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La historia de los de abajo

Historias que nadie cuenta, historias del otro lado, historias de los subyugados, de los
apartados. Una historia popular que, desde la universidad, la pública, ha de ser contada. Es
lo que relatamos los de abajo, los del sur del continente, iniciando esta historia su
transcurso desde las generaciones que llegaron a habitar este territorio y mirando un alto
cielo a la par del cóndor impetuoso pero a la vez apaciguado, con el contemple de las
anchas montañas andinas, de los mares azules, de los llanos, de las selvas y demás perfectos
paisajes, ahora recorren en forma cadenas compuestas de ácidos por nuestras venas. Es aquí
donde reclamamos y restauramos la importancia de nuestros antecesores, de lo que vivieron
cuando apenas estaban formándose en cultura y cuando llegaron, con maldad, los ávaros a
imponerse y a intentar arrebatársela. En este corto texto, a través del análisis argumentativo
de diversas fuentes que vienen desde el propio puño de aquellos que vivieron todos los
agites de dicha época y de los que supieron interpretar y juntar relatos, estudios y
evidencias del mismo tiempo para traer el mundo nuevo al mundo actual, tengo como
esencial propósito presentar una idea de la historia de América Latina.

Hace 16.000 años, aproximadamente, llegaron pequeños grupos de pobladores a habitar


tierras nuevas y fértiles, de creciente humanidad viva, de cultura arraigada al entorno y que
canta a las estrellas y a los jaguares. Estas primeras personas, como en lo descrito por la
teoría de la evolución, se acoplaron a la cotidianidad en lo que iba incrementando su estadía
en algún sitio especial, pero tampoco hay que olvidar los cambios que el propio continente
iba produciendo: aumentos en la temperatura, hundimiento de tierras, mejores condiciones
de vida, surgimiento de nuevas especies de alimentos (ligada a los cambios en la
temperatura que posiblemente, regaron tierras y facilitaron que algunas semillas dieran
fruto). durante la última glaciación, mien-

(…) durante la última glaciación mientras la gente del norte se helaba de frío y los del sur
no eran mucho más afortunados al estar gran parte de las regiones tropicales cubiertas por
áridos desiertos, Homo sapiens se las arregló para expandirse por todos los continentes,
llegando incluso a América hacia el final del período. Ésa fue la época en que los humanos
no sólo hicieron frente al clima adverso, sino que consiguieron, tal vez por vez primera,
sobreponerse y triunfar sobre él, creando una de las fases culturales más ricas de toda la
prehistoria.1

La agricultura en la zona sur del continente estuvo marcada por diferentes sucesos que
parten de hipótesis, cada una de ellas, dependiendo de las ubicaciones de grupos de
pobladores. Por ejemplo, podemos encontrar que, en el occidente de Cuba, los Ciboney,
quienes vivían de la caza, nada de agricultura, al igual que los grupos de Venezuela y
Guyana, pero que, a diferencia de los ya mencionados, en un principio, se sospecha que
pudieron haber sido agricultores que decidieron acoger la recolección como modo de vida.
Ciertas tribus amazónicas usaron las tres formas de obtener alimentos: “como los Sirionó,
que vivían de la caza, recolección y de algo de agricultura, tuvieron que abandonar la
agricultura tras ser expulsados de las zonas ribereñas por grupos más fuertes.”2

Obviamente, a partir de cada lugar, si era zona costera, si era bosque, si era selva, si era una
llanura, variaban las formas de obtener los alimentos, quizá, por ello podemos encontrar
que aquellos que se encontraban cerca del mar, empleaban diferentes maneras que los que
estaban en el centro y con otro tipo de fuentes hídricas, a los cuales se les facilitaba más la
agricultura por la encontrar el riego de una forma más frecuente.

Así como hablo de la forma de vida, también es de vital importancia hablar de la muerte, de
la visión que tenían los de este lado de la dimensión sensible y los rituales que llevaban a
cabo para honrar al fallecido y a las personas cercanas a este. La momificación fue uno de
los métodos empleados, el uso del barro, del ocre rojo o de bandas para cubrir los cuerpos,
fueron algunas de las técnicas para conservar restos, y que, facilitaron el trabajo de los
arqueólogos y antropólogos de la actualidad, lo que conduce a decir que de una manera
informal, las comunidades de aquella época, tuvieron consciencia de preservación, lo que
ocurriría también más tarde con las figuras antropo y zoomorfas que fabricaban para sus
rituales, no con un sentido histórico, sino para dar pie a decir que hicieron presencia allí.

Vale la pena dedicar este párrafo a dar una primera respuesta, a modo de conclusión, de lo
mencionado en los relatos anteriores, a la pregunta ¿cuál es la idea que tengo sobre la

1
Víctor Fernández Martínez, El gran cambio. Inicios de la agricultura y la domesticación (España:
2011) página 129
2
Stuart Fiedel, El arcaico (Barcelona: 1996) página 42
historia de América Latina? Y está relacionada al arraigo con la tierra de uno, cuando
hablaba de las adaptaciones que los grupos de homo sapiens hacían a sus condiciones de
vida y de muerte, es impresionante como se crea una identidad latinoamericana desde algo
tan simple como lo es comer, la identidad, por ejemplo, de la zona caribe con las figuras de
mar, con las conchas y caracolas. Me imagino dos planos en mi mente, en el primero, el
humano, del arcaico, recogiendo de las orillas de la playa moluscos para consumir; y en el
segundo, también a un sujeto, pero ahora en una barca tirando una red de pesca.

Ahora adentrémonos un poco en la formación de las primeras y más importantes


civilizaciones de Latinoamérica. Mesoamérica, que más bien se traduce en una región en la
cual convergían y se fundaron aquellas importantes civilizaciones. Los mexicas, toltecas,
chichimecas y demás giraban en torno a la construcción de templos de adoración para los
dioses a los cuales otorgaban funciones divinas y relacionadas con la naturaleza y asuntos
trascendentales como el tiempo, los más importante venían siendo Quetzalcóatl y Mixcóatl.
Las áreas monumentales hacen parte hoy de los vestigios de la base de nuestra sociedad,
digo esto, queriendo hacer hincapié en la relación de lo social y lo humano, como elemento
agrupador de ciencias, entre ellas la historia, que, debido a las actuaciones de los grupos de
personas que llevaron a cabo la construcción de algo que las forjara en cultura y unidad, en
este caso, las pirámides y centros de adoración para los dioses, fortalecieron e impulsaron
avances para hacer eso mismo, historia.

También podemos hablar de algo fundamental para esta contribución en la formación


cultural de estas asentaciones, y es la exploración de minas que facilitaron la construcción y
decoración de los diversos edificios y la fabricación de elementos para el procesamiento de
sus alimentos, esta exploración fue vista como medio de obtención de recursos económicos:

Obtuvo buena parte de los recursos económicos de la explotación de minas de sal ubicadas
en el sureste del sitio. Los enormes volúmenes extraídos durante siglos sirvieron en
elaboración de las argamasas indispensables en la construcción y decoración de los
edificios públicos y domésticos. Además de la cal, los toltecas extrajeron de los cerros
Magoni y la Malinche el basalto y riolitas necesarios para la construcción como para la
fabricación de instrumentos de molienda, raspadores, hachas y cuentas. 3

3
Alfredo López, el posclásico (Ciudad de México: 1999) pagina 205
El territorio era de suma importancia para la ubicación social de las personas, que fue
ejectuada en barrios para cada familia emparentada o Catpulli, que ordenaba
administrativamente adjuntando al aparato central y ejecutándose, obviamente, a nivel
interno. Hablar de clases sociales es hablar de manera anacrónica, diría yo, porque es un
concepto que ubica las personas en su rol dentro de una sociedad productora, pero
hablamos más bien de una sociedad que simplemente vivía y no tenía ansias de lujos ni de
posesión; así que más bien utilizaré el término de división social, la cual estaba distribuida
de la siguiente manera: Macebualtin, pipiltin, y estos tenían efectos sobre la forma en que
actuaban y se les correspondía dentro del aparato cultural unificador.

Hay que recalcar el papel de la parte espiritual y ceremonial de las comunidades


prehispánicas, y es que esto fue un elemento potenciador de construcciones y
aglutinamientos como ejercicio común para dejar rastros y arraigo a los elementos
naturales. Como ya lo dije, grandes de las construcciones, y no solo en Mesoamérica,
estuvieron destinadas para ser centro de adoración a los dioses y las figuras que se
realizaban con materiales como el bronce o el oro, estaban destinadas para ser ofrendas a
estos mismos, y, podemos considerar, que es algo que se conserva, en alguna medida,
rasgos de cuando apenas estaban llegando a habitar este lado del continente como lo
muestra la figura 1 y 2:

Figura 1. Figura de cerámica Fremont


Figura 2. Lamina atlante del templo de los jaguares

Para ir cerrando este apartado del texto, puedo decir que entonces la historia de América
Latina encuentra sus yacimientos en la formación de un agrupamiento, ya sea como
propósito de construcción, adoración y protección de su establecimiento y que funda, a
través de ellos, un sentido de pertenencia y sociedad para un comienzo naciente.

Ahora, como ultimo momento, quisiera hacer entonces referencia a la irrupción europea, de
portugueses y españoles, que se efectuó como fin de obtener riquezas para cada uno de
dichos reinos. La conexión de estos dos mundos fue llevada a cabo de manera accidentada
por la supuesta llegada de Colón a las Indias y a la vez fue trágica, ya que estuvo marcada
por la excesiva violencia que ejercieron los extranjeros en el nuevo continente hacia “los
indios” como ellos mismos los llamaron. Masacres, violaciones, hurtos y engaños fueron
los métodos que estos personajes emplearon para adueñarse de tierras ajenas e imponer
nuevas ideologías y creencias a los latinoamericanos. No solo ellos mismos ejercieron esa
violencia, sino que, por medio de los engaños, tuvieron el poder de poner en contra pueblos
y gentes del mismo territorio, como lo ocurrió, por ejemplo, con el imperio del
Tahuantinsuyo. Pero claro, no hay que olvidar que antes de la llegada de los españoles
habían problemas y confrontaciones dentro de las mismas sociedades, como siempre
ocurre, pero estos generaron discordias dentro de los mismos indígenas, cuando algunos de
ellos arremetieron contra su mismo emperador, y ocasionando, respectivamente, guerras
civiles incesantes que luego serían efectuadas por los mismos españoles por la tenencia de
la tierra y los derechos que proclamaban sobre esta según las Capitulaciones de Toledo.

El encuentro, a mi parecer trágico, estuvo llena de controversias filosóficas que rodeaban


esencialmente en las relaciones de los que llegaban con los ya habitantes de las tierras
nuevas. Entonces es aquí como termino con este texto que conecta algunos de los
momentos y espacios de la vida latinoamericana, y es como de en ese momento en
adelante, las crisis por el trato hacia el otro, por el encuentro hacia la humanidad, han
reflejado hasta el momento las nuevas costumbres que adquirieron los de aquí.

Para una reflexión final, entonces quiero decir que la historia de América Latina se
fundamenta en una pregunta y es ¿qué hubiese pasado si no hubieras llegado los europeos a
este continente? Hay quienes dicen que no tendríamos el mismo nivel de avance, pero yo
creo que no es así, la pobreza reinante, la vivencia del mundo subdesarrollado, está basado,
de alguna manera, en la falta de identidad de las personas, si quizá tuviéramos un arraigo
mas hacia lo nuestro, tendríamos una respuesta más clara de lo que somos y así nos
haríamos cargo de nuestras tierras, de nuestro propio comercio y no dependeríamos para
subsistir de aquellos países que en un primero momento fueron los causantes de nuestras
desgracias.
Referencias

Víctor Fernández Martínez, El gran cambio. Inicios de la agricultura y la domesticación


(España: 2011)

Stuart Fiedel, El arcaico (Barcelona: 1996)

Alfredo López, el posclásico (Ciudad de México: 1999)

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