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MARTINE, EDUARDO H.
MOLINA, JORGE
CAPÍTULO I.-
LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA DE LA NACIÓN ORGANIZADA.
* Sociedad, cultura, escuela y derecho a la educación.
* La constitución de 1853.
*La Instrucción Pública de la Nación Organizada.
*El camino hacia una ley fundacional.
*La Ley 1420 de Educación Común en la capital, colonias y Territorios Nacionales.
*El financiamiento de la educación: la Ley Láinez.
*Colegios Nacionales y Escuelas Normales: ciudadanos para gobernar, legislar y enseñar
*Conflictos y armonías del sistema educativo hasta 1930.
CAPÍTULO II.-
LA EDUCACIÓN DEL PAÍS INDUSTRIAL.
*Crisis mundial, golpe militar y sustitución de importaciones.
*Industrias, obreros y población escolar.
*La “restauración de la fe nacional.”
*Bases de política educativa peronista.
*La nueva Constitución: justicia social y educación.
*Avances en educación inicial y multiplicación de edificios escolares. Las escuelas técnicas.
*El consenso perdido.
*El nuevo optimismo pedagógico: la formación del recurso humano.
*Disciplinamiento social y apertura de la economía.
*La modificación del papel del Estado.
CAPÍTULO III
EL FIN DEL OPTIMISMO PEDAGÓGICO.
*Sistema educativo y demanda social.
*Globalización y educación.
*La transformación educativa.
CAPITULO IV.-
EL DERECHO A LA EDUCACIÓN Y A LA CULTURA.
*Derechos civiles, políticos sociales y colectivos.
*El derecho de enseñar y aprender. La libertad de enseñanza.
*Las normas educativas de la constitución reformada.
*El derecho a la cultura.
CAPÍTULO V.-
LA LEY 24.195
*Derechos, obligaciones, garantías y principios.
*La nueva estructura del Sistema Educativo Nacional.
*El problema de los contenidos.
*La enseñanza de gestión privada.
*La calidad del sistema educativo.
*Gobierno, administración y financiamiento: el protagonismo del Consejo Federal.
*Bases y contenidos de los Acuerdos Federales.
CAPÍTULO VI.-
LA EQUIDAD SOCIAL Y EL SISTEMA EDUCATIVO.
*Sociedad desigual y escuela.
*El principio de equidad.
*La transformación educativa en la Provincia de Buenos Aires.
*La unidad pedagógica del tercer ciclo de la EGB.
*Terceros ciclos articulados y polimodales conveniados.
CAPÍTULO VII.-
LA COMUNIDAD EDUCATIVA: DERECHOS, DEBERES Y RESPONSABILIDADES.-
*La comunidad educativa.
*Los derechos de los educandos.
*Los derechos y deberes de los padres
*La televisión : ¿ un nuevo integrante de la comunidad educativa?
* El docente, en crisis.
*Los derechos y deberes de los docentes.
ANEXO DOCUMENTAL Y NORMATIVO.-
*Convención Internacional sobre los derechos del niño. 1989.
*Ley 23.849 - Ratificatoria de la convención. 1990.
*Ley 24049 - Transferencia de los servicios educativos. 1992.
*Ley 24.195 - Ley Federal de Educación. 1993.
*Consejo Federal de Cultura Educación. Resolución Nº 33/93. XVII Asamblea Extraordinaria.
7 de diciembre de 1993. Orientaciones Generales, Propuesta Metodológica y Orientaciones
Específicas para acordar Contenidos Básicos Comunes. (selección y síntesis).
*Acuerdo Federal Marco sobre Educación Pública de Gestión Privada.
*Ley 11.612 – Ley Provincial de Educación.1994.
*Modelo de Acuerdo para el funcionamiento de las Escuelas Conveniadas. 1999.
*Proyectos presentados en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires para la sanción de una
Ley de Educación. 1998.
* Arzobispado de Buenos Aires. Vicaría Episcopal de Educación: Es hora de dar el presente.
Reflexiones para una ley de educación. 1998
*Ley 898 – Ley de la Ciudad de Buenos Aires que extiende para los próximos cinco años la
obligatoriedad del nivel secundario. 2002.
*Proyecto presentado en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires para la sanción de una
Ley de Educación. 2003.
BIBLIOGRAFÍA.
Páginas Web.
PRÓLOGO
Durante casi cien años la República Argentina fue ubicada entre los países más “cultos y
educados” del planeta. Hoy tal consideración resulta por lo menos exagerada a pesar de la posición
comparativamente favorable del país en el concierto regional latinoamericano.
¿Qué pasó con el tan preciado derecho de enseñar y aprender en nuestro país? ¿Cuáles son y
han sido los temas recurrentes de la política educativa? Estas son algunas de las preguntas cuyas
respuestas pretende rastrear nuestro trabajo. Un aporte que expone la normativa educativa básica,
pero también discurre brevemente sobre el contexto económico, social y político en el que la misma
fue producida. Para este discurrir consultamos una variada información en la que se destacan
nombres que han repensado el fenómeno educativo nacional y latinoamericano en los últimos años.
Pero también apelamos a nuestra formación académica, a criterios propios y a la experiencia
adquirida en los diferentes estamentos del ámbito educativo en más de tres décadas. Esta
experiencia necesariamente incluye la labor en el aula: siendo muy jóvenes y antes de graduarnos
en la Universidad de Buenos Aires, nos recibimos de maestros en la Escuela Normal de Profesores
“Mariano Acosta.”
El libro aspira a constituirse en un instrumento útil para los alumnos y egresados de
estudios superiores, universitarios o no universitarios, para los docentes y directivos de instituciones
educativas o simplemente para aquellos que estén interesados en aproximarse a esta temática.
PERPETUO LENTIJO.
EDUARDO H. MARTINE
JORGE MOLINA
CAPÍTULO I.-
LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA DE LA NACIÓN ORGANIZADA
SOCIEDAD, CULTURA, ESCUELA Y DERECHO A LA EDUCACIÓN.-
11 Moreno, Mariano: Prólogo a la traducción de El Contrato Social de J.J. Rousseau. Ver Lewin, Boleslao: Jacobinismo y
Roussonismo en la Argentina. De la independencia a la Anarquía. Historia Argentina Integral. Centro Editor de América Latina, Buenos
Aires, 1970.
22 “El 70 % de los jóvenes menores de 18 años es pobre o indigente.”Clarín, 07-08-2002.
33 Filmus, Daniel: “La única estrategia es la escuela.” Clarín, 21-08-2002.
44 Herrán, Carlos: “Concepto de Cultura” Apuntes del Curso de Introducción a las Ciencias Antropológicas. Universidad de
Buenos Aires, Buenos Aires 1983 (Primer Cuatrimestre)
55 Tedesco, Juan Carlos: Conceptos de Sociología de la Educación. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires ,1986.
66 Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires: La función de la Escuela como distribuidora de cultura. Mimeo. Buenos Aires,
1993.
otra manera de adquirir el conocimiento socialmente necesario. Los grupos más encumbrados de la
sociedad podían prescindir de la enseñanza escolar porque estaban en condiciones de recurrir al
aprendizaje más espontáneo resultante de la familiarización o la educación tutorial. Cuando la
complejidad de la vida social obliga a recurrir a la pedagogía institucionalizada, las clases altas se
encuentran en ventaja: la escuela racionaliza y explicita una cultura que sus hijos ya disponen en
estado práctico. Para ellos no existe ruptura sino continuidad entre familia y escuela. 7 En cambio,
para los grupos sociales subordinados, la escuela adquiere las características de una acción de
conversión más compleja y riesgosa. Los ejemplos más claros de ello surgen en lugares donde el
acceso de la burguesía al poder suscita un conflicto profundo con los representantes del poder
feudal. Así ocurre en Francia y en las colonias inglesas de Norteamérica a fines del siglo XVIII.
Los revolucionarios de ambos continentes advierten que la desigualdad de instrucción es una de
las principales causas de la tiranía. 8 Mariano Moreno afirmaba que con la ilustración y la
vulgarización de los derechos se erradicaría el despotismo.
Otra de las armas que aparece para enfrentar las formas de organización política propias del
absolutismo monárquico es el constitucionalismo liberal que tiene como eje la libertad y los
derechos individuales del hombre frente al estado. Éste no debe violarlos, ni impedir su goce o
interferir su ejercicio.9 El derecho a la educación surge en ese contexto Nuestra constitución
histórica no es ajena a este proceso e incluye el derecho a enseñar y aprender.
LA CONSTITUCIÓN DE 1853.-
A mediados del siglo XIX la elite Argentina está convencida que la razón es el motor del
progreso de los hombres, que la tradición es un obstáculo a cualquier avance y la religión es
inaceptable como base de la organización social. 10 La universalización de la acción pedagógica
escolar se considera una garantía de la homogeneización cultural básica en torno a los valores del
nuevo orden capitalista, frente a la socialización brindada tradicionalmente por la familia o la
iglesia. Por ello la Constitución de 1853 favorece la promoción de la educación 11que se asocia con
el cambio social entendiendo a éste en términos de progreso, es decir como crecimiento económico
y secularización de la vida social. Dicha promoción resulta de las normas que:
- obligan a las provincias a asegurar la educación primaria (art. 5);
77 Tenti Fanfani, Emilio: La escuela vacía. Capítulo I: Escuela y equidad. UNICEF-Losada, Buenos Aires, 1993.
88 Bravo, Héctor Félix: Educación Popular. Capítulo I: Los principios. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1983.
99 Bidart Campos, Germán J: Manual de la Constitución Reformada (3 tomos). Capítulos. El sistema de derechos y El derecho
a la educación. Ediar, Buenos Aires ,1998.
101 0
Romero, José Luis: El desarrollo de las ideas en la sociedad argentina del siglo XX. Capítulo I: El legado del siglo XIX. La
obra de la generación del 80. Ediciones Nuevo País, Buenos Aires, 1987.
111 1
Bravo, Héctor Félix: Bases Constitucionales de la educación argentina. Paidos. Buenos Aires 1972.
- garantizan a todos los habitantes el derecho de enseñar y aprender, lo que implica que cualquier
habitante o asociación puede impartir enseñanza y cualquier habitante puede recibirla de otro y en
cualquier lugar (art. 14) y reafirman el derecho de enseñar y aprender respecto a los extranjeros
que residen en el país (art. 20);
- amparan a las personas extranjeras que traigan por objeto introducir y enseñar las ciencias y las
artes ( art. 25);
- atribuyen al Congreso proveer lo conducente al progreso de la ilustración dictando planes de
instrucción general y universitaria (art. 67, inciso. 16).
Las catorce provincias argentinas, en sus constituciones y en sus leyes, cumplieron con la
previsión de la Constitución Nacional: asegurar la educación primaria. Las escuelas de la ciudad
de Buenos Aires, que estaban bajo la jurisdicción de la provincia de Buenos Aires, tuvieron en
1875 su Ley de Educación Común, modelo de otras leyes provinciales y uno de los antecedentes de
la ley 1420. La misma dispuso, entre otras cosas, la obligatoriedad y la gratuidad de la educación
primaria. Si bien en su texto original el artículo 5 incluía la gratuidad, ésta fue suprimida en la
reforma de 1860 con el argumento que podría interpretarse como la prohibición de pagar impuestos
en el ámbito provincial.
Los artículos 14, 20 y 25 incluyen el derecho de enseñar y aprender y con ello consagran
la libertad de enseñanza, correlato indiscutible de la libertad de expresión.
La obligación de las provincias de asegurar la educación primaria es concurrente con el
atributo del Congreso de proveer lo conducente al progreso de la ilustración dictando planes de
instrucción general y universitaria. Se ha interpretado que, al referirse a planes de instrucción
general y universitaria, se alude a las leyes que deben organizar el sistema educativo en dichos
niveles, sin perjuicio de ello la Ley 1420 incluye un plan mínimo de instrucción obligatoria. En
cuanto al término instrucción general, alguna parte de la doctrina señaló que el mismo era
equivalente a enseñanza primaria o común en tanto, instrucción universitaria significaría
enseñanza secundaria y superior. Para otro sector del pensamiento jurídico instrucción general era la
común o elemental, que a todos convenía tener, para utilidad personal y del Estado, sin
especialización en un tipo determinado de estudios. También se afirmó que instrucción general
significaba una enseñanza media suficiente que sirviera para dar conocimientos especiales y
limitados o para disponer a los jóvenes a seguir los altos estudios. En los hechos y durante décadas,
la enseñanza secundaria y superior tuvo la función de formar a la elite que desempeñó papeles
políticos dentro del aparato del Estado. La instrucción general, en cambio, fue sinónimo de
enseñanza primaria, común y elemental y a ella tuvo acceso la mayoría de la población en edad
escolar.
La expresión progreso de la ilustración, contenida en la norma constitucional, condensó
un programa que universalizó la acción pedagógica escolar en torno a los valores de la Nación
Organizada. La idea de asociar la promoción de la educación o el progreso de la ilustración, con el
cambio social tuvo un nombre: optimismo pedagógico.
121 2
Di Tella, Torcuato: Historia Social de la Argentina contemporánea. Capitulo IV: Roca, la generación del 80 y el papel de
los extranjeros en la sociedad argentina. Editorial Troquel, Buenos Aires, 1998.
131 3
Ferrer, Aldo: La economía argentina. Las etapas de su desarrollo y problemas actuales. Capítulo: La economía primaria
exportadora. Editorial Fondo de Cultura Económica. México. Buenos Aires, 1975.
141 4
Giberti, Horacio: Historia Económica de la Ganadería Argentina. Capítulo IV. Editorial Hispaméryca, Buenos Aires, 1985.
1
15 5
Tedesco, Juan Carlos: La educación argentina entre 1880 y 1930. Crecimiento y desequilibrios en Historia Integral
Argentina. (Tomo 5). Centro Editor de América Latina. Buenos Aires, 1973.
EL CAMINO HACIA UNA LEY FUNDACIONAL.-
Con la capitalización de la ciudad de Buenos Aires, en 1880, las escuelas porteñas pasaron
al dominio de la Nación, aunque se mantuvo para ellas la vigencia de la Ley de Educación de la
Provincia de Buenos Aires. En lo técnico y administrativo, la instrucción primaria de la Capital
Federal, las colonias y los territorios nacionales se puso bajo la dirección del Consejo Nacional de
Educación. El nuevo organismo debía redactar un proyecto de ley de educación y un informe
sobre el estado de la enseñanza primaria, pero fue disuelto. La Comisión Nacional de Educación
creada en su reemplazo organizó el Congreso Pedagógico Sudamericano (1882) al que asistieron
representantes de países extranjeros, especialistas y maestros para tratar cuestiones relativas a la
enseñanza y a la educación popular.
Meses después de la apertura del Congreso Pedagógico comenzó el debate parlamentario
de la nueva ley de educación que regiría en la capital, colonias y territorios nacionales. Tanto en el
parlamento como en el Congreso Pedagógico los diferentes discursos expresaron la disputa
ideológica entre liberales y católicos.16 Los liberales consideraban que la religión debía salir del
espacio público para reducirse a las conciencias, al ámbito de lo privado. 17 Concebían al niño como
germen de la sociedad civil y desde allí sujeto del estado y la sociedad. Los católicos, en cambio,
no querían resignar el protagonismo de la iglesia. 18 Para ellos el niño era una prolongación de la
familia y ésta su vez un apéndice de la Iglesia, pilar de la organización social. En las Declaraciones
del Congreso Pedagógico no quedó expresamente establecida la enseñanza laica. Sin embargo,
entre las asignaturas básicas recomendadas para el plan de estudios no se incluyó la religión. Este
hecho prácticamente conducía al laicismo. El debate parlamentario 19 sobre la enseñanza religiosa,
en el que triunfó una posición moderadamente laica, fue uno de los tantos pasos que dio el Estado
sobre la sociedad para controlar los actos más destacados del ciclo vital. Es que, hasta la década del
80, los nacimientos, las defunciones y los matrimonios eran registrados solamente por la Iglesia
Católica y otras confesiones. Con la aprobación, en 1884 de la Ley de Registro Civil las dos
primeras funciones quedaron para el Estado. Pero esta ley aún reconocía a la Iglesia la potestad
sobre los matrimonios. La Ley de Matrimonio Civil, aprobada, en 1888, termina con esa potestad a
161 6
Di Tella, Torcuato: Ob. Cit.
171 7
Daniel, Jean: “La laicidad pone a Dios en el hogar y al ciudadano en la escuela”. Clarín, 21-08-2003.
181 8
En Italia es obligatorio el crucifijo en las aulas ( leyes de hace 80 años, vigentes hoy). Clarín, 28-10-2003
191 9
Weinberg, Gregorio: El debate parlamentario de la Ley 1420 (2 tomos). Centro Editor de América Latina, Buenos Aires,
1984.
pesar de la fuerte oposición de grupos y legisladores católicos. Tanto estas leyes como la Ley de
Educación Común fueron denominadas leyes laicas.
La ley 1420 de educación común en la Capital, Colonias y Territorios Nacionales.
222 2
Tedesco, Juan Carlos: La instancia educativa en Biagini, Hugo (compilador): El movimiento positivista argentino. Editorial
de Belgrano, Buenos Aires, 1983.
232 3
Entel, Alicia: Escuela y conocimiento. Cuadernos FLACSO. Miño y Dávila Editores, Buenos Aires, 1988.
2
24 4
Libaneo, J: “Tendencias pedagógicas en la práctica escolar.” Revista da Associaçao de Educaçao (Traducción). Año 3. Nro
6. Sao Pablo 1986.
- La enseñanza primaria para los niños de seis a diez años de edad, se dará preferentemente en
clases mixtas, bajo la dirección exclusiva de maestras autorizadas. 25
Como lo testimonian los últimos preceptos, la ley preparó al hombre y a la mujer para
asumir sus funciones dentro de un modelo de la familia y de sociedad. En esta cuestión
coincidieron tanto católicos como liberales. 26
La aceptación de las reglas de disciplina social no sólo quedó expresada través de los
contenidos. En la práctica, el sistema educativo tenía un criterio preponderante de clasificación: la
capacidad de acceder a niveles crecientes de complejidad. Los niveles representaban una secuencia
según la cual se pasaba de lo simple a lo complejo. La comprensión de la complejidad quedaba
reservada a los que llegaban a los niveles superiores. Este criterio tenía una justificación teórica: dar
a cada uno la educación que corresponde a su lugar en la escala social y lograr la aceptación de una
nueva moral, la moral laica y republicana que debía reemplazar a la moral religiosa tradicional.
La enseñanza de la moral racional y de la adhesión a la nación debía, en este sentido,
apoyarse en los mismos elementos que la moral tradicional: símbolos, ritos y sentido de autoridad
de parte de quienes aparecían portadores de los nuevos valores en los cuales se basaba la
socialización. El ascenso en la escala de la jerarquía educativa implicaba un ascenso en la escala de
la jerarquía social, legitimaba la movilidad social y reproducía el orden imperante. 27
La enseñanza religiosa.
La enseñanza religiosa sólo podrá ser dada en las escuelas públicas por los ministros
autorizados de los diferentes cultos, a los niños de su respectiva comunión y antes o después de las
horas de clase. Con la redacción del artículo ocho los parlamentarios de 1884 creyeron haber
arribado a una solución transaccional entre los partidarios de la educación confesional y los
sostenedores de la escuela laica. 28 Sin embargo, en la práctica, la escuela pública argentina se
convirtió en una escuela laica ya que hasta la década del 30 ninguna religión fue enseñada en sus
aulas, ni en las horas de clase ni fuera de ellas.
Administración. Enseñanza privada. Jardines de infantes. Escuelas para adultos .
En el capítulo VI de la Ley se dispone que la dirección facultativa y la administración
general de las escuelas de la Capital Federal y los territorios nacionales estarán a cargo de un
252 5
El presidente norteamericano Georges W. Bush presentó en 2002 un proyecto que se proponía reestablecer el uso de clases
y escuelas de un solo sexo pues “ello puede reflejar esfuerzos importantes y legítimos para mejorar los resultados educativos de todos los
estudiantes”. Clarín, 18-05-2002
262 6
Durante 100 años los textos de lectura y la escuela transmitieron el mismo esquema: el rol de la mujer era quedarse en su
casa. Los modelos de los textos de lectura comenzaron a cambiar recién en la década de 1980 aunque las mujeres hayan salido a trabajar
mucho antes, según el libro ¿Mamá amasa la masa?, resultado de una investigación publicada por Catalina Wainerman y Mariana
Heredia en 1999. Clarín, 09-05-99
272 7
Tedesco, Juan Carlos: El nuevo pacto educativo. Capítulo I: La formación del ciudadano: Nación y Democracia. Editorial
Anaya, Buenos Aires, 1997.
282 8
Weinberg, Gregorio: Ob. Cit.
Consejo Nacional de Educación, que funcionará en la capital de la República, bajo la dependencia
del Ministerio de instrucción pública. Para las escuelas dependientes del Consejo Nacional de
Educación se establecen, en el referido capítulo VI, dos tipos de inspección: la inspección técnica
a cargo de inspectores maestros y la inspección administrativa, realizadas por los Consejos
Escolares de Distrito compuesta de cinco padres de familia elegidos por el Consejo Nacional.
La Ley también se ocupaba de la educación privada, sustentada constitucionalmente por el
derecho de enseñar, armonizando la libertad de enseñanza con la responsabilidad del Estado que
debía autorizar y supervisar el funcionamiento de los colegios particulares. 29 Los directores de estos
establecimientos tenían la obligación de:
- Manifestar al respectivo Consejo escolar de distrito su propósito de establecer o mantener una
escuela o colegio de enseñanza primaria, indicando el sitio de la escuela, condiciones del edificio
elegido para tal objeto y clase de enseñanza que se proponen dar .
- Acompañar los títulos de capacidad legal para ejercer el magisterio, que posea la persona
destinada a dirigir la escuela.
- Comunicar a la autoridad escolar respectiva los datos estadísticos que le fueron solicitados y
llevar con tal objeto, en debida forma, los registros establecidos según los formularios de que
serán gratuitamente provistos por la autoridad escolar respectiva.
- Observar las disposiciones acerca de la matrícula escolar.
- Someterse a la inspección que en interés de la enseñanza obligatoria, de la moralidad y de la
higiene, pueden practicar, cuando lo crean conveniente, los inspectores de las escuelas primarias y
el Consejo Escolar de Distrito.
- Dar en el establecimiento el mínimum de enseñanza obligatoria.
La ley determinó, en su artículo 11, el establecimiento de uno o más jardines de infantes,
en las ciudades donde sea posible dotarlos suficientemente. Durante muchos años no se cumplió
con esta disposición legal, ya que sólo fueron creados algunos establecimientos sin que el Estado
diera una organización sistemática. En muchas provincias se establecieron jardines de infantes, pero
sin contar con una orientación definida. Sólo quedaron las secciones infantiles de los departamentos
de aplicación de algunas Escuelas Normales. La difusión de los jardines estuvo atada a un debate
político–educativo alrededor del carácter doméstico o pedagógico de dichas instituciones. El Primer
Congreso Pedagógico de 1900, arribó a la conclusión de que la escolaridad debía empezar a los 7
años y que los jardines de infantes eran un problema doméstico y no escolar. Aunque se los
292 9
Bravo, Héctor Félix: Bases constitucionales de la educación argentina. Ob. Cit.
reconocía como necesarios se los condenaba en tanto institución escolar; no debían contar con
sostén estatal sino quedar librados a iniciativas particulares. 30
El artículo 11 también establece: escuelas para adultos en los cuarteles, guarniciones,
buques de guerra, cárceles, fábricas y otros establecimientos donde pueda encontrarse
ordinariamente reunido un número, cuando menos de cuarenta adultos ineducados y escuelas
ambulantes, en las campañas, donde por hallarse muy diseminada la población no fuese posible
establecer con ventaja escuelas fijas.
EL PROGRESO DE LA ILUSTRACIÓN.-
Se ha dicho que la Ley 1420 fue la norma educativa más progresista que podía obtenerse en
la República Argentina, capitalista y agroexportadora, de fines del siglo XIX. 31 Sus efectos se
hicieron sentir, lenta pero efectivamente, durante las décadas siguientes. Junto con las leyes
provinciales de educación primaria, la Ley 1420 alfabetizó a generaciones de hombres y mujeres,
logrando que la Argentina tuviera la tasa más baja de analfabetos de América Latina. Por éstas
características fue considerada una ley modelo por muchos países latinoamericanos. 32 Esa fue su
principal fortaleza. Sin embargo, tanto la Ley 1420, válida en la Capital Federal y los territorios
nacionales, como las leyes de educación común sancionadas en cada una de las provincias tuvieron
un serio problema que afectó su instrumentación: el financiamiento. 33 Esa fue su principal
debilidad.
Las provincias debían asegurar la educación primaria de acuerdo con la Constitución. Sin
embargo, muchas de ellas, por insuficiencia de recursos, no pudieron cumplir con esta norma.
Entonces el gobierno de la Nación empezó a subvencionarlas conforme lo que establece la
Constitución Nacional que en el artículo 67, inciso 8, autoriza al Tesoro Nacional a acordar
subsidios a las provincias cuyas rentas no alcancen a cubrir sus gastos ordinarios. En 1871, durante
la presidencia de Sarmiento, se estructuró una ley orgánica que establecía los requisitos para
solicitar una subvención permanente. Sobre esta base se promulgó en 1890 la ley 2737. Con
303 0
Carli, Sandra: Niñez, pedagogía y política. Transformaciones acerca de los discursos de la infancia en la historia argentina
entre 1880 y 1955. Capítulo III: la tesis sobre la naturaleza humana del niño...Los jardines de infantes. Universidad de Buenos Aires.
Miño y Dávila, Buenos Aires, 2002.
313 1
Romero, José Luis: Ob. Cit.
323 2
En E.E.U.U. la Corte Suprema decretó la ilegalidad de la segregación racial en las escuelas recién en 1954.
333 3
Bravo, Héctor Félix: Ob. Cit.
pequeñas modificaciones, introducidas en 1897, esta ley rigió las subvenciones a las provincias.
Para poder gozar de los beneficios de la ley, las provincias debían destinar al menos el 10% de sus
entradas o rentas generales al sostenimiento de la enseñanza y suministrar al Consejo Nacional de
Educación datos sobre el personal docente, los alumnos, los textos y los edificios escolares. Como
todas las provincias no se encontraban en la misma situación económica, la ley establecía distintas
proporciones para distribuir la subvención nacional. Sin embargo, en virtud de las irregularidades
cometidas por algunas provincias con los fondos que se enviaban para el fomento escolar o en lo
remisas que se mostraban para rendir de cuentas, hubo que recurrir a otros medios para garantizar la
instrucción pública en el interior. Surgió así el proyecto del senador Manuel Láinez, luego
convertido en ley. Esta norma, promulgada como Ley 4874 en 1905, permitió al Consejo Nacional
de Educación establecer directamente, en las provincias que lo solicitaran, escuelas nacionales,
elementales, infantiles, mixtas y rurales, en las que se impartió el mínimum de enseñanza
establecido en la Ley 1420. De acuerdo con la ley, la determinación de la ubicación de las escuelas
nacionales iba a depender del porcentaje de analfabetos que surgiera de las listas presentadas por
las provincias para recibir la subvención escolar.
343 4
Romero; José Luis: Ob. Cit.
353 5
Astolfi, Juan Carlos: Historia de la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta. Asociación de Ex alumnos, Buenos
Aires, 1975.
363 6
Tedesco, Juan Carlos: La instancia educativa. Ob.Cit.
tradicionales de las universidades, pero también para formar el personal capacitado que requería la
nueva administración pública. Este personal era reducido, sobre todo en la Argentina de aquellos
tiempos que concentraba el poder en pocas manos y no daba garantías de renovación democrática
de los funcionarios. La función política distintiva de la educación media y superior fue formar
la elite que iba a dirigir el Estado37 No obstante, como consecuencia del modelo económico y
social, aparecen en las ciudades sectores medios cada vez más importantes, a los que se suman
grupos desplazados del entorno del régimen, que pugnan por la apertura de la vida política y que
perciben al sistema educativo tradicional como un camino eficaz tanto para el ascenso social como
para la capacitación política. La lucha de este movimiento por tener un lugar en el manejo de la
cosa pública pone en evidencia que hay una cantidad de personal político excedente que no puede
ser ubicado por el aparato oficial. Ante esta situación, la alternativa que un sector de la elite
gobernante concibe como solución es la diversificación de los estudios hacia modalidades técnicas
que aparten del camino político a un sector importante de los que acceden a la escuela media. Si la
función de los Colegios Nacionales y la Universidad era formar una elite directiva, la función de la
fragmentación del sistema en varias escuelas profesionales era la de alejar de esa elite directiva a
otros núcleos en ascenso. Este hecho permite explicar los intentos de la clase gobernante argentina
de modernizar el sistema educativo con nuevas carreras. El producto inmediato de este movimiento
fue la creación de las primeras escuelas comerciales e industriales en Buenos Aires y Rosario. En
1891 se funda la primera Escuela Nacional de Comercio, en la Capital Federal. En 1899 se crea la
primera Escuela Industrial de la Nación. En cuanto a la enseñanza superior, en 1885 se dicta la
primera ley para el ordenamiento de las universidades, la que lleva el número 1579 y se conoce
como Ley Avellaneda.38
Entre 1880 y 1930 transcurre una etapa educativa estrechamente vinculada al modelo de la
economía primaria exportadora. Si bien los sectores medios no tuvieron un programa económico
alternativo al modelo agroexportador, en el ámbito político no sucedió lo mismo porque la clase
gobernante que creó las condiciones para su aparición y desarrollo no les dio participación en la
elaboración de decisiones y en el control social. La respuesta de los sectores medios fue reclamar
una mayor democratización institucional enarbolando las consignas del sufragio universal y el
respeto a la constitución. 39 Cuando, representados por el radicalismo, llegan al gobierno en 1916,
373 7
Tedesco, Juan Carlos: La educación argentina entre 1880 y 1930. Ob. Cit.
383 8
Rodriguez Bustamante, Norberto: Debate parlamentario sobre la Ley Avellaneda. Editorial Solar, Buenos Aires, 1985.
393 9
Rouquié, Alain: Poder militar y sociedad política en la sociedad argentina. Tomo I. EMECÉ Editores, Buenos Aires, 1983.
sus planteos en la política educativa se agotan en medidas tendientes a garantizar un mayor acceso a
las instituciones existentes, sin intentar en ningún momento su modificación. Por ello puede
afirmarse que hasta 1930 no hay diferencias en el apoyo que tanto radicales como conservadores, le
dan a la enseñanza pública, gratuita y laica. Al contrario fue la elite gobernante la que implementó
en el país esas pautas, promovió la introducción de criterios científicos en la enseñanza e intentó
reformar el sistema educativo con orientaciones prácticas y utilitarias. Como contrapartida los
sectores medios enfatizaron la necesidad de ampliar el apoyo a la escuela primaria y no sólo se
opusieron a las reformas en la educación secundaria sino que tendieron a consolidar sus
orientaciones clásicas. En cambio dichos sectores fueron artífices de la Reforma Universitaria de
1918,40 que originó el movimiento estudiantil organizado, con la autonomía como consigna, para
garantizar en los claustros la libertad académica, la creatividad y la independencia frente a la
intromisión del Estado. Dentro de este proceso de democratización política, que acontece en 1916,
empiezan a generarse en el país otros debates ideológicos. Las nuevas tendencias pedagógicas
acompañan el ascenso político y social de los sectores medios y se hace manifiesta la confrontación
entre el discurso normalista, positivista, fundador de la instrucción pública, y el discurso de la
escuela nueva. El primero estaba centrado en el maestro, el verbalismo, la inculcación y la
disciplina; el segundo giraba alrededor del alumno, el aprendizaje y el autogobierno infantil. Tanto
uno como otro son variantes de la pedagogía liberal que prepara a los alumnos para el desempeño
de papeles sociales teniendo en cuenta las aptitudes individuales. 41 Aunque no pudo reemplazar el
sistema de la pedagogía liberal conservadora o tradicional, la escuela nueva fue un emergente de la
renovación pedagógica que caracterizó el clima pluralista, cultural e ideológico, de una época. 42
Los nuevos enfoques pedagógicos también intentan convertirse en una respuesta a lo que
muchos entendieron como un fracaso de la educación recibida por las generaciones adultas. La
Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la crisis económica de 1929 mostraron la otra cara de las
civilizaciones y agudizaron las demandas sociales que descolocaban cualquier propuesta educativa
y cuestionaban al optimismo pedagógico. Es que si bien entre 1914 y 1931 se logró escolarizar a la
mayoría de la población infantil del país y según el censo de 1931 las tres cuartas partes de los
niños entre 6 y 13 años asistían la escuela primaria, los niveles de deserción seguían siendo muy
altos con un descenso significativo de la matrícula partir de 4to grado. Aunque la Constitución
confiriera el derecho a aprender y la Ley 1420 obligara a concurrir a la escuela, había una tarea
que excedía los marcos de la democracia liberal y consistía en remover los obstáculos de orden
404 0
Ciria, Alberto y Sanguinetti, Horacio: La Reforma Universitaria (2 tomos). Capítulo II (TOMO I): De 1918 a 1931. Centro
Editor de América Latina, Buenos Aires, 1983.
414 1
Libaneo, J : Ob. Cit.
424 2
Carli, Sandra: Ob. Cit.
económico y social 43que limitaban el derecho de aprender e impedían el desarrollo como persona
humana de muchos niños argentinos. Para ello el estado liberal demostró ser insuficiente.
434 3
El artículo 3ro de la Constitución de Italia inscripto dentro del constitucionalismo social, amplía los derechos del
constitucionalismo liberal y expresa que”incumbe a la república remover los obstáculos de orden económico y social que, limitando de
hecho la libertad y la igualdad de los ciudadanos, impidan el pleno desarrollo de la persona humana...” ciudadanos, impidan el pleno
desarrollo de la persona humana...”
CAPÍTULO II.-
LA EDUCACIÓN DE LA ARGENTINA INDUSTRIAL
CRISIS MUNDIAL, GOLPE MILITAR Y SUSTITUCION DE IMPORTACIONES.-
Para América Latina el período que se inicia en 1929 se caracteriza por perturbaciones
profundas y prolongadas de origen externo como resultado de una crisis económica mundial. La
capacidad adquisitiva de los grandes centros financieros e industriales desciende verticalmente y
golpea a la mayoría de los países latinoamericanos en los que cae el poder de compra de las
exportaciones en un 50 %.1 En la República Argentina el gobierno, surgido del sufragio popular en
1928, enfrenta las consecuencias de la crisis: los precios mundiales de los cereales, cueros, lanas y
otras exportaciones argentinas están en baja. Ganaderos y agroexportadores advierten que, para
salvar su cuota de ganancia, es necesario bajar el nivel de vida de la población y reemplazar al
presidente Yrigoyen por un gobierno desligado de compromisos electorales, que controle los
sindicatos.2 Los trabajadores permanecen pasivamente a favor del líder radical, en tanto la clase
media y los grupos más encumbrados de la sociedad apoyan la “revolución”. Por fin, el 6 de
septiembre de 1930, el general José Félix Uriburu depone al gobierno. Con este golpe se inicia un
período de más de una década durante el cual se ejercita el fraude electoral y se proscriben y
persiguen a fuerzas política opositoras.3
Como consecuencia de la crisis mundial la participación de las economías agroexportadoras
en el mercado mundial desciende y se hace necesario que las importaciones también bajen a la
altura de las exportaciones. Por eso, y en eso reside la originalidad del caso argentino, a partir de
1930 las fuerzas conservadores que controlan el Estado favorecen el crecimiento industrial para
cubrir un vacío llenado antes por bienes de consumo importados.4 En 1934 el sector industrial
11 Ferrer, Aldo: Ob. Cit.
22 Peña, Milcíades: Masas, caudillos y elites. La dependencia argentina de Yrigoyen a Perón. Ediciones Fichas, Buenos Aires,
1973.
33 Romero, José Luis: Ob. Cit..
4
Murmis, M. y Portantiero J C: Estudios sobre los orígenes del peronismo. Primera parte. Crecimiento industrial y alianza
de clases en la Argentina (1930-1940) Siglo veintiuno Editores, Buenos Aires, 1984.
44
llega a incidir un 20% en el producto bruto interno. En valores absolutos la industria, a mediados de
los años 30, constituye el doble de lo que fue en los años 20 y aumenta otro 20% antes de 1939. En
este lapso las industrias livianas de consumo popular, como las de la alimentación y el vestido,
crecen vertiginosamente, en tanto el censo industrial de 1935 señala avances en industrias semi-
pesadas y progresos en las industrias mecánicas y en algunas químicas. Algo está cambiando en el
país.5
LA “RESTAURACIÓN DE LA FE NACIONAL”.-7
5
Dorfman, Adolfo: Historia de la industria argentina. Ediciones Solar, Buenos Aires, 1982.
6
Murmis y Portantiero: Ob. Cit.
7
Rouquié, Alain: Ob. Cit.
55 8
Romero, José Luis: Ob. Cit.
66
77
88
jerárquicamente a los responsables de la educación del niño, situando primero la Iglesia, luego a la
familia y por último al Estado que está obligado a asegurar el derecho a la educación de aquellos
que carecen de protección familiar. En medio de este resurgimiento de la influencia eclesiástica el
Congreso Eucarístico Internacional, que se desarrolla en Buenos Aires en 1934, recibe el apoyo del
general Agustín P. Justo, presidente de la Nación, mientras los sectores más fervientes del nacional
catolicismo cierran filas tras la consigna: con la cruz convertida en espada, restauraremos la fe
nacional. La cuestión de la enseñanza religiosa en la educación pública es nuevamente centro de
discusión liberales y nacionalistas católicos. Esta vez la Iglesia recupera su autoridad sobre la
infancia, no sólo moral, sino también educativa. En 1938 la enseñanza de religión, que ya existía
en Córdoba, se impone en Buenos Aires, Salta, Corrientes, Catamarca y Santa Fe. En 1943 el
decreto 18.411 modifica la ley 1420 y reestablece la enseñanza religiosa no sólo en las escuelas
primarias, también en los establecimientos secundarios y especiales. El decreto excluía de la
enseñanza religiosa a aquellos educandos cuyos padres manifiestan expresa oposición por
pertenecer a otra religión, respetándose así la libertad de conciencia a estos alumnos se les dará
instrucción moral. Con la Ley 12.978 el parlamento convalida y amplía, en 1947, el decreto del
gobierno de facto.9 Después de más de seis décadas la educación laica deja de tener vigencia. La
norma, que consagra la enseñanza religiosa y establece que el sistema educativo debe transmitir
contenidos cristianos, se inspiró en la Ley de Educación que, en España, había implantado el
gobierno de Franco.
El constitucionalismo clásico modeló el estado liberal que debía abstenerse de violar los
derechos individuales, aunque con el tiempo, el horizonte se fue ampliando, los particulares junto al
Estado no sólo estuvieron obligados a respetar los derechos del hombre, además el Estado añadió la
responsabilidad de dar o hacer algo a favor del titular de esos derechos. Este segundo ciclo del
constitucionalismo, signado por transformaciones sociales, económicas y políticas, tiene sus inicios
en el siglo XX y se denomina constitucionalismo social. Las primeras constituciones de este signo
son la mexicana, dictada en 1917 y la alemana de Weimar, en 1919. Después de la Segunda Guerra
Mundial, aparecieron constituciones sociales en Italia, en la República Federal Alemana y en la
República Argentina en 1949. El constitucionalismo social no suprime los clásicos derechos civiles
o individuales sino que les agrega derechos sociales, económicos y culturales. La democracia
liberal pasa a ser democracia social, el estado liberal avanza hacia el estado social, la igualdad
formal ante la ley adiciona la igualdad real de oportunidades, porque pretende remover los
obstáculos de orden económico y social que limitan la libertad y la igualdad de los ciudadanos e
impiden el pleno desarrollo de la persona humana. 12 En la República Argentina, la Constitución de
1949 y las políticas sociales implementadas por el justicialismo, apuntaron a configurar una
democracia social que respondía a demandas de alimentación, protección de la salud, ampliación
de acceso a la escolaridad, planteadas al Estado liberal y que éste no había satisfecho. La
democracia social ofrecía la igualdad de oportunidades, la justicia social debía ser una condición
previa a toda intervención educativa.13
El capítulo de la Constitución de 1949 dedicado a la Educación y la Cultura establecía que la
educación y la instrucción corresponden a la familia y a los establecimientos particulares y
oficiales que colaboren con ella conforme a lo que establezcan las leyes. Para ese fin, el Estado
creará escuelas de primera enseñanza, secundarias, técnico profesionales, universidades y
academias. El párrafo tiene una clara influencia de la doctrina de la Iglesia y concretamente de la
111 1
Felipe Beltrame, convencional contituyente por la provincia de Córdoba, quiso llevar a la Constitución de 1949 la idea de
que los únicos privilegiados eran los niños. Propuso agregar en la misma los derechos de la niñez, aunque su moción no prosperó. Ver
Conozcamos Nuestra Constitución, Estudio facsimilar de la Constitución Argentina de 1949 con trabajos introductorios de Alberto
González Arzac y otros. Colección Obras Fundamentales, ADRIFER LIBROS, Buenos Aires, 2000.
121 2
Bidart Campos, Germán J: Ob. Cit.
1
13 3
González Arzac, Alberto R.: La Constitución de 1949 en El peronismo en el poder. Historia Integral Argentina (Tomo 8).
Centro Editor de América Latina,Buenos Aires, 1974.
encíclica “Divinis Magistris”, en tanto establece diferencias entre educación; que sería la formación
moral transmitida por la familia como educadora principal; e instrucción que se relacionaba con los
contenidos científicos transmitidos en la escuela, sin perjuicio que dichos contenidos, según la Ley
12.978, debían ser cristianos. Por otra parte el texto constitucional menciona a los establecimientos
educativos particulares. Téngase en cuenta que dichos establecimientos habían hecho notables
progresos en la década anterior, sobre todos los que brindaban educación católica. Puede resultar
contradictorio que un gobierno que asumía la educación como un problema de Estado jerarquice de
tal manera la familia y la enseñanza privada. Sin embargo aquí ha de señalarse la influencia
doctrinaria de la Ley de Educación de España que había implantado la subsidiariedad del Estado y
ajustaba la educación al dogma y la moral católica; siguiendo los lineamientos de la encíclica
papal.14
El inciso que sigue establece que la enseñanza tenderá al desarrollo del vigor físico de los
jóvenes, al perfeccionamiento de sus facultades intelectuales y de sus potencias sociales, a su
capacitación profesional, así como la formación del carácter y el cultivo integral de todas las
virtudes personales, familiares y cívicas. El término vigor físico aparece en la ley española que
había otorgado especial importancia a la educación física. Además, durante sus años en el Ejército
Perón pudo comprobar el deplorable estado de salud de millares de argentinos que cumplían con el
servicio militar obligatorio, de allí la importancia que se le asigna a este aspecto de la educación.
La política de dignificación del niño incluyó un conjunto de contenidos respecto del tipo de hombre
que quería formar. El cultivo de virtudes cívicas y el perfeccionamiento de sus potencias sociales
implica una apelación al buen ciudadano y tiene una connotación social- cristiana y humanista, que
confronta con la corriente liberal que apelaba al universalismo, a un ciudadano laico y a un hombre
individualista y no nacionalista.15
El párrafo siguiente establece que la enseñanza primaria elemental es obligatoria y será
gratuita en las escuelas del Estado. La enseñanza primaria en las escuelas rurales tenderá a
inculcar en el niño el amor a la vida del campo, a orientarlo hacia la capacitación profesional en las
faenas rurales y a formar la mujer para las tareas domésticas campesinas. El Estado creará, con ese
fin, los institutos necesarios para preparar un magisterio especializado.
Después de casi cien años de vigencia de la constitución histórica, un texto normativo
consagra los principios de la Ley 1420, pero con jerarquía constitucional. Además, la política de
gobierno tendía a ampliar y perfeccionar los principios históricos. El capítulo pertinente del Primer
Plan Quinquenal (1947-1951) se dedica al tema de la igualdad de oportunidades, responsabilizando
141 4
Pio XI : La Iglesia entre las dos guerras. Quadragesimo anno. Carta encíclica sobre la restauración del orden social.
Centro Editor de América Latina, Buenos Aires 1969.
151 5
Di Tella, Torcuato S: Ob. Cit.
en forma concurrente a padres y encargados y al estado de proveer los medios para hacer posible el
cumplimiento de la obligatoriedad, con lo cual se va más allá del principio de accesibilidad. Los
medios que el estado debía proveer eran la creación y el sostén, el diseño de circuitos de enseñanza
donde faltasen establecimientos, la solución del problema del transporte, la entrega de libros y
útiles, la instalación de comedores escolares, internados o semi- internados en los casos necesarios.
Un Estado proveedor de oportunidades, también comprometía a los padres.
La orientación profesional de los jóvenes – se afirmaba a continuación- concebida como un
complemento de la acción de instruir y educar, es una función social que el Estado ampara y
fomenta mediante instituciones que guíen a los jóvenes hacia las actividades para las que poseen
naturales aptitudes y capacidad, con el fin de que la adecuada elección profesional redunde en
beneficio suyo y de la sociedad.
La reforma de la educación primaria implantada por el decreto 26.944 (1947) se caracterizó
por extender el ciclo educativo de los 4 a los 13 años, por la modificación de los planes y programas
de aprendizaje y por la introducción del pre- aprendizaje laboral. La reforma incluía la iniciación
del niño en el mundo laboral, en el más amplio sentido de formar a los niños para la constitución de
una clase de futuros trabajadores. La incorporación del pre- aprendizaje laboral suponía una
preparación para el mundo del trabajo. Se pretendía iniciar al niño en el manejo de herramientas
más comunes y en la práctica de técnicas elementales que están en la base de todos los oficios. El
trabajo infantil permitía vincular imaginariamente el mundo escolar con la esfera política
fusionando en un valor los orígenes sociales diferentes de los niños, ligándolos generacionalmente a
una cultura del trabajo y productiva.
El inciso 6, del capítulo educación y cultura de la Constitución de 1949 expresaba que “Los
alumnos capaces y meritorios tienen el derecho de alcanzar los más altos grados de instrucción. El
Estado asegura el ejercicio de ese derecho mediante becas, asignaciones a las familias y otras
providencias que se conferirán por concurso entre los alumnos de todas las escuelas.”
Al comenzar la década del 40, el jardín de infantes estaba poco difundido, tanto en la
jurisdicción nacional como en la provincial. Sin embargo, durante el período 1945-1955 el
crecimiento de este nivel fue notable y la matrícula creció extraordinariamente. Hasta ese momento
la difusión de los jardines había estado vinculada al debate sobre su valor como institución
pedagógica o doméstica. Su expansión permitió ligar las demandas educativas con las pretensiones
del estado que necesitaba una institución que acompañara la inserción de la mujer en el mundo
laboral y político. Además la creación de jardines era un medio para igualar las condiciones sociales
de crecimiento infantil y una nueva manera de establecer las condiciones de la sociedad futura. En
la provincia de Buenos Aires, con la sanción de Ley 5.096 (1946) se estableció la obligatoriedad y
gratuidad de la educación preescolar entre los 3 y los 5 años. 16
Otro hecho trascendente de la educación peronista fue su política de construcciones
escolares. Entre 1948 y 1952 fueron construidas más escuelas que en todo los períodos anteriores.
La tasa de escolarización aumentó y la enseñanza media, en todas sus modalidades, tuvo una gran
expansión cuantitativa, destacándose las escuelas industriales, las escuelas fábricas y la
17
Universidad Obrera.
EL CONSENSO PERDIDO
Aunque el gobierno de Perón abrió las puertas de las universidades sin exámenes de ingreso
y con esto aumentó la matrícula, durante la década justicialista las casas de altos estudios estuvieron
intervenidas, sin autonomía ni participación estudiantil. En el ámbito de la Educación Primaria, el
Consejo Nacional de Educación, intervenido desde 1943, fue disuelto en 1949 y sus funciones
asignadas a la Dirección General de Enseñanza Primaria dependiente del Ministerio de Educación.
Pese a los importantes logros el sistema educativo justicialista distó de respetar, de manera plena, la
libertad de expresión y de trabajo de una parte de la sociedad argentina que no compartía el ideario
del gobierno.18 Así, el consenso que inicialmente tuvo en el área educativa se fue perdiendo, hubo
sectores que le restaron apoyo político, la confrontación con la Iglesia se agudizó, mientras que
desde el oficialismo se apelaba a la autonomía doctrinaria y se exaltaba la personalidad de sus
líderes en todos los niveles del sistema educativo, todo ello en medio de una crisis económica que
signó la segunda presidencia de Perón.19
161 6
Carli, Sandra: Ob. Cit.
171 7
Jaroslavsky. Jorge Adolfo: La educación argentina-1930-1962. en Etapa final de una experiencia. Historia Integral
Argentina (Tomo 9). Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1974.
181 8
Mangone, C. y Warley, J.A: Universidad y peronismo. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires, 1984.
191 9
Waldman, Peter: Ob. Cit.
EL NUEVO OPTIMISMO PEDAGÓGICO: LA FORMACIÓN DEL RECURSO
HUMANO.-
En la segunda mitad del siglo XX, dentro del nuevo marco histórico generado por las crisis
económicas, las guerras mundiales y las necesidades de la reconstrucción, el papel asignado a la
educación en el cambio social adquirió un contenido diferente. El desarrollo industrial sustitutivo
de la Argentina, producido en momentos en que la coyuntura internacional lo exigía, no sólo asignó
a la escuela el desempeño de su tradicional función homogeneizadora, sumando a millones de
migrantes internos sino, también y principalmente, le confirió la formación de esos recursos
humanos para la creciente industria. En esta nueva versión del optimismo pedagógico, los efectos
de la acción pedagógica escolar se miden en términos de beneficios económicos sociales e
individuales. La formación del ciudadano- representativa de la concepción original- es sustituida
por la formación del recurso humano. 20 Esta integración de la educación al funcionamiento del
mercado de trabajo es una de las novedades del pensamiento económico contemporáneo. Desde los
años 60 en adelante, los economistas comienzan a explicar el mercado de trabajo –salarios relativos,
estructura ocupacional, tasa de desempleo, etc.- incorporando los efectos de la educación.
Sustentada inicialmente en concepciones positivistas y luego en las perspectivas del desarrollismo y
en la teoría del capital humano, la visión de la educación como motor principal de la movilidad
social ascendente de la población y del crecimiento económico del país se tornó hegemónica hasta
entrada la década de los 70. Los recursos destinados a la educación se transformaron en una
inversión individual y social cuyo rédito era posible calcular a través de fórmulas matemáticas. El
acompañamiento del crecimiento industrial, aunque en un ritmo inferior, a la explosión de la
matrícula estudiantil en todos los niveles se constituyó en la principal prueba empírica del
significativo aporte que la educación brindaba al desarrollo económico y a la modernización del
país. El modelo educativo que intentó implementarse entre 1966 y 1973 estuvo basado en
investigaciones parciales acerca de las medidas de política educativa que afectaban las dimensiones
y el rendimiento cuantitativo del sistema. Estas investigaciones debían brindar el diagnóstico
preciso para una reforma educativa cuyo objetivo central era la provisión de educación formal al
mayor número de habitantes. En tal situación el fundamento teórico subyacente aportaba la certeza
de que la educación provista por el sistema de educación formal era uno, y acaso el más importante,
de los factores del crecimiento económico, meta privilegiada de las políticas estatales. Durante el
corto período democrático que va desde 1973-1975, no se articularon planes y proyectos con
orientaciones diferentes a la de capital humano, aunque tuvieron difusión las teorías de la
202 0
Carciofi, Ricardo: Educación y aparato productivo en El proyecto educativo autoritario. Argentina 1976-1982. FLACSO,
Buenos Aires, 1983.
pedagogía de crítica social que tenían una visión hegemónica del sistema educativo al que
consideraban un aparato ideológico del estado burgués, estructurado para garantizar la
21
reproducción de las relaciones capitalistas de producción y explotación.
La llamada generación de 1880 había establecido las pautas culturales, educativas, políticas
y sociales para un país basado en la explotación agropecuaria, con fuerte articulación externa con el
Imperio Británico. Luego las dificultades del modelo agroexportador alentaron el desarrollo
industrial. Así es como, desde la crisis del treinta hasta la segunda guerra mundial, apareció y
creció un modo de producir, consumir y distribuir basado en el mercado interno. Este modelo
económico duró, con intensidad variable, hasta la ruptura del orden constitucional en 1976. Desde
entonces la Argentina adoptó un modelo rentístico - financiero, basado en la especulación y el
endeudamiento público. La industrialización sustitutiva de importaciones tuvo un promedio anual
de crecimiento del PBI por habitante 8,75 veces mayor que el del modelo aplicado a partir de 1976.
Con la apertura de la economía, el sector industrial que en 1976 generaba el 32% del PBI llega a
representar menos del 17 % al finalizar el siglo XX. 22
El modelo económico impulsado por los monetaristas, que se asentó en valores y pautas de
comportamiento compatibles con la ideología de mercado, apeló a un discurso educativo que
resaltaba valores de corte humanístico tradicional o moderno. De esta forma, mientras por un lado
se alentaba la especulación y el consumo, por el otro se promovían comportamientos ascéticos y no
consumistas. Además el discurso pedagógico que promovía la participación, la creatividad, y se
inscribía en la filosofía personalista, estaba en abierta contradicción con las prácticas autoritarias,
represoras y de censura generalizadas tanto dentro como fuera del sistema educativo.
El objetivo del modelo educativo instaurado en 1976 fue disciplinar a la sociedad, lo cual
pedagógicamente se produce restaurando el orden, las jerarquías y la autoridad. 23 En este sentido, el
nuevo modelo se presentó como una revalorización, con diversos matices, del autoritarismo
tradicional. Una fase del intento autoritario, la más obvia y externa, consistió en expulsar docentes,
controlar contenidos, controlar las actividades de los alumnos y sus padres y regular los
comportamientos visibles. Sin embargo, el proyecto autoritario no se limitó a las apariencias
212 1
Braslavsky, Cecilia: Estado, burocracia y políticas educativas en El proyecto educativo autoritario.Ob. Cit.
222 2
Calcagno, Alfredo Eric y Calcagno, Eric: “Un gran país devenido en casino.” Le monde diplomatique, Buenos Aires, marzo
de 2001.
232 3
Tedesco, Juan Carlos. Elementos para una sociología del curriculum escolar en Argentina. El nuevo orden curricular en El
proyecto educativo autoritario. Ob. Cit.
externas, también se aspiraba más profundamente a lograr la internalización y legitimación de las
nuevas reglas de disciplina social.
Uno de los cambios más evidentes ocurridos en los últimos años fue la modificación del
papel que el estado se asigna para sí en la función educativa. En este sentido puede decirse que a
partir de 1976, cristalizó en los elencos gobernantes el principio de subsidiariedad del estado en la
prestación, no así en el control, de los servicios educativos. Este principio, esbozado ya por
Aristóteles, encuentra clara formulación recién en 1931 cuando Pío XI expide la encíclica
Quadragesimo Anno que afirma que no es justo quitar a las comunidades menores e inferiores lo
que ellas puedan hacer y proporcionar y dárselo a una sociedad mayor y más elevada, ya que toda
acción de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza debe prestar ayuda a los miembros del
cuerpo social pero no debe destruirlos ni absorberlos. La teoría de la subsdiariedad, en todas sus
corrientes, importa la supremacía de los cuerpos intermedios sobre el Estado, con limitaciones,
como cuando está en juego el valor seguridad.24
El crecimiento de la responsabilidad de algunas organizaciones de la sociedad civil en la
provisión de educación se enmarcó en un proyecto de la vida social que incluyó la idea que el
Estado sólo debe cumplir una función supletoria, compensatoria de la acción de los particulares.
Con conceptos tomados de las vertientes neoclásicas del pensamiento económico, neoconservadoras
y católicas, se justificó la jerarquización de algunas instituciones de la sociedad civil como la
familia, las comunidades religiosas y Iglesia Católica en tanto la imagen del Estado como portador
de educación se debilitaba.
Hubo también argumentaciones que, sin abrevar necesariamente en el marco teórico
mencionado, se ocuparon de reformular la función y responsabilidades del Estado, la comunidad
educativa y la gestión privada, fundamentando la reforma Constitucional de 1994 en lo pertinente
al ámbito educativo, la Ley Federal de Educación, la Ley de Transferencia de los servicios
educativos y, en definitiva, la transformación educativa realizada en los años noventa. 25
242 4
Bravo, Héctor Félix: Educación Popular. Ob. Cit.
252 5
Filmus, Daniel: El papel de la educación frente a las transformaciones científico tecnológicas en Para qué sirve la escuela.
Tesis. Norma, Buenos Aires, 1994.
CAPÍTULO III.-
EL FIN DEL OPTIMISMO PEDAGOGICO
SISTEMA EDUCATIVO Y DEMANDA SOCIAL.-
GLOBALIZACIÓN Y EDUCACIÓN.-
77 Rigal, Luis: La escuela crítico- democrática: una asignatura pendiente en los umbrales del siglo XXI en Imbernón, Francisco
(coordinador) La educación en el siglo XXI. Los retos del futuro inmediato. Editorial Graó, Barcelona, 1999.
88 Palacio, Sergio: La escuela que no miramos. Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología, Mayo, 2003: “En el marco de
estas transformaciones, que parecen incidir fuertemente en el ámbito de nuestra realidad cotidiana, una de las cuestiones... es el fenómeno
de Internet... Sin embargo, existe aquí una salvedad que es importante hacer. El porcentaje de personas en el mundo que accede a Internet
es notoriamente bajo. En nuestro país ese porcentaje llegaba aproximadamente en los cálculos más optimistas al 10% de la población, en
enero de 2002. Es decir , que hablamos de un porcentaje bajo en relación con el total de personas que forman nuestra sociedad. También
se debe observar que el acceso a esta herramienta, incipiente en los ámbitos educativos, en realidad se verifica en franjas de la sociedad
que obviamente no pertenecen a los sectores más excluidos o marginados.”
99 CEPAL-UNESCO: Educación y conocimiento. Eje de la transformación educativa con equidad, Naciones Unidas, Santiago
de Chile, 1992.
101 0
Tenti Fanfani, Emilio: Ob. Cit.
1
11 1
Tedesco, J.C.: Educar en la sociedad del conocimiento. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2000.
121 2
Basualdo, Eduardo- Aspiazu, Daniel: El proceso de privatización en Argentina. Editorial La Página, Universidad Nacional
de Quilmes Ediciones, Buenos Aires.2002.
reduce la capacidad del estado para definir su política económica y social y rompe los
compromisos locales y las formas habituales de solidaridad.
El modelo genera una creciente polarización social; un fuerte incremento de las
desigualdades; concentración de la riqueza y pauperización y segmentación de las clases
subalternas; exclusión social. La actual noción de modernización neoliberal se funda un
neodarwinismo social que rige la relación interindividual y que implica selección natural, primacía
de los mejores, de los más fuertes y poderosos. Mientras en el modelo capitalista tradicional la
pobreza o la condición asalariada podía ser percibida como consecuencias de un orden social
injusto, en el nuevo capitalismo tiende a asociarse a la naturaleza de las cosas y en última instancia
a la responsabilidad personal.13
La propuesta educativa que deriva de esta concepción propone una casi total limitación de
la autonomía del sujeto rendida ideológicamente antes las decisiones del mercado y la filosofía
social neodarwinista. El personaje diseñado para este modelo es, en lo cotidiano, un trabajador
productor de ganancias y un ente consumista, con un horizonte mental fijado en la inmediatez cuya
única participación dentro de la democracia es como un mero espectador. 14
LA TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA .-
131 3
Tedesco, Juan Carlos: Educar en la sociedad del conocimiento. Ob. Cit.
141 4
Rigal, Luis: ob.Cit.
151 5
Tenti Fanfani, Emilio: Ob. Cit..
161 6
Filmus, Daniel:Ob.Cit.
171 7
Fernández Lamarra, Norberto: Veinte Años de Educación en la Argentina. Balance y Perspectivas. UNTREF, Buenos Aires
2002. “En diciembre de 1983 asumió el primer gobierno constitucional-después de la dictadura- y se extendió hasta julio de 1989. Este
período se caracterizó por los esfuerzos tendientes a la recuperación de las instituciones democráticas (...) incluyendo también el área de
educación (...) El gobierno del Dr. Alfonsín se planteó un proceso de participación social muy ambicioso: el Congreso Pedagógico
Nacional (1984). La organización del mismo abarcó distintos niveles de participación y con diferente repercusión: asambleas locales,
refundación del Sistema Educativo Nacional. De allí en adelante comienzan a construirse amplios
consensos basados en los principios históricos de la instrucción pública argentina, hasta que en
1993 se sanciona la Ley Federal.
La Ley 24.195 es comprensiva de todo el sistema educativo, los principios normativos que
brinda abarcan la totalidad de los niveles y regímenes especiales aunque la Educación Superior
posee su propia ley.
Los aspectos fundamentales de la transformación impulsada por la ley son: la estructura del
sistema; la extensión de la obligatoriedad; la transformación curricular; la capacitación docente; la
gratuidad y asistencialidad y la consideración de ciclos en el nivel inicial. 18 Se ha señalado como
mérito principal de esta norma el haber instalado en la educación nacional condiciones más
favorables, en las cuales sustentar cambios profundos, para atender la extraordinaria expansión de la
matrícula escolar desde el advenimiento de la vida democrática, permitiendo con ello la
incorporación gradual y sostenida de jóvenes provenientes de sectores más humildes, sobre todo en
el nivel secundario.19
Detrás del discurso de la transformación educativa también se ha querido ver: ajuste
económico, achicamiento del aparato estatal, desaparición del estado educador y protagonismo del
mercado; en suma, un sistema que había costado una centuria edificar destruido por un modelo
neoliberal20 para el cual la educación no es ya un derecho de las sociedades sino un privilegio que
otorgan los hacedores de políticas y del pensamiento globalizado 21 La nueva estructura del sistema
departamentales, provinciales o jurisdiccionales y, finalmente, la Asamblea Pedagógica Nacional que contó con la presencia en su acto
inaugural, del director general de la UNESCO.
181 8
Lentijo, Martiné , Cancela: Conducción Escolar y Transformación Educativa. Aique, Buenos Aires, 1996.
191 9
Decibe, Susana: “Construir políticas educativas sin perder la experiencia acumulada”. Clarín 01-07-2003. “En los 80 se
reinstaló la vida democrática dentro de las instituciones educativas y comenzó un proceso de incorporación gradual y sostenida de
jóvenes nuevos en el nivel secundario provenientes de los sectores más humildes...la matrícula explotó, y con este hecho promisorio
comenzaron a evidenciarse carencias de todo tipo. Las reformas fueron: “la ampliación de la infraestructura; equipamiento y material
didáctico; Contenidos Básicos Comunes para todos los niveles y ciclos del sistema: actualización de los textos escolares; nuevos diseños
para la formación técnico profesional; contenidos y regulaciones para la formación básica de los docentes; cumplimiento de la mayor
obligatoriedad que establece la ley; políticas compensatorias ; un sistema de evaluación con difusión pública de los resultados y un
amplio abanico de experiencias innovadoras de miles de escuelas de todo el país, estatales y privadas”
202 0
Da Silva, TT: El proyecto educacional moderno identidad terminal- Citado por Rigal. Ob. Cit.
21
Venegas Calle, Stella y Mora Toscano, Oliver: “La óptica mercantilista de la banca multilateral.” Le Monde diplomatique,
Buenos Aires, Julio 2003. “Este conjunto de directrices implementado en los países en vías de desarrollo se encuentra fundamentado en
los preceptos impuestos por la banca multilateral: el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco
Interamenicano de de Desarrollo (BID). El sustento teórico indica que el gasto en educación es una inversión en capital humano, que
recupera sus costos financieros a través de los mayores ingresos laborales futuros ...” Para los expertos de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la UNESCO “ la educación secundaria y superior son un factor esencial para
conseguir una mano de obra con una buena calificación ...el papel desmpeñado por el capital humano en el crecimiento económico es
más intenso una vez que se ha alcanzado un umbral crítico... La clave para lograr un crecimiento económico estable es mejorar el acceso
a la enseñanza y lograr que niños y jóvenes acaben por completo sus estudios...” Según un relevamiento de la UNESCO la educación
secundaria y la superior son rentables. Clarín, 18-02-2003
212 2
Vior, Susana E.: “El mito de una sociedad bien educada.” Le Monde diplomatique. Buenos Aires, Julio 2003.
educativo significó la aparición del nivel polimodal que, para los críticos de la ley, es el segmento
donde pueden observarse con mayor claridad los efectos de un vaciamiento científico y cultural. 22
La Ley Federal de Educación está unida a otro complejo proceso que se llevó a cabo en
nuestro país: la transferencia de las escuelas del ámbito nacional al de las provincias. Si bien
éstas debían constitucionalmente asegurar la educación primaria, la ley Láinez, en 1905, habilitó la
creación de escuelas primarias nacionales en las provincias, previa solicitud de éstas. Durante
décadas coexistieron en estas jurisdicciones escuelas primarias nacionales y provinciales hasta que,
en 1978, los niveles primario y pre-primario se transfirieron a la jurisdicción provincial y a la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. La ley 24.049, sancionada unánimemente por el
Congreso Nacional en 1991, regula la transferencia de las escuelas medias y superiores no
universitarias (antes terciarias).23 Entre los años 1992 y 1993 se firman los respectivos convenios
de transferencia y se hacen efectivos los mismos. Los críticos de este traspaso han afirmado que
con él se produjo la dispersión del sistema educativo y se generó una inequidad brutal que golpeó
sobre todo a las provincias con pocos recursos. 24 . Desde esa óptica la transferencia tuvo más
semejanza con el abandono que con el federalismo y terminó con la función estratégica que debía
222 3
Eizayaga, Amalia: “Después de diez años la reforma educativa no alcanzó los objetivos” “Quizás el problema fue no dotar a
las provincias de sistemas administrativos que acompañaran las transformaciones. El Estado no transformó estructuras para producir
menos burocracia.”(Graciela Gianettasio) “Durante el proceso de descentralización estados provinciales precarios pasaron a gestionar
una parte muy importante del presupuesto. El clientelismo político se reforzó y este fue un problema que recorrió todos los ministerios de
educación.” La Nación, 27 –05-2002.
24
Puiggros, Adriana: El docente necesita una nueva formación”. Clarín, 06-07-2003
232
242
...
cumplir el Ministerio de Educación de la Nación, como instancia del Estado capaz de promover la
justicia en el plano educativo. 25 Contra esta última afirmación se ha argumentado que la fortaleza
de la administración educativa central no podría ser la misma que en los modelos tradicionales,
donde desde el ministerio se definía un modelo único de oferta educativa, se regulaban todos los
detalles y administraban todos los recursos. Por ello, aunque el ministerio nacional se hubiera
desprendido de la administración de las escuelas, la Ley preceptuaba que debía asumir
especialmente tres funciones que nadie más que él estaba en condiciones de cumplir: definir los
objetivos nacionales, medir los resultados y compensar las diferencias. 26
A partir de 1994 se pusieron en marcha las reformas planteadas por la Ley Federal,
especialmente la extensión de la obligatoriedad escolar a diez años y la implementación de la
Educación General Básica (EGB), que abarca los siete años de la anterior enseñanza primaria y los
dos primeros de la enseñanza media.27
El organismo responsable de la reglamentación e implementación de la Ley, como así
también de coordinación y concertación del Sistema Educativo Nacional, es el Consejo Federal de
Cultura y Educación. Este Consejo está presidido por el Ministro de Educación de la Nación e
integrado por los ministros de educación de las veinticuatro jurisdicciones (veintitrés provincias
más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y un miembro del Consejo Interuniversitario Nacional.
Además, el Consejo Federal de Educación es el organismo articulador de las estructuras de las
jurisdicciones y de los acuerdos federales.
En 1994 se firmó entre el Presidente de la Nación y los gobernadores de las provincias, el
Pacto Federal Educativo, establecido por la Ley Federal, en el que se fijaron las responsabilidades
y compromisos de la Nación y las provincias . A partir de él se pone en marcha el Plan Social
Educativo, como instrumento de políticas compensatorias para
252 5
Entel; Alicia “La crisis de la educación Cartas y debates de los lectores de Zona”. Clarín, 13-07-2003.
26
Tedesco, J. C. “Porque no se puede eliminar el Ministerio de Educación Nacional.” Clarín, 19-12-2001.
27
Lentijo, Martiné, Cancela: Ob. Cit.
262 8
Ver Capítulo VI.
29
Eisayaga, Amalia: Después de diez años... “ De golpe, los maestros sintieron que eran obsoletos .El hecho de cambiar la ley
no significó que cambiara la cabeza ni las actitudes de los docentes.” (Emilio Tenti Fanfani)
“Un problema muy grave fue que no se incluyó a los docentes. Fueron agentes ignorados de la reforma. Hay mucha
documentación en la que ni siquiera se los nombra.” (Silvia Finocchio). La Nación 27-05-2003.
272
28
tender a una mayor equidad en materia de educación entre las provincias y entre las escuelas
29
menos favorecidas.También se organizó la Red Federal de Formación Docente Continua y un
programa de mejoramiento de la infraestructura escolar. Algunos de estos programas contaron con
financiamiento proveniente del presupuesto nacional- en cumplimiento del Pacto Federal
Educativo- y otros con financiamiento internacional .30
La implementación de la Ley Federal de Educación , en especial de la EGB, ha dado lugar
a situaciones muy diversas entre las distintas jurisdicciones educativas , por razones basadas en
decisiones políticas, en capacidad político técnica de cada una o en sus posibilidades financiero-
presupuestarias.31 Al promediar el año 2002 coexistían provincias que habían instrumentado los
cambios de manera masiva y gradual, como Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, junto a Córdoba
que hizo un cambio masivo, y jurisdicciones que sólo tuvieron experiencias piloto mínimas y no se
sumaron al cambio de estructura del antiguo primario y secundario. 32 En este último grupo figuran
Neuquén y Río Negro. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tampoco sancionó una Ley de
Educación, como se había comprometido en virtud de los acuerdos federales y de su Constitución.
Ésta es una asignatura pendiente de la Ciudad Autónoma con el Sistema Educativo Nacional. Sin
perjuicio de ello en el año 2002, la Legislatura de dicha jurisdicción sanciona la Ley 898 que fija
33
un plazo de cinco años para la implementación de la educación secundaria obligatoria.
En cuanto a su financiamiento, La Ley Federal de Educación establece 34 la duplicación
gradual de la inversión pública consolidada total en educación y como mínimo a razón del 20%
anual a partir del presupuesto de 1993. El gasto educativo consolidado pasó así de 7556 millones
de pesos corrientes en 1992 (año base) a 12336 millones en 1998. Su incremento en 6 años fue del
63%, en vez del 100% establecido por la Ley, afectando de esa manera su cumplimiento. 35 Como
lo ponen en evidencia estos números, el aumento del 20% anual a partir del presupuesto 1993
282
30
PRODYMES financiado por el Banco Mundial y PRISE por el BID.
31
Fernández Lamarra, Norberto: Ob. Cit.
32
Eisayaga, Amalia: Artículo Cit.
33
En el Anexo de libro adjuntamos los proyectos de Ley de Educación presentados ante la Legislatura de la Ciudad
Autónoma, un documento del Arzobispado de Buenos Aires y el texto de la Ley 898.
34
Artículos 60 a 65 de la Ley 24.195
292 35
Fernández Lamarra; Ob. Cit. En la Prov. de Bs As el gasto total pasó del 24% al 35 entre 1995/97.
303
313
323
333
343
353
nunca se hizo efectivo. Los impuestos directos de asignación específica aplicados a los sectores de
mayor capacidad contributiva no se crearon y la inversión pública no fue duplicada, por ende, la
infraestructura y el equipamiento necesario necesarios para el mejoramiento cuantitativo y
cualitativo del sistema no se llevaron a cabo, salvo en aquellos casos en que se trató de
adquisiciones previstas en algunos de los programas financiados por el Banco Mundial o el Banco
Interamericano de Desarrollo.36
Si bien desde la sanción de la ley se incrementó el presupuesto educativo-sobre todo entre
1994 y 1999- a mediados del año 2002 el mismo rondaba el 4, 1% 37del producto bruto i2nterno
(PBI) y no el 6% como se había estipulado por Ley. Además no se logró reducir el exceso de gasto
burocrático.38
La transformación educativa dejó condiciones mejores, pero existen problemas críticos que
no se pueden soslayar39 y cuya reversión exige su reconocimiento, retomando los debates por la
democratización de la escuela y del conocimiento, 40 para recuperar algo del optimismo pedagógico
perdido.
363 6
Vior; Susana E: Ob. Cit.
373 7
Durante el 2003 la Argentina destinó sólo el 3,7% del PBI a la educación. Clarín 28-09-2003.
383 8
Eisayaga, Amalia. Art. Cit.
393 9
Decibe, Susana: Art. Cit.
404 0
Vior, Susana: Ob.Cit.