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EL ENFOQUE BJOGRÁFJCO lccimientos observ.

idos, x es b cm1sa de y si y solnmenle si: a)


x es anterioi· a y; b) p(Jl:r.J> p(y); e) no existe ninglln acontcd·
A PRUEBA DE JNTERPRETACTONES
mienlo z suscepliblc de ocullnr ax írcn!c a .v: d) fuera de x e y,
FORMAS TEMPORALES DE CAUSALIDAD" todas las demás variables so11 constantes.
Pr'ácticmnente todo el problema de esla definición está en
lo referido a la toma en consideración del Liernpo, pero sobre
Fráh!ric de Co:iinclc todo a Ju ,1usencia de «1rnísc<.1ra» que nunca fü,ga il estar prl'·
Francis Godard scnte, y nunca podrú desc111pciüu· allí el papel de \',1riabll'
(CNRS, Frmu.:ia) pura, lot,1l11wntc indcpcndienlc de cualquier z, ni trimpm:o se.
puede cstm· seguro de que no exista una «variable ocu!1a» ::
que sobredcterrnine n x y a y. Y ni siquiera se habla de causa·
Los usos de la historia de vida en las ciencias sociales, lidad en red ... Luego, como lo hn demostrado en detalle 1.-C.
Lucero Zamudio Cárdenas, Thierry Lulle, Pilar Vargas Passeron (1980), la principal imposibilidad caractel"Ísticn de
(coords.), Anthropos, 1998, España fos ciencias de observación histórica es, precis.imcnte, la de
encontmrse ante un;;i situación expeiimenta! que separe las va-
riables observadas del resto del mundo. Además, la fórnmb
p(\'IX¿) p(v) supone que csla relación no depende del tiempo.
La intcrprclación de elatos biogníficos Ahora bien, é-sta puede depender Je la dumción, de declos de
umbral, o set· \•,í!ida en ciertos momentos de un proceso y no
Si la 1cnt,1ción pernmnenll' cid proceso biográf'ico es como en otro. En íin, la noción de antcl"toridnd no es evidente. En
creemos, !o que Jcan-Clm1dc Pnsscron llama «un objetÍ\·o utópi· re.i!id.:id, delinir la anterioridad es un problemn complejo. La
ca de exha11,.;tiddacl C\lya finalidad es la impresión de compren- anle1ioridad no exi:-te corno tal, debemos conscruitfo. Un
sión de la ilusión di' inmediatez», 1 entonces se hace ncces.:1rio ejemplo, a menudo citado por los especiaHstns en cconornc·
aclarar mejor las formas de objcth·ación que permiten construir trfo, es el de las tarJctas de Navidad. Si nos limilarnos a un:1
sociológicamente itinerarios biogrúficos. Parn ello -y éste es d deí"inición estricta de la anterioridad, es e\·idcntc que dich.is
_ objeli\"o del lt'xlo--- es importante trntnr de elabornr las formas tarje!as desencndenan la Na\'idad con una correlación muy
de intdigibiHdad sociulógic.i que se uti/iz.in cuando se iiiteqm'· fu~rle y una rnu.v buena indepem!cnci.1 con respecto a cual·
... \ !an cintos biográficos. El concl'p!o de íonm1s Lempornlcs de guil'l" otnt \'t1rjable.. Pcro 1.•s i11suíkicnte c1·iticar d «porqué» c11
caus,1lidad guiará nuestro proceso. nombre del «córno»; describi1· significa h<1bcr cxplic,1do, .\'
;\nle todo, es importante aci,1rnr qu{• entendemos por for. cualquier descripción parn darle sentido a su objl'lo debe ere.ir
mas I (empor~lcs I de causalidad. Comencemos por la causali- enlaces caus,1lcs.
dad. Uno pul'dc l:icilnwntc pcinerse de acuerdo en lkr.ir la En rca!idncl, razonar t'll tl'rniim1i d1.· G1tl:salid;td 110 irnplic;t
crítica lms!a una definición lóginH'Xperinwnl.il in¡,.,·m1;1, h;¡,.;;i. CH ... í, ni po,.;iti\'Í.',l]H), 11i dl"1Cl ll)ÍllÍ',JllO. l '1J;1 l·cuh:didad 11() IH."·
da en modelo~ l"onn:d,"; ce1-r:1do.... Tl'1w1110, l'fl mcnk i•l dl·lll· l"l'),;\I cl l"ó\',0 (k b
Ítlllll'!lll' 1.'S lllcL·;°tllÍl"<l, l"Sl<tlJlll', lll.l', ( •.'l\"ó\, t_'ll
p!o chi:;ico dl' dcli11iciú11 dL' un1s,did;1d: sit'ndo r l' 1' d11~ ;a·nn- hi'-l(Hi1 de\ i,b. dl' L1 ..,¡n¡•ubr i111¡,:11:,, 1r,11, ,HI' ,,1 ,::,.¡,lic,1da ,:11
dl'l,tlk por .\Li, \\'dwr
'\!,,,, pa1l·,·e 111,i.., 111il l"t1f1l·111,11 l,1 ,11.-·,1·1,,11 d,· l;r, di1c1n1l<:),
r,.,,h,,,.I" I"" ,\¡,.,, ... , s,11.,
/01111,1,.; qu,· ptH'dl' ;1dopli11 !;1 ,:111',;i!id,1<1, qi!,' m·n;in11h ;1 1,vo-
Rdcri1 ,e .,1 '" ric 11ln d,· 1,.. ,,,.¡ J.,.,d,· I'."'''"'"· , ll,n,·,.,¡,h,, ... ilor,. "'"-''·'",
l1aj<'<l"i1l'S•, //('1·11,· (1,1n 1 ,11·.,· .!,· S,~ 11':.ic,1, , XXXI. J kncto "'·" "' l '1'·11), i'I' l-22. mw l'll 1t'rn1i1H1s d,, ¡·;1(1.~<ilidad l"ti.1nd1) se ¡1r;1dil·a <"'-ll' rccl1:1·

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zo, uno se ,·e a menudo obligado a desan:ollar toda una retóri- ln posibilidad de un tipo de gramútica temporal de las prúcti-
ca de eufemización, incluso de <<enmascarado» de la causali- cas, no pnra nlcanz.,r un lenguaje estándar unitario, ilusión
dad. El lcxto sociológico estú colmado de todo tipo de íiguras pennanente del empilismo lógico, sino con el fin de llegar a
vergonzosas de causalidad: esto depende de aquello; eslo con- un acuerdo sobre e! reconocimiento de figuras (crnporn!cs que
lleva o produce aquello; esto tiene iníluencia sobre nqucllo; avuden a contrnlar el hecho de tener qoc rccunir a enl.1ces
exis(c una relación enffe esto y aquello, esto ha sido posible t~mpora!es complejos en I« interpretación del material biográ-
gracias n nque!lo, ciertos ncontecimientos desencndenan otros; íico. Es!as figuras temporales podrían llamarse «biografe-
ciertos factores o ciertns situaciones favorecen ciertas prácti- mas».2 Pero n este respecto se di1{1 que lo anterior depende de
cns: ciertos acontecimientos reílejan o refrnctan, o se constitu- !as conceptualiznciones específicas utilizndas en cada i1westi-
yen en síntomas de otros <.1contecimientos ... gación, es decir, de lo que uno busca ,wetiguar.
Resaltamos la dimensión temporal puesto que ésta consti- Las diferentes investigaciones que colocan ni tiempo como
tuye, a nuestro modo de ver, el primer principio de inteligibili- núcleo de su rcílexión son en efecto muy heterogéneas: uno
dad de una biografía. Principio de inteligibilidad situndo en un puede hacer énfasis en las tmyectmi.is y la ocupación de luga-
pl.ino material, si nos referimos a l.is secuencias de aconteci- res, en las trayectodas }' la manera de acceder a estos lugares,
mientos objetivas que constituyen una trayectmia de vida o el efecto de la posición en el ciclo de !a vida en ciertas prúcti-
una lrnyectoria social; principio de inteligibilidad se1rníntic.1, si cas, !ns representnciones imaginarias de la existencia y lns his-
uno se refiere n los esquemas nanutivos a partk de los cuales torias que dan cuenta de ella, etc. Nos preguntamos entonces,
se construye una histoiia de vida. A propósito de la cuestión ¿es pe11inente hablar de todas las investigaciones como si lu-
de las fonnns, una vez el investigador cfcct(m su compilación, viernn algo en co111lln?
¿acaso se contentará con lmcer un simple informe del material El primer punto en c0111(1n que poddarnos proponer sería
que hn recogido? Creemos que no. La escritura sociológica se el de la técnica de im·estigación. El problema estarla entonces
basa en la generalización, en la comparación de casos diferen- resucito de antemano: uno estaría confrontado a la mera cues-
tes; ahora bien, esta compnración se basa en !as formas que el tión de nfinnr las técnicns de recolección de datos. Y esto no
investigador dcctlla para subsumir historias individuales bajo es, como ya lo hemos dicho, el tema del que queremos hablar.
lógicas más \'astas. De manera a(m m.ís fundamental, nos pa- Si buscamos un lugnr de referencia común, debemos buscarlo
rece que el !rabajo del sociólogo consiste precisnmente en por el !ado de la manera de construir las biogralhs o de clise-
crcnr nuevas ío1111as tenipornles de cat1salidad para dar a co-
nocer nuevas vfas de intcligibilidnd de las pnícticns sociales. El 2. E~!C conccplO ,k hi<>¡;n1k1ll:1 ,.11,:, ~ido 1tlili1.1d<> prn Rnl.<ml 13.uthcs (19711
trabajo de producción de forma, es el nllclco de las disciplinas en un srntido c·a,i rulnhncn!c npu,·,10: p,11:1 <'l. lm bin¡:r:1íc111," \ksig.n;m alguna,
.inlk~;on,·,• o ,detallc's" dLl b c,isi,·n,·ia •cto;-a tli,tind,ín y 11Hl\'ili,l'.td podli\1!1 l"i-.1ja1
hisló1icas: ofrecer una nueva lectura de fenómenos interpreta-
dos hasln ese momento de una m::111('1'::1 dif"eren1c. 1,,u· luc,a de' ni:1lq<1il'I d,•,1inoa. F.I !""""'"'"(dt'lall~ qt1cdmc,1 V 1ehusa de• "'Hli:!n)
"" "I'"'"" ., ,11,.l,11n1 '!"'" i11fntm:< \ d., •.i~nili,,1do JJ,•O,:i, ti,• Lo r~·qt1'"n.l d!'p1'l,1 ,.,¡,,<"
Así pues, eslc concepto de fonn.1s (emporafcs de ca!l'>;1lidad d ,.:ulidn d,• l., p,,l.,h,.,. lnm:<n !<ll!lt.t d"' .._.,u,-,..,,,.,. de im,·,1,".L<"'"· t'n., ,·,1., 1,,.,,.
dc•s<.1)1., l"" ll~;,it1,• ¡¡,,¡,.., ll'JS~,1) l'.<t:, <>!""'""'"'" ., 1,,d,¡ 1111,·nl<> do •énl.,,,··. ,!.•
nos parece reunir !o que hace la inleti¡:,;ibilidad de la esLTilu1,1 .,,·ll,•nn,•1H "'""" .LI ,u.,1 '<' d,•d1<:o l., '""'l,u,, '"" ""'i111ci,,11.d ,,,l,ia el,· l.os ld,o,,
sociológica en rdución con las hiogr:1Jías. l.n irnpens;tdo dd ,;,,,,, ésr., 1'""" c·,H,u 'I'"" ·b 11,.,.,,, '""''' c,,i,•,i,i.11,i.1·, po.«oi,., ,·I .cJ,·"·nl.,_,·. ,·I
procedimiento bio¡,:ráfico reside p11t'S en la falla de rd1L,xi{J11 ,•,u·,H. l., d11i,,n1h, ,·I,··, l., ,,,.1.-.,J,l,ilid,•.I , l., ¡·.,J;,,.,,"·' .!,• l., l,c,·,"" 1·' "''·'
,·,11. ', .. , ,; •. 1. . ,.,, .. " ,.. "·"""" •' 1 .,,,,,. ,., . """"·' ,.., "· ,.::·,·., '.·
sobtc la CO!l'>lrtK'cic'm S<lt'iológic;1 (k· l;1s !('tnpornlitbd\.°s !)ioi- 1,· inl.,Hn.,1i1" \•,un, •·"''""i,·nt,· 1.•, '""·'I• ".• '·" \ 1 "'·''", 1 ·: d ·, "'""H,ci"'''' i1t._.,.
gr,Hicas .\· sohrl' las formas de caus;ilidad que de allí '>C dc'>- le',. lOthÍ,lol.1 ,•i, d:l,w«J;,r cltch'1s «•nslfll<< '"" ·, 1•'"0)''"·,I ·, t11Hil'1'k' ]"CH l.i, ,,,i;·k,
l,h cic·fü1.,·, el,• l., <>11.1'"\,>t'"" l.1,l<>II, ,1 ·,,• cl••l.on d · ¡qllkll'''" ,k C<HH'cllllÍ•'"ln, h'·
prcndL'll (o quc l;ts acornp;1i'ian).
t1ldii:d,l,·,, d1·,p,,11,l,I,-, ¡,.,r., ,.,d., nn,·1., in«·,111•.'L '"" ,\ c,,J., <J"i,·n l,• ,.,.,,•,¡wndc\
Se plantea en1onees el problema de !as condiciones sobre 1'"'"'· "' l'"'I'"" bu1"1 . .f,·.,,.,.

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fü1r la lógica de enlace de las prúcticas y de los .icontecimicn- conocimiento pasado y presente de una situación permite pre-
tos en el tran:;curso de b existencia. decir con precisión su evolución futura (dicho de otro modo,
Si pretendemos tomar el conjunto de investigaciones que el determinismo plante<! que si cier1as condiciones se cumplen,
ponen en prúctica forma:; de co111prensión de procesos de en- ciertas consecuencias se desprenden de nllí necesariamente).
l<1ce de aconlecirnientos y que pretenden construir temporali- No exist-e pretensión nlguna por constrnir un discurso del mé-
dades constitutivas de existencias indh·idu<1les, es porgue crce- todo o sis!ernatiz.ición post fés/11111 ele un campo sociológico,
11.lOS que éstas convergen en los principios de inteligibilidad de sino un control de los esquem.is temporales que se ponen en
lo social c¡uc producen. juego con c.! íin de permitir la cornp~iraci{m de los rnsos anali-
No queremos proponer, pues, una definición restric!iva de! 7.ados y de hacer eventualmente posible la transposición ck
campo de las inves(igaciones «biogrMicas», pero pode111os des- dichos esquemas de una investigación a otra.
tacar los criterios a partir de los cuales es posible considernr Podemos entonces entender que la distinción entre causali-
que se pone en juego un modo de inteligibilidad de las pnícli- dad intencional y cmtsalidad no intencional es secundaria den-
cas que nosotros calificaríamos de biográfico. tro de la perspecth·a en la que nosotros nos situamos. Conside-
Uno no puede en efecto, dejar de lado un cierto número de ramos la forma tcmpornl del proceso y nos situamos en el
interrogantes comunes a las investigaciones que utilizan el en- registro de la investigación de las buen.is categorfas de explica-
foque biognHico y, en primer lugar, a la investigación de las ción (por las cmtsns prirnerns, los fines perseguidos por los
forrnns temporales de causalidad. Tanto más cuanto que b agentes o los azares de los efectos perversos). Intent<1mos por
generalización prndente de la eufemización de las figurns cau- allí mismo, phmtear el problema en términos que eviten, por
sales liendc a oscurecer el enunciado de bs relaciones estable- Jo meno:s en una primera etapa, la oposición entre hcn11enéu-
cidas. Por otro lado, la referencia necesaria a la especificidad tica y ciencias positi\'as.
de los objetos teó1icos y de los contextos empíricos de la ob- Sin embargo, antes de pasar a la presentación de estos mo-
servación, tampoco puede ser una incitación a una pereza que delos, desearíamos mostrar, a partir de un primer ejemplo,
se contentaría con la comodidad de las teorías ad hoc de los que incluso aquell;;is iin-csligaciones que pretenden aho1Tarse
casos particulares. El ejercicio que emprendemos consiste la construcción de (onm1s temporales de causnlicbd, bs u[i!i-
pues en esbozar en un primer momento una especie de sinta- 7.rtll sin nornbnirlas cxplíci!ameme; dicho en olr.is palabras,
xis de los procesos temporales, teniendo claro que el verd<1dero cuando ·uno quiere evacuar por un lado los problemas ele la
análisis biográlko comienza a partir del momento en que es- causJ!id;ul, la retórica del discurso sociológico los hace re.ipa-
tos modelos de base se abren hacia eombin.iciones 1rnís o me- recer por el otro.
nos decidibles en e! sentido en que una semántica. se distingue ]"fa Susmw es tilla de las principalc'> referenci.is de! enro-
de una sintaxis en el análisis de las lenguas llaluralcs. que biogníl"ico. !\l.turizio Ct1!:mi (1982) nn utiliza la histori,1 dL'
Intentaremos en una primera etapa, buscar los mocklos tb Sus~ul"a par,, conl:1r b hisloria ele un olicio u <le una rqci(,11,
temporales que soportnn los análisis biogrMicos. An.iliz;:1rc- L'I ulili7a esta hiogmf"frl cnlllo ohjclo de l'studin. Prl'iil'rl' b Vi-
mos luego algunos tr,tlx1.ios biog-rúffcos p<ll";1 moslr;tr cómn t!Íca dl' e,posición cll' la {Í<t Sus:111a .\' :-.011wll' l11q•o ;1llí su pro-
estos modelos p11cclcn coinbinarse explícita o implkit,rnienl(" pio ;111{ilisi-.;. N11~ it11"ila 11111d10 1n:í, :1 Li ,·,:¡ 1 ln1;1<."Íll11 dl' 1111 11ni-
y bs rclórk<t:,, caus:tlL's qtK· son ulilizttd,is. 1·,·1sn c,i,tenl'i,d quv ;11 ;111:ili·,j,, d,· l:i·, ,li-,]"''·Íc'i,111<'-.. l\"llll'"l·:1·
Ningl111 dvlcnninlsmo es pcr111itido, ptws, L'n u11 ejc1'<"Íl'Í" k~ ¡le' 1r11:1 hi()'.'l·.ilí;i ,, :1 1111.1 1,·11l:1li1:1 ,I,· t·-.¡ili,-;n·iú11 ,¡,, 1:,
que busca ttbiclll" alf.t1m1s ,k las lig11r.is c,1u~,1k:-. o ll'llqlrn id,·~; 1'l(,rl11n·i,·,11 d,, u1i:i c"-Í-..ll"llli,1. Si11 v111l,;,1·•¡1_ ¡,:11':1 b ,·b1id:1d
que son utiliz,1d,1s con 111;1yor l"r,T11c1wi.1 en los lra.\'t..•clos hio- de b l'\po..;ici<111, L'-~1:'1 <>hli~;1d,, ,1 1,·v¡,¡ 1·r ,·11 trt's piiui11:1~ ,,,1lg.11-
1

grúi"icos, e11 la medida en que el dctcrrninisrno implica qt1c d 11os p1111lo..; dl' relerl'ncia en rt'l;iciú11 co11 los lieclio:;». El antíli-

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sis que \'Íene después no se refiere pues al con.iunto de la obra mantiene relaciones (por el matrimonio con un angeYino, por
en su intención global y no cuestiona la legitimidad de esta los viajes frecuentes y por la adquisición mús t,mle de una
perspectiva. Por el contrario, se interroga sobre el sentido de huerta u-tópica y u-crónica), todo ocurre como si rcalmenlc
esos pocos indicios temporales que, nunque han sido anuncia- ella no la rechazara. Esta bifurcación es un compendio de de-
dos como una simple presentación, escritos así, tal y como terminaciones y de figurns causales.
aparecen, nos revefam los inconvenientes que existen cuando Antes de esla bifurcación principal se prnducen algunas bi-
se subestima la importancia de la puesta en perspectiva crono- rurcaciones secundarias. Cuando tenía cuatro ai'ios, su fomilia
lógica de los ncontecimientos. abandon,1 ln región de Mayenne pnra ir a vivir en los alrededo-
El hilo conductor del análisis de Maurizio Catani es el de la res de la ciudad de Ange1-s, «como tantas otras n principios de
demostración de una continuidad en la existencia de tía Susa- siglo", porque «una hermnnn del pacli·e les h.ibía hablado de
na. Continuidad marcada por lo perdurable de las relaciones las posibi]¡c\ades que ofrecía la ciudad». Causa directa apnren-
con la familia de Mayenne y de Anjou, (dos regiones de Fran- te: los consejos de la herrnnna del pndre. En realidad, parece-
cia) continuidad marcada igualmente por el lugar simbólico 1ia que esta mudanza se insct;biera en un proceso de mayor
central de la huerta parisina/provincial en la existencia y el amplilud, lig.ido al traslado hacia ciudndes ele familias popula-
relato de la tía SL1sam1. res (efeclo de generación). A los doce aüos, la lía Susana re-
Esta continuidad pasa por una ruptura ambigua, puesto gresa a Mayenne, a casa de su hermana, como «ct·iada,, a cau-
que la tía Susana «abandona dos conjuntos locales, J\fayenne y sa de la moviliznción del padre debido a la Primera Guerra
Anjou, lugares ndonde b mndre y la tía tratnron cada una a su Mundinl (efecto de pciiodo). Este regreso "preludio» de ln ins-
turno de anaignrla», para terminar yéndose a París a los vein- talación definitiva en Pnrís ~olra forma causnl: la condición
tiún aftas pam su matrimonio con un hombre de origen angc- de posibilidad.
vino, hermano del marido de una prima. Este orden temporal Al final de la guerra, la tía Susana «se negarti» a voh·er n su
que se arraiga en una conlinuidad mítica con una familia/loca- tierra (explicnción decisional). ¿Por quó se negarú? Vimos ,rn-
lidad, se repite permanentemente por la lógica de las relacio- Leriormen1e el complejo h.iz de explicaciones ligado a ese ver-
nes familiares que unen a Anjou con París y por la lógica de dadero-falso reclmzo. Tnmbién se lmbrfn podido av.im.ar si-
las vacaciones en Anjou. He aquí el fondo del problem.i. Sin guiemlo un modelo de CYolución cl.ísico en el que luego de
embargo, el autor no reduce el conjunto de figuras causales nue\'e ai'ios vividos [ucrn de la casa paterna, se atraviesa un
explicntivas consignadas en las tres paginilas de puntos de re- punto de no-regreso (efeclo del tiempo de residencia: haber
ferencia sobre los hechos, a estn lógica arqueológic.i. perrn,mecido Jejas de un lugar disminuye las posibilid«des de
Pnra comenzar, consideremos In trayectoria residenciul. Ya rcgwsar a él).
hemos visto que In birurcaciún ctilica consistí.i en el hecho de Ignoramos las condiciones y bs razon(.'s de la cornprn del
partir lmcia París. E! aulor nos dice: «Es nsí como la tía Susa- .ipartnmcnlo de P,1rís :v de ln huerta ck· Bess:1ncrn1rt. Uno s;:ilw
,1- \ m1 .~ casarse con un p.irisino, r~chaznrá de alguna rn.inern la que la líc1 Susrn1,1 :,· su marido \·e11dcn b !merla por un,1 módi-
reg10n de M.iycnne y la de AnJou, pero gunrdando rchici(rn ca su111,1, la explic.ición reside en el hecho de llllL' cs(~1lm11 11111_\·
con su patria del recuerdo, el Ocsle». Apnrcnlcrncnle, la J'igura \'ÍCj(lS. Ac;f s11pi-imimns el sí111l1(>lri 111is11u, tl1' l:1 c·rinti1111icbd.
cnus.i! es simple: la lfn Sus<ina rech:1za la región de i\bycnne y l'tTO b L'Xplic:1t·ió11 ya llll '-.l' sitt'i:t l'l1 ,,J lllÍ\11)() rc;úc;!tl) C]lll' l'II
In de Anjou ponrue decidió irse a París {c;plirnci611 ~lecisi(;- L'I q11c había pl'rt11i(id,, p\lllt'I" 1.I,· 111:1niliv,1,, ,·I r,,I de' la h11t:1t.1,
n.il). Pero rechaza «de alguna rnaner.i», dicho de otra rn,ull'rn, l'S dvcir, el rc_l'ic;lnJ sirnh<'1li1'0 tlt· b c,,111irn1irbd. Rcsaltanm ...
todo ocurre como si db reclwzc1rn., es decir, corno si objcli\·a- un ckclo de t'tbd. Explil-ación pobrt'.
menle ella rechazara sin tomar !.i decisión de 1·cch,1z,ir. Comn Si ¡x1s,rnms ahora a b historia prnlc ... io11;1I, rcs11lta c¡uc Su-

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¡"" sana aprenclió, en casa de su tía, el oficio de modista que decisional puesto en práctica cuando se <1firma que el curso de
¡ abandona cuando llega a Parfs. Bif-urcación impotiante. Como una existencia se lm desviado en razón de una decisión del
siempre, la razón se presenta en forrna de decisión: por una agente y si, poi- consiguiente, y a falta de una solución mejor,
parle, porque ella no se sentía «modista de nivel, suficiente- uno descargara en el agente la responsabilidad de dar sentido
mente reconocida», por otra, porque ella se considera «esposa a una bi[·urcación.
de un artesano». Al cederle la palabra a la tía Sus.in.i, podría- Pero .ilgunos podrán decir, como en cu.i!quicr i1H'esliga-
mos decir que el autor deja al lcclor lileralrnente «tirado», ción cualitativa, que uno gana en riqueza de sen1ido lo que
abandonado. Puesto que uno supone todo tipo de razones lign- pierde en capacidad de explicación de los enlaces cronológi-
das a la pertenencia de clase o a la familia. La pareja que cos. Ln pregunta seguramente no reside aquí ya que, como lo
trabajaba en e.isa del cuñado de la tía Susana se establece por demt1estran los amílisis que les presentamos a continuación,
su cuenta: bifurcación principal sin explicación. por una parte, uno puede perfectamente practicar el anúlisis
Otra bifurcación: «la tía Susana y su marido trabajarán cualitativo señalando claramente lógic.is causo-temporales y,
hasta la edad de setenta y dos años sin lograr vende1· su nego- por otra, las redes de interpretación utilizadas en las encuestas
cio,,, Aquí uno se entera que son víctimas de las mutaciones estadistic<1s no son, por naturaleza, diferentes a las que pueden
tecnológicas y sociales de la profesión de relojero (efecto de utilizarse en las encuestas cunlitativas.
período). Durante la guerra de 1940, el marido cae p1isionero. La biograffa no puede evitar el tema de los enlnces cronoló-
La tía Susana rechaza un puesto en una oficina a la que tenía gicos ele acontecimientos excepto, como lo vimos .interiormen-
derecho por ser esposa de prisionero, para permanece1· cerca te, si se diluye y se confunde pura y simplemente con una
de sus hijos y empuja a su hijo menor para que siga una for- exploración de los sistemas de representación, situación que
mación de relojero. Una vez mús dos decisiones purns. Sigue no resulta vergonzosa, pero que sí es un cosa muy diferente.
una explicación muy sutil: «Se había cerrado el almacén, ha- El autor tuvo, en un momento dado, que preparar el terre-
bía que proteger el futuro,,, Se sugiere un movimiento de con- no desde el punto de visln cronológico, pero, como parece que
tinuidad. redmz.i por pdncipio el análisis sociológico de un trayecto ele
El problema surge del hecho de que ciertas bifurcaciones vida, lo hace un poco a título informativo y, al no asumir real-

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so~ simplement~ en~mciadas sin exp'.icación; otras \'an acam-
panadas de exphcnc1ones que se atnbuyen a la tía Susana y
que a veces se completan con una sugerencia de explicación.
Los modelos explicativos siempre se sugieren.
Este texto, por la i·iquew. misma de su contenido y por el
hecho ele que se !rala de una de las pocas historias de vid.i t.111
mente esta p<1rte del proceso, deja ver la ambigüedad que exis-
te ni quere1· enmascarar la propia intriga del sociólogo.

Fonn:as de temporalidad, fonnas de causalidad3

Los diferentes csqucm.is formales puestos en práclic,1 n


complet.is, nos llev.i a pkmtear .ilgunos prob!e1rn.1s. ¿Poi- qul·
uno decide explicar algunos· hechos y simplemente enunci.ir 1ran~s del conjunto de estudios biogt-;:íficos han sido !ornados
otros que, no obstante, parecen decisivos en el desa!Tollo de de otras disciplinas. Proponernos agru¡x1r!os St.'gún lrc's mocle-
una vicia? ¿Qué sucede cuando se 1x1sa permanentemente
de un registro C'Xplicalivo a otro sin nck1mr dicho-, c.in1bios de .,. ,\p ,,,,ic·n,,,. IHl•.·.11,1 d •111<>,l,.,c';.,,,, ll ci.·,,,, 11··11 ,·w ¡[ .. ,•j,•11,¡•I.,, S,, ,n!·,,·n·
registro? ;,Qué estatus debe d[1rscle " las explir.:;1cioncs poi· lw, ¡j,,,.,¡,, t!lll' nin1"""' de l." ;,,, ,•,\Íl',ic" n.'. 11 :l'"f·;L.,J,cs l'Llc'J,· i.l.-11[lllc,,rs,· "'" 111;,i
decisiones de Ego que emanan a h1 \'Ísl;.t del discurso cspon1{1- ck· l<,, i>etr,,dll•rna, ,kli1mln, '"l'li. ('.,,,.,, !n '·'h'lll''' h ,p,' C,H.Lclc'ii,., ],is lll\l''il •,1
ci""''' ,,i,i¡,111ca, ,.,, ],, ulilit.,ci,in 'lllt<ill,mc\l [i,, ,·sin, ,l,•,lillll\S l'"''',rli¡:111:,, P,•1n ,.,
neo si la explicación u ,·cces sc cornp!et,1, Incluso :;e corncnl;1, 1,c•,c;s;,,(o disl,n~ui1 ,·,1m mu,kln, ,k l,;tsc• ,.,,t<", ti., H'I ,i,,no "' ,ornbinan t'll lu,
y a veces no? Todo ocwi-e como si uno no <1~umicra el modelo an,;1,,¡, cCJO\tlc'lt>S

258 259
¡

l
los. Los hemos !!nmado: modelo arqueológico, modelo centra-
do en la trnyccloria (o modelo procesual) v modelo estructu- ciones construidas, se diseña entonces una serie de biografe-
ral. El modelo nrqueológico está centrado e;1 torno a la investi- nms diferentes y, como lo yeremos más tarde, cada uno de
gación de un punto de 01igen pe1iinente a pnrtir del cunl se estos registros lógico-(empornles puede asocim~e con b defi-
ubican otros acontecimientos. El modelo centmdo en la tmycc- nición de ciertos lipos de age11tcs sociales y de modelos de
toria, csludiar::í l.1 forma del proceso en sí mis1110 \', n través de :1cciún.
estn fonna, los t•!cmcnlos c::iusalcs que inlcrvicnt•;1, El modelo
estructuml se interesan.'1 por las ternpornlidacles que se des-
prenden de una biografía p.irticul.ir y en poner en relación Modelo nrq11wMJ!,ico
esta biogrnfía con dichas tempomlidadcs. Por e! momento, no
hemos brincbdo rnud1c1s precisiones acerca de los enlaces c<1u- El conjunto de esla familia se estructura alrededor de una
sales; así pues los iremos clelallando en cada una de !ns parles. cuestión. Se trata de t1bicar el p111110 hzicial de donde se des-
flff111le lo ese11cial.
Para dasilkar los enfoques que toman en consideración la
temporalicbd, n menudo se recurre a una bipartición con, de El trnba,io de Claude Thélol en Te! pére, tel j'il.\? (1986) se
un lado, procesos objetivantes que a Ycces se culifican como construye a partir de este problema. Así pues, uno intenta su-
balísticos, en la medida en que éstos buscan .intc todo \ra7.ar cesi,·amente snhcr si la posición soci,11 al inicio de la \"ida acti-
trayecto1ias o evoluciones, independientemente de! sentido que vn es un punto fuerte que resume con\'enicntcrnenle la historia
los sujetos les confieran; y, de otro fado, procesos que, por el anterior del sujeto (incluyendo la historia de sus ascendientes)
contratio, resnhrin el sentido que los actores le dan n su vida o y luego, si el diploma obtenido puede desempcfi.ar este papel;
a su acción. Esln bipaitición clásic,t nos pan:cc menos funcla- o si, a la inversn, la histoi-ia anterior del sujelo no se resume
mental que ];;t ll'ipmtición que proponcmos, 4 por esto la utili- en ninguna cristalización intcnnedia y sigue actunndo mfü;
zaremos subordin.índo!a a la pi·imera. En el transcurso cid all.í de puntos de paso, que sin embargo son cruciales. Final-
texto, \'Cremas cómo procesos lrndicionalmcnk opuestos, a mente, uno busc.i un ncontecimicnto li.mdador que recapitule
menudo se fund,1111entan en esquemas causo-temporales muy todas sus causulidades anle1iores y que fondamenlc todas bs
cercanos. que vendrán. Un lipo de nacimienlo sociológico.
r\sí mismo, podemos re¡xirtir los trabajos longitudinales se- La noción de «punto» debe por supuesto arnplim':'>e. Un pe-
gún hagan inte1-vcnir mris o menos elementos cxócrcnos de una ríodo puede recmplnzarlo. Una problemática como ln del lwbi-
biografía en la inLcq,retación. Ya estamos m:.ís ce;ca de la tra- lus en Bounlieu, con c:l peso que allí tiene la socializnción ini-
ma que proponemos: uno no imagina, por i·je1np!o, un enfo- cial puede cl:1slfic:1rsc en ese orden, de In mis111,1 manera, d
que estn-1ctunil cornp!ctamcn!e endógeno; cada uno de los tres conjunto de con!liclos que :;e tr.1n1tt11 v se resucl\'\:t1 (müs o
modelos pueden incorporar una pnr!c mayor o menor de en- menos bien) nlrcdcdor Jcl Edipo, ct1 F;·eucl. Pero d co11_iu1110
tÍl' trnhajos que iuduimus en esl' grupo, clin•rgt: l'll c11a1110 al
dógeno o de cxógeno; es b manera de incorporaifa lo que di-
fien:' sobre todo ele un modelo :1 otro. ·,tL"Oll reci rn ¡cn to !u nd ad or q u,: !'-l' L'"' · o~'<". nos pa 1 L'l'l' qt ll' di\ ·e1 -

Para cada mrxk·Jo y en f111u:ión dL' bs dik1L'llk"'> n>lllhina- J'L' sob1l' !<Jtln, ;1 p;1rlir de b Ull'!'-(i"ll dd modo d,• ,.,¡..,1,•m·ia \
de ,·li,·aL·i;1 de l:1 ,·:111,,1 i11iL·i:tl '\•1·. ,·11,,<111!1,1111,,, d:11.1111,·111,·
lrl'III<' <I ]" q11e· ·,,- ,1,11•,id,·1;1 )'I•'•<"•'''• ,I,· IÍ¡1e, L'll(i"'.'t'IIIJ J-:11
1,:1·111i110,.; d,· t",L'IÍlllt:1 ('Í\'lillii,·:1, b t'tll",li1',11 ,., la de· I\,~ 11indr,<;
, •\. P"."' i,npn,r,, I'""'· rn t',I,, <'!,•¡•., d,·I .111.d"i,, lJII<' d '·<'!'no.In ·"l'c·cl,, d,· ,·,1,,
l,,rw·t,cron ;tsoc·i,· p",1,1,·rn."i,as t<1lcolcHc·1tr,· ilrl,·r,·""'' ti,· l., h,·,riw,,..,.,;,,, ,,1,,.,,,lt·i·. •,1'!'1111 lo, nwk•, ¡,11,·d,•n ,·~1;1hkn·1,,· b,: 1d<1LÍut1L·, del pa ...:1du
c•,l,al~'.!ÍC<> tlt' lu•, ,.,,,1-ilc-, d~ ¡,ct·i<in. ,·,qu,·n,,,s d,· l<ll!l]'<Hl.1111i,·,.1n, \ e1,':m ., In,
.\' dL'i l'l'l''>l'!llL',
10,~;<>~ de scnl ido dd ir", ,n,Licnte, 1111 ma., 11.11 1:.1" •" a c<,ll ,llc~i."

260
261
1) Alrededor de los procesos ql1e se concentran en torno a De estas familias teóricas se desprenden por lo menos tres
la construcción del senlido, se pueden distinguir tres vaiinnles. fom1as temporales.

a) El psicoanálisis podd1 recurrir al modo de entrelaza- - La fonna del a¡m1s-cnup en donde un trauma (y lo más
miento {los fantnsmas del pasado aclt'ian en el presente), de común el trauma infantil miginnl) vk·ne a actttar n dblancia
repetición (uno reproduce al otro de olm fo1ma), del equíyoco en olrn momento, por otras rn7.oncs, según un sentido modifi-
y del q11iproq110 (qué csL<Í. en el Jugtll' de qué, juego de músca- cado, en otro contenido pero según una misma estructrno:t 1-e-
rns de ambigüedad) (De Certenu, 1987). petitiva. El sujeto interpreta, pues, una situación según un es-
b) El modelo del hnf¡i/us también convoca la prcs('ncla del quema muy antiguo y rcvh,e de cier1a manera {In de la prnycc-
pasado en el presente, pero se .ipoyn en un pasado cuy.i elkacia ción) una situación pnsndn, unn «e..~ccna primiliv.i». Aquí en-
es acumulativa. Corno lo subrnya Ft-an~ois Hémn {1987), el lwbi- contramos todos !os guiones de segt1ndo nacimiento.
tus en Pierre Bourdieu es un conjtmlo de virtualidades que se - La fom1a de la histéresis en donde un esquenm de com-
actualizan a pmtir de una situación que les permite hacerlo. Pero po1i.1mienlo tiende por inerci.-i. a perdurar antes de transfor-
In constmcción de dichas virtualidades se describe n p..·wtir de la marse, confrontndo n una nueva situación. El tiempo es en
metáfora del sedimento: es la sedimentación de cap.is sucesivas este caso amorfo.
de prácticas que describen de manern. adecuada los csquem.is - La forma de la rctrodicción, según el término de Paul
disponibles para la práctica de hoy. Sobre ese punto, se puede Vcync, en donde, a la invc1-sa del apri!.v-r.xnip, no se le ntribuye
establecer una anatogín con la constitución de estn1cLurns incons- un sentido p.is.ido n una situación presente, sino se le aliibu-
cientes en capas de cebolla a par1.ir de la historia de identidades ye un sentido presente a una situación pasada.
sucesivas. Pero los cambios en este contexto se hacen al margen
y muy progresivamente, contrmiamcntc a los procesos incons- 2) Dentro de los prncesos balísticos más objclivantes, el
cientes que pueden hncer surgir brt1k1hncnte e! pas.ido. concepto cm1.linnl es de pendiente sock1!. Ésle también se en-
En todos los casos debería poderse dar cuenta de los mo- cllentrn en el 11(1cleo de los prncedirnientos de la escueln de
dos de efic.icia del pasado. Según Pierre Bour<lieu, el pasado Pierre Bourdieu.
es, ya sea interiorizado en forma de lwbitus, o bien objetivado Uno se preocupa aquí por investigtir predisposiciones o in-
como es el caso del diploma, por ejemplo. Pero en e! c.1so dd cluso .iqucllo que en términos médico-sociales algunos l!ainan
lwbitus, no se aprecian bien los mecanismos de reíuc17.o que «leffeno». Nos encontramos írenlc a un problema clüsio.:o y
pem1iten que \0$ esquemns de comportamiento perdt1rcn. Con pt>rmanentc: un m:ontecirniento paiecc provocar o!ro, pero,
el psico.inúlisis, es por intermedio de los deni{is, quienes según (.aca<;o no pro\'Oca d pl'imern la cnusa del segundo? Pmkmos
mecanismos de prnyccción y de l"Cpclición aparecen corno 10111,11· nquí vnrios e.icmplos.
identificaciones y situaciones inlrn-psíquicas pasadas, que el
pasado actúa. Aquí, lo muerto se apodcru pcnnancnlctncnle -· El diploma tk·nc un d"ectn sohre la siluaciún profosio-
de lo \"1\'0 y al mi.-,mo tiempo cs c.1p1111~1do pnr d. 11:11. Pcru, (..icn<;n no l'S !o que pern1i1i,i la nh!endón dd diplo-
e) ¡\ p<111ir cll' ln~ \rnbajos de P:1111 Ricneur !i1ialnwn!L', uno 1m1, a ,.,,1\wr, b sil11:1\"i!)11 -,od:d !.in1ili,w, lu 'llll' per1nile i!,!u;l]-
pl1cde describir el pns.ido del sttil'l(, como .'ii tu\·krn una plum, llll'lllL' el :\CCt.''-º a cier\¡t '>Íl11;Ki•111 ¡11c1l,",1<>11;dJ
lid.id de scniido. El hecho de rdc1.;r su existencia pa-;ada C'i - Uno p11ctll· ¡wns¡ir qul' el lw, \1" dv h;ilwr \'i1"1do un,1 o
entonces lo que gobicrn.-i. e\ proyecto ;1t;tu,1l del indi\'iduo. En do-; .'>i(11acio1ws de d,·~crnpku :t11111v11\;1 Li p1,,lxlhilicbd tk \·i1·ir
función de cada si!ttación, éste reconstruye un sentido ac\ual, un:1 :,,l·g.11nd.1 o llTL"L'l".I. Pero, ,:,1c,1'>u 110 L':-- b mi"m;t silllé\L.¡(·,n
que con\'ÍC!"le st1 L'Xlstcncia en hbtnria. que prlJ\'OC(Í el pl"im1..·1· dl'sc111pbi (u!\;1 situación dL' lrn~ilidad

262 263
familiar o de problcmns de snlud) la que pro\'oca igualmente dos de la Sullac. A finales de los afios setenta e inicios de los
las siguientes? ochenta, la empresa se reeslructurn. Los «técnicos formados
- Daniel Courgeau y Eva LeliCne ( 1987) compn1cb,111 en la misma empresa,, se Yen naturalmente atraídos hncin
que cuantos menos hijos tienen las familias que \'Í\'en en un dos polos: el de los obreros cnliíicados y los electricistns por
ambiente rurnl, lo nbandonnn con mayor frecuencin por Llll urn- un Indo, y el de los técnicos electrónicos por el otro. Nuestros
bicntc urbano. ¿Es entonces, preguntan ellos, el nürnero de hi- dos técnicos irán a polos diferentes: el cursillo de cnpncitnci<.in
jos la condición de posibilidad o la causa directa ele b ¡xirtkb hl'cho a los 18 afios parece habc1· producido sus efeclos n lar·
hacia la ciudad, o el nl1mero de hijos no es más bien la resul- go pinzo.
tante de otra cosa (como un cierto tipo de modo de vida y de Las pequefms causas J)ll(.'den, a distam:ia en el tiempo, te-
consumo y de relaci<.in con la descendcnci~L.) que ,rnlicípa la ner grandes dectos y !os hechos pnsm.los, que pasaron in.1d-
vid.:i en ambiente urbano y que explicn la pnrtida? ver1idos durnnle su des.11Tollo, pueden crnweitirse en aconteci-
mientos crlticos de la vid,1.
He aquí un modo de exis!encia particular de lns \'ariables !\ los modelos «nrqueológicos» se nsocinn agentes obsesio-
ocultas cunndo trnb.ijan en el tiempo. Un acontecimiento con- nados por su pasado que estructura su presente y preligura su
sider,1do como acontecimiento inícial constituye _ya el el"ccto futuro. En cie1tos casos, estos agentes son portad01-es de ¡iat-
de otro acontecimiento que seguirá trabajando 111.ís alhí del tcms de actitudes y de una propen::;iún a la repelid(m o a la
ncontecimiento considerado como inicial. Pero entonces, ¿has- reiteración de dichos ¡mtlems. Hablan un lenguaje secreto,
ta dónde debe hacerse regresar la explicación? Uno cletectn portador del sentido de momentos decisivos pasados o de un
bien el problema cruci.il. en este caso, de configuración de la sentido gcneal<.igico. Es pues tarea del .inalista interpretar es-
definición del acontecimiento fundndo!". tas huellas. En otros casos, son portadores de un tipo de «con-
Allí también, las modalidades de in1e1Yención del pas.ido gelnd01· simbólico» que gu.irda frescas lns fuentes mo\'iliz.ibles_
en el presente pueden ser muy diferentes. El pns.ido puede El inwn1nrio de dichos recursos y In posibilidad de movilizar-
engancluírsele ni presente condicionnndo, como en el rnso del los constituyen entonces el centro de lns ill\'estigaciones gue
habitus, el modo de ser a lo cotidic1no. lgua!menle éste puede deben llevarse a cabo.
ncturn· intern1itenleme11le, a distancia. Un acontecimiento, qm.'
permnneci<.i sin importancia durnnte mucho tiempo, dcsernpc-
fia, llegado el momento, un mi deci.~i\'O cn (unción de las 1me- E[ 11/0i/dtJ de fril_\'l!C{OIÚI\
\·as circunsl.incias. A p;ll"tir del análisis cruzudo de dos biof1~1-
!fos, hemos puesto de 1mrnilicsto un proccso de este tipo (Go- DL' los tres modelos, L·sLL' es el rnús ,1bumbnte, en b lllL'di-
·.dnrd y Bouffortiguc, 1988). En los niios sesentu, dos hijos de da c11 que lo que cstú en juq!O nquí c:-i l.\ dcscripci<.ill dd pru·¡
l"a111ili:1s obrer.1s que vivínn en !a re_gión de Lorcna L'lltl',111 n C<.'St> L'll .... í. de 1al rna1wr,1 qttc aun si uno no csco,ec esk mude- íl\
tnlil.1jar en la empresa So!/(lc a !os catorce a1-1os. A la L'(hid dl' lo co1110 base de la descripción \' de b i11lcrpretaciú11, por lu
dieciocho ;1iios, uno tk ello~ h;ice un ano de lnn11,,ciún en 11wnos; dl'hc•, si dl·..,l·;1 d;11 le inn11;1 ;1\ lÍ<'11,¡m. pedir ptv..,t,1d"~
c!ectrúnica p::i¡!;1do por la lríbric;i. 1'.n L"..,;1 Lvoca, el oll ro. d,· L·i,·11,,•, ,·l~'ll\l"!l(C>-... ]·>, :1qui 1,·:il11w11k ,·11 d,o11(k b ,·11,·~1i,,11 (k
origen italiano, rcgres;1 a p;-is;1r a!gun.,.., ,11ios a lt~di;1 a snl1,·i- b l,,111111 l'~ 111;i~ :1.l'lltl;1 \ ,·..,¡;'\ lll:1•, ,111,·, l;u11e11k 1d.1,·í,,i1;1cL1
tud de su mnd1·c por lo que no pLll'dl' lwc ... 1· su cu1su dl' ,·,i¡,:1- Ulll l:1 11,,::i(.lll dl' l"<l\l',:t. J'.•, a lt;,;,·,, ,l,· tll']
l.1 l'!IC"'-';1 <'ll lc,1111:1

cit0ci(m. Vuekc luq~o a la ,C.,'oll111· l.ns ;ii1os.; p:1s:u1, <t lo.., do.., h·.., ¡,,,,,.,. ,,, 1",l11di,ul,,, :, t1:1\t·, d,· l:1 ,,,11·,1111, i·,11 d,· L, l,\·i,.i ,lc·I
bucen ]Wqueiios ,1sLT!lsos y SL" co111·icrll'11 ,·n ku1ico.., sup,·- ,k·,;11 1, ill, f i l del l'Hl<ll"(' \ ¡.. ;1u 111\l"c"i 111 i,· 111, \ , qt lL' ...,. L'< •ll\."I ,·1 ;11 :il I

l"iores en la Solmer adonde llegó un buctl número de t'mplt'a- l,1.., l"< llll'\ iolll'S G\11..,aks.

264
La cuestión Ct'ntral es entonces !a de la transición de un cir electos. Por ejemplo, est.tr tres días desempleado no nece-
estado a otro. Según la manera en la que uno considere el sariamente es un handicap, mrn des\'enlnja; lo que si produce
tiempo, se distinguen cuatro grandes submodelos. Uno puede un eíecto negati\'O (en términos de im.igen de sí mis1110 o de
considernr que el misn10 tiempo, como durnción o como cro- percepción p::ir parte de un empleador), es estar desempleado
nología, produce cmnbio (submodclo !). En los otros casos, durante un afio.
por e! contr~uio, observaremos 1mís bien cómo !ns transiciones
se inscriben en el tiempo. Si uno considern que el tiempo es
,J~--rcrit e) Igualmente podemos sil uar aquí el :onceplo de n_1orato-
~.· ttfll ria qtic se refiere n la idea de una especie de suspens16~ _d~l
homogéneo, se dirá que el cambio puede producirse en cual- \il) tiempo de desarrollo de un proceso. Pensamos en los anal1s1s
quier momento, sólo se calificará la probabilidad que tiene de bien conocidos por todos que intentan explicar !a postergn-
producirse en cunlquier momento (submodelo 4, lbnindo dife- ción, el aplazamiento de la entrnda a la vida adt1lta. Uno lo
rencial). Si, por el contrario, uno constmye un tiempo hctero- explica ya sea por el simple efecto ele «cola de espera», o bien
génc_o, se puede, ya sea estudiar los momentos de mptura en por el hecho de que los jóvenes postponen acontecimientos
sí tmsmos (submode!o 2, llanmdo bifurcativo), o bien estudiar , como la entradn a un oficio o el nmtrirnonio.
fas inversiones necesarias para producir dichas rnpturas (sub-- tJJ,Ll l'r d) Finalmente, podemos e\'ocar los ~nálisis que se basan
modelo 3, !!amado energético). Restituir la dinámica procesual "tL}J en simples efectos de cronología, es dccJr, en donde el orden
es pues enlazar las transiciones unns con o!rns. de desarrollo de acolltecimientos pasados tiene un efecto en el
orden de aparición o las probabilidades de aparición de un
1) Una p1imera manera Je proceder es entonces conside- acontccimienlo futuro. En este cnso, tomaremos como objeto
rar el efecto propio de la temporalidad de los acontecimientos e! orden en el cual aparecen los acontecimientos. Podemos ob-
o incluso su orden de aparición. Los enfoques de tipo balístico serva¡-, pm· ejemplo, que el orden en el cual se producen el
sepa_ran claramente pasado y presente y colocan, por ejemplo, m.iliimonio y la finaliz,1.ci6n de los estudios respectin1mente,
los tiempos uno al lado del otro. Se habla de sucesi\'idad (uno concluciní. a mm·or o menor nlunero de di\'orcios a largo pla-
luego del otrn), de efecto directo (uno sigue a! otro), de dis- zo, o incluso qu~ el orden de nparici6n de los hijos y del acce-
yunción (uno o e! otro, pero no los dos a la vez), de «data- so a la propiedad en ].is parejas jóvenes permite comprender
ción». Pero se pueden imaginar modelos, mm bnlísticos, mfis las moda!idndes concretas del acceso (Cuturel!o, 1987). Tam-
ei.iborados.
bién se pueden observar efectos de cronología de los aconteci-
}~11,~Í~ mientos en la eslimación por pnrte de ]os sujetos de su impac-
.JJi a) Así pues podernos rnzonar a pnrlir de los tiempos de to en el propio dcsnrrnl!o de \;:\ identidad. Dentro de esta pers-
~\'.) pern:n~encia e.n un estado: el _hecho de l~n_b:r permanecido un peeti\'n, cietios invcs1ig.idores eo1110 /\fossonat y Lecueheur
dete1 rnumdo tiempo en el mismo do1111c1ho, o en el mismo (1987) -luego ele haber definido acontecimiento~ críticos
empleo, disminuye las «posibilicbd'-'s» de salii· de :d!í. Así lm- («;1qucllos CJUL' n1,1n::an un cslrl'dia111k·nto en el c;1111po de bs
blarnos de constitución progrcsirn de redes de soci:thilidad n ;iclividadcs v de los intereses»; e11 l.1 del!nii.::ión se inclu_wn !os
de habituarse n un ln:1b.1io. la idea es q11e al t0rnii 110 d,· nn :wo11Cl'd1t1ÍL:1Jlo.., "inch t.-!ahk,,, \. 1, ,., ;¡( <>111,,, ·i111il·Jl(O•, "de· u i-
cier!o período dl' tiempo «cues!;t». F"l;1 idL'a v· l1a p11L·qn l'll siv,) y llCl LTÍ\icus ( .. ;1quell,,,; quv l'\,1,·;111 un L'!l~s11wl1:11nic·11l•>
pniclkn frccucn!enwntc, para cstudi;1r b n1ol'ilid:1d p 1oksio- de•! ci1111po de I;¡ l.'X]lL'ric1wia d(' lo-.. i11dilid110--;.,) ;1) Íll\L't"iol' de
nal o hi 1110\'ilkbd reskkncial. l;1 l:n11ili;1 de lo-: ;1t·o1\lt•cimk'11lr,~ dl' \id;t de,;t,ic;1dn--; rnues-
aÚ1\\l9., h) A~í mism_o prxk'.nos c1·oc;tl' 011.1 c,n1:~;ilid,al _l,·ii1:t, ll'- lmn d ekt·lu del lt1¡!.tl" y tk• la ~t1L"v~i<·,1i dl· lo\ aco11tcTÍlllÍe11IP"
..V n1tndt1 en et1enl,1 q11c c1cilas c,1w;.is ll(I Juncrn11a11 s111,1 C(lft el .~ohn• kt cs!i111;1t'i(,n tk In..; c,.1111hiu~ (k idl'ntidad. Ello..; l'\p\i-
desgaste, o bien ()Lll' ciertas c,1us,1s tnnmn tiempo p;l!"a produ- 1,;;111 que «un sírnplv c;ttnbio de crnnolngía parn dos aco11teci-

266
267
mientas se acompafü1 de una modil'icación de h1s condiciones b) Una pizcc\ adicional de ambición puede conducir a la
de percepción y de recepción del mensaje». Por percepción y idea de punto ciítico. La bifurcación t;igue siendo una c~ja
recepción del mensaje, hay que cntende1· el modo en el que negrn; por el contrario, al estilo de la teoría de las cntústroles,
interpreta el sujeto el efecto de dichos acontecimientos en la se pueden ubicar los puntos críticos en donde se corre d l"ies-
evolución de su propia persona. Ya no nos cnconlramos en el "º de que se produzcn. Prirn relrnnar el ejemplo nnlerior, uno
campo ele la balís1icn, sino en el de !.is percepciones de identi- determina edades crflicas y probabilidades de apndción scglm
dad, y sin embargo, las relacione.<: que están en juego son las factores de ries!.;O.
misma..:. e) Las idea; de PiageL para el niilo presentan una \·crsiún
totalmente endógena de este modelo: bs crisis son previsibles,
2) La segunda subfnmilin estd constituida por los modelos su s.ilida igualmente, ellas son el fruto del desarrollo de la per-
llamados bifurcatiYOs. En este contexto, cnda e;,,.:islencia se di- sona y su condición. Nndn extrnño l\ la lógica del desarrollo
vide en trozos tranquilos, en donde h.1s cosas siguen su curso, viene a interfe1ir en lo anterior. En el núcleo de este enfoque,
y en momentos decisi\'Os en donde todo se pone en juego, en se encuenlra un concepto de ciclo de \'ida constmido bnsán-
donde los destinos se bifurcao. Aquí se pueden distinguir di- do:;c en la imagen de una :;ucesión de fases que los individuos
versns \Wianles. rceo1Ten m1lotm.ílieamente según las etapas de una socinliza-
ción que conduce ll In mridurez y luego nl enyejecimiento Y a
· §' a) Se puede considerar que lalcs bifurcaciones son com- la muei·tc. E! desnrrollo individual de la existencia, marcados
Jó plclnmente imprevisibles, totalmente probables, aunque obscr- por lale-s procesos, por pasos y n!pturns, es analizado según

ifJJ
. ~ vnb!es. Ln única cosa susceptible de un discurso sociológico es
el espacio de tiempo entre dos bifurcacionés. En este cs¡x1cio
de tiempo, una l{Jgica nrqueológica predomina: la salid~ de la
los principios de una sociología genétic,1 centr;;ida en !as aven-
turas de la socializ.a.dón indi\'idual. Los trabajos de D;;rniel
J. Levinson son la e.,;:presión müs lograda de una tendencia
de cs!e tipo.s En h.l !ínc-.1 de los trabajos de Carl C. Jung, Erik
l1himn bifurcación deíine las condiciones inicinles per!inentes
de este trozo homogéneo, hasla !.i ruptura siguiente que \"a a H. Edkson, José Ortega y Gassel, el autor propone definir el
modiíicar completamente los dalos del problema. Por ejemplo, modelo subyacente de las elapas «esttíndares» que organiznn
se pueden detallnr las consecuencias soci,iles de una en!"errnc- el desa1-ro1!~ de la existencia. El modelo está constituido por
dad, ¡1contccimiento imprevisible que abre una nue\·n fase de una alternancia de segmentos estables y de periodos de transi-
la cxistencin. Los azares del tiempo histórico pueden igual- ción qu<.' se pn:scn(an a edades constnntcs {con diferencia en-
mente, eo su exogencidad con respec!o a los calendarios indi- !re cuatro v cinco afíos). Un pedodo cs1able comienza cuando
viduales que los alrndesan, brindar un buen ejemplo de este se 1·t•deli1!~ u!l /Hl//t'/71 estable de nuevns L,1reas que se deben
tipo de enfoque. Frarn,;oise Cribier (1978) deslaca ,1sí que los c111prc1Hler. Los aconlecirnienlos inipor(anlcs, rnl!s o menos
hombres nacidos e11 191 O vieron su caiTera obstaculizada por ,1katnrios. que pue,k·11 ocurrir en d i.:urso dd dcsarrn!lo dl' la
la guerrn. Pero ,dgunos de ello~; podr;ín «rccupl'r:us(•»: en exis1cnci<1 no pul·dc11 nuidilicar d l!J(JdL"lo. Por el co11lr;1rÍ(>.
1950 se inicia el ¡lllgc económico, ellos lienen cu;1fl'!II;\ afms, 1oma11 su sentido, ;1 p;1rlir dd 111.l!ar q11c <>cupcn ,1llí.
es la ,·dad pe1{ci:ltl p,1ra los ej('Cl!livos, pno dc11111.,i,1,ln t1;r-
1fo para lo.~ dernfr;. Tl'lll'lllOS aquí una figur.i bien d;u;t dt' b
,\ ,!.,··,l l"pClll'lli .,I •' i j•I' > •. ll l•J ' 1•," •. 1' '> :],,,! IH' '.,:
contingencia a tra\·L•s de estas ob;,en·,u.:io11c~, mida dt•lt'1111i11;1 d,,,,.,n "" t1ncl,·,him! u1d,·1 ¡11 111<· ,l11!d', "'"""" ·,., ,r., ,,, ·l, 11,,_,n 11 ;, e'"" ,,,•r,,·.
tr wiori estos acolllccirnienlos (]llL' surgen cornpll'ta11K'llll' de 1.111\ ;c.~q,rd 11L:11 ,,11 li,,·, ,,,,. •:rn,·11:.-,l l.,,,""'·'",: 10,r11, .. n•.,t 1·n:.c1¡ I,., ":
irnpro\'iso. Pero, trna \"l'7. dichos acollll'Ci111icnlos lw_v,111 p;i.~a· du!dl,,.,,.I ;w.l ,L<l<J),·,.,•n.<· ,m.l ,.., rl11,,•,dt ., "''"'"""' · :u,·n·.•· ,,] .'.·:c•.,,¡,,ncn•.•.
1 ''"'.I' 1 1 ·\ tl,•H•lnp,11rn•.,t •'l'I'"'·"" ,, a:·,·,!. 1 "' 11 · ,n• I,· d .,,1.,!tlc,,,,.I, •( ,·1in
do, pesarún mucho en d futuro de bs c.irrl'ras proksio1Kdes.
'""· 1··~''
268 269
d) Pero todas estas vm"iantcs no analizan de cerca lo que .implio (de Coninck, 1986). Así mismo, el p.iso al desempleo
ocuJTe alrededor de la bifurcación. Un paso en esa dirección será miís dramático si se está encerrado en un espacio, que si
sería el de interrogarse con antedoridad sobre lo que las pro- se tiene la posibilidad de superarlo mud<indose a olro lugac
voca. Tendremos entonces una lógica de perturbación: se to-
man individuos tan p<1recidos como sea posible y se observa A través de este tipo de razonamiento podemos enlnzar ló-
en qué ocasión y de qué manern sus destinos divergen unos de gica bil'urcativa y la \ógicn .irqueológicn. Sc.irdigli y l'v1en:ier
otros. Por ejemplo: Victor Scardigli y PieJTe-Alnin l\.lcrcier (1978} señ.i!an por ejemplo, la relación que se puede obscn·nr
(1978), a partir de una población inicial lo m::ís homogénea entre causas accidentales (lógica bifurcativa} y causas arqueo-
posible (padre obrero, nivel de estudios: CEP [Certificado de
l_ógic.1s: ?ºr un fado, !as c.iusas arqueológica~ actúan s?bre l~ \ ¡ ).Q
Estudios PiimariosJ como mnximo, entre treinta y cinco y cin- !rccuencm de los accidentes, por otro, los mismos accidentes "Q
cuenta y cinco afias en el momento de realizarse la encuestn), no tienen las mismas consecuencias en [unción del ambiente
quieren poner en evidencia los elementos que provocarán su en el cual surgen. En especial, la acumulación de dos acciden-
diferenciación progresiva. Las bifurcaciones estudiadas se po· tes siempre tiene efectos p.irticularmentc negativos, y aún más
nen en relación con lo que estos autores, luego de P. Sorokin y si el medio del gue se prm·iene es un ambiente desfavorecido.
R. Boudon, llaman instancias de orientación social (escuela, La idea que se defiende es la de una desiguald.id nrqueoló-
primer empleo, ele.). La lógica destacada es d.iramente de gic.i, que se acltmliz.irá rcgul.irmcnlc en e.ida bifurcación:
tipo per~urbativo: «Algunas huellas de diferencias al pi;ncipio «Ellos tienden a tomar siempre la misma oiienlación, ascen-
subsisten entre nuestros cntrevistndos. Son sólo pequeñas !me- dente o descendente, en el espacio soci.il, en cada una de las
llas, pero que pronto se transforman en caminos claramente etnpas dccish·as de su itinerario: nillez, cscolaiidad [... ], elec-
divergentes». Aquí se estudian pues las «perturbaciones» que ción .i niYel profesionnl o demográfico» (ibíd., p. 63).
prorncan estas divergencias en puntos críticos. La lógica está Así mismo, Fram;:oise Ciibier ( 1978), comentando sobre las
en este caso mtis orientada hacia lo exógeno. Desde el punto diferencias hombre/mujer, sei'ial.i que estas diferencins .iparc-
de vista del sujeto, hablaremos de prueba asociada a una tran- ccn desde la juventud y no cesan de accnltmrse luego. El hnn-
sición. Desde el punto de vista de los mecanismos de distribu- dicap de ser mujer es de tipo arqueológico en la medida en
ción, se utilizarán conceptos como el de instancia social de que 'éste se maniíicst.i desde la juventud, pero no se dcfinirú
orientación. plenamente sino a lr.:ives de una sede de bifurcaciones en don-
e) i\.Jejor aún, no sólo es posible observar Jo que pro\'oca de esle elemento arqueológico re<1JXl!"cccrú rcgularmcnlc en
las biíurcaciones, sino también hacia qué se abren: se conside- descrédito de Iris muje1·es. Hav una lógic.i de .icumulación li-
ran individuos diferentes y, en los puntos crflicos, se obser\'a gacla n csle elemenl~ qm• sie~11prc se aclucdizn en el mismo
cómo sus c.irnctcrfslic.is iníluyen en su salida de momentos sentido: durnción de los estudios, libcr1,1d de clecci<m del lra-
cruciales. La idea quc predomina es la de que l.1s caractcrístí- h:1¡0, tipo de trabajo ohlenido con diplon1,1 similar V lipo de
cas sociológicas, lejos de perder todo sentido en esos 111omen- ctllTl'l":1 (rnfr,; discnntinu;iL., son t:mlo:-. elemcnlo'-. dl' tipo
tos d0 transición, en realidad sólo desempell.an un papel en :1eo11lcdmienlo o de tipo duración, los qul' acen[uar:in las de ....
,fües.is fases de transición. Es nsí corno se pudo mostrar (]lle la ir:11;11( I; 1dt·s in it:ialt'.'-.
,)\ trnnsición-clm·c qttc constituye el paso de la escuela :11 primer

w~
\.;;' jempleo dcpendfo dd CS()acio l"l'Corrido dL'.rantc la niilCz._ Las
personas (]lle 11.111 J"eC01'1"JdO llll \'ilSIO esp.tCJO dt11"<\lllC Sll lllikz,
licncn tendencia a darle m.iyor Ílllport.lllcia a su,; diplonKt:-.,
.11 {)tr:1 suhf;i1nili:1 ,·s b tp1e t'.';l;i v1i11qi1uilb p,11 !,,.., 111rnk·-
ln,; que llnm.ircmo... t'llt'l"f':l'lÍco,;. La ide,1 \:e11l1al e11 b qlll' se
b;1sa11 es que cxis!t'll destinos prohah)v .... y que, pa1~1 e\'Íl:1rlos,
puesto que su campo de posibilidades socio cspadak.~ es 111:ís es ncces;1rio gast;1r enerpJn. Pero c;itb indiúduo posee un

270 271
s/uck limilndo de cncrgfn y debe decidii· en dónde quiere inver- elementos arqueológicos, como lo hacen D. Courgc<lll Y E. Lc-
tir!a.6 El estudio longi1udinal consiste entonces en diseñar el lievrc (1986 y 1987), quienes ponderan la probabilidad de s.ilir
riLmo temporal de fas inversiones energéticas y su ubicación. de In agticulLura o de pasar de lo rnral a lo urbano (como
lugar de residencia) por -vaiiables que preceden al proceso
a) l\lienlras que lmos no necesitan recursos propios (sus mismo. 7
nscendienles trabajnn para ellos) para l!egnr a un estado deter- h) También es posible relacionar nquí los enfoques estraté-
minado, otros deben mmfüzar continuamente recursos para gicos. En este caso, las decisiones del suieto cslfü1 determina-
lograr el mismo resullaclo, no impm1a si se trata de un diplo- das cada instan1e, por la anticipación que él hace de los posi-
ma, del acceso a la propieclnd, de !a permanencia en una c;1te- bles y ele los probables. Uno supone que en [unción de !.ls
goría social o de cualquier estado deseado. estimaciones que son suyas, busca maximizar, a lo largo de
h) Si en este contexto nos centramos en las rupturas, dire- toda su existencia, los beneficios que espcrn. Nos encontrarnos
mos que hay un curso norma! de acontecimientos que sólo en el típico registrn de los sistemas de acción.
puede ser roto por un aumento local de energía. Lo que seda
In pendiente en el sentido balístico del término, se ve puesto La figurn témpora-causal central, para el conjunto de estos
en duda por esta movilización particular. Así pues, si el jo\'cn enfoques centrados en la e\•olución, es In del proceso y, por
delincuente tiene la tendencia de verse rnarginaliz<1do, pw.:de ende de una cnwmlidad dimí111icn. Y,1 no tenernos una causa
salir de es1e círculo dcioso mediante una in\'ersión afectiva en pres~ntc que contiene el posndo v" determina el futuro, sino
una relación humana vivida de manera positivn (Léomant y acontecirnicntos cuvo sentido y eficacia C\"olucionan n lo h11:¡¡p
Sottcau-Léomnnt, 1987). Para unn mujer, escap.ir del modelo del proceso.
mnlerno no es evidente y requiere unn [·uerte movi!iwción Por ejemplo, uno puede considernr dos ricon~cdmientos 11 ~ ?'
simbólica (Bnllagliola, 1987). B que son la causa del inicio de unn sccuencm de ncontcc1-
mientos. Si toma mm prn· ejemplo el accL·so a In propicdnd. t'Jl n.
4) Una última subfamilia in1ponanle es la que esl{t consli- donde A es una mo{i\·nción ligadn. a \·n.lores famili\.\res y B un 'f1
Luida por aquellos rnodclos que cstaiíamos tentados en c,iliíi- cálculo económico, di1·emos que A :• B se redcíincn pennanen-
cnr como diferenciales, en la medida en que, contrariamente n temente durante d dcsarrnHo de la .secut'ncia. Así pues. In im:1-
los modelos bifurcativos o energéticos, éstos consideran l'I <>en de una inn~rsión económica pudo dominnr la de los ,·nlores
tiempo como un contimwm y se ubican perrnanenteinenle en fnmilinres para inicinr el proceso. Luego, cuando la imersión
el instante/, observando evoluciones casi instuntánc<1s ni estilo parece ser inciertn, uno coloca en prirncl" plano los \"a!orE's l"n-
del cálculo diferencial. milin.res. O incluso, uno pucdt' :mte-ponct" !os valon•s de a1Tni~o
f.1111i!iar :111!<-' un.i posihifübd ck cornpr:1 ..\" pns!l'rinrnll'n1e, lul"-
a) En este 1110,k·lo se ubic;,n los moddos de supcnfrcnci;1 "IJ de 1111;1 111ud;111·1;\ l"rw1;\¡L1 p11r t111;1 e·;111s;1 1'l"l1k-.,i1J11:1l. 1111,,

en donde, cada inst:111lc, uno lknc l,1 posibi!icbd de p:ls,1r tk• ~ntepnndr,t l;t dirnc11sió11 dL' \·;1lor de' c:unbio lk did1:\ co111¡,1.1.
un cswdo a otro en !'unción de- característicns delL•rn1innd;1';. ;'\(, se puede e,q,lic:ir un ¡,rnn'"" -;pl.1nwnh.' .1 p.111i1· ek '-11
La torna l'll considcrnd{in del tiempo Sl' h:Kc SL·gt"rn d 111od<1 v-.,t.1d" inil:i;d o de· b-., L·;w-;;h inici;1k-., , ,11,: , "i;'.Íl1.11, lll su l'll,.,.
de intcgr;ici{in (dl'I lie111po lo ,d lÍl'lllpo /) (Cou1¡)1·:111, i<1S;1
Por suplll'Slo que a L'slos moddos Sl" ks pueden i11<:nq1n1.i1
; En ,·,1,· , ·'"' ,·,¡ ·. ,.,ln,.·r;'c·. ,.. ,,,q., ,. ,,.·'· " r·
.,!,,··l'.lcj" 1,·, q1•,· l,.,.¡·lltn, I] pl,'.11'<' ,],· ]." .1L· .. ·1,· '•"'J ·· :n,¡ ,11·''
11. P,~lc·1lln, p,·m~,· .,q111 c'11 ,·l cnclu"]'I<' d,• llHllllic:1c·i•Hl de• 1L'LOll,,os 1nalctF.,',·· "'"'' d~~:111011.,do•, pnt ,·,1<1, dos :mini,·,,., ¡,,,·,i•.. ,111 ·n1.- c·I ele- ¡, .. ,,,u1,i ,111:.11. ,.,.
mrn,cta, in,'," 11,01 alcs d~·'"' ,oll.1dn por G!ld,ud v Cu1111 ,·11,, ( l'l~2). '"' ¡,tin,n ~,1mlin. ,·a1i,,, nl<>,h•lo, qnr d,·,.111011.m,.,, .1q11I

272 273
ta en movimiento. De paso vemos qué tan insuficientes pue- ricas que marcan bs biografías, o en la existencia de formas
den ser los enfoques exclusivamente nrqueológicos. Las causa- sociales dotadas de temporalidades propiis y que constituyen
lidades siempre son condicionales y k1s condiciones varían. formas necesarias de la actividad v <le !a organización de b
Una vez se produce el efecto, un proceso puede vivir indepen- existencia.
\J die~temente de su cm1sa inicial (uno puede compr<1r una cnsa En todos los casos, nos vernos conírontados a un problema
}. \en lunción de cieiia ética familiar propicia para el fortnleci" teórico inevitable, en donde Jo que es\á en juego es saber si se
\): miento de la pm-cja y, si un divorcio interviene, hacer entrar !a debe llevar la lógica exógena hastn sus últimos términos parn
"y\\ casa en otra cadena ética: la de la transmisión a los hijos, por de.~embocar en un estructurnlismo. El enfoque eslrnclurnl
ejemplo). El proceso se redefine pues pennanen\ementc en plante.i que la organi7.ación de cada existencia está confronl<t-
función de situaciones nuevas. Frnnr,;:oisc Cribier (1978) mues- da a marcas externas. Cada una de estas confrontaciones crea
tra cómo, según la edad a la que sobreviene la enfermedad, coyunturas en donde los agentes son provocados o convocados
ésla tiene diferentes sentidos. Cercana a la pensión, Lista la y en donde se abren espacios de posibles que designan nue,·os
precipita; antes, ésta es susceptible esencialmente de cs(ropear cursos Je la existencia o nuevos trayectos y nuevos espacios
la can'Cra profesional; después, puede conduci1· al abandono simbólicos de auto-representación de la dda. El cstructuralis-
de una residencia independiente. mo por su lado, tiende a bon-ar la lógica interna de los aconte-
A los modelos «procesuales» se asocian ageJ1tes que se cimientos \' los juegos de apertura/cierre del espncio de los
constituyen en la cmTiente mismn de su acción. Ellos gastan posibles d¡trás cÍe las combinaciones de ritmos estructurales.
tiempo en ello y la estructura de este tiempo desempeña un Cada biografía se presenta como el soporte de dtmos cxlcrnos
papel en la definici6n misma del agente. Pueden constituirse y constituye una especie de objeto virtual sin existcncin real. es
bajo la inOuenci.i de cierta estrnc(ura temporal inherente al decir, un nudo especffico de tempornlidades externas.
desomullo de los procesos, ya sea de una manera mecánica, El modelo estnicttunl no implica en sí mismo el estructu-
segím wm eslructurn de orden, o según un modelo prolx1bi!is- ralismo. simplemente plantea la existencia de lempornlidadcs
ta. Pueden constituin;e según un proceso de asignación de l'C- externas preexistentes al desarrollo de vidas singulares. La cla-
cursos (temporales, monetarios .. .) destinado a modificar e! de- ve es saber hasta que punto se deben llevar las lógic:.is estn1c-
sarrollo probable de las evoluciones biognHicas. Pueden cons- turalcs. Ahora podemos retmnar los dos casas de íigurns,
tituirse a partir de cálculos y de decisiones que anlicip<lll el enunciados anteriormente.
curso de las cosas en un campo de fuerza determinado. El
agente estratégico ,·e lejos delante de él, pero no conoce su 1) /?{ j11cgo de /c1111mrafidad('s históricas
histolia. O mejor, lleva consigo su historia como un capital
pam iiwerlir o pan.1 renlizar y nada m:is. 11) El ¡x1r;;ingón de este enfoqul' es el proceso inici.ido por
Fcrnand Brnudel parn el anúlisis hi.s.tórico. Los desfases y cntn:-
la7amicnlos entre dikrcnlcs tempornlidadcs tales corno !iernpu
El modelo estr11c/ural corlo del ;1con!ecirniento, tiempo dl' b 1ncdi,m3 dur;1ci{m, de b
cnvtuiltll':1, Jarg;1 drn:idú11 dl' k1~ 111c111;1litkitk.,,, mu.\· !:irga dt11;1-
En csle modelo p1cdomina la id,•o.t de precstr11tltw.ir lo·; ciim de las 111·,1lril"l'" ~imhúlic,1s, n>11..,1it1l\('I\ rn1111c1n..,r1~ lll<l\"i-
trayectos de vida o bs historias de \'icl.t por \empor;ilitl:t(ks rniL'lltos obieti,·os, c11yo L'ncuentrn 1n;11v;1ri,1 las biogf:1lbs.~ No~
externas org:ani7.acbs scr,(111 caden:1s c:\ltsak•s indepe11die11I!'" _\'
preexistentes al des,irrol!o de las dd;\<s individuak·<s. !11sislirl'· ~ f,, \/, d,r,·"""''" ,·/ le .,,,.,,d,· 111(,!,1,·n,1•;, .-.,, ,, ¡; ¡•, "'" ,!,· /•1,,1:n·,· 11 11%t>) cun,
rnos, según el caso, ya sea en el juego de temporalid,1dcs !ii:-.tó- I i1me d i,u,.Jd,, dd ~""'''"

274 275
I
&::D MJ / G45Jvf5wtw:, /\J
encontmmos aquí en el campo de la reflexión histórica que su- Lo que eslú relacionado con In edad cnmbia con las dura-
pone una teoría ele! desanullo histótico propia de los campos ciones de en\'ejcdmicnto y se reproduce en la generación si-
previamente definidos, es dec\r, c.impos de historicidad, y una guiente. Los o!rns dos declos inLroducen la ideu de una huella
tcol"Ía de bs periodizaciones que impone el 1it1110 n sus eYolu- de la histrn·ia en lri duración biognHicn: lo que csl{i ligado¡¡ l.1
ciones. Nos encontramos en un modo de problcm.ilización qw:, gL'tll'ntción, o bien perJurn con el cnvcjecimicnto, o se pone de
en general, le tb preferencia n /;is [cmpomlidadcs largas. Uno nm11ifics10 según unn lógica histórica que no es la de la histo-
puede, obdamcnte, coliar estas cadenas causo-tempomles de ria de la generación, pero desaparece en la gencmción siguiei:i-
otras maneras, poniendo en evidencia otrus tempornlidadcs. tc. Lo que estú rclaciom1do con el período iníluyc más o me-
Distinguiremos, por ejemplo, lcmporalidades Jigad~is a las ern- nos clnrnmenlc en 10das las categorfns de edad e introduce la
luciones de! empleo, de la familia, de modos de consumo. idcn de que bs configurnciones hist(iricas varínn. 111 La dificul-
tad pmv:iene del hecho ele que estos efectos no son indepen-
b) Existen otros modos de conceptu;:ilización de los efec- dientes: el efecto de generación no es uniforme en tcxlas las
tos temporales que se basan en otras lógicas de contextualiza- edndes. No siempre es posible difercncinr empíricamente lo
ción temporal de las práctic.1s. Esto ocurre cuando se conside- que uno había distinguido lógicamente.
ra el análisis de un compo11.1miento o de una actitud como un Estos di\'en;os «efectos» pueden constituir pnsare!m; intere-
efecto de edad, es deck, como e! efecto del envejecimiento (cal- snn1es enlre enfoques estructurales y enfoques centrados en la
culado a partir de b duración transcnnida desde d nilcimien- trayectoria. Así pues, G.M. Mnin (]971) utilizn el concepto de
to o C\'entua!mcn[e otro acontecimiento) o de la posición en el eíccto de generación pnra revaluar un cierto número de mode-
ciclo de vida. Tomar en consideración únicnmenlc este efecto los p1ucesuales. Él estudin una población femenina, escogien-
de edad es a menudo insuficiente en la medida en que éste pue- do como factor explicativo central el hecho de que ell.is no
de ocultar un efecto de generndón en clonde la WHiacíón de pertcnccen a la mismu generación. Esta pertenencia gcncra-
lns actitudes está relacionada con In pertenencia a un gnipo, cionnl estructura clc mnnern cliíercntc su evolución pro!csio-
es decir, al hecho de haber vivido los mismos acon(ecimien!os nal. El modelo estn1c!ural dirige la explicución y d modelo
a fa mismn edad. Si se toma en cuenta únicnnienle el efecto procesual, !a descripción.
de edad se produce este efeclo de óptica temporal de los «fal-
sos conlcmpon.íncos»,9 de nl!í la insistencia de numerosos au-
dd hecho ,¡uc c-stc ¡::,upo 11., ,·i,·i<lo combciunc-., c-wn,imica, v de ¡,.,n¡:1ci,)11 n,:"
tores en la toma en consideración de un efecto de genernción.
l"w1:,hk~ que' el 011<1 v <JU<". al ha\x,1 rnnwr11.adu "' ,;da p.nfc,i"'1.,! ""' s:,Luio,
n,.;, ,,1¡,., r cr,nwn·adn MI 1t"Ol'1j" i11ici:>l a¡., 1,.,¡:u ,!c·I tiempo. n Jo, 11<·,,,1;, .1· cinco
"'"" lienc· sala,io, i~u:1h11c,11c i,,:h 11!!0>. Pod,·1110., """i,ba,· d prnbl,·,n.i li·,,ju olm
9. A,í por ejemplo (¡,,11,1 "'' ¡on:ilisi, dcinlbdn tic csle ejemplo, d. Brn1dclo1, 19~2) nspl"<ln. ,\sf pncs patc•CC que' 1,, lasa dc ,,cti\'Ld"d ob•,c1\'adci ,·,1 una J'cd,., d,·1,·1mi1,:,.
l'U 1970. ,;e, c:,kub <I'"' lo, olnc,us (ho111IJ1~<) de• 1.·imcm•n1n V cint.c> ;uio, licnc<l "" da 1'·<1'1 u,uj,Tcs de• lll1'1 c,bd detc•) minada , ~,ult., ,k do, t""ll'""'"'"'-''· El pl it11c,n
sal.ufo info,io1· a los oh1e·ws de l1cin1~ '"""· s; l., l"orm.i de ¡,,,,, 11 ,,,,,¡¡,1.,<1 ,·sco,,;J,. ,tg1 Llp,, ]., HLl1ucnü., d,• lo, 1<'11(>,n~·¡u>s 1cladw1.1dm , "" l.> c,b,! ,. uul l., J'<'Sicil,n ,·n
p;,r., I~ c.,pliccoción "' l., dd en,·dt.s:i,nit'nlo, e•, clcdr dt"i dc•c(() d,· ,·d,,d. ,e L<1l>c'Jm-, d ddn d,· 1ida. i11devcud1<'"lc•mculc• ,le-);, kch., .\ ,·,,.: lc"'J"-'-'" ,ha•r,"" ,¡,,; 1
c11tun,-c, quc l.1 c·,n.,c"lc·, "(i,·a de lo, ciclo, ,k , ida 0 1,.,.,," ,-s J., l•.1«' de ¡.,- ;.,.,.,,.,;" m,,¡_.,,•, ck 11ei111.1 \ ti11cn """' ,·11 Jq~; ., """'•" ¡., "" ,.,,..,.,. ·"'·'·'· q.h· '"·"'·
h;u;Í,l d /in·Jl de J., ,id.,'"''"' Si ,•,u,s•,•11urs .,h,.,,, to1110 lnr,na d,· l.•rn¡-,,;d,.J.,.I )., ,,.,,¡_ .., 1,•wl!, 11.,11 .. ·"'"'· P"'I'"" 11.·"rn n,.i, l,q,,--. 1 1 "', !" ,, ,n.,," ,.,,, .._r,.,.,. ·
<k I,, ;•enc,aci,in. ,·nlunu·, "" ,·,ludi.1';; l., ,·,nhot1,i11 el,· 1,,- ,al..,; .. , ,U "IHI~' d ¡.,., ,hin,ti,•,.,.,,..,·"'"", 11.·,.,:, r"w' .! ,,,,,,.,1, 11.·,I:, ,1,, 'i'' · l." nn,:c,,.

l,,,,,,h,c, <[Elc• li.,, ..,, ,-,1r,1¡,i,d,, ,¡.,,,u,·n1., \' c1i1C,1 ·""" <"11 1'17() ,. qu,· l,,.,.u, c·,,1,.,d•, d.·'"""ª·',"'''",,,·,,,.""'"'·".,-,,;,.,.,,. , 1 ·, 11."
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<"11 d m,·,c.1dn ti,· u"l,,,¡u "l1cdcdu, dd "'''' 1'1 l{J (,i "" 1,,ro""' ¡,,, '"''"' ,· ·"'º' "'"'"' J•>,,11. ,.,. '·""" d.· l." ,i1n.1ei, ''""' d1k, mis", de-! "'''', .,,I" ,l,I 1,,,1,.,j·, lc·n"·,1111, •.
l"'"I" de pa,1id;i) ." ];o ,·v,,luci(,n dd \'.111pr, ,1,• I," lt<lllli'1,•, ,k 1,,·ttil.1 1· ,io1<,, "'"''' I{) 1'.n.1 """ <il'li"itinn r,·,11io ""'""'""'·"!.,. el l., ,h , . .\1.,,,,.,. 11•1s,;¡, 1• .. ,.,
<]lle' 11,!\:0U en1,;1<1,, l"JI d 111,·ec·:.,lo de lr;ih;,¡o ah ,·cl,,,l,,r· del ,,,1,, l "il!, \ ,,,1,,¡ ,1, ,l•.,a,,.,, """ d11'11.1,1n11 ,h· al"'"''"· d"h.,I•"• hi,1,.,,c,,d,·rn,,·1.d·,,•, .,,he L, ''""'''''"· el t,o
<)lle", ,·r, Jr,s do,"ª"", l.,"""·' d~ In, ,.d.i,in, .Ni.·11.I,· 1<·t•ul,.,,u,·ur,· ,.., d u.,n·,cn"" .1 ... ,1 ( l'I~_~, Se,,¡,,,.,,., 'I'''° i." u<1,·,1i••.,,H•,•,•, ·.,, ,,,' ,,.,. ,1ílk'''-·"'·'', 11 ,u 1n,!\,.
de• l.1 ,·.,istconci., ¡>.tea lm do, ""')""· El ni,d de- ,aJ •.,;<> ,u.'ts dt''·"'" dd ,·,u¡-n d,· , .. , lt.,n 11.,1.,J .. J.,, ,·,rc,1i.-,1,·, hi,•~1.L1;_." .: r.'1'.i, .!.· .• ,, ¡'cHHn ,I; ''»l., f'.·,., ,.,,
nlm'10, de !tc•i,lla _\" crncr, .ln<1, P"""ic.,cd,· Ull d,•,ln de ~ei,,•i,"·irni ,. 011 c,1,· ,.t"'· IHVH", d,·""' ''"'""'"" d,· ,.,,,,, 1,.,b.,¡n,. ti S.<r.,,,·,:,' f "'"

276 277
Así pues, de una generación a otra, la alternancia aclivi- designar como un efecto de período, cnracterizado por un
dad/inacth~dad profesional se modifica. Numerosos trayectos cmnbio en !.is formns de producción, In introducción de nue-
de \~da que se tenninaban por !a inactividad dan lugar, hoy en vas re\nciones snlarinles y Ju descalificación en serie. Todn esta
día, a una re'1nudación de la '1Ctiv:idad. El ritmo de la existen- 16gica nrqueológica se rompe. La descendencia sufre una rup-
cia se modifica entonces por elementos generacionales. La no- turn con la partida del hijo, con el cambio de oficio y con b
ción de supervivencia igualmente se moviliza ,1quí, puesto que desconstrncción de la identidad del pndre, la transfonnación
también observamos que las interrupciones en la actividad de !os habitus obreros de toda una comunidad.
profesional, además de que son menos frecuentes, también
son menos largas. En términos de supervivencia, elidamos que e) Otros tratan de poner en evidencia form.is de tcmpornli-
la «esperanza de vida profesional» se ha extendido, mientrns dad cfclicas. En eslc caso, nos situamos en una perspectiva
que la espen.1mw de vida fuera de la aclividml profesional se muy determinista. Es el caso de la teoría de Easlcrlin y de los
ha acor!ado. trabajos de cie1ios demógrafos franceses (Easterlin, 1961; Bo-
L'l. noción de bifurcación tnmbién se reajusta a partir de yer y Lévy, 1979). Según ellos, los movimientos de los naci-
esta estmcturnción generaciom1l ya que se estmlia la influen- mientos y del empleo evolucionarían seg(m lógicas temporales
cia de la presencia del niño en el futuro de la cmTern. El naci- estrictamente paralelus, un Kondratie/J" demográfico que ven-
miento de un hijo desemboca en mayor trabujo de medio di-fa a articularse a un Kondratiejf" económico. 11
tiempo y en un empleo menos calificado, habiendo iniciado La acción del tiempo histórico sobre las biograCías puede ~
con un empleo idéntico. Estamos realmente frente a. un fenó- entonces ser concebida de diferentes maneras: como puesta en '
meno bi[L1rca.tivo. Una \'eZ más, el modelo se articula sobre un íase de temporalidades de frecuencias m;:ís o menos largas;
modelo estmctural, ya que es a las generaciones más jó\'enes a como una persistencia de compmiamicntos o de ahibutos li-
quienes más ¡¡Lañe el medio tiempo, mientras que a las gene- ga.da a generaciones o, a la inversa, como el surgimiento de
raciones más a.ntigm1s, la desca.Wicación. acontecimientos «hisló1·icos» (efectos de período); como siste-
Otros autores (Festy, 1982; Roussel, 1980) insisten más en nm ciclico basndo en equilibrios econórnico-demográficos.
los efectos de período que en los de generación para explicar
en detalle los cambios de comportamientos y de actitudes
frente a ln íamilia. En este caso todos los grupos están afecta-
dos al mismo tiempo y eo la misma dirección por un cambio
histórico irreversible. Este esquema de in1.1pci6n de una crisis 11. .Tod""' basn c•n 1111:1 id,,., quc lietlt" l., lo,·11.1 ,k l., .,,·id!!nci:o. Es a la mi,.,,.,
cd;,d. cnl11, di~-ciod,o \" llcinl" ,u'\o.s, que fos j<lw,ws consiguen un cmplc<> \' uc.111
está bien ilustrada por la biografía de una familia de obreros una familia. En pc1fodo de Cl'isis, los dos pcuccs<Js se detienen sim1tlt,\11c•;111wtltc ¡.,.]
metalúrgicos de un vulle del Mo:·m (Pirn;on y Rcndu, 1986). La e-! mcn::,,do dd 1mbajo y la ÍCclmdid;id se crnnlicinn.in JlllC~, rcdproca111,·11k. Las
""' indcUlCS en b nat,.li,l.,d ¡,rnvoc.rn oscilac;nm·, ,·ll L, p,opo,ci<in dc '¡ú"·n,·, ,·
genealogía familiar se remonta lejos en el tiempo y se b,1sa e11 , u·.,n. quince" win1,• ,.,·,o, m,\s lnt<k>, dcs•:qrnlth, ,o,'"" ,·I ,n,·n:adn d,• l>cih;ij,,. Jm,•t ·
In historia. de mm casta de ohrl'rns metalúrgicos. Este arr,1i.eo ,.,11a·111,· J. 11;, blr., d,· ,q,1i111cl dd ,iskm., p,.,.h,.r,.,, P·"" c1L·;ot· un"'""''"',!,•
lejano se expresa de dos manl'l"as: por la cxish.'ncia de u11,1 emph" "" 1c·srvmd:c•n1c ,, 1., d,·11,id.d de i·",""·''· , : ,.. , ¡,.o,., l.is bn,ili." 1111.1 .,.·,i.- ,!.·
nh-.0.'ltilu, qu,• "cttí:m con,., h••nl."h,"" ,!·: l., f,· "" kl.• l dd n•c111c·n1,,, IH,.1c·, ,·
\'ocación, algo así como un destino lt! cual uno 1:~tú «li.eado" 1 <'< 1. ¡,,·;·;,
en viitud de una misión !ignda a un,1 espcck de ori¡:,_cn rnús (> l'n 1 ·, ,.,i, ,k uL,i,, d d,· ,.,, .. ,, ,.,. cl 111 , 1 d,•, ,el,, : .. "' """ r-,·,,r,·· , ...,. ,:e
menos mftico y por el desarrollo de una !cmporalid,1d din{1~ti- ln1t110 '"·11,l,·11 "t<"I•·"·" ,·l ,.,l.·1 ,b,,.,,k ,,.,, ¡""'''"·'· 1 ., lc,ln,n In, 11,,.-1111,vnt," ,l.·!
""'"'''"''' 1 l,iin.,' ,, 1,·tr11,, at:n, d,:,¡1:,.. l., l '"I 11• J'"' ,!,• :,,,en:, ,·11 l., 1"! !.,. i ·,,
1

ca por la cunl. el saber para los \l!los y lo,; h,1b1:res para lo-. .llll\.L dh1ni1n1i1,i. ¡,, qn•' "·'"'" e""'" L"lls•.',11c•n,1., 11'1., dNniL1t1ci,,11 ~"l.,!'"""',,
otros, se lrnnsrnitcn a tran:s de !.1s dcscendL'lKi.1s. Un nconte- ,·11 d t11<"1<,idndc 1,:d,.,¡.,, lo qn,· ¡•,.,,,.,., un .,.11n,•111n ,.,, l., kt11nd1t1,,cl <\tls", q,nnc~ .,
,,·i,,1,· .,,·,," 111.i, 1a1,k. ¡11,>d1,c11., '"'·' ""'''·' ,d:mw1.h '"" ,.., d m,·,catl,, dc 1,.1b:".
cimiento histórico ocurre, lo que en otros tCnnítws se podrfo En 11<•1111" <> LU,1h:u!:, """' d <'ll<ulu ,~ C!l"Jl.o.

278 279
Las jOrnws sociales de organiz.ació11 temporal de la existencia impone su temporalidad propia a J.1 existencia singul:1r en
cuestión. El delincuente Ye su Yida enmarcada por el 11e1npo
n) Si en mm p1·imera etapa uno se ciñe a la dimensión de la justicia: su tempom\idad personal debe confonnnrse o de
balística, se distingue un primer tipo de análisis que pone de Jo contrario, \'Í\'Ü' pro!undas n1pturas.
munifiesto In estandnrizadón de las edades de la vidn para dar La cstr111darizació11 de lns edndes de l·,1 vidn puede &er de
cuentn del desarrollo de las exislencins. 12 Esta eslandmización orden culturnl. cu.indo se muestran !os efectos de las prescrip-
puede ser ele orden institucional cuando se muestra los cl'ectos ciones mor::iles parn desanimar o fomcntnr a!gun.is pr{1cticns
de In división de lus edades de la vida y de las prohibiciones y en ciertas ecbdes de la vidn. Éste es e! caso de muchos inten-
obligaciones que le son propi.is. tos de momliz.ición, divulgados en los medios de comunica-
Insistimos aquí en el rol del Estado en la multiplicación de ción mediante consejos prácticos a hombres o mujeres de
los derechos y deberes ligados a la edad que tienden a dar treinla, cuarenta o cincuen1a años. Esto le hace pensar a uno
mayor importancia a la edad civil o legal en la definición de en !as presiones de rnm pmie del cuerpo médico sobre !,1 fe-
los eornp01inmicntos posibles. cundación precoz de las mujeres de categorlas populares (Lan-
Es el caso del análisis del ciclo ele vida judicial de los jó,·e- ge,in. 1987). La combinación de un modelo arqueológico y de!
nes delincuentes presentado por C. Léomant y N. Sottcau-Léo- modelo estructural de las formas sociales del desarrollo de la
mant (1988). Los autores describen !a imposición de [a tempo- existencia pern1ite mostrar los desfases posibles del lrnyec!O de
ralidad judicial en biogm[ías individuales. Ellos presentan pri~ Erro y de fos biografías ins1iluciona!es, como en el ejemplo que
mero la temporalidnd del derecho francés que mnrca la vida pt~es~nlnmos a continuación en donde, como en el caso de los
del individuo entre los trece, diecis6is y dieciocho años, ya que procesos ondulatorios, dos ondas, en hignr de entrnr en l'C~O-
cnda edad da lugar a unn responsabilidad penal mayor. Toda nancia (como en el caso del ejecutivo con mt1chos estudios
biografía se c01üronta con estos umbrales. Presentan luego qtie siempre estú allí donde lo necesitan, cua~1do lo necesitan).
mm lógica de acumulación, ya que el menor acumub conde- se neutrali7.an una a la otrn porque están en !ases opuestus.
nas condicionales. Las prótTogas les scr..ín revoc.idas a la pli- Así pues, Luc Bo!tanski (1982) construye el prólogo de una
mera condena si es mayo1· de ednd, <Hmque esta condena sea importnnte obra dedicada a los ejecutivos de empresa. <1lrc:le-
leve. Esta lógic.i jurfdica de la acumulación existe además de dor de una his\oria y de un análisis hiogrúfico de e.1ecul1vo
!a lrnyectoria que el ,im·en pue<la vh·ir pm· íuera, ya que la autodidnctn. Pod1fomos tratar de resumir d caso de In rn:rnern
prónoga puede ser 1-c,·ocada incluso cuando la pena que lo hn siguic11l(:: uno pnrle de un punto inicial que es el cliplonia de
privado de libertnd ya haya sido purgada (por 1<.tzoncs de tér- E;o. Se 11.tla de un dip!oni:1 de ingt·niero, sin ningún \'nlor
minos adt11inisti.1ti\'OS). Esta lentit11d de los proci:dimiL'll!os ju- si;11h(llico, obtenido en una escuela cornlln y corriente luego
diciales provont 1ma discordancia con el cnlenclario fomilinr. ele haber· terminndo estudios en un liceo 1L,c1lico. E! pmbk1n,1
E! joven, que !'unde un hognr, que lt'llga un hijo, so1l:imlo (jlll' dL' 1e¡;:rcsió11 cnus,tl dd diplo111a h,1da d origeu lamiliar rn_> Sl'
se va n «sentnr cabl.'1.a», recibl' una condena por infrnccionL'S pl:i11!t':t (sólo se sahl' que !o" padn·s sn11 pcquei1ns corncrn:m-
coinc(idns rnrio" aíms antes. Así put"', l.:t1;mdo d sujdo husea 1L''>). J·'.I n!'/(llJalllicnlo h,isadc, l'll b l'\<il1a·i1i11 1,1cilL'SÍ(ll1<11 ¡w1L'.
H.'cnnstruir su dd<1 le.íos de la i11s1ilución judicial. L'Sl<l l1ltillla según nu-c:slrns propio" ll;rmi11ns, dt· 1111 111nddn a1qt1t•ol/,,•ic'ff
C'- b 11,11111-;ilt'?:1 dd !1l!d,1 \" l:t hi,,l1>1i.1 (l,·I 11ii-:1nu qt1Í,'ll<'" h;i-
CL'll dt' hilo C<J11dttl'\or d,, 1'11 C.\pliL·;Ki/111 l'c'I() L'I lé\/llll<\JllÍl'lll<l
12. Kohli ( ] %H) l ,sil' "" ID! mo.SI Hi ¡ C't'Í<'lll l''I ,,·111,· ( 1')S,~) 'I"'' l. Lll l'I i 111, i"n.1 Ii .' ·' 11n 1<:nnina ,,hí. .\licntr;1.., qu,· ¡x11~1 CÍL'1 l,1.., !ílul,1s llos di¡1lo1n;i•,
ti,;n ct,•,icnle dd º""' d,· l., 1id.1 que 111edu111n1" d,·,d,· d sii•lo XI.\,¡,,.,., :ib,1.,
'"'' ,,11;, kmlcnci., c¡\lc ,.1 ,·u ,·l "·11litlo de l., imh,,ducili,:i,i(•n tic l., c,,·-r,,11, ,kl '"'"'
ck in~cnLl'nJ de !ns «µ1;1ndc-. t.'scud,i-. ,J, s~· puede ,·c(J\(1<.:<t1· L'll
d,· 1., ,;.1,,. un 111,;slllo c_jc \' en una rl'lación <le cm1s:.1 ~l efecto, como en bs

280 281
arreras canónicas, el cunicult.1111 escobr y la vida profesio- 0
historias pedidas a alumnos de 4. año de bachillerato, el mo-
nal,,, en el caso estudiado, el título entra a pmtir de un cierlo delo de historia iniciálica compuesta tanto por pruebas que
punto del itinerario profesional en disonancia con la función. deben ser superadas, como por un Graal que debe descubrirse.
Disonancia desde el punlo de visla del desaffol\o temporal de Ivar Ekcr!and (1984), luego de haber distinguido dos concep-
la carrera: existen planes de carrera listos (aquí enconlramos ciones opucstns del tiempo en matemáticas (transcurso balís-
' la idea de temporalidades sociales que marcan las traycclorias tico del tiempo de geometl"Ía y 1ranscurso del tiempo como
individuales) a recibir ciertos diplomas. Pero cslc diploma no sucesión de estados independientes en una gran medida), ilus-
encuentra un plan de cmTera en donde pueda realizarse y la lrn su discurso a parlir de la pareja formada por La !liada Y
evolución de Ego, en razón de csle desfase, se convierte en un f.Li Odisea. Él opone la concepción delerminista de út Odisea,
juego de ensayos/eITorcs, una serie de ires y venires sin lógica en donde el transcurso del tiempo corresponde al desan-ollo de
de acumulación. De alguna manera, es el des!ino de este tipo un programa registrado de antemano, a la concepción indeter-
de título, pero un destino que proviene del hecho de que no minista de J..¡¡ !liada, en donde el presente construye el futuro
existe ninguna evolución profesional insliluciom1lmenlc estn1c- de manern imprevisible. En el primer caso, adivinos y .dioses
turada para recibido y dar ur1 ritmo a su realización. La disa- predijeron el desmTollo de una historia qne es como In m:!uc-
nancia aparece igualmenle desde el punto de vista del relalo Lable realización de tales predicciones, y toda la obra esta ar-
de Ego en su existencia y del modo de conocimiento que él mada alrededor del regreso de Ulíses. Penélope marca el signo
manifiesta: de una parte, discurso de dominio del individuo de un pasado siempre presente y las prnebas presentes anu~-
seguro de sí mismo y de sus atributos que realiza un trayeclo cürn el futuro. Nos enconlmmos en el universo de ln necesi-
de ingeniero; de otra, discurso picaresco, «cadena imprevisible dad. En el segundo cnso, la acción dura algunos días Y se
de fortunus y desfo1tunas en un universo de arbitraricdndes", construye n!rededor de las decisiones de Aquiles. E! pasado no
cudena de prueb,1s que cuestionan en su totalidad el sentido pesa sobre personajes que no tienen ningún deslino que cum-
de las evoluciones pasadns. plir. La cólera de Aquiles es el molar del nst_mto no un gran ?'
proyeclo que reali1:ar. Las decisiones crenn s1tL~a~10nes -~uevas.
b) Los trabajos sobre formas narralivas nacen gracias a un He aquí dos modelos puros, dos estructuras bas1cas utilizables
enfoque de este tipo. Partiendo de la comprobación de que las en cualquier historia. .
formas de la historia disponibles en una época determinada Como Jo señala enérgicnmente Régine Robin, cada lusto-
no val"fan infinitamenlc, podemos distinguir esquemas narrnti- ria de vicia estú «colmada de imúgencs-fi.1erzas» de cada me-
\'O.S que constituyen las matrices .simbólicas de cualquier histo- moria y de "cronólopos» que le csl{tn a-;ocindos. 13 Por esta ra-
ria de vida. Eslos esquemas, al preformar historias singulares, zón, el autor desenrín que se llcvnrún las historias de \'ickt «a
le imponen modos de disposición de los hechos y por lo tanto, esta circulación discursivn y memori.tl que mnrca a la \'ez la
formas temporales explicativas. Estas l"orrnns latentes de ordc- memol"ia nacional. b memoria científicn, b memoria colec\i\•a
munienlo de los clerncnlos narrativos en secuencias indicrin y la memoria culturn!» (i/Jfrl.). A In mcmorln cuhural a b cual
un orden de planilkrición cronológica. ~e rel.icionan los ejemplos citados anlerionncnle, se agn.:gn en-
Podernos presentar algunos ejemplos. Así pues, segl111 ¡\for- tonces una memoria nacional «111onumc111nl» \' «pública» que
Line Burgos, bs hislol"ias autohiognílicas de los obreros de los
años 1830, annliz;:1das en el libro de Jricques Rancit:rc ( 1981 ).
muestran có1no estos obreros rn1todid.ict,1s c,dcan sus historias ]3. , (';,d., lipu de mc•m,11 i:, ,!<,¡•,·mi•.' J,, nn uror;r'<ln¡•n l'·" rirnl.ir ."" d s~nt1d" que•
~I 11.,\.ii,,e ¡_•• ,1 1ii,uw :, ,·,1,· ll•nLli,H•. ,., ,hi,. d,· '""' ,,·,Hlc•n,.,..:l<•ll ~,r,·c·,1,c:, <_Id
del esquema ele )as Co11/Í!ssio11s de J.-.1. Rm1sse,1u. Vince111
,·,p.rcir,-ti,•m¡m 'l'"' ,:.,L1,li1111·,· d liJm de mcrnni ia é,,n,id,·1,ul" º""" g.~11e·rn ~.,p~,:111-
Merle (1986), a la manera de V. Propp, descubre detrús de h.1s ,..,. (R.obin. l%HI,).

282 283
l i r s c inscribe en el tiempo-origen de los héroes nacionnlcs; una de orc¡ucsla sin partilurn, los diferenlcs rilmos en los cuales
m_em~iia colccti\'a, la de. las_ saga~ familiares y de !os gniros ellos se encuenlrnn involucrndos.
01gnmzados, y la memona c1entfí1c.i. de las cicnci<1s sociales.!~
De nllí se de.<iprcndc la idea de considernr las histrnias de vida h) El del amílisis cslrucluralisl.i, en donde el :1genlt', sopor-
como «novelas mt'mori;:dcs», cs¡wcic de manejos de l;1s huclbs Lc de pro-ccsos .;:x!enms, se anula co1110 sujl"lo y se cn11stilt1yc
en donde !a (rc)constn1cción del ¡x1sado cstú regida pm· las co1110 lu~nr de paso y de disposición de 1cmpomlidadcs t'.>;le1·-
(armas sociales de In reminiscencia. nas. El ngcnte asociado a este modelo no posee consistencia
¿Hasla dónde las evoluciones pueden indepcndi:1.arse de un propia, es simple calalizador de clcmenlos externos. Este no
cie1to número de condiciones iniciales que parecen pre-cslruc- crea aco111ecimicntos puesto que los acontecimientos sólo son
turar las existencias? Inversamente, ¿en qué medida esta lógi- nudos en el sentido de !ns coyunturas mecünicnrnente produci-
ca de pre-estn1c[Ll1<1ción se modificn o se independiza de la das por la confluencia de procesos con temporalidades dife-
construcción propia de los acontecimientos que constituyen rentes. IS
una existencia? Pero este sujeto no es el del psicomnílisis y del modelo nr-
La respuesta a esta pregunta destaca dos tipos de agente. queológico. En el caso del análisis de las formas narrati,·as por
ejemplo, el sujeto es la expresión de mm «instancin nnrrali\'.i»,
a) El del análisis estructurnl en donde el sujeto que habla es decir, de una función moderadn por la forma social prt>cxis-
está dividido, atravesado por voces e inlencion~[idncles di\'er- tenlc a la misma historia particular (Burgos, 1979).
sas Y n veces opuestas (Chabrol, 1983). Se constituye entonces
como un espectro (en el sentido óptico) de discur:ms que con-
curren, cada uno con su propia lógica. Pero combina en sínte- Conclusión: modos de inteligibilidad de los itinerarios
sis originales los diíerentes discursos y crea entonces, por allí biográficos
mismo, acontecimientos. "[. .. ] E[ individuo marcado por todos
estos escenarios que pueden rdCJ17.nrse uno a! otro pero tam- Hemos situado, pues, el punto ce111rn! de la unidad del
bién contradecir-:,;e, el individuo, digo, construye corno rnejor campo biogrMico en los principios lernpornles de inteligibili-
puede su representnción del pasado, son imagine1fa, su hislo- dad dl' lo socinl puesto en pnícticn en lns investigaciones bio-
rin, en el orden de un molde narrnti\"o impuesto o en In disper- gr:ificas, Esta inlcligihHidad se apoya en los modelos que uca-
sión de los recucrdos-llash, en un sentido pre-cs1ablecido en bamn-. de esbozar, sin cmbnrgo, en ninguna inw:slignción ésta
un combate de identidad, en una contra-memoria írngrnenta- pro\"icm• del recurso ;1 un solo modelo. Aquí o allí, hemos C\"O-
ria, o en una dispersión de mcmmins migranlcs» (Robin, cado trnba,jos que rcbcionabnn dos dircrcntcs tipos de modelo.
1988/J). Y, corno !o dijimos, reducir cada investig,1ción n un único mo-
En otro plnno, se dirá que el sujeto es pro\'ocado .v pui:slo delo dl' los que ncabnmos de exponer, l.'!llpobrccc la intcrprc-
a prueba por aconll·cimientos e;',i!enios v que l'I se da trn1fü1
pnrn fabricar su~ :,olueiones (Cl,,t, (<.),SS,;). 1.OS SllJdD'>
· l"Oll\ 1ll-
· I~ ,l,.,1.u tic con,r,,·n.l,·, 1111.1 ,-j,I,¡ "''"" ""·' .,.,: .. ""i .. , \' .,,.i,.,uli,i,•,,.c ,!,·
Jlall en coyuntur.1s detenninadas . .i b manera de u11 diitT!nr .t1nt1h',nnh'llln, '"".,¡,,,-.•in""" 1,,,,, qn.• l.1 ,i,nr!,, .· ·" i.>. i, Fl .L nn .,,•c1n. "''·'
,,.11,1.111 1.1 '"' , .. , ¡-H<h1l·1'·11,,·,.,,. ·.11,,, l., d • "" n,,,.,;,, l '"i'"' , , "·"' 1.•n eth,n,Jn
u,,.,., 1,.,1.11 d,· ,·,¡,l1;;,1 ,,n 11,1\•<lr> , .., ,·I u:.·l1n •n, ,.1, 11 e :.·tll" l.1 ,·,!,<1. ILl'CL d_•
l., 1,·,I. ,., dúi1. l.1 ,,,,..,,., dc 1.1' 1d.ici,,, ... , ,,[,¡,•11\,,. ,·nr,,· Lc. d,ic-1,·nl<•, ,·,e-"''"'""'
. l·L ,'A<\oso h"" <¡IH" HhJca, c,1,, tipo d,· """HHHi., "" d 1ni,111n pi,,,.., qt1,• I", d,·- In, ;1<.,r,I,•, ind:·11r,,. ¡,¡,,.,,.,¡,"''' ,,. d,·li<L·n "''"" ,,,·. ,,¡·,,, ,;, ·;·.",i-,¡,,,,,•ri;.i, ,·11 ,·!
'."''.'· ""'"' lu h'1cc" Rq•llu' RnhJn. o u,11,id,·1,,d" .q,.,it,· I"" d l;"I'" ,1,· qn,· ,., d •"·I'·"'" ·n.,,,l.,. d,·. ,,. 11,.,, ,l.1t.,11,_,:,, ,.,. 1,, ,hl, 1, 1,•,. ,·,!.<[.,,•'le<'""' d· l.,
\IIH"' "'¡,,,. lo, tl,·m.l'. ,.,p.11 tic"'"' 1dlc-~i,id.td \ de• una .,clu.tli1.,un1> de•"'' nl1tll l111.1 d,· l.1 de>!11h11, ""' d,• l.,•, drl,·1,•111,·, ,·,¡", ,, . ,, .. , ·'l'"·'l q11,• ,·,t.,11 ,·ci J!L,'.'<>
pn,¡1io, ¡nin~ipi,), de d:ob>1,1t ;,.,,! ~o d ,.unr•• ,,,n,l<ki.«I<•• ll!,nud"·,,. 1~~"¡

284 285

tación siguiendo la pendiente de un logicismo algo estéril. Por miento (o la coyunlura) .iparcce como el cruce de dos modelos
esta razón, como conclusión, debemos 1·etomar el problema de temporales que él condensa en ese momento.
la producción de la inteligibilidad, y esto prtsa por la aclara- Cie11amente todos estos cruces no funcionan en el modo
ción de los diferentes modos de combinación de los modelos de inserción. Los dos modelos considerndos se describen en
entre sí. general como modelos que tienen dinámica propia. A partir de
El orden de presentación de los enfoques -arqueológicos, allí, pueden ser: concordantes, discordantes o tangenciales.
procesuales, y para terminar, estrncturnles- no es casualidad. E! ejemplo de la lía Susana que comentamos ampliamente
Eslo aflora aquf y allú en las páginas anteriores. La descrip- insiste en la concordancia. La tfrl Susana toma decisiones,
ción procesual es la c1itica de un arqueologismo dcm.isiado pero el CUI'SO de las cosas no se modifica en su estructura. El
estlicto para aquellos que considernn que todo estú determina- conjunto de bifurcaciones cread.is por dichas decisiones no
do de antemano; y la descripción estructural es la crítica de cambian rndicalmente los ritmos largos de la continuidad fa-
una descripción demasiado endógena que no admile ninguna miliar relativos al terruño de origen. Ternpornliclades de tra-
exterioridad a la evolución estudiada. En este sentido, el pri- yectorias y temporalidades largas ligadas a un punto de ori-
mer modo de combinación -modo cardinal como !o !lamada- gen, están en consonanci.i.
mos- es aquel de la inserción. Las «variables» arqueológicas Lns biografías de los jóvenes delincuentes presentadas por
toman sentido cuando forman parte de un proceso. Y el proce- Christinn Léomant y Nicole Sotteau-Léomant (1988) se orien-
so en sf mismo, toma sentido cuando se ve referido a una tan deliberadamente, por el contrario, hncin una lógicn de In
temporalidad de mayor amplitud. discordancia. La lógicn est11.1cturnl de la institucionalización
Este modo cardinal nos brinda además una pista para nda- del curso lle la vida por el aparato judicial viene a pe1turbnr In
rar deHnitivamentc el problemn de la inteligibilidad específica de In evolución familiar marcnda por la constitución de la pa-
de los enfoques biogrúficos. En realidad, parece que el centro reja. El jm:en con sentencia en suspenso está inscrito en dos
de la argumentación en estos trabajos siempre se sitúa en el series temporales en la que una le impone su rilmo a la otra,
cruce de dos modelos temporales y que es la descripción de la de alguna manera s~mcionando a la otra.
articulación concrct.i de estos modelos la que brinda el m6xi- Pnra terrnina1·, el ejemplo de lns generaciones interrumpi-
mo de inteligibilidad posible. En efecto, los esquenws de inler- das en su cnrrera por l.i Segunda Guerra Mundial. que estudia
pretndón en el análisis de las historias de vida se basan en la Frnm;oisc Cribier ( 1978), representa lo que hemos llamado en-
constnicdón de aconlecimientos o de coyunturas biogrúficas, lace lnngencial. En un momento de ln historia, algunas biogra-
que constituyen las unidades de base en el análisis de las se- [fas encuentran un tiempo históiico, pero este enlnce no se
ries temporales. Pero un acontecimiento o una coyunturµ bio- prolonga en el tiempo. Estas dos series tcmpornles se enlrmm
gráfica no se da como un objelo yn construido que enlra en el n la munern del efecto Cournot:1 7 el tiempo histórico clestnca
orden de las buenas causas, es el investigador quien debe
construirlo, 16 y es en esta misma conslr1.1cción que el acontcd-
l7 CI fl.,mlnn (I'•~~). l'.11ao 1t·trnua1 d pmhkm;, ,:11 n11u 1q:i,u<> <111,·mn, qu,·.
,,.,.,,,, d ,·k<;tll ('ott!lHI!, d .•e<>IIIL'Litnic•lll<> -'!'·""'" d,· n,.,u.·,;, ,i1,·.,1,>1i.,· "" ,,h,,n.,
\{,. Es aquello que l'au! \'cyne (l97l) h'1bi~ lll<ht1'1do como hisirni."lu,. ,¡·., al;,,, ·"' , ,,,,,., "'"' u,nitm, 1ún ,k cene·, 1<·,11pmak, <I''-" , .. ,.,,J:.tl c·,·,b un., '" \,,c•,c ·'
ncnn1ccimi,·n\e> 110 c.<. nn ~,,,,sino,,., cnotc ,k ithw1a1io, f""íhk, (. 1 ,\h•>la l·icn. 1''"1"'·' ¡,,,..,¡,. •,,•1 un., ,·1.q•., c"J\ "" ¡ 1•>cc""'· ''r·''' 1, n,,,. ,f.,,,.,,•,.,,,,,,.,,,., ( 1''11
1
]ns ,;,contccitnic111os• 11" seHl 10!alidadc,, ,in" nudo, d,· ,d.,dnne, 1 1 l '" ,«<J111,·,·i· n<•l• ,,l ,1coH\Ct•,i.,1i,·11to , l'·"" nhlic,<el, ¡; ..,,.¡,. ., '"'·' ,.,,,,.,,,. "'" cn,•.,,,i.,," Ltl, \L·">
111ic111n, no son cma,, uhie!o, L()ll'>Ís\c'nlc,, s.1INa,,ci",: \,,, :1con1,·rnni,·,,1,,. ""' ,,,, :il ntotl\L'lÍ11l«•t,\o que se• u,n,l"'l"l' """" L""l"'' '"" <k ',•11<·, 1,·,n¡,,,,.,k, <1'1c• <l,•,.t
corle qn,, !"''-'""'º' lihn·1m•,\IC• ,.,. la n•;,li,bd. \L>I ""'"l•Hnc-1.,cln de p,n, c","' ,.,, <i<>n,k· p.11,·u·11 I'-'' ;, 1·1 <>,h1ci1 "" ""'"'" < ""'I"' .¡,. )H ,.d,k", \ '"'·' LLI :C \ ., ,,., I•.' l.'mp• ,, .,l. L"11a
ac!lÍaHI 1· snhcn suhsl«JILÍ.LS c·to inlc'""cion, li,,mhH""• \ "'"" Los acnnll'"""'"!'" ,.,,. :,11.d,"ci., lisLc., (q11,· cnnwcu.,lqn,v, .H1.,\.,•i.1 ,r,. ,·.I,· lt¡·" 1i, 1.c "" l,11,i:,•,I ,;,<.i ,ne,.
lic,w 11 nnid,ul nah11i1I; ,mn "" puc·,k cnuw d httct> '"~inc,o de I'c,lia. cnll,>do, f'"' IÍlltl<b ¡u» l,1 1,·n1L1 ti,• n11d.,•. \ll>1;o111,·, dn, 1onJ." "" '"''"" \" "'!" l''"'"'"m """
sus muculaciones Yc1,bdc1;1,. pnc~lo que no tienen•. pc•ltlll haci,irt lto.:al. o hcn. <"si·" coe.,i,1,·n en d mismo lu~.11· d~ m~rlc'I a drn al'k S,

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puntos de paso que caen bien o mril según el momento de la de inn:sligaciones biogrMicos o longitudinnlcs se reúnen en la
biogrufía en donde nos encontremos. íase inle1vrctati\'a del trabajo sociológico. Desde entonces, he-
No obstante, en cada caso -inserción, concordancia, dis- mos man;ado puntos de referencia para permitir comparar,
cordnncin, tnngcnci.i-, ln intcligibilickid se produce a partir de unas con otrns, las relódcns interpretativas. Esta demarcación
la pucsl.i en concord,rncin de dos de !ns modelos tcmpor:1!cs del ditilogo it1lersub,je!Í\'O nos parece ser, hoy en día, una lnl"l'rt
que dcsctibimos en dcln!lc, y es este modo de producción de la esencial parn este campo de la invcsligadón si éste quiere es-
inteligibilidad que nos parece es propio del campo biogrúlko. rnpar de la multiplicación de casos pm'liculnrcs sin que exist:1
Claro está, e! ejercicio de reconstrucción teódca al cual una. relación entre ellos.
acabnmos de dedicarnos resulta de un cierto voluntrirismo teú- Concluiremos sobre dos aspectos.
rico, pero, recordemos que éste no agola, esta1ia lejos de ha- Poner de manifiesto relaciones causales que sobrepasan los
cerlo, el sentido de !ns investigaciones nsí evocadas. . casos individuales autoriza 1.1na operación de comparación sobre
Al insistir en los modos de inteligibilidad sociológicos que algunas rcgula1idades puestas así en evidencia y no signifirn ne-
resultan del encuentro de dos o ele vurins series temporales, se cesariamente que el investigador se an"ogue una capacidad de
trató de poner en evidencia la conslr1.1cción de un esp.icio teó- predicción sobre las trnyec\orias individunles. Uno nunca conocc-
rico común a im·estigaciones que, no obstante, tratan sobre ní. el conjunto de condiciones históricas en las cuales éstas apare-
objetos empíiicos tot.ilmente diferentes. Puede ser que así es- cen: «[ .. .] Si una relación causal es repetible, nunca podrá asegu-
temos dándonos b posibilidad de abrir un nuevo cspncio de rarse formalmente cuúndo y en qué condiciones se repelirú: la
debate sociológico. cnusalidad es confusa y global. la historio. sólo conoce cnsos p,ir-
La navegación biogrúlka se balnncea continuamente entre ticularcs de causalidad que no se podrían convertir en regla: !ns
dos obstllculos. O bien uno considera que la biogn1ífo singuh:ir lecciones de la hislori.i siempre se acompai'ian de restiicción
sólo es un caso parlicular de 1.1n fenómeno social general y mental. Es justamente por esta mzón q1.1e la experiencia histórica
uno se \"e en la necesidad de conícrir a casos particulares el no es forrn~1lable, que el Kléma es aei no puede aislarse del caso
estatus de tipo socinl. o bien uno considera que cada biogrnÍía par1icular en el cual se comprobó» (Veyne, 197 ! ).
es nbsolutarncnte únicn y cspecílkll y, ,1\ no disponer de otros La operación ele rarefacción del senlido que permite brin-
puntos de referencia para escoger los rasgos pe1iinenlcs, 1.1110 dar eslabones posibles de explicación no presupone ninguna
crea montajes epislemológicamcntc aben-antes en donde el idea preconcebida ontológica y. en particular, no significa qm·
sentido prolifera. Es lo que Jean-Claude Passeron (1990) des- una biogrnfí::t es reducible a la combini.lción de series cronoló-
c1ibc como una «p<m-pe1iinencia». gicas construidas por el investigador. El sentido de !a vidn de
De allf la neccsic!.id de crear conceptos biogrülko'l intl·rrnc- los sujetos siempre es iffcduciblc e indccidiblc, éste pertenece
dios «de alc,mce limitado,,, mediaciones entre enunci.idos sin- al regÍstro de aque!lns verdades últimas que ya no ataücn a las
gulares mínimos y enunciados «tmiwrs,1les» que se bns,111 en ciencias sc}Cia!es.
«la rcrcrcncia a una idl'ntidad ck cs1nictura conslruida progre-
sivamente entre datos nbserYados» (P,1so.;cnm, 191:\0).
De allí igualmente la llL'Ccsitbd de 1110s!1~u- que el conjunto Ilihlio~rnlfa

la ,uuph!nd de 1111:, ti,· l.,, dn,,·, nnl\' ,upc·ti,>1, l.1 nlr;, "' ,111H>11l;:, ,1,""'I"'" \ ,n.11,d,, ll w 1111:s;, IC ( l 'J7 l l: S,i./(', Fo 1111 i,·,. l, ,roi,1, l\11 is. 1 ,· S,·uil.
no e,1ú ~" bse con],, oml.1 dn111in"nlc. Esta ,úh> pnc·,lc· ccl1l!11hlli1 uu, I,, ¡11,111t·1.,, Si B.\l'l,\C;I.HIL\, F. (!9ts7): d.<: lL'lllP~ de<; in<;c·11i1111-.;. lti11L'r:1i1,•s h.'·111ini11,
),h dn, rnula, .\un <le rn11pl,1ml u,mp,H'1blc v de' r,,,,u,·ncic, n·,,·con,,. "'oh"·,,.,'"' l"I h\-.;1ui1L"" de fomilk·-.;, trnjvrlul1·cs d~ 1i,': l1i,1,,i1r, de la111illl",, li"a-
!cnórneuo de inlcn·:,k,~. c<ll\ n11;, lon~t1ud de umb uu,1· ,upctfo1 "I,, de J," ,,n,bs de
b~~e que de,..,p'1n,ccn en l>e-ndidn de c,;tc m,c,·o lrno,,'\cll<J. jei:toi1 e·~ soóales.,, ,\111wlcs d,· \ í111c1ó.,m1, No. 26.

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