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“EL ORIENTADOR EXPERTO” DE GERARD EGAN

El primer capítulo, sostiene un modelo de trabajo para la ayuda, principalmente,


desde el campo profesional, basado en los estudios de Carkhuff. Señala los
momentos a través de los cuales oscila el proceso de ayuda, como las destrezas
básicas que el orientador debe formar en cada fase del modelo con el objeto de
lograr la efectividad en cada etapa. La ayuda es una acción y una conducta, o
bien, un comportamiento social, con un cambio en el cliente, y el orientador es un
agente de cambio en un proceso colaborativo de influencia social. El que se
adiestra, también, debe ser un agente es decir, que él mismo debe afanarse y
rodearse activamente en el programa de adiestramiento mucho antes de
someterse pasivamente a él y nada más. Las destrezas y técnicas a demostrar en
el proceso de ayuda por parte del orientador, son, principalmente, el prestar
atención, comunicar la empatía precisa, respetar, ser concreto y auténtico. Aunque
usado en psicoterapia algunos de estos elementos que menciona el autor, un
profesional, o una persona adiestrada hacia la orientación basada en el modelo
que indica el libro, no siempre dispone de una preparación tan completa como la
ofrece la psicoterapia, no obstante, como personal opinión, el mantener una
postura de psicología clínica ante un problema en una persona a la cual se desea
ayudar, abarca un rango más amplio de resolución de problemas y de ayuda en el
cliente, es decir, algo como una fusión de preparaciones. Capítulo 2: Panorama de
un Modelo de Desarrollo de ayuda. En éste capítulo, Egan menciona y sintetiza las
fases del modelo de ayuda que se propone en el texto entero. En la etapa no. 1, el
orientador responde al entorno del cliente con la meta de ayudarle a completar su
autoexploración, como objetivo básico. En la etapa no. 2, el orientador hace uso
de las habilidades de empatía precisa avanzada, el propio descubrimiento, la
confrontación, la proximidad para ayudar al cliente a mantener la vista en un
panorama más objetivo de él mismo y que se produzca, como se llama en
psicología, el insight para que el cliente pueda darse cuenta de que deba cambiar
su conducta, asimismo, el orientador prevalece como una fuente de soporte para
el cliente mismo. 2El Orientador Experto Capítulo 3: Atender. En este capítulo, se
procuran diseñar las características de un buen orientador, o bien, de un buen
modelo de orientador. Entre las características a mencionar, en el libro se
encuentran: el atender cuidadosamente a la otra persona que se le está brindando
la ayuda, y escuchar sus mensajes tanto verbales como no verbales. Asimismo, el
buen orientador, o el buen modelo de orientador profesional, distingue la
discriminación de la comunicación, las cuales son cosas distintas, es decir, un
buen discriminador como orientador es la persona que logra comprender o
entender varios componentes sociales, además, puede entenderse a sí mismo y
estar en contacto con su persona, percibe lo que ocurre en el ambiente donde se
encuentra y tiene un nivel alto de empatía, de manera que puede ponerse en el rol
de la otra persona, dándose cuenta de los problemas que la otra persona tiene, y
qué programas de acción pueden beneficiar a la otra persona. Un buen
comunicador dentro delo modelo del orientador profesional, ejercita una mediación
en varias formas como el comunicarle al cliente que lo entiende en determinada
situación por la que el cliente pasa, compartir las experiencias dolorosas, y permite
dar la colaboración con los modelos y programas de acción previamente
aprendidos. El ser un buen comunicador implica el ser un buen discriminador,
puesto que el buen comunicador realiza discriminaciones precisas en
determinados momentos del proceso de ayuda. Es muy importante el punto de la
atención, como nos menciona el título, que engloba básicamente cada conducta
que se debe tener en el modelo de ayuda, es decir, el mantenerse atento a las
necesidades del cliente en el proceso de ayuda, esto implica, por supuesto, el
mantenerse en contacto verbal y físico con el cliente por sobre todo. Capítulo 4, 5
y 6: Las Etapas. Este breve capítulo en el texto nos muestra las destrezas del
orientador dadas en la etapa 1, de manera muy sólida, es decir, la empatía,
autenticidad y genuinidad, respeto, etc. No obstante, en el capítulo V, la segunda
etapa, de entendimiento integrativo/auto-entendimiento dinámico, tiene como meta
ser más profunda, dirigida hacia la ayuda del cliente, para descubrir la clase de
entendimiento objetivo de su persona, de sí mismo, de sus problemas, y bien, de
su mundo, que conduce hacia la acción afectiva cliente-orientador. Cabe
mencionar, que con el objetivo de ayudar al cliente a lograr el auto-entendimiento,
el orientador mismo cambia la perspectiva del proceso de orientación en la etapa
no. 2, por lo que en la etapa 1 el orientador se concentra en el marco de referencia
muy personal del cliente. Es de acentuar, que la meta de todo el proceso de ayuda
es la acción, el cambio conductual constructivo. En este sentido, es importante
que el orientador internalice y aplique los principios básicos que sobrelleva al
cambio de conducta; tales como: reforzamiento y castigo. Finalmente, el capítulo
final, tiene como objetivo la reproductividad; no solamente ayuda, sino adiestra a
otros en las destrezas que él posee y les enseña una metodología sistemática con
la cual ellos, también, puede adiestrar a otros para ser orientadores. Cuando un
orientador se adiestra, de modo que puede reproducir la manera en el cómo
ayudar, es posible que pueda servir de ejemplo para demás aprendices a
orientadores mismos.

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