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Iglesias cristianas). Está considerado entre los sacramentos de iniciación cristiana siendo recibido
en tercer lugar (tras el bautismo y la eucaristía), sacramento por el que las personas bautizadas se
administraba de forma sacramental e inmediata después del bautismo y ésta sigue siendo la
costumbre en la Iglesia ortodoxa. En la Iglesia católica a partir de 1600 hasta el siglo XX, la
confirmación se aplazó entre los dos y los 7 años del bautizo del niño. A partir del Concilio
Vaticano II se delega más allá, hasta la primera adolescencia. En efecto, por razones de índole
Iglesia católica suele retrasar la administración de la confirmación a un momento tal que puede ser
precedido por la primera eucaristía.1 La Iglesia anglicana no señala una edad específica, pero el rito
Por su parte, Martín Lutero manifestó no haber encontrado bases bíblicas suficientes que probaran
reconocen la sacra mentalidad de la confirmación como rito diferente del bautismo: según ellos, el
En la Iglesia católica, la confirmación se efectúa mediante la imposición de manos sobre todos los
signo de la cruz realizado por el obispo sobre la frente del confirmando.4 Hasta el siglo V, la
consignatio era distinta de la crismación (unción con el óleo sagrado), luego se unificó en un rito
sacramento significa para el católico hacer su fe y continuar con ella, este incentiva a la formación
cristiana permanente y a la catequesis de adultos donde Dios los elige como sus hijos. A los
bautizados, el sacramento de la Confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece
En la Iglesia anglicana solo los obispos administran el sacramento. En las iglesias luteranas y
ortodoxas, el rito lo realizan de forma habitual los pastores y los sacerdotes. En Oriente la
esencial de la confirmación.
prueba o de instrucción ofrecido a los candidatos del bautismo) los tres sacramentos de la iniciación
cristiana eran recibidos conjuntamente. Hay testimonios escritos desde Hipólito y su narración de la
liturgia hacia el 215 (en su tratado sobre la tradición apostólica) para la distinción de dos unciones,
una dependiente del bautismo y otra posterior tras la bendición y dentro de la Iglesia. Era conferida
por el obispo.
El rito católico actual consiste, dentro de la celebración de la misa, tras el sermón u homilía, en
primer lugar, en la renuncia al mal y al pecado y la profesión de fe, que renueva la renuncia y
profesión que hicieron sus padres en el bautismo. Es muy importante la profesión de la fe, pues en
esta fe se recibe el sacramento y fiel a esta se compromete ya con su madurez adquirida a vivir de
ahora en adelante, no como mandato de los padres, sino con propia aceptación y voluntad. Después
se impone a cada candidato las manos y luego, teniendo cerca de su padrino, se le unge con óleo
sus vicarios) le dice la frase ritual: "N., Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo", a lo que se
responde: "Amen". El rito de la Confirmación concluye con un saludo de paz al que ya es miembro
En las Iglesias orientales, tanto católicas como ortodoxas, suele administrarse la confirmación
inmediatamente después del bautismo, que viene a completar. En la Iglesia latina rige la misma
bautismo.
MATERIA
En tiempo de los apóstoles, al parecer, era la imposición de manos acompañada por una oración.
Pero la idea de la unción también se abrió paso en el Nuevo Testamento. Desde el siglo III tanto la
A la hora de explicar la relación entre la imposición de manos y la unción con el crisma, existen
variadas interpretaciones. Aunque Pablo VI fijó ambos ritos, se indica que solamente la unción es
El crisma se prepara con aceite de oliva mezclado con perfume. No se admite aceite animal o
mineral.
Estas unciones con aceite, (con el que no es necesario hacer el signo de la cruz, aunque sea
costumbre) provienen ya de las unciones reales de Israel, por la cual, el elegido (por designio
divino) tomaba posesión del cargo de rey. El aceite era prenda de esa designación divina: el mismo
Jesús de Nazaret es llamado "Ungido" (con aceite), puesto que es esto lo que significa Mesías o
Cristo, en hebreo y griego. De ahí la pervivencia del rito de la unción que, simbólicamente, hace de
los confirmados imagen de Cristo y elegidos por Dios para una misión concreta. Por eso sin ese
sacramento no se puede recibir ni el orden sacerdotal ni el matrimonio, que son una concreción de
EL MINISTRO
válidamente este sacramento el presbítero dotado de facultad por el derecho universal o por
concesión peculiar de la autoridad competente. El canon 883 indica cuáles son los presbíteros que
presbítero, que usa óleo santo consagrado por el obispo o por el patriarca (cánones 693-694 del
EL SUJETO
edad de la discreción, a no ser que la Conferencia Episcopal determine otra edad, o exista peligro de
muerte o, a juicio del ministro, una causa grave aconseje otra cosa". En la mayoría de las diócesis,
EL PADRINO O MADRINA
Es conveniente que un padrino o una madrina acompañen a quién será confirmado. Se trata de una
costumbre antiquísima de la Iglesia, al igual que en el caso del bautismo. Cada confirmando no debe
1. Que sea un creyente católico, maduro en la fe para que le ayude a vivir la misma en
profundidad. Para esto, resulta razonable que se trate de un miembro activo del cuerpo de la
Iglesia, que haya recibido los tres sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo,
Confirmación y Eucaristía) y que no esté impedido por el derecho canónico para ejercer tal
función.
2. Que sea mayor de 16 años y en uso de razón y, salvo que el ministro juzgue lo contrario,
5. Que haya sido designado por el confirmando, o en su defecto por sus padres o tutores, o por
el ministro o párroco.
derecha sobre el hombro del confirmando, significando que será su apoyo en la fe.
PREPARACIÓN
Para preparar este momento es necesaria una formación catequética que fija cada obispo en su
diócesis o cada conferencia episcopal para su país. Por eso, depende del lugar y de las
circunstancias, es un proceso variable. Durante esa preparación se suelen tratar temas diversos en
especial la fe católica en el Espíritu Santo y sus siete dones, pero también otros contenidos como la
Iglesia, María, los sacramentos (entre ellos, la Eucaristía, el perdón o reconciliación, etc.), la Biblia
con particular énfasis en los evangelios, la oración, la resurrección, etc. La Iglesia católica requiere,
Padre nuestro, el Ave María, el credo y los diez mandamientos (cita requerida). El confirmando
debe encontrarse en estado de gracia, es decir, sin pecado mortal. Si bien no es lícito recibirlo en
pecado, el sacramento es válido, aunque sus efectos sacramentales (los dones del Espíritu Santo) no
para que el cristiano acepte voluntariamente formar parte de la Iglesia, una vez alcanzada la
madurez personal y tras un bautismo normalmente producido en los primeros días de vida. El
término no alude a que el confirmando confirme su adhesión a la fe, sino a que es confirmada su
en el momento del bautismo y solamente cesa por la excomunión, aunque ni siquiera ésta borra los
efectos del bautismo. Sin embargo, sí es el momento de la madurez espiritual y la asunción propia
(que otorga más la edad que el sacramento) de los compromisos ya asumidos al empezar a ser
cristiano. Por eso cuando se recibe el bautismo siendo adulto, se recibe en la misma ceremonia este
sacramento, puesto que ya se tiene madurez suficiente para asumir los compromisos de la fe
NECESIDAD
La confirmación perfecciona la gracia recibida por el bautismo y el carácter sacramental que otorga
Aunque el código de derecho canónico indica que los «fieles están obligados a recibir ese
aunque sí la del orden sacerdotal y la del matrimonio, aunque este último se puede recibir antes sub
Royo Marín, Antonio (1965). «Tratado II: La confirmación». Teología moral para seglares,
II: Los sacramentos (3ª edición). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 99-113.