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La Iglesia en América Latina: PERÚ

Ofrecemos a nuestros lectores el último artículo de la serie sobre


la Iglesia en América Latina y El Caribe, que hemos venido
sacando a la luz en los últimos meses. En esta entrega
conclusiva, podrá conocer al final los enlaces de los artículos ya
publicados.

Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del


papa Francisco, ZENIT resumió y puso a disposición de sus
lectores el valioso estudio del Observatorio Pastoral del Celam
(OPC), que nos acerca a la realidad pastoral, social y devocional
de los pueblos latinoamericanos.

En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia del


Perú, un país andino ubicado en la zona centro oeste de
Sudamérica con una extensión de 1.285.216,20 km2. Acoge a una
población cercana a los 30.165.000 habitantes, de los cuales el
82% se profesan católicos.

Bases de la evangelización

Según se lee en el OPC, la diócesis de Cusco fue la primera


diócesis erigida en Sudamérica, el 5 de septiembre de 1536, por
el papa Paulo III, quien nombró al dominico Vicente Valverde
Álvarez como su primer obispo. El 14 de mayo de 1541 se erige
la diócesis de Lima, y el 16 de noviembre de 1547 se eleva al
rango de arquidiócesis, con Jerónimo de Loayza, OP, como su
obispo y arzobispo, respectivamente. Fueron sufragáneas las
diócesis de Quito, Castilla del Oro-Panamá, León–Nicaragua,
Popayán–Colombia, Santiago–Chile y Charcas–Bolivia.

Relación Iglesia-Estado

Hasta 1993 la religión católica era reconocida como oficial en la


Constitución Política. Actualmente se mantiene vigente un
Acuerdo firmado entre la Santa Sede y el Gobierno peruano de
1980, donde la religión católica es reconocida como un gran
aporte para la Nación peruana.

El OPC explica que diversos sectores de la sociedad y de la


política presionaron por la prevalencia de un Estado laico en el
país. Es así que en el año 2010 se expidió la Ley de libertad
religiosa que declara al Perú como tal.

Las relaciones con el Gobierno son de colaboración y de mutuo


respeto, a pesar de las tensiones que se presentan en la gestión
de temas que para la Iglesia Católica son innegociables, como la
vida, la familia, la muerte natural, entre otros.
Estos temas vienen siendo materia de un permanente debate en
el Perú como en los demás países andinos. En el marco de estas
relaciones, los obispos expresan sus opiniones sobre la realidad
del país a través de comunicados y cartas pastorales.

Una comunidad que sirve

La Iglesia católica en el Perú está conformada por 45


jurisdicciones eclesiásticas: siete Arzobispados, veinte
Obispados, diez prelaturas, ocho vicariatos apostólicos, un
obispado castrense y una Prelatura personal.

El país tiene un cardenal-arzobispo, seis arzobispos, 19 obispos


residentes, un obispo castrense, tres obispos auxiliares, siete
obispos-vicarios apostólicos y diez obispos-prelados, quienes,
junto a los obispos eméritos, conforman la Conferencia
Episcopal Peruana.

A los obispos acompañan en el trabajo pastoral y evangelizador


1.488 presbíteros diocesanos, 1.110 presbíteros religiosos además
de cientos de religiosos y religiosas. Estos últimos están afiliados
a la Conferencia de Superioras y Superiores Mayores de
Religiosos del Perú (CONFER), que fuera fundada el 11 de junio
de 1969.
Colaboran en este trabajo miles de laicos y laicas en las distintas
actividades pastorales, sea en los movimientos apostólicos como
en las comunidades eclesiales.

En el Perú hay aproximadamente 1.360 parroquias, la mitad de


las cuales se encuentran en el interior del país, muchas de ellas
ubicadas en lugares en donde el acceso se da en condiciones
difíciles, como por ejemplo, en mula, a pie o por lancha.

Este trabajo apostólico, explica el OPC, "encamina sus esfuerzos


a que la acción pastoral sea una acción de conjunto en el que se
rescaten los procesos de nueva evangelización y acción pastoral,
principalmente a favor de los pobres y más necesitados".

Presencia en la sociedad

En el Informe se advierte que el catolicismo "es la religión que


tradicionalmente identifica a la sociedad peruana y alrededor de
ella se celebran numerosas festividades. La gran riqueza
religiosa del Estado peruano, marca la presencia de expresiones
de carácter sincrético con las religiones nativas, que están
incorporadas en la cultura peruana".

También se lee que "la Iglesia católica goza de un alto nivel de


credibilidad entre la población y los diferentes sectores; a pesar
de los debates neurálgicos sobre temas trascendentales, los
diferentes agentes creen en la Iglesia como un actor que
acompaña a las poblaciones más pobres del país en su lucha
constante por la dignificación".

En el ámbito de la promoción humana, la Iglesia desarrolla su


labor por medio de la pastoral de Acción Social y de las Cáritas
diocesanas, que adelantan programas de formación,
organización y asesoría a las comunidades. También a través de
la amplia red que conforma la educación católica en todo el país.

Frutos de santidad

El Perú ha sido llamado "Tierra de santos" por papas e


historiadores. Allí están escritas las páginas de siglos del
catolicismo en el país, que presentan a santos de la talla de Rosa
de Lima, Martín de Porres y Toribio de Mogrovejo por
nombrar a los de mayor alcance universal. A ellos hay que
sumar al franciscano misionero san Francisco Solano, los
dominicos san Juan Macías y la beata Ana de los Ángeles
Monteagudo, así como al beato camilo Luis Tezza.

Son muchos los venerables y siervos de Dios que gozan del


cariño y devoción privada de los fieles, entre quienes hay que
recordar al jesuita Francisco del Castillo, la laica Melchora
Saravia y la fundadora de las canonesas de la Cruz, Teresa de la
Cruz Candamo, entre otros, un listado glorioso que incluyen a
obispos, misioneros, madres de familia y humildes sastres.

Amor a María

Si bien en el Perú hay incontables santuarios dedicados a María,


destaca la devoción al Señor de los Milagros, cuya procesión en
Lima convoca a millares de peruanos de todas las clases sociales
en el mes de octubre, lo que se extiende a las principales
ciudades del mundo donde esté latiendo un "corazón morado".

Los santuarios que reciben durante el año a miles de peregrinos


nacionales y extranjeros son los dedicados a Nuestra Señora de
Chapi en Arequipa, la Virgen de la Puerta en Otuzco-Trujillo, la
Virgen de Cocharcas en Vinchos-Ayacucho o la Madre del
Amor Hermoso en Cañete-Lima, solo por nombrar algunos.

Para conocer más de la Iglesia peruana aquí

La Iglesia en América Latina: LAS ANTILLAS


Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del
papa Francisco, ZENIT está difundiendo el valioso estudio del
Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la
realidad pastoral, social y devocional de los pueblos
latinoamericanos.
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia en
Las Antillas, islas ubicadas en El Caribe y adyacentes a algunos
países de Centro, Sur y Norte América. La división más notoria
es por su pertenencia u origen. Es por ello que hay un grupo
perteneciente a la Commonwealth o Confederación de naciones
asociados al Imperio británico; otro grupo tiene que ver con los
departamentos franceses de ultramar y también están los
territorios britanicos de ultramar.

Cada extensión es un desafío diferente para la Iglesia católica


local, así como el hecho de que muchas de ellas tienen un origen
protestante, por lo que su presencia es minoritaria.

Hay dos países independientes, como son Guyana (214,970 km²,


784,894 hab.) y Surinam (163.270 km², 549.000 hab.), que
aunque están ubicados en América del Sur, forman parte de la
Conferencia Episcopal de las Antillas.

En el caso de Guyana, entre 1530 y 1531, Diego de Ordás


conquista y coloniza toda la costa Guayanesa, y en 1594 España
toma posesión oficialmente de la Provincia de Guayana. En
1796, la entonces colonia neerlandesa fue tomada por los
ingleses. Hoy, el 8% se profesa católico.
Al respecto de Surinam, Cristóbal Colón fue quien avistó las
islas en 1498, pero sólo hasta 1593 exploradores españoles
regresaron al área. Y en 1651 los británicos se establecieron en
Paramaribo. Los católicos son actualmente el 23% de la
población.

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En el caso de las islas pertenecientes a la Commonwealth, estas


son: Antigua y Barbuda (441 km², 86.000 hab.), Bahamas
(13.939 km², 335.000 hab.), Barbados (431 km², 295.000 hab.),
Dominica (754 km², 67.000 hab.), Granada (344 km², 106.000
hab.), Jamaica (11.244 km², 2.728.000 hab.), San Cristóbal y
Nevis (261 km², 51.000 hab.), San Vicente y Granadinas (388
km², 121.000 hab.), Santa Lucía (615km², 167.000 hab.) y
Trinidad Tobago (5.128 km², 1.338.000 hab.).

Raíces cristianas en la Commonwealth

Los inicios de la evangelización en Las Antillas han sido


diversos, en la medida en que los primeros conquistadores
llegaban en exploración a las islas, y luego a nivel político
cuando fueron pasando de manos de unos países a otros –con la
influencia religiosa respectiva--, hasta que algunas alcanzaron la
independencia.
-Antigua y Barbuda: En 1443 Cristóbal Colón desembarca en la
isla de Antigua, bautizándola con este nombre en honor ala
Iglesia de Sevilla llamada Santa María la Antigua. Barbuda
recibió más tarde su extraño nombre por las “barbas” de
líquenes que adornaban sus palmeras.

-Bahamas: El 12 de Octubre de 1492, Cristóbal Colón llegó a la


orilla de una pequeña isla que los Lucayanos llamaban
Guanahani. Colón la llamó San Salvador. Los católicos alcanzan
hoy el 22%.

-Barbados: Fue descubierta en el año de 1518 por los españoles.


El nombre de Barbados proviene del explorador portugués
llamado Pedro Campos que en 1536 la llamó Os Barbados (“Los
Barbudos”, en español). Hoy los católicos son el 4%.

-Dominica: Cristóbal Colón llegó a Dominica el 3 de noviembre


de 1493, siendo la primera isla descubierta en su segundo viaje a
América. El nombre con el que Colón bautiza a la isla se deriva
del nombre del día de la semana en que avistan la isla, domingo.
El número de católicos asciende hoy al 89.6%

-Granada: Fue descubierta por Cristóbal Colón en el año de


1498. Hoy los católicos alcanzan el número de 53%.
-Jamaica: En el año de 1494 fue descubierta por Cristóbal
Colón, quien la bautizó con el nombre de Santiago de Jamaica.
Los católicos alcanzan hoy la cifra de 4%.

-San Cristóbal y Nevis: En su segundo viaje a América en el año


de 1493, Cristóbal Colón desembarcó en la isla más grande a la
cual llamó “San Cristóbal” en honor a su patrón. Nevis también
fue descubierta en este segundo viaje, Colón la bautizó con este
nombre por su semejanza con una montaña nevada (en español
se llamó “Nuestra Señora de las Nieves”). Hoy los católicos se
cuentan en 11%.

-Santa Lucía: Descubierta por Cristóbal Colón en 1502. La


población católica asciende hoy a 90%.

-San Vicente y Granada: En 1498 es descubierta por Cristóbal


Colón. Hoy los católicos son el 13%.

-Trinidad y Tobago: Cristóbal Colón descubrió para los


europeos la principal de las islas el 31 de julio de 1498 y la llamó
“Tierra de la Santísima Trinidad” mientras que denominó
“Bella Forma” a la isla actualmente llamada Tobago. La cifra de
católicos asciende actualmente a 29%.

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En el caso de las islas pertenecientes a la Departamentos
franceses de ultramar, estas son Guayana Francesa (92.300 km²,
260.000 hab.), Guadalupe (1.705 km², 408.000 hab.), San Martín
(98 km², 73.397 hab.), Martinica (1.080 km², 432.900 hab.) y San
Bartolomé (25 km², 8.450 hab.).

Raíces cristianas en los Departamentos franceses de ultramar

En el año de 1493, en su segundo viaje Cristóbal Colón descubre


las Islas de: Guadalupe (14 de noviembre), San Martín (11 de
noviembre, día de San Martín de Tours) y la Isla de San
Bartolomé. Martinica por su parte fue descubierta más
tardíamente el 15 de julio de 1502.

Según informa el OPC, la isla del Guadalupe (cifra que incluye a


San Martín y a San Bartolomé) tiene actualmente 95% de
católicos. En el caso de Martinica, hoy se cuenta un 90% de
católicos.

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En el caso de las islas pertenecientes a los Territorios britanicos


de ultramar, estas son: Anguilla (91 km², deshabitada),
Bermuda (53 km², 66.000 hab.), Islas Caimán (259 km²,
distribuidas en: Gran Caimán, 197 km²; Cayman Brac, 36 km²;
Little Cayman de 26 km², con un total de 48.000 hab.), las Islas
Turcas y Caicos (430 km², 22.352 hab.) y las Islas Vírgenes
Británicas (153 km², 24.000 hab.)

Raíces cristianas en los Territorios britanicos de ultramar

El descubrimiento por parte de los europeos de las islas está


caracterizado por la particularidad con la que fueron
descubiertas cada una de ellas:

-Anguilla:La fecha de descubrimiento de este archipiélago es


incierta, algunas fuentes sostienen que Colón avistó la isla en
1493, mientras que otros afirman que la isla fue descubierta por
los franceses en 1564 o 1565. Los católicos se cuentan hoy en 3%.

-Bermudas: Se atribuye el descubrimiento a Juan Bermúdez, de


Palos de la Frontera (Huelva, España), a principios del siglo
XVI, probablemente en 1503. Son 15% los católicos
actualmente.

-Las Islas Caimán:Fueron descubiertas por Cristóbal Colón el


10 de mayo de 1503 durante su cuarto viaje a América. Hoy son
3% los católicos.
-Islas Vírgenes Británicas:Estas Islas fueron vistas y nombradas
por Cristóbal Colón durante su segundo viaje a las Américas en
el año 1493. El número de católicos asciende hoy a 15%.

-Las Islas Turcas y Caicos: El conquistador español Juan Ponce


de León las descubrió para los europeos, aproximadamente
hacia el año 1512. A 20% crece la cifra de católicos en la
actualidad.

*****

En el caso de las Antillas pertenecientes al Reino de los paìses


bajos, estas son: Antillas Neerlandesas (803 km²) que se
encuentran repartidos entre Curazao (444 km²), Bonaire (288
km²), San Martín (37 km²), San Eustaquio (21 km²) y Saba (13
km²), que eleva el número total de habitantes a 225.369). Y la
otra es la isla de Aruba (193Km², 110.000 hab.).

Raíces cristianas en los Territorios del Reino de los países bajos

Las islas Neerlandesas, incluyendo para este momento a Aruba


–se lee en el OPC--, fueron descubiertas por exploradores al
servicio de España en el siglo XV; durante el siglo XVII estas
islas fueron conquistadas por los Países Bajos, a través de la
Compañía Holandesa de las Indias Occidentales y durante la
Guerra de los Ocho Años. En una expedición al mando de Johan
Van Walbeeck, Holanda conquistó Curazao en 1634, Aruba y
Bonaire en 1636, desalojando definitivamente a los españoles. En
1954 estas islas cambiaron su estatus colonial, para convertirse
en estado dentro del Reino de los Países Bajos.

En la actualidad las Antillas Neerlandesas cuenta con un 72% de


católicos y Aruba con el 81 %.

Comunidad de servicio

La Conferencia Episcopal de las Antillas (Antilles Episcopal


Conference), está integrada por los obispos católicos de Anguila,
Antigua y Barbuda, Antillas Neerlandesas, Aruba, Bahamas,
Barbados, Belice, Bermudas, Dominica, Granada, Guadalupe,
Guayana Francesa, Guyana, Islas Caimán, Islas Turcas y
Caicos, Islas Vírgenes Británicas, Jamaica, Martinica,
Montserrat, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y
Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, San Bartolomé y San
Martín.

Tal como detalla el OPC, esta conferencia está conformada por


trece naciones independientes, tres departamentos de Francia,
dos divisiones del reino de los Países Bajos y seis territorios
ultramarinos dependientes de Gran Bretaña.
Al interior de estas jurisdicciones civiles –continúa el Informe,
encontramos las siguientes estructuras de la Iglesia: cinco
provincias eclesiásticas con sus arquidiócesis y arzobispos
metropolitanos, catorce diócesis y dos misiones sui juris
vinculadas a las arquidiócesis de Detroit y Newark en los
Estados Unidos.

Geográficamente, la Conferencia Antillana se extiende desde


Bermuda hasta la región norte de tierras sudamericanas en los
países de Guyana, Surinam y Guyana Francesa. De Este a Oeste
se extiende desde la Isla de Barbados hasta el país de Belice.

Presencia de la Iglesia en el Caribe

El OPC explica que la región caribeña “goza de formas


democráticas de gobierno que favorecen las buenas relaciones
ecuménicas, en la mayoría de los casos, entre las iglesias
cristianas”.

Por ello, continúa, “ante la creciente confusión vista en la


sociedad civil caribeña, más y más personas buscan en la Iglesia
Católica una palabra de esperanza, una voz racional, que le
ofrezca enseñanza y guía auténticas”. Con respecto a los jóvenes,
en la Conferencia episcopal antillana existe una Comisión de
Juventud activa y efectiva que promueve encuentros de jóvenes
periódicamente a lo largo de todo el territorio de la Conferencia,
así como oportunidades para proyectos guiados de servicio
misionero a lo largo de la región.

Adicional a esto, se lee también que “la Iglesia Católica es uno


de los mayores proveedores de servicio social para los
necesitados; cada día más y más laicos católicos están asumiendo
la dirección en este ministerio y servicio”.

En años recientes la Conferencia de las Antillas ha preparado


tres cartas pastorales en los temas de Vida humana; Crimen,
violencia y pena de muerte; y Ecología y medio ambiente.

Principales desafíos

La Iglesia que peregrina en Las Antillas identifica la necesidad


que hay de “un renovado esfuerzo en el ministerio vocacional y
una formación eficaz en los seminarios, siempre en la búsqueda
de suficiente personal tanto para la formación académica como
para la espiritual de los seminaristas”, describe el OPC.

La Conferencia Episcopal antillana mantiene un seminario


mayor en Trinidad y Tobago, donde se forman los futuros
prebíteros de todas las diócesis de la Conferencia.
En el OPC se lee que las Iglesias locales “no poseen una
tradición de catequesis a lo largo de la vida y formación de la fe
adulta. Por lo tanto, la Conferencia de las Antillas busca formas
para atraer adultos y familias a continuar su formación en la
fe”.

Los movimientos eclesiales laicales y otros grupos eclesiales


realizan una tarea encomiable en este respecto, aunque el
Informe califica como “deficiente” esta área.

En algunas regiones --prosigue el OPC--, “las escuelas católicas


son actualmente dirigidas por personas de otros credos o iglesias
cristianas que no están familiarizadas con la doctrina católica y
en algunos casos son hasta opuestas, marcado muchas veces por
la la estandarización y la secularización”.

El Informe identifica la necesidad de concentrarse más en las


comunicaciones sociales “y recuperar un lugar para la voz
católica en el foro público”.

Por ello, los obispos de la Conferencia Antillana defienden la


necesidad “de manifestarse clara y eficazmente en el foro
público respecto a temas sociales y morales, y ser capaces de
proclamar la verdad con amor”. Esto –se lee aún en el OPC,
“porque hoy en día la Iglesia representa la única voz de opinión
contraria a la fuerte ola de sabiduría convencional y de lo
políticamente correcto”.
Otros desafíos que se conocen son la inmigración ilegal, así como
el ministerio pastoral con los pueblos amerindios allí donde
subsisten.

Amor a María

Por el origen de la evangelización llegada a sus tierras, los países


de Las Antillas guardan una devoción especial a la Madre de
Dios.

Algunos de los santuarios más conocidos son los de “Nuestra


Señora de Fátima” en Surinam y en Guayana; “Nuestra Señora
Divina Pastora” en Trinidad y Tobago, así como el dedicado a la
Virgen de la Salette en Dominica, devoción que llegó a la Isla
cuando estaba bajo el dominio francés.

La Iglesia en América Latina: HONDURAS


Ofrecemos a nuestros lectores la tercera y última parte de la
serie sobre la Iglesia en América Latina, con información de
algunos países sud y centro americanos, así como de El Caribe.

Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del


papa Francisco, ZENIT está difundiendo el valioso estudio del
Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la
realidad pastoral, social y devocional de los pueblos
latinoamericanos.

En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de


Honduras, un país ubicado en la zona noreste de Centroamérica,
con una extensión de 112.492 km2 que acoge a cerca de
7.793.000 habitantes, de los cuales el 85% aproximadamente se
profesan católicos.

Cabe destacar que de este país es originario el cardenal Óscar


Rodríguez Maradiaga, SDB, arzobispo de Tegucigalpa y actual
coordinador del Comité de Cardenales instalado este lunes 30 de
septiembre para asesorar al papa Francisco en el gobierno de la
iglesia universal y estudiar un proyecto de revisión de la
constitución apostólica Pastor Bonus, o sea el funcionamiento de
la curia romana.

Doble motivo para valorar esta porción del Pueblo de Dios que
peregrina en América Latina.

Semillas de la evangelización

Explica el OPC que la diócesis de Comayagua fue la primera


que se erigió en 1561, como dependiente de la Arquidiócesis de
Santo Domingo, desmembrándola de la diócesis de Santiago de
Guatemala. El primer obispo nombrado por el papa Clemente
VII fue Alfonso de Talavera, OSH.

El 2 de febrero de 1916 pasó a la ciudad de Tegucigalpa que fue


elevada al rango de arquidiócesis. Simultáneamente de crearon
la diócesis de Santa Rosa de Copán y el Vicariato Apostólico de
San Pedro Sula.

Comunidad de servicio

La Iglesia católica en Honduras está organizada en una


arquidiócesis que es Tegucigalpa y siete diócesis: Choluteca,
Comayagua, Juticalpa, San Pedro Sula, Santa Rosa de Copán,
Trujillo y Yoro. La Conferencia Episcopal Hondureña (CEH)
fue creada en 1929 y cuenta con comisiones episcopales que
reflexionan y establecen las orientaciones necesarias para
atender las necesidades pastorales de las Jurisdicciones.

Para realizar su trabajo en el país, la Iglesia cuenta con un


cardenal, siete obispos residentes y tres obispos auxiliares que
forman el episcopado hondureño. Las ocho jurisdicciones
eclesiásticas tienen en total 182 parroquias, que son atendidas
por 203 sacerdotes diocesanos y 214 sacerdotes religiosos.
Además contribuyen a la labor evangelizadora 243 religiosos y
779 religiosas, que pertenecen a las 25 comunidades masculinas
y 70 femeninas que están presentes en el país.
Junto con ellos, amplía el OPC, están los "Celebradores de la
Palabra", así como los catequistas y agentes de pastoral que
viven su vocación y misión como laicos, que celebran
semanalmente en sus comunidades la Palabra de Dios y
distribuyen la Eucaristía, como una forma de presencia y apoyo
a la labor de los párrocos y sacerdotes.

La Conferencia de Religiosos de Honduras (Confereh), anima y


acompaña la formación y misión de los diferentes institutos de
vida consagrada.

Relación Iglesia-Estado

La Constitución Hondureña proclama el Estado laico y la Iglesia


católica, al igual que otras confesiones religiosas, cuenta con
personería jurídica.

Según se lee en el Informe, "las relaciones de la Iglesia con el


Estado Hondureño, que no están regidas por un Concordato,
son cordiales, prima el respeto y la colaboración mutua en
aspectos que van a favor del pueblo".

Aunque reconoce también que "con algunas Secretarías del


Gobierno, las diferencias surgen en la promoción o aprobación
de leyes relativas a la familia y a la transmisión de la vida,
contrarias a la doctrina moral de la Iglesia".

Presencia en la sociedad

El OPC destaca que "el conjunto de la sociedad reconoce y


valora muy positivamente a la Iglesia Católica, a la acción que
realiza y a los mensajes que transmite, por lo que tiene un índice
positivo de credibilidad". Para reforzar más aún este trabajo, la
Iglesia cuenta con un canal de televisión, varias emisoras de
radio y un periódico.

Los programas que lleva a cabo a través de la Pastoral Social -


Caritas y de otras instituciones que se ocupan de la promoción
humana "le han merecido el reconocimiento, especialmente
entre los más necesitados".

Como parte del esfuerzo de insertarse de forma realista en la


sociedad, el OPC informa que la CEH ofrece una pedagogía de
revisión, reflexión y renovación de la parroquia según el modelo
de Aparecida. Lo que se busca es promover una parroquia
“comunidad de comunidades”, donde se inician y forman los
discípulos misioneros, que se sienten enviados a evangelizar
siempre más allá y a reproducir el comportamiento del buen
samaritano hacia los que yacen a la orilla del camino de la vida.
Amor a María

Desde 1925, la santa patrona de Honduras ha sido la


Inmaculada Virgen de Suyapa. El historiador Clifton L. Holland
describe que la estatua (de sólo 2.3 pulgadas de alto), que
supuestamente se descubrió en 1747 y se le acredita su primer
milagro en 1768, normalmente se encuentra en la pequeña
Iglesia de Suyapa.

Sin embargo --continúa, durante la semana cuando se celebra su


día el 2 de febrero, la estatua se pasa a una iglesia mucho más
grande, la Basílica de Suyapa, para que quepa la gran cantidad
de gente que la visita desde toda Centro América para rezar y
solicitarle su intersección en algún milagro.

Para alegría de los hondureños, desde mediados de septiembre


la imagen de Nuestra Señora de Suyapa ocupa un sitial de
importancia en los Jardines Vaticanos. La estatua que mide
poco más de un metro, es totalmente de bronce y pesa unos 200
kilos, y fue entregada al papa como un regalo del pueblo de
Honduras a la Santa Sede y fue elaborada durante casi un año y
medio por el escultor hondureño Jesús Zelaya.

Para la entrega de la imagen llegó el presidente de la república,


Porfirio Lobo con su familia, quienes asistieron a la misa
presidida por el papa Francisco en la capilla de la Casa Santa
Marta, en la que concelebró el cardenal Óscar Rodríguez,
arzobispo de Tegucigalpa y varios presbíteros hondureños.

La Iglesia en América Latina: EL SALVADOR


Una mirada al continente del papa Francisco
Ofrecemos a nuestros lectores la tercera y última parte de la
serie sobre la Iglesia en América Latina, con información de
algunos países sud y centro americanos, así como de El Caribe.

Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del


papa Francisco, ZENIT viene difundiendo el valioso estudio del
Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la
realidad pastoral, social y devocional de los pueblos
latinoamericanos.

En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de El


Salvador, un país ubicado en la zona noroeste de
Centroamérica, con una extensión de 21.041 km2 que acoge a
cerca de 5.744.113 habitantes, de los cuales el 74% serían
católicos.

Semillas de la evangelización

El papa Gregorio XVI erigió la diócesis del Divino Salvador en


septiembre de 1842, como diócesis sufragánea de la
arquidiócesis de Guatemala y su primer obispo fue monseñor
Jorge de Viteri y Ungo.

El papa Pío X, el 11 de febrero de 1913, elevó a la diócesis de


San Salvador al rango de arquidiócesis y constituyó la Provincia
Eclesiástica del Divino Salvador con las diócesis sufragáneas de
Santa y San Miguel.

Relación Iglesia-Estado

El OPC explica que aún cuando constitucionalmente en el


Salvador se contempla la libertad de culto, la Iglesia Católica
posee un reconocimiento especial sobre las demás. El artículo 25
de la Constitución de El Salvador afirma: “Se garantiza el libre
ejercicio de todas las religiones, sin más límite que el trazado por
la moral y el orden público”.

Y en el artículo 26 queda claro que: “Se reconoce la


personalidad jurídica de la Iglesia Católica. Las demás Iglesias
podrán obtener, conforme a la ley, el reconocimiento de su
personalidad.”

Comunidad de servicio
La Iglesia católica en El Salvador está conformada por: la
arquidiócesis de San Salvador y las diócesis de Santa Ana, San
Miguel, San Vicente, Santiago de María, Sonsonate,
Zacatecoluca y Chalatenango; y por el Ordinariato Militar.

Un arzobispo, ocho obispos y tres obispos eméritos conforman la


Conferencia Episcopal de El Salvador, que está organizada
pastoralmente en tres áreas: Evangelización, Estructuras y
Promoción Humana. Según se lee en el OPC, cada área incluye
varios departamentos que atienden y animan la labor pastoral
de la Iglesia, en sus diferentes frentes de atención a las
necesidades del pueblo salvadoreño.

Para la atención del Pueblo de Dios, las cifras de 2005


reportaron 501 presbíteros diocesanos y 235 presbíteros
religiosos. En la vida consagrada se cuentan 1.625 religiosas
profesas y 71 religiosos. Se añade a esto que en todas las
jurisdicciones eclesiásticas funcionan diversos movimientos
apostólicos y comunidades que desarrollan labores de
evangelización de acuerdo con sus carismas.

Presencia en la sociedad

La Iglesia salvadoreña goza de aprecio y estima por parte de la


sociedad. Ante esto, el OPC destaca que "por el papel que ha
jugado en duros momentos de la vida política del país (y) sus
orientaciones en el periodo posterior a las negociaciones para la
paz y en los procesos electorales, (la Iglesia) ha contribuido a
restablecer un ambiente de diálogo y de búsqueda de soluciones
a los problemas sociales".

En la época de la guerra civil, narra el Informe, sufrió la muerte


de varios agentes de pastoral, sacerdotes y del arzobispo de San
Salvador, monseñor Óscar Romero.

Se lee también que el papel de la Pastoral Social–Caritas y sus


distintos programas "han prestado un servicio invaluable en
circunstancias difíciles, (por lo que es) altamente apreciado por
las comunidades".

Los departamentos eclesiales encargados de dinamizar los


proyectos y programas de promoción humana se inscriben
principalmente dentro de la pastoral indígena, familiar, juvenil,
de atención a migrantes en el exterior y social que incluye
Justicia y Paz, Movilidad Humana, la misma Cáritas y los
trabajadores sanitarios.

Caminos de santidad

En la Santa Sede avanza el proceso de canonización del


arzobispo de San Salvador entre los años 1977 y 1980, el hoy
siervo de Dios Óscar Arnulfo Romero y Galdámez.
El 24 de marzo de 1980, Romero --de 62 años, fue asesinado
cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina
Providencia en San Salvador. Allí residía por prudencia, debido
a las amenazas de muerte por su prédica en defensa de los
derechos humanos, y en contra de las hostilidades hacia la
Iglesia por parte del gobierno de turno.

Meses atrás y ya en el pontificado del papa Francisco, el


promotor de la causa, arzobispo Vicente Paglia, anunció que el
proceso iniciado en 1994 se había activado nuevamente.

Amor a María

Si bien la mayor parte de los templos en El Salvador están


dedicados a la Virgen María, hay dos en especial que es
importante mencionar como verdaderos santuarios marianos.

Uno es el de "Nuestra Señora de la Paz", situado en la ciudad de


San Miguel, en el oriente de la República, en donde se venera la
imagen que se coronó canónicamente el 21 de noviembre de
1921, y que fuera nombrada también Patrona Nacional de la
República de San Miguel por el papa Pablo VI en 1966.
Otro santuario muy visitado es el de Nuestra Señora de
Guadalupe, que está ubicado en La Ceiba, municipio de Antiguo
Cuscatlán en el área metropolitana de San Salvador. Fue allí en
La Ceiba de Guadalupe, como se le conoce hoy, que se erigió un
templo a la Virgen al cual acuden peregrinaciones de todo el
país.

Muy venerada en El Salvador, como en toda Centroamérica, se


ha convertido en una verdadera tradición desde hace
muchísimos años el celebrar el Día de los indios, como se le
llama a esta fiesta que tiene lugar el 11 y 12 de diciembre, la
víspera y el día en que se conmemora el aniversario de la
aparición de Nuestra Señora de Guadalupe a san Juan Diego.

Se lee en las informaciones on line, que son miles de personas las


que en esos dos días llegan a rendirle tributo a María Reina de
América. Llegan en carro, en bus, a pie y hasta en carretas
adornadas típicamente. Son días festivos de feria, comidas
típicas, mariachis y cohetes en honor a la Madre de Dios.

La Iglesia en América Latina: VENEZUELA


Ofrecemos a nuestros lectores la tercera y última parte de la
serie sobre la Iglesia en América Latina, con información de
algunos países sud y centro americanos, así como de El Caribe.

Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del


papa Francisco, ZENIT viene difundiendo el valioso estudio del
Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la
realidad pastoral, social y devocional de los pueblos
latinoamericanos.

En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de


Venezuela, un país ubicado en la zona nor este de sudamérica,
con una extensión de 916.445 km2, y que acoge a cerca de
27.150.100 habitantes, de los cuales el 71% serían católicos.

Hechos históricos eclesiales

Lo inicios de la evangelización se dieron con la erección de la


diócesis de Coro, la primera en Venezuela, el 21 de junio de 1531
por el papa Clemente VII, siendo su primer obispo Rodrigo de
Bastidas y Rodríguez de Romera.

Caracas, creada el 20 de junio de 1637, fue elevada a


arquidiócesis por el papa Pío VII el 27 de noviembre de 1803,
siendo su primer obispo Francisco de Ibarra y Herrera. La
diócesis de Mérida fue creada el 16 de febrero de 1778,
sufragánea de Caracas, por el papa Pío VI quien nombró al
franciscano Juan Manuel Antonio Ramos Lora, como su primer
obispo. Fue elevada por Pío XI a arquidiócesis el 11 de junio de
1923, siendo su primer arzobispo Antonio Ramón Silva.

Comunidad de servicio
La Iglesia Católica en Venezuela cuenta con nueve arquidiócesis
y 23 diócesis, así como con cuatro vicariatos apostólicos, un
Ordinariato Militar y los exarcados apostólicos de Rito Griego
Melkita y Sirio Antioqueño, los que completan la organización
eclesiástica venezolana.

La Conferencia Episcopal Venezolana, fundada en 1973 para


orientar y animar la pastoral, cuenta con cinco áreas que
abarcan los aspectos de la evangelización, la educación de la fe,
los agentes, la promoción humana, la cultura, entre otros.
También se extienden algunas circunscripciones eclesiásticas
para la atención del Pontificio Colegio Venezolano en Roma y el
Consejo Fundacional de la Universidad Católica Andrés Bello.

Para cumplir con este trabajo, la Iglesia cuenta con nueve


arzobispos, entre ellos un cardenal, así como con 23 obispos
residentes y cuatro obispos auxiliares, un Ordinario Castrense,
cuatro vicarios apostólicos y dos exarcas, quienes constituyen la
Conferencia Episcopal Venezolana.

Son 38 las jurisdicciones eclesiásticas, donde existen 1.256


parroquias, y a través de las cuales prestan sus servicios 2.557
sacerdotes, de los cuales 1.493 son diocesanos y 1.064 son
religiosos. Además hay 138 diáconos permanentes, 1.628
religiosos y 3.775 religiosas. Junto con ellos colabora un
significativo número de laicos y laicas pertenecientes a
movimientos apostólicos, comunidades eclesiales, dedicados a la
catequesis, liturgia, pastoral social y familiar, y demás frentes de
la labor evangelizadora.

En el caso de los religiosos, están organizados en la Conferencia


Venezolana de Religiosos y Religiosas – CONVER y por parte de
los laicos opera también el Consejo Nacional de Laicos de
Venezuela – CNL, que reúne tanto laicos de movimientos como
independientes.

Relación Iglesia - Estado

En el OPC se lee que la Iglesia "ha tenido siempre una posición


muy firme y valiente frente a la actuación del (actual) gobierno,
siendo voz de tantos que no la tienen, cuando el mismo ha
tratado de alejarse de los principios de la Constitución".
Igualmente, "ha mantenido una participación importante, a
través de numerosas intervenciones y comunicados públicos
para levantar su voz en relación con las medidas adoptadas por
el Gobierno Nacional que atentan en varias oportunidades
contra la dignidad de las personas".

Se recuerda --y el Informe lo recoge--, que durante el gobierno


del extinto presidente Hugo Chávez, hubieron "numerosas
actuaciones públicas de la Iglesia (en las que) se han levantado
muchas críticas, ataques verbales, a veces una verdadera
persecución contra algunas de sus cabezas visibles".
El análisis habla de una "marginación de la Iglesia de toda la
vida del entramado institucional del Estado venezolano",
aunque reconocen que aún así, "es la Institución que goza de
mayor prestigio y credibilidad en el país".

Ante la coyuntura política, "la Iglesia ha manifestado su


preocupación por la compleja situación ética, política,
económica y social que encara el país (y) destacan como
necesidades más urgentes la seguridad, el empleo, la vivienda, la
salud, la orientación y calidad de la educación, los servicios
viales y la capacidad alimentaria", es lo que recoge el OPC.

La Iglesia venezolana ha señalado en varias oportunidades "la


necesidad de respetar los derechos humanos que no son una
concesión del Estado ni del gobierno, sino que tienen su origen
en el plan de Dios, al crear al ser humano como persona a su
imagen y semejanza". Entre los casos más urgentes, el Informe
destaca la necesidad de prestar atención a la situación carcelaria
y al respeto por la vida.

La Iglesia en la sociedad

A pesar de que Venezuela es un país católico, el OPC señala que


alrededor de un 17% de la población pertenece a la Iglesia
Evangélica, siendo ésta la segunda en el país. El 2% está
conformado por personas adeptas a otras religiones como el
islam, el hinduismo, el budismo y el judaísmo; mientras que el
2% grupos practican religiones con raíces prehispánicas. Hay
grupos importantes con el 2% de ateos y agnósticos con el 6%.

Las poblaciones afrodescendientes e indígenas desarrollan de


manera sincrética muchas de sus creencias y cosmovisiones en el
territorio venezolano, varios de ellos desde la fe cristiana
católica.

A lo largo de la historia venezolana, el Informe señala que la


presencia de la Iglesia ha sido destacada en la educación, la
atención de personas y grupos en situación de abandono,
formación en ciudadanía, atención a las cárceles, promoción de
centros de formación laboral, programas de rehabilitación de
viviendas, atención de hospitales, clínicas y centros de salud,
siempre en una atención dirigida hacia los más necesitados.

En el OPC se lee que, junto con la Cáritas venezolana, "la acción


pastoral de la Iglesia busca la promoción y la asistencia social de
la Iglesia integrada y articulada al servicio de los más pobres y
de las comunidades cristianas, con el propósito de impulsar el
compromiso hacía la solidaridad con los hermanos".

Como apoyo a la acción evangelizadora en la sociedad,


funcionan nueve medios de comunicación impresos, nueve
emisoras de radio a nivel nacional, varias revistas periódicas y la
página web de la Conferencia Episcopal.

Frutos de santidad

Venezuela cuenta con dos beatas, la madre María de San José y


la madre Candelaria de San José, así como con dos venerables
que son el médico José Gregorio Hernández y la madre Emilia
de San José.

En el OPC encontramos que la madre María de San José (1875-


1967), nacida en Choroní, fundó la congregación Hermanas
Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, siendo declarada
beata por Juan Pablo II en 1995.

Allí se reseña también que la madre Candelaria de San José


(1863-1940) fue la fundadora de la Congregación de Religiosas
Carmelitas de la Tercera Orden Regular. Beatificada el 24 de
abril de 2008 por Benedicto XVI, hoy a sus hijas se les conoce
como las Religiosas Carmelitas de la Madre Candelaria.

En el caso de los venerables, destaca por su fama el médico José


Gregorio Hernández Cisneros, nacido en Isnotú, Trujillo el 26
de octubre de 1864, murió en Caracas el 29 de Junio de 1919
víctima de un accidente automovilístico. Famoso por su servicio
médico a los más pobres, Juan Pablo II lo declaró venerable en
1986.

Asimismo, los venezolanos veneran a la madre Emilia de San


José, nacida en Caracas el 7 de diciembre de 1858 y muerta en
Macuto, Distrito Federal, en enero de 1893, víctima de la
tuberculosis. Fundó la congregación Hermanitas de los Pobres
de Maiquetía y Juan Pablo II la proclamó venerable en 1993.

Son varios los siervos de Dios que esperan su proclamación. Tal


es el caso de la religiosa Georgina Josefa Febres Cordero y del
jesuita Tomás Morales Pérez, así como de los obispos Tomás
Antonio Sanmiguel Díaz, Sixto Sosa Díaz y Arturo Celestino
Álvarez, entre otros.

También están los laicos Adelia Abbo Fontana de Calvani y


Arístides Calvani Silva.

Amor a María

El principal Santuario venezolano es el dedicado a Nuestra


Señora de Coromoto, ubicado en el Guanare, es venerada como
patrona de Venezuela desde 1950 y patrona principal de la
Iglesia arquidiocesana de Caracas desde 2011.
Su historia se remonta al siglo XVII, cuando la Virgen se habría
aparecido al nativo Coromoto en la selva, quien se resistía a
recibir el bautismo. Luego de este hecho, el indígena quiso
agredir a la dama que le hablaba, lo que se materializó en una
estampilla hecha de fibra de árbol impresa con la imagen de la
Madre de Dios, la misma que hoy se venera como reliquia en en
el Santuario Nacional.

Termina el relato con la conversión y el bautismo de Coromoto,


quien rogó al grupo de indios cospes rebeldes que estaba bajo su
mando, que se bautizaran. Después Coromoto, ya con el nombre
cristiano de Ángel Custodio, murió en buena vejez.

El papa Juan Pablo II la coronó en su visita al Santuario


mariano en Guanare y el papa Benedicto XVI elevó en 2006 al
Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto a la
categoría de Basílica Menor.

Lo venezolanos también muestran su amor a María como


Virgen del Carmen, Virgen del Valle y Nuestra Señora de
Chiquinquirá, entre otras, compartiendo esta última devoción
con el vecino país de Colombia.

La Iglesia en América Latina: GUATEMALA


Ofrecemos a nuestros lectores la tercera y última parte de la
serie sobre la Iglesia en América Latina, con información de
algunos países sud y centro americanos, así como de El Caribe.
Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del
papa Francisco, ZENIT viene difundiendo el valioso estudio del
Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la
realidad pastoral, social y devocional de los pueblos
latinoamericanos.

En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de


Guatemala, un país ubicado en la zona noroeste de
Centroamérica, con una extensión de 108.889 km² que acoge a
cerca de 13.276.517 habitantes, de los cuales el 60% serían
católicos.

Orígenes de la evangelización

El 18 de diciembre de 1534, el papa Paulo III erigió la diócesis


de Santiago de Guatemala y nombró al licenciado Francisco
Marroquín como su primer obispo, el mismo que años atrás
había sido designado como Cura de la ciudad por fray Juan de
Zumárraga, obispo de México. En el OPC se lee también que fue
el papa Benedicto XIV quien creó el Arzobispado
Metropolitano, el 16 de diciembre de 1743, y nombró arzobispo
a fray Pedro Pardo de Figueroa, peruano. El 27 de julio de 1921,
Benedicto XV divide la Arquidiócesis y crea las diócesis de Los
Altos y el Vicariato Apostólico de Verapaz y Petén.
Comunidad que sirve

El OPC informa que la Iglesia católica guatemalteca está


organizada con dos arquidiócesis, diez diócesis, dos vicariatos
apostólicos, una prefectura y una prelatura personal. Son dos las
provincias eclesiásticas: Santiago de Guatemala con las diócesis
sufragáneas de La Verapaz, Zacapa, Jalapa, Escuintla y Santa
Rosa de Lima, que además incluye los vicariatos apostólicos de
Petén e Izabal y la prelatura de Esquipulas. La Provincia de Los
Altos está conformada con la arquidiócesis de Los Altos–
Quetzaltenango–Totonicapán y las diócesis sufragáneas de
Suchitepéquez-Retalhuleu, Sololá-Chimaltenango, San Marcos,
Quiché y Huehuetenango.

Para cumplir con esta tarea, la Iglesia de Guatemala cuenta con


dos arzobispos, diez obispos titulares, dos obispos auxiliares y
cinco obispos eméritos conforman el episcopado guatemalteco.
Existen 404 parroquias y participan en la labor evangelizadora
508 sacerdotes diocesanos, 484 sacerdotes religiosos, 2.743
religiosas y 181 religiosos. El OPC ilustra también que
numerosos laicos catequistas ayudan en la evangelización y
muchos más en los diversos frentes de la pastoral, ya sea a través
de los movimientos apostólicos o las comunidades eclesiales.
Cerca de 5.700 Ministros extraordinarios de la Eucaristía
colaboran en las parroquias, tanto urbanas como rurales.

La Conferencia Episcopal de Guatemala está organizada en 17


comisiones que atienden los diversos campos pastorales bajo las
orientaciones de la Asamblea, el Comité Permanente y se guían
por el Plan Global 2008–2016.

Relación Iglesia-Estado

En el OPC se lee que el Concordato entre la Santa Sede y el


Gobierno de Guatemala fue firmado en 1852, "luego de arduas y
difíciles negociaciones".

Asimismo explica que "la Iglesia católica goza de libertad de


expresión y respeto por parte del Gobierno en los puntos en que
hay diversidad de opiniones, lo que permite una adecuada
acción de la Iglesia en lo pastoral y la elaboración de propuestas
para la solución de los problemas que aquejan a la sociedad,
como es el caso de la violencia generalizada que afecta al país".

Entre el Estado y la Iglesia existe colaboración subsidiaria en


programas sociales, que adelanta el Gobierno a favor de los más
pobres.

Presencia en la sociedad

Si bien anteriormente --recoge el Informe--, la Iglesia Católica


era el único interlocutor con la sociedad así como con el
Gobierno, "hoy se habla de consulta 'a las Iglesias', dentro de las
cuales está también la Iglesia Católica".

Según el OPC, esto responde a que las iglesias de corte


protestante así como los nuevos movimientos religiosos presentes
en el país "han ido gestando su propio puesto en medio de la
sociedad guatemalteca".

"Sin embargo --continúa, la Iglesia Católica es vista como una


institución que goza de un profundo prestigio ante los demás,
especialmente por la labor que ha desarrollado en cuanto a
preservar los valores humanos y cristianos así como en la
defensa de los más débiles".

Entre las demás actividades de la Conferencia Episcopal, el OPC


informa que "se viene trabajando intensamente en temas como
el de la minería de metales a cielo abierto, dadas las terribles
consecuencias que la misma genera en el medio ambiente, el del
desarrollo rural para lograr una paz estable y duradera, el tema
agrario en general así como la solución de conflictos en este
campo en particular, la atención de los migrantes, entre otros".

Se resalta en el Informe que en el mundo de la educación, la


Iglesia Católica ha estado presente tanto a nivel de colegios, sean
parroquiales o propiedad de diversas congregaciones religiosas,
como también a nivel universitario. La Universidad Landívar de
los padres jesuitas, la Universidad Mesoamericana de los padres
salesianos y la del Istmo, del Opus Dei, inciden en la formación
humana y cristiana de los futuros profesionales.

Por otro lado, se explica que el papel de la Iglesia Católica a


través de los medios de comunicación social, "ha crecido su
influencia con los años, aunque todavía no es suficiente: la
mayor parte de las diócesis de Guatemala integran una cadena
radial que les permite, prácticamente, cubrir el territorio
nacional; algunas diócesis cuentan también con canales de cable
y algunos obispos y sacerdotes colaboran con diversos medios de
comunicación social escritos y de amplia difusión".

Agentes de paz y reconciliación

Como un punto a destacar del OPC, está el hecho de que en los


así llamados “años de la violencia en Guatemala”, los años
ochenta, "la Conferencia Episcopal de Guatemala asumió
unánimemente el compromiso de luchar por la paz y comisionó
al entonces obispo de Zacapa, monseñor Rodolfo Quezada
Toruño, para que interviniera directamente en las pláticas y
encuentros preparatorios para la firma de la paz, los cuales
duraron varios años de intenso trabajo".

El Informe menciona a monseñor Juan Gerardi Conedera,


--asesinado en abril de 1988, a los dos días siguientes de la
entrega de un informe sobre los derechos humanos en el país--,
"quien en su tarea de devolver a los guatemaltecos la memoria
histórica de los años de violencia, (tomó) muy en cuenta a
aquellos que sufrieron tal violencia en carne propia o en sus
familiares cercanos, involucrando en esa enorme labor a todos
los obispos".

Frutos de santidad

En la devoción del pueblo guatemalteco está el humilde


«Hermano Pedro», quien fue un religioso terciario franciscano y
misionero español, fundador de la Orden de los Betlemitas.

Este gran apóstol de América central nació en Vilaflor, Tenerife,


Islas Canarias, España el 21 de marzo de 1626 y muere en la
Ciudad de Santiago de los Caballeros, Guatemala, el 25 de abril
de 1667 debido a una bronconeumonía que atacó a su organismo
debilitado por las mortificaciones y los ayunos.

Isabel Orellana cuenta que uno de sus biógrafos lo ha calificado


«sabio en misericordia». Juan Pablo II lo beatificó el 22 de junio
de 1980, y lo canonizó el 30 de julio de 2002. Es el patrono de
Guatemala, de las Islas Canarias, de América central, de los
catequistas de Guatemala y de los que no tienen hogar.

Santuarios de fe
Entre los lugares de culto más importantes del país está el
Santuario del Señor de Esquipulas. Este hermoso templo de
estilo barroco alberga la imagen del Señor de Esquipulas, que
toma su nombre del municipio de Esquipulas, situado en la
parte sur-oriental del departamento de Chiquimula, que a la vez
recoge voces originarias indígenas que significarían "paraje o
lugar donde abundan las flores".

Cuenta la historia que en el año 1594, en una época próspera


para los agricultores del lugar, estos decidieron mandar a
esculpir una imagen de Jesús Crucificado de quien tanto les
habían hablado sus evangelizadores.

Con el paso de los años las peregrinaciones o “romerías” al


Señor de Esquipulas fueron creciendo en número y la pequeña
ermita no atender más las necesidades de los peregrinos. Fue
monseñor Pedro Pardo de Figueroa, quien luego de su
nombramiento como obispo de Guatemala decidió mandar a
construir un templo más grande. El día sábado 6 de enero 1759
se efectuó el traslado de la imagen del Señor de Esquipulas a su
nuevo Templo, que hoy abre sus puertas ininterrumpidamente a
los peregrinos que se cuentan en cerca de cuatro millones y
medio al año.

Otros lugares de devoción importantes son el Santuario


Nacional Expiatorio del Corazón de Jesús, el Santuario de
Guadalupe y la Iglesia de San Francisco el Grande en la Antigua
Guatemala, que alberga los restos del Hermano Pedro de San
José Betancur o conocido como «San José de Betancourt», entre
otros.

Argentina
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de la
Argentina, un país ubicado en la zona centro-sur del continente
americano, con una extensión de 2.791.810 Km2, que acoge a
cerca de 40.134.425 habitantes, de los cuales el 69% serían
católicos.

Semillas de la evangelización

La historia de la Iglesia en la Argentina encuentra su origen


cuando el papa Pablo III crea el obispado del Rio de la Plata y
Paraguay, el 1 de julio de 1547, como sufragáneo del
arzobispado de Lima, y con sede en Asunción. En 1552, el papa
Julio III crea el obispado de Charcas o La Plata con jurisdicción
en parte de Chile, todo el Alto Perú, Tucumán y el Río de la
Plata.

Ya el 10 de mayo de 1570, san Pío V, crea la diócesis de Córdoba


del Tucumán con sede en Santiago del Estero y luego trasladada
a la ciudad de Córdoba. Paulo V elevará a arzobispado a la
diócesis de La Plata y el 6 abril 1620 erige la diócesis de la
Santísima Trinidad del puerto de Buenos Aires, que será elevada
como arzobispado el 5 de marzo de 1866.
En 1785 se divide la diócesis de Córdoba y se crea la diócesis de
Salta. El Papa Gregorio XVI crea el 19 de septiembre de 1834, la
primera diócesis del período independiente en San Juan del
Cuyo.

Comunidad de servicio

La Iglesia católica argentina cuenta con 14 arquidiócesis, 47


diócesis, 4 prelaturas, un Obispado castrense, un Ordinariato
oriental, un Exarcado Greco-melquita y 3 Eparquías: Armenia,
Maronita y Ucrania. Estas 71 jurisdicciones eclesiásticas están
organizadas en 14 provincias eclesiásticas y 8 regiones
pastorales, con el fin de fomentar la cooperación y común acción
pastoral. Existe también la Prelatura personal del Opus Dei y la
Prefectura Apostólica de Islas Malvinas.

Este trabajo se realiza con 14 arzobispos, entre ellos 3


cardenales, 45 obispos, 3 obispos eparcas, 3 obispos prelados, 9
obispos auxiliares, para un total de 77 obispos.

Los presbíteros diocesanos son 3.446, los presbíteros religiosos:


2.202, y un total de 519 diáconos permanentes. Están en
actividad 28 seminarios diocesanos mayores y 25 menores.
La Vida Consagrada tiene presencia con 77 órdenes y
congregaciones masculinas y 223 femeninas. El número de
religiosos (hermanos) alcanza a 751, y las religiosas son 9.113.
Existen 61 monasterios de religiosas de clausura. La
Conferencia Argentina de Religiosos y Religiosas – CONFAR,
agrupa y anima la Vida Consagrada. La Junta de Institutos
Seculares de Argentina – JISA, se ocupa de la animación de los
721 miembros de los 27 institutos seculares. Funcionan 2.674
parroquias, 8.742 iglesias y capillas, 98 santuarios y 45 basílicas
en todo el territorio argentino.

A nivel de la Conferencia Episcopal Argentina, esta tiene 19


comisiones episcopales, que se encargan de orientar y animar la
acción pastoral de las jurisdicciones eclesiásticas en los campos
de Fe y Cultura,Catequesis y Pastoral Bíblica,Pastoral Social,
Educación Católica, Iglesias Orientales, Pastoral Aborígen,
entre otras.

Relación Iglesia-Estado

Según se lee en el OPC, la Constitución argentina garantiza la


libertad de culto, y le reconoce a la Iglesia católica un carácter
preeminente y se compromete a sostenerla, asimilándola a un
ente de derecho público no estatal. Argentina y la Santa Sede
tienen firmado un Concordato desde 1957.
En Argentina, la Ley Federal de Educación de 1993 reconoce el
derecho y responsabilidad que tiene la Iglesia Católica y las
demás confesiones religiosas de emprender acciones educativas
en el marco escolar:

Se lee así que "las acciones educativas son responsabilidad de la


familia, como agente natural y primario de la educación, del
Estado Nacional como responsable principal, de las Provincias,
los Municipios, la Iglesia Católica, las demás confesiones
religiosas oficialmente reconocidas y las Organizaciones
Sociales". (Título I. Derechos, obligaciones y garantías. Artículo
4º)

Presencia en la sociedad

En el OPC se explica que la Iglesia es la institución con mayor


credibilidad en la Argentina, de acuerdo con la “Primera
Encuesta sobre creencias y actitudes religiosas en Argentina”,
que realizó el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET) con el apoyo de cuatro universidades, en
el 2008.

El Episcopado argentino tiene una presencia permanente frente


a los acontecimientos nacionales por medio de mensajes y
comunicados en los cuales iluminan las situaciones a la luz del
Evangelio.
El documento Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad
(2010 – 2016), promulgado al final de la 96ª Asamblea Plenaria
de la CEA, noviembre de 2008, traza unas contribuciones para
la construcción de un nuevo proyecto de país, como aporte a las
celebraciones del proceso de independencia.

Desafíos pastorales

El OPC revela que la Iglesia argentina "lleva a cabo una extensa


labor de servicio a la sociedad argentina a través de sus
organizaciones que atienden diversos campos de actividad". Solo
en el sector educativo, atiende a través de 7 universidades
católicas y 2.543 colegios.

En el campo de la asistencia social son 137 centros de asistencia,


53 instituciones de ayuda y servicio comunitario, 25 centros de
salud y 37 para el cuidado de enfermos y en situaciones de riesgo
prestan sus servicios a los más pobres.

En el área de la comunicación social la Iglesia ofrece 455


publicaciones periódicas a nivel nacional, regional y local; 122
emisoras de radio, 42 editoriales, 142 librerías, y la agencia de
noticias AICA que informa por Internet.
Para favorecer la reflexión, la oración y encuentro personal con
Jesús, funcionan 210 casas de ejercicios espirituales.

La santidad en la Argentina

Unos de los modelos de la Iglesia del sur del continente es san


Héctor Valdivielso Sáez (1910-1934), nacido en Buenos Aires. En
España se hizo religioso del Instituto de los Hermanos de las
Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle). Fue ejecutado en la
llamada Revolución de Asturias, poco antes de la Guerra Civil
Española, juntamente con siete compañeros. Juan Pablo II, en la
ceremonia de beatificación (29 de abril de 1990) dijo que habían
sido martirizados por "odium fidei", es decir, por odio a la fe, y
que aceptaron cristianamente el sacrificio antes de renunciar a
Cristo Jesús. Fue canonizado en el Vaticano el 21 de noviembre
de 1999.

También está la beata María del Tránsito de Jesús


Sacramentado Cabanillas (1821-1885). Nacida en Córdoba,
Argentina, se dedicó a la formación cristiana de la infancia
pobre y abandonada. Fundó el Instituto de las Hermanas
Misioneras de la Tercera Orden de San Francisco. Fue
beatificada por Juan Pablo II el 14 de abril de 2002.

Cierra el grupo glorioso el beato Ceferino Namuncurá (1886-


1905), joven laico salesiano de origen mapuche, cuya vida de
santidad comparten Argentina y Chile. Fue beatificado por
Benedicto XVI en 2007.

Están en proceso de beatificación el siervo de Dios cardenal


Eduardo Pironio (1920 – 1998), quien fue obispo de Mar del
Plata, presidente del Celam, prefecto de la Congregación para
los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida
Apostólica y presidente del Pontificio Consejo para los Laicos

También ha sido proclamada por Benedicto XVI como


venerable María Antonia de Paz y Figueroa, quien practicó las
virtudes cristianas en grado heroico y fundó a las Hijas del
Divino Salvador. Nacida en Silípica (Santiago del Estero) en
1730 y muerta en Buenos Aires el 7 de marzo de 1799, se le
conoce también como “Mamá Antula”.

Santuarios marianos

Los argentinos veneran a la Madre de Dios en diversos


santuarios, tales como la Basílica Santuario de Nuestra Señora
del Rosario en la arquidiócesis del Rosario, y los santuarios de
Nuestra Señora de Lourdes en Buenos Aires y en El Challao,
Mendoza. Otros son el Santuario de Nuestra Señora de los
Milagros en Santa Fe y el famoso Santuario de Nuestra Señora
de Luján en la provincia de Buenos Aires, imagen muy amada
por el papa Francisco.
Para conocer más sobre la actualidad de la Iglesia argentina
aquí

(24 de julio de 2013) © Innovative Media Inc.

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Los primeros misioneros llegados a tierras bolivianas con los


españoles en el siglo XVI fueron mercedarios, dominicos,
franciscanos, agustinos y jesuitas, quienes con el primer clero
diocesano llevaron adelante la labor evangelizadora.

Según reporta el OPC, con el nombre de La Plata o Charcas, el


27 de junio de 1552, el papa Julio III erigió el primer obispado,
nombrando al dominico Tomás de San Martín como primer
obispo y con asiento en la ciudad de Chuquisaca. Recién en julio
de 1609 fue elevada a la categoría de arquidiócesis por el papa
Paulo V, confiándole el cuidado de la grey a Alonso de Peralta,
primer arzobispo, quien vio cómo su jurisdicción cambiaba de
nombre a Arquidiócesis de Sucre el 11 de noviembre de 1924.

Más adelante, el papa Paulo V erigió las diócesis de La Paz y


Santa Cruz, el 4 y 5 de julio de 1605 respectivamente,
separándolas de la diócesis de Sucre. Nuevos cambios y
creaciones se darían a través de los años.
Organización actual

La Iglesia católica boliviana está organizada por cuatro


arquidiócesis (Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Sucre), seis
diócesis (Coroico, El Alto, Oruro, Potosí, San Ignacio de
Velasco, Tarija), cinco vicariatos apostólicos (Camiri, El Beni,
Ñuflo de Chávez, Pando, Reyes), dos prelaturas territoriales
(Aiquile y Corocoro) y un ordinariato Castrense.

Bolivia cuenta con un cardenal, el arzobispo de Santa Cruz,


Julio Terrazas Sandoval, de la congregación de los redentoristas,
quien dejará el cargo en poco tiempo ante su renuncia por límite
de edad.

Relación Iglesia-Estado

Según los datos proporcionados por el OPC, la anterior


Constitución reconocía a la religión católica como la oficial en el
país. Esto cambió con la reforma a la Carta en 2009, que la
equipara a las demás creencias y cultos. En el artículo 4 se lee:
“El Estado respeta y garantiza la libertad de religión y creencias
espirituales, de acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es
independiente de la religión”.

Si bien esta igualdad se definió en el texto contitucional, la


Iglesia católica recibe constantes presiones y reacciones a sus
posturas por parte del Gobierno Nacional. Según narra el OPC,
“la Iglesia en su misión profética, no ha dejado de emitir su
opinión sobre la coyuntura política, social y económica del país,
preocupada por la realidad del pueblo boliviano y el respeto por
la dignidad de los individuos y su pueblo.”

En los diferentes comunicados y declaraciones del episcopado y


de los ordinarios de cada lugar, siempre se ha venido alertando
sobre los problemas que acarrea “la extrema pobreza, el
narcotráfico, el alza de precios de la canasta familiar, la
democracia que a menudo han denominado formal, (pero) poco
participativa y consensuada; visibilizando la grave
contaminación y deterioro ambiental”, y con una preocupación
especial por el cuidado de las comunidades y el medio ambiente.

Otras creencias

Con cifras de 2001, el OPC informa que el censo de ese año


registró que el 78% de la población era católica, y que las
denominaciones protestantes representan el 19% de la
población, encontrándose un número más alto de católicos en las
áreas urbanas que en las áreas rurales, donde la afiliación
protestante alcanza un nivel aproximado del 20%.

Hay un 2.5% de la población que indicó no tener afiliación


religiosa, y menos del 0.2% declaró tener una afiliación con
otras confesiones religiosas, incluyendo el Islam, mormones,
entre otros.

El mismo Informe señala que una buena parte de la población


indígena practica diversas religiones “con elementos sincréticos
o complementarios con el catolicismo desde sus cosmovisiones y
tradiciones ancestrales”. Se conoce el tradicional culto a la
“Pachamama” o Madre Tierra, que según el OPC se combina
con la veneración a la Virgen de Copacabana, la Virgen de
Urkupiña, la Virgen del Socavón o el Señor Jesús del Gran
Poder.

Ante el deseo de algunos líderes indígenas, quienes han buscado


reivindicar sus creencias ancestrales originarias, en el año 2009,
un Decreto Supremo decidió reconocer el festejo del “Año
Nuevo Aymara o Wilka Kuti” (retorno del sol), fiesta que
celebra el inicio de un nuevo ciclo solar con la llegada del
solsticio de invierno.

Enseñanza de la religión

Respecto a la educación, el OPC señala que el Gobierno


Nacional ha introducido modificaciones al pensum de los
colegios, frente a lo cual la Iglesia Católica encuentra
restricciones para la libertad de educación. Esto es porque el
modelo de educación en el que el Estado es el único educador en
la sociedad, desconoce el derecho a elegir de los padres sobre el
tipo de educación de sus hijos y los de la misma sociedad.

Al ser el Estado el único formador de los maestros, los


profesores de religión pasan a ser “profesores de cosmovisiones
tradicionales”.

El OPC informa que los obispos ven con esperanza el


crecimiento de la autoestima de las diferentes culturas
nacionales, en especial de las indígenas, así como el aprecio por
sus valores y lenguas, reconociendo la complementariedad y
riqueza de la diversidad e interculturalidad, “pero preocupa
que, con el objetivo de reafirmar la propia identidad se caiga en
la tentación de resaltar las diferencias y se pierda de vista que
hay también lazos muy fuertes que los unen e identifican a todos
como bolivianos”.

Una comunidad que sirve

Son dieciocho las jurisdicciones eclesiásticas que agrupan a 607


parroquias. Trabajan también un aproximado de 550
presbíteros diocesanos, 650 sacerdotes religiosos, 78 diáconos
permanentes, 1.258 religiosos y 2.658 religiosas.

El OPC detalla que un servicio importante al país es la


educación, con cerca de 1.900 instituciones educativas. Se
ofrecen 635 obras de beneficencia, por medio de las cuales se
atiende a los más necesitados, “a pesar de las dificultades frente
a las nuevas políticas y reglamentaciones del Gobierno Nacional
que buscan un mayor control de la fundamentación humana de
la formación y la educación desde una perspectiva que margina
la religión católica”.

Es así que la Iglesia boliviana acompaña a las comunidades “en


los rincones más recónditos del país en su misión de anunciar el
evangelio y compartir y acompañar a las comunidades en su
caminar, hacía la realización del más alto grado de dignidad de
sus pueblos, como hijos de Dios”.

Prioridades pastorales

Bolivia, como los demás países de la región, centra sus esfuerzos


en realizar una pastoral de conjunto “que permita realizar más
que actividades, procesos que conlleven a la realización de
espacios de comunidad entre la sociedad y la vivencia cristiana
en los diferentes ámbitos sociales y culturales de la vida del
pueblo boliviano”, según el diagnóstico del OPC.

Se lee en el mismo documento, que la Conferencia Episcopal


Boliviana, a partir de las conclusiones de Aparecida, ha
elaborado un nuevo enfoque con directrices que se proyectaron
hasta el año 2013. Esto a partir de seis prioridades, como son:
una Iglesia al servicio del anuncio de Jesucristo vivo (Kerygma),
al servicio de la Palabra de Dios y de la misión; con impulso a los
itinerarios formativos de la fe, al servicio de la comunión y en la
promoción y defensa de la vida.

Frutos de santidad

La Iglesia boliviana tiene muchos ejemplos de pastores y


evangelizadores que ayer y aún hoy son un testimonio vivo de
amor a Cristo y de heroicidad en el anuncio de sus enseñanzas
salvíficas.

Es así que los fieles pueden venerar a la beata Nazaria Ignacia


de Santa Teresa de Jesús, nacida en Madrid, España en 1889, y
muerta en Buenos Aires el 6 de julio de 1943. Esta santa mujer
llegó a Bolivia en 1916 para atender un asilo de ancianos, y
fundó luego la comunidad Hermanas Misioneras Cruzadas de la
Iglesia en 1925 en Oruro, primera congregación misionera de
Bolivia.

Como relata el OPC, Juan Pablo II decidió proclamarla beata


en septiembre de 1992, a raíz de un milagro ocurrido en un
hospital de Argentina, donde gracias a oraciones que le dirigió
una mujer que se encontraba desahuciada, recuperó la salud en
la puerta del quirófano.
Actualmente, existen más de mil religiosas distribuidas en
América, Europa y África y su fiesta se celebra el 6 de julio.

Son dos los siervos de Dios que van camino a los altares en
Bolivia. Uno es Francisco Tito Yupanqui, indígena aimara
nacido en Copacabana en 1550, y muerto en el Cusco en 1616.
Los obispos conformaron una comisión para que reúna todos los
antecedentes de sus milagros, y podría convertirse en el primer
santo propiamente boliviano.

La otra sierva de Dios es Virginia Blanco Tardío, laica nacida en


Cochabamba y reconocida por su piedad y labor comprometida
con la comunidad. Vivió entre 1916 y 1990 y a la fecha tiene
numerosos seguidores. Según se lee en el OPC, en 2006 la
Congregación de las Causas de los Santos dio su visto bueno a la
solicitud de beatificación y desde entonces el proceso continúa.

Se reconoce que Virginia Blanco ha realizado milagros en casos


de recuperación de la salud. Cada domingo cientos de fieles se
reúnen para rezar ante su imagen en una capilla del
policonsultorio El Rosario, de Cochabamba, obra social que
fuera inaugurada por ella en 1977.

Santuarios de la fe
Algunos de los santuarios que dan testimonio de la fe del pueblo
boliviano son el de Cotoca en Santa Cruz, el de la Virgen del
Socavón en Oruro, de la Candelaria en Copacabana, y el de
Santa María de Urcupiña.

Por mencionar uno, el Santuario de la Virgen del Socavón se


encuentra en la ciudad de Oruro, en el altiplano a 3.700 metros
de altura. El culto a la Virgen del Socavón aparece en las
últimas décadas del siglo XVI, es decir aproximadamente al
tiempo en que se iniciaba la veneración a la Virgen de
Copacabana.

La Virgen del Socavón ha sido declarada patrona de los mineros


y folkloristas. Es la meta de peregrinaciones a lo largo de todo el
año, sobre todo de parte de los pueblos del altiplano. Pero el
periodo de mayor concurrencia es el tiempo de Carnaval, en que
miles de danzarines bailan a la Virgen. El 18 de mayo de 2001 la
UNESCO proclamó el Carnaval de Oruro como obra Maestra
del patrimonio oral e intangible de la humanidad.

BRASIL
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia del
Brasil, un país ubicado en la zona centro-este del continente
sudamericano, con una extensión de 8.514.215 km2, que acoge a
cerca de 191.480.630 habitantes, de los cuales el 69% serían
católicos.
Orígenes de la Iglesia Católica brasileña

Los misioneros jesuitas, franciscanos y benedictinos fueron los


primeros evangelizadores de Brasil. El padre Manuel da
Nóbrega junto con Juan de Azpilcueta, Leonardo Nunes, y más
tarde José de Anchieta establecieron las misiones jesuitas en
Salvador y São Paulo dos Campos de Piratininga, hoy São
Paulo. Los jesuitas estuvieron presentes en la fundación de Rio
de Janeiro.

El papa Julio II erigió la diócesis de São Salvador da Bahia, el 25


de febrero de 1551, y nombró a Pedro Fernandes Sardinha como
primer obispo. Fue elevada a Arquidiócesis por Clemente IX, el
16 de noviembre de 1676. El 19 de julio de 1575, el papa
Gregorio XIII erigió la Prelatura de São Sebastião do Rio de
Janeiro, que pasó a ser diócesis el 16 de noviembre de 1676, y
arquidiócesis el 27 de abril de 1892.

Una comunidad que sirve

Según se lee en el OPC, la Iglesia en Brasil cuenta con 40


Arquidiócesis, 212 Diócesis, 13 Prelaturas, 3 Eparquías, 1
Vicariato Apostólico y 1 Ordinariato de Rito oriental y 1
Ordinariato Militar.
Con un total de 455 obispos cuenta la Iglesia católica en Brasil,
de los cuales 67 son eméritos, dos cardenales, 19 arzobispos, 355
obispos y 12 obispos auxiliares. Funcionan en Brasil 9.222
parroquias, que son atendidas por 9.951 presbíteros diocesanos,
6.902 presbíteros religiosos y 1.456 diáconos permanentes.
Participan en las labores de evangelización 13.282 religiosos y
32.827 religiosas, que forman parte de la Conferencia de los
Religiosos del Brasil.

Existe un Consejo Nacional de Laicos que reúne a los


movimientos apostólicos y grupos eclesiales. Son muy
importantes las Comunidades Eclesiales de Base, que se reúnen
periódicamente en los Encuentros Nacionales.

Por su parte, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil –


CNBB, está organizada en 17 Regionales con el fin de prestar un
mejor servicio de animación a las jurisdicciones eclesiásticas.
Las Regionales son las siguientes: Norte 1 y Norte 2; Nordeste 1,
2, 3, 4 y 5; Este 1 y 2, Sur 1, 2, 3 y 4, Centro Oeste, Oeste 1 y 2 y
Noroeste.

El OPC explica que "la unidad eclesial, el cuidado de los


fundamentos doctrinales, la atención pastoral y la superación de
las actitudes conflictivas caracterizan a la Iglesia católica en
Brasil, en las diferentes etapas y momentos de su presencia en
una sociedad que tiene grandes problemas y posibilidades para
superar sus limitaciones".
Relación Iglesia-Estado

El análisis del OPC permite saber que la firma de un Acuerdo


entre la Santa Sede y la República Federativa de Brasil, el 8 de
noviembre de 2008, buscó responder a la exigencia de carácter
jurídico mediante el Estatuto Jurídico de la Iglesia Católica en
Brasil. El 7 de Octubre de 2009 se aprobó, por unanimidad, en el
plenario del Senado Federal tanto este acuerdo con la Santa
Sede como el Estatuto Jurídico de la Iglesia Católica en Brasil.
Se trata de asuntos como la libertad de culto, el reconocimiento
de los ministros religiosos y las disposiciones para la enseñanza
religiosa en las escuelas públicas.

Según el mismo Informe, "se han presentado tensiones con el


Estado en razón de proyectos y prácticas contrarios a la ley
natural, el respeto a la vida y la familia, la protección de los
pueblos indígenas (reserva indígena “Raposa Serra do Sol”) y de
los campesinos".

Sobre la enseñanza religiosa escolar, el artículo 11 del Acuerdo


entre la Santa Sede y la República Federativa de Brasil, del 8 de
noviembre de 2008, dice: "La República Federativa de Brasil, en
observancia del derecho de libertad religiosa, de la diversidad
cultural y de la pluralidad confesional del País, respeta la
importancia de la enseñanza religiosa en la formación integral
de la persona". Y el en el párrafo 1º se lee: "La enseñanza
religiosa, católica y de otras confesiones religiosas, de matrícula
facultativa, constituye una asignatura de los horarios normales
de las escuelas públicas de enseñanza primaria, asegurado el
respeto a la diversidad cultural religiosa de Brasil, en
conformidad con la Constitución y con las demás leyes vigentes,
sin ninguna forma de discriminación".

Presencia en la sociedad

El OPC resalta que la Iglesia católica "goza de buen prestigio en


la sociedad brasileña gracias a la labor que ha desempeñado
durante muchos años en temas de interés nacional". La
Amazonia es un punto de preocupación para la Iglesia en Brasil,
es así como ha conformado una Comisión Episcopal con esta
finalidad y dedicó la Campaña de Fraternidad de 2007 a este
tema. Se han realizado varios encuentros con los Obispos de
regiones fronterizas que comparten la Amazonia.

Tal vez, la acción pastoral más significativa que realiza la Iglesia


brasileña es la Campaña de Fraternidad que en 2012 llegó a la
número 42. La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil
(CNBB) señala que la Campaña de Fraternidad ha sido desde
1963 “una gran actividad de
evangelización que se realiza durante el tiempo de Cuaresma
para ayudar a los cristianos y a las personas de buena voluntad
a vivir en fraternidad, comprometidos concretamente en un
proceso de transformación de la sociedad a partir de un
problema especifico que exige la participación de todos para su
solución”.

Acciones pastorales

Las “Directrices de la Iglesia en Brasil”, que periódicamente


establece la CNBB orientan y animan la acción pastoral de las
jurisdicciones eclesiásticas, apoyadas por las Regionales que
cuentan con equipos y materiales para concretar esas
directrices. Para atender las necesidades de evangelización en
este enorme las jurisdicciones eclesiásticas, las Regionales y a
nivel nacional la CNBB, se trabaja en diversas pastorales, que
buscan responder a la gran variedad de situaciones, personas,
experiencias.

El OPC informa que algunas de estas pastorales están centradas


en Movilidad Humana, Juventud y Niñez, Pastoral Carcelaria,
Pastoral de la Salud, Pastoral Afro-Brasileira, Tierra y Cultura.
Asimismo extienden su trabajo a las áreas de Turismo, Trabajo,
Universidades, Educación, Pescadores, Familias y Enfermos.

En Brasil la Iglesia tiene cuatro canales de televisión: Red Vida,


que une a todas las diócesis del Brasil; TV Canción Nueva, canal
de las comunidades de vida carismática; TV Siglo 21, canal
carismático católico y; TV Aparecida, canal del Santuario
Nacional de Aparecida. Hay
numerosas radios católicas distribuidas por todo Brasil de corta
frecuencia, pero que tienen mucha importancia a nivel local por
el servicio que prestan. Existen también algunas editoriales de
libros como: Ediciones Loyola; Editora Voces; Editorial San
Pablo; Ediciones Paulinas; Editorial Salesianos; Editora Ave
María; Editora Santuario; Ediciones CNBB.

Santos brasileños

Los devotos en Brasil veneran a santa Amabile Lucía


Visintainer (Santa Paulina del Corazón agonizante de Jesús:
1865 - 1942), quien llegó a Brasil siendo una niña, se hizo
religiosa y fundó la Congregación de las Hermanitas de la
Inmaculada Concepción para atender a los más pobres y
enfermos. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 18 de
octubre de 1991, en Florianópolis, estado de Santa Catarina. Fue
canonizada el 19 de mayo de 2002. Es la primera santa
brasileña.

También a san Antonio de Santa Ana Galvão, Frei Galvao (1739


– 1822), fraile franciscano, muy devoto de María Inmaculada,
ferviente adorador de la Eucaristía, consagró su vida a los
afligidos, a los enfermos y a los esclavos de su época. Fue
canonizado por Benedicto XVI el 11 de mayo de 2007. Es el
primer santo brasileño.
SE tiene también una gran devoción a la beata Albertina
Berkenbrock (1919 – 1931), laica, virgen y mártir. “Tres
palabras son particularmente recurrentes en los testimonios de
quienes conocieron a Albertina: "delicada", "modesta" y
"reservada", se lee en su biografía. Otro elemento que emerge
con fuerza de los testimonios es su gran sentido de caridad, "que
manifestaba acompañando a las niñas más pobres, jugando y
compartiendo con ellas su pan” . El 16 de diciembre de 2006 el
papa Benedicto XVI firmó el decreto sobre el martirio de la
sierva de Dios, a manos de un violador. Fue beatificada por él
mismo el 20 de octubre de 2007.

Santuarios marianos

Algunas de las más importantes advocaciones de los brasileños a


la Madre de Dios, han sido obsequiadas con grandes santuarios
que perfuman el país de un extremo a otro. El más conocido e
importante es el de Nuestra Señora de la Concepción de
Aparecida en São Paulo. Junto a este, podemos destacar los de
Nuestra Señora del Carmen en Campinas, São Paulo y en
Recife, Pernambuco.

También se venera a María en los santuarios de Nossa Senhora


da Conceição da Praia (São Salvador da Bahia), Nossa Senhora
das Graças (Nova Xavantina, Mato Grosso), Nossa Senhora da
Luz (Curitiba) y en la Catedral Basílica de Nossa Senhora das
Neves en Paraíba.
CHILE
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia
chilena.

Bases de la evangelización

El OPC nara a modo de crónica, que la Iglesia católica en Chile


inició su misión con la expedición de conquista liderada por
Pedro de Valdivia. El 13 de diciembre de 1540, en el valle del río
Mapocho se reporta su primera presencia, con los sacerdotes
Juan Lobo y Diego Pérez y el bachiller Rodrigo González
Marmolejo, quien fue designado como primer obispo de
Santiago, el 27 de junio de 1561, por el papa Pío IV, quien
también creó el 22 de mayo de 1563 la diócesis de la Santísima
Concepción en La Imperial, con fray Antonio de san Miguel
Avendaño y Paz, como primer obispo.

Las órdenes religiosas de los mercedarios, dominicos,


franciscanos, jesuitas y agustinos tuvieron un papel destacado
durante la Colonia. En 1622, los dominicos fundaron la
Universidad Santo Tomás de Aquino, y en 1623, los jesuitas
crearon el Colegio Máximo de san Miguel, que funcionaron
hasta mediados del siglo XVIII. Fueron reemplazadas por la
Real Universidad de san Felipe que luego se convirtió en la
Universidad de Chile, por las autoridades republicanas.
Relación Iglesia-Estado

Durante la Independencia, reseña el OPC, la Iglesia desempeñó


un papel significativo. En la Primera Junta Nacional de
Gobierno el arzobispo de Santiago fungió como su
vicepresidente. Durante la llamada “República conservadora”,
en la Constitución Política de 1833 se declaró a la religión
católica como religión oficial del Estado. En la Constitución de
1925 se declaró el Estado laico.

Se lee también que en la etapa de la dictadura del general


Augusto Pinochet, “la Iglesia desempeñó un papel fundamental
en la defensa de los derechos humanos y la promoción de las
víctimas del conflicto sociopolítico”. La Vicaría de la
Solidaridad se convirtió “en un símbolo de promoción y defensa
de los derechos humanos de los perseguidos por el régimen”.

Hoy en general, se conoce que “la Iglesia mantiene un alto nivel


de consideración en los organismos e instituciones del Estado y
entre las autoridades y dirigentes de la sociedad”.

El Informe destaca asimismo que las autoridades públicas


reconocen y valoran a la Iglesia y suelen consultarla o solicitarle
su colaboración ante proyectos o situaciones difíciles para el
país, pero reconoce que “no siempre las decisiones públicas
siguen sus planteamientos, particularmente en temas de familia,
sexualidad y educación, lo que ha llevado ocasionalmente a
confrontación pública de ideas y posturas sobre estos temas”.

Enseñanza escolar de la religión

Se constata en el OPC que en Chile la Enseñanza Religiosa


Escolar-ERE se fundamenta jurídicamente en la Constitución
política de 1980, en la Ley Orgánica Constitucional de
Enseñanza No. 18.962, del 10 de marzo de 1990, y en el Decreto
Supremo No. 924, de septiembre de 1983. Este último decreto es
muy importante, ya que fija dos horas de religión por curso
desde Kinder a Cuarto Medio.

El análisis del Celam ha revelado que “todos los colegios tienen


la obligación de impartir estas horas de educación religiosa, pero
son de libre elección para los padres de familia, quienes, a su
vez, pueden optar entre las denominaciones religiosas cuyos
programas han sido aprobados por el Ministerio de Educación
Nacional”.

Otro aspecto que destaca el Informe, es que los planes de la ERE


son elaborados por las iglesias y se presentan al MEN para
aprobación oficial. Por otro lado, los profesores de ERE deben
poseer el título profesional como educadores y tener el
Certificado de Idoneidad, expedido por el ordinario del lugar.
Comunidad que sirve

La Iglesia Católica en Chile se conforma de 27 jurisdicciones


eclesiásticas, que son: cinco arquidiócesis: Antofagasta • La
Serena • Santiago • Concepción • Puerto Montt; 19 Diócesis:
Arica • Iquique • Calama • Copiapó • San Felipe • Valparaíso •
Melipilla • San Bernardo • Rancagua • Talca • Linares • Chillán
• Santa María de Los Ángeles • Temuco • Villarrica • Valdivia •
Osorno • Ancud • Punta Arenas; una prelatura: Illapel; un
vicariato apostólico, que es Aysén; el Obispado Castrense y la
Prelatura Personal del Opus Dei.

La Conferencia Episcopal Chilena expande su trabajo a través


de cinco comisiones episcopales, que trabajan de acuerdo con las
orientaciones de la Asamblea Plenaria y el Comité Permanente
de la Conferencia. Estas son: Doctrinal, Seminarios, Derecho
Canónico, Pastoral y Administración.

Es así que la llamada Comisión Pastoral, junto con el Secretario


General, dirige los organismos nacionales de pastoral, que están
organizados en áreas pastorales y secciones, tales como
Comunidades y Ministerios , Pastoral Bíblica, Diaconado
Permanente, Pastoral Familiar, Justicia y Paz, Comunicaciones,
Cultura, Pastoral Universitaria, entre otros.

El Informe del OPC identifica que la Iglesia católica en Chile


presta sus servicios asistenciales y sociales a través de 1.026
centros, que incluyen: 286 centros especiales para educación
social; 202 casas para ancianos, enfermos crónicos, inválidos y
minusválidos; 86 centros ambulatorios, 83 guarderías infantiles;
72 consultorios familiares y 29 hospitales.

La acción de los católicos en el campo educativo es muy


significativa. En una lectura atenta del documento, se identifica
que existen 541 jardines infantiles un total de 50.954 niños y
niñas. En los 713 colegios básicos se educan 326.651 niños y
niñas, y en los 468 colegios de enseñanza básica y media
participan 166.448 jóvenes; en las 13 universidades católicas, dos
de ellas pontificias, se forman 35.989 profesionales. Funcionan
además 5 institutos profesionales.

Los agentes de la pastoral

El total de obispos es de 50, de los cuales 34 están en ejercicio.


La Iglesia cuenta con dos cardenales (Errázuriz y Medina
Estevez), cinco arzobispos, 22 obispos diocesanos y cinco obispos
auxiliares.

El total de presbíteros es de 2.400, de los cuales 1.161 con


diocesanos y 1.239 religiosos. Los candidatos al presbiterado son
796, de ellos van 354 para el clero diocesano. Los diáconos
permanentes son 850, de los cuales cinco son del clero religioso.
El OPC explica que el trabajo se realiza en 937 parroquias
extendidas en todo el territorio, de las cuales 640 están a cargo
del clero diocesano, seis son atendidas por diáconos
permanentes, cinco por religiosas y dos por laicos. Las restantes
son atendidas por clero religioso. Se cuenta con un total de 3.346
otros centros pastorales, tales como ccapillas, Comunidades
eclesiales de base y centros de oración).

Los religiosos son 467 y las religiosas profesas son 4.877. Son 32
congregaciones masculinas y 21 femeninas. Existen 8
monasterios (benedictinos y cistercienses–trapenses) y 14
comunidades contemplativas (carmelitas descalzas y adoratrices
perpetuas). Su órgano representativo es la Conferencia de
Religiosos y Religiosas de Chile, CONFERRE.

Los miembros de institutos seculares masculinos llegan a 46 y


420 son de institutos seculares femeninos. Están organizados en
la Conferencia Nacional de Institutos Seculares de Chile.

El número de misioneros es de 1.091 y de catequistas es de


56.727. ara la formación de los presbíteros funcionan 72 centros,
16 para el clero diocesano y 56 para el clero religioso.

Presencia en la sociedad
Según el OPC, “desde la Iglesia chilena se han ido aportando
orientaciones en temas emergentes del desarrollo del país, como
la pobreza y la desigualdad social, y más recientemente, los
desafíos medioambientales”.

Por otro lado, identifica también que “la preocupación de la


Iglesia por la ‘escandalosa desigualdad social’ instalada en
Chile, ha marcado la agenda política y social de los últimos años.
La propuesta específica de un ‘salario ético’ no solo ha generado
importantes debates públicos e iniciativas loables”.

Se lee también que desde una perspectiva regional, “la Iglesia


chilena enfrenta el desafío de contribuir a relaciones fraternas
con los países vecinos que, en el marco de potenciales conflictos
de origen histórico, pueden afectar las relaciones de buena
vecindad y generar actitudes discriminatorias hacia el creciente
número de inmigrantes de países hermanos”.

Por otro lado, el OPC reconoce que solo en contadas ocasiones


“la palabra de la Iglesia sobre materias de moral social,
derechos humanos, ética política y económica, ha contado con
una amplia repercusión en la prensa y en la sociedad”. Y
advierte que a veces los medios “tienden a silenciar la voz de la
Iglesia cuando contextualizan sus posturas en materias sociales
sobre la base de los principios orientadores del Evangelio, el
magisterio y las prácticas religiosas”.
A pesar de todas las dificultades por las que ha tenido que
atravesar la Iglesia, el Informe latinoamericano reconoce que
Chile continúa siendo un país mayoritariamente católico. La
Universidad Católica y Adimark, con motivo del bicentenario de
la independencia, han realizado una encuesta donde se revela
que la religión católica sigue teniendo el mayor número de
adeptos, con un 67%. Hay que aclarar que en el 2006 era el
70%. En esta misma encuesta, el 16% se confiesa evangélico (en
2006 era el 14%), el 4% pertenece a “otra religión” y el 13% no
pertenece a ninguna religión o se declara “ateo” (en 2006 era el
12%).

Frutos de santidad

El OPC permite conocer también el conjunto de santos que


venera e imitan los chilenos. Encabeza la lista santa Teresa de
los Andes, cuyo nombre fue Juanita Fernández Solar, monja
carmelita descalza quien nació en Santiago el 13 de julio de
1900, y murió en olor de santidad en Los Andes, el 12 de abril de
1920. Fue canonizada por Juan Pablo II el 21 de marzo de 1993.

Otra gran modelo a tener en cuenta es san Alberto Hurtado


Cruchaga, presbítero jesuita, quien nació en Viña del Mar el 22
de enero de 1901 y murió en Santiago el 18 de agosto de 1952.
Como se sabe, en 1943 fundó el “Hogar de Cristo”, obra
dedicada a la atención de los más pobres. También trabajó con
los obreros y fundó la “Acción Sindical y Económica Chilena”.
La revista Mensaje es otro de sus numerosos aportes a la Iglesia
y sociedad chilena, que aún hoy se publica. Se le considera el
patrono de los trabajadores y del sindicalismo.

También está inscrita en el libro de los amigos de Dios, la beata


Laura del Carmen Vicuña (1891-1904). Salida de las canteras de
don Bosco como alumna salesiana, Juan Pablo II la beatifica el 3
de septiembre de 1988, alzándose como modelo para las jóvenes
en edad escolar.

Los chilenos comparten con la Argentina la devoción por el


beato Ceferino Namuncurá (1886-1905), joven laico salesiano de
origen mapuche, cuya vida de santidad se extiende mucho entre
los jóvenes originarios. Por su reconocido modelo de vida, su
causa de canonización se inició en 1944 y Pablo VI lo declara
venerable en 1972. Luego el papa emérito Benedicto XVI lo
proclamaría beato en 2007.

Uno de los que está camino a los altares es el siervo de Dios,


cardenal José María Caro Rodríguez (1866-1958), amado y
llorado arzobispo de Santiago.

Amor a María

Entre los santuarios marianos más visitados en el país está el de


la Inmaculada Concepción en el Cerro San Cristóbal de
Santiago, erigido para conmemorar el cincuentenario de la
proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción,
habiendo sido inaugurado el 26 de abril de 1908.

Otro importante lugar de peregrinación es el Santuario Nacional


de Maipú, donde se venera una bellísima imagen del siglo XVIII
de Nuestra Señora del Carmen, que recibiera la coronación
pontificia en 1987 de manos del beato Juan Pablo II durante su
viaje al país.

También se rinde culto a la Virgen María en los santuarios de


Nuestra Señora de la Candelaria, ya sea en Copiapó, en San
Pedro de la Paz o en Osorno. Así como en el famoso Santuario
de Schoenstatt en Iquique, sin olvidar muchos otros.

COLOMBIA
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de
Colombia, un país ecuatorial del continente americano con una
extensión de 1.141.748 km2, que acoge a cerca de 45.273.936
pobladores, de los cuales el 80% serían católicos.

Orígenes de la evangelización

La Diócesis de Santa Marta fue la primera en el actual territorio


colombiano. El papa Clemente VII, la erigió el 10 de enero de
1534 y nombró como su primer obispo a Alfonso de Tobes; y
luego a Juan Fernando Angulo el 6 de septiembre de 1536.
Posteriormente, el 24 de abril de 1534, el papa Clemente VII
erigió la diócesis de Cartagena y nombró al dominico Jerónimo
de Loaysa, el 5 de diciembre de 1537, ordenado el 29 de junio de
1538. El 20 de junio de 1900, Cartagena se constituyó como
arquidiócesis por mandato de León XIII y fue su primer
arzobispo Pietro Adamo Brioschi, PIME, quien venía fungiendo
como Obispo desde 1898.

El 22 de agosto de 1546, se creó la Diócesis de Popayán,


tomándola de la Diócesis de Panamá por Paulo III, quien
nombró a Juan Valle como obispo, el 27 de agosto de 1547. León
XIII la elevó a arquidiócesis el mismo día que a Cartagena, 20
de junio de 1900, año en el cual creó las Diócesis de Manizales
(11 de abril), Garzón e Ibagué (20 de mayo).

La Diócesis de Santafé en Nueva Granada (Bogotá) fue erigida


por Pío IV el 11 de septiembre de 1562, desmembrándola de
Santa Marta, y fue elevada a arquidiócesis el 22 de marzo de
1564, nombrando a Juan de los Barrios, OFM, Obispo de Santa
Marta, como primer Arzobispo.

Una comunidad que sirve

Colombia está organizada en 74 jurisdicciones eclesiásticas, 13


arquidiócesis, 50 diócesis, un Obispado Castrense y 10 vicariatos
apostólicos. La Conferencia Episcopal de Colombia está
conformada por dos cardenales, 13 arzobispos, 49 obispos
residentes, un obispo castrense, 12 obispos auxiliares y 10
vicarios apostólicos.

Las 3.831 parroquias que prestan sus servicios son atendidas por
un total de 7.920 presbíteros, de los cuales 5.661 son diocesanos y
2.259 son religiosos. Además participan 278 diáconos
permanentes, 4.163 Religiosos y 15.178 Religiosas. La
Conferencia de Religiosos de Colombia, cuenta con un Centro de
Estudios Religiosos – CER y la Escuela para Formadoras y
Formadores, con las que contribuyen a la vida consagrada en el
país.

Existe también el Consejo Nacional de Laicos y hay presencia de


diversos movimientos apostólicos, comunidades eclesiales,
grupos de oración, que de acuerdo a su carisma colaboran con la
labor evangelizadora.

Relación Iglesia–Estado

Con anterioridad a 1991, las relaciones entre la Iglesia y el


Estado se rigieron por el Concordato entre la Santa Sede y el
Estado colombiano. Siguiendo la tendencia mundial, la
Constitución Política de 1991, consagró la libertad de cultos y un
pluralismo religioso, desarrollado posteriormente en la
jurisprudencia de la Corte Constitucional.
Según explica el OPC, "la Iglesia continúa profetizando la fe
cristiana y la coherencia frente a la defensa de la vida, la familia,
la dignidad de las víctimas del conflicto y las personas
vulneradas en el país, escenarios en los que la Iglesia es un actor
de vital trascendencia".

Se lee también que la Iglesia ha acompañado al Estado y a la


sociedad colombiana, principalmente en los procesos de paz y
reconciliación, "facilitando escenarios de diálogo a la salida
negociada del conflicto, a la defensa de los derechos de las
víctimas, el respeto del derecho internacional humanitario, la
liberación de los secuestrados".

Presencia en la Sociedad

El OPC informa que la Iglesia colombiana ha tenido una amplia


presencia en la sociedad desde sus inicios y a lo largo de su
historia, "a través de diversos servicios como educación,
atención de enfermos y personas encarceladas, víctimas del
conflicto, asistencia social y promoción humana, atención a los
niños, jóvenes y familias".

Se resalta en el Informe el trabajo del laicado colombiano,


principalmente en las zonas rurales, "en donde tienen un papel
protagónico y hasta heroico junto con los sacerdotes, religiosas y
comunidades católicas que en oportunidades han perdido la vida
en medio del conflicto armado".

En este mismo orden de ideas, se lee, "los obispos, sacerdotes,


diáconos, religiosos y otros agentes de pastoral son líderes
espirituales que por su entrega, celo apostólico, generosidad y
espíritu misionero, realizan sus actividades, incluso en
escenarios hostiles al mensaje evangélico".

La Conferencia Episcopal, orienta y anima la acción pastoral de


las Jurisdicciones a través de las Comisiones Episcopales y los
Departamentos y Secciones, con variados programas, de
acuerdo a planes de trabajo y sus orientaciones.

Por otro lado, el OPC revela que en la Iglesia colombiana


funcionan diversos medios de comunicación bajo la dirección de
las diócesis o movimientos apostólicos u organismos eclesiales.
"Numerosos periódicos y revistas, con cubrimiento local,
regional y, algunos, nacional nutren la vida de sus creyentes, e
incluso son documentos de referencia en escenarios de defensa
de derechos principalmente de las víctimas. Son de especial
importancia las emisoras de radio que cubren las diferentes
regiones del país", reza el documento del Celam.

Santidad colombiana
Colombia ha sido territorio propicio para la santificación de tres
grandes evangelizadores que nacieron en España: san Luis
Beltrán (1526–1581), presbítero dominico, evangelizador entre
los indígenas, que fue canonizado en 1671 por Clemente X.

También san Pedro Claver (1581–1654), presbítero jesuita,


defensor de los esclavos africanos llegados a Cartagena, donde
fue ordenado. Su canonización se dio en 1888 por León XIII. Y
el obispo agustino recoleto san Ezequiel Moreno (1848–1906),
quien fuera vicario apostólico de Casanare y obispo de Pasto.
Fue canonizado por el beato Juan Pablo II en 1992 y se le venera
como intercesor por los enfermos de cáncer, enfermedad que le
causó la muerte.

La primera santa de origen colombiana es santa Laura Montoya


(1874–1949), misionera, fundadora de las Misioneras de María
Inmaculada y Santa Catalina de Siena, más conocida como
"Misioneras de la Madre Laura". La congregación de
misioneras contaba con 90 casas en el momento de su muerte y
estaba conformada por 467 religiosas que trabajaban en tres
países. El papa Francisco la canonizó en la plaza de San Pedro el
12 de mayo de 2013.

Se añaden a la lista en el cielo el beato Mariano de Jesús Euse


Hoyos (1845–1926), párroco rural ejemplar, conocido como el
"Padre Marianito", fue beatificado por Juan Pablo II en el año
2000.
Y hay siete beatos mártires, jóvenes pertenecientes a la Orden
Hospitalaria de San Juan de Dios, que fueron asesinados el 9 de
agosto de 1936, en España por odio a la fe. Estos son: Esteban
(Gabriel) Maya Gutiérrez, Rubén de Jesús López Aguilar,
Arturo (Luis) Ayala Niño, Juan Bautista (José) Velásquez
Peláez, Melquiades (Ramón) Ramírez Zuloaga, Gaspar (Luis
Modesto) Páez Perdomo y Eugenio (Alfonso Antonio) Ramírez
Salazar.

A ellos se suma Jesús Aníbal Gómez Gómez, misionero


claretiano, quien fue beatificado en el 2010 por Benedicto XVI
quien murió también como mártir en 1936 en la Guerra Civil
Española.

Amor a María

El más famoso y concurrido centro de devoción a la Virgen de


los colombianos es el Santuario Mariano Nacional de Nuestra
Señora de Chiquinquirá, al que hay que sumar los bogotanos de
Nuestra Señora de la Peña, Nuestra Señora del Carmen, Nuestra
Señora de las Angustias, Monserrate y Guadalupe.

El Santuario de Chiquinquirá acoge una rústica tela de algodón


de procedencia indígena, sobre la cual en el siglo XVI el pintor
español Alonso de Narváez pintó una imagen de la Virgen del
Rosario, flanqueda por san Antonio de Padua y san Andrés
Apóstol al ser el primer patrono del encomendero que solicitaba
la imagen y el segundo, del fraile que la había mandado a hacer.

La web del santuario nos detalla cómo al lienzo se le han


superpuesto dos coronas, un cetro, dos rosarios y 27 escudos de
oro que dan un hermoso relieve al cuadro, cuyo marco, formado
por semicircunferencias de plata, porta las insignias de la
condecoración presidencial.

Pío VII la declaró patrona de Colombia en 1829 concediéndole


fiesta litúrgica propia. "La Chinita" como la llama su pueblo,
fue coronada canónicamente en 1919 y su santuario declarado
Basílica en 1927, hasta donde llegan fieles del país y del
extranjero.

COSTA RICA
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de
Costa Rica, un país ubicado en la franja centro del continente
americano, con una extensión de 51.100 km2, que acoge a cerca
de 4.509.290 habitantes, de los cuales el 75% serían católicos.

Orígenes del cristianismo

En 1513 se funda la catedral de Santa María de Darién, en la


región de Veragua, y en 1521 es erigida la Diócesis de Darién
con jurisdicción sobre León (Nicaragua) y Castilla de Oro
(Costa Rica). En 1560 llega el padre franciscano Juan Estrada
Rávago, evangelizador de Costa Rica.

En 1565 se encarga al obispo de Nicaragua, Don Luis de


Fuentes, ser obispo de Costa Rica, con pertenencia a la
Arquidiócesis de Guatemala, hasta 1743. Después, en 1773
formó parte de la arquidiócesis de Guatemala.

El 28 de febrero de 1850, Pío IX erige la Diócesis de San José de


Costa Rica y nombra a monseñor Anselmo Llorente y Lafuente
como primer obispo. El 16 de febrero de 1921 es elevada a
arquidiócesis con jurisdicción sobre Alajuela y Limón.

Relación Iglesia-Estado

En el OPC se lee que el artículo 75 de la Constitución Política


vigente establece que: “La Religión Católica, Apostólica,
Romana, es la del Estado, el cual contribuye a su
mantenimiento, sin impedir el libre ejercicio en la República de
otros cultos que no se opongan a la moral universal ni a las
buenas costumbres”. La referencia constitucional de ésta
disposición, expone la evolución constitucional de las relaciones
entre el Estado y la Iglesia Católica, en un marco de libertad
religiosa, lo que es fundamental en un Estado democrático.
Recientemente, el artículo 75 constitucional interpretado a la luz
de la jurisprudencia de la Sala Constitucional define un Estado
Democrático de Libertad Religiosa, por cuanto, a pesar de
indicar que la Religión Católica es la del Estado, a la que
contribuye a su mantenimiento, es lo cierto también que no solo
garantiza la libertad religiosa sino que, por igual, debe cooperar
y estimular otras confesiones distintas a la católica.

Según el OPC, "este hecho supone la posibilidad, jurídicamente


garantizada, de acomodar el sujeto, su conducta religiosa y su
forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser
obligado a hacer cosa contraria a ella. En segundo lugar, se
refiere al plano social, la libertad de culto, que se traduce en el
derecho a practicar externamente la creencia hecha propia".

Comunidad de servicio

La Iglesia católica está organizada en una arquidiócesis, San


José, y siete diócesis: Limón, Alajuela, Cartago, Puntarenas,
Tilarán, San Isidro de El General y Ciudad Quesada.

Un arzobispo, siete obispos y cuatro obispos eméritos conforman


el episcopado costarricense. Les acompañan en su servicio
eclesial, 554 presbíteros diocesanos y 205 religiosos; 99 religiosos
y 825 religiosas, según datos de 2005.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica cuenta con siete
comisiones nacionales: Pastoral Profética, Pastoral Litúrgica,
Pastoral Social – Caritas, Familia y Comunidad, Vocaciones y
Ministerios Ordenados, Cultura y Educación y Comunicación
Social. Al frente de cada una de ellas se encuentra uno de los
obispos que conforman la Conferencia.

Funcionan varias emisoras católicas de radio, tanto en la capital


como en las diferentes diócesis; un canal de televisión, Telefides,
que funciona las 24 horas del día y está incluido en la ofertas de
los sistemas de cable. Funciona además un periódico que se
llama Eco Católico.

Presencia en la sociedad

En el análisis que hace el OPC, se explica que la sociedad


costarricense experimenta un "ya muy avanzado proceso
sociocultural profundamente marcado no solo por la
globalización, sino, también, por el impacto de un modelo
económico 'mercadocéntrico'". Se refiere también que este
modelo "se contrapuso a otro de fuerte inspiración social y
solidaria, de raíces tanto socialcristianas como socialdemócratas,
entre cuyos promotores figuraron ilustres difusores de la
doctrina social de la Iglesia".

En una atenta lectura del documento del Celam, se lee que "el
impacto se notó en el empeño por debilitar al Estado como ente
regulador de la economía, provisor de servicios fundamentales
(salud, educación, agua, electricidad...), actor exclusivo en
sectores económicos que se habían concebido fuera de la lógica
del libre mercado (banca, seguros, telecomunicaciones...), así
como en un desinterés porque el aparato estatal fuera garante de
la equidad, la justicia, la justa distribución de los bienes".

"No ha sido fácil para la Iglesia costarricense insertarse en esta


dinámica sociocultural", destaca el OPC, pues por una parte,
"entre los medios de comunicación social principales es
dominante la tendencia a considerar que la única materia
importante sobre la que se debe decir algo respecto de la Iglesia
es la de la sexualidad, en relación con la que siempre se le
presenta como portadora de una visión anacrónica, oscurantista
y pesimista".

Acciones pastorales

El OPC explica que la base de la Iglesia está compuesta cada vez


más por laicos y laicas que convencidos de su fe y de su
pertenencia a la Iglesia, y menos “fieles por obligación”. Valoran
que "la perseverancia de estos fieles, pese a las fuertes campañas
impulsadas por algunos medios de comunicación masiva para
deteriorar y hasta destruir la Iglesia, demuestran su madurez".

Sin embargo, continúa el análisis, "el servicio de la caridad con


poblaciones que reflejan el rostro sufriente de Cristo es un rasgo
de nuestra Iglesia no debidamente visibilizado: privados de
libertad, adictos a drogas, personas en situación de calle,
inmigrantes, niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
Tenemos el reto de divulgar más su existencia, tanto para fines
de mejorar la recaudación de fondos para su sostenibilidad,
como para rendir cuentas de nuestros trabajos".

El Informe deja en evidencia que "diversas organizaciones


sociales del mundo laboral, agrícola y de economía solidaria
tiene esta expectativa en relación con nuestro rol en la dinámica
social costarricense".

Santuarios marianos

El más concurrido santuario al que acuden los costarricenses es


la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en Cartago, donde
veneran una imagen tallada en piedra del lugar, muy pequeña,
que mide aproximadamente sólo siete centímetros de longitud.

Según se lee en la web oficial, Nuestra Señora de los Angeles


lleva cargado a Jesús en el brazo izquierdo, en el que
graciosamente recoge los pliegues del manto que la cubre desde
la cabeza. Su rostro es redondeado y dulce, sus ojos son
rasgados, como achinados, y su boca es delicada. Su color es
plomizo con algunos destellos dorados como diminutas estrellas
repartidas por toda la escultura.
La "Negrita" como la llama el cariño de los costarricenses, fue
coronada solemnemente el 25 de abril de 1926. Nueve años más
tarde, el papa Pío XI elevó el santuario de la Reina de los
Ángeles a la dignidad de Basílica menor. La Virgen de los
Ángeles fue declarada patrona de Costa Rica y protectora de las
Américas por el papa Juan Pablo II.

CUBA
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de
Cuba, un país ubicado en la zona oriental de El Caribe, con una
extensión de 110.860 km2 que acoge a cerca de 11.477.459
habitantes, de los cuales el 51% aproximadamente se profesan
católicos.

Orígenes del cristianismo

La diócesis de Baracoa fue erigida en 1518, por el papa León X


quien nombró a Juan de Witte Hoos como primer obispo. El 28
de abril de 1522, Adriano VI cambió el nombre a Santiago de
Cuba, y fue elevada a la categoría de arquidiócesis el 24 de
noviembre de 1803, por Pío VII, siendo su primer arzobispo
Joaquín de Osés y Centena.

La diócesis de San Cristóbal de la Habana fue creada el 10 de


septiembre de 1787, por el papa Pío VI, y fue Felipe José de
Tres-Palacios y Verdeja su obispo, quien tomó posesión en
marzo de 1789. Fue elevada a arquidiócesis el 6 de enero de
1925, por Pío XI, y José Manuel Dámaso Ruíz y Rodríguez el
primer arzobispo.

La diócesis de Camagüey fue erigida por el papa Pío X el 10 de


diciembre de 1912 y nombró a Valentín (Manuel) Zubizarreta y
Unamunsaga, de la Orden de los Carmelitas Descalzos. El 5 de
diciembre de 1998, Juan Pablo II la elevó a arquidiócesis,
nombrando arzobispo a Adolfo Rodríguez Herrera.

Comunidad que sirve

La Iglesia católica en Cuba cuenta con tres arquidiócesis (San


Cristóbal de La Habana, Camagüey, Santiago de Cuba) y ocho
diócesis (Matanzas, Pinar del Río, Ciego de Ávila, Cienfuegos,
Santa Clara, Guantánamo – Baracoa, Holguín, Santísimo
Salvador de Bayamo y Manzanillo).

En el OPC se lee que la Conferencia de Obispos Católicos de


Cuba está conformada por un cardenal-arzobispo, dos
arzobispos más, ocho obispos titulares, dos obispos auxiliares y
dos eméritos. Para su labor pastoral a nivel colegiado, han
integrado cuatro departamentos episcopales que reúnen diversas
secciones, presididas por uno de los Obispos, de la siguiente
manera: Fe y Misión, Liturgia, Laicos y Cultura, Pastoral Social
y
Seminarios.

Colaboran con los pastores 180 sacerdotes diocesanos, 119


sacerdotes religiosos, 60 diáconos permanentes, 152 religiosos y
650 religiosas y numerosos laicos que asumen tareas en los
diferentes niveles: comunitario, parroquial, diocesano y
nacional. El total de parroquias es de 290.

Relación Iglesia-Estado

Según explica el Informe, "las relaciones han mejorado después


de la visita del papa Juan Pablo II, superando épocas difíciles
que rayaron con la persecución religiosa. En la actualidad la
Iglesia ha logrado ser mediadora para la liberación de los presos
políticos, goza por tanto de respeto ante las autoridades cubanas
y de aprecio en la mayor parte de la población. Hace pocos años
se ha permitido la celebración de la Navidad". También se
celebra el feriado del Viernes Santo, como fruto de la viista del
papa Benedicto XVI.

Se puede leer que "las relaciones entre el Estado y la Iglesia en


Cuba se encuentran en un periodo de expresiones y gestos
nuevos. (Hay) encuentros más fluidos entre los obispos y las
autoridades correspondientes del Partido Comunista, (que) se
van sucediendo en las distintas diócesis y a nivel nacional".
"El proceso se inició hace varios años, y de forma lenta pero
gradual ha ido favoreciendo espacios de intercambio en los que
la Iglesia expone sus criterios y consideraciones –no solo de
contenido religioso- mientras la otra parte, es decir el Partido y,
por tanto, el poder, comparte también sus criterios y
consideraciones, sobre la Iglesia y sobre cualquier otro tema de
interés mutuo", precisa el OPC.

Sin embargo, se advierte que "ha habido un salto cualitativo (en


las relaciones), pero falta mucho por andar para concretar un
diálogo integral y fructífero. El propósito, a lo que en realidad se
debe aspirar y alcanzar gradualmente, es un estadío de respeto
mutuo y de no usurpación de las funciones que a cada uno
corresponden, máxime en una realidad como la que nos ocupa,
donde se ha declarado ya el carácter laico del Estado, que
“reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa”, declara la
independencia de las instituciones religiosas y explicita la no
discriminación por motivos religiosos, según las modificaciones
constitucionales del año 1992".

Presencia en la sociedad

El OPC aclara que la Iglesia católica "adelanta su labor dentro


de las limitaciones que le imponen el régimen y la escasez de
recursos, especialmente a través de las parroquias y los servicios
pastorales. El ambiente antirreligioso que caracterizó la
situación durante muchos años ha cedido poco a poco, y se
presenta actualmente una situación más propicia para la
presencia y acción de la Iglesia".

El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba celebrado el


2011, "creó la expectativa que emana de una necesidad
imperiosa de conseguir prosperidad y bienestar para la
población, así como la urgencia de promover los cambios
imprescindibles para facilitar que esto ocurra" recuerda el
Informe que recoge el sentir de los obispos cubanos, quienes
manifestaron que esperan "que el Congreso haya iniciado ese
proceso de transformaciones que no admiten más dilación".

Por su parte, la Iglesia en Cuba realiza su labor pastoral


"orientada por un Plan Global Pastoral que se ha elaborado con
una amplia participación de los diversos sectores eclesiales,
siguiendo las orientaciones de la Conferencia Episcopal y las
conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano, Aparecida", explica el OPC.

Este trabajo de la Conferencia Episcopal se apoya en una página


web y algunas publicaciones periódicas de carácter nacional y
local que permiten dar a conocer la labor eclesial y las opiniones
sobre asuntos de interés público, desde la perspectiva del
Evangelio.

Frutos de santidad
Los cubanos veneran ya al beato José López Piteira, nacido en
Jatibonico, Cuba en 1912, quien fue diácono de la Orden de san
Agustín y que murió mártir de la persecución religiosa en
España en 1936. Fue beatificado por Benedicto XVI el 28 de
octubre de 2007.

Asimismo, se adelanta el proceso para la beatificación del


venerable Félix Varela y Morales (1788–1853), presbítero,
maestro, filósofo y escritor quien tuvo un papel destacado en la
formación de la nación cubana, muerto en el destierro en los
Estados Unidos de América.

También se tiene una especial reconocimiento al venerable


padre Jerónimo Mariano Usera y Alarcón (1810-1891), quien
fuera deán de la Iglesia Catedral durante 27 años. Natural de
Madrid y fallecido en La Habana, le llamaban “Jerónimo de
Cuba” por su extraordinaria dedicación al pueblo cubano, y
“padre de los pobres” porque estos siempre encontraban en él al
protector más decidido y generoso. En la Isla dejó implantadas
la Congregación de Hermanas del Amor de Dios, la Sociedad
Protectora de los Niños de la Isla de Cuba y la Academia de
Tipógrafas y Encuadernadoras.

Otro que se lleva la admiración del pueblo cubano,


especialmente en el Oriente es el siervo de Dios José Vandor
(1909-1979). Después de pasados treinta años de su muerte, el
padre Vandor, salesiano, sigue estando en la memoria de
muchos de los fieles de Santa Clara, que lo recuerdan como "un
valiente sembrador de paz y un hombre de una profunda unión
con Dios". En el año 2003 se inició la fase diocesana para su
causa de beatificación.

Amor a María

Entre las devociones marianas de los cubanos, destaca por sobre


todas "Nuestra Señora de la Caridad del Cobre", que desde su
Santuario en el Cobre, se extendió a Santiago de Cuba y a toda
la región Oriental. Las noticias más antiguas mencionan que ya
en el año 1648 la Parroquia Mayor de Bayamo tenía un altar
dedicado a la Virgen de la Caridad debido a un hallazgo
prodigioso de la imagen.

En su sitio web oficial se lee que de todas las imágenes de la


Virgen de la Caridad que seguramente se veneraban en las
iglesias de Santiago de Cuba "la que fue tomando, a través del
tiempo, mayor arraigo en la devoción de los santiagueros fue la
imagen de la Virgen de la Caridad veneraba en un altar de la
Iglesia de santo Tomás Apóstol".

De la parroquia de Santo Tomás, salía la única procesión de la


Virgen de la Caridad que se hacía en la ciudad de Santiago y esa
misma imagen fue la que recorrió todas las provincias de Cuba
entre los años 1951 y 1952 en la Misión Nacional para
conmemorar los 50 años de la República de Cuba y también lo
hizo entre los años 2010 y 2011 para preparar al pueblo cubano
a celebrar en el año 2012, los 400 Años del hallazgo de la bendita
imagen de la Virgen de la Caridad, que coincidió con la visita
del papa Benedicto XVI a la Isla.

La Virgen de la Caridad del Cobre mide aproximadamente unos


84 centímetros. La imagen se apoya en una brillante media luna,
cuyas puntas inclinadas hacia abajo, enmarcan la nube de plata
en la que se asoman tres querubines de alas doradas.

El Niño que la imagen nos muestra a su izquierda, levanta una


de las manos en actitud de bendición, y en la otra sostiene un
globo terráqueo de oro rematado en pedrería. Arropa la imagen
un pesado manto, que le confiere una forma triangular típica.

ECUADOR
Los orígenes

El 8 de enero de 1546, el papa Paulo III erigió la diócesis de


Quito, desmembrándola de la arquidiócesis de Lima. Su primer
obispo fue el dominico Jerónimo de Loayza. El papa Pío IX, el
13 de enero de 1848, la eleva a la categoría arquidiócesis y
nombra a Nicolás Joaquín de Arteta y Calisto como primer
arzobispo.
El 1 de julio de 1786, Pío VI erige la diócesis de Cuenca
separándola de Quito y nombra a José Carrión y Marfil como
primer obispo. El 9 de abril de 1957 es elevada a arquidiócesis
por el papa Pio XII. La diócesis de Guayaquil fue erigida el 29
de enero de 1838 por Gregorio XVI quien nombró a Francisco
Xavier de Garaycoa Llaguno como obispo. El 22 de enero de
1956 fue elevada a arquidiócesis por Pío XII y César Antonio
Mosquera Corral.

Comunidad de servicio

La Iglesia ecuatoriana está organizada en cuatro provincias


eclesiásticas y ocho vicariatos apostólicos. La provincia
eclesiástica de Quito la conforman la arquidiócesis de Quito y las
diócesis de Riobamba, Ibarra, Ambato, Guaranda, Latacunga y
Tulcán.

De la provincia eclesiástica de Guayaquil forman parte la


arquidiócesis de Guayaquil y las diócesis de Babahoyo y
Yaguachi. En el caso de la provincia eclesiástica de Cuenca, la
conforman la arquidiócesis de Cuenca y las diócesis de Loja, de
Azogues y de Machala.

Completa esta conformación la provincia eclesiástica de


Portoviejo, que contiene a la arquidiócesis de Portoviejo y a la
diócesis de Santo Domingo.
Son ocho los vicariatos apostólicos, tales como Napo, Méndez,
Zamora, Esmeraldas, Puyo, San Miguel de Sucumbíos, Aguarico
y Galápagos. También se debe contar al Obispado Castrense y a
una Prelatura Personal.

Para extender este servicio, el OPC describe que la Iglesia


ecuatoriana cuenta con cuatro arzobispos, doce obispos
residentes, un obispo castrense, nueve obispos auxiliares y nueve
obispos vicarios apostólicos.

Son cerca de 1.100 los presbíteros diocesanos y 721 los


presbítros religiosos, quienes atienden 1208 parroquias, con la
colaboración de 74 diáconos permanentes, 1381 religiosos y 4617
religiosas, además de los numerosos ministros laicos que ayudan
en las comunidades eclesiales de base que funcionan en todo el
país, especialmente en el área rural; participan además, los
numerosos movimientos apostólicos que funcionan tanto a nivel
nacional como local.

La Conferencia Ecuatoriana de Religiosos (CER), fue fundada


en 1954 y agrupa a veinte congregaciones, entre masculinas y
femeninas. Los laicos cuentan con el Consejo Ecuatoriano de
Laicos Católicos (CELCA).

Relación Iglesia - Estado


Según informa el OPC, la actual Constitución declara el
carácter laico del Estado ecuatoriano, “invocando el nombre de
Dios” en el Preámbulo, y “reconociendo nuestras diversas
formas de religiosidad y espiritualidad”.

Las relaciones de cooperación y respeto mutuo entre el Estado y


la Iglesia, se han visto afectadas por la presentación de proyectos
de ley que impactan a la vida y la familia: el aborto, la educación
de los hijos, la unión legal de personas del mismo sexo y la gran
dificultad para entablar diálogos respetuosos con el Gobierno y
los otros poderes del Estado. Estos hechos han generado un gran
debate y una actuación de la Iglesia defendiendo los principios y
valores del cristianismo que son causa de oposición del gobierno
actual.

La Iglesia ecuatoriana ha manifestado abiertamente su posición


frente al actual presidente, en temas relacionados con la
Estrategia Nacional de Planificación Familiar y Prevención del
Embarazo en Adolescentes, que han propiciado significativos
debates en torno al tema. En este sentido, el Comité de
Población y Desarrollo de la Comisión Económica para América
Latina (CEPAL) y UNFPA (Fondo de las Naciones Unidas sobre
Población) manifestaron su beneplácito por la ejecución de esta
política; mientras que la Iglesia controvirtió la medida por
considerar atenta contra la familia como núcleo esencial de la
sociedad.
Presencia en la Sociedad

En el OPC se lee que la Iglesia católica en el Ecuador ha tenido a


lo largo de su historia una significativa presencia en los
diferentes campos de la vida social, destacándose su servicio en
la educación, desde la educación básica hasta el nivel
universitario y la promoción humana y asistencia social,
especialmente de la mujer y los indígenas; todo esto a través de
programas en las jurisdicciones eclesiásticas como a nivel
nacional, siguiendo las orientaciones de las comisiones
episcopales.

El episcopado expresa sus orientaciones en las situaciones de


conflicto social y promueve cada vez con mayor insistencia la
formación de un laicado maduro, que pueda hacer presentes los
valores del Evangelio en los ámbitos económico, político y
cultural.

La Iglesia, según el mismo Informe, desarrolla los programas


Amanecer, que busca mejorar la calidad de la educación
popular y la comunicación social comunitaria; y el programa,
Unión Católica para el Desarrollo Comunitario – UCADE, que
pretende contribuir a la formación de una economía solidaria
que supere las deficiencias del modelo neoliberal imperante.

Las creencias de hoy


Ecuador, como explica el OPC, no ha estado aislado a los
cambios culturales y nuevos fenómenos sociales que representa
la globalización, de tal forma que el 95% de fieles que en un
momento contaban como dato del país, según nuevos sondeos
representa hoy un 85%.

Según el Programa Latinoamericano de Estudios Religiosos, la


población católica es aproximadamente un 85% debido a la
fuerza con la que han irrumpido movimientos y religiones
evangélicas a partir de la década de los 80, con un número de
agnósticos, especialmente en ciertos segmentos de la población
joven del país.

En este sentido, el 15% de la población está compuesta por


protestantes, en su mayoría evangélicos (18%). Un 5% se
compone de diversas denominaciones: cristianos ortodoxos,
judíos, musulmanes, budistas, movimientos culturales tales
como, New Age, creencias animistas indígenas, agnósticos y
ateos. La Dirección de Políticas de Regulación para el Libre
Ejercicio de Cultos del Ministerio de Justicia, Derechos
Humanos y Cultos, registra legalmente en Ecuador más de 2.980
grupos religiosos pero que muchos comparten una sola matriz
religiosa.

Acción Pastoral
El OPC se extiende también en explicar que la Conferencia
Episcopal Ecuatoriana, después de un análisis de las situaciones
que vive el país y de los desafíos a la evangelización, traza
periódicamente unas líneas orientadoras para la acción pastoral
de las distintas jurisdicciones, las cuales son adecuadas según las
circunstancias particulares. Son de especial interés los
programas relacionados con la pobreza y la promoción humana,
la familia y la defensa de la vida.

Cada una de las comisiones episcopales a través de los


departamentos y servicios que forman parte del Secretariado de
la Conferencia Episcopal, apoyan y animan la labor de las
jurisdicciones en sus procesos de renovación pastoral.

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana cuenta con siete


comisiones episcopales para orientar y animar la vida pastoral,
cada una de las cuales se ocupa de determinados ámbitos, tales
como Magisterio de la Iglesia, Biblia, Comunidades Eclesiales,
Catequesis, Cáritas parroquiales, Derechos Humanos, Políticas
Educativas, Pastoral Indígena, entre otras.

La Iglesia católica en Ecuador cuenta con varias universidades


entre las que se destaca la Pontificia Universidad Católica del
Ecuador con sede en Quito y con programas de extensión en
Ibarra, Esmeraldas, Ambato y Tulcán. La Universidad Católica
de Guayaquil sirve a la región de la Costa. Se suma también, la
Universidad del Azuay, la Universidad Politécnica Salesiana y la
Universidad Técnica Particular de Loja.
También funciona una importante red de comunicación católica
de medios que apoyada por la Conferencia Episcopal
Ecuatoriana y asociaciones extranjeras como la Organización
Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación,
(OCLACC) logra responder a los desafíos cada vez mayores de
la evangelización y de las obras misioneras.

Relación Eclesial Interna

Las relaciones entre las diferentes instancias de la Iglesia son de


mutua colaboración y respeto, buscando responder de la mejor
manera a los desafíos que presenta la realidad social, económica,
política y religiosa del Ecuador. La Iglesia ecuatoriana, trabaja
en la integración de las diferentes culturas indígenas y
afroecuatorianas, así como en el ámbito de la cultura rural y
urbano.

Explica el Informe del Celam que la Pastoral Afroecuatoriana


ofrece un servicio de animación, formación y coordinación a las
comunidades cristianas negras con los grandes valores
evangélicos presentes en el Pueblo Afroecuatoriano
manifestados en su historia, cultura, tradiciones y
manifestaciones religiosas.
La Pastoral Indígena tiene una misión significativa en Ecuador,
evangelizando las culturas de los Pueblos Indígenas hacía una
vivencia comunitaria e intercultural, a partir de las Semillas del
Verbo y de sus experiencias de Dios para anunciar y hacer
presente el Reino, desde la Iglesia Indígena con Agentes,
Teología y Liturgia propios, para aquellos que libremente
quieren vivir el cristianismo con respeto afectivo y práctico
hacia su identidad, cosmovisión y valores propios.

Santos Ecuatorianos

Los santos que se veneran en Ecuador son varios, entre los que
destaca el OPC está santa Mariana de Jesús Paredes y Flores.
Nacida en Quito en 1618, murió en la misma ciudad. Ha sido
llamada la “Azucena de Quito”. Laica Virgen, en 1645,
sucedieron una serie de terremotos en Quito y luego una
epidemia acabó con la vida de muchos habitantes. El cuarto
domingo de cuaresma, Santa Mariana ofreció su vida al Señor a
cambio de la paz y la salud del pueblo. Poco tiempo después los
temblores cesaron y la epidemia desapareció. La santa
ecuatoriana fue canonizada el 9 de junio 1950 y fue denominada
la “Heroína de la Patría”.

También tiene mucha devoción santa Narcisa de Jesús Martillo


Morán, nacida en Nobol el 29 de octubre de 1832 y fallecida en
Lima, Perú, el 8 de diciembre de 1869. Laica virgen, llamada la
“Violeta de Nobol”. El papa Juan Pablo II la declara beata el 25
de octubre de 1992. Canonizada por Benedicto XVI, el 12 de
octubre de 2008, en la plaza de San Pedro. Su fecha central es el
30 de agosto.

El santo Hermano Miguel Febres Cordero nació en Cuenca el 7


de noviembre de 1854, y murió en España el 9 de febrero de
1910. Hermano de las Escuelas Cristianas, recibe mucho culto
entre los educadores que lo tienen como modelo. Fue bautizado
con el nombre de Francisco Febres Cordero Muñoz, Recibió el
hábito religioso a los 14 años y tomó el nombre de Miguel. A los
17 años escribió su primer libro. Fue beatificado el 30 de octubre
de 1977 y luego canonizado por el papa Juan Pablo II el 21 de
octubre de 1984.

Es importante en la devoción ecuatoriana, la beata Mercedes de


Jesús Molina y Ayala, nacida en Guayaquil en 1828, muerta el
12 de junio de 1883 en Riobamba. Fue la fundadora del Instituto
religioso Hermanas de Santa Mariana de Jesús. El 8 de febrero
de 1946, el papa Pío XII decretó la introducción de la causa de
su beatificación y el 27 de noviembre de 1981, el papa Juan
Pablo II expidió el decreto sobre las virtudes heroicas y le dio el
título de venerable. El 1 de febrero de 1985, “La Rosa de
Guayas” fue beatificada.

Existen otros beatos y siervos de Dios como: la beata María


Encarnación “Vicenta Rosal”, el venerable padre Julio
Matovelle Maldonado, el siervo de Dios Rafael Armando
Fajardo Rodríguez, entre otros.
Santuarios marianos

Entre los santuarios más visitados por los peregrinos estás el del
Inmaculado Corazón de María, Patrona del Ecuador y el de la
Dolorosa del Colegio, ambos en Quito. También La Inmaculada
Concepción de Colatoa en Latacunga y Nuestra Señora de la
Merced en Guayaquil.

Otros son el santuario nacional de Nuestra Señora de la


Presentación del Quinche en Pichincha y el de Nuestra Señora
del Cisne, en Loja. También está el de la Virgen de la Nube de
Palosolo en El Oro, cuya devoción llega hasta Lima y otras
ciudades del Perú.

HAITÍ
Llegada del catolicismo en Haití

Como relata la historia --recogida por el OPC, en su primer


viaje en el año 1492 Cristóbal Colón descubrió una isla hoy
conformada por Haití y Republica Dominicana, que fuera
bautizada por él mismo con el nombre de la Hispañola o
Española.
Acompañarían luego en esta travesía los primeros misioneros
que con solo pisar tierra firme, plantaron la cruz
evangelizadora.

Aún cuando esta isla fue descubierta y en un primer momento


colonizada por los españoles, la parte occidental, lo que hoy
conocemos como Haití, por el tratado de Ryswick y luego de una
fuerte incursión francesa en el año de 1697, fue dada por España
a Francia.

Creencias religiosas

Según el OPC, se cuenta actualmente con el 80% de la población


que es católica, quienes viven su fe en convivencia con otras
denominaciones de tipo protestante, con el Islam y el culto
ancestral del Vudú.

Desafíos pastorales

En el mismo informe continental, se lee que la dinámica pastoral


de la comunidad eclesial de Haití “está fuertemente marcada
por la realidad de pobreza y desigualdad social que caracteriza
este país”. Ante esta realidad “la Iglesia reconoce que la
sociedad haitiana, es una sociedad que se ha olvidado del bien
común, que posee una baja autoestima, una desconfianza en sí
misma y es una sociedad marcada por la desintegración familiar
con débil liderazgo”.

En el escenario eclesial, se lee que hay una realidad “poco


alentadora”. Esto a raíz de que al haber sido reconocido el Vudú
como una religión más, “la vida espiritual del pueblo haitiano
está marcada por el sincretismo, existen haitianos vudúes que se
reconocen a su vez como cristianos y viceversa”.

“La Iglesia haitiana, junto a estas problemáticas, reconoce


también que esta es una nación que canta y baila, que posee una
gran riqueza espiritual en torno a la religiosidad popular y a las
vocaciones especialmente enfocadas a la misión”, es lo que
subraya el OPC sobre la Iglesia del país caribeño.

Nuevos retos

Siendo concientes de esta realidad, la Conferencia Episcopal


Haitiana se ha trazado como tareas pastorales urgentes “estar al
lado del pobre, compartir su dolor, hacerse uno con él, en pos de
una vida digna consolidada y dinamizada por el desarrollo de los
derechos humanos fundamentales”.

Lejos de cualquier sombra de asistencialismo, el OPC destaca la


voluntad de la comunidad eclesial por “incentivar y acompañar
proyectos en pro de la justicia, equidad y servicio al pueblo
haitiano”.

Es fundamental también para ello, “fortalecer la formación


permanente, a nivel espiritual, intelectual y eclesial, de los
agentes de pastoral, sacerdotes y seminaristas”.

Una comunidad de servicio

Las cifras ofrecidas por el OPC, dejan ver que la Iglesia en la


sociedad haitiana está representada por el episcopado de ese
país, que agrupa a dieciséis obispos representantes de las dos
arquidiócesis (Port-au-Prince y Cap Haïtien) y de ocho diócesis
(Cayes, Jacmel, Nippes, Jérémie, Hinche, Artibonite, Fort-
Liberté y Port de Paix).

Asimismo, prestan su servicio alrededor de 520 presbíteros


haitianos, 1150 religiosos y están presentes 36 congregaciones
religiosas.

Los campos de acción directa están centradas en la promoción


humana y la evangelización. Sobre lo primero, el OPC identifica
la tarea de Cáritas en diferentes áreas como es lo agrícola, el
financiamiento solidario para proyectos productivos, la atención
socio-sanitario y lo que corresponde al desarrollo integral de las
mujeres.
Relación Iglesia-Estado

Como se lee en el OPC, “la historia constitucional y religiosa de


Haití da cuanta que esta nación de acuerdo con sus normativas
constitucionales y legales, siempre ha intentado mantener la
igualdad de todas las confesiones religiosas y la libertad de las
mismas”.

Sin embargo se destaca quela Iglesia católica en Haití cuenta con


una serie de “beneficios” frente a las demás confesiones
religiosas, enmarcados específicamente en el financiamiento
para la construcción y mantenimiento de los templos y
catedrales.

Comunicación para la comunión

Para llevar a cabo su labor, la comunidad eclesial haitiana ha


desarrollado ampliamente el trabajo con los medios de
comunicación, especialmente la radio.

Destaca la conocida televisora Don Bosco y Tele Soeil, así como


una red eficaz de radios que emiten desde casi todas las diócesis.
Frutos de santidad

Hay un esclavo que recuperó su libertad en Haití y que hoy es


reconocido como venerable por la Iglesia. Se trata del laico
Pierre Toussaint (1766-1853).

Heredero de un importante fortuna, se casó con la esclava


Juliette Noel sin tener descendencia, y durante una epidemia de
fiebre amarilla, Pierre Toussaint fundó asilos y hospicios para
niños huérfanos.

Muerto en olor de santidad en Nueva York a la edad de 87 años,


fue declarado venerable en 1996, por lo que prosigue su proceso
de beatificación.

Un santuario para María

Los católicos haitianos veneran a la Virgen del Perpetuo Socorro


en su propio santuario edificado en Béle-Aire, cerca de Puerto
Príncipe, por los misioneros redentoristas.

Cuenta la tradición que ante una terrible epidemia de viruela


que azotaba el país en 1883, los devotos acudieron a la Virgen y
le hicieron una novena. Fue así que la epidemia habría cesado
milagrosamente, por lo que se decidió nombrarla “patrona” del
país.

En 1993 se celebró el centenario del milagro y del nombramiento


de la Virgen como patrona de Haíti. El papa Juan Pablo II visitó
Haití en 1992 para esta celebración y puso al país bajo el
amparo de la Virgen del Perpetuo Socorro.

MÉXICO
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de
México, un país ubicado en la zona norte del continente
americano, con una extensión de 1.972.550 km2, que acoge a
cerca de 108.396.211 habitantes, de los cuales el 88% serían
católicos.

Orígenes de la evangelización

El OPC describe que desde el inicio de la presencia española en


el territorio mexicano, ha estado presente el anuncio del
Evangelio, con los primeros evangelizadores, entre los que se
recuerda con especial afecto a los franciscanos Pedro de Gante y
los llamados Doce Apóstoles, bajo el mando de fray Martin de
Valencia, y entre los cuales se destaca fray Toribio de Benavente
o Motolinia.

El 13 de octubre de 1525, el papa Clemente VII creó la primera


diócesis en Tlaxcala, que luego pasó a Puebla de los Ángeles,
siendo su primer obispo el dominico Julián Garcés. El 2 de
septiembre de 1530, erigió la diócesis de México y nombró como
primer obispo a fray Juan de Zumárraga. El 12 de febrero de
1546, la elevó a la categoría de arquidiócesis con las diócesis de
Tlaxcala, Antequera, Michoacán y Chiapas, como sufragáneas.

Y es entonces que el 12 de diciembre de 1531 se produce la


cuarta aparición de la Virgen María a Juan Diego, lo que se
constituye en un hecho clave en la evangelización de México.

Comunidad de servicio

Actualmente son 91 las jurisdicciones eclesiásticas de México, de


las cuales 18 son arquidiócesis, 68 diócesis y cinco prelaturas
territoriales. Dos eparquías funcionan en el país: Greco-Melkita
y Maronita. La Conferencia Episcopal de México cuenta con
ocho comisiones episcopales que atienden las diferentes
dimensiones de la pastoral, como son Doctrina de la fe, Pastoral
Educativa, Pastoral Social, Pastoral Indígena, Clero y Vida
Consagrada, Diaconado Permanente, Fuerzas Armadas, entre
otros.

En el OPC y en el sitio web del episcopado mexicano se lee que


la Iglesia católica tiene en México 3 cardenales (1 más en el
Vaticano), 15 Arzobispos residenciales, 68 Obispos residenciales,
5 Obispos Prelados y 25 Obispos Auxiliares. Son un total de
16.416 los presbíteros, de los cuales 12.506 son diocesanos y
3.910 religiosos; cuentan con la colaboración de 858 diáconos
permanentes, 6.509 religiosos y 29.051 religiosas; de este modo
se atienden las 6.101 parroquias y las obras y servicios que
presta la Iglesia en todo el territorio.

Los religiosos y religiosas están organizados en la Conferencia


de Superiores Mayores de México, que a través de las
Delegaciones Regionales y Locales animan y contribuyen a la
formación de sus miembros. Tiene una relación permanente con
la Conferencia Episcopal.
En un buen número de Jurisdicciones, los laicos están
organizados en Consejos de Laicos, que promueven la
participación laical y su formación para el servicio al interior de
la Iglesia como en la sociedad.

Los diversos movimientos apostólicos, cofradías, pequeñas


comunidades eclesiales y nuevas formas de apostolado reúnen
numerosos laicos que viven su compromiso tanto al interior de la
Iglesia como en la sociedad.

Relación Iglesia-Estado

El artículo 24 de la Constitución mexicana garantiza la libertad


de culto y de creencia. Mediante el OPC se sabe que ambos
órganos se han separado desde hace ya mucho tiempo; se ha
creado una condición laica con lo que el gobierno no privilegia y
tampoco discrimina ni a la religión, ni a la Iglesia.

"Actualmente hay mayor tolerancia y respeto hacia la voz de los


Obispos y a las acciones concretas de la Iglesia Católica, aunque
no es suficiente, aunque se va ganando terreno en conciencia y
cultura cristiana, en vivir y expresar los valores de la fe en todos
los campos de acción de los fieles", reza el Informe del Celam.

Por la condición de Estado laico no está permitida la enseñanza


religiosa escolar en los establecimientos públicos y privados. En
la instituciones educativas de la Iglesia se imparte la educación
religiosa escolar.

Presencia en la sociedad

En el contexto de la separación Iglesia–Estado, continúa el OPC,


"la Iglesia católica tiene una presencia evidente a través de sus
pronunciamientos frente a las diversas circunstancias que vive el
país".

Es así como ha emitido documentos inspiradores de la reflexión


en el ámbito social y político. En el último año tuvo la
oportunidad de expresar su opinión sobre el tema del aborto, a
través de la televisión abierta, en cadena nacional y horario
estelar; algo inédito, se explica.
La devoción a la Virgen de Guadalupe, como a otras
advocaciones marianas, constituye una base de diálogo,
aceptación e influencia de la acción evangelizadora de la Iglesia.
También las obras sociales y educativas que tiene al servicio de
las comunidades brindan un reconocimiento especial del pueblo
para con sus Pastores.

Santidad en México

Las páginas del OPC relatan que la persecución que sufrió la


Iglesia católica, especialmente entre 1926 y 1929 --en la llamada
“Guerra cristera”, se caracterizó por el martirio de presbíteros,
religiosas y laicos, que conforman el santoral mexicano. A ellos
se suman otros católicos destacados que van desde san Juan
Diego Cuauhtlatoatzin (1474-1548), vidente de Guadalupe, hasta
el obispo Rafael Guizar y Valencia (1878-1938), canonizado el 15
de octubre de 2006 por el papa Benedicto XVI como el primer
obispo mexicano en ser declarado santo.

El papa Francisco canonizó el 12 de mayo de 2013 a santa María


Guadalupe García Zavala (1878-1963), fundadora de la
Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los
Pobres.

Santuarios marianos
Son muchos los santuarios levantados en México para venerar a
la Madre de Dios, tales como el Santuario de Nuestra Señora de
San Juan de Los Lagos, el de la Virgen de los Dolores de
Soriano, Nuestra Señora de la Soledad en Oaxaca, Nuestra
Señora de Zapopán de Jalisco y el Santuario de Nuestra Señora
del Patrocinio en Zacatecas, a los que se une, entre otros, el
insigne Santuario y Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en
Ciudad de México.

Reconocida como Santuario Nacional por la Conferencia del


Episcopado Mexicano, el 17 de noviembre de 1983, conserva en
su interior la tilma o tela con la imagen impresa de la Virgen
María, prodigio realizado en 1531 por intermedio del hoy santo
indígena Juan Diego.

Aceptado por el obispo Juan de Zumárraga como un hecho


sobrenatural, este trasladó a la Iglesia Mayor la preciosa y
venerada imagen de la preciosa "Niña del Cielo", para que toda
la gente pudiera ver y admirar su imagen, tal como lo hacen
millones de peregrinos que llegan hasta allí, aún en nuestros
días.

NICARAGUA
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de
Nicaragua.
Algunos hechos históricos

Según datos proporcionados por el OPC, fue el papa Clemente


VIII quien creó la diócesis de León el 3 de noviembre de 1534 y
nombró como obispo a monseñor Diego Álvarez de Osorio,
siendo sufragánea de la arquidiócesis de Sevilla hasta 1547,
cuando pasó a la arquidiócesis de Lima.

El 2 de diciembre de 1913, el papa Pío X, erige la arquidiócesis


de Managua como sede metropolitana para Nicaragua, y la
diócesis de Granada y el Vicariato Apostólico de Bluefields. El
primer arzobispo de Managua fue monseñor José Antonio
Lezcano y Ortega.

Relación con el Estado

En el OPC se lee que el Estado nicaragüense se declara laico, no


reconoce una religión como oficial y garantiza la libertad
religiosa. En el Concordato firmado entre la Santa Sede y
Nicaragua el 2 de noviembre de 1861, se estipulan las normas
básicas de entendimiento y relación jurídica de los dos Estados.
Sin embargo, el Informe reconoce que "dichas relaciones han
estado marcadas por el duro acontecer político del país a lo
largo de su historia".
En la actualidad se presenta una situación ambigua con el
partido gobernante, el Frente Sandinista de Liberación Nacional
(FSLN), por una parte, el gobierno ha mostrado una cierta
cercanía y respeto hacia la Iglesia, por otra, algunos
funcionarios han sido agresivos en sus expresiones verbales
contra la jerarquía, de manera particular contra los obispos.

Una comunidad que sirve

La Iglesia nicaragüense está organizada con una arquidiócesis


(Managua), seis diócesis (Estelí, Granada, Jinotega, Juigalpa,
León y Matagalpa) y el Vicariato apostólico de Bluefields.

La Conferencia Episcopal de Nicaragua cuenta con ocho


comisiones pastorales para atender la labor evangelizadora, con
áreas tales como, Fe, familia y vida, Liturgia y Catequesis,
Laicos, Pastoral social, Vocaciones, Pastoral Juvenil, entre otros.
Un arzobispo, siete obispos diocesanos, uno auxiliar, un vicario
apostólico y un vicario apostólico auxiliar, constituyen el
episcopado nicaragüense.

Colaboran en este trabajo un total de 374 presbíteros diocesanos


y 119 religiosos, que atienden un total de 298 parroquias tanto
urbanas como rurales en todo el país. En la vida consagrada son
724 las religiosas y 208 los religiosos que cooperan desde sus
diversos carismas. Los laicos reunidos en movimientos
apostólicos y comunidades eclesiales de base, complementan el
conjunto de agentes de pastoral de la Iglesia en Nicaragua.

Educación y comunicación

Se puede conocer a través del OPC que las jurisdicciones


eclesiásticas prestan un servicio importante en la educación, con
724 instituciones educativas y sostienen cerca de 200
instituciones de beneficencia.

Nicaragua cuenta con una amplia red de comunicación católica,


que tiene como objetivo fundamental la evangelización del
pueblo mediante programas de sensibilización, la promoción
humana y el fortalecimiento de la fe católica, que se pretende
abarque a todo el país. Hay también emisoras de radio, un canal
de televisión y una amplia red en Internet.

Presencia en la sociedad

La Iglesia nicaragüense tiene un vivo acercamiento con la


sociedad, que según el OPC se ha intensificado en los últimos
tiempos con el acontecimiento de Aparecida, y su invitación al
estado de Misión permanente. Esto ha generado un
reavivamiento de la naturaleza misionera de la Iglesia,
suscitando un acercamiento a la sociedad en general.
También se describe el desconcierto y la intimidación provocada
por los lineamientos del gobierno, "que una vez más hace que (la
Iglesia) sea la esperanza de un pueblo desgastado por muchas
penurias". Por ello, la Iglesia es considerada como la institución
de mayor credibilidad en el ámbito social.

Principales desafíos

El OPC descibe varios "frentes" de acción, entre los cuales


aparecen los "programas estrechamente ligados a la realidad
social del país; el fortalecimiento de la pastoral familiar, así
como las catequesis a los jóvenes sobre la promoción de la vida y
el respeto a la dignidad humana".

De este modo, concluye el OPC, "la Iglesia nicaragüense ha


priorizado su accionar evangelizador (hacia) la pastoral
familiar, juvenil y educativa, que van unidas a la pastoral
vocacional".

Es por ello que dicha acción evangelizadora "debe prestar una


especial atención a la pobreza, en sintonía con las conclusiones
del Congreso Americano Misionero, que hallan eco en
Aparecida, para ser una Iglesia misionera-discípula de
Jesucristo, y para consolidar la identidad de la Iglesia en
Nicaragua".
Centros de devoción

Los fieles y peregrinos pueden apreciar la belleza de los distintos


templos de las distintas iudades, entre los que destacan la
moderna catedral de Managua, las catedrales coloniales de
Léon, Matagalpa y la catedral de Granada.

PANAMA
En esta oportunidad, nos acercamos un poco más a la realidad,
desafíos y compromisos de la Iglesia de Panamá.

Los artículos ofrecidos toman como base el Observatorio


Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano - Celam
(OPC), que en un esfuerzo loable viene poniendo “el lente” sobre
los desafíos y potencialidades del también conocido “Continente
de la esperanza y de la Caridad”.

Origen del catolicismo en Panamá

El 9 de septiembre de 1513, el papa León X, crea la diócesis de


Santa María de la Antigua del Darién, la primera en tierra firme
americana, y nombró al franciscano Juan de Quevedo Villegas,
como su obispo.
Según se lee en el OPC, el 7 de diciembre de 1520 cambia el
nombre a Diócesis de Panamá y nombra al dominico Juan de
Peraza como obispo, hasta que el 29 de noviembre de 1925, el
papa Pío XI, la eleva a arquidiócesis con monseñor Guillermo
Rojas y Arrieta como primer arzobispo. En esa misma fecha
creó el Vicariato Apostólico del Darién y Colón.

Relación Iglesia – Estado

En Panamá se protege la libertad de religión y culto, "sin otra


limitación que el respeto a la moral cristiana y al orden
público", según se lee en la Constiitución, artículo 35.

Si bien "se reconoce que la religión católica es la de la mayoría


de los panameños" (artículo 35), y se enseña dicha religión en las
escuelas públicas (cf. artículo 107), pero no son obligatorias la
asistencia a clases sobre esta materia por pedido expreso de los
padres de familia..

El OPC afirma que "las relaciones en general son buenas,


aunque en algunos momentos existen enfrentamientos por temas
muy sensitivos como la justicia y defensa de la vida". Incluso
reconoce que en los momentos más difíciles "la Iglesia es tomada
en cuenta para ser puente entre los diversos grupos en
conflicto".
Por otro lado, reconoce que "la Iglesia siempre ha asumido su
papel de orientadora de nuestra sociedad y representa un
referente. De manera especial se realiza por medio de los
Comunicados y Exhortaciones y la cercanía

Una comunidad que sirve

La Iglesia panameña está organizada por una arquidiócesis


(Panamá), cinco diócesis (Santiago de Veraguas, Chitré, David,
Colón Kuna Yala y Penonomé), así como por una prelatura
(Bocas del Toro) y un vicariato apostólico que es el Darién.

En el caso de la Conferencia Episcopal Panameña, se organiza


de tal forma que puede atender los aspectos relacionados a la
doctrina de la fe, el ecumenismo, familia y juventud, vida
consagrada, catequesis, pastoral indígena y afroamericana,
entre otros.

Con cifras del OPC, se sabe que la labor evangelizadora en todo


el país se realiza en casi 200 parroquias, al frente de las cuales
están 210 presbíteros diocesanos y 190 presbíteros religiosos, y
60 diáconos permanentes. Participan de esta tarea 244 religiosos
y 446 religiosas. La Iglesia presta su servicio en la educación de
la niñez y juventud panameña con 139 instituciones educativas y
atiende en cerca de 50 obras de beneficencia a los más
necesitados.
Acciones prioritarias

Las diversas jurisdicciones eclesiásticas desarrollan su labor


pastoral en los niveles de "promoción humana y acción
evangelizadora", de tal forma que existen organismos de la
Iglesia Católica, explica el OPC, "que trabajan en el tema de
refugio y migración, realizando acciones de protección,
acompañamiento, incidencia política e integración local de estas
poblaciones"

Por otro lado, "facilitan un conocimiento más profundo y


sistemático de las orientaciones eclesiales que particularmente
los laicos han de asumir en el campo político, social y económico,
favoreciendo igualmente su correcta aplicación en las
circunstancias concretas (y promueven) los valores como la vida
y el fortalecimiento de la familia".

En el nivel evangelizador, el documento identifica el trabajo de


divulgación de la Palabra de Dios en las parroquias, "para que
sigan siendo punto de encuentro con Jesucristo Pan de Vida".

Se promueven también "programas de formación pastoral


juvenil y vocacional que deben estar acompañadas de una
responsable formación doctrinal y espiritual en los Seminarios".
Para sostener este trabajo, se cuenta con un periódico llamado
"Panorama Católico", así como con varias emisoras y cuatro
canales de televisión.

Santuarios marianos

Panamá cuenta con el Santuario Nacional del Inmaculado


Corazón de María, cuya construcción y actual administración
ha estado a cargo de los misioneros claretianos. La primera
piedra fue colocada el 22 de agosto de 1947 por monseñor
Francisco Beckmann CM, arzobispo de Panamá en ese entonces
y luego de dos años se completó la obra.

Es una edificación adaptada al estilo colonial español


prevaleciente, cuya fachada es engalanada con una estatua que
perpetua el momento solemne, donde aparece la Virgen María
siendo coronada como Reina del Mundo por el papa Pío XII,
quien consagró el mundo al Corazón de María en tres ocasiones
durante los años 1942 y 1943.

PARAGUAY
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia del
Paraguay, un país ubicado en la zona austral del continente
americano, con una extensión de 406.752 Km2, que acoge a
cerca de 6.608.137 pobladores, de los cuales el 89,6% serían
católicos.
Semillas de la misión

El OPC nos ofrece en su reseña histórica, que la evangelización


se inicia en el Paraguay con la llegada al Río de la Plata de
algunos clérigos y religiosos mercedarios, integrantes de la
expedición del Adelantado Pedro de Mendoza, en 1536. Al año
siguiente, dichos misioneros arriban a las tierras de los Carios
Guaraní, en compañía del capitán Juan de Salazar y Espinosa y
demás conquistadores, quienes, en la festividad de la Virgen de
la Asunción de 1537, fundan el Fuerte de Asunción, a orillas del
río Paraguay. Asunción fue la sede del Obispado del Río de La
Plata, creada por el papa Paulo III el 1 de julio de 1547, siendo
el franciscano Juan de los Barrios su primer obispo. Era
sufragánea del Arzobispado de Lima.

Los primeros jesuitas llegan al Paraguay en 1588, pero recién a


comienzos del siglo XVII se establecen formalmente en
Asunción. Tomás Fields, Simón Mascetta, Manuel Ortega, José
Cataldino y Marcial de Lorenzana figuran entre los primeros
misioneros dedicados a fundar reducciones de indios, primero
en el Guairá y más tarde en las márgenes del Paraná y Uruguay.
En 1609, en San Ignacio Guasú se organizó la primera misión o
reducción jesuítica, que fue seguida por otras más, las cuales
significaron un avance en la producción económica, la
organización social de los indígenas guaraníes, al retirarlos de la
Encomienda e integrarlos en una organización comunitaria que
recuperó valores propios y los integró con aportes de la cultura
europea.
En 1929 se crea la provincia eclesiástica del Paraguay, con la
Arquidiócesis de Asunción y las diócesis sufragáneas de
Villarrica del Espíritu Santo y Concepción-Chaco. Monseñor
Juan Sinforiano Bogarín fue su primer arzobispo.

Una comunidad que sirve

La Iglesia Católica en Paraguay cuenta con una Arquidiócesis


(Asunción), 11 Diócesis (Concepción, Villarrica, San Juan
Bautista de las Misiones, Caacupé, Coronel Oviedo, San Pedro
Apóstol, Carepaguá, Benjamin Aceval, Encarnación, Ciudad del
Este y San Lorenzo), 2 Vicariatos Apostólicos (Chaco Paraguayo
y Pilcomayo) y un Obispado Castrense.

Por su parte, la Conferencia Episcopal Paraguaya está


organizada en cuatro áreas y quince coordinaciones pastorales,
entre las que se pueden mencionar: Promoción Humana,
Pastoral Indígena, Familia, Vida y Cultura, Educación,
Diaconado Permanente, Pastoral Bíblica y Catequesis.

Relación Iglesia-Estado

En el OPC se lee que la Constitución Nacional establece que las


relaciones del Estado con la Iglesia Católica se basan en la
independencia, cooperación y autonomía (Art. 24). El Artículo
82 reconoce "...el protagonismo de la Iglesia Católica en la
formación histórica y cultural de la Nación".

La Constitución garantiza la libertad religiosa; el gobierno, por


lo general, ha respetado este derecho en la práctica. La
Constitución reconoce el papel histórico de la Iglesia Católica en
la vida pública, y los sacerdotes católicos a menudo invitados a
celebrar la Eucaristía en actos oficiales de gobierno.

Todas las organizaciones religiosas e iglesias deben registrarse


en el Ministerio del Interior (Ministerio de Educación,
Viceministerio de Culto.) El gobierno es laico. Existen escuelas
públicas y de filiación religiosa y los padres tienen la libertad de
enviar a sus hijos a la institución educativa de su preferencia sin
sanción o restricción alguna. El gobierno no impone currículo
religioso de ningún tipo.

En el caso de la enseñanza religiosa escolar, el OPC amplía que


en Paraguay, desde 1903, se eliminó del plan oficial de estudios
la enseñanza religiosa, durante el gobierno del Partido
Colorado. Actualmente, los establecimientos educativos católicos
y otros de gestión privada, tienen la posibilidad de incluir en sus
programas el área de Enseñanza Religiosa Escolar.

Presencia en la sociedad
El análisis del OPC deja ver que en medio de las difíciles
condiciones económicas y sociales, "la Iglesia ha atendido
campos diversos de la vida social, desde la educación y la salud
hasta la atención a los más pobres y marginados".

Este servicio socio-pastoral ha permitido que la Iglesia Católica


"goce de un buen nivel de aceptación y confiabilidad en la
opinión paraguaya, a pesar de las dificultades surgidas por el
anti-testimonio de algunos obispos, sacerdotes y laicos", reza el
Informe.

La Conferencia Episcopal se ha pronunciado en diversas


ocasiones frente a los problemas y situaciones que afectan al
pueblo paraguayo como la promoción y defensa de la vida y de
la dignidad humana (2007), el proyecto de ley sobre la juventud
(2007), la problemática de la tierra (2008), la emergencia
sanitaria (2008), y ha dado a conocer sus orientaciones
pastorales, que surgen de los valores del Evangelio y la Doctrina
Social de la Iglesia, animando a los católicos y personas de buena
voluntad, a construir una sociedad más justa, solidaria y
fraterna.

El OPC recuerda que sigue siendo muy actual el llamado de los


obispos del Paraguay, hecho en 1979, para “rehacer el tejido
moral” y social de la nación paraguaya. "Es necesario producir
cambios profundos en la matriz cultural del paraguayo, por
medio de la educación integral de los ciudadanos", puntualiza.

Agentes para la misión

Un arzobispo y doce obispos, incluyendo al obispo castrense y a


dos vicarios apostólicos, junto con más de 500 sacerdotes
atienden pastoralmente las comunidades católicas paraguayas.
Los religiosos y religiosas están organizados en la Conferencia
de Religiosos de Paraguay. Se suman a la labor evangelizadora
un buen número de laicos, organizados en movimientos
apostólicos y comunidades eclesiales.

El OPC destaca el gran número de centros de culto y capillas


que funcionan en el país "como una expresión del deseo de
atender a los fieles en lugares cercanos a su residencia, en
especial en el sector rural".

La Iglesia cuenta con una significativa presencia a través de los


medios de comunicación, ya sea en la prensa escrita como
revistas (Comunidad, Paraguay Misionero, Acción, Tupasy
María), periódicos (Cristo Hoy, El Observador Semanal ); así
como en las emisoras Radio María,Radio Caritas, La Voz de
Vianney, Radio San Roque y Radio Pa’i Puku, entre otras.

Modelos de santidad
Son varios los santos que reciben veneración en el país, a quienes
se les reconoce su entrega generosa en las misiones, que los llevó
a entregar su vida en el martirio.

Es por ello que el Paraguay cuenta con tres santos mártires


canonizados el mismo día por Juan Pablo II, es decir el 16 de
Mayo de 1988. Uno de ellos es san Roque González de Santa
Cruz, (1576-1628), jesuita, nacido en Asunción, fundador de
varias reducciones que murió mártir.

También comparten la gloria de los altares sus compañeros


Alonso Rodríguez Olmedo (1598-1628), mártir jesuita español,
destinado a las misiones en Paraguay, y Juan del Castillo
(nacido en 1595), de origen español, también misionero en
Paraguay, quien muere como mártir a mano de los nativos.

En la Carta que los Obispos paraguayos elaboraron con motivo


del Año sacerdotal, recuerdan a presbíteros diocesanos como los
padres Julio César Duarte Ortellado, cuya causa de
beatificación está en proceso; Juan Ayala Solís, Guillermo Díaz,
Juan Benítez Balmaceda, Agustín Blujaki, Vicente Valenzuela,
Victorino Torres Leiva y muchos otros presbíteros religiosos,
como Pedro Shaw, conocido como Pa´i Puku, que hablan de "la
fidelidad de Cristo y de la fidelidad del sacerdote".
Y una mujer paraguaya está camino a los altares. Se trata de la
venerable María Felicia de Jesús Sacramentado, conocida como
"Chitunga". Quien sería la primera santa paraguaya, fue una
religiosa profesa de la Orden de las Carmelitas Descalzas nacida
en la localidad de Villarrica del Espíritu Santo el 12 de enero de
1925, y muerta en olor de santidad en Asunción el 28 de abril de
1959.

Santuarios marianos

La devoción a la Madre de Dios ha llevado al pueblo paraguayo


a levantar varios santuarios en su honor, con el fin de venerarla
y encomendarle sus necesidades.

Entre los más conocidos están el de Nuestra Señora la Virgen de


los Milagros de Ca'acupé, el de la Virgen de Schoenstatt, el
Santuario Natural Nuestra Señora de Itapé y el de Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro, entre muchos otros que completan
la lista.

PUERTO RICO
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de El
Salvador, un país ubicado en la zona noroeste de
Centroamérica, con una extensión de 21.041 km2 que acoge a
cerca de 5.744.113 habitantes, de los cuales el 74% serían
católicos.
Semillas de la evangelización

El papa Gregorio XVI erigió la diócesis del Divino Salvador en


septiembre de 1842, como diócesis sufragánea de la
arquidiócesis de Guatemala y su primer obispo fue monseñor
Jorge de Viteri y Ungo.

El papa Pío X, el 11 de febrero de 1913, elevó a la diócesis de


San Salvador al rango de arquidiócesis y constituyó la Provincia
Eclesiástica del Divino Salvador con las diócesis sufragáneas de
Santa y San Miguel.

Relación Iglesia-Estado

El OPC explica que aún cuando constitucionalmente en el


Salvador se contempla la libertad de culto, la Iglesia Católica
posee un reconocimiento especial sobre las demás. El artículo 25
de la Constitución de El Salvador afirma: “Se garantiza el libre
ejercicio de todas las religiones, sin más límite que el trazado por
la moral y el orden público”.

Y en el artículo 26 queda claro que: “Se reconoce la


personalidad jurídica de la Iglesia Católica. Las demás Iglesias
podrán obtener, conforme a la ley, el reconocimiento de su
personalidad.”
Comunidad de servicio

La Iglesia católica en El Salvador está conformada por: la


arquidiócesis de San Salvador y las diócesis de Santa Ana, San
Miguel, San Vicente, Santiago de María, Sonsonate,
Zacatecoluca y Chalatenango; y por el Ordinariato Militar.

Un arzobispo, ocho obispos y tres obispos eméritos conforman la


Conferencia Episcopal de El Salvador, que está organizada
pastoralmente en tres áreas: Evangelización, Estructuras y
Promoción Humana. Según se lee en el OPC, cada área incluye
varios departamentos que atienden y animan la labor pastoral
de la Iglesia, en sus diferentes frentes de atención a las
necesidades del pueblo salvadoreño.

Para la atención del Pueblo de Dios, las cifras de 2005


reportaron 501 presbíteros diocesanos y 235 presbíteros
religiosos. En la vida consagrada se cuentan 1.625 religiosas
profesas y 71 religiosos. Se añade a esto que en todas las
jurisdicciones eclesiásticas funcionan diversos movimientos
apostólicos y comunidades que desarrollan labores de
evangelización de acuerdo con sus carismas.

Presencia en la sociedad
La Iglesia salvadoreña goza de aprecio y estima por parte de la
sociedad. Ante esto, el OPC destaca que "por el papel que ha
jugado en duros momentos de la vida política del país (y) sus
orientaciones en el periodo posterior a las negociaciones para la
paz y en los procesos electorales, (la Iglesia) ha contribuido a
restablecer un ambiente de diálogo y de búsqueda de soluciones
a los problemas sociales".

En la época de la guerra civil, narra el Informe, sufrió la muerte


de varios agentes de pastoral, sacerdotes y del arzobispo de San
Salvador, monseñor Óscar Romero.

Se lee también que el papel de la Pastoral Social–Caritas y sus


distintos programas "han prestado un servicio invaluable en
circunstancias difíciles, (por lo que es) altamente apreciado por
las comunidades".

Los departamentos eclesiales encargados de dinamizar los


proyectos y programas de promoción humana se inscriben
principalmente dentro de la pastoral indígena, familiar, juvenil,
de atención a migrantes en el exterior y social que incluye
Justicia y Paz, Movilidad Humana, la misma Cáritas y los
trabajadores sanitarios.

Caminos de santidad
En la Santa Sede avanza el proceso de canonización del
arzobispo de San Salvador entre los años 1977 y 1980, el hoy
siervo de Dios Óscar Arnulfo Romero y Galdámez.

El 24 de marzo de 1980, Romero --de 62 años, fue asesinado


cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina
Providencia en San Salvador. Allí residía por prudencia, debido
a las amenazas de muerte por su prédica en defensa de los
derechos humanos, y en contra de las hostilidades hacia la
Iglesia por parte del gobierno de turno.

Meses atrás y ya en el pontificado del papa Francisco, el


promotor de la causa, arzobispo Vicente Paglia, anunció que el
proceso iniciado en 1994 se había activado nuevamente.

Amor a María

Si bien la mayor parte de los templos en El Salvador están


dedicados a la Virgen María, hay dos en especial que es
importante mencionar como verdaderos santuarios marianos.

Uno es el de "Nuestra Señora de la Paz", situado en la ciudad de


San Miguel, en el oriente de la República, en donde se venera la
imagen que se coronó canónicamente el 21 de noviembre de
1921, y que fuera nombrada también Patrona Nacional de la
República de San Miguel por el papa Pablo VI en 1966.
Otro santuario muy visitado es el de Nuestra Señora de
Guadalupe, que está ubicado en La Ceiba, municipio de Antiguo
Cuscatlán en el área metropolitana de San Salvador. Fue allí en
La Ceiba de Guadalupe, como se le conoce hoy, que se erigió un
templo a la Virgen al cual acuden peregrinaciones de todo el
país.

Muy venerada en El Salvador, como en toda Centroamérica, se


ha convertido en una verdadera tradición desde hace
muchísimos años el celebrar el Día de los indios, como se le
llama a esta fiesta que tiene lugar el 11 y 12 de diciembre, la
víspera y el día en que se conmemora el aniversario de la
aparición de Nuestra Señora de Guadalupe a san Juan Diego.

Se lee en las informaciones on line, que son miles de personas las


que en esos dos días llegan a rendirle tributo a María Reina de
América. Llegan en carro, en bus, a pie y hasta en carretas
adornadas típicamente. Son días festivos de feria, comidas
típicas, mariachis y cohetes en honor a la Madre de Dios.

REPUBLICA DOMINICANA
En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de
Guatemala, un país ubicado en la zona noroeste de
Centroamérica, con una extensión de 108.889 km² que acoge a
cerca de 13.276.517 habitantes, de los cuales el 60% serían
católicos.
Orígenes de la evangelización

El 18 de diciembre de 1534, el papa Paulo III erigió la diócesis


de Santiago de Guatemala y nombró al licenciado Francisco
Marroquín como su primer obispo, el mismo que años atrás
había sido designado como Cura de la ciudad por fray Juan de
Zumárraga, obispo de México. En el OPC se lee también que fue
el papa Benedicto XIV quien creó el Arzobispado
Metropolitano, el 16 de diciembre de 1743, y nombró arzobispo
a fray Pedro Pardo de Figueroa, peruano. El 27 de julio de 1921,
Benedicto XV divide la Arquidiócesis y crea las diócesis de Los
Altos y el Vicariato Apostólico de Verapaz y Petén.

Comunidad que sirve

El OPC informa que la Iglesia católica guatemalteca está


organizada con dos arquidiócesis, diez diócesis, dos vicariatos
apostólicos, una prefectura y una prelatura personal. Son dos las
provincias eclesiásticas: Santiago de Guatemala con las diócesis
sufragáneas de La Verapaz, Zacapa, Jalapa, Escuintla y Santa
Rosa de Lima, que además incluye los vicariatos apostólicos de
Petén e Izabal y la prelatura de Esquipulas. La Provincia de Los
Altos está conformada con la arquidiócesis de Los Altos–
Quetzaltenango–Totonicapán y las diócesis sufragáneas de
Suchitepéquez-Retalhuleu, Sololá-Chimaltenango, San Marcos,
Quiché y Huehuetenango.
Para cumplir con esta tarea, la Iglesia de Guatemala cuenta con
dos arzobispos, diez obispos titulares, dos obispos auxiliares y
cinco obispos eméritos conforman el episcopado guatemalteco.
Existen 404 parroquias y participan en la labor evangelizadora
508 sacerdotes diocesanos, 484 sacerdotes religiosos, 2.743
religiosas y 181 religiosos. El OPC ilustra también que
numerosos laicos catequistas ayudan en la evangelización y
muchos más en los diversos frentes de la pastoral, ya sea a través
de los movimientos apostólicos o las comunidades eclesiales.
Cerca de 5.700 Ministros extraordinarios de la Eucaristía
colaboran en las parroquias, tanto urbanas como rurales.

La Conferencia Episcopal de Guatemala está organizada en 17


comisiones que atienden los diversos campos pastorales bajo las
orientaciones de la Asamblea, el Comité Permanente y se guían
por el Plan Global 2008–2016.

Relación Iglesia-Estado

En el OPC se lee que el Concordato entre la Santa Sede y el


Gobierno de Guatemala fue firmado en 1852, "luego de arduas y
difíciles negociaciones".

Asimismo explica que "la Iglesia católica goza de libertad de


expresión y respeto por parte del Gobierno en los puntos en que
hay diversidad de opiniones, lo que permite una adecuada
acción de la Iglesia en lo pastoral y la elaboración de propuestas
para la solución de los problemas que aquejan a la sociedad,
como es el caso de la violencia generalizada que afecta al país".

Entre el Estado y la Iglesia existe colaboración subsidiaria en


programas sociales, que adelanta el Gobierno a favor de los más
pobres.

Presencia en la sociedad

Si bien anteriormente --recoge el Informe--, la Iglesia Católica


era el único interlocutor con la sociedad así como con el
Gobierno, "hoy se habla de consulta 'a las Iglesias', dentro de las
cuales está también la Iglesia Católica".

Según el OPC, esto responde a que las iglesias de corte


protestante así como los nuevos movimientos religiosos presentes
en el país "han ido gestando su propio puesto en medio de la
sociedad guatemalteca".

"Sin embargo --continúa, la Iglesia Católica es vista como una


institución que goza de un profundo prestigio ante los demás,
especialmente por la labor que ha desarrollado en cuanto a
preservar los valores humanos y cristianos así como en la
defensa de los más débiles".
Entre las demás actividades de la Conferencia Episcopal, el OPC
informa que "se viene trabajando intensamente en temas como
el de la minería de metales a cielo abierto, dadas las terribles
consecuencias que la misma genera en el medio ambiente, el del
desarrollo rural para lograr una paz estable y duradera, el tema
agrario en general así como la solución de conflictos en este
campo en particular, la atención de los migrantes, entre otros".

Se resalta en el Informe que en el mundo de la educación, la


Iglesia Católica ha estado presente tanto a nivel de colegios, sean
parroquiales o propiedad de diversas congregaciones religiosas,
como también a nivel universitario. La Universidad Landívar de
los padres jesuitas, la Universidad Mesoamericana de los padres
salesianos y la del Istmo, del Opus Dei, inciden en la formación
humana y cristiana de los futuros profesionales.

Por otro lado, se explica que el papel de la Iglesia Católica a


través de los medios de comunicación social, "ha crecido su
influencia con los años, aunque todavía no es suficiente: la
mayor parte de las diócesis de Guatemala integran una cadena
radial que les permite, prácticamente, cubrir el territorio
nacional; algunas diócesis cuentan también con canales de cable
y algunos obispos y sacerdotes colaboran con diversos medios de
comunicación social escritos y de amplia difusión".

Agentes de paz y reconciliación


Como un punto a destacar del OPC, está el hecho de que en los
así llamados “años de la violencia en Guatemala”, los años
ochenta, "la Conferencia Episcopal de Guatemala asumió
unánimemente el compromiso de luchar por la paz y comisionó
al entonces obispo de Zacapa, monseñor Rodolfo Quezada
Toruño, para que interviniera directamente en las pláticas y
encuentros preparatorios para la firma de la paz, los cuales
duraron varios años de intenso trabajo".

El Informe menciona a monseñor Juan Gerardi Conedera,


--asesinado en abril de 1988, a los dos días siguientes de la
entrega de un informe sobre los derechos humanos en el país--,
"quien en su tarea de devolver a los guatemaltecos la memoria
histórica de los años de violencia, (tomó) muy en cuenta a
aquellos que sufrieron tal violencia en carne propia o en sus
familiares cercanos, involucrando en esa enorme labor a todos
los obispos".

Frutos de santidad

En la devoción del pueblo guatemalteco está el humilde


«Hermano Pedro», quien fue un religioso terciario franciscano y
misionero español, fundador de la Orden de los Betlemitas.
Este gran apóstol de América central nació en Vilaflor, Tenerife,
Islas Canarias, España el 21 de marzo de 1626 y muere en la
Ciudad de Santiago de los Caballeros, Guatemala, el 25 de abril
de 1667 debido a una bronconeumonía que atacó a su organismo
debilitado por las mortificaciones y los ayunos.

Isabel Orellana cuenta que uno de sus biógrafos lo ha calificado


«sabio en misericordia». Juan Pablo II lo beatificó el 22 de junio
de 1980, y lo canonizó el 30 de julio de 2002. Es el patrono de
Guatemala, de las Islas Canarias, de América central, de los
catequistas de Guatemala y de los que no tienen hogar.

Santuarios de fe

Entre los lugares de culto más importantes del país está el


Santuario del Señor de Esquipulas. Este hermoso templo de
estilo barroco alberga la imagen del Señor de Esquipulas, que
toma su nombre del municipio de Esquipulas, situado en la
parte sur-oriental del departamento de Chiquimula, que a la vez
recoge voces originarias indígenas que significarían "paraje o
lugar donde abundan las flores".

Cuenta la historia que en el año 1594, en una época próspera


para los agricultores del lugar, estos decidieron mandar a
esculpir una imagen de Jesús Crucificado de quien tanto les
habían hablado sus evangelizadores.
Con el paso de los años las peregrinaciones o “romerías” al
Señor de Esquipulas fueron creciendo en número y la pequeña
ermita no atender más las necesidades de los peregrinos. Fue
monseñor Pedro Pardo de Figueroa, quien luego de su
nombramiento como obispo de Guatemala decidió mandar a
construir un templo más grande. El día sábado 6 de enero 1759
se efectuó el traslado de la imagen del Señor de Esquipulas a su
nuevo Templo, que hoy abre sus puertas ininterrumpidamente a
los peregrinos que se cuentan en cerca de cuatro millones y
medio al año.

Otros lugares de devoción importantes son el Santuario


Nacional Expiatorio del Corazón de Jesús, el Santuario de
Guadalupe y la Iglesia de San Francisco el Grande en la Antigua
Guatemala, que alberga los restos del Hermano Pedro de San
José Betancur o conocido como «San José de Betancourt», entre
otros.

URUGUAY
En esta oportunidad, nos acercamos un poco más a la realidad,
desafíos y compromisos de la Iglesia del Uruguay.

Los artículos ofrecidos toman como base el Observatorio


Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano - Celam
(OPC), que en un esfuerzo loable viene poniendo “el lente” sobre
los desafíos y potencialidades del también conocido “Continente
de la esperanza y de la Caridad”.
Raíces del cristianismo en el Uruguay

La llegada de católicos españoles y portugueses marca el inicio


de la presencia de la Iglesia en la llamada "Banda Oriental".
Según relata el OPC, fue a comienzos del siglo XVII cuando los
jesuitas, bajo la dirección del hoy santo Roque González de
Santacruz, superior de las misiones del Uruguay, crearon varias
reducciones en el área cercana al río Uruguay.

El 14 de agosto de 1832 se crea el Vicariato Apostólico de


Montevideo. El papa León XIII el 13 de julio de 1878 erige la
diócesis y el 19 de abril de 1897, la convierte en arquidiócesis
con las sufragáneas de Salto y Melo. Dámaso Antonio Larrañaga
fue el primer vicario apostólico y monseñor Jacinto Vera, el
primer obispo, quien desarrolló una intensa labor en favor de la
naciente Iglesia.

Organización actual

La Iglesia católica en Uruguay está conformada por una


arquidiócesis que es Montevideo, y por nueve diócesis
(Canelones, Florida, Maldonado, Melo, Mercedes, Minas, Salto,
San José y Tacuarembó), con las que se cubren los 19
departamentos del territorio uruguayo.
Es así que el arzobispo de Montevideo, los nueve obispos y un
obispo auxiliar conforman la Conferencia Episcopal del
Uruguay, que cuenta con diversas dependencias para atender los
asuntos pastorales, como son Promoción Humana, Palabra de
Dios, Laicos, entre otros.

Relación Iglesia-Estado

Según el reporte del OPC, la separación Iglesia–Estado se


estableció en la Constitución de 1919, que declaró al Estado
como laico y favoreció la tolerancia hacia todos los cultos. El
Estado reconoce a la Iglesia el dominio de todos los templos
construidos con apoyo del erario nacional y todos los templos
consagrados al culto de las diversas religiones están exentos del
pago de impuestos.

Con el actual presidente de la República --precisa el OPC--, “las


relaciones entre Iglesia-Estado han sido de respeto y de mutua
colaboración, y el gobierno ha sido respetuoso con las diferentes
denominaciones religiosas existentes en Uruguay, incluida la
Iglesia católica”.

Un punto signicativo fue saber que la posición del anterior


presidente Tabaré Vásquez, médico oncólogo, a favor de la vida,
llevó a que este se opusiera a la despenalización del aborto, aún
en contra de su propio partido. Por esta razón pidió en
noviembre de 2008 la desafiliación del Partido Socialista, luego
de que en su último Congreso se rechazara el veto presidencial a
la Ley de Salud Sexual y Reproductiva que despenalizaba el
aborto.

El OPC observa que esto ha fortalecido la posición de las


personas y de las organizaciones defensoras de la vida y de los
derechos humanos, quienes han tenido que enfrentar con el
actual gobierno, la aprobación de la ley a favor del aborto y de
los enlaces de parejas del mismo sexo.

Sociedad y educación

A nivel educativo, y a pesar de que en Uruguay la formación


religiosa comenzó como experiencia única de enseñanza en todos
los niveles, a partir de la “reforma valeriana” (de Pedro José
Valera) se introduce una educación laica, o más bien, “laicista”.

De este modo, en el OPC se lee también que la Iglesia aprendió a


actuar en un medio social en el cual predomina el pluralismo
religioso y “son significativas las obras sociales que mantiene la
Iglesia en Uruguay, especialmente en el campo de la educación”.

Fue así que en el año 1984 la Conferencia Episcopal funda la


Universidad Católica del Uruguay, y desarrolla una importante
labor en el campo de la educación, a través de las 399
instituciones educativas atendidas principalmente por institutos
religiosos masculinos y femeninos.

Comunidad que sirve

Las estadísiticas ofrecidas por el OPC hablan de que la Iglesia


realiza su labor pastoral con el compromiso de 223 presbíteros
diocesanos y 250 religiosos; son 86 los diáconos permanentes,
quien con 376 religiosos no presbíteros y 943 religiosas, trabajan
con los diversos movimientos laicales de apostolado presentes a
lo largo y ancho del territorio.

La Iglesia presta servicios a través de 256 obras sociales a favor


de los más pobres y excluidos, tanto en las áreas urbanas como
rurales.

Para la evangelización, la Iglesia uruguaya cuenta con el apoyo


de una red católica de radio y televisión (CRTN) y varias
emisoras de radio en AM y FM.

Desafíos pastorales

Junto a estos aspectos positivos, el OPC añade “la vitalidad de la


fe de las comunidades en un contexto secularizado y
religiosamente plural, donde se reconoce su opción por los
pobres, necesitados, excluidos, y su presencia en barrios
populares y zonas rurales”.

Sin embargo aún hay temas por atender con urgencia, como son
“la preocupante presencia de (nuevas) propuestas religiosas o la
búsqueda religiosa individualista que selecciona a gusto
elementos de diversas vertientes y se distancia de las religiones
históricas”.

También preocupa “el envejecimiento de las comunidades y


agentes pastorales; la falta de imaginación, audacia y
creatividad para promover la participación, sobre todo en las
celebraciones litúrgicas, y la presencia de una pastoral de
mantenimiento más que misionera”, entre otros desafíos.

En otra parte del informe del OPC, se subraya “la preocupación


por las comunidades rurales, por lo que se ha iniciado una
investigación sobre la realidad de los sectores campesinos”.

Se lee que la Conferencia Episcopal Uruguaya ha hecho un


llamado a los legisladores “para que se promuevan medidas
eficaces y apropiadas, orientadas a la defensa de los derechos de
las personas con capacidades diferentes”.

Instan también a seguir avanzando en normativas legales “que


regulen la situación laboral de la mujer embarazada, la difícil
situación que viven quienes por razones de edad son excluidos en
las propuestas de inserción y reinserción laboral, y todo lo
referido a los trabajadores rurales, al servicio doméstico y en el
creciente reconocimiento del trabajo de las amas de casa”.

Frutos de santidad

Los uruguayos veneran a las beatas Dolores y Consuelo Aguiar-


Mella Díaz. Estas hermanas fueron dos jóvenes laicas uruguayas
nacidas en Montevideo en 1897 y 1898 respectivamente, y
asesinadas por "odio a la fe" en Madrid el 19 de setiembre de
1936 junto a la religiosa escolapia María de la Iglesia. Las dos
laicas fueron declaradas mártires por Juan Pablo II el 28 de
junio de 1999.

También ha sido elevada a los altares la beata María Francisca


Rubatto, religiosa italiana nacida en 1844, quien fundara la
Congregación “Terciarias Capuchinas de Loano”. Más
conocidas como “Hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto”,
es una congregación que se dedica a la educación y a la
promoción humana de los más pobres y está presente en Italia,
Uruguay, Argentina, Brasil, Perú y Africa Oriental.

María Francisca, quien siguió la ruta de los emigrantes hacia


América en 1894, recorrió Uruguay, Argentina, y el noreste de
Brasil. Murió en olor de santidad en 1904 en Montevideo y el
papa Juan Pablo II la declaró beata en octubre de 1993. Su
fiesta se celebra el 6 de agosto.

Son dos los siervos de Dios que siguen su proceso hacia la


beatificación. Se trata del primer obispo uruguayo, monseñor
Jacinto Vera (1813-1881), evangelizador incansable y
reorganizador de la Iglesia uruguaya tras las luchas
independentistas.

Y el otro es el joven laico Walter Elías Chango Rondeau, nacido


en 1921 en Montevideo y fallecido a los 17 años de edad.
Conocido como “el apóstol de la Eucaristía”, a pesar de su
temprana desaparición dejó muestras claras de una filial
devoción a María, responsabilidad con el trabajo y un profundo
amor por los pobres y enfermos.

Santuarios de piedad

Algunos de los lugares adonde los uruguayos llegan en


peregrinación para venerar a la Madre de Dios son los
santuarios de la Virgen de los Treinta y Tres, la Gruta de
Lourdes en Montevideo y de la Virgen de Verdún en Minas.

El más famoso es el de la Virgen de los Treinta y Tres, patrona


del Uruguay, que alberga una talla mariana de madera del siglo
XVIII. Frente a esta los patriotas, en número de treinta y tres,
celebraron en 1825 el Congreso de la Florida, con lo que sellaron
la independencia del país.

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