objeto de compensación,
y ello de dos maneras. En primer lugar, mediante el pago de una cantidad de
dinero o la entrega de bienes o servicios apreciables en dinero, que el Tribunal
determine en aplicación razonable del arbitrio judicial y en términos de equidad. Y,
en segundo lugar, mediante la realización de actos u obras de alcance o
repercusión públicos, tales como la transmisión de un mensaje de reprobación
oficial a las violaciones de los derechos humanos de que se trata y de compromiso
con los esfuerzos tendientes a que no vuelvan a ocurrir y que tengan como efecto,
entre otros, el reconocimiento de la dignidad de las víctimas 417. El primer aspecto de
la reparación de los daños inmateriales se analizará en esta sección y el segundo
en la siguiente.

200. La jurisprudencia internacional ha establecido reiteradamente que la


sentencia constituye, per se, una forma de reparación. No obstante, tomando en
cuenta las circunstancias del presente caso, las alteraciones de las condiciones de
existencia de las víctimas y sus consecuencias de orden no material o no
pecuniario, la Corte estima pertinente que los daños inmateriales deben ser
reparados418.

201. Al valorar los daños inmateriales causados en el caso sub judice, la Corte ha
tomado en consideración lo manifestado por el señor Albino Fernández en su
declaración rendida ante fedatario público (supra párr. 38.a), y por los señores
Esteban López, Tomás Galeano e Inocencia Gómez en sus testimonios rendidos
ante este Tribunal durante la audiencia pública (supra párr. 39.a, 39.b y 39.c), en
cuanto a que los daños ocasionados a éstos son representativos de aquellos
producidos al resto de las víctimas, quienes en su totalidad pertenecen a la
Comunidad indígena Yakye Axa. Igualmente, esta Corte ha tomado en cuenta lo
manifestado por los señores José Alberto Braunstein y Teresa de Jesús Vargas
en sus declaraciones

417
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 125; Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 96, y Caso

37
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de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 156.

418
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 126; Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 97, y Caso
de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 157.

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rendidas ante fedatario público (supra párr. 38.d y 38.e), y por los señores Rodrigo
Villagra y Bartomeu Melia i Lliteres en sus declaraciones rendidas ante esta Corte
durante la audiencia pública (supra párr. 39.e y 39.f).

202. Este Tribunal observa que la falta de concreción del derecho a la propiedad
comunal de los miembros de la Comunidad Yakye Axa, así como las graves
condiciones de vida a las que se han visto sometidos como consecuencia de la
demora estatal en la efectivización de sus derechos territoriales deben ser
valoradas por la Corte al momento de fijar el daño inmaterial.

203. De igual forma, la Corte observa que la significación especial que la tierra
tiene para los pueblos indígenas en general, y para la Comunidad Yakye Axa en
particular (supra párr. 137 y 154), implica que toda denegación al goce o ejercicio
de los derechos territoriales acarrea el menoscabo de valores muy representativos
para los miembros de dichos pueblos, quienes corren el peligro de perder o sufrir
daños irreparables en su vida e identidad cultural y en el patrimonio cultural a
transmitirse a las futuras generaciones.

204. Asimismo, la Corte toma nota que el Estado se allanó parcialmente a la


pretensión de los representantes de las víctimas respecto de la garantía de
desarrollo progresivo de los derechos económicos, sociales y culturales establecida
en el artículo 26 de la Convención Americana, pero con la salvedad de que ello se
ve sensiblemente afectado por las limitaciones propias del Paraguay en su
condición de país de menor desarrollo relativo y por las inequidades del comercio
internacional.

205. Teniendo en cuenta todo lo anterior, así como las distintas facetas del daño
aducidas por la Comisión y por los representantes, la Corte, conforme a la equidad
y basándose en una apreciación prudente del daño inmaterial, estima pertinente
que el Estado deberá crear un programa y un fondo de desarrollo comunitario que
serán implementados en las tierras que se entreguen a los miembros de la
Comunidad, de conformidad con los párrafos 215 a 217 de esta Sentencia. El
programa comunitario consistirá en el suministro de agua potable e infraestructura
sanitaria. Además del referido programa, el Estado deberá destinar la cantidad de
US $950.000,00 (novecientos cincuenta mil dólares de los Estados Unidos de
América), para un fondo de desarrollo comunitario, el cual consistirá en la
implementación de proyectos educacionales, habitacionales, agrícolas y de salud en
beneficio de los miembros de la Comunidad. Los elementos específicos de dichos
proyectos deberán ser determinados por un comité de implementación, que se
describe a continuación, y deberán ser completados en un plazo de dos años,
contados a partir de la entrega de la tierras a los miembros de la Comunidad
indígena.

206. El comité al que se refiere el párrafo anterior estará encargado de


determinar las modalidades de implementación del fondo de desarrollo, y estará
conformado por tres miembros. El referido comité deberá contar con un
representante designado por las víctimas y otro por el Estado; el tercer miembro de
dicho comité será designado de común acuerdo entre las víctimas y el Estado. Si
dentro de los seis meses a partir de la notificación de la presente Sentencia el
Estado y los representantes no hubieren llegado a un acuerdo respecto de la
integración del comité de implementación, la Corte los convocará a una reunión
para decidir sobre este asunto.

D) OTRAS FORMAS DE REPARACIÓN


(MEDIDAS DE SATISFACCIÓN Y GARANTÍAS DE NO REPETICIÓN)
16. ALEGATOS DE LA COMISIÓN

207. La Comisión solicitó a la Corte que ordene al Estado ejecutar las siguientes
medidas, de común acuerdo con la Comunidad Yakye Axa:

a) entregar a título gratuito a la Comunidad Yakye Axa las tierras que


reclama como su hábitat tradicional o territorio ancestral. Estas tierras
deberán ser habilitadas con servicios básicos, educación y salud que
permitan a la Comunidad desarrollar una vida digna de acuerdo a sus
propias pautas culturales;

b) proteger las tierras reclamadas por la Comunidad con el fin de asegurar


que del territorio reclamado no se extraigan sus recursos naturales, en
especial sus bosques, ni se afecte la práctica de sus actividades tradicionales
de subsistencia;

c) adoptar normas de derecho interno que garanticen los derechos


reconocidos en la legislación del Paraguay a favor de los pueblos indígenas.
En especial, el Estado deberá establecer un recurso efectivo que permita a
los pueblos indígenas del Paraguay acceder a su hábitat tradicional, de
acuerdo con los derechos que le reconoce la legislación interna, y

d) realizar, a través de un acto simbólico acordado previamente con las


presuntas víctimas y sus representantes, un reconocimiento público de su
responsabilidad internacional por la violación de los derechos humanos
cometida en perjuicio de la Comunidad Yakye Axa y sus miembros.

17. ALEGATOS DE LOS REPRESENTANTES

208. Los representantes se adhirieron in totum a las pretensiones de reparación


señaladas por la Comisión en su demanda, y señalaron que:

a) el Estado deberá entregar a la Comunidad Yakye Axa la tierra ancestral y


el territorio y hábitat que le es propio, lo que permitirá a sus miembros
acceder a condiciones de vida dignas y mantener y legar al futuro una
identidad, una cultura y una forma de vida. Se repararían, de esta manera,
los largos años de espera, de padecimientos y sufrimientos que han vivido
los miembros de la Comunidad desde el momento en que ellos y sus líderes
decidieron regresar a su tierra;

b) la entrega de la tierra ancestral deberá hacerse otorgando a la


Comunidad la debida titulación que garantice su derecho de propiedad
comunitaria sobre la misma, en una extensión mínima necesaria para
garantizar el mantenimiento y desarrollo de su propia forma de vida.
Respetando la voluntad de los miembros de la Comunidad, la extensión
mínima correspondería a las 18.189 hectáreas que conforman el territorio de
Yakye Axa, hoy conocido como “Estancia Loma Verde”;
c) la tierra reivindicada y sus recursos naturales deberán ser cauteladas
mientras se produce la entrega efectiva de la tierra a la Comunidad;

d) el Estado deberá constituir un fondo destinado a cubrir el pago de las


tierras ancestrales de la Comunidad, con base en el valor promedio de
mercado de las tierras en el área reivindicada, calculado sobre la extensión
mínima reclamada;

e) la tierra reivindicada deberá ser habilitada con servicios básicos,


incluyendo agua potable e infraestructura sanitaria, un puesto de salud y un
establecimiento escolar. Asimismo, el Estado deberá entregar, en forma
permanente, atención médica y educacional a los miembros de la
Comunidad, y

f) el Estado deberá crear mecanismos de aplicación efectiva del Convenio


No. 169 de la OIT y del Capitulo V de la Constitución Nacional del Paraguay,
que satisfagan los reclamos de los pueblos indígenas y garanticen los
derechos de posesión y propiedad de los mismos sobre sus tierras
ancestrales.

18.

19. ALEGATOS DEL ESTADO

209. Respecto de las otras formas de reparación solicitadas por la Comisión y los
representantes, el Estado señaló que:

a) está en la disposición de entregar a título gratuito a la Comunidad Yakye


Axa, tal como lo dispone la Constitución y la legislación vigente, la cantidad
de 7.901 hectáreas dentro de su territorio delimitado en el Chaco
paraguayo, asiento tradicional del pueblo Enxet-Lengua, siempre dentro de
lo que la legislación nacional permite y sin afectar derechos de terceros que
justifiquen derechos de propiedad y racional explotación, ya sea por la
adquisición consensuada con los propietarios de tales tierras o expropiación
según la legislación nacional;

b) está de acuerdo con establecer un fondo destinado exclusivamente a


cubrir el pago de las tierras que se adjudicarían a la Comunidad, al precio
que determinen la negociación y las condiciones habituales de la oferta;

c) se allanó a la solicitud de establecimiento de un puesto de salud, una


escuela, provisión de agua potable e infraestructura sanitaria para la
Comunidad indígena, en el lugar que el Estado pueda establecer dichos
servicios, lo más cerca posible de un asentamiento provisorio, fuera del
lugar de la ruta donde está establecida actualmente. Asimismo, se allanó al
pedido de entregar atención médica y educativa a los miembros de la
Comunidad, conforme los planes de educación y de salud previstos;

d) la legislación vigente en la materia es perfectible y por lo tanto justifica


una disposición especial que contemple un recurso efectivo y rápido que
dilucide la colisión entre el derecho de propiedad ancestral y el derecho de los
propietarios actuales de inmuebles de dominio privado, y

e) no tiene inconvenientes de otorgar reconocimiento público, siempre y


cuando se defina en qué consiste la pretensión expuesta por la Comunidad
Yakye Axa. El acto simbólico debe definirse, si existe acuerdo entre el Estado
y la Comunidad Yakye Axa, respecto de los allanamientos propuestos.
Asimismo, se podría plantear la firma de un acuerdo de finiquito del
presente caso por medio amistoso.

Consideraciones de la Corte

210. En este apartado el Tribunal entrará a determinar aquellas medidas de


satisfacción que buscan reparar el daño inmaterial, que no tienen alcance
pecuniario, así como también dispondrá medidas de alcance o repercusión pública.
Estas medidas tienen especial relevancia en el presente caso por el carácter
colectivo de los daños ocasionados419.

a) Entrega de los territorios tradicionales a la Comunidad indígena Yakye Axa

211. Las violaciones a los derechos humanos ocasionadas a los miembros de la


Comunidad Yakye Axa declaradas en la presente Sentencia tienen como base
común primordialmente la falta de materialización de los derechos territoriales
ancestrales de los miembros de la Comunidad, cuya existencia no ha sido discutida
por el Estado. Además, el Estado ha manifestado a lo largo del presente trámite
ante la Corte su disposición de entregar tierras a los miembros de la Comunidad.
Así, en su escrito de contestación a la demanda señaló que

[t]eniendo en cuenta el interés general que persigue la cuestión de


fondo, aun no compartiendo los fundamentos de la demanda, el
Estado de Paraguay se allana al pedido de reparación y en
consecuencia, dispondrá por medio de las autoridades competentes la
restitución de las tierras de la [C]omunidad peticionaria, dentro del
territorio ancestral de la [C]omunidad, en la cantidad autorizada por
la legislación vigente, es decir, 100 hectáreas por familia, para lo cual
comprometerá recursos financieros que ya se han solicitado al
Congreso de la Nación […].

El inmueble a ser entregado a la [C]omunidad será adquirido por el


Estado en la forma y condiciones que le permita la legislación
vigente, sin afectar derechos de terceros igualmente protegidos por
esta, y la Convención Americana, por lo que no compromete ningún
tipo de confiscación ni expropiación ilegítima […].

419
Cfr. Caso Caesar, supra nota 2, párr. 129; Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 102, y
Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 165.
212. El Estado agregó que

ratifica su disposición de entregar a título gratuito a la Comunidad


Yakye Axa, tal y como lo dispone la Constitución Nacional y la
legislación vigente, la cantidad de 7.901 hectáreas a favor de la
citada [C]omunidad, dentro de su territorio delimitado en el Chaco
paraguayo, asiento tradicional del pueblo Enxet-Lengua, siempre
dentro de lo que la legislación nacional permite y sin afectar derechos
de terceros que justifiquen derechos de propiedad y racional
explotación, ya sea por la adquisición consensuada con los
propietarios de tales tierras o expropiación según las leyes de la
República.

213. En los alegatos orales vertidos en la audiencia pública del presente caso, el
Estado señaló que

no es cualquier tierra […] la que el Estado pretende otorgarles a los


miembros de esta [C]omunidad. Es la tierra que ellos determinen en
su momento dentro del territorio ancestral y dentro de lo que esa
comunidad Chanawatsan en su momento ha manifestado ser parte de
ese territorio, que por cierto reitero, es mucho más amplio que las
dieciocho mil hectáreas que hoy se reclama como un territorio
insustituible […].

214. En sus alegatos finales escritos el Estado

reiter[ó] su voluntad indeclinable de dar solución definitiva al caso en


cuestión mediante la negociación directa con la Comunidad […] en el
sentido de otorgar a la Comunidad Yakye Axa, una extensión de
tierra acorde con sus necesidades comunitarias, conforme con la
Constitución Nacional, el Convenio [No.] 169 de la OIT y la legislación
especial respectiva, dentro del territorio CHANAWATSAN.

215. A la Corte no le compete determinar cuál es el territorio tradicional de la


Comunidad indígena Yakye Axa, pero sí establecer si el Estado ha respetado y
garantizado el derecho a la propiedad comunal de sus miembros, como en efecto lo
ha hecho en la presente Sentencia (supra párrs. 123 a 156). Por la razón anterior,
corresponde al Estado delimitar, demarcar, titular y entregar las tierras, de
conformidad con los párrafos 137 a 154 de la presente Sentencia.

216. Para ello, es necesario considerar que las víctimas del presente caso poseen
hasta hoy conciencia de una historia exclusiva común; son la expresión
sedentarizada de una de las bandas del pueblo indígena de los Chanawatsan, de la
familia lingüística de los Lengua-Maskoy, que tenían un modo de ocupación
tradicional de cazadores- recolectores (supra párrs. 50.1, 50.2 y 50.3). La posesión
de su territorio tradicional está marcada de forma indeleble en su memoria histórica
y la relación que mantienen con la tierra es de una calidad tal que su desvinculación
de la misma implica riesgo cierto de una pérdida étnica y cultural irreparable, con la
consecuente vacante para la diversidad que tal hecho acarrearía. Dentro del
proceso de sedentarización, la
Comunidad Yakye Axa adoptó una identidad propia relacionada con un espacio
geográfico determinado física y culturalmente, que corresponde a una parte
específica de lo que fue el vasto territorio Chanawatsan.

217. Por lo expuesto, el Estado deberá identificar ese territorio tradicional y


entregarlo de manera gratuita a la Comunidad Yakye Axa, en un plazo máximo de
tres años contados a partir de la notificación de la presente Sentencia. En caso de
que el territorio tradicional se encuentre en manos privadas, el Estado deberá
valorar la legalidad, necesidad y proporcionalidad de la expropiación o no de esas
tierras con el fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad democrática,
conforme a lo expuesto en los párrafos 144 a 154 de esta Sentencia. Para ello,
deberá tomar en cuenta las particularidades propias de la Comunidad indígena
Yakye Axa, así como sus valores, usos, costumbres y derecho consuetudinario. Si
por motivos objetivos y fundamentados, la reivindicación del territorio ancestral de
los miembros de la Comunidad Yakye Axa no fuera posible, el Estado deberá
entregarle tierras alternativas, que serán electas de modo consensuado con la
Comunidad, conforme a sus propias formas de consulta y decisión, valores, usos y
costumbres. En uno u otro caso, la extensión de las tierras deberá ser la suficiente
para garantizar el mantenimiento y desarrollo de la propia forma de vida de la
Comunidad.

218. A efectos de dar cumplimiento a lo señalado en el párrafo anterior, el


Estado, de ser necesario, deberá crear un fondo destinado exclusivamente a la
adquisición de las tierras a entregarse a la Comunidad Yakye Axa, en un plazo
máximo de un año contado a partir de la notificación de la presente Sentencia,
fondo que será destinado bien sea para la compra de la tierra a propietarios
particulares o para el pago de una justa indemnización a los perjudicados en caso
de expropiación, según corresponda.

b) Suministro de bienes y servicios básicos

219. La Comisión y los representantes en sus escritos principales manifestaron la


necesidad de brindar servicios básicos a los miembros de la Comunidad indígena
Yakye Axa, incluyendo agua potable e infraestructura sanitaria, un centro de salud
y un establecimiento escolar. Igualmente evidenciaron la necesidad de entregar
atención médica y educacional pertinente culturalmente en forma permanente a los
miembros de la Comunidad, teniendo presente las costumbres y tradiciones de la
misma. Por su parte, el Estado señaló que

se allana igualmente a la solicitud de establecimiento de un puesto de


salud, una escuela, provisión de agua potable e infraestructura
sanitaria para la Comunidad, en el lugar que el Estado pueda
establecer dichos servicios lo más cercano posible de un
asentamiento provisorio.

220. El Estado agregó que

en lo posible se allana [al pedido de entregar] atención médica y


educacional conforme a los planes de educación y de salud previstos
por el Estado.

221. En vista de lo anterior, el Tribunal dispone que, mientras la Comunidad se


encuentre sin tierras, dado su especial estado de vulnerabilidad y su imposibilidad
de acceder a sus mecanismos tradicionales de subsistencia, el Estado deberá
suministrar, de manera inmediata y periódica, agua potable suficiente para el
consumo y aseo personal de los miembros de la Comunidad; brindar atención
médica periódica y medicinas adecuadas para conservar la salud de todas las
personas, especialmente los niños, niñas, ancianos y mujeres embarazadas,
incluyendo medicinas y tratamiento adecuado para la desparasitación de todos los
miembros de la Comunidad; entregar alimentos en cantidad, variedad y calidad
suficientes para que los miembros de la Comunidad tengan las condiciones mínimas
de una vida digna; facilitar letrinas o cualquier tipo de servicio sanitario adecuado a
fin de que se maneje efectiva y salubremente los desechos biológicos de la
Comunidad; y dotar a la escuela ubicada en el asentamiento actual de la
Comunidad, con materiales bilingües suficientes para la debida educación de sus
alumnos.

c) Adecuación de la legislación interna a la Convención Americana

222. En el presente caso, la Corte estableció que el Paraguay violó los artículos 8,
21 y 25 de la Convención en relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma, por la
falta de efectividad de la legislación nacional para satisfacer los derechos
territoriales de las víctimas consagrados en la Constitución paraguaya.

223. El Estado señaló al respecto que

es necesario que una nueva ley contemple la situación de los pueblos


indígenas cuya necesidad de tierra propia tiene además la
connotación de ser necesarias para el desarrollo de su peculiar estilo
de vida.

224. Y agregó que

se allana igualmente al pedido de implementar una legislación que


contemple un recurso efectivo y rápido que dilucide una situación de
colisión de derechos como se plantea en el caso Yakye Axa y otras
comunidades del pueblo Enxet Lengua para lo cual promoverá las
consultas a los beneficiarios directos, los pueblos indígenas, conforme
lo establece el Convenio [No.] 169 [de la OIT], y una vez
consensuado el proyecto de ley se dará trámite ante el Congreso de
la Nación […].

225. La Corte considera que es necesario que el Estado garantice el goce efectivo
los derechos reconocidos en su Constitución Política y en su legislación, de
conformidad con la Convención Americana. En consecuencia, el Estado, en un plazo
razonable, deberá adoptar en su derecho interno, según lo dispuesto en el artículo
2 de la Convención Americana, las medidas legislativas, administrativas y de
cualquier otro carácter que sean necesarias para crear un mecanismo eficaz de
reclamación de tierras ancestrales de los pueblos indígenas que haga cierto su
derecho de propiedad y que tenga en cuenta su derecho consuetudinario, valores,
usos y costumbres.
d) Acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional
226. Como lo ha dispuesto en otros casos420, la Corte considera necesario, con el
fin de reparar el daño causado a las víctimas, que el Estado realice un acto público
de reconocimiento de su responsabilidad, acordado previamente con las víctimas y
sus representantes, en relación con las violaciones declaradas en esta Sentencia.
Este acto deberá realizarse en el asiento actual de la Comunidad Yakye Axa, en una
ceremonia pública, con la presencia de altas autoridades del Estado y de los
miembros de la Comunidad que residen en otras zonas, acto en el cual se debe dar
participación a los líderes de la Comunidad 421. El Estado debe disponer los medios
necesarios para facilitar la presencia de dichas personas en el acto mencionado 422.
Además, el Estado debe realizar dicho acto tanto en el idioma enxet como en el
idioma español o guaraní y difundirlo a través de los medios de comunicación423. En
ese acto el Estado debe tomar en cuenta las tradiciones y costumbres de los
miembros de la Comunidad. Para ello, el Estado cuenta con un plazo de un año,
contado a partir de la notificación de la presente Sentencia.

e) Publicación y difusión de las partes pertinentes de la Sentencia de la Corte

227. Como lo ha ordenado en otras oportunidades 424, la Corte estima que, como
medida de satisfacción, el Estado debe publicar dentro del plazo de un año contado
a partir de la notificación de la presente Sentencia, al menos por una vez, en el
Diario Oficial y en otro diario de circulación nacional, tanto la sección denominada
Hechos Probados como los puntos resolutivos Primero a Décimo Cuarto de esta
Sentencia. Asimismo, el Estado deberá financiar la transmisión radial del contenido
de los párrafos 50.12 a 50.16, 50.18, 50.22, 50.24, 50.58, 50.59 y 50.92 a 50.100
del capítulo VI de Hechos Probados, de los párrafos 135, 154, 155, 161, 162, 169,
172 y 175 de los capítulos IX y X, y de los puntos resolutivos Primero a Décimo
Cuarto de la presente Sentencia, en idioma enxet y guaraní o español, en una radio
a la cual tengan acceso los miembros de la Comunidad Yakye Axa. La transmisión
radial deberá efectuarse al menos por cuatro ocasiones con un intervalo de dos
semanas entre cada una.

XII
COSTAS Y GASTOS

20.

21. ALEGATOS DE LA
COMISIÓN

420
Cfr. Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 111; Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra
nota 2, párr. 194, y Caso Carpio Nicolle y otros, supra nota 14, párr. 136.

421
Cfr. Caso Masacre Plan de Sánchez. Reparaciones, supra nota 196, párr. 100.

422
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 194, y Caso Masacre Plan de
Sánchez. Reparaciones, supra nota 196, párr. 100.

423
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 194; Caso Masacre Plan de
Sánchez. Reparaciones, supra nota 196, párr. 100, y Caso Myrna Mack Chang, supra nota 10, párr. 278.

424
Cfr. Caso Huilca Tecse, supra nota 209, párr. 96; Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra
nota 2, párr. 194, y Caso Lori Berenson Mejía, supra nota 2, párr. 240.
228. La Comisión alegó que una vez escuchados los representantes de las
presuntas víctimas, ordene al Estado el pago de las costas originadas a nivel
nacional en la tramitación de los procesos seguidos en el fuero interno, así como las
originadas a nivel internacional en la tramitación del caso ante la Comisión y la
Corte, que sean debidamente probadas por dichos representantes.

22.

23. ALEGATOS DE LOS REPRESENTANTES

229. Por su parte, los representantes solicitaron a la Corte que ordene al Estado el
pago de las costas originadas a nivel nacional en la tramitación de los procesos
judiciales, administrativos y legislativos seguidos en el fuero interno así como las
originadas a nivel internacional en la tramitación del caso ante la Comisión y la
Corte. Al respecto, indicaron que el Estado deberá pagar la cantidad de US
$25.668,86 (veinticinco mil seiscientos sesenta y ocho dólares con ochenta y seis
centavos de los Estados Unidos de América) a favor de la organización no
gubernamental Tierraviva, así como la cantidad de US $5.500,00 (cinco mil
quinientos dólares de los Estados Unidos de América) a favor de CEJIL por concepto
de costas y gastos.

24.

25. ALEGATOS DEL ESTADO

230. El Estado señaló que no acepta el pago de la suma reclamada por los
representantes de las presuntas víctimas por concepto de costas y gastos. En este
sentido, el Estado alegó que:

a) son los abogados de la Comunidad los que “por negligencia han perdido
el caso en el cual se podía haber dilucidado la cuestión de mejor derecho”,
por lo cual no se puede “venir a pedir que [la] Corte imponga costas, cuando
los tribunales y la Corte Suprema de Justicia han determinado conforme con
las leyes internas que las mismas deben ser soportadas en el orden
causado, favoreciendo a la Comunidad indígena en este caso”, y

b) “no se ha justificado la pertinencia de los viajes, comunicaciones,


papelería y envíos, [… t]ampoco se ha justificado que los honorarios del
Doctor Balmaceda se hayan establecido [con] base [en] algún parámetro
[ni] que los trabajos hayan sido efectivamente realizados”.

Consideraciones de la Corte

231. Como ya lo ha señalado la Corte en oportunidades anteriores 425, las costas y


gastos están comprendidos dentro del concepto de reparación consagrado en el
artículo 63.1 de la Convención Americana, puesto que la actividad desplegada por
las víctimas y sus representantes con el fin de obtener justicia, tanto a nivel
nacional como internacional, implica erogaciones que deben ser compensadas
cuando la

425
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 2, párr. 205; Caso Carpio Nicolle y otros,
supra nota 14, párr. 143, y Caso Masacre Plan de Sánchez. Reparaciones, supra nota 196, párr. 115.

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responsabilidad internacional del Estado es declarada mediante una sentencia
condenatoria. En cuanto a su reembolso, corresponde al Tribunal apreciar
prudentemente su alcance, que comprende los gastos generados ante las
autoridades de la jurisdicción interna, así como los generados en el curso del
proceso ante el sistema interamericano, teniendo en cuenta las circunstancias del
caso concreto y la naturaleza de la jurisdicción internacional de la protección de los
derechos humanos. Esta apreciación puede ser realizada con base en el principio de
equidad y tomando en cuenta los gastos señalados por las partes, siempre que su
quantum sea razonable.

232. La Corte toma en cuenta que los miembros de la Comunidad Yakye Axa
actuaron a través de representantes, tanto en el ámbito interno como ante la
Comisión y esta Corte. A tal efecto, el Tribunal estima equitativo ordenar al Estado
que pague la cantidad de US $15.000,00 (quince mil dólares de los Estados Unidos
de América) o su equivalente en moneda paraguaya, que deberá ser entregada a
los líderes de la Comunidad, por concepto de costas y gastos en el proceso interno
y en el procedimiento seguido ante el sistema interamericano de protección de los
derechos humanos.

XIII

MODALIDAD DE CUMPLIMIENTO

233. Para dar cumplimiento a la presente Sentencia, el Estado deberá efectuar el


pago de la indemnización por concepto de daño material (supra párr. 195), el
reintegro de costas y gastos (supra párr. 232), la creación del fondo destinado a la
adquisición de tierras para la Comunidad (supra párr. 218), el acto público de
reconocimiento de responsabilidad internacional (supra párr. 226) y la publicación y
difusión de los extractos de la presente Sentencia (supra párr. 227) dentro del
plazo de un año. Asimismo, el Estado deberá identificar, delimitar, demarcar, titular
y entregar gratuitamente las tierras tradicionales de la Comunidad Yakye Axa o las
tierras alternativas cuando lo anterior fuese imposible, conforme a los párrafos 211
a 217 de esta Sentencia, dentro de un plazo máximo de tres años. Todos estos
plazos se contaran a partir de la notificación de la presente Sentencia.

234. Además, el Estado debe implementar el programa y el fondo de desarrollo


comunitario en un plazo que no excederá dos años, contado a partir de la entrega
de las tierras (supra párrs. 205 y 206). Mientras tanto, el Estado deberá
suministrar inmediatamente y de manera periódica, agua, alimentos, atención
médica, medicinas y materiales escolares a los miembros de la Comunidad (supra
párr. 221).

235. El Estado deberá adoptar en su derecho interno las medidas necesarias para
hacer efectivos los derechos consagrados en la Convención Americana, de
conformidad con los términos del párrafo 225 de la presente Sentencia, dentro de
un plazo razonable.

236. Los pagos correspondientes al reintegro de costas y gastos generados por


las gestiones realizadas por los representantes de la Comunidad en el proceso
interno así como en el internacional ante el sistema interamericano de protección
de los derechos humanos, se realizará según lo dispuesto en el párrafo 232 de la
presente Sentencia.

237. El Estado puede cumplir sus obligaciones de carácter pecuniario mediante el


pago en dólares de los Estados Unidos de América o en una cantidad equivalente
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moneda nacional del Estado, utilizando para el cálculo respectivo el tipo de cambio
entre ambas monedas que esté vigente en la plaza de Nueva York, Estados Unidos
de América, el día anterior al pago.

238. Si por causas atribuibles a los beneficiarios de las indemnizaciones no fuese


posible que las reciban dentro del indicado plazo de un año, contado a partir de la
notificación de la presente Sentencia, el Estado consignará dichos montos a su
favor en una cuenta o certificado de depósito en una institución bancaria paraguaya
solvente, en dólares estadounidenses y en las condiciones financieras más
favorables que permitan la legislación y la práctica bancaria. Si al cabo de diez años
la indemnización no ha sido reclamada, la cantidad será devuelta al Estado con los
intereses devengados.

239. Los montos asignados en la presente Sentencia bajo los conceptos de


indemnización del daño material e inmaterial y el reintegro de costas y gastos no
podrán ser afectados, reducidos o condicionados por motivos fiscales actuales o
futuros. En consecuencia, deberán ser entregados a los beneficiarios en forma
íntegra conforme a lo establecido en la Sentencia.

240. En caso de que el Estado incurriese en mora, deberá pagar un interés sobre
la cantidad adeudada, correspondiente al interés bancario moratorio en el
Paraguay.

241. Conforme a su práctica constante, la Corte se reserva la facultad inherente a


sus atribuciones de supervisar el cumplimiento íntegro de la presente Sentencia. El
caso se dará por concluido una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a
lo dispuesto en el presente fallo. Dentro del plazo de un año, contado a partir de la
notificación de esta Sentencia, Paraguay deberá rendir a la Corte un primer informe
sobre las medidas tomadas para darle cumplimiento.

XIV
PUNTOS RESOLUTIVOS

242. Por tanto,

LA CORTE,

DECLARA QUE:

Por siete votos contra uno,

1. el Estado violó los derechos a las Garantías Judiciales y a la Protección


Judicial consagrados en los artículos 8 y 25, respectivamente, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos 1.1. y 2 de la
misma, en perjuicio de los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa, en los
términos de los párrafos 55 a 119 de la presente Sentencia.
Disiente parcialmente el Juez Ramón Fogel Pedroso.

Por siete votos contra uno,

2. el Estado violó el derecho a la Propiedad consagrado en el artículo 21 de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos 1.1 y
2 de la misma, en perjuicio de los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa,
en los términos de los párrafos 123 a 156 de la presente Sentencia.

Disiente el Juez Ramón Fogel Pedroso.

Por unanimidad,

3. el Estado violó el Derecho a la Vida consagrado en el artículo 4.1 de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1. de
la misma, en perjuicio de los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa en los
términos de los párrafos 160 a 176 de la presente Sentencia.

Por cinco votos contra tres,

4. no cuenta con elementos probatorios suficientes para demostrar la violación


del Derecho a la Vida consagrado en el artículo 4.1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en perjuicio de dieciséis miembros de la Comunidad
indígena Yakye Axa, en los términos de los párrafos 177 a 178 de la presente
Sentencia.

Disienten los Jueces Alirio Abreu Burelli, Antônio A. Cançado Trindade y Manuel E.
Ventura Robles.

Por unanimidad,

5. esta Sentencia constituye per se una forma de reparación, en los términos


del párrafo 200 de la presente Sentencia.

Y, POR UNANIMIDAD, DISPONE QUE:


6. el Estado deberá identificar el territorio tradicional de los miembros de la
Comunidad indígena Yakye Axa y entregárselos de manera gratuita, en un plazo
máximo de tres años contados a partir de la notificación de la presente Sentencia,
en los términos de los párrafos 211 a 217 de la presente Sentencia.

7. mientras los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa se encuentren


sin tierras, el Estado deberá suministrarles los bienes y servicios básicos necesarios
para su subsistencia, en los términos del párrafo 221 de la presente Sentencia.

8. el Estado deberá crear un fondo destinado exclusivamente a la adquisición


de las tierras a entregarse a los miembros de la Comunidad indígena Yakye Axa,
en un plazo máximo de un año contado a partir de la notificación de la presente
Sentencia, en los términos del párrafo 218 de la misma.

9. el Estado deberá implementar un programa y un fondo de desarrollo


comunitario, en los términos de los párrafos 205 y 206 de la presente Sentencia.

10. el Estado deberá adoptar en su derecho interno, en un plazo razonable, las


medidas legislativas, administrativas y de cualquier otro carácter que sean
necesarias para garantizar el efectivo goce del derecho a la propiedad de los
miembros de los pueblos indígenas, en los términos del párrafo 225 de la presente
Sentencia.

11. el Estado deberá realizar un acto público de reconocimiento de su


responsabilidad, dentro del plazo de un año, contado a partir de la notificación de la
presente Sentencia, en los términos del párrafo 226 de la misma.

12. el Estado deberá publicar, dentro del plazo de un año contado a partir de la
notificación de la presente Sentencia, al menos por una vez, en el Diario Oficial y en
otro diario de circulación nacional, tanto la sección denominada Hechos Probados
como los puntos resolutivos Primero a Décimo Cuarto de ésta. Asimismo, el Estado
deberá financiar la transmisión radial de esta Sentencia, en los términos del párrafo
227 de la misma.
13. el Estado deberá efectuar los pagos por concepto de daño material y costas
y gastos dentro del plazo de un año, contado a partir de la notificación del presente
fallo, en los términos de los párrafos 195 y 232 de esta Sentencia.

14. la Corte supervisará el cumplimiento de esta Sentencia y dará por concluido


el presente caso una vez que el Estado haya dado cabal aplicación a lo dispuesto en
la misma. Dentro del plazo de un año contado a partir de la notificación de esta
Sentencia, el Estado deberá rendir a la Corte un informe sobre las medidas
tomadas para darle cumplimiento, en los términos del párrafo 241 de la misma.

El Juez Alirio Abreu Burelli hizo conocer a la Corte su Voto Parcialmente Disidente,
los Jueces Antônio A. Cançado Trindade y Manuel E. Ventura Robles hicieron
conocer a la Corte su Voto Disidente Conjunto y el Juez ad hoc Ramón Fogel
Pedroso hizo conocer a la Corte su Voto Parcialmente Concurrente y Parcialmente
Disidente. Dichos votos acompañan esta Sentencia.

Redactada en español y en inglés, haciendo fe el texto en español, en San José,


Costa Rica, el día 17 de junio de 2005.

Sergio García Ramírez

Presidente

Alirio Abreu Burelli Oliver Jackman

Antônio A. Cançado Trindade Cecilia Medina Quiroga


Manuel E. Ventura Robles Diego García-Sayán

Ramón Fogel Pedroso

Juez ad hoc

Pablo Saavedra

Alessandri Secretario

Comuníquese y ejecútese,

Sergio García Ramírez

Presidente

Pablo Saavedra Alessandri

Secretario
CASO Albán Cornejo y otros

VS. ECUADOR

Sentencia de 22 de noviembre de 2007

(FONDO, REPARACIONES Y COSTAS)

En el caso Albán Cornejo y otros,

la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Corte


Interamericana”, “la Corte” o “el Tribunal”), integrada por los siguientes jueces:

Sergio García Ramírez, Presidente;

Cecilia Medina Quiroga, Vicepresidenta;

Manuel E. Ventura Robles, Juez;

Diego García-Sayán, Juez;

Leonardo A. Franco, Juez;

Margarette May Macaulay, Jueza; y

Rhadys Abreu Blondet, Jueza;

presentes, además,

Pablo Saavedra Alessandri, Secretario; y

Emilia Segares Rodríguez, Secretaria Adjunta;

de conformidad con los artículos 62.3 y 63.1 de la Convención Americana sobre


Derechos Humanos (en adelante “la Convención” o “la Convención Americana”) y
con
los artículos 29, 31, 53.2, 55, 56 y 58 del Reglamento de la Corte (en adelante “el
Reglamento”), dicta la presente Sentencia.

26.
I

INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA

27.

1. El 5 de julio de 2006, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 50 y


61 de la Convención Americana, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(en adelante “la Comisión” o “la Comisión Interamericana”) sometió a la Corte una
demanda en contra de la República del Ecuador (en adelante “el Estado” o
“Ecuador”), la cual se originó en la denuncia No. 12.406, remitida a la Secretaría de
la Comisión el 31 de mayo de 2001, y complementada el 27 de junio de 2001, por
Carmen Susana Cornejo Alarcón de Albán (en adelante “Carmen Cornejo de Albán”
o “señora Cornejo de Albán), en su nombre y el de su esposo, Bismarck Wagner
Albán Sánchez (en adelante “Bismarck Albán Sánchez” o “señor Albán Sánchez”). El
23 de octubre de 2002 la Comisión aprobó el Informe de Admisibilidad No. 69/02426
y el 28 de febrero de 2006 aprobó el Informe de Fondo No. 7/06427, en los términos
del artículo 50 de la Convención, el cual contiene determinadas recomendaciones,
que en concepto de la Comisión no fueron adoptadas de manera satisfactoria por
parte del Estado, razón por la cual aquella decidió someter el presente caso a la
jurisdicción de la Corte428.

2. De acuerdo a los hechos invocados por la Comisión Interamericana, Laura


Susana Albán Cornejo (en adelante “Laura Albán” o “señorita Albán Cornejo”)
ingresó el 13 de diciembre de 1987 al Hospital Metropolitano, institución de salud
de carácter privado, situada en Quito, Ecuador, debido a un cuadro clínico de
meningitis bacteriana. El 17 de diciembre de 1987 durante la noche, la señorita
Albán Cornejo sufrió un fuerte dolor. El médico residente le prescribió una inyección
de diez miligramos de morfina. El 18 de diciembre de ese mismo año, mientras
permanecía bajo tratamiento médico, la señorita Albán Cornejo murió,
presuntamente por el suministro del medicamento aplicado. Con posterioridad a su
muerte, sus padres, Carmen Cornejo de Albán y Bismarck Albán Sánchez (en
adelante “presuntas víctimas” o “padres de Laura Albán” o “padres de la señorita
Albán Cornejo” o “padres”) acudieron ante el Juzgado Octavo de lo Civil de
Pichincha (en adelante “Juzgado Octavo de lo Civil”) para obtener el expediente
médico de su hija, y ante el Tribunal de Honor del Colegio Médico de Pichincha (en
adelante “Tribunal de Honor”). Después los padres presentaron una denuncia penal
ante las autoridades estatales para que investigaran la muerte de su hija. Como
consecuencia de lo anterior, dos médicos fueron investigados por negligencia en la
práctica médica, y el proceso seguido en contra de uno de ellos fue sobreseído el 13
de diciembre de 1999, al declararse prescrita la acción penal. Respecto al otro
médico, su situación jurídica se encuentra pendiente de resolución judicial.

426
En el Informe de Admisibilidad No. 69/02 la Comisión declaró inadmisibles los artículos 4, 5 y
13 de la Convención Americana.
427
En el Informe de Fondo No. 7/06 la Comisión concluyó que el Estado violó los derechos
consagrados en los artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial) de la Convención
Americana en conjunto con los artículos 2 (Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno) y 1.1
(Obligación de Respetar los Derechos) de ese mismo instrumento.

428
La Comisión designó como delegados al Comisionado Evelio Fernández Arévalos y al Secretario
Ejecutivo, Santiago A. Canton; y a Ariel E. Dulitzky, Víctor Madrigal Borloz, Mario López Garelli y Lilly
Ching Soto como asesores legales.
3. La demanda de la Comisión hace referencia a que el Estado no ha asegurado
el acceso efectivo a las garantías y protección judiciales de Carmen Cornejo de
Albán y Bismarck Albán Sánchez, quienes “en su interés [por] esclarecer el
homicidio de su hija, [Laura Albán], por años han buscado justicia y [la] sanción de
los responsables mediante el recabo de indicios respecto de la muerte de aquélla y
el intento de obtener la atención formal de las autoridades respecto al caso”.
Asimismo, la Comisión señaló en la demanda que en el ordenamiento interno y en
la práctica del Ecuador no existen normas o mecanismos adecuados que permitan
promover la persecución penal cuando se afectan bienes jurídicos y su vulneración
requiere el ejercicio de la acción pública, lo que a criterio de la Comisión causó un
perjuicio a la parte lesionada en el presente caso.

4. La Comisión solicitó a la Corte que declare que el Estado es responsable por


la violación de los derechos consagrados en los artículos 8 (Garantías Judiciales) y
25 (Protección Judicial) de la Convención Americana, en conexión con los artículos 2
(Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno) y 1.1 (Obligación de Respetar
Derechos) de ese instrumento, en perjuicio de Carmen Cornejo de Albán y de
Bismarck Albán Sánchez. Asimismo, solicitó a la Corte que ordene al Estado
determinadas medidas de reparación.

5. El 14 de octubre de 2006 los señores Farith Simon Campaña y Alejandro


Ponce Villacís429, de las Clínicas Jurídicas del Colegio de Jurisprudencia de la
Universidad San Francisco de Quito, Ecuador, en su condición de representantes de
las presuntas víctimas (en adelante “los representantes”), presentaron su escrito de
solicitudes, argumentos y pruebas (en adelante “escrito de solicitudes y
argumentos”). Los representantes solicitaron al Tribunal que declare que el Estado
violó los artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad Personal), 8
(Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial) de la Convención Americana, en
perjuicio de Laura Albán; y los artículos 5 (Derecho a la Integridad Personal), 8
(Garantías Judiciales), 13 (Libertad de Pensamiento y de Expresión), 17 (Protección
a la Familia) y 25 (Protección Judicial) de la Convención, en perjuicio de Carmen
Cornejo de Albán y Bismarck Albán Sánchez. Los representantes alegaron la
violación de estos artículos en conjunto con el artículo 1.1 (Obligación del Estado de
Adoptar Disposiciones de Derecho) y el artículo 2 (Obligación del Estado de
Respetar los Derechos) de la Convención Americana. Por último, solicitaron a la
Corte que ordene al Estado determinadas medidas de reparación y el pago de
costas y gastos generados en la tramitación del caso en la jurisdicción interna y
ante los órganos del sistema interamericano de protección de los derechos
humanos.

6. El 15 de diciembre de 2006 el Estado430 contestó la demanda y presentó sus


observaciones al escrito de solicitudes y argumentos (en adelante “la contestación

429
Las víctimas, mediante poder de representación, designaron como representantes ante la Corte
a Farith Simon Campaña y Alejandro Ponce Villacís de las Clínicas Jurídicas del Colegio de Jurisprudencia
de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador.
430
El Estado designó como Agente a Erick Roberts, Subdirector de Derechos Humanos de la
Procuraduría y Agente Alterno a Salim Zaidán, funcionario de la Subdirección de Derechos Humanos de

390
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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
la Procuraduría.

390
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de la demanda”). Indicó que no había violado el artículo 4 (Derecho a la Vida), ni
los artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial), todos de la
Convención Americana, y “reafirm[ó] su voluntad de satisfacer el derecho a la
verdad de las presuntas víctimas sin reconocer que se hayan violado los derechos
protegidos por los artículos 4, 13, y 17 de la Convención Americana”. Respecto al
artículo 5 de la Convención, en los alegatos finales escritos el Estado solicitó que se
rechazara la pretensión. Por último, objetó las cantidades de dinero solicitadas por
los representantes por concepto de indemnización, costas y gastos.

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1
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II

COMPETENCIA

7. La Corte es competente para conocer del presente caso, en los términos de


los artículos 62.3 y 63.1 de la Convención Americana, ya que Ecuador es Estado
Parte en la Convención desde el 28 de diciembre de 1977 y reconoció la jurisdicción
contenciosa de la Corte el 24 de julio de 1984.

III

PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE

8. La demanda de la Comisión fue notificada al Estado 431 y a los representantes


el 17 de agosto de 2006. Durante el proceso ante este Tribunal, además de los
escritos principales remitidos por las partes (supra párrs. 1, 5 y 6), el Presidente de
la Corte432 (en adelante “el Presidente”) ordenó recibir, a través de declaraciones
rendidas ante fedatario público (affidávit), un testimonio y un peritaje ofrecidos por
la Comisión y los representantes, respecto de los cuales las partes tuvieron
oportunidad de presentar observaciones. Además, considerando las circunstancias
particulares del caso, el Presidente convocó a la Comisión Interamericana, a los
representantes y al Estado a una audiencia pública para escuchar la declaración de
una de las presuntas víctimas y recibir un peritaje, así como los alegatos finales de
las partes sobre el fondo y las eventuales reparaciones y costas. Esta audiencia
pública fue efectuada el 16 de mayo de 2007 durante el XXX Período Extraordinario
de Sesiones de la Corte celebrado en la Ciudad de Guatemala, Guatemala433,
durante la cual el Estado realizó un allanamiento parcial de responsabilidad (infra
párr. 10). El 6 de junio de 2007 la Comisión y el Estado presentaron sus escritos de
alegatos finales sobre fondo y eventuales reparaciones y costas. Los representantes
presentaron los días 14 y el 26 de junio de 2007 el escrito de alegatos finales y sus
anexos, respectivamente. El 3 de agosto de 2007 la Secretaría, siguiendo
instrucciones del Presidente, requirió a la Comisión, a los representantes y al
Estado, de conformidad con el artículo 45.2 del Reglamento, la remisión de
determinada normativa y documentación a efectos de ser considerada como prueba
para mejor resolver. Los días 16 de agosto, y 12 y 13 de septiembre de 2007 el
Estado remitió parte de la prueba para mejor resolver y el 20 de agosto de 2007 la
Comisión presentó la prueba requerida. Los días 18 y 20 de agosto de 2007 los
representantes remitieron parte de dicha prueba. El 20 de septiembre de 2007
se solicitó a los

431
Cuando se notificó la demanda al Estado, se le informó su derecho a designar un juez ad hoc
para la consideración del caso. El Estado designó a un Juez ad hoc el 25 de octubre de 2006 después de
vencido el plazo con que contaba para tal efecto. El 6 de diciembre de 2006 la Secretaría, siguiendo
instrucciones de la Corte, informó al Estado que el Tribunal decidió rechazar la designación por
extemporánea.
432
Resolución emitida por el Presidente de la Corte el 15 de marzo de 2007.

433
A esta audiencia pública comparecieron: a) por la Comisión Interamericana: Evelio Fernández
Arévalos, Comisionado; Lilly Ching Soto y Mario López Garelli, Asesores; b) por los representantes:
Farith Simon Campaña y Alejandro Ponce Villacís, de las Clínicas Jurídicas del Colegio de Jurisprudencia
de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador, y Paola Romero Dueñas, Andrea Carrera Flores, Rosa
Baltazar Yucailla y Mauricio Alarcón Salvador, Asistentes; y por el Estado: José Xavier Garaicoa Ortiz,
Procurador General del Estado, Agente; Salim Saidán, Agente Alterno, y Gabriela Galeas, Asesora.
representantes, siguiendo instrucciones del Presidente, que remitieran los
comprobantes de los egresos que alegan que las presuntas víctimas habrían
realizado por concepto de costas y gastos, los cuales fueron remitidos los días 27
de septiembre y 18 de octubre de 2007.

9. En la Resolución de 15 de marzo de 2007, el Presidente requirió a la


Comisión Interamericana, a los representantes y al Estado la presentación de los
alegatos finales escritos, el 6 de junio de 2007, cuyo plazo era improrrogable. Tanto
la Comisión como el Estado remitieron los referidos alegatos finales el día 6 de junio
de 2007. Los representantes, por su parte, remitieron su escrito de alegatos finales
y sus anexos el 14 y 26 de junio de 2007, respectivamente. Consecuentemente,
este Tribunal los inadmite por su presentación extemporánea.

IV

RECONOCIMIENTO PARCIAL DE RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL

10. Durante la audiencia pública (supra párr. 8), el Estado realizó un


allanamiento parcial respecto a la violación a las garantías judiciales y a la
protección judicial, consagradas en los artículos 8 y 25 de la Convención
Americana. Manifestó que reconocía su responsabilidad internacional “derivada de
la falta de impulso del proceso de extradición del médico residente, [doctor Fabián]
Espinoza [Cuesta]” (en adelante “doctor Fabián Espinoza Cuesta” o “doctor
Espinoza Cuesta”), uno de los encausados en el proceso penal tramitado en la
jurisdicción interna. Dicho allanamiento se limitó a reconocer “los hechos derivados
del proceso de extradición, la negligencia [y] la omisión que ha cometido la Corte
Suprema de Justicia y el Juez Quinto de lo Penal de Pichincha al no impulsar de
oficio, como una obligación propia, la extradición del mencionado doctor”.

11. El Estado reiteró estas manifestaciones en sus alegatos finales escritos,


indicando que dicho allanamiento no abarca el procedimiento civil de exhibición del
expediente médico ni el proceso penal tramitado en la jurisdicción interna. Además,
expresó que reconocía “la inobservancia de su deber de adoptar disposiciones de
derecho interno, contenida en el artículo 2 de la Convención, al no incorporar un
tipo penal más adecuado para sancionar a los médicos que incurren en indebida
práctica”. También manifestó la intención “de preparar y viabilizar la aprobación del
proyecto de ley de indebida práctica médica y los proyectos de leyes reformatorias
de normas relacionadas”.

12. La Comisión Interamericana consideró que “el allanamiento parcial del


Estado debe tener efectos plenos respecto de los hechos y violaciones aceptadas
por el Ecuador y solicit[ó] al Tribunal que así lo establezca”. En sus alegatos
finales, resaltó la voluntad estatal de allanarse y valoró positivamente el
compromiso del Estado relativo a emprender “procesos de incorporación y reforma
de los tipos penales y capacitar a los jueces” en cuanto a la aplicación de la
Convención, así como las
manifestaciones realizadas durante la audiencia pública, en las que el Estado se
allanó a la violación de los artículos 8 y 25 de la Convención en relación con la
negligencia de las autoridades para adelantar la extradición del doctor Fabián
Ernesto Espinoza Cuesta. Por último, la Comisión indicó que el Estado no
controvirtió los hechos del caso ni en el trámite ante la Comisión ni ante la Corte, y
estimó que ha cesado la controversia respecto a las mencionadas violaciones
reconocidas por el Estado.

13. Los representantes aceptaron el reconocimiento parcial del Estado, pero


consideraron que “es absolutamente insuficiente y que no tiene un sentido de
buena fe”, ya que durante siete años las autoridades estatales no hicieron nada
para determinar el paradero del doctor Espinoza Cuesta y hacerlo comparecer ante
las autoridades correspondientes, y en enero del año 2007 prescribió la acción
contra él. Esta situación favoreció la impunidad, tanto del propio doctor Espinoza
Cuesta como del otro médico tratante, Ramiro Montenegro López, quien también
fue investigado y respecto de quien igualmente prescribió la acción.

14. En los términos de los artículos 53.2 y 55 del Reglamento, en ejercicio de


sus poderes de tutela judicial internacional de los derechos humanos, la Corte
puede determinar si un reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado
por un Estado demandado ofrece base suficiente, en los términos de la Convención
Americana, para continuar el conocimiento del fondo y determinar las eventuales
reparaciones y costas. Para estos efectos, el Tribunal analiza la situación planteada
en cada caso concreto434. Por ende, se procede a precisar los términos y alcances
del reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado por el Estado
y la extensión de la controversia subsistente.

* *

15. En la demanda la Comisión manifestó que el Estado incurrió en violación de


los artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial), en conexión con los
artículos 1.1 (Obligación de Respetar los Derechos) y 2 (Deber de Adoptar
Disposiciones de Derecho Interno) todos de la Convención Americana (supra párr.
4). Los representantes coincidieron en que hubo violación de esas mismas normas,
aunque con algunos argumentos diferentes, y adicionalmente alegaron la violación
de los artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad Personal), 13
(Libertad de Pensamiento y de Expresión) y 17 (Protección a la Familia) de la
Convención (supra párr. 5).

434
Cfr. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de
noviembre de 2003. Serie C No. 101, párr. 105; Caso Zambrano Vélez y otros Vs. Ecuador. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2007. Serie C No. 166, párr. 12; y Caso de la Masacre
de la Rochela Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de 2007. Serie C
No. 163, párr. 9.
16. Como se ha dicho, en la audiencia pública el Estado reconoció la negligencia
y omisión de las autoridades estatales al no impulsar de oficio el proceso de
extradición del doctor Fabián Espinoza Cuesta, y se allanó al cargo de violación de
los artículos 8 y 25 de la Convención Americana (supra párr. 10). Además, señaló la
importancia del presente caso para adecuar la regulación respecto a la mala
práctica médica y declaró que dichas modificaciones ameritan un “enorme esfuerzo
para adecuar tanto los contenidos sustantivos como los adjetivos y procesales y las
reglas sobre las cuales debe actuar el Estado a futuro”. Asimismo, en sus alegatos
finales escritos se refirió expresamente a la inobservancia del artículo 2 de la
Convención (supra párr. 11).

17. En lo que se refiere a los hechos, la Corte observa que el Estado confesó la
existencia de una omisión de las autoridades estatales por no realizar de oficio las
diligencias relacionadas con la extradición de uno de los encausados en el proceso
penal tramitado ante la jurisdicción interna en el presente caso.
Consecuentemente, declara que ha cesado la controversia sobre ese hecho, que se
tiene por establecido en los términos señalados (supra párr. 16).

18. Por otra parte, se mantiene la controversia respecto a los demás hechos
alegados en la demanda y relacionados con la investigación y esclarecimiento de la
muerte de Laura Albán, respecto a las diligencias realizadas en la jurisdicción civil y
penal, en relación con los artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección
Judicial), y aquellos hechos que pudieran determinar la violación de los derechos
consagrados en los artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad
Personal), 13 (Libertad de Pensamiento y de Expresión) y 17 (Protección a la
Familia) de la Convención Americana, en perjuicio de los familiares de Laura Albán.

* *

19. En cuanto al artículo 2 de la Convención, la Comisión solicitó, entre otras


cosas, que el Estado “adopte las medidas legislativas o de otra índole necesarias
[…] para garantizar el derecho a la protección judicial y el derecho a un juicio justo
[respecto al ejercicio de la] acción penal en caso de homicidio preterintencional”,
así como para evitar que vuelvan a ocurrir hechos similares a los del presente caso.
La Comisión enfatizó que para cumplir los deberes de prevención y garantía de los
derechos reconocidos en la Convención, es preciso corregir la carencia de
legislación nacional sobre mala práctica médica y eliminar obstáculos para la
obtención de la verdad en estos tipos de casos. Los representantes indicaron que el
Estado debe adoptar las reformas constitucionales y legales necesarias para evitar
la repetición de hechos de esta naturaleza, y promulgar una Ley contra la mala
práctica médica.
20. Al examinar los argumentos de la Comisión, los representantes y el
Estado435 respecto al alegado incumplimiento de la obligación consagrada en el
artículo 2 de la Convención Americana, la Corte considera pertinente analizarlos en
el capítulo VIII de la presente Sentencia.

21. Este Tribunal observa que el Estado reconoció parcialmente la violación de


los artículos 8 y 25 de la Convención Americana, como se indicó en el párrafos 10,
11,
16 y 17, pero excluyó expresamente la violación de los artículos 8 y 25 de la
Convención respecto a los hechos señalados en el párrafo 18, por lo que es
necesario continuar el análisis de fondo de estos hechos y alegatos en el capítulo
VII de la presente Sentencia. Igualmente, el Estado excluyó las alegadas
violaciones de los artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad
Personal), 13 (Libertad de Pensamiento y de Expresión) y 17 (Protección a la
Familia) de la Convención.

22. En virtud de lo anterior, la Corte considera que ha cesado la controversia


respecto de la responsabilidad internacional del Estado por la violación de los
artículos
8.1 y 25 de la Convención, en perjuicio de Carmen Cornejo de Albán y Bismarck
Albán Sánchez, padres de Laura Albán, en los términos señalados en los párrafos
16 y 17, con independencia de las precisiones que se harán en el capítulo VII. Se
mantiene la controversia respecto de las violaciones de los artículos 8 (Garantías
Judiciales) y 25 (Protección Judicial), como se señaló en el párrafo 18, así como de
los artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad Personal), 13
(Libertad de Pensamiento y de Expresión) y 17 (Protección a la Familia) de la
Convención y el alegado incumplimiento de los artículos 1.1 y 2 de ésta.

* *

23. Al efectuar el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional el


Estado manifestó su desacuerdo en relación con las pretensiones sobre las
reparaciones solicitadas por los representantes. En consecuencia, también subsiste
la controversia respecto a éstas.

* *

24. El reconocimiento parcial de responsabilidad efectuado por el Estado


constituye una contribución positiva al desarrollo de este proceso, al buen despacho
435
Al respecto, el Estado informó a la Corte que “h[a] mantenido reuniones […] con el fin de
preparar y viabilizar la aprobación del proyecto de ley de indebida práctica médica y los proyectos de
leyes reformatorias de normas relacionadas”.
de la jurisdicción interamericana sobre derechos humanos, a la vigencia de los
principios que inspiran la Convención Americana y a la conducta de los Estados en
esta materia436.

25. Teniendo en cuenta las atribuciones que le incumben a este Tribunal como
órgano internacional de protección de los derechos humanos, la Corte estima
necesario dictar una sentencia en la cual se determinen los hechos y todos los
elementos del fondo del asunto, así como las correspondientes consecuencias, en
cuanto la emisión de la Sentencia contribuye a la reparación de Carmen Cornejo de
Albán y Bismarck Albán Sánchez, a evitar que se repitan hechos similares y a
satisfacer, en suma, los fines de la jurisdicción interamericana sobre derechos
humanos437.

PRUEB
A

26. Con base en lo establecido en los artículos 44 y 45 del Reglamento, así como
en la jurisprudencia del Tribunal respecto a la prueba y su apreciación, la Corte
examinará y valorará los elementos probatorios documentales remitidos por la
Comisión, los representantes y el Estado en diversas oportunidades procesales o
como prueba para mejor resolver solicitada por el Presidente, así como las
declaraciones testimoniales y periciales rendidas mediante affidávit y ante la Corte
durante la audiencia pública celebrada en el presente caso. Para ello, se atendrá a
la reglas de la sana crítica, dentro del marco normativo correspondiente438.

A) Prueba Documental, Testimonial y Pericial

27. Se presentó, mediante affidávit, la declaración testimonial y el dictamen


pericial de las siguientes personas:

a) Bismarck Albán Sánchez: padre de Laura Albán, propuesto por la


Comisión y los representantes, declaró sobre el sufrimiento y la carga

436
Cfr. Caso Carpio Nicolle y otros Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22
de noviembre de 2004. Serie C No. 117, párr. 84; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 30;
Caso Bueno Alves Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de 2007.
Serie C No. 164, párr. 34; y Caso de la Masacre de la Rochela, supra nota 9, párr. 29.

437
Cfr. Caso Carpio Nicolle y otros, supra nota 11, párr. 84; Caso Zambrano Vélez y otros, supra
nota 9, párr. 31; Caso Escué Zapata Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de
julio de 2007. Serie C No. 165, párr. 20; y Caso Bueno Alves, supra nota 11, párr. 35.

438
Cfr. Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros) Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 8
de marzo de 1998. Serie C No. 37, párr. 76; Caso Cantoral Huamaní y García Santa Cruz Vs. Perú.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 10 de julio de 2007. Serie C No. 167,
párr. 38; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 32; y Caso Escué Zapata, supra nota 12,
párr. 22.
emocional y económica que tuvo que sobrellevar su familia después de la
muerte de su hija. Asimismo, declaró sobre su frustración y decepción con
respecto a la justicia de su país por la falta de respuesta debida y eficiente
del Estado, ya que éste nunca brindó la colaboración necesaria para
investigar la muerte de su hija y sancionar a los responsables. Por otro
lado, manifestó que “existió mucho encubrimiento [por parte del Hospital
Metropolitano] desde el inicio, [ya que] nunca [les] facilitaron rápido los
nombres de los doctores ni de las enfermeras”.

b) Julio Raúl Moscoso Álvarez: abogado, propuesto por la Comisión y los


representantes, rindió dictamen sobre la legislación ecuatoriana
relacionada con el alcance de las normas penales en materia de mala
práctica médica. Expresó que no existe una ley específica al respecto e
indicó que, a su criterio, las normas penales en vigor son insuficientes.
Únicamente los
artículos 456 y 457 del Código Penal del Ecuador (en adelante “Código
Penal”) se refieren directamente a la mala práctica médica, de manera
incompleta. De otra parte, agregó que en los términos del Código de Ética,
los médicos tienen el deber de “confraternidad” con el colega sometido a
juicio, por lo que no podrán declarar en su contra aún si el médico ha
cometido errores.

28. En la audiencia pública, la Corte escuchó una declaración testimonial y un


dictamen de las siguientes personas, respectivamente:

a) Carmen Cornejo de Albán: madre de Laura Albán, propuesta por la


Comisión y los representantes, declaró sobre el largo y complicado proceso
para esclarecer las causas de la muerte de su hija y hacer justicia en este
caso. La testigo indicó que abandonó su actividad laboral como psicóloga
para dedicarse a la búsqueda de la justicia en el presente caso. Manifestó
que inmediatamente después de la muerte de su hija no presentó denuncias
contra los médicos, porque se encontraba emocionalmente imposibilitada;
además, ”tuv[o] que vencer muchos obstáculos, [como] conseguir la historia
clínica, conseguir un médico que [le diera] un criterio sobre la muerte de
[su] hija. Luego en el Colegio de Médicos [de Pichincha] […] esperaba de
ellos un pronunciamiento científico que no lo tuv[o]”. Llevó a cabo diversas
diligencias, entre ellas: presentó el caso ante la Comisión de Derechos
Humanos del Ecuador y ante la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos;
acudió ante el Juzgado Octavo de lo Civil para obtener el expediente médico
de su hija; presentó una denuncia ante el Tribunal de Honor; y presentó
otra denuncia contra los médicos que atendieron a su hija, en el año 1995,
ante el entonces Fiscal General, quien se negó a recibirla. Expresó que tuvo
que esperar a que asumiera el cargo un nuevo Fiscal General en el año
1996.
Este remitió la denuncia al Juzgado Quinto de lo Penal de Pichincha (en
adelante “Juzgado Quinto de lo Penal”). Relató las dificultades que enfrentó
para encontrar a un médico dispuesto a ayudarle a determinar la causa de
muerte de su hija y a un abogado que se encargara de la tramitación del
caso. Considera que la impunidad se consagró en el caso de la muerte de
su hija.

b) Ernesto Albán Gómez: abogado, propuesto por la Comisión y los


representantes, rindió peritaje sobre el alcance de las normas penales en
materia de mala práctica médica y los correspondientes deberes de los
jueces y autoridades estatales conforme a las normas penales. Indicó que en
Ecuador no existe una legislación que se refiera a la mala práctica médica,
salvo en un aspecto muy específico y puntual contenido en la Ley de
Derechos y Amparo al Paciente (Ley No. 77 de 3 de febrero de 1995).
Informó a la Corte sobre la existencia de varias normas y leyes que regulan
la conducta de los médicos que a su criterio no están actualizadas; y
puntualizó que éstas son de carácter administrativo o disciplinario y no
penal. Se refirió a las normas penales y de procedimiento penal con el fin de
explicar como operan éstas en cuanto a la mala práctica médica. Asimismo,
explicó la forma en que se encuentra regulada la prescripción de la acción
penal en Ecuador. En cuanto al papel de la Federación Médica y la obligación
de los médicos de mantener solidaridad profesional, estipulada en el Código
de Ética Médico, podría causar que los médicos no declaren en contra de sus
colegas. Tampoco hay leyes o normas específicas que establezcan deberes
de los jueces y autoridades en relación con la mala práctica médica.
Manifestó que en el curso de 15 años solamente ha habido dos sentencias de
la Corte Suprema de Justicia del Ecuador por mala práctica médica.
Comparó el antiguo Código de Procedimiento Penal y el nuevo con respecto
a la tramitación de las causas de esta naturaleza. Indicó que en caso de
encontrarse prófugo un inculpado, el Estado debe realizar todas las
diligencias necesarias para localizarlo y llevarlo a juicio, sin importar que se
encuentre dentro o fuera del país.

B) VALORACIÓN DE LA PRUEBA

Valoración de la Prueba Documental

29. En este caso, como en otros, el Tribunal admite el valor probatorio de


aquellos documentos presentados oportunamente, por las partes que no fueron
controvertidos ni objetados, ni cuya autenticidad fue puesta en duda439.

30. En cuanto a los documentos remitidos como prueba por los representantes y
el Estado fuera de las oportunidades procesales señaladas en el artículo 44.1 del
Reglamento, el Tribunal los incorpora al acervo probatorio, ya que algunos
constituyen prueba para mejor resolver440, de acuerdo con el artículo 45.1 del

439
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C
No. 4, párr. 140; Caso Cantoral Huamaní y García Santa Cruz, supra nota 13, párr. 41; Caso Zambrano
Vélez y otros, supra nota 9, párr. 37; y Caso Escué Zapata, supra nota 12, párr. 25.

440
Los representantes remitieron los siguientes documentos: el conjunto de documentos
presentados como anexos a los alegatos finales escritos de los representantes que contiene parte del
expediente judicial interno No. 010-97-AP que corresponden a los folios 2102 a 2161 del expediente que
consta en este Tribunal. Por su parte, el Estado remitió los siguientes: la comunicación de 21 de agosto
de 2007 presentada por el Estado en la que el Hospital Metropolitano (CONCLINA C.A.) informó acerca
de las normas que regulan la custodia y administración del expediente clínico y las relaciones
contractuales y laborales de los profesionales de la salud; el documento denominado “Expediente único
para la Historia Clínica, manejo del registro médico orientado por problemas, guía para el análisis,
rediseño de los formularios básicos” del Consejo Nacional de Salud, Ministerio de Salud Pública, el
documento denominado Macroproceso de Planificación.
Reglamento, y otros constituyen prueba de hechos supervenientes 441, según los
dispuesto en el artículo 44.3 del Reglamento. Con respecto a los documentos
presentados por el perito Ernesto Albán Gómez durante la audiencia pública 442, la
Corte los incorpora al acervo probatorio conforme al artículo 45 del Reglamento por
considerarlos útiles.

31. Por otra parte, la Corte agrega al acervo probatorio, por considerarlos útiles
para la resolución de este caso, en aplicación del artículo 45.2 del Reglamento, los
documentos que fueron solicitados por la Corte, y que fueron enviados por el
Estado, los representantes y la Comisión443.

32. La Corte advierte que el Estado remitió parte de la documentación e


información solicitada como prueba para mejor resolver. Al respecto, la Corte
observa que las partes, y en este caso el Estado, deben allegar las pruebas
requeridas por ésta y facilitar todos los elementos probatorios solicitados, a fin de
que el Tribunal cuente con el mayor número de elementos de juicio para conocer
los hechos y motivar sus decisiones.

33. En relación con la declaración rendida ante fedatario público por Bismarck
Albán Sánchez (supra párr. 27.a), la Corte estima que dicha declaración puede
contribuir a la determinación de los hechos y las posibles reparaciones en el
presente caso, por lo que la admite, en cuanto concuerde con el objeto que fue
definido en la Resolución del Presidente de 15 de marzo de 2007 (supra párr. 8).
Asimismo, este Tribunal recuerda que por tratarse de una presunta víctima y por
tener un interés directo en este caso, su declaración no puede ser valorada
aisladamente, sino dentro del conjunto de las pruebas del proceso y con aplicación
de las reglas de la sana crítica. Las declaraciones de las víctimas o sus familiares
son útiles en la medida en que proporcionen mayor información sobre las
consecuencias de las violaciones perpetradas444.

441
La resolución del 16 de octubre de 2007 emitida por el Juzgado Quinto de lo Penal; el recurso
de apelación interpuesto por los padres de Laura Albán el 25 de octubre de 2007; y el oficio del Juzgado
Quinto de lo Penal de 29 de octubre de 2007.

442
A saber: decisión de la Primera Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia de 7 de
septiembre de 1999 en relación con el recurso de Casación interpuesto en el proceso No. 327-96-EP
(expediente de fondo, reparaciones y cosas, Tomo III, f. 305 a 306); y decisión de la Segunda Sala de lo
Penal de la Corte Suprema de Justicia de 5 de marzo de 2001 en relación con el recurso de Casación
interpuesto en el proceso No. 42-2001(expediente de fondo, reparaciones y cosas, Tomo III, f. 307 a
308).

443
Lista de documentos: Ley de Derechos y Amparo del Paciente, Ley No. 77 de 3 de febrero de
1995; Ley Orgánica de Salud, Ley No. 67 de 22 de diciembre de 2006; Código de la Salud (1971)
derogado por la Ley No. 67 de 22 de diciembre de 2006; Ley Orgánica del Sistema Nacional de Salud,
Ley No. 80 de 25 de septiembre de 2002; Reglamento de la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Salud,
Decreto Ejecutivo No. 3611 de 28 de enero de 2003; Ley de la Federación Médica Ecuatoriana. Decreto
Supremo No. 3576-A de 17 de julio de 1979; Reglamento a la Ley de Federación Médica Ecuatoriana,
Acuerdo Ministerial No. 1460 de 26 de febrero de 1980; Código de Ética Médica, Acuerdo Ministerial No.
14660-A de 17 de agosto de 1992; Reglamento de Concursos para la Provisión de Cargos Médicos a
Nivel Nacional, Decreto Ejecutivo 1082 de 20 de noviembre de 1989; y los comprobantes de los egresos
que las víctimas habrían realizado por concepto de costas y gastos.

444
Cfr. Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros) Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de mayo de 2001. Serie C No. 76, párr. 70; Caso de las Masacres de Ituango Vs.
34. Respecto del peritaje de Julio Raúl Moscoso Álvarez (supra párr. 27.b),
rendido ante fedatario público (affidávit), este Tribunal lo admite en cuanto
concuerde con el objeto señalado en la Resolución del Presidente de 15 de marzo
de 2007 (supra párr. 8), y lo aprecia en el conjunto del acervo probatorio.

35. En cuanto a los documentos de prensa presentados por la Comisión


Interamericana, este Tribunal ha considerado que podrían ser apreciados cuando
recojan hechos públicos y notorios o declaraciones de funcionarios del Estado, o
cuando corroboren aspectos relacionados con el caso445.

Valoración de la Prueba Testimonial y Pericial

36. El Tribunal admite el testimonio rendido ante la Corte por Carmen Cornejo
de Albán (supra párr. 28.a), en cuanto concuerde con el objeto de la declaración
determinado en la Resolución del Presidente de 15 de marzo de 2007 (supra párr.
8), y lo valora en el conjunto del acervo probatorio. Asimismo, la Corte reitera lo
señalado anteriormente respecto al valor de su declaración por tratarse de una
presunta víctima en el presente caso (supra párr. 33).

37. En lo que se refiere al dictamen rendido ante la Corte por Ernesto Albán
Gómez (supra párr. 28.b), este Tribunal lo admite en cuanto concuerde con el
objeto del peritaje fijado en la Resolución de 15 de marzo de 2007 (supra párr. 8),
y lo valora conforme a las reglas de la sana crítica.

VI

Colombia. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de julio de 2006 Serie C
No. 148, párr. 121; Caso Ximenes Lopes Vs. Brasil. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de
julio de 2006. Serie C No. 149, párr 56; y Caso Goiburú y otros Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 22 de septiembre de 2006. Serie C No. 153, párr. 59.
445
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 14, párr. 146; Caso Cantoral Huamaní y García
Santa Cruz, supra nota 13, párr. 41; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 38; y Caso Escué
Zapata, supra nota 12, párr. 28.
ARTÍCULOS 4.1 (DERECHO A LA VIDA)446, 5.1 (DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL)
447 448
, 13 (LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y DE EXPRESIÓN) Y 17 (PROTECCIÓN A LA
449
FAMILIA)

450
EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 1.1 (OBLIGACIÓN DE RESPETAR LOS DERECHOS)

DE LA CONVENCIÓN AMERICANA

38. La Comisión Interamericana no presentó alegatos en relación con los


artículos 4, 5, 13 y 17 de la Convención Americana451.

39. Los representantes alegaron en su escrito de solicitudes y argumentos la


violación de los artículos 4, 5, 13 y 17 de la Convención Americana, en relación con
el artículo 1.1 de ese mismo instrumento. Solicitaron que la Corte declare que el
Estado es responsable de la violación de los referidos artículos con fundamento,
inter alia, en los siguientes alegatos:

a) Respecto al artículo 4 (Derecho a la Vida) de la Convención. Indicaron


que el Estado desatendió el deber de garantía de ese derecho, porque no

446
En lo pertinente, el artículo 4.1 (Derecho a la Vida) establece que:
[t]oda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley
y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente.

[…]

447
En lo pertinente, el artículo 5.1 (Derecho a la Integridad Personal) dispone que:
[t]oda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y
moral. […]

448
En lo pertinente, el artículo 13.1 (Libertad de Pensamiento y de Expresión) establece que:
[t]oda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho
comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin
consideración e fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por
cualquier otro procedimiento de su elección.
[…]

449
En lo pertinente, el artículo 17.1 (Protección a la Familia) consagra que:
[l]a familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la
sociedad y el Estado.
[…]

450
En lo pertinente, el artículo 1.1 (Obligación de Respetar los Derechos) establece:
[l]os Estados partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades
reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su
jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,
opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social.
[…]

451
En su Informe de Admisibilidad No. 69/02, la Comisión sólo admitió los artículos 1, 8 y 25 de la
Convención Americana, y declaró inadmisible los artículos 4, 5 y 13 de ese mismo instrumento.
Posteriormente, en el Informe de Fondo No. 7/06 estableció la violación al artículo 2 del mismo tratado.
cumplió a cabalidad con el procedimiento investigativo para esclarecer la
muerte de Laura Albán, trasladando esta tarea a sus padres; incumplió su
tarea de inspeccionar y evaluar de forma periódica los establecimientos de
salud, públicos o privados, y faltó a su deber de supervisar los
conocimientos y la capacidad del cuerpo médico. También alegaron que el
Estado no garantizó el derecho a la vida debido a la falta de legislación
específica sobre mala praxis médica, a la falta de medios para proteger
efectivamente ese derecho y a la deficiente aplicación de justicia.
Consideraron que el Estado es responsable por haber faltado a su deber de
prevenir las eventuales violaciones a los derechos humanos que puedan
presentarse.

b) Respecto al artículo 5 (Derecho a la Integridad Personal) de la


Convención. Señalaron que el Estado incumplió su deber de controlar que en
las casas de salud se proporcione atención y tratamientos de buena calidad,
para salvaguardar la integridad física, psicológica y moral del paciente, aún
cuando los actos u omisiones hayan sido cometidos por particulares.
Agregaron que el tratamiento suministrado a Laura Albán fue contrario a su
integridad física y psicológica, en cuanto ésta experimentó un sentimiento de
impotencia ante la probabilidad de su muerte y sufrió al presenciar el
intenso sufrimiento de sus padres. En lo que se refiere a éstos, los
representantes alegaron que al ser testigos del maltrato y despreocupación
del personal médico que atendió a su hija, se convirtieron en presuntas
víctimas de la violación del derecho a la integridad psicológica y moral.
Además, indicaron que su madre Carmen Cornejo de Albán debió dejar el
ejercicio de su profesión como psicóloga, y dedicarse por entero a la
búsqueda de justicia, lo que le impidió desarrollar su proyecto de vida. Esto
la afectó psicológica y emocionalmente; al no trabajar tuvo pérdidas
irreparables en el campo económico. Por último, solicitaron que la Corte se
pronuncie en el sentido de que toda forma de disminución o
desconocimiento de la dignidad humana constituye una forma de trato cruel.

c) Respecto al artículo 13 (Libertad de Pensamiento y de Expresión) de


la Convención. Manifestaron que el Hospital Metropolitano ocultó información
valiosa acerca del tratamiento y la muerte de la señorita Albán Cornejo y
encubrió la identidad de los médicos responsables de los hechos, lo que
incidió directamente en el derecho de los familiares a conocer la verdad. A
raíz de la negativa de la entrega de los documentos médicos, los padres de
Laura Albán no pudieron accionar de inmediato ante los órganos de justicia.
El Estado es responsable al no proteger el derecho a la información propia
que tienen los pacientes y sus familiares afectados. Debido a esta omisión se
produjo una espera interminable para los fines de la aplicación del derecho y
la justicia. Agregaron que la posición tolerante, pasiva y despreocupada del
poder público fue la causa por la que los padres de la señorita Albán Cornejo
no pudieron acceder a tiempo a la información acerca de su hija, vulnerando
el derecho de aquéllos a la información y dejándolos en estado de
indefensión.
d) Respecto al artículo 17 (Protección de la Familia) 452 de la Convención.
Expresaron que Estado tiene el deber de proteger la institución de la familia
adoptando las medidas legales y jurídicas esenciales que permitan amparar
y tutelar la unidad familiar, para lo cual se remitieron a la Convención
Americana, al artículo 15 del Protocolo Adicional a la Convención Americana
en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Según los
representantes, el desconocimiento de los hechos a causa de las faltas en
que incurrieron las autoridades administradoras de justicia, la carencia de
procedimientos y, en general, la inobservancia por parte del Estado de los
derechos y libertades básicas de sus ciudadanos, provocó un enorme
sufrimiento y depresión en los padres y hermanos de Laura Albán, lo que
afectó su normal desarrollo, relaciones y actividades familiares. Esto
desestabilizó de manera general a la familia y afectó su calidad de vida.

40. El Estado, en su escrito de alegatos finales, solicitó a la Corte que rechace


las aducidas violaciones, porque desatienden el fundamento del proceso
contencioso ante la jurisdicción interamericana: la existencia de una conducta
violatoria de derechos humanos imputable al Estado, un perjuicio a determinada
persona y una relación entre ambos extremos. Para lo cual el Estado adujo:

a) Respecto al artículo 4 (Derecho a la Vida) de la Convención. Señaló


que los responsables de la muerte de Laura Albán fueron personas
particulares pertenecientes a un hospital privado, que no comprometen la
responsabilidad internacional del Estado. Este criterio fue compartido por la
Comisión Interamericana al declarar inadmisible este artículo y excluir su
violación en la fase de fondo. El derecho a la vida podría ser objeto de una
acción civil de daños y perjuicios, vía no agotada por las presuntas víctimas
para procurar la reparación pecuniaria del daño causado.

b) Respecto al artículo 5 (Derecho a la Integridad Personal) de la


Convención. Indicó que carece de sustento la presunta responsabilidad
estatal ante la desatención y falta de tratamiento de buena calidad, exigibles
a nivel interno a través de acciones de amparo constitucional, con la prueba
que demuestre una desatención o falta de control por parte del Estado y que
acredite el nexo causal entre esta presunta inacción estatal y la amenaza o
perjuicio irrogado.

c) Respecto al artículo 13 (Libertad de Pensamiento y de Expresión) de


la Convención. Manifestó que no cabe atribuir responsabilidad al Estado por
el ocultamiento de información de un particular, que pudo ser objeto de un
pedido de exhibición judicial más oportuno al reclamado en el presente caso,
ya que éste se solicitó luego de tres años del fallecimiento de Laura Albán.

452
Este artículo fue alegado por representantes por primera vez en su escrito de solicitudes y
argumentos.
d) Artículo 17 (Protección de la Familia) de la Convención. Expresó que
la mala asesoría legal particular que prolongó la duración de los procesos
judiciales no es imputable al Estado. En este hubo una actuación diligente de
los operadores de justicia civil y penal.

41. Una vez señalados los argumentos de las partes, el Tribunal analizará
enseguida la alegada violación de los artículos 4, 5, 13 y 17 de la Convención
Americana.

a) Artículo 4.1 (Derecho a la Vida)

42. Respecto a los alegatos mencionados por los representantes, la Corte no


encuentra elementos suficientes para atribuir al Estado responsabilidad
internacional por la muerte de Laura Albán, en los términos del artículo 4 de la
Convención. Sin perjuicio de lo anterior, la Corte examinará en el capítulo VII si el
Estado ha cumplido con su obligación de garantizar el derecho a la vida, mediante
una investigación seria para esclarecer los hechos del presente caso, los cuales se
refieren a una denuncia que era constitutiva de un delito.

b) Artículo 5.1 (Derecho a la Integridad Personal)

43. La Comisión, como se indicó anteriormente, no alegó la violación del artículo


5 de la Convención. Por su parte, los representantes en su escrito de solicitudes y
argumentos si lo hicieron en relación con los hechos señalados en el párrafo 39.b).
Por último, el Estado solicitó que la Corte rechace la alegada violación.

44. El Tribunal ya ha indicado que los representantes de las presuntas víctimas o


sus familiares pueden alegar derechos distintos a los reclamados por la Comisión en
su demanda, y ha hecho la salvedad de que éstos se deben atener a los hechos ya
contenidos en la misma453.

45. Al respecto, esta Corte, en consideración de los hechos relacionados con la


búsqueda de justicia en el presente caso, examinará si la falta de una respuesta
judicial afectó la integridad personal de Carmen Cornejo de Albán y de Bismarck
Albán Sánchez, padres de Laura Albán.

46. En otras oportunidades, el Tribunal ha considerado violado el derecho a la


integridad psíquica y moral de algunos familiares con motivo del sufrimiento que
estos han padecido a causa de las actuaciones u omisiones de las autoridades

453
Cfr. Caso “Cinco Pensionistas” Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de
febrero de 2003. Serie C No. 98, párr. 155; Caso Escué Zapata, supra nota 12, párr. 92; Caso Bueno
Alves, supra nota 11, párr. 121; y Caso Acevedo Jaramillo y otros Vs. Perú. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 7 de febrero de 2006. Serie C No. 144, párr. 280.
estatales. Entre los extremos a considerar en todo caso se encuentran la respuesta
ofrecida por el Estado a las gestiones realizadas para obtener justicia y a la
existencia de un estrecho vínculo familiar454.

47. En el presente caso está probada la estrecha vinculación afectiva de Carmen


Cornejo de Albán y de Bismarck Albán Sánchez con su hija para considerarlos como
víctimas de hechos violatorios al artículo 5 de la Convención Americana, y en
particular, la situación de Carmen Cornejo de Albán, quién se ha dedicado a la
búsqueda de justicia a propósito de las circunstancias en que ocurrió la muerte de
su hija.

48. Al respecto, durante la audiencia pública la señora Cornejo de Albán


manifestó que:

[…] prácticamente todo el tiempo [se dedicó a buscar justicia en el


caso,] porque salía de [su] casa alrededor de las siete y media de la
mañana y regresaba como a las siete de la noche. Primero, de
biblioteca en biblioteca haciendo consultas bibliográficas, acudiendo
donde un médico, donde otro, rogando que [l]e d[ieran] un criterio
sobre la muerte de [su] hija, después tratando de conseguir un
abogado, después durante el proceso, yendo al Juzgado [para] que
despach[aran] pronto un escrito, que [les] contesten, porque en
definitiva toda la investigación [se] la dejaron a [su] abogado y a
[ellos].

[…]

Después de todo esto, […] en verdad, se burló la justicia, se pisotearon


[sus] derechos y se consagró la impunidad.

[…P]ero no quiero [que] estas cosas sigan sucediendo, que nadie


más pase por lo que [ellos pasaron], y por eso y porque cre[e]
también en los derechos humanos acudi[ó] a la Comisión en busca de
justicia […] por lo que [fue su] hija. [Ella se ha] prometido luchar
contra la injusticia, luchar contra la impunidad y quisiera que los
médicos se humanicen, que tomen su profesión como un sacerdocio
no como un negocio. Quisiera que cambien las cosas de alguna
forma.

49. Asimismo, Bismarck Albán Sánchez, en su declaración rendida ante fedatario


público expresó que su esposa es “quien mayormente ha dado seguimiento a este
proceso de investigación para obtener pruebas y el resto de trámites pertinentes”.
Agregó que su esposa “insistió muchísimo en buscar esclarecer las causas de la
muerte de [su hija] y, una vez que consiguió los elementos de juicio que pudo,
frente a todas las trabas existentes, fue ella quien estaba al frente [de este]
proceso […y]

454
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 25 de noviembre de 2000.
Serie C No. 70, párr. 163; Caso Cantoral Huamaní y García Santa Cruz, supra nota 13, párr. 112; Caso
Escué Zapata, supra nota 12, párr. 77; y Caso Bueno Alves, supra nota 11, párr. 102.
obviamente la apoy[ó] en todo lo que pud[o], a pesar del dolor.” Asimismo, señaló
que:

[t]odos esos años en la búsqueda de información médica sobre las


causas de la muerte de [su] hija[,] así como de justicia contra los
responsables han sido y son muy duros y desesperantes. Es muy
frustrante ver los resultados después de tanto tiempo y saber que los
culpables no han sido sancionados, y que a pesar de todos nuestros
esfuerzos no ha pasado nada.

[…]

Han sido tantos los trámites y procedimientos a lo largo de estos


años que [se le] escapan de la mente todas las gestiones que [han]
tenido que hacer; incluso, a pesar de ser economista, se [le] escapa
cada uno de los gastos que [han] tenido que sobrellevar en la
búsqueda del esclarecimiento de las causas de la muerte de [su hija]
y en la búsqueda de justicia. Realmente la afectación ha sido tanta
que uno pierde la visión economista; sin embargo, para la vida
humana de [su] hija no hay un simil. Por eso uno de nuestros
anhelos es crear una fundación que beneficie a personas con menos
recursos económicos en su búsqueda de justicia.

50. Por lo expuesto, la Corte considera que la falta de respuesta judicial para
esclarecer la muerte de Laura Albán afectó la integridad personal de sus padres,
Carmen Cornejo de Albán y de Bismarck Albán Sánchez, lo que hace responsable al
Estado por la violación del derecho consagrado en el artículo 5.1 de la Convención,
en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio de las referidas personas.

c) Artículo 13 (Libertad de Pensamiento y de Expresión)

51. La Comisión no presentó alegatos respecto a la violación de este derecho.


Los alegatos de los representantes se refieren a hechos relacionados con el derecho
de los familiares a conocer la verdad de lo sucedido respecto a la muerte de Laura
Albán y el derecho de los padres de ésta de conocer la información contenida en el
expediente médico.

52. En consideración de los hechos alegados por los representantes, esta Corte
observa que el derecho a conocer el expediente médico se encuentra subsumido en
el derecho de la víctima o sus familiares a obtener del Estado el esclarecimiento de
los hechos violatorios y la definición de las responsabilidades correspondientes. Por
ello, la Corte recoge las consideraciones sobre este punto en el examen acerca de
las alegadas violaciones correspondientes a los artículos 8 y 25 de la Convención.

d) Artículo 17 (Protección de la Familia)


53. La Comisión no presentó alegatos respecto a la violación de este derecho.

54. Los representantes alegaron que el Estado violó el artículo 17 de la


Convención, pero se limitaron a enunciar dicha violación sin proveer a este Tribunal
elementos suficientes de prueba para sustentar sus dichos. El Estado rechazó los
argumentos de los representantes en los términos planteados en el párrafo 40.d de
la presente Sentencia.

55. Este Tribunal considera que los hechos alegados en el presente caso no
pueden ser considerados bajo el artículo 17 de la Convención, dado que la
afectación de la vida familiar de la familia Albán Cornejo, como fue alegada por los
representantes, se relaciona con las acciones emprendidas por los familiares de
Laura Albán en la búsqueda de justicia para esclarecer la muerte de la señorita
Albán Cornejo, lo cual se examinó en el artículo 5 de la Convención (supra párrs. 47
a 50) y se examinará en el capítulo VII sobre los artículos 8.1 y 25.1 de la
Convención. En consecuencia, la Corte no se pronunciará sobre este punto.

VII

ARTÍCULOS 8.1 (GARANTÍAS JUDICIALES)455 Y

455
El artículo 8.1 (Garantías Judiciales) de la Convención establece que:
[t]oda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
25.1 (PROTECCIÓN JUDICIAL)456 EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 1.1

(OBLIGACIÓN DE RESPETAR LOS DERECHOS)457 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA

56. La Comisión y los representantes centraron sus alegatos en que: a) los


familiares de Laura Albán hicieron diversas solicitudes al Hospital Metropolitano
para obtener su expediente médico, que sólo fue puesto a su disposición por ese
hospital cuando recurrieron a la jurisdicción civil. Al recibir el expediente médico, el
juez civil no puso en conocimiento de un juez penal la notitia criminis de la muerte
de Laura Albán458. Tampoco notificó a las víctimas la disposición del expediente
médico, a pesar de que esos documentos eran fundamentales para conocer la
situación y circunstancias de la muerte de Laura Albán y “determinar la existencia
de responsabilidades penales, civiles u otras”; b) los familiares de la señorita Albán
Cornejo acudieron al Tribunal de Honor presentando una denuncia por negligencia
en el cumplimiento de la práctica médica del doctor Ramiro Montenegro López y de
“todas las personas, médicos, enfermeras y paramédicos” que participaron en el
hecho, quienes debían ser identificados por el mencionado médico. Alegaron que
dicho Tribunal de Honor mostró desinterés total en esclarecer los hechos y las
respectivas responsabilidades, y que tardó más de un año en emitir su fallo, no
obstante que el plazo dispuesto para ello en el artículo 24 de la Ley de Federación
Médica Ecuatoriana era de sesenta días; c) el Estado no inició ninguna diligencia
tendiente a investigar la muerte de Laura Albán a partir de que se intentó presentar
la denuncia el 3 de agosto de 1995. Ante la negativa del entonces Ministro Fiscal
General Fernando Casares de recibirla, los padres de la señorita Albán Cornejo
esperaron más de un año para presentar nuevamente la denuncia ante el nuevo
Ministro Fiscal General de la Nación, Guillermo Castro Dager; d) la Sexta Sala de la
Corte Superior de Justicia de Quito (en adelante “Sexta Sala”), mediante auto
emitido el 13 de diciembre de 1999 cambió la calificación del delito imputado al
doctor Montenegro López, al considerar que el precepto aplicable era el artículo
459459 y no

por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por
la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter.

456
El artículo 25.1 (Protección Judicial) de la Convención señala que:

[t]oda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo
ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.

457
El artículo 1.1 de la Convención dispone que:
[l]os Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades
reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su
jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,
opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social.

458
El artículo 292 del Código de Penal establece que “[t]odo funcionario o todo agente de Policía
que, habiendo tenido noticia de la perpetración de un delito, no lo pusiere, inmediatamente, en
conocimiento de un juez de instrucción, será reprimido con prisión de quince días a seis meses”.
459
El artículo 459 del Código Penal establece que “[e]s reo de homicidio inintencional el que ha
causado el mal por falta de previsión o de precaución, pero sin intención de atentar contra otro.” El
el 456460, como se había manifestado en la acusación. Como consecuencia del
cambio de calificación del delito la Sexta Sala declaró prescrita la acción penal para
ese imputado. Las víctimas impugnaron el auto de prescripción, mediante los
recursos de revocatoria y casación, que fueron desechados, lo que impidió la
sanción de los responsables; y e) la total ausencia de medidas por parte de las
autoridades estatales, tendientes a localizar y aprehender al acusado, doctor
Espinoza Cuesta, quien se encuentra prófugo, constituye un incumplimiento de las
obligaciones que el Ecuador ha asumido en su carácter de Estado Parte de la
Convención, relativas al deber de investigar. Esta conducta omisiva de las
autoridades estatales produjo la impunidad de los hechos violatorios.

57. En razón de lo anterior, la Comisión concluyó que el Estado tuvo una actitud
pasiva durante el proceso de investigación y trasladó a las presuntas víctimas la
carga de realizar diversas diligencias para preparar la acción penal e impulsar la
investigación para el esclarecimiento de los hechos. Agregó que el Estado no
garantizó a las presuntas víctimas el acceso a la justicia a través de un recurso
efectivo, conforme a los parámetros de la Convención, para investigar la muerte de
Laura Albán. Por último, señaló que el Estado no realizó un enjuiciamiento oportuno
de los autores del ilícito cometido.

58. Los representantes461 coincidieron con lo alegado por la Comisión e indicaron


que los procesos no fueron tramitados con las debidas garantías y en un plazo
razonable, debido a que las autoridades estatales no impulsaron el caso con la
diligencia adecuada para establecer la existencia de un delito. En consecuencia, el
Estado incumplió sus obligaciones de investigación, persecución, captura,
enjuiciamiento y, en su caso, condena de los responsables de la muerte de la
señorita Albán Cornejo. Agregaron que el Estado desconoció por completo las
pruebas presentadas, dejando en total desprotección judicial a las víctimas, lo que
hizo posible la impunidad de los responsables de la muerte de la señorita Albán
Cornejo.

59. El Estado señaló que en ningún momento ha obstruido el acceso a la justicia


de los padres de Laura Albán, quienes fueron oídos por los órganos competentes y
tuvieron la oportunidad de plantear diversos recursos judiciales. Manifestó que no
se le puede atribuir responsabilidad internacional por la falta del inicio de un
proceso para investigar un hecho delictuoso que no conocía, ni calificar de
irrazonable la demora de un proceso que duró menos de cinco años. Agregó que el
juez civil fue diligente al ordenar la exhibición del expediente médico de la señorita
Albán Cornejo por parte del Hospital Metropolitano. En cuanto al auto de 13 de
diciembre de 1999, el Estado observó que si bien hubo sobreseimiento, la Sexta
Sala en ejercicio de su

artículo 460 del Código Penal establece que “[e]l que inintencionalmente hubiere causado la muerte de
otra persona, si el acto no estuviere más severamente reprimido, será penado con prisión de tres meses
a dos años y multa de cincuenta a doscientos sucres”.

460
El artículo 456 del Código Penal establece que “[s]i las sustancias administradas
voluntariamente, que pueden alterar gravemente la salud, han sido dadas sin intención de causar la
muerte, pero la han producido, se reprimirá al culpado con reclusión menor de tres a seis años.”

461
Los representantes se refirieron en el escrito de solicitudes y argumentos a los artículos 8 y 25
de la Convención Americana separadamente. Sin embargo, en la audiencia pública y en los alegatos
410
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finales invocaron en conjunto los artículos en cuestión.

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rol fiscalizador del fallo del inferior declaró prescrita la acción por homicidio
“inintencional” en contra del doctor Ramiro Montenegro López, médico tratante, por
extemporaneidad de la presentación de la acusación, y abrió la etapa de
llamamiento a juicio respecto al doctor Espinoza Cuesta, médico residente.

60. Esta Corte ha reconocido en casos anteriores que un principio básico de la


responsabilidad internacional del Estado, indica que todo Estado es
internacionalmente responsable por actos u omisiones de cualesquiera de sus
poderes u órganos que vulneren derechos internacionalmente consagrados, según
el artículo 1.1 de la Convención Americana 462. Además, los artículos 8 y 25 de la
Convención concretan, con referencia a las actuaciones y omisiones de los órganos
judiciales internos, los alcances del mencionado principio de generación de
responsabilidad por los actos de cualquiera de los órganos del Estado463.

61. Los Estados tienen la obligación general de garantizar el libre y pleno


ejercicio de los derechos reconocidos por la Convención a toda persona que se
encuentre bajo su jurisdicción. Conforme a lo señalado por la Convención
Americana, una de las medidas positivas que los Estados Partes deben suministrar
para salvaguardar la obligación de garantía es proporcionar recursos judiciales
efectivos de acuerdo con las reglas del debido proceso legal, así como procurar el
restablecimiento del derecho conculcado, si es posible, y la reparación de los daños
producidos464.

62. El deber de investigar debe cumplirse con seriedad y no como una simple
formalidad condenada de antemano a ser infructuosa y debe tener un sentido y ser
asumida por los Estados como un deber jurídico propio y no como una simple
gestión de intereses particulares, que dependa de la iniciativa procesal de la víctima
o de sus familiares o de la aportación privada de elementos probatorios, sin que la
autoridad pública busque efectivamente la verdad” 465. La debida diligencia exige
que el órgano que investiga lleve a cabo todas aquellas actuaciones y
averiguaciones

462
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 14, párrs. 164, 169 y 170; Caso Masacre de la
Rochela, supra nota 9, párr. 67 y 68; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 103; y Caso
Cantoral Huamaní y García Santa Cruz, supra nota 13, párr. 79.

463
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia
de 19 de noviembre de 1999. Serie C No. 63, párr. 220; Caso Ximenes Lopes, supra nota 19, párr. 173;
Caso Baldeón García Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de abril de 2006. Serie C
No. 147, párr. 141; y Caso López Álvarez Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1
de febrero de 2006. Serie C No. 141, párr. 28.

464
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Excepciones Preliminares. Sentencia de 26 de
junio de 1987. Serie C No. 1, párr. 91; Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2006. Serie C No. 160, párr. 381; Caso
Masacre de la Rochela, supra nota 9, párr. 145; y Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 114.

465
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 14, párr. 177; Caso del Penal Miguel Castro Castro,

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supra nota 39, párr. 255; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 120; y Caso Cantoral
Huamani y García Santa Cruz, supra nota 13, párr. 131.

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necesarias para procurar el resultado que se persigue. De otro modo, la
investigación no es efectiva en los términos de la Convención466.

63. En consideración de lo anterior, la Corte analizará: A) los trámites realizados


antes del proceso penal y B) las diligencias practicadas ante la jurisdicción penal, a
la luz de los estándares establecidos en la Convención Americana.

* *

64. En el presente caso está demostrado que el 13 de diciembre de 1987 Laura


Albán ingresó al Hospital Metropolitano, institución de salud de carácter privado
situada en Quito, Ecuador467. Ese mismo día quedó internada por orden del médico
tratante, doctor Ramiro Montenegro López, debido al cuadro clínico de meningitis
bacteriana que éste diagnosticó, luego de los exámenes clínicos que fueron
practicados a la paciente468. El 17 de diciembre, en horas de la noche, Laura Albán
manifestó que sufría mucho dolor469. Debido a que el doctor Montenegro López no
se encontraba en el hospital en ese momento, el médico residente, doctor Fabián
Espinoza Cuesta, atendió a la señorita Albán Cornejo y le prescribió una inyección
de 10 miligramos de morfina para aliviar el dolor 470. Laura Albán murió a la 1:30
a.m. del 18 de diciembre de 1987 471. En su expediente médico472 consta que la
causa de la muerte fue “paro cardiorespiratorio, hipertensión intracraneal,
meningitis purulenta aguda fulminante”473.

466
Cfr. Caso de las Hermanas Serrano Cruz Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 1 de marzo de 2005. Serie C No. 120, párr. 83; y Caso Gómez Palomino Vs. Perú. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No. 136, párr. 80.

467
Cfr. formulario de admisión de pacientes del Hospital Metropolitano de 13 de diciembre de 1987
(expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo I, f. 790).

468
Cfr. hoja de admisión a piso del Hospital Metropolitano de 13 de diciembre de 1987 (expediente
de anexos de la demanda, anexo 1, fs. 11 y 12).

469
Cfr. formulario de hoja clínica de 13 de diciembre de 1987 (expediente de anexos a la demanda,
anexo 1, f. 8).

470
Cfr. acta de declaración del doctor Ramiro Montenegro López rendida ante el Juzgado Quinto de
lo Penal el 4 de enero de 1987 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo I, f.
836); y expediente médico de Laura Albán (expediente de anexos a la demanda, anexo 1, f. 21).

471
Cfr. certificación Simple Gratuita para la Inhumación y Sepultura de Laura Albán, Dirección
General de Registro Civil de 18 de diciembre de 1987 (expediente de anexos a la demanda, anexo 5, f.
53).

472
Los términos expediente clínico, expediente médico e historia clínica usualmente se emplean
indistintamente. Para efectos de la presente Sentencia la Corte utilizará el término “expediente médico”.
El expediente médico comprende el conjunto de los documentos relativos a los procesos asistenciales de
cada paciente, con la identificación de los médicos y de los demás profesionales que han intervenido en
ellos, con el objeto de obtener la máxima integración posible de la documentación clínica de cada
paciente, datos clínicos, quirúrgicos, exámenes de laboratorio, radiografías que se le realicen al paciente,
al menos, en el ámbito de cada centro.

473
Cfr. expediente médico (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo I, f.
802; y expediente anexos a la demanda, anexo 5, f. 53).
A) Trámites realizados antes del proceso penal

1) Exhibición y reconocimiento de documentos: expediente médico

65. Los padres de Laura Albán, indicaron que “[…] unos seis [o] siete meses
después de la muerte de [su] hija […]” trataron de obtener en el Hospital
Metropolitano, copia del expediente médico en varias oportunidades. El Hospital
Metropolitano negó la entrega del expediente médico de Laura Albán 474. Por ello, la
madre de ésta acudió ante el Presidente de la Sección Nacional del Ecuador de la
Sociedad Internacional para los Derechos Humanos, Julio Prado Vallejo, quien el 28
de junio de 1990 solicitó el expediente médico al Director del referido Hospital 475. El
6 de agosto de 1990 el Hospital Metropolitano, en respuesta a esa solicitud, informó
que “por el carácter […] reservado que tienen las [h]istorias [c]línicas, [era
necesaria] la orden de un Juez para [remitir] una copia de la que corresponde a la
Srta. Laura Albán Cornejo”476. El 6 de noviembre de 1990 la señora Cornejo de
Albán acudió ante el Juzgado de lo Civil de Quito para solicitar la exhibición, por
parte del Hospital Metropolitano, del expediente médico “con los resultados de
exámenes de laboratorio, tomografías, registros de monitoreo, etc., relativos a [su
hija], debiendo además conferírse[le] copias debidamente legalizadas de los
mismos”477. Ese mismo día el Juzgado Octavo de lo Civil ordenó que se exhibiera el
expediente médico de Laura Albán 478. El 16 de noviembre de 1990 fueron exhibidos
los documentos conforme a la orden de ese Juzgado479.

474
Cfr. declaración de Carmen Cornejo de Albán rendida ante la Corte en la audiencia pública
celebrada el 16 de mayo de 2007 en la ciudad de Guatemala, Guatemala; y declaración de Bismarck
Albán Sánchez rendida ante fedatario público el 16 de abril de 2007 (expediente de fondo, reparaciones
y costas, Tomo II, fs. 276 a 283).

475
Cfr. escrito de Carmen Cornejo de Albán dirigido a Julio Prado Vallejo, Presidente de la Sección
Nacional del Ecuador de la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos, de 26 de diciembre de
1989 (expediente de anexos a la demanda, anexo 6, f. 55); y escrito de Julio Prado Vallejo, Presidente
de la Sección Nacional del Ecuador de la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos al doctor
Patricio Jaramillo, Director del Hospital Metropolitano de 28 de junio de 1990 (expediente de anexos a la
demanda, anexo 7, f. 61).
476
Cfr. escrito del Director del Hospital Metropolitano, doctor Patricio Jaramillo y del Gerente
General, Ing. Gonzalo Cordovez dirigido a Julio Prado Vallejo Presidente de la Sección Nacional del
Ecuador de la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos de 6 de agosto de 1990 (expediente
de anexos a la demanda, anexo 8, f. 63).

477
Cfr. solicitud de Carmen Cornejo de Albán presentada ante el Juzgado Octavo de lo Civil de 6 de
noviembre de 1990 (expediente de anexos a la demanda, anexo 17, fs. 83 y 84).

478
Cfr. resolución del Juzgado Octavo de lo Civil de 6 de noviembre de 1990 (expediente de anexos
a la demanda, anexo 17, f. 84). El Código de Procedimiento Civil en su artículo 3 dispone que: la
“[j]urisdicción preventiva es la que, dentro de la distribución de aquélla, radica la competencia por la
anticipación en el conocimiento de la causa”. El mismo Código en el artículo 68 establece que “[t]odo
juiciio principia por la demanda; pero podrán preceder a ésta los siguientes actos preparatorios […] 3º.-
Exhibición y reconocimiento de documentos”. Asimismo, el artículo 69 del Código de referencia dispone
que “[p]uede pedirse como diligencia preparatoria o dentro de término probatorio la exhibición de libros,
títulos, escrituras, vales, cuentas y, en general, de documentos de cualquier clase que fueren, siempre
que se concreten y determinen, haciendo constar la relación que tengan con la cuestión que se ventila o
que ha de ser materia de la acción de que se trate”.

479
Cfr. acta de exhibición de documentos ante el Juzgado Octavo de lo Civil de 6 de noviembre de
1990 (expediente de anexos a la demanda, anexo 19, f. 88).
66. En diciembre de 1990 Carmen Cornejo de Albán y Bismarck Albán Sánchez
solicitaron informalmente a varios médicos el análisis del expediente médico de su
hija. Los médicos determinaron que la causa de la muerte de Laura Albán “[…]
había sido la administración de morfina […]”480.

67. El Tribunal entiende que el expediente médico contiene información


personal, cuyo manejo es en general de carácter reservado. La custodia del
expediente médico se encuentra regulada en la normativa interna de cada Estado,
que generalmente la encomienda al médico tratante o a los centros de salud
públicos o privados en los que se atiende el paciente 481. Esto no impide que en caso
de fallecimiento del paciente e incluso en otros casos, conforme a la regulación
respectiva se proporcione el expediente a los familiares directos o a terceros
responsables que demuestren un interés legitimo482.

68. En términos generales, es evidente la relevancia del expediente médico,


adecuadamente integrado, como instrumento guía para el tratamiento médico y
fuente razonable de conocimiento acerca de la situación del enfermo, las medidas
adoptadas para controlarla y, en su caso, las consecuentes responsabilidades. La
falta de expediente o la deficiente integración de éste, así como la ausencia de
normas que regulen esta materia al amparo de normas éticas y reglas de buena
práctica, constituyen omisiones que deben ser analizadas y valoradas, en atención
a sus consecuencias, para establecer la posible existencia de responsabilidades de
diversa naturaleza.

480
Cfr. análisis médico del expediente médico de Laura Albán (anexos al escrito de solicitudes y
argumentos, fs. 761 y 762); y criterio médico neurológico (anexos a la demanda, expediente del caso
ante la Comisión Interamericana, apéndice 3, f. 616); declaración de Carmen Cornejo de Albán, supra
nota 49; y declaración de Bismarck Albán Sánchez, supra nota 49. Se hace notar que en el análisis
médico del expediente médico de Laura Albán, aportado como prueba, no aparece fecha ni el nombre del
médico que lo realizó. Al respecto, la Comisión y los representantes señalaron que a los médicos que se
les consultó, indicaron que no podían hacerlo debido a que las leyes médicas exigen que los médicos se
abstengan de dañar la reputación de sus colegas.

481
Sobre la custodia del expediente médico, véase: artículo 10 de la Ley del Ejercicio Profesional
Médico de Bolivia; artículo 30 del Código de Ética de Chile; artículo 49 del Código Deontológico de
Guatemala; artículo 32 del Derechos y Deberes de las Personas Usuarias de los Servicios de Salud
Públicos y Privados de Costa Rica; artículo 170 del Código de Deontología Médica de Venezuela; artículo
16.2 del Código de Ética Médica de Uruguay; artículo 19 de la Ley No. 41/2002 de 14 de noviembre de
2002, Básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de
información y documentación clínica de España; y artículo 5.3 de la Norma NOM-168-SSA1-1998 sobre
el Expediente Clínico de los Estados Unidos Mexicanos.

482
Cfr. Ley No. 41/2002 de 14 de noviembre de 2002, básica reguladora de la autonomía del
paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica de España,
artículo 18.4. Normas sobre ética médica: Ley No. 23 de 1981 de Colombia, artículo 34; Código de Ética
de Chile, artículo 30; Ley General de Salud de Perú, artículo 25; y Código de Ética de Argentina, artículo
72.
69. En cuanto al alegato de la Comisión y los representantes de que el Juzgado
Octavo de lo Civil no notificó a las víctimas que ya había recibido el expediente
médico, esta Corte observa que en el proceso no consta prueba alguna que permita
determinar si el juez civil notificó su recepción. Sin perjuicio de lo anterior, si consta
que el Juzgado Octavo de lo Civil ordenó la presentación del expediente original por
parte del Hospital Metropolitano en el Juzgado. Dicha orden fue emitida el 6 de
noviembre de 1990, el mismo día en que se formuló la solicitud correspondiente
(supra párr. 65). La referida exhibición se efectúo diez días después (supra párr.
65). Todo ello demuestra que el juez actúo con diligencia y los padres de Laura
Albán accedieron al expediente médico oportunamente.

70. Por otra parte, el trámite de exhibición y reconocimiento documental no


constituyó una acción que permitiera al operador de justicia en el presente caso al
Juez Octavo, analizar el contenido de la documentación que se exhibe, y por
consiguiente, apreciar sus características y tener conocimiento de la probable
existencia de un hecho ilícito.

71. Con base en las anteriores consideraciones, y teniendo en cuenta que


respecto al trámite de exhibición y reconocimiento de documentos la conducta
asumida por el Estado fue efectiva, la Corte concluye que el Estado no vulneró los
derechos consagrados en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana, en
perjuicio de Carmen Cornejo de Albán y Bismarck Cornejo Sánchez, respecto a los
hechos relacionados con ese trámite.

2) Trámite ante el Tribunal de Honor del Colegio Médico de Pichincha

72. El 25 de noviembre de 1993 la señora Cornejo de Albán presentó una


denuncia ante el Tribunal de Honor en contra del doctor Montenegro López y “[…]
todas las personas, médicos, enfermeras y paramédicos, cuyos nombres, apellidos
y domicilios por el momento descono[cía] y que deber[ían] ser determinados por el
denunciado Dr[.] Ramiro Montenegro [López] conforme dichas personas
participaron en […] la muerte de [su] hija Laura […] Albán […]”, por negligencia en
el cumplimiento de la práctica profesional483. Al momento de la presentación de la
denuncia, Carmen Cornejo de Albán no conocía el nombre completo del doctor
Espinoza Cuesta, ya que en el expediente médico sólo aparecía su primer apellido.

73. El Tribunal de Honor emitió su decisión el 4 de enero de 1995. En ésta


consideró, inter alia, que:

las causas de la muerte [de Laura Albán] son, presumiblemente, las


complicaciones de la enfermedad; […] [q]ue sin embargo es difícil

483
Cfr. denuncia presentada por Carmen Cornejo de Albán, dirigida al Presidente del Colegio de
Médicos de Pichincha el 25 de noviembre de 1993 (expediente de trámite interno, proceso penal No.
010- 97-AP, Tomo VI, fs. 1435 a 1439).
separar la clara toxicidad de la enfermedad de la que pudo tener la
aplicación de una inyección intramuscular de diez (10) miligramos
de morfina, ordenada por el Residente, […] [y resolvió que] no
exist[ía] fundamento para determinar negligencia en el
cumplimiento de la práctica profesional en la conducta médica del
doctor Montenegro López con la paciente Laura […] Albán […], y en
consecuencia se abstiene de aplicar sanción alguna en contra del
denunciado. En relación al doctor N. Espinoza, por cuanto dentro
del expediente no se ha llegado a establecer su identidad, y
tampoco se encuentra responsabilidad de ninguna naturaleza, este
Tribunal de Honor igualmente se abstiene de aplicar sanción
alguna484.

74. Las competencias ejercidas por el Tribunal de Honor, conforme a las


atribuciones asignadas por la legislación interna, no son condicionantes o
sustitutivas de las decisiones que pueda adoptar un órgano administrativo o judicial
del Estado, ni relevan a éste de la responsabilidad en que pudiera incurrir.

75. Ahora bien, esta Corte destaca la importancia de la labor que realiza ese
organismo al investigar, y eventualmente sancionar disciplinariamente la conducta
profesional de los médicos, entre otras, cuando se alega negligencia en el
cumplimiento de la práctica profesional. Dichos procedimientos deben desarrollarse
de conformidad con los artículos 22 y 24 de la Ley de la Federación Médica
Ecuatoriana.

76. La Corte considera oportuno expresar algunas consideraciones respecto a la


labor que realizan los organismos de supervisión profesional médica, tomando en
cuenta para ello, en forma destacada, la trascendencia social de las tareas
asumidas por lo colegios profesionales y sus órganos disciplinarios, la expectativa
social que esto genera y el amplio, creciente y deseable examen del ejercicio de los
profesionales de la salud desde la perspectiva de la bioética, que se halla en un
ámbito de confluencia entre los deberes morales y los deberes jurídicos485.

77. Dentro de las funciones de los tribunales de colegios profesionales de la


medicina, están las relativas al deber de supervisar y velar por el ejercicio ético de
la profesión y proteger aquellos bienes jurídicos que se relacionan con la práctica
médica, tales como la vida, la integridad personal y el manejo de la información
médico científica sobre la salud de los pacientes.

484
Dicha decisión además señaló que en “relación al doctor N. Andrade por cuanto dentro del
expediente no se ha llegado a establecer su identidad, y tampoco se encuentra responsabilidad de
ninguna naturaleza, este Tribunal, igualmente se abstiene de aplicar sanción alguna. En relación a la
enfermera Myriam Barahona, este Tribunal declara que no es competente para su juzgamiento y sanción
[…]”. Cfr. decisión del Tribunal de Honor de 4 de enero de 1995 (expediente trámite interno, proceso
penal interno No. 010-97-AP, Tomo VII, fs. 1530 a 1533).

485
Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, artículos 13 y 14,
aprobado por la Conferencia General de la UNESCO el 11 de noviembre de 1997; Declaración
Internacional sobre los Datos Genéticos Humanos, artículos 6.b, 20 y 25, aprobado por la Conferencia
General de la UNESCO el 16 de octubre de 2003; y Declaración Universal sobre Bioética y Derechos
Humanos, artículo 19, aprobado por la Conferencia General de la UNESCO el 19 de octubre de 2005.
78. En razón de ello, es fundamental que los órganos de supervisión profesional,
al conocer y ejercer control sobre el ejercicio profesional de los médicos y
sancionarlos disciplinariamente, lo hagan de forma imparcial, objetiva y diligente
para amparar los bienes y valores a los que sirve el desempeño profesional,
guiándose por los lineamientos generalmente aceptados de la ética, la bioética, la
ciencia y la técnica. No es posible desconocer que las conclusiones a las que llegan
los órganos profesionales pueden influir de manera significativa en el examen que
hagan, a su vez, las instancias del Estado, aun cuando éstas no se hallan
formalmente limitadas, condicionadas o vinculadas por aquéllos.

B) Diligencias practicadas ante la jurisdicción penal

1) Denuncias penales presentadas en los años 1995 y 1996 ante el


Ministerio Fiscal

79. El 3 de agosto de 1995 Carmen Cornejo de Albán acudió ante el entonces


Ministro Fiscal General de la Nación, Fernando Casares, para presentar una
denuncia por la muerte de su hija, Laura Albán, ocurrida el 18 de diciembre de
1987. La denuncia no fue recibida por el referido funcionario486.

80. El 1 de noviembre de 1996 la señora Cornejo de Albán solicitó a la Fiscalía


General que asumiera la acusación por la muerte de Laura Albán e indicó que ya
“[habían] pasado casi nueve años [y le habían] […] informado que estos casos
prescriben en diez”487, por lo que solicitó que el caso fuera tramitado con celeridad.
Con posterioridad a dicha solicitud, el 25 de noviembre de 1996 la madre de la
señorita Albán Cornejo presentó “una acusación formal en contra del Hospital
Metropolitano de Quito y de los Médicos Ramiro Montenegro López y […]
Espinoza488, quienes causaron la muerte de [su] hija Laura […] Albán […] al
administrarle una droga CONTRAINDICADA”489 (mayúsculas en el original).

486
Cfr. escrito de Carmen Cornejo de Albán dirigido a Fernando Casares, Ministro Fiscal General,
de 3 de agosto de 1995 (expediente de anexos a la demanda, anexo 24, f. 99); y declaración de Carmen
Cornejo de Albán, supra nota 49; y declaración de Bismarck Albán Sánchez, supra nota 49.

487
Cfr. escrito de Carmen Cornejo de Albán dirigido a Guillermo Castro Dager, Ministro Fiscal
General, de 1 de noviembre de 1996 (expediente de anexos a la demanda, anexo 25, f. 102).

488
Según manifestaron la Comisión y los representantes en dicha denuncia no se indicó el nombre
del doctor Espinoza Cuesta, porque los familiares de Laura Albán desconocían el nombre del referido
médico, pese a que en reiteradas ocasiones lo habían solicitado al Hospital Metropolitano y éste no se los
había facilitado. Cfr. comunicaciones de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos dirigidas al
Director del Hospital Metropolitano de 16 de diciembre de 1994, el 13 de enero de 1995 y el 18 de abril
de 1995 (expediente de anexos de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP-AP, Tomo II, fs. 978 a
981); declaración de Carmen Cornejo de Albán, supra nota 49; y declaración de Bismarck Albán
Sánchez, supra nota 49.

489
Cfr. escrito de acusación de Carmen Cornejo de Albán de 25 de noviembre de 1996 (expediente
de anexos de la demanda, anexo 26, fs. 104 a 105).
81. El 19 de diciembre de 1996 el Ministro Fiscal General puso en conocimiento
de la Ministra Fiscal de Pichincha, Napo y Sucumbios la denuncia presentada por la
señora Cornejo de Albán 490. El 30 de diciembre de 1996 la Ministra Fiscal de
Pichincha, Napo y Sucumbios solicitó al Fiscal Noveno de lo Penal que procediera a
presentar la excitativa fiscal correspondiente 491. El 10 de enero de 1997 el Juez
Quinto de lo Penal de Pichincha (en adelante “Juez Quinto”), dio inicio a la
investigación criminal y dictó auto cabeza de proceso con el “fin de establecer y
poder determinar a los autores, cómplices y encubridores del delito que se
pesquiza”492, refiriéndose a la muerte de la señorita Albán Cornejo. El 23 de enero
de 1997 los padres de Laura Albán presentaron una acusación particular 493 contra el
doctor “Ramiro Montenegro López […]; e igualmente [contra] todas las personas,
médicos, enfermeras y paramédicos, cuyos nombres, apellidos y domicilios por el
momento descono[cían] y que deber[ían] ser determinados por el acusado”, dentro
del proceso penal seguido en contra del doctor Montenegro López y otros ante el
Juez Quinto494. El 15 de mayo de 1997 el Juzgado Quinto de lo Penal solicitó al
Hospital Metropolitano el expediente médico de Laura Albán, los nombres del
personal que la atendió495 y “la carpeta que cont[uviera] los datos personales del
Dr. N. Espinoza”. El 26 de mayo de 1997, en respuesta a dicha solicitud, el Hospital
Metropolitano remitió al Juzgado Quinto de lo Penal copia certificada del expediente
médico e indicó que los nombres del personal médico que atendió a la Laura Albán
constaban en la historia clínica y que el único doctor de apellido Espinoza que
tenían en sus registros era el doctor “Fabián Espinoza”496.

82. El 16 de febrero de 1998, con el fin de que se investigara la participación del


doctor Fabián Espinoza Cuesta en la muerte de Laura Albán, el Fiscal Quinto de lo
Penal de Pichincha (en adelante “el Fiscal”) solicitó que se abriera el sumario
respecto al mencionado médico por estimar que “[…] quien receta la morfina a la
paciente Laura Albán […] es el Dr. [Fabián] Espinoza[,…]” por lo que argumentó
que “exist[ían]

490
Cfr. oficio del Ministro Fiscal General dirigido a la Ministra Fiscal de Pichincha de 19 de diciembre
de 1996 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo I, f. 783).

491
Cfr. oficio No. 379-96-MFP de la Ministra Fiscal de Pichincha al Agente Fiscal Noveno de lo Penal
de 30 de diciembre de 1996 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo I, f.
788).

492
Cfr. resolución del Juzgado Quinto de lo Penal de 10 de enero de 1996 (expediente de trámite
interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo I, f. 833).

493
De conformidad con el artículo 14 del Código de Procedimiento Penal, vigente al momento de
los hechos, se podía presentar una acusación particular.

494
Cfr. acusación particular de los padres de Laura Albán dirigido al Juez Quinto de lo Penal de 23
de enero de 1997 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo I, fs. 896 a 901).

495
Cfr. oficio del Juez Quinto dirigido al director del Hospital Metropolitano, de 15 de mayo de
1997, (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo IV, f. 1240); y oficio No.
1120-OIDP de la Oficina de Investigaciones del Delito de Pichincha, de la de la Policía Nacional del
Ecuador dirigido al Juez Quinto, de 28 de enero de 1997 (expediente de anexos a la demanda, anexo 30,
fs. 113 a 117).

496
Cfr. carta de Cecilia B. de Páez, Gerente General del Hospital Metropolitano dirigida al señor Jorge
W. German R., Juez Quinto de lo Penal de Pichincha (expediente de trámite interno, proceso penal No.
010-97-AP, Tomo VI, f. 1395).
fundamentos procesales y legales” para presumir su participación 497. El 3 de marzo
de 1998 el Juez Quinto, una vez obtenido el nombre completo del doctor Fabián
Espinoza Cuesta, “extendió” el sumario en su contra 498. El 20 de julio de 1998 el
Fiscal presentó dictamen acusatorio contra los médicos “Ramiro Montenegro López
y Fabián Ernesto Espinoza Cuesta[, acusándolos] de ser autores del delito tipificado
y reprimido por el artículo 456 del Código Penal” 499. El 21 de julio de 1998 el Juez
Quinto notificó a las partes dicho dictamen500. El 27 de julio de 1998 el doctor
Ramiro Montenegro López solicitó al Juzgado Quinto de lo Penal que dictara
sobreseimiento definitivo, por considerar que el delito que se le imputaba era el
establecido en el artículo 459 del Código Penal, que ya había prescrito y no podía
accionarse en su contra501. En consideración del escrito del doctor Montenegro
López, el 14 de agosto de 1998 Carmen Cornejo de Albán y Bismarck Albán
Sánchez solicitaron al Juez Quinto que se acusara al doctor Montenegro López del
delito establecido en el artículo 456 del Código Penal502 (supra nota 35).

83. El 14 de diciembre de 1998 el Juez Quinto dictó auto de sobreseimiento


provisional del proceso a favor de los doctores Montenegro López y Espinoza
Cuesta503. Como fundamento de dicha decisión indicó que “no exist[ía] prueba
evidente [de] que el deceso de [Laura Albán fuera] consecuencia de habérsele
inyectado morfina”, y agregó que “no aparece clara la culpabilidad [del doctor
Montenegro López] sindicado o cuando menos existe dudas sobre el particular”.
Finalmente, el Juez Quinto dispuso consultar a la Corte Superior de Justicia de
Quito y remitir para tal efecto el proceso a dicho despacho 504. El 16 de diciembre de
1998 el doctor Ramiro Montenegro López y los padres de Laura Albán apelaron el
auto de sobreseimiento provisional dictado. El doctor Montenegro López pretendía
que se

497
Cfr. escrito del Fiscal Quinto de lo Penal de Pichincha dirigido al Juez Quinto de lo Penal de 16
de febrero de 1998 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo VII, f. 1561).

498
Cfr. auto del Juzgado Quinto de lo Penal de 3 de marzo de 1998 (expediente de trámite interno,
proceso penal No. 010-97-AP-AP, Tomo VII, f. 1562). El artículo aplicable era el 129 del Código de
Procedimiento Penal que establecía que en “cuanto aparezcan en el proceso datos que hagan presumir la
responsabilidad penal de una persona, el Juez hará extensivo el sumario en su contra y ordenará que
rinda el testimonio indagatorio.”

499
Cfr. escrito del Fiscal Quinto de lo Penal de Pichincha de 20 de julio de 1998 (expediente de
anexos a la demanda, anexo 32, fs. 122 a 127); y auto del Juzgado Quinto de lo Penal de 21 de julio de
1998 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo XI, f. 2000).

500
Cfr. acta de notificación 21 de julio de 1998 (expediente de trámite interno, proceso penal No.
010-97-AP, Tomo XI, f. 2000).

501
Cfr. escrito del doctor Ramiro Montenegro López dirigido al Juez Quinto de lo Penal, de 27 de
julio de 1998 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo XI, fs. 2006 a 2011).

502
Cfr. escrito de los padres de Laura Albán dirigido al Juez Quinto de lo Penal de 14 de agosto de
1998 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP-AP, Tomo XI, f. 2012).

503
En el documento original aparece el nombre del Dr. Fernando Alarcón Egas. Sin embargo, la
Corte entiende que se refiere al doctor Fabián Espinoza Cuesta. Además, en el dictamen fiscal acusatorio
presentado por el Ministro Fiscal de Pichincha, el 15 de junio de 1999 a la Sexta Sala, literalmente indicó
que: “[…] considerando que al resolver la Sala debería revocar el auto del Inferior y dictar el
correspondiente auto declarando abierta la etapa del plenario en contra de los Drs. Ramiro Montenegro
López y Fabián Ernesto Espinoza Cuesta corrigiendo además el lapsus calami cometido por el Juez a quo
quien en el auto que impugnó confunde al perito Dr. Fernando Alarcón Egas con el sindicado Fabián
Espinoza Cuesta”. Cfr. dictamen fiscal de 15 de junio de 1999 (expediente de anexos a la demanda,
anexo 35, f. 154).
504
Cfr. auto de sobreseimiento provisional dictado por el Juzgado Quinto de lo Penal de 14 de
diciembre de 1998 (anexos a la demanda, anexo 34, fs. 136 a 147).
dictara auto de sobreseimiento definitivo a su favor, no sobreseimiento provisional.
Los padres de la señorita Albán Cornejo pretendían revertir el fallo en su totalidad
para que se declarara la apertura del plenario.505 El 23 de diciembre de 1998 el
Juez Quinto resolvió dar trámite al recurso de apelación y ordenó elevar los autos al
tribunal superior. El 15 de junio de 1999 el Ministro Fiscal de Pichincha acusó ante
la Sala Sexta a los doctores Montenegro López y Espinoza Cuesta “de ser los
autores del delito tipificado y reprimido en los [artículos] 456 y 457 del Código
Penal506.

84. El 13 de diciembre de 1999 la Sexta Sala de la Corte Superior de Justicia de


Quito, mediante la emisión de un auto en dicho proceso resolvió, inter alia, que:

[…] [d]el análisis de la recaudación procesal se destacan las


siguientes constancias, con respecto a la existencia material del
delito […] 2) [i]nformes: De los peritos médicos legistas […] 3) Los
datos constantes de la Hoja del Hospital Metropolitano sobre reporte
de incidentes[…]
6) Opinión neurológica del Dr. Iván Gustavo Reinoso Vaca […] 7)
Certificado del Dr. Marcelo E. Cruz.

[…] Tercero.- Del análisis del cúmulo probatorio revisado, y


especialmente sostenido en el literal a) del informe del Dr. Edgar P.
Samaniego Rojas; en el considerando precedente, se llega a concluir
que: 1) En efecto ha existido negligencia, cometiéndose por omisión,
un delito, al no consignar la evolución de la enfermedad en la historia
clínica durante tantas horas, lo que constituye una obligación del
personal médico, quienes tienen la posición de garantes, que es la
fuente de este deber […] que en casas de salud, se hace por parte de
los internos; precaución que nos parece elemental hasta advertir o
hasta la llegada del médico responsable, que es el Médico Tratante
[…] al igual que el Médico Tratante que debe exigir que así se lo
haga. (el subrayado es del original)

[…A]l no existir una legislación específica de la MALA PRACTICA


MEDICA, han adecuado su conducta al delito descrito en el Art. 459
del Código Penal y tipificado y penado en el Art. 460 Ibidem; delito
inintencional según nuestro Código, es decir esencialmente culposo.

[…] además en los documentos […] que contienen los criterios


científicos vertidos por los […] Neurólogos, doctores Marcelo e Iván

505
Cfr. escrito del defensor del doctor Ramiro Montenegro López dirigido al Juez Quinto de lo
Penal, de 16 de diciembre de 1996 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP-AP,
Tomo XI,
f. 2029); y escritos de los padres de Laura Albán presentados ante el Juez Quinto de lo Penal, los días
16 y 21 de diciembre de 1998 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP-AP, Tomo
XI, fs. 2030 y 2032).

420
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506
Cfr. auto del Juzgado Quinto de lo Penal de 23 de diciembre de 1998 (expediente de trámite
interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo XI, f. 2033); y dictamen fiscal de 15 de junio de 1999,
supra nota 78.

420
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Cruz Utreras […] “la morfina está completamente contraindicada en
los pacientes con síntomas con meningitis” […] y el Dr. Iván Cruz
sostiene [que] “[e]ste tipo de fármaco en pacientes con evidencia de
cuadro de hipertensión endocranial, así como meningitis está siempre
contraindicado cualquiera que sea su dosis”.

[…] [p]or todas estas consideraciones, los miembros de la Sala,


estimando parcialmente el criterio del señor Ministro Fiscal, revocan
el auto subido en grado de la siguiente forma[:] […] con respecto al
sindicado Dr. Ramiro Montenegro López, de quien si bien se puede
decir que existen presunciones de haber adecuado su conducta en su
calidad de autor, a la norma contenida en el artículo 459 del Código
Penal; que es un delito culposo –que además en el caso que se
revisa, claramente se origine en una omisión-, no es menos cierto
que es un delito que al encontrarse sancionado en el Art. 460 Ibídem
con PENA DE PRISION, la acción para perseguirlo, de conformidad
con lo dispuesto por el inciso 4º. Del Art. 101 del cuerpo Legal arriba
citado […] ha prescrito. La acción, en otras palabras, se ha puesto
extemporáneamente, ya que los hechos ocurren el 18 de diciembre
de 1987 […] y desde esta fecha hasta que se dicta el auto cabeza que
inicia el juicio, que es la del 10 de enero de 1997, han transcurrido
mas de cinco años provistos por la Ley, para iniciar una acción.

[…] esta Sala declara la Prescripción de la acción para perseguir el


delito del que se acusa al Doctor Ramiro Montenegro López. Con
respecto del sindicado Dr. Fabián Ernesto Espinoza Cuesta, por existir
presunciones de ser el autor del delito tipificado y sancionado en el
Art. 456 del Código Penal de conformidad con lo dispuesto por el Art.
253 del Código de Procedimiento Penal, se DECLARA ABIERTA LA
ETAPA DE PLENARIO, […] se procederá al embargo de sus bienes por
la cantidad de QUINIENTOS MILLONES DE SUCRES. Por encontrarse
prófugo el sindicado.

[S]e ordena la suspensión de la Etapa de Plenario hasta que el


encausado sea aprehendido o se presente voluntariamente 507. […]

85. En diciembre de 1999 los padres de Laura Albán solicitaron a la Sexta Sala
que se revocara el auto de 13 de diciembre de 1999 en la parte que se declaraba la
prescripción de la acción penal respecto del doctor Ramiro Montenegro López, y en
su lugar se dictara un auto de llamamiento a juicio508. El 16 de febrero de 2000509
la

507
Cfr. resolución de la Sexta Sala de 13 de diciembre de 1999 (expediente de trámite interno,
proceso penal No. 010-97-AP, Tomo XI, fs. 2036 a 2050).

508
Cfr. escrito de los padres de Laura Albán dirigido a los Ministros de la Sexta Sala, sin fecha
(expediente de anexos a la demanda, anexo 38, fs. 173 a 176).

509
Cfr. resolución de la Sexta Sala de 16 de febrero de 2000 (expediente de anexos a la demanda,
anexo 39, f. 178).
42
1
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Sexta Sala rechazó el anterior recurso indicando que el juez que dictó la sentencia
no puede revocarla ni alterar su sentido. El 17 de marzo de 2000 la Sexta Sala
negó un recurso de apelación presentado por el defensor del doctor Espinoza
Cuesta, indicando que la resolución que recurría ya había causado ejecutoria, por lo
que declaró que ese recurso había sido indebidamente interpuesto 510. El 24 de abril
de 2000 la Sexta Sala resolvió la improcedencia del recurso de casación del auto de
prescripción de 13 de diciembre de 1999, interpuesto por el señor Albán Sánchez y
la señora Cornejo de Albán, dado que sólo existe recurso de casación de la
sentencia, y que el recurso interpuesto tenía por objeto impugnar un auto de
prescripción511. El 8 de junio de 2000 la Sexta Sala, en relación con un recurso de
hecho interpuesto por el doctor Fabián Espinoza Cuesta, en el que alegó que le han
desechado los recursos intentados, resolvió negarlo por ser improcedente512.

86. El 17 de agosto de 2000 el Juez Quinto libró oficio al Registrador de la


Propiedad para que procediera a inscribir el embargo de los bienes propiedad del
doctor Espinoza Cuesta513. En esa misma fecha, el Juez Quinto emitió oficio al Jefe
de la Policía Judicial de Pichincha para que procediera a la localización y captura del
doctor Fabián Espinoza Cuesta514. El 4 de enero de 2001 el Juzgado Quinto de lo
Penal solicitó información al Director Nacional de Migración sobre el movimiento
migratorio del referido doctor515.

87. El 10 de noviembre de 2006 los padres de Laura Albán informaron al


Juzgado Quinto de lo Penal que estaban enterados de que el doctor Espinoza
Cuesta se encontraba fuera del Ecuador, información derivada de una búsqueda en
Internet516.

88. El 20 de noviembre de 2006 el Juzgado Quinto de lo Penal elevó al


Presidente de la Corte Suprema de Justicia los antecedentes del proceso penal
seguido contra el doctor Espinoza Cuesta para que se iniciara el proceso de
extradición517. El 30 de

510
Cfr. resolución de la Sexta Sala de 17 de marzo de 2000 (expediente de trámite interno,
proceso penal No. 010-97-AP, Tomo XI, f. 2051). En el proceso ante la Corte Interamericana no se
aportó prueba sobre la interposición del recurso de apelación.

511
Cfr. resolución de la Sexta Sala de 24 de abril del 2000 (expediente de trámite interno, proceso
penal No. 010-97-AP, Tomo XI, f. 2052).

512
Cfr. auto de la Sexta Sala de 8 de junio de 2000 (expediente de trámite interno, proceso penal
No. 010-97-AP, Tomo XI, f. 2053). En el proceso ante la Corte Interamericana no se aportó prueba
sobre la interposición del recurso de hecho.

513
Cfr. oficio del Juzgado Quinto de lo Penal dirigido al Registrador de la Propiedad de 17 de agosto
de 2000 por (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo XI, f. 2057).

514
Cfr. oficio del Juzgado Quinto de lo Penal dirigido al Jefe de la Policía Judicial de Pichincha de 17
de agosto de 2000 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo XI, f. 2058).

515
Cfr. comunicación del Juzgado Quinto de lo Penal dirigida al Director Nacional de Migración de 4
de enero de 2001 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo XI, f. 2068).

516
Cfr. escrito dirigido al Juzgado Quinto de lo Penal el 10 de noviembre de 2006 por los padres de
Laura Albán con una hoja de registro de la Dirección de Migración-Centro de Cómputo del doctor
Espinoza Cuesta de 23 de marzo de 2001 (expediente de trámite interno, proceso penal No. 010-97-AP,
Tomo XI, f. 2093).
enero de 2007 la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia se avocó al
conocimiento de la solicitud de extradición del doctor Fabián Espinoza Cuesta.
Señaló que para proceder al trámite se debía aportar constancia de que la acción no
se encontrara prescrita. En razón de ello, solicitó al Juez Quinto que se pronunciara
sobre este punto518.

89. El 31 de enero de 2007 el Juez Quinto se refirió en un oficio a lo solicitado


por el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, y manifestó lo siguiente en
cuanto a la situación jurídica del doctor Fabián Espinoza Cuesta: a) el auto cabeza
del proceso se dictó el 10 de enero de 1997; al 10 de enero de 2007 habían
transcurrido diez años desde aquella fecha; y el 13 de diciembre de 1999 la Sexta
Sala declaró abierto el plenario contra dicho médico como presunto autor del delito
tipificado y sancionado en el artículo 456 del Código Penal; b) esa infracción penal
se reprime con reclusión de tres a seis años. El artículo 101 del Código Penal
dispone que en los delitos sancionados con reclusión el ejercicio de la acción penal
es pública. Si no hay enjuiciamiento, la acción para perseguirlos prescribe en diez
años. En el caso de haber enjuiciamiento, la acción para continuar la causa
prescribirá en diez años, contados desde la fecha del auto cabeza del proceso; y c)
han transcurrido diez años desde la fecha en que se dictó el auto cabeza del
proceso (período comprendido entre el 10 de enero de 1997 y el 10 de enero de
2007). En vista de que el delito que se atribuyó al doctor Fabián Espinoza Cuesta se
sanciona con reclusión, se llega a la conclusión de que “ha transcurrido el tiempo
necesario, esto es diez años, para que opere la prescripción de la acción penal
incoada contra el referido ciudadano[. C]onsecuentemente, en la especie, la acción
penal se encuentra prescrita”519.

90. El 16 de octubre de 2007 el Juzgado Quinto de lo Penal se avocó al


conocimiento de la causa penal y dispuso que:

[d]e conformidad con lo que dispone el artículo 101 del Código


Penal520, toda acción prescribe en el tiempo y con las condiciones
que la ley establece. La invocada disposición penal sustantiva, en lo
que atañe a la especie, señala que, en los delitos de acción pública

517
Cfr. oficio del Juzgado Quinto de lo Penal de 20 de noviembre de 2006 (expediente de trámite
interno, proceso penal No. 010-97-AP, Tomo XI, folio 2095).

518
Cfr. auto de la Corte Suprema de Justicia de 30 de enero de 2007 (expediente de prueba para
mejor resolver, fs. 2111 y 2112).
519
Cfr. pronunciamiento del Juzgado Quinto de lo Penal dirigido al Presidente de la Corte Suprema
de Justicia de 31 de enero de 2007 (expediente de prueba para mejor resolver, fs. 2151 y 2152).
520
El artículo 101 del Código Penal establece que:
“[t]oda acción penal prescribe en el tiempo y con las condiciones que la ley señala:
En el ejercicio del derecho que la prescripción establece, se observarán las reglas
que siguen: Tanto en los delitos de acción pública como en los delitos de acción
privada se distinguirá ante todo si, cometido el delito, se ha iniciado o no
enjuiciamiento.
En los delitos de acción pública, de no haber enjuiciamiento, la acción para
perseguirlos prescribirá en diez años en tratándose de infracciones reprimidas con
reclusión, y en cinco años en tratándose de infracciones reprimidas con prisión. En
ambos casos el tiempo se contará a partir de la fecha en la que la infracción fue
perpetrada. En los mismos delitos de acción pública, de haber enjuiciamiento
iniciado antes de que aquellos plazos se cumplan, la acción para continuar la causa
prescribirá en los mismos plazos, contados desde la fecha del autocabeza de
proceso”.
[…]
de no haber enjuiciamiento penal, la acción prescribiría en diez
años, en tratándose de infracciones reprimidas con reclusión. El
tiempo se contará a partir de la fecha en que la infracción fue
perpetrada. En los mismos delitos de acción pública, de haber
enjuiciamiento iniciado antes de que aquéllos plazos se cumplan, la
acción para continuar la causa prescribirá en los mismos plazos,
contados desde la fecha del auto de cabeza de proceso. En el
presente caso, como queda señalado, procedentemente el auto
cabeza de proceso se dicta el diez de enero de 1997, con el
propósito de investigar la presunta muerte de quien en vida se
llamó [Laura] Susana Albán Cornejo, delito que se encuentra
reprimido con reclusión. El encausado Fabián Ernesto Espinoza
Cuesta ha justificado con los certificados conferidos por los
Juzgados y Tribunales Penales de Pichincha que no ha sido
enjuiciado ni sentenciado por otra causa penal, es decir, no se ha
interrumpido la prescripción de la acción penal. Por las
consideraciones expuestas precedentemente, se estima que en la
especie se cumplen los presupuestos legales que señalan los
artículos 101, 108 y 114 del Código Penal, en consecuencia en uso
de [las] facultades legales y en cumplimiento de [su] deber jurídico
declaro prescrita la acción penal de la[…] causa521.

91. El 25 de octubre de 2007 los padres de Laura Albán presentaron un recurso


de apelación contra la referida decisión ante el Juzgado Quinto de lo Penal,
apelación que fue admitida el 19 de octubre de 2007. El mencionado recurso está
siendo tramitado por la Corte Superior de Justicia de Quito y a la fecha de dictarse
la presente Sentencia aún no había sido resuelto522.

92. El Ministerio Público es el órgano competente para iniciar e impulsar de


oficio las investigaciones, con fundamento en la notitia criminis de los delitos de
acción pública523. Sin embargo, la víctima o sus familiares podían presentar una
acusación particular, sin suplir a los fiscales de su deber de iniciar la acción penal,
de acuerdo con la legislación vigente en esa época. Por otra parte, el artículo 428
del Código de Procedimiento Penal524 determinaba los hechos ilícitos respecto a los
cuales la

521
Cfr. auto del Juzgado Quinto de lo Penal de 16 de octubre de 2007 (expediente de fondo,
reparaciones y costas, Tomo III, fs. 496 y 497).

522
Cfr. recurso de apelación ante el Juzgado Quinto de lo Penal de 25 de octubre de 2007
(expediente de fondo, reparaciones y costas, Tomo III, fs. 522 a 524); y oficio del Juzgado Quinto de lo
Penal de 29 de octubre de 2007 (expediente de fondo, reparaciones y costas, Tomo III, f. 524).

523
Lo anterior se encontraba regulado en los artículos 14, 21 y 23 del Código de Procedimiento
Penal vigente al momento de los hechos. El artículo 14 señalaba que “[l]a acción penal es de carácter
público. En general, se la ejercerá de oficio, pudiendo admitirse la acusación particular; pero en los
casos señalados en el Art. 428 de este Código se la ejercerá únicamente mediante acusación particular.”
Asimismo, el artículo 21 establecía que “[e]l Ministerio Público excitará a los respectivos jueces para que
inicien los procesos penales por la comisión de delitos, fundamentando la excitación en la noticia que
hubiesen recibido.” Por último, el artículo 23 disponía que “[s]erá necesaria la intervención del Ministerio
Público en todos los procesos penales que, por la comisión de un delito, se iniciaren en los
correspondientes tribunales y juzgados, aún cuando en dichos procesos actúe un acusador particular,
siempre que tal infracción deba perseguirse de oficio.”
524
El artículo 428 del Código de Procedimiento Penal establecía que “[m]ediante acusación particular,
los jueces penales juzgarán únicamente los siguientes delitos:
a) [e]l estupro perpetrado en una mujer mayor de dieciséis años y menor de dieciocho;
investigación debía ser iniciada mediante acusación particular. Los delitos contra la
vida no figuraban en esta relación. En esta hipótesis, el Estado debía iniciar de
oficio, inmediatamente, las investigaciones correspondientes para esclarecer las
circunstancias de la muerte e identificar, procesar y, en su caso, sancionar a los
responsables.

93. Respecto a la muerte de Laura Albán, las autoridades judiciales consideraron


que había ocurrido como consecuencia de un “delito inintencional” 525. El Estado no
tuvo conocimiento en forma inmediata de esta defunción y de las circunstancias en
que ocurrió. Por ello, es fundamental establecer cuándo tuvo noticia el Estado sobre
los hechos, para iniciar e impulsar de oficio las investigaciones correspondientes.

94. El artículo 15 del Código de Procedimiento Penal ecuatoriano526 establecía


seis vías para que el Estado tuviera noticia de un hecho ilícito, una de ellas era la
denuncia. Está probado que la señora Cornejo de Albán acudió ante el entonces
Ministro Fiscal General de la Nación el 3 de agosto de 1995, es decir, siete años y
ocho meses después de la muerte de su hija, para presentar una denuncia por la
muerte de Laura Albán. La denuncia no fue recibida por ese funcionario (supra párr.
79).

95. En sus alegatos finales orales el Estado manifestó que “los abogados de los
padres de la señorita Albán [Cornejo] presenta[ron] una denuncia ante el Ministerio

b) [e]l rapto de una mujer mayor de dieciséis años y menor de dieciocho, que hubiese
consentido en su rapto y seguido voluntariamente al raptor;
c) [l]a injuria calumniosa y la no calumniosa grave;
d) [l]os daños causados en bosques, arboledas o huertos de propiedad particular,
mediante el corte, descortezamiento o destrucción de árboles; los causados en un río,
canal, arroyo, estanque, vivar o depósitos de agua, ya destruyendo los acueductos,
diques, puentes o represas de propiedad particular, ya echando sustancias propias
para destruir peces y otras especies ictiológicas; los causados con la muerte o heridas
y lesiones a caballos y otros animales domésticos y domesticados; los causados
mediante la destrucción de cercas o cerramientos de cualquier clase que fueren; la
supresión o cambio de linderos, y cegamiento de fosos; y
e) [t]odos los demás delitos de usurpación no contemplados en el numeral anterior.”

525
La Sexta Sala el 13 de diciembre de 1999 resolvió que “al no existir una legislación específica de la
MALA PRACTICA MEDICA, han adecuado su conducta al delito descrito en el Art. 459 del Código Penal y
tipificado y penado en el Art. 460 Ibidem; delito inintencional según [el] código, es decir esencialmente
culposo […]” (mayúsculas en el original).

526
El artículo 15 del Código de Procedimiento Penal establecía que “[l]a excepción de los casos
previstos en el [artículo] 428 de este Código, el ejercicio de la acción penal pública se inicia mediante
auto cabeza de proceso, que puede tener por antecedentes:

1.- [l]a pesquisa que, de oficio, efectúe el Juez o Tribunal competente;

2.- [l]a excitación fiscal;

3.- [l]a denuncia;

4.- [l]a acusación particular;

5.- [e]l parte policial informativo o la indagación policial;

y, 6.- [l]a orden superior de origen administrativo.”


Público, en agosto de 1995”; y en sus alegatos finales escritos indicó que “es
preciso destacar que los operadores de justicia penal son responsables a partir del
conocimiento de la noticia del delito, es decir[,] a partir de 1995 en que un Fiscal
General la tuvo”.

96. Puesto que el Estado tuvo conocimiento el 3 de agosto de 1995 acerca de la


muerte de Laura Albán, es a partir de esa fecha cuando debió iniciar e impulsar la
investigación y el esclarecimiento de los hechos. Sin embargo, no fue sino hasta
quince meses después que inició la investigación, tal como quedó probado (supra
párr. 81). Al respecto, este Tribunal considera que el hecho anteriormente descrito
denota que las autoridades estatales no asumieron con seriedad y con las debidas
garantías la denuncia presentada por los padres de Laura Albán.
Consecuentemente, el Tribunal considera que el Estado vulneró los artículos 8.1 y el
25.1 de la Convención Americana, al no iniciar oportunamente la investigación de la
muerte de Laura Albán.

2) Auto dictado por la Sexta Sala de la Corte Superior de Justicia de Quito

97. Como ya se señaló, mediante auto de 13 de diciembre de 1999 la Sexta Sala


resolvió sobreseer por prescripción de la acción penal el juicio contra el doctor
Ramiro Montenegro López y declarar abierta la etapa de plenario respecto al doctor
Fabián Espinoza Cuesta (supra párr. 84). A continuación, la Corte se referirá a la
investigación estatal realizada sobre cada uno de ellos.

98. El Código Penal sanciona con reclusión menor de tres a seis años a quien,
sin la intención de causar la muerte, suministrare voluntariamente sustancias que
pudieran alterar gravemente la salud o causar la muerte (artículo 456) (supra nota
35). Se presume la intención de causar la muerte si quien suministra tales
sustancias es médico, farmacéutico o químico, o posee conocimientos en dichas
profesiones, aunque no tuviere los títulos o diplomas para ejercerlas (artículo
457)527. Por otro lado, el artículo 459 establece un tipo de homicidio culposo, cuya
sanción está prevista en el artículo 460: prisión de tres meses a dos años y multa
de cincuenta a doscientos sucres (supra nota 34).

99. El artículo 101 del Código Penal dispone que en el supuesto de delitos
sancionados con reclusión la acción prescribe en diez años, y en el de los
sancionados con prisión, en cinco años (supra nota 95).

100. Es un hecho probado que el Ministro Fiscal de Pichincha acusó ante la Sexta
Sala a los doctores Montenegro López y Espinoza Cuesta “de ser los autores del
delito tipificado y reprimido en los [artículos] 456 y 457 del Código Penal,
considerando que

527
El artículo 457 del Código Penal dispone que “[e]n la infracción mencionada en el artículo
anterior, se presumirá la intención de dar la muerte si el que administró las sustancias nocivas es
médico, farmacéutico o químico; o si posee conocimientos en dichas profesiones, aunque no tenga los
títulos o diplomas para ejercerlas.”
al resolver la Sala deber[í]a revocar el auto del Inferior y dictar el correspondiente
auto declarando abierta la etapa de plenario en contra” de los referidos médicos528.

101. La Corte observa que en el artículo 351 del Código de Procedimiento Penal
aplicable al caso en cuestión disponía que los jueces que conocían de un auto
dictado por el inferior podían ordenar la apertura del plenario o dictar auto de
sobreseimiento529. En el presente caso, la Sexta Sala cambió la clasificación del
delito, apreciando en forma distinta los hechos, y expresó los fundamentos en los
que se apoyó para realizarla, conforme a las facultades del juzgador (supra párr.
84).

102. El perito Ernesto Albán Gómez manifestó que en el proceso penal vigente en
el Ecuador al momento de los hechos del presente caso, luego de cerrado el
sumario había una etapa intermedia en la que el juez decidía llamar a juicio o
sobreseer. Esa etapa concluía con la apertura del plenario o el sobreseimiento
(supra párr. 28.b).

103. Esta Corte considera que la Sexta Sala se atuvo a lo dispuesto en el Código
de Procedimiento Penal aplicable en la época de los hechos. Cambió la clasificación
del delito y puso fin al proceso en contra del doctor Montenegro López mediante un
auto de sobreseimiento definitivo por prescripción, que tenía efectos de cosa
juzgada530, conforme a las normas procesales vigentes.

104. Por lo anterior, la Corte considera que las alegaciones de la Comisión y los
representantes respecto al cambio de clasificación del delito y la falta de acceso a
un recurso adecuado no proceden en el presente caso en virtud de que no se ha
acreditado que la actuación del Estado fuese arbitraria o violatoria del debido
proceso, ni que impidiese el acceso a la justicia de los familiares de Laura Albán.

105. En lo que se refiere a la situación del doctor Fabián Espinoza Cuesta, quien
se encuentra prófugo, las autoridades estatales no realizaron las diligencias
tendientes a ubicar oportunamente su paradero y aprehenderlo. El Estado lo
reconoció así ante la Corte (supra párrs. 10, 16 y 17).

106. En consideración de los hechos descritos (supra párrs. 79 a 84) y del


reconocimiento parcial de responsabilidad del Estado (supra párrs. 10, 16 y 17),
este Tribunal observa que en el auto de la Sexta Sala de 13 de diciembre de
1999 se

528
Cfr. escrito del Fiscal Quinto de lo Penal de Pichincha, supra nota 78.

529
El artículo 351 del Código de Procedimiento Penal disponía que “[s]i al resolver la apelación el
Superior considera que no procede el sobreseimiento sino el auto de apertura del plenario, lo dictará de
acuerdo con lo dispuesto en el Art. 253. Si, en cambio, considera que el auto de apertura del plenario
que ha subido en apelación no es procedente, lo revocará y en su lugar dictará el auto de
sobreseimiento que corresponda”.
530
En ese sentido, el artículo 247 del Código de Procedimiento Penal establecía que “[e]l
sobreseimiento definitivo del proceso da fin al juicio y, en consecuencia, impide iniciar otro por el mismo
hecho.”
declaró abierta la etapa de plenario respecto del sindicado doctor Fabián Espinoza
Cuesta. De acuerdo con la legislación interna, las autoridades debían lograr su
comparecencia a juicio en razón de que se suspendía la etapa de plenario hasta que
el encausado fuera aprehendido o se presentara voluntariamente. El Estado se
hallaba obligado a realizar todas las diligencias necesarias y adecuadas para tratar
de localizarlo y detenerlo, inclusive a través del procedimiento de extradición.

107. Luego del referido auto de 13 de diciembre de 1999, tan sólo se evidencia
que el 17 de agosto de 2000 el Juez Quinto giró oficio al Jefe de la Policía Judicial
de Pichincha para que procediera a la localización y captura del doctor Fabián
Espinoza Cuesta; el 4 de enero de 2001 el Juez Quinto solicitó información al
Director Nacional de Migración sobre el movimiento migratorio del doctor Espinoza
Cuesta, y que el 20 de noviembre de 2006 remitió a la Presidencia de la Corte
Suprema de Justicia la solicitud de extradición (supra párr. 86). Ante una solicitud
de la Corte Suprema de Justicia, de 30 de enero de 2007, el Juez Quinto indicó que
la causa ya había prescrito en lo que respecta al doctor Espinoza Cuesta (supra
párrs. 88 y 89).

108. El propio Estado reconoció en el presente caso que las autoridades no


impulsaron de forma diligente y seria una investigación tendiente a ubicar al doctor
Espinoza Cuesta, y en su caso, obtener la extradición del imputado. Sin embargo, el
16 de octubre de 2007 el Juzgado Quinto de lo Penal declaró la prescripción de la
acción penal respecto al referido doctor, la cual fue impugnada el día 25 de octubre
de 2007, mediante un recurso de apelación que fue admitido y actualmente está
pendiente de decisión ante la Corte Superior de Justicia de Quito (supra párrs. 90 y
91).

* *

109. Por todo lo expuesto, este Tribunal concluye que el Estado es responsable de
la violación de los derechos consagrados en los artículos 8.1 y 25.1 de la
Convención Americana, en relación con los artículos 4, 5.1 y 1.1 de dicha
Convención, en perjuicio de Carmen Cornejo de Albán y de Bismarck Albán
Sánchez.

* *

110. Se informó recientemente a este Tribunal que el Juzgado Quinto de lo Penal


declaró el 16 de octubre de 2007 la prescripción de la acción penal respecto al
doctor Espinoza Cuesta, decisión que fue impugnada y actualmente está pendiente
de resolución por las autoridades competentes (supra párrs. 90 y 91). Dicha
decisión no está firme, es decir, no tiene autoridad de cosa juzgada. Sin embargo,
la Corte ha considerado pertinente analizar la figura de la prescripción a la luz de
los hechos
del presente caso, en que el propio Estado reconoció su responsabilidad
internacional por la falta de la debida diligencia al no iniciar oportunamente el
proceso de extradición de uno de los imputados, en relación con la investigación
sobre el esclarecimiento de la muerte de Laura Albán (supra párrs. 10, 16 y 17).

111. La prescripción en materia penal determina la extinción de la pretensión


punitiva por el transcurso del tiempo, y generalmente, limita el poder punitivo del
Estado para perseguir la conducta ilícita y sancionar a sus autores. Esta es una
garantía que debe ser observada debidamente por el juzgador para todo imputado
de un delito. Sin perjuicio de lo anterior, la prescripción de la acción penal es
inadmisible e inaplicable cuando se trata de muy graves violaciones a los derechos
humanos en los términos del Derecho Internacional. La jurisprudencia constante y
uniforme de la Corte así lo ha señalado531. En el presente caso no opera la
exclusión de prescripción, porque no se satisfacen los supuestos de
imprescriptibilidad reconocidos en instrumentos internacionales.

112. Por otra parte, el imputado no es responsable de velar por la celeridad de la


actuación de las autoridades en el desarrollo del proceso penal, ni por la falta de la
debida diligencia de las autoridades estatales. No se puede atribuir al imputado en
un proceso penal que soporte la carga del retardo en la administración de justicia,
lo cual traería como resultado el menoscabo de los derechos que le confiere la ley.

VIII

ARTICULO 2 (DEBER DE ADOPTAR DISPOSICIONES DE DERECHO INTERNO)532

531
Cfr. Caso Barrios Altos Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 14 de marzo de 2001. Serie C No. 75,
párr. 41; Caso Almonacid Arellano Vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C No. 154, párr. 110; y Caso de la Masacre de La
Rochela, supra nota 9, párr. 294.

532
El artículo 2 de la Convención establece que:

[s]i en el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el artículo 1 no estuviere ya


garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados partes se
comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones
de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para
hacer efectivos tales derechos y libertades.
DE LA CONVENCIÓN AMERICANA

113. Respecto al alegado incumplimiento del artículo 2 de la Convención, la


Comisión indicó que el Estado no ha adoptado las medidas internas adecuadas para
hacer efectivos los derechos consagrados en la Convención. Manifestó que hay
deficiencias en la legislación interna del Ecuador que imposibilitan la exigibilidad de
justicia en casos de mala práctica médica. Agregó que los derechos de las víctimas
han sido vulnerados debido a la ausencia de legislación sobre mala práctica médica,
aunada a la presencia de serios obstáculos para la consecución de una investigación
real y efectiva.

114. Los representantes indicaron que el Estado es responsable por no proteger


el derecho a la vida de los ciudadanos, al no haber emitido una legislación que
regule específica y eficazmente la mala praxis médica. Para lograr una adecuada
protección a los pacientes y sus derechos humanos, es indispensable que el Estado
se preocupe de establecer medidas de tratamiento y atención generales en todos
los centros de salud.

115. El Estado expresó que el presente caso constituye un “referente útil para
que en el futuro no se configuren actos de negligencia médica que queden impunes
por limitaciones legales en la regulación del tipo penal o por una interpretación
limitada de los jueces. Para lograrlo, el Estado emprenderá procesos de
incorporación y reforma de los tipos penales y capacitará a los jueces para que
apliquen el Derecho Penal”. En los alegatos finales escritos indicó que “reconoce la
inobservancia de su deber de adoptar disposiciones de derecho interno […] al no
incorporar un tipo penal más adecuado para sancionar a los médicos que incurren
en indebida práctica”. Por último, expresó su interés en preparar la aprobación del
proyecto de ley de indebida práctica médica y los proyectos de leyes reformatorias
de normas relacionadas con esta materia.

116. La Corte analizará enseguida ciertos aspectos relativos a la prestación del


servicio de salud y la regulación de la mala praxis médica.

1) Prestación de servicios en materia de salud y responsabilidad internacional


del Estado

117. La Corte ha reiterado que el derecho a la vida es un derecho humano


fundamental cuyo goce pleno constituye una condición para el ejercicio de todos los
derechos533. La integridad personal es esencial para el disfrute de la vida humana.
A su vez, los derechos a la vida y a la integridad personal se hallan directa e

533
Cfr. Caso Niños de la Calle (Villagrán Morales), supra nota 38, párr. 144; Caso Montero
Aranguren y otros (Retén de Catia) Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de
julio de 2006. Serie C No. 150, párr. 63; Caso Zambrano Velez y otros, supra nota 9, párr. 78; y Caso
Escué Zapata, supra nota 12, párr. 40.

430
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Para ver una copia de dicha licencia, visite http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.5/pe/
inmediatamente vinculados con la atención de la salud humana. Asimismo, el
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales establece que toda persona tiene
derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel de bienestar físico,
mental y social, e indica que la salud es un bien público (artículo 10)534.

118. La Corte ha sostenido que los Estados Partes de la Convención Americana


tienen el deber fundamental de respetar y garantizar los derechos y libertades
establecidos en la Convención, de acuerdo con el artículo 1.1 535. El artículo 2
establece el deber general de los Estados Partes de adoptar medidas legislativas o
de otro carácter que resultan necesarias para hacer efectivos los derechos y
libertades reconocidos en aquel instrumento.

119. La responsabilidad estatal puede surgir cuando un órgano o funcionario del


Estado o de una institución de carácter público afecte indebidamente, por acción u
omisión536, algunos de los bienes jurídicos protegidos por la Convención Americana.
También puede provenir de actos realizados por particulares, como ocurre cuando
el Estado omite prevenir o impedir conductas de terceros que vulneren los referidos
bienes jurídicos537. En este orden de consideraciones, cuando se trata de
competencias esenciales relacionadas con la supervisión y fiscalización de la
prestación de servicios de interés público, como la salud, sea por entidades públicas
o privadas (como es el caso de un hospital privado), la responsabilidad resulta por
la omisión en el cumplimiento del deber de supervisar la prestación del servicio
para proteger el bien respectivo.

120. De las obligaciones generales de respetar y garantizar los derechos derivan


deberes especiales, determinables en función de las particulares necesidades de
protección del sujeto de derecho, ya sea por su condición personal o por la
situación específica en que se encuentre538.

534
Cfr. el artículo 25.1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el artículo XI de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
535
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 39, párr 91; Caso Cantoral Huamaní y García Santa
Cruz, supra nota 13, párr. 79; Caso Zambrano Velez y otros, supra nota 9, párr. 114; y Caso Masacre La
Rochela, supra nota 9, párr. 145.

536
Cfr. Caso Última Tentación de Cristo (Olmedo Bustos y otros) Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie C No. 73, párr. 72; Caso Masacre de Pueblo Bello Vs.
Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de enero de 2006. Serie C No. 140, párrs. 111
y 112; y Caso de la Masacre de Mapiripán Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas . Sentencia de 15
de septiembre de 2005. Serie C No. 134, párr. 110.

537
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 14, párr. 172; y Caso Ximenes Lopes, supra nota 19,
párr. 85.
538
Cfr. Caso de la Masacre de Pueblo Bello, supra nota 111, párr. 111; Caso Comunidad Indígena
Sawhoyamaxa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C
No. 146, párr. 154; Caso Baldeón García, supra nota 38, párr. 81; y Caso Ximenes Lopes, supra nota
19, párr. 88.

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121. La Corte ha manifestado que los Estados son responsables de regular y
fiscalizar la prestación de los servicios de salud539 para lograr una efectiva
protección de los derechos a la vida y la integridad personal. Para todo ello, se
requiere de la formación de un orden normativo que respete y garantice
efectivamente el ejercicio de sus derechos, y la supervisión eficaz y constante sobre
la prestación de los servicios de los que dependen la vida y la integridad de las
personas.

122. Laura Albán murió en el Hospital Metropolitano, centro de salud privado. El


Estado no es inmediatamente responsable de la actuación del personal de esa
institución privada, no obstante le corresponde supervisar el desempeño de la
institución para alcanzar los fines a los que se alude en este apartado.

2) Legislación relacionada con la salud

123. Como se ha dicho, los Estados deben contar con una normativa eficaz para
garantizar a los usuarios del servicio de salud una efectiva investigación de las
conductas que vulneren sus derechos. Esta abarca, por supuesto, los hechos que se
suscitan en la prestación de servicios médicos.

124. La Corte reconoce que el Estado ha adoptado recientemente medidas


tendientes a supervisar y mejorar las condiciones de la prestación de los servicios
de salud, entre las que figuran las dirigidas a desarrollar normas técnicas y
protocolos nacionales relacionadas con esos servicios.

125. La Constitución del 5 de junio de 1998, que entró en vigor el día 11 de


agosto del mismo año, establece que “[e]l Estado formulará la política nacional de
salud y vigilará su aplicación; [y] controlará el funcionamiento de las entidades del
sector” (artículo 44).

126. El Estado promulgó la Ley Orgánica Nacional del Sistema de Salud, Ley No.
80 de 25 de septiembre de 2002, que establece el marco regulador del sistema de
salud nacional en el Ecuador. El artículo 10 de dicha Ley dispone que el Ministerio
de Salud Pública deberá “desarroll[ar] […] las funciones esenciales de la salud
pública: [esto i]nvolucra el conjunto de responsabilidades estatales inherentes a la
protección de la salud como bien público”; y “control[ar] y evalua[r]: […] las
políticas y planes de salud, el desempeño de los servicios y la actuación de las
instituciones” (numerales 5 y 6).

127. El Reglamento de la mencionada Ley Orgánica, Decreto Ejecutivo No. 3611


de 28 de enero del 2003, hace referencia a la obligación del Ministerio de Salud
Pública en la definición y elaboración de las normas y procedimientos de atención
en salud (artículo 20), y resuelve que los servicios de los proveedores públicos y
privados en
539
Cfr. Caso Ximenes Lopes, supra nota 19, párr. 99.
el sistema deberán cumplir con las normas de licenciamiento y los estándares
mínimos definidos por el Ministerio de Salud Pública (artículo 21).

128. Recientemente fue expedida la Ley Orgánica de Salud, Ley No. 67, de fecha
22 de diciembre de 2006, que unifica el servicio de salud. Esta Ley establece que la
salud “[e]s un derecho humano inalienable, indivisible, irrenunciable e intransigible,
cuya protección y garantía es responsabilidad primordial del Estado” (artículo 3). El
mismo ordenamiento estipula que el Ministerio de Salud Pública es responsable de:

[…]

24. Regular, vigilar, controlar y autorizar el funcionamiento de los


establecimientos y servicios de salud, públicos y privados, con y sin
fines de lucro, y de los demás sujetos de control sanitario;

25. Regular y ejecutar los procesos de licenciamiento y certificación;


y, establecer las normas para la acreditación de los servicios de
salud;

[…]

34. Cumplir y hacer cumplir esta Ley, los reglamentos y otras


disposiciones legales y técnicas relacionadas con la salud, así como
los instrumentos internacionales de los cuales el Ecuador es
signatario [(artículo 6)].

129. La referida Ley Orgánica de Salud dispone que toda persona tiene derecho a
“[u]tilizar con oportunidad y eficacia, en las instancias competentes, las acciones
para tramitar quejas y reclamos administrativos o judiciales que garanticen el
cumplimiento de sus derechos; así como la reparación e indemnización oportuna
por los daños y perjuicios causados, en aquellos casos que lo ameriten” (artículo 7
inciso i). La misma Ley señala que es competencia de la “autoridad sanitaria
nacional [Ministerio de Salud Pública] la investigación y sanción de la práctica
ilegal, negligencia, impericia, imprudencia e inobservancia en el ejercicio de las
profesiones de salud, sin perjuicio de la acción de la justicia ordinaria” (artículo
199). La normativa en cuestión reconoce el deber del Estado, y el consecuente
derecho que tienen los pacientes, para que se investigue y sancione la mala praxis
médica, a nivel administrativo, sin importar que el establecimiento o el personal
médico sean de naturaleza privada.

130. En la normativa para mejorar las condiciones de la prestación del servicio de


salud figura la Ley de Derechos y Amparo del Paciente, Ley No. 77 de 3 de febrero
de 1995, que reconoce al paciente el derecho a una atención digna, a no ser
discriminado, a la confidencialidad, a la información y a decidir sobre su tratamiento
médico. En relación con el alcance de la Ley, el artículo 14 señala que ésta “obliga a
todos los servicios de salud del país”, en relación con la supervisión de la que deben
ser objeto las instituciones públicas y privadas integrantes del Sistema Nacional de
Salud y de las instituciones de salud privadas fuera de dicho sistema. Al respecto,
debe existir una normativa clara y suficiente que prevenga las salvedades que
pudieran presentarse respecto del acceso a la información del expediente médico
(supra párrs. 67 y 68), así como el acceso al expediente mediante mandamiento
judicial o administrativo.

131. En el Ecuador existen otras leyes de carácter gremial como la Ley Reformada
y Codificada de la Federación Médica Ecuatoriana para el Ejercicio,
Perfeccionamiento y Defensa Profesional 540, que dispone, entre otras cuestiones, la
existencia de tribunales de honor de los colegios médicos. También destaca el
Código de Ética Médico, expedido en el año 1992 por acuerdo del Ministerio de
Salud Pública. Ese Código sostiene que “[e]l médico tiene la obligación incólume de
respetar los principios consagrados en la declaración de los derechos humanos. Su
ejercicio profesional se regirá a estos principios los cuales no podrían ser violados
en ningún caso sea este civil, penal, político o de emergencia nacional” (artículo
25).

132. La Corte valora la adopción de medidas dirigidas a supervisar y fiscalizar la


prestación del servicio de salud y avanzar en la garantía de los derechos a la vida,
integridad personal y salud a las personas que se encuentran bajo tratamiento
médico.

3) Profesionales de la salud. Deberes del médico en el ejercicio profesional

133. Numerosos instrumentos internacionales determinan los deberes específicos


de los médicos, e integran un detallado marco para el desempeño de esta
profesión, sujeta a obligaciones éticas y jurídicas de gran relevancia, y a
expectativas sociales de primer orden. Al médico le concierne la preservación de
valores fundamentales del individuo y de la humanidad en su conjunto541.

4) Legislación aplicable a la mala praxis médica

540
La “Ley Reformada y Codificada de la Federación Médica Ecuatoriana para el Ejercicio,
Perfeccionamiento y Defensa Profesional”, Decreto No. 3567-A de 1979, establece la estructura de la
Federación Ecuatoriana y la regulación de los Colegios Médicos y el Tribunal de Honor, el cual tiene como
finalidad analizar el ejercicio profesional de los médicos.

541
Código Internacional de Ética Médica de la Asociación Médica Mundial, Deberes de los Médicos
hacia los pacientes, octubre de 1949; Principios de Ética Médica de la Asociación Médica Americana,
principios I y VIII, versión adoptada en 1847 y modificada el 17 de junio de 2001; Declaración de la
Asociación Médica Mundial sobre el VIH/SIDA y la Profesión Médica, artículo 2, octubre de 2006;
Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial. Principios éticos para las investigaciones
médicas en seres humanos, artículo 21, junio de 1964; Principios de Ética Médica aplicables a la función
del Personal de Salud, especialmente los médicos, en la protección de personas presas y detenidas
contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes de la Organización de
Naciones Unidas, principio 1, 18 de diciembre de 1982; Declaración de Ginebra de la Asociación Médica
Mundial, apartado 5, septiembre de 1948; Carta Médica de La Habana, principio II, diciembre de 1946;
Declaración de Tokio de la Asociación Médica Mundial. Normas Directivas para Médicos con respecto a la
Tortura y otros Tratos o Castigos crueles, inhumanos o degradantes, impuestos sobre personas
detenidas o encarceladas, artículo 5, octubre de 1975; Código de Ética Médica de la Asociación Médica
Finlandés, artículo I, 6 de mayo de 1998; y Declaración de Hawai adoptado en el Sexto Congreso
Mundial de Psiquiatría, Artículo 7, 1977.
134. La adecuación del derecho interno a la Convención Americana, conforme el
artículo 2 de ésta, se debe realizar a la luz de la naturaleza misma de los derechos
y libertades y de las circunstancias en las que se produce el ejercicio de
adecuación, en forma que asegure la recepción, el respeto y la garantía de
aquellos.

135. En el presente caso, se aduce la inexistencia o la deficiencia de normas


sobre mala praxis médica. Desde luego, los Estados deben adoptar las medidas
necesarias, entre ellas, la emisión de normas penales y el establecimiento de un
sistema de justicia para evitar y sancionar la vulneración de derechos
fundamentales, como la vida y la integridad personal. Por lo que toca a la materia
penal sustantiva, ese propósito se proyecta en la inclusión de tipos penales
adecuados sujetos a las reglas de legalidad penal, atentos a las exigencias del
derecho punitivo en una sociedad democrática y suficientes para la protección,
desde la perspectiva penal, de los bienes y valores tutelados. Y por lo que atañe a
la materia penal procesal, es preciso disponer de medios expeditos para el acceso a
la justicia y la plena y oportuna satisfacción de las pretensiones legítimas.

136. La mala praxis médica suele ser considerada dentro de los tipos penales de
lesiones u homicidio542. No parece indispensable instituir tipos específicos sobre
aquélla si basta con las figuras generales y existen reglas pertinentes para la
consideración judicial de la gravedad del delito, las circunstancias en que éste fue
cometido y la culpabilidad del agente. Sin embargo, corresponde al propio Estado
decidir la mejor forma de resolver, en este campo, las necesidades de la punición,
puesto que no existe acuerdo vinculante acerca de la formulación del tipo, como los
hay en otros casos en que los elementos esenciales de la figura penal e inclusive la
precisión de tipos autónomos se hallan previstos en instrumentos internacionales,
así por ejemplo, genocidio, tortura, desaparición forzada, etc.

137. En relación con lo anterior, la Corte toma nota de la decisión del Estado en el
sentido de revisar la legislación penal acerca de la mala praxis médica e incorporar
en ella las precisiones necesarias para adecuar el régimen de la materia en forma
que favorezca la debida realización de la justicia en este ámbito.

IX

REPARACIONE
S

(APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 63.1 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA)

542
Cfr. La legislación comparada en los artículos 84 y 94 del Código Penal de Argentina; artículo
109 y 111 del Código Penal de Colombia; artículo 117 del Código Penal de Costa Rica; artículo 260 del
Código Penal de Bolivia; artículo 132 del Código Penal de El Salvador; artículo 12 del Código Penal de
Guatemala; artículos 228 y 229 del Código Penal Federal de los Estados Unidos Mexicanos; artículo 133
del Código Penal de Panamá; artículo 142 del Código Penal de España; artículo 411 del Código Penal de
Venezuela; y artículo 111 del Código Penal de Perú.
138. Es un principio de Derecho Internacional que toda violación de una
obligación internacional que haya producido daño comporta el deber de repararlo
adecuadamente543. En sus decisiones a este respecto, la Corte se ha basado en el
artículo 63.1 de la Convención Americana544.

139. La Corte analizará las pretensiones sobre esta materia en el marco del
allanamiento efectuado por el Estado (supra párr. 17 y 23), de acuerdo con las
consideraciones sobre el fondo expuestas y las violaciones a la Convención
declaradas en los capítulos VI y VII, así como a la luz de los criterios fijados en la
jurisprudencia de la Corte en relación con la naturaleza y alcances de la obligación
de reparar545.

A) Parte lesionada

140. La Corte considera como “parte lesionada” a Carmen Cornejo de Albán y a


Bismarck Albán Sánchez, en su carácter de víctimas de las violaciones que en su
perjuicio fueron declaradas (supra párrs. 50 y 109), por lo que son acreedores a las
reparaciones que fije el Tribunal.

B) INDEMNIZACIONES

543
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de julio
de 1989. Serie C No. 7, párr. 25; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 131; y Caso Escué
Zapata, supra nota 12, párr. 126.

544
El artículo 63.1 de la Convención dispone que:
[c]uando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en [la]
Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su
derecho o libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que
se reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la
vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte
lesionada.

545
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 118, párrs. 25 a 27; Caso Garrido y Baigorria Vs.
Argentina. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de agosto de 1998. Serie C No. 39, párr. 43; Caso
de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros), supra nota 19, párrs. 76 a 79; Caso Cantoral Huamani
y García Santa Cruz, supra nota 13, párr. 157; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 132; y
Caso Escué Zapata, supra nota 12, párr. 127.
141. La Corte ha desarrollado en su jurisprudencia los conceptos de daño
material546 e inmaterial547 y los supuestos en que corresponde indemnizarlos. El
Tribunal considera pertinente analizar de manera conjunta el daño material e
inmaterial atendiendo a la prueba presentada en el presente caso.

142. La Comisión y los representantes solicitaron indemnización por los gastos en


que incurrieron los padres de Laura Albán en la búsqueda de justicia para el
esclarecimiento de la muerte de su hija, lo cual abarca las diligencias efectuadas a
fin de conseguir el expediente médico y “buscar la certificación médica de las
causas de la muerte”. Los representantes también solicitaron una indemnización de
US$365,781,00 (trescientos sesenta y cinco mil setecientos ochenta un dólares de
los Estados Unidos de América) a favor de Carmen Cornejo de Albán, ya que no
recibe ingresos desde el inicio del año 1988, cuando dejó sus actividades
profesionales como psicóloga. No ha podido reanudar su ejercicio profesional
porque se ha dedicado, hasta la fecha, a la búsqueda de justicia.

143. Los representantes solicitaron indemnización por concepto de daño


inmaterial por el “sufrimiento [vivido por] Laura [Albán] y su muerte”, por
US$2,000,000.00 (dos millones de dólares de los Estados Unidos de América). En lo
que se refiere a la señora Cornejo de Albán, madre de la señorita Albán Cornejo,
señalaron que por lo sucedido a su hija “no pudo realizar su proyecto de vida, ya
que no volvió a ejercer su profesión, y en su lugar invirtió su tiempo […] tratando
de encontrar una justa aplicación de las leyes [en el caso] y solidarizándose con
personas que han sido afectadas de la misma forma.” En cuanto a Bismarck Albán
Sánchez, padre de la señorita Albán Cornejo, los representantes alegaron que
además de tener que soportar el sufrimiento propio y familiar debido a la muerte de
su hija, tuvo que enfrentar “[…] la ineficiencia y el retardo del procedimiento
interno, y convertirse en el único sustento económico de la familia”. Con
fundamento en lo anterior, los representantes solicitaron el pago de
US$1,000,000,00 (un millón de dólares de los Estados Unidos de América) para
cada uno de ellos.

144. Por último, en cuanto a los hermanos de Laura Albán, Flavia, Bismarck,
Omar y Luis Albán Cornejo, los representantes también solicitaron indemnización
por concepto de daño inmaterial, debido a la afectación emocional que les provocó
la temprana muerte de su hermana, porque “fueron los principales testigos de los
fracasados esfuerzos de sus padres por hacer justicia [por su muerte]. Han tolerado
la constante ausencia de su madre y las largas horas de trabajo de su padre.” En
consecuencia, solicitaron la suma de US$250,000,00 (doscientos cincuenta mil
dólares de los Estados Unidos de América) para cada uno de ellos.

546
Cfr. Caso Aloeboetoe y otros Vs. Suriname. Reparaciones y Costas. Sentencia de 10 de
septiembre de 1993. Serie C No. 15, párrs. 50, 71 y 87; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9,
párr. 138; Caso Escué Zapata, supra nota 12, párr. 132; y Cantoral Huamaní y García Santa Cruz, supra
nota 13, párr. 166.

547
Cfr. Caso Aloeboetoe y otros, supra nota 121, párrs. 52, 54, 75, 77, 86 y 87; Caso Cantoral
Benavides. Reparaciones. Sentencia de 3 de diciembre de 2001. Serie C No. 88, párrs. 53 y 57; Caso
Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 141; Caso Escué Zapata, supra nota 12, párr. 147; y
Cantoral Huamaní y García Santa Cruz, supra nota 13, párr. 175.
145. En cuanto al lucro cesante, el Estado alegó que la declaración de Carmen
Cornejo de Albán no bastaba para probar su ingreso mensual. En consecuencia,
solicitó a la Corte que en la determinación del valor por concepto de pérdida de
ingresos, lo haga de acuerdo a la prueba documental que corresponda. Además, el
Estado señaló que se debe tomar en cuenta la fecha precisa desde la cual es
responsable el Estado, y no considerar las actuaciones que no incumben a las
autoridades estatales, principalmente las efectuadas durante los seis años
siguientes a la muerte de la señorita Albán Cornejo. Por último, en relación con la
indemnización por concepto de daño moral solicitada por los representantes, el
Estado consideró que es una “cifra desmesurada” y solicitó a la Corte que declare
que “la sentencia de condena constituy[e] per se una compensación suficiente del
daño moral”.

146. La Corte hará el análisis de los gastos referidos a las actividades de


investigación e impulso judicial dentro del acápite relativo a costas y gastos.

147. En lo que se refiere al alegato presentado por los representantes respecto a


los ingresos profesionales que la señora Cornejo de Albán dejó de percibir (supra
párr. 142), la Corte no cuenta con elementos suficientes de prueba para
determinarlo. No obstante, dicho alegato se considerará al establecer la
indemnización por daño inmaterial.

* *

148. La sentencia constituye per se una forma de reparación548. No obstante, en


el presente caso el Tribunal considera necesario fijar una compensación.

149. A este respecto, cabe señalar que Carmen Cornejo de Albán, madre de Laura
Albán, manifestó en la audiencia pública ante la Corte que en el caso de su hija
“[…] se burló la justicia, se pisotearon [sus] derechos y se consagró la impunidad”,
y agregó que “[…] teniendo todas las pruebas, todas las situaciones por las que no
se hizo justicia, no se acusó a los criminales, y más bien se manipuló las leyes”.

150. Igualmente, Bismarck Albán Sánchez, padre de la señorita Albán Cornejo, en


su declaración rendida ante fedatario publico, expresó que “muchos hechos [le] han
dado la oportunidad de perder la fe en la aplicación de justicia”. Agregó, que “[e]s
muy frustrante ver los resultados después de tanto tiempo y saber que los culpables
no han sido sancionados, y que a pesar de [sus] esfuerzos no ha pasado nada”.

548
Cfr. Caso Suárez Rosero Vs. Ecuador. Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de enero de
1999. Serie C No. 44, párr. 72; Caso Cantoral Huamani y García Santa Cruz, supra nota 13, párr. 180;
Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 142; y Caso Escué Zapata, supra nota 12, párr. 149.
Finalmente, el señor Albán Sánchez, cuando se refirió a la situación del doctor
Espinoza Cuesta, manifestó que “[f]ueron [los] representantes [de la familia]
quienes por una búsqueda en Internet localizaron al doctor Espinoza [Cuesta], […]
pero el Estado nunca hizo nada por localizarlo”.

151. En lo que se refiere al daño material, esta Corte observa que existen
elementos para concluir que los familiares de Laura Albán incurrieron en diversos
gastos relacionados con los trámites que realizaron con el fin de esclarecer las
causas de la muerte de su hija. La Corte determina que estos gastos pecuniarios
tienen un nexo causal con los hechos del caso sub judice.

152. Debido a que se ha establecido una violación a los derechos reconocidos en


la Convención en la presente Sentencia, en perjuicio de Carmen Cornejo de Albán y
de Bismarck Albán Sánchez, padres de Laura Albán, en cuanto fueron declarados
víctimas de la violación de los artículos 5.1, 8.1 y 25.1 de la Convención (supra
párrs. 50 y 109), la Corte considera que debe ser indemnizada.

153. Considerando lo expuesto, la Corte fija, en equidad, la suma de


US$25,000.00 (veinticinco mil dólares de los Estados Unidos de América) para cada
una de las víctimas, Carmen Cornejo de Albán y Bismarck Albán Sánchez, por
concepto de indemnización por daño material e inmaterial. Dicha cantidad deberá
ser entregada a cada uno de ellos.

154. El Estado deberá efectuar el pago de la indemnización directamente a sus


beneficiarios dentro de un año contado a partir de la notificación de la presente
Sentencia.

C) MEDIDAS DE SATISFACCIÓN Y GARANTÍAS DE NO REPETICIÓN

155. En este apartado el Tribunal determinará aquellas medidas de satisfacción


que buscan reparar el daño inmaterial, que no tienen alcance pecuniario, así como
dispondrá medidas de alcance o repercusión pública.

a) Publicación de la sentencia

156. Los representantes solicitaron la publicación de los hechos y de los puntos


resolutivos de la Sentencia en los tres diarios de mayor circulación del Ecuador, y la
totalidad de aquélla en el Diario Oficial del Estado.
157. La Corte estima pertinente, como lo ha dispuesto en otros casos 549, que el
Estado publique en el Diario Oficial y en otro diario de amplia circulación nacional,
por una sola vez, como medida de satisfacción, lo siguiente: la parte resolutiva de
este Fallo, así como los párrafos que se indican a continuación: 1, 2, 4, 5 y 6 del
Capítulo I denominado “Introducción de la Causa y Objeto de la Controversia”; 17,
18, 21, 22 y 24 del Capítulo IV denominado “Reconocimiento Parcial de
Responsabilidad Internacional”; 44 a 50 del apartado b), denominado “Artículo 5.1
(Derecho a la Integridad Personal)” de la Convención, del Capítulo VI; y 64 del
capítulo VII; y 79 a 109 del apartado B, denominado “Diligencias practicadas ante
la jurisdicción penal”, capítulo VII, incluyendo los nombres de cada capítulo y del
apartado según corresponda y sin las notas a pie de página. Para estas
publicaciones se fija el plazo de seis meses contado a partir de la notificación de la
presente Sentencia.

b) Legislación

158. Los representantes y la Comisión coincidieron en solicitar a la Corte que


ordene al Estado que adopte las medidas necesarias en el ordenamiento interno
“[…,] mediante el establecimiento de mecanismos (legales o de cualquier otra
índole), que permitan hacer efectiva la identificación de la conducta penal
relacionada con la mala práctica médica.”

159. Como anteriormente se indicó, el Estado expresó que “reconoce la


inobservancia de su deber de adoptar disposiciones del derecho interno, contenida
en el artículo 2 de la Convención Americana, al no incorporar un tipo penal más
adecuado para sancionar a los médicos que incurren en indebida práctica”.

160. El Tribunal ya indicó que valora de manera positiva la decisión del Estado en
el sentido de realizar esfuerzos para mejorar y adecuar la legislación acerca de la
práctica médica en general, e incorporar en ella las precisiones necesarias para
garantizar de manera efectiva que el régimen jurídico aplicable favorezca la debida
realización de la justicia (supra párrs. 11 y 137).

c) Campaña sobre los derechos del paciente y formación y capacitación de los


operadores de justicia

161. La Corte reconoce que el Estado ha adoptado internamente diversas


medidas para regular la prestación del servicio de salud por los centros públicos y
privados, y

549
Cfr. Caso Cantoral Benavides, supra nota 122, párr. 79; Caso Cantoral Huamani y García Santa
Cruz, supra nota 13, párr. 192; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 151; y Caso Escué
Zapata, supra nota 12, párr. 174.

440
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para la observancia de los correspondientes derechos del paciente, lo que permitirá
mejorar la atención de la salud, su regulación y fiscalización.

162. El Estado deberá llevar a cabo, en un plazo razonable, una amplia difusión
de los derechos de los pacientes, utilizando los medios de comunicación adecuados
y aplicando la legislación existente en el Ecuador y los estándares internacionales.

163. Al respecto, deberá tomar en cuenta, asimismo, lo dispuesto en el artículo


15 de la Ley de Derechos y Amparo del Paciente emitida el 3 de febrero de 1995:
“[l]a obligación de todos los servicios de salud [de] mantener a disposición de los
usuarios ejemplares de esta ley y exhibir el texto de los derechos del paciente en
lugares visibles para el público”.

164. La Corte también considera necesario que el Estado realice, en un plazo


razonable, un programa para la formación y capacitación a los operadores de
justicia y profesionales de la salud sobre la normativa que el Ecuador ha
implementado relativa a los derechos de los pacientes, y acerca de la sanción por
su incumplimiento.

D) COSTAS Y GASTOS

165. Las costas y gastos están comprendidos en el concepto de reparación


consagrado en el artículo 63.1 de la Convención Americana550.

166. En lo que se refiere al trámite interno, los representantes y la Comisión


solicitaron que se ordene al Estado el pago de los gastos efectuados para
“conseguir la hoja clínica [y] la certificación médica de las causas de la muerte”.
Además, los representantes solicitaron el pago de los gastos en que incurrieron los
familiares de Laura Albán en el trámite interno, cuyas sumas ascienden a
US$1,547.36 (mil quinientos cuarenta y siete con treinta y seis centavos en dólares
de los Estados Unidos de América) por concepto de honorarios profesionales de
Wilson Yupangui en el mes de noviembre de 1990; y US$75,600.00 (setenta y
cinco mil seiscientos dólares de los Estados Unidos de América) por concepto de los
servicios profesionales de Nicolás Romero. Asimismo, los representantes solicitaron
a la Corte el pago de los gastos originados en la tramitación del caso ante los
órganos del sistema interamericano, cuya suma asciende a US$40,000.00
(cuarenta mil dólares de los Estados Unidos de América) por concepto de servicios
profesionales especializados de Farith Simon Campaña, Alejandro Ponce Villacís y
del equipo legal de las Clínicas Jurídicas de la Universidad San Francisco de Quito.
Asimismo solicitaron un monto equivalente a veinte (US$20,000.00) mil dólares,
por concepto de gastos de litigio ante la Corte Interamericana, tales como gastos
de viaje y viáticos para la celebración de la audiencia, costos notariales, papelería y
servicios de comunicación. Por último,

550
Cfr. Caso Garrido y Baigorria, supra nota 120, párr. 79; Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua
Morales y otros), supra nota 13, párr. 212; Caso Cantoral Huamani y García Santa Cruz, supra nota 13,
párr. 203; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 159; y Caso Escué Zapata, supra nota 12,
párr. 186.
44
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solicitaron que se ordenara al Estado el pago de los gastos en que incurrieron
Carmen Cornejo de Albán y Bismarck Albán Sánchez en su comparecencia ante la
Comisión en la ciudad de Washington, por un monto no menor de US$4,000.00
(cuatro mil dólares de los Estados Unidos de América).

167. Respecto al pago de las costas y gastos solicitado por los representantes, el
Estado objetó su justificación, señalando que la representación de las Clínicas
Jurídicas de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad San Francisco de Quito
se limitó exclusivamente al trámite ante la Corte. Señaló que se excluya del pago a
Farith Simon, ya que por medio de un correo electrónico expresó a Salim Zaidán,
agente alterno, que “no recibir[á] nada en caso de que la sentencia sea favorable,
sea por concepto de honorarios o como un porcentaje de las indemnizaciones”.

168. La Corte toma en cuenta la prueba documental remitida por los


representantes sobre todas las erogaciones realizadas en el trámite interno e
interamericano. Por ello, la Corte resuelve otorgar, en equidad, la cantidad de
US$30,000.00 (treinta mil dólares de los Estados Unidos de América) a Carmen
Cornejo de Albán, quien entregará la cantidad que estime adecuada a sus
representantes, para compensar las costas y los gastos realizados ante las
autoridades de la jurisdicción interna, así como los generados en el curso del
proceso ante el sistema interamericano. El Estado deberá efectuar el pago por
concepto de costas y gastos dentro de un año contado a partir de la notificación de
la presente Sentencia.

E) MODALIDAD DE CUMPLIMIENTO DE LOS PAGOS ORDENADOS

169. El pago de las indemnizaciones establecidas a favor de Carmen Cornejo de


Albán y Bismarck Albán Sánchez será hecho directamente a aquéllos. En caso de
que alguna de esas personas fallezca antes de que le sea entregada la
indemnización respectiva, ésta se pagará a sus derechohabientes, conforme al
derecho interno aplicable551.

170. El pago destinado a solventar las costas y gastos generados por las
gestiones realizadas por los representantes se hará a Carmen Cornejo de Albán.

171. El Estado debe cumplir sus obligaciones mediante el pago en dólares de los
Estados Unidos de América.

551
Cfr. Caso Myrna Mack Chang, supra nota 9; Caso Cantoral Huamani y García Santa Cruz, supra
nota 13, párr. 162; Caso Zambrano Vélez y otros, supra nota 9, párr. 137; y Caso Escué Zapata, supra
nota 12, párr. 189.
172. Si por causas atribuibles a los beneficiarios de las indemnizaciones no fuese
posible que éstos las reciban dentro del plazo indicado, el Estado consignará dichos
montos a favor de los beneficiarios en una cuenta o certificado de depósito en una
institución financiera ecuatoriana, en dólares estadounidenses y en las condiciones
financieras más favorables que permitan la legislación y la práctica bancaria. Si al
cabo de 10 años la indemnización no ha sido reclamada, las cantidades serán
devueltas al Estado con los intereses devengados.

173. Las cantidades asignadas en la presente Sentencia bajo los conceptos de


indemnizaciones y por reintegro de costas y gastos, no podrán ser afectadas o
condicionadas por motivos fiscales actuales o futuros. Por ende, deberán ser
entregadas a los beneficiarios en forma íntegra conforme a lo establecido en esta
Sentencia.

174. En caso de que el Estado incurra en mora, deberá pagar un interés sobre la
cantidad adeudada, correspondiente al interés bancario moratorio en Ecuador.

175. Conforme a su práctica constante, la Corte se reserva la facultad, inherente


a sus atribuciones y derivada, asimismo, del artículo 65 de la Convención
Americana, de supervisar la ejecución íntegra de la presente Sentencia. El caso se
dará por concluido una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a lo
dispuesto en el presente fallo. Dentro del plazo de un año, contado a partir de la
notificación de esta Sentencia, el Estado deberá rendir a la Corte un informe sobre
las medidas adoptadas para darle cumplimiento.

PUNTOS RESOLUTIVOS

176. Por tanto,

LA CORTE

DECLARA,
Por unanimidad, que:

1. Acepta el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado


por el Estado por la violación de los derechos a las garantías judiciales y a la
protección judicial, consagrados en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación al artículo 1.1 de la misma, en los
términos de los párrafos 15 a 25 de la presente Sentencia

2. El Estado violó el derecho a la integridad personal consagrado en el artículo


5.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, en relación con el artículo
1.1 de la misma, en perjuicio de Carmen Cornejo de Albán y de Bismarck Albán
Sánchez, en los términos de los párrafos 44 a 50 de la presente Sentencia.

3. El Estado violó los derechos a las garantías judiciales y a la protección


judicial consagrados en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con los artículos 4, 5.1 y 1.1 de la misma, en
perjuicio de Carmen Cornejo de Albán y de Bismarck Albán Sánchez, en los
términos de los párrafos 79 a 109 de la presente Sentencia.

Y DISPONE,

Por unanimidad, que

4. Esta Sentencia constituye per se una forma de reparación.

5. El Estado debe publicar en los términos del párrafo 157 de la presente


Sentencia en el Diario Oficial y en otro diario de amplia circulación nacional, en el
plazo de seis meses contado a partir de la notificación de la misma, por una sola
vez, lo siguiente: la parte resolutiva de este Fallo, así como los párrafos que se
indican a continuación: 1, 2, 4, 5 y 6 del Capítulo I denominado “Introducción de la
Causa y Objeto de la Controversia”; 17, 18, 21, 22 y 24 del Capítulo IV
denominado “Reconocimiento Parcial de Responsabilidad Internacional”; 44 a 50 del
apartado b), denominado “Artículo 5.1 (Derecho a la Integridad Personal)” de la
Convención, del Capítulo VI; y 64 del capítulo VII; y 79 a 109 del apartado B,
denominado “Diligencias practicadas ante la jurisdicción penal”, capítulo VII.

6. El Estado debe llevar a cabo, en un plazo razonable, una amplia difusión de


los derechos de los pacientes, utilizando los medios de comunicación adecuados y
tomando en cuenta la legislación existente en el Ecuador y los estándares
internacionales, en los términos de los párrafos 162 y 163 de la presente
Sentencia.
7. El Estado debe realizar, en un plazo razonable, un programa para la
formación y capacitación a los operadores de justicia y profesionales de la salud
sobre la normativa que el Ecuador ha implementado relativa a los derechos de los
pacientes, y a la sanción por su incumplimiento, en los términos del párrafo 164 de
la presente Sentencia.

8. El Estado debe pagar a Carmen Cornejo de Albán y a Bismarck Albán


Sánchez la cantidad fijada en el párrafo 153, por concepto de indemnización por
daño material e inmaterial, dentro de un año contado a partir de la notificación de
la presente Sentencia, en los términos de los párrafos 146 a 154 de la misma.

9. El Estado debe pagar a Carmen Cornejo de Albán la cantidad fijada en el


párrafo 168 de la presente Sentencia, por concepto de costas y gastos generados
en el ámbito interno y en el proceso internacional ante el sistema interamericano de
protección de los derechos humanos, dentro de un año contado a partir de la
notificación de la presente Sentencia, en los términos de los párrafos 167 y 168 de
la misma.

10. La Corte se reserva la facultad, inherente a sus atribuciones y derivada,


asimismo, del artículo 65 de la Convención Americana, de supervisar la ejecución
íntegra de la presente Sentencia. El caso se dará por concluido una vez que el
Estado haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en el presente fallo. Dentro del
plazo de un año, contado a partir de la notificación de esta Sentencia, el Estado
deberá rendir a la Corte un informe sobre las medidas adoptadas para darle
cumplimiento.

El Juez García Ramírez hizo conocer a la Corte su Voto Razonado, el cual acompaña
a la presente Sentencia.

Redacta en español e inglés, haciendo fe el texto en español, en San José, Costa


Rica, el 22 de noviembre de 2007.

Sergio García Ramírez

Presidente

Cecilia Medina Quiroga Manuel E. Ventura Robles


Diego García-Sayán Leonardo A. Franco

Margarette May Macaulay Rhadys Abreu Blondet

Pablo Saavedra

Alessandri Secretario

Comuníquese y ejecútese,

Sergio García
Ramírez

Presidente

Pablo Saavedra Alessandri

Secretario

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