12.
El método en la
patología forense
1. MÉTODO Y SECUENCIA DE LA
INVESTIGACIÓN EN PATOLOGÍA
FORENSE: EL MÉTODO
CIENTÍFICO
No hay un método extraordinario, especial,
diferencial para el abordaje de la necropsia
médico-legal. En consecuencia, todo lo que
el médico hace cuando se enfrenta a la prácti-
ca de la necropsia es la aplicación del método
científico (1), basado en el principio elemental
del sentido común. Por supuesto, hay variantes
surgidas de las particularidades del trabajo mé-
dico forense (2), pero la esencia sigue siendo
la misma, con o sin echar mano de los grandes
avances tecnológicos tan promocionados re-
cientemente1.
Es decir, ante un problema dado, se plantea
una hipótesis que debe ser puesta a prueba me-
diante la experimentación y pueden obtenerse
dos resultados: la corroboración de la hipótesis
o su refutación (3). Para el primer caso, el mé-
todo termina con la enunciación de las conclu-
1 Ver en el Epílogo el capítulo 86: «De la Anatomía
mórbida de Bichat y Rokytanský a la virtopsia» de
la doctora Mary Luz Morales.
Nelson Téllez Rodríguez
siones del caso médico-legal. Para el segundo,
se exige un replanteamiento de hipótesis y de
cómo ponerla a prueba. El resultado —de nue-
vo— será o su comprobación o su refutación y
así sucesivamente. Es el método científico para la
investigación médico-legal de la muerte.
En los diagramas (Figuras 12.1, 12.2 y
12.3) se muestran las tres fases que se conside-
ran para este proceso global. La primera se re-
fiere específicamente al abordaje macroscópico
mediante la aplicación de los métodos genera-
les y especiales de exploración del cadáver, de
acuerdo con el contexto y la demanda misma
de necesidades del caso, a medida que se avan-
za en el examen. Es posible que esa primera
fase sea suficiente para completar satisfacto-
riamente los objetivos del procedimiento y así
concluir sobre la causa y la manera y se hayan
podido documentar las circunstancias y los
cambios que permitan concluir sobre los otros
aspectos de la secuencia de eventos, tales como
el mecanismo fisiopatológico o la semiología
de las lesiones. También es posible que no bas-
te esa primera fase o que se requiera una com-
probación de una muy razonable hipótesis. Sin
embargo, en cualquiera de los dos casos, se re-
quiere el concurso de análisis complementarios
219
lV Conceptos básicos en patología forense
por fuera de la morgue, en los laboratorios de
referencia. La aplicación metodológica en la
segunda fase puede ser muy orientada o muy
amplia, dependiendo del contexto de informa-
ción y de resultados de la exploración macros-
cópica, y podrá terminar dando las respuestas
requeridas para la solución del caso o podrá no
ofrecerlas, caso tal en el que se habrán agotado
para entonces los procedimientos disponibles.
Luego, se pasará a la tercera fase, la de la decla-
ratoria de cierre del caso como de causa y ma-
nera indeterminada o alguna de las variantes
posibles que se explican en el cuadro incluido
en el capítulo 24, sobre el «Informe pericial de
necropsia médico legal».
Queda claro entonces que no todos los ca-
sos demandan la aplicación de las tres fases del
método y que idealmente el médico forense o
el patólogo esperan resolver la mayor parte de
los casos con el procedimiento durante la fase
I o con estudios orientados en la fase II y que
siempre buscarán que un reducido número de
casos lleguen a requerir la fase III del proceso.
1.1. La necesidad de un contex-
to adecuado
La primera exigencia que se hace a un cirujano
antes de intervenir a un paciente es que conoz-
ca la historia clínica para poder hacer una ade-
cuada planeación para el abordaje quirúrgico
requerido. En la patología forense, el médico
practica un gran procedimiento quirúrgico en
un cuerpo sin vida, y aunque hay métodos ge-
nerales de la anatomía patológica para la prác-
tica de necropsias, no todos los procedimien-
tos en todos los casos son los mismos. Cada
caso demanda un análisis específico y unas de-
cisiones adecuadas para el abordaje durante la
exploración y para la documentación completa
y escalonada de los hallazgos. El primer paso
220
para poder tomar decisiones sobre hipótesis
de causa, manera y mecanismo de muerte y
sobre las necesidades de muestreo para la do-
cumentación del caso y para los procedimien-
tos quirúrgicos necesarios para la exploración
es conocer un contexto, una historia. Sin él,
el procedimiento se haría a ciegas y resultaría
peligroso para la investigación judicial, dado
el riesgo de omitir procedimientos necesarios
o de no tomar las muestras pertinentes en el
momento adecuado, o de pasar por alto algu-
nas circunstancias que demandan una docu-
mentación complementaria en el laboratorio
para que su existencia sea revelada. La lectura
del acta de inspección judicial o la asistencia
del perito a la escena2 debe dar una idea clara
del contexto en el que sucedieron los hechos y
debe permitir la formación de una primera hi-
pótesis sobre causa y manera y la toma de deci-
siones sobre el abordaje quirúrgico del cuerpo
y sobre la documentación con toma de mues-
tras para algunos estudios complementarios.
Pero podría darse el caso en el que no haya
información adecuada y suficiente. El paso
explicado en el diagrama de la Fase I es el de
adelantar las gestiones pertinentes para la con-
secución de la información faltante, de modo
que el médico y el administrador del servicio
harán lo pertinente para obtener los datos que
permitan dicho abordaje dentro del contexto.
1.2. Los procedimientos iniciales
Sin embargo, muchas veces y a pesar del esfuer-
zo, la información no resulta completamente
satisfactoria para hacer la planeación del abor-
daje del cadáver, caso tal en el que se impone
la necesidad de implementar procedimientos
2 Práctica infrecuente en Colombia.
 Parte llI: Patología forense básica

Figura 12.1. Diagramas de flujo: Fase I

Lectura de información

Información Incompleta Información Completa

Gestión para Gestión

completarla exitosa

Formulación de hipótesis
Gestión infructuosa de trabajo

Definición de estrategia quirúrgica de abordaje y de documentación

Procedimientos epecializados Procedimiento Orientado

escalonados

1 Hipótesis descartada
2
3 2 3

Formulación de nueva
hipótesis de trabajo

Hipótesis Completar procedimientos

comprobada estandarizados

Completar la documentación
Orientada Hipótesis descartada

Informe Pericial Definitivo Informe pericial

provisional

Cierre del caso Hipótesis descartada

Hipótesis a
prueba: Fase ll
Fuente: Autor.
221
lV Conceptos básicos en patología forense
especializados escalonados en lugar de un pro-
cedimiento inicial bien orientado. A pesar de
tener claro un contexto y de haber tomado las
decisiones sobre el procedimiento orientado,
la exigencia es hacer todo el procedimiento
estandarizado de necropsia, claro está, sin en-
trar a practicar exploraciones especiales que
no estén indicadas para la documentación ade-
cuada del caso. Por ejemplo, si es claro que hay
trauma cervical por suspensión, la exploración
especial del cuello está completamente indica-
da y, a menos que haya otra información, no
se requerirá hacer una exploración del sistema
de conducción cardiaca o del bloque genital
femenino, pero sí se deberá completar el es-
tudio estandarizado de todas las estructuras y
órganos.
1.3. La conducta ante la
hipótesis no comprobada
Es posible que a partir del contexto dado
y el procedimiento decidido, se tenga compro-
bada la hipótesis; por el contrario, también
es posible que no se logre dicho fin. En tales
casos, el médico debe plantear una nueva hi-
pótesis y tomar decisiones sobre los métodos
de exploración que debe desarrollar. De nuevo
se encontrará al final de su ejecución con las
dos opciones: o demuestra la hipótesis o no la
demuestra. Si este último fuere el caso, deberá
proceder a un nuevo planteamiento y a tomar
unas nuevas decisiones de exploración. El ejer-
cicio continúa así sucesivamente hasta tener un
punto de no retorno en cuanto a las posibilida-
des macroscópicas de encontrar las respuestas
y el caso entrará a una fase II. Cualquiera que
fuese la situación, la de demostrar o no las su-
cesivas hipótesis, el médico deberá completar
la documentación mediante el muestreo ade-
cuado de su caso y generar informes provisio-
222
nales o complementarios, según sea el avance
de su investigación médico-legal de la muerte.
1.4. La conducta ante la
hipótesis comprobada
Cuando se logra una conclusión por la vía del
examen macroscópico del cuerpo, se resolverá
el caso de manera definitiva con el informe pe-
ricial, y en él se enunciará claramente la causa
y la manera de muerte y se aclarará si fuere ne-
cesario el alcance de los estudios complemen-
tarios ordenados, los cuales no pueden ser los
que permitirán decidir sobre los aspectos fun-
damentales de causa y manera; solo serán com-
plementarios para documentar circunstancias
asociadas.
Pero si esa no fuere la situación, suscribirá
el informe pericial provisional con una formu-
lación clara de la estrategia de estudio. En el ca-
pítulo 24 se hace una exposición más completa
y profunda sobre la elaboración de los diversos
informes periciales.
1.5. Sobre el orden para el abor-
daje del cadáver
No hay ningún orden establecido como un
libreto de aplicación exclusiva y taxativa. El
orden lo decide el médico de acuerdo con el
contexto de su caso y con la aparición o no de
los hallazgos fundamentales que le permitan la
adecuada documentación. Sin embargo, sí hay
que tener en cuenta que existen algunos pro-
cedimientos que pueden ser considerados para
un caso dado como secundarios o hasta incluso
innecesarios, pero que deben hacerse primero
que otros, tenidos por fundamentales para evi-
tar cruzar el punto de no retorno. Es decir, si
un procedimiento no se hace en el momento

oportuno, eventualmente será imposible ha-
cerlo más adelante.
Por ejemplo, si la hipótesis diagnóstica
es la de infarto agudo del miocardio por en-
fermedad coronaria arteroesclerótica y trom-
bótica, la exploración decidida será dirigida
específicamente al corazón pero para hacerla
deberá abrirse antes el tórax. En un hipotéti-
co caso en el que el corazón no demuestre la
enfermedad sospechada, podría explicarse la
muerte por enfermedad pulmonar obstructiva
crónica con neumotórax a tensión luego de la
ruptura de bulas enfisematosas. Si no se hizo
la documentación antes de abrir el tórax para
buscar la enfermedad cardiaca, ya no podrá do-
cumentarse el neumotórax. El mismo cuidado
resulta de validez para los casos de embolismo
gaseoso o para la exploración de la vía aérea,
con sospecha de obstrucción o sin ella, porque
la evisceración podrá retirar artificialmente el
cuerpo extraño que explicaría fácilmente la
muerte por ahogamiento.
1.6. La fase II o la explicación
en el laboratorio
Dependiendo del contexto de información
aportada y la obtenida durante la práctica del
procedimiento de necropsia, no solo mediante
técnicas estandarizadas sino con exploraciones
especiales, el médico debe decidir cuál es su
sospecha para explicación de la muerte con re-
sultados en el laboratorio y deberá solicitar es-
pecíficamente las sustancias sospechosas. Entre
más información tenga de una y otra fuente, es
más probable orientar adecuadamente una se-
rie limitada de estudios complementarios que
permitan resolver el caso. De cualquier for-
ma, y aunque no se tenga claridad sobre cómo
orientar los estudios, es necesario tomar deci-
siones restringidas y no hacer solicitudes am-
Parte llI: Patología forense básica
pliadas, como en una pesca fortuita en la que
se espera un resultado casi salido del labora-
torio por azar. Esto significa que debe hacerse
siempre una estrategia de estudio escalonado y
aplicar la misma metodología ya expresada an-
tes: hipótesis inicial a comprobar con una serie
limitada de estudios; hipótesis probada, caso
cerrado; hipótesis no probada, reformulación
de hipótesis y de estudios a adelantar, y así su-
cesivamente. Este proceso demanda el replan-
teamiento constante de hipótesis de trabajo y
puesta a prueba de las mismas con las pruebas
adecuadas y en el momento oportuno. Pero
obviamente tiene límites. No puede dejarse el
caso abierto indefinidamente. En consecuen-
cia, el médico debe tomar una nueva decisión,
la del punto de frontera.
1.7. La fase III o el cierre del
caso
Cuando se ha terminado la posibilidad de
seguir estudiando la causa y la manera de la
muerte, hay un límite. Más allá es improba-
ble encontrar respuestas, por lo que se debe-
rá haber hecho el mejor de los esfuerzos y se
deberá haber utilizado el recurso disponible
de manera racional, hasta el punto muerto
en el que el caso ha de declararse en fase III,
es decir, un caso cerrado como indeterminado
desde el punto de vista de la causa y la manera
o —eventualmente— desde una de las dos pre-
guntas, aunque se haya respondido la otra. Por
ejemplo, podrá considerarse una muerte en
cautiverio ilegal como un homicidio, aunque
no se sepa la causa precisa de la muerte o, por
el contrario, podrá decidirse que el trauma cra-
neoencefálico contundente observado como
causa de la muerte, puede corresponder a un
homicidio o a un accidente y menos probable-
mente a una conducta suicida.
223
lV Conceptos básicos en patología forense

Figura 12.2. Diagramas de flujo: Fase lI

Hipótesis a prueba: fase ll

Laboratorio A
Estrategia de
estudio
Resultado A Resultado B

Hipótesis
descartada

Laboratorio B
Estrategia de
estudio
Resultado C Resultado D

Hipótesis Informe
descartada pericial
Provisional

Laboratorio C
Estrategia de
estudio
Resultado E Resultado F

Hipótesis
descartada

Etcétera

Estrategia de
Resultado X Resultado Y estudio

Hipótesis
descartada

Informe definitivo del caso:

Informe definitivo del caso: 1. Causa y manera de muerte indeterminadas
1. Causa y manera de muerte definitivos 2. Causa indeterminada. Diagnóstico de manera
2. Causa comprobada. Manera indeterminada 3. Causa comprobada. Manera indeterminada

Cierre del caso

Fuente: Autor.
224
 Parte llI: Patología forense básica

Figura 12.3. Diagramas de flujo: Fase llI

Hipótesis a prueba: fase lll

No

¿Todas las hipótesis razonables son descartadas?

Sí

Hipótesis a prueba: fase lll: declaratoria de cierre

del caso como “indeterminado”

Informe definitivo del caso:

1. Causa y manera de muerte indeterminadas
2. Causa indeterminada. Diagnóstico de manera
3. Causa comprobada. Manera indeterminada

Cierre del caso

Fuente: Autor.

2. LA RACIONALIZACIÓN DEL pico o en unos pocos y bien orientados estu-

RECURSO DISPONIBLE
Cuando se aplica de manera sistemática el
método expresado atrás, hay diversas conse-
cuencias sobre la prestación del servicio mé-
dico-legal. Una es puntual —sobre el mismo
caso en cuestión— y es la probabilidad mayor
de encontrar, en un procedimiento macroscó-
dios complementarios, la causa de la muerte;
hacer el diagnóstico de la manera de la muerte,
y documentar la fisiopatología de la misma y
las circunstancias que la rodearon. La utilidad
es evidente en cuanto a ahorro de tiempo y
de recursos en el estudio del caso y por la ge-
neración de información más oportuna para
la investigación. La otra es global y afecta a
largo plazo la supervivencia del sistema, dado

225
lV Conceptos básicos en patología forense
que permite sumar de caso en caso el ahorro
de recursos en reactivos, insumos, utilización
de equipos de procesamiento de muestras, cos-
tos de almacenamiento y administración de
muestras y, sobre todo, tiempo de los peritos
en los laboratorios. Este último se puede em-
plear para generar respuestas más rápidas a los
requerimientos plenamente justificados de es-
tudios complementarios y para la investigación
científica e implementación de nuevas técnicas
para fortalecer el portafolios de servicios pres-
tados en cada laboratorio. La tendencia en un
servicio de Patología Forense planteado opera-
tivamente en estos términos es la de lograr el
equilibrio y un balance adecuado entre costo
y beneficio.
3. LA SECUENCIA DE EVENTOS:
UN CAMINO PARA ESTABLECER
RELACIONES DE CAUSALIDAD
Se mencionó en varias ocasiones en el capítulo
precedente el concepto de la secuencia de even-
tos el cual está inmerso en la definición de la
causa de muerte y, por supuesto, de los otros te-
mas asociados, especialmente los de mecanismo
fisiopatológico, morfología de la lesión y la semio-
logía aplicada en la patología forense.
La definición del concepto resulta ser
más difícil que la aplicación del mismo en la
práctica de la patología forense, no solo para
los casos de necropsia médico-legal sino para
otros en los que el operador judicial hace uso
del recurso del patólogo o del médico forense.
La secuencia de eventos no es otra cosa
que la cadena lógica consecuencial de efectos
producidos por una causa que actúa sobre el
equilibrio biológico de un sujeto y que puede
terminar en la muerte del mismo, en su recu-
peración completa o en la recuperación con
limitaciones, llamadas secuelas.
226
Para la medicina forense, en general, dicho
concepto tiene validez en todos sus aspectos; y
cuando el sujeto sobrevive, el asunto tiene in-
terés para otras ramas diferentes a la patología,
salvo en algunos casos de lesiones en las que
se ve involucrado el concepto de un patólogo
quirúrgico en la secuencia que lleva a algu-
nas lesiones en los sujetos, como sería el caso
de un diagnóstico equivocado de malignidad
seguido de mutilación de una mama o de un
miembro.
La secuencia de eventos puede desenvolverse
cuando el médico hila diversos eventos con la
pregunta sistemática: ¿Por qué? La morfología,
las alteraciones clínicas y las fisiopatológicas
ofrecen las respuestas a dicha pregunta reite-
rada. El límite final es el resultado conocido:
la muerte del sujeto, pero el inicial se toca con
otras ciencias, especialmente con la sociología
y no rara vez con la psicología. En otras pala-
bras, cuando el médico llega a la que considera
la causa de la muerte luego de aplicar el método
para deshilvanar la secuencia, debe plantearse
nuevamente la misma pregunta, el mismo ¿por
qué? y si la respuesta está por fuera de la me-
dicina forense, tendrá la seguridad de haber
encontrado la respuesta final a su interrogante
y así definirá con sencillez la causa de la muerte
y responderá las preguntas conexas que surgen,
especialmente la relacionada con la manera de
la muerte y las circunstancias de la misma.
El método se aplica de la siguiente manera:
por ejemplo, un joven perteneciente a una
organización alzada en armas es abatido
en combate con el Ejército. Se observan
lesiones en el tórax; muestran hemotórax
residual masivo con laceración de la aorta
descendente y laceraciones en pulmón de-
recho, con orificio de entrada en cara late-
ral izquierda del tórax y salida en el lado
derecho del mismo.
 Parte llI: Patología forense básica

Figura 12.4a. Aplicación del método retrospectivo para desenvolver la secuencia de eventos de un
hecho: definición de la causa y límite con la sociología

1. El punto de partida final es el resultado conocido,

la muerte del sujeto.

2. ¿Por qué está muerto?

Porque perdió mucha sangre. Esto lo llevó a estado
de choque hemorrágico.
Medicina
3. ¿Por qué perdió mucha sangre?
Porque tuvo una herida en la aorta descendente.

4. ¿Por qué tuvo la herida en la aorta descendente?

Por el disparo de un proyectil de arma de fuego
de carga sencilla y alta velocidad.

5. ¿Por qué se disparó el proyectil?

Por el conflicto armado
Sociología
6. ¿Por qué…?
Porque…

Otro ejemplo es el de un hombre que tie-
ne antecedentes de drogadicción con uso
de cocaína y heroína. Además, tiene un
trastorno psiquiátrico que demanda aten-
ciones intrahospitalarias repetidas con
medicación y otras medidas terapéuticas.
Un día, en una discusión azuzada por los
fantasmas de su paranoia, hace reclamos a
su esposa por infidelidad y luego la estran-
gula manualmente. Deambula por algún
tiempo por las calles y finalmente se cuelga
de un árbol en vía pública.

Figura 12.4b. Aplicación del método retrospectivo para desenvolver la secuencia de eventos de un
hecho: definición de la causa y límite con la psiquiatría

1. El punto de partida final es el resultado conocido,

la muerte del sujeto.

2. ¿Por qué está muerto?

Por anoxia cerebral
Medicina
3. ¿Por qué tuvo anoxia cerebral?
Por compresión vascular cervical

4. ¿Por qué tuvo la compresión vascular cervical?

Por suspensión con cuerda.

5. ¿Por qué se colgó?

Por el conflicto psiquiátrico
Psiquiatría
6. ¿Por qué…?
Porque…

227
lV Conceptos básicos en patología forense
El médico hace el diagnóstico de dos casos:
uno de muerte por el disparo de un proyectil
de arma de fuego (de carga sencilla y alta ve-
locidad) con manera de muerte homicida; en
el otro, el diagnóstico es ahorcamiento suici-
da. En ambos casos, el análisis puede ser más
profundo, es lo cierto, pero escapa a la acción
directa de la patología forense y de quienes la
ejercen. El médico, inmerso en un contexto so-
cial puede, y muchas veces debe, involucrarse
en el conocimiento integral de la situación que
rodea la producción de violencia en diversas
manifestaciones en la comunidad en la que se
desempeña. No obstante, desentrañar las cau-
sas sociológicas o psicológicas de la misma no
es su competencia directa. Puede llegar hasta la
solicitud de la práctica de una necropsia psico-
lógica; pero no podrá hacerla, a menos que esa
sea su especialidad.
Puede suceder otra situación y es que la
autoridad investigadora esté interesada en esta-
blecer si unas lesiones causaron o no la muerte
de una persona en la que hay evidencia de un
trauma.
Figura 12.5. Aplicación del método retrospectivo para desenvolver una doble secuencia de eventos
de un hecho: definición de la causa, la manera y las circunstancias
Paciente hipertenso
Cardiomegalia hipertensiva
Sin progresión directa a la muerte
Hipertensión endocraneana
228
El sujeto es un anciano que sufre caída de
su propia altura, no presenciada, y es en-
contrado inconciente en el piso de su ha-
bitación. Es trasladado a centro asistencial,
en donde se documenta daño neurológico
severo con hipertensión endocraneana y
se interroga si es hemorragia secundaria
a trauma o a otras causas. Se deteriora y
muere. La necropsia permite establecer
que la hemorragia es secundaria a acciden-
te vascular cerebral de tipo hipertensivo
en un contexto morfológico de cardiopa-
tía hipertensiva, nefropatía por la misma
causa y otras complicaciones de diabetes.
Hay fractura de cadera derecha y herida
en cuero cabelludo debidamente suturada,
además de equimosis extensa en tórax y
fractura de dos arcos costales.
Para un caso como el planteado, no hay una se-
cuencia de eventos sino dos y deben analizarse
ambos de manera paralela para observar si hay
interrelaciones que permitan hacer deduccio-
nes etiológicas. El abordaje para el análisis se
Efectos en órgano blanco
Hemorragia basal Caída
Fracturas
Sin progresión
Muerte directa a la muerte

plantea de manera diferente. Es posible que la
pregunta sea si la caída fue la causa de la muerte
y el análisis en los dos planos presentados indi-
ca que no fue así, que el trauma fue consecuen-
cial a la caída pero no fue causa de la muerte, la
cual se atribuye a la enfermedad hipertensiva
arterial sistémica.
En un caso como este, es posible que el des-
enlace hubiera sido el mismo con secuencias
diferentes si no hubiera obrado la hemorra-
gia primero, porque el paciente podría haber
muerto por arritmia por el daño estructural
cardiaco o, incluso, por isquemia del miocar-
dio y en un evento nada raro. Podría ser que las
lesiones de la caída explicaran la muerte; tam-
bién que la caída hubiese estado precedida de
colapso por el daño cardiaco. Es un caso cier-
tamente de difícil abordaje porque el médico
habrá de resolver la pregunta de cuál fue el pri-
mero de los eventos y discernir cuáles fueron
sus consecuencias.
Puede plantearse un escenario diferente en
el cual están involucradas dos líneas de trauma
originadas por causas diferentes y el médico
Figura 12.6. Aplicación del método retrospectivo para desenvolver una doble secuencia de eventos
traumáticos: definición de la causa y las circunstancias
Pre-sanidad
Trauma raquimedular con
proyectil de arma de fuego
Parapejia irreversible
Discapacidad pemanente
Secuencia no relacionada
directamente con la muerte
Parte llI: Patología forense básica
debe pronunciarse sobre cuál de ellas es la res-
ponsable de la muerte.
Un adulto de 55 años de edad se movili-
za en silla de ruedas desde hace 15 cuando
fue herido en un atraco con un proyectil de
arma de fuego que lo dejó parapléjico por
el trauma raquimedular. Para sobrevivir,
deambula en la calle vendiendo productos
a los ocupantes de vehículos que transitan
por una avenida muy congestionada. Un
día su silla de ruedas es tocada por un bus y
el sujeto cae al piso y sufre algunos traumas
por fricción y la fractura de una de sus pier-
nas. Es llevado a centro asistencial y en me-
nos de 48 horas después del manejo quirúr-
gico de las fracturas de tibia y peroné, sufre
cambios de estado súbitos como dificultad
respiratoria progresiva, hasta la muerte. La
necropsia documenta la fractura y eviden-
cia de embolismo graso. La pregunta que
se le plantea al médico es cuál fue la causa
de la muerte.
Trauma contundente en
accidente de tránsito
Fractura de tibia y peroné
Síndrome de embolismo graso
Obstrucción de la microcirculación
Muerte
229
lV Conceptos básicos en patología forense
En algunos casos la situación puede ser
más compleja. En el ejemplo anterior, solo se
muestra la conjunción de dos líneas diferentes
de trauma y además separadas ampliamente
en el tiempo. Pero puede suceder que en un
mismo evento una persona tenga traumas in-
fligidos por terceros y que sean de diversa na-
turaleza, lo cual genera una situación en la que
el médico debe decidir un diagnóstico sobre la
causa de la muerte.
Un adulto de 20 años de edad mantiene
una discusión con terceros en un espacio
público. Entre seis personas deciden ata-
carlo físicamente y así actúan. Durante la
refriega la persona recibe trauma contun-
dente en cabeza con fracturas de cráneo y
hematoma epidural; además, una herida
por arma blanca en tórax con compromi-
so de pulmón derecho. Durante la pelea y
por varios minutos, estuvo debajo de una
pila de personas que, además, lo golpeaban
en diversas partes del cuerpo. La necropsia
muestra la herida pulmonar con aproxi-
madamente 500 cc de hemotórax derecho
residual, el hematoma epidural de aproxi-
madamente 100 cc de volumen y diversos
traumas en tejidos blandos. Los seis agre-
sores son detenidos.
El análisis podría abordarse haciendo desglose
de las situaciones traumáticas del sujeto y ver
hasta dónde cada una pudo haber causado el
desenlace conocido. ¿La asfixia mecánica por
compresión torácica y abdominal dentro del
contexto de apilamiento causaría la muerte?
Por supuesto que puede hacerlo. ¿La pérdida
de sangre por la lesión pulmonar y la restric-
ción respiratoria por entrada de aire al espacio
pleural causaría la muerte? También podría ser.
¿El trauma craneoencefálico con fracturas y
hematoma epidural… causaría la muerte? Por
230
supuesto que puede hacerlo. ¿Los traumas me-
nores en tejidos blandos causarían la muerte?.
No, pero su presencia es clave en la documen-
tación contextual del caso. Como se ve, si se
desenvolvieran las secuencias de eventos para
cada uno de los traumas descritos en el sujeto,
ellos llevarían de manera independiente a la
muerte. Entonces, ¿cuál es la causa de la muer-
te? Se supone que el médico no tendrá ningún
problema en aceptar y proclamar su diagnósti-
co médico-legal de la manera de muerte como
un homicidio. La muerte en un caso como el
planteado es la resultante de la conjunción de
los efectos deletéreos de los diversos traumas
causados por diferentes elementos y su circuns-
tancia, común denominador, es el contexto de
un linchamiento. No podría decidirse que se
debe a una sola causa, porque inmediatamente
pondría un prejuicio sobre el tapete durante el
juzgamiento y ese sesgo abriría las puertas para
que un sujeto dado, acusado de participar en
los hechos, posiblemente no fuera señalado
como responsable de la muerte.
4. LAS APLICACIONES METODO-
LÓGICAS PARA RESOLVER LA
MANERA DE MUERTE
Por mucho que el médico no quiera involu-
crarse en dar conclusiones sobre la manera de
muerte o por mucho que los abogados quieran
vetar al médico en la formulación de ese diag-
nóstico, siempre ha de tenerse en cuenta que la
decisión —en tal sentido— es la solución a un
problema médico, resultante de la aplicación
de la semiología médico-forense. Esto, por
supuesto, como en cualquier otro acto médi-
co, involucra una integración de hallazgos de
contexto, con los morfológicos e, incluso, con
hallazgos de exámenes complementarios en los
laboratorios (4). En el consultorio o en el hos-

pital, el paciente narra su historia de enferme-
dad específica y de sus antecedentes generales
y el médico lo examina e integra ambos con-
juntos para formular un diagnóstico y ordenar
unos estudios complementarios y una terapéu-
tica apropiada. En patología forense es lo mis-
mo, claro está sin la formulación terapéutica.
El médico conoce un contexto y busca unos
cambios morfológicos que expliquen unas al-
teraciones fisiopatológicas en el cadáver. Con
base en estos, formula sus conclusiones sobre
la causa y la manera en que actuó esa causa para
llegar a producir la muerte.
Por lo tanto, durante todo el proceso de
la necropsia (y no solo al terminar el proce-
dimiento de abordaje con técnicas adecuadas,
implementadas de manera escalonada) y al ter-
minar de desentrañar la secuencia de eventos,
el médico debe estar respondiendo cuál es la
causa y cuáles las circunstancias de una muerte.
Por supuesto, debe definir cómo actuó esa cau-
sa para producir el resultado conocido.
Si define que existe una enfermedad y que
ella es la responsable de la secuencia de even-
tos fisiopatológicos, clínicos y morfológicos
del sujeto, debe concluir también que esa es la
causa de la muerte y debe hacerlo de manera
categórica para que el abogado que hace la in-
vestigación judicial de la muerte comprenda
muy bien qué debe y qué no esperar de la inves-
tigación médico-legal de la muerte y sepa qué
debe hacer a continuación en su territorio, el
judicial.
Si define que la muerte es violenta, lo que
en la mayor parte de los casos no admite mayo-
res dudas, debe decirlo. Además, debe avanzar
(todo lo que el contexto y los hallazgos le per-
mitan) en discernir cuál de las tres maneras de
muerte violenta es la que diagnostica en el caso
específico. Muchas veces será obvio, para casi
todos, que se trata de un homicidio y otras que
se trata de un suicidio. Mayores dificultades
Parte llI: Patología forense básica
puede tener el médico en los casos catalogados
como accidentes por las connotaciones que ya
se han explicado antes (capítulo 11). Y muchas
de esas dificultades surgen del contraste fuerte
que puede haber entre la opinión del médico
y la del imaginario social frente a algunas cau-
sas de muerte supuestamente accidentales e,
incluso, de algunas supuestamente naturales.
El contexto en que suceden estas últimas es la
clave. La comprensión de que esos accidentes
no deberían ocurrir si los responsables actúan
adecuadamente es la clave para quitar la con-
notación casi fatalista del estos y reemplazarla
por la objetiva de homicidio. Será deber del
instructor calificar el delito. Es deber del mé-
dico diagnosticar la manera en que la muerte
ocurre.
5. CONCLUSIONES SOBRE EL
MÉTODO EN PATOLOGÍA
FORENSE
Lo primero que hay que hacer notar es que
en este capítulo no se han tocado en ningún
momento los aspectos técnicos que el médico
despliega para la exploración del cuerpo. Estos
son herramientas para la aplicación del méto-
do, pero no son el método. Los detalles de las
técnicas generales, específicas o especiales para
la exploración de los cadáveres forman parte de
los capítulos 13 al 15 del texto.
Lo segundo es que el método en patología
forense no es otro que el científico, con algunas
facetas particulares que se han explicado antes.
Su aplicación debe ser sistemática y escalonada
para garantizar un mayor porcentaje de éxito
en la conclusión efectiva de los diagnósticos
de causa y manera de muerte; además, en la
documentación adecuada de circunstancias.
Esto garantiza una racionalización del recurso,
hecho que se refleja a largo plazo en la super-
231
lV Conceptos básicos en patología forense

vivencia de las instituciones y de los peritos,
al hacerlos efectivos, eficientes y eficaces en la
busca de respuestas desde la patología forense,
para aplicación en los procesos judiciales.
Finalmente, deberá recordarse que, por
mucho que parezca obvia una conclusión so-
bre la causa de la muerte, siempre es el resulta-
do de la aplicación mental de un método que
implica desentrañar la secuencia de eventos
que ha terminado en la muerte de una persona.
Ese ejercicio, por automático que se pueda vol-
ver o por rápido que pueda arrojar resultados,
es imprescindible en la práctica médico-legal.
El análisis global del caso debe permitirle al
médico —además— hacer su diagnóstico
sobre la manera en que la causa actuó para
llegar al resultado, la muerte del sujeto. Esto
no debe acarrear perjuicio alguno a partir de
lo que el abogado (desde las posiciones de la
defensa de los implicados, de los intereses de
las víctimas, de la parte acusadora o desde su
rol como juez) considere sobre la adecuación
típica de conductas punibles y la imputación
de responsabilidades penales. Es un deber éti-
co del médico ilustrar adecuadamente al abo-
gado sobre sus consideraciones de por qué, por
ejemplo, una neumonía puede ser un homici-
dio o por qué un ahogamiento de un lactante
no es un accidente.

REFERENCIAS

1. Bunge M. La ciencia, su método y su filosofía. Buenos Aires. Editorial Laetoli; 1960.

2. Morales ML. Guía de procedimientos para la realización de necropsias medicolegales, Segunda
edición. Bogotá: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses; 2004.
3. Gauch H. Scientific Method in Practice. Cambridge: Press Syndicate of the University of
Cambridge; 2003.
4. Téllez N. Medicina Forense, Manual Integrado. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia;
2002.

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