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Una Visión Postmoderna de la Pedagogía

Laura Stephania Gaviria Giraldo

Universidad de Caldas

Historia y Pedagogía

Carlos Hernando Valencia

06 de marzo de 2023
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Resumen:

La posmodernidad, que hemos tratado de caracterizar en sus dos importantes dimensiones, ha


sido analizada hasta ahora en su contexto general. De hecho, lo que hemos descrito es cultura
posmoderna, incluye las ciencias, las artes, así como el sector social y político o la educación. Y
de ahora en adelante queremos ocuparnos de esta última área. Si nuestra primera intención fue
presentar una descripción general de la posmodernidad, en realidad es porque creemos que el
problema de la educación es ante todo un problema de cultura. Por eso es importante conectar el
primero y el segundo y que los dos se desarrollen juntos hacia la posmodernidad. Hablar de
pedagogía no significa que nos centremos en la escuela. Como afirma J. Beillerot (1982),
vivimos en una sociedad pedagógica, donde muchas entidades públicas o privadas se ven
obligadas a ejercer la pedagogía.
Por supuesto, está la familia y la escuela, dos instituciones tradicionales y fundamentales; pero
hoy se abren por la necesidad de formar a particulares, empresas, consejos y comarcales,
comisiones de trabajo, centros sociales, ayuntamientos, ministerios. Los sectores formal e
informal están involucrados. Centros de alfabetización, todo tipo de realojamientos, formación
para la cualificación, formación para el desarrollo personal, tantas oportunidades están surgiendo
por todas partes. Formación inicial, pero también continua rotación, ejercicios,
perfeccionamiento... sin olvidar los museos, las bibliotecas, las ludotecas, las mediatecas... En
otras palabras, toda la sociedad participa en el proceso educativo. Todos pueden ser vistos como
aprendices o educadores, según el momento. La pedagogía está en todas partes y afecta a todos
los ciudadanos y líderes políticos.
Todo es pedagógico; todos adquirieron trascendencia pedagógica. La escuela ya no tiene el
monopolio de la pedagogía. Hoy en día, los límites del tiempo y el espacio, donde se ha
intentado durante mucho tiempo limitar la educación, se han expandido exponencialmente. Una
perspectiva educativa posmoderna debe tener en cuenta esta nueva división. Debe considerar al
individuo que aprende por un lado y al individuo que forma por el otro en una situación de
comunicación continua y en diferentes contextos de lugar y tiempo. La complejidad vendrá con
el tiempo. Freud colocó a la educación entre las tareas imposibles por su complejidad, que se
vivía de manera opaca. Sin embargo, queremos asumir esta tarea más adelante, sabiendo que
volveremos sobre ella que siempre es una tarea interminable. Para ello, volvemos al siguiente
apartado dedicado al cambio de perspectiva pedagógica, a las dos dimensiones que nos ayudaron
a caracterizar la modernidad y la posmodernidad, es decir, la racionalización/subjetivación y la
integración.
En la pedagogía actual, el principio moral era la energía, el libre albedrío, el trabajo y el
autocontrol. En esta comprensión de la educación como socialización, se debe criar a un niño
estimulándolo con recompensas o suprimiéndolo con castigos. Tienes que administrarlo,
aprender las reglas de la sociedad y el pensamiento racional. Esta educación obligatoria tiene
como objetivo el aprendizaje del autocontrol y el sentido del deber. Urgencia y mérito son las
palabras clave de este concepto. La personalidad individual debe ocultarse detrás de la moralidad
del deber y dejar de lado todos los detalles. En este contexto, si la escuela es un lugar de
racionalización instrumental, como acabamos de revelar, un espacio donde el sujeto encuentra
difícil encontrar su lugar, la familia, en cambio, lo es aún más. subjetividad De hecho, el modelo
de relación padre-hijo ha cambiado desde los años 70.
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Durante mucho tiempo presentó una orientación claramente racional caracterizada por la división
de roles masculinos y femeninos y el uso de la autoridad paterna. Por tanto, el modelo de Parsons
era hasta hace poco tiempo el modelo de referencia. Sólo en relación con la crisis económica y el
avance del liberalismo (tema de los métodos anticonceptivos, legislación sobre el aborto...) surge
una generación que reclama libertad (vestimenta, sexo, partida...). Así es como los padres eligen
enseñar la libertad: los nuevos principios pasan a ser la comunicación, el intercambio, la
tolerancia, la autonomía, la libertad de expresión. Así mismo, el nuevo modelo se basa en una
cierta socialdemocracia. La democracia se lleva a la sala familiar y los padres se convierten
principalmente en negociadores. Los niños y jóvenes se convierten en sujetos, individuos
completos. Sin embargo, la relación padres-adolescente, caracterizada por la flexibilidad en
términos de libertades y expresión verbal, puede ser severa también en otras áreas (Fize, 1990).
La flexibilidad en la educación no se acepta realmente. Vemos que los padres están cada vez más
preocupados por los temas escolares. Luego está la posibilidad de variación e incluso
articulación, flexibilidad y rigidez, libertad y autoridad, prácticas a través de las cuales ya
podemos predecir la orientación posmoderna en la educación familiar. Este estilo de crianza,
descrito por Baumrind como autoritario, es sin duda el que los actuales investigadores en
educación familiar consideran más adecuado para promover el desarrollo infantil en todas sus
dimensiones. Sin embargo, esta combinación de autoridad y flexibilidad en la educación no es
una práctica tan obvia como parece. Necesitas reflexionar sobre tus formas de pensar y actuar.
Esperamos una tendencia tan racional y al mismo tiempo subjetiva en la pedagogía practicada en
las escuelas y otras instituciones educativas. La pedagogía posmoderna ve la difusión y
articulación del conocimiento, trabaja con opiniones, actitudes y personalidad, entrando en el
mundo del valor en lugar de limitarse a la esfera de la utilidad.
En otras palabras, requiere proteger al sujeto. En efecto, la escuela no es sólo una organización
guiada por una lógica profesional, económica o administrativa; El foco también está en que el
estudiante sea no sólo un individuo educador, sino también un sujeto participante y responsable
que pueda hacer proyectos y tomar decisiones. El principio de la enseñanza es ciertamente la
preparación para el trabajo y la transmisión de la cultura escolar, así como el cuidado de la
personalidad de cada alumno. Inevitablemente, existe una tensión entre los medios de enseñanza
y los proyectos personales de los estudiantes, que pueden ser fructíferos. Mostramos aquí que la
sociedad posindustrial -la sociedad programada descrita por A. Touraine (1993)- reconoce la
formación de cultura y nuevas relaciones sociales asociadas a la sustitución de la industria
material por una industria cultural. Podemos imaginar cuán importante es el papel de la escuela
en tal situación. En una sociedad donde la producción cultural gana a la producción material,
¡hay que volver a cuestionarse y cambiar!

El modelo pedagógico posmoderno debe ser un sistema nuevo y complejo que tenga en cuenta
los valores afectivos, cognitivos, sociales y éticos del individuo y las contradicciones en relación
con los problemas culturales y su discusión. Favorece la diversificación de metas, de manera que
“después de la educación nos educamos gradualmente” (Legendre, 1983). En otras palabras, es
hora de que la escuela se convierta en un lugar de aprendizaje y formación. Estos dos objetivos
mutuamente complementarios e inseparables dan un nuevo significado y riqueza a las
actividades pedagógicas. Por supuesto, una pedagogía diseñada de esta manera no descansa en
absoluto. Trabaja constantemente en la contradicción entre la instrumentación necesaria
(metodología racional) y la interpelación personal y accidental (pedagogía intersubjetiva).
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Las personas en situaciones de aprendizaje deben ser tratadas como sujetos a reconocer y
comprender, sin degradación ni oportunidad, y como estudiantes de educación. Esta pedagogía,
que restituye el estatuto del sujeto, también sitúa la incertidumbre en el centro de su actividad.
En la pedagogía moderna, siempre hay una tensión necesaria entre estos dos paradigmas
opuestos. En este contexto de incertidumbre e imprevisibilidad, un docente solo puede sobrevivir
si se le garantiza algún tipo de reconocimiento. Un criador también es humano. Para aceptar las
muchas contradicciones que lo atormentan, para poder salir de la certeza y de la relación
impersonal de la transmisión mecánica, es necesario dotarlo de estabilidad y de una posición que
le permita utilizar su ingenio y abrirse a otro sin miedo. Además, el educador no puede estar
satisfecho con el papel social que le fue asignado previamente. El aula se convierte en un lugar
de creciente proximidad, un espacio de integración psicológica, social, cultural y económica.

La pedagogía posmoderna tiene como objetivo comprender la complejidad de las situaciones


educativas. La barbarie moderna, señala E. Morin (1977), tiende a simplificar los conceptos
científicos tradicionales (especialmente el positivismo), a los que la pedagogía ha sacrificado
demasiado durante mucho tiempo. La pedagogía se vuelve posmoderna cuando deja de ver a sus
profesores como identificados con un modelo y como resultado, logra finalmente un diálogo
fructífero entre sus diversas escuelas de pensamiento. En otras palabras, ninguna pedagogía en
puede aspirar a satisfacer las necesidades educativas actuales, pero cada una tiene algo que
aportar. Requiere creación constante. La pedagogía no es una realidad inmutable, es una
construcción humana y dinámica. Está en constante desarrollo; No es un capital almacenado de
una vez por todas que debe ser protegido, es un movimiento de continua construcción y
adaptación.
Del mismo modo, la tendencia posmoderna de pensamiento y acción busca una unidad,
ciertamente real, pero siempre infinita. Nuestro objetivo en los tiempos posmodernos es
recopilar, articular, relacionar, pero nunca ceder al "deseo de la totalidad" (Morin, 1977).
Intentamos hacer una síntesis que nunca termina. En esta visión sin fin, avanzamos hacia una
pedagogía posmoderna. Aquí llamamos la atención sobre el hecho de que ya existe una
pedagogía orientada hacia la posmodernidad. En esto nos gustaría mencionar a Célestin Freinet,
aunque sabots que su pedagogía providence de la modernidad y seta saturada de racionalidad.
Sin embargo, C. Freinet ya es posmodernista. ¿Por qué? Precisamente porque reúne diferentes
conceptos pedagógicos para crear una pedagogía propia. Asimismo, encontramos en él una
concepción humanista, en la medida en que coloca al niño con sus intereses y motivaciones
profundas en el centro de su pedagogía.

Así, la conexión corresponde a la pedagogía de las experiencias positivas; a la aceptación,


pedagogía humanista; efectos, pedagogía del proyecto; a la estimulación, pedagogía
diferenciada; para la prueba, pedagogía activa; al refuerzo, pedagogía conductual; a la
comunicación, pedagogía interactiva; consideración, pedagogía de obras maestras y estructuras,
pedagogía institucional. En este contexto, no se privilegia ningún modelo en detrimento de otro,
sino que todos ayudan a construir un nuevo sistema pedagógico en el que se integran todas las
especificidades. Creemos que esta integración, no la exclusión que ha caracterizado en gran
medida a la pedagogía hasta ahora puede conducir a una sinergia fructífera. Cabe señalar una vez
más que esta estructura pedagógica será dinámica, considerando que necesita constante creación,
constante modificación y enriquecimiento.
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Ideas Principales:
1. La pedagogía está por todas partes y concierne a todos los ciudadanos y dirigentes
políticos.

2. Individuo que aprende y por otra parte al individuo que educa.

3. La pedagogía en los tiempos modernos tuvo como principio moral la energía, el trabajo
y autocontrol.

4. La educación como socialización, el niño debe ser educado estimulándolo con


recompensas o reprimiéndolo con castigos.

5. En este caso la enseñanza de profesor alumno tendrá como principio prepararlo para la
vida laboral y demostrar la cultura escolar, así también preocuparse por la personalidad
de sus estudiantes.

6. Centrarse en el alumno de manera que este no solo sea que haya que educar, si no que
sea una persona participativa, responsable y que tenga la capacidad de elegir y hacer
proyectos

7. La pedagogía no es una realidad invariable, es una construcción humana y dinámica.

8. Cuando todo es pedagógico ya nada es pedagógico y la palabra ya no tiene sentido.(J


Baudrillard (1990, p.17 y s).

9. Para entender el desarrollo humano hay que distinguir cada uno de sus componentes y
estudiar su propia lógica, analizar sus lazos con otras dimensiones

10. La Pedagogía se elabora constantemente y tiene adaptaciones constantes no quiere decir


que tiene un capital almacenado de una vez y para siempre y que hay que defender.
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Conceptos

- Concepto experimenta l, porque el principal motor de su pedagogía es el ensayo


experimental.

- Comprensión conductual, porque de ninguna manera impide la enseñanza programada,


que permite al niño realizar un trabajo independiente.

- Concepto institucional porque anima a los niños a tomar decisiones sobre sí mismos o su
entorno durante los consejos de clase.

- Una concepción marxista de tal manera que aporta componentes sociales y económicos a
la escuela y lucha por la escuela popular.

Preguntas Interrogativas

1. ¿Qué es Concepción Behaviorista?

2. ¿Qué necesidades están latentes en estas dimensiones? Afectiva, Cognitiva, Social,


Ideologica.

3. ¿Qué es Caleidoscopio?

4. ¿Qué es ser una persona Pedagogíca?

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