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La Tercería no es otra cosa que la denominación procesal que la Ley otorga a

terceras personas que no son ni el actor ni el demandado, pero que tienen


interés directo en los resultados del litigio, por el perjuicio directo que las
providencias judiciales le pueden causar.

Las tercerías que se presenten en las distintas acciones judiciales podrán ser
excluyentes de dominio o coadyuvantes,

siendo que las excluyentes de dominio son aquellas en las que la o el tercero
pretende en todo o en parte ser declarado titular del derecho discutido, (como
una prohibición de enajenar). Al ser de un tercero y no de una parte, no debió
dictarse dicha medida. Básicamente el tercerista reclama su bien y que no
debe ser considerado como litigioso. Además, el Código Orgánico General de
Procesos, tipifica esta figura y la define como aquel que su pretensión, ya sea
total o parcialmente, pretende ser declarado titular del derecho controvertido.

Las tercerías coadyuvantes son aquellas en que un tercero tiene con una de las
partes una relación jurídica sustancial, a la que no se extiendan los efectos de
la sentencia, pero que pueda afectarse desfavorablemente si dicha parte es
vencida, es decir se presenta con sus alegaciones como un colaborador
indirecto de la defensa de una de las partes. En otras palabras denota aquella
persona que se une al actor o demandado para litigar y hacer valer sus
derechos de manera conjunto, ya que lo que se expida mediante sentencia le
afectará directamente.

Las tercerías tienen un plazo para su interposición. En los procesos ordinarios


se podrá proponer dentro del término de diez días después de la notificación de
la convocatoria a audiencia de juicio; en el caso de los procesos sumarios, la
tercería se propondrá dentro del término de cinco días antes de la fecha de
realización de la respectiva audiencia; en los procedimientos ejecutivos se
propondrá desde la convocatoria a audiencia de ejecución hasta su realización.

Evidentemente, para participar como un tercero en el proceso no basta con


quererlo, hace falta la presentación de la correspondiente solicitud ante la
autoridad judicial, misma que, será conocida y resuelta por la autoridad que
conoce el proceso principal, siendo que el tercero interesado deberá junto con
su solicitud anunciar todos los medios de prueba de los que se valdrá para
justificar su solicitud de intervención en el proceso, es decir, deberá presentar
los elementos de prueba que permitan conocer al juzgador el perjuicio o la
existencia de sus derechos e intereses.

Presentada la intervención, siendo esta aceptada por el juzgador, se


incorporará al tercero interesado en el proceso, asignándosele los mismos
derechos y deberes que a las partes procesales, debiendo también sujetarse a
los efectos de la resolución que dicte el juzgador en cada causa.

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