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Separata 22.
22. Conceptos sobre la Teoría del Desarrollo Económico
Hacia Afuera.
22.1 América Latina: Crecimiento y Desarrollo Económico.
• También conocido como modelo Centro-Periferia, se llevó adelante durante los años
1850 hasta 1930.
• En esa etapa, los ejes del proceso de acumulación de capital fueron el sector
agropecuario y la producción minera. Los países se especializaron en la producción y
exportación de productos primarios.
• El grueso del comercio exterior latinoamericano en esa época, en pleno dominio del
mercantilismo, consistió́ en la exportación de metales preciosos (oro y plata) y de
algunos productos de consumo. Por su parte, las importaciones consistían
básicamente en productos manufacturados para consumo de las elites internas.
• Ello significaba que en el marco de esa División Internacional del Trabajo, los países
subdesarrollados no retenían los frutos del progreso técnico y estos tendían a
concentrarse en el centro.
La División Internacional del Trabajo explica cómo cada país se inserta en la economía
mundial y abarca a cuestiones tales como: quiénes son los países que suministran las
materia primas, quiénes los que producen los bienes industriales más complejos, cómo
se orientan las inversiones y los flujos comerciales internacionales, cuáles son las
monedas aceptadas universalmente como instrumentos de pago.
Ello era apremiante, además, por los cambios que la Segunda Guerra Mundial había
introducido en el orden mundial al consolidar la hegemonía de los Estados
Unidos. Se trataba de un nuevo centro, más cerrado y proteccionista que su antecesor,
y quien concentraba una abrumadora mayoría de las reservas de oro del mundo.
"un bienestar material, normalmente reflejado en el alza del ingreso real por habitante, y
condicionado por la productividad del trabajo (…) lo que a su vez conlleva el aumento del
capital por hombre ocupado. La mayor densidad de capital se va logrando a medida que la
acumulación se lleva a cabo bajo el impulso del avance tecnológico, necesario para preservar
márgenes de ganancia que aseguren la continuidad de la misma. (…). Así pues, consideradas
en el mayor nivel de abstracción, las ideas de desarrollo económico coinciden con las
contenidas en líneas generales en las teorías del crecimiento de origen neoclásico y
keynesiano (…)" (Rodríguez 2006: 54).
Entonces, la superación de tal círculo vicioso debería enfocarse a las causas del sub-
desarrollo, sobre todo en su componente "dependencia", lo que fundamentaba los
esfuerzos para favorecer el modelo de industrialización por sustitución de importaciones.
Este modelo se constituía en "una opción privilegiada de cambio estructural, como el camino
que permitiría transformar una estructura arcaica (el modelo de desarrollo hacia afuera) en
una estructura moderna" (Muñoz 1986:97).
"La tecnología que América Latina tuvo que asimilar en la mitad del siglo XX es
altamente ahorrativa de mano de obra y extremadamente exigente en lo que respecta a
las dimensiones del mercado. Dentro de las condiciones presentes de América Latina la
regla tiende a ser el monopolio o el oligopolio y una progresiva concentración del
ingreso, la cual, a su vez, al condicionar la composición de la demanda, orienta las
inversiones hacia ciertas industrias que son exactamente las de elevado coeficiente de
capital y más exigentes en lo que respecta a las condiciones de mercado. La experiencia en
América Latina ha demostrado que ese tipo de industrialización sustitutiva tiende a
perder impulso al agotarse la fase de las sustituciones "fáciles" y provoca eventualmente el
estancamiento". (Furtado 1969: 48).
De este modo, las políticas económicas impulsadas hasta la fecha no habían logrado su
objetivo en torno a reducir la dependencia económica (y por lo tanto, avanzar en la senda
del desarrollo), produciéndose un giro inesperado. El modelo de desarrollo hacia
adentro había entrado en crisis y era necesario reconfigurar las economías de la región
hacia un nuevo estilo de crecimiento económico que considerara la intensificación de
las exportaciones. Según lo sustentado por Noelia Figueroa Burdiles-Universidad de
Concepción, Concepción, Chile. Email: noeliafigueroa@udec.cl en su trabajo denominado El
desarrollo y las políticas públicas.
22.3 El Pensamiento de la CEPAL y su Evolución.
Los documentos de la CEPAL, a través de sus 20 años de existencia, han ido
acumulando interpretaciones, juicios y sugerencias que abordan gran parte de los
aspectos más significativos de los problemas teóricos y prácticos del desarrollo
latinoamericano.
En este ensayo se han distinguido varios temas centrales. Tales temas, expuestos
en forma esquemática, son los siguientes:
I. El contexto histórico.
Para tener una visión clara de este aspecto acaso convenga dejar establecida la
relación que guardan los temas destacados con algunos aspectos de la evolución
económica y política de América Latina.
Remontándose al periodo en que comienza a actuar la CEPAL, esto es, al
segundo quinquenio de los años cuarenta, es fácil discernir una situación en que
se contradecían -o, por lo menos, no armonizaban entre sí- el comportamiento y los
propósitos en boga en los países hoy económicamente más avanzados de la
región y el cuerpo de ideas y esquemas teóricos y doctrinarios prevalecientes.
En efecto, mientras estos países, urgidos por las circunstancias que crearon la Gran
Depresión y la segunda Guerra Mundial, habían emprendido con energía la
transformación de sus estructuras económicas, apartándose del modelo de
“crecimiento hacia afuera”, no se había producido un proceso similar de reajuste en
el plano intelectual, en el que continuaban dominando los conceptos y las teorías
afines al antiguo sistema.1 En algunos casos los criterios vigentes se habían
enriquecido con elementos de la nueva escuela keynesiana, pero la absorción
aquí también había sido indiscriminada y superficial y, a veces, apenas sirvió para dar
un barniz de respetabilidad teórica a arbitrios inflacionarios. En suma, sólo una
aproximación empírica y pragmática orientaba el nuevo curso de esas
economías, lo cual perjudicaba su avance y lo dejaba expuesto a cambios y
zigzagueos de dirección por obra de quienes seguían apegados a fórmulas añejas.
Vale la pena recordar la razón del particular énfasis que se dio a todo lo
relacionado con el comercio exterior. Debe tenerse en cuenta al respecto que,
aparte de la función esencial que desempeña el intercambio en el proceso de
crecimiento, tal vez la principal característica general en la diversidad que se llama
América Latina reside precisamente en su colocación estructural dentro del
mercado internacional. En otras palabras, uno de los elementos clave que
caracteriza a las economías de los países latinoamericanos ha sido y es su
función distintiva como región especializada y dependiente de la exportación
de bienes primarios. La importancia asignada a este factor resultó natural y
necesaria en la medida en que tenía que buscarse lo común en el diagnóstico
de los problemas regionales, amén de la ponderación decisiva de ese aspecto en el
debate económico que estaba planteado.
Como recuerdan algunos de los textos reproducidos, esta cuestión no tenía cabida en
el esquema ortodoxo, ya que otra de sus premisas residía en el supuesto de la
movilidad de los factores. Pese a ésta, lo cierto es que ni la fuerza de trabajo ni
el capital se han desplazado como lo presumía aquella teoría. A la casi completa
inmovilidad de las reservas de población activa en la periferia se agregó una fijación
también notable de los acervos de capital y técnica en los centros
industriales.
2. Algunas consecuencias
De este modo, y según sean las relaciones entre esas variables, el balance de
pagos estará sometido a presión constante, tanto mayor cuanto más amplio sea el
desajuste entre las disponibilidades de divisas por una parte, y el incremento
del ingreso interno y la demanda consiguiente de importaciones por la otra. Se trata
de un aspecto que sigue teniendo plena actualidad y sirve hoy de orientación
para la acción práctica de las Naciones Unidas en materia de comercio,
industrialización y desarrollo.