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El Debate latinoamericano
sobre Desarrollo: Estructuralismo de CEPAL y
Teoría de la Dependencia
Industrialización, Centro y Periferia
Los países desarrollados son los que se industrializaron durante el siglo XIX; tienen
elevada productividad laboral e ingresos per cápita, lideran el proceso de cambio
tecnológico y por lo tanto acaparan la mayor parte del comercio internacional de
productos industriales complejos. Constituyen el núcleo de la acumulación de capital a
escala global y son por lo tanto la principal fuente (actualmente, también el principal
destino) de inversión y crédito internacional. Esta supremacía económica les confiere
también capacidad de dominación política y militar (y viceversa).
Los países periféricos son aquellos que experimentaron una industrialización parcial,
distorsionada y tardía y en los que la acumulación depende de la tecnología, el capital
y los mercados de los países desarrollados. La dominación social de la burguesía en
las sociedades periféricas refleja el carácter dependiente que allí adquiere el
capitalismo; el empresariado local comparte la apropiación del producto del trabajo
local con el capital extranjero.
Autónomo: su desarrollo capitalista ha sido autónomo, desde su origen como Estado nación, es
decir, se trata de países que tuvieron un desarrollo propio, endógenamente impulsado, y no por
imposición exterior. Una estructura económica configurada en torno a las clases sociales
típicas del capitalismo (burguesía y proletariado). Son países de Europa Occidental, EEUU,
Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda.
Expansión exterior: desde el centro se articula la dinámica del sistema capitalista mundial, a
partir de las fuerzas que empujan a estas formaciones centrales a la expansión exterior.
Especialización: a partir de la expansión del capital desde los países centrales en busca de
materias primas minerales, explotación agrícola-ganadera, etc., crearon colonias y destruyeron
bases económicas anteriores no capitalistas generando estructuras productivas especializadas:
regímenes exportadores en base a sistemas de plantación de café, azúcar, caco, caucho,
cereales, etc. y exportadoras de minerales como cobre, plomo, cinc, estaño, plata, oro, fosfatos
y petróleo, etc.
Extraversión: sus principales sectores productivos están orientados hacia los mercados
exteriores, mayoritariamente al mercado de productos primarios o con baja elaboración
(manufacturas de origen agrícola ganadero o minero). En varios casos en situaciones de
monocultivo o próximas a ellas, con estructuras productivas simplificadas o poco complejas, los
países periféricos son incapaces de autoabastecerse de productos y son, en consecuencia,
muy dependientes de importaciones.
Dependencia: debilidad en cuanto al control nacional de los motores del desarrollo, débil poder
de decisión autónoma. Concepto que se desarrolla más adelante.
El debate latinoamericano sobre desarrollo
Vinculado a una realidad de distintos niveles de desarrollo de los países, a partir de la
posguerra, años 1950 y 1960, se da un interesante debate en términos de
“problemáticas de desarrollo” 1 atento al contexto económico mundial marcado por:
- Para los países del “mundo capitalista occidental”, el peligro que representaba
el ejemplo competitivo de la URSS (Guerra Fría) para “Occidente” del
capitalismo desarrollado
Aquí se darán algunas coordenadas sobre vertientes de ese debate, en particular, las
relacionadas con el enfoque sobre la problemática propia latinoamericana que
encararon dos corrientes “regionales”: el estructuralismo de CEPAL y la Teoría de la
Dependencia frente a la contundente evidencia de “no convergencia” o “catch up” en
cuanto a alcanzar niveles de desarrollo semejantes al grupo minoritario de países
centrales, desarrollados o industrializados (Europa, EEUU y Japón).
Como síntesis, mientras en esta última visión rostowiana las diferencias entre
economías nacionales eran un problema de “falta de modernización y de capitalismo”,
de necesidad de una mayor integración con este; en los primeros (CEPAL,
Dependencia) se trataba de capitalismos periféricos que eran la otra cara del mismo
capitalismo central. Es decir, se trata mas bien de una expresión de ese mismo
desarrollo capitalista mundial que generaba a la vez desarrollo en el Centro y
Subdesarrollo en la Periferia.
1
Y que hacia 1980 iba a ser reemplazado por la agenda neoliberal ortodoxa del “ajuste estructural”, luego
del gran endeudamiento externo: desregulación, privatizaciones, menos Estado, finanzas públicas “sanas”
(crowding out).
La idea se asocia al optimismo en una dinámica de crecimiento más bien asociada a
cierta libertad para el funcionamiento de los mecanismos de mercado y para la
conducción privada del proceso evolutivo, incluyendo la integración al mercado
internacional de bienes y, en sus continuadores luego del fin de Bretton Woods, al
mercado de capitales2. Habría un solo camino capitalista y es el mismo de los países
ya industrializados.
2
Para simplificar, una de las características que se asocia a la idea de “fin de Bretton Woods”, con la
libre flotación del dólar respecto al oro, es la del fin del control y la regulación de las finanzas al
nivel nacional y al internacional, en favor de la liberalización de finanzas nacionales e
internacionalización de capitales financieros.
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“La teoría de la modernización (y "Las etapas del crecimiento económico: un manifiesto no
comunista" de Walt Rostow) jugó un importante papel ideológico justificando el “enfoque triple” que,
según Branko Milanovic, se refiere a la “internacional anticomunista” y la política de EEUU en varios
países del llamado “Tercer Mundo” (Indonesia, Chile, Corea) durante la Guerra Fría, basada en: las
relaciones y las influencias sobre los oficiales militares de rango superior de las FFAA del Tercer
Mundo, la propaganda y la desinformación (medios, sobornos) y la manipulación del apoyo económico
(p.e. vía Banco Mundial). En oposición directa a lo que Obama afirmó en 2014, la teoría de la
modernización (y la política exterior de Estados Unidos) no estaban completamente interesadas en la
democracia. En efecto, era antidemocrático. Pero igualmente sostuvo, no muy diferente de su
contraparte estalinista, que los países del Tercer Mundo necesitaban desarrollarse económicamente
primero, lo que harían mejor al tener regímenes de derecha (idealmente militares) amigos de Estados
Unidos y que la democratización puede dejarse para el futuro. En retrospectiva, sabemos que la
teoría de la modernización funcionó en Corea del Sur y Taiwán. Incluso se puede argumentar que
funcionó en Brasil en la medida en que se puede pensar que el retorno de la democracia en Brasil,
después de una pausa de 25 años, fue ayudado por el fuerte crecimiento económico que experimentó
el país bajo el duro gobierno militar”. B. Milanovic, 30-09-2021, “Cómo se ganó la Guerra”, blog
Desigualdad Global. (traducción propia)
En este planteo que gozó de mucha difusión hasta en versiones más actuales y que
iban a criticar CEPAL y dependentistas, pesaba la influencia de la sociología
weberiana estadounidense.
Que se adquirieran estos valores de modernidad era la clave para lograr luego el “take
off” o despegue: las transformaciones económicas que llevaban hacia el estadio
desarrollado referenciado en su máxima expresión en las características de EEUU.
Tanto los estructuralistas de CEPAL como los dependentistas marxistas van a criticar
este enfoque que A. Hirchmann calificaba como "mono economicista".
El contexto histórico está dado por el período de la post. 2da guerra mundial en que,
muy brevemente, podemos citar como hechos significativos: desarrollo del comercio
mundial con finanzas reguladas, las estrategias de ISI que ya habían iniciado algunos
países, al menos los más grandes (Brasil, México, Argentina) y se revelaban
problemas de Balanza Comercial; la emergencia de EEUU como potencia y “Centro
Cìclico Mundial” poseedor de una estructura productiva muy diferente de la británica,
ya no tan demandante de muchas de las commodities (excepto petróleo); fin del orden
británico; reconstrucción europea y japonesa; Guerra Fría entre superpotencias (EEUU
y URSS).
El legado de CEPAL nos remite a cuestiones sobre el menor crecimiento del PIB per
cápita de los países y su heterogeneidad estructural, diferencias de marcha y
coexistencia de sectores y áreas productivas diferentes cuali y cuantitativas en
nuestras economías nacionales: “estructuras productivas heterogéneas” por
desigualdad en la difusión mundial del progreso tecnológico, con fuertes diferencias de
productividad y sus correlatos (mercados de trabajo segmentados, diferencias de
ingresos, población marginal).
Desde el punto de vista productivo, las economías periféricas son poco diversificadas
o “especializadas” y el crecimiento económico impulsado por los componentes de la
demanda agregada trae aparejado un fuerte aumento de importaciones (bienes de
capital, insumos) y a mayor ritmo que el del crecimiento lento de las exportaciones.
Una alta “elasticidad ingreso de importaciones” o “propensión a importar” aún cuando
la estrategia era de sustituir importaciones comenzando por la “etapa fácil” de bienes
de consumo final, al menos en lo países más grandes de la región. Expresaba un
problema de “débil propagación del progreso técnico” (SIC).
Hay una fuerte gravitación del ciclo económico de los países del Centro,
especialmente EEUU y Europa en reconstrucción. Se da una alta elasticidad del
ingreso (PIB) respecto de las importaciones y una baja elasticidad ingreso de las
exportaciones latinoamericanas (PIB de países centrales), que llevan a déficits
comerciales tendenciales y crónicos déficits de cuenta corriente. La heterogeneidad
estructural con predominio de ramas primarias, “modernas” e integradas al comercio
mundial, lleva a los conocidos problemas recurrentes expresados en las cuentas
externas (restricción externa o insuficiencia estructural de divisas).
En este breve resumen se rescatan las ideas originales y más típicas del
estructuralismo latinoamericano, básicamente focalizadas en relación con el comercio
internacional (años 60s y 70s).
Una evolución negativa del “poder de compra” de las exportaciones de América Latina,
productos primarios o commodities con baja elaboración, situación histórica asociada
al comercio de casi todo el siglo XX. Es decir, las exportaciones valen menos si se las
expresa en términos de lo que se importa, que posee mayor contenido de valor
agregado tecnológico (por ejemplo: más toneladas de trigo por una máquina
importada, o más litros de aceite de girasol por un mismo aparato electrónico).
Una realidad en que los países centrales con mayor productividad y estructuras
sociales más complejas, lograban retener “los frutos del progreso técnico”, es decir, de
la productividad distribuida en ganancias y salarios, con fortalecimiento del mercado
interno nacional. .
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El brasileño Celso Furtado sostenía que Prebisch se las ingeniaba para cuidar mucho las palabras par
ano herir susceptibilidades en contexto de guerra fría y que había sido muy exitoso.
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Y desde ya, el nunca corroborado supuesto beneficio para la periferia sin capitales que surgiría como
correlato lógico de la noción de “productividad marginal decreciente del factor capital”, dada su
abundancia en el Centro.
Contrariamente a la teoría ricardiana del comercio internacional (ventajas
comparativas, versión Heckscher - Ohlin), se fue generando una mayor diferenciación
de los ingresos reales medios entre el centro y la periferia.
Del texto de Brondino, Jaccoud, Lazzarini y Villani (2014) surge que: “A nivel
acumulado, el deterioro fue considerable: hacia el año 2000, las materias primas
habían perdido entre el 50 y 60% de su valor relativo frente a la manufacturas respecto
a 1920 (Ocampo y Parra, 2003)”, tal como puede verificarse en el gráfico siguiente:
Es decir, las series históricas de datos sobre los precios en el comercio internacional,
efectivamente, parecían comprobar la tesis de Prebisch, al menos hasta la irrupción de
China en el comercio mundial como nuevo “Centro o Polo Cíclico” demandante de
materias primas hacia principios del siglo XXI.
De ahí que el resultado sea el desarrollo desigual del centro y de la periferia a partir de
la interacción de una desigualdad estructural y de una dinámica de diferenciación en la
evolución de la productividad y de su distribución, con profundas consecuencias en
materia de heterogeneidad de empleos e ingresos (sector informal, sector formal, etc.).
Por ello, la propuesta que surge desde el estructuralismo desarrollista es pasar de un
modelo primario exportador a otro basado en la industria y en el aumento de la
productividad industrial.
En línea con esta visión, Arthur Lewis destacaba que detrás de la tesis Prebisch
Singer están las características de los países periféricos, es decir, NO es un
problema del tipo de bien en que se especializan sino de cuestiones que hacen a la
estructura económica y social, sobre todo esta última.
La típica estructura dual que estudiaba este autor, en donde un sector moderno
exportador coexistía con un sector rural no desarrollado y un importante reservorio de
abundante mano de obra (ejército de reserva, masa marginal, etc.) que presiona a la
baja los salarios y debilita las capacidades de organización y negociación de las clases
trabajadoras empleadas en ese sector moderno. Ello hace que los aumentos de
productividad, cuando se dan, se traduzcan en bajas de precios de ventas externas
que benefician a los países centrales. El caso de China, país con grandes excedentes
de mano obra, se condice con esta visión, impactando en precios internacionales d e
bienes industriales. .
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Otra vez, la idea de “pesimismo” también puede incluir a la evidencia de bajas elasticidades precios de
las importaciones y exportaciones.
• La elasticidad-ingreso de la demanda por commodities, (alimentos y materias
primas) es menor que la unidad en los países avanzados, de tal manera que el
crecimiento del ingreso nacional del Centro implica un crecimiento menos que
proporcional en su demanda de estos bienes. Es decir, inelasticidad de las
exportaciones respecto del Ingreso nacional de los países centrales.
• La Elasticidad ingreso de la demanda importada de los países periféricos de
América Latina era y es elevada (bienes industriales: bienes de capital, ciertos
insumos y autopartes, bienes durables). Esto es verificable también a nivel
microeconómico con los bienes no esenciales: a mayor nivel de ingresos,
pertenencia a clases medias, aumenta el consumo de bienes más sofisticados
(bienes de consumo durables: autos, electrónicos, muebles, artefactos y
equipamiento de hogar). Ley de Engel, en microeconomía.
• Por estas razones anteriores, existía una limitada capacidad “importadora” que
ponía un techo bajo al crecimiento del PIB per cápita de los países
latinoamericanos.
Otra vez y quizá más claramente, la clave interpretativa se basa en la idea de fondo en
que el capitalismo es un sistema jerárquico y de carácter mundial desde sus orígenes.
En tanto la idea de sistema económico y político (capitalista e interestatal)pone el eje
en las relaciones entre sus partes y las fuertes asimetrías existentes, a la vez que la
integración de en redes financieras y de comercio permite diferenciar fuerzas de
demanda y de oferta desde el punto de vista de un país, es decir, lo que define sus
importaciones y posbilidades de exportar.
“Si la teoría del desarrollo y del subdesarrollo era el resultado de la superación del
dominio colonial y del surgimiento de burguesías locales deseosas de encontrar su
camino de participación en el capitalismo mundial, la teoría de la dependencia, surgida
en la segunda mitad de la década de 1960, representó un esfuerzo para comprender
las limitaciones de un desarrollo iniciado en un período histórico en que la economía
mundial estaba ya constituida bajo la hegemonía de enormes grupos económicos y
poderosas fuerzas imperialistas, aún cuando una parte de ellas estaba en crisis y abría
oportunidad para el proceso de descolonización” (T. Dos Santos, 2002)
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“The main point: the existence of an international monetary hegemon that controls the
international reserve currency implies that global dependency relations do not require
international disparities in technology”. (Vernengo, 2004).
sistema de relaciones de poder y dominación. Sistema de dominación, con sus
implicancias en términos de coerción y dominación cultural.
Es decir, puede reconocerse cierta división en dos grupos dentro del debate: los
“dependentistas estructuralistas desarrollistas” y los “dependentistas marxistas”. La
diferencia más clara está en las posiciones políticas y en sus análisis sobre las (im)
posibilidades de cambio que evalúan para los países periféricos de América Latina.
Para los teóricos mas influenciados por el marxismo de los citados estadounidenses y
afines al excepticismo sobre el desarrollismo, en que para América Latina solo sería
posible superar los problemas intrínsecos de la condición periférica subdesarrollada y
dependiente a través de la vía revolucionaria. Están los trabajos de Theotonio Dos
Santos, Ruy Mauro Marini, Aníbal Quijano y Vania Brambila.
En Brasil y Chile, a partir de los trabajos de Fernando Enrique Cardoso, quien sería
dos veces presidente de Brasil, tuvo importante difusión su versión con el énfasis en la
posibilidad de activar un proceso de desarrollo capitalista dependiente; es decir, aún
en el mismo marco restrictivo de condicionantes que implica la estructura de
dependencia se admite igualmente la posibilidad de cierto tipo de desarrollo periférico.
Es decir, planteaban sus críticas ya no sólo a la mirada tipo Rostow sino también a la
visión voluntarista y “estructural-desarrollista” estilo CEPAL, especialmente a partir del
análisis del auge de las inversiones extranjeras con radicación de filiales de empresas
transnacionales ocurrida en la década del 60, a las cuales veían como nuevos
condicionantes y como refuerzo de vínculos de subordinación que complicaban aún
más las posibilidades de superar los escollos del subdesarrollo11.
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No obstante, vale aclarar, los “estructuralistas” del posible “desarrollo dependiente asociado” también
utilizaban explícita o implícitamente el marco teórico marxista desde la sociología.
11
El desarrollismo “a la Frondizi” conocido en Argentina consideraba al capital extranjero como palanca
para el desarrollo. Igual en Brasil.
Bloqueo estructural del desarrollo periférico
En los últimos trabajos hay una confluencia importante con el enfoque conocido como
del “sistema mundo” (Arrighi, Wallerstein), si bien en sus inicios se partía de la teoría
del imperialismo leninista. Es el caso de Theotonio Dos Santos.
“Adultos y no niños”
Como dice la frase del escritor uruguayo: aunque a la distancia un “niño” puede ser
confundido con un adulto de baja estatura, cuando nos detenemos a observarlo de
cerca resulta muy difícil sostener aquello. La metáfora sintetiza la teoría de la
dependencia: los países capitalistas periféricos y dependientes son ya adultos, con
sus bloqueos específicos, y no niños con potencialidades.
Este es un punto relevante, en tanto controversial con la otra tradición desarrollista “no
pesimista” y ciertos análisis de las escasas experiencias de desarrollo desde la
periferia como Corea del Sur, China, Taiwán, Australia, Israel y Nueva Zelanda,
incluso España y Portugal, que en este marco dependentista se acerca a la visión de
Fernando Enrique Cardoso sobre "crecimiento asociado dependiente".
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