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Montería, 29 de julio de 2020.

SEÑOR
INSPECTOR TERCERO DE POLICIA URBANO DE MONTERIA.
E.S.D

Referencia. Objetar el comparendo N° 23-1-051233 de fecha julio 24 del año 2.020 y


número de incidente 459311.

ARMANDO SANCHEZ BRIÑEZ, mayor, ciudadano en ejercicio, identificado civilmente


con número de cedula 1.067.889.111, presento ante su despacho de forma electrónica y en
el tiempo oportuno procesal, por medio del presente escrito acudo ante Usted, para
OBJETAR EL COMPARENDO DE LA REFERENCIA, codificado teniendo en cuenta la
Ley 1801 de 2.016 que expide el Código de Policía y Convivencia Ciudadana en su
artículo 140 NUMERAL 8 COMPORTAMIENTOS CONTRARIOS AL CUIDADO E
INTEGRIDAD DEL ESPACIO PÚBLICO.

CAPITULO I. EN CUANTO A LOS HECHOS.

PRIMERO: El día viernes 24 de julio de la presente anualidad, siendo las 12: 00: 07 pm,
me encontraba en compañía de otra persona en la orilla del rio por inmediaciones del barrio
Buenavista, en el sector conocido como “puerto platanito” estaba fumándome un cigarrillo
de marihuana tipo creepy lejos de personas, de vecinos, de parques recreativos a las cuales
ese olor les moleste y sin afectar derechos a terceros.

SEGUNDO: Soy consumidor habitual de dicha sustancia y en estos momentos de crisis


quería estimularme, despejar la mente y no pensar en tantas situaciones delicadas que está
viviendo nuestra ciudad, he pasado desde hace semanas con un cuadro depresivo, que me
ha llevado a pensar lo peor, por múltiples factores y problemas personales.

Estando en el lugar antes mencionado, llega una patrulla de policía de vigilancia y control
identificada con el cuadrante 5-4 adscrita al cai del barrio Santafé, me aborda el patrullero
BALLESTEROS CARLOS ANDRES, identificado con la placa policial 175730, muy
educadamente, me requiere un registro personal y yo sin oponer resistencia, accedí y
encuentran la sustancia que estaba consumiendo, un cigarrillo de marihuana tipo creepy ya
dosificado, el uniformado cordialmente y haciendo uso del buen trato rigiéndose por el
procedimiento policial me impuso el comparendo de la referencia, codificándome con una
medida contravencional regulada por la ley 1801 de 2016 en su ARTICULO 140
NUMERAL 8 “ PORTAL SUSTANCIAS PROHIBIDAS”. en armonía con el
DECRETO 1844 DE OCTUBRE DEL 2018 “Por medio del cual se adiciona el
capítulo 9 del título 8 de la parte 2 del libro 2 de la ley 1801 de 2016, "Decreto Único
Reglamentario del Sector Administrativo de Defensa", para reglamentar
parcialmente el Código Nacional de Policía y Convivencia, en lo referente a la
prohibición de poseer, tener, entregar, distribuir o comercializar drogas o sustancias
prohibidas.

TERCERO: Una vez impuesto la medida contravencional, solicite la apelación, al


comparendo N° 23-1-051233 de fecha julio 24 del año 2.020 y número de incidente
459311.

Tácitamente, manifiesto a este despacho que los policiales no contaban con el formato
idóneo de apelación, es por ello que sustentare en este escrito el recurso de apelación a la
medida correctiva, ante el inspector de policía.

CAPITULO II. SOLICITUD DE NULIDAD.

PRIMERO: Solicito a su despacho por medio de resolución administrativa, declare la


nulidad al comparendo número N° 23-1-051233 de fecha julio 24 del año 2.020 y número
de incidente 459311 y archivo del proceso, realizado el día antes descrito por la infracción
cometida sin dolo que hace referencia el articulo 140 numeral 8 de la Ley 1801 de 2.016,
cabe resaltar que soy una persona consumidora de dicha sustancia, es permitido el porte y
consumo de marihuana siempre y cuando no sea con fines de distribución, es mi desarrollo
de la personalidad y libertad de expresión derechos constitucionales que prevalece más que
la ley 1801 de 2.016, por ser este derecho al desarrollo de la libre personalidad ,consagrado
en nuestra Constitución Política de Colombia.

La Constitución Política dispone:


Artículo 16.
Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad sin más
limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico.

Por tanto, el derecho al libre desarrollo de la personalidad se ubica en los derechos


fundamentales cuyo objeto tiene la particularidad de tutelar una esfera vital del individuo,
esto es, la construcción de su plan o proyecto vital, pero que al mismo tiempo describe un
comportamiento genérico, pues ciertamente ampara, como norma abierta, diversas
posibilidades de comportamientos o conductas que pueden ser muy dispares, a través de las
cuales el individuo ejerce tal derecho, asegurando de esta forma un hacer permitido que
puede oponer a terceros. De aquí que el libre desarrollo de la personalidad como derecho
fundamental se erija en una garantía de alternativas, al acceder realizar cualquiera de las
actuaciones posibles que encajen en su objeto y que obviamente dependerán de las
particularidades de cada individuo.

Así en sentencia T-222/92 la Corte Constitucional colombiana señaló: Se quiere garantizar


con él la libertad general de actuar, de hacer o no hacer lo que se considere conveniente.
Por tanto, se inscribe en el amplio ámbito de la libertad y en todas aquellas manifesta1 Ver
Sentencia C-221/94. En todas aquellas manifestaciones en que el ser humano se proponga
autónomamente realizar las más diversas metas. Su compleja naturaleza hace que la
protección que le depara el ordenamiento cobije las relaciones del hombre en el campo
social, político, económico y afectivo, entre otras. En virtud de este derecho el Estado no
puede interferir el desarrollo autónomo del individuo, sino que, por el contrario, debe
procurar las condiciones más aptas para su realización como persona.

En decisión T-532/92 estableció: El derecho fundamental al libre desarrollo de la


personalidad plantea una relación individuo-sociedad-Estado, a partir de la cual debe
precisarse el alcance de los derechos, deberes y obligaciones de unos y otros. El núcleo
esencial de este derecho protege la libertad general de acción, vinculada estrechamente con
el principio de dignidad humana (CP art. 1), cuyos contornos se determinan de manera
negativa, estableciendo en cada caso la existencia o inexistencia de derechos de otros o
disposiciones jurídicas con virtualidad de limitar válidamente su contenido.

SEGUNDO: Cabe destacarla estocada que el Honorable Consejo de Estado le dio a ese
estado de las cosas. El Consejo de Estado, el competente para revisar de fondo el decreto
1844 DE OCTUBRE DEL 2018, puso hace unos días un condicionamiento fulminante
para la ejecución de ese decreto. La Sección Primera les ordenó a las autoridades policiales
que sólo podrán decomisar la droga cuando se verifique que el portador la va a
comercializar o distribuir. Además, advierten que en esta labor "no se puede desconocer la
órbita personal de los derechos a la intimidad y al libre desarrollo de la personalidad
de los consumidores que con su actuar no lleguen a afectar a terceros o a otros bienes
jurídicos indisponibles

Me parece que este fallo del Consejo de Estado privilegia el libre derecho a la personalidad
que en Colombia desde 1994 se viene desarrollando desde el punto de vista de los derechos.
Me parece que vamos en el camino correcto, pareciéndonos a Portugal, Canadá y Uruguay,
y no tenemos por qué parecernos ni a China ni a Filipinas. No es perseguir al consumidor
con dosis mínima, es perseguir al distribuidor. Llevamos cuarenta años en una guerra
contra las drogas, cuarenta años el narcotráfico financiando la política y los negocios.

De ello concluimos y nos enmarcamos en la jurisprudencia del alto tribunal de lo


contencioso administrativo, para objetar y dejar sin efecto jurídico el comparendo N° 23-1-
051233 de fecha julio 24 del año 2.020 y número de incidente 459311.

CAPITULO III. FUNDAMENTOS DE DERECHO

Reiteradamente dice la Honorable Corte Suprema de Justicia;


“En estos casos, la Sala Penal de la corporación indicó que no debe operar la sanción
judicial sino las medidas administrativas de carácter pedagógico, profiláctico o
terapéutico.
“El consumidor o adicto de estupefacientes puede portar una cantidad diferente a la
legalmente establecida como dosis personal, siempre que sea con la finalidad de su
consumo personal y aprovisionamiento y no exista evidencia que indique tráfico de
sustancias ilícitas”.

El Código Penal Colombiano en su artículo 376 establece la cantidad de sustancias


prohibidas para que tipifique un delito penal:

Tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. El artículo 376 de la Ley 599 de 2000:

Artículo 376. Tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. El que sin permiso de


autoridad competente, introduzca al país, así sea en tránsito o saque de él, transporte,
lleve consigo, almacene, conserve, elabore, venda, ofrezca, adquiera, financie o
suministre a cualquier título sustancia estupefaciente, sicotrópica o drogas sintéticas que
se encuentren contempladas en los cuadros uno, dos, tres y cuatro del Convenio de las
Naciones Unidas sobre Sustancias Sicotrópicas, incurrirá en prisión de ciento veintiocho
(128) a trescientos sesenta (360) meses y multa de mil trescientos treinta y cuatro (1.334)
a cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Si la cantidad de droga no excede de mil (1.000) gramos de marihuana, doscientos (200)


gramos de hachís, cien (100) gramos de cocaína o de sustancia estupefaciente a base de
cocaína o veinte (20) gramos de derivados de la amapola, doscientos (200) gramos de
droga sintética, sesenta (60) gramos de nitrato de amilo, sesenta (60) gramos de
ketamina y GHB, la pena será de sesenta y cuatro (64) a ciento ocho (108) meses de
prisión y multa de dos (2) a ciento cincuenta (150) salarios mínimos legales mensuales
vigentes.

Si la cantidad de droga excede los límites máximos previstos en el inciso anterior sin
pasar de diez mil (10.000) gramos de marihuana, tres mil (3.000) gramos de hachís, dos
mil (2.000) gramos de cocaína o de sustancia estupefaciente a base de cocaína o sesenta
(60) gramos de derivados de la amapola, cuatro mil (4.000) gramos de droga sintética,
quinientos (500) gramos de nitrato de amilo, quinientos (500) gramos de ketamina y
GHB, la pena será de noventa y seis (96) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses de
prisión y multa de ciento veinte y cuatro (124) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos
legales mensuales vigentes”.

Ahora bien, teniendo en cuenta lo que la norma cita, la Honorable Corte Suprema de
Justicia se ha pronunciado diciendo

La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia informó que el porte


de una sustancia estupefaciente relativamente superior a la dosis personal fijada por la
ley, que no tenga fines de fabricación, comercialización o tráfico, no debe ser procesado
como delito, siempre y cuando su único propósito sea el consumo derivado de la
enfermedad o adicción del portador.

Razón por la cual la Corte interpretó que al reglamentar el consumo, la adicción o la


situación del enfermo dependiente y establecer que su conducta ha de entenderse como
un problema de salud y que únicamente admite como medidas de control por parte del
Estado tratamiento del orden pedagógico, profiláctico o terapéutico se está partiendo del
supuesto que tales personas están autorizadas a portar y consumir una cantidad de
droga sin que esa acción y porción corresponda a la descripción típica del artículo 376
del C. P.

De ahora en adelante, tratándose de consumidores o adictos que porten o lleven consigo


sustancias con esa específica finalidad, no pueden ser judicializados por la justicia penal
y su proceder es de competencia de las autoridades administrativas de salud en el orden
nacional, departamental o municipal.

Por consiguiente, la cantidad de dosis personal puede constituir ilícito cuando no está
destinada para uso personal.

Así las cosas, la dosis personal que genera atipicidad de la conducta por la circunstancia
de cantidad no es solamente la que determina el literal j) del artículo 2 de la Ley 30 de
1986, como se venía interpretando por la jurisprudencia, sino también la que se
demuestre en el proceso en un monto superior a esa regulación, pero siempre que sea
necesaria para el consumo del sujeto que está siendo procesado dada su situación
personal en el caso concreto.
En otras decisiones dice la Honorable Corte Suprema: “En el caso concreto dice la Corte
“En el ejercicio de sus personales e íntimos derechos el acusado no afecto lo ajenos, no
produjo daño ni peligro de menoscabo al bien jurídico de la salud pública, es dable
concluir que el comportamiento hecho no va en contra vía de la ley, en consecuencia no
puede ser objeto de ninguna sanción por que al no presentarse la categoría jurídica de la
antijuridicidad, es imposible predicar la configuración de la conducta punible”

Un fallo de la Corte Constitucional despenalizó el consumo y porte de la dosis personal de


drogas, tras considerar que forma
Una doctrina que hace parte del libre desarrollo de la personalidad del Carlos Eduardo
Peláez Doctor en Filosofía, director de la maestría en Filosofía de la Universidad
Tecnológica de Pereira en donde plante la siguiente teoría:

Hay como dos cosas: una cosa es lo que el presidente anuncia y otra es el mandato.
Estamos a la espera de que se dé el mandato. Vivimos en una demagogia, entonces muchas
veces dicen cosas, como por ejemplo el ministro Carrasquilla llena de miedo a todo el
mundo y resulta que todavía no hay forma de imponer esas medidas. Es una forma de
terrorismo de estado.

Por fuera de todo eso, ocurriendo o no, pongo mi posición. Me parece que es un
inconveniente por dos razones. Uno, que de todas maneras eso es una expresión de la
Corte con respecto a la dosis personal, hay una sentencia aprobada de por medio.
Entonces eso es como revocar un derecho. Primero que todo habría que desmontar ese
derecho para poder realizar esa exigencia. En segundo, rehabilitar el código de policía en
ese ítem ha mostrado una insuficiencia y ha demostrado que las cárceles no pueden con
nadie más por delitos graves y de todas maneras, perseguir a una persona que consume
por recreación, por problemas de adicción… porque son múltiples.

Esas cosas traen muchos más inconvenientes que soluciones. El mundo está mostrando
esta medida en oficialización… para que nosotros vayamos a retroceder. Entienda algo,
¿cómo pasamos nosotros de un país productor a un país consumidor? Eso tiene el
problema en la educación, la falta de oportunidades, el desequilibrio social tanto
económico como espiritual. Algunas personas alcanzan dimensiones de comprensión,
mientras que otras viven en la absoluta necesidad como si fuesen animales de pasto.
Entonces esas desigualdades ahora las vamos a punir. ¿Cómo vamos a punir a alguien que
lo use como medio de recreación o a alguien que sea una víctima? Esas son medidas
absurdas que no tienen nada que ver con la justicia. Lo de quitarle el poder al
microtráfico, bueno, los comandantes de policía de los municipios saben perfectamente
quiénes son los delincuentes y la corrupción es la que no permite atraparlos ni juzgarlos.

En mi criterio hay una antinomia jurídica, por la contradicción de estas dos leyes la Ley
599 de 2000 y la Ley 1801 de 2016, que impone medida correctiva pecuniaria el no
acatarla, a sabiendas que el porte y consumo en Colombia esta despenalizado además de los
múltiples pronunciamientos que han hecho las altas cortes en Colombia, existiendo
aplicaciones jurídicas incompatibles entre sí por supuestos facticos creando lagunas
jurídicas.

El juzgador debe recurrir a la interpretación jurídica de las normas en conflicto, con el


propósito de evitarla o disolverla, pero si no se ve factibilidad de solucionar la cuestión de
ese modo, los métodos o criterios tradicionales de solución de antinomias mediante la
permanencia de una de ellas y la desaplicación de la otra.

Ahora bien, hablemos de la actualidad jurídica que se está desenvolviendo en nuestro país,
por ese proyecto de ley presentado por el HONORABLE SENADOR DE LA REPUBLICA
RODRIGO LARA RESTREPO, aprobada en último debate la prohibición del porte y
consumo de drogas en parques, el autor de la iniciativa, aseguró que lo dispuesto por la
norma aprobada no contraría lo dispuesto en una reciente sentencia de la Corte
Constitucional.

La iniciativa entrega facultades a los alcaldes para que dentro de sus jurisdicciones puedan
establecer perímetros para restringir el consumo de sustancias psicoactivas en los lugares
anteriormente señalados, incluso, el consumo de la dosis mínima que permite la ley y aquí
manifiesto no estaba fumando en espacios públicos, si no , que estaba comprando la
sustancia para fumármela en mi casa, haciendo caso a las palabras textuales dichas por el
presidente de la republica IVAN DUQUE MARQUEZ, “ todo aquel que quiera fumarse
su tabaco que lo haga en su casa o en lugares que no afecten la convivencia de las
personas.

CAPITULO IV. SUSTENTACION DEL RECURSO DE APELACION


Hay que tener en cuenta que el uso de sustancias psicoactivas “pertenece a la esfera privada
del consumidor”, pero al mismo tiempo, esta persona debe respetar los derechos ajenos y el
orden público, en ningún momento viole estos dos partes. La Sección Primera de la Sala de
lo Contencioso Administrativo dejó claro que se puede confiscar y destruir la dosis mínima
cuando su porte, tenencia o posesión “traspasa la esfera íntima del consumidor”. Al hacer
esta modulación del decreto presidencial, el alto tribunal concluyó que la norma no
desconoce los principios del Estado Social de Derecho, ni la jurisprudencia que al respecto
ha emitido la Corte Constitucional en varias decisiones.
Esta última, de hecho, ya se había pronunciado el año pasado sobre la constitucionalidad
del decreto. En su decisión, consideró excesivo que se impusieran multas a quienes
portan la dosis mínima y tumbó esa parte, pero mantuvo en firme el resto del decreto,
que reglamento parcialmente el Código Nacional de Policía y Convivencia.

CAPITULO V. ANEXOS

1. Copia simple del comparendo referenciado.


2. Copia simple de la denuncia impuesta de manera virtual en la pagina web de la policía
nacional.

CAPITULO VI. NOTIFICACIONES

El suscrito las recibirá en la dirección electrónica armandobrinez98@gmail.com.


Dirección de residencia calle 24 N° 13-19
Celular: 3146429703

Atentamente;

ARMANDO SANCHEZ BRIÑEZ


cédula de ciudadanía N° 1.067.889.111 de Montería

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