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enseñanza aprendizaje
Sólo una vez que estén claramente definidas esas finalidades, ya sea para una so-
ciedad completa o para una Institución educativa, se podrá dar respuesta a las
demás preguntas, para que estén en absoluta coherencia con estas.
Los objetivos hacen referencia a los procesos de crecimiento personal que se de-
sea producir, facilitar, provocar en los alumnos mediante la enseñanza. En este
sentido, Hilda Taba afirma que la función principal del conjunto más específico de
objetivos consiste en guiar la toma de decisiones en el currículum, en cuanto a qué
incluir, qué destacar, que contenido seleccionar y sobre qué experiencia de aprendizaje
se debe insistir. Puesto que la educación no solo consiste en dominar contenidos, los
objetivos sirven también, para poner en claro, los tipos de potencialidades mentales
o de otra índole que precisan ser desarrolladas. La definición de tales potencialidades
determina como es seleccionada y manejada en el aula la enseñanza.
Por lo anteriormente expuesto es posible afirmar que los contenidos tienen una
triple dimensionalidad (tres dimensiones) y a través de ellos se desarrollan las com-
petencias que el alumno o alumna requieren para integrarse a la sociedad en las
distintas etapas de su vida. Dicha triple dimensionalidad se ve expresada en los
tipos de contenidos que actualmente se pretenden lograr en los alumnos, los Con-
tenidos Conceptuales, Procedimentales y Actitudinales.
• Contenidos conceptuales:
Se refieren al conocimiento, comprensión y aplicación de hechos, conceptos, prin-
cipios y teorías. Constituyen lo que tradicionalmente se entiende por “contenido”.
El contenido es algo más que conocimiento; se trata de un conocimiento altamente
estructurado que aparece como lista de temas en los programas de enseñanza.
Pueden ser ejemplos de contenidos conceptuales para la Educación Parvularia, los
siguientes:
1. La Independencia de Chile; El desastre de Rancagua; La Batalla de Maipú;
El Combate Naval de Iquique.
2. Conceptos de ubicación espacial: arriba – abajo, cerca – lejos, derecha –
izquierda, etc.
3. Figuras geométricas.
4. Medios de transporte.
5. Medios de comunicación.
6. La familia.
7. Características de los objetos: color, forma, tamaño, longitud.
8. Ley de Gravedad, rotación y traslación de la tierra, flotación, transmisión
del sonido, estados de la materia, etc.
• Contenidos procedimentales:
Los “contenidos procedimentales” se refieren a los procedimientos y estrategias de
aprendizaje, es decir las acciones a través de las cuales se favorece el aprendizaje
de determinados conceptos y podrían considerarse como las actividades previstas
por el Educador para conseguir la comprensión y el dominio de los contenidos. Es-
tos contenidos comprenden, por tanto, las técnicas generales de estudio, los méto-
dos propios del trabajo de investigación y las estrategias que facilitan o posibilitan
la comunicación y la relación o asociación.
Por lo tanto, para los procesos de aprendizaje se hace necesario destacar aquellos
procedimientos que implican un curso de acciones y decisiones de naturaleza in-
terna, vale decir, que sirven de base a las realizaciones de tipo intelectual. El “saber
hacer” consiste en saber operar con objetos y con información.
· Observar (u observación).
· Comparar (o comparación).
· Clasificar (o clasificación).
· Identificar (o identificación).
· Definir.
· Experimentar (o experimentación).
· Graficar.
· Dramatizar.
· Dialogar.
· Cantar.
· Ejercitar (o ejercitación).
· Organizar.
· Explicar, Utilizar, Investigar (o investigación).
· Preguntar, Anticipar, Inventar, Imaginar, etc.
• Contenidos actitudinales:
Son aquellos contenidos que se refieren a las actitudes, valores y normas, com-
prenden las actitudes propias de un trabajo bien hecho en relación al respeto de las
normas reflejado en las actitudes que involucran ciertos valores. Entenderemos por
“valor” a un principio que regula el comportamiento de las personas, por “actitud”
a la tendencia a comportarse de modo consciente y persistente ante determinadas
situaciones, hechos o personas y, finalmente por “norma” a una regla de conducta.
· Respeto a…
· Preocupación por…
· Sensibilización para…
· Interés por…
· Recreación con…
· Valoración positiva de aprender…
· Inclinación por…
· Confirmación para…
· Curiosidad por…
· Conciencia de…
· Tolerancia.
· Aceptación.
· Constancia.
· Habituarse.
· Comportamiento de acuerdo con…
· Motivación hacia…, etc.
Es importante señalar que estos tres tipos de contenidos deben estar presentes
en el proceso de enseñanza aprendizaje, pues los tres son fundamentales para el
desarrollo tanto del pensamiento como de la persona.
Por otro lado, si damos un breve vistazo a nuestro mundo actual, nos daremos
cuenta de la urgencia de considerar los Contenidos Actitudinales, referidos a los
valores universales, las actitudes que guían dichos valores y las normas especial-
mente de convivencia, que nos permitan establecer un sistema de relaciones más
humano.
¿Cómo enseñar?
Esta respuesta nos va a permitir decidir acerca de las actividades, estrategias, re-
cursos necesarios del proceso enseñanza-aprendizaje, incluyendo, materiales, or-
ganización del espacio, en fin, todo aquello que mejor contribuya al logro de las
intenciones educativas explicitadas en el ¿qué enseñar?
En este punto es importante tener claro que existen múltiples caminos para al-
canzar las metas propuestas, debiendo seleccionar el adecuado, de acuerdo a los
objetivos planteados. Existen diversidad de métodos y modalidades curriculares
para que los estudiantes logren los aprendizajes, tanto conceptuales, como proce-
dimentales y actitudinales, propuestos en los objetivos.
¿Cuándo enseñar?
La respuesta a esta interrogante nos remite a la dimensión temporal del proceso de
enseñanza y aprendizaje, en un doble sentido. Por un lado, se refiere a la secuen-
cia, es decir, ordenamiento en el tiempo de objetivos y contenidos que se han de
trabajar en cada momento, y por otro, a la organización del tiempo dentro del aula.
Con respecto a la secuencia de Objetivos y Contenidos, es necesario distinguir
entre el ordenamiento intranivel y la secuenciación internivel.
Lo anterior implica que la respuesta al qué evaluar, abarca evaluar tanto los aprendiza-
jes de los niños y niñas, en cuanto a los conceptos, los procedimientos y las actitudes,
como los distintos componentes del proceso de enseñanza, como son la planificación,
la comunidad educativa, los espacios educativos, la organización del tiempo, estrate-
gias metodológicas, recursos y materiales didácticos utilizados, intervención del edu-
cador y los adultos responsables, etc., incluyendo la propia evaluación.
¿Cuándo evaluaremos?
Esta interrogante nos indica los momentos en que se debe aplicar la evaluación.
El hecho de hacer alusión, en la definición de Evaluación antes mencionada, a un
proceso permanente, significa que debe estar presente en todos los momentos
del proceso de enseñanza aprendizaje, por lo tanto, se deben utilizar, al menos, la
evaluación diagnóstica, formativa y sumativa.
Con respecto a la evaluación de los niños y niñas, esta evaluación debe propor-
cionar información lo más completa posible, acerca de su crecimiento, desarrollo,
capacidades, necesidades, debilidades y fortalezas, en relación a todas las áreas del
desarrollo (cognitiva, psicomotora y socio-emocional).
En síntesis, podemos decir que los Elementos Básicos del Currículo en el proceso
de enseñanza aprendizaje, son:
Para poder lograr el aprendizaje en los niños y niñas, se utilizan como herra-
mientas facilitadoras diferentes métodos, estrategias, recursos y materiales,
acordes a la edad de los niños, sus características y lo que se pretende que
éstos aprendan. Como el aprendizaje no puede darse todo de una vez, hay que
secuenciarlo, por lo tanto, los objetivos y contenidos ya definidos con sus res-
pectivos métodos y estrategias se ordenan en el tiempo, dependiendo de lo
que los niños y niñas son capaces de aprender en un momento determinado.
Ahora, no todo termina ahí, pues debemos asegurarnos a lo largo del pro-
ceso, que todo esté funcionando bien, y de lo contrario, modificar aquellos
elementos que no están favoreciendo el aprendizaje. Es aquí donde la Eva-
luación nos entrega información valiosísima tanto del aprendizaje y desa-
rrollo de los niños y niñas, como de otros objetos factibles de ser evaluados,
como las actividades, los recursos y materiales, las estrategias, en fin, todo
lo antes nombrado, incluyendo la propia evaluación.
• Aguirre, A. [Et al.] (2005) La mediación escolar: una estrategia para abordar
el conflicto. Ed. Graó, Barcelona.
• Angulo, J.F. y Blanco, N. (2000) Teoría y desarrollo del currículo (2ª ed.).
Archidona: Aljibe.