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Universidad Complutense de Madrid

Seminario 2005

Indicadores arqueológicos en la secuencia cultural de


Catamarca, Argentina

Dr. Néstor Kriscautzky

Universidad Nacional de Catamarca, Argentina


Indicadores arqueológicos en la secuencia cultural de Catamarca, Argentina

 Néstor Kriscautzky 2005

Universidad Nacional de Catamarca, Argentina

Edita: Gonzalo J. Trancho


Departamento de Zoología y Antropología Física
Teléf.: 91 3945114 - 608 214862
ISBN: 84-922875-4-5 (20)

Primera edición Enero 2005


Introducción: Este libro informa sobre los conocimientos que se han adquirido desde la
Arqueología, de un largo período que abarcó unos 10.000 años, desde la llegada de los
primeros grupos humanos a Catamarca, hasta la caída de los últimos grupos autóctonos
independientes del actual territorio catamarqueño. El énfasis de este trabajo está puesto en el
sistema de vida y las diversas formas de relación del hombre con el ambiente. Se explican las
distintas etapas por las que pasaron los grupos humanos en estos parajes y las formas que
adoptaron para elaborar sus sistemas de producción de alimentos o apropiación de elementos
de la naturaleza. Trataremos de explicar cómo desarrollaron tecnologías apropiadas en cada
momento, en función de sus necesidades, y de las posibilidades que les brindó el paisaje y el
ambiente en que vivieron. No hablamos de Prehistoria sino de Arqueología, y ello no es
caprichoso, nos referimos a Arqueología cuando el acceso al conocimiento acerca de los
pueblos del pasado lo realizamos por el análisis de restos materiales que dejaron estos grupos,
y no por interpretación de documentos escritos. Tratamos de explicar la vida de pueblos
anteriores a la Conquista, y consideramos una Arqueología que estudia el desarrollo de las
poblaciones autóctonas y luego una Historia que interpreta el pasado a través de la
documentación escrita. No existe un nexo que nos permita hablar de Prehistoria, puesto que
entre una y otra existe un vacío producto de la destrucción de las culturas autóctonas a partir
de la Conquista, tanto que cuando se escribe acerca de ellas salvo casos excepcionales, están
muy lejos de su realidad original, por ello nuestro trabajo hace poca referencia a fuentes
escritas, incluso etnohistóricas.

Se refiere cada etapa importante y se describe el material que los arqueólogos


consideran indicador de cada una de las “Culturas arqueológicas” tanto en lo que hace a su
material mueble, (cerámica, lítico, óseo, metal, etc.) como a los inmuebles (construcciones,
viviendas, pueblos, templos, fortalezas, represas, canales, caminos, pinturas rupestres,
petroglifos)... Se ilustra el trabajo con figuras de los sitios arqueológicos más significativos y
materiales característicos de cada momento en particular.

Miles de años de vida humana transcurrieron en un relieve quebrado y montañoso,


donde predominan los profundos valles y extensas quebradas características de las Sierras
Pampeanas y Subandinas, que confluyen hacia enormes depresiones tectónicas1 surcadas por
corrientes de agua, u ocupadas por salares que en otros tiempos fueron enormes lagos.

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Nos referimos a depresiones tectónicas para aquellas que se formaron por movimientos del terreno que
originaron las cadenas montañosas y no por erosión que realiza el arrastre de materiales que lleva el agua, en ese
último caso serían verdaderos valles.

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Los procesos de poblamiento, movimiento de grupos humanos y los más importantes
acontecimientos del devenir histórico en estas regiones estuvieron de alguna manera
condicionados por estos factores de fundamental importancia, relieve, paisaje y disponibilidad
de agua potable.

Toda investigación arqueológica debe considerar las condiciones ambientales en las


que se desarrollaron los diversos acontecimientos de la vida humana prehistórica y la
tecnología mediante la cual el hombre se adaptó a las diversas situaciones. No sería válido
encarar este trabajo sin tener en cuenta la región en su totalidad, puesto que los procesos
sociales se dieron en permanente interacción entre las sociedades humanas y el paisaje,
hombre y ambiente interpretado según el sistema de producción, que como toda acción
humana fue responsabilidad de sus gestores y estuvo en permanente cambio a través del
tiempo.

Reseña de la secuencia arqueológica:

Las principales etapas que recorrieron las sociedades humanas en nuestra zona un
entorno bastante amplio de Valles y Quebradas fue un proceso de evolución sociocultural que
comenzó con la llegada del hombre y culminó en el período Tardío, (González, 1955), o de
los Desarrollos Regionales (Nuñez, 1974), con verdaderos cacicazgos, (Raffino,1988), que en
los últimos tiempos de vida independiente entraron en contacto con los invasores Incas y poco
después con los conquistadores europeos, que acentúan los procesos de dominación y
transculturación que sufrieron compulsivamente nuestros pueblos, tanto los que fueron
rápidamente dominados y conquistados por los españoles, como aquellos que enfrentaron la
conquista política, militar y religiosa y que aún, cuando en algunos territorios como los valles
Calchaquíes resistieron a los extranjeros durante muchas décadas, sufrieron intensos procesos
de desintegración tanto en lo económico como en el aspecto socio cultural.

El ambiente: Nuestra zona de estudio está relacionada con todo el Noroeste Argentino y
Norte Chico de Chile, carece de barreras ecológicas infranqueables, el paisaje, en su mayor
parte es montañoso, quebrado y agreste, se encuentra surcado por numerosas cadenas
montañosas, que superan alturas de 6.000 metros sobre el nivel del mar en plena Cordillera de
los Andes, hasta las Sierras Pampeanas, con valles a distintas altitudes rodeados de cadenas
longitudinales de dirección predominante NorteSur, entre las que se destacan las de
AmbatoManchao con más de 4.700 metros sobre el nivel del mar y la Cadena del
AncastiGraciana que supera los 3.000 metros sobre el nivel del mar, la cadena del Aconquija
con más de 4.500, la sierra de Quilmes que supera los 5.500, la del Cajón, la Cordillera de
Laguna Blanca, etc. Los enormes "Valles", en realidad son depresiones tectónicas entre las
cadenas montañosas, que con escasas excepciones presentan una cara abrupta hacia el Oeste,
producida por el levantamiento de grandes bloques, y laderas suaves hacia el Este producto de

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múltiples fallas longitudinales. Las laderas se encuentran cortadas por quebradas laterales
menores (verdaderos valles en sentido geológico), las cuales tienen longitudes variables.La
topografía genera diversos microclimas en su interior, que varían en sentido longitudinal y
altitudinal, razón por la cual se pueden determinar varios y diferentes ambientes en pocos
kilómetros cuadrados, con distancias muy cortas entre ellos. A lo largo del tiempo se produjo
una intensa actividad humana en función de la complementariedad de recursos que permitían
estos múltiples ambientes tan cercanos, que facilitó uno de los desarrollos socioculturales más
interesantes de América del Sur.

Las lluvias son localizadas, con medias que en su mayoría no superan los 400 mm
anuales, (a excepción la zona de Puna con menos de 50 mm anuales en algunos casos, y el
Este de Catamarca, donde existe una pequeña franja con lluvias que superan los 1.300 mm
anuales). El agua, en su mayor parte proviene de deshielo, hay corrientes superficiales
permanentes, de escaso caudal, y otras, que con las lluvias estacionales sufren crecidas
violentas de poca duración. Con una gran capacidad de arrastre, acentuada por la existencia
de material suelto, totalmente carente de elementos de cohesión, que en la actualidad se ha
acentuado por los procesos antrópicos destructivos que se acentuaron desde la Conquista
hasta el presente.

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Vegetación: La vegetación en la mayor parte de este territorio corresponde al Monte del
Espinal (Cabrera: 1951), una comunidad botánica característica de regiones áridas con
especies adaptadas a las condiciones del medio, que antes de la degradación antrópica actual
cubrió de tupidos montes toda la zona, con especies de gran porte como los algarrobos
blancos y negros, mistoles, chañares, etc. que consiguieron elevar agua desde napas profundas
y permanentes. Estos bosques, cubrieron las zonas de ladera y llanuras más bajas, y
permitieron que en el suelo protegido por la media sombra se desarrolle una vegetación de
gramíneas, que junto con el ramoneo y los frutos fue el sustento de la fauna, tanto las especies
de mamíferos herbívoros como las aves que se alimentaron también de invertebrados,
pequeños mamíferos y reptiles ó carroña, fue sumamente importante como recurso, tanto
alimentario como para utillaje y vestido. Proveyó de carne, grasa, cueros, fibras, tendones,
huesos, plumas, cera, mieles y propóleos.

Estos bosques también fueron durante todo el desarrollo sociocultural arqueológico


de Catamarca, una importante fuente de aprovisionamiento de frutos, nueces, semillas, tallos,
hojas y raíces, que se usaron para alimentación, tanto para su consumo directo como
preparados para conserva en forma de harinas, arropes, o bebidas fermentadas y alcoholes; en
otros casos las partes de la flor, cortezas, semillas, proveyeron de medicinas y tinturas, colas,
esencias, ó incluso fibras vegetales útiles para la cestería y maderas duras o blandas.Las
diferencias de altura producen a su vez una clara diferenciación en la cubierta vegetal, a
medida que se asciende, los montes van dejando lugar a los pajonales y pastizales de altura,
que prácticamente dominan el paisaje desde los 1.500 hasta casi los 3.000 metros sobre el
nivel del mar. A partir de esta altitud, la vegetación se hace rala y achaparrada debido a las
condiciones cada vez más extremas, hasta casi desaparecer por encima de los 4.000 metros
sobre el nivel del mar.

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No son menos ricas las especies de fauna de altura, se destacan fundamentalmente:
los camélidos como el guanaco y la vicuña, aunque no dejan de merecer atención los venados
ó huemules que aún existen en gran cantidad, las aves corredoras como el huayco, una
enorme perdiz de varios kilos y los ñandúes petisos o suris de altura, y varias especies de
chinchillas y vizcachas.

Hay excepciones a esta generalidad que mencionaremos a continuación, una es la


porción que corresponde al ambiente de Puna, en todo el noroeste de la provincia de
Catamarca. Está comprendida por un altiplano sobreelevado extremadamente seco y con
escasa vegetación, donde las condiciones ambientales son extremas debido a la altura y
continentalidad, con bajas temperaturas y ausencia de precipitaciones, e intensa acción de los
rayos solares, que inciden con todo su poder debido a que una delgada capa atmosférica de
pocos miles de metros no logra mitigarlos. Además de ello influyen en las condiciones la
bajísima presión atmosférica, y una base rocosa volcánica e hidrotermal, de tobas rosadas y
amarillas, ónix amarillo, rosado, o verdoso, que juntamente con los conos de los volcanes de
basalto, conforman un paisaje de aspecto muy particular. (Siempre por encima de los 3.000
metros sobre el nivel del mar). Estas áreas están circundadas por altas cordilleras que reciben
agua en forma de nieve o granizo en las cumbres, esta, al derretirse baja deslizándose sobre la
roca de base, unas veces en freáticas muy cercanas a la superficie, otras en arroyos y ríos que
caen hacia depresiones cerradas donde se forman lagos de agua dulce en las épocas de mayor
afluencia, y luego, a medida que disminuye el agua por evaporación, pasan de salobres a
salados hasta secarse completamente transformándose por épocas en salares de cloruros,
sulfatos, con gran contenido de litio y fosfatos.
La flora de esos altiplanos es pobre y poco evidente, en general camuflada por el
polvo, salvo las plantas de ricarica, tola, algunos poquísimos algarrobos propios de la zona, y
efímeros pastos entre los que predomina el jaboncillo.

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En estas altas punas, la fauna está adaptada perfectamente a las condiciones del
ambiente, y ha sido desde los primeros tiempos de ocupación humana un recurso importante.
Los mamíferos hervíboros de mayor porte son los camélidos vicuñas y guanacos. Existen
también numerosas especies de roedores, aves corredoras, y numerosas aves migratorias, que
en algunos casos anidan y se reproducen en las lagunas de altura. Entre ellas merecen
destacarse los flamencos o parinas, y también diversas especies de patos y gansos, además, el
ñandú petiso o suri, que aún en la actualidad se puede ver en grandes grupos recorriendo los
terrenos cercanos a los salares o desplazándose por las laderas.

Otra zona con rasgos ambientales particulares es la del Este, desde las cumbres de la
cadena del Ancasti hasta entrar en la llanura santiagueña, se caracteriza por un paisaje
boscoso húmedo, con lluvias que en muchos casos superan los 1.000 mm anuales; esto
permite el desarrollo de grandes bosques dominados por especies de maderas duras como los
cebiles y quebrachos colorados, otros como horco molles, cocos y cedros, nogal criollo,
guayacán, y numerosas especies de árboles más pequeños, cubiertos de epífitas, helechos y
enredaderas que conforman una verdadera selva húmeda y oscura.

Hacia el Sur se extienden los llanos riojanos y catamarqueños, que comparten con la
llanura pampeana características especiales como la vegetación de estepa y monte
achaparrado y la falta de agua de superficie y de lluvias.

Arqueología:
Los estudios arqueológicos en la zona comenzaron muy temprano, motivados posiblemente
por la espectacularidad de las grandes ruinas del Período Tardío, los pueblos y pucaráes, los

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caminos, tampus y fortalezas incaicas, represas, petroglifos, pinturas rupestres en aleros y
abrigos, han sido un desafío para los estudiosos desde hace mucho tiempo en todo el Noroeste
Argentino y especialmente en Catamarca.

La provincia de Catamarca en particular, ha sufrido un saqueo sistemático de su


riqueza arqueológica desde el siglo XVIII, y merced a ello, se han provisto de innumerables
piezas de gran valor cultural los museos de antropología y arqueología del mundo entero. Los
innumerables trabajos de arqueología acerca de nuestra región, realizados hasta la primera
mitad de este siglo, no vinculan la arquitectura con los tipos de asentamiento ó la concepción
del espacio, y conciben una pobre profundidad temporal para el desarrollo de las culturas
locales. No describen ni ponen énfasis en los sistemas de producción, incluso cuando se
relevaron algunos sitios con estructuras que resultaban espectaculares, los planos abarcaban
sólo los pucaraes ó sectores amurallados, y se interesaron por los cementerios y la riqueza que
aportaban a las colecciones, poco o nada se hizo sobre las construcciones que se encuentran
fuera de estos sectores y en ningún caso se relevó un sitio completo. Incluso en la actualidad
muchos trabajos recurren a los viejos planos incompletos de principios de siglo. Recién en la
década del 60, a partir de "Contextos culturales y cronología relativa en el área central del
Noroeste Argentino" se reconoce a nivel científico la periodificación de las diferentes
entidades socioculturales del NOA, (González:1955), Se separan los contextos
correspondientes a cada una y adquieren profundidad histórica. Poco después con la
inestimable ayuda de los fechados radiocarbónicos, y una vuelta a los trabajos en el terreno,
impulsados por el Dr. González, y realizados tanto por Él, como por sus alumnos y tesistas
desde el Museo de La Plata, los cuadros cronológicos y las secuencias culturales van dando
forma a un largo proceso histórico cultural que abarca miles de años, desde los más antiguos
pobladores hasta la Conquista española, y poco a poco comienza a tomar forma la prehistoria
del Noroeste Argentino. González recorrió y excavó en el valle de Hualfín, Dto. Belén, y el
Valle de Abaucán, Dto. Tinogasta, donde realizó sus trabajos de investigación y Tesis
doctoral Carlota Sempé, que descubrió y describió las culturas Abaucán y Saujil, desde la
Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata, (Sempé, 1976; 1977). También desde la
misma facultad se investigó y excavó en El Mollar, Tafí del Valle, provincia de Tucumán, a
principios de los años 60, definiendo una nueva cultura en la que toma importancia el estudio
del patrón de asentamiento y de los sistemas de construcción, que habían sido poco
considerados en los trabajos anteriores. (González: 1960).

Las expediciones de docentes y alumnos de las universidades de Rosario, y de


Córdoba excavan las poblaciones de la Cultura Alamito que es descripta por Nuñez
Regueyro, tomando muy en cuenta la arquitectura y el patrón de asentamiento en su
caracterización (Nuñez, 1972).

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La descripción de las otras "culturas" se basó en contextos, estilos decorativos, y
modalidades de enterratorio, poco peso tuvieron los patrones de asentamiento2 ó la
arquitectura, y es tanta la importancia de las colecciones depositadas en los museos,
especialmente las que realizaron las expediciones financiadas por Muñiz Barreto, que por
ejemplo Culturas como "Cóndor Huasi" carecen de patrones conocidos de construcción y
asentamiento prácticamente hasta la actualidad. Los trabajos arqueológicos en Catamarca se
intensificaron también desde el Museo de La Plata en el Valle de Santa María donde se
realizaron investigaciones para concretar sus Tesis doctorales como la de Delfor Chiappe en
Loma Rica de Shiquimil (Chiappe: 1965) y la de Mario Eduardo Cigliano en Famabalasto.
(Cigliano: 1960) Los trabajos se basaban en el análisis de colecciones preexistentes en el
Museo de La Plata, y se complementaban con cortos períodos en el terreno que no incluyeron
excavaciones amplias sino a lo sumo algunos sondeos.

Cigliano con Marquez Miranda publicaron Rincón Chico (Marquez Miranda y


Cigliano 1957, 1959), que ya había sido mencionado por Ernesto Salvatierra (Salvatierra,
1966), y realizaron una primera separación de la secuencia de urnas santamarianas en dos
grandes grupos diacrónicos, uno tricolor, más antiguo, y otro bicolor que llega hasta la
Conquista. Se investigó también en el valle de Abaucán durante la década de 1960, y se
realizaron numerosos trabajos en diferentes sitios que culminan con la tesis de María Carlota
Sempé, con datos nuevos y el descubrimiento y descripción de nuevas culturas arqueológicas
como Saujil y Abaucán, se descubrieron sitios de todos los períodos desde el Temprano hasta
HispanoIndígena y Colonial, incursionando incluso en la etnohistoria, con revisiones y
nuevos trabajos en La Troya (Watungasta), que había sido descripta a fines del siglo XIX por
Gunardo Lange, (Lange,1882). Un grupo muy importante realizó en esa década estudios con
trabajos de campo y sondeos en numerosos sitios del departamento Santa María, desde la
Universidad de Rosario, cuyos resultados son compilados en un tomo por Cigliano. (Cigliano:
1960). El Valle del Cajón fue recorrido por María Delia Arena que publicó un interesante
trabajo referido especialmente a la zona de Campo del Fraile y aledaños. (Arena, 1975).
Luego se produjo un tiempo de política autoritaria en el país, y afectó también la producción
en la Arqueología catamarqueña hasta la década del 80. Algunos investigadores que
trabajaban en la provincia se vieron obligados a migrar, otros consiguen apoyo de las
autoridades del momento para realizar cursos o becas en el exterior. Los que quedan en el país
en muchos casos tienen numerosas trabas para seguir trabajando en universidades o centros de
investigación, por lo que se genera un vacío de las investigaciones arqueológicas en
Catamarca hasta la vuelta a la democracia.

En la década del 70 se trabajó después de mucho tiempo en Antofagasta de la Sierra,


que había sido visitada por Boman (Boman,1907), y aparecen algunas descripciones de Omar

2 Nos referimos a la forma de distribución de las construcciones, uso y delimitación del espacio que en cada grupo
fue una costumbre arraigada a lo largo de años y manifestada en comportamientos recurrentes o patrones de
conducta respecto de la construcción

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Barrionuevo (Barrionuevo, 1973), que recorre numerosos sitios del Departamento. En 1973 se
publica un trabajo de Cigliano y Raffino, investigadores del Museo de la plata, con un
enfoque distinto que apunta a una explicación diferente del problema arqueológico (Cigliano,
Raffino, 1973).Varios trabajos de Raffino hacen mención de problemáticas vinculadas a la
Arquelogía de Catamarca, desde "La ocupación Inka en el Noroeste argentino. Resumen y
Perspectivas" (Raffino, 1978), donde por primera vez se estudia la presencia incaica en
Argentina con mención a numerosos sitios en Catamarca, el problema de la urbanización inka
con el estudio de tres casos en Catamarca, Hualfín, Shincal y Watungasta (Raffino, Baldini y
Olivera, 1984) ó la problemática Aguada en "La expansión septentrional de la cultura La
Aguada en el NOA" (Raffino, Raviña, Baldini, Iacona, 197982). Luego obras como
Poblaciones indígenas de la Argentina, (Raffino, 1988), Los Inkas del Kollasuyu, (Raffino
1982).

Actualmente se realizan intensos trabajos en Shincal, donde se están limpiando y


excavando con miras a la conservación efectiva, las estructuras arquitectónicas del sitio
incaico más importante y espectacular de Argentina. Ana María Lorandi desde el Museo de la
plata, comienza investigaciones en Andalgalá, excavando Chaquiago (Lorandi, 19801982),
que son después continuadas por Verónica Williams con importantes aportes en el tema
incaico; Cristina Scattolín y María T. Albeck de la misma universidad visitan Laguna Blanca
(Departamento Belén), y realizan una publicación al respecto, pero no continúan con sus
trabajos en esos sitios, Scattolín realiza investigaciones en la ladera oriental del Aconquija,
excava en Los Cerrillos (Departamento Santa María) en sitios del Temprano. El que escribe
estas páginas comienza en 1980 un trabajo en Valle de Santa María, con la colaboración de
alumnos del Museo de la Plata, personal de Catamarca, y financiación de la Secretaría de
Cultura de la Nación. Incluye las excavaciones e investigaciones en la localidad de Fuerte
Quemado, con apoyo de la Dirección de Cultura de la provincia de Catamarca y de la
Municipalidad de Santa María, que continúa en la actualidad.

Desde la segunda mitad de la década de 1980 Myriam Tarragó de la Universidad de


Buenos Aires, dirige un equipo que investiga en el Valle de Santa María en Rincón Chico.
(Tarragó, 1987). En la región de Puna desde principios de 1980 trabaja un grupo de
investigadores de Buenos Aires en precerámico, dirigido por Carlos Aschero. Además, Daniel
Olivera en el formativo e incaico y Mercedes Podestá en pinturas rupestres y petroglifos. En
Antofalla, Dto. Antofagasta también en la Puna catamarqueña, que fuera trabajada en la
década del 50 por Pedro Krapovickas, está desarrollando un proyecto de investigación
Alejandro Haber con un equipo de la Escuela de Arquelogía de Catamarca. En el borde de
Puna, al norte del Dto. Belén está trabajando Daniel Delfino de la Escuela de Arquelogía de
Catamarca. Sobre las nacientes del Chaschuil, en el Altoandino encuentra dirigiendo un
proyecto arqueológico Norma Ratto de la Escuela de Arquelogía de Catamarca. En Valle
Central de Catamarca, había comenzado sus investigaciones y excavaciones un pionero de la

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arqueología en la provincia, Omar Barrionuevo, pero su pronta desaparición dejó truncos
estos emprendimientos.

En el valle del Río Miraflores (Capayán), se encuentra un equipo de la Escuela de


Arquelogía de la Universidad Nacional de Catamarca dirigido por Alejandro Haber. Desde
hace pocos años nuestros aportes personales abarcan el Departamento Capital, en temas
relacionados con la Cultura de la Aguada, con un equipo conformado por profesionales y
alumnos de la Escuela de Arquelogía de Catamarca. En trabajos conjuntos Kriscautzky y
Togo han encarado investigaciones relacionadas con la Arqueología del Valle Central que
continúan las que empezaron en 1978 a solicitud de la provincia. En Los Castillos
(Departamento Ambato), había investigado en la década de 1970 un equipo que dirigían
Heredia y Perez (Heredia y Pérez, 1973) desde la Universidad Nacional de Córdoba. Los
proyectos continúan dirigidos por Pérez con arqueólogos de Córdoba y Buenos Aires. En La
Rinconada (Departamento Ambato), los trabajos que iniciara Alberto Rex González continúan
ahora dirigidos ahora por Inés Gordillo desde la Universidad Nacional de Buenos Aires.En
Ancasti, continúan los trabajos que iniciara Nicolás de la Fuente de la Escuela de Arqueología
de Catamarca, en la década de 1960 con énfasis en los estudios de pinturas rupestres, en lo
que posiblemente sea el mayor reservorio de pinturas en abrigos de Argentina (De la Fuente,
1973, 1975 a; 1975 b).

El tema del arte rupestre está tambien encarado en el Este de Catamarca por Ana
María Llamazares, y un equipo que incluye arqueólogos del Museo Etnográfico de Buenos
Aires dirigido por José A. Perez. En la Provincia de La Rioja ha retomado sus trabajos
Nicolás de la Fuente y también Amanda Giordano y María Elena Gonaldi, que recientemente
han intensificado las investigaciones en Talampaya, y las investigadoras de La Plata Gabriela
Ravigna y Adriana Callegari en temas vinculados con Aguada, y recientemente se ha
incorporado Sergio martín, que está trabajando intensamente en relación con la ocupación
incaica el la provincia. La provincia de Tucumán, por su parte ha intensificado los trabajos
desde el Instituto de Arqueología, sus trabajos incluyen también algunas zonas de Catamarca
como Sínguil y Alamito. Como es claro apreciar, la gran cantidad de arqueólogos en la zona,
que en pocos años se incrementará con los egresados de las nuevas carreras específicas que
están produciendo recursos humanos especializados, e indudablemente se traducirán en el
corto plazo en importantes resultados, aunque son todavía pocos para desentrañar la
Arqueología de esta riquísima porción del NOA.

Caracterización arqueológica:
Cada una de las zonas que hemos mencionado anterior mente tuvo desarrollos socio
culturales interesantes. En todos los casos estuvieron condicionados por las características del
paisaje y ambiente que influyeron las decisiones de los grupos humanos en las distintas etapas
culturales independientes del Noroeste Argentino, que terminaron con la irrupción incaica en

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el Oeste de Catamarca, últimos tiempos de vida de las culturas autóctonas catamarqueñas,
previas a la destrucción total producida por la Conquista Española.

Precerámico3:
Los primeros pobladores humanos en el área que nos interesa formaron pequeños grupos de
cazadores recolecto res, su estrategia de subsistencia fue de tipo parasita rio. Los hallazgos y
trabajos de investigación realizados hasta el momento, les asignan los restos de industrias
precerámicas, que se localizan en los valles del Oeste, los bordes de las Salinas Grandes y en
la Puna, con varia ciones propias de cada área.

La falta de registro de material correspondiente al Período Precerámico en el Este y


Valle Central se debe más a la carencia de proyectos de investigación que se hayan interesado
por este tema que a una ausencia de población humana en aquellas lejanas épocas. Es muy
posible además que en estas zonas de mayor humedad los materiales en su mayoría se
hubieran trabajado en madera o hueso, que se deterioran con el tiempo y no perduran
fácilmente en el registro.

Por otro lado, mientras que en el Oeste y Puna los procesos erosivos se han ido
intensificando desde el siglo XIX, y dejaron gran cantidad de material a la vista. En el Centro
y Este, en cambio, se produjo un proceso de deposición que cubrió los materiales de aquellas
épocas, y no es común encontrarlos en superficie, salvo en cercanías de las Salinas Grandes, y
fuera de las estibacio nes del Ancasti, donde existe también un intenso proceso de
desertización producido por acción humana, que ha acentuado la erosión al dejar
desprotejidos los suelos por sobrepastoreo o explotación indiscriminada de los bosques para
producción de leña y carbón. Hay pocos trabajos arqueológicos con excavaciones sistemáticas
que hayan ubicado materiales "in situ" de tiempos precerámicos en los valles del Oeste,
tampoco exis ten fechados ni acuerdo sobre la funcionalidad de los mismos, se registran
numerosos sitios con piezas que fueron consideradas precerámicas, como Ampajango, Yape,
Aguada grande del Valle del Cajón, Angulos, Los Zazos, sitios cercanos a aguadas o a
corrientes de agua, que tienen gran canti dad elementos arqueológicos en superficie, desde
núcleos, hasta prolijas puntas bifacia les. (Liberani Hernández, 1877), (Chiappe, 1965),
(Cigliano, 1962). Se destacan algunos bifaces4 toscos trabajados por percusión, que en
opinión de algunos autores serían elemen tos terminados, (hachas), y para otros: preformas, es
decir instrumentos en elaboración. Por su ubicación geomorfológica se les asignó una gran
antigüedad, cercana a los 10.000 años. Las fuentes de materia prima consisten en rodados que

3 Se denomina así el período de vida humana previo a la utilización generalizada de la cerámica para la
elaboración de recipientes.

4 Se denominan "bifaces" a un tipo de instrumento arqueológico producido por tallado desde ambas caras en
diversos tipos de rocas, que conforman filos irregulares en bisel.

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se encuentran sobre la superficie de las antiguas terrazas fluviales, en las que también hay
sitios arqueológicos agro alfareros en asociación con instrumentos líticos con feccionados en
materiales idénticos a los de las piezas antes mencionadas. Existe la posibilidad que de estas
fuentes de materia prima se hubieran provisto grupos humanos a lo largo de milenios, y los
restos de trabajo lítico corresponden a la actividad de grupos humanos desde los cazadores de
tiempos precerámicos, hasta períodos modernos.

La Región Puneña también presenta numerosos restos de épocas precerámicas, desde


hace unos pocos años se están llevando a cabo interesantes trabajos en Antofagasta de la
Sierra donde se han podido fechar materiales arqueológicos en capa, llegando a casi los
10.000 años (Aschero,1988), (Aschero y Podestá, 1986),(Yacobaccio,1983 85). Se intenta
además una explicación de la forma de vida de estas entida des antiguas en función de todo
tipo de recursos, no sólo los alimentarios, sino también las materias primas y los elementos
que conforman la compleja vida de las sociedades humanas; por otra parte es probable que en
las regiones de Puna se haya producido en algún momento el proceso que llevó a la
domesticación de los camélidos, (Llamas), y se procura encontrar evidencia al respecto. La
zona Este, en los bordes de las salinas grandes tiene restos arqueológicos precerámicos, lo que
la hace sumamente interesante, puesto que en épocas cercanas al 10∞ milenio a.C., estas
grandes depresiones estaban ocupadas por un enorme lago de agua dulce que unía a la región
noroeste con la región pampeana. Es sobre las costas riquísimas en recursos para las
sociedades cazadoras reco lectoras donde se habría dado en nuestra opinión, la relación entre
los grupos de las llanuras pampeanas con los de las serranías del NOA; este nexo se habría
cortado con la desecación de los lagos y la formación de las salinas en los últimos milenios,
Cuando los lagos se encontraban cubiertos con agua dulce, sus riberas recorrían parte de las
actuales provincias de Catamarca, La Rioja, San Luis, Córdoba y Santiago del Estero; al
achicarse esos espejos de agua, las zonas que estuvieron cubiertas por el lago poco a poco se
salinizaron transformándose en depósitos de agua y barro salino casi sin vida, absolutamente
inhóspito, circundado por un desierto, con escasos afloramientos de agua de los cuales pocos
son enteramente potables, (la mayoría de los actuales están cargados de sulfatos y arsénico y
son purgantes o venenosos), por ello estas llanuras se habrían transformado en zonas carentes
de interés para las sociedades cazadoras.

Etapas:
Si nos basamos fundamentalmente en los medios de pro ducción ó de apropiación de
energía, podemos diferenciar dos etapas, la primera es aquella en que las sociedades humanas
viven en permanente nomadismo, moviéndose en fun ción de la caza y la recolección de
especies que forman la parte más importante de la dieta, aunque la recolección incluye una
amplísima gama de recursos que no es fácil de detallar y que complementan la actividad
cazadora.De todos los elementos componentes de la dieta, el más importante fue
indudablemente el agua, y en todas las épocas ha sido determinante o condicionante de vida,
tanto vegetal como animal ó humana.

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Los restos arqueológicos de estos primeros grupos humanos son pocos, y en su gran
mayoría sólo se han con servado aquellos que fueron elaborados sobre materiales no
perecederos. No es común encontrar restos arqueológicos de instrumentos u objetos de
madera, hueso, cuero, fibras, salvo en aque llos escasos lugares que mantuvieron un clima
seco y frío, como el macizo puneño, ó la Cordillera, donde no se producen procesos de
putrefacción, debido a condiciones ambientales que hacen difícil la vida y reproducción de
microorganismos que puedan descomponer las materias orgánicas. Estas condiciones se
mantuvieron durante los últimos 10.000 años en Puna y Altoandino, por ello en esas zonas se
han registrado hallazgos arqueológicos de restos orgánicos en los sedimentos acumulados en
cuevas y aleros.Los instrumentos y útiles de esta época que llegaron hasta nuestros días
habían sido trabajados a percusión sobre piedra, retocados también a percusión o presión,
elaborados a los fines de obtener filos cortantes o que ayudaron a los cazadores en las tareas
de cuereado, destazado y trozado de los animales, y el posterior trabajo con los cueros y
huesos.Los arqueólogos, a partir del análisis de los grupos de instrumentos que aparecen en
los distintos sitios, de la relación entre los instrumentos en el yacimiento, y de los yacimientos
entre sí, intentan interpretar la actividad específica de cada uno, y explicar el acontecer socio
cultural y las relaciones hombre ambiente. Los restos de fauna, flora ó polen, aumentan la
infor mación que dan los propios sedimentos en que se incluyen los restos, y permiten
aproximarse al conocimiento del clima y ambiente en que desarrollaron su actividad los
primitivos habitantes humanos en cada época.

En nuestra área, los yacimientos del período más antiguo que hemos denominado
Precerámico se cuentan por miles, pero a pesar de ello son poquísimos los trabajos de
investigación que realmente responden a las preguntas que generalmente nos hacemos, como
su antigüedad, forma de vida, organización social, relaciones de trabajo, etc.En lo que

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sabemos hasta el momento para los primeros pobladores, se cuenta con fechados que rondan
los 8.500 a.C., para materiales de puntas de proyectil ubicados en capas de sedimentos que
permiten conocer su relación con el ambiente y su antigüedad a través de diversos análisis.Las
otras áreas, si bien tienen materiales en superfi cie de puntas "Ayampitín", no se han
estudiado en profundi dad. Si es válido hacer analogías, estos elementos estarían por el 6.000
a.C, asociados a grupos de cazadores recolec tores, con gran incidencia de la actividad
recolectora de granos, y especialización en la caza de camélidos. Las puntas, grandes y
espesas, no corresponden a puntas de flecha, sino a lanzas que serían arrojadas con la mano o
con la ayuda de propulsores5. Si bien no tienen la posibilidad de la caza a gran distancia, son
muy efectivas, puesto que su gran peso produce una descarga tan grande de energía al
impactar en una presa, que generalmente sobreviene la muerte por paro cardíaco. Lo que no
siempre ocurre con las flechas, que siendo más livianas difícilmente maten la presa
inmediatamente, requiriendo en estos casos una posterior persecución y rastreo que produce
mayor gasto energético de parte del cazador.

Los tiempos precerámicos podrían dividirse en dos, un Precerámico Temprano del


10.000 al 7.000 a.C. frío y húmedo, con intensa movilidad de los grupos humanos, y un
Precerámico Tardío entre los 7.000 y 1.000 a.C., con clima más cálido y seco que restringe el
movimiento entre zonas puntuales que teniendo agua se constituyen en oasis, para
desembocar en el proceso de domesticación de camélidos y semi sedentarismo de los grupos
humanos, los cuales pasan de nómades a transhumantes, y de cazadores especializados a
pastores, en las regiones de Puna y Altoandino.

Domesticación de plantas y animales:

Del proceso que llevó en esta área a la domesticación de plantas y animales se conoce
poco, es un tema que presenta serias dificultades para investigar. No sabemos si algunos
fueron domesticados en el área que nos interesa y llevadas a otra parte, ó si el proceso ocurrió
a la inver sa, aunque existen muchas alternativas posibles.En general, y en lo que hace a las
especies botánicas, nos inclinamos a pensar que éstas fueron domesticadas en otras áreas y
llegaron a Catamarca por diversos procesos de difusión.

En cuanto a los animales domésticos, teniendo en cuenta la existencia en nuestro


territorio de las especies silves tres que los originaron, consideramos la posibilidad de la
difusión de las especies domesticadas, junto con la selec ción de variedades propias,
fundamentalmente en el grupo de los camélidos.Habría que verificar las medidas

5 Se denominan así un tipo de instrumento que consta de un mango largo y un gancho donde se apoya el extremo
distal de las lanzas y permite arrojarlos con mayor fuerza y precisión debido a un aumento del brazo de palanca.

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osteométricas de los camélidos domésticos arqueológicos para determinar esta posibilidad,
puesto que en observaciones hechas por especialistas en llamas actuales de Catamarca, las
características de su anatomía, como así también de las fibras que producen permitirían hablar
de una "Llama argentina", que derivaría de un proceso de domesticación independiente.

En otras especies es difícil determinar diferencias entre domesticación o


amansamiento, pero hay algunas evi dencias en crónicas o documentos rupestres (Crónica);
(Segu ra, 1988), que expresan a través de la plástica la idea de aves domésticas como los
gansos y los suris ó ñandúes. Entre los mamíferos, los cuises (Cavia), y algunas especies de
vizcachas o chinchillas (Lagidium) presentan en el registro arqueológico evidencias de
estados patológicos que podrían ser motivadas por estados de cautividad o domesti cación
(Kriscautzky, ms.). Sedentarismo:Tenemos mayor caudal de evidencias en relación con el
sedentarismo, aunque no está del todo claro como se produjo el proceso en nuestra zona. De
las teorías explicativas generales, creemos que en el caso del NOA un decrecimiento de la
humedad produjo necesariamente, en las zonas más sensibles, una readaptación de los
sistemas económicos que desembocó en la adopción de técnicas agrícolas en la región de los
valles. En regiones de puna, la caza cada vez más especializada junto a cambios socio
culturales produjo como resultado técnicas de pastoreo dirigido, que transformó a los grupos
de nómades restringidos en transhumantes con campa mentos estables dependientes de las
condiciones climáticas en las distintas estaciones del año. En el caso de los valles, la
agricultura pasó a ser la actividad principal, con el complemento del pastoreo y la caza y
recolección. En las zonas altas, habría ocurrido exactamente al contrario, la actividad
principal sería el pastoreo, debido posiblemente a que la vegetación es más fácilmente
utilizable por los animales adaptados al ambiente, y las actividades complementarias la
siembra y cosecha de especies adaptadas. Tanto en unas como en otras se mantiene como
constante la caza y recolección que no desaparecen pero cambian en importancia, en el caso
de los valles se genera un excedente de semillas que permite el intercambio con las áreas
pastoriles de altura donde el excedente es la lana.

Los primeros asentamientos sedentarios van asociados como en todo el mundo a un


uso generalizado de la cerámica, que aparece poco antes de la Era Cristiana, conformando
parte del registro arqueológico de los primeros pueblos que estable cieron aldeas, y
conformaron las primeras obras de infraestructura dedicadas a la producción agríco la.

Divisiones del proceso de desarrollo socio cultural:


A los efectos de explicar y entender el proceso de desarrollo socio cultural, que es
continuo, se establecen divisiones en función de criterios tomados en cuenta según los dife
rentes autores. Algunos separan períodos (espacios de tiempo), otros etapas (secciones de
tiempo caracterizadas por determinado tipo de elemento arqueológico, sistema económico, u
organización social).En nuestro caso, y a los fines de explicar un desarro llo que llevó miles

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de años, tomamos en cuenta al sistema económico en función de la apropiación de energía
para la primera gran división, dividiéndolo en dos períodos, uno más antiguo de extracción,
en que el hombre se apropia de los seres vivos en estado natural, como predator, es el período
de Cazadores Recolectores, que abarca un largo lapso de tiempo, desde la llegada de los
primeros habitantes hasta cerca del 0 de la Era Cristiana, al que sucede otro que se caracteriza
por el manejo de los recursos naturales y producción basada en plantas y animales
domésticos, con sistemas de almacenamiento para los excedentes, Este período se denomina
de Productores o Agro alfarero.

En el período de Cazadores Recolectores, la actividad principal y dominante de todos


los grupos humanos fue la recolección de productos vegetales y animales: invertebrados,
reptiles, huevos de aves y reptiles. Para la caza de mamíferos y aves, los individuos estaban
obligados a trasladarse permanentemente en función del recurso. Las organiza ciones sociales
eran muy laxas, conformaban grupos poco numerosos, la mayoría de las veces simples
familias nucleares que a lo sumo se agruparían estacionalmente a los efectos de cace rías de
conjunto, y rituales vinculados a la reproducción, tanto propia como de los animales de los
que subsisten. Su vida fue altamente dependiente de los caprichos de la naturaleza. Utilizaron
para vivienda los abrigos rocosos, cuevas y aleros que sirvieron para protegerse de las
inclemencias del tiempo, siempre en lugares cercanos a las aguadas con pastizales, que
constituían obligados pasos en el recorrido de las especies silvestres más intensamente
cazadas como los camélidos, tanto guanacos como vicuñas. Estos tiempos de economía
puramente extractiva fueron generalmente denominados precerámicos, puesto que los
yacimientos correspondientes a ellos no registran cerámica. Se los divide en función de
determinados tipos de instrumentos líticos que son los que perduran en mayor cantidad a
través del tiempo, tomando en cuenta las técnicas empleadas en su elaboración, según sean
tallados en forma unifacial o bifacial, sobre nú cleos o lascas. En muchos casos cuando fueron
elaborados instrumentos líticos de formas recurrentes fácilmente identificables y se denominó
a las industrias arqueológicas con el nombre de un instrumento típico, algunas veces
equiparando el nombre del instrumento al de la Cultura, por ejemplo: Cultura Ayampitín ó
cazadores Ayampi tín, en otros casos se les asigna un nivel que a su vez representa un lapso
de tiempo en algún yacimiento ó sitio tipo en el que se los ha podido fechar, y se habla de
niveles a los que se agrega el número y el nombre de la cultura, por ejemplo: Ayampitín ó de
Cueva Fell, etc., dándoles por lo tanto un nombre que coincide con el lugar donde se realizó
el trabajo que por primera vez descubrió y describió los elementos.

La forma de vida de economía recolectora cazadora se mantuvo durante milenios, los


primitivos habitantes fueron acumulando y compartiendo conocimientos. Acumularon
información acerca del terreno, los recursos minerales, vegetales y animales, que dieron por
resultado una relación entre el hom bre y el ambiente cada vez más estrecha y efectiva.
Permitió un mejor aprovechamiento de los recursos, y por ende, como resultado el aumento
de la población humana, que puso en desequilibrio la relación hombre ambiente, generando

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una seria crisis que tendió a solucionarse con el surgimiento de nuevas técnicas más
apropiadas para suplir sus carencias, las que desembocaron en nuevas formas de organización
social y relación de las sociedades humanas con la naturaleza. La familiaridad con el
comportamiento de especies tanto animales como vegetales, permitió seleccionar aquellos
más aptos para ser utilizados en función de necesidades humanas, las que tras un largo
proceso de prueba ensayo, que produjo cambios y selección en función de satisfacción de
necesidades, se transformaron en especie doméstica.

En nuestro caso, son pocas las especies animales cuyo comportamiento social y
requerimientos ambientales alimentarios y de reproducción permitieron el paso de silvestre a
doméstico. Entre éstas son de mayor importancia los caméli dos, (cuya velocidad de
reproducción y adaptación les permitió subsistir en estado silvestre a pesar de ser los más
intensamente cazados en todos los tiempos), de ellos derivan dos especies domésticas, la
alpaca (muy adaptada a grandes alturas y suelos blandos) y la llama, (adaptada a casi todo
tipo de terreno). Estas especies son las de mayor porte, y proveye ron de lana, cuero, carne,
grasa y medio de transporte entre otras cosas. Otros, como los roedores del género Cavia
fueron seleccionados para la producción de alimento, al igual que algunas especies que en
estado de amansamiento no doméstico proveyeron proteínas, como los chinchillones y
armadillos entre los mamíferos, y diversas especies de patos, gansos y ñandúes entre las aves.
En el período anterior, el perro, derivado de los lobos circumpolares entró a América con los
primeros pobladores ya doméstico, adaptado a las necesidades de los grupos cazadores, en
función de su importante papel en el rastreo y captura de presas, los animales domesticados a
posteriori lo son en función de otras necesidades como la producción de lana, grasa, carne,
huesos, combustible..

También las especies botánicas, que poseían todos los mecanismos de preservación,
reproducción y dispersión conseguidas en años de evolución natural, se transformaron merced
al trabajo humano consciente y orientado, en variedades total mente dependientes de la
cultura humana para su reproduc ción. Se los seleccionó para lograr variedades que carezcan
de los mecanismos anti herbívoro como taninos, astringentes, espinas, venenos, malos olores,
mal gusto, etc. en el caso de los que se domesticaron para ser destinados a la alimentación.
Los humanos, actuando en contra de la selección natural los readaptó para elaborar frutos con
cáscaras duras que mantengan pulpas comestibles, ó producir semillas carentes de meca
nismos de dispersión naturales, de esa manera se prepararon para solucionar necesidades
humanas los zapallos, maíces, ma níes, papas, ajíes, quínoas, entre muchos otros. En el caso
de plantas usadas con fines medicinales, como las aromáticas, ó aquellas que tienen
propiedades tintóreas, y las de fibra para cestería, no se produjo un proceso de domesticación,
sino que fueron utilizadas en forma natural, aunque existió evidentemente un profundo
conocimiento de sus propiedades. No debemos olvidar entre estas a los narcóticos como el
tabaco, otras que combinaron las propiedades narcóticas con las alimentarias como la coca, y
los psicotrópicos usados para las ceremonias ritua les, entre las cuales se destacan el cebil,

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rupachico coro, y numerosos cactus. No sabemos que cultígenos son producto del trabajo de
domesti cación por grupos humanos prehistóricos en nuestra región, pero lo cierto es que en
un determinado momento en casi todo el subcontinente en las zonas altas son adoptadas las
técnicas de producción.Todo este lapso revolucionario e irreversible en que se pasa de la
economía de extracción a otra con énfasis en la producción, se denomina Período de "Cultivo
Incipiente"6. Es relativamente fácil encontrar los extremos, la ausencia o presencia de
producción, pero es sumamente complicado determinar arqueológicamente todo el proceso,
que a nuestro entender es gradual y sumamente largo.En los valles y quebradas, en un
ambiente diferente, el proceso es distinto al de las regiones de puna, puesto que los grupos de
cazadores recolectores van ocupando las vegas cercanas a las vertien tes en las partes más
altas de un antiguo piedemonte, remanente de un proceso geológico muy anterior al del
piedemonte actual que llega al fondo de los valles. Los piedemonte antiguos, viejos
derrumbes producto de condiciones ambientales diferentes de las actuales, están cercanos a
los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Estos antiguos niveles geológicos presentan
generalmente vertientes en su parte alta. Estos ojos de agua, a medida que se acentuaron los
procesos de desecación, fueron transformándose en oasis con agua permanente, a diferencia
de los cauces del fondo de valle, que mientras duró el período húmedo tuvieron agua, y en los
últimos siglos se fueron transformando en cauces semi temporarios.

Este proceso es muy claro en las laderas del Aconquija sobre el valle de Santa María,
donde todas las vertientes altas tienen restos del Período Temprano, como Buey Muerto, Los
Cerrillos, etc., mientras que las de piedemontes modernos más abajo sólo registran restos
arqueológicos a partir del Período Tardío.

Una vez alcanzado el nivel de producción de alimentos, las sociedades se encuentran


en el denominado Período o Etapa Formativa. En el aspecto socio cultural fueron necesarios
cambios notables que resultan verifica bles en el registro arqueológico, como son la
sedentariza ción, el uso generalizado de la cerámica para la elaboración de contenedores que
pasaron a utilizarse desde ollas para cocina hasta complicadas piezas ornamentadas de tipo
ritual, asociado a ello se registra la construcción de obras de infraestructura, muros de
contención, represas, canales, viviendas de paredes de piedra, adobes o tapia, etc. A partir de
este momento se da un proceso acelerado de cambios, que en el ámbito arqueológico se
registran como restos de aldeas, pueblos, y por último establecimientos urbanos
monumentales cuyos restos son cada vez más descomunales. Ello es producto de un avance
en el conocimien to de técnicas que perfeccionan la relación hombre ambiente, aumentos de
la producción y el excedente, ajustes en las relaciones sociales, y como resultado de todo ello

6 Este lapso de tiempo del Cultivo incipiente es una transición entre los sistemas de recolección y los de
producción, los grupos van desarrollando técnicas de cultivo y al mismo tiempo formas de asegurar el crecimiento
y rendimiento de las plantas, van surgiendo los sistemas de cuidado del suelo, y manejo del agua.

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un mejoramiento en las condiciones de vida, que producen inevi tablemente un marcado
crecimiento demográfico. Esta última etapa que llega hasta la Conquista Española, se ha
denominado “Período Agro Alfarero”. A continuación pasaremos a describir elementos
arqueológicos que son indicadores de cada uno de los momentos que mencionamos
anteriormente.

Para explicar los restos arqueológicos de los tiempos Agro Alfareros en nuestra zona
tomamos en cuenta la divi sión en cinco grandes etapas que a su vez están englobadas en tres
grandes subdivisiones.

Las Culturas del Período Temprano que se encuentran vinculadas con el área de
nuestro trabajo son: Cóndor Huasi, Ciénaga, Alamito, Candelaria, Saujil, Tebenquiche, (el
nombre de cada cultura se ha tomado del sitio tipo donde fue extraída la información que
permite definirla).

La actividad predominante a partir del Temprano es agrícola ganadera, se usan otras


denominaciones para las divisiones menores, en general basadas en estilos cerámicos, a las
que se adjudica el rango de "Culturas". Para divisiones temporales mayores se toman en
cuenta características de producción ó lapsos de tiempo entre hitos bien conocidos
arqueológicamente, como las expansiones imperiales Tiahuanaco e Inca, y la Conquista.

Período Temprano:
Este primer período abarca desde el sedentarismo definitivo hasta la llegada de las
influencias del Imperio Tiahuanaco al NOA, se caracteriza por las primeras construcciones
con mampostería de piedra y el uso generalizado de cerámica, elemento cultural inalterable
que se ha usado durante mucho tiempo como indicador para definir e identificar sus diferentes
modalidades o Culturas.

En su mayoría las aldeas del Período Temprano, ó Formativo Inferior, donde la


actividad predominante es la producción agrícola, se construyeron en los valles altos, con
napas freáticas muy cercanas a la superficie, y en proximidad de las vertientes o vegas de
altura que son lugares apropiados para los primeros cultivos rudimentarios. Desde el
comienzo del sedentarismo, demostrando un uso intensivo del sentido común y
conocimientos prácticos producto del ensayo y error, desarrollan muros de contención para
evitar los derrumbes, y poco después canalizaron el agua para realizar riego por superficie.

En esa época sus asentamientos eran pequeños, conformados por construcciones


arracimadas, con recintos habitacionales de forma cilíndricocónica, de planta circular. Entre
los espacios destinados a la siembra. Utilizan la piedra como mampostería para la
construcción, es un material accesible, abundante en la zona, y de gran utilidad. Los rodados

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grandes son acomodados para constituir la base de las construcciones, y su agrupamiento en
forma vertical para realizar las paredes contribuye al despiedre de los campos de cultivo.

Las áreas de actividad están delimitadas por paredes, son de planta circular, con un
espacio destinado a los trabajos cotidianos, compartido por grupos pequeños, enterraron a sus
muertos en los patios compartidos por varias viviendas adosadas a la pared principal que
conforma el perímetro, las aberturas de comunicación que dan hacia el interior de los grandes
espacios compartidos. Es probable que estuvieran organizados en clanes de tipo totémico,
donde un tótem o menhir presidía cada grupo de casas (Raffino, 1988 pp 8389)., éstos
menhires son generalmente monolíticos, en algunos casos de varios metros de altura y
profusamente decorados con tallas en relieve. En Catamarca son comunes en la zona alta del
Departamento Paclín, en otros lugares las construcciones son de base circular, similares pero
carecen de menhires, fueron construidos con madera, Hay además diferencias con los de otras
provincias, los de Catamarca generalmente tienen sólo una cara humana tallada, en cambio
los de otros sitios como los de Tafí del Valle en Tucumán, están decorados en toda su
extensión, no sabemos si son diferencias culturales ó cronológicas. Estas aldeas de
agricultores tempranos se construyeron junto a las vertientes que alimentan las vegas altas, los
espacios destinados al cultivo son de formas diversas, no pertenecen a la geometría
euclidiana, están determinadas por las curvas de nivel, entre estos terrenos para el cultivo se
distribuyen los recintos de piedra subcirculares que fueron usados para vivienda y actividades
cotidianas.En los valles bajos más vinculados a los bosques chaqueños y las yungas, el
proceso se dio de manera diferente, con el uso de otros cultígenos y manteniendo un fuerte
complemento de caza y recolección, en aldeas ribereñas de las corrientes de agua permanente
(Kriscautzky 1975).

Más adelante, en función de un mayor conocimiento del comportamiento y


reproducción de las especies, con técnicas agrícolas efectivas, ocuparon también valles altos

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con terrenos de escasa pendiente, que si bien no son tan apropiados para permitir el riego por
canales, resultan sumamente aptos para la siembra de tubérculos de altura sin riego artificial,
a secano, debido a que tienen un régimen de neblinas, que aunque son altos y rodeados de
cadenas montañosas, permiten un ambiente más benigno y protegido del que esperaríamos
encontrar por efecto de la altura, como por ejemplo, el Valle de Tafí, el Campo del Pucará, los
Valles de Sínguil y Balcosna, etc. Un ejemplo de ello son los asentamientos en el Campo del
Pucará (Nuñez 1972), con recintos de formas en planta diferentes, no circulares, y aldeas
planificadas donde no sólo ha cambiado el patrón de asentamiento sino también los materiales
empleados en la construcción; se usó el barro amasado reforzado con columnas de piedra
rodada superpuesta en la construcción de los recintos en aldeas que se encuentran en plena
llanura, a diferencia de las anteriores que estaban en el piedemonte. Se orientan de forma
preconcebida, cada grupo de recintos se asocia a un par de plataformas de piedra y un
montículo, relacionados con una enorme depresión rodeada por las construcciones.

Cóndor Huasi: Es muy conocida por su excelente trabajo en cerámica, es la más llamativa
del Temprano de Catamarca, de gran belleza estética, con técnicas interesantes de elaboración
y decorado, los conocimientos actuales respecto de la misma permiten diferenciar las
siguientes fases, por sus asociaciones y fechados.Río Diablo:

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La más antigua de ellas, tiene piezas en cerámicas toscas con antiplásticos de arenas
gruesas y medianas, la cocción puede ser tanto reductora como oxidante, los colores son
rojizos o negruzcos, las formas más características son jarritos de cuerpo geoide achatado
decorado con líneas excisas, que forman rombos rellenos de impresos puntuales realizadas
con un instrumento de punta roma sobre la pasta fresca, tienen cuello cilíndrico decorado con
líneas incisas en pasta fresca que no conforman motivos identificables.

Cóndor Huasi policromo: Más moderna, presenta extraordinarias piezas modeladas y


pintadas con esmaltes permanentes en tres colores, la base es un engobe pulido de color rojo
intenso, y los motivos son geométricos conformando escalonados de color negro con reborde
crema. Con este se encuentran piezas rojas lisas, blanco sobre rojo, ó rojo sobre blanco, donde
la decoración se aplica sobre un engobe bien pulido. La pasta es siempre igual, con
antiplástico de arena y mica, y de calidad regular. En otras piezas se encuentra una decoración
muy especial en que el color natural de la pasta pulida contrasta con el ahumado zonal y
crema, conformando una decoración negativa, junto con ella hay ollitas de color gris con
tonalidades marrones con modelados que representan productos naturales, frutos (zapallos) ó
elementos culturales (hachas).

Los modelados en cerámica policroma son antropomorfos, en muchos casos


netamente fálicos, zooantropomorfos7 , o productos simplemente de la fantasía de los artistas.
Entre los zoomorfos se destacan figuras de animales que tienen características morfológicas
similares a cerdos, de patas cortas y desproporcionadas. Con representación pintada de
manchas de aspecto felínico y modelados sobre la pieza o agregados al pastillaje, que

7 Se destaca especialmente una pieza con dos cabezas, una humana y otra de llama que tiene una corona , esta
corona en las otras piezas de Condor Huasi Polícromo la llevan los humanos, pero en este caso es tanta la
importancia dada a las llamas productoras de lana, y por ende generadoras de riqueza, que se la ha coronado en
forma muy evidente

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representan dientes que pueden ser incisivos o grandes colmillos curvos, y tienen modelada
una larga cola, estos "tigrillos" se encuentran de a pares en las tumbas. En algunas ocasiones
aparecen tumbas con esta cerámica asociada a piezas pintadas en negro y rojo sobre un fondo
crema pulido que corresponden a la Cultura Vaquerías, intrusiva en nuestra área, provenientes
de la selva amazónica, los motivos decorativos son geométricos sobre engobe pulido, y
también hay excelentes modelados, aunque nunca se observan pinturas naturalistas. La
antigüedad estimada para Cóndor Huasi es de unos 1.800 años, los fechados radiocarbónicos
lo ubican entre los siglos II∞ y III∞ de la Era Cristiana.

Los restos Cóndor Huasi mejor estudiados provienen en la mayoría de las tumbas
excavadas en cementerios del Valle de Hualfín, pero no se tiene un conocimiento acabado
acerca de la sociedad Cóndor Huasi, su forma de vida, la construcción de sus viviendas, ni el
tipo de asentamiento, aunque está muy asociado a una Cultura arqueológica del mismo
período a la que se ha definido principalmente por los patrones arquitectónicos, la Cultura
Alamito, es probable que ambas, (Algunos autores la llaman Condor Huasi Alamito),
constituyan un sistema cultural que vivió durante el Período Temprano, con diferencias
cronológicas entre los sitios del Valle de Hualfín, y los del Valle del Pucará, donde se lo
encuentra asociado con aldeas planificadas, cuyos recintos están construidos con paredes de
mampostería en piedra ó de barro batido con refuerzo de columnas levantadas con piedras
rodadas planas, todo ello en un ambiente ecológico diferente del que tenía en el Valle de
Hualfín. Restos asignables a Cóndor Huasi se encuentran en los Departamentos: Ambato,
Capital, y Paclín, asociados con cerámicas de tipos que corresponden a la Cultura Aguada, en
algunos casos con construcciones que responden al patrón de Alamito y otros con sitios de
paredes de piedra que corresponden a las culturas del formativo inferior del valle de
Catamarca.

Cultura Alamito:
Se la conoce fundamentalmente por sus patrones arquitectónicos y la distribución
espacial de sus poblados en zonas llanas altas, en terrazas fluviales y fondo de valle cerca de
los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Allí, las condiciones climáticas a pesar de la altura
son benignas, por el cordón de cerros de miles de metros de altura que evitan la rigurosidad
esperada a esas altitudes, produciendo un régimen especial de neblinas encajonadas que
proveen de humedad a las tierras a pesar de la escasez de lluvias.

Los poblados "Alamito" son pequeños, y están constituidos por cinco ó seis
habitaciones rodeando un espacio central un poco hundido hacia el Oeste, presentan un
montículo central y dos plataformas. (Nuñez, 1972) Llaman la atención las piezas
arqueológicas de esta cultura, especialmente las que se encuentran elaboradas en piedra, entre
las que se destacan: vasos, morteros, recipientes de distinto tipo y forma en piedras duras o
blandas, de dimensiones variables, desde miniaturas en forma de animales hasta grandes
columnas monolíticas ó menhires, con figuras humanas. Posiblemente las más conocidas sean

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aquellas que se denominan "Suplicantes", tallas de forma humana o simiesca en actitud de
súplica, o en posición forzada de enterramiento, donde la combinación y el equilibrio entre
formas y volúmenes son realmente extraordinarias. Estas piezas se encuentran en los
yacimientos del final de Cóndor Huasi ó Alamito, Campo del Pucará y zonas altas de la Sierra
de Ancasti, en los Departamentos Paclín, Ambato y Andalgalá. Los fechados ubican a
Alamito entre el 200 y el 450 d.C. tendría entre 1.800 y 1.550 años de antigüedad. La
cerámica de este momento reúne distintos tipos de Cóndor Huasi y Ciénaga, otra Cultura del
Temprano que describimos a continuación, algunos tipos propios, y otros que se repiten luego
en sitios con cerámica Aguada en el Valle Central como los pintados en rojo y negro con
reborde blanco.

Cultura de la Ciénaga:
Se la ha considerado más tardía en el área que las anteriores, en algunos momentos
interactúa con ellas, se caracteriza en la arquitectura por el uso de la piedra para construir
tanto sus habitaciones como las estructuras destinadas a la siembra, las viviendas eran de
planta circular, en núcleos de 3 a 6 entre los espacios enmarcados en paredes de piedra
destinados al cultivo. Al igual que las anteriores sus actividades fueron principalmente
agrícolas. Sus sitios se vinculan con vertientes que fueron canalizadas para distribuir agua a
canchones de forma circular construidos para el cultivo. La agricultura fue tan importante
como el pastoreo de camélidos, y mantuvieron un importante complemento de la dieta con la
caza y recolección, sus piezas cerámicas son de gran calidad, aunque también tuvieron buen
trabajo de piedra, y metales como plata, oro y bronce. Los vasos en piedra destinados a
rituales de las últimas fases de Ciénaga son excepcionales, de muy buena calidad, con
decoración externa en relieve representando personajes de aspecto humano ó zoomorfo. La
forma de estas piezas es abombada, cilíndrica ó bicónica, con formas que recuerdan a las de
Tiahuanaco, incluso personajes humanos parecidos a los que decoran la "Puerta del Sol" de

25
esta cultura. Sin embargo, Ciénaga es probalemente más conocida por su excelente cerámica.
En las tumbas de esta cultura se han rescatado miles de piezas enteras de excelente calidad,
entre las que se destacan las de cocción reductora8 , de color gris y las decoradas por escisión.
Los motivos son geométricos o figurativos. Hay también algunas de cocción oxidante9
pintadas con una tinta de color morado sobre la pasta naranja, y excepcionalmente algunas de
color negro sobre blanco.

En un principio, en Ciénaga la decoración se caracteriza por un predominio de líneas


rectas que componen motivos geométricos de ángulos escalonados, o en cuadriculados. En
momentos posteriores, se delimitan los motivos con líneas excisas gruesas, rellenados con
impresión en pasta fresca de puntos al azar, realizados con instrumento de una sola punta o
por líneas de puntos impresos con instrumentos de puntas múltiples, (peines). Los motivos
naturalistas pueden ser zoomorfos ó en algunos casos antropomorfos, los animales
representados se pueden interpretar como vizcachas, monos, camélidos, en algunos casos con
caracteres felínicos, nunca constituyen escenas, y en el caso de estar agrupados no se
enfrentan. Hay piezas modeladas, de aspecto felínico ó figuras humanas femeninas de grandes
caderas, pero no es muy frecuente, las formas predominantes son los jarros y jarras de cuerpo
cilíndrico ó de cuerpo globular con cuello recto. En las últimas fases comienzan a usarse
formas abiertas como los pucos o fuentes, que tienen una decoración muy particular
consistente en líneas formadas por pequeños círculos impresos en el borde.Las piezas
decoradas de mayor tamaño son las urnas, utilizadas para el entierro de párvulos, algunas
tienen forma de grandes pucos, mientras que otras fueron hechas con un cuerpo subglobular y

8 Cocción reductora es aquella en la cual las piezas son colocadas en hornos o cubiertas para evitar el contacto con
el aire, por ello ante la falta de oxígeno se tornan de color gris , cuando se las coloca en ambiente libre, con aire y
por lo tanto con oxígeno el color que toman es rojizo por la oxidación de los minerales de hierro que simpre
componen la pasta.

9 Es cocción al aire libre, donde los elementos que contienen hierro se oxidan y toman colores de la gama de los
ocres o los rojos.

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con cuello. En cerámicas toscas hay una gran variedad, destacándose enormes tinajas que
posiblemente se usaron dentro de los recintos como depósitos ó contenedores. El área de
dispersión de la Cultura Ciénaga abarca las actuales provincias de Catamarca y La Rioja,
parte de Santiago del Estero y Tucumán, y sus cerámicas se encuentran también al otro lado
de la cordillera en San Pedro de Atacama.

Período Medio: El uso generalizado de nuevos recursos y técnicas, posiblemente de origen


altiplánico con otras concepciones en el uso del espacio, que les permitieron construir su
propio paisaje, la interacción con los sistemas preexistentes, y la influencia de grupos
humanos de tradición diferente, dieron origen a las pautas culturales que serán características
de un nuevo período ó etapa llamado Período Medio (González: 1977), ó Formativo medio
(Nuñez: 1974), ó Formativo Superior (Raffino: 1988), ó Período de integración Regional
(Perez y Heredia 1987).La indudable interacción entre estos pueblos agroalfareros, el
mejoramiento de las técnicas de pastoreo y la selección de especies domésticas en función de
necesidades, un notable perfeccionamiento en sistemas de riego y control de cuenca, con
estructuras para frenar los procesos erosivos, el uso racional del secano, y la utilización
simultánea de diferentes ambientes, sumado a los nuevos sistemas de conservación y
almacenaje, evidentemente generaron un aumento de la producción y mejoramiento de la
calidad de vida. Consecuentemente con ello, se implementó un nuevo sistema de creencias,
que aseguró el mantenimiento de una organización política de ideología diferente, con
marcada estratificación social y donde hubo seguramente un aumento del número de
pobladores que generó la necesidad de nuevas tierras, razón por la cual, la presión
demográfica llevó a estos grupos a radicarse en áreas más bajas, donde encontraron las
condiciones climáticas propicias para determinadas actividades agrícolas. Estas fueron
posibles con la selección de variedades de cultígenos adaptados a estos nuevos ambientes y la
transformación responsable del paisaje para las nuevas nuevas técnicas agrícolaganaderas.

27
Fueron las laderas de pendientes apropiadas cubiertas de buenos suelos de la cara
oriental de la cadena del Ambato, donde las nuevas técnicas de producción basadas en el
riego y el efectivo control de cuenca permitieron el crecimiento y la expansión de estos
grupos, que en determinados momentos con climas apropiados se extendieron hasta la actual
provincia de San Juan, abarcando toda el área semiárida del NOA y parte de Cuyo. En el
Valle Central de Catamarca, las condiciones climáticas menos rigurosas, y los cambios en la
conformación social permitieron realizar obras de infraestructura realmente descomunales,
terrazas de cultivo, canchones y andenes regados por diversos métodos, tanto de
desplazamiento de agua en superficie como de elevamiento de la capa freática o captación de
humedad de las neblinas por condensación en muros de piedra. Todo ello fue estructurado y
sostenido por un sistema ideológicoreligioso fuerte, con una organización social estructurada
y mantenida por la ideología dominante, en un sistema de sociedad rural estratificada, que no
presenta claras evidencias de la existencia de capitales o residencias de algún “señor”,pero
que evidentemente aseguró la tranquilidad interna necesaria para realizar las obras comunales,
que requirieron de una tarea de labor de conjunto realmente importante.

Esta etapa está caracterizada arqueológicamente por restos asignables a "Cultura de


La Aguada". Sus piezas cerámicas llamaron la atención de los estudiosos desde siempre, y en
los últimos años se intensificó su estudio notablemente. Se denominaba cultura Draconiana
desde su primera descripción por Samuel Lafone Quevedo, (Lafone Quevedo, 1902),
constituyendo parte de la Cultura de los Barreales de Salvador Debenedetti, (Debenedetti,
1931). Su denominación actual se debe a los estudios de Alberto Rex González que la define
definitivamente. (González, 196164). Se extiende desde la Puna al Norte hasta la provincia de
San Juan por el Sur, con características diferentes según las áreas, y posiblemente constituye
una larga tradición que también tiene diferencias temporales.

Terrazas de cultivo. Sitio Pata del Buey

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En nuestra área presenta diferencias bastante netas entre el Oeste de Catamarca y La
Rioja y la zona Central de Catamarca o Valle Central y el Este de esta provincia. Las
diferencias son notables en sus restos arqueológicos, presentando matices o modalidades en
diferentes aspectos, aunque en todos los casos hay una ideología dominante claramente
identificable en sus manifestaciones artísticas, entre cuyas representaciones se destaca una de
aspecto felínico, el “tigre” o “dragón de la Aguada”.

Sitio Pueblo Perdido de la Ouebrada

Las representaciones demuestran la existencia de un chamanismo poderoso y el


desdoblamiento de la personalidad por el uso de alucinógenos, entre una deidad felínica y el
hombre que se feliniza; hay evidencia de rituales sumamente cruentos, con sacrificios
humanos canibalismo y cacería de cabezas. En el Valle Central se han encontrado cráneos
humanos quemados con el foramen magnum agrandado, posiblemente a los efectos de extraer
el cerebro, y entre los restos de alimentación de los fogones no es raro encontrar huesos
humanos. (Kriscautzky, ms). Los cráneos de esqueletos asociados a Aguada presentan en
muchos casos una notable deformación tabular erecta10 aunque en excavaciones reciente
hemos descubierto para diferentes sitios Aguada algunos cráneos sin deformación, y en los
sitios mas tardíos algunas deformaciones circulares.

10 Se denomina así a un tipo especial de deformación intencional del cráneo que se realiza en edad de crecimiento
de un indivíduo por la aplicación de aparatos deformadores, ó de una cuna rígida que impide al hueso desarrollarse
en algunas direcciones y lo obliga a tomar formas preestablecidas.

29
Los poblados de esta cultura, en muchos lugares tienen construcciones de paredes de
piedra bien planificados, también utilizaron el barro encajonado y el adobe, en algunos sitios
se los considera verdaderas fortalezas debido a su ubicación estratégica, en otros son poblados
grandes no fortificados como en la base de los piedemonte del Oeste de la sierra de Ambato.
En el Valle de Hualfín no tienen paredes de piedra, probablemente fueron de material
perecedero o adobes.

En las laderas del Ambato construyeron con mampostería de piedra, con lajas
verticales en las caras de los muros que tienen un tercer cuerpo de piedras pequeñas y
sedimento conformando los cimientos con estos muros de tres cuerpos. Por encima de ellos
colocaron las piedras de mampuesto generalmente canteadas en posición horizontal, cuidando
que sus lados planos queden hacia el interior de los recintos conformando lienzos muy
parejos. En algunos recintos se usan las paredes de sedimentos húmedos encajonados con
columnas de piedras como en Alamito, otras de piedras verticales en doble fila calzadas con
piedras más chicas y mortero entre ellas, y en algunos tabiques internos que dividen recintos
hemos encontrado adobes colocados con sedimento arenoso húmedo.

Paredes internas – Pueblo Perdodo de la Quebrada

La construcción de los poblados, responde a una planificación previa, según distintas


funciones, algunos priorizan las de tipo ritual y religiosas como La Rinconada en el
Departamento Ambato, con un gran montículo ceremonial, frente a una depresión rodeada de
construcciones, en otros casos son sólo los montículos como en el Departamento Capayán, ó
enormes estructuras escalonadas en varios niveles como en las cumbres del cerro de Ambato.
(Kriscautzky ms).

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En los bordes del Salar de Pipanaco, al Oeste del Cordón de Ambato, son enormes
sitios habitacionales como los de La Ciudacita, Pajanco y Tuscamayo, donde las
construcciones se realizaron en piedras bola, o rodados, algunas veces son recintos
rectangulares regulares o no, en grupos pequeños dentro de las quebradas como ocurre en el
Este de Catamarca.

Plataforma – cementerio, cumbres del Ambato

No está claro aún si las diferencias son temporales ó funcionales, o responden a


ambos aspectos, por el momento sabemos que los sitios del Valle de Catamarca son un poco
anteriores a los de Hualfín, y los estilos cerámicos asociados indican la presencia de estilos
como Ciénaga, Condor huasi, y Aguada.

Arte rupestre:
Uno de los aspectos más sobresalientes de este momento es el arte rupestre, que
presenta algunas variantes según las zonas en las que se lo encuentra, en el borde de Puna las
representaciones son grabadas en las areniscas de acantilados que están oxidados y cubiertos
de pátina, al ser golpeados producen por contraste los motivos en positivo, p.ej.: en Aguas
Calientes, Departamento Belén, estos petroglifos representan animales y escenas de caza
mezclados con imágenes del felino de Aguada. En Rincón, Departamento Pomán, son
motivos serpentiformes trabajados por la misma técnica, en cambio, más al Este, sobre los
cerros del Ancasti, las técnicas son el estucado y las pinturas, destacándose la representación
de figuras plenas de movimiento en color blanco, pinturas en color naranja de animales con
aspecto de camélidos, grandes felinos en blanco con manchas naranja, amarillas o blancas,
personajes humanos en actitud de danza con sus armas o elementos rituales como hachas,
lanzaderas, cabezas trofeo, ó verdaderas representaciones de escenas completas donde los

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individuos bailan en ronda alrededor de una fogata, ó dirigen bandadas de ñandúes con la
ayuda de largas varas, e incluso escenas zoofílicas de hombres con camélidos.

La Candelaria, Ancasti

En estas últimas representaciones pintadas se repiten algunos motivos que son


comunes en la cerámica de Aguada policroma o Portezuelo, ó en el Aguada negro pulido
inciso que se encuentra asociado con esta. Muchos de los aleros con pinturas rupestres tienen
muros o paredes de protección en el frente, que permitió regularizar el piso en su interior, aún
no se han realizado trabajos de excavación sistemáticos en ellos, los que sin duda darán
interesantísimos resultados, algunos fragmentos en superficie se corresponden con el Aguada
Portezuelo.

Sobre las laderas altas de la cadena de Ambato que bajan hacia el Valle Central, estos
grupos construyeron enormes campos de terrazas de cultivo, canchones y andenerías, represas
y canales, que realmente llaman la atención, son evidentemente tarea de grupos humanos
perfectamente organizados.

Andenes en Rematillo, Ambato

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Se ha avanzado bastante en el conocimiento del arte decorativo y la cerámica de
Aguada, existen numerosos tipos cerámicos entre los que merecen destacarse algunos como
los bruñidos grises, negros y marrones que generalmente están decorados con motivos
realizados por grabado en pasta seca, con un instrumento de punta fina. Los trazos tanto de
líneas rectas, como curvas, denotan una gran seguridad en el manejo del instrumento y
conocimiento acabado de la técnica y motivo final esperado.

Los motivos pueden ser tanto geométricos como figurativos, en los de tipo naturalista
se representan felinos con todos sus atributos, garras, cola, manchas, grandes colmillos.

Otros animales como llamas o alpacas se representan en grupos que algunas veces
llegan a constituir escenas completas donde un hombre lleva de tiro varios animales atados a
una cuerda, o aquellas en que se dibujan atadas a una gran estaca. También se representan
felinos acollarados de a pares, o solos en actitud de ataque o defensa.

Los humanos aparecen representados con vestimentas, sombreros, cascos, pueden


llevar en sus manos hachas, lanzas, tiraderas, pipas; hay variaciones según los tipos
cerámicos.

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En los grises comunes en Hualfín, los humanos pueden estar de frente, mientras
Valle Central, en el tipo negro inciso de Portezuelo, los humanos tienen la cabeza de perfil
aunque el cuerpo generalmente se representa de frente.

No son menos interesantes las cerámicas pintadas que se encuentran en todos los
sitios, con algunas variaciones en cuanto a su frecuencia según los lugares, algunas no son
comunes en el Oeste y otras desaparecen en el Este.

Entre una singular variabilidad de tipos, merecen destacarse los polícromos en negro
y rojo sobre crema de los valles del Oeste).

Los rojo pulidos y los negro sobre rojo pulido, mientras que hacia el Valle central se
acentúa la presencia de polícromos sobre fondo opaco crema o blanco, con representaciones
muy complejas de círculos y óvalos divididos por líneas cruzadas que determinan cuadrantes,
que tienen puntos en su interior distribuídos de distintas formas. También se representan
figuras de felinos y figuras humanas, pájaros y otros animales en los cuales con pocos trazos
se representan claramente las especies.

Los colores usados son: negro, rojo, marrón, naranja, bordó, en varios y distintos
tonos, sobre un engobe11 espeso, opaco, de color casi blanco, de base calcárea.

Las piezas son de formas abiertas u ollas de cuerpo globular y cuello cilíndrico, con
asas horizontales pequeñas. Estos tipos no están muy bien estudiados pero predominan los de
decoración en negro sobre crema con líneas escalonadas con superficie interna negra alisada,
los de líneas paralelas naranja y negra alternadas con interior negro alisado, y los de exterior
negro, rojo, marrón y morado con interior negro pulido o bruñido.

11 Se trata de un baño de material arcilloso que se dá a la pieza cuando está seca.

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No son raras las piezas abiertas con decoración interna, en esos casos generalmente
los decorados son en negro sobre rojo ó sobre el color natural de la pasta pulida del interior, y
la mayoría de las veces representan felinos ó fauces aisladas.

Son comunes también las figuras humanas modeladas en cerámica que representan
personajes femeninos desnudos o vestidos, suelen tener pinturas faciales y complejos tocados.

Las que están vestidas son extremadamente chatas, la representación de la boca es


una simple hendidura y puede tener en algunos casos pequeñísimos labios. Los ojos son
grandes y ovales, generalmente están encuadrados por grandes cejas, las narices son
prominentes, casi carecen de mentón y las orejas si existen apenas se notan, la mayoría de las
veces la cara tiene un perfil acorazonado. Las que aparecen desnudas tienen más volumen, las
extremidades se representan atrofiadas, y el sexo señalado en forma apenas apreciable.

La metalurgia, especialmente del bronce alcanzó niveles óptimos, se hicieron hachas,


cinceles, agujas, discos, pinzas, manoplas.

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Con el uso de la técnica de la "cera perdida" 12llegaron a realizar verdaderas
maravillas artísticas, con representaciones en relieve, entre todas ellas merece mencionarse el
llamado "Disco de Lafone Quevedo" encontrado en Andalgalá, verdadera joya del arte
Aguada en metales.

En los últimos tiempos hemos excavado enterramientos diferentes asociados a


Aguada, en El Rodeo, Ambato, se excavó un entierro múltiple en cajón de piedra con
ofrendas líticas, cerámicas y metálicas. En el valle central se excavaron numerosos entierros
asociados a Aguada portezuelo en fosas bajo los recintos de habitación, en posición de
espaldas, con las piernas encogidas, sin ofrendas, pero sostenidos en los pies y la cabeza con
manos de mortero para mantener la posición flexionada. En estos momentos los fechados
están dando para Aguada de las laderas del Ambato, que llamamos Aguada Inicial fechados
mas tempranos que para Aguada Portezuelo, para los primeros entre 1.800 y 1550 antes del
presente, y para los últimos entre 1000 y 850 antes del presente.

Período Tardío o de Desarrollos Regionales:

En todo el Oeste, cerca del 1000 d C. la Integración regional sufrió una seria crisis, no
tanto a nivel ideológico y tecnológico como político, conformándose diferentes jefaturas
independientes que ocuparon en general los grandes "valles" y sus quebradas laterales.

Las culturas arqueológicas del Período de Integración Regional (Nuñez, 1988) (Pérez
y Heredia, 1988) desaparecen del registro en gran parte de la región, y dan lugar a la
conformación de las sociedades del denominado “Período de los Desarrollos Regionales” o

12 Es una técnica que permite realizar frabajos con relieves externos e internos con el uso de moldes rellenos de
ceras que se desplazan con el metal líquido permitiendo trabajos perfectos con inclusión de vacíos

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“Período Tardío”, que se caracteriza por un registro arqueológico donde predominan las
construcciones de tipo defensivo, fuertes amurallados en posiciones altas, con claras
funciones estratégicas, encerrando depósitos y rodeados de múltiples murallas que evidencian
una época de beligerancia, (Pucaras) y otras construcciones defensivas (Torres y Bastiones),
lo que indica una permanente lucha por el territorio y la necesidad de proteger las cosechas y
fuentes de agua. Como comentamos anteriormente éstas últimas toman gran importancia en
sociedades que utilizan el regadío, especialmente en zonas áridas como Catamarca, y luego
adquieren valores mágicos en algunas culturas como la incaica.

Fortaleza de Punta de Balasto

En ésta época de los Desarrollos Regionales, para el área que nos ocupa, no hay
diferencias notables entre los grupos humanos del Tardío en sus medios o sistemas de
producción, probablemente existiría un idioma único, el cacano; se han delimitado diferentes
territorios, y hay diferencias en algunos aspectos de las manifestaciones artísticas de cada
grupo, pero son mas las semejanzas que las diferencias.

Hay evidencias de una estratificación social marcada, y del surgimiento de un


estamento social dominante y poderoso, que habría surgido desde el período anterior, pero
que aquí se manifiesta muy intensamente, no sólo en las representaciones artísticas sino
también en las viviendas y sepulturas.

Se desarrolla con mayor intensidad la minería en función de la metalurgia, que pasa a


ser una actividad importante, no sólo productora de elementos de lujo, sino de herramientas
de uso cotidiano.

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Se construyeron numerosas y grandes obras de arte, represas, canales y campos de
terrazas de cultivo, en un sistema de cacicazgos andinos (Raffino: 1988 pp 155202), con el
surgimiento de protociudades y principios de urbanismo.

Loma Rica de Chiquimil

La ganadería de la llama continúa perfeccionandose. Hay mejoras en la producción de


fibra, seleccionada por largo y espesor en función de diversas necesidades de uso, la actividad
textil es intensa, hay una cierta especialización en algunos grupos vinculados a diferentes
actividades, como la textilería en algunos y la cerámica en otros. En la agricultura se optimiza
el rendimiento de los suelos con el agregado de abonos, se pueden almacenar y conservar los
productos mediante silos y técnicas elaboradas para secado y preservación. Existe un activo
intercambio, tanto de información como de productos.

La arquitectura evidencia cambios importantes en relación a períodos anteriores, se


usan los adobes en áreas con sedimentos arcillosos abundantes en las que resulta más
económico que el uso de otras rocas, la construcción con mampostería de piedra logra una
perfección inusual, tanto en seco como con el uso de morteros13. Las paredes en muchos casos
están revocadas y pintadas. Hay un principio de urbanización con la planificación de áreas
destinadas a cementerios, basurales, espacios libres para circulación y comunicación.

En general estas sociedades ocupan la zona montañosa, fundamentalmente los


piedemonte más bajos cercanos a las corrientes de agua de fondo de valle. Realizan sus
poblados en las laderas, sobre los bordes del piedemonte mas reciente, con construcciones
amuralladas sobre la cumbre de cerros mesetiformes de posición estratégica y verdaderas
fortalezas en lugares de gran importancia desde donde se pudiera controlar la captación y

13 Nos referimos a las diferentes mezclas de materiales con arcillas que se usan para pegar o acomodar la
manpostería ó realizar coberturas o revoques

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distribución de agua de superficie, recurso imprescindible en la producción de estos sistemas
agrícolas de regadío.

Loma Rica

A pesar de las construcciones aglomeradas en los piedemontes y cerros, no existen


evidencias de una avanzada urbanización, siguen constituyendo típicas sociedades rurales,
con énfasis en la producción agropecuaria. Las viviendas están en áreas cercanas a los sitios
de producción, algunas veces aisladas pero cercanas entre sí, generalmente construídas sobre
los filos elevados de pequeñas serranías y a la vista de los "pucaráes" o fortalezas.

Quizás la caracteristica más sobresaliente está dada por el éxito de la estrategia


adaptativa y la efectividad de los sistemas de producción.

La ruptura de la unidad política en el Oeste deriva en muchos pequeños grupos


independientes, que definen su territorio en las distintas grandes depresiones como la de
Hualfín, Abaucán, Santa María, cada una con sus valles aledaños.

No existen entre ellos, (Abaucán, Santa María, Belén) ningún tipo de barreras
ecológicas infranqueables, sin embargo en lo cultural se manifiestan desde el punto de vista
del arte y la decoración, de distintas formas. Tienen en común, los sistemas de producción
desarrollados en función de un ambiente similar con tradiciones comunes a la región, son
tantas las semejanzas provenientes e una tradición común, que los conquistadores españoles
creen que constituyen un mismo grupo al que denominaron como Diaguitas ó Calchaquíes.

La construcción de sus poblados se llevó a cabo sobre el piedemonte más moderno,


producto del cambio climático ambiental que produjo las condiciones que aún perduran, sobre
espolones de valor estratégico ó remanentes de antiguas terrazas geológicas se alzan las

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murallas de sus fortalezas o “pucaraes”. En estas poblaciones vivieron los estamentos de
mayor nivel, hay una gradación en las construcciones que demuestra la diferencia social
interna. Estos grupos constituyeron verdaderos señoríos autosuficientes.

Al pie de los “pucara” están los “centros urbanos”, y cercanos a ellos las viviendas
rurales vinculadas a la producción.

Tuvieron un avanzado conocimiento de las técnicas de control de cuenca, realizaron


numerosos muros de contención de derrumbes, y perfeccionaron los sistemas de cultivo en
terrenos con pendientes pronunciadas, dejaron claras evidencias de un manejo de la hidráulica
que se manifestó en numerosas tomas de agua con sus respectivos canales y represas, cuyos
restos llegaron hasta nuestros días algunas veces en excelente estado de conservación.

Sembraron entre otras cosas: maíz, zapallo, papas, ajíes, criaron llamas y recolectaron
algarrobo, chañar, mistol, pata, ají del campo, molle, piquillín,...

Enterraron los párvulos en urnas de cerámica de calidad, cocidas en atmósfera


oxidante, las urnas tuvieron una clara división en: una parte inferior con forma de puco, un
cuerpo ensanchado, y un cuello, aunque en algunas el cuerpo y cuello se unen en un sólo
segmento de la pieza sin división clara.

Trabajaron bien los metales, principalmente el bronce, (Foto de disco), la madera, los
textiles y la cestería. Conocieron y manejaron diferentes técnicas de construcción y de uso del
espacio, que se manifiesta en los restos de sus asentamientos, también son distintas las formas
y decorados de las piezas cerámicas, aunque la evidencia de interacción permanente que
mantuvieron entre ellos tambien ha quedado claramente plasmada en muchas ollas, en
algunos casos tienen formas correspondientes a una cultura arqueológica y decorados que
caracterizan a la otra.

Este período de Desarrollos Regionales ó Tardío abarca desde alrededor del 1.000
hasta la dominación incaica en el siglo XV, con diferencias que permiten reconocer distintas
Culturas Arqueológicas de las cuales pasamos a describir las más conocidas:

Cultura Santa María:


La llamada Cultura Santa María se caracteriza por restos arqueológicos que se
encuentran principalmente en los Valles de Yokavil y El Cajón en Catamarca y otros como el
valle Calchaquí en Salta y el de Tafí en Tucumán, los elementos más significativos del
santamariano son las urnas para entierro de párvulos, las que están siempre compuestas por un
cuerpo globular o cónicoglobular, con un largo cuello generalmente más largo que el cuerpo,
y borde evertido.

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Urnas Santa María de diversas fases

Las asas, siempre de a pares, se encuentran sobre la parte baja del cuerpo y son
horizontales, el apoyo es anular, el fondo cóncavo, la decoración puede ser pintada o plástica
y pintada; la decoración pintada está compuesta de dos o tres colores, una base crema opaca
en forma de baño sobre la que se aplican los otros colores negro y bordó, que en las primeras
épocas están siempre presentes, mientras que en las últimas fases del desarrollo de la Cultura
Santamariana se usan sólo dos colores, negro y crema en las urnas, mientras que los pucos
que cubren a éstas pueden seguir teniendo decoración tricolor. Excepcionalmente se
encuentran urnas Santamarianas sin pintura en las últimas fases de su desarrollo, ó urnas de
forma Santamariana con decoración en negro sobre rojo, que pueden tener excisos profundos
pintados de negro, en estos casos están asociadas a restos arqueológicos incaicos como en
Fuerte Quemado.

Se las ha separado en dos grandes grupos por los colores usados en la decoración, y
en seis diferentes fases de desarrollo en función de seriaciones realizadas sobre colecciones de
piezas enteras. De acuerdo a las asociaciones sabemos que las tricolor no están asociadas a
elementos incaicos, y pueden tener decoración modelada en relieve positivo al pastillaje que
representan manos teniendo un puco a la altura de la unión del cuerpo con el cuello.En estas
primeras fases se puede ver algunas veces la separación del cuerpo en dos partes, un puco y
un cuerpo, que entre ellos presentan una zona deprimida. La decoración a veces no respeta
esta separación, sobre todo en las fases 1, 2, y 3, (Weber, 1980) mientras que en las siguientes
fases, se decoran por separado el cuello, el cuerpo, y la parte baja de éste, a su vez la zona del
borde que queda por dentro de la urna está decorado con una simple línea negra ó con guardas
geométricas en negro sobre la pasta natural y en algunos casos con motivo zoomorfos.

Estas urnas se encuentran en cementerios bien organizados, con numerosos entierros


de niños, desde nonatos hasta de 1 y 1/2 años de edad.

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Predominan los más pequeños, lo que ha hecho pensar en abortos que se pueden
haber producido por problemas de hipotiroidismo ó hipertiroidismo en las madres, debido a la
carencia de iodo en el agua.

Pucos Santa María

Entre las ollas de uso cotidiano son comunes las ollas globulares sin decoración, las
globulares con decoración de rostros humanos por agregado de cerámica al pastillaje, todas
ellas sin pintura, algunas decoradas con impresos sobre la superficie ó con agregados al
pastillaje que se cubrieron de impresiones sobre la pasta fresca. vasos calceiformes, ollas de
gran tamaño con una sola asa, pucos de diferentes tamaños, grandes ollas toscas con cuello
recto y cuerpo globular, todas cocidas en atmósfera oxidante elaboradas en una pasta de poca
calidad, pero con buena terminación de superficie. Tambien merece destacarse la existencia
de morteros, conanas, elementos en bronce ó cobre, (pinzas, cinceles, discos,...), instrumentos
en hueso, (espátulas, punzones, leznas, botones, cuentas...), pequeños instrumentos musicales
en cerámica y estatuillas bastante toscas.Hay un uso bastante generalizado del bronce, que se
encuentra siempre en forma de elementos elaborados, hachas, cinceles, pulseras, y los muy
conocidos discos de bronce de gran belleza estética, donde se representan personajes con
escudos, generalmente de a dos, que también se encuentran en pinturas de cerámicas incaicas,
(posiblemente estos discos sean de la última época del Santamariano).

La construcción de sus poblados se realizó con piedra rodada cuando están sobre los
piedemontes, y con lajas canteadas en las partes altas de los cerros, donde las paredes fueron
reforzadas con grandes lajones clavados en sentido vertical sobre la cara de los muros que dan
hacia la pendiente, tuvieron sistemas de riego por superficie con canales, control de torrentes,
y represas de gran tamaño, de hasta 10.000m3.

Son recurrentes en los sitios del Tardío los morteros comunales en rocas grandes fijas
en el terreno, con cantidades variables de hoyos de diversos tamaños, desde algunas de 10 ó
12 cm de profundidad y diámetro hasta otras con más de 70cm de profundidad y 50cm de
diámetro.

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Estos morteros están ubicados de dos formas diferentes, unos cercanos ó adosados a
las viviendas, pequeños y seguramente destinados a moler semillas, y otros muy grandes en
rocas en las quebradas cerca o sobre las corrientes de agua semipermanentes, posiblemente
destinadas a la molienda de rocas para la obtención de minerales ó a modo de "trampas para
oro" como las llaman los "pirquineros" actuales.

Morteros comunales

La construcción de las viviendas se caracterizó fundamentalmente por grandes muros


de piedra conformados por paredes de rodados de tamaños que van desde 15 cm hasta casi un
metro de diámetro en las caras exteriores e interiores, con un relleno entre ellas de rodados
menores, grava y en algunos casos restos de basura.

Estos muros en algunos casos se adosan unos a otros componiendo paredes de hasta
más de 4m de espesor. El trazado urbano que tuvieron corresponde a un damero regular con
bajo FOS (Raffino, 1988) 14

Las viviendas, como dijimos anteriormente, se agrupan en lo alto de las mesetas, ó en


los arranques del piedemonte. En sus últimas fases, poco antes de la ocupación incaica,
constituyen asentamientos donde varios núcleos se encuentran unidos por canales y senderos,
con pequeñas áreas abiertas sin construcciones, entre los que pueden considerarse barrios

14 Se localiza en terrenos bajos, amplios, de escasa pendiente y contiguos a los fondos de valle. El damero
regularizado que ofrecen las unidades constructivas puede definirse tanto por la búsqueda del tablero en los
núcleos residenciales como por la repetición sistemática de la forma de estos últimos, produciendo una
estandarización de las estructuras. Este trazado determina poblaciones de medianos índices de FOS, donde no se
observa aglutinamiento y existen pocas alteraciones al ritmo de plantas básicamente ortogonales.

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diferentes. Un buen ejemplo de ello lo constituye Fuerte Quemado de Yokavil, al pie del
Cerro de la Ventanita, donde siete sectores diferentes de construcciones en algún momento
son contemporáneos y unidos por canales y senderos.

Ruinas de Quilmes

Cultura Belén: Los grupos humanos que dejaron restos de la cultura Belen, vivieron en los
Valles de Hualfín, Abaucán, el Bolsón de Andalgalá, y el borde del salar de Pipanaco, aunque
con la conquista incaica estos grupos fueron trasladados a otras áreas como mitimaes, se
encuentran asociados a restos incaicos en lugares tan lejanos como Antofagasta de la Sierra.

No es muy conocida en profundidad, en un primer momento construyeron grandes


cazas pozo, con materiales perecederos, más adelante se las encuentra en poblados de paredes
de piedra, se distinguen por el trabajo del bronce, en el que se conservan muy buenas obras
como los platos ó discos, además de cinceles y hachas, campanas, cencerros, pulseras, pinzas,
agujas, y todo tipo de adornos.

El elemento más conocido de esta Cultura es la cerámica funeraria, sus urnas, se


componen de las mismas partes que las santamarianas, sólo que las proporciones varían, los
cuellos no son más largos que el cuerpo, la pintura es predominantemente en color negro que
compone los motivos sobre un engobe rojo, aunque puede existir en forma excepcional algún
decorado en negro sobre crema, en agregados como pequeñas representaciones de caras
antropomorfas con trenzas al pastillaje, que se encuentran en urnas de cuello evertido, o
puntos crema entre decorado negro sobre rojo.

El decorado puede ser geométrico, constituido por cuadriculados de cuadro alternado,


ó zoomorfo representando ofidios con decorado geométrico sobre el cuerpo, y cabezas dobles,

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quirquinchos, aves, ó algunos extraños personajes como armadillos de cuello largo u otros
que semejan reptiles de cuerpo muy ancho. Las urnas se encuentran en las tumbas tapadas con
pucos que están decorados de la misma manera por fuera y por dentro.

Urnas y pucos Belen

Se plantean para Belén tres fases, de las cuales las últimas están en asociación con
restos incaicos. (González, 1977). De esta Cultura se recuperaron también mates pirograbados
y cestas tejidas con hojas de simbol de gran calidad, algunas con motivos decorativos
pintados, y otras con entrecruzado de fibras teñidas de origen vegetal ó animal, también hay
esteras de vegetales y tejidos de muy buena calidad con combinación de colores negro,
marrón, rojo y verde con motivos que pueden ser geométricos o naturalistas.

Cultura Sanagasta: En el Sudoeste de nuestra área: el período Tardío, está


caracterizado por los restos de la Cultura Sanagasta ó Angualasto, ocupó zonas más secas,
que se continúan hacia la provincia de San Juan, sus construcciones no fueron de paredes de
piedra sino que utilizaron el barro para hacer grandes recintos comunales, son frecuentes aquí
los agrupamientos de unidades funerarias en cementerios. El sistema de producción como
dijimos anteriormente similar al resto de las culturas del Tardío, sólo que adaptadas a las
condiciones más extremas del ambiente, con predominio de la ganadería de camélidos y
recolección intensiva.

La cerámica de esta Cultura es muy característica fundamentalmente por los motivos


decorativos que conforman guardas geométricas en negro sobre un fondo opaco rojizo, en

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urnas globulares de cuello bastante estrecho, la pasta es de menor calidad que en las que
tratamos anteriormente. Los motivos son ajedrezados en paneles, aserrados en negro sobre
crema ó negro sobre el color naranja de la pasta sin engobe, hay también combinaciones de
negro y rojo sobre crema, y sectores rellenos de pequeños círculos pintados. Las formas
además de las urnas incluyen grandes pucos hondos, ollitas globulares a veces cubiertas de
mamelones, y algunas piezas zoomorfas.

Período Incaico:
Este sistema de organización sociopolítico sufre grandes cambios con la llegada de
los Incas, que con su ocupación efectiva del NOA, constituyen el último período
independiente indígena del Noroeste Argentino.

El Imperio irrumpe definitivamente en nuestro territorio en el siglo XV, no sabemos


con exactitud la fecha, pero posiblemente mucho antes de lo que creíamos hasta ahora puesto
que los fechados están dando, tanto en nuestro país como en Chile, casi un siglo más que lo
estipulado hasta ahora por el análisis de los documentos escritos en la primera época de
ocupación española.

Pucará de Aconquija

El Estado Incaico ocupó el territorio del Oeste catamarqueño y riojano, estableciendo


en Catamarca el fabuloso Pucará de Aconquija, y en la Rioja la “tambería de Chilecito”, las
dos fortalezas más grandes de la frontera Sur del Imperio, además de numerosos
establecimientos de menor tamaño.

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Fuerte Quemado (La Ventanita), sector I

No hay evidencias de la ocupación incaica del Valle Central de Catamarca, ni de la


zona Este, suponemos que en estas áreas los grupos que se habían adaptado desde el Período
de Integración Regional se mantuvieron vigentes y no alcanzaron a ser conquistados por el
imperio, que por lo demás nunca se interesó demasiado por áreas carentes de minerales de
oro, plata y cobre. La irrupción incaica en la zona, como en el resto del territorio argentino se
produjo en forma violenta y rápida, los incas ocuparon todo el Oeste de Catamarca y La
Rioja, y en el corto lapso que dominaron la zona, construyeron o modificaron gran cantidad
de vías de comunicación, tanto las principales de sentido NorteSur como las secundarias de
relación.

En los valles más estudiados se conocen mayor cantidad de restos incaicos, en los
demás los sitios irán apareciendo en la medida que se investigue.

Sus instalaciones, siempre en relación con los caminos, son de varios tipos distintos
según estén en el interior de la zona conquistada o en los bordes. Además, la actividad

47
principal de cada sitio también le dio una característica y forma de construcción especial, así,
por la función se distinguen: sitios de habitación (kanchas), sitios en relación con el transporte
(Tampus), sitios en relación con las comunicaciones (chasquihuasi), fortalezas interiores, las
grandes de frontera como el Pucará de Aconquija y Tambería de Chilecito, y los sitios rituales
de altura, como Volcán Galán, ó nevados de Aconquija (Schobinger, 1966), (Raffino, 1982),
(Raffino, 1988), de culto como Shincal, de observación solar como “intihuatana”
(Kriscautzky, 1995), o de vivienda, elaboración de manufacturas y redistribución, como
Watungasta, Hualfín, Nevados de Aconquija (Raffino,1982) (Raffino,1988), Punta de
Balasto. (Kriscautzky ms).

La construcción incaica se realizó según la zona de que se trate, con mampostería de


piedra, de adobes, ó en una combinación de ambas. La forma de acomodación de las piedras
cambia, fundamentalmente en los establecimientos nuevos que se construyen ad hoc,
empleándose la doble fila de piedras apoyadas con sedimentos húmedos, ó con mampostería
de adobes, en ambos casos con cubierta interna de revoques pintados.

Torreón de Watungasta

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En los grandes sitios ceremoniales se usan a veces piedras canteadas y arregladas o
con toscos arreglos para que calcen mejor, pero la sillería si es que aparece es de poca calidad,
y en la mayor parte de los sitios se emplean las técnicas locales de construcción, con patrones
de distribución y forma de plantas que imponen los Conquistadores incaicos.

Distintos sistemas de construcción en la muralla del Pucará

En algunos sitios, como p. ej. en el Pucará de Aconquija se emplean distintos y


numerosos sistemas de acomodación de los mampuestos y de formas de extracción, de
preparación, y de ensamblado o superposición, en la misma obra, y en diferentes muros, a
veces de un mismo recinto, o muralla, lo que indicaría la participación de grupos humanos
que conocen distintos sistemas de construcción, y los emplean en función de tributar al
imperio. En el caso antes mencionado, las murallas están construídas en paneles
independientes “chutas” de tres a cinco metros de longitud con formas de acomodación y
piedras de tipos muy variados, desde lajas acomodadas en forma vertical hasta las
horizontales pasando por todos los ángulos posibles, hasta el uso único de cantos rodados o
mezcla de cantos rodados y lajas. (Kriscautzky, 1998).

Hay algunas características de la construcción incaica que le da una personalidad bien


definida, como son los nichos ciegos en las paredes. Las salidas para agua, Los vanos de
puertas y ventanas y las troneras de formas, trapezoidales, las escaleras, los recintos que
rodean grandes rocas fijas, los muros adosados como refuerzo. La pared de lajas pegadas con
barro, los recintos perimetrales, y las construcciones sobre el camino imperial. (Raffino 1978;
1982; 1988) Sus sitios se caracterizan además por la presencia de los depósitos comunales, y
obras de infraestructura, destinadas al control de aluviones, al manejo de cuencas, ó a la

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captación de agua y distribución en superficie, aunque también usaron las capas subterráneas
para regar por capilaridad en chacras hundidas.

Fuerte Quemado, sector IV

La metalurgia es importante y posiblemente, en la opinión de muchos investigadores,


fueron el oro y la plata los metales que provocan la mayor parte de las conquistas, a los fines
de asegurar el aprovisionamiento y control de las fuentes de materia prima, aunque también la
necesidad de mano de obra y las fibras finas como la vicuña pueden haber tenido importancia
para controlar algunas áreas específicas. Es sintomático que no se registran sitios incaicos
donde no existían estos productos.

Pisapanaco, Pomán

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Ceramica:
La cerámica incaica en nuestra zona, como en el resto del NOA, se caracteriza por la
imposición imperial de la forma y en algunos casos de la pasta, así también como los motivos
de la decoración, mientras que las técnicas de elaboración, acabado, terminación de las
superficies, baños y pinturas son locales.

Las formas decoradas características son: los platos pato, cerámicas planas con forma
de plato de bordes levemente levantados, pintadas en el interior, que llevan por asa una
cabeza de pato modelada y en el extremo opuesto pequeños mamelones que representan la
cola.

Los aríbalos y aribaloides, botellones de cuerpo globular y cuello estrecho que


pueden tener apoyo anular o cónico, con borde eertido, generalmente decorado del lado
interno con una guarda geométrica.

Otra forma diagnóstica es la de ollas globulares con pie de compotera de varios


tamaños que se caracterizan por un apoyo único bicónico, macizo, que no existía en el área
antes de la Conquista Incaica.

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Las asas en los elementos incaicos son en forma de oreja, verticales y alargadas, ó en
forma de uso, macizas y pequeñas, especialmente éstas se encuentran en las ollas de uso
cotidiano.

La decoración en negro sobre rojo se diferencia de las locales como Famabalasto y


Belén, el fondo de las incaicas es opaco y en ese caso rojizo pálido, o rojo brillante con
marcas de pulido, en ambos casos la pintura negra colocada por encima es de buena calidad y
cubre perfectamente pero carece de cuerpo, ello no ocurre en las anteriores.

Los motivos incaicos son muchos pero los elementos que los componen pocos, líneas
curvas finas, líneas rectas finas, y puntos, estos se combinan para componer motivos donde
los espacios rodeados de líneas rectas se rellenan con otras entrecruzadas que componen
enrejados de cuadriculados romboidales, las líneas curvas pueden componer caras o rellenarse
de la manera anteriormente mencionada.

No es raro encontrar motivos antropomorfos o zoomorfos pintados en negro sobre el


fondo rojo, en estos casos, siempre son individuales y no componen escenas.

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En unos pocos ejemplares del borde de la Cordillera se encuentran piezas decoradas
por series de triángulos negros y rojos sobre crema, o motivos fitomórficos parecidos a los
que son característicos del área chilena. En negro sobre crema opaco existen dos tipos de
decoración, uno se encuentra sobre las grandes ollas globulares, en las que se pintan
personajes con líneas anchas, que tienen representada una especie de coraza con cabeza
triangular y extremidades inferiores similares a las de un pájaro, las corazas tienen motivos
ofídicos de a pares en el centro, ubicadas en forma inversa, una con la cabeza hacia arriba y la
otra hacia abajo, estos motivos cubren el cuello de las grandes ollas usadas para depósito, en
el cuerpo, si está decorado, los motivos son geométricos, generalmente triángulos rellenados
con círculos o circunferencias en el interior.

La cerámica negro sobre crema fina está confeccionada con la misma pasta que los
aríbalos, y decorada con motivos ondulantes a veces de aspecto ornitomorfo, otras fitomorfo,
o con motivos geométricos rellenos en espacios entre líneas con cuadriculado romboidal de
líneas cruzadas, diferente de los ajedrezados que se ven en Santa María ó Belén, las formas
son pequeños pucos con un cuellito.

Otro tipo de decoración es el incaico rojo sobre blanco, muy similar al estilo Averías
de Santiago del Estero, que se encuentra en jarritas panzudas de asa en oreja con cuello
estrecho y corto de borde evertido.

En la excavación de recintos de habitación hemos encontrado algunas ollas decoradas


sin pintura, con motivos plásticos, producidos por agregado de tiras de pasta en forma de
herradura, con impresiones de uñas verticales respecto al eje de la tira, ó con pellizcados que
tienen encima impreso de uñas o cinceles.

Conjuntamente con las cerámicas locales e incaicas en algunos sitios se


encuentran piezas que originalmente son chaqueñas, como las que se denominan
Averías, pintadas en rojo y negro sobre crema, ó rojo sobre crema en el interior de los

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pucos, con el color negro en una línea ecuatorial externa, y otra cerámica en negro
sobre rojo pulido, denominada Famabalasto.

Los color negro forman motivos que semejan manos, conformadas por triángulos
unidos con líneas finas, de los que salen líneas que parecen de dedos, estas piezas tienen en
algunos casos también asas planas ó planocóncavas como las de Santiago del Estero, y tanto
las decoradas en negro sobre rojo como las tricolor tienen en muchos casos fondos anulares
conformados exprofeso por un rodete agregado a la parte inferior de la pieza; la pasta es
buena, pareja, con una cocción que produce superficies rojas con el interior ó núcleo color
gris plomo.

Esas piezas se encuentran asociadas a sitios incaicos en el Oeste de Catamarca, y en


sitios coloniales en el Valle Central; sólo en el Este, bajando de la sierra de Ancasti se
encuentran esos estilos cerámicos en estado puro.

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Como vemos en pocas páginas resumimos este proceso que llevó desde el estadoo de
cazadores y recolectores de los primeros habitantes hasta los tiempos incaicos, numerosos
siglos de relación del hombre con la naturaleza que no había producido hasta la Conquista
española un desequilibrio que amenazara la estabilidad del ambiente, los sistemas de
creencias elaborados junto con la evolución de las técnicas tendían a asegurar la preservación
de la "Pacha Mama", y tanto el suelo como los productos de la naturaleza se regulaban y
cuidaban basados en un sistema de organización social que no utilizó dinero, con la Conquista
se interrumpió violentamente y no sabemos en que podría haber desembocado, sin embargo
muchas de las técnicas tan inteligentemente empleadas podrían ser reinterpretadas y
reimplantadas en el árido a fin de producir en sus propios medios, aunque esto resulta un tanto
utópico en un país que se rige por imposiciones de los mercados donde se elaboran las pautas
de la cultura dominante, donde las regiones no son tomadas en cuenta, y se consideran a las
técnicas de producción autóctonas totalmente despreciables por el sólo hecho de haber sido
elaboradas por pueblos aborígenes, y en ámbitos que no poseen jerarquía universitaria, con la
Pampa húmeda como ombligo del mundo y elemento de comparación, sin considerar que a la
llegada de los españoles una población sumamente numerosa vivía en estas áreas, se vestía,
alimentaba y crecía sin destruir el medio, en función de una optimización de los recursos y
considerando al árido en sus propios términos.

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INDICE DE TEMAS Y FOTOS

Título 1
Introducción 2
Reseña de la secuencia arqueológica 3
Mapa de Catamarca (foto) 4
Vegetación 6
Cumbres de Ambato 7
Paisaje puneño 10
Llama 11
Arqueología 11
Caracterización arqueológica 18
Preceramico 19
Etapas 20
Cuadro cronológico 23
Domesticación de plantas y animales 26
Sedentarismo 28
Divisiones del proceso de desarrollo socio-cultural 29
Período Temprano 37
Buey Muerto mapa 39
Tafi (Plano) 42
Condor Huasi 43
Condor Huasi polícromo (foto) 44
Alamito 47
Alamito (mapa) 49
Suplicante 49
Cienaga 50

64
Cienaga (foto) 51
Urna Cienaga (foto) 53
Período Medio, Aguada 55
Pata del Buey (foto) 57
Pueblo Perdido de la Quebrada (foto) 58
Pueblo Perdido de la Quebrada, paredes, (foto) 59
Plataforma ceremonial 60
Pueblo Perdido de la Quebrada (foto) 63
Arte rupestre Aguada 63
Llamero solitario 64
Andenes de El Rematillo 65
Caravana (dibujo) 66
Personaje Aguada (dibujo) 67
Tiesto negro sobre rojo Aguada 67
Puco Portezuelo 68
Cabeza de estatuilla(foto) 69
Estatuilla desnuda foto) 70
Disco de Lafone 70
Tardio o Desarrollos Regionales 71
Punta de balasto (foto) 71
Loma Rica de Chiquimil (foto) 72
Loma Rica (foto) 74
Cultura Santa Maria 76
Urnas Santa Maria 77
Pucos Santa Maria 78
Morteros comunales 80
Ruinas de Quilmas 81
Cultura Belen 81
Urnas y Pucos Belen 82
Cultura Sanagasta 83
Período Incaico 84
Pucará de Aconquija (foto) 84
Fuerte Quemado (sector 1) 85
Malcasco 86
Pucara de Aconquija (foto) 87
Torreon de Watungasta (foto) 87
Pucara de Aconquija (foto) 88
Fuerte Quemado sector 4, (foto) 89
Acueducto 90
Aribalos (foto) 91
Plato pato (foto) 91
Pie de compotera (foto) 92

65
Tiestos negro sobre rojo (foto) 92
Tiesto negro liso 94
Famabalasto (foto) 95
Averías (foto) 95
Famabalasto gris (foto) 96
Bibliografía complementaria 97

Acueducto 90
Alamito (mapa) 49
Alamito 47
Andenes de El Rematillo 65
Aribalos (foto) 91
Arqueología 11
Arte rupestre Aguada 63
Averías (foto) 95
Bibliografía complementaria 97
Buey Muerto mapa 39
Cabeza de estatuilla(foto) 69
Caracterización arqueológica 18
Caravana (dibujo) 66
Cienaga (foto) 51
Cienaga 50
Condor Huasi polícromo (foto) 44
Condor Huasi 43
Cuadro cronológico 23
Cultura Belen 81
Cultura Sanagasta 83
Cultura Santa Maria 76
Cumbres de Ambato 7
Disco de Lafone 70
Divisiones del proceso de desarrollo socio-cultural 29
Domesticación de plantas y animales 26
Estatuilla desnuda foto) 70
Etapas 20
Famabalasto ( foto) 95
Famabalasto gris (foto) 96
Fuerte Quemado (sector 1) 85
Fuerte Quemado sector 4, (foto) 89
Introducción 2
Llama 11

66
Llamero solitario 64
Loma Rica (foto) 74
Loma Rica de Chiquimil (foto) 72
Malcasco 86
Mapa de Catamarca (foto) 4
Morteros comunales 80
Paisaje puneño 10
Pata del Buey (foto) 57
Período Incaico 84
Período Medio, Aguada 55
Período Temprano 37
Personaje Aguada (dibujo) 67
Pie de compotera (foto) 92
Plataforma ceremonial 60
Plato pato (foto) 91
Preceramico 19
Pucara de Aconquija (foto) 88
Pucara de Aconquija (foto) 87
Pucará de Aconquija (foto) 84
Puco Portezuelo 68
Pucos Santa Maria 78
Pueblo Perdido de la Quebrada (foto) 63
Pueblo Perdido de la Quebrada (foto) 58
Pueblo Perdido de la Quebrada, paredes, (foto) 59
Punta de balasto (foto) 71
Reseña de la secuencia arqueológica 3
Ruinas de Quilmas 81
Sedentarismo 28
Suplicante 49
Tafi (Plano) 42
Tardio o Desarrollos Regionales 71
Tiesto negro liso 94
Tiesto negro sobre rojo Aguada 67
Tiestos negro sobre rojo(foto) 92
Título 1
Torreon de Watungasta (foto) 87
Urna Cienaga (foto) 53
Urnas Santa Maria 77
Urnas y Pucos Belen 82 Vegetación
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