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lo suficientemente pequeña con respecto a la de la enzima como para no rebasar su

número de transferencia, la rapidez de reacción será directamente proporcional a la concentración


del sustrato; es decir, es de primer orden con respecto al sustrato (ecuación
22.13). Si se mantiene constante la concentración de la enzima, la reacción total es de
primer orden y directamente proporcional a la concentración del sustrato (k[E] _ constante
en la ecuación 22.13). Esto es lo que sirve como base para la determinación del sustrato. 1
Sin embargo, si la cantidad de sustrato es mayor que el número de transferencia para la
cantidad de enzima presente, la enzima se satura con respecto a la cantidad de moléculas
que puede complejar (se satura con respecto al sustrato), y la rapidez de reacción alcanza
un valor máximo. En este punto la reacción se vuelve independiente de posteriores aumentos
en la concentración del sustrato; es decir, la reacción se vuelve de

Desde los primeros experimentos con la cromatografía de gases se han desarrollado más de
40 detectores. Algunos de ellos fueron diseñados para responder a la mayor parte de los
compuestos en general; otros para ser selectivos hacia determinados tipos de sustancias.
Se describirán a continuación algunos de los detectores más usados. La tabla 20.2 muestra
y compara algunos detectores de uso común, con respecto a su aplicación, sensibilidad y
linealidad.
El detector original para cromatografía de gases fue el detector de conductividad
térmica o de alambre caliente (TCD, thermal conductivity detector). Conforme pasa un
gas sobre un filamento caliente, la temperatura y por consiguiente la resistencia del alambre
variarán de acuerdo con la conductividad térmica del gas. El gas acarreador puro se
pasa sobre un filamento, y el gas efluente que contiene los componentes de la muestra se
pasa sobre otro. Estos filamentos se encuentran en ramas opuestas de un puente de Wheatstone,
que mide la diferencia de sus resistencias. Mientras no haya gas de la muestra en el
efluente, las resistencias de los alambres serán iguales; pero cuando el gas acarreador lleva
un componente eluido o eluato de la muestra habrá un pequeño cambio en la resistencia
de la rama del efluente. Este cambio, que es proporcional a la concentración del componente
de la muestra en el gas acarreador, se registra en la gráfica. El detector de conductividad
térmica es particularmente útil en el análisis de mezclas gaseosas y de gases permanentes,
como el CO2.
Con los detectores de conductividad térmica se prefiere usar hidrógeno y helio (por
razones de seguridad, se prefiere el helio) como gases de arrastre, porque tienen una conductividad
térmica muy alta en comparación con la mayor parte de los demás gases, por
lo que se produce un cambio máximo de resistencia en presencia de los componentes de
la mezcla. La conductividad térmica del hidrógeno es 53.4 _ 10_5, y la del helio es 41.6
_ 10_5 cal/_C-mol a 100_C, en tanto que las del argón, el nitrógeno, el dióxido de carbono
y la mayor parte de los vapores orgánicos suelen tener una décima parte de estos valores.

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