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Marino J - Capitulo 2. La Psicologia - Objeto de Estudio y Problematica Contemporanea
Marino J - Capitulo 2. La Psicologia - Objeto de Estudio y Problematica Contemporanea
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Julián Marino
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considera que cualquier elemento que pueda estudiar como psicólogo está representado
por la actividad del cerebro: identifica el cerebro y su organización a los elementos que
estudia. Lo que puede estudiar este psicólogo va a ser denominado como conducta,
porque la conducta es una expresión conceptual que dirige la visión de estudio a lo
observable, y lo observable está organizado por la concepción filosófica positiva de
“estudiar aquello que los sentidos captan”.
Este psicólogo, al estudiar la conducta, va a entender que la metodología más
apropiada es realizar experimentaciones que permitan una cuantificación de lo observado.
Va a aprender diseños estadísticos complejos y cuando le pregunten si lo que hace es
una ciencia, no va a dudar un segundo en responder que sí, ya que no advierte ninguna
diferencia entre su proceder y el que realizan otras ciencias, por ejemplo, las ciencias
biológicas.
Este psicólogo va a clasificar al hombre dentro de la continuidad evolutiva de las
especies y por lo tanto, la red de proposiciones que se activa cuando le preguntan por su
proceder tiene la siguiente estructura: Se puede estudiar lo observable, lo observable se
puede medir, el cerebro posee una relación de identidad con lo observable, el cerebro no
es la variable independiente de la conducta sino que es un lenguaje de la conducta, ergo,
la estrategia hacia el objeto de estudio conduce a las categorías “ciencias naturales”,
“estadística”, “conducta”, “neuropsicología”, “atomismo”, “individualismo metodológico”.
Llamaremos al conjunto de estas “categorías” una Red Semántica (Collins y
Loftus, 1975). Una Red Semántica es una asamblea de unidades en una red formando
diferentes conceptos y su valor de activación se define por el valor de activación conjunta
de las unidades que lo componen.
La Red Semántica de este psicólogo acerca de su posición sobre el objeto de
estudio de la psicología está organizado por los supuestos filosóficos, metodológicos y
epistemológicos: el mismo es una red mediacional que organiza su práctica y se inserta
en una praxis que define su “estrategia hacia el objeto de estudio” luchando por la
reivindicación de cada uno de los nodos de la red.
Veamos ahora otro ejemplo: Hay un psicólogo interesado en abordar el sufrimiento
irrefrenable que manifiesta una persona ante su ingesta compulsiva de bebidas
energizantes combinadas con alcohol; este psicólogo se encuentra con la persona y al
hablar encuentra “anudamientos” en su historia, repeticiones en situaciones “de vida” que
relaciona con palabras que la persona emplea, frases que dice sobre otras personas,
emociones que experimenta al hablar de personas sumamente significativas y silencios
que denuncian historias de las que no quiere hablar.
El psicólogo encuentra que los relatos “de vida” van reorganizándose lógicamente
a medida que aumentan los encuentros y, desde su práctica, piensa en la historia
constitutiva de las personas y en las estructuras comunes entre personas. Así, construye
el concepto de sujeto, de una lógica que anuda acontecimientos.
Recurre a textos de estructuralismo antropológico, conceptualiza que las personas
se constituyen en relaciones familiares y que las familias pueden ser escritas en notación
simbólica. Se activan los conceptos de constitución del sujeto humano de inscripción
individual de deseos, de sufrimiento y de subjetividad.
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definida una relación lógica entre el objeto de estudio de la psicología como universal y
las escuelas (definidas por las prácticas) como particulares. De allí derivamos un conflicto:
cada escuela desea universalizar su particular, siguiendo las reglas de “lucha” en un
campo, por lo que cada escuela presenta textos con la intención de universalizar
supuestos filosóficos, procedimientos metodológicos y una concepción de hombre.
Los argumentos de cada texto naturalizan esta intención, la encubren, la dan por
supuesta: cada escuela ofrece su particular respeto al mandato hacia la ciencia, su
apropiación del metabolismo de las relaciones entre necesidades y sistema social, y por
consecuencia, su producción de conocimientos. La lucha por el universal, el objeto de la
psicología, es una lucha bajo reglas: la regla básica es la lucha argumentativa, donde
fases conceptuales se amalgaman con fases empíricas para que cada Escuela presente
sus praxis bajo la rigurosidad metodológica de un conocimiento sustentado en datos.
Cada diseño del objeto de estudio es un diseño de la realidad que incluye la
construcción de matrices de datos, sus análisis y sus conceptualizaciones, siendo los
nodos representacionales que se activan desde cada particular el soporte argumentativo
de las apropiaciones del objeto de estudio, de allí su hundimiento filosófico,
epistemológico y metodológico.
Ahora, veamos algunas unidades que reconstruyen de qué se habla cuando se
citan esos tres supuestos. Proponemos que hay unidades de decisión donde el psicólogo
se posiciona respecto a:
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Bibliografía
Bleger, J. (1960). Psicología de la Conducta. Ed. Paidós, Buenos Aires, Argentina.
Bourdieu, P. (1990). Sociología y Cultura. Ed. Grijalbo, Barcelona, España.
Caparrós, A. (1976). Historia de la Psicología. Ed. Círculo Editor Universo Barcelona,
España.
Collins, A. y Loftus, E. (1975). A Spreading Activation Theory Of Semantic Processing.
Psychological Bulletin, 82, 407-428.
Corsi, J. y Scaglia, R. (1998). ¿Qué es la Psicología?. En Material del Curso de Ingreso,
Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba.
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Eduardo Cosacov
Definición de Psicología
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Por ser la Psicología una ciencia natural, además de las conjeturas, recurre al
estudio de casos, encuestas a las personas, observación sistemática de éstas, búsqueda
de asociaciones, paralelismos o correlaciones entre comportamientos, así como
experimentos diseñados para someter a prueba las conjeturas, creencias o enunciados de
las teorías que se proponen.
Si bien la Psicología ya cuenta con ciento veintiséis años de vida (tomando como
punto de partida el laboratorio de Wundt de 1879) y en consecuencia no es tan joven, se
la considerada una ciencia natural blanda o pre-paradigmática. A las ciencias naturales
blandas o pre-paradigmáticas (cuales serían Sociología, Economía, Ciencia política) se le
contraponen las ciencias naturales duras, como Física, Astronomía, Geología y Química
(ésta última actualmente se considera un capítulo de la Física) y recientemente la
Biología, con el gran impulso recibido por el desciframiento del código genético y la
clonación. La expresión “pre-paradigmática” hace referencia a que en cuestiones muy
básicas, las llamadas disciplinas blandas no se ponen de acuerdo para arribar a una
conclusión unánimemente consensuada, es decir, carecen de un paradigma o modelo
aceptado por todos los dedicados al cultivo de tal ciencia.
Mientras que los físicos aceptaron y luego perfeccionaron el modelo atómico
propuesto por el sabio danés Niels Böhr a comienzos de 1900, no existe una teoría que
haya recibido una aceptación masiva entre los psicólogos.
A modo de ejemplo: los psicólogos discrepan entre ellos sobre si los sueños
conllevan un mensaje descifrable, o bien si los mismos carecen de una significación
encriptada; o discuten si los padres tienen mayor gravitación que los amigos en los
valores de los hijos adolescentes; o si la orientación sexual de una persona obedece a
factores ambientales o genéticos; o si la personalidad cambia o no con el transcurso de
los años. Incluso no se ponen de acuerdo en torno a si la Psicología es una ciencia
natural, ni cual es el tipo de evidencias que deben exigírsele para dar por probada una
teoría.
Otras veces, entre textos científicos actualizados, se encuentran algunos que
detractan la hipnosis, y otros textos que la reivindican como un fenómeno consistente,
mientras que todavía se discute la validez de tests tan utilizados como el Rorschach.
Igualmente muchas veces, para mayor confusión del estudioso, utilizan en una misma
área de especialidad conceptos que connotan significados muy distintos: por ejemplo, la
pregunta sobre si en el ser humano existe la normalidad o no divide aguas entre los
psicólogos, demostración adicional de la falta de consenso en torno al alcance del
significado de normalidad.
Y en cuanto a las psicoterapias, el panorama es igualmente incierto: algunos
defienden el valor psicoterapéutico de la programación neurolingüística, del ensueño
dirigido, de las flores de Bach o de los libros de autoayuda, mientras que otros los valoran
como procedimientos científicamente inconsistentes, es decir, pseudociencias.
En síntesis, si bien se acepta que la Psicología es una ciencia natural por basarse
en evidencias empíricas, aún así no siempre se valora a las mismas tan concluyentes
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hacernos cambiar de parecer y optar por otro sitio. La idea de que poseemos
responsabilidad individual, y en consecuencia libertad, se encuentra en la base del
derecho, y es fundamental para toda religión a los fines de explicar el origen del mal.
Las escuelas existencialistas apostaron por considerar que si bien estamos
condicionados, no estamos determinados. Sin embargo, tanto el psicoanálisis como el
conductismo consideran que estamos determinados, e interpretan que el sentimiento de
libertad es una ilusión que se produce por nuestra ignorancia respecto a las causas que
subyacen a nuestros pensamientos o acciones.
La polaridad libertad o libre albedrío vs. determinismo ha sido estudiada por
grandes pensadores, como Kant a fines de 1700, y fue considerado por éste como un
problema insoluble; no obstante, la postura que se adopte sobre éste punto es clave en la
concepción antropológica subyacente a la naturaleza humana.
Por último, la raíz también contiene la oposición mente vs. cerebro. De ambos se
acepta que están en sintonía: una droga afecta al cerebro haciendo que la persona se
sienta mejor de ánimo al cambiar el balance de los neurotransmisores. Pero una buena
noticia, como ganar la lotería, o salir con la persona que nos gusta, también nos afecta y
cambia el ánimo. Sin embargo hay una gran diferencia: en el primer caso la alegría se
mediatizó con compuestos químicos, mientras que en el segundo caso se mediatizó con
palabras que conllevan un significado. ¿Cómo se transforma el lenguaje electroquímico
de las neuronas en significado?; y ¿cómo se transforma el significado en lenguaje
electroquímico?. Nadie conoce la respuesta a esta pregunta que estudia una rama de la
epistemología llamada filosofía de la mente, y no se sabe si algún día será respondida.
Pero en la práctica las personas asumen o bien el llamado materialismo mono-
neuronal, que propugna que la mente desaparece al desorganizarse el cerebro, o bien
pregonan algún tipo de dualismo conforme al cual la mente puede subsistir
independientemente del cerebro. La postura sobre éste tema tiene consecuencias. Por
ejemplo, las teorías parapsicológicas resultan, prima facie, más aceptables de asumirse
una concepción dualista.
El tronco del árbol de la Psicología adquiere expresión en lo que serían los
hallazgos cognitivos y los hallazgos motivacionales, pues todo descubrimiento y toda
teoría se asientan sobre éstos dos amplios conceptos. La motivación indaga qué busca el
individuo, mientras que la cognición indaga cómo logra obtenerlo.
Las ramas del árbol, por su parte, son las diferentes asignaturas que se estudian
en la carrera. De tales ramas cuelgan flores (teorías) y frutos (tests, instrumentos o
ingeniosos artificios de exploración de la mente y el comportamiento)
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Astronomía
Informatica
Cs.
Políticas Química
Filosofía
Historia Linguistica
Antropologia
Como profesión, la Psicología conserva fronteras con las siguientes aplicaciones
Ingeniería
Administración de
empresas
Medicina
Psicología Geologia
Derecho
Educación
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Gestalt
Su principal aporte a la Psicología fue su descubrimiento de que existe un
paralelismo entre las leyes que gobiernan la percepción y las leyes que gobiernan el
pensamiento humano.
Tomando como modelo ilustrativo la percepción visual, se aprecia que el dibujo
que aquí aparece –costoso de interpretar en un primer momento– una vez ya
interpretado, se impone con una fuerza tal que nos impide ver otra cosa distinta a la
descubierta.
Si el profesor que expone tal hallazgo dijese a los alumnos: “la explicación reside
en el hecho de que la mayoría de las personas, incluídas las madres, son diestras, y
toman al niño con la izquierda para tener la mano derecha liberada por los requerimientos
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a las que están expuestas, como agarrar la mamadera o tomar otro objeto,...”ello sería
equivalente para los asistentes a la clase a que el profesor les incentive a conformar una
vaca en base a manchas que no pueden dar significado.
Una vez aceptada la explicación del profesor, la mente se cierra a otra explicación,
actúa como sugestionada por la teoría, al igual que si hubiese descubierto una vaca, y se
le torna más difícil proponer otra interpretación alternativa, como la siguiente: el hecho de
sostener al pequeño con el brazo izquierdo lo sitúa más cerca del corazón de la madre, y
percibir sus latidos tranquiliza a la criatura (finalmente, ésta es la explicación que se
demostró acertada).
Extraigamos entonces la moraleja del ejemplo: la Gestalt descubre que el análisis
de la percepción humana actúa como un modelo que permite inferir el funcionamiento de
la mente, por lo que denominó isomorfismo a la relación existente entre ambas.
Conductismo
El conductismo fue un movimiento revolucionario, que creció justamente en los dos
países que eran más optimistas respecto a las posibilidades del ser humano: Estados
Unidos y Rusia, paradójicamente las expresiones del capitalismo y del comunismo
(cuando Rusia era parte de la URSS). Esto se debió a que ambos sistemas creían
fuertemente en aquello que podría sintetizarse con una máxima de los Jesuitas: “Dadme
al niño y les responderé del adulto”. El conductismo rompe con la tradición científica
imperante hasta comienzos de 1900 respecto a que las personas nacían con instintos, y
cuando éstos instintos eran negativos o indeseables los conducían a robar, tener
enfermedades, rebelarse contra el sistema, o poseer una inteligencia disminuida.
Incluso hasta 1800 algunos médicos opinaban que ciertos esclavos poseían
dromomanía, es decir, una inclinación a fugarse debido a cuestiones temperamentales, y
no a la situación misma de esclavitud.
En su versión original, la existencia del conductismo negaba las inclinaciones
naturales o instintos, lo cual actualmente ya nadie sostiene; pero gracias al conductismo
se demostró la gran flexibilidad del instinto, hasta el punto de que se podría atenuar e
inhibir
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Psicoanálisis
También el psicoanálisis representó en su época una línea de pensamiento
revolucionario y esperanzador en cuanto a las posibilidades de transformación humanas.
E igualmente representó una ruptura con antiguas concepciones al proponer que muchas
acciones humanas (según Freud: toda acción humana) obedecen a razones
inconscientes, pese a que los seres humanos justificamos los actos como si obedeciesen
a una lógica conciente y racionalmente orientada.
La moderna Psicología cognitiva, así como los descubrimientos más modernos de
la neurociencia, respaldan el punto de vista conforme al cual nuestras decisiones se
procesan primeramente a nivel inconsciente, aún cuando ello no necesariamente implique
la toma de decisiones irracionales o dañinas.
No obstante éste hallazgo hoy cada vez más aceptado, el psicoanálisis resultó una
escuela de pensamiento muy controvertida, ya que si bien su fundador concebía a la
Psicología como una ciencia natural y sometible a las exigencias del método científico,
una parte de sus discípulos continuó ésta línea, mientras que otros consideraron que tal
requisito no era exigible. Los que continúan la perspectiva del psicoanálisis como ciencia
natural (escuela americana) buscan la integración del psicoanálisis con la Psicología,
mientras que aquellos que lo conciben como un saber predominantemente conjetural
(escuela francesa) pretenden diferenciarlo de la Psicología como un saber independiente
de ésta.
Cognitivismo
Si bien originariamente asociada al estudio de la inteligencia, a tal punto que aún
hoy aparecen en varias publicaciones, la expresión Psicología cognitiva como sinónimo
del trabajo de Piaget, (psicólogo suizo abocado al estudio de la inteligencia) actualmente
se considera la orientación cognitiva como aquella que sintetiza aportes de todas las
escuelas que se refieran a fenómenos mentales. Su objetivo principal es la formulación
científica atinente a cómo funciona la mente humana, realizando para ello experimentos
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que en otras épocas hubieran resultado inconcebibles, en parte por falta de instrumentos
adecuados, y en parte debido a que los recursos metodológicos eran más limitados.
Gracias a los avances de la Psicología cognitiva, cada vez se hace “hablar” más
precozmente a los bebés y a los animales, develando su funcionamiento mental con
ingeniosos procedimientos. Por regla general, los descubrimientos apoyan la idea que
tanto infantes como animales son más sutiles de lo que habitualmente suele pensarse.
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Cuadro Estructuralismo
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Mientras que en el área de las psicoterapias, que es muy controvertida por tratarse
de un campo donde se encuentra escaso consenso entre los profesionales, al tiempo que
es donde se produce la mayor demanda de servicios, la identificación por escuelas se
mantiene. También es cierto que en su gran mayoría los psicoterapeutas se consideran
eclécticos, pero los procedimientos que emplean las diferentes psicoterapias son bien
distintos. En la psicoterapia las orientaciones principales son: humanista, gestáltica,
sistémica, psicoanalítica, transpersonal, conductista y cognitivista
Así y todo, muchos psicólogos aducen que el nombre de la orientación
psicoterapéutica no se corresponde con la escuela mencionada. Por ejemplo, la terapia
racional-emotiva de Albert Ellis propone reflexionar con los pacientes sobre sus
problemas o temores para socavar los presupuestos irracionales que mantienen su
problemática. Por ejemplo, a un individuo paranoico se le trata de persuadir en base a
consideraciones lógicas que no debiera pensar que está siendo amenazado o perseguido.
Entonces se incluye como terapia cognitiva porque busca modificar las cogniciones o
pensamientos. No obstante, muchas otras psicoterapias buscan lo mismo, y no por ello se
llaman cognitivas. Además, el estudio científico de la mente o cognición es más bien
escéptico en cuanto a que las modificaciones emocionales dependan de una
argumentación racional, creencia denominada voluntarismo.
La vinculación entre las escuelas históricas de la Psicología y las denominaciones
de las distintas psicoterapias es, en el mejor de los casos, tenue e indirecto.
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Nota: Todas las referencias fueron extractadas de Freud, Obras Completas, Amorrortu
Editores, 1995, Freud.
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Dante G. Duero
Introducción
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menos tan compleja como lo es para un niño de corta edad. Resulta verosímil pensar que
el movimiento haya resultado a nuestros ancestros el signo más claro de cuando algo
mostraba vida y conciencia y cuando no. De todos nuestros movimientos corporales, uno
de los más obvios y constantes es el de expansión y contracción de la cavidad toráxico,
que tiene lugar durante la respiración. Este movimiento, conectado con la presencia del
“aliento”, esta presente en la persona con vida y desaparece en la muerte (Watson, 1967).
Esto explicaría el que en casi todas las culturas las palabras que describen la
presencia de vida y de actividad mental posean una raíz común con otras expresiones
asociadas al aliento y la respiración. Los hebreos, por ejemplo, hicieron uso de un término
proveniente de la antigua Babilonia, napistu, para aludir tanto al aliento como al “espíritu”
y al principio vital (Watson, 1967). Los griegos, por su parte, emplearon el término psyché,
que remite tanto a la respiración como a aquella parte incorpórea que habita y hace vivir
al cuerpo. En la Ilíada, Homero representa a psyche como una sombra o espectro con
tres funciones asociadas: Menos, Thymos y Noos. El Menos constituía una especie de
principio vital, presente en todas las cosas vivas y que hace posible el movimiento
autogenerado. El Thymos era considerado la esencia de los sentimientos, las emociones,
los deseos, los planes, las expectativas y estaba asociado con la sangre y el aliento. Para
la inteligencia creativa Homero empleó el término Noos; con él intentó definir al
entendimiento y la actividad racional en general.
Algunos siglos antes de Cristo los filósofos aún pensaban en la vida y en la mente
de forma parecida al hombre ancestral. Así, Tales de Mileto defendía la idea vitalista de
que las cosas capaces de autogenerar movimiento contenían Menos y estaban vivas,
razón por la cual consideraba que las piedras magnéticas o imanes eran entidades
animadas. Anaximandres creía que algún tipo de sustancia espiritual era la responsable
de unificar las partes del cuerpo en un todo y de coordinar sus funciones vitales. Diógenes
de Apollonia, sostuvo por su lado que los hombres y los animales vivían por un “soplo de
aire sin el cual éstos morían y su inteligencia fallaba”.
Muchos años después, Platón (327-347 a.C.), uno de los más importantes filósofos
de la antigua Grecia, aún sostenía esta tesis dualista. Para él, el mundo se componía de
sustancia y de ideas. El cuerpo, que formaba parte del mundo de los fenómenos, era un
instrumento del alma, perteneciente al mundo de las formas.
Platón presenta una división tripartita del alma: la razón, que constituye su parte
racional, y los sentimientos y los apetitos que conforman su parte irracional. Creía que la
parte racional residía en el cerebro y los sentimientos y los apetitos estaban localizados
en la cavidad toráxica y abdominal respectivamente. Aunque Platón pensaba que la
psyché como principio vital era un fenómeno unitario, sostenía que sus diferentes
aspectos emergían cuando estaba unida al cuerpo. Los apetitos funcionaban en forma de
deseos indiscriminados que debían ser sometidos a la consideración de los otros
componentes de la psyché. Por medio de la razón debíamos conseguir dominar la parte
irracional del alma sin llegar a eliminar ni dejar totalmente insatisfechos a nuestros
apetitos (Platón, 1979). En tal sentido, Platón abordaba el problema de los conflictos y el
problema de la irracionalidad en las decisiones humanas con un modelo que guarda
alguna semejanza al que más adelante utilizará la Psicología psicodinámica de Freud.
Otro gran filósofo griego, Aristóteles (382-322, a.C.), quien ha sido considerado el
fundador de la Psicología Filosófica, creía que la psyché se relacionaba con la forma que
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podía tomar la materia inanimada y así devenir en sustancia viva, capaz de movimiento
autogenerado.
Aunque Aristóteles también distingue entre forma y materia como principios
naturales, sostuvo que ambos coexistirían, conformando una unidad indivisible. Es por
ello que puede decirse que, a diferencia de Platón, Aristóteles fue un naturalista.
Este filósofo diferenció tres funciones: las asociadas con los procesos de
crecimiento, exhibido por las plantas, los animales y el hombre; la función sensitiva que en
cambio solo resultaría propia de los animales y el hombre y los juicios y pensamientos,
funciones privativas de este último. Para Aristóteles, el ser humano es el único animal que
piensa y la imaginación es la más alta habilidad del pensamiento.
Lo común a las concepciones aportadas desde la antigua filosofía es que no
establecieron una diferenciación clara entre la mente y la vida. El pensamiento filosófico
posterior comienza de a poco a alejarse de esta acepción “ingenua” de la mente; busca
en cambio generar definiciones más precisas del término, así como propuestas
epistemológicas y metodológicas más sistemáticas para la investigación.
De acuerdo con Hanz Gadamer (1980) los griegos, que fueron los primeros
artífices de la concepción de mundo occidental, no consideraron el cambio incesante de
las cosas humanas, ni el ascenso y la decadencia de los pueblos y las culturas. Por el
contrario creyeron ver un orden que se preservaba, una especie de orden cósmico o
esencia que se mantenía pese al aparente cambio, a consecuencia de lo cual no admitían
la irreversibilidad como un rasgo propio de los asuntos humanos. La ciencia griega,
representada fundamentalmente por la matemática versa sobre lo que, en tanto
inmutable, puede ser conocido de una vez y para siempre.
En la tradición moderna, el modelo matemático fue desplazado por un interés por
el mundo empírico y una concepción parcialmente nueva acerca del conocimiento y los
métodos de la ciencia, que se enfocó al descubrimiento de leyes universales inmutables.
Esta forma de pensamiento dio lugar a dos tesis epistemológicas confrontadas: el
racionalismo y el empirismo. La primera, sostenía que el conocimiento se originaba en
ciertas intuiciones filosóficas a priori a partir de las cuales era factible deducir lógicamente
consecuencias adecuadamente fundadas para así hallar principios universales. Para el
empirismo, en cambio, el origen de todo conocimiento debía buscarse en la experiencia,
pues no creían que pudiese haber algo en la mente que no hubiese pasado antes por los
sentidos.
La mente cartesiana
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El empirismo asociacionista
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Otro filósofo al que se hará mención, y que procuró aportar luz al problema de “lo
mental”, fue Immanuel Kant. En su Crítica a la Razón Pura (1781), Kant procurar hallar un
modelo de conocimiento que resolviese las confrontaciones de racionalistas y empiristas.
Este partió, como Descartes, del supuesto de un yo individual trascendental, condición
necesaria de todo conocimiento, que seguía determinadas reglas internas de
funcionamiento a partir de las cuales, activamente, las ideas y las sensaciones se
ordenaban. A diferencia de los empiristas, Kant creía que la mente constituía antes que
un mero receptor de impresiones, un órgano activo de conocimiento que establecía, a
partir de ciertas categorías trascendentales (como las nociones de tiempo y espacio) un
orden sobre la experiencia originada en las estimulaciones recibidas del mundo exterior.
Con estas nociones elaboraríamos esquemas que funcionan como reglas y que a la vez
dan lugar a imágenes ligadas a nuestra percepción del mundo empírico (véase Gardner,
1985).
Para Kant existe, como para el empirista, un mundo sensorial concreto, que tiene
existencia independientemente del sujeto y en el que se origina todo conocimiento, pero
no es posible acceder directamente a él. Con lo que tomamos contacto es con
“fenómenos” y no con la “cosa en sí” que permanece por siempre incognoscible. De este
modo, anticipándose a propuestas como las de la psicología evolutiva de Piaget o el
cognitivismo, Kant estaba proponiendo que, por todo conocimiento, tenemos a las
representaciones que somos capaces de construir acerca del mundo, más escasa idea de
cómo es el mundo mismo.
Resulta interesante que Kant creyera que una disciplina científica podía ser
científica si lograba arribar a cierto grado de matematización. Para ello, era preciso que
los fenómenos sobre los que versaba poseyeran algún tipo de propiedad espacial. Es
precisamente la especialidad, diría Kant, la que hace posible que experimentemos con
ellos, que podamos alcanzar alguna forma de sistematización y que logremos dar con
ciertas formulaciones matemáticas. Ya que los fenómenos mentales no cuentan con
ninguna de estas propiedades, resultaba imposible, piensa Kant, desarrollar una ciencia
de la psicología.
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Hacia fines del siglo XIX el surgió positivismo como paradigma científico. Este
modelo, defendido por Comte (y cuyos inspiradores fueron los filósofos empiristas, junto
con científicos como Bacon y Galileo), pensaban que la ciencia debía describir, mediante
leyes, las relaciones entre fenómenos del mundo natural (Comte, 1844). Tal filosofía, que
ha tenido su alcance hasta la actualidad, se caracterizó por defender la observación y la
verificación como los únicos métodos cognoscitivos válidos. Ya en sus tesis más
modernas apuntó a defender (en la versión lógico-analítica del Círculo de Viena) la
reconstrucción racional del conocimiento científico y el análisis sintáctico y semántico de
lenguaje de la ciencia. (Ferraris, 1988; Schwandt, 2000).
Una de las metas del positivismo y sus sucesores fue dar con un método común
para generar conocimiento en cualquier ámbito de investigación científica, sea este el de
los fenómenos naturales o no. Dicho método se enmarcaría en lo que hoy se conoce
como modelo de explicación por leyes de cobertura, que propone subsumir cada
fenómeno-problema como un caso derivable, racionalmente, de un conjunto de premisas
entre las que se hallaría una ley general y de las cuales el fenómeno a explicar-predecir
se derivaría deductivamente: un fenómeno queda explicado cuando, al hallar su causa, se
lo vuelve previsible y repetible. Una explicación resultaría adecuada si se deriva de
premisas correctas y presenta una forma lógica del razonamiento. La refutación de la
consecuencia esperada nos obligaría, por el contrario, a desechar alguna de las premisas
de partida o bien a revisar el razonamiento .
Hacia fines del siglo XIX, buena parte de la psicología se sumergió en el ideal
positivista de ciencia y, en su pretensión de cientificidad, se dedicó a buscar leyes que
permitiera explicar y predecir la ocurrencia de los fenómenos que investigaba, así como
también a someter a contrastación experimental cualquiera de sus afirmaciones. Como
las ciencias naturales habían resultado prometedoras, se pensó no solo que la psicología
podía ser tenida por una disciplina de la naturaleza, en muchos casos se procuró además
reducir su saber al de algunas leyes psicofísicas más o menos complejas. Wilhelm Wundt
(1832-1920), quien oficialmente inauguró el primer laboratorio de psicología experimental
en la Universidad de Leipzig en 1879, adhirió, en alguna medida, a este modelo.
Por aquel período un gran número de exponentes comenzaron a esforzarse por
dotar de la psicología de bases empíricas, fundamentando sus teorías por medio de datos
obtenidos a través de rigurosos experimentos o bien, en otros casos, de observaciones
sistemáticas (como en el caso de la psicopatología). Por sobre todo, se aspiraba a lograr
para la disciplina un método diferente al de la filosofía y la metafísica que a su vez
permitiese una articulación con los procedimientos legados por las más cimentadas
ciencias del mundo físico.
Afirma Wundt:
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La psicología funcionalista
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puestos sobre el modo en que el individuo actúa sobre el medio con el fin de
autopreservarse. Aislar a estos fenómenos con vistas a estudiarlos en condiciones
artificiales como las de un laboratorio carecía por completo de sentido (Huber, Edwards y
Hening-Boynton, 2000).
James sostenía que los fenómenos mentales se dan en un fluir permanente
configurando una totalidad; no existen las sensaciones aisladas. Leámoslo:
“[Los asociacionistas] mostraron como, por medio de sus
cohesiones, repulsiones y formas de sucesión, se pueden engendrar
cosas como reminiscencias, percepciones, emociones, voliciones,
pasiones, teorías y todos los demás integrantes de nuestra mente
individual. De este modo, el mismísimo Yo o ego del individuo acaba
siendo visto no como la fuente preexistente de las representaciones, sino
más bien como su fruto final más complicado (1890, pág. 5)
Desde su perspectiva, la psicología podía ser definida como la ciencia de la vida
mental, lo cual incluía tanto a sus “fenómenos” (deseos, sentimientos, cogniciones,
razonamientos, etc.) como a las condiciones concretas en que éstos tenían lugar2.
Previniéndose del anterior elementarismo y remarcando su interés por el análisis de la
persona como un todo, propuso estudiar los procesos psicológicos en tanto sujetos a
condiciones específicas; para él ninguna facultad existe fuera de tales condiciones.
Entre sus propuestas se hallaba la de concebir la mente como un proceso, esto es:
como un fenómeno temporal y en sucesión. Para James debemos concebir a la
conciencia como a una actividad cuya función es conocer, y a la psicología como una
ciencia natural de la vida mental que versa sobre un conjunto de proposiciones
provisionales acerca de los estados de conciencia y las nociones que de ellos se tienen 3
2
Esta visión holista y contextualista comparte elementos comunes con la propuesta de la que
nos ocuparemos en la última sección.
3
En su concepción identifica a los productos mentales con la conciencia. La conciencia, por su
parte, es definida como “personal”, “dinámica”, “continua”, “intencional” y “selectiva”. Es
personal pues los estados mentales se encuentran en personas o mentes particulares, pues “no
existen sensaciones y pensamientos universales” y es dinámica y continua, pues no es posible,
por un lado, que un estado de conciencia sea exactamente idéntico a un estado de conciencia
anterior y porque, por el otro, aún cuando pueda existir una interrupción en el transcurrir
conciente (por ejemplo durante el sueño) en general somos capaces de integrar a nuestras
diferentes vivencias como un todo ininterrumpido (James, 1890). Con esto, nos comenta Balbi,
James está caracterizando nada más y nada menos que la naturaleza vivencial de la conciencia:
“Es decir, destaca su condición de experiencia que ocurre en un tiempo real, en la existencia de
un individuo vivo, concreto. Por lo tanto, como ocurre en todos los procesos de la vida, en la
conciencia los instantes no se repiten, sino que se suceden unos a otros ininterrumpidamente sin
volver nunca atrás desde el nacimiento hasta la muerte, es decir, la conciencia como la vida, es
un proceso, o sea, un fenómeno que ocurre en fases sucesivas en el tiempo” (2003, 37). Por otro
lado, al decir que la conciencia es intencional, James se refiere a que todo hecho de la vida
mental tiene lo que el filósofo Brentano caracterizara como “la propiedad intencional de ser
acerca de” o de “versar sobre”. Una creencia, o un deseo es siempre sobre algo que constituye
su “contenido intencional”. Por último, este psicólogo caracteriza a la conciencia como selectiva
pues nuestra mente siempre atiende a algunos aspectos más que a otros (James, 1890; 1892).
Según Balbi (2003) al destacar, por encima de todo análisis la unidad vivencial de la mente,
James se anticipó a muchas propuestas filosóficas objetoras del positivismo de fines del siglo XIX,
como por ejemplo la fenomenología y la vanguardia existencialista.
172
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
(James1892). Ya hacia principios del siglo XX, llegaría a asumir incluso que como tal, la
conciencia no es más que experiencia, rechazando la distinción entre “los pensamientos y
sus contenidos”.
Coherente con la tesis evolucionista, James sostuvo que la relación entre los
objetos físicos del mundo y nuestra percepción de los mismos es más o menos directa, de
forma tal que nos permiten una adaptación al ambiente externo, que es anterior a
nosotros e independiente de las representaciones que podamos tener del mismo. En este
sentido, aunque su posición epistemológica contiene elementos de lo que hoy en día se
entiende por pragmatismo (de hecho una de sus obras filosóficas lleva por título este
nombre) hay elementos de su pensamiento que lo ponen por momentos en alguna
proximidad al realismo defendido desde el positivismo4(James, 1912).
Además de los hechos de la conciencia, Williams James analizó aspectos relativos
al funcionamiento de nuestro sistema nervioso, aunque jamás aceptó que fuera posible
reducir nuestras explicaciones mentales a términos exclusivamente neurofisiológicos.
Dice: “Es impensable el paso de la física del cerebro a los correspondientes hechos de la
conciencia. Aún concediendo que un pensamiento definido y una acción molecular
definida ocurran simultáneamente en el cerebro, no poseemos el órgano intelectual, ni al
parecer ningún rudimento de tal órgano, que nos pudiera permitir pasar, mediante un
proceso de razonamiento, de uno a otro (...) Podemos remontar el desarrollo de un
sistema nervioso y correlacionar con él los fenómenos paralelos de sensación y
pensamiento (...) [pero] no hay fusión posible entre las dos clases de hechos, ni energía
motora en el intelecto del hombre que la lleve de un lado a otro sin producir una ruptura
lógica del uno al otro” (Tundall, citado en James, 1890, pág. 120)
Como por aquella época la fisiología comenzaba a hacer enormes
descubrimientos sobre la actividad refleja de los animales, James se preguntó si la
actividad conciente podría ser explicada como la suma de una serie de reflejos más o
menos complejos, encadenados. Rechaza sin embargo esta alternativa por considerar
que, reducir la actividad mental a arcos reflejos, conlleva necesariamente a concebir a
dicha actividad en términos lo suficientemente mecánicos y automáticos como para hacer
impensable que, gracias a la misma, los humanos pudiéramos aumentar la plasticidad de
nuestros comportamientos y, con ellos, nuestras posibilidades adaptativas. Por el
contrario, James pensó siempre en la conciencia como en un “órgano” activo. Para
James, la conciencia posee una función guía sobre las elecciones y acciones de los
4
Desde su posición pragmatista, James aceptaba que nuestro conocimiento acerca del mundo
resultaba de ciertos “modos de estar en el mundo”. Sostenía que al juzgar la verdad o falsedad
de cierta idea, no contamos sino con los puntos de vista de cada cual; no tenemos un acceso
directo al mundo “tal cual es”. En ese sentido, decía que la verdad es algo relativo que depende
de cuanto sea el grado de acuerdo que consigamos los unos con los otros respecto de aquello
sobre lo que supuestamente estamos hablando. El contruccionismo social y el neopragmatismo
ha llevado en la actualidad esta tesis hasta el extremo de sostener que no hay algo “exterior” a
nosotros a lo cual referir nuestras verdades. Estas son resultados de que alcancemos ciertos
niveles de consenso en nuestras prácticas discursivas y nuestros modos de estar en el mundo.
Fuera de tales acuerdos, no hay mayores criterios de verdad o conocimiento; no abría “una cosa
en sí” a la cual recurrir como piedra de toque para la contrastación de nuestros enunciados.
Auque en este sentido James mostró mayor apertura y una actitud más relativista que la de otros
contemporáneos, como el buen darwinsita que era, mantuvo una actitud conservadora con
respecto a nuestras capacidades para “construir” nuestras representaciones del mundo.
173
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
organismos que al igual que otros órganos le permite aumentar sus probabilidades de
supervivencia.
5
Para aclarar esto pensemos que tanto en la línea funcionalista como en la estructuralista, los
estudios de los procesos mentales dependían de los autoexámenes que pudiesen hacer los
sujetos sobre sus propios procesos internos. Dicha metodología presenta un doble inconveniente
para el conductista. En primer lugar, porque nunca podemos estar seguros de que los reportes
de los sujetos realmente se correspondan con la experiencia vivenciada. En cuantas ocasiones
sucede que creemos tener vivencias que al rato desestimamos como equívocas, como ocurre por
ejemplo con las ilusiones. Por otro lado, se presenta un segundo inconveniente, y es que, aún si
un sujeto pudiese reportar sus propios estados mentales “tal cual se dan”, nos encontraríamos
como investigadores con la dificultad de interpretarlos para decidir cual es la naturaleza del
estado en cuestión.
174
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
La Reflexología rusa
175
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
6
Dice: “Nuestro punto de partida ha sido la idea del reflejo nervioso de Descartes. Esta es una
genuina concepción científica, ya que implica la necesidad . Puede resumirse como sigue: un
estímulo interno o externo recae en uno u otro receptor nervioso y da origen a un impulso
nervioso; este impulso nervioso se transmite a lo largo de fibras nerviosas al sistema nervioso
central y allí, en razón de las conexiones nerviosas existentes, da origen a un impulso nuevo que
pasa por las fibras nerviosas eferentes hacia el órgano activo, donde suscita una actividad
especial de las estructuras celulares (…) Parece obvio que la actividad del organismo debe
apegarse a leyes definidas. Si el animal no estuviera en exacta correspondencia con su
ambiente, tarde o temprano debería suponerse que un reflejo da inicio al que le sigue; o, en
otras palabras, debemos considerarlo como una cadena de reflejos. Pero esta vinculación de
actividades no es peculiar sólo de los instintos. Estamos familiarizados con numerosos reflejos
que, con toda certeza, se funden en cadenas” (Pavlov, 1927, pág. 199)
176
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
la llave del cuidador que abre la puerta. Desde este modelo, aún el aprendizaje de un
lenguaje no sería más que la consecuencia de que asociamos las palabras con los
objetos que estas representan.
Determinismo y Reduccionismo
177
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
involucra al contexto social e histórico en que las acciones tienen lugar7. En ciencias
humanas comprendemos los acontecimientos, dice, de igual modo en que comprendemos
estéticamente una melodía. Para ello debemos establecer totalidades significativas a
partir de un “significado central”. Tal como lo estamos proponiendo, la “comprensión”
representa un modelo de conocimiento diferente de la explicación; supone en nosotros
una capacidad para configurar las partes en un todo que nos resulta significativo.
Veamos un poco mejor en qué consiste este proceso interpretativo. Cuando
interpretamos un texto, damos por sentado que el mismo es significativo. Es precisamente
nuestra tarea como investigadores, la de dilucidar el significado de dicho texto. Para ello
debemos partir de toda una serie de presupuestos que nos ayudan a establecer su
posible sentido. Si no tenemos alguna idea de cómo funciona el conjunto no podremos
entender las partes; sin embargo, tampoco será del todo posible la comprensión de cómo
funciona el conjunto si no contamos con una previa entendimiento de cada una de las
partes. Por ello el proceso de interpretación se encuentra abierto a constantes revisiones
y reinterpretaciones. Leemos cada frase presumiéndole un sentido que se derivaría de la
totalidad del texto. La lectura de cada oración puede transformar, a cada momento, el
significado de lo que sigue. Si nuestra primera interpretación parece volver inteligible un
nuevo párrafo, entonces la aceptamos como provisoria. Si no, debemos replantear
nuestros supuestos y con ello nuestra concepción de la totalidad del texto. Preguntarse
“de qué modo puedo pensar en esto de modo que tenga para mí significado” es esencial
al momento de interrogar un fenómeno como un texto (Tylor, 1979; Rorty, 1979))
Según Dilthey las acciones humanas deben ser interpretadas y “comprendidas”
siguiendo un procedimiento “hermenéutico” parecido al de la lectura de un texto. Cuando
alguien hace algo esa acción es mucho más que una serie de comportamientos físicos;
posee un sentido para cada uno de quienes participaron de la situación. Y ese sentido
depende del contexto social, cultural e histórico en que tiene lugar. Para ello debemos
adscribir al agente cuya vida intentamos comprender estados semejantes a la clase de
experiencias y significados que nosotros mismos desarrollamos frente a situaciones
similares a las suyas. Es imposible abstenernos de hacer esto último si queremos captarle
algún sentido al asunto. Es decir: el hecho de configurar una acción en un contexto que la
vuelva significativa nos agrega una inteligibilidad que no hallaríamos a través de una mera
descripción de correlaciones y procesos causales8.
7
Por otra parte esa misma autorreflexión y autocomprensión modifica nuestros modos de existir.
Por ello el procedimiento a utilizar por parte del investigador social no es la “explicación
objetivante” sino la comprensión, entendida como identificación del sujeto y el objeto. El
conocimiento no avanza de una cosa a la siguiente para abstraer generalidades sino que las
convivencias se configuran para extraer significado; y tampoco se espera que el investigador se
abstraiga de su propia experiencia al momento de volver inteligible una acción, pues es de su
misma interpretación de lo que se requiere para que tal acción tenga sentido. Es de por sí- dice
Dilthey- esa vivencia particular inserta en un todo de un modo particular lo que le otorga sentido
a la “totalidad vital”. El significado está orientado a ese todo que se configura a partir de un
“centro creador de sentido”, de una “vivencia decisiva” que estructura la totalidad. (Gadamer,
1960, Rouse, 1987)
8
Con actitud crítica, Gadamer sostiene que son los propios “prejuicios” del investigador los que
hacen posible algún nivel inicial de inteligibilidad del fenómeno a comprender. Desde la
concepción de Gadamer, la interpretación no es un factor indeseable, una especie de perjuicio
incómodo que entorpece la labor del investigador. Por el contrario hace a las condiciones que
posibilitan la construcción de conocimiento (Gadamer, 1943). Aunque estos comentarios resultan
178
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Entre otras cosas, el ideal epistemológico del positivista se sostenía sobre los
supuestos de que existe una diferenciación entre el sujeto y sus representaciones y los
objetos del mundo a conocer, así como una distinción entre nuestras proposiciones
acerca del mundo y el “mundo en sí”. Esta epistemología aceptaba la idea de que la
ciencia puede y debe, mediante el procedimiento de justificación, incrementar los grados
de certeza respecto de la corrección o no de nuestras proposiciones sobre el mundo. Por
detrás encontramos, claro, la idea de que el universo está formado por cosas muy
simples, clara y distintamente cognoscibles. A esta perspectiva de ciencia subyace la idea
del conocimiento como “espejo” o representación de la naturaleza, en dónde cada
representación se refiere a algún objeto que hace de su “referencia” y en dónde la verdad
de cada afirmación ha de juzgarse por el nivel de “correspondencia” que estas muestra
respecto al mundo (Rorty, 1979)9.
Para el positivismo, las afirmaciones relativas a nuestras sensaciones,
sentimientos, percepciones, emociones, pensamientos o recuerdos, debían hallarse
adecuadamente demostradas. La falta de criterios “objetivos” para determinar con certeza
la presencia o ausencia de tales fenómenos, conllevaba a descartarlos. Al no poder
acceder a un modo de contrastación directa sobre los procesos o entidades que postula, a
lo más lo que cualquier ciencia puede hacer es ocuparse de las correlaciones empíricas
entre los actos de la conducta y el medio.
Esta filosofía estuvo regada por la búsqueda de un “tribunal de la razón” que
dirimiese en los casos de saberes enfrentados y por la necesidad de encontrar criterios
concluyentes para producir y legitimar conocimiento. El positivismo pretendió cumplir aquí
el lugar de juez capaz de evaluar los informes científicos apelando a alguna forma de
representación privilegiada. “La idea dominante de la epistemología es que para ser
racional, para ser plenamente humano, para hacer lo que debemos hacer, hemos de
llegar a un acuerdo con otros seres humanos.
muy pertinentes, no nos detendremos por exigir un desarrollo que excede el interés de este
trabajo
9
Así las cosas, el modo de justificar una enunciado universal como por ejemplo: “todo cuerpo de
menor masa es atraído por un cuerpo de mayor masa con una fuerza proporcional al cuadrado
de las distancias” es cierto si hay en el mundo cosas que puedan ser definidas en función de su
masa, si existen criterios claros para determinar cuantitativamente cual es la masa de tales
entidades y si podemos establecer cuales son los niveles de atracción que se da entre ellas.
Aparentemente, no habría mejor modo de determinar cuan justificada se halla una afirmación
semejante que mediante algún tipo de experimento. Si el mismo demuestra que las cosas
ocurren tal cual se afirma, entonces el enunciado en cuestión es verdadero.
179
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Según Bruner (1990) hacia los años 50 surgió un interés por abandonar el canon
del conductismo y el cientificismo junto con una nueva preocupación que llevó a la
psicología hacia un intento de recuperar la mente atendiendo al rol que la interpretación y
la construcción de significados cumple en nuestra vida diaria. Dice Bruner:
“Creíamos que se trataba de un decidido esfuerzo por instaurar el
significado como el concepto fundamental de la psicología; no los
estímulos y las respuestas, ni la conducta abiertamente observable, ni los
impulsos biológicos y su transformación, sino el significado. No era una
revolución contra el conductismo, animada por el propósito de
transformarlo en una versión más adecuada que permitiese proseguir con
la psicología añadiéndole un poco de mentalismo (...). Su meta era
180
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
181
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
por lo que la única solución es que tan insuficiente sistema teórico sea completamente
eliminado).
Crítica al cognitivismo
Lo que tienen en común el cognitivismo con las anteriores posiciones que hemos
visto, es que tiende a buscar los procesos psicológicos “dentro de la cabeza” de la gente,
adoptando una actitud desde la que, nuevamente, lo importante termina siendo la
posibilidad de generar aproximaciones “objetivas” a los fenómenos así como aportar datos
“confiables”, “mensurables” y “repetibles”. En este sentido adhiere también a cierta forma
de “individualismo metodológico”, así como una posición “mecanicista”. Los “estados
mentales” son concebidos como alguna clase de evento interior (llamado ahora
“cómputo”, “procesamiento de información”, etc.) capaz de explicar nuestras conductas; el
individual sería, por lo pronto, el mejor nivel para indagar sobre esta clase de fenómenos.
La psicología debiera abogar por “reflejar” la naturaleza de esta clase de eventos y por
postular leyes sobre su interacción. Es decir, volvemos a encontrarnos con la pretensión
de que la ciencia se desarrolla sólo construyendo explicaciones legaliformes sobre causas
y efectos.
En el caso de la psicología, esas explicaciones apuntarían establecer
correlaciones entre tales estados “internos” y el comportamiento. Los “estados
psicológicos” que se autoatribuye el hombre común cuando habla de si mismo sería, por
lo demás, un intento fallido por adherir a esa clase de modelo de inteligibilidad que una
adecuada psicología condimentada por la cantidad de neurociencia que se considere
necesaria, ayudará a corregir.
Desde una perspectiva enfrentada con tales tesis “solipsistas” autores como
Bruner (1991) y Gergen (1994),han planteado que la psicología de la que han partido la
mayor parte de los estudios científicos se ha nutrido de la clase de expresiones que los
hombres empleamos en nuestra vida cotidiana para referirnos a nosotros mismos y volver
comprensibles nuestras acciones. Es en este contexto que surgen nociones como la de
“sentimiento”, “emoción”, “creencia” o “estado mental”.
Como sostienen estos autores los psicólogos acostumbran a estudiar las
“creencias”, “las actitudes”, “las emociones” de “tristeza”, “celo”, “amor”, “decepción” o
“frustración”, “los razonamientos”, “los sueños”, “la imaginación” o “la angustia” o “los
deseos”; tratan además de hallar leyes para entender que tienen en común todos estos
estados y cómo se relacionan entre sí. Estas nociones, sin embargo, no han sido
propuestas desde la empresa psicológica ni a partir de “descubrimientos” realizados
adentro de un laboratorio. Han surgido de nuestro sentido común; están impresas en las
formas en que las personas hablamos, en nuestra vida ordinaria acerca de nosotros
mismos. Cuando la gente habla sobre sí misma se atribuye “creencias”, “actitudes” y
“emociones”. Más los “estados” que postula desde esta forma de psicología ingenua no
parecen aludir, en ningún sentido interesante, a un “mecanismo interior” que dé cuenta de
las “causas” de nuestras conductas.
182
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Por el contrario, las expresiones mentales tal como la usan los hablantes
ordinarios parecieran hallarse enteramente incorporadas a ciertos “juegos de lenguaje” y a
“modos de vida” que sirven por sobre todo para enmarcar, interpretan y organizar
nuestras acciones y nuestras experiencias, a partir de patrones que describen lo que es
canónico a una comunidad así como aquellas normas prescriptivas sobre lo que en su
seno es deseable y lo que es esperado. Esto determina las pautas normales de acción y
establece también cuales son los motivos y razones con los cuales estas acciones deben
estar típicamente conectados a fin de volverse inteligibles (Bruner, 1990).
Históricamente, la psicología científica ha desestimado el conocimiento del hombre
común como un conjunto de hipótesis inadecuadas sobre lo que serían las “verdaderas
causas” de la conducta humana. El conductismo ha postulado, por ejemplo, estímulos y
leyes asociativas negando que las expresiones psicológicas describan “entidades” reales.
La psicológica cognitiva ha atribuido a la información el rol causal12. Cualquiera de estas
posiciones ha achacado a la “psicología de sentido común” su falta de eficacia explicativa
y sus dificultades al momento de establecer leyes y proveernos de explicaciones. Sin
embargo, nunca revisaron el “mito” de que los “estados psicológicos” que invoca nuestro
lenguaje cotidiano remitan en verdad a algún tipo de proceso interior que ocurre en el
interior del individuo.
Así por ejemplo, se ha intentado estudiar, mediante indicadores “objetivos” como
registros autonómicos o estudios de la mímica, los procesos cognitivos que tienen lugar
cuando alguien dice “sentirse triste” o “furioso”; se ha procurado indagar sobre cuales son
las “causas reales” de la conducta de estar ansioso; y se han postulado mecanismos
informacionales, redes conexionistas, procesadores de información o cómputos
cerebrales para explicar ciertas respuestas. Pero lo que por lo común no se ha llegado a
cuestionar que “sentirse triste”, “furioso” o “ansioso” sean expresiones que en nuestro
hablar cotidiano intenten “describir” procesos interiores de alguna naturaleza.
Estamos diciendo que, si lo que hace la gente cuando nos habla de su conducta
es asociarla con expresiones mentales no es “explicar” en el sentido de aludir a causas,
entonces mal podría plantearse como eje de una crítica a tal psicología ingenua, el que
“explique inadecuadamente”. Creemos que lo que hace la gente cuando emplea una
expresión “mental”, como por ejemplo “tener celos” o “sentirse furioso”, es bien diferente a
etiquetar algún evento interior con potencialidad causal o describir lo que sucede en los
recovecos de sí mismo13. Se trata más bien de ofrecer a nuestro interlocutor un marco de
inteligibilidad, un relato, desde el cual pueda “interpretar” nuestra conducta. Para decirlo
con un ejemplo: es semejante a cuando leemos un texto literario. Pongamos que alguien
escribe: “No quiero volver a verte en una temporada. Tus ojos se han endurecido con la
visión de demasiadas guerras. Tu alma se ha perdido. Tu cuerpo se ha gastado”.
Entonces un profesor se acerca y nos dice: “esas palabras las escribió Vinicius de Moraes
al regresar de Europa”. Instantáneamente nuestra mente se ilumina. “Comprendemos” el
sentido de las palabras del poeta. No se nos ha dicho, sin embargo, cuales son “las
12
El psicoanálisis, por su parte, ha postulado pulsiones y deseos inconscientes y ha cuestionado
que las razones que damos en nuestras explicaciones ordinarias sean auténticas causas de
nuestros comportamientos.
13
Pretender que los “celos” constituyan alguna clase de evento discriminado que tiene lugar
dentro del cráneo sería similar a pretender definir lo que es un “alfil” sin tener en cuenta el resto
de piezas y el conjunto de reglas que forman parte del juego del ajedrez.
183
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
causas” de que Vinicius escribiera esa bella poesía. Más bien se nos está invitando a
darle sentido a lo leído desde un contexto biográfico particular.
Pues bien, cuando alguien en su vida cotidiana usa una expresión mental como
“estoy celoso”, está diciendo de algún modo “en condiciones normales, cuando a la gente
le sucede lo que a mi me ha sucedido, reacciona como yo he reaccionado y experimenta
un conjunto de sensaciones más o menos difusas más bien desagradables, se suele decir
que está celoso. Ese es el contexto desde el cual usted debe interpretar esta situación”.
Referirnos a los celos, no es aquí más que un modo de incorporar una situación puntual y
concreta en un relato que la vuelve significativa, comprensible dentro del marco de una
cultura.
Por todo esto es que decimos que nuestras nociones “mentales” definen modos de
pensarnos y referirnos a nosotros mismos en relación con otros y dentro de ciertos
contextos. Más que hablar de “mi”, habla de “nosotros”, de cómo nuestra cultura nos invita
a pensarnos en nuestros intercambios, de qué relatos han sido legitimados para hacer
inteligibles ciertas acciones y de cuales respuestas están permitidas o son esperables en
ciertas situaciones. Es consecuencia de ello que, como dice Gergen (1994), uno no pueda
estar celoso de “una puesta de sol” o de “unos pantalones cortos”. ¿Por qué ello no es
admitido? Si “celos” tan sólo remite a un evento interno ¿Porqué no puedo yo tener
“celos” de las cafeteras o de las comparsas brasileras? ¿Qué saben los otros de “cómo
siento yo los celos”?. Pero es que es la comunidad en que vivimos la que establece las
normas para nuestros intercambios lingüísticos. Y dentro de nuestra comunidad, “celos”
es considerada una clase de expresión adecuada para referirnos a reacciones que son
esperables cuando creemos que la persona de quien nos enamoramos se ha fijado en
otro y tenemos, además, razones para creer que podemos perderla. No para referirnos a
las puestas de soles. En otras palabras: “celos” describe elementos que no son estados
subjetivos ni internos.
Entender los celos implica entonces entender lo que es estar “enamorado” y
“temer” perder a alguien; pero implica también saber que para estar celoso uno debe
tener algún tipo de relación con alguien, que ese alguien tiene que resultar un ser con
cierta capacidad para reaccionar y comprometerse con nosotros, que en las sociedades
en que se promueve la monogamia es probable que alguien que teme a la infidelidad se
comporte de ciertos modos; implica comprender lo que es esperable que se diga en
situaciones así y entender que hay ciertos papeles que no están permitidos (si vemos a
nuestra querida coquetear con otro joven, no tiene sentido que decir que experimentamos
“un profundo deseo de dedicarnos a la espeleología”).
Dentro una posición como la que venimos presentando, el significado de nuestras
expresiones mentales se encuentra enmarcado por un contexto de creencias socialmente
instituido. Entiéndase que no estamos afirmando que la gente no tenga ciertos estados
subjetivos ni que los procesos cerebrales no sean causa de nuestra conducta; lo que más
bien sostenemos es que nuestras formas de expresarnos y de hablar acerca de nosotros
cuando invocamos verbos mentales (e incluso cuando referimos alguna clase de
experiencia subjetiva) consisten en modos de caracterizar nuestras modos típicos de
relación así como las formas que nuestra cultura tolera las relatemos para volverlas
significativas.
Por ello pensamos, contra otras formas de psicología, que la mayor parte de
nuestras expresiones psicológicas exceden a lo que puede describirse desde el nivel de lo
184
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
individual y en términos de mecanismos causales; sobre todo porque gran parte de los
conceptos de este tipo son “relacionales” y no términos que remitan a “entidades
discretas”. Acordamos aquí con Gergen cuando dice que los “estados mentales” no son
algo que “influye” en nuestra vida social sino más bien parte de narraciones que
constituyen la vida social en sí (Gergen, 1994, Pag. 273).
Renunciar, como ha hecho la psicología, a estudiar los significados que la gente
atribuye a sus acciones desde los relatos y los marcos sociohistóricos en que se incluyen
es partir del prejuicio de que los significados no pueden ser causas (pues solo aceptamos
como causas hechos físicos locales discretos) y a la vez es dar por sentado que no existe
otro método de incrementar nuestros saberes o, mejor dicho, de aumentar nuestra
inteligibilidad sobre lo que llamamos realidad, que no sea describiendo, explicando o
prediciendo.
Conclusión
En este trabajo comentamos los problemas que marcaron los primeros planteos
sobre el problema de la vida psíquica y su relación con el cuerpo y hemos tratado de
bosquejar algunos hitos en la historia de la psicología relativos a la definición de su objeto
de estudio y su método. Hemos repasado las primeras teorías psicológicas aportadas
desde la filosofía. Seguidamente se ha analizado la propuesta epistemológica del
positivismo y sus continuadores valorando su incidencia durante el período “fundacional”
de la psicología, como disciplina independiente. Aquí, arribamos a las corrientes
Estructuralista y Funcionalista, ambas impulsoras de los tópicos y métodos de
investigación en la psicología moderna. Seguidamente analizamos las tesis de la
psicología objetiva y su intento de hacer de esta disciplina una ciencia de la conducta.
Luego de hacer una lectura crítica de los supuestos del positivismo, hemos
revisado los aportes de la filosofía comprensiva. Estudiamos cómo el proyecto cognitivista
de la psicología de los años cincuenta en su meta de estudiar los significados, se vio
abortado por la adhesión que estos psicólogos mostraron a la metáfora computacional. A
continuación criticamos esa visión de psicología.
De la mano de Bruner y Gergen, hemos afirmado que los seres humanos
comprendemos las acciones propias y ajenas en tanto estas resultan “significativas”.
Desde esta posición se ha defendido la importancia de que atendamos a la clase de
procesos interpretativos que tienen lugar en el hombre común durante sus intercambios
comunicativos y sus interacciones cotidianas dentro de ámbitos naturales. Sostuvimos
que lo que volvemos inteligible cuando configuramos una situación desde el campo del
sentido no puede en modo alguno ser redescrito en términos de impulsos eléctricos o
procesos neurofisiológicos sin que con ello perdamos buena parte de lo que queremos
entender; que atender al significado que las acciones y la experiencia tiene para sus
actores dentro de los relatos que ellos estructuran acerca de sí y sus acciones, nos
permite acceder a un nivel de inteligibilidad que se nos escaparía si pretendiésemos
reducirlo al tipo de explicación nomológico-causal.
Hemos procurado mostrar que al estudiar este tipo de prácticas nuestra actitud
debiera ser semejante a la de un antropólogo que estudia las creencias religiosas de una
comunidad. Tal vez sea hora de que, como psicólogos, comencemos a interesarnos por
saber que quiere decir la gente cuando se autoadscribe una creencia o un deseo o
185
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
cuando atribuye a un vecino un estado emocional particular; tal vez debamos comenzar a
buscar “las mentes” en nuestros modos de hablar sobre ella cuando interactuamos los
unos con los otros. Adoptar este “giro” dentro de la psicología, supone abandonar los
criterios verificacionistas del significado, los cuales, al decir de Bruner:
“Nos han convertido en devotos de la predicción como criterio de la
buena ciencia, incluida la buena psicología [como resultado de lo cual]
juzgamos lo que la gente dice sobre sí misma y sobre su mundo, o sobre
los demás y sus mundos respectivos, en función casi exclusivamente de
si predice o proporciona una explicación verificable de lo que hace, ha
hecho o hará. Si no es así (...) tratamos lo que se ha dicho como nada
más que un error e ilusión” (1990, pág. 32)
Si estas reflexiones son correctas, la labor del psicólogo profesional no puede
darse al margen de los saberes que la gente común tiene acerca de su propia psicología,
pues es ella la que mejor sabe en qué contexto ocurren sus acciones, cómo su cultura
permite hablar de ellas y cuales son razones socialmente aceptables para hacerlas
comprensibles. En este sentido proponemos renunciar a seguir persiguiendo los “objetos
mentales” por algún lugar recóndito del alma, el cerebro o la cognición para comenzar a
buscarlos en los modos de hablar de la gente común durante sus prácticas e
interacciones cotidianas.
Bibliografía:
Aristóteles (1941) Basic Works of Aristotle, Editado por R. Mc Keon. Ramdom Hause.
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Pablo Marchetti
Introducción
Rasgos Históricos
188
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
189
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Nuestras percepciones no son registros calcados del mundo que nos rodea sino
que se construyen internamente siguiendo reglas innatas y límites impuestos por las
capacidades del sistema nervioso.
El filósofo Alemán Immanuel Kant se refería a estos límites como preconocimiento,
el sostuvo que la mente no es un receptor pasivo de impresiones sensoriales; sino que las
construye de acuerdo con categorías preexistentes objetivas o ideales como el espacio, el
tiempo y la causalidad que existen independientemente de la estimulación física del
exterior del cuerpo. El conocimiento, según Kant, no solo se basa en la información
sensorial sino también en el preconocimiento que organiza esa experiencia sensorial.
Esta idea Kantiana del preconocimiento influyó en el surgimiento de la Psicología de la
Gestalt, que sostiene que algunos aspectos de la percepción reflejan la capacidad innata
del cerebro para organizar sensaciones simples de modos característicos.
También la experimentación pragmática contribuyo al surgimiento de la Psicología
conductista, centrada en la conducta observable.
190
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
191
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
192
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Desde que la JND esta directamente relacionada con la intensidad del estímulo,
las sensaciones mentales podrían se medidas simplemente midiendo la estimulación
creciente. Desde que toda medida tiene un punto cero (o cm, 0 kgr etc) Fechner dotó a su
escala también de un punto cero. Esto fue definido como el umbral absoluto, y consiste,
para cualquier sistema sensorial, en el mínimo nivel de intensidad del estímulo necesario
para ser detectado el 50 % de las veces. El umbral absoluto para el sonido, por .ej, es el
sonido mas bajo que una persona pueda detectar en la mitad de las ocasiones en que es
presentado.
Habiendo trabajado en esta escala para medir sensaciones mentales, Fechner se
dispuso a demostrar que estas sensaciones tenían alguna relación con la estimulación
externa. El esperaba que una demostración como esta ayudaría a convencer que mente y
materia eran solo dos lados del mismo fenómeno.
Pero empezó a encontrar una considerable variabilidad tanto en la cuantificación
de los umbrales absolutos como en el JND. Diferentes observaciones arrojaban diferentes
valores. Fechner interpretó esta variabilidad como un problema metodológico culpando al
uso de métodos experimentales no estandarizados. Por esta razón se avocó a desarrollar
técnicas experimentales que garantizaran medidas fiables de sensaciones mentales.
El procedimiento de Weber podía potencialmente aplicarse a cualquier tipo de
estímulo sensorial (de hecho podría aplicarse para discriminaciones de conceptos
también).
La ley de Webber-Fechner esta considerada como la primera ley matemática que
pudo generar la Psicología. La generación de leyes es relevante para cualquier ciencia, ya
que las mismas permiten predecir y explicar fenómenos, abriendo además la posibilidad
de un puente entre ciencia y posibles aplicaciones tecnológicas.
193
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
194
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Constancia perceptual
Aunque el input o entrada que reciben nuestros sentidos cambia conforme nos
movemos en el ambiente, percibimos un mundo estable. Al pararnos frente a una
ventana, la imagen de ella en nuestras retinas es rectangular, si nos desplazamos a un
lado, la imagen en nuestras retinas toma la apariencia de un trapezoide. A pesar de este
cambio en la retina, seguimos percibiendo la ventana como un rectángulo. Nuestra
percepción no ha cambiado aunque la imagen en la retina si lo ha hecho.
Los psicólogos perceptuales han identificado distintos tipos de constancia
perceptual. La constancia de tamaño por ejemplo, se refiere al hecho que el tamaño que
se percibe de un objeto no varia a pesar que el tamaño de la imagen que el objeto
195
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
produce en la retina si lo hace. Si nos encontramos con alguien conocido que viene
caminando hacia nosotros, el individuo no es evaluado como mas grande a medida que
se va acercando hacia nosotros aunque la imagen en nuestra retina si se va haciendo
progresivamente mayor.
Movimiento y percepción
196
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
197
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
las sensaciones son cambiantes. Este resultado iba en dirección con conceptos de su
teoría perceptual como que los cambios continuos en la estimulación sensorial como los
dedos moviéndose alrededor de los bordes de los moldes) resultan en el aislamiento de
invariantes sensoriales, las cuales, no la forma total de los objetos sobre la piel producen
percepción.
Experimentos como el descrito también fueron realizados bajo la misma guía
teórica para otras modalidades sensoriales. Por ejemplo la concepción de Gibson sobre la
Percepción ayudó a explicar un importante pero desconcertante fenómeno visual. Los
investigadores han sabido por muchos años que los ojos no permanecen quietos. Ellos
vibran alrededor de 50 veces por segundo. Este “temblor” visual asegura que la imagen
nunca sea fijada en un mismo punto de la retina. A principios de 1900 fue desarrollado un
lente especial para lograr estabilizar la imagen en un sector de la retina. Los sujetos
informaban que cualquier cosa que estuvieran viendo pronto desaparecía. Gibson
argumentó que esto era lo esperable, la percepción deriva de la exploración activa y el
cambio. Cuando el ojo no esta activamente explorando el objeto, debido a que su imagen
estaba “fijada” a la retina” este no es percibido. El movimiento constante es necesario
para que la percepción tenga lugar.
Gibson dedicó sus últimos años a estudiar como invariantes ambientales son
identificadas por el organismo que interactúa con el ambiente. Sus aportes acerca de
cómo se extrae información de un constantemente cambiante flujo se sensaciones
sensoriales fueron invalorables. Gibson provocó un cambio fundamental en la manera en
que los científicos abordaron el estudio de la percepción.
Anexo
A continuación se anexan algunos sitios de consulta on-line sobre el tema Sensación y
Percepción.
198
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Bibliografía:
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Acerca del autor:
Pablo Marchetti es Psicólogo, se recibió en la Universidad Nacional de Córdoba en
1999 y al presente se encuentra terminando, gracias al financiamiento de Conicet, el
Doctorado en esta disciplina. Realiza una investigaciónacerca del rol de una subpoblación
neuronal en la percepción del dolor . Sus intereses están ligados a las neurociencias,
área con la que tomó contacto al realizar su Tesina de Licenciatura en el Laboratorio de la
Facultad. Sus por aquella época temas de interés están centrados en procesos
psicológicos básicos, especialmente memoria y aprendizaje, en bases neurobiológicas de
adicción a drogas y nocicepción. Realiza su labor en el Instituto de Investigaciones
“Mercedes y Martín Ferreira”.
199
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2.5.2 Aprendizaje
200
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201
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Fase 1 2 3
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
momento, esta tiene luego efectos en el ambiente y finalmente estos efectos generan que
la probabilidad de la conducta analizada cambie. Es decir, el condicionamiento operante
es un tipo de aprendizaje en el cual la conducta es mantenida y regulada por las
consecuencias que esta causa. Muchas conductas humanas pueden englobarse, al
menos en parte, bajo esta clasificación. Por ejemplo, la retribución económica
denominada salario o la calificación de un examen constituyen poderosas recompensas
que fortalecen o hacen más probable que repitamos las conductas que nos llevaron a
ellas: trabajo y estudio, respectivamente. Mas claro aún es el caso de la conducta de los
jugadores frente a las maquinas tragamonedas que se pueden encontrar en los casinos.
Las mismas están programadas de acuerdo a los principios del condicionamiento
operante, específicamente mediante un procedimiento denominado “razón variable”. La
máquina se programa para entregar el premio luego de un número variable de
palanqueos por parte del jugador, por lo que el este último sabe que si persiste en algún
momento será recompensado, si bien desconoce cuanto “trabajo” esto requerirá. El
programa de razón variable también se emplea en animales (por ejemplo, haciendo que
una paloma picotee un disco iluminado para obtener comida) y, al igual que en los
humanos, induce niveles elevados y constante de respuesta.
El condicionamiento operante fue inicialmente descrito por Thorndike (1898), quien
introducía animales (gatos principalmente, pero también pollos y perros) en recintos que
el denominaba cajas-problemas, en los cuales los animales debían ejecutar alguna
conducta arbitraria, como tocar una palanca o mover una traba, para poder salir. En la
descripción de los experimentos realizada por Thorndike se observaban marcadas
regularidades entre las conductas de las diferentes especies. Todos los animales pasaban
por un proceso gradual de adquisición de la conducta necesaria para resolver la tarea; es
decir, al principio demoraban mucho en realizar la respuesta “correcta” pero luego poco a
poco iban siendo mas y más rápidos en su conducta de huida, en tanto que la magnitud
de aquellos movimientos que no llevaban a la salida disminuían hasta desaparecer. La
similitud entre el comportamiento de las diferentes especies se hizo particularmente clara
cuando Thorndike graficó las latencias de escape (el tiempo en que demoraban los
animales para hacer la respuesta correcta) en función de los ensayos de evaluación. Al
dibujar los datos en el papel, se observaba un descenso gradual en las latencias que era
prácticamente indistinguible entre cada una de las especies. Interesantemente, Thorndike
denominó a estos gráficos “curvas temporales” y los entendió como verdaderas
representaciones de la “asociación”, el hipotético concepto teórico que explicaba la
actuación de los animales en la prueba (Pautassi, 2005). Se hace clara aquí la
concepción del aprendizaje, en este caso operante, como un rasgo común a las diferentes
especies, que trasciende las diferencias superficiales que estas poseen.
Más tarde, Skinner (1975) realizó muchos e importantes aportes al campo del
aprendizaje operante. Entre ellos definió como reforzador a aquello que causa que la
conducta se incremente, es decir, aquella consecuencia que sigue a la conducta y que es
evaluada como una recompensa que hace que luego repitamos lo que nos llevó a ella.
Más técnicamente, un reforzador es cualquier evento que aumenta la probabilidad de una
respuesta, en función de la relación entre los eventos. El reforzamiento positivo implica
una situación en la cual el evento reforzante asociado con la conducta es de tipo
placentero, en tanto que en el reforzamiento negativo la respuesta deriva en la
terminación de un estímulo displacentero, o impide que este se presente. El poderoso
control sobre la conducta de juego ejercido por las ya mencionadas máquinas
tragamonedas es logrado mediante la entrega de un reforzador positivo, como es el
205
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
dinero del premio. Otro ejemplo lo constituyen la atención social y los dulces que recibía la
paciente de la investigación de Ayllon y Haughton (1964). En cambio, si cada vez que
tenemos dolor de cabeza el mismo es reducido por tomar aspirinas, lo más probable es
que en el futuro volvamos a recurrir a esa droga cuando nos duela la cabeza. En este
caso la conducta de ingesta del fármaco se incrementa no porque obtengamos algo
apetitivo o placentero en sí mismo, sino porque nos retira algo aversivo o displacentero.
Es importante que el lector reconozca que, si bien por mecanismos diferentes, ambos
tipos de reforzadores generan el mismo efecto sobre una conducta: aumentar la
probabilidad de su ocurrencia (Tarpy, 1997).
El estudio del aprendizaje en Psicología es un área muy activa y pujante; en los
últimos años ha trabado fuerte relación con otras disciplinas como la psiquiatría, la
biología e incluso la economía. Asimismo, a partir de los 60’ ha ido introduciendo, sin
perder la rigurosidad conceptual y metodológica que la caracterizó desde sus inicios, más
y más conceptos mentalistas y cognitivos (Rescorla, 1988). De hecho, las teorías actuales
sobre condicionamiento y aprendizaje poseen concepciones muy alejadas de posturas
mecanicistas, basadas en la idea de un sujeto activo, que procesa información y realiza
cómputos entre los diferentes eventos sensoriales. En este breve artículo se ha
presentado sucintamente la definición de este campo de estudio, los trabajos iniciales que
sirvieron para delinear sus principales intereses y algunas de las aplicaciones de los
principios derivados desde la investigación básica a la conducta humana normal y
patológica. Finalmente, si bien no han sido nombrados en este trabajo, el lector debe
tener en cuenta que existen otros tipos de aprendizaje, tales como el no asociativo
(habituación y sensibilización) y el aprendizaje por observación (Feldman, 1998)
Bibliografía:
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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207
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
2.5.3 Memoria
208
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Se resvi osv
R oedr Sones omnív ors
Po senp elo
P ecs
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Salm ón
209
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
210
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
El investigador también empleó el método de las sílabas sin sentido para evaluar si
el sobreaprendizaje facilita la memoria. Es decir, la pregunta bajo análisis era ¿Qué
sucede si, luego de aprenderse un material, uno continúa repasándolo? ¿Será beneficioso
ese tiempo de estudio o hay un tope en el cual invertir más tiempo no sirve para aprender
más? Para responder esa pregunta Ebbinghaus empleó varias listas que contenían
relativamente poca cantidad de sílabas, por lo que sólo le requerían 8 lecturas para
aprendérselas de memoria. Sin embargo, a algunas de ellas las siguió leyendo por más
veces, 16, 32 o 64 lecturas más, aún cuando inmediatamente esas sobrelecturas no
parecían tener efecto sobre el aprendizaje. Interesantemente, el investigador observó que
había una relación directa y lineal entre la cantidad de lecturas y el tiempo necesario para
olvidar la lista. Es decir, a mayor cantidad de lecturas iniciales, más se demoraba en
olvidar el contenido de las mismas. En conclusión, seguir estudiando aún después de
haber adquirido conocimiento del material parece ser útil en términos de facilitar el
posterior recuerdo de la información.
Como vemos, el olvido, entendido como la incapacidad para expresar una
memoria previamente adquirida, es uno de los fenómenos más ubicuos del aprendizaje.
Una de las preguntas más antiguas de la ciencia psicológica es si el olvido implica que la
memoria desaparece totalmente o si en realidad todos nuestros aprendizajes permanecen
en algún lugar de nuestro cerebro. La primera de las alternativas entiende a la memoria
como una traza realizada sobre la arena que poco a poco va desapareciendo debido a
fenómenos como las mareas o el viento. La segunda, en tanto, asemeja la memoria a
marcas que se realizan sobre el cemento fresco, las cuales, una vez que este último se
seca, permanecen por siempre en el material.
La primera de estas metáforas era usualmente la más aceptada en la época en
que el ya citado Ebbinghaus realizaba sus investigaciones. La misma era apoyada por
experimentos en los que se observaba que memorias aparentemente muy potentes
podían ser totalmente abolidas mediante la aplicación de diversos tratamientos. Por
ejemplo, una rata evitará una luz que previamente señalizó la aplicación de estimulación
eléctrica dolorosa, expresando así una memoria derivada de un procedimiento de
condicionamiento clásico (para un detalle de este procedimiento, véase el capítulo
precedente). Es decir, la rata le tiene al miedo a la luz porque esta predice la estimulación
eléctrica y por eso la evita. Sin embargo, esta memoria desaparece -- es decir, el animal
se acerca sin problemas a la luz -- si luego de adquirir el aprendizaje se expone al sujeto
a ciertos tratamientos, denominados amnésicos (entre ellos, estimulación eléctrica
convulsiva o una baja muy fuerte de la temperatura, Pautassi, 2005). Al parecer, estos
tratamientos harían desaparecer a la memoria y sus contenidos. Siguiendo la metáfora de
la marca en la arena, se podría decir que los tratamientos harían desaparecer la traza de
la memoria.
Sin embargo, rápidamente se empezó a acumular evidencia que mostraba que
memorias que parecían perdidas para siempre podían expresarse en toda su plenitud
bajo ciertas condiciones. Específicamente, se observó que el recuerdo se facilita cuando
la memoria se evalúa en condiciones similares -- en el mismo lugar, en compañía de las
mismas personas, bajo un estado de ánimo equivalente, etc. -- a aquellas en las cuales
ha tenido lugar la situación original de aprendizaje. Este último fenómeno, conocido en la
literatura como principio de la codificación específica de Tulving (Bouton y Moody, 2004),
tuvo su demostración más espectacular en un experimento en el cual a un grupo de buzos
se les enseñaba una lista de palabras ya sea en la superficie o debajo del agua.
211
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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2.5.4. Emociones
Pablo Murillo
Introducción
214
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Aspectos conceptuales
Es un conocimiento común que las emociones nos impulsan. También que pueden
ser agradables y desagradables y que pueden variar en su intensidad y duración. Esto
porque todos las hemos sentido. Pero, recordemos, a nivel científico las emociones son
objetos elusivos, difíciles de definir y relativamente poco estudiados.
215
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Un aspecto conceptual que resulta interesante desde el comienzo es que hay dos
clases de afectos. Las emociones y los sentimientos. Estos últimos designan reacciones
afectivas difusas, más suaves y duraderas, sin un componente de reacción orgánica tan
fuerte, y sin una reacción conductual tan evidente. Por el contrario las emociones
designan reacciones afectivas fuertes, inmediatas, de poca duración, con una clara
afectación orgánica y una respuesta conductual relativamente estandarizada. No es lo
mismo el amor que la excitación.
Otra distinción habitual es podemos hablar de una serie de dimensiones de las
emociones. Por ejemplo, podemos referirnos al tono de la experiencia emocional. ¿Cómo
se vive la emoción? ¿Como algo positivo o negativo? ¿Agradable o desagradable?
Podemos también referirnos a su intensidad. Esta intensidad puede referirse al
grado de activación fisiológica (ruborizarse, temblar, etc.), pero también a la vivencia
personal (sentir fuertemente una emoción) y a la conducta posterior (reacciones más o
menos fuertes). Estas diversas intensidades no siempre correlacionan bien. Seguramente
el lector conoce personas que reaccionan más intensamente a nivel de gestos y
conductas, y otras que ante las mismas emociones reaccionan con una intensa activación
de su sistema nervioso autónomo y transpiran, se “ponen colorados”, les tiembla la voz,
etc.
Y finalmente podemos distinguir la duración de las reacciones emocionales. Las
hay breves y las hay duraderas. Estas dimensiones (tono, intensidad, duración) han
postuladas desde el inicio del estudio de las emociones. Sin embargo hemos de decir que
no forman en la actualidad parte del programa de investigación actual sobre las mismas.
Son útiles sólo para una descripción pedagógica introductoria.
En los siguientes párrafos hablaremos de emociones, reacciones emocionales
como si fueran lo mismo.
En este punto no tomaremos la terrible decisión teórica de adoptar una definición.
¿Por qué? Podríamos decir que nos parece más interesante exponer diversas cuestiones
y al final proponer un ejercicio de definición. Pero para sincerarnos debemos decir
también que no conocemos definiciones que sean plenamente satisfactorias. Pero
esperamos que los párrafos siguientes sirvan para que cada lector construya una
definición de emoción propia.
Por eso iremos planteando algunos problemas, investigaciones y definiciones
parciales de diversos aspectos.
216
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Otros autores, tal como R. Lazarus (1984), A. Ellis (1997) y A. Beck (1983),
consideran que las emociones son un proceso donde las cogniciones son el factor más
importante. La manera como la persona interprete la situación (externa e interna) será
fundamental para disparar una emoción u otra. Claro que este procesamiento cognitivo no
es siempre racional y conciente. Pero en todo caso sí existe un proceso donde la persona
rápidamente realiza un juicio sobre la relevancia de la situación y su impacto probable en
sí mismo. Y luego de esto aparece una reacción emocional. Es decir, la emoción es un
proceso post-cognitivo.
Este debate no se ha cerrado, pero sí puesto en tela de juicio. Robert Plutchik, por
ejemplo, al considerar que los procesos emocionales no son solamente un producto final
de un proceso biológico o cognitivo, sino un proceso en sí mismo, en el que intervienen
factores biológicos y cognitivos, sostiene que el debate es inútil.
217
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
El segundo problema clásico es cuáles son las emociones básicas humanas. Una
pregunta a responder en este punto sería ¿Existen un número limitado de emociones
básicas o un sinnúmero de ellas?
Si uno parte de una posición biológica, y considera que las emociones son un
sistema que sirve a la supervivencia del individuo y de la especie, en natural que piense
que existe un número finito de emociones. Y estas emociones deben ser las mismas en
cualquier sujeto, no importa en qué cultura haya sido criado, qué edad tenga o cuál sea su
sexo. Si el miedo sirve para que un individuo evite o huya de ciertas situaciones
riesgosas, el miedo debe ser un sistema fuertemente marcado por nuestros genes en
nuestro sistema nervioso. Y por lo tanto serán las mismas reacciones fisiológicas y
conductuales en cualquier persona. A todos cuando tenemos miedo nos transpiran las
palmas de las manos y se nos seca la boca, nos aumenta el pulso y cambia nuestra
respiración. Y ponemos “cara de miedo”. Numerosos estudios demuestran que a lo largo y
ancho de nuestro planeta las reacciones emocionales son similares. Y muchos otros
muestran que las personas de diferentes culturas son capaces de reconocer (en
fotografías) expresiones emocionales (cara de susto, de sorpresa, de afecto, de ira, etc.)
sin importar qué tan diferentes sean sus hábitos y aprendizajes. Es decir, podría
deducirse que estamos “programados” para reconocer ciertos patrones de expresión
como una emoción determinada, y reaccionar en consecuencia.
Aún cuando diversos autores coinciden con este tipo de teorías, no todos se ponen
de acuerdo con respecto a cuáles son las emociones básicas. Por ejemplo Plutchik (1980)
sostiene que son ocho: miedo, ira, tristeza, alegría, asco, aceptación, anticipación y
sorpresa. Ekman (1993), por su parte reconoce al miedo, la ira, la tristeza, la alegría, el
asco, la sorpresa y el desprecio.
Pero si uno se para en una posición cognitiva podrá coincidir con la idea de que
puede que existan las emociones básicas, programadas y estandarizadas, pero las
variaciones que puede llegar a tener cada emoción en cada persona son infinitas. Y estas
variaciones se deben principalmente a las múltiples interpretaciones que las personas
pueden hacer de una situación específica. Y además de las modulaciones que se ejercen
desde la cultura y los factores sociohistóricos.
Más allá de la orientación teórica desde la que se las estudie se puede reconocer
que la respuesta emocional tiene tres aspectos:
1- un componente fisiológico,
2- un componente subjetivo (vivencia emocional – cognitiva),
3- un componente conductual.
218
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Es creencia común que las emociones son algo que nos perturba. Es algo que
impide un buen razonamiento, que nos arrebata y nos hace comportar a tontas y a locas.
Y que sería deseable poder controlarlas, tal como el Sr. Spock de la serie televisiva Star
Trek, para poder pensar y actuar más adaptadamente.
Pero si esto fuera así... ¿para qué nacemos con capacidades de reconocer, sentir
y expresar emociones? ¿Es como un “pecado original” o un “defecto de fábrica”? ¿O
acaso las emociones “sirven” para algo, tienen alguna función?
La respuesta a estos interrogantes es que las emociones tienen sin duda múltiples
funciones, que podemos reunir en tres grupos:
a. Funciones de adaptación
b. Funciones sociales
c. Funciones de motivación.
a. Funciones de adaptación
219
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Estas funciones fueron propuestas en primer lugar por Darwin, y se sostienen aún
desde las teorías evolucionistas. La idea básica es que las emociones ayudan al
organismo a adaptarse al ambiente cambiante y complejo (aquí podemos compararlo con
los modelos de aprendizaje estudiados en el capítulo de. Pautassi). Plutchik (1980)
sostiene que las funciones de las emociones son ocho, entre ellas la protección, la
destrucción, la reproducción, la exploración, el rechazo, etc. En este esquema el miedo
sirve para proteger de situaciones dañinas (caídas, animales, agresiones, etc.), el asco
sirve para rechazar alimentos en mal estado u otros eventos patógenos (olores tóxicos,
enfermedades contagiosas, etc.).
De esto se deduce que las emociones no son malas. Tampoco son buenas.
Simplemente son herramientas para la adaptación y la supervivencia del sujeto y la
especie, y su “bondad” o “maldad” podrá juzgarse de acuerdo a la efectividad con la que
ayudaron a la adaptación. La misma emoción que me protege (miedo) puede llegar a
dificultar la adaptación, al convertirse en fobia.
b. Funciones sociales
El valor social de las emociones tiene que ver con su utilidad como señal. En
efecto, sirven para comunicar los estados afectivos a los demás. Si lo pensamos en este
sentido, un bebé utiliza esta herramienta de manera muy efectiva y contundente para
comunicarle sus necesidades a la madre y al entorno. También sirven para modificar la
conducta de los demás, para regularla. Si alguien se muestra airado, logrará respuestas
de evitación o de confrontación en los demás. Ayudan además a que podamos prever y
predecir el comportamiento de quienes nos rodean.
Y también algunas emociones promueven conductas socialmente útiles tales como
la afiliación, la colaboración, la solidaridad, etc.
c. Funciones de motivación
Una observación que se repite es que los organismos tienden a buscar
experimentar emociones placenteras o agradables y evitar emociones desagradables.
Esto sirve para orientar y mantener ciertas conductas.
Además las emociones acompañan a las conductas motivadas. Experimentamos
emociones agradables cuando vamos alcanzando los objetivos propuestos.
Por todo ello se ha propuesto en algunas ocasiones que emoción y motivación no
son más que aspectos diferentes del mismo proceso (Buck, R., 1985). Sin embargo a los
efectos de investigación y desarrollo teórico se siguen manteniendo como procesos
distintos.
En efecto, cuando aparecen las emociones se convierten en motivadores
importantes de conductas futuras inmediatas y a largo plazo.
Pero también pueden traernos serios problemas. Cuando el miedo se transforma
en pánico o en fobia, cuando ante un evento desfavorable reaccionamos con ira y furia,
cuando el amor es una obsesión y el placer un vicio, podemos ver que las emociones
están jugando en contra de nuestra salud... es decir que las emociones tienen
consecuencias útiles, pero también patológicas.
220
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Contribuciones conductuales
Estas contribuciones comienzan con los desarrollos de Watson (Watson y Rayner,
1920). Según el mismo habría tres respuestas emocionales incondicionadas: el miedo, la
ira y el amor. Estas respuestas están asociadas a estímulos específicos y son innatas. El
miedo a situaciones aversivas, la ira a situaciones en que se impide el movimiento del
cuerpo y el amor a la estimulación suave de zonas erógenas.
A partir de estas tres reacciones incondicionadas de tipo emocional y por
condicionamiento clásico se generarían otras reacciones emocionales asociadas a
diferentes estímulos condicionados. En este punto sería recomendable que el lector
revisara lo expuesto por el Dr. Pautassi en el artículo sobre Aprendizaje en este mismo
manual.
14
Al parecer Darwin no usó el término “evolución” para describir la selección natural, pues en
aquella época esta palabra tenía connotaciones diferentes, tales como la noción de que los
embriones humanos crecían a partir de homúnculos preformados que se encontraban en los
espermatozoides y el óvulo, o la noción de progreso constante hacia un ideal. Darwin creía que
todas las formas de vida actuales, desde las amebas hasta los hombres, podían estar
perfectamente adaptadas a su medio, lo que tiene como consecuencia lógica que el hombre no
es necesariamente un ideal evolutivo. En realidad fue Spencer quien introdujo el término
“evolución” en la forma que lo usamos hoy en día.
221
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Contribuciones cognitivas
Dentro de este gran conjunto de contribuciones nos tomamos la libertad de incluir
a James y a Lange.
Tradicionalmente se piensa que el proceso emocional consta de varios
subprocesos. Por ejemplo, la visión de un suceso aversivo (alguien golpea a un animal)
produce una experiencia emocional conciente a nivel cerebral (enojo), lo que
desencadena una serie de repuestas que activan diversos órganos periféricos (músculos,
corazón, glándulas sudoríparas, glándulas adrenales, etc.). La evaluación cognitiva del
hecho desata la reacción emocional.
Pero la gran contribución de James y Lange fue dar otra vuelta de tuerca al
asunto. En efecto, según estos autores propusieron que la experiencia emocional
conciente ocurre después de que se han producido los eventos fisiológicos. En nuestro
ejemplo, primero se observa a una persona golpeando a un animal, luego se
desencadenan las respuestas fisiológicas cardíacas, musculares, etc. , y recién entonces
se experimenta la emoción de enojo – rabia. James escribió: “Nos sentimos tristes porque
lloramos, (...); no es que lloremos (...) porque estemos tristes (...). (Puente Ferreras, 1998)
222
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Nuestro cerebro primero recibe señales del organismo que dicen que nuestro
corazón late aceleradamente, nuestros músculos tiemblan, nuestra respiración es
entrecortada y estamos transpirando profusamente. Interpretamos esto como miedo y
experimentamos la emoción concientemente.
Esta hipótesis tendrá un gran impacto sobre la investigación psicológica posterior
sobre emociones. En primer lugar porque dio impulso a la investigación relacionando
eventos fisiológicos y mentales. Y en segundo lugar porque consideró las reacciones
emocionales como eventos mentales, cognitivos.
Además sus hipótesis desataron una polémica que se mantuvo durante años. Por
ejemplo, las primeras críticas que le surgieron de parte de Cannon (1931), que propuso la
teoría talámica de las emociones. No nos extenderemos sobre ésta, ya que consideramos
que es necesario una base importante de conocimientos en neuroanatomía y
neurofisiología para comprenderlas. Y rescataremos sin embargo la confluencia de
James, Lange y Cannon en considerar la experiencia subjetiva relacionada con cambios
en la fisiología general y del sistema nervioso central.
En general podríamos resumir que estas investigaciones y varias más (Schachter,
y Singler 1962; Mandler, 1962) abonan la hipótesis de que para que se produzca una
respuesta emocional son necesarias la activación fisiológica del organismo y la
interpretación cognitiva de esa misma activación. Esta última interpretación es la que le da
la cualidad al estado emocional. Pues exactamente el mismo estado fisiológico puede ser
interpretado como miedo o excitación, por ejemplo.
La interpretación se da después de la activación, e incluso hay autores como
Arnold que sostienen que la emoción se da después que el evento ha sido percibido y
evaluado (Puente Ferreras, 1998).
Con respecto a la evaluación e interpretación cognitiva, los eventos son
primariamente evaluados como “buenos” o “malos” (evaluación primaria),
desencadenando reacciones de acercamiento o alejamiento. Y secundariamente son
evaluados, según Lazarus, como amenazantes, divertidos, repulsivos, etc. (evaluación
secundaria).
En este punto retomaremos el aporte de Weiner que está desarrollado en el
capítulo sobre motivación. Recordemos que este autor expuso una teoría sobre las
atribuciones que las personas hacen sobre los eventos.
Las atribuciones que la persona hace sobre sus éxitos o fracasos modulan las
reacciones emocionales posteriores. De las tres dimensiones atribucionales que estudia
Weiner, es decir, locus de control, estabilidad, causalidad, es el primero (locus, es decir, si
un evento está bajo control de la persona o es controlado por factores externos) el que
determina la respuesta afectiva ante el éxito o el fracaso. Si un evento está bajo control de
la persona, como ya vimos, aumentará la motivación. Por ejemplo si la persona considera
que sus calificaciones en la universidad pueden ser controladas estudiando y
esforzándose más, sentirá mayor motivación hacia el estudio. Pero si sus calificaciones
dependen del control de otros y no importa lo que haga la persona, no tendrá control
sobre el evento, la motivación tenderá a disminuir. Por ejemplo, si no interesa cuánto se
esforzó la persona, porque la calificación depende del humor del profesor el día del
examen. Si el profesor está contento lo aprobará aunque no sepa mucho. Pero si pasó
223
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
una mala noche y está malhumorado, lo reprobará aunque sepa hasta el número de cada
página de cada tema.
La segunda dimensión, la estabilidad (si un evento es estable en el tiempo o
inestable y cambiante), afecta directamente las expectativas que la persona crea con
respecto a su futuro éxito o fracaso. Eventos que son percibidos como estables tenderán
a aumentar las expectativas y las creencias del sujeto sobre su propia eficacia. La
persona tenderá a enfrentar eventos estables con mayores sentimientos de eficacia y
éxito. En cambio un evento percibido como inestable, incierto, genera ansiedad y
disminuye las expectativas del sujeto.
La dimensión de causalidad (si algo se debe a la persona o a factores externos a
ella) aumenta las reacciones emocionales de orgullo o de vergüenza. Si algo exitoso (una
buena nota en un parcial) fue debido a algo que la persona hizo, aumentará su orgullo.
Pero si se debió a la suerte o a la intervención de otra persona, no se sentirá tanto orgullo.
En igual sentidos si la experiencia no fue un éxito sino un fracaso (una mala calificación)...
¿De quién fue la culpa? ¿De la persona o de otros (el profesor malvado, el parcial mal
confeccionado, etc.)?
Contribuciones psicodinámicas
Finalmente no podíamos dejar de mencionar los aportes que se derivan de la obra
de Freud. En este punto haremos una mención por demás breve de los mismos El aporte
principal de esta corriente en el estudio de las emociones se debe a ciertas ideas
originales, al impacto que tienen en el conocimiento popular de los eventos psicológicos y
a la enorme influencia en el campo de las aplicaciones terapéuticas. Pero no se debe a su
evidencia empírica, lo que ha impedido en gran parte, su integración con el cuerpo
general de los conocimientos psicológicos.
Las teorías psicodinámicas proponen como idea fundamental que la evaluación
(tal como la veían James, Lange y Cannon) de los eventos no es en ninguna medida
conciente, sino puramente inconsciente. Las teorías psicodinámicas se basan en una
concepción energética de las emociones, con cargas de energía libidinal, y mecanismos
de manejo y control de estas cargas. Las cargas libidinales generarían tensión
desagradable al sistema psíquico, por lo que es normal la descarga, por ejemplo, a través
de sueños, síntomas o la expresión catártica de los sentimientos y emociones. También
poseen un desarrollo importante de teorías acerca de los mecanismos de defensa del
sistema psíquico, como la represión, la sublimación, la proyección, etc. Pero, siguiendo a
Lyon (1993) debemos decir que Freud en realidad nunca abordó directamente el tema de
las emociones, sino sólo secundariamente al tocar procesos tales como la ansiedad, y
siempre dentro del marco del trabajo terapéutico (es decir, no orientado al conocimiento
básico de los procesos emocionales).
Siguiendo la línea psicodinámica encontramos los aportes de Carl Gustav Jung
(1938). Este autor plantea que las personas usan dos métodos para procesar la
información acerca del mundo que los rodea y los eventos que suceden. El primer método
es el pensamiento. Las personas categorizan, organizan, forman conceptos, analizan,
sintetizan, manipulan ideas y realizan juicios por medio de este tipo de procesos. El
segundo método es el del sentimiento. Las personas juzgan los sucesos como
placenteros o displacenteros, buenos o malos, etc. según lo que sienten hacia ellos y
según estos sucesos sean positivos o negativos para su propio funcionamiento personal.
224
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Y estos dos métodos son reconocidos por Jung como válidos para evaluar y valorar los
datos del entorno. Son dos métodos diferentes de procesar la información.
Entonces en un primer momento habría una valoración de los hechos por medio
de los sentimientos. Cuando estos sentimientos son muy intensos, aparecen efectos
fisiológicos que se manifiestan como las diferentes emociones. Los procesos fisiológicos
representan para Jung un paso intermedio entre el sentimiento y la emoción. Los
procesos fisiológicos pueden ser entendidos como precursores directos de la emoción,
pero no como su causa.
Conclusión
En los apartados que hemos estado viendo hemos simplificado y recortado los
estudios y conocimientos acerca de los estados emocionales. Pero esperamos por lo
menos haber llamado la atención sobre la importancia y el interés de la investigación
sobre este tema, y sobre la complejidad del fenómeno.
El campo de estudio de las emociones se presenta aún como pobremente
integrado. Carecemos todavía de un cuerpo teórico coherente y sistematizado sobre las
emociones. Todas las contribuciones que hemos estado viendo (y muchas otras que se
verán a lo largo de la carrera) aparecen como aportes parciales, no necesariamente
integrados a anteriores aportes.
Y es que las emociones son complejas, variables y multifactoriales, tanto que se
requiere del estudio interdisciplinario de las mismas. O por lo menos de una perspectiva
teórica no reduccionista.
Las emociones son el resultado de la interacción de numerosos sistemas de la
persona. Intervienen los sistemas neurofisiológicos, neurohormonales, los sistemas
cognitivos, etc. Además intervienen las experiencias pasadas (en forma de aprendizajes)
y las normas socioculturales aprendidas. Es decir, una amalgama de factores externos e
internos a la persona. No es sencillo integrar los diversos niveles de análisis (conducta,
fisiología, cogniciones, vivencias subjetivas, etc). Pero en la actualidad se presenta como
un desafío el integrar y correlacionar los datos subjetivos (cognitivos y vivenciales), los
conductuales y los fisiológicos.
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226
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
2.5.5 Motivación
Pablo Murillo
Introducción
227
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Niveles de motivación
Existe bastante consenso sin embargo en que las motivaciones humanas tienen
diferentes niveles. Por ejemplo, podemos hablar de motivaciones biológicas (primarias) y
de motivaciones cognitivas y sociales (secundarias).
Pasaremos a explicar qué significa esto.
Motivación primaria
Este nivel de motivaciones tiene que ver con la supervivencia y el desarrollo del
organismo en un ambiente determinado (ambiente que es variable), y del desarrollo y
supervivencia de la especie. Se trata de conductas tales como la ingesta de alimentos, la
agresión y la defensa, la actividad sexual y otras.
228
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Estas motivaciones están relacionadas con estados internos del organismo. Tales
estados son por ejemplo de tipo carencial (hambre) o dependientes de ritmos biológicos
(sueño) y conducen al organismo a saciar una necesidad y obtener un refuerzo
contingente.
Existen dentro de las motivaciones primarias algunas conductas motivadas
reguladoras. Éstas responden a mecanismos homeostáticos. Pero también existen
conductas motivadas no reguladoras, que no responden a déficit del organismo aunque
dependen de ciertas variaciones hormonales y estados del organismo. (Suay, Salvador y
Gonzalez-Bono, 1996)
Como ejemplo de las primeras encontramos la sed. Cuando se experimenta la
disminución del agua a nivel intra o extracelular se desatan conductas motivadas
tendientes a absorber líquido. Como condicionantes de la conducta aparecen el sabor del
líquido y la disponibilidad.
Y como ejemplo de las segundas encontramos a la conducta sexual. Ésta no sirve
a la supervivencia del organismo (¡aunque sí de la especie!) ni tiene que ver con
carencias y mecanismos reguladores. Sin embargo responde a mecanismos fuertes de
refuerzo. Y además diferentes estímulos pueden despertar la conducta sexual, mediados
por ciertos factores internos tales como la fatiga, la intoxicación, los niveles hormonales
etc.
Pero a pesar de que en las llamadas motivaciones primarias, que tienen un neto
perfil biológico, en el hombre incluso éstas están influenciadas por otros factores, como
pueden ser las expectativas del sujeto, la anticipación de las consecuencias, los
aprendizajes previos ante ciertas situaciones, etc.
Porque en el hombre observamos conductas motivadas primariamente que son,
por decir lo menos, extrañas. ¿No lo es acaso que una persona sufra hambre durante
semanas y semanas, voluntariamente, porque tiene la expectativa de que con eso logrará
que las personas del sexo opuesto se comporten de manera distinta a como suelen
hacerlo? ¿O que otra persona decida no alimentarse, hasta quizás morir de inanición,
porque intenta hacer una protesta política o social? ¿Y que una tercera persona decida
nunca tener relaciones sexuales y con eso ganarse un lugar en el reino de los cielos?
Es decir, incluso en las conductas motivadas primariamente, en los humanos
encontramos una complejidad asombrosa, sorprendente. Eso nos lleva a pensar en las
motivaciones secundarias.
Motivación secundaria
229
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
bloqueada hasta que aparezca en el ambiente un estímulo señal adecuado (una señorita
de su edad) o hasta que su estado de tensión crezca tanto que sea incontrolable (y
desencadene conductas ante cualquier estímulo-mujer). Una vez desencadenada la
conducta la energía interna tenderá a descargarse y cesará momentáneamente de ejercer
presión. Claro que este varón puede aprender a reaccionar de esta manera no ante
cualquier estímulo sino sólo ante algunos (las rubias). O puede aprender a reaccionar de
otra manera distinta (decir una grosería).
Otras corrientes de investigación parten del concepto de hedonismo como la de
P.T.Young, es decir que los organismos buscan el placer y evitan el sufrimiento (Weiner,
1990).
Otra serie de autores ponen como punto central la homeostasis del organismo.
Dentro de estas encontramos las teorías de Freud, Hull y el mismo Lorenz. (Shunk, 1997)
La investigación fisiológica es un campo actual de muchísimo interés y
especialmente fértil. En él se estudian la neuroquímica del sistema nervioso central, los
circuitos cerebrales implicados en la motivación y el grado de activación cerebral
necesarios para poder desarrollar conductas motivadas.
Nosotros comenzaremos este desarrollo de diferentes teorías desde algunas
posiciones psicológicas clásicas, como las teorías del impulso y las psicodinámicas.
Luego pasaremos revista a algunos conceptos de teorías humanistas y finalmente nos
centraremos en desarrollos cognitivistas de la motivación.
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Para Hull las conductas motivadas buscan reducir las necesidades del organismo.
El apartarse de un estado de equilibrio y sufrir una necesidad impulsa al organismo a
realizar una serie de conductas para reducir esta necesidad y retornar al equilibrio.
Claro que esto explica cómo el organismo adquiere el impulso, el empuje... pero la
dirección de ese empuje, la serie de conductas específicas que hará para satisfacer la
necesidad dependen de aprendizajes de hábitos y estímulos que el organismo reciba. Es
decir que el hábito y el aprendizaje tienen una función directiva de la conducta.
En 1952 Hull reformuló algunas partes de su teoría original y distinguió el impulso
(que “empuja” desde adentro del organismo) del incentivo (que “atrae” desde afuera). Es
decir que hay un organismo con impulsos (necesidades) que se dirigen a objetos-meta
que atraen o repelen. Otros aportes de esta línea de pensamiento serán los de
P.T.Young, D.McClelland y J.W.Atkinson. (Shunk, 1997).
Como teoría general, la del impulso parece explicar bien la función de las
necesidades primarias y el impulso para satisfacerlas. Pero se adapta bastante
deficitariamente al campo de las necesidades humanas. Ya hemos mencionado lo que
sucede con las motivaciones primarias y secundarias y cómo a veces las segundas tienen
más peso que las primeras. Un ejemplo más es que a veces tenemos sueño, pero si
estamos urgidos por presentar un examen y no hay tiempo para dormir, preferimos no
hacerlo y continuar estudiando.
Además esta teoría parece funcionar mejor con necesidades (motivos) que requieren
satisfacción inmediata que con aquellas a largo plazo.
Teorías Psicodinámicas
Otra teoría de tipo homeostática es la propuesta por Freud. Así como Woodworth
había propuesto el término “drive”, Freud propuso el concepto de “trieb”, que
encontraremos traducido como “pulsión”. Estas pulsiones tienen el toque original en esta
teoría de ser inconscientes. Y además en una primera clasificación Freud propuso que las
pulsiones se dividían en dos clases: las de autoconservación y las sexuales, clasificación
que luego sería modificada.
La concepción de que la vida psíquica puede explicarse en base a un conflicto
entre distintas instancias fue evolucionando a lo largo de la teoría freudiana. Así,
consideró en primer lugar que la vida psíquica es función de un conflicto entre conciente e
inconsciente, donde lo reprimido inconsciente pugna por hacerse presente de diversas
maneras. .Pero luego postuló que la represión (de lo inconsciente) es sólo un momento de
la defensa contra las tensiones opuestas de distintas instancias, el Yo, el Ello y el
Superyo. La lucha entre estas se lleva a cabo de manera inconsciente. Pero el Yo carece
de toda energía motivacional. Esta energía proviene de fuentes instintivas y reprimidas, el
reino del Ello. Sin embargo el Yo puede elaborar complejos mecanismos de defensa que
sirvan para aplacar los requerimientos del Ello y los preceptos morales y éticos del
Superyo. (Cabral, 1995)
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Teorías humanistas
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
En base a corrientes teóricas anteriores, desde James hasta Hull, aparecen desde
los años ’50 innumerables teorías de corte cognitivo. En general estas consideran como lo
fundamental para entender la motivación humana descubrir cómo las personas procesan
la información, cómo interpretan lo que está sucediendo. Qué ideas, creencias, esquemas
mentales, juicios, etc. se ponen en juego en cada conducta motivada.
Dentro de estas teorías cognitivas nos centraremos en las teorías de la
congruencia, las teorías de expectativa x valor y las teorías atributivas.
Así, la gente no se mueve por metas sin valor. Pero tampoco si juzga poco
probable o improbable lograrlo mediante la conducta que puede desarrollar. Yo puedo
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
pensar que ganar un premio Nobel es una gran meta, pero que no hay nada que yo pueda
hacer para lograrlo.
Según Atkinson las conductas de logro son un punto de conflicto entre el deseo de
triunfar y el miedo a fracasar. La motivación de logro significa el esfuerzo para realizar
tareas dificultosas lo mejor que la persona cree que pueda. Atkinson creía que esta
motivación era una característica de la personalidad de ciertos individuos.
Entonces, por ejemplo, un estudiante con alto grado de motivación de logro elegirá
una carrera que supone realizable o con una dificultad moderada. Pero no elegirá una
carrera que juzgue inalcanzable o demasiado fácil.
Y una persona con bajo grado de motivación de logro tenderá a elegir carreras
fáciles, aunque esto sea de menor estatus, o una carrera en extremo difícil. ¿¡¿Por qué?!?
Porque un fracaso garantizado ante una tarea ciclópea es una excelente oportunidad para
no esforzarse...
Esta teoría propuesta, como ya dijimos, por Atkinson, ha generado muchas
investigaciones. Pero plantea algunos problemas. Por ejemplo, el hecho de que la
motivación al logro no es uniforme para todas las áreas de conducta de un individuo. Una
misma persona puede estar muy motivada para tareas académicas, pero no tanto para
tareas deportivas.
Además tenemos el hecho de que esta motivación al logro, que se manifiesta en
conductas de competencia, de independencia y crecimiento, son moldeadas en forma
diferente según la cultura donde el sujeto esté inserto. Incluso dentro de una misma
cultura puede que se fomente este tipo de motivación y conductas en cierto grupo (por
ejemplo en los varones) y no en otros (las mujeres de esa sociedad).
Teorías de la atribución
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Teorías de la congruencia
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Conclusión
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Edgardo Pérez
Introducción
El hecho de que las personas difieren en sus características psicológicas y que esas
diferencias puedan medirse se ha reconocido desde los albores de la civilización. Platón y
Aristóteles escribieron sobre las diferencias individuales hace casi 2500 años, y ya los chinos,
desde la dinastía Chan (1115 a.c.), tenían un programa de pruebas para el ingreso de los
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
funcionarios públicos que evaluaba destrezas importantes para la época, tales como arquería,
equitación, música, escritura y matemática (Cohen & Swerdlik, 2000).
No obstante, en su acepción actual, el empleo de los tests psicológicos se inició en
Europa a fines del siglo XIX. Durante la Edad Media era escasa la preocupación por la
individualidad, y es en el Renacimiento y la Ilustración cuando renace el interés por el
aprendizaje y la creatividad (Aiken, 2003).
En efecto, los tests se desarrollaron dentro del contexto intelectual y social de la
formulación por parte de Darwin de la teoría de la evolución, así como de las fases tardías de
la Revolución Industrial, con una creciente preocupación por el aumento de la población y de la
mano de obra, y la paulatina democratización de las escuelas. En este contexto, surge un
llamativo interés por las diferencias individuales, especialmente aquéllas de carácter
hereditario, como así también por la adaptabilidad diferencial de los seres humanos a las
exigencias de un entorno cambiante (Sternberg, 1987).
A partir de ese momento, una de las áreas fundamentales de la psicología es la
Psicometría, que se ocupa de los procedimientos de medición del comportamiento humano,
incluyendo a los denominados tests psicológicos. Según Muñiz (2001) la teoría de los tests es
sólo uno de los campos de la psicometría, que además incluye la teoría de la medición o
fundamentación teórica de las operaciones de medida, y la estadística aplicada a la
construcción y análisis de los instrumentos de medición.
Los tests psicológicos se construyen casi siempre para medir constructos psicológicos
que no pueden observarse directamente. Nunnally y Bernstein (1995) expresan que nunca se
miden las personas “per se” sino algunos de sus atributos. En Psicología nadie se propone
"medir" un niño, por ejemplo, sino su inteligencia, estabilidad emocional o autoestima. Por otro
lado, las operaciones de medición en psicología son casi siempre indirectas, vale decir
suponen la elección de los indicadores operacionales del fenómeno a medir puesto que la
mayoría de las variables psicológicas no son observables directamente.
De este modo, la medición en el ámbito de la psicología posee algunos supuestos
(Tornibeni, Pérez, Olaz & Fernández, 2004):
a. Se miden propiedades de los objetos de medición y no los objetos en sí mismos
b. Las propiedades de los objetos existen independientemente de que sean o no
medidas
c. El resultado de la medición es un valor observado de la magnitud de la propiedad
que no coincide con su valor real y ,en consecuencia, se mide siempre con un margen de
error.
Como afirma Martínez Arias (1995), esto implica una serie de dificultades para la
construcción de los tests:
a) Un mismo constructo (concepto teórico) puede ser definido operativamente de
distintas formas, por lo cual diferentes procedimientos de medida pueden conducir a diferentes
inferencias en relación a un atributo psicológico.
a) Es difícil determinar las características de una muestra de elementos de un test
(ítems, estímulos) para que sea representativa en cuanto a número y variedad de
contenidos del dominio o constructo que se intenta medir.
240
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
241
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Para que un test pueda ser utilizado responsablemente es necesario que cumpla con
ciertos requisitos técnicos. Hasta mediados del siglo pasado los instrumentos de medición en
psicología fueron aplicados con escaso control de su calidad; es más, podría decirse que se
administraron e interpretaron sin una clara demostración de su utilidad para los fines
propuestos, ni de sus límites o alcances. Esto ocasionó innumerables críticas y, en muchos
casos, un rechazo social abierto a la utilización de tests.
Como consecuencia de estos cuestionamientos surgió una corriente de revisión y
análisis de la fundamentación científica de las pruebas. En USA se publicaron documentos
cuyo objetivo fue especificar los requisitos técnicos mínimos que deben reunir las pruebas
utilizadas en el ámbito de la Psicología y la Educación, conocidos como las Normas Técnicas
de los Tests Psicológicos y Educativos (APA, 1999). Los profesionales usuarios de tests deben
conocer estas normas y ajustarse estrictamente a ellas en lo concerniente a la interpretación
de los resultados de pruebas.
En el programa de la carrera de Psicología, la asignatura más estrechamente
relacionada con el estudio de los tests psicológicos se denomina “Técnicas Psicométricas” y
está incluida en la currícula de segundo año. Allí se profundiza el estudio de las normas o
requisitos técnicos para aspectos fundamentales de los tests, tales como confiabilidad, validez,
normas de interpretación de las puntuaciones, construcción, y adaptación a otras culturas.
La psicometría moderna se caracteriza por el: a) predominio de la evaluación asistida
por computadora sobre la convencional de lápiz y papel, b) empleo de modelos estadísticos
más sofisticados de construcción de tests, tales como la teoría de respuesta al ítem, y c) uso
creciente de la denominada “evaluación auténtica”, vale decir tests que incluyen situaciones de
evaluación (ítems) más semejantes a la vida real mediante el uso del video y la simulación
computarizada (Muñiz, 2001).
En esta Facultad tenemos una revista, Evaluar, del Laboratorio de Evaluación
Psicológica y Educativa, dedicada a la publicación de artículos científicos relacionados con la
Psicometría. Al mismo tiempo, el laboratorio mencionado ofrece regularmente capacitación y
asistencia para estudiantes, tesistas, becarios e investigadores que emplean tests en sus
proyectos de estudio o investigación.
242
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
estos tests. Los inventarios de rasgos de personalidad se utilizan en ámbitos tan diversos
como la clínica psicológica, la psicología ocupacional y la investigación.
Uno de los principales inconvenientes de los autoinformes es la posibilidad de que los
sujetos falseen sus respuestas para dar una impresión socialmente aceptable (Anastasi &
Urbina, 1998). No obstante, en la actualidad muchos de estos instrumentos poseen
procedimientos de control de la validez de las respuestas que atenúan (no eliminan) este
inconveniente (Pérez, 2000; Goldberg, 1999).
Pueden distinguirse dos tipos de inventarios de personalidad, los que evalúan rasgos
psicopatológicos y los que miden rasgos de la personalidad normal. Entre los primeros, de uso
preferentemente clínico, uno de los más utilizados es el Inventario Multifásico de Personalidad
de Minnesota (MMPI) creado en 1940, y con varias versiones y actualizaciones posteriores. El
MMPI fue elaborado con el fin de diagnosticar trastornos psicológicos de las personas, y su
área de principal aplicación es la psicología clínica. El inventario posee 550 ítems, en forma de
enunciados afirmativos, debiendo el sujeto clasificarlos en una de tres categorías: "verdadero",
"falso", y "no lo sé". Los ítems del MMPI incluyen una amplia variedad de contenidos,
comprendiendo áreas como actitudes sexuales, educación, ocupación, familia, salud, síntomas
psicosomáticos, manifestaciones neuróticas y psicóticas de la conducta, etc. En su versión
original permite obtener puntuaciones en diferentes escalas clínicas relacionadas con distintas
categorías de la psicopatología. El MMPI-2 (Butcher y colaboradores, 1989) es una versión
revisada y actualizada que incluye nuevos ítems, escalas adicionales y baremos actualizados.
Otros inventarios de personalidad para uso clínico miden sólo un trastorno psicológico,
y así pueden mencionarse el Inventario de Depresión Beck (Beck , Stheer & Brown, 1996) o el
Test de Ansiedad de Spielberberg (1983), entre otros numerosos ejemplos.
Entre los inventarios autodescriptivos usados para evaluar rasgos de personalidad en
personas sin trastornos psicológicos severos los más populares son el Inventario de
Personalidad 16PF-5 (Russell & Karol, 2000), el Cuestionario de Personalidad EPQ (Eynseck
& Eynseck, 1997), y los Inventarios NEO-PI-R (Costa y Mc Crae, 1999).
La teoría de los cinco grandes factores (Costa y Mc Crae, 1999) es, en la actualidad,
predominante en la construcción de los inventarios de personalidad elaborados para medir
predisposiciones no patológicas. Esta teoría postula cinco dimensiones afectivas básicas en
las cuales diferimos los seres humanos: Estabilidad Emocional o Neuroticismo, Extraversión,
Apertura, Responsabilidad y Amabilidad, todas influidas por la herencia. El volumen de
investigación acerca de este modelo es abrumador y parece sugerir mayor consenso entre los
investigadores que el obtenido en el terreno de la inteligencia.
La revista Personality and Individual Differences es una de las mejores fuentes de
consulta relacionadas con la medición y teoría de la personalidad.
Uno de los principales investigadores del modelo de los cinco factores, Goldberg
(1999) diseñó un pool internacional de ítems (international pool items personality, IPIP), con
más de mil reactivos de dominio público, a disposición en la Web para los investigadores
interesados en utilizar o construir inventarios de medición de la personalidad.
En general, los inventarios de personalidad son más utilizados en psicología clínica con
fines de diagnóstico de trastornos psicológicos. No obstante, los inventarios que miden rasgos
de personalidad “normales”, tales como el inventario NEO en sus diferentes versiones (Costa
& Mc Crae, 1999) y el inventario 16PF-5 (Russell & Karol, 2000), se emplean crecientemente
en Psicología Ocupacional y Educacional, aunque también en contextos clínicos en especial
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Conclusión
Los tests son instrumentos de medición de características psicológicas de las
personas. Son procedimientos estandarizados en sus condiciones de administración y
calificación que, para ser aplicados de un modo responsable y técnicamente riguroso, deben
reunir requisitos técnicos consensuados por la comunidad científica. Son utilizados en
prácticamente todas las áreas de la psicología, con fines de generar autoconocimiento de las
personas, seleccionar aspirantes, diagnosticar e investigar (Cronbach, 1998). Poseen
limitaciones evidentes si se los compara con los instrumentos de medición de las ciencias
naturales, tales como la carencia de cero absoluto en sus puntuaciones y la ausencia de
unidades constantes de medición. No obstante, la psicometría es una de las disciplinas más
dinámicas de la ciencia psicológica y, en estos últimos años, se han producido desarrollos
significativos (ítems más semejantes a la vida real, computarización del proceso de evaluación,
métodos estadísticos más poderosos, teorías de base más refinadas) que hacen prever una
optimización creciente de estos valiosos procedimientos.
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Fabián O. Olaz
Introducción
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
escalas, las listas de chequeo, entre muchas otras. Hechas estas aclaraciones, haremos
una breve reseña de la historia de la evaluación psicológica.
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
una disciplina puramente empírica. Efectivamente, la Psicología solo podía aspirar a ser
considerada una verdadera ciencia si utilizaba la metodología considerada científica en
este contexto, es decir, la metodología propia de las ciencias naturales, con su correlativa
preocupación por la medición y la predicción, y no tanto por la explicación. Para la
Psicología, se imponía entonces la exigencia de renunciar al concepto de sustancia
anímica, y de constituirse como disciplina basada en la experiencia interna o externa.
Así, esta primera Psicología científica, debía ser tratada como una rama especial
de la fisiología, la biología o la física. En este contexto, se realizan los primeros intentos
de cuantificar o medir atributos psicológicos, a través de instrumentos de evaluación
adaptados al objeto de estudio de esta primera Psicología, es decir fenómenos
psicológicos muy elementales, tales como sensibilidad y tiempos de reacción a estímulos
visuales, auditivos y de otros sentidos. Quizás por ello las investigaciones realizadas en
este período histórico se realizan desde el seno de la denominada “Psicofísica”,
movimiento que reúne a personajes de gran importancia para la historia de la Psicología,
tales como Fechner, Ribot, Wundt. El episodio que suele citarse como fundacional del
surgimiento de la psicofísica es el ocurrido en el Observatorio Astrológico de Greenwich.
Las importantes diferencias observadas por Bessel (1816, en Herrera Rojas, 1998) en
dicho observatorio en los registros de paso de las estrellas a través de una línea del
campo visual del telescopio, realizados por diferentes personas, se convirtió en la primera
evidencia de que algunas capacidades humanas podían cuantificarse. Quetelet,
matemático belga, fue el primero en plantear que la teoría matemática de la probabilidad
podía aplicarse a las mediciones humanas (Herrera Rojas, 1998).
Desde una concepción asociacionista, se despertó un fuerte interés por medir la
magnitud de propiedades psicológicas elementales a fin de formular leyes matemáticas,
cuyo objetivo último residía en la predicción de eventos particulares. Estos primeros
investigadores, por una parte, diseñaron diferentes pruebas para evaluar fenómenos
psicológicos muy elementales, y por otra, con su rigor científico, pusieron de manifiesto la
necesidad de controlar las condiciones de prueba y tipificar procedimientos. No obstante,
es importante recordarlo, el interés de estos primeros investigadores se centro en la
formulación de leyes generales que permitiesen predecir el comportamiento, y no tanto en
el estudio y explicación de los procesos subyacentes a las diferencias comportamentales.
Hacia finales del siglo XIX, y debido a ciertos acontecimientos históricos de
relevancia, tales como la formulación y difusión de las ideas de Charles Darwin y su teoría
de la evolución, los efectos de las fases tardías de la revolución industrial y una creciente
preocupación por el aumento de la población y de la mano de obra de reserva, surge un
llamativo interés por las diferencias individuales, especialmente de carácter heredadas,
como así también en la adaptabilidad diferencial de los seres humanos a las exigencias
de un entorno cambiante. En el contexto de este “darwinismo social”, cobra relevancia la
figura de Sir Francis Galton. Este investigador ingles, interesado por el estudio de la
herencia, sintió rápidamente la necesidad de medir las diferencias individuales en
características humanas creando un laboratorio antropométrico en Londres (1884) donde
cualquier persona podía conseguir evaluar su estatura, peso corporal, fuerza muscular,
agudeza visual y otra serie de evaluaciones sensoriales perceptivas y motoras
(Fernandez Ballesteros, 2000). Diseñó varias pruebas de agudeza y discriminación
sensorial con la convicción de que éstos le permitían medir el intelecto. Galton fue el
primero en utilizar las escalas de estimación, los cuestionarios y la asociación libre; pero
tal vez el aporte que no ha sido suficientemente reconocido fue el haber adaptado algunas
253
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
fundacional, pero sin recurrir a constructos de gran nivel de abstracción, de forma tal que
pudiesen ser estudiados por medio de la metodología científica (entiéndase la
metodología de las ciencias naturales).
Si recordamos la importancia otorgada a la predicción dentro de la concepción
positivista de ciencia, no es difícil comprender que la escasa capacidad predictiva de los
primeros test sensoriales en entornos aplicados, llevo a un cuestionamiento de su utilidad
en ámbitos donde era cada vez mas imprescindible contar con instrumentos de selección
adecuados (en la escuela o el trabajo). Obviamente, el operacionalismo que caracterizo a
la concepción científica de la época llevo a que los criterios utilizados para evaluar la
calidad y precisión de un instrumento utilizado para la evaluación se relacionaran con la
capacidad predictiva de los mismos (un test era valido par aquello con lo cual
correlacionaba).
Ya en el año 1895, el psicólogo francés Alfred Binet publica un artículo en el cual
criticaba los tests existentes hasta el momento por dedicarse a mediciones muy precisas
de funciones muy elementales, con escasa capacidad predictiva de conductas complejas
tales como el rendimiento académico, y proponía otros que abarcaban funciones más
complejas aunque medidas menos precisas, tales como juicio, memoria y razonamiento.
Por su parte Wissler (en Anastasi & Urbina, 1998) demostraría a comienzos del siglo XX
que lo tests sensoriales o de reacciones mentales simples no predecían en forma
adecuada el rendimiento académico de los estudiantes. Todo esto llevo a la creación de
medidas psicológicas más complejas y con mayor parecido a las actividades de la vida
diaria. En este contexto, se crea la primera escala de medida de inteligencia, que reúne
las experiencias anteriores e introduce además preguntas sobre juicio, comprensión y
razonamiento, desarrolladas por Binet y Simon en 1905. Para Binet un objetivo prioritario
de la evaluación psicológica la utilización de procedimientos objetivos de medición en el
estudio de la ejecución comportamental de los sujetos, la cual solo puede realizarse por
medio de tareas sencillas pero vinculadas directamente con tareas de la vida cotidiana de
las personas.
En la segunda revisión de esta escala se propone un procedimiento sistemático
para obtener los puntajes de prueba y se introduce el concepto de Edad mental (1908), y
en la revisión de Terman (1916), conocida como Stanford-Binet, aparece la idea de
Cociente Intelectual. La propuesta de Terman como unidad de medida de inteligencia, con
todas sus limitaciones (entre las que se destaca el hecho de los cocientes intelectuales no
serían comparables entre edades, debido a diferencias en la variabilidad de la ejecución
del test.) tiene una gran importancia en la psicometría ya que con ella, los test
psicológicos lograron un reconocimiento nunca antes alcanzado hasta el punto de que el
C.I. se convirtió casi en un mito.
Cobran especial importancia también en esta época los desarrollos de un grupo de
investigadores quienes lograron perfeccionar diferentes índices matemáticos que
brindaran mayor soporte a sus resultados y por el desarrollo de modelos de análisis sobre
todo en el campo de la medición de la inteligencia. Se destacan en esta línea los trabajos
de los ingleses Spearman, Thompson y Burt, que fueron continuados y perfeccionados
por los norteamericanos Kelley y Thurstone. Charles Spearman, basado en las ideas de
Galton y en los posteriores trabajos de Karl Pearson sobre su medida de correlación,
había iniciado desde 1904 una serie de trabajos sobre las funciones intelectuales.
Apoyado en la observación de correlaciones entre tests cognoscitivos, plantea su famosa
teoría de dos factores y sustenta matemáticamente sus conclusiones (1927). Según esta
256
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
teoría las puntuaciones en los tests pueden explicarse a través de dos factores: uno
general, conocido como el factor g, que es común a todas las funciones medidas en los
tests y uno específico, s, que sería exclusivo de cada una. Sin embargo, el desarrollo y
refinamiento de lo que hoy se conoce como análisis factorial en psicometría, se le debe al
norteamericano Thurstone.
Tal como afirma Herrera Rojas (1998), terminada la tercera década del siglo XX
los tests psicológicos gozaban de gran popularidad, el concepto de C.I. era ya
ampliamente conocido y la American Psychological Association (A.P.A.) mostraba gran
interés en el desarrollo de pruebas psicológicas (lo cual se debía también a la demostrada
utilidad de los mismos en la primera guerra mundial). Así la tercera década del presente
siglo fue testigo de una inusitada popularización del uso de los ‘tests psicológicos’ hasta el
punto de que la Psicología se asociaba con términos como ‘test’ o ‘C.I.’.
Paralelamente, cobran importancia los trabajos realizados por investigadores del
comportamiento animal, acerca del papel de los factores ambientales en el moldeamiento de la
conducta. Si bien la mayoría de las investigaciones se llevaban a cabo con animales, estas
investigaciones permitirían el desarrollo posterior de modelos explicativos de la conducta
humana y de estrategias de evaluación de la misma, tales como el análisis funcional de la
conducta (Remítase el apartado siguiente). Es importante señalar también la obra de H.
Rorschach, psiquiatra suizo que publica en 1921 una técnica de psicodiagnóstico basada en
una serie de láminas con manchas de tinta, enfatizando la naturaleza empírica de su trabajo y
la falta de fundamentación teórica del mismo. El test de manchas de Rorschach, constituye el
prototipo de todas las técnicas proyectivas que vendrían a continuación, configurando una
nueva tendencia en la evaluación psicológica de tipo cualitativa (Tornimbeni, Pérez, Olaz &
Fernández, 2005) vinculada con modelos teóricos de corte psicodinámico, especialmente.
Hacia el año 1935, se perfeccionan los métodos estadísticos diseñados a principios de
siglo. El psicólogo estadounidense L. L. Thurstone (1935, 1947) realiza una serie de avances
en la lógica y en los fundamentos matemáticos del análisis factorial, lo cual abre puertas para
la medición de aptitudes más específicas y para dar respuestas más satisfactorias a los
cuestionamientos que venían planteándose desde la década anterior a cerca de las diferencias
intraindividuales observadas en el desempeño frente a pruebas de inteligencia general. Sobre
ese fundamento se han construido numerosos tests, no solo de inteligencia, sino también de
personalidad, intereses y otros atributos psicológicos. Teorías contemporáneas tales como la
de inteligencia fluida (Gf) y cristalizada (Gc) de R. Cattell (1967) y otros modelos semejantes
(Caroll, 1993) pueden considerarse un desarrollo perfeccionado de las formulaciones iniciales
de Spearman y las elaboraciones posteriores de Thurstone. La utilización de este
procedimiento no solo supondrá el perfeccionamiento de la metodología con la que se cuenta
en Psicometría sino que también supondrá un cambio en la visión acerca del objeto de la
Psicología. Para entender esto repasemos la lógica del análisis factorial. El análisis factorial es,
esencialmente, un método para agrupar variables que correlacionan fuertemente entre sí y
cuyas correlaciones con las variables de otros agrupamientos es menor. Según Kline (2000) el
análisis factorial es un método estadístico en el cual las variaciones en los puntajes de un
número de variables son explicadas por un número más reducido de dimensiones o
constructos. De esta manera, el resultado del procedimiento va a ser una serie de variables
“latentes”, no observables directamente, que explican el agrupamiento de los componentes de
una prueba. Así, por ejemplo, un gran número de ítems de personalidad pueden reducirse 5
dimensiones (Extraversión, Apertura, Responsabilidad, Amabilidad y Neuroticismo) que
aportan un significado teórico a la medición. El papel de los constructos teóricos en Psicología
257
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
va a empezar a ser revisado y se comenzara a cuestionar el lugar dado a los mismos desde la
posición filosófica dominante hasta ese momento.
258
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
realidad de su propio entorno. Estas teorías destacan el papel activo e instrumental que
tiene la persona en todos sus procesos cognitivos (Mahoney, 1988)
La causalidad lineal será dejada de lado en las explicaciones de este nuevo
enfoque y en su lugar aparece una concepción que tiene en cuenta los diferentes
procesos anticipatorios que configuran el conocimiento y determinan la realidad de cada
sujeto, abordando al sujeto en toda su complejidad y teniendo en cuenta los múltiples
factores determinantes de su realidad.
Esta nueva visión de hombre repercutirá directamente en la concepción de evaluación
psicológica. En primer lugar, se empezaran a construir instrumentos de evaluación de “rasgos
latentes” (constructos cognitivos y atributos inobservables). En segundo lugar, se percibirá una
actitud más modesta por parte de aquéllos que se inclinan por métodos precisos y objetivos,
reconociendo las limitaciones de la medición en ciencias sociales e intentando desarrollar
nuevas técnicas de medición adecuadas al fenómeno del comportamiento humano. Debido a
que la mayoría de las variables psicológicas no son perfectamente isomórficas con los
números, lo cual quiere decir que un cambio en la magnitud del comportamiento evaluado no
se corresponde directamente con un cambio en la escala de medición utilizada, las variables
se pueden medir con menor o mayor precisión según la exactitud con que las relaciones entre
sus propiedades se correspondan con las propiedades lógicas de los números (Cortada de
Kohan, 1999). Por esto, al realizar inferencias sobre la base de los resultados de un
instrumento de exploración, lo vamos a hacer siempre con un nivel o grado de error (esta idea
constituye el axioma de la de nominada Teoría Clásica de los Tests). De la misma forma,
cuando intentamos predecir un comportamiento a partir de los resultados observados en un
test, solo lo realismos en términos de probabilidad de ocurrencia, con toda la incertidumbre que
tal pronóstico conlleva.
Como consecuencia de estos cuestionamientos surgió una corriente de revisión y
análisis de la fundamentación científica de las pruebas. Los trabajos realizados en este período
versan en su gran mayoría sobre teoría de la medición, los principios y fundamentos de la
medición en Psicología, los problemas de validez y confiabilidad y en síntesis, la construcción
de una teoría psicométrica. En USA se publicaron documentos cuyo objetivo era especificar
los requisitos técnicos mínimos que deben reunir las pruebas utilizadas en el ámbito de la
Psicología y la Educación. En 1966 se publicaron las "Normas técnicas para las pruebas
psicológicas y las de rendimiento escolar y sus manuales" y en 1985 y 1999, aparecen
revisiones de las mismas. Es en esta época en donde comienza a extenderse el objeto mismo
de la evaluación psicológica pasando el énfasis en el análisis de las características individuales
a la evaluación de interacciones persona-ambiente y de aquí a la evaluación del propio
ambiente e incluso a la utilización de la evaluación psicológica como una forma de evaluación
de la eficacia de las intervenciones psicoterapéuticas (Fernández Ballesteros, 2000).
En lo que tiene que ver con desarrollo y revisión de pruebas se pueden mencionar,
entre muchos otros: el cuestionario de 16 factores de la personalidad de Catell (16PF)
desarrollado mediante análisis factorial y publicado en 1951; el cuestionario de personalidad de
Eysenck, resultado de las investigaciones que sobre estructura de personalidad había venido
adelantando desde 1947, las escalas Wechsler de inteligencia; la tercera revisión de la escala
de inteligencia de Stanford-Binet (Terman y Merrill, 1960) y los inventarios de intereses
vocacionales (1966) e intereses generales de Kuder (1964). Se produjeron grandes obras
sobre teoría y procedimientos psicométricos que son de uso corriente aún, que exponen los
diferentes procedimientos que permitirían maximizar la precisión en los instrumentos de
259
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
evaluación psicológica (tales como los trabajos de Cronbach y colaboradores sobre validez y
confiabilidad en las pruebas psicológicas, publicados entre 1951 y 1957) (Muñiz, 2001).
En la década de los sesenta se inician las críticas a la concepción clásica de la teoría
de los tests, apareciendo estrategias alternativas, el Modelo de la maestría de dominio y el
Modelo del rasgo latente. Dentro de los primeros se ubican los denominados tests con
referencia a criterios, íntimamente ligados al campo de la evaluación del aprovechamiento
escolar, los cuales miden un área o dominio claramente definido y delimitado de un
conocimiento o habilidad. La teoría de rasgo latente (Rasch, 1963), uno de cuyos desarrollos
principales es la Teoría de Respuesta al Item, (Lord, 1980), es cada vez mas utilizada para la
construcción de tests psicológicos (Tornimbeni et al, 2005). Finalmente, a partir de esta nueva
visión de causalidad recursiva, se empiezan a perfeccionar y a utilizar cada vez en mayor
medida modelos de análisis multivariados, tales como el Análisis de senderos (Path Analysis)
y los ‘Modelos de ecuaciones estructurales. Estos modelos han mostrado utilidad en la
comprobación de hipótesis de relaciones entre grupos de variables, el primero como una
extensión de los análisis de regresión donde se puede analizar más de una variable
dependiente y el segundo como procedimiento para poner a prueba modelos que incluyen
tanto variables observadas como latentes y las relaciones entre ellas.
260
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
261
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Discusión
Bibliografía
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263
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
264
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
16
“En su posdata de 1969 a La estructura de las revoluciones científicas, Kuhn buscó precisar el
significado de la categoría paradigma, asumiendo que se trataba de una expresión que había
sido usada por él con –cuanto menos- dos acepciones diferentes: por una parte como acuerdo de
la comunidad científica; por la otra, como cúmulo de supuestos, metodologías, elecciones
temáticas, procedimientos de evaluación, etc.; es decir, como el contenido de aquellos acuerdos.
Refiriéndose al segundo de estos dos significados del término, el autor reconocía que
había sido criticado por encontrarse 22 modulaciones diferentes de la palabra ‘paradigma’ en su
libro. En el esfuerzo por acotar el significado de tal categoría, plantea que se debe entender
como una ‘matriz disciplinaria’ […] que ‘refiere a la posesión común de quienes practican una
disciplina particular’” (Follari, 2000: 112).
17
Dogma: del latín dogma. Proposición que se asienta por firme y cierta, y como principio
innegable de una ciencia. Definiciones extraídas del diccionario de la Real Academia Española.
2006.
18
La ciencia normal es una de las etapas del desarrollo científico que caracteriza a la ciencia
propiamente dicha. En esta etapa los científicos no se cuestionan ni ponen a prueba los
fundamentos aceptados, tampoco buscan la creación de nuevas teorías, sino que se dedican a
utilizar o aplicar estos fundamentos.
265
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
19
Supuestos que permanecen como obvios, como dados, como naturales; sin posibilidad de
cuestionarlos, por aparecer como verdades absolutas e indiscutibles, y por ende inmodificables.
266
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
que se han ido construyendo no sólo en diferentes épocas y contextos, sino también en la
actualidad.
Se planteó además que esa multiplicidad de respuestas a la pregunta acerca de
qué es la Psicología remite a supuestos epistemológicos, metodológicos y filosóficos
disímiles. Conjuntamente con Maritza Montero, podemos agregar a estos supuestos los
éticos y los políticos20, ya que éstos están involucrados en la producción de conocimientos
del campo de la Psicología.
La Psicología no puede ser considerada, entonces, como un dominio dado,
separado de algo llamado “sociedad”: los procesos por los cuales se producen sus
verdades son constitutivamente “sociales”. Es más, el objeto de la Psicología no puede
ser considerado como algo dado, independiente, que preexiste al conocimiento y que es
meramente “descubierto”. La Psicología constituye su objeto en el proceso de conocerlo
(Rose: 1996).
Podemos concluir, entonces, que pensar las construcciones de los objetos en las
escuelas de la Psicología implica preguntarse no sólo acerca de aquello que lo define,
sino también sobre aquellos aspectos sociales, políticos, económicos que fueron las
condiciones de posibilidad de esas construcciones teóricas.
20
Acerca de las dimensiones Ética y Política, las cuales atraviesan toda producción de
conocimiento, Montero las define de la siguiente manera: Ética “remite a la definición del otro y
a su inclusión en la relación de producción de conocimiento, al respeto a ese otro y a su
participación en la autoría y la propiedad del conocimiento producido”, en tanto que la
dimensión Política “se refiere al carácter y la finalidad del conocimiento producido, así como a su
ámbito de aplicación y a sus efectos sociales”.
21
Se aclara que no queremos decir con esto que ciertos postulados y supuestos no hayan ido
cambiado a lo largo de la historia; ni que aún se sostengan todas las teorías tal como se las
definió en sus orígenes. Más bien queremos dar cuenta de que los supuestos con los que la
Psicología fue construida han señalado líneas de indagación que marcan debates actuales.
267
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
del presente, sería mucho mejor utilizarlos para cuestionar las certezas del presente
(Rose, 1996).
Sin intentar agotar la problemática, podemos plantear un ejemplo de estos debates
que, aunque han sido reformulados, han marcado la construcción de la Psicología como
un campo en el que el desacuerdo es constitutivo. Podríamos analizar la concepción de
sujeto como uno de los supuestos que constituyen la imposibilidad de acuerdo entre las
distintas escuelas de la Psicología.
Rossi (2000) plantea tres grandes construcciones en torno al sujeto en la
constitución del discurso de lo psicológico: la conciencia23 (construcción cartesiana, siglo
XVII), la conducta24 (construcción de Watson, conductismo), y el inconsciente25
(construcción de Freud, psicoanálisis).
Lo que evidentemente se advierte es que estas tres construcciones son
contradictorias: la conciencia es la construcción principal, y luego tenemos dos reacciones
a ella que se formulan a fines del siglo XIX y principios del XX, conducta e inconsciente.
Estas dos reacciones a la conciencia están diciendo que el sujeto no se agota en lo que
sabe, en lo que puede inteligir. En la construcción conciencia, hay dimensiones que
quedan fuera y que son retomadas por las otras dos construcciones. ¿Qué dimensión
queda afuera según el conductismo? El hacer. ¿Qué dimensión queda afuera según
Freud? El inconsciente, la palabra y el deseo (Rossi, 2000).
Tomando a la conciencia como una construcción a partir de la cual se fueron
estructurando distintas posiciones con respecto a la Psicología, resulta fundamental
mencionar a Wundt (estructuralismo) como un autor que toma la conciencia como su
objeto de estudio. Estudiar la conciencia implicaba, para este autor, investigar ciertos
22
En ese sentido, muchas veces se presenta la “historia” de la Psicología como una sumatoria de
datos y hechos a partir de los cuales se fueron constituyendo escuelas que luego se han
abandonado radicalmente. Esta forma de hacer historia, tal como plantea Rose (1996), se logra
llevando a cabo una división entre textos y autores sancionados y caducados, entre teorías y
argumentos que coinciden con la imagen actual que a la disciplina le interesa mostrar. El pasado
“legítimo” se ordena en una secuencia más o menos continua que llevó al presente.
23
Descartes va a fundar la inteligencia, el cogito, la conciencia construyéndola como autónoma,
como parte fundamental y definitoria del sujeto. La conciencia, entonces, se identificará con el
yo; con la realidad sustancial del individuo.
24
Watson cuestiona todos los conceptos como "alma", "espíritu”, "mente", "conciencia",
considerando que nadie puede ver los pensamientos y sentimientos de otra persona, y que es
imposible fundamentar ningún conocimiento objetivo con lo que sólo es accesible a una
observación individual. Para Watson el objeto de la Psicología es la conducta, entendiéndola
como la actividad del organismo en su conjunto; tanto las funciones fisiológicas como el
comportamiento son actividades de estructuras físicas que, como tales, son susceptibles de ser
analizados por los métodos objetivos y rigurosos de las ciencias naturales.
25
El inconsciente, como concepto teórico, no puede ser cerrado en una definición, como si se
tratara de un asunto acabado, sino que viene articulado de manera compleja con otros
conceptos, como por ejemplo: lenguaje, pulsión y deseo. Esto quiere decir que tratar de exponer
en un espacio preciso, y de una vez, el funcionamiento del inconsciente no sólo sería inútil, sino
equívoco desde el punto de vista teórico. A modo de aproximación, podemos pensar que el
inconsciente para Freud captura una dimensión distinta, de la cual la conciencia y la conducta no
pueden dar cuenta. Hay una dimensión del sujeto que tiene que ver con el deseo y la palabra
que no llega a ser explicada por la conciencia.
268
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
26
Aclaramos que con esto no queremos definir al inconsciente como negación de la conciencia.
La definición de inconsciente y los conceptos fundamentales a él articulados serán trabajados
dentro de los contenidos de la materia Psicoanálisis.
269
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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(Traducción: Sandra De Luca y María del Carmen Marchesi. Trabajo final de Residencia en
Traducción, I.E.S. en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández", Buenos Aires, bajo la tutoría de la
profesora Elena Marengo).
27
No es el objetivo de este artículo avanzar sobre los contenidos que se desarrollarán en el
primer año del ciclo lectivo, por ello no nos hemos detenidos en un análisis de los conceptos,
objetos y métodos de las escuelas.
270
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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271
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
272
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Luis Furlán
Introducción
El término “Test Anxiety”, o AE, fue empleado por Sarason & Mandler (1952) para
describir la tendencia de algunos estudiantes a experimentar elevados niveles de
ansiedad en situaciones de carácter evaluativo. Un examen es el ejemplo típico de estas
situaciones, aunque el término se hace extensivo, en algunas ocasiones, a dar un
discurso, hablar en público, presentarse a una entrevista laboral o responder a pruebas
psicológicas o test de aptitudes o inteligencia, todas situaciones de exposición social.
La característica fundamental de la AE es la elevada preocupación por un posible
mal desempeño en la tarea y las consecuencias negativas que una ejecución defectuosa
pueda tener en la autoestima, la valoración social, o la pérdida de algún beneficio
esperado que pueda conllevar (Gutiérrez Calvo y Avero,1995). Como toda respuesta
273
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Investigaciones en AE
274
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
A) Revisiones bibliográficas
B) Adaptación de escalas de AE
275
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
276
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
por lo que es casi natural que los subproyectos que surjan, por ejemplo T.F.L., estén en la
misma línea. El Laboratorio de Evaluación Psicológica y Educativa contiene diferentes
líneas de investigación que comparten el interés por construir o adaptar pruebas
psicológicas, y hay otros proyectos a los cuales también pueden incorporarse los alumnos
interesados en aprender las habilidades necesarias para realizar este tipo de
investigaciones28.
Si bien un T.F.L. puede iniciarse a partir del interés de los alumnos por un tema
específico y vinculado a contenidos de alguna materia electiva que hayan cursado, a un
área de ejercicio profesional o a un enfoque teórico que les resultó especialmente
atractivo (de hecho un importante número de proyectos surgen de este modo); las
posibilidades de transitar de una manera medianamente fluida y ordenada por este
proceso de aprendizaje y producción de conocimiento aumentan al incluirse en una línea
de trabajo preexistente, en la que puedan partir de desarrollos en curso y asegurarse el
acceso a fuentes bibliográficas y el asesoramiento teórico y metodológico por parte de
docentes que ya vienen realizando investigación en esa temática. Prescindir de esto
implica el riesgo de trabajar mucho y en forma poco productiva, necesitando del auxilio de
asesores externos o teniendo que cambiar de planes a mitad de camino, lo que prolonga
el egreso y genera un importante desgaste emocional.
C) Estudios de prevalencia
277
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
D) Estudios correlacionales:
278
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
279
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Las relaciones entre estos tres conceptos están siendo exploradas en un T.F.L.
(Heredia y Piemontesi, 2007), para lo cual se ha realizado la adaptación de una escala de
AE y otra de Afrontamiento en una muestra de 300 estudiantes. Emplearán también una
escala de autoeficacia para el aprendizaje, denominada SELF-A, la cual ya fue adaptada
en otro T.F.L. por Bugliolo y Castagno (2005) con la colaboración del Dr. Zimmerman, un
profesor norteamericano autor de la escala. Uno de los objetivos de este estudio es
estimar la contribución que cada variable independiente realiza a la predicción del
rendimiento académico, para lo que emplearán un análisis estadístico complejo llamado
regresión múltiple
En base a los ejemplos previos podrá advertirse que un estudiante interesado en
la investigación necesita manejar, de manera medianamente fluida, las herramientas
informáticas, para buscar y obtener artículos científicos mediante bases de datos en
Internet, analizar amplios volúmenes de datos con programas de estadística (para lo cual,
obviamente, debe poseer los conocimientos de estadística), leer y comprender textos
escritos en otro idioma (en inglés principalmente, aunque no de modo exclusivo) y
“animarse” a establecer contacto con científicos de otras universidades (nacionales o
extranjeras) para formularles preguntas y solicitarles artículos y opiniones relacionadas al
trabajo que planean desarrollar. Éstas son sólo algunas de las competencias necesarias
para la investigación y se relacionan a las actividades que realiza el autor de este artículo,
pero no representan todas las variantes existentes. El ingresante debe saber que las
competencias difieren de acuerdo a las áreas de trabajo, al tipo de problemas que se
abordan, a los enfoques teóricos, a los estilos y contextos de investigación, y esto lo irá
descubriendo a medida que avance en la carrera.
280
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
E) Tratamientos de la AE
Conclusiones
281
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
284
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Actividad Nº 2
285
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
una intensa sensación de miedo. A partir de allí Juan empezó a experimentar potentes
sentimientos de ansiedad al estar en su negocio y, particularmente, al tocar las joyas.
Esta situación se prolongó por aproximadamente un mes, hasta que luego, poco a poco,
Juan volvió a sentirse como siempre. Sin embargo, aún hoy, mas de dos años después
de los sucesos, Juan experimenta una o dos veces por trimestre sensaciones de
ansiedad parecidas a la original, si bien la misma desaparece rápidamente.
160
Latencia de escape (segundos)
140
120 Pollo
Perro
100
Gato
80
60
40
20
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Ensayos experimentales
286
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
Medios de Transporte
287
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
“Ayer el doctor me dio la noticia. No era una buena noticia, pero la recibí yo, era
mía y no podía rechazarla. Quería tomarla en mis brazos y apretármela contra el pecho y
llevármela a casa, sin negar con la cabeza, sin lágrimas… Solamente empecé a temblar
cuando, de vuelta a casa, salí del coche. Después de cerrar la puerta del garaje me
tiritaba todo el cuerpo: para recuperarme tuve que apretar los dientes y agarrar el bolso
con fuerza.”
13.1) A partir de la descripción que realiza Coetzee, cómo ordenaría Ud. la cadena de
sucesos (a la manera de un diagrama de flujo) tales como a) las reacciones fisiológicas,
b) la valoración cognitiva del evento, c) la valoración cognitiva de las reacciones
288
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
15) Todos los artículos que componen el manual que usted esta leyendo son
artículos científicos o académicos. Este tipo de artículos poseen usualmente una forma y
estructura diferente a otros tipos de comunicación escrita. Trataremos de analizar estas
diferencias en la presente actividad.
Lea con atención los siguientes extractos de artículos de este manual:
“Para algunos autores, tales como R.Zajonc (1984) las emociones son procesos
claramente biológicos. Simplemente hay que observar que no es posible el desarrollo de
una emoción si no se dan ciertos acontecimientos biológicos. No es posible sentir miedo
si no hay aumento de la frecuencia cardíaca, aumento de la tensión arterial, activación de
ciertas regiones cerebrales (por ejemplo, la amígdala), etc. Son reacciones anteriores o
posteriores a la cognición, pero claramente distintas a estas.” Extraído de Murillo,
“Procesos Psicológicos Básicos: Emoción”.
289
La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
“Nos despedimos en una de las esquinas del Once. Desde la otra vereda volví a
mirar; usted se había dado vuelta y me dijo adiós con la mano. Un río de vehículos y de
gente corría entre nosotros; eran las cinco de una tarde cualquiera; cómo yo iba a saber
que aquel río era el triste Aqueronte, el insuperable. Ya no nos vimos más y un año
después usted había muerto. Y ahora yo busco esa memoria y la miro y pienso que detrás
de la despedida trivial estaba la infinita separación. Anoche no salí después de comer y
releí, para entender mejor estas cosas, las palabras que Platón pone en boca de su
maestro…”
16.1 Explique qué entiende de la siguiente afirmación que realiza el autor: “La visión
sociológica permite reconocer que el objeto de estudio es una construcción de una
porción de la realidad... se sigue que si es una construcción, (nos alejamos de la
concepción positivista de objeto de estudio) entonces es algo afectado por el devenir
histórico...”
16.2 ¿Por qué, al realizar un abordaje del objeto de estudio de la psicología, el autor apela
a la etimología de las palabras?
16.3 Explique qué quiere decir el autor con las expresiones “idea nominal” e “idea
praxiológica”.
16.4 Explique qué se entiende por supuestos epistemológicos, ontológicos y
metodológicos.
16.5 Identifique las distintas corrientes de pensamiento que confluyen en el debate sobre
el objeto de estudio de la Psicología.
16.6 Identifique distintas concepciones del objeto de estudio de la Psicología.
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
19.1 Realice una lista con algunas de las ideas que posees acerca del tema. Ordénelas
según el aspecto del problema al que se refieren (características, causas, efectos, etc.)
19.2 Marque con algún color las palabras cuyo significado no comprenda. Busque sus
definiciones y discútalas con tus compañeros.
19.3 ¿Qué otras características, síntomas o efectos de la AE conoce que y no estén
citadas en el texto?
19.4 Enumere y describa brevemente los diferentes tipos de investigación informados en
el artículo.
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La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea
19.5 ¿En qué clase de tareas han participado los estudiantes? Descríbalas.
19.6 ¿Qué conocimientos cree que debe poseer un alumno para colaborar en alguna de
estas investigaciones?
19.7 Reúna información sobre alguno de los grupos de investigación existentes en
nuestra Facultad y realice un breve informe consignando sus integrantes, temas de
trabajo, las técnicas de evaluación que emplean, los sujetos que participan de sus
estudios y la forma en la que incluyen a los estudiantes en sus actividades
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