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“Cada domingo del señor reunidos para partir el pan y dad gracias, confesando antes
vuestros pecados para que sea puro vuestro sacrificio” Didaché, cap 14.
para la oración.
• Del capítulo 11 al 15: normas disciplinares para regular los ministerios apostólicos.
Las obligaciones respecto de la jerarquía, apóstoles y predicadores. Criterios para
reconocer a los verdaderos de los falsos apóstoles y profetas itinerantes. Los
deberes de la verdadera caridad. el sentido universal de la iglesia. la iglesia es una y
santa. Hay que dar diezmo.
• El capítulo 16: A modo de conclusión, en que aborda la venida del Señor (la parusía),
las señales del fin del mundo y deberes del cristiano que se derivan de ella
(vigilancia).
Estas obras son: epístola a los corintios, la segunda epístola a los Corintios, cartas a las
vírgenes, pseudo clementinas.
Estructura
“Por tanto, podríamos decir que esta carta constituye un primer ejercicio del primado
romano después de la muerte de San Pedro. La carta de san Clemente retoma algunos
temas muy queridos por San Pablo, que había escrito dos grandes cartas a los corintios,
en particular, la dialéctica teológica, perennemente actual, entre el indicativo de la
salvación y el imperativo del compromiso moral. Ante todo está la buena nueva de la
gracia que salva. El señor nos previene y nos da el perdón, nos da su amor, la gracia de
ser cristianos, hermanos y hermanas suyos. Es una buena nueva que llena de alegría
nuestra vida y que da seguridad a nuestro actuar: el Señor nos previene siempre con su
bondad, y la bondad del Señor es siempre más grande que todos nuestros pecados”
audiencia general 7-II-2007
Vida
obras
Apresado en Antioquía para ser llevado al martirio en
“No os hagáis ilusiones,
Roma. Pasa por algunas comunidades cristianas del
hermanos míos. Los que
Asia menor (Éfeso, Tralia y Magnesia) que le
corrompen una familia no
manifiestan su cariño y respeto. Al llegar a Esmirna
heredarán el Reino de Dios”.
escribe cartas a esas comunidades para agradecer
Ignacio de Antioquia, carta a los
sus atenciones. Les pide obediencia a los pastores y
efesios, 16.
les advierte contra las doctrinas heréticas. También
en Esmirna escribe su carta a los Romanos para pedirles que no impidan su muerte, pues
desea ardientemente unirse a Cristo.
Ignacio continúa su viaje y en Troade escribe a la iglesia de Esmirna, a la de Filadelfia y a
Policarpo, obispo de Esmirna. El tema de las epístolas es parecido al de las anteriores,
escritas desde Esmirna. En la dirigida a Policarpo le da consejos para ejercer su función
episcopal.
Las Siete Cartas
Ellas nos dan a conocer las condiciones internas de las primitivas comunidades cristianas,
nos permiten penetrar en el corazón del obispo mártir y aspirar su profundo entusiasmo
religioso. Su lenguaje es fogoso y profundamente original, sin cuidar el estilo acostumbrado.
Su alma se manifiesta llena de celo y ardor, propio de un hombre que es llevado al martirio
por amor a Cristo y que desea comunicar de alguna manera sus elevados sentimientos a sus
lectores. El martirio es el momento en que llegará a ser verdaderamente discípulo de Cristo
Toda la vida cristiana tiene como fin la unión con Cristo mediante la imitación de su vida.
Es notable su preocupación por la unidad de las iglesias en torno a sus pastores.
San Ignacio bebe de la tradición paulina y joánica (Juan hacia pocos años que había escrito
su Evangelio en Éfeso), y la pone de manifiesto en sus cartas: la vida en Cristo es el centro
de su argumentación. Policarpo e Ireneo tomarán todo este rico depósito y la trasmitirán a
la posteridad.
Desde Esmirna: Éfeso, Magnesia, Tralia, Roma.
Desde Troade: Filadelfia, Esmirna, Policarpo.
Teología
Constitución jerárquica de la Iglesia: Aparece clara la “Seguid todos al obispo como
jerarquía en la Iglesia, formada por el obispo (que Jesucristo (sigue) a su Padre, y al
preside y representa a Cristo), los ancianos presbítero como a los apóstoles;
(representan el colegio de los Apóstoles) y los en cuanto a los diáconos,
diáconos ("para mí dulcísimos", a quienes esta respetadlos como a la ley de
encomendado el ministerio de Jesucristo). Dios. Que nadie haga al margen
Exhorta a la unidad con el obispo como único modo del obispo nada en lo que atañe
de permanecer fieles a Cristo. a la iglesia”. San Ignacio de
Antioquia, epístola a los de
El obispo ha de presidir toda la vida litúrgica y, en Esmirna, 8, 1.
general, a la Iglesia. Nada se puede hacer sin él.
Primado de Roma: escribe con sumisión, explica que está "puesta a la cabeza de la caridad".
Es el primer escritor no romano, que conocemos, que reconoció el primado de Roma ("a la
iglesia que alcanzó misericordia (...), la que es amada y está iluminada (...), que preside en
la capital del territorio de los romanos ("etis kai prokathetai en topo jorion Romaion"), digna
de Dios, digna de todo decoro, digna de bienaventuranza (...), puesta a la cabeza de la
caridad ("prokathemene tes agapes"). S. Ignacio utiliza claramente la palabra "presidir"
indicando autoridad, vigilancia. Por otra parte, parece ser (Funk) que "ágapes" se utiliza
como referido a la Iglesia universal (Roma preside sobre el vínculo de caridad, es decir,
sobre la Iglesia universal), o, al menos (Thiele) indicando que Roma preside en la caridad,
es decir, en la vida sobrenatural y en las cosas esenciales de la vida cristiana de todas las
iglesias.
S. Ignacio no exhorta a los romanos a la unidad ni a la concordia. No se atreve a dar órdenes
a la comunidad de Roma, y es testigo de la estancia de Pedro y Pablo en esa ciudad: "no os
doy mandato como Pedro y Pablo".
Se habla por primera vez de la Iglesia "católica" universal, no tanto en el sentido de
contraponer Iglesia particular (del obispo) a Iglesia universal (de Cristo), sino en el sentido
de la plena realización escatológica a la que la Iglesia debe tender.
La Eucaristía es el "lugar del Sacrificio"; se habla de la "carne de nuestro Señor Jesucristo".
Es el sacramento de la unidad, porque une a todos los fieles alrededor de Cristo, de su carne
y de su sangre.
Su idea central es la existencia de una voluntad salvífica (economía) de Dios, que se ha
llevado a cabo en Cristo, nuestro Maestro.
Cristología: Siguiendo la teología de S. Pablo y la Estáis firmemente convencidos
de S. Juan manifiesta claramente su fe en la doble acerca de que nuestro Señor es
naturaleza de Cristo: divina y humana, y ataca el verdaderamente de la raza de David
docetismo (los docetas no formaron sectas según la carne, Hijo de Dios según la
independientes sino hasta a mediados del siglo II) voluntad y el poder de Dios, nacido
que negaba la naturaleza humana y verdaderamente de una Virgen…Fue
especialmente el sufrimiento de Cristo. Decían verdaderamente clavado por
que Cristo sólo sufrió en apariencia (dokesis = nosotros en su carne bajo poncio
apariencia), pues consideraban la carne como Pilato… Padeció verdaderamente
algo malo (la mayoría de los gnósticos profesaron como también resucitó
el docetismo). Niegan la Eucaristía (la carne de verdaderamente”. San Ignacio de
Cristo) y la oración. Textos en que se apoyan los Antioquía, Epístola a los de Esmirna,
docetas: Lc. 4,30 (Jesús pasó por en medio...) y Lc 1.
24,31 (desaparece en Emaús). Textos anti
docetas: 1 Jn. 4,2 (Cristo vino en carne).
Afirma claramente la presencia real de la carne y sangre de Cristo en la Eucaristía y su
realidad sacrificial ("Thysia" = sacrificio). Llama a la Iglesia el "lugar del sacrificio".
Sigue la doctrina paulina del matrimonio (que representa la alianza entre Cristo y la Iglesia)
y la virginidad (que la recomienda).
Misticismo de San Ignacio
Ignacio parte de la repetidamente mencionada unidad entre Dios y Cristo para hablar
también de la unidad entre el cristiano y Cristo. Sobre el tema de la unidad del cristiano con
Cristo se desarrolla el misticismo de Ignacio.
De la idea paulina de "unión" con Cristo y de la idea joánica de "vida" en Cristo, surge el
ideal ignaciano: imitación de Cristo:
Imitación de Cristo: es el camino para unirse a Cristo y vivir su vida. Especialmente hay que
imitar la pasión y muerte del Señor: "Permitidme ser imitador de la pasión de mi Dios" (Rom
6,3).
El martirio es la perfecta imitación de Cristo: "No he llegado todavía a la perfección en
Jesucristo. Ahora, en efecto, estoy empezando a ser discípulo suyo" (Eph 3,1). "Dejadme
contemplar la luz pura. Llegado allí, seré de verdad hombre" (Rom 6,2). "Estar cerca de la
espada es estar cerca de Dios, y encontrarse en medio de las fieras es encontrarse en medio
de Dios. Lo único que hace falta es que ello sea en nombre de Jesucristo" (Smyrn 4,2).
Inhabitación de Cristo en el alma: "Él mora en nosotros" (Eph 15,3). Para "ser en Cristo",
para "encontrarse en Cristo" cada cristiano ha de unirse personalmente a Cristo, pero a
través de la vida litúrgica, presidida por el representante de Cristo, el obispo. La vida
espiritual y mística de S. Ignacio se inspiran en los símbolos y expresiones del culto y la
liturgia.
Las cartas de Ignacio son el primer testimonio de la conjunción y consolidación de la triple
jerarquía: episcopado monárquico, presbiterado y diaconado.
Ningún Padre de la Iglesia expreso con la intensidad de san Ignacio el deseo de unión con
Cristo y de vida en él. Por eso hemos leído el pasaje evangélico de la vid que, según el
Evangelio de san Juan, es Jesús. En realidad, confluyen en san Ignacio dos corrientes
espirituales: la de san pablo, orientada totalmente a la unión con Cristo, y la de san Juan,
concentrada en la vida en El. A su vez, estas dos corrientes desembocan en la imitación
de Cristo, al que san Ignacio proclama muchas veces como “mi Dios “o “nuestro Dios”…
como se puede ver, san Ignacio es verdaderamente el “doctor de la unidad”: unidad de
Dios y unidad de Cristo (a pesar de las diversas herejías que ya comenzaban a circular y
separaban en Cristo la naturaleza humana y la divina), unidad de la Iglesia, unidad de los
fieles “en la fe y en la caridad, a la que nada se puede anteponer”. Carta a los cristianos
de Esmirna, VI, 1. Catequesis Benedicto XVI.
4. Policarpo de Esmirna
Vida
Discípulo del apóstol Juan y nombrado obispo por los apóstoles en el año 100. Ignacio de
Antioquia le dirigió una de sus cartas, siendo el primer obispo joven de Esmirna. Murió
mártir hacia el año 156 en Esmirna, a la edad de 86 años. De gran prestigio, fuerte
personalidad e implacable valor para defender la fe cristiana, esto expresado en esta frase
cuando declara ante el procónsul Decio Cuadrato “Declara que el Cesar es el Señor”.
Policarpo respondió “Yo solo reconozco como mi Señor a Jesucristo, el Hijo de Dios… 86
años llevo sirviendo a Jesucristo y él nunca me ha fallado en nada ¿Cómo le voy a fallar
ahora? Yo seré siempre amigo de Cristo”.
Su martirio probablemente sería el 23 de “Nosotros adoramos a Cristo que es el
febrero de 155. La crónica de su martirio fue Hijo de Dios: en cuanto a los mártires,
escita por un testigo ocular. En ella da cuenta los amamos como discípulos
de la personalidad, fe y fortaleza de Policarpo. imitadores del Señor, y es justo, a
Al mismo tiempo pone de manifiesto el culto causa de su devoción incomparable
que se le da a los mártires por ser imitadores y hacia su rey maestro; que podamos
amigos de Cristo a diferencia del culto a nosotros, ser sus compañeros y sus
Jesucristo por ser Dios. Esta obra consta de 22 condiscípulos”. Acta del martirio de
capítulos, en estos se da un paralelismo entre san Policarpo, 17.
la muerte de Cristo y la del mártir.
5. PAPIAS DE HIERÁPOLIS
Obispo de Hierápolis, en Asia menor. Tuvo contacto con el apóstol san Juan y compañero
de Policarpo.
En torno al año 130 escribió su obra explicaciones a las sentencias del Señor, obra
importante para conocer la Tradición oral de los discípulos de los apóstoles y quizá no se
encuentra en otro escrito. Solo se conocen algunos fragmentos de esta obra. Aporta datos
sobre la composición de los evangelios de san Mateo y Marcos. Se destaca que la colección
de sentencias no ha sido tomada solo de los evangelios, sino de la tradición oral. Según
estos testimonios el Evangelio de Marcos lo escribió Marcos recogiendo las enseñanzas de
san pedro.
La razón de que no nos haya llegado la obra completa es la mala opinión que tiene de él
Eusebio “varón de mediocre inteligencia”, porque defendió el milenarismo y por mostrar
poco sentido crítico en la selección e interpretación de sus fuentes.
“Marcos, que fue el intérprete de Pedro, puso puntualmente por escrito, aunque no con
orden cuántas cosas recordó referentes a los dichos y a los hechos del Señor. Porque ni
había oído al señor ni le había seguido, sino que más tarde, como dije, siguió a Pedro
quien daba sus instrucciones según las necesidades, pero no como quien compone una
ordenación de las sentencias del Señor. De suerte que en nada faltó Marcos poniendo
por escrito algunas de aquellas cosas tal como las recordaba. Porque en una sola cosa
puso su cuidado: en no omitir nada de lo que había oído o mentir absolutamente en
ellas”. Eusebio, Hist. Eccl. 3, 39, 15-16: Quasten, pág. 92.
En los primeros años del cristianismo eran común tener una gran estima por los personajes
reportados en la revelación neotestamentaria; por tal motivo, la epístola que toma el
nombre de Bernabé es una atribución literaria, de parte de la tradición cristiana, al
compañero de misiones de Pablo.
Es la primera síntesis doctrinal de la teología paulina, presentándose como un breve tratado
de apologético-catequético bajo la forma de epístola. La critica actual excluye a Bernabé
como el autor.
Se data su composición “Porque de no haber venido en carne, tampoco hubiesen
hacia el año 117-138. No los hombres podido salvarse mirándole a él, como quiera
tiene un orden sistemático, que mirando al sol, que al cabo está destinado a no ser,
sobre salen temas valiosos como obra que es de esos manos, no son capaces de fijar
como la preexistencia de los ojos en sus rayos… El Hijo de Dios vino en carne a fin
Cristo, explicada con la de que llegara a su colmo la consumación de los pecados
parábola del sol, para de quienes persiguieron de muerte a sus profetas. luego
explicar la emanación y la para este fin sufrió”. Quasten. Pág. 95.
encarnación.
Hay una explicación bautismal que supone la Habiéndonos renovado por el perdón de
filiación divina en el acto sacramental, que nuestros pecados, hizo de nosotros una
imprime en el alma la imagen y semejanza de forma nueva, hasta el punto de tener un
Dios, afirmando que el bautismo transforma a arma de niño, como de veras nos ha
las criaturas en templos del Espíritu Santo. plasmado él de nuevo.
7. EL PASTOR DE HERMAS.
Vida y obra
Hermas es hermano del papa Pío I (154), liberto de origen greco-judío que fue a vivir a
Roma. Hombre serio, piadoso y buen cristiano, que se mantuvo firme durante la
persecución.
Pertenece al grupo del apocalipsis apócrifo cristiano. Es el mejor documento que nos
proporciona información sobre la vida de la comunidad cristiana durante la primera mitad
del siglo II.
“Yo le dije: Señor, estos mandamientos son magníficos, hermosos y gloriosos, y pueden
alegrar el corazón de un hombre que sea capaz de guardarlos. Lo que yo no se es si estos
mandamientos pueden ser guardados por hombre alguno, pues son duros en demasía. Y
me respondió diciendo: si tu te pones a ti mismo delante que estos mandamientos
puedan ser guardados, los guardaras con poco trabajo y no serán duros; pero si ya se te
están subiendo al corazón la idea de que no hay hombre que pueda guardarlos, no los
guardaras. Lo que te digo es: si no los guardares, sino que los descuidares, no tendrás
salvación posible ni tú, ni tus hijos, ni tu familia”. El pastor, 12.
Doctrina
Hay que leer el "Pastor" valorando más la exposición moral que la teológica, que tiene
imprecisiones.
Penitencia: es el punto central; toda la carta es una exhortación a la penitencia, enfoca este
tema desde un punto de vista pastoral, no dogmático. La penitencia es el medio de salvación
de los pecadores; habla del bautismo y de la posibilidad de una segunda penitencia, y a los
caídos por primera vez se les decía que la penitencia después del bautismo sólo podía
recibirse una vez en la vida. Hermas anuncia la posibilidad de penitencia una sola vez a plazo
fijo, con vistas a la parusía. Duda si podrá perdonarse el pecado de apostasía.
Cristología: tema presentado confusamente; Cristo aparece como servidor, pero a veces sin
resaltar debidamente su poder divino. Aparentemente Hermas presenta una cristología
subordinacionista y adopcionista, además de un binitarismo (identifica el Hijo con el Espíritu
Santo) no deja en claro si fu el Verbo o el Espíritu Santo quien se encarnó.
Iglesia: es presentada como necesaria para la salvación; es representada como una torre
edificada —y haciendo una sola cosa— sobre la roca, que es Cristo. Se mencionan los
diversos grados de la jerarquía, pero sin resaltar especialmente el episcopado monárquico,
probablemente porque Hermas era hermano de Pío I y porque ve un peligro claro en la
ambición de poder que había en aquella época en Roma. Presenta varias imágenes de la
Iglesia: la Iglesia preexistente, la presente y la escatológica, una visión sincrónica de la
Iglesia y una diacrónica, etc.
Bautismo: es absolutamente necesario para la salvación. Aparece simbólicamente en la
edificación de la torre que se encuentra construida sobre el agua. Se entra en ella por el
bautismo, autentico sello.
Doctrina moral: distingue entre mandato y consejo; señala casos prácticos; habla de las
siete virtudes fundamentales para la vida cristiana como de siete mujeres: sencillez, la fe,
continencia, ciencia, inocencia, reverencia, caridad (esto influyo en el arte cristiano);
menciona a los ángeles y a los demonios; matrimonio, permite las segundas nupcias. fustiga
principalmente el afán mundano de riqueza y la ambición de honores.