Está en la página 1de 2

¿Apuesto por la amistad o por la ética?

Trabajo como gerente de negocios en una empresa que vende equipo médico y
hospitalario. Mi contrato especifica que únicamente debo explotar mi talento para
atraer nuevos clientes a esta institución. Recientemente he atravesado por una
buena racha, llevo algunos meses consiguiendo más clientes de los que la
organización puede atender.

Tengo un colega, que también es mi amigo, que trabaja en el mismo rubro en una
empresa de reciente creación. Su posición es similar a la mía, sin embargo no ha
podido despuntar y ya tiene una advertencia. O llega a las metas planteadas antes
de tres meses o pierde su empleo. Le comenté de mi buena racha y me ha pedido,
como un favor muy especial, que le remita los clientes a los que yo no pueda
atender; claro, con una pequeña comisión.

Si lo apoyo sin aceptar la comisión, ¿es una falta ética?

 Los asesores sugieren

1. Cuando la obligación con la empresa prevalece

En una primera aproximación, éste se trata de un problema característico de


conflicto de intereses. Por una parte está su responsabilidad como gerente de
negocios de la firma de ventas (conseguir nuevos clientes) y por otro, el interés
personal de ayudar a su amigo (transferir clientes que su empresa no alcanza a
atender). Ciertamente renunciar al beneficio de la comisión elimina la posible
falta de rectitud de intención, no obstante, persiste el conflicto de intereses
que es parte inherente del dilema planteado.

El problema ético de un conflicto de intereses se presenta con claridad cuando se


trata de obtener un beneficio personal a costa de la empresa, cosa a la que usted
renunciaría si efectivamente no acepta la comisión. Sin embargo, es importante
esclarecer si existe un perjuicio para la empresa para la que usted trabaja, por el
hecho de remitir clientes que son potenciales para el futuro, aun cuando no sea
posible atenderlos de momento. De ser así, su obligación con la empresa
prevalece por encima de la solidaridad con su amigo. Hay, adicionalmente, una
última consideración importante: si el perjuicio para su empresa es improbable y
resuelve ayudar a su amigo, déjele claro que tal apoyo no constituye un
precedente para otra posible ocasión, ya que las circunstancias pueden cambiar
de modo tal que no sería factible favorecerlo sin perjuicio para la empresa.

 
Consultor de Ética empresarial

2. La alianza, una posible solución

Esta situación tiene elementos de un conflicto de interés.  Por un lado, es darle un


empujón a la competencia, por otro, es un modo distinto de atender a los clientes
a los que con la propia empresa no se llega. Quizá una solución más integral sería
plantear este escenario a los directivos de la empresa y encontrar un modo de
aliarse con la otra organización para brindar un mejor servicio a los clientes. Si
esto se hace con profesionalismo y transparencia se puede contribuir a una mejor
situación que si se resolviera solamente «por debajo del agua».

 Filósofo dedicado a la docencia

La amistad también es ética

El amor de amistad, según Aristóteles, busca el bien del amigo y ese valor es
profundamente ético. Hacer lo que él te pide y aceptar una comisión podría ser
poco honesto pues significaría lucrar con tu talento de manera alternativa y eso es
contrario a la contratación que has hecho de ti mismo. Pero sin lucro, no se ve que
sea formalmente contrario a lo que tienes especificado en ese contrato laboral.

Por otro lado, honrar tu amistad con ese compañero no va contra la ética, sino que
la enaltece. Y por la misma amistad que los une, plantéate una meta a más largo
plazo: hay que enseñar a pescar a ese compañero atrasado, y no sólo regalarle
algunos peces que te sobraron. O bien, ayudarle a encontrar sus puntos fuertes y
orientarlo a un área en la que pueda ser competitivo de verdad.

 ¿Qué opina usted?


 

También podría gustarte