Está en la página 1de 5

La aseveración es un sacramento que administra el templo católico

(también celebrado en otras Iglesias cristianas). En el santuario vieja, el rito


se administraba de manera sacramental e instantánea a partir del
bautismo y esta todavía es la costumbre en el santuario ortodoxa. En
impacto, por causas de índole pastoral y como forma de elaborar mejor a
los confirmandos en el umbral de la juventud, el templo católico suele
retrasar la gestión de la afirmación a un rato tal que podría ser precedido
por la primera eucaristía. el santuario anglicana no apunta una edad
específica, sin embargo el rito es administrado de un modo general entre
los 11 y los 15 años.
En el templo católico, la afirmación se efectúa por medio de la imposición
de manos sobre todos los confirmandos, y la unción con óleos sagrados
(crismación).3 En latín se llamó consignatio al símbolo de la cruz llevado a
cabo por el obispo sobre la frente del confirmando.4 Hasta el siglo V, la
consignatio era distinta de la crismación (unción con el óleo sagrado),
después se unió en un rito exclusivo. A los bautizados, el sacramento de la
Aseveración los une más íntimamente a el santuario y los enriquece con
una fortaleza particular del Espíritu santo.
En El templo anglicana solo los obispos administran el sacramento.
La imposición de manos es un rito ya consagrado en el santuario ortodoxa.

Desarrollo del rito


Hay testimonios escritos a partir de Hipólito y su narración de la liturgia
hacia el 215 (en su tratado sobre la tradición apostólica) para la exclusión
de 2 unciones, una dependiente del bautismo y otra siguiente tras la
bendición y en el santuario.
El rito católico de hoy radica, en la festividad de la misa, tras el sermón u
homilía, antes que nada, en la renuncia al mal y al pecado y la profesión de
fe, que renueva la renuncia y profesión que hicieron sus papás en el
bautismo. Es primordial la profesión de la fe, puesto que en esta fe se
obtiene el sacramento y fiel a esta se compromete ya con su madurez
adquirida a vivir de ahora en adelante, no como precepto de los papás,
sino con propia aprobación y voluntad.

Materia
A partir del siglo III tanto la imposición de manos como la unción forman
parte del rito.
En el momento de describir la interacción entre la imposición de manos y
la unción con el crisma, hay variadas interpretaciones. Aunque Pablo VI fijó
los dos ritos, se sugiere que únicamente la unción es elemental para la
validez del sacramento.

El ministro
En la Iglesia latina el ministro ordinario de la confirmación es el Obispo;
pero también administra válidamente este sacramento el presbítero
dotado de facultad por el derecho universal o por concesión peculiar de la
autoridad competente. El canon 883 indica cuáles son los presbíteros que
tienen esa facultad por el derecho universal.
En las Iglesias orientales, incluso en la católica de rito oriental, el ministro
ordinario es el presbítero, que usa óleo santo consagrado por el obispo o
por el patriarca (cánones 693-694 del Código de Cánones de las Iglesias
Orientales).
El sujeto
En la Iglesia latina "el sacramento de la confirmación se ha de administrar a
los fieles en torno a la edad de la discreción, a no ser que la Conferencia
Episcopal determine otra edad, o exista peligro de muerte o, a juicio del
ministro, una causa grave aconseje otra cosa". (Código de Derecho
Canónico, canon 891). En la mayoría de las diócesis, el sujeto recibe el
sacramento con los 14 o 15 años, aunque se pueden dar casos con menor
edad.
El padrino o madrina
Es correcto que un padrino o una madrina acompañe a quién va a ser
confirmado. Hablamos de una costumbre vieja de el santuario, al igual que
en la situación del bautismo.
Las condiciones que debería juntar el padrino o madrina son:
Para esto, resulta razonable que se intente un integrante activo corporal
de el templo, que haya recibido los 3 sacramentos de la iniciación cristiana
(Bautismo, Aseveración y Eucaristía) y que no se encuentre impedido por el
derecho canónico para ejercer tal funcionalidad.
Que sea más grande de 16 años y en uso de razón y, salvo que el ministro
juzgue lo opuesto, que sea del mismo sexo que el confirmando para la
licitud.
Que no sea papá, mamá o cónyuge del confirmando.
Que en el acto de la afirmación, se ubique detrás del confirmando y
coloque su mano derecha sobre el hombro del confirmando, significando
que va a ser su apoyo en la fe.7

Preparación
A lo largo de dicha preparación se acostumbran intentar temas diferentes
en particular la fe católica en el Espíritu santo y sus 7 dones, empero
además otros contenidos como el templo, María, los sacramentos (entre
ellos, la Eucaristía, el perdón o reconciliación, etcétera.), la Biblia con
especial hincapié en los evangelios, la sentencia, la resurrección, etcétera.
Si bien no es lícito recibirlo en pecado, el sacramento es válido, aunque
sus efectos sacramentales (los dones del Espíritu Santo) no se gozan hasta
que se confiere la absolución de los pecados en el sacramento de la
reconciliación.

Teología del sacramento


Tiene por finalidad que el confirmado sea fortalecido con los dones del
Espíritu santo, completándose la obra del bautismo. El sacramento
pretende conseguir en el fiel un arraigo más profundo a la filiación divina,
que se junte más íntimamente con su Congregación, fortaleciéndose para
ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra, debido a que por él va a ser
capaz de proteger su fe y de transmitirla, lo cual por el sacramento se
compromete a hacer activamente.

Sentido del término afirmación

La teología católica estima equivocada la concepción conforme con la


cual la aseveración es la situación para que el cristiano reconozca
voluntariamente conformar parte de el santuario, una vez alcanzada la
madurez personal y tras un bautismo comúnmente producido en los
primeros días de vida. Por esa razón una vez que se obtiene el bautismo
siendo maduro, se obtiene en la misma ceremonia este sacramento, pues
ya se tiene madurez suficiente para aceptar los compromisos de la fe
cristiana, renunciado al pecado para vivir plenamente como hijo de Dios.

Necesidad
La confirmación perfecciona la gracia recibida por el bautismo y el
carácter sacramental que otorga desarrolla el sacerdocio común al que
pertenece el fiel.
Aunque el código de derecho canónico indica que los «fieles están
obligados a recibir ese sacramento en el tiempo oportuno» (cf. canon
890), su no administración no condiciona la validez del bautismo, aunque
sí la del orden sacerdotal y la del matrimonio, aunque este último se
puede recibir antes sub conditione, a la espera de recibir en breve la
confirmación. No tendrían, como se ha explicado antes sentido la
recepción de estos sacramentos sin el primero.
efectos
Conforme el Catecismo de el templo católico, los efectos de la aseveración
son:
d) Perfección más grande del parentesco con el templo.
“De la festividad se infiere que el impacto del sacramento es la efusión
plena del Espíritu santo, como ha sido proporcionada en otro tiempo a los
apóstoles el día de Pentecostés” (Catecismo, 1302).

Además, la Afirmación tiene además otro impacto: “imprime en el alma


una marca espiritual indeleble, el ‘carácter’, que es el símbolo que
Jesucristo ha marcado al cristiano con el sello de su Espíritu revistiéndolo
de la fuerza de lo elevado para que sea su testigo (cf.

También podría gustarte