Introducción a la Pneumatología Etimología del término Espíritu La palabra hebrea para Espíritu es RUAJ, el cual viene de un verbo que significa “soplar”. Por ello el primer significado de RUAJ es “viento”, “soplo”, “aliento” (Gn. 1:2; 2:7, Is. 7:2). En el A.T. definen al Espíritu como aliento vital; “nefesh”, “ruaj” y “neshamaj”. Estos tres vocablos inciden en que este aliento es puesto por Dios (Gn 2:7)para el comienzo de la vida, de allí que a Dios se le nomine como el Padre de los espíritus de toda carne(Nm. 16:22; 27:16). Por lo tanto, cuando Dios retira el ruaj del hombre, regresa al que le dio, y el cuerpo regresa a su lugar de origen de donde fue tomado (Ecle. 12:7). En el griego el vocablo usado para designar al espíritu es PNEUMA (Jn. 16:13-14; 15:26; 16:7-8). El Espíritu Santo
Es la tercera persona de la Trinidad. El Espíritu Santo no
difiere de Dios el Padre y Dios el Hijo. Con ellos El es co- igual y co-eterno. Sus atributos son idénticos con los del Padre y del Hijo. Visto que en esencia ambos son deidad, es bien válido y correcto decir que el Espíritu Santo es Dios. El Espíritu Santo es el agente por el cual Dios ejecuta su voluntad en todas las esferas y órdenes del universo, tanto en lo físico como en lo espiritual. Dios creo el universo y lo preserva por medio del Espíritu Santo (Sal. 33:6; 104:29-30). Nombres del Espíritu Santo Nombres del Espíritu Santo
Generalmente los nombres describen o
caracterizan las cualidades o funciones de las personas, así, generalmente, los nombres que se le dan al Espíritu Santo describen su persona y obra. Aunque sus nombres no revelan la totalidad de su Ser trascendente y eterno, incomprensibles e infinitamente superior a todo lo temporal, pero contienen en alguna medida una revelación de lo Él es y de lo que hace. Nombres del Espíritu Santo
Así, a través de sus nombres, inspirados por él
mismo, el Espíritu Santo desciende hasta el nivel de la esfera humana, para acercarse a la conciencia limitada, imperfecta y finita del hombre y hacerse accesible y comprensible al lenguaje y el entendimiento humano. Por ello es sumamente útil y necesario el estudio de sus nombres. Nombres del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento. Los nombres del Espíritu Santo en el A.T. Existe un gran variedad de referencias al Espíritu Santo en el Antiguo Testamento, hay un total de 86 y se hallan en 22 de los 39 libros del A.T. Todas estas referencias preparan el terreno que luego ocupan los pasajes del nuevo testamento. Entre los nombres usados para el Espíritu Santo en el A.T. la expresión “el Espíritu del Señor(Jehová)” ocurre por lo menos 25 veces, “Espíritu de Dios” 14 veces y “Espíritu Santo” 2 veces. Al respecto, H. L. Turner señala que “Todo lo revelado acerca del Espíritu Santo en el N.T. ya ha sido hallado en el A.T. con una sola excepción, la palabra “bautizar”. 1. El Espíritu de Dios
La tercera persona de la Trinidad estuvo
presente desde el principio de la creación (Gn. 1:2). Dios creo el universo y lo preserva por medio del Espíritu Santo (Sal. 33:6; 104:29-30). En la creación del hombre, el aliento es puesto por Dios (Gn 2:7)para el comienzo de la vida, de allí que a Dios se le nomine como el Padre de los espíritus de toda carne(Nm. 16:22; 27:16). Esto también se hace referencia en Job 33:4. 2. El espíritu de sabiduría
Éxodo 28:3. Y tú hablarás a todos los sabios de
corazón, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, para que hagan las vestiduras de Aarón, para consagrarle para que sea mi sacerdote. Toda sabiduría verdadera procede del Espíritu Santo y Él es el autor y el canal de la sabiduría. Véase también Isaías 11:2. La manifestación y obras del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento. 1. La manifestación y obra del Espíritu Santo en la creación Génesis nos dice que el Ruaj (espíritu) de Dios se movía en la expansión de las aguas. Él fue el Agente Vivificador, quien operaba en los elementos inertes, el que les dio forma, los maduro, hasta llegar a su estado óptimo. El Espíritu Santo es quien infundio vida, movimiento orden y belleza a la creación. El A.T. nos ofrece abundante testimonio de la obra sin par llevada a cabo por el Espíritu de Dios (Sal. 33:6; 104:30, Job 26:13, Is. 42:5) 2. La manifestación y obra del Espíritu Santo en la creación del hombre
En la creación del hombre, el aliento es puesto
por Dios (Gn 2:7)para el comienzo de la vida. Esto nos enseña que el Espíritu Santo es el principal generador de la vida física del hombre. De manera que si el Espíritu deja de sustentarle, de infundirle vida, el hombre deja de ser, deja de vivir y termina en muerte. 3. La manifestación y obra del Espíritu Santo en las diversas operaciones y oficios 3.1 En las acciones de gobierno 3.2 En el ámbito intelectual 3.3 En las profecías 3.4 En el campo de las ciencias y las artes 3.5 En la administración de justicia 3.1 En las acciones de gobierno
En el libro de los Jueces se hace referencia a las
grandes hazañas realizadas por caudillos. Estas manifestaciones extraordinarias de poder, fortaleza e intrepidez no eran propias de los libertadores del pueblo de Israel, sino hazañas atribuidas al poder y accionar del espíritu Santo, por lo que, se lee repetidamente: “El Espíritu de Jehová vino con poder extraordinario sobre…” (Jueces 3:10; 6:34; 11:29; 13:25; 14:6,19; 15:14). 3.1 En las acciones de gobierno
Otoniel (Jue. 3:9-10).
Gedeón (Jue. 6:34; 8:10) Jefté (Jue. 10:6-8; 11:32) Sansón (Jue. 13:23; 14:19; 15:14) 3.1 En las acciones de gobierno
También en asuntos de gobierno de un país o
nación era indispensable la presencia y dirección del Espíritu de Dios. Cuando Saúl y David fueron ungidos por Samuel como reyes, el Espíritu de Jehová vino sobre ellos, capacitándoles para tan importante función que desempeñarían (1 Sam. 10:6,10; 16:13-14). 3.2 En el ámbito intelectual
El Espíritu Santo no solo obro en el ámbito
espiritual sino también lo hizo en lo intelectual y artístico. La sabiduría de Débora (Jue. 4:1-5:31) La declaración de Elim (Job 32:8) El Espíritu Santo ilumina al hombre para entender sueños y visiones. Es decir, aviva los sentidos espirituales para comprenderlos e interpretarlos según el propósito de Dios (Gn. 41:38-39; Dn. 1:17; 2:46-48) 3.3 En las profecías
El Espíritu Santo fue el agente que reveló, inspiró y
guio a los santos hombre del A.T. para escribir la voluntad expresa de Dios para su pueblo y la humanidad (2 P. 1:21; 2 Sam. 23:2; Miq.3:8). Es así que, los profetas hablaron por medio del Espíritu Santo. Las profecías no se originaron por voluntad humana, sino que fueron inspirados por el Espíritu Santo para declarar fielmente las palabras de Dios para su pueblo (Neh. 9:30; Zac. 7:12). 3.4 En el campo de las ciencias y las artes
Durante la estancia de Israel en el desierto, Dios le
ordena a Moisés construirle un templo portátil (tabernáculo) según Éxodo 25:1,8,9. Cumplir esta orden le demandaba a Moisés contar con artesanos y artífices en toda obra de orfebrería y ornamento. Pero Dios por medio del Espíritu Santo suplió admirablemente esta necesidad, esto se registra en Éxodo 31:2-6. 3.4 En el campo de las ciencias y las artes
Así vemos como Dios por medio de su Espíritu,
suple esta limitación y necesidad humana, despertando los talentos naturales de los llamados y desarrollando sus potencialidades intelectuales y creativas a su máxima expresión. 3.5 En la administración de justicia
Cuando Moisés se sentía abrumado y agobiado
ante la tremenda carga y el trabajo que consistía en atender las quejas y reclamos del pueblo, de manera que sentía ya desfallecer, le expone a Dios su problema: No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es en demasía…(Nm. 11:14). Ante ello vemos como Dios suple la necesidad a través de 70 varones ancianos donde puso el espíritu de Moisés sobre ellos. (Nm. 11:16,17,25). También ello se hace referencia en Nh. 9:20. Conclusiones
El Espíritu Santo no solo estuvo presente en la
planeación de la creación, sino que participó activamente en la creación de los cielos, tierra, de los animales y de manera muy especial en la creación del hombre. Si bien es cierto, que el Espíritu Santo no moraba en cada uno de las personas del A.T., no obstante, les ministró a la nación entera, permaneciendo con ellos y guiándoles (Neh. 9:20; Is. 63:14). Ninguna otra nación como Israel disfrutó la presencia general del Espíritu Santo. Conclusiones
En el A.T. el Espíritu Santo estaba en algunos,
como es el caso de Josué (Gn. 41:38; Dn. 5:11); y descendía sobre algunos, como en el caso de los jueces; como también llenó a Bezaleel de inteligencia y conocimiento. Pero Dios había anunciado por medio de los profetas que llegaría el día, cuando esta bendición espiritual sería dado a cada persona, de esa manera, empeñaba su palabra, convirtiéndose en una promesa (Joel 2:28-29). Conclusiones
En el A.T. no tenemos evidencia de ningún
sellamiento, ningún bautismo como el de pentecostés. El Espíritu Santo obró en la vida de algunos hombres y mujeres, cuya vida y ministerio estuvo al servicio de Dios. Aunque el Espíritu Santo estaba con el pueblo de Israel, capacitaba a ciertos hombres para llevar a cabo una tarea especial, pero no era concedido a todos y podía ser retirado (1 Sam. 10:10; 16:14). Así se explica la oración del salmista: No quites de mí tu Santo Espíritu (Sal. 51:11).