Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Al dividir cada parte de un proyecto en una tarea detallada, se obtiene una mejor idea
de cómo va a abordarse. De lo contrario, es más difícil enfrentarse a las diferentes
actividades que componen cualquier iniciativa.
Para muchos, la gestión de tareas es tanto una ciencia como un arte. Pero con los
métodos correctos, un sistema de gestión adecuado y la suficiente planificación de
tareas, puede garantizarse que cualquier proyecto se completará sin problemas de
principio a fin.
Desglosar la carga de trabajo (del objetivo del proyecto) en tareas individuales para
aclarar los pasos reales del trabajo.
Monitorizar el progreso durante la duración del proyecto, para que pueda ser dirigido.
Asegurar la transparencia en las tareas actuales y futuras de cada participante.
Ya se trabaje utilizando métodos ágiles, gráficos clásicos de Gantt o listas de tareas
simples, los objetivos siguen siendo los mismos, aunque no todos los proyectos dentro
de un equipo se ejecuten de la misma manera.
Esta es exactamente la razón por la cual una planificación de tareas tendría que ser
flexible, para estructurar cada proyecto de acuerdo con las preferencias del equipo.
Cuando se pasa a la acción directamente sin un plan que guíe los pasos a seguir,
estableciendo directrices, se corre el riesgo de sufrir de estrés. Este estado crítico de
agotamiento mental y físico no tarda en aparecer cuando se mantienen niveles de
exigencia muy elevados, se trabajan más horas de lo que sería aconsejable y, a pesar
de ello, se ve poco o ningún progreso en las actividades.