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Christian Luna
1040918
Identidad étnico-racial
Estas identidades étnico-culturales se suelen identificar por ser en las que el sujeto,
crece, aprende costumbres, el idioma materno, protocolos de comportamiento y las demás
características culturales. Estas enseñanzas provienen normalmente del núcleo familiar. Los
rasgos, que describe Dávila, como importantes para estos grupos son las siguientes:
creencias, valores, obligaciones, la forma que adquiere la familia y la jerarquía de esta, un
territorio que no necesariamente es exclusivo de ellos, una actividad económica en la que se
han especializado y por último, la capacidad de reconocer a los que no pertenecen al grupo.
(Dávila, 2007)
Como bien observamos en el primer párrafo existen dos fuerzas pujantes en la
identidad, la autoconcepción y que lleva acabo el otro sobre nosotros. Sobre estas
relaciones con lo otro, y como modifican la percepción del individuo sobre sí mismo
regresaremos más adelante, analizándolas en la novela que nos compete.
Contexto histórico
Entre la piedra y la cruz fue publicada en 1948, siendo escrita durante la primavera
democrática en Guatemala. La novela por su lado acontece en la llamada época liberal,
desde el gobierno de Manuel Estrada Cabrera, pasando por todo el periodo ubiquista. La
novela termina justo con la revolución de 1944.
Podemos saber esto debido a la existencia de tres sucesos que marcan el contexto
temporal en la novela. La primera de estas marcas es el golpe de estado que derrocó a
Manuel Estrada Cabrera: “Duró poco la revolución y murió muy poca gente. Los indios
apenas se dieron cuenta de que otro gobierno derrocó al que había triunfado” (35). El
segundo momento histórico es la explosión de la segunda guerra mundial: A partir de esta
contextualización temporal en la que ocurre la novela: “Estalló la guerra. (…) Los
periódicos anunciaban los grandes acontecimientos en titulares muy grandes” (161). Por
último tenemos, como antes mencionamos, la revolución de 1944: “— El pueblo ha entrado
en el palacio. ¡Ha triunfado la revolución!” (227)
Lo ladino
Esta homogenización perseguía, por un lado, los privilegios que debía tener la
ciudadanía ladina —a todos los no indígenas se les exoneraba del trabajo forzado y
la tributación, la segregación política y educativa— y por el otro, lo ladino paso a
ser sinónimo de lo guatemalteco. La política de ladinización promovió la
asimilación de los indígenas para negar o anular su origen indígena (Chirix, 2019,
p.27)
Este proceso en el cual se intenta asimilar o anular la identidad étnica de los sujetos
indígenas es observada a lo largo de toda la trama. De este proceso llamado travestismo
cultural hablaremos más adelante.
Podemos ver un ejemplo de esto en la novela de Monteforte es una de las escenas decisivas
de la novela, y obre la que regresaremos más adelante. Esta es la violación llevada acabó
por Franz, el heredero de la finca en la que se encontraba Tol trabajando. A continuación
leeremos un trozo de este suceso:
De lo que hemos podido observar que describe Chixit, y que a la vez se refleja en la
novela, podemos concluir que la identidad ladina se basa en la negación de lo indígena.
Esta negación a su vez legitima su posición en esa estructura colonial. La colonialidad que
describimos es mejor tratado por Aguerre (2011), mientras que parafrasea a Mignolo y
Fernández Retamar. Esta deslegitimación por parte de los ladinos sobre las identidades
colonizadas se da en los ejes del poder y del saber. ” a través de la opresión cultural y el
racismo construye ‘identidades descalificadas’ ”(Aguerre, 2011, p.8)
Aunque ya hemos ejemplificado con la cita anterior uno de los dos ejes en los cuales
ocurre esta legitimación de su posición, también tenemos el eje del saber. El ejemplo que
daremos de esto ocurre cuando a un joven Pedro Matzar un profesor le pregunta por una
lección, la cual no pudo recitar Pedro. A esto le reprende el profesor con lo siguiente:
“Usted está cada día más imbécil en geografía. Lo que le entra por una oreja le se le sale
por la otra. Bueno hay razón: todavía se le indigesta el castellano. Debería comenzar por
desasnarse antes de aprender ciencias.” (Monteforte Toledo, 2013, p.119). Como podemos
observar, existen dos movimientos que deslegitiman sus caracteristicas indigenas como
apropiadas para el saber. La primera es la deligitimacion de su idioma como medio de
conocimiento, y luego relacionar esta condicion ala estupides. Los dos ejemplos que hemos
observados se caracterizan por mostrar la deshumanizacion que sufren en estas relaciones
de colonialidad. “El poder colonial emprende una sospecha acerca de la humanidad de los
sujetos colonizados, es decir, una deshumanización racial” (Aguerre, 2011, p.8). Estas otra
de las formas por medio de las cuales los ladinos niegan lo indígena y se brindan a sí
mismos legitimidad.
Lo indígena
Bhabha afirma que su concepto de estereotipo colonial sigue, por una parte, la
metáfora y la metonimia del fetichismo y, por otra, las dos formas, agresiva y
narcisista, de identificación de lo imaginario. De este modo, el estereotipo
funcionaría primero como metáfora, esto es, como un disfraz o un sustituto del
sujeto colonial, al que supuestamente se asemeja, y, en segundo lugar, como
metonimia, porque representa al sujeto colonial mediante sus (presuntos) atributos.
De igual modo, la plenitud completa y perceptible del estereotipo forma una imagen
narcisista, pero, a la vez, su diferencia respecto de la experiencia del sujeto colonial
provoca agresividad. (Vega, 2009)
—Es una mierda cuidar a tanto indio huevón en los cafetales; por más reata que se
les da se echan en las sombras como iguanas. Después de las once no hay modo que
les camine la mano. Los indios son la causa del atraso del país; mientras no se
mueran todos no se va a progresar en la agricultura. (Monteforte Toledo, 2013,
p.49)
Como podemos observar encontramos las tres caracteristicas que atribuye Bhabha al
estereotipo. Tenemos primero la metomia, que dibuja al indigena como perezoso, el cual no
trabaja despues de las once. Posterior a esto tenemos una metafora, en la que se compara al
indigena con una iguana pasmada. Por ultimo tenemos la exacervada agrecividad; la cual,
proviene de la narcisita idea de que los ladinos no tienen culpa del atraso economico, y ella
la tienen por completo los indigenas.
—Vos no comprendes las cosas, cabeza de caballo. Los naturales deben trabajar
siempre vivos y muertos; yo no sé por qué, pero así es. Solo los ladinos pueden vivir
son trabajar. Pero aparte son los ladinos y aparte los naturales (Monteforte Toledo,
2013: p. 39).
Ahora, en relación de los indígenas con los ladinos y como ellos entienden a estos
otros, propondremos dos características muy claras sobre la forma que adquieren estas
dinámicas. La primera de estas es un aspecto del lenguaje, que implica el reconocimiento
de ese otro, y que construye una jerarquía en base este sencillo cambio. Cuando los
indígenas se refieren a alguien que reconocen como igual, o por lo menos como parte de su
grupo identitario, usan los sustantivos tata y nana. Sin embargo, cuando estos se refieren a
cualquier ladino usan la forma señor, la cual confiere un estatus superior a su interlocutor, a
la vez que refirman que este es otro. A continuación veremos dos ejemplos de estas
formalidades. En ambos ejemplos el emisor del dialogo se encontrará frente a alguien que
podría considerar su superior. Ejemplos de esto veremos más adelante, con el más
interesante uso de este recurso a lo largo de la novela. Por otro lado tenemos el miedo que
tienen hacia los ladinos, construido obviamente debido a la colonialidad imperante:
“Se enfrentaba con los ladinos sin el temor que inspiraban usualmente a los indios”
(Monteforte Toledo, 2013: p. 46).
Después de entender y observar las dos identidades de las que se llega a determinar
parte Lu/Pedro Matzar, podemos dar inicio al análisis del proceso que este sufre. Este
proceso por medio del cual Lu Matzar se deja de conocer a sí mismo como indígena y
comienza a declarar ladino puede ser descrito por medio del travestismo cultural descrito
por Almaguer Rodríguez & Ricardo Domínguez (2006), describen que el travestismo
cultural es sufrido individuos en busca de legitimidad. Citando la descripción de este
concepto:
Ahora, antes de hablar del proceso de aculturación, que comienza como tal con la
llegada de Lu a la ciudad, debemos hablar del momento en que se rompen las enseñanzas
de su padre. Esto sucede justo después de la violación de su hermana, con la siguiente frase.
‘Aparte son los naturales, aparte son los ladinos’ Que mentira” (Monteforte Toledo, 2013:
p. 81). Ahora, que somos conscientes que previo al proceso de aculturación como tal, Lu ya
ha roto, de alguna forma, con la cosmovisión de su identidad.
Conclusiones
Referencias
Aguerre, L. (2011). Desigualdades, racismo cultural. desiguALdades.net(5).
Monteforte Toledo, M. (2013). Entre ls piedra y la cruz. Guatemala: Editorial Piedra Santa.