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El mercado de las cápsulas de café comenzó con Nespresso, una marca que la multinacional
suiza Nestlé lanzó en 1986. La idea nació cuando Eric Favre, un ingeniero de Nestlé, visitó un
bar de espresso italiano particularmente popular en 1975. Él observó que los baristas tiraban
continuamente de las palancas de sus máquinas de espresso para aumentar la presión y
cambiar la forma en que se extraía el café.
Durante los siguientes diez años, Favre desarrolló esta idea para crear una cafetera simple que
imitara la dinámica de una máquina de espresso. La máquina añadía aire a presión al agua y a
la molienda para crear una bebida con una marcada capa de crema. No fue sino hasta 1986
que Nestlé registró la marca y patentó la máquina.
Nespresso inicialmente lanzó su producto como una máquina de café todo en uno, fácil de
usar en oficinas. Pero después de lanzar cuatro tipos de cápsulas diferentes ante múltiples
oficinas en Suiza y Japón, nadie parecía estar interesado.
Las ventas comenzaron a despegar. Por la misma época, Gaillard creó el “Club Nespresso”, o
“Le Club”, el cual hacía sentir a los clientes que formaban parte de un “estilo de vida” exclusivo
enfocado en el café.
Pero, a medida que Nespresso tuvo un mayor éxito durante los años 90, empezaron a aparecer
competidores. En 1990, Green Mountain Coffee Roasters (que ahora se comercializa como
Keurig Dr Pepper) fundó Keurig, una marca estadounidense de cápsulas monouso.
Sin embargo, mientras que Nespresso tenía las inmensas ganancias de Nestlé, que apoyaba sus
costosas campañas publicitarias y su agresiva expansión, Keurig no contaba con ello. Entonces
comenzó un juego de paciencia: emergieron marcas competidoras que observaban mientras
Nespresso disfrutaba de su dominio.
En 2006, los ingresos de Nespresso habían superado los GBP 500 millones y varios
competidores habían entrado en el mercado, entre ellos Keurig.
“Sus patentes comenzaron a caducar alrededor del año 2012, y esto permitió que otros
participantes [del mercado del] café exploraran este formato”, dice Andre. Él explica que,
debido a que las máquinas de cápsulas ya eran tan populares, los competidores podían entrar
en el mercado y ofrecer solo las cápsulas. No había necesidad de invertir en el desarrollo de
una costosa máquina propia.
John explica que los consumidores de cápsulas generalmente quieren recrear la experiencia de
la tienda de café en su propia casa. Él dice que esto fue algo que varias cadenas de tiendas de
café identificaron y quisieron rentabilizar. “El crecimiento del mercado proviene de las
cápsulas compatibles con Nespresso ya existentes y de una variedad de nuevos participantes”,
dice. “Los más notables son marcas como Starbucks y Costa.”
Andre me dice que actualmente, hay un enfoque renovado en la frescura y la innovación en las
propias cápsulas. “Hay mejoras continuas en el formato de las cápsulas de aluminio, lo cual
produce una mejor extracción [del café] en las máquinas existentes.
“A veces también posibilitan que los tostadores incluyan más café en el interior.
Recientemente, las cápsulas compostables han mejorado, al igual que el sello de la cápsula, lo
cual mantiene el café fresco por más tiempo”.
Actualmente, una cápsula de Nespresso se vende por entre USD 0,70 y 1,20. Sigue siendo más
económico que el espresso promedio de una tienda de café. Este precio bajo se debe
principalmente a que cada cápsula contiene entre 5 y 6 gramos de café. Esto es alrededor de
un cuarto de los 18 a 21 gramos que un barista utilizaría normalmente para preparar
un espresso.
Sin embargo, en los últimos años han aparecido cada vez más cápsulas que contienen café de
grado especial. Esto demuestra que algunos consumidores están dispuestos a pagar más por la
calidad. “Al igual que la industria del café en general, el mercado de las cápsulas de café está
pasando por ‘olas’ o fases”, dice Andre.
“Cuando Maxwell Colonna-Dashwood llenó una cápsula Nespresso con café de alta calidad en
2016, demostró ser una forma viable de equilibrar calidad y conveniencia”, explica. “Fue capaz
de preservar las cualidades inherentes del café, mientras que permitía al usuario final disfrutar
del café de la manera que él tenía planeado”.