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Presentación
La actividad a continuación tiene como finalidad identificar los conceptos teóricos e históricos
relacionados con los antecedentes y la evolución del movimiento por la calidad, conociendo los
abordajes históricos implementados en la calidad y desarrollando un nivel de conocimientos,
habilidades, destrezas y talentos relacionados con la gestión de la calidad.
Cuestionario
Para la ejecución de la actividad, se dará a continuación una representación conceptual de los
conceptos generales e históricos que abarca la definición de “Calidad”, considerando a varios
autores como lo son Platón, Shewhart/Crosby, Deming/Taguchi, Feigenbaum/Juran/Ishikaway,
Parasuraman/Berry/Zeitham y Evans (Procter & Gamble); con el fin de reconocer el enfoque de
cada uno.
4 Mora, Cesar. (2011). La calidad del servicio y la satisfacción del consumidor. Revista Brasileira de
Marketing, vol. 10, núm. 2, pp. 146-162. Universidade Nove de Julho. Sao Pablo, Brasil.
5 Serrano, Ana; López, María. (2007). Modelos de gestión de la calidad de servicio: Revisión y
El concepto de calidad primero tiene una larga tradición, que se remonta al filósofo griego Platón
y continuó trabajando en la artesanía. Actualmente, el concepto de calidad absoluta es poco
común, aunque la palabra “excelencia” a menudo aparece hasta cierto punto, sigue siendo
diferente del significado clásico de “calidad”.
Por ello, se considera que la calidad total y el mejoramiento continuo son definiciones que han
evolucionado a lo que se conoce hoy en día, donde se da una mejora en los procesos de las
organizaciones, pero siempre se está en la verdadera búsqueda de alcanzar los procesos por una
excelencia superior y absoluta.
La devaluación de este término y su democratización han provocado que algunos gurús desarrollen
una nueva línea de pensamiento sobre esta cuestión tan particular. Entre ellos está Tyler Brulé,
fundador de la revista Wallpaper en 1996 –auténtica biblia del estilo– y presidente de la compañía
de diseño y consultoría Winkreative, que es autora de la identidad visual de compañías como la
línea aérea Swiss, de Prada o de Stella McCartney.
Brulé acuñó la expresión Uber Premium para sustituir al «simple lujo», agotado y excesivamente
explotado. Uber Premium se refiere no sólo a marcas y productos de precio altísimo o de calidad
suprema.
La consultora estadounidense BCG describe el fenómeno del acceso estándar a los bienes de lujo
con el nombre de masstige (contracción de mass –masa– y prestige –prestigio–), y estima que se
trata de un mercado de 400.000 millones de dólares que crece a una tasa anual del 15 %. El
personaje de Carrie Bradshaw (de la serie televisiva Sexo en Nueva York) es un exponente claro de
aquellas personas que no se pueden permitir una hipoteca, pero usan zapatos de Manolo Blahnik.
Así, frente a los seguidores del masstige, están los que pertenecen al club del lujo supremo.
Según el Informe Mundial de la Riqueza de Merril Lynch & Cap Gemini, la riqueza del mundo pasó
de 28.500 billones de dólares en 2003 a 30.800 en 2004, lo que supone un incremento del 8,2 %.
Así, el número de individuos verdaderamente ricos –se considera que lo son aquellos que poseen
30 millones de dólares en activos financieros– pasó de 7,7 millones en 2003 a 8,3 millones en 2004.
¿Un buen mercado para los productos Uber Premium? No debemos confundirnos. Aún quedan por
contabilizar los 77.500 individuos que, según Merril Lynch & Cap Gemini, superan los 30 millones
de dólares en activos financieros. Estamos cerca, pero aún no hemos llegado al club del lujo
supremo, calculado por el Luxury Institute en una selecta comunidad de 691 personas de 45 países,
cuyos activos netos se incrementaron desde 2003 a 2004 en un 16 %, llegando a los 2.200 billones
de dólares.
Según Trendwatching, la publicación que detecta y describe nuevas tendencias sociales, el mundo
de este club del lujo supremo es mucho más que productos selectos y tiene que ver con
experiencias personales exclusivas difíciles de imitar. Para Trendwatching, ningún lugar como el
Golfo Pérsico para ver en acción alguna de estas experiencias y a quienes las disfrutan.
Allí se desarrollan algunos proyectos que pueden ser calificados de Vida de Cinco Estrellas, una
alianza entre empresas hoteleras e inmobiliarias que marca un nuevo modo de vida para quien
piensa que una buena manera de mejorar la existencia cotidiana es aplicar servicios de cinco
estrellas a las tareas diarias.
Quienes viven en lugares como Canyon Ranch Living (Estados Unidos), Beisheim Center (Alemania),
The Residences o The Knightsbridge (Reino Unido), ven adornada su vida de cada día con servicios
de lujo y comodidades de todo tipo. Son urbanizaciones y complejos inmobiliarios en los que la
propiedad de un piso implica el disfrute de innumerables servicios de cinco estrellas, hasta ahora
sólo al alcance de los clientes de hoteles de gran lujo. Para los Uber Premium están proyectos como
el de Isla Al Reem, en Abu Dhabi, un complejo de 7.000 millones de dólares que pretende crear
para 2011 una serie de barrios exclusivos recorridos por canales y en el que se piensan desarrollar
ideas revolucionarias en nuevas redes de transporte.
Un poquito más barato (1.000 millones de dólares) resultará el complejo de Durrat Al Bahrain, en
Bahrein. Si las 13 islas para uso residencial no convencen a sus futuros inquilinos, podrán mudarse
a las Amwaj Islands, archipiélagos artificiales que ofrecen una combinación de barrios exclusivos,
distritos comerciales y resorts de lujo. Pero no todo es ladrillo en el mundo de las experiencias Uber
Premium. La exclusividad también flota y Residensea o The Orphalese son buenos ejemplos: ambos
consisten en exclusivas residencias en el mar montadas en un lujoso y moderno barco con todos
los servicios y comodidades imaginables.
Residensea pretende instaurar un concepto revolucionario de vacaciones de lujo que permita a sus
usuarios una planificación flexible del tiempo libre, mientras que The Orphalese ofrece residencias
a bordo que cuestan 1,8 millones de dólares la más barata y 10 millones la más cara, a lo que hay
que añadir entre 2.500 y 6.500 dólares mensuales. The Orphalese iniciará sus viajes en 2008 con
un itinerario que pretende aprovechar acontecimientos como el Festival de Cine de Cannes, los
Juegos Olímpicos de Pekín, el Año Nuevo de Shanghai y hasta los Sanfermines de Pamplona.
Los Uber Premium disfrutan además de otras minucias: compran sus zapatillas en el Nike ID Design
Lab (diseños únicos); reviven la tradición de los clubes privados (Casa Casuarina, en la antigua
mansión de Versace en Miami –40.000 dólares por hacerse miembro y 3.600 dólares mensuales de
cuota–); o acuden cada año a la Feria de los Millonarios, una especie de feria de muestras de
dudoso gusto no apta para cualquier bolsillo.
A ellos se dirigen también publicaciones especiales. El lujo como contenido es un nuevo filón que
algunas compañías de medios, editoras de revistas, tratan de aprovechar. Departures –para los
poseedores de las tarjetas American Express Platino y Centurión–, Absolut, Robb Report o Worth
Magazine son buenos ejemplos. Incluso hay un blog para estos lectores exclusivos: «Luxist.com»
se dedica a los productos de lujo.
Pero no se trata sólo de ofrecer reportajes sobre viajes idílicos, coches espectaculares o relojes y
joyas de ensueño. Cuando sabes que el más pobre de tus lectores supera los 500.000 dólares de
ingresos anuales, los consejos de redacción tienen otro aire, y los temas que surgen, un carácter
especial.
En 2003, CurtCo Robb Media relanzó la revista Worth, que pasó de 500.000 a 200.000 ejemplares
y cambió de nombre: desde entonces se llama Robb Report Worth y se complementa con la ya
existente Robb Report, también para una audiencia exclusiva. La última se dedica al «cómo gastar»,
pero la nueva publicación se preocupa más de la gestión y generación de riquezas. Para muestra,
un botón: el número inaugural –100 páginas, con tarifas publicitarias de 27.000 dólares por página–
era un plan a 100 años para gestionar la riqueza familiar, junto con un reportaje que explicaba
cómo adquirir un jet privado y un artículo que analizaba la inversión potencial futura que supone
la posesión de un modelo antiguo de automóvil de la marca Bugatti.
2. Razone las similitudes y diferencias entre lujo y calidad pensando en estos productos.
R: El lujo hace referencia a un producto/servicio exclusivo, de alto valor económico y de una
calidad integral y superior a cualquier disponibilidad del mismo en el mercado en general,
superando con creces la necesidad de satisfacer algún requisito esencial dado. Esto da a
entender que la calidad de un producto de lujo es total y superior por excelencia, pero también
se debe analizar que es único y especial en su tipo, donde solo se considera un mercado
excepcional para estos productos/servicios y que los consumidores tengan los ingresos
económicos necesarios para acceder a ellos.
Bibliografía