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El Orientador Experto

RESUMEN DE LECTURA

Axel Ramírez Garduño | Taller de Intervención Psicosexual | 25 de mayo de 2015


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Capítulo 1: La Ayuda, el Orientador, y el que se Adiestra.


El trabajo del orientador experimentado, está basado en tres puntos clave, los cuales son el trabajo de
Carkhuff, quien sugiere que el mejor modo de tratamiento es el adiestrar directa y sistemáticamente al orientador
en las destrezas que necesita para vivir más efectivamente. Estas incluyen tanto las relaciones humanas como las
destrezas para la solución de problemas. Este paso constituye una revolución en las profesiones de ayuda, asimismo,
incluye también la teoría de la influencia social, que pone como premisa inicial que toda acción o conducta en el
ambiente social de la persona tiene una consecuencia influyente en su conducta. El último punto clave que maneja
como uno de los pilares principales, es la teoría del aprendizaje, desde el modelo del conductismo.

El modelo de orientación está enfocado hacia las metas, hacia los objetivos, desde una perspectiva en su
mayoría empírica y sistemática, es menester resaltar que aunque podría tener una tendencia hacia la teoría
humanista principalmente, el usar empíricamente las técnicas usadas hace del modelo mismo una postura ecléctica
y ampliamente profesional.

El primer capítulo, sostiene un modelo de trabajo para la ayuda, principalmente, desde el campo
profesional y paraprofesional, basado en los estudios de Carkhuff. Señala los momentos a través de los cuales oscila
el proceso de ayuda, como las destrezas básicas que el orientador debe formar en cada fase del modelo con el objeto
de lograr la efectividad en cada etapa. La ayuda es una acción y una conducta, o bien, un comportamiento social,
con un cambio en el cliente, y el orientador es un agente de cambio en un proceso colaborativo de influencia social.
El que se adiestra, también, debe ser un agente es decir, que él mismo debe afanarse y rodearse activamente en el
programa de adiestramiento mucho antes de someterse pasivamente a él y nada más. Las destrezas y técnicas a
demostrar en el proceso de ayuda por parte del orientador, son, principalmente, el prestar atención, comunicar la
empatía precisa, respetar, ser concreto y auténtico. Aunque usado en psicoterapia algunos de estos elementos que
menciona el autor, un paraprofesional, o una persona adiestrada hacia la orientación basada en el modelo que
indica el libro, no siempre dispone de una preparación tan completa como la ofrece la psicoterapia, no obstante,
como personal opinión, el mantener una postura de psicología clínica ante un problema en una persona a la cual se
desea ayudar, abarca un rango más amplio de resolución de problemas y de ayuda en el cliente, es decir, algo como
una fusión de preparaciones.

Capítulo 2: Panorama de un Modelo de Desarrollo de ayuda.


En éste capítulo, Egan menciona y sintetiza las fases del modelo de ayuda que se propone en el texto entero.

En la etapa no. 1, el orientador responde al entorno del cliente con la meta de ayudarle a completar su
autoexploración, como objetivo básico. En la etapa no. 2, el orientador hace uso de las habilidades de empatía
precisa avanzada, el propio descubrimiento, la confrontación, la proximidad para ayudar al cliente a mantener la
vista en un panorama más objetivo de él mismo y que se produzca, como se llama en psicología, el insight para que
el cliente pueda darse cuenta de que deba cambiar su conducta, asimismo, el orientador prevalece como una fuente
de soporte para el cliente mismo.

Capítulo 3: Atender.
En este capítulo, se procuran diseñar las características de un buen orientador, o bien, de un buen modelo
de orientador. Entre las características a mencionar, en el libro se encuentran: el atender cuidadosamente a la otra
persona que se le está brindando la ayuda, y escuchar sus mensajes tanto verbales como no verbales. Asimismo, el
buen orientador, o el buen modelo de orientador profesional, distingue la discriminación de la comunicación, las
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cuales son cosas distintas, es decir, un buen discriminador como orientador es la persona que logra comprender o
entender varios componentes sociales, además, puede entenderse a sí mismo y estar en contacto con su persona,
percibe lo que ocurre en el ambiente donde se encuentra y tiene un nivel alto de empatía, de manera que puede
ponerse en el rol de la otra persona, dándose cuenta de los problemas que la otra persona tiene, y qué programas de
acción pueden beneficiar a la otra persona. Un buen comunicador dentro delo modelo del orientador profesional,
ejercita una mediación en varias formas como el comunicarle al cliente que lo entiende en determinada situación
por la que el cliente pasa, compartir las experiencias dolorosas, y permite dar la colaboración con los modelos y
programas de acción previamente aprendidos.

El ser un buen comunicador implica el ser un buen discriminador, puesto que el buen comunicador realiza
discriminaciones precisas en determinados momentos del proceso de ayuda. Es muy importante el punto de la
atención, como nos menciona el título, que engloba básicamente cada conducta que se debe tener en el modelo de
ayuda, es decir, el mantenerse atento a las necesidades del cliente en el proceso de ayuda, esto implica, por
supuesto, el mantenerse en contacto verbal y físico con el cliente por sobre todo.

Capítulo 4, 5 y 6: Las Etapas.


Este breve capítulo en el texto nos muestra las destrezas del orientador dadas en la etapa 1, de manera muy sólida, es
decir, la empatía, autenticidad y genuinidad, respeto, etc. No obstante, en el capítulo V, la segunda etapa, de
entendimiento integrativo/auto-entendimiento dinámico, tiene como meta ser más profunda, dirigida hacia la
ayuda del cliente, para descubrir la clase de entendimiento objetivo de su persona, de sí mismo, de sus problemas, y
bien, de su mundo, que conduce hacia la acción afectiva cliente-orientador.

Cabe mencionar, que con el objetivo de ayudar al cliente a lograr el auto-entendimiento, el orientador mismo
cambia la perspectiva del proceso de orientación en la etapa no. 2, por lo que en la etapa 1 el orientador se concentra
en el marco de referencia muy personal del cliente.

Es de acentuar, que la meta de todo el proceso de ayuda es la acción, el cambio conductual constructivo. En este
sentido, es importante que el orientador internalice y aplique los principios básicos que sobrelleva al cambio de
conducta; tales como: reforzamiento y castigo. Finalmente, el capítulo final, tiene como objetivo la reproductividad;
no solamente ayuda, sino adiestra a otros en las destrezas que él posee y les enseña una metodología sistemática con
la cual ellos, también, puede adiestrar a otros para ser orientadores. Cuando un orientador se adiestra, de modo que
puede reproducir la manera en el cómo ayudar, es posible que pueda servir de ejemplo para demás aprendices a
orientadores mismos.

Como conclusión, los aspectos positivos de esta obra, en cuanto a sus hallazgos y aportes son los siguientes.

 Es un modelo que se caracteriza por ser direccionado, progresivo de complejidad creciente; centrado en la
persona más que en el problema.
 El modelo propone una fase de pre-ayuda y tres etapas, correspondientes a:
 Etapa I: Respondiendo vs. Autoexploración.
 Etapa II: Entendimiento integrativo vs. Auto-entendimiento dinámico.
 Etapa III: Facilitando la acción actuando.

 Cada etapa exige del orientador destrezas específicas, a la vez que propone metas específicas a la persona o
cliente el que recibe la ayuda.
 Es un modelo orgánico, encaja como un todo, es decir, la Etapa I existe para los programas de acción de la
Etapa III, y la Etapa II depende de la Etapa I.
 Resalta la importancia de los valores como una herramienta significativa para ayudar a otra persona a que
cambie su conducta.
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