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TEORIA DEL QUIMIOSTATO

Básicamente un quimiostato es un reactor tipo tanque agitado continuo, lo que significa que se
pueden utilizar para generar un suministro regular de microorganismos o de metabolito y
mantener el crecimiento bacteriano en la fase de crecimiento exponencial.

El funcionamiento de este se basa en retirar los excesos de producción bacteriana y otros


productos que pudiesen resultar tóxicos para la propia bacteria y aportar nuevo medio de
cultivo estéril para que pueda ser utilizado por las bacterias; de esta manera se mantiene un
volumen constante, así como el crecimiento de los microorganismos. La agitación permanente
permite que el sistema sea homogéneo, por tanto, en cualquier parte del reactor la
concentración celular, de sustrato y de productos metabólicos será la misma.

Si se manipula el flujo de los nutrientes se pueden cambiar las tasas de crecimiento; a altas
tasas de dilución, la concentración microbiana cambia, el cultivo se “lava” porque su velocidad
de crecimiento es inferior a la tasa de dilución; mientras que a muy bajas diluciones el
quimiostato no funciona ya que el nutriente limitante es la fuente de energía.

Este tipo de aparato se puede aplicar a procesos industriales de fermentación (producción de


bebidas alcohólicas, de antibióticos, de aminoácidos, etc), producción de antibióticos e
investigación.

Figura 1. Quimiostato

LA INSTRUMENTACION Y CONTROL DE LOS BIORREACTORES

La importancia de la instrumentación de un biorreactor radica en la necesidad de tener un


control en los cultivos para poder optimizar el proceso. La instrumentación y control de un
biorreactor requiere de sensores que midan las variables de un proceso fermentativo, y
sistemas que ajusten el equipo a un punto óptimo de operación.

Hay algunas condiciones que deben cumplir estos sensores: deben de estar en línea, para
medir las propiedades físicas del cultivo, deben ser esterilizables para asegurar la asepsia del
proceso. Sin embargo, no todas las mediciones pueden ser hechas en línea, algunas requieren
de tomar muestras y analizarlas, lo cual consume tiempo y hace lenta la respuesta de control
(biomasa, sustrato, metabolitos, etc.).
Los sensores de propiedades físicas pueden ser monitoreados continuamente, las variables
que miden son la temperatura, presión, poder de agitación, velocidad de agitación, viscosidad
del medio, flujo y concentración de gases y fluidos, espuma, volumen y masa.

Para la medición de las propiedades químicas se utilizan electrodos esterilizables al vapor, que
miden el pH, redox, oxígeno disuelto y CO 2.

Figura 2. Instrumentación de un biorreactor

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