• La psicología ha descuidado casi por completo el estudio del simbolismo expresivo, a
pesar de su centralidad en casi todas las áreas de la conducta cotidiana del lenguaje poético, en el mito, etc. • La presente discusión sobre la naturaleza del lenguaje expresivo se centrará en las características principales de lo que previamente he denominado “lenguaje fisiognómico” • El problema del lenguaje expresivo, como lo vemos, puede ser ventajosamente concebido en un marco más amplio, el de la percepción. Algunos de nuestros estudios en percepción nos llevan a estipular la existencia de al menos dos modos idealizados de percepción: el fisiognómico y el geométrico-técnico. • Una de las características más sorprendente de los objetos aprehendidos fisiognómicamente parece ser su ubicua dinamicidad. Por ejemplo, la foto de un pájaro en el cielo, desde un punto de vista geométrico-técnico, es definible en términos de su forma, localización, etc.; pero desde una mirada fisiognómica, hay movimiento sin desplazamiento físico: el pájaro está volando. • Una tercera característica de la percepción fisiognómica es lo que hemos denominado la total involucración organísmica, en contraste con la articulación puramente sensorial (visual, auditiva) en los objetos percibidos geométrico-técnicamente. • El estado organísmico no es sólo el piso sobre el que el objeto se sitúa, sino que en sí participa de la formación del objeto • Cuarta característica: es la inmersión del objeto percibido dentro de un contexto atmosférico de sentimiento y acción. > Este rasgo lleva a una labilidad de los objetos perceptuales que frecuentemente conduce a una asimilación o identificación de dos cosas físicamente distintas pero inmersas en “atmósferas” similares. • Si observamos ahora al comportamiento lingüístico, encontraremos que las características encontradas en la percepción fisiognómica general parecen reaparecer en muchas esferas de la actividad humana donde la experiencia lingüística juega un rol central. • En la discusión siguiente estas características serán abordadas separadamente, aunque se debe tener siempre presente que se consideran como interdependientes más que aspectos independientes del “lenguaje fisiognómico”. 1. Aspecto de la “dinámica concreta” > Este experimento tenía por objetivo demostrar el efecto dinámico de símbolos lingüísticos presentados visualmente y localizados espacialmente > Esta característica de la dinámica concreta parece ser uno de los factores cruciales que subyacen al llamado simbolismo sonoro. • El fundamento primario para el simbolismo sonoro es probablemente el enlace interno entre la dinámica de los objetos percibidos fisiognómicamente y la dinámica expresada a través del sonido. 2. Indiferenciación psicofísica > e indiferenciación entre material y lo espiritual. Un ejemplo de tal fusión en el comportamiento no verbal, pero simbólico, se encuentra en los gestos, donde el momento material de la postura corporal y del movimiento, y, por otro lado, el momento del significado, son una unidad indisoluble. Es decir, un gesto no puede ser analizado significativamente en términos de un movimiento corporal y un significado arbitrariamente asociado a éste. • Esta fusión de lo material y lo espiritual es, por supuesto, esencial para el lenguaje fisiognómico por excelencia: el lenguaje poético 3. Involucramiento total del del organismo al experienciar un patrón de palabras visual o acústico. > Este aspecto organísmico es evidente en la experiencia sinestésica que algunas palabras pueden evocar. • encontramos clara evidencia del rol que las reacciones organísmicas juegan en la percepción de las palabras, cuando son aprehendidas fisiognómicamente. Por ejemplo, un sujeto, en respuesta a la palabra feucht (“húmedo”) 4. Inmersión en un contexto sentido. > Las palabras fisiognomizadas, por así decirlo, carecen del límite que relativamente aísla y estabiliza a las palabras codificadas. • significados de las palabras están menos escudadas de los contextos en los que ocurren, y de ahí surge el carácter polisémico de las palabras fisiognomizadas. Creemos que es esta característica la que en gran medida subyace al “símbolo” psicoanalítico, al carácter atmosférico de la palabra poética, etc. • la completa fusión de la palabra con el estado organísmico se aprecia en el hecho de que las palabras sólo tienen eficacia cuando individuos específicos (los hechiceros) las utilizan –las exhalan o las vocalizan • Para el psicólogo, no es suficiente simplemente caracterizar en términos ideales ambos modos de experiencia. Su mirada está dirigida a relacionar estas caracterizaciones con otras variables psicológicas