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Materia
A partir del siglo III tanto la imposición de manos como la unción forman
parte del rito.
En el momento de describir la interacción entre la imposición de manos y
la unción con el crisma, hay variadas interpretaciones. Aunque Pablo VI fijó
los dos ritos, se sugiere que únicamente la unción es elemental para la
validez del sacramento.
El ministro
En la Iglesia latina el ministro ordinario de la confirmación es el Obispo;
pero también administra válidamente este sacramento el presbítero
dotado de facultad por el derecho universal o por concesión peculiar de la
autoridad competente. El canon 883 indica cuáles son los presbíteros que
tienen esa facultad por el derecho universal.
En las Iglesias orientales, incluso en la católica de rito oriental, el ministro
ordinario es el presbítero, que usa óleo santo consagrado por el obispo o
por el patriarca (cánones 693-694 del Código de Cánones de las Iglesias
Orientales).
El sujeto
En la Iglesia latina "el sacramento de la confirmación se ha de administrar a
los fieles en torno a la edad de la discreción, a no ser que la Conferencia
Episcopal determine otra edad, o exista peligro de muerte o, a juicio del
ministro, una causa grave aconseje otra cosa". (Código de Derecho
Canónico, canon 891). En la mayoría de las diócesis, el sujeto recibe el
sacramento con los 14 o 15 años, aunque se pueden dar casos con menor
edad.
El padrino o madrina
Es correcto que un padrino o una madrina acompañe a quién va a ser
confirmado. Hablamos de una costumbre vieja de el santuario, al igual que
en la situación del bautismo.
Las condiciones que debería juntar el padrino o madrina son:
Para esto, resulta razonable que se intente un integrante activo corporal
de el templo, que haya recibido los 3 sacramentos de la iniciación cristiana
(Bautismo, Aseveración y Eucaristía) y que no se encuentre impedido por el
derecho canónico para ejercer tal funcionalidad.
Que sea más grande de 16 años y en uso de razón y, salvo que el ministro
juzgue lo opuesto, que sea del mismo sexo que el confirmando para la
licitud.
Que no sea papá, mamá o cónyuge del confirmando.
Que en el acto de la afirmación, se ubique detrás del confirmando y
coloque su mano derecha sobre el hombro del confirmando, significando
que va a ser su apoyo en la fe.7
Preparación
A lo largo de dicha preparación se acostumbran intentar temas diferentes
en particular la fe católica en el Espíritu santo y sus 7 dones, empero
además otros contenidos como el templo, María, los sacramentos (entre
ellos, la Eucaristía, el perdón o reconciliación, etcétera.), la Biblia con
especial hincapié en los evangelios, la sentencia, la resurrección, etcétera.
Si bien no es lícito recibirlo en pecado, el sacramento es válido, aunque
sus efectos sacramentales (los dones del Espíritu Santo) no se gozan hasta
que se confiere la absolución de los pecados en el sacramento de la
reconciliación.
Necesidad
La confirmación perfecciona la gracia recibida por el bautismo y el
carácter sacramental que otorga desarrolla el sacerdocio común al que
pertenece el fiel.
Aunque el código de derecho canónico indica que los «fieles están
obligados a recibir ese sacramento en el tiempo oportuno» (cf. canon
890), su no administración no condiciona la validez del bautismo, aunque
sí la del orden sacerdotal y la del matrimonio, aunque este último se
puede recibir antes sub conditione, a la espera de recibir en breve la
confirmación. No tendrían, como se ha explicado antes sentido la
recepción de estos sacramentos sin el primero.
efectos
Conforme el Catecismo de el templo católico, los efectos de la aseveración
son:
d) Perfección más grande del parentesco con el templo.
“De la festividad se infiere que el impacto del sacramento es la efusión
plena del Espíritu santo, como ha sido proporcionada en otro tiempo a los
apóstoles el día de Pentecostés” (Catecismo, 1302).