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Los gusanos son las larvas vivas de las moscas como por
ejemplo las moscas de la casa, las moscas de campo, las
moscas del queso y las moscas de Brachycera. Un gusano, o
larva, es una etapa en el ciclo de vida de una mosca. Cuando
las moscas se reproducen, ponen huevos. Los huevos
eclosionan y producen las larvas. Entonces, la larva crece
hasta una etapa de pupa, que luego se convierten en
moscas. 1
Resurgimiento de la terapia
En las décadas de los 1970 y 1980 el tratamiento se empleaba
como último recurso en los casos de infección más refractarios.78
En la década de los 1990 se produce un resurgir de la terapia.
Debido a la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos,
una serie de publicaciones abordan la revisión de la terapia larval,
en lo concerniente a la comparación con la eficacia de otros
métodos y en la necesidad de esperar hasta que fallen otras
intervenciones cuando el factor tiempo es importante en los
cuidados de las heridas.2 Ronald Sherman, un médico
actualmente en la Universidad de California, en Irvine, realizó una
serie de estudios que promovieron la reintroducción con éxito la
terapia larval en el arsenal terapéutico de la asistencia médica
moderna como terapia segura y eficaz. En 1989 comenzó a criar
las moscas que previamente mantenía en su laboratorio en el
centro médico de veteranos de Long Beach, California, para
utilizar las larvas en el tratamiento de heridas. 9 El éxito de este
ensayo clínico en pacientes en los que habían fracasado dos o
más tratamientos convencionales atrajo la atención internacional y
la aceptación de este tratamiento. La especie terapéutica
utilizada, tras valorar otras fue Phaenicia sericata, la más
empleada hasta el momento.
En 1996 se creó la Sociedad Bioterapéutica internacional, una
asociación profesional que se ocupa del estudio y la promoción
de tratamientos con organismos vivos, y en especial de la terapia
larval.
En el año 2002 la terapia ya estaba siendo empleada en más de
2000 centros de salud.2 En 2003 la FDA determinó que la
regulación de su uso se debía ajustar a la de un tratamiento
médico. Actualmente, el número de centros que aplican esta
terapia probablemente excede de los 10 000.11
Fundamentos terapéuticosEl efecto terapéutico de la terapia larval
sobre heridas con infecciones agudas o crónicas se debe a la
acción sinérgica de múltiples substancias con tres modos de
acción: desbridamiento, desinfección y estimulación de la
cicatrización.2
Desbridamiento[editar]
El desbridamiento es una intervención que consiste en eliminar el
tejido necrótico de una herida, puesto que se piensa que éste
interfiere con su proceso de recuperación. Sin embargo, este
último extremo no está demostrado.12 Las larvas realizan esta
tarea sobre las lesiones porque poseen una digestión externa, lo
que significa que secretan jugos digestivos con enzimas
proteolíticas a su medio externo para posteriormente absorber el
producto así logrado. En las larvas terapéuticas, la digestión de
los tejidos no es indiscriminada, sino que se dirige exclusivamente
al tejido necrótico. En el aparato bucal de los insectos existen
elementos especializados en forma de pequeñas espículas y
garfios que facilitan la penetración de los jugos y probablemente
estimulan la secreción de citoquinas que ayudan a la
recuperación del trauma.2 Aunque el proceso de desbridamiento
es más rápido que con otros métodos, como el hidrogel, la ventaja
en cuanto a coste-eficacia no está muy clara, aunque podría ser
algo superior12
Acción antimicrobiana[editar]
Las larvas limitan o eliminan la carga bacteriana de las heridas
mediante una acción mecánica y por proteínas específicas
(defensinas y seraticinas), así como por las propias enzimas
digestivas. El desbridamiento por sí mismo realiza gran parte de
esta tarea. Por otra parte, tanto los patógenos como sus toxinas
son lavadas por las grandes cantidades de fluido generadas. Se
cree que la acción bactericida de las secreciones del insecto es
fruto de su adaptación a un medio con abundante flora
bacteriana. Es posible también que impidan la proliferación de
microorganismos creando un ambiente hostil para ellos, mediante
la alcalinización y sustancias como la alantoína, el bicarbonato
amónico y la urea.
Algunos estudios muestran que las larvas pueden aprovechar las
sustancias sintetizadas por ciertas bacterias en su propio
beneficio. Un ejemplo de este tipo de relaciones simbióticas sería
el de Proteus mirabilis, que secreta toxinas antibacterianas como
el ácido fenilacético y el fenilacetaldeído. Es posible utilizar las
larvas conjuntamente con antibióticos.2
Sin embargo, un estudio reciente demuestra que las larvas
pueden no tener efectos directos sobre el crecimiento bacteriano,
y que incluso pueden aumentarlo. El estudio propone que la
disminución de gérmenes observada en la práctica podría
deberse a efectos indirectos, y en especial se refiere a la
estimulación del sistema inmunitario.13
Cicatrización
Desde las primeras observaciones se comprobó que las heridas
tratadas con larvas mejoraban con mayor rapidez, con una pronta
aparición de tejido granulado. Parece ser que las sustancias
antisépticas antes mencionadas actúan también como factores de
crecimiento y estimulan el suministro de oxígeno a la zona
afectada. Este efecto también se obtiene en las variantes en las
que se aísla las larvas de la lesión mediante bolsas textiles. Se
favorece la curación y el remodelado mediante la estimulación de
tejido granulado que rellena el defecto, y simultáneamente el de
un epitelio de recubrimiento, la contracción de la herida y la
disminución de su tamaño. Todo ello se produce por: 2
¿Riesgos?
Miasis
1 Clasificación
2 Clínica en humanos
o 2.1 Tratamiento
3 Miasis inducida
4 Referencias
Clasificación[editar]
Miasis en un gato.
Según el tipo de parásitos, las moscas que producen miasis se
clasifican en tres categorías:2
Miasis obligatoria: las larvas son parásitos obligatorios que
requieren un huésped para proseguir con el desarrollo larvario.
Estas subsisten exclusivamente en tejidos vivos.
Los animales afectados son principalmente mamíferos
domésticos, silvestres y el humano, pero en ocasiones infestan
aves, reptiles y anfibios. Pueden intervenir las moscas de varias
familias como Calliphoridae, Sarcophagidae, Oestridae,
Gasterophilidae y Curetebridae.
El género Gasterophilus puede causar miasis entérica en
caballos, asnos, mulas, cebras, elefantes y rinocerontes. En el
humano es muy rara.2
Miasis facultativa: es causada por dípteros que son parásitos
oportunistas. En este caso las hembras adultas depositan sus
huevos principalmente en excrementos, cadáveres o sobre
materia orgánica en proceso de descomposición. Pero bajo
condiciones particulares pueden hacerlo sobre organismos vivos.
Miasis accidental: es causada por dípteros de vida libre, pero bajo
ciertas circunstancias puede ser ingerido por el huésped y
producir infestación de forma accidental.
Clínica en humanos[editar]
Las larvas producen síntomas en los humanos de acuerdo con el
sitio del cuerpo en el que se localizan. Pueden infectar tejidos
necrótico o vivos en diversos sitios: piel, ojos, oídos, tracto
gastrointestinal y genitourinario.3 Pueden invadir heridas abiertas
o ulceraciones en la piel. Algunas penetran al cuerpo a través de
los orificios nasales o los conductos auditivos. En los humanos las
larvas pueden penetrar al tracto gastrointestinal y producir miasis
entérica.4
Algunas manifestaciones clínicas de la miasis y sus síntomas:4
Síndrome Síntomas
Miasis
Úlceras y forúnculos de lento crecimiento.
cutánea