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Reseña - La Noción de Estructura en Etnología
Reseña - La Noción de Estructura en Etnología
Licenciatura en Filosofía
Filosofía de la Cultura
Prof.: Doc. Tulia Almanza
Fray Miguel Ángel Estupiñán Zafra, OFM
RESEÑA
Ahora bien, para hacer un acercamiento más preciso a la problemática en cuestión, el autor
equipara el concepto de “estructura” al de “modelo”. De acuerdo con lo anterior, por
“estructura social”, Levi-Strauss comprende aquellos modelos formales construidos a partir
de la realidad empírica, que dan cuenta de un método de análisis el cual se sirve de otras
disciplinas para explicar una vasta gama de fenómenos sociales. (1976, pág.,301).
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Definición de la Real Academia Española (RAE): https://dle.rae.es/etnolog%C3%ADa
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Así pues, los modelos que son el objeto del análisis estructural y deben cumplir cuatro
requisitos fundamentales, según Leví-Strauss. En primer lugar, son una estructura que
presenta el carácter de sistema; es decir, se constituye por elementos tales que una
modificación cualquiera en uno de ellos entraña una modificación en todos los demás.
Como segundo requisito está el carácter de subconjunto que se le atribuye al modelo, pues
éste se circunscribe en modelo mayor, compartiendo con éste la misma naturaleza de sus
transformaciones. Como consecuencia de lo anterior, el conocimiento del modelo general
permite la predicción en el modelo particular. Como cuarta característica se afirma la
necesidad de generalidad y validez del modelo; es decir, que agote y dé cuenta de todos los
hechos observados de manera sistemática (Levi-Strauss, 1976, pág., 301).
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Además, Levi-Strauss hace una distinción que refiere la escala del modelo, en comparación
con la escala de los fenómenos, a saber: modelo mecánico y modelo estadístico. Para el
autor, un modelo cuyos elementos constitutivos se encuentran a la misma escala que los
fenómenos, se les conoce como modelo mecánico; y aquel cuyos elementos se encuentran
en una escala diferente, se le llama modelo estadístico. En este sentido, aplicando la
distinción, Levi-Strauss pone por ejemplo las leyes matrimoniales: en las sociedades
primitivas estas leyes pueden ser presentadas en formas de modelos donde figuran los
individuos, efectivamente distribuidos en clases de parentesco o en clanes; dichos modelos
son mecánicos. En nuestra sociedad, señala Levi-Strauss, es imposible recurrir a este tipo
de modelo, porque los diversos tipos de matrimonios dependen de los factores más
generales: tamaño de los grupos primarios y secundarios a que pertenecen los cónyuges
posibles, fluidez social, cantidad de información, etc. Para llegar a determinar las
constantes de nuestro sistema matrimonial, se deberían definir entonces medias y umbrales:
el modelo apropiado sería de naturaleza estática (Levi-Strauss, 1976, págs., 305).
Luego, teniendo como posible conclusión de la primera parte reseñada que las
investigaciones estructurales tienen por fin estudiar las relaciones sociales mediante el uso
de modelos (1976, pág., 3109; en la segunda parte de su escrito, Levi-Strauss busca
acercarse a los que se comprende por “morfología social” o “estructuras de grupo”. Para
ello, utiliza los dos sistemas de referencia (espacio social y tiempo social) subrayando de
ellas sus propiedades que no son otras que las propias de los fenómenos sociales que las
pueblan. En todo caso, para Levi-Strauss, depende del etnólogo la elaboración de propios
espacios y tiempos sociales que le permitan responder a las necesidades de cada caso
(1976, págs., 310-311). Como ejemplo, Levi-Strauss toma la topología psicológica fundada
por Lewin y la sociometría de Moreno; estás, según el autor, suponen que “estructuras del
mismo tipo pueden ser recurrentes en niveles muy distintos en espacio y tiempo, y nada
excluye la posibilidad de que un modelo estadístico (por ejemplo los elaborados en
sociometría) no se muestre más útil para construir un modelo análogo aplicable a la historia
general de las civilizaciones, que otro inspirado directamente en los hechos
correspondientes a ese solo campo (Levi-Strauss, 1976, págs., 311).
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Por otra parte, Levi-Strauss hace alusión a las estructuras de la comunicación; donde señala
que, dado que toda sociedad está compuesta por individuos y grupos que se comunican
entre sí, esta comunicación opera en tres niveles, a saber: comunicación de mujeres,
comunicación de bienes y comunicación de mensajes. Es de allí, desde donde se pueden
identificar las principales características que para Levi-Strauss posee la estructura de un
hombre: el sistema de parentesco, el sistema económico y el sistema lingüístico. Dado lo
anterior, el autor subraya una posible definición de cultura como un conjunto no solo de
formas de comunicación que le son propias (como el lenguaje), sino también – y tal vez,
sobre todo- en reglas aplicables a toda la clase de “juegos de comunicación”, ya se
desarrollen estos en el plano de la naturaleza o de la cultura (Levi-Strauss, 1976, págs.,
317-318). En este sentido, para el autor, los sistemas de parentesco, las reglas
matrimoniales y de filiación, forman un conjunto coordinado cuya función consiste en
asegurar la permanencia del grupo social entrecruzando, a modo de un tejido, las relaciones
consanguíneas y las relaciones fundadas en la alianza (1976, págs., 317-318).